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México y el mundo contemporáneo - Escuela Normal Superior

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INTRODUCCIÓN<br />

Durante las últimas décadas, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> y nuestro país han experimentado una serie de<br />

transformaciones que han ido modificando las r<strong>el</strong>aciones entre las regiones, los países y las<br />

personas. Estos cambios han incidido de manera distinta y con ritmos diferentes en los hábitos de<br />

consumo, en <strong>el</strong> trabajo, en <strong>el</strong> ambiente, en la manera de hacer política y en la cultura de los<br />

mexicanos. Conocer <strong>el</strong> por qué y cómo se han dado estos cambios, reflexionar sobre su desarrollo a<br />

lo largo de la historia, analizar las incertidumbres que generan y evaluar las diversas<br />

interpretaciones que buscan explicarlos, son las finalidades d<strong>el</strong> Seminario <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

<strong>contemporáneo</strong> que se ofrece en <strong>el</strong> sexto semestre de la Licenciatura en Educación Secundaria. La<br />

importancia que este seminario tiene para la formación d<strong>el</strong> alumno normalista con especialidad en<br />

Historia es que le posibilitará abordar, durante su práctica docente, los contenidos históricos<br />

r<strong>el</strong>acionándolos con su presente y estableciendo de manera sistemática la interacción que existe<br />

entre la historia de <strong>México</strong> y la historia d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

Para lograr estos fines, <strong>el</strong> seminario está organizado en tres temas s<strong>el</strong>eccionados tomando en<br />

cuenta las transformaciones culturales, políticas y económicas más r<strong>el</strong>evantes de los últimos<br />

tiempos que influyen en la vida diaria de los habitantes de las diversas regiones de nuestro país y<br />

que se pueden analizar desde una perspectiva histórica. A diferencia d<strong>el</strong> curso de Historia de <strong>México</strong><br />

III, que se ofrece en <strong>el</strong> mismo semestre escolar y donde se aborda la historia nacional desde una<br />

panorámica completa y secuencial, en este seminario se estudiarán de manera específica y profunda<br />

algunos temas de r<strong>el</strong>evancia actual retomando estudios <strong>el</strong>aborados por politólogos, economistas,<br />

antropólogos y sociólogos pues la cercanía temporal de las problemáticas impide contar con análisis<br />

históricos totalizadores. Ello permitirá al estudiante contar con una gran variedad de enfoques que<br />

ampliarán su perspectiva y formas de abordar en <strong>el</strong> aula los problemas históricos.<br />

Asimismo, es importante retomar en esta asignatura aqu<strong>el</strong>los conocimientos y habilidades que los<br />

alumnos han adquirido a lo largo de los cinco semestres anteriores, así como los adquiridos durante<br />

este semestre y ponerlos en práctica para la reflexión y <strong>el</strong> análisis histórico. Por <strong>el</strong>lo, es conveniente<br />

utilizar todas aqu<strong>el</strong>las estrategias y formas de trabajo aprendidas para enriquecer las diversas<br />

actividades que se realizarán en este seminario.<br />

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL PROGRAMA<br />

1. Este programa tiene un carácter de acercamiento a temáticas históricas actuales que busca<br />

propiciar entre los estudiantes normalistas la reflexión en torno a algunos fenómenos<br />

<strong>contemporáneo</strong>s como son: los procesos de integración económica mundial, la transición política<br />

y la dinámica cultural que han modificado las r<strong>el</strong>aciones de producción y poder, así como las<br />

creencias y valores de los distintos grupos sociales que componen nuestro país.<br />

2. Los temas que integran <strong>el</strong> programa se s<strong>el</strong>eccionaron tomando como criterio aqu<strong>el</strong>los factores<br />

que en las tres últimas décadas han propiciado transformaciones profundas en <strong>el</strong> desarrollo<br />

económico, político, social y cultural de nuestro país y que posibilitan entender la dinámica de<br />

estos cambios en <strong>el</strong> contexto histórico e internacional. Si bien estos temas están estrechamente<br />

r<strong>el</strong>acionados, para su estudio se han organizado con base en las nociones de causalidad,<br />

continuidad y cambio. Es por <strong>el</strong>lo que en la enunciación de cada uno se ha tratado de dar la idea<br />

de proceso.<br />

3. Para <strong>el</strong> estudio de cada uno de los temas se presentan algunos ejes de discusión cuya finalidad<br />

es sugerir al profesor algunos puntos de análisis para desarrollar de manera sistemática los<br />

problemas históricos estudiados. Si bien no se pretende que <strong>el</strong> grupo agote todos estos puntos o<br />

que los trate con <strong>el</strong> mismo grado de profundidad, es conveniente que <strong>el</strong> profesor considere la<br />

mayor parte de estos factores para propiciar debates y conclusiones que muestren la<br />

complejidad de los procesos.<br />

4. Con <strong>el</strong> propósito de orientar <strong>el</strong> debate se han sugerido algunas preguntas-guía para cada eje de<br />

discusión, que se podrán modificar o ampliar de acuerdo con las inquietudes d<strong>el</strong> grupo. Estas<br />

preguntas tienen la función de centrar la discusión, ampliar <strong>el</strong> conocimiento o reflexionar sobre<br />

posibles escenarios futuros. Asimismo, algunos de estos cuestionamientos están enfocados en<br />

1


2<br />

conocer cómo los procesos de cambio en <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> afectan <strong>el</strong> espacio en que viven los<br />

estudiantes normalistas. Ello tiene la finalidad de que <strong>el</strong> alumno normalista se habitúe a<br />

entender los fenómenos históricos desde una perspectiva procesal y r<strong>el</strong>acione aqu<strong>el</strong>los<br />

problemas que le son presentes y cercanos con los que ocurren en un ámbito general. Se<br />

pretende con <strong>el</strong>lo que, en <strong>el</strong> futuro, estas reflexiones y habilidades formen parte de su práctica<br />

docente.<br />

5. Con <strong>el</strong> fin de abordar <strong>el</strong> estudio de los temas se propone una bibliografía básica cuyo objetivo es<br />

dar al estudiante normalista <strong>el</strong>ementos para comprender, de manera general, los procesos de<br />

cambio e introducirlos en los ejes de discusión. Asimismo, se sugiere una bibliografía<br />

complementaria con estudios de especialistas con <strong>el</strong> fin de contar con un espectro más amplio de<br />

enfoques y perspectivas de análisis. Cabe señalar que será labor d<strong>el</strong> maestro y los estudiantes<br />

s<strong>el</strong>eccionar otras fuentes bibliográficas de carácter regional.<br />

6. Para que <strong>el</strong> trabajo d<strong>el</strong> seminario sea fructífero y se logren mejores resultados es conveniente<br />

que <strong>el</strong> profesor tome en cuenta que simultáneamente a esta asignatura, <strong>el</strong> alumno normalista<br />

estará cursando las materias de Historia Universal II, Historia de <strong>México</strong> III y <strong>el</strong> Seminario de<br />

Temas S<strong>el</strong>ectos de Historia Universal; en <strong>el</strong>las se estudiarán temas que guardan estrecha<br />

r<strong>el</strong>ación con problemas tratados en esta asignatura. En este sentido, es deseable que <strong>el</strong> profesor<br />

constantemente r<strong>el</strong>acione los tópicos que aborda con los otros cursos d<strong>el</strong> semestre y realice un<br />

trabajo colegiado; a través de esta coordinación, los profesores podrán sumar esfuerzos,<br />

establecer trabajos comunes y permitirán que los alumnos presenten productos de investigación<br />

con enfoques plurales y de mayor calidad.<br />

ORIENTACIONES DIDÁCTICAS GENERALES PARA EL DESARROLLO DEL SEMINARIO<br />

Para abordar los problemas temáticos, es conveniente señalar que <strong>el</strong> seminario es una modalidad de<br />

trabajo que se caracteriza por reflexionar y debatir sobre un asunto histórico con base en una<br />

investigación previa. Esta forma de trabajo requiere que los alumnos realicen una labor de lectura<br />

individual y consulten distintas fuentes de información que les permitan contar con <strong>el</strong>ementos para<br />

argumentar y discutir una postura razonada e informada en torno al tema tratado.<br />

A diferencia de una clase de historia, <strong>el</strong> seminario se desarrolla en sesiones de análisis, discusión y<br />

reflexión sobre temas actuales d<strong>el</strong> ámbito nacional, bajo una perspectiva histórica. Ello implica que<br />

en numerosas ocasiones los alumnos formulen hipótesis sobre los posibles escenarios, con base en<br />

algunas evidencias históricas, aunque <strong>el</strong>lo no significa que se tenga certeza de ese desarrollo pues<br />

es un proceso que estamos construyendo día con día.<br />

Lo anterior exige, por parte d<strong>el</strong> maestro, planear las sesiones con anticipación y sugerir a los<br />

alumnos bibliografía de consulta y, por parte de los estudiantes, poner en práctica aqu<strong>el</strong>las<br />

habilidades de manejo y análisis de información que han desarrollado a lo largo de los cinco<br />

semestres previos; así como aqu<strong>el</strong>las competencias de comunicación que les permitan argumentar<br />

con claridad sus ideas así como escuchar y aprender de los otros. Cabe destacar que <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

maestro en <strong>el</strong> aula será vital para problematizar a partir de preguntas-guía, plantear estrategias de<br />

debate, coordinar la actividad adecuadamente, centrar la discusión, solicitar a los alumnos ampliar<br />

la información, aclarar las posturas confusas pero, sobre todo, favorecer la participación de todo <strong>el</strong><br />

grupo para abordar problemas cercanos o de su entono.<br />

ORIENTACIONES DIDÁCTICAS<br />

El trabajo individual que realizan los estudiantes consiste en la lectura, organización y<br />

sistematización de la información. Con este fin, para cada uno de los temas, <strong>el</strong> programa sugiere<br />

textos básicos que servirán para guiar y problematizar la discusión y una bibliografía de consulta<br />

cuyo propósito es ampliar la información sobre <strong>el</strong> tema. Es importante que los estudiantes <strong>el</strong>aboren<br />

notas acerca de la temática que se discutirá pues de <strong>el</strong>las dependerá <strong>el</strong> buen desarrollo d<strong>el</strong><br />

seminario.


Cabe mencionar que para enriquecer <strong>el</strong> seminario y abordarlo desde la perspectiva regional tocará a<br />

los alumnos s<strong>el</strong>eccionar y utilizar otras fuentes de información como: legislación federal y estatal,<br />

artículos de publicaciones periódicas, estadísticas, videos o páginas <strong>el</strong>ectrónicas de organizaciones<br />

que ofrecen estudios de calidad. Debido a que gran parte de la bibliografía básica y complementaria<br />

está escrita por especialistas en ciencias sociales, es necesario fomentar que los alumnos revisen los<br />

conceptos correspondientes y <strong>el</strong>aboren un glosario a través de la consulta de diccionarios o<br />

manuales especializados en economía, ciencias políticas o antropología. Ello les permitirá contar con<br />

mayores <strong>el</strong>ementos para sustentar sus argumentos y reforzar las habilidades y los conocimientos<br />

que han adquirido a lo largo de su formación.<br />

El Trabajo en equipo permite <strong>el</strong> intercambio y confrontación de las ideas de los estudiantes, previo<br />

al debate en clase. Al trabajar en equipo se espera que los alumnos resu<strong>el</strong>van sus dudas respecto a<br />

los conceptos o contenido de las lecturas y establezcan algunos de los puntos a debatir durante las<br />

sesiones. Es importante que cada eje de discusión sea abordado por todos los equipos, aunque<br />

pueden trabajar desde diferentes enfoques. Este primer encuentro permitirá <strong>el</strong> intercambio de<br />

saberes y discusiones más profundas durante los debates.<br />

El trabajo colectivo en <strong>el</strong> aula se centra en la discusión y la confrontación de ideas que previamente<br />

se han preparado de manera individual o en equipo. El trabajo colectivo tiene <strong>el</strong> propósito de<br />

establecer un conocimiento en común y debatir las ideas en su contexto histórico y lograr su<br />

sistematización para llegar a conclusiones. El debate se inicia con la discusión analítica y<br />

argumentada de las ideas y puntos de vista acerca de los ejes de discusión. La presentación de<br />

éstas no debe confundirse con la explicación d<strong>el</strong> tema o <strong>el</strong> recuento d<strong>el</strong> contenido de la lectura<br />

realizada, pues la finalidad de la actividad es suscitar <strong>el</strong> intercambio de ideas a partir de un mismo<br />

referente.<br />

Es conveniente que al debatir se tenga en cuenta la validez de los argumentos, la capacidad de<br />

escuchar y de retomar o rechazar de manera fundamentada las ideas d<strong>el</strong> otro. Es importante<br />

resaltar que un diálogo respetuoso y fructífero es aquél donde se lleva a cabo una escucha activa y<br />

donde los mensajes enviados son claros. Con <strong>el</strong> fin de sistematizar la información, es deseable que<br />

durante cada sesión un equipo organice por escrito la información que se genere. Para <strong>el</strong>lo, podrán<br />

aplicar diferentes estrategias como: mapas conceptuales, diario escolar, esquemas mentales,<br />

cuadros sinópticos, líneas d<strong>el</strong> tiempo, gráficos y diagramas, entre otros. Ello facilitará llevar una<br />

continuidad de las discusiones y contar con las reflexiones y conclusiones generadas por <strong>el</strong> grupo.<br />

PREPARACIÓN DEL SEMINARIO<br />

Al iniciar <strong>el</strong> semestre es importante que los alumnos conozcan, en términos generales, cuál será la<br />

forma de trabajo. El profesor <strong>el</strong>aborará un plan inicial en <strong>el</strong> que programará los ejes de discusión,<br />

recomendará otras fuentes de consulta que considere pertinentes y planteará las actividades<br />

generales a realizar, tomando en cuenta los propósitos y <strong>el</strong> enfoque d<strong>el</strong> seminario. También señalará<br />

los criterios para evaluar los aprendizajes.<br />

DESARROLLO GENERAL DEL SEMINARIO<br />

En la primera sesión, <strong>el</strong> profesor explicará a los alumnos los propósitos y las características d<strong>el</strong><br />

programa y presentará su propuesta de trabajo. En conjunto la revisarán y tomarán acuerdos para<br />

s<strong>el</strong>eccionar aqu<strong>el</strong>los ejes de discusión que les permitan desarrollar <strong>el</strong> seminario con un sentido<br />

formativo, de colaboración y creatividad. La s<strong>el</strong>ección de los ejes de discusión deberá hacerse con<br />

base en <strong>el</strong> interés d<strong>el</strong> grupo y por la r<strong>el</strong>evancia que pudiera tener para la región a la que<br />

pertenecen. Para <strong>el</strong>lo, se deberá hacer una reflexión profunda sobre <strong>el</strong> modo de acercarse a la<br />

temática retomando, por lo menos, dos o tres ejes de discusión.<br />

En caso de que <strong>el</strong> grupo y <strong>el</strong> profesor estimen conveniente se podrán abordar ejes de discusión no<br />

contemplados dentro de los temas. Los tópicos <strong>el</strong>egidos deben ser analizados desde una perspectiva<br />

histórica y tener incidencia tanto en <strong>el</strong> ámbito local, nacional y mundial.<br />

3


4<br />

ESTRATEGIAS<br />

La revisión de un tema según las preguntas-guía que se proponen, mediante participaciones<br />

individuales y la <strong>el</strong>aboración de conclusiones en grupo.<br />

La organización d<strong>el</strong> grupo en varios equipos para revisar, de forma simultánea, las preguntas o<br />

aspectos de un mismo tema. Las conclusiones de cada equipo se presentan ante <strong>el</strong> grupo en los<br />

tiempos establecidos. Es importante que los debates iniciales que se susciten en los equipos, se<br />

expongan o retomen en <strong>el</strong> debate grupal.<br />

Como actividad inicial de cada sesión conviene hacer la lectura de las conclusiones de la sesión<br />

anterior, con <strong>el</strong> fin de que <strong>el</strong> grupo cuente con <strong>el</strong>ementos para continuar la discusión. Es importante<br />

que en esta tarea participen rotativamente los alumnos, quienes deben presentar por escrito, de<br />

manera clara y sintética, las principales ideas y argumentos manejados, pues de esta manera se<br />

favorece <strong>el</strong> desarrollo de habilidades para la organización de las reflexiones colectivas en torno a los<br />

temas que se analizan. Resulta de gran utilidad que estos resúmenes se distribuyan a los<br />

integrantes d<strong>el</strong> seminario, como un insumo para futuras actividades y con la finalidad de realizar<br />

escritos más claros y precisos a partir de las correcciones que en conjunto se detecten como<br />

necesarias.<br />

Para trabajar cada sesión, los estudiantes realizarán una réplica sobre <strong>el</strong> tema de análisis con<br />

preguntas y comentarios que se discutirán entre todo <strong>el</strong> grupo. A lo largo d<strong>el</strong> seminario, <strong>el</strong> profesor<br />

deberá orientar la participación de los alumnos ayudándoles a distinguir entre la evidencia histórica<br />

y las opiniones personales. También evitará que la discusión se centre en los modos de exposición.<br />

El profesor promoverá la participación de los alumnos, sin que esto implique tomar <strong>el</strong> control de la<br />

sesión contestando a todas las interrogantes mediante exposiciones extensas. Así, los estudiantes<br />

encontrarán respuesta inicial a sus inquietudes con sus propios compañeros de clase.<br />

Cada tema concluye con una sesión plenaria en la que se <strong>el</strong>abora una síntesis de los aspectos más<br />

importantes d<strong>el</strong> trabajo realizado. Asimismo, al finalizar <strong>el</strong> seminario los estudiantes intercambian<br />

opiniones e integran un breve escrito en <strong>el</strong> que expresan sus reflexiones personales y las<br />

aportaciones d<strong>el</strong> grupo durante las sesiones. Es conveniente enfatizar que los productos d<strong>el</strong> trabajo<br />

desarrollado durante <strong>el</strong> semestre deben ser revisados sistemáticamente por <strong>el</strong> profesor, con <strong>el</strong> fin de<br />

ofrecer una retroalimentación a los estudiantes e incorporar esos productos a los <strong>el</strong>ementos de<br />

evaluación d<strong>el</strong> desempeño individual y grupal.<br />

EVALUACIÓN<br />

Por las características d<strong>el</strong> seminario, la evaluación se concibe como un proceso continuo y<br />

permanente para identificar los logros alcanzados y las dificultades en <strong>el</strong> desarrollo de habilidades<br />

de los alumnos. Situación que también favorece <strong>el</strong> ajuste de las estrategias que se aplican en la<br />

organización y desarrollo d<strong>el</strong> seminario y brinda información valiosa respecto al desempeño d<strong>el</strong><br />

profesor como orientador general de las actividades.<br />

Para generar un ambiente que estimule experiencias de aprendizaje, durante <strong>el</strong> desarrollo de los<br />

trabajos es importante que los alumnos conozcan desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> semestre los criterios y<br />

procedimientos que se utilizarán para la evaluación, así como los compromisos académicos que<br />

adquieren en <strong>el</strong> seminario, tanto en términos personales como colectivos.<br />

La definición de los criterios y procedimientos para la evaluación d<strong>el</strong> desempeño de los estudiantes<br />

deberá considerar los contenidos de los temas y las habilidades int<strong>el</strong>ectuales y actitudes hacia <strong>el</strong><br />

estudio, tales como: <strong>el</strong> manejo de fuentes de consulta; la capacidad para s<strong>el</strong>eccionar, organizar y<br />

utilizar información; la capacidad de reflexión y análisis; la <strong>el</strong>aboración de escritos como resúmenes,<br />

informes y ensayos en que se desarrollen las nociones históricas de causalidad, continuidad y<br />

cambio; la preparación y exposición de ideas propias en forma oral y escrita; la participación<br />

efectiva en las actividades de discusión y debate en equipo o grupo; la habilidad para vincular los<br />

aspectos d<strong>el</strong> tema de estudio con <strong>el</strong> pasado en los ámbitos regional, nacional e internacional; las<br />

actitudes de colaboración, respeto y tolerancia a las ideas de los compañeros, y la receptividad a la


crítica. Asimismo, conviene que <strong>el</strong> proceso de evaluación considere <strong>el</strong> compromiso, la dedicación y <strong>el</strong><br />

esfuerzo de los alumnos por mejorar su preparación profesional.<br />

Para todas las actividades mencionadas es conveniente que <strong>el</strong> maestro utilice estrategias de<br />

evaluación integral como <strong>el</strong> uso de portafolios y <strong>el</strong> diario escolar; en las que establezca <strong>el</strong> avance<br />

progresivo que cada alumno presente. No es conveniente realizar evaluaciones con un único<br />

producto de trabajo de investigación.<br />

El profesor cuidará la congruencia entre los procedimientos de evaluación utilizados y las<br />

orientaciones académicas d<strong>el</strong> Plan de Estudios y los programas de la asignatura, desechando<br />

cualquier intento de evaluación en <strong>el</strong> que sólo se destaque <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de información que adquirió <strong>el</strong><br />

estudiante. La autoevaluación y la coevaluación son estrategias idóneas para que los alumnos hagan<br />

<strong>el</strong> balance de los principales logros obtenidos durante <strong>el</strong> seminario, tomando como referentes los<br />

propósitos formativos d<strong>el</strong> curso.<br />

DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS TEMAS DE ESTUDIO DEL SEMINARIO<br />

Con <strong>el</strong> Seminario <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> <strong>contemporáneo</strong> se espera que los normalistas adquieran<br />

conocimientos y desarrollen habilidades para analizar y reflexionar acerca de los procesos históricos<br />

que dieron origen a los fenómenos actuales. Asimismo, se pretende que logren determinar cómo<br />

dichos fenómenos han influido en los cambios sociales, económicos y políticos que se han producido<br />

a niv<strong>el</strong> nacional y cómo han impactado la vida cotidiana en sus localidades.<br />

Los modos de debate y argumentación que se empleen para la reflexión permitirán que los alumnos<br />

consoliden aqu<strong>el</strong>las habilidades que han estado desarrollando a lo largo de los semestres anteriores,<br />

establecidas en <strong>el</strong> perfil de egreso de la Licenciatura en Educación Secundaria, como <strong>el</strong> desarrollo de<br />

nociones históricas, que en este momento deberán aplicar para lograr los propósitos d<strong>el</strong> seminario.<br />

Ello les permitirá debatir de manera informada acerca de los procesos que caracterizan al <strong>México</strong><br />

<strong>contemporáneo</strong>.<br />

Por todo lo anterior, se espera que a través de esta práctica los estudiantes normalistas establezcan<br />

vínculos entre <strong>el</strong> pasado y <strong>el</strong> presente así como entre la realidad histórica d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, de nuestro<br />

país y de su región. Es por <strong>el</strong>lo que, al abordar los temas que componen <strong>el</strong> seminario no se pretende<br />

que los alumnos realicen un estudio exhaustivo, ni tampoco se busca que lleven a cabo una revisión<br />

cronológica de los cambios; sino que sean capaces de reflexionar sobre las causas y consecuencias<br />

de los temas a debatir, que identifiquen su interacción a lo largo d<strong>el</strong> tiempo y en los diversos<br />

contextos geográficos donde se desarrollen. De ahí que los ejes de análisis y preguntas-guía están<br />

encaminados a analizar <strong>el</strong> tema y a evitar que los debates caigan en la repetición o esquematización<br />

de los textos leídos.<br />

Los criterios para la s<strong>el</strong>ección de los temas se basaron en establecer una visión histórica de aqu<strong>el</strong>los<br />

tópicos que en los ámbitos social, político y económico han definido a la sociedad mexicana actual.<br />

Principalmente, aqu<strong>el</strong>los que han sido influidos por <strong>el</strong> exterior y que nos cuestionan sobre qué tipo<br />

de nación estamos construyendo y hacia dónde se proyectará nuestro futuro cercano.<br />

Para tener una idea más clara d<strong>el</strong> sentido que pretende tener <strong>el</strong> Seminario de <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

<strong>contemporáneo</strong> se presenta una breve descripción de cada uno de <strong>el</strong>los.<br />

A través d<strong>el</strong> tema I, “<strong>México</strong> y los mod<strong>el</strong>os culturales: entre la sociedad tradicional y la moderna”,<br />

se pretende reflexionar sobre las transformaciones culturales de <strong>México</strong> a fines d<strong>el</strong> siglo xx. Este<br />

tema cobra importancia si tomamos en cuenta que, a niv<strong>el</strong> internacional, la tendencia de<br />

homogeneizar la cultura a través d<strong>el</strong> mercado y de los medios de comunicación va avanzado y<br />

minando en las distintas regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> aqu<strong>el</strong>los <strong>el</strong>ementos considerados culturalmente como<br />

tradicionales. Los mexicanos, a lo largo de su historia, han construido su diversidad cultural a partir<br />

de confrontar y hacer propias múltiples tradiciones, como la indígena, la española y la africana.<br />

Analizar cómo los mexicanos d<strong>el</strong> siglo XXI, mediante diversas manifestaciones de la cultura<br />

confrontan y hacen suyos aqu<strong>el</strong>los <strong>el</strong>ementos considerados tradicionales frente a las nuevas formas<br />

de crear y valorar las cosas, permite reconocernos en nuestra riqueza cultural.<br />

5


Con <strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> tema II, “La transición de la sociedad mexicana hacia <strong>el</strong> pluralismo político:<br />

dimensiones interna y externa d<strong>el</strong> proceso”, los alumnos podrán debatir acerca d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que los<br />

movimientos sociales, civiles y partidistas han jugado en los cambios políticos recientes y en la<br />

construcción de una sociedad más democrática y plural. Reconocer a través de la historia los<br />

factores que han favorecido y limitado esta transición ayuda a comprender la dimensión de estas<br />

modificaciones y las formas que han adoptado en <strong>el</strong> territorio nacional. Asimismo, permite<br />

comprender la construcción de nuevas formas de r<strong>el</strong>acionarnos políticamente con <strong>el</strong> exterior.<br />

Con <strong>el</strong> tema III, “La economía mexicana frente al proceso de globalización”, se busca entender <strong>el</strong><br />

contexto en que <strong>México</strong> abandonó la política de sustitución de importaciones por la de libre cambio y<br />

los efectos que ésta ha tenido en las diversas ramas industriales; así como los cambios que ha<br />

generado en la estructura urbana y rural y en la dinámica poblacional. A través d<strong>el</strong> análisis de esta<br />

problemática, se busca entender cómo las crisis económicas internas y externas llevaron al<br />

cuestionamiento de la política proteccionista y los momentos en que nuestro país fue abriendo sus<br />

mercados de productos y servicios hacia <strong>el</strong> exterior. La reflexión sobre este tema puede apoyarse<br />

con las conclusiones de los dos anteriores, pues <strong>el</strong>lo ayudará a valorar las repercusiones que en <strong>el</strong><br />

futuro cercano tendrá <strong>el</strong> proceso de globalización en los ámbitos social y político.<br />

6<br />

PROPÓSITOS GENERALES<br />

Al estudiar los temas y realizar las actividades propuestas para este seminario se espera que los<br />

estudiantes:<br />

• Conozcan y analicen algunos de los principales problemas d<strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong>.<br />

• Reconozcan y r<strong>el</strong>acionen los grandes cambios y continuidades d<strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong> con <strong>el</strong><br />

pasado cercano.<br />

• R<strong>el</strong>acionen los problemas nacionales e internacionales actuales con aqu<strong>el</strong>los que se presentan en<br />

sus localidades y las formas como han influido en la vida cotidiana.<br />

• Valoren <strong>el</strong> impacto social, económico y político que han generado los grandes cambios que se<br />

dieron a niv<strong>el</strong> nacional e internacional al final d<strong>el</strong> siglo XX.<br />

TEMAS DE ANÁLISIS Y SUGERENCIAS PARA SU INDAGACIÓN Y DEBATE<br />

TEMA I: MÉXICO Y LOS MODELOS CULTURALES: ENTRE LA SOCIEDAD TRADICIONAL Y LA<br />

MODERNA<br />

Propósitos d<strong>el</strong> Tema I<br />

Al abordar este tema se espera que los alumnos:<br />

• Conozcan y analicen los factores que en los años recientes han incidido en la transformación d<strong>el</strong><br />

quehacer cultural en <strong>México</strong>.<br />

• Reconozcan en algunas expresiones culturales d<strong>el</strong> <strong>México</strong> actual aqu<strong>el</strong>los <strong>el</strong>ementos de<br />

continuidad y cambio que guardan r<strong>el</strong>ación con las tradiciones culturales de nuestra nación y<br />

aqu<strong>el</strong>las recibidas d<strong>el</strong> exterior.<br />

• Valoren la pluralidad y diversidad cultural como parte de nuestra identidad.<br />

Descripción<br />

La cultura, al igual que muchos otros aspectos, se ha transformado. Ello se debe, entre otras cosas,<br />

a una mayor comunicación e intercambio de productos, costumbres, valores y estilos de vida en <strong>el</strong><br />

planeta. Si bien, no tenemos la certeza de cuál será <strong>el</strong> rumbo o rumbos que tomarán las<br />

transformaciones culturales, son varios los puntos de análisis que habría que considerar al tratar de<br />

abordarla en <strong>el</strong> aula. Algunos de estos referentes tienen que ver tanto con las tendencias vinculadas<br />

al resurgimiento de las identidades étnicas y r<strong>el</strong>igiosas en las diversas regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, como<br />

aqu<strong>el</strong>las r<strong>el</strong>acionadas con los procesos de globalización.


El primer fenómeno se ha manifestado en <strong>México</strong> a través de las reivindicaciones de los grupos<br />

indígenas que reclaman <strong>el</strong> reconocimiento de sus usos y costumbres y han puesto en debate las<br />

bases culturales sobre las que se creó <strong>México</strong> como estado-nación. Abordar su estudio permite<br />

reflexionar sobre la diversidad como un <strong>el</strong>emento de nuestra cultura y <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la tradición en su<br />

desarrollo.<br />

Con respecto a la r<strong>el</strong>ación entre globalización y cultura, es conveniente preguntarnos qué pap<strong>el</strong><br />

juegan los medios de comunicación en la difusión de diversos estereotipos en nuestro país y la<br />

capacidad creativa de los mexicanos para asimilar y hacer propias las diversas tendencias culturales.<br />

Este análisis es importante, pues para muchos estudiosos, los mod<strong>el</strong>os culturales difundidos en la<br />

actualidad responden a las necesidades d<strong>el</strong> mercado y <strong>el</strong> consumo y, según su opinión, pueden<br />

llevar a la pérdida de las identidades regionales y su pluralidad. De ahí que a lo largo de este tema<br />

se discutan ambas tendencias.<br />

EJE DE DISCUSIÓN<br />

Pluralismo y diversidad cultural: las identidades étnicas y su reconocimiento<br />

A lo largo d<strong>el</strong> siglo XX, la necesidad de dotar al país de una identidad nacional que fortaleciera al<br />

Estado frente a las regiones y a los individuos favoreció la construcción y difusión de una visión de lo<br />

mexicano a través de mitificar una serie de rasgos que se suponía compartían todos los<br />

connacionales independientemente de sus diferencias étnicas, sociales o regionales. Este proceso de<br />

construcción de la identidad nacional, si bien en algunos casos exaltó <strong>el</strong> pasado indígena, excluyó las<br />

múltiples formas de ser y de actuar de diversos grupos étnicos y sociales que forman parte de esta<br />

nación.<br />

En los últimos años las transformaciones en la estructura social y familiar, así como la toma de<br />

conciencia y reivindicación de estos grupos marginados tanto en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> como en <strong>México</strong> han<br />

cuestionado las bases culturales sobre las que se conformaron los estados-nación. En <strong>México</strong>, de<br />

manera particular, los pueblos indios han reivindicado sus usos y costumbres teniendo como base su<br />

derecho a la igualdad frente al otro. Mientras que, por otra parte, existen grupos con diferente<br />

origen étnico que, al igual que los indígenas, conforman esta nación y enriquecen la diversidad<br />

cultural de <strong>México</strong>: árabes, chinos, judíos, anglosajones, españoles y sudamericanos, entre otros.<br />

De esta manera, cabría preguntarse si <strong>el</strong> intercambio cultural y la construcción de nuevas<br />

identidades culturales conllevan a la pérdida de la unidad de los habitantes de esta nación.<br />

Para abordar estos problemas se plantean una serie de cuestiones a resolver tomando en cuenta las<br />

maneras en que se han manifestado estos fenómenos en <strong>el</strong> ámbito internacional y cómo han<br />

repercutido y generado cambios en <strong>el</strong> ámbito nacional, regional y local.<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Cuáles son las formas de manifestación que ha adoptado <strong>el</strong> pluralismo y la diversidad cultural<br />

en nuestro país?<br />

2. ¿Cuáles son las principales manifestaciones de identidad de los grupos étnicos de mi región y<br />

cómo han logrado su reconocimiento social y político a niv<strong>el</strong> regional y local?<br />

3. ¿El reconocimiento y la creación de nuevas identidades llevará a la pérdida de la identidad<br />

nacional?<br />

EJE DE DISCUSIÓN<br />

Los medios de comunicación y los mod<strong>el</strong>os culturales de lo mexicano<br />

En <strong>el</strong> transcurrir d<strong>el</strong> tiempo, los medios de comunicación han servido para difundir varios<br />

estereotipos de lo mexicano. A inicios d<strong>el</strong> siglo XX, la prensa y la caricatura jugaron un pap<strong>el</strong><br />

fundamental en la transmisión y debate de aqu<strong>el</strong>los conceptos que los distintos grupos en <strong>el</strong> poder<br />

definían como lo nacional; a mediados de ese siglo, la radio, <strong>el</strong> cine y la t<strong>el</strong>evisión irían sustituyendo<br />

a la prensa y crearían nuevos mod<strong>el</strong>os de lo mexicano que rescatarían algunos <strong>el</strong>ementos de la<br />

7


cultura mestiza, urbana y de consumo; en fechas recientes, muchos de estos mod<strong>el</strong>os han pasado a<br />

formar parte de la cultura de un gran grupo de mexicanos e incluso a identificarnos frente a la<br />

comunidad internacional. Entre los estereotipos más difundidos por estos medios están <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

hombre y de la mujer, los cuales han encasillado sus comportamientos, actitudes y valores en<br />

mod<strong>el</strong>os donde se establece lo aceptado y lo no permitido socialmente en <strong>el</strong> ámbito de la familia y la<br />

sociedad.<br />

Debido a la importancia de estos estereotipos, en <strong>el</strong> presente eje se busca que <strong>el</strong> estudiante<br />

normalista analice <strong>el</strong> impacto que en años recientes han tenido los medios de comunicación en la<br />

creación y transmisión de una serie de valores, actitudes y formas de comportamiento de los<br />

mexicanos. Es de gran interés que se cuestione hasta qué punto estos estereotipos han influido en<br />

la diversidad cultural que nos caracteriza y <strong>el</strong> por qué estos rasgos han sido considerados y<br />

retomados por la sociedad como <strong>el</strong>ementos de nuestra cultura nacional.<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Qué factores llevaron a los medios de comunicación como <strong>el</strong> cine, la radio y la t<strong>el</strong>evisión a<br />

proponer ciertos <strong>el</strong>ementos culturales para definir lo mexicano?<br />

2. ¿Qué consecuencias ha tenido para un país pluricultural como <strong>México</strong> la difusión de una serie de<br />

estereotipos de lo mexicano?<br />

3. ¿Cómo han impactado los medios de comunicación las manifestaciones culturales de mi región?<br />

4. ¿De qué forma los estereotipos de mexicano y de mexicana han influido en <strong>el</strong> comportamiento<br />

de los hombres y mujeres asignándoles ciertos valores y actitudes?<br />

EJE DE DISCUSIÓN<br />

Las expresiones artísticas: entre la tradición y las vanguardias<br />

Una de las características de las expresiones artísticas d<strong>el</strong> último siglo ha sido su interés por<br />

innovar. Esta búsqueda constante ha llevado a la creación de nuevos lenguajes apoyados en<br />

diversas tradiciones y a la incorporación de una variedad de materiales, recursos y técnicas que han<br />

traspasado las fronteras territoriales, étnicas y de condición social, permitiendo un mayor<br />

intercambio cultural. De esta manera, las llamadas “artes cultas” han retomado aspectos de los<br />

movimientos artísticos populares y viceversa; las expresiones urbanas se han nutrido de las rurales<br />

y, en otros casos, se han retomado <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> pasado para dar originalidad a las propuestas<br />

artísticas.<br />

En <strong>México</strong>, esta tendencia innovadora se ha hecho presente en la música, <strong>el</strong> baile, <strong>el</strong> teatro, la<br />

literatura, <strong>el</strong> cine, las artes plásticas, las artesanías, etcétera, las cuales se han incorporado y<br />

nutrido, al mismo tiempo, de expresiones artísticas que tienen su origen en otros países. Pensemos,<br />

por ejemplo, en la música y las formas de bailar de las nuevas generaciones de mexicanos;<br />

manifestaciones como <strong>el</strong> rock, la música banda, la tropical y las expresiones iconográficas como las<br />

tiras cómicas, hoy son parte de la cultura de los jóvenes. Algunos argumentarán que <strong>el</strong>lo obedece<br />

más a cuestiones de mercado y a la influencia unilateral de tradiciones diferentes a las propias,<br />

mientras que para otros, será la manera de reafirmar la identidad generacional y de grupo de forma<br />

original.<br />

En este sentido, cabría cuestionarse en <strong>el</strong> seminario si las manifestaciones artísticas que se<br />

producen en <strong>México</strong> (especialmente aqu<strong>el</strong>las de los jóvenes) son una copia de las expresiones que<br />

se crean en otras regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> o bien se trata de un intercambio intercultural y creativo.<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Qué <strong>el</strong>ementos de la tradición artística mexicana se han conservado en la actualidad y qué<br />

transformaciones han sufrido?<br />

2. ¿Qué tradición artística se ha desarrollado en mi región, qué características se han conservado<br />

d<strong>el</strong> pasado y cómo se han transformado?<br />

8


3. ¿Cómo viven los jóvenes de mi comunidad las diferentes expresiones artísticas y cómo se han<br />

ido incorporando las tradiciones culturales de otras sociedades?<br />

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA<br />

• Monsiváis, Carlos (1992), “<strong>México</strong>. Cultura: tradición y modernidad”, en Héctor Aguilar<br />

Camín et al., Coloquio de invierno. Los grandes cambios de nuestro tiempo: La situación<br />

internacional, América Latina y <strong>México</strong>. III. <strong>México</strong> y los cambios de nuestro tiempo, <strong>México</strong>,<br />

CNCA/UNAM/FCE, pp.139-163.<br />

• Bonfil Batalla, Guillermo (1987), “Introducción” y “Civilización y alternativas”, en <strong>México</strong><br />

Profundo. Una civilización negada. <strong>México</strong>, CIESAS/SEP (Foro 2000), pp. 9-17 y 229-246.<br />

• Fernández, Paz Fernando (1999) “3 Cultura Nacional y Universal” en Cultura y Globalización,<br />

Ediciones UACH. Pp 115-157.<br />

• Monsiváis, Carlos (1992), “El cine mexicano y sus mitos”, en Intermedios, pp. 21-47.<br />

• Fernández Christlieb, Fátima (1995), “La t<strong>el</strong>evisión”, en Enrique Florescano (coord.), Mitos<br />

mexicanos, <strong>México</strong>, Nuevo siglo/Aguilar, pp. 239-245.<br />

• Morín, Edgar (2000), “Vaqueros y gruperos en <strong>el</strong> rodeo de Santa Fe. La reorganización de lo<br />

real por <strong>el</strong> imaginario cultural”, en JOVENes. Revista de estudios sobre juventud, Nueva<br />

época, año 4, núm. 11, abril-junio, pp. 6-25.<br />

• Florescano, Enrique. “Prólogo” y “Quetzalcoatl: un mito hecho de mitos” en Mitos Mexicanos,<br />

<strong>México</strong>. Editorial Nuevo Siglo/Aguilar. pp. 1-2 y 111-118.<br />

• Glantz, Mario “la Malinche: le lengua en la mano”, pp. 149-150.<br />

• Merino, Mauricio, “El Pueblo”, pp. 151-156.<br />

• Valenzu<strong>el</strong>a Arce, José Manu<strong>el</strong>. “Mojados y Chicanos”, pp. 157-164.<br />

• Motiváis, Carlos. “Léperos y Catoines, Nacos y Yupies”.<br />

• Lamas, Martha. “¿Madrecita Santa?”, pp. 165-174<br />

• García Tsao, Leonardo.”El espejismo sobre <strong>el</strong> espejo: La mitología <strong>el</strong> Cine Mexicano”, pp.<br />

225-227.<br />

• Fernández Ch., Fátima. “La t<strong>el</strong>evisión”, pp. 239-241.<br />

• Tenorio, Mauricio. “El Indigenista”, pp. 257-265.<br />

TEMA II. LA TRANSICIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA HACIA EL PLURALISMO POLÍTICO:<br />

DIMENSIONES INTERNA Y EXTERNA DEL PROCESO<br />

PROPÓSITOS DEL TEMA II<br />

Al abordar este tema se espera que los alumnos:<br />

• Reconozcan los factores internos y externos que, a lo largo de la historia reciente de nuestro<br />

país, han promovido o limitado las transformaciones políticas.<br />

• Analicen y valoren la participación de los distintos actores sociales en los procesos de cambio<br />

político de los años recientes y sus diversas formas de expresión en <strong>el</strong> territorio nacional.<br />

• Reconozcan <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que la política exterior mexicana ha tenido en la definición de la política<br />

interna de nuestro país.<br />

DESCRIPCIÓN<br />

La sociedad mexicana ha transitado desde un sistema unipartidista, a un periodo de transición<br />

donde por primera vez desde la Revolución Mexicana, un partido de oposición ha ocupado <strong>el</strong> poder<br />

presidencial. Ello abre <strong>el</strong> camino hacia formas de organización más democráticas por medio de la<br />

alternancia d<strong>el</strong> poder.<br />

Este camino, que llevó mucho tiempo en la historia reciente de nuestro país, fue antecedido por<br />

movimientos sociales y políticos que, desde sus diversas perspectivas, lucharon por la<br />

democratización. A través de la negociación y la confrontación política, estos grupos presionaron<br />

para que se llevara a cabo una serie de reformas en materia <strong>el</strong>ectoral y en la toma de decisiones.<br />

9


Estos avances en la construcción de la democracia en <strong>México</strong> son parte d<strong>el</strong> esfuerzo de la ciudadanía<br />

que participó por la reivindicación de sus derechos y coinciden con la lucha que diversas<br />

organizaciones han mantenido en diferentes países, principalmente de Latinoamérica.<br />

Por <strong>el</strong>lo es importante analizar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que han desempeñado todos los actores: partidos políticos,<br />

organizaciones civiles, sindicales, campesinas, estudiantiles y empresariales en <strong>el</strong> proceso de<br />

democratización de <strong>México</strong>, en su pap<strong>el</strong> de opositores y negociadores ante <strong>el</strong> régimen dominante,<br />

así como examinar sus logros, entre <strong>el</strong>los las reformas <strong>el</strong>ectorales conseguidas.<br />

Además de la visión interna que se tenga sobre <strong>el</strong> tema es importante también retomar la r<strong>el</strong>ación<br />

que estas fuerzas sociales reciben de los acontecimientos y conflictos internacionales que han<br />

influido en la política nacional.<br />

Para abordar esta temática se propone retomar para su análisis y discusión dos temas centrales,<br />

uno con un enfoque interno y otro con un enfoque externo.<br />

EJE DE DISCUSIÓN<br />

D<strong>el</strong> partidismo de Estado a un régimen de partidos<br />

Este proceso se ha ido construyendo en varias etapas donde intervinieron muchos fenómenos y<br />

factores sociales que fueron consolidando la alternancia en <strong>el</strong> poder: los movimientos estudiantiles,<br />

la oposición partidista, la reforma al sistema <strong>el</strong>ectoral y la crisis d<strong>el</strong> partido en <strong>el</strong> poder.<br />

Un parteaguas que ac<strong>el</strong>eró este proceso hacia la democracia fueron los movimientos estudiantiles de<br />

los 60 y los movimientos subsecuentes que se han presentado en cada década como catalizadores<br />

d<strong>el</strong> descontento social y que han cuestionado <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> centralizado d<strong>el</strong> poder.<br />

La aparición de varios partidos políticos de diversas corrientes ideológicas, así como las reformas<br />

<strong>el</strong>ectorales y la lucha por <strong>el</strong> respeto al voto, en la que han participado principalmente la sociedad<br />

civil y los medios de comunicación, fueron produciendo avances históricos en <strong>el</strong> desarrollo hacia una<br />

sociedad más abierta, plural y democrática. El día de hoy cabría preguntarse si la alternancia en <strong>el</strong><br />

poder llevará a la construcción de una verdadera democracia y a limitar las vías violentas de cambio<br />

en la estructura de poder, o bien se trata de un cambio de partido y personas, pero no de proyectos<br />

y prácticas políticas. Dentro de este ámbito de análisis interno los siguientes cuestionamientos<br />

podrán guiar <strong>el</strong> análisis:<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Cómo influyeron los partidos políticos y los movimientos sociales en las transformaciones<br />

políticas de las últimas décadas? ¿Qué peso tuvo la crisis y <strong>el</strong> descrédito d<strong>el</strong> partido oficial en la<br />

búsqueda de los ciudadanos por <strong>el</strong> cambio?<br />

2. ¿Es suficiente la alternancia en <strong>el</strong> poder para que <strong>México</strong> se consolide como una nación<br />

democrática?<br />

3. ¿Cuál será <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de los ciudadanos para lograr la trasformación democrática en la entidad?<br />

4. ¿De acuerdo con nuestra historia política y social, estamos preparados los mexicanos para vivir<br />

en un sistema democrático?<br />

EJES DE DISCUSIÓN<br />

La soberanía nacional frente a la apertura internacional<br />

Desde un punto de vista externo es muy importante analizar y reflexionar sobre cuál ha sido la<br />

postura política de <strong>México</strong> y de sus diferentes actores frente a los conflictos internacionales que han<br />

cambiando <strong>el</strong> orden mundial; pasando de un orden bipolar este-oeste, a la hegemonía d<strong>el</strong> norte<br />

sobre <strong>el</strong> sur definida por <strong>el</strong> signo d<strong>el</strong> neoliberalismo.<br />

La política exterior de <strong>México</strong> tradicionalmente se ha basado en principios rectores que protegen la<br />

soberanía nacional y pugnan por la no intervención en conflictos y asuntos internos de otras<br />

10


naciones. Ello frente al nuevo orden mundial y al fenómeno de la globalización causa conflictos y<br />

genera temores acerca de la posible pérdida o disminución de nuestra soberanía, al igual que la<br />

posible intervención de <strong>México</strong> en conflictos de orden internacional podría provocar la injerencia de<br />

otros países en nuestros asuntos internos.<br />

Se debe reflexionar profundamente acerca de cómo se ha ejercido la política mexicana de no<br />

intervención en conflictos internacionales y cuáles han sido sus repercusiones frente al nuevo orden<br />

mundial, principalmente frente a Estados Unidos de América y los países latinoamericanos. Para<br />

analizar estos fenómenos internacionales y cómo afectan a <strong>México</strong> se deberá responder a los<br />

siguientes cuestionamientos:<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Cómo se puede regular <strong>el</strong> equilibrio entre la apertura internacional y la conservación de la<br />

soberanía nacional?<br />

2. ¿Qué pap<strong>el</strong> ha desempeñado <strong>México</strong> frente a los conflictos internacionales que han cambiado <strong>el</strong><br />

orden mundial?<br />

3. ¿Por qué es posible (o no) mantener vigente nuestra política internacional por medio de los<br />

principios rectores de la política exterior de <strong>México</strong>?<br />

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA<br />

• Brachet-Márquez, Viviane (1996), “De administrar la riqueza a distribuir la pobreza”, en El<br />

pacto de la dominación. Estado, clase y reforma social en <strong>México</strong> (1910-1995), Gilberto<br />

Conde (trad.), <strong>México</strong>, El Colegio de <strong>México</strong>, pp. 173-221.<br />

• Medina Peña, Luis (1994), “De la represión a la apertura” y “Epílogo”, en Hacia <strong>el</strong> nuevo<br />

Estado. <strong>México</strong>, 1920-1993, <strong>México</strong>, FCE (Política y derecho), pp. 200-236, 257-275 y 277-<br />

295.<br />

• Pacheco Méndez, Guadalupe (2000), “La crisis d<strong>el</strong> voto corporativo en 1988”, en<br />

Caleidoscopio <strong>el</strong>ectoral. Elecciones en <strong>México</strong> 1979-1997, <strong>México</strong>, IFE/UAM/FCE (Política y<br />

derecho), pp. 75-100.<br />

• Alcocer V., Jorge (1996), “Las recientes reformas <strong>el</strong>ectorales en <strong>México</strong>: perspectivas para<br />

una democracia pluripartidista real”, en Riordan Roett (comp.), El desafío de la reforma<br />

institucional en <strong>México</strong>, <strong>México</strong>, Siglo XXI (Sociología y política), pp. 85-106.<br />

• Castañeda, Jorge (2001), “Los ejes de la política exterior de <strong>México</strong>”, en Nexos, diciembre.<br />

• González Casanova, Pablo (1992). “Las alternativas de la democracia”, en La democracia y <strong>el</strong><br />

vasallaje en Benito Rey Romay, Coord. La Integración Comercial de <strong>México</strong>, Siglo XXI, pp.<br />

363-371.<br />

• González Sousa, Luis (1992). “<strong>México</strong> ante la Integración de Norteamérica: entre la<br />

democracia y <strong>el</strong> vasallaje” en Benito Rey Romay, Coord. La Integración Comercial de <strong>México</strong>,<br />

Siglo XXI, pp. 344-369.<br />

TEMA III. LA ECONOMÍA MEXICANA FRENTE AL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN<br />

PROPÓSITOS TEMA III<br />

Al abordar este tema se espera que los alumnos:<br />

• Comprendan <strong>el</strong> contexto histórico en <strong>el</strong> que se dio <strong>el</strong> proceso de integración de <strong>México</strong> a la<br />

economía mundial.<br />

• Analicen y valoren <strong>el</strong> impacto que han tenido los procesos de integración de <strong>México</strong> a la<br />

economía mundial en las diversas ramas de la producción y en la dinámica poblacional de las<br />

distintas regiones d<strong>el</strong> país.<br />

• Analicen los cambios que los procesos económicos han provocado en <strong>el</strong> medio ambiente y<br />

valoren la importancia de protegerlo.<br />

11


DESCRIPCIÓN<br />

El nuevo orden mundial se ha visto reflejado en un fenómeno cultural, social y económico<br />

denominado proceso de globalización. Este proceso ha generado una nueva forma de entender <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> en <strong>el</strong> que las transacciones financieras, <strong>el</strong> comercio internacional y la mercadotecnia han<br />

unificado la producción de bienes y servicios y <strong>el</strong> capital se inserta en aqu<strong>el</strong>las economías que<br />

presenten “ventajas comparativas”.<br />

Frente al fenómeno complejo de la globalidad es importante valorar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que <strong>México</strong> ha<br />

desempeñado frente al exterior generando vínculos comerciales y culturales que nos unen a<br />

diferentes países y regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> y, analizar cómo al interior de nuestra nación, se han<br />

desarrollado grupos contrarios a este nuevo orden que defienden sus intereses económicos y<br />

culturales.<br />

Para realizar este análisis se proponen los siguientes aspectos que servirán de guía para hacer un<br />

recorrido por las acciones que <strong>México</strong> ha realizado en materia de globalización y <strong>el</strong> impacto que<br />

estas políticas económicas han tenido en <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de bienestar y desarrollo humano de nuestro país.<br />

EJE DE DISCUSIÓN<br />

D<strong>el</strong> proteccionismo al libre cambio: las crisis mundiales, la reorganización de la economía<br />

y su impacto en los sectores productivos<br />

En este tema se procurará abordar cómo algunos acontecimientos de la historia universal reciente<br />

han generado cambios en la economía mundial que fomentan <strong>el</strong> avance de políticas neoliberales, <strong>el</strong><br />

crecimiento de las empresas multinacionales y las crisis financieras recurrentes.<br />

El análisis de los temas permite establecer cómo <strong>el</strong> gobierno mexicano transitó de una política<br />

proteccionista a una política de libre cambio tomando como ejemplos la privatización de las<br />

empresas paraestatales; la nacionalización, privatización e integración de la banca con<br />

corporaciones extranjeras; <strong>el</strong> control de cambio y la deuda externa.<br />

Los estudiantes podrán identificar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de <strong>México</strong> en la búsqueda de la apertura comercial hacia<br />

<strong>el</strong> exterior especialmente con Estados Unidos de América y Canadá a través d<strong>el</strong> Tratado de Libre<br />

Comercio y con la Comunidad Económica Europea; así como analizar sus efectos en los distintos<br />

sectores productivos d<strong>el</strong> país. Se busca valorar cómo esta integración ha beneficiado a algunos<br />

sectores de nuestra economía y cómo, también, ha perjudicado a otros. Aunado a lo anterior,<br />

también se podrá identificar cómo <strong>el</strong> auge d<strong>el</strong> comercio ambulante y <strong>el</strong> flujo de capitales a través d<strong>el</strong><br />

narcotráfico y <strong>el</strong> lavado de dinero representan ingresos importantes para la economía nacional.<br />

Para <strong>el</strong>lo, se puede realizar un análisis regional d<strong>el</strong> impacto de la apertura comercial en las zonas<br />

fronterizas d<strong>el</strong> norte y d<strong>el</strong> sur y en regiones urbanas y rurales.<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Cuáles son los momentos que han marcado <strong>el</strong> proceso de integración económica en <strong>México</strong> y<br />

qué cambios se han generado en la economía nacional?<br />

2. ¿Cómo ha afectado a mi entidad la apertura económica de <strong>México</strong> al <strong>mundo</strong> principalmente en <strong>el</strong><br />

trabajo, en <strong>el</strong> consumo y en las formas de producción?<br />

3. ¿Qué aportación económica han tenido las empresas trasnacionales que se han establecido en<br />

<strong>México</strong> a la economía nacional, principalmente en materia de inversión, exportaciones y empleo?<br />

4. ¿Qué efectos pueden tener en la soberanía nacional las acciones llevadas a cabo por <strong>el</strong> gobierno<br />

mexicano para obtener inversiones extranjeras?<br />

12


EJE DE DISCUSIÓN<br />

<strong>México</strong>, tierra de migrantes: sus diferentes realidades<br />

El proceso de integración de <strong>México</strong> a la economía mundial ha tenido una serie de repercusiones en<br />

su territorio. Algunos procesos productivos han generado <strong>el</strong> crecimiento de ciertas ciudades y<br />

limitado <strong>el</strong> desarrollo de otras regiones, provocando con <strong>el</strong>lo que grandes contingentes de la<br />

población abandonen sus lugares de origen en busca de mejores condiciones de trabajo.<br />

Las r<strong>el</strong>aciones que <strong>México</strong> ha mantenido con sus vecinos d<strong>el</strong> norte y d<strong>el</strong> sur han sido muy diferentes<br />

por <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que ha desempeñado frente a cada uno. Con Estados Unidos hemos mantenido una<br />

r<strong>el</strong>ación desigual pues <strong>México</strong> en muchas ocasiones ha visto vinculado su mod<strong>el</strong>o de desarrollo al d<strong>el</strong><br />

vecino d<strong>el</strong> norte. En cambio, con Guatemala hemos mantenido también una r<strong>el</strong>ación desigual en<br />

donde <strong>México</strong> resulta ser <strong>el</strong> vecino fuerte a través d<strong>el</strong> cual aqu<strong>el</strong> país y <strong>el</strong> resto de Centroamérica,<br />

en muchos aspectos, han apoyado su desarrollo.<br />

Es muy conocido <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que Estados Unidos ha guardado en r<strong>el</strong>ación con <strong>México</strong> en materia de<br />

migración, donde muchos de nuestros connacionales entran ilegalmente al país d<strong>el</strong> norte en busca<br />

de trabajo y de oportunidades para un mejor futuro, formando parte de la mano de obra ilegal que<br />

se ubica principalmente en los estados sureños.<br />

Por otro lado, nuestro país recibe una gran cantidad de inmigrantes ilegales centroamericanos que<br />

toman a <strong>México</strong> como corredor para llegar a Estados Unidos, por lo que <strong>el</strong> gobierno mexicano realiza<br />

una labor de contención de estos trabajadores ilegales. Así, <strong>México</strong> ha tenido un doble pap<strong>el</strong>: ser<br />

puerta de entrada de migrantes d<strong>el</strong> sur y puerta de salida de migrantes hacia <strong>el</strong> norte.<br />

Al interior de nuestro país se ha desarrollado una gran corriente migratoria, ya que <strong>el</strong> fenómeno de<br />

migración d<strong>el</strong> campo a la ciudad o de regiones menos desarrolladas a otras más desarrolladas ha<br />

sido una constante en <strong>el</strong> crecimiento de las ciudades de nuestro país. La riqueza cultural que esta<br />

migración ha generado es invaluable, aunque también ha traído como consecuencia múltiples<br />

problemas como <strong>el</strong> hacinamiento en cinturones de pobreza, que se caracterizan por la falta de<br />

servicios y representan un alto riesgo ecológico.<br />

Por <strong>el</strong>lo resulta importante analizar cómo se ha realizado este flujo interno de migrantes en la<br />

conformación de las diversas regiones de nuestro país, qué problemas ha generado, tanto en las<br />

comunidades que pierden a sus habitantes como en las comunidades que los reciben, y qué aportes<br />

culturales, económicos y políticos ha generado en las regiones donde se han ubicado.<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Cuáles son las causas y las consecuencias sociales d<strong>el</strong> flujo de migrantes que se genera de mi<br />

entidad hacia los Estados Unidos?<br />

2. ¿Cuáles son las causas y las consecuencias sociales d<strong>el</strong> flujo interno de migrantes que se genera<br />

de mi entidad hacia otras zonas d<strong>el</strong> país?<br />

3. ¿Qué consecuencias sociales y económicas tienen para <strong>México</strong> <strong>el</strong> recibir flujos de migrantes de<br />

Centroamérica?<br />

4. ¿Qué influencia social, económica y cultural han ejercido las corrientes migratorias que<br />

tradicionalmente en <strong>México</strong> se han desplazado d<strong>el</strong> campo a las ciudades y qué tipo de<br />

expresiones culturales han desarrollado?<br />

5. ¿Qué influencia social, económica y cultural han ejercido las comunidades de origen mexicano<br />

establecidas en los Estados Unidos y qué tipo de expresiones culturales han desarrollado?<br />

EJE DE DISCUSIÓN<br />

Medio ambiente y procesos de globalización en <strong>México</strong><br />

Uno de los principales debates que ha generado <strong>el</strong> proceso de globalización es <strong>el</strong> impacto que está<br />

generando sobre <strong>el</strong> medio ambiente. Los esfuerzos que a niv<strong>el</strong> nacional y mundial se hacen para<br />

conservar <strong>el</strong> planeta resultan pocos frente al avance d<strong>el</strong> uso irracional de los recursos. La extinción<br />

de especies animales y vegetales, <strong>el</strong> avance d<strong>el</strong> proceso de desertificación, los cambios climáticos, la<br />

13


uptura de la capa de ozono, la contaminación d<strong>el</strong> agua son algunos temas de interés para discutir,<br />

que permiten reflexionar sobre <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de los individuos, los gobiernos, las empresas y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

PREGUNTAS-GUÍA<br />

1. ¿Cuáles son los principales problemas ambientales que se viven actualmente en <strong>México</strong> y qué se<br />

hace para atenderlos?<br />

2. ¿Cómo se ha visto afectado <strong>el</strong> ambiente a raíz de las crisis y transformaciones económicas?<br />

3. ¿Qué cambios ha generado <strong>el</strong> proceso de modernización en <strong>el</strong> medio ambiente de la entidad?<br />

4. ¿Qué políticas de defensa d<strong>el</strong> medio ambiente se han establecido en <strong>México</strong> o en la entidad para<br />

protegerlo y cómo se han aplicado?<br />

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA<br />

14<br />

• Medina Peña, Luis (1994), “Ruptura y cambio”, en Hacia <strong>el</strong> nuevo Estado. <strong>México</strong>, 1920-<br />

1993, <strong>México</strong>, FCE (Política y derecho), pp. 237-257.<br />

• Martin, Hans-Peter y Harald Schumann (1998), “La sociedad 20:80” y “Todo está en todas<br />

partes”, en La Trampa de la Globalización. El ataque contra la democracia y <strong>el</strong> bienestar,<br />

Carlos Fortea (trad.), Madrid, Taurus (Pensamiento), pp. 7-19 y 21-53.<br />

• Soros, George (2001), “Capitalismo global: última llamada”, en<br />

http://www.nexos.com.mx/internos/foros/globalización/soros.asp<br />

• Flores Quiroga, Aldo R. (1998), “Consolidación de la liberación comercial, 1989-1994”, en<br />

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<strong>México</strong>, 1970-1994, <strong>México</strong>, FCE (Economía latinoamericana), pp. 340-387.<br />

• Urquidi, Víctor L. (2001), “La política ambiental y la cohesión social”, en Mauricio de María y<br />

Campos y Georgina Sánchez (eds.), ¿Estamos Unidos Mexicanos? Los límites de la cohesión<br />

social en <strong>México</strong>. Informe de la sección mexicana d<strong>el</strong> Club de Roma, <strong>México</strong>, Planeta<br />

(Temas’de hoy), pp. 507-518.<br />

• Sebastián Gullén, Rafa<strong>el</strong> (Marcos). “Oximorón”, revista Trabajadores UOM. Núm. 18,<br />

Segunda Época. <strong>México</strong>. http://www.uom.org.mx.<br />

• González Casanova, Pablo (2000). “Para comprender la Globalización” en Globalización y<br />

Antiglobalización, Georgina Sánchez (compiladora). Ed. El caballito. 2000. pp. 13-20.<br />

• Martin. Hans-Peter y Harald Schumann (1998). “A quién le pertenece <strong>el</strong> Estado”, en La<br />

trampa de la Globalización, El ataque contra la democracia y <strong>el</strong> Bienestar. Carlos Fortea<br />

(Traductor), Madrid, taurus (pensamiento), pp. 243-279.<br />

• Juárez Sánchez, Laura (2001). “Exiliados económicos de <strong>México</strong>”, Revista Trabajadores UOM,<br />

Núm. 26, Segunda Época. <strong>México</strong>. http://www.uom.org.mx.<br />

• Gutiérrez P., Rafa<strong>el</strong> (2000) “Introducción, Desarrollo y Desarrollo Sustentable en la Frontera<br />

<strong>México</strong> UEA”, en Desarrollo Sustentable en la frontera, UACJ, pp. 7-48.


MATERIAL<br />

DE<br />

APOYO<br />

15


MÉXICO Y LOS MODELOS<br />

CULTURALES: ENTRE LA<br />

SOCIEDAD TRADICIONAL Y LA<br />

MODERNA<br />

MÉXICO: CULTURA: TRADICIÓN Y<br />

MODERNIDAD<br />

Carlos Monsiváis<br />

En la lucha entre ti y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, punte de<br />

parte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

FRANZ KAFKA<br />

Una de las batallas más importantes y menos<br />

divulgadas en la América Latina se libra en<br />

torno al sentido de los términos<br />

indispensables. Si de algo sabe la clase en <strong>el</strong><br />

poder (la expresión es nostálgica, pero la<br />

realidad a que alude es omnívora) es de las<br />

grandes ventajas que otorga <strong>el</strong> control de los<br />

Vocablos Cruciales. Dirigir los contenidos d<strong>el</strong><br />

Vocabulario Básico es orientar lo que se vive y<br />

predeterminar las conclusiones sobre los sitios<br />

en donde se vive. Si la mayoría acepta <strong>el</strong><br />

significado unívoco de algunas palabras,<br />

estas, por una aplicación rígida, no menos<br />

dictatorial por menos consciente, tenderán a<br />

convertirse en cárc<strong>el</strong>, visión determinista,<br />

único horizonte interpretativo.<br />

Creo indispensable en medio de los extravíos<br />

de la razón semántica, ejercicios a la manera<br />

de Raymond Williams, acercamientos al<br />

devenir histórico de las palabras-clave (key<br />

words), como cultura, modernidad, tradición,<br />

tecnología, globalización, nación,<br />

nacionalismo, tolerancia, democracia. En estas<br />

notas sólo pretendo una mínima aproximación<br />

de trabajo a tres de estas palabras-clave.<br />

Cultura: todo lo que usted quiso saber sin<br />

necesidad de apagar la t<strong>el</strong>e<br />

D<strong>el</strong> siglo XIX hasta fechas muy recientes la<br />

cultura es –según la versión más conocida- <strong>el</strong><br />

conjunto de obras maestras, creadores,<br />

tendencias de la civilización, métodos y<br />

programas educativos, vida int<strong>el</strong>ectual,<br />

difusión de las artes y las humanidades. En <strong>el</strong><br />

siglo XIX, cultura es la actividad d<strong>el</strong> Espíritu, y<br />

sus cumbres son la erudición clásica,<br />

veneración y <strong>el</strong> ejercicio de la poesía en<br />

distintos niv<strong>el</strong>es, la escritura de la Historia, la<br />

creación artística, la prédica moral que<br />

instrumenta la divulgación d<strong>el</strong> conocimiento. A<br />

principios d<strong>el</strong> siglo XX, cultura es lo que<br />

afianza los vínculos de la nación con<br />

Occidente, aleja la barbarie, y reparte los<br />

productos (libros, cuadros, poemas, sonatas,<br />

sinfonías) que sólo una minoría comprende<br />

porque sólo <strong>el</strong>la los disfruta (o a la inversa).<br />

Acto seguido, la Revolución Mexicana (<strong>el</strong><br />

fenómeno armado, la mitología, las<br />

instituciones, las consecuencias) sin negar la<br />

validez de lo anterior, amplía los alcances d<strong>el</strong><br />

término cultura, cuya dimensión pública exige<br />

<strong>el</strong> reconocimiento verbal y jurídico de los<br />

derechos de los trabajadores. Cultura, durante<br />

más de medio siglo, es “<strong>el</strong> excedente de<br />

satisfactores espirituales” que los gobiernos<br />

reparten o creen repartir, en cumplimiento de<br />

sus obligaciones para con <strong>el</strong> Pueblo.<br />

En la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo XX, cultura es<br />

alternativa o simultáneamente, la suma de<br />

conocimientos, <strong>el</strong> modo de vida según la<br />

antropología, <strong>el</strong> repertorio de saberes de cada<br />

tema o especialidad (la cultura médica, la<br />

cultura de la violencia), lo peculiar a grupos,<br />

comportamientos individuales y tendencias<br />

artísticas, <strong>el</strong> acervo nacional a disposición de<br />

las grandes exhibiciones, la erudición, lo que<br />

fue múltiple y hoy es indivisible, la tarea<br />

estatal menor pero irrenunciable.<br />

La tradición: <strong>el</strong> espejo diario como museo<br />

de la persona<br />

Yo nunca ocupo un asiento vació.<br />

JUAN CARLOS ONETTI<br />

A mediados d<strong>el</strong> siglo XIX, los conservadores<br />

monopolizaron <strong>el</strong> uso y <strong>el</strong> sentido de la<br />

tradición, sinónimo d<strong>el</strong> respeto a los<br />

sentimientos de orden y decoro, de honor y<br />

de familia, contemplados miran a la luz d<strong>el</strong><br />

dogma r<strong>el</strong>igioso y de la herencia hispánica. Y<br />

los liberales, imposibilitados para dotar de<br />

nuevos significados a la palabra, arraigan <strong>el</strong><br />

término en <strong>el</strong> porvenir y, en su idioma, llaman<br />

a la tradición <strong>el</strong> Progreso. En <strong>el</strong> Porfiriato, las<br />

tradiciones son <strong>el</strong> contexto ideológico d<strong>el</strong><br />

aislacionismo, aqu<strong>el</strong>lo que defiende a las<br />

17


familias de los males d<strong>el</strong> radicalismo y la<br />

modernidad, la sacralización d<strong>el</strong> gobierno, de<br />

las costumbres opresivas, de las virtudes<br />

hogareñas tal y como las enuncian los curas y<br />

los padres de familia. Tradición: aqu<strong>el</strong>lo sin lo<br />

cual <strong>México</strong> se desintegraría al instante. Como<br />

describe admirablemente Agustín Yánez en Al<br />

filo d<strong>el</strong> agua, en <strong>el</strong> país tradicionalista la<br />

revolución es, literalmente, la invocación<br />

demoníaca. Por eso, al principio, la cultura de<br />

la Revolución Mexicana con <strong>el</strong> exceso que es<br />

<strong>el</strong> lenguaje inevitable d<strong>el</strong> afianzamiento<br />

histórico, y por razones tanto d<strong>el</strong> sectarismo<br />

como d<strong>el</strong> desarrollo civilizatorio, halla en las<br />

tradiciones (mejor: en <strong>el</strong> modo en que se<br />

utilizan políticamente) al enemigo. “Impiden<br />

pensar, fomentan <strong>el</strong> fanatismo, son <strong>el</strong> meollo<br />

d<strong>el</strong> oscurantismo, <strong>el</strong> peso muerto que ancla a<br />

la nación en <strong>el</strong> pasado”.<br />

A nombre de tales convicciones, los<br />

revolucionarios exacerban su anticlericalismo,<br />

hacen leña a los santos, se burlan de las<br />

creencias “infantiles” y las supersticiones,<br />

quieren hacer de su jacobismo un programa<br />

de renovación de las mentalidades. El estado<br />

lucha por la concentración d<strong>el</strong> poder, y al lado<br />

se escenifica otro combate, hoy un tanto<br />

oscurecido por la habilidad d<strong>el</strong> monopolio<br />

político, <strong>el</strong> de la diversificación de tradiciones,<br />

<strong>el</strong> programa secularizador que, en <strong>el</strong> periodo<br />

1911-1950 (muy aproximadamente) hace<br />

buen uso de la herencia de la Reforma liberal,<br />

y crea alternativas en los conceptos y en las<br />

actitudes. Aquí participan <strong>el</strong> Artículo Tercero<br />

constitucional, la institución d<strong>el</strong> divorcio, la<br />

canc<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> diezmo obligatorio, la<br />

internacionalización superficial pero constante<br />

a que obligan <strong>el</strong> cine y la radio, la publicidad,<br />

la industrialización, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> disminuido de la<br />

Iglesia católica, la <strong>el</strong>iminación de la censura<br />

en materia de libros (nunca muy vigorosa, por<br />

otra parte).<br />

Mientras la mayoría de las tradiciones<br />

desaparecen o se alteran para mejor persistir,<br />

<strong>el</strong> Estado, en los años setenta, “descubre” a la<br />

tradición, al ver desvanecido su filo militante o<br />

al creer suficientemente secularizada a la<br />

sociedad. Tradición es, también, <strong>el</strong> pasado<br />

prestigioso que, convenientemente situado,<br />

resulta un aval moral. Si en 1968 llama tanto<br />

la atención la tragedia de San Migu<strong>el</strong> Canoa<br />

(<strong>el</strong> asesinato masivo de los excursionistas de<br />

la Universidad Autónoma de Puebla y <strong>el</strong><br />

18<br />

campesino que les dio asilo, porque <strong>el</strong> cura<br />

d<strong>el</strong> lugar Enrique Meza Pérez los calificó de<br />

“comunistas” que violarían jovencitas y<br />

quemarían cosechas), no es sólo por la<br />

monstruosidad intrínseca d<strong>el</strong> linchamiento,<br />

sino porque ya en ese momento un pueblo<br />

levítico es inconcebible en la perspectiva<br />

modernizadora. Los hechos de grave<br />

intolerancia habrán de continuar, pero, en la<br />

medida en que la información existe, la<br />

condena es unánime.<br />

El Estado liberal y <strong>el</strong> revolucionario generan<br />

numerosas tradiciones que afectan<br />

centralmente las vidas de los mexicanos. Sin<br />

embargo, en <strong>el</strong> vocablo tradición estas<br />

aportaciones prácticamente son reconocidas.<br />

Y en fechas recientes, lo tradicional permite<br />

una doble utilización. Es, por una parte, <strong>el</strong><br />

arma represiva, “<strong>el</strong> arcáng<strong>el</strong> d<strong>el</strong> fuego” a las<br />

puertas de la Identidad Nacional. “Está en<br />

contra de nuestras tradiciones/ Es un ultraje a<br />

la tradición.” Por otro lado, y por la fuerza de<br />

la interminable explotación de las tradiciones<br />

a cargo de la industria cultural (seguramente<br />

la gran responsable de la metamorfosis d<strong>el</strong><br />

pasado), la cultura oficial, sin entrar en<br />

detalles, se pronuncia: “la tradición nos<br />

solidifica como pueblo”, y hay un lugar idóneo<br />

para las-tradiciones-que-vienen-desde-antes,<br />

<strong>el</strong> museo o sus variantes. Bajo consignas que<br />

tal vez podrían resumirse en la aportada por<br />

<strong>el</strong> cinismo: “El que no respeta a sus<br />

tradiciones se verá condenado a repetirlas”, <strong>el</strong><br />

Estado protege lo que siente en p<strong>el</strong>igro de<br />

evaporación. De allí por ejemplo los concursos<br />

de nacimientos, de pastor<strong>el</strong>as, de piñatas, de<br />

“calaveras”, de arreglos florales de Días de<br />

Muertos, que hacen pensar en la lógica de<br />

patrocinar lo “premoderno”, en los<br />

(inminentes) concursos de peregrinaciones, de<br />

pueblos típicos, de Sufridas Mujeres<br />

Mexicanas, de exhibiciones de amor al terruño<br />

por las madrugadas, etcétera.<br />

(Junto a lo anterior, y con seriedad, a partir<br />

de 1968 se salva d<strong>el</strong> olvido mucho de la gran<br />

tradición artística e int<strong>el</strong>ectual d<strong>el</strong> país, antes<br />

sólo accesible en fragmentos y sepultada con<br />

frecuencia bajo la retórica patriotera. Y tal<br />

recuperación importa extraordinariamente<br />

pese a que los gobiernos su<strong>el</strong>en aprovecharla<br />

con fines de ornato.)


A las tradiciones más recientes (la d<strong>el</strong> 68 por<br />

ejemplo) se les llama culturas, y lo tradicional<br />

es según los sectores modernizados, <strong>el</strong><br />

equivalente de “expresiones mortuorias”. Se<br />

habla de “tradiciones indígenas” con <strong>el</strong> ánimo<br />

ecologista de quien enumera las especies al<br />

borde de la extinción, y por tradición se<br />

entiende lo que persevera como puede, en<br />

medio de la destrucción de la memoria<br />

colectiva, aqu<strong>el</strong>lo vivido parcialmente (y con<br />

ánimo de profesionalizar la nostalgia) y que<br />

los ancestros, porque no les quedaba otra,<br />

vivieron en su totalidad. Amenísima paradoja:<br />

tradicionalista es un término despectivo, y<br />

tradición es un vocablo cada vez más valuado.<br />

Modernidad: “Y en medio de nosotros,<br />

Nintendo, como un dios”<br />

Hasta la eternidad duraba más antes.<br />

STANISLAW JERZY LEC<br />

Modernidad, la palabra con más de un siglo de<br />

prestigio inmanente entre nosotros, es ahora<br />

la estr<strong>el</strong>la resplandeciente, la meta única.<br />

Pero <strong>el</strong> recorrido ha sido extenuante. A fines<br />

d<strong>el</strong> siglo XIX, modernidad es lo que se vive en<br />

las metrópolis, la cultura que, a quien sepa<br />

encarnarla, le proporcionaría los recursos<br />

íntimos para conjurar <strong>el</strong> destino fatal de los<br />

habitantes de un país en la periferia de la<br />

civilización. Rubén Darío ofrece su síntesis:<br />

Y muy siglo XVIII y muy antiguo,<br />

Y muy moderno, audaz, cosmopolita…<br />

Muy moderno: animado por <strong>el</strong> entendimiento<br />

de otro idioma poético que es la guía de<br />

nuevos comportamientos. Cosmopolita:<br />

ciudadano d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, ser “desterritorializado”<br />

por la cultura y la asimilación de lo<br />

metropolitano. Durante un tiempo largo, lo<br />

moderno no se opone a lo tradicional, sino a<br />

lo que parece inescapable: lo nacional.<br />

“Desterritorializarse” en lo espiritual es<br />

“desnacionalizase” en lo cultural. Ser moderno<br />

es volver creativa y personal la imitación de lo<br />

metropolitano. Es este orden de cosas, lo<br />

moderno es, aunque no se reconozca<br />

explícitamente, algo distinto (superior) a sus<br />

equivalentes: lo de hoy, lo de avanzada.<br />

A mitad d<strong>el</strong> XX, modernidad, concepto<br />

excluyente, es la utopía en <strong>el</strong> sentido drástico:<br />

aqu<strong>el</strong>lo que mientras no se obtiene le quita<br />

sentido a la existencia. Hace falta ser<br />

absolutamente moderno y, mientras se<br />

comunica interiormente <strong>el</strong> país, y llegan la<br />

tecnología y las inversiones extranjeras, la<br />

modernidad es <strong>el</strong> comportamiento que se<br />

inicia en <strong>el</strong> desdén o <strong>el</strong> aborrecimiento de las<br />

tradiciones inoperantes (casi todas, según <strong>el</strong><br />

rasero de la “eficacia”), y prosigue<br />

adquiriendo la “gramática vital” que, para<br />

empezar, se olvida de los valores de la<br />

hispanidad. Y la modernidad es la gran<br />

disculpa, la sombra cómplice de las<br />

destrucciones urbanas, de las depredaciones<br />

ecológicas, de los soberbios edificios<br />

magníficos echados abajo para construir<br />

rascaci<strong>el</strong>os, de los bosques y los ríos<br />

sacrificados a la voracidad industrial. Ser<br />

moderno es ir con <strong>el</strong> siglo. Y “<strong>el</strong> siglo” sólo<br />

confía en lo rentable.<br />

Desde hace 10 o 15 años y, ya más específica<br />

y programáticamente, desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong><br />

régimen de Carlos Salinas de Gortari,<br />

modernidad es la palabra omnipresente, <strong>el</strong><br />

paradigma inevitable, cuya redefinición exige<br />

<strong>el</strong> cuestionamiento no sólo de modos de<br />

producción sino de formas de vida. “¿Se<br />

creían modernos e incluso posmodernos? Pues<br />

ya ven que no lo son”, es <strong>el</strong> mensaje cuyo<br />

fondo es la privatización categórica de la<br />

economía, <strong>el</strong> sometimiento de las herencias<br />

históricas a las disposiciones de la<br />

productividad, la incorporación de todos los<br />

criterios a la exigencias de la globalización.<br />

“Ser moderno”, en la práctica, es adecuarse<br />

mentalmente a los ritmos d<strong>el</strong> “<strong>mundo</strong><br />

unipolar”. De la modernidad depende, lo que<br />

en rigor nadie discute, <strong>el</strong> porvenir nacional, y<br />

esto exige la comprensión de la economía<br />

mundial, y la capacidad adaptativa en pro de<br />

los cambios decididos en la metrópolis, allí<br />

donde “se le imprime sentido al porvenir”, tan<br />

irrefutable por tan idetenible.<br />

D<strong>el</strong> paradigma que afecta a la economía, a la<br />

industria, a la tecnología de punta, se quieren<br />

extraer conclusiones válidas para otros<br />

campos. Y lo moderno no es lo adversario de<br />

lo inservible, sino –y son onerosas las<br />

consecuencias de tal obviedad- de lo no<br />

moderno, algo más d<strong>el</strong>ictuoso que lo<br />

inservible, la resistencia a las formas<br />

gubernamentales y empresariales d<strong>el</strong> cambio<br />

que se interpreta como alta traición. A cuenta<br />

19


d<strong>el</strong> paradigma de la modernidad, se<br />

instrumenta la campaña cuyo fin es nulificar<br />

ideológicamente a los adversarios (“Si son<br />

pre-mo-dernos, nada de lo que digan nos<br />

importa”), y sembrar <strong>el</strong> miedo en quienes no<br />

se pueden costear voluntariamente <strong>el</strong> lujo de<br />

la modernidad.<br />

El terrorismo funciona minuciosamente y<br />

deposita en <strong>el</strong> término diversas cargas<br />

autoritarias: “Modernidad es lo que se define<br />

a simple vista, se percibe a simple oído, y se<br />

vive a simple voluntad”. De esta manera y<br />

una vez más, se culpabiliza a la mayoría, que<br />

a diario se percata, con sólo ver los<br />

comerciales de la t<strong>el</strong>e, de todo lo que la<br />

separa de la modernidad según las élites de<br />

Norteamérica. Así, la “modernidad cotidiana”<br />

construye sus infiernos y purgatorios, y vu<strong>el</strong>ve<br />

armas d<strong>el</strong> determinismo social a lo que quiso<br />

ser descriptivo. Recuérdense algunas de las<br />

expresiones de tan costosos efectos en la<br />

psicología popular: <strong>el</strong> complejo de inferioridad<br />

de los pobres / <strong>el</strong> subdesarrollo / las<br />

sociedades marginales / <strong>el</strong> naco y la naquiza /<br />

<strong>el</strong> Tercer Mundo y <strong>el</strong> tercermundismo / los<br />

países periféricos. Según esta andanada<br />

definitoria, <strong>el</strong> subdesarrollado es <strong>el</strong> que nunca<br />

acabará de crecer porque nunca empezará a<br />

hacerlo, y <strong>el</strong> tercermundista es <strong>el</strong> habitante de<br />

la periferia que sólo viaja para mejor alejarse<br />

d<strong>el</strong> centro. Estos vocablos se pretenden<br />

científicos (formulaciones psicológicas,<br />

económicas, sociológicas), quieren cajear las<br />

limitaciones nacionales por la degradación<br />

psíquica de los individuos, y a fin de cuenta<br />

sólo apuntalan la autodenigración, al convertir<br />

la identidad en destino fatal (“Qué le vamos a<br />

hacer, si somos tercermundistas”) o<br />

autochoteo: “Me veía tan tercermundista que<br />

me vestí rapidito”.<br />

La modernidad, definida por exclusión, es la<br />

Puerta Estrecha, <strong>el</strong> sendero de los <strong>el</strong>egidos, <strong>el</strong><br />

concepto-fortaleza al que sólo se accede por<br />

razones de importancia política y económica,<br />

y por la “garantía de perdurabilidad” de los<br />

privilegiados, que le adjudican a la vida<br />

popular <strong>el</strong> carácter de “obsolescencia<br />

planeada”. Y la modernidad es también la<br />

política de sustituciones en campos antes<br />

repartidos entre la demagogia, <strong>el</strong> populismo y<br />

<strong>el</strong> interés legítimo por la justicia social. Así,<br />

donde se hablaba de equidad se menciona la<br />

caridad cristiana; donde se decía revolución se<br />

20<br />

utiliza evolución s<strong>el</strong>ectiva; donde se oía<br />

proletariado se musita mano de obra; donde<br />

aparecía intereses d<strong>el</strong> pueblo se alaba al<br />

capitalismo popular; <strong>el</strong> verbo privatizar<br />

sustituye a nacionalizar y la viabilidad d<strong>el</strong> país<br />

ocupa <strong>el</strong> sitio de la Revolución Mexicana.<br />

En <strong>el</strong> canje, <strong>el</strong> sentido d<strong>el</strong> término modernidad<br />

se difumina y regresa convertido en algo<br />

externo en primera y última instancia. En los<br />

años veinte ser moderno era vivir como<br />

aspiración y forja de la personalidad lo que la<br />

sociedad no consentía; en <strong>el</strong> sexenio de<br />

Migu<strong>el</strong> Alemán, ser moderno era apostar por<br />

<strong>el</strong> nuevo, implacable destino nacional; durante<br />

los regímenes de Echeverría y López Portillo,<br />

ser moderno era adecuarse, sin demasiada<br />

prisa, <strong>el</strong> paso forzado de la<br />

internacionalización. Desde los años ochenta,<br />

ser moderno es ponerse en disponibilidad para<br />

que <strong>el</strong> exterior (las fuerzas d<strong>el</strong> mercado, la<br />

globalización, la tecnología) dispongan lo<br />

precedente.<br />

La r<strong>el</strong>igión d<strong>el</strong> libre mercado:<br />

La mística de la especulación<br />

Cuidado con caer debajo de la rueda de la<br />

fortuna de otro.<br />

STANILAW JERZY LEC<br />

Sin acentuar la hipérbole es posible decir hoy<br />

que la modernidad a escala privada aspira al<br />

status de “culto r<strong>el</strong>igioso”, en <strong>el</strong> sentido de la<br />

irrefutabilidad d<strong>el</strong> dogma y de las emociones<br />

profundas que despierta, en medio de “la<br />

santificación” d<strong>el</strong> ascenso económico de unos<br />

cuantos. Seguros de su impunidad espiritual,<br />

afirmados en “<strong>el</strong> fin de la Historia”, los<br />

f<strong>el</strong>igreses d<strong>el</strong> libre mercado (<strong>el</strong> capitalismo<br />

salvaje sin frenos), ejercen la intolerancia, y<br />

<strong>el</strong> odio a la discrepancia con métodos y<br />

expresiones muy propias de su antigua fobia.<br />

El estalinismo.<br />

Con la escenografía de la catástrofe d<strong>el</strong><br />

socialismo real, las campañas d<strong>el</strong><br />

neoliberalismo pretenden <strong>el</strong>iminar toda<br />

disidencia y darle a lo que sucede ( la barbarie<br />

de la gran concentración de la riqueza) <strong>el</strong><br />

carácter de lo venturosamente irremediable,<br />

porque sólo desde la abolición d<strong>el</strong><br />

resentimiento (d<strong>el</strong> rencor social) (de las<br />

aspiraciones de igualdad) se entenderá <strong>el</strong>


paradigma de la modernidad. Véase por<br />

ejemplo un texto d<strong>el</strong> empresario mexicano<br />

Lorenzo Servitje intitulado “Desigualdad”: un<br />

punto de vista incómodo” (nexos,153), donde<br />

reverencia a quienes tienen “una capacidad<br />

poco común de acrecentar los bienes<br />

disponibles”. Afirma Servitje:<br />

La capacidad de dichas personas (los<br />

empresarios) de crear y acumular riqueza<br />

genera una desigualdad social y económica<br />

que es resentida por los demás. Hay una<br />

sensación de injusticia y con frecuencia los<br />

gobiernos tratan de corregirla quitándoles a<br />

los que tienen para darlo a los que no tienen.<br />

En <strong>el</strong> corto plazo este intento de redistribución<br />

funciona. Sin embargo, transcurrido poco<br />

tiempo los grupos productivos, que hicieron<br />

posible <strong>el</strong> que existieran recursos excedentes,<br />

reducen o suspenden su aportación<br />

productiva. La sociedad en su conjunto sufre.<br />

Desde un punto de vista cristiano o humanista<br />

sería bueno y noble que estos grupos<br />

productivos, y aun ricos, dedicaran los frutos<br />

de su ahorro a ayudar a los demás o que<br />

vivieran modestamente. Esto en la vida real<br />

no es probable que ocurra. La experiencia<br />

histórica comprueba que la desigualdad<br />

económica resultante es un mal menos con <strong>el</strong><br />

que tenemos que vivir y que por lo tanto hay<br />

que aceptar.<br />

Así no lo digan, los empresarios ven en la<br />

modernidad a la actualización de las<br />

encomiendas. Para <strong>el</strong>los, <strong>el</strong> neoliberalismo es<br />

<strong>el</strong> equivalente-no tan metafórico- d<strong>el</strong> Arca de<br />

Noé (la miseria es <strong>el</strong> Diluvio de América<br />

Latina), y lo moderno es la recepción<br />

entusiasta de lo que sólo algunos captarán: la<br />

especialización bancaria, tecnológica, de la<br />

informática.<br />

No hay más paradigma que <strong>el</strong><br />

asambleísmo<br />

¿Cuando nace <strong>el</strong> pesimismo? Cuando se topan<br />

dos optimismos distintos.<br />

STANISLAW JERZY LEC<br />

En su visión de la modernidad, la izquierda<br />

latinoamericana, y la mexicana en particular,<br />

fracasaron casi por completo. Ni siquiera<br />

quienes optaron por la vía socialdemócrata,<br />

tuvieron la claridad exigible al respecto. ¿Para<br />

qué? Modernizar, se decía o pensaba, era lo<br />

propio d<strong>el</strong> capitalismo, <strong>el</strong> seudónimo de la<br />

explotación, y lo sustancial, bienamada praxis<br />

y codiciada mitología heroica, era la<br />

revolución, la meta que, en verdad, era <strong>el</strong><br />

principio de la Humanidad genuina. La<br />

revolución era cultura (algo situado abstracta<br />

o sectariamente), era tradición (la más<br />

significativa, por ser <strong>el</strong> equivalente absoluto<br />

de Pueblo) y era modernidad, sin ese nombre,<br />

porque un revolucionario se convertía al<br />

instante, en la vanguardia de la humanidad,<br />

en ad<strong>el</strong>antado de los tiempos perfectos.<br />

Ahora, ante la caída de las dictaduras<br />

socialistas, la izquierda quiere liquidar sus<br />

deudas políticas y morales con un argumento<br />

simple: “Eso que allí había, la opresión<br />

política, <strong>el</strong> universo carc<strong>el</strong>ario, <strong>el</strong><br />

aniquilamiento de la libertad de expresión, no<br />

era socialismo”. Claro que no lo era, pero si la<br />

izquierda política lo supo antes lo denunció<br />

con excesiva parsimonia, lo que no evitó<br />

hasta hace muy poco, la complicidad, <strong>el</strong> <strong>el</strong>ogio<br />

desmedido, los comités de amistad, y, lo<br />

principal, la formulación de la crítica, cuando<br />

la hubo, como reproche de soslayo. El tributo<br />

renovado de la izquierda a la hazaña<br />

bolchevique fue <strong>el</strong> tibio y más que póstumo<br />

cuestionamiento d<strong>el</strong> estalinismo y <strong>el</strong> silencio<br />

cómplice ante la represión de los burócratas y<br />

caudillos mesiánicos.<br />

La ausencia de un proyecto de modernidad de<br />

parte de la izquierda, es una de las causas, y<br />

no la menos significativa, de la lentitud o <strong>el</strong><br />

pasmo que todavía caracterizan a sus<br />

reacciones frente a la oleada neoliberal. Al<br />

concederle al imperialismo norteamericano <strong>el</strong><br />

monopolio interpretativo de la modernidad, al<br />

desdeñar en los hechos a la modernidad<br />

situándola como “frivolidad capitalista”, la<br />

izquierda política se extravió en <strong>el</strong> conjunto y<br />

en <strong>el</strong> detalle. Observó desde lejos los<br />

desarrollos específicos de la cultura, no captó<br />

<strong>el</strong> impulso de las nuevas sensibilidades<br />

artísticas, desistió de los proyectos<br />

humanistas ajenos a la búsqueda de justicia<br />

social, se asiló en <strong>el</strong> lenguaje muerto de los<br />

manuales de marxismo, se dilapidó en las<br />

formulaciones que se proponían deshacer los<br />

núcleos de la modernidad (la teoría de la<br />

dependencia, la resistencia cultural), se<br />

desinteresó a fondo por las transformaciones<br />

21


d<strong>el</strong> gusto y, last but not least, sólo valoró <strong>el</strong><br />

presente remitiéndolo todo a lo que no<br />

admitiría retrocesos, <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong> socialismo.<br />

Por lo mismo, la izquierda santificó la moral<br />

revolucionaria al grado de que ahora, y en<br />

medio de las evidencias abrumadoras, todavía<br />

se maneja con timidez y torpeza (en <strong>el</strong> mejor<br />

de los casos ) en <strong>el</strong> análisis de la dictadura de<br />

Fid<strong>el</strong> Castro. Por un lado tal actitud tiene una<br />

base incontrovertible: <strong>el</strong> bloqueo criminal de<br />

los gobiernos norteamericanos; por otra<br />

parte, la posición es lamentable: se pospone<br />

la crítica urgente en homenaje al extinto mito<br />

de la revolución.<br />

Y en <strong>el</strong> conjunto, la izquierda, sin decirlo o sin<br />

quererlo, le apostó a las políticas d<strong>el</strong> Estado<br />

paternalista cuya ineptitud y rapacidad fue la<br />

primera en señalar.<br />

Era tan pre-moderno que le<br />

Hablaba de usted a la Patria<br />

No pretendo decir que en materia de<br />

modernidad todos se han equivocado. Si,<br />

digamos, por modernidad también<br />

entendemos (y un grave problema d<strong>el</strong> término<br />

es la necesidad de precisarlo mínimamente<br />

casi en cada ocasión) la liberación de fuerzas<br />

artísticas, literarias, sociales, es evidente que<br />

en <strong>México</strong>, como en América Latina, los<br />

grandes creadores han sido grandes<br />

modernizadores, y la mayoría de los<br />

considerados <strong>el</strong>itistas, de Alfonso Reyes y <strong>el</strong><br />

grupo de Contemporáneos en ad<strong>el</strong>ante, han<br />

fomentado magníficamente las atmósferas<br />

civilizatorias de la crítica, la libre expresión y<br />

la tolerancia, esenciales en la modernidad que<br />

democratiza. Y, también, esta modernidad<br />

algo o mucho le debe a la insistencia d<strong>el</strong><br />

Partido Acción Nacional en la democracia<br />

<strong>el</strong>ectoral; al esfuerzo de los universitarios de<br />

la UNAM y los politécnicos en 1968, que<br />

desafiaron y resistieron al autoritarismo (<strong>el</strong> 68<br />

de <strong>el</strong> momento que comparten a la vez <strong>el</strong><br />

radicalismo y la modernidad); al movimiento<br />

feminista cuyas tesis fundamentales modifican<br />

la existencia de millones de mujeres, lo<br />

adviertan <strong>el</strong>las o no; a los movimientos<br />

sociales que se han dado voz a sí mismos, lo<br />

que no es menospreciable en sociedades<br />

donde se monopoliza al límite <strong>el</strong> derecho a la<br />

libre expresión; a los grupos de izquierda que<br />

defendieron la justicia social y antes que nadie<br />

plantearon <strong>el</strong> tema de los derechos humanos;<br />

22<br />

a los ecologista; a los grupos defensores de<br />

los derechos legítimos de las minorías que<br />

localizan los daños interminables de la<br />

intolerancia r<strong>el</strong>igiosa, la homofobia, <strong>el</strong><br />

machismo patriarcal. (En especial, me parece<br />

admirable la actividad de quienes abogan por<br />

<strong>el</strong> trato digno a los seropositivos y enfermos<br />

de sida, y por la difusión científica d<strong>el</strong> tema y<br />

de las medidas preventivas.)<br />

En lo anterior aplico una definición positiva de<br />

modernidad, en este contexto <strong>el</strong> equivalente<br />

de proceso civilizatorio. Insisto en la expresión<br />

porque no es evitable, y porque no se puede<br />

ceder al triunfalismo económico y político de<br />

los neoliberales todos los sentidos d<strong>el</strong> término<br />

en torno al cual hoy se definen nuestras<br />

sociedades. Concedido: si <strong>el</strong> paradigma de la<br />

modernidad no funciona, las otras formas de<br />

modernidad, la social y cultural, las<br />

individualizadas, carecerán de espacios. Pero<br />

por lo mismo, si no se produce esa otra<br />

modernización, de ‘índole humanista, la<br />

paradigmática sólo acentuará la miseria y la<br />

inf<strong>el</strong>icidad de la mayoría, radicalizando la<br />

desigualdad, y la subordinación.<br />

En <strong>el</strong> debate de la modernidad es central la<br />

democratización, que renueva formas y<br />

contenidos de la vida política y cultural, y que<br />

es o puede ser <strong>el</strong> gran valladar contra <strong>el</strong><br />

autoritarismo que padecemos, que usa de la<br />

política para sustentar su tiranía económica y<br />

social. De allí mi convicción: son simultáneas<br />

las batallas por la igualdad y la democracia, y<br />

sin ponerle límites crecientes al autoritarismo,<br />

cuya conciencia de culpa en r<strong>el</strong>ación a la<br />

pobreza es básicamente <strong>el</strong>ectoral, la<br />

desigualdad se profundizará. De la misma<br />

forma, sin enfrentar a fondo a la desigualdad<br />

que tanto la dificulta, la democratización será<br />

efectivamente un espejismo.<br />

La americanización: “Nomás eso nos<br />

faltaba: un MacDonald’s en lo alto de la<br />

pirámide”<br />

Conocí a un demente que me despertaba a<br />

deshora para repetirme: “Plateros fue una<br />

calle, luego una rue, y hoy es una street”.<br />

RAMÓN LÓPEZ VELARDE,“La<br />

avenida Madero” (1917)


De acuerdo con quienes predican la buena<br />

nueva de la globalización, la modernidad es,<br />

con s<strong>el</strong>lo de garantía, la única antena para<br />

captar los cambios d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, y <strong>el</strong><br />

nacionalismo es aqu<strong>el</strong>lo que fue trascendente<br />

y que tal vez será trascendente. En este<br />

panorama, un fenómeno donde confluyen la<br />

cultura, la tradición y la modernidad, es <strong>el</strong> de<br />

la americanización, hasta hoy definida como la<br />

influencia unilateral y omnímoda de un país<br />

sobre otro, d<strong>el</strong> American Way of Life y sus<br />

variantes sobre <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Y <strong>el</strong> gran<br />

equívoco se localiza en <strong>el</strong> principio, cuando se<br />

asume que “modernización” y<br />

“americanización” son una y la misma cosa.<br />

Así, desde los años sesenta, lo que fue<br />

devoción de las élites se masifica, porque-en<br />

las urbes y no nada más en <strong>el</strong>las- no se puede<br />

vivir sin ser moderno o sin sentirse moderno<br />

en algún momento d<strong>el</strong> día.<br />

La modernidad, entendida como actualización<br />

forzada y muy desigual de la(s) sociedad(es)<br />

mexicana(s), es objeto de la definición radical<br />

desde arriba (“Modernidad es la integración<br />

económica con Estados Unidos, es <strong>el</strong> Estado<br />

puesto a dieta, es la privatización a ultranza,<br />

es <strong>el</strong> incentivo d<strong>el</strong> éxito a escala individual”)<br />

y, en la dimensión cotidiana, cada uno ensaya<br />

su tipo de modernidad, que muchas veces<br />

sólo es declarativa: “Soy moderno porque me<br />

he modernizado de una manera moderna, de<br />

acuerdo a las instrucciones d<strong>el</strong> Señor<br />

Presidente”.<br />

Todo – la economía, la sociedad, la política –<br />

gira en torno d<strong>el</strong> concepto que actúa mucho<br />

más por fe que por demostración. Y en la<br />

devastación de recursos naturales y sociales<br />

que sufren <strong>México</strong> y América Latina, quienes<br />

se atienen al mod<strong>el</strong>o implantado por <strong>el</strong> rumbo<br />

de la economía neoliberal y la industria d<strong>el</strong><br />

espectáculo, y se americanizan como pueden<br />

para modernizarse, consolidan <strong>el</strong> gran<br />

instrumento de control. La idolatría de lo<br />

tecnológico y lo financiero tiene resultados<br />

nefastos: promueve la desmovilización<br />

política, afirma la desnacionalización<br />

económica, e implanta hábitos de consumo en<br />

clases sin posibilidades adquisitivas, agudiza<br />

irracional y grotescamente las distancias entre<br />

realidades y deseos. Pero su pap<strong>el</strong> cambia de<br />

manera continua. Hasta hace poco, la<br />

americanización era la manera de<br />

“universalizarse” al ritmo de la copia. Ahora,<br />

es un sitio de encuentro multiclasista que,<br />

grosso modo, se precisa en función de las<br />

urgencias modernizadoras y, por lo común,<br />

sólo se discute desde la resignación o con<br />

fines retóricos. ¿De qué modo condenar, por<br />

ejemplo, a los jóvenes de las clases<br />

populares, que al americanizarse en diversos<br />

niv<strong>el</strong>es creen así exorcizar su estruendosa<br />

falta de porvenir?<br />

Al mismo tiempo, ante <strong>el</strong> engaño colorido, es<br />

creciente <strong>el</strong> número de quienes trasforman en<br />

cultura popular y en espíritu nacionalista,<br />

asumidos gozosamente, la tontería y <strong>el</strong><br />

envilecimiento que se les ofrecen a nombre de<br />

la modernización. De algún modo se<br />

“mexicaniza” o “peruaniza”, o como se quiera<br />

la americanización, y lo internacional llega a<br />

ser variable de lo muy local y viceversa. Algo<br />

queda en claro: los principios y consignas de<br />

la industria cultural son potencialmente<br />

“verdaderos” respecto a la masa, pero<br />

inevitablemente falsos para cada individuo. Y<br />

cada uno sabe de acuerdo a sus propios<br />

términos, lo que significa modernizarse: imitar<br />

sin más, improvisar creativamente, acumular<br />

aparatos y gadgets, pensar lo más bilingüe<br />

que se pueda, coleccionar actitudes de moda,<br />

renunciar a los hábitos que se vu<strong>el</strong>ven<br />

ataduras, fingir la comprensión de lo que no<br />

se entiende. A la americanización que es<br />

renuncia a las tradiciones nacionales que<br />

estorban en <strong>el</strong> tránsito a la modernización<br />

personal y familiar, se opone la<br />

americanización que es búsqueda de las<br />

claves de lo int<strong>el</strong>igible, y es defensa ante lo<br />

que no se comprende muy bien por <strong>el</strong> método<br />

de la imitación que luego se “nacionalizará”.<br />

Son, según creo, un tanto tardías o<br />

prematuras las conjeturas sobre algunos<br />

resultados culturales de la integración<br />

económica con Estados Unidos, los miedos en<br />

torno a la pérdida de la Identidad, la<br />

Destrucción de la Idiosincrasia, etc. El proceso<br />

lleva tiempo de darse y aun cuando se<br />

intensifique, lo esencial está ya a la vista: <strong>el</strong><br />

continente, y <strong>México</strong>, seguirán<br />

americanizándose, y según cuán lejos o cuán<br />

cerca se está de la alta tecnología, se<br />

matizará la visión d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (¿quién puede<br />

definir con mínimo rigor a la Mexicanidad o a<br />

la Ecuatorianidad?), sin afectarse todavía<br />

valores fundamentales, entre <strong>el</strong>los <strong>el</strong> idioma<br />

español, cuya vitalidad y poder de asimilación<br />

23


no requiere de patrocinios gubernamentales<br />

ajenos al proceso educativo mismo.<br />

24<br />

“Por otra parte, ni siquiera me había<br />

fijado en qué siglo estábamos”<br />

There’s no money in poetry, but<br />

there’s no poetry in money, either.<br />

ROBERT GRAVES<br />

Irracionalidad y dispersión. No sólo en <strong>el</strong><br />

habitar de clase media, sino también en<br />

chozas, en tugurios, en la desolación con tan<br />

escasos servicios <strong>el</strong>ementales donde se<br />

hacinan multitudes, rige <strong>el</strong> desencuentro entre<br />

<strong>el</strong> logro personal y <strong>el</strong> colectivo. En tanto<br />

adquisiciones ideológicas, los sentimientos de<br />

bienestar o de sobrevivencia dependen en<br />

altísimo grado de los medios masivos, Y en<br />

este contexto, muy diferentes “ideologías de<br />

la singularidad” (de la creencia en <strong>el</strong><br />

horóscopo a los espiritualismos, de la<br />

indagación policial de los ovnis a la client<strong>el</strong>a<br />

de la “brujas”, d<strong>el</strong> apoyo a un equipo<br />

deportivo como causa apremiante a la<br />

“r<strong>el</strong>igión d<strong>el</strong> ascenso en la vida”), actúan<br />

también a modo de compensaciones,<br />

equivalencias y mediaciones. Hay una secreta<br />

racionalidad en quienes <strong>el</strong>igen las formas<br />

desechadas por la minoría ilustrada, y las<br />

equiparan favorablemente con las recetas<br />

oficiales d<strong>el</strong> apaciguamiento: tendrás empleo,<br />

serás f<strong>el</strong>iz, la pasarás bien, y en <strong>el</strong> destino de<br />

tus hijos o de tus nietos <strong>el</strong> país recompensará<br />

tus sufrimientos.<br />

De un país sedentario a un país nómada. Los<br />

pueblos se vacían cada seis meses, y quienes<br />

quedan, niños, mujeres y viejos, retienen esa<br />

identidad tan hecha de tedio y de resignación.<br />

Y los emigrantes, con <strong>el</strong> caudal (tan r<strong>el</strong>ativo)<br />

de su mano de obra barata a cuestas, viven <strong>el</strong><br />

agobio en autobuses de mala muerte, en<br />

trailers, en los dificultosos y animados cruces<br />

de la frontera. Al ser tan intenso <strong>el</strong> esfuerzo y<br />

tantos los obstáculos, en la mente de millones<br />

se identifica la vida en Norteamérica con la<br />

realización personal, no porque se ignoren los<br />

maltratos y los ghettos, sino porque aun eso,<br />

de acuerdo a las expectativas de los<br />

inmigrantes, representa la condición de<br />

ciudadanos de tercera d<strong>el</strong> futuro, no d<strong>el</strong><br />

pasado.<br />

Esto no explica la insistencia de un sector,<br />

rev<strong>el</strong>ada en las encuestas, que ya no se jacta<br />

de su patriotismo, se siente a disgusto con <strong>el</strong><br />

nacionalismo, y se pronuncia por la<br />

integración a como dé lugar. Pero éstos son la<br />

minoría, y la nación no renuncia a seguir<br />

siéndolo. Tan sólo sucede que <strong>el</strong> nuevo<br />

patriotismo se concentra a la “década perdida”<br />

de los ochentas y a las opresiones d<strong>el</strong><br />

neoliberalismo.<br />

Utopías en remate: compre lo indispensable<br />

para entrar con paso firme en <strong>el</strong> siglo XXI<br />

Una jaula va por un pájaro.<br />

FRANZ KAFKA<br />

Hasta <strong>el</strong> momento, es (por así decirlo) escasa<br />

la información disponible sobre las<br />

negociaciones d<strong>el</strong> TLC en materia de cultura y<br />

los puntos de vista gubernamentales al<br />

respecto han sido: a) despreciativos, y b)<br />

paternalistas. Por eso, opto por los<br />

interrogantes:<br />

1. En notas y declaraciones llama la atención<br />

<strong>el</strong> carácter unívoco y homogéneo que se le<br />

concede a la cultura mexicana, entidad que<br />

por lo visto no necesita demostración y que<br />

conoce una etapa de esplendor o, por lo<br />

menos, de salud irreprochable. La realidad,<br />

creo, es la contraria: lo que llamamos “cultura<br />

mexicana” es un fenómeno dividido por<br />

clases, regiones, tendencias, hábitos de<br />

consumo, grupos y creadores individuales, y<br />

se enfrenta hoy a problemas severos. Entre<br />

otros y destacadamente:<br />

. La crisis de la educación primaria y<br />

secundaria, que se manifiesta en la altísima<br />

deserción escolar, la burocratización d<strong>el</strong><br />

magisterio, la incompetencia de las<br />

autoridades sumergidas sexenalmente en la<br />

creación de fórmulas “por primera vez<br />

eficaces”, la pérdida d<strong>el</strong> sentido educativo, los<br />

desniv<strong>el</strong>es profundos que ya provoca la<br />

computarización tan parcial de la enseñanza,<br />

etcétera.<br />

. La crisis de las universidades públicas en<br />

todo <strong>el</strong> país, abandonadas a su suerte<br />

presupuestal, en diversas condiciones d<strong>el</strong><br />

deterioro, con la mayor parte de su<br />

presupuesto cultural concentrado en salarios,


con un plan editorial destruido o entorpecido<br />

por las condiciones de distribución, etcétera.<br />

. La modesta eficacia sectorial y la ineficacia<br />

general d<strong>el</strong> proyecto de cultura d<strong>el</strong> Estado. Lo<br />

que sigue es toda la referencia al tema d<strong>el</strong><br />

presidente Carlos Salinas de Gortari en su III<br />

Informe d<strong>el</strong> Gobierno:<br />

La cultura se amplía por <strong>el</strong> contacto con <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>. Estos intercambios son materia de<br />

nueva creación. No podemos ni debemos<br />

<strong>el</strong>udir este diálogo, que es probablemente <strong>el</strong><br />

signo más acabado de los tiempos nuevos.<br />

<strong>México</strong>, en su historia, siempre lo ha hecho<br />

así. Mantendremos los apoyos para difundir <strong>el</strong><br />

producto de nuestra creatividad, alentar a<br />

nuestros artistas y promover su presencia en<br />

<strong>el</strong> exterior. Éste ha sido <strong>el</strong> propósito de los<br />

programas de becas y de los fondos para la<br />

promoción de la cultura. Hemos visto un<br />

incremento significativo de revistas de grupos<br />

de artistas d<strong>el</strong> extranjero. Además, se amplió<br />

la red de bibliotecas al incorporarse 157 más,<br />

con las que suman un total de 3 390 y<br />

llegarán a 5000 al término de este gobierno.<br />

La referencia es escasa, y se aplica sobre todo<br />

al sector habitual, lo que está muy bien, e<br />

ignora a las mayorías que ya exigen sus<br />

derechos culturales, a los millones de<br />

personas que, por razones d<strong>el</strong> desarrollo<br />

educativo y social están en condiciones de<br />

aprovechar un número creciente de ofertas<br />

culturales a las que por capacidad adquisitiva,<br />

desinformación y hábito no tienen acceso. Al<br />

confinarse en <strong>el</strong> público de siempre, <strong>el</strong><br />

proyecto d<strong>el</strong> Estado se reduce y acaba siendo<br />

un programa de abastecimiento de las<br />

minorías, algo siempre útil, pero distante de la<br />

calidad de proyecto nacional.<br />

. El mito de la t<strong>el</strong>evisión, entidad invencible,<br />

ha terminado por ser la gran realidad<br />

psicológica a la que se atribuyen toda suerte<br />

de victorias: es la verdadera Secretaría de<br />

Educación Pública (falso: a la primaria todavía<br />

le corresponden <strong>el</strong>ementos básicos); es la<br />

culpable de las muy frecuentes lecturas de la<br />

población (falso: ahora se lee más, la<br />

t<strong>el</strong>evisión no desplazó a los lectores que<br />

apenas había sino a las v<strong>el</strong>adas familiares); es<br />

la actividad que al no crear problemas de<br />

entendimiento ubica con precisión la inercia y<br />

la dejadez de la población (falso: es cada vez<br />

mayor <strong>el</strong> interés de grandes sectores d<strong>el</strong><br />

público por los temas de controversia, incluido<br />

<strong>el</strong> aborto). Pese a las falsedades, la t<strong>el</strong>evisión<br />

es, sin mayor oposición, la interlocutora<br />

fundamental de la sociedad, y monopolista d<strong>el</strong><br />

uso d<strong>el</strong> tiempo libre.<br />

A las mayorías, la radio o la TV les resultan<br />

los grandes interlocutores, no nada más zonas<br />

de entrenamiento sino modos de vida que, al<br />

tomarlos en cuenta (al despreciar casi<br />

cualquier jerarquización educativa: “Me<br />

interesa tanto que me vean que trato a todos<br />

como a niños”) en algo los compensa de sus<br />

limitaciones sociales. El mensaje es nítido: no<br />

tienes otra, público; acércate al espejo<br />

paradigmático; refléjate en estas tramas /<br />

canciones / frases / actitudes; adquiere, por<br />

contagio, identidad globalizada y educación<br />

sentimental. Y quien en este ámbito, habla de<br />

“manipulación cultural”, es exacto e<br />

insuficiente, al decir verdades a medias. La<br />

cultura de masas actúa sobre vencidos previos<br />

y, al encauzar la derrota, hace de la<br />

explotación <strong>el</strong> t<strong>el</strong>ón de fondo que sostiene los<br />

sueños m<strong>el</strong>odramáticos de las víctimas. No se<br />

usa tan consagratoria y determinante la idea<br />

de “manipulación”, sin aceptar que una tiranía<br />

así desmoviliza para siempre. Y la realidad<br />

ofrece amplios testimonios de lo contrario.<br />

. El entreveramiento de realidades positivas y<br />

realidades negativas. Por un lado, hay un<br />

número <strong>el</strong>evado de escritores (nov<strong>el</strong>istas,<br />

poetas, ensayistas, cronistas) de probada<br />

calidad, hay una infraestructura cultural muy<br />

amplia en la ciudad de <strong>México</strong>, hay en<br />

profusión suplementos y revistas culturales,<br />

grupos de teatro y danza, cineclubes y un<br />

sistema cada vez más frecuentado de museos.<br />

Al lado de esto, se cierran librerías, disminuye<br />

sobre todo entre estudiantes la compra de<br />

libros (que se encarecen), se reduce <strong>el</strong> tiraje<br />

promedio de 3000 a 1500 ejemplares, se<br />

acude en forma casi simbólica al mercado<br />

hispano en Estados Unidos, se pierden los<br />

mercados en América Latina y se acentúa la<br />

incomunicación editorial y cultural entre los<br />

países de habla hispana. A esto añádase la<br />

escasísima divulgación científica y, pese a los<br />

números d<strong>el</strong> triunfalismo, lo precario de la red<br />

de bibliotecas.<br />

2. Todo lo anterior no es tomado en cuenta<br />

por quienes, al hablar de cultura, dan por<br />

25


supuesta la entidad única y perfectamente<br />

identificable. Y esto conduce, en <strong>el</strong> debate<br />

sobre las consecuencias d<strong>el</strong> TLC, a la zona de<br />

miedos y reiteraciones. Se formulan (en la<br />

prensa, en radio, en t<strong>el</strong>evisión), discursos<br />

cuajados de temores, y discursos<br />

comprensivos ante la existencia de estos<br />

temores (dos formas de la banalidad). Los<br />

lugares comunes más frecuentados.<br />

• La apertura comercial, camino de la<br />

aculturación.<br />

• El TLC, destructor de la Identidad<br />

Nacional.<br />

• El TLC, promotor de la desnacionalización.<br />

Enunciar los terrores idiosincrásicos es, como<br />

en las afirmaciones sobre <strong>el</strong> nacionalismo que<br />

se “transforma profundamente” sin cambiar<br />

en lo básico, no decir nada. Para empezar, <strong>el</strong><br />

proceso de integración comercial está muy<br />

avanzado, y, también, la americanización es<br />

un fenómeno en vías de cumplir su primer<br />

centenario en <strong>México</strong>.<br />

Y la discusión se demora en las dos reacciones<br />

predilectas ante <strong>el</strong> TLC: la apocalíptica y la<br />

utópica. En <strong>el</strong> primer caso, si son previsibles<br />

desastres económicos iniciales y la condición<br />

sojuzgada d<strong>el</strong> país ante la voracidad de la<br />

economía norteamericana, no son tan claros<br />

los efectos catastróficos en <strong>el</strong> terreno de las<br />

ideas y de esa inasible “fortaleza sojuzgable”,<br />

la Identidad Nacional. Para empezar, en <strong>el</strong><br />

caso apocalíptico, mucho de lo que se teme ya<br />

sucedió y las consecuencias distan de ser hoy<br />

<strong>el</strong> factor determinante. Vigilar, como se nos<br />

dice, “<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de penetración ideológica”<br />

equivale a promover las inadmisibles aduanas<br />

ideológicas.<br />

El sentimiento apocalíptico es, ante todo, la<br />

vocación escénica que, guiada de seguro por<br />

sentimientos nobles, protege <strong>el</strong> objeto de su<br />

amor insistiendo en las prevenciones cuyo<br />

fondo es la censura. Pero <strong>el</strong> problema no es la<br />

virginidad de las culturas, sino la destrucción<br />

de las economías, la subordinación de la<br />

nación al rango primordial de productora de<br />

materias primas y exportadora de mano de<br />

obra barata, la incapacidad de competir de un<br />

empresariado robustecido gracias a la<br />

protección y la complicidad de los gobiernos<br />

que le han garantizado su fluidez oligopólica,<br />

26<br />

y que carece casi por completo de recursos en<br />

materia de competencia internacional.<br />

Hasta ahora, llama más la atención <strong>el</strong> tono<br />

apocalíptico porque se le identifica con la<br />

visión de los vencidos, con <strong>el</strong> lamento<br />

tradicional de los nacionalismos aplastados<br />

por <strong>el</strong> progreso, Pero, creo, es de<br />

consecuencias más lamentables <strong>el</strong> sentimiento<br />

(de funcionarios y empresarios principalmente<br />

pero no únicamente) que deposita la utopía<br />

integral en <strong>el</strong> TLC. Tal alucinación es, de<br />

hecho, la renuncia a problematizar, dando por<br />

sentado que <strong>el</strong> solo acto de la firma liquida de<br />

los siglos de atraso y escasez. Mucho antes de<br />

que sepamos en qué consistirá <strong>el</strong> TLC, se le<br />

declara <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> sitio arrinconado de la nación<br />

(léase su clase dirigente) en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. A la<br />

globalización, a la prosperidad, al Primer<br />

Mundo, por vía d<strong>el</strong> TLC.<br />

¿Y cómo ubicar <strong>el</strong> tema de la cultura en <strong>el</strong><br />

paisaje amenizado por las prevenciones y<br />

vu<strong>el</strong>to festivo por la grandilocuencia de la<br />

esperanza? En <strong>el</strong> Sexenio de las Expectativas,<br />

<strong>el</strong> TLC es algo más que un hecho comercial y<br />

político; es, para una minoría en expansión, la<br />

vía de ingreso a la r<strong>el</strong>igión d<strong>el</strong> Mercado Libre.<br />

Poco importa si en lo cultural las industrias<br />

aún no son competitivas, si no se tiene<br />

capacidad de producción de programas, si <strong>el</strong><br />

mercado d<strong>el</strong> libro es muy restringido, si las<br />

desventajas comparativas son aplastantes, si<br />

los controles de la tecnología radican por<br />

entero en <strong>el</strong> exterior. Todo esto nada significa.<br />

Lo que cuenta es la reverencia ante la<br />

mentalidad triunfadora. Y ésta, creo, es la<br />

primera y la más resonante de las<br />

consecuencias culturales de un Tratado al<br />

que, todavía, nos aproximamos por fe y no<br />

por demostración.<br />

Una extraordinaria foto de Graci<strong>el</strong>a Iturbide<br />

sintetiza <strong>el</strong> proceso: la indígena seri, de<br />

espaldas, va subiendo la sierra y en la mano<br />

lleva <strong>el</strong> aparato que neutralizará o vencerá a<br />

la soledad: <strong>el</strong> radio gigantesco. Los<br />

defensores de la identidad indígena la<br />

censurarán por su predilección, pero <strong>el</strong>los no<br />

están allí en la sierra, para aliviarle la inmensa<br />

monotonía. Por razones similares a las de la<br />

mujer tarahumara, en las etnias las jóvenes<br />

abandonan los trajes típicos, y los jóvenes<br />

adoptan indumentarias punk o de chavos<br />

alivianados. Las comunidades prosiguen,


afectadas o beneficiadas (según se juzgue)<br />

por la necesidad de acercarse a los núcleos de<br />

la modernidad, y todo sigue igual salvo que es<br />

muy distinto.<br />

En la era de las importaciones, de las<br />

privatizaciones a ultranza, d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

unipolar, una predicción es posible: en su<br />

gran mayoría, ante <strong>el</strong> impulso de la<br />

americanización, los mexicanos, cada uno a su<br />

manera, harán caso d<strong>el</strong> consejo de Sedar<br />

Senghor: asimilar sin asimilarse.<br />

27


INTRODUCCIÓN<br />

28<br />

MÉXICO PROFUNDO<br />

Una civilización negada<br />

Guillermo Bonfil Batalla<br />

Este libro tiene un doble propósito. Por una<br />

parte, intenta presentar una visión<br />

panorámica de la presencia ubicua y<br />

multiforme de lo indio en <strong>México</strong>. Lo indio: la<br />

persistencia de la civilización mesoamericana<br />

que encarna hoy en pueblos definidos (los<br />

llamados comúnmente grupos indígenas),<br />

pero que se expresa también, de diversas<br />

maneras, en otros ámbitos mayoritarios de la<br />

sociedad nacional que forman, junto con<br />

aquéllos, lo que aquí llamo <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

profundo. Por otra parte, con base en <strong>el</strong><br />

reconocimiento d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo, se<br />

proponen argumentos para una reflexión más<br />

amplia, que nos debe incumbir a todos los<br />

mexicanos: ¿qué significa en nuestra historia,<br />

para nuestro presente y, sobre todo, para<br />

nuestro futuro, la coexistencia aquí de dos<br />

civilizaciones, la mesoamericana y la<br />

occidental?<br />

Podría parecer que reflexionar sobre <strong>el</strong><br />

problema de la civilización es inoportuno,<br />

cuando <strong>el</strong> país atraviesa por circunstancias<br />

difíciles y afronta problemas de todo orden<br />

(económicos, políticos, sociales) que exigen<br />

solución inmediata; ante la urgencia de las<br />

demandas actuales, ¿qué sentido tiene pensar<br />

en la civilización. . .? Yo creo que lo tiene, y<br />

muy profundo. Más aún: planteo que los<br />

problemas inmediatos, los que hoy nos<br />

agobian con su presencia crecida y<br />

simultánea, se comprenderán sólo aislada y<br />

parcialmente (y en, consecuencia, se podrán<br />

resolver sólo parcial y aisladamente en <strong>el</strong><br />

mejor de los casos) si no se enmarcan en <strong>el</strong><br />

dilema no resu<strong>el</strong>to que nos plantea la<br />

presencia de dos civilizaciones. Porque dos<br />

civilizaciones significan dos proyectos<br />

civilizatorios, dos mod<strong>el</strong>os ideales de la<br />

sociedad a la que se aspira, dos futuros<br />

posibles diferentes. Cualquier decisión que se<br />

tome para reorientar al país, cualquier camino<br />

que se emprenda con la esperanza de salir de<br />

la crisis actual, implica una opción en favor de<br />

uno de esos proyectos civilizatorios y en<br />

contra d<strong>el</strong> otro.<br />

La historia reciente de <strong>México</strong>, la de los<br />

últimos 500 años, es la historia d<strong>el</strong><br />

enfrentamiento permanente entre quienes<br />

pretenden encauzar al país en <strong>el</strong> proyecto de<br />

la civilización occidental y quienes resisten<br />

arraigados en formas de vida de estirpe<br />

mesoamericana. El primer proyecto llegó con<br />

los invasores europeos pero no se abandonó<br />

con la independencia: los nuevos grupos que<br />

tomaron <strong>el</strong> poder, primero los criollos y<br />

después los mestizos, nunca renunciaron al<br />

proyecto occidental. No han renunciado a él;<br />

sus diferencias y las luchas que los dividen<br />

expresan sólo divergencias sobre la mejor<br />

manera de llevar ad<strong>el</strong>ante <strong>el</strong> mismo proyecto.<br />

La adopción de ese mod<strong>el</strong>o ha dado lugar a<br />

que se cree, dentro d<strong>el</strong> conjunto d<strong>el</strong> sociedad<br />

mexicana, un país minoritario que se organiza<br />

según normas, aspiraciones y propósitos de la<br />

civilización occidental que no son compartidos<br />

(o lo son desde otra perspectiva) por <strong>el</strong> resto<br />

de la población nacional; a ese sector, que<br />

encarna e impulsa <strong>el</strong> proyecto dominante en<br />

nuestro país, lo llamo aquí <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario.<br />

Las r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y <strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> imaginario han sido conflictivas<br />

durante los cinco siglos que lleva su<br />

confrontación. El proyecto occidental d<strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> imaginario ha sido excluyente y<br />

negador de la civilización mesoamericana; no<br />

ha habido lugar para una convergencia de<br />

civilizaciones que anunciara su paulatina<br />

fusión para dar paso a un nuevo proyecto,<br />

diferente de los dos originales pero nutrido de<br />

<strong>el</strong>los. Por lo contrario, los grupos que<br />

encarnan los proyectos civilizatorios<br />

mesoamericano y occidental se han<br />

enfrentado permanentemente, a veces en<br />

forma violenta, pero de manera continua en<br />

los actos de sus vidas cotidianas con los que<br />

ponen en practica los principios profundos de<br />

sus respectivas matrices de civilización.<br />

Tal enfrentamiento no se da entre <strong>el</strong>ementos<br />

culturales, sino entre los grupos sociales que<br />

portan, usan y desarrollan esos <strong>el</strong>ementos.<br />

Son esos grupos que participan de dos<br />

civilizaciones distintas, los que a lo largo de<br />

medio milenio han mantenido una oposición<br />

constante, porque <strong>el</strong> origen colonial de la<br />

sociedad mexicana ha provocado que los<br />

grupos y clases dominantes d<strong>el</strong> país sean,<br />

simultáneamente, los partícipes e impulsores


d<strong>el</strong> proyecto occidental, los creadores d<strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> imaginario, en tanto que en la base de<br />

la pirámide social resisten los pueblos que<br />

encarnan la civilización mesoamericana,<br />

sustentos d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo. La<br />

coincidencia de poder y civilización occidental,<br />

en un polo, y sujeción y civilización<br />

mesoamericana en <strong>el</strong> otro, no es una<br />

coincidencia fortuita, sino <strong>el</strong> resultado<br />

necesario de una historia colonial que hasta<br />

ahora no ha sido canc<strong>el</strong>ada en <strong>el</strong> interior de la<br />

sociedad mexicana. Una característica<br />

sustantiva de toda sociedad colonial es que <strong>el</strong><br />

grupo invasor, que pertenece a una cultura<br />

distinta de la de los pueblos sobre los que<br />

ejerce su dominio, afirma ideológicamente su<br />

superioridad inmanente en todos los órdenes<br />

de la vida y, en consecuencia, niega y excluye<br />

a la cultura d<strong>el</strong> colonizado. La descolonización<br />

de <strong>México</strong> fue incompleta: se obtuvo la<br />

independencia frente a España, pero no se<br />

<strong>el</strong>iminó la estructura colonial interna, porque<br />

los grupos que han detentado <strong>el</strong> poder desde<br />

1821 nunca han renunciado al proyecto<br />

civilizatorio de occidente ni han superado la<br />

visión distorsionada d<strong>el</strong> país que es<br />

consustancial al punto de vista de colonizador.<br />

Así, los diversos proyectos nacionales<br />

conforme a los cuales se ha pretendido<br />

organizar a la sociedad mexicana en los<br />

distintos periodos de su historia<br />

independiente, han sido en todos los casos<br />

proyectos encuadrados exclusivamente en <strong>el</strong><br />

marco de la civilización occidental, en los que<br />

la realidad d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo no tiene<br />

cabida y es contemplada únicamente como<br />

símbolo de atraso y obstáculo a vencer.<br />

El <strong>México</strong> profundo, entre tanto, resiste<br />

ap<strong>el</strong>ando a las estrategias más diversas según<br />

las circunstancias de denominación a que es<br />

sometido. No es un <strong>mundo</strong> pasivo, estático,<br />

sino que vive en tensión permanente. Los<br />

pueblos de <strong>México</strong> profundo crean y recrean<br />

continuamente su cultura, la ajustan a las<br />

presiones cambiantes, refuerzan sus ámbitos<br />

propios y privados, hacen suyos <strong>el</strong>ementos<br />

culturales ajenos para ponerlos a su servicio,<br />

reiteran cíclicamente los actos colectivos que<br />

son una manera de expresar y renovar su<br />

identidad propia; callan o se reb<strong>el</strong>an, según<br />

una estrategia afinada por siglos de<br />

resistencia.<br />

En los momentos actuales, cuando <strong>el</strong> proyecto<br />

d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario se resquebraja y hace<br />

agua por todas partes, resulta indispensable<br />

repensar <strong>el</strong> país y su proyecto. Sería<br />

irresponsable y suicida pretender hallar<br />

soluciones a la crisis sin tomar en cuenta lo<br />

que realmente somos y lo que realmente<br />

tenemos para salir ad<strong>el</strong>ante. No podemos<br />

seguir manteniendo los ojos cerrados ante <strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> profundo; no podemos seguir<br />

ignorando y negando <strong>el</strong> potencial que<br />

representa para <strong>el</strong> país la presencia viva de la<br />

civilización mesoamericana. No deberíamos<br />

seguir desgastando la energía y los recursos<br />

en <strong>el</strong> empeño de sustituir la realidad de la<br />

mayoría de la sociedad mexicana, en vez de<br />

crear las condiciones para que esa realidad se<br />

transforme a partir de su propia potencialidad,<br />

esa fuerza creadora que no ha podido<br />

explayarse en todos los ámbitos, porque la<br />

dominación colonial la ha negado y la ha<br />

forzado a enquistarse en la resistencia para<br />

sobrevivir.<br />

De lo que se trata, pues, cuando se propone<br />

aquí una reflexión sobre <strong>el</strong> dilema de la<br />

civilización en <strong>México</strong>, es la necesidad de<br />

formular un nuevo proyecto de nación que<br />

incorpore como capital activo todo lo que<br />

realmente forma <strong>el</strong> patrimonio que los<br />

mexicanos hemos heredado: no sólo los<br />

recursos naturales sino también las diversas<br />

formas de ententerdos y aprovecharlos, a<br />

través de conocimientos y tecnologías que son<br />

la herencia histórica de los diversos pueblos<br />

que componen la nación; no sólo la fuerza de<br />

trabajo individual de millones de<br />

compatriotas, sino las formas de organización<br />

para la producción y <strong>el</strong> consumo que persisten<br />

en <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y han hecho posible su<br />

sobrevivencia; no sólo los conocimientos que<br />

con mucho esfuerza se han ido acumulando<br />

(más que desarrollando) en <strong>México</strong> y que<br />

pertenecen a la adición occidental, sino toda<br />

la rica gama de conocimientos que son<br />

producto de la experiencia milenaria d<strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> profundo. En fin, lo que requerimos es<br />

encontrar los caminos para que florezca <strong>el</strong><br />

enorme potencial cultural que contiene la<br />

civilización negada de <strong>México</strong>, porque con es<br />

civilización, y no contra <strong>el</strong>la, es como<br />

podremos construir un proyecto real, nuestro,<br />

que desplace de una vez para siempre al<br />

proyecto d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario que está<br />

dando las pruebas finales de su invalidez.<br />

29


La presente obra está organizada en tres<br />

partes. En la primera, intento presentar una<br />

imagen general de la presencia de la<br />

civilización mesoamericana en <strong>el</strong> <strong>México</strong> de<br />

hoy. Una presencia innegable que esta en <strong>el</strong><br />

paisaje, en los nombres, en los rostros, a todo<br />

lo largo y ancho d<strong>el</strong> País. Trazo, para darle a<br />

esa presencia la profundidad histórica que le<br />

corresponde, un breve esbozo d<strong>el</strong> surgimiento<br />

y desarrollo de la civilización mesoamericana<br />

hasta <strong>el</strong> momento de la invasión europea:<br />

mucho de lo que tenemos aquí y nos será<br />

indispensable para construir <strong>el</strong> futuro, tiene<br />

tras de sí una historia milenaria. La atención<br />

se centra, después, en la descripción apretada<br />

y sintética de la civilización mesoamericana tal<br />

como vive hoy en la cultura de los pueblos<br />

indios: es un esfuerzo por construir una<br />

imagen unitaria, por encima de las<br />

particularidades que expresan <strong>el</strong> carácter<br />

individual de cada cultura concreta. Al mismo<br />

tiempo, hago <strong>el</strong> intento de mostrar la<br />

coherencia interna de las culturas de estirpe<br />

mesoamericana, que se explica porque los<br />

pueblos que participan de <strong>el</strong>las conservan una<br />

cosmovisión en la que están implícitos los<br />

valores más profundos de la civilización<br />

mesoamericana, los que conforman la matriz<br />

cultural que da sentido a todos sus actos.<br />

A continuación se explora la presencia de la<br />

civilización mesoamericana en otros grupos de<br />

la sociedad mexicana que no se reconocen a sí<br />

mismos como indios. Aquí se pone en<br />

evidencia la desindianización, esto es, la<br />

pérdida de la identidad colectiva original como<br />

resultado d<strong>el</strong> proceso de dominación colonial.<br />

El cambio de identidad, sin embargo, no<br />

implica necesariamente la pérdida de la<br />

cultura india, como lo prueba la realidad de<br />

las comunidades campesinas tradicionales que<br />

se identifican como mestizas. Aun en las<br />

ciudades, bastiones históricos d<strong>el</strong> poder<br />

colonizador, es posible hallar la presencia de<br />

la cultura india, que se manifiesta en diversas<br />

formas, unas que provienen de procesos<br />

antiguos (la existencia de los barrios indios), y<br />

otras que resultan de fenómenos sociales más<br />

recientes (la inmigración d<strong>el</strong> campo a la<br />

ciudad).<br />

La primera parte concluye con una rápida<br />

visión de lo que ocurre en otros sectores de la<br />

sociedad mexicana, aquéllos que encarnan al<br />

<strong>México</strong> imaginario propulsor d<strong>el</strong> proyecto<br />

30<br />

civilizatorio occidental. No se intenta más que<br />

representar algunos rasgos de la cultura de<br />

esos grupos, particularmente los que rev<strong>el</strong>an<br />

su r<strong>el</strong>ación contradictoria con <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

profundo, ya que <strong>el</strong> énfasis se ha puesto en<br />

secar a la luz <strong>el</strong> rostro oculto de la gran masa<br />

de la población cuya vida está organizada en<br />

torno a una matriz cultural mesoamericana.<br />

La imagen de <strong>México</strong> que se obtiene con esta<br />

esquemática radiografía nos muestra un país<br />

heterogéneo y plural, con una gran variedad<br />

de culturas que no forman una secuencia<br />

continua, esto es, que no se trata de<br />

sociedades con distintos grados de desarrollo<br />

dentro de una escala común; lejos de <strong>el</strong>lo: lo<br />

que se perfila nítidamente es la división entre<br />

formas culturales que corresponden a dos<br />

civilizaciones diferentes, nunca fusionadas<br />

aunque sí interpenetradas. Los vínculos entre<br />

estos dos universos culturales son los que<br />

corresponden a una situación de<br />

denominación en la que <strong>el</strong> sector d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario intenta subordinar a sus proyectos<br />

al resto de la población. He ahí <strong>el</strong> dilema de la<br />

cultura mexicana que nos introduce a la<br />

segunda parte.<br />

Ahora se trata de entender cómo llegamos a<br />

donde estamos, cuáles son las líneas<br />

principales d<strong>el</strong> proceso histórico que ha<br />

conducido a la sociedad mexicana a negar la<br />

parte sustancial de sí misma y a emprender<br />

reiteradamente un proyecto de sustitución y<br />

no de desarrollo. No intento hacer un resumen<br />

puntual de la historia de los últimos cinco<br />

siglos; busco tan sólo destacar tendencias<br />

generales y momentos clave que ayudan a<br />

explicar la persistencia de un proyecto<br />

externo, colonial, que se ha actualizado pero<br />

que no ha cambiado sustancialmente desde<br />

que los criollos novohispanos comenzaron a<br />

imaginar la independencia hasta nuestros<br />

días. Ese recuento s<strong>el</strong>ectivo de la historia nos<br />

permite entender, por otra parte, las diversas<br />

maneras en que se ha agredido a los pueblos<br />

de estirpe mesoamericana y a sus culturas, en<br />

<strong>el</strong> secular empeñó por negarlos y someterlos<br />

al orden propuesto por los sucesivos grupos<br />

dominantes.<br />

Para concluir esa sección se expone de<br />

manera sucinta la respuesta d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

profundo a la dominación colonial. Las formas<br />

de resistir han sido muy variadas, desde la


defensa armada y la reb<strong>el</strong>ión hasta <strong>el</strong> apego<br />

aparentemente conservador a las prácticas<br />

tradicionales. He intentado mostrar que todas<br />

esas formas de resistencia son finalmente<br />

facetas de una misma lucha, permanente,<br />

tenaz: la lucha de cada pueblo y de todos en<br />

conjunto por segur siendo <strong>el</strong>los mismos; su<br />

decisión de no renunciar a ser los<br />

protagonistas de su propia historia.<br />

La parte final está destinada a proponer una<br />

reflexión sobre la situación actual y <strong>el</strong> futuro<br />

de <strong>México</strong>, a partir de lo expuesto en los<br />

capítulos anteriores. Intento presentar <strong>el</strong> país<br />

que heredamos en dos vertientes: la quiebra<br />

d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de desarrollo que se venia<br />

impulsando, con sus desastrosas<br />

consecuencias y los p<strong>el</strong>igros inmenentes que<br />

implicaría empeñarse en sacarlo una vez más<br />

ad<strong>el</strong>ante; y la otra cara de la medalla: lo que<br />

sí tenemos y con lo que deberemos construir<br />

muestro verdadero futuro. A partir de esas<br />

consideraciones se plantean las opciones<br />

posibles para construir un nuevo proyecto<br />

manional, que debe estar enmarcado en un<br />

proyecto civilizatorio que haga explícita<br />

nuestra realidad, no que la oculte. Son<br />

apuntes para un debate in<strong>el</strong>udible y urgente,<br />

en <strong>el</strong> que es necesario poner en primer<br />

término la cuestión de la democracia. Pero no<br />

la democracia formal, dócil y torpemente<br />

calcada de occidente, sino la democracia real,<br />

la que debe derivarse de nuestra historia y<br />

responder a la composición rica y variada de<br />

la sociedad mexicana. Este es, también, un<br />

problema de civilización.<br />

Este libro fue preparado y escrito entre mayo<br />

de 1985 y abril de 1987 y su redacción fue mi<br />

tarea principal, durante ese lapso, como<br />

investigador d<strong>el</strong> Centro de Investigaciones y<br />

Estudios <strong>Superior</strong>es de Antropología Social.<br />

Durante <strong>el</strong> primer año me dediqué a construir<br />

un mod<strong>el</strong>o de análisis que me permitiera<br />

aproximarme con mayor claridad al tema y<br />

me sirviera como hilo conductor que le diera<br />

unidad a una obra que toca tantos y tan<br />

variados aspectos de la realidad histórica y<br />

presente de <strong>México</strong>. El mod<strong>el</strong>o analítico quedó<br />

formulado en un ensayo, “La teoría d<strong>el</strong> control<br />

cultural en <strong>el</strong> estudio de procesos étnicos”,<br />

cuya primera versión sirvió como marco de<br />

referencia para <strong>el</strong> seminario que dirifí sobre <strong>el</strong><br />

mismo tema en <strong>el</strong> Programa de Doctorado d<strong>el</strong><br />

CIESAS, entre enero y octubres de 1986; los<br />

aportes y las criticas de los participantes<br />

fueron tomados en cuenta para redactar la<br />

versión final d<strong>el</strong> aqu<strong>el</strong> ensayo.<br />

El lector encontrará algunas referencias a la<br />

teoría d<strong>el</strong> control cultural en varias secciones<br />

de este libro; sólo las indispensables para<br />

aclarar <strong>el</strong> sentido con <strong>el</strong> que se emplean aquí<br />

términos como cultura propia y cultura ajena,<br />

control cultural, procesos de resistencia,<br />

apropiación, innovación, imposición,<br />

enajenación y supresión, así como <strong>el</strong><br />

contenido que doy a los conceptos de grupo<br />

‘étnico e identidad étnica. Pero, fuera de esos<br />

párrafos aclaratorios, opté por no exponer<br />

aquí la teoría d<strong>el</strong> control cultural, aunque se<br />

halle implícita en <strong>el</strong> enfoque general de la<br />

obra. Tomé esa decisión porque escribí <strong>el</strong> libro<br />

pensando en un lector no especializado, para<br />

quien esa discusión teórica y metodológica<br />

resultaría farragosa y no aportaría nada<br />

sustancial en términos de los propósitos que<br />

me guiaron al emprender esta obra.<br />

Por la misma razón anterior he <strong>el</strong>iminado d<strong>el</strong><br />

texto las notas de pie de página y las<br />

referencias bibliográficas precisas, que<br />

tendemos a suponer que dan seriedad y<br />

prueban <strong>el</strong> rigor de un trabajo académico.<br />

Decidí redactar de una manera más libre,<br />

menos constreñida por los hábitos externos<br />

d<strong>el</strong> quehacer investigativo en las ciencias<br />

sociales, con <strong>el</strong> fin de llegar en forma más<br />

sencilla, clara y directa aun público mayor que<br />

<strong>el</strong> que está acostumbrado a leer libros<br />

académicos. El lector interesado en<br />

profundizar sobre alguno de los temas que<br />

aquí se abordan encontrará en <strong>el</strong> Apéndice<br />

algunas sugerencias para lecturas posteriores.<br />

Ese Apéndice cumple también la función de<br />

dar crédito a las principales obras de las que<br />

he tomado los datos para fundamentar esta<br />

visión de <strong>México</strong>. Sólo las principales y tal vez<br />

las de consulta más reciente, porque una obra<br />

como ésta representa, a fin de cuentas, un<br />

intento de síntesis de muchas cosas<br />

aprendidas de muy distintas fuentes a lo largo<br />

de los años. Hubiera sido tarea improba, y en<br />

<strong>el</strong> fondo inútil, tratar de precisar en detalle de<br />

dónde proceden los datos en que me baso<br />

para hacer tal o cual generalización o<br />

afirmación. Los especialistas podrán hallar sin<br />

demasiado esfuerzo los aspectos puntuales en<br />

los que un análisis global como <strong>el</strong> que aquí se<br />

intenta resulta inexacto. sólo confío en que las<br />

31


grandes líneas en que descansan mis<br />

argumentos no se vean invalidadas por las<br />

inexactitudes que difícilmente habré evitado.<br />

En otro campo, <strong>el</strong> de las ideas, sé que éste no<br />

es un libro individual, aunque sólo yo figure<br />

como autor. Es, en un doble sentido, un libro<br />

colectivo. En una vertiente, porque somos<br />

varios los que desde una perspectiva<br />

académica y política sentimos de años atrás la<br />

necesidad de explorar <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo,<br />

seguros de que en él están claves y<br />

respuestas indispensables para encontrar los<br />

caminos de un futuro mejor. He saqueado sin<br />

remordimientos alguno las reflexiones, los<br />

datos y las intuiciones de muchos colegas y<br />

amigos que van por la misma ruta; por eso<br />

este libro también es suyo, aunque sin<br />

responsabilidad alguna para <strong>el</strong>los en cuanto a<br />

fallas y limitaciones. La otro vertiente, la más<br />

sólida y rica, la conforman los millones de<br />

mexicanos que con su vida hacen vivir <strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> profundo, los que en su práctica diaria,<br />

en su pensamiento y en su esperanza,<br />

renuevan sin cesar los fundamentos que<br />

hacen posible, todavía, la convicción de que<br />

son portadores de un proyecto civilizatorio<br />

que puede también ser nuestro. De <strong>el</strong>los he<br />

querido aprender. Este balbuceo de traducción<br />

de lo que llevo aprendido, sólo puede estar<br />

dedicado a <strong>el</strong>los: a los indios de <strong>México</strong>.<br />

Advándaro y ciudad de <strong>México</strong>, 1985-1987<br />

32<br />

CIVILIZACIÓN Y ALTERNATIVAS<br />

Sustitución, fusión o pluralismo<br />

De alguna manera, tenemos que definir y<br />

echar a andar un nuevo proyecto nacional. El<br />

riesgo de no hacerlo, serbia ac<strong>el</strong>erar la<br />

descomposición interna, acentuar las<br />

contradicciones, alentar las fuerzas<br />

centrífugas, que no son convergentes sino<br />

divergentes de la propia idea de nación<br />

independiente y derribar los muros que,<br />

aunque seriamente debilitados hoy, todavía<br />

nos permiten aspirar a que la dependencia no<br />

se transforme en disolución d<strong>el</strong> país. <strong>México</strong><br />

sigue siendo viable, por su extensión, por la<br />

magnitud de su población, por su<br />

potencialidad productiva y, sobre todo, por los<br />

recursos culturales que ha sabido conservar<br />

su pueblo. Es viable; pero no lo será<br />

necesariamente si <strong>el</strong> nuevo proyecto nacional<br />

se construye al margen de nuestra realidad,<br />

ignorando los procesos históricos y de<br />

civilización que están vigentes aquí y que son<br />

resultado de una historia profunda. El<br />

proyecto nacional tiene que definirse en<br />

terminus civilizatorios.<br />

Una primera opción posible consistiría en<br />

insistir en <strong>el</strong> proyecto sustitutivo, en <strong>el</strong> que he<br />

llamado, a lo largo de esta obra, <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario. Descansa –valga repetirlo- en la<br />

convicción de que una parte sustantiva de la<br />

realidad d<strong>el</strong> país, aqu<strong>el</strong>la que proviene de la<br />

civilización mesoamericana y que conforma <strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> profundo, debe ser sustituida por una<br />

realidad distinta que se ha presentado con<br />

diferentes ropajes según Los momentos<br />

históricos d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario, pero que<br />

siempre resulta ser una versión poco<br />

maquillada de la civilización occidental. El<br />

mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> país al que se aspira está copiado<br />

en todos los casos de algún otro país al que se<br />

le reconoce la condición de avanzado, según<br />

los parámetros de la civilización occidental. En<br />

la etapa actual, <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o a perseguir es <strong>el</strong> de<br />

un país industrializado que asegure a sus<br />

habitantes niv<strong>el</strong>es de consumo cada vez más<br />

altos, particularmente consumo de bienes<br />

materiales. Las alternativas de organización<br />

política y económica para alcanzar esa meta,<br />

se presentan como opuestas e irreconciliables<br />

(capitalismo o socialismo, por ejemplo); pero<br />

los objetivos últimos son los mismos y sólo se<br />

polemiza sobre cuál camino es mejor o más<br />

corto. El proyecto civilizatorio es uno solo y se<br />

define a partir de los mismos supuestos<br />

básicos: la historia es un proceso infinito de<br />

avence rectilíneo; <strong>el</strong> vance consiste en un<br />

dominio y una capacidad de explotación de la<br />

naturaleza cada vez mayores, en beneficio d<strong>el</strong><br />

hombre; los beneficios que genera <strong>el</strong> avance<br />

se expresan y realizan en un consumo cada<br />

vez mayor; la trascendencia d<strong>el</strong> hombre se<br />

cumple en este proceso. En estos supuestos<br />

de la civilización occidental descansan sus<br />

escalas valorativas y sus definiciones: <strong>el</strong><br />

trabajo como un mal necesario que se debe<br />

reducir con <strong>el</strong> avance histórico; la naturaleza<br />

como un enemigo a vencer, porque <strong>el</strong> hombre<br />

se realiza más cuanto más se “independice”<br />

de la naturaleza; la mayor producción y <strong>el</strong><br />

mayor consumo de bienes son valores<br />

absolutos, inmanentes, que no requieren<br />

justificación alguna.


Conforme a este proyecto de civilización, no<br />

queda más remedio que aceptar que <strong>México</strong><br />

es un país atrasado y subdesarrollado. Y peor<br />

todavía: que lo será cada día más, si la<br />

distancia que nos separa de los países<br />

desarrollados de occidente continúa<br />

agrandándose, como es y ha sido la<br />

tendencia. Cada vez resulta más difícil<br />

imaginar cómo diablos vamos a llegar a ser un<br />

país de punta. Y, naturalmente, es <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

profundo, los indios, los campesinos, los<br />

marginados urbanos, los que encarnan de<br />

manera evidente <strong>el</strong> atraso y <strong>el</strong> subdesarrollo<br />

d<strong>el</strong> país. Las razones pueden discutirse: para<br />

algunos será exclusivamente la explotación a<br />

que están sujetos esos grupos, la que<br />

explique su no participación en <strong>el</strong> <strong>México</strong> “ en<br />

vías de desarrollo”; para otros la causa es la<br />

flojera, la ignorancia y la falta de iniciativa de<br />

quienes integran esos sectores. En <strong>el</strong> primer<br />

caso se señala un hecho cierto, la explotación<br />

sistemática, multifacética y brutal d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

profundo, pero se extrae una conclusión<br />

apresurada porque se deja de lado otro hecho<br />

fundamental: la existencia de una civilización<br />

diferente, que cuestiona la suposición de que,<br />

atenuada o erradicada la explotación, los<br />

integrantes de estos grupos adoptarían, sin<br />

más <strong>el</strong> proyecto occidental d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario. Por eso esta manera de analizar la<br />

situación d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo es también<br />

occidental y conduce a un proyecto<br />

sustitutivo: porque no admite más futuro que<br />

<strong>el</strong> que se deriva d<strong>el</strong> proyecto civilizatorio<br />

occidental. La segunda manera de entender <strong>el</strong><br />

problema hace lo mismo, pero de manera<br />

hipócrita y más ingenua: <strong>el</strong>imina d<strong>el</strong> análisis<br />

<strong>el</strong> problema de la explotación y no sólo le<br />

niega futuro a la civilización mesoamericana<br />

sino que le atribuye las causas d<strong>el</strong> “atraso” de<br />

quienes participan de <strong>el</strong>la.<br />

Por uno y otro camino, y por las veredas<br />

intermedias, se llega a la misma conclusión:<br />

hay que generalizar <strong>el</strong> proyecto d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario, lo que implica la sustitución de las<br />

culturas afiliadas a la civilización<br />

mesoamericana.<br />

Hoy, tras la quiebra de la ilusión, la<br />

reformulación d<strong>el</strong> proyecto sustitutivo tendría<br />

que hacerse con muchas limitaciones y<br />

vergonzantes ajustes. Hasta <strong>el</strong> momento, las<br />

acciones gubernamentales se encaminan en<br />

ese sentido, en tanto que otros pormotores y<br />

beneficiarios d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario dudan<br />

entre sumarse a ese empeño o buscar<br />

alternativas y seguridad personal en otra<br />

parte. La previsible agudización de la crisis en<br />

sus aspectos económicos y políticos ac<strong>el</strong>eraría<br />

la definición de posiciones entre quienes se<br />

obstinan en no ver otro camino que <strong>el</strong><br />

señalado por <strong>el</strong> proyecto sustitutivo de corte<br />

occidental.<br />

Habrá quienes, sin abandonar las directrices y<br />

los objetivos fundamentales d<strong>el</strong> proyecto<br />

anterior, insistan en que puede convertirse en<br />

un proyecto nacional, mestizo. En apariencia,<br />

se renuncia aquí a la sustitución, se admite<br />

que hay valores positivos en la civilización<br />

mesoamericana que deben incorporarse al<br />

proyecto nacional y se postula la fusión de<br />

civilizaciones como la vía para crear una<br />

auténtica cultura nacional (y, por tanto, un<br />

proyecto nacional legítimo y viable). En<br />

páginas anteriores he intentado mostrar la<br />

falacia de lo que se ha llamado la cultura<br />

mexicana “mestiza”; no insistiré en ese punto.<br />

Pero sí conviene recordar que la integración<br />

de dos o más culturas distintas para formar<br />

una nueva es un proceso posible, pero de muy<br />

larga duración histórica. Los factores que<br />

conducen a la cristalización de una nueva<br />

cultura no están sujetos a la voluntad de los<br />

individuos sino que resultan de amplios<br />

procesos sociales en los que intervienen<br />

sucesivamente varias generaciones. La fusión<br />

de las culturas y civilizaciones que coexisten<br />

en <strong>México</strong> puede ocurrir, pero lo seguro es<br />

que no ocurrirá en un futuro previsible y,<br />

desde luego, no será <strong>el</strong> resultado de un<br />

decreto nide las acciones de una o dos<br />

generaciones.<br />

En <strong>el</strong> fondo, tras muchas de las iniciativas y<br />

actividades encaminadas a reforzar <strong>el</strong><br />

proyecto de una cultura nacional mestiza, lo<br />

que hay es <strong>el</strong> intento de aceitar la maquinaria<br />

de imposición y expansión d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario. Se trata de remover obstáculos<br />

demasiado evidentes haciendo ciertas<br />

concesiones, más de forma que de fondo, a la<br />

práctica cultural real d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y de<br />

maquillar con un poco de color local la<br />

evidente condición occidental d<strong>el</strong> proyecto<br />

imaginario. El problema central sigue siendo<br />

<strong>el</strong> mismo: la incapacidad para reconocer y<br />

aceptar al otro, que en este caso es la otra<br />

civilización, la mesoamericana. Sin <strong>el</strong><br />

33


econocimiento y la aceptación como pasos<br />

previos, no hay manera de hablar en serio de<br />

un proyecto de fusión o mestizaje cultural.<br />

Hay otra alternativa, que parte precisamente<br />

d<strong>el</strong> reconocimiento y la aceptación de la<br />

civilización mesoamericana con todas las<br />

consecuencias que <strong>el</strong>lo implica. Este serbia un<br />

proyecto nacional organizado a partir d<strong>el</strong><br />

pluralismo cultural y en <strong>el</strong> que ese pluralismo<br />

no se entienda como obstáculo a vencer sino<br />

como <strong>el</strong> contenido mismo d<strong>el</strong> proyecto: se<br />

trata de desarrollar una nación pluricultural<br />

sin pretender que deje de ser eso: una nación<br />

pluricultural.<br />

Por supuesto, <strong>el</strong> reto no es fácil. Espero haber<br />

dado suficientes argumentos para mostrar que<br />

las diferencias entre culturas, especialmente<br />

cuando pertenecen a civilizaciones distintas,<br />

son diferencias profundas: en su orientación,<br />

en sus valores, en su sentido de<br />

trascendencia, en su concepción d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

Esa especificidad de la matriz cultural, es la<br />

que le da sentido y significado a los resgos<br />

explícitos de la cultura (la indumentaria, la<br />

“costumbre”, los modos de producir y de<br />

consumir, las aspiraciones, etc.). Como hemos<br />

visto, no sólo hay diferencias sino también<br />

contradicciones y oposiciones entre las<br />

culturas d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y la cultura<br />

urbana y occidental dominante, porque sus<br />

expectativas ni son las mismas ni se<br />

corresponden recíprocamente en muchos<br />

aspectos importantes d<strong>el</strong> quehacer humano.<br />

Conciliar esas oposiciones es <strong>el</strong> desafió mayor<br />

de un proyecto nacional que asuma <strong>el</strong><br />

pluralismo como uno de sus contenidos<br />

fundamentales.<br />

Una nación étnicamente plural exige la<br />

anulación y la supresión de toda estructura de<br />

poder que implique la dominazión de<br />

cualquiera de los grupos (pueblos) sobre los<br />

demás. En <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong>, esto quiere<br />

decir la supresión d<strong>el</strong> orden colonial que se<br />

instauró hace 500 años y que no ha sido<br />

canc<strong>el</strong>ado hasta ahora. Significa, pues, la<br />

liberación de los pueblos y las culturas<br />

oprimidas y su actualización a través de uns<br />

participación democrática en la vida nacional,<br />

dentro de una democracia que reconozca los<br />

derechos de los individuos pero también, y de<br />

manera enfática, los derechos de las<br />

colectividades históricas. La unidad nacional<br />

34<br />

deja de ser una unidad mecánica que<br />

pretende descansar en la uniformidad y se<br />

plantea como unidad orgánica que integra<br />

sectores diferentes (no desiguales, no<br />

sometidos a r<strong>el</strong>aciones Jerárquicas), cada uno<br />

de los cuales tiene <strong>el</strong> derecho real de<br />

manejarse por sí mismo dentro de la unidad<br />

estatal que los agrupa a todos y en torno a la<br />

cual comparten ciertos propósitos e intereses<br />

comunes. Ésta es una unidad nacional más<br />

firme, por más real y más promisoria, que la<br />

unidad que se concibe como la uniformidad<br />

que niega la existencia y <strong>el</strong> derecho de los<br />

grupos que se apartan d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o adoptado.<br />

¿Qué país sería un <strong>México</strong> que reivindicara su<br />

condición pluriétnica? sería un país en <strong>el</strong> que<br />

todas las potencialidades culturales existentes<br />

tendrían la oportunidad de desarrollarse y<br />

probar su vigencia, es decir, un país con<br />

mayor número de alternativas; serbia una<br />

sociedad nacional que no renuncia a ningún<br />

segmento de los recursos que ha creado a lo<br />

largo de su historia. Serbia, en fin, una nación<br />

que vive una democracia real, consecuente<br />

con su naturaleza cultural ricamente<br />

diversificada, y serbia un país capaz, por eso,<br />

de actuar en <strong>el</strong> escenario internacional desde<br />

una posición propia y auténtica: no es lo<br />

mismo asumirse como país inferior<br />

(subdesarrollado en términos de una escala de<br />

desarrollo impuesta) a saberse un país<br />

diferente, que sostiene y afirma sus propias<br />

metas derivadas de su historia propia.<br />

Entonces, podría hablarse de una<br />

descolonización auténtica, que no consiste en<br />

p<strong>el</strong>ear por seguir <strong>el</strong> mismo camino que nos<br />

han impuesto, pero sin empujones, sino en<br />

definir y andar <strong>el</strong> camino propio.<br />

Civilización, democracia, descolonización<br />

A partir de un cierto momento de su devenir<br />

histórico, la civilización occidental adquirió, en<br />

los sucesivos centros en que alcanzó mayor<br />

desarrollo y poderío, una dinámica de<br />

expansión que ha sido acompañada siempre<br />

por la incapacidad de coexistencia con otras<br />

civilizaciones. Occidente se ve a sí mismo<br />

como portador de la civilización universal que,<br />

por su carácter único y superior, entraña la<br />

negación y la exclusión de cualquier proyecto<br />

civilizatorio diferente. La condición<br />

dependiente de los grupos y clases dirigentes<br />

hasta ahora en <strong>México</strong>, no sólo en lo


económico, sino en todos los ordenes, porque<br />

se afilian a una civilización cuyos polos de<br />

creación y centros de decisión y legitimación<br />

no están aquí ni están bajo su control, ha<br />

producido una variedad criolla de la dinámica<br />

de expansión occidental, siempre mal copiada<br />

y atrasada en r<strong>el</strong>ación con los países<br />

avanzados que le sirven de mod<strong>el</strong>o, y siempre<br />

más grosera y menos capaz de entender la<br />

modernidad como algo diferente de estar a la<br />

moda (por eso impulsa una modernidad<br />

subsidiaria y espuria).<br />

Los árabes estuvieron en España durante siete<br />

siglos y España en un país occidental y no<br />

islámico, por más que muchos rasgos de esta<br />

civilización estén presentes en las culturas de<br />

la península. Occidente irrumpió en <strong>México</strong><br />

hace 500 años y, además, tenemos 3 mil<br />

kilómetros de frontera con <strong>el</strong> país más<br />

poderoso de la civilización occidental; negar<br />

globalmente a occidente o pretender aislarnos<br />

de su presencia no sólo sería imposible: sería<br />

imbécil. El problema está en cómo asimilar los<br />

<strong>el</strong>ementos occidentales necesarios o<br />

inevitables para un proyecto nacional<br />

autónomo, sin que esa adopción implique la<br />

incorporación de otros que por su propia<br />

naturaleza y dinámica niegan la posibilidad d<strong>el</strong><br />

pluralismo. ¿Cómo fabricar y aprovechar las<br />

máquinas sin endiosar al maquinismo?, ¿cómo<br />

producir los bienes necesarios sin caer en <strong>el</strong><br />

consumismo? (para poner sólo ejemplos<br />

obvios). Desde posiciones extremas se<br />

afirmaría que esto es imposible, porque se<br />

trata de <strong>el</strong>ementos culturales surgidos a lo<br />

largo de un complejo proceso histórico y están<br />

indisolublemente ligados con los demás<br />

principios y valores de la civilización que les<br />

dio origen, la civilización occidental; est es<br />

válido para explicar <strong>el</strong> origen y la gestación de<br />

esos <strong>el</strong>ementos, pero no lleva a la conclusión<br />

necesaria de que otros pueblos no puedan<br />

fabricar máquinas con un sentido civilizatorio<br />

diferente. El problema no es: todo o nada. La<br />

cuestión tal vez deba plantearse en estos<br />

términos: debemos aprender a ver occidente<br />

desde <strong>México</strong> en vez de seguir viendo a<br />

<strong>México</strong> desde occidente.<br />

Lo anterior querría decir que es necesario<br />

modificar sustancialmente la manera en que<br />

occidente está implantado en la sociedad y la<br />

cultura de <strong>México</strong>. Su condición histórica de<br />

civilización de conquista contradice cualquier<br />

posibilidad de llevar ad<strong>el</strong>ante un proyecto<br />

plural. Tal como se presenta la civilización<br />

occidental en este país, no resulta compatible<br />

con la decisión de respetar y auspiciar <strong>el</strong><br />

desarrollo de otras culturas. En consecuencia,<br />

hay que redigerir occidenteo, para ser más<br />

preciso, hay que digerirlo por primera vez.<br />

será indispensable despojar a los <strong>el</strong>ementos<br />

necesarios de la cultura occidental d<strong>el</strong> repaje<br />

arrogante d<strong>el</strong> que están investidos por su<br />

r<strong>el</strong>ación histórica con la práctica imperial de<br />

las sociedades occidentales. Habrá que<br />

domesticar y hacer coexistentes a esos<br />

<strong>el</strong>ementos con otros de origen distinto que no<br />

pretenden seguir las líneas básicas de la<br />

civilización occidental: deben ser unos más,<br />

no los únicos ni los preponderantes. Habrán<br />

de colocarse, en última instancia, al servicio<br />

de un proyecto que no será occidental sino<br />

plural y en <strong>el</strong> que la civilización<br />

mesoamericana debe desempeñar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong><br />

protagónico.<br />

Lo anterior pasa por una renovación<br />

indispensable de la democracia, en su<br />

significado y en su instrumentación, aquí y<br />

ahora. La noción occidental de la democracia,<br />

basada en un criterio individualista formal, es<br />

insuficiente para garantizar la participación de<br />

la población en una sociedad étnicamente<br />

plural; de hecho, como se vio en un capítulo<br />

anterior, se convierte en un mecanismo que<br />

obstaculiza e impide la participación de los<br />

grupos que no comparten esa manera de<br />

entender la democracia. La democracia a la<br />

occidental ha funcionado, en <strong>México</strong>, para<br />

justificar una estructura de control cultural<br />

que limita <strong>el</strong> desarrollo de las culturas<br />

mesoamericanas. Esto hace indispensable una<br />

revisión crítica a fondo de los mecanismos de<br />

representatividad, d<strong>el</strong>egación y ejercicio d<strong>el</strong><br />

poder, con <strong>el</strong> fin de diseñar aqu<strong>el</strong>los que<br />

efectivamente aseguren que la toma de<br />

decisiones respeta y refleja la condición plural<br />

de la sociedad mexicana.<br />

Pensar una cultura nacional para una sociedad<br />

que se reconoce y se quiere plural, implica<br />

abandonar la idea de una cultura uniforme. Lo<br />

común no serán los contenidos específicos en<br />

ola cultura de los diversos pueblos que<br />

componen <strong>México</strong>; lo común será, en primer<br />

término, la voluntad de respeto y convivencia<br />

dentro de la diversidad. La cultura nacional<br />

será ese ámbito mayor de coexistencia<br />

35


fructífera en <strong>el</strong> que cada pueblo podrá<br />

desarrollarse según su propio proyecto. Las<br />

convergencias indispensables, como ya vimos,<br />

son pocas: la decisión de constituir y<br />

mantener un Estado independiente y, en<br />

consecuencia, la aceptación de las normas y<br />

los instrumentos mínimos que son requeridos<br />

para <strong>el</strong> funcionamiento de ese Estado<br />

pluriétnico.<br />

Desde la independencia, <strong>el</strong> Estado mexicano<br />

ha pretendido echarse a cuestas la tarea de<br />

crear una nación que se constataba<br />

inexistente porque no se expresaba en una<br />

sociedad uniforme. Quizás <strong>el</strong> crecimiento<br />

desmedido d<strong>el</strong> aparato estatal se deba, en<br />

gran parte, <strong>el</strong> empeño en cumplir esa tarea.<br />

Un Estado que respetara la autonomía cultural<br />

de las sociedades históricas que lo constituyen<br />

y que sólo regulase la coexistencia entre <strong>el</strong>las<br />

y manejara los asuntos generales que rebasan<br />

<strong>el</strong> ámbito interno de cada una, serbia<br />

seguramente un Estado de menor extensión y<br />

diversidad de funciones, pero a la vez más<br />

solido y eficiente. Aquí, una vez más, la piedra<br />

de toque es la democracia y lo que debe<br />

significar para los mexicanos. Un poder<br />

altamente centralizado y omnipresente es<br />

congruente con la idea de que al Estado le<br />

corresponde crear la nación y que ésta se<br />

hará según un mod<strong>el</strong>o cultural construido<br />

arriba e impuesto desde ahí al resto de la<br />

sociedad. El reconocimiento d<strong>el</strong> pluralismo, la<br />

aceptación de un proyecto plural, conlleva la<br />

descentralización real d<strong>el</strong> poder: una<br />

descentralización social de las decisiones, no<br />

una descentralización territorial de la<br />

administración.<br />

Los caminos d<strong>el</strong> pluralismo<br />

Podría parecer que al hablar de civilizaciones y<br />

proyectos civilizatorios se están manejando<br />

nociones demasiado abstractas, que poco o<br />

nada tienen que ver con la concreción de los<br />

problemas reales y las decisiones urgentes.<br />

No es así, desde luego: se trata de niv<strong>el</strong>es<br />

diferentes, pero inseparables, de la misma<br />

realidad. Mi insistencia en la dimensión<br />

civilizatoria d<strong>el</strong> problema de <strong>México</strong> se debe<br />

precisamente a que considero que ésa es la<br />

dimensión que ha estado ausente en <strong>el</strong><br />

debate, lo que impide encuadrar los<br />

problemas inmediatos y las soluciones que se<br />

proponen para <strong>el</strong>los en una perspectiva más<br />

36<br />

amplia, en la que adquieran su verdadero y<br />

profundo sentido. Por eso la adopción de un<br />

nuevo proyecto civilizatorio tiene<br />

implicaciones en nuestro quehacer inmediato:<br />

consciente o inconscientemente, todos los días<br />

estamos haciendo opciones en su favor o<br />

contra él.<br />

Cabe, por lo tanto, explorar someramente<br />

algunas de las acciones concretas que<br />

contribuirían a la puesta en marcha de un<br />

proyecto nacional pluralista, siempre sin<br />

perder de vista que <strong>el</strong> proyecto preciso, con<br />

todos sus detalles r<strong>el</strong>evantes, sólo podría<br />

construirse, dada su naturaleza, con <strong>el</strong> aporte<br />

de las distintas sociedades históricas y desde<br />

las perspectivas múltiples de sus diversas<br />

culturas. El problema de base que debe<br />

merecer nuestra atención prioritaria es: cómo<br />

crear las condiciones para la liberación de las<br />

culturas oprimidas, requisito indispensable<br />

para que, quienes participan de <strong>el</strong>las puedan<br />

participar también en condiciones de igualdad,<br />

pero sin renunciar a su diferencia, en <strong>el</strong><br />

diseño y la construcción de la nueva sociedad.<br />

Como hemos visto en repetidas ocasiones a lo<br />

largo de esta páginas, las sociedades locales<br />

de escala r<strong>el</strong>ativamente menor (aldeas,<br />

comunidades, pueblos, barrios) son los<br />

sistemas sociales que han hecho posible la<br />

continuidad d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo. Es en su<br />

seno donde se reactiva y se vive<br />

cotidianamente la civilización mesoamericana<br />

y donde se conservan sus matrices culturales.<br />

Si esto es así, se derivan dos líneas<br />

complementarias de acción dentro d<strong>el</strong><br />

proyecto nacional plural: por una parte, es<br />

indispensable reconocer y reforzar a las<br />

comunidades locales como las células<br />

constitutivas fundamentales en la<br />

organización d<strong>el</strong> Estado; por la otra, es<br />

necesario generar las condiciones que<br />

permitan construir o reconstruir, desde abajo,<br />

es decir, a partir de esas mismas<br />

comunidades, los niv<strong>el</strong>es de organización<br />

social más amplios que hagan posible <strong>el</strong><br />

desarrollo de las culturas locales.<br />

La primera línea está orientada a reforzar las<br />

comunidades locales y ampliar los ámbitos de<br />

su cultura propia. Implica, para comenzar,<br />

una revisión de las actuales divisiones<br />

administrativas territoriales para ajustarlas a<br />

la territorialidad de las comunidades reales.


