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LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

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de falda corta, que levantaba marcialmente las piernas calzadas en botas<br />

blancas de cabritilla adornadas con pompones, mientras hacía girar su bastón<br />

en el aire; después dos animadoras, y a continuación dos chicos granujientos,<br />

de semblante adusto, que sostenían una pancarta donde se proclamaba que ésa<br />

era la BANDA DE MÚSICA DEL COLEGIO SECUNDARIO DE TRIMBULL, y ay<br />

de quién lo olvidara. Por último la banda propiamente dicha, refulgente y<br />

traspirada, que encandilaba con sus uniformes blancos y sus botones de bronce.<br />

La concurrencia le abrió paso, y después prorrumpió en aplausos cuando la :<br />

vio marchar hacia el lugar que tenía reservado. Detrás de la banda apareció una<br />

camioneta Ford blanca, sobre cuyo techo se alzaba el candidato en persona,<br />

con las piernas muy abiertas y con las facciones bronceadas por el sol y<br />

atravesadas longitudinalmente por una colosal sonrisa bajo el casco de obrero<br />

de la construcción. Levantó un megáfono accionado a pilas y gritó con ronco<br />

entusiasmo:<br />

–¡HO<strong>LA</strong>, AMIGOS!<br />

–¡Hola, Greg! –respondió la multitud.<br />

Greg, pensó Johnny con una sensación casi histérica. Ya nos tratamos con<br />

familiaridad.<br />

Stillson bajó de un salto del techo de la camioneta, y se las apañó para dar<br />

una apariencia de agilidad. Estaba vestido tal <strong>com</strong>o Johnny le había visto en el<br />

telediario, con vaqueros y camisa caqui. Empezó a saludar a la multitud camino<br />

del pabellón de conciertos, estrechando unas manos, tocando otras que se<br />

estiraban sobre las cabezas de quienes se alineaban en las primeras filas. La<br />

concurrencia se zarandeaba y se mecía hacia él con un movimiento delirante, y<br />

Johnny sintió que sus propias vísceras se convulsionaban, <strong>com</strong>o reacción.<br />

No le voy a tocar. De ninguna manera.<br />

Pero de pronto la muchedumbre se separó un poco delante de él y Johnny se<br />

introdujo en el hueco y se encontró en la primera fila. Estaba tan cerca del<br />

tocador de tuba de la Banda de Música del Colegio Secundario de Trimbull que<br />

podría haber estirado la mano y golpeado la bocina del instrumento con los<br />

nudillos, si hubiera querido.

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