México y el mundo contemporáneo - Escuela Normal Superior
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INTRODUCCIÓN<br />
Durante las últimas décadas, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> y nuestro país han experimentado una serie de<br />
transformaciones que han ido modificando las r<strong>el</strong>aciones entre las regiones, los países y las<br />
personas. Estos cambios han incidido de manera distinta y con ritmos diferentes en los hábitos de<br />
consumo, en <strong>el</strong> trabajo, en <strong>el</strong> ambiente, en la manera de hacer política y en la cultura de los<br />
mexicanos. Conocer <strong>el</strong> por qué y cómo se han dado estos cambios, reflexionar sobre su desarrollo a<br />
lo largo de la historia, analizar las incertidumbres que generan y evaluar las diversas<br />
interpretaciones que buscan explicarlos, son las finalidades d<strong>el</strong> Seminario <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
<strong>contemporáneo</strong> que se ofrece en <strong>el</strong> sexto semestre de la Licenciatura en Educación Secundaria. La<br />
importancia que este seminario tiene para la formación d<strong>el</strong> alumno normalista con especialidad en<br />
Historia es que le posibilitará abordar, durante su práctica docente, los contenidos históricos<br />
r<strong>el</strong>acionándolos con su presente y estableciendo de manera sistemática la interacción que existe<br />
entre la historia de <strong>México</strong> y la historia d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
Para lograr estos fines, <strong>el</strong> seminario está organizado en tres temas s<strong>el</strong>eccionados tomando en<br />
cuenta las transformaciones culturales, políticas y económicas más r<strong>el</strong>evantes de los últimos<br />
tiempos que influyen en la vida diaria de los habitantes de las diversas regiones de nuestro país y<br />
que se pueden analizar desde una perspectiva histórica. A diferencia d<strong>el</strong> curso de Historia de <strong>México</strong><br />
III, que se ofrece en <strong>el</strong> mismo semestre escolar y donde se aborda la historia nacional desde una<br />
panorámica completa y secuencial, en este seminario se estudiarán de manera específica y profunda<br />
algunos temas de r<strong>el</strong>evancia actual retomando estudios <strong>el</strong>aborados por politólogos, economistas,<br />
antropólogos y sociólogos pues la cercanía temporal de las problemáticas impide contar con análisis<br />
históricos totalizadores. Ello permitirá al estudiante contar con una gran variedad de enfoques que<br />
ampliarán su perspectiva y formas de abordar en <strong>el</strong> aula los problemas históricos.<br />
Asimismo, es importante retomar en esta asignatura aqu<strong>el</strong>los conocimientos y habilidades que los<br />
alumnos han adquirido a lo largo de los cinco semestres anteriores, así como los adquiridos durante<br />
este semestre y ponerlos en práctica para la reflexión y <strong>el</strong> análisis histórico. Por <strong>el</strong>lo, es conveniente<br />
utilizar todas aqu<strong>el</strong>las estrategias y formas de trabajo aprendidas para enriquecer las diversas<br />
actividades que se realizarán en este seminario.<br />
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL PROGRAMA<br />
1. Este programa tiene un carácter de acercamiento a temáticas históricas actuales que busca<br />
propiciar entre los estudiantes normalistas la reflexión en torno a algunos fenómenos<br />
<strong>contemporáneo</strong>s como son: los procesos de integración económica mundial, la transición política<br />
y la dinámica cultural que han modificado las r<strong>el</strong>aciones de producción y poder, así como las<br />
creencias y valores de los distintos grupos sociales que componen nuestro país.<br />
2. Los temas que integran <strong>el</strong> programa se s<strong>el</strong>eccionaron tomando como criterio aqu<strong>el</strong>los factores<br />
que en las tres últimas décadas han propiciado transformaciones profundas en <strong>el</strong> desarrollo<br />
económico, político, social y cultural de nuestro país y que posibilitan entender la dinámica de<br />
estos cambios en <strong>el</strong> contexto histórico e internacional. Si bien estos temas están estrechamente<br />
r<strong>el</strong>acionados, para su estudio se han organizado con base en las nociones de causalidad,<br />
continuidad y cambio. Es por <strong>el</strong>lo que en la enunciación de cada uno se ha tratado de dar la idea<br />
de proceso.<br />
3. Para <strong>el</strong> estudio de cada uno de los temas se presentan algunos ejes de discusión cuya finalidad<br />
es sugerir al profesor algunos puntos de análisis para desarrollar de manera sistemática los<br />
problemas históricos estudiados. Si bien no se pretende que <strong>el</strong> grupo agote todos estos puntos o<br />
que los trate con <strong>el</strong> mismo grado de profundidad, es conveniente que <strong>el</strong> profesor considere la<br />
mayor parte de estos factores para propiciar debates y conclusiones que muestren la<br />
complejidad de los procesos.<br />
4. Con <strong>el</strong> propósito de orientar <strong>el</strong> debate se han sugerido algunas preguntas-guía para cada eje de<br />
discusión, que se podrán modificar o ampliar de acuerdo con las inquietudes d<strong>el</strong> grupo. Estas<br />
preguntas tienen la función de centrar la discusión, ampliar <strong>el</strong> conocimiento o reflexionar sobre<br />
posibles escenarios futuros. Asimismo, algunos de estos cuestionamientos están enfocados en<br />
1
2<br />
conocer cómo los procesos de cambio en <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> afectan <strong>el</strong> espacio en que viven los<br />
estudiantes normalistas. Ello tiene la finalidad de que <strong>el</strong> alumno normalista se habitúe a<br />
entender los fenómenos históricos desde una perspectiva procesal y r<strong>el</strong>acione aqu<strong>el</strong>los<br />
problemas que le son presentes y cercanos con los que ocurren en un ámbito general. Se<br />
pretende con <strong>el</strong>lo que, en <strong>el</strong> futuro, estas reflexiones y habilidades formen parte de su práctica<br />
docente.<br />
5. Con <strong>el</strong> fin de abordar <strong>el</strong> estudio de los temas se propone una bibliografía básica cuyo objetivo es<br />
dar al estudiante normalista <strong>el</strong>ementos para comprender, de manera general, los procesos de<br />
cambio e introducirlos en los ejes de discusión. Asimismo, se sugiere una bibliografía<br />
complementaria con estudios de especialistas con <strong>el</strong> fin de contar con un espectro más amplio de<br />
enfoques y perspectivas de análisis. Cabe señalar que será labor d<strong>el</strong> maestro y los estudiantes<br />
s<strong>el</strong>eccionar otras fuentes bibliográficas de carácter regional.<br />
6. Para que <strong>el</strong> trabajo d<strong>el</strong> seminario sea fructífero y se logren mejores resultados es conveniente<br />
que <strong>el</strong> profesor tome en cuenta que simultáneamente a esta asignatura, <strong>el</strong> alumno normalista<br />
estará cursando las materias de Historia Universal II, Historia de <strong>México</strong> III y <strong>el</strong> Seminario de<br />
Temas S<strong>el</strong>ectos de Historia Universal; en <strong>el</strong>las se estudiarán temas que guardan estrecha<br />
r<strong>el</strong>ación con problemas tratados en esta asignatura. En este sentido, es deseable que <strong>el</strong> profesor<br />
constantemente r<strong>el</strong>acione los tópicos que aborda con los otros cursos d<strong>el</strong> semestre y realice un<br />
trabajo colegiado; a través de esta coordinación, los profesores podrán sumar esfuerzos,<br />
establecer trabajos comunes y permitirán que los alumnos presenten productos de investigación<br />
con enfoques plurales y de mayor calidad.<br />
ORIENTACIONES DIDÁCTICAS GENERALES PARA EL DESARROLLO DEL SEMINARIO<br />
Para abordar los problemas temáticos, es conveniente señalar que <strong>el</strong> seminario es una modalidad de<br />
trabajo que se caracteriza por reflexionar y debatir sobre un asunto histórico con base en una<br />
investigación previa. Esta forma de trabajo requiere que los alumnos realicen una labor de lectura<br />
individual y consulten distintas fuentes de información que les permitan contar con <strong>el</strong>ementos para<br />
argumentar y discutir una postura razonada e informada en torno al tema tratado.<br />
A diferencia de una clase de historia, <strong>el</strong> seminario se desarrolla en sesiones de análisis, discusión y<br />
reflexión sobre temas actuales d<strong>el</strong> ámbito nacional, bajo una perspectiva histórica. Ello implica que<br />
en numerosas ocasiones los alumnos formulen hipótesis sobre los posibles escenarios, con base en<br />
algunas evidencias históricas, aunque <strong>el</strong>lo no significa que se tenga certeza de ese desarrollo pues<br />
es un proceso que estamos construyendo día con día.<br />
Lo anterior exige, por parte d<strong>el</strong> maestro, planear las sesiones con anticipación y sugerir a los<br />
alumnos bibliografía de consulta y, por parte de los estudiantes, poner en práctica aqu<strong>el</strong>las<br />
habilidades de manejo y análisis de información que han desarrollado a lo largo de los cinco<br />
semestres previos; así como aqu<strong>el</strong>las competencias de comunicación que les permitan argumentar<br />
con claridad sus ideas así como escuchar y aprender de los otros. Cabe destacar que <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />
maestro en <strong>el</strong> aula será vital para problematizar a partir de preguntas-guía, plantear estrategias de<br />
debate, coordinar la actividad adecuadamente, centrar la discusión, solicitar a los alumnos ampliar<br />
la información, aclarar las posturas confusas pero, sobre todo, favorecer la participación de todo <strong>el</strong><br />
grupo para abordar problemas cercanos o de su entono.<br />
ORIENTACIONES DIDÁCTICAS<br />
El trabajo individual que realizan los estudiantes consiste en la lectura, organización y<br />
sistematización de la información. Con este fin, para cada uno de los temas, <strong>el</strong> programa sugiere<br />
textos básicos que servirán para guiar y problematizar la discusión y una bibliografía de consulta<br />
cuyo propósito es ampliar la información sobre <strong>el</strong> tema. Es importante que los estudiantes <strong>el</strong>aboren<br />
notas acerca de la temática que se discutirá pues de <strong>el</strong>las dependerá <strong>el</strong> buen desarrollo d<strong>el</strong><br />
seminario.
Cabe mencionar que para enriquecer <strong>el</strong> seminario y abordarlo desde la perspectiva regional tocará a<br />
los alumnos s<strong>el</strong>eccionar y utilizar otras fuentes de información como: legislación federal y estatal,<br />
artículos de publicaciones periódicas, estadísticas, videos o páginas <strong>el</strong>ectrónicas de organizaciones<br />
que ofrecen estudios de calidad. Debido a que gran parte de la bibliografía básica y complementaria<br />
está escrita por especialistas en ciencias sociales, es necesario fomentar que los alumnos revisen los<br />
conceptos correspondientes y <strong>el</strong>aboren un glosario a través de la consulta de diccionarios o<br />
manuales especializados en economía, ciencias políticas o antropología. Ello les permitirá contar con<br />
mayores <strong>el</strong>ementos para sustentar sus argumentos y reforzar las habilidades y los conocimientos<br />
que han adquirido a lo largo de su formación.<br />
El Trabajo en equipo permite <strong>el</strong> intercambio y confrontación de las ideas de los estudiantes, previo<br />
al debate en clase. Al trabajar en equipo se espera que los alumnos resu<strong>el</strong>van sus dudas respecto a<br />
los conceptos o contenido de las lecturas y establezcan algunos de los puntos a debatir durante las<br />
sesiones. Es importante que cada eje de discusión sea abordado por todos los equipos, aunque<br />
pueden trabajar desde diferentes enfoques. Este primer encuentro permitirá <strong>el</strong> intercambio de<br />
saberes y discusiones más profundas durante los debates.<br />
El trabajo colectivo en <strong>el</strong> aula se centra en la discusión y la confrontación de ideas que previamente<br />
se han preparado de manera individual o en equipo. El trabajo colectivo tiene <strong>el</strong> propósito de<br />
establecer un conocimiento en común y debatir las ideas en su contexto histórico y lograr su<br />
sistematización para llegar a conclusiones. El debate se inicia con la discusión analítica y<br />
argumentada de las ideas y puntos de vista acerca de los ejes de discusión. La presentación de<br />
éstas no debe confundirse con la explicación d<strong>el</strong> tema o <strong>el</strong> recuento d<strong>el</strong> contenido de la lectura<br />
realizada, pues la finalidad de la actividad es suscitar <strong>el</strong> intercambio de ideas a partir de un mismo<br />
referente.<br />
Es conveniente que al debatir se tenga en cuenta la validez de los argumentos, la capacidad de<br />
escuchar y de retomar o rechazar de manera fundamentada las ideas d<strong>el</strong> otro. Es importante<br />
resaltar que un diálogo respetuoso y fructífero es aquél donde se lleva a cabo una escucha activa y<br />
donde los mensajes enviados son claros. Con <strong>el</strong> fin de sistematizar la información, es deseable que<br />
durante cada sesión un equipo organice por escrito la información que se genere. Para <strong>el</strong>lo, podrán<br />
aplicar diferentes estrategias como: mapas conceptuales, diario escolar, esquemas mentales,<br />
cuadros sinópticos, líneas d<strong>el</strong> tiempo, gráficos y diagramas, entre otros. Ello facilitará llevar una<br />
continuidad de las discusiones y contar con las reflexiones y conclusiones generadas por <strong>el</strong> grupo.<br />
PREPARACIÓN DEL SEMINARIO<br />
Al iniciar <strong>el</strong> semestre es importante que los alumnos conozcan, en términos generales, cuál será la<br />
forma de trabajo. El profesor <strong>el</strong>aborará un plan inicial en <strong>el</strong> que programará los ejes de discusión,<br />
recomendará otras fuentes de consulta que considere pertinentes y planteará las actividades<br />
generales a realizar, tomando en cuenta los propósitos y <strong>el</strong> enfoque d<strong>el</strong> seminario. También señalará<br />
los criterios para evaluar los aprendizajes.<br />
DESARROLLO GENERAL DEL SEMINARIO<br />
En la primera sesión, <strong>el</strong> profesor explicará a los alumnos los propósitos y las características d<strong>el</strong><br />
programa y presentará su propuesta de trabajo. En conjunto la revisarán y tomarán acuerdos para<br />
s<strong>el</strong>eccionar aqu<strong>el</strong>los ejes de discusión que les permitan desarrollar <strong>el</strong> seminario con un sentido<br />
formativo, de colaboración y creatividad. La s<strong>el</strong>ección de los ejes de discusión deberá hacerse con<br />
base en <strong>el</strong> interés d<strong>el</strong> grupo y por la r<strong>el</strong>evancia que pudiera tener para la región a la que<br />
pertenecen. Para <strong>el</strong>lo, se deberá hacer una reflexión profunda sobre <strong>el</strong> modo de acercarse a la<br />
temática retomando, por lo menos, dos o tres ejes de discusión.<br />
En caso de que <strong>el</strong> grupo y <strong>el</strong> profesor estimen conveniente se podrán abordar ejes de discusión no<br />
contemplados dentro de los temas. Los tópicos <strong>el</strong>egidos deben ser analizados desde una perspectiva<br />
histórica y tener incidencia tanto en <strong>el</strong> ámbito local, nacional y mundial.<br />
3
4<br />
ESTRATEGIAS<br />
La revisión de un tema según las preguntas-guía que se proponen, mediante participaciones<br />
individuales y la <strong>el</strong>aboración de conclusiones en grupo.<br />
La organización d<strong>el</strong> grupo en varios equipos para revisar, de forma simultánea, las preguntas o<br />
aspectos de un mismo tema. Las conclusiones de cada equipo se presentan ante <strong>el</strong> grupo en los<br />
tiempos establecidos. Es importante que los debates iniciales que se susciten en los equipos, se<br />
expongan o retomen en <strong>el</strong> debate grupal.<br />
Como actividad inicial de cada sesión conviene hacer la lectura de las conclusiones de la sesión<br />
anterior, con <strong>el</strong> fin de que <strong>el</strong> grupo cuente con <strong>el</strong>ementos para continuar la discusión. Es importante<br />
que en esta tarea participen rotativamente los alumnos, quienes deben presentar por escrito, de<br />
manera clara y sintética, las principales ideas y argumentos manejados, pues de esta manera se<br />
favorece <strong>el</strong> desarrollo de habilidades para la organización de las reflexiones colectivas en torno a los<br />
temas que se analizan. Resulta de gran utilidad que estos resúmenes se distribuyan a los<br />
integrantes d<strong>el</strong> seminario, como un insumo para futuras actividades y con la finalidad de realizar<br />
escritos más claros y precisos a partir de las correcciones que en conjunto se detecten como<br />
necesarias.<br />
Para trabajar cada sesión, los estudiantes realizarán una réplica sobre <strong>el</strong> tema de análisis con<br />
preguntas y comentarios que se discutirán entre todo <strong>el</strong> grupo. A lo largo d<strong>el</strong> seminario, <strong>el</strong> profesor<br />
deberá orientar la participación de los alumnos ayudándoles a distinguir entre la evidencia histórica<br />
y las opiniones personales. También evitará que la discusión se centre en los modos de exposición.<br />
El profesor promoverá la participación de los alumnos, sin que esto implique tomar <strong>el</strong> control de la<br />
sesión contestando a todas las interrogantes mediante exposiciones extensas. Así, los estudiantes<br />
encontrarán respuesta inicial a sus inquietudes con sus propios compañeros de clase.<br />
Cada tema concluye con una sesión plenaria en la que se <strong>el</strong>abora una síntesis de los aspectos más<br />
importantes d<strong>el</strong> trabajo realizado. Asimismo, al finalizar <strong>el</strong> seminario los estudiantes intercambian<br />
opiniones e integran un breve escrito en <strong>el</strong> que expresan sus reflexiones personales y las<br />
aportaciones d<strong>el</strong> grupo durante las sesiones. Es conveniente enfatizar que los productos d<strong>el</strong> trabajo<br />
desarrollado durante <strong>el</strong> semestre deben ser revisados sistemáticamente por <strong>el</strong> profesor, con <strong>el</strong> fin de<br />
ofrecer una retroalimentación a los estudiantes e incorporar esos productos a los <strong>el</strong>ementos de<br />
evaluación d<strong>el</strong> desempeño individual y grupal.<br />
EVALUACIÓN<br />
Por las características d<strong>el</strong> seminario, la evaluación se concibe como un proceso continuo y<br />
permanente para identificar los logros alcanzados y las dificultades en <strong>el</strong> desarrollo de habilidades<br />
de los alumnos. Situación que también favorece <strong>el</strong> ajuste de las estrategias que se aplican en la<br />
organización y desarrollo d<strong>el</strong> seminario y brinda información valiosa respecto al desempeño d<strong>el</strong><br />
profesor como orientador general de las actividades.<br />
Para generar un ambiente que estimule experiencias de aprendizaje, durante <strong>el</strong> desarrollo de los<br />
trabajos es importante que los alumnos conozcan desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> semestre los criterios y<br />
procedimientos que se utilizarán para la evaluación, así como los compromisos académicos que<br />
adquieren en <strong>el</strong> seminario, tanto en términos personales como colectivos.<br />
La definición de los criterios y procedimientos para la evaluación d<strong>el</strong> desempeño de los estudiantes<br />
deberá considerar los contenidos de los temas y las habilidades int<strong>el</strong>ectuales y actitudes hacia <strong>el</strong><br />
estudio, tales como: <strong>el</strong> manejo de fuentes de consulta; la capacidad para s<strong>el</strong>eccionar, organizar y<br />
utilizar información; la capacidad de reflexión y análisis; la <strong>el</strong>aboración de escritos como resúmenes,<br />
informes y ensayos en que se desarrollen las nociones históricas de causalidad, continuidad y<br />
cambio; la preparación y exposición de ideas propias en forma oral y escrita; la participación<br />
efectiva en las actividades de discusión y debate en equipo o grupo; la habilidad para vincular los<br />
aspectos d<strong>el</strong> tema de estudio con <strong>el</strong> pasado en los ámbitos regional, nacional e internacional; las<br />
actitudes de colaboración, respeto y tolerancia a las ideas de los compañeros, y la receptividad a la
crítica. Asimismo, conviene que <strong>el</strong> proceso de evaluación considere <strong>el</strong> compromiso, la dedicación y <strong>el</strong><br />
esfuerzo de los alumnos por mejorar su preparación profesional.<br />
Para todas las actividades mencionadas es conveniente que <strong>el</strong> maestro utilice estrategias de<br />
evaluación integral como <strong>el</strong> uso de portafolios y <strong>el</strong> diario escolar; en las que establezca <strong>el</strong> avance<br />
progresivo que cada alumno presente. No es conveniente realizar evaluaciones con un único<br />
producto de trabajo de investigación.<br />
El profesor cuidará la congruencia entre los procedimientos de evaluación utilizados y las<br />
orientaciones académicas d<strong>el</strong> Plan de Estudios y los programas de la asignatura, desechando<br />
cualquier intento de evaluación en <strong>el</strong> que sólo se destaque <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de información que adquirió <strong>el</strong><br />
estudiante. La autoevaluación y la coevaluación son estrategias idóneas para que los alumnos hagan<br />
<strong>el</strong> balance de los principales logros obtenidos durante <strong>el</strong> seminario, tomando como referentes los<br />
propósitos formativos d<strong>el</strong> curso.<br />
DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS TEMAS DE ESTUDIO DEL SEMINARIO<br />
Con <strong>el</strong> Seminario <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> <strong>contemporáneo</strong> se espera que los normalistas adquieran<br />
conocimientos y desarrollen habilidades para analizar y reflexionar acerca de los procesos históricos<br />
que dieron origen a los fenómenos actuales. Asimismo, se pretende que logren determinar cómo<br />
dichos fenómenos han influido en los cambios sociales, económicos y políticos que se han producido<br />
a niv<strong>el</strong> nacional y cómo han impactado la vida cotidiana en sus localidades.<br />
Los modos de debate y argumentación que se empleen para la reflexión permitirán que los alumnos<br />
consoliden aqu<strong>el</strong>las habilidades que han estado desarrollando a lo largo de los semestres anteriores,<br />
establecidas en <strong>el</strong> perfil de egreso de la Licenciatura en Educación Secundaria, como <strong>el</strong> desarrollo de<br />
nociones históricas, que en este momento deberán aplicar para lograr los propósitos d<strong>el</strong> seminario.<br />
Ello les permitirá debatir de manera informada acerca de los procesos que caracterizan al <strong>México</strong><br />
<strong>contemporáneo</strong>.<br />
Por todo lo anterior, se espera que a través de esta práctica los estudiantes normalistas establezcan<br />
vínculos entre <strong>el</strong> pasado y <strong>el</strong> presente así como entre la realidad histórica d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, de nuestro<br />
país y de su región. Es por <strong>el</strong>lo que, al abordar los temas que componen <strong>el</strong> seminario no se pretende<br />
que los alumnos realicen un estudio exhaustivo, ni tampoco se busca que lleven a cabo una revisión<br />
cronológica de los cambios; sino que sean capaces de reflexionar sobre las causas y consecuencias<br />
de los temas a debatir, que identifiquen su interacción a lo largo d<strong>el</strong> tiempo y en los diversos<br />
contextos geográficos donde se desarrollen. De ahí que los ejes de análisis y preguntas-guía están<br />
encaminados a analizar <strong>el</strong> tema y a evitar que los debates caigan en la repetición o esquematización<br />
de los textos leídos.<br />
Los criterios para la s<strong>el</strong>ección de los temas se basaron en establecer una visión histórica de aqu<strong>el</strong>los<br />
tópicos que en los ámbitos social, político y económico han definido a la sociedad mexicana actual.<br />
Principalmente, aqu<strong>el</strong>los que han sido influidos por <strong>el</strong> exterior y que nos cuestionan sobre qué tipo<br />
de nación estamos construyendo y hacia dónde se proyectará nuestro futuro cercano.<br />
Para tener una idea más clara d<strong>el</strong> sentido que pretende tener <strong>el</strong> Seminario de <strong>México</strong> y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
<strong>contemporáneo</strong> se presenta una breve descripción de cada uno de <strong>el</strong>los.<br />
A través d<strong>el</strong> tema I, “<strong>México</strong> y los mod<strong>el</strong>os culturales: entre la sociedad tradicional y la moderna”,<br />
se pretende reflexionar sobre las transformaciones culturales de <strong>México</strong> a fines d<strong>el</strong> siglo xx. Este<br />
tema cobra importancia si tomamos en cuenta que, a niv<strong>el</strong> internacional, la tendencia de<br />
homogeneizar la cultura a través d<strong>el</strong> mercado y de los medios de comunicación va avanzado y<br />
minando en las distintas regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> aqu<strong>el</strong>los <strong>el</strong>ementos considerados culturalmente como<br />
tradicionales. Los mexicanos, a lo largo de su historia, han construido su diversidad cultural a partir<br />
de confrontar y hacer propias múltiples tradiciones, como la indígena, la española y la africana.<br />
Analizar cómo los mexicanos d<strong>el</strong> siglo XXI, mediante diversas manifestaciones de la cultura<br />
confrontan y hacen suyos aqu<strong>el</strong>los <strong>el</strong>ementos considerados tradicionales frente a las nuevas formas<br />
de crear y valorar las cosas, permite reconocernos en nuestra riqueza cultural.<br />
5
Con <strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> tema II, “La transición de la sociedad mexicana hacia <strong>el</strong> pluralismo político:<br />
dimensiones interna y externa d<strong>el</strong> proceso”, los alumnos podrán debatir acerca d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que los<br />
movimientos sociales, civiles y partidistas han jugado en los cambios políticos recientes y en la<br />
construcción de una sociedad más democrática y plural. Reconocer a través de la historia los<br />
factores que han favorecido y limitado esta transición ayuda a comprender la dimensión de estas<br />
modificaciones y las formas que han adoptado en <strong>el</strong> territorio nacional. Asimismo, permite<br />
comprender la construcción de nuevas formas de r<strong>el</strong>acionarnos políticamente con <strong>el</strong> exterior.<br />
Con <strong>el</strong> tema III, “La economía mexicana frente al proceso de globalización”, se busca entender <strong>el</strong><br />
contexto en que <strong>México</strong> abandonó la política de sustitución de importaciones por la de libre cambio y<br />
los efectos que ésta ha tenido en las diversas ramas industriales; así como los cambios que ha<br />
generado en la estructura urbana y rural y en la dinámica poblacional. A través d<strong>el</strong> análisis de esta<br />
problemática, se busca entender cómo las crisis económicas internas y externas llevaron al<br />
cuestionamiento de la política proteccionista y los momentos en que nuestro país fue abriendo sus<br />
mercados de productos y servicios hacia <strong>el</strong> exterior. La reflexión sobre este tema puede apoyarse<br />
con las conclusiones de los dos anteriores, pues <strong>el</strong>lo ayudará a valorar las repercusiones que en <strong>el</strong><br />
futuro cercano tendrá <strong>el</strong> proceso de globalización en los ámbitos social y político.<br />
6<br />
PROPÓSITOS GENERALES<br />
Al estudiar los temas y realizar las actividades propuestas para este seminario se espera que los<br />
estudiantes:<br />
• Conozcan y analicen algunos de los principales problemas d<strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong>.<br />
• Reconozcan y r<strong>el</strong>acionen los grandes cambios y continuidades d<strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong> con <strong>el</strong><br />
pasado cercano.<br />
• R<strong>el</strong>acionen los problemas nacionales e internacionales actuales con aqu<strong>el</strong>los que se presentan en<br />
sus localidades y las formas como han influido en la vida cotidiana.<br />
• Valoren <strong>el</strong> impacto social, económico y político que han generado los grandes cambios que se<br />
dieron a niv<strong>el</strong> nacional e internacional al final d<strong>el</strong> siglo XX.<br />
TEMAS DE ANÁLISIS Y SUGERENCIAS PARA SU INDAGACIÓN Y DEBATE<br />
TEMA I: MÉXICO Y LOS MODELOS CULTURALES: ENTRE LA SOCIEDAD TRADICIONAL Y LA<br />
MODERNA<br />
Propósitos d<strong>el</strong> Tema I<br />
Al abordar este tema se espera que los alumnos:<br />
• Conozcan y analicen los factores que en los años recientes han incidido en la transformación d<strong>el</strong><br />
quehacer cultural en <strong>México</strong>.<br />
• Reconozcan en algunas expresiones culturales d<strong>el</strong> <strong>México</strong> actual aqu<strong>el</strong>los <strong>el</strong>ementos de<br />
continuidad y cambio que guardan r<strong>el</strong>ación con las tradiciones culturales de nuestra nación y<br />
aqu<strong>el</strong>las recibidas d<strong>el</strong> exterior.<br />
• Valoren la pluralidad y diversidad cultural como parte de nuestra identidad.<br />
Descripción<br />
La cultura, al igual que muchos otros aspectos, se ha transformado. Ello se debe, entre otras cosas,<br />
a una mayor comunicación e intercambio de productos, costumbres, valores y estilos de vida en <strong>el</strong><br />
planeta. Si bien, no tenemos la certeza de cuál será <strong>el</strong> rumbo o rumbos que tomarán las<br />
transformaciones culturales, son varios los puntos de análisis que habría que considerar al tratar de<br />
abordarla en <strong>el</strong> aula. Algunos de estos referentes tienen que ver tanto con las tendencias vinculadas<br />
al resurgimiento de las identidades étnicas y r<strong>el</strong>igiosas en las diversas regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, como<br />
aqu<strong>el</strong>las r<strong>el</strong>acionadas con los procesos de globalización.