Ya se mencionó en otra parte que en muchos<br />

casos no existe esa correspondencia, porque<br />

las divisiones administrativas han sido<br />

definidas e impuestas casi siempre por<br />

intereses que nada tienen que ver con la<br />

trayectoria histórica y la constitución de las<br />

comunidades: los límites municipales y<br />

ejidales fragmentan con frecuencia a una<br />

comunidad original; los barrios se ignoran<br />

como base social y espacial d<strong>el</strong> gobierno de<br />

las ciudades y se atenta contra su integridad<br />

mediante medidas urbanísticas que responden<br />

a la moda, a la corrupción, o a una visión<br />

tecnocrática derivada de mod<strong>el</strong>os ajenos. La<br />

restitución de una territorialidad local que esté<br />

determinada por las necesidades y la historia<br />

de sistemas sociales reales, resulta ser una de<br />

las primeras condiciones para dar paso al<br />

proyecto nacional plural.<br />

Reorganizar la división territorial de acuerdo<br />

con la realidad de los sistemas sociales<br />

existentes no es la finalidad última. El<br />

reconocimiento de la territorialidad es<br />

necesario, en primer término, para asegurar a<br />

las comunidades locales <strong>el</strong> espacio fisico que<br />

requieren como ámbito inmediato bajo su<br />

control directo que haga posible <strong>el</strong> desarrollo<br />

de sus proyectos comunales; pero de igual o<br />

mayor importancia, lo que se busca es<br />

reconocer la base territorial de las unidades<br />

sociopolíticas básicas que constituyen <strong>el</strong><br />

Estado mexicano. Esto implica que una nueva<br />

organización d<strong>el</strong> territorio nacional expresaría<br />

un primer niv<strong>el</strong>, fundamental, de la división<br />

d<strong>el</strong> poder. En consecuencia, se trata de que<br />

las sociedades locales históricas sean<br />

reconocidas también como unidades políticas<br />

legítimas y tengan capacidad de decisión en<br />

un espectro cada vez más amplio de los<br />

asuntos que les conciernen.<br />

Para alcanzar lo anterior como parte de un<br />

proyecto plural, será necesario respetar las<br />

formas internas de organización social y<br />

abandonar <strong>el</strong> esquema actual que sólo admite<br />

(o, más bien, impone) una estructura de<br />

gobierno local, con normas y procedimientos<br />

iguales para todos. ¿Hay alguna razón<br />

definitiva para que las comunidades que han<br />

<strong>el</strong>aborado y mantenido otras formas de<br />

asignación y legitimación de la autoridad local,<br />

según sus propios procedimientos, se vean<br />

obligadas a adoptar un sistema diferente?, ¿es<br />

necesario, por ejemplo, que la autoridad local<br />

se <strong>el</strong>ija cada tres años en vez de renovarse<br />

anualmente, como sucede tradicionalmente en<br />

muchas comunidades?, ¿es <strong>el</strong> voto universal,<br />

directo y secreto (que de hecho ni se practica<br />

ni se respeta en gran parte de las localidades<br />

d<strong>el</strong> país) una manera intrínsecamente superior<br />

para alcanzar la autoridad, que <strong>el</strong> escalafón de<br />

cargos al servicio de la comunidad? Muchas de<br />

las causas que han debilitado y puesto en<br />

crisis las formas de gobierno indígenas, se<br />

originan precisamente en la decisión externa<br />

de no renocerlas: si los presupuestos locales y<br />

municipales, por ejemplo, y las<br />

correspondientes decisiones sobre obras<br />

públicas, educación, justicia civil y otros<br />

asuntos comunales, se manejaran a través de<br />

los sistemas tradionales de autoridad,<br />

desaparecerían los motivos que hoy llevan a<br />

mucha gente a evitar ser <strong>el</strong>egidos para un<br />

cargo anual dentro d<strong>el</strong> escalafón. El<br />

reforzamiento de ese sistema, contra lo que<br />

podría suponerse, no se traduciría en<br />

rigidización y estancamiento en <strong>el</strong> manejo de<br />

los asuntos de la comunidad; por lo contrario,<br />

la recuperación efectiva de funciones que la<br />

dominación colonial ha sustraído a las formas<br />

tradicionales de gobierno, llevaría a la<br />

dinamización de éstas, a su actualización, que<br />

ha sido impedida por las presiones externas<br />

que no dejan otra salida que la resistencia y <strong>el</strong><br />

“conservatismo”. Hay casos documentados de<br />

cómo, por ejemplo, los jóvenes llegan a<br />

adquirir una posición legítima de autoridad,<br />

cuando las circunstancias lo recomiendan,<br />

modificando la tendencia gerontocrática de los<br />

sistemas de cargos, pero sin que esto<br />

signifique un rompimiento y sí una renovación<br />

de la capacidad de las comunidades para<br />

autogobernarse según su propio proyecto.<br />

Hay también experiencias, todavía aisladas,<br />

de lucha política por <strong>el</strong> reconocimiento de las<br />

formas propias de gobierno local, lo que<br />

prueba una nueva toma de conciencia sobre<br />

estos problemas.<br />

El proceso no estará exento de dificultades. Es<br />

fácil prever que en muchos casos habrá una<br />

etapa inicial en la que ciertos intereses no<br />

comunitarios (caciques de distintos sabores y<br />

colores) intentarán aprovechar su poder y<br />

aumentar sus beneficios y privilegios. Pero la<br />

decisión de devolver a las comunidades un<br />

control cultural más amplio y efectivo sobre<br />

sus propios asuntos desatará<br />

simultáneamente las fuerzas internas capaces<br />

37


de enfrentar ese riesgo. En la medida en que<br />

las comunidades recuperen <strong>el</strong> control de su<br />

cultura dispondrán de mejores y más<br />

poderosos recursos para <strong>el</strong>iminar intereses<br />

que les han sido impuestos históricamente y<br />

que resultan ajenos y contrarios a su propio<br />

proyecto.<br />

Todos los procesos culturales que hasta ahora<br />

y durante 500 años han estado sólo al servicio<br />

de la resistencia y la sobrevivencia d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

profundo, podrán orientarse hacia la<br />

renovación y <strong>el</strong> desarrollo de las culturas<br />

locales. Éste será un proceso endógeno, no<br />

impuesto desde afuera, en <strong>el</strong> que, sin<br />

embargo, las comunidades podrán<br />

aprovechar, por decisión propia, muchos de<br />

los <strong>el</strong>ementos culturales que hoy pertenecen<br />

sólo a la sociedad dominante. Las<br />

comunidades no han tenido acceso a esos<br />

<strong>el</strong>ementos porque lo ha impedido <strong>el</strong> sistema<br />

de dominación y exclusión; o bien, han debido<br />

rechazarlos porque se pretendió imponérs<strong>el</strong>os<br />

como parte d<strong>el</strong> mismo sistema. La<br />

recuperación de su propio control cultural<br />

modificaría diametralmente esa situación.<br />

La gama de acciones que podrían<br />

emprenderse a escala local, a medida que las<br />

comunidades ampliaran los espacios culturales<br />

bajo su control sería muy amplia y resultaría,<br />

en primer término, de iniciativas locales. Pero<br />

sin duda <strong>el</strong> proceso sería más ac<strong>el</strong>erado, si se<br />

pusiera en marcha una política general de<br />

apoyo y estímulo, para la cual se cuenta ya<br />

con experiencias significativas. Sería necesario<br />

revisar a fondo la política educativa a fin de<br />

dejar en manos de las comunidades una<br />

cantidad cada vez mayor de decisiones sobre<br />

los contenidos, los métodos y, en general, la<br />

organización y <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> sistema<br />

escolar. Sería indispensable destinar fondos y<br />

créditos suficientes para apoyar <strong>el</strong><br />

financiamiento de proyectos productivos<br />

autogestionados, sin pretender sujetarlos a<br />

los rígidos criterios economicistas d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario. Todo esto exige almo más que<br />

“tomar en cuenta” la opinión de las<br />

comunidades: De lo que se trata es de<br />

aceptar y respetar sus decisiones. Para <strong>el</strong>lo,<br />

no debe olvidarse <strong>el</strong> hecho fundamental de<br />

que las comunidades d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo han<br />

estado sujetas durante siglos a la opresión<br />

colonial, con todas las consecuencias internas<br />

que esa opresión produce y que han sido<br />

38<br />

mencionadas a lo largo de esta obra; <strong>el</strong>lo<br />

obliga, sien vedad se desea impulsar un<br />

proyecto nacional pluralista, a intensificar<br />

decididamente las acciones encaminadas a<br />

favorecer la recuperación y actualización de<br />

las culturas locales. Uno de los puntos clave<br />

de esa tarea, será la capacitación amplia e<br />

intensiva de nuevos actores comunitarios que<br />

estén en condiones de hacer uso de las<br />

oportunidades que abriría la recuperación d<strong>el</strong><br />

control cultural, sin que su capacitación<br />

llevara a su desarraigo ni a la renuncia a su<br />

cultura. Los nuevos actores (promotores, en <strong>el</strong><br />

sentido más vasto d<strong>el</strong> término) deberían<br />

formarse para la revaloración de su cultura y<br />

para estar desde esa perspectiva en<br />

condiciones de facilitar la apropiación crítica<br />

de <strong>el</strong>ementos culturales ajenos. Es un proceso<br />

semejante y complementario d<strong>el</strong> que he<br />

planteado a escala nacional; aquí se trata de<br />

ver occidente desde la comunidad y dejar de<br />

ver la comunidad con la óptica de occidente.<br />

Hasta aquí he puesto <strong>el</strong> énfasis en la<br />

comunidad local, célula fundamental d<strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> profundo y sustento indispensable d<strong>el</strong><br />

proyecto nacional pluralista. Pero la<br />

revitalización cultural de las comunidades, no<br />

basta para alentar un proceso civilizatorio,<br />

porque éste exige incidir sobre otros niv<strong>el</strong>es<br />

de la organización d<strong>el</strong> Estado nacional. Ya se<br />

mencionó en repetidas ocasiones que uno de<br />

los efectos más destructivos de la dominación<br />

colonial ha sido la reducción d<strong>el</strong> ámbito social<br />

de la civilización mesoamericana a los límites<br />

estrechos de la comunidad local. Y no se trata<br />

de recuperar una civilización aldeana, sino de<br />

reconstruir los espacios necesarios para <strong>el</strong><br />

desarrollo de una civilización actualizada,<br />

vigente hoy y proyectada hacia <strong>el</strong> futuro.<br />

En <strong>el</strong> campo de la reconstitución d<strong>el</strong> Estado,<br />

es decir, en la definición de las unidades<br />

sociopolíticas cuya existencia se reconoce y<br />

que lo integran legítimamente, no serbia<br />

suficiente <strong>el</strong> reordenamiento de la división<br />

territorial para adecuarla a los límites de las<br />

sociedades históricas locales. Es necesario ir<br />

Más a fondo. Porque se trata de reparar las<br />

consecuencias de una historia colonial. Hay<br />

que recrear estructuras sociales más amplias<br />

que las locales, para dar <strong>el</strong> marco requerido al<br />

impulso civilizatorio que pervive recluido en<br />

las comunidades. No se necesita recordar<br />

mucho para reconocer que la creación y la


d<strong>el</strong>imitación actual de los estados que forman<br />

la federación han sido resultadas, en la<br />

inmensa mayoría de los casos, de decisiones y<br />

acomodamientos muy recientes, hablando en<br />

términos históricos. Y que esa división no está<br />

sustentada, salvo excepciones, ni en una<br />

continuidad histórica profunda ni en la<br />

distribución real de la población que sí la<br />

tiene, No hay un estado huasteco, ni maya, ni<br />

otomí, que tendrían una razón muy antigua<br />

para existir y que constituirían niv<strong>el</strong>es de<br />

organización social y política indispensables<br />

para que esos pueblos actualizaran sus<br />

propios proyectos civilizatorios. No se trata de<br />

un problema que se resu<strong>el</strong>va solamente con<br />

una redefinición de límites estatales. El asunto<br />

va mucho más allá: al reconocer <strong>el</strong><br />

fundamento étnico de esas unidades políticas<br />

(estados, distritos, municipios, según <strong>el</strong> caso)<br />

se estaría afirmando su derecho a organizar<br />

su vida interna y su participación en los<br />

asuntos nacionales en función d<strong>el</strong> proyecto<br />

histórico particular que esta implícito en la<br />

tradición cultural que se reconoce<br />

internamente como la tradición rectora, la que<br />

define y sustenta a ese proyecto histórico. No<br />

es, entonces, un simple cambio de nombres ni<br />

tan sólo un asunto de límites entre los<br />

estados: es la decisión de que los pueblos d<strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> profundo dispongan de niv<strong>el</strong>es de<br />

organización política más amplios y complejos<br />

que <strong>el</strong> de la comunidad local, para que estén<br />

en condiciones de aumentar cualitativamente<br />

su capacidad de reconstrucción y desarrollo<br />

culturales.<br />

Es indispensable la estructuración de niv<strong>el</strong>es<br />

de organización social de mayor amplitud para<br />

asegurar <strong>el</strong> florecimiento de las culturas<br />

mesoamericanas. No es lo mismo respetar <strong>el</strong><br />

derecho de autodeterminación a niv<strong>el</strong><br />

comunal, que hacerlo con una estructura<br />

política superior. Muchos proyectos no pueden<br />

cumplirse en <strong>el</strong> marco limitado de la<br />

comunidad local, porque requieren una<br />

participación y un aporte de <strong>el</strong>ementos<br />

culturales que rebasan esas fronteras.<br />

Algunos pueblos indios de <strong>México</strong> han sido<br />

destruidos hasta <strong>el</strong> grado de quedar reducidos<br />

a una sola comunidad; pero son muchos los<br />

que abarcan gran número de comunidades<br />

locales, aunque hoy estén r<strong>el</strong>ativamente<br />

aisladas entre sí. El proyecto es retomar <strong>el</strong><br />

hilo de la historia suspendida temporalmente<br />

por la dominación colonial y favorecer, en las<br />

condiciones que imponen y permiten los<br />

albores d<strong>el</strong> siglo XXI, la reconstitución de<br />

pueblos viables. Esto tiene que ver, de nuevo,<br />

con <strong>el</strong> problema de la democracia nuestra: es<br />

indispensable garantizar la representación<br />

efectiva de esos pueblos en todas las<br />

instancias de decisión d<strong>el</strong> gobierno nacional.<br />

Hay una profunda irracionalidad en <strong>el</strong> hecho<br />

de que existan dos senadores por cada uno de<br />

muchos estados creados autoritariamente al<br />

calor de circunstancias coyunturales recientes,<br />

mientras que los millones de integrantes de<br />

los pueblos indios no tienen asegurada su<br />

representación en los cuerpos legislativos; su<br />

representación en tanto pueblos<br />

diferenciados, y con legitimidad histórica, no<br />

la supuesta representación en base al voto<br />

individual “universal”.<br />

En la situación actual, las posibilidades de que<br />

prosperen cambio legislativos y estructurales<br />

que reconozcan la pluralidad y apoyen <strong>el</strong><br />

desarrollo de las culturas locales y la<br />

civilización mesoamericana son muy remotas,<br />

porque no existe la representación auténtica<br />

de esos pueblos; y sus asuntos e intereses,<br />

cuando llegan a percibirse, lo son desde la<br />

perspectiva única d<strong>el</strong> proyecto dominante de<br />

nación, bajo la óptica impuesta de occidente.<br />

Es urgente romper esa mediatización colonial.<br />

Es urgente dar la voz al <strong>México</strong> profundo. Y<br />

escucharla.<br />

El dilema inevitable<br />

He querido mostrar que <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo,<br />

portador de la civilización negada, encarna <strong>el</strong><br />

producto decantado de un proceso<br />

ininterrumpido que tiene una historia<br />

milenaria: <strong>el</strong> proceso civilizatorio<br />

mesoamericano. Durante los últimos cinco<br />

siglos (apenas un momento en su larga<br />

trayectoria) los pueblos mesoamericanos han<br />

vivido sometidos aun sistema de opresión<br />

brutal que afecta todos los aspectos de su<br />

vida y sus culturas. Los recursos de la<br />

dominación colonial han sido múltiples y han<br />

variado en <strong>el</strong> transcurso d<strong>el</strong> tiempo; pero <strong>el</strong><br />

estigma, la violencia y la negación han sido<br />

las constantes. A pesar de <strong>el</strong>lo, la civilización<br />

mesoamericana esta presente y viva, no sólo<br />

en los pueblos que mantienen su identidad<br />

propia y afirman su diferencia, sino también<br />

en amplios sectores mayoritarios de la<br />

sociedad mexicana que no se reconocen a si<br />

39


mismos como indios pero que organizan su<br />

vida colectiva a partir de una matriz cultural<br />

de origen mesoamericano. Todos <strong>el</strong>los forman<br />

<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo, sistemáticamente<br />

ignorado y negado por <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario<br />

que tiene <strong>el</strong> poder y asumer como <strong>el</strong> portador<br />

d<strong>el</strong> único proyecto nacional válido.<br />

He intentado trazar, más con instantes<br />

rev<strong>el</strong>adores que con la pretensión de seguir<br />

una secuencia rigurosa, la crónica d<strong>el</strong> desastre<br />

y <strong>el</strong> memorial de la ignominia. Crónica d<strong>el</strong><br />

desastre, por cuanto la quiebra actual de las<br />

ilusiones acariciadas por <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario<br />

no es un mero tropiezo atribuible a<br />

circunstancias externas, sino <strong>el</strong> resultado<br />

inevitable de una larga historia de<br />

empecinamiento en <strong>el</strong> propósito de sustituir la<br />

realidad de <strong>México</strong> por otra torpemente<br />

imitada según mod<strong>el</strong>os de occidente.<br />

Memorial de la ignominia, porque es<br />

indispensable ver y entender la historia desde<br />

<strong>el</strong> otro lado, en <strong>el</strong> que están los pueblos que<br />

han vivido la violencia cotidiana, la<br />

explotación, <strong>el</strong> desprecio, la exclusión; los<br />

pueblos a los que se ha tratado de someter a<br />

un proyecto de civilización que ni es <strong>el</strong> suyo ni<br />

los admite. El memorial de esta historia, aquí<br />

apenas esbozado, es un <strong>el</strong>emento de<br />

contraste indispensable para equilibrar la<br />

visión de todos sobre <strong>México</strong>; es la otra pierna<br />

sin la cual no podríamos emprender la marcha<br />

por ningún camino.<br />

He procurado poner en evidencia que la crisis<br />

de hoy no es la crisis de <strong>México</strong> sino tan sólo<br />

la quiebra de un mod<strong>el</strong>o de desarrollo que<br />

ignoraba al <strong>México</strong> profundo. Que tenemos<br />

recursos naturales suficientes, no inagotables,<br />

y disponemos de una gran diversidad de<br />

sistemas culturales a través de los cuales, en<br />

distintas formas, esos recursos se convierten<br />

en <strong>el</strong>ementos útiles para hacer más plena la<br />

vida humana, según las aspiraciones de<br />

realización implícitas en cada cultura en cada<br />

cultura. Paral<strong>el</strong>amente quise señalar cómo los<br />

empeños por imponer un mod<strong>el</strong>o<br />

Único llevan a no aprovechar lo que tenemos<br />

y provocan una situación de esquizofrenia en<br />

la que la realidad marcha por su rumbo<br />

mientras que <strong>el</strong> proyecto nacional sigue <strong>el</strong><br />

suyo, imaginario.<br />

40<br />

He pretendido, en fin, mostrar que ante la<br />

quiebra de la ilusión es necesario volver la<br />

vista hacia nosotros mismos y encontrar<br />

cuáles son nuestras fuerzas, cuáles nuestros<br />

recursos y capacidades, para formular un<br />

proyecto nacional auténtico y por auténtico,<br />

viable: los planos y los materiales para<br />

construir nuestro hogar común.<br />

La conclusión, a mi ver, no puede ser otra que<br />

la de proponernos construir una nación plural,<br />

en la que la civilización mesoamericana,<br />

encarnada en una gran diversidad de culturas,<br />

tenga <strong>el</strong> lugar que le corresponde y nos<br />

permita ver a occidente desde <strong>México</strong>, es<br />

decir, entenderlo y aprovechar sus logros<br />

desde una perspectiva civilizatoria que nos es<br />

propia porque ha sido forjada en este su<strong>el</strong>o,<br />

paso a paso, desde la más remota<br />

antigüedad; y porque esa civilización no está<br />

muerta sino que alienta en las entrañas d<strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> profundo. La adopción de un proyecto<br />

pluralista, que reconozca la vigencia d<strong>el</strong><br />

proceso civilizatorio mesoamericano, nos hará<br />

querer ser lo que realmente somos y podemos<br />

ser: un país que persigue sus propios<br />

objetivos, que tiene sus metas propias<br />

derivadas de su historia profunda. Al afirmar<br />

nuestra diferencia, hacia <strong>el</strong> interior y hacia <strong>el</strong><br />

exterior, estaremos negando radicalmente la<br />

pretendida hegemonía de occidente que<br />

descansa en <strong>el</strong> supuesto de que la diferencia<br />

equivale a desigualdad y lo diferente es, por<br />

definición, inferior.<br />

Finalmente, la intención de estas páginas ha<br />

sido plantear que <strong>el</strong> problema de la civilización<br />

no puede ser visto como un problema<br />

intranscendente o en todo caso postergable<br />

dadas las circunstancias actuales. He querido<br />

insistir en que es <strong>el</strong> problema, porque en él se<br />

define <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de sociedad que vamos a<br />

construir. Las decisiones que inevitablemente<br />

habremos de tomar para reorientar al país<br />

constituyen una opción de proyecto<br />

civilizatorio, más allá d<strong>el</strong> debate político<br />

inmediato que no osa rebasar los límites d<strong>el</strong><br />

proyecto occidental, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario.<br />

Si en alguna medida estas páginas estimulan<br />

al lector a la reflexión sobre estos problemas<br />

(esté o no de acuerdo con lo aquí planeado),<br />

habrán complico <strong>el</strong> propósito con que fueron<br />

escrita.


CULTURA NACIONAL Y<br />

UNIVERSAL<br />

Fernández, Paz Fernando (1999)<br />

El <strong>México</strong> imaginario de Bonfil y Bartha<br />

El antropólogo Guillermo Bonfil en su conocida<br />

obra <strong>México</strong> profundo plantea <strong>el</strong> dilema de<br />

nuestro país: <strong>el</strong> enfrentamiento entre dos<br />

civilizaciones que coexisten sin llegar a<br />

constituirse en una sola y auténtica cultura<br />

nacional. Considera Bonfil que <strong>México</strong> no<br />

podrá superar su actual crisis mientras los<br />

problemas no se enmarquen desde la<br />

perspectiva que propone, la de formular un<br />

nuevo proyecto nacional pluralista en lugar d<strong>el</strong><br />

proyecto civiliza torio hasta ahora aplicado, <strong>el</strong><br />

occidental, sobre la base d<strong>el</strong> cual se ha<br />

construido <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario y se ha<br />

r<strong>el</strong>egado a la civilización mesoamericana o sea<br />

<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo.<br />

Por su parte <strong>el</strong> también antropólogo Roger<br />

Bartra en su ensayo La jaula de la m<strong>el</strong>ancolía<br />

se propone mostrar en forma humorista y con<br />

fina ironía <strong>el</strong> cómo los estudios sobre <strong>el</strong><br />

carácter de lo mexicano no son más que una<br />

expresión de la cultura política hegemónica, la<br />

cual a través de redes imaginarias de poder<br />

ha creado los sujetos de la cultura nacional.<br />

Para poder penetrar en los mitos sobre <strong>el</strong><br />

carácter de lo mexicano utiliza la figura axilote<br />

o lo que llama <strong>el</strong> “canon d<strong>el</strong> axolote,”<br />

metáfora de la cultura política mexicana.<br />

De esta manera estos dos antropólogos<br />

presentan su propia visión sobre la cultura<br />

mexicana, Bonfil desde la óptica de un<br />

conflicto de civilizaciones y Bartra desde la<br />

crítica ingeniosa a los pensadores mexicanos<br />

que han colaborado conciente o<br />

inconscientemente a reforzar los estereotipos<br />

de lo mexicano. Los dos pretenden, cada uno<br />

con su propio estilo, provocar la reflexión<br />

sobre la existencia de un <strong>México</strong> imaginario o<br />

imaginado que suplanta la gerencia real de<br />

una cultura nacional, Para <strong>el</strong> primero se trata<br />

de un complejo conflicto de civilizaciones aún<br />

no resu<strong>el</strong>to mientras que para <strong>el</strong> segundo es<br />

la manipulación d<strong>el</strong> mito d<strong>el</strong> nacionalismo<br />

revolucionario por parte d<strong>el</strong> estado mexicano<br />

moderno para legitimarse y perpetuarse en <strong>el</strong><br />

poder.<br />

Son, pues, dos puntos de vista distintos que<br />

sin embargo coinciden en algunos aspectos,<br />

como en su crítica a la cultura política<br />

predominante y su carencia de democracia.<br />

Analizar algunas de las hipótesis de estos dos<br />

antropólogos sobre lo imaginario de la cultura<br />

mexicana es la intención de este ensayo, <strong>el</strong><br />

cual estará limitado por los requerimientos<br />

naturales de espacio y tiempo de todo trabajo<br />

académico, así como <strong>el</strong> conocimiento d<strong>el</strong> autor<br />

en temas antropológicos.<br />

La mesoamericana, ¿una civilización viva<br />

o muerta?<br />

Guillermo Bonfil hace hincapié en que, ha<br />

pesar de ser una cultura milenaria, se rechaza<br />

a la cultura mesoamericana debido al intenso<br />

y continuo proceso de “desindianización” que<br />

ha sido impuesto por parte de las minorías<br />

dominantes desde la Conquista hasta nuestros<br />

días. Sin embargo objeta que lo indio está<br />

presente y vivo en los nombres geográficos,<br />

en los resotros de los mexicanos y en las<br />

tradiciones, sobre todo de los campesinos. La<br />

razón por la que se pretenda ocultar e ignorar<br />

<strong>el</strong> rostro indio de <strong>México</strong> es porque no se<br />

admite una vinculación real con la civilización<br />

mesoamericana pues “la presencia rotunda e<br />

inevitable de nuestra ascendencia india es un<br />

espejo en <strong>el</strong> que no queremos mirarnos.”<br />

Este “absurdo evidente” de una civilización<br />

muerta por decreto es desmentida por la<br />

existencia de los mexicanos a los que<br />

genéricamente llamamos “indios,” afirma <strong>el</strong><br />

antropólogo. Señala que en <strong>México</strong><br />

jurídicamente no se define lo indio por lo que<br />

es difícil estimar su numero actual ya que los<br />

censos se basan solamente en un rasgo, <strong>el</strong> de<br />

hablar una lengua indígena. Así, cita que en<br />

1980 eran unos cinco millones de habitantes<br />

quienes cumplían con <strong>el</strong> requisito, aunque él<br />

calculaba que eran unos ocho o diez millones,<br />

<strong>el</strong> 10 o 12.5% d<strong>el</strong> total de la población.<br />

La síntesis s<strong>el</strong>ectiva realizada por Bonfil de<br />

algunos rasgos de la cultura india no deja de<br />

ser parcial, generalizada e idealizada, lo que<br />

se comprende al conocer su intención de<br />

magnificar la herencia positiva de la<br />

civilización mesoamericana, cuya cosmovisión<br />

considera superior a la occidental al ubicar al<br />

hombre como parte d<strong>el</strong> prden cósmico y en<br />

armonía con la naturaleza. Asimismo, su<br />

41


economía orientada a la autosuficiencia le da<br />

una capacitación al individuo para realizar<br />

todo tipo de actividades. Y su organización<br />

social y política es coherente, pues los puestos<br />

de autoridad corresponden al servicio<br />

prestado a la comunidad y tienen a la vez<br />

carácter civil, r<strong>el</strong>igioso y moral.<br />

Para <strong>el</strong> antropólogo la presencia de lo indio<br />

está en casi todo <strong>el</strong> espectro social y cultural<br />

d<strong>el</strong> país distribuida en los diversos grupos y<br />

capas de la sociedad mexicana, más en las<br />

clases populares y menos en las clases altas.<br />

Una buena parte de las comunidades<br />

campesinas tradicionales que se consideran<br />

mestizas aplican costumbres indias en sus<br />

técnicas agrícolas, artesanales y formas<br />

sociales. Estas sociedades no se identifican ya<br />

como indias debido a la desindianización<br />

surgida por las comunidades rurales, las que<br />

poseen una impropia cultura india.<br />

Por su parte la clase alta no reclama al<br />

ascendencia india sino <strong>el</strong> linaje europeo, cuyo<br />

mod<strong>el</strong>o sigue fi<strong>el</strong>mente mientras que las<br />

clases medias se guían por lo arquetipos de<br />

los Estado Unidos. Ambas viven en <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

superficial y desdeñan <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo.<br />

Recalca que la oposición de fondo que<br />

determina a la sociedad mexicana es <strong>el</strong><br />

enfrentamiento de dos civilizaciones, la<br />

mesoamericana india y la occidental cristiana.<br />

Entre ambas no existe una coexistencia que<br />

culminaría en la unificación como lo proclama<br />

la ideología oficial sino una r<strong>el</strong>ación asimétrica<br />

de dominación y subordinación. El origen de<br />

tal problema es la situación colonial de la que<br />

surge la sociedad mexicana cuya dualidad<br />

básica y antagónica no ha sido superada aún,<br />

“un pecado original todavía no redimido.”<br />

La apología de la civilización mesoamericana y<br />

de la causa india de Bonfil es loable y<br />

meritoria, mas no por <strong>el</strong>lo totalmente<br />

convincente en cuanto a la viabilidad de<br />

retornar a <strong>el</strong>la para crear un nuevo proyecto<br />

de nación. Uno de los puntos que se le pueden<br />

cuestionar es si realmente existe la civilización<br />

mesoamericana como tal, esto es ¿su cultura<br />

sigue siendo vigente y es practicada por la<br />

mayoría de los mexicanos? El hecho de que<br />

algunos rasgos culturales indígenas<br />

predominen en la cultura mexicana, heredera<br />

desde luego de las culturas prehispánicas, no<br />

es evidencia de que se continúe con su<br />

42<br />

mod<strong>el</strong>o civilizatorio pues la mayoría de las<br />

tradiciones han perdido su significado original<br />

y se adaptan a las nuevas modalidades. Un<br />

ejemplo de <strong>el</strong>lo es <strong>el</strong> Día de los Muertos,<br />

sincretismo indígena y cristiano o <strong>el</strong> culto a la<br />

Virgen de Guadalupe. No se requiere un<br />

análisis exhaustivo para inferir que la mayoría<br />

de las costumbres prevalecientes en <strong>el</strong> pueblo<br />

son un hibridismo producto no solo de la<br />

civilización occidental y la mesoamericana,<br />

sino también de otras civilizaciones. Por<br />

ejemplo, la famosa china poblana.<br />

Ahora bien, si lo que define a una cultura y<br />

por ende a una civilización es la identidad de<br />

sus integrantes como tales, es obvio que la<br />

gran mayoría de los mexicanos no nos<br />

identificamos como indios sino como mestizos,<br />

no tanto por obra de la ideología oficial sino<br />

por la mezcla cultural evidente que ha sufrido<br />

la sociedad mexicana. Por consiguiente,<br />

tenemos rasgos culturales tanto indígenas<br />

como occidentales, inclusive asiáticos y<br />

africanos. Sin embargo sí nos identificamos y<br />

somo identificados en forma espontánea como<br />

mexicanos, sobre todo cuando no<br />

encontramos en <strong>el</strong> extranjero. Salvo algunas<br />

poses demagógicas y populistas de algunos<br />

políticos y antropólogos es raro que algún<br />

mexicano se identifique como indio pues está<br />

consciente de ser parte de una cultura<br />

nacional, la mexicana, y de una civilización, la<br />

latinoamericana. Es precisamente esta última<br />

la civilización emergente producto d<strong>el</strong><br />

encuentro, fusión, choque o enfrentamiento<br />

de dos civilizaciones: La occidental y la<br />

indígena.<br />

No se trata, pues, de negar <strong>el</strong> valor e<br />

influencia de la civilización mesoamericana<br />

sino de precisar si predomina o no en nuestro<br />

país. Para empezar, ni siquiera los pueblos<br />

indígenas mexicanos se identifican como parte<br />

de una misma civilización debido a su<br />

aislamiento geográfico, diversidad étnica y<br />

lingüística. Por <strong>el</strong>lo es más fácil que una<br />

buena parte de los indígenas se r<strong>el</strong>acionen e<br />

incorporen mediante <strong>el</strong> mestizaje a la cultura<br />

nacional que a otras etnias para revivir la<br />

civilización mesoamericana. La unión de las<br />

comunidades indígenas es tan difícil que no se<br />

establece inclusive entre pueblos que habitan<br />

una misma región, como sucede en Chiapas y<br />

Oaxaca.


Si las culturas herederas más puras de las<br />

tradiciones mesoamericanas no son capaces<br />

de constituuise y revivir su antigua<br />

civilización, ¿cómo lo podremos hacer quienes<br />

por decenas de generaciones descendemos de<br />

dos o más civilizaciones? Sí no somos de<br />

estaño ni de cobre, tal vez sí seamos de<br />

bronce, como lo pregonaba José Vascón c<strong>el</strong>os<br />

no tan erradamente cuando preveía la fusión<br />

de las razas en una sola, mezcla y producto<br />

de todas. Como mexicanos y mestizos<br />

poseemos una cultura común, parte de la cual<br />

es desde luego nuestra herencia indígena, con<br />

un idioma, r<strong>el</strong>igión, costumbres, hábitos y<br />

organizaciones sociales más comunes a los de<br />

otros países latinoamericanos que a los de<br />

algunos pueblos indígenas. Por lo tanto, si se<br />

comprende como civilización a la entidad<br />

cultural más amplia como mexicanos somos<br />

más propiamente parte de la civilización<br />

latinoamericana que de la mesoamericana o<br />

de la occidental. Ni estaño europeo ni cobre<br />

indígena, más bien bronce americano.<br />

El problema de Bonfil para ubicar la vigencia<br />

de la civilización mesoamericana tal vez fue <strong>el</strong><br />

no considerar que las civilizaciones, como las<br />

culturas, cumplen un ciclo de vida. Las<br />

civilizaciones por lo tanto no son históricas y<br />

menos inmortales, por lo que como los<br />

organismos vivos nacen, crece, se reproducen<br />

y mueren. Con mayor precisión, si se toma<br />

como referencia a Carroll Quigley, la evolución<br />

de las civilizaciones históricas cubre una<br />

trayectoria común de siete fases: mezcla,<br />

gestación, expansión, época de conflicto,<br />

imperio universal, decadencia, invasión. Un<br />

estudio pormenorizado de las etapas de la<br />

civilización mesoamericana podría llegar a la<br />

conclusión de que se encontraba en su fase<br />

decadente, como lo afirman un buen numero<br />

de historiadores, por lo que fue fácilmente<br />

conquistada por los españoles. Al parecer <strong>el</strong><br />

autor de <strong>México</strong> profundo se quedó en la fase<br />

de la edad dorada indígena, la cual sin lugar a<br />

dudas se dio, pero algunos siglos antes de que<br />

arribaran los hispanos e impusieran su mod<strong>el</strong>o<br />

colonial. Lo más probable es que la civilización<br />

mesoamericana no pudo sobrevivir a la<br />

influencia de la civilización occidental no<br />

solamente por la dominación violenta y <strong>el</strong><br />

proceso de “desindianización” sino también<br />

porque algunos de sus rasgos culturales se<br />

mezclaron con los españoles y otros fueron<br />

sustituidos por otros más prácticos o<br />

funcionales, como <strong>el</strong> idioma.<br />

La civilización occidental se nutre<br />

principalmente de la griega y la romana, más<br />

no por <strong>el</strong>lo siguen vigentes como civilizaciones<br />

o podrían ser revividas, como lo han intentado<br />

algunos nacionalismos radicales como <strong>el</strong><br />

fascismo italiano. Desde mi particular punto<br />

de vista <strong>el</strong> caso de la civilización<br />

mesoamericana es parecido a estas<br />

civilizaciones históricas, las que cumplieron su<br />

ciclo para cederles su lugar a otras nuevas,<br />

como es <strong>el</strong> caso de la latinoamericana y la<br />

africana. Por <strong>el</strong>lo no pasan de ser buenos<br />

propósitos o deseos las propuestas de Bonfil<br />

de poder retornar al edén perdido o sea a<br />

nuestros orígenes indígenas, la idealizada y<br />

poco conocidad civilización mesoamericana.<br />

La existencia de una cultura nacional<br />

Si es poco posible y menos probable <strong>el</strong><br />

reinstalar la civilización mesoamericana, eso<br />

no significa que las culturas de los pueblos<br />

indígenas también se hayan perdido o no<br />

estén aún presentes en <strong>el</strong> ámbito nacional. El<br />

problema a que se enfrenta Guillermo Bonfil<br />

es precisamente <strong>el</strong> cuestionar la existencia de<br />

una cultura nacional, negando en primera<br />

instancia que exista una cultura mexicana<br />

única debido a la presencia de las dos<br />

civilizaciones que ni se han fusionado ni<br />

coexistido en armonía pues implica la<br />

existencia de dos proyectos históricos<br />

distintos.<br />

De nueva cuenta <strong>el</strong> planteamiento d<strong>el</strong><br />

antropólogo es radical y no admite matices<br />

por lo que no queda otra opción que objetarle<br />

algunos aspectos aunque en otros coincida<br />

con sus propuestas. En primer lugar es cierto<br />

que la civilización occidental se impuso por la<br />

violencia, pero también con la ideologización a<br />

trabes d<strong>el</strong> cristianismo. No en balde <strong>el</strong> 90 por<br />

ciento d<strong>el</strong> pueblo mexicano sigue practicando<br />

<strong>el</strong> catolicismo, buena parte de él indígena o de<br />

notoria ascendencia nativa. El sincretismo que<br />

se dio y <strong>el</strong> mestizaje innegable efectivamente<br />

crearon una nueva cultura, la mexicana. No se<br />

puede negar la existencia de una cultura<br />

nacional, fruto inicial de dos civilizaciones, no<br />

solamente de la occidental como lo puntualiza<br />

bonfil.<br />

43


Otra cosa es <strong>el</strong> control cultural que ha ejercido<br />

<strong>el</strong> estado mexicano con su peculiar naturaleza<br />

autoritaria, heredada tanto d<strong>el</strong> español como<br />

d<strong>el</strong> indígena. Más que imponer un proyecto<br />

sustitutivo, como afirma Bonfil, los regímenes<br />

han utilizado la cultura existente para<br />

legitimarse y cubrir así su origen poco<br />

democrático. Inclusive han reconocido la<br />

diversidad cultural, mas no la han respetado<br />

en la práctica para servir a sus intereses<br />

particulares más que por razones culturales.<br />

En cuanto al mod<strong>el</strong>o de democracia que dice<br />

se estableció desde hace dos siglos lo que ha<br />

fallado no es tanto <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> que ha<br />

funcionado en buen cantidad de países con<br />

distintas civilizaciones, sino su puesta en<br />

práctica por parte de las <strong>el</strong>ites en <strong>el</strong> poder. En<br />

pocas palabras, salvo excepciones como <strong>el</strong><br />

gobierno de Madero, <strong>el</strong> país no ha<br />

experimentado lo que es un a democracia<br />

auténtica sino solamente una simulada, lo que<br />

tampoco es condición única o exclusiva de<br />

nuestro país sino de todos aqu<strong>el</strong>los con<br />

regímenes autoritarios o totalitarios.<br />

Ante todo es la falta de democracia la que ha<br />

producido la marginación de las mayorías y la<br />

imposición de las minorías, sobre todo de su<br />

proyecto civilizatorio. Es cierto que la historia<br />

mexicana ha sido dirigida por las minorías,<br />

como en todas las naciones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, pero<br />

de Ahí a inferir que estas han impuesto sin<br />

más una cultura para sustituir a las culturas<br />

no existentes es un salto aventurado que ni<br />

dialécticamente podría ser válido. La cultura<br />

es la forma de vida de un pueblo, es la<br />

información que se transmite por aprendizaje<br />

social y los intentos de algunas minorías por<br />

transformarla han fracasado inclusive en las<br />

dictaduras más totalitaristas de este siglo,<br />

como las fascistas y las comunistas.<br />

Sinceramente creo que Bonfil exagera <strong>el</strong><br />

poderío d<strong>el</strong> estado mexicano hasta <strong>el</strong> grado de<br />

considerarlo como <strong>el</strong> inventor de nuestra<br />

cultura nacional cuando es más bien al revés,<br />

o sea es <strong>el</strong> producto natural de la misma, nos<br />

guste o no. El pragmatismo de los dirigentes<br />

políticos es <strong>el</strong> que se ha aplicado para medrar<br />

con las autenticas creencias populares, como<br />

antes lo hacían los dirigentes r<strong>el</strong>igiosos. Y si<br />

se ha impuesto <strong>el</strong> “perverso esquema” d<strong>el</strong><br />

desarrollo imaginario no es tanto porque estas<br />

minorías tengan <strong>el</strong> poder para hacerlo sino<br />

porquen así lo ha aceptado la mayoría de los<br />

mexicanos por considerar, acertada o<br />

44<br />

equívocamente, que les sería benéfico en <strong>el</strong><br />

futuro.<br />

Bonfil afirma que la cultura nacional se debate<br />

en una esquizofrenia, como si fuera un ser<br />

raciona, debido al proceso histórico cuyo<br />

origen se encuentra en la Colonia. Propone<br />

una reflexión en términos de civilización para<br />

superar la esquizofrenia que ha producido <strong>el</strong><br />

desencuentro entre <strong>México</strong> profundo y <strong>el</strong><br />

<strong>México</strong> imaginario. Más que ahondar en esta<br />

patología que probablemente no nos llevará a<br />

ningún consenso como nación por qué mejor<br />

no analizar los efectos d<strong>el</strong> choque de<br />

civilizaciones que sufre nuestro país en la<br />

actualidad, <strong>el</strong> de la civilización<br />

latinoamericana con la civilización occidental<br />

versus la estadounidense, sobre todo con <strong>el</strong><br />

funcionamiento d<strong>el</strong> tratado de libre comercio<br />

con la vecina nación. Como lo comenta<br />

Huntington, <strong>México</strong> es un país desgarrado no<br />

tanto ya por las diferencias irreconciliables<br />

entre la civilización mesoamericana y la<br />

occidental sino por intentar ser parte de otra<br />

cultura, o sea la norteamericana y por lo tanto<br />

de una civilización distinta a la<br />

latinoamericana.<br />

Samu<strong>el</strong> Huntington define tres requisitos para<br />

que un país desgarrado redefina con éxito su<br />

identidad en <strong>el</strong> ámbito de la civilización: 1) La<br />

<strong>el</strong>ite política y económica debe ser en líneas<br />

generales partidaria y entusiasta de dicho<br />

paso, 2) la sociedad debe estar cuando menos<br />

dispuesta a redefinir su identidad y 3) los<br />

<strong>el</strong>ementos dominantes en la civilización<br />

anfitriona han de estar dispuestos a acoger al<br />

converso. Añade que este proceso será<br />

penoso, prolongado y discontinuo y de<br />

acuerdo a la experiencia histórica fracasará.<br />

En <strong>el</strong> caso de nuestro país Huntington<br />

comenta que <strong>México</strong> se convitió en un país<br />

desgarrado a partir de los ochenta aunque<br />

antes tenía una estrecha r<strong>el</strong>ación con<br />

Occidente. Su caso, dice, es similar al de<br />

Turquía. Ambos en <strong>el</strong> siglo XIX fueron<br />

desmembrados por los occidentales y tuvieron<br />

una revolución que estableció un nuevo<br />

fundamento de la identidad nacional y un<br />

nuevo sistema político unipartidista. La<br />

diferencia es que mientras Turquía trató de<br />

definirse como occidental <strong>México</strong> lo hizo en<br />

oposición a los Estado Unidos. Sin embargo a<br />

partir de Migu<strong>el</strong> de la Madrid y luego con<br />

Carlos Salinas <strong>el</strong> país cambió de rumbo e


intentó adoptar uno de los dos aspectos<br />

dominantes de la civilización occidental, <strong>el</strong><br />

liberalismo económico, aunque dejó a un lado<br />

<strong>el</strong> otro, la democracia política.<br />

La disyuntiva de <strong>México</strong> en la actualidad es<br />

intentar incorporarse de lleno a la civilización<br />

occidental a través de los Estados Unidos o<br />

retroceder a su civilización propia, la<br />

latinoamericana y de ahí emprender un<br />

proyecto de integración más auténtico. En<br />

este marco se puede explicar con más<br />

objetividad <strong>el</strong> altercado que hubo entre los<br />

gobiernos mexicano y cubano debido a las<br />

declaraciones d<strong>el</strong> Fid<strong>el</strong> Castro en <strong>el</strong> mes de<br />

diciembre de 1998, <strong>el</strong> que al final de cuentas<br />

no hizo otra cosa que lamentarse porque<br />

<strong>México</strong> está siguiendo más <strong>el</strong> camino de su<br />

principal enemigo, los Estado Unidos, en lugar<br />

de encabezar la causa latinoamericana como<br />

lo hiciera en décadas pasadas.<br />

La necesidad de un nuevo proyecto<br />

nacional<br />

La crítica que hace Guillermo Bonfil d<strong>el</strong><br />

desarrollo histórico de <strong>México</strong> es válida y sirve<br />

para tomar en cuenta su propuesta sobre la<br />

necesidad de un nuevo proyecto nacional. Es<br />

evidente que <strong>el</strong> sistema político mexicano<br />

actual está agotado y es a todas luces poco<br />

eficiente para satisfacer las necesidades de la<br />

sociedad mexicana, no tanto porque no<br />

responda ya a las demandas de la cultura<br />

nacional sino debido a que sus instituciones se<br />

han quedado rezagadas ante los nuevos<br />

desafíos y tendencias globales. Con todas sus<br />

fallas e injusticias es evidente que <strong>el</strong> sistema<br />

funcionó en buena parte d<strong>el</strong> siglo veinte y<br />

logró una r<strong>el</strong>ativa estabilidad política,<br />

económica y social de la que antes había<br />

carecido <strong>el</strong> país. Sin embargo, al<br />

democratizarse y modernizarse más en forma<br />

ficticia que real tal sistema acumuló cada vez<br />

mayores disfuncionalidades y desigualdades<br />

entre los sectores sociales nacionales,<br />

incluidos desde luego los pueblos indígenas,<br />

las cuales ya no puede resolver como lo hacía<br />

en <strong>el</strong> pasado através de convenios de las<br />

cúpulas al estilo corporativo, como lo fue en<br />

su momento <strong>el</strong> publicitado pacto de<br />

solidaridad.<br />

La primera opción que propone <strong>el</strong> antropólogo<br />

es reconocer y aceptar la civilización<br />

mesoamericana con todas las consecuencias<br />

implícitas y así formular un proyecto nacional<br />

organizado a partir d<strong>el</strong> pluralismo cultural o<br />

sea desarrollar una nación pluricultural. Una<br />

nación étnicamente plural exigiría la anulación<br />

y la supresión de toda estructura de poder<br />

que implique la dominación de cualquiera de<br />

los pueblos sobre los demás, la liberación de<br />

las culturas oprimidas y su actualización a<br />

través de una participación democrática en la<br />

vida nacional, en una democracia que<br />

reconozca los derechos de los individuos pero<br />

también <strong>el</strong> de las colectividades históricas.<br />

Esta sería así una nación que viva una<br />

democracia real consecuente con su<br />

naturaleza cultural y con <strong>el</strong>lo capaz de actuar<br />

en <strong>el</strong> escenario internacional desde una<br />

posición propia y auténtica.<br />

Esta propuesta la hace Bonfil después de<br />

desechar <strong>el</strong> proyecto civilizatorio d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario por se sustitutivo de las culturas<br />

mesoamericanas y por lo tanto representativo<br />

de una sola civilización, la occidental. El<br />

proyecto nacional mestizo lo considera posible<br />

pero de muy larga duración histórica. Admite<br />

que la fusión de las culturas y civilizaciones<br />

que coexisten en <strong>México</strong> podría ocurrir pero<br />

no en un futuro previsible y no sería <strong>el</strong><br />

resultado de un decreto ni de las acciones de<br />

una o dos generaciones. En lo particular creo<br />

que este es precisamente <strong>el</strong> proyecto nacional<br />

más viable pues sería poco menos que<br />

imposible volver a crear una civilización que<br />

ya no existe como tal. Aunque persistan<br />

algunas de sus manifestaciones, lo que desde<br />

luego no implica <strong>el</strong> reconocer y practicar su<br />

rica herencia cultural. Tal proyecto nacional<br />

debería a su vez ampliarse a un proyecto<br />

regional que incluyera la civilización<br />

latinoamericana, por ahora tan desunida y<br />

fragmentada y por lo tanto sujeta a la<br />

dominación y <strong>el</strong> control por parte de la<br />

civilización occidental. Si de utopías se trata?<br />

por ¿qué no mejor tratar de nuevo de hacer<br />

realidad <strong>el</strong> viejo sueño de Bolívar de crear una<br />

sola nación fuerte y unida por su pasado<br />

europeo e indio? Una federación<br />

latinoamericana multicultural sería la mejor<br />

alternativa de nuestra civilización como la<br />

occidental, la cínica, la japonesa y la islámica.<br />

45


El mexicano en su jaula<br />

Para Roger Bartra <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario es <strong>el</strong><br />

creado por la cultura política hegemónica para<br />

legitimar al estado moderno capitalista, <strong>el</strong> cual<br />

ha excluido a la democracia moderna y en su<br />

lugar ha colocado <strong>el</strong> mito d<strong>el</strong> nacionalismo<br />

revolucionario. Para ejemplificar los dos polos<br />

que simbolizan <strong>el</strong> teatro de las ciencias<br />

sociales emplea las metáforas que deriva d<strong>el</strong><br />

mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> axolote, para de esta forma<br />

ironizar sobre las pretensiones unificadora y<br />

trascendentes d<strong>el</strong> discurso antropológico.<br />

Aclara que mejor toma como punto de partida<br />

la idea posmoderna o desmoderna de que no<br />

existe una dialéctica totalidad sino un <strong>mundo</strong><br />

heterogéneo y dividido al que intenta encerrar<br />

en la cárc<strong>el</strong> de un metalenguaje.<br />

La fina ironía de Bartra no pudo aprovechar la<br />

obra citada de Bonfil pues esta fue publicada<br />

en <strong>el</strong> mismo año que La jaula de la<br />

m<strong>el</strong>ancolía, por lo que don Guillermo se salvó<br />

de ser presa también d<strong>el</strong> agudo ingenio de su<br />

colega. Aunque ambos analizan la cultura<br />

mexicana sus puntos de vista son distintos,<br />

como lo ejemplifica la cita que ambos hacen<br />

d<strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> ensayo de John Womack sobre<br />

Emiliano Zapata: “Este es un libro acerca de<br />

unos campesinos que no querían cambiar y<br />

que, por eso mismo, hicieron una Revolución.<br />

Nunca imaginaron un destino tan singular.”<br />

Mientras que para Bonfil estas palabras de<br />

Womck resumen <strong>el</strong> proyecto campesino de<br />

Zapata, <strong>el</strong> que representaba <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

profundo en la revolución mexicana y <strong>el</strong> cual<br />

fue desplazado por <strong>el</strong> proyecto d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

imaginario, para Varara los campesinos de<br />

Mor<strong>el</strong>os son iguales que los axolotes, cuya<br />

resistencia al cambio los obliga a reproducir<br />

infinitamente su larvario primitivo.<br />

Bartra al parecer se basó en <strong>el</strong> concepto<br />

<strong>el</strong>aborado por Gramsci sobre la hegemonía, la<br />

que vendría a ser la esencia de la<br />

supervivencia a largo plazo de un sistema<br />

político y social, dentro d<strong>el</strong> cual los<br />

int<strong>el</strong>ectuales tienen <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de reproducir y<br />

desarrollar una r<strong>el</strong>ación constante entre las<br />

tres entidades esenciales de la sociedad según<br />

Gramsci: gobierno, sociedad civil y economía.<br />

La tesis que maneja es que, ante la carencia<br />

de una sociedad civil fuerte que crea su propio<br />

gobierno, <strong>el</strong> sistema político mexicano<br />

emanado de la revolución mexicana se dio a la<br />

46<br />

tarea de moldear a la sociedad civil desde<br />

arriba para lo cual utilizó a los int<strong>el</strong>ectuales,<br />

sobre todo a los de la primera mitad d<strong>el</strong> siglo<br />

veinte. De esta forma se creó y reforzó <strong>el</strong> mita<br />

que legitimó al estado mexicano, <strong>el</strong><br />

nacionalismo revolucionario.<br />

Dev<strong>el</strong>ar las incongruencias y estereotipos<br />

utilizado por los pensadores mexicanos para<br />

caracterizar <strong>el</strong> mexicano es <strong>el</strong> propósito d<strong>el</strong><br />

antropólogo, los cuales han sido utilizados por<br />

la clase dominante para mantener su<br />

hegemonía sobre la sociedad. Por medio de la<br />

singular figura d<strong>el</strong> axolote penetra como<br />

bisturí de cirujano hasta las entrañas de la<br />

mitología mexicana moderna, mutilando y<br />

destruyendo sin ninguna consideración hasta<br />

símbolos tan sagrados como la Virgen de<br />

Guadalupe. A través de su lupa vitriólica<br />

examina detallada y literariamente los<br />

arquetipos d<strong>el</strong> edén subvertido d<strong>el</strong> campo<br />

mexicano, d<strong>el</strong> “p<strong>el</strong>ado” urbano, d<strong>el</strong> tiempo<br />

mítico, d<strong>el</strong> héroe agachado, de la Malinche, de<br />

la Guadalupana… Es un desfile de figuras<br />

familiares como las de la lotería, las cuales<br />

rev<strong>el</strong>an otros significados poco conocidos por<br />

la mayoría de los mexicanos.<br />

La legitimidad d<strong>el</strong> estado moderno mexicano<br />

reside en buena parte en las redes<br />

imaginarias d<strong>el</strong> poder político, de las cuales<br />

los mitos y la cultura nacional son uno de los<br />

aspectos más importantes, afirma Bartra. Esto<br />

debido a que ante la ausencia de una<br />

ideología vertebrada y la precariedad de los<br />

mod<strong>el</strong>os de desarrollo <strong>el</strong> sistema necesita<br />

establecer una r<strong>el</strong>ación de correspondencia<br />

entre las peculiaridades de los habitantes y las<br />

formas que adquiere <strong>el</strong> gobierno. De ahí<br />

infiere que la definición d<strong>el</strong> carácter d<strong>el</strong><br />

mexicano es una necesidad política de primer<br />

orden pues contribuye a la unidad nacional a<br />

la que corresponde la soberanía monolítica d<strong>el</strong><br />

estado mexicano. Así la cultura nacional se<br />

identifica con <strong>el</strong> poder político de tal manera<br />

que quien rompa con las reglas d<strong>el</strong> sistema<br />

será acusado de renunciar o de traicionar a la<br />

propia cultura nacional.<br />

En este aspecto creo que Roger Bartra<br />

exagera <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que juega <strong>el</strong> carácter d<strong>el</strong><br />

mexicano dentro de la cultura nacional pues<br />

este es un tema tratado (y poco entendido por<br />

las mayorías) mas bien por algunos<br />

int<strong>el</strong>ectuales como Alfonso Reyes, Samu<strong>el</strong>


Ramos, Portilla, Emilio Uranga, Octavio Paz y<br />

otros. La influencia de las ideas sobre la<br />

naturaleza de lo mexicano de estos escritores<br />

palidece si es que no se pierde ante <strong>el</strong><br />

impacto en los mexicanos de las canciones de<br />

un José Alfredo Jiménez, un Cuco Sánchez, un<br />

Agustín Lara y ahora un Juan Gabri<strong>el</strong>. Y no se<br />

diga si se compara con las t<strong>el</strong>enov<strong>el</strong>as, género<br />

que retrata como ninguno la promitiva<br />

emotividad de las masas populares no<br />

solamente en <strong>México</strong> sino en otros países de<br />

distinta civilización. Endosarles a nuestros<br />

pobres hombres de letras la culpa de la<br />

enajenación cultural sería no solamente<br />

injusto sino patético pues bastante meritorio<br />

fue su esfuerza al tratar de encontrar la razón<br />

y forma de ser d<strong>el</strong> mexicano con las<br />

limitaciones naturales de su época y condición<br />

humana.<br />

Ahora bien, todo sistema político le apuesta a<br />

su continuidad y permanencia para lo cual<br />

necesita <strong>el</strong> consenso social. Si bien <strong>el</strong> estado<br />

ha explotado hábilmente las emociones y la<br />

falta de sentido crítico d<strong>el</strong> mexicano, estas<br />

son más producto de la propia cultura<br />

mexicana que de la perversidad de una<br />

minoría manipuladora. Es acertado por otra<br />

parte que <strong>el</strong> canon dual de la m<strong>el</strong>ancolíametamorfosis<br />

en ciertos estereotipos y hechos<br />

sociales se generaliza al máximo alcanzando<br />

las clases populares, pero su éxito tal vez se<br />

deba a que existe una real correspondencia<br />

con los secretos resortes de la conducta de la<br />

mayoría de los mexicanos más que a las<br />

sapientes aportaciones de nuestros<br />

int<strong>el</strong>ectuales.<br />

Con todo y las correcciones posibles, la<br />

conclusión de Bartra es la correcta: <strong>el</strong><br />

nacionalismo mexicano y la cultura política<br />

dominante han llegado a su límite. La razón<br />

de <strong>el</strong>lo no es otra más que, como bien lo<br />

afirma, son viejas formas de autoritarismo y<br />

dominación que ya no corresponden a las<br />

necesidades y demandas de las nuevas<br />

generaciones. El nacionalismo revolucionario<br />

está caduco, su imagen d<strong>el</strong> axolote ya no<br />

atrae a los mexicanos, sobre todo a los<br />

jóvenes, los cuales han perdido su identidad y<br />

sin ser modernos ahora son desmodernos, son<br />

otros. A quien alude Bartra es a la<br />

actual generación de la crisis o la Generación<br />

X, la que no conoció <strong>el</strong> <strong>México</strong> idílico y<br />

progresista, la cual será la que marque para<br />

bien o mal <strong>el</strong> rumbo d<strong>el</strong> país en este incipiente<br />

siglo.<br />

El indiscutible acierto tanto de Bonfil como de<br />

Bartra es <strong>el</strong> de motivarnos a reflexionar sobre<br />

la naturaleza de la cultura nacional y<br />

cuestionarnos si vivimos en un <strong>México</strong> real o<br />

en un <strong>México</strong> imaginario, imaginado y<br />

transpuesto en la conciencia popular por las<br />

minorías dominantes. Cada uno con su<br />

particular estilo y enfoque contribuyen al<br />

análisis crítico de nuestra realidad mexicana,<br />

sobre todo de nuestro sistema político. No se<br />

puede dejar de señalar la r<strong>el</strong>evancia de las<br />

dos obras en cuanto a r<strong>el</strong>acionar la cultura<br />

con la política, las que en nuestro país están<br />

tan identificadas que muchas veces se<br />

confunden y provocan equívocos como<br />

algunos de los ya citados por los autores.<br />

Quedaría la tarea de imaginar cómo sería un<br />

<strong>México</strong> democrático, pluralista y más justo,<br />

proyecto al que nos deberíamos enfocar los<br />

mexicanos que valoramos no solamente <strong>el</strong><br />

pasado y presente sino también <strong>el</strong> futuro de<br />

nuestro país.<br />

La cultura planetaria: de Vasconc<strong>el</strong>os a<br />

Villoro<br />

La filosofía mexicana ha realizado esfuerzos<br />

importantes desde su inicio para conciliar su<br />

peculiar objeto de estudio, lo mexicano, con <strong>el</strong><br />

objeto tradicional de la filosofía, d<strong>el</strong> ser. O sea<br />

partir de una realidad concreta, la nacional,<br />

para así llegar al conocimiento de validez<br />

universal. Esta tarea iniciada por los filósofos<br />

d<strong>el</strong> Ateneo de la Juventud ha sido fértil<br />

simiente de análisis y reflexión filosófica sobre<br />

nuestra cultura, aportación que por sí misma<br />

ya justifica la obra de estos pensadores. Pero<br />

algunos de <strong>el</strong>los no se han limitado a la<br />

defensa o apología de la cultura propia sino<br />

que han intentado ir más allá de nuestras<br />

fronteras espaciales y temporales para<br />

presentarnos su visión de lo que debería ser la<br />

cultura universal, la cual con todo y sus<br />

limitaciones debe ser considerada, sobre todo<br />

por los filósofos mexicanos, como punto de<br />

partida para la reflexión crítica y posteriores<br />

indagaciones.<br />

En este ensayo s<strong>el</strong>eccioné dos propuestas<br />

filosóficas sobre la posibilidad de acceder a<br />

una cultura universal, la de la reza cósmica de<br />

José Vasconc<strong>el</strong>os y la de la cultura auténtica<br />

47


de Luis Villoro. Considero que estos<br />

destacados filósofos mexicanos representan<br />

dos momentos distintos d<strong>el</strong> pensamiento<br />

mexicano, <strong>el</strong> de la génesis de la filosofía<br />

mexicana en <strong>el</strong> período de la<br />

institucionalización de la revolución mexicana<br />

y <strong>el</strong> de la crítica de la misma en la actual<br />

etapa posrevolucionaria. A pesar de estas<br />

condiciones históricas tan diferentes no deja<br />

de llamar la atención la coincidencia en<br />

algunos de los planteamientos de los dos<br />

pensadores, sobre todo en su hipótesis de que<br />

tarde o temprano las culturas particulares<br />

desembocarán en una sola, la universal.<br />

Sin intentar hacer una comparación<br />

exhaustiva d<strong>el</strong> pensamiento tanto de<br />

Vasconc<strong>el</strong>os como de Villoro, la que por sí<br />

misma sería tema de todo un tratado, la<br />

intención de este trabajo es partir de sus<br />

propuestas para analizar la posibilidad de que<br />

en <strong>el</strong> futuro se cumpla <strong>el</strong> viejo anh<strong>el</strong>o de la<br />

modernidad: la integración de la humanidad<br />

en una sola cultura planetaria, en un mismo<br />

proyecto unificador que supere sus añejos e<br />

irracionales antagonismos y guerras.<br />

América Latina, la nueva cuna de la<br />

universalidad<br />

José Vasconc<strong>el</strong>os lanza la audaz tesis, para su<br />

tiempo y su entorno, de que <strong>el</strong> continente<br />

americano será <strong>el</strong> lugar donde se lleve a cabo<br />

la génesis de la civilización universal, para lo<br />

cual le asigna a su ideal <strong>el</strong> nombre de<br />

“indología.” Este término lo utiliza con orgullo<br />

pues según él simboliza la visión profética de<br />

Cristóbal Colón, quien al creer haber llegado a<br />

la India bautizó al nuevo territorio como “Las<br />

Indias” y a sus habitantes como “indios.” Así,<br />

debido al “simbolismo trascendental” y la<br />

herencia recaída en los indígenas toma la<br />

designación de indología “en <strong>el</strong> sentido de era<br />

final y universal de la cultura d<strong>el</strong> planeta.”<br />

Pero a la vez precisa que su propósito no es<br />

otorgarle algún predominio a la tradición<br />

autóctona a la raza indígena d<strong>el</strong> continente<br />

sino consideraría junto con las demás rezas<br />

que concurrirán a los que define como “la<br />

nueva era d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.”<br />

Serán, pues, las indias <strong>el</strong> objeto de su<br />

indología o “ciencia de Indias,” no las<br />

geográficas ni las antiguas o modernas sino<br />

en <strong>el</strong> sentido colombiano de “unidad de<br />

48<br />

especie y concierto de las culturas.” Y para<br />

poder caracterizar a nuestra cultura sin caer<br />

en la “universalidad indeterminada” propone<br />

buscar” la universalidad cabal de la síntesis<br />

que no destruye, sino que afirma los casos<br />

particulares de la realidad,” para lo cual invita<br />

a estudiar “nuestro propio anh<strong>el</strong>o de<br />

universalidad.” Sintetizar, en lugar de llegar a<br />

la universidad sin extinguir la particularidad,<br />

de acuerdo a Vasconc<strong>el</strong>os:<br />

Sintetizar es todavía más que sumar, porque<br />

la suma va agregando uno a otro los<br />

homogéneos y la síntesis es suma de<br />

homogéneos y heterogéneos, visión de<br />

conjunto que no destruye la riqueza<br />

heterogénia sino que la exalta y le da meta.<br />

Como se percibe, temprano se le plantea <strong>el</strong><br />

dilema de la universalidad-particularidad, al<br />

que según Ab<strong>el</strong>ardo Villegas lo ve como una<br />

especie de nudo gordiano que deshace al<br />

estilo alejandrino. Pero como <strong>el</strong> objeto de este<br />

escrito no se centra por <strong>el</strong> momento en tal<br />

problema continuaremos con los argumentos<br />

vasconc<strong>el</strong>istas de por qué deberá ser nuestro<br />

continente la futura sede de la cultura<br />

universal. Uno de estos argumentos es<br />

político, <strong>el</strong> hecho de que en América estamos<br />

gobernados por sistemas democráticos<br />

avanzados, “al menos en teoría” como no deja<br />

de señalarlo <strong>el</strong> frustrado candidato<br />

presidencial. Esta ventaja con <strong>el</strong> viejo<br />

continente debilitado por intereses nacionales<br />

y monárquicos es para Vasconc<strong>el</strong>os no solo<br />

motivo de espereranza sino de posibilidad de<br />

“convertir las diferencias en factor de<br />

progreso, en vez de que se resu<strong>el</strong>van en<br />

rivalidad y conflicto.” En contraste sw dará la<br />

unidad espiritual de la reza hispánica de<br />

América y con la española “sobre las bases de<br />

autonomía y libertad, de disciplina y de<br />

justicia, bases sin las cuales ninguna cultura<br />

alcanza su esplendor.”<br />

Vasconc<strong>el</strong>os acierta al considerar como<br />

condición de progreso <strong>el</strong> contar con un<br />

sistema democrático y criticar a los<br />

nacionalismos europeos que después<br />

provocarían la segunda guerra mundial. Su<br />

visión de una futura unión de Hispanoamérica<br />

son su anterior matriz se está realizando con<br />

las últimas conferencia iberoamericanas en las<br />

cuales España participa en condiciones


igualitarias y conciliatorias con las naciones<br />

hispanoamericanas.<br />

Otro argumento es <strong>el</strong> lazo espiritual y étnico<br />

de las culturas prehispánicas, mismo que la<br />

conquista española no extinguió sino que unió<br />

en <strong>el</strong> mestizaje. El resquebraja-miento de esta<br />

unidad se da, según Vasconc<strong>el</strong>os, no por <strong>el</strong><br />

dominio ibérico sino más bien a la<br />

emancipación d<strong>el</strong> mismo por dos causas” la<br />

doctrina de la nacionalidad y <strong>el</strong> aislamiento<br />

físico de la naturaleza. La idea de nacionalidad<br />

la heredamos de Europa en donde se explica<br />

debido a la división de rezas y a la diversidad<br />

de lenguas, pero no en América Latina donde<br />

par <strong>el</strong> filósofo es un verdadero desparate la<br />

creación de una veintena de nacionalidades<br />

con las misma lengua. A la par de la<br />

nacionalidad surge <strong>el</strong> caudillismo, herencia d<strong>el</strong><br />

sistema militar español, <strong>el</strong> que se sostiene<br />

dictatorialmente y defiende la autonomía local<br />

solamente para conservar sus feudos.<br />

A pesar de esta histórica lacra latinoamericana<br />

conocida como <strong>el</strong> caudillaje, José Vasconc<strong>el</strong>os<br />

afirma que nuestro nacionalismo es superior<br />

al norteamericano y al europeo citando como<br />

ejemplo <strong>el</strong> respeto que tanto <strong>México</strong> como su<br />

vecina Guatemala tuvieron con la decisión d<strong>el</strong><br />

estado de Chiapas, <strong>el</strong> cual primero pasó a<br />

formar parte de la nación mexicana para<br />

luego serlo d<strong>el</strong> territorio guatemalteco y años<br />

después, sin problema alguno, se integró de<br />

nueva cuenta a nuestro país.<br />

América Latina, según Vasconc<strong>el</strong>os, es la<br />

región donde está surgiendo un nuevo ciclo en<br />

la historia d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> debido a tres factores:<br />

una tradición cultural española indígena,<br />

europea y americana; un continente<br />

deshabitado y prodigiosamente rico; así como<br />

una reza mixta total, <strong>el</strong> primer caso de raza<br />

positivamente universal.<br />

La quinta raza universal<br />

En su ensayo La reza cósmica, José<br />

Vasconc<strong>el</strong>os vu<strong>el</strong>ve a reafirmar su tesis de<br />

que las rezas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> mezclarán hasta<br />

formar un nuevo tipo humano producto de la<br />

s<strong>el</strong>ección de los pueblos existentes al que<br />

denomina “reza cósmica,” a falta de un<br />

nombre mejor como lo comenta en <strong>el</strong> prólogo<br />

de su obra. Para apoyar en principio su<br />

afirmación considera que la doctrina darvinista<br />

en <strong>el</strong> campo social está en franca retirada<br />

después de su desastrosa aplicación por <strong>el</strong><br />

nazismo y en su lugar se legitima<br />

mundialmente <strong>el</strong> mestizaje, <strong>el</strong> cual además es<br />

fortalecido por <strong>el</strong> avance de las<br />

comunicaciones y la educación.<br />

Esta quinta reza universal será la resultante<br />

de las cuatro razas que hasta ahora han<br />

prevalecido en distintas etapas históricas: la<br />

negra, la india, la mogol y la blanca. Y es la<br />

civilización de los blancos la que ha colocado<br />

las bases para esta fusión, sobre todo dos de<br />

sus ramas más expansivas, la española y la<br />

inglesa.<br />

Después de analizar la vieja pugna entre<br />

sajones y latinos que se trasladó a nuestro<br />

continente en donde será superada,<br />

Vasconc<strong>el</strong>os confía en que la ciencia de los<br />

blancos permitirá habitar <strong>el</strong> trópico y será en<br />

las tierras cálidas de América d<strong>el</strong> Sur donde se<br />

establecerá la quinta raza, más<br />

específicamente en la zona comprendida por<br />

Brasil y las naciones vecinas, sobre todo en la<br />

región amazónica. No deja de señalar <strong>el</strong><br />

p<strong>el</strong>igro de que si los ingleses logran conquistar<br />

primero <strong>el</strong> Amazonas en lugar de su<br />

Universópolis se levante una Anglotown que<br />

domine al <strong>mundo</strong> entero. Eso sí, precisa que<br />

la quinta raza no excluirá a los blancos, como<br />

no se propone hacerlo con ninguno de los<br />

otros pueblos.<br />

Al ubicar <strong>el</strong> lugar donde residirá esta quinta<br />

reza expone Vasconc<strong>el</strong>os su utopía, pues la<br />

concretiza y fácilmente puede cuestionarse <strong>el</strong><br />

que pueda llevarse a cabo o no, lo que no<br />

sucedería si la enunciase como mera<br />

posibilidad a realizarse en cualquier parte d<strong>el</strong><br />

globo terráqueo. Sin ir más lejos, en lugar de<br />

la aún inhabitable región d<strong>el</strong> Amazonas se<br />

está dando ac<strong>el</strong>eradamente la fusión de razas<br />

en la metrópolis de los países más<br />

industrializados como es <strong>el</strong> caso de Los<br />

Áng<strong>el</strong>es, California, por ejemplo.<br />

Es palpable la contradicción existente entre la<br />

atinada visión d<strong>el</strong> desarrollo de las razas con<br />

la poco fundamentada exaltación mítica, como<br />

la alusión a la cultura de la Atlántida. Pero<br />

dejando a un lado estos desvaríos ya<br />

conocidos y bastante criticados d<strong>el</strong> filósofo<br />

mexicano, es pertinente revisar <strong>el</strong> cómo se<br />

logrará llegar a la creación de la raza<br />

49


universal, la que no surgirá de un anárquico<br />

hibridismo sino de acuerdo a la ley d<strong>el</strong> gusto,<br />

la que a su vez comprende tres estados<br />

sociales distintos a los clásicos de Comte: <strong>el</strong><br />

material o guerrero, <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual o político y<br />

<strong>el</strong> ritual o estético.<br />

En estos estados Vasconc<strong>el</strong>os incluyó otra<br />

sub-ley de cinco períodos: d<strong>el</strong> soldado,<br />

abogado, economista, ingeniero y d<strong>el</strong> filosofó.<br />

Estos se entr<strong>el</strong>azan y se confunden, precisa,<br />

solamente con los dos primeros estados, <strong>el</strong><br />

material y <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual. Y sin ambages, por si<br />

alguien todavía dudara de su influencia<br />

platónica, termina preguntándose se realizará<br />

sobre la tierra de la República de Platón la<br />

Ciudad de Dios de San Agustín.<br />

Esta ley de los tres estados no podrá<br />

funcionar con plenitud hasta que se logre la<br />

fusión de las razas y de las culturas, afirma<br />

Vasconc<strong>el</strong>os, de lo cual se infiere que la quinta<br />

reza es condición esencial para que a su vez<br />

se logre una cultura de síntesis. Esta cultura<br />

tiene como fin la salvación colectiva y ya no la<br />

producción de aristocracias, definiendo a la<br />

cultura como “producción y aumento de valor,<br />

no reducción de valores.”<br />

Además de este determinismo étnico otra de<br />

las fallas d<strong>el</strong> planteamiento vasconc<strong>el</strong>ista es<br />

su esteticismo excluyente al aseverar que las<br />

uniones entre las rezas se darán de acuerdo a<br />

la ley d<strong>el</strong> tercer período, <strong>el</strong> de la simpatía<br />

“refinada por <strong>el</strong> sentido de b<strong>el</strong>leza.” Así, según<br />

él, se evitarían las parejas feas de casados<br />

“en una proporción, más o menos, d<strong>el</strong><br />

noventa por ciento de los contrayentes.” En<br />

lugar de estas uniones se debería dar una<br />

mezcla de acuerdo a la comodidad social, la<br />

simpatía y la b<strong>el</strong>leza. Obviamente <strong>el</strong> mismo<br />

Vasconc<strong>el</strong>os no se aplicó tal ley en forma<br />

autocrítica pues a juzgar por la fisonomía que<br />

lucía en su avanzada madurez él hubiera<br />

tenido que ser <strong>el</strong> primero en haberse excluido<br />

de toda fusión racial, lo cual no dejaría de ser<br />

injusto e inhumano.<br />

Tal radicalismo estético parece que obedece<br />

sobre todo a la necesidad de anteponerlo al<br />

criticado evolucionismo darvinista-spenceriano<br />

basado en la s<strong>el</strong>ección étnica de los más<br />

fuertes, aunque como es obvio comete <strong>el</strong><br />

mismo error al pregonar que es la parte<br />

iberoamericana la que será la matriz de la<br />

50<br />

nueva era de la civilización por ser la que<br />

posee los factores espirituales, la raza y <strong>el</strong><br />

territorio necesarios para “iniciar la era<br />

universal de la Humanidad.” Finaliza su<br />

ensayo con la reiteración de que será en<br />

América donde se llegará primero a la<br />

creación de una reza síntesis de todas las<br />

razas, “la reza final,” que no es otra que la ya<br />

citada quinta raza o reza cósmica.<br />

Aciertos y limitaciones de la utopía<br />

vasconc<strong>el</strong>ista<br />

La caracterización de una verdadera cultura<br />

como “particularista, pluralista y sintética” es,<br />

desde luego, bastante avanzada para la época<br />

en que Vasconc<strong>el</strong>os la <strong>el</strong>aboró, la década de<br />

los años veinte, cuando estaban en plena<br />

vigencia los nacionalismos culturales<br />

excluyentes en <strong>el</strong> nuevo y en <strong>el</strong> viejo <strong>mundo</strong>.<br />

De esta forma vislumbra que <strong>el</strong> pensamiento<br />

latinoamericano no se debe limitar a sus<br />

raíces sino aspirar al aura universa. La prédica<br />

es, pues, partir de nuestra propia y legítima<br />

realidad cultural a una civilización realmente<br />

planetaria, común y compartida por todas las<br />

razas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, aspiración que se puede<br />

valorar como auténticamente filosófica y<br />

universal.<br />

El desarrollo de esta nueva civilización de dará<br />

de lo nacional a lo continental para luego<br />

llegar a lo mundial, partiendo de nuestro<br />

origen iberoamericano para llegar a la<br />

integración de la reza cósmica. Pero sobre<br />

todo es importante resaltar la intención<br />

vasconc<strong>el</strong>ista de que su filosofía como tal<br />

abarque la universalidad de la cultura, para lo<br />

cual se propone evitar caer en una mera<br />

filosofía de corte nacional o continental que<br />

por limitada no sea digan de tal nombre. El<br />

que haya podido cumplir o no con tal<br />

propósito puede ser objeto de polémica más<br />

no así la trascendencia y universalidad de su<br />

planteamiento.<br />

La visión vasconc<strong>el</strong>ista d<strong>el</strong> inevitable<br />

rompimiento de las culturas regionales y su<br />

fusión con otras debido al desarrollo ac<strong>el</strong>erado<br />

de las comunicaciones y las emigraciones se<br />

constat con <strong>el</strong> actual fenómeno de la<br />

globalización. Sí bien a la par de la integración<br />

cultural se dan como reacción movimientos<br />

nacionalistas o fundamentalistas, estos<br />

indudablemente tienen una acción e influencia


limitadas que no logran contrarrestar y menos<br />

impedir en forma efectiva la dominante<br />

tendencia mundial de la conformación de una<br />

cultura universal.<br />

La introducción de la dimensión cultural en la<br />

problemática latinoamericana y la propuesta<br />

de un paradigma estético ante <strong>el</strong> imperante<br />

paradigma cientificista europeo son<br />

aportaciones r<strong>el</strong>evantes de Vasconc<strong>el</strong>os para<br />

la filosofía mexicana, como lo precisa Jaime<br />

Vieyra al considerar que los resgos más<br />

r<strong>el</strong>evantes de la teoría vasconc<strong>el</strong>ista son la<br />

síntesis de heterogéneos como objetivo d<strong>el</strong><br />

arte, la rehabilitación de la emoción y la<br />

fantasía como potencias creadoras así como la<br />

ampliación d<strong>el</strong> concepto de filosofía para<br />

abarcar también las formas d<strong>el</strong> pensamiento<br />

poético y r<strong>el</strong>igioso de las altas culturas<br />

históricas.<br />

La propuesta vasconc<strong>el</strong>ista pretendió ser, ante<br />

todo, una alternativa ante <strong>el</strong> dominante<br />

eurocentrismo ideológico de su época y se<br />

atrevió a ejercer <strong>el</strong> derecho de <strong>el</strong>aborar un<br />

pensamiento que no por propio dejara de ser<br />

universal, filosófico. Como lo precisara<br />

Ab<strong>el</strong>ardo Villegas las filosofías de Vasconc<strong>el</strong>os<br />

y de Csos son “filosofías no de pasado<br />

inmediato sino d<strong>el</strong> futuro inmediato.” Y en eso<br />

consistió su error, según comenta Villegas,<br />

pues no advirtieron lo contradictorio que era<br />

su pretensión futurista inmediata y lo<br />

desmesurado d<strong>el</strong> proyecto, lo cual les impidió<br />

rectificar sus predicciones no quedándoles<br />

otra opción más que refugiarse en su<br />

metafísica pura, la que a final de cuenta les<br />

brindaría un futuro no tan próximo pero sí<br />

más firme y definitivo.<br />

Con todas y su obvias limitaciones, algunas ya<br />

citadas, la utopía vasconc<strong>el</strong>ista de la reza<br />

cósmica es un importante antecedente en la<br />

búsqueda filosófica de la realización d<strong>el</strong> ideal<br />

humanista de arribar a una cultura planetaria<br />

que supere los tradicionales conflictos y<br />

disputas nacionales. El filósofo mexicano<br />

consideraba que debería primero desaparecer<br />

la diversidad racial, origen primario y último<br />

de las guerras para así poder llegar a una<br />

cultura común a todo, universal. El que su<br />

método y su determinismo racial sean objeto<br />

justificado de crítica no le restan <strong>el</strong> mérito de<br />

su original propuesta, cantera pródiga d<strong>el</strong><br />

pensamiento filosófico latinoamericano actual.<br />

Precisamente uno de sus más destacados<br />

expositores, Luis Villoro, retoma la temática y<br />

plantea una interesenta alternativa para que<br />

se pueda llegar algún día a una cultura<br />

universal.<br />

Cultura auténtica y <strong>el</strong> dilema<br />

universalidad-particularidad<br />

Luis villoro se plantea en su ensayo<br />

Autenticidad en la cultura lo mismo que José<br />

Vasconc<strong>el</strong>os, la inevitable convergencia de<br />

todas las culturas hacia una cultura planetaria<br />

debido al avance de la tecnología de las<br />

comunicaciones, pero considera que tanto la<br />

técnica como la ciencia son solamente las<br />

avanzadas de lo que llama “una cultura<br />

una.”Aclarar la r<strong>el</strong>ación entre <strong>el</strong> proceso de<br />

unificación y los particularismos que se<br />

oponen al mismo en lo cultural es su propósito<br />

principal, preguntándose hasta qué punto<br />

sería posible la convergencia hacia una cultura<br />

universal sin pasar por la desintegración de<br />

las culturas particulares.<br />

Este problema es expresado algunas veces<br />

como una dualidad insoluble, señala villoro, la<br />

d<strong>el</strong> universalismo frente a los particularismos<br />

culturales, de los cuales <strong>el</strong> más común es <strong>el</strong><br />

d<strong>el</strong> nacionalismo cultural. Considera que tal<br />

dilema plantea a cualquier política cultural un<br />

conflicto imposible de superar por lo que<br />

propone analizar <strong>el</strong> problema con otros<br />

conceptos, como <strong>el</strong> de autenticidad, para de<br />

esta manera reemplazar “<strong>el</strong> falso dilema de la<br />

universalidad-particularidad” por una<br />

oposición “más clara y radical” entre cultura<br />

auténtica y cultura inauténtica.<br />

Para explicar lo que significa cultura auténtica<br />

define primero a la cultura como “una<br />

segunda naturaleza creada por las<br />

comunidades humanas, con <strong>el</strong> objeto de<br />

justificar sus creencias, realizar sus valores<br />

<strong>el</strong>egidos y cumplir sus fines deseados.” Luiego<br />

distingue la cultura auténtica de la inauténtica<br />

definiendo a la primera como una cultura<br />

crítica y autónoma fundada en sus propias<br />

razones mientras que la segunda es una<br />

cultura manipulada sujeta a los discursos<br />

ideológicos. Una cultura es inauténtica cuando<br />

no es congruente con las necesidades, los<br />

deseos, intereses y fines reales tanto de sus<br />

creadores como de sus consumidores. En<br />

cambio es auténtica cuando corresponde a los<br />

51


deseos y conflictos reales de la vida profunda<br />

de una comunidad siendo a la vez un medio<br />

para cumplir sus fines. Una cultura inauténtica<br />

es imitativa, es una cultura enajenada.<br />

Las trampas d<strong>el</strong> nacionalismo cultural<br />

Si con la carecterización de lo que es una<br />

cultura inauténtica pudiera parecer que Villoro<br />

optaría a su vez por presentar a la cultura<br />

nacional como paradigma de autenticidad,<br />

inmediatamente desaparece esta impresión<br />

cuando se cuestiona si <strong>el</strong> nacionalismo cultural<br />

es realmente la vía para alcanzar una cultura<br />

auténtica, lo cual es dudoso ya que sus<br />

diversas interpretaciones pueden provocar<br />

tres graves confusiones.<br />

La primera confusión provocada por<br />

nacionalismo cultural se da entre lo auténtico<br />

y lo peculiar, la cual objeta <strong>el</strong> filósofo ya que<br />

lo auténtico no siempre coincide con lo<br />

peculiar y por lo tanto las manifestaciones<br />

culturales más auténticas de una cultura<br />

pueden ser a su vez las menos peculiares.<br />

Además, ninguna cultura es pura y cita la<br />

convergencia de todas la cultura en una<br />

realizada por José Vasconc<strong>el</strong>os en su mito de<br />

la raza cósmica, por lo que considera que la<br />

justificación de la defensa de lo propio y la<br />

condena de lo extraño oculta <strong>el</strong> temor a los<br />

cambios, es expresión de una actitud<br />

defensora de la situcación social y de una<br />

sociedad temerosa de su renovación.<br />

Ahora bien, para <strong>el</strong> pensador mexicano la falta<br />

de autenticidad no reside tanto en <strong>el</strong> origen<br />

externo de las ideas sino en su repetición<br />

irreflexiva y acrítica, así como en su falta de<br />

integración vital. La cultura imitativa es<br />

inauténtica porque acepta los <strong>el</strong>ementos<br />

extraños sin cuestionarlos o aplicarlos a los<br />

deseos y necesidades reales. Como <strong>el</strong><br />

nacionalismo cultural no lleva a cabo estas<br />

distinciones afronta <strong>el</strong> riesgo de confundir<br />

cultura nacional con tradición cultural y<br />

autenticidad con reiteración de lo existente.<br />

La segunda confusión se da entre la cultura<br />

nacional y la cultura una, lo que puede<br />

provocar la destrucción de las culturas de la<br />

etnias o regiones para lograr la integración de<br />

la cultura nacional, debido sobre tdo a que la<br />

dinámica de un nacionalismo cultural su<strong>el</strong>e<br />

impulsar una cultura uniforme así como tiende<br />

a menospreciar y aplastar a las distintas.<br />

52<br />

La tercera confusión es la que se da entre la<br />

cultura nacional y la cutura auspiciada por <strong>el</strong><br />

estado, misma que a su vez se basa en<br />

identificar erróneamente al estado con la<br />

nación sin distinguir que son dos categorías<br />

completamente diferentes. El nacionalismo<br />

cultural como proyecto político de un estado<br />

cumple a su vez una doble función: por una<br />

parte consolida al estado nacional ante <strong>el</strong><br />

colonialismo externo y, por otra, refuerza su<br />

dominio en la sociedad, esto es, lo mismo<br />

puede convertirse en ideología de liberación<br />

que en ideología de la más moderna tiranía.<br />

Ante la multiplicidad de interpretaciones de<br />

que es objeto <strong>el</strong> nacionalismo cultural y su<br />

impresión que origina tantas confusiones<br />

como equívocos Villoro llega a la conclusión de<br />

que es preferible abandonar <strong>el</strong> término y<br />

desechar la posibilidad de que <strong>el</strong> nacionalismo<br />

cultural pueda convertirse en la respuesta<br />

adecuada o en la alternativa más viable ante<br />

la universalización de la cultura. Esta postura<br />

es compartida por algunos de los int<strong>el</strong>ectuales<br />

mexicanos más reconocidos como Carlos<br />

Fuentes, quien considera que los estrechos y<br />

estériles nacionalismos culturales d<strong>el</strong> pasado<br />

se encuentran ya superados por lo que ahora<br />

los mexicanos sabemos que nuestra<br />

nacionalidad no puede ya aislarse d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

debido a lo mucho que le debe al <strong>mundo</strong> y por<br />

lo que le puede dar. Para Fuentes “las culturas<br />

perecen en <strong>el</strong> aislamiento y solo florecen en <strong>el</strong><br />

contacto con otras culturas.<br />

Cultura universal, integración de las<br />

culturas autónomas<br />

El paso de sociedades tradicionales a una<br />

civilización industrial ha agudizado la crisis de<br />

las culturas locales, afirma Villoro, a la vez<br />

que surge una cultura hegemónica inauténtica<br />

que se coloca al servicio de los intereses<br />

económicos que dominan <strong>el</strong> mercado y<br />

reemplaza a ricas culturas tradicionesles por<br />

los patrones culturales vulgares de una<br />

mediocre sociedad de consumo.<br />

Tal ruptura de culturas auténticas en <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />

nacional se da también en lo internacional ya<br />

que después de la descolonización política<br />

todavía subsiste un “colonialismo mental”<br />

propio de <strong>el</strong>ites que se convierten en enclaves<br />

de cultura importada en territorios donde<br />

predominan las culturas autóctonas. Este


proceso de imitación cultural se refuerza a<br />

través de los mod<strong>el</strong>os consumistas difundidos<br />

por los medio de comunicación<br />

transnacionales conformándose así una seudo<br />

cultura mundial que sirve de referencia para<br />

imponer patrones exógenos de conducta a las<br />

masas de una nación.<br />

Con este enfoque coincide <strong>el</strong> antropólogo<br />

Guillermo Bonfil al considerar que la<br />

existencia de proyectos culturales sustitutivos<br />

se origina en la dominación colonial. Cita al<br />

que llama “proyecto T<strong>el</strong>evisa” como la<br />

expresión más explícita de un proyecto<br />

sustitutivo ya que busca llevar a sus últimos<br />

extremos <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de la sociedad de<br />

consumo social totalmente pasivo hasta<br />

alcanzar “una sociedad ideal en la que la<br />

producción cultural (idead, objetos, valores,<br />

sentimientos) estuviera en manos de<br />

empresas eficientes (trasnacionales), en tanto<br />

que <strong>el</strong> público (<strong>el</strong> pueblo, todos los demás)<br />

solo consumieran cultura fabricada<br />

El otro proyecto sustitutivo para Bonfil es la<br />

cultura <strong>el</strong>itista, <strong>el</strong> cual deriva d<strong>el</strong> pensamiento<br />

colonialista como también lo había precisado<br />

Villoro. Este proyecto cultural plantea la<br />

sustitución de la propia cultura de las<br />

mayorías por los contenidos superiores de la<br />

llamada cultura superior siendo su expresión<br />

más socorrida la de “hay que llevar la cultura<br />

al pueblo.” Ambos proyectos sustitutivos, <strong>el</strong><br />

<strong>el</strong>itista y T<strong>el</strong>evisa, convergen en una<br />

concepción de la cultura deseable como algo<br />

que no surge aquí y está siendo creado al<br />

margen de la r<strong>el</strong>atividad cultural de los<br />

mexicanos. Para <strong>el</strong> antropólogo y <strong>el</strong> filósofo la<br />

lucha por una cultura auténtica es una lucha<br />

contra esas formas de dominación mental, la<br />

cual está dirigida según Villoro por un doble<br />

ideal: preservar la autonomía de las<br />

culturas comunitarias frente a los<br />

intereses de grupo e integrarlas en<br />

unidades culturales superiores.<br />

La influencia mutua entre estos dos<br />

pensadores se refleja sobre todo en su<br />

concepción de lo que debería ser la cultura, la<br />

cultura propia para Bonfil y la cultura<br />

auténtica para Villoro. Bonfil define como una<br />

cultura propia a la capacidad social de<br />

producción autónoma, sin la cual no existe<br />

una sociedad como unidad diferenciada, cuyo<br />

universo está conformado por los ámbitos de<br />

la cultura autónoma y de la cultura apropiada.<br />

Las características de la cultura propia de<br />

Bonfil coinciden bastante con las ya citadas de<br />

la cultura auténtica de Villoro sobre todo en su<br />

enfoque sobre lo propio y lo ajeno, mismos<br />

que dejarían de convertirse en realidades<br />

excluyentes si se <strong>el</strong>iminaran las condiciones<br />

sociales de dominación y dieran lugar a la<br />

fundación mutua de las culturas, como lo<br />

afirma Vieyra, quien considera que desde esta<br />

perspectiva tendría vigencia <strong>el</strong> mestizaje<br />

universal vasconc<strong>el</strong>ista siempre y cuando se<br />

<strong>el</strong>iminara su contenido racista para arribar a<br />

un universalismo pluralista cuya base es<br />

encuentra “en la mutua pertenencia de todas<br />

las culturas al campo de interacción terrestre.<br />

Una cultura para ser auténticamente universal<br />

debe ser resultado de la convergencia de las<br />

culturas naciones, afirma Villoro, no la<br />

imposición de los imperialismos políticos o<br />

financieros sobre las naciones. Desde esta<br />

óptica considera que ni la cultura occidental<br />

actual y mucho menos su caricatura difundida<br />

por los medios internacionales son la cultura<br />

universal, la cual está por construirse y<br />

resultará de la integración de todas la culturas<br />

autónomas en un niv<strong>el</strong> superior.<br />

La propuesta final de Villoro es que una de las<br />

tareas de la humanidad en los próximos siglos<br />

bien podría ser propiciar “la fecundación<br />

recíproca de las culturas” para que de esta<br />

forma se pueda llegar a la creación de “una<br />

cultura unida en su cima, diversa en su base,”<br />

con lo cual “empezaría la historia una de la<br />

especie.”<br />

Conclusiones<br />

José Vasconc<strong>el</strong>os y Luis Villoro parten d<strong>el</strong><br />

mismo supuesto, unificación de las distintas<br />

culturas mundiales en una sola, la cultura<br />

planetaria. Ambos coinciden en que tal<br />

proceso empezó con la expansión de la<br />

civilización cristiana occidental en <strong>el</strong><br />

continente americano y continúa con <strong>el</strong><br />

avance de las tecnologías modernas de<br />

comunicación. Y para los dos tal fusión<br />

cultural es inevitable y se perfila como <strong>el</strong><br />

futuro de la humanidad.<br />

53


El propósito de Vasconc<strong>el</strong>os de construir una<br />

filosofía auténtica que parta de lo nacional y a<br />

la vez abarque la universalidad de la cultura<br />

se topa con <strong>el</strong> problema de la universalidadparticularidad,<br />

<strong>el</strong> cual no puede resolver en<br />

forma satisfactoria con su utopía racial y<br />

estética. En cambio Villoro intenta superar <strong>el</strong><br />

dilema de la universalidad-particularidad en lo<br />

cultural considerándolo como un problema<br />

mal planteado sin posible solución. Así opta<br />

por reemplazar lo que califica de “falso<br />

dilema” con la oposición entre cultura<br />

auténtica y cultura inauténtica. Intento que en<br />

lo particular considero tampoco responde<br />

satisfactoriamente y menos resu<strong>el</strong>ve la<br />

tradicional dualidad que se ha convertido en<br />

piedra de toque de la filosofía mexicana.<br />

Si bien tanto Vasconc<strong>el</strong>os como Villoro parten<br />

d<strong>el</strong> mismo problema, la formación de una<br />

cultura universal, la manera de tratarlos<br />

difiere así como la vía para llegar a la misma.<br />

Vasconc<strong>el</strong>os afirma que la civilización<br />

planetaria será posible solamente después de<br />

la mezcla de todas las razas en una sola, la<br />

cósmica, así como de la posterior fusión de las<br />

culturas. Mas esta unión se tendrá que dar en<br />

la raza iberoamericana, la única capaz de<br />

servir de crisol para tal mezcla racial por las<br />

peculiaridades detalladas por <strong>el</strong> filósofo<br />

mexicano. Villoro por su parte no considera<br />

como condición prioritaria tal unificación<br />

étnica sino más bien la conformación de<br />

culturas auténticas que suplan a las<br />

inauténticas para así poder llegar a la<br />

integración de una cultura universal, la cual<br />

no será producto de la fusión sino de la libre<br />

convergencia de las culturas nacionales.<br />

Ambos filósofos coinciden en que <strong>el</strong><br />

nacionalismo cultural es limitado y excluyente<br />

para lograr arribar a una cultura planetaria.<br />

Vasconc<strong>el</strong>os y Villoro plantean la necesidad de<br />

superar los tradicionales atavismos locales,<br />

aunque para <strong>el</strong> primero la extinción de los<br />

particularismos culturales será irremediable<br />

mientras que para <strong>el</strong> segundo su conservación<br />

es también parte <strong>el</strong>emental para lograr una<br />

auténtica cultura universal. Asimismo, para<br />

los dos la cultura propia es la mejor defensa<br />

en contra de los fuertes embates ideológicos<br />

extranjeros de su tiempo, <strong>el</strong> eurocentrismo<br />

positivista-racista para Vasconc<strong>el</strong>os y la<br />

dominación mental e imposición de un mod<strong>el</strong>o<br />

54<br />

neoliberal consumista a través de los medios<br />

masivos de comunicación para Villoro.<br />

La formación de una cultura universal es tema<br />

vigente, actual y prioritario sobre todo con <strong>el</strong><br />

fenómeno de una globalización creciente y los<br />

nuevos retos que representa para las culturas<br />

nacionales, sobre todo la mexicana. Por <strong>el</strong>lo<br />

no deja de ser menester d<strong>el</strong> filósofo y en<br />

general d<strong>el</strong> hombre <strong>contemporáneo</strong><br />

enfrentarse a esta problemática vital en forma<br />

crítica y reflexiva, analizando y evaluando las<br />

distintas propuestas filosóficas d<strong>el</strong> ayer y d<strong>el</strong><br />

presente para llegar a formular una visión<br />

racional d<strong>el</strong> futuro, la cual como en ningún<br />

otro tiempo es tan necesaria para guiar <strong>el</strong><br />

rumbo y destino de la humanidad.<br />

Ética y cultura universal<br />

En este ensayo examinaré la propuesta que<br />

hace <strong>el</strong> filósofo español Jesús Mosterín sobre<br />

la inevitable tendencia hacia una cultura<br />

universal única así como la posibilidad de una<br />

ética de la misma planteada por <strong>el</strong> filósofo<br />

mexicano Luis Villoro. Considero que ambas<br />

posiciones son compatibles y complementarias<br />

d<strong>el</strong> antiguo ideal de una humanidad unificada,<br />

pacífica y sobre todo más humana.<br />

En tiempos en que se cuestionan los ideales<br />

de la modernidad por considerarlos caducos y<br />

en irreversible decadencia es de sana<br />

prudencia reflexionar sobre la posibilidad de<br />

poder llegar a construir un <strong>mundo</strong> mejor.<br />

El análisis de las propuestas de estos dos<br />

filósofos hará referencia a problemas como <strong>el</strong><br />

etnocentrismo, <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ativismo, la naturaleza<br />

humana, la autenticidad cultural, la<br />

convergencia y la divergencia cultural,<br />

mismos que no se tratarán con la profundidad<br />

deseada por cuestiones obvias de espacio y<br />

para no desviar la atención d<strong>el</strong> problema que<br />

aquí pretendemos revisar: la posibilidad de<br />

que en <strong>el</strong> futuro se llegue a la formación de<br />

una cultura universal y la necesidad de su<br />

consecuente ética.<br />

De la información a la convergencia<br />

cultural<br />

Monsterín plantea que la cultura “es la<br />

información trasmitida (entre animales de la<br />

misma especie) por aprendizaje social.” Para


él toda cultura es información aunque no toda<br />

información es cultura ya que requiere <strong>el</strong> ser<br />

transmitida a través de unidades culturales o<br />

rasgos culturales a los cuales denomina<br />

memes. Si la cultura es información entonces<br />

puede ser compartida por la mayoría de los<br />

integrantes de un grupo o sociedad, en tanto<br />

que los rasgos culturales pueden a su vez<br />

recibirse y transmitirse a otra comunidades.<br />

Precisamente <strong>el</strong> crecimiento ac<strong>el</strong>erado de la<br />

cultura humana como conjunto se debe sobre<br />

todo a la capacidad de todas las sociedades<br />

para adquirir <strong>el</strong>ementos de otras culturas e<br />

incorporarlos a la propia, transferencia a la<br />

que Mosterín llama difusión de acuerdo a<br />

Linton.<br />

Mientras <strong>el</strong> contacto causa la difusión <strong>el</strong><br />

aislamiento provoca la deriva, o sea la<br />

evolución diferencial y la fragmentación de la<br />

cultura inicial. Por <strong>el</strong>lo <strong>el</strong> contacto, <strong>el</strong><br />

transporte y las comunicaciones van a<br />

determinar la difusión de los memes y la<br />

convergencia de las culturas grupales,<br />

siempre y cuando <strong>el</strong> número de memes<br />

compartidos se incremente continuamente.<br />

Tanto la convergencia como la deriva no son<br />

fenómenos azarosos sino determinados, la<br />

convergencia por <strong>el</strong> contacto y la<br />

comunicación, la divergencia por <strong>el</strong><br />

aislamiento. Por <strong>el</strong>lo considera Mosterín que<br />

en la actualidad nos encaminamos a la<br />

constitución de una única cultura mundial en<br />

la que convergen y se funden las diversas<br />

culturas étnicas tradicionales, proceso que si<br />

bien puede ser frenado momentáneamente en<br />

algunos lugares, en conjunto es irreversible.<br />

Fundamentándose genéticamente existe poca<br />

diferencia entre las distintas sociedades<br />

humanas, afirma, por lo que la dispersión y<br />

fragmentación cultural de la humanidad se<br />

debe sobre todo al islamiento anterior que<br />

dificultaba la transferencia intergrupal de los<br />

memes así como la difusión y contagio<br />

cultural. En cambio ahora los acervos<br />

culturales de las poblaciones se parecen cada<br />

vez más entre sí y se diversifican más<br />

internamente debido a la creciente admisión<br />

de memes exógenos. En pocas palabras, la<br />

oferta cultural aumenta y <strong>el</strong>lo acabará<br />

conduciendo a una cultura universal única.<br />

Mosterín se muestra optimista en que este<br />

proceso de universalidad de la cultura aporte<br />

oportunidades de una mayor f<strong>el</strong>icidad<br />

humana, aunque no deja de señalar a su vez<br />

los p<strong>el</strong>igros que conlleva, como <strong>el</strong> posible<br />

empobrecimiento d<strong>el</strong> acervo cultural humano<br />

total si resgos culturales de los grupos<br />

culturales periféricos desaparecen<br />

completamente y son sustituidos por memes<br />

homólogos exógenos. Como ejemplo de esto<br />

se puede citar <strong>el</strong> abandono de una sana dieta<br />

alimenticia nativa para adquirir hábitos de<br />

consumo de alimentos “chatarra”<br />

Para <strong>el</strong> filósofo español <strong>el</strong> único patrón d<strong>el</strong><br />

progreso y preferencia en <strong>el</strong> campo de la<br />

cultura es la eficiencia en la satisfacción de<br />

nuestras necesidades, intereses y fines<br />

últimos, Por <strong>el</strong>lo resalta <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que juegan<br />

las decisiones individuales al ser actores y no<br />

meros observadores d<strong>el</strong> cambio cultural. Este<br />

punto de vista lo va a compartir Villoro en su<br />

propuesta ética.<br />

Convergencia cultural y racionalidad ante<br />

etnocentrismo y r<strong>el</strong>ativismo<br />

No podía Monterín dejar de tratar los<br />

problemas clásicos d<strong>el</strong> etnocentrismo y <strong>el</strong><br />

r<strong>el</strong>ativismo cultural, a los cuales considera<br />

incoherentes desde un punto de vista<br />

filosófico y los cuales pueden ser refutados<br />

casi sin variantes con los mismos argumentos<br />

que se utilizan para desechar al dogmatismo y<br />

<strong>el</strong> escepticismo. Considera que las tesis<br />

extremas de uno y otro son rechazadas tanto<br />

por la reflexión sostificada como <strong>el</strong> sentido<br />

común. En parte reconoce que los r<strong>el</strong>ativistas<br />

tienen razón en cuanto a que existen algunos<br />

rasgos culturales homólogos que son<br />

incomparables e inconmensurables entre sí, a<br />

los que llama rasgos imponderables.<br />

Pero en lo que no está de acuerdo es en la<br />

inferencia inductiva no válida que a partir de<br />

estos rasgos incompatibles hacen los<br />

r<strong>el</strong>ativistas para concluir que todos los memes<br />

homólogos son rasgos impoderables. Por otra<br />

parte señala que también es obvio que<br />

algunos memes homólogos de distintas<br />

etnoculturas son comparables y que algunos<br />

son mejores que los otros. Los etnocentristas<br />

basándose en que algunos de sus memes son<br />

superiores a los de otras culturas caen en <strong>el</strong><br />

error de inducir incorrectamente que todos los<br />

memes de su propia cultura son ponderables<br />

y superiores a los de otras, por lo que<br />

55


también su cultura es superior en todos los<br />

aspectos.<br />

Ante estas dos posturas erróneas Mosterín<br />

concluye que las comparaciones holistas o<br />

totales entre las culturas carecen de sentido<br />

pues siempre habrá entre dos culturas<br />

aspectos en cada una de <strong>el</strong>las que serán<br />

superiores a los de la otra. Aclara que esto no<br />

excluye a estas costumbres de la crítica<br />

racional, misma que se debe hacer de acuerdo<br />

a determinados rasgos culturales y no en<br />

forma global, esto es, no se puede extender o<br />

extrapolar a toda la cultura en sí.<br />

Va a ser la naturaleza humana la que permita<br />

en última instancia <strong>el</strong> comparar, ponderar y<br />

criticar los rasgos culturales así como<br />

constatar los progresos y retrocesos objetivos<br />

de tal forma que superemos <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ativismo sin<br />

caer en <strong>el</strong> tenoventrismo. La naturaleza<br />

humana trasciende a las culturas, no depende<br />

de alguna de <strong>el</strong>las y es su base; como lo<br />

concibiera Malinowski, las diversas culturas<br />

son distintas maneras de satisfacer las<br />

necesidades universales que resultan de la<br />

naturaleza común.<br />

Mosterín considera que <strong>el</strong> proceso de<br />

convergencia inevitable de las etnoculturas<br />

locales conduce a una mayor uniformidad<br />

cultural d<strong>el</strong> planeta, a un mayor pluralismo y<br />

aumento de entropía en la distribución<br />

cultural. La tendencia presente consiste en<br />

que todo se mezcle y yuxtaponga en todas<br />

partes, la convergencia cultural universal es<br />

un hecho que las excepciones solamente la<br />

confirman. Pero esta convergencia no ha<br />

llegado a su culminación y por <strong>el</strong> momento sí<br />

ha desequilibrado a su vez a todas las culturas<br />

tradicionales sin hallar un nuevo <strong>el</strong> equilibrio<br />

con que sustituirlas. De ahí infiere que <strong>el</strong><br />

florecimiento de la cultura universal a su vez<br />

requiere de un orden mundial que garantice<br />

en todas partes los derechos humanos y la<br />

habitabilidad d<strong>el</strong> planeta.<br />

Es este desequilibrio entre <strong>el</strong> progreso de<br />

algunas dimensiones de la cultura y <strong>el</strong><br />

estancamiento de otras la raíz de la actual<br />

crisis de la cultura, a lo cual llama Mosterín<br />

decalaje cultural. Un ejemplo interesante que<br />

cita es <strong>el</strong> grave desequilibrio que ha surgido al<br />

reducir la mortalidad en forma artificial<br />

mientras se ha conservado la natalidad en<br />

56<br />

niv<strong>el</strong>es “naturales,” o sea <strong>el</strong> problema de la<br />

explosión demográfica considerado por la<br />

mayoría de los expertos como <strong>el</strong> mayor reto<br />

para <strong>el</strong> siguiente siglo, como lo propone Paul<br />

Kennedy. Comenta <strong>el</strong> filósofo español que<br />

mientras Japón y China han corregido su<br />

decalaje demográfico en Latinoamérica. África<br />

y Asia meridional no existen intentos serios de<br />

hacerlo. Asimismo, <strong>el</strong> problema de la guerra<br />

se debe a un decalaje cultural, al desequilibrio<br />

proveniente de la fatal combinación de la<br />

política de ayer con la tecnología de hoy.<br />

En un ámbito cultural planetario, considerado<br />

por Mosterín como <strong>el</strong> único resultado de la<br />

convergencia cultural universal, se le<br />

planteará al individuo <strong>el</strong> problema de la<br />

<strong>el</strong>ección. Y solamente donde hay <strong>el</strong>ección se<br />

puede hablar de racionalidad pues es <strong>el</strong><br />

individuo quien habrá de optar por aqu<strong>el</strong>lo<br />

que sastifaga de mejor manera sus<br />

necesidades para así lograr ser f<strong>el</strong>iz. Cualquier<br />

cambio que conduzca a una mejor satisfacción<br />

de sus deseos e intereses constituirá un<br />

progreso cultural.<br />

De esta forma podremos alcanzar una cultura<br />

universal que ofrezca a todos los humanos d<strong>el</strong><br />

planeta posibilidades de bienestar, libertad y<br />

f<strong>el</strong>icidad que nunca se habían conocido hasta<br />

ahora. Se tendía que superar para <strong>el</strong>lo <strong>el</strong><br />

enorme decalaje cultural causante de la actual<br />

crisis reacionalizando las dimensiones que han<br />

quedado rezagadas en un estadio que ya no<br />

corresponde a la situación actual d<strong>el</strong> sistema<br />

sociocultural. Mosterín precisa que su<br />

planteamiento no es una utopía sino una<br />

salida positiva que no exige algún cambio de<br />

la naturaleza humana sino la decisión personal<br />

de uno mismo como sistema integrado para<br />

alcanzar o no “los momentos de lucidez y<br />

f<strong>el</strong>icidad por los que la vida vale la pena de<br />

ser vivida.”<br />

La necesidad de una ética de la cultura<br />

Luis Villoro acepta igual que Mosterín la<br />

unificación de las culturas particulares en una<br />

universal señalando que esta tendencia es<br />

acompañada a la vez por una reacción<br />

defensiva de las identidades nacionales, sobre<br />

todo debido a que tal universalidad ha sido<br />

producto más de la dominación que de la libre<br />

aceptación de los pueblos. Surge así lo que<br />

denomina Villoro una falsa antinomia, la


“universalización-peculiaridad,” producto más<br />

de la confusión lingüística que de una<br />

verdadera contradicción entre lo que sería una<br />

cultura universal y las culturas particulares.<br />

Tal dilema plantea para Villoro <strong>el</strong> problema de<br />

la <strong>el</strong>ección de culturas, como también lo<br />

precisara Mosterín, por lo que pasaría a<br />

formar parte de una ética de la cultura que<br />

señalara deberes y derechos tanto para <strong>el</strong><br />

individuo ante su comunidad como de esta<br />

frente a otras. Para determinar tales deberes<br />

y derechos Villoro parte de dos supuestos: 1)<br />

una cultura satisface necesidades, cumple<br />

deseos y permite realizar fines d<strong>el</strong> hombre a<br />

través de la triple función y, 2) una cultura<br />

será preferible a otras en la medida que<br />

cumpla mejor con la triple función de<br />

expresar, dar sentido y asegurar <strong>el</strong> poder de<br />

nuestras acciones. Ahora bien, las condiciones<br />

previas que se requieren para que una cultura<br />

realice esta triple función tendrían que ser<br />

principios normativos universales, los cuales<br />

se reducen a cuatro: autonomía, autenticidad,<br />

sentido y eficacia.<br />

El principio de autonomía lo define Villoro<br />

como la capacidad de autodeterminación sin<br />

coacción ni violencia de una cultura para<br />

determinar sus fines y valores, los medio para<br />

realizarlos, la justificación de sus creencias y<br />

sus formas de expresión. Tal principio estaría<br />

limitado por las normas jurídicas establecidas<br />

y de él se derivarían deberes y derechos,<br />

deberes como <strong>el</strong> de que todo sujeto ha de<br />

procurar la autonomía de su propia cultura y a<br />

la vez <strong>el</strong> respeto de la autonomía de las<br />

formas culturales ajenas. A estos deberes<br />

corresponde <strong>el</strong> derecho de toda cultura a la<br />

mayor autonomía que pueda ser compatible<br />

con <strong>el</strong> marco constitucional vigente, sobre<br />

todo la autonomía de expresión.<br />

Villoro advierte sobre <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de la<br />

enajenación cultural surgida tanto de la<br />

imitación ciega de patrones culturales<br />

heterónomos como de la repetición irreflexiva<br />

de las convenciones heredadas al servicio d<strong>el</strong><br />

poder establecido. Así, la defensa contra la<br />

dominación de una cultura ajena no consiste<br />

tanto en superar lo imitativo regresando a lo<br />

“peculiar” sino en <strong>el</strong> ejercicio de la decisión y<br />

la razón personal, aspecto en que coincide con<br />

la tesis de Mosterín expuesta anteriormente.<br />

Por lo tanto para Villoro la pareja conceptual<br />

autonomía-heteronomía cultural no coincide<br />

con la de cultura nacional-cultura ajena.<br />

Inclusive señala que la realización de la<br />

autonomía cultural puede significar una<br />

ruptura con la cultura nacional dominante<br />

como es <strong>el</strong> caso de los movimientos libertarios<br />

o contraculturales.<br />

La atonomía es condición necesaria d<strong>el</strong> otro<br />

principio, <strong>el</strong> de la autenticidad. Una cultura<br />

será auténtica si sus manifestaciones externas<br />

responden a los deseos, actitudes, creencias y<br />

propósitos de sus integrantes y si se adecua a<br />

las necesidades de la comunidad que la crea.<br />

La aplicación de este principio origina <strong>el</strong> deber<br />

de comprender y juzgar al otro según sus<br />

categorías, valores y fines y no de acuerdo a<br />

los propios de nuestra cultura. A este deber<br />

corresponde <strong>el</strong> derecho que tiene toda cultura<br />

de ser considerada de acuerdo a sus propias<br />

categorías y valores sin ser juzgada por <strong>el</strong><br />

tribunal de una cultura ajena.<br />

Esta noción de autenticidad es distinta a la de<br />

“peculiaridad” ya que la aceptación y<br />

adaptación autónoma de rasgos de una<br />

cultura ajena a la propia es autentica mientras<br />

que <strong>el</strong> sujetarse a la tradición es un rasgo de<br />

falsedad. La autenticidad no está reñida con la<br />

universidad, señala <strong>el</strong> filósofo mexicano, pues<br />

adaptar <strong>el</strong>ementos de otra cultura puede ser<br />

una forma auténtica de satisfacer las<br />

necesidades propias y además las expresiones<br />

más auténticas de una cultura son<br />

generalmente las más universales.<br />

Los otros dos principios, <strong>el</strong> de sentido y <strong>el</strong> de<br />

eficacia, presuponen a su vez a los dos<br />

anteriores. El primero consiste en señalar los<br />

fines y valores preferidos d<strong>el</strong> hombrea para<br />

lograr su realización como tal, mientras que <strong>el</strong><br />

segundo consistiría en la práctica de los<br />

medios necesarios para garantizar <strong>el</strong><br />

cumplimiento de los fines <strong>el</strong>egidos. Sin<br />

embargo, aunque estos cuatro principios son<br />

d<strong>el</strong> mismo rango y complementarios, Villoro<br />

afirma que al chocar las culturas se va a dar<br />

un conflicto entre los principios de autonomía<br />

y autenticidad con los de sentido y eficacia.<br />

Ello debido a que estos dos últimos implican <strong>el</strong><br />

superar la inercia de las formas de vida<br />

heredadas y adoptar las de las civilizaciones<br />

más avanzadas, lo cual se da en una r<strong>el</strong>ación<br />

de dominio.<br />

57


La dominación exterior causa <strong>el</strong> conflicto entre<br />

principios que se oculta con los términos de la<br />

falsa antinomia de “particularidaduniversalidad,”<br />

en la cual la “peculiaridad”<br />

incluye un grado de atraso e irracionalidad y<br />

la “universalidad” un grado de heteronomía e<br />

inautenticidad. Por lo tanto ambos valores son<br />

para Villoro indeseables por sí mismos y<br />

producto d<strong>el</strong> mal uso d<strong>el</strong> lenguaje pues con la<br />

“peculiaridad” se desea defender la autonomía<br />

y autenticidad cultural mientras que la<br />

universalidad no es negativa sino la cultura de<br />

dominación que se esconde detrás de este<br />

término.<br />

El filósofo mexicano señala que la opción por<br />

una cultura universal sería deseable por<br />

implicar la realización de la razón y la<br />

emancipación de todos los hombres, como<br />

vimos también lo propone Mosterín. El filósofo<br />

mexicano precisa que la universalidad de<br />

hecho no implica racionalidad ya que se<br />

podría dar una universalidad cultural irracional<br />

como la d<strong>el</strong> consumo. Ante <strong>el</strong> faldo dilema<br />

peculiaridad-universalidad plantea <strong>el</strong> ya citado<br />

de autonomía y autenticidad frente a sentido<br />

y eficacia. Más este último no considera sea<br />

en sí mismo un dilema pues la naturaleza de<br />

los mismos principios incluye a los otros, por<br />

lo que se infiere no existe razón de peso para<br />

tener que escoger unos y desechar otros.<br />

Para Villoro <strong>el</strong> conflicto no se da entre los<br />

principios éticos comentados sino más bien en<br />

su forma de aplicarlos a la práctica concreta,<br />

por lo cual debe intervenir una política cultural<br />

para evitar tal desviación. El fin de tal política<br />

cultura sería avanzar hacia formas culturales<br />

que permitieran “<strong>el</strong> progreso en la realización<br />

de una vida humana más valiosa,” “<br />

aseguraran la autonomía y la autenticidad de<br />

la vida comunitaria y evitaran a la vez las<br />

“identidades” nacionales oscuras así como una<br />

“universalidad” de hecho que representaría<br />

una nueva forma de irracionalidad.<br />

Conclusiones<br />

Mosterín y Villoro comparten y parten de dos<br />

supuestos: lo inevitable de arribar a una<br />

cultura universal y que cualquier cultura tiene<br />

como propósito fundamental la satisfacción de<br />

las necesidades, deseos o intereses y fines d<strong>el</strong><br />

ser humano. Basados en estas dos tesis<br />

ambos consideran que debe ser en última<br />

58<br />

instancia <strong>el</strong> individuo y <strong>el</strong> grupo humano<br />

quienes deberán <strong>el</strong>egir entre las diversas<br />

ofertas culturales, lo cual representa a su vez<br />

una problemática ética que intenta plantear y<br />

desarrollar por su parte Villoro.<br />

Si las culturas particulares tarde o temprano<br />

convergerán y se fundirán en una sola o<br />

única, como la llama Villoro, <strong>el</strong> problema de<br />

<strong>el</strong>egir entre una gran gama y diversidad de<br />

culturas implicaría para Mosterín un nuevo<br />

orden mundial basado en la racionalidad,<br />

parte insustituible de la naturaleza humana y<br />

común a todos los hombres. Para Villoro se<br />

requeriría además contar con una ética de la<br />

cultura universal que se aplicara tanto al<br />

individuo como a las comunidades con <strong>el</strong> fin<br />

de precisar cuales son sus derechos y<br />

deberes, mismos que a su vez se basarían en<br />

cuatro principios: autonomía, autenticidad,<br />

sentido y eficiencia.<br />

Respecto a estos principios de autonomía y<br />

autenticidad existe una diferencia palpable<br />

entre Villoro y Monsterín pues para <strong>el</strong> primero<br />

los dos son prioritarios para presuponer los<br />

otros dos principios de sentido y eficacia. Los<br />

cuales son básicos para <strong>el</strong> filósofo español ya<br />

que implican la razón de ser de toda cultura:<br />

la realización d<strong>el</strong> hombre con <strong>el</strong> cumplimiento<br />

de los fines y valores preferidos por él en<br />

forma racional.<br />

La razón de que para <strong>el</strong> pensador mexicano<br />

sean más importantes la autonomía y la<br />

autenticidad cultural radica en <strong>el</strong> simple hecho<br />

de que Villoro parte de su propia realidad<br />

histórica, la mexicana y latinoamericana,<br />

caracterizada por la tradicional dominación<br />

cultural extranjera desde la colonización<br />

española hasta la actual influencia<br />

anglosajona. Mosterín, debido a su origen<br />

hispano y europeo, obviamente tiene otra<br />

visión sobre esta injerencia cultural y<br />

consecuente defensa que han realizado los<br />

pueblos nativos para rescatar su propia<br />

identidad cultural.<br />

Sin embargo los dos filósofos coinciden en que<br />

se debe superar la tradicional oposición de<br />

universalidad-particularidad en <strong>el</strong> ámbito de la<br />

cultura, misma que ha llevado al<br />

etnocentrismo y al r<strong>el</strong>ativismo cultural. Estas<br />

dos posturas extremas son calificadas por<br />

Mosterín como incoherentes y deben ser


echazadas con los mismos agrupamientos<br />

que se utilizan par refutar al dogmatismo y al<br />

escepticismo. Por su parte Villoro rechaza las<br />

posiciones etnocentristas y r<strong>el</strong>ativistas que se<br />

ocultan en <strong>el</strong> falso dilema de “peculiaridaduniversalidad”<br />

ya que la “peculiaridad”<br />

intentaría defender la predominancia irracional<br />

de la tradición propia sin mayor fundamento<br />

que la supuesta “autenticidad” mientras que la<br />

“universalidad” escondería los intentos de<br />

dominación de una cultura ajena y<br />

hegemónica.<br />

Una auténtica cultura universal es tanto para<br />

Mosterín como para Villoro la alternativa más<br />

viable para lograr un progreso cultural que<br />

garantice la realización y libertad d<strong>el</strong> ser<br />

humano en forma racional, para lo cual se<br />

tendrán que superar primero los obstáculos<br />

planteados por <strong>el</strong> decalaje cultural y los falsos<br />

dilemas con <strong>el</strong> de la “particularidaduniversalidad.”<br />

59


60<br />

CULTURA, DEMOCRACIA Y<br />

GLOBALIZACIÓN<br />

Democracia en la cultura antigua y<br />

moderna<br />

La democracia como filosofía, teoría y cultura<br />

política es por hoy <strong>el</strong> mito o ideal considerado<br />

como deseable en la mayoría de las<br />

organizaciones políticas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. De hecho<br />

los sistemas políticos de acuerdo a la ciencia<br />

política actual son básicamente clasificados en<br />

democráticos o no democráticos. Asimismo, <strong>el</strong><br />

ser democrático es un requisito necesario para<br />

que un país pueda participar en la integración<br />

regional e inclusive para llegar a tratados de<br />

libre comercio, como con la Unión Europea,<br />

por lo que de buena o mal gana, lenta o<br />

ac<strong>el</strong>eradamente, la mayoría de las naciones<br />

con aspiraciones de modernización y<br />

globalización tienen que adoptar la<br />

democracia como la forma ideal de<br />

constitución política.<br />

La práctica de la democracia como ideal<br />

político se inicia en la antigua Grecia,<br />

específicamente en la Atenas de fines d<strong>el</strong><br />

Siglo V a. C. Sin embargo <strong>el</strong> origen de la<br />

democracia es anterior pues es ya citada por<br />

Herodoto en sus Historias (libro III) al<br />

referirse a la discusión imaginaria que se da<br />

entre tres personajes persas sobre la mejor<br />

forma de gobierno que debería instaurarse en<br />

Persia.<br />

Prólogo<br />

El <strong>mundo</strong> de ayer, como <strong>el</strong> actual, está<br />

poblado de mitos y personajes mitológicos,<br />

cuya presencia se manifiesta a través de<br />

poderosas imágenes visuales, orales o<br />

escritas. Igual que ayer, <strong>el</strong> mito goza hoy de<br />

gran popularidad, atraviesa todos lo sectores<br />

sociales y se difunde por los medios más<br />

variados. Camina envu<strong>el</strong>to en mensajes<br />

políticos, r<strong>el</strong>igiosos o ideológicos que tienen<br />

una resonancia colectiva. Los mitos de<br />

nuestro tiempo, como los d<strong>el</strong> pasado, ponen<br />

en circulación concepciones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

profundamente arraigadas en <strong>el</strong> imaginario<br />

colectivo.<br />

En <strong>México</strong>, desde los tiempos más remotos, <strong>el</strong><br />

mito es una de las principales expresiones de<br />

la mentalidad colectiva. Su rasgo distintivo es<br />

ser un medio de transmisión de memorias<br />

grupales o comunitarias. Según Claude Lévi-<br />

Strauss, todo acto o r<strong>el</strong>ato individual es un<br />

mito en potencia, pero sólo adquieren esa<br />

calidad los r<strong>el</strong>atos que son adoptados y<br />

repetidos por amplios sectores sociales.<br />

En contraste con la historia, que se refiere a<br />

hechos”verdaderamente ocurridos”, <strong>el</strong><br />

contenido d<strong>el</strong> mito puede ser un<br />

acontecimiento real o imaginario, o un<br />

episodio que nunca ocurrió pero que muchos<br />

piensan que efectivamente tuvo lugar. En<br />

otras palabras, la verdad d<strong>el</strong> mito no está en<br />

su contenido, sino en <strong>el</strong> hecho de ser una<br />

creencia aceptada por vastos sectores<br />

sociales. Es una creencia social compartida,<br />

no una verdad sujeta a verificación. Su validez<br />

y eficacia residen en su credibilidad. Sin<br />

embargo, sus innumerables versiones están<br />

tan decantadas como las que circulan en los<br />

libros más rigurosos, pues sólo han llegado<br />

hasta nosotros los mitos aceptados por<br />

quienes creyeron en <strong>el</strong>los, al oírlos por<br />

primera vez, los conservan en su memoria y<br />

los transmitieron a sus descendientes, quienes<br />

a su vez los heredaron a las siguientes<br />

generaciones.<br />

Por ser considerado un medio de<br />

comunicación con los ancestros, las<br />

identidades grupales y los misterios d<strong>el</strong><br />

cosmos y la naturaleza, <strong>el</strong> mito ha sido y<br />

seguirá siendo <strong>el</strong> instrumento idíneo para<br />

manifestar las aspiraciones colectivas más<br />

recónditas. Es <strong>el</strong> transmisor de los temores<br />

compartidos. El conducto por donde fluyen los<br />

sentimientos más íntimos que conmueven a<br />

los diversos grupos sociales. Es <strong>el</strong> lenguaje<br />

escogido para comunicar los anh<strong>el</strong>os de<br />

f<strong>el</strong>icidad, paz, armonía, justicia y buen<br />

gobierno. Es <strong>el</strong> canal por <strong>el</strong> que corren las<br />

pulsiones que demandan un <strong>mundo</strong> mejor. Y<br />

cuando se concentra en las personas o en sus<br />

actos, <strong>el</strong> mito es <strong>el</strong> constructor de seres<br />

legendarios: héroes, Mesías, genios, villanos,<br />

redentores y otros personajes rodeados por <strong>el</strong><br />

halo d<strong>el</strong> carisma.<br />

En <strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong>, una gran parte<br />

de la memoria colectiva está encapsulada en<br />

mitos. Podría decirse que las nociones y<br />

símbolos en que reposan nuestras identidades<br />

colectivas (patria, nación, héroes, símbolos


nacionales), más que estar fundados en<br />

hechos positivos, son creencias colectivas<br />

que, como decía George Sor<strong>el</strong>, expresan la<br />

conciencia histórica de un pueblo. Asimismo,<br />

una de las mitologías mexicanas más ricas es<br />

la que rodea a sus personajes carismáticos, a<br />

su peculiar especie humana.<br />

Hoy muchos aceptan que nuestras<br />

concepciones acerca de la identidad nacional o<br />

la formación histórica de la nación están<br />

pobladas de mitos. También es cierto que la<br />

imagen que nos hemos hecho de nuestros<br />

antepasados y <strong>contemporáneo</strong>s está fundada<br />

en apreciaciones fantasiosas o míticas. Sin<br />

embargo, no es menos cierto que carecemos<br />

de un catálogo de los mitos y personajes<br />

mitológicos con los cuales convivimos. Para<br />

comenzar a llenar ese vació, hace poco tiempo<br />

se hizo un reportaje que intentó catalogar<br />

algunos de los mitos y personajes<br />

carismáticos que nos rodean. Siguiendo esa<br />

idea original, en este libro quisimos presentar<br />

un inventario de los mitos que hoy son más<br />

entrañables, populares u obsesivos entre los<br />

mexicanos. También se quiso recoger la<br />

imagen de algunos personajes que han<br />

alcanzado un lugar privilegiado en <strong>el</strong><br />

imaginario colectivo. Para cumplir ambos<br />

propósitos solicitamos la cooperación de<br />

muchos expertos en estos temas y diseñamos<br />

un libro estrictamente colectivo. Su<br />

concepción y realización es obra de muchas<br />

cabezas, manos y empeños.<br />

Con todo, faltó tiempo, recursos y personal<br />

para realizar un catálogo exhaustivo de los<br />

mitos que sustentan nuestras creencias<br />

colectivas. Tampoco fue posible componer un<br />

repertorio idóneo de los incontables<br />

personajes que la sabiduría popular considera<br />

como <strong>el</strong> compendio de la comedia humana<br />

mexicana. Para actualizar la galería de<br />

nuestros personajes connotados, incluimos los<br />

retratos ascendentes d<strong>el</strong> mariachi, <strong>el</strong><br />

guerrillero, <strong>el</strong> narcotraficante, <strong>el</strong> rockero, <strong>el</strong><br />

chicano, <strong>el</strong> junior y otros ídolos de reciente<br />

fabricación. Sin embargo, en esta sección son<br />

más sensibles las ausencias de personajes<br />

representativos de las distintas regiones d<strong>el</strong><br />

país y de los medios rurales y pueblerinos.<br />

Quizá en <strong>el</strong> futuro, con más tiempo y<br />

recuerdos, se podrán llenar ambas lagunas.<br />

Enrique Florescano<br />

Quetzalcóatl: un mito hecho de mitos<br />

Enrique Florescano<br />

Quetzalcóatl ocupa un lugar único en la<br />

historia y la imaginería mexicanas. Su figura<br />

múltiple recorre todas las épocas y en cada<br />

una brilla con luz propia. Su primera aparición<br />

es imborrable: nace con la actual era d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> y es uno de sus creadores. Según las<br />

cosmogonías más antiguas, Quetzalcóatl nació<br />

cuando no había luz ni movimiento ni vida en<br />

<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, e instauró un orden fundamental en<br />

<strong>el</strong> cosmos. Separó <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o de la tierra y él<br />

mismo se convirtió en uno de los árboles que<br />

sostenían la bóveda c<strong>el</strong>este. En la tradición<br />

maya es <strong>el</strong> Primer Padre, <strong>el</strong> ordenador d<strong>el</strong><br />

cosmos y <strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> maíz, la deidad que creó<br />

<strong>el</strong> alimento de los seres humanos y produjo la<br />

vida civilizada. Varios textos y pinturas<br />

describen su maravilloso viaje a la Primera<br />

Verdadera Montaña, <strong>el</strong> lugar donde se<br />

guardaban los alimentos fundamentales.<br />

Cuenta cómo Quetzalcóatl, armado de un<br />

hacha con forma de r<strong>el</strong>ámpago, golpeó la<br />

montaña de los mantenimientos y de la<br />

abertura que hizo brotó <strong>el</strong> maíz y los bienes<br />

que desde entonces alimenta a los seres<br />

humanos.<br />

En los testimonios mayas que narran la saga<br />

de Quetzalcóatl, los principales<br />

acontecimientos de su vida están vinculados<br />

con <strong>el</strong> ciclo vegetal de la planta d<strong>el</strong> maíz.<br />

Siguiendo la práctica de los campesinos<br />

cuando inician la siembra y remueven la tierra<br />

para depositar en <strong>el</strong>la la simiente,<br />

Quetzalcóatl fue primero sembrado en la<br />

tierra: es la primera semilla que se introdujo<br />

en <strong>el</strong> seno de la tierra. Pero como los dioses<br />

creadores no advirtieron a los señores d<strong>el</strong><br />

infra<strong>mundo</strong> de esta intromisión en sus<br />

dominios, no acordaron con <strong>el</strong>los los<br />

sacrificios que habrían de recibir a cambio de<br />

procrear la vida en su interior, éstos<br />

retuvieron la semilla y se negaron a que<br />

fructificara en la superficie terrestre. El Popol<br />

Vuh, <strong>el</strong> libro sagrado de los mayas, narra que<br />

al observar esa resistencia los dioses c<strong>el</strong>estes<br />

enviaron al infra<strong>mundo</strong> a dos héroes dotados<br />

de poderes sobrenaturales, los Gem<strong>el</strong>os<br />

Divinos. Los gem<strong>el</strong>os descendieron al interior<br />

de la tierra, enfrentaron a los temibles<br />

señores de Xibalbá, los vencieron e hicieron<br />

retornar al dios d<strong>el</strong> maíz a la superficie<br />

61


terrestre. El episodio más dramático d<strong>el</strong> mito<br />

es <strong>el</strong> renacimiento glorioso d<strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> maíz,<br />

quien brota d<strong>el</strong> interior de la tierra llevando<br />

con él las mazorcas preciosas, con cuya masa<br />

los dioses mod<strong>el</strong>aron a las mujeres y a los<br />

hombres de la nueva era d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Como se<br />

observa, en su versión más antigua, <strong>el</strong> mito<br />

d<strong>el</strong> Quetzalcóatl es una cosmogonía agrícola,<br />

un canto a los poderes reproductores d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o<br />

y de la tierra, y una apología de la agricultura<br />

como sustento de la vida civilizada.<br />

En la tradición d<strong>el</strong> área d<strong>el</strong> Golfo de <strong>México</strong><br />

Quetzalcóalt asume otra apariencia: es<br />

Ehécatl, <strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> Viento, la potencia que<br />

barre los cuatro rumbos d<strong>el</strong> cosmos para que<br />

por <strong>el</strong>los corran los aires que provocan la<br />

precipitación de la lluvia. Su aparición ordena<br />

<strong>el</strong> cosmos, <strong>el</strong> espacio terrestre y <strong>el</strong> tiempo.<br />

Sus templos eran redondos y por <strong>el</strong>los<br />

viajaban los diferentes vientos. En Cholula,<br />

sus seguidores edificaron un templo altísimo y<br />

la fiesta que lo conmemoraba reunía<br />

peregrinos de las regiones más apartadas de<br />

Mesoamérica.<br />

En los códices y r<strong>el</strong>atos mixtecos. Quetzalcóatl<br />

aparece bajo la advocación de Ehécatl, <strong>el</strong><br />

soplo vital que le infundió movimiento al<br />

cosmos. Su calidad divina se manifiesta al<br />

nacer, pues brota de un pedernal y una de sus<br />

primeras tareas es separar <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y las aguas<br />

de la tierra. Su aparición se asocia con <strong>el</strong><br />

surgimiento de la tierra mixteca, <strong>el</strong> nacimiento<br />

de los primeros linajes en la legendaria región<br />

de Apoala, <strong>el</strong> descubrimiento de las plantas<br />

útiles y d<strong>el</strong> fuego, y la c<strong>el</strong>ebración de las<br />

ceremonias dedicadas a reverenciar a los<br />

dioses y los ancestros. Es un héroe cultural de<br />

naturaleza divina, un dispensador de los<br />

bienes fundamentales y <strong>el</strong> ancestro tut<strong>el</strong>ar d<strong>el</strong><br />

pueblo mixteco.<br />

Varios siglos más tarde, cuando ya habían<br />

desaparecido los reinos de la época Clásica<br />

que contaban que la creación d<strong>el</strong> cosmos<br />

había sido obra d<strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> maíz, se fundó un<br />

estado poderoso en <strong>el</strong> norte de Mosoamérica,<br />

poblado por gente nómada y guerrera y por<br />

antiguos habitantes d<strong>el</strong> Altiplano Central. Ese<br />

reino tuvo por capital a Tula o Tollan, la<br />

c<strong>el</strong>ebrada ciudad gobernada por <strong>el</strong> rey y<br />

supremo sacerdote Quetzalcóatl. Los r<strong>el</strong>atos<br />

toltecas le atribuyen a Quetzalcóatl la creación<br />

d<strong>el</strong> legado cultural que fundió la vida civilizada<br />

62<br />

en Mesoamérica: la invención de la<br />

agricultura, <strong>el</strong> calendario, la escritura, la<br />

astronomía, la astrología, la medicina y las<br />

artes y oficios útiles. Es decir, este mito<br />

legitima <strong>el</strong> asentamiento de los guerreros<br />

norteños en las tierras de los antiguos<br />

agricultores, y transforma las creaciones<br />

culturales de los últimos en legado tolteca.<br />

La c<strong>el</strong>ebración d<strong>el</strong> dios y héroe cultural de<br />

Tula se confundió con la imagen de un<br />

personaje llamado Ce Ácatl Topiltzin<br />

Quetzalcóalt, que quiere decir Uno Caña (su<br />

fecha de nacimiento), nuestro señor<br />

Quetzalcóatl. Su legendaria biografía señala<br />

que llevo <strong>el</strong> mismo nombre que <strong>el</strong> dios y<br />

sacerdote, hizo hazañas guerreras, gobernó<br />

Tula en su máximo esplendor, perdió <strong>el</strong> trono<br />

y por último abandonó su reino, huyendo con<br />

una parte de sus fi<strong>el</strong>es hacia <strong>el</strong> oriente.<br />

La literatura más extensa sobre Topiltzin<br />

Quetzalcóatl se refiere a su gobierno en Tula y<br />

c<strong>el</strong>ebra la fundación de un reino que ejercía <strong>el</strong><br />

poder sobre innumerables pueblos. Los textos<br />

narran que Tula era la metrópoli donde<br />

abundaban las riquezas y confluían los bienes<br />

de la civilización. En ese reino <strong>el</strong> poder político<br />

estaba unido al r<strong>el</strong>igioso en la persona de<br />

Topiltzin Quetzalcóatl. A Tula acudían los<br />

señores de las provincias vecinas y ahí<br />

Topiltzin les asignaba su rango y les imponía<br />

las insignias d<strong>el</strong> poder. En signo de<br />

acatamiento, los jefes de los distintos reinos<br />

le ofrendaban tributos muy ricos y regalos<br />

suntuosos.<br />

Repentinamente este reino f<strong>el</strong>iz fue abatido<br />

por los poderes malignos d<strong>el</strong> dios<br />

Tezcatlipoca, quien hizo que Quetzalcóatl<br />

huyera hacia <strong>el</strong> oriente. Unos textos dicen que<br />

al llegar a un lugar de la costa d<strong>el</strong> Golfo de<br />

<strong>México</strong> Quetzalcóatl se incendió y más tarde<br />

renació convertido en Estr<strong>el</strong>la Matutina o<br />

Señor d<strong>el</strong> Alba. Otros cuentan que al salir de<br />

Tula inició una dilatada peregrinación por las<br />

regiones de Puebla, Oaxaca, Tabasco, Chiapas<br />

y Yucatán, y se internó en las tierras de<br />

Guatemala, El Salvador y Nicaragua. En cada<br />

uno de esos lugares dejó una hu<strong>el</strong>la<br />

inolvidable de su presencia.<br />

Múltiples testimonios registran la penetración<br />

en <strong>el</strong> sur d<strong>el</strong> país de grupos de ascendencia<br />

tolteca, junto con <strong>el</strong> arribo de un personaje


que reproduce los rasgos d<strong>el</strong> legendario rey,<br />

supremo sacerdote y héroe cultural de Tula.<br />

En muchas ciudades su emblema, la Serpiente<br />

Emplumada, adorna los monumentos más<br />

significativos. En Chichén Itzá es <strong>el</strong> emblema<br />

que identifica a los personajes que encabezan<br />

acciones bélicas. En Cacaxtla, la Serpiente<br />

Emplumada identifica a los dirigentes a esa<br />

ciudad. En Xochicalco la serpiente Emplumada<br />

ondula en <strong>el</strong> monumento que se levanta en la<br />

plaza central. Asimismo, diversos textos<br />

yucatecos, quinchés y cakchiqu<strong>el</strong>es dan<br />

cuenta de invaciones procedentes d<strong>el</strong><br />

Altiplano Central dirigidas por personajes que<br />

ostentan <strong>el</strong> nombre de Kukulkán, Gucumatz o<br />

Nácxit, que son otras tantas ap<strong>el</strong>aciones d<strong>el</strong><br />

legendario Topiltzin Quetzalcóatl. Como se<br />

advierte, <strong>el</strong> mito de la Tula maravillosa y d<strong>el</strong><br />

legendario Quetzalcóatl legitiman la expansión<br />

de un pueblo conquistador, que desde <strong>el</strong> siglo<br />

IX al XII impuso su dominio en Tula y en la<br />

península de Yucatán, donde grupos toltecas y<br />

mayas fundaron Chichén ítza, la metrópoli<br />

sureña.<br />

Cuando Hernán Cortés llegó a las playas de<br />

Veracruz, buena parte de las diversas<br />

imágenes quea lo largo d<strong>el</strong> tiempo se<br />

vincularon con Quetzalcóatl se habían reunido<br />

en Tenochtitlán, la ciudad edificada en medio<br />

de la laguna, que era entonces una metrópoli<br />

cosmopolita y un centro receptor de múltiples<br />

tradiciones. En le panteón mexica, Ehécatl –<strong>el</strong><br />

dios creador de los códices mixtecos- tenía un<br />

alto lugar, aunque crecientemente disputado<br />

por Tezcatlipoca y Huizilopochtli, deidades<br />

nahuas. Su extraño templo redondo ocupaba<br />

un lugar privilegiado frente al Sancta<br />

santorum de Tenochtitlán, <strong>el</strong> Templo Mayor.<br />

En <strong>el</strong> centro ceremonial de Tecnochtitlán los<br />

mexicas habían construido un templo para<br />

albergar las efigies de los dioses<br />

conquistados, de tal manera que la variedad<br />

de deidades nahuas se imbricó con los dioses,<br />

símbolos y discursos teogónicos de otros<br />

pueblos y culturas. Así, a las propias<br />

r<strong>el</strong>aciones de Quetzalcóatl con otros dioses d<strong>el</strong><br />

panteón nahua, se agregaron nuevas<br />

conexiones con deidades de panteones<br />

diferentes. El Quetzalcóatl mexica recibió los<br />

atributos y significados d<strong>el</strong> Quetzalcóalt<br />

venerado en Cholula, y particularmente la rica<br />

simbología de la Estr<strong>el</strong>la Matutina y la Estr<strong>el</strong>la<br />

Vespertina que estaba en uso de diferentes<br />

regiones, de modo que Xólotl,<br />

Tlahuizcalpantecuhtli y otros avatares de<br />

Venus se sumaron al Quetzalcóatl de los<br />

aztecas.<br />

En la cosmogonía nahua. Quetzalcóatl es uno<br />

de los dioses que intervienen en la creación<br />

d<strong>el</strong> cosmos y d<strong>el</strong> sol, y es asimismo <strong>el</strong> dios<br />

que desciende al infra<strong>mundo</strong>, rescata los<br />

huesos de la antigua humanidad y forma con<br />

<strong>el</strong>los a las mujeres y a los hombres d<strong>el</strong> Quinto<br />

Sol. Como sus antecesores mayas y mixtecos,<br />

es <strong>el</strong> dios dispensador de la civilización, <strong>el</strong><br />

reciclador d<strong>el</strong> tiempo, <strong>el</strong> discernidor d<strong>el</strong><br />

movimiento de los astros y de los destinos<br />

humanos. El calendario y la escritura, los dos<br />

saberes supremos que ordenaban los<br />

conocimientos fundamentales de<br />

Mosoamérica, eran actividades vinculadas al<br />

dios Quetzalcóatl y estaban a cargo de los dos<br />

más altos sacerdotes, quienes llevaban<br />

asimismo <strong>el</strong> título de Quetzalcóatl.<br />

Al lado de las representaciones d<strong>el</strong> dios, los<br />

testimonios mexicas destacan la imgen de Ce<br />

Ácatl Topilzin Quetzalcóatl como <strong>el</strong> fundador<br />

d<strong>el</strong> reino soñado. D<strong>el</strong> mismo modo que en la<br />

mitología mexica. Tula es <strong>el</strong> arquetipo de la<br />

ciudad y <strong>el</strong> reino ideal, Topiltzin Quetzalcóatl<br />

es <strong>el</strong> paradigma d<strong>el</strong> gobernante, <strong>el</strong> creador de<br />

las insignias, investiduras y símbolos reales, <strong>el</strong><br />

primer rey de la legendaria Tula, <strong>el</strong> fundador<br />

d<strong>el</strong> poder tolteca, antecesor d<strong>el</strong> poder mexica.<br />

La conquista española y la invasión de nuevos<br />

dioses y símbolos r<strong>el</strong>igiosos no segaron la vida<br />

de Quetzalcóatl. Por <strong>el</strong> contrario, la<br />

multiplicaron. Con las cenizas y los recuerdos<br />

de los antiguos dioses, los sobrevivientes<br />

indígenas compusieron un nuevo mito de<br />

Quetzalcóatl; <strong>el</strong> antiguo héroe cultural fue<br />

transformado en un Mesías redentor. Varios<br />

testimonios r<strong>el</strong>atan la historia de un<br />

Quetzalcóatl que había prometido regresar de<br />

su exilio, formar un ejército indígena dotado<br />

de armas invencibles, hacer la guerra a los<br />

invasores blancos y restaurar <strong>el</strong> antiguo reino<br />

de los señores naturales.<br />

Por su parte, los frailes evang<strong>el</strong>izadores y los<br />

nacidos en <strong>México</strong> de ascendientes europeos,<br />

crearon <strong>el</strong> mito de un Quetzalcóatl cristiano.<br />

Fray Toribio de Venavente, <strong>el</strong> célebre<br />

Motolimía. Inció esta transformación cuando<br />

aseveró que Quetzalcóatl era hombre<br />

63


“honesto y templado”, y dijo que fue él quien<br />

“comenzó a hacer penitencias de ayuno y<br />

disciplina”. Bartolomé de las Casas dio un<br />

paso más en esta conversión cuando afirmó<br />

que Quetzalcóatl, <strong>el</strong> dio de Cholula, era un<br />

hombre blanco, de ojos grandes, largo cab<strong>el</strong>lo<br />

negro y barba redonda. El dominico Diego<br />

Durán completó esta identificación en su<br />

Historia de las Indias, donde escribió que<br />

Quetzalcóatl había sido en realidad un<br />

mensajero de Cristo, puesto que había<br />

difundido los signos de la verdadera r<strong>el</strong>igión y<br />

había profetizado la llegada de los españoles.<br />

La interpretación de Durán no admitía la idea<br />

de que los indios de Nueva España pudieran<br />

haber sido olvidados por los señalados para<br />

propagar la palabra de Cristo. Según su<br />

interpretación, <strong>el</strong> apóstol de los indios había<br />

sido Topilzin “<strong>el</strong> cual aportó a esta tierra, y<br />

según la r<strong>el</strong>ación (que) de él se da(…)<br />

también sabemos haber sido predicador de los<br />

indios”. Así, por medio de esta transmutación.<br />

Quetzalcóatl adquirió los rasgos de un apóstol<br />

de Cristo, mientras que otros pensaron que<br />

Dios había utilizado ese engaño para atraer a<br />

los indios a la verdadera fe. Como lo ha<br />

mostrado Jacques Lafaye, la ídea que pronto<br />

tendió a imponerse fue que Quetzalcóatl era <strong>el</strong><br />

apóstol Santo Tomás, y que todas las<br />

analogías (de las) creecias d<strong>el</strong> antiguo <strong>México</strong><br />

con <strong>el</strong> cristianismo derivaban de una pretérita<br />

evang<strong>el</strong>ización de América y de la degradación<br />

ulterior de la doctrina”. Sobre estas bases se<br />

afirmó la idea de que Quetzalcóatl fue un dios<br />

blanco, procedente de un país remoto, cuyo<br />

mandato era difundir la civilización en las<br />

incultas tierras de América.<br />

Desde entonces Quetzalcóatl se convirtió en la<br />

presencia más ubicua y carismática de la<br />

mitología mexicana. Adquirió las cualidades de<br />

la metamorfosis, la resurrección y la<br />

multiplicación sin límites. Su figura, radiante o<br />

premonitoria, pudo atravesar<br />

simultáneamente diferentes tiempos, o viajar<br />

por múltiples espacios. En los años críticos de<br />

indefensión o quebranto, asumió los rasgos<br />

d<strong>el</strong> profeta: anunció regresos triunfales y la<br />

instauración de un nuevo reino. En las épocas<br />

de construcción y estabilidad se convirtió en<br />

símbolo de civilización, y en emblema de una<br />

identidad ancestral.<br />

64<br />

Poco antes de que estallara <strong>el</strong> movimiento de<br />

independencia, fray Servando Teresa de Mier<br />

revivió la leyenda d<strong>el</strong> apóstol y d<strong>el</strong> héroe<br />

legendario. A su vez, muchos indígenas y<br />

mestizos entendieron que en esos años se<br />

cumplía un ciclo más de las revoluciones d<strong>el</strong><br />

tiempo y que esa inudación de los años<br />

anunciaba <strong>el</strong> regreso de Quetzacóatl. A lo<br />

largo d<strong>el</strong> siglo XIX su figura invadió los<br />

terrenos de la poesía, la música, <strong>el</strong> drama, la<br />

literatura y la pintura. Es estas artes, como<br />

antes en <strong>el</strong> mito, adquirió otros perfiles y vivió<br />

nuevas reencarnaciones. Con <strong>el</strong> triunfo de la<br />

Revolución de 1910 y la exlosión de la pintura<br />

mural, Quetzalcóatl se convirtió en uno de los<br />

personajes predilectos de los muralistas. José<br />

Clemente Orozco y Diego Rivera pasmaron<br />

dos interpretaciones poderosas de<br />

Quetzalcóatl, y más tarde cada pintor<br />

construyó su propia versión de este<br />

personaje.<br />

En la segunda década d<strong>el</strong> siglo actual Manu<strong>el</strong><br />

Gamio, <strong>el</strong> fundador de la arqueología<br />

mexicana, exhumó en la cudad sagrada de<br />

Teotihuacán <strong>el</strong> templo más antiguo que se<br />

conoce dedicado a la Serpiente Emplumada.<br />

Nunca imaginó que con esa obra iniciaría otro<br />

interminable debate sobre esa entidad<br />

prodigiosa, y abriría la puerta a una sucesión<br />

de cambiantes interpretaciones. Las<br />

encontradas y fantásticas <strong>el</strong>ucubraciones que<br />

cada generación de arqueólogos produjo de<br />

esta figura, pronto fueron superadas por las<br />

fabricadas por historiadores, escritores,<br />

practicantes de ciencias ocultas, astrólogos,<br />

periodistas, antropólogos de las más variadas<br />

escu<strong>el</strong>as, y aficionados a la historia y la<br />

arqueología.<br />

En las últimas décadas la literatura sobre<br />

Quetzalcóatl adquirió dimensiones<br />

inabarcables. Los psicólogos encontraron<br />

nuevas versiones d<strong>el</strong> complejo de Edipo al<br />

analizar la personalidad incestuosa y<br />

esquizofrénica de Quetzalcóatl. En la<br />

iconografía popular, aun cuando la virgen de<br />

Guadalupe y <strong>el</strong> Enmascarado de Plata<br />

mantienen <strong>el</strong> primer lugar en cuanto al<br />

número de veces que su imagen se<br />

reproduce, Quetzacóatl se imbricó con las<br />

imágenes de santos, vírgenes, profetas,<br />

héroes culturales, videntes y ancestros de<br />

toda laya.


Como ocurre con otros grandes mitos, <strong>el</strong> de<br />

Quetzalcóatl se ha vu<strong>el</strong>to un mito universal,<br />

imposible de reducir a una sola explicación,<br />

irrefrenable y polisémico. Cada nueva<br />

interpretación da pie a nuevas hipótesis y<br />

suscita otras replicas que a su vez conducen a<br />

nuevas disquisiciones. Al reencarnar en cada<br />

época bajo nuevas apariencias y simbolismos,<br />

y al reproducirse con la máxima plasticidad,<br />

adquirió la libertad suprema: la de ser cada<br />

vez una personalidad distinta y mudable.<br />

La Malinche: la lengua en la mano<br />

Calar hondo…<br />

Margo Glantz<br />

Calar hondo para descubrir <strong>el</strong> secreto de las<br />

tierras recién descubiertas, parece haber sido<br />

una de las preocupaciones esenciales de<br />

Cortés. Esas frases se repiten a menudo en la<br />

Primera Carta de R<strong>el</strong>ación y en la Segunda. En<br />

<strong>el</strong> pliego de instrucciones que Diego V<strong>el</strong>ásquez<br />

le entrega a Cortés, antes de salir de Cuba se<br />

lee:<br />

Trabajaréis con mucha diligencia e solicitud de<br />

inquirir e saber <strong>el</strong> secreto de las dichas islas e<br />

tierras, y de las demás a <strong>el</strong>las comarcanas y<br />

que Dios Nuestro haya servido que se<br />

descubrieran e descubrieren, así de la maña e<br />

conversación de la gente de cada una d<strong>el</strong>las<br />

en particular, como de los árboles y frutas,<br />

yerbas aves, animalitos, oro, piedras<br />

preciosas, perlas, e otros metales, especiería<br />

e otra cualesquier cosas, e de todo traer<br />

r<strong>el</strong>ación por ante escribano<br />

Y es obvio que no es posible calar hondo ni<br />

descubrir secretos si se carece de lengua, es<br />

decir de intérprete.<br />

El pueblo<br />

El pueblo, los pueblos, mi pueblo<br />

Mauricio Merino<br />

No hay muchas palabras que tengan tantos<br />

significados como la palabra pueblo. Aunque<br />

<strong>el</strong> Diccionario de Autoridades la define con <strong>el</strong><br />

rigor que solía caracterizar al buen cast<strong>el</strong>lano<br />

de aqu<strong>el</strong>los tiempos, ya desde entonces la<br />

anfibología y <strong>el</strong> plural de este término<br />

mostraban no solamente los significados<br />

distintos que podía producir, sino la riqueza<br />

original de los mitos escondidos tras esa<br />

palabra. Dice aqu<strong>el</strong> diccionario que un pueblo<br />

es, en principio, “<strong>el</strong> lugar o ciudad que está<br />

poblado de gente”, pero también “<strong>el</strong> conjunto<br />

de gentes que habitan <strong>el</strong> lugar (y además) la<br />

gente común y ordinaria de alguna ciudad o<br />

población”.<br />

Si <strong>el</strong> pueblo fue siempre la base para medir la<br />

distancia entre la gente común y corriente y<br />

las trop<strong>el</strong>ías de los nobles y poderosos –de<br />

eso que Heg<strong>el</strong> llamaría, propiamente, la<br />

sociedad civil-, los pueblos han significado, en<br />

cambio, <strong>el</strong> lugar donde esa gente se ha<br />

reunido para vivir, convivir y sobrevivir. Una<br />

ese al final de seis letras para distinguir los<br />

primeros significados d<strong>el</strong> término. Y, sin<br />

embargo, insuficiente para explicar <strong>el</strong> sentido<br />

de posesión que ha transformado ambos<br />

significados hasta convertir a mi pueblo en le<br />

terruño donde se hincan las raíces de mis<br />

ancestros y mi propio lugar de origen: la<br />

matria de Luis González; que son las calles<br />

que me vieron nacer, donde viven mis vecinos<br />

de siempre, y donde me siento mucho mejor<br />

que en aqu<strong>el</strong> otro lugar grande y<br />

sobrepoblado que responde al nombre de<br />

patria. Pero <strong>el</strong> pueblo es también esa entidad<br />

abstracta a la que aluden los dirigentes<br />

políticos para proclamar la legitimidad de sus<br />

decisiones individuales, para acabar de una<br />

vez por todas con las clases sociales y con las<br />

diferencias inevitables, gracias al discurso<br />

ideológico que nos hermana periódicamente al<br />

abrigo de muy distintas banderas. O <strong>el</strong><br />

pueblo, en última instancia, como <strong>el</strong> amo y<br />

señor de la democracia, soberano absoluto d<strong>el</strong><br />

gobierno que Abraham Lincoln caracterizó<br />

como <strong>el</strong> pueblo, por <strong>el</strong> pueblo y para <strong>el</strong><br />

pueblo.<br />

¿Pero quién es, a fin de cuentas, <strong>el</strong> pueblo?<br />

No es nadie, pero como <strong>el</strong> tercer estado d<strong>el</strong><br />

abate Siéyes, puede llegar a serlo todo.<br />

Depende de la mitología que se <strong>el</strong>ija y d<strong>el</strong><br />

momento apropiado para utilizarla. Y también,<br />

por supuesto, de las circunstancias políticas<br />

que estén rodeando al uso de la palabra. En <strong>el</strong><br />

nombre d<strong>el</strong> pueblo se han cometido todos los<br />

atrop<strong>el</strong>los posibles y en su nombre se han<br />

levantado también todas las banderas<br />

imaginables para defender la dignidad de los<br />

grupos humanos. Gracias al pueblo surgió la<br />

65


modernidad que les arrebató la soberanía a<br />

los grandes monarcas de la Ilustración y por<br />

su causa germinaron los grandes ideales<br />

revolucionarios de finales d<strong>el</strong> siglo XVIII y<br />

principios d<strong>el</strong> XIX. Fue <strong>el</strong> pueblo <strong>el</strong> que<br />

acometió la enorme empresa de conquistar las<br />

independencias de las colonias, y fue <strong>el</strong><br />

mismo pueblo quien hizo avanzar las<br />

revoluciones socialistas de neutro siglo para<br />

levantarse, más tarde, en contra de los<br />

monstruos que había engendrado siete<br />

décadas antes. En <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> pueblo<br />

surgieron la democracia moderna, <strong>el</strong> Estado<br />

<strong>contemporáneo</strong>, <strong>el</strong> socialismo, <strong>el</strong> populismo, y<br />

también <strong>el</strong> fascismo y <strong>el</strong> comunismo, por citar<br />

apenas los movimientos de verdadero arraigo<br />

en la historia. El pueblo como la agregación de<br />

los individuos, como la suma de pueblos, y<br />

finalmente como la tensión constante entre <strong>el</strong><br />

abandono de los únicos orígenes ciertos de mi<br />

pequeño pueblo en particular y <strong>el</strong> llamado de<br />

se otro signo de identidad al que me convocan<br />

los símbolos, los discursos y los emblemas de<br />

la nación: los instrumentos tangibles d<strong>el</strong> ritual<br />

que condensa <strong>el</strong> mito cohesionador de la<br />

patria.<br />

La voz d<strong>el</strong> pueblo es la voz de dios<br />

Nada de eso había ocurrido hasta la llegada<br />

de las ideas modernas, ni habría sido<br />

soportado siquiera por los antiguos, que veían<br />

en la democracia d<strong>el</strong> pueblo <strong>el</strong> mejor camino<br />

hacia la ruina de las ciudades. El mito de<br />

pueblo como entidad soberana nació con la<br />

decadencia de las monarquías absolutas que,<br />

en su intento de controlar todas las<br />

posibilidades políticas de la vida en común,<br />

acabaron por darle razones a las primeras<br />

ideas d<strong>el</strong> joven Rousseau. Si <strong>el</strong> pueblo solía<br />

ser “la gente común y ordinaria” de todas las<br />

poblaciones, distinta en todo caso de la<br />

nobleza que retenía <strong>el</strong> poder y la<br />

responsabilidad d<strong>el</strong> gobierno, después de las<br />

primeras revoluciones modernas-las de<br />

Norteamérica y Francia- ese mismo pueblo<br />

habría de convertirse en <strong>el</strong> depositario de<br />

todas las fuentes originales de la soberanía. El<br />

pueblo soberano que tomaba las armas para<br />

reb<strong>el</strong>arse en contra d<strong>el</strong> despotismo y a favor<br />

de la libertad, la igualdad y la fraternidad: las<br />

tres propuestas de los revolucionarios<br />

franceses que, desde entonces, han llenado<br />

todas las páginas de proclamas y manifiestos.<br />

66<br />

El pueblo ha sido, en efecto, la unidad básica<br />

de la filosofía política durante los dos siglos<br />

más agitados d<strong>el</strong> desarrollo político universal.<br />

Desde que se instauró como <strong>el</strong> mito fundador<br />

d<strong>el</strong> siglo de las constituciones- como le ha<br />

llamado Juan Marichal-, cuando los seres<br />

humanos decidieron arrebatarle a la<br />

providencia los privilegios d<strong>el</strong> orden social.<br />

Dos siglos en que <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> pueblo fue<br />

sustituyendo paulatinamente a las<br />

evocaciones sagradas hasta tomar su lugar<br />

como la única r<strong>el</strong>igión de la democracia<br />

moderna, incluyendo los ritos y los rituales<br />

que están en su base. El pueblo que imaginó<br />

esa modernidad emancipada de todos los<br />

dioses cobro personalidad en las leyes, y en<br />

su nombre nacieron efectivamente las nuevas<br />

instituciones políticas que habrían de<br />

sostenerse en <strong>el</strong> otro mito fundamental de la<br />

época: <strong>el</strong> Estado de derecho, como la<br />

personificación de esa nueva racionalidad que<br />

emergía milagrosamente de las conciencias de<br />

las naciones.<br />

Si <strong>el</strong> liberalismo actuó primero en nombre de<br />

la liberta de los individuos, la civilización que<br />

produjo se apoyó en <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> pueblo.<br />

“Es voluntad soberana d<strong>el</strong> pueblo…”, rezan<br />

hasta la fecha las constituciones que dieron<br />

forma jurídica a aqu<strong>el</strong>las ideas sostenidas, sin<br />

mas, en los ideales de una igualdad que<br />

intentaba romper con las tradiciones que<br />

superaban inexorablemente a la nobleza d<strong>el</strong><br />

“pueblo llano”. Ese liberalismo quiso igualar a<br />

todos los individuos, aunque en <strong>el</strong> trayecto<br />

transcurrieran más de ciento cincuenta años<br />

para que las leyes políticas y no sólo las<br />

libertades fundamentales abarcaran<br />

formalmente a todas las clases, a todos los<br />

grupos y a todos los sexos. La voluntad<br />

soberana d<strong>el</strong> pueblo tomó mucho tiempo para<br />

reconocerse a sí misma y abarcar en sus leyes<br />

a todos los miembros de la comunidad<br />

nacional: al pueblo que ya definía desde<br />

finales d<strong>el</strong> siglo XVIII nuestro Diccionario de<br />

Autoridades.<br />

En su nombre habrían de nacer, sin embargo,<br />

los populismos de Latinoamérica y habrían de<br />

expandirse las ideas sociales por todos los<br />

países de Europa. De un lado, la palabra se<br />

ensanchaba para cobijar a todos los estratos,<br />

a todas las clases y a todos los pueblos, hasta<br />

esconder todas las diferencias entre los<br />

pliegues de un discurso unificador, de unidad


nacional, que pensaba, decidía y actuaba en<br />

nombre de todos.El pueblo se convirtió así en<br />

<strong>el</strong> rehén d<strong>el</strong> estado y, al mismo tiempo, en su<br />

mejor justificación. Todos cabían en una sola<br />

palabra, y todos eran convocados al influjo de<br />

su nombramiento: <strong>el</strong> sindicato, <strong>el</strong> partido y <strong>el</strong><br />

estado se convertían gradualmente en la<br />

misma cosa, gracias a los hilos con que se<br />

ataba al pueblo que esas tres entidades<br />

representaban. Pero d<strong>el</strong> otro lado, donde la<br />

tradición liberal europea empujó con mucha<br />

más fuerza hacia los procedimientos<br />

<strong>el</strong>ectorales, <strong>el</strong> pueblo tampoco permaneció<br />

ajeno al desarrollo de la competencia política:<br />

todos los partidos acudieron muy pronto a esa<br />

masa que ponía nerviosos a Ortega y Gasset,<br />

para proclamar su bienestar geneal y reclamar<br />

sus votos en cada nueva <strong>el</strong>ección. Si los<br />

socialdemócratas habían apostado al sufragio<br />

universal para arrebatarle <strong>el</strong> poder a los<br />

herederos d<strong>el</strong> pasado decimonónico gracias a<br />

la voluntad popular, sus adversarios también<br />

buscaron acomodo en <strong>el</strong> océano generoso de<br />

ese concepto unificador: de ahí los partidos<br />

cath all, como los calificó Otto Kirchheimer en<br />

los años cincuenta. Unos desde arriba-como<br />

tenía que ser entre las naciones de la América<br />

hispana recién escapadas de la Colonia-, y<br />

otros desde <strong>el</strong> sufragio para hacer bajar las<br />

decisiones tomadas por <strong>el</strong> estado, en ambos<br />

casos aparecía <strong>el</strong> pueblo como la unidad de<br />

medida. El pueblo que sintetizaba a todos y,<br />

al mismo tiempo, los rechazaba: <strong>el</strong> pueblo que<br />

somos todos, y nadie en particular.<br />

El pueblo unido, jamás será vencido<br />

El pueblo se llamó de otro modo, sin embargo,<br />

en la filosofía política acuñada por Marx y sus<br />

seguidores. El mito se trasladó entonces, con<br />

más precisión, hacia <strong>el</strong> proletariado, de modo<br />

que la antigua diferencia entre los nobles y <strong>el</strong><br />

populacho; entre quienes tomaban las<br />

decisiones y quienes las acataban, ganó una<br />

nueva densidad. Los nobles dejaron su sitio a<br />

los burgueses, a los dueños de los medios de<br />

producción y, por <strong>el</strong>lo, a los poseedores de la<br />

verdadera capacidad de influir en los destinos<br />

de cada pueblo. La vieja diferencia que<br />

marcaba ya nuestro diccionario se convirtió<br />

así en la fuente de la gran mayoría de los<br />

movimientos sociales de los años siguientes y,<br />

naturalmente, de todas las revoluciones<br />

socialistas de nuestro siglo. La Revolución<br />

Francesa había liquidado a los otros poderosos<br />

señores feudales, pero no pudo evitar que su<br />

lugar lo ocuparan los nuevos dueños d<strong>el</strong><br />

capital. En <strong>el</strong> trayecto, sin embargo,<br />

como solía decir <strong>el</strong> alcalde de Macuspana: <strong>el</strong><br />

pueblo siguió siendo <strong>el</strong> pueblo, y seguirá<br />

siendo <strong>el</strong> pueblo.<br />

Transcurrieron siete décadas antes de que <strong>el</strong><br />

pueblo volviera a encabezar una reb<strong>el</strong>ión en<br />

contra de quienes ya no eran dueños de las<br />

tierras y los títulos de nobleza, ni de las<br />

empresas y los capitales financieros, sino<br />

nada menos que d<strong>el</strong> estado: al finalizar los<br />

años ochenta, en una nueva paradoja para la<br />

historia de las ideas políticas, <strong>el</strong> pueblo se<br />

levantó en contra de la dictadura d<strong>el</strong><br />

proletariado. O mejor, en nombre d<strong>el</strong> pueblo,<br />

algunos líderes disidentes le dieron otra vu<strong>el</strong>ta<br />

a la rueda de los regímenes políticos<br />

derrumbados para destronar ahora a los<br />

monarcas d<strong>el</strong> socialismo real. El mismo pueblo<br />

que se había levantado en contra de la<br />

burguesía, se reb<strong>el</strong>aba esta vez contra los<br />

dirigentes d<strong>el</strong> comunismo, dando una prueba<br />

más de que “<strong>el</strong> pueblo unido, jamás será<br />

vencido”.<br />

Acuñado por la modernidad, no obstante, <strong>el</strong><br />

término ha ido perdiendo la eficacia de los<br />

tiempos pasados. Aunque las constituciones<br />

sigan fundándose en la voluntad soberana d<strong>el</strong><br />

pueblo, lo cierto es que esa soberanía se ha<br />

ido desplazando hacia palabras que, hoy por<br />

hoy, suenan más convenientes. El lugar d<strong>el</strong><br />

pueblo y de las ideologías que lo mantenían<br />

protegido, se ha venido ocupando<br />

paulatinamente por la sociedad –que en todo<br />

caso suena más <strong>el</strong>egante-, cuando no por la<br />

sociedad civil-adjetivo que ayda mucho para<br />

distinguir al pueblo rico d<strong>el</strong> pueblo pobre. De<br />

modo que gracias a las traducciones marxistas<br />

de la olvidada filosofía heg<strong>el</strong>iana, la definición<br />

d<strong>el</strong> Diccionario de Autoridades puede<br />

trasladarse en nuestros días hacia la<br />

contraposición entre <strong>el</strong> gobierno y la sociedad<br />

civil, aun a sabiendas de que la otra palabra<br />

que acompaña los debates actuales es la<br />

palabra mercado: ese lugar incierto donde<br />

todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> tiene cabida y en <strong>el</strong> que se<br />

resu<strong>el</strong>ven los destinos de las naciones,<br />

mientras <strong>el</strong> gobierno intenta regular su<br />

funcionamiento y la sociedad civil se divide en<br />

busca de su control.<br />

67


¿Pero dónde quedó nuestro pueblo, ante la<br />

emergencia de todas esas palabras que lo han<br />

sepultado a gritos?<br />

Nadie podría responder con exactitud. Ya no<br />

disponemos de las ideologías ni de sus<br />

valiosos discursos para defender <strong>el</strong> mito que<br />

se agota en los nuevos rituales de la<br />

democracia formal. El pueblo se abandona<br />

ante los ciudadanos y éstos se sumergen cada<br />

vez más en la nueva fiesta de la civilidad: de<br />

esa sociedad civil omnipresente, que hoy<br />

ocupa todos los espacios que antes llenaba de<br />

sobra <strong>el</strong> mito d<strong>el</strong> pueblo. Si los mitos terminan<br />

cuando los rituales dejan de comunicar<br />

sentimientos e ideas compartidas, <strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

pueblo se está muriendo con los<br />

<strong>contemporáneo</strong>s d<strong>el</strong> liberalismo<br />

reconquistado: <strong>el</strong> individuo destruyendo a los<br />

grupos y, por encima de todos, a ese grupo<br />

f<strong>el</strong>iz y abstracto formado, durante toda una<br />

época, por todo <strong>el</strong> pueblo.<br />

68<br />

Mojados y Chicanos<br />

José Manu<strong>el</strong> Valenzu<strong>el</strong>a Arce<br />

La migración mexicana hacia Estados Unidos<br />

y la condición de los chicanos son dos<br />

realidades que han tenido a las fronteras<br />

geográficas y culturales como umbral<br />

in<strong>el</strong>udible de definición. Parámetros de<br />

demarcación y de adscripción identitaria, o de<br />

estereotipamiento y mitificación.<br />

Braceros, pollos y mojados<br />

Colonial, y muchas veces peyorativamente, al<br />

migrante indocumentado se le llama de<br />

diversas maneras, las más conocidas son:<br />

pollo, figura de indefensión frente al coyote,<br />

de quien comúnmente depende para cruzar la<br />

frontera; bracero, nombre con <strong>el</strong> que se<br />

denominó a los trabajadores legales que<br />

fueron a los campos estadounidenses bajo <strong>el</strong><br />

convenio conocido como Programa Braceros<br />

de 1942 a 1964, o espalda mojada, que define<br />

tanto a los trabajadores que cruzaban <strong>el</strong> Río<br />

Bravo, como una operación de deportación<br />

realizada por <strong>el</strong> gobierno estadounidense en<br />

los años cincuenta, mediante la cual se<br />

expulsaron a cerca de un millón de<br />

mexicanos.<br />

Desde hace más de un siglo, los migrantes<br />

han cruzado la frontera en flujos recurrentes<br />

buscando evadir la miseria, mejorar sus<br />

condiciones de vida, <strong>el</strong> reencuentro familiar,<br />

como estrategia grupal de sobrevivencia, o<br />

atraídos por la fascinación construida por los<br />

r<strong>el</strong>atos de otros migrantes aunados a la<br />

imagen seductora d<strong>el</strong> sueño americano<br />

escenificada por los medio masivos de<br />

información. La historia de la migración a<br />

Estados Unidos se encuentra marcada por<br />

gran cantidad de experiencias vejatorias,<br />

tanto para quienes intentaban cruzar con su<br />

pap<strong>el</strong>es en regla y debían soportar la<br />

humillante experiencia de ser fumigados<br />

durante las primeras décadas de este siglo, o<br />

los malos tratos de los policías migratorios,<br />

como para quienes han intentado pasar sin<br />

documentos y han tejido una secuencia de<br />

eventos plagados de abusos, experiencia<br />

dolorosas y muertes.<br />

La imagen mitificada de que la migración<br />

hacia Estados Unidos conlleva barrer dólares y<br />

acceso súbito al <strong>mundo</strong> de la comodidad y <strong>el</strong><br />

dispendio se ha difuminado o, por lo menos,<br />

atenuado. La migración se ha presentado<br />

como cambio de status y la posesión de<br />

bienes es la prueba d<strong>el</strong> éxito refrendado en la<br />

exhibición de los carros, los aparatos<br />

<strong>el</strong>ectrodomésticos, ropa extravagante de<br />

colores devastadores de retinas. Marcas de<br />

distinción que ahora se presentan en muchas<br />

ciudades de nuestro país. La atracción d<strong>el</strong><br />

discurso d<strong>el</strong> éxito armado por <strong>el</strong> migrante<br />

“echador” y las evidencias reales de mejoría<br />

económicas se sobreponen a las miles de<br />

historias de desencuentros, fracasos y<br />

tragedias, Porque al final de cuentas son esos<br />

migrantes quienes sostienen a gran cantidad<br />

de familias mexicanas con <strong>el</strong> dinerito que<br />

periódicamente envían a muchos pueblos y<br />

ciudades de <strong>México</strong>.<br />

La composición de la migración<br />

indocumentada ha sufrido cambios<br />

sustantivos. De manera creciente incorpora<br />

Jóvenes de origen urbano poseedores de otros<br />

campos de experiencias y expectativas y sin<br />

vocación para la vida subrepticia. Con este<br />

perfil, la presencia de los indocumentados es<br />

más conspicua. Es visible porque sus ámbitos<br />

de interacción son más amplios que los que<br />

han construido los trabajadores d<strong>el</strong> campo. La<br />

ciudad y sus ofertas son espacios a conquistar


y muchos de <strong>el</strong>los conforman <strong>el</strong> público ávido<br />

que llena los conciertos de la Maldita, Los<br />

caifanes y otros grupos mexicanos en Los<br />

Áng<strong>el</strong>es y en otras ciudades estadounidenses.<br />

También aumenta <strong>el</strong> número de mujeres<br />

trabajadoras con experiencia laboral y<br />

expectativas de trabajo que no corresponden<br />

a la perspectiva analítica que se empeña en<br />

condenar a la mujer migrante al pap<strong>el</strong> de<br />

acompañante d<strong>el</strong> hombre.<br />

La migración indocumentada conforma la<br />

nueva figura sobre la cual se canalizan los<br />

ánimos xenófobos y racistas de crecientes<br />

sectores anglosajones. Contra <strong>el</strong>la han<br />

apuntado sus baterías los grupos<br />

supremacistas tales como <strong>el</strong> Ku klux Klan,<br />

White Power, Wake Up Washington, Metal<br />

Militis, Skin Heads, o Light up the Border.<br />

También la policía migratoria ha encontrado<br />

en la manipulación de las dimensiones d<strong>el</strong><br />

flujo migratorio un canal seguro y creíble de<br />

negociación de recursos. En los últimos años<br />

hemos observado <strong>el</strong> uso recurrente de la<br />

estrategia añeja de incriminar a los<br />

inmigrantes para justificar situaciones de<br />

crisis económica, presentándola como<br />

amenazante para la armonía social y la<br />

prosperidad económica, además de que se le<br />

señala como portadora de enfermedades,<br />

productora de violencia y responsable d<strong>el</strong><br />

incremento d<strong>el</strong> narcotráfico.<br />

Recientemente <strong>el</strong> gobernador de California,<br />

Pete Wilson, volvió a echar mano d<strong>el</strong> viejo<br />

argumento de que los migrantes<br />

indocumentados son una carga económica<br />

para la sociedad estadounidense que estaría<br />

subsidiando <strong>el</strong> costo de sus servicios sociales.<br />

Esta idea de que la migración indocumentada<br />

es parasitaria de presupuesto estadounidense<br />

ha sido un mito reproducido por diferentes<br />

gobernantes estadounidenses, aun cuando<br />

existe información que pruebe la falacia d<strong>el</strong><br />

argumento, como es un estudio reciente d<strong>el</strong><br />

Fondo Mexicano-Americano de Defensa Legal<br />

y Educativa (MALDEF por sus siglas en inglés),<br />

<strong>el</strong> cual calcula que los inmigrantes<br />

indocumentados en California contribuyen con<br />

cerca de treinta billones de dólares en<br />

servicios gubernamentales, lo que significa<br />

una contribución neta de doce billones de<br />

dólares a California…. Wilson, retomando la<br />

propuesta de dos figuras siniestras de la<br />

política estadounidense, los republicanos Alan<br />

N<strong>el</strong>son y Harold Ex<strong>el</strong>l, impulsó la iniciativa<br />

187, Salvemos Nuestro Estado (sos),<br />

proponiendo la negación de los servicios<br />

médicos y educativos para los inmigrantes<br />

indocumentados y la obligación para <strong>el</strong><br />

personal medicó y d<strong>el</strong> sistema escolar de<br />

denunciar a todas aqu<strong>el</strong>las personas de las<br />

cuales tengan una sospecha razonable de que<br />

son indocumentados. La votación californiana<br />

a favor de la ley 187 puso a circular viejos<br />

estereotipos no sólo sobre los emigrantes,<br />

sino también sobre los mexicanos y latinos.<br />

Exacerbó los ánimos racistas y alimentó la<br />

xenofobia, dinamizándole las actividades de<br />

los grupos supremacistas tipo Resistencia Aria<br />

Blanca (war), quienes distribuyeron panfletos<br />

en los cuales convocaban a la violencia contra<br />

los “animales de color lodo” entre muchos<br />

otros insultos para los inmigrantes latinos. Al<br />

mismo tiempo que se realizaba la campaña a<br />

favor de la propuesta 187, se impulsaron<br />

acciones que buscaban mostrar a la opinión<br />

pública estadounidense <strong>el</strong> supuesto origen de<br />

los problemas socioeconómicos que enfrentan,<br />

tales como la Operación Guardián en<br />

California, o la Operación Bloqueo en Texas,<br />

incrementando de manera significativa <strong>el</strong><br />

número de vigilantes fronterizos, además de<br />

la utilización de equipo con luces infrarrojas,<br />

h<strong>el</strong>icópteros, poderosos reflectores, perros,<br />

polvos que se adhieren en los zapatos y<br />

permiten identificar a quienes cruzan por <strong>el</strong><br />

área, y se señalaba que son los autos de los<br />

mexicanos quienes contaminan <strong>el</strong> aire<br />

estadounidense.<br />

Lo anterior conduce a la construcción de un<br />

clima xenófobo y racista que encuentra en los<br />

migrantes indocumentados los chivos<br />

expiatorios, situación que generó respuestas<br />

airadas y dignificantes, sobre todo entre<br />

jóvenes estudiantes chicanos y de otros<br />

grupos étnicos de Estado Unidos, pero<br />

también reacciones de la sociedad civil<br />

mexicana donde se realizaron diferentes<br />

eventos de protesta, destacando los actos de<br />

boicot comercial a los negocios<br />

estadounidenses realizados en la frontera<br />

norte mexicana.<br />

La migración indocumentada refiere,<br />

conjuntamente con la vulnerabilidad laboral, a<br />

una situación donde prevalece la continua<br />

violación de los derechos humanos y civiles de<br />

los migrantes tanto en Estados Unidos como<br />

69


en <strong>México</strong>, país donde la constante ha sido la<br />

política de válvula de escape, posición errónea<br />

e inmoral que soslaya la contundente<br />

visibilidad d<strong>el</strong> flujo constante que cruza por<br />

los intersticios d<strong>el</strong> descuido real o fingido de la<br />

vigilancia estadounidense. Desde Estados<br />

Unidos los mitos sobre la migración<br />

indocumentada intentan negar los beneficios<br />

que éstos prestan a su economía y la<br />

necesidad que tienen de esa fuerza de<br />

trabajo. Desde <strong>el</strong> lado mexicano, los mitos<br />

sobre la migración indocumentada<br />

frecuentemente se disfrazan de retórica<br />

declamatoria y estéril, mientras que en la<br />

frontera día tras día se reproduce <strong>el</strong> escenario<br />

ritualizado por donde drena <strong>el</strong> triunfalismo<br />

d<strong>el</strong>irante d<strong>el</strong> proyecto modernizador. En pleno<br />

día o con la complicidad de la noche, los<br />

migrantes intentan <strong>el</strong> cruce por los cerros, los<br />

cañones, <strong>el</strong> asfalto interminable de los<br />

freeways, las playas o las aguas d<strong>el</strong> Río<br />

Colorado. Es un recorrido en <strong>el</strong> cual deben<br />

evadir tanto a los asaltantes o bajapollos,<br />

como a la migra y a los diversos cuerpos<br />

policíacos.<br />

La raza de Aztlán<br />

La migración, conjuntamente con la<br />

interacción fronteriza, y más recientemente,<br />

los medios de comunicación, han sido los<br />

principales <strong>el</strong>ementos cotidianos de<br />

vinculación cultural de los chicanos con la<br />

cultura mexicana. Desde inicios d<strong>el</strong> siglo,<br />

chicano y cholo ya aludían a trabajadores<br />

pobres y morenos de origen mexicano. La<br />

condición chicana encierra dos trayectorias<br />

centrales: los hijos de padres mexicanos que<br />

nacieron en Estado Unidos y quienes fueron<br />

cruzados por la frontera, como bien señala la<br />

incansable Dolores Huerta, quien fuera<br />

compañera de lucha de César Chávez, para<br />

referirse a las generaciones de mexicanos que<br />

vivían en ese territorio desde antes de que<br />

Estados Unidos se lo apropiara con la guerra<br />

d<strong>el</strong> 46 a 48 d<strong>el</strong> siglo pasado.<br />

Desde la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo pasado la<br />

cultura dominante anglosajona trató de<br />

demostrar una suerte de inferioridad biológica<br />

de los mexicanos y de otros grupos no<br />

anglosajones. Posteriormente, de forma<br />

recurrente y obstinada, la industria<br />

Hollywoodense atribuyó a chicanos y<br />

mexicanos atributos concomitantes de<br />

70<br />

suciedad, cru<strong>el</strong>dad, cobardía, criminalidad,<br />

holgazanería y traición. Para <strong>el</strong>lo, apoyando a<br />

la historia oficial rindieron tributo a los mitos<br />

que le refrendaban, como la inversión de los<br />

héroes d<strong>el</strong> Álamo, paisaje que da cuenta d<strong>el</strong><br />

valor de un puñado de anglosajones frente a<br />

una turba de mexicanos asesinos, salvajes e<br />

impíos. Las vejaciones y ejecuciones<br />

constantes de mexicanos, posteriores a la<br />

guerra que finalizó formalmente en 1848 con<br />

los tratado de Paz, Amistad y Límites de<br />

Guadalupe Hidalgo, también refrendaban esa<br />

cualidad moral, al tiempo que ocultaban <strong>el</strong><br />

despojo de la tierra y las propiedades de<br />

muchos mexicanos que ahí habitaban.<br />

El problema mexicano destacado en <strong>el</strong> primer<br />

plano durante las décadas de los años veinte<br />

y treinta de este siglo aludía a personas con<br />

predisposición innata a la violencia y al<br />

crimen, argumentado ad-hoc para justificar la<br />

arbitrariedad y <strong>el</strong> racismo, ativado<br />

ejemplarmente por <strong>el</strong> informe d<strong>el</strong> teniente<br />

Durán Ayres de la policía de Los Áng<strong>el</strong>es para<br />

explicar la conducta de los mexicanos y<br />

chicanos en los Zoot Suit Riots de junio de<br />

1943, o los argumentos “científicos” que<br />

supuestamente han demostrado que <strong>el</strong><br />

mexicano/chicano, al igual que los<br />

afroamericanos, son mentalmente deficientes<br />

y sólo aptos para trabajos físicos<br />

pesados(incluido <strong>el</strong> argumento que explica<br />

que por su estatura y por tener los brazos<br />

más cerca d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, los mexicanos son<br />

ideales para <strong>el</strong> trabajo agrícola), y su destino<br />

inevitable es la vida de las pandillas.<br />

En un país demarcado por fuertes divisiones<br />

étnicas y oportunidades y con un universo<br />

simbólico dominante xenófobo y racista,<br />

donde <strong>el</strong> chicano ha sido estereotipado y<br />

mitificado, él también ha construido sus mitos<br />

como recursos de resistencia sociocultural y<br />

de afirmación identitaria. La adscripción étnica<br />

ha jugado un pap<strong>el</strong> definitorio en la<br />

construcción de sus mitos de redención y<br />

desquite, como sucedió durante la segunda<br />

mitad d<strong>el</strong> siglo pasado con los bandolereos<br />

sociales d<strong>el</strong> sur estadounidense. Los<br />

bandoleros entregaban a los poderosos<br />

anglosajones y a sus feroces rangers<br />

devolviéndole al pueblo fragmentos de<br />

esperanza. Así se formaron héroes populares<br />

como Cheno Cortina, Gregorio Cortez, Elfego<br />

Baca, Tiburico Vázquez y Joaquín Murrieta.


