08.05.2013 Views

Mario Vargas Llosa – Cartas A Un Joven Novelista cap ... - Los Medios

Mario Vargas Llosa – Cartas A Un Joven Novelista cap ... - Los Medios

Mario Vargas Llosa – Cartas A Un Joven Novelista cap ... - Los Medios

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

la gracia, la intención feliz, la ironía, el desdén o el sarcasmo.» 2 Es una<br />

observación exacta: por sí misma, la corrección estilística no presupone<br />

nada sobre el acierto o desacierto con que se escribe una ficción.<br />

¿De qué depende, pues, la eficacia de la escritura novelesca? De<br />

dos atributos: su coherencia interna y su carácter de necesidad. La<br />

historia que cuenta una novela puede ser incoherente, pero el lenguaje<br />

que la plasma debe ser coherente para que aquella incoherencia finja<br />

exitosamente ser genuina y vivir. <strong>Un</strong> ejemplo de esto es el monólogo de<br />

Molly Bloom, al final del Ulises (Ulysses) de Joyce, torrente caótico de<br />

recuerdos, sensaciones, reflexiones, emociones, cuya hechicera fuerza<br />

se debe a la prosa de apariencia deshilvanada y quebrada que lo<br />

enuncia y que conserva, por debajo de su exterior desmañado y<br />

anárquico, una rigurosa coherencia, una conformación estructural que<br />

obedece a un modelo o sistema original de normas y principios del que<br />

la escritura del monólogo nunca se aparta. ¿Es una exacta descripción<br />

de una conciencia en movimiento? No. Es una invención literaria tan<br />

poderosamente convincente que nos parece reproducir el deambular de<br />

la conciencia de Molly cuando, en verdad, lo está inventando.<br />

Julio Cortázar se jactaba en sus últimos años de escribir «cada<br />

vez más mal». Quería decir que, para expresar lo que anhelaba en sus<br />

cuentos y novelas, se sentía obligado a buscar formas de expresión cada<br />

vez menos sometidas a la forma canónica, a desafiar el genio de lengua<br />

y tratar de imponerle ritmos, pautas, vocabularios, distorsiones, de<br />

modo que su prosa pudiera representar con más verosimilitud aquellos<br />

personajes o sucesos de su invención. En realidad, escribiendo así de<br />

mal, Cortázar escribía muy bien. Tenía una prosa clara y fluida, que<br />

fingía maravillosamente la oralidad, incorporando y asimilando con<br />

gran desenvoltura los dichos, amaneramientos y figuras de la palabra<br />

hablada, argentinismos desde luego, pero también galicismos, y<br />

asimismo inventando palabras y expresiones con tanto ingenio y buen<br />

oído que ellas no desentonaban en el contexto de sus frases, más bien<br />

las enriquecían con esas «alcamonías» (especias) que reclamaba Azorín<br />

para el buen novelista.<br />

La verosimilitud de una historia (su poder de persuasión) no<br />

depende exclusivamente de la coherencia del estilo con que está referida<br />

2 Azorín, Madrid, Madrid, Biblioteca Nueva, 1941, p. 63.<br />

26

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!