Cuzco - Peru Travel Now

Los científicos han determinado en su interior hasta diez zonas de vida y
dos ecorregiones naturales bien diferenciadas, siendo las más relevantes
desde el punto de vista ecológico los pajonales altoandinos, los bosques
enanos de altura y la selva alta o yungas, representada por los bosques de
neblina y la ceja de montaña. Esta enorme variedad de pisos ecológicos
o hábitats permite, a su vez, la existencia de una asombrosa diversidad
de especies de flora y fauna silvestre, adaptadas a la perfección a las
condiciones específicas de su entorno.
El mundo natural de Machu Picchu se inicia pues, por encima de los 4.000
msnm, allá donde el viento barre sin cesar las planicies de ichu y donde
las rocas se pueblan de líquenes y musgo. Es el territorio del cóndor
andino y de la taruka, el mayor y más elusivo de los cérvidos de los Andes;
de las juguetonas vizcachas (roedores típicos de las alturas) y del puma o
león de la sierra. Una tierra donde las variaciones de temperatura son tan
intensas que sólo algunas criaturas logran sobrevivir.
Continuando con nuestro descenso imaginario arribamos a una zona
donde los vientos fríos provenientes de las montañas nevadas se unen a
las corrientes cálidas que ascienden de la selva para formar un extraño y
exuberante mundo en miniatura. Son los bosques enanos, un escenario
de árboles retorcidos donde las dimensiones parecen haberse trastocado
por capricho de la naturaleza: aquí los árboles son pequeños y los musgos
gigantes; los venados alcanzan apenas los 20 centímetros y los picaflores
el tamaño de una paloma. Es la tierra de las bromelias y las flores más
raras; el hogar del oso andino o ucumari y el tucán de altura.
In its interior, scientists have classified up to ten life zones and two eco-
regions with the most significant ones from the ecological point-of-view
being the high Andean prairies, the dwarf forests, and the high jungle or
yungas, represented by the cloud forests and the eyebrow of the mountain.
This enormous variety of ecological grounds or habitats, at the same time,
allows for the existence of an amazing diversity of plants and wildlife,
perfectly adapted to the specific conditions of their surroundings.
The natural world of Machu Picchu, therefore, starts above the height of
4,000 m.a.s.l. where the winds constantly blow the plains of bunch grass
and where the rocks are covered with lichen and moss. This is the land of
the Andean condor and the taruka, or Andean deer, the largest and most
elusive of the highland cervids. Here live the playful vizcachas (typical
mountain rodents) and the puma or mountain lion. It is a land where the
temperature variations are so drastic, with intense sun during the day and
freezing cold at night, that only certain creatures manage to survive.
As we continue our imaginary descent, we arrive at an area where the
cold winds flowing from the snow-covered mountains unite with warm
currents that waft up from the jungle to form a strange and exuberant
world in miniature. We are in the dwarf forests, a land of twisted trees
where normal dimensions seem to have been distorted by nature’s whim;
here, the trees are small, and the moss is gigantic; the deer grow to be
barely 20 centimeters, and the hummingbirds are the size of doves. This is
the land of the bromeliads and the rarest flowers, as well as home to the
Andean bear or ucumari and the mountain toucan.
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