Figuras con distintos grados de <strong>el</strong>aboración en<br />

sus compromisos con la población chicana y<br />

mexicana d<strong>el</strong> sur estadounidense y <strong>el</strong> norte<br />

mexicano. El <strong>el</strong>emento que los identificó fue<br />

su capacidad de enfrentar en niv<strong>el</strong>es<br />

diferentes al poder anglosajón y conformar<br />

opciones de dignificación ante sectores<br />

populares que construyeron vínculos<br />

imaginarios con esos personajes.<br />

La irrupción d<strong>el</strong> movimiento chicano en los<br />

años sesenta puso a circular nuevos<br />

referentes míticos que participaron en la<br />

recreación de la conciencia chicana. De esta<br />

manera, la resignificación d<strong>el</strong> concepto de<br />

raza, de figuras prehispánicas, o de<br />

personajes de la Revolución Mexicana como<br />

Zapata y Villa tuvieron esa función. La<br />

redefinición simbólica d<strong>el</strong> chicano requería<br />

construir un mito fundante que es también<br />

construcción tópica d<strong>el</strong> origen: Aztlán. El<br />

chicano es hijo de Aztlán por llevar sangre<br />

indígena y abrevar de esa cultura ancestral, y<br />

porque en reediciones constantes de aqu<strong>el</strong>la<br />

pegrinación legendaria, muchos de <strong>el</strong>los<br />

devienen chicanos a través d<strong>el</strong> proceso<br />

migratorio.<br />

Otra construcción mitificada ha sido la d<strong>el</strong><br />

chicano osado, valiente, macho, <strong>el</strong> que es<br />

enviado en la primera línea para <strong>el</strong> combate<br />

en las interminables guerras donde Estado<br />

Unidos participa, <strong>el</strong> que es ejemplo de osadía<br />

en la batalla, <strong>el</strong> que obtuvo mayor número de<br />

medallas al heroísmo y aportó mayor cantidad<br />

de muertos, <strong>el</strong> que se mata raza con raza por<br />

<strong>el</strong> honor y la defensa d<strong>el</strong> barrio, <strong>el</strong> que no le<br />

teme a la muerte, <strong>el</strong> que no se raja.<br />

Los chicanos son una realidad social compleja<br />

y teterogénia analizada desde perspectivas<br />

diferentes. Así, los enfoques deterministas y<br />

las teorías de la subclase los encajonaron en<br />

una visión que atribuye a las razas un carácter<br />

innato, un modo de ser específico. Las<br />

perspectivas de las mayorías y minorías los<br />

condideró grupo minoritario, segregado<br />

debido a sus características físicas y culturales<br />

que los somete aun trato desigual frente a las<br />

mayorías que gozan de mayores privilegios y<br />

estatus. Las teorías de la asimilación y la<br />

aculturación consideraron que serían<br />

absorbidos por la cultura anglosajona<br />

dominante y más desarrollada. La teoría plural<br />

señaló la existencia de instituciones separadas<br />

entre los grupos lo que implica distintos<br />

valores y formas de acción, y por lo tanto de<br />

éxito social. El marxismo destacó las<br />

r<strong>el</strong>aciones de clase, y <strong>el</strong> colonialismo interno<br />

los identificó como pueblo colonizado en su<br />

propio territorio.<br />

Desde <strong>el</strong> lado mexicano se han hecho una<br />

gran cantidad de apreciaciones simplistas<br />

sobre <strong>el</strong> chicano a quien comúnmente se le ha<br />

señalado con <strong>el</strong> término pocho, palabra que<br />

de acuerdo con Sobarzo proviene de la<br />

expresión ópata, potzico que es <strong>el</strong> acto de<br />

cortar la hierba. Los sonorenses utilizan la<br />

palabra pochi, o pochar como corto o cortar;<br />

por <strong>el</strong>lo, en <strong>el</strong> escenario pre TLC <strong>el</strong> pocho fue<br />

cortado d<strong>el</strong> proyecto nacional, se agringó,<br />

traicionó al país. La prueba señalada con<br />

denuedo es que no quiere hablar español<br />

cuando “tiene <strong>el</strong> nopal en la frente” y “es más<br />

indio que yo”, sin considerar la larga historia<br />

de opresión racial y cultural de que ha sido<br />

objeto y que hasta inicios de la década de los<br />

años setenta aún se castigaba a los chicanos<br />

que hablaban español en las escu<strong>el</strong>as públicas<br />

de Estados Unidos.<br />

En <strong>México</strong> frecuentemente se reduce al<br />

chicano a las expresiones de cholo o de<br />

pachuco, figuaras portadora d<strong>el</strong> estigma y la<br />

mitificación. Desde su propio laberinto<br />

redujeron la figura compleja d<strong>el</strong> pachuco a la<br />

frívola imagen de dandy grotesco o de payaso<br />

siniestro socialmente desintegrado.<br />

Las estadísticas censales de 1990 ilustran <strong>el</strong><br />

fuerte crecimiento de la población registrada<br />

como hispana, concepto que alude a más de<br />

22 millones de latinos, mayoritariamente<br />

chicanos y mexicanos. Éstos crecieron en 53<br />

por ciento en r<strong>el</strong>ación con 1980, mientras que<br />

la población anglosajona lo hizo en un 6 por<br />

ciento y la afroamericana en un 13 por ciento.<br />

Lo anterior anuncia que para la primera mitad<br />

d<strong>el</strong> próximo siglo la población chicana será la<br />

minoría más grande de Estados Unidos<br />

comprende varias connotaciones: la de<br />

quienes son hojos de mexicanos y nacidos en<br />

Estados Unidos, los de origen mexicano<br />

nacionalizado estadounidenses, los mexicanos<br />

inmigrantes, los mexicanos indocumentados.<br />

Evidentemente ésta es una clasificación<br />

formal. El chicanismo es una construcción<br />

sociopolítica y cultural compleja que no se rige<br />

por esta d<strong>el</strong>imitación, no todas las personas<br />

71


de origen mexicano se reconocen en este<br />

proyecto. Sin embargo, los sectores que le<br />

dieron sentido al concepto comparten una<br />

perspectiva orientada al mejoramiento de las<br />

condiciones económicas, sociales y políticas<br />

de la raza. Quieren terminar con la división<br />

étnica de oportunidades y <strong>el</strong> racismo, quieren<br />

que los jóvenes no se maten en estériles<br />

rivalidades interbarrios, quieren un <strong>mundo</strong><br />

mejor para los hijos de Aztlán.<br />

72


LÉPEROS Y CATRINES, NACOS Y<br />

YUPIS<br />

Carlos Monsiváis<br />

El lépero de Ninguna Parte y don Catrín<br />

de la Fachenda<br />

Ya de <strong>el</strong>los sólo tenemos, en la <strong>el</strong>ección de<br />

sombras que es por fuerza la evocación de los<br />

arquetipos, la representación literaria y<br />

fotográfica, las d<strong>el</strong>aciones hemerográficas y<br />

algunas constancias arqueológicas de<br />

predilecciones y estilos de vida. En <strong>el</strong> caso de<br />

los catrines, la información es más abundante.<br />

Muchos escribieron sobre su razón de ser, sus<br />

paseos, sus salidas casi cinegéticas al teatro y<br />

la ópera, su vestuario que era en stricto sensu<br />

su idea d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (“mi biblioteca es mi<br />

guardarropa”, le declara a principios de siglo<br />

<strong>el</strong> supercatrín Ignacio de la Torre, yerno de<br />

Porfirio Diaz, a José Juan Tabada), su irse<br />

haciendo entre jolgorios y rituales. Es más<br />

difícil enterarse de los léperos (los afligidos<br />

por la lepra de la pobreza y la marginalidad,<br />

los indígenas en algo urbanizados que vierten<br />

su rencor en esquinas y mercados), y de los<br />

p<strong>el</strong>ados, los despojados de todo, los que nos<br />

observan atónito desde las fotografías,<br />

alojados en su ignorancia y su semidesnudez,<br />

y de cuya psicología cultural apenas nos<br />

enteramos gracias a las referencias a gustos<br />

musicales y gastronómicos y formas de vestir,<br />

aqu<strong>el</strong>las que caracterizan a la grey astrosa, a<br />

la plebe, a las criaturas que habitan la ciudad<br />

sin entender su lógica destructiva, a los<br />

fantasmas de aglomeraciones y desmanes.<br />

¿Qué es <strong>el</strong> catrín? Es, por ejemplo, la<br />

proclamación de la <strong>el</strong>egancia que la ciudad<br />

capital admite, al anh<strong>el</strong>o de dandismo en <strong>el</strong><br />

país periférico, <strong>el</strong> rechazo de la barbarie (en<br />

verdad definida como la falta de<br />

reconocimiento internacional a la élite<br />

mexicana) desde la ropa. El catrín (<strong>el</strong><br />

currutaco, <strong>el</strong> lagartijo, <strong>el</strong> petimetre, <strong>el</strong> lión)<br />

cuida sin límite su vestimenta, porque está es<br />

su tarjeta de visita en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, <strong>el</strong> salto al<br />

progreso desde las Márgenes de la civilización.<br />

Tal y como los describen, entre otros, José<br />

Juan Tablada, Armando de María y Campos y<br />

<strong>el</strong> prescindible José C. Valadés, a los catrines<br />

los distinguen sus aficiones: gastar, dipapidar,<br />

exhibir aires aristocráticos, en suma<br />

acercarse, por reflejo, a la “aristrocacia”.<br />

Ignacio de la Torre, en una escena ortodoxa,<br />

se presenta en la estación d<strong>el</strong> Ferrocarril<br />

Nacional a viajar a San Luis Potosí, Su<br />

corrección es “ultrainglesa”, y los acompañan<br />

dos esb<strong>el</strong>tos y rubios grooms de gran librea,<br />

en donde se advierte <strong>el</strong> escudo nobiliario de<br />

su amo, un castillo almacenado al que<br />

flanquean dos leones rampantes.<br />

Desde las puertas de la Sorpresa/ hasta la<br />

esquina d<strong>el</strong> jockey Club… En la Casa de los<br />

Azulejos, uno de sus sitios predilectos, los<br />

catrines disfrutan de sala de armas, gabinetes<br />

para fumar y dormir siesta, boliches,<br />

comedores, salones de lectura, de<br />

conversación, de bacará, de whits, de póker,<br />

de billar y baños de agua caliente y fría. El<br />

lujo es la única nacionalidad a que aspiran los<br />

currutacos, que exigen a cada uno de los<br />

recintos que frecuentan “las esencias de<br />

Londres y parís”. Y si algo apasiona es la fibre<br />

anglófila de la excentricidad. Eustaquio<br />

Barrón, cuenta Tablada en La feria de la vida,<br />

se presenta al club llevando un tigre, o<br />

conduce él mismo hasta <strong>el</strong> patio de la Casa de<br />

los Azulejos un fatigado carruaje de alquiler<br />

donde languidece una prostituta. El mecenas<br />

Jesús Valenzu<strong>el</strong>a da una cena, y <strong>el</strong> grand<br />

finale es una fuente enorme, que levantada la<br />

tapa exhibe “todo desnudo desde la enorme<br />

cabeza hasta los diminutos pies,<br />

perfectamente dormido y comatoso, en <strong>el</strong><br />

último periodo de la embriaguez”, al enano<br />

Florentino Carbajal, <strong>el</strong> Pirrimplín d<strong>el</strong> circo<br />

Orrín.<br />

Incomunicados en su desinformación y su<br />

aplatamiento, los pobres no se sienten<br />

afrentados por <strong>el</strong> derroche, y los catrines<br />

buscan igualar a la imagen ideal de la<br />

opulencia parisina. Bot<strong>el</strong>las de Roederer y<br />

Veuve Clicquot, carreras de caballos, teatros y<br />

circos. En 1897, informa Juan Briviesca, hay<br />

en la capital 312 carruajes particulares y 415<br />

de alquiler. Y en las grandes fiestas, <strong>el</strong> catrín<br />

quiere atraer al Progreso con la exhibición de<br />

riquezas, y ve en <strong>el</strong> cambio de traje dos o tres<br />

veces al día la prueba de la mayoría de edad<br />

internacional que ya reclama una minoría.<br />

Pretensión y fiesta, <strong>el</strong> derroche anuncia las<br />

virtudes de clase. El 13 de septiembre de<br />

1889 D<strong>el</strong>fín Sánchez ofrece una fiesta en su<br />

palacio:<br />

73


Al pie de la escalera de mármol, como <strong>el</strong><br />

tocado de una desposada, dos enormes<br />

bronces repartián mil rayos de luz. Al fin de la<br />

escalera <strong>el</strong> señor D<strong>el</strong>fín Sánchez hacía los<br />

honores a sus invitados: todo esto entre<br />

mármoles, plantas tropicales, murmullo de<br />

agua, vu<strong>el</strong>o de pájaros y torrentes de luz,<br />

colores, armonías, encantos (…) Cuanto de<br />

caprichos tiene la moda y de ingente tiene <strong>el</strong><br />

buen gusto se hallaba reunido allí. Tapicerías<br />

(…) cristales, sedas maderas preciosas (…) mil<br />

<strong>el</strong>egantes damas concurren a la fiesta (…)<br />

Comenzó la danza y todos los concurrentes se<br />

sintieron transportados a las Tullerías y se<br />

sentían vivir en la segunda mitad d<strong>el</strong> pasado<br />

siglo. Toda la <strong>el</strong>egancia de la corte de los<br />

Capetos se palpaban en <strong>el</strong> salón, se respiraba<br />

en la atmósfera, se sentía en las armonías de<br />

la orquesta(…) Allá entre la f<strong>el</strong>pa obscura de<br />

los tapices se desprendía como una aparición<br />

c<strong>el</strong>estial <strong>el</strong> perfil maravilloso de Lola Redo (…)<br />

Después, como una creación animada de<br />

Murillo, aparecías Paz Barroso, con su traje de<br />

la época de Luis XV(…) (En <strong>México</strong> Gráfico).<br />

En rigor, esta prosa de la crónica de sociales,<br />

aún hoy intacta, es la verdadera ideología de<br />

los catrines, que se visten, se perfuman, se<br />

calzan, se van de cacería, consumen vinos<br />

carísimos, y se aprestan a derramar<br />

champagne, con tal de ascender infinitamente<br />

por vía de los epítetos. No tienen adversarios<br />

al frente. Muy pocos mantienen intacto <strong>el</strong><br />

coraje republicano de Ignacio Manu<strong>el</strong><br />

Altamirano que descibe a:<br />

Ese círculo perdurable, inmutable,<br />

estereotipado, que se ve en <strong>el</strong> paseo, en <strong>el</strong><br />

Teatro Nacional, en la Lonja, en <strong>el</strong> Casino, en<br />

las calles de Plateros por las mañanas, en<br />

catedral en misa de doce los domingos, en <strong>el</strong><br />

jardín de la plaza, en todas partes; ese círculo<br />

que parece condenado al estancamiento y a la<br />

inmortalidad, y que se traslada con sus liones<br />

y sus lionas íntegras sin faltar uno, sin tener<br />

una sola alta y como si fuera una tribu<br />

nómada, a todas partes de la ciudad donde se<br />

canta, donde se baila, donde se reza, donde<br />

se critica y donde se pesca un constipado.<br />

Si <strong>el</strong> catrín es un símbolo que realza la<br />

cursilería, al p<strong>el</strong>ado, por lo común, se le<br />

describe de modo negativo, exterminador. Allí<br />

está, con su variedad de sombreros raídos,<br />

mientras oye crédulo a los merolicos<br />

74<br />

(“medicina infalible para los callos, pomada<br />

para los calvos”), baila en las pulquerías, se<br />

absorbe en la calle ante <strong>el</strong> Horrorisísimo caso<br />

d<strong>el</strong> Horrorosísimo hijo que mató a su<br />

Horrorosísima madre, se hacina en los<br />

jacalones, va de una borrachera a otra, se<br />

identifica como ratero y mendigo al amparo<br />

cotidiano de las prisiones (sólo en 1885<br />

ingresan en la cárc<strong>el</strong> de la ciudad de <strong>México</strong>,<br />

39355 personas), usa de las “obscenidades”<br />

para hallar la tierra firme d<strong>el</strong> habla, es devoto<br />

en la Basílica, y supersticioso en <strong>el</strong> atrio de la<br />

Villa, y se deslumbra ante la riqueza, para él y<br />

los suyos un concepto sin asideros.<br />

Con justicia o sin <strong>el</strong>la, es fácil imaginarse la<br />

psicología de un catrín: alguien que cree<br />

merecerlo todo porque su padre negoció con<br />

pulque, o se benefició de las compañías<br />

deslindadoras o se encargó de las compras de<br />

una Secretaría de Estado o fundó un próspero<br />

establecimiento comercial o gastronómico. El<br />

orgullo por su capacidad adquisitiva es su<br />

mayor blasón, y menosprecia a quienes no<br />

dilapidan porque no se dan a conocer, porque<br />

sólo gastando se conocen los alcances de la<br />

espiritualidad. A ese catrín sí se lo ubica, por<br />

lo menos en <strong>el</strong> ámbito de los estereotipos,<br />

¿pero cómo precisar las actitudes de un<br />

p<strong>el</strong>ado?<br />

“¡No sea p<strong>el</strong>ado! ¿Cómo me habla en ese<br />

tono?” A principio de siglo, la expresión quiere<br />

decir más o menos: “! No sea igualado!<br />

¿Cómo se atreve a dirigirme la palabra?” Al<br />

carecer de visibilidad social, de nombre<br />

conocido, de las r<strong>el</strong>aciones que otorgan<br />

solvencia psicológica, <strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado existe como<br />

diversión de los otros, amenaza anónima,<br />

demostración de lo que nos falta para adquirir<br />

<strong>el</strong> tinte civilizado, población flotante de los<br />

servicios, pintoresquino que ratifica las<br />

ventajas d<strong>el</strong> progreso. El p<strong>el</strong>ado le permite al<br />

catrín y demás personas decentes cerciorarse<br />

de sus ventajas morales. Véase este<br />

fragmento de la nov<strong>el</strong>a Santa d<strong>el</strong> protocatrín<br />

Federico Gamboa:<br />

Para arribar a tan ruin anclaje, anduvo Santa<br />

la Ceca y la Meca lo mediano y lo malo que las<br />

grandes ciudades encierran en su seno como<br />

cutáneo sarpullido que les produce un visible<br />

desasosiego y un continuo prurito, que<br />

‘únicamente la policía sabe rascar, y que<br />

contamina a los pobladores acomodados y los


arrios de lujo. Es que se siente con su lepra,<br />

les urge rascárs<strong>el</strong>a y aliviárs<strong>el</strong>a, y a par<br />

despiértales pavor <strong>el</strong> que <strong>el</strong> azote, al<br />

removerlo, gane los miembros sanos y<br />

desacredite a la población entera. En efecto, si<br />

la comezón aprieta y la policía rasca, sale a la<br />

cara la lepra social, se ven en las calles<br />

adoquinadas las de suntuosos edificios y de<br />

tiendas ricas, fisonomías carc<strong>el</strong>arias, flacuras<br />

famélicas, ademanes inciertos, miradas torvas<br />

y pies descalzos de los escapados de la razzia,<br />

que se escurren en silencio, a menudo trote,<br />

semejantes a los piojos que por acaso cruzan<br />

un vestido de precio de persona limpia.<br />

Caminan aislados, disu<strong>el</strong>tas las familias y<br />

desolados los parentescos: aquí <strong>el</strong> padra, la<br />

madre, allí <strong>el</strong> hijo por su cuenta, y nadie se<br />

detiene, saben dónde van, al otro arrabal, al<br />

otro extremo, a la soledad y a las tinieblas.<br />

D<strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado al naco sin llegar al tojolabal<br />

La persistencia d<strong>el</strong> recismo es una de las<br />

señas de la sociedad mexicana. Crear zonas<br />

de aislamiento y de condena es recurso típico<br />

d<strong>el</strong> criollismo, y d<strong>el</strong> mestizaje pretencioso que<br />

lo siguió. Y un método histórico d<strong>el</strong> racismo es<br />

la construcción de personajes a modo de tiro<br />

al blanco, vertederos d<strong>el</strong> odio o <strong>el</strong> desprecio.<br />

Nada más cómodo que inventar seres a los<br />

que adjudicarles, como destino inescapable,<br />

una fisonomía, una psicología y una conducta<br />

fijas para siempre.<br />

Gracias al cine, <strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado se transfigura<br />

humorísticamente. A Mario Moreno Cantinflas<br />

le corresponde ser <strong>el</strong> “p<strong>el</strong>adito” por<br />

antonomasia, <strong>el</strong> que evapora las amenazas<br />

explícitas o subyacentes d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado, y crea un<br />

mito sin contenido crítico, <strong>el</strong> paria verboso<br />

que observa cómo se aleja <strong>el</strong> lenguaje cada<br />

que intenta ejercerlo, que se enreda en las<br />

palabras y se tropieza con las sintaxis. El<br />

“p<strong>el</strong>adito” de Cantinflas se extiende como<br />

disculpa de los cientos de miles de p<strong>el</strong>ados,<br />

con camiseta a rayas, sombrerito en la nuca y<br />

hablar golpeado, que emblematizan a la<br />

perfección David Silva y Fernando Soto<br />

Mantequilla. Al diluirse <strong>el</strong> miedo a su<br />

masificación, <strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado se vu<strong>el</strong>ve vaga<br />

referencia capitalina (fuera de la ciudad de<br />

<strong>México</strong> casi no hay p<strong>el</strong>ados), alguien a quien<br />

la vida le ha concedido un catálogo de Bienes:<br />

<strong>el</strong> rencor, los beneficios de la Virgen de<br />

Guadalupe, la bicicleta, <strong>el</strong> dancing, <strong>el</strong> humor<br />

grueso y autodeprecatorio, la gan de<br />

envejecer nomás se casa o se arrejunta, <strong>el</strong><br />

bolero, la canción ranchera, y no muchos<br />

más. Ese p<strong>el</strong>ado, al que Pedro Infante<br />

ennoblece, se disipa entre <strong>el</strong>ogios a su<br />

valentía y su insignificancia.<br />

El sustituto evidente es <strong>el</strong> naco. El témino –<br />

aféresus de totonaco- empieza a circular a<br />

mediados de los años cincuenta, como<br />

referencia a lo que <strong>el</strong> mestizaje no disipa: los<br />

rasgos de origen indígena, <strong>el</strong> signo de la Raza<br />

de Bronce clang clang. A diferencia d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado,<br />

<strong>el</strong> naco no genera su neutralización<br />

humorística. No hay tal cosa como “<strong>el</strong><br />

naquito” (aunque existe sí existe “<strong>el</strong> nacazo),<br />

<strong>el</strong> naco, desde <strong>el</strong> principio es amenazante,<br />

ofensivo y choteable, gracias a sus “rasgos<br />

irremeables”: vulgaridad ofensiva, agresividad<br />

que una cuba o un tequila conducen<br />

rápidamente al límite, mal gusto que la<br />

vestimenta cara no redime, bigote<br />

aguami<strong>el</strong>ero, dicción permeada por <strong>el</strong> tono<br />

cantadito d<strong>el</strong> arrabal.<br />

Desde los años sesenta, al naco se le<br />

considera un símbolo que alarma y apena. Allí<br />

va, con su radio de transistores (mientras más<br />

grande más compensatoria), su camiseta<br />

abierta a los lados, sus liváis y sus tenis, su<br />

iniferencia por la cultura y la política. El<br />

racismo se solaza con <strong>el</strong> descubrimiento: <strong>el</strong><br />

naco es referencia inmejorable, y no hay<br />

palabra más apta para describir a las masas<br />

cobrizas que, nunca más invisibles, pueblan<br />

las ciudades. El naco, genuina “mancha<br />

urbana”, según la élite, engendra la gran<br />

certeza: ante <strong>el</strong> afán reproductivo de las<br />

clases populares poco se puede hacer excepto<br />

catalogarlas chistosamente. Para la sociedad<br />

que no se pretende criolla sino desarrollista, <strong>el</strong><br />

naco es un filón de las conversaciones: <strong>el</strong><br />

término es insulto y es referencia humorística,<br />

es descripción de fauna citadina y síntesis<br />

facial y vocal de los p<strong>el</strong>igros de la calle.<br />

Antes fue <strong>el</strong> meco (aféresis de chichimeco),<br />

pero <strong>el</strong> naco es la voz peyorativa que seduce,<br />

por desgracia y casi inevitablemente, a los<br />

mismos agraviados. “Pobre de ti, pobre de ti,/<br />

cuántas veces te oí/ sin piedad repetir/ que<br />

naciste sin suerte.” El naco (<strong>el</strong> que así se<br />

juzga a sí mismo), asume la actitud fatalista,<br />

acepta que si se fracasó en la escu<strong>el</strong>a se<br />

fracasó en la vida y, por eso, en la<br />

75


“vulgaridad” que lo alimenta completa sus<br />

orígenes y su destino. Poquísimos se aceptan<br />

nacos pero muchísimos se sospechan<br />

pertenecientes a la especie, y la fulminación<br />

racista alcanza reverberaciones<br />

extraordinarias. Ante <strong>el</strong> espejo ideal o real, <strong>el</strong><br />

naco observa la sentencia en la pared.<br />

El racismo no hace caso de bienes<br />

económicos, y <strong>el</strong> término naco se fortalece<br />

porque discrimina en grandes cantidades.<br />

Cualquiera, garantizado su aspecto (lo<br />

primordial) o su conducta o su niv<strong>el</strong><br />

educativo, puede ser un naco, y ante <strong>el</strong><br />

epíteto no cuenta <strong>el</strong> dinero. Y lo que se afirma<br />

es muy sencillo: cualquiera resulta un naco si<br />

la idea de Primer Mundo “como que no le<br />

funciona”. No hay nada que hacer, lo naco es<br />

la sujeción eterna al <strong>México</strong> impresentable.<br />

Si <strong>el</strong> vocablo ha perdido su filo Más hiriente<br />

retiene su calidad de insulto. Aún se dice “!<br />

Pinche naco!” es ocasión de pleito o de<br />

abatimiento. Si <strong>el</strong> avance educativo y cultural<br />

ha cercado al racismo, <strong>el</strong> proceso monstruoso<br />

de la desigualdad continúa estimulándolo.<br />

Mientras los nacos no se organicen, muchos<br />

de entre <strong>el</strong>los seguirán creyendo que la<br />

expresión, al describirlos, los aplasta.<br />

Ak toum ese transplante internacional de los<br />

Young Urban Professionals de Norteamérica,<br />

todo parecía favorecerlo has hace muy poco.<br />

Ser “gringo a la mexicana” era gozar de<br />

ventajas conjuntas: eficacia internacional y <strong>el</strong><br />

Cúmulo de impunidades en la Tierra d<strong>el</strong><br />

desampara. El yupi tenía gran ventaja: los<br />

títulos universitarios, <strong>el</strong> desenfado, la<br />

apariencia de quien ya remod<strong>el</strong>ó su<br />

apariencia. A un yupi tenía gran ventaja: los<br />

títulos universitarios, <strong>el</strong> desenfado, la<br />

apariencia de quien ya remod<strong>el</strong>ó su<br />

apariencia. A un yupi no le hacía falta triunfar:<br />

su medio social lo situaba en <strong>el</strong> centro de las<br />

posibilidades. Ahora, <strong>el</strong> derrumbe de la<br />

economía los aísla un tanto, y los pone a<br />

competir, situación desventajosa para quienes<br />

o la hacían en <strong>el</strong> acto o ya no la hacían nunca.<br />

Y en distintos niv<strong>el</strong>es pero con impulso<br />

similar, nacos y yupis comparten la<br />

incertidumbre.<br />

Nada muere d<strong>el</strong> todo. Nada persiste<br />

inmutable. O dicho de otra manera, las<br />

divisiones de clase persisten: donde había<br />

76<br />

catrines y p<strong>el</strong>ados, hoy vemos a pirruris y<br />

nacos, o a juniors y chavos-banda. Pero los<br />

yupis no sólo pasean por los Plateros de fines<br />

de siglo, también sueñan con la plena<br />

integración con Estados Unidos, y los nacos ya<br />

no se sumergen en las tinieblas d<strong>el</strong> rencor<br />

lejano; vagan por donde pueden con sus<br />

ghetto-blasters, y tienen mejor idea de sí<br />

mismos que sus antecesores. Y de la abolición<br />

de la carga trituradora de los estereotipos,<br />

deberá responsabilizar <strong>el</strong> proceso<br />

democrático.<br />

? Madrecita santa?<br />

Marta Lamas<br />

“Madre hay una sola”, “El amor materno es<br />

eterno”. “Mi madre es una santa”, “El amor de<br />

una madre aguanta todo”. ?Qué hay bajo <strong>el</strong><br />

mito d<strong>el</strong> amor materno? Quienes han<br />

indagado sobre la especificidad de lo<br />

mexicano, desde Samu<strong>el</strong> Ramos y Octavio Paz<br />

hasta Carlos Monsiváis y Roger Bartra, han<br />

abordado cuestiones que rozan <strong>el</strong> mito de la<br />

madre. Una veta, con interesantes<br />

resonancias, es <strong>el</strong> guadalupanismo como culto<br />

a “nuestra madre morena”. Otra, la que<br />

plantea <strong>el</strong> machismo como resultado de<br />

“mucha madre y poco padre”. Una tercera es<br />

la que da cuenta de la fuerte presencia d<strong>el</strong><br />

culto a la madre en la cultura popular. Carlos<br />

Monsiváis ha señalado que la cifra de las<br />

p<strong>el</strong>ículas mexicanas producidas entre los años<br />

cuarenta y los cincuenta que propositamente<br />

tocas <strong>el</strong> tema de la madre ronda las mil. Estas<br />

producciones visuales, vistas por millones de<br />

mexicanos, siguen alimentando la idealización<br />

de la madrecita santa. Sin embargo, estas<br />

interpretaciones no dan <strong>el</strong>ementos suficientes<br />

para explicar <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> mito de la<br />

madrecita santa, tan presente en la cultura<br />

mexicana.<br />

Para comprender la fuerza que ha ganado <strong>el</strong><br />

mito hay que interrogarse sobre qué está<br />

encubriendo la avalancha discursiva y<br />

comercial que exalta la maternidad.<br />

El espejismo sobre <strong>el</strong> espejo: la mitología<br />

d<strong>el</strong> cine mexicano<br />

Leonardo García Tsao


Supongamos que en un futuro lejano un grupo<br />

de arqueólogos se propusiera reconstruir lo<br />

que fue la sociedad mexicana a partir de un<br />

solo vestigio: una colección representativa de<br />

p<strong>el</strong>ículas nacionales. El resultado sería sin<br />

duda intrigante. Los arqueólogos podrán<br />

deducir que hubo algo llamado Revolución<br />

Mexicana que, si bien fue un conflicto armado,<br />

se desarrolló como un desfile pintoresco<br />

decaudillos recios y soldaderas bravías; al<br />

mismo tiempo, se encontraría también que la<br />

vida hacendaria, no obstante esa revolución,<br />

siguió vigente por décadas. En cuanto a<br />

rasgos nacionales, se llegaría a la conclusión<br />

de que en <strong>el</strong> campo los indígenas fueron las<br />

almas más nobles, mientras en la ciudad los<br />

pobres estaban similarmente ungidos por la<br />

virtud, la prostitución se ejercía por una<br />

vocación de sufrimiento y no hubo voluntad<br />

de sacrificio mayor que <strong>el</strong> de la madre<br />

mexicana. Y en una época, la defensa d<strong>el</strong> bien<br />

estuvo en manos de luchadores<br />

enmascarados.<br />

Si bien todas las cinematografías cuentan con<br />

mitologías abundantes, la nuestra ha reunido<br />

una de las más nutridas y contradictorias<br />

frente a la realidad. Prácticamente todos los<br />

aspectos de la vida nacional han pasado por<br />

un denso filtro de mistificación. En <strong>el</strong> cine<br />

mexicano, la visión realista o incluso<br />

desmitificadora no ha sido muy bien recibida.<br />

Eso pudo comprobarse desde los inicios de la<br />

industria. En 1933 y en 1935, Fernando de<br />

Fuentes realizó El compadre Mendoza y<br />

!Veámonos con Pancho Villa!, de manera<br />

respectiva; ambas son consideradas ahora<br />

obras capitales por su fuerza dramática y,<br />

sobre todo, <strong>el</strong> sentido crítico con que es<br />

examinado <strong>el</strong> movimiento revolucionario. Sin<br />

embargo, en su momento ambas p<strong>el</strong>ículas no<br />

fueron favorecidas por <strong>el</strong> público; de hecho, la<br />

primera fue tachada de “denigrante” y se<br />

pensó en prohibirla. Pasaron décadas antes de<br />

que ambas cintas recibieran su justa<br />

revaloración.<br />

Poco después, en 1936, <strong>el</strong> mismo De Fuentes<br />

dirigiría una cinta muy diferente, Allá en <strong>el</strong><br />

Rancho Grande. Con su prodigioso éxito<br />

comercial, ese m<strong>el</strong>odrama ranchero significó<br />

la consolidación de la industria y <strong>el</strong><br />

establecimiento de una de las mitologías más<br />

perdurables. Algo más que <strong>el</strong> despliegue<br />

folclórico fue la cauda de la entusiasta<br />

respuesta popular. Como bien señala Emilio<br />

García Riera en su Historia documental de cine<br />

mexicano, “Rancho Grande inventaba un<br />

universo idílico, la hacienda feudal vista como<br />

una arcadia f<strong>el</strong>iz, no sólo para ignorar la<br />

revolución y la reforma agraria, sino para<br />

oponer una suerte de limbo o refugio al<br />

inquietante <strong>México</strong> de la época, sacudido por<br />

la política de avanzada d<strong>el</strong> presidente<br />

Cárdenas; al volver a la hacienda, se<br />

regresaba a un útero protector y ajeno a los<br />

p<strong>el</strong>igros d<strong>el</strong> paso d<strong>el</strong> tiempo”. Cabe suponer<br />

que de haber gozado El compadre Mendoza o<br />

!Veámonos con Pancho Villa! Un éxito similar,<br />

otro hubiera sido <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> cine<br />

nacional. Pero al público no le gusta<br />

reconocerse en <strong>el</strong> espejo fi<strong>el</strong>. Siempre ha<br />

preferido <strong>el</strong> espejismo, la imagen<br />

distorsionada por la mitología.<br />

Por lo mismo, las p<strong>el</strong>ículas sobre la revolución<br />

no seguirían las pautas marcadas por De<br />

Fuentes en sus dos obras maestras. Otra vez<br />

se impuso la mirada mistificadora, signada por<br />

un furor nacionalista, <strong>el</strong> culto a la<br />

personalidad caudillista y la creación de<br />

estereotipos. Para encontrar excepciones hay<br />

que buscar de los años sesenta en ad<strong>el</strong>ante,<br />

en títulos como La soldadera (José Bola;os,<br />

1966) y Reed: <strong>México</strong> insurgente (Paul Leduc,<br />

1970). En cambio, llevaría páginas mencionar<br />

los ejemplos de lo otro. Base algo tan<br />

representativo como La Cucaracha (Isma<strong>el</strong><br />

Rodríguez, 1958), donde la revolución se<br />

reduce al espectáculo de un encuentro<br />

explosivo entre cuatro mitos primordiales:<br />

María F<strong>el</strong>ix, Dolores de Rió, Pedro Armendáriz<br />

y <strong>el</strong> Indio Fernández.<br />

De entre la múltiples estr<strong>el</strong>las míticas d<strong>el</strong> cine<br />

mexicano –a las ya mencionadas, se añaden<br />

los nombres de Jorge Negrete, Cantinflas,<br />

Fernando Soler, Joaquín Pardavé, Ninón<br />

Sevilla, Sara García, Tin Tan –merece una<br />

atención especial la figura de Pedro Infante.<br />

De extracción popular, <strong>el</strong> actor y cantante<br />

encarnaría con igual verosimilitud a un charro<br />

cantor, un mecánico, un cura d<strong>el</strong> pueblo, un<br />

militar, un carpintero o un agente de transito.<br />

Es decir, tan apto para lo rural como lo<br />

urbano. Dotado de una natural simpatía,<br />

Infante fue la representación acabada d<strong>el</strong><br />

mexicano ideal: macho pero tierno, buen para<br />

la cantada, querendón, leal con los cuales,<br />

buen hijo e inclinado al llanto viril.<br />

77


El mismo Isma<strong>el</strong> Rodríguez se encargaría de<br />

llevar a su personaje a la apoteosis de<br />

Nosotros los pobres (1947), ese paradigma de<br />

m<strong>el</strong>odrama arrabalero que es quizá la p<strong>el</strong>ícula<br />

más vista en la historia de nuestro cine.<br />

Curiosamente, Rodríguez afirmaba haberse<br />

inspirado para <strong>el</strong>la en <strong>el</strong> neorrealismo italiano.<br />

Nada que ver. Si en verdad <strong>el</strong> cineasta<br />

hubiera seguido los cánones de dicha<br />

corriente, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> protagónico no lo llevaría<br />

Infante, sino algún actor desconocido (o un<br />

carpintero en la vida real); no se habría<br />

filmado en los estudio <strong>México</strong> Gilms, sino en<br />

un barrio auténtico, como Tepito, y las<br />

incidencias de la trama cambiarían bastante.<br />

Pepe <strong>el</strong> Toro no saldría jamás de la cárc<strong>el</strong>, <strong>el</strong><br />

rico Montes igual abusaría de La Chorreada,<br />

nadie se preocuparía mucho por la paternidad<br />

de Chachita… Y la p<strong>el</strong>ícula hubiera muerto en<br />

taquilla. Su desbordado artificio<br />

m<strong>el</strong>odramático es precisamente la razón de su<br />

popularidad. (García Riera, otra vez: “Isma<strong>el</strong><br />

Rodríguez no hizo realismo popular, inventó lo<br />

que a una parte d<strong>el</strong> pueblo le gustaría ser.”)<br />

En un giro trágico propio de un m<strong>el</strong>odrama<br />

como los que solía interpretar, Pedro Infante<br />

falleció de forma prematura y accidental,<br />

consiguiendo así <strong>el</strong> pase autormático al<br />

Olimpo de los ídolos mártires. Su culto, por<br />

supuesto, sigue vigente a la fecha. Cuando la<br />

muerte no interviene de manera anticipada y<br />

a veces diríamos oportuna- los mitos<br />

populares corren <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de sufrir<br />

transformaciones. Tal fue <strong>el</strong> caso de<br />

Cantinflas. Surgiendo a la fama con su<br />

personaje de p<strong>el</strong>adito que subvierte <strong>el</strong> orden<br />

gracias a sus andadas de verborrea<br />

incoherente, <strong>el</strong> cómico hizo una paulatina<br />

transición a un humor moralista y<br />

aleccionador. La metamorfosis fue también<br />

física. Por mucho que Cantinflas haya<br />

conservado <strong>el</strong> bigotito y los pantalones a<br />

media asta en sus últimas actuaciones, se<br />

impuso al final al imagen pública de Mario<br />

Moreno Reyes, gesto tieso y lentes oscuros,<br />

solemne como cualquier político priista.<br />

Cantinflas fue <strong>el</strong> cómico oficial por decreto, y<br />

como tal se le concedieron honores fúnebres<br />

dignos de un estadista.<br />

La mayoría de los mitos d<strong>el</strong> cine mexicano se<br />

dieron en lo que se conoce como la Época de<br />

Oro (en sí un mito, por cierto), porque es<br />

cuando aqu<strong>el</strong> sostiene su idilio con <strong>el</strong> público.<br />

78<br />

A partir de la segunda mitad de los cincuenta,<br />

la fascinación se rompió entre otros factores,<br />

por la llegada de la t<strong>el</strong>evisión y por una crisis<br />

en la industria que se haría endémica y se<br />

tomaron escasas las figuras que capturaran la<br />

fantasía colectiva. (Es sintomático que uno de<br />

los últimos mitos en verdad populares fuera<br />

Santo, <strong>el</strong> enmascarado de plata, un super<br />

héroe que ocultaba su rostro.)<br />

Asimismo, la aparición de una nueva<br />

generación de cineastas a fines de los sesenta<br />

fue contraria a la mitificación. Realizadores<br />

como F<strong>el</strong>ipe Casals, Jorge Fons, Jaime<br />

Humberto Hermosillo, Paul Leduc y Arturo<br />

Ripstein, entre otros, partieron de una mirada<br />

crítica sobre la sociedad mexicana para buscar<br />

una descripción realista, una r<strong>el</strong>ectura de<br />

cientos hechos históricos, un cuestionamiento<br />

de los géneros tradicionales y, en general, una<br />

renovación estética. De acuerdo con los<br />

principios d<strong>el</strong> cine de autor bajo los que se<br />

formaron, pasaron los tiempos d<strong>el</strong><br />

protagonismo actoral. Ahora <strong>el</strong> director era la<br />

estr<strong>el</strong>la.<br />

Aún así, hay indicios recientes de que las<br />

viejas mitologías están vivas y hasta son<br />

susceptibles de ser exportadas. Como agua<br />

para chocolate (Alfonso Arau, 1991) fue un<br />

notable éxito comercial en <strong>México</strong> y nada<br />

menos que la p<strong>el</strong>ícula extranjera que más<br />

dólares ha metido a la taquilla en la historia<br />

de la exhibición estadounidense. Ese suceso<br />

puede atribuirse a la habilidad con la que han<br />

sido recalentados y servidos algunos<br />

<strong>el</strong>ementos infalibles. Estamos ante la<br />

recuperación de la vida hacendaría, donde<br />

está ausente la figura patriarcal y reforzada la<br />

matriarcal (de hecho, los personajes<br />

masculinos son casi eunucos en su debilidad);<br />

se trata de un m<strong>el</strong>odrama de mujeres, donde<br />

Tita, la protagonista, es un mod<strong>el</strong>o retrógrado<br />

de sumisión y obediencia, cuyo ‘único talento<br />

es la habilidad culinaria (“las mujeres a la<br />

cocina”), puesta al servicio d<strong>el</strong> sexismo (“<strong>el</strong><br />

camino más corto al corazón de un hombre es<br />

<strong>el</strong> estómago”). Nuevamente aparece la<br />

Revolución Mexicana como un movimiento<br />

folclórico ajeno a la historia, que aprovecha la<br />

hermana de Tita para encarnar a otra de<br />

tantas hembras bragadas. Y en <strong>el</strong> fondo un<br />

rígido sistema de clases, donde la<br />

servidumbre se acomide fi<strong>el</strong>mente y lleva<br />

nombres como Nacha y Chencha. Todo ese


falso romanticismo conservador, sumado a la<br />

popularidad exótica que gozan <strong>México</strong> (con su<br />

comida, claro) y <strong>el</strong> realismo mágico de fuente<br />

literaria, explican asimismo la extraordinaria<br />

recepción en <strong>el</strong> extranjero a una p<strong>el</strong>ícula que,<br />

en términos cinematográficos, no pasa de ser<br />

mediocre.<br />

Desmant<strong>el</strong>ada la industria, caducas las viejas<br />

formas de producción y muerto <strong>el</strong> Star System<br />

nacional, <strong>el</strong> éxito de Como agua para<br />

chocolate demuestra que algunos mitos<br />

siguen latentes. Sólo esperan que alguien<br />

sepa revivirlos.<br />

La t<strong>el</strong>evisión<br />

Fátima Fernández Christlieb<br />

La generación que hoy toma decisiones en<br />

<strong>México</strong> ya nació con la t<strong>el</strong>evisión. El<br />

presidente Zedillo vino al <strong>mundo</strong> en <strong>el</strong><br />

mismísimo ago en que salió al aire <strong>el</strong> canal de<br />

las estr<strong>el</strong>las.<br />

La t<strong>el</strong>e es una realidad mitificada por las<br />

sociedades de la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo<br />

veinte.<br />

Los políticos le temen, la oposición sueña con<br />

entrarle, los ídolos luchan por permanecer en<br />

pantalla, los empresarios no pueden dejar de<br />

anunciarse en <strong>el</strong>la, los educadores aún no<br />

saben si conviene usarla, la gente la enciende<br />

diario.<br />

Los aparatos, los t<strong>el</strong>e hogares, los equipos<br />

para producir imágenes, los canales de<br />

difusión, las antenas para la recepción, todo<br />

<strong>el</strong>lo es una tangible realidad, pero en todo lo<br />

otro, en todo ese infinito universo donde se<br />

decodifican los mensajes, ahí en <strong>el</strong><br />

corazoncito y en la cabeza de cada<br />

t<strong>el</strong>evidente, ahí comienzan los mitos, ahí se<br />

gesta una variada e inatrapable simbología.<br />

Va un ejemplo. Me lo contó Arturo Warman, a<br />

principios de 1979, cuando trabajábamos en<br />

otro libro colectivo como éste, coordinado<br />

también por Enrique Florescano, con la<br />

diferencia de que aquél se discutió todos los<br />

sábados de enero a julio en <strong>el</strong> Castillo de<br />

Chapultepec y había que dejar satisfechos a<br />

los veinte autores de ese producto que se<br />

llamó <strong>México</strong> hoy. A propósito de la t<strong>el</strong>evisión<br />

y ganoso de que se describieran los proceso<br />

de recepción de mensajes, Warman r<strong>el</strong>ató que<br />

en junio de 1969, justo <strong>el</strong> día en que los<br />

norteamericanos pondrían los pies en la luna,<br />

él estaba en una comunidad indígena ubicada<br />

a varias horas de camino d<strong>el</strong> primer poblado<br />

con energía <strong>el</strong>éctrica. Él quería ver la llegada<br />

a la luna y convenció a dos lugareños para<br />

que lo acompañaran. Sudaron por largo<br />

tiempo, recorrieron montes y valles, trotaron<br />

con prisa para no llegar tarde a la transmisión<br />

de ese evento irrepetible. Una vez ante <strong>el</strong><br />

t<strong>el</strong>evisor, Warman no pestañeaba y los<br />

indígenas miraban sin emoción alguna.<br />

Terminada la conversación entre <strong>el</strong> presidente<br />

Nixon y los astronautas, Warman<br />

entusiasmado les preguntó: “¿Qué les<br />

pareció? “Ellos se miraron extrañados y uno le<br />

contestó: “Tanto escándalo? Para qué? Este<br />

programa ya lo habíamos visto.”<br />

¿Qué es ficción y qué es un hecho real en<br />

cada cultura? A qué resortes internos obedece<br />

la resemantización de los mensajes? ¿Cuántas<br />

lecturas pueden tener un mismo mensaje?<br />

En t<strong>el</strong>evisión hay situaciones reales y<br />

situaciones míticas. Las primeras se dan<br />

cuando emisor y receptor comparten <strong>el</strong> mismo<br />

código y persiguen los mismos valores. Es <strong>el</strong><br />

cado d<strong>el</strong> concesionario que compra derechos<br />

de transmisión para determinados partidos de<br />

fútbol que serán irremediablemente vistos por<br />

los fanáticos de los equipos en cuestión. Ese<br />

cruce emisor-receptor no falla, es real.<br />

El mito comienza cuando la agencia de<br />

publicidad le hace creer a su cliente, <strong>el</strong><br />

anunciante, que comprando tiempo en<br />

determinados horarios va a convencer al<br />

supuesto auditorio de las bondades de su<br />

producto. Aquí comienzan los desencuentros<br />

de códigos que pueden ser abismales<br />

mientras menos concreto sea lo anunciado;<br />

estoy pensando en un político, por ejemplo.<br />

Pese a los aciertos que pudieron haber tenido<br />

aqu<strong>el</strong>los spots t<strong>el</strong>evisivos que decían ‘porque<br />

lo hizo, él sabe cómo hacerlo…” no vayan a<br />

creer los estrategas de esa campaña que<br />

Zedillo ganó por la t<strong>el</strong>evisión. En <strong>el</strong> mismo<br />

sentido sería pertinente que <strong>el</strong> PAN dejara de<br />

afirmar que un segundo debate t<strong>el</strong>evisado le<br />

hubiera dado la victoria. El <strong>mundo</strong> de la<br />

recepción de mensajes es mucho más<br />

complejo. Está lleno de mitos. En la última<br />

79


<strong>el</strong>ección presidencial norteamericana, parece<br />

que los demócratas no le apostaron a la<br />

t<strong>el</strong>evisión, fueron los que menos gastaron en<br />

<strong>el</strong>la (Bush 18.1 millones de dólares, Perot<br />

23.9 y Clinton solamente 9.4) y ganaron las<br />

<strong>el</strong>ecciones.<br />

Veíamos muy poca t<strong>el</strong>evisión, afirmó Zedillo<br />

en aqu<strong>el</strong> video transmitido en <strong>el</strong> último mes<br />

de la campaña. Muchos niños de los años<br />

cincuenta y principios de los sesenta tampoco<br />

se exponían mucho al aparato: sus papás<br />

rec<strong>el</strong>aban d<strong>el</strong> entonces nuevo invento. Era<br />

frecuente ver receptores encerrados en<br />

muebles de madera con llave. Ahora que los<br />

niños de los cincuenta son papás, <strong>el</strong> rec<strong>el</strong>o<br />

está domesticado y al medio <strong>el</strong>ectrónico se le<br />

siguen atribuyendo poderes que a nadie le<br />

consta que la t<strong>el</strong>e tenga.<br />

Desconocemos los múltiples códigos internos<br />

de los receptores; ante las series con violencia<br />

habrá quien se envalentone para matar y<br />

habrá quien fortalezca su ánimo pacifista.<br />

Todo es cuestión de biografías individuales y<br />

colectivas.<br />

Más allá de programas y canales ¿qué<br />

buscamos al oprimir los botones d<strong>el</strong> control<br />

remoto? Queremos dar con un terreno de<br />

convergencia entre nuestros intereses y los<br />

que <strong>el</strong> emisor puso en imágenes. Intentamos<br />

hallar un código común, no sólo enlo que toca<br />

a nuestros valores más sublimes, sino a los<br />

momentos de hartazgo y necesidad de<br />

evasión. Si uno mismo no sabe bien a bien<br />

por qué cambia de canal ¿quién lo va a saber?<br />

Mirada desde este ángulo la t<strong>el</strong>evisión es una<br />

realidad mitificada. Cuando un artista o un<br />

int<strong>el</strong>ectual es entrevistado en algún canal<br />

cultural, la gente les dice: “Te vi en la t<strong>el</strong>e,<br />

saliste muy bien”… pero casi nunca se retiene<br />

lo que ahí se dijo. Nos rodea la reiteración de<br />

la sentencia mcluhiana: salir en la t<strong>el</strong>e es ya<br />

un mensaje.<br />

Mirada como industria, la t<strong>el</strong>evisión es una<br />

realidad pesada, costosa, de alta tecnología.<br />

Más pesada se vu<strong>el</strong>ve cuando en la pantalla se<br />

cruzan dos códigos idénticos: <strong>el</strong> de quien<br />

confeccionó <strong>el</strong> mensaje y <strong>el</strong> de quien lo<br />

recibió. Por <strong>el</strong>lo en tiempos de guerra la<br />

emisión de señales se cuida más que <strong>el</strong> banco<br />

80<br />

de cualquier nación. En esas coyunturas no<br />

hay espacio para los mitos.<br />

El indigenista<br />

El polizonte<br />

Mauricio Tenorio<br />

Existen personajes mexicanos que aunque no<br />

han sido estampados en los libros de “tipos<br />

populares”, recorren de incógnitos la historia<br />

de <strong>México</strong>. Uno de estos protagonistas es <strong>el</strong><br />

que hoy llamamos indigenista, pero que<br />

históricamente ha respondido a distintos<br />

nombres: protector de los indios, patriota, o<br />

“indianista” (a principios d<strong>el</strong> siglo XX). No<br />

existe la estampa certera de este personaje<br />

porque es difícil capturarlo en una sola<br />

imagen; es huidizo a la vista d<strong>el</strong> historiador, a<br />

veces va de sacerdote, otras de filántropo,<br />

otras de historiador, otras de guerrillero y<br />

otras muchas de antropólogo. A semejanza de<br />

aqu<strong>el</strong>los muñecos y muñecas de cartón a los<br />

que había que colgarles diversos vestidos de<br />

pap<strong>el</strong>, la fisonomía d<strong>el</strong> indigenista no es fija,<br />

aunque su presencia sea constante. Un retrato<br />

fugaz d<strong>el</strong> indigenista nos rev<strong>el</strong>aría muy pocas<br />

certezas sobre este carácter histórico, como<br />

que <strong>el</strong> indigenista no es indio, que no tiene un<br />

solo rostro, y que más bien parece ser <strong>el</strong><br />

polizonte de la travesía histórica que fue la<br />

construcción de una identidad nacionalista.<br />

Este polizonte se deja ver en <strong>el</strong> indigenista<br />

que los mexicanos, mestizos y criollos, llevan<br />

dentro, vociferante o calladamente, como en<br />

los versos de Sor Juana, quien se sentía<br />

anfitriona d<strong>el</strong> secreto huésped:<br />

¿Qué mágicas infusiones,<br />

de los indios herbolarios<br />

de mi patria, estre mis letras<br />

<strong>el</strong> hechizo derramaron?<br />

¿Quién es?<br />

Tristemente, la efigie histórica d<strong>el</strong> indigenista<br />

no es indígena; por <strong>el</strong>lo es precisamente<br />

“indigenista”, Los orígenes d<strong>el</strong> indigenismo<br />

mexicano son criollos. El indígena fue “<strong>el</strong> otro”<br />

visto, estimado y apropiado por una tarea de<br />

autodefinición criolla, y así <strong>el</strong> indio fue visto<br />

según explicó Luis Villoro, como objeto de<br />

salvación providencial o como parte de la<br />

razón universal. Los primeros misioneros


imaginaron un reino de las repúblicas, la de<br />

indios y la de españoles. La separación,<br />

creían, facilitaría la protección y cristianización<br />

de los indígenas, y mantendría su prístina<br />

pureza. Bernardino de Sahagún o Bartolomé<br />

de Las Casas podrían ser considerados<br />

ejemplos de un primer tipo de indigenistas.<br />

Las ideas d<strong>el</strong> padre Clavijero y de Servando<br />

Teresa de Mier son muestras de otro<br />

indigenismo, <strong>el</strong> nacionalista criollo que<br />

encontró en <strong>el</strong> pasado indígena la épica que<br />

daba a <strong>México</strong> <strong>el</strong> carácter de verdadera<br />

nación. El pensamiento de Carlos María de<br />

Bustamante puede servir, como David Brading<br />

atinadamente explicó, para mod<strong>el</strong>ar la larga<br />

duración de un indigenismo que va de las<br />

guerras de independencia a la revolución de<br />

1910, pero que tuvo un accidentado y<br />

truncado camino desde <strong>el</strong> radicalismo<br />

indigenista de Bustamante hasta <strong>el</strong><br />

indigenismo oficial posrevolucionario.<br />

Aunque de cara cambiante, <strong>el</strong> indigenista es<br />

un personaje innegable de la historia<br />

mexicana. <strong>México</strong> fue una nación-estado d<strong>el</strong><br />

siglo XIX, poscolonial y habitado por una alta<br />

población indígena. Un país nuevo que se<br />

embarcó en la tarea de una construcción<br />

nacional en la que las ideas y proyectos para<br />

la nación contaban con ingredientes<br />

irrenunciables: <strong>el</strong> pasado y presente indígena,<br />

<strong>el</strong> legado cultural y político ibérico, y la<br />

gradual construcción de la modernidad<br />

occidental de la que nadie quería quedarse<br />

fuera. La figura d<strong>el</strong> indigenista es un producto<br />

de este particular estado de cosas. Aunque él<br />

no es un indígena, a través de la referencia a<br />

lo indígena se construye un alma, una tarea<br />

divina, un pasado glorioso, un apostolado, una<br />

esperanza, una patria. Pero, decía Luis Villoro<br />

en <strong>el</strong> indigenista lo indígena siempre aparece<br />

como una realidad “rev<strong>el</strong>ada nunca<br />

rev<strong>el</strong>ante”. En efecto, la representación d<strong>el</strong><br />

indigenista, cualquiera que sea su cara en <strong>el</strong><br />

álbum de los tipos nacionales, no retrata una<br />

naturaleza, sino un oficio: <strong>el</strong> de salvador,<br />

protector, defensor, rescatador, rev<strong>el</strong>ador,<br />

incorporador de lo indígena en la vida<br />

nacional.<br />

Si oficio, ¿Cuáles han sido las herramientas<br />

d<strong>el</strong> indigenista? Ante todo, la pasión y <strong>el</strong><br />

compromiso de quienes desde <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong><br />

contacto se fascinaron de la existencia de una<br />

otredad tan radical. El exotismo y la<br />

curiosidad no han sido herramientas menores.<br />

Pero los avíos que más han servido al oficio de<br />

indigenistas son r<strong>el</strong>igión, historia y ciencia.<br />

Con la cruz surgieron los primeros<br />

indigenistas. Con la inspiración de Clío, los<br />

indigenistas criollos lograron cristalizar <strong>el</strong><br />

pasado indígena como algo admirable y<br />

rescatable y desde entonces ese pasado es<br />

una parte sustancial de la conciencia<br />

nacionalista de los mexicanos. Y con la ciencia<br />

los indigenistas poco a poco lograron hacerse<br />

de teorías para entender, aceptar y planear no<br />

tanto <strong>el</strong> pasado sino <strong>el</strong> presente indígena<br />

dentro de un proyecto para todos<br />

irremediable: la consolidación de una<br />

nacionalidad mexicana moderna.<br />

El contorno d<strong>el</strong> retrato<br />

No se puede retratar en una sola imagen la<br />

figura d<strong>el</strong> indigenista. Si acaso, podemos<br />

hacer un recuento de sus mutantes<br />

características. Podemos dejar marcado <strong>el</strong><br />

contorno que esta imagen ocupa; un contorno<br />

bien d<strong>el</strong>imitado, pero vacío. Hagamos <strong>el</strong><br />

ejercicio de llenar ese vació con variados<br />

ejemplos históricos que si no “grandes” (a la<br />

manera de Villoro) sí son emblemáticos<br />

momentos d<strong>el</strong> indigenismo mexicano. Son<br />

momentos que, voy a mostrar, incluyen las<br />

ambivalencias y contradicciones inherentes a<br />

todos los tipos d<strong>el</strong> indigenismo mexicanos.<br />

Durante la Colonia, no bien había acabado <strong>el</strong><br />

proyecto de las dos repúblicas, y Sahún hacía<br />

la etnología de los indios de <strong>México</strong>, un sabio<br />

mexicano, don Carlos de Siguenza y Góngora,<br />

se dedica a coleccionar objetos indígenas y a<br />

estudiar la realidad indígena de <strong>México</strong>. En<br />

1680, don Carlos <strong>el</strong>abora un monumental arco<br />

triunfal que representaba los logros de los<br />

doce emperadores aztecas. Se trataba de un<br />

arco triunfal para dar la bienvenida en la<br />

ciudad de <strong>México</strong> a Tomás Antonio de la Cerda<br />

y Aragón, Conde de Paredes, Marqués de La<br />

Laguna, y nuevo virrey de la Nueva España.<br />

Siguenza, un criollo, recibía al representante<br />

de la Corona con <strong>el</strong> orgullo de un pasado<br />

glorioso Indígena, que él estudiaba y<br />

revaloraba. Pero <strong>el</strong> indigenismo de don Carlos<br />

mostró su otra cara años después, cuando en<br />

1692 un motín indígena en la ciudad de<br />

<strong>México</strong> estuvo a punto de destruir su propia<br />

biblioteca. Entonces <strong>el</strong> indigenismo de<br />

Siguenza mostró sus limites, al oír a los indios<br />

81


gritar, cuenta don Carlos: “Mueran los<br />

españoles y Gachupines (son los venidos de<br />

España) que nos comen nuestro maíz.” No<br />

obstante todo <strong>el</strong> amor y curiosidad científica<br />

que le despertaban los indígenas, Siguenza<br />

concluyó que los indios esperaban <strong>el</strong> momento<br />

de exterminar a todos los españoles y criollos.<br />

Siguenza oyó, o creyó oír, estos gritos de los<br />

indígenas: “!Vamos con alegría a esta guerra<br />

y como quiera Dios que se acaben en <strong>el</strong>la los<br />

españoles, no importa que muramos sin<br />

confesión! ¿No es nuestra esta tierra?, ¿pues<br />

qué quieren en <strong>el</strong>la los españoles?” Su<br />

indigenismo se mordía la cola.<br />

Siglos después, Porfirio Diaz decide que debe<br />

ser incluida la estatua de Cuauhtémoc en <strong>el</strong><br />

rediseñado Paseos de la Reforma, resumen de<br />

la nueva historia patria. En <strong>el</strong> Cuauhtémoc los<br />

indigenistas porfirianos cristalizaron su<br />

admiración por <strong>el</strong> glorioso pasado indígena<br />

mexicano, y su convicción de que sobre esos<br />

cimientos se prodría sembrar una nacionalidad<br />

moderna. Historiadores, Médicos y<br />

antropólogos porfirianos mantuvieron y<br />

enriquecieron con sus trabajos este<br />

indigenismo. Gentes como Vicente Riva<br />

Palacio, Antonio Pe;afi<strong>el</strong>, Leopoldo Batres,<br />

Nicolás León, Manu<strong>el</strong> Orozco y Berra y Alfredo<br />

Chavero alimentaron durante años lo que <strong>el</strong><br />

cuauhtémoc representaba. Pero este<br />

indigenismo incluía la Búsqueda científica de<br />

la homogeneización y mejoramiento racial d<strong>el</strong><br />

país, así como <strong>el</strong> constante afán de aceptación<br />

cultural, racial y política de <strong>México</strong> ante <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>. El indigenismo de Cuauhtémoc, pues,<br />

adoraba <strong>el</strong> pasado indígena como los viejos<br />

criollos pero su ambivalencia sobre <strong>el</strong> indio<br />

vivo llevó a los seguidores de este<br />

indigenismo a medir y cuantificar al indio, a<br />

presentarlo ante inversionistas nacionales y<br />

extranjeros como mano de obra sumisa, y a<br />

hacerlo caber en teorías raciales que<br />

aseguraban su desaparición por la mezcla<br />

racial y la educación.<br />

Un tercer indigenismo quedo plasmado en<br />

1940 en <strong>el</strong> monumento a la Raza de Luis L<strong>el</strong>o<br />

de Larrea. Se trataba de un indigenismo<br />

revolucionario que declaraba al pasado<br />

indígena como <strong>el</strong> único pasado mexicano, y<br />

afirmaba que la nación era orgullosamente<br />

indígena y revolucionaria. Una nación surgida<br />

de una revolución popular en la que los indios<br />

definieron <strong>el</strong> perfil d<strong>el</strong> país. Los nuevos<br />

82<br />

indigenistas revolucionarios presentaron su<br />

indigenismo como tabula rasa d<strong>el</strong> anterior<br />

indigenismo al que consideraban olvido y<br />

explotación d<strong>el</strong> indígena. Pero <strong>el</strong> indigenismo<br />

d<strong>el</strong> Monumento a la Raza estaba sostenido por<br />

los estudios y trabajos realizados por siglos de<br />

indigenismo, por la misma idea de raza<br />

surgida d<strong>el</strong> sigo XIX, y por la iconografía d<strong>el</strong><br />

indigenismo porfiriano. En <strong>el</strong> monumento, la<br />

sobria masa de una pirámide de concreto se<br />

coronaba con <strong>el</strong> águila de bronce<br />

originalmente diseñada para <strong>el</strong> viejo y<br />

afrancesado palacio legislativo porfiriano que<br />

nunca fue terminado. Y los r<strong>el</strong>ieves en bronce<br />

de emperadores aztecas, realizados por Jesús<br />

Contreras, momentos ilustres d<strong>el</strong> indigenismo<br />

porfiriano hechos para exhibirse en París en<br />

1889, remataban la cúspide de la pirámide.<br />

Aún más, este indigenismo oficial<br />

posrevolucionesrio, aparentemente indígena,<br />

sostenía la incorporación d<strong>el</strong> indígena en <strong>el</strong><br />

desarrollo moderno de <strong>México</strong>, ya fuera<br />

mediante una educación patriótica o mediante<br />

la expansión de la economía y la absorción de<br />

las comunidades indígenas por <strong>el</strong> desarrollo<br />

industrial. Así se lograría <strong>el</strong> objetivo de éste y<br />

todos los anteriores indigenismos:<br />

homogeneización y construcción de una<br />

verdadera nación nueva y moderna.<br />

Todos éstos fueron y son indigenismos. No<br />

hay uno verdadero y otro falso. En cuanto a<br />

libros, tan indigenista fue la Historia antigua<br />

de <strong>México</strong> de Clavijero (1780-81 en italiano),<br />

como <strong>México</strong> a través de los siglos (1887-<br />

1889) dirigida por Riva palacio, con Forjando<br />

patria d<strong>el</strong> Manu<strong>el</strong> Gamio (1916), como <strong>México</strong><br />

profundo (1987) d<strong>el</strong> recientemente<br />

desaparecido Guillermo Bonfil Batalla. O, en<br />

sus ambivalencias, tan antiindigenista fue <strong>el</strong><br />

temor d<strong>el</strong> indígena Siguenza, como la<br />

indiferencia ante <strong>el</strong> indígena de los liberales<br />

jacobinos; de igual forma, tan<br />

incorporacionista fue <strong>el</strong> proyecto porfiriano<br />

como <strong>el</strong> eugenismo d<strong>el</strong> ideólogo mayor d<strong>el</strong><br />

indigenismo posrevolucionario, Manu<strong>el</strong> Gamio.<br />

El exotismo indigenista está lo mismo en la<br />

fascinación erótica y sensual de Federico<br />

Gamboa ante las tehuanas d<strong>el</strong> Istmo, como en<br />

<strong>el</strong> encantamiento de viajeros franceses y<br />

norteamericanos ante las ruinas y realidades<br />

indígenas de <strong>México</strong>. También fue indigenismo<br />

la idealización de la armonía comunitaria de<br />

los indígenas, que llevó a Luis Cernuda a<br />

decirse ante <strong>el</strong> indio: “Mírale, tú que te creíste


poeta y tocas ahora en lo que paran tareas,<br />

ambiciones y creencias… lástima que <strong>el</strong> azar<br />

no te hiciera nacer entre <strong>el</strong>los.”<br />

La espampa es “postcard”<br />

Las estampas de “los mexicanos vistos por sí<br />

mismos” son inentendibles sin sus coloridos,<br />

por ejemplo, los libros como “los franceses<br />

vistos por sí mismos”. Los cambios de<br />

semblante y de vestido en la figura d<strong>el</strong><br />

indigenista por mexicana que parezca también<br />

han sido pinc<strong>el</strong>ados internacionalmente. Los<br />

indigenistas misioneros y los protectores de<br />

ingígenas se dieron en Perú, Bolivia Brasil<br />

desde tiempos coloniales, y la Corona<br />

española y portuguesa tuvo como referencia<br />

para sus acciones frente a los indios todos sus<br />

experimentos de colonización, entre los cuales<br />

<strong>México</strong> era uno más. Durante las luchas de<br />

independencia hispanoamericana, por<br />

supuesto, <strong>México</strong> pareció ser un caso especial<br />

precisamente por la participación popular.<br />

Pero <strong>el</strong>indigenismo de la independencia era<br />

inseparable de su conexión europea, ilustrada<br />

y jesuita cuya mejor expresión fue <strong>el</strong> padre<br />

Clavijero.<br />

En <strong>el</strong> siglo XIX, la avalancha de viajeros<br />

europeos por Asia, África y América<br />

proporcionó materia prima para <strong>el</strong> surgimiento<br />

de intereses anticuarianistas, orientalistas,<br />

arqueológicos, antropológicos e indigenistas<br />

en las metrópolis, en las colonias y en las ex<br />

colonias. El indigenismo mexicano de la<br />

segunda mitad d<strong>el</strong> sigo XIX es inentiendible<br />

sin este paral<strong>el</strong>o científico y cultural<br />

internacional. Las ex colonias de España<br />

‘ávidas de articularse al flujo migratorio<br />

europeo y a los mercados mundiales,<br />

permanecían al tanto de los gustos estéticos y<br />

corrientes culturales de Europa.<br />

Frecuentemente encontraban que vender<br />

“exotilia” era redituable. Y así los indigenistas<br />

locales, que por supuesto no eran inventados<br />

por las corrientes internacionales, aquirían<br />

r<strong>el</strong>evancia interna y externa. Por <strong>el</strong>lo, <strong>el</strong><br />

Cuauhtémoc porfiriano d<strong>el</strong> Paseo de la<br />

Reforma fue mil veces copiado y enviado al<br />

exterior, al igual que colecciones de<br />

antigüedades indígenas y miles de fotografías<br />

y estudios de indios mexicanos circularon por<br />

todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. También teniendo en mente<br />

esta influencia internacional, se<br />

reconstruyeron ruinas arqueológicas, como<br />

fue <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> largo proyecto porfiriano de<br />

Teotihuacá que pretendía transformar a<br />

<strong>México</strong> en <strong>el</strong> Egipto de América.<br />

El indigenismo mexicano posrevolucionario,<br />

por autóctono que parezca, fue especialmente<br />

“extranjero”. Las revoluciones sociales de las<br />

primeras dos décadas d<strong>el</strong> siglo, la decadencia<br />

cultural y económica de Europa después de<br />

1914, hicieron que culturalmente lo indígena y<br />

lo autóctono se volviera opción cultural y<br />

política. Así, <strong>el</strong> indigenismo posrevolucionario,<br />

con sus baluartes artísticos en murales,<br />

pinturas, nov<strong>el</strong>as y políticas (repartos de<br />

tierra, políticas de educación, etcétera),<br />

fueron parte de un movimiento internacional<br />

que tuvo, en América, su corolario en Perú,<br />

Bolivia, Brasil e incluso en Estado Unidos. La<br />

creación d<strong>el</strong> Instituto Indigenista<br />

Interamericano en los años cuarenta es la<br />

muestra visible de esta internacionalización.<br />

Los mexicanos Manu<strong>el</strong> Gamio y Moisées<br />

Sáenz, <strong>el</strong> peruano Luis E. Valc árc<strong>el</strong>, <strong>el</strong><br />

brasileño Gilberto Freyre, o <strong>el</strong> estadounidense<br />

John Collier, fueron cabezas de este<br />

movimiento indigenista internacional.<br />

El indigenista siglo XXI<br />

La figura mutante d<strong>el</strong> indigenista recorre <strong>el</strong><br />

pasado y presente de la historia mexicana. Su<br />

contraparte, <strong>el</strong> hispanismo, o <strong>el</strong> modernismo<br />

europeizante o norteamericanizante, es<br />

igualmente tenaz en esta historia. En <strong>el</strong><br />

futuro? seguirá mutándose la figura perenne<br />

d<strong>el</strong> indigenista? Si una reb<strong>el</strong>ión indígena<br />

concluye <strong>el</strong> siglo XX mexicano, no sería de<br />

extrañar que <strong>el</strong> indigenista continúe más que<br />

entre nosotros, en nosotros.<br />

Si <strong>el</strong> futuro no dispone otra cosa, <strong>el</strong><br />

indigenista d<strong>el</strong> siglo XXI ya está en formación.<br />

Le ha tocado la muerte de uno de los últimos<br />

grandes antropólogos indigenistas. Guillermo<br />

Bonfil Batalla. Va viviendo la redefinición d<strong>el</strong><br />

nacionalismo mexicano que sus padres<br />

conocieron, y ve a su país “Integrarse” a<br />

nuevos bloques económicos. Ha sido testigo<br />

d<strong>el</strong> cambio de las nociones tradicionales de<br />

naciones-estados; ha visto a naciones-estados<br />

partirse y debatirse. Es más, le ha tocado<br />

vivir, como consideran algunos historiadores,<br />

<strong>el</strong> fin de siglo XX: 1989.Desposeído de la<br />

candidez que da parece en terreno conocido,<br />

huérfano de certeza en <strong>el</strong> presente y <strong>el</strong> futuro,<br />

83


a este indigenista en ciernes le ha todado vivir<br />

la última reb<strong>el</strong>ión indígena d<strong>el</strong> siglo XX<br />

mexicano, y seguramente se ha enardecido<br />

ante la injusticia y marginación en que las<br />

comunidades indígenas permanecen. Muy<br />

seguramente le ha tentado la idea de la<br />

máscara y <strong>el</strong> mesianismo epistolar desde la<br />

guerra. Éste es un, o es una, joven que no ha<br />

vivido milagros, sino milagritos económicos de<br />

unos años, y que desconfía de la vieja política,<br />

pero ya no se cree que está en “transición”<br />

perpetua hacia Dios sabe dónde. ¿Qué cara<br />

tendrá en <strong>el</strong> siglo XXI <strong>el</strong> o la indigenista de<br />

estas circunstancias?<br />

No sé. Sé que <strong>el</strong> viejo indigenista vive ne la<br />

conciencia de un discurso nacionalista<br />

largamente en formación, y sobrevive en<br />

reamplones sentimientos patrioteros, o incluso<br />

en la versión antimateria, <strong>el</strong> opuesto, de este<br />

anejo indigenismo: los hispanismo simples o<br />

los snobismos modernizantes que se repiten,<br />

o en los no menos anacrónicos, para citar a<br />

Rabasa “impulsos liberales de generosidad<br />

jacobina” que, ante <strong>el</strong> surgimiento de<br />

reb<strong>el</strong>iones indígenas, niegan por decreto la<br />

existencia d<strong>el</strong> problema ‘étnico en <strong>México</strong>. En<br />

contraste, <strong>el</strong> nuevo indigenista d<strong>el</strong> siglo XXI,<br />

quiero creer, irá en busca de un rostro<br />

distinto. No porque deje de ser sacerdote,<br />

protector, historiados o antropólogo, ni porque<br />

deje de estudiar, redimir, aliviar, combatir y<br />

mistificar lo indígena, sino porque acaso haga<br />

todo <strong>el</strong>lo desentendido de estar “forjando<br />

patria”. El indigenista d<strong>el</strong> XXI, déjenme<br />

creerlo, se sentirá menos un artífice de la<br />

nación, que un factor de solución de los<br />

problemas de las poblaciones indígenas de<br />

<strong>México</strong>. Más que un ideólogo nacionalista que<br />

se carga al lado indígena, será un<br />

comprometido, avezado y práctico<br />

instrumento para la resolución de los<br />

problemas de las comunidades indígenas. Y en<br />

ese afán, quizá su objetivo no será defender<br />

<strong>el</strong> <strong>México</strong> “real”, indígena, vs. <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

fraude, <strong>el</strong> <strong>México</strong> criollo; no buscará forjar<br />

patria, sino lograr ciudadanos aunque para<br />

<strong>el</strong>lo tenga que violar la frontera,<br />

históricamente limitante, de ser mexicano.<br />

Dedicado a la solución de problemas, quizá<br />

este indigenista d<strong>el</strong> siglo por venir tendrá más<br />

Vínculos con grupos y comunidades<br />

extranjeras que buscan la solución de<br />

problemas similares a los de los grupos<br />

indígenas de <strong>México</strong>, y ap<strong>el</strong>ará menos a los<br />

84<br />

lugares comunes d<strong>el</strong> colectivo “nación<br />

mexicana”. La defensa de derechos<br />

universales, d<strong>el</strong> pluralismo y la justicia, quizá<br />

lo lleve a nociones de autonomía que emanan<br />

de las comunidades; quizá lo lleve a un<br />

indigenismo que se confunda con la <strong>el</strong>emental<br />

y bien conocida lucha por derechos<br />

democráticos, pluralidad y oportunidades<br />

económicas. Una lucha que, ojala se cuidará<br />

de no decantar en <strong>el</strong> juego de los<br />

nacionalismos: ni aqu<strong>el</strong> omniabarcante y<br />

homogeneizante ni aquél que es su versión en<br />

semilla, los regionalismos étnicos o<br />

fundamentalistas. Ambos dejan sudando<br />

sangre a nuestro siglo.<br />

Que la imaginación de mañana se invente un<br />

círculo menos vicioso. En tanto, ésta ha sido<br />

la imagen más certera que he podido dar de<br />

éste ya antiguo personaje mexicano: <strong>el</strong><br />

indigenista.


VAQUEROS Y GRUPEROS EN EL<br />

RODEO SANTA FE<br />

LA REORGANIZACIÓN DE LO REAL POR EL<br />

IMAGINARIO<br />

EDGAR MORíN M.<br />

El diálogo anticipa la algarabía que se vivirá<br />

esta noche de viernes en <strong>el</strong> Rodeo Santa Fe<br />

pues Ana Bárbara, la mismísima “reina de la<br />

onda grupera”, quien lleva vendidas más de<br />

800 000 copias de sus tres primero discos sin<br />

contar la piratería de a ocho pesos por<br />

cassette de Ana Bárbara, “La trampa” y “Ay<br />

amor” cantaráqui sus grandes éxitos.<br />

Al norte de la ciudad y con, al menos, una<br />

semana de anticipación aparece pintada por<br />

distintos muros y bardas, publicidad que<br />

anuncia con grandes y coloridas letras <strong>el</strong><br />

concierto; tales inscripciones murales, son la<br />

forma más común de promocionar este<br />

género musical e incluso ha alcanzado ritmos<br />

como <strong>el</strong> rock. Las pintas surten efecto, asi que<br />

con anticipación se deben comprar los boletos<br />

cuyo precio se establece según <strong>el</strong> artista que<br />

se presente: en esta ocasión la preventa es de<br />

50 y 60 pesos <strong>el</strong> día d<strong>el</strong> evento, pero hay<br />

noches que ante la demanda en la reventa<br />

alcanzan los 400 esos o más.<br />

Las pintas sólo son una de las partes más<br />

visibles de lo que, de un tiempo para acá, se<br />

conoce como “onda grupera”, fenómeno que<br />

además de vivir cierto boom mediático desde<br />

hace mucho tiempo congrega en sus bailes,<br />

por casi todo <strong>el</strong> país, a miles de personas.<br />

En <strong>el</strong> fenómeno grupero convergen muchas<br />

cosas. Entre otras están la mezcla cultural, un<br />

imaginario que reivindica <strong>el</strong> estigma, lo<br />

popular que se imbrica con lo masivo, y a<br />

través d<strong>el</strong> gusto por la música, una forma<br />

significativa de socialización y consumo<br />

juvenil. La mezcla es fundamenta en lo<br />

musical porque lo grupero parece fundarse a<br />

partir de tres géneros: lo norteño que<br />

incorpora al corrido, la banda o tambora, y la<br />

cumbia; pero además, y como en todas las<br />

fusiones siempre cabe la posibilidad de<br />

introducir <strong>el</strong>ementos nuevos o tomar<br />

prestadas frases musicales, m<strong>el</strong>odías incluso<br />

corrientes enteras.<br />

Esto se ve reflejado en su sonido e<br />

instrumentación: en la música norteña “pura”<br />

o “tradicional”, por ejemplo, prevalece <strong>el</strong><br />

acordeón, bajosexto, contrabajo o tololoche,<br />

redoba y en algunos casos, tarolas. Sin<br />

embargo, como la aparición y desarrollo d<strong>el</strong><br />

género mismo está plagada de encuentros y<br />

desencantos culturales, nos damos cuenta que<br />

<strong>el</strong> acordeón incorporado desde <strong>el</strong> siglo pasado<br />

por migrantes alemanes llegados a Estados<br />

Unididos y en contacto con mexicanos puede<br />

ser diatónico (de botones) como <strong>el</strong> empleado<br />

por “<strong>el</strong> Flaco Jiménez’ en la música tex-mex, o<br />

de teclas que también se emplea para<br />

acompañar boleros, cumbias o canciones<br />

románticas. Con <strong>el</strong> tololoche pasa algo similar<br />

pues la tecnología en muchas ocasiones lo ha<br />

cambiado por <strong>el</strong> bajo <strong>el</strong>éctrico, solucionando<br />

<strong>el</strong> problema de cargarlo y trasportarlo pero al<br />

mismo tiempo generando un sonido distinto; y<br />

algo parecido para <strong>el</strong> bajosexto, esa variante<br />

de guitarra con doble encordado. Cone <strong>el</strong><br />

tiempo, a esta música también se han<br />

incorporado por lo que se fiere a parte de la<br />

instrumentación. Los géneros incorporados sin<br />

otra historia, ya que a lo norteño se le sumó<br />

<strong>el</strong> corrido (con sus múltiples variantes y<br />

subgéneros), lo ranchero, <strong>el</strong> bolero y hasta la<br />

cumbia; en <strong>el</strong> tiempo, esto ha dado lugar a<br />

nuevas cosas como la cumbia norteña. Y así<br />

con cada uno de los ingredientes (por<br />

ejemplo, <strong>el</strong> techno y lacumbia dieron origen a<br />

la technocumbia), ya que además de ser<br />

consecuencia de distintas fusiones naturales o<br />

promovidas por la industrial d<strong>el</strong> disco, la<br />

música grupera también es una etiqueta que<br />

hoy incluye diversas corrientes.<br />

Por eso <strong>el</strong> locutor debe tener conocimientos<br />

básicos d<strong>el</strong> reglamento para trasmitirle al<br />

público la esencia de este deporte. Y es<br />

también <strong>el</strong> que se pone de acuerdo con <strong>el</strong><br />

director de arena para saber qué juegos se<br />

van a presentar esta noche y con <strong>el</strong> discjocker<br />

para conocer la música que amenizará <strong>el</strong><br />

rodeo”. En la plaza decorada con pap<strong>el</strong> picado<br />

multicolor, este no parece ser <strong>el</strong> caso; tal vez<br />

por <strong>el</strong> deficiente equipo de sonido, <strong>el</strong> eco<br />

causado por <strong>el</strong> techo de lámina, o porque a<br />

estas alturas cada quien trae su propia fiesta<br />

donde parece no importar demasiado la<br />

esencia de ninguna cosa.<br />

Los nombran y aparecen uno a uno los jinetes<br />

que esta noche realizarán las montas;<br />

85


dependiendo de la bandera que ondeen –<br />

Puerto Rico, Canadá, Estado Unidos-, será la<br />

intensidad de las mentadas de madre que<br />

reciban. La reacción se convierte en rutina, y<br />

cuando aparece la bandera de <strong>México</strong> los<br />

nacionalismos de 15 de septiembre se<br />

despliegan por todo <strong>el</strong> local. Se abre un lapso<br />

más o menos solemne en <strong>el</strong> cual se recitará<br />

una plegaria y un sector importante d<strong>el</strong><br />

público se pone de pie; alineados y dibujando<br />

con <strong>el</strong> pie una cruz, jinetes, payasos y quienes<br />

estén en <strong>el</strong> ruedo durante <strong>el</strong> rodeo, pondrán<br />

una rodilla en tierra y escucharán al locutor<br />

decir:<br />

Señor, te damos las gracias por dejarnos <strong>el</strong><br />

rodeo amar. Esto que nosotros llamamos<br />

rodeo, esto que es una batalla entre <strong>el</strong> jinete<br />

con su agilidad y destreza y <strong>el</strong> toro con su<br />

fuerza y bravura. Así también Señor, te<br />

pedimos por los Áng<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> rodeo: los<br />

payasos de rodeo, ya que sin <strong>el</strong>los no<br />

podríamos sobrevivir. Te pedimos por la gente<br />

bonita que nos acompaña y porque ésta no<br />

sea la última de nuestras montas y mucho<br />

menos, aquí en tu casa Rodeo Santa Fe,<br />

amén.<br />

En este sentido, hay una perspectiva<br />

homogeneizante según la cual todo cabe o es<br />

grupera sabiéndolo encasillar, y al mismo<br />

tiempo surge otra que establece categorías -<br />

fin de cuenta, la base para organizar las<br />

ventas en la industria discográfica-, tal como<br />

lo muestran los premios de esta onda: mejor<br />

grupo norteño, romántico, tropical, sonora,<br />

banda, tex-mex, vallenato y ranchero.<br />

Así las cosas, la balada, <strong>el</strong> rock, lo tropical, <strong>el</strong><br />

bolero e incluso la música disco se<br />

entremezclan; por lo que desde la optima<br />

grupera: "si tú quieres ser f<strong>el</strong>iz, no tienes que<br />

bailar twist, si tú quieres ser f<strong>el</strong>iz, no, no, no<br />

bailes <strong>el</strong> twist, baila mi cumbia, pachanguera,<br />

endulzada con un toque, toquecito<br />

discoteque".<br />

Esta fusión sui generis nos habla de parte de<br />

la dinámica de la música en su creación,<br />

reproducción y adaptación frente a cambios<br />

sociales, culturales, y de los gustos en quienes<br />

la consumen. Porque <strong>el</strong> gusto es clave en todo<br />

esto: un Público -sobre todo, juvenil-<br />

generalmente se congrega a partir d<strong>el</strong> gusto<br />

por determinada música, y desde ahí se<br />

86<br />

construirían afinidades, distinciones y<br />

socializaciones que los gruperos urbanos<br />

su<strong>el</strong>en escenificar...<br />

I. EN EL RODEO<br />

Una vez interiorizado <strong>el</strong> ritmo, la mayoría de<br />

los asistentes llega temprano para obtener un<br />

buen lugar dentro d<strong>el</strong> Rodeo Santa Fe -en<br />

ocasiones, <strong>el</strong> sistema de apartado no es tan<br />

solicitado-, así que la puerta se abre desde las<br />

siete de la noche. Al fondo de un largo y<br />

angosto camino empedrado, jóvenes de<br />

pantalón negro, camisa blanca y chaleco rojo<br />

dan servicio de valet parking; son muy<br />

heterogéneas las marcas de los autos, aunque<br />

también hay quienes llegan en transporte<br />

público.<br />

En las taquillas es constante la compra de<br />

entradas que también dan derecho a asistir al<br />

rodeo-término que norteamericaniza <strong>el</strong> jaripeo<br />

y donde <strong>el</strong> espectáculo parece combinar<br />

ambas tradiciones. Un letrero d<strong>el</strong>imita la<br />

frontera e impide <strong>el</strong> estado de ebriedad al<br />

tiempo existen menores de edad donde<br />

predomina "sin tennis y gorras". La tónica<br />

parece ser sólo botas y sombreros, síntesis de<br />

la cultura norteña, "una variante semindustrial<br />

de la cultura d<strong>el</strong> machismo, muy condicionada<br />

por <strong>el</strong> weterm" que de paso abarca lo country,<br />

banda, tex-mex y grupero según informa la<br />

revista-órgano oficial Musical Vaquera Rodeo<br />

Santa Fe. Este es <strong>el</strong> imaginario que prevalece<br />

en <strong>el</strong> rodeo, <strong>el</strong> cual sin duda forma parte de lo<br />

que Martín Barbero llama cultura d<strong>el</strong><br />

mestizaje, es decir, la hibridación y la<br />

re<strong>el</strong>aboración, la destrucción d<strong>el</strong> mito de la<br />

pureza, que se funde con los masivo,<br />

hibridación de lo nacional y lo extranjero.<br />

En este sentido, lo real se reorganiza por lo<br />

imaginario. Eso es, que un conjunto de<br />

imágenes posibilita significaciones, genera<br />

una geografía d<strong>el</strong> imaginario a partir de la<br />

música y su adscripción territorial, es decir,<br />

una estructura de imágenes que cada<br />

individuo posee como patrimonio o capital y<br />

que aquí pone en escena. En esta cultura<br />

norteña de botas y sombrero que nutre lo<br />

grupero? ¿Cuales son estas imágenes<br />

colectivas? Sin duda los más notorios<br />

proveedores de referencias o imágenes<br />

culturales "que a manera de bricolaje integran<br />

<strong>el</strong>ementos materiales e inmateriales


heterogéneos", y que a la postre generan<br />

identidades colectivas y construyen este<br />

imaginario, son <strong>el</strong> narcográfico, virilidad<br />

asociada a juventud, así como la Frontera<br />

Norte conocida o re-conocida a través d<strong>el</strong> cine<br />

y la t<strong>el</strong>evisión. Es por eso que la recreación de<br />

esta mediación se vu<strong>el</strong>ve espectacular aunque<br />

muy pocos se la creen totalmente; brinda la<br />

posibilidad de sentirse adscrito a un grupo por<br />

medio de la producción y reproducción<br />

escénica y estética de alguno o varios de<br />

estos referentes múltiples que alimentan <strong>el</strong><br />

imaginario de la Frontera Norte, Por eso se<br />

construye fachadas, y por eso, lo<br />

II. NA(R)CO ES CHIDO<br />

En su mitología d<strong>el</strong> narcotraficante en <strong>México</strong>,<br />

Luis Astorga señala que <strong>el</strong> establecerse en las<br />

ciudades, los narcos llevaron consigo "una<br />

'ética y una estética" particular donde la<br />

violencia dirigida ocupa un lugar importante<br />

en sus valores, y que ésta se mantiene y<br />

reproduce por medio d<strong>el</strong> convencimiento, la<br />

corrupción y la violencia armada.<br />

De acuerdo con <strong>el</strong> autor, "otra forma de<br />

reproducción, indirecta pero no menos<br />

importante aunque no tan consciente como<br />

las anteriores, se manifiesta en <strong>el</strong> terreno<br />

simbólico, en los corridos como expresión<br />

particular de su cultura, o de su estado de<br />

barbarie si se considera la cultura dominante<br />

como la cultura. Allí se refleja parte de su<br />

historia real y también parte de su propia<br />

mitología, los valores que defienden y le dan<br />

sentido a su existencia, así como a aqu<strong>el</strong>los a<br />

los que se enfrentan, quienes los encarnan o<br />

representan, y las interacciones que dan como<br />

resultado <strong>el</strong> éxito o <strong>el</strong> fracaso de alguno de los<br />

bandos en pugna, y por lo tanto de sus ethos.<br />

Según la odisea r<strong>el</strong>atada por los corridos, los<br />

personajes son hombres y mujeres con<br />

atributos como valentía, fiereza, osadía,<br />

astucia, etc. Por lo que independientemente<br />

de su actividad y posición frente a la<br />

legalidad, o tal vez precisamente por <strong>el</strong>lo, son<br />

dignos de respeto y merecen un lugar en <strong>el</strong><br />

recuerdo, en <strong>el</strong> panteón de los traficantes<br />

ilustres: son valorados por los suyos.<br />

Es importante recordar que, al menos desde<br />

<strong>el</strong> siglo XIX, se han multiplicado los medio<br />

(orales, y literarios, más ad<strong>el</strong>ante en cine y<br />

radio) para difundir la historia y los mitos de<br />

personajes fuera de la ley: ¨en época, uno o<br />

varios tipos de agentes sociales, considerados<br />

como criminales por las autoridades legítimas,<br />

han cautivado la imaginación colectiva por sus<br />

hazañas reales o presuntas¨. Bajo esta lógica,<br />

los narco-corridos-que poseen varios sentidos<br />

pues han sido y son sublimación y mitificación<br />

de una forma de vida, pero también objeto de<br />

censura ¨son sólo una parte de un universo<br />

simbólico que crea y recrea las visiones éticas<br />

y estéticas de ciertos grupos sociales, no<br />

necesariamente r<strong>el</strong>acionados directa o<br />

indirectamente con <strong>el</strong> tráfico de drogas.<br />

Escucharlos no convierte automáticamente a<br />

quien lo hace en creyente y practicante de la<br />

filosofía que allí se expresan sólo convencen a<br />

los convertidos. Para otros, es la sublimación<br />

de fantasías, como puede serlo una p<strong>el</strong>ícula<br />

de vaqueros, de gángsters, erótica, etcétera¨.<br />

Así las cosas, este narco-imaginario-con cierto<br />

habitus como t<strong>el</strong>ón de fondo-cuenta con<br />

determinadas actitudes, valores y gustos que<br />

han creado y recreado <strong>el</strong> universo simbólicoestético<br />

de muchos, primero por adscripción<br />

geográfica, luego por migraciones con todo y<br />

sus añoranzas por la provincia abandonada, y<br />

posteriormente a través de industrias<br />

culturales que a través d<strong>el</strong> boom mediático en<br />

forma de canciones y p<strong>el</strong>ículas incluso lo han<br />

insertado en <strong>el</strong> gusto de capas medias y<br />

urbanas. Y aunque territorialmente quedan<br />

lejos de la ciudad de <strong>México</strong> y su zona<br />

conurbada, las carreteras por donde viaja ¨La<br />

banda d<strong>el</strong> carro rojo¨, se transportan pacas<br />

de a kilo¨, existe ¨La ley d<strong>el</strong> contrabandista¨,<br />

se emboscan con la ¨clave 7¨, se siembra ¨La<br />

amapola¨Ëntre hierba, polvo y plomo¨, y hay<br />

¨Contrabando y traición¨, este es <strong>el</strong><br />

imaginario que flota en <strong>el</strong> ambiente.<br />

En este sentido, parece probable que dentro<br />

de los imaginarios urbanos de la ciudad de<br />

<strong>México</strong>, cuya oferta cultural va d<strong>el</strong> Centro<br />

Histórico hacia <strong>el</strong> sur, dichos espacios se<br />

asienten y multipliquen en <strong>el</strong> norte o la<br />

periferia de la ciudad, es decir, en las<br />

fronteras o incluso más allá d<strong>el</strong> territorio de la<br />

oferta cultural hegemónica; no tan distante -<br />

¿qué es lejano o cercano en una<br />

megalópolis?- de donde se asientan los recién<br />

llegados, o de quienes en espera de la<br />

redistribución de la riqueza se han eternizado<br />

por varias generaciones en la periferia. Un<br />

dato a tomar en cuenta es que además de<br />

87


este Rodeo, existen otros en Coacalco, San<br />

Juanico, Texcoco y al lado Toreo.<br />

III. DE FACHAS Y FACHADAS<br />

Tal vez por todo esto muchos de quienes<br />

asisten a este Rodeo que junto al restaurante<br />

¨La manzana de Roma¨está ubicado en<br />

periférico norte en <strong>el</strong> cruce Tlalnepantla-<br />

Atizapán (aunque hay otros locales de la<br />

misma empresa en Toluca, Guadalajara y<br />

Tijuana), parecen sacados de una p<strong>el</strong>ícula<br />

juvenil, las cosas son menos ortodoxas: en<br />

mujeres como en hombres abundan los<br />

institucionalizadísimos pantalones de mezclilla<br />

azules,¨pero también de otros colores menos<br />

norteños como <strong>el</strong> negro, rojo o <strong>el</strong> verde past<strong>el</strong><br />

de cuya bolsa trasera su<strong>el</strong>e colgar u paliacate,<br />

preferentemente rojo, que también puede<br />

estar anudado en rotno al cu<strong>el</strong>lo en <strong>el</strong> mejor<br />

estilo d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> Marlboro, botas camperas,<br />

vaqueras y texanas, cinturones con grandes<br />

hebillas que aluden al rodeo y a otros motivos<br />

campiranos, camisas a cuadros, corbatas<br />

vaqueras, chamarras de mezclilla, pi<strong>el</strong> –<strong>el</strong><br />

negro siempre prevalece- gamuza, estilo<br />

norteño, anillos, esclavas, cadenas (aunque<br />

estos últimos no con la exuberancia d<strong>el</strong><br />

narco), y todo esto rematado por sombreros<br />

multicolores, las infaltables texanas de ala<br />

ancha donde si bien predomina <strong>el</strong> color negro<br />

y <strong>el</strong> café, también las hay beige, rojas y hasta<br />

verdes.<br />

El vestuario se aleja en menor o mayor<br />

medida d<strong>el</strong> complejo juego de espejos donde<br />

se reivindica <strong>el</strong> estigma y fortalece la<br />

identidad, a través de lo que algunos llaman<br />

estética lumpen, d<strong>el</strong> nuevo rico o, al margen<br />

de sentimientos de clase, donde la noción de<br />

lo b<strong>el</strong>lo se desmorona y resemantiza, donde<br />

tal vez sin saberlo lo naco es chido.<br />

En época donde nos globalizamos<br />

fragmentarlamente y resulta ¨posible pensar<br />

que lo popular se constituye en procesos<br />

híbridos y complejos, usando como signos de<br />

identificación <strong>el</strong>ementos procedentes de<br />

diversas clases y naciones¨, en sociedades<br />

donde se mezclan, en complicidad y otras<br />

tantas en resistencia, lo tradicional con lo<br />

moderno, lo popular con lo culto y ambas con<br />

lo masivo, nos damos cuenta que sin<br />

contradicciones o tensiones visibles, la gente<br />

crea, recrea, emplea y porta combinaciones<br />

88<br />

que en sí mismas incluyen todos estos<br />

<strong>el</strong>ementos. Visto de ese modo, en la entrada<br />

faltan las tradicional pick ups o trocas; pero<br />

en cambio, ante <strong>el</strong> valet parking se detiene un<br />

vocho color verde metálico, achaparrado,<br />

asientos de cubo, con headers y rines de gajo<br />

y d<strong>el</strong> cual, por <strong>el</strong> volumen de su música, se<br />

intuye un potente equipo de sonido.<br />

Así que al tiempo se construye la fachada o<br />

look de la tribu y se establecen territorios. Por<br />

lo que respecta a la mayor parte de los<br />

espacios nocturnos apropiados por tribus,<br />

éstos se encuentra constituidos por una lógica<br />

uniformizante que se complementa con otra<br />

personalizante, esto es, cierta uniformidad en<br />

<strong>el</strong> ambiente y “una vez garantizada la regla<br />

d<strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> adentro”, se crea una<br />

lógica de distinción en forma de competencia<br />

interna en donde se define quienes son los<br />

privilegiados y dominantes, la cual también<br />

afianza la exclusión de los “otros”. De quienes<br />

no merecen estar ahí. Así las cosas, <strong>el</strong> look se<br />

constituye como obligación “de diferenciarse<br />

con los <strong>el</strong>ementos dados por <strong>el</strong> sistema para<br />

se in, sólo dentro de éstos pueden hacerse<br />

<strong>el</strong>ecciones, salirse de <strong>el</strong>los es morir. Salirse de<br />

los márgenes marcados por la regla d<strong>el</strong> juego<br />

podría llegar a generar un rechazo inmediato.<br />

En <strong>el</strong> intercambio de los distintos looks, que<br />

sólo puede hacerse dentro de lo que dicta <strong>el</strong><br />

estado actual de la moda, la revolución es<br />

imposible. Si bien las tribus funcionan como<br />

receptáculos donde se agrupan quienes se<br />

identifican con determinado look, al tiempo<br />

posibilita la presencia de “otros”, aunque en<br />

forma de minoría.<br />

Observar <strong>el</strong> vestuario y actitud de quienes<br />

compran sus boletos y van entrando, es<br />

asumir <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de investigador o resentido<br />

social: es evidente <strong>el</strong> aplomo con <strong>el</strong> que se<br />

camina y no faltan quienes balancean de más<br />

sus brazos al tiempo que sacan <strong>el</strong> pecho; la<br />

virilidad es clave en <strong>el</strong> imaginario y muchas<br />

camisas son desabotonadas. Todos parecen<br />

sinceramente convencidos, tal como escribió<br />

Erving Goffman, de que la impresión de<br />

realidad que están poniendo en escena es la<br />

verdadera realidad. Hombres y mujeres llegan<br />

con sus fachadas personales que, gracias a<br />

sus modales y apariencia permeados por <strong>el</strong><br />

imaginario narconorteño, se transforman<br />

fachadas sociales: así pues, encuentran<br />

correspondencia con <strong>el</strong> medio (trasfondo


escénico), y “la fachada se convierte en una<br />

`representación colectiva y en una realidad<br />

empírica por derecho propio”. Sin duda, en <strong>el</strong><br />

backstage o región posterior de sus casas<br />

construyeron- algunos más meticulosamente<br />

que otros-, tal vez frente a un espejo y luego<br />

de ensayar la coreografía que montarán esta<br />

noche a ritmo de música de banda, la región<br />

frontal o anterior que aquí ponen<br />

colectivamente en escena. En la taquilla<br />

escucho a un chavo preguntar si <strong>el</strong> disk jockey<br />

podrá poner la cinta que trae.<br />

Y, por si acaso algún despistado o recién<br />

llegado –que no integrado- a la tribu todavía<br />

no acumula la utilería necesaria y otros<br />

accesorios de su fachada, <strong>el</strong> Rodeo Santa Fe<br />

cuenta con joe Botas, una pequeña tienda<br />

donde por $400.00 se pueden comprar unas<br />

botas, aunque también hay sombreros y<br />

camisas para que se complete o complemente<br />

<strong>el</strong> atuendo. Si bien venden “leve”. El lugar no<br />

puede ser más estratégico pues se ubica al<br />

inicio d<strong>el</strong> pasillo que desemboca en <strong>el</strong> centro<br />

d<strong>el</strong> espacio sagrado. Sólo hace falta pasar<br />

debajo de dos cabezas de toro y de un<br />

rigurosísimo cateo donde hombres de un lado<br />

y mujeres d<strong>el</strong> otro son sometidos a una<br />

fabulosa manoseada por un numeroso grupo<br />

de encargados de seguridad –de ambos<br />

sexos, todos uniformados de negro. Sin duda<br />

se creen agentes federales, <strong>el</strong> cateo es más<br />

riguroso cuando se lleva un atuendo que<br />

pertenece más a una tribu dark, <strong>el</strong> cual<br />

desequilibra <strong>el</strong> criterio bajo <strong>el</strong> que actúan, e<br />

imponen, supongo, la entrada de armas y<br />

disuaden a algún revoltoso.<br />

Claro que aquí la discriminación no es tan<br />

marcada como en una disco que “se pretende<br />

pura de influencias d<strong>el</strong> afuera, y para <strong>el</strong>lo se<br />

vale de un mecanismo de s<strong>el</strong>ección por <strong>el</strong> que<br />

se filtra a los <strong>el</strong>egidos, que son aqu<strong>el</strong>los que<br />

tendrán <strong>el</strong> derecho de ser admitidos en <strong>el</strong><br />

local. Para poder entrar hay que contar con<br />

los <strong>el</strong>ementos requeridos para estar<br />

autorizado, y no cualquiera los posee”- Tras<br />

ponerse de espaldas y ser revisado no faltan<br />

expresiones de molestía, y escucho a una<br />

joven recién cateada comenta: ¡pinche vieja!<br />

De seguro era lesbiana”.<br />

IV. DE ATMÓSFERAS, BAILES Y OTROS<br />

GOCES<br />

Una vez superado <strong>el</strong> filtro se está ante una<br />

encrucijada cuyo centro es un enorme árbol:<br />

¿a dónde ir? A la derecha se encuentra <strong>el</strong><br />

“Salón Tex-Mex” cuyo decorado nos remite al<br />

cine gringo y que al menos hoy esta<br />

totalmente vacío; a su lado se encuentra <strong>el</strong><br />

baño de mujeres. Al frente hay un puesto que<br />

vende antojitos: la orden de nachos cuesta<br />

ocho pesos mientras que <strong>el</strong> consomé, café de<br />

olla, tacos y la rebanada de pizza cuestan<br />

cuatro pesos. Más al fondo hay un toro<br />

mecánico donde, por cinco pesos la montada,<br />

saldrán volando los jinetes de ocasión, algo<br />

que parece frecuente. A la izquierda está la<br />

tienda de souvenir y al lado un largo pasillo<br />

que hay que recorrer (ahí están los baños<br />

para hombres y una barra donde se surten los<br />

meseros) para llegar hasta <strong>el</strong> espacio sagrado<br />

o Salón Grupero que resulta ser un enorme<br />

galerón rectangular con piso de cemento<br />

dividido en varios desniv<strong>el</strong>es donde están<br />

distribuidas las mesas alrededor de una<br />

enorme pista de baile en cuyo fondo está<br />

montado un alargado escenario; en <strong>el</strong> otro<br />

extremo, y en un segundo niv<strong>el</strong>, más mesas –<br />

de madera- así como la cabina d<strong>el</strong> dj cuyo<br />

vestuario parce más de restafari que de<br />

grupero y varias mantas puestas<br />

posteriormente que anuncian la cerveza indio<br />

y <strong>el</strong> ron Bacardíd. Distribuidas por <strong>el</strong> techo de<br />

lámina hay bastantes lámparas de luz negra y<br />

miles de hojas de pap<strong>el</strong> picado multicolor y<br />

meses después una pantalla que al menos<br />

esta noche no proyectó imagen alguna; la<br />

“geografía” d<strong>el</strong> interior –guardadas las<br />

distancias de clase- tiene cierto parecido con<br />

la descripción de una discoteca hecha por <strong>el</strong><br />

citado Urresti: en estos “accidentes”<br />

constructivos “parece primar sobre todas las<br />

cosas la exhibición, y para hacerla más<br />

interesante y más variada se plantea en<br />

diversos planos de exposición y observación.<br />

Las distintas alturas parecerían estar<br />

concebidas para permitir puntos de vista que<br />

posibiliten diversas panorámicas”. Al igual que<br />

en una disco o salón de baile, aquí todo<br />

apunta hacia la pista.<br />

Por lo que a ésta se refiere, hay varios<br />

seguidores que iluminarán <strong>el</strong> escenario, y en<br />

su espacio propiamente dicho pende una gran<br />

estructura con luces rojas, verdes, azules,<br />

violetas que intercaladas, operan<br />

secuencialmente. Es importante destacar que<br />

la luz juega un pap<strong>el</strong> muy importante a través<br />

89


de su ausencia-presencia: en la pista de baile<br />

reina la oscuridad mientras que a su alrededor<br />

sucede lo opuesto. De este modo, la luz fija<br />

las condiciones de visibilidad y con <strong>el</strong>lo se<br />

decide lo visible, lo invisible y lo imaginable,<br />

por medio de tres formas de presentarse:<br />

constante, intermitente y por ausencia.<br />

Todavía es temprano así que la luz es<br />

constante y facilita las primeras interacciones:<br />

alrededor de la pista en la que hay algunas<br />

luces muy tenues y aisladas –lo cual refuerza<br />

<strong>el</strong> efecto de escisión adentro-afuera que se<br />

necesita plantear- hay distintos desniv<strong>el</strong>es con<br />

mesas que equivocadamente uno podría<br />

suponer de lámina y anuncio de cerveza: a<br />

excepción de dos secciones cuyas mesas son<br />

de madera, en su mayoría son bancos sin<br />

respaldo y mesas altas y obscuras para cuatro<br />

personas más propias de un bar posmo.<br />

Al ser la pista de baile <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> espacio, <strong>el</strong><br />

“adentro” mismo donde se ponen en acción<br />

habilidades y jerarquías dancistacas, es decir<br />

capitales simbólicos, ubicarse a su alrededor<br />

en las tres primeras filas de mesas no es fácil.<br />

Esta noche funciona <strong>el</strong> sistema de “reservado”<br />

aunque otras ocasiones sentirse allí significa<br />

consumir una bot<strong>el</strong>la como mínimo. Una<br />

“vaquera” te ayuda a escoger mesa y, tras<br />

instalarse, llega un solícito mesero de<br />

pantalón negro, camisa blanca, paliacate rojo<br />

en torno al cu<strong>el</strong>lo y sobrero que se presenta y<br />

toma la orden: como parece común d<strong>el</strong>iberar<br />

entre los asistentes para ponerse de acuerdo,<br />

<strong>el</strong> mesero reaparece hasta que se ha tomado<br />

la decisión definitiva, <strong>el</strong> consumo alcohólico<br />

resulta variado aunque prevalece la cubeta de<br />

cerveza (otro bot<strong>el</strong>las por 130 pesos ) y <strong>el</strong><br />

tequila (por ejemplo, Cuervo Especial de tres<br />

cuartos por 200.00), aunque también se toma<br />

ron o brandy, como en la mayoría de los<br />

espacios nocturnos de la ciudad, no son muy<br />

visibles, si es que en la práctica realmente<br />

operan, las listas de precios.<br />

La tribu no para de entrar y <strong>el</strong> sitio comienza<br />

a llenarse. Conforme pasa <strong>el</strong> tiempo <strong>el</strong><br />

volumen de la música programada por <strong>el</strong><br />

rastagrupero DJ, satura cada vez más <strong>el</strong><br />

espacio de según algunos empleados puede<br />

albergar entre ocho y diez mil asistentes.<br />

Pero, me aclara un mesero, y sin duda ante<br />

mi cara de “no mames, eso es más que al<br />

Auditorio Nacional”, esto ha sido una vez,<br />

“cuando se presentó la Banda Machos”. Me<br />

90<br />

ofrece datos para convencerme, aunque<br />

reflexionados me permiten seguir dudando:<br />

cada mesero atiende diez mesas y hay cien<br />

meseros. Entonces calculo mil mesas; pero se<br />

ha descubierto que la mayor parte sólo tiene<br />

cuatro bancos, lo que daría un total de cuatro<br />

mil personas sentadas, Sin embargo, como<br />

resulta común que la gente salga y se divierta<br />

en bola –microtribus- en muchas mesas habrá<br />

más de cuatro sentados. ¿dos mil más? La<br />

cifra es exagerada (si no fuera así, habría más<br />

bancos por mesa), y seis mil personas todavía<br />

es un número lejano de los cálculos<br />

“oficiales”. A un así, es un chingo de gente;<br />

una gran masa que en términos de Elías<br />

Canetti se caracteriza por ser festiva-cerradarápida-rítmica,<br />

esto es, la fiesta como<br />

dominante efectiva; cerrada porque funciona<br />

sobre un espacio previamente determinado y<br />

d<strong>el</strong>imitado, renuncia al crecimiento y centra<br />

su atención en <strong>el</strong> tiempo, en lo que perdurará;<br />

rápida porque la fiesta es efímera, se forma<br />

con v<strong>el</strong>ocidad y no tarda mucho en<br />

satisfacerse; y rítmica porque no hay espera,<br />

se descarga y carga continuamente.<br />

La luz sigue constante y la densidad, al igual<br />

que <strong>el</strong> copeo, aumenta. A través de las<br />

bocinas, y cada vez a mayor volumen, se<br />

escuchan distintas canciones entre las que<br />

destacan varios covers a ritmo grupero de “Tú<br />

y yo somos uno mismo” d<strong>el</strong> extinto grupo<br />

Timbiriche, arreglos a “You Can Cali me Al”<br />

d<strong>el</strong> rockero Paul Simon; resulta imposible<br />

aislarse de la música <strong>el</strong> efecto de sensación de<br />

desificación d<strong>el</strong> sonido, como si la música<br />

fuera licuándose y cristalizándose hasta<br />

tornarse caso sólida”. Claro que esta<br />

“solidificación” tiene mucho de distorsión. Se<br />

platica a gritos.<br />

El tiempo pasa rápido y tal vez como<br />

influencia de la t<strong>el</strong>e, alrededor de las 11 de la<br />

noche se abre la pista con música que es<br />

cortinilla en los programas de lucha libre. Tras<br />

<strong>el</strong> preámbulo, un par de espontáneos toman<br />

por asalto la pista totalmente vacía y<br />

comienzan a bailar: Unos cuantos tragos más<br />

y, como decía <strong>el</strong> Piporro, ¡a darle al taconazo!<br />

Rápidamente se vacían las mesas y la<br />

densidad se apodera de la pista; en poco<br />

tiempo <strong>el</strong> espacio resulta insuficiente y<br />

algunos bailarines se ven obligados a ocupar<br />

cualquier sitio disponible.


El ritmo de esta masa canettiana es muy<br />

variado: se carga y descarga constantemente.<br />

Hay quienes bailan, muchos siguen bebiendo,<br />

se deambula en busca de pareja, y otro más<br />

sigue <strong>el</strong> rumbo de los baños pues la cerveza<br />

es traicionera. Al interior de estos, la luz es<br />

muy fuerte y la interacción mínima: aunque la<br />

mayoría se contempla al espejo, no se lava las<br />

manos (ignoro si por no dar propina).<br />

Sobresale un letrero donde se informa que<br />

aqu<strong>el</strong> sorprendido consumiendo<br />

“estupefacientes” o “drogas” será consignado<br />

a las autoridades. Llama la atención <strong>el</strong><br />

barroquismo con que están acomodadas<br />

lociones, chicharrones, salsa valentina,<br />

cigarros, puros, peines. Alka s<strong>el</strong>tzer, Pepto<br />

Bismol, aspirinas, pastillas Halls, papitas,<br />

dulces y condones. Y esta obra barroca es<br />

similar en <strong>el</strong> baño de las mujeres, donde<br />

además de venderse <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> higiénico pueden<br />

encontrarse maquillajes, perfumes, Tampax, y<br />

Saba intima, más no condones. En éste juego<br />

de seducción <strong>el</strong> hombre llevará la iniciativa, es<br />

<strong>el</strong> quien tiene acceso al condón.<br />

Camino a la pista pienso en la idea de<br />

Monsiváis sobre <strong>el</strong> baile como un respiradero<br />

sexual, parecería poco tactible en los tiempos<br />

d<strong>el</strong> siam-dance y sin embargo aquí bailar con<br />

pareja es fundamental; pero no hay que<br />

hacerlo nomás porque sí, en <strong>el</strong> modo se<br />

demarca la separación entre lo masculino y lo<br />

femenino. Por momentos se trata de hacer d<strong>el</strong><br />

dos uno, así que debemos buscar la distancia<br />

íntima en su fase más cercana; no importa <strong>el</strong><br />

peso o estatura, la temperatura corporal<br />

aumenta y <strong>el</strong> frotar de cuerpos es muy<br />

intenso, sobre todo si te sabes observado. Así<br />

que a ejercitar <strong>el</strong> tacto activo y pasivo: me<br />

saparo y acerco, alargo <strong>el</strong> brazo, la jalo,<br />

levanto la pierna y pasa por abajo, regresa, la<br />

restregó en mi cuerpo,<br />

cargocachondeoymanoseo y de pronto están<br />

sus nalgas en mis hombros. La bajo y de<br />

nuevo comenzar. Y sin perder <strong>el</strong> ritmo.<br />

Escucho a una joven preguntar “¿no peso?,<br />

¡nada!”, exclama su pareja de baile.<br />

En la forma de llevar a la pareja debe notarse,<br />

o al menos simularse, quien tiene la iniciativa,<br />

quien lleva <strong>el</strong> mando. En este niv<strong>el</strong> –cuya<br />

técnica corporal es extra-cotidiana- <strong>el</strong> baile se<br />

visualiza como un festivo y gozoso desmadre:<br />

por toda la pista y espacio disponible hay<br />

distintos pesos, tiempos y acrobacias, aunque<br />

esto es sólo aparente pues en <strong>el</strong> fondo<br />

siempre se siguen determinadas<br />

regularidades, ciertas constantes. Urresti<br />

plantea que <strong>el</strong> modo de moverse jamás es<br />

caótico, al contrario, siempre responde a un<br />

hábito personal adquirido. En este sentido,<br />

bailamos de acuerdo al capital cultural con <strong>el</strong><br />

que contamos y hemos incorporado a través<br />

de un determinado trabajo de inculcación y<br />

asimilación, <strong>el</strong> cual lleva tiempo y debe ser<br />

invertido personalmente por <strong>el</strong> “inversionista”.<br />

S e baila con un doble estímulos la música y<br />

las miradas de los demás, así que en un<br />

siguiente niv<strong>el</strong> –una vez que te sabes visto-<br />

los pasos son cada vez más sofisticados y<br />

entre las parejas aumenta la lucha por<br />

mostrar <strong>el</strong> capital simbólico; bailando hay que<br />

destacar, forjarse una reputación de<br />

competencia, una imagen de respetabilidad e<br />

imponer <strong>el</strong> prestigio además, como varias<br />

chavas, cuidar que no se les desacomode <strong>el</strong><br />

sombrero. Empero, todo esto no limita en lo<br />

absoluto <strong>el</strong> goce que <strong>el</strong> baile conlleva.<br />

Para realizar esta compleja coreografíacachondeo<br />

es indispensable contar con una<br />

condición física a toda prueba, así que muchos<br />

optamos por bailar <strong>el</strong> un-dos norteña (o lo<br />

que suponemos es norteño), pero a mayor<br />

v<strong>el</strong>ocidad. El ritmo marcadito y machacón de<br />

las canciones continúa y por <strong>el</strong> volumen uno<br />

comienza a desear tener oídos de artillero. El<br />

ambiente va en aumento. Lo mismo que la<br />

temperatura corporal y <strong>el</strong> humo de miles de<br />

cigarros; tras un rato de baile en las mesas se<br />

recobra la fuerza y <strong>el</strong> ánimo a través de<br />

nuevos tragos; hay menos inhibiciones y se<br />

desata la búsqueda de una pareja para bailar.<br />

Y es aquí cuando las mujeres equilibran la<br />

balanza de baile pues sólo <strong>el</strong>las deciden con<br />

quien bailarán. Varias, como las de la mesa de<br />

al lado, durante toda la noche siguen <strong>el</strong> ritmo<br />

y mueven hombros, cab<strong>el</strong>lo, brazos, manos y<br />

cintura; sin embargo, desprecian a cuanto<br />

hombre las invite a bailar una quebradita. A<br />

partir de ahora, <strong>el</strong> lugar se va reduciendo con<br />

<strong>el</strong> alcohol, y éste convierte al espacio en algo<br />

más agradable aún; la atmósfera se<br />

transforma, nos va poniendo cómodos, y en<br />

esto pueden ayudar dos empleadas que<br />

incansablemente recorren <strong>el</strong> sitio ofreciendo<br />

muppets. Muchos se secan <strong>el</strong> abundante<br />

sudor y los encargados de seguridad con una<br />

pequeña linterna encendida que mueven<br />

91


horizontalmente –la clave con la que indican<br />

“sin novedad”- continúan recorriendo <strong>el</strong> rodeo.<br />

Cuando parece decaer ligeramente <strong>el</strong> ánimo,<br />

<strong>el</strong> disc jockey programa la espontaneidad y<br />

comienza a escucharse “No rompas más, mi<br />

pobre corazón, me estás pegando fuerte,<br />

entiénd<strong>el</strong>o”. En ese momento, y por las<br />

razones subjetivas que sean, todos se lanzan<br />

a la pista creándose una multitudinaria y<br />

festiva coreografía de dos pasos. Derecha,<br />

aplauso, dos pasos izquierda, aplauso, dos<br />

pasos atrás, aplauso, dos pasos al frente,<br />

aplauso, y otra vez a la derecha con aplaudo.<br />

La tónica se prolongara por varias canciones,<br />

cada vez a mayor v<strong>el</strong>ocidad, con pisotones,<br />

reciamos, carcajadas, empujones y una que<br />

otra confirmación sobre la incapacidad física<br />

para <strong>el</strong> baile. No falta quien le indique con la<br />

mano a los despistados la dirección que deben<br />

seguir y por todo <strong>el</strong> rodeo se multiplican las<br />

coreografías colectivas.<br />

La algarabla es cada vez mayor y <strong>el</strong> éxito d<strong>el</strong><br />

baile colectivo es festejado ruidosamente<br />

minutos antes de la medianoche. Ahora la<br />

música cambia de ritmo y las canciones<br />

rancheras se suceden una tras otra; muchos<br />

cantan a viva voz aunque conforme pasen los<br />

minutos serán más los que chiflen por la<br />

tardanza de un concierto programado a las<br />

once. Comienza la desesperación y se suceden<br />

los comentario sobre la “poca madre” de la<br />

cantante: por las bocinas se escucha una<br />

trompeta que acompaña a Alejandro<br />

Fernández quien lamentándose canta junto<br />

con las más de cuatro mil personas que están<br />

en <strong>el</strong> rodeo: “Ay, ay, quiero que se oiga mi<br />

llanto, como me dolió perderte, después de<br />

quererte tanta, ay, después de quererla tanto,<br />

Diosito dame consu<strong>el</strong>o, para sacarme de<br />

adentro, esto que me está matando, aaayy”.<br />

V. SI ME VAS A ABANDONAR…<br />

El preámbulo ya ha sido suficiente y a las<br />

doce con diecisiete la luz desaparece; <strong>el</strong><br />

escenario, cuyo fondo representa varias casas<br />

d<strong>el</strong> viejo oeste y está adornado con dos<br />

ruedas de carrera y un maniquí vestido de<br />

vaquero que en descuido puede confundirse<br />

con alguien d<strong>el</strong> staff, se llena de humo<br />

artificial.<br />

92<br />

Los músicos –dos guitarristas, un bajista,<br />

percusionista, baterista y teclado-<br />

discretamente aparecen y ocupan su lugar d<strong>el</strong><br />

que casi no se moverán. Salvo la corista, <strong>el</strong><br />

resto va uniformado con pantalón de<br />

mezclilla, la misma camisa y chaleco negro. Es<br />

claro <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> secundario que ocupan en la<br />

representación, Inician una movida<br />

introducción hasta que, de una puerta que<br />

forma parte de la escenografia, aparece Ana<br />

Bárbara quien lleva botas negras, un<br />

entalladísimo pantalón negro con barbas a los<br />

lados, una corta blusa naranja a la que<br />

frecuentemente se le baja <strong>el</strong> cierre y una<br />

texana de color negra que se quita y pone a lo<br />

largo de su presentación y que además<br />

constantemente gira en su dedo índice.<br />

Continúa cantando al tiempo que mueve la<br />

cintura y gira sobre sí misma. A diferencia de<br />

otras ocasiones, hoy la condición de la música<br />

no es de fondo y sirve sólo para bailar. Hoy,<br />

todos la contemplan: las chavas aplauden y<br />

los hombres agitan sus sombreros. No se ve a<br />

nadie bailar, y le chiflan más que aplaudir. Ya<br />

se ha impuesto un nuevo capital simbólico que<br />

ahora se manifiesta en una táctica de<br />

circunstancias en la cual Ana Bárbara ostenta<br />

<strong>el</strong> estatus superior y mantiene una postura<br />

r<strong>el</strong>ajada; juega con la proximidad pero no<br />

toca a nadie, fija de pronto su mirada en<br />

alguien y de inmediato, con cierta coquetería<br />

estudiada, pasa a ignorarlo, su aspecto y<br />

actitud son informales – en tanto la gente se<br />

muestra más tensa y ansiosa, la mirada es<br />

expectante y vigila, esperan y anh<strong>el</strong>an<br />

tocarla-, sonríe aunque no es obligatorio<br />

hacerlo. Y con <strong>el</strong>lo jugará a lo largo de toda su<br />

presentación.<br />

Desde las primeras canciones y con distintos<br />

ritmos, deja en claro que los temas de su<br />

espectáculo giran –como casi toda la onda<br />

grupera- en torno al desamor y <strong>el</strong> amor en<br />

todas sus variantes y situaciones, gozar y<br />

sufrir, interrumpidos esporádicamente por lo<br />

festivo, <strong>el</strong> bailar -con pareja o amigos- en<br />

alguna pachanga. Y todo esto lo hace<br />

cantando en primera persona, de una manera<br />

directa –sin complicaciones, con referentes<br />

culturales compartidos- y en un estilo que<br />

conjuga a un tiempo sensualidad y lamento.<br />

Sus interpretaciones serán complementadas<br />

con un intensísimo discurso. Admite la<br />

dificultad porque todo <strong>el</strong> género es así.


Camina hasta <strong>el</strong> maniquí y lo abraza, habrá<br />

que buscar “uno como este. Un mudo,<br />

chavas”.<br />

Vienen más canciones en las cuales despliega<br />

su recurso escénico más significativo:<br />

(…) <strong>el</strong> propio cuerpo. Tal vez, porque la pista<br />

está caliente, hay fuego entre la gente, mi<br />

sangre tiene ac<strong>el</strong>eración. El ritmo de mi<br />

cuerpo, me pide movimiento, y yo que no lo<br />

puedo parar. Y tú que estas volando, y yo que<br />

estoy volando, hay química para este amor.<br />

No para de bailar porque la música nos<br />

mueve, al ritmo d<strong>el</strong> salón, y siento que te<br />

quiero besaaar, bailando quebradita, siento<br />

este dolor, y todo ya te quiero entregaaar.<br />

Se contonea y gira moviendo la cintua al<br />

tiempo que pregunta “quién quiere mover <strong>el</strong><br />

bote conmigo, chavos?”. La respuesta es<br />

obvia, así que con <strong>el</strong> ritmo de un efectivo bajo<br />

machacón y <strong>el</strong> acompañamiento de un teclado<br />

que simula trompetas y saxos, nos invita;<br />

Ven, sacúdeme, sacúdamee, de la cabeza a<br />

los pies, sacúdamee, ven, sacúdeme,<br />

sacúdemee, que me quiero enloquecer<br />

mientras las luces intermitentes sobre la pista<br />

marcan tenuemente <strong>el</strong> efecto de escisión<br />

adentro-afuera, sólo que ahora entre la pista<br />

y <strong>el</strong> escenario como <strong>el</strong> centro de todo. En este<br />

último, si bien hay algunas luces de colores<br />

que se prenden y apagan intermitentemente,<br />

más no con esa intención simbólica propia d<strong>el</strong><br />

teatro o d<strong>el</strong> rock. Predomina una luz<br />

constante, de carácter general. Por <strong>el</strong><br />

contrario, en la pista hay más obscuridad y<br />

luces intermitentes, en tanto que fuera de sus<br />

límites, en las mesas, de nueva cuenta una<br />

luz general que no impide a muchos discutir,<br />

besarse o de plano cachondearse pues:<br />

No supe, qué pasó, caí en tu red<br />

irremediablente. Y de ti, que hay de ti, te<br />

esfumaste así tan de repente. Y siempre estoy<br />

soñando con tus besos, y siempre recordando<br />

tú anh<strong>el</strong>o, la noche en que me hiciste entre<br />

tus brazos, tan tuya aahha, y siempre estoy<br />

llorándote en silencio, buscando con mi<br />

cuerpo tu lecho, bañado con la luna y mil<br />

caricias perdidas.<br />

Los arreglos y lo pegajoso d<strong>el</strong> ritmo facilitan<br />

mover <strong>el</strong> cuerpo y sobre <strong>el</strong> escenario<br />

despliega su coreografía.<br />

La calurosa densidad desatada en torno al<br />

escenario es cada vez mas fuerte, así que un<br />

mesero se atraviesa cargando una cubeta con<br />

cervezas que rápido se acaban. Sin duda, la<br />

costumbre de ver artistas sólo a través de los<br />

medios hace que la masa sw compacte y lance<br />

hacia <strong>el</strong> escenario: resulta necesario certificar<br />

que en realidad es Ana Bárbara y no un doble.<br />

¿En persona es igual que en la t<strong>el</strong>e? Al<br />

tiempo, ese mediador que –en términos de<br />

Martín Barbero hace brotar la suspicacia: hay<br />

quien asegura que “está haciendo Playback,<br />

fijate en la boca”. Una vez certificada la<br />

autenticidad vendrán más dudas, sobre todo<br />

de algunas mujeres quienes afirman que “esa<br />

vieja está operada”. Es constante <strong>el</strong> ir y venir<br />

de la pista a las mesas y viceversa, por lo que<br />

se nota un leve descenso en <strong>el</strong> ánimo de la<br />

gente y ya hay varios borrachos, ganadebrios,<br />

que alegan entre sí.<br />

Es <strong>el</strong> momento de cantar un popurrí con las<br />

canciones de Marco Antonio Solís, ex<br />

integrante de Los Bukis, que recobran la<br />

intensidad perdida. La música es pegajosa y<br />

hace que muchos muevan cabezas y pies<br />

llevando <strong>el</strong> ritmo. Otros más agitan sus<br />

sombreros. El discurso antimachos tiene una<br />

pausa y en <strong>el</strong>la Ana Bárbara comenta que<br />

“vengo de una gira de Sudamérica y la gente<br />

es maravillosa. Pero la gente de <strong>México</strong> ¡es<br />

mejor!”. Tras la algarabía desatada canta a<br />

cap<strong>el</strong>a con la corista –la cual es su hermana;<br />

sería muy extraño que faltara <strong>el</strong> grito de<br />

“cuñada”- “Querido amigo”, la cual parece<br />

obligación conocer y cantar. Le sigue una<br />

pieza de Juan Gabri<strong>el</strong> y cuando se escucha<br />

todo lo haces muy bien, tú <strong>el</strong> rodeo se vu<strong>el</strong>ve<br />

una réplica de “Siempre en Domingo” donde<br />

al unísono se canta y casi todos mueve los<br />

brazos.<br />

Más ad<strong>el</strong>ante presenta a “un nuevo valor, a<br />

Alfredo Calderón”, uno de sus guitarristas que<br />

canta tú estás siempre en mi mente y aunque<br />

le escuchan, para <strong>el</strong> desamor pues al fin y al<br />

cabo por algo vivimos dentro de la jaula de la<br />

m<strong>el</strong>ancolía, y cantando-lamentándose dice a<br />

quien la engaño que “tu amor es una trampa,<br />

una trampa maldita, una trampa que poco-apoco<br />

acaba con mi vida, tu amor es una<br />

trampa, una trampa maldita, una trampa que<br />

esta acabando con mi corazón” que es uno de<br />

sus éxitos más sonados en la radio; no ha<br />

dejado de contonearse y mueve con su dedo<br />

93


índice <strong>el</strong> sombrero mientras d<strong>el</strong> techo se<br />

desprende pirotecnia. A la una –veintiséis<br />

acaba su actuación, se escuchan algunos<br />

tibios gritos de ¡otra! Y vu<strong>el</strong>ve para asegurar<br />

que “no lloraré, resistiré, aunque me muera<br />

de dolor. Si ya no estas, si hoy te vas, mi vida<br />

entera romperás. No lloraré, fingiré, que<br />

nunca tuve tu amor, que no existió, que sólo<br />

fue, <strong>el</strong> más hermoso que soñé”. Muchos la<br />

contemplan antes que se vaya y otros bailan<br />

sobre los bancos; una joven lo hace mientras<br />

algún amigo la sostiene de la mano.<br />

Aprovecha <strong>el</strong> ritmo para detenerla d<strong>el</strong> trasero<br />

y <strong>el</strong>la discretamente le quitará la mano.<br />

Minutos después él se besa con otra chava.<br />

Finalmente, Ana Bárbara anuncia otro éxito y<br />

antes de cantarlo a modo de epílogo cierra<br />

afirmando que pese a todo “sin ustedes los<br />

chavos no podemos Ormir”-Les dedica la<br />

canción y pide aplausos. La densidad d<strong>el</strong><br />

ambiente es muy grande así que:<br />

(…) Una noche de romance se distingue por su<br />

olor, y espero que me veas desde afuera, te<br />

hago señas desde adentro, que ya está<br />

abierto <strong>el</strong> balcón. Me asusta pero me gusta,<br />

que me persigas como sirena, me asusta pero<br />

me gusta, que cariñosamente me saques las<br />

penas, me asusta pero me gusta, que llegues<br />

hasta <strong>el</strong> fondo de mi corazón.<br />

Mientras repite la rutina d<strong>el</strong> contoneo y <strong>el</strong><br />

sobrero. Da las gracias y se marcha. El juego<br />

de palabras es sugestivo y algunos improvisan<br />

sobre <strong>el</strong> contenido sexual de aqu<strong>el</strong>lo que<br />

aunque asusta, nos gusta.<br />

VI. BOTERO EN EL RODEO<br />

Repuestos de su ausencia la salida es en<br />

desbandada y no faltan los meseros que<br />

persiguen a alguno para pedirle propina –<br />

porque aquí se toma y se paga. El tumulto es<br />

porque dentro de pocos minutos dará inicio <strong>el</strong><br />

Rodeo de Medianoche, “que es una copia d<strong>el</strong><br />

de Monterrey”, dice un chavo. Este rodeo<br />

nocturno se lleva a cabo dentro de una<br />

pequeña y bien iluminada plaza de toros que<br />

está cerca al toro mecánico que a esta hora<br />

está completamente atiborrada. Parece que<br />

no cabe nadie más, y sin embargo, la gente<br />

continúa entrando hasta que se ocupa todo <strong>el</strong><br />

espacio disponible (aunque hay un pequeño<br />

apartado con mesa y sillas para quienes<br />

94<br />

ordenen bot<strong>el</strong>la). En medio de esta enorme<br />

densidad, y luego de que en la entrada dos<br />

“vaqueras” cambien bot<strong>el</strong>las, copas y<br />

“caballitos” de cristal por vasos desechables<br />

de plástico, puede presenciarse una carrera<br />

de mulitas montadas por mujeres<br />

s<strong>el</strong>eccionadas entre <strong>el</strong> público. El espectáculo<br />

es atroz: ante <strong>el</strong> gran peso de alguna “jinetes”<br />

que parecen sacadas de algún cuadro de<br />

Botero, los pobres animales están a punto de<br />

desfallecer; sin embargo, cuando algunos<br />

empleados las persiguen y pican con una<br />

vara, las mulas reparan violentamente<br />

mandando a más de una gorda por los aires.<br />

Este espectáculo plagado de humor<br />

involuntario es narrado por un conductor<br />

locutor y animador que, según <strong>el</strong> Musical<br />

Vaquera Rodeo Santa Fe, es “<strong>el</strong> alma d<strong>el</strong><br />

ambiente, ya que si <strong>el</strong> locutor no le da <strong>el</strong><br />

sabor adecuado al rodeo, la gente no sabe ni<br />

se da idea de lo que es este nuevo concepto,<br />

que ya está siendo un stylo de vida (sicazo),<br />

aquí en <strong>México</strong> como en Estados Unidos. Por<br />

eso <strong>el</strong> locutor debe tener conocimientos<br />

básicos d<strong>el</strong> reglamento para transmitirle al<br />

público la esencia de este deporte. Y es<br />

también <strong>el</strong> que se pone de acuerdo con <strong>el</strong><br />

director de arena para saber qué juegos se<br />

van a presentar esta noche y con <strong>el</strong> discjockey<br />

para conocer la música que amenizará <strong>el</strong><br />

rodeo”. En la plaza decorada con pap<strong>el</strong> picado<br />

multicolor, <strong>el</strong> deficiente equipo de sonido, <strong>el</strong><br />

eco causado por <strong>el</strong> techo de lámina, o porque<br />

a estas alturas cada quien trae su propia<br />

fiesta donde parece no importar demasiado la<br />

esencia de ninguna cosa.<br />

Los nombran y aparecen uno a uno los jinetes<br />

que esta noche realizarán las montas,<br />

dependiendo de la bandera que ondeen –<br />

Puerto Rico, Canadá, Estados Unidos-, será la<br />

intensidad de las mentadas de madre que<br />

reciban . La reacción se convierte en rutina, y<br />

cuando aparece la bandera de <strong>México</strong> los<br />

nacionalismos, de 15 de septiembre se<br />

despliegan por todo <strong>el</strong> local. Se abre un lapso<br />

más o menos solemne en <strong>el</strong> cual se recitará<br />

una plegaría y un sector importante d<strong>el</strong><br />

público se pone de pie; alineados y dibujando<br />

con <strong>el</strong> pie una cruz, jinetes, payasos y quienes<br />

estén en <strong>el</strong> ruedo durante <strong>el</strong> rodeo, pondrán<br />

una rodilla en tierra y escucharán al locutor<br />

decir.


Señor, te damos las gracia por dejarnos <strong>el</strong><br />

rodeo amar. Esto que nosotros llamamos<br />

rodeo, esto que es una batalla entre <strong>el</strong> jinete<br />

con su agilidad y destreza y <strong>el</strong> toro con su<br />

fuerza y bravura. Así también señor, te<br />

pedimos por los Áng<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> rodeo; los<br />

payasos de rodeo, ya que sin <strong>el</strong>los no<br />

podríamos sobrevivir. Te pedimos por la gente<br />

bonita que nos acompaña y porque ésta no<br />

sea la última de nuestras montas y mucho<br />

menos, aquí en tu casa Rodeo Santa Fe.<br />

Amén.<br />

E inicia <strong>el</strong> primer estallido d<strong>el</strong> público que es<br />

acompañado por algunas olas, la voz de<br />

cualquier multitud. Se abre otro lapso en <strong>el</strong><br />

cual, dentro de un reducidísimo cajón donde<br />

está un toro, se monta y amarra mediante un<br />

lazo <strong>el</strong> primer jinete de la noche.<br />

La salida es todavía más desordenada, así que<br />

mientras algunos regresan al salón grupero, la<br />

mayoría opta por irse en medio d<strong>el</strong> caos para<br />

recibir su auto. De vu<strong>el</strong>ta a la noche, en <strong>el</strong><br />

vértigo d<strong>el</strong> periférico y <strong>el</strong> neón, se cambia de<br />

tribu e imaginario mientras en la distancia<br />

queda la enorme aunque no muy visible<br />

marquesina que anuncia la presentación de<br />

Ana Bárbara.<br />

95


LA TRANSICIÓN DE LA<br />

SOCIEDAD MEXICANA<br />

HACIA EL PLURALISMO<br />

POLITICO: DIMENSIONES<br />

INTERNA Y EXTERNA DEL<br />

PROCESO.<br />

96<br />

EPÍLOGO<br />

Casi 70 años duró <strong>el</strong> segundo Estado<br />

mexicano. En ese lapso contribuyó a crear un<br />

sistema político que durante decenios fue la<br />

admiración de muchos, incluso receta para<br />

otros países latinoamericanos. Fue un Estado<br />

que logró resolver <strong>el</strong> dilema histórico entre<br />

estabilidad política y transmisión pacífica d<strong>el</strong><br />

poder, a la vez que desarrollaba una amplia<br />

flexibilidad gracias a su naturaleza inclusiva<br />

de las fuerzas sociales que iba creando vía la<br />

modernización d<strong>el</strong> país. Contó para <strong>el</strong>lo, como<br />

piedra fundamental, con un partido que por su<br />

pretensión de representar al todo social<br />

resultaba hegemónico. No fue <strong>el</strong> único Estado<br />

con partido dominante, pues la segunda<br />

posguerra trajo consigo buen número de<br />

países de reciente independencia y de partido<br />

único y se vio también acompañado por muy<br />

respetables naciones democráticas, como fue<br />

<strong>el</strong> caso de Suecia, Isra<strong>el</strong> y Alemania<br />

Occidental, en donde un partido dominante<br />

primó en la escena política durante decenios.<br />

Al igual que en éstos últimos, ni siquiera en la<br />

épocas de mayor predominio d<strong>el</strong> PNR-PRM-<br />

PRI, se rechazó en <strong>México</strong> la posibilidad de<br />

pluralismo, por otra parte consignado en la<br />

Constitución política d<strong>el</strong> país, ni tampoco<br />

conoció la suspensión o diferimiento de una<br />

sola <strong>el</strong>ección nacional o local. El pluralismo<br />

incluso se alentó a veces artificialmente, como<br />

fue <strong>el</strong> caso de varios partidos políticos<br />

pequeños, para dar cabida a minorías que en<br />

países democráticos ni siquiera son tomadas<br />

en cuenta.<br />

Esa configuración hizo posible un Estado<br />

fuerte por primera vez en la historia nacional,<br />

y además comprometido con la<br />

modernización. Un Estado que bajo<br />

circunstancias iniciales penosas, introdujo<br />

cambios de tal naturaleza en la realidad física<br />

y en la conciencia de los habitantes –<br />

carreteras y educación, por ejemplo- que<br />

sutilmente al principio, pero con mayor<br />

evidencia y alcance después, erosionaron la<br />

base social que apoyaba <strong>el</strong> diseño original.<br />

Entre 1938, cuando Cárdenas configura al<br />

partido sectorizado, ahora mal llamado<br />

corporativo, y 1988, cuando ese arreglo<br />

empieza a dar muestras de ineficacia frente a<br />

la nueva realidad, corren exactamente<br />

cincuenta años de empeñosa modernización<br />

en todos los órdenes. No extraña que una<br />

realidad social, cambiada reaccionara, bajo <strong>el</strong><br />

impacto de la crisis económica más profunda<br />

de este siglo, en la forma en que lo hizo en<br />

1988, sino que no se hubiera previsto, pues<br />

los síntomas estaban presentes al menos dos<br />

décadas antes. Pero sea como fuere, <strong>el</strong> hecho<br />

que conviene resaltar aquí es que fue posible<br />

establecer un Estado eficaz y con capacidad<br />

para solventar casi todos los conflictos que<br />

creó la modernización d<strong>el</strong> país, mantener <strong>el</strong><br />

equilibrio entre los actores políticos y sociales,<br />

y propiciar la estabilidad y <strong>el</strong> crecimiento<br />

durante por lo menos cinco décadas.<br />

El diseño mismo d<strong>el</strong> partido implicaba algo<br />

mucho más importante: una organización que<br />

si bien no representaba a toda la sociedad (en<br />

un principio, los reaccionarios quedaban de<br />

lado), pretendía hacerlo, pues la abarcaba casi<br />

toda. Y tenía en consecuencia un efecto claro<br />

e importante como frente aglutinador de todas<br />

las tendencias políticas. El agotamiento de ese<br />

frente, prolongado más allá de su término<br />

natural de vida y utilidad, abrió serie de<br />

perspectivas alternativas de futuro político<br />

antes impensadas. Éste es, sin duda alguna,<br />

<strong>el</strong> síntoma más claro d<strong>el</strong> inicio de la<br />

configuración d<strong>el</strong> nuevo síntoma más claro d<strong>el</strong><br />

inicio de la configuración d<strong>el</strong> nuevo Estado<br />

mexicano. Situación que ha significado, entre<br />

otras consecuencias, la conciencia de la<br />

necesidad de ajustar las reglas de<br />

competencia para igualar a los contendientes.<br />

Antes <strong>el</strong> peso de las circunstancias resultó<br />

apenas natural que se impusiera <strong>el</strong> cambio d<strong>el</strong><br />

partido de la Revolución, la pieza más<br />

importante durante años de lo que los<br />

politólogos llaman <strong>el</strong> sistema político<br />

mexicano. La forma de integración d<strong>el</strong> partido,<br />

los sectores, que se correspondía<br />

perfectamente con las formas asociadas<br />

añejas de la sociedad mexicana, premodernas<br />

si se quiere, en las cuales <strong>el</strong> concepto de


ciudadano y de individuo encontraba fuertes<br />

resistencias<br />

Para su implantación, entró definitivamente<br />

en crisis a fines de los ochenta. Los intentos<br />

por adecuarlo mediante la organización<br />

geográfica y la definición como partido de<br />

ciudadanos, reforma largamente pospuesta,<br />

son la expresión de la pérdida d<strong>el</strong><br />

hegemonismo, la disgragación d<strong>el</strong> voto<br />

sectorial y <strong>el</strong> inicio pleno de la competitividad<br />

<strong>el</strong>ectoral.<br />

Pero <strong>el</strong> rasgo mas importante de la<br />

transformación que apunta al surgimiento d<strong>el</strong><br />

tercer Estado se ubica al niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Estado<br />

mismo. Superado <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o estatista de<br />

crecimiento se ha iniciado la puesta en<br />

marcha de un nuevo mod<strong>el</strong>o para avenir <strong>el</strong><br />

libre mercado con la vocación social d<strong>el</strong><br />

Estado mexicano, pero que supone ad<strong>el</strong>gazar<br />

a éste y redefinir sus compromisos y<br />

r<strong>el</strong>aciones con la sociedad. El nuevo mod<strong>el</strong>o,<br />

al que se ha llamado de liberalismo social, se<br />

echó a andar con la idea de continuar la<br />

modernización y <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> país<br />

aunque por medios diferentes, pero sin dejar<br />

de lago la atención a rezagos y desigualdades<br />

sociales. ¿Vino nuevo en odres viejos? Puede<br />

ser que así sea. Sin embargo, en la medida<br />

que <strong>el</strong> nuevo mod<strong>el</strong>o ha significado la<br />

reducción en las dimensiones d<strong>el</strong> Estado<br />

mexicano, lo cual contradice las justificaciones<br />

ideológicas que habían legitimado su quehacer<br />

por decenios, sí puede afirmarse que la<br />

reforma estructural de la economía ha<br />

repercutido ampliamente en <strong>el</strong> ámbito político,<br />

y subraya que <strong>México</strong> se encuentra en vías de<br />

la configuración de un tercer Estado. De esta<br />

suerte también puede hablarse de una<br />

reforma estructural política que se inició en la<br />

económica, y que aún no termina. Es de<br />

suponerse, si no prevalecen actitudes<br />

maxialistas y de ruptura de algunos actores<br />

políticos, que la sere de procesos así<br />

desatados conduzcan a un niv<strong>el</strong> superior de<br />

acomodos y arreglos negociados, a una<br />

democracia ampliada que sustituya a la<br />

limitada democracia funcional anterior y<br />

supere los límites a la participación que se<br />

han puesto en evidencia desde los años<br />

ochenta. Aquí la cuestión crucial es ¿estamos<br />

o no en vísperas de una ampliación en la<br />

participación de tal naturaleza que conduzca a<br />

un sistema político más democrático? ¿Están<br />

en aptitud los principales actores políticos<br />

para lograrlo? Porque una cosa es <strong>el</strong><br />

surgimiento de un <strong>el</strong>ectorado más consciente<br />

e informado que cataliza las tendencias<br />

sociales a la participación presente hace<br />

tiempo en la sociedad. Pero otra muy<br />

diferente es la capacidad de los actores<br />

políticos principales, los partidos y sus<br />

dirigentes, para entender esa realidad y<br />

conducirla adecuadamente.<br />

Un inicio de respuesta a estas preguntas se<br />

encuentra en los nuevos temas que se<br />

debaten ahora en <strong>el</strong> país. El primer tema,<br />

central a todos, es <strong>el</strong> de la democracia. Tema,<br />

por otro lado, que en <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong>,<br />

requiere de un deslinde previo. Ante todo hay<br />

que tomar en cuenta que ésta ha sido y sigue<br />

siendo predominantemente una preocupación<br />

de las élites políticas más que objeto de una<br />

amplia demanda popular. Salvo casos locales<br />

de movimientos ad hoc organizados por la<br />

oposición para exigir respeto al voto, no se<br />

han visto movilizaciones a niv<strong>el</strong> nacional como<br />

las de Europa de Este o en los países d<strong>el</strong> Cono<br />

Sur. Tener presente esta circunstancia aclara<br />

mucho <strong>el</strong> panorama de la discusión d<strong>el</strong> tema<br />

democrático mexicano, pues se trata de los<br />

actores políticos principales, y sólo los<br />

actores, poniéndose de acuerdo sobre las<br />

reglas de juego, y de int<strong>el</strong>ectuales e ideólogos<br />

discutiendo transiciones a la democracia y sus<br />

alcances Sin embargo, se trata de un debate<br />

novedoso, y tratándose d<strong>el</strong> primero a fondo<br />

después d<strong>el</strong> que provocó <strong>el</strong> maderismo,<br />

trascendente en la medida que impacta la<br />

legislación <strong>el</strong>ectoral e incorpora, al menos en<br />

sus expresiones más académicas, corrientes<br />

de pensamiento político extranjeras.<br />

La primera evidencia de la naturaleza distinta<br />

de este debate reside en <strong>el</strong> hecho de que <strong>el</strong><br />

sistema de partidos han cambiado en forma<br />

notable en pocos años. Si antes ese sistema<br />

de partidos estaba compuesto por un partido<br />

dominante y varios pequeños, un<br />

pluripartidismo claramente desequilibrado,<br />

ahora despunta en <strong>el</strong> horizonte un<br />

tripartidismo, como lo confirman los<br />

resultados de las <strong>el</strong>ecciones federales de<br />

1991, y se ac<strong>el</strong>eran las tendencias a la<br />

desaparición de los pequeños partidos. Las<br />

secu<strong>el</strong>as de las crisis económicas, en<br />

particular la que se inició en 1987-1988,<br />

repercutieron en <strong>el</strong> ámbito político partidista<br />

97


configurando dos agrupaciones fuertes en los<br />

flancos d<strong>el</strong> partido en <strong>el</strong> gobierno. En tanto <strong>el</strong><br />

debate sobre la suerte d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o estatista<br />

alentó una escisión en <strong>el</strong> PRI que al unirse con<br />

la vieja guardia comunista conformó una<br />

opción en <strong>el</strong> flanco izquierdo de ese partido, la<br />

afluencia de empresarios y un aumento en la<br />

militancia, sobre todo entre los votantes<br />

jóvenes, vigorizaron la opción siempre<br />

presente en su flanco derecho.<br />

Las negociaciones sobre las reglas de juego<br />

han pasado por dos etapas muy bien<br />

definidas. La primera cubre de 1946ª 1987,<br />

en la cual los cambios fueron otorgados, y se<br />

caracterizaron por abrir espacios a la<br />

oposición desde <strong>el</strong> poder. Esa etapa incluye la<br />

centralización d<strong>el</strong> proceso <strong>el</strong>ectoral federal, la<br />

disminución de requisitos para registrar<br />

partidos y la introducción de los postemas<br />

proporcionales, a fin de propiciar la presencia<br />

de otros partidos políticos en la cámara baja<br />

d<strong>el</strong> Congreso de la Unión. Esa etapa se<br />

corresponde también a la época culminante<br />

d<strong>el</strong> hegemonismo d<strong>el</strong> partido de la Revolución<br />

y <strong>el</strong> apogeo d<strong>el</strong> proyecto estatista. La segunda<br />

fase se inició tras de las <strong>el</strong>ecciones de 1988, y<br />

se caracteriza por reformas <strong>el</strong>ectorales<br />

pactadas, que se orientan a poner en igualdad<br />

de circunstancias a los partidos en la liza<br />

<strong>el</strong>ectoral, abrir <strong>el</strong> senado a la representación<br />

proporcional y cerrarle <strong>el</strong> camino a cualquier<br />

acción ilegítima en la búsqueda d<strong>el</strong> voto.<br />

Ambas etapas responden a criterios de<br />

legitimación, aunque con sentidos diferentes.<br />

En la primera etapa, la legitimación iba por los<br />

caminos de alentar una oposición que<br />

matizara la hegemonía priísta; en la segunda<br />

<strong>el</strong> objetivo consiste en llegar a tener<br />

<strong>el</strong>ecciones nacionales cuyos resultados sean<br />

aceptados por todos los actores políticos.<br />

Los pactos, en resumen, se perfilan ahora<br />

como la forma para que los actores políticos<br />

logreen acuerdos sobre las reglas d<strong>el</strong> juego<br />

democrático. De aquí que en enos de ocho<br />

años hayamos atestiguado tres reformas<br />

<strong>el</strong>ectorales. De aquí, también, que atrajeran la<br />

atención los análisis teóricos, ahora en boga<br />

en Estados Unidos y la Europa Mediterránea,<br />

sobre la transición a la democracia. A no<br />

pocos analistas y a muchos políticos priístas<br />

rep<strong>el</strong>e parte de este incipiente cuerpo teórico,<br />

ya que supone <strong>el</strong> tránsito de un estadio<br />

autoritario a otro democrático, basándose en<br />

98<br />

lo que se llama la tercera ola de<br />

democratización que comprende los casos de<br />

España y las dictaduras militares<br />

latinoamericanas. Pero la tecera ola, salvo <strong>el</strong><br />

caso exitoso de España, Chile y Argentina, en<br />

los demás países acusa rasgos hacia la<br />

regresión, como lo atestigua <strong>el</strong> Perú de<br />

Fujimori, o bien tendencias a una democracia<br />

d<strong>el</strong>egativa más que liberal. <strong>México</strong>, se arguye,<br />

no es parangonable a los países que sirvieron<br />

de mod<strong>el</strong>o para <strong>el</strong> apoyo empírico de ese<br />

cuerpo teórico, pues <strong>el</strong> hecho de haber pasado<br />

por una revolución al principio de este siglo<br />

estableció las bases para una evolución por<br />

caminos distintos a los países que sirven de<br />

ejemplo a las teorías sobre la transición a la<br />

democracia. La Revolución, por necesidad<br />

política, centralizo <strong>el</strong> poder y creó un Estado<br />

fuerte y protagónico d<strong>el</strong> desarrollo, a la vez<br />

que formalmente asumía la democracia<br />

representativa. En es medida, <strong>México</strong> ha<br />

contado con una estructura jurídicoinstitucional<br />

que obliga a <strong>el</strong>ecciones<br />

periódicas, conoce de un sistema de partidos<br />

en evolución desde los años treinta y tiene un<br />

ejército profesional sujeto al mando civil y al<br />

margen de la política. Desde 1918 a la fecha<br />

se han realizado al menos nueve reformas<br />

<strong>el</strong>ectorales, las últimas dos pactadas; desde<br />

1920 ninguna <strong>el</strong>ección federal o local se ha<br />

suspendido. No es casualidad, por <strong>el</strong>lo, que <strong>el</strong><br />

retiro reciente d<strong>el</strong> Estado de tantos terrenos<br />

de la vida social y económica d<strong>el</strong> país coincida<br />

con la plena aparición de fuerzas políticas<br />

nacionales en la lucha <strong>el</strong>ectoral y que, hoy<br />

casi un tercio de los habitantes se encuentren<br />

gobernados por la oposición.<br />

Muchas veces se exige a los países en<br />

desarrollo <strong>el</strong> quemas etapas que los<br />

industrializados llevaron mucho tiempo<br />

cumplir, corriendo <strong>el</strong> riesgo de romper la<br />

cohesión social, provocando una crisis política<br />

contraproducente. A las así llamadas<br />

democracias occidentales les llevó la mitad d<strong>el</strong><br />

siglo XIX y casi la mitad d<strong>el</strong> XX arribar al<br />

sufragio universal y <strong>el</strong>iminar las prácticas<br />

corruptas en las <strong>el</strong>ecciones. Inglaterra antes<br />

que nadie inventó <strong>el</strong> sistema de compra de<br />

votos en dinero o en especie, los agentes<br />

<strong>el</strong>ectorales encargados de hacerlo yla<br />

manipulaciones client<strong>el</strong>ares por parte de los<br />

barones de la tierra. En Francia y España,<br />

países centralistas, los gobiernos ejercían la<br />

influencia política sobre <strong>el</strong> <strong>el</strong>ctrorado a través


de los alcaldes y gobernadores<br />

respectivamente. España, de paso, aportó a la<br />

historia <strong>el</strong>ectoral <strong>el</strong> término “cacique”. Que<br />

previamente había importado de sus colonias,<br />

para designar a los personajes encargados de<br />

conseguir <strong>el</strong> voto en poblados y regiones.<br />

Estado Unidos, país federal, tiene la distinción<br />

de haber creado las maquinarias <strong>el</strong>ectorales<br />

más eficaces que se hayan conocido para la<br />

compra de votos mediante numerario o cargos<br />

municipales. La maquinaria demócrata de<br />

Chicago aún funciones hoy con precisión de<br />

r<strong>el</strong>ojería, para no hablar de las<br />

manipulaciones al padrón por parte de<br />

vicegobernadores y jefes municipales de<br />

policía en los estados sureños.<br />

Pero en términos generales esas democracias<br />

han avanzado a lo largo de 100 años en su<br />

democratización, al punto de convertirse por<br />

designio propio en paradigmas para los<br />

<strong>mundo</strong> segundo, tercero y cuarto. ( Hoy por<br />

hoy, los organizadores de las democracias<br />

ajenas han encontrado en los organismos<br />

internacionesles instrumento, justificación y<br />

medio para realizar intervenciones, incluso<br />

armadas, en nombre de la democracia.) ¿Qué<br />

<strong>el</strong>ementos, qué fuerzas, se encuentran detrás<br />

de esta evolución? Son pocos los que se han<br />

dedicado a escudriñar tan interesante tema, y<br />

casi nadie en nuestro país. Pero en general los<br />

estudios, de caracteres históricos casi todos,<br />

coinciden en apuntar dos <strong>el</strong>ementos centrales.<br />

El primero se refiere al crecimiento, tanto<br />

demográfico, como de la industrialización y la<br />

urbanización, que trajeron consigo la<br />

secularización de la política, la aparición d<strong>el</strong><br />

concepto <strong>contemporáneo</strong> de ciudadano y la<br />

organización de movimientos por la<br />

ampliación d<strong>el</strong> sufragio y la <strong>el</strong>iminación de las<br />

prácticas corruptas. El segundo, consiste en<br />

periodos más o menos largos de estabilidad<br />

política para dar espacio y tiempo al<br />

surgimiento de esas novedades sociales y a<br />

ejercer su influencia sobre la clase política y la<br />

legislación. Se trata de una evolución cuyo<br />

punto culminante ha llevado a algún escéptico<br />

a afirmar que si antes se compraban votos<br />

con dinero o en especie, ahora se compran<br />

con palabras, lo que tiene <strong>el</strong> mérito de<br />

ahorrarles gastos a los candidatos y a sus<br />

seguidores.<br />

¿Cuándo se cumplió en <strong>el</strong> pasado de <strong>México</strong> la<br />

conjunción de esos <strong>el</strong>ementos? Durante la<br />

vigencia d<strong>el</strong> primer Estado, particularmente<br />

durante <strong>el</strong> Porfiriato, se dieron <strong>el</strong> largo<br />

periodo de estabilidad (que le fue<br />

posteriormente reprochada) y una incipiente<br />

industrialización. La urbanización y <strong>el</strong><br />

crecimiento demográfico, sin embargo, se<br />

quedaron a la zaga de los ritmos alcanzados<br />

por las potencias de entonces. El movimiento<br />

maderista fue <strong>el</strong> primero a favor d<strong>el</strong> sufragio<br />

efectivo digno de tomarse en cuenta, su éxito,<br />

sin embargo, resultó efímero al tratar de<br />

solventar su recurso a las armas mediante<br />

una legalidad democrática conciliatoria y<br />

tolerante. Fuen <strong>el</strong> segundo Estado, <strong>el</strong><br />

posrevolucionario, con la búsqueda obsesiva<br />

de la estabilidad y <strong>el</strong> crecimiento, <strong>el</strong> que sentó<br />

las bases para la aparición de los <strong>el</strong>ementos<br />

estructurales necesarios para la aparición de<br />

los <strong>el</strong>ementos estructurales necesarios para la<br />

evolución política, ahora tan ansiosamente<br />

exigida por algunas de las élites políticas e<br />

int<strong>el</strong>ectuales.<br />

Sin negar la existencia de la violencia <strong>el</strong>ectoral<br />

en los primeros decenios posrevolucionarios, o<br />

fraudes <strong>el</strong>ectorales posteriores, es preciso<br />

tener presente que los revolucionarios qu<br />

triunfaron y tomaron <strong>el</strong> poder en 1920,<br />

partían de una profunda convicción: la<br />

democracia que había querido Francisco I.<br />

Madero lo condujo a la muerte, a la<br />

destrucción de su gobierno y a ocho años<br />

adicionales de guerra civil. Madero quiso la<br />

reconciliación nacional, la independencia de<br />

los poderes y la libertad de prensa. Madero<br />

veía su revolución como la culminación, <strong>el</strong><br />

perfeccionamiento, d<strong>el</strong> Estado liberal, d<strong>el</strong> cual<br />

deseaba su estabilidad pero no los métodos<br />

para mantenerla. Para <strong>el</strong>lo conservó <strong>el</strong> ejército<br />

porfirista, no apoyó a los suyos para llegar a<br />

las cámaras y dejó que la prensa lo atacara<br />

hasta ridiculizarlo, todo en aras de su<br />

compromiso democrático. Después d<strong>el</strong> golpe<br />

huertista, cuando Carranza señalo que<br />

“revolución que transa, revolución que se<br />

pierde”, sólo expresaba <strong>el</strong> convencimiento<br />

profundamente arraigado entre los<br />

revolucionarios de la segunda ola de la<br />

necesidad de <strong>el</strong>iminar al contrario por las<br />

armas y políticamente. La larga eta armada<br />

revolucionaria contribuyó, a su vez, a crear<br />

otra serie de obstáculos para restaurar la ideal<br />

democrático maderista. Los ciudadanos<br />

armados, <strong>el</strong> surgimiento de una nueva clase<br />

política en los estados y la paralización de la<br />

99


economía, por si solos eran <strong>el</strong>ementos más<br />

que suficientes para que los triunfadores,<br />

distraídos en tareas de sobrevivencia política,<br />

prefirieran la búsqueda de la estabilidad al<br />

experimento democrático inmediato, en una<br />

sociedad a la que veían impreparada para<br />

sobr<strong>el</strong>levarlo. Con estos <strong>el</strong>ementos se fundó<br />

en 1917 <strong>el</strong> segundo Estado, aunque<br />

conservando <strong>el</strong> ideal democrático.<br />

La Revolución mexicana se explica así, más<br />

que por las disquisiciones sobre su naturaleza,<br />

por las peculiaridades d<strong>el</strong> Estado que<br />

destruye. Es ya bien sabido que <strong>el</strong> Porfiriato,<br />

formalmente adscrito a los principios de<br />

liberalismo político, fue incapaz de darles<br />

forma porque partía de una realidad política<br />

sustentada en client<strong>el</strong>as locales, a las cuales<br />

integró respetándoles sus esferas de<br />

influencia a cambio d<strong>el</strong> reconocimiento d<strong>el</strong><br />

arbitraje presidencial. Al régimen anterior, la<br />

Revolución planteó <strong>el</strong> doble reto de la<br />

democracia ciudadana y, a la vez, la cuestión<br />

de la representación de los gremios<br />

ascendentes y de las comunidades<br />

tradicionales. De ahí <strong>el</strong> afán surgido con la<br />

Revolución por encontrar interlocutores en<br />

todos los ámbitos, fueran <strong>el</strong> sector privado, <strong>el</strong><br />

obrero o <strong>el</strong> campesino. De ahí que un partido,<br />

al articular a los gremios de trabajadores y<br />

crear <strong>el</strong> sector campesino por decreto<br />

presidencial, pretenda representar al vasto<br />

conjunto de la sociedad de acuerdo con la<br />

lógica de toda revolución. Pero con <strong>el</strong>lo<br />

hicieron algo que no había logrado <strong>el</strong> primer<br />

Estado durante <strong>el</strong> Porfiriato: institucionalizar<br />

<strong>el</strong> presidencialismo, vía la constitución de un<br />

partido como mecanismo de arbitraje de las<br />

cuestiones álgidas d<strong>el</strong> conflicto de clases en<br />

un marco de rectoría económica y social: La<br />

inclusión de la no re<strong>el</strong>ección emitió superar las<br />

limitaciones impuestas por la permanencia de<br />

una sola persona al frente d<strong>el</strong> poder arbitral,<br />

legitimando al presidencialismo más allá de<br />

los límites más aventurados ideados por los<br />

ideólogos positivistas. Por <strong>el</strong>lo no es de<br />

extrañar que ahora en <strong>el</strong> debate sobre la<br />

democracia, las élites de las oposiciones y los<br />

int<strong>el</strong>ectuales centren sus baterías en <strong>el</strong> partido<br />

y <strong>el</strong> presidencialismo, o como se expresa<br />

corrientemente en esos círculos, en <strong>el</strong> binomio<br />

PRI-gobierno.<br />

¿Pero acaso subsiste <strong>el</strong> tipo de r<strong>el</strong>ación y<br />

ascendencia política que implica esa crítica?<br />

100<br />

No puede negarse que subsisten conductas<br />

propias de los años d<strong>el</strong> hegemonismo priísta,<br />

propias de la transformación política en que<br />

coinciden viejas y nuevas actitudes. Sin<br />

embargo, juegan <strong>el</strong>ementos de la mayor<br />

importancia que apuntan hacia nuevos<br />

estadios en la conducción política d<strong>el</strong> país. El<br />

primero, y más evidente, es la presión de<br />

cuadros y bases d<strong>el</strong> PRI por transformar <strong>el</strong><br />

partido, como reacción a la mayor<br />

competitividad <strong>el</strong>ectoral y la actualidad de la<br />

democracia en <strong>el</strong> ámbito internacional. Se<br />

trata de un proceso que, no obstante avances<br />

y retrocesos, se orienta a buscar las formas<br />

para conciliar la participación interna de los<br />

militantes con la conservación de la unidad.<br />

Dilema propio, por otra parte, a cualquier<br />

partido en le <strong>mundo</strong>. Conducir<br />

adecuadamente ese proceso de<br />

transformación partidista será la tarea<br />

fundamental de ese partido en los años por<br />

venir. El seundo, menos evidente, es <strong>el</strong><br />

cambio en la r<strong>el</strong>ación entre la presidencia y<br />

los poderes estatales, que empieza a verse<br />

modificada por las gubernaturas en manos de<br />

la oposición. Como no cabe una doble<br />

conducta, esta novedad favorece una mayor<br />

autonomía de los poderes locales que, iniciada<br />

con las políticas de descentralización, lleva a<br />

perfilar un presidencialismo más democrático<br />

y menos tradicional.<br />

Algo preocupante, sin embargo, parece ocurrir<br />

ahora al niv<strong>el</strong> de la cultura política. En tanto la<br />

población en general parece seguir<br />

evidenciando ese patrón de orientaciones<br />

políticas señaladas por Almond y Verba hace<br />

tres decenios, de fuertes tendencias a la<br />

participación, aunado a un acentuado orgullo<br />

por sus instituciones políticas, la de los<br />

actores d<strong>el</strong> sistema, las <strong>el</strong>ites políticas, se<br />

encuentran en diversos grados de<br />

discordancia con <strong>el</strong>la. L a más evidente se<br />

ubica entre la izquierda perredista que,<br />

alentada por su éxito <strong>el</strong>ectoral de 1988, se fue<br />

por los caminos d<strong>el</strong> maximalismo, con un<br />

mensaje ambiguo sobre <strong>el</strong> uso de la violencia,<br />

<strong>el</strong> diálogo y la negociación. Lo cual refleja de<br />

paso que <strong>el</strong> PRD no ha superado las viejas<br />

concepciones marxistas sobre la utilidad de la<br />

violencia ni <strong>el</strong> faccionalismo interno que sólo<br />

permite la unidad orgánica <strong>el</strong>emental en la<br />

medida que se sujeta al caudillismo<br />

providencial de su líder. El maximalismo d<strong>el</strong><br />

PRD supone siempre la descalificación d<strong>el</strong> PRI


y frecuentemente la de otros actores; la<br />

movilización constante como sustituto a su<br />

falta de organicidad, y la violencia <strong>el</strong>ectoral<br />

para después negociar la desobediencia y<br />

obtener así ganancias políticas La violencia<br />

como forma de presión se r<strong>el</strong>aciona<br />

estrechamente con <strong>el</strong> abuso que ahora se<br />

hace d<strong>el</strong> concepto de sociedad civil. El PRD,<br />

de acuerdo con la tradición marxista, presenta<br />

a la sociedad civil como distinta y<br />

contrapuesta al Estado porque así resulta<br />

conveniente a sus intereses, pues en cualquier<br />

momento puede recurrir a la ruptura con <strong>el</strong><br />

Estado y justificarla como un regreso a la<br />

sociedad, tal y como lo hacían los<br />

jusnaturalistas, que contra Leviatán oponían<br />

<strong>el</strong> regreso a la sociedad natural. En beneficio<br />

d<strong>el</strong> país, es de esperarse que ese partido<br />

supere las limitaciones que le impuso la<br />

circunstancia de nacimiento para que pueda<br />

dar articulación adecuada a la representación<br />

que quieren sus votantes, y para quienes los<br />

demás partidos no son opciones aceptables.<br />

En cambio <strong>el</strong> PAN, renuente por principio a la<br />

violencia, cuenta con capacidad institucional y<br />

cuadros capaces de asimilar la afluencia de<br />

nuevos militantes y dedicarlos al trabajo<br />

político y <strong>el</strong>ectoral, y así lo ha hecho. Pero aún<br />

más, al darse cuenta los directivos de ese<br />

partido d<strong>el</strong> nuevo significado de la legitimidad,<br />

aceptaron de inmediato las alianzas tácticas<br />

convirtiéndose en <strong>el</strong> principal interlocutor d<strong>el</strong><br />

