08.05.2013 Views

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

podía ser mortal.<br />

Esto fue lo único que tuvo tiempo de pensar antes de que su madre le rodeara<br />

con los brazos, impregnándolo con el fuerte aroma de violetas que se<br />

desprendía de su bolsita perfumada y susurrándole:<br />

–Gracias a Dios, Johnny, gracias a Dios, gracias a Dios que estás despierto.<br />

El la abrazó a su vez lo mejor que pudo. Sus brazos aún carecían de fuerzas<br />

suficientes para apretar y se aflojaron rápidamente, y de pronto, en seis<br />

segundos, supo en qué condiciones se hallaba, lo que pensaba, y lo que iba a<br />

sucederle. Después eso se eclipsó, borrándose <strong>com</strong>o el sueño del corredor<br />

oscuro.<br />

Pero cuando ella aflojó el abrazo para mirarle, la expresión de júbilo fanático<br />

de sus ojos había sido sustituida por otra de consideración más reflexiva.<br />

Las palabras parecieron brotar espontáneamente de los labios de él.<br />

–Toma el medicamento que te han recetado, mamá. Es lo mejor.<br />

Los ojos de Vera se dilataron, se humedeció los labios... y entonces Herb se<br />

adelantó para colocarse a su lado, con los ojos desbordantes de lágrimas. Había<br />

perdido un poco de peso... no tanto <strong>com</strong>o el que Vera había ganado, pero<br />

estaba visiblemente más delgado. Perdía rápidamente el pelo pero su rostro era<br />

el mismo de siempre: plácido y sencillo y muy amado; Sacó un pañuelo de<br />

grandes dimensiones del bolsillo posterior y lo usó, para enjugarse los ojos.<br />

Después tendió la mano.<br />

–Hola, hijo –exclamó–. Me alegra tenerte de vuelta.<br />

Johnny estrechó la mano de su padre lo mejor' que pudo. Sus dedos pálidos y<br />

débiles desaparecieron dentro de la mano roja de Herb. Johnny los miró<br />

alternadamente: su madre vestida con un voluminoso traje sastre azul, su padre<br />

con una americana a cuadros realmente horribles que debería haber<br />

pertenecido, por su aspecto, a un vendedor de aspiradores de Kansas... y<br />

prorrumpió en llanto.<br />

–Lo siento –dijo–. Lo siento, pero...<br />

–Sigue –dijo Vera, mientras se sentaba en la cama junto a él. Ahora sus<br />

facciones estaban serenas y despejadas. Reflejaban más sentimientos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!