El primer fenómeno se ha manifestado en <strong>México</strong> a través de las reivindicaciones de los grupos<br />
indígenas que reclaman <strong>el</strong> reconocimiento de sus usos y costumbres y han puesto en debate las<br />
bases culturales sobre las que se creó <strong>México</strong> como estado-nación. Abordar su estudio permite<br />
reflexionar sobre la diversidad como un <strong>el</strong>emento de nuestra cultura y <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la tradición en su<br />
desarrollo.<br />
Con respecto a la r<strong>el</strong>ación entre globalización y cultura, es conveniente preguntarnos qué pap<strong>el</strong><br />
juegan los medios de comunicación en la difusión de diversos estereotipos en nuestro país y la<br />
capacidad creativa de los mexicanos para asimilar y hacer propias las diversas tendencias culturales.<br />
Este análisis es importante, pues para muchos estudiosos, los mod<strong>el</strong>os culturales difundidos en la<br />
actualidad responden a las necesidades d<strong>el</strong> mercado y <strong>el</strong> consumo y, según su opinión, pueden<br />
llevar a la pérdida de las identidades regionales y su pluralidad. De ahí que a lo largo de este tema<br />
se discutan ambas tendencias.<br />
EJE DE DISCUSIÓN<br />
Pluralismo y diversidad cultural: las identidades étnicas y su reconocimiento<br />
A lo largo d<strong>el</strong> siglo XX, la necesidad de dotar al país de una identidad nacional que fortaleciera al<br />
Estado frente a las regiones y a los individuos favoreció la construcción y difusión de una visión de lo<br />
mexicano a través de mitificar una serie de rasgos que se suponía compartían todos los<br />
connacionales independientemente de sus diferencias étnicas, sociales o regionales. Este proceso de<br />
construcción de la identidad nacional, si bien en algunos casos exaltó <strong>el</strong> pasado indígena, excluyó las<br />
múltiples formas de ser y de actuar de diversos grupos étnicos y sociales que forman parte de esta<br />
nación.<br />
En los últimos años las transformaciones en la estructura social y familiar, así como la toma de<br />
conciencia y reivindicación de estos grupos marginados tanto en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> como en <strong>México</strong> han<br />
cuestionado las bases culturales sobre las que se conformaron los estados-nación. En <strong>México</strong>, de<br />
manera particular, los pueblos indios han reivindicado sus usos y costumbres teniendo como base su<br />
derecho a la igualdad frente al otro. Mientras que, por otra parte, existen grupos con diferente<br />
origen étnico que, al igual que los indígenas, conforman esta nación y enriquecen la diversidad<br />
cultural de <strong>México</strong>: árabes, chinos, judíos, anglosajones, españoles y sudamericanos, entre otros.<br />
De esta manera, cabría preguntarse si <strong>el</strong> intercambio cultural y la construcción de nuevas<br />
identidades culturales conllevan a la pérdida de la unidad de los habitantes de esta nación.<br />
Para abordar estos problemas se plantean una serie de cuestiones a resolver tomando en cuenta las<br />
maneras en que se han manifestado estos fenómenos en <strong>el</strong> ámbito internacional y cómo han<br />
repercutido y generado cambios en <strong>el</strong> ámbito nacional, regional y local.<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Cuáles son las formas de manifestación que ha adoptado <strong>el</strong> pluralismo y la diversidad cultural<br />
en nuestro país?<br />
2. ¿Cuáles son las principales manifestaciones de identidad de los grupos étnicos de mi región y<br />
cómo han logrado su reconocimiento social y político a niv<strong>el</strong> regional y local?<br />
3. ¿El reconocimiento y la creación de nuevas identidades llevará a la pérdida de la identidad<br />
nacional?<br />
EJE DE DISCUSIÓN<br />
Los medios de comunicación y los mod<strong>el</strong>os culturales de lo mexicano<br />
En <strong>el</strong> transcurrir d<strong>el</strong> tiempo, los medios de comunicación han servido para difundir varios<br />
estereotipos de lo mexicano. A inicios d<strong>el</strong> siglo XX, la prensa y la caricatura jugaron un pap<strong>el</strong><br />
fundamental en la transmisión y debate de aqu<strong>el</strong>los conceptos que los distintos grupos en <strong>el</strong> poder<br />
definían como lo nacional; a mediados de ese siglo, la radio, <strong>el</strong> cine y la t<strong>el</strong>evisión irían sustituyendo<br />
a la prensa y crearían nuevos mod<strong>el</strong>os de lo mexicano que rescatarían algunos <strong>el</strong>ementos de la<br />
7
cultura mestiza, urbana y de consumo; en fechas recientes, muchos de estos mod<strong>el</strong>os han pasado a<br />
formar parte de la cultura de un gran grupo de mexicanos e incluso a identificarnos frente a la<br />
comunidad internacional. Entre los estereotipos más difundidos por estos medios están <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />
hombre y de la mujer, los cuales han encasillado sus comportamientos, actitudes y valores en<br />
mod<strong>el</strong>os donde se establece lo aceptado y lo no permitido socialmente en <strong>el</strong> ámbito de la familia y la<br />
sociedad.<br />
Debido a la importancia de estos estereotipos, en <strong>el</strong> presente eje se busca que <strong>el</strong> estudiante<br />
normalista analice <strong>el</strong> impacto que en años recientes han tenido los medios de comunicación en la<br />
creación y transmisión de una serie de valores, actitudes y formas de comportamiento de los<br />
mexicanos. Es de gran interés que se cuestione hasta qué punto estos estereotipos han influido en<br />
la diversidad cultural que nos caracteriza y <strong>el</strong> por qué estos rasgos han sido considerados y<br />
retomados por la sociedad como <strong>el</strong>ementos de nuestra cultura nacional.<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Qué factores llevaron a los medios de comunicación como <strong>el</strong> cine, la radio y la t<strong>el</strong>evisión a<br />
proponer ciertos <strong>el</strong>ementos culturales para definir lo mexicano?<br />
2. ¿Qué consecuencias ha tenido para un país pluricultural como <strong>México</strong> la difusión de una serie de<br />
estereotipos de lo mexicano?<br />
3. ¿Cómo han impactado los medios de comunicación las manifestaciones culturales de mi región?<br />
4. ¿De qué forma los estereotipos de mexicano y de mexicana han influido en <strong>el</strong> comportamiento<br />
de los hombres y mujeres asignándoles ciertos valores y actitudes?<br />
EJE DE DISCUSIÓN<br />
Las expresiones artísticas: entre la tradición y las vanguardias<br />
Una de las características de las expresiones artísticas d<strong>el</strong> último siglo ha sido su interés por<br />
innovar. Esta búsqueda constante ha llevado a la creación de nuevos lenguajes apoyados en<br />
diversas tradiciones y a la incorporación de una variedad de materiales, recursos y técnicas que han<br />
traspasado las fronteras territoriales, étnicas y de condición social, permitiendo un mayor<br />
intercambio cultural. De esta manera, las llamadas “artes cultas” han retomado aspectos de los<br />
movimientos artísticos populares y viceversa; las expresiones urbanas se han nutrido de las rurales<br />
y, en otros casos, se han retomado <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> pasado para dar originalidad a las propuestas<br />
artísticas.<br />
En <strong>México</strong>, esta tendencia innovadora se ha hecho presente en la música, <strong>el</strong> baile, <strong>el</strong> teatro, la<br />
literatura, <strong>el</strong> cine, las artes plásticas, las artesanías, etcétera, las cuales se han incorporado y<br />
nutrido, al mismo tiempo, de expresiones artísticas que tienen su origen en otros países. Pensemos,<br />
por ejemplo, en la música y las formas de bailar de las nuevas generaciones de mexicanos;<br />
manifestaciones como <strong>el</strong> rock, la música banda, la tropical y las expresiones iconográficas como las<br />
tiras cómicas, hoy son parte de la cultura de los jóvenes. Algunos argumentarán que <strong>el</strong>lo obedece<br />
más a cuestiones de mercado y a la influencia unilateral de tradiciones diferentes a las propias,<br />
mientras que para otros, será la manera de reafirmar la identidad generacional y de grupo de forma<br />
original.<br />
En este sentido, cabría cuestionarse en <strong>el</strong> seminario si las manifestaciones artísticas que se<br />
producen en <strong>México</strong> (especialmente aqu<strong>el</strong>las de los jóvenes) son una copia de las expresiones que<br />
se crean en otras regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> o bien se trata de un intercambio intercultural y creativo.<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Qué <strong>el</strong>ementos de la tradición artística mexicana se han conservado en la actualidad y qué<br />
transformaciones han sufrido?<br />
2. ¿Qué tradición artística se ha desarrollado en mi región, qué características se han conservado<br />
d<strong>el</strong> pasado y cómo se han transformado?<br />
8
3. ¿Cómo viven los jóvenes de mi comunidad las diferentes expresiones artísticas y cómo se han<br />
ido incorporando las tradiciones culturales de otras sociedades?<br />
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA<br />
• Monsiváis, Carlos (1992), “<strong>México</strong>. Cultura: tradición y modernidad”, en Héctor Aguilar<br />
Camín et al., Coloquio de invierno. Los grandes cambios de nuestro tiempo: La situación<br />
internacional, América Latina y <strong>México</strong>. III. <strong>México</strong> y los cambios de nuestro tiempo, <strong>México</strong>,<br />
CNCA/UNAM/FCE, pp.139-163.<br />
• Bonfil Batalla, Guillermo (1987), “Introducción” y “Civilización y alternativas”, en <strong>México</strong><br />
Profundo. Una civilización negada. <strong>México</strong>, CIESAS/SEP (Foro 2000), pp. 9-17 y 229-246.<br />
• Fernández, Paz Fernando (1999) “3 Cultura Nacional y Universal” en Cultura y Globalización,<br />
Ediciones UACH. Pp 115-157.<br />
• Monsiváis, Carlos (1992), “El cine mexicano y sus mitos”, en Intermedios, pp. 21-47.<br />
• Fernández Christlieb, Fátima (1995), “La t<strong>el</strong>evisión”, en Enrique Florescano (coord.), Mitos<br />
mexicanos, <strong>México</strong>, Nuevo siglo/Aguilar, pp. 239-245.<br />
• Morín, Edgar (2000), “Vaqueros y gruperos en <strong>el</strong> rodeo de Santa Fe. La reorganización de lo<br />
real por <strong>el</strong> imaginario cultural”, en JOVENes. Revista de estudios sobre juventud, Nueva<br />
época, año 4, núm. 11, abril-junio, pp. 6-25.<br />
• Florescano, Enrique. “Prólogo” y “Quetzalcoatl: un mito hecho de mitos” en Mitos Mexicanos,<br />
<strong>México</strong>. Editorial Nuevo Siglo/Aguilar. pp. 1-2 y 111-118.<br />
• Glantz, Mario “la Malinche: le lengua en la mano”, pp. 149-150.<br />
• Merino, Mauricio, “El Pueblo”, pp. 151-156.<br />
• Valenzu<strong>el</strong>a Arce, José Manu<strong>el</strong>. “Mojados y Chicanos”, pp. 157-164.<br />
• Motiváis, Carlos. “Léperos y Catoines, Nacos y Yupies”.<br />
• Lamas, Martha. “¿Madrecita Santa?”, pp. 165-174<br />
• García Tsao, Leonardo.”El espejismo sobre <strong>el</strong> espejo: La mitología <strong>el</strong> Cine Mexicano”, pp.<br />
225-227.<br />
• Fernández Ch., Fátima. “La t<strong>el</strong>evisión”, pp. 239-241.<br />
• Tenorio, Mauricio. “El Indigenista”, pp. 257-265.<br />
TEMA II. LA TRANSICIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA HACIA EL PLURALISMO POLÍTICO:<br />
DIMENSIONES INTERNA Y EXTERNA DEL PROCESO<br />
PROPÓSITOS DEL TEMA II<br />
Al abordar este tema se espera que los alumnos:<br />
• Reconozcan los factores internos y externos que, a lo largo de la historia reciente de nuestro<br />
país, han promovido o limitado las transformaciones políticas.<br />
• Analicen y valoren la participación de los distintos actores sociales en los procesos de cambio<br />
político de los años recientes y sus diversas formas de expresión en <strong>el</strong> territorio nacional.<br />
• Reconozcan <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que la política exterior mexicana ha tenido en la definición de la política<br />
interna de nuestro país.<br />
DESCRIPCIÓN<br />
La sociedad mexicana ha transitado desde un sistema unipartidista, a un periodo de transición<br />
donde por primera vez desde la Revolución Mexicana, un partido de oposición ha ocupado <strong>el</strong> poder<br />
presidencial. Ello abre <strong>el</strong> camino hacia formas de organización más democráticas por medio de la<br />
alternancia d<strong>el</strong> poder.<br />
Este camino, que llevó mucho tiempo en la historia reciente de nuestro país, fue antecedido por<br />
movimientos sociales y políticos que, desde sus diversas perspectivas, lucharon por la<br />
democratización. A través de la negociación y la confrontación política, estos grupos presionaron<br />
para que se llevara a cabo una serie de reformas en materia <strong>el</strong>ectoral y en la toma de decisiones.<br />
9
Estos avances en la construcción de la democracia en <strong>México</strong> son parte d<strong>el</strong> esfuerzo de la ciudadanía<br />
que participó por la reivindicación de sus derechos y coinciden con la lucha que diversas<br />
organizaciones han mantenido en diferentes países, principalmente de Latinoamérica.<br />
Por <strong>el</strong>lo es importante analizar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que han desempeñado todos los actores: partidos políticos,<br />
organizaciones civiles, sindicales, campesinas, estudiantiles y empresariales en <strong>el</strong> proceso de<br />
democratización de <strong>México</strong>, en su pap<strong>el</strong> de opositores y negociadores ante <strong>el</strong> régimen dominante,<br />
así como examinar sus logros, entre <strong>el</strong>los las reformas <strong>el</strong>ectorales conseguidas.<br />
Además de la visión interna que se tenga sobre <strong>el</strong> tema es importante también retomar la r<strong>el</strong>ación<br />
que estas fuerzas sociales reciben de los acontecimientos y conflictos internacionales que han<br />
influido en la política nacional.<br />
Para abordar esta temática se propone retomar para su análisis y discusión dos temas centrales,<br />
uno con un enfoque interno y otro con un enfoque externo.<br />
EJE DE DISCUSIÓN<br />
D<strong>el</strong> partidismo de Estado a un régimen de partidos<br />
Este proceso se ha ido construyendo en varias etapas donde intervinieron muchos fenómenos y<br />
factores sociales que fueron consolidando la alternancia en <strong>el</strong> poder: los movimientos estudiantiles,<br />
la oposición partidista, la reforma al sistema <strong>el</strong>ectoral y la crisis d<strong>el</strong> partido en <strong>el</strong> poder.<br />
Un parteaguas que ac<strong>el</strong>eró este proceso hacia la democracia fueron los movimientos estudiantiles de<br />
los 60 y los movimientos subsecuentes que se han presentado en cada década como catalizadores<br />
d<strong>el</strong> descontento social y que han cuestionado <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> centralizado d<strong>el</strong> poder.<br />
La aparición de varios partidos políticos de diversas corrientes ideológicas, así como las reformas<br />
<strong>el</strong>ectorales y la lucha por <strong>el</strong> respeto al voto, en la que han participado principalmente la sociedad<br />
civil y los medios de comunicación, fueron produciendo avances históricos en <strong>el</strong> desarrollo hacia una<br />
sociedad más abierta, plural y democrática. El día de hoy cabría preguntarse si la alternancia en <strong>el</strong><br />
poder llevará a la construcción de una verdadera democracia y a limitar las vías violentas de cambio<br />
en la estructura de poder, o bien se trata de un cambio de partido y personas, pero no de proyectos<br />
y prácticas políticas. Dentro de este ámbito de análisis interno los siguientes cuestionamientos<br />
podrán guiar <strong>el</strong> análisis:<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Cómo influyeron los partidos políticos y los movimientos sociales en las transformaciones<br />
políticas de las últimas décadas? ¿Qué peso tuvo la crisis y <strong>el</strong> descrédito d<strong>el</strong> partido oficial en la<br />
búsqueda de los ciudadanos por <strong>el</strong> cambio?<br />
2. ¿Es suficiente la alternancia en <strong>el</strong> poder para que <strong>México</strong> se consolide como una nación<br />
democrática?<br />
3. ¿Cuál será <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de los ciudadanos para lograr la trasformación democrática en la entidad?<br />
4. ¿De acuerdo con nuestra historia política y social, estamos preparados los mexicanos para vivir<br />
en un sistema democrático?<br />
EJES DE DISCUSIÓN<br />
La soberanía nacional frente a la apertura internacional<br />
Desde un punto de vista externo es muy importante analizar y reflexionar sobre cuál ha sido la<br />
postura política de <strong>México</strong> y de sus diferentes actores frente a los conflictos internacionales que han<br />
cambiando <strong>el</strong> orden mundial; pasando de un orden bipolar este-oeste, a la hegemonía d<strong>el</strong> norte<br />
sobre <strong>el</strong> sur definida por <strong>el</strong> signo d<strong>el</strong> neoliberalismo.<br />
La política exterior de <strong>México</strong> tradicionalmente se ha basado en principios rectores que protegen la<br />
soberanía nacional y pugnan por la no intervención en conflictos y asuntos internos de otras<br />
10
naciones. Ello frente al nuevo orden mundial y al fenómeno de la globalización causa conflictos y<br />
genera temores acerca de la posible pérdida o disminución de nuestra soberanía, al igual que la<br />
posible intervención de <strong>México</strong> en conflictos de orden internacional podría provocar la injerencia de<br />
otros países en nuestros asuntos internos.<br />
Se debe reflexionar profundamente acerca de cómo se ha ejercido la política mexicana de no<br />
intervención en conflictos internacionales y cuáles han sido sus repercusiones frente al nuevo orden<br />
mundial, principalmente frente a Estados Unidos de América y los países latinoamericanos. Para<br />
analizar estos fenómenos internacionales y cómo afectan a <strong>México</strong> se deberá responder a los<br />
siguientes cuestionamientos:<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Cómo se puede regular <strong>el</strong> equilibrio entre la apertura internacional y la conservación de la<br />
soberanía nacional?<br />
2. ¿Qué pap<strong>el</strong> ha desempeñado <strong>México</strong> frente a los conflictos internacionales que han cambiado <strong>el</strong><br />
orden mundial?<br />
3. ¿Por qué es posible (o no) mantener vigente nuestra política internacional por medio de los<br />
principios rectores de la política exterior de <strong>México</strong>?<br />
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA<br />
• Brachet-Márquez, Viviane (1996), “De administrar la riqueza a distribuir la pobreza”, en El<br />
pacto de la dominación. Estado, clase y reforma social en <strong>México</strong> (1910-1995), Gilberto<br />
Conde (trad.), <strong>México</strong>, El Colegio de <strong>México</strong>, pp. 173-221.<br />
• Medina Peña, Luis (1994), “De la represión a la apertura” y “Epílogo”, en Hacia <strong>el</strong> nuevo<br />
Estado. <strong>México</strong>, 1920-1993, <strong>México</strong>, FCE (Política y derecho), pp. 200-236, 257-275 y 277-<br />
295.<br />
• Pacheco Méndez, Guadalupe (2000), “La crisis d<strong>el</strong> voto corporativo en 1988”, en<br />
Caleidoscopio <strong>el</strong>ectoral. Elecciones en <strong>México</strong> 1979-1997, <strong>México</strong>, IFE/UAM/FCE (Política y<br />
derecho), pp. 75-100.<br />
• Alcocer V., Jorge (1996), “Las recientes reformas <strong>el</strong>ectorales en <strong>México</strong>: perspectivas para<br />
una democracia pluripartidista real”, en Riordan Roett (comp.), El desafío de la reforma<br />
institucional en <strong>México</strong>, <strong>México</strong>, Siglo XXI (Sociología y política), pp. 85-106.<br />
• Castañeda, Jorge (2001), “Los ejes de la política exterior de <strong>México</strong>”, en Nexos, diciembre.<br />
• González Casanova, Pablo (1992). “Las alternativas de la democracia”, en La democracia y <strong>el</strong><br />
vasallaje en Benito Rey Romay, Coord. La Integración Comercial de <strong>México</strong>, Siglo XXI, pp.<br />
363-371.<br />
• González Sousa, Luis (1992). “<strong>México</strong> ante la Integración de Norteamérica: entre la<br />
democracia y <strong>el</strong> vasallaje” en Benito Rey Romay, Coord. La Integración Comercial de <strong>México</strong>,<br />
Siglo XXI, pp. 344-369.<br />
TEMA III. LA ECONOMÍA MEXICANA FRENTE AL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN<br />
PROPÓSITOS TEMA III<br />
Al abordar este tema se espera que los alumnos:<br />
• Comprendan <strong>el</strong> contexto histórico en <strong>el</strong> que se dio <strong>el</strong> proceso de integración de <strong>México</strong> a la<br />
economía mundial.<br />
• Analicen y valoren <strong>el</strong> impacto que han tenido los procesos de integración de <strong>México</strong> a la<br />
economía mundial en las diversas ramas de la producción y en la dinámica poblacional de las<br />
distintas regiones d<strong>el</strong> país.<br />
• Analicen los cambios que los procesos económicos han provocado en <strong>el</strong> medio ambiente y<br />
valoren la importancia de protegerlo.<br />
11
DESCRIPCIÓN<br />
El nuevo orden mundial se ha visto reflejado en un fenómeno cultural, social y económico<br />
denominado proceso de globalización. Este proceso ha generado una nueva forma de entender <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> en <strong>el</strong> que las transacciones financieras, <strong>el</strong> comercio internacional y la mercadotecnia han<br />
unificado la producción de bienes y servicios y <strong>el</strong> capital se inserta en aqu<strong>el</strong>las economías que<br />
presenten “ventajas comparativas”.<br />
Frente al fenómeno complejo de la globalidad es importante valorar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que <strong>México</strong> ha<br />
desempeñado frente al exterior generando vínculos comerciales y culturales que nos unen a<br />
diferentes países y regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> y, analizar cómo al interior de nuestra nación, se han<br />
desarrollado grupos contrarios a este nuevo orden que defienden sus intereses económicos y<br />
culturales.<br />
Para realizar este análisis se proponen los siguientes aspectos que servirán de guía para hacer un<br />
recorrido por las acciones que <strong>México</strong> ha realizado en materia de globalización y <strong>el</strong> impacto que<br />
estas políticas económicas han tenido en <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de bienestar y desarrollo humano de nuestro país.<br />
EJE DE DISCUSIÓN<br />
D<strong>el</strong> proteccionismo al libre cambio: las crisis mundiales, la reorganización de la economía<br />
y su impacto en los sectores productivos<br />
En este tema se procurará abordar cómo algunos acontecimientos de la historia universal reciente<br />
han generado cambios en la economía mundial que fomentan <strong>el</strong> avance de políticas neoliberales, <strong>el</strong><br />
crecimiento de las empresas multinacionales y las crisis financieras recurrentes.<br />
El análisis de los temas permite establecer cómo <strong>el</strong> gobierno mexicano transitó de una política<br />
proteccionista a una política de libre cambio tomando como ejemplos la privatización de las<br />
empresas paraestatales; la nacionalización, privatización e integración de la banca con<br />
corporaciones extranjeras; <strong>el</strong> control de cambio y la deuda externa.<br />
Los estudiantes podrán identificar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de <strong>México</strong> en la búsqueda de la apertura comercial hacia<br />
<strong>el</strong> exterior especialmente con Estados Unidos de América y Canadá a través d<strong>el</strong> Tratado de Libre<br />
Comercio y con la Comunidad Económica Europea; así como analizar sus efectos en los distintos<br />
sectores productivos d<strong>el</strong> país. Se busca valorar cómo esta integración ha beneficiado a algunos<br />
sectores de nuestra economía y cómo, también, ha perjudicado a otros. Aunado a lo anterior,<br />
también se podrá identificar cómo <strong>el</strong> auge d<strong>el</strong> comercio ambulante y <strong>el</strong> flujo de capitales a través d<strong>el</strong><br />
narcotráfico y <strong>el</strong> lavado de dinero representan ingresos importantes para la economía nacional.<br />
Para <strong>el</strong>lo, se puede realizar un análisis regional d<strong>el</strong> impacto de la apertura comercial en las zonas<br />
fronterizas d<strong>el</strong> norte y d<strong>el</strong> sur y en regiones urbanas y rurales.<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Cuáles son los momentos que han marcado <strong>el</strong> proceso de integración económica en <strong>México</strong> y<br />
qué cambios se han generado en la economía nacional?<br />
2. ¿Cómo ha afectado a mi entidad la apertura económica de <strong>México</strong> al <strong>mundo</strong> principalmente en <strong>el</strong><br />
trabajo, en <strong>el</strong> consumo y en las formas de producción?<br />
3. ¿Qué aportación económica han tenido las empresas trasnacionales que se han establecido en<br />
<strong>México</strong> a la economía nacional, principalmente en materia de inversión, exportaciones y empleo?<br />
4. ¿Qué efectos pueden tener en la soberanía nacional las acciones llevadas a cabo por <strong>el</strong> gobierno<br />
mexicano para obtener inversiones extranjeras?<br />
12
EJE DE DISCUSIÓN<br />
<strong>México</strong>, tierra de migrantes: sus diferentes realidades<br />
El proceso de integración de <strong>México</strong> a la economía mundial ha tenido una serie de repercusiones en<br />
su territorio. Algunos procesos productivos han generado <strong>el</strong> crecimiento de ciertas ciudades y<br />
limitado <strong>el</strong> desarrollo de otras regiones, provocando con <strong>el</strong>lo que grandes contingentes de la<br />
población abandonen sus lugares de origen en busca de mejores condiciones de trabajo.<br />
Las r<strong>el</strong>aciones que <strong>México</strong> ha mantenido con sus vecinos d<strong>el</strong> norte y d<strong>el</strong> sur han sido muy diferentes<br />
por <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que ha desempeñado frente a cada uno. Con Estados Unidos hemos mantenido una<br />
r<strong>el</strong>ación desigual pues <strong>México</strong> en muchas ocasiones ha visto vinculado su mod<strong>el</strong>o de desarrollo al d<strong>el</strong><br />
vecino d<strong>el</strong> norte. En cambio, con Guatemala hemos mantenido también una r<strong>el</strong>ación desigual en<br />
donde <strong>México</strong> resulta ser <strong>el</strong> vecino fuerte a través d<strong>el</strong> cual aqu<strong>el</strong> país y <strong>el</strong> resto de Centroamérica,<br />
en muchos aspectos, han apoyado su desarrollo.<br />
Es muy conocido <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que Estados Unidos ha guardado en r<strong>el</strong>ación con <strong>México</strong> en materia de<br />
migración, donde muchos de nuestros connacionales entran ilegalmente al país d<strong>el</strong> norte en busca<br />
de trabajo y de oportunidades para un mejor futuro, formando parte de la mano de obra ilegal que<br />
se ubica principalmente en los estados sureños.<br />
Por otro lado, nuestro país recibe una gran cantidad de inmigrantes ilegales centroamericanos que<br />
toman a <strong>México</strong> como corredor para llegar a Estados Unidos, por lo que <strong>el</strong> gobierno mexicano realiza<br />
una labor de contención de estos trabajadores ilegales. Así, <strong>México</strong> ha tenido un doble pap<strong>el</strong>: ser<br />
puerta de entrada de migrantes d<strong>el</strong> sur y puerta de salida de migrantes hacia <strong>el</strong> norte.<br />
Al interior de nuestro país se ha desarrollado una gran corriente migratoria, ya que <strong>el</strong> fenómeno de<br />
migración d<strong>el</strong> campo a la ciudad o de regiones menos desarrolladas a otras más desarrolladas ha<br />
sido una constante en <strong>el</strong> crecimiento de las ciudades de nuestro país. La riqueza cultural que esta<br />
migración ha generado es invaluable, aunque también ha traído como consecuencia múltiples<br />
problemas como <strong>el</strong> hacinamiento en cinturones de pobreza, que se caracterizan por la falta de<br />
servicios y representan un alto riesgo ecológico.<br />
Por <strong>el</strong>lo resulta importante analizar cómo se ha realizado este flujo interno de migrantes en la<br />
conformación de las diversas regiones de nuestro país, qué problemas ha generado, tanto en las<br />
comunidades que pierden a sus habitantes como en las comunidades que los reciben, y qué aportes<br />
culturales, económicos y políticos ha generado en las regiones donde se han ubicado.<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Cuáles son las causas y las consecuencias sociales d<strong>el</strong> flujo de migrantes que se genera de mi<br />
entidad hacia los Estados Unidos?<br />
2. ¿Cuáles son las causas y las consecuencias sociales d<strong>el</strong> flujo interno de migrantes que se genera<br />
de mi entidad hacia otras zonas d<strong>el</strong> país?<br />
3. ¿Qué consecuencias sociales y económicas tienen para <strong>México</strong> <strong>el</strong> recibir flujos de migrantes de<br />
Centroamérica?<br />
4. ¿Qué influencia social, económica y cultural han ejercido las corrientes migratorias que<br />
tradicionalmente en <strong>México</strong> se han desplazado d<strong>el</strong> campo a las ciudades y qué tipo de<br />
expresiones culturales han desarrollado?<br />
5. ¿Qué influencia social, económica y cultural han ejercido las comunidades de origen mexicano<br />
establecidas en los Estados Unidos y qué tipo de expresiones culturales han desarrollado?<br />
EJE DE DISCUSIÓN<br />
Medio ambiente y procesos de globalización en <strong>México</strong><br />
Uno de los principales debates que ha generado <strong>el</strong> proceso de globalización es <strong>el</strong> impacto que está<br />
generando sobre <strong>el</strong> medio ambiente. Los esfuerzos que a niv<strong>el</strong> nacional y mundial se hacen para<br />
conservar <strong>el</strong> planeta resultan pocos frente al avance d<strong>el</strong> uso irracional de los recursos. La extinción<br />
de especies animales y vegetales, <strong>el</strong> avance d<strong>el</strong> proceso de desertificación, los cambios climáticos, la<br />
13
uptura de la capa de ozono, la contaminación d<strong>el</strong> agua son algunos temas de interés para discutir,<br />
que permiten reflexionar sobre <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de los individuos, los gobiernos, las empresas y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
PREGUNTAS-GUÍA<br />
1. ¿Cuáles son los principales problemas ambientales que se viven actualmente en <strong>México</strong> y qué se<br />
hace para atenderlos?<br />
2. ¿Cómo se ha visto afectado <strong>el</strong> ambiente a raíz de las crisis y transformaciones económicas?<br />
3. ¿Qué cambios ha generado <strong>el</strong> proceso de modernización en <strong>el</strong> medio ambiente de la entidad?<br />
4. ¿Qué políticas de defensa d<strong>el</strong> medio ambiente se han establecido en <strong>México</strong> o en la entidad para<br />
protegerlo y cómo se han aplicado?<br />
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA<br />
14<br />
• Medina Peña, Luis (1994), “Ruptura y cambio”, en Hacia <strong>el</strong> nuevo Estado. <strong>México</strong>, 1920-<br />
1993, <strong>México</strong>, FCE (Política y derecho), pp. 237-257.<br />
• Martin, Hans-Peter y Harald Schumann (1998), “La sociedad 20:80” y “Todo está en todas<br />
partes”, en La Trampa de la Globalización. El ataque contra la democracia y <strong>el</strong> bienestar,<br />
Carlos Fortea (trad.), Madrid, Taurus (Pensamiento), pp. 7-19 y 21-53.<br />
• Soros, George (2001), “Capitalismo global: última llamada”, en<br />
http://www.nexos.com.mx/internos/foros/globalización/soros.asp<br />
• Flores Quiroga, Aldo R. (1998), “Consolidación de la liberación comercial, 1989-1994”, en<br />
Proteccionismo versus librecambio. La economía política de la protección comercial en<br />
<strong>México</strong>, 1970-1994, <strong>México</strong>, FCE (Economía latinoamericana), pp. 340-387.<br />
• Urquidi, Víctor L. (2001), “La política ambiental y la cohesión social”, en Mauricio de María y<br />
Campos y Georgina Sánchez (eds.), ¿Estamos Unidos Mexicanos? Los límites de la cohesión<br />
social en <strong>México</strong>. Informe de la sección mexicana d<strong>el</strong> Club de Roma, <strong>México</strong>, Planeta<br />
(Temas’de hoy), pp. 507-518.<br />
• Sebastián Gullén, Rafa<strong>el</strong> (Marcos). “Oximorón”, revista Trabajadores UOM. Núm. 18,<br />
Segunda Época. <strong>México</strong>. http://www.uom.org.mx.<br />
• González Casanova, Pablo (2000). “Para comprender la Globalización” en Globalización y<br />
Antiglobalización, Georgina Sánchez (compiladora). Ed. El caballito. 2000. pp. 13-20.<br />
• Martin. Hans-Peter y Harald Schumann (1998). “A quién le pertenece <strong>el</strong> Estado”, en La<br />
trampa de la Globalización, El ataque contra la democracia y <strong>el</strong> Bienestar. Carlos Fortea<br />
(Traductor), Madrid, taurus (pensamiento), pp. 243-279.<br />
• Juárez Sánchez, Laura (2001). “Exiliados económicos de <strong>México</strong>”, Revista Trabajadores UOM,<br />
Núm. 26, Segunda Época. <strong>México</strong>. http://www.uom.org.mx.<br />
• Gutiérrez P., Rafa<strong>el</strong> (2000) “Introducción, Desarrollo y Desarrollo Sustentable en la Frontera<br />
<strong>México</strong> UEA”, en Desarrollo Sustentable en la frontera, UACJ, pp. 7-48.