PRIy <strong>el</strong> gobierno, obteniendo con <strong>el</strong>lo un<br />

protagonismo inusitado en todos los terrenos,<br />

además d<strong>el</strong> reconocimiento a sus triunfos<br />

<strong>el</strong>ectorales en las regiones donde tiene fuerte<br />

presencia. De hecho, <strong>el</strong> PAN se ha<br />

transformado rápidamente en un partido de<br />

oposición leal, que lucha por sus intereses sin<br />

vulnerar al régimen ni al sistema político. Aún<br />

así, no son pocas las veces que candidatos y<br />

militantes d<strong>el</strong> PAN, con motivo de <strong>el</strong>ecciones<br />

locales, descalifican de antemano <strong>el</strong> proceso<br />

<strong>el</strong>ectoral, sembrando así la incertidumbre y la<br />

duda antes d<strong>el</strong> acto comicial.<br />

En realidad, lo que sucede es que la cultura de<br />

las élites políticas se encuentra permeada por<br />

<strong>el</strong> síndrome d<strong>el</strong> triunfo a toda costa; en otras<br />

palabras, que no se sabe perder en una liza<br />

política, vicio muy anterior a la practica<br />

<strong>el</strong>ectoral de los años inmediatamente<br />

posteriores a la etapa armada de la<br />

Revolución mexicana, pero recrudecido con<br />

porterioridad a <strong>el</strong>la. Aún así, y limitado por <strong>el</strong><br />

hecho de que tiene que contender con las<br />

opiniones de su vieja guardia, <strong>el</strong> PRI fue <strong>el</strong><br />

primero que ha reconocido una derrota en una<br />

<strong>el</strong>ección local mayor, la gubernatura de Baja<br />

California, en julio de 1989. En febrero de<br />

1993, tras una <strong>el</strong>ección apretada, <strong>el</strong> PAN<br />

reconoció <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong> PRI en las <strong>el</strong>ecciones<br />

para gobernador en Baja California Sur.<br />

Ambos hechos contribuyen sin duda a crear<br />

los cimientos de una nueva cultura de la<br />

competencia, pero es todavía insuficiente. Las<br />

reglas de juego <strong>el</strong>ectoral podrán reformarse<br />

hasta <strong>el</strong> infinito, incluso al grado de otorgar<br />

desde <strong>el</strong> Diario Oficial <strong>el</strong> triunfo ad<strong>el</strong>antado a<br />

un partido de oposición como parecen<br />

quererlo algunos, pero la cuestión<br />

democrática en <strong>México</strong> no quedará resu<strong>el</strong>ta en<br />

tanto no desaparezca <strong>el</strong> síndrome funesto.<br />

Tras pactos, negociaciones y retórica sobre la<br />

democratización de <strong>México</strong>, la prueba de<br />

fuego real, cuando sabremos si <strong>México</strong> llegará<br />

o no a esa democracia tan preconizada, será<br />

cuando <strong>el</strong> PRI gane a otro partido una<br />

gubernatura y la oposición conceda. Y esa<br />

prueba quizá llegue más pronto de lo que se<br />

cree.<br />

En tanto <strong>el</strong> político priísta se debate en contra<br />

de su cultura heredada de los tiempos d<strong>el</strong><br />

hegemonismo para tratar de acomodar su<br />

conducta y actitudes a las novedades de la<br />

negociación política y <strong>el</strong> pactismo, <strong>el</strong> ascenso<br />

político de la tecnocracia lo ha llevado a<br />

proponer la gobernabilidad como la nueva<br />

panacea de la estabilidad. El concepto se<br />

originó en la época en que las democracias<br />

occidentales aparecían abrumadas tanto por <strong>el</strong><br />

número de participantes como por las<br />

demandas que éstos les planteaban. El tema<br />

quedaba reducido a la idea de la sobrecarga<br />

en los sistemas políticos democráticos que,<br />

ante la incapacidad de los partidos para<br />

plantearse objetivos sociales viables y<br />

sensatos, llevaron a yuxtaponer <strong>el</strong> concepto<br />

de incapacidad en las respuestas con <strong>el</strong> de<br />

amenaza, y a acuñar <strong>el</strong> antónimo de la<br />

gobernabilidad, la ingobernabilidad. Como la<br />

ingobernabilidad es indeseable por principio,<br />

la receta que produjo <strong>el</strong> razonamiento se<br />

adecuó perfectamente a las implicaciones<br />

ideológicas d<strong>el</strong> neoliberalismo emergente: era<br />

aconsejable reducir los alcances de los<br />

procesos democráticos acortando la<br />

participación y acostumbrando a los cuerpos<br />

101


de intermediación social a presenta demandas<br />

posibles y tolerables. El primer ministro<br />

Margaret Thatcher fue la que llevó a extremos<br />

de exc<strong>el</strong>situd las políticas destinadas al logro<br />

de la gobernabilidad en <strong>el</strong> Reino Unido,<br />

desarticulando la fuerza y capacidad de los<br />

otros poderosos sindicatos británicos.<br />

En nuestro medio <strong>el</strong> binomio gobernabilidadingobernabilidad<br />

adquiere otra dimensión. Si<br />

en los países avanzados se dan crisis de<br />

gobernabilidad por exceso de la demanda<br />

social, en los países pobres pueden<br />

presentarse por la carencia de lo más<br />

<strong>el</strong>emental. Lo cual nos lleva de plano a otro<br />

terreno, ya que ampliación de la participación<br />

y articulación de demandas deben ser<br />

objetivos simultáneos y no excluyentes. Por lo<br />

pronto cualquier demanda social, provenga<br />

d<strong>el</strong> ámbito trabajador o de los marginados<br />

que sufren de pobreza extrema, es por<br />

principio, y salvo prueba evidente en<br />

contrario, justa y razonable. Pero para que<br />

formulación y satisfacción de demandas se<br />

logren a la vez que una adecuada<br />

participación social, se requiere un tipo<br />

distinto de intermediación social al conocido<br />

hasta ahora. Se precisa que las corporaciones<br />

existentes replanteen su pap<strong>el</strong> en una<br />

sociedad que avanza rápidamente por la vía<br />

d<strong>el</strong> pluralismo, pero que aún tiene grandes<br />

carencias. Y se necesita también de la<br />

formación de agrupaciones y asociaciones con<br />

arraigo geográfico en las comunidades,<br />

capaces de presionar y llevar ad<strong>el</strong>ante sus<br />

demandas.<br />

Entiéndase por intermediación tanto la<br />

política, a cargo de los partidos, como la social<br />

por cuenta de otras asociaciones distintas a<br />

los partidos, incluidas las corporaciones<br />

cupulares. En <strong>el</strong> terreno partidista, la gran<br />

paradoja es que en <strong>México</strong> nos encontramos<br />

empeñados en crear un sistema de partidos<br />

que dé sentido y dirección a la participación<br />

política, cuando su eficacia como formas<br />

institucionales de intermediación entre <strong>el</strong><br />

Estado y la sociedad se encuentra en<br />

entredicho en otras latitudes. Después de todo<br />

hay que tomar en cuenta que <strong>el</strong> partido<br />

político es una invención que data d<strong>el</strong> siglo<br />

XVIII que, no obstante las diversas variantes<br />

que ha tenido desde entonces, aumenta su<br />

incapacidad para asumir las demandas de una<br />

sociedad y procesarlas con eficacia. La gran<br />

102<br />

crisis ideológica, patente en la virtual<br />

desaparición d<strong>el</strong> socialismo real y la<br />

aceptación generalizada d<strong>el</strong> dominio d<strong>el</strong><br />

mercado, que ha provocado una profunda<br />

crisis de identidad a los partidos democráticos<br />

de izquierda, ha llevado al surgimiento de<br />

movimientos políticos y sociales de la más<br />

diversa naturaleza. La aparición de los nuevos<br />

movimientos sociales, empeñados en un solo<br />

objetivo, se corresponde al surgimiento, en<br />

países como <strong>México</strong>, de movimientos<br />

reivindicatorios motivados por la marginalidad<br />

urbana y rural. Éstos, sin embargo, no han<br />

alcanzado ni la extensión o influencia para que<br />

los partidos se vean en entredichos frente al<br />

Estado y la sociedad, lo cual representa una<br />

ventaja tanto para <strong>el</strong> sistema político, que<br />

puede seguir contando con la posibilidad de<br />

un sistema de partidos, como para los<br />

partidos mismos, que pueden echar mano de<br />

esos movimientos para reforzar sus filas.<br />

Pero la crítica más tupida se ha circunscrito a<br />

los aspectos políticos inmediatos de lo que ha<br />

dado por llamarse <strong>el</strong> corporativismo, es decir,<br />

los mecanismos cupulares de los sindicatos<br />

afiliados al PRI. El corporativismo oficial de<br />

corte tradicional ha sido enjuiciado desde <strong>el</strong><br />

punto de vista marxista (porque no resu<strong>el</strong>ve<br />

conflictos de clase) o de interés político<br />

partidista (porque su militancia priísta evita <strong>el</strong><br />

cambio democrático). Los primeros pretenden<br />

ignorar que en <strong>el</strong> pasado sirvió para<br />

acrecentar una conciencia de clase y los<br />

segundos que <strong>el</strong> pluralismo, como ya ha<br />

quedado demostrado en estudios sobre la<br />

intermediación de intereses en países<br />

industrializados, no liquida <strong>el</strong> corporativismo,<br />

sino que amplía sus posibilidades de<br />

articulación y de influencia. En <strong>México</strong><br />

prevalecen, sin embargo, los argumentos de<br />

interés político y tanto <strong>el</strong> PAN como <strong>el</strong> PRD<br />

han insistido tozudamente por la inclusión de<br />

disposiciones en las leyes <strong>el</strong>ectorales que<br />

prohíban <strong>el</strong> corporativismo en los partidos. Sin<br />

embargo, esos críticos han perdido de vista<br />

que en <strong>el</strong> tipo de sociedad hacia la que se<br />

encamina rápidamente <strong>el</strong> país requerirá más,<br />

no menos, intermediación, y que la de<br />

naturaleza corporativa será cada vez más<br />

necesaria. Considérense los pactos de<br />

solidaridad económica iniciados a fines d<strong>el</strong><br />

gobierno d<strong>el</strong> presidente De la Madrid. Tras <strong>el</strong><br />

derrumbe d<strong>el</strong> proyecto estatista, en <strong>el</strong> periodo<br />

de transición y ruptura, <strong>el</strong> antiguo tripartismo


diseñado para resolver las disputas obreropatronales<br />

se transformó mediante esos<br />

pactos en una forma de tomar acuerdos en<br />

beneficio de la sociedad y no sólo de los<br />

sectores involucrados en <strong>el</strong>los.<br />

El corporativismo cumplió un pap<strong>el</strong> cardinal en<br />

la democracia funcional y en la viabilidad d<strong>el</strong><br />

proyecto estatista. Hace ya tiempo que <strong>el</strong><br />

corporativismo ideado por Lázaro Cárdenas<br />

daba signos de agotamiento y parecía haber<br />

excedido los límites de su utilidad De darse en<br />

las nuevas circunstancias la democratización<br />

por todos tan deseada, y ante las perspectivas<br />

de la creciente pluralidad en la sociedad, las<br />

corporaciones podrán cumplir un pap<strong>el</strong> más<br />

social, menos político y jurisdiccional, que<br />

antes. Después de todo, la necesidad de<br />

instancias agregadoras de intereses no<br />

desaparece porque prevalezca más <strong>el</strong><br />

mercado y la sociedad que <strong>el</strong> Estado.<br />

Pero no cambian sólo las formas y los<br />

objetivos de la r<strong>el</strong>ación tripartita, sino que<br />

también han cambiado los actores. El estado,<br />

cada vez más reducido en sus dimensiones,<br />

accede a los imperativos de la globalización, la<br />

competitividad y la productividad, a la vez que<br />

contrae su vasta capacidad protectora a<br />

empresarios y a sindicatos. Por su parte, la<br />

absorción de nuevas tecnologías,<br />

imprescindibles para mantener la<br />

competitividad, afectan no sólo las decisiones<br />

d<strong>el</strong> empresario sino también <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

sindicato. Los requerimientos de preparación<br />

técnica que requiere la introducción de las<br />

tecnologías de punta conducen<br />

invariablemente a la aparición de un<br />

trabajador más calificado, capaz de lidiar con<br />

la <strong>el</strong>ectrónica y los robots, y necesariamente<br />

con una actitud distinta frente a la<br />

agremiación y los intereses d<strong>el</strong> obrero-masa<br />

propios d<strong>el</strong> proceso de producción en serie.<br />

Productividad y tecnología se unen para<br />

alentar un tipo de r<strong>el</strong>ación y negociación<br />

obrero-patronal por empresa, lo que debilita<br />

la fortaleza negociadora típica de las cúpulas<br />

obreras. Aparece así un tipo de organización<br />

sindical distinto que es la Federación de<br />

Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios<br />

(Fesebes), que plantea un nuevo sindicalismo<br />

más democrático, plural y consciente de las<br />

necesidades impuestas por la productividad y<br />

la modernización. Es de esperarse que no sea<br />

<strong>el</strong> único intento en ese sentido.<br />

Las privatizaciones también han afectado al<br />

movimiento obrero tradicional; algunos de los<br />

sindicatos más importantes d<strong>el</strong> país al<br />

transitar d<strong>el</strong> sector público al privado, han<br />

tenido que soportar, no sin protestas, ajustes<br />

de personal y de prestaciones que reclamaba<br />

la viabilidad de esas empresas. Sin embargo,<br />

la actitud de estos sindicatos ha cambiado en<br />

virtud precisamente d<strong>el</strong> tránsito que afrontan<br />

en sus r<strong>el</strong>aciones obrero-patronales. Si antes,<br />

tratándose de paraestatales, obtenían<br />

concesiones por razones políticas, ahora esas<br />

negociaciones se ven sujetas al criterio de la<br />

productividad. Todo <strong>el</strong>lo ha afectado a los<br />

gremios oficialistas y a las disidencias<br />

sindicales por igual, contribuyendo de paso a<br />

borrar paulatinamente las diferencias (de<br />

origen político) que aún separan a ambas<br />

corrientes.<br />

El cambio de actitudes que traen consigo la<br />

competitividad y las nuevas tecnologías<br />

concierne no sólo a obreros y sindicatos,<br />

atañe también a los empresarios. Al igual que<br />

se ha complicado la administración pública, al<br />

grado de marcar <strong>el</strong> ascenso de las<br />

tecnocracias, la dirección de las empresas<br />

requiere cada vez más de personal calificado<br />

para administrarlas. Conocimientos de los<br />

mercados, d<strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> arte de las<br />

tecnologías e incluso de idiomas son ya<br />

requisitos indispensables para empresarios y<br />

ejecutivos. El hecho de que <strong>México</strong> se cuente<br />

entre los países con más altos salarios para<br />

los ejecutivos calificados es una muestra<br />

palpable de esa tendencia, además de<br />

síntoma de la escasez de ese tipo de personal.<br />

El peso que adquieren los conocimientos a<br />

niv<strong>el</strong> obrero y de dirección empresarial es un<br />

nuevo <strong>el</strong>emento que cambia las viejas<br />

concepciones de lucha de clases<br />

decimonónicas, para dar lugar a un principio<br />

de comunidad de intereses definidos por la<br />

viabilidad económica de la empresa.<br />

Todas estas circunstancias tendrán, como es<br />

de esperarse, un impacto decisivo en las<br />

formas y objetivos de las asociaciones<br />

cupulares empresariales. Las confederaciones<br />

de cámaras, organizadas por <strong>el</strong> Estado<br />

posrevolucionario para contar con<br />

interlocutores y medios de consulta en <strong>el</strong><br />

ámbito privado de la economía han perdido<br />

parte, no toda, de su utilidad al esfumarse <strong>el</strong><br />

proyecto estatista. Es concebible una rápida<br />

103


evolución hacia formas voluntarias, no<br />

obligatoria como en la actualidad, por ramas<br />

de industria concentradas más en <strong>el</strong> servicio a<br />

los agremiados en materia de mercados,<br />

tecnologías y prácticas de comercio desleales.<br />

Ni qué decir que la politización que acusaron<br />

algunas corporaciones, Coparmex y Consejo<br />

Coordinador Empresarial, por ejemplo,<br />

tenderá a diluirse con <strong>el</strong> tiempo en la medida<br />

que se impongan nuevas tendencias y<br />

realidades. Ello no quiere decir que las<br />

cúpulas empresariales abandonen la actividad<br />

política, significa que ésta cambiará de<br />

naturaleza. ¿Acaso no es ya evidente <strong>el</strong><br />

interés de algunas de <strong>el</strong>las por escuchar y<br />

analizar los programas de gobierno de los<br />

candidatos que contienden en las <strong>el</strong>ecciones<br />

nacionales y locales?<br />

¿Y <strong>el</strong> nuevo Estado? Domina en este momento<br />

la retórica triunfalista de los neoliberales, cuya<br />

ala más radical quisiera verlo reducido a su<br />

mínima expresión. Sin embargo, <strong>el</strong><br />

pragmatismo político se ha impuesto en la<br />

alta dirección d<strong>el</strong> país, para asentar la tesis de<br />

que <strong>el</strong> Estado se reduce para llevar a cabo sus<br />

objetivos sociales con mayor eficacia, no para<br />

declinarlos. Por lo pronto, son tres los<br />

terrenos en los cuales se antoja necesaria una<br />

intervención estatal de acuerdo con las<br />

nuevas circunstancias económicas por las que<br />

atraviesa <strong>el</strong> país. Estas son la rectoría<br />

económica, la desigualdad social y <strong>el</strong> estado<br />

de los conocimientos de la sociedad.<br />

La rectoría económica ha sufrido diversos<br />

grados de precisión, que empezaron en 1983<br />

con las reformas al Artículo 25 constitucional,<br />

para definir las competencias de los sectores<br />

público, privado y social, y que han culminado<br />

concentrando la actividad económica estatal<br />

en los terrenos prioritarios y estratégicos. En<br />

esta evolución, la planeación quedó de lado<br />

dada la naturaleza propia de la transición y<br />

porque tal y como estaba definida respondía<br />

más al proyecto estatista que a las nuevas<br />

circunstancias. Sin embargo, la planeación<br />

tendrá que regresar, quizá no con las<br />

pretensiones plenipotenciarias de antes, pero<br />

sí orientada a normar los criterios generales<br />

de la políticas industrial y social. Hay que<br />

tener presente, sin embargo, que la apertura<br />

económica al exterior, la adhesión al Gatt y la<br />

entrada en vigor d<strong>el</strong> Tratado de Libre<br />

Comercio, otorgan al Estado una nueva<br />

104<br />

función en los mecanismos previstos en esos<br />

instrumentos sobre la resolución de disputas<br />

comerciales, en los cuales aquél asume la<br />

representación de los intereses económicos<br />

nacionales.<br />

Sería ingenuo negar que la población no se vio<br />

afectada por los años de austeridad que<br />

marcaron la transición económica d<strong>el</strong> país.<br />

Son abundantes los estudios que comprueban<br />

la erosión de los salarios reales de los<br />

trabajadores a lo largo de 11 años, contados a<br />

partir de la última crisis. En 1991, <strong>el</strong> Consejo<br />

Consultivo d<strong>el</strong> Programa Nacional de<br />

Solidaridad reconocía 41 millones de personas<br />

que no logran satisfacer sus necesidades<br />

mínimas, de las cuales 17 millones viven en la<br />

pobreza extrema. Ese amplio grupo de<br />

mexicanos, poco más de la mitad de la<br />

población, constituye una deuda social que<br />

llevará años pagar adecuadamente. En este<br />

sentido, los programas sociales d<strong>el</strong> nuevo<br />

Estado apenas comienzan con las diversas<br />

variantes d<strong>el</strong> Programa Nacional de<br />

Solidaridad.<br />

La educación es con toda probabilidad <strong>el</strong><br />

aspecto más importante para darle contenido<br />

al nuevo mod<strong>el</strong>o económico. Con la<br />

descentralización educativa se cierra la etapa,<br />

iniciada en los años veinte por José<br />

Vasconc<strong>el</strong>os, orientada a expandir los<br />

servicios y proporcionar la educación básica a<br />

todos los demandantes. Pero <strong>el</strong> futuro de la<br />

competitividad mexicana se ubica en <strong>el</strong><br />

terreno de los conocimientos; sin <strong>el</strong>la<br />

inversiones y tecnologías no podrán fructificar<br />

o lo harán mediante la importación de<br />

recursos humanos calificados, lo cual<br />

resultaría desastroso políticamente. Por <strong>el</strong>lo,<br />

hoy por hoy, <strong>el</strong> meollo d<strong>el</strong> asunto se ubica en<br />

una doble cuestión. Por un lado, la necesidad<br />

de reformular planes y programas a fin de<br />

brindar <strong>el</strong> tipo de conocimientos en la<br />

educación escolarizada a todos sus niv<strong>el</strong>es<br />

que imponen la competitividad y la absorción<br />

de nuevas tecnologías. Y por otro, la tarea<br />

que tendrá que acometer de inicio <strong>el</strong> gobierno<br />

federal, la educación no escolarizada para una<br />

tercio de la población con educación<br />

incompleta. Pero no una educación<br />

extraescolar como complemento de la<br />

escolarizada, sino un sistema autónomo y<br />

completo que reconozca y parta de la idea de<br />

que se cuenta con un amplio capital humano


semipreparado, al cual hay que reconocerle<br />

los conocimientos prácticos adquiridos y<br />

construir sobre <strong>el</strong>los.<br />

Pero para enfrentar esas tareas, la reforma<br />

d<strong>el</strong> Estado es aún insuficiente. Hasta ahora,<br />

este tema se ha visto dominado por <strong>el</strong> triunfo<br />

de las tesis neoliberales que, en forma<br />

tangencial, suponen una innata ineficacia d<strong>el</strong><br />

Estado. Sin embargo, la reforma d<strong>el</strong> Estado no<br />

supones la desaparición de la gobernación,<br />

pues hay ámbitos que no puede asumir la<br />

iniciativa privada o bien algunos otros que <strong>el</strong><br />

Estado puede compartirlos con <strong>el</strong>la sin<br />

abandonarlos d<strong>el</strong> todo. La segunda reforma<br />

d<strong>el</strong> Estado habrá de consistir en dotarlo de las<br />

formas y medios, tipos de organización y<br />

procedimientos de acción, que lo hagan eficaz<br />

y competitivo en sus funciones. Los ámbitos<br />

concurrentes son, con todo, los que presentan<br />

los desafíos más interesantes. Seguridad<br />

social, educación, comunicaciones y tantos<br />

otros son terrenos en los cuales <strong>el</strong> Estado<br />

tiene que desarrollar sus propias capacidades<br />

para la competencia en <strong>el</strong> mercado. Pero<br />

estas capacidades no podrán desarrollarse si<br />

las antiguas paraestatales –necesarias para<br />

atender lo estratéfico y prioritario- y las<br />

nuevas empresas paraestatales que sea<br />

necesario crear en los ámbitos concurrentes,<br />

continúan sujetas a estrechas normas<br />

dictadas por burocracias centrales que poco o<br />

nada saben de competencia y de mercados.<br />

Estado reducido no quiere decir Estado<br />

marginado, sino más eficaz. Ese sin duda es<br />

otros de los rasgos distintivos d<strong>el</strong> tercer<br />

Estado mexicano. A la mano invisible, a las<br />

ciegas fuerzas d<strong>el</strong> mercado, no compete<br />

resolver todo en una sociedad. En esa medida,<br />

tenemos Estado para rato.<br />

XV. LAS ALTERNATIVAS DE LA<br />

DEMOCRACIA<br />

PABLO GONZÁLEZ CASANOVA<br />

La reforma política no sólo obedece a un afán<br />

de “legitimación”, como su<strong>el</strong>e afirmarse en<br />

lenguaje weberiano. . Es también: a) un<br />

proyecto de los grupos liberales y progresistas<br />

d<strong>el</strong> gobierno por alejar <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de una<br />

ruptura d<strong>el</strong> régimen constitucional; b) un<br />

proyecto de “válvula de escape” o canalización<br />

de presiones a través de los partidos políticos;<br />

c) un proyecto que busca impedir que las<br />

luchas democráticas y revolucionarias se<br />

libren fuera de los partidos (con la reforma<br />

política se intenta impedir la “contaminación”,<br />

en particular de los centros de trabajo); d) un<br />

proyecto que busca que la carrera política<br />

gubernamental se pueda hacer también a<br />

través de los partidos de oposición, y no sólo<br />

a través d<strong>el</strong> partido oficial(con un límite, si no<br />

hay “transformismo”: ser diputado federal), e)<br />

un proyecto que busca efectos secundarios en<br />

<strong>el</strong> PRI y en los demás aparatos<br />

gubernamentales de masas, que habrán de<br />

reformarse y democratizarse tratando de ser<br />

más eficaces en su competencia con la<br />

oposición (al hacerlo presionarán, desde <strong>el</strong><br />

gobierno, por políticas económicas y sociales<br />

de interés más general, de modo que la<br />

democracia política y parlamentaria<br />

constituirá una mayor fuerza –de equilibrio-<br />

frente al capital monopólico y los grupos más<br />

reaccionarios); f) un proyecto de “tregua”<br />

hasta que venga <strong>el</strong> “auge petrolero”, cuando<br />

con un mínimo de reformas nodesestabilizadoras<br />

sea posible satisfacer un<br />

mayor número de demandas sociales y<br />

personales (se espera <strong>el</strong> auge petrolero para<br />

mediados de 1979, precisamente cuando se<br />

hará efectivo <strong>el</strong> nuevo sistema con las<br />

<strong>el</strong>ecciones de diputados federales); g) un<br />

proyecto –quiérase o no- que tiende a separar<br />

a las capas medias de los trabajadores, y a los<br />

partidos de los trabajadores de las bases<br />

obreras y campesinas partidarias y no<br />

partidarias(se espera –en la órbita d<strong>el</strong><br />

“realismo político”- que los líderes de los<br />

partidos de izquierda renueven su movilidad<br />

política y social, y su autoritarismo partidiario,<br />

apartándose en distintas formas de las bases<br />

trabajadoras que integran a cada partido:<br />

manipulándolas, mediatizándolas,<br />

olvidándolas; se espera que los ciudadanos de<br />

partido se desentiendan de los ciudadanos sin<br />

partido, o los encuadren en partidos<br />

mediatizados; que por lógica personal y<br />

política acepten las reglas de una “democracia<br />

limitada”; que no amplíen la democracia en<br />

forma p<strong>el</strong>igrosa para su propia carrera y para<br />

<strong>el</strong> propio sistema político y social previsto por<br />

la “clase política”, a la vez un poco más<br />

amplio y cuidadosamente restringido,<br />

limitado).<br />

Frente al proyecto de democratización d<strong>el</strong><br />

gobierno se encuentran los de los partidos de<br />

oposición: Éstos sólo presentan diferencias<br />

105


sustanciales –de calse- en los partidos de<br />

izquierda (PCM, PMT, PPM, PPS, PRT, PST,<br />

ETC.). Con variables contradicciones.<br />

Los partidos de izquierda son aqu<strong>el</strong>los que<br />

piensan por y para los trabajadores y que<br />

buscan pensar con los trabajadores, piensan<br />

por <strong>el</strong>los y con <strong>el</strong>los en un proyecto socialista<br />

en que aún no han pensado todos los<br />

trabajadores. Piensan para <strong>el</strong>los –para la clase<br />

obrera- a partir de la situación objetiva de<br />

ésta (en este país, en ente momento, con esta<br />

corr<strong>el</strong>ación de fuerzas nacional e<br />

internacional) y de su dialéctica, de su posible<br />

desarrollo en <strong>el</strong> curso de la crisis.<br />

En <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> ¿qué hacer’ de la clase<br />

obrera y sus aliados nacionales e<br />

internacionales los partidos y organizaciones<br />

de izquierda conciben o realizan sólo una<br />

parte de la inmensa tarea. Y en su “por”,<br />

“para”. “con” la clase obrera encuentran todas<br />

las posibilidades de la realidad y la retórica,<br />

base de debates y luchas internas. En la<br />

práctica política y revolucionaria, los partidos,<br />

organizaciones y coaliciones de izquierda van<br />

demostrando quiénes piensan más para la<br />

clase obrera, por medio de <strong>el</strong>la y con <strong>el</strong>la:<br />

para una política nacional e internacional que<br />

establezca su hegemonía con <strong>el</strong> apoyo de<br />

campesinos y clases medias. Son de izquierda<br />

efectivamente cuando representan los<br />

intereses inmediatos de los trabajadores –<br />

manuales e int<strong>el</strong>ectuales- y los intereses<br />

históricos de una sociedad hegemónica de<br />

trabajadores.<br />

Así entendida, así definida objetivamente la<br />

izquierda real, cabe señalar varias tesis<br />

significativas que le sirven para dar contenido<br />

a la actual etapa de la lucha de clases y de la<br />

lucha popular y nacional en <strong>México</strong>, en<br />

particular por lo que se refiere a la reforma<br />

política y la democratización.<br />

Una primera tesis parte d<strong>el</strong> supuesto<br />

comprobando de que sólo <strong>el</strong> socialismo en<br />

<strong>México</strong> y en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> resolverán los grandes<br />

problemas d<strong>el</strong> país y d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>: un<br />

socialismo realmente democrático, que supere<br />

todo autoritarismo de las burocracias de<br />

partido, civiles o militares.<br />

Una segunda tesis sostiene que en la<br />

corr<strong>el</strong>ación de fuerzas actual (y para cambiar<br />

106<br />

esa corr<strong>el</strong>ación de fuerzas a favor de la lucha<br />

por <strong>el</strong> socialismo) es necesario: a) aceptar y<br />

profundizar la reforma política y la lucha<br />

democrática; b) pugnar contra las fractciones<br />

más reaccionarias de la burguesía(fascistas,<br />

neofascistas) y contra sus políticas<br />

económicas y sociales más represivas (Fondo<br />

Monetario Internacional, Hirschman,<br />

Coordinadora Patronal et alia), c) pugnar por<br />

una política de acumulación de fuerzas que<br />

preserve la autonomía ideológica y política de<br />

la clase obrara, convierta a los partidos de la<br />

clase obrera y a la coalición de partidos de<br />

izquierda en partidos de masas y en<br />

coaliciones de masas, capaces de construir<br />

una política de masas. Así se plantea en<br />

<strong>México</strong> –por la inmensa mayoría de la<br />

izquierda organizada en forma de partidos- la<br />

lucha de nuestro tiempo entre dos sistemas<br />

sociales, la que define cualquier acción<br />

democrática para saber si efectivamente lo es,<br />

para saber si tolera librar la única lucha real,<br />

de fondo –in<strong>el</strong>udible, por ese u otros medios-,<br />

característica de la historia que vivimos.<br />

Los avances de la izquierda mexicana<br />

organizada y partidaria son todavía precarios<br />

aunque innegables. Superan una larga etapa<br />

de crisis que abarcó casi un tercio de siglo.<br />

Entre los avances de la izquierda organizada<br />

en partidos destacan: a) su claridad sobre la<br />

autonomía ideológica de clase y sobre la<br />

autonomía de sus organizaciones de clase,<br />

ambas irrenunciables, no negociables ni<br />

sujetas a concesión alguna; b) su claridad<br />

sobre la necesidad estratégica de establecer<br />

coaliciones de izquierda, empezando por<br />

acciones unitarias en torno a puntos<br />

concretos; c) su claridad sobre la necesidad<br />

de apoyar con firmeza a los grupos<br />

antifascistas y las medidas democráticas y<br />

nacionalistas de las fracciones de las clases<br />

gobernantes más avanzadas; d) su claridad<br />

sobre la necesidad de una lucha política y<br />

sobre la conveniencia actual de rechazar,<br />

como política propia, la lucha espontánea<br />

ilegal y violenta o la organización de una lucha<br />

ilegal y violenta. La lucha ilegal y violenta<br />

puede darse en <strong>el</strong> futuro, en proporciones<br />

nacionales o continentales, como se da hoy<br />

ahí donde la imponen los grupos más<br />

reaccionarios de la burguesía, pero los<br />

partidos de izquierda buscan hoy imponer la<br />

lucha legal y pugnan por imponerla con una<br />

política de masas –así ésta sea incipiente-


frente a las acciones espontáneas y los<br />

provocadores. En todo caso los partidos de<br />

izquierda no preparan una política de<br />

violendica revolucionaria. Y no saben si van a<br />

ser sus cuadros quienes la preparen cuando<br />

se cierren todos los caminos pacíficos, legales<br />

y políticos que están empeñados en imponer,<br />

como responsabilidad actual y potencial.<br />

Juegan esta carta completa, con la conciencia<br />

de que serán las masas y las organizaciones<br />

de masas quienes decidan su propio camino,<br />

prefiriendo siempre <strong>el</strong> pacífico y legal,<br />

buscando triunfar por todos los medios ante<br />

las medidas violentas e ilegales que intenten<br />

detenerlas.<br />

En todos estos avances cuenta la historia<br />

reciente de América Latina, la revolución<br />

perdida de los años sesenta y principios de los<br />

setenta, la difusión de las tesis sobre la lucha<br />

revolucionaria en los países de capitalismo<br />

avanzado, <strong>el</strong> propio cálculo y experiencia de la<br />

corr<strong>el</strong>ación de fuerzas mundial y nacional y de<br />

las mejores formas para que ésta sea cada<br />

vez mas favorable a la clase trabajadora y una<br />

nueva forma de emplear <strong>el</strong> acerbo científico<br />

d<strong>el</strong> pensamiento socialista –desde Marx hasta<br />

Fid<strong>el</strong> Castro, pasando por Lenin y Gramsci-<br />

para pensar los problemas concretos en una<br />

situación como la que vive <strong>México</strong> hoy. El<br />

“int<strong>el</strong>ectual colectivo” de la izquierda<br />

mexicana ha aclarado muchos problemas que<br />

le permiten lanzarse a la lucha política,<br />

ahorrando p<strong>el</strong>igros y errores d<strong>el</strong> pasado, en<br />

materia de sectarismo o de oportunismo, de<br />

espontaneísmo o de reformismo, de temores<br />

que apartan y aíslan o de entusiasmo que<br />

confunde clases, olvida la fuerza y hegemonía<br />

d<strong>el</strong> Estado y tergiversa una política de<br />

reformas con la filosofía de la historia<br />

puramente evolutiva.<br />

Las limitaciones de la izquierda son de varios<br />

tipos, algunas por conciencia imprecisa y otras<br />

porque la claridad de la conciencia es<br />

insuficiente para determinar líneas de acción<br />

practicables y constantes. Entre esas<br />

limitaciones sobresalen en torno a la reforma<br />

política y a las luchas que se avecinan: a) las<br />

que tienden a dar prioridad excluyente a la<br />

lucha <strong>el</strong>ectoral y partidaria en menoscabo de<br />

la lucha sindical; b) las que se proponen una<br />

política <strong>el</strong>ectoral sin pensar en una política de<br />

poder (la lucha contra <strong>el</strong> partido oficial es una<br />

lucha contra <strong>el</strong> partido d<strong>el</strong> Estado, es una<br />

lucha en que se plantea la cuestión d<strong>el</strong><br />

poder); c9 las que restringen su acción y<br />

reflexión al <strong>México</strong> “legal” o político, sin<br />

acciones ni proyectos de acción –en <strong>el</strong> espacio<br />

y <strong>el</strong> tiempo- para la politización, ampliación de<br />

derechos reales y organización d<strong>el</strong><br />

proletariado superexplotado y de los amplios<br />

grupos marginados o sin precauciones para<br />

proteger las acciones legales frente a acciones<br />

“gangsteriles”, o la lucha en la clandestinidad<br />

frente a nuevas persecuciones ilegales o<br />

“seudolegales”; d) las que se constriñen a la<br />

<strong>el</strong>aboración de plataformas <strong>el</strong>ectorales sin<br />

pensar en programas de gobierno y en la<br />

responsabilidad de gobierno de la propia<br />

oposición, como poder emergente que busca<br />

su preservación y ampliación; e) las que se<br />

reducen a luchar por una reforma política<br />

pensando que ésa es la única manera de no<br />

ser reformista; f) las que no replantean <strong>el</strong><br />

concepto d<strong>el</strong> partido (o <strong>el</strong> de los partidos), <strong>el</strong><br />

sindicato, la coalición de izquierda y <strong>el</strong> frente<br />

democrático; esto es, las que no hacen motivo<br />

central de reflexión la r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> partido y <strong>el</strong><br />

sindicato, d<strong>el</strong> partido y las masas reales, de<br />

los partidos de izquierda entre sí, de los<br />

partidos de izquierda y las fuerzas<br />

antifascistas liberales o neoliberebles; g) las<br />

que no dan a la etapa de acumulación de<br />

fuerzas un claro sentido de educación política<br />

d<strong>el</strong> proletariado y de los sectores populares,<br />

sobre la base de un esclarecimiento teórico<br />

exacto y una lucha ideológica creciente en sus<br />

alcances e implacable en su veracidad y<br />

sutileza, en su claridad y capacidad de acción;<br />

h) las que no preparan a los cuadros y bases<br />

para <strong>el</strong> caso de un fracaso d<strong>el</strong> proyecto<br />

democrático.<br />

Las alternativas de la democracia son distintas<br />

para las fuerzas liberales, sean éstas o no d<strong>el</strong><br />

gobierno, y para las fuerzas de la izquierda.<br />

Son coincidentes como proyecto antifascista,<br />

como lucha contra <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de una ruptura<br />

golpista d<strong>el</strong> orden constitucional. Son distintas<br />

como proyecto histórico, con las liberales<br />

representando un proyecto histórico d<strong>el</strong><br />

pasado y las socialistas d<strong>el</strong> futuro.<br />

La alternativa democrática para la izquierda<br />

supones necesariamente: 1)la lucha por la<br />

democracia sindical, y la libertad cívica e<br />

ideológica fabril, dentro de un amplio contexto<br />

de : 2) la lucha por <strong>el</strong> poder, esto es, por una<br />

política de masas, incluidas las masas<br />

107


marginadas; 3) o dicho de otro modo, la<br />

alternativa democrática para la izquierda<br />

supone una política de expansión de partidos<br />

(r<strong>el</strong>ativamente pequeños9 que apoyan y se<br />

apoyan en las organizaciones de resistencia<br />

popular en lucha: a) por una democratización<br />

sindical; b) por una democratización de las<br />

organizaciones campesinas; c) por una<br />

democratización de las colonias proletarias; d)<br />

por una democratización de los ejidos; e) por<br />

una democratización de los municipios y<br />

gobiernos locales, incluidos los pueblos de<br />

indios; f) por una democratización de las<br />

universidades; g) por una democratización de<br />

la prensa, la radio, y la t<strong>el</strong>evisión (todo <strong>el</strong>lo<br />

para coordinar núcleos constitucionales y<br />

emergentes de poder y gobierno realmente<br />

popular, que surgen constantemente en<br />

movimientos espontáneos, capaces de<br />

organizarse y capaces d<strong>el</strong> ejercicio<br />

gubernamental y de funciones<br />

administrativas; una política de coordinación y<br />

apoyo a este movimiento permite la práctica,<br />

la educación y concientización de las masas<br />

como parte de la política de poder y<br />

acumulación de fuerzas de partidos políticos<br />

que luchan en una sociedad dependiente con<br />

desarrollo desigual extremo –legal y político-;<br />

4) esa lucha de poder popular no puede ser<br />

espontánea ni desarticulada; implica la<br />

articulación y organización de las fuerzas<br />

espontáneas en los distintos distritos<br />

<strong>el</strong>ectorales, sindicatos, centros de producción<br />

agrícola, municipios y barrios, universidades,<br />

centros de comunicación de masas con ; 5)<br />

asociaciones de defensa de los derechos<br />

humanos y sociales, que luchen por<br />

problemas muy específicos en cada lugar de la<br />

producción, la vivienda, los servicios, tratando<br />

de recubrir para las <strong>el</strong>ecciones <strong>el</strong> máximo de<br />

distritos estratégicos y para <strong>el</strong> poder las<br />

unidades claves de la democratización (la<br />

lucha de los partidos por la democratización<br />

se da al mismo tiempo que la de los obreros<br />

por la organización sindical, democrática, y<br />

que la de los campesinos, indios, colonos por<br />

un gobierno –local y sectorial- propio; o la<br />

lucha de los partidos por <strong>el</strong> poder comprende<br />

y capta esas luchas, para dirigirlas, o es<br />

extremadamente superficial y poco<br />

significativa); 6) la democratización como<br />

fenómeno a la vez político, económico y social<br />

plantea problemas locales, nacionales e<br />

internacionales (supone un programa de<br />

gobierno, de reformas que aseguren las bases<br />

108<br />

sociales de la movilización social y una<br />

educación ideológica profunda y amplia).<br />

Ese programa no sea necesariamente<br />

reformista. Tiene que asumir como política d<strong>el</strong><br />

proletariado en <strong>el</strong> momento actual un plans de<br />

reformas que garantice <strong>el</strong> avance nacional y<br />

popular dentro de un largo y complejo proceso<br />

revolucionario, en que las organizaciones<br />

obreras con <strong>el</strong> apoyo de las demás fuerzas<br />

trabajadoras y populares son las únicas que<br />

pueden asumir y realizar, implantar con éxito,<br />

una política con sentido social, nacional, de<br />

desarrollo y justicia social. Si esas fuerzas hoy<br />

han llegado a la conclusión teórica y práctica<br />

de quye en la etapa actual d<strong>el</strong> proceso<br />

revolucionario las luchas democráticas son<br />

esenciales, esas mismas fuerzas se plantean<br />

<strong>el</strong> problema de asegurar las bases sociales y<br />

nacionales de la lucha democrática como un<br />

problema de gobierno y poder. Desde ese<br />

punto de vista los partidos y organizaciones<br />

existan núcleos de expertos de los<br />

trabajadores que señalen los caminos<br />

directivos por sectores y regiones, en r<strong>el</strong>ación<br />

con las bases y con la dirección política y<br />

revolucionaria (por ejemplo, en <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong><br />

INEN o d<strong>el</strong> petróleo, ¿cuáles son las políticas<br />

concretas de una izquierda dispuesta a apoyar<br />

a los sectores progresistas d<strong>el</strong> gobierno y la<br />

burguesía, para una política de defensa de los<br />

recursos naturales, democrática y<br />

antifascista?)<br />

Los int<strong>el</strong>ectuales de izquierda –en partidos y<br />

universidades- tienen que rebasar <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de<br />

la crítica sin alternativa; en <strong>el</strong> fondo<br />

catastrófica, escéptica y conformista. Tienen<br />

que plantear alternativas concretas de lucha<br />

política y de lucha por <strong>el</strong> poder en que no sólo<br />

hablen como espectadores sino como actores<br />

y en que luchen por conocer las estructuras<br />

d<strong>el</strong> país y las políticas de transformación con<br />

la concreción y detalle de las clases<br />

dirigentes: pero al servicio de una clase<br />

obrera que tenga como aliados naturales a los<br />

campesinos y la clase media. Las<br />

universidades democráticas deben tener éxito<br />

en alcanzar <strong>el</strong> máximo rigor en la<br />

investigación científica y socialista.<br />

Los partidos de izquierda, los sindicatos<br />

democráticos, las coaliciones populares, <strong>el</strong><br />

movimiento revolucionario no pueden dejar de<br />

plantearse a la vez –y en forma dinámica,


dialéctica- <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> plan de gobierno<br />

dentro d<strong>el</strong> sistema existente, incluidas las<br />

reformas de estructura necesarias y posibles,<br />

y la educación ideológica de los trabajadores y<br />

con los trabajadores sobre la base de una<br />

profunda claridad teórica acerca d<strong>el</strong> proceso<br />

revolucionario actual y <strong>contemporáneo</strong>, a la<br />

vez democrático y socialista.<br />

El difícil reto implica una tarea múltiple de<br />

política y poder, práctica y teórica, con<br />

profundas y puntuales reflexiones y acciones:<br />

a) sobre partido, sindicato, coalizaión y<br />

movimiento; b) en distintos contextos, en<br />

condiciones concretas de lucha que varían de<br />

un estado a otro de la República,<br />

particularmente por lo que se refiere a las<br />

poblaciones marginadas, c) con una visión<br />

nacional e internacional de la lucha de<br />

liberación or la democracia y <strong>el</strong> socialismo,<br />

incluidos los problemas de la lucha entre<br />

países y fuerzas socialistas; d) con un<br />

conocimiento y atención mayores a la lucha<br />

en <strong>el</strong> interior de Estados Unidos y América<br />

Latina; e) con una profundización simultánea<br />

de la política de clase y la política de poder,<br />

de la obrera y la popular, de la obrera y la<br />

nacional, de la de los trabajadores y la<br />

antimperialista. En que la clase obrera no sólo<br />

se plantee sus problemas sino los de los<br />

demás, y en que la clase media, los<br />

campesinos y los indios se plantean la<br />

solución a sus problemas en alianza con <strong>el</strong><br />

proletariado industrial democrático,<br />

anticolonialista, antimperialista y socialista.<br />

La alternativa democrática es un paso posible<br />

y necesario en la historia revolucionaria de los<br />

trabajadores y d<strong>el</strong> pueblo de <strong>México</strong>. La<br />

inmensa mayoría de sus organizaciones ha<br />

llegado a tal conclusión. Ésta se vu<strong>el</strong>ve hoy la<br />

teoría y la realidad de cualquier hombre<br />

progresista y revolucionario. La reforma<br />

política (y la lucha política) no es “sólo una<br />

trampa de la burguesía” como temen algunos<br />

grupos de izquierda; es también la posibilidad<br />

de abrir un campo de lucha ideológica y<br />

revolucionaria, intentando ampliar y<br />

consolidar los espacios políticos de los<br />

trabajadores, las clases medias y <strong>el</strong> país. Por<br />

la reforma y la lucha política van a aliarse<br />

necesariamente los partidos de izquierda, y<br />

algunas fuerzas liberales y reformistas d<strong>el</strong><br />

gobierno, en acciones concretas que no<br />

implicarán claudicación en tanto sirvan para<br />

ampliar y asegurar <strong>el</strong> espacio político y legal<br />

de las luchas populares encabezadas por la<br />

clase obrera. Si su proyecto es destruido por<br />

<strong>el</strong> imperialismo norteamericano y por los<br />

gruos más reaccionarios de la burguesía<br />

monopólica, la dirección política e ideológica<br />

d<strong>el</strong> proyecto se desplazará y rehará las<br />

fuentes de poder d<strong>el</strong> pueblo. En todo caso, de<br />

la fuerza obrera potencial y real y d<strong>el</strong> apoyo<br />

que reciba de campesinos, estudiantes,<br />

int<strong>el</strong>ectuales, clases medias dependerá<br />

cualquier política prograsista o revolucionaria<br />

de <strong>México</strong>. Y esa fuerza sólo aumentará si la<br />

democratización no nada más es <strong>el</strong>ectoral sino<br />

sindical, y si obedece simultáneamente a una<br />

lógica política y aun lógica de poder, a una<br />

lógica de clase y auna lógica nacional.<br />

4. LAS RECIENTES REFORMAS<br />

ELECTORALES EN MÉXICO;<br />

PERSPECTIVAS PARA UNA DEMOCRACIA<br />

PLURIPARTIDISTA REAL<br />

JORGE ALCOCER V.<br />

A partir de 1978. <strong>México</strong> ha llevado a cabo<br />

cuatro reformas sustantivas en sus sistemas<br />

político y <strong>el</strong>ectoral, En la medida en que se<br />

acercaban las <strong>el</strong>ecciones de agosto de 1994,<br />

se ponía en marcha una quinta reforma, de<br />

modo que la nación tuvo, en ese momento,<br />

una plétora de leyes, instituciones,<br />

procedimientos, sanciones y tecnologías –<br />

muchas de <strong>el</strong>las de reciente factura y varias<br />

con sólo unos meses de antigüedad-<br />

diseñadas para equilibrar <strong>el</strong> terreno <strong>el</strong>ectoral<br />

entre <strong>el</strong> partido gobernante, <strong>el</strong> Revolucionario<br />

Institucional (PRI), y los demás partidos con<br />

registro oficial, con <strong>el</strong> fin de evitar <strong>el</strong> bochorno<br />

que siguió a la manipulación gubernamental<br />

de resultados en <strong>el</strong>ecciones anteriores.<br />

Si bien en <strong>el</strong> pasado <strong>México</strong> tenía un sistema<br />

pluripartidista sólo en teoría, <strong>el</strong> panorama<br />

actual ofrece las condiciones para llevar a<br />

cabo una competencia política más vigorosa.<br />

En este capítulo se hace una reseña básica de<br />

las reformas <strong>el</strong>ectorales durante <strong>el</strong> periodo de<br />

1978 a 1994. También se ofrecerán algunas<br />

perspectivas sobre la necesidad de establecer<br />

un nexo –hasta la fecha inexistente- entre<br />

partidos políticos influyentes y en plena<br />

capacidad de funciones y un poder legislativo<br />

eficaz. Argumentaré que los comicios de 1994<br />

109


son más que una prueba para las reformas<br />

<strong>el</strong>ectorales en sí, prometen ser la coyuntura<br />

crítica tras la cual tanto <strong>el</strong> Congreso de la<br />

Unión como los partidos deben entrar en una<br />

sexta etapa de reforma interna si es que <strong>el</strong><br />

país realmente va a llegar a ser sea algo más<br />

que una mera democracia “esotérica”.<br />

La ley, reglas y procedimientos que regían la<br />

política <strong>el</strong>ectoral de <strong>México</strong> cambiaron muy<br />

poco entre 1946 –cuando <strong>el</strong> sistema<br />

descentralizado d<strong>el</strong> país se federalizaó al<br />

crearse la Comisión Federal Electoral- y 1978,<br />

años en que <strong>el</strong> gobierno registró oficialmente<br />

a tres nuevos partidos minoritarios. La<br />

promulgación en 1986 d<strong>el</strong> nuevo Código<br />

Federal Electoral mantuvo la bolita en <strong>el</strong> aire,<br />

pero los tres estadios históricos de la reforma<br />

110<br />

instituida durante <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente<br />

Carlos Salinas de Gortari (1988-1994),<br />

parecían señalar que <strong>el</strong> viejo sistema de<br />

estado que por décadas había controlado las<br />

<strong>el</strong>ecciones, los actores <strong>el</strong>ectorales y los<br />

resultados había llegado a su fin. De hecho,<br />

los últimos tres sexenios –los de López Portillo<br />

(1976-1982), De la Madrid (1982-1988) y<br />

Salinas- tuvieron que apoyarse en la evidencia<br />

constante de intentos de reforma como una<br />

válvula de escape para canalizar la creciente<br />

presión pública sobre <strong>el</strong> sistema <strong>el</strong>ectoral. Las<br />

reformas mencionadas en <strong>el</strong> cuadro 4.1<br />

constatan la fluidez d<strong>el</strong> sistema durante estos<br />

años, pero en especial durante <strong>el</strong> sexenio de<br />

Salinas.


En diciembre de 1988, unos días despuñes de<br />

que Salinas tomara posesión como presidente,<br />

solicitó al secretario de Gobernación,<br />

Fernando Gutiérrez Barrios, que convocara a<br />

una reunión con los líderes de los partidos<br />

políticos para discutir los términos de una<br />

nueva legislación <strong>el</strong>ectoral. L a convocatoria<br />

era un resultado inevitable de la encarnizada<br />

controversia pública sobre la veracidad de los<br />

resultados de las <strong>el</strong>ecciones federales<br />

anunciados en julio de ese mismo años. Las<br />

múltiples acusaciones de fraude –con<br />

demasiadas evidencias – eran prueba<br />

suficiente para la población de que los<br />

resultados “oficiales”, favorables al PRI en una<br />

<strong>el</strong>ección muy reñida, se habían adulterado.<br />

Sin embargo, la oposición no tuvo evidencia<br />

suficiente para demostrar la victoria de ningún<br />

otro candidato, especialmente la d<strong>el</strong> desidente<br />

priista, Cuauhtémoc Cárdenas. Pero sí logró<br />

mostrar que los votos para <strong>el</strong> candidato d<strong>el</strong><br />

PRI se habían inflado de manera fraudulenta.<br />

Salinas tomó posesión en medio de un<br />

enorme cuestionamiento cívico, desafío que<br />

ningún presidente en <strong>México</strong> había enfrentado<br />

111


durante los sesenta años de vida d<strong>el</strong> partido<br />

oficial.<br />

En su discurso de toma de posesión, Salinas<br />

declaró:<br />

Ante esta nueva realidad, mi gobierno será de<br />

apertura en nuestra vida democrática. Para<br />

<strong>el</strong>lo propongo un nuevo acuerdo político, que<br />

fortalezca nuestra unidad y dé cabida a<br />

nuestras diferencias. Tiene que ser un<br />

acuerdo que perfeccione los procedimientos<br />

<strong>el</strong>ectorales, actualice <strong>el</strong> régimen de partidos y<br />

modernice las prácticas de los actores<br />

políticos, comenzando por <strong>el</strong> propio gobierno.<br />

Con base en este compromiso, las pláticas<br />

entre los partidos políticos y <strong>el</strong> gobierno se<br />

iniciaron en enero de 1989, con <strong>el</strong> fin de<br />

reformar <strong>el</strong> sistema <strong>el</strong>ectoral mexicano. Las<br />

negociaciones continuaron durante más de un<br />

año; se organizaron dos foros nacionales de<br />

consulta a expertos, en los cuales los<br />

comisionados especiales de todos los partidos<br />

políticos invirtieron muchas horas. En abril de<br />

1990, finalmente, <strong>el</strong> Congreso de la Unión<br />

aprobó una enmienda al artículo 41 de la<br />

Constitución de 1917 que sentó las bases para<br />

<strong>el</strong> nuevo Código Federal de Instituciones y<br />

Procedimientos Electorales (Cofipe), <strong>el</strong> que, a<br />

su vez, fue aprobado por ambas cámaras en<br />

julio de 1990.<br />

La primera reforma <strong>el</strong>ectoral d<strong>el</strong> sexenio de<br />

Salinas se enfrentó con la oposición d<strong>el</strong><br />

Partido de la Revolución Democrática (PRD),<br />

formando en 1989 y que aglutinó a la mayoría<br />

de las fuerzas independientes que apoyaron la<br />

candidatura de Cárdenas en 1988. Los<br />

legisladores d<strong>el</strong> PRD votaron en contra de la<br />

enmienda constitucional y d<strong>el</strong> Cifipe.<br />

Sin embargo, no debe cuestionarse la<br />

trascendencia de la reforma ya que dio origen<br />

a los cambios más importantes logrados en <strong>el</strong><br />

sistema <strong>el</strong>ectoral desde 1946. Se abandonó <strong>el</strong><br />

antiguo sistema de control directo d<strong>el</strong><br />

gobierno en <strong>el</strong> proceso <strong>el</strong>ectoral ejercido por<br />

<strong>el</strong> poder ejecutivo mediante la Secretaría de<br />

Gobernación. A partir de ese momento, las<br />

<strong>el</strong>ecciones se definían como una función d<strong>el</strong><br />

estado a cargo d<strong>el</strong> Instituto Federal Electoral<br />

(IFE), entidad <strong>el</strong>ectoral autónoma con<br />

patrimonio y personalidad jurídica propias en<br />

la que participaban los poderes ejecutivo y<br />

112<br />

legislativo, los partidos políticos y la<br />

ciudadanía. El pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> IFE sería supervisar<br />

las <strong>el</strong>ecciones federales (como lo harían las<br />

d<strong>el</strong>egaciones estatales y subd<strong>el</strong>egaciones de<br />

las diversas entidades federativas y<br />

localidades) y al Tribunal Federal Electoral –<br />

integrado por representantes de todos los<br />

partidos- en su trabajo de conciliador de<br />

disputas <strong>el</strong>ectorales.<br />

Con <strong>el</strong> IFE, <strong>el</strong> nuevo código estructuró un<br />

cuerpo permanente de funcionarios públicos<br />

encargados de llevar a cabo las actividades<br />

<strong>el</strong>ectorales bajo los principios explícitos de<br />

certeza, legalidad, imparcialidad, objetividad y<br />

profesionalismo. El código se diseño para<br />

<strong>el</strong>iminar las fuentes principales de la<br />

controversia de 1988, y estableció un<br />

complejo sistema de supervisión y equilibrio<br />

que impedía que algún partido, una alianza<br />

formal o informal de partidos, o <strong>el</strong> gobierno<br />

mismo, controlara la máxima instancia<br />

<strong>el</strong>ectoral d<strong>el</strong> país, <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE.<br />

El Cofipe también perfeccionó y amplió las<br />

facultades d<strong>el</strong> Tribunal Federal Electoral,<br />

aunque no se alteró <strong>el</strong> sistema de<br />

autocalificación de las cámaras d<strong>el</strong> Congreso.<br />

Según este sistema, cada cámara debía servir<br />

como juez final en la <strong>el</strong>ección de sus<br />

miembros, permitiendo así que <strong>el</strong> partido en<br />

<strong>el</strong> poder declarara la <strong>el</strong>ección de sus<br />

candidatos independientes de los resultados<br />

<strong>el</strong>ectorales. Se aumentaron las prerrogativas<br />

y subsidios a los partidos políticos, así como<br />

su participación en las diversas etapas d<strong>el</strong><br />

proceso <strong>el</strong>ectoral. Un cambio importante que<br />

pasó inadvertido para casi todos los analistas<br />

políticos era la <strong>el</strong>iminación de las múltiples<br />

facultades discrecionales que la ley <strong>el</strong>ectoral<br />

otorgaba con anterioridad a las autoridades<br />

<strong>el</strong>ectorales, que llevaban a continuas<br />

votaciones dentro de los diferentes órganos<br />

<strong>el</strong>ectorales sobre lo que debía “entenderse”<br />

d<strong>el</strong> texto de la ley. De hecho, a partir de 1990<br />

<strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE a sus órganos<br />

descentralizados –los Consejos Locales y<br />

Distritales- se han dedicado casi<br />

exclusivamente a vigilar la aplicación de la<br />

norma jurídica en vez de ejecutarla. Tal tarea<br />

se ha d<strong>el</strong>egado a los cuerpos ejecutivos d<strong>el</strong><br />

IFE.<br />

Los cambios de 1990 regularon las <strong>el</strong>ecciones<br />

de mediados de sexenio en 1991, cuando se


enovó <strong>el</strong> total de la Cámara de Diputados<br />

(<strong>el</strong>egida cada tres años, con la prohibición de<br />

una nueva gestión en <strong>el</strong> periodo inmediato<br />

posterior) y a la mitad d<strong>el</strong> Senado (<strong>el</strong>egido<br />

por un periodo de seis años, con la misma<br />

restricción). La avasalladora victoria d<strong>el</strong> PRI<br />

en esas <strong>el</strong>ecciones revivió la controversia<br />

acerca de la ley. Para <strong>el</strong> PRD, cuyos<br />

legisladores votaron en contra de la reforma<br />

de 1990, los resultados de 1991 fueron<br />

prueba contundente de la parcialidad de la<br />

reforma y la prevalencia de los mecanismos<br />

que impedían tener <strong>el</strong>ecciones legales y<br />

justas. Para <strong>el</strong> Partido Acción Nacional (PAN),<br />

segunda fuerza <strong>el</strong>ectoral nacional, los<br />

resultados de 1991 no invalidaban la reforma<br />

pero obligaban a perfeccionarla. En resumen,<br />

desde la perspectiva de la oposición, la<br />

primera etapa de la reformas salinistas no fue<br />

satisfactoria en las urnas.<br />

En un principio las nuevas reformas<br />

propuestas en 1993 girarían en torno a tres<br />

puntos, pero éstos fueron rebasados.<br />

Redactadas originalmente por <strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PAN<br />

(<strong>el</strong> PRD se unió con posterioridad al debate<br />

pero no ofreció sugerencias concretas), los<br />

cambios dieron origen a nuevas enmiendas a<br />

la Constitución y casi 200 artículos d<strong>el</strong> Cofipe.<br />

Los más notables fueron la supresión d<strong>el</strong><br />

sistema de autocalificación d<strong>el</strong> poder<br />

legislativo, la transformación d<strong>el</strong> Tribunal<br />

Federal Electoral en un organismo<br />

jurisdiccional de pleno derecho en materia<br />

<strong>el</strong>ectoral que tiene la última palabra –decir <strong>el</strong><br />

derecho- en caso de que los resultados de una<br />

<strong>el</strong>ección sean impugnados; la estricta<br />

reglamentación de coaliciones de partidos, al<br />

punto de imposibilitar su logro en la práctica;<br />

<strong>el</strong> reconocimiento a los partidos pequeños d<strong>el</strong><br />

privilegio, cuestionable, de mantener su<br />

registro legal –y con <strong>el</strong>lo <strong>el</strong> derecho a la<br />

representación de la Cámara de Diputados-<br />

aun cuando no hubieran obtenido <strong>el</strong> mínimo<br />

requerido de 1.5% de la votación en todo <strong>el</strong><br />

país. (La Constitución establece que 300 de<br />

los 500 diputados, o sea 60% de la cámara<br />

baja, deben ser de <strong>el</strong>ección directa y los<br />

restantes 200 ser designados con base en la<br />

proporción de votos recibidos en <strong>el</strong>ecciones<br />

federales por cada partido registrado<br />

oficialmente.)<br />

El cambio más polémico se refería a la<br />

integración de la Cámara de Diputados. La<br />

enmienda constitucional de 1990 incluía una<br />

cláusula de “gobernabilidad”, que garantizaba<br />

al partido con <strong>el</strong> mayor número de votos en<br />

una <strong>el</strong>ección d<strong>el</strong> Congreso la mayoría de las<br />

curules en la Cámara. Si bien se abolió la<br />

cláusula de gobernabilidad, que aseguraba<br />

prácticamente al PRI <strong>el</strong> control de la cámara<br />

baja, la reforma de 1993 estableció un nuevo<br />

sistema para la distribución de las curules de<br />

representación proporcional que beneficia al<br />

partido mayoritario y a la segunda fuerza<br />

<strong>el</strong>ectoral, en detrimento de los demás.<br />

Con <strong>el</strong> fin de compensar por lo menos en<br />

parte este problema, la nueva reforma<br />

respondió a dos viejos reclamos d<strong>el</strong> PAN:<br />

reestructurar <strong>el</strong> Senado y llevar a cabo<br />

<strong>el</strong>ecciones indirectas para <strong>el</strong> gobierno de la<br />

ciudad de <strong>México</strong>. La reestructuración<br />

aumentó <strong>el</strong> número de senadores de os a<br />

cuatro para cada una de las 32 entidades<br />

federativas, además se instituyó un sistema<br />

mixto de <strong>el</strong>ección; <strong>el</strong> partido mayoritario en<br />

cada entidad tendría derecho a tres curules en<br />

<strong>el</strong> Senado, y la cuarta iría en la primera<br />

minoría. (Anteriormente, los votantes <strong>el</strong>egían<br />

en forma directa a todos los senadores) La<br />

reforma llevó a la <strong>el</strong>iminación de las<br />

<strong>el</strong>ecciones de mediados de sexenio para<br />

renovar la cámara alta –un regreso a la<br />

reglamentación previa a 1988. Que<br />

especificaba que los periodos d<strong>el</strong> Senado<br />

debían corresponder al presidencial. Los<br />

políticos y otros, incluidos miembros d<strong>el</strong> PRI y<br />

d<strong>el</strong> gobierno, cuestionaron esta decisión, que<br />

requerirá una etapa de transición que<br />

culminará en <strong>el</strong> año 2000, fecha en la cual<br />

serán homologados todos los periodos.<br />

Respecto al gobierno capitalino, la reforma<br />

aumentó las facultades de la Asamblea de<br />

Representaciones d<strong>el</strong> Distrito Federal (ARDF)<br />

para quedar a la par con los de un cuerpo<br />

legislativo de la ciudad, y creó la figura de<br />

Consejos de Ciudadanos D<strong>el</strong>egacionales, que<br />

reportan directamente al gobierno federal.<br />

Pero fueron las nuevas disposiciones r<strong>el</strong>ativas<br />

al nombramiento d<strong>el</strong> regente de la ciudad de<br />

<strong>México</strong> las que levantaron la controversia.<br />

El gobierno local de la ciudad de <strong>México</strong>, que<br />

incluye <strong>el</strong> territorio d<strong>el</strong> Distrito Federal como<br />

“la sede de los poderes de la Unión”, y<br />

establece que <strong>el</strong> mandatario de la ciudad,<br />

llamado “regente” o “jefe d<strong>el</strong> Departamento<br />

113


d<strong>el</strong> Distrito Federal”, sea nombrado por <strong>el</strong><br />

presidente de la República. Según la reforma<br />

de 1993, a partir de 1997 <strong>el</strong> presidente<br />

escogerá al regente de entre los legisladores<br />

federales o locales d<strong>el</strong> partido mayoritario en<br />

la ARDF. Ésta será, de hecho, una <strong>el</strong>ección<br />

indirecta, de una extraña forma de gobierno<br />

parlamentario en un país con una de las<br />

tradiciones y prácticas presidencialistas más<br />

fuertes.<br />

En mi opinión, que concuerda con la de otros<br />

analistas, los lineamientos más importantes<br />

de las reforma de 1993 representan una<br />

alianza tácita entre <strong>el</strong> partido gobernante y <strong>el</strong><br />

PAN para facilitar la transición política no a un<br />

sistema pluripartidista, sino a uno bipartidista<br />

(PRI-PAN), en especial en <strong>el</strong> congreso y en los<br />

gobiernos locales. Este intento se asemeja<br />

más al sistema de España que al de Estados<br />

Unidos o Italia, por ejemplo, porque apoya<br />

una competencia entre dos partidos y margina<br />

a un tercero, en este caso <strong>el</strong> PRD, a pesar de<br />

su indudable apoyo popular.<br />

Hasta diciembre de 1993, los acontecimientos<br />

políticos parecían confirmar este punto de<br />

vista. Por primera vez en la historia d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

moderno, de 1989 a 1993 <strong>el</strong> PAN había<br />

logrado ganar tres gubernaturas; tenía la<br />

segunda d<strong>el</strong>egación más numerosa en la<br />

Cámara de Diputados y presidentes<br />

municipales en más de 30 de las 115<br />

principales ciudades, incluidas varias capitales<br />

de estado. Según las cifras d<strong>el</strong> PAN, cerca de<br />

18% de los 85 millones de mexicanos viven<br />

bajo gobiernos panistas. En contraste, <strong>el</strong> PRD<br />

ha perdido su poder político local, si bien<br />

continúa como la tercera fuerza <strong>el</strong>ectoral y<br />

parlamentaria en <strong>el</strong> país. No gobierna a<br />

ninguna ciudad importante y n ha logrado<br />

ganar ninguna gobernatura.<br />

No obstante, <strong>el</strong> 1 de enero de 1994, con <strong>el</strong><br />

repentino estallido de una reb<strong>el</strong>ión armada en<br />

<strong>el</strong> estado de Chiapas encabezada por <strong>el</strong><br />

Ej`´ercito Zapatista de Liberación Nacional<br />

(EZLN), se transformó d<strong>el</strong> todo la situación<br />

pre<strong>el</strong>ectoral en apariencia tranquila.<br />

Contrariamente a la actuación de regímenes<br />

anteriores ante disturbios civiles, <strong>el</strong> gobierno<br />

salinista se enfrentó no tanto con una fuerza<br />

armada cuyas raíces, identidad de sus<br />

dirigentes y financiamiento económico eran (y<br />

siguen siendo) un enigma, sino con una fuerte<br />

114<br />

condena nacional e internacional por <strong>el</strong> uso<br />

indiscriminado d<strong>el</strong> ejército para reprimir la<br />

reb<strong>el</strong>ión.<br />

Si bien es prematuro valorar todas las<br />

implicaciones de los sucesos en Chiapas,<br />

basta decir que una de las principales<br />

demandas d<strong>el</strong> EZLN se refería justamente a<br />

las <strong>el</strong>ecciones federales d<strong>el</strong> mes de agosto de<br />

1994. Al exigir <strong>el</strong>ecciones imparciales y<br />

transparentes, y la renuncia de Carlos Salinas<br />

como presidente de <strong>México</strong>, <strong>el</strong> Ejército<br />

Zapatista reinició la discusión sobre las<br />

reformas jurídicas y prácticas requeridas para<br />

llevar a cabo la transferencia de poderes de<br />

manera tranquila y dentro de la legalidad en<br />

diciembre de 1994.<br />

El 27 de enero de 1994, en plenas pláticas de<br />

paz con <strong>el</strong> EZLN, <strong>el</strong> nuevo secretario de<br />

Gobernación, Jorge Carpizo, quien por ley es<br />

<strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE, dio<br />

a conocer un documento suscrito por ocho de<br />

los nueve candidatos presidenciales y partidos<br />

políticos, denominado Acuerdo por la Paz, la<br />

Democracia, y la Justicia. En él, los firmantes<br />

se comprometieron a promover y realizar po<br />

consenso una serie de cambios que<br />

garantizaran la imparcialidad de las <strong>el</strong>ecciones<br />

y, en caso conveniente, proponer reformas<br />

legales posteriores para asegurar la<br />

factibilidad de los acuerdos logrados.<br />

El 28 de febrero, después de un mes de<br />

negociaciones en las cuales los tres partidos<br />

más importantes eran los actores principales,<br />

junto con <strong>el</strong> secretario de Gobernación, se<br />

publicaron los primeros acuerdos aprobados<br />

por <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE. Se incluía la<br />

auditoria externa d<strong>el</strong> padrón <strong>el</strong>ectoral; la<br />

creación de un consejo técnico independiente<br />

integrado por reconocidos científicos y<br />

especialistas, cuya tarea será la de supervisar<br />

y vigilar la auditoria; boletas <strong>el</strong>ectorales<br />

desprendibles de un talonario con número<br />

foliado; nuevas disposiciones de seguridad<br />

para garantizar <strong>el</strong> secreto d<strong>el</strong> voto en las<br />

casillas; normas flexibles que permitan la<br />

integración y participación de grupos de<br />

observadores nacionales y un procedimiento<br />

que asegure la s<strong>el</strong>ección imparcial y aleatoria<br />

de ciudadanos que podrían servir como<br />

funcionarios de casilla <strong>el</strong> día de la <strong>el</strong>ecciones.


Ninguna de estas medidas requería de<br />

reformas legales. Sin embargo, la insistencia<br />

d<strong>el</strong> PRD sobre una nueva reforma <strong>el</strong>ectoral y<br />

<strong>el</strong> apoyo obtenido a esta demanda por<br />

amplios sectores de int<strong>el</strong>ectuales y la opinión<br />

pública nacional, y por parte de la comunidad<br />

internacional, condujo a un periodo<br />

extraordinario de sesiones d<strong>el</strong> Congreso a<br />

finales de marzo de 1994 en <strong>el</strong> que se<br />

adoptaron las nuevas enmiendas<br />

constitucionales en materia <strong>el</strong>ectoral.<br />

La reforma llevó a cambios importantes en la<br />

composición d<strong>el</strong> máximo órgano <strong>el</strong>ectoral de<br />

<strong>México</strong>, <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE;<br />

enmiendas al Código Penal para tipificar y<br />

sancionar con severidad ejemplar los d<strong>el</strong>itos<br />

<strong>el</strong>ectorales; enmiendas a diversos artículos d<strong>el</strong><br />

código Electoral diseñadas para aumentar la<br />

imparcialidad de los organismos <strong>el</strong>ectorales a<br />

todos los niv<strong>el</strong>es, así como fomentar una<br />

participación ciudadana más amplia en las<br />

tareas de observación. Por primera vez en su<br />

historia, <strong>México</strong> aceptaría observadores<br />

<strong>el</strong>ectorales o “visitantes” de otros países.<br />

El cambio más importante en <strong>el</strong> Consejo<br />

General d<strong>el</strong> IFE terminó con <strong>el</strong> derecho de<br />

voto de los partidos políticos en los órganos<br />

<strong>el</strong>ectorales a todos los niv<strong>el</strong>es. Los partidos<br />

políticos ahora estarían representados en los<br />

cuerpos <strong>el</strong>ectorales en forma paritaria, con un<br />

representante por partido con voz pero sin<br />

voto. La representación de los poderes<br />

ejecutivo y legislativo continúa sin cambios:<br />

un consejero d<strong>el</strong> ejecutivo y d<strong>el</strong> legislativo<br />

(dos por cámara, uno de la mayoría y otro de<br />

la primera minoría).<br />

Además, hubo cambios en los requisitos para<br />

los consejeros magistrados; al no ser<br />

necesariamente abogados se les llamó<br />

Concejeros Ciudadanos. Los seis Consejeros<br />

Ciudadanos, propuestos por cualquiera de los<br />

nueve partidos registrados y <strong>el</strong>egidos por<br />

mayoría de dos tercios de la Cámara de<br />

Diputados, tienen en sus manos la mayoría de<br />

los once votos d<strong>el</strong> Consejo. Por ser personas<br />

independientes e imparciales serán más<br />

respetadas que las nombradas en <strong>el</strong> pasado.<br />

EL SISTEMA DE PARTIDOS<br />

En teoría, <strong>México</strong> cuenta con un sistema<br />

<strong>el</strong>ectoral pluripartidista desde 1929. Nunca se<br />

han llevado a cabo <strong>el</strong>ecciones federales,<br />

estatales o locales en forma o plazos distintos<br />

a los establecidos por la Constitución y la ley.<br />

Sin embargo, en la práctica, <strong>México</strong> ha tenido<br />

casi exclusivamente un sistema de un solo<br />

partido dominante cerrado a la alternancia d<strong>el</strong><br />

poder y, durante muchas décadas, <strong>el</strong> PRI se<br />

ha dedicado a reprimir a su opositores en los<br />

extremos d<strong>el</strong> espectro político.<br />

La reforma de 1978 aumentó <strong>el</strong> rango de<br />

opciones partidistas para <strong>el</strong> <strong>el</strong>ectorado al<br />

reconocer legalmente a tres nuevos partidos:<br />

<strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano (PCM), El<br />

Partido Socialista de los Trabajadores (PST), y<br />

<strong>el</strong> Partido Demócrata Mexicano (PDM). Estos<br />

partidos se unieron a los otros cuatro partidos<br />

registrados en esa época (<strong>el</strong> PRI, <strong>el</strong> PAN, <strong>el</strong><br />

Partido Popular Socialista (PPS), y <strong>el</strong> Partido<br />

Auténtico de la Revolución Mexicana, o<br />

PARM), para formar parte de un sistema<br />

político de equilibrio r<strong>el</strong>ativo que prevaleció<br />

durante diez años. La “apertura política” de<br />

1978, como la de 1986, no fue sino un<br />

ejemplo d<strong>el</strong> dicho popular: “Cambiar todo,<br />

para que todo siga igual”.<br />

De hecho, los resultados oficiales de las<br />

<strong>el</strong>ecciones de esos años rev<strong>el</strong>an una<br />

sorprendente estabilidad en <strong>el</strong> sistema. Es<br />

cierto que <strong>el</strong> PRI mostró una ligera tendencia<br />

declinante en <strong>el</strong> largo plazo, pero continuó<br />

siendo <strong>el</strong> triunfador indudable de todas las<br />

<strong>el</strong>ecciones federales, estatales y locales de<br />

1979 a 1985.<br />

Sin embargo, en 1988 <strong>el</strong> PRI se desarticuló.<br />

La salida de Cuauhtémoc Cárdena, hijo d<strong>el</strong><br />

presidente mexicano con más prestigio y<br />

respeto popular de la era posrevolucionaria –<br />

Lázaro Cárdenas-, en 1987 provocó la división<br />

en <strong>el</strong> partido. Ese mismo año también salió<br />

Porfirio Muñoz Ledo, quien fuera presidente<br />

d<strong>el</strong> PRI y funcionario público de larga<br />

trayectoria, situación que cimbró la estructura<br />

d<strong>el</strong> poder. La división fue un verdadero cisma<br />

dentro de la iglesia priista, que señalaría <strong>el</strong><br />

curso de los acontecimientos posteriores.<br />

Cárdenas obtuvo <strong>el</strong> respaldo de cuatro de los<br />

ocho partidos registrados legalmente en 1988<br />

–<strong>el</strong> PPS, <strong>el</strong> PARM, <strong>el</strong> Partido Frente<br />

Democrático Nacional (FDN), en contra d<strong>el</strong><br />

PRI. Cuando <strong>el</strong> Prd se estableció legalmente<br />

en mayo de 1989, <strong>el</strong> FDN quedó<br />

115


prácticamente disu<strong>el</strong>to en virtud de que no se<br />

le unieron los otros tres partidos de la<br />

coalición de 1987-1988. El PPSse refugió en<br />

su ideología y conducta tradicionales de<br />

considerarse <strong>el</strong> único partido marxistaleninista<br />

en <strong>México</strong>, mientras que <strong>el</strong> PFCRN<br />

volvió a su pap<strong>el</strong> de satélite d<strong>el</strong> PRI,<br />

especializándose en campañas sucias en<br />

contra de Cárdenas y sus seguidores. El PARM<br />

ha sorteado una serie de crisis internas que<br />

sugieren su pronta desaparición.<br />

Las <strong>el</strong>ecciones de mediados de sexenio en<br />

1991 significaron un paso sustancial par<br />

establecer un sistema con tres partidos<br />

importantes (PRI, PAN, PRD), con <strong>el</strong> inevitable<br />

descenso y disolución d<strong>el</strong> subsistema de<br />

partidos minoritarios (PPS, PFCRN,PARM).<br />

Hasta ahora, <strong>el</strong> PRD no ha logrado convertir<br />

en votos su indudable influencia en la opinión<br />

pública, y por ende ha engendrado <strong>el</strong> nuevo<br />

escenario bipolar mencionado con anterioridad<br />

–dos partidos que compiten entre sí y un<br />

partido radical sobra. Al mismo tiempo, <strong>el</strong><br />

gobierno se las ha ingeniado para revivir de<br />

manera artificial a tres partidos que en 1991<br />

no obtuvieron <strong>el</strong> mínimo de votos requerido<br />

para mantener <strong>el</strong> registro legal: <strong>el</strong> Partido d<strong>el</strong><br />

Trabajo (PT), El Partido Verde Ecologista de<br />

<strong>México</strong> (PVEM) y <strong>el</strong> PDM. Los primeros dos<br />

tienden a desviar votos d<strong>el</strong> PRD, mientras que<br />

<strong>el</strong> tercero atrae al mismo grupo de votantes<br />

que <strong>el</strong> PAN.<br />

En la medida en que se acercaban las<br />

<strong>el</strong>ecciones de 1994, formalmente, <strong>México</strong><br />

tenía un sistema pluripartidista, con nueve<br />

partidos políticos y nueve candidatos<br />

presidenciales. Como en 1991 los cambios en<br />

la ley se diseñaron para impedir las<br />

coaliciones presidenciales, los votantes debían<br />

hacer su <strong>el</strong>ección de estre los nueve<br />

candidatos.<br />

Pero, en la realidad, la competencia se daba<br />

entre tres partidos y sendos candidatos: <strong>el</strong><br />

PRI, con Ernesto Zedillo Ponce de León; <strong>el</strong><br />

PAN, con Diego Fernández de Cevallos, y <strong>el</strong><br />

PRD con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.<br />

PERSPECTIVAS Y CONFLICTOS<br />

El asesinato d<strong>el</strong> primer candidato d<strong>el</strong> PRI a la<br />

presidencia, Luis Donaldo Colosio, <strong>el</strong> 23 de<br />

marzo de 1994 –combinado con los sucesos<br />

116<br />

de Chiapas- confirió una gran incertidumbre a<br />

las <strong>el</strong>ecciones de agosto de 1194. Esta ronda<br />

de <strong>el</strong>ecciones federales fue una prueba crucial<br />

para saber hasta dónde habíamos progresado<br />

los mexicanos en <strong>el</strong> camino d<strong>el</strong> cambio. Se<br />

empezó a constatar como un primer paso<br />

hacia una nueva etapa en la política de<br />

<strong>México</strong>, en que las <strong>el</strong>ecciones tendrán, por fin,<br />

<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que deberían tener en todas las<br />

sociedades democráticas. Determinar<br />

mediante <strong>el</strong> voto libre de los ciudadanos<br />

quiénes deben gobernar.<br />

El contexto pre<strong>el</strong>ectoral<br />

Durante cincuenta años, las <strong>el</strong>ecciones en<br />

<strong>México</strong> fueron ceremonias cívicas que<br />

confirmaban la hegemonía de un régimen<br />

sólidamente fundamentado en la legitimidad<br />

que le otorgaba la Revolución de 1910. La<br />

situación comenzó a cambiar tras las primeras<br />

reformas <strong>el</strong>ectorales recientes, las de 1978.<br />

La población fue despertando paulatinamente<br />

a la necesidad de contar con un sistema<br />

político nuevo, en particular en los ámbitos<br />

<strong>el</strong>ectorales y de partidos políticos.<br />

Muchas cosas han cambiado en <strong>México</strong> desde<br />

1978, sobre todo desde 1988. Es evidente que<br />

<strong>el</strong> sistema económico ha sufrido cambios<br />

arrolladores, pero poco se ha dicho, o no se<br />

ha dicho de manera objetiva, sobre la<br />

evolución política d<strong>el</strong> país. Estoy convencido<br />

de que tenemos un marco jurídico más<br />

adecuado, organismos <strong>el</strong>ectorales mejorados<br />

y, por lo menos, algunos partidos preparados<br />

parala competencia. La mayoría de los<br />

observadores d<strong>el</strong> escenario mexicano<br />

considera que las campañas <strong>el</strong>ectorales<br />

admiten ya una gran competencia. En<br />

contraste con <strong>el</strong> pasado reciente, no pueden<br />

predecirse los resultados de las <strong>el</strong>ecciones.<br />

La hegemonía arrolladora d<strong>el</strong> PRI es cosa d<strong>el</strong><br />

pasado. Hay otros partidos que aspiran a salir<br />

victoriosos en la <strong>el</strong>ección presidencial y<br />

también esperan ganar una mayor parte de<br />

los escaños legislativos en disputa.<br />

La reforma jurídica más importante que se<br />

haya realizado desde 1978 se adoptó en plena<br />

campaña <strong>el</strong>ectoral – entre marzo y mayo de<br />

1994. Afirmo esto porque es la primera vez<br />

que una reforma es producida y apoyada por<br />

los tres partidos mayoritarios. Más aún, los<br />

principales cambios emanaron de las


propuestas de la oposición. Los organismos<br />

<strong>el</strong>ectorales están en la actualidad bajo <strong>el</strong><br />

control de ciudadanos sin filiación partidista.<br />

En <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE, seis de once<br />

votos posibles los tienen los Consejeros<br />

Ciudadanos; los otros cinco votos<br />

corresponden a cuatro legisladores (dos d<strong>el</strong><br />

PRI, uno d<strong>el</strong> PRD y uno d<strong>el</strong> PAN), y al<br />

presidente d<strong>el</strong> Consejo, <strong>el</strong> secretario de<br />

Gobernación.<br />

En los consejos locales y distritales, los<br />

Consejeros Ciudadanos d<strong>el</strong> IFE sustentan seis<br />

de siete votos y solamente uno queda en<br />

manos de un funcionario d<strong>el</strong> servicio <strong>el</strong>ectoral<br />

profesional; los representantes de los partidos<br />

políticos tienen voz pero no voto en los<br />

órganos de dirección d<strong>el</strong> IFE; están<br />

representados sobre bases de paridad con un<br />

solo representante por partido. Esto es lo que<br />

muchos hemos dado en llamar la<br />

“ciudadanización” de los organismos<br />

<strong>el</strong>ectorales.<br />

Asimismo, los partidos llevaron a cabo y<br />

finalizaron una revisión de los funcionarios<br />

<strong>el</strong>ectorales en todos los niv<strong>el</strong>es. El director<br />

general d<strong>el</strong> IFE fue re<strong>el</strong>egido por consenso de<br />

los partidos, pero se sustituyó a 247 vocales<br />

de las juntas ejecutivas y a 170 consejeros<br />

ciudadanos porque se sospechaba de sus<br />

lazos con algún partido político.<br />

Por lo tanto, por vez primera, <strong>el</strong> gobierno y <strong>el</strong><br />

partido en <strong>el</strong> poder no controlan a las<br />

autoridades <strong>el</strong>ectorales. Esto no es poca cosa.<br />

Además, se acordó implantar medidas<br />

prácticas que son fundamentales para<br />

garantizar <strong>el</strong>ecciones libres y justas. Se<br />

otorgaron grandes facilidades y apoyos para<br />

observadores nacionales en las <strong>el</strong>ecciones,<br />

incluida una misión de asistencia técnica de<br />

Naciones Unidas. El Consejo General d<strong>el</strong> IFE<br />

formuló las reglas para los visitantes<br />

extranjeros interesados en observar las<br />

<strong>el</strong>ecciones en <strong>México</strong>; más de 44 millones de<br />

ciudadanos obtuvieron su credencial para<br />

votar con fotografía y los críticos d<strong>el</strong> nuevo<br />

padrón <strong>el</strong>ectoral no pudieron presentar<br />

pruebas de fraude.<br />

El 30 de junio de 1994 se publicaron los<br />

resultados de la auditoria externa d<strong>el</strong> padrón<br />

<strong>el</strong>ectoral, supervisada por una empresa<br />

internacional de consultores quienes le<br />

asignaron una precisión y seriedad de 96%,<br />

con sólo 4% de incongruencia. Los partidos<br />

recibieron ese mismo día una copia en cinta<br />

magnética de todas las listas nominales. Once<br />

especialistas de reconocida honorabilidad y<br />

prestigio se encargaron de vigilar la auditoria.<br />

Los talones de las boletas <strong>el</strong>ectorales estaban<br />

numerados cronológicamente; <strong>el</strong> líquido<br />

ind<strong>el</strong>eble que se colocaría en <strong>el</strong> dedo pulgar<br />

d<strong>el</strong> votante antes de que éste abandonara la<br />

casilla era efectivamente ind<strong>el</strong>eble, y los<br />

funcionarios de casilla se s<strong>el</strong>eccionaron de<br />

entre los inscritos en <strong>el</strong> padrón por medio de<br />

un sorteo en dos etapas, según la propuesta<br />

d<strong>el</strong> PRD.<br />

El tiempo sin costo otorgado a los partidos y<br />

candidatos en la radio y t<strong>el</strong>evisión aumentó<br />

180% en 1994 en comparación con <strong>el</strong> que<br />

tenían en 1991. Además, durante <strong>el</strong> periodo<br />

<strong>el</strong>ectoral, los partidos tuvieron acceso en<br />

forma gratuita a 116 segmentos publicitarios<br />

diarios en todas las radiodifusoras d<strong>el</strong> país.<br />

Los debates entre los candidatos se<br />

transmitieron por las cadenas nacionales de<br />

radio y de t<strong>el</strong>evisión en forma no comercial.<br />

La propaganda política pagada en esos medios<br />

terminó diez días antes de las <strong>el</strong>ecciones y <strong>el</strong><br />

gobierno acordó suspender la publicidad de<br />

los programas de Pronazos y Procampo veinte<br />

días antes de los comicios.<br />

<strong>México</strong> no en <strong>el</strong> ágora griega, y es evidente<br />

que la inercia, los intereses creados y las<br />

viejas y arraigadas costumbres continuarán<br />

abrumando <strong>el</strong> paso d<strong>el</strong> progreso; pero las<br />

condiciones actuales son mucho mejores que<br />

las d<strong>el</strong> pasado reciente para lograr unas<br />

<strong>el</strong>ecciones libres y justas.<br />

Aún es posible que sucedan irregularidades en<br />

las <strong>el</strong>ecciones, pero contrariamente al pasado<br />

es más factible detectarlas y, sobre todo,<br />

impugnarlas con <strong>el</strong> fin de asegurar que no se<br />

encubrirán los resultados. Las enmiendas al<br />

Código Penal y <strong>el</strong> nombramiento de un fiscal<br />

especial para d<strong>el</strong>itos <strong>el</strong>ectorales empiezan a<br />

hacer sentir su efecto disuasivo.<br />

La revista voz y voto llevó a cabo una<br />

encuesta nacional en junio de 1994 que<br />

mostró que los ciudadanos mexicanos estaban<br />

más interesados que nunca en las <strong>el</strong>ecciones.<br />

No se <strong>el</strong>iminó <strong>el</strong> escepticismo en amplios<br />

sectores de la población, pero la encuesta<br />

117


sugirió que la votación sería bastante <strong>el</strong>evada.<br />

También indicó que en la contienda<br />

presidencial, <strong>el</strong> PAN avanzaba con mayor<br />

rapidez en la preferencia de los <strong>el</strong>ectores,<br />

mientras que <strong>el</strong> PRD se había estancado en<br />

sus niv<strong>el</strong>es de 1991.<br />

El fin d<strong>el</strong> pluripartidismo de aparador<br />

El sistema político mexicano era, para<br />

millones de mexicanos que habían llegado a la<br />

mayoría de edad en los años sesenta, al igual<br />

que para las dos generaciones anteriores, una<br />

especie de esfinge esculpida en roca:<br />

inamovible, impermeable y apenas<br />

desgastada por <strong>el</strong> paso de los años.<br />

Pero se trataba de una esfinge de dos caras<br />

que representaba tanto la fusión como la<br />

confusión entre un estado –paternalista,<br />

nacionalista y, en muchos casos, represivo- y<br />

un partido fundado en 1929, adaptable y<br />

receptivo a los deseos y dictados d<strong>el</strong><br />

presidente en turno, conformando por<br />

sectores bien definidos y alianzas capaces de<br />

admitir a actores que iban desde la izquierda<br />

radical y fuerzas guerrillas hasta los<br />

empresarios modernos surgidos d<strong>el</strong><br />

padrinazgo y la corrupción d<strong>el</strong> sexenio d<strong>el</strong><br />

Migu<strong>el</strong> Alemán Valdés (1946-1952).<br />

Durante todos estos años funcionaron dos<br />

partidos políticos, uno invencible, otro nacido<br />

para perder; <strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PAN. En <strong>el</strong> margen,<br />

como fauna que acompaña al tiburón, estaban<br />

dos partidos sombra: <strong>el</strong> PPS y <strong>el</strong> PARM.<br />

Ambos producto más de la voluntad d<strong>el</strong><br />

estado que de una decisión de ciudadanos<br />

dispuestos a retar al poder establecido.<br />

Todavía más en <strong>el</strong> margen, aislado por la<br />

implacable represión y cooptación<br />

gubernamentales así como por su propia<br />

historia de incabable sectarismo, sobrevivía <strong>el</strong><br />

PCM, privado de derechos legales, fuera de la<br />

vida <strong>el</strong>ectoral y de la representación<br />

parlamentaria.<br />

Recuerdo que en 1973, cuando tuve edad par<br />

votar por vez primera, no acudí a las urnas<br />

simplemente porque no tenía ningún sentido.<br />

Lo mismo sucedió en 1976, cuando <strong>el</strong> tiburón<br />

navegó solo, sin sardinas y las cuales devorar<br />

en <strong>el</strong> mar de votos inventados. El PAN,<br />

dividido internamente, decidió no postular<br />

candidato a la presidencia. El sistema no<br />

118<br />

enfrentó ninguna crisis, la esfinge casi no se<br />

movió, pero en su interior creció la opinión de<br />

que la sovietización en la “competencia”<br />

política había llegado al límite. A pesar d<strong>el</strong><br />

PRI, <strong>México</strong> estaba cambiado, la sociedad<br />

estaba cambiando, y los sectores medios y<br />

populares cuestionaban cada vez más la larga<br />

permanencia en <strong>el</strong> poder –más de cincuenta<br />

años- de un solo partido.<br />

La democracia “esotérica”, como describió<br />

Giovanni Sartori al sistema político mexicano,<br />

este sistema de partidos organizado alrededor<br />

de una disposición hegemónica, con un<br />

partido protagónico “rodeado por una periferia<br />

de partidos secundarios”, estaba<br />

complementada y reforzada por la<br />

configuración d<strong>el</strong> sistema de poderes<br />

federales igualmente hegemónica. Si bien <strong>el</strong><br />

PRI era <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> sistema de partidos, con<br />

un satélite y dos asteroides; <strong>el</strong> ejecutivo<br />

ocupaba <strong>el</strong> lugar principal entre los poderes<br />

federales. El pap<strong>el</strong> determinante d<strong>el</strong><br />

presidente es <strong>el</strong> que define, sobre todas las<br />

cosas, al sistema político mexicano; un<br />

presidencialismo autoritario que subordinó y<br />

convirtió en sus satélites a las otras dos<br />

ramas d<strong>el</strong> gobierno –de hecho, a todos los<br />

niv<strong>el</strong>es de gobierno de una república que es<br />

federal en teoría pero que en la práctica es<br />

tremendamente centralista.<br />

El PRI ha sido y es un instrumento al servicio<br />

d<strong>el</strong> primer mandatario, lo que inevitablemente<br />

originó que <strong>el</strong> poder legislativo, dominado por<br />

<strong>el</strong> PRI durante sesenta años, fuera una<br />

fachada, un instrumento al servicio d<strong>el</strong><br />

presidente en turno, sometido sin margen<br />

alguno al presidencialismo autoritario que, por<br />

definición, excluye cualquier control o<br />

contrapeso.<br />

Los diputados y senadores d<strong>el</strong> PRI, aún en<br />

mayoría, saben que su posición no es<br />

resultado de una votación, ni de su partido,<br />

sino que se la deben al presidente, que es<br />

quien aprueba las listas de candidatos. Este<br />

tipo de padrinazgo es <strong>el</strong> que ha originado la<br />

“jibarización” d<strong>el</strong> Congreso, además de que <strong>el</strong><br />

principio constitucional de no re<strong>el</strong>ección<br />

impide la creación de una carrera<br />

parlamentaria. Aunque resulte evidente, cabe<br />

recordar que sin parlamentarios no hay<br />

parlamento.


Y sin verdaderos partidos tampoco hay<br />

parlamento. La legislatura es <strong>el</strong> foro natural y<br />

privilegiado para que surjan y se desarrollen<br />

dirigentes políticos partidistas con la<br />

capacidad de diseñar proyectos y programas<br />

que logren perdurar más allá d<strong>el</strong> régimen<br />

presidencial en <strong>el</strong> que fueron propuestos. Una<br />

legislatura fuerte es una condición sine qua<br />

non para un sistema de partidos fuerte y, a la<br />

vez, un sistema fuerte de partidos reforzará la<br />

legislatura. Asimismo, un gobierno<br />

verdaderamente representativo es una<br />

condición para asegurar que cualquier cambio<br />

d<strong>el</strong> poder no cause desestabilización.<br />

Un vistazo superficial a las experiencias de<br />

países democráticos rev<strong>el</strong>a los nexos<br />

fundamentales entre partidos y legislatura,<br />

tanto en <strong>el</strong> sistema parlamentario como en <strong>el</strong><br />

presidencial. El Reino Unido y Estados Unidos<br />

son buenos ejemplos. La separación y<br />

equilibrio de poderes, <strong>el</strong> federalismo y la<br />

alternancia en <strong>el</strong> poder presuponen una serie<br />

de prácticas e instituciones, así como de<br />

leyes, pero las primeras son más importantes<br />

que las segundas.<br />

Todo por servir se acaba<br />

Cuenta la anécdota que <strong>el</strong> presidente Adolfo<br />

Ruiz Cortines (1952-1958) solía decir que “las<br />

cámaras y las gubernaturas son d<strong>el</strong><br />

presidente; los congresos locales de los<br />

gobernadores y los ayuntamientos d<strong>el</strong><br />

pueblo”. El presidente describía con certero<br />

cinismo los puntales que habían mantenido <strong>el</strong><br />

sistema de poder d<strong>el</strong> PRI por tantos años.<br />

<strong>México</strong> nunca ha sido, ni siquiera de lejos, una<br />

democracia “diferente” como diría T.J.<br />

Pemp<strong>el</strong>, en <strong>el</strong> mejor de los casos, ha sido una<br />

democracia “esotérica”. Pero todo por servir<br />

se acaba.<br />

La reforma de 1978 abrió las puertas a<br />

nuevos partidos y, para que su presencia<br />

fuera significativa, cambió la forma en que se<br />

integraba la Cámara de Diputados. Se<br />

introdujo la representación proporcional al<br />

aumentar <strong>el</strong> número de diputados a 400, de<br />

los cuales 300 serían “uninominales” (<strong>el</strong>egidos<br />

por mayoría dentro de los 300 distritos<br />

<strong>el</strong>ectorales), y los 100 restantes serían<br />

“plurinominales” (<strong>el</strong>egidos según <strong>el</strong> porcentaje<br />

de votos emitidos a favor de cada partido en<br />

cada una de las cinco zonas en que se dividió<br />

al país para ese propósito, con un número<br />

igual de representantes de cada zona). En<br />

1986, <strong>el</strong> número de diputados aumentó, de<br />

nuevo, a 500; se mantuvo <strong>el</strong> número de 300<br />

uninominales y <strong>el</strong> de plurinominales ascendió<br />

a 200. Sin embargo, esta reforma no<br />

pretendía modificar la estructura básica d<strong>el</strong><br />

sistema político, en especial, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> central<br />

d<strong>el</strong> presidente y la hegemonía de su partido.<br />

Los cien escaños en la Cámara de Diputados<br />

reservados para una oposición débil, cuya<br />

presencia en la mayoría de los casos no<br />

sobrepasaba las calles de la ciudad de <strong>México</strong>,<br />

era un costo menor si se remozaba la fachada<br />

y se abría una pequeña ventana para dar<br />

salida a presiones por muchos años<br />

contenidas. El Senado continuaba inamovible,<br />

como un foro reservado para <strong>el</strong> partido oficial.<br />

El remedio funcionó por diez años, pero la<br />

esfinge no surgió, como en <strong>el</strong> pasado,<br />

incólume. El sistema de poder se agotó, más<br />

por la falta de legitimidad d<strong>el</strong> proyecto<br />

económico y por la reb<strong>el</strong>día regional que por<br />

la competencia <strong>el</strong>ectoral, la cual se dio<br />

después, y no antes, de la falta de<br />

legitimación y reb<strong>el</strong>día. Hasta 1978 la pauta<br />

fue impedir que surgieran nuevos partidos; a<br />

partir de ese año esta política cambió. En<br />

1979 se registraron tres nuevos partidos: <strong>el</strong><br />

Partido Comunista Mexicano, <strong>el</strong> Partido<br />

Socialista de los Trabajadores y <strong>el</strong> Partido<br />

Demócrata mexicano. En 1982 hubo dos más;<br />

<strong>el</strong> Partido Social Demócrata (PSD) y <strong>el</strong> Partido<br />

Revolucionario de los Trabajadores (PRT). En<br />

1985 se revivió al moribundo PARM y todavía<br />

se registró otro partido más, <strong>el</strong> Partido<br />

Mexicano de los Trabajadores (PMT). En 1988<br />

la política volvió a cambiar y se cerró <strong>el</strong><br />

registro de nuevos partidos, pero la alianza de<br />

cuatro partidos registrados (PARM, PPS,<br />

PFCRN Y Partido Mexicano Socialista, PMS)<br />

que apoyaron a Cuauhtémoc Cárdenas<br />

agrupados en <strong>el</strong> Frente Democrático Nacional<br />

(FDN), sorprendió a los estrategas políticos.<br />

Superada la crisis post<strong>el</strong>ectoral de 1988, la<br />

estructura de poder d<strong>el</strong> PRI volvió a sus viejas<br />

estrategias –a la vez que llevaba a cabo<br />

esfuerzos de reforma- con más incentivos que<br />

en <strong>el</strong> pasado en virtud de la creación y<br />

registro d<strong>el</strong> PRD, partido que aglutinaba a las<br />

fuerzas cardenistas b<strong>el</strong>igerantes. Para las<br />

<strong>el</strong>ecciones de 1991 <strong>el</strong> gobierno devolvió <strong>el</strong><br />

registro al PDM y al PRT, partidos que lo<br />

119


habían perdido en las <strong>el</strong>ecciones anteriores, y<br />

concedió <strong>el</strong> registro a dos partidos más, <strong>el</strong><br />

Partido d<strong>el</strong> Trabajo (PT) y <strong>el</strong> Partido Verde<br />

Ecologista Mexicano (PVEM). Pero <strong>el</strong> esfuerzo<br />

se perdió en la nada porque los dos partidos<br />

revividos y los dos recién formados no<br />

pudieron obtener <strong>el</strong> número mínimo de votos<br />

requerido por la ley, y se tuvieron que retirar<br />

d<strong>el</strong> escenario <strong>el</strong>ectoral. En 1993, en un<br />

esfuerzo por fragmentar los votos a favor de<br />

Cárdenas para las <strong>el</strong>ecciones de 1994, <strong>el</strong><br />

gobierno adoptó la estrategia de dividir a la<br />

oposición e impedir una nueva coalición de la<br />

izquierda.<br />

Tres de los cuatro partidos finiquitados se<br />

revivieron sobre la base de un equilibrio<br />

salomónico: uno para la izquierda (PT), otro<br />

para la derecha (PDM), y uno más para lo que<br />

llegara a ofrecerse (PVEM). No sé si esta<br />

historia pueda proporciones algo de<br />

optimismo a las perspectivas de democracia<br />

en <strong>México</strong>, o si alguien esté de acuerdo con<br />

que proliferen partidos pequeños que<br />

reproducen y prolongan <strong>el</strong> sistema de satélites<br />

que todos conocimos y sufrimos a principios<br />

de los años setenta. No lo creo.<br />

Los cambios recientes en <strong>el</strong> poder legislativo<br />

tampoco son muy alentadores. Es cierto que<br />

la Cámara de Diputados se convirtió en <strong>el</strong> foro<br />

principal de debate de los partidos, mientras<br />

que, hasta 1988, <strong>el</strong> único ruido que se<br />

escuchaba en <strong>el</strong> Senado era <strong>el</strong> de las moscas<br />

que interrumpían <strong>el</strong> dulce sueño de los<br />

senadores. Pero ningún niv<strong>el</strong> de debate en la<br />

cámara baja ha podido modificar su<br />

característica principal; la subordinación al<br />

ejecutivo. Sin embargo, en 1986, cuando<br />

gracias a la reforma <strong>el</strong> número de diputados<br />

ascendió a 500 y <strong>el</strong> de representantes<br />

proporcionales por partido a 200, nadie<br />

imaginó los que sucedería después.<br />

Por primera vez en su historia, de 1988 a<br />

1991 <strong>el</strong> PRI experimentó <strong>el</strong> terror<br />

parlamentario. Contaba únicamente con doce<br />

diputados más de la mayoría simple y por<br />

ende no tenía la capacidad de reformar la<br />

Constitución: Se vio entonces en la necesidad<br />

de negociar y hacer concesiones, aprender a<br />

hacer alianzas y poner en marcha un sistema<br />

parlamentario incipiente que significaba<br />

compartir responsabilidades y aceptar ciertas<br />

demandas de la oposición. Por desgracia, las<br />

120<br />

lecciones no salieron de las paredes d<strong>el</strong><br />

recinto legislativo y no sirvieron para debilitar<br />

<strong>el</strong> control d<strong>el</strong> presidente; muy por <strong>el</strong><br />

contrario, lo impulsaron a apretar la mano de<br />

hierro sobre los diputados d<strong>el</strong> PRI. La<br />

oposición tampoco tuvo <strong>el</strong> ímpetu suficiente<br />

para lograr <strong>el</strong> cambio y perdió su energía y<br />

tiempo en escaramuzas y sainetes. Pese a<br />

contar con <strong>el</strong> mayor número de diputados de<br />

la oposición en su historia, <strong>el</strong> Congreso no<br />

pudo generar un cambio importante en las<br />

práctica ni lograr una nueva r<strong>el</strong>ación entre los<br />

poderes de la Unión.<br />

El agotamiento de un sistema de partidos de<br />

jure, un poder legislativo subordinado al<br />

ejecutivo, la desconfianza d<strong>el</strong> pueblo en <strong>el</strong><br />

sistema <strong>el</strong>ectoral, que aún no ha sido<br />

superada, sientan las bases para un sistema<br />

de partidos de facto y una nueva disposición<br />

d<strong>el</strong> sistema de poderes en <strong>el</strong> <strong>México</strong> de final<br />

de siglo.<br />

EL DILUVIO QUE VIENE<br />

Los presidentes más recientes de <strong>México</strong> ha<br />

logrado desplegar reformas <strong>el</strong>ectorales y<br />

políticas como un medio de contener <strong>el</strong><br />

descontento de los votantes. El ciclo de<br />

reformas –que abarca las de 1978 a 1994- ha<br />

concluido. Si, en lo sucesivo, no se llevan a<br />

cabo <strong>el</strong>ecciones limpias y creíbles, tendremos<br />

que doblegarnos sumisamente a la autocrítica<br />

y esperar, con un arca sin construir, al diluvio<br />

que viene: recriminaciones de los partidos e<br />

inestabilidad en la sociedad civil.<br />

Pero ningún grado de imparcialidad y<br />

credibilidad en la conducta de la política<br />

<strong>el</strong>ectoral de <strong>México</strong> podrá desviar la atención<br />

de la conducta de la política parlamentaria d<strong>el</strong><br />

país. Una condición esencial para que <strong>el</strong> acto<br />

de votar tenga algún sentido serán romper<br />

con dos tradiciones que se refuerzan<br />

mutuamente: la política pluripartidista de<br />

aparador y la total subordinación d<strong>el</strong> Congreso<br />

al presidente.<br />

Creo que la dirección y <strong>el</strong> ritmo al que se lleve<br />

a cabo <strong>el</strong> siguiente paso hacia una democracia<br />

verdadera requerirán de una secuencia<br />

determinada: <strong>el</strong> sistema de partidos ha de<br />

configurarse de nuevo antes de que <strong>el</strong><br />

Congreso pueda funcionar como cuerpo<br />

representativo. La “sat<strong>el</strong>ización” ya llegó a su


fin, al agotarse la capacidad d<strong>el</strong> estado para<br />

crear y proteger a partidos minoritarios. No es<br />

necesario ser un enemigo de la política<br />

pluripartidista para proponer que se <strong>el</strong>imine a<br />

los partidos más pequeños y débiles a fin de<br />

que los tres más importantes puedan<br />

consolidar su mensaje, agenda de trabajo y<br />

grupos de votantes.<br />

Por diversas razones, dos de los tres partidos,<br />

<strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PRD, continúan siendo un enigma.<br />

El tercero, <strong>el</strong> PAN, parece ser <strong>el</strong> más estable,<br />

más acabado, más preparado para un nuevo<br />

contexto <strong>el</strong>ectoral y político.<br />

Creo que la dirección y <strong>el</strong> ritmo al que se lleve<br />

a cabo <strong>el</strong> siguiente paso hacia una democracia<br />

verdadera requerirán de una secuencia<br />

determinada: <strong>el</strong> sistema de partidos ha de<br />

configurarse de nuevo antes de que <strong>el</strong><br />

Congreso pueda funcionar como cuerpo<br />

representativo. La “sat<strong>el</strong>ización” ya llegó a su<br />

fin, al agotarse la capacidad d<strong>el</strong> estado para<br />

crear y proteger a partidos minoritarios. No es<br />

necesario ser un enemigo de la política<br />

pluripartidista para proponer que se <strong>el</strong>imine a<br />

los partidos más pequeños y débiles a fin de<br />

que los tres más importantes puedan<br />

consolidar su mensaje, agenda de trabajo y<br />

grupos de votantes.<br />

Por diversas razones, dos de los tres partidos,<br />

<strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PRD, continúan siendo un enigma.<br />

El tercero, <strong>el</strong> PAN, parece ser <strong>el</strong> más estable,<br />

más acabado, más preparado para un nuevo<br />

contexto <strong>el</strong>ectoral y político.<br />

Por lo general se ofrecen dos hipótesis<br />

respecto al viejo partido oficial. Una es<br />

optimista y afirma que <strong>el</strong> potencial d<strong>el</strong> PRI lo<br />

convertirá en un partido verdadero, separado<br />

d<strong>el</strong> gobierno, capaz de ganar y ejercer, de<br />

manera independiente, <strong>el</strong> poder en las dos<br />

cámaras d<strong>el</strong> Congreso. La pesimista sostiene<br />

que <strong>el</strong> PRI es incapaz de transformarse, que<br />

su destino radica en los polos contradictorios<br />

de la sociedad mexicana, y que mientras más<br />

tenga <strong>el</strong> poder –en especial, la presidencia-<br />

sobrevivirá, pero si lo pierde, se disolverá.<br />

El PRD es otro enigma. Surgió de una escisión<br />

dentro d<strong>el</strong> PRI y desde entonces ha<br />

amalgamado a diversos grupos, ideologías y<br />

tendencias. Más que un partido, se convirtió<br />

en la coalición d<strong>el</strong> descontento, cuya congna<br />

era, a pesar de todo, clara: oponerse al PRI y<br />

llegar a la tierra prometida mediante <strong>el</strong> triunfo<br />

en los comicios de 1994, una mezcla<br />

inevitablemente explosiva. Hasta hoy, <strong>el</strong> PRD<br />

es <strong>el</strong> paradigma más firme de un grupo<br />

contestatario, casi testimonial. Sun influencia<br />

en la opinión pública aún es respetable a<br />

pesar de que su base radica casi<br />

exclusivamente en <strong>el</strong> carisma de su líder y<br />

candidato a la presidencia.<br />

Al no ganar las <strong>el</strong>ecciones de 1994, <strong>el</strong> PRD<br />

hubo de enfrentar la pregunta,” ¿Qué hacer?<br />

Una respuesta pudo ser continuar por <strong>el</strong><br />

mismo camino, ajustar cuentas internas y<br />

apostar a una tercera vu<strong>el</strong>ta. Existe, sin<br />

embargo, otra posibilidad: abrazar un nuevo<br />

proyecto y perspectiva, lo que requeriría<br />

consolidar <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> partido para después<br />

orientarse hacia <strong>el</strong> exterior.<br />

Si no me he ocupado mayormente d<strong>el</strong> PAN en<br />

este análisis es por lo que mencioné arriba. En<br />

los últimos años este partido puso en marcha<br />

un nuevo programa, una estrategia para<br />

lograr una transición política sin problemas en<br />

la que habría de desempeñarse como fuerza<br />

protagónica, dentro o fuera d<strong>el</strong> gobierno. El<br />

futuro para <strong>el</strong> PAN no se plantea en términos<br />

extremos, y las <strong>el</strong>ecciones de 1994 no eran<br />

para él cosa de vida o muerte. El PAN se<br />

considera preparado para gobernar, aunque<br />

tal vez esté mejor preparado para cogobernar.<br />

Reiteraré mi hipótesis respecto al Congreso en<br />

la línea de causalidad: si cambia <strong>el</strong> sistema de<br />

partidos, cambiará <strong>el</strong> poder legislativo. No<br />

niego, desde luego, otras posibilidades,<br />

confirmadas en las experiencias de otros<br />

países, por ejemplo varias mayorías diferentes<br />

–en diversos niv<strong>el</strong>es de gobierno- que<br />

originen situaciones inestables de cogobierno,<br />

o <strong>el</strong> fin de las reformas desde arriba, si es<br />

posible imaginar la eutanasia d<strong>el</strong><br />

presidencialismo autoritario en <strong>México</strong>. Pero<br />

estas posibilidades son muy remotas. En<br />

cualquier caso, la reforma d<strong>el</strong> poder legislativo<br />

no podrá depender sólo de un cambio en su<br />

composición numérica; la LIV legislatura de la<br />

Cámara de Diputados demostró claramente la<br />

gran necesidad de actuar con int<strong>el</strong>igencia y<br />

pragmatismo. El número no basta pero sin él<br />

lo demás será imposible.<br />

121


Concluyo con una observación y una<br />

esperanza. A pesar de que las perspectivas<br />

para lograr una democracia más<br />

representativa en <strong>México</strong> todavía no son muy<br />

concretas y los riesgos sí bastante <strong>el</strong>evados,<br />

no debemos subestimar la importancia de lo<br />

que nos han mostrado los partidos<br />

recientemente. Esta última etapa de reforma<br />

<strong>el</strong>ectoral, contrariamente a las anteriores, fue<br />

producto de un diálogo y consenso genuinos<br />

entre los partidos. El resultado futuro quizá<br />

sea <strong>el</strong> de <strong>el</strong>ecciones democráticas. Existe la<br />

esperanza de que las consecuencias en <strong>el</strong><br />

largo plazo sean reforzar a los partidos para<br />

que vu<strong>el</strong>quen sus energías en <strong>el</strong> Congreso, <strong>el</strong><br />

espacio en <strong>el</strong> que <strong>México</strong> debe empezar a<br />

expresar <strong>el</strong> mosaico plural de su diversidad<br />

con mutuo respeto y tolerancia.<br />

POSDATA<br />

Las <strong>el</strong>ecciones d<strong>el</strong> 21 de agosto de 1994 no<br />

produjeron un cambio importante en <strong>el</strong><br />

equilibrio de poder entre los partidos, a pesar<br />

de que la votación fue la más concurrida en la<br />

historia de <strong>México</strong>: más de 35.5 millones de<br />

votantes, es decir, casi 80% de los registrados<br />

en <strong>el</strong> padrón <strong>el</strong>ectoral. El PRI con base en los<br />

resultados pr<strong>el</strong>iminares (antes que la<br />

Comisión Federal Electoral hubiera cumplido<br />

con su tarea), pudo mantener <strong>el</strong> apoyo de la<br />

mayoría -48%- en <strong>el</strong> voto para presidente. El<br />

PAN se restableció en <strong>el</strong> segundo lugar (que<br />

había perdido en 1988 ante Cárdenas) y, por<br />

vez primera, recibió más de la quinta parte de<br />

la votación (27%). Por otro lado, <strong>el</strong> PRD<br />

consolidó su posición, logrando 17% de los<br />

votos; recibió casi <strong>el</strong> mismo número de votos<br />

que en 1988 (6 millones). Muy por debajo, en<br />

<strong>el</strong> cuarto lugar, quedó <strong>el</strong> PT, con sólo 3%. La<br />

contienda no fue tan cerrada como se había<br />

pensado, pero <strong>el</strong> PRI no obtuvo la mayoría<br />

absoluta.<br />

Gracias a las normas constitucionales sobre la<br />

distribución de los escaños plurinominales, <strong>el</strong><br />

PRI tendrá en la Cámara de Diputados 300<br />

representantes de un total de 500. En <strong>el</strong><br />

Senado tendrá una mayoría abrumadora, con<br />

95 a las 128 curules.<br />

El PRI mantuvo la presidencia en lo que<br />

muchos mexicanos y analistas extranjeros<br />

consideraron las <strong>el</strong>ecciones más limpias en la<br />

historia d<strong>el</strong> país. Los dos partidos de oposición<br />

122<br />

adoptaron posturas muy divergentes en las<br />

semanas siguientes a la <strong>el</strong>ección. El PAN<br />

denunció múltiples irregularidades <strong>el</strong>ectorales<br />

pero reconoció que <strong>el</strong> total de los resultados,<br />

y los resultados por partido, no serían muy<br />

diferentes de los resultados que consideraba<br />

como fraudulentos; es decir, los funcionarios<br />

d<strong>el</strong> partido aceptaron que <strong>el</strong> PRI ganó la<br />

presidencia, pero se p<strong>el</strong>eaban espacios en las<br />

dos cámaras federales y en algunos estados (<br />

los magistrados d<strong>el</strong> Tribunal Federal Electoral<br />

reconocieron finalmente <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong><br />

candidato panista a la presidencia municipal<br />

de Monterrey, capital de Nuevo León, un<br />

estado estratégico en la frontera con Texas).<br />

El PRD no cambió su postura de total<br />

desacuerdo con los resultados <strong>el</strong>ectorales. Sus<br />

denuncias hicieron referencia a un “fraude<br />

descomunal” que impidió votar a 10 millones<br />

de ciudadanos y que falsificó 10 millones de<br />

votos a favor de Ernesto Zedillo. La verdad es<br />

que ni Cárdenas ni ningún otro funcionario d<strong>el</strong><br />

PRD pudieron sustentar estas acusaciones,<br />

requisito indispensable para lograr la petición<br />

d<strong>el</strong> PRD de anular las <strong>el</strong>ecciones y llevar a<br />

cabo otras.<br />

Lo más importante, al margen de estas<br />

reacciones, es que no hubo ninguna<br />

movilización popular que apoyara la acusación<br />

de fraude, y que en todo <strong>el</strong> país se aceptó<br />

abiertamente que <strong>el</strong> candidato d<strong>el</strong> PRI es <strong>el</strong><br />

presidente de <strong>México</strong>. Ernesto Zedillo asumió<br />

<strong>el</strong> poder sin tener detrás de sí <strong>el</strong> fantasma que<br />

persiguió a Carlos Salinas a lo largo de sus<br />

seis años de gestión: <strong>el</strong> fantasma d<strong>el</strong> fraude.


MÉXICO ANTE LA INTEGRACIÓN<br />

DE NORTEAMÉRICA: ENTRE LA<br />

DEMOCRACIA Y EL VASALLAJE<br />

Luis González Souza<br />

Divididos de manera singularmente cruda por<br />

la frontera desarrollo/subdesarrollo, y<br />

presionados por esta “época de globalización”<br />

a estrechar como nunca antes sus r<strong>el</strong>aciones,<br />

<strong>México</strong> y Estados Unidos afrontan una<br />

responsabilidad y una disyuntiva de enorme<br />

trascendencia. La responsabilidad y una<br />

disyuntiva de enorme trascendencia. La<br />

responsabilidad consiste en demostrar que<br />

también puede derribarse <strong>el</strong> muro – menos<br />

visible pero más lacerante- que separa a las<br />

naciones pobres de las ricas, a las nacionesobjetivo<br />

de las naciones-sujeto.<br />

Y la disyuntiva es igualmente precisa: o<br />

naciones como <strong>México</strong> y Estado Unidos se<br />

sensibilizan ante <strong>el</strong> clamor mundial de<br />

democracia y, en consecuencia, se vu<strong>el</strong>can a<br />

democratizar en serio sus propias<br />

interr<strong>el</strong>aciones, o, de lo contrario, ayudarán a<br />

comprobar que la “segunda guerra fría”. Lejos<br />

de terminar, sólo cambiará de escenario<br />

principal –d<strong>el</strong> Este/Oeste al Norte/Sur- y se<br />

calentará al grado de amenazar con la<br />

reimplantación de r<strong>el</strong>aciones semejantes a las<br />

d<strong>el</strong> vasallo y <strong>el</strong> señor. En este caso, la<br />

paradoja no podría ser más dramática:<br />

vasallaje en vez de democracia, como <strong>el</strong> signo<br />

de las r<strong>el</strong>aciones entre Estados Unidos,<br />

supuesto paradigma d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> libre, y<br />

<strong>México</strong>, convertido ahora en obsesionado<br />

predicador de la modernización.<br />

Mientras tanto, las r<strong>el</strong>aciones entre ambos<br />

países continúan estrechándose. Y están por<br />

dar un salto, acaso irreversible, con la firma<br />

de un Acuerdo de Libre Comercio. Urge, en<br />

consecuencia, examinar si su destino es la<br />

democracia, o <strong>el</strong> vasallaje. Urge, para bien de<br />

todos, evitar la subordinación total de <strong>México</strong>.<br />

1. ¿QUÉ TIPO DE INTEGRACIÓN?<br />

Los espectaculares cambios en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

socialista no significan –tesis de moda en los<br />

círculos “neoliberales”- <strong>el</strong> triunfo definitivo d<strong>el</strong><br />

capitalismo y <strong>el</strong> consiguiente “fin de la<br />

historia”. Esos cambios, junto a otra variedad<br />

de indicadores, más bien significan que la<br />

histórica crisis iniciada hace más de dos<br />

décadas en los centros capitalistas<br />

(devaluación de la libra esterlina, quiebra d<strong>el</strong><br />

patrón dólar/oro, entre lo más visible), se ha<br />

extendido y profundizado al grado de<br />

inaugurar toda una nueva época en <strong>el</strong><br />

desarrollo de la humanidad. Quizás vale decir<br />

que de una crisis histórica d<strong>el</strong> capitalismo,<br />

hemos pasado a una crisis mundial de época.<br />

En todo caso, la crisis en la que seguimos<br />

inmersos, es de tal complejidad que ha vu<strong>el</strong>to<br />

obsoletas a numerosas teorías, incluidas tesis<br />

como la de “la locomotora”. La recuperación<br />

económica –frágil y efímera- lograda por<br />

algunas potencias industrializadas, lejos de<br />

arrastrar tras de sí <strong>el</strong> repunte de las demás<br />

economías, profundiza más y más la brecha<br />

Norte/Sur. Más allá de cuestiones de<br />

“interdependencia” y de “globalización”, <strong>el</strong>lo<br />

significa que la exigencia de democracia,<br />

aparte de extenderse por todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>,<br />

ahora incluye de manera inequívoca a los<br />

cimientos económicos d<strong>el</strong> sistema<br />

internacional.<br />

La superación cabal de esta crisis más que<br />

histórica, ya no podrá darse con una mayor<br />

expoliación de las naciones oprimidas –la<br />

inmensa mayoría- a cargo de un grupo de<br />

potencias. Para salir de esta crisis, ahora es<br />

indispensable la conjugación, sino sólo aqu<strong>el</strong>la<br />

que corresponda a los principios de la<br />

democracia; igualdad, equidad y desde luego<br />

libertad, pero siempre con apego a las<br />

decisiones mayoritarias.<br />

En pocas palabras, hoy se exige un nuevo<br />

estadio de integración entre las naciones –de<br />

ahí la proliferación de “bloques”- pero, de<br />

integración democrática. Esto es, una<br />

integración que corresponda a los intereses<br />

mayoritarios –los de las naciones pobres- y no<br />

a los de minorías por más poderosas que<br />

éstas sean. Una que tienda a superar las<br />

desigualdades, en vez de reproducirlas y<br />

agigantarlas. Y en fin –he aquí <strong>el</strong> vínculo<br />

ahora indisoluble entre democracia y<br />

soberanía-, una integración que se traduzca,<br />

no en la subordinación de la parte débil, sino<br />

en <strong>el</strong> respeto a sus derechos soberanos y en<br />

<strong>el</strong> consiguiente desarrollo de su capacidad<br />

para alcanzar una igualdad real.<br />

123


Democracia dentro y entre las naciones es,<br />

pues, la gran divisa para dejar atrás la grave<br />

crisis de nuestro tiempo, y para construir <strong>el</strong><br />

nuevo <strong>mundo</strong> que ya es no sólo impostergable<br />

sino factible. Si la divisa de la democracia<br />

logra arraigarse en los bloques en curso –<br />

Europa, Cuenta d<strong>el</strong> Pacífico, Norteamérica,<br />

América Latina- o en otros bloques por venir,<br />

entonces la integración jugará un pap<strong>el</strong><br />

constructivo y estimulará incluso la<br />

democratización de las r<strong>el</strong>aciones entre los<br />

propios bloques.<br />

Por <strong>el</strong> contrario, de continuar las tendencias<br />

hacia una integración antidemocrática –<br />

reproductora de la desigualdad y la<br />

subordinación-, su secu<strong>el</strong>a destructiva, de<br />

hecho desintegradora, se dejará sentir más<br />

pronto que tarde. La crisis persistirá y se<br />

profundizará aún más. El abismo entre las<br />

naciones ricas y pobres crecerá hasta hacerse<br />

insoportable. Y los bloques así integrados, con<br />

la ahora hipersensible bomba de la<br />

antidemocracia en su seno, caminarán hacia<br />

la colisión, en vez de la cooperación; pero<br />

ahora con consecuencias letales.<br />

El problema no es, entonces, la integración en<br />

sí misma, sino <strong>el</strong> tipo de integración que está<br />

en curso, y sus alternativas.<br />

2. DE LA INTEGRACION SILECIOSA A LA<br />

INTEGRACIÓN PROGRAMATICA<br />

Después de la política singularmente<br />

nacionalista que distinguió al régimen<br />

cardenista( 1934-1940 ), las r<strong>el</strong>aciones sobre<br />

todo económicas entre <strong>México</strong> y Estados<br />

Unidos comenzaron a estrecharse<br />

crecientemente, aunque con altibajos, al<br />

grado de que hacia principios de los ochenta<br />

varios tratadistas, al parecer encabezados por<br />

<strong>el</strong> norteamericano Clark Reynols, comenzaron<br />

a hablar de una integración silenciosa. En<br />

esencia, esto quería decir que, más allá de tal<br />

o cual política, la economía mexicana<br />

caminaba hacia su integración con la<br />

estadounidense en forma más bien<br />

espontánea y poco perceptible. Dicho periodo<br />

puede trazarse desde <strong>el</strong> régimen de Ávila<br />

Camacho, en <strong>el</strong> que <strong>México</strong> firmó varios<br />

acuerdos con Estados Unidos al calor de la<br />

segunda guerra mundial, hasta los arreglos<br />

financieros r<strong>el</strong>acionados con las sucesivas<br />

devaluaciones d<strong>el</strong> peso a fines d<strong>el</strong> gobierno de<br />

124<br />

López Portillo (en febrero y en agosto de<br />

1982).<br />

A partir de entonces, bajo la estrategia d<strong>el</strong><br />

cambio estructural y ahora de modernización,<br />

comienza a operarse <strong>el</strong> tránsito hacia lo que<br />

podríamos llamar una integración<br />

programática. Esto es, <strong>el</strong> estrechamiento de<br />

las r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> con Estados Unidos,<br />

ya no de manera básicamente espontánea e<br />

imperceptible, sino como fruto de un plan de<br />

gobierno que pone en <strong>el</strong> centro la reinserción<br />

de nuestro país en <strong>el</strong> “mercado mundial”, y<br />

que conlleva incluso a (re)tomar la iniciativa<br />

para suscribir un Acuerdo de Libre Comercio<br />

con Estados Unidos (<strong>el</strong> mercado por<br />

exc<strong>el</strong>encia para nuestro caso). Con este solo<br />

acuerdo, la integración termina siendo harto<br />

perceptible, amén de programada; d<strong>el</strong>ibera.<br />

En este periodo, las r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> con<br />

Estados Unidos registran verdaderos saltos en<br />

los más diversos campos, comenzando con <strong>el</strong><br />

económico. Saltos que, en su conjunto, se<br />

traducen en una profundización cualitativa,<br />

cada vez más difícil de revertir, de la<br />

dependencia de <strong>México</strong> respecto a la potencia<br />

d<strong>el</strong> norte.<br />

De 1983 a 1989, <strong>el</strong> monto acumulado de la<br />

inversión extranjera directa (IED) de Estados<br />

Unidos en <strong>México</strong> creció a más d<strong>el</strong> doble, al<br />

pasar de 7.6 mil millones de dólares (mmd) a<br />

16.7 mmd. Pero aquí, como en muchas otras<br />

cuestiones, <strong>el</strong> problema no es sólo<br />

cuantitativo. Aparte de que esa IED sigue<br />

concentrándose en ramas de la mayor<br />

rentabilidad e incluso estratégicas, al mismo<br />

tiempo crece de manera acentuada en la<br />

industria maquiladora, lo que no hace sino<br />

profundizar <strong>el</strong> carácter subordinado de<br />

nuestra economía. En ese mismo lapso, <strong>el</strong><br />

número de plantas maquiladora casi se<br />

triplicó, al pasar de 600 plantas en 1983 a 1<br />

773 en 1989, registrando así una tasa anual<br />

de crecimiento (casi 20%) en definitiva<br />

superior a la de la inversión nacional e<br />

inclusive a la de la IED en su conjunto.<br />

A su vez, <strong>el</strong> volumen comercial de <strong>México</strong> con<br />

Estado Unidos –importaciones más<br />

exportaciones- aumentó de 18.4 mmd en<br />

1983 a 26.2 mmd en 1988, y si se incluye <strong>el</strong><br />

realivo a la industria maquiladora, entonces<br />

asciende a 52 mmd en 1989. En la actualidad,


<strong>el</strong> comercio con Estados Unidos representa ya<br />

<strong>el</strong> 68% d<strong>el</strong> comercio total de <strong>México</strong>. Y si aquí<br />

también incluimos <strong>el</strong> valor agregado de las<br />

maquiladoras en <strong>el</strong> saldo comercial, entonces<br />

Estados Unidos concentra más <strong>el</strong> 80% d<strong>el</strong><br />

comercio mexicano. Otro tanto ocurre si<br />

circunscribimos <strong>el</strong> análisis a las exportaciones<br />

de <strong>México</strong> a Estado Unidos en productos<br />

manufacturados, renglón clave en la<br />

estrategia oficial de modernización. Lo que<br />

<strong>el</strong>lo implica en términos de dependencia,<br />

todavía queda más claro al considerar que un<br />

75% de la actividad exportadora de <strong>México</strong> la<br />

lleva a cabo un puñado de tan sólo 10 grandes<br />

empresas, cinco de las cuales son<br />

transnacionales con su matriz precisamente<br />

en Estado Unidos. Por lo que hace a la<br />

exportación de manufacturas en especial, más<br />

de la mitad se realizan entre matrices y<br />

filiarles estadounidenses.<br />

En materia financiera, la intensificación de las<br />

r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> con Estados Unidos se<br />

ilustra mejor con indicadores no cuantitativos<br />

y ya con claras connotaciones políticas. De<br />

manera indirecta, <strong>el</strong> peso de Washington en<br />

los asuntos de nuestro país, concretamente en<br />

cuestiones de política económica, ha crecido al<br />

parejo de los condicionamientos, cada vez<br />

más exigentes, de las “cartas de intención”<br />

firmadas con <strong>el</strong> FMI y similares. Y de manera<br />

directa, hay por lo menos dos indicadores<br />

igualmente <strong>el</strong>ocuentes: <strong>el</strong> surgimiento de los<br />

bonos cupón-cero, en los que <strong>el</strong><br />

Departamento d<strong>el</strong> Tesoro estadounidense<br />

asume de manera abierta <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de aval en<br />

las renegociaciones de la deuda externa de<br />

<strong>México</strong>; y en la última de éstas, la<br />

transformación de ese pap<strong>el</strong> en otro,<br />

propiamente de abogado ante la banca<br />

privada transnacional.<br />

La propia reprivatización de la banca<br />

mexicana, anuncia un estrechamiento todavía<br />

mayor de las r<strong>el</strong>aciones en esta materia.<br />

Aparte de que <strong>el</strong> nuevo reglamento respectivo<br />

autoriza la participación de inversionistas<br />

extranjeros hasta de un 30% de la propiedad<br />

de los bancos, ya se habla incluso de un<br />

proyecto para establecer en Baja California un<br />

enorme centro financiero que enlace a<br />

Estados Unidos no sólo con <strong>México</strong> sino con<br />

los países de la Cuenca d<strong>el</strong> pacífico. El propio<br />

turismo procedente de Estados Unidos,<br />

equivalente ya al 88.1% d<strong>el</strong> total de <strong>México</strong><br />

hacia 1988. Ha crecido a un ritmo anual d<strong>el</strong><br />

4.8% entre 1980 y ese último año.<br />

La tendencia a institucionalizar <strong>el</strong> proceso de<br />

integración de <strong>México</strong> a Estados Unidos,<br />

refleja en forma nítida <strong>el</strong> carácter<br />

programático que ahora asume ésta, así como<br />

su alcance no sólo económico. El inicio de esa<br />

tendencia podría ubicarse durante <strong>el</strong> sexenio<br />

anterior,, en la firma de dos instrumentos<br />

jurídicos de evidente trascendencia: <strong>el</strong><br />

Entendimiento sobre Subsidios y Derechos<br />

Compensatorios, en abril de 1985, y <strong>el</strong><br />

Entendimiento sobre Principios y<br />

Procedimientos de Consulta en R<strong>el</strong>aciones de<br />

Comercio e inversión, mejor conocido como <strong>el</strong><br />

Acuerdo Marco I, en noviembre de 1987.<br />

Dicha institucionalización cobra vu<strong>el</strong>o bajo <strong>el</strong><br />

actual gobierno. Sólo durante <strong>el</strong> primer año de<br />

éste, se suscriben otros trece instrumentos<br />

semejantes. En materia económica destacan<br />

<strong>el</strong> Entendimiento para facilitar <strong>el</strong> Comercio y<br />

la Inversión entre <strong>México</strong> y Estados Unidos<br />

(Acuerdo Marco II); otro para establecer un<br />

Comité para la Inversión y <strong>el</strong> Comercio entre<br />

ambos países; uno más para promover <strong>el</strong><br />

turismo y otro sobre asuntos fiscales.<br />

Este “boom” de acuerdos y convenios cubre<br />

también una variedad de cuestiones<br />

extraeconómicas: narcotráfico, construcción<br />

de puentes fronterizos, migración, protección<br />

consular, así como d<strong>el</strong> medio ambiente, ya no<br />

sólo en la frontera sino en la propia capital de<br />

la República Mexicana. Y otros rasgo, todavía<br />

más significativo, d<strong>el</strong> tránsito hacia la<br />

integración programática, es la tendencia a la<br />

binacionalización o tratamiento conjunto de<br />

cuestiones otrora nacionales. A quí la gama<br />

también es amplia. Ahora los gobiernos de<br />

<strong>México</strong> y Estados Unidos están comprometidos<br />

a suministrarse información fiscal periódica, y<br />

“se facultan para la persecución de d<strong>el</strong>itos<br />

fiscales en ambos países”. Con serias<br />

implicaciones territoriales, los ejemplos van<br />

desde la multiplicación de plantas<br />

maquiladoras mitad en <strong>México</strong>, mitad en<br />

Estados Unidos (twin plants), hasta la<br />

inminente creación de la primera ciudad<br />

binacional en <strong>el</strong> puento donde confluyen<br />

Chihuahua, Nuevo <strong>México</strong> y Texas (proyecto<br />

de Santa Teresa). En <strong>el</strong> campo de la cultura,<br />

bajo una concepción amplia de ésta, los<br />

ejemplos van desde la multiplicación de lazos<br />

125


entre universidades mexicanas y<br />

estadounidenses, la “transnacionalización” de<br />

T<strong>el</strong>evisa, ida y vu<strong>el</strong>ta (importación de<br />

ideologías, exportación de imágenes), hasta <strong>el</strong><br />

surgimiento d<strong>el</strong> primer equipo binacional en <strong>el</strong><br />

base-ball profesional (<strong>el</strong> “Tecolotes de los dos<br />

Laredos”). Y también, con cada vez más<br />

graves implicaciones políticas, la creciente<br />

cooperación binacional en la lucha conta <strong>el</strong><br />

narcotráfico, es de suyo rev<strong>el</strong>adora.<br />

3. MÉXICO-ESTADOS UNIDOS: SINGULAR<br />

EJEMPLO DE INTEGRACIÓN<br />

ANTIDEMOCRÁTICA<br />

El proceso de integración entre <strong>México</strong> y<br />

Estados Unidos, ac<strong>el</strong>erado como nunca en los<br />

últimos años según hemos reseñado, adolece<br />

de un problema capital: se trata de una<br />

integración de cabo a rabo antidemocrática.<br />

Su cimentación, sus conductores y<br />

beneficiarios principales, sus resultados para<br />

<strong>el</strong> grueso de la sociedad, en particular para la<br />

mexicana, chocan de frente con principios<br />

democráticos como los apuntados<br />

anteriormente. A largo plazo, chocan inclusive<br />

con los intereses hoy dominantes en Estados<br />

Unidos.<br />

La integración <strong>México</strong>-Estados Unidos está<br />

cimentada en un terreno difícilmente más<br />

explosivo: una historia plagada de abusos,<br />

que de hecho se inicia con trop<strong>el</strong>ías d<strong>el</strong><br />

tamaño de la anexión de poco más de la<br />

mitad d<strong>el</strong> territorio mexicano, aunada a un<br />

abismo de desigualdad en casi todos los<br />

renglones imaginables, salvo <strong>el</strong> de la identidad<br />

y fortaleza cultural, seguramente. No es grato<br />

recordarlos, pero hay que hacerlo.<br />

Como puede apreciarse en los cuadros 1y 2<br />

siguientes la desigualdad comienza en lo más<br />

<strong>el</strong>emental y se extiende hasta lo que su<strong>el</strong>e<br />

pasar desapercibido.<br />

Con tal niv<strong>el</strong> de desigualdad, aunado a la<br />

secular vocación expansionista de la potencia<br />

norteña, no debe extrañar que ésta absorba<br />

los mayores frutos en la integración de<br />

<strong>México</strong>. Lo que a su vez tiende, naturalmente,<br />

a incrementar esa desigualdad; y de plano le<br />

confiere <strong>el</strong> carácter de una integración, más<br />

que “asimétrica”, en definitiva subordinada<br />

por lo que toca a nuestra nación; en vez de<br />

126<br />

equitativa, una integración generadora de una<br />

creciente falta de reciprocidad.<br />

Así, como lo admiten incluso int<strong>el</strong>ectuales<br />

estadounidenses que simpatizan con la idea<br />

de una integración todavía mayor, “mientras<br />

<strong>México</strong> liberaliza su régimen comercial (hasta<br />

convierte en una de las economías más<br />

abiertas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>), Estados Unidos se hace<br />

más restrictivo”. En este mismo ámbito,<br />

mientras que Estados Unidos se beneficia con<br />

cuestiones como <strong>el</strong> petróleo mexicano, al<br />

grado de nutrir con éste su propia reserva<br />

estratégica. <strong>México</strong> absorbe toda suerte de<br />

productos “chatarra” debido a su apertura al<br />

exterior. Y mientras que Estados Unidos se<br />

beneficia con cuestiones como <strong>el</strong> petróleo<br />

mexicano, al grado de nutrir con éste su<br />

propia reserva estratégica, <strong>México</strong> absorbe<br />

toda suerte de productos “chatarra” debido a<br />

su apertura al exterior. Y mientras que<br />

Estados Unidos mantiene un alto niv<strong>el</strong> de<br />

competitividad internacional, <strong>México</strong> ha<br />

perdido incluso la autosuficiencia alimentaria<br />

(al tiempo que Estados Unidos se ha<br />

convertido en nuestro principal abastecedor<br />

de granos). En fin, mientras que <strong>México</strong> se<br />

ad<strong>el</strong>anta a liberalizar inclusive <strong>el</strong> sector<br />

servicios, fuertemente defendido por los<br />

países subdesarrollados en la Ronda Uruguay<br />

d<strong>el</strong> GATT, Estados Unidos mantiene severas<br />

restricciones a productos mexicanos. Y en lo<br />

que se refiere a la inversión extranjera<br />

directa, <strong>el</strong> gobierno de <strong>México</strong> expide <strong>el</strong> 16 de<br />

ayo de 1989 un reglamento que, al abrir las<br />

posibilidades de IED hasta <strong>el</strong> 100% de<br />

propiedad en una diversidad de áreas, se<br />

constituye en “uno de los más liberales d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>”.<br />

Beneficios igualmente conspicuos pueden<br />

encontrarse en la industria maquiladora en<br />

particular.


Para sólo referirnos a los que se r<strong>el</strong>acionan<br />

con la mano de obra mexicana, ya una de las<br />

más baratas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, <strong>el</strong> ahorro que logran<br />

los inversionistas extranjeros por cada<br />

trabajador que emplean, equivale a 13 dólares<br />

diarios. Si esto lo aplicamos a los 441 mil 126<br />

trabajadores que constituían la planta laboral<br />

de esta industria en 1989, entonces <strong>el</strong> ahorro<br />

–subsidio- ascendería a más de 2 mil millones<br />

de dólares al año.<br />

El marcado contraste con la suerte de los<br />

trabajadores mexicanos, muy distinta a la d<strong>el</strong><br />

capital estadounidense que opera en <strong>el</strong> país,<br />

es todavía más crudo en <strong>el</strong> caso de la<br />

“braceros”. A diferencia de los incalculables<br />

beneficios que aquél deriva ya d<strong>el</strong> reciente<br />

reglamento sobre IED, éstos sólo han visto<br />

cómo crecen los abusos, la explotación y aun<br />

las medidas racistas y represivas, gracias a la<br />

Ley Simpson-Rodino que <strong>el</strong> gobierno<br />

estadounidense tuvo a bien expedir en 1986.<br />

Un panorama igualmente inequitativo puede<br />

encontrarse en cuestiones de orden político.<br />

Mientras que <strong>el</strong> gobierno de <strong>México</strong> admite, y<br />

ahora asume como propias, diversas<br />

directivas cuyo origen puede trazarse hasta<br />

Washinton (apertura indiscriminada al<br />

exterior, más facilidades al capital extranjero,<br />

privatización de empresas estatales,<br />

contracción d<strong>el</strong> gasto público y de los<br />

salarios), en cambio <strong>el</strong> gobierno de Estados<br />

Unidos da rienda su<strong>el</strong>ta a medidas tan<br />

arbitrarias como unilaterales. Inclusive, lejos<br />

de admitirlas, ni siquiera da respuesta a<br />

ciertas notas diplomáticas de protesta, como<br />

las ligadas con <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> narcotráfico.<br />

Por sí sólo, este problema es bastante<br />

ilustrativo. De unos años para acá, <strong>México</strong><br />

también ha hecho suya la lucha contra <strong>el</strong><br />

narcotráfico. En consecuencia, ha movido ci<strong>el</strong>o<br />

y tierra, aun con costos económicos e incluso<br />

políticos no despreciables: aumento de gastos<br />

logísticos, firma de convenios con Estados<br />

Unidos, tolerancia ante sus agentes (DEA en<br />

particular), movilizaciones y quemas sin<br />

precedentes, entre otras cosas. Por <strong>el</strong><br />

contrario, Estados Unidos se rehúsa a<br />

combatir en serio las raíces d<strong>el</strong> narcotráfico en<br />

su propio terruño (si invertimos la ley de Say,<br />

sin demanda no habría oferta). D e hecho, se<br />

mantiene como <strong>el</strong> mayor mercado mundial en<br />

<strong>el</strong> consumo de drogas e, inclusive, como <strong>el</strong><br />

líder en la producción de enervantes “caseros”<br />

(en los propios hogares de estadounidenses),<br />

que es francamente tolerada.<br />

127


La inquietud constante, como sistema, no<br />

puede sino alimentar la desigualdad de<br />

origen. Se genera así un círculo por demás<br />

vicioso: desigualdad-inequidad-más<br />

desigualdad.<br />

Sobre esta desigualdad creciente, hay<br />

indicadores nítidos, precisamente en este<br />

periodo en que se transita a la integración<br />

programática. La implicación de la brecha<br />

entre <strong>México</strong> y Estados Unidos puede<br />

apreciarse con claridad incluso en <strong>el</strong> terreno<br />

predilecto d<strong>el</strong> tipo de modernización en curso:<br />

la eficiencia y la competitividad, medidas<br />

simplemente por la capacidad de exportación.<br />

Mientras que en 1983 <strong>el</strong> superávit comercial<br />

de <strong>México</strong> con Estados Unidos alcanzó los 7<br />

mil 532 millones de dólares, para agosto de<br />

1989 ya sólo sumaba 431 millones. Mientras<br />

que en 1980 la economía de Estados Unidos<br />

era sólo 16 veces más grande que la de<br />

<strong>México</strong>, para 1989 ya era 27 veces mayor.<br />

Y en lo que concierne a la cuestión social,<br />

clave en una modernización no tecnocrática<br />

sino que pregona razones humanistas,<br />

también hay un indicador concluyente. De<br />

1980 a 1989, <strong>el</strong> ingreso por habitante es<br />

Estados Unidos pasó a significar ya no 6 sino<br />

10 veces <strong>el</strong> de <strong>México</strong>.<br />

Ligado al círculo de la desigualdad creciente,<br />

la integración antidemocrática que rige las<br />

r<strong>el</strong>aciones <strong>México</strong>-Estados Unidos, está<br />

también montada en otro círculo de plano<br />

perverso: dominación-sumisión-mayor<br />

dominación. En verdad, a más concesiones de<br />

<strong>México</strong> han seguido más exigencias de<br />

Estados Unidos; a más expectativas de<br />

reciprocidad, más actos de arbitrariedad; a<br />

más reclamos de igualad soberana, más<br />

desplantes de prepotencia.<br />

Pese a que en <strong>el</strong> anterior gobierno de <strong>México</strong><br />

se empeñó como pocos en quedar bien con <strong>el</strong><br />

de Estados Unidos, en ese periodo se<br />

registraron actos de una hostilidad sin<br />

precedentes cercanos: enjuiciamiento de<br />

<strong>México</strong> ya sea a través de las Audiencias<br />

H<strong>el</strong>ms, o bien de los “cerificados de conducta”<br />

en <strong>el</strong> combate al narcotráfico; <strong>el</strong> cierre<br />

unilateral de la frontera a raíz d<strong>el</strong> caso<br />

Camarena; la expedición de la Ley Simpson-<br />

Rodino, para no hablar d<strong>el</strong> caudal de acciones<br />

intervencionistas d<strong>el</strong> entonces embajador de<br />

128<br />

Estados Unidos en <strong>México</strong>, tanto que llegó a<br />

hablarse de toda una “operación Gavin”.<br />

Y ahora, no obstante que <strong>el</strong> actual gobierno<br />

de <strong>México</strong> se esmera en hace de la<br />

“cordialidad” (Espíritu de Houston) <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lo de<br />

toda una nueva época a inaugurar en las<br />

r<strong>el</strong>aciones con Estados Unidos, <strong>el</strong> gobierno de<br />

éste sólo atina acentuar <strong>el</strong> carácter<br />

antidemocrático de esas r<strong>el</strong>aciones. El norte<br />

de <strong>México</strong> se enfrenta, ya no al espectro de<br />

un “muro de tortilla”, sino a la cruda realidad<br />

de una frontera cada vez más militarizada.<br />

Crece también <strong>el</strong> manejo policiaco-militar de<br />

la inmigración de trabajadores mexicanos.de<br />

hecho, se ha desatadouna gran oleada de<br />

racismo (Light up the border y similares) que<br />

en unos cuantos meses arroja un saldo de<br />

cerca de 10 mexicanos asesinados, incluso a<br />

manos de la “migra” estadounidense.<br />

No sobra recordar que las políticas represivas<br />

son la antitesis de cualquier noción de<br />

democracia. Como también lo son los actos<br />

que pasan por encima de los principios y de<br />

las normas más <strong>el</strong>ementales de la soberanía<br />

de un país y d<strong>el</strong> derecho internacional,<br />

respectivamente.<br />

A esto también ha llegado <strong>el</strong> gobierno de los<br />

Estados Unidos con <strong>el</strong> sonado secuestro en<br />

nuestro territorio d<strong>el</strong> doctor Álvarez Machain<br />

cuya devolución fue solicitada por <strong>el</strong> gobierno<br />

mexicano casi un mes después d<strong>el</strong> suceso, y<br />

que <strong>el</strong> propio presidente bush se encargo de<br />

desestimarla al decir que ese es un asunto de<br />

las autoridades judiciales de los Estados<br />

Unidos. Lejos de tratarse de un incidente, más<br />

bien refleja un nuevo salto en <strong>el</strong> círculo<br />

dominación-sumisión-mayor dominación.<br />

Ahora se sabe que Álvarez Machain no fue <strong>el</strong><br />

primero, ni probablemente <strong>el</strong> ultimo. Mas aun,<br />

esta nueva tendencia a atrop<strong>el</strong>lar incluso<br />

nuestra soberanía territorial y jurídica, no se<br />

limita a la política de la “persecución en<br />

caliente” (hot pursuit) de supuestos<br />

narcotraficantes. Ya es también d<strong>el</strong> dominio<br />

público que en julio de 1989 fueron<br />

secuestrados, o extraídos por cuenta propia<br />

de las autoridades estadounidenses, dos<br />

trabajadores mineros de Coahuila, por<br />

estimarse sospechosos de un asesinato en <strong>el</strong><br />

condado de jefferson.


El círculo se cierra, en este nuevo salto, con la<br />

polémica y arbitraria instalación de un grupo<br />

militar o paramilitar antinarcóticos en la<br />

embajada estadounidense en <strong>México</strong>. Según<br />

lo reporto los Áng<strong>el</strong>es times a principios de<br />

junio de 1990.<br />

Queda claro, pues, <strong>el</strong> carácter profundamente<br />

antidemocrático de una integración montada<br />

en los círculos viciosos que hemos anotado, y<br />

que juntos constituyen una cadena de franca<br />

ignominia: desigualdad-inequidad-masdesigualdad-subordinacion-dominacionsumision-mayor<br />

dominacion.con <strong>el</strong> tipo de<br />

integración en curso, entre mas crece la<br />

necesidad de democratizar las r<strong>el</strong>aciones<br />

entre <strong>México</strong> y Estados Unidos, mas<br />

retrocedemos a las r<strong>el</strong>aciones propias d<strong>el</strong><br />

vasallaje.<br />

Es cierto, que a secas y en frio, nadie puede<br />

predecir sin la firma d<strong>el</strong> acuerdo d<strong>el</strong> libre<br />

comercio (ALC) con Estados Unidos, arrojara<br />

un saldo favorable o perjudicial para <strong>México</strong>.<br />

No menos cierto, empero, es que <strong>el</strong> análisis<br />

científico de lo social nada tiene que ver con <strong>el</strong><br />

aislamiento de su objeto en las comodidades<br />

de un laboratorio.<br />

Bajo <strong>el</strong> contexto como <strong>el</strong> esbozado en los<br />

apartados anteriores mas bien seria un<br />

ingenuo no prever un saldo desfavorable para<br />

<strong>México</strong> y, a la larga,<br />

Para <strong>el</strong> propio Estados Unidos de resultar<br />

medianamente certero <strong>el</strong> diagnostico sobre <strong>el</strong><br />

tipo de integración que padecen las r<strong>el</strong>aciones<br />

<strong>México</strong>-Estados Unidos, <strong>el</strong>lo parecería<br />

suficiente para ad<strong>el</strong>antar que la firma d<strong>el</strong> ACL<br />

abrirá toda una nueva etapa en <strong>el</strong> proceso de<br />

subordinación/dominación entre ambos<br />

países. ¿O es que existe algún indicador<br />

objetivo de que apartir de la firma d<strong>el</strong> ACL, <strong>el</strong><br />

gobierno de los Estados Unidos se volcara a<br />

democratizar y equilibrar sus r<strong>el</strong>aciones con<br />

<strong>México</strong>?<br />

Hasta ahora, los únicos indicadores específicos<br />

que hay aparte de los vistos, mas bien<br />

apuntan hacia los preparativos que ya hace <strong>el</strong><br />

gobierno de los Estados Unidos para acabar<br />

de “atornillar” a <strong>México</strong> dentro de su “bloque<br />

norteamericano”.No habían pasado ni tres<br />

días d<strong>el</strong> comunicado en que los presidentes<br />

salinas y bush anuncian su disposición a<br />

firmar <strong>el</strong> ACL(Washington, 12 de junio de<br />

1990), cuando este último, a través de su<br />

representante de Comercio Exterior, Carla<br />

Hills, comenzó a “enseñar las uñas”. Ante <strong>el</strong><br />

Subcomité de Comercio de la Cámara de<br />

Representantes estadounidense, Hills se<br />

apresuró a esbozar la nueva lista de<br />

exigencias para <strong>México</strong>, que Estados Unidos<br />

buscaría satisfacer con <strong>el</strong> ALC: mayor<br />

apertura comercial, más facilidades para los<br />

inversionistas extranjeros, su extensión a<br />

campos como la banca, los seguros y los<br />

transportes, entre otras cosas. Como la otra<br />

punta de la misma tijera, la Cámara<br />

Americana de Comercio en <strong>México</strong>, por<br />

conducto de su recién estrenado presidente,<br />

Chris Marshall, se encargó de confirmar <strong>el</strong><br />

nuevo apetito estadounidense, y de ampliar la<br />

lista de exigencias: garantías constitucionales<br />

para la inversión extranjera, más acceso a las<br />

áreas financieras, e inclusive, mejorías en <strong>el</strong><br />

sistema educativo a efecto de capacitar más a<br />

los trabajadores mexicanos.<br />

No son gratuitos, entonces, la preocupación,<br />

las reticencias y aun <strong>el</strong> rechazo de los más<br />

diversos sectores de la sociedad mexicana<br />

ante la inminente firma de ALC. Por razones<br />

d<strong>el</strong> espacio, sólo haremos referencia a los<br />

casos límite, esto es, a opiniones que en otras<br />

circunstancias, o tiempos, uno supondría<br />

favorables a ese acuerdo.<br />

Por lo que toca al sector empresarial, <strong>el</strong><br />

Consejo Nacional de Comercio Exterior<br />

(CONACEX) subraya ciertos problemas<br />

internos como la falta de infraestructura, <strong>el</strong><br />

alto costo d<strong>el</strong> financiamiento a la inversión y<br />

la ausencia de una cultura exportadora en<br />

<strong>México</strong>. A su vez, organismos como la<br />

CANACINTRA reiteradamente han expresado<br />

su preocupación por la quiebra de empresas<br />

pequeñas y medianas ante la excesiva<br />

apertura al exterior de la economía mexicana,<br />

lo que ciertamente agudizará la firma d<strong>el</strong> ALC.<br />

Por lo que hace a la int<strong>el</strong>ectualidad<br />

“neoliberal” o conservadora, es significativo<br />

que a juicio d<strong>el</strong> Centro de Análisis e<br />

Investigación Económica d<strong>el</strong> Instituto<br />

Tecnológico autónomo de <strong>México</strong> (ITAM), uno<br />

de los mayores riesgos que se corren con un<br />

tratado así, es la “agudización de las<br />

desigualdades sociales, lo que incrementaría<br />

la amenaza de conflictos sociales y políticos<br />

129


en <strong>el</strong> país”. Y asegura que los beneficios<br />

directos d<strong>el</strong> tratado serían a corto plazo,<br />

únicamente para “los sectores modernos y <strong>el</strong><br />

factor capital”. Una preocupación similar se<br />

aprecia en <strong>el</strong> director d<strong>el</strong> Instituto<br />

Panamericano de Alta Dirección de Empresas<br />

(IPADE), cuando afirma que “los mecanismos<br />

concretos para incrementar las ventas (…)<br />

hacia países como Estado Unidos y Canadá<br />

deben tener presente que <strong>el</strong> fin de todas estas<br />

gestiones de apertura comercial es promover<br />

la dignidad humana de los mexicanos que<br />

viven en la pobreza por carecer de<br />

oportunidades de trabajo suficientemente<br />

remunerado”. Aquí es preciso reparar en <strong>el</strong><br />

hecho de que, justamente en estos años de<br />

mayor integración a Estado Unidos, <strong>el</strong> empleo,<br />

<strong>el</strong> salario real y <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> general de vida de los<br />

mexicanos han caído a niv<strong>el</strong>es sin precedentes<br />

cercanos. Y también hay que reparar en <strong>el</strong><br />

desempleo que de inmediato ocasionó para<br />

Canadá la entrada en vigor de su ALC con<br />

Estados Unidos.<br />

En <strong>el</strong> medio partidista, es sobresaliente <strong>el</strong><br />

rechazo al ALC por dirigentes d<strong>el</strong> Partido<br />

Acción Nacional (PAN), partido cuya divisa<br />

principal ciertamente no es la d<strong>el</strong><br />

nacionalismo. En un interesante artículo, <strong>el</strong><br />

dirigente Bernardo Bátiz recoge y respalda las<br />

conclusion4es de un estudio de un diputado<br />

también panista, que por cierto renunció a su<br />

diputación en protesta contra <strong>el</strong> ALC: “José<br />

Pedro Gama señala que un tratado de libre<br />

comercio significa ponernos en <strong>el</strong> inicio de un<br />

tobogán que irremediablemente termina en un<br />

‘mercado común’; y para la existencia y<br />

defensa de éste, será sin duda necesario,<br />

tarde o temprano, un aranc<strong>el</strong> común externo<br />

y luego, por <strong>el</strong> inevitable desequilibrio de las<br />

balanzas comerciales se verá como lógica<br />

consecuencia, <strong>el</strong> establecimiento de un<br />

sistema monetario común, cuya unidad será<br />

sin duda <strong>el</strong> dólar. Acabaremos comprando en<br />

inglés, hablando en inglés y pensando como<br />

personajes de tira cómica.”<br />

En <strong>el</strong> propio Estados Unidos se escuchan<br />

voces de caut<strong>el</strong>a, incluso por personas<br />

también representativas de casos-límite. Brian<br />

Timothy Bennet, negociador d<strong>el</strong> gobierno<br />

estadounidense en asuntos comerciales con<br />

<strong>México</strong> durante <strong>el</strong> periodo 1985-1988 y actual<br />

asesor en la administración Bush, “asegura<br />

que <strong>el</strong> libre comercio entre ambos países no<br />

130<br />

va a solucionar los problemas de <strong>México</strong>,<br />

porque sólo es un método para mejorar <strong>el</strong><br />

ambiente en que se dan la inversión y <strong>el</strong><br />

comercio entre ambos países”. A su vez, para<br />

<strong>el</strong> especialista Sydney Weintraub, al<br />

que ya nos hemos referido, “la conclusión<br />

inevitable es que aun si (..:) <strong>México</strong> decidiera<br />

ingresar a un ALCAN, tendrían que hacerse<br />

enormes cambios en las provisiones d<strong>el</strong><br />

acuerdo entre Estados Unidos y Canadá para<br />

<strong>México</strong> (…). La razón que <strong>México</strong> aduciría para<br />

ingresar en términos menos estrictos que los<br />

aceptados por los otros dos países, sería que<br />

es un país en desarrollo, pero sería difícil<br />

persuadir a los otros dos países (…) para<br />

adecuarse al grado de desarrollo de <strong>México</strong>.”<br />

Lo cierto es que, con la firma d<strong>el</strong> ALC, Estados<br />

Unidos buscará obtener todavía más ventajas<br />

de <strong>México</strong>. Y con <strong>el</strong>lo, se registrará un nuevo<br />

salto, acaso decisivo, en la integración<br />

antidemocrática entre ambos países. Si lo<br />

visto no fuese suficiente, hay que recordar –a<br />

contrap<strong>el</strong>o de teorías como la d<strong>el</strong> “fin de la<br />

historia”- que Estados Unidos también es<br />

parte, en cierto modo medular, de la crisis de<br />

nuestra época.<br />

Lejos de alcanzar un verdadero auge, <strong>el</strong><br />

crecimiento d<strong>el</strong> PIB estadounidense, en<br />

término real parece un incontrolable sube y<br />

baja: 3.6% en 1983, 6.8% en 1984, 3.4% en<br />

1985, 2.7% en 1986, 3.7% en 1987, 4.4% en<br />

1988 y, según informes pr<strong>el</strong>iminares, 3.0% en<br />

1989. Aparte de errático, es un crecimiento<br />

sostenido en mucho de manera artificial, como<br />

bien lo rev<strong>el</strong>a la persistencia de sus déficit<br />

“gem<strong>el</strong>os”, <strong>el</strong> presupuestal y <strong>el</strong> comercial, que<br />

en 1989 todavía ascendieron a cerca de 150 y<br />

110 mil millones de dólares, respectivamente.<br />

Más rev<strong>el</strong>ador aún, es que mientras en Japón<br />

la productividad crece a una tasa entre 2.5 y<br />

3% anual año y en la CEE lo hace entre 1.5 y<br />

2%, en Estados Unidos la productividad sigue<br />

viajando a tasas inferiores al 1% anual. Y su<br />

planta industrial todavía adolece de un 20%<br />

de capacidad instalada ociosa.<br />

Tan sólo esos datos, junto a que Estados<br />

Unidos nuevamente “está entrando en una<br />

recesión que probablemtne sea larga” y quizá<br />

desenlace en una “depresión”, dan<br />

fundamento a la tesis de fondo. Si Estados<br />

Unidos busca conformar su propio bloque<br />

norteamericano (<strong>México</strong> y Canadá), y en rigor


un bloque continental, “panamericano” –viejo<br />

propósito finalmente confesado en la iniciativa<br />

para las Américas lanzada por <strong>el</strong> presidente<br />

Bush <strong>el</strong> 28 de junio de 1990-, es para<br />

sobrevivir como gran potencia ante <strong>el</strong> empuje<br />

de Japón y la CEE (la “Europa Unida” de<br />

1992). Para <strong>el</strong>lo, se apoyará en todas las<br />

naciones a la mano, comenzando con las que<br />

ingresan a su “zona de libre comercio”. <strong>México</strong><br />

no debe hacerse ilusiones, pero tampoco<br />

puede cruzarse de brazos.<br />

En <strong>el</strong> nuevo camino a emprender ya hay una<br />

pista segura: en condiciones tan<br />

antidemocráticas y realidades tan<br />

contrastadas como las que hoy enmarcan las<br />

r<strong>el</strong>aciones <strong>México</strong>-Estados Unidos, y en un<br />

momento de tanta debilidad económica y<br />

política de <strong>México</strong>, la firma d<strong>el</strong> ALC no hará<br />

más que precipitar y acaso concluir muestra<br />

carrera hacia <strong>el</strong> precipicio d<strong>el</strong> vasallaje.<br />

Ingresados al “bloque norteamericano”, será<br />

harto difícil salir de él.<br />

5. PREMISAS INELUDIBLES DE UNA<br />

ALTERNATIVA<br />

Apuntamos al principio de esta ensayo que<br />

una mayor integración entres las naciones, o<br />

incluso la conformación de bloques, es un<br />

imperativo de nuestro tiempo. La cuestión a<br />

dilucidar radica en los tipos de integración<br />

que, esquemáticamente, se resumen en dos,<br />

según se apeguen o no a los principios de la<br />

democracia.<br />

Si hacia <strong>el</strong> norte, como vimos, no hay por<br />

ahora condiciones mínimas para una<br />

integración democrática, es preciso buscarla<br />

por otro lado. De hecho, no hay mucho que<br />

buscar. Que <strong>el</strong> ideal bolivariano haya sido<br />

harto manoseado, e incluso pervertido, no<br />

significa que sea un ideal muerto. <strong>México</strong>,<br />

como se insiste hasta <strong>el</strong> cansancio, es una<br />

entraña, sin duda importante, de América<br />

Latina. El reto es dejar a un lado la retórica y<br />

actuar en consecuencia.<br />

En vez de esgrimir una y otra vez declive de<br />

los lazos económicos entre las naciones<br />

latinoamericanas, como <strong>el</strong> argumento para<br />

desestimar la integración de nuestra América,<br />

mejor hay que indagar las causas y ponerles<br />

remedio. O, para nuestro caso, ver ese hecho<br />

con un sentido autocrítico. ¿Por qué <strong>México</strong><br />

sólo en los discursos ha dado prioridad a<br />

América Latina? ¿Quiénes son los<br />

responsables y cuáles las causas de que<br />

nuestro comercio con Estados Unidos aumentó<br />

de 18.4 a 26.2 mmd en los últimos siete años,<br />

y en cambio, con América Latina sólo pasó de<br />

1 a 1.4mmd?.<br />

Más grotesco resulta esgrimir la pobreza de<br />

nuestras naciones como <strong>el</strong> argumento para<br />

mejor engancharnos con los ricos d<strong>el</strong> norte.<br />

“El mercado común latinoamericano no es<br />

viable. “ Así pontifica uno de los grandes<br />

ideólogos d<strong>el</strong> empresariado (monopolista)<br />

mexicano, Juan Sánchez Navarro, para en<br />

seguida agregar: “Sería muy interesante y<br />

muy romántico, pero en la realidad, <strong>el</strong><br />

mercado común latinoamericano no tendrá<br />

nunca resultados verdaderamente optimistas.”<br />

Y concluye haciendo uso de la sabiduría<br />

popular “Hay un dicho que explica lo que<br />

quiero decir: matrimonio de arrancados,<br />

fábrica de encuerados. Quiere decir que los<br />

pobres, cuando nos juntamos, no logramos<br />

hacernos ricos.”<br />

Evidentemente, con esa clase de<br />

razonamientos empresariales, América Latina<br />

jamás irá lejos. El asunto es más complejo y<br />

no admite suplismos. Lo que en realidad<br />

resulta romásntico,e incluso irresponsable, es<br />

desentenderse de hechos como <strong>el</strong> de que gran<br />

parte de la pobreza latinoamericana tiene que<br />

ver precisamente con <strong>el</strong> expansionismo –no<br />

por fuerza territorial- de potencias como<br />

Estados Unidos; o <strong>el</strong> de que subordinados por<br />

completo a éste, en ningún momento<br />

garantiza riqueza para todos (Estados Unidos<br />

no es un manantial infinito de oro y sí, en<br />

cambio, algo racista); o <strong>el</strong> de que la lucha de<br />

los latinoamericanos no es sólo por “riquezas”,<br />

sino también –y a veces más-por imperativos<br />

de dignidad y de democracia; o <strong>el</strong> de que<br />

América Latina no es sólo “pobreza”; o en<br />

todo caso <strong>el</strong> de que cuando los pobres se<br />

cansan y se unen, más que “ricos”, se hacen<br />

revolucionarios.<br />

De modo que la primera gran premisa de una<br />

integración alternativa, democrática, consiste<br />

en revalorar <strong>el</strong> enorme potencial –económico,<br />

político y sin duda cultural- de América Latina.<br />

Y, en seguida, recobrar –quienes la perdieron-<br />

la confianza en nosotros mismos.<br />

131


La siguiente premisa es la de volcarse a<br />

constituir un bloque Latinoamérica. Y hacerlo<br />

sin demora, antes de que se consuman o<br />

multipliquen los desgajamientos, siempre<br />

deplorables. El anuncio d<strong>el</strong> ALC <strong>México</strong>-<br />

Estados Unidos y la iniciativa para las<br />

Américas de Bush han puesto en marcha una<br />

p<strong>el</strong>igrosa carrera contra <strong>el</strong> tiempo.<br />

Constituido <strong>el</strong> bloque latinoamericano,<br />

entonces sí, podremos r<strong>el</strong>acionarnos con otros<br />

bloques sobre bases de verdadero respeto y<br />

beneficio recíprocos. Podremos diversificar en<br />

serio r<strong>el</strong>aciones, sin perder la brújula y sin<br />

sucumbir en la retórica. Y, entonces sí, <strong>México</strong><br />

podrá acometer con mucho mayor posibilidad<br />

de éxito ese reto de trascendencia<br />

permanente, que es la democratización de sus<br />

r<strong>el</strong>aciones con Estados Unidos. Desgajado, en<br />

cambio, de sus raíces latinoamericanas, más<br />

pronto que tarde <strong>México</strong> terminará avasallado.<br />

Y a la larga, <strong>el</strong>lo será contraproducente para<br />

<strong>el</strong> propio Estados Unidos. Porque, como bien<br />

lo ha dicho <strong>el</strong> norteamericano Peter smith, copresidente<br />

ejecutivo de la Comisión Binacional<br />

<strong>México</strong>-Estados Unidos, creada a mediados de<br />

los años ochenta: “Tal vez lo más importante<br />

es que Estados Unidos reconozca <strong>el</strong> derecho<br />

de <strong>México</strong> a la soberanía (…). No se trata de<br />

una exhortación piadosa. Estados Unidos tiene<br />

mucho que ganar de un <strong>México</strong> próspero e<br />

independiente, y mucho que perder de un<br />

vecino (…) debilitados y dependiente.”<br />

<strong>México</strong>, a su vez, tiene mucho que ganar de<br />

un Estados Unidos en verdad democrático. Y<br />

mucho que perder si El mismo no transita<br />

hacia una genuina democracia, y hace valer,<br />

junto a las demás naciones latinoamericana,<br />

su derecho a la soberanía.<br />

POSTSCRIPTUM<br />

MÁS CERCA DEL VASALLAJE QUE DE LA<br />

DEMOCRACIA<br />

Es lamentable, pero cierto. Al año de haber<br />

escrito <strong>el</strong> ensayo anterior siguen<br />

predominando los hechos y las tendencias que<br />

apuntan hacia <strong>el</strong> avasallamiento de <strong>México</strong> por<br />

parte de Estados Unidos, más que a la<br />

instauración de la democracia, dentro y entre<br />

ambas naciones.<br />

132<br />

Ello ocurre no obstante que durante <strong>el</strong> mismo<br />

lapso la necesidad y <strong>el</strong> clamor de democracia<br />

no han hecho más que crecer en todo <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>. Y también –vara paradojas- no<br />

obstante que <strong>el</strong> gobierno de Estados Unidos<br />

arrecia sus prédicas sobre la democracia, al<br />

tiempo que <strong>el</strong> de <strong>México</strong> insiste en<br />

presentarse como <strong>el</strong> único camino a la<br />

modernización, a su concepción de ésta, como<br />

la única con validez.<br />

Repasemos, con miras a actualizarlas, las<br />

tesis principales d<strong>el</strong> ensayo original.<br />

Discúlpese de antemano lo esquemático de<br />

estas notas.<br />

I<br />

Lejos de ser cabalmente solucionada, la crisis<br />

continúa su transformación de una crisis<br />

histórica d<strong>el</strong> capitalismo a una crisis mundial<br />

de época. La alternativa socialista acentúa su<br />

retroceso al grado de registrar graves<br />

convulsiones, lo mismo en Yugoslavia y<br />

Albania que en la propia Unión Soviética.<br />

Aunque <strong>el</strong> presidente Bush se ha atrevido a<br />

decretar <strong>el</strong> fin de la crisis para su país, <strong>el</strong> FMI<br />

advierte que <strong>el</strong> crecimiento de los países<br />

industrializados durante 1991 sólo será de<br />

1.3%, sin duda contrastante con <strong>el</strong> 2.5% d<strong>el</strong><br />

año anterior. Y qué decir de los países<br />

latinoamericanos y los demás<br />

subdesarrollados. De no registrarse cambios<br />

radicales, la “década perdida” (años ochenta)<br />

parecería dar paso a algo así como un estado<br />

de coma.<br />

La democracia, bajo una óptica profunda, se<br />

confirma como <strong>el</strong> principal cambio hoy<br />

requerido, incluso para superar la crisis de<br />

nuestra época, la cual sigue adquiriendo tal<br />

complejidad y amplitud, que sólo podrá<br />

superarse con la participación equitativa de<br />

todas las naciones; no más con la expoliación<br />

de las débiles por las fuertes. Por sí solo, <strong>el</strong>lo<br />

explica la necesidad de nuevos estadios de<br />

integración. Pero si está –como claramente<br />

ocurre en <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong> y Estados Unidos-<br />

no resulta una integración democrática, la<br />

crisis, y su creciente secu<strong>el</strong>a de conflictos, ahí<br />

seguirán.<br />

Por si hubiera dudas, la necesidad de<br />

democracia ha recibido un nuevo jalón ahora<br />

que en <strong>el</strong> Golfo Pérsico resurgió su negación


extrema: <strong>el</strong> empleo de la fuerza incluso<br />

militar, por lo demás, en una guerra a todas<br />

luces desigual (una coalición de más de 20<br />

gobiernos, comandados por <strong>el</strong> de Estados<br />

Unidos contra Irak). Y qué decir de su saldo<br />

acaso principal: <strong>el</strong> anuncio de un “nuevo<br />

orden mundial” (Bush) tan antidemocrático,<br />

que postula la instauración de una especie de<br />

dictadura unipolar a escala mundial.<br />

II<br />

A la par que crecen la necesidad y las<br />

existencias de democracia, la otro “integración<br />

silenciosa” de <strong>México</strong> a Estados Unidos ac<strong>el</strong>era<br />

su paso, bajo la actual política oficial de<br />

modernización, a una integración tan ruidosa<br />

como programática: como eje d<strong>el</strong> actual<br />

programa de gobierno. No otra cosa puede<br />

inferirse d<strong>el</strong> empeño obsesivo en firmar un<br />

Tratado de Libre Comercio (TLC) con nuestros<br />

vecinos d<strong>el</strong> norte, Un tratado que, más allá de<br />

la retórca, sin duda transcenderá la esfera<br />

comercial, y afectará prácticamente todos los<br />

ámbitos imaginables (cultura, política y<br />

demás).<br />

Si bien ha llegado a matizarse –acaso por<br />

tácticas <strong>el</strong>ementales de negociación- la<br />

trascendencia conferida al TLC por <strong>el</strong> actual<br />

grupo gobernante en nuestro país, aún<br />

retiemblan dichos como <strong>el</strong> de que aquél<br />

significa “la última oportunidad” para que<br />

<strong>México</strong> se suba al tren de la modernización.<br />

Sin cuestionar en absoluto <strong>el</strong> estereotipo<br />

norteamericano de modernidad, <strong>el</strong> TLC es<br />

presentado como la llave que por fin abrirá a<br />

<strong>México</strong> las puertas d<strong>el</strong> Primer Mundo.<br />

En consecuencia, ya se toman medidas de<br />

todo tipo para asegurar la firma d<strong>el</strong> TLC y<br />

que, en su conjunto, no hacen sino alimentar<br />

las tendencias a la binacionalización y a la<br />

institucionalización d<strong>el</strong> proceso integrador<br />

hacia <strong>el</strong> norte. A manera de pavimentación d<strong>el</strong><br />

tratado, comienzan a multiplicarse los<br />

“Memorándum de entendimiento”. Que<br />

abarcan desde cuestiones laborales hasta<br />

educativas. Y a manera de válvulas de<br />

seguridad – para que no se frustre aquél- ya<br />

se habla de una veintena de asuntos que,<br />

previstas complicación en negociaciones<br />

trilaterales (<strong>México</strong>, Estados Unidos y<br />

Canadá), serán materia de otros tantos<br />

convenios bilaterales entre nuestro país y <strong>el</strong><br />

vecino.<br />

Es cierto que, también en estos meses, se han<br />

multiplicado los intentos de dar credibilidad a<br />

la tesis de la diversificación incluyendo <strong>el</strong><br />

recuerdo d<strong>el</strong> ideal bolivariano. Así, <strong>el</strong> propio<br />

Salinas de Gortari fue a plantear a la ALADI<br />

sus diez puntos concretos para avanzar en la<br />

integración –económica, más no política- de<br />

América Latina. Así también, <strong>México</strong> recién ha<br />

ingresado al Consejo Económico de la Cuenca<br />

d<strong>el</strong> Pacífico. E incluso se ha atrevido –como si<br />

<strong>el</strong> subdesarrollo fuese superable por decreto-<br />

a solicitar su ingreso a la Organización de<br />

Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)<br />

que agrupa al grueso de los países<br />

industrializados. En los hechos, sin embargo,<br />

la integración que realmente avanza es la<br />

integración de <strong>México</strong> a Estados Unidos.<br />

El problema es que se trata de una<br />

integración cada vez más subordinada, a la<br />

vez que distante de cualquier idea seria sobre<br />

la democracia.<br />

III<br />

En todos sus órdenes, sigue creciendo la<br />

desigualdad de <strong>México</strong> frente a Estados<br />

Unidos. Crece incluso en ese terreno<br />

predilecto de la modernización tecnocrática,<br />

que es la eficiencia, sobre todo medida en<br />

competitividad comercial. La merma d<strong>el</strong><br />

superávit comercial de <strong>México</strong> ante Estados<br />

Unidos, tendencia que registramos en <strong>el</strong><br />

ensayo original, ahora ha avanzado al grado<br />

de transformarse en déficit.<br />

Ni qué decir de la desigualdad política. Ahora<br />

Estados Unidos se siente –como lo dijo Bush<br />

al término de su aventura en <strong>el</strong> Pérsico- la<br />

única nación con la “estatura moral y los<br />

medios” para instaurar todo un nuevo orden<br />

mundial. En cambio <strong>México</strong> –su élite<br />

gobernante, para ser exactos- parece<br />

renunciar, en los hechos, a toda posibilidad de<br />

desarrollo independiente. Al apostarlo todo a<br />

la integración con Estados Unidos –supuesta<br />

“vía rápida” a la modernidad-, implícitamente<br />

se confiesa impotente, o por lo menos falta de<br />

imaginación, para llevar a buen puesto <strong>el</strong><br />

proyecto histórico de <strong>México</strong>, que nada tiene<br />

que ver con la subordinación a potencia<br />

alguna.<br />

133


Y como antes lo hemos sugerido, la<br />

desigualdad creciente no hace más que<br />

alimentar la arbitrariedad, la falta de<br />

reciprocidad, la prepotencia e incluso la<br />

hostilidad, dando pie a un círculo en definitiva<br />

vicioso. Es mucho lo que al respecto se ha<br />

acumulado en los últimos meses. Sólo<br />

reparemos en que, a cambio de la cordialidad<br />

(Espíritu de Houston) ofrecida y mantenida<br />

por <strong>el</strong> bloque gobernante en <strong>México</strong>, d<strong>el</strong> lado<br />

norteamericano persisten las prácticas<br />

proteccionalistas y las acusaciones de<br />

dumping contra nuestras exportaciones;<br />

continúa la retención d<strong>el</strong> doctor Álvarez<br />

Machain, a todas las luces violatoria no sólo<br />

de normas jurídicas <strong>el</strong>ementales sino d<strong>el</strong><br />

propio principio de la soberanía territorial; se<br />

multiplican los asesinatos de mexicanos que<br />

osan cruzar <strong>el</strong> río Bravo sin pap<strong>el</strong>es, incluso<br />

comienza a hacerse realidad (Tijuana-San<br />

Diego) la construcción d<strong>el</strong> largamente<br />

anunciado muro de tortilla en la frontera, y no<br />

con maíz ni nopales, sino con sólido metal.<br />

Para no ir más lejos, es de sobra ilustrativo<br />

que <strong>el</strong> propio gobierno mexicano, no obstante<br />

su esmero en limar asperezas con <strong>el</strong> de<br />

Estados Unidos, sufre afrentas como la d<strong>el</strong> ya<br />

famoso “Memorándum Negroponte”. En éste,<br />

palabras más palabras menos, se dice que<br />

gracias al actual “liderazgo”, <strong>México</strong> por fin<br />

comienza a caminar con pleno apego a los<br />

intereses de Estados Unidos. Por eso –<br />

concluye Negroponte- es preciso lograr (como<br />

se logró) la aprobación en la “vía rápida” (fast<br />

track) para <strong>el</strong> TLC.<br />

134<br />

IV<br />

Sin desestimar sus fines aviesos, <strong>el</strong> mismo<br />

“Memorándum” advierte <strong>el</strong> gran salto que <strong>el</strong><br />

TLC produciría en <strong>el</strong> proceso de integración<br />

subordinada de <strong>México</strong> a Estados Unidos,<br />

proceso en <strong>el</strong> que se pone en juego, incluso la<br />

política exterior d<strong>el</strong> Estado mexicano, otra<br />

distinguida por su r<strong>el</strong>ativa indepencia. “Desde<br />

una perspectiva de política exterior –dice<br />

Negroponte- un TLC institucionalizaría la<br />

aceptación de una orientación estadounidense<br />

en las r<strong>el</strong>aciones exteriores de <strong>México</strong>.”<br />

Varios datos han venido confirmando la<br />

hipótesis de que en <strong>el</strong> contexto nacional e<br />

internacional de hoy, lo que se firmará es un<br />

TLC no justo, ni siquiera equitativo, sino<br />

francamente lesivo (leonino) para <strong>México</strong>.<br />

Veamos sólo los datos más rev<strong>el</strong>adores –y<br />

contrastantes- en los últimos meses.<br />

Loa apetitos expansionistas de Estados<br />

Unidos, que no se detendrán en la mesa de<br />

negociaciones, han recibido un gran alimento<br />

con su triunfo en la guerra d<strong>el</strong> Golfo Pérsico.<br />

El nuevo orden mundial anunciado a la sazón<br />

por Bush, seguramente comenzará –comienza<br />

ya- en nuestro continente, como lo advierte<br />

sin tapujos la iniciativa para las Américas. Y<br />

en ésta, <strong>el</strong> TLC Estados Unidos-<strong>México</strong> es<br />

anunciado como “<strong>el</strong> primer paso”.<br />

El propio Bush se ha encargado de disipar<br />

cualquier duda, en <strong>el</strong> informe que rindiera<br />

ante <strong>el</strong> Congreso de su país con miras a<br />

convencer –y convenció lo suficiente- a los<br />

opositores, poco antes de aprobarse la vía<br />

rápida para <strong>el</strong> TLC. Ahí <strong>el</strong> presidente<br />

norteamericano dejó claro, con argumentos y<br />

datos estadísticos, que Estados Unidos se<br />

beneficiaría mucho más que <strong>México</strong> al<br />

firmarse <strong>el</strong> tratado. De modo que éste no<br />

haría sino ampliar más la brecha de<br />

desigualad, madre de todos los vicios antes<br />

apuntados, entre ambas naciones.<br />

En franco contraste con <strong>el</strong> nuevo brío<br />

expansionista d<strong>el</strong> vecino, <strong>México</strong> tiende a<br />

acentuar sus debilidades de todo tipo, bajo la<br />

actual estrategia de modernización. Aparte de<br />

la debilidad económica ya apuntada sobre la<br />

merma d<strong>el</strong> superávit comercial, sólo<br />

agreguemos un par de datos, pero que<br />

rev<strong>el</strong>adoramente corren desde lo social hasta<br />

lo político; la reaparición d<strong>el</strong> cólera, y la<br />

persistencia, acaso profundizada, de los<br />

conflictos <strong>el</strong>ectorales.<br />

A final de cuentas fruto de la contracción d<strong>el</strong><br />

gasto social –directiva por exc<strong>el</strong>encia d<strong>el</strong> FMI<br />

et al .- y reflejo inequívoco de premodernidad,<br />

la reaparición d<strong>el</strong> cólera en nuestro país, así<br />

sea inicial, tiene repercusiones para <strong>el</strong> TLC. Si<br />

no estuviera suficientemente disminuido <strong>el</strong><br />

poder de los negociadores mexicanos, las<br />

naturales restricciones a productos<br />

procedentes de una sociedad con semejante<br />

problema sin duda engrosarán <strong>el</strong> arsenal de<br />

presiones y chantajes de nuestra contraparte<br />

en las negociaciones comerciales.


