09.05.2013 Views

Familia Mariannhill

Familia Mariannhill

Familia Mariannhill

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ser<br />

SAL<br />

“Vosotros sois la sal de la tierra.<br />

Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?<br />

No sirve más que para ser tirada fuera<br />

y que la pise la gente”.<br />

(Mt. 5, 13)<br />

En una obra de Bernanos se puede leer que un supuesto ateo de<br />

buena voluntad es invitado a predicar ante una asamblea cristiana. Así<br />

comenzó la prédica: “Vosotros decís que sois la sal de la tierra. Si el mundo<br />

huele tan mal, ¿a quién voy a echar las culpas?”<br />

Cuando la sal no tiene la fuerza de salar y de conservar, el alimento<br />

se torna insípido y llega a pudrirse. Digamos que el mundo huele y<br />

sabe mal y que está corrompido. Pero, ¿qué hacemos los cristianos que<br />

no aportamos la sal de nuestra fe para que el mundo se conserve bien<br />

y sepa mejor? Contra todo pronóstico los cristianos nos hemos vuelto<br />

insípidos; de ahí nuestra escasa o nula incidencia en el mundo.<br />

Los cristianos hemos sido enviados a estar en el mundo, pero sin<br />

perder la conciencia de haber sido llamados a ser la sal del mundo.<br />

Para ello no necesitamos ni apoyos políticos ni poder económico, sino<br />

la belleza de una vida que resulte irresistiblemente atractiva. Tampoco<br />

se esperan de nosotros milagros, a no ser el milagro que se produce a<br />

diario en nuestras cocinas cuando se añade un poco de sal a la comida.<br />

Linus<br />

FOTO: TYMOTEUSZ TELEGA CMM

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!