MATERIAL<br />
DE<br />
APOYO<br />
15
MÉXICO Y LOS MODELOS<br />
CULTURALES: ENTRE LA<br />
SOCIEDAD TRADICIONAL Y LA<br />
MODERNA<br />
MÉXICO: CULTURA: TRADICIÓN Y<br />
MODERNIDAD<br />
Carlos Monsiváis<br />
En la lucha entre ti y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, punte de<br />
parte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
FRANZ KAFKA<br />
Una de las batallas más importantes y menos<br />
divulgadas en la América Latina se libra en<br />
torno al sentido de los términos<br />
indispensables. Si de algo sabe la clase en <strong>el</strong><br />
poder (la expresión es nostálgica, pero la<br />
realidad a que alude es omnívora) es de las<br />
grandes ventajas que otorga <strong>el</strong> control de los<br />
Vocablos Cruciales. Dirigir los contenidos d<strong>el</strong><br />
Vocabulario Básico es orientar lo que se vive y<br />
predeterminar las conclusiones sobre los sitios<br />
en donde se vive. Si la mayoría acepta <strong>el</strong><br />
significado unívoco de algunas palabras,<br />
estas, por una aplicación rígida, no menos<br />
dictatorial por menos consciente, tenderán a<br />
convertirse en cárc<strong>el</strong>, visión determinista,<br />
único horizonte interpretativo.<br />
Creo indispensable en medio de los extravíos<br />
de la razón semántica, ejercicios a la manera<br />
de Raymond Williams, acercamientos al<br />
devenir histórico de las palabras-clave (key<br />
words), como cultura, modernidad, tradición,<br />
tecnología, globalización, nación,<br />
nacionalismo, tolerancia, democracia. En estas<br />
notas sólo pretendo una mínima aproximación<br />
de trabajo a tres de estas palabras-clave.<br />
Cultura: todo lo que usted quiso saber sin<br />
necesidad de apagar la t<strong>el</strong>e<br />
D<strong>el</strong> siglo XIX hasta fechas muy recientes la<br />
cultura es –según la versión más conocida- <strong>el</strong><br />
conjunto de obras maestras, creadores,<br />
tendencias de la civilización, métodos y<br />
programas educativos, vida int<strong>el</strong>ectual,<br />
difusión de las artes y las humanidades. En <strong>el</strong><br />
siglo XIX, cultura es la actividad d<strong>el</strong> Espíritu, y<br />
sus cumbres son la erudición clásica,<br />
veneración y <strong>el</strong> ejercicio de la poesía en<br />
distintos niv<strong>el</strong>es, la escritura de la Historia, la<br />
creación artística, la prédica moral que<br />
instrumenta la divulgación d<strong>el</strong> conocimiento. A<br />
principios d<strong>el</strong> siglo XX, cultura es lo que<br />
afianza los vínculos de la nación con<br />
Occidente, aleja la barbarie, y reparte los<br />
productos (libros, cuadros, poemas, sonatas,<br />
sinfonías) que sólo una minoría comprende<br />
porque sólo <strong>el</strong>la los disfruta (o a la inversa).<br />
Acto seguido, la Revolución Mexicana (<strong>el</strong><br />
fenómeno armado, la mitología, las<br />
instituciones, las consecuencias) sin negar la<br />
validez de lo anterior, amplía los alcances d<strong>el</strong><br />
término cultura, cuya dimensión pública exige<br />
<strong>el</strong> reconocimiento verbal y jurídico de los<br />
derechos de los trabajadores. Cultura, durante<br />
más de medio siglo, es “<strong>el</strong> excedente de<br />
satisfactores espirituales” que los gobiernos<br />
reparten o creen repartir, en cumplimiento de<br />
sus obligaciones para con <strong>el</strong> Pueblo.<br />
En la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo XX, cultura es<br />
alternativa o simultáneamente, la suma de<br />
conocimientos, <strong>el</strong> modo de vida según la<br />
antropología, <strong>el</strong> repertorio de saberes de cada<br />
tema o especialidad (la cultura médica, la<br />
cultura de la violencia), lo peculiar a grupos,<br />
comportamientos individuales y tendencias<br />
artísticas, <strong>el</strong> acervo nacional a disposición de<br />
las grandes exhibiciones, la erudición, lo que<br />
fue múltiple y hoy es indivisible, la tarea<br />
estatal menor pero irrenunciable.<br />
La tradición: <strong>el</strong> espejo diario como museo<br />
de la persona<br />
Yo nunca ocupo un asiento vació.<br />
JUAN CARLOS ONETTI<br />
A mediados d<strong>el</strong> siglo XIX, los conservadores<br />
monopolizaron <strong>el</strong> uso y <strong>el</strong> sentido de la<br />
tradición, sinónimo d<strong>el</strong> respeto a los<br />
sentimientos de orden y decoro, de honor y<br />
de familia, contemplados miran a la luz d<strong>el</strong><br />
dogma r<strong>el</strong>igioso y de la herencia hispánica. Y<br />
los liberales, imposibilitados para dotar de<br />
nuevos significados a la palabra, arraigan <strong>el</strong><br />
término en <strong>el</strong> porvenir y, en su idioma, llaman<br />
a la tradición <strong>el</strong> Progreso. En <strong>el</strong> Porfiriato, las<br />
tradiciones son <strong>el</strong> contexto ideológico d<strong>el</strong><br />
aislacionismo, aqu<strong>el</strong>lo que defiende a las<br />
17
familias de los males d<strong>el</strong> radicalismo y la<br />
modernidad, la sacralización d<strong>el</strong> gobierno, de<br />
las costumbres opresivas, de las virtudes<br />
hogareñas tal y como las enuncian los curas y<br />
los padres de familia. Tradición: aqu<strong>el</strong>lo sin lo<br />
cual <strong>México</strong> se desintegraría al instante. Como<br />
describe admirablemente Agustín Yánez en Al<br />
filo d<strong>el</strong> agua, en <strong>el</strong> país tradicionalista la<br />
revolución es, literalmente, la invocación<br />
demoníaca. Por eso, al principio, la cultura de<br />
la Revolución Mexicana con <strong>el</strong> exceso que es<br />
<strong>el</strong> lenguaje inevitable d<strong>el</strong> afianzamiento<br />
histórico, y por razones tanto d<strong>el</strong> sectarismo<br />
como d<strong>el</strong> desarrollo civilizatorio, halla en las<br />
tradiciones (mejor: en <strong>el</strong> modo en que se<br />
utilizan políticamente) al enemigo. “Impiden<br />
pensar, fomentan <strong>el</strong> fanatismo, son <strong>el</strong> meollo<br />
d<strong>el</strong> oscurantismo, <strong>el</strong> peso muerto que ancla a<br />
la nación en <strong>el</strong> pasado”.<br />
A nombre de tales convicciones, los<br />
revolucionarios exacerban su anticlericalismo,<br />
hacen leña a los santos, se burlan de las<br />
creencias “infantiles” y las supersticiones,<br />
quieren hacer de su jacobismo un programa<br />
de renovación de las mentalidades. El estado<br />
lucha por la concentración d<strong>el</strong> poder, y al lado<br />
se escenifica otro combate, hoy un tanto<br />
oscurecido por la habilidad d<strong>el</strong> monopolio<br />
político, <strong>el</strong> de la diversificación de tradiciones,<br />
<strong>el</strong> programa secularizador que, en <strong>el</strong> periodo<br />
1911-1950 (muy aproximadamente) hace<br />
buen uso de la herencia de la Reforma liberal,<br />
y crea alternativas en los conceptos y en las<br />
actitudes. Aquí participan <strong>el</strong> Artículo Tercero<br />
constitucional, la institución d<strong>el</strong> divorcio, la<br />
canc<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> diezmo obligatorio, la<br />
internacionalización superficial pero constante<br />
a que obligan <strong>el</strong> cine y la radio, la publicidad,<br />
la industrialización, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> disminuido de la<br />
Iglesia católica, la <strong>el</strong>iminación de la censura<br />
en materia de libros (nunca muy vigorosa, por<br />
otra parte).<br />
Mientras la mayoría de las tradiciones<br />
desaparecen o se alteran para mejor persistir,<br />
<strong>el</strong> Estado, en los años setenta, “descubre” a la<br />
tradición, al ver desvanecido su filo militante o<br />
al creer suficientemente secularizada a la<br />
sociedad. Tradición es, también, <strong>el</strong> pasado<br />
prestigioso que, convenientemente situado,<br />
resulta un aval moral. Si en 1968 llama tanto<br />
la atención la tragedia de San Migu<strong>el</strong> Canoa<br />
(<strong>el</strong> asesinato masivo de los excursionistas de<br />
la Universidad Autónoma de Puebla y <strong>el</strong><br />
18<br />
campesino que les dio asilo, porque <strong>el</strong> cura<br />
d<strong>el</strong> lugar Enrique Meza Pérez los calificó de<br />
“comunistas” que violarían jovencitas y<br />
quemarían cosechas), no es sólo por la<br />
monstruosidad intrínseca d<strong>el</strong> linchamiento,<br />
sino porque ya en ese momento un pueblo<br />
levítico es inconcebible en la perspectiva<br />
modernizadora. Los hechos de grave<br />
intolerancia habrán de continuar, pero, en la<br />
medida en que la información existe, la<br />
condena es unánime.<br />
El Estado liberal y <strong>el</strong> revolucionario generan<br />
numerosas tradiciones que afectan<br />
centralmente las vidas de los mexicanos. Sin<br />
embargo, en <strong>el</strong> vocablo tradición estas<br />
aportaciones prácticamente son reconocidas.<br />
Y en fechas recientes, lo tradicional permite<br />
una doble utilización. Es, por una parte, <strong>el</strong><br />
arma represiva, “<strong>el</strong> arcáng<strong>el</strong> d<strong>el</strong> fuego” a las<br />
puertas de la Identidad Nacional. “Está en<br />
contra de nuestras tradiciones/ Es un ultraje a<br />
la tradición.” Por otro lado, y por la fuerza de<br />
la interminable explotación de las tradiciones<br />
a cargo de la industria cultural (seguramente<br />
la gran responsable de la metamorfosis d<strong>el</strong><br />
pasado), la cultura oficial, sin entrar en<br />
detalles, se pronuncia: “la tradición nos<br />
solidifica como pueblo”, y hay un lugar idóneo<br />
para las-tradiciones-que-vienen-desde-antes,<br />
<strong>el</strong> museo o sus variantes. Bajo consignas que<br />
tal vez podrían resumirse en la aportada por<br />
<strong>el</strong> cinismo: “El que no respeta a sus<br />
tradiciones se verá condenado a repetirlas”, <strong>el</strong><br />
Estado protege lo que siente en p<strong>el</strong>igro de<br />
evaporación. De allí por ejemplo los concursos<br />
de nacimientos, de pastor<strong>el</strong>as, de piñatas, de<br />
“calaveras”, de arreglos florales de Días de<br />
Muertos, que hacen pensar en la lógica de<br />
patrocinar lo “premoderno”, en los<br />
(inminentes) concursos de peregrinaciones, de<br />
pueblos típicos, de Sufridas Mujeres<br />
Mexicanas, de exhibiciones de amor al terruño<br />
por las madrugadas, etcétera.<br />
(Junto a lo anterior, y con seriedad, a partir<br />
de 1968 se salva d<strong>el</strong> olvido mucho de la gran<br />
tradición artística e int<strong>el</strong>ectual d<strong>el</strong> país, antes<br />
sólo accesible en fragmentos y sepultada con<br />
frecuencia bajo la retórica patriotera. Y tal<br />
recuperación importa extraordinariamente<br />
pese a que los gobiernos su<strong>el</strong>en aprovecharla<br />
con fines de ornato.)
A las tradiciones más recientes (la d<strong>el</strong> 68 por<br />
ejemplo) se les llama culturas, y lo tradicional<br />
es según los sectores modernizados, <strong>el</strong><br />
equivalente de “expresiones mortuorias”. Se<br />
habla de “tradiciones indígenas” con <strong>el</strong> ánimo<br />
ecologista de quien enumera las especies al<br />
borde de la extinción, y por tradición se<br />
entiende lo que persevera como puede, en<br />
medio de la destrucción de la memoria<br />
colectiva, aqu<strong>el</strong>lo vivido parcialmente (y con<br />
ánimo de profesionalizar la nostalgia) y que<br />
los ancestros, porque no les quedaba otra,<br />
vivieron en su totalidad. Amenísima paradoja:<br />
tradicionalista es un término despectivo, y<br />
tradición es un vocablo cada vez más valuado.<br />
Modernidad: “Y en medio de nosotros,<br />
Nintendo, como un dios”<br />
Hasta la eternidad duraba más antes.<br />
STANISLAW JERZY LEC<br />
Modernidad, la palabra con más de un siglo de<br />
prestigio inmanente entre nosotros, es ahora<br />
la estr<strong>el</strong>la resplandeciente, la meta única.<br />
Pero <strong>el</strong> recorrido ha sido extenuante. A fines<br />
d<strong>el</strong> siglo XIX, modernidad es lo que se vive en<br />
las metrópolis, la cultura que, a quien sepa<br />
encarnarla, le proporcionaría los recursos<br />
íntimos para conjurar <strong>el</strong> destino fatal de los<br />
habitantes de un país en la periferia de la<br />
civilización. Rubén Darío ofrece su síntesis:<br />
Y muy siglo XVIII y muy antiguo,<br />
Y muy moderno, audaz, cosmopolita…<br />
Muy moderno: animado por <strong>el</strong> entendimiento<br />
de otro idioma poético que es la guía de<br />
nuevos comportamientos. Cosmopolita:<br />
ciudadano d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, ser “desterritorializado”<br />
por la cultura y la asimilación de lo<br />
metropolitano. Durante un tiempo largo, lo<br />
moderno no se opone a lo tradicional, sino a<br />
lo que parece inescapable: lo nacional.<br />
“Desterritorializarse” en lo espiritual es<br />
“desnacionalizase” en lo cultural. Ser moderno<br />
es volver creativa y personal la imitación de lo<br />
metropolitano. Es este orden de cosas, lo<br />
moderno es, aunque no se reconozca<br />
explícitamente, algo distinto (superior) a sus<br />
equivalentes: lo de hoy, lo de avanzada.<br />
A mitad d<strong>el</strong> XX, modernidad, concepto<br />
excluyente, es la utopía en <strong>el</strong> sentido drástico:<br />
aqu<strong>el</strong>lo que mientras no se obtiene le quita<br />
sentido a la existencia. Hace falta ser<br />
absolutamente moderno y, mientras se<br />
comunica interiormente <strong>el</strong> país, y llegan la<br />
tecnología y las inversiones extranjeras, la<br />
modernidad es <strong>el</strong> comportamiento que se<br />
inicia en <strong>el</strong> desdén o <strong>el</strong> aborrecimiento de las<br />
tradiciones inoperantes (casi todas, según <strong>el</strong><br />
rasero de la “eficacia”), y prosigue<br />
adquiriendo la “gramática vital” que, para<br />
empezar, se olvida de los valores de la<br />
hispanidad. Y la modernidad es la gran<br />
disculpa, la sombra cómplice de las<br />
destrucciones urbanas, de las depredaciones<br />
ecológicas, de los soberbios edificios<br />
magníficos echados abajo para construir<br />
rascaci<strong>el</strong>os, de los bosques y los ríos<br />
sacrificados a la voracidad industrial. Ser<br />
moderno es ir con <strong>el</strong> siglo. Y “<strong>el</strong> siglo” sólo<br />
confía en lo rentable.<br />
Desde hace 10 o 15 años y, ya más específica<br />
y programáticamente, desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong><br />
régimen de Carlos Salinas de Gortari,<br />
modernidad es la palabra omnipresente, <strong>el</strong><br />
paradigma inevitable, cuya redefinición exige<br />
<strong>el</strong> cuestionamiento no sólo de modos de<br />
producción sino de formas de vida. “¿Se<br />
creían modernos e incluso posmodernos? Pues<br />
ya ven que no lo son”, es <strong>el</strong> mensaje cuyo<br />
fondo es la privatización categórica de la<br />
economía, <strong>el</strong> sometimiento de las herencias<br />
históricas a las disposiciones de la<br />
productividad, la incorporación de todos los<br />
criterios a la exigencias de la globalización.<br />
“Ser moderno”, en la práctica, es adecuarse<br />
mentalmente a los ritmos d<strong>el</strong> “<strong>mundo</strong><br />
unipolar”. De la modernidad depende, lo que<br />
en rigor nadie discute, <strong>el</strong> porvenir nacional, y<br />
esto exige la comprensión de la economía<br />
mundial, y la capacidad adaptativa en pro de<br />
los cambios decididos en la metrópolis, allí<br />
donde “se le imprime sentido al porvenir”, tan<br />
irrefutable por tan idetenible.<br />
D<strong>el</strong> paradigma que afecta a la economía, a la<br />
industria, a la tecnología de punta, se quieren<br />
extraer conclusiones válidas para otros<br />
campos. Y lo moderno no es lo adversario de<br />
lo inservible, sino –y son onerosas las<br />
consecuencias de tal obviedad- de lo no<br />
moderno, algo más d<strong>el</strong>ictuoso que lo<br />
inservible, la resistencia a las formas<br />
gubernamentales y empresariales d<strong>el</strong> cambio<br />
que se interpreta como alta traición. A cuenta<br />
19
d<strong>el</strong> paradigma de la modernidad, se<br />
instrumenta la campaña cuyo fin es nulificar<br />
ideológicamente a los adversarios (“Si son<br />
pre-mo-dernos, nada de lo que digan nos<br />
importa”), y sembrar <strong>el</strong> miedo en quienes no<br />
se pueden costear voluntariamente <strong>el</strong> lujo de<br />
la modernidad.<br />
El terrorismo funciona minuciosamente y<br />
deposita en <strong>el</strong> término diversas cargas<br />
autoritarias: “Modernidad es lo que se define<br />
a simple vista, se percibe a simple oído, y se<br />
vive a simple voluntad”. De esta manera y<br />
una vez más, se culpabiliza a la mayoría, que<br />
a diario se percata, con sólo ver los<br />
comerciales de la t<strong>el</strong>e, de todo lo que la<br />
separa de la modernidad según las élites de<br />
Norteamérica. Así, la “modernidad cotidiana”<br />
construye sus infiernos y purgatorios, y vu<strong>el</strong>ve<br />
armas d<strong>el</strong> determinismo social a lo que quiso<br />
ser descriptivo. Recuérdense algunas de las<br />
expresiones de tan costosos efectos en la<br />
psicología popular: <strong>el</strong> complejo de inferioridad<br />
de los pobres / <strong>el</strong> subdesarrollo / las<br />
sociedades marginales / <strong>el</strong> naco y la naquiza /<br />
<strong>el</strong> Tercer Mundo y <strong>el</strong> tercermundismo / los<br />
países periféricos. Según esta andanada<br />
definitoria, <strong>el</strong> subdesarrollado es <strong>el</strong> que nunca<br />
acabará de crecer porque nunca empezará a<br />
hacerlo, y <strong>el</strong> tercermundista es <strong>el</strong> habitante de<br />
la periferia que sólo viaja para mejor alejarse<br />
d<strong>el</strong> centro. Estos vocablos se pretenden<br />
científicos (formulaciones psicológicas,<br />
económicas, sociológicas), quieren cajear las<br />
limitaciones nacionales por la degradación<br />
psíquica de los individuos, y a fin de cuenta<br />
sólo apuntalan la autodenigración, al convertir<br />
la identidad en destino fatal (“Qué le vamos a<br />
hacer, si somos tercermundistas”) o<br />
autochoteo: “Me veía tan tercermundista que<br />
me vestí rapidito”.<br />
La modernidad, definida por exclusión, es la<br />
Puerta Estrecha, <strong>el</strong> sendero de los <strong>el</strong>egidos, <strong>el</strong><br />
concepto-fortaleza al que sólo se accede por<br />
razones de importancia política y económica,<br />
y por la “garantía de perdurabilidad” de los<br />
privilegiados, que le adjudican a la vida<br />
popular <strong>el</strong> carácter de “obsolescencia<br />
planeada”. Y la modernidad es también la<br />
política de sustituciones en campos antes<br />
repartidos entre la demagogia, <strong>el</strong> populismo y<br />
<strong>el</strong> interés legítimo por la justicia social. Así,<br />
donde se hablaba de equidad se menciona la<br />
caridad cristiana; donde se decía revolución se<br />
20<br />
utiliza evolución s<strong>el</strong>ectiva; donde se oía<br />
proletariado se musita mano de obra; donde<br />
aparecía intereses d<strong>el</strong> pueblo se alaba al<br />
capitalismo popular; <strong>el</strong> verbo privatizar<br />
sustituye a nacionalizar y la viabilidad d<strong>el</strong> país<br />
ocupa <strong>el</strong> sitio de la Revolución Mexicana.<br />
En <strong>el</strong> canje, <strong>el</strong> sentido d<strong>el</strong> término modernidad<br />
se difumina y regresa convertido en algo<br />
externo en primera y última instancia. En los<br />
años veinte ser moderno era vivir como<br />
aspiración y forja de la personalidad lo que la<br />
sociedad no consentía; en <strong>el</strong> sexenio de<br />
Migu<strong>el</strong> Alemán, ser moderno era apostar por<br />
<strong>el</strong> nuevo, implacable destino nacional; durante<br />
los regímenes de Echeverría y López Portillo,<br />
ser moderno era adecuarse, sin demasiada<br />
prisa, <strong>el</strong> paso forzado de la<br />
internacionalización. Desde los años ochenta,<br />
ser moderno es ponerse en disponibilidad para<br />
que <strong>el</strong> exterior (las fuerzas d<strong>el</strong> mercado, la<br />
globalización, la tecnología) dispongan lo<br />
precedente.<br />
La r<strong>el</strong>igión d<strong>el</strong> libre mercado:<br />
La mística de la especulación<br />
Cuidado con caer debajo de la rueda de la<br />
fortuna de otro.<br />
STANILAW JERZY LEC<br />
Sin acentuar la hipérbole es posible decir hoy<br />
que la modernidad a escala privada aspira al<br />
status de “culto r<strong>el</strong>igioso”, en <strong>el</strong> sentido de la<br />
irrefutabilidad d<strong>el</strong> dogma y de las emociones<br />
profundas que despierta, en medio de “la<br />
santificación” d<strong>el</strong> ascenso económico de unos<br />
cuantos. Seguros de su impunidad espiritual,<br />
afirmados en “<strong>el</strong> fin de la Historia”, los<br />
f<strong>el</strong>igreses d<strong>el</strong> libre mercado (<strong>el</strong> capitalismo<br />
salvaje sin frenos), ejercen la intolerancia, y<br />
<strong>el</strong> odio a la discrepancia con métodos y<br />
expresiones muy propias de su antigua fobia.<br />
El estalinismo.<br />
Con la escenografía de la catástrofe d<strong>el</strong><br />
socialismo real, las campañas d<strong>el</strong><br />
neoliberalismo pretenden <strong>el</strong>iminar toda<br />
disidencia y darle a lo que sucede ( la barbarie<br />
de la gran concentración de la riqueza) <strong>el</strong><br />
carácter de lo venturosamente irremediable,<br />
porque sólo desde la abolición d<strong>el</strong><br />
resentimiento (d<strong>el</strong> rencor social) (de las<br />
aspiraciones de igualdad) se entenderá <strong>el</strong>
paradigma de la modernidad. Véase por<br />
ejemplo un texto d<strong>el</strong> empresario mexicano<br />
Lorenzo Servitje intitulado “Desigualdad”: un<br />
punto de vista incómodo” (nexos,153), donde<br />
reverencia a quienes tienen “una capacidad<br />
poco común de acrecentar los bienes<br />
disponibles”. Afirma Servitje:<br />
La capacidad de dichas personas (los<br />
empresarios) de crear y acumular riqueza<br />
genera una desigualdad social y económica<br />
que es resentida por los demás. Hay una<br />
sensación de injusticia y con frecuencia los<br />
gobiernos tratan de corregirla quitándoles a<br />
los que tienen para darlo a los que no tienen.<br />
En <strong>el</strong> corto plazo este intento de redistribución<br />
funciona. Sin embargo, transcurrido poco<br />
tiempo los grupos productivos, que hicieron<br />
posible <strong>el</strong> que existieran recursos excedentes,<br />
reducen o suspenden su aportación<br />
productiva. La sociedad en su conjunto sufre.<br />
Desde un punto de vista cristiano o humanista<br />
sería bueno y noble que estos grupos<br />
productivos, y aun ricos, dedicaran los frutos<br />
de su ahorro a ayudar a los demás o que<br />
vivieran modestamente. Esto en la vida real<br />
no es probable que ocurra. La experiencia<br />
histórica comprueba que la desigualdad<br />
económica resultante es un mal menos con <strong>el</strong><br />
que tenemos que vivir y que por lo tanto hay<br />
que aceptar.<br />
Así no lo digan, los empresarios ven en la<br />
modernidad a la actualización de las<br />
encomiendas. Para <strong>el</strong>los, <strong>el</strong> neoliberalismo es<br />
<strong>el</strong> equivalente-no tan metafórico- d<strong>el</strong> Arca de<br />
Noé (la miseria es <strong>el</strong> Diluvio de América<br />
Latina), y lo moderno es la recepción<br />
entusiasta de lo que sólo algunos captarán: la<br />
especialización bancaria, tecnológica, de la<br />
informática.<br />
No hay más paradigma que <strong>el</strong><br />
asambleísmo<br />
¿Cuando nace <strong>el</strong> pesimismo? Cuando se topan<br />
dos optimismos distintos.<br />
STANISLAW JERZY LEC<br />
En su visión de la modernidad, la izquierda<br />
latinoamericana, y la mexicana en particular,<br />
fracasaron casi por completo. Ni siquiera<br />
quienes optaron por la vía socialdemócrata,<br />
tuvieron la claridad exigible al respecto. ¿Para<br />
qué? Modernizar, se decía o pensaba, era lo<br />
propio d<strong>el</strong> capitalismo, <strong>el</strong> seudónimo de la<br />
explotación, y lo sustancial, bienamada praxis<br />
y codiciada mitología heroica, era la<br />
revolución, la meta que, en verdad, era <strong>el</strong><br />
principio de la Humanidad genuina. La<br />
revolución era cultura (algo situado abstracta<br />
o sectariamente), era tradición (la más<br />
significativa, por ser <strong>el</strong> equivalente absoluto<br />
de Pueblo) y era modernidad, sin ese nombre,<br />
porque un revolucionario se convertía al<br />
instante, en la vanguardia de la humanidad,<br />
en ad<strong>el</strong>antado de los tiempos perfectos.<br />
Ahora, ante la caída de las dictaduras<br />
socialistas, la izquierda quiere liquidar sus<br />
deudas políticas y morales con un argumento<br />
simple: “Eso que allí había, la opresión<br />
política, <strong>el</strong> universo carc<strong>el</strong>ario, <strong>el</strong><br />
aniquilamiento de la libertad de expresión, no<br />
era socialismo”. Claro que no lo era, pero si la<br />
izquierda política lo supo antes lo denunció<br />
con excesiva parsimonia, lo que no evitó<br />
hasta hace muy poco, la complicidad, <strong>el</strong> <strong>el</strong>ogio<br />
desmedido, los comités de amistad, y, lo<br />
principal, la formulación de la crítica, cuando<br />
la hubo, como reproche de soslayo. El tributo<br />
renovado de la izquierda a la hazaña<br />
bolchevique fue <strong>el</strong> tibio y más que póstumo<br />
cuestionamiento d<strong>el</strong> estalinismo y <strong>el</strong> silencio<br />
cómplice ante la represión de los burócratas y<br />
caudillos mesiánicos.<br />
La ausencia de un proyecto de modernidad de<br />
parte de la izquierda, es una de las causas, y<br />
no la menos significativa, de la lentitud o <strong>el</strong><br />
pasmo que todavía caracterizan a sus<br />
reacciones frente a la oleada neoliberal. Al<br />
concederle al imperialismo norteamericano <strong>el</strong><br />
monopolio interpretativo de la modernidad, al<br />
desdeñar en los hechos a la modernidad<br />
situándola como “frivolidad capitalista”, la<br />
izquierda política se extravió en <strong>el</strong> conjunto y<br />
en <strong>el</strong> detalle. Observó desde lejos los<br />
desarrollos específicos de la cultura, no captó<br />
<strong>el</strong> impulso de las nuevas sensibilidades<br />
artísticas, desistió de los proyectos<br />
humanistas ajenos a la búsqueda de justicia<br />
social, se asiló en <strong>el</strong> lenguaje muerto de los<br />
manuales de marxismo, se dilapidó en las<br />
formulaciones que se proponían deshacer los<br />
núcleos de la modernidad (la teoría de la<br />
dependencia, la resistencia cultural), se<br />
desinteresó a fondo por las transformaciones<br />
21
d<strong>el</strong> gusto y, last but not least, sólo valoró <strong>el</strong><br />
presente remitiéndolo todo a lo que no<br />
admitiría retrocesos, <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong> socialismo.<br />
Por lo mismo, la izquierda santificó la moral<br />
revolucionaria al grado de que ahora, y en<br />
medio de las evidencias abrumadoras, todavía<br />
se maneja con timidez y torpeza (en <strong>el</strong> mejor<br />
de los casos ) en <strong>el</strong> análisis de la dictadura de<br />