Y la disminución de ese poder de ese poder<br />

negociador sufre otro doble jalón por cuenta<br />

de nuestro atraso en materia de democracia,<br />

incluso <strong>el</strong>ectoral, como recién se confirma en<br />

las <strong>el</strong>ecciones de agosto, donde las anomalías<br />

comenzaron en la propia entrega de<br />

credenciales a los <strong>el</strong>ectores. Ello, por una<br />

parte, debilita la legitimidad y <strong>el</strong> consenso<br />

requeridos para hacer frente a una<br />

negociación tan difícil con la d<strong>el</strong> TLC, con una<br />

potencia tan crecida como Estados Unidos. Y,<br />

por otra parte, <strong>el</strong>lo multiplica los flancos para<br />

que avance la ofensiva de éste, so pretexto de<br />

la democracia.<br />

Así, lo que se refuerza es la perspectiva de un<br />

TLC que equivaldría al reemplazo de la mula<br />

por <strong>el</strong> jet en nuestro viaje de regreso hacia los<br />

tiempos d<strong>el</strong> vasallaje. La modernidad<br />

alcanzada sólo aludiría a los medios de<br />

transporte.<br />

Reconstruir las r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> y Estados<br />

Unidos con base en los principios de una<br />

verdadera democracia. Ésa se confirma como<br />

la cuestión de fondo. Porque mientras perviva<br />

<strong>el</strong> círculo perverso de la desigualdaddominación-más<br />

desigualdad, ninguna<br />

r<strong>el</strong>ación podrá ser en verdad fructífera para<br />

las mayorías de ambos países, ni nadie podrá<br />

ostentarse como adalid de la democracia. A<br />

largo plazo, los conflictos derivados de una<br />

r<strong>el</strong>ación de sojuzgamiento serán tales, que ni<br />

siquiera las élites gobernantes podrán sentirse<br />

beneficiadas.<br />

Si se logra un TLC que promueva la<br />

democratización de las r<strong>el</strong>aciones <strong>México</strong>-<br />

Estados Unidos, bienvenido. En esencia,<br />

tendría que ser un TLC con beneficios<br />

preferenciales para la parte débil (<strong>México</strong>), de<br />

modo que comience a revertir la tendencia a<br />

la desigualdad creciente –raíz de toda<br />

antidemocracia-, para dar paso a una<br />

igualación paulatina de los desiguales.<br />

Si hoy no existen condiciones para lograr un<br />

TLC justo y democrático, entonces no queda<br />

más que darse a la tarea de generarlas.<br />

Siempre valdrá más un trote hacia la<br />

democracia, que un fast track hacia <strong>el</strong><br />

vasallaje.<br />

DE LA REPRESIÓN A LA APERTURA<br />

Se logró desmovilizar a los últimos reductos<br />

de la guerrilla urbana que quedaban a la<br />

fecha.<br />

En 1978, <strong>el</strong> Partido Demócrata Mexicano<br />

(PDM), <strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano (PCM)<br />

y <strong>el</strong> Partido Socialista de los Trabajadores<br />

(PST) obtuvieron su registro condicionado,<br />

sumándose a los cuatro partidos reconocidos<br />

que contendieron en la arena <strong>el</strong>ectoral. Cuatro<br />

asociaciones políticas nacionales de izquierda<br />

(Unificación y Progreso A.C., Unidad Izquierda<br />

Comunista, Movimiento por <strong>el</strong> Partido<br />

Revolucionario de los Trabajadores y Acción<br />

Comunitaria A.C.) quedaron registradas como<br />

tales y listas para participar en alianza con<br />

algún partido político en las <strong>el</strong>ecciones.<br />

Aunque la reforma política fue aprovechada<br />

principalmente por la izquierda, ésta también<br />

benefició a un partido político en las<br />

<strong>el</strong>ecciones. Aunque la reforma política fue<br />

aprovechada principalmente por la izquierda,<br />

ésta también beneficio a un partido de<br />

derecha, <strong>el</strong> PDM, que recogía a los restos d<strong>el</strong><br />

sinarquismo, vieja expresión política de los<br />

cristeros. Las tradicionales posiciones<br />

abstencionistas y de no participación <strong>el</strong>ectoral<br />

de los grupos de izquierda se vieron<br />

reemplazadas por una intensa actividad<br />

pros<strong>el</strong>itista, buscando ganar votos<br />

principalmente entre la creciente población<br />

urbana a fin de asegurar <strong>el</strong> registro definitivo<br />

de sus partidos, <strong>el</strong> PCM y <strong>el</strong> PST. Este último<br />

fue la expresión partidista d<strong>el</strong> grupo de líderes<br />

y dirigentes estudiantiles que apoyaron la<br />

estrategia de apertura política de Echeverría<br />

(llamado aperturas) y que vieron premiados<br />

sus esfuerzos de oposición colaboracionista.<br />

Los primeros cuatro años d<strong>el</strong> gobierno de<br />

López Portillo fueron de reforma,<br />

reconciliaciones y alance económico gracias a<br />

las reservas petroleras que garantizaron un<br />

flujo constante de recursos d<strong>el</strong> exterior, vía<br />

exportación de crudo, deuda de inversiones.<br />

Parecía que <strong>el</strong> fantasma típico de fin de<br />

sexenio, la desconfianza y huida de capitales,<br />

ya no sería posible luego de tantas reformas,<br />

planes, acciones políticas y declaraciones de<br />

apoyo y contento de parte d<strong>el</strong> capital y d<strong>el</strong><br />

trabajo. Parecía que <strong>el</strong> propósito de este<br />

presidente de dejar atrás <strong>el</strong> populismo y<br />

subrayar <strong>el</strong> Estado de Derecho y la legalidad<br />

había conseguido cambiar los viejos usos y<br />

costumbres políticas para recrearlos en una<br />

135


modernidad segura, incluso ante sus<br />

inseguridades. Pero no fue así.<br />

VII. DE LA REPRESIÓN A LA APERTURA<br />

136<br />

Medina Peña Luis<br />

A la segunda mitad d<strong>el</strong> decenio de 1960<br />

corresponden los años d<strong>el</strong> deterioro político y<br />

la toma de conciencia de que <strong>el</strong> crecimiento<br />

económico no había llegado al desarrollo<br />

pleno, se mantenían los rezagos sociales<br />

ancestrales y se habían agregado otros más,<br />

producto de la modernidad inducida durante<br />

los años de altas tasas de crecimiento. Los<br />

eventos de 1968 sacudieron la conciencia<br />

nacional y fueron un llamado de atención de<br />

que algo andaba mal; a partir de entonces<br />

empezó a desaparecer la autocomplacencia<br />

política, versión desfigurada d<strong>el</strong> triunfalismo,<br />

que pensaba acabado y perfecto <strong>el</strong> entramado<br />

político. A partir de entonces empezó,<br />

también, a desdibujarse <strong>el</strong> milagro económico<br />

mexicano. Los años que corren entre 1968 y<br />

1983 configuraron lo que se ha dado por<br />

llamar la crisis, cuya nota primordial, desde <strong>el</strong><br />

punto de vista d<strong>el</strong> ejercicio d<strong>el</strong> poder<br />

presidencial, fue la búsqueda de soluciones y<br />

adecuaciones para enfrentarla, pero sin<br />

cambiar la esencia de un Estado interventor ni<br />

la naturaleza de las alianzas que le deban<br />

sustento, tal y como había quedado definido a<br />

partir de 1946. En este sentido, la crisis fue<br />

más de naturaleza política que económica,<br />

aunque hubiera comenzado en este último<br />

terreno, como veremos en <strong>el</strong> capítulo<br />

siguiente.<br />

Y decimos que se originó en ese terreno,<br />

porque a fin de cuentas lo que sucedió es que<br />

comenzaba un proceso de globalización<br />

creciente de la economía mundial, que puso<br />

en entredicho a los estados con políticas<br />

keynesianas, desarrollados y en vías de<br />

desarrollo por igual. La maquila, <strong>el</strong> cárt<strong>el</strong><br />

petrolero, los avances en la integración de<br />

Europa Occidental, <strong>el</strong> avance tecnológico y su<br />

impacto económico y social, y la constatación<br />

d<strong>el</strong> pleno resurgimiento de Japón fueron<br />

apenas algunos síntomas de esa tendencia<br />

que ahora nos parece evidente. Pero no lo fue<br />

en la época y de aquí <strong>el</strong> desajuste entre<br />

política y economía nacionales, y también la<br />

evidente incapacidad de ésta última para<br />

responder a los cambios que se daban en la<br />

economía internacional. Lo cual, dicho sea de<br />

paso, no fue propio y exclusivo de <strong>México</strong>;<br />

afectó a todo Occidente, ricos y pobres, y<br />

tardó un poco más en incidir en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

socialista.<br />

Pero <strong>México</strong> tuvo sus peculiaridades. Es esta<br />

época en la cual, en un lapso muy corto, no<br />

más de seis años contados a partir de 1968,<br />

no sólo desaparecen en <strong>México</strong> <strong>el</strong> optimismo y<br />

la seguridad de haber logrado un estadio de<br />

estabilidad política y crecimiento económicos<br />

únicos y perfectos. Son los años en que las<br />

prioridades prevalecientes de tiempo atrás<br />

cambian drásticamente: ahora la economía,<br />

vá la ampliación d<strong>el</strong> proyecto estatista,<br />

quedaría al servicio de la recuperación de la<br />

estabilidad política. Intuitivamente la clase<br />

política priísta percibió, tan pronto <strong>el</strong><br />

presidente Gustavo Díaz Ordaz entregó <strong>el</strong><br />

mando nacional a Luis Echeverría, que la<br />

restauración de la credibilidad en su partido y<br />

en <strong>el</strong> gobierno eran los objetivos centrales a<br />

conseguir, para lo cual van a acentuar los<br />

procedimientos ya conocidos, que habían dado<br />

resultado en <strong>el</strong> pasado, profundizando la<br />

intercepción estatal en la economía. Esto en lo<br />

interno; en <strong>el</strong> exterior, ante los acomodos<br />

crecientes de la economía mundial que<br />

estraba en un largo periodo de crisis, se<br />

reaccionó acentuando <strong>el</strong> nacionalismo<br />

económico y desplegando un novedoso y a la<br />

larga contraproducente tercermundismo<br />

militante. Vistos en perspectiva, los<br />

acontecimientos políticos que se desgranan a<br />

partir de 1968 llevan a pensar que, de no<br />

haberse dado la protesta estudiantil y su<br />

represión violenta en ese año, es muy<br />

probable que los caminos que se hubieran<br />

seguido habrían sido muy diferentes. De no<br />

haber mediado esos acontecimientos, quizá la<br />

evolución de la política y de las medidas<br />

económicas hubiera sido más pausada, y <strong>el</strong><br />

tránsito posterior hacia la aceptación plena de<br />

las nuevas realidades, menos abrupta y<br />

espasmódica. Pero la historia fue otra, y vale<br />

la pena seguirla con cierto detalle.<br />

SÍNTOMAS DE UN CIERTO MALESTAR<br />

A niv<strong>el</strong> oficial, los años sesenta fueron de un<br />

acentuado optimismo que no fue compartido<br />

por todos. En diciembre de 1964, Adolfo López<br />

Mateos, <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> gran carisma y<br />

popularidad, entregó <strong>el</strong> poder a Gustavo Díaz


Ordaz. Pero no lo entregó sin mácula. La<br />

prisión decretada al inicio de su mandato a los<br />

líderes ferrocarrileros Valentín Campa y<br />

Demetrio Vallejo, así como la muerte d<strong>el</strong> líder<br />

campesino Rubén Jaramillo, fueron los dos<br />

reclamos políticos que ensombrecieron una<br />

gestión, por otro lado timbrada por una<br />

amplia política social, una política exterior<br />

independiente y un magnífico desempeño<br />

económico. La obtención de la sede para los<br />

Juegos Olímpicos en los últimos meses d<strong>el</strong><br />

sexenio pareció, y así lo interpretaron <strong>el</strong><br />

gobierno y los medios de comunicación, <strong>el</strong><br />

reconociendo d<strong>el</strong> progreso alcanzado por <strong>el</strong><br />

país por parte de la comunidad internacional,<br />

de hecho su mayoría de edad.<br />

El contraste d<strong>el</strong> sucesor no pudo ser más<br />

marcado. Formando en la atribiliaria escu<strong>el</strong>a<br />

política de Maximino Ávila Camacho, Gustavo<br />

Díaz Ordaz fue un hombre autoritario, sin<br />

carisma y de una profunda actitud<br />

conservadora, rasgos exactamente opuestos a<br />

los de López Mateos. Secretario de<br />

Gobernación precisamente en la época d<strong>el</strong><br />

gran miedo por <strong>el</strong> triunfo e impacto de la<br />

Revolución cubana, fue un político que otorgó<br />

valor supremo, casi mítico, a la estabilidad y<br />

al principio de autoridad. Poscos presidentes<br />

han dado a conocer las razones personales<br />

que los llevaron a tomar la decisión a favor<br />

d<strong>el</strong> que resulta candidato, y López Mateos no<br />

fue uno de <strong>el</strong>los. No le alcanzó la salud ni la<br />

vida. Sólo podemos suponer que apoyó a Díaz<br />

Ordaz porque vislumbró nubarrones en <strong>el</strong><br />

horizonte político d<strong>el</strong> país, de lo contrario<br />

hubiera dejado en la presidencia a un político<br />

más flexible y conciliador. O quizá se debió,<br />

como aseguran otros, a que Díaz Ordaz se<br />

había impuesto ante su presidente como <strong>el</strong><br />

prototipo quintaesenciado d<strong>el</strong> operador<br />

político, que su postulación acabó por ser<br />

inevitable. De cualquier manera, <strong>el</strong> hecho es<br />

que la personalidad d<strong>el</strong> presidente Díaz Ordaz,<br />

lo que Cosío Villegas llamó <strong>el</strong> estilo personal<br />

de gobernar, probó ser un <strong>el</strong>emento<br />

fundamental para los eventos políticos a lo<br />

largo d<strong>el</strong> sexenio y las consecuencias<br />

posteriores.<br />

Para mediados de los años sesenta, <strong>México</strong><br />

vivió una situación curiosa en lo que tocó a la<br />

“amenaza comunista”, tema que cada vez<br />

subía más de tono en la retórica<br />

estadounidense a medida que se afianzaba la<br />

Revolución cubana. Y fue curioso porque para<br />

mediados d<strong>el</strong> decenio, la exigua influencia que<br />

<strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano había logrado<br />

implantar dentro d<strong>el</strong> movimiento obrero en los<br />

años treinta había desaparecido por completo.<br />

Salvo <strong>el</strong> movimiento ferrocarrilero de 1958-<br />

1959, último intento desesperado por<br />

recuperar terreno, <strong>el</strong> PCM llevaba veinte años<br />

en una crisis permanente a la que lo había<br />

condenado <strong>el</strong> stalinismo, que profesaron sus<br />

dirigentes, y las múltiples escisiones, la más<br />

importante entre <strong>el</strong>las la de los lombardistas<br />

que abandonaron <strong>el</strong> marxismo revolucionario<br />

para pasar a la colaboración con <strong>el</strong> gobierno<br />

desde una posición de izquierda reformista.<br />

Pero paral<strong>el</strong>amente, más bajo <strong>el</strong> influjo de la<br />

Revolución cubana que por inspiración<br />

soviética o maoísta, se fue conformando una<br />

nueva izquierda en <strong>México</strong>.<br />

Constituida en su origen por politólogos y<br />

escritores, la nueva izquierda se dejó ver por<br />

primera vez a fines de los años cincuenta.<br />

Portadora de un marxismo int<strong>el</strong>ectualizado de<br />

fuerte sabor francés, este grupo hizo una<br />

doble aportación a la cultura política<br />

mexicana: importó a <strong>México</strong> al arquetipo d<strong>el</strong><br />

int<strong>el</strong>ectual cosmopolita y comprometido con<br />

las causas de izquierda, y renovó <strong>el</strong> arsenal<br />

retórico de este tramo d<strong>el</strong> abanico político,<br />

superando <strong>el</strong> estrecho dogmatismo en que<br />

había caído <strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano.<br />

Sus cabezas primeras fueron Carlos Fuentes,<br />

Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero y<br />

Francisco López Cámara, escritor <strong>el</strong> primero,<br />

académicos y fundadores de la Escu<strong>el</strong>a<br />

Nacional de Ciencias Políticas los tres<br />

restantes. La nueva izquierda fue procubana,<br />

prodemocrática, antipriísta, antimperialista,<br />

cosmopolita, universitaria y emprendedora.<br />

Sus miembros principales, que se dieron a<br />

conocer escribiendo para la Revista de la<br />

Universidad, fundaron El espectador en mayo<br />

de 1959, para luchar con la pluma en ristre a<br />

favor d<strong>el</strong> respeto a la Constitución y <strong>el</strong> voto, la<br />

implantación de la democracia sindical y <strong>el</strong><br />

establecimiento de verdaderos partidos<br />

políticos. En las páginas de esa revista se les<br />

unieron pronto <strong>el</strong> filósofo Luis Villoro y <strong>el</strong><br />

escritor Jaime García Terrés. Poco tiempo<br />

después, en mayo de 1960, <strong>el</strong> grupo debutó<br />

en forma prominente en las páginas de la<br />

revista política, fundada por Manu<strong>el</strong> Marcué<br />

Pardiñas con <strong>el</strong> fin de promover <strong>el</strong> diálogo de<br />

la izquierda y su eventual unificación. En<br />

137


1961, la nueva izquierda universitaria<br />

apareció d<strong>el</strong> a mano de Lázaro Cárdenas sus<br />

criviendo <strong>el</strong> manifiesto que llamó a la<br />

formación d<strong>el</strong> Movimiento de Liberación<br />

Nacional y que se fundó con <strong>el</strong> propósito de<br />

proporcionar una organización cúpula a toda<br />

la izquierda. En un par de años, como<br />

consecuencia d<strong>el</strong> sectarismo y capillismo de<br />

toda la izquierda mexicana, <strong>el</strong> grupo se alejó<br />

tanto d<strong>el</strong> MLN como de la revista Política. Para<br />

1964, se encontraba replegado en <strong>el</strong> claustro<br />

universitario, con <strong>el</strong> salón de clases como<br />

centro de acción política.<br />

Sin sobrestimar la influencia de las ideas en <strong>el</strong><br />

acontecer político, sí puede afirmarse que <strong>el</strong><br />

vago malestar que la élite int<strong>el</strong>ectual sentía<br />

hacia <strong>el</strong> sistema político mexicano a mediados<br />

de la década de los sesenta tomó forma de<br />

argumento fundamentado en una obra<br />

académica. Hasta entonces la producción<br />

académica en ciencias sociales, entendida<br />

ésta como investigación y reflexión sobre los<br />

problemas d<strong>el</strong> país, fue más bien limitada. Los<br />

historiadores se habían concentrado en la<br />

época colonial, <strong>el</strong> siglo XIX y en cuestiones<br />

estéticas; los filósofos habían fundado <strong>el</strong><br />

grupo de los Hiperiones, escu<strong>el</strong>a que se<br />

dedicó a reflexionar sobre la esencia d<strong>el</strong> ser<br />

d<strong>el</strong> mexicano, y que en sus últimas<br />

expresiones degeneró en un barato<br />

psicologismo social. Los que habían hecho su<br />

agosto explorando dimensiones sociales,<br />

políticas y económicas de <strong>México</strong> –bajo <strong>el</strong><br />

enfoque de los sistemas y buscando las<br />

razones para la estabilidad- eran los<br />

investigadores estadounidenses, que de<br />

tiempo atrás habían escogido al país como<br />

tema de tesis doctorales y de especialización<br />

académica, tendencia que perdura hasta<br />

nuestros días como una lluvia ácida. Pero de<br />

la parte mexicana poco o nada se producía en<br />

cuanto a reflexión seria sobre los problemas<br />

nacionales, como hubiera dicho don Andrés<br />

Molina Enríquez.<br />

En 1965 se publicó La democracia en <strong>México</strong><br />

de Pablo González Casanova. Para la época<br />

fue un libro académicamente ambicioso e<br />

insólito políticamente. La obra no ocultó su<br />

intención política pues se propuso como<br />

objetivo de estudio desentrañar la r<strong>el</strong>ación de<br />

la estructuras de poder en <strong>México</strong> con las<br />

decisiones en torno al crecimiento económico.<br />

Mediante la combinación d<strong>el</strong> análisis<br />

138<br />

sociológico aplicado rigurosamente a<br />

estadísticas oficiales, González Casanova pintó<br />

un <strong>México</strong> autoritario, con un excesivo<br />

presidencialismo y con un mod<strong>el</strong>o económico<br />

que había distorsionado la estructura social<br />

concentrando <strong>el</strong> ingreso en unas cuantas<br />

manos. En pocas palabras, la estabilidad<br />

política había servido para imponer un mod<strong>el</strong>o<br />

de crecimiento económico injusto, lo que<br />

contravenía los ideales de la Revolución<br />

mexicana que pregonaba la clase política<br />

priísta. El libro pronto se convirtió en la Biblia<br />

de todos aqu<strong>el</strong>los que querían acercarse al<br />

tema mexicano. Su influencia en la crítica<br />

social y política fue definida y profunda a<br />

partir de su publicación.<br />

Los años proteicos en acontecimientos<br />

políticos que habrían de determinar lo<br />

sucedido después en la Plaza de las Tres<br />

Culturas fueron 1965 y 1966. Para 1965 <strong>el</strong><br />

nuevo gobierno, atrapado en la lógica d<strong>el</strong><br />

desarrollo estabilizador que exigía mantener<br />

intocada la legislación fiscal excesivamente<br />

favorable al sector privado, inició su mandato<br />

con una política de gasto público astringente,<br />

incluidos los principales servicios que<br />

proporcionaba <strong>el</strong> Estado: salud pública y<br />

educación. En los amplios ámbitos de la<br />

educación superior, <strong>el</strong> segmento más<br />

castigado con la línea presidencial, se corrió la<br />

voz de que no se contaba, como antes, con <strong>el</strong><br />

apoyo d<strong>el</strong> gobierno federal. Muy pronto, <strong>el</strong><br />

contraste de la nueva política con la<br />

generosidad d<strong>el</strong> gobierno de López Mateos<br />

hacia las universidades fue patente. Desde <strong>el</strong><br />

inicio de su gestión, <strong>el</strong> presidente Díaz Ordaz<br />

declaró prácticamente cong<strong>el</strong>ados los<br />

subsidios a las universidades, las cuales ante<br />

<strong>el</strong> aumento constante de su población<br />

estudiantil vieron reducidos los ingresos en<br />

términos reales. El presidente se había<br />

propuesto que las instituciones públicas de<br />

educación superior dependieran cada vez<br />

menos d<strong>el</strong> subsidio público y más de los<br />

ingresos provenientes de patrimonios que<br />

habrían de constituirse en cada una de <strong>el</strong>las.<br />

Producto quizá de un intento de imitación<br />

extralógica de los mecanismos de<br />

financiamiento de las universidades<br />

estadounidenses, <strong>el</strong> propósito resultaba<br />

utópico si los patrimonios no se constituían<br />

mediante fuertes aportaciones d<strong>el</strong> Estado, lo<br />

que no se quería hacer a fin de mantener <strong>el</strong><br />

presupuesto dentro d<strong>el</strong> equilibrio que le


proporcionaban los límites autoimpuestos de<br />

endeudamiento. Así, <strong>el</strong> gasto por niv<strong>el</strong>es<br />

imperantes en 1959. Grave error. Así, durante<br />

<strong>el</strong> gobierno de Díaz Ordaz se afirmaron dos<br />

convicciones entre la comunidad de educación<br />

superior en <strong>el</strong> país. Una, resultado de esa<br />

política de gasto educativo, fue <strong>el</strong><br />

convencimiento de que Díaz Ordaz era <strong>el</strong><br />

primer presidente que minusvaluaba –<br />

yafectaba- a la educación universitaria en<br />

forma directa y expresa, escalera de ascenso<br />

social típica para los sectores medios. Otra,<br />

que provenía de una lectura a contrario sensu<br />

de la triunfalista retórica oficial fi<strong>el</strong>mente<br />

cabeceada todos los días por la prensa<br />

nacional, fue la certeza de que <strong>el</strong> “sistema” se<br />

había cerrado, limitando caminos de progreso<br />

económico y social no sólo a los estudiantes,<br />

sino a los egresados universitarios<br />

recientemente incorporados a sus tareas<br />

profesionales.<br />

Para entonces, <strong>el</strong> gobierno de Díaz Ordaz<br />

había debutado con <strong>el</strong> movimiento médico<br />

gestado en octubre de 1964 y que perduraría<br />

hasta septiembre de 1965; movimiento que<br />

ponía en evidencia, por primera vez, <strong>el</strong><br />

profundo malestar entre <strong>el</strong> sector joven y más<br />

numeroso de un gremio profesional, típico de<br />

la clase media mexicana, con las políticas de<br />

gasto público vigentes. 1965 fue también <strong>el</strong><br />

año de la langosta para <strong>el</strong> PRI, al derrotarse<br />

los intentos d<strong>el</strong> dirigente nacional Carlos<br />

Madrazo por airear la casa, formar un partido<br />

de ciudadanos y <strong>el</strong>iminar <strong>el</strong> sistema de<br />

negociaciones para la s<strong>el</strong>ección de candidatos.<br />

Casí en seguida, estalló la hu<strong>el</strong>ga de marzo de<br />

1966 en la Facultad de Derecho de la UNAM<br />

contra su director César Sepúlveda que<br />

culminará con la renuncia d<strong>el</strong> rector, seguida<br />

en octubre por la hu<strong>el</strong>ga estudiantil de la<br />

Universidad Nicolaíta, en Michoacán, que<br />

terminaría con la toma de las instalaciones por<br />

<strong>el</strong> ejército.<br />

El movimiento médico fue <strong>el</strong> primero en<br />

tiempo. Se inició tres días antes de la<br />

transmisión de poderes prevista <strong>el</strong> primero de<br />

diciembre de 1964, por la suspensión en <strong>el</strong><br />

pago d<strong>el</strong> aguinaldo navideño a médicos<br />

becarios y residentes d<strong>el</strong> Hospital 20 de<br />

Noviembre. Las peticiones iniciales, además<br />

d<strong>el</strong> pago de la prestación debida, incluyeron<br />

convertir la beca en salario, para cambiar así<br />

la condición laboral de los médicos becarios,<br />

que querían la protección y beneficios de las<br />

leyes laborales. Hasta entonces <strong>el</strong> tan<br />

pregonado crecimiento de los servicios de<br />

salud Pública –prestados por la Secretaría de<br />

Salubridad y Asistencia, <strong>el</strong> ISSSTE y <strong>el</strong> IMSSfue<br />

posible gracias a una combinación de<br />

bajos salarios y d<strong>el</strong> artificio de los médicos<br />

becarios. Para 1965, de los 25 mil médicos<br />

titulados, 21 mil prestaban sus servicios a una<br />

de las tres instituciones.<br />

A lo largo de ocho meses, <strong>el</strong> movimiento fue<br />

creciendo de unos cuantos nosocomios a<br />

todos los de la ciudad de <strong>México</strong>, de la capital<br />

a los estados, y de los becarios y los<br />

residentes y especialistas. Aunque se inició<br />

como una protesta inarticulada, pasó con<br />

sorprendente rapidez a la organización de<br />

sociedades médicas por hospitales, así como<br />

de organismos cúpula a niv<strong>el</strong> estatal y<br />

nacional. En un principio <strong>el</strong> problema para los<br />

médicos fue salarial, y para <strong>el</strong> gobierno falta<br />

de fondos, salvo que se decidiera aumentar<br />

los impuestos, medida tabú para los<br />

financieros oficiales. Con <strong>el</strong> tiempo, dada la<br />

duración d<strong>el</strong> movimiento, empezaron a<br />

expresarse planteamientos de<br />

democratización sindical, anclados en críticas<br />

más amplias sobre <strong>el</strong> autoritarismo d<strong>el</strong><br />

gobierno. Así, sin salida aparente, al iniciarse<br />

<strong>el</strong> cuarto y último paro de los médicos a<br />

finales de agosto, <strong>el</strong> gobierno acudió a la<br />

represión d<strong>el</strong> movimiento. Para <strong>el</strong>lo se valió<br />

de médicos militares para suplir los servicios;<br />

de la FSTSE para descalificar a parte de sus<br />

agremiados y organizar manifestaciones de<br />

apoyo; de la Procuraduría General de la<br />

República para aprehender y consignar a los<br />

principales líderes d<strong>el</strong> movimiento, y d<strong>el</strong><br />

cuerpo de granaderos para aislar los<br />

hospitales. De entrada, en su primer año de<br />

gobierno, Díaz Ordaz sentó la pauta; habría<br />

un límite a la negociación y estaba abierta la<br />

opción de la violencia estatal.<br />

Simultáneamente al conflicto médico<br />

acaecieron sucesos importantes en la casa<br />

priísta. En diciembre de 1964 había asumido<br />

la presidencia d<strong>el</strong> Partido Carlos Alberto<br />

Madrazo, uno de los gobernadores más<br />

conocidos por la amplia obra pública realizada<br />

en su estado, Tabasco. Veterano político,<br />

Madrazo llegó a ese puesto con un profundo<br />

conocimiento de las virtudes y defectos d<strong>el</strong><br />

organismo político. Tras la frustránea<br />

139


experiencia de las primeras internas en los<br />

pródigos tiempos alemanistas, <strong>el</strong> partido<br />

vegetaba ahora en las negociaciones que<br />

caciques, hombres fuertes locales e intereses<br />

sectoriales y estatales habían impuesto como<br />

mecanismo real para la s<strong>el</strong>ección de<br />

candidatos a <strong>el</strong>ección popular.<br />

Tiempo atrás, <strong>el</strong> presidente Adolfo Ruiz<br />

Cortines había sentenciado lo que pareció la<br />

regla de oro para dirimir estas cuestiones:<br />

“Los candidatos a diputados federales y<br />

senadores los designa <strong>el</strong> presidente; los<br />

candidatos a diputados locales, <strong>el</strong> gobernador;<br />

a los alcaldes los pone <strong>el</strong> pueblo”. Pero <strong>el</strong><br />

dictum de aqu<strong>el</strong> presidente estuvo lejos de<br />

reflejar la realidad, pues los grupos locales<br />

con los gobernadores al frente influían hacia<br />

arriba en la designación de candidatos a<br />

legisladores federales y hacia abajo<br />

imponiendo candidatos a presidentes<br />

municipales. A mediados de los sesenta, <strong>el</strong><br />

sistema de negociación de candidaturas y <strong>el</strong><br />

reparto de cuotas de poder era en esencia <strong>el</strong><br />

mismo que se había impuesto en <strong>el</strong> PRM, ya<br />

que consignaba todo <strong>el</strong> procedimiento en<br />

cúpulas sectoriales y oficinas cerradas, sin<br />

tomar en cuenta a las bases militantes. El<br />

problema consiguiente que ya se veía venir<br />

eran las reducciones esporádica de apoyo y<br />

votación a consecuencia de la marginación a<br />

munícipes.<br />

Cuando Madrazo arribó a la presidencia d<strong>el</strong><br />

PRI ya había sonado la alarma en varias<br />

partes d<strong>el</strong> país, particularmente en San Luis<br />

Potosí. En la capital de ese estado había<br />

nacido la Unión Cívica Potosina y se había<br />

<strong>el</strong>egido para la presidencia municipal al ex<br />

priísta Salvador Nava. La historia de su<br />

disidencia, y por ende de su éxito político, era<br />

ejemplarmente paradigmática de lo que<br />

sucedía puertas adentro d<strong>el</strong> PRI. Profesionista<br />

conocido y popular, Nava había buscado la<br />

candidatura previamente dentro d<strong>el</strong> PRI, pero<br />

se topó con <strong>el</strong> cacique Gonzalo N. Santos, a<br />

quien <strong>el</strong> partido concedió la razón. El caso de<br />

San Luis Potosí mostraba con claridad, cosa<br />

que no escapó a Madrazo, que <strong>el</strong> PRI corría <strong>el</strong><br />

riesgo de derrotas <strong>el</strong>ectorales, no frente a la<br />

oposición que era insignificante en esos años,<br />

sino ante sus propios militantes<br />

descorazonados. En contrapartida, también<br />

resultaba evidente que la capacidad de los<br />

sectores para aportar votos, que no<br />

140<br />

contingentes a manifestaciones de apoyo, era<br />

limitada. Quizá <strong>el</strong> más eficaz en términos<br />

<strong>el</strong>ectorales era <strong>el</strong> sector campesino, de cuyo<br />

control sobre agremiados a través de los<br />

ejidos, carecían los sectores obrero y popular.<br />

El crecimiento económico de la última década<br />

y la consiguiente urbanización empezaban a<br />

colocar a la mayor parte de la client<strong>el</strong>a<br />

potencial d<strong>el</strong> partido en las ciudades,<br />

precisamente en donde actuaban los sectores<br />

obrero y popular. Ante este diagnóstico, la<br />

salida se encontraba por <strong>el</strong> lado de privilegiar<br />

una organización geográfica –<strong>el</strong> seccional y <strong>el</strong><br />

comité municipal- sobre los sectores. Tan<br />

simple como eso.<br />

Las reformas que Madrazo propuso para<br />

revitalizar al PRI, vistas a la distancia<br />

aparecen tímidas, pero en la época fueron un<br />

sacudimiento para <strong>el</strong> partido. En la puesta en<br />

marcha de las reformas nunca se habló de<br />

modernización d<strong>el</strong> PRI, pero los discursos de<br />

Madrazo que las explicaron, denotaron<br />

paulatinamente una profunda preocupación,<br />

angustia casi, por las consecuencias que<br />

podrían traer consigo la falta de<br />

representatividad de los mando priístas,<br />

impuestos por los gobernadores, y la ausencia<br />

de contacto con bases y pueblo, como<br />

resultado de la deficiente intermediación de<br />

los sectores. De ahí que las reformas<br />

comprendieran tres aspectos centrales. Para<br />

lograr la autonomía d<strong>el</strong> partido en los niv<strong>el</strong>es<br />

locales de gobierno, se buscó la <strong>el</strong>ección<br />

efectiva de los mandos priístas a niv<strong>el</strong> local,<br />

empezando por los seccionales, estructura<br />

geográfica y no sectorial, para continuar hacia<br />

arriba hasta alcanzar a los comités directivos<br />

estatales, pasando por los comités<br />

municipales. Una vez logrado lo anterior, <strong>el</strong><br />

siguiente paso consistió en la <strong>el</strong>ección, por la<br />

base, de los integrantes de las planillas<br />

municipales a contender en los comicios. Se<br />

supuso que a su debido tiempo <strong>el</strong><br />

procedimiento alcanzaría a otros puestos de<br />

<strong>el</strong>ección popular, aunque en la época no se<br />

sabía cuáles. Para julio de 1965, se renovaron<br />

mediante estos procedimientos <strong>el</strong> 73% de los<br />

comités seccionales y <strong>el</strong> 67% de los<br />

municipales. El 11 de noviembre Madrao<br />

anunció en su informe que se habían realizado<br />

<strong>el</strong>ecciones internas en 1151 municipios de<br />

diez entidades d<strong>el</strong> país. La tercera reforma fue<br />

más bien una cuestión de énfasis: si se<br />

buscaba reforzar la estructura geográfica, era


natural que se privilegiara la afiliación<br />

individual y no la colectiva. Madrazo fue <strong>el</strong><br />

primer dirigente que definió al PRI como<br />

partido de ciudadanos, concepto este último<br />

olvidado por la praxis partidista y distinto a<br />

los conceptos de obrero, campesino,<br />

proletario, pueblo y nación utilizados hasta<br />

entonces por la retórica priísta.<br />

Lo que se propuso Madrazo tuvo que lastimar<br />

intereses creados, a pesar de que la CTM y la<br />

CNC lo apoyaron. No sucedió los mismo con la<br />

CNOP y los gobernadores. De acuerdo con <strong>el</strong><br />

amplio estudio de Rog<strong>el</strong>io Hernández<br />

Rodríguez sobre la vida política de Madrazo,<br />

fueron Leopoldo Sánchez C<strong>el</strong>is, gobernador de<br />

Sinaloa, y Alfonso Martínez Domínguez, a la<br />

sazón líder d<strong>el</strong> control político de la Cámara<br />

de Diputados, los que se enfrentaron a aquél,<br />

canc<strong>el</strong>ando así un intento que quizá hubiera<br />

otorgado al partido de la Revolución cauces<br />

más amplios de intermediación con la<br />

sociedad. A Martínez Domínguez, Madrazo le<br />

había bloqueado una iniciativa de ley que<br />

pretendía restablecer la re<strong>el</strong>ección de los<br />

diputados federales, que de haberse llevado a<br />

cabo hubiera esclerotizado los mandos en <strong>el</strong><br />

partido evitando así los r<strong>el</strong>evos que deseaba.<br />

En <strong>el</strong> conflicto con <strong>el</strong> gobernador de Sinaloa,<br />

Madrazo perdió la partida, cuando <strong>el</strong> primero<br />

se salió con la suya e ignoró <strong>el</strong> resultado de<br />

las <strong>el</strong>ecciones internas para la s<strong>el</strong>ección de<br />

candidatos a alcaldes en Culiacán, Rosario y<br />

Los Mochis, e impuso incondicionales suyos. El<br />

enfrentamiento de Madrazo con estos grupos<br />

políticos llevó finalmente a su r<strong>el</strong>evo en la<br />

presidencia d<strong>el</strong> PRI, pues se impuso <strong>el</strong> criterio<br />

de la unidad interna sobre <strong>el</strong> de las reformas.<br />

Los tres voceros sectoriales –Vicente Fuentes<br />

Díaz, Salvador Robles Quintero y Luis Gómez<br />

Z. d<strong>el</strong> popular, campesino y obrero,<br />

respectivamente- que tomaron la palabra en<br />

<strong>el</strong> Conse Nacional d<strong>el</strong> PRI que aceptó la<br />

renuncia de Madrazo, calificaron de excesiva<br />

la política de éste, y completa, acabada y<br />

perfecta la disposición organizativa y los usos<br />

y costumbres d<strong>el</strong> partido. Esta nueva edición<br />

de la pugna centro-periferia expresaba en ese<br />

momento la dicotomía autoritarismodemocratización.<br />

Esta última bandera, la de la<br />

democratización, al ser vencidad en diciembre<br />

de 1965 la corriente que buscaba la<br />

actualización d<strong>el</strong> PRI, quedará disponible para<br />

que la tomara la oposición de izquierda, que<br />

entonces empezaba a germinar en los campus<br />

universitarios, que empezaría por exigirla a<br />

niv<strong>el</strong> teórico y académico y, cuatro lustros<br />

después, en los terrenos <strong>el</strong>ectoral y<br />

parlamentario. En ese lapso, <strong>el</strong> PRI no sólo<br />

perdió una oportunidad de oro para realizar<br />

un cambio tan espectacular como <strong>el</strong> de 1938,<br />

sino que los priístas se vieron confinados a<br />

una posición defensiva de retaguardia,<br />

sosteniendo la validez de una forma de hacer<br />

las cosas cada vez más desentonada con las<br />

dinámicas realidades sociales y políticas d<strong>el</strong><br />

país.<br />

Al abandonar <strong>el</strong> PRI, Madrazo no dejó de ser<br />

priísta y se embarcó en una campaña nacional<br />

de consultas epistolares y conferencias<br />

magistrales en provincia, con <strong>el</strong> fin de crear<br />

una corriente que apoyara los cambios dentro<br />

de partido. En <strong>el</strong> recorrido nacional, Madrazo<br />

constató entre la clase media urbana un<br />

creciente deseo de participación política, de<br />

crítica y oposición al PRI y sus políticos<br />

profesionales, así como la aspiración a abrir<br />

nuevas alternativas en la vida pública. La<br />

mayoría de los que acudieron a los eventos<br />

organizados por Madrazo, no querían cambiar<br />

al PRI sino fundar un nuevo partido, distinto a<br />

los existentes. Y <strong>el</strong>lo fue más evidente en los<br />

campus universitarios, fi<strong>el</strong>es y constantes<br />

anfitriones d<strong>el</strong> político tabasqueño. Los<br />

diálogos establecidos a lo largo de estas giras,<br />

profusamente documentadas por la revista<br />

política, hubieran bastado a los miembros d<strong>el</strong><br />

gobierno, si hubieran gozado de fibra más<br />

sensible, para darse cuenta de que algo<br />

estaba mal en <strong>el</strong> ensamblado de la<br />

modernidad mexicana. Pero no, lo que vieron<br />

fue una conspiración y una amenaza de<br />

desprendimiento. Madrazo, conocedor como<br />

nadie de los entresijos de la política mexicana,<br />

sabía de la esclerosis mental d<strong>el</strong> político<br />

priísta de la época, <strong>el</strong> cual creía con profunda<br />

convicción que <strong>el</strong> PRI –único y hemónico-<br />

continuaría detentando indefinidamente <strong>el</strong><br />

poder. Esta mentalidad había abierto una<br />

brecha entre gobernante y gobernado, y<br />

obnubilado cualquier sentido de autocrítica.<br />

El movimiento estudiantil michoacano empezó<br />

en octubre de 1966. Como todos los<br />

movimientos de este tipo hasta entonces, se<br />

inició con secuestro de camiones de<br />

transporte urbano en protesta por un<br />

aumento de tarifas, considerado injusto y<br />

141


excesivo por los estudiantes. Esta clase de<br />

acciones estudiantiles no eran novedad, y<br />

anteriormente se había procurado resolverlas<br />

mediante la negociación y concesiones de<br />

tarifas especiales al estudiantado. Pero en ese<br />

momento pareció regir un principio distinto<br />

para <strong>el</strong> nuevo gobierno, <strong>el</strong> principio de la<br />

conservación d<strong>el</strong> orden a toda costa. Por <strong>el</strong>lo<br />

se reprimió a los estudiantes, con saldo de un<br />

muerto y varios heridos. De ahí a pedir la<br />

destitución d<strong>el</strong> gobernador Agustín Arriaga<br />

Rivera hubo sólo un pso, a lo que <strong>el</strong> gobierno<br />

de Díaz Ordaz respondió con la toma de la<br />

Universidad por le ejército, pretextando que la<br />

representación estudiantil había sido usurpada<br />

por agitadores profesionales nacionales y<br />

extranjeros, y apresando al rector y sus<br />

principales colaboradores. Lo inusitado d<strong>el</strong><br />

evento se explica por <strong>el</strong> hecho de que hasta<br />

entonces ninguna universidad –<strong>el</strong> Instituto<br />

Politécnico Nacional ocupado en 1956 no es,<br />

en rigor, una institución autónoma y sí<br />

dependiente de la Secretaría de Educación<br />

Pública- había sido ocupada por <strong>el</strong> ejército.<br />

¿Aviso precautorio o reacción espasmódica de<br />

un gobierno autoritario y conservador) Sea<br />

como fuere, la ocupación de la Universidad<br />

Nicolaíta fue la primera pieza de una política<br />

que se iría diseñando en los meses siguientes<br />

para contender con un fenómeno novedoso:<br />

los movimientos estudiantiles clasemedieros,<br />

que a ojos d<strong>el</strong> centro amenazaban la paz y<br />

tranquilidad necesarias para <strong>el</strong> continuado<br />

crecimiento d<strong>el</strong> país. Hay que decir que las<br />

r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong> Estado y la Universidad<br />

Nacional no fueron buenas entonces, ni lo<br />

habían sido en <strong>el</strong> pasado, salvo durante la<br />

breve luna de mi<strong>el</strong> con <strong>el</strong> régimen de Alemán.<br />

La Universidad Nacional tuvo la mala fortuna<br />

de ser la última creación d<strong>el</strong> Porfiriato, y ese<br />

sino condicionó su actitud política<br />

conservadora por tres décadas, entre otras<br />

razones porque se convirtió en <strong>el</strong> lugar para <strong>el</strong><br />

exilio interior de la clase profesional porfirista<br />

desplazada por la Revolución. La Universidad<br />

asumió una actitud distante y a veces hostil,<br />

siempre criticaba desde una posición<br />

ideológica de derecha antirrevolucionaria, con<br />

todos los gobiernos hasta <strong>el</strong> arribo de Migu<strong>el</strong><br />

Alemán a la Presidencia de la República. La<br />

obtención de la autonomía, <strong>el</strong> debate Caso-<br />

Lombardo sobre la misión de la universidad, la<br />

fundación d<strong>el</strong> Instituto Politécnico Nacional y<br />

la construcción de la Ciudad Universitaria<br />

fueron los episodios más sobresalientes en<br />

142<br />

esa difícil r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> Estado y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

político.<br />

A fines de los cincuenta, sin embargo, la<br />

actitud de la comunidad universitaria empezó<br />

a cambiar, no sólo por la incorporación de<br />

nuevas generaciones de profesores, sino<br />

también por la actividad de un nuevo grupo,<br />

que fue conocido como la nueva izquierda.<br />

Para esos años, <strong>el</strong> crecimiento propio de la<br />

institución había llevado a multiplicar carreras,<br />

fundar más escu<strong>el</strong>as y ampliar la planta<br />

docente, formada en su mayoría por<br />

profesores de asignatura vinculados al Estado,<br />

vía la administración, la justicia, la salud y la<br />

obra pública. Pero, a la vez, empezó a<br />

multiplicarse <strong>el</strong> número de profesores de<br />

tiempo completo, que escogían como ejercicio<br />

profesional la docencia y la investigación, y en<br />

<strong>el</strong> terreno de las ciencias sociales mostraban<br />

simpatía, cuando no militancia, por la<br />

izquierda. El arribo de los profesores por<br />

asignatura vinculados a una función o empleo<br />

estatal no cambió radicalmente la actitud<br />

crítica, pero la matizó en la medida en que se<br />

abrieron nuevos espacios para actividades<br />

políticas al interior de la universidad,<br />

reflejando los intereses de grupos burocráticopolíticos<br />

d<strong>el</strong> exterior. En ese ambiente empezó<br />

a actuar la nueva izquierda. Todo <strong>el</strong> abanico<br />

político externo estaba ahora presente al<br />

interior de la universidad.<br />

Mucho se ha escrito sobre <strong>el</strong> movimientos<br />

estudiantil de 1968, pero poca se ha explicado<br />

sobre las razones políticas, que no sociales,<br />

que lo provocaron y mantuvieron durante dos<br />

meses y medio. Como se trató de un conflicto<br />

al que no precedió una crisis económica, las<br />

explicaciones sociales contextuales internas y<br />

externas a la educación superior son las que<br />

han predominado desde principio de los<br />

setenta. Y junto a <strong>el</strong>las ha corrido paral<strong>el</strong>a una<br />

corriente que ha tendido a mitologizar <strong>el</strong><br />

movimiento para dar cabida y explicación a<br />

los sueños, aspiraciones, logros y<br />

frustraciones de toda una generación (El mito<br />

se convirtió en mod<strong>el</strong>o al grado de que <strong>el</strong><br />

movimiento estudiantil de 1986, lidereado por<br />

<strong>el</strong> Consejo Estudiantil Universitario (CEU),<br />

quiso emularlo casi al detalle pero sin éxito).<br />

Sin embrago, casi todas las explicaciones,<br />

salvo unas cuantas recientes, parten d<strong>el</strong><br />

supuesto de un presidente de la República con<br />

poderes ilimitados que, al encarnar toda la


maldad, decidió destruir <strong>el</strong> movimiento<br />

mediante la violencia. Con motivo de los 25<br />

años d<strong>el</strong> movimiento al menos han aparecido<br />

opiniones que se orientan en <strong>el</strong> sentido de que<br />

ambos bandos, Consejo Nacional de Hu<strong>el</strong>ga y<br />

gobierno, cometieron errores, para no hablar<br />

de la incomprensión de las intenciones de la<br />

otra parte.<br />

Un antecedente de naturaleza política que<br />

nadie niega es la posible r<strong>el</strong>ación entre una<br />

serie de movimientos contra las autoridades<br />

universitarias en la capital d<strong>el</strong> país y los<br />

afanes sucesorios de varios precandidatos.<br />

Fue <strong>el</strong> caso de la hu<strong>el</strong>ga de 1966, antes<br />

mencionada, en contra d<strong>el</strong> director de la<br />

Facultad de Derecho de la UNAM, César<br />

Sepúlveda, que terminó con la renuncia d<strong>el</strong><br />

rector, Inganico Chávez, líder indiscutido d<strong>el</strong><br />

poderoso grupo médico. No son pocos los que<br />

piensan que lo que sucedió en <strong>el</strong> campus<br />

universitario desde 1966 no fue más que <strong>el</strong><br />

reflejo de la pugna sucesoria entre <strong>el</strong> médico<br />

Emilio Martínez Manatou y <strong>el</strong> abogado Luis<br />

Echeverría. El primero, secretario de la<br />

Presidencia, gozaba de grandes simpatías<br />

dentro de la Universidad, particularmente<br />

entre <strong>el</strong> grupo médico y la izquierda<br />

independiente. El segundo, secretario de<br />

Gobernación, era apoyado por un grupo de la<br />

UNAM que buscaba crecer dentro de la<br />

Facultad de Derecho. Aunque hay otra<br />

interpretaciones en esta línea –la de provocar<br />

desórdenes estudiantiles para desacreditar y<br />

descartar de la lista de precandidatos a<br />

Alfonso Corona d<strong>el</strong> Rosal, regente capitalino -,<br />

<strong>el</strong> hecho fue que los enviones previos al 68 en<br />

la UNAM afectaron principalmente al área<br />

médica. La hu<strong>el</strong>ga de marzo-abril de 1968, en<br />

contra d<strong>el</strong> director de la facultadad de<br />

Medicina, y la subsecuente, orientada a<br />

destituir al director de la Facultad de<br />

Odontología, así parecen confirmarlo. Todas<br />

estas pugnas internas, unidas a un<br />

descontento generalizado d<strong>el</strong> profesorado por<br />

los bajos salarios, resultado de la auteridad en<br />

<strong>el</strong> subsidio por <strong>el</strong> gobierno federal,<br />

constituyeron parte d<strong>el</strong> caldo de cultivo en <strong>el</strong><br />

que prosperó <strong>el</strong> movimiento de 1968 por <strong>el</strong><br />

lado de los docentes universitarios. Hay que<br />

decir que idéntica austeridad presupuestal<br />

afectó también a todas las instituciones de<br />

educación superior en <strong>el</strong> país.<br />

En la segunda mitad de los sesenta las<br />

instituciones públicas de educación superior,<br />

particularmente la UNAM y <strong>el</strong> IPN, se<br />

encontraron estrechamente vigiladas por <strong>el</strong><br />

poder público. Todas las corporaciones<br />

policíacas tenían agentes disfrazados de<br />

estudiantes encargados de detectar <strong>el</strong> más<br />

mínimo acto o manifestación en contra d<strong>el</strong><br />

gobierno. Lo mismo sucedió en los estados<br />

con universidades importantes. Los cuerpos<br />

nacionales de seguridad política, entrenados<br />

en la colaboración anticomunista con los de<br />

Estados Unidos desde <strong>el</strong> inicio de la Guerra<br />

Fría, presentaban ya una deformación<br />

profesional: en cualquier protesta social,<br />

sobre todo estudiantil, veían las manos de los<br />

rojos y un conspiración trasnacional en toda<br />

forma. Fue una especie de paranoia política a<br />

niv<strong>el</strong> institucional de magnas proporciones,<br />

que en vísperas d<strong>el</strong> movimiento estudiantil<br />

mexicano se acentuó por <strong>el</strong> impacto de los<br />

movimientos también estudiantiles de Francia,<br />

Alemania, Estados Unidos y la primavera de<br />

Praga. Incapaces de distinguir las diversas<br />

causalidades, tanto en Europa- descontento<br />

con la sociedad industrial y de consumo- como<br />

en Estados Unidos- la guerra de Vietnam-, las<br />

altas esferas gubernamentales vieron en las<br />

protestas estudiantiles <strong>el</strong> apéndice de una<br />

gran conspiración mundial. Esta percepción,<br />

enfatizada por la int<strong>el</strong>igencia que las policías<br />

entregaban a los mandos políticos estuvo a su<br />

vez magnificada por la proximidad de los<br />

juegos Olímpicos en <strong>México</strong>, a c<strong>el</strong>ebrarse en<br />

octubre de 1968. Agitadores nacionales y<br />

extranjeros, se concluyó, querían malograr las<br />

Olimpiadas para desprestigiar a <strong>México</strong> y su<br />

gobierno.<br />

La r<strong>el</strong>ación de los hechos inmediatos que<br />

precipitaron <strong>el</strong> movimiento estudiantil es como<br />

sigue. El 22 de julio de 1968 tuvo lugar un<br />

encuentro de futlbol soccer en <strong>el</strong> parque de La<br />

Ciudad<strong>el</strong>a, en <strong>el</strong> centro de la ciudad. Se<br />

enfrentaron en esa ocasión <strong>el</strong> equipo de la<br />

escu<strong>el</strong>a preparatoria particular Isaac<br />

Ocheterena y <strong>el</strong> de “los ciudad<strong>el</strong>os”, integrado<br />

por miembros de la pandilla juvenil d<strong>el</strong> mismo<br />

nombre y algunos estudiantes de escu<strong>el</strong>as<br />

vocacionales d<strong>el</strong> Instituto Politécnico Nacional.<br />

Como solía suceder en este tipo de encuentros<br />

de barrio, organizados al margen de cualquier<br />

autoridad o asociación futbolera, <strong>el</strong> partido<br />

terminó a golpes y los de la Ocheterena se<br />

llevaron la peor parte. Para tomar venganza, y<br />

143


con sus filas reforzadas, <strong>el</strong> 23 de julio los<br />

estudiantes de la Ocheterena atacaron con<br />

piedras <strong>el</strong> plant<strong>el</strong> de la Vocacional 2; agravio<br />

que los politécnicos de las Vocacionales 2 y 5<br />

se cobraron al día siguiente atacando en masa<br />

a la preparatoria particular, ante la presencia<br />

pasiva de los granaderos destacados en las<br />

inmediaciones para evitar más choques. Sin<br />

embargo, al regresar los estudiantes<br />

politécnicos a sus escu<strong>el</strong>as los granaderos<br />

recibieron la orden de cercarlos y atacarlos,<br />

desplegando una persecución hasta <strong>el</strong> interior<br />

mismo de las escu<strong>el</strong>as, en donde resultaron<br />

golpeados y lesionados estudiantes y<br />

maestros que no habían tomado parte en la<br />

expedición punitiva.<br />

Para <strong>el</strong> 26 de julio, dos días después de la<br />

invasión de la mencionadas escu<strong>el</strong>as<br />

politécnicas por la policía, la izquierda<br />

mexicana tenía revista su ya tradicional<br />

manifestación de apoyo a la Revolución<br />

cubana, que <strong>el</strong> gobierno capitalino toleraba<br />

siempre y cuando se ajustara aun estricto e<br />

inviolable itinerario que terminaba<br />

invariablemente en <strong>el</strong> Hemiciclo a Juárez en la<br />

Alameda Central. Por parte, los politécnicos<br />

obligaron a una renuente y oficialista<br />

Federación Nacional de Estudiantes Técnicos<br />

(FNET) a organizar otra marcha para protestar<br />

por la agresión policíaca asus plant<strong>el</strong>es y que<br />

debía concluir a medio Kilómetro de distancia<br />

de la primera manifestación, en <strong>el</strong> Monumento<br />

a la Revolución. Hay que aclarar que en<br />

aqu<strong>el</strong>los años las marchas se sujetaba a un<br />

riguroso procedimiento a cargo de las<br />

autoridades d<strong>el</strong> Distrito Federa, pues debían<br />

pedir permiso previo y ceñirse a un itinerario<br />

previamente convenido, que siempre excluía a<br />

la Plaza de la Constitución –<strong>el</strong> Zócalo- como<br />

destino final.<br />

Parte d<strong>el</strong> contingente politécnico decidió<br />

unirse a la manifestación en <strong>el</strong> Hemiciclo y<br />

marchar sobre <strong>el</strong> Zócalo. No pocos son los que<br />

piensan que se trató de un acto de<br />

provocadores oficiales, pertenecientes a<br />

alguno de los grupos que entonces se<br />

disputaban la candidatura a la Presidencia de<br />

república. Esto porque, según alguno<br />

testimonios, los botes de basura municipales<br />

de la Avenida Madero, que une a la Alameda<br />

con <strong>el</strong> Zócalo, y que no estaba incluida en <strong>el</strong><br />

itinerario de ninguna de las dos<br />

manifestaciones, estaban llenos de piedras,<br />

144<br />

que los manifestantes utilizaron ante los<br />

amagos de la policía. Otros participantes en<br />

los eventos asegurasen cambio que no hubo<br />

tales botes con piedras, sino que los<br />

manifestantes se municionaron con <strong>el</strong> cascajo<br />

de algunas construcciones en proce en la<br />

avenida.<br />

Las últimas horas de la tarde y toda la noche<br />

d<strong>el</strong> 26 de julio transcurrieron en refriegas en<br />

<strong>el</strong> Centro Histórico de la Ciudad de <strong>México</strong>.<br />

Copados los manifestantes en las estrechas<br />

calles d<strong>el</strong> centro, muchos de <strong>el</strong>los encontraron<br />

refugio en la Escu<strong>el</strong>a Preparatoria de San<br />

Ildefonso, último plant<strong>el</strong> en funciones en <strong>el</strong><br />

antiguo barrio universitario. Fue así como éste<br />

se convirtió en <strong>el</strong> centro de resistencia y<br />

acción estudiantil los siguientes dos días,<br />

involucrando a la UNAM en <strong>el</strong> conflicto. El 28<br />

por la noche, luego de una serie de disturbios,<br />

intervino <strong>el</strong> ejército y derribó la puerta<br />

principal d<strong>el</strong> plant<strong>el</strong> de San Ildefonso con un<br />

disparo de bazuca, lo cual encendió los<br />

ánimos universitarios. A partir de ese<br />

momento se inició <strong>el</strong> movimiento estudiantil,<br />

propiamente dicho, produciéndose una<br />

solidaridad, impensada antes, entre la UNAM y<br />

<strong>el</strong> Instituto Politécnico Nacional distanciados<br />

hasta entonces por pedestres rencillas<br />

deportivas.<br />

El primero de agosto se organizó y salió a la<br />

calle la primera manifestación de protesta<br />

integrada por estudiantes de la UNAM, <strong>el</strong><br />

Politécnico. El Colegio de <strong>México</strong> y estudiantes<br />

normalistas. Encabezada por <strong>el</strong> rector Javier<br />

Barros Sierra, ésta reflejó <strong>el</strong> interés de las<br />

autoridades universitarias en erigirse como<br />

interlocutoras entre <strong>el</strong> gobierno y los<br />

estudiantes para resolver <strong>el</strong> conflicto, pues las<br />

politécnicas declinaron siquiera participar en<br />

<strong>el</strong> intento. Enseguida, se puso demanifiesto<br />

una pronta evolución en la forma de dirección<br />

d<strong>el</strong> movimiento –la creación d<strong>el</strong> Consejo<br />

Nacional de Hu<strong>el</strong>ga- y en la definición de los<br />

objetivos, que pasaron de la solicitud de<br />

renuncia de los jefes policíacos,<br />

aparentemente responsables de las<br />

represiones, hacia cuestiones políticas de<br />

mayo importancia para la vida pública d<strong>el</strong><br />

país. Entre <strong>el</strong>las destacaron la abolición d<strong>el</strong><br />

d<strong>el</strong>ito de disolución social y la libertad de los<br />

presos políticos encarc<strong>el</strong>ados al amparo de<br />

ese d<strong>el</strong>ito. A partir de ese momento fue<br />

evidente que eran varias las instancias


involucradas y con las cuales había que contar<br />

para un arreglo. Tal diversidad, además de la<br />

heterogeneidad d<strong>el</strong> CNH, probaron ser <strong>el</strong><br />

principal obstáculo a cualquier intento de<br />

diálogo y negociación. Otro más serio<br />

obstáculo a la negociación fue la demanda de<br />

llevar a cabo un diálogo público con <strong>el</strong><br />

presidente de la República.<br />

Igualmente se crearon originales formas de<br />

acción y propaganda para enfrentar una<br />

represión creciente pero localizada. De entre<br />

éstas sobresalió la creación de las brigadas<br />

que se derramaban sobre la ciudad con una<br />

gran movilidad para realizar mítines<br />

r<strong>el</strong>ámpago y colecta públicos, buscando<br />

atraerse <strong>el</strong> apoyo activo de otros sectores<br />

sociales y que naturalmente acentuaron la<br />

inquietud en <strong>el</strong> gobierno. De acuerdo con la<br />

versión oficial, <strong>el</strong> movimiento estudiantil pudo<br />

haber arrastrado a esos sectores sociales<br />

objeto de la acción de las brigadas y malograr<br />

los Juegos Olímpicos, con la consecuente<br />

pérdida de imagen internacional para <strong>el</strong> país.<br />

Es cuestionable la popularidad d<strong>el</strong> movimiento<br />

entre la población capitalina, al menos en<br />

términos para articular un movimiento de<br />

boicot; sin embargo, es un hecho que la<br />

presunción influyó en <strong>el</strong> gobierno para tomar<br />

la decisión de actuar con extremos rigor. A lo<br />

largo de dos meses y medio las respuestas d<strong>el</strong><br />

gobierno fueron erráticas, a veces<br />

espasmódicas, con insinuaciones de partura y<br />

negociación seguidas de inmediato por <strong>el</strong><br />

endurecimiento y represión, hasta culminar en<br />

la matanza de Tlat<strong>el</strong>olco. D e todos estos<br />

vaivenes, quedó en claro la incapacidad d<strong>el</strong><br />

gobierno para entender y desarrollar una<br />

política específica que contendiera con las<br />

novedades que planteaba la protesta<br />

estudiantil. La flexibilidad que en <strong>el</strong> pasado<br />

desplegaron otros gobiernos para encauzar e<br />

incorporar al movimiento obrero y la protesta<br />

campesina desapareció o al menos no pareció<br />

funcionar cuando se trató de exigencias<br />

provenientes de sectores medios no<br />

agremiados al PRI.<br />

Hay que decir que hubo intentos de<br />

acercamientos y negociación por parte d<strong>el</strong><br />

gobierno. El presidente Díaz Ordaz pidió a<br />

Jesús Reyes Heroles, director de Petróleo<br />

Mexicanos con amplios contactos en <strong>el</strong> ámbito<br />

académico, y a Alfonso Martínez Domínguez,<br />

ala sazón presidente d<strong>el</strong> PRI, designaran a dos<br />

representantes capaces de dialogar con los<br />

dirigentes d<strong>el</strong> movimiento. El primero envió a<br />

Andrés Caso Lombardo y <strong>el</strong> segundo a Jorge<br />

de la Vega Domínguez, subgerente de<br />

personal de PEMEX y director d<strong>el</strong> IEPES<br />

respectivamente. Los progresos que se<br />

hicieron a lo largo de la segunda mitad de<br />

septiembre se vieron repentinamente<br />

coartados por la noche de Tlat<strong>el</strong>olco. Aún no<br />

está claro qué fue lo que pasó <strong>el</strong> 2 de octubre<br />

por la tarde en esa plaza y quizá tenga que<br />

pasar mucho más tiempo par aque se conozca<br />

la verdad. Unas versiones afirman que fue un<br />

enfrentamiento fingido entre ejército y<br />

estudiantes para justificar la matanza; otras<br />

que se trató de un acto de provocación de<br />

grupos políticos; otras más recurren al<br />

complot externo. Algunas, reciente, parecen<br />

sugerir que todo fue una terrible equivocación<br />

entre la policía y <strong>el</strong> ejército, debido a una<br />

deficiente planeación para un desalojo de la<br />

Plaza de las Tres Cultua. Pero sean cuales<br />

fueran las verdaderas razones, <strong>el</strong> hecho fue<br />

que todo <strong>el</strong> movimiento, pero sobre todo la<br />

manera en que concluyo, habrían de generar<br />

las condiciones para un rápido cambio en <strong>el</strong><br />

desarrollo político d<strong>el</strong> país.<br />

El transcurso d<strong>el</strong> tiempo ha brindado la<br />

oportunidad para no pocas evaluaciones d<strong>el</strong><br />

movimiento d<strong>el</strong> 68 por parte de dirigentes y<br />

participantes. Se puede concluir con <strong>el</strong>los que<br />

<strong>el</strong> movimiento cayó en demandas limitadas y<br />

en <strong>el</strong> fracaso político inmediato por carecer de<br />

un partido o grupo organizado que le diera<br />

coherencia y dirección. Tanto <strong>el</strong> Consejo<br />

Nacional de Hu<strong>el</strong>ga como la coalición de<br />

Maestros –homólogo de aquél por <strong>el</strong> lado<br />

docente- fueron organismos amplios y<br />

carentes de homogeneidad. Sin embargo, la<br />

aportación más destacada d<strong>el</strong> movimiento,<br />

que tuvo muchas, fue llamar la atención sobre<br />

las posibilidades que brindaba la acción de<br />

difusión política entre la población realizada<br />

por las brigadas estudiantiles. El mitin<br />

r<strong>el</strong>ámpago en transportes urbanos y lugares<br />

de alta concurrencia, como mercados o cines,<br />

concebido como medio para despersar noticias<br />

sobre <strong>el</strong> movimiento bajo circunstancias de<br />

persecución policíaca, pronto mostró su<br />

eficacia al constatarse una creciente simpatía<br />

entre la población capitalina. De <strong>el</strong>lo también<br />

tomó nota <strong>el</strong> grupo que rodeaba al futuro<br />

presidente de la Republica que sucedería a<br />

Díaz Ordaz en diciembre de 1970- Se dieron<br />

145


cuenta de que la respuesta popular favorable<br />

iba en camino de generalizarse entre estratos<br />

medios y populares cuando se reprimió al<br />

movimiento <strong>el</strong> 2 de octubre. De aquí que<br />

desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> nuevo régimen se puso en<br />

marcha una estrategia bifronte, para evitar la<br />

aparición de un movimiento similar y encauzar<br />

<strong>el</strong> descontento prevaleciente, compuesto por<br />

una reconciliación con las clases medias,<br />

sobre todo con su fracción académica e<br />

int<strong>el</strong>ectual, y por un reparto de ingresos hacia<br />

abajo que fue bautizado como desarrollo<br />

compartido.<br />

El movimiento dejó secu<strong>el</strong>as tanto al interior<br />

de las instituciones de educación superior,<br />

como hacia fuera, en <strong>el</strong> sistema de partidos.<br />

Su surgimiento y fracaso barrió con los<br />

organismos tradiciones de la política<br />

estudiantil, sociedades de alumnos y<br />

federaciones, los cuales fueron suplidos por<br />

los comités de lucha que asumieron la<br />

titularidad d<strong>el</strong> Movimiento Estudiantil, así, con<br />

mayúsculas. El sistema de partidos se vio muy<br />

pronto alterado porque <strong>el</strong> fracaso d<strong>el</strong> 68 hizo<br />

comprender a muchos d<strong>el</strong> los dirigentes que<br />

era necesario evolucionar de la acción directa,<br />

basa en <strong>el</strong> asambleísmo, a la acción<br />

organizada. De esta manera surgieron <strong>el</strong><br />

Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT),<br />

<strong>el</strong> partido Revolucionario de loa Trabajadores<br />

(PRT) Y EL Partido Socialista d<strong>el</strong>os<br />

trabajadores (PST), al igual que diversos<br />

grupos políticos como la Liga Obrero Marxista<br />

y Punto Crítico. Dos subproductos adicionales<br />

d<strong>el</strong> movimiento fueron la aparición d<strong>el</strong><br />

sindicalismo universitario y <strong>el</strong> surgimiento d<strong>el</strong><br />

ultraizquierdismo violento de la guerrilla<br />

urbana.<br />

LOS GUERRILLEROS Y EL REFORMISTA<br />

Movido probablemente por <strong>el</strong> deseo de<br />

asegurarle continuidad a la política dura, Díaz<br />

Ordaz decidió la sucesión a favor d<strong>el</strong><br />

secretario de Gobernación, Luis Echeverría<br />

Álvarez. La derrota d<strong>el</strong> movimiento estudiantil<br />

vino a representar simbólicamente también la<br />

derrota política d<strong>el</strong> contendiente más fuerte<br />

hasta antes d<strong>el</strong> incicio d<strong>el</strong> conflicto, Emilio<br />

Martínez Mantou. Pero para sorpresa de<br />

todos, muy pronto <strong>el</strong> nuevo presidente<br />

desplegó un asombroso, y a veces irritante,<br />

activismo político en todo <strong>el</strong> país alentando<br />

cambios, cooptando críticos y opositores,<br />

146<br />

prometiendo repartos de riqueza más allá de<br />

los bolsillos federales, y enconando a la larga<br />

y en contra suya a los d<strong>el</strong> gran capital que<br />

habían sido aliados y sustento de Díaz Ordaz.<br />

Que había poderosas fuerzas conservadoras<br />

dentro d<strong>el</strong> gobierno y <strong>el</strong> parido, que se<br />

consideraban útiles e inmutables las formas<br />

tradicionales de hacer política, se vio desde <strong>el</strong><br />

principio. El candidato Echeverría incició su<br />

campaña política intentando apertura y<br />

diálogo, para usar los términos de la época,<br />

pero pronto fue obligado a un discurso de<br />

defensa d<strong>el</strong> orden establecido. Esto sucedió<br />

después que <strong>el</strong> candidato había guardado un<br />

minuto de silencio en la Universidad Nicolaíta<br />

en memoria de los muertos de Tlat<strong>el</strong>olco, y<br />

fue convocado perentoriamente a la capital<br />

por Alfonso Martínez Domínguez, diigente<br />

nacional d<strong>el</strong> PRI, para comunicarle que debía<br />

cambiar <strong>el</strong> discurso y actitudes pues la<br />

jerarquía militar había protestado ante <strong>el</strong><br />

presidente Díaz Ordaz. Sin embargo, una vez<br />

<strong>el</strong>ecto <strong>el</strong> nuevo presidente tendría la<br />

oportunidad de denunciar en su discurso de<br />

toma de posesión a “las tendencia<br />

conservadoras surgidas de un largo proceso<br />

de estabilidad” y anunciar un programa de<br />

modernización económica y renovación<br />

política, orientado por <strong>el</strong> diálogo y la<br />

autocrítica. A las clases medias descontentas,<br />

así como al ala crítica de su partido y a la<br />

izquierda en general, <strong>el</strong> presidente Echeverría<br />

ofreció lo que llegó a ser conocido como la<br />

apertura política. La apertura política, en<br />

principio dirigida a todos los grupos críticos de<br />

izquierda, tuvo dedicatoria especial para los<br />

dirigentes d<strong>el</strong> 68. Incluyó una amnistía que se<br />

hizo efectiva poco después de inciciado <strong>el</strong><br />

gobierno y comprendió un acuerdo con<br />

algunos de los líderes estudiantiles<br />

excarc<strong>el</strong>ados para atemperar <strong>el</strong> clima<br />

contrario al gobierno y al PRI en las<br />

instituciones de educación superior. S e buscó<br />

con <strong>el</strong>lo encauzar un descontento estudiantil<br />

hacia peticiones y demandas que <strong>el</strong> gobierno<br />

pudiera cumplir y hacer de <strong>el</strong>los un aliado más<br />

que fortaleciera la unidad nacional a la que<br />

acudiría una y otra vez <strong>el</strong> presidente en sus<br />

conflictos con empresarios nacionales y en su<br />

ofensiva de política exterior.<br />

En <strong>el</strong> primer año de gobierno, en <strong>el</strong> cual se<br />

actuó sin un programa concreto salvo las<br />

líneas generales expuestas, la apertura


echeverrista sufrió dos debates. El primero fue<br />

la ley orgánica que impuso <strong>el</strong> gobernados de<br />

Nuevo León, Eduardo Elizondo, a la<br />

universidad estatal, que sustituía al consejo<br />

universitario por un cuerpo corporativo<br />

integrado por representantes de los ámbitos<br />

industrial, comercial, de organizaciones de<br />

obreros y campesinos, y de los medio de<br />

comunicación. Se trataba de un caso de<br />

aplicación tardía de la línea diazordacista para<br />

solventar las penurias universitarias, a la par<br />

de establecer un control más rígido so<br />

pretexto de inmiscuir a la sociedad en <strong>el</strong><br />

manejo de la universidad local. N o le fue bien<br />

al gobernador en su intento, pues la ley no<br />

sólo contradiga la política presidencial de<br />

acercamiento con las comunidades<br />

universitaria, que partía d<strong>el</strong> respeto a la<br />

autonomía, sino que dio motiva justificado –<br />

autodefensa de la comunidad universitaria<br />

agredida- para iniciar un movimiento que<br />

amenazó convertirse en nacional. Para coartar<br />

<strong>el</strong> desarrollo de esta última eventualidad, <strong>el</strong><br />

presidente decidió correr <strong>el</strong> riesgo de<br />

enfrentar la protesta de la derecha<br />

neoleonesa, que brandaba incondicional apoyo<br />

a Elizondo, y sustituirlo por <strong>el</strong> senador Luis M.<br />

Farías. No pocos de los problemas que<br />

después arrostraría <strong>el</strong> presidente con <strong>el</strong> así<br />

llamado Grupo Monterrey se originaron en<br />

esta destitución.<br />

El segundo embate, en cierta forma producto<br />

d<strong>el</strong> anterior, fue la represión de la<br />

manifestación estudiantil organizada por <strong>el</strong><br />

Instituto Politécnico Nacional en apoyo al<br />

movimiento de Nuevo León, <strong>el</strong> 10 de junio de<br />

1971. La represión corró a cargo de un grupo<br />

de jóvenes, vestidos todos de pantalón<br />

vaquero, camiseta blanca y zapatos tenis,<br />

armados unos con varas de bambú y otros<br />

con armas de fuego; estos últimos se<br />

encontraban parapetados en los edificios<br />

aledaños a la Avenida San Cosme de la ciudad<br />

de <strong>México</strong>, po donde se desplazaba la<br />

manifestación. Para todos los testigos<br />

oculares, entre los que se cuenta <strong>el</strong> que esto<br />

escribe, fue evidente la cooperación entre <strong>el</strong><br />

grupo atacante, que despuñes la prensa<br />

identificó como un destacamento parapoliciaco<br />

llamado Halcones, y la policía uniformada. La<br />

explicación oficial de Alfonso Martínez<br />

Domínguez, jefe d<strong>el</strong> gobierno de la ciudad, fue<br />

que se había tratado de un enfrentamiento<br />

entre manifestantes y estudiantes disidentes.<br />

Hasta la fecha, <strong>el</strong> ex regente ha negado<br />

siempre la existencia de los Halcones. El<br />

efecto político inmediato de lo sucedido <strong>el</strong><br />

Jueves de Corpus fue <strong>el</strong> despido de Martínez<br />

Domínguez y posteriormente de Julio Sánchez<br />

Vargas, procurador general de la República,<br />

irresuctibles diazordacistas. Es difícil precisar<br />

culpables en este caso, pues si bien es cierto<br />

que <strong>el</strong> regente era <strong>el</strong> responsable de la policía<br />

y <strong>el</strong> orden en la ciudad, también lo es que<br />

Echeverría nunca cumplió con la promesa de<br />

esclarecer <strong>el</strong> asunto, amén que en 1975<br />

apoyó la postulación de Rog<strong>el</strong>io Flores Curi<strong>el</strong>,<br />

jefe de la policía capitalina en aqu<strong>el</strong> entonces<br />

y despedido a raíz de los acontecimientos d<strong>el</strong><br />

Jueves de Corpus, a la gobernatura de Nayarit<br />

Como ya se vio en capítulo anterior, <strong>el</strong><br />

presidente Echeverría asumió <strong>el</strong> mando<br />

nacional convencido de que las políticas<br />

económicas motivadas por <strong>el</strong> desarrollo<br />

estabilizador habían concentrado <strong>el</strong> ingreso en<br />

pocas manos, acentuado las diferencias y<br />

encono sociales, y apropiciado la violencia. En<br />

su segundo informe de gobierno <strong>el</strong> presidente<br />

por primera vez articulo claramente los<br />

caminos a seguir. Ante la crisis social y<br />

política propuso confrontarla, que no<br />

resolverla, mediante la concepci`´on d<strong>el</strong><br />

desarrollo compartido, que prometía una<br />

mejor distribución d<strong>el</strong> ingreso y una amplia<br />

actividad estatal en la rectoría económica.<br />

Corr<strong>el</strong>ativamente, le aparejó la apertura<br />

política o democrática, que consistía en una<br />

actitud presidencial abierta al diálogo y<br />

negociación, e incluía una revisión de la<br />

legislación <strong>el</strong>ectoral para garantizar plena<br />

representatividad a los partidos, así como <strong>el</strong><br />

apoyo económico a los centros de educación<br />

superior para la democratización de su<br />

estructura académica y administrativa.<br />

Este programa político, que <strong>el</strong> presidente<br />

Echeverría llevó ad<strong>el</strong>ante con éxito diverso en<br />

varios de sus puntos, contribuyó a diluir los<br />

efectos d<strong>el</strong> 68 en múltiples sectores, incluso<br />

juveniles, pero fue ineficaz ante la izquierda<br />

radical de origen estudiantil que para 1972<br />

había recurrido a la violencia. Polvo de<br />

aqu<strong>el</strong>los lodos recientes, la guerrilla urbana<br />

lejos de ser resultado de los afanes de los<br />

comunistas revolucionarios profesionales PCM,<br />

fue producto de la actividad de estudiantes<br />

comunistas (disidentes) y no comunistas<br />

(cristianos) que tras Tlat<strong>el</strong>olco no vieron más<br />

147


salida frente a un poder que consideraban<br />

ensoberbecido que la lucha armada. Por esta<br />

razón, algunas fracciones de las<br />

organizaciones estudiantiles pasaron muy<br />

prontao de las acciones abiertas y legales a<br />

las vías de hecho y clandestinas. La represión<br />

d<strong>el</strong> 2 de octubre de 1968 logró desarticular<br />

rápidamente un movimiento estudiantil de<br />

masas, pero creó las condiciones para <strong>el</strong><br />

surgimiento de una nueva cultura política<br />

radical de izquierda, abriéndole a ésta nueva<br />

avenida para la acción política, una de loas<br />

cuales fueron la lucha armada. Otra vía, legal<br />

y poco conspicua al principio pero que con <strong>el</strong><br />

tiempo tomó una fuerza arrolladora talque<br />

llevó a una reforma constitucional, fue la<br />

aparición d<strong>el</strong> sindicalismo aniversario.<br />

La opción violenta de algunos cuadros<br />

estudiantiles encontró un ambiente propicio,<br />

pues a lo largo de la década de la guerrilla de<br />

Genaro Vázquez y Lucio Cabañas en Guerrero.<br />

Son muchos los grupos y las siglas que<br />

apraceiron y desaparecieron movidos por los<br />

grupos de izquierda radical provenientes de<br />

las aulas, pero a fin de cuentas fueron cuatro<br />

las corrientes que confluyen a funda la Liga 23<br />

de Septiembre. Esta organización, llamada así<br />

en memoria d<strong>el</strong> frustrado asalto de Arturo<br />

Gamìz al cuarte de Ciudad Madera,<br />

Chihuahua, tratando de emular <strong>el</strong> 26 de julio<br />

cubano, llevó a cabo la mayor parte de las<br />

acciones guerrilleras de naturaleza urbana<br />

durante <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Echeverría.<br />

El primer grupo fue una escisión de la<br />

juventud comunista de Monterrey dirigida por<br />

Raúl Ramos Zavala, descontenta con la línea<br />

tibia d<strong>el</strong> PMC y empuja por <strong>el</strong> fracaso d<strong>el</strong><br />

ensayo democrático en la Universidad de<br />

Nuevo León, derrotado por <strong>el</strong> gobernador<br />

Eduardo Elizodno. La segunda corriente fueron<br />

grupos de estudiantes católicos llevados al<br />

socialismo por los jesuitas partidarios de la<br />

teología de la liberación, dirigidos por Ignacio<br />

Salas Obregón y José Luis Sierra,<br />

organizadores de la hu<strong>el</strong>ga d<strong>el</strong> Instituto<br />

Tecnológico y de Estudios <strong>Superior</strong>es de<br />

Monterrey en 1968. la tercera corriente<br />

provino de Guadalajara, de miembros de la<br />

Federación de Estudiantes Revolucionarios<br />

(FER), originalmente alentada por Andrés<br />

Zuno, cuñado d<strong>el</strong> Presidente Echevarria, para<br />

enfrentar a la Federación de Estudiantes de<br />

Guadalajara (FEG), organización de inclinación<br />

priìsta que dominaba a la univercidad local,<br />

148<br />

pero luego dejados al garete por su<br />

patrocinador. La cuarta corriente, menos<br />

homogénea, estuvo integrada por una<br />

amalgama compuesta por <strong>el</strong> grupo<br />

Lacandones, evaluación de algunos comité de<br />

la lucha d<strong>el</strong> 68; la mayoría de la Federación<br />

de Estudiantes de Sinaloa que se encontraba<br />

en choque constante con <strong>el</strong> rector Gonzalo<br />

Armienta, y los restos d<strong>el</strong> Movimiento<br />

Espartaquista Revolucionario, originalmente<br />

fundado por Severo Iglesias en Nuevo León.<br />

La liga extendió su influencia a varios estados<br />

además de Nuevo León y para fines de 1973<br />

estuvo empeñada en una serie de secuestros,<br />

uno de los cuales terminó con la muerte d<strong>el</strong><br />

capitán de industria regiomontano Eugenio<br />

Garza Sada y d<strong>el</strong> empresario jalisciense<br />

Fernando Aranguren. Sin embargo, hacia la<br />

segunda mitad d<strong>el</strong> sexenio echeverrista <strong>el</strong><br />

aparato antiguerrillero montados por <strong>el</strong><br />

gobierno se volvió cada vez más eficaz y los<br />

dirigentes guerrilleros empezaron a caer, uno<br />

tras otro, prisioneros o muertos en sucesivos<br />

operativos y enfrentamientos armados. Los<br />

fracasos cada vez más frecuentes dieron lugar<br />

a la descomposición interna de la Liga y a la<br />

autoliquidación. El frustrado intento de<br />

secuestrar a la hermana d<strong>el</strong> candidato priísta<br />

a la presidencia, Margarita López Portillo, en<br />

agosto de 1976, último operativo<br />

desesperado, marcó la derrota definitiva de la<br />

Liga.<br />

EL CAPITAL CONTRA EL GOBIERNO<br />

EL otro rasgo político importante d<strong>el</strong> gobierno<br />

de Luis Echeverría fue <strong>el</strong> enfrentamiento d<strong>el</strong><br />

capital con <strong>el</strong> gobierno. No fue la primera<br />

ocasión en que tuvo lugar una confrontación;<br />

había sucedido ya con Cárdenas y con López<br />

Mateos. Echeverría tuvo en común con esos<br />

presidentes <strong>el</strong> haber tomado <strong>el</strong> mando de la<br />

nación bajo condiciones económicas difíciles,<br />

como vimos en capítulo anterior. De hecho la<br />

palabra “crisis”, aplicaba <strong>el</strong> ámbito económico,<br />

había hecho su debuti en los lenguajes oficial<br />

y periodístico a principios de 1971, a escasos<br />

meses de la toma de posesión. Deterioro en<br />

los términos de intercambio en <strong>el</strong> comercio<br />

exterior mexicano, una creciente carga d<strong>el</strong><br />

endeudamiento, problemas en la balanza de<br />

pagos y asomos de inflación fueron los<br />

renglones en que empezaron a manifestarse


las dificultades económicas al iniciarse la<br />

séptima década.<br />

Como quedó dicho en <strong>el</strong> capítulo anterior, <strong>el</strong><br />

presidente Echeverría se propuso ampliar la<br />

distribución de la riqueza mediante la<br />

estrategia que llamó <strong>el</strong> desarrollo compartido.<br />

Y <strong>el</strong>la se avino con la estrategia política,<br />

aconsejada por <strong>el</strong> grupo encabezado por<br />

Porfirio Muñoz ledo y Augusto Gómez<br />

Villanueva, que proponía una especie de<br />

neocardenismo mediante la reconstitución de<br />

una sólida alianza con las clases obrera y<br />

campesina, apertura democrática a<br />

int<strong>el</strong>ectuales, académicos y estudiantes, y una<br />

reforma política para fortalecer a los partidos,<br />

así como una política exterior activa y<br />

tercermundista.<br />

Los empresarios empezaron a inquietarse<br />

desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> sexenio, sobre todo por las<br />

cuestiones r<strong>el</strong>ativas a los temas fiscal, laboral<br />

y de intervención estatal en la economía,<br />

aunque los enfrentamientos no habrían de<br />

presentarse hasta 1973. Éstos fueron cuatro;<br />

los tres primeros más verbales que de hecho y<br />

terminaron arreglándose; <strong>el</strong> último, sin<br />

embargo, en pleno momento sucesorio, no fue<br />

objeto de solución negociada ni acercamientos<br />

de las partes. La clarinada para la ofensiva d<strong>el</strong><br />

sector privado corrió a cargo d<strong>el</strong> embajador<br />

estadounidense Robert McBride cuando en<br />

diciembre de 1972 criticó <strong>el</strong> proyecto de ley<br />

para regular con mayor rigor a la inversión<br />

extranjera. En <strong>el</strong> mes de marzo de 1973, con<br />

motivo de la convención de las cámaras de<br />

comercio d<strong>el</strong> país, <strong>el</strong> gobierno presentó su<br />

primer plan de lucha contra la inflación,<br />

basado en la orientación al consumidor,<br />

vigilancia de precios y participación directa d<strong>el</strong><br />

Estado en <strong>el</strong> mercado de bienes y servicios. A<br />

la vez que los comerciantes rechazaron en<br />

forma desacomedida <strong>el</strong> plan, la Cámara<br />

Americana de Comercio (Camco) inició una<br />

campaña en <strong>el</strong> sector privado para la defensa<br />

de la libre empresa.<br />

A partir de ese momento tomaron cartas en <strong>el</strong><br />

asunto las centrales obreras que acudieron a<br />

apoyar al gobierno subiendo <strong>el</strong> tono de las<br />

declaraciones en contra d<strong>el</strong> capital hasta<br />

hacerse amenazantes. Las posiciones entre <strong>el</strong><br />

capital y <strong>el</strong> trabajo se tornaron enconadas,<br />

pues los gremios lidereados por la CTM<br />

querían obtener un 33% de aumento en los<br />

salarios con motiva de la revisión bianual de<br />

contratos. A nadie escapó en aqu<strong>el</strong> entonces<br />

que <strong>el</strong> gobierno apoyaba alentaba las<br />

pretensiones obreras, pues encajaban<br />

perfectamente en la estrategia d<strong>el</strong> desarrollo<br />

compartido. Luego d<strong>el</strong> anuncio de hu<strong>el</strong>ga<br />

general para <strong>el</strong> primero de octubre de 1973,<br />

<strong>el</strong> presidente declaró su pleno apoyo a los<br />

obreros “en su lucha por mejores salarios”.<br />

Los empresarios, aún intransigentes,<br />

reconocieron la presencia de la inflación pero<br />

la atribuyeron al gasto público excesivo.<br />

El 15 de septiembre, dos semanas antes de<br />

que se cumpliera <strong>el</strong> plazo para estallar la<br />

hu<strong>el</strong>ga, se llegó en principio a un acuerdo<br />

para un aumento d<strong>el</strong> 20%; sin embargo, dos<br />

días después, antes de formalizarlo, murió<br />

Eugenio Garza Sada en Monterrey a<br />

consecuencia d<strong>el</strong> interno de secuestro de<br />

parte de un comando guerrillero. El acuerdo<br />

no sólo no se firmó, sino la ofensiva<br />

empresarial contra <strong>el</strong> gobierno escaló<br />

rápidamente culpándolo de la violencia por<br />

alentar “actitudes extremas”. Sobre este<br />

particular, fuera ya de los diferendos respecto<br />

de la política laboral d<strong>el</strong> gobierno, cabe<br />

señalar que <strong>el</strong> sector empresarial demostraba<br />

su típica incapacidad para comprender la<br />

política y sus implicaciones. Muchos de <strong>el</strong>los<br />

no se daban cuenta de que, con limitaciones,<br />

la apertura y en buena medida <strong>el</strong> populismo<br />

había contribuido a restarle apoyos y a dividir<br />

a la izquierda, parte de la cual optó por<br />

mantenerse al margen de la guerrilla.<br />

Para reforzar la firma d<strong>el</strong> acuerdo salarial y<br />

contener la ofensiva de declaraciones contra<br />

<strong>el</strong> gobierno de parte d<strong>el</strong> sector probado, se<br />

aprovechó un evento anual en la Casa d<strong>el</strong><br />

Obrero Mundial. Acudió <strong>el</strong> secretario de<br />

Gobernación, caso inusitado porque<br />

correspondía <strong>el</strong> acto al secretario d<strong>el</strong> Trabajo,<br />

y llamó a una alianza popular de la cual<br />

excluyó a los empresarios, incluso a los<br />

nacionalistas. El sector privado recibió <strong>el</strong><br />

mensaje, bajó la guardia y se firmó <strong>el</strong> acuerdo<br />

salarial. Incluso la familia Garza Sada se<br />

distanció de las declaraciones contra <strong>el</strong><br />

gobierno, proferidas antes por su abogado<br />

Ricardo Margáin Zonzaya, y los dirigentes<br />

empresariales declararon reinstalado <strong>el</strong><br />

diálogo y <strong>el</strong> entendimiento con <strong>el</strong> Estado.<br />

149


El segundo, más que enfrentamiento, fue una<br />

reacción excesiva d<strong>el</strong> empresario a un<br />

reportaje de fines de febrero de 1975 d<strong>el</strong><br />

diario Excélsior sobre las intenciones de la<br />

Secretaría de Hacienda de establecer, entre<br />

otras medidas fiscales, <strong>el</strong> impuesto<br />

patrimonial. Este impuesto implicaba una<br />

declaración anual d<strong>el</strong> ingreso y propiedades<br />

por familia, lo que voceros d<strong>el</strong> sector privado<br />

consideraron gravamen confiscatorio que<br />

atentaba contra las garantías individuales. El<br />

asunto se ventiló en la convención anual de la<br />

Concanaco, la cual fue inaugurada por <strong>el</strong><br />

presidente, quien al retirarse dejó a su<br />

secretario de Hacienda, José López Portillo,<br />

para disipar temores sobre <strong>el</strong> impuesto<br />

familiar. Arguyendo que <strong>el</strong> reportaje de<br />

Excélsior se basaba en un viejo proyecto ya<br />

desechado, López Portillo acusó al diario de<br />

sacar sus noticias d<strong>el</strong> bote de la basura. Lo<br />

importante de este conato de enfrentamientos<br />

residió por un lado, en que la reforma fiscal<br />

integral que pretendía <strong>el</strong> gobierno quedó<br />

abaldada, pues no sólo <strong>el</strong> impuesto<br />

patrimonial, medida de dudosa eficacia,<br />

estaba excluido sino también los gravámenes<br />

a la producción agrícola y la empresa<br />

productiva. Y por otro, qué empezó a gestarse<br />

la animadversión oficial contra Excélsior, que<br />

posteriormente llevaría, en julio de 1976, a<br />

fraguar una invasión d<strong>el</strong> fraccionamiento de la<br />

cooperativa, Paseos de Taxqueña en la ciudad<br />

de <strong>México</strong>, y a alentar un golpe interno en<br />

contra de Julio Schrer y su grupo. Este grupo<br />

había propiciado un cambio profundo en la<br />

línea editorial y colocado al diario como la<br />

publicación más viva y crítica dentro d<strong>el</strong><br />

panorama periodístico de la época, que al<br />

inicio d<strong>el</strong> gobierno Echeverría había encajado<br />

perfectamente dentro de las intenciones de la<br />

apertura. Pero <strong>el</strong> diario pronto irritó a<br />

numerosos grupos Políticos, lo cual llevó al<br />

presidente Echeverría a cometer uno de los<br />

más graves errores de su gobierno, pues <strong>el</strong><br />

envión contra Excélsior acabó con su<br />

credibilidad entre <strong>el</strong> sector académico e<br />

int<strong>el</strong>ectual que tan cuidadosamente había<br />

cultivado.<br />

El tercer caso se presentó a fines de 1975, a<br />

propósito de la iniciativa de la Ley General de<br />

Asentamientos Humanos que envió <strong>el</strong><br />

Ejecutivo al Congreso. Con <strong>el</strong>la se quiso hacer<br />

frente al crecimiento de las ciudades y se<br />

pretendió facultar a aquél para reglamentar <strong>el</strong><br />

150<br />

uso d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. No es de sorprender que haya<br />

sido en la reunión de presidentes de Cámaras<br />

Industriales de Jalisco en donde se abrió <strong>el</strong><br />

fuego contra la iniciativa calificándola de<br />

“atentado contra la propiedad privada”, pues<br />

los grandes capitales tapatíos se habían hecho<br />

con base en la especulación en bienes raíces y<br />

<strong>el</strong> crecimiento de la ciudad. Pronto, sin<br />

embargo, se alinearon detrás d<strong>el</strong> grupo<br />

jalisciense la Concanaco y la Concamin. Lo<br />

importante políticamente de este caso no fue<br />

tanto la posición d<strong>el</strong> gobierno respecto de la<br />

iniciativa, pues éste terminó concediendo las<br />

modificaciones solicitadas, sino la estrategia<br />

de rumores que siguió un grupo de<br />

empresarios y que causó desasosiego en <strong>el</strong><br />

país. Los rumores afirmaban que los<br />

propietarios serían despojados de sus bienes<br />

inmuebles, que las casas no ocupadas serían<br />

repartidas entre los que carecían de vivienda<br />

y que aquéllas en que sobrara espacio lo<br />

ocuparían personas extrañas. Por <strong>el</strong>lo en la<br />

reunión nacional sobre asentamientos<br />

humanos, organizada en marzo de 1976 por <strong>el</strong><br />

gobierno para sacar ad<strong>el</strong>ante <strong>el</strong> proyecto,<br />

Echeverría, para sorpresa de todos, denunció<br />

una reunión clandestina de 300 personas –<br />

banqueros, industriales, comerciantes y<br />

profesionistas- en Chipinque, Nuevo León,<br />

para reunir fondos y pagar “desplegados<br />

injuriosos y campañas subrepticias”.<br />

Inmediatamente la iniciativa privada<br />

regiomontana asumió un tono conciliador y,<br />

como resultado. Obtuvieron las modificaciones<br />

a la ley.<br />

Poco antes de este caso, a consecuencia de la<br />

creciente inquietud d<strong>el</strong> sector privado ante <strong>el</strong><br />

programa social de Echeverría, y resultado<br />

también de la convocatoria tiempo atrás de la<br />

Camco al empresario para cerrar filas en<br />

defensa de la empresa privada, se creó en<br />

mayo de 1975 <strong>el</strong> Consejo Coordinador<br />

Empresarial (CCE), como organización cúpula<br />

d<strong>el</strong> sector privado. Éste quedó integrado por<br />

la Concanaco, la Concamin, la Coparmex, la<br />

Asociación de Banqueros, la Asociación<br />

Mexicana de Instituciones de Seguros y <strong>el</strong><br />

Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.<br />

Sólo la Canacintra no formó parte de este<br />

nuevo organismo. El cupulismo que ahora<br />

acusaba <strong>el</strong> sector privado fue <strong>el</strong> preámbulo<br />

para <strong>el</strong> debut de muchos de <strong>el</strong>los en política<br />

<strong>el</strong>ectoral en las filas d<strong>el</strong> PAN, en pos de


puestos de <strong>el</strong>ección popular tras la<br />

nacionalización de la banca seis años después.<br />

Hasta aquí los enfrentamientos se habían<br />

resu<strong>el</strong>to por medios políticos y<br />

satisfactoriamente para las partes<br />

involucradas. Pero en la segunda mitad de<br />

1976 <strong>el</strong> panorama político d<strong>el</strong> régimen, en<br />

vísperas de sucesión, empezó a<br />

descomponerse a raíz de la crisis de confianza<br />

que desató la primera devaluación, después<br />

de la de 1954. Desde fines de 1975 se<br />

arrastraba un caso difícil, <strong>el</strong> de invasiones de<br />

tierras en <strong>el</strong> estado de Sonora, que se había<br />

logrado mantener neutralizado parcialmente<br />

gracias a diversas instancias conciliadora<br />

intentadas por <strong>el</strong> gobierno. Sin embargo, con<br />

apoyo de la Coparmex, sindicato patronal con<br />

sede en Monterrey, se articuló un movimiento<br />

de resistencia de agricultores sonorenses, que<br />

acudieron al para agrícola para protestas por<br />

las invasiones. La devaluación llevó, como es<br />

natural, a una huida de capitales d<strong>el</strong> país.<br />

Estas circunstancias hicieron renacer <strong>el</strong><br />

encono que tenía guardado <strong>el</strong> Grupo<br />

Monterrey contra <strong>el</strong> presidente Echeverría y<br />

acentuaron la paranoia gubernamental al<br />

incrementarse los rumores, que muchos en <strong>el</strong><br />

gobierno condesiraban una campaña<br />

orquestada por los grandes capitales<br />

regiomontanos. Entre los rumores sobre<br />

nacionalización bancaria, cong<strong>el</strong>amiento de<br />

cuentas y atentados contra altos funcionarios<br />

y sus parientes, <strong>el</strong> que seguramente más<br />

alarmó al gobierno por sus posibles efectos<br />

fue <strong>el</strong> que sostenía que se preparaba un golpe<br />

de estado militar para <strong>el</strong> 20 de noviembre,<br />

semana y media antes de la transmisión de<br />

poderes. Quizá para afirmar su autoridad,<br />

quizá para dejarle resu<strong>el</strong>to <strong>el</strong> problema al<br />

sucesor, <strong>el</strong> 18 de noviembre <strong>el</strong> presidente<br />

Echeverría decretó la expropiación de 37 131<br />

hectáreas de riego en los valles d<strong>el</strong> Yaquí y <strong>el</strong><br />

Mayo, además de 61 655 de agostadero en<br />

otros municipios de Sonora. El sexenio se<br />

cerraba así con un virtual rompimiento entre<br />

<strong>el</strong> presidente saliente y <strong>el</strong> sector privado d<strong>el</strong><br />

país.<br />

LA RECONCILIACION PASAJERA<br />

José López Portillo acudió a tomar posesión<br />

d<strong>el</strong> cargo de presidente de la República en un<br />

ambiente ensombrecido. Desde la época de<br />

Lázaro Cárdenas no había en <strong>México</strong> un r<strong>el</strong>evo<br />

presidencial con <strong>el</strong> país tan dividido. Y como<br />

en aqu<strong>el</strong> entonces Ávila Camacho, ahora<br />

López Portillo inició su mandato haciendo un<br />

llamado a la unidad nacional en su discurso de<br />

toma de posesión. No se le llamó así. L a<br />

convocatoria se hizo bajo la divisa “La<br />

solución somos todos”. De inmediato <strong>el</strong> nuevo<br />

presidente ofreció tres reformas: la económica<br />

(que se vio en <strong>el</strong> capítulo anterior), la<br />

administrativa y la política. La Alianza para la<br />

Producción, que buscaba ser la expresión<br />

económica de la unidad nacional reconstituida,<br />

fue de hecho la reactivación de los pactos<br />

entre factores de la producción y <strong>el</strong> gobierno,<br />

en desuso desde que terminara la segunda<br />

Guerra Mundial, para combatir la inflación<br />

mediante producción masiva y barata de<br />

bienes de consumo popular. La Alianza para la<br />

Producción fue así <strong>el</strong> eje de la política<br />

económica desde <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> sexenio.<br />

La crisis económica y política bajo la cual se<br />

dio la transmisión de poderes en 1976,<br />

también había golpeado al aparato<br />

administrativo d<strong>el</strong> gobierno federal. No sólo<br />

en los seis años anteriores este aparato había<br />

crecido desmesuradamente, tanto en <strong>el</strong> sector<br />

central como paraestatal, sino que se habían<br />

puesto en evidencia varios vicios: descontrol<br />

administrativo, ineficacia y corrupción. Para<br />

salir de la crisis, se razonó, se precisaba<br />

modernizar la burocracia. Con la reforma<br />

administrativa, aparte de achicar y hacer más<br />

racional <strong>el</strong> aparato público, se persiguió<br />

introducir la racionalidad y la planeación. Tres<br />

fueron las leyes fundamentales para lograr<br />

ese propósito. La ley sobre Presupuesto,<br />

Contabilidad y Gasto Público que atribuyó la<br />

política presupuestaria a la recién creada<br />

Secretaría de Programación y Presupuesto<br />

(SPP), para hacer coincidir en <strong>el</strong>la la<br />

confección d<strong>el</strong> presupuesto con la planeación.<br />

La Ley General de Deuda pública que colocó a<br />

la Secretaría de Hacienda como controlador<br />

único de la contratación de toda la deuda<br />

pública, al sujetar bajo su vigilancia a<br />

secretarías de estado y, sobre todo, a los<br />

organismos descentralizados. Finalmente, la<br />

ley de la Administración Pública Federal, que<br />

redistribuyó funciones entre dependencias,<br />

estableció cabezas de sector para dejar en<br />

claro <strong>el</strong> control sobre los organismos<br />

descentralizados y creó las condiciones<br />

necesarias para la planeación.<br />

151


Además de la creación de la SPP, la reforma<br />

incluyó la sectorización de la administración<br />

pública para hacer responsables a las<br />

secretarías de Estado d<strong>el</strong> manejo y control de<br />

las entidades incluidas en su esfera de acción.<br />

Lo que pasó a llamarse <strong>el</strong> sector central sufrió<br />

también modificaciones: se integraron todas<br />

las actividades comerciales en la Secretaria de<br />

Comercio; se fusionaron las secretarías de<br />

Recursos Hidráulicos y la de Agricultura y<br />

Ganadería, PEMEX quedó bajo la supervisión<br />

de la Secretaría de Patrimonio y Fomento<br />

Industrial. De igual manera, se responsabilizó<br />

a la Secretaría de Comunicaciones y<br />

Transportes de la marina mercante<br />

separándola de la secretaria de Marina, que<br />

quedó como entidad estrictamente militar; se<br />

ubicó en la Secretaría de Asentamientos<br />

Humanos y Obras Públicas las responsabilidad<br />

de las cuestiones de urbanismo y vivienda, y,<br />

finalmente, se unificó todo lo r<strong>el</strong>ativo a la<br />

pesca en un departamento autónomo que<br />

pronto alcanzaría <strong>el</strong> rango de secretaría de<br />

Estado. Todo <strong>el</strong>lo respondió a un esfuerzo de<br />

racionalización que se orientaba precisamente<br />

a facilitar <strong>el</strong> proceso de programación,<br />

presupuestación y evaluación d<strong>el</strong> gobierno<br />

federal. En <strong>el</strong> centro de este esfuerzo se<br />

colocó a la SPP, cuya función fue asignar <strong>el</strong><br />

presupuesto de acuerdo con las prioridades y<br />

objetivos d<strong>el</strong> desarrollo y no de acuerdo con <strong>el</strong><br />

criterio de los ingresos, como la había hecho<br />

la Secretaría de Hacienda hasta <strong>el</strong> gobierno<br />

d<strong>el</strong> presidente Echeverría.<br />

De todos los cambios <strong>el</strong> más importante por<br />

su significado político dentro de la guerra<br />

sorda entre funcionarios y economistas d<strong>el</strong><br />

gobierno por determinar la política económica,<br />

fue <strong>el</strong> de la creación de la SPP. Ya de tiempo<br />

atrás la Secretaría de Hacienda y Crédito<br />

Público se había convertido, gracias a una<br />

especie de servicio de carrera que propiciaba<br />

<strong>el</strong> sprit de corps y al éxito que por más de una<br />

década había tenido <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de desarrollo<br />

estabilizador, en un poderoso grupo<br />

burocrático que había llegado incluso a<br />

enfrentar decisiones d<strong>el</strong> presidente de la<br />

República. El despido d<strong>el</strong> secretario Hugo B.<br />

Margáin en <strong>el</strong> tercer año d<strong>el</strong> gobierno de<br />

Echeverría fue apenas uno de los primeros<br />

episodios de lo que sería la búsqueda de una<br />

forma de reducir <strong>el</strong> poder de esa dependencia<br />

y probar opciones distintas al desarrollo<br />

estabilizador. El apego de la dependencia a su<br />

152<br />

mod<strong>el</strong>o había generado un proceso<br />

administrativo en materia de egresos que no<br />

atendía lo más mínimo a criterios de<br />

planeación como principio orientador de la<br />

actividad gubernamental. Intentos de resolver<br />

esta situación, como la creación de la<br />

Secretaría de la Presidencia durante <strong>el</strong><br />

gobierno d<strong>el</strong> presidente López Mateos, con <strong>el</strong><br />

fin de iniciar una rudimentaria planeación,<br />

habían fracasado porque era Hacienda la que<br />

atribuía los recursos y no las instancias<br />

encargadas de la planeación. Para romper ese<br />

poder y hacer viable la opción de desarrollo<br />

que planeaban López Portillo y su grupo de<br />

asesores, se decidió separar de Hacienda los<br />

egresos y atribuirlos a la nueva dependencia,<br />

la Secretaría de Programación y Presupuesto,<br />

a la que se le encargaría también la<br />

planeación. Pero para que <strong>el</strong> proceso fuera<br />

eficaz, se requirió de la colaboración entre las<br />

dos dependencias, cosa que no ocurrió y<br />

pronto llevó al rev<strong>el</strong>o de los dos secretarios<br />

originales, Julio Rodolfo Moctezuma Cid<br />

(SHCP) Y Carlos T<strong>el</strong>lo (SPP). Posteriormente,<br />

a pesar de la creación de la Comisión de<br />

Gasto y Financiamiento como foro<br />

intersecretarial para coordinar ingresos con<br />

egresos, los enfrentamientos continuaron<br />

entre los secretarios de ambas dependencias.<br />

Todas estas medidas, tomadas al inicio d<strong>el</strong><br />

sexenio, contribuyeron a la distensión. Los<br />

obreros redujeron sus demandas, los<br />

empresarios declararon renovada su<br />

confianza, los rumores empezaron a ceder.<br />

Sin embargo, subsistió <strong>el</strong> problema de las<br />

guerrillas, de una minoría que no por pequeña<br />

dejaba de ser importante en <strong>el</strong> panorama si se<br />

quería normalizar al país. De aquí la reforma<br />

política que empezó a configurarse a partir de<br />

1977 mediante audiencias públicas. Dos<br />

propósitos tenían que cumplirse con la<br />

reforma: revitalizar <strong>el</strong> sistema de partidos y<br />

ofrecer una opción de acción política legítima<br />

tanto a los que habían rechazado como a los<br />

que habían optado por la violencia. La reforma<br />

era tanto más urgente porque la apertura<br />

política de Echeverría se había visto recortada<br />

en su alcance al promover una reforma<br />

<strong>el</strong>ectoral limitada. La reforma <strong>el</strong>ectoral de<br />

Echeverría sólo había <strong>el</strong>evado de 20 a 25 <strong>el</strong><br />

número tope de diputados de partido y<br />

otorgado representación a todos los partidos<br />

entonces existentes en las instancias<br />

<strong>el</strong>ectorales federales. El Partido Comunista


Mexicano, para no mencionar los numerosos<br />

grupúsculos en los cuales se encontraba<br />

dividida la izquierda, se quedó al margen de<br />

aqu<strong>el</strong>la reforma. Tan corta se había quedado<br />

que, como forma de protesta, <strong>el</strong> principal<br />

partido de oposición, <strong>el</strong> PAN, no había<br />

presentado candidato en la <strong>el</strong>ección<br />

presidencial de 1976.<br />

La reforma política se concretó en la Ley<br />

Federal de Organizaciones Políticas y Procesos<br />

Electorales (LFOPPE) aprobada por <strong>el</strong><br />

Congreso en diciembre de 1977. A diferencia<br />

de las reformas propuestas por Díaz Ordaz y<br />

Echeverría –meras adecuaciones- esta fue la<br />

primera que llegaba a fondo, desde que López<br />

Mateos introdujo <strong>el</strong> sistema de diputados de<br />

partido. El énfasis estaba orientado hacia la<br />

ampliación d<strong>el</strong> sistema de partidos y la<br />

participación. Al incrementar <strong>el</strong> número de<br />

diputados (400, con 100 plurinominales<br />

<strong>el</strong>ectos en listas regionales), al reducir los<br />

requisitos para <strong>el</strong> registro de los partidos y<br />

reconocer personalidad a las asociaciones<br />

políticas se permitió la incorporación al<br />

quehacer político de nuevos actores. Al<br />

extender las facultades a las cámaras d<strong>el</strong><br />

Congreso para vigilar y supervisar las<br />

actuaciones de las dependencias centrales y<br />

paraestatales d<strong>el</strong> Ejecutivo se fortaleció <strong>el</strong><br />

Estado de Derecho y <strong>el</strong> equilibrio de poderes.<br />

Como significaba <strong>el</strong> reconocimiento al<br />

pluralismo, única alternativa al<br />

endurecimiento político que no se quería, la<br />

nueva ley abrió grandes posibilidades de<br />

expresión política y <strong>el</strong>ectoral a la oposición en<br />

general, pero a la de izquierda en particular.<br />

153


“UNA TRANSICIÓN<br />

INCONCLUSA” EN MEXICO Y LA<br />

DEMOCRACIA<br />

¿Y si hubiera democracia?<br />

154<br />

Lorenzo Meyer, <strong>México</strong> S.XXI<br />

Un asunto no sólo moral sino práctico<br />

¿Cómo sería la vida en un <strong>México</strong><br />

democrático? En muchos aspectos no sería<br />

muy diferente de la actual, pues ésta por sí<br />

misma o por sus efectos no podría cambiar<br />

factores objetivos como la geografía, la<br />

demografía, las herencias d<strong>el</strong> pasado,<br />

etcétera. Sin embargo, en otras áreas podría<br />

significar cambios espectaculares, prácticos,<br />

muy positivos para nuestros bolsillos o<br />

autoestima.<br />

La ciencia social difícilmente permite<br />

experimentos y realmente no hay forma<br />

exacta de saber qué ocurriría en <strong>México</strong> si <strong>el</strong><br />

marco legal que hoy existe fuera, también, <strong>el</strong><br />

real. Pero a falta de posibilidades de<br />

experimentos auténticos, se puede usar la<br />

imaginación… acompañada de ciertos datos<br />

objetivos.<br />

Para quienes nunca hemos experimentado las<br />

bondades ni las deficiencias de la democracia,<br />

<strong>el</strong> mejor camino para comprenderla y<br />

valorarla es pensarla en r<strong>el</strong>ación con nuestros<br />

problemas cotidianos. El punto de partida de<br />

este sueño de una noche de invierno en <strong>el</strong><br />

valle de <strong>México</strong>, requiere suponer algunas<br />

cosas que por ahora no son pero podrían ser:<br />

la inexistencia de un partido de Estado, la<br />

alternancia en <strong>el</strong> poder, un poder legislativo<br />

plural, con verdadera voz y voto.<br />

Naturalmente, esa división de poderes<br />

existiría también a niv<strong>el</strong> local.<br />

Democracia y dinero<br />

Bajo esos supuestos, se puede comenzar a<br />

imaginar la vida en un <strong>México</strong> democrático.<br />

Los casos concretos pueden ser muchos; por<br />

ejemplo, <strong>el</strong> de los dineros públicos. Para<br />

empezar, si hubiera democracia la Secretaría<br />

de Hacienda no podría imponernos los tributos<br />

que quiere, como quiere y cuando quiere. Su<br />

apetito por nuestro dinero tendría que<br />

justificarse muy bien ante legisladores con<br />

poder propio e int<strong>el</strong>igencia normal, que<br />

preguntarán y exigirían explicaciones claras<br />

en todos y cada uno de los rublos de la cuenta<br />

pública. Entonces, y sólo entonces,<br />

pagaríamos. Pero como quiera que la<br />

democracia cuesta, no hay duda que<br />

tendríamos que seguir desembolsando, tanto<br />

o más de lo que hoy entregamos a las arcas<br />

estatales. Sin embargo, la verdadera<br />

diferencia estaría no en pagar menos, sino en<br />

la forma como se gastarían esos dineros que<br />

tanto trabajo nos cuesta ganar… y nos cuesta<br />

pagar, pues <strong>el</strong> pap<strong>el</strong>eo es tan complicado<br />

¡Que debemos pagar a quienes nos ayudan a<br />

pagar! La democracia es hoy por hoy <strong>el</strong><br />

instrumento más eficiente contra la corrupción<br />

pública y <strong>el</strong> derroche; es vedad que la<br />

democracia no <strong>el</strong>imina estas dos lacras, pero<br />

las limita mejor que cualquier otro sistema,<br />

pues posee <strong>el</strong> mejor instrumental para pedir<br />

cuentas claras y exigir responsabilidades a los<br />

que manchan en su nombre.<br />

En un <strong>México</strong> democrático, por ejemplo,<br />

podríamos saber cuáles son y de dónde<br />

provienen los ingresos de nuestros<br />

gobernantes. De la misma manera que hoy<br />

Hacienda nos obliga a declarar <strong>el</strong> cuánto y<br />

cómo y por qué de hasta <strong>el</strong> último peso que<br />

con nuestro esfuerzo ganamos, las estructuras<br />

democráticas permitirían al público exigir que<br />

se hiciera lo mismo con los burócratas de<br />

Hacienda y con toda la clase política. De esta<br />

manera aumentarían los ingresos d<strong>el</strong> erario,<br />

de aparecería <strong>el</strong> sentido de humillación e<br />

injusticia que hoy tienen los impuestos, y<br />

finalmente se <strong>el</strong>iminaría la tradicional<br />

sospecha de que un buen Numero de los<br />

llamados “servicios Públicos” vivan en un<br />

permanente conflicto de intereses entre su<br />

pap<strong>el</strong> de representantes d<strong>el</strong> interés general y<br />

sus intereses privados.<br />

Para exigir a nuestro “servidores Públicos”<br />

cuentas sobre sus cuentas, tendríamos lo que<br />

hoy no tenemos: información. Los sistemas<br />

democráticos son los más dados a permitir al<br />

público acceso a sus datos, cifras, hechos. Es<br />

lo normal en la democracia, que se pueda<br />

disponer de información fidedigna sobre los<br />

ingresos de todos y cada uno de los<br />

personajes que ocupan un puesto de <strong>el</strong>ección<br />

popular así como la de alta burocracia. La


verdadera solidaridad democrática requiere<br />

que las reglas que se aplican a los particulares<br />

también se apliquen a los poderosos.<br />

Democracia y ahorro<br />

Bajo la democracia sería muy fácil averiguar<br />

por qué, si la oficina de la presidencia en<br />

Estados Unidos tiene un presupuesto de<br />

treinta y cuatro millones de dólares anuales,<br />

la mexicana requiere <strong>el</strong> equivalente a noventa<br />

y cinco millones de dólares, es decir, 2.8<br />

veces más que la norteamericana. Si,<br />

además, tomamos en cuenta <strong>el</strong> PIB de<br />

Estados Unidos es veintisiete veces <strong>el</strong> de<br />

<strong>México</strong>, entonces resulta que, en proporción,<br />

los mexicanos pagamos por nuestra<br />

presidencia 175.6 veces más que los<br />

norteamericanos!<br />

En la democracia, no podría haber partido de<br />

Estado. El partido gobernante, cualquiera que<br />

fuera, tendría que abrir sus libros al escrutinio<br />

de los representantes públicos, incluida la<br />

oposición. Bajo un sistema plural y de<br />

independencia de poderes, los actos ilegales<br />

serían la excepción, no la norma, y todos nos<br />

ahorraríamos mucho dinero. Además, al<br />

descubrirse situaciones anómalas, un poder<br />

judicial distinto d<strong>el</strong> actual llevaría a cabo una<br />

investigación y tendrían que rodar cabezas.<br />

Democracia y privilegios<br />

Otro ejemplo de las posibilidades de la<br />

democracia surge al considerar, por ejemplo,<br />

<strong>el</strong> caso de T<strong>el</strong>éfonos de <strong>México</strong>. En un <strong>México</strong><br />

democrático, sería muy difícil, aunque no<br />

imposible, que un monopolio público, como lo<br />

era T<strong>el</strong>mex, hubiera sido privatizado y<br />

mantenido como monopolio, violando la letra<br />

y, sobre todo, <strong>el</strong> espíritu d<strong>el</strong> artículo 28<br />

constitucional. Seguramente, la acción de los<br />

grupos de defensa d<strong>el</strong> consumidor y las<br />

fuerzas sociales representadas en <strong>el</strong> congreso,<br />

hubieran obligado a dividir a T<strong>el</strong>mex en varias<br />

empresas –como sucedió en Estados Unidos<br />

con la B<strong>el</strong>l T<strong>el</strong>ephone Co.- y las hubieran<br />

puesto a competir en beneficio d<strong>el</strong> interés<br />

general. Supongo que en ese <strong>México</strong> que no<br />

es pero que podría ser, no se hubiera tolerado<br />

<strong>el</strong> alza de tarifas t<strong>el</strong>efónicas sin, por lo menos,<br />

exigir una previa <strong>el</strong>evación en la calidad d<strong>el</strong><br />

servicio que se da al consumidor. La vigilancia<br />

y capacidad de acción de los legisladores en<br />

un sistema no autoritario, hubiera tomado<br />

cartas en <strong>el</strong> asunto y presionado a T<strong>el</strong>mex<br />

para que no llegara a donde hoy ha llegado.<br />

En ese <strong>México</strong> que existe sólo en la<br />

imaginación, tampoco podría subsistir otro<br />

monopolio muy notorio; <strong>el</strong> de la t<strong>el</strong>evisión<br />

privada. El estado, empujado por la sociedad,<br />

por la opinión pública y por un congreso<br />

independiente, habría abierto los diferentes<br />

canales concesionados a particulares a otras<br />

tantas empresas, de forma tal que T<strong>el</strong>evisa<br />

fuera para <strong>el</strong> público, sólo una entre varias<br />

opciones y no, como es hoy, prácticamente la<br />

única.<br />

Democracia y seguridad<br />

La seguridad personal es hoy un privilegio que<br />

sólo pueden conseguir aqu<strong>el</strong>los con los<br />

recursos para contratar servicios de seguridad<br />

privados, y a veces ni <strong>el</strong>los, a juzgar por <strong>el</strong><br />

número de secuestros de gente pudiente. Si<br />

en <strong>México</strong> la acción de las autoridades<br />

verdaderamente respondiera a los reclamos<br />

de la sociedad, como mal que bien sucede en<br />

los países de democracia real, <strong>el</strong> esfuerzo<br />

gubernamental por dar forma a cuerpos de<br />

policía realmente profesionales en <strong>México</strong>,<br />

hubiera sido mucho mayor. DE acuerdo a<br />

encuestas efectuadas en <strong>el</strong> Distrito Federal<br />

muestras representativas de la población, más<br />

d<strong>el</strong> 50% contestó que había sido asaltado por<br />

lo menos una vez. Y lo malo no es únicamente<br />

la frecuencia de los asaltos, sino la frecuencia<br />

con que los asaltantes resultan ser policías.<br />

Obviamente, en un <strong>México</strong> democrático no se<br />

acabarían los asaltos, pero seguramente se<br />

tendrá en la policía una institución para<br />

combatirlos, no para fomentarlos, pues así lo<br />

exigirían los comités de vigilancia ciudadana.<br />

Sudáfrica, un ejemplo a considerar<br />

El aportheid mexicano<br />

Aunque no son precisamente populares,<br />

pupularmente en Chile se les conoce como<br />

“guanacos”; en <strong>México</strong> son simplemente las<br />

tanquetas o carros antimotines (Cobra y<br />

Textron) y sólo los conocemos por fotografía.<br />

Sin embargo, la experiencia chilena o<br />

sudafricana –donde este tipo de máquinas<br />

también tiene una larga historia- muestra que<br />

cuando <strong>el</strong> orden establecido ha perdido su<br />

155


legitimidad, no hay tanqueta que sirva para<br />

mantenerlo.<br />

Hace años, en las postrimerías d<strong>el</strong> gobierno<br />

de Migu<strong>el</strong> de la Madrid, y cuando aún se<br />

consideraba lejano <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> sistema al que<br />

servían –y d<strong>el</strong> que se servían- algunos<br />

funcionarios encargados d<strong>el</strong> control político<br />

organizaron una reunión de trabajo en las<br />

afueras de la ciudad de <strong>México</strong>. El objetivo era<br />

analizar la naturaleza y evolución de nuestro<br />

sistema político.<br />

Todo iba bien en <strong>el</strong> discreto encuentro, según<br />

se supo después, hasta que a uno de los<br />

individuos –un famoso politólogo de Harvard-<br />

se le ocurrió incursionar en la política<br />

comparada. Y para <strong>el</strong>lo trazó un paral<strong>el</strong>o entre<br />

<strong>el</strong> sistema político mexicano y <strong>el</strong> sudafricano.<br />

El punto de la comparación era muy simple:<br />

ambos sistemas funcionaban entonces bajo <strong>el</strong><br />

mismo principio: un pequeño grupo –los<br />

herederos de los fundadores- mantenían un<br />

monopolio sobre <strong>el</strong> control de los fundadoresmantenían<br />

un monopolio sobre <strong>el</strong> control de<br />

todos los puestos de poder, y excluían<br />

sistemática y efectivamente de cualquier<br />

participación a la oposición y a la enorme<br />

mayoría de la población. Es verdad que en <strong>el</strong><br />

sistema de exclusión, <strong>el</strong> color de la pi<strong>el</strong>, era<br />

un factor más importante en Sudáfrica que en<br />

<strong>México</strong>, pero en ambos casos <strong>el</strong> resultado final<br />

no era muy distinto: por un lado enorme<br />

riqueza para los pocos, y por <strong>el</strong> otro enorme<br />

miseria para los muchos.<br />

Los organizadores d<strong>el</strong> acto se sintieron<br />

ofendidos por la comparación, por <strong>el</strong><br />

paral<strong>el</strong>ismo entre <strong>el</strong> sistema de apartheid de<br />

Sudáfrica y <strong>el</strong> de “carro completo” d<strong>el</strong> PRI<br />

mexicano. Han pasado años desde entonces y<br />

mucha agua bajo <strong>el</strong> puente. Si hoy –después<br />

de la histórica votación en Sudáfrica- alguien<br />

volviera a comparar nuestro sistema político<br />

con <strong>el</strong> que está surgiendo en Sudáfrica, los<br />

ofendidos deberían ser los sudafricanos, y no<br />

les faltaría razón.<br />

El logro sudafricano<br />

Con un pasado histórico al menos tan terrible<br />

como los tres siglos de colonización que<br />

forjaron a la actual sociedad mexicana, y tras<br />

brutales enfrentamientos entre razas y tribus,<br />

los sudafricanos han llegado, de manera<br />

156<br />

sorprendente, a un acuerdo para efectuar la<br />

transición entre las tres grandes fuerzas<br />

rivales: <strong>el</strong> Partido Nacional Africano<br />

(Mand<strong>el</strong>a), <strong>el</strong> Partido de la Libertad<br />

Inkatha(Buth<strong>el</strong>ezi) y <strong>el</strong> Partido Nacional (De<br />

Klerk), a los cuales hay que añadir otros<br />

veinticuatro pequeños partido más, El odio<br />

entre algunos de <strong>el</strong>los es tan antiguo como<br />

profundo y brutal, y en los últimos cuatro<br />

años había producido diez mil quinientos<br />

muertos. Sin embargo, a fin de cuentas la<br />

int<strong>el</strong>igencia política o <strong>el</strong> sentido común de los<br />

tres principales líderes –dos negros y un<br />

blanco- prevaleció por sobre las pasiones, los<br />

prejuicios y los miedos de <strong>el</strong>los y sus<br />

seguidores, y permitió que finalmente se<br />

llegara a un acuerdo que aquí, en <strong>México</strong>,<br />

sigue pareciendo un imposible.<br />

Si Sudáfrica pudo, si también pudo El<br />

Salvador, donde se libró una larga y dura<br />

guerra civil (1979-1992), ¿cómo aceptar que<br />

en nuestro país sigamos sin poder dar forma a<br />

un pacto histórico que supere y ponga fin de<br />

una vez por todas, a esa especie de apartheid<br />

político que son los años de monopolio d<strong>el</strong><br />

poder por <strong>el</strong> partido d<strong>el</strong> Estado, <strong>el</strong> PRI?<br />

Los indicadores d<strong>el</strong> temor<br />

La compra en <strong>México</strong> de veinticuatro carros<br />

antimotines (dieciséis ton<strong>el</strong>adas, cañon de<br />

agua presurizada con depósito de siete mil<br />

quinientos libros, rociador de tinta ind<strong>el</strong>eble<br />

para identificar manifestantes, sistema de<br />

video para grabarlos, blindaje total, llantas<br />

antibala, cuchilla hidráulica antibarricadas,<br />

etcétera), fue justamente la señal que no<br />

debería mandar en este momento <strong>el</strong> gobierno<br />

a los gobernados.<br />

El tema y espíritu dominante en <strong>México</strong><br />

deberían ser menos <strong>el</strong> de aumentar <strong>el</strong> arsenal<br />

antimotines o <strong>el</strong> de nombrar a un zar de la<br />

seguridad pública, y más, mucho más, <strong>el</strong> de<br />

trazar <strong>el</strong> camino que debe llevarnos d<strong>el</strong><br />

autoritarismo vigente –viejo, ilegal e ilegítimo-<br />

al pluralismo democrático. Lo que hoy se<br />

requiere con urgencia en <strong>México</strong> es un<br />

acuerdo equivalente al que finalmente<br />

llegaron N<strong>el</strong>son Mand<strong>el</strong>a –<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de<br />

indomable, preso por veintisiete años-,<br />

Frederik W. de Klerk –<strong>el</strong> dúctil líder de la<br />

minoría blanca que envió a Mand<strong>el</strong>a a la<br />

prisión y sojuzgó a la mayoría negra por 342


años- y Mangosuthu Buth<strong>el</strong>ezi –<strong>el</strong><br />

intransigente líder zulú, enemigo declarado de<br />

Mand<strong>el</strong>a y sus seguidores.<br />

El acuerdo que aquí no llega<br />

El ejemplo sudafricano muestra que es posible<br />

un acuerdo histórico al más alto niv<strong>el</strong> por la<br />

democracia: espectacular y absolutamente<br />

creíble y efectivo, aún entre enemigos que<br />

parecían más irreconciliables de lo que hoy<br />

son las fuerzas antagónicas en <strong>México</strong>.<br />

El corazón d<strong>el</strong> acuerdo sudafricano fue <strong>el</strong> viejo<br />

prinicipio de “un hombre, un voto”. Luego, un<br />

congreso donde tengan representación todas<br />

las fuerzas políticas que logren 5% o más de<br />

la votación: ese congreso dará forma a un<br />

gobierno de “unidad nacional” y redactará una<br />

nueva constitución, cuyos principios centrales<br />

se negociaron en un foro multipartidario de<br />

veintiséis grupos políticos. Para supervisar las<br />

históricas <strong>el</strong>ecciones y darles legitimidad, se<br />

formó un Consejo Ejecutivo de la Transición.<br />

Las negociaciones entre los enemigos jurados<br />

fueron extraordinariamente difíciles. Tanto lo<br />

zulúes de Inkatha como los afrikaners<br />

amenazaron con boicotear las <strong>el</strong>ecciones, lo<br />

que hubiera sido un golpe a su credibilidad.<br />

Un sorprendente acuerdo de último minuto<br />

logró la aceptación d<strong>el</strong> proceso <strong>el</strong>ectoral pro<br />

parte de Inkatha gracias, entre otras cosas, a<br />

la promesa de Mand<strong>el</strong>a a Buth<strong>el</strong>ezi, de dar<br />

gran autonomía para KuaZulu/Natal. La<br />

ultraderecha blanca finalmente tampoco llevó<br />

a cabo su amenaza de sabotaje d<strong>el</strong> proceso<br />

<strong>el</strong>ectoral mediante actos de violencia los días<br />

de las votaciones. Fue así como se llegó al<br />

momento de la verdad en Sudáfrica: hoy,<br />

Mand<strong>el</strong>a y <strong>el</strong> Congreso Nacional Africano son<br />

los dirigentes de su nación con un mandato de<br />

más de 60% de los votos totales.<br />

El haber alcanzado la democracia política en<br />

Sudáfrica no significa de ninguna manera<br />

haber acabado con <strong>el</strong> gran problema de<br />

fondo; es apenas <strong>el</strong> principio de su solución.<br />

Con apoyo en la nueva legitimidad, Mand<strong>el</strong>a y<br />

sus rivales en <strong>el</strong> nuevo parlamento deberán<br />

encontrar las vías para ac<strong>el</strong>erar <strong>el</strong> crecimiento<br />

económico de una sociedad cuyo ingreso per<br />

cápita es un poco menor al de <strong>México</strong> pero<br />

que está igual de mal distribuido, cuyo<br />

producto interno apenas empezó a crecer, que<br />

tiene 48% de sus trabajadores desempleados,<br />

y que debe buscar la convivencia pacífica de<br />

negros (76%), blancos (13%), mestizos (8%)<br />

y asiáticos (3%), y todos con profundas<br />

divisiones internas.<br />

No obstante lo anterior, hay una cosa<br />

fundamental que ya se ganó en ese extremo<br />

d<strong>el</strong> continente africano: <strong>el</strong> sentido de la<br />

dignidad para la mayoría. Y eso no es poca<br />

cosa.<br />

Las condiciones objetivas en <strong>México</strong> deberían<br />

hacer mucho más fácil que en Sudáfrica llegar<br />

al gran pacto político que permitiera la<br />

transición democrática. Para asegurar<br />

realmente la estabilidad y la viabilidad de<br />

nuestro país se necesita; la voluntad política<br />

por parte de la minoría que debe abandonar<br />

las certidumbres y privilegios d<strong>el</strong> pasado.<br />

Falta voluntad política para no seguir<br />

confundiendo partido con gobierno. Se<br />

requiere de esa voluntad política para sacar<br />

ad<strong>el</strong>ante la verdadera reforma a la legislación<br />

<strong>el</strong>ectoral.<br />

Para concluir, conviene recordar que no se<br />

repita, ese 7 de julio de 1952, cuando la<br />

protesta de los partidarios de Migu<strong>el</strong><br />

Henríquez Guzmán en la Alameda de la ciudad<br />

de <strong>México</strong> contra unas <strong>el</strong>ecciones sin<br />

credibilidad, fue aplastada por los “guanacos”<br />

de entonces: los carros blindados de la<br />

Brigada Motomecanizada, por policías,<br />

granaderos, y soldados de infantería. Tras seis<br />

horas de lucha desigual, con un saldo<br />

indeterminado de muertos y heridos, se<br />

impuso la verdad oficial de entonces: <strong>el</strong><br />

triunfador era <strong>el</strong> candidato d<strong>el</strong> presidente –<br />

Adolfo Ruiz Cortines- y no <strong>el</strong> de oposición.<br />

En 1952, <strong>el</strong> autoritarismo posrevolucionario<br />

estaba aún lleno de energía; en realidad<br />

estaba iniciando su momento cumbre, ése<br />

cuando no se movía una hoja d<strong>el</strong> árbol político<br />

sin la voluntad d<strong>el</strong> gran padre: <strong>el</strong> presidente.<br />

Pero hoy <strong>el</strong> autoritarismo presidencial está en<br />

crisis; la “tercera ola” democrática mundial lo<br />

está ahogando. La salida racional es negociar<br />

los términos de la transición a la sudafricana,<br />

a la chilena, a la española o a la combinación<br />

que se quiera. Hay que alejar a las tanquetas<br />

de la Alameda y abrir <strong>el</strong> capítulo de la<br />

democracia d<strong>el</strong> siglo XXI.<br />

157


Presidentes, caciques y robber barons<br />

La democracia que aún no llega ya está<br />

en p<strong>el</strong>igro<br />

Nuestra democracia política aún no nace y ya<br />

la están combatiendo enemigos muy<br />

poderosos, entre los que destacan los<br />

caciques estatales, los cárt<strong>el</strong>es de<br />

narcotraficantes y aqu<strong>el</strong>los personajes que<br />

combinan <strong>el</strong> gran dinero con la gran influencia<br />

política, y que en Estados Unidos son<br />

conocidos como robber barons (saqueadores<br />

de alcurnia). Prototipo de estos saqueadores<br />

fueron los grandes capitalistas<br />

norteamericanos d<strong>el</strong> siglo pasado que<br />

entablaron una r<strong>el</strong>ación corrupta con <strong>el</strong><br />

gobierno: John D. Rockef<strong>el</strong>ler, Andrew<br />

Carnegie o Corn<strong>el</strong>ius Vanderbilt.<br />

El poder presidencial posrevolucionario<br />

alcanzó uno de sus momentos cumbre en<br />

1993. Fue entonces cuando Carlos Salinas<br />

cosechó los frutos de su alianza con los<br />

intereses económicos, políticos sociales y<br />

culturales más fuertes, que no<br />

necesariamente más legítimos, de <strong>México</strong> y de<br />

Estados Unidos. Con ese respaldo, <strong>el</strong> señor de<br />

Agualeguas no tuvo dificultad en nombrar a<br />

quien él quiso como candidato presidencial d<strong>el</strong><br />

PRI y afianzar un proyecto transexual cuyo<br />

horizonte era <strong>el</strong> siglo XXI.<br />

Pero en 1994 ese poder se topó inesperada y<br />

dramáticamente con sus límites: reb<strong>el</strong>ión en<br />

Chiapas, asesinatos dentro de la élite d<strong>el</strong><br />

poder, inicio de la salida d<strong>el</strong> capital externo<br />

especulativos, etcétera. La sucesión<br />

presidencial se tuvo que improvisar con un<br />

sustituto, e inmediatamente después la<br />

economía y <strong>el</strong> poder presidencial entraron en<br />

barrera. En virtud de lo anterior, es pertinente<br />

pregunta:<br />

¿A dónde se fue <strong>el</strong> poder que perdió la<br />

presidencia?<br />

Se dice que en política <strong>el</strong> vacío no existe, pues<br />

lo que unos pierden otros lo ganan. Pero<br />

resulta que hay otra posibilidad; que <strong>el</strong><br />

sistema en su conjunto sufra una contracción<br />

neta de poder. En las condiciones de hoy, la<br />

presidencia está experimentado ambos tipos<br />

de pérdida: una parte de su poder se la están<br />

158<br />

quitando otros actores y otra se está<br />

evaporando.<br />

No es ésta la primera vez en nuestra historia<br />

que tiene lugar una pérdida neta de poder. Ya<br />

ocurrió, por ejemplo, después de la<br />

independencia. En efecto, parte de la<br />

autoridad que tuvo la corona española la<br />

tomaron, en grado diferente, los caciques<br />

regionales, los agiotistas o las comunidades<br />

indígenas; pero otra, simplemente<br />

desapareció.<br />

En este final d<strong>el</strong> ciclo histórico que estamos<br />

viviendo –<strong>el</strong> agotamiento d<strong>el</strong> autoritarismo<br />

posrevolucionario-, hay <strong>el</strong>ementos para<br />

sostener que parte d<strong>el</strong> gran poder acumulado<br />

por la presidencia a lo largo de siete décadas,<br />

se ha perdido. Los indicadores son muchos y<br />

variados. Una parte d<strong>el</strong> control que Los Pinos<br />

tuvo sobre la economía hasta 1982, pasó al<br />

mercado, pero de tan mala manera que<br />

terminó en una depresión y en un descontrol<br />

generalizado.<br />

Hubo un tiempo en que <strong>el</strong> aparato policíaco<br />

más o menos mantenía a raya al hampa. Hoy,<br />

ese mismo aparato policiaco, sin dirección, es<br />

una de las principales fuentes de la<br />

criminalidad. Como en <strong>el</strong> siglo XIX, los<br />

caminos se han vu<strong>el</strong>to p<strong>el</strong>igrosos, y <strong>el</strong><br />

promedio de camiones que son víctimas de los<br />

salteadores de carreteras es de seis diarios.<br />

Los asesinatos de políticos y funcionarios y <strong>el</strong><br />

aumento exponencial de la inseguridad, son<br />

ejemplos de pérdida de eficacia –de poder-d<strong>el</strong><br />

sistema.<br />

Pero ¿qué pasa con esa otra parte d<strong>el</strong> mando<br />

presidencial que nose ha perdido sino que le<br />

ha sido arrancada –más por las buenas o las<br />

malas- por otros actores políticos?<br />

Empecemos por <strong>el</strong> lado positivo.<br />

Los partidos de oposición<br />

En las <strong>el</strong>ecciones de 1994 la oposición en su<br />

conjunto pareció no avanzar más allá de lo<br />

que había logrado en 1988. Sin embargo, en<br />

las <strong>el</strong>ecciones locales de 1995, <strong>el</strong> PAN ganó<br />

mucho terreno.<br />

El PRD, aunque debilitado, sobrevivió a los<br />

seis años de ataques sistemáticos y con saña<br />

d<strong>el</strong> salinismo. En cualquier caso, su sola


presencia como fuerza de izquierda ha<br />

reducido en lago <strong>el</strong> espacio de maniobra a una<br />

presidencia neoliberal.<br />

Al lado de la oposición legal y como resultado<br />

de las fallas d<strong>el</strong> sistema mismo de partidos,<br />

en enero de 1994 saltó al escenario político un<br />

actor inesperado que retó abiertamente a la<br />

presidencia autoritaria:<br />

Las comunidades reb<strong>el</strong>des de Chiapas<br />

La guerrilla zapatista justificó su recurso a las<br />

armas por la inexistencia autoritaria. Y<br />

aunque hoy <strong>el</strong> Ejército Zapatista de Liberación<br />

Nacional está arrinconado en la s<strong>el</strong>va, es un<br />

hecho que esa fuerza, mucho más políticas y<br />

moral que militar, contribuyó decisivamente a<br />

disminuis <strong>el</strong> control autoritario de la<br />

presidencia sobre <strong>el</strong> proceso político general al<br />

atacar la legitimidad d<strong>el</strong> gobierno de Carlos<br />

Salinas y forzarlo a <strong>el</strong>iminar a su siniestro<br />

secretario de Gobernación –Patrocinio<br />

González- y a promulgar una nueva ley<br />

<strong>el</strong>ectoral que, en principio aunque aún no en<br />

los hechos, le quitó al ejecutivo <strong>el</strong> control d<strong>el</strong><br />

Instituto Federal Electoral y lo depositó en<br />

manos de consejeros ciudadanos.<br />

El EZLN también obligó a la presidecia- y a la<br />

sociedad- a en carar <strong>el</strong> problema de la<br />

marginación económica y política de las<br />

comunidades indígenas, <strong>el</strong> costo social d<strong>el</strong><br />

neoliberalismo y la ineficacia d<strong>el</strong> programa<br />

más publicitado de Carlos Salinas: <strong>el</strong> Pronasol.<br />

Ahora bien, la parte negativa y<br />

antidemocrática de este proceso de<br />

transferencia d<strong>el</strong> poder presidencial a otros<br />

actores, aparece con:<br />

El retorno de los caciques<br />

El debilitamiento actual de la presidencia no<br />

sólo es producto de avances democráticos,<br />

también de lo contrario. El caso más claro es<br />

<strong>el</strong> repentino fortalecimiento de las fuerzas<br />

caciquiles en los estados: Guerrero, Tabasco,<br />

Yucatán, Puebla, Veracruz.<br />

Más siniestra que los caciques, es otra de las<br />

fuerzas que ha ganado terreno a costa d<strong>el</strong><br />

poder presidencial:<br />

Narcotráfico<br />

La Drug Enforcement Administration de<br />

Estados Unidos calcula que los ingresos de los<br />

cuatro cart<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> narcotráfico mexicano es<br />

de treinta mil millones de dólares anuales. El<br />

propio Ernesto Zedillo, en una entrevista dada<br />

a Time, admitió que <strong>el</strong> narcotráfico afecta a la<br />

seguridad nacional mexicana pues, como bien<br />

se ha visto, ya penetró la estructura d<strong>el</strong><br />

gobierno. Esa penetración ha llegado al punto<br />

que en las agencias supuestamente dedicadas<br />

a combatirlos, las órdenes de los<br />

narcotrficantes tiene prioridad sobre las d<strong>el</strong><br />

presidente, pues de lo contrario no se<br />

explicaría, por ejemplo, la incapacidad de la<br />

procuraduría para dar con los jefes de los<br />

cart<strong>el</strong>es, a los que se conoce pero no se toca.<br />

Finalmente, hay aliados económicos de la<br />

presidencia que bien se pueden convertir en<br />

fuerza con poder de veto sobre la propia<br />

presidencia y sobre cualquier otro actor<br />

político o social.<br />

Los robber barons mexicanos<br />

El neoliberalismo debilitó o destruyó a muchos<br />

de los intereses económicos creados en la<br />

etapa histórica anterior, pero en cambio dio<br />

trato privilegiado a un pequeño grupo de<br />

empresarios –cuyo prototipo es Carlos Hank<br />

González- a los que se les permitió<br />

aprovechar al máximo sus conexiones<br />

políticas y ventajas oligopólicas. Fue así como,<br />

en nombre de un mercado que no funcionaba,<br />

Carlos Salinas redistribuyó a favor de sus<br />

aliados los beneficios de la reforma<br />

económica.<br />

Pero si bajo Salinas se hicieron fortunas<br />

fabulosas, hoy <strong>el</strong> proceso amenaza con<br />

ac<strong>el</strong>erarse de manera exponencial en<br />

detrimento d<strong>el</strong> interés público. Dos de los<br />

mayores oligopolios de nuestro país T<strong>el</strong>evisa,<br />

T<strong>el</strong>éfonos de <strong>México</strong> –que la autoridad debería<br />

subdividir en nombre de la libres competencia<br />

–acaban de unir sus fuerzas e influencia con la<br />

bendición d<strong>el</strong> gobierno. El peso económico de<br />

la alianza de estos gigantes, y lo estratégico<br />

de su posición en la economía, los ha<br />

convertido en intocables e impermeables<br />

tanto a la “magia d<strong>el</strong> mercado” como al<br />

control político.<br />

<strong>México</strong> está dejando de ser “<strong>el</strong> país de un solo<br />

hombre”, pero no en la forma en que debería<br />

159


hacerlos. Una presidencia con sentido d<strong>el</strong><br />

Estado y de la responsabilidad histórica,<br />

tendrá que haber encauzado la redistribución<br />

y modernización d<strong>el</strong> poder por la vía<br />

institucional y no por la de la feudalización,<br />

que es lo que hoy está ocurriendo<br />

LOS EJES DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE<br />

MÉXICO<br />

160<br />

Por Jorge G. Castañeda<br />

La política exterior, como cualquier otro<br />

aspecto de la gestión de gobierno, es <strong>el</strong><br />

resultado de un complejo juego de<br />

continuidad y cambio. Ambos factores son<br />

parte indisoluble de toda realidad política y es<br />

precisamente <strong>el</strong> énfasis de que se dé a uno o<br />

al otro lo que distingue a los diversos<br />

gobiernos, puesto que <strong>el</strong>lo refleja,<br />

inevitablemente, los principios y los fines que<br />

orientan la acción gubernamental. En caso de<br />

la política exterior d<strong>el</strong> actual gobierno de<br />

<strong>México</strong>, <strong>el</strong> énfasis está claramente puesto en<br />

<strong>el</strong> factor de cambio.<br />

Las razones que sustentan esta decisión son<br />

muy claras. Como toda realidad social, <strong>México</strong><br />

y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> están en movimiento. Las<br />

transformaciones que afectan a ambos poseen<br />

ritmos, extensiones y profundidades distintas,<br />

y tienen efectos evidentemente diferentes.<br />

Para la sociedad y <strong>el</strong> gobierno de <strong>México</strong>,<br />

percibir y asumir a tiempo <strong>el</strong> cambio significa<br />

adquirir la capacidad de dirigirlo o, cuando eso<br />

resulta imposible, de aprovechar las<br />

transformaciones inevitables en <strong>el</strong> entorno<br />

internacional para promover los intereses de<br />

país. En pocas palabras, tanto <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> como<br />

<strong>México</strong> están en proceso de cambio y,<br />

consecuentemente, la r<strong>el</strong>ación de nuestro país<br />

con <strong>el</strong> resto de las naciones es hoy-y debe<br />

seguir siéndolo cada vez más en <strong>el</strong> futuro-<br />

diferente.<br />

El fin d<strong>el</strong> campo socialista y de la Guerra Fría,<br />

simbolizado por la caída d<strong>el</strong> muro de Berlín en<br />

1989, ac<strong>el</strong>eró y magnifico procesos de<br />

renovación ya perceptibles en décadas<br />

previas, a la vez que provocó <strong>el</strong> surgimiento<br />

de nuevos cambios radicales. Ese hecho<br />

significó, fundamentalmente, la sustitución d<strong>el</strong><br />

orden bipolar, basado en la capacidad mutua<br />

de destrucción nuclear, por una const<strong>el</strong>ación<br />

mundial fragmentada y atomizada, en la que<br />

Estados Unidos se alzó como superpotencia<br />

hegemónica y en la que persisten r<strong>el</strong>aciones<br />

de poder asimétricas entre otros actores<br />

regionales. Ello ha propiciado, en muchos<br />

casos, la agudización de conflictos étnicos,<br />

r<strong>el</strong>igiosos y nacionalistas que habían<br />

permanecido latentes durante décadas,<br />

acentuando <strong>el</strong> riesgo de inestabilidad en las<br />

r<strong>el</strong>aciones internacionales. Al mismo tiempo,<br />

se han multiplicado los actores –tanto<br />

estatales como no estatales- en la escena<br />

mundial, y se ha generado un aumento<br />

exponencial en <strong>el</strong> número, la densidad y la<br />

diversidad de los vínculos y los intercambios<br />

entre <strong>el</strong>los. Dicho de otro modo, <strong>el</strong> nuestro es<br />

un <strong>mundo</strong> nuevo, más complejo y, en cierto<br />

sentido, más imprescindible.<br />

<strong>México</strong> también ha cambiado. A lo largo de<br />

unas cuantas décadas hemos dejado de ser un<br />

país predominantemente rural para<br />

convertirnos en una sociedad<br />

mayoritariamente urbana. Hemos pasado de<br />

una economía cerrada, dirigida principalmente<br />

al mercado interno, a una economía abierta<br />

que ocupa <strong>el</strong> octavo lugar en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> por <strong>el</strong><br />

volumen de su comercio exterior. Y por<br />

encima de todo, hemos dado fin a un régimen<br />

político caracterizado por prácticas autoritarias<br />

y corporativistas, para dar lugar a una nueva<br />

forma de gobierno que se basa en <strong>el</strong> equilibrio<br />

de los poderes y la genuina competencia<br />

<strong>el</strong>ectoral. Somos hoy, más que nunca, una<br />

sociedad plural y democrática<br />

El <strong>México</strong> actual refleja en sus vínculos con <strong>el</strong><br />

exterior esta nueva realidad. Hemos dejado<br />

atrás una posición r<strong>el</strong>ativamente aislada para<br />

establecer una estrecha asociación económica<br />

con Estados Unidos y Canadá. Aunque hace<br />

décadas <strong>México</strong> ha concentrado en Estados<br />

Unidos la mayor parte de su comercio<br />

exterior, con un porcentaje promedio de<br />

alrededor de 80% durante buena parte d<strong>el</strong><br />

siglo pasado, antes de la firma d<strong>el</strong> TLCAN<br />

dicho comercio representaba apenas <strong>el</strong> 10%<br />

de la economía mexicana. Hoy <strong>el</strong> porcentaje<br />

de concentración es similar, pero nuestro<br />

comercio exterior equivale ahora a 32% d<strong>el</strong><br />

PIB de <strong>México</strong>, y <strong>el</strong>lo tomando como<br />

referencia sólo las exportaciones, pues si<br />

incluimos importaciones representa alrededor<br />

d<strong>el</strong> 65% de la economía nacional. La<br />

tendencia es similar en <strong>el</strong> caso de la inversión<br />

extranjera directa o d<strong>el</strong> turismo proveniente


de los Estados Unidos, los cuales mantienen<br />

porcentajes <strong>el</strong>evados, pero dentro de<br />

universos, que hoy son mucho mayores, tanto<br />

en términos reales como r<strong>el</strong>ativos, que en <strong>el</strong><br />

pasado. Pero <strong>el</strong> pasado creciente de <strong>México</strong> en<br />

los asuntos internacionales se percibe también<br />

en la mayor responsabilidad que nuestro país<br />

ha asumido en la promoción de los derechos<br />

humanos, la democracia y la prosperidad en<br />

América Latina y <strong>el</strong> Caribe. Y resulta evidente,<br />

asimismo, que la comunidad internacional<br />

espera que <strong>México</strong> adopte un pap<strong>el</strong> de<br />

liderazgo en los asuntos mundiales,<br />

demostrando en la reciente <strong>el</strong>ección de<br />

nuestro país al consejo de seguridad de la<br />

Naciones Unidas como miembro no<br />

permanente.<br />

De hay que la estrategia internacional de<br />

<strong>México</strong> hoy haga énfasis en <strong>el</strong> cambio.<br />

Nuestro propósito es responder, con visión y<br />

congruencia, a las transformaciones<br />

nacionales, regionales y mundiales, al igual<br />

que al mandato de cambio implícito en <strong>el</strong><br />

triunfo <strong>el</strong>ectoral de Vicente Fox. Queremos<br />

asegurar una adecuada protección y<br />

promoción de los intereses d<strong>el</strong> país dentro d<strong>el</strong><br />

entorno mundial <strong>contemporáneo</strong>.<br />

Después de una cuidadosa revisión de<br />

nuestras prioridades, se han establecido dos<br />

grandes directrices como ejes rectore de la<br />

política exterior de <strong>México</strong>, los cuales habrán<br />

de orientar <strong>el</strong> esfuerzo emprendido por <strong>el</strong><br />

gobierno mexicano para poner al día sus<br />

r<strong>el</strong>aciones con la comunidad de naciones. El<br />

énfasis en estos dos ejes no implica que otros<br />

temas o regiones carezcan de importancia.<br />

Simplemente reconoce <strong>el</strong> hecho de que, por<br />

consideraciones estratégicas, reconoce <strong>el</strong><br />

hecho de que, por consideraciones<br />

estratégicas, estos ejes deben recibir una<br />

atención prioritaria porque son indispensables<br />

para que <strong>México</strong> pueda desplegar una política<br />

exterior eficaz y r<strong>el</strong>evante para las<br />

necesidades reales d<strong>el</strong> país. El primero es la<br />

construcción de una r<strong>el</strong>ación de alcance<br />

estratégico con Estados Unidos y <strong>el</strong> segundo<br />

es la activa participación de <strong>México</strong> en la<br />

conformación d<strong>el</strong> nuevo sistema internacional<br />

que gradualmente esta sustituyendo al que<br />

había prevalecido hasta hace pocos años.<br />

Ambos ejes no solo son mutuamente<br />

compatibles, sino inseparables; como diría<br />

Valéry: “jamás <strong>el</strong> uno sin <strong>el</strong> otro” ambos<br />

deben instrumentarse en forma paral<strong>el</strong>a,<br />

fortaleciendo y dando un adecuado equilibrio a<br />

la política exterior de nuestro país.<br />

Esta última consideración tiene una<br />

importancia decisiva para la nueva estrategia<br />

internacional de nuestro país. Todas las<br />

naciones tienden a equilibrar sus r<strong>el</strong>aciones<br />

bilaterales asimétricas fortaleciendo vínculos<br />

con otros países u otras regiones. Ello resulta<br />

prácticamente imposible para <strong>México</strong> por su<br />

ubicación geográfica y sus estrechos vínculos<br />

con Estados Unidos, nuestro país no puede<br />

proponerse equilibrar su política exterior<br />

mediante otro esfuerzo mediante otro<br />

esfuerzo bilateral, dando mayor peso a otro<br />

país o, incluso, a otra región, toda vez que<br />

éste necesariamente tendría un efecto<br />

limitado, dada la asimetría de nuestra r<strong>el</strong>ación<br />

y la posición hegemónica de Estados Unidos<br />

en <strong>el</strong> sistema internacional. La única forma en<br />

la que nuestro país puede realmente equilibrar<br />

su agenda de política exterior y sus intereses<br />

en <strong>el</strong> extranjero es desarrollando una<br />

actividad mas intensa en <strong>el</strong> escenario<br />

multilateral. Ello es posible gracias a que, a<br />

diferencia de lo ocurrido durante la segunda<br />

mitad d<strong>el</strong> siglo XX, tanto <strong>el</strong> sistema o familia<br />

de las Naciones Unidas, como aqu<strong>el</strong>los<br />

organismos internacionales que no forman<br />

parte de dicho sistema,hoy ofrecen una forma<br />

de equilibrar nuestra agenda de política<br />

exterior y nuestra r<strong>el</strong>ación con Estados<br />

Unidos. Esta es la razón principal que da<br />

sustento a nuestra intención de desempeñar<br />

un pap<strong>el</strong> mas activo en los asuntos<br />

internacionales, y también es vínculo<br />

fundamental entre los dos ejes principales de<br />

la política exterior de <strong>México</strong>.<br />

I. HACIA UNA RELACIÓN ESTRATEGICA CON<br />

ESTADOS UNIDOS<br />

Se ha dicho que la geografía decide <strong>el</strong> destino<br />

de las naciones. Es más exacto afirmar que<br />

fija las condiciones de posibilidad para que<br />

cada nación construya su propio rumbo.<br />

¿Cuáles son esas condiciones para <strong>México</strong>?<br />

Somos los vecinos inmediatos de la potencia<br />

dominante de la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo XX y<br />

que, todo así lo indica, será también la mas<br />

importante en <strong>el</strong> amanecer de este nuevo<br />

siglo es un error generalizado pensar, sin<br />

embargo, que ante tal potencia, un país como<br />

<strong>México</strong> no tiene otra alternativa que<br />

161


subordinarse o encerrarse en la inacción o en<br />

la defensa retórica. En <strong>el</strong> ámbito mundial, un<br />

país que quiere tener una mayor presencia e<br />

influencia internacional puede transformar<br />

condicionantes en ventajas. Un ejemplo de<br />

<strong>el</strong>lo lo ofrece nuestra frontera común con los<br />

Estados Unidos que, lejos de acarrearnos sólo<br />

problemas, nos proporciona ventajas<br />

considerables, como ha quedado demostrado<br />

en ámbitos como <strong>el</strong> comercio, la inversión y <strong>el</strong><br />

turismo.<br />

Es justamente por esa razón que <strong>México</strong> esta<br />

promoviendo una nueva r<strong>el</strong>ación, a la vez más<br />

estrecha y más profunda, con los Estados<br />

unido. La r<strong>el</strong>ación estratégica que estamos<br />

construyendo depende básicamente de tres<br />

cambios esenciales: en primer lugar, la<br />

inclusión de nuevos temas en la agenda<br />

bilateral; en segundo lugar, la incorporación<br />

de nuevos interlocutores políticos; y, en tercer<br />

lugar, <strong>el</strong> establecimiento de un nuevo marco<br />

general para la r<strong>el</strong>ación a largo plazo.<br />

El primer punto refleja un cambio tanto en las<br />

prioridades como en la actitud de ambos<br />

gobiernos tras <strong>el</strong> triunfo <strong>el</strong>ectoral de Vicente<br />

Fox. Hoy estamos discutiendo temas que no<br />

habían formado parte de la agenda bilateral<br />

de manera constante y sistemática, tales<br />

como migración, energía o cuestiones<br />

hemisféricas. Estos nuevos temas reflejan<br />

intereses que no son necesariamente los que<br />

fueron más prominentes en nuestra agenda<br />

con los Estados Unidos a lo largo de las<br />

pasadas décadas. Y <strong>el</strong>lo no porque estos<br />

intereses carecieran de importancia para <strong>el</strong><br />

país, sino por <strong>el</strong> contrario porque los sucesivos<br />

gobiernos de <strong>México</strong> habían sido incapaces de<br />

lograr que sus contrapartes estadounidenses<br />

accedieran a emprender una discusión integral<br />

y constructiva sobre estos asuntos cruciales.<br />

El mas prominente y, por distintos motivos, <strong>el</strong><br />

tema prioritario en la actual agenda bilateral<br />

de <strong>México</strong> y Estados Unidos, es, por supuesto,<br />

la negociación para atender en forma integral<br />

<strong>el</strong> fenómeno migratorio. Este tema siempre ha<br />

estado presente en r<strong>el</strong>ación entre los dos<br />

países pero nunca formó parte de la agenda<br />

negociadora de los dos gobiernos. Incluso <strong>el</strong><br />

caso d<strong>el</strong> “acuerdo bracero” de 1942, que<br />

algunos consideran un antecedente en esta<br />

materia, puede argumentarse que se trató<br />

más bien de un acuerdo diseñado por Estados<br />

162<br />

Unidos para obtener mano de obra barata<br />

durante la segunda guerra mundial, en <strong>el</strong> cual<br />

<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> negociador de <strong>México</strong> fue muy<br />

limitado. A diferencia de aqu<strong>el</strong> efímero<br />

antecedente, en la actualidad ambos<br />

gobiernos han reconocido la necesidad de<br />

contar con un marco ordenado para la<br />

migración, que garantice un trato humano,<br />

protección legal adecuada y condiciones<br />

laborales dignas para los migrantes. Hoy<br />

ambos gobiernos conciben <strong>el</strong> tema migratorio<br />

como una fuente de desafíos y oportunidades,<br />

así como uno de los principales vínculos que<br />

unen nuestras naciones.<br />

Hemos logrado ya importantes avances en las<br />

negociaciones en materia migratoria,<br />

particularmente respecto al reconocimiento de<br />

que los cinco rubros en que fueron divididas<br />

deben de atenderse de manera integral. Estos<br />

son la regulación de los migrantes<br />

indocumentados que ya se encuentran en los<br />

Estados Unidos; la ampliación d<strong>el</strong> número de<br />

visas permanentes otorgadas cada año a<br />

mexicanos que desean radicar en aqu<strong>el</strong> país;<br />

<strong>el</strong> establecimiento de un programa de<br />

trabajadores huéspedes; <strong>el</strong> incremento de la<br />

seguridad fronteriza; y la promoción de<br />

desarrollo económico de <strong>México</strong>,<br />

especialmente en las regiones expulsoras de<br />

migrantes.<br />

Es previsible que en los próximos meses las<br />

negociaciones se vean influidas por las<br />

repercusiones de los ataques terroristas<br />

realizados en contra de los Estados Unidos,<br />

pero <strong>el</strong>lo de ninguna manera significa que se<br />

hayan canc<strong>el</strong>ado los avances alcanzados hasta<br />

la fecha, ni que este proceso se haya detenido<br />

las razones de fondo que dieron origen a las<br />

negociaciones entre <strong>México</strong> y los Estados<br />

Unidos en esta materia son totalmente ajenas<br />

a dichos ataques y siguen vigentes. Es por <strong>el</strong>lo<br />

que ambos gobiernos han reiterado<br />

claramente su voluntad de atender <strong>el</strong><br />

fenómeno migratorio de manera integral y con<br />

visión de largo plazo.<br />

Otro importante asunto bilateral que si bien<br />

no es un tema nuevo sí está siendo atendido<br />

con renovado vigor y dentro de nuevos<br />

parámetros, es <strong>el</strong> combate contra las drogas.<br />

Hemos reconocido la necesidad de<br />

incrementar la cooperación de ambos lados de<br />

la frontera y, en consecuencia, hemos


adoptado medidas más eficaces. Hoy, la<br />

colaboración entre <strong>México</strong> y los Estados<br />

Unidos en esta área es más estrecha, más<br />

confiable y más franca de lo que había sido en<br />

<strong>el</strong> pasado. El intercambio de información e<br />

int<strong>el</strong>igencia entre funcionarios de ambos<br />

gobiernotes más frecuente y sistemático.<br />

Estamos fortaleciendo la capacidad de ambos<br />

países para llevar a la justicia a aqu<strong>el</strong>los<br />

individuos involucrados en este tipo de d<strong>el</strong>itos.<br />

Dentro de este clima de colaboración y<br />

corresponsabilidad, esperamos que la decisión<br />

de suspender <strong>el</strong> proceso anual de certificación<br />

sobre <strong>el</strong> combate a las drogas por un año en<br />

<strong>el</strong> hemisferio occidental, iniciativa aprobada<br />

recientemente por <strong>el</strong> Senado estadounidense,<br />

sea ratificada muy pronto por la cámara de<br />

representantes de aqu<strong>el</strong> país. Ello no solo<br />

permitirá desarrollar instrumentos más<br />

eficaces para mejorar la cooperación en la<br />

lucha contra las drogas a lo largo y ancho de<br />

todo <strong>el</strong> hemisferio, tal como lo busca hacer <strong>el</strong><br />

mecanismo de Evaluación Multilateral contra<br />

las drogas de la OEA si no que también puede<br />

contribuir a cortar los vasos comunicantes que<br />

existen entre <strong>el</strong> trafico de drogas y otras<br />

amenazas a la seguridad hemisférica.<br />

Otro tema central que hay que incluir de<br />

manera más clara en la agenda bilateral es <strong>el</strong><br />

de energía, junto con Canadá, <strong>México</strong> y los<br />

Estados Unidos han estado discutiendo una<br />

nueva estrategia en esta materia que<br />

responda a las necesidades de la región en su<br />

conjunto. <strong>México</strong> busca conciliar la oferta con<br />

la demanda en América d<strong>el</strong> Norte, de manera<br />

que podamos utilizar óptimamente nuestros<br />

recursos energéticos y evitar la<br />

disfuncionalidad geográfica, estacional y de<br />

tipo de energía que afectan a la oferta y la<br />

demanda en esta tarea, como en cualquier<br />

otro aspecto de política exterior, debemos<br />

salvaguardar los intereses nacionales pero<br />

también debemos de ser capaces de adoptar<br />

una visión mas amplia que nos permita<br />

aprovechar las oportunidades que ofrece <strong>el</strong><br />

mercado de América d<strong>el</strong> Norte en su conjunto,<br />

tanto en materia de inversión como de<br />

consumo. Para <strong>el</strong>lo es preciso tomar en cuenta<br />

las perspectivas de cada nación y utilizar en<br />

beneficio de <strong>México</strong> nuestros recursos<br />

energéticos, que son sin duda uno de los<br />

mayores activos d<strong>el</strong> país.<br />

Adicionalmente, dentro d<strong>el</strong> conjunto de<br />

nuevos temas que estamos introduciendo en<br />

la r<strong>el</strong>ación bilateral se encuentra en la<br />

discusión con los Estados Unidos de temas<br />

globales y regionales de interés común, los<br />

que podríamos llamar temas r<strong>el</strong>acionados con<br />

países terceros. Hay también en esta área<br />

antecedentes aislados, como Centro América<br />

en la década de los ochenta y la vigencia d<strong>el</strong><br />

régimen democrático en algunos países de la<br />

región en la década de los noventa, pero no<br />

un dialogo sostenido y constante. Esto ha<br />

empezado a cambiar a partir de gobierno d<strong>el</strong><br />

presidente Fox y es su intención profundizar<br />

este proceso para que se incorporen a la<br />

agenda importantes temas regionales, como<br />

la situación en Colombia, Cuba, Venezu<strong>el</strong>a o<br />

incluso temas mundiales como <strong>el</strong> protocolo de<br />

Kioto sobre cambio Climático la conferencia<br />

mundial contra <strong>el</strong> rasismo, la discriminación<br />

racial, la Xenofobia y otras formas conexas de<br />

intolerancia c<strong>el</strong>ebrada en Durban, o la Cumbre<br />

Mundial sobre Desarrollo sustentable que<br />

habrá de realizarse en Johannesburgo.<br />

Junto con la inclusión de los temas en la<br />

agenda bilateral, estamos promoviendo la<br />

incorporación de nuevos actores en <strong>el</strong> diálogo<br />

entre los dos países. El presidente fox se ha<br />

esforzado por desarrollar una r<strong>el</strong>ación mas<br />

estrecha con actores destacados de la vida<br />

pública de los Estados Unidos, con los cuales<br />

<strong>México</strong> debe mantener contactos sistemáticos<br />

y continuos. Entre <strong>el</strong>los figuran <strong>el</strong> congreso de<br />

los Estados Unidos, los diversos gobiernos<br />

estatales, los medios de comunicación, los<br />

sindicatos, los principales grupos<br />

empresariales y las organizaciones no<br />

gubernamentales. Es cierto que en <strong>el</strong> pasado<br />

se hicieron esfuerzos aislados en este sentido,<br />

sobre todo para objetivos específicos<br />

particularmente en <strong>el</strong> caso de la negociación<br />

d<strong>el</strong> TLCAN, y en menor medida durante la<br />

crisis centroamericana de los ochenta. No<br />

obstante, estrechar y mantener en forma<br />

permanente y generalizada estos vínculos<br />

resulta indispensable para cualquier país que<br />

pretenda construir una r<strong>el</strong>ación estratégica<br />

con Estados Unidos.<br />

Otros gobiernos interesados en forjar una<br />

r<strong>el</strong>ación similar lo han hecho desde hace años,<br />

como los de Canadá y Japón, y, por supuesto,<br />

<strong>el</strong> de Reino Unido, si bien su situación es<br />

ciertamente especial. Ellos han comprendido<br />

163


que un país como los Estados Unidos, donde<br />

<strong>el</strong> poder se halla tan disperso y fragmentado,<br />

no es posible entenderse únicamente con <strong>el</strong><br />

poder ejecutivo. <strong>México</strong> tiene la ventaja de<br />

que existe una predisposición favorable para<br />

escuchar y trabajar en los temas de la agenda<br />

mexicana en otros niv<strong>el</strong>es de gobierno. Las<br />

decisiones que diversas instancias<br />

estadounidenses han adoptado recientemente,<br />

como la resolución que permite a los hijos de<br />

los migrantes establecidos en California, sin<br />

importar su condición migratoria, <strong>el</strong> acceso al<br />

sistema de educación superior y de<br />

colegiaturas preferenciales d<strong>el</strong> estado, como<br />

cualquier otro residente, así como la propia<br />

suspensión d<strong>el</strong> proceso de certificación<br />

antidrogas o la suspensión en forma indefinida<br />

de la ejecución de Gerardo Valdés Maltos,<br />

reflejan en parte <strong>el</strong> dialogo que <strong>México</strong> ha<br />

logrado establecer con estos interlocutores.<br />

En este punto conviene subrayar la<br />

importancia que tuvo la definición de nuestro<br />

apoyo hacia los Estados Unidos a<br />

consecuencia de los ataques terroristas<br />

realizados <strong>el</strong> 11 de septiembre. Si la postura<br />

oficial de <strong>México</strong> hubiese sido diferente, tal<br />

vez la r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> ejecutivo<br />

estadounidense no se hubiera visto afectada<br />

de manera adversa, pero si la r<strong>el</strong>ación con los<br />

otros interlocutores de esa sociedad.<br />

Afortunadamente logramos mantener la<br />

confianza y la fluidez que hemos construido<br />

paulatinamente, si bien es preciso admitir que<br />

algunas de las posiciones asumidas en <strong>el</strong><br />

debate en <strong>México</strong> pusieron en riesgo este<br />

conjunto de r<strong>el</strong>aciones, comprendido como se<br />

acaba de exponer.<br />

El tercer <strong>el</strong>emento de la nueva r<strong>el</strong>ación que<br />

buscamos desarrollar con los Estados Unidos<br />

es la creación de un marco conceptual<br />

diferente que confiera a nuestros vínculos una<br />

perspectiva a largo aliento, algo que en<br />

<strong>México</strong>, Canadá y Estados Unidos se ha<br />

denominado la comunidad económica de<br />

América d<strong>el</strong> Norte. El nuevo marco conceptual<br />

tiene que ver con <strong>el</strong> desarrollo de nuevas<br />

instituciones, y con temas como la libertad de<br />

movimiento de capitales, bienes, servicios y<br />

personas. En esencia, consiste en la visión de<br />

largo plazo para la región de América d<strong>el</strong><br />

Norte. Se trata de construir una convergencia<br />

gradual de nuestros indicadores<br />

macroeconómicos y una mayor coordinación<br />

164<br />

en otras áreas, en forma análoga pero no<br />

idéntica a la que se ha venido desarrollando<br />

en Europa Occidental. Los umbrales de la<br />

convergencia en América d<strong>el</strong> Norte son,<br />

indudablemente diferentes a los de las<br />

naciones europeas, pero la dirección de este<br />

proceso es semejante. Definir si la<br />

construcción de las instituciones de América<br />

d<strong>el</strong> Norte es en <strong>el</strong> interés de <strong>México</strong> constituye<br />

uno de los retos conceptuales más<br />

significativos en la agenda de política exterior<br />

mexicana.<br />

Desde una visión estratégica los ataques<br />

terroristas perpetrados contra los Estados<br />

Unidos <strong>el</strong> 11 de septiembre obligan a<br />

replantear un tema que, si bien siempre<br />

estuvo presente, ahora revestirá una<br />

importancia aun mayor: la cooperación en la<br />

lucha contra <strong>el</strong> terrorismo. <strong>México</strong> esta<br />

decidido a colaborar más estrechamente con<br />

los Estados Unidos y Canadá para mejorar <strong>el</strong><br />

control en nuestras fronteras, compartiendo<br />

información y estableciendo criterios y<br />

procedimientos comunes en materia aduanera<br />

y fronteriza. Es un hecho que la seguridad de<br />

las tres naciones es ahora interdependiente y<br />

que un perímetro de seguridad<br />

norteamericano puede ser instrumento útil<br />

para mejorar los mecanismos de verificación,<br />

control e int<strong>el</strong>igencia comunes aminorando los<br />

estragos que para <strong>México</strong> puedan causar las<br />

demoras d<strong>el</strong> transporte de carga en la<br />

frontera, las dificultades para los cruces<br />

fronterizos y un ambiente de cerrazón. Este<br />

proceso podría conducir eventualmente a la<br />

creación de instituciones de control<br />

transfronterizo semejantes a las que han sido<br />

establecidas en Europa, tales como <strong>el</strong> “Área<br />

Schengen”, con <strong>el</strong> fin de promover al mismo<br />

tiempo un movimiento mas libre de personas<br />

y bienes, y una mayor seguridad en la región.<br />

de manera complementaria, será<br />

indispensable revisar y renovar <strong>el</strong> sistema de<br />

seguridad hemisférico, tal como lo propuso <strong>el</strong><br />

presidente Fox ante <strong>el</strong> consejo permanente de<br />

la OEA en septiembre pasado, con <strong>el</strong> fin de<br />

establecer nuevos mecanismos que respondan<br />

a las nuevas amenazas y a las necesidades<br />

reales de las naciones de América Latina: <strong>el</strong><br />

terrorismo, <strong>el</strong> crimen organizado transnacional<br />

y sus d<strong>el</strong>itos conexos, la proliferación y <strong>el</strong><br />

trafico de armas, los desastres naturales<br />

recurrentes y <strong>el</strong> sida. Este es un objetivo de<br />

largo plazo cuya r<strong>el</strong>evancia ha sido


confrontada por los atroces acontecimientos<br />

d<strong>el</strong> 11 de septiembre.<br />

Es por este conjunto de consideraciones que<br />

<strong>México</strong> busca establecer una r<strong>el</strong>ación con<br />

Estados Unidos que será, necesariamente mas<br />

estrecha, sin embargo contrariamente a lo<br />

que un cierto conformismo int<strong>el</strong>ectual tiende a<br />

pensar, <strong>el</strong>lo no significa que esta habrá de ser<br />

mas subordinada. En <strong>el</strong> actual contexto de<br />

independencia, <strong>el</strong> interés mutuo de <strong>México</strong> y<br />

los Estados Unidos nos exige consolidar una<br />

r<strong>el</strong>ación firme y de largo plazo. Ello sólo será<br />

posible si ambos países reconocen <strong>el</strong> pap<strong>el</strong><br />

central que a cada una corresponde para<br />

asegurar la prosperidad y <strong>el</strong> bienestar de<br />

mutuos.<br />

II. LA ACTIVA PARTICIPACIÓN DE<br />

MÉXICO<br />

EN EL NUEVO SISTEMA INTERNACIONAL<br />

El segundo de los ejes principales de la actual<br />

política exterior tiene que ver con la activa<br />

participación de <strong>México</strong> en la conformación d<strong>el</strong><br />

nuevo sistema internacional y en la<br />

construcción de equilibrios en su agenda<br />

internacional. Además de las consideraciones<br />

de equilibrio y contrapeso expuestas al inicio<br />

de este ensayo, hay otras razones que<br />

sustentan este significado cambio respecto a<br />

la política anterior de r<strong>el</strong>ativo aislamiento. Por<br />

una parte, la evolución de la política mundial y<br />

la economía global tiene crecientes<br />

consecuencias para cada región y cada país, y<br />

seria irresponsable de nuestra parte no<br />

responder con eficacia a ese proceso de<br />

cambio. Por la otra, dadas sus tendencias<br />

demográficas, su creciente peso económico y<br />

su posición geo-estratégica, <strong>México</strong><br />

inevitablemente influye ne los asuntos<br />

internacionales. Debemos asegurarnos, por<br />

tanto, que dicha influencia sea congruente con<br />

nuestros intereses.<br />

Junto con las transformaciones en curso, <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> también esta estableciendo las nuevas<br />

reglas y normas que habrán de orientar este<br />

proceso de cambio durante las próximas<br />

décadas. Las dos guerras mundiales, junto<br />

con <strong>el</strong> fracaso de la liga de las naciones,<br />

llegaron a la conclusión de que un <strong>mundo</strong><br />

compuesto únicamente de soberanía y<br />

irrestrictas conducía inevitablente a la guerra.<br />

De ahí que se creara la organización de las<br />

naciones unidas y, como un <strong>el</strong>emento clave de<br />

la organización, <strong>el</strong> consejo de seguridad, al<br />

cual se le dotó de facultades para restringir,<br />

con base a las decisiones colectivas, la<br />

soberanía de los estados en asuntos<br />

r<strong>el</strong>acionados con la paz y la seguridad<br />

internacionales. Si bien esto significo una<br />

innovación importante respector a los<br />

principios que habían prevalecido básicamente<br />

inalterados desde <strong>el</strong> Tratado de Westfalia, <strong>el</strong><br />

sistema internacional continuó apoyándose<br />

casa exclusivamente en la soberanía d<strong>el</strong><br />

estado. En efecto, desde 1648 las r<strong>el</strong>aciones<br />

internacionales habían descansado en dos<br />

premisas básicas: La actuación exclusiva de<br />

los estados en <strong>el</strong> ámbito internacional y la<br />

soberanía plena de cada estado en su<br />

territorio. Ya la carta de San Francisco<br />

comenzó a matizar dichos axiomas, pero no<br />

fue sino hasta hace poco tiempo que la<br />

tendencia hacia la jurisdicción universal<br />

inaugurada por los procesos de Nuremberg<br />

empezó a cobrar derecho de ciudad.<br />

En efecto, <strong>el</strong> deshi<strong>el</strong>o bipolar que dio inicio en<br />

1989 ha permitido emprender, ahora sin las<br />

limitaciones geopolíticas o ideológicas<br />

impuestas por <strong>el</strong> conflicto este-oeste, la<br />

conformación de un nuevo sistema de<br />

r<strong>el</strong>aciones internacionales basada en reglas y<br />

normas de alcance universal. Un aspecto<br />

crucial de este proceso es <strong>el</strong> hecho de que, a<br />

diferencia d<strong>el</strong> pasado, muchas naciones ahora<br />

creen que ciertas normas y ciertos principios<br />

no solo tienen validez universal sino que<br />

deben hacerse valer por encima de la<br />

soberanía d<strong>el</strong> estado. Como señaló Hubert<br />

Védrine, ministros de las r<strong>el</strong>aciones exteriores<br />

de Francia, es justamente “Porque creemos<br />

profundamente en la universalidad de los<br />

valores humanistas y democráticos que<br />

debemos cuestionar la resistencia a su<br />

difusión y buscar la manera correcta de tratar<br />

ha aqu<strong>el</strong>los países que aun no los respetan”.<br />

Así, <strong>el</strong> nuevo sistema normativo se ha venido<br />

desarrollando gradualmente a lo largo de<br />

varias décadas. Esta siendo edificado en torno<br />

a edificios temáticos de regulación en distintos<br />

ámbitos, como los derechos humanos, los<br />

derechos indígenas, <strong>el</strong> comercio, <strong>el</strong> desarme,<br />

la democracia, o la degradación ambiental,<br />

con base en una jurisdicción creciente que se<br />

pretende universal. Sin embargo, a diferencia<br />

165


d<strong>el</strong> sistema de las naciones unidas este nuevo<br />

conjunto de reglas y normas no se ha<br />

desarrollado en forma articulada por <strong>el</strong><br />

contrario, esta evolucionando en forma<br />

aislada, no coordinada y de acuerdo a las<br />

necesidades d<strong>el</strong> momento.<br />

El proceso de creación de reglas de vigencia<br />

generalizada abarca temas de gran r<strong>el</strong>evancia<br />

para <strong>México</strong>. Los más conocidos y quizás los<br />

más prominentes están r<strong>el</strong>acionados con los<br />

derechos humanos. Pero hay muchas otras<br />

áreas de importancia creciente, incluyendo la<br />

reivindicación de los derechos de grupos que,<br />

hasta ahora, habían sido los más vulnerables:<br />

niños, mujeres, pueblos indígenas y<br />

trabajadores migratorios. Otras áreas<br />

importantes son las r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong> medio<br />

ambiente, los esfuerzos para combatir <strong>el</strong><br />

crimen organizado transnacional y la<br />

corrupción y, por supuesto, la construcción y<br />

la consolidación de la democracia.<br />

Lo que estamos presenciando es la edificación<br />

de un nuevo sistema internacional basado en<br />

reglas que no son las de la Carta de las<br />

Naciones Unidas, ni son los principios<br />

tradicionales de la política exterior de <strong>México</strong><br />

– los cuales, a su vez, no son originalmente<br />

mexicanos, sino que también se derivan<br />

fundamentalmente de la Carta de las Naciones<br />

Unidas -. Algunos tal vez hubieran preferido<br />

que <strong>el</strong> sistema internacional d<strong>el</strong> siglo XXI, tras<br />

<strong>el</strong> fin de la Guerra Fría, se estableciera sobre<br />

la base de esos principios: los de la no<br />

intervención, la igualdad jurídica de los<br />

Estados o <strong>el</strong> rechazo al uso de la fuerza. Pero<br />

la realidad es que aqu<strong>el</strong> ya no descansa en<br />

<strong>el</strong>los; para bien o para mal, <strong>el</strong> hecho es que<br />

las nuevas reglas que se tienden a construir,<br />

son injerencistas, más que antiintervencionistas;<br />

particulares, más que<br />

generales; concretas, más que abstractas.<br />

Es en este contexto que hay que entender la<br />

decisión d<strong>el</strong> gobierno mexicano de desplegar<br />

una actividad más intensa en <strong>el</strong> escenario<br />

mundial, particularmente en <strong>el</strong> proceso<br />

multilateral de codificación de las nuevas<br />

reglas d<strong>el</strong> sistema internacional. Dicho<br />

proceso se va a dar con o sin <strong>México</strong>. Nuestro<br />

país tiene la opción de involucrarse en su<br />

definición, o de mantenerse al margen, sujeto<br />

siempre a lo que otros decidan. Pero lo que no<br />

podrá hacer es rechazar las nuevas reglas y<br />

166<br />

regulaciones que eventualmente sean<br />

establecidas, o las nuevas normas que sean<br />

universalmente reconocidas. Nos serán<br />

aplicadas, querámoslo o no.<br />

Consecuentemente, es en nuestro interés que<br />

<strong>México</strong> tome parte activa en este proceso. Su<br />

posición como país puente, su tradición en<br />

materia de política exterior, su habilidad<br />

diplomática, su capacidad innovadora y su<br />

legitimidad democrática le dan amplias<br />

herramientas para contribuir a la definición de<br />

nuevas reglas para <strong>el</strong> sistema internacional.<br />

Este activo pap<strong>el</strong> forma parte de la larga<br />

tradición de <strong>México</strong> en la codificación d<strong>el</strong><br />

derecho internacional, mediante <strong>el</strong><br />

establecimiento de reglas iguales para sujetos<br />

desiguales. En <strong>el</strong> pasado, los gobernantes y<br />

los diplomáticos de <strong>México</strong> comprendieron que<br />

un sistema basado en <strong>el</strong> derecho en más<br />

favorable para un país r<strong>el</strong>ativamente débil que<br />

un sistema basado sólo en las corr<strong>el</strong>aciones<br />

de fuerza.<br />

No creían que la igualdad entre desiguales,<br />

establecida por <strong>el</strong> derecho internacional, fuera<br />

necesariamente una idea; pero entendieron<br />

que la desigualdad entre desiguales propiciada<br />

por un sistema sin orden era aún más<br />

desfavorable.<br />

Hoy ocurre algo similar: las reglas en vías de<br />

formulación descansan en un principio de<br />

igualdad para todos, a pesar de las enormes<br />

desigualdades y asimetrías que privan en <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>. Pero aun así, esto es preferible ala<br />

ausencia de reglas. Pues si la ausencia de<br />

reglas entre iguales genera dificultades, la<br />

ausencia de reglas entre desiguales es aún<br />

más grave y desfavorable para la convivencia<br />

entre las naciones.<br />

Esa convicción es una de las premisas que<br />

fundamentan <strong>el</strong> nuevo activismo internacional<br />

mexicano, en particular nuestro ingreso al<br />

Consejo de Seguridad de la ONU. Pero<br />

también está presente en la actuación que<br />

<strong>México</strong> ha venido realizando en los foros<br />

internacionales y organismos multilaterales<br />

desde <strong>el</strong> inicio de la actual administración: en<br />

su nuevo compromiso con la defensa de los<br />

derechos fundamentales de la persona<br />

expresado en la Comisión de Derechos<br />

Humanos de las Naciones Unidas; en su activa


participación en la Comunidad de<br />

Democracias; en su defensa de los derechos<br />

indígenas en la Conferencia Mundial contra <strong>el</strong><br />

Racismo, la Discriminación Racial, la<br />

Xenofobia y las Formas Conexas de<br />

Intolerancia c<strong>el</strong>ebrada en Durban; en su<br />

apoyo a los esfuerzos de la OMC a favor de un<br />

comercio más libre; en su respaldo a los<br />

objetivos de protección de la biodiversidad<br />

contenidos en <strong>el</strong> Protocolo de Kioto sobre<br />

Cambio Climático; en su activa participación<br />

en las negociaciones de la Convención contra<br />

<strong>el</strong> Crimen Organizado Transnacional suscrita<br />

en Palermo; en su compromiso con la Cumbre<br />

Mundial sobre Desarrollo Sustentable que<br />

habrá de realizarse en Johannesburgo <strong>el</strong> año<br />

entrante; en su decidida colaboración en la<br />

lucha contra <strong>el</strong> terrorismo; y en muchas otras<br />

acciones que reflejan una clara conciencia d<strong>el</strong><br />

lugar y la responsabilidad que le corresponden<br />

a un país como <strong>México</strong> en <strong>el</strong> escenario<br />

internacional.<br />

III. LA CONYUNTURA ACTUAL<br />

Los ataques perpetrados contra Estados<br />

Unidos <strong>el</strong> pasado 11 de Septiembre marcan un<br />

trágico hito en la historia reciente y tendrán<br />

importantes consecuencias para las r<strong>el</strong>aciones<br />

internacionales, algunas de <strong>el</strong>las todavía<br />

imprevisible.<br />

Como han señalado F<strong>el</strong>ipe González y Juan<br />

Luis Cebrián en su más reciente libro, “<strong>el</strong><br />

futuro ya no es lo que era”. Se ha abierto un<br />

periodo de definiciones, en <strong>el</strong> que todos los<br />

países deberán responder concretamente a la<br />

amenaza d<strong>el</strong> terrorismo internacional. Al<br />

hacerlo, cada uno de <strong>el</strong>los habrá de influir en<br />

los términos de las r<strong>el</strong>aciones internacionales<br />

que estarán vigentes en los años para venir.<br />

En estas circunstancias es preciso definir con<br />

toda claridad si los vínculos que nos unen con<br />

Estados Unidos deberán consolidarse en los<br />

tiempos de crisis que vivimos, o si habremos<br />

de adoptar una postura distante,<br />

supuestamente neutral que, en efecto,<br />

significaría desconocer la estrecha r<strong>el</strong>ación<br />

que ya hemos construido. La postura d<strong>el</strong><br />

gobierno d<strong>el</strong> presidente Vicente Fox ha sido<br />

clara: debemos apoyar a Estados Unidos<br />

porque le asiste <strong>el</strong> derecho de legítima<br />

defensa; porque la comunidad internacional se<br />

ha sumado masivamente a la lucha contra <strong>el</strong><br />

terrorismo internacional emprendida a raíz de<br />

los ataques, y porque nuestro interés consiste<br />

en construir la r<strong>el</strong>ación estratégica ya descrita<br />

y que necesariamente entraña un grado de<br />

solidaridad mayor que <strong>el</strong> tradicional.<br />

El <strong>México</strong> de hoy, que es expresión de la<br />

voluntad de cambio de sus ciudadanos, debe<br />

asumir un pap<strong>el</strong> activo e innovador en la<br />

escena mundial. Así lo exigen tanto las<br />

crecientes repercusiones de los procesos<br />

internacionales en la vida interna de <strong>México</strong>,<br />

como la influencia que nuestro país puede<br />

ejerce legítimamente en <strong>el</strong> establecimiento de<br />

un orden internacional basado en principios de<br />

validez universal y reglas establecidas por la<br />

comunidad de naciones, no impuestas a <strong>el</strong>la.<br />

Hay diversos ámbitos de creciente jurisdicción<br />

universal en los que <strong>México</strong> ha venido<br />

asumiendo un pap<strong>el</strong> aún más activo: en la<br />

suscripción de convenios que contribuyen a la<br />

protección d<strong>el</strong> medio ambiente; en <strong>el</strong> combate<br />

a la impunidad en d<strong>el</strong>itos de lesa humanidad,<br />

como en <strong>el</strong> caso Caballo; en la suscripción de<br />

la cláusula democrática con la Unión Europea;<br />

así como en muchos otros temas de la nueva<br />

agenda internacional, como los derechos<br />

indígenas, los derechos laborales, las<br />

cuestiones de género, entre otras áreas<br />

prioritarias.<br />

Los dos ejes descritos no implican en forma<br />

alguna que los vínculos de <strong>México</strong> con otros<br />

países se vean reducidos.<br />

Nuestros vínculos políticos y culturales con<br />

naciones como España, Guatemala, Cuba, al<br />

igual que nuestra agenda económica<br />

internacional, particularmente con la Unión<br />

Europea y con Japón seguirán siendo<br />

prioritarios. En otros casos, la manera más<br />

eficaz de dar una profundidad política y un<br />

mayor peso a nuestras r<strong>el</strong>aciones bilaterales<br />

consistirá en propiciar una mayor<br />

convergencia en la esfera multilateral. De allí<br />

también la importancia d<strong>el</strong> segundo eje de la<br />

política exterior de <strong>México</strong>, que no solamente<br />

de mayor equilibrio a nuestra agenda de<br />

política exterior, sino que contribuye a<br />

fortalecer nuestros lazos con <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> en forma constructiva y realista.<br />

Este ambicioso programa de actualización de<br />

las r<strong>el</strong>aciones exteriores de <strong>México</strong> exige,<br />

necesariamente, una revisión crítica de<br />

167


diversas posturas que <strong>México</strong> había venido<br />

manteniendo desde hace tiempo como si se<br />

trata de verdades incuestionables. De allí que<br />

<strong>el</strong> cambio que nuestro país requiere enfrenta<br />

resistencias por parte de algunos grupos y<br />

sectores, las cuales son productos de algunas<br />

inercias d<strong>el</strong> pasado.<br />

Uno de los factores que explican esas<br />

resistencias tiene que ver con la forma<br />

autoritaria en que se impuso <strong>el</strong> Tratado de<br />

Libre Comercio con América d<strong>el</strong> Norte a la<br />

sociedad mexicana. La falta de información<br />

suficiente y de un debate libre en <strong>México</strong><br />

respecto a los cambios que <strong>el</strong> Tratado traería<br />

consigo impidió realizar <strong>el</strong> proceso de<br />

intercambio, confrontación y reforma que era<br />

indispensable ante un cambio tan profundo<br />

para <strong>el</strong> país. Ello ha dejado importantes<br />

secu<strong>el</strong>as, en particular <strong>el</strong> hecho de que la<br />

sociedad mexicana no tenga planes conciencia<br />

d<strong>el</strong> grado de concentración y, sobre todo, <strong>el</strong><br />

peso que tiene la r<strong>el</strong>ación de <strong>México</strong> con<br />

Estados Unidos para nuestra economía y<br />

nuestra sociedad en <strong>el</strong> comercio, la inversión,<br />

la educación, <strong>el</strong> turismo e, incluso, las<br />

remesas de los migrantes.<br />

Ello significa que muchos mexicanos no<br />

comprenden cabalmente, porque en <strong>el</strong> pasado<br />

no se les informó adecuadamente, <strong>el</strong> grado de<br />

interdependencia que ya existe entre nuestros<br />

dos países.<br />

Un segundo factor de resistencia es <strong>el</strong> hecho<br />

de que la sociedad mexicana está más cerrada<br />

al <strong>mundo</strong> de lo que se hubiera podido pensar.<br />

Diversas encuestas realizadas en meses<br />

recientes y publicadas en los medios de<br />

información rev<strong>el</strong>an una actitud más<br />

autárquica y volcada hacia dentro de lo que<br />

correspondería a un país que tiene <strong>el</strong> 10% de<br />

su población en <strong>el</strong> extranjero –en ciertas<br />

regiones, una de cada cuatro personas tiene<br />

familiares en Estados Unidos- y cuyas<br />

exportaciones equivalen a alrededor de 32%<br />

de su PIB. Si bien hay razones históricas que<br />

explican esta actitud de suspicacia o r<strong>el</strong>ativo<br />

aislamiento respecto al ámbito internacional,<br />

éste no deja de tener un impacto real en las<br />

posibilidades de cambio, particularmente en <strong>el</strong><br />

contexto actual de globalización e<br />

interdependencia que enfrenta <strong>México</strong>.<br />

168<br />

Por último, en esta r<strong>el</strong>ación de factores de<br />

resistencia al cambio en política exterior,<br />

habría que incluir la dificultad para desarrollar<br />

un debate sobre los aspectos sustantivos de la<br />

estrategia actual, más que sobre los aspectos<br />

procedimentales. Todos los temas están<br />

abiertos a discusión: la r<strong>el</strong>ación con Estados<br />

Unidos, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de <strong>México</strong> en <strong>el</strong> Consejo de<br />

Seguridad, la cooperación con <strong>el</strong> gobierno<br />

español en la lucha contra <strong>el</strong> terrorismo, la<br />

postura frente a Cuba, y muchos otros<br />

igualmente r<strong>el</strong>evantes. Sin embargo, la<br />

discusión parece centrarse en asuntos de<br />

importancia menor, tales como si son<br />

excesivos los viajes al extranjero, si los<br />

términos en que se solicitó un determinado<br />

permiso fueron correctos o si tal acción “se<br />

apega a la Doctrina Estrada”, a menudo en un<br />

contexto en que ni siquiera es aplicable. Al<br />

centrar <strong>el</strong> debate en cuestiones de<br />

procedimientos, se pierde la oportunidad de<br />

discutir <strong>el</strong> fondo de los temas más<br />

importantes y se dificulta, igualmente, <strong>el</strong><br />

cambio por <strong>el</strong> que los votantes se<br />

pronunciaron <strong>el</strong> 2 de julio.<br />

Debe encontrar los caminos para remontar<br />

esas resistencias y sostener un debate acorde<br />

con la importancia y la trascendencia de la<br />

política exigirá un esfuerzo adicional por parte<br />

d<strong>el</strong> gobierno para informar a la sociedad con<br />

mayor eficacia y alentar un debate de fondo<br />

sobre los temas sustantivos de la agenda<br />

internacional de <strong>México</strong> y, a la vez, una<br />

mayoría disposición de las élites mexicanas<br />

(políticas, empresariales, int<strong>el</strong>ectuales y<br />

sociales) a debatir dichos temas de manera<br />

informada.<br />

El presidente Fox ha decidido, a partir d<strong>el</strong><br />

mandato que recibió de la sociedad mexicana,<br />

que en lugar de ser simplemente testigos d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> y de los procesos que lo transforman,<br />

debemos ser participes audaces, imaginativos,<br />

vigoroso. <strong>México</strong> está en condiciones de<br />

asumir un pap<strong>el</strong> de vanguardia en estos<br />

procesos, aportando su voluntad y su<br />

liderazgo para establecer, junto con un grupo<br />

de países que han contribuido en forma<br />

determinarte a la conformación d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

actual, un nuevo sistema internacional más<br />

justo, en <strong>el</strong> que la paz y la seguridad se<br />

fortalezcan y se garantice la defensa y<br />

promoción de los intereses de <strong>México</strong>.


