Libro Muerte al amanecer def.pmd - Salta

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«Presidente, si yo hubiera tenido mil hombres de las condiciones de esos Granaderos de La Guardia, me habría apoderado de Argentina desde hace tiempo.» Hasta esta altura llegó la fama aventurera y el recelo a sus procedimientos que dejó en Argentina el capitán Domingo López Matute y sus llaneros venezolanos. «Uno de los encargos que me hizo el Mariscal Sucre fue que le remitieran a Matute vivo para tomarle declaraciones porque creía que desde Lima había traído su plan de insurrección. Afirma Francisco Burdet O’Connor. Aunque según él, la causa principal de su defacción fue su resentimiento por haberse ascendido a Capitán efectivo al Teniente Graduado Francisco Segovia, un joven alto, blanco y bien parecido, sin tomar en cuanta a Matute, un indio bajito, picado de viruela, siendo Matute más antiguo que Segovia. Pero en ese tiempo, habiéndose terminado la guerra de La Independencia, tratábamos de mejorar el personal de la oficialidad del Ejército de Colombia que tenía mucha negrería y gente de color. Otra equivocación que padeció el Mariscal al mandarme las instrucciones para la captura de los granaderos, fue el haberse olvidado que el General Felipe Braun había disciplinado ese escuadrón y no había en él un soldado que no supiera mandarlo en todas sus evoluciones. [84]
Como hicieron en mi presencia, en la plaza de Yungay en 1823. Cuando iba a ver maniobrar a los cuerpos del Ejército Libertador donde Matute había hecho toda su campaña con su escuadrón, sabiéndolo conducir con gran pericia en la marcha. Por lo que desde cuando salió de Cochabamba, con sus 173 granaderos, no perdió ni un hombre hasta la mañana cuando entró en Rosario, desde Zapeleri, donde hizo fusilar a dos por insubordinación.» [85]
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FUNDACIÓN CULTURAL BARINAS
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Muerte al amanecer
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JOSÉ LEÓN TAPIA Muerte al amanece
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Presentación Esta primera edición
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Prólogo Asumir el desafío de un p
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Entre esos animales que llegaron co
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¡Qué largo viaje! Poblado de luch
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La felicidad de la escritura Borges
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Desde el primer momento le aclaré
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Capítulo I El calabozo de Salta, e
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Pero de repente, revivió la mañan
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carero, de milagro no morí porque
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el viento de las patas de los cabal
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Capítulo II Sin poder evitarlo le
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car en sus playas los miles de sold
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Parecían cadáveres salidos de sus
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Guardatinajas Intacta fisonomía de
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sus sabanas de querencia y a su rí
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