Fid<strong>el</strong> Castro. Por un lado tal actitud tiene una<br />
base incontrovertible: <strong>el</strong> bloqueo criminal de<br />
los gobiernos norteamericanos; por otra<br />
parte, la posición es lamentable: se pospone<br />
la crítica urgente en homenaje al extinto mito<br />
de la revolución.<br />
Y en <strong>el</strong> conjunto, la izquierda, sin decirlo o sin<br />
quererlo, le apostó a las políticas d<strong>el</strong> Estado<br />
paternalista cuya ineptitud y rapacidad fue la<br />
primera en señalar.<br />
Era tan pre-moderno que le<br />
Hablaba de usted a la Patria<br />
No pretendo decir que en materia de<br />
modernidad todos se han equivocado. Si,<br />
digamos, por modernidad también<br />
entendemos (y un grave problema d<strong>el</strong> término<br />
es la necesidad de precisarlo mínimamente<br />
casi en cada ocasión) la liberación de fuerzas<br />
artísticas, literarias, sociales, es evidente que<br />
en <strong>México</strong>, como en América Latina, los<br />
grandes creadores han sido grandes<br />
modernizadores, y la mayoría de los<br />
considerados <strong>el</strong>itistas, de Alfonso Reyes y <strong>el</strong><br />
grupo de Contemporáneos en ad<strong>el</strong>ante, han<br />
fomentado magníficamente las atmósferas<br />
civilizatorias de la crítica, la libre expresión y<br />
la tolerancia, esenciales en la modernidad que<br />
democratiza. Y, también, esta modernidad<br />
algo o mucho le debe a la insistencia d<strong>el</strong><br />
Partido Acción Nacional en la democracia<br />
<strong>el</strong>ectoral; al esfuerzo de los universitarios de<br />
la UNAM y los politécnicos en 1968, que<br />
desafiaron y resistieron al autoritarismo (<strong>el</strong> 68<br />
de <strong>el</strong> momento que comparten a la vez <strong>el</strong><br />
radicalismo y la modernidad); al movimiento<br />
feminista cuyas tesis fundamentales modifican<br />
la existencia de millones de mujeres, lo<br />
adviertan <strong>el</strong>las o no; a los movimientos<br />
sociales que se han dado voz a sí mismos, lo<br />
que no es menospreciable en sociedades<br />
donde se monopoliza al límite <strong>el</strong> derecho a la<br />
libre expresión; a los grupos de izquierda que<br />
defendieron la justicia social y antes que nadie<br />
plantearon <strong>el</strong> tema de los derechos humanos;<br />
22<br />
a los ecologista; a los grupos defensores de<br />
los derechos legítimos de las minorías que<br />
localizan los daños interminables de la<br />
intolerancia r<strong>el</strong>igiosa, la homofobia, <strong>el</strong><br />
machismo patriarcal. (En especial, me parece<br />
admirable la actividad de quienes abogan por<br />
<strong>el</strong> trato digno a los seropositivos y enfermos<br />
de sida, y por la difusión científica d<strong>el</strong> tema y<br />
de las medidas preventivas.)<br />
En lo anterior aplico una definición positiva de<br />
modernidad, en este contexto <strong>el</strong> equivalente<br />
de proceso civilizatorio. Insisto en la expresión<br />
porque no es evitable, y porque no se puede<br />
ceder al triunfalismo económico y político de<br />
los neoliberales todos los sentidos d<strong>el</strong> término<br />
en torno al cual hoy se definen nuestras<br />
sociedades. Concedido: si <strong>el</strong> paradigma de la<br />
modernidad no funciona, las otras formas de<br />
modernidad, la social y cultural, las<br />
individualizadas, carecerán de espacios. Pero<br />
por lo mismo, si no se produce esa otra<br />
modernización, de ‘índole humanista, la<br />
paradigmática sólo acentuará la miseria y la<br />
inf<strong>el</strong>icidad de la mayoría, radicalizando la<br />
desigualdad, y la subordinación.<br />
En <strong>el</strong> debate de la modernidad es central la<br />
democratización, que renueva formas y<br />
contenidos de la vida política y cultural, y que<br />
es o puede ser <strong>el</strong> gran valladar contra <strong>el</strong><br />
autoritarismo que padecemos, que usa de la<br />
política para sustentar su tiranía económica y<br />
social. De allí mi convicción: son simultáneas<br />
las batallas por la igualdad y la democracia, y<br />
sin ponerle límites crecientes al autoritarismo,<br />
cuya conciencia de culpa en r<strong>el</strong>ación a la<br />
pobreza es básicamente <strong>el</strong>ectoral, la<br />
desigualdad se profundizará. De la misma<br />
forma, sin enfrentar a fondo a la desigualdad<br />
que tanto la dificulta, la democratización será<br />
efectivamente un espejismo.<br />
La americanización: “Nomás eso nos<br />
faltaba: un MacDonald’s en lo alto de la<br />
pirámide”<br />
Conocí a un demente que me despertaba a<br />
deshora para repetirme: “Plateros fue una<br />
calle, luego una rue, y hoy es una street”.<br />
RAMÓN LÓPEZ VELARDE,“La<br />
avenida Madero” (1917)
De acuerdo con quienes predican la buena<br />
nueva de la globalización, la modernidad es,<br />
con s<strong>el</strong>lo de garantía, la única antena para<br />
captar los cambios d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, y <strong>el</strong><br />
nacionalismo es aqu<strong>el</strong>lo que fue trascendente<br />
y que tal vez será trascendente. En este<br />
panorama, un fenómeno donde confluyen la<br />
cultura, la tradición y la modernidad, es <strong>el</strong> de<br />
la americanización, hasta hoy definida como la<br />
influencia unilateral y omnímoda de un país<br />
sobre otro, d<strong>el</strong> American Way of Life y sus<br />
variantes sobre <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Y <strong>el</strong> gran<br />
equívoco se localiza en <strong>el</strong> principio, cuando se<br />
asume que “modernización” y<br />
“americanización” son una y la misma cosa.<br />
Así, desde los años sesenta, lo que fue<br />
devoción de las élites se masifica, porque-en<br />
las urbes y no nada más en <strong>el</strong>las- no se puede<br />
vivir sin ser moderno o sin sentirse moderno<br />
en algún momento d<strong>el</strong> día.<br />
La modernidad, entendida como actualización<br />
forzada y muy desigual de la(s) sociedad(es)<br />
mexicana(s), es objeto de la definición radical<br />
desde arriba (“Modernidad es la integración<br />
económica con Estados Unidos, es <strong>el</strong> Estado<br />
puesto a dieta, es la privatización a ultranza,<br />
es <strong>el</strong> incentivo d<strong>el</strong> éxito a escala individual”)<br />
y, en la dimensión cotidiana, cada uno ensaya<br />
su tipo de modernidad, que muchas veces<br />
sólo es declarativa: “Soy moderno porque me<br />
he modernizado de una manera moderna, de<br />
acuerdo a las instrucciones d<strong>el</strong> Señor<br />
Presidente”.<br />
Todo – la economía, la sociedad, la política –<br />
gira en torno d<strong>el</strong> concepto que actúa mucho<br />
más por fe que por demostración. Y en la<br />
devastación de recursos naturales y sociales<br />
que sufren <strong>México</strong> y América Latina, quienes<br />
se atienen al mod<strong>el</strong>o implantado por <strong>el</strong> rumbo<br />
de la economía neoliberal y la industria d<strong>el</strong><br />
espectáculo, y se americanizan como pueden<br />
para modernizarse, consolidan <strong>el</strong> gran<br />
instrumento de control. La idolatría de lo<br />
tecnológico y lo financiero tiene resultados<br />
nefastos: promueve la desmovilización<br />
política, afirma la desnacionalización<br />
económica, e implanta hábitos de consumo en<br />
clases sin posibilidades adquisitivas, agudiza<br />
irracional y grotescamente las distancias entre<br />
realidades y deseos. Pero su pap<strong>el</strong> cambia de<br />
manera continua. Hasta hace poco, la<br />
americanización era la manera de<br />
“universalizarse” al ritmo de la copia. Ahora,<br />
es un sitio de encuentro multiclasista que,<br />
grosso modo, se precisa en función de las<br />
urgencias modernizadoras y, por lo común,<br />
sólo se discute desde la resignación o con<br />
fines retóricos. ¿De qué modo condenar, por<br />
ejemplo, a los jóvenes de las clases<br />
populares, que al americanizarse en diversos<br />
niv<strong>el</strong>es creen así exorcizar su estruendosa<br />
falta de porvenir?<br />
Al mismo tiempo, ante <strong>el</strong> engaño colorido, es<br />
creciente <strong>el</strong> número de quienes trasforman en<br />
cultura popular y en espíritu nacionalista,<br />
asumidos gozosamente, la tontería y <strong>el</strong><br />
envilecimiento que se les ofrecen a nombre de<br />
la modernización. De algún modo se<br />
“mexicaniza” o “peruaniza”, o como se quiera<br />
la americanización, y lo internacional llega a<br />
ser variable de lo muy local y viceversa. Algo<br />
queda en claro: los principios y consignas de<br />
la industria cultural son potencialmente<br />
“verdaderos” respecto a la masa, pero<br />
inevitablemente falsos para cada individuo. Y<br />
cada uno sabe de acuerdo a sus propios<br />
términos, lo que significa modernizarse: imitar<br />
sin más, improvisar creativamente, acumular<br />
aparatos y gadgets, pensar lo más bilingüe<br />
que se pueda, coleccionar actitudes de moda,<br />
renunciar a los hábitos que se vu<strong>el</strong>ven<br />
ataduras, fingir la comprensión de lo que no<br />
se entiende. A la americanización que es<br />
renuncia a las tradiciones nacionales que<br />
estorban en <strong>el</strong> tránsito a la modernización<br />
personal y familiar, se opone la<br />
americanización que es búsqueda de las<br />
claves de lo int<strong>el</strong>igible, y es defensa ante lo<br />
que no se comprende muy bien por <strong>el</strong> método<br />
de la imitación que luego se “nacionalizará”.<br />
Son, según creo, un tanto tardías o<br />
prematuras las conjeturas sobre algunos<br />
resultados culturales de la integración<br />
económica con Estados Unidos, los miedos en<br />
torno a la pérdida de la Identidad, la<br />
Destrucción de la Idiosincrasia, etc. El proceso<br />
lleva tiempo de darse y aun cuando se<br />
intensifique, lo esencial está ya a la vista: <strong>el</strong><br />
continente, y <strong>México</strong>, seguirán<br />
americanizándose, y según cuán lejos o cuán<br />
cerca se está de la alta tecnología, se<br />
matizará la visión d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (¿quién puede<br />
definir con mínimo rigor a la Mexicanidad o a<br />
la Ecuatorianidad?), sin afectarse todavía<br />
valores fundamentales, entre <strong>el</strong>los <strong>el</strong> idioma<br />
español, cuya vitalidad y poder de asimilación<br />
23
no requiere de patrocinios gubernamentales<br />
ajenos al proceso educativo mismo.<br />
24<br />
“Por otra parte, ni siquiera me había<br />
fijado en qué siglo estábamos”<br />
There’s no money in poetry, but<br />
there’s no poetry in money, either.<br />
ROBERT GRAVES<br />
Irracionalidad y dispersión. No sólo en <strong>el</strong><br />
habitar de clase media, sino también en<br />
chozas, en tugurios, en la desolación con tan<br />
escasos servicios <strong>el</strong>ementales donde se<br />
hacinan multitudes, rige <strong>el</strong> desencuentro entre<br />
<strong>el</strong> logro personal y <strong>el</strong> colectivo. En tanto<br />
adquisiciones ideológicas, los sentimientos de<br />
bienestar o de sobrevivencia dependen en<br />
altísimo grado de los medios masivos, Y en<br />
este contexto, muy diferentes “ideologías de<br />
la singularidad” (de la creencia en <strong>el</strong><br />
horóscopo a los espiritualismos, de la<br />
indagación policial de los ovnis a la client<strong>el</strong>a<br />
de la “brujas”, d<strong>el</strong> apoyo a un equipo<br />
deportivo como causa apremiante a la<br />
“r<strong>el</strong>igión d<strong>el</strong> ascenso en la vida”), actúan<br />
también a modo de compensaciones,<br />
equivalencias y mediaciones. Hay una secreta<br />
racionalidad en quienes <strong>el</strong>igen las formas<br />
desechadas por la minoría ilustrada, y las<br />
equiparan favorablemente con las recetas<br />
oficiales d<strong>el</strong> apaciguamiento: tendrás empleo,<br />
serás f<strong>el</strong>iz, la pasarás bien, y en <strong>el</strong> destino de<br />
tus hijos o de tus nietos <strong>el</strong> país recompensará<br />
tus sufrimientos.<br />
De un país sedentario a un país nómada. Los<br />
pueblos se vacían cada seis meses, y quienes<br />
quedan, niños, mujeres y viejos, retienen esa<br />
identidad tan hecha de tedio y de resignación.<br />
Y los emigrantes, con <strong>el</strong> caudal (tan r<strong>el</strong>ativo)<br />
de su mano de obra barata a cuestas, viven <strong>el</strong><br />
agobio en autobuses de mala muerte, en<br />
trailers, en los dificultosos y animados cruces<br />
de la frontera. Al ser tan intenso <strong>el</strong> esfuerzo y<br />
tantos los obstáculos, en la mente de millones<br />
se identifica la vida en Norteamérica con la<br />
realización personal, no porque se ignoren los<br />
maltratos y los ghettos, sino porque aun eso,<br />
de acuerdo a las expectativas de los<br />
inmigrantes, representa la condición de<br />
ciudadanos de tercera d<strong>el</strong> futuro, no d<strong>el</strong><br />
pasado.<br />
Esto no explica la insistencia de un sector,<br />
rev<strong>el</strong>ada en las encuestas, que ya no se jacta<br />
de su patriotismo, se siente a disgusto con <strong>el</strong><br />
nacionalismo, y se pronuncia por la<br />
integración a como dé lugar. Pero éstos son la<br />
minoría, y la nación no renuncia a seguir<br />
siéndolo. Tan sólo sucede que <strong>el</strong> nuevo<br />
patriotismo se concentra a la “década perdida”<br />
de los ochentas y a las opresiones d<strong>el</strong><br />
neoliberalismo.<br />
Utopías en remate: compre lo indispensable<br />
para entrar con paso firme en <strong>el</strong> siglo XXI<br />
Una jaula va por un pájaro.<br />
FRANZ KAFKA<br />
Hasta <strong>el</strong> momento, es (por así decirlo) escasa<br />
la información disponible sobre las<br />
negociaciones d<strong>el</strong> TLC en materia de cultura y<br />
los puntos de vista gubernamentales al<br />
respecto han sido: a) despreciativos, y b)<br />
paternalistas. Por eso, opto por los<br />
interrogantes:<br />
1. En notas y declaraciones llama la atención<br />
<strong>el</strong> carácter unívoco y homogéneo que se le<br />
concede a la cultura mexicana, entidad que<br />
por lo visto no necesita demostración y que<br />
conoce una etapa de esplendor o, por lo<br />
menos, de salud irreprochable. La realidad,<br />
creo, es la contraria: lo que llamamos “cultura<br />
mexicana” es un fenómeno dividido por<br />
clases, regiones, tendencias, hábitos de<br />
consumo, grupos y creadores individuales, y<br />
se enfrenta hoy a problemas severos. Entre<br />
otros y destacadamente:<br />
. La crisis de la educación primaria y<br />
secundaria, que se manifiesta en la altísima<br />
deserción escolar, la burocratización d<strong>el</strong><br />
magisterio, la incompetencia de las<br />
autoridades sumergidas sexenalmente en la<br />
creación de fórmulas “por primera vez<br />
eficaces”, la pérdida d<strong>el</strong> sentido educativo, los<br />
desniv<strong>el</strong>es profundos que ya provoca la<br />
computarización tan parcial de la enseñanza,<br />
etcétera.<br />
. La crisis de las universidades públicas en<br />
todo <strong>el</strong> país, abandonadas a su suerte<br />
presupuestal, en diversas condiciones d<strong>el</strong><br />
deterioro, con la mayor parte de su<br />
presupuesto cultural concentrado en salarios,
con un plan editorial destruido o entorpecido<br />
por las condiciones de distribución, etcétera.<br />
. La modesta eficacia sectorial y la ineficacia<br />
general d<strong>el</strong> proyecto de cultura d<strong>el</strong> Estado. Lo<br />
que sigue es toda la referencia al tema d<strong>el</strong><br />
presidente Carlos Salinas de Gortari en su III<br />
Informe d<strong>el</strong> Gobierno:<br />
La cultura se amplía por <strong>el</strong> contacto con <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>. Estos intercambios son materia de<br />
nueva creación. No podemos ni debemos<br />
<strong>el</strong>udir este diálogo, que es probablemente <strong>el</strong><br />
signo más acabado de los tiempos nuevos.<br />
<strong>México</strong>, en su historia, siempre lo ha hecho<br />
así. Mantendremos los apoyos para difundir <strong>el</strong><br />
producto de nuestra creatividad, alentar a<br />
nuestros artistas y promover su presencia en<br />
<strong>el</strong> exterior. Éste ha sido <strong>el</strong> propósito de los<br />
programas de becas y de los fondos para la<br />
promoción de la cultura. Hemos visto un<br />
incremento significativo de revistas de grupos<br />
de artistas d<strong>el</strong> extranjero. Además, se amplió<br />
la red de bibliotecas al incorporarse 157 más,<br />
con las que suman un total de 3 390 y<br />
llegarán a 5000 al término de este gobierno.<br />
La referencia es escasa, y se aplica sobre todo<br />
al sector habitual, lo que está muy bien, e<br />
ignora a las mayorías que ya exigen sus<br />
derechos culturales, a los millones de<br />
personas que, por razones d<strong>el</strong> desarrollo<br />
educativo y social están en condiciones de<br />
aprovechar un número creciente de ofertas<br />
culturales a las que por capacidad adquisitiva,<br />
desinformación y hábito no tienen acceso. Al<br />
confinarse en <strong>el</strong> público de siempre, <strong>el</strong><br />
proyecto d<strong>el</strong> Estado se reduce y acaba siendo<br />
un programa de abastecimiento de las<br />
minorías, algo siempre útil, pero distante de la<br />
calidad de proyecto nacional.<br />
. El mito de la t<strong>el</strong>evisión, entidad invencible,<br />
ha terminado por ser la gran realidad<br />
psicológica a la que se atribuyen toda suerte<br />
de victorias: es la verdadera Secretaría de<br />
Educación Pública (falso: a la primaria todavía<br />
le corresponden <strong>el</strong>ementos básicos); es la<br />
culpable de las muy frecuentes lecturas de la<br />
población (falso: ahora se lee más, la<br />
t<strong>el</strong>evisión no desplazó a los lectores que<br />
apenas había sino a las v<strong>el</strong>adas familiares); es<br />
la actividad que al no crear problemas de<br />
entendimiento ubica con precisión la inercia y<br />
la dejadez de la población (falso: es cada vez<br />
mayor <strong>el</strong> interés de grandes sectores d<strong>el</strong><br />
público por los temas de controversia, incluido<br />
<strong>el</strong> aborto). Pese a las falsedades, la t<strong>el</strong>evisión<br />
es, sin mayor oposición, la interlocutora<br />
fundamental de la sociedad, y monopolista d<strong>el</strong><br />
uso d<strong>el</strong> tiempo libre.<br />
A las mayorías, la radio o la TV les resultan<br />
los grandes interlocutores, no nada más zonas<br />
de entrenamiento sino modos de vida que, al<br />
tomarlos en cuenta (al despreciar casi<br />
cualquier jerarquización educativa: “Me<br />
interesa tanto que me vean que trato a todos<br />
como a niños”) en algo los compensa de sus<br />
limitaciones sociales. El mensaje es nítido: no<br />
tienes otra, público; acércate al espejo<br />
paradigmático; refléjate en estas tramas /<br />
canciones / frases / actitudes; adquiere, por<br />
contagio, identidad globalizada y educación<br />
sentimental. Y quien en este ámbito, habla de<br />
“manipulación cultural”, es exacto e<br />
insuficiente, al decir verdades a medias. La<br />
cultura de masas actúa sobre vencidos previos<br />
y, al encauzar la derrota, hace de la<br />
explotación <strong>el</strong> t<strong>el</strong>ón de fondo que sostiene los<br />
sueños m<strong>el</strong>odramáticos de las víctimas. No se<br />
usa tan consagratoria y determinante la idea<br />
de “manipulación”, sin aceptar que una tiranía<br />
así desmoviliza para siempre. Y la realidad<br />
ofrece amplios testimonios de lo contrario.<br />
. El entreveramiento de realidades positivas y<br />
realidades negativas. Por un lado, hay un<br />
número <strong>el</strong>evado de escritores (nov<strong>el</strong>istas,<br />
poetas, ensayistas, cronistas) de probada<br />
calidad, hay una infraestructura cultural muy<br />
amplia en la ciudad de <strong>México</strong>, hay en<br />
profusión suplementos y revistas culturales,<br />
grupos de teatro y danza, cineclubes y un<br />
sistema cada vez más frecuentado de museos.<br />
Al lado de esto, se cierran librerías, disminuye<br />
sobre todo entre estudiantes la compra de<br />
libros (que se encarecen), se reduce <strong>el</strong> tiraje<br />
promedio de 3000 a 1500 ejemplares, se<br />
acude en forma casi simbólica al mercado<br />
hispano en Estados Unidos, se pierden los<br />
mercados en América Latina y se acentúa la<br />
incomunicación editorial y cultural entre los<br />
países de habla hispana. A esto añádase la<br />
escasísima divulgación científica y, pese a los<br />
números d<strong>el</strong> triunfalismo, lo precario de la red<br />
de bibliotecas.<br />
2. Todo lo anterior no es tomado en cuenta<br />
por quienes, al hablar de cultura, dan por<br />
25
supuesta la entidad única y perfectamente<br />
identificable. Y esto conduce, en <strong>el</strong> debate<br />
sobre las consecuencias d<strong>el</strong> TLC, a la zona de<br />
miedos y reiteraciones. Se formulan (en la<br />
prensa, en radio, en t<strong>el</strong>evisión), discursos<br />
cuajados de temores, y discursos<br />
comprensivos ante la existencia de estos<br />
temores (dos formas de la banalidad). Los<br />
lugares comunes más frecuentados.<br />
• La apertura comercial, camino de la<br />
aculturación.<br />
• El TLC, destructor de la Identidad<br />
Nacional.<br />
• El TLC, promotor de la desnacionalización.<br />
Enunciar los terrores idiosincrásicos es, como<br />
en las afirmaciones sobre <strong>el</strong> nacionalismo que<br />
se “transforma profundamente” sin cambiar<br />
en lo básico, no decir nada. Para empezar, <strong>el</strong><br />
proceso de integración comercial está muy<br />
avanzado, y, también, la americanización es<br />
un fenómeno en vías de cumplir su primer<br />
centenario en <strong>México</strong>.<br />
Y la discusión se demora en las dos reacciones<br />
predilectas ante <strong>el</strong> TLC: la apocalíptica y la<br />
utópica. En <strong>el</strong> primer caso, si son previsibles<br />
desastres económicos iniciales y la condición<br />
sojuzgada d<strong>el</strong> país ante la voracidad de la<br />
economía norteamericana, no son tan claros<br />
los efectos catastróficos en <strong>el</strong> terreno de las<br />
ideas y de esa inasible “fortaleza sojuzgable”,<br />
la Identidad Nacional. Para empezar, en <strong>el</strong><br />
caso apocalíptico, mucho de lo que se teme ya<br />
sucedió y las consecuencias distan de ser hoy<br />
<strong>el</strong> factor determinante. Vigilar, como se nos<br />
dice, “<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de penetración ideológica”<br />
equivale a promover las inadmisibles aduanas<br />
ideológicas.<br />
El sentimiento apocalíptico es, ante todo, la<br />
vocación escénica que, guiada de seguro por<br />
sentimientos nobles, protege <strong>el</strong> objeto de su<br />
amor insistiendo en las prevenciones cuyo<br />
fondo es la censura. Pero <strong>el</strong> problema no es la<br />
virginidad de las culturas, sino la destrucción<br />
de las economías, la subordinación de la<br />
nación al rango primordial de productora de<br />
materias primas y exportadora de mano de<br />
obra barata, la incapacidad de competir de un<br />
empresariado robustecido gracias a la<br />
protección y la complicidad de los gobiernos<br />
que le han garantizado su fluidez oligopólica,<br />
26<br />
y que carece casi por completo de recursos en<br />
materia de competencia internacional.<br />
Hasta ahora, llama más la atención <strong>el</strong> tono<br />
apocalíptico porque se le identifica con la<br />
visión de los vencidos, con <strong>el</strong> lamento<br />
tradicional de los nacionalismos aplastados<br />
por <strong>el</strong> progreso, Pero, creo, es de<br />
consecuencias más lamentables <strong>el</strong> sentimiento<br />
(de funcionarios y empresarios principalmente<br />
pero no únicamente) que deposita la utopía<br />
integral en <strong>el</strong> TLC. Tal alucinación es, de<br />
hecho, la renuncia a problematizar, dando por<br />
sentado que <strong>el</strong> solo acto de la firma liquida de<br />
los siglos de atraso y escasez. Mucho antes de<br />
que sepamos en qué consistirá <strong>el</strong> TLC, se le<br />
declara <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> sitio arrinconado de la nación<br />
(léase su clase dirigente) en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. A la<br />
globalización, a la prosperidad, al Primer<br />
Mundo, por vía d<strong>el</strong> TLC.<br />
¿Y cómo ubicar <strong>el</strong> tema de la cultura en <strong>el</strong><br />
paisaje amenizado por las prevenciones y<br />
vu<strong>el</strong>to festivo por la grandilocuencia de la<br />
esperanza? En <strong>el</strong> Sexenio de las Expectativas,<br />
<strong>el</strong> TLC es algo más que un hecho comercial y<br />
político; es, para una minoría en expansión, la<br />
vía de ingreso a la r<strong>el</strong>igión d<strong>el</strong> Mercado Libre.<br />
Poco importa si en lo cultural las industrias<br />
aún no son competitivas, si no se tiene<br />
capacidad de producción de programas, si <strong>el</strong><br />
mercado d<strong>el</strong> libro es muy restringido, si las<br />
desventajas comparativas son aplastantes, si<br />
los controles de la tecnología radican por<br />
entero en <strong>el</strong> exterior. Todo esto nada significa.<br />
Lo que cuenta es la reverencia ante la<br />
mentalidad triunfadora. Y ésta, creo, es la<br />
primera y la más resonante de las<br />
consecuencias culturales de un Tratado al<br />
que, todavía, nos aproximamos por fe y no<br />
por demostración.<br />
Una extraordinaria foto de Graci<strong>el</strong>a Iturbide<br />
sintetiza <strong>el</strong> proceso: la indígena seri, de<br />
espaldas, va subiendo la sierra y en la mano<br />
lleva <strong>el</strong> aparato que neutralizará o vencerá a<br />
la soledad: <strong>el</strong> radio gigantesco. Los<br />
defensores de la identidad indígena la<br />
censurarán por su predilección, pero <strong>el</strong>los no<br />
están allí en la sierra, para aliviarle la inmensa<br />
monotonía. Por razones similares a las de la<br />
mujer tarahumara, en las etnias las jóvenes<br />
abandonan los trajes típicos, y los jóvenes<br />
adoptan indumentarias punk o de chavos<br />
alivianados. Las comunidades prosiguen,
afectadas o beneficiadas (según se juzgue)<br />
por la necesidad de acercarse a los núcleos de<br />
la modernidad, y todo sigue igual salvo que es<br />
muy distinto.<br />
En la era de las importaciones, de las<br />
privatizaciones a ultranza, d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
unipolar, una predicción es posible: en su<br />
gran mayoría, ante <strong>el</strong> impulso de la<br />
americanización, los mexicanos, cada uno a su<br />
manera, harán caso d<strong>el</strong> consejo de Sedar<br />
Senghor: asimilar sin asimilarse.<br />
27
INTRODUCCIÓN<br />
28<br />
MÉXICO PROFUNDO<br />
Una civilización negada<br />
Guillermo Bonfil Batalla<br />
Este libro tiene un doble propósito. Por una<br />
parte, intenta presentar una visión<br />
panorámica de la presencia ubicua y<br />
multiforme de lo indio en <strong>México</strong>. Lo indio: la<br />
persistencia de la civilización mesoamericana<br />
que encarna hoy en pueblos definidos (los<br />
llamados comúnmente grupos indígenas),<br />
pero que se expresa también, de diversas<br />