LA ECONOMÍA MEXICANA<br />

FRENTE AL PROCESO DE<br />

GLOBALIZACIÓN<br />

VII. RUPTURA Y CAMBIO<br />

Doce años de empeño por darle nuevos<br />

sentido y extensión al proyecto estatista<br />

dieron por resultado consecuencias<br />

ostensiblemente contrarias a los objetivos que<br />

aquél perseguía. La soberanía nacional, tan<br />

cara a la ideología oficial, resultó vulnerada<br />

porque las dos últimas crisis financieras<br />

hicieron al país más dependiente d<strong>el</strong><br />

extranjero, particularmente de los Estados<br />

Unidos. Así lo atestiguaron la aceptación en<br />

tres ocasiones, mediante sendas cartas de<br />

intención, de los términos d<strong>el</strong> Fondo<br />

Monetario Internacional (FMI), némesis de<br />

todo nacionalista, y las ventas de petróleo de<br />

1982, en términos desventajosos, a nuestro<br />

vecino d<strong>el</strong> norte para constituir su reserva<br />

petrolera, rompiendo con <strong>el</strong>lo la solidaridad<br />

con los países productores de petróleo.<br />

Pero ¿acaso todos esos empeños para poner<br />

en marcha <strong>el</strong> desarrollo compartido primero y<br />

<strong>el</strong> crecimiento ac<strong>el</strong>erado después habían sido<br />

eficaces en términos económicos y sociales?<br />

Quizá si <strong>México</strong> hubiera conseguido una alta<br />

tasa de crecimiento mayor a las vigencias en<br />

los años sesenta, acompañada por un reparto<br />

más igualitario y sostenido de la riqueza<br />

generada, aqu<strong>el</strong>los sacrificios hubieran<br />

resultado justificados.<br />

Sin embargo, la tasa promedio anual de<br />

crecimiento a lo largo de los años que cubren<br />

<strong>el</strong> periodo 1970-1982 fue de 6.3% inferior al<br />

6.6%, promedio anual correspondiente a la<br />

etapa de desarrollo estabilizador. Aunque<br />

entre 1970-1982 hubo grandes esfuerzos para<br />

mejorar la distribución d<strong>el</strong> ingreso, tanto en<br />

creación de instituciones como en la<br />

expansión d<strong>el</strong> gasto público, fue una época<br />

con una tasas de inflación d<strong>el</strong> 22.05% en<br />

promedio anual que contrastó<br />

desfavorablemente con la vigente, 4.13%, en<br />

la etapa inmediata anterior.<br />

Ello no quiere decir que toda acción pública<br />

durante <strong>el</strong> periodo fuera negativa, perjudicial<br />

o contraproducente. No pocas veces, las<br />

políticas que se ponen en marcha se justifican<br />

más por lo que logran; aunque un juicio de<br />

esta naturaleza es sumamente difícil de<br />

proponerse, por que equivale a especular<br />

sobre historias alternativas que se acercan ya<br />

p<strong>el</strong>igrosamente a la ficción. Aun así se puede<br />

convenir en que si <strong>el</strong> propósito d<strong>el</strong> desarrollo<br />

compartido d<strong>el</strong> presidente Echeverría fue<br />

evitar desgajamientos y nuevas oposiciones<br />

que se pudieran conectar con los grupos<br />

violentos, <strong>el</strong>lo se logró a cabalidad. De igual<br />

manera se pude convenir en que si la finalidad<br />

de las políticas sociales lopezportillistas fue<br />

obtener un asunto lo suficientemente amplio<br />

para crea rápidamente, esto sólo fue posible<br />

durante los cuatro primeros años d<strong>el</strong> gobierno<br />

pues con posterioridad se malogró por los<br />

vaivenes en la economía internacional y <strong>el</strong><br />

desequilibrio de las finanzas públicas<br />

nacionales. Sin embargo, <strong>el</strong> punto que<br />

conviene destacar es que esas políticas de<br />

crecimiento y distribución parecieron ser cada<br />

vez más ineficaces, incluso dañinas, porque<br />

estuvieron planteandas sobre la base de un<br />

proyecto y un mod<strong>el</strong>o de crecimiento ya<br />

vulnerados. A medida que transcurría <strong>el</strong><br />

decenio de los setenta, pero con mayor fuerza<br />

en la primera parte de los ochenta, era<br />

evidente que los supuestos d<strong>el</strong> proyectos<br />

estatista no se avenían con las realidades<br />

políticos y económicas internacionales que<br />

empezaron a despuntar en esos años. Así, las<br />

políticas de crecimiento y distribución,<br />

diseñadas de acuerdo con los principios<br />

implícitos en <strong>el</strong> proyecto estatista y <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o<br />

de crecimiento hacia adentro, desgastaron<br />

p<strong>el</strong>igrosamente las bases económicas d<strong>el</strong> país,<br />

y al incrementar la inflación se tornaron<br />

socialmente ineficaces. En los inicios de los<br />

años ochenta fue evidente que <strong>México</strong><br />

requería de una reorientación de sus políticas,<br />

además de un concurrente replanteamiento<br />

ideológicos, que lo pusiera a la altura de los<br />

tiempos y en capacidad de contender con la<br />

nueva realidad d<strong>el</strong> entorno internacional. Pero<br />

no se podía llevar todo esto a cabo<br />

simultáneamente; era necesario empezar por<br />

restablecer la economía: había que pagar los<br />

platos rotos para poder comprar vajilla nueva.<br />

En este capítulo abordaremos los principales<br />

renglones en que se han manifestado cambios<br />

de importancia en los últimos 10 años.<br />

Aunque es prematuro hacer un juicio<br />

completo sobre una época que aún no<br />

concluye, es evidente que los cambios<br />

169


ealizados hasta la fecha son de tal<br />

profundidad que resultaría imposible regresar<br />

a un statu quo anterior. Algunos de esos<br />

cambios fueron inducidos por las políticas<br />

oficiales; otros empujados por élites políticas<br />

que aprovecharon <strong>el</strong> serrín y la viruta que<br />

dejan la fricción de las transiciones en <strong>el</strong><br />

cuerpo social. Hemos tratado de ordenar los<br />

cambios más sobresalientes dentro de tres<br />

órdenes: economía, política y sociedad. Se<br />

trata de una clasificación tan tradicional como<br />

arbitraria pues, hay que decirlo, divide un<br />

todo interconectado en sus causas y efectos,<br />

pero se hace con <strong>el</strong> único propósito de facilitar<br />

presentación y explicaciones. Después de<br />

todo, <strong>el</strong> quehacer público se agota en ese<br />

triángulo: arreglos económicos con la clase<br />

que detenta <strong>el</strong> poder económico; pactos con<br />

las élites políticas, y r<strong>el</strong>aciones cambiantes<br />

con la sociedad.<br />

170<br />

EL ORDEN ECONÓMICO<br />

El orden económico fue <strong>el</strong> primero en <strong>el</strong> que<br />

se ejerció una política de cambio radical por<br />

parte d<strong>el</strong> gobierno. A la gestión de Migu<strong>el</strong> de<br />

la Madrid (1982-1988) le tocó presidir un<br />

viraje radical en esta materia; los giros,<br />

destrucción de mitos y ajustes que se<br />

produjeron en <strong>el</strong> terreno económico<br />

internacional. Se rompió con la tradición<br />

implícita en <strong>el</strong> proyecto estatista, basada en <strong>el</strong><br />

dirigismo y en una pauta de crecimiento hacia<br />

adentro.<br />

El diagnóstico de la crisis puso de manifiesto<br />

que debían atacarse las causas d<strong>el</strong><br />

desequilibrio macroeconómico, así como las<br />

distorsiones de los precios, productos d<strong>el</strong><br />

repentino incremento en las tasas<br />

internacionales de interés y d<strong>el</strong> inesperado y<br />

drástico descenso en <strong>el</strong> precio d<strong>el</strong> petróleo.<br />

Entre 1982 y 1988, a ritmo de dos tiempos,<br />

se configuraron las reorientaciones en las<br />

políticas económicas. En un principio <strong>el</strong><br />

objetivo central fue paliar y revertir los<br />

efectos inmediatos y de la crisis económica y<br />

de la deuda externa, otorgándose prioridad a<br />

la corrección d<strong>el</strong> déficit fiscal, párale cambio<br />

estructural. La primera fase 1983-1985,<br />

comprendió <strong>el</strong> Programa Inmediato de<br />

Reordenación Económica (PIRE) y <strong>el</strong> Plan<br />

Nacional de Desarrollo. Se trató de un periodo<br />

en <strong>el</strong> cual los principales índices económicos<br />

empezaron a dar muestras de recuperación, y<br />

después de franca mejoría. El PIRE, que se<br />

anunció <strong>el</strong> primero de septiembre de 1982 en<br />

<strong>el</strong> discurso de toma de posesión, fue <strong>el</strong> primer<br />

paso de un nuevo gobierno que concedió a la<br />

recuperación económica la máxima prioridad.<br />

El PIRE estuvo inspirado por la idea de partir<br />

de un estricto realismo económico, actitud que<br />

denotaba la intención de abandonar <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o<br />

de dirigismo estatal, al cual se llegó a<br />

identificar con la economía ficción por su ya<br />

evidente desacuerdo con la realidad. Los<br />

objetivos a corto plazo d<strong>el</strong> PIRE fueron<br />

combatir la inflación, proteger <strong>el</strong> empleo y<br />

recuperar un ritmo <strong>el</strong>evado de crecimiento.<br />

Para lograrlo, <strong>el</strong> nuevo gobierno se propuso<br />

disminuir <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> gasto público;<br />

continuar sólo con las obras en proceso;<br />

asegurar la disciplina en la ejecución d<strong>el</strong><br />

gasto: estimular <strong>el</strong> basto de alimentos<br />

básicos; aumentar los ingresos fiscales;<br />

canalizar s<strong>el</strong>ectivamente <strong>el</strong> crédito a las<br />

prioridades d<strong>el</strong> desarrollo nacional, reivindicar<br />

<strong>el</strong> mercado cambiario a la soberanía nacional,<br />

y restructurar la administración pública. Ante<br />

las circunstancias económicas heredadas, <strong>el</strong><br />

PIRE tuvo éxito en reducir <strong>el</strong> déficit público vía<br />

la contracción d<strong>el</strong> gasto, que al principio fue<br />

posible gracias a los amplios márgenes<br />

existentes en todo <strong>el</strong> sector público. Pero esa<br />

misma reducción d<strong>el</strong> gasto público, unidad al<br />

aumento en las tasas de interés, impidió<br />

alentar <strong>el</strong> empleo y recuperar rápidamente la<br />

tasa de crecimiento. Sin embargo, <strong>el</strong> PIRE<br />

propició <strong>el</strong> restablecimiento de las condiciones<br />

mínimas para <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> aparato<br />

productivo, al permitir la operación eficiente<br />

de las instituciones financieras y d<strong>el</strong> mercado<br />

cambiario. El Plan Nacional de Desarrollo<br />

(PND), dado a conocer en mayor de 1983 de<br />

acuerdo con una Ley de Planeación<br />

promulgada con anterioridad, fue <strong>el</strong> siguiente<br />

paso de esa primera etapa. El PND retomó la<br />

recuperación económica como una de los ejes<br />

axiomáticos d<strong>el</strong> documento pero añadió otro<br />

más importante para <strong>el</strong> largo plazo: <strong>el</strong> cambio<br />

estructural. Ambos, recuperación y cambio<br />

estructural, constituyeron los <strong>el</strong>ementos<br />

centrales de la Renovación Nacional, una de<br />

las tesis políticas de ese gobierno. “no es<br />

posible intentar- razonaría tiempo después <strong>el</strong><br />

presidente De la Madrid- <strong>el</strong> cambio estructural<br />

sin resolver la crisis; los resultados serían<br />

efímeros. Tampoco podemos preocuparnos


sólo por vencer la crisis sin incidir en los<br />

desequilibrios fundamentales que la<br />

generación; <strong>el</strong>lo la haría recurrente.”<br />

Para <strong>el</strong> trienio 1983 ‘1985 se aplicaron una<br />

serie de medidas para continuar con la<br />

recuperación económica. Éstas, además de<br />

continuar con la austeridad en <strong>el</strong> gasto<br />

público, fueron la renegociación de la deuda,<br />

que concluyó en 1984; las políticos de aliento<br />

y apoyo a sectores claves d<strong>el</strong> aparato<br />

productivo, con vista a la diversificación y<br />

ampliación de las exportaciones, y <strong>el</strong> inicio de<br />

una política más s<strong>el</strong>ectiva y equilibrada en<br />

materia de subsidios a clases populares.<br />

Todas <strong>el</strong>las rindieron buenos resultados<br />

durante <strong>el</strong> trienio de su vigencia. Gracias a<br />

estas medidas, <strong>el</strong> déficit operativo d<strong>el</strong> sector<br />

público, que había alcanzado <strong>el</strong> 10% en 1981,<br />

fue <strong>el</strong>iminado tras dos años de recortes, y en<br />

ad<strong>el</strong>ante se mantuvo en márgenes tolerables<br />

respectos d<strong>el</strong> PIB. En 1983 <strong>el</strong> gasto público<br />

disminuyó d<strong>el</strong> 28.2% d<strong>el</strong> PIB en <strong>el</strong> año<br />

anterior a 24.3%, manteniendo sin embargo<br />

<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> en los rubros d<strong>el</strong> gasto social: 24.1%<br />

d<strong>el</strong> gasto programable. Los ingresos públicos<br />

aumentaron cuatro puntos porcentuales<br />

respecto d<strong>el</strong> PIB (de 30 a 34%),a la par que <strong>el</strong><br />

balance primario entre gastos e ingresos –<br />

antes de considerar <strong>el</strong> pago de intereses- pasó<br />

de un déficit de 7.6% en 1982 a un superávit<br />

de 4.4% en 1983, por primera vez en tres<br />

sexenios. Si bien <strong>el</strong> balance financiero (que ya<br />

incluye <strong>el</strong> pago de intereses) siguió acusando<br />

déficit, éste disminuyó de 17.6% a 9% de un<br />

año a otro. Finalmente, las reducciones d<strong>el</strong><br />

gastos y d<strong>el</strong> déficit contribuyeron a abatir la<br />

inflación en 19 puntos porcentuales respecto<br />

d<strong>el</strong> año anterior para situarse en 80.8 % en<br />

diciembre de 1983. <strong>el</strong> impacto negativo, sin<br />

embargo, fue un decrecimiento de 4.2% d<strong>el</strong><br />

PIB en 1983, año de vigencia d<strong>el</strong> plan,<br />

respecto de 1982.<br />

En esencia, la misma política se aplicó a lo<br />

largo de 1984 y de 1985. en esos dos años<br />

continuaron las corrientes a las finanzas<br />

públicas, aunque con menor intensidad que en<br />

1983.<br />

El gobierno prosiguió con los ajustes al gasto<br />

público mediante recortes s<strong>el</strong>ectivos, y las<br />

erogaciones, medidas respecto d<strong>el</strong> PIB, se<br />

redujeron de 23.5% en 1984 a 23% en 1985.<br />

<strong>el</strong> balance primario de las finanzas públicas<br />

continuó arrojando superávit: 4.9% en 1984 y<br />

3.6% en 1985. Como no se consideró<br />

conveniente hace una nueva reforma fiscal,<br />

los esfuerzos en esta materia se orientaron a<br />

ampliar la base gravable y a garantizar <strong>el</strong><br />

cumplimiento de las obligaciones fiscales<br />

evitando la evasión. Los ajustes en precios y<br />

tarifas públicas se orientaron a mantener los<br />

niv<strong>el</strong>es de 1983 con <strong>el</strong> fin de no propiciar<br />

presiones inflaciones adicionales. Sin<br />

embargo, en esos dos años <strong>el</strong> gobierno siguió<br />

dependiendo p<strong>el</strong>igrosamente de los ingresos<br />

petroleros. Por otra parte, los no petroleros se<br />

mantuvieron constantes, al mismo niv<strong>el</strong> que<br />

en 1983, alrededor de 17.8% d<strong>el</strong> PIB. Es un<br />

futuro cercano esta circunstancia habría de<br />

probar ser perjudicial para los planes de<br />

recuperación establecidos por <strong>el</strong> gobierno de<br />

Migu<strong>el</strong> de la Madrid, pues fue uno de los<br />

puntos vulnerables d<strong>el</strong> entramado de las<br />

finanzas públicas. Desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong><br />

empleo y la producción, puede decirse que<br />

1984 y 1985 fueron años buenos,<br />

considerando lo que había pasado <strong>el</strong> país<br />

recientemente.<br />

La producción aumentó 3.7% en 1984 y 2.8<br />

en 1985, y se recuperó <strong>el</strong> empleo, a 8.3% en<br />

1984 y 4.2 en 1985.<br />

Sin embargo, a medida que transcurrió 1985<br />

algo parecía andar mal, sobre todo en la<br />

segunda mitad d<strong>el</strong> año cuando remontó de<br />

nuevo la inflación, luego de dos años de<br />

tendencia a la baja. La inflación había<br />

descendido notablemente en 1984 al cerrar <strong>el</strong><br />

año con una tasa anualizada de 59.2% y, en<br />

cambio, 1985 terminó con una tasa de 63%.<br />

La razón detrás d<strong>el</strong> aumento de precios se<br />

encontraba en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ajamiento paulatino de las<br />

medidas restrictivas y contraccionistas con la<br />

esperanza de crecer un poco, sin alterar las<br />

tendencias a la corrección de los<br />

desequilibrios y a la recuperación. Sin<br />

embargo, tal política, por lo visto, fue<br />

prematura, pues ya en 1985 empezaron a<br />

asomarse las primeras reducciones en <strong>el</strong><br />

precio d<strong>el</strong> petróleo que habrían de ser<br />

espectaculares <strong>el</strong> año siguiente. La distorsión<br />

se trato de corregir intensificando de nuevo <strong>el</strong><br />

control de la demanda agregada, lo cual<br />

coincidió con la drástica caída de los precios<br />

d<strong>el</strong> petróleo a principio de 1986. El desplome<br />

d<strong>el</strong> valor promedio d<strong>el</strong> petróleo mexicano<br />

171


De 25 a casi 12 dólares, como puede verse en<br />

la Gráfica 1, convirtió a ese año en <strong>el</strong> más<br />

difícil d<strong>el</strong> sexenio, dando lugar a una crisis<br />

dentro de la crisis.<br />

Estas circunstancias ac<strong>el</strong>eraron <strong>el</strong> paso de las<br />

reformas económicas, de las cuales un par<br />

dedicas novedosas marcaron las segunda<br />

mitad d<strong>el</strong> sexenio. La caída de los precios d<strong>el</strong><br />

petróleo, dada la dependencia d<strong>el</strong> gobierno de<br />

los ingresos provenientes de su exportación,<br />

le significó a <strong>México</strong> la pérdida de más d<strong>el</strong><br />

20% de los ingresos totales. Esa pérdida se<br />

contabilizó en alrededor de seis mil millones<br />

de dólares en 1986, lo cual mermó <strong>el</strong> PIB en<br />

6%, contracción mayor que la sufrida entre<br />

1982 y 1983, que había alcanzado <strong>el</strong> 5.8%. de<br />

esta forma reducir la dependencia de los<br />

ingresos provenientes de la exportación de<br />

petróleo se convirtió en <strong>el</strong> objetivo primordial,<br />

lo cual implicó la decisión de diversificar<br />

exportaciones y aumentar la competitividad<br />

de las manufacturas nacionales. De ahí que, a<br />

partir de ese choque petrolero de 1986 se hizo<br />

cada vez mayor énfasis en <strong>el</strong> cambio<br />

estructural. Las medidas en materia<br />

monetaria y de gasto fueron necesarias pero<br />

no suficientes, pues como instrumentos<br />

constituyentes par responder a situaciones<br />

críticas fueron rebasadas por una<br />

problemática que obligó a plantear las futuras<br />

acciones en un terreno distinto: introducir<br />

cambios estructurales par fortalecer<br />

radicalmente la capacidad de desarrollo<br />

sostenido d<strong>el</strong> país.<br />

172<br />

En consecuencia con esta perspectiva, se<br />

continuó con <strong>el</strong> saneamiento de las finanzas<br />

públicas, muy al tener de lo que se había<br />

hecho con <strong>el</strong> PIRE, y se alentó a los sectores<br />

agrícola, pesquero, silvícola y minero. En abril<br />

de 1986, <strong>el</strong> gobierno anunció la reducción en<br />

500 mil millones de pesos d<strong>el</strong> gasto<br />

autorizado para ese año. El recorte se aplicó<br />

en 50.2% al sector industrial, 27.4% al rural y<br />

social, 6% al desarrollo regional, y 16.4% a<br />

otros rubros. Los recortes se diseñaron para<br />

no afectar las prioridades en materia de salud<br />

y áreas estratégicas – como energéticos,<br />

fertilizantes, trasportes y comunicaciones-, así<br />

como al avance de la reconversión industrial.<br />

Esta última se convirtió, a partir de entonces,<br />

en <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> día para subrayar la<br />

importancia de hacer más eficiente y<br />

competitiva la estructura industrial,<br />

principalmente la pública aunque también la<br />

privada. Todo <strong>el</strong>lo fue objeto d<strong>el</strong> Programa de<br />

Aliento y Crecimiento (PAC), que colocó en<br />

primer término de importancia la recuperación<br />

d<strong>el</strong> crecimiento económico y planteó <strong>el</strong><br />

condicionamiento d<strong>el</strong> servicio de la deuda a la<br />

capacidad de pago d<strong>el</strong> país.<br />

La reestructuración de la deuda externa,<br />

motivada por las críticas circunstancias,<br />

estuvo precedida por las negociaciones con <strong>el</strong><br />

FMI. El gobierno mexicano calculó que para<br />

crecer a una tasa entre 3y 4%, suponiendo<br />

que <strong>el</strong> petróleo recuperara su precio de 12<br />

dólares por barril, se requerirían 12 mil<br />

millones de dólares durante 1986 y 1987.<br />

para <strong>el</strong>lo se negoció una carta de intención<br />

con <strong>el</strong> FMI para un crédito contingente de 1<br />

600 millones de dólares, pero más importante<br />

aún fue que se convenció a las autoridades de<br />

ese organismo de que le país había llegado al<br />

límite, tras cuatro años de construcción<br />

económica. Para pagar se necesitaba crecer,<br />

se arguyó, y para crecer se requería<br />

reestructurar la deuda externa. Por primera<br />

vez <strong>el</strong> FMI endosó un programa económico no<br />

recesivo, que apoyó la recuperación d<strong>el</strong><br />

crecimiento y <strong>el</strong> cambio estructural de la<br />

economía. La firma de la carta de intención<br />

significó, pues, un respaldo d<strong>el</strong> FMI y abrió la<br />

puerta a la negociación de la deuda externa.<br />

En <strong>el</strong> curso de las negociaciones con los<br />

bancos privados detentadores de la duda, la<br />

parte mexicana se propuso obtener recurso


frescos para crecer en 1986 y 1987; reducir<br />

las transferencias netas de recurso al exterior;<br />

establecer una r<strong>el</strong>ación adecuada entre <strong>el</strong><br />

servicio de la deuda y la capacidad de pago<br />

d<strong>el</strong> país, y proteger a al economía de choques<br />

externos. Los argumentos mexicanos para las<br />

negociaciones se centraron en tres ideas: la<br />

pérdida de reserva era consecuencia de una<br />

caída en las exportaciones, no de una fuga de<br />

capitales; sin recurso frescos externos, <strong>el</strong> PAC<br />

no sería posible y <strong>México</strong> suspendería <strong>el</strong><br />

servicio de la deuda, y mas que contratar<br />

empréstitos par cubrir los anteriores, <strong>México</strong><br />

quería bajar <strong>el</strong> costo de <strong>el</strong>los. El acuerdo se<br />

logró a principio de septiembre, y para<br />

noviembre se había sorteado los trámites con<br />

los más de 500 bancos involucrados. <strong>México</strong><br />

consiguió plazos mayores, reducciones a las<br />

tasas de interés y ajustes automáticos de<br />

éstas de acuerdo con las variaciones en <strong>el</strong><br />

precio d<strong>el</strong> petróleo. Obtuvo, además, seis mil<br />

millones de dólares adicionales para <strong>el</strong> bienio<br />

1986- 1987. se calculó que a lo largo de los<br />

20 años de vigencia de esta deuda<br />

restructurada ( <strong>el</strong> último vencimiento se<br />

ubicaría en <strong>el</strong> año 2006) <strong>el</strong> país se ahorraría<br />

seis mil millones de dólares. El efecto<br />

inmediato d<strong>el</strong> arreglo sobre <strong>el</strong> gasto público<br />

puede verse en la Gráfica 2: 1987 fue <strong>el</strong> año<br />

en que <strong>el</strong> gobierno logró revertir la tendencia<br />

d<strong>el</strong> servicio creciente de la deuda.<br />

Cuando <strong>el</strong> gobierno firmó en julio de 1986 la<br />

carta de intención con <strong>el</strong> FMI, contrajo varias<br />

obligaciones. Además de las consabidas de<br />

reducir <strong>el</strong> déficit público y ser flexible con las<br />

tasas de interés, también se obligó a<br />

liberalizar <strong>el</strong> comercio exterior y realizar una<br />

apertura de la economía. Fue una cláusula<br />

aceptad de buena gana, pues ya se tenía<br />

previsto hacer<br />

Lo como parte d<strong>el</strong> programa para abatir la<br />

inflación, diversificar y aumentar las<br />

exportaciones, y alentar la productividad y la<br />

reconversión industrial. Para decirlo bien y<br />

pronto, <strong>el</strong> proteccionismo, columna vertebral<br />

d<strong>el</strong> crecimiento hacia adentro y la sustitución<br />

de importaciones, había generado una<br />

industria plácidamente acostumbrada a su<br />

mercado activo, que no pensaba en<br />

competencia internacional ni en productividad,<br />

divisas d<strong>el</strong> nuevo orden económico<br />

internacional que estaba rápidamente<br />

configurándose. Y peor aún, al consumidor<br />

nacional le brindaba productos de mala<br />

calidad a precios altos, lo que no se avenida<br />

con los propósitos oficiales de abatir la<br />

inflación. En suma, ni <strong>el</strong> consumidor ni <strong>el</strong> país<br />

salían ganando con la preservación de<br />

privilegios y protecciones, que habían perdido<br />

su justificación y sentido económico general.<br />

Luego de un proceso de consultas internas<br />

realizadas por <strong>el</strong> Senado, a fin de difundir la<br />

idea de la adhesión al GATT y sus beneficios<br />

para <strong>el</strong> país, se llevaron a cabo negociaciones<br />

con ese organismo, que culminaron con la<br />

firma d<strong>el</strong> protocolo de adhesión <strong>el</strong> 25 de julio<br />

de 1986. al contrario de lo que se afirmó<br />

entonces, las negociaciones se llevaron a cabo<br />

173


con base en <strong>el</strong> proyecto de protocolo<br />

negociado por <strong>el</strong> gobierno de López Portillo,<br />

según instrucciones impartidas por <strong>el</strong><br />

presidente de la República al secretario de<br />

Comercio. Además de los derechos ordinarios,<br />

referentes al acceso de las exportaciones<br />

mexicanas al mercado de los 91 países<br />

miembros d<strong>el</strong> GATT sin alteraciones arbitrarias<br />

a los aranc<strong>el</strong>es vigentes en <strong>el</strong>los, <strong>México</strong> fue<br />

objeto de la concesión de varias<br />

prerrogativas. Entre <strong>el</strong>las, la más importante<br />

fue <strong>el</strong> tratamiento de nación en desarrollo, lo<br />

que le permitiría algunas medidas<br />

proteccionistas hasta por 15 años, así como<br />

concesiones aranc<strong>el</strong>arias que no tenía que<br />

corresponder. Otra, no menos r<strong>el</strong>evante, fue<br />

la excusión de los energéticos de los<br />

productos sujetos a negociación.<br />

Hay que decir que la adhesión al GATT se hizo<br />

en un ambiente de esperanza por un lado,<br />

pero también de temor alentado por muchos<br />

escépticos que veían en la medida un error,<br />

cuando no un acto entreguismo al extranjero<br />

y de cesión a supuestas presiones de<br />

organismos financieros internacionales.<br />

¿Cuáles fueron los resultados? ¿Acaso<br />

tuvieron razón los críticos? Para fines de<br />

1988, la apertura comercial había contribuido<br />

sustancialmente a la lucha contra la inflación,<br />

al entregarle al consumidor bienes a precios<br />

menores como consecuencia de la disminución<br />

d<strong>el</strong> salto de los insumos importados. Al entrar<br />

en operación las reglas de la adhesión, se<br />

incrementó la exportación global a tal grado<br />

que por primera vez en tres décadas se logró<br />

un saldo positivo en la cuenta comercial de la<br />

balanza de pagos. Las exportaciones de<br />

manufacturas, principales protagonista en <strong>el</strong><br />

saldo positivo de la cuenta comercia,<br />

desplazaron al petróleo, cuyo peso en las<br />

exportaciones bajo de 77% en 1982 a 32% en<br />

1988. Incluso, las exportaciones<br />

manufactureras llegaron a financiar <strong>el</strong> 79% de<br />

sus propios importaciones, con la que se<br />

rebasó con creces la meta d<strong>el</strong> 53% fijada en<br />

<strong>el</strong> Programa Nacional de Fomento Industrial y<br />

de Comercio Exterior. Por otro lado, las<br />

importaciones se mantuvieron dentro de<br />

niv<strong>el</strong>es razonables, concretándose en su<br />

mayoría en bienes intermedios y de capital,<br />

necesarios para la actualización de la planta<br />

industrial y <strong>el</strong> aumento de la producción. Pero<br />

lo más importante de todo es que la adhesión<br />

al GATT promovió un cambio de mentalidad<br />

174<br />

en <strong>el</strong> empresariado, antes acostumbrado a la<br />

protección aranc<strong>el</strong>aria y tut<strong>el</strong>a estatal, y que<br />

empezó a traducirse en nuevas formas de<br />

producir y de reducir costos, sin que se diera<br />

la desaparición masiva de empresas que<br />

preveían los críticos de la medida.<br />

En la segunda mitad de 1986 y la primera de<br />

1987 los signos económicos fueron<br />

alentadores. Se notó una gradual<br />

recuperación económica. Las exportaciones no<br />

petroleras siguieron en aumento, a la vez que<br />

repuntó moderadamente <strong>el</strong> propio<br />

internacional de petróleo. El sector<br />

manufacturero empezó a crecer después de<br />

años de estancamiento, y las reservas d<strong>el</strong><br />

Banco de <strong>México</strong> excedieron los 14 mil<br />

millones de dólares. Aun con astringencias<br />

presupuestarias y escasas de créditos, fue<br />

posible hacer las importaciones de alimentos<br />

necesarios, evitando <strong>el</strong> desabasto para la<br />

población. No obstante lo anterior, persistió la<br />

inflación, no por exceso de demanda o por<br />

presión de costos, sino por las expectativas de<br />

la inflación pasada, lo que los economistas<br />

llaman inflación por inercia. Esta circunstancia<br />

hizo particularmente vulnerable al país en<br />

momentos que, por fenómenos especulativos<br />

internacionales, cayeron las principales bolas<br />

d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> industrializado, contagiando al<br />

institucionalmente endeble mercado de<br />

valores mexicano. Los inversionista que a él<br />

habían acudido para proteger sus recursos de<br />

la inflación, al no encontrar más esa ventaja<br />

en <strong>el</strong> mercado bursátil, provocaron una<br />

desmedida presión sobre <strong>el</strong> dólar.<br />

Ante la amenaza de que se retornara al círculo<br />

vicioso de inflación-recesión –inflación y frente<br />

a un incremento en los precios que excedía ya<br />

al 100%, <strong>el</strong> gobierno optó por una salida de<br />

novedosa, intentar un ajuste no didáctico<br />

desde arriba sino concertado, a fin de abatir la<br />

espiral inflacionaria. En los años anteriores se<br />

habían creado las precondiciones mediante<br />

programas ortodoxos para intentar una<br />

medida heterodoxa, la cual fue posible gracias<br />

a la especial estructura política de <strong>México</strong> y a<br />

las características de su sociedad. Se había<br />

evitado la tentación de abordarla antes de<br />

contar con los <strong>el</strong>ementos que apoyaran sus<br />

puesta en marcha: finanzas públicas sanas,<br />

avances en la apertura comercial, tipo de<br />

cambio real y reservas internacionales<br />

suficientes para garantizar estabilidad de


precios. Esta precondiciones, se había<br />

calculado, tendrían que alcanzarse en 1986;<br />

pero <strong>el</strong> derrumbe d<strong>el</strong> precio d<strong>el</strong> petróleo<br />

postergó la medida hasta <strong>el</strong> año siguiente, por<br />

otro lado políticamente difícil dado la cercanía<br />

de las <strong>el</strong>ecciones presidenciales. Así, en<br />

diciembre de 1987 se c<strong>el</strong>ebró <strong>el</strong> Pacto de<br />

Solidaridad Económica, en <strong>el</strong> cual los obreros<br />

aceptaron moderar sus demandas de<br />

incrementos; los campesino continuar con los<br />

precios de garantía vigentes en 1987, y los<br />

empresarios, moderar precios y utilidades. El<br />

gobierno se comprometió a reducir aún más <strong>el</strong><br />

gasto público y continuar con la<br />

racionalización de la administración y <strong>el</strong><br />

proceso de liquidación, quiebra, fusión y venta<br />

de empresas paraestatales. A la par, aumentó<br />

precios y tarifas de los bienes y servicios<br />

proporcionados por <strong>el</strong> sector público a fin de<br />

no incurrir en déficit. Mientras que en enero<br />

de 1988 se registró un aumento d<strong>el</strong> índice de<br />

precios de 15.5 %; en agosto se observó sólo<br />

0.9%. la inflación anualizada bajó de 170% a<br />

fines de 1987 a alrededor de 50% al concluir<br />

1988.<br />

De entonces a la fecha de la publicación de<br />

este libro, los pactos anuales se han<br />

convertido, además d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que juegan en<br />

<strong>el</strong> control de la inflación, en uno de los más<br />

importantes indicadores de las intenciones<br />

económicas gubernamentales y orientan las<br />

expectativas y decisiones de los<br />

inversionistas. Se ha dicho que los <strong>el</strong>ementos<br />

para <strong>el</strong> éxito de esta política de concertación<br />

han sido sustentados de justicia, la<br />

responsabilidad social de los sectores y l<br />

flexibilidad en <strong>el</strong> control de los precios. La<br />

justicia reside en que todos los sectores,<br />

incluido <strong>el</strong> gobierno, sacrifican algo en virtud<br />

de una finalidad común, abatir la inflación,<br />

que de no lograrse afecta a todos, en especial<br />

a los sectores obrero y campesino.<br />

La responsabilidad social que asume los<br />

sectores se deriva de una mayor conciencia de<br />

los dilemas económicos que enfrenta <strong>el</strong> país,<br />

ninguno de los cuales es resoluble mediante<br />

actitudes unilaterales. Y, finalmente, la<br />

flexibilidad, asumida por <strong>el</strong> gobierno, para<br />

permitir aumentos de precios en productos<br />

determinados a fin de evitar la escasez.<br />

En <strong>el</strong> gobierno, d<strong>el</strong> presidente Carlos Salinas<br />

de Gortari, que se inauguró en diciembre de<br />

1988, se planteó desde <strong>el</strong> principio continuar<br />

con las líneas de política económica iniciadas<br />

en <strong>el</strong> sexenio anterior. Como pocas veces en<br />

<strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong>, se dio una<br />

continuidad en esta materia, sin afanes de<br />

contraste y sí atendiendo a un realismo<br />

económico indispensable.<br />

Aparte de la disciplina financiera y <strong>el</strong> combate<br />

a la inflación las acciones d<strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong><br />

presidente Salinas se orientaron a tres puntos<br />

fundamentales: una nueva negociación de la<br />

deuda externa, la privatización a fondo d<strong>el</strong><br />

sector paraestatal para reducir la deuda<br />

interna y <strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio (TLC),<br />

como culminación posible a la apertura<br />

comercial d<strong>el</strong> país. Los dos primeros objetivos<br />

estuvieron presentes desde34 <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong><br />

sexenio; <strong>el</strong> tercero se añadió posteriormente.<br />

En diciembre de 1988, la economía mexicana<br />

presentaba síntomas de estancamiento<br />

prolongado, altas tasas de inflación y un<br />

severo deterioro en los niv<strong>el</strong>es de bienestar de<br />

la población. La causa principal de esta<br />

situación se encontraba en la transferencia<br />

neta de recursos <strong>el</strong> exterior derivado de una<br />

deuda excesiva continuada en niv<strong>el</strong>es<br />

incompatibles con la intención de reactivar la<br />

economía. Entre 1983 y 1988 esa<br />

transferencia de recurso representó <strong>el</strong> 6% d<strong>el</strong><br />

PIB, y a fines de este último año de la deuda<br />

escendía a poco más de los 100 mil millones<br />

de dólares, es decir, <strong>el</strong> 57% de los que <strong>el</strong> país<br />

generó ese año.<br />

La nueva negociación de la deuda externa con<br />

la banda privada fue, de hecho, extensión de<br />

la de 1986. la tesis siguió siendo la misma:<br />

para pagar hay que crecer. Pero ahora, ya se<br />

entendía que <strong>el</strong> endeudamiento excesivo era<br />

un obstáculo al crecimiento. El corolario fue<br />

aceptado por los organismos financieros<br />

internacionales, principalmente d<strong>el</strong> FMI.<br />

Gracias a esta nueva actitud y a amenazas de<br />

retirarse de las negociaciones, según se supo<br />

después, se vencieron resistencias de las<br />

contrapartes y se llegó a un acuerdo dado a<br />

conocer a principios de febrero de 1990. Este<br />

acuerdo se realizó dentro d<strong>el</strong> contextos d<strong>el</strong> así<br />

llamado Plan Brady, y supuso un paquete<br />

financiero para <strong>el</strong> cambio de deuda vieja por<br />

nuevos bonos con granitas parciales, todo <strong>el</strong>lo<br />

con <strong>el</strong> apoyo financiero d<strong>el</strong> Banco Mundial, d<strong>el</strong><br />

FMI y d<strong>el</strong> gobierno Japonés. Se mejoro así la<br />

175


calidad crediticia de los activos de los bancos<br />

comerciales, a cambio de que éstos redujeran<br />

<strong>el</strong> monto d<strong>el</strong> principal, las tasas de interés y<br />

ofrecieran recursos frescos. Con tres opciones<br />

para los bancos y garantías especies, se<br />

intercambió cerca de la mitad d<strong>el</strong> monto de la<br />

deuda, 48 231 millones de dólares. Según<br />

informes de la Secretaria de Hacienda, la<br />

renegociación trajo los siguientes beneficios:<br />

disminución de la deuda en 14 570 millones<br />

de dólares (6 820 millones por quita d<strong>el</strong><br />

principal y 7 750 por reducciones a tasas de<br />

interés); <strong>el</strong> servicio de la deuda bajó en 1 629<br />

millones de dólares promedio anual entre<br />

1990 y 1994, y se difirió <strong>el</strong> pago d<strong>el</strong> principal<br />

en aproximadamente 2 154 millones de<br />

dólares entre 1990 y 1992. en suma, se<br />

redujo la transferencia neta de recurso al<br />

exterior en un promedio anual de 4 071<br />

millones de dólares de 1990 a 1994. <strong>el</strong><br />

impacto en <strong>el</strong> gasto público de esta<br />

negociación de la duda lleva a cabo por <strong>el</strong><br />

gobierno d<strong>el</strong> presidente Salinas, puede<br />

apreciarse en la Gráfica 3.<br />

El efecto inmediato de la renegociación, junto<br />

a una política.<br />

176<br />

Fiscal orientada a aumentar los ingresos vía la<br />

ampliación de la base gravable y <strong>el</strong> combate a<br />

la evasión, fue la disponibilidad de recursos<br />

para <strong>el</strong> gato público interno. En tanto que en<br />

1988 de cada peso de gasto público, 43<br />

centavos se destinaban al pago de intereses<br />

de la deuda pública total, para 1991 sólo se<br />

dedicaban 22 y en 1992, 16. Ello permitió,<br />

entre otras cosas, incrementar <strong>el</strong> gasto social<br />

con recurso internos, <strong>el</strong> cual pasó de 6.5% d<strong>el</strong><br />

PIB en 1989 al 9.0 en 1992. La clave de la<br />

recuperación financiera d<strong>el</strong> Estado residió en<br />

las sucesivas negociaciones de la deuda<br />

externa, llevadas a cabo en los gobiernos de<br />

los presientes De la Madrid y Salinas. Al<br />

reducir drásticamente los recursos que se<br />

enviaban al exterior, como puede verse en un<br />

efecto agregado en la Gráfica 4, se liberaron<br />

recursos para la inversión pública y <strong>el</strong> gasto<br />

social.<br />

A media que la economía d<strong>el</strong> país se<br />

normalizaba y crecía la confianza en <strong>el</strong>la,<br />

empezó a fluir la inversión extranjera y se<br />

intensificó la repatriación de capitales<br />

mexicanos que habían huido en las épocas de<br />

incertidumbre. El proceso de privatización de<br />

empresas paraestatales sirvió de anzu<strong>el</strong>o para<br />

<strong>el</strong>lo. Ya para entonces en muchos países no se


veía a la propiedad estatal como garantía de<br />

eficacia de justicia social.<br />

La exploración teórica, dentro y fuera d<strong>el</strong> país,<br />

se orientaba no tanto al tema de la propiedad,<br />

sino al de la capacidad, formas y medios para<br />

que <strong>el</strong> Estado tuviera la posibilidad de generar<br />

nuevas r<strong>el</strong>aciones sociales capaces de hacer<br />

posibles eficiencias económicas, control<br />

público de la producción y distribución de<br />

bienes y servicios. En su gobierno, <strong>el</strong><br />

presidente De la Madrid definió una política de<br />

intervención estatal que partió d<strong>el</strong> supuesto<br />

de que no era posible, bajo las nuevas<br />

condiciones económicas internas e<br />

internacionales, sostener la ampliación de las<br />

facultades económicas d<strong>el</strong> Estado. Por <strong>el</strong>lo<br />

alentó la reforma de los artículos 25, 26, 27 y<br />

28 constitucionales para d<strong>el</strong>imitar con<br />

precisión la intervención estatal en la<br />

economía, intruduciendo los conceptos de<br />

actividad estratégica y actividad prioritaria. A<br />

<strong>el</strong>lo siguió, en 1985, la expedición de la Ley<br />

de Entidades Paraestatales, diseñada para<br />

simplificar la operación de las entidades<br />

estatales en aras de una mayor efeciencia. Por<br />

su parte, tanto en <strong>el</strong> Plan Nacional de<br />

Desarrollo como en <strong>el</strong> Programa Nacional de<br />

Fomento Industrial y Comercial Exterior se<br />

reconocieron <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> mercado y la<br />

actividad meramente orientadora y reguladora<br />

d<strong>el</strong> Estado, salvo los rubros prioritarios donde<br />

<strong>el</strong> sector público mantendría propiedad y<br />

gestión directa, <strong>el</strong> ámbito de desarrollo social<br />

y <strong>el</strong> terreno de la infraestructura.<br />

La privatización de empresas públicas se<br />

realizo en dos grandes tramos. El primero-<br />

centrado en fusiones, quiebras y ventas de las<br />

mismas- ser realizó durante <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong><br />

presidente De la Madrid. En <strong>el</strong> curso de ese<br />

sexenio, desaparecieron 743 entidades d<strong>el</strong><br />

sector público de las 1 155 existentes en<br />

1982. de las desaparecidas, las más<br />

importantes in duda alguna fue la Fundidora<br />

de Hierro y Acero de Monterrey, que<br />

sobrevivía en un estado virtual de quiebra<br />

apenas paliada por los fuetes subsidios d<strong>el</strong><br />

Estado. Pocas fueron las privatizaciones<br />

durante <strong>el</strong> gobierno de De la Madrid; la<br />

principal entre <strong>el</strong>las, la de Aeroméxico. En <strong>el</strong><br />

gobierno siguiente y hasta principios de<br />

1993,se desincorporaron 191 empresas, las<br />

más grandes y productivas, entre <strong>el</strong>las<br />

Mexicana de Aviación y T<strong>el</strong>éfonos de <strong>México</strong>,<br />

además de la banca nacionalizada. Por este<br />

concepto, <strong>el</strong> gobierno federal ingresó, entre<br />

diciembre de 1988 y octubre de 1992, 21 200<br />

millones de dólares, que se han dedicado a<br />

redimir deuda pública interna y a constituir <strong>el</strong><br />

Fondo de Contingencia cuyo objetivo es<br />

proteger a la economía mexicana de una<br />

eventual y drástica disminución en <strong>el</strong> precio<br />

d<strong>el</strong> petróleo. La privatización de esas grandes<br />

paraestatales y de la banca tuvieron un efecto<br />

más importante que <strong>el</strong> proveer de ingresos<br />

adicionales al gobierno o reducir <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong><br />

Estado: arraigar a grandes capitales, antes<br />

su<strong>el</strong>to en los intersticios especulativos o<br />

depositados en <strong>el</strong> extranjero, a la propiedad y<br />

manejo de grandes empresa. Buena parte de<br />

los capitales repatriados se invirtieron en la<br />

adquisición de esas empresas. Hoy por hoy, <strong>el</strong><br />

grueso d<strong>el</strong> capital mexicano no cuenta con la<br />

misma liquidez, que en pasado favoreció su<br />

huida d<strong>el</strong> país ante <strong>el</strong> primer asomo de<br />

incertidumbre.<br />

El planteamiento en junio de 1990 para iniciar<br />

negociaciones que condujeran a la c<strong>el</strong>ebración<br />

d<strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio (TLC) entre<br />

<strong>México</strong>, Estados Unidos y Canadá, representó<br />

otro giro radical frente a lo que se había<br />

sostenido durante muchos años respecto de la<br />

estrategia comercial en <strong>el</strong> exterior. Desde los<br />

años cincuentas la política de comercio<br />

exterior mexicana se había regido por <strong>el</strong><br />

principio de la diversificación de mercados,<br />

buscan comerciar con <strong>el</strong> mayor número de<br />

países. Así, se pensaba, se diluía <strong>el</strong> riego de<br />

concentrar demasiado <strong>el</strong> comercio con Estados<br />

Unidos, como había sucedido a niv<strong>el</strong>es<br />

inesperados durante la segunda Guerra<br />

Mundial. Sin embargo, la economía de ese<br />

país, por se una de las más poderosa en <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>, habría de imponerse una y otra vez<br />

por su tamaño y cercanía. Cuando <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

salió de la última conflagración mundial en<br />

1945, la participación porcentual d<strong>el</strong> comercio<br />

con Estados Unidos dentro de volumen total<br />

d<strong>el</strong> comercio exterior <strong>México</strong> alcanzaba 83%,<br />

explicable porque durante seis años había sido<br />

prácticamente <strong>el</strong> único socio comercial. El<br />

punto histórico más bajo de concentración d<strong>el</strong><br />

comercio exterior mexicano con Estados<br />

Unidos se dio entre 1955 y 1965, cuando se<br />

mantuvo en torno al 62% promedio anual,<br />

decenio en que tuvo mayor éxito la política de<br />

diversificación de exportaciones e<br />

importaciones.<br />

177


Sin embargo, para los años setenta la<br />

creciente integración económica de los países<br />

de Europa Occidental, así como la presencia<br />

cada vez más importante de Japón en Oriente,<br />

sumado a las consecuencias de nuestras crisis<br />

de financiamiento interno, condujeron al país<br />

a acentuar de nueva cuenta la dependencia<br />

d<strong>el</strong> comercio con Estados Unidos. Así las<br />

cosas, entre 1985 y 1990, la participación<br />

estadounidense en <strong>el</strong> volumen total d<strong>el</strong><br />

comercio exterior mexicano pasó de 64 a<br />

70%.<br />

Actualmente, <strong>México</strong> es <strong>el</strong> tercer socio<br />

comercial de los Estados Unidos, con un<br />

volumen total de comercio de 58.6 miles de<br />

millones de dólares, lo que representa dos<br />

tercios d<strong>el</strong> comercio exterior mexicano. Ante<br />

la perspectiva de la constitución de bloques<br />

económicos y <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de que <strong>México</strong> se<br />

quedara aislado entre <strong>el</strong>lo, cambió la<br />

percepción que se tenia de la r<strong>el</strong>ación entre<br />

seguridad nacional y comercio exterior.<br />

Por <strong>el</strong>lo, y dentro de la lógica que implica la<br />

liberalización y apertura de la economía hacia<br />

<strong>el</strong> exterior, al gobierno mexicano decidió<br />

proponer a Estados Unidos y Canadá, países<br />

que ya contaban con un trato de libre<br />

comerció, la c<strong>el</strong>ebración de uno equivalente<br />

para Norteamérica. El TLC se planteó sobre la<br />

base de que tres economías, frente a un<br />

ambiente externo hostil, serían capaces de<br />

generar más riqueza y empleos juntas que<br />

separadas.<br />

El 17 de noviembre de 1993, luego de dos<br />

años y medio de negociaciones, <strong>el</strong> Tratado de<br />

Libre Comercio fue aprobado por la Cámara de<br />

Representantes estadounidense, con todo <strong>el</strong><br />

tramo más difícil d<strong>el</strong> proceso de aprobación<br />

legislativa de ese país. La inminente puesta en<br />

vigor d<strong>el</strong> TLC en enero de 1994 supone, si o<br />

grandes cambios económicos inmediatos<br />

dadas las salvaguardas y las paulatinas<br />

reducciones aranc<strong>el</strong>arias en lapsos más o<br />

menos largos, sí un cambio de actitud de<br />

parte d<strong>el</strong> gobierno y la población mexicanos.<br />

Abandonar las posiciones meramente<br />

defensivas y asumir con todos sus riesgos los<br />

retos de la productividad y competitividad en<br />

asociación con la economía individualmente<br />

más fuerte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, son de plano<br />

novedades en la historia d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />

independiente.<br />

178<br />

Por lo pronto, la puesta en vigor d<strong>el</strong> TLC es,<br />

aparte de culminación de la reforma<br />

estructural de la economía iniciada a<br />

mediados de los años ochenta, una suerte de<br />

seguro para evitar la regresión al estado de<br />

cosas anterior.<br />

Como toda novedad que viene a echar abajo<br />

mitos arraigados en la mentalidad y <strong>el</strong> folklore<br />

políticos, <strong>el</strong> TLC se ha visto sujeto a profundas<br />

discusiones sobre su conveniencia y también<br />

sobre su contenido, como toda medida de<br />

política (en este caso económica) de grandes<br />

alcances y proporciones ha sido naturalmente<br />

objeto de polémica. Gran parte de <strong>el</strong>la se ha<br />

centrado en cuestiones de conveniencia<br />

económica d<strong>el</strong> instrumento, con los opositores<br />

anclando sus argumentos en <strong>el</strong> nacionalismo<br />

económico que prevaleció entre 1934 y1982.<br />

Fuera de que tal tipo de argumentaciones se<br />

encuentran un tanto desfasadas de la<br />

evolución de los hechos y acontecimientos<br />

mundiales, es obvio que <strong>el</strong> TLC es un<br />

instrumento solamente, tan susceptible de<br />

ajustes y adecuaciones como cualquier<br />

acuerdo internacional sujeto a una aplicación<br />

cotidiana. Sin embargo, a mediano plazo su<br />

mayor aportación será la seguridad que<br />

introduce en la r<strong>el</strong>ación comercial de <strong>México</strong><br />

con Estados Unidos, antes sujeta a las<br />

vaivenes impuestos por las presiones de los<br />

intereses especiales que actúan con gran<br />

eficacia en la política estadounidense. Pero a<br />

largo plazo, los mayores efectos, previsibles<br />

en lo general, aunque no así en su detalle ni<br />

en la magnitud de su impacto, se ubican en <strong>el</strong><br />

plano de la sociedad mexicana. Pasar de<br />

vecino a socio de Estados Unidos, y También<br />

de Canadá, implica, en la lógica de un bloque<br />

comercial, multiplicar exponencialmente las<br />

posibilidades de desarrollo y defensa de la<br />

economía mexicana. Y en esa medida, los<br />

impactos en la sociedad quedarán inscritos,<br />

igualmente, en una dimensión de amplias<br />

posibilidades.<br />

El tema político<br />

Romper con <strong>el</strong> proyecto estatista y con <strong>el</strong><br />

mod<strong>el</strong>o de crecimiento hacia adentro no fue<br />

fácil por sus repercusiones políticas. A lo largo<br />

de casi cinco decenios, la operación de ese<br />

proyecto había implicado una trabazón de<br />

arreglos, acuerdos y acomodos entre su


protagonista principal, <strong>el</strong> Estado, y los<br />

diversos sectores sociales que habían<br />

concurrido a hacerlo posible. El sector privado<br />

o empresarial, con todo <strong>el</strong> más beneficiado,<br />

había encontrado acomodo mediante<br />

protecciones aranc<strong>el</strong>arias a un mercado<br />

interno cautivo, subsidios fiscales para<br />

promover producción y exportaciones y<br />

condicionamientos a la inversión extranjera. El<br />

sector obrero había encontrado su nicho en <strong>el</strong><br />

proyecto gracias a la tut<strong>el</strong>a estatal de sus<br />

derechos laborales, las conquistas sociales<br />

irreversibles, <strong>el</strong> aliento al sindicalismo y la<br />

repartición de cuotas.<br />

179


180<br />

TODO ESTÁ EN TODAS PARTES<br />

LA FURIA DE LA GLOBALIZACIÓN Y LA<br />

DESCOMPOSICIÓN GLOBAL<br />

“Los campesinos pertenecían a los señores y<br />

los señores a los campesinos, pero ahora todo<br />

está confuso, ya no se entiende nada”.<br />

El criado Firs, en la obra de Antón Chejov<br />

El jardín de los cerezos<br />

El <strong>mundo</strong> se vu<strong>el</strong>ve uno. Y en <strong>el</strong> principio era<br />

la imagen de una sola tierra.<br />

A casi tres horas de vu<strong>el</strong>o de Pekín, pero<br />

también a tres de Hong Kong y dos de la<br />

tibetana Lhasa, está Chengdu. Este apartado<br />

centro de la provincia de Sechuán, en medio<br />

d<strong>el</strong> Imperio d<strong>el</strong> Centro, significará algo en<br />

todo caso para los amantes de la especiada<br />

cocina china: los viajeros extranjeros sólo se<br />

acercan a esta ciudad en involuntarias escalas<br />

técnicas de los aviones. Y, sin embargo,<br />

Chengdu cuenta ya con 2,4 millones de<br />

habitantes y es uno de los monstruos urbanos<br />

con más rápido crecimiento d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

Entre las obras de los nuevos rascaci<strong>el</strong>os, los<br />

otrora artísticos pintores murales de Mao<br />

muestran cuál es ahora <strong>el</strong> rostro d<strong>el</strong> progreso.<br />

Envu<strong>el</strong>tas en <strong>el</strong> polvo acre de las ya repletas<br />

pero aún no asfaltadas carreteras, chillonas<br />

pinturas como gigantescas pantallas de TV<br />

atraen a los viajantes: rosa cerdito la casita<br />

de una planta, verde vivo d<strong>el</strong> césped, azul<br />

claro la piscina, f<strong>el</strong>iz la pareja china ante su<br />

desmesurado Cabriolet.<br />

También al otro lado d<strong>el</strong> globo terráqueo, más<br />

allá de la Amazonia y cerca de la frontera<br />

boliviano-brasileña, la misma promesa domina<br />

la imagen de las calles. El consorcio de la<br />

construcción Mendes Junior, de Sao Paulo,<br />

anuncia en medio de la s<strong>el</strong>va virgen en<br />

grandes cart<strong>el</strong>es un bucólico paisaje de<br />

cuidada vivienda unifamiliar destructora de la<br />

Naturaleza, a imagen y semejanza de Estados<br />

Unidos. En las mohosas chozas junto al turbio<br />

río Purus, jóvenes caboclos, los mestizos<br />

descendientes de indios y esclavos negros,<br />

discuten sobre <strong>el</strong> busto de la socorrista<br />

Pam<strong>el</strong>a Anderson, de la serie californiana de<br />

TV Los vigilantes de la playa, como si fuera la<br />

chica de al lado. Con vídeos y cintas de<br />

Hollywood, los traficantes en madera<br />

conquistan a las tribus indias que aún quedan<br />

en <strong>el</strong> estado federado de Rondonia para que<br />

les dejen derribar los últimos árboles de caoba<br />

que quedan en las reservas.<br />

El poder de las imágenes en movimiento<br />

afecta ya incluso a los indios yanomamis, con<br />

cuya singularidad se había entusiasmado,<br />

entre otros, <strong>el</strong> cantante de rock Swing, igual<br />

que a la juventud de la que se supone la<br />

última Shangri-La, en Bután. En esta<br />

ecodictadura budista al pie d<strong>el</strong> Himalaya, sin<br />

duda los habitantes están obligados a llevar<br />

siempre un mandil que les cubra las rodillas y<br />

a trabajar los campos con recursos<br />

medievales. Pero se admira a aqu<strong>el</strong>los nativos<br />

que llevan sobre <strong>el</strong> traje nacional una<br />

chaqueta de cuero y comercian con copias<br />

piratas de p<strong>el</strong>ículas norteamericanas traídas<br />

de la India.<br />

Incluso en <strong>el</strong> lejano este de Rusia hace mucho<br />

que está aclimatado <strong>el</strong> “clan de Denver”. El<br />

director d<strong>el</strong> aeropuerto de Chabarowsk se<br />

indigna sinceramente con los visitantes, que<br />

creen tener que explicarle qué es Der Spieg<strong>el</strong>.<br />

Lo lee todas las semanas, extractado en <strong>el</strong><br />

periódico regional. En Cocapabana, un<br />

vendedor playero iza los fines de semana, por<br />

convicción, la bandera alemana. Esto oscuro<br />

personaje no es ningún descendiente de<br />

nacionalistas germanos, sino que admira “la<br />

justicia en Alemania, donde ni siquiera la<br />

gente sencilla es pobre”.<br />

No hay duda: si la Humanidad tuviera hoy que<br />

votar por un estilo mundial de vida, podría<br />

hacerlo. Más de 500 satélites activos cubren la<br />

Tierra con las señales de radio de la<br />

modernidad. Imágenes uniformes en mil<br />

millones de pantallas de t<strong>el</strong>evisión alimentan<br />

la misma nostalgia a las orillas d<strong>el</strong> Amur, <strong>el</strong><br />

Changjiang, <strong>el</strong> Amazonas, <strong>el</strong> Ganges y <strong>el</strong> Nilo.<br />

Antenas parabólicas y placas solares han<br />

lanzado a millones de personas, incluso en<br />

regiones alejadas de la corriente, como <strong>el</strong><br />

Níger, al oeste de África, “de su vida rural a<br />

una dimensión planetaria”, según lo ha<br />

formulado Bertrand Schneider, secretario<br />

general d<strong>el</strong> Club de Roma.<br />

La guerra defensiva d<strong>el</strong> régimen chino contra<br />

los faxes, correos <strong>el</strong>ectrónicos y emisoras de


t<strong>el</strong>evisión d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> capitalista ya no sirve<br />

más que a la conservación d<strong>el</strong> propio poder,<br />

pero no a la defensa de otro concepto de<br />

sociedad. Donde las imágenes de t<strong>el</strong>evisión<br />

d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> universal de las mercancías aún<br />

están mal vistas, como en Corea d<strong>el</strong> Norte y<br />

en los países d<strong>el</strong> Islam, corren fotos y r<strong>el</strong>atos<br />

detallados. Incluso en Irán, <strong>el</strong> heavy metal<br />

rock americano está considerado la música<br />

más popular entre los quinceañeros de los<br />

estratos medios. Ni siquiera los ayatolás<br />

mantienen ya bajo control <strong>el</strong> espacio aéreo de<br />

su área de soberanía.<br />

Nunca antes tantas personas oyeron y<br />

supieron tanto sobre <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Por<br />

primera vez en la Historia, una fantasía<br />

común de ser une a la Humanidad.<br />

Si los apenas seis millones de ciudadanos<br />

terrestres pudieran realmente decidir en<br />

referéndum cómo quieren vivir habría una<br />

abrumadora mayoría a favor de una existencia<br />

de clase media como la de las zonas<br />

residenciales de San Francisco. Una minoría<br />

cualificada e informada añadiría <strong>el</strong> deseo d<strong>el</strong><br />

niv<strong>el</strong> social de la República Federal de<br />

Alemania en los años anteriores a la caída d<strong>el</strong><br />

muro. La lujosa combinación de una villa en <strong>el</strong><br />

Caribe con la seguridad d<strong>el</strong> bienestar sueco<br />

sería <strong>el</strong> sueño de los sueños.<br />

DISNEY SOBRE TODO<br />

¿Por qué pudo imponerse en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

precisamente <strong>el</strong> ideal de vida californiano, por<br />

qué venció Disney a todo? La magnitud<br />

nacional d<strong>el</strong> mercado americano, la posición<br />

de poder geopolítico de Estados Unidos<br />

después de la II Guerra Mundial y su fortaleza<br />

en las batallas propagandísticas de la guerra<br />

fría representaron un pap<strong>el</strong> centra, pero no <strong>el</strong><br />

único y decisivo. O dicho de otro modo: Stalin<br />

quería la omnipotencia, pero Mickey Mouse<br />

alcanzó la omnipresencia.<br />

El emperador de los medios Micha<strong>el</strong> Eisner,<br />

presidente y consejero d<strong>el</strong>egado de Walt<br />

Disney Company, cultiva su mod<strong>el</strong>o de<br />

explicación: “El entretenimiento americano<br />

proporciona multitud de posibilidades<br />

individuales, <strong>el</strong>ección individual y expresión<br />

individual. Eso es lo que la gente quiere en<br />

todas partes”. Impertérrito, <strong>el</strong> vendedor de<br />

Hollywood añade: “la industria<br />

norteamericana d<strong>el</strong> entretenimiento produce,<br />

como resultado de una libertad creativa sin<br />

restricciones, una originalidad que no se<br />

encuentra en ningún otro lado d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

Su crítico actualmente más expresivo es<br />

Benjamín R. Barber, director d<strong>el</strong> Centro Walt<br />

Whitman de la Rutgers University de Nueva<br />

Jersey. Él halló la entonces clásica fórmula<br />

“Jihad vs. Mc-World”, y califica la tesis de la<br />

variedad de Eisner de “lisa y llana mentira.<br />

Este mito difumina dos puntos decisivos: la<br />

forma de la <strong>el</strong>ección y la supuesta<br />

independencia de los deseos. Por ejemplo, en<br />

muchas ciudades americanas se puede <strong>el</strong>egir<br />

entre docenas de mod<strong>el</strong>os de automóvil, pero<br />

sólo se puede optar por <strong>el</strong> transporte público.<br />

¿Y cómo puede alguien tomar en serio la<br />

pretensión de que <strong>el</strong> mercado no da a la gente<br />

más que lo que quiere, cuando existe una<br />

industria publicitaria con un presupuesto de<br />

doscientos cincuenta mil millones de dólares?<br />

¿Acaso no es la emisora MTV en última<br />

instancia una publicidad mundial para la<br />

industria de la música, los veinticuatro horas<br />

d<strong>el</strong> día?”<br />

El rotundo éxito de la “colonización por disney<br />

de la cultura global”, cree Barber, se basa en<br />

una manifestación tan antigua como la<br />

civilización: la competencia entre difícil y fácil,<br />

lento y rápido, complejo y sencillo. El primer<br />

término de cada pareja va unido a admirados<br />

logros culturales, <strong>el</strong> segundo corresponde “a<br />

nuestra indiferencia, r<strong>el</strong>ajación e inercia.<br />

Disney, McDonald’s y MTV ap<strong>el</strong>an todos <strong>el</strong>los a<br />

lo fácil, rápido y sencillo.<br />

Con independencia de si Eisner o Barber<br />

aprecian correctamente las causas d<strong>el</strong> triunfo<br />

de Hollywood, sus consecuencias son<br />

omnipresentes. “Cindy Crawford y Pocahontas<br />

te miran fijamente al rostro desde cada<br />

esquina, con las estatuas de Lenin en la<br />

antigua Unión Soviética. Las canciones de<br />

Madonna y Micha<strong>el</strong> Jackson son <strong>el</strong> muecín d<strong>el</strong><br />

nuevo orden mundial”, describe <strong>el</strong> pensador<br />

californiano Nathan Gard<strong>el</strong>s <strong>el</strong> monótono<br />

panorama d<strong>el</strong> presente.<br />

En <strong>el</strong> reino de los grandes imperios mediáticos<br />

ya no se pone <strong>el</strong> sol. Como centro energético<br />

internacional, Holliwood proporciona <strong>el</strong><br />

combustible más importante al<br />

postmaterialismo. Time Warner va a<br />

181


fusionarse con la Ted Turners Broadcasting<br />

Corporation y CNN para ser líder d<strong>el</strong> Mercado<br />

mundial, la fusión de Disney y la emisora de<br />

t<strong>el</strong>evisión ABC sería la segunda compra de<br />

empresas más grande de la historia<br />

económica de Estados Unidos. Sony posee<br />

Columbia Pictures, Matsushita vendió en 1995<br />

<strong>el</strong> gigante d<strong>el</strong> entretenimiento MCA a la<br />

multinacional de bebidas Seagram. Entre <strong>el</strong><br />

golfo Pérsico y Corea reina <strong>el</strong> australiano<br />

Rupert Murdoch. Su emisora vía satélite Star<br />

TV, con sede en Hong Kong, emite sobre<br />

cuatro zonas horarias en las que vive la mitad<br />

de la población d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. En seis canales<br />

saltan por encima d<strong>el</strong> espacio y d<strong>el</strong> tiempo<br />

originales presentadoras chinas, indias,<br />

malayas o árabes, que hablan<br />

alternativamente mandarín o inglés. Murdoch<br />

se esfuerza con fervor en conquistar a lo<br />

grande la República Popular China mediante<br />

participaciones en canales por cable. Hasta la<br />

fecha, 30 millones de chinos continentales<br />

pueden recibir sus programas legalmente y<br />

sin interferencias. Los poderosos de Pekín aún<br />

hacen remilgos, pero ya indican a círculos d<strong>el</strong><br />

gremio la fórmula con la que <strong>el</strong> australiano<br />

puede abrirse paso: No sex, no violence, no<br />

news.<br />

Los gigantes mediáticos, entre los que<br />

también se incluyen <strong>el</strong> gigante germano<br />

Bert<strong>el</strong>smann, su testarudo competidor Leo<br />

Kirch y autoescenificadores como <strong>el</strong> t<strong>el</strong>écrata<br />

Silvio Berlusconi, están, pues, bien equipados<br />

para ese tittytainment sobre <strong>el</strong> que cavilaban<br />

los líderes mundiales en su encuentro en la<br />

Fundación Gorbachov de San Francisco. Sus<br />

imágenes dominan los sueños, y los sueños<br />

determinan las acciones.<br />

LA GRAN SED DEL “CHILLIDO”<br />

UNIFORME<br />

Cuanto más internacional se vu<strong>el</strong>ve <strong>el</strong><br />

mercado de las imágenes, tanto más se<br />

estrecha. Por término medio, la industria<br />

americana d<strong>el</strong> cine invierte en una p<strong>el</strong>ícula 59<br />

millones de dólares, una suma a la que los<br />

productores europeos o indios no pueden ni<br />

acercarse. Estas costosas cintas siempre<br />

alcanzan nuevas cotas en tecnología y<br />

equipamiento que sus competidores raras<br />

veces pueden alcanzar. De este modo, se<br />

refuerza <strong>el</strong> torb<strong>el</strong>lino en dirección a Hollywood<br />

y Nueva Cork.<br />

182<br />

También la prometida variedad futura de 500<br />

canales de t<strong>el</strong>evisión en cada hogar es sólo<br />

aparente. Unos pocos líderes de mercado<br />

modulan y reciclan sus productos en muchos<br />

lugares de emisión, adaptándolos a los<br />

distintos grupos de destino, Junto a esto, la<br />

caza de la máxima cuota de pantalla fomenta<br />

<strong>el</strong> proceso de concentración. Los derechos de<br />

transmisión de los eventos deportivos<br />

importantes, por ejemplo, sólo son<br />

financiables con enormes ingresos por<br />

publicidad, que en última instancia sólo<br />

pueden obtener las grandes emisoras o los<br />

comercializadores internacionales. A su vez,<br />

por <strong>el</strong> deporte y <strong>el</strong> patrocinio sólo se interesan<br />

los fabricantes que también están presentes<br />

en todo <strong>el</strong> ámbito de emisión, sobre todo los<br />

consorcios multinacionales. Sólo diez grandes<br />

empresas pagan en Alemania casi la cuarta<br />

parte de toda la publicidad en TV. Un anuncio<br />

intercontinental de 90 segundos de duración<br />

cuesta tanto como una p<strong>el</strong>ícula europea<br />

media.<br />

Las agencias de publicidad, por último, se<br />

sirven d<strong>el</strong> decorado de una patria común de<br />

ensueño para sus clientes. El Público de<br />

masas alemán ha cogido tanto cariño a Nueva<br />

Cork y <strong>el</strong> salvaje Oeste que la emisora RTL<br />

ocupó más de la mitad de sus anuncios en<br />

torno al último partido de la liga de<br />

campeones de fútbol de mayo de 1996 con<br />

clichés tomados en ese lejano <strong>mundo</strong>,<br />

aparentemente familiar. En vez de un Capri, <strong>el</strong><br />

sol se pone ahora tras <strong>el</strong> Goleen Gate con la<br />

cerveza Beck, los neumáticos Continental ya<br />

no derrapan en <strong>el</strong> cercano su<strong>el</strong>o alemán d<strong>el</strong><br />

circuito de Nürburgring, sino que se deslizan<br />

con refinamiento por las calles entre<br />

rascaci<strong>el</strong>os de Manhattan.<br />

Estos reforzadores retroalimentados de la<br />

uniformidad mundial impulsan más y más esta<br />

evolución. Un producto final consecuente en <strong>el</strong><br />

ámbito cultural sería un monótono tono<br />

unitario norteamericano global de screech<br />

(chillido), tal como ha profetizado <strong>el</strong><br />

videoartista neoyorquino Curt Royston. Casi a<br />

modo de confirmación, desde la siberiana<br />

Tomsk hasta Viena y Lisboa, una ruidosa<br />

vanguardia cultural juvenil imita desde hace<br />

años en sus exposiciones, con una fid<strong>el</strong>idad<br />

que llega hasta los menores detalles, la<br />

escena neoyorquina de hace dos décadas:<br />

trabajosamente chillona, esforzadamente


estridente, llena de monitores de TV que<br />

graznan de manera infernal… qué<br />

aburrimiento. Sólo con titubeos se empieza a<br />

decir que <strong>el</strong> silencio sugerente puede ser<br />

mucho más provocativo y sustancial como<br />

alternativa en una época en la que todos<br />

gritan.<br />

A la visión d<strong>el</strong> chillido de Royston se<br />

aproximaron también hasta <strong>el</strong> alcance d<strong>el</strong> oído<br />

los tres tenores José Carreras, Plácido<br />

Domingo y Luciano Pavarotti en su gira<br />

mundial de 1996: En los abarrotados estadios<br />

en que cantaron desde Munich hasta Nueva<br />

Cork, innumerables visitantes pudieron<br />

percibir poco más que la m<strong>el</strong>odía de fondo de<br />

sus cantantes clásicos. Pero <strong>el</strong> por lo demás<br />

uniforme popurrí incluía en cada lugar algo<br />

inconfundible destinado a dar siempre a los<br />

compradores de entradas la sensación de<br />

haber vivido una experiencia única: El público<br />

de cuatro continentes podía derretirse en la<br />

propina, adaptada al correspondiente círculo<br />

cultural. Los tres cantantes globales<br />

interpretaron Kawa-no nagare nayomi ante los<br />

japoneses, <strong>el</strong> lánguido aire d<strong>el</strong> río que siempre<br />

fluye. Junto al Danubio que nunca fue azul,<br />

embalsado actualmente justo d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong><br />

estadio d<strong>el</strong> Prater, donde cantaron los tenores<br />

en Viena, resonó en exclusiva ante 100.000<br />

oídos alemanes, checos y húngaros, en su<br />

mayoría de nuevos ricos, <strong>el</strong> hit Viena, Viena,<br />

sólo tú<br />

En su calculadora sensibilidad nacional, <strong>el</strong><br />

edulcorado trío d<strong>el</strong> b<strong>el</strong> canto recuerda a la<br />

Coca-Cola, insuperable seductora de gaznates<br />

en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. El gigante de los refrescos<br />

ofrece su líquido rojizo en China y Japón con<br />

distintos sabores, azucarado según las<br />

preferencias culturales y peculiaridades de<br />

cada parte d<strong>el</strong> país. En <strong>el</strong> verano olímpico de<br />

1996, Coca-Cola se anunciaba for the fans en<br />

su publicidad difundida a escala<br />

transcontinental, pero en la bochornosa<br />

Atlanta la sensible multinacional se dirigía, en<br />

gruesas letras sobre los autobuses de los<br />

atletas, a los sudorosos espectadores en<br />

directo de los Juegos: Cheering ist thirsty<br />

Work, animar es una tarea que da sed.<br />

También en Europa <strong>el</strong> bien cultural que es <strong>el</strong><br />

deporte se transforma a ojos vistas en oferta<br />

para una sociedad d<strong>el</strong> ocio con una fijación<br />

por <strong>el</strong> diseño, y que jalea a los tramposos. El<br />

presidente de la FIFA, Joao Hav<strong>el</strong>ange, desea<br />

más pausas en los partidos para bloques<br />

publicitarios, como en <strong>el</strong> fútbol americano, la<br />

Bundesliga alemana busca una nueva<br />

identidad próxima a la Nacional Basketball<br />

Association americana. El entusiasmo por la<br />

imagen ocupa <strong>el</strong> lugar de un sentimiento de<br />

común pertenencia de índole cultural, <strong>el</strong><br />

Bayern de Munich vende más camisetas en<br />

Hamburgo que los dos equipos locales de liga,<br />

HSV y St. Pauli. Sólo con la venta de artículos<br />

para aficionados, los clubes punteros<br />

consiguen ya mayores beneficios que a<br />

principios de los años noventa con todos sus<br />

ingresos como clubes, incluyendo los derechos<br />

de t<strong>el</strong>evisión. Como las polémicas tienen cada<br />

vez más dificultad para surgir de las<br />

tradicionales comparaciones entre ciudades,<br />

“tienen que ser producidas artificialmente, por<br />

ejemplo, jugador contra jugador, jugador<br />

contra entrenador, entrenador contra<br />

directivas”, explica <strong>el</strong> investigador d<strong>el</strong> deporte<br />

Hans. H. Stollenwerk.<br />

Como un arado que circunda la Tierra, la<br />

multimillonaria demanda de la marea de<br />

mercancías anunciada a escala global se ha<br />

abierto camino por las calles comerciales de<br />

todas las ciudades d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. La<br />

“transformación de la sed en una necesidad<br />

de Coca-Cola”, como un día designara<br />

sarcásticamente <strong>el</strong> crítico social Ivan Illich a<br />

este proceso, ha sido llevado a cabo. En las<br />

metrópolis dominan los rótulos conocidos,<br />

desde Calvin Klein hasta Louis Vuitton<br />

pasando por Kodak. Ideas y productos siguen<br />

a las ofertas cinematográficas de los pocos<br />

cines que quedan y al gusto musical: Se<br />

adaptan a menudo a un ritmo aniquilador para<br />

los antiguos oferentes nacionales.<br />

La víctima más reciente es la antigua ciudad<br />

imperial de Viena. Innumerables pequeños<br />

comercios que, con su variada gama de<br />

productos, daban a los escaparates d<strong>el</strong> centro<br />

de Viena un agradable carácter inconfundible,<br />

lo han tenido que abandonar desde la<br />

adhesión de Austria a la Unión Europea a<br />

principios de 1995, sobre todo porque al<br />

mismo tiempo fueron revocadas las estrictas<br />

normativas de arrendamientos. Cadenas<br />

comerciales internacionales se han hecho con<br />

los mejores lugares, aburridos locales de<br />

comida rápida, atractivas firmas de ropa<br />

183


interior e inodoros mercados de droguería<br />

abren sus estériles sucursales.<br />

LA HORA DE LAS CIUDADES<br />

La clase media urbana de los florecientes<br />

centros económicos se mueve con insólita<br />

naturalidad sobre <strong>el</strong> disminuido planeta azul,<br />

tanto en viaje de negocios como de<br />

vacaciones. Noventa millones de personas<br />

tienen ya acceso regular a Internet, tendida<br />

en torno al <strong>mundo</strong>, y cada semana se les<br />

suma otro medio millón. Una fotógrafa<br />

vienesa nacida en <strong>el</strong> Vorarlberg conoce hoy <strong>el</strong><br />

West Broadway neoyorquino mejor que<br />

Innsbruck, un corredor de bolsa londinense se<br />

siente más unido a sus colegas de Hong Kong<br />

que al director de una sucursal bancaria de<br />

Southampton. Todos se consideran abiertos<br />

ciudadanos d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, lejos de la sensación y<br />

de que sus connections globales son a<br />

menudo muy provincianas y limitadas a su<br />

propio ambiente.<br />

Periodistas, especialistas en sistemas<br />

informáticos o actores viajan más y con más<br />

fatigas que diplomáticos y ministros de<br />

Exteriores: Por la mañana están en una<br />

pequeña ciudad húngara, con un cliente<br />

desesperado o un entrevistado interesante,<br />

por la tarde en una cita en Hamburgo, por la<br />

noche en París con su nueva amiga, ya casi<br />

vu<strong>el</strong>ta a perder, al día siguiente en la central<br />

de la empresa en algún sitio y luego camino<br />

de Estado Unidos y d<strong>el</strong> Lejano Oriente. El que<br />

al despertar necesita unos segundos para<br />

saber en qué continente acaba de dormir es<br />

que se encuentra en la vanguardia d<strong>el</strong> club de<br />

los viajeros permanentes. “Ten cuidado que al<br />

embarcar en <strong>el</strong> aeropuerto no te encuentres a<br />

ti mismo volviendo”, bromean, como antaño<br />

le ocurría a Hans-Dietrich Genscher, los pocos<br />

amigos que, en su confusión, conservan<br />

todavía esas personas. Y, sin embargo, son<br />

envidiados por muchos: por su flexibilidad,<br />

por sus ingresos, por su mundanidad.<br />

Pero en los más famosos bares d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong>, en <strong>el</strong><br />

Raffles de Singapur, en <strong>el</strong> Savoy de Moscú o<br />

en <strong>el</strong> Copacabana Palace de Rio de Janeiro, los<br />

ajetreados mensajes de los global players<br />

lloran sus penas entrada la noche, cuando los<br />

viejos colegas d<strong>el</strong> colegio de su lugar natal, a<br />

los que han encontrado casualmente en la<br />

calle porque una vez cada pocos años osan<br />

184<br />

lanzarse como turistas al ancho <strong>mundo</strong>, hace<br />

mucho que yacen en sus camas baratas,<br />

asombrados por todo lo que han visto.<br />

Apartados de todos y de sí mismos, se abre<br />

paso en <strong>el</strong>los <strong>el</strong> paralizante vacío y soledad<br />

que se extiende a más tardar después d<strong>el</strong><br />

octavo vu<strong>el</strong>o intercontinental en un año. En<br />

última instancia, <strong>el</strong> colchón de confianza en <strong>el</strong><br />

que pueden descansar los protagonistas de los<br />

infinitos vu<strong>el</strong>os es sin duda global, pero<br />

monótono y poco resistente: alrededor d<strong>el</strong><br />

globo terráqueo, viven encerrados en<br />

aeropuertos, cadenas de hot<strong>el</strong>es, cadenas de<br />

restaurantes, fiables hasta la repugnancia,<br />

pero iguales hasta confundirse, aturdidos con<br />

la misma s<strong>el</strong>ección de videocasetes en<br />

habitaciones de hot<strong>el</strong> climatizadas, pero poco<br />

acogedoras. El espíritu de estos incansables<br />

no viaja tan aprisa como su cuerpo; nunca<br />

tuvieron fuerzas, o hace mucho que las<br />

perdieron, para entregarse a lo otro, lo<br />

distinto, lo realmente nuevo. De este modo,<br />

se está en todas partes y sin embargo se<br />

sigue en <strong>el</strong> mismo sitio, se ha visto todo y no<br />

se ve más que lo que hace mucho que se<br />

conoce… y se coleccionan kilométricos de las<br />

compañías aéreas como los que se quedan en<br />

casa coleccionan sus tarjetas t<strong>el</strong>efónicas,<br />

s<strong>el</strong>los o posavasos.<br />

Y, sin embargo, tal movilidad indica la<br />

dirección, es al menos faro de orientación en<br />

<strong>el</strong> rapidísimo vu<strong>el</strong>o hacia <strong>el</strong> futuro que<br />

promete una estructura mundial<br />

revulsivamente nueva. Un espeso tejido de<br />

redes <strong>el</strong>ectrónicas, t<strong>el</strong>éfonos digitales vía<br />

satélite, aeropuertos de alto rendimiento y<br />

parques industriales libres de impuestos<br />

podría unir entre sí, poco después d<strong>el</strong> próximo<br />

cambio de siglo, a unas 30 regiones<br />

metropolitanas, en cada una de las cuales<br />

vivirán 25 millones de personas. Las<br />

metrópolis están dispersas por <strong>el</strong> globo como<br />

casuales manchas de luz, a lo largo de miles<br />

de kilómetros sus habitantes creen estar más<br />

cerca unos de otros que sus vecinos d<strong>el</strong><br />

interior, que hasta ahora determinó su<br />

historia.<br />

El poder estará en una “alianza de<br />

comerciantes y gobiernos municipales,<br />

actuando en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, que fomentarán<br />

ante todo la competitividad de las empresas<br />

globales que alberguen”, espera <strong>el</strong> futurólogo<br />

italiano Ricardo petr<strong>el</strong>la. Hoy mismo los


centros urbanos de Asia están en todas partes<br />

en <strong>el</strong> carril de ad<strong>el</strong>antamiento. Jóvenes de<br />

todos los continentes crecen, comparados con<br />

sus padres, con una idea global de la ciudad<br />

completamente distinta. Ya no son París,<br />

Londres, y Nueva York, los que brillan con<br />

superlativos, ni tampoco Moscú o Chicago, El<br />

edificio más alto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> arroja desde<br />

marzo de 1996 su sombra en la capital de<br />

Malasia, kuala Lumpur, la mayoría de las<br />

grúas ya o sobrevu<strong>el</strong>an en modo alguno los<br />

tejados de Berlín, sino los de Pekín y<br />

Shanghai.<br />

Ente Pakistán y Japón, una docena de<br />

regiones en expansión se apretujan como<br />

nuevos actores de la escena global de la<br />

competencia y rivalizan por obtener pap<strong>el</strong>es<br />

como los que han marcado <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> urbano<br />

occidental en las décadas pasadas. Bangkok,<br />

por ejemplo, quiere asumir <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de Detroit<br />

como metrópoli d<strong>el</strong> automóvil. Los fabricantes<br />

japoneses Toyota, Honda, Mitsubishi e Isuzu<br />

llevan ya mucho tiempo montando sus<br />

vehículos en Tailandia, y Chrysler y Ford están<br />

ampliando sus sucursales locales para<br />

convertirlas en soporte de sus negocios en <strong>el</strong><br />

sureste asiático.<br />

Taipei se ve como sucesora de Silicon Valley;<br />

de todos modos, Taiwán lleva mucha<br />

d<strong>el</strong>antera en la producción de monitores,<br />

ratones de ordenador y escáners gráficos. Con<br />

sus exportaciones de alta tecnología, Malasia<br />

pretende prosperar como antaño la cuenca d<strong>el</strong><br />

Ruhr con su siderurgia. Bombay a su vez<br />

produce ya 800 p<strong>el</strong>ículas al año, cuatro veces<br />

más que Hollywood. Los alquileres de las<br />

oficinas sobrepasan allí los récords de Japón.<br />

Sobre todo, es Shanghai la que aspira al pap<strong>el</strong><br />

principal como centro neurálgico de las<br />

nuevas superciudades de Asia, como<br />

competidora de Tokio y Nueva York. “Antes<br />

d<strong>el</strong> 2010, queremos convertirnos en <strong>el</strong> centro<br />

internacional y financiero d<strong>el</strong> Pacífico<br />

occidental”, explica Hu Yangzhao, economista<br />

jefe de la comisión de planificación urbana. En<br />

la que posiblemente sea la mayor<br />

reestructuración urbana desde la recreación<br />

de París por <strong>el</strong> barón Haussmann en <strong>el</strong> siglo<br />

XIX, <strong>el</strong> viejo Shanghai será prácticamente<br />

derribado… y en su lugar se construirá una<br />

nueva ciudad. Un cuartote millón de familias<br />

ha tenido que abandonar <strong>el</strong> centro de la<br />

ciudad, otras 600.000 tienen aun que<br />

trasladarse. A cambio, 40 de las 100 mayores<br />

empresas multinacionales han abierto<br />

oficinas. Siemens quiere participar en la<br />

construcción d<strong>el</strong> Metro, de las cadenas de<br />

Volkswagen de Shanghai saldrán este año<br />

220.000 turismos, a partir d<strong>el</strong> año 2000 serán<br />

dos millones. La joya de la corona británica,<br />

Hong Kong, devu<strong>el</strong>ta en 1997 a la República<br />

popular China, quiere hacerle frente. “La<br />

geografía está de nuestro lado”, argumenta <strong>el</strong><br />

gran banquero Clint Marshall. Veinte mil<br />

millones de dólares irán a parar a un nuevo<br />

proyecto de aeropuerto, a sólo 20 kilómetros<br />

de distancia la próspera provincia china de<br />

Guang Dong abastece los mercados globales.<br />

El despertar económico de China se ha<br />

convertido entretanto en un lugar común, y, si<br />

embargo, alberga sorpresas agridulces. Con la<br />

“economía socialista de mercado” de Deng<br />

Xiaoping, <strong>el</strong> país podría ascender, hacia <strong>el</strong> año<br />

2000, a la condición de segunda potencia<br />

económica d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>… por d<strong>el</strong>ante de Japón<br />

y Alemania. Mientras todavía en los años<br />

sesenta los profesores de instituto de Europa<br />

conjuraban ante sus alumnos la amenaza d<strong>el</strong><br />

“p<strong>el</strong>igro amarillo” y no ocurrió nada, ahora los<br />

hombres d<strong>el</strong> Imperio d<strong>el</strong> Centro están aquí.<br />

Trabajadores d<strong>el</strong> consorcio metalúrgico<br />

Meishan de Shanghai trabajan en Nápoles casi<br />

las veinticuatro horas d<strong>el</strong> día. Desmontan una<br />

fundición de acero de 24.000 ton<strong>el</strong>adas en los<br />

terrenos de 100 hectáreas de la abandonada<br />

fábrica d<strong>el</strong> consorcio siderúrgico italiano<br />

Bagnoli. En <strong>el</strong> verano de 1997 las piezas se<br />

habrán vu<strong>el</strong>to a montar a 14.000 kilómetros<br />

de distancia, en la ciudad portuaria de<br />

Nanking, junto al río Changjiang. También<br />

Aceros Thyssen desmonta un alto horno sin<br />

explotar para exportarlo a la India, la<br />

austriaca Voest-Alpine vendió a Malasia una<br />

acería entera y obsoleta, mod<strong>el</strong>o LD-2, de<br />

Linz. Los compradores d<strong>el</strong> Lejano Oriente<br />

adquieren mercancía de calidad, son los<br />

últimos en beneficiarse de las décadas de<br />

subvenciones multimillonarias a la industria<br />

europea d<strong>el</strong> acero.<br />

Así, a v<strong>el</strong>ocidad casi inaprensible, avanza la<br />

globalización… esa “unión de los charcos,<br />

estanques, lagos y mares de las economías<br />

locales, provinciales, regionales y nacionales<br />

en un único océano económico global que<br />

expone a los ámbitos pequeños a olas<br />

gigantescas de competencia económica en vez<br />

185


de, como antes, a pequeñas olitas y tranquilas<br />

mares”, según describe la nueva era <strong>el</strong><br />

economista Edgard Luttwak.<br />

El <strong>mundo</strong> entero es un solo mercado, en<br />

apariencia prospera <strong>el</strong> comercio pacífico. ¿No<br />

se cumple así un sueño de la Humanidad? ¿No<br />

debemos nosotros, habitantes de los hasta<br />

ahora acomodados estados industriales,<br />

alegrarnos por <strong>el</strong> ascenso de tantos países en<br />

desarrollo? ¿No está la paz global al alcance<br />

de la mano? No.<br />

La visión d<strong>el</strong> precursor canadiense Marshall<br />

McLuhan de la global village, d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> como<br />

una aldea homogénea, no se ha hecho en<br />

modo alguno realidad. Mientras comentaristas<br />

y políticos abusan sin cesar de esa metáfora,<br />

se demuestra cuán poco se cohesiona <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> real. Sin duda más de mil millones de<br />

consumidores de t<strong>el</strong>evisión siguen casi<br />

simultáneamente <strong>el</strong> combate de boxeo ente<br />

Ax<strong>el</strong> Schulz y Micha<strong>el</strong> Moorer en junio de<br />

1996, en <strong>el</strong> estadio Westfalen de Dortmund.<br />

Con tres mil quinientos millones de<br />

espectadores, la ceremonia de inauguración<br />

de los Juegos Olímpicos de Atlanta habrá sido<br />

<strong>el</strong> acontecimiento t<strong>el</strong>evisivo que más ha unido<br />

al <strong>mundo</strong> en este milenio. Pero de un <strong>mundo</strong><br />

de imágenes universales de intercambio de<br />

golpes y competición deportiva falta mucho<br />

aún para que surja una interr<strong>el</strong>ación mutua,<br />

una comprensión. Proximidad mediática y<br />

simultaneidad siguen sin producir vinculación<br />

cultura, y mucho menos igualdad económica.<br />

LA REVELACIÓN OLÍMPICA<br />

Incluso antes de que un terror anónimo, y,<br />

por tanto, típicamente derechista, arrojara<br />

sobre los juegos olímpicos t<strong>el</strong>evisivos la luz<br />

estridente de las desavenencias sociales en<br />

Estados Unidos, los organizadores de los<br />

juegos habían puesto al descubierto en<br />

Atlanta la falsedad de su unión de pueblos.<br />

Desvergonzadamente, empezaron por<br />

degrada a 85.000 visitantes, que habían<br />

pagado 636 dólares por la entrada a la<br />

ceremonia de inauguración, a la categoría de<br />

trípodes pagadores en una embriagadora<br />

marea de imágenes. Siguiendo órdenes de las<br />

cámaras, tenían que agitar pañu<strong>el</strong>os de<br />

colores, linternas y cart<strong>el</strong>es. La palabra<br />

“sueño”, que los propagandistas de América<br />

conjuran aún con más placer que su concepto<br />

186<br />

de la libertad, se convirtió en c<strong>el</strong>ebrada<br />

estr<strong>el</strong>la de la v<strong>el</strong>ada. El opulento y cursi<br />

programa anunciaba que Atlanta era “un hito<br />

en su sueño”. The power of the dream, cantó<br />

la chanteuse C<strong>el</strong>ine Dion, un poema de Edgar<br />

Allan Poe resplandeció durante minutos ante<br />

<strong>el</strong> público en <strong>el</strong> marcador: “Soñar sueños que<br />

ningún mortal se atrevió a soñar antes”. Por<br />

último, resonó entre las filas la histórica frase<br />

d<strong>el</strong> luchador negro por los derechos civiles<br />

Martin Luther King: “He tenido un sueño”.<br />

¿Y cuál? ¿Por ejemplo, que tres décadas<br />

después de su asesinato unos ciudadanos<br />

americanos que viven en zonas residenciales,<br />

casi exclusivamente blancos, se estremecerían<br />

agradablemente en <strong>el</strong> espléndido nuevo<br />

estadio de su ciudad natal al escuchar su voz<br />

conmovida, aunque grabada con poca<br />

claridad, en una cinta ingeniosamente<br />

preparada? ¿O se había atrevido jamás Luther<br />

King a soñar que con motivo de la Olimpiada<br />

los sin techo de Atlanta, casi exclusivamente<br />

negros, serían acarreados en autobuses fuera<br />

d<strong>el</strong> centro urbano para no mostrar a los<br />

equipos internacionales de t<strong>el</strong>evisión las<br />

imágenes de la realidad americana?<br />

En cualquier caso, en esta metrópoli sureña<br />

de Estados Unidos, que con sus suburbios<br />

saneados y poderosos rascaci<strong>el</strong>os parece tan<br />

depravadamente rica como la pujante capital<br />

de Malasia, Kuala Lumpur, negro y pobre<br />

siguen siendo sinónimos. Con cinismo<br />

autoprotector, la productora de t<strong>el</strong>evisión<br />

Barbara Pyle, persona con sensibilidad social,<br />

colaboradora de dirección d<strong>el</strong> grupo<br />

multimedia de Ted Turner en Atlanta,<br />

comenta los significativos juegos récord de<br />

1996: “Hasta ahora, entre los edificio de CNN<br />

y Coca-Cola había unos cuantos barrios<br />

pobres con viviendas baratas. Fueron<br />

demolidos para construir <strong>el</strong> parque olímpico<br />

d<strong>el</strong> siglo de la llamada AT&T Global Olympic<br />

Village, y en <strong>el</strong> futuro los empleados de ambas<br />

empresas podrán pasear sin ser molestados<br />

entre las centrales de sus compañías”.<br />

EL PRIMER MUNDO SE DERRUMBA<br />

Arrogantes máquinas urbanas altamente<br />

tecnificadas, como la de Atlanta, dominan<br />

entretanto <strong>el</strong> globo terráqueo, aunque cada<br />

vez más como islas. El archipiélago de la<br />

riqueza, tendido en torno al <strong>mundo</strong>, consta sin


duda de florecientes enclaves. Pero también<br />

en los hasta ahora países en desarrollo las<br />

Kuala Lumpur son únicamente ciudad<strong>el</strong>as de<br />

la economía global. La mayor parte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

se transforma en cambio en un planeta<br />

miseria, rico tan sólo en megaciudades con<br />

megasuburbios, en los que miles de millones<br />

de personas se abren paso trabajosamente.<br />

Cada semana, las ciudades crecen en un<br />

millón de habitantes.<br />

Al mismo tiempo, “nuestra embarazada<br />

indiferencia se ha transformado en una<br />

indiferencia autocomplaciente”, advertía <strong>el</strong><br />

presidente francés Francois Mitterand en<br />

marzo de 1995. “Todo interés por la ayuda al<br />

desarrollo ha desaparecido. Cada país, parece<br />

ser, se preocupa tan sólo de su patio trasero”.<br />

En <strong>el</strong> año siguiente a la muerte d<strong>el</strong> tornadizo<br />

estadista, incluso este patio trasero se ha<br />

encogido hasta convertirse en un patio de<br />

luces.<br />

Trescientos cincuenta y ocho multimillonarios<br />

son en conjunto tan ricos como dos mil<br />

quinientos millones de personas, casi la mitad<br />

de la población mundial. Los gastos de los<br />

Estados industriales en <strong>el</strong> Tercer Mundo<br />

descienden y descienden, en 1994 aún<br />

ascendía en Alemania al 0,34% d<strong>el</strong> producto<br />

interior bruto; en 1995, con <strong>el</strong> 0,31%, volvían<br />

a ser un 10% más bajos (Austria seguía en un<br />

0,34% en 1995). Sin duda es cierto que<br />

mientras tanto las inversiones privadas<br />

procedentes de los países acomodados<br />

superan los fondos de la ayuda estatal al<br />

desarrollo, pero pocas regiones sacan<br />

beneficio de <strong>el</strong>lo. Las rentas d<strong>el</strong> capital<br />

esperadas por los inversores están a menudo,<br />

“por <strong>el</strong> riesgo”, en un 30% anual, por ejemplo<br />

en la construcción de conducciones de agua<br />

en la India e Indonesia. En conjunto las<br />

deudas de los países en desarrollo siguen<br />

creciendo, a pesar de las pías promesas de los<br />

gobiernos d<strong>el</strong> norte de conceder un descuento<br />

radical. En 1996 las obligaciones ascendieron<br />

a 1,94 billones de dólares, casi <strong>el</strong> doble por<br />

tanto que diez años antes.<br />

“Se acabó”, explica, sacando las<br />

consecuencias, <strong>el</strong> escritor egipcio Mohammed<br />

Sid Ahmed. “El diálogo Norte-Sur está tan<br />

muerto como <strong>el</strong> conflicto Este-Oeste. La idea<br />

d<strong>el</strong> desarrollo está muerta. Ya no hay un<br />

lenguaje común, ni siquiera un vocabulario<br />

para los problemas. Sur, Norte, Tercer Mundo,<br />

liberación, progreso, todas esas expresiones<br />

han dejado ya de tener sentido”.<br />

Hace mucho, dice <strong>el</strong> creciente lamento<br />

plañidero en Europa y Estados Unidos, que<br />

nosotros mismos necesitamos ayuda.<br />

Nosotros, así lo sienten millones de <strong>el</strong>ectores<br />

incluso en las regiones urbanas en expansión,<br />

somos los estafados por los nuevos tiempos.<br />

En <strong>el</strong> miedo paralizante a perder <strong>el</strong> puesto de<br />

trabajo, la carrera y <strong>el</strong> futuro de los niños se<br />

desliza pensativa una nueva desconfianza:<br />

Desde la perspectiva histórica, ¿se verá <strong>el</strong><br />

actual bienestar de la clase media occidental,<br />

todavía tan obvio, como un gran KaDeWe, los<br />

grandes almacenes de lujo subvencionados de<br />

Berlín, que hacían furor en <strong>el</strong> Este comunista<br />

bajo en consumo, pero que, en contra de toda<br />

la propaganda, no era en modo alguno<br />

representativos d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de vida de Europa<br />

occidental?<br />

Como la sociedad sigue dividiéndose desde <strong>el</strong><br />

punto de vista económico, la inseguridad de la<br />

gente le lleva a buscar cada vez más su<br />

salvación política en la d<strong>el</strong>imitación y la<br />

separación. Docenas de nuevos Estados<br />

hubieron de ser inscritos en los mapas en los<br />

últimos años, en la Olimpiada de Atlanta<br />

entraron al estadio 197 equipos nacionales.<br />

Los italianos e incluso los suizos luchan por su<br />

identidad, la unidad nacional está en juego.<br />

Cincuenta años después de la fundación de la<br />

Republica italiana, hasta un 50% de los<br />

ciudadanos de las provincias situadas entre<br />

Ventimiglia y Trieste votan por <strong>el</strong> movimiento<br />

de protesta Liga Norte, cuyo líder, Humberto<br />

Bossi, llama a volar por los aires los<br />

repetidores de las emisoras de la radio y<br />

t<strong>el</strong>evisión nacional RAI. Bossi anunció incluso<br />

la proclamación de un estado independiente<br />

para <strong>el</strong> 15 de septiembre de 1996. También<br />

en otras regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> los países<br />

prósperos se disgregan. Así, por ejemplo, las<br />

hasta ahora pacíficas islas caribeñas de<br />

veraneo St. Kitts y Nevis quieren disolver su<br />

federación.<br />

Canadá y Bélgica viven paralizados por la<br />

disputa entre sus grupos lingüísticos. En<br />

Estados Unidos, cuyas babilónicas corrientes<br />

de inmigración aceptaron durante largo<br />

tiempo una lengua nacional común, millones<br />

de hispanos emigrados incluso de segunda y<br />

187


tercera generación se niegan a utilizar <strong>el</strong><br />

inglés. El tribalismo se refuerza en todas<br />

partes, en muchas áreas amenaza <strong>el</strong> retroceso<br />

hacia un nacionalismo violento o un<br />

chovinismo regional.<br />

Al contrario que en las guerras tradicionales<br />

d<strong>el</strong> siglo XIX y principios d<strong>el</strong> XX, la mayoría de<br />

las guerras ya no se libran entre Estados, sino<br />

dentro de Estados. En 1995, únicamente dos<br />

de entre 50 conflictos armados en todo <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> siguieron <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o conocido: las<br />

guerras entre Perú y Ecuador y entre Líbano e<br />

Isra<strong>el</strong>. En cualquier caso, las nuevas<br />

confrontaciones dentro de los límites<br />

nacionales apenas alcanzan eco internacional.<br />

Por ejemplo en Sudáfrica, en <strong>el</strong> año siguiente<br />

al fin d<strong>el</strong> apartheid, 17.000 personas<br />

perdieron la vida en actos de violencia… más<br />

de lo que se había cobrado dieciséis años de<br />

permanente guerra civil.<br />

La comunidad mundial reacciona con funestos<br />

mecanismos de represión a la tragedia final<br />

d<strong>el</strong> continente africano. Nueve de las 21<br />

oficinas norteamericanas de ayuda exterior<br />

que han de ser cerradas hasta 1999 están en<br />

ese continente, al que muchos dan ya por<br />

perdido. “Y, sin embargo, África quizá sea tan<br />

r<strong>el</strong>evante para la futura política mundial como<br />

lo eran los Balcanes hace cien años, antes de<br />

las dos guerras balcánicas y la I Guerra<br />

Mundial”, intuye <strong>el</strong> especialista<br />

norteamericano en <strong>el</strong> Tercer Mundo Robert D.<br />

Kaplan. “Precisamente porque una gran parte<br />

de África se enfrenta al abismo, está<br />

anticipándose cómo serán las guerras, las<br />

fronteras y la política étnica dentro de algunas<br />

décadas”.<br />

Las ciudades situadas entre Sierra leona y<br />

Camerún, sobre todo Freetown, Abiyán y<br />

Lagos, se cuentan entre las más p<strong>el</strong>igrosas d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> durante la noche, en la capital de<br />

Costa de Marfil <strong>el</strong> 10% de la población es<br />

seropositiva. “No hay otro lugar en este<br />

planeta en <strong>el</strong> que los mapas políticos sean tan<br />

engañosos, incluso tan mentirosos como en<br />

África occidental”, juzga Kaplan. Con Ruanda,<br />

Burundi, Zaire y Malawi, también otros<br />

Estados africanos se han convertido en la<br />

esencia de la guerra tribal y civil.<br />

Dado que <strong>el</strong> 95% d<strong>el</strong> crecimiento mundial de<br />

la población se concentra en las zonas más<br />

188<br />

pobres d<strong>el</strong> globo, la pregunta ya casi no es si<br />

habrá nuevas guerras, sino de qué tipo serán<br />

y quién combatirá contra quién. 17 de los 22<br />

Estados árabes declaraban en 1994 un<br />

descenso de su rendimiento económico, pero<br />

en muchos de esos países <strong>el</strong> número de<br />

habitantes podría duplicarse en las dos<br />

próximas décadas. El agua pronto escaseará<br />

en distintas regiones, en <strong>el</strong> Asia Central tanto<br />

como en Arabia Saudí, Egipto y Etiopía. En un<br />

entorno así “<strong>el</strong> Islam se vu<strong>el</strong>ve atractivo<br />

precisamente por su militancia a favor de los<br />

oprimidos. Esta r<strong>el</strong>igión, la de más v<strong>el</strong>oz<br />

crecimiento d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, es la única que está<br />

dispuesta a la lucha”, es <strong>el</strong> balance de Kaplan.<br />

Personas animadas por <strong>el</strong> c<strong>el</strong>o secesionista y<br />

r<strong>el</strong>igioso encuentran por eso un crecimiento<br />

eco, desde Marruecos hasta la India e<br />

Indonesia pasando por Arg<strong>el</strong>ia.<br />

Ya en <strong>el</strong> verano de 1993 <strong>el</strong> profesor de<br />

Harvard Samu<strong>el</strong> P. Huntington publicó un<br />

ensayo en Foreign Affaire, renombrada revista<br />

norteamericana para int<strong>el</strong>ectuales d<strong>el</strong> ámbito<br />

de la política exterior, cuyo título era la<br />

pregunta, que se ha hecho famosa: “The<br />

Clash of Civilizations?”. Su tesis según la cual<br />

ya no serán los conflictos teórico-sociales y<br />

políticos, como en tiempos de la guerra fría,<br />

sino los enfrentamientos r<strong>el</strong>igiosos y<br />

culturales entre civilizaciones los que<br />

determinarán <strong>el</strong> futuro, suscitó enorme<br />

atención sobre todo en los países<br />

industrializados de Occidente. Antiquísimos<br />

miedos por los cuales Europa sería arrollada<br />

por los hunos, turcos o rusos, según <strong>el</strong> siglo,<br />

encontraban en Huntington cumplida<br />

confirmación. Pero, ¿están justificados?<br />

¿Chocará en última instancia, como expone <strong>el</strong><br />

estratega de Harvard, <strong>el</strong> Occidente<br />

democrático con <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, con una<br />

alianza de déspotas y teócratas al estilo<br />

Sadam Hussein o ayatolá Jomeini, apoyada<br />

incluso por eficientes confucionistas<br />

reductores de salarios?<br />

Las dudas son más que oportunas, sobre todo<br />

cuando en le nuevo <strong>mundo</strong>, al margen d<strong>el</strong><br />

espacio, de las ciudades estrechamente<br />

unidas los hasta ahora países acomodados<br />

perforan sus propias redes sociales a un ritmo<br />

sorprendente y provocan así tensiones<br />

políticas en occidente. Al mismo tiempo, la<br />

cultura global de la unidad une a las élites<br />

nacionales. Pero sobre todo la Asia en ascenso


es todo lo contrario a un cuadro homogéneo.<br />

La disolución y la fragmentación amenazan<br />

también al Imperio d<strong>el</strong> Centro. “China está<br />

corriendo hacia un muro”, dice Timothy Wirth,<br />

primer secretario de Estado para cuestiones<br />

globales de América y estrecho colaborador<br />

d<strong>el</strong> presidente Hill Clinton. “La disgregación de<br />

China pronto podría convertirse en un tema<br />

que lo domine todo”.<br />

Los campesinos chinos están hartos de su<br />

mísera vida rural. Hace tan sólo veinte años<br />

no podían escuchar en la radio controlada por<br />

<strong>el</strong> Estado nada acerca de las ciudades,<br />

comparativamente bien situadas. Incluso si<br />

alguien les hablaba de <strong>el</strong>lo y querían emigrar<br />

a la ciudad, en seguida eran detenidos por los<br />

rígidos controles de policía situados a lo largo<br />

de las carreteras provinciales. Pero ahora se<br />

alinean en <strong>el</strong> ejército de desarraigados que se<br />

sumergen en los suburbios en busca de<br />

lugares donde sobrevivir, lejos de toda<br />

supervisión d<strong>el</strong> Partido Comunista y los<br />

comités vecinales. Más de 100 millones de<br />

personas cuenta ya la masa de emigrantes<br />

vagabundos, lo que hace físicamente<br />

apreciable la enorme presión que pesa sobre<br />

<strong>el</strong> pueblo más poblado de la Tierra.<br />

También la India, que antes de fin de siglo<br />

albergará <strong>el</strong> segundo pueblo multimillonario<br />

d<strong>el</strong> planeta, sufre un creciente estrés. Bombay<br />

y Nueva D<strong>el</strong>hi desplazan a Ciudades de <strong>México</strong><br />

y Sao Paulo de los titulares sobre ciudades<br />

espantosas. En ambos monstruos urbanos<br />

viven hoy más de diez millones de personas,<br />

en menos de veinte años ese número casi se<br />

habrá duplicado. Pronto también la hasta<br />

ahora poca llamativa capital de Pakistán,<br />

Karachi, atraerá la atención internacional: su<br />

número de habitantes podría <strong>el</strong>evarse de los<br />

apenas diez millones actuales a más de 20<br />

millones de aquí al año 2015.<br />

A menudo los administradores de Nueva D<strong>el</strong>hi<br />

sólo advierten en imágenes tomadas por<br />

satélite por dónde está volviendo a crecer su<br />

ciudad… sin planificación, sin control y sin<br />

autorización. Durante <strong>el</strong> día las calles se<br />

transforman en tún<strong>el</strong>es de humo de tres<br />

metros de ancho por cien de alto, la ciudad<br />

entera tose entre <strong>el</strong> espeso humo y los roncos<br />

“fut-fut” de los baratos rikshaws a motor. Un<br />

tercio de los niños sufre bronquitis alérgica,<br />

que en cualquier caso podrían aliviar en poco<br />

tiempo los medicamentos habituales en <strong>el</strong><br />

mercado. Dos mil doscientas personas mueren<br />

cada año en accidentes de tráfico, trece veces<br />

más que en Estados Unidos en proporción al<br />

número de automóviles. Un ministro d<strong>el</strong> país<br />

llamó a Nueva D<strong>el</strong>hi, que hasta los años<br />

setenta era famosa como “ciudad de los<br />

jardines”, <strong>el</strong> “agujero negro ecológico de<br />

Asia”, “realmente inhabitable” para los seres<br />

humanos.<br />

En Bombay, “<strong>el</strong> suburbio más caro d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>”<br />

desde la apertura económica de la India<br />

(según <strong>el</strong> columnista Sudhir Mulji), los taxis<br />

hu<strong>el</strong>en a sueño por la mañana, sus<br />

conductores no pueden permitirse un viaje a<br />

casa que dura horas. Todos los días hay que<br />

retirar de las calles 2.000 ton<strong>el</strong>adas de<br />

basura, se necesitan cientos de miles de<br />

retretes, la administración municipal no puede<br />

aportar ni siquiera dos tercios d<strong>el</strong> agua que se<br />

necesita.<br />

Aun así, los millones de habitantes d<strong>el</strong> campo<br />

o las pequeñas ciudades no se trasladan a las<br />

megalópolis como ignorantes lemmings. Un<br />

estudio sobre Nueva D<strong>el</strong>hi arrojó <strong>el</strong> resultado<br />

de que la mayoría de los inmigrantes sólo se<br />

decidían al traslado cuando amigos o<br />

parientes que ya vivían en la ciudad gigante<br />

podían ofrecerles la posibilidad de un empleo.<br />

A menudo, los recién llegados se las arreglan<br />

notablemente mejor que la inabarcable<br />

cantidad de pobres que nacieron ya en la gran<br />

ciudad. También eso hace crecer tensiones<br />

que a su vez pueden poner en marcha<br />

movimientos migratorios más allá de las<br />

fronteras.<br />

El ministro alemán Kaus Töpfer tuvo ocasión<br />

de comprobar <strong>el</strong> frágil andamiaje incluso de la<br />

dictatorial China durante una visita de trabajo<br />

a Pekín. Como era obligado, advirtió al<br />

presidente d<strong>el</strong> Gobierno, Li Peng, que también<br />

en <strong>el</strong> Imperio d<strong>el</strong> Centro había que respetar<br />

los derechos humanos. Se podía conceder<br />

esos derechos a su pueblo, respondió <strong>el</strong><br />

estratega d<strong>el</strong> poder chino. “Pero, ¿estaría<br />

dispuesta Alemania a acoger a 15 millones de<br />

chinos al año y encargarse de <strong>el</strong>los?”.<br />

La inesperada reacción dejó mudo al enviado<br />

de la democracia occidental. Su “increíble<br />

cinismo”, recuerda Töpfer, le había<br />

desarmado. Pero, ¿era la provocación d<strong>el</strong><br />

189


comunista solamente cínica? Contiene<br />

precisamente la pregunta que hoy tendría que<br />

hacerse la Humanidad, y especialmente los<br />

hasta ahora ganadores en Europa y América<br />

d<strong>el</strong> Norte: ¿Cuántas, o más exactamente, qué<br />

clase de libertad es posible en este planeta<br />

azul que pronto estará habitado por ocho mil<br />

millones de personas? ¿Cuáles son las reglas,<br />

cuáles las formas sociales, con las que<br />

resolver los problemas medioambientales,<br />

alimentarios y económicos?<br />

Una incómoda inquietud se ha adueñado de<br />

las cumbres de la política mundial. “Vivimos<br />

en medio de una revolución mundial”,<br />

clamaba recientemente <strong>el</strong> secretario general<br />

de la ONU, Butros Butros-Ghali, en una<br />

conferencia. “Nuestro planeta está bajo la<br />

presión de dos fuerzas tremendas y<br />

contrapuestas: la globalización y la<br />

fragmentación.<br />

Profundamente inquieto, Butros-Ghali añade:<br />

“La Historia pone de manifiesto que aqu<strong>el</strong>los<br />

que se encuentran en medio de un cambio<br />

revolucionario raras veces comprenden su<br />

definitivo sentido”.<br />

EL ENEMIGO SOMOS NOSOTROS MISMOS<br />

El mod<strong>el</strong>o de civilización ideado un día en<br />

Europa ha demostrado sin duda no tener rival<br />

en cuanto a dinamismo y éxito. Pero no es<br />

adecuado para configurar <strong>el</strong> futuro. La<br />

“sustancial mejora d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de vida” para<br />

todos en los “países subdesarrollados”<br />

mediante <strong>el</strong> “aumento de la producción<br />

industrial” que <strong>el</strong> presidente americano Harry<br />

Truman anunciaba a los pobres d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> en<br />

1949 no va a producirse.<br />

Precisamente ahora, cuando los miles de<br />

millones de personas unidas por las imágenes<br />

desde Bogotá hasta Jakutsk aspiran a una<br />

evolución conforme al mod<strong>el</strong>o occidental, los<br />

vendedores de esta promesa de desarrollo<br />

infringen <strong>el</strong> contrato. No puede cumplir su<br />

promesa ni en sus propios países, en Estados<br />

Unidos y Europa, y no se hacen con las<br />

riendas de la creciente división social… ¿quién<br />

puede pensar aún en <strong>el</strong> crecimiento<br />

ecológicamente sostenible y en un reparto<br />

justo de la riqueza en <strong>el</strong> Tercer Mundo? Cada<br />

vez más, <strong>el</strong> autocrático dogma de la evolución<br />

se rev<strong>el</strong>a como arma de una época pasada,<br />

190<br />

formaba parte d<strong>el</strong> arsenal de la guerra fría y,<br />

dentro de esa lógica, parece listo para <strong>el</strong><br />

museo.<br />

Sálvese quien pueda, es <strong>el</strong> lema. Sólo que:<br />

¿Quién puede? Porque tras la victoria d<strong>el</strong><br />

capitalismo no se ha alcanzado en modo<br />

alguno <strong>el</strong> “fin de la Historia” que <strong>el</strong> filósofo<br />

americano Francis Fukuyama proclamaba en<br />

1989, sino <strong>el</strong> fino d<strong>el</strong> proyecto que tan<br />

osadamente se llamó “la modernidad”. Un<br />

cambio de época de dimensiones globales ha<br />

comenzado, dado que ya no son <strong>el</strong> ascenso y<br />

<strong>el</strong> bienestar, sino la decadencia, la destrucción<br />

ecológica y la degeneración cultural las que<br />

determinan a ojos vistas la vida cotidiana de<br />

la mayoría de la Humanidad.<br />

Cuando en San Francisco la élite mundial<br />

cuenta con una sociedad 20:80 dentro de los<br />

hasta ahora Estados acomodados es que hace<br />

mucho que este sistema de reparto se ha<br />

establecido a escala mundial.<br />

Los datos son conocidos, pero debido a las<br />

fuerzas liberadas por la globalización<br />

aparecerán en breve bajo una nueva luz: La<br />

quinta parte rica de todos los Estados decide<br />

sobre <strong>el</strong> 84,7% d<strong>el</strong> producto interior bruto<br />

mundial, sus ciudadanos desarrollan <strong>el</strong> 84,2%<br />

d<strong>el</strong> comercio mundial y poseen <strong>el</strong> 85,5% de<br />

todos los ahorros internos. Desde 1960, la<br />

distancia entre la quinta parte más rica y la<br />

más pobre de los países se ha más que<br />

duplicado… también esto es una declaración<br />

de bancarrota, legible en cifras, de una ayuda<br />

al desarrollo que prometía limpieza.<br />

Actualmente, sin duda la preocupación por los<br />

puestos de trabajo y la paz social se<br />

sobrepone al interés por las cuestiones<br />

medioambientales, pero unos titulares menos<br />

actuales no significan en modo alguno que <strong>el</strong><br />

estado ecológico de la Tierra haya mejorado.<br />

El mod<strong>el</strong>o global de consumo de los recursos<br />

naturales se ha mantenido inalterado tras la<br />

espectacular Conferencia de Medio ambiente y<br />

Desarrollo de las Naciones Unidas de 1992 en<br />

Río de Janeiro. El 20% acomodado reclama<br />

para sí <strong>el</strong> 85% d<strong>el</strong> consumo mundial de<br />

madera, <strong>el</strong> 75% de la siderurgia y <strong>el</strong> 70% de<br />

la energía. Las consecuencias son banales,<br />

pero brutales: Nunca será posible que todos<br />

los ciudadanos de la Tierra experimenten<br />

juntos tal bienestar gravoso para la


Naturaleza. La tierra pone sus límites a la<br />

Humanidad.<br />

La expansión mundial de las centrales de<br />

energía y motores de explosión ha perturbado<br />

ya de manera fundamental <strong>el</strong> equilibrio<br />

energético de nuestro ecosistema. Las<br />

declaraciones de intenciones de la cumbre de<br />

Río suenan tan sólo como las chirimías de una<br />

época largamente pasada. Al borde de la más<br />

hermosa metrópoli d<strong>el</strong> globo, la comunidad<br />

mundial había profesado su fe en un<br />

“desarrollo sostenible”, en un rumbo de la<br />

economía que no dejara a las próximas<br />

generaciones un medio ambiente y unos<br />

recursos en peor estado. La emisión de<br />

dióxido de carbono debía ser devu<strong>el</strong>ta hasta<br />

fin de siglo, por lo menos en los Estados<br />

industrializados, al niv<strong>el</strong> de 1990; Alemania<br />

quería reducir sus valores en un 25% hasta <strong>el</strong><br />

2005.<br />

Estas promesas sobre pap<strong>el</strong> son pap<strong>el</strong><br />

mojado, es probable que <strong>el</strong> consumo mundial<br />

de energía hasta se duplique de aquí al 2020.<br />

Los gases que producen <strong>el</strong> efecto invernadero<br />

aumentarán entre un 45 y un 90%. Los<br />

renombrados investigadores d<strong>el</strong> clima que<br />

intercambian resultados en <strong>el</strong><br />

Intergovernmental Pan<strong>el</strong> on Climate Change<br />

(IPCC) llevan años advirtiendo de la “notable<br />

influencia humana sobre <strong>el</strong> clima mundial”.<br />

El cambio climático ya no se puede detener,<br />

en todo caso atenuar, y se cobrará enormes<br />

víctimas. “Para nosotros, <strong>el</strong> calentamiento<br />

global y sus consecuencias, como<br />

tempestades e inundaciones, son ya un<br />

hecho”, declara Walter jakobi, d<strong>el</strong> consorcio<br />

Gerling, la mayor compañía de seguros de la<br />

industria de Alemania. En los años ochenta,<br />

las compañías de seguros tuvieron que hacer<br />

frente a 50 catástrofes naturales anuales en<br />

todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, con un daño en cada una de<br />

<strong>el</strong>las de al menos 20 millones de dólares; a<br />

mediados de los noventa ya se producen 125<br />

de tales grandes acontecimientos<br />

devastadores al año. Una sola y potente<br />

tempestad sobre la costa este de los Estados<br />

Unidos o sobre <strong>el</strong> norte de Europa, calculaban<br />

recientemente las compañías de reaseguros,<br />

podría costar incluso mucho más, hasta<br />

ochenta mil millones de dólares.<br />

Consecuentemente, suben las primas, en las<br />

zonas con riesgo de inundación los<br />

propietarios de casas tienen cada vez más<br />

dificultades para negociar un contrato de<br />

seguro aceptable. Algunos Estados pagan ya<br />

un precio incalculable por <strong>el</strong> riesgo climático.<br />

La creciente vulnerabilidad debida a los<br />

huracanes disuade a numerosos inversores<br />

extranjeros de invertir sumas dignas de<br />

mención en, por ejemplo, Bangla Desh.<br />

Probablemente, ya no pueda evitarse un claro<br />

ascenso d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> mar. De este modo la<br />

hora de las ciudades, apenas ha sonado,<br />

puede tener un abrupto fin antes d<strong>el</strong> año<br />

2050. porque cuatro de cada diez<br />

aglomeraciones de más de 500.000 habitantes<br />

están cerca de la costa, entre <strong>el</strong>las tres<br />

quintas partes de todas las megalópolis.<br />

Bombay, Bangkok, Estambul y Nueva York<br />

están amenazadas en su existencia, pero<br />

serán los menos los monstruos urbanos que<br />

puedan permitirse costosos diques, como en<br />

los Países Bajos, para mantenerse por encima<br />

d<strong>el</strong> agua.<br />

También China tiene motivos para temer los<br />

maremotos d<strong>el</strong> próximo siglo: Shanghai, Hong<br />

Kong y docenas de otras ciudades millonarias<br />

miran al mar abierto. Pero los herederos de<br />

Mao piensan sobre todo en este siglo, han<br />

aprendido de él y copian los logros de<br />

Occidente, con y sin licencia. Se ha tomado<br />

una decisión de principio, y <strong>el</strong> multimillonario<br />

pueblo se alinea para la larga marcha hacia la<br />

sociedad d<strong>el</strong> automóvil. El cálculo pragmático<br />

sólo puede ser: Mejor calentar <strong>el</strong> clima<br />

mundial que <strong>el</strong> ambiente d<strong>el</strong> país; un coche<br />

propio calma como <strong>el</strong> opio.<br />

“Entretanto, en China ir en bicicleta está<br />

censurado como expresión de subdesarrollo”,<br />

observa <strong>el</strong> experto en tráfico washingtoniano<br />

Odil Tunali. Actualmente se mueven por sus<br />

carreteras únicamente 1,8 millones de<br />

automóviles, exactamente <strong>el</strong> 5% d<strong>el</strong> parque<br />

alemán. Pero en menos de quince años serán<br />

ya 20 millones. Los grandes fabricantes<br />

internacionales padecen una fiebre parecida a<br />

la d<strong>el</strong> oro, solamente la fábrica Volkswagen de<br />

Shanghai espera poder suministrar un tercio<br />

de los nuevos coches. También General<br />

Motors, Chrysler, Mercedes-Benz, peugeot,<br />

Citroën, Mazda, Nissan y <strong>el</strong> consorcio Daewoo<br />

de Corea d<strong>el</strong> Sur participan con acuerdos de<br />

producción y productos en <strong>el</strong> impresionante<br />

despertar de China. India, Indonesia,<br />

191


Tailandia y todos los demás entrarán con <strong>el</strong>la<br />

en la nueva era.<br />

“Pronto <strong>el</strong> conjunto d<strong>el</strong> mercado asiático será,<br />

con 20 millones de vehículos nuevos al año,<br />

tan grande como <strong>el</strong> de Europa y <strong>el</strong> de<br />

Norteamérica juntos”, profetiza Takahiro<br />

Fujimoto, experto en industria d<strong>el</strong> automóvil<br />

en la Universidad de Tokio. También América<br />

latina y los antiguos Estados d<strong>el</strong> bloque d<strong>el</strong><br />

Este anuncian asombrosas tasas de<br />

crecimiento, en Brasil la producción de coches<br />

se ha duplicado en los años noventa, igual<br />

que <strong>el</strong> tráfico en las calles de Moscú. Nada<br />

anh<strong>el</strong>an más los ciudadanos d<strong>el</strong> Este que<br />

equipararse a sus vecinos occidentales. La<br />

fascinación d<strong>el</strong> vehículo propio, que en<br />

nuestros países está palideciendo poco a<br />

poco, sigue intacta en los nuevos mercados.<br />

El coche en modo alguno es sólo medio de<br />

transporte, sino sobre todo símbolo de<br />

ascenso social y prueba de riqueza, poder y<br />

supuesta libertad personal. Por eso, en todo <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> los escapes de los automóviles han<br />

<strong>el</strong>udido todo control: mil millones de coches,<br />

<strong>el</strong> doble de los actuales, se dirigirán ya en <strong>el</strong><br />

año 2020 hacia <strong>el</strong> infarto global d<strong>el</strong> tráfico.<br />

Ya ahora los ciudadanos estadounidenses<br />

despilfarran alrededor d<strong>el</strong> 1,5% de su<br />

producto interior bruto en los atascos, en<br />

Bangkok es ya <strong>el</strong> 2,1%. Los recorridos por la<br />

paralizada capital de Tailandia, la antigua<br />

Venecia de oriente, duran tanto que los<br />

automovilistas de camino a citas de negocios<br />

llevan en <strong>el</strong> coche, por precaución, retretes<br />

portátiles. Las empresas japonesas envían de<br />

manera rutinaria tres camiones a sus clientes<br />

por distintas rutas, con <strong>el</strong> fin de mantener sus<br />

plazos de entrega a pesar de las horas de<br />

espera en las autopistas.<br />

¿Y qué? Los sueños sueños son, aunque haga<br />

mucho tiempo que hayan demostrado ser<br />

caminos erróneos. Así que la imparable<br />

motorización será llevada, con consecuencia<br />

aparentemente incesante, a un último y gran<br />

florecimiento. Todos los esfuerzos en algunos<br />

otros países y regiones para al menos reducir<br />

<strong>el</strong> calentamiento d<strong>el</strong> clima mediante un uso<br />

controlado de la energía y una reducción d<strong>el</strong><br />

tráfico automóvil han quedado aniquilados. Es<br />

una amarga venganza por <strong>el</strong> hecho de que en<br />

los años ochenta los países industrializados<br />

nunca hayan impulsado de forma consecuente<br />

192<br />

<strong>el</strong> debate en torno a unos precios razonables<br />

d<strong>el</strong> transporte y la gasolina y nunca hayan<br />

perseguido seriamente un eco impuesto<br />

limpio. Ahora <strong>el</strong> desarrollo se les escapa de las<br />

manos… y d<strong>el</strong> ridículo precio d<strong>el</strong> petróleo se<br />

benefician los hasta ahora marginados, recién<br />

llegados al mercado global. Mientras los<br />

costes medioambientales no representen<br />

ningún pap<strong>el</strong>, los comerciantes chinos, por<br />

ejemplo, podrán acarrear ton<strong>el</strong>adas de<br />

juguetes en torno a medio <strong>mundo</strong> y venderlos<br />

en la Unión Europea aún más baratos que las<br />

fábricas de bajos salarios de Chequia, por no<br />

hablar de las empresas de la UE.<br />

Entretanto, la industrialización de los países<br />

en desarrollo avanza con aterradora<br />

ignorancia ecológica. Las ciudades de China<br />

escupen una enorme nube de humo que se<br />

extiende 1.700 kilómetros sobre <strong>el</strong> océano<br />

pacífico. Los habitantes de Shanghai<br />

despiertan casi cada día laboral bajo una<br />

campana de smog de color naranja oscuro. A<br />

lo largo de docenas de kilómetros, <strong>el</strong> humo<br />

blanco y negro de Chengdu sale sin filtrar de<br />

miles de hornos de cal y fábricas de ladrillo,<br />

peor aún que en <strong>el</strong> mal afamado valle de<br />

Katmandú, en Nepal, donde <strong>el</strong> aire maltrata<br />

las mucosas como sólo ocurre en los hornos<br />

de smog de la megalópolis. Tras un extenso<br />

viaje por <strong>el</strong> Lejano Oriente, <strong>el</strong> arquitecto<br />

británico John Seargant recogía sus<br />

emociones: “He visto <strong>el</strong> futuro de una gran<br />

parte d<strong>el</strong> área d<strong>el</strong> Pacífico, y estoy<br />

mortalmente asustado. Una cuarta parte de la<br />

población d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> está cambiando su niv<strong>el</strong><br />

de vida mientras destroza una parte<br />

importante d<strong>el</strong> globo terráqueo”.<br />

China se encuentra en la mejor compañía,<br />

todos lo sabemos y pertenecemos a <strong>el</strong>la. La<br />

mayoría de los habitantes de los hasta ahora<br />

países d<strong>el</strong> bienestar creen poder vivir muy<br />

bien con la creciente incomodidad producida<br />

por <strong>el</strong> calentamiento global. Pero la angustia<br />

ecológica favorece también la sociedad 20:80<br />

que se avecina. Porque pocos podrán<br />

permitirse unos recursos naturales escasos y<br />

caros. Sin embargo, quien pueda disponer de<br />

<strong>el</strong>los sacará un beneficio suplementario.<br />

En <strong>el</strong> mundano centro de esquí de Lech am<br />

Arlberg, en la región austriaca d<strong>el</strong> Vorarlberg,<br />

por ejemplo, puede que produzca una secreta<br />

alegría que recientemente los investigadores


d<strong>el</strong> clima pronostiquen <strong>el</strong> “fin d<strong>el</strong> turismo de<br />

invierno” en Austria. Este pueblo, situado a<br />

1.450 metros de altura, se hará rico en cuanto<br />

la nieve desaparezca por completo a alturas<br />

más bajas. Esquiar en los Alpes se convertirá<br />

entonces en un deporte tan exclusivo como <strong>el</strong><br />

juego d<strong>el</strong> polo en Gran Bretaña. Sin duda<br />

actualmente pesa una montaña de deudas<br />

sobre algunos hot<strong>el</strong>eros que se enredaron<br />

especulando con inversiones demasiado<br />

grandes. Pero mirando hacia <strong>el</strong> futuro los<br />

1.380 habitantes de lech han trazado sus<br />

líneas de demarcación por todas partes y<br />

bloquean todo acceso. A sus hijos y nietos les<br />

espera una época de bonaza. Aunque en torno<br />

al año 2060 ya no puedan teñir de blanco las<br />

pistas entre kriegerhorn y Mohnenfluh ni con<br />

costosas instalaciones de nieve artificial, casi<br />

todos serán millonarios y podrán vivir de sus<br />

rentas o construirse sin esfuerzo una nueva<br />

existencia.<br />

Este ejemplo puede sonar repugnante, pero<br />

quizá explique algunas cosas. Porque si <strong>el</strong><br />

amplio frente político para la lucha contra <strong>el</strong><br />

calentamiento de la tierra se está formando<br />

tan despacio es porque muchos millones de<br />

personas siguen contándose entre los<br />

ganadores con <strong>el</strong> cambio climático. Por otra<br />

parte, sin embargo, también es erróneo creer<br />

que de todos modos todos los esfuerzos son<br />

vanos, y <strong>el</strong> Apocalipsis sería in<strong>el</strong>udible.<br />

Semejante conclusión solamente da alas al<br />

aparcamiento d<strong>el</strong> problema y sirve de excusa<br />

a la propia pasividad. Se ha vu<strong>el</strong>to muy<br />

cómodo esperar <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

Pero ese fin liberador que resolverá todos los<br />

conflictos no tendrá lugar. La humanidad aún<br />

sobrevivirá largo tiempo. La pregunta es<br />

cómo… y qué porcentaje estará próximo al<br />

bienestar o a la gran miseria, también en los<br />

actuales países industrializados. Sin duda “<strong>el</strong><br />

destino ecológico de la Humanidad se decidirá<br />

en Asia”, como recalca <strong>el</strong> presidente de<br />

Greenpeace internacional, Thilo Bode. Pero la<br />

primera responsabilidad de una<br />

reestructuración tolerable para <strong>el</strong> medio<br />

ambiente recae en aqu<strong>el</strong>los que primero<br />

crearon <strong>el</strong> paraíso de los productos y se<br />

aferraron a sus imágenes como a ídolos.<br />

El alejamiento d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de desarrollo<br />

económico tradicional no tendría que ser –con<br />

todas las renuncias que sean precisas- “una<br />

triste marcha hacia la miseria”, sino que<br />

podría “conducir a nuevas formas d<strong>el</strong><br />

bienestar”, argumenta Ernst Ulrico von<br />

Weizsäcker, presidente d<strong>el</strong> Instituto<br />

Wuppertal. Como director de este acreditado<br />

laboratorio d<strong>el</strong> futuro, en 1995 presentó su<br />

detallado plan junto con los expertos<br />

norteamericanos en energía Amory B. Lovins<br />

y L. Hunter Lovins: “Factor cuatro: doble<br />

bienestar con la mitad de desgaste de la<br />

Naturaleza”. Por lo menos en Alemania, <strong>el</strong><br />

libro se convirtió en un admirado Best-s<strong>el</strong>ler.<br />

Mientras las regiones centrales de Europa<br />

anuncian su plena motorización y todas las<br />

casas tienen aparatos de TV, los ciudadanos<br />

reflexivos se apartan a ojos vistas de esos<br />

símbolos de la Modernidad. Pero incluso en<br />

torno a <strong>el</strong>lo se polariza la sociedad: Desde que<br />

<strong>el</strong> esfuerzo de buscar aparcamiento supera al<br />

placer de conducir, los ideales de una<br />

sociedad automóvil igualitaria se han perdido.<br />

Ni siquiera <strong>el</strong> gran atasco iguala a todos los<br />

hombres. Mientras antes la posesión de<br />

aparato de t<strong>el</strong>evisión y automóvil confería<br />

estatus, hoy forma parte d<strong>el</strong> nuevo lujo no<br />

tener que poseer coche ni depender d<strong>el</strong><br />

t<strong>el</strong>evisor. El que pueda permitírs<strong>el</strong>o prefiere<br />

ahora vivir en lugares tranquilos y cercanos a<br />

un parque, en <strong>el</strong> centro de la ciudad, que en<br />

zonas residenciales de difícil acceso. Quien<br />

lleva una vida emocionante renuncia con<br />

facilidad al brillante <strong>mundo</strong> virtual de la TV… y<br />

no quiere saber nada de tittytainment.<br />

Esas pequeñas y exquisitas fugas no<br />

sustituyen al cambio social que se avecina,<br />

que precursores que van desde Dennos<br />

Meadows (Los Límites d<strong>el</strong> crecimiento, 1972)<br />

hasta <strong>el</strong> vicepresidente norteamericano Al<br />

Gore (Caminos hacia <strong>el</strong> equilibrio, 1992)<br />

llevan ya tanto tiempo diseñando. En la<br />

primavera de 1989 los problemas d<strong>el</strong> medio<br />

ambiente y las catástrofes climáticas figuraron<br />

por vez primera en <strong>el</strong> orden d<strong>el</strong> día de la<br />

cumbre económica d<strong>el</strong> G-7, los siete países<br />

más ricos de Occidente… parecía una señal<br />

para que los poderosos cambiaran su forma<br />

de pensar. “Los años noventa serán una<br />

década crítica”, declaró la fábrica de<br />

pensamiento, influyente sobre <strong>el</strong> Gobierno, d<strong>el</strong><br />

World Resources Institute de Washington, en<br />

un informe que despertó gran expectación. “El<br />

próximo siglo será ya demasiado tarde”, le<br />

apoyaba <strong>el</strong> biólogo Thomas Lovejoy, de la<br />

193


Smithsonian Institution de Washington, “las<br />

batallas decisivas se ganarán o se perderán en<br />

los años noventa”.<br />

Pocos meses después cayó <strong>el</strong> muro de Berlín,<br />

y los optimistas creyeron que la batalla por la<br />

salvación d<strong>el</strong> planeta sustituiría a la guerra<br />

ideológica entre <strong>el</strong> Este y <strong>el</strong> Oeste. Al<br />

principio, esta idea tuvo un efecto cautivador.<br />

Al fin y al cabo, la guerra fría se había librado<br />

con enorme coste y fanatismo, y esas<br />

capacidades estaban de pronto libres. Pero <strong>el</strong><br />

anticomunismo se dirigía contra un inequívoco<br />

enemigo exterior, y podía apoyarse en<br />

milenarios instintos humanos. “Pero la<br />

amenaza actual no tiene rostro, <strong>el</strong> enemigo<br />

somos nosotros mismos”, dice Bertrand<br />

Schneider, d<strong>el</strong> Club de Roma.<br />

EL TRIGO, POTENCIA MUNDIAL<br />

Junto al Club de Roma, seguramente Lester<br />

Brown es uno de los más conocidos activistas<br />

ecológicos. El Worldwatch Institut de<br />

Washington, fundado por él en 1974, se ha<br />

convertido en <strong>el</strong> centro privado de<br />

investigación más citado d<strong>el</strong> planeta, sus<br />

informes anuales sobre “El estado d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>”<br />

han sido traducidos ya a 27 idiomas. Son<br />

lecturas obligadas tanto para políticos serios<br />

como para estudiantes de casi un millar de<br />

cursos de enseñanza media y universitaria,<br />

sólo en Estados Unidos.<br />

Brown es un cotizado asesor, los grandes d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> se adornan con su compañía. Así, que<br />

tampoco podía faltar en <strong>el</strong> encuentro de<br />

Gorbachov en San Francisco. Con zapatillas de<br />

deporte y paso atlético, su marca de fábrica,<br />

recorrió las gruesas alfombras de los amplios<br />

pasillos d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong> Fairmont.<br />

Este observador d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> tiene <strong>el</strong> ojo<br />

echado a sus íntimos amigos “Ted y Jane”,<br />

Ted Turner y sus esposa, Jane Fonda. Se debe<br />

ante todo a la insistencia de Brown en que la<br />

CNN no sólo produzca notables documentales<br />

ecológicos y que no se menosprecien como<br />

estaba de moda las conferencias de la ONU de<br />

los últimos años, sino que presente<br />

extensamente sus principales temas. En pocos<br />

segundos, <strong>el</strong> presidente de la CNN saludará a<br />

los invitados a la recepción inaugural de la<br />

reunión de la élite; se espera a premios<br />

Nob<strong>el</strong>, como Rigoberto Menchú. Docenas de<br />

194<br />

latas de kilos de caviar Malossol, para comer<br />

hasta hartarse, adornan los bufés. En la<br />

cocina anexa, los cocineros estr<strong>el</strong>la de<br />

América, como la chef de Square-oOne Joyce<br />

Goldstein o <strong>el</strong> dueño de Spago, Wolfgang<br />

Puck, preparan sus alegres menús para la<br />

cena.<br />

También Brown se interesa por la comida,<br />

pero por una muy distinta. Este hombre<br />

famosos está excitado como un joven<br />

estudiante que acaba de ver confirmada la<br />

tesis de su trabajo de licenciatura: “¿Sabía<br />

usted que China está importando trigo a gran<br />

escala por primera vez en su historia? ¿Quién<br />

alimentará a ese país gigantesco en <strong>el</strong> futuro?<br />

Esto tendrá enormes repercusiones para todos<br />

nosotros”.<br />

Hace pocos días, cuenta Brown, expertos<br />

agrícolas, especialistas en meteorología y en<br />

valoración de imágenes tomadas por satélite,<br />

se reunieron en Washington D.C. Al llegar a<br />

un pasillo apartado en <strong>el</strong> ala sur d<strong>el</strong> Ministerio<br />

de Agricultura de Estados Unidos, guardias<br />

armados cerraron tras <strong>el</strong>los una pesada<br />

puerta de acero y la s<strong>el</strong>laron. En la sala de<br />

conferencias en la que se reunieron los<br />

científicos, los t<strong>el</strong>éfonos estaban<br />

desconectados y las comunicaciones externas<br />

de los ordenadores cortados. Unas persianas<br />

bajadas impedían todo contacto visual con <strong>el</strong><br />

exterior. Herméticamente separado d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

exterior, <strong>el</strong> grupo vio y comparó durante toda<br />

la noche la marea de datos procedentes de las<br />

distintas áreas de trabajo. La reunión, que<br />

tanto recordaba las prácticas de los servicios<br />

secretos o las p<strong>el</strong>ículas de mafiosos, estuvo<br />

dedicada a un arma que sería aplicable sin<br />

consideración dentro de algunos años: las<br />

reservas mundiales de cereal.<br />

Como si fuera un entrenamiento para <strong>el</strong><br />

futuro, entretanto <strong>el</strong> World Agricultural<br />

Outlook Borrad norteamericano evalúa de esa<br />

forma tan conspirativa documentos sobre<br />

predicciones globales de cosecha y consumo<br />

de las más importantes clases de cereal en<br />

más de cien Estados. Actualmente, <strong>el</strong> secreto<br />

sólo está destinado a impedir que los<br />

resultados se filtren aunque sólo sea unos<br />

minutos antes d<strong>el</strong> final de las d<strong>el</strong>iberaciones.<br />

En manos de especuladores informados con<br />

ant<strong>el</strong>ación, las conclusiones sobre la situación<br />

d<strong>el</strong> trigo en le <strong>mundo</strong> se transformarían de


inmediato en pingües beneficios en las bolsas<br />

de cereal, conectadas por ordenador, ya que<br />

de las predicciones d<strong>el</strong> Outlook Borrad<br />

depende <strong>el</strong> destino de innumerables<br />

industriales agrícolas y comerciantes en<br />

materias primas.<br />

Pero muy pronto, teme Brown, las series de<br />

datos conducirán inevitablemente a graves<br />

conflictos políticos, porque en la lucha por los<br />

alimentos los distintos Estados tendrán que<br />

explotar todas las ventajas imaginables. En<br />

1995, las reservas de trigo, arroz, maíz y<br />

otras clases de cereal cayeron a su niv<strong>el</strong> más<br />

bajo desde hace dos décadas. En 1996, en los<br />

silos no había reservas más que para 49 días<br />

de consumo mundial, la cantidad más baja<br />

jamás recogida. “Por primera vez en la<br />

historia, la Humanidad tiene que prepararse<br />

para un descenso constante, por un tiempo<br />

imprevisible, de los alimentos per cápita<br />

disponibles”, analiza <strong>el</strong> fundador de<br />

Worldwatch en <strong>el</strong> Fairmont.<br />

¿Se ha alcanzado así ese punto de inflexión<br />

que Brown trataba de evitar desde hace<br />

muchos años, con sus incesantes<br />

advertencias? Mucho apunta hacia <strong>el</strong>lo.<br />

También las reservas de maíz son ya más<br />

escasas que en 1975, y podrían seguir<br />

disminuyendo. Los gritos de Casandra en<br />

materia de alimentación mundial apenas están<br />

de moda desde las erróneas teorías de<br />

Thomas Robert Malthus; por otra parte,<br />

tendría que producirse una segunda y<br />

poderosa “revolución verde” que superase<br />

todas las dimensiones conocidas para invertir<br />

aún la tendencia actual. A pesar d<strong>el</strong> aumento<br />

de la producción debido a la tecnología<br />

genética y d<strong>el</strong> mayor refinamiento de las<br />

semillas de alto rendimiento y de las técnicas<br />

de abono, nadie cuenta en ningún sitio con<br />

que se produzca un incremento suficiente de<br />

la producción que pueda mantener bajo <strong>el</strong><br />

precio d<strong>el</strong> trigo. Si las superficies que en años<br />

pasados se dejaron en barbecho en Europa y<br />

América d<strong>el</strong> Norte volvieran a ser cultivadas,<br />

esto no sería más que una petitesse en<br />

comparación con <strong>el</strong> crecimiento mundial de la<br />

demanda, decía incluso <strong>el</strong> Frankfurter<br />

Allgemeine Zeitung, nada sospechoso de jugar<br />

a Casandra.<br />

Al mismo tiempo, continúa la rapiña de los<br />

su<strong>el</strong>os fértiles. Los países asiáticos, Japón,<br />

Corea d<strong>el</strong> Sur y Taiwán, que fueron los<br />

primeros en dar <strong>el</strong> salto a países<br />

industrializados, han sacrificado desde los<br />

años sesenta un total d<strong>el</strong> 40% de sus<br />

superficies cultivadas con cereal para construir<br />

miles de fabricas, asentamientos y carreteras.<br />

En Indonesia hoy se destruyen cada año, sólo<br />

en Java, 20.000 hectáreas de su<strong>el</strong>o cultivable,<br />

una superficie con la que se podría alimentar<br />

a 360.000 personas. En cambio, la población<br />

de los nuevos países en desarrollo crece en<br />

tres millones de personas en <strong>el</strong> mismo periodo<br />

de tiempo. También China e India están<br />

sucumbiendo a la irresistible tentación de<br />

<strong>el</strong>iminar superficies agrícolas a gran escala<br />

para su boom económico y para <strong>el</strong> automóvil.<br />

El su<strong>el</strong>o sin usar que queda en <strong>el</strong> globo es<br />

gigantesco, pero no sirve como sustituto. O<br />

bien la tierra en barbecho está demasiado<br />

erosionada o se encuentra en regiones<br />

demasiado secas, demasiado frías o<br />

demasiado inhóspitas como para que<br />

trabajarlas merezca la pena. De este modo,<br />

los comerciantes en cereales esperan<br />

r<strong>el</strong>ajados nuevas cotas en la Bolsa, aunque <strong>el</strong><br />

precio d<strong>el</strong> trigo ha subido ya en un 60% entre<br />

mayo de 1995 y mayo de 1996. El actual<br />

encarecimiento ya les está costando tres mil<br />

millones de dólares más a los países<br />

importadores más pobres, según calculaba la<br />

FAO, la organización de las Naciones Unidas<br />

para la Agricultura, con cede en Roma.<br />

“Si la tarta deja de crecer”, dice Lester Brown,<br />

“la dinámica política cambia”. Actualmente se<br />

exportan al año en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> 200<br />

millones de ton<strong>el</strong>adas de cereales, la mitad de<br />

las cuales las producen Estados Unidos. “Esto<br />

significa”, concluye Brown sus consideraciones<br />

en San Francisco, “que en <strong>el</strong> futuro Estados<br />

Unidos será la más importante potencia<br />

mundial también en <strong>el</strong> ámbito alimentario…<br />

con la expectativa de que se abusará de los<br />

alimentos como instrumento de presión<br />

política”. China por ejemplo, según las<br />

estimaciones más recientes, querrá importar<br />

en <strong>el</strong> año 2000 unos 37 millones de ton<strong>el</strong>adas<br />

de trigo, más de lo que Estados Unidos vende<br />

actualmente al extranjero de esta clase de<br />

cereal.<br />

Por tanto, globalización no significa en modo<br />

alguno un “imperialismo cultural americano”<br />

sólo en <strong>el</strong> terreno d<strong>el</strong> entretenimiento, que ya<br />

fustigaba <strong>el</strong> antiguo ministro de Cultura<br />

195


francés Jack Lang. Estados Unidos, como<br />

“superpotencia de la cultura de masas” (Lang)<br />

no sólo decidirá las diversiones, sino que<br />

también repartirá <strong>el</strong> pan. ¿Tenía también <strong>el</strong> ex<br />

consejero de Seguridad norteamericano<br />

Brzezinski esa idea en la cabeza cuando, ante<br />

lester Brown y todos los demás, trajo al<br />

<strong>mundo</strong> <strong>el</strong> concepto de tittytainment?<br />

Sin que la Administración norteamericana alce<br />

la voz, y mucho menos tenga una iniciativa<br />

constructiva, la Humanidad sigue<br />

consumiendo la sustancia d<strong>el</strong> planeta.<br />

Mientras los precios d<strong>el</strong> trigo ascienden, la<br />

salinización, la erosión, la contaminación de<br />

aire y los veranos sofocantes disminuyen cada<br />

vez más la fertilidad d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o en muchas<br />

regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>: Junto a la tierra nueva,<br />

también <strong>el</strong> agua y los abonos escasean. Para<br />

nosotros, los europeos, desde hace décadas<br />

seguros aliados de Norteamérica al otro lado<br />

d<strong>el</strong> gran charco, esto no es en principio razón<br />

para lamentos apocalípticos. La buena noticia<br />

apareció <strong>el</strong> 9 de diciembre de 1995 en la<br />

prensa diaria, quedó como una nota<br />

irr<strong>el</strong>evante en las páginas de economía, pero<br />

fue una pequeña sensación. El Frankfurter<br />

Allgemeine Zeitung, por ejemplo, formulaba<br />

secamente: “La Comisión Europea ha<br />

decretado un impuesto general a la<br />

exportación de trigo de la Comunidad, con <strong>el</strong><br />

fin de frenar <strong>el</strong> flujo de trigo de la UE al<br />

mercado mundial”.<br />

Puede que las personas sarcásticas comenten<br />

que con <strong>el</strong> nuevo comisario de Agricultura de<br />

la UE, Franz Fischler, otra vez un austriaco se<br />

preocupa por la situación de la alimentación<br />

en <strong>el</strong> continente europeo; los fríos<br />

calculadores constatarán que con <strong>el</strong> impuesto<br />

por fin se apuntan ingresos en la legendaria<br />

olla de las subvenciones agrícolas de la UE. En<br />

cualquier caso, sarcásticos y calculadores<br />

podrán reconocer juntos una repercusión de la<br />

nueva política con respecto al trigo: Si la<br />

Unión Europea ya no subvenciona la<br />

exportación de sus excedentes alimentarios,<br />

sino que los grava y por tanto encarece, las<br />

cosas se pondrán aún peor ahí fuera, en <strong>el</strong><br />

ancho resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

¿QUIÉN DARÁ LA ORDEN DE ABRIR<br />

FUEGO?<br />

The store has been told, la historia está<br />

contada, y ahora que todos la conocen, los<br />

196<br />

campesinos de kamtschatka y los campesinos<br />

de Tierra d<strong>el</strong> Fuego y los campesinos de<br />

Madagascar y todos los pobres jóvenes y<br />

todos los jóvenes pobres de todas partes… ¿va<br />

a dejar de ser cierta? ¿No habrá una California<br />

o Alemania para todos? Eso aún puede<br />

aceptarse. Pero, ¿ninguna California o<br />

Alemania para nadie ahí fuera, más que para<br />

la UE, Japón y la God blessed country, <strong>el</strong> país<br />

supuestamente bendecido por Dios, los<br />

Estados Unidos de América? ¿De veras no<br />

habrá una vida de ensueño para ninguno de lo<br />

que aún no tienen nada? Nunca.<br />

La uniformización global muestra sus efectos.<br />

En los lugares en los que las imágenes de<br />

t<strong>el</strong>evisión y los turistas documentan <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />

de vida de los Estados industrializados y <strong>el</strong><br />

propio país no tiene nada que ofrecer aparte<br />

de pobreza, la joven generación, hambrienta<br />

de ganas de vivir, se prepara para la<br />

emigración a los <strong>el</strong>ogiados países. Hace poco<br />

más de un siglo, Europa exportó su enorme<br />

crecimiento demográfico a su ejército de<br />

pobres a otros continentes. Dieciocho millones<br />

de emigrantes dejaron sola Gran Bretaña, lo<br />

que correspondía a seis veces <strong>el</strong> número de<br />

habitantes de Londres, entonces la ciudad<br />

más grande d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. También hoy la<br />

pobreza vu<strong>el</strong>ve a aumentar en la isla y en<br />

otros Estados de la UE sería tiempo para una<br />

nueva emigración. Pero ¿adónde?<br />

En vez de <strong>el</strong>lo, personas a las que aún les va<br />

mucho peor se abren paso cruzando <strong>el</strong> río<br />

Grande hacia los ensalzados Estados Unidos, y<br />

atravesando <strong>el</strong> Mediterráneo hacia Europa,<br />

región en crisis de empleo. Ya en los años<br />

sesenta había emigrado <strong>el</strong> 20% de la fuerza<br />

de trabajo de Arg<strong>el</strong>ia, así como <strong>el</strong> 12% de los<br />

marroquíes y <strong>el</strong> 10% de los tunecinos en edad<br />

de trabajar. La UE se cierra hace mucho,<br />

niega los visados y los permisos de trabajo. Y,<br />

sin embargo, la fortaleza Europa no se deja<br />

cerrar, <strong>el</strong> foso de agua es demasiado<br />

estrecho. Incluso en una simple tabla de surf<br />

con una v<strong>el</strong>a casera se puede superar en poco<br />

tiempo, a través d<strong>el</strong> estrecho de Gibraltar, la<br />

frontera entre los pobres y los ricos. Hace<br />

mucho que los jefes de Gobierno de la Unión<br />

Europea arman a los vigilantes de sus<br />

fronteras. “Vendrán a millones”, espera<br />

Bertrand Schneider, d<strong>el</strong> Club de Roma.<br />

“¿Quién dará la orden de abrir fuego para<br />

detenerlos?”.


