Cuzco - Peru Travel Now

Tomando la ruta al sur se llega a Maras. Cerca al pueblo están las famosas
salineras, un conjunto impresionante de donde se extrae el producto
desde tiempos prehispánicos. Es obligatorio continuar hasta Moray
para deleitarse con sus andenes concéntricos, una joya de la ingeniería
incaica, formada por un conjunto de terrazas circulares de 150 metros de
profundidad, donde, se cree, los incas realizaron experimentos agrícolas.
En Chinchero, cuyo nombre proviene del vocablo quechua sinchi,
‘indio guerrero’, el viajero encontrará un muro inca situado en la plaza
de armas, decorado con diez nichos trapezoidales en buen estado de
conservación. En Chinchero también se realizan ferias dominicales que
son una verdadera fiesta de color.
Por último, toda visita que se precie al Valle Sagrado debe considerar
Ollantaytambo, el último pueblo de valle. Allí, los incas construyeron un
importante centro militar, religioso y agrícola. En lo alto del cerro que
domina el pueblo existe una fortaleza, construida para custodiar el valle
de una posible invasión de etnias selváticas, a la que se llega por unas
largas escalinatas. Sus muros de piedra y sus terrazas son de una belleza
indescriptible.
Visitar el Valle Sagrado de los Incas permite conocer a fondo un modo
de vida único, donde la armonía entre el hombre y su entorno son un
ejemplo para la ecología humana. Un lugar provisto del encanto de un
paisaje sobrecogedor iluminado por la llama de la historia.
the white mountain, Chicón. During the empire, Urubamba was one of the
main regional agricultural centers.
Turning towards the south, you will soon arrive at Maras. Close to the village
are the famous salt licks, an impressive sight from where this spice has been
extracted since pre-Hispanic times. It is a must to pass through Moray to be
seduced by its concentric cultivated terraces, a jewel of Incan engineering,
formed by a complex of 150 meter deep circular terraces, where, as it is
believed, the Incans performed their agricultural experiments.
In Chinchero, whose name comes from the Quechua word sinchi, Indian
Warrior, the traveler will find an Incan wall situated in the main square and
decorated with ten trapezoidal niches in very good condition. Every Sunday,
Chinchero also has a fair, a true festival of color.
At last, every visit to the Sacred Valley must include a stop at Ollantaytambo,
the final village in the valley. There, the Incans built an important military,
religious, and agricultural center. At the top of the hill that overlooks the
town, there is a fortress, which is reached by climbing very large flights of
stairs and constructed to protect the valley from any possible invasion from
jungle tribes. Its stone walls and terraces are indescribably beautiful.
Visiting the sacred valley of the Incas allows for a deep understanding of a
unique way of life where the harmony between man and his environment is
an example for human ecology. It is a gifted spot of enchanting landscape
haunted by the fires of history.
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