maneras, en otros ámbitos mayoritarios de la<br />
sociedad nacional que forman, junto con<br />
aquéllos, lo que aquí llamo <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
profundo. Por otra parte, con base en <strong>el</strong><br />
reconocimiento d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo, se<br />
proponen argumentos para una reflexión más<br />
amplia, que nos debe incumbir a todos los<br />
mexicanos: ¿qué significa en nuestra historia,<br />
para nuestro presente y, sobre todo, para<br />
nuestro futuro, la coexistencia aquí de dos<br />
civilizaciones, la mesoamericana y la<br />
occidental?<br />
Podría parecer que reflexionar sobre <strong>el</strong><br />
problema de la civilización es inoportuno,<br />
cuando <strong>el</strong> país atraviesa por circunstancias<br />
difíciles y afronta problemas de todo orden<br />
(económicos, políticos, sociales) que exigen<br />
solución inmediata; ante la urgencia de las<br />
demandas actuales, ¿qué sentido tiene pensar<br />
en la civilización. . .? Yo creo que lo tiene, y<br />
muy profundo. Más aún: planteo que los<br />
problemas inmediatos, los que hoy nos<br />
agobian con su presencia crecida y<br />
simultánea, se comprenderán sólo aislada y<br />
parcialmente (y en, consecuencia, se podrán<br />
resolver sólo parcial y aisladamente en <strong>el</strong><br />
mejor de los casos) si no se enmarcan en <strong>el</strong><br />
dilema no resu<strong>el</strong>to que nos plantea la<br />
presencia de dos civilizaciones. Porque dos<br />
civilizaciones significan dos proyectos<br />
civilizatorios, dos mod<strong>el</strong>os ideales de la<br />
sociedad a la que se aspira, dos futuros<br />
posibles diferentes. Cualquier decisión que se<br />
tome para reorientar al país, cualquier camino<br />
que se emprenda con la esperanza de salir de<br />
la crisis actual, implica una opción en favor de<br />
uno de esos proyectos civilizatorios y en<br />
contra d<strong>el</strong> otro.<br />
La historia reciente de <strong>México</strong>, la de los<br />
últimos 500 años, es la historia d<strong>el</strong><br />
enfrentamiento permanente entre quienes<br />
pretenden encauzar al país en <strong>el</strong> proyecto de<br />
la civilización occidental y quienes resisten<br />
arraigados en formas de vida de estirpe<br />
mesoamericana. El primer proyecto llegó con<br />
los invasores europeos pero no se abandonó<br />
con la independencia: los nuevos grupos que<br />
tomaron <strong>el</strong> poder, primero los criollos y<br />
después los mestizos, nunca renunciaron al<br />
proyecto occidental. No han renunciado a él;<br />
sus diferencias y las luchas que los dividen<br />
expresan sólo divergencias sobre la mejor<br />
manera de llevar ad<strong>el</strong>ante <strong>el</strong> mismo proyecto.<br />
La adopción de ese mod<strong>el</strong>o ha dado lugar a<br />
que se cree, dentro d<strong>el</strong> conjunto d<strong>el</strong> sociedad<br />
mexicana, un país minoritario que se organiza<br />
según normas, aspiraciones y propósitos de la<br />
civilización occidental que no son compartidos<br />
(o lo son desde otra perspectiva) por <strong>el</strong> resto<br />
de la población nacional; a ese sector, que<br />
encarna e impulsa <strong>el</strong> proyecto dominante en<br />
nuestro país, lo llamo aquí <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario.<br />
Las r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y <strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> imaginario han sido conflictivas<br />
durante los cinco siglos que lleva su<br />
confrontación. El proyecto occidental d<strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> imaginario ha sido excluyente y<br />
negador de la civilización mesoamericana; no<br />
ha habido lugar para una convergencia de<br />
civilizaciones que anunciara su paulatina<br />
fusión para dar paso a un nuevo proyecto,<br />
diferente de los dos originales pero nutrido de<br />
<strong>el</strong>los. Por lo contrario, los grupos que<br />
encarnan los proyectos civilizatorios<br />
mesoamericano y occidental se han<br />
enfrentado permanentemente, a veces en<br />
forma violenta, pero de manera continua en<br />
los actos de sus vidas cotidianas con los que<br />
ponen en practica los principios profundos de<br />
sus respectivas matrices de civilización.<br />
Tal enfrentamiento no se da entre <strong>el</strong>ementos<br />
culturales, sino entre los grupos sociales que<br />
portan, usan y desarrollan esos <strong>el</strong>ementos.<br />
Son esos grupos que participan de dos<br />
civilizaciones distintas, los que a lo largo de<br />
medio milenio han mantenido una oposición<br />
constante, porque <strong>el</strong> origen colonial de la<br />
sociedad mexicana ha provocado que los<br />
grupos y clases dominantes d<strong>el</strong> país sean,<br />
simultáneamente, los partícipes e impulsores
d<strong>el</strong> proyecto occidental, los creadores d<strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> imaginario, en tanto que en la base de<br />
la pirámide social resisten los pueblos que<br />
encarnan la civilización mesoamericana,<br />
sustentos d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo. La<br />
coincidencia de poder y civilización occidental,<br />
en un polo, y sujeción y civilización<br />
mesoamericana en <strong>el</strong> otro, no es una<br />
coincidencia fortuita, sino <strong>el</strong> resultado<br />
necesario de una historia colonial que hasta<br />
ahora no ha sido canc<strong>el</strong>ada en <strong>el</strong> interior de la<br />
sociedad mexicana. Una característica<br />
sustantiva de toda sociedad colonial es que <strong>el</strong><br />
grupo invasor, que pertenece a una cultura<br />
distinta de la de los pueblos sobre los que<br />
ejerce su dominio, afirma ideológicamente su<br />
superioridad inmanente en todos los órdenes<br />
de la vida y, en consecuencia, niega y excluye<br />
a la cultura d<strong>el</strong> colonizado. La descolonización<br />
de <strong>México</strong> fue incompleta: se obtuvo la<br />
independencia frente a España, pero no se<br />
<strong>el</strong>iminó la estructura colonial interna, porque<br />
los grupos que han detentado <strong>el</strong> poder desde<br />
1821 nunca han renunciado al proyecto<br />
civilizatorio de occidente ni han superado la<br />
visión distorsionada d<strong>el</strong> país que es<br />
consustancial al punto de vista de colonizador.<br />
Así, los diversos proyectos nacionales<br />
conforme a los cuales se ha pretendido<br />
organizar a la sociedad mexicana en los<br />
distintos periodos de su historia<br />
independiente, han sido en todos los casos<br />
proyectos encuadrados exclusivamente en <strong>el</strong><br />
marco de la civilización occidental, en los que<br />
la realidad d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo no tiene<br />
cabida y es contemplada únicamente como<br />
símbolo de atraso y obstáculo a vencer.<br />
El <strong>México</strong> profundo, entre tanto, resiste<br />
ap<strong>el</strong>ando a las estrategias más diversas según<br />
las circunstancias de denominación a que es<br />
sometido. No es un <strong>mundo</strong> pasivo, estático,<br />
sino que vive en tensión permanente. Los<br />
pueblos de <strong>México</strong> profundo crean y recrean<br />
continuamente su cultura, la ajustan a las<br />
presiones cambiantes, refuerzan sus ámbitos<br />
propios y privados, hacen suyos <strong>el</strong>ementos<br />
culturales ajenos para ponerlos a su servicio,<br />
reiteran cíclicamente los actos colectivos que<br />
son una manera de expresar y renovar su<br />
identidad propia; callan o se reb<strong>el</strong>an, según<br />
una estrategia afinada por siglos de<br />
resistencia.<br />
En los momentos actuales, cuando <strong>el</strong> proyecto<br />
d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario se resquebraja y hace<br />
agua por todas partes, resulta indispensable<br />
repensar <strong>el</strong> país y su proyecto. Sería<br />
irresponsable y suicida pretender hallar<br />
soluciones a la crisis sin tomar en cuenta lo<br />
que realmente somos y lo que realmente<br />
tenemos para salir ad<strong>el</strong>ante. No podemos<br />
seguir manteniendo los ojos cerrados ante <strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> profundo; no podemos seguir<br />
ignorando y negando <strong>el</strong> potencial que<br />
representa para <strong>el</strong> país la presencia viva de la<br />
civilización mesoamericana. No deberíamos<br />
seguir desgastando la energía y los recursos<br />
en <strong>el</strong> empeño de sustituir la realidad de la<br />
mayoría de la sociedad mexicana, en vez de<br />
crear las condiciones para que esa realidad se<br />
transforme a partir de su propia potencialidad,<br />
esa fuerza creadora que no ha podido<br />
explayarse en todos los ámbitos, porque la<br />
dominación colonial la ha negado y la ha<br />
forzado a enquistarse en la resistencia para<br />
sobrevivir.<br />
De lo que se trata, pues, cuando se propone<br />
aquí una reflexión sobre <strong>el</strong> dilema de la<br />
civilización en <strong>México</strong>, es la necesidad de<br />
formular un nuevo proyecto de nación que<br />
incorpore como capital activo todo lo que<br />
realmente forma <strong>el</strong> patrimonio que los<br />
mexicanos hemos heredado: no sólo los<br />
recursos naturales sino también las diversas<br />
formas de ententerdos y aprovecharlos, a<br />
través de conocimientos y tecnologías que son<br />
la herencia histórica de los diversos pueblos<br />
que componen la nación; no sólo la fuerza de<br />
trabajo individual de millones de<br />
compatriotas, sino las formas de organización<br />
para la producción y <strong>el</strong> consumo que persisten<br />
en <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y han hecho posible su<br />
sobrevivencia; no sólo los conocimientos que<br />
con mucho esfuerza se han ido acumulando<br />
(más que desarrollando) en <strong>México</strong> y que<br />
pertenecen a la adición occidental, sino toda<br />
la rica gama de conocimientos que son<br />
producto de la experiencia milenaria d<strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> profundo. En fin, lo que requerimos es<br />
encontrar los caminos para que florezca <strong>el</strong><br />
enorme potencial cultural que contiene la<br />
civilización negada de <strong>México</strong>, porque con es<br />
civilización, y no contra <strong>el</strong>la, es como<br />
podremos construir un proyecto real, nuestro,<br />
que desplace de una vez para siempre al<br />
proyecto d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario que está<br />
dando las pruebas finales de su invalidez.<br />
29
La presente obra está organizada en tres<br />
partes. En la primera, intento presentar una<br />
imagen general de la presencia de la<br />
civilización mesoamericana en <strong>el</strong> <strong>México</strong> de<br />
hoy. Una presencia innegable que esta en <strong>el</strong><br />
paisaje, en los nombres, en los rostros, a todo<br />
lo largo y ancho d<strong>el</strong> País. Trazo, para darle a<br />
esa presencia la profundidad histórica que le<br />
corresponde, un breve esbozo d<strong>el</strong> surgimiento<br />
y desarrollo de la civilización mesoamericana<br />
hasta <strong>el</strong> momento de la invasión europea:<br />
mucho de lo que tenemos aquí y nos será<br />
indispensable para construir <strong>el</strong> futuro, tiene<br />
tras de sí una historia milenaria. La atención<br />
se centra, después, en la descripción apretada<br />
y sintética de la civilización mesoamericana tal<br />
como vive hoy en la cultura de los pueblos<br />
indios: es un esfuerzo por construir una<br />
imagen unitaria, por encima de las<br />
particularidades que expresan <strong>el</strong> carácter<br />
individual de cada cultura concreta. Al mismo<br />
tiempo, hago <strong>el</strong> intento de mostrar la<br />
coherencia interna de las culturas de estirpe<br />
mesoamericana, que se explica porque los<br />
pueblos que participan de <strong>el</strong>las conservan una<br />
cosmovisión en la que están implícitos los<br />
valores más profundos de la civilización<br />
mesoamericana, los que conforman la matriz<br />
cultural que da sentido a todos sus actos.<br />
A continuación se explora la presencia de la<br />
civilización mesoamericana en otros grupos de<br />
la sociedad mexicana que no se reconocen a sí<br />
mismos como indios. Aquí se pone en<br />
evidencia la desindianización, esto es, la<br />
pérdida de la identidad colectiva original como<br />
resultado d<strong>el</strong> proceso de dominación colonial.<br />
El cambio de identidad, sin embargo, no<br />
implica necesariamente la pérdida de la<br />
cultura india, como lo prueba la realidad de<br />
las comunidades campesinas tradicionales que<br />
se identifican como mestizas. Aun en las<br />
ciudades, bastiones históricos d<strong>el</strong> poder<br />
colonizador, es posible hallar la presencia de<br />
la cultura india, que se manifiesta en diversas<br />
formas, unas que provienen de procesos<br />
antiguos (la existencia de los barrios indios), y<br />
otras que resultan de fenómenos sociales más<br />
recientes (la inmigración d<strong>el</strong> campo a la<br />
ciudad).<br />
La primera parte concluye con una rápida<br />
visión de lo que ocurre en otros sectores de la<br />
sociedad mexicana, aquéllos que encarnan al<br />
<strong>México</strong> imaginario propulsor d<strong>el</strong> proyecto<br />
30<br />
civilizatorio occidental. No se intenta más que<br />
representar algunos rasgos de la cultura de<br />
esos grupos, particularmente los que rev<strong>el</strong>an<br />
su r<strong>el</strong>ación contradictoria con <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
profundo, ya que <strong>el</strong> énfasis se ha puesto en<br />
secar a la luz <strong>el</strong> rostro oculto de la gran masa<br />
de la población cuya vida está organizada en<br />
torno a una matriz cultural mesoamericana.<br />
La imagen de <strong>México</strong> que se obtiene con esta<br />
esquemática radiografía nos muestra un país<br />
heterogéneo y plural, con una gran variedad<br />
de culturas que no forman una secuencia<br />
continua, esto es, que no se trata de<br />
sociedades con distintos grados de desarrollo<br />
dentro de una escala común; lejos de <strong>el</strong>lo: lo<br />
que se perfila nítidamente es la división entre<br />
formas culturales que corresponden a dos<br />
civilizaciones diferentes, nunca fusionadas<br />
aunque sí interpenetradas. Los vínculos entre<br />
estos dos universos culturales son los que<br />
corresponden a una situación de<br />
denominación en la que <strong>el</strong> sector d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario intenta subordinar a sus proyectos<br />
al resto de la población. He ahí <strong>el</strong> dilema de la<br />
cultura mexicana que nos introduce a la<br />
segunda parte.<br />
Ahora se trata de entender cómo llegamos a<br />
donde estamos, cuáles son las líneas<br />
principales d<strong>el</strong> proceso histórico que ha<br />
conducido a la sociedad mexicana a negar la<br />
parte sustancial de sí misma y a emprender<br />
reiteradamente un proyecto de sustitución y<br />
no de desarrollo. No intento hacer un resumen<br />
puntual de la historia de los últimos cinco<br />
siglos; busco tan sólo destacar tendencias<br />
generales y momentos clave que ayudan a<br />
explicar la persistencia de un proyecto<br />
externo, colonial, que se ha actualizado pero<br />
que no ha cambiado sustancialmente desde<br />
que los criollos novohispanos comenzaron a<br />
imaginar la independencia hasta nuestros<br />
días. Ese recuento s<strong>el</strong>ectivo de la historia nos<br />
permite entender, por otra parte, las diversas<br />
maneras en que se ha agredido a los pueblos<br />
de estirpe mesoamericana y a sus culturas, en<br />
<strong>el</strong> secular empeñó por negarlos y someterlos<br />
al orden propuesto por los sucesivos grupos<br />
dominantes.<br />
Para concluir esa sección se expone de<br />
manera sucinta la respuesta d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
profundo a la dominación colonial. Las formas<br />
de resistir han sido muy variadas, desde la
defensa armada y la reb<strong>el</strong>ión hasta <strong>el</strong> apego<br />
aparentemente conservador a las prácticas<br />
tradicionales. He intentado mostrar que todas<br />
esas formas de resistencia son finalmente<br />
facetas de una misma lucha, permanente,<br />
tenaz: la lucha de cada pueblo y de todos en<br />
conjunto por segur siendo <strong>el</strong>los mismos; su<br />
decisión de no renunciar a ser los<br />
protagonistas de su propia historia.<br />
La parte final está destinada a proponer una<br />
reflexión sobre la situación actual y <strong>el</strong> futuro<br />
de <strong>México</strong>, a partir de lo expuesto en los<br />
capítulos anteriores. Intento presentar <strong>el</strong> país<br />
que heredamos en dos vertientes: la quiebra<br />
d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de desarrollo que se venia<br />
impulsando, con sus desastrosas<br />
consecuencias y los p<strong>el</strong>igros inmenentes que<br />
implicaría empeñarse en sacarlo una vez más<br />
ad<strong>el</strong>ante; y la otra cara de la medalla: lo que<br />
sí tenemos y con lo que deberemos construir<br />
muestro verdadero futuro. A partir de esas<br />
consideraciones se plantean las opciones<br />
posibles para construir un nuevo proyecto<br />
manional, que debe estar enmarcado en un<br />
proyecto civilizatorio que haga explícita<br />
nuestra realidad, no que la oculte. Son<br />
apuntes para un debate in<strong>el</strong>udible y urgente,<br />
en <strong>el</strong> que es necesario poner en primer<br />
término la cuestión de la democracia. Pero no<br />
la democracia formal, dócil y torpemente<br />
calcada de occidente, sino la democracia real,<br />
la que debe derivarse de nuestra historia y<br />
responder a la composición rica y variada de<br />
la sociedad mexicana. Este es, también, un<br />
problema de civilización.<br />
Este libro fue preparado y escrito entre mayo<br />
de 1985 y abril de 1987 y su redacción fue mi<br />
tarea principal, durante ese lapso, como<br />
investigador d<strong>el</strong> Centro de Investigaciones y<br />
Estudios <strong>Superior</strong>es de Antropología Social.<br />
Durante <strong>el</strong> primer año me dediqué a construir<br />
un mod<strong>el</strong>o de análisis que me permitiera<br />
aproximarme con mayor claridad al tema y<br />
me sirviera como hilo conductor que le diera<br />
unidad a una obra que toca tantos y tan<br />
variados aspectos de la realidad histórica y<br />
presente de <strong>México</strong>. El mod<strong>el</strong>o analítico quedó<br />
formulado en un ensayo, “La teoría d<strong>el</strong> control<br />
cultural en <strong>el</strong> estudio de procesos étnicos”,<br />
cuya primera versión sirvió como marco de<br />
referencia para <strong>el</strong> seminario que dirifí sobre <strong>el</strong><br />
mismo tema en <strong>el</strong> Programa de Doctorado d<strong>el</strong><br />
CIESAS, entre enero y octubres de 1986; los<br />
aportes y las criticas de los participantes<br />
fueron tomados en cuenta para redactar la<br />
versión final d<strong>el</strong> aqu<strong>el</strong> ensayo.<br />
El lector encontrará algunas referencias a la<br />
teoría d<strong>el</strong> control cultural en varias secciones<br />
de este libro; sólo las indispensables para<br />
aclarar <strong>el</strong> sentido con <strong>el</strong> que se emplean aquí<br />
términos como cultura propia y cultura ajena,<br />
control cultural, procesos de resistencia,<br />
apropiación, innovación, imposición,<br />
enajenación y supresión, así como <strong>el</strong><br />
contenido que doy a los conceptos de grupo<br />
‘étnico e identidad étnica. Pero, fuera de esos<br />
párrafos aclaratorios, opté por no exponer<br />
aquí la teoría d<strong>el</strong> control cultural, aunque se<br />
halle implícita en <strong>el</strong> enfoque general de la<br />
obra. Tomé esa decisión porque escribí <strong>el</strong> libro<br />
pensando en un lector no especializado, para<br />
quien esa discusión teórica y metodológica<br />
resultaría farragosa y no aportaría nada<br />
sustancial en términos de los propósitos que<br />
me guiaron al emprender esta obra.<br />
Por la misma razón anterior he <strong>el</strong>iminado d<strong>el</strong><br />
texto las notas de pie de página y las<br />
referencias bibliográficas precisas, que<br />
tendemos a suponer que dan seriedad y<br />
prueban <strong>el</strong> rigor de un trabajo académico.<br />
Decidí redactar de una manera más libre,<br />
menos constreñida por los hábitos externos<br />
d<strong>el</strong> quehacer investigativo en las ciencias<br />
sociales, con <strong>el</strong> fin de llegar en forma más<br />
sencilla, clara y directa aun público mayor que<br />
<strong>el</strong> que está acostumbrado a leer libros<br />
académicos. El lector interesado en<br />
profundizar sobre alguno de los temas que<br />
aquí se abordan encontrará en <strong>el</strong> Apéndice<br />
algunas sugerencias para lecturas posteriores.<br />
Ese Apéndice cumple también la función de<br />
dar crédito a las principales obras de las que<br />
he tomado los datos para fundamentar esta<br />
visión de <strong>México</strong>. Sólo las principales y tal vez<br />
las de consulta más reciente, porque una obra<br />
como ésta representa, a fin de cuentas, un<br />
intento de síntesis de muchas cosas<br />
aprendidas de muy distintas fuentes a lo largo<br />
de los años. Hubiera sido tarea improba, y en<br />
<strong>el</strong> fondo inútil, tratar de precisar en detalle de<br />
dónde proceden los datos en que me baso<br />
para hacer tal o cual generalización o<br />
afirmación. Los especialistas podrán hallar sin<br />
demasiado esfuerzo los aspectos puntuales en<br />
los que un análisis global como <strong>el</strong> que aquí se<br />
intenta resulta inexacto. sólo confío en que las<br />
31
grandes líneas en que descansan mis<br />
argumentos no se vean invalidadas por las<br />
inexactitudes que difícilmente habré evitado.<br />
En otro campo, <strong>el</strong> de las ideas, sé que éste no<br />
es un libro individual, aunque sólo yo figure<br />
como autor. Es, en un doble sentido, un libro<br />
colectivo. En una vertiente, porque somos<br />
varios los que desde una perspectiva<br />
académica y política sentimos de años atrás la<br />
necesidad de explorar <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo,<br />
seguros de que en él están claves y<br />
respuestas indispensables para encontrar los<br />
caminos de un futuro mejor. He saqueado sin<br />
remordimientos alguno las reflexiones, los<br />
datos y las intuiciones de muchos colegas y<br />
amigos que van por la misma ruta; por eso<br />
este libro también es suyo, aunque sin<br />
responsabilidad alguna para <strong>el</strong>los en cuanto a<br />
fallas y limitaciones. La otro vertiente, la más<br />
sólida y rica, la conforman los millones de<br />
mexicanos que con su vida hacen vivir <strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> profundo, los que en su práctica diaria,<br />
en su pensamiento y en su esperanza,<br />
renuevan sin cesar los fundamentos que<br />
hacen posible, todavía, la convicción de que<br />
son portadores de un proyecto civilizatorio<br />
que puede también ser nuestro. De <strong>el</strong>los he<br />
querido aprender. Este balbuceo de traducción<br />
de lo que llevo aprendido, sólo puede estar<br />
dedicado a <strong>el</strong>los: a los indios de <strong>México</strong>.<br />
Advándaro y ciudad de <strong>México</strong>, 1985-1987<br />
32<br />
CIVILIZACIÓN Y ALTERNATIVAS<br />
Sustitución, fusión o pluralismo<br />
De alguna manera, tenemos que definir y<br />
echar a andar un nuevo proyecto nacional. El<br />
riesgo de no hacerlo, serbia ac<strong>el</strong>erar la<br />
descomposición interna, acentuar las<br />
contradicciones, alentar las fuerzas<br />
centrífugas, que no son convergentes sino<br />
divergentes de la propia idea de nación<br />
independiente y derribar los muros que,<br />
aunque seriamente debilitados hoy, todavía<br />
nos permiten aspirar a que la dependencia no<br />
se transforme en disolución d<strong>el</strong> país. <strong>México</strong><br />
sigue siendo viable, por su extensión, por la<br />
magnitud de su población, por su<br />
potencialidad productiva y, sobre todo, por los<br />
recursos culturales que ha sabido conservar<br />
su pueblo. Es viable; pero no lo será<br />
necesariamente si <strong>el</strong> nuevo proyecto nacional<br />
se construye al margen de nuestra realidad,<br />
ignorando los procesos históricos y de<br />
civilización que están vigentes aquí y que son<br />
resultado de una historia profunda. El<br />
proyecto nacional tiene que definirse en<br />
terminus civilizatorios.<br />
Una primera opción posible consistiría en<br />
insistir en <strong>el</strong> proyecto sustitutivo, en <strong>el</strong> que he<br />
llamado, a lo largo de esta obra, <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario. Descansa –valga repetirlo- en la<br />
convicción de que una parte sustantiva de la<br />
realidad d<strong>el</strong> país, aqu<strong>el</strong>la que proviene de la<br />
civilización mesoamericana y que conforma <strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> profundo, debe ser sustituida por una<br />
realidad distinta que se ha presentado con<br />
diferentes ropajes según Los momentos<br />
históricos d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario, pero que<br />
siempre resulta ser una versión poco<br />
maquillada de la civilización occidental. El<br />
mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> país al que se aspira está copiado<br />
en todos los casos de algún otro país al que se<br />
le reconoce la condición de avanzado, según<br />
los parámetros de la civilización occidental. En<br />
la etapa actual, <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o a perseguir es <strong>el</strong> de<br />
un país industrializado que asegure a sus<br />
habitantes niv<strong>el</strong>es de consumo cada vez más<br />
altos, particularmente consumo de bienes<br />
materiales. Las alternativas de organización<br />
política y económica para alcanzar esa meta,<br />
se presentan como opuestas e irreconciliables<br />
(capitalismo o socialismo, por ejemplo); pero<br />
los objetivos últimos son los mismos y sólo se<br />
polemiza sobre cuál camino es mejor o más<br />
corto. El proyecto civilizatorio es uno solo y se<br />
define a partir de los mismos supuestos<br />
básicos: la historia es un proceso infinito de<br />
avence rectilíneo; <strong>el</strong> vance consiste en un<br />
dominio y una capacidad de explotación de la<br />
naturaleza cada vez mayores, en beneficio d<strong>el</strong><br />
hombre; los beneficios que genera <strong>el</strong> avance<br />
se expresan y realizan en un consumo cada<br />
vez mayor; la trascendencia d<strong>el</strong> hombre se<br />
cumple en este proceso. En estos supuestos<br />
de la civilización occidental descansan sus<br />
escalas valorativas y sus definiciones: <strong>el</strong><br />
trabajo como un mal necesario que se debe<br />
reducir con <strong>el</strong> avance histórico; la naturaleza<br />
como un enemigo a vencer, porque <strong>el</strong> hombre<br />
se realiza más cuanto más se “independice”<br />
de la naturaleza; la mayor producción y <strong>el</strong><br />
mayor consumo de bienes son valores<br />
absolutos, inmanentes, que no requieren<br />
justificación alguna.