LA SOCIEDAD 20:80<br />

LOS LÍDERES MUNDIALES, EN MARCHA<br />

HACIA OTRA CIVILIZACIÓN<br />

“El <strong>mundo</strong> entero está entrando en un cambio<br />

como <strong>el</strong> que sufrió en una vida anterior”.<br />

Werner Schwab en su obra póstuma alto<br />

suabo<br />

Los sueños de tamaño mundial se encuentran<br />

como en casa en <strong>el</strong> Hot<strong>el</strong> Fairmont de San<br />

Francisco. Es institución y símbolo, albergue<br />

de lujo y leyenda de la alegría de vivir. Quien<br />

lo conoce sólo lo llama, respetuoso, “The<br />

Fairmont”; quien se aloja en él es porque ha<br />

llegado a la cima.<br />

Como una catedral d<strong>el</strong> bienestar, está<br />

entronizado en la Nob Hill sobre la famosa<br />

“City”, un ostentoso templo californiano de lo<br />

superlativo, una ensimismada mezcla de<br />

cambio de siglo y boom de la posguerra. Los<br />

visitantes se ven atacados por <strong>el</strong> vértigo<br />

cuando flotan en <strong>el</strong> ascensor de cristal que<br />

recorre por fuera la torre d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong> hasta <strong>el</strong><br />

restaurante Crown’s Room. Entonces la vista<br />

se abre a ese hermoso nuevo <strong>mundo</strong> con <strong>el</strong><br />

que sueñan miles de millones de personas:<br />

Desde <strong>el</strong> Goleen Gate hasta las colinas de<br />

Berk<strong>el</strong>ey resplandece una riqueza de clase<br />

media que parece infinita. Entre los<br />

eucaliptos, las piscinas de las atractivas y<br />

generosas casas brillan a la suave luz d<strong>el</strong> sol,<br />

en casi todas las puertas aparcan varios<br />

vehículos.<br />

El Fairmont marca como un colosal mojón la<br />

intersección entre la modernidad y <strong>el</strong> futuro,<br />

entre América y <strong>el</strong> área d<strong>el</strong> Pacífico. En la<br />

ladera que se extiende ante <strong>el</strong> hot<strong>el</strong> viven<br />

apiñados más de cien mil chinos; mucho más<br />

atrás saluda <strong>el</strong> hogar de la revolución<br />

informática, Silicon Valley. Los que se<br />

aprovecharon de la catástrofe californiana d<strong>el</strong><br />

terremoto de 1906, los generales<br />

norteamericanos de la guerra mundial, los<br />

fundadores de la ONU, los dueños de los<br />

consorcios y todos los presidentes americanos<br />

de este siglo c<strong>el</strong>ebraron sus éxitos en los<br />

amplios y acolchonados salones de este hot<strong>el</strong>,<br />

que igualmente sirvió de magnífico escenario<br />

para <strong>el</strong> rodaje de la serie de t<strong>el</strong>evisión Hot<strong>el</strong><br />

de Arthur Hailey y se ve desde entonces<br />

asaltado por los turistas.<br />

En este marco cargado de historia, uno de los<br />

pocos que han escrito en persona, Mijaíl<br />

Gorbachov, saludaba en septiembre de 1995 a<br />

la élite d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Como muestra de gratitud,<br />

mecenas norteamericanos han creado para él<br />

una fundación precisamente en Presidio, un<br />

terreno militar al sur d<strong>el</strong> Goleen Gate<br />

abandonado tras <strong>el</strong> final de la guerra fría.<br />

Ahora, Gorbachov ha hecho acudir allí a 500<br />

políticos de primera línea, líderes económicos<br />

y científicos de los cinco continentes. El nuevo<br />

“Braintrust global”, como ha definido a la<br />

exclusiva ronda <strong>el</strong> último presidente de la<br />

Unión Soviética y premio Nob<strong>el</strong>, ha de indicar<br />

<strong>el</strong> camino al siglo XXI, “en marcha hacia una<br />

nueva civilización”.<br />

Antiguos y experimentados líderes mundiales<br />

como George Bush, George Shultz o Margaret<br />

Thatcher se encuentran con los nuevos<br />

señores d<strong>el</strong> planeta, como <strong>el</strong> presidente de la<br />

CNN, Ted Turner, que ha fusionado su<br />

empresa con Time Warner cuando <strong>el</strong> mayor<br />

consorcio mediático d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, o <strong>el</strong> magnate<br />

comercial d<strong>el</strong> sureste asiático Washington<br />

SyCip. Durante tres días quieren reflexionar<br />

en total concentración, en pequeños círculos<br />

de trabajo, con los global players d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

informático y financiero, pero también con los<br />

sumos sacerdotes de la economía, los<br />

profesores d<strong>el</strong> ramo de las Universidades de<br />

Stanford, Harvard y Oxford. También los<br />

emisarios d<strong>el</strong> libre comercio venidos de<br />

Singapur y, naturalmente, de Pekín, quien ser<br />

oídos cuando se trata d<strong>el</strong> futuro de la<br />

Humanidad. El presidente d<strong>el</strong> gobierno de<br />

Sajonia, Kart Biedenkopf, se esfuerza por dar<br />

toques alemanes al debate.<br />

Nadie ha venido aquí a fanfarronear. Nadie<br />

debe ver perturbada su libre expresión, la<br />

insistente horda de periodistas es<br />

costosamente mantenida a distancia. Reglas<br />

estrictas obligan a todos los participantes a<br />

desechar cualquier lastre retórico. Los<br />

ponentes pueden introducir un tema durante<br />

cinco minutos justos, ninguna intervención<br />

debe durar más de dos minutos. Cuidadas<br />

damas entradas en años controlan<br />

cronómetros invisibles para los<br />

multimillonarios y teóricos, que discuten como<br />

197


corredores de fórmula 1: Queda “1 minuto”,<br />

quedan “30 segundos, “Stop”.<br />

John Gage, alto ejecutivo de la empresa<br />

informática norteamericana Sun<br />

Microsystems, pone en marcha la mesa<br />

redonda sobre “Tecnología y trabajo en la<br />

economía global”. Su empresa pasa por ser<br />

una nueva estr<strong>el</strong>la d<strong>el</strong> ramo: desarrolló <strong>el</strong><br />

lenguaje de programación “Java”, la cotización<br />

de Sun systems bate récords en Wall Street.<br />

“Todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> puede trabajar con nosotros<br />

todo <strong>el</strong> tiempo que quiera, tampoco<br />

necesitamos visados para nuestro personal<br />

extranjero”, explica escuetamente Gage. Los<br />

Gobiernos y normas para <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> laboral<br />

han perdido importancia. Él da trabajo a<br />

aqu<strong>el</strong>los que necesita en cada momento,<br />

ahora tienen preferencia “buenos cerebros de<br />

la India”, que trabajan todo <strong>el</strong> tiempo que<br />

pueden. Desde todos los continentes, la<br />

empresa recibe por ordenador demandas de<br />

trabajo que hablan por sí mismas.<br />

“Contratamos a nuestra gente por ordenador,<br />

trabajan en <strong>el</strong> ordenador y son despedidos<br />

también por ordenador”.<br />

Quedan “30 segundos”, le indica la señora d<strong>el</strong><br />

cronómetro. “Simplemente, buscamos a los<br />

más int<strong>el</strong>igentes. Con nuestra eficacia, hemos<br />

podido <strong>el</strong>evar nuestro volumen de ventas,<br />

desde que empezamos hace trece años, de<br />

cero a más de seis mil millones de dólares”.<br />

Satisfecho de sí, Gage se vu<strong>el</strong>ve a un vecino<br />

de mesa y bromea: “Eso tú no lo hiciste tan<br />

rápido, David, ni de lejos”. Gage aprovecha<br />

los pocos segundos que le quedan hasta <strong>el</strong><br />

cart<strong>el</strong> de “Stop” para lanzar esa pequeña<br />

puya.<br />

El aludido es David Packard, confundidor d<strong>el</strong><br />

gigante de la alta tecnología Hewlett-Packard.<br />

El anciano multimillonaria hecho a sí mismo<br />

no mueve un músculo. Con su aguda<br />

int<strong>el</strong>igencia, prefiere plantear la pregunta<br />

central:<br />

-¿Cuántos empleados necesitas realmente,<br />

John?<br />

-Seis, quizá ocho – responde secamente Gage<br />

-. Sin <strong>el</strong>los estaríamos perdidos. En cambio,<br />

me es completamente indiferente en qué<br />

lugar de la Tierra vivan.<br />

198<br />

Ahora es <strong>el</strong> moderador, <strong>el</strong> profesor Rustum<br />

Roy, de la Pennsylvania State University, <strong>el</strong><br />

que remacha:<br />

-¿Y cuánta gente trabaja actualmente para<br />

Sun Systems?<br />

-Dieciséis mil. Excepto una pequeña minoría,<br />

se trata de reservas de racionalización.<br />

Ningún murmullo recorre la sala; para los<br />

presentes, la visión de un ejército de parados<br />

inimaginable hasta hoy es una obviedad.<br />

Ninguno de los altamente remunerados<br />

ejecutivos de carrera de los sectores de futuro<br />

y países de futuro cree aún en la existencia de<br />

suficientes nuevos puestos de trabajo,<br />

decentemente pagados, en los<br />

tecnológicamente costosos mercados en<br />

crecimiento de los que hasta ahora fueron<br />

países d<strong>el</strong> bienestar… no importa en qué<br />

sector.<br />

Los pragmáticos de Fairmont reducen <strong>el</strong><br />

futuro a un par de números en un concepto:<br />

“20 a 80” y tittytainment.<br />

En <strong>el</strong> próximo siglo, <strong>el</strong> 20% de la población<br />

activa bastará para mantener en marcha la<br />

economía mundial. “No se necesita más fuerza<br />

de trabajo”, opina <strong>el</strong> magnate Washington<br />

SyCip. Una quinta parte de todos los que<br />

buscan trabajo bastará para producir todas las<br />

mercancías y aportar las valiosas prestaciones<br />

de servicios que la sociedad mundial pueda<br />

permitirse. Ese 20% participará, por tanto,<br />

activamente en la vida, <strong>el</strong> beneficio y <strong>el</strong><br />

consumo, no importa en qué país. Se puede<br />

añadir a <strong>el</strong>los un 1 o un 2%, admiten los<br />

participantes en <strong>el</strong> debate, por ejemplo<br />

contando a los herederos acomodados.<br />

¿Y los demás? ¿El 80% de los dispuestos a<br />

trabajar que no tengan empleo? “Sin duda”,<br />

dice <strong>el</strong> escritor norteamericano Jeremy Rifkin,<br />

autor d<strong>el</strong> libro El fin d<strong>el</strong> trabajo, “<strong>el</strong> 80%<br />

tendrá grandes problemas”. Gage, <strong>el</strong> ejecutivo<br />

de Sun, pide la palabra una vez más y cita a<br />

su directivo Scout McNealy: En <strong>el</strong> futuro, la<br />

cuestión será to have lunch or be lunch,<br />

comer o ser comido.<br />

A continuación, la mesa redonda de alto niv<strong>el</strong><br />

sobre <strong>el</strong> “Futuro d<strong>el</strong> trabajo” se dedica<br />

únicamente a aqu<strong>el</strong>los que ya no tendrán<br />

trabajo. Entre <strong>el</strong>los, es la firme convicción de


la mesa, se encontrarán en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

docenas de millones de personas que hasta<br />

ahora podían sentirse más próximas a la<br />

benévola cotidianeidad d<strong>el</strong> área de la bahía de<br />

San Francisco que a la lucha por la<br />

supervivencia sin un empleo seguro. En <strong>el</strong><br />

Fairmont se esboza un nuevo orden social:<br />

países ricos sin una clase media digna de<br />

mención… y nadie le contradice.<br />

Más bien hace carrera la expresión<br />

tittytainment, que pone sobre la mesa <strong>el</strong><br />

veterano Zvbigniew Brzezinski. Este polaco de<br />

nacimiento fue durante cuatro años consejero<br />

de Seguridad Nacional d<strong>el</strong> presidente<br />

norteamericano Jimmy Carter; desde<br />

entonces se dedica a cuestiones de<br />

geoestrategia. Tittytainment, dice Brzezinski,<br />

es una combinación de entertainment y tits,<br />

pechos en argot americano. Al decirlo,<br />

Brzezinski piensa menos en <strong>el</strong> sexo que en la<br />

leche que brota d<strong>el</strong> pecho de una madre<br />

lactante. El buen humor de la frustrada<br />

población d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> podría mantenerse con<br />

una mezcla de entretenimiento aturdidor y<br />

alimentación suficiente.<br />

Con sobriedad, los ejecutivos discuten las<br />

posibles dosificaciones, reflexionan acerca de<br />

cómo la quinta parte acomodada podría<br />

ocupar al resto superfluo. El compromiso<br />

social de las empresas es inexigible dada la<br />

presión de la competencia global, tendrán que<br />

ser otros los que se preocupen de los parados.<br />

Los participantes en los debates esperan que<br />

la integración y <strong>el</strong> sentido para su vida<br />

provenga d<strong>el</strong> amplio campo de los servicios<br />

voluntarios a la comunidad, la ayuda a los<br />

vecinos, la práctica de deportes o la<br />

participación en asociaciones de todo tipo. “Se<br />

podrían revalorizar estas actividades mediante<br />

una modesta remuneración y fomentar así la<br />

autoestima de millones de ciudadanos”, opina<br />

<strong>el</strong> profesor Roy. En cualquier caso, en los<br />

países industrializados pronto habrá personas<br />

que limpien las calles casi por nada o<br />

encuentren un mísero refugio como<br />

trabajadores domésticos, esperan los<br />

dirigentes de los consorcios. Al fin y al cabo,<br />

la era industrial, con su bienestar de masas,<br />

no es más que “un pestañeo en la historia de<br />

la economía”, analiza <strong>el</strong> futurólogo John<br />

Naisbitt.<br />

En marcha hacia una nueva civilización, se<br />

imaginaban los organizadores de los tres<br />

memorables días d<strong>el</strong> Fairmont. Pero la<br />

dirección en la que apunta <strong>el</strong> conocimiento<br />

acumulado de los directivos y la ciencia lleva<br />

directamente a la era premoderna. Según<br />

<strong>el</strong>los, la sociedad de los dos tercios que los<br />

europeos llevan temiendo desde los años<br />

ochenta ya no describe <strong>el</strong> futuro reparto d<strong>el</strong><br />

bienestar y la posición social. El mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> d<strong>el</strong> futuro sigue la fórmula 20 a 80. Se<br />

perfila la sociedad de una quinta parte, en la<br />

que los excluidos tendrán que ser calmados<br />

con tittytainment. ¿Es todo una exageración<br />

desmedida?<br />

“EL VERDADERO HURACÁN”<br />

Alemania, año 1996: más de seis millones de<br />

personas dispuestas a trabajar no encuentran<br />

empleo fijo… como nunca antes desde la<br />

fundación de la República federal. Los<br />

ingresos netos medios de los alemanes<br />

occidentales descienden desde hace cinco<br />

años. Y esto, anuncian los augures d<strong>el</strong><br />

Gobierno, la ciencia y la empresa, no es más<br />

que <strong>el</strong> principio. Por lo menos otro millón y<br />

medio de empleos desaparecerán en la<br />

próxima década sólo en la industria,<br />

pronostica <strong>el</strong> principal asesor de empresas d<strong>el</strong><br />

país, Roland Berger, “además,<br />

probablemente, de uno de cada dos puestos<br />

de trabajo en los cuadros medios de<br />

dirección”. Su colega Herbert Henzler, director<br />

de la filial alemana de la empresa de<br />

consultoría McKinsey, va aún más lejos: “La<br />

industria va a seguir los pasos de la<br />

agricultura”, profetiza. En <strong>el</strong> futuro, la<br />

producción de mercancías ofrecerá su<strong>el</strong>do y<br />

pan a un pequeño porcentaje de la población<br />

activa. También en Austria las autoridades<br />

anuncian cifras de empleados cada vez más<br />

modestas: cada año desaparecen 10.000<br />

empleos industriales, en 1997 se espera que<br />

<strong>el</strong> porcentaje de desempleo esté en <strong>el</strong> 8% casi<br />

al doble que en 1994.<br />

Las explicaciones que economistas y políticos<br />

dan a esta decadencia culminan siempre en<br />

una palabra: globalización. Comunicación de<br />

alta tecnología, bajos costes d<strong>el</strong> transporte y<br />

libre comercio ilimitado fundirán <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

entero en un único mercado, dice la tesis<br />

recurrente. Esto creará una dura competencia<br />

global, también en <strong>el</strong> mercado d<strong>el</strong> trabajo. Las<br />

199


empresas alemanas sólo crearán nuevos<br />

puestos de trabajo en le extranjero, más<br />

barato. Desde <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> consorcio<br />

hasta <strong>el</strong> ministro de Trabajo, <strong>el</strong> estamento<br />

dirigente de la República sólo tiene una<br />

respuesta: adaptación hacia abajo. Los<br />

ciudadanos están expuestos sin parar a una<br />

cacofonía de exigencias de renuncia. Los<br />

alemanes –más bien los austriacos- trabajan<br />

demasiado poco, tienen salarios demasiado<br />

altos, tienen demasiadas vacaciones y<br />

enferman con demasiada frecuencia, afirma<br />

un coro de funcionarios de la patronal,<br />

economista, expertos y ministros.<br />

Colaboradores de prensa y t<strong>el</strong>evisión ayudan.<br />

“La sociedad occidental de la exigencia<br />

colisiona con las ambiciosas sociedades<br />

asiáticas de la renuncia”, escribe <strong>el</strong><br />

Frankfurter Allgemeine Zeitung, <strong>el</strong> Estado de<br />

bienestar “se ha convertido en una amenaza<br />

para <strong>el</strong> futuro”, “un plus de desigualdad social<br />

es inevitable”. El periódico de masas que<br />

domina <strong>el</strong> mercado austriaco, <strong>el</strong> Newe<br />

Kronenzeitung, interviene con sus titulares en<br />

esta batalla de salón: “El continente ha estado<br />

viviendo por encima de sus posibilidades: Una<br />

nueva ola de ahorros golpea a Europa. –<br />

incluso <strong>el</strong> presidente federal alemán, Roman<br />

Herzog, secunda esta teoría con discursos<br />

preparatorios al pueblo. El cambio es<br />

“inevitable. Todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> tendrá que hacer<br />

sacrificios”.<br />

En todo caso, hay algo que se ha entendido<br />

mal. No se trata en modo alguno de sacrificios<br />

necesarios para todos en tiempos de crisis. El<br />

acortamiento d<strong>el</strong> tiempo de pago de salario en<br />

caso de enfermedad, la <strong>el</strong>iminación de la<br />

protección contra <strong>el</strong> despido, los cortes<br />

radicales en todas las prestaciones sociales y<br />

<strong>el</strong> descenso de los salarios a pesar d<strong>el</strong><br />

aumento de la productividad ya no son formas<br />

de luchar contra la crisis Lo que hacen los<br />

reformadores que operan bajo <strong>el</strong> signo de la<br />

globalización es más bien denunciar <strong>el</strong><br />

contrato social no escrito de la República, que<br />

mantiene la desigualdad social dentro de unos<br />

límites mediante la redistribución de arriba<br />

abajo. El mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> Estado europeo d<strong>el</strong><br />

bienestar está agotado, propagan, es<br />

demasiado caro si se le compara a escala<br />

mundial. Los afectados lo entienden muy bien.<br />

Sindicatos y organizaciones benéficas alzan un<br />

grito de indignación por toda la República.<br />

Incluso <strong>el</strong> normalmente conservador Sindicato<br />

200<br />

de Industrias Químicas amenaza con hu<strong>el</strong>gas<br />

generales, y Dieter Schulte, presidente de la<br />

Confederación Alemana de Sindicatos, avisa<br />

de que se dan “unas condiciones” frente a las<br />

cuales la masiva hu<strong>el</strong>ga francesa de diciembre<br />

de 1995 “fue un cansado pr<strong>el</strong>udio”.<br />

Pero los defensores d<strong>el</strong> Estado social luchan<br />

en una guerra perdida. Sin duda muchos<br />

argumentos de sus contrarios son<br />

sencillamente falsos. Los consorcios alemanes<br />

que apenas crean empleos a precio de saldo<br />

en <strong>el</strong> extranjero, la mayoría de las veces se<br />

limitan a comprar las empresas locales para<br />

posteriormente aligerar la plantilla y abastecer<br />

mercados regionales. Las cargas sociales<br />

tampoco han explotado en modo alguno en<br />

Alemania, su participación en <strong>el</strong> Producto<br />

Interior Bruto fue en 1995 incluso inferior a<br />

veinte años antes. En cambio, lo que<br />

realmente es cierto es la constante referencia<br />

a la política de los otros países hasta ahora<br />

llamados industrializados. Recorte de los<br />

gastos d<strong>el</strong> Estado, descenso de los salarios y<br />

<strong>el</strong>iminación de prestaciones sociales: <strong>el</strong><br />

programa es esencialmente <strong>el</strong> mismo desde<br />

Suecia hasta España pasando por Austria. Y<br />

en todas partes la protesta termina en<br />

resignación.<br />

El internacionalismo, antaño un invento de los<br />

dirigentes obreros socialdemócratas contra los<br />

b<strong>el</strong>icistas d<strong>el</strong> capitalismo, hace mucho que ha<br />

cambiado de bando. En todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, más<br />

de 40.000 empresas transnacionales de todos<br />

los tamaños enfrentan a sus empleados igual<br />

que los Estados. ¿40% de impuesto sobre los<br />

beneficios d<strong>el</strong> capital en Alemania?<br />

Demasiado, Irlanda se conforma con un 10%,<br />

Malasia y algunos estados de los Estados<br />

Unidos incluso renuncian a su cobro durante<br />

cinco o diez años. ¿45 marcos por hora de un<br />

trabajador especializado? Demasiado caro, los<br />

británicos trabajan por menos de la mitad, los<br />

checos por la décima parte. ¿Sólo <strong>el</strong> 33% de<br />

prima de inversión para nuevas fábricas en<br />

Italia? Demasiado poco, en Alemania Oriental<br />

<strong>el</strong> Estado aporta gustosamente <strong>el</strong> 80%.<br />

En un movimiento global de pinza, la nueva<br />

internacional d<strong>el</strong> capital desquicia Estados<br />

enteros y su actual ordenamiento social. En<br />

un frente, amenaza unas veces aquí y otras<br />

allá con fugas de capital y arranca así<br />

drásticas reducciones de impuestos y


subvenciones multimillonarias o<br />

infraestructura gratuita. Donde esto no sirve,<br />

se echa mano de la planificación fiscal a lo<br />

grande: los beneficios se envían a los países<br />

donde la tasa de impuestos es realmente<br />

baja. En todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> desciende <strong>el</strong><br />

porcentaje con que los propietarios de capital<br />

y patrimonio contribuyen a la financiación de<br />

los gastos d<strong>el</strong> Estado. Por otra parte, lo que<br />

dirigen las corrientes globales de capital bajan<br />

continuamente <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> salarial de sus<br />

empleados contribuyentes. También la cuota<br />

salarial, <strong>el</strong> porcentaje de los asalariados en la<br />

riqueza social, desciende a escala mundial.<br />

Ninguna nación puede oponerse solo a esta<br />

presión. El mod<strong>el</strong>o de Alemania, comenta <strong>el</strong><br />

economista norteamericano Rüdiger<br />

Dornbusch, está siendo “estrujado en toda<br />

regla” en la competencia transnacional.<br />

Las cotizaciones en bolsa y los beneficios de<br />

los consorcios ascienden en porcentajes de<br />

dos dígitos, mientras los salarios y jornales<br />

descienden. Al mismo tiempo <strong>el</strong> paro crece en<br />

paral<strong>el</strong>o a los déficit de los presupuestos<br />

públicos, nadie necesita conocimientos<br />

especiales de economía para entender lo que<br />

está ocurriendo: 113 años después de la<br />

muerte de Karl Marx, <strong>el</strong> capitalismo vu<strong>el</strong>ve a ir<br />

en aqu<strong>el</strong>la dirección que <strong>el</strong> economista<br />

revolucionario describió tan acertadamente<br />

para su época. “La tendencia general de la<br />

producción capitalista es no <strong>el</strong>evar <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />

medio de los salarios, sino rebajarlo o<br />

presionar <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> trabajo hasta su límite<br />

mínimo”, exponía en 1865 ante <strong>el</strong> Consejo<br />

General de la I Internacional, en Londres… sin<br />

sospechar que <strong>el</strong> primitivo capitalismo sería<br />

domesticado un día democráticamente. Pero<br />

tras las reformas d<strong>el</strong> siglo socialdemócrata se<br />

abre paso una contrarreforma de dimensión<br />

histórica: Caminando hacia atrás en <strong>el</strong> futuro,<br />

ganadores como Heinrich vor Pierer, <strong>el</strong><br />

presidente d<strong>el</strong> consorcio mundial Siemens,<br />

dicen triunfantes: “El viento de la competencia<br />

se ha convertido en una tempestad, y <strong>el</strong><br />

verdadero huracán aún está por venir.<br />

La <strong>el</strong>ección de las palabras de Pierer y otros<br />

portaestandartes d<strong>el</strong> nuevo globalismo<br />

pretende hacer creer que todo esto es por así<br />

decirlo un proceso natural, resultado de un<br />

incesante progreso técnico y económico. Esto<br />

es absurdo. La interdependencia económica<br />

global no es un modo alguno un<br />

acontecimiento natural, sino que fue<br />

producido conscientemente por una política<br />

orientada a unos fines. Tratado a tratado, ley<br />

a ley, siempre han sido gobiernos y<br />

parlamentos los que con sus decisiones han<br />

<strong>el</strong>iminado las barreras al tráfico internacional<br />

de capital y mercancías. Desde la <strong>el</strong>iminación<br />

d<strong>el</strong> comercio de divisas a través d<strong>el</strong> mercado<br />

interior europeo hasta la constante expansión<br />

d<strong>el</strong> acuerdo mundial de comercio d<strong>el</strong> GATT,<br />

los políticos gobernantes de los países<br />

industrializados de Occidente han producido<br />

sistemáticamente ese estado de cosas que ya<br />

no pueden controlar.<br />

LA DEMOCRACIA EN LA TRAMPA<br />

La integración global viene acompañada por <strong>el</strong><br />

ascenso de una doctrina político-económica<br />

salvadora, que lleva continuamente a la<br />

política a un ejército de asesores económicos:<br />

<strong>el</strong> neoliberalismo. Su tesis fundamental reza,<br />

simplificando: <strong>el</strong> mercado es bueno, y las<br />

intenciones estatales son malas. Partiendo de<br />

las ideas d<strong>el</strong> principal representante de esta<br />

escu<strong>el</strong>a teórico-económica, <strong>el</strong> economista y<br />

premio Nob<strong>el</strong> norteamericano Milton<br />

Friedman, los gobiernos mayoritariamente<br />

liberales de occidente <strong>el</strong>evaron durante los<br />

años ochenta este dogma a la categoría de<br />

directriz de su política. Desregulación en vez<br />

de control estatal, liberalización d<strong>el</strong> comercio<br />

y d<strong>el</strong> tráfico de capitales, así como<br />

privatización de las empresas públicas, fueron<br />

las armas estratégicas en <strong>el</strong> arsenal de los<br />

gobiernos creyentes en le mercado y en las<br />

organizaciones económicas internacionales<br />

dirigidas por <strong>el</strong>los, <strong>el</strong> Banco Mundial, <strong>el</strong> fondo<br />

Monetario Internacional (FMI) y la<br />

Organización Mundial d<strong>el</strong> Comercio (OMC).<br />

Con estos instrumentos emprendieron una<br />

guerra de liberación a favor d<strong>el</strong> capital que<br />

perdura hasta hoy. Ya se trate d<strong>el</strong> transporte<br />

aéreo o las t<strong>el</strong>ecomunicaciones, los bancos o<br />

las compañías de seguros, la industria de la<br />

construcción o <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> software, y<br />

también y precisamente la fuerza de trabajo,<br />

nada ni nadie debe sustraerse a la ley de la<br />

oferta y la demanda.<br />

El derrumbamiento de las dictaduras de<br />

partido d<strong>el</strong> bloque d<strong>el</strong> Este dio un impulso<br />

suplementario y una eficacia global a esta<br />

creencia. Liberados de la amenaza de la<br />

dictadura d<strong>el</strong> proletariado, desde entonces se<br />

201


trabaja tanto más duramente en la<br />

instauración de la dictadura d<strong>el</strong> mercado<br />

mundial. De pronto, la participación masiva de<br />

los trabajadores en la explotación d<strong>el</strong> valor<br />

general parece sólo una concesión de la<br />

guerra fría, destinada a privar de base a la<br />

agitación comunista.<br />

Pero <strong>el</strong> “turbocapitalismo”, cuya victoria en<br />

todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> parece ahora imparable,<br />

destruye los fundamentos de su existencia: un<br />

Estado capaz de funcionar y una estabilidad<br />

democrática. El ritmo d<strong>el</strong> cambio y la<br />

redistribución d<strong>el</strong> poder y <strong>el</strong> bienestar<br />

erosionan las viejas unidades sociales con<br />

mayor rapidez de lo que las nuevas pueden<br />

desarrollarse. Los hasta ahora países d<strong>el</strong><br />

bienestar consumen la sustancia social de su<br />

cohesión más d<strong>el</strong> bienestar consumen la<br />

sustancia social de su cohesión más deprisa<br />

aún que la ecológica. Economistas y políticos<br />

neoliberales predican al <strong>mundo</strong> <strong>el</strong> “mod<strong>el</strong>o<br />

americano”, pero ese discurso se parece<br />

terriblemente a la propaganda d<strong>el</strong> Gobierno<br />

de la RDA, que hasta <strong>el</strong> final quería aprender<br />

la victoria de la Unión Soviética. Al fin y al<br />

cabo, en ningún sitio se aprecia con mayor<br />

claridad la disgregación social que en <strong>el</strong> país<br />

de origen de la contrarrevolución capitalista,<br />

los Estados Unidos: la criminalidad adopta<br />

dimensiones epidémicas. En <strong>el</strong> estado de<br />

California, que constituye por sí solo la<br />

séptima potencia económica d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, los<br />

gastos en prisiones superan todo <strong>el</strong><br />

presupuesto de Educación. 28 millones de<br />

americanos, más d<strong>el</strong> 10% de la población, se<br />

han atrincherado en rascaci<strong>el</strong>os y colonias<br />

vigiladas. Los ciudadanos estadounidenses<br />

gastan en vigilantes privados <strong>el</strong> doble que su<br />

Estado en la policía.<br />

Pero también Europa y Japón, China y la India<br />

se dividen en una minoría de ganadores y una<br />

mayoría de perdedores. Para muchos cientos<br />

de millones de personas, vale decir que <strong>el</strong><br />

progreso globalizado no es tal progreso. Para<br />

<strong>el</strong>los tiene que sonar como una burla la<br />

fórmula que los jefes de Gobierno de los siete<br />

principales países industrializados <strong>el</strong>evaron a<br />

lema de su cumbre d<strong>el</strong> G-7 de Lyón, a finales<br />

de junio de 1996: “Hacer de la globalización<br />

un éxito en beneficio de todos”.<br />

Así, la protesta de los perdedores se dirige<br />

contra gobiernos y políticos, cuyo poder para<br />

202<br />

configurar la evolución de las cosas se reduce<br />

de continuo. Da igual si hay que establecer la<br />

justicia social o proteger <strong>el</strong> medio ambiente, si<br />

hay que limitar <strong>el</strong> poder de los medios de<br />

comunicación o luchar contra la criminalidad<br />

internacional: <strong>el</strong> Estado nacional se ve<br />

siempre desbordado, y la concertación<br />

internacional fracasa con igual regularidad.<br />

Pero si en todas las cuestiones existenciales<br />

que afectan al futuro los Gobiernos se limitan<br />

a remitir a las abrumadoras presiones<br />

objetivas de la economía transnacional, la<br />

política se transforma en un juego impotente,<br />

y <strong>el</strong> Estado democrático pierde su<br />

legitimación. La globalización se convierte en<br />

trampa para la democracia.<br />

Sólo ingenuos teóricos o políticos cortos de<br />

vista creerán que se puede, como está<br />

ocurriendo actualmente en Europa, privar año<br />

tras año a millones de personas de trabajo y<br />

seguridad social sin pagar en algún momento<br />

<strong>el</strong> precio político por <strong>el</strong>lo. Es algo que no<br />

puede funcionar. Al contrario que en la lógica<br />

empresarial de los estrategas de los<br />

consorcios, en las sociedades democráticas no<br />

hay surplus people, ciudadanos superfluos.<br />

Los perdedores tienen un voto, y lo utilizarán.<br />

No hay razón para estar tranquilos: <strong>el</strong><br />

terremoto social seguirá al político.<br />

Socialdemócratas o socialcristianos pasarán<br />

mucho tiempo sin c<strong>el</strong>ebrar nuevos triunfos. En<br />

cambio, se ve cómo hay cada vez más<br />

ciudadanos que toman verdaderamente en<br />

serio las fórmulas estereotipadas de los<br />

globalizadotes: No hemos sido nosotros, la<br />

culpa es de la competencia extranjera,<br />

escucha <strong>el</strong> ciudadano en uno de cada dos<br />

t<strong>el</strong>ediarios de labios de aqu<strong>el</strong>los que deben<br />

representar sus intereses. Desde este<br />

argumento –económicamente falso- sólo hay<br />

un pequeño paso hasta la abierta hostilidad<br />

contra todo lo extranjero. Hace mucho que<br />

millones de ciudadanos de clase media<br />

asediados por la inseguridad buscan la<br />

salvación en la xenofobia, <strong>el</strong> separatismo y <strong>el</strong><br />

aislamiento d<strong>el</strong> mercado mundial. Los<br />

excluidos responden por su parte con la<br />

exclusión.<br />

El populista nacional-autoritario Ross Perot<br />

cosechó en 1992, en su primera candidatura a<br />

la presidencia de Estados Unidos., un 19% de<br />

los votos. Similares resultados alcanzan <strong>el</strong><br />

predicador francés d<strong>el</strong> renacimiento nacional


Jean-Marie Le Pen y <strong>el</strong> populista<br />

ultraderechista austriaco Jörg Haider. Desde<br />

Québec hasta Lombardía pasando por Escocia,<br />

también los separatistas registran una<br />

creciente audiencia. Complementan <strong>el</strong> canon<br />

de la xenofobia con la ira contra los gobiernos<br />

centrales y la d<strong>el</strong>imitación frente a los<br />

supuestos explotadores de las partes más<br />

pobres d<strong>el</strong> país. Al mismo tiempo, crece en<br />

todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> la masa de emigrantes<br />

vagabundos que quieren escapar de la<br />

miseria.<br />

20:80, la sociedad de una quinta parte, tal<br />

como lo pintaban para <strong>el</strong> próximo siglo los<br />

visionarios <strong>el</strong>itistas d<strong>el</strong> Hot<strong>el</strong> Fairmont, sigue<br />

sin duda la lógica técnica y económica con la<br />

que los dirigentes de los consorcios y los<br />

gobiernos impulsan la integración global. Pero<br />

la competición mundial para la máxima<br />

eficiencia y los salarios más bajos abre a la<br />

irracionalidad las puertas d<strong>el</strong> poder. No son<br />

los verdaderamente necesitados los que se<br />

reb<strong>el</strong>an. La incalculable explosión política<br />

brota más bien d<strong>el</strong> temor al desclasamiento<br />

que se extiende ahora por toda la sociedad.<br />

No es la pobreza, sino <strong>el</strong> miedo a <strong>el</strong>la, <strong>el</strong> que<br />

pone en p<strong>el</strong>igro a la democracia.<br />

Ya hubo una vez en que la anulación por la<br />

economía de toda forma de política condujo a<br />

la catástrofe global. En 1930, un año después<br />

d<strong>el</strong> gran crac de la bolsa, <strong>el</strong> semanario<br />

británico The Economist, siempre afín al<br />

capital, comentaba: “El mayor problema de<br />

nuestra generación consiste en que nuestros<br />

éxitos en <strong>el</strong> plano económico superan de tal<br />

modo al éxito en <strong>el</strong> plano político que la<br />

economía y la política no pueden guardar <strong>el</strong><br />

paso. Desde <strong>el</strong> punto de vista económico, <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> es una unidad integral de acción.<br />

Políticamente, ha permanecido fragmentado.<br />

Las tensiones entre estos dos desarrollos<br />

contrapuestos han desencadenado una serie<br />

de conmociones y de quiebras en la vida<br />

social de la Humanidad”.<br />

La Historia no se repite. Sin embargo, la<br />

guerra sigue siendo la válvula de escape más<br />

probable cuando los conflictos sociales se<br />

hacen insoportables, aunque sea en forma de<br />

guerra civil contra minorías étnicas o regiones<br />

disidentes. La globalización no tiene por qué<br />

conducir a conflictos bélicos, pero puede, si no<br />

sale bien, reprimir socialmente las fuerzas<br />

desencadenadas de la economía<br />

transnacional. Las respuestas políticas<br />

formuladas hasta ahora al entr<strong>el</strong>anzamiento<br />

económico d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> niegan que ese proceso<br />

sea siquiera controlable. Pero hay<br />

instrumentos y vías para volver a poner ese<br />

control en manos de gobiernos <strong>el</strong>egidos y sus<br />

instituciones sin enfrentar a las naciones.<br />

Algunos de <strong>el</strong>los se presentan y discuten en<br />

este libro.<br />

Las tareas más nobles de los políticos<br />

democráticos en <strong>el</strong> umbral d<strong>el</strong> próximo siglo<br />

serán <strong>el</strong> mantenimiento d<strong>el</strong> Estado y <strong>el</strong><br />

restablecimiento de la primacía de la política<br />

sobre la economía. Si esto no ocurre, la<br />

fusión, la dramáticamente rápida, de la<br />

Humanidad a través de la técnica y <strong>el</strong><br />

comercio pronto se convertirá en su contrario<br />

y llevará a un cortocircuito global. A nuestros<br />

hijos y nietos no les quedaría entonces más<br />

que <strong>el</strong> recuerdo de los dorados años noventa,<br />

cuando <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> aún parecía ordenado y aún<br />

era posible cambiar de rumbo.<br />

203


LA DERECHA INTELECTUAL Y EL<br />

FASCISMO LIBERAL<br />

SUBCOMANDANTE INSURGENTE MARCOS<br />

A fines de enero se realizaron dos foros<br />

mundiales diametralmente opuestos que,<br />

como tema primordial, abordaron la<br />

Globalización. Uno se llevó a cabo en Davos,<br />

Suiza, <strong>el</strong> Foro Económico Mundial, que desde<br />

1971 reúne a los promotores de la política<br />

neoliberal. Paral<strong>el</strong>amente, en Porto Alegre,<br />

Brasil, <strong>el</strong> Foro Social Mundial congregó a unos<br />

3 mil representantes de movimientos sociales,<br />

sindicatos, asociaciones, entidades r<strong>el</strong>igiosas y<br />

organizaciones no gubernamentales, que<br />

buscan desarrollar alternativas contra las<br />

agresiones de la concentración hegemónica.<br />

A este último encuentro, <strong>el</strong> Subcomandante<br />

Marcos envió una ponencia que trabajadores<br />

reproduce a continuación.<br />

204<br />

Fórum Social Mundial 2001<br />

Biblioteca das alternativas<br />

En la figura que se llama oximoron,<br />

se aplica a una palabra un epíteto que parece<br />

contradecirla;<br />

así los agnósticos hablaron de una luz oscura;<br />

los alquimistas, de un sol negro.<br />

JORGE LUIS BORGES<br />

Advertencia, Introducción y Promesa<br />

Ojo: Si usted no ha leído <strong>el</strong> epígrafe, más vale<br />

que lo haga ahora porque si no, no va a<br />

entender algunas cosas. Un hecho irrefutable:<br />

la globalización está aquí. No la califico<br />

(todavía), simplemente señalo una realidad.<br />

Pero, puesto que oximoron, hay que señalar<br />

que se trata de una globalización<br />

fragmentada.<br />

La globalización ha sido posible, entre otras<br />

cosas, por dos revoluciones: la tecnológica y<br />

la informática. Y ha sido y es dirigida por <strong>el</strong><br />

poder financiero. De la mano, la tecnología y<br />

la informática (y con <strong>el</strong>las <strong>el</strong> capital financiero)<br />

han desaparecido las distancias y han roto las<br />

fronteras. Hoy es posible tener información<br />

sobre cualquier parte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, en cualquier<br />

momento y en forma simultánea. Pero<br />

también <strong>el</strong> dinero tiene ahora <strong>el</strong> don de la<br />

ubicuidad, va y viene en forma vertiginosa,<br />

como si estuviera en todas partes al mismo<br />

tiempo. Y más, <strong>el</strong> dinero le da una nueva<br />

forma al <strong>mundo</strong>, la forma de un mercado, de<br />

un megamercado.<br />

Sin embargo, a pesar de la “mundialización”<br />

d<strong>el</strong> planeta, o más bien precisamente por <strong>el</strong>la,<br />

la homogeneidad está muy lejos de ser la<br />

característica de este cambio d<strong>el</strong> siglo y de<br />

milenio. El <strong>mundo</strong> es un archipiélago, un<br />

rompecabezas cuyas piezas se convierten en<br />

otros rompecabezas y lo único realmente<br />

globalizado es la proliferación de lo<br />

heterogéneo.<br />

Si la tecnología y la informática han unido al<br />

<strong>mundo</strong>, <strong>el</strong> poder financiero que las usa lo ha<br />

roto usándolas como armas, como armas en<br />

una guerra. Antes hemos dicho (<strong>el</strong> texto se<br />

llama 7 Piezas su<strong>el</strong>tas d<strong>el</strong> rompecabezas<br />

mundial, EZLN, 1997) que en la globalización<br />

se lleva a cabo una guerra mundial, la cuarta,<br />

y que se desarrolla un proceso de<br />

destrucción/despoblamiento y<br />

reconstrucción/reordenamiento (estoy<br />

tratando de resumir apretadamente, sed<br />

benévolos) en todo <strong>el</strong> planeta. Para la<br />

construcción d<strong>el</strong> “<strong>mundo</strong> orden mundial”<br />

(Planetario, Permanente, Inmediato e<br />

Inmaterial, siguiendo a Ignacio Ramonet), <strong>el</strong><br />

poder financiero conquista territorios y derriba<br />

fronteras, y lo consigue haciendo la guerra,<br />

una nueva guerra. Una de las bajas de esta<br />

guerra es <strong>el</strong> mercado nacional, base<br />

fundamental d<strong>el</strong> Estado-Nación. Este último<br />

está en vías de extinción, o cuando menos, lo<br />

está <strong>el</strong> Estado-Nación tradicional o clásico. En<br />

su lugar, surgen mercados integrados o,<br />

mejor aún, tiendas departamentales d<strong>el</strong> gran<br />

mall mundial, <strong>el</strong> mercado globalizado.<br />

Las consecuencias políticas y sociales de esta<br />

globalización son una figura de oximoron<br />

reiterada y compleja: menos personas con<br />

más riquezas, producidas con la explotación<br />

de más personas con menos riquezas, la<br />

pobreza de nuestro siglo es incomparable con<br />

ninguna otra. No es, como lo fuera alguna<br />

vez, <strong>el</strong> resultado natural de la escasez, sino de<br />

un conjunto de prioridades impuestas por los<br />

ricos al resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (John Berger, Cada<br />

vez que decimos adiós, Ediciones de la Flor,<br />

Argentina, 1997, pp. 278-279); para unos<br />

cuantos poderosos <strong>el</strong> planeta se abrió de par


en par, para millones de personas <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

no tiene lugar y vagan errantes de uno a otro<br />

lado; <strong>el</strong> crimen organizado forma la columna<br />

vertebral de los sistemas judiciales y de los<br />

gobiernos (los ilegales hacen las leyes y<br />

“guardan <strong>el</strong> orden público”); y la “integración”<br />

mundial multiplica las fronteras.<br />

Así que, si resaltáramos algunas de las<br />

principales características de la época actual,<br />

diríamos: supremacía d<strong>el</strong> poder financiero,<br />

revolución tecnológica e informática, guerra,<br />

destrucción/despoblamiento y<br />

reconstrucción/reordenamiento, ataques a los<br />

Estados-Nación, la consiguiente redefinición<br />

d<strong>el</strong> poder y de la política, <strong>el</strong> mercado como<br />

figura hegemónica que permea todos los<br />

aspectos de la vida humana en todas partes,<br />

mayor concentración de la riqueza en pocas<br />

manos, mayor distribución de la pobreza,<br />

aumento de la explotación y d<strong>el</strong> desempleo,<br />

millones de personas al destierro,<br />

d<strong>el</strong>incuentes que son gobierno, desintegración<br />

de territorio. En resumen: globalización<br />

fragmentada.<br />

Bien, según este planteamiento, en <strong>el</strong> caso de<br />

los int<strong>el</strong>ectuales (puesto que tienen que ver<br />

con la sociedad, <strong>el</strong> poder y <strong>el</strong> Estado) cabría<br />

preguntarse: ¿han padecido <strong>el</strong> mismo proceso<br />

de destrucción/despoblamiento y<br />

reconstrucción/reordenamiento?, ¿qué pap<strong>el</strong><br />

le asigna <strong>el</strong> poder financiero?; ¿cómo usan (o<br />

son usados por) los avances tecnológicos e<br />

informáticos?; ¿qué posición tienen en esta<br />

guerra?; ¿cómo se r<strong>el</strong>acionan con esos<br />

golpeados Estados-Nación?; ¿cuál es <strong>el</strong><br />

vínculo con ese poder y en esa política<br />

redefinidos?, ¿ qué lugar tiene en <strong>el</strong><br />

mercado?, y ¿qué posición toman frente a las<br />

consecuencias políticas y sociales de la<br />

globalización? En suma: ¿cómo es que se<br />

insertan en esa globalización fragmentada?<br />

El <strong>mundo</strong> habría cambiado por y para esta<br />

guerra. Si así fuera, los int<strong>el</strong>ectuales “clásicos”<br />

no existirían más, ni sus antiguas funciones.<br />

En su lugar, una nueva generación de<br />

“cabezas pensantes” (para usar un término<br />

acuñado por <strong>el</strong> comandante zapatista Tacho)<br />

habría emergido (o está por emerger) y<br />

tendrían nuevas funciones en su quehacer<br />

int<strong>el</strong>ectual.<br />

Aunque aquí nos trataremos de limitar a los<br />

int<strong>el</strong>ectuales de derecha, serán evidentes<br />

algunos señalamientos sobre los int<strong>el</strong>ectuales<br />

en general y sobre su r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> poder.<br />

Como <strong>el</strong> propósito de este texto es participar<br />

y alentar la polémica entre int<strong>el</strong>ectuales de<br />

derecha e izquierda, queda una reflexión más<br />

profunda (sobre los int<strong>el</strong>ectuales y <strong>el</strong> poder, y<br />

sobre los int<strong>el</strong>ectuales y la transformación)<br />

para futuros e improbables escritos.<br />

La mundialización:<br />

En la bisagra d<strong>el</strong> calendario, <strong>el</strong> dos mil se<br />

balancea aún entre los siglos XX y XXI, y<br />

entre <strong>el</strong> segundo y tercer milenio. No sé qué<br />

tan importante sea esta cuenta d<strong>el</strong> tiempo,<br />

pero me parece que es, también, un momento<br />

adecuado para que por todos lados surja<br />

OXIMORON. Para no ir muy lejos, se puede<br />

decir que esta época es <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> fin o <strong>el</strong><br />

fin d<strong>el</strong> principio de “algo”. “Algo”,<br />

irresponsable forma de <strong>el</strong>udir un problema.<br />

Pero ya se sabe que nuestra especialidad no<br />

es la solución de problemas, sino su creación.<br />

¿”Su creación”? No, es muy presuntuoso,<br />

mejor su proposición. Sí, nuestra especialidad<br />

es proponer problemas.<br />

Allá arriba todo parece haber ocurrido ya<br />

antes, como si una vieja p<strong>el</strong>ícula se repitiera<br />

con otras imágenes, otros recursos<br />

cinematográficos, incluso actores diferentes,<br />

pero <strong>el</strong> mismo argumento. Como si la<br />

“modernidad” (o “posmodernidad”, dejo la<br />

precisión para quien se tome la molestia) de<br />

la globalización se vistiera con su OXIMORON<br />

y se nos presentara como una modernidad<br />

arcaica, rancia, antigua.<br />

Si esto que digo les parece una mera<br />

apreciación subjetiva, póngalo a cargo de<br />

nuestro estar en la montaña, resistiendo y en<br />

reb<strong>el</strong>día, pero concédanos <strong>el</strong> privilegio de la<br />

lectura y vea si se trata en efecto de un<br />

síntoma más d<strong>el</strong> “mal de montaña”, o usted<br />

comparte esta sensación de dejá vu que fluye<br />

por <strong>el</strong> hipercinema que es <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

globalizado.<br />

El <strong>mundo</strong> no es cuadrado, cuando menos esto<br />

es lo que se enseña en la escu<strong>el</strong>a. Pero, en le<br />

filo cortante de la unión de dos milenios, <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> tampoco es redondo. Ignoro cuál sea<br />

la figura geométrica adecuada para<br />

205


epresentar la forma actual d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, pero,<br />

puesto que estamos en la época de la<br />

comunicación digital audiovisual, podríamos<br />

intentar definirla como una gigantesca<br />

pantalla. Usted puede agregar “una pantalla<br />

de t<strong>el</strong>evisión”, aunque yo optaría por “una<br />

pantalla de cine”. No sólo porque prefiero al<br />

cinematógrafo, también (y sobre todo) porque<br />

me parece que hay frente a nosotros una<br />

p<strong>el</strong>ícula, una vieja p<strong>el</strong>ícula, modernamente<br />

vieja (para seguir con oximoron).<br />

Es además, una de esas pantallas donde se<br />

puede programar la presentación simultánea<br />

de varias imágenes (Picture in Picture la<br />

llaman). En <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> globalizado, de<br />

imágenes que se suceden en cualquier rincón<br />

d<strong>el</strong> planeta. No son todas las imágenes. Y no<br />

se debe a que falte espacio en la pantalla,<br />

sino a que “alguien” ha s<strong>el</strong>eccionado esas<br />

imágenes y no otras. Es decir, estamos viendo<br />

una pantalla con diversos recuadros que<br />

presentan imágenes simultáneas de diferentes<br />

partes d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, es cierto, pero no todo <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> está ahí.<br />

Al llegar a este punto, uno se pregunta,<br />

inevitablemente, ¿quién tiene <strong>el</strong> control<br />

remoto de esta pantalla audiovisual? Y ¿quién<br />

hace la programación? Buenas preguntas,<br />

pero aquí no encontrará usted las respuestas.<br />

Y no sólo porque no las sabemos a ciencia<br />

cierta, sino también porque no son <strong>el</strong> tema de<br />

este escrito.<br />

Puesto que no podemos cambiar de canal o de<br />

cinema, veamos algunos de los diferentes<br />

recuadros que nos ofrece la megapantalla de<br />

la globalización.<br />

Vayamos al continente americano. Ahí tiene<br />

usted, en aqu<strong>el</strong> rincón la imagen de la<br />

Universidad Nacional Autónoma de <strong>México</strong><br />

(UNAM) ocupada por un grupo paramilitar d<strong>el</strong><br />

Gobierno: la llamada Policía Federal<br />

Preventiva. No parece que estén estudiados<br />

esos hombres uniformados de gris. Más allá,<br />

enmarcada por las montañas d<strong>el</strong> sureste<br />

mexicano, una columna de grises tanquetas<br />

blindadas cruza una comunidad indígena<br />

chiapaneca. En <strong>el</strong> otro lado, la imagen gris<br />

presenta a un policía norteamericano que<br />

detiene, con lujo de violencia, a un joven en<br />

un lugar que puede ser Seattle o Washington.<br />

206<br />

En <strong>el</strong> recuadro europeo proliferan también los<br />

grises. En Austria es Joer Heider y su fervor<br />

pronazi. En Italia, con la ayuda desinteresada<br />

de Dálema, Silvio Burlusconi se arregla la<br />

corbata. En <strong>el</strong> Estado Español, F<strong>el</strong>ipe González<br />

le maquilla la cara a José María Aznar. En<br />

Francia es Le Pen quien nos sonríe.<br />

Asía, África y Oceanía presentan <strong>el</strong> mismo<br />

color repitiéndose en sus respectivos rincones.<br />

Mmh… Tantos grises… Mmh… Podemos<br />

protestar… Después de todo, nos prometieron<br />

un programa a todo color… Cuando menos<br />

subamos <strong>el</strong> volumen y tratemos de entender<br />

así de qué se trata…<br />

Un olvido memorable<br />

Al igual que la globalización fragmentada, los<br />

int<strong>el</strong>ectuales están ahí, son una realidad de la<br />

sociedad moderna. Y su “estar ahí” no se<br />

limita a la época actual, se remonta a los<br />

primeros pasos de la sociedad humana. Pero<br />

la arqueología de los int<strong>el</strong>ectuales escapa a<br />

nuestros conocimientos y posibilidades, así<br />

que partimos d<strong>el</strong> hecho de que “están ahí”. En<br />

todo caso, lo que tratamos de descubrir es la<br />

forma que adquiere ahora su “estar ahí”.<br />

Los int<strong>el</strong>ectuales como categoría son algo muy<br />

vago, ya se sabe. Diferente es, en cambio,<br />

definir la “función int<strong>el</strong>ectual”. La función<br />

int<strong>el</strong>ectual consiste en determinar<br />

críticamente lo que se considera una<br />

aproximación satisfactoria al propio concepto<br />

de verdad; y puede desarrollarla quien sea,<br />

incluso un marginado que reflexione sobre su<br />

propia condición y de alguna manera la<br />

exprese, mientras que puede traicionarla un<br />

escritor que reaccione ante los<br />

acontecimientos con apasionamiento, sin<br />

imponerse la criba de la reflexión (Humberto<br />

Eco, Cinco escritos morales, Lumen,<br />

traducción de H<strong>el</strong>ena Lozano Millares, pp. 14-<br />

15). Si esto es así, entonces <strong>el</strong> quehacer<br />

int<strong>el</strong>ectual es, fundamentalmente, analítico y<br />

crítico. Frente a un hecho social (por<br />

limitarnos a un universo), <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />

analiza lo evidente, lo afirmativo y lo<br />

negativo, buscando lo ambiguo, lo que no es<br />

ni una cosa ni otra (aunque así se presente),<br />

y exhibe (comunica, dev<strong>el</strong>a, denuncia) lo que<br />

no sólo no es lo evidente, sino incluso<br />

contradice a lo evidente.


Es de suponer que las sociedades humanas<br />

tengan personas que se dediquen<br />

profesionalmente a este análisis crítico y a<br />

comunicar su resultado (en palabras de<br />

Norberto Bobbio: Los int<strong>el</strong>ectuales son todos<br />

aqu<strong>el</strong>los para los cuales transmitir mensajes<br />

es la ocupación habitual y conciente […] y<br />

para decirlo en un modo que puede parecer<br />

brutal, casi siempre representa también <strong>el</strong><br />

modo de ganarse <strong>el</strong> pan). Quedémonos con<br />

esta aproximación al int<strong>el</strong>ectual, al profesional<br />

d<strong>el</strong> análisis crítico y la comunicación.<br />

Ya hemos sido advertidos de que <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />

no siempre ejerce la función int<strong>el</strong>ectual. La<br />

función int<strong>el</strong>ectual se ejerce siempre con<br />

ad<strong>el</strong>anto (sobre lo que podría suceder) o con<br />

retraso (sobre lo que ha sucedido); raramente<br />

sobre lo que está sucediendo, por razones de<br />

ritmo, porque los acontecimientos son<br />

siempre más rápidos y acuciantes que la<br />

reflexión sobre los acontecimientos (Humberto<br />

Eco, op, cit., p.29).<br />

Por su función int<strong>el</strong>ectual, este profesional d<strong>el</strong><br />

análisis crítico y su comunicación sería una<br />

especie de conciencia incómoda e<br />

impertinente de la sociedad (en esta época,<br />

de la sociedad globalizada) en su conjunto y<br />

de sus partes. Un inconforme con todo, con<br />

las fuerzas políticas y sociales, con <strong>el</strong> Estado,<br />

con <strong>el</strong> Gobierno, con los medio de<br />

comunicación, con la cultura, con las artes,<br />

con la r<strong>el</strong>igión, con <strong>el</strong> etcétera que <strong>el</strong> lector<br />

agregue. Si <strong>el</strong> actor social dice “¡ya está!”, <strong>el</strong><br />

int<strong>el</strong>ectual murmura con escepticismo: “le<br />

falta, le sobra”.<br />

Tendríamos entonces que <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual en su<br />

pap<strong>el</strong> es un crítico de la inmovilidad, un<br />

promotor d<strong>el</strong> cambio, un progresista. Sin<br />

embargo, este comunicador de ideas críticas<br />

está inserto en una sociedad polarizada,<br />

enfrentada entre sí de muchas formas y con<br />

variados argumentos, pero dividida en lo<br />

fundamental entre quienes usan <strong>el</strong> poder para<br />

que las cosas no cambien y entre quienes<br />

luchan por <strong>el</strong> cambio. El int<strong>el</strong>ectual debe, por<br />

un <strong>el</strong>emental sentido d<strong>el</strong> ridículo, comprender<br />

que no se le otorga un pap<strong>el</strong> de brujo d<strong>el</strong><br />

espíritu en torno al cual va a girar <strong>el</strong> ser o no<br />

ser de lo histórico, pero que evidentemente él<br />

tiene saberes […] que lo puedan alinear en un<br />

sentido o en otro de lo histórico. Lo pueden<br />

alinear en la búsqueda de la clarificación de<br />

las injusticias presentes en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> actual o<br />

en la complicidad con la paralización e<br />

instalación en <strong>el</strong> Limbo (Manu<strong>el</strong> Vázquez<br />

Montalbán, Panfleto desde <strong>el</strong> planeta de los<br />

simios, Drakontos, Barc<strong>el</strong>ona, 1995, p. 48).<br />

Y es aquí donde <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual opta, <strong>el</strong>ige,<br />

escoge entre su función int<strong>el</strong>ectual y la<br />

función que le proponen los actores sociales.<br />

Aparece así la división (y la lucha) entre<br />

int<strong>el</strong>ectuales progresistas y reaccionarios.<br />

Unos y otros siguen trabajando con la<br />

comunicación de análisis críticos pero,<br />

mientras lo progresistas siguen en la crítica a<br />

la inmovilidad, a la permanencia, a la<br />

hegemonía y a lo homogéneo; los<br />

reaccionarios enarbolan la crítica al cambio, al<br />

movimiento, a la reb<strong>el</strong>ión y reflexión crítica, y<br />

su memoria se recorta de modo que no hay<br />

pasado ni futuro, <strong>el</strong> presente y lo inmediato es<br />

lo único asible y, por ende, incuestionable.<br />

Al decir “int<strong>el</strong>ectuales progresistas y<br />

reaccionarios”, nos referimos a los<br />

int<strong>el</strong>ectuales “de izquierda y de derecha”. Aquí<br />

conviene agregar que <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual de<br />

izquierda ejerce su función int<strong>el</strong>ectual, es<br />

decir, su análisis crítico, también frente a la<br />

izquierda (social, partidaria, ideológica), pero<br />

en la época actual su crítica es<br />

fundamentalmente frente al poder<br />

hegemónico: <strong>el</strong> de los señores d<strong>el</strong> dinero y<br />

quienes los representan en <strong>el</strong> campo de la<br />

política y de las ideas.<br />

Dejemos ahora a los int<strong>el</strong>ectuales progresistas<br />

y de izquierda, y vayamos a los int<strong>el</strong>ectuales<br />

reaccionarios, la derecha int<strong>el</strong>ectual.<br />

El pragmatismo int<strong>el</strong>ectual<br />

En <strong>el</strong> principio, los gigantes int<strong>el</strong>ectuales de<br />

derecha fueron progresistas. Y hablo de los<br />

grandes int<strong>el</strong>ectuales de derecha, los think<br />

tanks de la reacción, no de los enanos que<br />

fueron ingresando a sus clubes “pensantes”.<br />

Octavio Paz, exc<strong>el</strong>ente poeta y ensayista, <strong>el</strong><br />

más grande int<strong>el</strong>ectual de derecha de los<br />

últimos años en <strong>México</strong>, declaró: vengo d<strong>el</strong><br />

pensamiento llamado de izquierda. Fue algo<br />

muy importante en mi formación. No sé<br />

ahora… lo único que sé es que mi diálogo –a<br />

veces mi discusión- es con <strong>el</strong>los (los<br />

int<strong>el</strong>ectuales de izquierda). No tengo mucho<br />

207


que hablar con los otros. (Braulio Peralta. El<br />

poeta en su tierra. Diálogos con Octavio Paz<br />

Grijalbo, <strong>México</strong>, 1996, p. 45).<br />

Y casos como <strong>el</strong> de Paz se repiten en la<br />

megapantalla global.<br />

El int<strong>el</strong>ectual progresista, en tanto que<br />

comunicador de análisis críticos, se convierte<br />

en objeto y objetivo para <strong>el</strong> poder dominante.<br />

Objeto a comprar y objetivo a destruir.<br />

Multitud de recursos se ponen en juego para<br />

una y otra cosa. El int<strong>el</strong>ectual progresista<br />

“nace” en medio de este ambiente de<br />

seducción persecutoria. Algunos se resisten y<br />

defienden (casi siempre en solitario, la<br />

solidaridad intergremial no parece ser la<br />

característica d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual progresista), pero<br />

otros, tal vez fatigados, buscan entre su<br />

bagaje de ideas y sacan aqu<strong>el</strong>las que sean a<br />

la vez coartada y razón para legitimar al<br />

poder. Lo nuevo exige mucho, lo viejo ahí<br />

está, así que basta enarbolar <strong>el</strong> argumento de<br />

“lo inevitable” para que <strong>el</strong> sistema le ofrezca<br />

un cómodo sillón (a veces en forma de beca,<br />

puesto, premio, espacio) a la vera d<strong>el</strong> Príncipe<br />

ayer tan criticado.<br />

“Lo inevitable” tiene nombre hoy:<br />

globalización fragmentada, pensamiento único<br />

(es decir, la traducción en términos<br />

ideológicos y con pretensión universal de los<br />

intereses de un conjunto de fuerzas<br />

económicas, en particular las d<strong>el</strong> capital<br />

internacional: Ignacio Ramonet, Un <strong>mundo</strong> sin<br />

rumbo. Crisis de fin de siglo, Debate, Madrid),<br />

fin de la historia, omnipresencia y<br />

omnipotencia d<strong>el</strong> dinero, reemplazo de la<br />

política por la policía, <strong>el</strong> presente como único<br />

futuro posible, racionalización de la<br />

desigualdad social justificación de la<br />

sobreexplotación de seres humanos y recursos<br />

naturales, racismo, intolerancia, guerra.<br />

En una época marcad por dos nuevos<br />

paradigmas, comunicación y mercado, <strong>el</strong><br />

int<strong>el</strong>ectual de derecha (y ex de izquierda)<br />

entiende que ser “moderno” significa cumplir<br />

la consigna: ¿adaptaos o perded vuestros<br />

privilegiados lugares!<br />

Ni siquiera tiene que ser original, <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />

de derecha ya tiene la cantera de la que habrá<br />

de picar las piedras que adornen la<br />

globalización fragmentada: <strong>el</strong> pensamiento<br />

208<br />

único, la asepsia no importa mucho, <strong>el</strong><br />

pensamiento único tiene sus principales<br />

“fuentes” en <strong>el</strong> Banco Mundial, <strong>el</strong> Fondo<br />

Monetario Internacional, la Organización para<br />

<strong>el</strong> Comercio y <strong>el</strong> Desarrollo Económico, la<br />

Organización Mundial de Comercio, la<br />

Comisión Europea, <strong>el</strong> Bundesbank, <strong>el</strong> Banco<br />

de Francia que, mediante su financiamiento,<br />

enrolan al servicio de sus ideas a través de<br />

todo <strong>el</strong> planeta a numerosos centros de<br />

investigación, universidades y fundaciones, los<br />

cuales, a su vez, perfilan y difunden la buena<br />

nueva (Ignacio Ramonet, op. Cit., p. 111).<br />

Con tal abundancia de recursos, es fácil que<br />

florezcan <strong>el</strong>ites que, desde hace años, se<br />

emplean a fondo en hacer los <strong>el</strong>ogios d<strong>el</strong><br />

“pensamiento único”; que ejercen un<br />

auténtico chantaje contra toda reflexión crítica<br />

en nombre de la “modernización”, d<strong>el</strong><br />

“realismo”, de la “responsabilidad” y de la<br />

“razón”; que afirman <strong>el</strong> “carácter in<strong>el</strong>uctable”<br />

de la evolución actual de las cosas; que<br />

predican la capitulación int<strong>el</strong>ectual, y arrojan<br />

a las tinieblas de lo irracional a todos los que<br />

se niegan a aceptar que “<strong>el</strong> estado natural de<br />

la sociedad es <strong>el</strong> mercado” (ibid., p. 114).<br />

Lejos de la reflexión, d<strong>el</strong> pensamiento crítico,<br />

los int<strong>el</strong>ectuales de derecha se convierten en<br />

los pragmáticos por exc<strong>el</strong>encia, destierran la<br />

función int<strong>el</strong>ectual y se transforman en ecos,<br />

más o menos estilizados, de los spots<br />

publicitarios que inundan <strong>el</strong> megamercado de<br />

la globalización fragmentada.<br />

Refuncionalizados en la globalización<br />

fragmentada, los int<strong>el</strong>ectuales de derecha<br />

modifican su ser y adquieren nuevas<br />

“virtudes” (entre <strong>el</strong>las reaparece oximoron):<br />

una audaz cobardía y una profunda banalidad.<br />

Ambas brillan en sus “análisis” d<strong>el</strong> presente<br />

globalizado y sus contradicciones, sus<br />

revisitaciones al pasado histórico, sus<br />

clarividencias. Se pueden dar <strong>el</strong> lujo de la<br />

audaz cobardía y de la profunda banalidad,<br />

puesto que la hegemonía universal casi<br />

absoluta d<strong>el</strong> dinero los protege con torres de<br />

cristal blindado, por esto, la derecha<br />

int<strong>el</strong>ectual es particularmente sectaria y tiene,<br />

además, <strong>el</strong> respaldo de no pocos medios de<br />

comunicación y gobiernos. El ingreso a esas<br />

altas torres int<strong>el</strong>ectuales no es fácil, hay que<br />

renunciar a la imaginación crítica y autocrítica,<br />

a la int<strong>el</strong>igencia, a la argumentación a la


eflexión, y optar por la nueva teología, la<br />

teología neoliberal.<br />

Puesto que la globalización se vende como <strong>el</strong><br />

mejor de los <strong>mundo</strong>s posibles, pero carece de<br />

ejemplos concretos de sus ventajas para la<br />

humanidad, se debe recurrir a la teología y<br />

suplir con dogmas y fe neoliberales la falta de<br />

argumentos. El pap<strong>el</strong> de los teólogos<br />

neoliberales incluye <strong>el</strong> señalar y perseguir a<br />

los “herejes”, a los “mensajeros d<strong>el</strong> mal”, es<br />

decir, a los int<strong>el</strong>ectuales de izquierda. Y qué<br />

mejor forma de combatir a los críticos que<br />

acusarlos de “mesianismo”.<br />

Frente al int<strong>el</strong>ectual de izquierda, <strong>el</strong> de<br />

derecha impone la etiqueta lapidaria de<br />

“mesianismo trasnochado”. ¿Quién puede<br />

cuestionar un presente pleno de libertades,<br />

donde cualquiera puede decidir qué compra,<br />

sean artículos de primera necesidad,<br />

ideologías, propuestas políticas y conductas<br />

para toda ocasión?<br />

Pero paradoja no perdona. Si en algún lado<br />

hay mesianismo, es en la derecha int<strong>el</strong>ectual.<br />

El Gran Circo de Int<strong>el</strong>ectuales Neoliberales<br />

Químicamente Puros o Ex Marxistas<br />

Arrepentidos o la Trilateral pueden ser<br />

mesiánicos cuando prefiguran la fatalidad de<br />

un universo basado en la verdad única, <strong>el</strong><br />

mercado único y <strong>el</strong> ejército gendarme único<br />

vigilando <strong>el</strong> fogonazo de flash que acompaña<br />

la foto final de la Historia, pulsado ante los<br />

mejores paisajes de las mejores sociedades<br />

abiertas (Manu<strong>el</strong> Vázquez Montalbán, op. Cit.,<br />

p. 47).<br />

La foto final. O la escena culminante d<strong>el</strong> filme<br />

de la globalización fragmentada.<br />

Los clarividentes ciegos<br />

Parafraseando a Régis Debray (Croire, Voir,<br />

Faire, Odile Jacob, París, 1999), <strong>el</strong> problema<br />

aquí no es por qué o cómo la globalización es<br />

irremediable, sino por qué o cómo todo <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>, o casi, está de acuerdo en que es<br />

irremediable. Una posible respuesta: la<br />

tecnología d<strong>el</strong> hacer-creer […]. El poder de la<br />

información… Inf-formar: dar forma,<br />

formatear. Con-formar: dar conformidad.<br />

Trans-formar: modificar una situación (ibid.,<br />

p. 193).<br />

Con la globalización de la economía se<br />

globaliza también la cultura. Y la información.<br />

De ahí que las grandes empresas de la<br />

comunicación “tiendan” sobre <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> entero<br />

su red <strong>el</strong>ectrónica sin que nada ni nadie se los<br />

impida. Ni Ted Turner, de la CNN; ni Rupert<br />

Murdoch, de News Corporation Limited; ni Hill<br />

Gates, de Microsoft; ni Jeffrey Inc., de Fid<strong>el</strong>ity<br />

Investments,; ni Larry Rong, de China Trust<br />

and International Investment; ni Robert Allen,<br />

de ATT, al igual que George Soros o decenas<br />

de otros nuevos amos d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, han<br />

sometido jamás sus proyectos al sufragio<br />

universal (Ignacio Ramonet, op. Cit., p. 109).<br />

En la globalización fragmentada, las<br />

sociedades son fundamentalmente sociedades<br />

mediáticas. Los media son <strong>el</strong> gran espejo, no<br />

de lo que una sociedad es, sino de lo que<br />

debe aparentar ser. Plena de tautologías y<br />

evidencias, la sociedad mediática es avara en<br />

razones y argumentos. Aquí, repetir es<br />

demostrar.<br />

Y lo que se repite son las imágenes, como<br />

esas grises que ahora nos presenta la pantalla<br />

globalizada. Debray nos dice: La ecuación de<br />

la era visual es algo así como: lo visible = lo<br />

real = lo verdadero. He aquí la idolatría<br />

revistada (y sin duda redefinida) (Régis<br />

Debray, op. Cit., p. 200). Y los int<strong>el</strong>ectuales<br />

de derecha han aprendido bien la lección. Y<br />

más, es uno de los dogmas de su teología.<br />

¿Dónde se dio <strong>el</strong> salto que iguala lo visible con<br />

lo verdadero? Trucos de la pantalla<br />

globalizada.<br />

El <strong>mundo</strong> entero, mejor aún, <strong>el</strong> conocimiento<br />

entero está ahora a la mano de cualquiera con<br />

una t<strong>el</strong>evisión o una computadora portátil. Sí,<br />

pero no cualquier <strong>mundo</strong> y no cualquier<br />

conocimiento. Debray explica que <strong>el</strong> centro de<br />

gravedad de las informaciones se ha<br />

desplazado de lo escrito a lo visual, de lo<br />

diferido a lo directo, d<strong>el</strong> signo de la imagen.<br />

Las ventajas para los int<strong>el</strong>ectuales de derecha<br />

(y las desventajas para los progresistas) son<br />

obvias.<br />

Analizando <strong>el</strong> comportamiento de la<br />

información en Francia durante la Guerra d<strong>el</strong><br />

Golfo Pérsico, se dev<strong>el</strong>a <strong>el</strong> poder de los<br />

media: al inicio d<strong>el</strong> conflicto <strong>el</strong> 70% de los<br />

franceses se mostraban hostiles a la guerra, al<br />

209


final d<strong>el</strong> mismo porcentaje la apoyaba. Bajo <strong>el</strong><br />

golpeteo de los media, la opinión pública<br />

francesa se “volteó” y <strong>el</strong> Gobierno obtuvo <strong>el</strong><br />

beneplácito por su participación bélica.<br />

Estamos en la “era visual”. Así las<br />

informaciones se nos presentan en la<br />

evidencia de su inmediatez, por tanto es real<br />

lo que se nos muestra, por tanto es verdadero<br />

lo que vemos. No hay lugar para la reflexión<br />

int<strong>el</strong>ectual crítica, a lo más hay espacio para<br />

comentaristas que “completen” la lectura de la<br />

imagen. Lo visual no está hecho, en esta era,<br />

para ser visto, sino para dar “conocimiento”.<br />

El <strong>mundo</strong> ha devenido en una mera<br />

representación multimedia, que suprime al<br />

<strong>mundo</strong> exterior, capaz de ser conocida en la<br />

misma medida en que es vista. Sí, inicios d<strong>el</strong><br />

tercer milenio, siglo XXI, y la filosofía boyante<br />

en nuestro <strong>mundo</strong> “moderno” es <strong>el</strong> idealismo<br />

absoluto.<br />

Se pueden sacar ya algunas conclusiones: <strong>el</strong><br />

nuevo int<strong>el</strong>ectual de derecha tiene que<br />

desempeñar su función legitimadora en la era<br />

visual; optar por lo directo e inmediato; pasar<br />

d<strong>el</strong> signo a la imagen y de la reflexión al<br />

comentario t<strong>el</strong>evisivo. Ni siquiera tiene que<br />

esforzarse por legitimar un sistema totalitario,<br />

brutal, genocida, racista, intolerante y<br />

excluyente. El <strong>mundo</strong> que es <strong>el</strong> objeto de su<br />

“función int<strong>el</strong>ectual” es <strong>el</strong> que ofrece los<br />

media: una representación virtual. Si en <strong>el</strong><br />

hipermercado de la globalización <strong>el</strong> Estado-<br />

Nación se redefine como una empresa más,<br />

los gobernantes como gerentes de ventas y<br />

los ejércitos y policías como cuerpos de<br />

vigilancia, entonces a la derecha int<strong>el</strong>ectual le<br />

toca <strong>el</strong> área de R<strong>el</strong>aciones Públicas.<br />

En otras palabras, en la globalización, los<br />

int<strong>el</strong>ectuales de derecha son “multiusos:<br />

sepultureros d<strong>el</strong> análisis crítico y la reflexión,<br />

malabaristas con las ruedas de molino de la<br />

teología neoliberal, apuntadores de gobiernos<br />

que olvidan <strong>el</strong> scirpt, comentaristas de lo<br />

evidente, porristas de soldados y policías,<br />

jueces gnoseológicos que reparten etiquetas<br />

de “verdadero” o “falso” a conveniencia,<br />

guardaespaldas teóricos d<strong>el</strong> Príncipe, y<br />

locutores de la “nueva historia”.<br />

El futuro pasado<br />

210<br />

Quemar libros y erigir fortificaciones es tarea<br />

común de los príncipes, dice Jorge Luis<br />

Borges. Y añade que todo Príncipe quiere que<br />

la historia comience desde él. En la era de la<br />

globalización fragmentada no se queman los<br />

libros (aunque si se erigen fortificaciones, sino<br />

que se les substituye. Aun así, más que<br />

suprimir la historia previa a la globalización, <strong>el</strong><br />

Príncipe neoliberal instruye a sus int<strong>el</strong>ectuales<br />

para que la rehagan de modo que <strong>el</strong> presente<br />

sea la culminación de los tiempos.<br />

2Los maquillistas de la historia”, así tituló Luis<br />

Hernández Navarro un artículo dedicado al<br />

debate con los int<strong>el</strong>ectuales de derecha en<br />

<strong>México</strong> (Hojarasca, en La Jornada, 10 de abril,<br />

2000). Además de provocar <strong>el</strong> presente texto<br />

(escrito con <strong>el</strong> ánimo de darle seguimiento a<br />

sus planteamientos), Hernández Navarro<br />

advierte sobre una nueva ofensiva: la nueva<br />

derecha int<strong>el</strong>ectual dirige sus baterías contra<br />

figuras representativas de la int<strong>el</strong>ectualidad<br />

progresista mexicana. Rentista tardía de la<br />

bonanza planetaria d<strong>el</strong> “pensamiento único”,<br />

renegada de la identidad, heredera con<br />

escrituras de la caída d<strong>el</strong> muro de Berlín, socia<br />

y émula d<strong>el</strong> circuito cultural conservador<br />

estadounidense, esta derecha está convencida<br />

de que la crítica cultural otorga credenciales<br />

suficientes para emitir, sin argumentación,<br />

juicios sumarios a sus adversarios en <strong>el</strong><br />

terreno político (ibídem).<br />

Las razones no-ideológicas de este ataque<br />

deben buscarse en la disputa por <strong>el</strong> espacio de<br />

credibilidad. En <strong>México</strong> los int<strong>el</strong>ectuales de<br />

izquierda tienen gran influencia en la cultura y<br />

la academia. Estorban, ése es su d<strong>el</strong>ito.<br />

No, más bien ése es uno de sus d<strong>el</strong>itos. Otro<br />

es <strong>el</strong> apoyo de estos int<strong>el</strong>ectuales progresistas<br />

a la lucha zapatista por una paz justa y digna,<br />

por <strong>el</strong> reconocimiento de los derechos de los<br />

pueblos indios, y por <strong>el</strong> fin de la guerra contra<br />

los indígenas d<strong>el</strong> país. Este “pecado” no es<br />

menor. El levantamiento zapatista inaugura<br />

una nueva etapa, la de la irrupción de<br />

movimientos indígenas como actores de la<br />

oposición a la globalización neoliberal (Ivon Le<br />

Bot. “Los indígenas contra <strong>el</strong> neoliberalismo”,<br />

en La Jornada, 6 de marzo, 2000). No somos<br />

los mejores ni los únicos: ahí están los<br />

indígenas de Ecuador y de Chile, las protestas<br />

de Seattle y Washington (y las que sigan en<br />

tiempo, no en importancia). Pero somos una


de las imágenes que distorsionan la<br />

megapantalla de la globalización fragmentad<br />

y, como fenómeno social e histórico,<br />

demandamos reflexión y análisis crítico.<br />

Y la reflexión y <strong>el</strong> análisis crítico no están en<br />

<strong>el</strong> “arsenal” de la derecha int<strong>el</strong>ectual. ¿Cómo<br />

cantar las glorias d<strong>el</strong> nuevo orden mundial (y<br />

su imposición en <strong>México</strong>) si un grupo de<br />

indígenas “premodernos” no sólo desafiaban<br />

al poder, sino que lograban la simpatía de una<br />

importante franja de int<strong>el</strong>ectuales? En<br />

consecuencia <strong>el</strong> Príncipe dictó sus órdenes:<br />

atacad a unos y a otros, yo pongo al ejército y<br />

los medios de comunicación, ustedes pongan<br />

las ideas. Así que la nueva derecha int<strong>el</strong>ectual<br />

dedicó burlas y calumnias a su par de<br />

izquierda. A los indígenas reb<strong>el</strong>des zapatistas<br />

nos dedicó… una nueva historia.<br />

Y, en tanto que <strong>el</strong> zapatista tuvo impacto<br />

internacional, la derecha int<strong>el</strong>ectual en varias<br />

partes d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (no sólo en <strong>México</strong>) se<br />

dedicó a esta tarea. Los int<strong>el</strong>ectuales de<br />

derecha no sólo maquillan la historia, la<br />

rehacen, la reescriben a conveniencia d<strong>el</strong><br />

Príncipe y a modo con su función int<strong>el</strong>ectual.<br />

Pero volvamos a <strong>México</strong>. A lo largo de este<br />

siglo los int<strong>el</strong>ectuales en <strong>México</strong> han<br />

desempeñado funciones diversas: cortesanos<br />

de lujo d<strong>el</strong> poder en turno, decoración estatal,<br />

voces disidentes (a las que se llama, para<br />

institucionalizarlas, “Conciencias Críticas”),<br />

intérpretes privilegiados de la historia y de la<br />

sociedad, espectáculos en sí mismos (Carlos<br />

Monsiváis, “Int<strong>el</strong>ectuales mexicanos de fin de<br />

siglo”, Viento d<strong>el</strong> sur 8, 1996, p. 43).<br />

El último gran int<strong>el</strong>ectual de derecha en<br />

<strong>México</strong>, Octavio Paz, cumplió a cabalidad la<br />

labor encomendada por <strong>el</strong> Príncipe, no<br />

escatimó palabras para desprestigiar a los<br />

zapatistas y a quienes mostraron simpatía por<br />

su causa (ojo: no por su forma de lucha). Una<br />

de las mejores muestras d<strong>el</strong> Paz al servicio d<strong>el</strong><br />

Príncipe está en sus escritos y declaraciones<br />

en los inicios de 1994. Ahí Octavio Paz definía,<br />

no al EZLN, sino los argumentos sobre los que<br />

deberían ahondar sus “soldados”<br />

int<strong>el</strong>ectuales: maoísmo, mesianismo,<br />

fundamentalismo, y progresistas, Paz no<br />

escatimó acusaciones: <strong>el</strong>los eran responsables<br />

d<strong>el</strong> “clima de violencia” que marcó <strong>el</strong> año de<br />

1994 (y todos los años d<strong>el</strong> <strong>México</strong> moderno,<br />

pero la derecha int<strong>el</strong>ectual nunca ha brillado<br />

por su memoria histórica), en concreto, d<strong>el</strong><br />

asesinato d<strong>el</strong> candidato oficial a la presidencia<br />

de la República, Colosio. Años después, antes<br />

de morir, Paz rectificaría y señalaría que <strong>el</strong><br />

sistema estaba en crisis y que, aun sin <strong>el</strong><br />

alzamiento zapatista, esos hechos ocurrirían<br />

de todas formas (véase: Braulio Peralta, op.<br />

Cit.).<br />

Ninguno de los actuales herederos de Paz<br />

tiene su estatura, aunque no les faltan<br />

ambiciones para ocupar su lugar. No como<br />

int<strong>el</strong>ectual, pues les falta int<strong>el</strong>igencia y brillo,<br />

sino por <strong>el</strong> lugar privilegiad que ocupó al lado<br />

d<strong>el</strong> Príncipe. Sin embargo, su lucha hacen. Y<br />

siguen en su empeño de confeccionarle al<br />

zapatismo una historia que les sea cómoda,<br />

no sólo para atacarlo, sino, sobre todo, para<br />

<strong>el</strong>udir <strong>el</strong> análisis crítico y la reflexión serios y<br />

responsables.<br />

Pero no sólo la historia d<strong>el</strong> zapatismo y de los<br />

pueblos indios reescriben los int<strong>el</strong>ectuales de<br />

derecha. La historia entera de <strong>México</strong> se está<br />

rehaciendo para demostrar que estamos, ya,<br />

en le mejor de los <strong>México</strong>s posibles. Así que<br />

los enanos de la derecha int<strong>el</strong>ectual revisita <strong>el</strong><br />

pasado y nos venden una nueva imagen de<br />

Porfirio Díaz, de Santa Anna, de Calleja, de<br />

Cárdenas.<br />

Y este afán de remod<strong>el</strong>ar la historia no es<br />

exclusivo de <strong>México</strong>. En la pantalla de la<br />

globalización ya se nos oferta una nueva<br />

versión en donde <strong>el</strong> Holocausto nazi en contra<br />

de los judíos fue una especie de Disneylandia<br />

s<strong>el</strong>ectiva. Adolfo Hitler es una especie de<br />

alegre Mickey Mouse ario y, más acá en <strong>el</strong><br />

tiempo, las guerras d<strong>el</strong> Golfo Pérsico y de<br />

Kosovo fueron “humanitarias”. En <strong>el</strong> futuro<br />

pasado que nos prepara la derecha<br />

int<strong>el</strong>ectual, la globalización es <strong>el</strong> deux ex<br />

machina que trabaja sobre <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> para<br />

preparar su propio advenimiento.<br />

Pero, esas imágenes grises que nos presenta<br />

ahora la mega pantalla de la globalización,<br />

¿qué llegada anuncian?<br />

El liberal fascista<br />

Yo digo que esta p<strong>el</strong>ícula ya la vimos antes, y<br />

si no la recordamos es porque la historia no es<br />

un artículo atractivo en <strong>el</strong> mercado<br />

211


globalizado. Esos grises pueden significar<br />

algo: la reaparición d<strong>el</strong> fascismo.<br />

¿Paranoia? Humberto Eco, en un texto<br />

llamado “El fascismo eterno” (op. Cit.), da<br />

algunas claves para entender que <strong>el</strong> fascismo<br />

sigue latente en la sociedad moderna, y que,<br />

aunque parece poco probable que se repitan<br />

los campos de exterminio nazis, en uno y otro<br />

lado d<strong>el</strong> planeta acecha lo que él llama <strong>el</strong> “Ur<br />

Fascismo”. Luego de advertirnos que <strong>el</strong><br />

fascismo era un totalitarismo fuzzy, es decir,<br />

disperso, difuso en <strong>el</strong> todo social, propone<br />

algunas de sus características: rechazo al<br />

avance d<strong>el</strong> saber, irracionalismo, la cultura es<br />

sospechosa de fomentar actividades críticas,<br />

<strong>el</strong> desacuerdo con lo hegemónico es una<br />

traición, miedo a la diferencia y racismo,<br />

surge de la frustración individual o social,<br />

xenofobia, los enemigos son simultáneamente<br />

demasiado fuerte y demasiado débiles, la vida<br />

es una guerra permanente, <strong>el</strong>itismo<br />

aristocrático, sacrificio individual para <strong>el</strong><br />

beneficio de la causa, machismo, populismo<br />

cualitativo difundido por t<strong>el</strong>evisión, “neo<br />

lengua” (de léxico pobre y sintaxis <strong>el</strong>emental).<br />

Todas estas características pueden ser<br />

encontradas en los valores que defienden y<br />

difunden los media y los int<strong>el</strong>ectuales de<br />

derecha en la era visual, en la era de la<br />

globalización fragmentada. Acaso, hoy casi<br />

como ayer, ¿no se está utilizando <strong>el</strong> cansancio<br />

democrático, la náusea ante la nada, <strong>el</strong><br />

desconcierto ante <strong>el</strong> desorden como aval de<br />

una nueva situación histórica de excepción<br />

que requiere un nuevo autoritarismo<br />

persuasivo, unificador de la ciudadanía en<br />

clientes y consumidores de un sistema un<br />

mercado, una represión centralizada? (M.<br />

Vázquez Montalbán, op. Cit., p. 76).<br />

Mire usted la mega pantalla, todos esos grises<br />

son la respuesta al desorden, es lo que<br />

necesita para enfrentar a quienes se niegan o<br />

disfrutan <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> virtual de la globalización y<br />

se resisten. Y, sin embargo, parece que <strong>el</strong><br />

número de inconformes crece. Uno de los<br />

enanos mexicanos que aspiran a ocupar la<br />

silla vacía de Octavio Paz, constataba,<br />

aterrado, que en una encuesta en <strong>México</strong> d<strong>el</strong><br />

Instituto de investigaciones Sociales de la<br />

UNAM, en 1994, <strong>el</strong> 29% de los entrevistados<br />

respondía que las leyes no deben obedecerse<br />

si son injustas. En noviembre de 1999, en la<br />

212<br />

revista Educación 2001, era <strong>el</strong> 49% <strong>el</strong> que a la<br />

pregunta ¿Puede <strong>el</strong> pueblo desobedecer las<br />

leyes si le parece que son injustas?”,<br />

respondió “si”. Después de reconocer que es<br />

necesario resolver problemas de crecimiento<br />

económico, educación, empleo y salud,<br />

señalaba: todas esas cosas sólo pueden<br />

alcanzarse si la sociedad está parada en un<br />

piso más básico que es de la seguridad<br />

pública y <strong>el</strong> cumplimiento de la ley. Ese piso<br />

está lleno de agujeros en <strong>México</strong> y tiende a<br />

empeorar (Héctor Aguilar Camín, “Leyes y<br />

crímenes”, en Esquina, Proceso 1225, 23 de<br />

abril, 2000). El razonamiento es sintomático:<br />

a falta de legitimidad y consenso, policías.<br />

El clamor de la derecha int<strong>el</strong>ectual<br />

demandando “orden y legalidad” no es<br />

exclusivo de <strong>México</strong>. En Francia, <strong>el</strong> fascista Le<br />

Pen Está dispuesta a responder al llamado. En<br />

Austria, <strong>el</strong> neonazi Heider ya está listo, lo<br />

mismo que <strong>el</strong> franquista Aznar en <strong>el</strong> Estado<br />

Español. En Italia, Berlusconi (alias d<strong>el</strong> “Duce<br />

Multimedia”) y Gianfranco Fini se arreglan<br />

para <strong>el</strong> momento.<br />

¿Europa asomada de nuevo al balcón d<strong>el</strong><br />

fascismo? Suena duro… y lejano. Pero ahí<br />

están las imágenes de la mega pantalla. Esos<br />

skin heads que asoman sus garrotes en<br />

aqu<strong>el</strong>la esquina, ¿están en Alemania, en<br />

Inglaterra, en Holanda? “Son grupos<br />

minoritarios y bajo control”, nos tranquiliza <strong>el</strong><br />

audio de la mega pantalla. Pero parece que <strong>el</strong><br />

fascismo renovado no siempre trae la cabeza<br />

rapada ni se adorna <strong>el</strong> cuerpo con suásticas<br />

tatuadas, y aun así no deja de ser una<br />

siniestra derecha.<br />

Si digo “siniestra derecha” le parecerá a usted<br />

que juego con las palabras y sólo recurro de<br />

nuevo a oximoron, pero trato de llamar su<br />

atención sobre algo. Después de la caída d<strong>el</strong><br />

muro de Berlín, <strong>el</strong> especto político europeo, en<br />

su mayoría, corrió atrop<strong>el</strong>ladamente hacia <strong>el</strong><br />

centro. Esto es evidente en la izquierda<br />

europea tradicional, pero también ocurrió con<br />

los partidos derechistas (veánse: Emiliano<br />

Fruta, “La nueva derecha europea”, y Hernán<br />

R. Moheno, “Más allá de la vieja izquierda y la<br />

nueva derecha”, en Urb¡ et Orbi, itam, abril,<br />

2000). Con una careta moderna, la derecha<br />

fascista empieza a conquistar espacios que ya<br />

rebasan con mucho los de las notas policíacas<br />

en los media. Ha sido posible porque se han


esforzado en construirse una nueva imagen,<br />

alejada d<strong>el</strong> pasado violento y autoritario.<br />

También porque se han apropiado de la<br />

teología neoliberal con una facilidad<br />

asombrosa (por algo será), y porque en sus<br />

campañas <strong>el</strong>ectorales han insistido mucho en<br />

los temas de seguridad pública y empleo<br />

(alertando contra la “amenaza” de los<br />

inmigrantes). ¿Alguna diferencia con las<br />

propuestas de la social democracia o de la<br />

izquierda tradicional?<br />

Detrás de la “tercera vía” europea acecha <strong>el</strong><br />

fascismo, y también de la izquierda que no se<br />

define (en teoría y práctica) contra <strong>el</strong><br />

neoliberalismo. En veces, la derecha se puede<br />

vestir con andrajos de izquierda. En <strong>México</strong>,<br />

en <strong>el</strong> reciente debate t<strong>el</strong>evisivo entre los 6<br />

candidatos a la presidencia de la República, <strong>el</strong><br />

candidato que obtuvo <strong>el</strong> beneplácito de la<br />

derecha int<strong>el</strong>ectual fue Gilberto Rincón<br />

Gallardo, d<strong>el</strong> Partido Democracia Social, de<br />

izquierda aparente. Acaso la t<strong>el</strong>evisión no<br />

mostró que algunos de los militantes y<br />

candidatos d<strong>el</strong> PDS en Chiapas son cabezas de<br />

varios grupos paramilitares, responsables,<br />

entre otras cosas, de la masacre de Acteal.<br />

Que la derecha fascista y la nueva derecha<br />

int<strong>el</strong>ectual estén listas para mostrarle sus<br />

“habilidades” a los señores d<strong>el</strong> dinero no<br />

sorprende. Lo que desconcierta es que,<br />

algunas veces, son la socialdemocracia o la<br />

izquierda institucional quienes les preparan <strong>el</strong><br />

camino.<br />

Si en <strong>el</strong> Estado Español, F<strong>el</strong>ipe González (ese<br />

político tan aplaudido por la derecha<br />

int<strong>el</strong>ectual) trabajó para <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong><br />

derechista Partido Popular de José María<br />

Aznar, en Italia, la autopista por la que la<br />

derecha se dirige al poder se llama Máximo<br />

Dálema. Antes de renunciar, Dálema hizo todo<br />

lo necesario para hacer naufragar a la<br />

izquierda. Dálema y los suyos financiaron con<br />

<strong>el</strong> dinero de todos la educación r<strong>el</strong>igiosa y<br />

prepararon la privatización de la [educación]<br />

pública, participaron plenamente en la<br />

aventura de la OTAN contra Yugoslavia y en la<br />

ocupación virtual de Albania, privatizaron lo<br />

que pudieron, atentaron contra los jubilados,<br />

reprimieron a los inmigrantes, se sometieron<br />

a Washington, “reflotaron” a los corruptos y al<br />

mismo Bettino Craxi, por cuya residencia en <strong>el</strong><br />

exilio, como prófugo de la justicia, desfilaron<br />

para pedirle ayuda, hicieron una ley sobre los<br />

carabineros dictada por <strong>el</strong> comando golpista<br />

de los mismos… (Guillermo Almeyra. “La<br />

izquierda de la derecha”, en La Jornada, 23 de<br />

abril, 2000). ¿Resultado? Buena parte d<strong>el</strong><br />

<strong>el</strong>ectorado de izquierda se abstuvo de votar.<br />

En la complicada geometría política europea,<br />

la llamada “tercera vía” no sólo ha resultado<br />

letal para la izquierda, también ha sido la<br />

rama de despegue d<strong>el</strong> neofascismo.<br />

Tal vez estoy exagerando, pero la memoria es<br />

una facultad extraña, cuando más agudo y<br />

más aislado es <strong>el</strong> estímulo que recibe la<br />

memoria, más se recuerda; cuanto más<br />

abarcador, se recuerda con menor intensidad<br />

(John Berger, op. Cit., p.234), y sospecho que<br />

ese alud de imágenes grises en la pantalla es<br />

para que recordemos con menor intensidad,<br />

con pereza, con ganas de olvidar.<br />

Y si los libros no miente, fue <strong>el</strong> fascismo<br />

italiano <strong>el</strong> que resultó atractivo para muchos<br />

líderes liberales europeos porque<br />

consideraban que estaba llevando a cabo<br />

interesantes reformas sociales, y podría ser<br />

una alternativa a la “amenaza comunista”<br />

(véase: U. Eco, op. Cit.)<br />

En agosto de 1997, Fausto Bertonitti<br />

(Secretario d<strong>el</strong> italiano Partido Refundación<br />

comunista) escribía en una carta al EZLN: Se<br />

ha abierto, en Europa, una verdadera crisis de<br />

civilización. Se podrían, desgraciadamente,<br />

narrar cientos y miles de episodios de<br />

barbarie cotidiana, de violencia gratuita, de<br />

agresión a las personas, al cuerpo, de tráfico<br />

de personas, de cuerpos, de órganos, sin<br />

ningún sentido. Y encima de todo una gruesa<br />

capa de indiferencia, como si la vida hubiera<br />

perdido <strong>el</strong> sentido. Le podría contar de cosas<br />

que ocurren en la periferia urbana, realidad y<br />

metáfora de la tragedia humana en la que se<br />

ha convertido este nuevo ciclo d<strong>el</strong> desarrollo<br />

capitalista.<br />

Frente a esta vida sin sentido, <strong>el</strong> liberal<br />

fascista ofrece su cara amable y argumenta,<br />

haciendo hincapié en sus bondades, <strong>el</strong> recurso<br />

de la violencia legalizada, institucional.<br />

El horizonte anuncia tormenta, y la derecha<br />

int<strong>el</strong>ectual nos trata de tranquilizar<br />

213


presentándola como un chubasco sin<br />

importancia. Todo sea por asegurar <strong>el</strong> pan, la<br />

sal… y <strong>el</strong> lugar junto al Príncipe. ¡Protejedlo!<br />

No importa que su camisa sea gris y en su<br />

cálido seno se cultive <strong>el</strong> huevo de la serpiente.<br />

“El huevo de la serpiente”. Si mal no<br />

recuerdo, es <strong>el</strong> título de una p<strong>el</strong>ícula de<br />

Bergman que describía <strong>el</strong> ambiente en que se<br />

gestó <strong>el</strong> fascismo. ¿Y qué hacemos?<br />

¿Seguimos sentados hasta que termine la<br />

p<strong>el</strong>ícula? ¿Sí? ¿No? ¡Un momento! ¡Vea usted<br />

hacia los otros espectadores! ¡Muchos se han<br />

levantado de sus asientos y hacen corrillos!<br />

¡Los murmullos crecen! ¡Algunos lanzan<br />

objetos contra la pantalla y abuchean! ¡Y mire<br />

esos otros! ¡En lugar de dirigirse a la pantalla<br />

van hacia arriba! ¡Como que buscan al que<br />

proyecta la p<strong>el</strong>ícula! ¡Parece que lo<br />

encontraron porque señalan insistentemente<br />

hacia un rincón allá arriba! ¿Quiénes son esas<br />

personas que con qué derecho interrumpen la<br />

proyección? Uno de <strong>el</strong>los levanta la pancarta<br />

que reza: Tomemos entonces, nosotros,<br />

ciudadanos comunes, la palabra y la iniciativa.<br />

Con la misma vehemencia y la misma fuerza<br />

con que reivindicamos nuestros derechos,<br />

reivindiquemos también <strong>el</strong> deber de nuestros<br />

deberes (José Saramago, Discursos de<br />

Estocolmo, Alfaguara). ¿El deber de nuestros<br />

deberes? ¡Que alguien explique porque no<br />

entendemos nada! ¡Silencio! Alguien toma la<br />

palabra…<br />

La escéptica esperanza<br />

Los int<strong>el</strong>ectuales progresistas. Los de la<br />

escéptica esperanza. El sociólogo francés Alain<br />

Touraine propone una clasificación de <strong>el</strong>los<br />

(¿Comment Surtir du Libéralisme?, Fayard,<br />

París, 1999): la más clásica la d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />

denunciador, donde toda la atención se<br />

concentra sobre la crítica al sistema<br />

dominante; <strong>el</strong> segundo tipo de int<strong>el</strong>ectuales se<br />

identifican con tal lucha o tal fuerza de<br />

oposición y se convierten en sus int<strong>el</strong>ectuales<br />

orgánicos; la tercera cree en la existencia, la<br />

conciencia y la eficacia de los actores, al<br />

mismo tiempo que conocen sus límites; la<br />

cuarta son los utopistas, se identifican con las<br />

nuevas tendencia culturales, de la sociedad o<br />

de la existencia personal. Todos <strong>el</strong>los (y <strong>el</strong>las,<br />

porque ser int<strong>el</strong>ectual no es privilegio<br />

masculino) empeñan sus esfuerzos en<br />

entender, críticamente, la sociedad, su<br />

214<br />

historia y su presente, y tratan de<br />

desentrañar la incógnita de su futuro.<br />

Nada fácil la tienen los pensadores<br />

progresistas. En su función int<strong>el</strong>ectual se han<br />

dado cuenta de qué va todo y, nobleza obliga,<br />

deben dev<strong>el</strong>arlo, exhibirlo, denunciarlo,<br />

comunicarlo. Pero para hacerlo deben<br />

enfrentarse a la teología neoliberal de la<br />

derecha int<strong>el</strong>ectual, y detrás de ésta están los<br />

media, los bancos, las grandes corporaciones,<br />

los Estados (o lo que queda de <strong>el</strong>los), los<br />

gobiernos, los ejércitos, las policías.<br />

Y deben hacerlo, además, en la era visual.<br />

Aquí están en franca desventaja, pues hay<br />

que tener en cuenta las grandes dificultades<br />

que implica enfrentarse al poder de la imagen<br />

con <strong>el</strong> único recurso de la palabra. Pero su<br />

escepticismo frente a lo evidente les ha<br />

permitido ya descubrir la trampa. Y con <strong>el</strong><br />

mismo escepticismo arman sus análisis<br />

críticos para desmontar, conceptualmente, la<br />

máquina de las b<strong>el</strong>lezas virtuales y las<br />

miserias reales ¿Hay esperanza?<br />

Hacer de la palabra bisturí y megáfono es ya<br />

un desafío descomunal. Y no sólo porque en<br />

esta época la reina es la imagen. También<br />

porque <strong>el</strong> despotismo de la era visual<br />

arrincona a la palabra en los burd<strong>el</strong>es y en las<br />

tiendas de trucos y bromas. Aun así, sólo<br />

podemos confesar nuestra confusión y nuestra<br />

impotencia, nuestra ira y nuestras opiniones,<br />

con palabras. Con palabras nombramos aun<br />

nuestras pérdidas y nuestra resistencia<br />

porque no tenemos otro recurso, porque los<br />

hombres están indefectiblemente abiertos a la<br />

palabra y porque poco a poco son <strong>el</strong>las las<br />

que moldean nuestro juicio. Nuestro juicio,<br />

temido a menudo por quienes detentan <strong>el</strong><br />

poder, se molea lentamente, como <strong>el</strong> cauce de<br />

un río, por medio de corrientes de palabras.<br />

Pero las palabras sólo producen corrientes<br />

cuando resultan profundamente creíbles (John<br />

Berger, op, cit., p. 255).<br />

Credibilidad. Algo de lo que carece la derecha<br />

int<strong>el</strong>ectual y que, afortunadamente, abunda<br />

entre los int<strong>el</strong>ectuales progresistas. Sus<br />

palabras han producido, y producen, en<br />

muchos la sorpresa primero, la inquietud<br />

después. Para que esa inquietud no sea<br />

aplastada por <strong>el</strong> conformismo que receta la


era visual, hacen falta más cosas que escapan<br />

al ámbito d<strong>el</strong> quehacer int<strong>el</strong>ectual.<br />

Pero aun cuando la palabra se ha hecho<br />

raudal, la función int<strong>el</strong>ectual no termina. Los<br />

movimientos sociales de resistencia o de<br />

protesta frente al poder (en este caso frente a<br />

la globalización y <strong>el</strong> neoliberalismo) todavía<br />

deben recorrer un largo camino, no digamos<br />

ya para conseguir sus fines, sino para<br />

consolidarse como alternativa organizativa<br />

para otros. Finalmente, hay que reconocer la<br />

responsabilidad particular de los int<strong>el</strong>ectuales.<br />

Depende de <strong>el</strong>los, más que de cualquier otra<br />

categoría, que la protesta se desgaste en<br />

denuncia sin perspectiva o, por <strong>el</strong> contrario,<br />

que <strong>el</strong>la conduzca a la formación de nuevos<br />

actos sociales e, indirectamente, a nuevas<br />

políticas económicas y sociales (Alan<br />

Touraine, op. Cit., p. 15).<br />

El int<strong>el</strong>ectual progresista está debatiéndose<br />

continuamente entre Narciso y Prometeo. En<br />

veces la imagen en <strong>el</strong> espejo lo atrapa y<br />

empieza su inexorable camino de<br />

transmutación en un empleado más d<strong>el</strong><br />

megamercado neoliberal. Pero en veces<br />

rompe <strong>el</strong> espejo y descubre no sólo la realidad<br />

que está detrás d<strong>el</strong> reflejo, también a otros<br />

que no son como él pero que, como él, han<br />

roto sus respectivos espejos.<br />

La transformación de una realidad no es tarea<br />

de un solo actor, por más fuerte, int<strong>el</strong>igente,<br />

creativo y visionario que sea. Ni solos los<br />

actores políticos y sociales, ni solos los<br />

int<strong>el</strong>ectuales pueden llevar a buen término esa<br />

transformación. Es un trabajo colectivo, y no<br />

sólo en <strong>el</strong> accionar, también en los análisis de<br />

esa realidad, y en las decisiones sobre los<br />

rumbos y énfasis d<strong>el</strong> movimiento de<br />

transformación.<br />

Cuentan que Migu<strong>el</strong> Áng<strong>el</strong> Bounarroti realizó<br />

su “David” con serias limitaciones materiales.<br />

El pedazo de mármol sobre <strong>el</strong> que trabajó<br />

Migu<strong>el</strong> Áng<strong>el</strong> era uno que ya había sido<br />

empezado a trabajar por alguien más y tenía<br />

ya perforaciones, <strong>el</strong> talento d<strong>el</strong> escultor<br />

consistió en hacer una figura que se ajustara<br />

a esos límites infranqueables y tan<br />

restringidos, de ahí la postura, la inclinación,<br />

de la pieza final (Pablo Fernández Christlieb,<br />

la afectividad colectiva, Taurus, 2000, pp.<br />

164-165).<br />

De la misma forma, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> que queremos<br />

transformar ya ha sido trabajado antes por la<br />

historia y tiene muchas horadaciones.<br />

Debemos encontrar <strong>el</strong> talento necesario para,<br />

con esos límites, transformarlo y hacer una<br />

figura simple y sencilla: un <strong>mundo</strong> nuevo.<br />

Vale de nuez. Salud y no olvidéis que la idea<br />

es también un cinc<strong>el</strong>.<br />

P.D. ¿Alguien tiene un martillo a la mano?<br />

CAPÍTULO 1<br />

PARA COMPRENDER LA GLOBALIZACIÓN<br />

La globalización, dicho llanamente, designa la<br />

escala ampliada, la magnitud creciente, la<br />

ac<strong>el</strong>eración y la profundización d<strong>el</strong> impacto de<br />

los flujos y patrones transcontinentales de<br />

interacción social. La globalización remite a un<br />

cambio o transformación en la escala de la<br />

organización humana que enlaza comunidades<br />

distantes y expande <strong>el</strong> alcance de las<br />

r<strong>el</strong>aciones de poder a través de regiones y<br />

continentes de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Pero no<br />

debemos pensar que la globalización prefigura<br />

<strong>el</strong> surgimiento de una sociedad mundial<br />

armoniosa o que es un proceso universal de<br />

integración global en <strong>el</strong> que se da una<br />

creciente convergencia de culturas y<br />

civilizaciones. Pues ocurre no sólo que la<br />

conciencia de una interconexión creciente crea<br />

nuevas animosidades y conflictos, sino que<br />

puede también alimentar políticas<br />

reaccionarias y una xenofobia de raíces<br />

profundas. Dado que una proporción<br />

sustancial de la población mundial está<br />

ampliamente excluida de los beneficios de la<br />

globalización, ésta resulta ser un proceso<br />

profundamente divisivo y, en consecuencia,<br />

vigorosamente disputado. La irregularidad de<br />

la globalización impide que sea un proceso<br />

universal que se experimenta de forma<br />

uniforme en todo <strong>el</strong> planeta.<br />

Aunque <strong>el</strong> térmico “globalización” ha adquirido<br />

la condición de cliché popular, <strong>el</strong> concepto en<br />

sí mismo no es nuevo. Sus orígenes se<br />

remontan al trabajo de muchos int<strong>el</strong>ectuales<br />

d<strong>el</strong> siglo XIX y principios d<strong>el</strong> XX, desde Kart<br />

Marx y socíólogos como Saint-Simon hasta<br />

especialistas en geopolítica como MacKinder,<br />

los cuales reconocieron que la modernidad<br />

estaba integrando al <strong>mundo</strong>. Pero no fue<br />

hasta la década de 1960 y principios de los<br />

215


setenta cuando <strong>el</strong> término “globalización”<br />

alcanzó una difusión no sólo académica sino<br />

más amplia. Esta “edad de oro” de la<br />

interdependencia política y económica en<br />

rápido crecimiento entre los Estados de<br />

Occidente ponía de manifiesto las deficiencias<br />

d<strong>el</strong> pensamiento ortodoxo sobre política,<br />

economía y cultura que presumía una estricta<br />

separación entre asuntos internos y externos,<br />

entre las esferas doméstica e internacional, y<br />

entre <strong>el</strong> ámbito local y <strong>el</strong> global. En un <strong>mundo</strong><br />

más interdependiente, los sucesos en <strong>el</strong><br />

extranjero tenían impacto inmediato a casa, al<br />

tiempo que los desarrollos domésticos<br />

repercutían en <strong>el</strong> exterior. A partir d<strong>el</strong> colapso<br />

d<strong>el</strong> socialismo de Estado y la consolidación d<strong>el</strong><br />

capitalismo a escala mundial, la conciencia<br />

pública de la globalización se acentuó<br />

espectacularmente en los años noventa.<br />

Coincidiendo con la revolución de la<br />

información, esta sucesión de acontecimientos<br />

parecía confirmar la creencia de que <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

se convertía a gran v<strong>el</strong>ocidad en un espacio<br />

social y económico compartido, al menos para<br />

sus habitantes más opulentos. Sin embargo,<br />

la idea de la globalización es fuente de<br />

enorme controversi: no sólo en la calle sino<br />

también en los círculos académicos. Dicho<br />

brevemente, se ha abierto <strong>el</strong> gran debate<br />

sobre la globalización.<br />

No ha existido ninguna interpretación concreta<br />

de la globalización que haya alcanzado la<br />

condición de ortodoxia en los círculos<br />

académicos. Al contrario, hay teorías<br />

contrapuestas que pugnan por la supremacía.<br />

Tampoco las tradiciones políticas existentes<br />

d<strong>el</strong> conservadurismo, <strong>el</strong> liberalismo y <strong>el</strong><br />

socialismo ofrecen interpretaciones<br />

coherentes de la era de la globalización, ni<br />

adecuadas respuestas a <strong>el</strong>la. Si bien algunos<br />

conservadores y socialistas hacen causa<br />

común en desestimar la trascendencia de la<br />

globalización, muchos de sus colegas la<br />

consideran una gran amenaza para los valores<br />

y las tradiciones que les son caros. En verdad,<br />

la misma idea de la globalización parece<br />

trastocar los paradigmas y las ortodoxias<br />

políticas establecidas, creando nuevos<br />

alineamientos políticos.<br />

A través de toda esta complejidad, es sin<br />

embargo factible identificar una amalgama de<br />

argumentos en torno a la emergente fisura<br />

que se abre entre los que consideran que la<br />

216<br />

globalización contemporánea es un proceso<br />

real y profundamente transformador –los<br />

globalistas- y los que consideran que este<br />

diagnóstico es enormemente exagerado y nos<br />

impide hacer frente a las verdaderas fuerzas<br />

que están mod<strong>el</strong>ando las sociedades y<br />

configurando las opciones políticas de hoy –<br />

los escépticos-. Por supuesto, éste es un<br />

dualismo bastante b urdo pues pretende<br />

extraer dos interpretaciones contrapuesta de<br />

entre los diversos argumentos y opiniones.<br />

Pero, tal como se utilizan aquí, las etiquetas –<br />

globalistas y escépticos- son construcciones<br />

de tipos ideales. Los tipos ideales son<br />

herramientas heurísticas que ordenan un<br />

campo de investigación e identifican las<br />

principales áreas de consenso así como la<br />

disputa. Ayudan a poner en claro las líneas<br />

maestras de argumentación y, de este modo,<br />

a establecer los puntos fundamentales de<br />

desacuerdo. Los tipos ideales abren una vía de<br />

acceso en la m<strong>el</strong>é de voces, voces que<br />

prenden en la bibliografía sobre globalización<br />

pero que por definición no corresponden a<br />

ninguna obra, autor o posición ideológica en<br />

particular. En esencia, son puntos de partida,<br />

más que puntos de llegada, para comprender<br />

<strong>el</strong> gran debate sobre la globalización.<br />

EL MITO DE LA GLOBALIZACIÓN<br />

Para los escépticos, <strong>el</strong> concepto mismo de la<br />

globalización es bastante insatisfactorio. ¿Qué<br />

hay de “global” – se preguntan – en la<br />

globalización (Hirst, 1997)? Si lo global no<br />

puede interpretarse literalmente, como un<br />

fenómeno universal, entonces <strong>el</strong> concepto de<br />

la globalización parece no ser apenas más que<br />

un sinónimo de occidentalización o<br />

americanización.<br />

Al analizar <strong>el</strong> concepto de globalización, los<br />

escépticos pretenden por lo general establecer<br />

una prueba empírica concluyente de la tesis<br />

de la globalización. Esto supone evaluar las<br />

tendencias contemporáneas en comparación<br />

con lo que diversos historiadores económicos<br />

han considera que fue la b<strong>el</strong>le époque de la<br />

interdependencia internacional, a saber, <strong>el</strong><br />

período que va de 1890 a 1914 (Gordon,<br />

1988; Jones, 1995; Hirst, 1997). Estos<br />

análisis rev<strong>el</strong>an que, más que globalización,<br />

las tendencias presentes reflejan un proceso<br />

de “internacionalización” –es decir, crecientes<br />

vínculos entre economías y sociedades


nacionales esencialmente distintas- y de<br />

“regionalización o triadización”, esto es,<br />

agrupamiento geográfico de intercambios<br />

económicos y sociales transfronterizos<br />

(Ruigrok y Tulder, 1995; G. Thompson,<br />

1998ª; Weiss, 1998; Hirst y Thompson, 1999;<br />

Rugían, 2001). Algunos estudios dan un paso<br />

más y argumentan que, en comparación con<br />

la b<strong>el</strong>le époque, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> ha “implosionado”<br />

económica, política y culturalmente conforme<br />

los imperios globales han dado paso a los<br />

Estados-nación, mientras que la mayoría de la<br />

población mundial queda excluida de los<br />

beneficios d<strong>el</strong> desarrollo económico (Hoogv<strong>el</strong>t,<br />

2001). Es éste un argumento a favor de la<br />

primacía continuada d<strong>el</strong> territorio, de las<br />

fronteras, d<strong>el</strong> lugar y de los gobiernos<br />

nacionales de cara a la distribución y<br />

localización d<strong>el</strong> poder, la producción y la<br />

riqueza en <strong>el</strong> orden mundial <strong>contemporáneo</strong>.<br />

Hay una clara dislocación entre <strong>el</strong> discurso<br />

generalizado sobre la globalización y un<br />

<strong>mundo</strong> en <strong>el</strong> que, en su mayor parte, las<br />

rutinas de la vida cotidiana están dominadas<br />

por las circunstancias nacionales y locales.<br />

En lugar de facilitar nuestra comprensión de<br />

las fuerzs que mod<strong>el</strong>an <strong>el</strong> orden mundial<br />

<strong>contemporáneo</strong>, la idea de la globalización –<br />

sostienen muchos escépticos – cumple una<br />

función harto diferente. En esencia, <strong>el</strong><br />

discurso de la globalización contribuye a<br />

justificar y legitimar <strong>el</strong> proyecto global<br />

neoliberal, esto es, la creación de un mercado<br />

libre global y la consolidación d<strong>el</strong> capitalismo<br />

anglo-americano en las principales regiones<br />

económicas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (Callinicos y otros,<br />

1994; Gordon, 1988; Hirst, 1997; Hoogv<strong>el</strong>t,<br />

1997). En este sentido, la ideología de la<br />

globalización funciona como un “mito<br />

necesario”, a través d<strong>el</strong> cual los políticos y los<br />

gobiernos disciplinan a sus ciudadanos para<br />

satisfacer las exigencias d<strong>el</strong> mercado global.<br />

No es pues sorprendente que <strong>el</strong> debate sobre<br />

la globalización se haya extendido al tiempo<br />

que <strong>el</strong> proyecto neoliberal –<strong>el</strong> consenso de<br />

Washington sobre desregulación,<br />

privatización, programas de ajuste estructural<br />

(PAE) y gobierno limitado- ha ido<br />

consolidando su hegemonía en las principales<br />

capitales occidentales y en instituciones<br />

globales como <strong>el</strong> Fondo monetario<br />

Internacional (FMI).<br />

Adornando este argumento escéptico, <strong>el</strong><br />

análisis marxista ortodoxo afirma que <strong>el</strong><br />

capitalismo, en cuanto que orden social, tiene<br />

una lógica expansionista patológica, ya que<br />

para mantener los beneficios <strong>el</strong> capital tiene<br />

que explotar constantemente nuevos<br />

mercados. Para sobrevivir, <strong>el</strong> capitalismo<br />

nacional debe expandir continuamente <strong>el</strong><br />

alcance geográfico de las r<strong>el</strong>aciones sociales<br />

capitalistas. La historia d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> moderno es<br />

la historia de cómo las potencias capitalistas<br />

occidentales han dividido y vu<strong>el</strong>to a dividir <strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> en zonas económicas exclusivas. Hoy,<br />

se arguye, <strong>el</strong> imperialismo ha adquirido una<br />

nueva forma en la medida en que los imperios<br />

formales han sido sustituidos por nuevos<br />

mecanismos de control y vigilancia<br />

multilaterales, como <strong>el</strong> grupo G7 de las<br />

grandes potencias industriales (Canadá,<br />

Francia, Alemania, Italia, Japón, reino Unido,<br />

Estados Unidos) y <strong>el</strong> Banco Mundial. Como tal,<br />

la presente época es descrita por muchos<br />

marxistas no en <strong>el</strong> lenguaje de la<br />

globalización, sino como un nuevo modo de<br />

imperialismo occidental dominado pro las<br />

necesidades y las exigencias d<strong>el</strong> capital<br />

financiero de los principales Estados<br />

capitalistas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (Petras y V<strong>el</strong>tmeyer,<br />

2001).<br />

Para muchos de los escépticos, también la<br />

geopolítica es importante. Ello es debido a que<br />

le orden internacional existente está<br />

constituido por y a través de las acciones de<br />

los grandes. Estados económica y<br />

militarmente poderosos (y de sus agentes).<br />

De ahí que digan que la internacionalización<br />

de las r<strong>el</strong>aciones económicas o políticas<br />

depende de las actuaciones y las preferencia<br />

de las grandes potencias d<strong>el</strong> momento, pues<br />

sólo <strong>el</strong>las tienen la suficiente musculatura<br />

militar y económica para crear y mantener las<br />

condiciones necesarias de un orden<br />

internacional (liberal) abierto (Waltz, 1979).<br />

Sin <strong>el</strong> ejercicio de la hegemonía<br />

norteamericana, según sugiere esta<br />

argumentación, <strong>el</strong> presente orden mundial<br />

liberal, sostén de la reciente intensificación de<br />

la interdependencia internacional, no podría<br />

mantenerse (Gilpin, 1987). A este respecto, la<br />

globalización se entiende como poco más que<br />

americanización.<br />

217


LA RESPUESTA GLOBALISTA<br />

Los globalistas rechazan la afirmación según<br />

la cual la globalización es sinónimo de<br />

americanización o de imperialismo occidental.<br />

Aunque no niegan que <strong>el</strong> discurso de la<br />

globalización bien puede servir a los intereses<br />

de poderosas fuerzas económicas y sociales<br />

en Occidente, la interpretación globalista hace<br />

hincapié en <strong>el</strong> hecho de que la globalización es<br />

expresión de cambios estructurales más<br />

profundos en la escala de la organización<br />

social moderna. Esos cambios se ponen de<br />

manifiesto, entre otras cosas, en <strong>el</strong><br />

crecimiento de las corporaciones<br />

multinacionales (CMN), de los mercados<br />

financieros mundiales, de la difusión de la<br />

cultura popular y de la importancia de la<br />

degradación medioambiental global.<br />

Para la concepción globalista es crucial poner<br />

<strong>el</strong> acento en los atributos espaciales de la<br />

globalización. Al intentar diferenciar las redes<br />

y los sistemas globales de aqu<strong>el</strong>los que<br />

operan en otras escalas espaciales, como la<br />

local o la nacional, <strong>el</strong> análisis globalista<br />

identifica la globalización básicamente con las<br />

actividades y r<strong>el</strong>aciones que cristalizan a<br />

escala interregional o intercontinental (Geyer<br />

y Bright, 1995; Cast<strong>el</strong>ls, 1996; Dicen, 1998).<br />

Esto permite establecer distinciones analíticas<br />

más precisas entre procesos de globalización<br />

y procesos de regionalización o localización,<br />

esto es, la trama de r<strong>el</strong>aciones entre Estados<br />

geográficamente contiguos y <strong>el</strong> agrupamiento<br />

de r<strong>el</strong>aciones sociales dentro de los Estados,<br />

respectivamente (Dicken, 1998). En este<br />

sentido, la r<strong>el</strong>ación entre globalización y esas<br />

otras escalas de organización social no su<strong>el</strong>e<br />

concebirse en términos jerárquicos o<br />

mutuamente excluyentes. Por <strong>el</strong> contrario, las<br />

interr<strong>el</strong>aciones entre estas diferentes escalas<br />

se consideran a la vez fluidas y dinámicas.<br />

El intento de definir de un modo más<br />

sistemático <strong>el</strong> concepto de globalización se<br />

encuentra además complementado por la<br />

importancia atribuida a la historia. Ello supone<br />

ubicar la globalización contemporánea en lo<br />

que <strong>el</strong> historiador francés, Braud<strong>el</strong>, considera<br />

la perspectiva de la longue durée, es decir, los<br />

patrones de muy largo alcance de cambio<br />

histórico secular (H<strong>el</strong>leiner, 1997). Según<br />

confirma la existencia de r<strong>el</strong>igiones mundiales<br />

premodernas, la globalización no es sólo un<br />

218<br />

fenómeno de la era moderna. Para<br />

comprender la globalización contemporánea<br />

es preciso ubicarla en <strong>el</strong> contexto de las<br />

tendencias seculares d<strong>el</strong> desarrollo histórico<br />

mundial (Mod<strong>el</strong>ski, 1972; Hodgson, 1993;<br />

Mazlish y Buultjens, 1993; Bentley, 1996;<br />

Frank y Gills, 1996; R. P. Clark, 1997; Frank,<br />

1998). Ese desarrollo, tal como reconoce<br />

también la interpretación globalista, está<br />

marcado por distintas fases –desde la época<br />

d<strong>el</strong> descubrimiento d<strong>el</strong> nuevo <strong>mundo</strong> hasta la<br />

b<strong>el</strong>le époque o <strong>el</strong> período de entreguerras- en<br />

las que la v<strong>el</strong>ocidad de la globalización parece<br />

intensificarse o, por <strong>el</strong> contrario, a veces<br />

reducirse o invertirse (Fernández-Armesto,<br />

1995; Geyer y Bright, 1995). Para entender la<br />

globalización contemporánea hay que<br />

apoyarse en <strong>el</strong> conocimiento de lo que<br />

diferencia a esas fases, lo que incluye <strong>el</strong> modo<br />

en que esos sistemas y patrones de<br />

interconexión global se organizan y<br />

reproducen, sus diferentes geografías y la<br />

cambiante configuración de las r<strong>el</strong>aciones de<br />

poder. Por todo <strong>el</strong>lo, la interpretación<br />

globalista ensancha <strong>el</strong> concepto de<br />

globalización para que dé cabida a la idea de<br />

sus formas históricas distintivas. Esto requiere<br />

<strong>el</strong> análisis de cómo han variado los patrones<br />

de la globalización a lo largo d<strong>el</strong> tiempo para<br />

poder así establecer lo que es propio de la<br />

fase actual.<br />

Para esta interpretación globalista es<br />

fundamental concebir <strong>el</strong> cambio global como<br />

un proceso que implica una transformación<br />

significativa de los principios organizadores de<br />

la vida social y d<strong>el</strong> orden mundial. En este<br />

sentido, su<strong>el</strong>en identificarse tres aspectos en<br />

la literatura globalista, a saber: la<br />

transformación de los patrones tradicionales<br />

de la organización socioeconómica, d<strong>el</strong><br />

principio territorial y d<strong>el</strong> poder. Al erosionar<br />

las constricciones de espacio y tiempo sobre<br />

los patrones de interacción social, la<br />

globalización crea la posibilidad de nuevos<br />

mod<strong>el</strong>os de organización social transnacional,<br />

por ejemplo, redes globales de producción,<br />

redes terroristas y regímenes reguladores.<br />

Simultáneamente, hace vulnerables a las<br />

comunidades en escenarios particulares a las<br />

condiciones o los desarrollos globales, como<br />

demuestran los sucesos d<strong>el</strong> 11 de septiembre<br />

d<strong>el</strong> 2001 y las secu<strong>el</strong>as.


Al transformar tanto <strong>el</strong> contexto como las<br />

condiciones de la interacción y la organización<br />

social, la globalización también acarrea un<br />

reordenamiento de la r<strong>el</strong>ación entre territorio<br />

y espacio socioeconómico y político. Dicho<br />

llanamente, conforme las actividades<br />

económicas, sociales y políticas trascienden<br />

cada vez más las regiones y las fronteras<br />

nacionales, se plantea un desafío directo al<br />

principio territorial que está en la base d<strong>el</strong><br />

Estado moderno. Ese principio presupone una<br />

correspondencia directa entre sociedad,<br />

economía y Estado dentro de un territorio<br />

nacional exclusivo y circunscrito. Pero la<br />

globalización trastoca esa correspondencia en<br />

la medida en que la actividad social,<br />

económica y política ya no puede entenderse<br />

como algo que se ciñe a los límites<br />

territoriales nacionales. Esto no quiere decir<br />

que <strong>el</strong> territorio y <strong>el</strong> lugar estén dejando de<br />

ser r<strong>el</strong>evantes, sino más bien que, bajo las<br />

condiciones de la globalización<br />

contemporánea, son reinventados y<br />

reconfigurados conforme emergen nuevas<br />

regiones globales y nuevas ciudades globales<br />

(Cast<strong>el</strong>ls, 1996: Dicken, 1998).<br />

En <strong>el</strong> núcleo de la interpretación globalista hay<br />

una preocupación por <strong>el</strong> poder: su<br />

instrumentación, su configuración y<br />

distribución, y su impacto. Por globalización se<br />

entiende la escala en expansión en que se<br />

organiza y ejerce <strong>el</strong> poder. En este sentido,<br />

implica la reordenación de las r<strong>el</strong>aciones de<br />

poder entre, y a través de, las regiones d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong>, de tal modo que los focos principales<br />

d<strong>el</strong> poder y las regiones a <strong>el</strong>los sometidas a<br />

menudo están separados por distancias<br />

oceánicas. Parafraseando a Jameson, bajo las<br />

condiciones de la globalización contemporánea<br />

la verdad d<strong>el</strong> poder ya no reside en los<br />

escenarios en los que se experimenta de<br />

forma inmediata (Jameson, 1991). Las<br />

r<strong>el</strong>aciones de poder se inscriben en lo más<br />

hondo de la dinámica de la globalización, lo<br />

cual se confirma en la discusión sobre sus<br />

implicaciones para la política y <strong>el</strong> Estadonación.<br />

CAPÍTULO 2<br />

¿UNA RECOMPOSICIÓN DEL PODER<br />

POLÍTICO?<br />

La vida social contemporánea está asociada al<br />

Estado moderno, <strong>el</strong> cual determina la forma<br />

apropiada de casi todos los tipos de actividad<br />

humana. El Estado parece ser omnipresente,<br />

regulando las condiciones de la vida desde la<br />

partida de nacimiento hasta la certificación de<br />

la defunción. Desde la supervisión de las<br />

actividades cotidianas hasta la provisión de<br />

educación y la promoción de la asistencia<br />

sanitaria, la expansión constante d<strong>el</strong> poder<br />

estatal parece más allá de toda duda. En<br />

términos cuantitativos, <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong><br />

Estado, desde <strong>el</strong> tamaño de su presupuesto<br />

hasta <strong>el</strong> alcance de su jurisdicción, es uno de<br />

los pocos hechos realmente incontestados d<strong>el</strong><br />

pasado siglo. Aplicando diversas medidas<br />

básicas d<strong>el</strong> poder político (por ejemplo, la<br />

capacidad de <strong>el</strong>evar los impuestos y los<br />

ingresos, la capacidad de producir armas de<br />

destrucción masiva), los Estados son, al<br />

menos en la mayor parte de los países de la<br />

ODE (los Estados pertenecientes a la<br />

Organización para la Cooperación y <strong>el</strong><br />

Desarrollo Económico), tan poderosos, si no<br />

más, que sus predecesores (Mann, 1997). Los<br />

escépticos le sacan mucho provecho a esto, al<br />

igual que sacan provecho al auge y dominio<br />

d<strong>el</strong> Estado moderno en general. Será útil dar<br />

cuenta de esta posición, especialmente por<br />

sus múltiples implicaciones sobre la forma y la<br />

organización d<strong>el</strong> poder político, antes de<br />

examinar la interpretación globalista<br />

alternativa.<br />

219


220<br />

¿A QUIÉN PERTENECE EL<br />

ESTADO?<br />

LA DECADENCIA DE LA POLÍTICA Y EL<br />

FUTURO DE LA SOBERANÍA NACIONAL<br />

“En Europa, a escala interestatal sólo están<br />

organizados <strong>el</strong> crimen y <strong>el</strong> capitalismo”.<br />

Kurt Tucholsky, 1927<br />

“Cuando los empresarios se han llevado todo<br />

<strong>el</strong> dinero al extranjero, a eso se le llama una<br />

situación grave”.<br />

Kurt Tucholsky, 1930<br />

Pobre rico Martin. Cuando a principios de<br />

marzo de 1996, en la central de Francfort d<strong>el</strong><br />

Commerzbank, 250 inspectores fiscales<br />

registraron las oficinas de los departamentos<br />

de extranjero y tributario en busca de<br />

documentos inculpatorios, la investigación<br />

atacó los nervios d<strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> cuarto<br />

mayor banco de Alemania. Martin<br />

Luhlhaussen, uno de los grandes en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />

de las altas finanzas, y con él su banco, uno<br />

de los mejores referentes de la economía<br />

alemana, estaban siendo víctimas de una<br />

conspiración organizada desde <strong>el</strong> Estado,<br />

imaginaba <strong>el</strong> alto ejecutivo. El registro era<br />

“una campaña dirigida contra nuestro banco,<br />

nuestros clientes y nosotros”, escribió en una<br />

circular interna a sus trabajadores. Ningún<br />

miembro de la dirección había “infringido las<br />

leyes vigentes. Nuestro banco no tiene nada<br />

que reprocharse”, se lamentaba. “Todos nos<br />

vemos criminalizados de forma injusta”.<br />

Kohlhaussen sabía más cosas. El mismo día<br />

en que su desmentido se encargaba de<br />

tranquilizar en <strong>el</strong> frente de las r<strong>el</strong>aciones<br />

públicas, sus dos colegas de la presidencia<br />

Klaus Patig y Norbert Käsbeck dirigieron una<br />

carta a la D<strong>el</strong>egación de Hacienda III de<br />

Francfort en la que reconocían graves<br />

infracciones d<strong>el</strong> Derecho tributario para evitar<br />

una posible persecución penal. Los balances<br />

presentados a las autoridades fiscales<br />

contenían “incorrecciones”, confesaban los<br />

banqueros. “Rectificaciones de valor<br />

concernientes a los créditos atribuidos a los<br />

centros de producción en <strong>el</strong> extranjero no<br />

habría debido afluir con efectos fiscales al<br />

resultado exterior”. Dicho claramente: en<br />

tanto <strong>el</strong> banco compensaba repetidas veces<br />

las pérdidas de las filiales en <strong>el</strong> extranjero con<br />

los b beneficios de la matriz alemana, reducía<br />

su beneficio interior y, por tanto, su carga<br />

fiscal. Como procedió de forma demasiado<br />

torpe, <strong>el</strong> desplazamiento de pérdida resultó en<br />

este caso jurídicamente inadmisible,<br />

informaba poco después Der Spieg<strong>el</strong> citando<br />

fuentes de la investigación. Desde 1984, <strong>el</strong><br />

banco había entregado falsas declaraciones de<br />

impuestos durante diez años. Así, sólo en <strong>el</strong><br />

año 1988 los estrategas fiscales d<strong>el</strong><br />

Commerzbank habrían reducido en 700<br />

millones de marcos <strong>el</strong> beneficio imponible de<br />

su empresa. En total, a lo largo de los años se<br />

habían sustraído al fisco ingresos por cuantía<br />

de 500 millones de marcos.<br />

En este caso concreto y con pruebas sólidas,<br />

los inspectores de Hacienda de Hesse<br />

probaron por vez primera ante la opinión<br />

pública lo que los inciados y funcionarios de<br />

Hacienda saben ya desde hace años: en <strong>el</strong><br />

curso de la interdependencia global, las<br />

empresas transnacionales operan en una zona<br />

fiscalmente gris en la que <strong>el</strong> gravamen de los<br />

rendimientos se puede reducir fácilmente a un<br />

mínimo. Con <strong>el</strong> espectacular registro en la<br />

capital bancaria alemana, las autoridades<br />

financieras marcaron <strong>el</strong> punto culminante a un<br />

mínimo. Con <strong>el</strong> espectacular registro en la<br />

capital bancaria alemana, las autoridades<br />

financieras marcaron <strong>el</strong> punto culminante, por<br />

<strong>el</strong> momento, de su ofensiva, que duraba ya<br />

dos años, contra la evasión fiscal de<br />

ciudadanos y empresas alemanas al<br />

extranjero. En más de 40 sucursales de<br />

institutos de c´redito tan renombrados como<br />

<strong>el</strong> Dresdner Bank, <strong>el</strong> Bayerische Hypothekenund<br />

Wechs<strong>el</strong>bank y <strong>el</strong> banco norteamericano<br />

Merrill Lynch se incautaron de documentos<br />

sobre cuentas devarios miles de clientes que<br />

están bajo sospecha de haber desplazado<br />

partes de su patrimonio a Luxemburgo,<br />

Liechtenstein y otros lugares para sustraerse<br />

a su gravamen. Liechteinstein y otros lugares<br />

para sustraerse en su gravamen. Por fin, le<br />

pareció a muchos observadores, se acababa <strong>el</strong><br />

laissez-faire de las autoridades ante la libertad<br />

fiscal para los pudientes organizada por los<br />

bancos. Incluso H<strong>el</strong>mut kohl declaró<br />

“alegrarse d<strong>el</strong> mal ajeno” en vista de las<br />

investigaciones; finalmente había un país en


<strong>el</strong> que la evasión fiscal aún pareciera un d<strong>el</strong>ito<br />

de caballeros “había perdido ya su futuro”.<br />

El canciller aprecia correctamente <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro,<br />

pero no hay motivos para estar contento. No<br />

importa con cuánta frecuencia y dureza<br />

examinen e investiguen las autoridades<br />

financieras: no pueden ganar la guerra,<br />

latente desde hace años, por <strong>el</strong> riesgo fiscal<br />

de los rendimientos de los patrimonios y las<br />

empresas. Porque sólo los particulares mal<br />

informados o los ejecutivos especialmente<br />

necios se sirven de métodos ilegales para<br />

sustraer patrimonios e intereses al fisco. Los<br />

consorcios y administraciones de patrimonios<br />

bien dirigidos no tienen necesidad de hacerlo.<br />

En la jungla d<strong>el</strong> mercado financiero<br />

transnacional se puede regir la carga fiscal sin<br />

infringir la ley, en caso necesario incluso por<br />

debajo d<strong>el</strong> 10%.<br />

“¡DE NOSOTROS NO VAIS A SACAR NADA<br />

MÁS!”<br />

Hace mucho que las grandes empresas de<br />

Alemania demuestran cómo se hace. BMW,<br />

por ejemplo, la empresa de automoción con<br />

más beneficios d<strong>el</strong> país, giró aún en 1988 545<br />

millones de marcos a las d<strong>el</strong>egaciones de<br />

Hacienda alemanas. Cuatro años después<br />

eran justo <strong>el</strong> 6% de esa suma, sólo 31<br />

millones de marcos. Al año siguiente BMW<br />

incluso registró pérdidas en las sedes d<strong>el</strong> país<br />

–a pesar de los crecientes beneficios globales<br />

y los invariables dividendos- e hizo que la<br />

D<strong>el</strong>egación de Hacienda le devolviera 32<br />

millones de marcos. “Intentamos producir los<br />

gastos allá donde los impuestos son más<br />

<strong>el</strong>evados, y eso es dentro d<strong>el</strong> país”, explicó<br />

con franqueza <strong>el</strong> director financiero de BMW,<br />

Volver Dopp<strong>el</strong>f<strong>el</strong>d. De esta forma <strong>el</strong> consorcio<br />

se ahorró entre 1989 y 1993 un total de más<br />

de mil millones de marcos en pagos al Estado,<br />

calculan los conocedores d<strong>el</strong> sector.<br />

También <strong>el</strong> gigante de la <strong>el</strong>ectroténica<br />

Siemens desplazó fiscalmente al extranjero la<br />

sede de su consorcio. De los 2.100 millones<br />

de marcos de beneficio d<strong>el</strong> ejercicio<br />

1994/1995, <strong>el</strong> fisco alemán ni siquiera obtuvo<br />

100 millones; en <strong>el</strong> año 1996 Siemens ya no<br />

pagó. También en la memoria de 1994 de<br />

Daimler-Benz se dice de manera lapidaria que<br />

los impuestos sobre los rendimientos se<br />

habían devengado “esencialmente en <strong>el</strong><br />

extranjero”. Y <strong>el</strong> propio Kohlhaussen, d<strong>el</strong><br />

Commerzbank, demostró a finales de marzo<br />

de 1996 que entretanto sus expertos fiscales<br />

habían aprendido cómo socavar legalmente la<br />

obligación de tributar. Como si quisiera<br />

plantar cara, tres semanas después de la<br />

intervención de los inspectores en sus oficinas<br />

presentó un balance que es una burla al<br />

contribuyente normal. Según él, los beneficios<br />

d<strong>el</strong> Comerzbank se duplicaron en 1995<br />

respecto al año anterior, hasta alcanzar los<br />

1.400 millones de marcos, pero los pagos al<br />

Estado se redujeron a la mitad, a menos de<br />

100 millones.<br />

La dramática reducción fiscal no es una<br />

especialidad de los grandes consorcios. Lo<br />

mismo vale para innumerables empresas<br />

medianas. Aprovechando sistemáticamente<br />

las diferencias entre los distintos sistemas<br />

fiscales nacionales pueden optimizar sus carga<br />

fiscal a escala internacional. El método más<br />

sencillo de lo que en <strong>el</strong> argot de los expertos<br />

se llama planificación fiscal es <strong>el</strong> transfer<br />

pricing. La base para él es una red<br />

internacional de filiales y sucursales. Como<br />

negocian entre sí con productos iniciales,<br />

servicios o incluso licencias, las empresas<br />

pueden facturarse a sí mismas costes cuya<br />

cuantía casa determinan a voluntad. Por eso,<br />

los gastos de las empresas que operan a<br />

escala internacional siempre se devengan al<br />

máximo allá donde los tipos fiscales son más<br />

<strong>el</strong>evados. Viceversa, las filiales en los paraísos<br />

fiscales o zonas de baja imposición cosechan<br />

siempre beneficios exorbitantes, incluso<br />

aunque no mantengan allí más que una<br />

oficina con un fax y dos trabajadores.<br />

Los inspectores oficiales no tienen nada con lo<br />

que contrarrestar esta práctica. A menudo no<br />

es posible demostrar que los precios en le<br />

comercio intraconsorcial estén aumentados,<br />

porque para muchas de las prestaciones<br />

facturadas casi no hay precios de mercado.<br />

Sólo cuando los planificadores d<strong>el</strong> consorcio<br />

hacen trampas de forma demasiado<br />

evidentes, los recaudadores fiscales pueden<br />

golpear. Así en Japón, país de <strong>el</strong>evados<br />

impuestos, numerosas empresas<br />

multinacionales fueron demasiado lejos con<br />

sus manejos fiscales a principios de los<br />

noventa. En otoño de 1994, <strong>el</strong> Ministerio de<br />

Hacienda de Tokio exigió pagos<br />

complementarios por una cuantía de carga de<br />

221


dos mil millones de marcos a sesenta<br />

empresas, entre <strong>el</strong>las firmas mundiales como<br />

Ciba-Geigy y Coca-Cola, por haber incluido en<br />

sus balances precios de transferencia<br />

exagerados. También estaba entre <strong>el</strong>las la<br />

multinacional farmacéutica Hoechst, a la que<br />

las autoridades acusaban de haber cargado<br />

unos 100 millones de marcos de más por los<br />

envíos de materias primas de otras filiales<br />

entre 1990 y 1992.<br />

Naturalmente, esos pequeños golpes de<br />

desahogo de los irritados funcionarios de<br />

Hacienda no quiebran la evasión organizada.<br />

Donde <strong>el</strong> transfer pricing ya no reporta lo<br />

bastante, otros trucos ayudan a seguir. Por<br />

ejemplo, se aplica mucho <strong>el</strong> double-dipleasing.<br />

En él, las empresas aprovechan las<br />

distintas normas nacionales de amortización<br />

de las inversiones en leasing, de tal modo que<br />

los gastos de adquisición de máquinas,<br />

centrales nucleares o aviones se reflejan<br />

reduciendo los impuestos en dos países a la<br />

vez. También ha tenido gran difusión <strong>el</strong> dutch<br />

sand-wich. Este método combina una filial en<br />

los Países Bajos con un centro de producción<br />

en un paraíso fiscal como las Antillas<br />

Neerlandesas o Suiza. El aprovechamiento de<br />

las dos legislaciones fiscales permite abonar<br />

un 5% de impuestos sobre las nueve décimas<br />

partes d<strong>el</strong> beneficio empresarial.<br />

Naturalmente, los Gobiernos y legisladores de<br />

todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> intentan proceder contra estas<br />

y similares prácticas como mejores métodos<br />

de inspección y cerrando lagunas legales. Pero<br />

por regla general esto no sirve de mucho. “En<br />

última instancia, se pueden ocultar todos los<br />

desplazamientos debido a la complejidad de la<br />

estructura de las empresas”, asegura un<br />

abogado tributario que asesora un círculo de<br />

clientes de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. En este ámbito<br />

“pasa como en <strong>el</strong> juego de la tortuga y la<br />

liebre”, dice también <strong>el</strong> jefe de los expertos<br />

fiscales d<strong>el</strong> Ministerio Federal de Hacienda,<br />

Johannes Höfer. “Los asesores fiscales<br />

verdaderamente buenos siempre van un paso<br />

por d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> fisco”.<br />

De este modo, a lo largo de la última década<br />

las empresas que operan por encima de las<br />

fronteras han sabido enredar a caso todos los<br />

Estados d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> en una “competencia de<br />

sistemas fiscales”, según confiesa <strong>el</strong> secretario<br />

de Estado de Hacienda de Bonn, Hansgeorg<br />

222<br />

Hauser. Como los distintos países compiten a<br />

escala internacional por las inversiones, en<br />

vista de la impotencia de sus recaudadores no<br />

les queda más salida que la igualación al niv<strong>el</strong><br />

más bajo. La tendencia al descenso empezó<br />

en <strong>el</strong> año 1986, cuando <strong>el</strong> Gobierno<br />

norteamericano redujo <strong>el</strong> impuesto sobre los<br />

beneficios de las sociedades de capital d<strong>el</strong> 46<br />

al 34%, sentando así un nuevo estándar<br />

mundial. Con los años, la mayoría de los<br />

demás países industrializados tuvieron que<br />

seguir esta pauta.<br />

Entretanto, esta carrera ha adoptado formas<br />

grotescas dentro de la Unión Europea. Desde<br />

<strong>el</strong> año 1990, Bélgica ofrece a las empresas<br />

que actúan en al menos cuatro países la<br />

instalación de los llamados coordination<br />

centres. Allí los consorcios pueden centralizar<br />

toda clase de servicios como publicidad,<br />

marketing, asesoramiento legal y sobre todo<br />

sus operaciones financieras, pero no tienen<br />

que tributar por los beneficios así obtenidos,<br />

sino por una pequeña parte de sus gastos de<br />

explotación locales. El mod<strong>el</strong>o fue un éxito. La<br />

lista de los beneficiados va desde las<br />

multinacionales d<strong>el</strong> petróleo Exxon y Mobil<br />

hasta <strong>el</strong> fabricante de neumáticos Continental.<br />

Op<strong>el</strong> ahorra impuestos con una central<br />

financiera en Amberes, Volkswagen ha<br />

enviado a sus expertos financieros a Brus<strong>el</strong>as,<br />

los que evitan impuestos de Daimler tienen su<br />

sede en la ciudad residencial de Zaventem, y<br />

sus colegas de BMW se alojan en Bornem.<br />

Gracias a la generosidad b<strong>el</strong>ga, los vástagos<br />

financieros en <strong>el</strong> corazón de la UE se<br />

convirtieron en las filiales con más beneficios.<br />

Según su balance, por ejemplo BMW cosechó<br />

supuestamente en su filial b<strong>el</strong>ga un tercio de<br />

todo <strong>el</strong> beneficio consorcial, sin que allí se<br />

produjera un solo coche. Aún es más atractiva<br />

la oferta de evasión fiscal que <strong>el</strong> Gobierno<br />

irlandés ofrece a todos aqu<strong>el</strong>los que dirigen<br />

sus operaciones financieras desde un<br />

despacho en los “Dublín Docks”. De cada<br />

marco de interés ganado formalmente a<br />

través de una sucursal en Irlanda, sólo diez<br />

céntimos van a las arcas públicas irlandesas.<br />

Por eso, en los palacios de cristal que rodean<br />

la antigua ciudad portuaria residen entretanto<br />

pequeñas filiales de casi 500 empresas<br />

transnacionales… sólo “sedes principales”,<br />

asegura <strong>el</strong> gerente de la Camara de Comercio<br />

Germano-Irlandesa. Junto a Mitsubishi y<br />

Chase Manhattan, están representados todos


los grandes bancos y compañías de seguros<br />

alemanas, e incluso la Cooperativa de Crédito<br />

Evangélica de kass<strong>el</strong> hace administrar un<br />

patrimonio aquí. En total, sólo las empresas<br />

de ámbito federal ocultaron al fisco alemán<br />

por la vía irlandesa unos 25.000 millones de<br />

marcos hasta 1994, estima la Oficina Federal<br />

de Hacienda.<br />

Las consecuencias d<strong>el</strong> turismo fiscal sin<br />

fronteras son evidentes y, sin embargo, son<br />

en gran medida tabú en <strong>el</strong> debate político:<br />

Junto a la política monetaria, <strong>el</strong> control de los<br />

tipos de interés y <strong>el</strong> de los tipos de cambio, en<br />

la economía transnacional se está perdiendo<br />

poco a poco otro ámbito central de la<br />

soberanía nacional: la soberanía fiscal. Al<br />

contrario de lo que aparentan los <strong>el</strong>evados<br />

tipos fiscales prescritos por la ley, en la<br />

República Federal <strong>el</strong> gravamen medio efectivo<br />

de los beneficios de las empresas y<br />

profesionales ha caído desde <strong>el</strong> 37% en 1980<br />

a sólo <strong>el</strong> 25% en 1994, según cálculos d<strong>el</strong><br />

Instituto Alemán de Investigaciones<br />

Económicas de Berlín. Y no se trata de un<br />

fenómeno específicamente alemán. En la<br />

competencia fiscal, la cuota de las empresas<br />

no sólo desciende en países concretos, sino en<br />

todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. El imperio Siemens entregó en<br />

1991 casi la mitad de sus beneficios a los 180<br />

Estados en los que tenía filiales. En cuatro<br />

años, esa cuota se había reducido al 20%.<br />

Por tanto, ya no son los Gobiernos<br />

democráticamente <strong>el</strong>egidos los que deciden la<br />

cuantía d<strong>el</strong> gravamen, más bien son los<br />

dirigentes de las corrientes de capital y<br />

productos los que establecen qué contribución<br />

quieren hacer aún al sostenimiento de los<br />

gastos públicos. Jürgen Schrempp, presidente<br />

de Daimler-Benz, explicó crudamente a finales<br />

de abril de 1995 a los expertos<br />

presupuestarios d<strong>el</strong> Bundestag alemán que<br />

algunos global players eran perfectamente<br />

conscientes de esto. Por lo menos hasta <strong>el</strong><br />

año 2000, dijo Schrempp de pasada durante<br />

una cena con los diputados, su consorcio no<br />

iba a pagar impuestos sobre la renta en<br />

Alemania. “De nosotros no vais a sacar nada<br />

más”. Los representantes d<strong>el</strong> pueblo sólo<br />

pudieron tomar nota, en medio de un<br />

embarazoso silencio, de las posteriores<br />

explicaciones d<strong>el</strong> director financiero, Manfred<br />

Genz, sobre la compensación de beneficios<br />

con <strong>el</strong> extranjero y las inversiones en<br />

Alemania Oriental.<br />

AGUJEROS NEGROS EN LAS ARCAS<br />

PÚBLICAS<br />

Sin embargo, la sequía de las finanzas<br />

públicas debida a la economía sin fronteras no<br />

sólo se produce por <strong>el</strong> lado de los ingresos. La<br />

nueva transnacional dirige al mismo tiempo<br />

hacia sus arcas un porcentaje creciente de los<br />

gastos públicos. La competición por los pagos<br />

más bajos va acompañada de la pugna por las<br />

subvenciones más generosas. La aportación<br />

gratuita de su<strong>el</strong>o, incluyendo todas las<br />

conexiones viarias, ferroviarias, <strong>el</strong>éctricas y de<br />

agua, está ya dentro d<strong>el</strong> estándar mínimo<br />

mundial. Allá donde un consorcio quiere<br />

instalar un centro de producción, los<br />

planificadores de costes pueden contar con<br />

subsidios y ayudas de todo tipo. Cuando la<br />

multinacional coreana Samsung hace que <strong>el</strong><br />

Ministerio de Hacienda pague la construcción<br />

de su nueva fábrica <strong>el</strong>ectrónica en le norte de<br />

Inglaterra, con un valor de inversión de mil<br />

millones de dólares, con 100 millones, ya<br />

resulta extremadamente barata. Los Estados y<br />

regiones que quieren un emplazamiento en la<br />

red de Mercedes-Benz tienen que invertir<br />

mucho más. En la futura fábrica de vehículos<br />

pequeños de mercedes en Lorraine, en la<br />

Lorena, los contribuyentes de la UE y Francia<br />

aportan con subvenciones directas la cuarta<br />

parte d<strong>el</strong> total de la inversión. Si se añaden a<br />

esto las desgravaciones previstas, la<br />

participación d<strong>el</strong> Estado, sin derecho a voto,<br />

se <strong>el</strong>eva a un tercio. Esto no es en modo<br />

algún inusual. Fuera de las zonas de<br />

concentración industrial, este niv<strong>el</strong> de<br />

subvención es la media europea. Pero la<br />

escala está abierta por arriba, dependiendo<br />

d<strong>el</strong> grado de desempleo y de la confusión de<br />

la clase política. En <strong>el</strong> estado norteamericano<br />

de Alabama, comparativamente pobre,<br />

Mercedes-Benz no pagó en 1993 más que <strong>el</strong><br />

55% de los costes de un nuevo centro de<br />

producción. En cambio, la exención total de<br />

impuestos por diez años que General Motors<br />

ha conseguido a partir de 1996 en Polonia y<br />

Tailandia es más bien modesta.<br />

El punto culminante hasta ahora d<strong>el</strong> desvío de<br />

inversiones mediante regalos fiscales lo<br />

alcanza <strong>el</strong> Gobierno federal de Alemania<br />

Orienta. Allí, por ejemplo, <strong>el</strong> consorcio<br />

223


<strong>el</strong>ectrónico americano Advanced Micro Devices<br />

(AMD) recibe por una nueva fábrica de chips<br />

en Dresde 800 millones de marcos o <strong>el</strong> 35%<br />

de la suma de inversión prevista. Además, la<br />

Federación y <strong>el</strong> land de Sajonia se hacen<br />

cargo de una fianza crediticia por cuantía de<br />

mil millones de marcos. Otros 500 millones de<br />

marcos los aporta un consorcio de bancos en<br />

<strong>el</strong> que participan los bancos públicos<br />

regionales. Al final, <strong>el</strong> consorcio no tiene que<br />

financiar por sí mismo ni siquiera una quinta<br />

parte de la inversión total, casi todo <strong>el</strong> riesgo<br />

de mercado recae sobre <strong>el</strong> contribuyente. Muy<br />

parecida es la situación en las fábricas Op<strong>el</strong> y<br />

VW de Chemnitz, Mos<strong>el</strong> y Eisenach. La<br />

modernización de los astilleros d<strong>el</strong> Báltico bajo<br />

la dirección de Vulkan, de Bremen, y d<strong>el</strong><br />

gigante naviero noruego Kvaerner, que en la<br />

práctica equivale a una refundación, engulle<br />

según lo previsto 6.100 millones de marcos.<br />

Tras la bancarrota de los socios de Vulkan,<br />

que enterró una parte de las subvenciones en<br />

desvencijadas fábricas germanoccidentales,<br />

vencerán presumiblemente otros 500<br />

millones. Pero cuando <strong>el</strong> Gobierno de Kohl se<br />

enteró realmente de cómo <strong>el</strong> intento de atraer<br />

a consorcios mundiales mediante<br />

subvenciones puede convertirse en un agujero<br />

negro para las finanzas públicas fue en <strong>el</strong> caso<br />

de la industria química de la antigua región<br />

industrial de la RDA situada en torno a Buna,<br />

Leuna y Bitterf<strong>el</strong>d. Allí, <strong>el</strong> propio canciller fue<br />

quien se metió a ciegas en la trampa.<br />

“¡PENSAD EN NUESTRAS FAMILIAS!”<br />

Cuando H<strong>el</strong>mut Kohl aterrizó con su<br />

h<strong>el</strong>icóptero en Schkopau, <strong>el</strong> 10 de mayo de<br />

1991, al principio no se trataba más que de<br />

una cita <strong>el</strong>ectoral como tantas otras. En la<br />

Casa de la Cultura de las fábricas Buna quería<br />

pedir confianza y “manifestar esperanza”.<br />

Pero entonces conoció de cerca la<br />

desesperación de la población amenazada por<br />

<strong>el</strong> empobrecimiento. “Pensad en nuestras<br />

familias”, le gritó un trabajador nada más<br />

pasar la primera barrera. Dentro, en la sala, <strong>el</strong><br />

presidente d<strong>el</strong> comité de empresa de las<br />

fábricas Buna le exhortó a avanzar por fin en<br />

la privatización para conservar por lo menos<br />

los 8.000 puestos de trabajo que quedaba en<br />

los antiguos 19… “Por favor, ponga los<br />

medios, por favor, no nos defraude”, imploró<br />

la portavoz al canciller. Al parecer, eso<br />

atravesó la pi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>el</strong>efante de la política<br />

224<br />

alemana. Crecido en la ciudad de BASF,<br />

Ludwigshafen, Kohl no pudo resistirse a los<br />

ruegos de los trabajadores químicos. Dejó a<br />

un lado <strong>el</strong> manuscrito de su discurso y declaró<br />

que era “evidente” que no defraudaría su<br />

confianza. Dio su palabra por “la continuidad<br />

de este emplazamiento”.<br />

Fue bienintencionado, humanamente<br />

comprensible y, sin embargo, uno de los<br />

errores más caros d<strong>el</strong> mandato de Kohl. Por<br />

que desde ese momento <strong>el</strong> Gobierno federal<br />

era chantajeable a voluntad. Las presidencias<br />

de los tres grandes gigantes químicos<br />

alemanes rechazaron hacerse cargo de las<br />

empresas, a pesar d<strong>el</strong> compromiso de Kohl,<br />

ante <strong>el</strong> desolador estado de las viejas<br />

fábricas. En cambio, algunos ejecutivos d<strong>el</strong><br />

consorcio norteamericano Dow Chemical<br />

advirtieron lo favorable d<strong>el</strong> momento. Con<br />

Bernhard Brümmer, <strong>el</strong> antiguo jefe d<strong>el</strong><br />

consorcio de Gula COSAT Operation, que<br />

llevaba los negocios d<strong>el</strong> antiguo combinado de<br />

Buna para <strong>el</strong> Instituto de Administración<br />

Fiduciaria alemán (Treuhandanstalt), había un<br />

antiguo hombre de Dow en la fuente de todas<br />

las informaciones necesarias. Al principio, la<br />

dirección de la quinta empresa química d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> mostró mero interés e hizo vagas<br />

ofertas. En un maratón negociador que duró<br />

años, los abogados d<strong>el</strong> consorcio tumbaron<br />

sobre la mesa en toda regla los argumentos<br />

de los representantes d<strong>el</strong> Treuhand. Gracias a<br />

las palabras d<strong>el</strong> canciller, estaban condenados<br />

a tener éxito, y se enredaron cada vez más en<br />

una maraña de promesas y garantías. Por fin,<br />

<strong>el</strong> 1 de junio de 1995 las tres fábricas<br />

mayores d<strong>el</strong> antiguo combinado de Buna<br />

pasaron a propiedad de Dow Chemical con <strong>el</strong><br />

nombre de BSL Olefinverbud; los abogados de<br />

la empresa tenían en sus manos un contrato<br />

que les prometía una operación de miles de<br />

millones sin riesgo. Según <strong>el</strong> contrato, <strong>el</strong><br />

consorcio aportaría sólo 200 millones de<br />

marcos de las inversiones previstas, por una<br />

cuantía de cuatro mil millones de marcos, e<br />

incluso esto sólo en forma de préstamo<br />

retribuido de la sociedad matriz. Al mismo<br />

tiempo la BVS, la sociedad sucesora d<strong>el</strong><br />

Treuhand, tenía que garantizar que hasta<br />

finales de 1999 compensaría todas las<br />

pérdidas de la BSL hasta un límite máximo de<br />

2.700 millones de marcos. Como la sociedad<br />

arrancaba ya con una traslación de pérdidas<br />

contable de 3.200 millones de marcos, Dow


queda además libre de impuestos por tiempo<br />

indefinido, incluso aunque tenga beneficios.<br />

Además, <strong>el</strong> consorcio puede sanear todas las<br />

antiguas cargas tóxicas d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o a costa d<strong>el</strong><br />

Estado durante treinta años, y recibirá<br />

además un oleoducto hasta <strong>el</strong> puerto<br />

internacional de Rostock. En cambio, las<br />

contraprestaciones son casi ridículas. Dow<br />

sólo aseguró 1.800 puestos de trabajo. Éstos<br />

sólo están garantizados hasta 1999, y si<br />

fueran menos tampoco será un problema para<br />

los directivos de Dow. Por cada puesto de<br />

trabajo que falta tendrán que abonar 60.000<br />

marcos de sanción contractual, calderilla<br />

comparado con la suma total.<br />

Al final, la República Federal subvencionará<br />

cada puesto de trabajo en la filiar de Dow BSL<br />

previsiblemente con más de cinco millones de<br />

marcos, en total casi diez mil millones de<br />

marcos, un precio irrisorio. Incluso si con ese<br />

dinero se construyeran rascaci<strong>el</strong>os en <strong>el</strong><br />

bosque de Turingia a costa d<strong>el</strong> erario Público,<br />

daría salario y vivienda a más personas.<br />

Invertida en <strong>el</strong> saneamiento de las ciudades,<br />

la industria turística y las universidades, la<br />

misma suma hubiera sin duda acercado un<br />

paso al este alemán al niv<strong>el</strong> occidental. Que la<br />

opinión pública tuviera siquiera noticia de las<br />

grotescas condiciones d<strong>el</strong> trato de Buna sólo<br />

se debe a algunos colegas de Der Spieg<strong>el</strong>, que<br />

investigaron durante meses la historia d<strong>el</strong><br />

contrato. Dow Chemical obtendría, sin asumir<br />

riesgo alguno, al menos 1.500 millones de<br />

marcos de beneficio aunque toda la empresa<br />

fracasara, resumían citando a trabajadores de<br />

BVS. Aun así, cuando la historia apareció<br />

apenas se escucharon protestas. ¿Qué<br />

dirigente político habría podido protestar? A<br />

Kohl podía haberle ido mal en Buna, pero<br />

entretanto casi todos los políticos d<strong>el</strong> área<br />

económica han tenido experiencias similares,<br />

y al fin al cabo cada empleo cuenta.<br />

De modo exactamente igual de confuso<br />

reparten los ministros de investigación de<br />

todos los países <strong>el</strong> dinero de los impuestos a<br />

<strong>el</strong>los confiado. Así, por ejemplo, <strong>el</strong> consorcio<br />

Daimler, que actualmente ya no paga<br />

impuestos, recibió en <strong>el</strong> año 1993 más de 500<br />

millones d<strong>el</strong> presupuesto federal para<br />

investigación. Con <strong>el</strong>lo, más de la cuarta parte<br />

de toda la promoción científica de la<br />

Federación iba a parar a una empresa que con<br />

los resultados subvencionados podría estar<br />

mañana ganando dinero al otro extremo d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> sin crear ni un solo empleo alemán.<br />

También Siemens hizo un buen negocio con la<br />

inseguridad de los políticos sobre las nuevas<br />

reglas d<strong>el</strong> juego económico global. Durante<br />

años, los adeptos a la vieja política industrial<br />

nacional, como por ejemplo Honrad Seitz,<br />

antiguo jefe de planificación d<strong>el</strong> Ministerio de<br />

Exteriores, advirtieron de la amenazante<br />

posición de monopolio de Japón y Estados<br />

Unidos en la fabricación de la materia prima<br />

tecnológica para la era de la información: la<br />

producción de microchips. Por eso, la<br />

Federación y la Comisión Europea invirtieron<br />

unos cuantos miles de millones de marcos de<br />

fondos para la investigación con consorcios<br />

<strong>el</strong>ectrónicos europeos, sobre todo Siemens…<br />

totalmente en vano. Hoy, <strong>el</strong> consorcio con<br />

cuart<strong>el</strong> general en Munich desarrolla los chips<br />

de la próxima generación junto con sus<br />

supuestos rivales IBM y Toshiba. Desde 1998,<br />

Siemens tendrá incluso una fábrica común con<br />

<strong>el</strong> consorcio tecnológico norteamericano<br />

Motorota, en la ciudad americano de<br />

Richmond, donde se fabricará <strong>el</strong> chip hasta<br />

ahora más potente, de 64 megabytes,<br />

desarrollado con apoyo europeo.<br />

La ruinosa, y en muchos sentidos absurda,<br />

carrera de las subvenciones rev<strong>el</strong>a cómo la<br />

política y los Gobiernos se han extraviado en<br />

<strong>el</strong> laberinto de la economía global. “La presión<br />

de la competencia internacional empuja a los<br />

Gobiernos a ofrecer estímulos financieros que<br />

ya no son justificables aplicando criterios<br />

objetivos”, constata la organización comercial<br />

de la ONU UNCTAD, que analiza<br />

constantemente la práctica mundial de las<br />

subvenciones. Hay que buscar la forma<br />

urgente vías para “evitar tales excesos”,<br />

advierten los expertos de la ONU. Pero bajo la<br />

presión de presentar a sus <strong>el</strong>ectores acciones<br />

contra <strong>el</strong> desempleo, los ejecutores políticos<br />

de la integración d<strong>el</strong> mercado mundial ya no<br />

se dan cuenta de que con sus caros regalos<br />

para atraer a las empresas sólo perjudican a<br />

largo plazo a sus países. Al saquear sus arcas<br />

para conseguir la cuota nacional d<strong>el</strong> paste de<br />

la economía mundial imponen a sus Estados<br />

una lógica económico-empresarial que<br />

conduce a la ruina político-económica. Incluso<br />

sin contar los sectores subvencionados<br />

clásicos de la agricultura, la minería, la<br />

vivienda y <strong>el</strong> tráfico ferroviario, las<br />

subvenciones a la economía cuestan mientras<br />

225


tanto, sólo en la República Federal, más de<br />

100.000 millones de marcos al año, tirando<br />

por lo bajo.<br />

La dimensión de esta transferencia<br />

patrimonial transforma a ojos vistas la<br />

estructura d<strong>el</strong> Estado. Los paladines<br />

neoliberales d<strong>el</strong> Instituto de Economía Mundial<br />

(IfW) de Ki<strong>el</strong> se sirven a veces de una<br />

metáfora tomada de la Biología para definir <strong>el</strong><br />

nuevo pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Estado. Éste sólo asumiría la<br />

función d<strong>el</strong> “anfitrión” en la economía<br />

transnacional, se dice en un estudio d<strong>el</strong> IfW. Y<br />

viceversa, esto significa que las empresas<br />

entr<strong>el</strong>azadas sin fronteras adquieren cada vez<br />

más un carácter de “parásitos”. Sus productos<br />

son transportados por carreteras y vías<br />

férreas financiadas con fondos públicos, sus<br />

trabajadores envían a sus hijos a colegios<br />

públicos, incluso sus ejecutivos disfrutan de<br />

las representaciones de los teatros y óperas<br />

públicas. Sin embargo, sólo contribuyen al<br />

mantenimiento de estas y otras instalaciones<br />

mediante los impuestos que gravan los<br />

jornales y nóminas, así como <strong>el</strong> consumo, de<br />

sus empleados y trabajadores. Pero como los<br />

ingresos d<strong>el</strong> trabajo tienden a descender en <strong>el</strong><br />

marco de la competencia y muchos<br />

perceptores de su<strong>el</strong>dos alcanzan de todos<br />

modos <strong>el</strong> límite que lleva a la intervención<br />

estatal, un Estado tras otro cae en la crisis<br />

financiera estructural. Los presupuestos<br />

públicos sucumben a la misma tendencia a la<br />

baja que los ingresos de la población. Pero a<br />

la vez, en las sociedades industriales<br />

altamente organizadas las exigencias<br />

planteadas al Estado crecen más que se<br />

reducen. Las nuevas tecnologías encarecen<br />

cada vez más <strong>el</strong> mantenimiento de las<br />

infraestructuras, los daños medioambientales<br />

exigen crecientes medidas de restauración, <strong>el</strong><br />

incremento de la longevidad de la población<br />

requiere más gasto en prestaciones médicas y<br />

pensiones. En consecuencia, en muchos<br />

lugares a los políticos responsables no les<br />

queda otra <strong>el</strong>ección que reducir la oferta de<br />

prestaciones públicas allá donde poderosos<br />

grupos de interés no lo impiden, es decir, <strong>el</strong><br />

sistema social, en las instalaciones culturales<br />

y servicios públicos, desde las piscinas a las<br />

universidades, pasando por los colegios. De<br />

este modo, los Estados terminan siendo<br />

agentes de la redistribución de abajo arriba.<br />

Esto le atestigua de manera impresionante la<br />

ley anual de impuestos con la que <strong>el</strong> Gobierno<br />

226<br />

federal abrió en <strong>el</strong> verano de 1996 las<br />

negociaciones presupuestarias para <strong>el</strong><br />

siguiente ejercicio. Según esta ley, los<br />

ingresos públicos y privados se reducían en<br />

14.600 millones de marcos al año, mientras<br />

las empresas y profesionales veían aligeradas<br />

sus cargas fiscales en esa misma suma.<br />

En Estados Unidos y Gran Bretaña, cuyos<br />

Gobiernos pusieron tempranamente en<br />

marcha por propia iniciativa <strong>el</strong><br />

desmant<strong>el</strong>amiento d<strong>el</strong> Estado, se puede<br />

observar adónde conduce <strong>el</strong> ad<strong>el</strong>gazamiento<br />

de las finanzas públicas a favor de la<br />

economía libre. En todas partes falta dinero<br />

para <strong>el</strong> mantenimiento o incluso la extensión<br />

de las infraestructuras públicas. En r<strong>el</strong>ación<br />

con <strong>el</strong> producto interior bruto, <strong>el</strong> sector<br />

público invierte en Estados Unidos solamente<br />

un tercio de lo que le cuestan a Japón sus<br />

calles y vías férreas, escu<strong>el</strong>as, universidades y<br />

hospitales. En Washington, por ejemplo, la<br />

mayoría de las escu<strong>el</strong>as están listas para <strong>el</strong><br />

derribo. Harían falta 1.200 millones de<br />

dólares, asegura <strong>el</strong> alcalde, para volver a<br />

poner los edificios en condiciones. La policía<br />

de la ciudad estima que precisa una suma<br />

semejante para la puesta al día de sus<br />

equipos técnicos y su parque móvil. Pero <strong>el</strong><br />

Congreso se niega a pagarla. Sólo allí donde<br />

hay voluntarios se puede llevar a cabo de<br />

forma sensata la gestión de los colegios, a<br />

veces los funcionarios de policía tienen que<br />

llevar a cabo las reparaciones por su cuenta<br />

para poder trabajar tan siquiera. También en<br />

las islas Británicas, <strong>el</strong> Estado europeo mod<strong>el</strong>o<br />

d<strong>el</strong> neoliberalismo, <strong>el</strong> sistema educativo y<br />

social se está acercando al niv<strong>el</strong> de un país en<br />

desarrollo. Uno de cada tres niños británicos<br />

crece hoy en la pobreza, y 1,5 millones de<br />

niños menores de dieciséis años tienen que<br />

trabajar por falta de apoyo social. Mientras en<br />

<strong>el</strong> continente cuatro quintas partes de las<br />

personas de dieciocho años prosiguen su<br />

formación, en Gran Bretaña menos de la<br />

mitad de los jóvenes de esas edad aprende<br />

algo más. Al mismo tiempo, <strong>el</strong> porcentaje de<br />

analfabetos asciende en vertical. Según una<br />

encuesta representativa, una quinta parte de<br />

las personas de veintiún años se sabía<br />

resolver un simple cálculo mental y una<br />

séptima parte no sabía leer ni escribir.<br />

En la comparativamente rica Alemania, cuyo<br />

bienestar está hasta la fecha ampliamente


epartido y donde los ciudadanos esperan<br />

tradicionalmente d<strong>el</strong> Estado una oferta<br />

integral de servicios, este proceso acaba de<br />

empezar. Pero es ejemplar <strong>el</strong> mal despertar<br />

sufrido en la más rica y al mismo tiempo más<br />

endeudada ciudad de la República, Francfort<br />

d<strong>el</strong> Meno. Todavía en 1990 <strong>el</strong> entonces alcalde<br />

socialdemócrata Volver Hauff proclamaba: “La<br />

riqueza de Francfort está ahí para todos”. Seis<br />

años después, al concejal verde Tom Königs<br />

no le queda más remedio que retirar poco a<br />

poco esa promesa. Mientras la fuente de<br />

ingresos más importante de la ciudad, <strong>el</strong><br />

impuesto sobre la propiedad industrial, aporta<br />

hoy menos que en 1986, a pesar de contar<br />

con 440 sucursales bancarias y un crecimiento<br />

económico de más d<strong>el</strong> 20%, los gastos<br />

sociales legalmente prescritos hasta ahora se<br />

han triplicado aproximadamente. Hay que<br />

cerrar 30 de los 46 centros vecinales. Media<br />

docena de piscinas están a la venta o –como<br />

alternativa- ante <strong>el</strong> cierre. Ya no hay dinero<br />

para iniciativas sociales como los encuentros<br />

vecinales y con inmigrantes, las escu<strong>el</strong>as de<br />

música y museos se reducen. La temporada<br />

d<strong>el</strong> Theater am Turf dura seis semanas, <strong>el</strong><br />

intendente de la ópera amenaza con<br />

suspender las representaciones debido a la<br />

reducción de las subvenciones. Las víctimas<br />

todavía son pocas, pero a Königs le asedian<br />

lúgubres presentimientos: “Corremos <strong>el</strong> riesgo<br />

de que la capacidad de compensación social<br />

se paralice”, se queja. Si esta tendencia<br />

continúa, “la convivencia pacífica de clases,<br />

naciones y estilos de vida en Francfort<br />

explotará”.<br />

CRIMINALES SIN FRONTERAS<br />

La forzada reducción d<strong>el</strong> presupuesto degrada<br />

a los políticos a la condición de meros<br />

administradores de la escasez, que ap<strong>el</strong>ando a<br />

los poderes superiores d<strong>el</strong> progreso<br />

económico no puede asumir la responsabilidad<br />

de la miseria. Esto socava los fundamentos<br />

d<strong>el</strong> Estado democrático. Los crónicos<br />

problemas financieros son por así decirlo sólo<br />

un síntoma entre muchos de la decadencia de<br />

la política. Junto a la soberanía monetaria y<br />

fiscal se tambalea ya otro pilar d<strong>el</strong> Estado<br />

nacional: <strong>el</strong> monopolio público de la autoridad.<br />

Porque, igual que los bancos y los consorcios,<br />

también las multinacionales d<strong>el</strong> crimen se<br />

benefician de la <strong>el</strong>iminación de las barreras<br />

legales para la economía. A lo largo de todos<br />

los países industrializados, las autoridades<br />

policiales y judiciales informan d<strong>el</strong> vertiginoso<br />

crecimiento de la criminalidad organiada. “Lo<br />

que es bueno para <strong>el</strong> libre comercio también<br />

es bueno para los criminales”, constata<br />

sobriamente un funcionario de INTERPOL.<br />

Según estimaciones de un grupo de expertos<br />

creado en 1989 por los siete grandes países<br />

industrializados, hasta 1990 <strong>el</strong> volumen de<br />

negocios d<strong>el</strong> mercado mundial de la heroína<br />

se ha multiplicado por veinte de dos décadas,<br />

<strong>el</strong> comercio de cocaína se multiplicó por<br />

cincuenta. El que sabe cómo vender drogas<br />

también sabe abrir cualquier otro mercado<br />

ilegal. Cigarrillos libres de impuesto, armas,<br />

coches robados y emigrantes ilegales disputan<br />

mientras tanto al tráfico de drogas <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de<br />

fuente principal de ingresos de la economía<br />

sumergida. Sólo con <strong>el</strong> tráfico de inmigrantes,<br />

la forma moderna d<strong>el</strong> comercio de esclavos,<br />

las mafias chinas (tríadas) obtienen en<br />

Estados Unidos beneficios de 2.500 millones<br />

de dólares al año, según estima una autoridad<br />

norteamericana.<br />

En Europa, la explosiva evolución d<strong>el</strong><br />

contrabando de trabajo da testimonio d<strong>el</strong><br />

nuevo poder de los consorcios mercantiles<br />

ilegales. Hasta finales de los ochenta, la<br />

evasión d<strong>el</strong> impuesto sobre <strong>el</strong> tabaco era<br />

principalmente un problema italiano. Desde<br />

1990, jerarquizadas organizaciones han<br />

abierto <strong>el</strong> mercado interior europeo. Dos años<br />

después ya se incautaban en Alemania 347<br />

millones de cigarrillos libres de impuesto, y en<br />

1995 eran ya 750 millones. Los investigadores<br />

estiman que esta cantidad es alrededor d<strong>el</strong><br />

5% d<strong>el</strong> volumen total d<strong>el</strong> negocio. La oficina<br />

de Criminalidad Aduanera de Colonia calcula<br />

la evasión anual de impuestos por este<br />

concepto de 1.500 millones de marcos en<br />

Alemania, a escala europea se pierden entre<br />

seis y ocho mil millones de marcos de<br />

ingresos.<br />

El boom d<strong>el</strong> contrabando no es consecuencia<br />

de un deficiente trabajo policial. Las<br />

organizaciones y sus formas de actuar son<br />

conocidas con bastante exactitud, informa <strong>el</strong><br />

fiscal general d<strong>el</strong> Estado alemán, Hans-Jürgen<br />

Kolb, director d<strong>el</strong> Grupo ad hoc de<br />

Criminalidad Económica de Augsburg, que<br />

estudia <strong>el</strong> negocio desde 1992. La mercancía<br />

procede por regla general de fábricas de<br />

cigarrillos norteamericanas, cuyas<br />

227


exportaciones, totalmente regulares, se<br />

almacenan provisionalmente en los puertos<br />

libres (de aranc<strong>el</strong>es) de Rótterdam o<br />

Hamburgo, así como en sus complementarios<br />

suizos, los llamados almacenes libres. Allí,<br />

junto a los importadores legales europeooccidentales,<br />

también sociedades anónimas<br />

con sede en Chipre, Liechtenstein o Panamá<br />

encargan grandes cantidades para su<br />

exportación a Europa oriental o África. En<br />

camiones precintados, <strong>el</strong> producto emprende<br />

viaje por territorio de la UE, pero nunca llega<br />

a ser lugar de destino, sino que es cambiado,<br />

antes d<strong>el</strong> nuevo cruce en <strong>el</strong> punto de mira de<br />

los investigadores y <strong>el</strong> conductor sospecha<br />

que le están vigilando, sus clientes le dan por<br />

t<strong>el</strong>éfono móvil vía satélite la orden de seguir<br />

<strong>el</strong> viaje normalmente hasta haber pasado las<br />

fronteras suficientes como para librarse de sus<br />

perseguidores. Como se gana millón y medio<br />

largo de marcos por camión, se puede<br />

sacrificar algún que otro cargamento o pagar<br />

impuestos por él sin ningún problema. De<br />

todos modos, dado <strong>el</strong> enorme incremento de<br />

los flujos comerciales la policía sólo puede<br />

controlar una pequeña parte de todos los<br />

transportes de cigarrillos. Y eso que en<br />

muchos lugares se incauta de cantidades de<br />

contrabando asombrosamente grandes. Pero<br />

se causa poco daño al negocio ilegal, porque<br />

los investigadores sólo pueden atrapar a los<br />

ejecutores encargados d<strong>el</strong> transporte ya<br />

distribución. Los organizadores, gente de<br />

negocios honorable, son inatacables.<br />

“Conocemos los nombres de esa gente, pero<br />

no podemos ir a por <strong>el</strong>los”, se lamenta Kolb.<br />

Liechtenstein o Panamá son inaccesibles, la<br />

cooperación policial internacional termina en<br />

sus fronteras.<br />

Todavía da más que hacer a los<br />

investigadores que se haya vu<strong>el</strong>to imposible<br />

incautar <strong>el</strong> patrimonio de los consorcios<br />

criminales. Da igual la eficacia con que<br />

trabajen la policía y la justicia, los beneficios<br />

acumulados siguen siendo intocables en <strong>el</strong><br />

espacio sin leyes d<strong>el</strong> mercado financiero<br />

global. El secreto bancario de las zonas<br />

evasoras de capital, defendido con uñas y<br />

dientes por la comunidad financiera<br />

internacional, no sólo protege a los evasores<br />

de impuestos. No es casualidad que los más<br />

importantes paraísos fiscales se hayan<br />

desarrollado a lo largo de las principales rutas<br />

d<strong>el</strong> comercio de la droga. “Panamá y las<br />

228<br />

Bahamas son conocidas como centro de<br />

lavado financiero d<strong>el</strong> tráfico de cocaína. El<br />

mismo pap<strong>el</strong> tiene Hong Kong en los<br />

beneficios de la heroína d<strong>el</strong> sureste asiático,<br />

mientras Gibraltar y Chipre protegen <strong>el</strong> capital<br />

de los narcotraficantes de Oriente Medio y<br />

Turquía”, resume la economista británica<br />

Susan Strange la función de las plazas offshore<br />

para la economía sumergida. Al mismo<br />

tiempo, <strong>el</strong> socavamiento de los sectores<br />

legales por inversores criminales no puede<br />

detenerse con ninguna ley contra <strong>el</strong> lavado de<br />

dinero, por estricta que sea. “Si quiere usted<br />

lavar dinero obtenido de forma criminal hoy<br />

día puede hacerlo sin problemas casi en<br />

cualquier lugar d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>”, confiesa sin<br />

rebozo <strong>el</strong>banquero Folker Streib, que trabajó<br />

para <strong>el</strong> Commerzbank en Asia y América y hoy<br />

dirige su filial de Berlín.<br />

Las consecuencias son aterradoras. La<br />

criminalidad organizada ya está considerada<br />

entre los expertos como la rama de la<br />

economía que más rápido se expande en todo<br />

<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, con beneficios anuales de 500.000<br />

millones de dólares. En un estudio para la<br />

Oficina Federal de Investigación Criminal<br />

alemana, científicos de la Universidad de<br />

Münster pronostican un crecimiento en<br />

Alemania d<strong>el</strong> 35% hasta <strong>el</strong> año 2000 en<br />

d<strong>el</strong>itos como <strong>el</strong> tráfico de personas, <strong>el</strong> trabajo<br />

ilegal, <strong>el</strong> robo de automóviles y la extorsión.<br />

Con la acumulación de capital, aumenta<br />

también de manera incesante <strong>el</strong> poder de los<br />

cárt<strong>el</strong>es criminales para corromper o incluso<br />

apoderarse por completo de empresas legales<br />

y autoridades estatales. Esto se hace tanto<br />

más amenazador cuanto más débil es <strong>el</strong><br />

desarrollo d<strong>el</strong> Estado. En Rusia y en Ucrania,<br />

en Colombia y Hong Kong, la actividad<br />

comercial legal e ilegal se confunde. Nadie<br />

puede evaluar ya qué partes d<strong>el</strong> aparato d<strong>el</strong><br />

Estado defiende aún <strong>el</strong> Derecho o tan sólo<br />

llevan una guerra contra competidores por<br />

encargo de criminales. Tampoco Italia ha<br />

ganado su batalla contra la Mafia, a pesar de<br />

haber llevado a cabo espectaculares<br />

detenciones. El capital de los viejos padrinos<br />

pasa sin desgaste a manos de herederos<br />

desconocidos, que sólo tendrán que<br />

modernizar sus organizaciones. D<strong>el</strong><br />

patrimonio de los cuatro grandes sindicatos<br />

d<strong>el</strong> crimen italiano, que se estima, al cambio,<br />

entre 150 y 200.000 millones de marcos, se<br />

incautaron hasta junio de 1996 2.200


millones… y sólo provisionalmente. Los<br />

abogados de la Mafia llevan ad<strong>el</strong>ante procesos<br />

contra <strong>el</strong> Estado por la devolución de dos<br />

tercios de esa suma, porque se supone que se<br />

trata de patrimonio obtenido en negocios<br />

legales.<br />

Desde los países de base y con sus bancos<br />

guardándoles las espaldas, las redes<br />

criminales se extienden poco a poco a los<br />

Estados ricos, que aparentemente aún<br />

funcionan bien. El crimen por encargo ya no<br />

es un d<strong>el</strong>ito anecdótico en Alemania. En <strong>el</strong><br />

primer semestre de 1996 murieron en Berlín<br />

36 personas en la guerra entre las bandas<br />

vietnamitas rivales que organizan la<br />

distribución para la mafia d<strong>el</strong> tabaco en<br />

Alemania oriental. Al mismo tiempo, se<br />

difumina la frontera entre legalidad e<br />

ilegalidad en la vida económica. Sin<br />

conocimiento de su dirección, también<br />

consorcios y bancos serios pueden verse<br />

enredados en turbios negocios. Cuando una<br />

empresa competidora controlada por<br />

criminales se sirve de métodos ilegales, los<br />

trabajadores rápidamente se sienten tentados<br />

a imitarla. También las sumas, de todas las<br />

cuantías imaginables, destinadas a sobornos<br />

rebajan <strong>el</strong> umbral de la inhibición. Una<br />

encuesta anónima de la sociedad de auditoría<br />

KPMG entre los directivos de varios cientos de<br />

empresas en 18 países arrojó <strong>el</strong> resultado de<br />

que casi la mitad de los encuestadores<br />

considera un gran problema la creciente<br />

criminalidad económica.<br />

De este modo, <strong>el</strong> Estado y la política pasan a<br />

ojos vistas a la defensiva en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

También <strong>el</strong> Derecho anticárt<strong>el</strong>es, antaño un<br />

bastión de la economía d<strong>el</strong> mercado contra la<br />

conspiración empresarial a costa d<strong>el</strong><br />

consumidor o <strong>el</strong> contribuyente, está perdiendo<br />

su efecto. En mercados organizados<br />

globalmente, como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> transporte aéreo, <strong>el</strong><br />

químico o <strong>el</strong> d<strong>el</strong> comercio de derechos<br />

cinematográficos y de emisión, está derogado<br />

de facto. ¿Cómo controlar si las tres grandes<br />

alianzas europeo-americanas contraídas por<br />

Lufthansa, British Airways y Air France llegan<br />

a acuerdos, cuando todos sus pequeños<br />

competidores en los tramos transatlánticos<br />

hayan quebrado? ¿Quién impedirá a los<br />

monstruos mediáticos como Leo Kirch, Rupert<br />

Murdoch y los tres gigantes Time<br />

Warner/CNN, Disney/ABC y Bert<strong>el</strong>smann/CLT<br />

llegar aquí y allá a acuerdos sobre los precios<br />

y acotar zonas de influencia?<br />

Por <strong>el</strong> camino se ha quedado también la<br />

política medioambiental. En la competencia<br />

por los empleos de los consorcios, la mayoría<br />

de los Gobiernos ha abandonado o aplazado<br />

sine die todos los proyectos de reforma<br />

ecológica. En <strong>el</strong> verano de 1996, la mayoría<br />

de los investigadores d<strong>el</strong> clima señalaron la<br />

catástrofe fluvial china y la tercera sequía d<strong>el</strong><br />

siglo americana como mensajeros de la<br />

catástrofe climática que se avecina debido a la<br />

creciente concentración de gases provocados<br />

d<strong>el</strong> efecto invernadero de la atmósfera. Pero<br />

nada ocurre, incluso <strong>el</strong> llamamiento de algún<br />

que otro ministro de Medio Ambiente suena<br />

cansado.<br />

El catálogo de este fracaso d<strong>el</strong> Estado ante la<br />

anarquía d<strong>el</strong> mercado mundial se puede<br />

prolongar casi indefinidamente. Poco a poco<br />

los Gobiernos de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> pierden la<br />

capacidad de intervenir siquiera para orientar<br />

<strong>el</strong> desarrollo de sus naciones. A todos los<br />

niv<strong>el</strong>es se pone de manifiesto <strong>el</strong> error<br />

sistemático de la integración global: mientras<br />

<strong>el</strong> flujo de mercancías y capital está disponible<br />

en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, la regulación y <strong>el</strong> control<br />

han seguido siendo tareas nacionales. La<br />

economía devora a la política.<br />

En contra de lo que ampliamente se cree, la<br />

creciente impotencia d<strong>el</strong> Estado no conduce<br />

en modo alguno a la reducción general d<strong>el</strong><br />

apartado d<strong>el</strong> mismo o incluso, como sospecha<br />

<strong>el</strong> visionario japonés y <strong>el</strong> antiguo director de<br />

McKinsey en Asia, Kennichi Ohmae, al “fin d<strong>el</strong><br />

Estado nacional”. Porque <strong>el</strong> Estado y su<br />

Gobierno siguen siendo la única instancia ante<br />

la que los ciudadanos y <strong>el</strong>ectores pueden<br />

reclamar justicia, responsabilidad y cambios.<br />

La mera idea de la que la alianza de los<br />

consorcios podría asumir funciones estatales,<br />

como anunciaba en un titular la revista<br />

norteamericana, Newsweek, es ilusoria. A<br />

ningún presidente de un consorcio, por<br />

poderosos que fuera, se le ocurriría asumir la<br />

responsabilidad de evoluciones que se<br />

producen fuera de su empresa. No le pagan<br />

por eso. Los directivos son los primeros que<br />

piden la intervención pública cuando la cosa<br />

arde. Por eso, en vez d<strong>el</strong> generoso<br />

desmontaje de la administración burocrática<br />

en muchos lugares ocurre lo contrario.<br />

229


Incapaces de llevar a cabo reformas de<br />

alcance, ministros y funcionarios se ven<br />

obligados a practicar una política sustitutoria.<br />

El Derecho medioambiental alemán, por<br />

ejemplo, abarca mientras tanto más de 8.000<br />

normas. El motivo no es la inclinación<br />

alemana a la perfección en materia de<br />

reglamentaciones. Más bien los responsables<br />

tienen que proteger a los ciudadanos de los<br />

riesgos para sus salud, mientras se muestran<br />

impotentes para enfrentarse a la tendencia<br />

general d<strong>el</strong> desarrollo antiecológico. La<br />

consecuencia es un lastre burocrático sin fin.<br />

Lo mismo ocurre con <strong>el</strong> Derecho tributario.<br />

Como no se puede imponer una reforma fiscal<br />

socialmente justa a los sectores económicos,<br />

los políticos de todos los partidos han creado<br />

una maraña de desgravaciones para este<br />

grupo y excepciones para aqu<strong>el</strong>, en la que<br />

incluso los funcionarios de Hacienda hace<br />

mucho que han perdido la visión de conjunto.<br />

La reacción de la política a la amenaza<br />

criminal sigue, sólo que con métodos mucho<br />

más arriesgados, <strong>el</strong> mismo mod<strong>el</strong>o. Como no<br />

pueden atacar la base de su poder, <strong>el</strong> capital<br />

–los tan acertadamente denominados “grupos<br />

de d<strong>el</strong>incuentes orientados hacia la economía<br />

de mercados” por <strong>el</strong> secretario d<strong>el</strong> Interior<br />

bávaro Herman Regensburger-, los<br />

responsables de Interior de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> se<br />

dedican a ampliar <strong>el</strong> aparato policía. En contra<br />

de la enérgica protesta d<strong>el</strong> Comisionado de<br />

Protección de Datos, una gran coalición de<br />

CDU y SPD se puso de acuerdo en Bonn, en<br />

junio de 1996, en la legalización de la “gran<br />

escucha” en las indagaciones policiales. En <strong>el</strong><br />

futuro los ciudadanos podrán ser sometidos a<br />

escucha incluso en sus domicilios si los<br />

investigadores simplemente sospechan su<br />

implicación en la criminalidad organizada. El<br />

estado federado de Baviera introdujo ya un<br />

año antes <strong>el</strong> llamado control de sospecha.<br />

Desde entonces los policías pueden efectuar<br />

en todo lugar y momento “controles<br />

independientes de sospechas o<br />

acontecimientos” y retener a cualquier<br />

ciudadano por una mera presunción. La<br />

ampliación d<strong>el</strong> sector supervisor permite<br />

sospechar adónde irá a parar esto: cuando la<br />

presión anárquica que emana de los mercados<br />

integrados ya no sea limitable políticamente,<br />

las consecuencias habrán de ser combatidas<br />

con represión. El Estado autoritario será la<br />

230<br />

respuesta a la impotencia de la política frente<br />

a la economía.<br />

La necesaria contraestrategia empieza a<br />

imponerse: cooperación internacional.<br />

Científicos comprometidos, ecologistas y<br />

políticos reclaman desde hace mucho la<br />

estrecha imbricación de todas las políticas<br />

nacionales por encima de los límites estatales.<br />

Y de hecho especialmente los países ricos<br />

industrializados han intensificado fuertemente<br />

su cooperación durante la pasada década. El<br />

número de encuentros internacionales entre<br />

Gobiernos y acuerdos transfronterizos se<br />

multiplicó. Con los tratados sobre <strong>el</strong> mercado<br />

interior y la Unión Europa, Europa occidental<br />

estableció incluso una forma de legislación<br />

transnacional. Una larga serie de conferencia<br />

de la ONU, desde la cumbre medioambiental<br />

de Río de Janeiro d<strong>el</strong> año 1992 hasta <strong>el</strong><br />

encuentro sobre <strong>el</strong> futuro de las ciudades de<br />

Estambul, en 1996, pasando por la<br />

conferencia sobre la población mundial de <strong>el</strong><br />

Cairo, en 1995, señalan una constante<br />

internacionalización de la política. Poco a<br />

poco, parece, se abre paso una especie de<br />

coordinación gubernamental mundial. El<br />

secretario general de las Naciones Unidas,<br />

Butros Butros-Ghali, convocó expresamente a<br />

una comisión de r<strong>el</strong>evantes estadistas de<br />

ambos sexos que en 1995 presentó un<br />

extenso programa con <strong>el</strong> que optimizar <strong>el</strong><br />

gobierno mundial, <strong>el</strong> global governance. El<br />

centro d<strong>el</strong> plan lo ocupaba la reforma d<strong>el</strong><br />

Consejo de Seguridad de la ONU y su<br />

complementación con un “Consejo de<br />

Seguridad Económica”. Esto haría a la ONU<br />

más democrática y le ayudaría a disponer de<br />

una renovada capacidad de actuación. Al<br />

mismo tiempo, también las iniciativas políticas<br />

privadas han globalizado su trabajo.<br />

GreenPeace y Amnistía International han<br />

extendido su lucha por <strong>el</strong> medo ambiente y los<br />

derechos humanos a casi todos los países de<br />

la Tierra y son tan conocidos en muchos<br />

lugares como la Coca-Cola y la emisora de<br />

música MTV. La victoria de los ecologistas<br />

sobre la multinacional petrolera Sh<strong>el</strong>l y <strong>el</strong><br />

Gobierno británico en la disputa por <strong>el</strong><br />

hundimiento de la plataforma pletrolífera<br />

Brent Spar, en <strong>el</strong> verano de 1995, fue<br />

interpretada por muchos como la nueva forma<br />

de política supranacional, como una especie<br />

de democracia de los consumidores mediante<br />

una presencia mundial en los medios.


