08.05.2013 Views

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

oyó su voz tonante incluso a través de las gruesas paredes. Bromeaba con su<br />

secretaria. Ésta era un pajarraco de sesenta años, de pecho liso, y<br />

probablemente Greg la hacía reír <strong>com</strong>o a una adolescente. Era un bufón. Había<br />

ganado la alcaldía de Ridgeway merced a esta característica, <strong>com</strong>binada con su<br />

programa de lucha contra la delincuencia juvenil. Pero el pueblo no elegía<br />

bufones para que le representaran en Washington.<br />

Bueno... casi nunca.<br />

Pero eso no era de su incumbencia. Lo que sí resultaba de su incumbencia<br />

era el <strong>com</strong>promiso de recaudar cincuenta mil dólares para la campaña electoral.<br />

Su mente empezó a girar alrededor del problema <strong>com</strong>o una rata blanca<br />

amaestrada alrededor de un plato con queso. Probablemente lo lograría. Sí,<br />

probablemente lo lograría... ¿pero acaso terminaría todo allí?<br />

El sobre blanco aún descansaba sobre el escritorio. Su esposa sonriente le<br />

miraba desde el lugar que ocupaba en el cubo de plástico transparente. Levantó<br />

el sobre y lo guardó en el bolsillo interior de la americana. Había sido Elliman.<br />

Elliman se había enterado, quién podía saber cómo, y había sacado las fotos.<br />

Estaba seguro de ello.<br />

Pero había actuado por orden de Stillson.<br />

Quizás ese hombre no era un bufón <strong>com</strong>o él pensaba, después de todo. Su<br />

análisis del clima político de 1975–1976 no era totalmente necio. Construir<br />

molinos de viento en lugar de rompevientos... no nos parará nadie.<br />

Pero eso no era de su incumbencia.<br />

Los cincuenta mil dólares lo eran.<br />

Chuck Gendion, presidente del Club de Leones y buen camarada a toda hora<br />

(el año anterior había montado en una de esas pequeñas motocicletas<br />

extravagantes durante el desfile del Día de la Independencia, en Ridgeway),<br />

sacó un bloc de papel amarillo del cajón superior de su escritorio y empezó a<br />

garabatear una lista de nombres. La rata amaestrada cumplía con su deber.<br />

Y allí abajo, en la calle, Greg Stillson levantó la cara en dirección al sol<br />

radiante de otoño y se felicitó por un trabajo bien hecho... o bien <strong>com</strong>enzado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!