Conforme a este proyecto de civilización, no<br />
queda más remedio que aceptar que <strong>México</strong><br />
es un país atrasado y subdesarrollado. Y peor<br />
todavía: que lo será cada día más, si la<br />
distancia que nos separa de los países<br />
desarrollados de occidente continúa<br />
agrandándose, como es y ha sido la<br />
tendencia. Cada vez resulta más difícil<br />
imaginar cómo diablos vamos a llegar a ser un<br />
país de punta. Y, naturalmente, es <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
profundo, los indios, los campesinos, los<br />
marginados urbanos, los que encarnan de<br />
manera evidente <strong>el</strong> atraso y <strong>el</strong> subdesarrollo<br />
d<strong>el</strong> país. Las razones pueden discutirse: para<br />
algunos será exclusivamente la explotación a<br />
que están sujetos esos grupos, la que<br />
explique su no participación en <strong>el</strong> <strong>México</strong> “ en<br />
vías de desarrollo”; para otros la causa es la<br />
flojera, la ignorancia y la falta de iniciativa de<br />
quienes integran esos sectores. En <strong>el</strong> primer<br />
caso se señala un hecho cierto, la explotación<br />
sistemática, multifacética y brutal d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
profundo, pero se extrae una conclusión<br />
apresurada porque se deja de lado otro hecho<br />
fundamental: la existencia de una civilización<br />
diferente, que cuestiona la suposición de que,<br />
atenuada o erradicada la explotación, los<br />
integrantes de estos grupos adoptarían, sin<br />
más <strong>el</strong> proyecto occidental d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario. Por eso esta manera de analizar la<br />
situación d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo es también<br />
occidental y conduce a un proyecto<br />
sustitutivo: porque no admite más futuro que<br />
<strong>el</strong> que se deriva d<strong>el</strong> proyecto civilizatorio<br />
occidental. La segunda manera de entender <strong>el</strong><br />
problema hace lo mismo, pero de manera<br />
hipócrita y más ingenua: <strong>el</strong>imina d<strong>el</strong> análisis<br />
<strong>el</strong> problema de la explotación y no sólo le<br />
niega futuro a la civilización mesoamericana<br />
sino que le atribuye las causas d<strong>el</strong> “atraso” de<br />
quienes participan de <strong>el</strong>la.<br />
Por uno y otro camino, y por las veredas<br />
intermedias, se llega a la misma conclusión:<br />
hay que generalizar <strong>el</strong> proyecto d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario, lo que implica la sustitución de las<br />
culturas afiliadas a la civilización<br />
mesoamericana.<br />
Hoy, tras la quiebra de la ilusión, la<br />
reformulación d<strong>el</strong> proyecto sustitutivo tendría<br />
que hacerse con muchas limitaciones y<br />
vergonzantes ajustes. Hasta <strong>el</strong> momento, las<br />
acciones gubernamentales se encaminan en<br />
ese sentido, en tanto que otros pormotores y<br />
beneficiarios d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario dudan<br />
entre sumarse a ese empeño o buscar<br />
alternativas y seguridad personal en otra<br />
parte. La previsible agudización de la crisis en<br />
sus aspectos económicos y políticos ac<strong>el</strong>eraría<br />
la definición de posiciones entre quienes se<br />
obstinan en no ver otro camino que <strong>el</strong><br />
señalado por <strong>el</strong> proyecto sustitutivo de corte<br />
occidental.<br />
Habrá quienes, sin abandonar las directrices y<br />
los objetivos fundamentales d<strong>el</strong> proyecto<br />
anterior, insistan en que puede convertirse en<br />
un proyecto nacional, mestizo. En apariencia,<br />
se renuncia aquí a la sustitución, se admite<br />
que hay valores positivos en la civilización<br />
mesoamericana que deben incorporarse al<br />
proyecto nacional y se postula la fusión de<br />
civilizaciones como la vía para crear una<br />
auténtica cultura nacional (y, por tanto, un<br />
proyecto nacional legítimo y viable). En<br />
páginas anteriores he intentado mostrar la<br />
falacia de lo que se ha llamado la cultura<br />
mexicana “mestiza”; no insistiré en ese punto.<br />
Pero sí conviene recordar que la integración<br />
de dos o más culturas distintas para formar<br />
una nueva es un proceso posible, pero de muy<br />
larga duración histórica. Los factores que<br />
conducen a la cristalización de una nueva<br />
cultura no están sujetos a la voluntad de los<br />
individuos sino que resultan de amplios<br />
procesos sociales en los que intervienen<br />
sucesivamente varias generaciones. La fusión<br />
de las culturas y civilizaciones que coexisten<br />
en <strong>México</strong> puede ocurrir, pero lo seguro es<br />
que no ocurrirá en un futuro previsible y,<br />
desde luego, no será <strong>el</strong> resultado de un<br />
decreto nide las acciones de una o dos<br />
generaciones.<br />
En <strong>el</strong> fondo, tras muchas de las iniciativas y<br />
actividades encaminadas a reforzar <strong>el</strong><br />
proyecto de una cultura nacional mestiza, lo<br />
que hay es <strong>el</strong> intento de aceitar la maquinaria<br />
de imposición y expansión d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario. Se trata de remover obstáculos<br />
demasiado evidentes haciendo ciertas<br />
concesiones, más de forma que de fondo, a la<br />
práctica cultural real d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y de<br />
maquillar con un poco de color local la<br />
evidente condición occidental d<strong>el</strong> proyecto<br />
imaginario. El problema central sigue siendo<br />
<strong>el</strong> mismo: la incapacidad para reconocer y<br />
aceptar al otro, que en este caso es la otra<br />
civilización, la mesoamericana. Sin <strong>el</strong><br />
33
econocimiento y la aceptación como pasos<br />
previos, no hay manera de hablar en serio de<br />
un proyecto de fusión o mestizaje cultural.<br />
Hay otra alternativa, que parte precisamente<br />
d<strong>el</strong> reconocimiento y la aceptación de la<br />
civilización mesoamericana con todas las<br />
consecuencias que <strong>el</strong>lo implica. Este serbia un<br />
proyecto nacional organizado a partir d<strong>el</strong><br />
pluralismo cultural y en <strong>el</strong> que ese pluralismo<br />
no se entienda como obstáculo a vencer sino<br />
como <strong>el</strong> contenido mismo d<strong>el</strong> proyecto: se<br />
trata de desarrollar una nación pluricultural<br />
sin pretender que deje de ser eso: una nación<br />
pluricultural.<br />
Por supuesto, <strong>el</strong> reto no es fácil. Espero haber<br />
dado suficientes argumentos para mostrar que<br />
las diferencias entre culturas, especialmente<br />
cuando pertenecen a civilizaciones distintas,<br />
son diferencias profundas: en su orientación,<br />
en sus valores, en su sentido de<br />
trascendencia, en su concepción d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
Esa especificidad de la matriz cultural, es la<br />
que le da sentido y significado a los resgos<br />
explícitos de la cultura (la indumentaria, la<br />
“costumbre”, los modos de producir y de<br />
consumir, las aspiraciones, etc.). Como hemos<br />
visto, no sólo hay diferencias sino también<br />
contradicciones y oposiciones entre las<br />
culturas d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo y la cultura<br />
urbana y occidental dominante, porque sus<br />
expectativas ni son las mismas ni se<br />
corresponden recíprocamente en muchos<br />
aspectos importantes d<strong>el</strong> quehacer humano.<br />
Conciliar esas oposiciones es <strong>el</strong> desafió mayor<br />
de un proyecto nacional que asuma <strong>el</strong><br />
pluralismo como uno de sus contenidos<br />
fundamentales.<br />
Una nación étnicamente plural exige la<br />
anulación y la supresión de toda estructura de<br />
poder que implique la dominazión de<br />
cualquiera de los grupos (pueblos) sobre los<br />
demás. En <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong>, esto quiere<br />
decir la supresión d<strong>el</strong> orden colonial que se<br />
instauró hace 500 años y que no ha sido<br />
canc<strong>el</strong>ado hasta ahora. Significa, pues, la<br />
liberación de los pueblos y las culturas<br />
oprimidas y su actualización a través de uns<br />
participación democrática en la vida nacional,<br />
dentro de una democracia que reconozca los<br />
derechos de los individuos pero también, y de<br />
manera enfática, los derechos de las<br />
colectividades históricas. La unidad nacional<br />
34<br />
deja de ser una unidad mecánica que<br />
pretende descansar en la uniformidad y se<br />
plantea como unidad orgánica que integra<br />
sectores diferentes (no desiguales, no<br />
sometidos a r<strong>el</strong>aciones Jerárquicas), cada uno<br />
de los cuales tiene <strong>el</strong> derecho real de<br />
manejarse por sí mismo dentro de la unidad<br />
estatal que los agrupa a todos y en torno a la<br />
cual comparten ciertos propósitos e intereses<br />
comunes. Ésta es una unidad nacional más<br />
firme, por más real y más promisoria, que la<br />
unidad que se concibe como la uniformidad<br />
que niega la existencia y <strong>el</strong> derecho de los<br />
grupos que se apartan d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o adoptado.<br />
¿Qué país sería un <strong>México</strong> que reivindicara su<br />
condición pluriétnica? sería un país en <strong>el</strong> que<br />
todas las potencialidades culturales existentes<br />
tendrían la oportunidad de desarrollarse y<br />
probar su vigencia, es decir, un país con<br />
mayor número de alternativas; serbia una<br />
sociedad nacional que no renuncia a ningún<br />
segmento de los recursos que ha creado a lo<br />
largo de su historia. Serbia, en fin, una nación<br />
que vive una democracia real, consecuente<br />
con su naturaleza cultural ricamente<br />
diversificada, y serbia un país capaz, por eso,<br />
de actuar en <strong>el</strong> escenario internacional desde<br />
una posición propia y auténtica: no es lo<br />
mismo asumirse como país inferior<br />
(subdesarrollado en términos de una escala de<br />
desarrollo impuesta) a saberse un país<br />
diferente, que sostiene y afirma sus propias<br />
metas derivadas de su historia propia.<br />
Entonces, podría hablarse de una<br />
descolonización auténtica, que no consiste en<br />
p<strong>el</strong>ear por seguir <strong>el</strong> mismo camino que nos<br />
han impuesto, pero sin empujones, sino en<br />
definir y andar <strong>el</strong> camino propio.<br />
Civilización, democracia, descolonización<br />
A partir de un cierto momento de su devenir<br />
histórico, la civilización occidental adquirió, en<br />
los sucesivos centros en que alcanzó mayor<br />
desarrollo y poderío, una dinámica de<br />
expansión que ha sido acompañada siempre<br />
por la incapacidad de coexistencia con otras<br />
civilizaciones. Occidente se ve a sí mismo<br />
como portador de la civilización universal que,<br />
por su carácter único y superior, entraña la<br />
negación y la exclusión de cualquier proyecto<br />
civilizatorio diferente. La condición<br />
dependiente de los grupos y clases dirigentes<br />
hasta ahora en <strong>México</strong>, no sólo en lo
económico, sino en todos los ordenes, porque<br />
se afilian a una civilización cuyos polos de<br />
creación y centros de decisión y legitimación<br />
no están aquí ni están bajo su control, ha<br />
producido una variedad criolla de la dinámica<br />
de expansión occidental, siempre mal copiada<br />
y atrasada en r<strong>el</strong>ación con los países<br />
avanzados que le sirven de mod<strong>el</strong>o, y siempre<br />
más grosera y menos capaz de entender la<br />
modernidad como algo diferente de estar a la<br />
moda (por eso impulsa una modernidad<br />
subsidiaria y espuria).<br />
Los árabes estuvieron en España durante siete<br />
siglos y España en un país occidental y no<br />
islámico, por más que muchos rasgos de esta<br />
civilización estén presentes en las culturas de<br />
la península. Occidente irrumpió en <strong>México</strong><br />
hace 500 años y, además, tenemos 3 mil<br />
kilómetros de frontera con <strong>el</strong> país más<br />
poderoso de la civilización occidental; negar<br />
globalmente a occidente o pretender aislarnos<br />
de su presencia no sólo sería imposible: sería<br />
imbécil. El problema está en cómo asimilar los<br />
<strong>el</strong>ementos occidentales necesarios o<br />
inevitables para un proyecto nacional<br />
autónomo, sin que esa adopción implique la<br />
incorporación de otros que por su propia<br />
naturaleza y dinámica niegan la posibilidad d<strong>el</strong><br />
pluralismo. ¿Cómo fabricar y aprovechar las<br />
máquinas sin endiosar al maquinismo?, ¿cómo<br />
producir los bienes necesarios sin caer en <strong>el</strong><br />
consumismo? (para poner sólo ejemplos<br />
obvios). Desde posiciones extremas se<br />
afirmaría que esto es imposible, porque se<br />
trata de <strong>el</strong>ementos culturales surgidos a lo<br />
largo de un complejo proceso histórico y están<br />
indisolublemente ligados con los demás<br />
principios y valores de la civilización que les<br />
dio origen, la civilización occidental; est es<br />
válido para explicar <strong>el</strong> origen y la gestación de<br />
esos <strong>el</strong>ementos, pero no lleva a la conclusión<br />
necesaria de que otros pueblos no puedan<br />
fabricar máquinas con un sentido civilizatorio<br />
diferente. El problema no es: todo o nada. La<br />
cuestión tal vez deba plantearse en estos<br />
términos: debemos aprender a ver occidente<br />
desde <strong>México</strong> en vez de seguir viendo a<br />
<strong>México</strong> desde occidente.<br />
Lo anterior querría decir que es necesario<br />
modificar sustancialmente la manera en que<br />
occidente está implantado en la sociedad y la<br />
cultura de <strong>México</strong>. Su condición histórica de<br />
civilización de conquista contradice cualquier<br />
posibilidad de llevar ad<strong>el</strong>ante un proyecto<br />
plural. Tal como se presenta la civilización<br />
occidental en este país, no resulta compatible<br />
con la decisión de respetar y auspiciar <strong>el</strong><br />
desarrollo de otras culturas. En consecuencia,<br />
hay que redigerir occidenteo, para ser más<br />
preciso, hay que digerirlo por primera vez.<br />
será indispensable despojar a los <strong>el</strong>ementos<br />
necesarios de la cultura occidental d<strong>el</strong> repaje<br />
arrogante d<strong>el</strong> que están investidos por su<br />
r<strong>el</strong>ación histórica con la práctica imperial de<br />
las sociedades occidentales. Habrá que<br />
domesticar y hacer coexistentes a esos<br />
<strong>el</strong>ementos con otros de origen distinto que no<br />
pretenden seguir las líneas básicas de la<br />
civilización occidental: deben ser unos más,<br />
no los únicos ni los preponderantes. Habrán<br />
de colocarse, en última instancia, al servicio<br />
de un proyecto que no será occidental sino<br />
plural y en <strong>el</strong> que la civilización<br />
mesoamericana debe desempeñar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong><br />
protagónico.<br />
Lo anterior pasa por una renovación<br />
indispensable de la democracia, en su<br />
significado y en su instrumentación, aquí y<br />
ahora. La noción occidental de la democracia,<br />
basada en un criterio individualista formal, es<br />
insuficiente para garantizar la participación de<br />
la población en una sociedad étnicamente<br />
plural; de hecho, como se vio en un capítulo<br />
anterior, se convierte en un mecanismo que<br />
obstaculiza e impide la participación de los<br />
grupos que no comparten esa manera de<br />
entender la democracia. La democracia a la<br />
occidental ha funcionado, en <strong>México</strong>, para<br />
justificar una estructura de control cultural<br />
que limita <strong>el</strong> desarrollo de las culturas<br />
mesoamericanas. Esto hace indispensable una<br />
revisión crítica a fondo de los mecanismos de<br />
representatividad, d<strong>el</strong>egación y ejercicio d<strong>el</strong><br />
poder, con <strong>el</strong> fin de diseñar aqu<strong>el</strong>los que<br />
efectivamente aseguren que la toma de<br />
decisiones respeta y refleja la condición plural<br />
de la sociedad mexicana.<br />
Pensar una cultura nacional para una sociedad<br />
que se reconoce y se quiere plural, implica<br />
abandonar la idea de una cultura uniforme. Lo<br />
común no serán los contenidos específicos en<br />
ola cultura de los diversos pueblos que<br />
componen <strong>México</strong>; lo común será, en primer<br />
término, la voluntad de respeto y convivencia<br />
dentro de la diversidad. La cultura nacional<br />
será ese ámbito mayor de coexistencia<br />
35
fructífera en <strong>el</strong> que cada pueblo podrá<br />
desarrollarse según su propio proyecto. Las<br />
convergencias indispensables, como ya vimos,<br />
son pocas: la decisión de constituir y<br />
mantener un Estado independiente y, en<br />
consecuencia, la aceptación de las normas y<br />
los instrumentos mínimos que son requeridos<br />
para <strong>el</strong> funcionamiento de ese Estado<br />
pluriétnico.<br />
Desde la independencia, <strong>el</strong> Estado mexicano<br />
ha pretendido echarse a cuestas la tarea de<br />
crear una nación que se constataba<br />
inexistente porque no se expresaba en una<br />
sociedad uniforme. Quizás <strong>el</strong> crecimiento<br />
desmedido d<strong>el</strong> aparato estatal se deba, en<br />
gran parte, <strong>el</strong> empeño en cumplir esa tarea.<br />
Un Estado que respetara la autonomía cultural<br />
de las sociedades históricas que lo constituyen<br />
y que sólo regulase la coexistencia entre <strong>el</strong>las<br />
y manejara los asuntos generales que rebasan<br />
<strong>el</strong> ámbito interno de cada una, serbia<br />
seguramente un Estado de menor extensión y<br />
diversidad de funciones, pero a la vez más<br />
solido y eficiente. Aquí, una vez más, la piedra<br />
de toque es la democracia y lo que debe<br />
significar para los mexicanos. Un poder<br />
altamente centralizado y omnipresente es<br />
congruente con la idea de que al Estado le<br />
corresponde crear la nación y que ésta se<br />
hará según un mod<strong>el</strong>o cultural construido<br />
arriba e impuesto desde ahí al resto de la<br />
sociedad. El reconocimiento d<strong>el</strong> pluralismo, la<br />
aceptación de un proyecto plural, conlleva la<br />
descentralización real d<strong>el</strong> poder: una<br />
descentralización social de las decisiones, no<br />
una descentralización territorial de la<br />
administración.<br />
Los caminos d<strong>el</strong> pluralismo<br />
Podría parecer que al hablar de civilizaciones y<br />
proyectos civilizatorios se están manejando<br />
nociones demasiado abstractas, que poco o<br />
nada tienen que ver con la concreción de los<br />
problemas reales y las decisiones urgentes.<br />
No es así, desde luego: se trata de niv<strong>el</strong>es<br />
diferentes, pero inseparables, de la misma<br />
realidad. Mi insistencia en la dimensión<br />
civilizatoria d<strong>el</strong> problema de <strong>México</strong> se debe<br />
precisamente a que considero que ésa es la<br />
dimensión que ha estado ausente en <strong>el</strong><br />
debate, lo que impide encuadrar los<br />
problemas inmediatos y las soluciones que se<br />
proponen para <strong>el</strong>los en una perspectiva más<br />
36<br />
amplia, en la que adquieran su verdadero y<br />
profundo sentido. Por eso la adopción de un<br />
nuevo proyecto civilizatorio tiene<br />
implicaciones en nuestro quehacer inmediato:<br />
consciente o inconscientemente, todos los días<br />
estamos haciendo opciones en su favor o<br />
contra él.<br />
Cabe, por lo tanto, explorar someramente<br />
algunas de las acciones concretas que<br />
contribuirían a la puesta en marcha de un<br />
proyecto nacional pluralista, siempre sin<br />
perder de vista que <strong>el</strong> proyecto preciso, con<br />
todos sus detalles r<strong>el</strong>evantes, sólo podría<br />
construirse, dada su naturaleza, con <strong>el</strong> aporte<br />
de las distintas sociedades históricas y desde<br />
las perspectivas múltiples de sus diversas<br />
culturas. El problema de base que debe<br />
merecer nuestra atención prioritaria es: cómo<br />
crear las condiciones para la liberación de las<br />
culturas oprimidas, requisito indispensable<br />
para que, quienes participan de <strong>el</strong>las puedan<br />
participar también en condiciones de igualdad,<br />
pero sin renunciar a su diferencia, en <strong>el</strong><br />
diseño y la construcción de la nueva sociedad.<br />
Como hemos visto en repetidas ocasiones a lo<br />
largo de esta páginas, las sociedades locales<br />
de escala r<strong>el</strong>ativamente menor (aldeas,<br />
comunidades, pueblos, barrios) son los<br />
sistemas sociales que han hecho posible la<br />
continuidad d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo. Es en su<br />
seno donde se reactiva y se vive<br />
cotidianamente la civilización mesoamericana<br />
y donde se conservan sus matrices culturales.<br />
Si esto es así, se derivan dos líneas<br />
complementarias de acción dentro d<strong>el</strong><br />
proyecto nacional plural: por una parte, es<br />
indispensable reconocer y reforzar a las<br />
comunidades locales como las células<br />
constitutivas fundamentales en la<br />
organización d<strong>el</strong> Estado; por la otra, es<br />
necesario generar las condiciones que<br />
permitan construir o reconstruir, desde abajo,<br />
es decir, a partir de esas mismas<br />
comunidades, los niv<strong>el</strong>es de organización<br />
social más amplios que hagan posible <strong>el</strong><br />
desarrollo de las culturas locales.<br />
La primera línea está orientada a reforzar las<br />
comunidades locales y ampliar los ámbitos de<br />
su cultura propia. Implica, para comenzar,<br />
una revisión de las actuales divisiones<br />
administrativas territoriales para ajustarlas a<br />
la territorialidad de las comunidades reales.
Ya se mencionó en otra parte que en muchos<br />
casos no existe esa correspondencia, porque<br />
las divisiones administrativas han sido<br />
definidas e impuestas casi siempre por<br />
intereses que nada tienen que ver con la<br />
trayectoria histórica y la constitución de las<br />
comunidades: los límites municipales y<br />
ejidales fragmentan con frecuencia a una<br />
comunidad original; los barrios se ignoran<br />
como base social y espacial d<strong>el</strong> gobierno de<br />
las ciudades y se atenta contra su integridad<br />
mediante medidas urbanísticas que responden<br />
a la moda, a la corrupción, o a una visión<br />
tecnocrática derivada de mod<strong>el</strong>os ajenos. La<br />
restitución de una territorialidad local que esté<br />
determinada por las necesidades y la historia<br />
de sistemas sociales reales, resulta ser una de<br />
las primeras condiciones para dar paso al<br />
proyecto nacional plural.<br />
Reorganizar la división territorial de acuerdo<br />
con la realidad de los sistemas sociales<br />
existentes no es la finalidad última. El<br />
reconocimiento de la territorialidad es<br />
necesario, en primer término, para asegurar a<br />
las comunidades locales <strong>el</strong> espacio fisico que<br />
requieren como ámbito inmediato bajo su<br />
control directo que haga posible <strong>el</strong> desarrollo<br />
de sus proyectos comunales; pero de igual o<br />
mayor importancia, lo que se busca es<br />
reconocer la base territorial de las unidades<br />
sociopolíticas básicas que constituyen <strong>el</strong><br />
Estado mexicano. Esto implica que una nueva<br />
organización d<strong>el</strong> territorio nacional expresaría<br />
un primer niv<strong>el</strong>, fundamental, de la división<br />
d<strong>el</strong> poder. En consecuencia, se trata de que<br />
las sociedades locales históricas sean<br />
reconocidas también como unidades políticas<br />
legítimas y tengan capacidad de decisión en<br />
un espectro cada vez más amplio de los<br />
asuntos que les conciernen.<br />
Para alcanzar lo anterior como parte de un<br />
proyecto plural, será necesario respetar las<br />
formas internas de organización social y<br />
abandonar <strong>el</strong> esquema actual que sólo admite<br />
(o, más bien, impone) una estructura de<br />
gobierno local, con normas y procedimientos<br />
iguales para todos. ¿Hay alguna razón<br />
definitiva para que las comunidades que han<br />
<strong>el</strong>aborado y mantenido otras formas de<br />
asignación y legitimación de la autoridad local,<br />
según sus propios procedimientos, se vean<br />
obligadas a adoptar un sistema diferente?, ¿es<br />
necesario, por ejemplo, que la autoridad local<br />
se <strong>el</strong>ija cada tres años en vez de renovarse<br />
anualmente, como sucede tradicionalmente en<br />
muchas comunidades?, ¿es <strong>el</strong> voto universal,<br />
directo y secreto (que de hecho ni se practica<br />
ni se respeta en gran parte de las localidades<br />
d<strong>el</strong> país) una manera intrínsecamente superior<br />
para alcanzar la autoridad, que <strong>el</strong> escalafón de<br />
cargos al servicio de la comunidad? Muchas de<br />
las causas que han debilitado y puesto en<br />
crisis las formas de gobierno indígenas, se<br />
originan precisamente en la decisión externa<br />
de no renocerlas: si los presupuestos locales y<br />
municipales, por ejemplo, y las<br />
correspondientes decisiones sobre obras<br />
públicas, educación, justicia civil y otros<br />
asuntos comunales, se manejaran a través de<br />
los sistemas tradionales de autoridad,<br />
desaparecerían los motivos que hoy llevan a<br />
mucha gente a evitar ser <strong>el</strong>egidos para un<br />
cargo anual dentro d<strong>el</strong> escalafón. El<br />
reforzamiento de ese sistema, contra lo que<br />
podría suponerse, no se traduciría en<br />
rigidización y estancamiento en <strong>el</strong> manejo de<br />
los asuntos de la comunidad; por lo contrario,<br />
la recuperación efectiva de funciones que la<br />
dominación colonial ha sustraído a las formas<br />
tradicionales de gobierno, llevaría a la<br />
dinamización de éstas, a su actualización, que<br />
ha sido impedida por las presiones externas<br />
que no dejan otra salida que la resistencia y <strong>el</strong><br />
“conservatismo”. Hay casos documentados de<br />
cómo, por ejemplo, los jóvenes llegan a<br />
adquirir una posición legítima de autoridad,<br />
cuando las circunstancias lo recomiendan,<br />
modificando la tendencia gerontocrática de los<br />
sistemas de cargos, pero sin que esto<br />
signifique un rompimiento y sí una renovación<br />
de la capacidad de las comunidades para<br />
autogobernarse según su propio proyecto.<br />
Hay también experiencias, todavía aisladas,<br />
de lucha política por <strong>el</strong> reconocimiento de las<br />
formas propias de gobierno local, lo que<br />
prueba una nueva toma de conciencia sobre<br />
estos problemas.<br />
El proceso no estará exento de dificultades. Es<br />
fácil prever que en muchos casos habrá una<br />
etapa inicial en la que ciertos intereses no<br />
comunitarios (caciques de distintos sabores y<br />
colores) intentarán aprovechar su poder y<br />
aumentar sus beneficios y privilegios. Pero la<br />
decisión de devolver a las comunidades un<br />
control cultural más amplio y efectivo sobre<br />
sus propios asuntos desatará<br />
simultáneamente las fuerzas internas capaces<br />
37
de enfrentar ese riesgo. En la medida en que<br />
las comunidades recuperen <strong>el</strong> control de su<br />
cultura dispondrán de mejores y más<br />
poderosos recursos para <strong>el</strong>iminar intereses<br />
que les han sido impuestos históricamente y<br />
que resultan ajenos y contrarios a su propio<br />
proyecto.<br />
Todos los procesos culturales que hasta ahora<br />
y durante 500 años han estado sólo al servicio<br />
de la resistencia y la sobrevivencia d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
profundo, podrán orientarse hacia la<br />
renovación y <strong>el</strong> desarrollo de las culturas<br />
locales. Éste será un proceso endógeno, no<br />
impuesto desde afuera, en <strong>el</strong> que, sin<br />
embargo, las comunidades podrán<br />
aprovechar, por decisión propia, muchos de<br />
los <strong>el</strong>ementos culturales que hoy pertenecen<br />
sólo a la sociedad dominante. Las<br />
comunidades no han tenido acceso a esos<br />
<strong>el</strong>ementos porque lo ha impedido <strong>el</strong> sistema<br />
de dominación y exclusión; o bien, han debido<br />
rechazarlos porque se pretendió imponérs<strong>el</strong>os<br />
como parte d<strong>el</strong> mismo sistema. La<br />
recuperación de su propio control cultural<br />
modificaría diametralmente esa situación.<br />
La gama de acciones que podrían<br />
emprenderse a escala local, a medida que las<br />
comunidades ampliaran los espacios culturales<br />
bajo su control sería muy amplia y resultaría,<br />
en primer término, de iniciativas locales. Pero<br />
sin duda <strong>el</strong> proceso sería más ac<strong>el</strong>erado, si se<br />
pusiera en marcha una política general de<br />
apoyo y estímulo, para la cual se cuenta ya<br />
con experiencias significativas. Sería necesario<br />
revisar a fondo la política educativa a fin de<br />
dejar en manos de las comunidades una<br />
cantidad cada vez mayor de decisiones sobre<br />
los contenidos, los métodos y, en general, la<br />
organización y <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> sistema<br />
escolar. Sería indispensable destinar fondos y<br />
créditos suficientes para apoyar <strong>el</strong><br />
financiamiento de proyectos productivos<br />
autogestionados, sin pretender sujetarlos a<br />
los rígidos criterios economicistas d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario. Todo esto exige almo más que<br />
“tomar en cuenta” la opinión de las<br />
comunidades: De lo que se trata es de<br />
aceptar y respetar sus decisiones. Para <strong>el</strong>lo,<br />
no debe olvidarse <strong>el</strong> hecho fundamental de<br />
que las comunidades d<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo han<br />
estado sujetas durante siglos a la opresión<br />
colonial, con todas las consecuencias internas<br />
que esa opresión produce y que han sido<br />
38<br />
mencionadas a lo largo de esta obra; <strong>el</strong>lo<br />
obliga, sien vedad se desea impulsar un<br />
proyecto nacional pluralista, a intensificar<br />
decididamente las acciones encaminadas a<br />
favorecer la recuperación y actualización de<br />
las culturas locales. Uno de los puntos clave<br />
de esa tarea, será la capacitación amplia e<br />
intensiva de nuevos actores comunitarios que<br />
estén en condiones de hacer uso de las<br />
oportunidades que abriría la recuperación d<strong>el</strong><br />
control cultural, sin que su capacitación<br />
llevara a su desarraigo ni a la renuncia a su<br />
cultura. Los nuevos actores (promotores, en <strong>el</strong><br />
sentido más vasto d<strong>el</strong> término) deberían<br />
formarse para la revaloración de su cultura y<br />
para estar desde esa perspectiva en<br />
condiciones de facilitar la apropiación crítica<br />
de <strong>el</strong>ementos culturales ajenos. Es un proceso<br />
semejante y complementario d<strong>el</strong> que he<br />
planteado a escala nacional; aquí se trata de<br />
ver occidente desde la comunidad y dejar de<br />
ver la comunidad con la óptica de occidente.<br />
Hasta aquí he puesto <strong>el</strong> énfasis en la<br />
comunidad local, célula fundamental d<strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> profundo y sustento indispensable d<strong>el</strong><br />
proyecto nacional pluralista. Pero la<br />
revitalización cultural de las comunidades, no<br />
basta para alentar un proceso civilizatorio,<br />
porque éste exige incidir sobre otros niv<strong>el</strong>es<br />
de la organización d<strong>el</strong> Estado nacional. Ya se<br />
mencionó en repetidas ocasiones que uno de<br />
los efectos más destructivos de la dominación<br />
colonial ha sido la reducción d<strong>el</strong> ámbito social<br />
de la civilización mesoamericana a los límites<br />
estrechos de la comunidad local. Y no se trata<br />
de recuperar una civilización aldeana, sino de<br />
reconstruir los espacios necesarios para <strong>el</strong><br />
desarrollo de una civilización actualizada,<br />
vigente hoy y proyectada hacia <strong>el</strong> futuro.<br />
En <strong>el</strong> campo de la reconstitución d<strong>el</strong> Estado,<br />
es decir, en la definición de las unidades<br />
sociopolíticas cuya existencia se reconoce y<br />
que lo integran legítimamente, no serbia<br />
suficiente <strong>el</strong> reordenamiento de la división<br />
territorial para adecuarla a los límites de las<br />
sociedades históricas locales. Es necesario ir<br />
Más a fondo. Porque se trata de reparar las<br />
consecuencias de una historia colonial. Hay<br />
que recrear estructuras sociales más amplias<br />
que las locales, para dar <strong>el</strong> marco requerido al<br />
impulso civilizatorio que pervive recluido en<br />
las comunidades. No se necesita recordar<br />
mucho para reconocer que la creación y la
d<strong>el</strong>imitación actual de los estados que forman<br />
la federación han sido resultadas, en la<br />
inmensa mayoría de los casos, de decisiones y<br />
acomodamientos muy recientes, hablando en<br />
términos históricos. Y que esa división no está<br />
sustentada, salvo excepciones, ni en una<br />
continuidad histórica profunda ni en la<br />
distribución real de la población que sí la<br />
tiene, No hay un estado huasteco, ni maya, ni<br />
otomí, que tendrían una razón muy antigua<br />
para existir y que constituirían niv<strong>el</strong>es de<br />
organización social y política indispensables<br />
para que esos pueblos actualizaran sus<br />
propios proyectos civilizatorios. No se trata de<br />
un problema que se resu<strong>el</strong>va solamente con<br />
una redefinición de límites estatales. El asunto<br />
va mucho más allá: al reconocer <strong>el</strong><br />
fundamento étnico de esas unidades políticas<br />
(estados, distritos, municipios, según <strong>el</strong> caso)<br />
se estaría afirmando su derecho a organizar<br />
su vida interna y su participación en los<br />
asuntos nacionales en función d<strong>el</strong> proyecto<br />
histórico particular que esta implícito en la<br />
tradición cultural que se reconoce<br />
internamente como la tradición rectora, la que<br />
define y sustenta a ese proyecto histórico. No<br />
es, entonces, un simple cambio de nombres ni<br />
tan sólo un asunto de límites entre los<br />
estados: es la decisión de que los pueblos d<strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> profundo dispongan de niv<strong>el</strong>es de<br />
organización política más amplios y complejos<br />
que <strong>el</strong> de la comunidad local, para que estén<br />
en condiciones de aumentar cualitativamente<br />
su capacidad de reconstrucción y desarrollo<br />
culturales.<br />
Es indispensable la estructuración de niv<strong>el</strong>es<br />
de organización social de mayor amplitud para<br />
asegurar <strong>el</strong> florecimiento de las culturas<br />
mesoamericanas. No es lo mismo respetar <strong>el</strong><br />
derecho de autodeterminación a niv<strong>el</strong><br />
comunal, que hacerlo con una estructura<br />
política superior. Muchos proyectos no pueden<br />
cumplirse en <strong>el</strong> marco limitado de la<br />
comunidad local, porque requieren una<br />
participación y un aporte de <strong>el</strong>ementos<br />
culturales que rebasan esas fronteras.<br />
Algunos pueblos indios de <strong>México</strong> han sido<br />
destruidos hasta <strong>el</strong> grado de quedar reducidos<br />
a una sola comunidad; pero son muchos los<br />
que abarcan gran número de comunidades<br />
locales, aunque hoy estén r<strong>el</strong>ativamente<br />
aisladas entre sí. El proyecto es retomar <strong>el</strong><br />
hilo de la historia suspendida temporalmente<br />
por la dominación colonial y favorecer, en las<br />
condiciones que imponen y permiten los<br />
albores d<strong>el</strong> siglo XXI, la reconstitución de<br />
pueblos viables. Esto tiene que ver, de nuevo,<br />
con <strong>el</strong> problema de la democracia nuestra: es<br />
indispensable garantizar la representación<br />
efectiva de esos pueblos en todas las<br />
instancias de decisión d<strong>el</strong> gobierno nacional.<br />
Hay una profunda irracionalidad en <strong>el</strong> hecho<br />
de que existan dos senadores por cada uno de<br />
muchos estados creados autoritariamente al<br />
calor de circunstancias coyunturales recientes,<br />
mientras que los millones de integrantes de<br />
los pueblos indios no tienen asegurada su<br />
representación en los cuerpos legislativos; su<br />
representación en tanto pueblos<br />
diferenciados, y con legitimidad histórica, no<br />
la supuesta representación en base al voto<br />
individual “universal”.<br />
En la situación actual, las posibilidades de que<br />
prosperen cambio legislativos y estructurales<br />
que reconozcan la pluralidad y apoyen <strong>el</strong><br />
desarrollo de las culturas locales y la<br />
civilización mesoamericana son muy remotas,<br />
porque no existe la representación auténtica<br />
de esos pueblos; y sus asuntos e intereses,<br />
cuando llegan a percibirse, lo son desde la<br />
perspectiva única d<strong>el</strong> proyecto dominante de<br />
nación, bajo la óptica impuesta de occidente.<br />
Es urgente romper esa mediatización colonial.<br />
Es urgente dar la voz al <strong>México</strong> profundo. Y<br />
escucharla.<br />
El dilema inevitable<br />
He querido mostrar que <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo,<br />
portador de la civilización negada, encarna <strong>el</strong><br />
producto decantado de un proceso<br />
ininterrumpido que tiene una historia<br />
milenaria: <strong>el</strong> proceso civilizatorio<br />
mesoamericano. Durante los últimos cinco<br />
siglos (apenas un momento en su larga<br />
trayectoria) los pueblos mesoamericanos han<br />
vivido sometidos aun sistema de opresión<br />
brutal que afecta todos los aspectos de su<br />
vida y sus culturas. Los recursos de la<br />
dominación colonial han sido múltiples y han<br />
variado en <strong>el</strong> transcurso d<strong>el</strong> tiempo; pero <strong>el</strong><br />
estigma, la violencia y la negación han sido<br />
las constantes. A pesar de <strong>el</strong>lo, la civilización<br />
mesoamericana esta presente y viva, no sólo<br />
en los pueblos que mantienen su identidad<br />
propia y afirman su diferencia, sino también<br />
en amplios sectores mayoritarios de la<br />
sociedad mexicana que no se reconocen a si<br />
39
mismos como indios pero que organizan su<br />
vida colectiva a partir de una matriz cultural<br />
de origen mesoamericano. Todos <strong>el</strong>los forman<br />
<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo, sistemáticamente<br />
ignorado y negado por <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario<br />
que tiene <strong>el</strong> poder y asumer como <strong>el</strong> portador<br />
d<strong>el</strong> único proyecto nacional válido.<br />
He intentado trazar, más con instantes<br />
rev<strong>el</strong>adores que con la pretensión de seguir<br />
una secuencia rigurosa, la crónica d<strong>el</strong> desastre<br />
y <strong>el</strong> memorial de la ignominia. Crónica d<strong>el</strong><br />
desastre, por cuanto la quiebra actual de las<br />
ilusiones acariciadas por <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario<br />
no es un mero tropiezo atribuible a<br />
circunstancias externas, sino <strong>el</strong> resultado<br />
inevitable de una larga historia de<br />
empecinamiento en <strong>el</strong> propósito de sustituir la<br />
realidad de <strong>México</strong> por otra torpemente<br />
imitada según mod<strong>el</strong>os de occidente.<br />
Memorial de la ignominia, porque es<br />
indispensable ver y entender la historia desde<br />
<strong>el</strong> otro lado, en <strong>el</strong> que están los pueblos que<br />
han vivido la violencia cotidiana, la<br />
explotación, <strong>el</strong> desprecio, la exclusión; los<br />
pueblos a los que se ha tratado de someter a<br />
un proyecto de civilización que ni es <strong>el</strong> suyo ni<br />
los admite. El memorial de esta historia, aquí<br />
apenas esbozado, es un <strong>el</strong>emento de<br />
contraste indispensable para equilibrar la<br />
visión de todos sobre <strong>México</strong>; es la otra pierna<br />
sin la cual no podríamos emprender la marcha<br />
por ningún camino.<br />
He procurado poner en evidencia que la crisis<br />
de hoy no es la crisis de <strong>México</strong> sino tan sólo<br />
la quiebra de un mod<strong>el</strong>o de desarrollo que<br />
ignoraba al <strong>México</strong> profundo. Que tenemos<br />
recursos naturales suficientes, no inagotables,<br />
y disponemos de una gran diversidad de<br />
sistemas culturales a través de los cuales, en<br />
distintas formas, esos recursos se convierten<br />
en <strong>el</strong>ementos útiles para hacer más plena la<br />
vida humana, según las aspiraciones de<br />
realización implícitas en cada cultura en cada<br />
cultura. Paral<strong>el</strong>amente quise señalar cómo los<br />
empeños por imponer un mod<strong>el</strong>o<br />
Único llevan a no aprovechar lo que tenemos<br />
y provocan una situación de esquizofrenia en<br />
la que la realidad marcha por su rumbo<br />
mientras que <strong>el</strong> proyecto nacional sigue <strong>el</strong><br />
suyo, imaginario.<br />
40<br />
He pretendido, en fin, mostrar que ante la<br />
quiebra de la ilusión es necesario volver la<br />
vista hacia nosotros mismos y encontrar<br />
cuáles son nuestras fuerzas, cuáles nuestros<br />
recursos y capacidades, para formular un<br />
proyecto nacional auténtico y por auténtico,<br />
viable: los planos y los materiales para<br />
construir nuestro hogar común.<br />
La conclusión, a mi ver, no puede ser otra que<br />
la de proponernos construir una nación plural,<br />
en la que la civilización mesoamericana,<br />
encarnada en una gran diversidad de culturas,<br />
tenga <strong>el</strong> lugar que le corresponde y nos<br />
permita ver a occidente desde <strong>México</strong>, es<br />
decir, entenderlo y aprovechar sus logros<br />
desde una perspectiva civilizatoria que nos es<br />
propia porque ha sido forjada en este su<strong>el</strong>o,<br />
paso a paso, desde la más remota<br />
antigüedad; y porque esa civilización no está<br />
muerta sino que alienta en las entrañas d<strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> profundo. La adopción de un proyecto<br />
pluralista, que reconozca la vigencia d<strong>el</strong><br />
proceso civilizatorio mesoamericano, nos hará<br />
querer ser lo que realmente somos y podemos<br />
ser: un país que persigue sus propios<br />
objetivos, que tiene sus metas propias<br />
derivadas de su historia profunda. Al afirmar<br />
nuestra diferencia, hacia <strong>el</strong> interior y hacia <strong>el</strong><br />
exterior, estaremos negando radicalmente la<br />
pretendida hegemonía de occidente que<br />
descansa en <strong>el</strong> supuesto de que la diferencia<br />
equivale a desigualdad y lo diferente es, por<br />
definición, inferior.<br />
Finalmente, la intención de estas páginas ha<br />
sido plantear que <strong>el</strong> problema de la civilización<br />
no puede ser visto como un problema<br />
intranscendente o en todo caso postergable<br />
dadas las circunstancias actuales. He querido<br />
insistir en que es <strong>el</strong> problema, porque en él se<br />
define <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de sociedad que vamos a<br />
construir. Las decisiones que inevitablemente<br />
habremos de tomar para reorientar al país<br />
constituyen una opción de proyecto<br />
civilizatorio, más allá d<strong>el</strong> debate político<br />
inmediato que no osa rebasar los límites d<strong>el</strong><br />
proyecto occidental, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario.<br />
Si en alguna medida estas páginas estimulan<br />
al lector a la reflexión sobre estos problemas<br />
(esté o no de acuerdo con lo aquí planeado),<br />
habrán complico <strong>el</strong> propósito con que fueron<br />
escrita.