¿Se acerca, pues, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> a la cooperación<br />

global para la salvación de la estabilidad social<br />

y ecológica? ¿Necesita aún algunos<br />

empujones para que se abra paso <strong>el</strong> Global<br />

Governance? Si fuera por <strong>el</strong> número de<br />

conferencias científicas y publicaciones sobre<br />

<strong>el</strong> tema, la nueva era tendría que ser<br />

inminente. Pero los resultados hasta la fecha<br />

son frustrantes.<br />

GOBERNAR A ESCALA MUNDIA: UNA<br />

ILUSIÓN ÚTIL<br />

Cuando a fines de marzo de 1995, en <strong>el</strong><br />

Centro de Congresos de Berlín, se reunieron<br />

unos 500 diplomáticos de 130 Estados para<br />

negociar un convenio mundial para la<br />

protección d<strong>el</strong> clima terrestre, la esperanza<br />

flotaba en le ambiente. Ecologistas y<br />

d<strong>el</strong>egados corrían excitados por los pasillos<br />

d<strong>el</strong> laberinto de hormigón, parecido a una<br />

nave espacial, y recogían <strong>el</strong> asentimiento de<br />

los Gobiernos a una iniciativa presentada por<br />

los Estados insulares de los océanos Pacífico e<br />

Índico, amenazados por la decadencia. Japón,<br />

Alemania, los escandinavos y muchos otros<br />

estaban dispuestos a firmar un tratado que<br />

obligaría a los Estado industriales a reducir en<br />

una cuarta parta la emisión de gases<br />

causantes d<strong>el</strong> efecto invernadero. La defensa<br />

contra <strong>el</strong> amenazante caos climático parecía<br />

factible. Pero por lo menos uno de los<br />

participantes en la conferencia sabía lo<br />

contrario desde <strong>el</strong> principio. Su cráneo<br />

anguloso con las mejillas colgantes en un<br />

cuerpo enclenque, los pantalones demasiado<br />

cortos y los gastados zapatos ortopédicos le<br />

daban <strong>el</strong> aspecto de un inofensivo<br />

provinciano. Pero las apariencias engañaban.<br />

Donald Pearlman, abogado de la firma de<br />

Washington Patton, Boggs & Blow, era <strong>el</strong><br />

personaje más importante de la conferencia<br />

gubernamental de Berlín. Cada mañana<br />

esperaba a los d<strong>el</strong>egados ante la sala de<br />

plenos e impartía a sus aliados en un susurro<br />

las instrucciones d<strong>el</strong> día.<br />

Pearlman tuvo una participación esencial en<br />

que cada iniciativa para la protección d<strong>el</strong> clima<br />

se perdiera en <strong>el</strong> limbo de una nebulosa<br />

declaración tras un maratón negociador de<br />

dos semanas. Oficialmente, <strong>el</strong> hombre con<br />

cara de bulldog no tenía mandato alguno. Sin<br />

embargo, <strong>el</strong> manual de grupos de presión de<br />

Washington señala a su bufete como<br />

presentante d<strong>el</strong> gigante químico DuPont y de<br />

los tres consorcios petroleros Exxon, Texaco y<br />

Sh<strong>el</strong>l. Ante su bien organizada resistencia se<br />

había quebrado ya <strong>el</strong> inicial impulso<br />

medioambiente d<strong>el</strong> Gobierno Clinton, <strong>el</strong>egido<br />

en noviembre de 1992. Con “desinformación<br />

sistemática” convencieron a la opinión pública<br />

americana de que <strong>el</strong> riesgo climático aún no<br />

estaba demostrado, informó en Berlín <strong>el</strong><br />

vicepresidente d<strong>el</strong> Worldwatch Institute,<br />

Christopher Flavin.<br />

Sin embargo, como causante principal d<strong>el</strong><br />

calentamiento global Estados Unidos no podría<br />

enfrentarse abiertamente a la convención<br />

protectora exigida por la mayoría de los<br />

Estados. A escala internacional, la industria<br />

d<strong>el</strong> petróleo y d<strong>el</strong> carbón tenía que recorrer<br />

otros caminos. Ese era <strong>el</strong> trabajo de<br />

Pearlman, y él lo dominaba con brillantez.<br />

Durante tres años, viajó a cada una de las<br />

más de 20 conferencias preparatorias en todo<br />

<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> y situó a los representantes de los<br />

Estados petrolíferos árabes en contra de la<br />

protección d<strong>el</strong> clima. Dirigida por él, su<br />

resistencia, al principio tan sólo contenida, se<br />

transformó en una refinada estrategia de<br />

bloqueo. El mayor problema de Pearlman eran<br />

los climatólogos, que están en gran medida de<br />

acuerdo sobre <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro que se avecina. Por<br />

eso, <strong>el</strong> abogado petrolero hizo entrar, en <strong>el</strong><br />

grupo de expertos competente de Naciones<br />

Unidas que debía resumir <strong>el</strong> estado de los<br />

conocimientos científicos para la conferencia<br />

de Berlín, a científicos de Kuwait y Arabia<br />

Saudí, que pusieron en cuestión muchas<br />

afirmaciones no discutidas hasta entonces. A<br />

veces incluso presentaron las instrucciones<br />

manuscritas de Pearlman como propuesta de<br />

enmienda y practicaron un “interminable<br />

bizantinismo”, se indignaba <strong>el</strong> climatólogo<br />

holandés Joseph Alcamo. El esbozo para <strong>el</strong><br />

informe final quedó convertido en un<br />

documento no vinculante sin afirmaciones<br />

claras, y Pearlman triunfó diciendo que no<br />

había “ningún consenso científico” sobre <strong>el</strong><br />

riesgo climático. En las posteriores<br />

negociaciones entre Gobiernos, los Estados<br />

petroleros impusieron que los acuerdos sólo<br />

pudieran tomarse por unanimidad, y la<br />

aprobación de una convención climática eficaz<br />

de la ONU terminó desplazada a un lejano<br />

futuro. También la conferencia subsiguiente,<br />

en julio de 1996 en Ginebra, terminó sin un<br />

resultado aprehensible.<br />

231


El deprimente paso de tortuga de la<br />

diplomacia d<strong>el</strong> clima pone al descubierto la<br />

debilidad de principio de la hermosa idea d<strong>el</strong><br />

Global Governance: <strong>el</strong> intento de alcanzar una<br />

concertación mundial entre los distintos<br />

grupos de Estados da a los intereses<br />

particulares de grupos de presión bien<br />

organizados, así como a algunos Gobiernos<br />

concretos, un peso desmedido, y les concede<br />

un derecho fáctico de veto. Si uno de los<br />

actores más importantes no tira de la cuerda,<br />

<strong>el</strong> parón está programado. A la vez, los<br />

Gobiernos cuyos <strong>el</strong>ectores están dispuestos a<br />

hacer reformas consiguen un bienvenido<br />

argumento con <strong>el</strong> que disculpar su inacción.<br />

Esto no significa que la cooperación mundial<br />

tenga básicamente que fracasar. La historia<br />

hasta la fecha d<strong>el</strong> Global Governance también<br />

conoce algunos éxitos espectaculares. Por<br />

ejemplo, la comunidad mundial reaccionó<br />

comparativamente rápida y eficazmente al<br />

descubrimiento d<strong>el</strong> agujero de ozono sobre la<br />

Antártica, en <strong>el</strong> otoño de 1985. en dos años,<br />

países industriales y en desarrollo negociaron<br />

una convención de la ONU que junto con <strong>el</strong><br />

protocolo de Montreal, firmado en 1987, y dos<br />

anexos que lo reforzaban, obligaba a todos los<br />

países miembros a suspender la fabricación de<br />

productos químicos destructores d<strong>el</strong> ozono<br />

hasta <strong>el</strong> año 1996.<br />

Los bancos emisores de los principales países<br />

industrializados establecieron una especie de<br />

régimen mundial provisional para la<br />

protección de los mercados financieros contra<br />

sí mismos en <strong>el</strong> Banco Internacional de<br />

Compensación de Pagos. Allí, los<br />

representantes gubernamentales se pusieron<br />

de acuerdo en unos estándares mínimos para<br />

los global players d<strong>el</strong> escenario financiero.<br />

Desde 1992, los institutos monetarios tienen<br />

que tener en todas las plazas financieras<br />

importantes un capital propio por valor d<strong>el</strong> 8%<br />

de sus créditos, de lo contrario pierden su<br />

licencia y <strong>el</strong> acceso a la red. Ese colchón de<br />

capital amortigua <strong>el</strong> riesgo de una nueva crisis<br />

de la deuda en <strong>el</strong> sistema bancario, que a<br />

principios de los ochenta había llevado al<br />

borde d<strong>el</strong> colapso sobre todo a los grandes<br />

bancos americanos. A pesar de todos los<br />

retrocesos concretos, <strong>el</strong> tratado contra la<br />

proliferación de armas atómicas es también<br />

una prueba de que la cooperación mundial<br />

entre Estados puede funcionar muy bien.<br />

232<br />

Ningún crimen se reprime más enérgicamente<br />

que <strong>el</strong> comercio con técnica y materiales para<br />

<strong>el</strong> genocidio nuclear.<br />

Por supuesto, todos estos casos tienen algo<br />

en común: la imposición de los<br />

correspondientes tratados mundiales siempre<br />

se pone en marcha de verdad cuando <strong>el</strong><br />

Gobierno de Estados Unidos toma las riendas<br />

d<strong>el</strong> asunto. Aunque la iniciativa d<strong>el</strong> Gobierno<br />

norteamericano tampoco es garantía de éxito.<br />

También Rusia, Europa occidental y las<br />

naciones líderes d<strong>el</strong> sur pueden frenar. Pero<br />

todos están de uno u otro modo sometidos a<br />

la benevolencia de Estados Unidos, aunque<br />

sólo sea por la importancia d<strong>el</strong> mercado<br />

americano. Por eso, hasta hoy sigue siendo<br />

verdad en <strong>el</strong> global governance que sin duda<br />

América no lo es todo, pero sin América todo<br />

es nada.<br />

¡AMÉRICA, VE TÚ DELANTE!<br />

La globalización entendida como la liberación<br />

de las fuerzas d<strong>el</strong> mercado mundial y la<br />

pérdida de poder económico de los Estados,<br />

es para la mayoría de las naciones un proceso<br />

impuesto, al que no pueden sustraerse. Para<br />

América, era y es un proceso que su élite<br />

política y económica ha puesto en marcha y<br />

mantiene voluntariamente. Sólo Estados<br />

Unidos pudo mover al Gobierno de Japón a<br />

abrir <strong>el</strong> mercado interior japonés a las<br />

importaciones. Sólo <strong>el</strong> Gobierno de<br />

Washington puede obligar al régimen chino a<br />

cerrar 30 fábricas de vídeo y CD, que ganaban<br />

miles de millones con <strong>el</strong> robo de derechos de<br />

propiedad int<strong>el</strong>ectual y la piratería de<br />

productos. Por último, sólo <strong>el</strong> Gobierno Clinton<br />

pudo arrancar a los rusos <strong>el</strong> consentimiento a<br />

la intervención militar en Bosnia, que puso fin<br />

a la carnicería de los Balcanes. El crédito de<br />

diez mil millones de dólares d<strong>el</strong> FMI,<br />

concedido justo a tiempo para la campaña<br />

<strong>el</strong>ectoral de Borís Y<strong>el</strong>tsin, fue la recompensa<br />

en <strong>el</strong> verano de 1996.<br />

Así que la única superpotencia que queda es<br />

también la última nación a la que le sigue<br />

quedando una <strong>el</strong>evada medida de soberanía<br />

nacional. En toda la extensión de la política<br />

económica, comercial, social, financiera y<br />

monetaria son en última instancia los políticos<br />

de Washington y sus asesores los que dictan<br />

las reglas de la integración global, aunque a


menudo no sean conscientes de <strong>el</strong>lo. No es<br />

una aspiración colonialista, ni tampoco la<br />

superioridad militar, sino la pura magnitud de<br />

la economía americana, la que hace de<br />

Estados Unidos <strong>el</strong> último factor ordenador en<br />

<strong>el</strong> caos d<strong>el</strong> entr<strong>el</strong>azamiento global. Por eso, es<br />

posible que al final también sea un Gobierno<br />

americano <strong>el</strong> primero en salir de la trampa de<br />

la globalización. Hoy ya no hay ningún sitio<br />

donde se critique con más dureza <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o<br />

de América, de total sometimiento al<br />

mercado, que en los propios Estados Unidos.<br />

Cuando entre California y New Hampshire<br />

suficientes personas lleguen a la conclusión de<br />

que la retirada d<strong>el</strong> Estado también está<br />

arruinada a su país, podrán introducir mañana<br />

un abrupto cambio de rumbo. Al fin y al cabo,<br />

también <strong>el</strong> Estado de bienestar que ahora es<br />

triturado entre las ruedas de la máquina<br />

económica planetaria fue implantado primer<br />

en Estados Unidos. Cuando <strong>el</strong> último impulso<br />

globalizador de la economía mundial terminó<br />

en catástrofe en los años treinta de este siglo,<br />

fue <strong>el</strong> Gobierno de Franklin Roosev<strong>el</strong>t <strong>el</strong> que<br />

con <strong>el</strong> New Deal inventó <strong>el</strong> moderno Estado<br />

social para superar la situación. Así pues, no<br />

se puede excluir que <strong>el</strong> proverbial<br />

pragmatismo americano deseche dentro de<br />

unos años las doctrinas de los radicales d<strong>el</strong><br />

mercado tan rápidamente como en 1980 las<br />

<strong>el</strong>evó a dogma.<br />

“¡América, ve tú d<strong>el</strong>ante!”, reza, con<br />

demasiada frecuencia, la directriz no escrita<br />

de la política europea cuando se trata de las<br />

grandes cuestiones d<strong>el</strong> futuro de la<br />

Humanidad. Pero para <strong>el</strong> objetivo de<br />

desactivar <strong>el</strong> explosivo social que produce <strong>el</strong><br />

mercado sin fronteras Europa apenas puede<br />

contar por <strong>el</strong> momento con la dirección<br />

americana. Hasta ahora, todos los Gobiernos<br />

norteamericanos han rechazado todas las<br />

propuestas para frenar <strong>el</strong> ritmo de la<br />

integración económica y volver a ponerla bajo<br />

control de los Estados. Por eso la única<br />

institución de peso de la cooperación global<br />

entre Gobiernos, la ronda d<strong>el</strong> G-7 de los siete<br />

mayores países industrializados, se está<br />

convirtiendo en un foro de charlatanería sin<br />

consecuencias. Durante la conferencia cumbre<br />

de los siete jefes de Estados y de Gobierno de<br />

finales de junio de 1966 en Lyón, <strong>el</strong><br />

presidente de Francia, Jacques Chirac, abogó<br />

por una “globalización controlada”. Junto con<br />

<strong>el</strong> canciller federal alemán y su ministro de<br />

Hacienda, se reafirmó en poner fin a la<br />

ruinosa competencia fiscal y controlar más los<br />

mercados financieros mundiales. Pero gracias<br />

a la resistencia británico-americana al final<br />

sólo hubo, una vez más, un inofensivo<br />

comunicado con <strong>el</strong> que los príncipes de la<br />

cumbre se limitaban a impartir a la burocracia<br />

de la OCDE la orden de formular una<br />

propuesta al año siguiente.<br />

Exactamente así vienen saboteando hasta la<br />

fecha <strong>el</strong> Congreso norteamericano y la<br />

Administración Clinton todos los intentos de<br />

revalorizar las instituciones de la ONU para<br />

volver a hacer gobernable con su ayuda la<br />

fusión de los mercados y naciones. Sin<br />

reparos, los políticos americanos denuncian<br />

regularmente a las Naciones Unidas<br />

calificándolas de burocracia endémica e inútil<br />

que no consigue nada. Con <strong>el</strong>lo no sólo son<br />

injustos con la mayoría de los alrededor de<br />

9.000 trabajadores de la ONU, que emplean<br />

un 70% d<strong>el</strong> escaso presupuesto de 2.400<br />

millones de dólares anuales en fines<br />

humanitarios y en la intervención de las<br />

tropas de paz de la organización. El reproche<br />

invierte también causa y efecto. Mientras, por<br />

una parte, <strong>el</strong> representante norteamericano<br />

en <strong>el</strong> Consejo de Seguridad siempre aprueba<br />

nuevas misiones de los cascos azules y<br />

campañas de ayuda, su Gobierno, quebrando<br />

sus obligaciones de Derecho Internacional,<br />

niega <strong>el</strong> pago de su contribución al<br />

presupuesto de las Naciones Unidas, a las que<br />

adeuda 1.300 millones de dólares. Como la<br />

organización se encuentra constantemente al<br />

borde de la insolvencia, <strong>el</strong> aparato de la ONU<br />

trabaja forzosamente cada vez peor.<br />

De ahí que por <strong>el</strong> momento malamente se<br />

pueda esperar de la política estadounidense,<br />

marcada por <strong>el</strong> populismo y la demagogia,<br />

que señale al <strong>mundo</strong> una salida de la trampa<br />

de la globalización. Sin embargo, eso no es<br />

malo. Porque la negativa americana abre a los<br />

Estados de Europa una oportunidad histórica<br />

como nunca tuvieron antes: la Unión Europea<br />

puede hacerse realidad, y sus dirigentes<br />

pueden coger <strong>el</strong> timón de la política<br />

económica mundial<br />

LA OPORTUNIDAD EUROPEA<br />

Si se comparase <strong>el</strong> calendario de citas de los<br />

ministros, secretarios de Estado y otros<br />

233


políticos de alto niv<strong>el</strong> de los 15 Estados de la<br />

Unión Europea, <strong>el</strong> resultado sería<br />

sorprendente: a excepción de los fines de<br />

semana y jornadas vacacionales, no se<br />

encontraría un solo día d<strong>el</strong> año en <strong>el</strong> que no<br />

se reunieran en Brus<strong>el</strong>as por lo menos uno,<br />

pero la mayoría de las veces diez o veinte<br />

grupos de 15 políticos, para impulsar un<br />

proyecto de la ley europea. Desde <strong>el</strong> control<br />

de los alimentos hasta los salarios mínimos en<br />

la construcción, desde la política de<br />

inmigración hasta la lucha contra la<br />

criminalidad asociada a las drogas, sin<br />

Brus<strong>el</strong>as ya no se hace nada en la política<br />

europea. Hace mucho que la integración<br />

supraestatal de la legislación en los Estados<br />

de la UE ha alcanzado un niv<strong>el</strong> considerado<br />

inalcanzable hace dos décadas. El creciente<br />

entr<strong>el</strong>azamiento intereuropeo fuerza a los<br />

países miembros a una coordinación cada vez<br />

más estrecha en casi todos los sectores de la<br />

vida pública.<br />

El que este proceso haya avanzado tanto, a<br />

pesar de todos los retrocesos, se lo debe<br />

Europa en gran medida al canciller federal<br />

alemán en <strong>el</strong> cargo desde 1982. El mayor<br />

logro de H<strong>el</strong>mut Kohl no es la realización de la<br />

unidad alemana, sino su inconmovible<br />

insistencia en la europeización de la política<br />

nacional. Kohl sólo demostró lo en serio que<br />

se tomaba esto en diciembre de 1991, cuando<br />

redactó en la neerlandesa Maastricht los<br />

párrafos d<strong>el</strong> Tratado que debía convertir en<br />

una Unión la vieja Comunidad Europea.<br />

Contra la masiva resistencia d<strong>el</strong> Bundesbank,<br />

de su propio partido y de gran parte de la élite<br />

conservadora, puso entonces, en alianza con<br />

Francia, <strong>el</strong> viejo sueño de la moneda común<br />

en <strong>el</strong> orden d<strong>el</strong> día europeo. Con seguro<br />

instinto de poder, Kohl y su entonces<br />

interlocutor Fracois Mitterrand advirtieron la<br />

importancia de este paso mucho antes que<br />

sus <strong>el</strong>ectores e incluso que la mayoría de sus<br />

asesores: El dinero común podía ser la clave<br />

de la unificación política d<strong>el</strong> continente y abrir<br />

paso a la liberación d<strong>el</strong> dominio americano.<br />

Porque la unión monetaria, aunque no entre<br />

en vigor hasta <strong>el</strong> año 2001, dará a Europa la<br />

posibilidad de recuperar una parte importante<br />

de soberanía estatal en <strong>el</strong> ámbito de la política<br />

monetaria, financiera y tributaria. Entonces<br />

los tipos de interés y de cambio europeos<br />

dependerán mucho menos que hoy d<strong>el</strong><br />

mercado norteamericano.<br />

234<br />

De este modo, ya se ha puesto la piedra más<br />

importante en los cimientos de una Europa<br />

políticamente unida. Si los Estados de la UE<br />

encuentran también por esta vía una política<br />

económica y social común, la distribución de<br />

pap<strong>el</strong>es en <strong>el</strong> escenario mundial d<strong>el</strong> poder<br />

cambiará de forma duradera. Apoyada en un<br />

mercado de más de 400 millones de<br />

consumidores, una Europa políticamente<br />

unida no tendría menos peso que Estados<br />

Unidos. Una Unión Europea que hiciera justicia<br />

a tal denominación podría presionar con<br />

expectativas de éxito para lograr una<br />

expulsión de los paraísos fiscales, reclamar la<br />

observancia de estándares mínimos sociales y<br />

ecológicos o recaudar un impuesto sobre <strong>el</strong><br />

tráfico de capitales y divisas. Si hay una<br />

posibilidad de apresar política y socialmente a<br />

una economía mundial desenfrenada, es por<br />

este camino.<br />

Pero por rápido que Kohl y sus interlocutores<br />

hayan hecho avanzar la unificación desde <strong>el</strong><br />

punto de vista técnico y organizativo, hasta<br />

ahora han fracasado grandiosamente a la hora<br />

de transformar a la UE en una unidad política<br />

capaz de actuar. El aparato de la UE y sus<br />

métodos de formación de opinión y toma de<br />

acuerdos se han quedado en la fase de la<br />

mera diplomacia interestatal. Con razón la<br />

mayoría de los ciudadanos ve en <strong>el</strong> actual<br />

proyecto de la UE más un monstruo<br />

antidemocrático de tecnocracia que una<br />

alternativa de futuro a sus Estados nacionales.<br />

Una sencilla analogía pone de manifiesto la<br />

extravagante constitución de la liga de<br />

Estados europeos: Supongamos que en la<br />

República Federal de Alemania no fuera <strong>el</strong><br />

Bundestag, sino <strong>el</strong> Bundesrat, es decir, los<br />

d<strong>el</strong>egados de los Gobiernos y ministerios<br />

regionales, quien aprobara todas las leyes.<br />

Que, sin embargo, estos representantes no<br />

estuvieran ni ligados a instrucciones de sus<br />

parlamentos ni obligados a rendir cuentas<br />

ante <strong>el</strong>los. Que además todas las<br />

negociaciones tuvieran lugar a puerta cerrada,<br />

que los distintos d<strong>el</strong>egados regionales<br />

pudieran incluso mantener en secreto su voto.<br />

Que los parlamentarios tampoco tuvieran<br />

influencia alguna sobre los proyectos de ley.<br />

Que en vez de esto las propuestas fueran<br />

<strong>el</strong>aboradas por una autoridad central<br />

compuesta por 12.000 personas, no sometida<br />

a ningún control parlamentario pero


asesorada por un ejército de grupos de<br />

presión de la Industria. Solo los cínicos<br />

concederían la etiqueta de democrático a un<br />

sistema semejante. Pero precisamente así se<br />

produce semana tras semana la legislación<br />

europea… en Brus<strong>el</strong>as.<br />

Allí, en un edificio de oficinas diseñado en<br />

mármol y cristal en la Rondpoint Schuman, se<br />

reúnen casi diariamente altos burócratas<br />

ministeriales de los Estados de la UE,<br />

agrupados por sus distintos departamentos. A<br />

menudo se reúnen varias comisiones al mismo<br />

tiempo. Tan pronto como ministros,<br />

secretarios de Estado, embajadores o sus<br />

representantes de menor rango entran al<br />

edificio, reciben constitucionalmente una<br />

segunda identidad: de funcionarios de la<br />

Administración, se transforman en<br />

mandatarios d<strong>el</strong> órgano legislativo más<br />

importante de Europa, <strong>el</strong> Consejo de<br />

Ministros. Modifican y aprueban las<br />

propuestas de la autoridad central, la<br />

Comisión Europea. Lo que sale de estos<br />

grupos como “Directiva o “Decreto” es<br />

Derecho vinculante en los 15 países<br />

miembros, con independencia de la voluntad<br />

de los distintos parlamentos nacionales. Éstos<br />

se ven reducidos a la condición de meros<br />

órganos de aclamación al transformarlo en<br />

leyes nacionales. De este modo <strong>el</strong> Ejecutivo<br />

de los Estados de la UE escribe sus propias<br />

leyes, a puerta cerrada y en medida cada vez<br />

mayor. Al menos un tercio de las leyes<br />

alemanas de la pasada década fueron<br />

mod<strong>el</strong>adas conforme a este principio.<br />

La revocación fáctica de la división de poderes<br />

a favor d<strong>el</strong> imperio de los consejos de<br />

Brus<strong>el</strong>as en la raíz d<strong>el</strong> malestar de los<br />

ciudadanos frente a la Unión Europea. Las<br />

mismas <strong>el</strong>ecciones al llamado Parlamento de<br />

Estrasburgo son un masivo desprecio<br />

recurrente a la soberanía. Da igual por qué<br />

partidos voten los <strong>el</strong>ectores, ninguno de los<br />

poderosos d<strong>el</strong> parqué de Brus<strong>el</strong>as tendrá que<br />

abandonar sus sillones después. Grupos de<br />

intereses sociales enteros quedan<br />

sistemáticamente excluidos de la toma de<br />

decisiones en la UE. Frente a la industria<br />

organizada a escala internacional, con sus<br />

alrededor de 5.000 lobbystas a su<strong>el</strong>do, los<br />

sindicatos, ecologistas y consumidores ni<br />

siquiera pueden esperar ser oídos por la<br />

opinión pública. Por otra parte, la mala prensa<br />

es tan desagradable para los burócratas como<br />

<strong>el</strong> mal tiempo.<br />

Esa prosecución de la democracia por medios<br />

tecnocráticos puede ser cómoda para los<br />

aparatos de Gobierno implicados, los<br />

funcionarios se ahorran la molestia de los<br />

debates públicos. Pero como forma de<br />

Gobierno está llevando a Europa cada vez más<br />

hacia <strong>el</strong> callejón sin salida de la incapacidad<br />

para actuar. Porque la supuesta fortaleza de<br />

los administradores de la UE es su mayor<br />

debilidad: por falta de legitimación<br />

democrática, no se pueden tomar decisiones<br />

por mayoría en cuestiones importantes. Por<br />

eso <strong>el</strong> sistema de la UE padece <strong>el</strong> mismo<br />

defecto que <strong>el</strong> Global Governance: Fracasa<br />

siempre que los Gobiernos no están de<br />

acuerdo. Nadie puede obligar a actuar a los 15<br />

países al mismo tiempo. Por eso, hasta ahora<br />

ha fracasado todo proyecto de reforma que no<br />

tuviera <strong>el</strong> apoyo de la industria transnacional.<br />

A niv<strong>el</strong> europeo no hay una política<br />

medioambiental, social y fiscal razonable. Pero<br />

a la vez tampoco los parlamentos nacionales<br />

pueden salir la paso de la fuerza<br />

desestabilizadora de los mercados. La<br />

referencia a la competencia internacional<br />

ahoga en origen todo intento nacional de ir<br />

por separado. Por eso hasta ahora <strong>el</strong><br />

entr<strong>el</strong>azamiento económico no ha producido<br />

los Estados Unidos de Europa, sino tan sólo un<br />

mercado sin Estado, en <strong>el</strong> que la política<br />

impulsa su propia pérdida de poder y<br />

engendra más conflictos de los que es capaz<br />

de resolver.<br />

MERCADO SIN ESTADO<br />

Este sistema tiene que fracasar. No hace falta<br />

ser profeta para predecir que siguiendo <strong>el</strong><br />

principio de los consejos de ministros <strong>el</strong><br />

atasco de las reformas alcanzará en pocos<br />

años dimensiones insoportables. Cuanto<br />

mayores sean las tensiones sociales en<br />

Francia, Italia, Austria, Alemania y otros<br />

lugares, tanto más se verán obligados los<br />

Gobiernos a encontrar soluciones de<br />

emergencia nacionales si la UE no les ofrece<br />

perspectiva alguna. La debilidad de la Europa<br />

de los Gobiernos abre la puerta a todos los<br />

populistas que prometen a sus <strong>el</strong>ectores que<br />

se puede renacionalizar la política. Aunque los<br />

profetas d<strong>el</strong> renacimiento nacional, como<br />

Jean-Marie LePen, Jörg Haider o Gianfranco<br />

235


Fini, no conquisten la mayoría parlamentaria,<br />

someterán a una presión notable a los<br />

partidos gobernantes. El “reflejo nacional”,<br />

como la élite funcionarial llama burlonamente<br />

a la resistencia contra su régimen, será cada<br />

vez más difícil de controlar, no importa lo<br />

irracional y económicamente absurda que sea<br />

la salida de la federación formada por la Unión<br />

Europea.<br />

A más tardar en <strong>el</strong> momento de la unión<br />

monetaria surgirán conflictos entre los<br />

Estados de la UE que será imposible conciliar<br />

con la actual constitución e la Unión y su<br />

legislación hecha en los cuartos traseros. Si,<br />

por ejemplo, uno de los países participantes<br />

no puede seguir <strong>el</strong> paso en la carrera por una<br />

creciente productividad, su economía irá<br />

irrevocablemente a la crisis. Con la<br />

devaluación de la propia moneda, hasta ahora<br />

los distintos bancos emisores podían<br />

amortiguar esas evoluciones y apoyar por lo<br />

menos a su industria exportadora. Este<br />

colchón desaparecerá con la unión monetaria.<br />

Su lugar lo ocuparán pagos compensatorios<br />

con los que los países prósperos echarán una<br />

mano a las regiones que sufran necesidad.<br />

Hace mucho que esta compensación financiera<br />

es un uso común dentro de los Estados, pero<br />

¿cómo los organizarán los consejos de<br />

ministros a escala europea? Una transferencia<br />

de patrimonio alimentada con fondos de los<br />

contribuyentes carece de legitimación<br />

democrática, nunca se podrá imponer en los<br />

países más ricos sin un amplio acuerdo de la<br />

población. Pero este acuerdo sólo se podría<br />

producir si las decisiones d<strong>el</strong> consejo de<br />

Brus<strong>el</strong>as fueran sacadas a la luz pública y los<br />

<strong>el</strong>ectores pudieran estar seguros de que<br />

podrían influir en <strong>el</strong>las con su voto. Sólo<br />

entonces los legisladores arbitrarios de los<br />

consejos de ministros se verían obligados a<br />

explicar a sus <strong>el</strong>ectores, por ejemplo en<br />

Alemania, porqué <strong>el</strong> bien de los griegos no les<br />

puede ser indiferente. Ante ese mismo<br />

obstáculo fracasa hasta ahora la creación de<br />

una utoridad común de policía. Por<br />

apremiante que sea la necesidad de un “FBI<br />

europeo” (H<strong>el</strong>mut Kohl), dentro d<strong>el</strong> actual<br />

sistema de la UE es impensable una tropa de<br />

policía, dotada de facultades ejecutivas, que<br />

investigue a escala europea. Sin los controles<br />

propios de unos tribunales independientes y<br />

un Parlamento no haría más que enredarse en<br />

estructuras mafiosas.<br />

236<br />

En <strong>el</strong> futuro más inmediato, los gobernantes<br />

de la UE tendrán que plantearse la cuestión de<br />

cómo debe funcionar la unión que están<br />

forjando y cómo se puede democratizar. Al<br />

contrario de lo que comúnmente se cree,<br />

donde menos está la llave de la apertura de<br />

Europa a sus ciudadanos es en <strong>el</strong> Parlamento<br />

Europeo de Estrasburgo. Hoy mismo, los 568<br />

eurodiputados disponen en teoría de todos los<br />

derechos necesarios para transformar la<br />

actual ronda de debates en un auténtico<br />

órgano de control y legislación democráticos.<br />

Si hubiera mayoría para hacerlo, podrían<br />

cesar a la Comisión Europea mañana mismo.<br />

Como <strong>el</strong> Parlamento bloquea <strong>el</strong> presupuesto y<br />

la conclusión de todos los tratados<br />

internacionales, puede obligar al Consejo de<br />

Ministros a responder a cualquier exigencia. Si<br />

los europarlamentarios se tomaran en serio su<br />

ap<strong>el</strong>ación a una Europa democrática estarían<br />

sin más en condiciones de hacerse<br />

simplemente con las competencias necesarias<br />

para <strong>el</strong>lo. De un día para otro, con un simple<br />

recorrido por su parte, se forzaría la<br />

publicidad de las rondas ministeriales. Ningún<br />

ministro se atrevería a hacer retirar por la<br />

policía a unos diputados <strong>el</strong>egidos por hasta<br />

medio millón de votos. Sin embargo, <strong>el</strong><br />

impulso democrático de los parlamentarios de<br />

Estrasburgo no llega tan lejos, porque la<br />

totalidad de sus 76 partidos nacionales<br />

tampoco se toma en serio <strong>el</strong> problema de la<br />

democracia europea. Por eso, la mayoría de<br />

Estrasburgo siempre baila al son de los<br />

Gobiernos nacionales, que en caso de conflicto<br />

dan claras instrucciones sobre la conducta a<br />

seguir a la hora de votar.<br />

El fracaso de la asamblea de Estrasburgo<br />

permite deducir que Europa aún no está<br />

madura para la democracia continental. Al fin<br />

y al cabo, la Unión no es un Estado, la política<br />

tiene una orientación predominantemente<br />

nacional, justifica <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong><br />

Parlamento, Klaus Hänsch, <strong>el</strong> sometimiento de<br />

los europarlamentarios a la dictadura de los<br />

gobernantes, y sin duda habla en nombre de<br />

la gran mayoría de sus colegas. También <strong>el</strong><br />

Tribulan Constitucinal Federal argumentaba en<br />

su sentencia sobre <strong>el</strong> Tratado de Maastricht<br />

que la EU sólo era una “confederación de<br />

Estados” a la que faltaba un “pueblo europeo”.<br />

Por eso, eran “ante todo los pueblos de los<br />

Estados miembros los que tienen que<br />

legitimar democráticamente las decisiones de


la UE a través de los Parlamentos nacionales”.<br />

Por la falta misma de un idioma común, “no<br />

habrá un amplio discurso europeo a escala<br />

europea todavía en un largo periodo”,<br />

explicaba <strong>el</strong> juez constitucional Dieter Grima.<br />

A falta de una comunicación política realmente<br />

europea, cada europarlamento se disgregaría<br />

uno y otra vez “en partículas nacionales”, y<br />

ahí estaba también “la diferencia fundamental<br />

con la fundación de los Estados Unidos. En<br />

consecuencia, de momento no habría más que<br />

una salida: habría que “frenar” la “ac<strong>el</strong>erada<br />

emigración de competencias de los Estados<br />

nacionales a la UE”, los Parlamentos<br />

nacionales necesitarían “ejercer una mayor<br />

influencia sobre las posturas que los<br />

Gobiernos adoptan en le Consejo de<br />

Ministros”.<br />

Suena plausible, pero la solución propuesta no<br />

lo es. Porque variedad lingüística aquí, pueblo<br />

europeo allá, hace mucho que los mercados y<br />

poderes están inseparablemente entretejidos<br />

en Europa occidental. La verdadera revolución<br />

europea fue <strong>el</strong> establecimiento d<strong>el</strong> mercado<br />

abierto, que funde a los países implicados<br />

para lo bueno y para lo malo. La unión<br />

monetaria reforzará una vez más la mutua<br />

dependencia. Si H<strong>el</strong>mut Kohl y sus colegas<br />

quieren capacitar su unión, no les quedará<br />

otro remedio que dar <strong>el</strong> primer paso. Dos<br />

cambios bastarían para poner patas arriba<br />

todo <strong>el</strong> proceso de decisiones de la UE: En <strong>el</strong><br />

futuro los consejos tendrían que decidir por<br />

mayoría cualificada, como hasta ahora sólo se<br />

hace en cuestiones de detalle. La ponderación<br />

de los votos garantizaría influencia suficiente<br />

a los Estados miembros más pequeños. Y los<br />

ministros tendrían que debatir y aprobar sus<br />

leyes con luz y taquígrafos. De inmediato, se<br />

pondría en marcha en toda Europa una<br />

dinámica democrática que sería turbulenta y<br />

contradictoria, pero ya no parable. De<br />

repente, los alemanes tendrían que<br />

enfrentarse al hecho de que las necesidades<br />

de la juventud española también son su<br />

problema. Sólo entonces los Países Bajos se<br />

darían cuenta de la estrechez de miras con<br />

que su Gobierno defiende <strong>el</strong> derecho de los<br />

transportistas locales a enviar una<br />

interminable procesión de camiones de 40<br />

ton<strong>el</strong>adas, dañinos para <strong>el</strong> medio ambiente, a<br />

través de las autopistas d<strong>el</strong> vecino. Y todos<br />

juntos aprenderían qué ministros de Hacienda<br />

son responsables de que las empresas y los<br />

potentados apenas paguen impuestos. En<br />

breve plazo las alianzas políticas ya no se<br />

orientarían por las fronteras estatales, sino<br />

por los intereses, y <strong>el</strong> ascenso d<strong>el</strong> Parlamento<br />

Europeo a la condición de centro de energía<br />

de la política europea sería solamente<br />

cuestión de tiempo. Tras la firma d<strong>el</strong> Tratado<br />

de Maastricht, los ciudadanos europeos vieron<br />

que los procesos democráticos también son<br />

posibles a escala europea, porque,<br />

excepcionalmente, los <strong>el</strong>ectores de Francia y<br />

Dinamarca pudieron codecidir, y en <strong>el</strong> curso<br />

de ambos referendos se abrió un verdadero<br />

debate europeo que se mantiene aún hoy. Allá<br />

donde se encuentran ciudadanos europeos<br />

políticamente pensantes y de distinta<br />

nacionalidad, tienen desde entonces un tema<br />

común cuyos pros y contras pueden discutir,<br />

porque también los políticos de sus Gobiernos<br />

se vieron obligados a justificar públicamente<br />

su proyecto.<br />

En todo caso, en <strong>el</strong> camino hacia una reforma<br />

democrática de la UE habría que responder a<br />

la otra cuestión de principio sobre <strong>el</strong> futuro de<br />

la Unión: la de la pertenencia de Gran<br />

Bretaña. En la historia de la integración<br />

europea hasta la fecha los Gobiernos d<strong>el</strong><br />

Reino Unido han representado un funesto<br />

pap<strong>el</strong>. Han bloqueado todo progreso en la<br />

protección d<strong>el</strong> medio ambiente, especialmente<br />

la implantación a escala europea de un<br />

impuesto ecológico sobre <strong>el</strong> consumo de<br />

energía. Todos los intentos de aproximar la<br />

política social de los países miembros entre sí<br />

fracasaron ante la resistencia británica.<br />

Inglaterra se resiste a una política exterior<br />

común de la unión lo mismo que a un régimen<br />

comercial que proteja también los intereses<br />

de los trabajadores. El control de los<br />

mercados financieros no se puede llevar a<br />

cabo con los administradores de la City de<br />

Londres. El sabotaje británico a Europa<br />

alcanzó su punto culminante en junio de<br />

1996, cuando <strong>el</strong> premier John Major, en<br />

respuesta a la prohibición de exportación de<br />

carne de vaca contaminada, paralizó toda la<br />

maquinaria de la UE con <strong>el</strong> bloqueo de todas<br />

las decisiones pendientes. Desde hace<br />

veintitrés años, los británicos infringen <strong>el</strong><br />

artículo cinco d<strong>el</strong> Tratado de al UE, que<br />

prohíbe a todos los Estados miembros “toda<br />

medida que ponga en riesgo <strong>el</strong> cumplimiento<br />

de los objetivos de este Tratado”.<br />

237


Irónicamente, la resistencia contra la<br />

integración en la UE deriva, para la mayoría<br />

de los euroadversarios británicos, de una<br />

conciencia democrática profundamente<br />

enraizada. “La democracia está en casa con<br />

nosotros”, dice <strong>el</strong> premier John Major, tocando<br />

<strong>el</strong> núcleo d<strong>el</strong> malestar de sus compatriotas<br />

para con <strong>el</strong> proyecto de la UE, porque sólo<br />

quieren someterse a la voluntad mayoritaria<br />

en su propio país, pero no en todas las<br />

naciones de la UE juntas. Al decir esto, los<br />

euroescépticos de la isla no se dan cuenta de<br />

que la soberanía nacional que tan<br />

encarnizadamente defienden ya no existe. Por<br />

así decirlo, hay que aceptar la desconfianza<br />

básica que la mayoría de los británicos y sus<br />

políticos oponen a la unificación europea,<br />

aunque se manifieste a veces en insultos<br />

chovinistas contra los vecinos d<strong>el</strong> continente.<br />

Pero, viceversa, los demás países pronto<br />

tendrán que enfrentar a los <strong>el</strong>ectores<br />

británicos y a su Gobierno con la alternativa<br />

de si quieren cooperar o no será mejor que<br />

abandonen la liga de Estados. Enfrentado a<br />

los riesgos de tal proyecto, quizá <strong>el</strong> debate<br />

británico sobre Europa pudiera encarrilarse<br />

por vías más racionales. Al fin y al cabo, la<br />

salida de la Unión sería “una pesadilla” para la<br />

economía británica, según advierte <strong>el</strong><br />

presidente d<strong>el</strong> consorcio Unilever y portavoz<br />

para Europa de la Asociación de la Industria<br />

Británica, Niall FitzGerald, a sus compatriotas.<br />

Desconectado d<strong>el</strong> continente, <strong>el</strong> último triunfo<br />

británico en la competencia –su pap<strong>el</strong> como<br />

zona de bajos salarios y sin sindicatos para <strong>el</strong><br />

mercado interior europeo-, pronto perdería su<br />

valor. Pero si no se logra la integración<br />

política, y hay muchas razones que apuntan<br />

hacia esa posibilidad, Europa sólo podrá<br />

avanzar sin <strong>el</strong> Reino Unido. Porque si se<br />

mantuviera <strong>el</strong> freno británico todos los demás<br />

Estados de la UE tendrían que renunciar en <strong>el</strong><br />

futuro a cualquier intervención en la esfera<br />

económica. El grotesco resultado sería que <strong>el</strong><br />

continente se adaptaría al mod<strong>el</strong>o británico…<br />

una evolución poco deseable. Ningún otro de<br />

los grandes países de la UE tiene una renta<br />

tan baja, un sistema educativo tan degradado<br />

y una polarización entre pobres y ricos tan<br />

amplia como Gran Bretaña. Esto le califica<br />

más para <strong>el</strong> estatus de 51 Estado de Estados<br />

Unidos que para la Unión Europea, donde la<br />

mayoría de los <strong>el</strong>ectores y políticos sigue al<br />

menos buscando <strong>el</strong> equilibrio social.<br />

238<br />

Una Unión democrática, que funde una nueva<br />

soberanía europea y aborde en común la tarea<br />

de someter la fuerza destructiva de los<br />

mercados… falta poco para desechar este<br />

objetivo como visión utópica. Pero, ¿qué<br />

pasará si las naciones d<strong>el</strong> viejo continente no<br />

siguen ese camino? Contra los consorcios, los<br />

cárt<strong>el</strong>es y los criminales hace falta un<br />

contrapoder estatal que pueda apoyarse sobre<br />

la voluntad de la mayoría de sus ciudadanos.<br />

Pero en <strong>el</strong> mercado sin frontera cada Estado<br />

europeo ya no es capaz de hacerlo por sí solo.<br />

La alternativa europea al capitalismo de<br />

laissez-faire de cuño americano-británico será<br />

una unión democráticamente legitimada o no<br />

será. H<strong>el</strong>mut Kohl tiene razón cuando advierte<br />

que la unidad europea tiene una importancia<br />

existencial, porque decidirá sobre la guerra y<br />

la paz en <strong>el</strong> siglo XXI. Pero se equivoca<br />

cuando afirma que “no hay marcha atrás<br />

hacia la política de poder nacional y <strong>el</strong><br />

trasnochado pensamiento d<strong>el</strong> equilibrio”. Los<br />

apologistas de la renacionalización han<br />

aparecido hace mucho en toda Europa, y cada<br />

nuevo giro de la espiral globalizada<br />

descendente para los ingresos, la seguridad<br />

en <strong>el</strong> puesto de trabajo y <strong>el</strong> equilibrio social<br />

les procura millones de adeptos. O se logra<br />

desarrollar la Unión Europea de forma que<br />

pueda restablecer <strong>el</strong> equilibrio entre mercado<br />

y Estado o se disgregará a corto o largo plazo.<br />

Ya no queda mucho tiempo para decidir entre<br />

estos dos caminos.


TIENDE A CERRARSE LA<br />

VÁLVULA DE ESCAPE<br />

ESTADOUNIDENSE A LOS<br />

EXILIADOS ECONÓMICOS DE<br />

MÉXICO<br />

Laura Juárez Sánchez<br />

La reestructuración d<strong>el</strong> capital en Estados<br />

Unidos y en <strong>México</strong>, está provocando una<br />

sobreoferta inusitada de la mano de obra<br />

mexicana en <strong>el</strong> mercado de trabajo de la<br />

Unión americana. D<strong>el</strong> lado estadounidense, la<br />

crisis-reestructuración de larga duración de su<br />

economía tiende a disminuir la demanda de<br />

mano de obra y a observar comportamientos<br />

erráticos en le tiempo originados por las crisis<br />

recurrentes que no permiten un crecimiento<br />

económico sostenido desde la década de los<br />

setenta. D<strong>el</strong> lado mexicano, la imposición d<strong>el</strong><br />

neoliberalismo económico en <strong>México</strong>, que<br />

integra de manera subordinada la economía<br />

nacional al mercado global, y particularmente<br />

al estadounidense, ha aumentado la expulsión<br />

de la mano de obra mexicana a la Unión<br />

Americana, debido a que <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o económico<br />

ha producido un desempleo creciente; un<br />

profundo deterioro de los salarios de la<br />

población; la precarización d<strong>el</strong> trabajo y <strong>el</strong><br />

difícil acceso y deterioro de los servicios<br />

sociales básicos.<br />

El presente trabajo parte de la idea central de<br />

que los cambios estructurales, producidos por<br />

la reestructuración capitalista en ambos<br />

países, están originando una sobreoferta<br />

extraordinaria de la mano de obra mexicana<br />

en la economía estadounidense, por lo que<br />

dicho excedente va más allá de los factores de<br />

orden coyuntural o cíclico, como por ejemplo,<br />

los movimientos de expansión o contracción a<br />

la actividad económica.<br />

Es importante señalar que cuando afirmamos<br />

que se empieza a cerrar la válvula de escape<br />

d<strong>el</strong> mercado de trabajo estadounidense a los<br />

trabajadores migratorios de <strong>México</strong>, no<br />

estamos planteando que la economía<br />

estadounidense esté a punto de prescindir de<br />

la mano de obra mexicana. Al contrario,<br />

consideramos que los flujos migratorios de<br />

nuestro país a la nación vecina, han<br />

respondido históricamente a las necesidades<br />

de acumulación de la economía de Estados<br />

Unidos y creemos que en la actual situación<br />

de crisis-reestructuración que experimenta <strong>el</strong><br />

coloso d<strong>el</strong> norte, los trabajadores de <strong>México</strong><br />

están cada vez más integrados a la economía<br />

de esa nación.<br />

Es decir, no ponemos en duda la necesidad<br />

que tiene <strong>el</strong> capital de la mano de obra<br />

mexicana, en virtud de que ésta ha cumplido<br />

y sigue cumpliendo funciones específicas en <strong>el</strong><br />

proceso de acumulación d<strong>el</strong> capital de esa<br />

nación entre las que destacan las siguientes:<br />

1. Históricamente ha constituido una<br />

fuerza de trabajo barata por los bajos<br />

salarios que percibe, por lo que ha<br />

hecho posible la reducción de los<br />

costos de producción de las empresas<br />

que la emplean.<br />

2. Ha significado una fuente permanente<br />

de mano de obra que los gobiernos de<br />

la Unión Americana han regulado a<br />

través de sus políticas migratorias.<br />

Como es sabido, en épocas de cambios<br />

tecnológicos y crisis económicas, los<br />

primeros expulsados d<strong>el</strong> país son los<br />

migrantes de <strong>México</strong>.<br />

3. El capital estadounidense se ha servido<br />

de la mano de obra mexicana para<br />

presionar a la baja las condiciones de<br />

trabajo, <strong>el</strong> salario y los derechos<br />

laborales de los trabajadores<br />

estadounidenses. Esta situación le ha<br />

permitido un mayor control de los<br />

trabajadores nacionales.<br />

4. <strong>el</strong> ingreso de los migrantes mexicanos<br />

en <strong>el</strong> mercado laboral estadounidense<br />

ha sido utilizado para dividir a la clase<br />

trabajadora en las regiones de<br />

inmigración, debido a que <strong>el</strong> capital<br />

enfrenta a los trabajadores nacionales<br />

con los de nuestro país y, en general,<br />

con los migrantes que entran a su<br />

territorio.<br />

5. Han subsidiado a la economía d<strong>el</strong><br />

norte debido a que la mano de obra<br />

calificada que emplean se educó y<br />

preparó en <strong>México</strong>.<br />

6. Los inmigrantes mexicanos<br />

documentados e indocumentados,<br />

dejan al país vecino derramas<br />

económicas importantísimas, vía<br />

impuestos, por su trabajo y consumo.<br />

Contrariamente, constituyen uno de<br />

239


240<br />

los principales grupos de población que<br />

no cuentan con derechos laborales y<br />

sociales, particularmente los<br />

trabajadores indocumentados, por lo<br />

que también por esa vía subsidian a la<br />

economía d<strong>el</strong> norte.<br />

Consideramos que estas funciones siguen<br />

vigentes, pero además, la reestructuración d<strong>el</strong><br />

capital en ambos lados de la frontera está<br />

conformando un nuevo comportamiento en <strong>el</strong><br />

fenómeno migratorio en términos de los<br />

patrones migratorios, los perfiles, los factores<br />

de atracción y expulsión, etc. Por<br />

consiguiente, es necesario realizar una<br />

revisión de la manera como se está<br />

impulsando la reestructuración d<strong>el</strong> capital en<br />

ambas economías y la forma como éstas<br />

tienden a integrarse en términos económicos<br />

y, particularmente, con r<strong>el</strong>ación al fenómeno<br />

migratorio.<br />

En Estados Unidos se ubica a la década de los<br />

setenta como <strong>el</strong> período que rev<strong>el</strong>ó la<br />

vulnerabilidad económica d<strong>el</strong> país, debido a<br />

que en ese lapso ocurrieron varios sucesos<br />

históricos determinantes: la declaración de la<br />

inconvertibilidad d<strong>el</strong> dólar; la derrota de<br />

Vietnam; <strong>el</strong> shock petrolero de 1973 y 1979;<br />

<strong>el</strong> aumento de los niv<strong>el</strong>es inflacionarios,<br />

combinado con la disminución d<strong>el</strong> ritmo de<br />

crecimiento de la economía, que ya se había<br />

empezado a experimentar desde <strong>el</strong> año de<br />

1966; la aparición, hasta nuestros días, de los<br />

déficit fiscal y comercial; <strong>el</strong> surgimiento de<br />

altos niv<strong>el</strong>es de desempleo; la disminución de<br />

los salarios reales de los trabajadores y la<br />

aparición de la disminución de la<br />

productividad, que mostró la crisis de un<br />

sector industrial que pierde competitividad a<br />

niv<strong>el</strong> internacional, entre los aspectos más<br />

importantes.<br />

Esta situación de crisis generalizada de la<br />

economía estadounidense, terminó por rev<strong>el</strong>ar<br />

una crisis d<strong>el</strong> patrón de acumulación de dicha<br />

economía: la de la producción fondistataylorista<br />

r<strong>el</strong>acionada con la producción en<br />

serie. La producción en cadena comenzó a<br />

impedir <strong>el</strong> abaratamiento de los costos de<br />

producción, en particular <strong>el</strong> de la mano de<br />

obra, con la consiguiente pérdida de la tasa de<br />

ganancia.<br />

La respuesta de las Grandes Empresas<br />

Transnacionales (GET) de Estados Unidos ante<br />

esta situación, ha sido la de revertir la caída<br />

de la tasa de ganancia en la esfera productiva,<br />

a través de reducir <strong>el</strong> costo de la mano de<br />

obra, mediante las siguientes vías: 1) la<br />

introducción de innovaciones tecnológicas<br />

ahorradas de mano de obra; 2) la imposición<br />

de nuevas formas de organización d<strong>el</strong> trabajo,<br />

consistentes en la llamada flexibilidad d<strong>el</strong><br />

trabajo, que no es otra cosa más que los<br />

ajustes de personal, según las necesidades de<br />

producción de las empresas y en una presión<br />

a la baja de los salarios de los trabajadores<br />

con r<strong>el</strong>ación a su productividad; 3) la<br />

parcialización de los productivos con su<br />

consiguiente exportación, con <strong>el</strong> fin de<br />

aprovechar las diferencias salariales entre<br />

países y, 4) como complemento de la<br />

exportación de sus capitales productivos,<br />

interconectan su mercado de trabajo nacional<br />

con los mercados de trabajo internacionales,<br />

con <strong>el</strong> propósito de aprovechar la diversidad<br />

que representa la mano de obra de los<br />

trabajadores d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> en términos<br />

salariales, de calificación, condición<br />

migratoria, sexo, etc.<br />

Las profundas transformaciones<br />

experimentadas en la estructura productiva<br />

estadounidense, significan en realidad <strong>el</strong><br />

cambio d<strong>el</strong> patrón de acumulación fondistataylorista<br />

o de producción en serie, al patrón<br />

de producción justo a tiempo. Es decir, <strong>el</strong><br />

paso de una economía de la oferta, a otra de<br />

la demanda, en donde las formas de<br />

producción y sus volúmenes se flexibilizaron al<br />

poner en <strong>el</strong> centro a la producción sobre<br />

pedido.<br />

Este cambio cualitativo sustancial trajo<br />

consigo la recomposición d<strong>el</strong> mercado de<br />

trabajo, en donde la flexibilización de las<br />

r<strong>el</strong>aciones laborales observan dos tendencias<br />

generales básicas: por un lado, las<br />

corporaciones demandan a trabajadores de<br />

carácter permanente, calificado y altamente<br />

calificado, los cuales reciben las mejores<br />

remuneraciones; y, por otro, solicitan a<br />

trabajadores eventuales menos calificados o<br />

descalificados, sujetos a los comportamientos<br />

de la demanda, por lo que son contratados y<br />

despedidos, según <strong>el</strong> comportamiento d<strong>el</strong><br />

mercado. Este último grupo de trabajadores<br />

aumenta considerablemente y es empleado en


condiciones precarias, debido a que se<br />

caracteriza por estar mal remunerado y por<br />

ser contratado por tiempo parcial, temporal o<br />

por obra determinada. Al contratar a los<br />

trabajadores sin las prestaciones de Ley, la<br />

mano de obra se vu<strong>el</strong>ve más barata y esto ha<br />

redundado en la disminución de los costos de<br />

las empresas estadounidenses.<br />

Las nuevas formas de contratación permiten<br />

un uso discrecional de la mano de obra, al<br />

flexibilizar sus condiciones de contratación y<br />

despido; al adaptar su uso según “las<br />

necesidades de la empresa”; al introducir<br />

nuevas formas de organización d<strong>el</strong> trabajo,<br />

como por ejemplo, la polivalencia de la mano<br />

de obra, <strong>el</strong> manejo de los horarios de trabajo<br />

y al cambiar las formas de pago, cuando<br />

impone remuneraciones por hora, a destajo y<br />

a domicilio. La subcontratación d<strong>el</strong> trabajo, en<br />

particular, comienza a tomar auge e incluye<br />

desde la mano de obra altamente calificada,<br />

que cuenta con preparación especializada,<br />

como analistas en sistemas, especialistas en<br />

finanzas, médicos, ingenieros y abogados;<br />

hasta los trabajadores con baja calificación,<br />

como jardineros, niñeras, albañiles, cocineras,<br />

carpinteros, jornaleros, etc.<br />

La reestructuración capitalista, que tiene<br />

como eje central la flexibilización d<strong>el</strong> trabajo,<br />

afecta a la gran mayoría de los trabajadores<br />

estadounidenses al precarizar y polarizar sus<br />

ingresos; al despedirlos; al contratarlos sin <strong>el</strong><br />

goce de sus derechos laborales; al<br />

descalificarlos y recalificarlos; al despojarlos<br />

de su “saber profesional” u “oficio” ; al<br />

flexibilizar sus contratos colectivos de trabajo<br />

y al debilitar sus condiciones de trabajo,<br />

deteriorar su salario y violar sus derechos<br />

laborales, cuando exporta sus procesos<br />

productivos a otras regiones de su mismo<br />

territorio o a otros países.<br />

Los trabajadores migratorios, en particular,<br />

constituyen un segmento fundamenta d<strong>el</strong><br />

mercado laboral estadounidense, que en <strong>el</strong><br />

contexto de la reestructuración productiva d<strong>el</strong><br />

capital, son contratados bajo un criterio dual<br />

por parte de las empresas d<strong>el</strong> país vecino: por<br />

un lado, emplean por la vía legal la mano de<br />

obra calificada que requieren en las ramas<br />

productivas que están a la punta d<strong>el</strong><br />

desarrollo tecnológico, como la<br />

micro<strong>el</strong>ectrónica, la informática, la<br />

biogenética, la aeroespacial, etc., que<br />

demandan mano de obra altamente calificada<br />

y, por otro, contratan de manera ilegal a los<br />

trabajadores que se emplean en las ramas<br />

que aún no incorporan las nuevas tecnologías,<br />

como en <strong>el</strong> caso de la industria textil y la<br />

agricultura.<br />

En los años ochenta y noventa d<strong>el</strong> siglo que<br />

concluyó, la fuerza de trabajo calificada y<br />

legal, empleada en las ramas de punta,<br />

provino básicamente de los países d<strong>el</strong> sudeste<br />

asiático al representar <strong>el</strong> 22% en 1990, esto<br />

fue posible debido al niv<strong>el</strong> económico,<br />

educativo y tecnológico que han alcanzado<br />

esos países. La mano de obra descalificada e<br />

ilegal provino fundamentalmente de América<br />

Latina y representó 66.8% para <strong>el</strong> mismo año,<br />

de los países de la región, <strong>México</strong>,<br />

Centroamérica y <strong>el</strong> Caribe fueron los<br />

principales expulsores de mano de obra a<br />

Estados Unidos.<br />

En las últimas décadas, Latinoamérica y Ásia<br />

se han constituido en importantes<br />

proveedores de mano de obra migratoria d<strong>el</strong><br />

mercado de trabajo estadounidense, a tal<br />

grado que hoy se habla de una tendencia a la<br />

hispanización y asiatización de la migración<br />

d<strong>el</strong> vecino d<strong>el</strong> norte. No obstante, <strong>México</strong> es <strong>el</strong><br />

principal exportador de mano de obra a ese<br />

país, ya que desde los inicios de su expansión<br />

ha estado históricamente vinculado al proceso<br />

de acumulación d<strong>el</strong> capital estadounidense. La<br />

frontera norte es considerada como <strong>el</strong><br />

movimiento migratorio más importante y<br />

dinámico d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, debido a que en los<br />

últimos años se desplazan por esa región,<br />

anualmente, más de un millón de personas.<br />

Los trabajadores migratorios de <strong>México</strong>, al<br />

igual que los d<strong>el</strong> resto de la Unión Americana,<br />

han sufrido las políticas de reestructuración<br />

d<strong>el</strong> capital, sin embargo, son <strong>el</strong> grupo de<br />

población más vulnerable por ser en su gran<br />

mayoría mano de obra descalificada, por lo<br />

que han sido los primeros a los que se les ha<br />

impuesto, casi sin obstáculo alguno, las<br />

nuevas condiciones de flexibilidad d<strong>el</strong> trabajo.<br />

Esto está significando en los hechos:<br />

1. que ante los ajuste de producción y,<br />

por lo tanto, de personal, los<br />

despedidos principalmente son los<br />

mexicanos.<br />

241


242<br />

2. Que sean los primeros a los que se les<br />

remunera y contra por hora, a destajo<br />

y a domicilio e, incluso, que se les<br />

subcontrate a través de otras<br />

empresas. Estas formas de<br />

contratación significan para las<br />

empresas <strong>el</strong> abaratamiento de sus<br />

costos de producción, al no tener que<br />

pagar prestaciones, vacaciones, fondos<br />

de pensión, seguridad social, etc.<br />

3. Ante los cambios tecnológicos, son los<br />

primeros que pierden <strong>el</strong> trabajo.<br />

4. Los trabajadores indocumentados, que<br />

por su condición migratoria han sido<br />

casi por definición históricamente<br />

flexibles, particularmente hoy son más<br />

vulnerables que antes, debido a que se<br />

les imponen las condiciones más<br />

indignas, riesgosas, injustas e ilegales.<br />

Además, se les responsabiliza de las<br />

Por otra parte, si estudiamos la posición que<br />

ocupa la fuerza de trabajo mexicana en la<br />

distribución ocupacional d<strong>el</strong> mercado laboral,<br />

observamos que desempeñan los trabajos<br />

peor remunerados, azarosos y p<strong>el</strong>igrosos: en<br />

1996, <strong>el</strong> 23.4% de los mexicanos se<br />

emplearon como operadores y obreros; <strong>el</strong><br />

20.1% en apoyos técnicos, ventas y trabajos<br />

consecuencias de la reestructuración:<br />

<strong>el</strong> creciente desempleo, <strong>el</strong> deterioro<br />

salarial, la pérdida progresiva de los<br />

derechos sociales, etc.<br />

La situación de los trabajadores mexicanos en<br />

le mercado laboral estadounidense tiende a<br />

ser de las más precarias, debido a que la tasa<br />

de desempleo de los mexicanos es una de las<br />

más altas de los grupos de población de dicho<br />

país: la tasa de desempleo en 1996 para la<br />

población blanca fue de 4.7%; para la<br />

población negra de 10.5%; para la población<br />

hispana de 8.9%; para la población<br />

puertorriqueña de 9.6%; para la población<br />

cubana de 7.2% y, para la población<br />

mexicana, de 9.2%. es decir, respecto a la<br />

población blanca fue prácticamente <strong>el</strong> doble y<br />

se situó por arriba de la hispana y de la<br />

cubana y sólo por debajo de la negra y<br />

puertorriqueña (ver cuadro 1).<br />

de oficina; <strong>el</strong> 18% en servicios; <strong>el</strong> 12.4% en<br />

oficios de reparación y servicios y sólo 10.8%<br />

en puestos profesionales y gerenciales. Estas<br />

cifras contrastan con las de otros grupos de<br />

población, por ejemplo, mientras <strong>el</strong> 28.7% de<br />

los blancos se emplearon en puestos<br />

gerenciales; los negros <strong>el</strong> 18.8%; los cubanos<br />

<strong>el</strong> 20.6%; los puertorriqueños <strong>el</strong> 18.2% y los


hispanohablantes <strong>el</strong> 13.3%; sólo <strong>el</strong> 10.8% de<br />

los mexicanos se emplearon en estos puestos.<br />

Respecto a la proporción de los trabajadores<br />

mexicanos con puestos técnicos en r<strong>el</strong>ación a<br />

otros grupos, también resultaron tener los<br />

porcentajes más bajos: <strong>el</strong> 28.8% de los<br />

blancos se contrataron en estos puestos; <strong>el</strong><br />

30.7% de los puertorriqueños; <strong>el</strong> 31% de los<br />

cubanos; <strong>el</strong> 27% de los negros; <strong>el</strong> 23% de los<br />

negros hispanos y sólo <strong>el</strong> 20.1% de los<br />

mexicanos. Contrariamente, los mexicanos se<br />

emplean en mayor proporción en los puestos<br />

de operadores y obreros (23%) y en las<br />

actividades agrícolas y ganaderas (7.6%).<br />

Es en este contexto de reestructuración<br />

profunda d<strong>el</strong> capital estadounidense que se<br />

introdujo la flexibilización de las r<strong>el</strong>aciones<br />

laborales, que los trabajadores migratorios de<br />

<strong>México</strong> han sido colocados en una situación de<br />

mayor vulnerabilidad, al ser <strong>el</strong>los los primeros<br />

despedidos ante un ajuste de producción o<br />

ante la introducción de una innovación<br />

tecnológica y al ser contratados en<br />

condiciones aún más precarias, inseguras e<br />

inestables en <strong>el</strong> caso de los trabajadores<br />

indocumentados, debido a su condición<br />

migratoria, <strong>el</strong> capital ha conseguido hacerlos<br />

aún más flexibles, por lo que han empeorado<br />

sus condiciones de trabajo al volverlas todavía<br />

más inestables e inseguras.<br />

A esta situación hay que agregarle <strong>el</strong> que la<br />

reestructuración económica oriente la<br />

expansión de sus inversiones hacia <strong>el</strong> exterior,<br />

<strong>el</strong> tiempo que mantiene deprimido su mercado<br />

interno y no logra conseguir un crecimiento<br />

económico sostenido como en la época de la<br />

posguerra. Además, los gobiernos de la Unión<br />

Americana han sacrificado a su población<br />

mediante <strong>el</strong> recorte d<strong>el</strong> gasto social (que<br />

afecta sobre todo a las capas más pobres), y<br />

mantienen un déficit permanente sus finanzas<br />

públicas y su balanza comercial.<br />

Es muy difícil saber <strong>el</strong> número de los<br />

trabajadores mexicanos que se emplean en la<br />

economía estadounidense. Sin embargo, las<br />

estimaciones realizadas por <strong>el</strong> Censo de<br />

Población d<strong>el</strong> país vecino son rev<strong>el</strong>adoras:<br />

según esta fuente, la población de origen<br />

mexicano que reside en Estados Unidos<br />

asciende a 21.5 millones de personas;<br />

representa <strong>el</strong> 62% de los hispanos y <strong>el</strong> 7.8%<br />

de la población total, según los últimos<br />

reportes de la Oficina d<strong>el</strong> Censo.<br />

Por otra parte, <strong>el</strong> Consejo Nacional de<br />

Población (CONAPO) refiere, con base en un<br />

Estudio Binacional de ambos países, que los<br />

residentes mexicanos se concentran en los<br />

estados de California, Texas, Illinois y Arizona<br />

y, fundamentalmente, en los condados y<br />

ciudades de Los Áng<strong>el</strong>es, Houston, Dallas,<br />

Chicago, San Antonio, San Francisco, Phoenix,<br />

Fresno, Sacrameto y Tucson. Además<br />

menciona que alrededor de dos de cada tres<br />

residentes mexicanos en Estados Unidos, de<br />

16 años o más, son económicamente activos;<br />

sólo uno de cada diez trabajadores labora en<br />

la agricultura y uno de cada cuatro vive en<br />

situación de pobreza, de acuerdo a la norma<br />

estadounidense. Con r<strong>el</strong>ación al número de<br />

trabajadores ilegales, la misma fuente refiere<br />

que en la Unión Americana algunas<br />

estimaciones extraoficiales los ubican entre<br />

siete y ocho millones de personas.<br />

La sobreoferta de mano de obra mexicana d<strong>el</strong><br />

lado estadounidense en épocas de crisis no es<br />

nueva, pero sí lo es <strong>el</strong> aumento de las<br />

expulsiones de trabajadores a su<strong>el</strong>o<br />

mexicano: si analizamos la serie histórica d<strong>el</strong><br />

número de deportados desde 1972 hasta <strong>el</strong><br />

año 2000, observamos que la expulsión de<br />

trabajadores indocumentados se ha<br />

incrementado considerablemente en los<br />

últimos años: entre 1972 y 1981 se<br />

deportaron 11 millones 968 mil 414<br />

trabajadores, lo que significó la expulsión de<br />

un promedio anual de 299 mil 210 personas.<br />

En los tiempos de la reestructuración<br />

neoliberal en ambos lados de la frontera, se<br />

deportaron entre 1982 y <strong>el</strong> 2000, a 21<br />

millones 923 mil 501 trabajadores, esto<br />

significa que en promedio anual salieron d<strong>el</strong><br />

país vecino un millón 153 mil 868 personas.<br />

Los puntos más altos de expulsiones en este<br />

período se registraron en <strong>el</strong> año de 1996, con<br />

un millón 600 mil personas y, en <strong>el</strong> año 2000,<br />

con un millón 643 mil 679 personas (ver<br />

cuadro 2).<br />

243


La migración de mexicanos que van a Estados<br />

Unidos ha sido una de las más importantes<br />

válvulas de escape que históricamente han<br />

utilizado para sobrevivir, sin embargo, la<br />

reestructuración d<strong>el</strong> capital en ambos lados de<br />

la frontera está originando que la oferta de<br />

trabajadores mexicanos en Estados Unidos<br />

sea muy superior a la demanda, más allá de<br />

las circunstancias coyunturales de las<br />

economías.<br />

244<br />

Es decir, son los cambios estructurales que<br />

están experimentando ambas economías las<br />

que están produciendo la sobreoferta de mano<br />

de obra en <strong>el</strong> territorio d<strong>el</strong> país vecino. Estos<br />

cambios cualitativos y cuantitativos, han


originado que cada gobierno que pasa<br />

endurezca aún más sus políticas<br />

antimigratorias, para contener la mano de<br />

obra sobrante, aun en épocas de crecimiento<br />

económico.<br />

El abandono formal d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de crecimiento<br />

hacia adentro, por <strong>el</strong> de crecimiento hacia<br />

afuera, que significó la adopción de las<br />

políticas económicas neoliberales, consistentes<br />

en la apertura indiscriminada de la economía<br />

mexicana a la competencia externa; en <strong>el</strong><br />

retiro gradual d<strong>el</strong> Estado en la conducción d<strong>el</strong><br />

crecimiento económico; en la liberalización de<br />

los flujos de inversión, tanto de la Inversión<br />

Extranjera Directa (IED) como de cartera y en<br />

la liberación d<strong>el</strong> sistema financiero, ha tenido<br />

como una de sus bases fundamentales la<br />

política d<strong>el</strong>iberada de establecer topes<br />

salariales por parte de los empresarios y de<br />

los gobiernos, y la introducción de la<br />

flexibilidad d<strong>el</strong> trabajo, como en Estados<br />

Unidos y <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

Estas políticas han facilitado <strong>el</strong> control de las<br />

GET sobre la economía nacional, permitiendo<br />

la valorización de sus capitales,<br />

particularmente de las estadounidenses. La<br />

histórica dependencia que ha tenido la<br />

economía mexicana respecto a la de la Unión<br />

Americana, aumentó a partir de la entrada en<br />

vigor d<strong>el</strong> Tratado de Libre comercio de<br />

América d<strong>el</strong> Norte (TLC-AN), debido a que la<br />

apertura comercial ha dejado en la<br />

desprotección a prácticamente todos los<br />

sectores de la producción. Es decir, estas<br />

medidas han tenido como fin crear las<br />

mejores condiciones de inversión para las<br />

GET, particularmente las estadounidenses;<br />

abrirles mercados; ponerles a su disposición,<br />

sin obstáculo alguno, los recursos estratégicos<br />

de <strong>México</strong>, tal es <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> sector financiero,<br />

energético, su biodiversidad y, por supuesto,<br />

<strong>el</strong> uso discrecional de la mano de obra<br />

mexicana.<br />

La política de topes salariales: la introducción<br />

de la flexibilidad d<strong>el</strong> trabajo; la quiebra de<br />

empresas por la apertura comercial; la<br />

introducción de innovaciones tecnológicas en<br />

algunas empresas (sobre todo las de carácter<br />

exportador); los recortes sistemáticos al gasto<br />

público; la incapacidad de la economía para<br />

mantener un crecimiento económico<br />

sostenido; las crisis económico-financieras<br />

recurrentes y la profunda dependencia que<br />

tiene <strong>México</strong> respecto a la economía<br />

estadounidense, que ocasiona, cada vez más,<br />

la sincronización de los ciclos económicos de<br />

la economía mexicana respecto a la de la<br />

Unión Americana, en un contexto nacional de<br />

depresión crónica d<strong>el</strong> mercado interno; son<br />

los factores más importantes que han<br />

afectado a los trabajadores de <strong>México</strong> en<br />

términos de empleo, salario, condiciones de<br />

trabajo y en su niv<strong>el</strong> general de vida, al<br />

tiempo que los exilia d<strong>el</strong> país por motivos<br />

económicos.<br />

Señalemos algunos indicadores de la manera<br />

como <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o económico ha empobrecido a<br />

la población:<br />

1. Al igual que en Estados Unidos y en <strong>el</strong><br />

reto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, la escasez de empleos<br />

y la amenaza latente de desocupación,<br />

han servido a los patrones como<br />

instrumento de presión para reducirles<br />

sus derechos a los trabajadores d<strong>el</strong><br />

país. En <strong>México</strong>, la mayoría de los<br />

trabajos existentes son precarios: los<br />

ocupados que reciben hasta tres<br />

salarios mínimos o no reciben ingresos<br />

por sus trabajo, pasaron de 25<br />

millones 135 mil 674 personas a 28<br />

millones 374 mil 359. esto significa<br />

que aumentó la población ocupada que<br />

no puede acceder a una Canasta<br />

Básica Indispensable (CBI) equivalente<br />

a cuatro salarios mínimos.<br />

2. Respecto al comportamiento d<strong>el</strong><br />

salario mínimo, de la devaluación de<br />

diciembre de 1994 a mayo d<strong>el</strong> 2002,<br />

tenemos que, según cálculos de la<br />

Universidad Obrera de <strong>México</strong> (UOM),<br />

la minipercepción ha perdido <strong>el</strong><br />

48.78% en términos reales y<br />

actualmente representa sólo <strong>el</strong><br />

18.56% d<strong>el</strong> salario nominal vigente. El<br />

mínimo pasó de 15.27 pesos en<br />

diciembre de 1994 a 7.82 pesos en<br />

mayo d<strong>el</strong> 2002, a precios de 1994.<br />

para que <strong>el</strong> minisalario estuviera<br />

apenas al niv<strong>el</strong> de 1994, requiere de<br />

un aumento no menor d<strong>el</strong> 290.27%,<br />

debido a que se requieren cuatro<br />

salarios mínimos para adquirir una<br />

CBI, de apenas 40 productos.<br />

3. Con r<strong>el</strong>ación a otras percepciones de<br />

los trabajadores, entre 1982 y <strong>el</strong> 2001,<br />

245


246<br />

las remuneraciones promedio<br />

contractuales se precipitaron en<br />

59.31%; las remuneraciones<br />

manufactureras descendieron 38.38%;<br />

las de la maquiladora de exportación<br />

disminuyeron 21.09%; los salarios<br />

medios d<strong>el</strong> Instituto Mexicano d<strong>el</strong><br />

Seguro Social (IMSS) perdieron<br />

48.76% y las de la industria de la<br />

construcción 46.21%, en <strong>el</strong> mismo<br />

tiempo.<br />

4. La imposición de los topes salariales<br />

por dos décadas ha convertido la mano<br />

de obra mexicana en una de las más<br />

baratas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>: en <strong>el</strong> año 2000, <strong>el</strong><br />

trabajo manufacturero mexicano,<br />

medido en dólares la hora, tuvo la<br />

cotización más baja al estimarse en<br />

2.46 dólares la hora y quedar por<br />

debajo de los llamados “tigres<br />

asiáticos” y Portugal, que registraron<br />

la siguiente cotización: Corea, con<br />

8.13 dólares la hora; Singapur, 7.42;<br />

Taiwán, con 5.98; Hong Kong, 5.53 y<br />

Portugal, 4.76. en r<strong>el</strong>ación con los<br />

países desarrollados, <strong>el</strong> salario de la<br />

fuerza de trabajo alemana, noruega,<br />

japonesa, suiza y b<strong>el</strong>ga fue 9 veces<br />

superior, al situarse en 22.9, 22, 22,<br />

21.2 y 21.1 dólares la hora,<br />

respectivamente; la de Dinamarca,<br />

Suecia, estados Unidos, Finlandia,<br />

Austria y Holanda, 8 veces mayor, al<br />

situarse en 20.4, 20.1, 19.8, 19.5,<br />

19.4 y 19 dólares la hora,<br />

respectivamente, y la de Luxemburgo,<br />

Francia, Canadá y reino Unido, 7 veces<br />

arriba, al cotizarse en 16.6, 16.3, 16.1<br />

y 15.8 dólares la hora,<br />

correspondientemente.<br />

5. respecto al empleo, si consideramos <strong>el</strong><br />

comportamiento d<strong>el</strong> crecimiento anual<br />

y sexenal de la Población<br />

Económicamente Activa (PEA),<br />

respecto a la generación y déficit de<br />

empleo en las últimas tres décadas (de<br />

1971 al 2001), observamos que la PEA<br />

creció en 29 millones 285 mil 998<br />

personas y sólo se generaron 12<br />

millones 364 mil 369 plazas; por lo<br />

que <strong>el</strong> desempleo acumulado ascendió<br />

a 18 millones 559 mil 117 personas.<br />

La situación d<strong>el</strong> desempleo y<br />

subempleo es tan grave en <strong>el</strong> país,<br />

que la Organización Internacional d<strong>el</strong><br />

Trabajo (OIT) ha reconocido que en<br />

<strong>México</strong> existen 25.5 millones de<br />

personas empleadas en la economía<br />

informal, de las cuales 17 millones son<br />

hombres (67%) y 8.5 millones son<br />

mujeres (33 por ciento). Estadística<br />

Geografía e informática (INEGI),<br />

aumentó la población ocupada que no<br />

cuenta con seguridad social entre 1993<br />

y <strong>el</strong> 2000, los trabajadores que<br />

laboraban de 40 a más de 56 horas<br />

aumentaron, de 19 millones 620 mil a<br />

25 millones 683 mil 17. por lo que<br />

oscilaron d<strong>el</strong> 60.2% d<strong>el</strong> total de la<br />

población ocupada, al 66.2%, para <strong>el</strong><br />

mismo período.<br />

El aumento extraordinario de la oferta de la<br />

mano de obra mexicana en territorio<br />

estadounidense, está siendo provocado por la<br />

reestructuración flexibilizadota que ha<br />

significado la imposición de los topes<br />

salariales por dos décadas; la prolongación e<br />

intensificación de las jornadas de trabajo por<br />

<strong>el</strong> mismo salario; la contratación de personal<br />

sin las prestaciones de Ley; <strong>el</strong> desempleo<br />

creciente; la remuneración por tiempo,<br />

destajo, domicilio y de subcontratación; la<br />

violación y erosión de los contratos colectivos<br />

de trabajo, que han limitado la capacidad de<br />

respuesta de los trabajadores. A esto hay que<br />

sumarle los recortes al gasto social, que<br />

afectan <strong>el</strong> fondo de vida de la población,<br />

debido a que <strong>el</strong> Estado disminuye los recursos<br />

destinados a la vivienda, salud, educación,<br />

cultura, etc.<br />

Es tan grave la situación de los trabajadores<br />

d<strong>el</strong> país, que no sólo tiende a cerrarse la<br />

válvula de escape que históricamente ha<br />

significado la migración a Estados Unidos;<br />

igualmente, la economía informal tiende a<br />

saturarse y <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o maquilador se agota<br />

también. Esta situación está colocando al país<br />

en <strong>el</strong> riesgo de una gravísima crisis<br />

económica, política y social, quizá más grave<br />

que la de Argentina, debido a que además de<br />

la violencia económica que se les ha impuesto<br />

a los trabajadores y <strong>el</strong> cierre de las válvulas<br />

de escape que han utilizado para sobrevivir,<br />

se agrega <strong>el</strong> componente de la autoagresión<br />

individual y social que, de hecho, ya se vive<br />

en <strong>el</strong> país: por un lado, tenemos <strong>el</strong> aumento<br />

d<strong>el</strong> alcoholismo entre la población<br />

trabajadora; la depresión por razones


económicas; <strong>el</strong> aumento de la violencia<br />

intrafamiliar; los intentos de suicidios y<br />

suicidios por motivos económicos y, por otro,<br />

<strong>el</strong> crecimiento explosivo de la economía<br />

subterránea, la cual está vinculada con<br />

actividades ilegales, tales como la producción<br />

y <strong>el</strong> tráfico de drogas, <strong>el</strong> comercio y <strong>el</strong><br />

transporte de mercancías de contrabando, <strong>el</strong><br />

tráfico de órganos, la industria d<strong>el</strong> secuestro,<br />

entre otras. No está de más recordar que<br />

nuestro país muestra algunos de los<br />

indicadores más preocupantes d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La frontera <strong>México</strong>-Estados Unidos es una<br />

peculiar zona de transición entre un país<br />

desarrollado y otro en vías de desarrollo, que<br />

conforma una región singular en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. La<br />

frontera sur de Estados Unidos tiene<br />

características parecidas a las de un país en<br />

vías de desarrollo; por ejemplo, presenta<br />

asentamientos humanos irregulares conocidos<br />

como colonias que no tienen agua potable,<br />

drenaje ni caminos pavimentados (Texas<br />

Health Department, 1988). Mientras tanto, en<br />

la frontera norte de <strong>México</strong>, por su posición<br />

geográfica, sus r<strong>el</strong>aciones a niv<strong>el</strong> local<br />

internacional y apertura a la industria<br />

maquiladora, se han estado dando mejores<br />

condiciones de desarrollo que en muchas<br />

otras regiones d<strong>el</strong> país.<br />

Como zona de transición entre estos dos<br />

países tan diametralmente opuestos, la<br />

frontera cumple una función de carácter<br />

“socio-fisiológico”: la de mantener un<br />

equilibrio homeostático que les permite<br />

convivir. Sus habitantes comparten en común<br />

una historia regional, idiomas e información,<br />

con una interr<strong>el</strong>ación de carácter étnico y<br />

familiar de economías interdependientes. Pero<br />

no sólo eso, sino que <strong>el</strong> ambiente, los<br />

recursos naturales de la región, posibilitan <strong>el</strong><br />

desarrollo de las comunidades situadas ahí.<br />

Los procesos de crecimiento y desarrollo en su<br />

conjunto han provocado alteraciones en <strong>el</strong><br />

medio ambiente binacional, que reflejan<br />

problemas de contaminación emergentes d<strong>el</strong><br />

desarrollo industrial, y problemas de higiene<br />

d<strong>el</strong> medio referentes al “abastecimiento de<br />

agua potable y a la introducción de sistemas<br />

básicos de saneamiento” (Schaefer, 1986:40).<br />

Con las negociaciones, la aprobación y<br />

posterior puesta en marcha d<strong>el</strong> Tratado de<br />

Libre Comercio de América d<strong>el</strong> Norte, se<br />

previó que la difunsión de la tecnología y <strong>el</strong><br />

desarrollo económico se verían impulsados, y<br />

que su impacto podría ser catastrófico en la<br />

zona de los límites entre <strong>México</strong> y Estados<br />

Unidos, debido principalmente a las graves<br />

deficiencias en la infraestructura mexicana.<br />

Sin embargo, la prosperidad económica que<br />

<strong>México</strong> experimentaría con <strong>el</strong> Tratado de Libre<br />

Comercio le permitiría fortalecer, con<br />

anticipación, su infraestructura urbana y sus<br />

programas de protección ambiental a fin de<br />

lograr mejores niv<strong>el</strong>es de calidad ambiental<br />

(Correa, 1991). Esto dio lugar a la creación de<br />

una agenda ambiental binacional para<br />

producir un desarrollo sustentable.<br />

Si <strong>el</strong> aspecto ambiental no fue <strong>el</strong> más<br />

problemático para llega a la materialización<br />

d<strong>el</strong> Tratado de Libre comercio, sí fue <strong>el</strong> más<br />

visible y <strong>el</strong> que más polémica causó entre los<br />

habitantes de <strong>México</strong> y Estados Unidos. El<br />

escenario donde se realizó la “batalla<br />

ambiental” fue la propia frontera, donde la<br />

comunidad binacional, pero sobre todo <strong>el</strong><br />

ambiente salió ganando.<br />

El trabajo presente trata de documentar y<br />

analizar la larga lucha que por <strong>el</strong> binomio<br />

ambiente/desarrollo, se ha venido dando en la<br />

frontera desde principios de la década de los<br />

setenta; y <strong>el</strong> rumbo que promete la situación<br />

actual.<br />

UN MUNDO EN CAMBIO<br />

El último cuarto de siglo d<strong>el</strong> segundo milenio<br />

de nuestra era ha sido una época de grandes<br />

cambios sociales, en donde era inadmisible<br />

una reestructuración económica, social y<br />

geopolítica, como sucedió en los países<br />

totalitarios de la Unión soviética, Polonia o la<br />

República Democrática Alemana. Soplaron los<br />

vientos de la renovación. En América Latina<br />

los gobiernos militares dejaron su lugar a los<br />

gobiernos civiles; Nicaragua retrocedió en <strong>el</strong><br />

camino socialista que había emprendido. En<br />

Sudáfrica <strong>el</strong> apartheid quedó fuera de la ley y<br />

se instituyó un gobierno democrático<br />

lidereado por primera vez en su historia, por<br />

un hombre de raza negra. Isra<strong>el</strong> logró<br />

acuerdos de paz con algunos de los países<br />

arabes. La transfiguración de las sociedades<br />

247


modernas empezó a diseminarse en los países<br />

de la Tierra, como agente venturoso<br />

instigador de sociedades más justas y<br />

equitativas.<br />

Las transformaciones sociopolíticas, además<br />

de constituir una esperanza para los pueblos<br />

sometidos, trajeron la distensión de la guerra<br />

fría que se libraba entre oriente y occidente<br />

desde décadas atrás. Ante estos giros de la<br />

historia, las posibilidades de una guerra<br />

nuclear disminuyeron.<br />

Al cambiar los actores y <strong>el</strong> escenario mundial,<br />

otros problemas graves para la comunidad<br />

internacional, como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> deterioro d<strong>el</strong> medio<br />

ambiente, que desde tiempo atrás luchaba por<br />

emerger, adquirieron mayor importancia.<br />

El concepto científico ecológico d<strong>el</strong> deterioro<br />

d<strong>el</strong> ambiente por causa de la contaminación,<br />

tardó treinta años en ser asimilado por los<br />

líderes de muchos de los pueblos.<br />

Prácticamente se dio a conocer entre <strong>el</strong><br />

público neófito cuando en 1962 Rach<strong>el</strong> Carson<br />

publicó su obra Primavera silenciosa, donde<br />

describía <strong>el</strong> impacto de los plaguicidas en <strong>el</strong><br />

medio ambiente y su metabolización a través<br />

de las cadenas tróficas de los ecosistemas<br />

(Carson, 1962). La idea se hizo patente a<br />

niv<strong>el</strong> mundial gracias a la Conferencia de las<br />

Naciones Unidas sobre <strong>el</strong> Medio Humano,<br />

verificada en Estocolmo, Suecia, en 1972,<br />

pero no tuvo eco en la comunidad<br />

internacional. En 1983, después de once años<br />

de permanecer fuera de las agendas de los<br />

organismos internacionales, la noción de la<br />

crisis ecológica se revitalizó: la Asamblea<br />

General de las Naciones Unidas conminó a que<br />

se formara una Comisión Mundial sobre <strong>el</strong><br />

Ambiente y <strong>el</strong> Desarrollo, un grupo de análisis<br />

para formular una Agenda Global para <strong>el</strong><br />

Cambio “World Commisision on Environment<br />

and Dev<strong>el</strong>opment, 1988). Se nombró<br />

presidente de la comisión a la señora Gro<br />

Harlem Brundtland y, entre 1984 a 1987,<br />

prepararon un reporte sobre <strong>el</strong> estado d<strong>el</strong><br />

ambiente mundial: Nuestro Futuro Común,<br />

cuyo espíritu se consolidó en la Conferencia<br />

de las Naciones Unidas sobre <strong>el</strong> Medio<br />

Ambiente y <strong>el</strong> Desarrollo en la Cumbre de la<br />

tierra, <strong>el</strong> cual tuvo lugar en 1992, en Río de<br />

Janeiro.<br />

248<br />

El asunto ambiental no trascendió de los<br />

corrillos científicos a los pasillos de los<br />

congresos y cámaras de representantes, y es<br />

que aún no existía una madurez científicofilosófica<br />

para abordar <strong>el</strong> problema. Es decir,<br />

<strong>el</strong> enfoque metodológico que se tenía hace<br />

treinta y dos años para plantear la cuestión<br />

ambiental, no alcanzaba las características<br />

holográficas que hoy detenta. En un principio,<br />

los reportes científicos que llamaron la<br />

atención se referían al impacto de los<br />

contaminantes en los ecosistemas acuáticos, y<br />

la comunidad científica interesada en lo<br />

práctico estaba circunscrita a las disciplinas de<br />

la ecología y la salud.<br />

Nuevos factores, como la contaminación<br />

atmosférica, <strong>el</strong> crecimiento poblacional, la<br />

explotación inmoderada de los recursos<br />

naturales, la extinción de especies, la<br />

insuficiencia alimenticia, la erosión d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o,<br />

los agujeros en la capa de ozono y <strong>el</strong><br />

calentamiento global d<strong>el</strong> planeta, entre otros,<br />

se fueron sumando a la preocupación<br />

ambiental y mostrando un panorama cada vez<br />

más alarmante. A lo largo de esos años, las<br />

múltiples ciencias comenzaron a conjugarse<br />

para constituir una supraciencia, y proveer de<br />

una aproximación metodológica más<br />

integradora: las denominadas ciencias<br />

ambientales. En su post scriptum de la lógica<br />

de la investigación científica, Kart Popper<br />

refiere que al aumentar <strong>el</strong> conocimiento a lo<br />

largo de la historia, éste se volvió<br />

inmanejable. De tal forma, aparecieron los<br />

administradores d<strong>el</strong> conocimiento y lo<br />

dividieron en ciencias. Las generaciones<br />

posteriores crecieron a la sombra de esas<br />

ciencias y se especializaron en componentes<br />

menores; fue así como <strong>el</strong> hombre perdió la<br />

noción de que <strong>el</strong> conocimiento es un solo<br />

(Popper, 1985).<br />

En los asuntos ambientales se empezó a<br />

estructurar un rompecabezas a partir de<br />

pequeñas piezas. Esta es, al menos, una<br />

lección epistemológica que la problemática<br />

ambiental le da al sabio; lección de<br />

inestimable valor que lo orienta hacia un<br />

manejo sistemático d<strong>el</strong> problema.<br />

Como objeto de preocupación de la comunicad<br />

científica, <strong>el</strong> problema de la contaminación y<br />

<strong>el</strong> deterioro ambiental atañe a todas las<br />

disciplinas d<strong>el</strong> conocimiento humano: es, en


sí, una nueva fuente de conocimiento. Toca<br />

también todos los valores humanos, con lo<br />

que se convierte en una nueva fuente de<br />

recapitulación moral; e incide en <strong>el</strong> interés<br />

popular, por lo que se ha convertido en una<br />

especie de credo que está esperando a su<br />

guía espiritual para ser conducido por <strong>el</strong><br />

camino de la salvación: de la salvación d<strong>el</strong><br />

planeta.<br />

DESARROLLO Y DESARROLLO<br />

SUSTENTABLE<br />

Uno de los teóricos d<strong>el</strong> desarrollo, Jan<br />

Timbergen (1989), señaló en la década de los<br />

cincuenta que en los países los procesos de<br />

desarrollo se daban en una forma irregular,<br />

que su avance propositito era <strong>el</strong> resultado de<br />

un constante ensayo-error y no de un plan<br />

racionalizado. Planteó la idea de que <strong>el</strong><br />

desarrollo podía promoverse mediante <strong>el</strong><br />

diseño e implementación de una política de<br />

desarrollo. Los objetivos de esta política<br />

tendrían cuatro objetivos:<br />

1. crear condiciones generales favorables<br />

al desarrollo. Esto requería de<br />

seguridad financiera y estabilidad<br />

social.<br />

2. familiarizar al gobierno, a la<br />

comunidad mercantil y al público en<br />

general con las ventajas-desventajas<br />

d<strong>el</strong> desarrollo.<br />

3. hacer una serie de inversiones en<br />

infraestructura básica.<br />

4. tomar medidas destinadas a facilitar y<br />

estimular la actividad y las inversiones<br />

privadas.<br />

En los años sesenta y setenta, los países<br />

industrializados y los no industrializados<br />

tomaron en cuenta esta propuesta y<br />

orientaron sus políticas hacia la planeación en<br />

busca d<strong>el</strong> desarrollo deseado. Para muchos<br />

países esta empresa fue un espejismo, que les<br />

significó <strong>el</strong> endeudamiento, la inestabilidad y,<br />

por manejo irresponsable, <strong>el</strong> riesgo de perder<br />

sus recursos naturales.<br />

En esa época, la renovabilidad o no<br />

renovabilidad de los recursos naturales fue<br />

otro de los mitos que prevalecieron dentro d<strong>el</strong><br />

esquema d<strong>el</strong> desarrollo planeado. El hombre<br />

creyó que aún cuando se explotaran los<br />

recursos, así sin más ni más, lo viviente<br />

continuaría renovándose de manera<br />

imperecedera; los recursos de agua dulce se<br />

reciclarían y renovarían; los mares<br />

permanecerían inalterables; <strong>el</strong> aire sería tan<br />

inagotable como constante su calidad.<br />

Únicamente los recursos minerales y<br />

energéticos eran considerados como no<br />

renovables. Esta visión de que los recursos<br />

naturales constituían un yacimiento perenne<br />

de materia útil, consolidó la brecha entre los<br />

procesos de desarrollo y la conservación d<strong>el</strong><br />

medio ambiente. Sin embargo, los efectos<br />

sobre la naturaleza, cada vez más evidentes<br />

por <strong>el</strong> impacto ambiental de esos procesos,<br />

originó en mucha gente la idea de que le<br />

desarrollo por la ciencia y la tecnología era<br />

perjudicial a lo natural.<br />

Cuando en 1987 la Comisión Mundial para <strong>el</strong><br />

Ambiente y <strong>el</strong> Desarrollo, mejor conocida<br />

como Comisión Brundtland, señaló que <strong>el</strong><br />

planeta estaba en una situación cada vez más<br />

crítica y que los problemas ecológicos ponían<br />

en t<strong>el</strong>a de juicio las posibilidades de<br />

supervivencia a largo plazo de la civilización,<br />

se llegó a la conclusión de que <strong>el</strong> hombre<br />

tendría que modificar <strong>el</strong> ritmo de desarrollo y<br />

la forma en que se venía dando.<br />

El logro de la Comisión Brundtland fue la<br />

creación de un nuevo esquema conceptual,<br />

donde enlaza <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> deterioro<br />

ambiental con <strong>el</strong> desarrollo y crecimiento<br />

económico global, al cual se le llamó<br />

“desarrollo sustentable”. El desarrollo<br />

sustentable se definió como la única manera<br />

de hacer frente a los problemas<br />

interr<strong>el</strong>acionados de la destrucción ambiental<br />

y <strong>el</strong> desarrollo económico necesario.<br />

El esquema parte de dos preguntas básicas:<br />

1. ¿Es posible incrementar <strong>el</strong> estándar<br />

básico de vida de la creciente<br />

población mundial, sin necesidad de<br />

disminuir nuestros recursos naturales<br />

finitos y <strong>el</strong> posterior deterioro d<strong>el</strong><br />

ambiente d<strong>el</strong> cual dependemos?<br />

2. ¿Puede la humanidad entera dar un<br />

paso atrás desde <strong>el</strong> borde d<strong>el</strong> colapso<br />

ambiental y, al propio tiempo, conducir<br />

a sus miembros más pobres a un niv<strong>el</strong><br />

básico de salud y dignidad?<br />

249


“Para conquistar estos dos problemas, los<br />

tipos y niv<strong>el</strong>es de producción y consumo<br />

deben ponerse de acuerdo con la capacidad<br />

finita de la tierra para sostenerlos” (Sitarz,<br />

1993). En otras palabras, si <strong>el</strong> abasto de<br />

nuestras necesidades se hace a costa d<strong>el</strong><br />

potencial de nuestros descendientes de<br />

abastecer sus propias necesidades, <strong>el</strong> sistema<br />

de producción que estemos utilizando no será<br />

sustentable.<br />

Ante los hechos inquietantes mostrados por la<br />

Comisión Brundtland, las Naciones Unidas y<br />

organismos internacionales empezaron a<br />

preocuparse por <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> “sustento”.<br />

Consideraron prioritaria la situación y<br />

convocaron a una reunión mundial,<br />

denominada Conferencia de las Naciones<br />

Unidas sobre <strong>el</strong> Medio Ambiente y <strong>el</strong><br />

Desarrollo, realizada en Río de Janeiro, Brasil,<br />

en junio de 1992. <strong>el</strong> objetivo central fue <strong>el</strong> de<br />

instrumentar un plan, conocido como Agenda<br />

21, para guiar <strong>el</strong> desarrollo en la Tierra de una<br />

manera sustentable.<br />

La Organización Mundial de la Salud fue <strong>el</strong><br />

primer organismo especializado que adaptó<br />

medidas concretas en respuesta al informe<br />

Brundtland de 1987, y actualizó su<br />

perspectiva con respecto a la Agenda 21. Sin<br />

embargo, entidades internacionales, como <strong>el</strong><br />

Banco Mundial, comenzaron a integrar en su<br />

agenda <strong>el</strong> concepto de desarrollo sustentable<br />

hasta principios de la década de los noventas.<br />

250<br />

FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS<br />

La frontera <strong>México</strong>-Estados Unidos es quizá la<br />

frontera más peculiar y desigual d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />

Hacia <strong>el</strong> norte se entiende la nación más rica y<br />

poderosa de la tierra, hacia <strong>el</strong> sur una nación<br />

en vías de desarrollo. Estas diferencias hacen<br />

que en sus puntos de unión, a lo largo de<br />

aproximadamente 3 200 km, se constituya<br />

una zona de transición. Las comunidades que<br />

se asientan sobre esta línea son de índole<br />

diversa a la pertinente de sus respectivos<br />

países en la franja fronteriza correspondiente<br />

al sur de los Estados Unidos se pueden<br />

observar problemas socioeconómicos clásicos<br />

d<strong>el</strong> subdesarrollo, a saber, las viviendas<br />

marginales denominadas “colonias”.<br />

En <strong>el</strong> estado de Texas, aproximadamente 250<br />

mil residentes viven sin agua potable ni<br />

drenaje (Texas Department of Human<br />

Services, s/f). en las colinas de valles de<br />

cañones de San Diego y <strong>el</strong> Valle Imperial,<br />

miles de trabajadores migrantes viven en<br />

casas de cartón y sin servicios. Por otra parte,<br />

en la franja fronteriza norte de <strong>México</strong> se<br />

detectan esquemas de desarrollo d<strong>el</strong> tipo<br />

industrializado, tales como los parques<br />

industriales de plantas maquiladoras.<br />

Desde Tijuana/San Diego hasta<br />

Matamoros/Brownsville, es alta la incidencia<br />

de enfermedades gastrointestinales, crónico<br />

degenerativas, broncorespiratorias,<br />

malformaciones congénitas y otras,<br />

r<strong>el</strong>acionadas con la calidad d<strong>el</strong> agua y d<strong>el</strong> aire.<br />

En diversos puntos de la frontera, como<br />

Sonora/Arizona, Chihuahua/Nuevo<br />

<strong>México</strong>/Texas y Tamaulipas/Texas, se han<br />

reportado casos de cólera; y de paludismo en<br />

la zona de Baja California/California. Por otra<br />

parte, la interdependencia de la región,<br />

además de comercial, es laboral, cultural y<br />

familiar.<br />

Definición de frontera<br />

El concepto sobreentendido de frontera, es<br />

aqu<strong>el</strong> que la define como una barrera en la<br />

que los límites entre dos o más naciones se<br />

materializan para constituir un obstáculo<br />

infranqueable; esto es, un muro que en lo<br />

físico, biológico, económico, político y social es<br />

impermeable. Durante decenas de años esta<br />

ha sido la idea entre las naciones.<br />

Por largo tiempo, en la frontera <strong>México</strong>-<br />

Estados Unidos los problemas de las<br />

comunidades fronterizas, aún los de carácter<br />

binacional, fueron enfocados y tratados de<br />

manera unilateral, con procedimientos y<br />

recursos diferentes. Tal es <strong>el</strong> caso de los<br />

problemas ambientales, que en forma secular<br />

se consideraron como asuntos propios hasta<br />

donde se encontraba la línea fronteriza. De tal<br />

modo, los programas emprendidos en uno u<br />

otro lado de la frontera, comenzados de<br />

manera unilateral, jamás alcanzaban buen<br />

éxito. Los habitantes de la región fronteriza<br />

advirtieron tiempo atrás que si bien esa<br />

barrera es necesaria y funciona para algunas<br />

cosas, por ejemplo, como contenedor de una<br />

identidad nacional o un sistema de gobierno,<br />

para otras cosas no funciona, como en le caso<br />

de los sistemas ecológicos, que se encuentran


situados en regiones por donde la línea<br />

fronteriza está imaginariamente trazada.<br />

La toma de conciencia de los gobernantes<br />

sobre la contaminación transfronteriza, ha<br />

sido un producto colateral a la formación de<br />

los mercados internacionales. Debido a que<br />

las aperturas comerciales traen consigo la<br />

<strong>el</strong>iminación de barreras conceptuales<br />

operativas que, a su vez, permiten una<br />

r<strong>el</strong>ajación en los canales de comunicación y un<br />

intenso flujo de artículos de consumo, la<br />

comunidad binacional de la zona fronteriza<br />

reclamó que <strong>el</strong>los se afectan por la<br />

importación/exportación natural de<br />

enfermedades y residuos polutos que hay en<br />

la frontera, y que un nuevo factor, <strong>el</strong> mercado<br />

libre, empeoraría las cosas.<br />

Los fronterizos han definido esa zona de<br />

transición entre <strong>México</strong> y Estados Unidos<br />

como una estructura regional donde se<br />

comparte una “interdependencia económica,<br />

social y cultural”; y donde <strong>el</strong> 2poder soberano<br />

administrado desde miles de kilómetros de<br />

distancia (…) causa a veces una falta de<br />

comunicación y un mal entendimiento de los<br />

problemas que interesan a sus habitantes”<br />

(The American Assembly, 1982).<br />

Por lo demás, existen muchas diferencias<br />

notables entre las políticas y estrategias<br />

administrativas de cada país. Aunque ambas<br />

naciones enfrentan los mismos problemas en<br />

la región, tratan de solucionarlos partiendo de<br />

bases de percepción y organización muy<br />

diferentes.<br />

Características generales d<strong>el</strong> ambiente<br />

común<br />

Escenario físico<br />

La frontera mexicano-estadounidense se<br />

extiende desde <strong>el</strong> Océano Pacífico hasta <strong>el</strong><br />

golfo de <strong>México</strong>, a lo largo de<br />

aproximadamente 3 200 km. El 64 por ciento<br />

de esta frontera es una barrera natural, <strong>el</strong> río<br />

Bravo, cuyo cauce toca tierra mexicanas en<br />

Ciudad Juárez y continúa como límite<br />

geopolítico hasta su desembocadura en<br />

Matamoros.<br />

A efecto de contar con una demarcación<br />

territorial para llevar a cabo los programas<br />

ambientales, en 1983 los presidentes de<br />

<strong>México</strong> y Estados Unidos firmaron <strong>el</strong> llamado<br />

de Acuerdo de La Paz. En él se establece que<br />

la zona fronteriza, como “frontera ecológica”,<br />

tendrá un margen de 200 km de ancho, o sea,<br />

100 km hacia <strong>el</strong> norte y al sur de los límites<br />

internacionales, lo que significa un área de<br />

640 mil km2. Para <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong>, los 320<br />

mil km2 de frontera representan <strong>el</strong> 16 por<br />

ciento d<strong>el</strong> territorio nacional.<br />

Escenario social<br />

Desde <strong>el</strong> punto de vista de las unidades<br />

político administrativas, hay 25 condados<br />

norteamericanos que colindan con 35<br />

municipios mexicanos, algunos de <strong>el</strong>los están<br />

totalmente integrados a la zona fronteriza<br />

antes mencionada, pero otros no. Además,<br />

existen otros condados y municipios cuyo<br />

perímetro no hace frontera internacional, pero<br />

su territorio forma parte de los 640 mil km2<br />

de la “frontera ecológica”.<br />

Para ambos países rubros como <strong>el</strong> de salud, la<br />

frontera está d<strong>el</strong>imitada por los municipios y<br />

condados adyacentes a la línea internacional.<br />

La frontera cuenta con 14 puertos terrestres.<br />

Su enorme tráfico alcanzo un promedio hasta<br />

de 400 millones de pasos anuales.<br />

Clima<br />

Las condiciones meteorológicas que<br />

prevalecen en esta región son de carácter<br />

templado, con una clara distinción entre la<br />

estación fría y la caliente. Tiene un rango<br />

extremosos de temperaturas: cercanas o<br />

menores a los 0ºC en invierno, y cercanas o<br />

superiores a 37ºC en verano. La estación de<br />

lluvias es de dos periodos: comienza en mayo<br />

y se incrementan paulatinamente hasta finales<br />

de julio, y luego se inicia de nueva cuenta por<br />

poco tiempo en septiembre. La precipitación<br />

pluvial varía entre 100 y 680mm al año, lo<br />

que en combinación con <strong>el</strong> régimen de<br />

vientos, da lugar a una zona desértica<br />

(Schmidt, 1983).<br />

Su<strong>el</strong>os<br />

En general, los su<strong>el</strong>os se definen como<br />

aridisols, lithosols, inceptisols, molisols y<br />

alphisols (Med<strong>el</strong>lín-Leal, 1983).<br />

251


Biogeografía regional<br />

Las características naturales de la zona<br />

comprendida entre Mexicali/Valle Imperial y<br />

Matamoros/Brownsville, son de tipo<br />

semiárido. En gran medida la conforman las<br />

extensas regiones biogeográficas de los<br />

desiertos sonorense y chihuahuense, que<br />

parcialmente comprenden los estados de<br />

California, Arizona, Nevada, Oregon,<br />

Wyoming, Idazo, Colorado, Nuevo <strong>México</strong> y<br />

Texas, d<strong>el</strong> lado de Estados Unidos; y los<br />

estados de Sonora, Chihuahua, Durango,<br />

Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis<br />

Potosí, Guanajuato, Zacatecas y<br />

Aguascalientes, en <strong>México</strong>.<br />

La vegetación es variable, desde bosques<br />

xerófilos de Acacia, Prosopis o Yucca;<br />

matorrales de Larrea, Caesalpinia o Franseria;<br />

o estepas de gramíneas de Bout<strong>el</strong>oua o<br />

Asistida. En cuanto a la fauna vertebrada de<br />

esta región árida están la libre (Lepus), ardilla<br />

(Cit<strong>el</strong>lus), roedores cricetos (Neotoma),<br />

murciélago hematófago (Desmodus), lince<br />

(Lynx), coyote (Canis), codorniz (Lophortyx),<br />

Lechuza (Bubo), víbora de cascab<strong>el</strong><br />

(Crotalus), lagartija (Anolis), ranas (Rana,<br />

Hyla) y muchas otras especies más.<br />

Entre Mexicali/Valle Imperial y Tijuana/San<br />

Diego, se extiende la zona denominada<br />

Mesoamericana de Montaña, cuya vegetación<br />

dominante la constituye bosques de pinos<br />

(Pinus), abetos (Abies) o encinos (Quercus);<br />

la fauna está formada por especies tales como<br />

<strong>el</strong> coyote (Canis), oso lavador (Porción), ratas<br />

(Heteromyscus), coatí (Nasua) y muchas otras<br />

más (Cabera y Willink, 1973; MacMahon,<br />

1985).<br />

Población y crecimiento poblacional<br />

La población global estimada para los estados<br />

fronterizos de <strong>México</strong>-Estados Unidos es de<br />

65.1 millones de habitantes, de los cuales<br />

51.8 corresponden a California, Arizona,<br />

Nuevo <strong>México</strong> y Texas; y 13.3 a Baja<br />

California, Sonora, Chihuahua, Coahuila,<br />

Nuevo León y Tamaulipas. Aproximadamente<br />

15.3 por ciento de dicha población, esto es,<br />

10 millones, habitan la franja fronteriza, 6<br />

millones d<strong>el</strong> lado americano y 4 d<strong>el</strong> lado<br />

mexicano.<br />

252<br />

La tasa de crecimiento natural de los estados<br />

de la frontera norte de <strong>México</strong> ha sido, cada<br />

diez años y desde 1930 hasta 1980, de 30.94<br />

por ciento en promedio; y de 1980 a 1990 de<br />

20.5 por ciento. La tasa de crecimiento<br />

natural estimada para los estados de la<br />

frontera sur de Estados Unidos, en la década<br />

de 1980 a 1990, ha sido de 24.05 por ciento<br />

en promedio (Loret, 1990; OPS, 1991).<br />

CONCEPTUALIZACIÓN DEL DESARROLLO<br />

EN LA FRONTERA<br />

En su consolidación, la frontera norte de<br />

<strong>México</strong> ha pasado por varias etapas de<br />

desarrollo, desde la primera, sólo fue una<br />

región semipoblada adyacente a Estados<br />

Unidos, y así permaneció por décadas; la d<strong>el</strong><br />

bracerismo, cuando con <strong>el</strong> permiso d<strong>el</strong><br />

gobierno estadounidense miles de mexicanos<br />

se trasladaron a trabajar en aqu<strong>el</strong> país; la de<br />

la industria maquiladora; y la d<strong>el</strong> Tratado de<br />

Libre Comercio.<br />

Desde <strong>el</strong> Golfo de <strong>México</strong> hasta <strong>el</strong> Océano<br />

Pacífico, la frontera ha forjado una identidad.<br />

Debido a las distancias ahí asentadas respecto<br />

a las capitales de sus estados y a la Ciudad de<br />

<strong>México</strong>, se creó un aislamiento que la dejó a<br />

la deriva d<strong>el</strong> desarrollo y d<strong>el</strong> mercado interno.<br />

Dado <strong>el</strong> nacionalismo y proteccionismo que<br />

caracterizó a <strong>México</strong> por décadas, la cercanía<br />

con Estados Unidos significaba una desventaja<br />

para los que habitaban la frontera d<strong>el</strong> norte.<br />

Con <strong>el</strong> advenimiento de la industria<br />

maquiladora <strong>el</strong> panorama comenzó a cambiar<br />

y se empezó a vislumbrar una ventaja en su<br />

posición con respecto al país vecino. Esta<br />

ventaja se hizo por demás clara ante la<br />

aprobación d<strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio.<br />

La etapa de la industria maquiladora, durante<br />

los años de 1966 a 1990, fue una experiencia<br />

que considerando los beneficios e<br />

inconveniencias que acarreó, trajo algo más<br />

que un intercambio comercial a la región:<br />

generó empleo, divisas y sirvió de acicate<br />

para poblar las ciudades de la frontera.<br />

A fines de los setenta, ya existía la idea en<br />

algunos grupos de Estados Unidos de crear<br />

una zona económica con <strong>México</strong> y Canadá,<br />

“en donde los factores de la producción<br />

circularan con r<strong>el</strong>ativa libertad, en función de


una integración económica mayor” (Vázquez y<br />

Meyer, 1992:224). Además, habiéndose<br />

debilitado <strong>el</strong> país por su enorme deuda<br />

externa, <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Migu<strong>el</strong> de<br />

la Madrid reconoció que era necesario abrirse<br />

al mercado externo. Por tal razón, en 1985<br />

<strong>México</strong> ingresó al Acuerdo General de<br />

Aranc<strong>el</strong>es (GATT). Esto sirvió de base para<br />

que en <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Carlos<br />

Salinas de Gortari se negociara, a principios<br />

de los noventa, la integración comercial d<strong>el</strong><br />

hemisferio norte y surgieran acuerdo de libre<br />

comercio con otros países de América.<br />

Frente a este escenario, la franja fronteriza<br />

emerge como una entidad protagónica sobre<br />

la cual recae una enorme responsabilidad:<br />

sustentar <strong>el</strong> crecimiento económico y<br />

comercial que surgirá en la zona y que se<br />

extenderá hacia <strong>el</strong> sur.<br />

La opinión pública de ambos países reaccionó<br />

preocupada por <strong>el</strong> anuncio de que los<br />

gobiernos de <strong>México</strong> y Estados Unidos<br />

emprenderían negociaciones para crear una<br />

zona comercial libre en América d<strong>el</strong> norte. El<br />

aspecto ambiental de sus límites<br />

internacionales fue <strong>el</strong> más polémico.<br />

Argumentaban que en <strong>el</strong> área, los recursos<br />

naturales existentes, compartidos y utilizados<br />

por los habitantes de las comunidades de<br />

ambos lados, no se cuidan con <strong>el</strong> mismo c<strong>el</strong>o<br />

por unos y otros. Los residuos líquidos, sólidos<br />

y las emanaciones gaseosas que se generan<br />

localmente, tampoco son regulados,<br />

controlados ni dispuestos en forma<br />

homogénea.<br />

El permanente movimiento migratorio a través<br />

de la frontera y <strong>el</strong> constante incremento de la<br />

industria maquiladora en ciudades que<br />

carecen de un plan de desarrollo urbano,<br />

constituyen una excesiva carga para los<br />

sistemas municipales de servicios básicos. La<br />

calidad de vida que se genera por las<br />

condiciones irregulares de crecimiento y por <strong>el</strong><br />

deterioro d<strong>el</strong> ambiente compartido, impactan<br />

la calidad de vida, <strong>el</strong> bienestar y la salud de<br />

los pobladores.<br />

La gente y las organizaciones no<br />

gubernamentales aseguraban que con las<br />

pésimas condiciones de infraestructuras<br />

existentes en <strong>el</strong> lado mexicano, y los<br />

confinamientos de desechos tóxicos y<br />

radiactivos d<strong>el</strong> lado norteamericano, más <strong>el</strong><br />

impacto que las transacciones comerciales y <strong>el</strong><br />

despunte económico que se alcanzaría en la<br />

zona, <strong>el</strong> problema se desbordaría volviéndose<br />

incontenible. Por tal motivo, los gobiernos<br />

actuaron de inmediato creando una agenda<br />

especial para la mitigación de los problemas<br />

ambientales y la creación de una nueva<br />

infraestructura: <strong>el</strong> Plan Integral Ambiental<br />

Fronterizo.<br />

El cambio de políticas económicas en <strong>México</strong>,<br />

y sus r<strong>el</strong>aciones económicas con Estados<br />

Unidos, le permitió al país dar los primeros<br />

pasos hacia <strong>el</strong> desarrollo sustentable: la<br />

liberación d<strong>el</strong> comercio. Este factor, según la<br />

Agenda 21, permitirá lograr un equilibrio entre<br />

<strong>el</strong> medio ambiente y <strong>el</strong> desarrollo mediante la<br />

vinculación de las políticas ambientales a los<br />

instrumentos económicos.<br />

LA EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA<br />

AMBIENTAL FRONTERIZA<br />

La cuestión d<strong>el</strong> ambiente ligado a los límites<br />

de los países no es algo nuevo para <strong>México</strong> y<br />

Estados Unidos. En 1889 ambos países<br />

crearon la Comisión Internacional de Límites y<br />

Aguas, “formada por una sección mexicana y<br />

una estadounidense, para resolver cuestiones<br />

de localización de la frontera en lo r<strong>el</strong>ativo a<br />

los movimientos de los ríos” (SEDUE,<br />

1992:27-40). En 1944 c<strong>el</strong>ebraron un tratado<br />

sobre la utilización de las aguas de los ríos<br />

Colorado, Tijuana y Bravo, que les permitiría<br />

“fijar y d<strong>el</strong>imitar claramente los derechos de<br />

las dos Repúblicas sobre los ríos Colorado y<br />

Tijuana y sobre <strong>el</strong> río Bravo (…) a fin de<br />

obtener su utilización más completa y<br />

satisfactoria” (Unted Status Government,<br />

1946).<br />

Pero no fue sino hasta los años sesenta<br />

cuando empezaron a crearse las condiciones<br />

de protección y control d<strong>el</strong> ambiente<br />

binacional, las cuales desembocarían en <strong>el</strong><br />

movimiento por <strong>el</strong> progreso limpio y ambiente<br />

sano que vive la frontera desde principios de<br />

los noventa.<br />

En 1961 <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Adolfo<br />

López Mateos instituyó <strong>el</strong> Programa Nacional<br />

Fronterizo (PRONAF) para hacer frente al<br />

desempleo en la frontera. El programa<br />

enfatizó <strong>el</strong> desarrollo de la industria turística<br />

253


en detrimento de otos sectores (PRONAF,<br />

1961).<br />

En 1963, durante los gobiernos de los<br />

presidentes de <strong>México</strong> y Estados Unidos,<br />

Adolfo López Mateos y John F. Kennedy, se<br />

realizó en la ciudad de <strong>México</strong> la primera<br />

Conferencia Internacional de Sanidad<br />

Ambiental <strong>México</strong>-Estados Unidos. Durante la<br />

reunión se propuso la creación de un<br />

Programa Binacional de Saneamiento<br />

Ambiental, con <strong>el</strong> propósito de controlar los<br />

desechos sólidos urbanos y tratar las aguas<br />

residuales de las comunidades fronterizas.<br />

Como resultado final de la conferencia, los<br />

secretarios de salud de ambos países y <strong>el</strong><br />

director de la Organización Panamericana de<br />

la Salud, firmaron un Acuerdo de<br />

Entendimiento para implementar ese<br />

programa binacional (PHS/SSA/PAHO/WHO,<br />

1963).<br />

Al siguiente año, en 1964, en la frontera se<br />

escenificó un episodio trágico. Miles de<br />

trabajadores que legalmente se trasladaba a<br />

Estados Unidos para emplearse en las labores<br />

de campo, se quedaron sin trabajo y sin<br />

permiso para ingresar a ese país: debido a<br />

que <strong>el</strong> Programa Bracero, que por décadas<br />

habían negociado los gobiernos de <strong>México</strong> y<br />

los Estados Unidos, llegó a su fin.<br />

Muchos de estos trabajadores se quedaron<br />

varados en las ciudades fronterizas,<br />

principalmente en Ciudad Juárez. Por otro<br />

lado, inmigrantes d<strong>el</strong> sur de <strong>México</strong> en busca<br />

de nuevas oportunidades de trabajo en le país<br />

vecino, engrosaron las filas de los<br />

desempleados. En respuesta a la crisis que se<br />

vivía en esa región d<strong>el</strong> norte, en 1965 se creó<br />

<strong>el</strong> Programa de Industrialización Fronteriza, <strong>el</strong><br />

cual permitió <strong>el</strong> desarrollo industrial en la<br />

frontera mediante la inversión extranjera<br />

(Ortega y Garza, 1991:35-40).<br />

El 7 de junio de 1965, en la XXIII Reunión<br />

Anual de la Asociación Fronteriza Mexicano-<br />

Estadounidense de Salud, c<strong>el</strong>ebrada en Los<br />

Ang<strong>el</strong>es, California, las autoridades de salud<br />

de <strong>México</strong> y Estados Unidos reafirmaron <strong>el</strong><br />

compromiso adquirido en 1963 sobre <strong>el</strong> Plan<br />

Binacional de Saneamiento Ambiental, y<br />

resolvieron continuar con <strong>el</strong> “intercambio de<br />

conocimientos y experiencias” en ese rubro de<br />

saneamiento ambiental (AFMES, 1965).<br />

254<br />

En 1966 se asentaron en Ciudad Juárez las<br />

primeras plantas de la industria maquiladora<br />

de exportación. Con esto se dio inicio a un<br />

programa de industrialización que a veintiocho<br />

años de haberse iniciado continúa<br />

progresando.<br />

En noviembre de ese mismo año, se llevó a<br />

efectos en la Ciudad de <strong>México</strong>, <strong>el</strong> Seminario<br />

sobre <strong>el</strong> Saneamiento Ambiental en la<br />

Planeación Urbana que organizó la Asociación<br />

Fronteriza Mexicano-Estadounidense de Salud,<br />

con <strong>el</strong> apoyo d<strong>el</strong> gobierno federal de <strong>México</strong> y<br />

los Estados Unidos. El propósito fundamental<br />

fue <strong>el</strong> de “incorporar <strong>el</strong> concepto de<br />

‘saneamiento ambiental’ dentro de la<br />

planeación urbana”. D<strong>el</strong> lado mexicano<br />

participaron la Secretaría de Salubridad y<br />

Asistencia, la Secretaría de Recursos<br />

Hidráulicos, <strong>el</strong> Instituto Nacional de la<br />

Vivienda, la Secretaría de la Presidencia, la<br />

Secretaría de Obras Públicas, <strong>el</strong> Instituto<br />

Mexicano d<strong>el</strong> Seguro Social, la Secretaría d<strong>el</strong><br />

Patrimonio Nacional, universidades y<br />

organismos no gubernamentales<br />

(AFMES/SSA/PHS/OPS, 1966).<br />

En diciembre, los presidentes de <strong>México</strong> y<br />

Estados Unidos, Gustavo Díaz Ordaz y Lyndon<br />

B. Jonson, tomaron la decisión de formalizar<br />

la comisión para <strong>el</strong> Desarrollo Fronterizo y la<br />

Amistad (CODEF). El nuevo enfoque para<br />

apoyar a la frontera tenía como objetivo<br />

“estudiar las formas y los medios de mejorar<br />

las r<strong>el</strong>aciones entre las comunidades<br />

fronterizas, y <strong>el</strong>evar <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> económico, social<br />

y cultural de los habitantes de toda <strong>el</strong> área<br />

fronteriza” (The White House, 1968).<br />

Los comisionados fueron José Vivanco,<br />

director d<strong>el</strong> Programa Nacional Fronterizo, y<br />

Raymond T<strong>el</strong>les, exalcalde de El Paso, Texas,<br />

y embajador de Estados Unidos en Costa Rica.<br />

La Comisión estuvo dividida en cuatro áreas:<br />

1) desastres, 2) desarrollo económico, social y<br />

cultural, 3) planeación d<strong>el</strong> desarrollo a largo<br />

plazo, y 4) proyectos unilaterales de Estados<br />

Unidos para mejora la frontera d<strong>el</strong> lado de los<br />

Estados Unidos (US-Mexico Comisión…,<br />

1968ª).<br />

En octubre de 1967 la Comisión se reunió por<br />

primera vez en la ciudad de <strong>México</strong>. Se<br />

establecieron catorce grupos de trabajo, para


“explorar y encontrar soluciones a los<br />

problemas básicos binacionales”. Algunos de<br />

esos grupos fueron los siguientes:<br />

Entrenamiento técnico y vocacional.<br />

Centros culturales.<br />

Programas conjuntos de salud.<br />

Parques nacionales paral<strong>el</strong>os.<br />

Conferencia conjunta de planificadores<br />

urbanos.<br />

Desarrollo económico fronterizo.<br />

Turismo<br />

Transportación.<br />

Emb<strong>el</strong>lecimiento.<br />

La siguiente reunión fue en mayo de 1968 en<br />

la ciudad de Washington, D.C., para revisar <strong>el</strong><br />

progreso alcanzado, por ejemplo, uno de los<br />

logros más importantes fue <strong>el</strong> establecimiento<br />

de un mecanismo de respuesta de emergencia<br />

en caso de desastres naturales entre los<br />

límites de ambos países, además de<br />

numerosos seminarios y talleres en toda la<br />

frontera.<br />

A través d<strong>el</strong> Grupo de Trabajo de Salud de la<br />

Comisión, se iniciaron algunos proyectos de<br />

saneamiento básico: se mejoró la calidad<br />

bacteriológica d<strong>el</strong> agua que abastecía a la<br />

ciudad de Agua Prieta, Sonora. En Nogales,<br />

Sonora, se construyó un r<strong>el</strong>leno sanitario para<br />

usarse en forma compartida con Nogales,<br />

Arizona. A la ciudad de El Paso, Texas, se le<br />

financió un proyecto para <strong>el</strong> establecimiento<br />

de un Programa para <strong>el</strong> Control de la Calidad<br />

d<strong>el</strong> aire (ibid., 1968b).<br />

En <strong>el</strong> periodo 1968-1969, la sección<br />

estadounidense de la comisión estableció de<br />

manera unilateral tres oficinas regionales: en<br />

Laredo, El paso, y San Diego. Por falta de<br />

presupuesto la comisión se desintegró a fines<br />

de 1969. la principal cause que motivó la<br />

desaparición fue la falta de una agenda que<br />

respondiera a las necesidades reales de las<br />

localidades (Smith, 1976).<br />

En la XXVI Reunió Anual de la Asociación<br />

fronteriza Mexicano-Estadounidense de Salud,<br />

verificada en 1968 en la ciudad de Tampico,<br />

Tamaulipas, <strong>el</strong> doctor Paul Q. Peterson,<br />

asistente d<strong>el</strong> cirujano general de Estados<br />

Unidos, mencionó que los problemas de<br />

saneamiento básico estaban entre los de<br />

mayor importancia para la salud pública de los<br />

habitantes de la frontera. Se trataba de los<br />

siguientes:<br />

1. Abastecimiento y calidad d<strong>el</strong> agua.<br />

2. sistema de drenaje insuficiente.<br />

3. Asentamientos humanos carentes de<br />

servicios.<br />

4. Manejo inadecuado de los desechos<br />

sólidos.<br />

5. Deficiente calidad d<strong>el</strong> aire por las<br />

emanaciones de las fundiciones y <strong>el</strong><br />

desarrollo industrial incontrolado.<br />

Además, recalcó que para hacerle frente a<br />

estos problemas se requería de 1) recursos<br />

financieros, 2) desarrollar un programa<br />

integral de saneamiento ambiental, y 3)<br />

concienciar a la comunidad sobre los<br />

problemas y fomentar la preocupación por <strong>el</strong><br />

cuidado d<strong>el</strong> ambiente (Peterson, 1968).<br />

Desafortunadamente, la falta de organización<br />

que llevó a fin a la Comisión para <strong>el</strong> Desarrollo<br />

Fronterizo y la Amistad, repercutió en le<br />

ánimo de quienes tenían <strong>el</strong> entusiasmo para<br />

embarcarse en una empresa de esta índole.<br />

Algunos de los factores que de alguna manera<br />

influyeron en la falta de perspectiva para<br />

estructurar una agenda binacional de trabajo,<br />

fueron la visualización de la frontera en<br />

función de unidades sociopolíticas o ciudades<br />

en vez de un enfoque más globalizador; la<br />

falta de un diagnóstico regional que permitiera<br />

la planeación de un programa ejecutivo<br />

equilibrado; <strong>el</strong> que las negociaciones fueran a<br />

niv<strong>el</strong> federal con escasa o nula participación<br />

de los gobiernos locales; e insuficiente<br />

información al público en general. Otro de<br />

esos factores es que a fines de la década de<br />

los sesenta, los asuntos r<strong>el</strong>acionados con <strong>el</strong><br />

medio ambiente apenas comenzaban a<br />

sistematizarse. Estados Unidos, líder mundial<br />

en la materia, promulgó su Acta Nacional de<br />

Protección Ambiental (NEPA) en 1970. en ese<br />

entonces, <strong>el</strong> público apenas empezaba a<br />

involucrarse en la protección ambiental<br />

(Landy, et al., 1990:15-17).<br />

En 1971 se promulgó en <strong>México</strong> la Ley Federal<br />

para Prevenir y Controlar la contaminación<br />

Ambiental. En 1972 las Naciones Unidas<br />

organizaron en Estocolmo, Suecia, la Primera<br />

Conferencia de las Naciones Unidas sobre <strong>el</strong><br />

medio Humano. Su interés fundamental fue la<br />

caracterización “d<strong>el</strong> medio que afecta las<br />

255


condiciones de la vida humana” (Ward y<br />

Dubos, 1974). Esta conferencia creó <strong>el</strong> marco<br />

inicial para <strong>el</strong> análisis de los problemas<br />

ambientales a niv<strong>el</strong> global o regional.<br />

En ese mismo año, en una reunión entre <strong>el</strong><br />

presidente de <strong>México</strong>, Luis Echeverría, y <strong>el</strong> de<br />

Estados Unidos, Richard M. Nixon, se hizo<br />

hincapié en la seriedad d<strong>el</strong> problema de la<br />

salinidad d<strong>el</strong> río colorado, y se recomendó a la<br />

Comisión Internacional de Límites y Aguas<br />

tomar las medidas necesarias (Busch, 1978).<br />

También, <strong>el</strong> asunto de la distribución<br />

equitativa d<strong>el</strong> agua en una zona árida y<br />

necesitada d<strong>el</strong> recurso planteaba serios<br />

problemas. Entre <strong>el</strong>los, se señalaba que los<br />

tratados internacionales de aguas entre estos<br />

países (de 1906 y 1944), no hacían referencia<br />

a la calidad d<strong>el</strong> agua a distribuir (Sepúlveda,<br />

1973).<br />

En términos generales, los problemas<br />

ambientales que se visualizaban en la frontera<br />

para 1973 era 1) los de saneamiento básico:<br />

agua potable, aguas residuales y basura; y 2)<br />

los de calidad ambiental, que comprendía:<br />

calidad d<strong>el</strong> agua de los ríos y contaminación<br />

atmosférica. La industria maquiladora era<br />

considerada como una industria limpia o<br />

industria sin chimeneas. Como trabajaba<br />

ensamblando componentes prefabricados, se<br />

pensaba que era inocua para <strong>el</strong> ambiente<br />

(Enríquez, 1973).<br />

Juergensmeyer y Blizzard (1973:72)<br />

publicaron un análisis de la ley ambiental<br />

mexicana, destacando que “a pesar de lo<br />

enérgico de la ley, la protección ambiental de<br />

<strong>México</strong> estaba subordinada a las<br />

inconsistentes políticas de desarrollo<br />

económico”.<br />

En la XXXIV Reunión Anual de la Asociación<br />

Fronteriza Mexicano-Estadounidense de Salud,<br />

efectuada en Hermosillo, Sonora, en 1976, se<br />

propuso la creación de un Programa de<br />

Mejoramiento Ambiental <strong>México</strong>-Estados<br />

Unidos (AFMES,1976). Dos años después esta<br />

propuesta se materializaría en un<br />

Memorándum de Entendimiento.<br />

Entre 1973 y 1978 la Subsecretaría de<br />

Mejoramiento d<strong>el</strong> Ambiente (SMA) de la<br />

Secretaría de Salubridad y Asistencia, y la<br />

Agencia de Protección Ambiental (EPA)<br />

256<br />

tuvieron intercambio de información,<br />

entrenamiento de personal técnico y<br />

reuniones de cooperación. En 1978 se firmó <strong>el</strong><br />

Memorándum de Entendimiento entre la<br />

Subsecretaría de Mejoramiento d<strong>el</strong> Ambiente<br />

de <strong>México</strong> y la Agencia de Protección<br />

Ambiental de los Estados Unidos sobre<br />

Cooperación para la Protección y<br />

Mejoramiento d<strong>el</strong> Medio Ambiente en la Zona<br />

Fronteriza. El objetivo primario era <strong>el</strong> de<br />

iniciar esfuerzos conjuntos para resolver los<br />

problemas ambientales compartidos y<br />

proteger las áreas fronterizas (EPA, 1978).<br />

En 1979 los presidentes José López Portillo,<br />

de <strong>México</strong>, y James Carter, de Estados Unidos,<br />

ratificaron <strong>el</strong> Memorándum de entendimiento,<br />

y se estableció un Grupo de Trabajo para<br />

Asuntos Ambientales Fronterizos. Durante los<br />

setenta, los movimientos ambientalistas den<br />

la frontera eran más débiles que los grupos de<br />

interés que representaban a la industria<br />

química y a la industria minera quienes, a fin<br />

de cuentas, influían más en la formulación de<br />

políticas ambientales (Bath, 1985).<br />

En una recopilación bibliográfica de la<br />

Organización Panamericana de la Salud sobre<br />

<strong>el</strong> tema de salud y ambiente en la frontera<br />

mexicano-estadounidense en la década 1970-<br />

1980, se registraron 148 trabajos. Lo que es<br />

realmente interesante es que ninguno de <strong>el</strong>los<br />

vincula los aspectos de salud y ambiente con<br />

la industria maquiladora; tampoco se<br />

menciona <strong>el</strong> tema de los residuos p<strong>el</strong>igrosos<br />

en ninguno de los trabajos (Garza, 1993).<br />

A principios de la década de los ochenta,<br />

aparece en <strong>el</strong> escenario binacional un grupo<br />

denominado Conferencia de gobernadores<br />

Froterizos. El propósito de que se reunieran<br />

los gobernadores de los diez estados<br />

fronterizos, fue fortalecer los lazos de<br />

comunicación y cooperación norte-sur y estooeste.<br />

Los aspectos ambientales fueron<br />

incorporados en su programa de<br />

negociaciones.<br />

En 1983 <strong>el</strong> presidente de <strong>México</strong>, Migu<strong>el</strong> de la<br />

Madrid, y <strong>el</strong> de Estados unidos, Ronald<br />

Reagan, establecen en La Paz, Baja California,<br />

un Convenio entre los Estados Unidos<br />

Mexicanos y los Estados Unidos de América<br />

sobre cooperación para la Protección y<br />

Mejoramiento d<strong>el</strong> Medio Ambiente en la Zona


Fronteriza, mejor conocido con <strong>el</strong> Tratado de<br />

La Paz. El objetivo es <strong>el</strong> de preservar un<br />

“medio ambiente sano para <strong>el</strong> bienestar<br />

económico y social, a largo plazo, de las<br />

generaciones presentes y futuras de cada<br />

país, así como de la comunidad internacional”<br />

(EUM/EUA, 1983). En los siguientes años se<br />

agregaron al convenio anexos sobre puntos<br />

específicos:<br />

Anexo I. (1985): Se refiere a los problemas<br />

de saneamiento entre <strong>el</strong> condado de San<br />

Diego, California, y <strong>el</strong> municipio de Tijuana,<br />

Baja California.<br />

Anexo II. (1985): Establece un marco de<br />

trabajo para una respuesta conjunta a los<br />

derrames accidentales de substancias<br />

p<strong>el</strong>igrosas sobre la franja fronteriza.<br />

Anexo III. (1986): Trata de los movimientos<br />

transfronterizos de las substancias tóxicas y<br />

los desechos p<strong>el</strong>igrosos.<br />

Anexo IV. (1987): Enfoca <strong>el</strong> problema de la<br />

calidad d<strong>el</strong> aire, afectado por las emanaciones<br />

de las fundidoras que se encuentran en <strong>el</strong><br />

“Triángulo d<strong>el</strong> Cobre” en la región<br />

Arizona/Sonora.<br />

Anexo V. (1989): Se refiere al abatimiento de<br />

la contaminación atmosférica en las ciudades<br />

hermanas, empezando con Ciudad Juárez/El<br />

Paso (LGEEPA, 1991).<br />

No obstante los avances hechos por <strong>México</strong> en<br />

materia de legislación ambiental y los<br />

acuerdos internacionales establecidos con<br />

Estados Unidos para la protección d<strong>el</strong><br />

ambiente compartido a lo largo de la franja<br />

fronteriza, en los niv<strong>el</strong>es de gobierno en<br />

<strong>México</strong> existía una actitud de tolerancia hacia<br />

la contaminación. En la Primera Conferencia<br />

Nacional sobre Medio Ambiente, realizada en<br />

<strong>México</strong> a fines de los ochenta, un oficial d<strong>el</strong><br />

gobierno expresó: “vamos a estar<br />

preocupados por los asuntos de medio<br />

ambiente, pero aún así queremos ver salir<br />

humo de las chimeneas de las plantas<br />

industriales”. Por esa misma época, <strong>el</strong><br />

representante de <strong>México</strong> ante <strong>el</strong> Comité<br />

Económico y financiero de las Naciones<br />

Unidas, proclamó que “los países en desarrollo<br />

no simpatizaban con los planes de<br />

restricciones d<strong>el</strong> desarrollo en interés de<br />

proteger al ambiente” (Butrico, 1990).<br />

Poco después, y en clara contraposición a lo<br />

manifestado por algunos funcionarios<br />

públicos, <strong>el</strong> presidente Carlos Salinas de<br />

Gortari hizo declaraciones <strong>el</strong> 5 de junio de<br />

1990, en <strong>el</strong> Día Mundial d<strong>el</strong> Medio Ambiente,<br />

sobre la posición de su administración a favor<br />

d<strong>el</strong> principio de que un medio ambiente sano<br />

es esencial para <strong>el</strong> futuro común de la<br />

humanidad, y que es necesario actuar para<br />

preservar la “calidad de vida que nuestros<br />

hijos heredarán” (Norte, 1990).<br />

En junio de 1990, debido a la existencia de<br />

una política de salud mexicana y otra<br />

estadounidense, las autoridades de salud de<br />

estos países acordaron dar los pasos<br />

necesarios para identificar las prioridades de<br />

salud que compartían sobre la frontera en<br />

común, y emprender programas de<br />

cooperación para atacar en forma conjunta y<br />

coordinada los problemas binacionales<br />

(AFMES, 1990). A este acuerdo se le llamó<br />

Proyecto Consenso. Su objetivo era obtener<br />

por consenso y con la participación d<strong>el</strong> sector<br />

salud, una aproximación a los problemas<br />

sanitarios de la comunidad fronteriza. El<br />

proyecto consistió en dos series de encuestas<br />

y cinco reuniones regionales durante 1990-<br />

1991; y en abril de 1991 se obtuvieron los<br />

resultados. La salud ambiental fue una de las<br />

prioridades que se reconoció como problema a<br />

lo largo de toda frontera (AFMES, 1991).<br />

En <strong>el</strong> mes de noviembre de ese año, los<br />

presidentes de <strong>México</strong> y Estados Unidos,<br />

Carlos Salinas de Gortari y George Bush,<br />

tuvieron un histórico encuentro en la ciudad<br />

de Monterrey. El tema que trataron fue la<br />

creación de un mercado libre en <strong>el</strong> hemisferio<br />

norte de América. Los asuntos ambientales<br />

bilaterales fueron parte de las conversaciones;<br />

y de aquí surgió un mandato para que la<br />

Agencia de Protección Ambiental (EPA), de<br />

Estados Unidos, y la Secretaría de Desarrollo<br />

Urbano y Ecología (SEDUE), de <strong>México</strong>, se<br />

pusieran a trabajar sobre una agenda<br />

ambiental bilateral. Con la posibilidad de crear<br />

un libre comercio entre ambas naciones, <strong>el</strong><br />

despertar de una conciencia ambiental entre<br />

los habitantes de las comunidades fronterizas<br />

y una serie de antecedentes que analizar, <strong>el</strong><br />

reto para las agencias ambientales no fue<br />

sencillo. Sobre todo porque los asuntos<br />

ambientales, aunque no formaban parte de las<br />

negociaciones d<strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio,<br />

eran <strong>el</strong> punto más ríspido a tratar debido a la<br />

insistencia d<strong>el</strong> público en saber lo que estaba<br />

257


sucediendo y en exigir su participación, y a<br />

que podría echar a perder <strong>el</strong> esfuerzo de los<br />

dos gobiernos de lograr un buen acuerdo<br />

comercial.<br />

Entre 1990-1991, la EPA y la SEDUE<br />

prepararon varios borradores de lo que se<br />

llamó Plan Integral Ambiental Fronterizo<br />

(PIAF). En agosto de 1991 <strong>el</strong> documento fue<br />

distribuido al público en general por ambas<br />

agencias, en español e inglés. Por varias<br />

semanas estuvieron recibiendo sugerencias y<br />

comentarios, y emprendieron audiencias<br />

públicas en las principales ciudades<br />

fronterizas. Se trató de audiencias<br />

binacionales; esto es, las primeras audiencias<br />

públicas en <strong>México</strong>. Se determinó que <strong>el</strong> plan<br />

funcionaría en una primera fase, de 1992 a<br />

1994, <strong>el</strong> cual serviría para reorientar <strong>el</strong> diseño<br />

de una segunda fase. Se dispuso de un fondo<br />

aproximadamente de 460 millones de dólares<br />

para la realización d<strong>el</strong> PIAF en su primera<br />

fase. En febrero de 1992 dio inicio <strong>el</strong> plan<br />

(Salinas de Gortari y Bush, 1992).<br />

Sin embarbo, las comunidades locales, esto<br />

es, condados y municipios, tenían que<br />

preparar sus propios proyectos para cumplir<br />

con las responsabilidades contraídas en <strong>el</strong><br />

plan por los niv<strong>el</strong>es federales. Para <strong>el</strong> lado<br />

estadounidense, donde los condados tienen<br />

una autonomía y autosuficiencia respecto a<br />

los niv<strong>el</strong>es federales y estatales, esto no<br />

representó ningún problema. Pero para los<br />

municipios mexicanos, donde <strong>el</strong> Estado o la<br />

federación les plantean la forma de resolver<br />

sus problemas o se los resu<strong>el</strong>ve, esto fue algo<br />

nuevo. El tiempo comenzó a transcurrir y los<br />

municipios ejecutaron un mínimo d<strong>el</strong> plan.<br />

Debido a las fuertes presiones d<strong>el</strong> público en<br />

general, de organismos no gubernamentales y<br />

centros de educación superior, en cuanto a<br />

que <strong>el</strong> plano no estaba marchando como<br />

debiera, y ante la exigencia legal de que se<br />

practicara una evaluación d<strong>el</strong> impacto<br />

ambiental d<strong>el</strong> TLC, los gobiernos de <strong>México</strong> y<br />

Estados Unidos añadieron, en agosto de 1993,<br />

llegaron a los llamados Acuerdos Paral<strong>el</strong>os al<br />

tratado. En <strong>el</strong>los se propuso la creación de dos<br />

mecanismos que forzarían las actividades de<br />

protección ambiental entre ambos países.<br />

Básicamente se daban los pasos necesarios<br />

para <strong>el</strong> establecimiento de una barrera<br />

ecológico-sanitaria.<br />

258<br />

En noviembre de 1993 <strong>el</strong> Tratado de Libre<br />

Comercio fue aprobado por la Cámara de<br />

Representantes y la Cámara de Senadores de<br />

Estado Unidos y <strong>México</strong>; con <strong>el</strong>lo se<br />

reafirmaron los compromisos contraídos en<br />

materia de medio ambiente. A fines de 1993<br />

se decretó en ambos países la creación d<strong>el</strong><br />

Banco de Desarrollo de América d<strong>el</strong> Norte y la<br />

Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza;<br />

y en 1994 se dieron los pasos necesarios para<br />

estructurar dichas entidades. El banco<br />

aseguraría <strong>el</strong> financiamiento d<strong>el</strong> desarrollo<br />

regional y la comisión asesoraría a las<br />

comunidades en <strong>el</strong> diseño de sus proyectos,<br />

los revisaría y, los aprobados, los enviaría al<br />

banco para su financiamiento.


CONDICIÓN DEL AMBIENTE FRONTERIZO<br />

Los problemas ambientales que han llamado<br />

la atención en la frontera, son aqu<strong>el</strong>los que se<br />

refieren al deterioro de la calidad ambiental de<br />

los sistemas urbanos, la contaminación de<br />

cuencas atmosféricas e hidrológicas, y <strong>el</strong><br />

agotamiento de los recursos naturales.<br />

Describiendo los medios, las fuentes y los<br />

residuos, se establece <strong>el</strong> siguiente panorama<br />

general:<br />

Agua<br />

Abastecimiento y calidad<br />

El abastecimiento de agua potable en las<br />

principales comunidades fronterizas proviene<br />

en gran medida de los ríos Bravo y Colorado.<br />

Las fuentes de agua subterránea son escasas.<br />

En <strong>el</strong> caso particular de la comunidad<br />

binacional El Paso/Ciudad Juárez, <strong>el</strong><br />

suministro de agua potable es de dos tipos:<br />

d<strong>el</strong> aluvión d<strong>el</strong> río Bravo y de los acuíferos de<br />

Mesilla y <strong>el</strong> Bolsón d<strong>el</strong> Hueco (Internacional<br />

Boundary…, 1992).<br />

D<strong>el</strong> lado mexicano de la frontera,<br />

aproximadamente 85 por ciento de las<br />

viviendas tienen agua entubada, pero en<br />

algunas regiones d<strong>el</strong> agua rodad y<br />

almacenada es de dudosa calidad.<br />

Aguas residuales:<br />

Se calcula que en promedio, 57% de las<br />

viviendas fronterizas tiene servicios de<br />

drenaje. Es patente la falta de infraestructura<br />

para <strong>el</strong> tratamiento de las aguas residuales<br />

urbanas e industriales. Además, esas aguas<br />

son vertidas hasta los grandes ríos,<br />

contaminándolos así con materia fecal y<br />

substancias tóxicas. Aunado a lo anterior, las<br />

sustancias excretas generadas por 43% de las<br />

viviendas que no tienen drenaje significan un<br />

alto riesgo para la salud y son motivo de<br />

constantes problemas internacionales porque<br />

contaminan los mantos acuíferos y las aguas<br />

superficiales. Tal es la situación con las<br />

ciudades de Tijuana, Nogales, Nuevo Laredo y<br />

Matamoros.<br />

Calidad d<strong>el</strong> aire<br />

La contaminación d<strong>el</strong> aire es un problema que<br />

afecta sólo a algunas ciudades fronterizas,<br />

principalmente las más pobladas e<br />

industrializadas, las cuales presentan en cada<br />

país un paso vehicular diario que no cesa ni<br />

de día ni de noche.<br />

Las fuentes estacionarias de contaminación<br />

más importantes son las ladrilleras, refinerías<br />

de petróleo, cementeras, fundidoras de<br />

metales y minerales, centrales de energía y<br />

otras.<br />

Las fuentes móviles de contaminación en las<br />

ciudades fronterizas con más tráfico vehicular<br />

son los vehículos automotores. Uno de los<br />

principales motivos es que en la frontera<br />

mexicana es más barato conseguir automóvil<br />

que en <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> país, por lo que la mayoría<br />

de los residentes tienen oportunidad de<br />

adquirirlo. Muchos de estos vehículos tienen<br />

más de diez años de antigüedad, sus<br />

condiciones para circular no son buenas y<br />

emiten grandes concentraciones de monóxido<br />

de carbono.<br />

En <strong>el</strong> caso de Ciudad-Juárez-El Paso, <strong>el</strong><br />

problema se agudiza por las largas filas que<br />

se forman en los puentes internacionales. Se<br />

considera que aproximadamente 43 mil<br />

vehículos pasan diariamente con un tipo de<br />

espera de 45 a 80 minutos. Un problema de<br />

estas ciudades es también <strong>el</strong> fenómeno de la<br />

inversión térmica, que invariablemente se<br />

hace presente durante la temporada invernal.<br />

El Paso excede todos los estándares de<br />

emisión sobre <strong>el</strong> total de partículas<br />

suspendidas (TSP), de monóxido de carbono y<br />

ozono, señalados por la Agencia de Protección<br />

al Ambiente de los Estados Unidos; y por tal<br />

razón, la EPA ha interpuesto un proceso legal<br />

259


en contra de la ciudad de El Paso (Eroles,<br />

1994). Dadas las características d<strong>el</strong> desierto y<br />

los fuertes vientos en la mayor parte de la<br />

frontera, las zonas marginadas de las<br />

ciudades mexicanas y las colonias asentadas<br />

cerca de las ciudades estadounidenses,<br />

adolecen de enfermedades<br />

broncorespiratorias, parásitos y alergias. Esto<br />

se debe en gran medida a las ton<strong>el</strong>adas de<br />

polvo que se levantan y contaminan con<br />

residuos biológicos, además d<strong>el</strong> polvo de las<br />

viviendas que no cuentan con caminos<br />

pavimentados.<br />

Actualmente, hay programas de muestreo de<br />

aire en Tijuana-San Diego, Ciudad Juárez-El<br />

Paso y en Matamoros-Brownsville, para medir<br />

<strong>el</strong> monóxido de carbono, ozono y de metales<br />

en <strong>el</strong> caso de Ciudad Juárez-El Paso.<br />

Desechos sólidos<br />

De acuerdo al Plan Integral ambiental<br />

Fronterizo, d<strong>el</strong> lado mexicano se genera una<br />

tasa per capita de 0.654 kg/día. Esto arroja<br />

un total de 2 493.6 TM/día. Y d<strong>el</strong> lado<br />

norteamericano una tasa per cápita de 2.2<br />

kg/día, lo que da un total de 12 699.9 TM/día.<br />

De tal modo, que a diario se genera una cifra<br />

aproximada de 15 193.5 TM. La diferencia en<br />

<strong>el</strong> ton<strong>el</strong>aje se establece por las envolturas y<br />

cubiertas que normalmente presentan los<br />

productos norteamericanos. Además, estos<br />

promedios varían con la estación, aumentando<br />

en forma considerable durante <strong>el</strong> verano<br />

debido al consumo de frutas y líquidos<br />

envasados.<br />

La disposición de desechos sólidos representa<br />

un problema para las ciudades fronterizas. D<strong>el</strong><br />

lado mexicano los servicios de limpieza, que<br />

son municipales, no cuentan con <strong>el</strong> suficiente<br />

personal y equipo, y su manejo es<br />

inadecuado. Comúnmente la basura es<br />

depositada en tiraderos a ci<strong>el</strong>o abierto.<br />

En <strong>el</strong> caso de Nuevo Laredo, uno de los<br />

tiraderos se encuentra en <strong>el</strong> lecho d<strong>el</strong> arroyo<br />

Las Alazanas. La mayor parte d<strong>el</strong> año <strong>el</strong><br />

arroyo está seco, pero cuando comienza la<br />

temporada de lluvias la basura es arrastrada<br />

por las avenidas de agua al río Bravo.<br />

Las zonas marginadas de las ciudades<br />

fronterizas no cuentan con servicio de<br />

260<br />

limpieza municipal, por lo que sus desechos se<br />

ponen en los patios traseros en sus casas o en<br />

terrenos baldíos. Lo mismo sucede en las<br />

“colonias” d<strong>el</strong> lado estadounidense.<br />

Aunque los desechos industriales deben de ser<br />

dispuestos de una manera apropiada, de<br />

acuerdo a sus cantidades y por las<br />

características de sus contenidos, muchos son<br />

llevados a los tiraderos municipales por <strong>el</strong><br />

propio servicio de limpia, o clandestinamente<br />

por los mismos generadores d<strong>el</strong> desecho.<br />

Industria maquiladora<br />

La industria maquiladora o de manufactura<br />

surgió como resultado d<strong>el</strong> Plan de<br />

Industrialización Fronteriza, decretado en<br />

<strong>México</strong> en 1965, y a la Regulación 9801<br />

(antes 807) de la Aduana de EU. Bajo <strong>el</strong><br />

auspicio de estas dos leyes, <strong>México</strong> permite la<br />

importación libre de impuestos, de materia<br />

prima y componentes de EU y otros países.<br />

De la misma forma, EU permite que los<br />

productos terminados sean exportados a su<br />

país, libres de impuestos, pagando<br />

únicamente un impuesto al valor agregado en<br />

los productos terminados.<br />

Como parte integral d<strong>el</strong> desarrollo de la<br />

frontera norte de <strong>México</strong>, <strong>el</strong> crecimiento de la<br />

industria maquiladora ha ido en aumento<br />

(como se indica en <strong>el</strong> cuadro 2). La industria<br />

maquiladora es uno de los sectores más<br />

dinámicos de la economía mexicana. De la<br />

misma forma en que ha representado una<br />

alternativa de vida para miles de familias,<br />

también ha sido un recurso de solución para<br />

muchas empresas. Ha impactado y<br />

configurado la frontera actual. Además d<strong>el</strong><br />

sector económico de <strong>México</strong>, la industria<br />

maquiladora ha merecido la atención de los<br />

sectores ambiental y de salud.


Debido a que muchas de estas plantas<br />

trabajan con sustancias tóxicas (Cuadro 3), se<br />

han convertido en una importante fuente de<br />

residuos p<strong>el</strong>igrosos. La ley ambiental<br />

mexicana establece que los residuos<br />

p<strong>el</strong>igrosos generados por la industria<br />

maquiladora deben de regresarse al país de<br />

origen, o bien, nacionalizarse mediante <strong>el</strong><br />

pago de derechos y confinarse en <strong>el</strong> país. Sin<br />

embargo, la falta de infraestructura para<br />

manejar los desechos y para <strong>el</strong> transporte de<br />

los residuos p<strong>el</strong>igrosos, constituyen una grave<br />

preocupación de salud (Garza, 1994).<br />

Niv<strong>el</strong> de vida<br />

El niv<strong>el</strong> de vida en la frontera mexicana<br />

presenta en algunos casos índices de pobreza<br />

muy marcados (Cuadro 4). Generalmente,<br />

este tipo de condiciones están presentes en<br />

las zonas marginadas de las ciudades. Por lo<br />

común, esas zonas son colonizadas por<br />

grupos de inmigrantes que se movilizan hacia<br />

<strong>el</strong> norte d<strong>el</strong> <strong>México</strong> en busca de bienestar o<br />

con la idea de pasar hacia Estados Unidos.<br />

Sustancias p<strong>el</strong>igrosas<br />

Residuos industriales<br />

El asunto de los residuos p<strong>el</strong>igrosos de origen<br />

industrial es tratado en fechas r<strong>el</strong>ativamente<br />

recientes en <strong>el</strong> contexto d<strong>el</strong> ambiente<br />

fronterizo. Se refiere al manejo transfronterizo<br />

de aqu<strong>el</strong>los residuos r<strong>el</strong>acionados con los<br />

procesos de producción de la industria<br />

maquiladora establecida en la frontera. Su<br />

importancia se establece por su manejo<br />

inapropiado, por los contaminantes que entran<br />

al ambiente y por la dinámica propia d<strong>el</strong><br />

ecosistema, que afectan al hombre. Esto da<br />

lugar a que la materia prima tóxica o <strong>el</strong><br />

excedente residual p<strong>el</strong>igroso, represente un<br />

riesgo para la comunidad.<br />

Uno de los puntos importantes en cuanto a<br />

residuos p<strong>el</strong>igrosos, es que la Secretaría de<br />

Desarrollo Social de <strong>México</strong> (SEDESOL) y EPA,<br />

han reportado en numerosas ocasiones que la<br />

disposición ilegal de residuos tóxicos es un<br />

fenómeno frecuente en la frontera. En enero<br />

de 1993, la Texas Water Comisión declaró que<br />

cargamentos ilegales de estas sustancias<br />

llevados a <strong>México</strong> son periódicamente<br />

detectados y detenidos antes de que alcancen<br />

261


su objetivo. En 1991 Allyn Davis, de la EPA en<br />

Texas, señaló que de la industria maquiladora<br />

que estaba trabajando con sustancias tóxicas,<br />

54 por ciento de las habidas en <strong>México</strong>, o sea,<br />

991 plantas de 1 837, sólo 178 industrias<br />

estaban regresando sus residuos a Estados<br />

Unidos. Sobre las 813 empresas restantes se<br />

ignoraba qué estaban haciendo con sus<br />

residuos.<br />

Otro de los riesgos implícitos en los residuos<br />

p<strong>el</strong>igrosos es <strong>el</strong> referente al uso pertinente<br />

que la población de las zonas marginales, sin<br />

servicio de agua entubada, da a los barriles<br />

que contuvieron sustancias tóxicas. Los<br />

emplean para almacenar agua, en la<br />

preparación de sus alimentos, <strong>el</strong> aseo<br />

personal y <strong>el</strong> lavado de su ropa. Aunado a<br />

esto, mantienen los recipientes expuestos al<br />

aire libre y sin cubrir. La recolección y venta<br />

de estos p<strong>el</strong>igrosos tanques de depósito en las<br />

ciudades fronterizas es producto d<strong>el</strong> control<br />

irregular de los residuos.<br />

Las maquiladoras tienen tres alternativas para<br />

tratar sus residuos: 1) exportarlos de regreso<br />

a EU, 2) confinarlos a <strong>México</strong>, o 3) tratarlos y<br />

reciclarlos en <strong>México</strong>; aunque con frecuencia<br />

se ha detectado la disposición ilegal de este<br />

material en bodegas, terrenos baldíos o en <strong>el</strong><br />

campo. Algunos de los residuos p<strong>el</strong>igrosos<br />

comunes, generados por la industria<br />

maquiladora, se enuncian a continuación en <strong>el</strong><br />

Cuadro 5.<br />

Agroquímicos<br />

La franja de tierra fronteriza tiene 1’012 145<br />

ha de tierra propicia para <strong>el</strong> cultivo, la cual<br />

produce principalmente algodón, sorgo, avena<br />

y maíz; mientras que 8’299 595 ha producen<br />

forraje para pastos nativos. Los fertilizantes y<br />

plaguicidas que se utilizan en ambos lados de<br />

la frontera son en parte los mismos. Pero<br />

262<br />

algunos de estos no se usan en un lado<br />

porque son muy caros, o en <strong>el</strong> otro porque su<br />

uso está prohibido. La detección de residuos<br />

de plaguicidas sintéticos es cada vez más<br />

común. En 1990 la Comisión Internacional de<br />

Límites y Agua detectó los insecticidas DDT,<br />

su derivado DDE y clordano, en muestras de<br />

tejido de peces provenientes de la Presa<br />

Internacional Falcón, en Laredo, Texas/Nuevo<br />

Laredo, Tamaulipas. Los plaguicidas son<br />

algunas de las sustancias tóxicas que mayor<br />

uso han tenido en la franja fronteriza, sin<br />

embargo, significan un problema ambiental<br />

sobre <strong>el</strong> cual se dispone de escasa<br />

información.<br />

Otros riesgos<br />

Pero estos no son los únicos p<strong>el</strong>igros que<br />

exponen la seguridad de las comunidades y <strong>el</strong><br />

ambiente binacional. Por ejemplo, <strong>el</strong> estado<br />

de Texas, a 17.7 km al norte de la frontera<br />

internacional, próximo al río Bravo, y 54.7 km<br />

al este de Ciudad Juárez/El Paso, s<strong>el</strong>eccionó<br />

un sitio para confinar desechos radioactivos<br />

de “bajo niv<strong>el</strong>”. Los desechos son resinas,<br />

escorias de filtros y líquidos radioactivos<br />

provenientes de plantas nucleares d<strong>el</strong> este de<br />

Texas. Los desechos deberán permanecer un<br />

mínimo de 500 años apropiadamente<br />

enterrados. El sitio se llama Fort Hancock, y<br />

se encuentra sobre <strong>el</strong> Bolsón d<strong>el</strong> Hueco y<br />

otros acuíferos que abastecen la comunidad<br />

de Ciudad Juárez/El Paso.<br />

También se han planeado una serie de<br />

confinamientos de residuos tóxicos a pocos<br />

kilómetros al norte de la línea fronteriza. Tal<br />

es <strong>el</strong> caso de Terr<strong>el</strong> County, Sierra Blanca, en<br />

Hudspeth, y Spofford Junction, en Kinney<br />

County, los tres lugares en Texas.<br />

Aunado a esto, desde 1992 la zona de Sierra<br />

Blanca es sitio de disposición final de los lodos<br />

residuales de las plantas de tratamiento de la<br />

ciudad de Nueva York. Día con día,<br />

aproximadamente 285 vagones de ferrocarril<br />

arriban a ese lugar. Los lodos son dispuestos<br />

sobre la superficie misma d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o.

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