CULTURA NACIONAL Y<br />
UNIVERSAL<br />
Fernández, Paz Fernando (1999)<br />
El <strong>México</strong> imaginario de Bonfil y Bartha<br />
El antropólogo Guillermo Bonfil en su conocida<br />
obra <strong>México</strong> profundo plantea <strong>el</strong> dilema de<br />
nuestro país: <strong>el</strong> enfrentamiento entre dos<br />
civilizaciones que coexisten sin llegar a<br />
constituirse en una sola y auténtica cultura<br />
nacional. Considera Bonfil que <strong>México</strong> no<br />
podrá superar su actual crisis mientras los<br />
problemas no se enmarquen desde la<br />
perspectiva que propone, la de formular un<br />
nuevo proyecto nacional pluralista en lugar d<strong>el</strong><br />
proyecto civiliza torio hasta ahora aplicado, <strong>el</strong><br />
occidental, sobre la base d<strong>el</strong> cual se ha<br />
construido <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario y se ha<br />
r<strong>el</strong>egado a la civilización mesoamericana o sea<br />
<strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo.<br />
Por su parte <strong>el</strong> también antropólogo Roger<br />
Bartra en su ensayo La jaula de la m<strong>el</strong>ancolía<br />
se propone mostrar en forma humorista y con<br />
fina ironía <strong>el</strong> cómo los estudios sobre <strong>el</strong><br />
carácter de lo mexicano no son más que una<br />
expresión de la cultura política hegemónica, la<br />
cual a través de redes imaginarias de poder<br />
ha creado los sujetos de la cultura nacional.<br />
Para poder penetrar en los mitos sobre <strong>el</strong><br />
carácter de lo mexicano utiliza la figura axilote<br />
o lo que llama <strong>el</strong> “canon d<strong>el</strong> axolote,”<br />
metáfora de la cultura política mexicana.<br />
De esta manera estos dos antropólogos<br />
presentan su propia visión sobre la cultura<br />
mexicana, Bonfil desde la óptica de un<br />
conflicto de civilizaciones y Bartra desde la<br />
crítica ingeniosa a los pensadores mexicanos<br />
que han colaborado conciente o<br />
inconscientemente a reforzar los estereotipos<br />
de lo mexicano. Los dos pretenden, cada uno<br />
con su propio estilo, provocar la reflexión<br />
sobre la existencia de un <strong>México</strong> imaginario o<br />
imaginado que suplanta la gerencia real de<br />
una cultura nacional, Para <strong>el</strong> primero se trata<br />
de un complejo conflicto de civilizaciones aún<br />
no resu<strong>el</strong>to mientras que para <strong>el</strong> segundo es<br />
la manipulación d<strong>el</strong> mito d<strong>el</strong> nacionalismo<br />
revolucionario por parte d<strong>el</strong> estado mexicano<br />
moderno para legitimarse y perpetuarse en <strong>el</strong><br />
poder.<br />
Son, pues, dos puntos de vista distintos que<br />
sin embargo coinciden en algunos aspectos,<br />
como en su crítica a la cultura política<br />
predominante y su carencia de democracia.<br />
Analizar algunas de las hipótesis de estos dos<br />
antropólogos sobre lo imaginario de la cultura<br />
mexicana es la intención de este ensayo, <strong>el</strong><br />
cual estará limitado por los requerimientos<br />
naturales de espacio y tiempo de todo trabajo<br />
académico, así como <strong>el</strong> conocimiento d<strong>el</strong> autor<br />
en temas antropológicos.<br />
La mesoamericana, ¿una civilización viva<br />
o muerta?<br />
Guillermo Bonfil hace hincapié en que, ha<br />
pesar de ser una cultura milenaria, se rechaza<br />
a la cultura mesoamericana debido al intenso<br />
y continuo proceso de “desindianización” que<br />
ha sido impuesto por parte de las minorías<br />
dominantes desde la Conquista hasta nuestros<br />
días. Sin embargo objeta que lo indio está<br />
presente y vivo en los nombres geográficos,<br />
en los resotros de los mexicanos y en las<br />
tradiciones, sobre todo de los campesinos. La<br />
razón por la que se pretenda ocultar e ignorar<br />
<strong>el</strong> rostro indio de <strong>México</strong> es porque no se<br />
admite una vinculación real con la civilización<br />
mesoamericana pues “la presencia rotunda e<br />
inevitable de nuestra ascendencia india es un<br />
espejo en <strong>el</strong> que no queremos mirarnos.”<br />
Este “absurdo evidente” de una civilización<br />
muerta por decreto es desmentida por la<br />
existencia de los mexicanos a los que<br />
genéricamente llamamos “indios,” afirma <strong>el</strong><br />
antropólogo. Señala que en <strong>México</strong><br />
jurídicamente no se define lo indio por lo que<br />
es difícil estimar su numero actual ya que los<br />
censos se basan solamente en un rasgo, <strong>el</strong> de<br />
hablar una lengua indígena. Así, cita que en<br />
1980 eran unos cinco millones de habitantes<br />
quienes cumplían con <strong>el</strong> requisito, aunque él<br />
calculaba que eran unos ocho o diez millones,<br />
<strong>el</strong> 10 o 12.5% d<strong>el</strong> total de la población.<br />
La síntesis s<strong>el</strong>ectiva realizada por Bonfil de<br />
algunos rasgos de la cultura india no deja de<br />
ser parcial, generalizada e idealizada, lo que<br />
se comprende al conocer su intención de<br />
magnificar la herencia positiva de la<br />
civilización mesoamericana, cuya cosmovisión<br />
considera superior a la occidental al ubicar al<br />
hombre como parte d<strong>el</strong> prden cósmico y en<br />
armonía con la naturaleza. Asimismo, su<br />
41
economía orientada a la autosuficiencia le da<br />
una capacitación al individuo para realizar<br />
todo tipo de actividades. Y su organización<br />
social y política es coherente, pues los puestos<br />
de autoridad corresponden al servicio<br />
prestado a la comunidad y tienen a la vez<br />
carácter civil, r<strong>el</strong>igioso y moral.<br />
Para <strong>el</strong> antropólogo la presencia de lo indio<br />
está en casi todo <strong>el</strong> espectro social y cultural<br />
d<strong>el</strong> país distribuida en los diversos grupos y<br />
capas de la sociedad mexicana, más en las<br />
clases populares y menos en las clases altas.<br />
Una buena parte de las comunidades<br />
campesinas tradicionales que se consideran<br />
mestizas aplican costumbres indias en sus<br />
técnicas agrícolas, artesanales y formas<br />
sociales. Estas sociedades no se identifican ya<br />
como indias debido a la desindianización<br />
surgida por las comunidades rurales, las que<br />
poseen una impropia cultura india.<br />
Por su parte la clase alta no reclama al<br />
ascendencia india sino <strong>el</strong> linaje europeo, cuyo<br />
mod<strong>el</strong>o sigue fi<strong>el</strong>mente mientras que las<br />
clases medias se guían por lo arquetipos de<br />
los Estado Unidos. Ambas viven en <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
superficial y desdeñan <strong>el</strong> <strong>México</strong> profundo.<br />
Recalca que la oposición de fondo que<br />
determina a la sociedad mexicana es <strong>el</strong><br />
enfrentamiento de dos civilizaciones, la<br />
mesoamericana india y la occidental cristiana.<br />
Entre ambas no existe una coexistencia que<br />
culminaría en la unificación como lo proclama<br />
la ideología oficial sino una r<strong>el</strong>ación asimétrica<br />
de dominación y subordinación. El origen de<br />
tal problema es la situación colonial de la que<br />
surge la sociedad mexicana cuya dualidad<br />
básica y antagónica no ha sido superada aún,<br />
“un pecado original todavía no redimido.”<br />
La apología de la civilización mesoamericana y<br />
de la causa india de Bonfil es loable y<br />
meritoria, mas no por <strong>el</strong>lo totalmente<br />
convincente en cuanto a la viabilidad de<br />
retornar a <strong>el</strong>la para crear un nuevo proyecto<br />
de nación. Uno de los puntos que se le pueden<br />
cuestionar es si realmente existe la civilización<br />
mesoamericana como tal, esto es ¿su cultura<br />
sigue siendo vigente y es practicada por la<br />
mayoría de los mexicanos? El hecho de que<br />
algunos rasgos culturales indígenas<br />
predominen en la cultura mexicana, heredera<br />
desde luego de las culturas prehispánicas, no<br />
es evidencia de que se continúe con su<br />
42<br />
mod<strong>el</strong>o civilizatorio pues la mayoría de las<br />
tradiciones han perdido su significado original<br />
y se adaptan a las nuevas modalidades. Un<br />
ejemplo de <strong>el</strong>lo es <strong>el</strong> Día de los Muertos,<br />
sincretismo indígena y cristiano o <strong>el</strong> culto a la<br />
Virgen de Guadalupe. No se requiere un<br />
análisis exhaustivo para inferir que la mayoría<br />
de las costumbres prevalecientes en <strong>el</strong> pueblo<br />
son un hibridismo producto no solo de la<br />
civilización occidental y la mesoamericana,<br />
sino también de otras civilizaciones. Por<br />
ejemplo, la famosa china poblana.<br />
Ahora bien, si lo que define a una cultura y<br />
por ende a una civilización es la identidad de<br />
sus integrantes como tales, es obvio que la<br />
gran mayoría de los mexicanos no nos<br />
identificamos como indios sino como mestizos,<br />
no tanto por obra de la ideología oficial sino<br />
por la mezcla cultural evidente que ha sufrido<br />
la sociedad mexicana. Por consiguiente,<br />
tenemos rasgos culturales tanto indígenas<br />
como occidentales, inclusive asiáticos y<br />
africanos. Sin embargo sí nos identificamos y<br />
somo identificados en forma espontánea como<br />
mexicanos, sobre todo cuando no<br />
encontramos en <strong>el</strong> extranjero. Salvo algunas<br />
poses demagógicas y populistas de algunos<br />
políticos y antropólogos es raro que algún<br />
mexicano se identifique como indio pues está<br />
consciente de ser parte de una cultura<br />
nacional, la mexicana, y de una civilización, la<br />
latinoamericana. Es precisamente esta última<br />
la civilización emergente producto d<strong>el</strong><br />
encuentro, fusión, choque o enfrentamiento<br />
de dos civilizaciones: La occidental y la<br />
indígena.<br />
No se trata, pues, de negar <strong>el</strong> valor e<br />
influencia de la civilización mesoamericana<br />
sino de precisar si predomina o no en nuestro<br />
país. Para empezar, ni siquiera los pueblos<br />
indígenas mexicanos se identifican como parte<br />
de una misma civilización debido a su<br />
aislamiento geográfico, diversidad étnica y<br />
lingüística. Por <strong>el</strong>lo es más fácil que una<br />
buena parte de los indígenas se r<strong>el</strong>acionen e<br />
incorporen mediante <strong>el</strong> mestizaje a la cultura<br />
nacional que a otras etnias para revivir la<br />
civilización mesoamericana. La unión de las<br />
comunidades indígenas es tan difícil que no se<br />
establece inclusive entre pueblos que habitan<br />
una misma región, como sucede en Chiapas y<br />
Oaxaca.
Si las culturas herederas más puras de las<br />
tradiciones mesoamericanas no son capaces<br />
de constituuise y revivir su antigua<br />
civilización, ¿cómo lo podremos hacer quienes<br />
por decenas de generaciones descendemos de<br />
dos o más civilizaciones? Sí no somos de<br />
estaño ni de cobre, tal vez sí seamos de<br />
bronce, como lo pregonaba José Vascón c<strong>el</strong>os<br />
no tan erradamente cuando preveía la fusión<br />
de las razas en una sola, mezcla y producto<br />
de todas. Como mexicanos y mestizos<br />
poseemos una cultura común, parte de la cual<br />
es desde luego nuestra herencia indígena, con<br />
un idioma, r<strong>el</strong>igión, costumbres, hábitos y<br />
organizaciones sociales más comunes a los de<br />
otros países latinoamericanos que a los de<br />
algunos pueblos indígenas. Por lo tanto, si se<br />
comprende como civilización a la entidad<br />
cultural más amplia como mexicanos somos<br />
más propiamente parte de la civilización<br />
latinoamericana que de la mesoamericana o<br />
de la occidental. Ni estaño europeo ni cobre<br />
indígena, más bien bronce americano.<br />
El problema de Bonfil para ubicar la vigencia<br />
de la civilización mesoamericana tal vez fue <strong>el</strong><br />
no considerar que las civilizaciones, como las<br />
culturas, cumplen un ciclo de vida. Las<br />
civilizaciones por lo tanto no son históricas y<br />
menos inmortales, por lo que como los<br />
organismos vivos nacen, crece, se reproducen<br />
y mueren. Con mayor precisión, si se toma<br />
como referencia a Carroll Quigley, la evolución<br />
de las civilizaciones históricas cubre una<br />
trayectoria común de siete fases: mezcla,<br />
gestación, expansión, época de conflicto,<br />
imperio universal, decadencia, invasión. Un<br />
estudio pormenorizado de las etapas de la<br />
civilización mesoamericana podría llegar a la<br />
conclusión de que se encontraba en su fase<br />
decadente, como lo afirman un buen numero<br />
de historiadores, por lo que fue fácilmente<br />
conquistada por los españoles. Al parecer <strong>el</strong><br />
autor de <strong>México</strong> profundo se quedó en la fase<br />
de la edad dorada indígena, la cual sin lugar a<br />
dudas se dio, pero algunos siglos antes de que<br />
arribaran los hispanos e impusieran su mod<strong>el</strong>o<br />
colonial. Lo más probable es que la civilización<br />
mesoamericana no pudo sobrevivir a la<br />
influencia de la civilización occidental no<br />
solamente por la dominación violenta y <strong>el</strong><br />
proceso de “desindianización” sino también<br />
porque algunos de sus rasgos culturales se<br />
mezclaron con los españoles y otros fueron<br />
sustituidos por otros más prácticos o<br />
funcionales, como <strong>el</strong> idioma.<br />
La civilización occidental se nutre<br />
principalmente de la griega y la romana, más<br />
no por <strong>el</strong>lo siguen vigentes como civilizaciones<br />
o podrían ser revividas, como lo han intentado<br />
algunos nacionalismos radicales como <strong>el</strong><br />
fascismo italiano. Desde mi particular punto<br />
de vista <strong>el</strong> caso de la civilización<br />
mesoamericana es parecido a estas<br />
civilizaciones históricas, las que cumplieron su<br />
ciclo para cederles su lugar a otras nuevas,<br />
como es <strong>el</strong> caso de la latinoamericana y la<br />
africana. Por <strong>el</strong>lo no pasan de ser buenos<br />
propósitos o deseos las propuestas de Bonfil<br />
de poder retornar al edén perdido o sea a<br />
nuestros orígenes indígenas, la idealizada y<br />
poco conocidad civilización mesoamericana.<br />
La existencia de una cultura nacional<br />
Si es poco posible y menos probable <strong>el</strong><br />
reinstalar la civilización mesoamericana, eso<br />
no significa que las culturas de los pueblos<br />
indígenas también se hayan perdido o no<br />
estén aún presentes en <strong>el</strong> ámbito nacional. El<br />
problema a que se enfrenta Guillermo Bonfil<br />
es precisamente <strong>el</strong> cuestionar la existencia de<br />
una cultura nacional, negando en primera<br />
instancia que exista una cultura mexicana<br />
única debido a la presencia de las dos<br />
civilizaciones que ni se han fusionado ni<br />
coexistido en armonía pues implica la<br />
existencia de dos proyectos históricos<br />
distintos.<br />
De nueva cuenta <strong>el</strong> planteamiento d<strong>el</strong><br />
antropólogo es radical y no admite matices<br />
por lo que no queda otra opción que objetarle<br />
algunos aspectos aunque en otros coincida<br />
con sus propuestas. En primer lugar es cierto<br />
que la civilización occidental se impuso por la<br />
violencia, pero también con la ideologización a<br />
trabes d<strong>el</strong> cristianismo. No en balde <strong>el</strong> 90 por<br />
ciento d<strong>el</strong> pueblo mexicano sigue practicando<br />
<strong>el</strong> catolicismo, buena parte de él indígena o de<br />
notoria ascendencia nativa. El sincretismo que<br />
se dio y <strong>el</strong> mestizaje innegable efectivamente<br />
crearon una nueva cultura, la mexicana. No se<br />
puede negar la existencia de una cultura<br />
nacional, fruto inicial de dos civilizaciones, no<br />
solamente de la occidental como lo puntualiza<br />
bonfil.<br />
43
Otra cosa es <strong>el</strong> control cultural que ha ejercido<br />
<strong>el</strong> estado mexicano con su peculiar naturaleza<br />
autoritaria, heredada tanto d<strong>el</strong> español como<br />
d<strong>el</strong> indígena. Más que imponer un proyecto<br />
sustitutivo, como afirma Bonfil, los regímenes<br />
han utilizado la cultura existente para<br />
legitimarse y cubrir así su origen poco<br />
democrático. Inclusive han reconocido la<br />
diversidad cultural, mas no la han respetado<br />
en la práctica para servir a sus intereses<br />
particulares más que por razones culturales.<br />
En cuanto al mod<strong>el</strong>o de democracia que dice<br />
se estableció desde hace dos siglos lo que ha<br />
fallado no es tanto <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> que ha<br />
funcionado en buen cantidad de países con<br />
distintas civilizaciones, sino su puesta en<br />
práctica por parte de las <strong>el</strong>ites en <strong>el</strong> poder. En<br />
pocas palabras, salvo excepciones como <strong>el</strong><br />
gobierno de Madero, <strong>el</strong> país no ha<br />
experimentado lo que es un a democracia<br />
auténtica sino solamente una simulada, lo que<br />
tampoco es condición única o exclusiva de<br />
nuestro país sino de todos aqu<strong>el</strong>los con<br />
regímenes autoritarios o totalitarios.<br />
Ante todo es la falta de democracia la que ha<br />
producido la marginación de las mayorías y la<br />
imposición de las minorías, sobre todo de su<br />
proyecto civilizatorio. Es cierto que la historia<br />
mexicana ha sido dirigida por las minorías,<br />
como en todas las naciones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, pero<br />
de Ahí a inferir que estas han impuesto sin<br />
más una cultura para sustituir a las culturas<br />
no existentes es un salto aventurado que ni<br />
dialécticamente podría ser válido. La cultura<br />
es la forma de vida de un pueblo, es la<br />
información que se transmite por aprendizaje<br />
social y los intentos de algunas minorías por<br />
transformarla han fracasado inclusive en las<br />
dictaduras más totalitaristas de este siglo,<br />
como las fascistas y las comunistas.<br />
Sinceramente creo que Bonfil exagera <strong>el</strong><br />
poderío d<strong>el</strong> estado mexicano hasta <strong>el</strong> grado de<br />
considerarlo como <strong>el</strong> inventor de nuestra<br />
cultura nacional cuando es más bien al revés,<br />
o sea es <strong>el</strong> producto natural de la misma, nos<br />
guste o no. El pragmatismo de los dirigentes<br />
políticos es <strong>el</strong> que se ha aplicado para medrar<br />
con las autenticas creencias populares, como<br />
antes lo hacían los dirigentes r<strong>el</strong>igiosos. Y si<br />
se ha impuesto <strong>el</strong> “perverso esquema” d<strong>el</strong><br />
desarrollo imaginario no es tanto porque estas<br />
minorías tengan <strong>el</strong> poder para hacerlo sino<br />
porquen así lo ha aceptado la mayoría de los<br />
mexicanos por considerar, acertada o<br />
44<br />
equívocamente, que les sería benéfico en <strong>el</strong><br />
futuro.<br />
Bonfil afirma que la cultura nacional se debate<br />
en una esquizofrenia, como si fuera un ser<br />
raciona, debido al proceso histórico cuyo<br />
origen se encuentra en la Colonia. Propone<br />
una reflexión en términos de civilización para<br />
superar la esquizofrenia que ha producido <strong>el</strong><br />
desencuentro entre <strong>México</strong> profundo y <strong>el</strong><br />
<strong>México</strong> imaginario. Más que ahondar en esta<br />
patología que probablemente no nos llevará a<br />
ningún consenso como nación por qué mejor<br />
no analizar los efectos d<strong>el</strong> choque de<br />
civilizaciones que sufre nuestro país en la<br />
actualidad, <strong>el</strong> de la civilización<br />
latinoamericana con la civilización occidental<br />
versus la estadounidense, sobre todo con <strong>el</strong><br />
funcionamiento d<strong>el</strong> tratado de libre comercio<br />
con la vecina nación. Como lo comenta<br />
Huntington, <strong>México</strong> es un país desgarrado no<br />
tanto ya por las diferencias irreconciliables<br />
entre la civilización mesoamericana y la<br />
occidental sino por intentar ser parte de otra<br />
cultura, o sea la norteamericana y por lo tanto<br />
de una civilización distinta a la<br />
latinoamericana.<br />
Samu<strong>el</strong> Huntington define tres requisitos para<br />
que un país desgarrado redefina con éxito su<br />
identidad en <strong>el</strong> ámbito de la civilización: 1) La<br />
<strong>el</strong>ite política y económica debe ser en líneas<br />
generales partidaria y entusiasta de dicho<br />
paso, 2) la sociedad debe estar cuando menos<br />
dispuesta a redefinir su identidad y 3) los<br />
<strong>el</strong>ementos dominantes en la civilización<br />
anfitriona han de estar dispuestos a acoger al<br />
converso. Añade que este proceso será<br />
penoso, prolongado y discontinuo y de<br />
acuerdo a la experiencia histórica fracasará.<br />
En <strong>el</strong> caso de nuestro país Huntington<br />
comenta que <strong>México</strong> se convitió en un país<br />
desgarrado a partir de los ochenta aunque<br />
antes tenía una estrecha r<strong>el</strong>ación con<br />
Occidente. Su caso, dice, es similar al de<br />
Turquía. Ambos en <strong>el</strong> siglo XIX fueron<br />
desmembrados por los occidentales y tuvieron<br />
una revolución que estableció un nuevo<br />
fundamento de la identidad nacional y un<br />
nuevo sistema político unipartidista. La<br />
diferencia es que mientras Turquía trató de<br />
definirse como occidental <strong>México</strong> lo hizo en<br />
oposición a los Estado Unidos. Sin embargo a<br />
partir de Migu<strong>el</strong> de la Madrid y luego con<br />
Carlos Salinas <strong>el</strong> país cambió de rumbo e
intentó adoptar uno de los dos aspectos<br />
dominantes de la civilización occidental, <strong>el</strong><br />
liberalismo económico, aunque dejó a un lado<br />
<strong>el</strong> otro, la democracia política.<br />
La disyuntiva de <strong>México</strong> en la actualidad es<br />
intentar incorporarse de lleno a la civilización<br />
occidental a través de los Estados Unidos o<br />
retroceder a su civilización propia, la<br />
latinoamericana y de ahí emprender un<br />
proyecto de integración más auténtico. En<br />
este marco se puede explicar con más<br />
objetividad <strong>el</strong> altercado que hubo entre los<br />
gobiernos mexicano y cubano debido a las<br />
declaraciones d<strong>el</strong> Fid<strong>el</strong> Castro en <strong>el</strong> mes de<br />
diciembre de 1998, <strong>el</strong> que al final de cuentas<br />
no hizo otra cosa que lamentarse porque<br />
<strong>México</strong> está siguiendo más <strong>el</strong> camino de su<br />
principal enemigo, los Estado Unidos, en lugar<br />
de encabezar la causa latinoamericana como<br />
lo hiciera en décadas pasadas.<br />
La necesidad de un nuevo proyecto<br />
nacional<br />
La crítica que hace Guillermo Bonfil d<strong>el</strong><br />
desarrollo histórico de <strong>México</strong> es válida y sirve<br />
para tomar en cuenta su propuesta sobre la<br />
necesidad de un nuevo proyecto nacional. Es<br />
evidente que <strong>el</strong> sistema político mexicano<br />
actual está agotado y es a todas luces poco<br />
eficiente para satisfacer las necesidades de la<br />
sociedad mexicana, no tanto porque no<br />
responda ya a las demandas de la cultura<br />
nacional sino debido a que sus instituciones se<br />
han quedado rezagadas ante los nuevos<br />
desafíos y tendencias globales. Con todas sus<br />
fallas e injusticias es evidente que <strong>el</strong> sistema<br />
funcionó en buena parte d<strong>el</strong> siglo veinte y<br />
logró una r<strong>el</strong>ativa estabilidad política,<br />
económica y social de la que antes había<br />
carecido <strong>el</strong> país. Sin embargo, al<br />
democratizarse y modernizarse más en forma<br />
ficticia que real tal sistema acumuló cada vez<br />
mayores disfuncionalidades y desigualdades<br />
entre los sectores sociales nacionales,<br />
incluidos desde luego los pueblos indígenas,<br />
las cuales ya no puede resolver como lo hacía<br />
en <strong>el</strong> pasado através de convenios de las<br />
cúpulas al estilo corporativo, como lo fue en<br />
su momento <strong>el</strong> publicitado pacto de<br />
solidaridad.<br />
La primera opción que propone <strong>el</strong> antropólogo<br />
es reconocer y aceptar la civilización<br />
mesoamericana con todas las consecuencias<br />
implícitas y así formular un proyecto nacional<br />
organizado a partir d<strong>el</strong> pluralismo cultural o<br />
sea desarrollar una nación pluricultural. Una<br />
nación étnicamente plural exigiría la anulación<br />
y la supresión de toda estructura de poder<br />
que implique la dominación de cualquiera de<br />
los pueblos sobre los demás, la liberación de<br />
las culturas oprimidas y su actualización a<br />
través de una participación democrática en la<br />
vida nacional, en una democracia que<br />
reconozca los derechos de los individuos pero<br />
también <strong>el</strong> de las colectividades históricas.<br />
Esta sería así una nación que viva una<br />
democracia real consecuente con su<br />
naturaleza cultural y con <strong>el</strong>lo capaz de actuar<br />
en <strong>el</strong> escenario internacional desde una<br />
posición propia y auténtica.<br />
Esta propuesta la hace Bonfil después de<br />
desechar <strong>el</strong> proyecto civilizatorio d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario por se sustitutivo de las culturas<br />
mesoamericanas y por lo tanto representativo<br />
de una sola civilización, la occidental. El<br />
proyecto nacional mestizo lo considera posible<br />
pero de muy larga duración histórica. Admite<br />
que la fusión de las culturas y civilizaciones<br />
que coexisten en <strong>México</strong> podría ocurrir pero<br />
no en un futuro previsible y no sería <strong>el</strong><br />
resultado de un decreto ni de las acciones de<br />
una o dos generaciones. En lo particular creo<br />
que este es precisamente <strong>el</strong> proyecto nacional<br />
más viable pues sería poco menos que<br />
imposible volver a crear una civilización que<br />
ya no existe como tal. Aunque persistan<br />
algunas de sus manifestaciones, lo que desde<br />
luego no implica <strong>el</strong> reconocer y practicar su<br />
rica herencia cultural. Tal proyecto nacional<br />
debería a su vez ampliarse a un proyecto<br />
regional que incluyera la civilización<br />
latinoamericana, por ahora tan desunida y<br />
fragmentada y por lo tanto sujeta a la<br />
dominación y <strong>el</strong> control por parte de la<br />
civilización occidental. Si de utopías se trata?<br />
por ¿qué no mejor tratar de nuevo de hacer<br />
realidad <strong>el</strong> viejo sueño de Bolívar de crear una<br />
sola nación fuerte y unida por su pasado<br />
europeo e indio? Una federación<br />
latinoamericana multicultural sería la mejor<br />
alternativa de nuestra civilización como la<br />
occidental, la cínica, la japonesa y la islámica.<br />
45
El mexicano en su jaula<br />
Para Roger Bartra <strong>el</strong> <strong>México</strong> imaginario es <strong>el</strong><br />
creado por la cultura política hegemónica para<br />
legitimar al estado moderno capitalista, <strong>el</strong> cual<br />
ha excluido a la democracia moderna y en su<br />
lugar ha colocado <strong>el</strong> mito d<strong>el</strong> nacionalismo<br />
revolucionario. Para ejemplificar los dos polos<br />
que simbolizan <strong>el</strong> teatro de las ciencias<br />
sociales emplea las metáforas que deriva d<strong>el</strong><br />
mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> axolote, para de esta forma<br />
ironizar sobre las pretensiones unificadora y<br />
trascendentes d<strong>el</strong> discurso antropológico.<br />
Aclara que mejor toma como punto de partida<br />
la idea posmoderna o desmoderna de que no<br />
existe una dialéctica totalidad sino un <strong>mundo</strong><br />
heterogéneo y dividido al que intenta encerrar<br />
en la cárc<strong>el</strong> de un metalenguaje.<br />
La fina ironía de Bartra no pudo aprovechar la<br />
obra citada de Bonfil pues esta fue publicada<br />
en <strong>el</strong> mismo año que La jaula de la<br />
m<strong>el</strong>ancolía, por lo que don Guillermo se salvó<br />
de ser presa también d<strong>el</strong> agudo ingenio de su<br />
colega. Aunque ambos analizan la cultura<br />
mexicana sus puntos de vista son distintos,<br />
como lo ejemplifica la cita que ambos hacen<br />
d<strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> ensayo de John Womack sobre<br />
Emiliano Zapata: “Este es un libro acerca de<br />
unos campesinos que no querían cambiar y<br />
que, por eso mismo, hicieron una Revolución.<br />
Nunca imaginaron un destino tan singular.”<br />
Mientras que para Bonfil estas palabras de<br />
Womck resumen <strong>el</strong> proyecto campesino de<br />
Zapata, <strong>el</strong> que representaba <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
profundo en la revolución mexicana y <strong>el</strong> cual<br />
fue desplazado por <strong>el</strong> proyecto d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
imaginario, para Varara los campesinos de<br />
Mor<strong>el</strong>os son iguales que los axolotes, cuya<br />
resistencia al cambio los obliga a reproducir<br />
infinitamente su larvario primitivo.<br />
Bartra al parecer se basó en <strong>el</strong> concepto<br />
<strong>el</strong>aborado por Gramsci sobre la hegemonía, la<br />
que vendría a ser la esencia de la<br />
supervivencia a largo plazo de un sistema<br />
político y social, dentro d<strong>el</strong> cual los<br />
int<strong>el</strong>ectuales tienen <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de reproducir y<br />
desarrollar una r<strong>el</strong>ación constante entre las<br />
tres entidades esenciales de la sociedad según<br />
Gramsci: gobierno, sociedad civil y economía.<br />
La tesis que maneja es que, ante la carencia<br />
de una sociedad civil fuerte que crea su propio<br />
gobierno, <strong>el</strong> sistema político mexicano<br />
emanado de la revolución mexicana se dio a la<br />
46<br />
tarea de moldear a la sociedad civil desde<br />
arriba para lo cual utilizó a los int<strong>el</strong>ectuales,<br />
sobre todo a los de la primera mitad d<strong>el</strong> siglo<br />
veinte. De esta forma se creó y reforzó <strong>el</strong> mita<br />
que legitimó al estado mexicano, <strong>el</strong><br />
nacionalismo revolucionario.<br />
Dev<strong>el</strong>ar las incongruencias y estereotipos<br />
utilizado por los pensadores mexicanos para<br />
caracterizar <strong>el</strong> mexicano es <strong>el</strong> propósito d<strong>el</strong><br />
antropólogo, los cuales han sido utilizados por<br />
la clase dominante para mantener su<br />
hegemonía sobre la sociedad. Por medio de la<br />
singular figura d<strong>el</strong> axolote penetra como<br />
bisturí de cirujano hasta las entrañas de la<br />
mitología mexicana moderna, mutilando y<br />
destruyendo sin ninguna consideración hasta<br />
símbolos tan sagrados como la Virgen de<br />
Guadalupe. A través de su lupa vitriólica<br />
examina detallada y literariamente los<br />
arquetipos d<strong>el</strong> edén subvertido d<strong>el</strong> campo<br />
mexicano, d<strong>el</strong> “p<strong>el</strong>ado” urbano, d<strong>el</strong> tiempo<br />
mítico, d<strong>el</strong> héroe agachado, de la Malinche, de<br />
la Guadalupana… Es un desfile de figuras<br />
familiares como las de la lotería, las cuales<br />
rev<strong>el</strong>an otros significados poco conocidos por<br />
la mayoría de los mexicanos.<br />
La legitimidad d<strong>el</strong> estado moderno mexicano<br />
reside en buena parte en las redes<br />
imaginarias d<strong>el</strong> poder político, de las cuales<br />
los mitos y la cultura nacional son uno de los<br />
aspectos más importantes, afirma Bartra. Esto<br />
debido a que ante la ausencia de una<br />
ideología vertebrada y la precariedad de los<br />
mod<strong>el</strong>os de desarrollo <strong>el</strong> sistema necesita<br />
establecer una r<strong>el</strong>ación de correspondencia<br />
entre las peculiaridades de los habitantes y las<br />
formas que adquiere <strong>el</strong> gobierno. De ahí<br />
infiere que la definición d<strong>el</strong> carácter d<strong>el</strong><br />
mexicano es una necesidad política de primer<br />
orden pues contribuye a la unidad nacional a<br />
la que corresponde la soberanía monolítica d<strong>el</strong><br />
estado mexicano. Así la cultura nacional se<br />
identifica con <strong>el</strong> poder político de tal manera<br />
que quien rompa con las reglas d<strong>el</strong> sistema<br />
será acusado de renunciar o de traicionar a la<br />
propia cultura nacional.<br />
En este aspecto creo que Roger Bartra<br />
exagera <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que juega <strong>el</strong> carácter d<strong>el</strong><br />
mexicano dentro de la cultura nacional pues<br />
este es un tema tratado (y poco entendido por<br />
las mayorías) mas bien por algunos<br />
int<strong>el</strong>ectuales como Alfonso Reyes, Samu<strong>el</strong>
Ramos, Portilla, Emilio Uranga, Octavio Paz y<br />
otros. La influencia de las ideas sobre la<br />
naturaleza de lo mexicano de estos escritores<br />
palidece si es que no se pierde ante <strong>el</strong><br />
impacto en los mexicanos de las canciones de<br />
un José Alfredo Jiménez, un Cuco Sánchez, un<br />
Agustín Lara y ahora un Juan Gabri<strong>el</strong>. Y no se<br />
diga si se compara con las t<strong>el</strong>enov<strong>el</strong>as, género<br />
que retrata como ninguno la promitiva<br />
emotividad de las masas populares no<br />
solamente en <strong>México</strong> sino en otros países de<br />
distinta civilización. Endosarles a nuestros<br />
pobres hombres de letras la culpa de la<br />
enajenación cultural sería no solamente<br />
injusto sino patético pues bastante meritorio<br />
fue su esfuerza al tratar de encontrar la razón<br />
y forma de ser d<strong>el</strong> mexicano con las<br />
limitaciones naturales de su época y condición<br />
humana.<br />
Ahora bien, todo sistema político le apuesta a<br />
su continuidad y permanencia para lo cual<br />
necesita <strong>el</strong> consenso social. Si bien <strong>el</strong> estado<br />
ha explotado hábilmente las emociones y la<br />
falta de sentido crítico d<strong>el</strong> mexicano, estas<br />
son más producto de la propia cultura<br />
mexicana que de la perversidad de una<br />
minoría manipuladora. Es acertado por otra<br />
parte que <strong>el</strong> canon dual de la m<strong>el</strong>ancolíametamorfosis<br />
en ciertos estereotipos y hechos<br />
sociales se generaliza al máximo alcanzando<br />
las clases populares, pero su éxito tal vez se<br />
deba a que existe una real correspondencia<br />
con los secretos resortes de la conducta de la<br />
mayoría de los mexicanos más que a las<br />
sapientes aportaciones de nuestros<br />
int<strong>el</strong>ectuales.<br />
Con todo y las correcciones posibles, la<br />
conclusión de Bartra es la correcta: <strong>el</strong><br />
nacionalismo mexicano y la cultura política<br />
dominante han llegado a su límite. La razón<br />
de <strong>el</strong>lo no es otra más que, como bien lo<br />
afirma, son viejas formas de autoritarismo y<br />
dominación que ya no corresponden a las<br />
necesidades y demandas de las nuevas<br />
generaciones. El nacionalismo revolucionario<br />
está caduco, su imagen d<strong>el</strong> axolote ya no<br />
atrae a los mexicanos, sobre todo a los<br />
jóvenes, los cuales han perdido su identidad y<br />
sin ser modernos ahora son desmodernos, son<br />
otros. A quien alude Bartra es a la<br />
actual generación de la crisis o la Generación<br />
X, la que no conoció <strong>el</strong> <strong>México</strong> idílico y<br />
progresista, la cual será la que marque para<br />
bien o mal <strong>el</strong> rumbo d<strong>el</strong> país en este incipiente<br />
siglo.<br />
El indiscutible acierto tanto de Bonfil como de<br />
Bartra es <strong>el</strong> de motivarnos a reflexionar sobre<br />
la naturaleza de la cultura nacional y<br />
cuestionarnos si vivimos en un <strong>México</strong> real o<br />
en un <strong>México</strong> imaginario, imaginado y<br />
transpuesto en la conciencia popular por las<br />
minorías dominantes. Cada uno con su<br />
particular estilo y enfoque contribuyen al<br />
análisis crítico de nuestra realidad mexicana,<br />
sobre todo de nuestro sistema político. No se<br />
puede dejar de señalar la r<strong>el</strong>evancia de las<br />
dos obras en cuanto a r<strong>el</strong>acionar la cultura<br />
con la política, las que en nuestro país están<br />
tan identificadas que muchas veces se<br />
confunden y provocan equívocos como<br />
algunos de los ya citados por los autores.<br />
Quedaría la tarea de imaginar cómo sería un<br />
<strong>México</strong> democrático, pluralista y más justo,<br />
proyecto al que nos deberíamos enfocar los<br />
mexicanos que valoramos no solamente <strong>el</strong><br />
pasado y presente sino también <strong>el</strong> futuro de<br />
nuestro país.<br />
La cultura planetaria: de Vasconc<strong>el</strong>os a<br />
Villoro<br />
La filosofía mexicana ha realizado esfuerzos<br />
importantes desde su inicio para conciliar su<br />
peculiar objeto de estudio, lo mexicano, con <strong>el</strong><br />
objeto tradicional de la filosofía, d<strong>el</strong> ser. O sea<br />
partir de una realidad concreta, la nacional,<br />
para así llegar al conocimiento de validez<br />
universal. Esta tarea iniciada por los filósofos<br />
d<strong>el</strong> Ateneo de la Juventud ha sido fértil<br />
simiente de análisis y reflexión filosófica sobre<br />
nuestra cultura, aportación que por sí misma<br />
ya justifica la obra de estos pensadores. Pero<br />
algunos de <strong>el</strong>los no se han limitado a la<br />
defensa o apología de la cultura propia sino<br />
que han intentado ir más allá de nuestras<br />
fronteras espaciales y temporales para<br />
presentarnos su visión de lo que debería ser la<br />
cultura universal, la cual con todo y sus<br />
limitaciones debe ser considerada, sobre todo<br />
por los filósofos mexicanos, como punto de<br />
partida para la reflexión crítica y posteriores<br />
indagaciones.<br />
En este ensayo s<strong>el</strong>eccioné dos propuestas<br />
filosóficas sobre la posibilidad de acceder a<br />
una cultura universal, la de la reza cósmica de<br />
José Vasconc<strong>el</strong>os y la de la cultura auténtica<br />
47
de Luis Villoro. Considero que estos<br />
destacados filósofos mexicanos representan<br />
dos momentos distintos d<strong>el</strong> pensamiento<br />
mexicano, <strong>el</strong> de la génesis de la filosofía<br />
mexicana en <strong>el</strong> período de la<br />
institucionalización de la revolución mexicana<br />
y <strong>el</strong> de la crítica de la misma en la actual<br />
etapa posrevolucionaria. A pesar de estas<br />
condiciones históricas tan diferentes no deja<br />
de llamar la atención la coincidencia en<br />
algunos de los planteamientos de los dos<br />
pensadores, sobre todo en su hipótesis de que<br />
tarde o temprano las culturas particulares<br />
desembocarán en una sola, la universal.<br />
Sin intentar hacer una comparación<br />
exhaustiva d<strong>el</strong> pensamiento tanto de<br />
Vasconc<strong>el</strong>os como de Villoro, la que por sí<br />
misma sería tema de todo un tratado, la<br />
intención de este trabajo es partir de sus<br />
propuestas para analizar la posibilidad de que<br />
en <strong>el</strong> futuro se cumpla <strong>el</strong> viejo anh<strong>el</strong>o de la<br />
modernidad: la integración de la humanidad<br />
en una sola cultura planetaria, en un mismo<br />
proyecto unificador que supere sus añejos e<br />
irracionales antagonismos y guerras.<br />
América Latina, la nueva cuna de la<br />
universalidad<br />
José Vasconc<strong>el</strong>os lanza la audaz tesis, para su<br />
tiempo y su entorno, de que <strong>el</strong> continente<br />
americano será <strong>el</strong> lugar donde se lleve a cabo<br />
la génesis de la civilización universal, para lo<br />
cual le asigna a su ideal <strong>el</strong> nombre de<br />
“indología.” Este término lo utiliza con orgullo<br />
pues según él simboliza la visión profética de<br />
Cristóbal Colón, quien al creer haber llegado a<br />
la India bautizó al nuevo territorio como “Las<br />
Indias” y a sus habitantes como “indios.” Así,<br />
debido al “simbolismo trascendental” y la<br />
herencia recaída en los indígenas toma la<br />
designación de indología “en <strong>el</strong> sentido de era<br />
final y universal de la cultura d<strong>el</strong> planeta.”<br />
Pero a la vez precisa que su propósito no es<br />
otorgarle algún predominio a la tradición<br />
autóctona a la raza indígena d<strong>el</strong> continente<br />
sino consideraría junto con las demás rezas<br />
que concurrirán a los que define como “la<br />
nueva era d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.”<br />
Serán, pues, las indias <strong>el</strong> objeto de su<br />
indología o “ciencia de Indias,” no las<br />
geográficas ni las antiguas o modernas sino<br />
en <strong>el</strong> sentido colombiano de “unidad de<br />
48<br />
especie y concierto de las culturas.” Y para<br />
poder caracterizar a nuestra cultura sin caer<br />
en la “universalidad indeterminada” propone<br />
buscar” la universalidad cabal de la síntesis<br />
que no destruye, sino que afirma los casos<br />
particulares de la realidad,” para lo cual invita<br />
a estudiar “nuestro propio anh<strong>el</strong>o de<br />
universalidad.” Sintetizar, en lugar de llegar a<br />
la universidad sin extinguir la particularidad,<br />
de acuerdo a Vasconc<strong>el</strong>os:<br />
Sintetizar es todavía más que sumar, porque<br />
la suma va agregando uno a otro los<br />
homogéneos y la síntesis es suma de<br />
homogéneos y heterogéneos, visión de<br />
conjunto que no destruye la riqueza<br />
heterogénia sino que la exalta y le da meta.<br />
Como se percibe, temprano se le plantea <strong>el</strong><br />
dilema de la universalidad-particularidad, al<br />
que según Ab<strong>el</strong>ardo Villegas lo ve como una<br />
especie de nudo gordiano que deshace al<br />
estilo alejandrino. Pero como <strong>el</strong> objeto de este<br />
escrito no se centra por <strong>el</strong> momento en tal<br />
problema continuaremos con los argumentos<br />
vasconc<strong>el</strong>istas de por qué deberá ser nuestro<br />
continente la futura sede de la cultura<br />
universal. Uno de estos argumentos es<br />
político, <strong>el</strong> hecho de que en América estamos<br />
gobernados por sistemas democráticos<br />
avanzados, “al menos en teoría” como no deja<br />
de señalarlo <strong>el</strong> frustrado candidato<br />
presidencial. Esta ventaja con <strong>el</strong> viejo<br />
continente debilitado por intereses nacionales<br />
y monárquicos es para Vasconc<strong>el</strong>os no solo<br />
motivo de espereranza sino de posibilidad de<br />
“convertir las diferencias en factor de<br />
progreso, en vez de que se resu<strong>el</strong>van en<br />
rivalidad y conflicto.” En contraste sw dará la<br />
unidad espiritual de la reza hispánica de<br />
América y con la española “sobre las bases de<br />
autonomía y libertad, de disciplina y de<br />
justicia, bases sin las cuales ninguna cultura<br />
alcanza su esplendor.”<br />
Vasconc<strong>el</strong>os acierta al considerar como<br />
condición de progreso <strong>el</strong> contar con un<br />
sistema democrático y criticar a los<br />
nacionalismos europeos que después<br />
provocarían la segunda guerra mundial. Su<br />
visión de una futura unión de Hispanoamérica<br />
son su anterior matriz se está realizando con<br />
las últimas conferencia iberoamericanas en las<br />
cuales España participa en condiciones
igualitarias y conciliatorias con las naciones<br />
hispanoamericanas.<br />
Otro argumento es <strong>el</strong> lazo espiritual y étnico<br />
de las culturas prehispánicas, mismo que la<br />
conquista española no extinguió sino que unió<br />
en <strong>el</strong> mestizaje. El resquebraja-miento de esta<br />
unidad se da, según Vasconc<strong>el</strong>os, no por <strong>el</strong><br />
dominio ibérico sino más bien a la<br />
emancipación d<strong>el</strong> mismo por dos causas” la<br />
doctrina de la nacionalidad y <strong>el</strong> aislamiento<br />
físico de la naturaleza. La idea de nacionalidad<br />
la heredamos de Europa en donde se explica<br />
debido a la división de rezas y a la diversidad<br />
de lenguas, pero no en América Latina donde<br />
par <strong>el</strong> filósofo es un verdadero desparate la<br />
creación de una veintena de nacionalidades<br />
con las misma lengua. A la par de la<br />
nacionalidad surge <strong>el</strong> caudillismo, herencia d<strong>el</strong><br />
sistema militar español, <strong>el</strong> que se sostiene<br />
dictatorialmente y defiende la autonomía local<br />
solamente para conservar sus feudos.<br />
A pesar de esta histórica lacra latinoamericana<br />
conocida como <strong>el</strong> caudillaje, José Vasconc<strong>el</strong>os<br />
afirma que nuestro nacionalismo es superior<br />
al norteamericano y al europeo citando como<br />
ejemplo <strong>el</strong> respeto que tanto <strong>México</strong> como su<br />
vecina Guatemala tuvieron con la decisión d<strong>el</strong><br />
estado de Chiapas, <strong>el</strong> cual primero pasó a<br />
formar parte de la nación mexicana para<br />
luego serlo d<strong>el</strong> territorio guatemalteco y años<br />
después, sin problema alguno, se integró de<br />
nueva cuenta a nuestro país.<br />
América Latina, según Vasconc<strong>el</strong>os, es la<br />
región donde está surgiendo un nuevo ciclo en<br />
la historia d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> debido a tres factores:<br />
una tradición cultural española indígena,<br />
europea y americana; un continente<br />
deshabitado y prodigiosamente rico; así como<br />
una reza mixta total, <strong>el</strong> primer caso de raza<br />
positivamente universal.<br />
La quinta raza universal<br />
En su ensayo La reza cósmica, José<br />
Vasconc<strong>el</strong>os vu<strong>el</strong>ve a reafirmar su tesis de<br />
que las rezas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> mezclarán hasta<br />
formar un nuevo tipo humano producto de la<br />
s<strong>el</strong>ección de los pueblos existentes al que<br />
denomina “reza cósmica,” a falta de un<br />
nombre mejor como lo comenta en <strong>el</strong> prólogo<br />
de su obra. Para apoyar en principio su<br />
afirmación considera que la doctrina darvinista<br />
en <strong>el</strong> campo social está en franca retirada<br />
después de su desastrosa aplicación por <strong>el</strong><br />
nazismo y en su lugar se legitima<br />
mundialmente <strong>el</strong> mestizaje, <strong>el</strong> cual además es<br />
fortalecido por <strong>el</strong> avance de las<br />
comunicaciones y la educación.<br />
Esta quinta reza universal será la resultante<br />
de las cuatro razas que hasta ahora han<br />
prevalecido en distintas etapas históricas: la<br />
negra, la india, la mogol y la blanca. Y es la<br />
civilización de los blancos la que ha colocado<br />
las bases para esta fusión, sobre todo dos de<br />
sus ramas más expansivas, la española y la<br />
inglesa.<br />
Después de analizar la vieja pugna entre<br />
sajones y latinos que se trasladó a nuestro<br />
continente en donde será superada,<br />
Vasconc<strong>el</strong>os confía en que la ciencia de los<br />
blancos permitirá habitar <strong>el</strong> trópico y será en<br />
las tierras cálidas de América d<strong>el</strong> Sur donde se<br />
establecerá la quinta raza, más<br />
específicamente en la zona comprendida por<br />
Brasil y las naciones vecinas, sobre todo en la<br />
región amazónica. No deja de señalar <strong>el</strong><br />
p<strong>el</strong>igro de que si los ingleses logran conquistar<br />
primero <strong>el</strong> Amazonas en lugar de su<br />
Universópolis se levante una Anglotown que<br />
domine al <strong>mundo</strong> entero. Eso sí, precisa que<br />
la quinta raza no excluirá a los blancos, como<br />
no se propone hacerlo con ninguno de los<br />
otros pueblos.<br />
Al ubicar <strong>el</strong> lugar donde residirá esta quinta<br />
reza expone Vasconc<strong>el</strong>os su utopía, pues la<br />
concretiza y fácilmente puede cuestionarse <strong>el</strong><br />
que pueda llevarse a cabo o no, lo que no<br />
sucedería si la enunciase como mera<br />
posibilidad a realizarse en cualquier parte d<strong>el</strong><br />
globo terráqueo. Sin ir más lejos, en lugar de<br />
la aún inhabitable región d<strong>el</strong> Amazonas se<br />
está dando ac<strong>el</strong>eradamente la fusión de razas<br />
en la metrópolis de los países más<br />
industrializados como es <strong>el</strong> caso de Los<br />
Áng<strong>el</strong>es, California, por ejemplo.<br />
Es palpable la contradicción existente entre la<br />
atinada visión d<strong>el</strong> desarrollo de las razas con<br />
la poco fundamentada exaltación mítica, como<br />
la alusión a la cultura de la Atlántida. Pero<br />
dejando a un lado estos desvaríos ya<br />
conocidos y bastante criticados d<strong>el</strong> filósofo<br />
mexicano, es pertinente revisar <strong>el</strong> cómo se<br />
logrará llegar a la creación de la raza<br />
49
universal, la que no surgirá de un anárquico<br />
hibridismo sino de acuerdo a la ley d<strong>el</strong> gusto,<br />
la que a su vez comprende tres estados<br />
sociales distintos a los clásicos de Comte: <strong>el</strong><br />
material o guerrero, <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual o político y<br />
<strong>el</strong> ritual o estético.<br />
En estos estados Vasconc<strong>el</strong>os incluyó otra<br />
sub-ley de cinco períodos: d<strong>el</strong> soldado,<br />
abogado, economista, ingeniero y d<strong>el</strong> filosofó.<br />
Estos se entr<strong>el</strong>azan y se confunden, precisa,<br />
solamente con los dos primeros estados, <strong>el</strong><br />
material y <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual. Y sin ambages, por si<br />
alguien todavía dudara de su influencia<br />
platónica, termina preguntándose se realizará<br />
sobre la tierra de la República de Platón la<br />
Ciudad de Dios de San Agustín.<br />
Esta ley de los tres estados no podrá<br />
funcionar con plenitud hasta que se logre la<br />
fusión de las razas y de las culturas, afirma<br />
Vasconc<strong>el</strong>os, de lo cual se infiere que la quinta<br />
reza es condición esencial para que a su vez<br />
se logre una cultura de síntesis. Esta cultura<br />
tiene como fin la salvación colectiva y ya no la<br />
producción de aristocracias, definiendo a la<br />
cultura como “producción y aumento de valor,<br />
no reducción de valores.”<br />
Además de este determinismo étnico otra de<br />
las fallas d<strong>el</strong> planteamiento vasconc<strong>el</strong>ista es<br />
su esteticismo excluyente al aseverar que las<br />
uniones entre las rezas se darán de acuerdo a<br />
la ley d<strong>el</strong> tercer período, <strong>el</strong> de la simpatía<br />
“refinada por <strong>el</strong> sentido de b<strong>el</strong>leza.” Así, según<br />
él, se evitarían las parejas feas de casados<br />
“en una proporción, más o menos, d<strong>el</strong><br />
noventa por ciento de los contrayentes.” En<br />
lugar de estas uniones se debería dar una<br />
mezcla de acuerdo a la comodidad social, la<br />
simpatía y la b<strong>el</strong>leza. Obviamente <strong>el</strong> mismo<br />
Vasconc<strong>el</strong>os no se aplicó tal ley en forma<br />
autocrítica pues a juzgar por la fisonomía que<br />
lucía en su avanzada madurez él hubiera<br />
tenido que ser <strong>el</strong> primero en haberse excluido<br />
de toda fusión racial, lo cual no dejaría de ser<br />
injusto e inhumano.<br />
Tal radicalismo estético parece que obedece<br />
sobre todo a la necesidad de anteponerlo al<br />
criticado evolucionismo darvinista-spenceriano<br />
basado en la s<strong>el</strong>ección étnica de los más<br />
fuertes, aunque como es obvio comete <strong>el</strong><br />
mismo error al pregonar que es la parte<br />
iberoamericana la que será la matriz de la<br />
50<br />
nueva era de la civilización por ser la que<br />
posee los factores espirituales, la raza y <strong>el</strong><br />
territorio necesarios para “iniciar la era<br />
universal de la Humanidad.” Finaliza su<br />
ensayo con la reiteración de que será en<br />
América donde se llegará primero a la<br />
creación de una reza síntesis de todas las<br />
razas, “la reza final,” que no es otra que la ya<br />
citada quinta raza o reza cósmica.<br />
Aciertos y limitaciones de la utopía<br />
vasconc<strong>el</strong>ista<br />
La caracterización de una verdadera cultura<br />
como “particularista, pluralista y sintética” es,<br />
desde luego, bastante avanzada para la época<br />
en que Vasconc<strong>el</strong>os la <strong>el</strong>aboró, la década de<br />
los años veinte, cuando estaban en plena<br />
vigencia los nacionalismos culturales<br />
excluyentes en <strong>el</strong> nuevo y en <strong>el</strong> viejo <strong>mundo</strong>.<br />
De esta forma vislumbra que <strong>el</strong> pensamiento<br />
latinoamericano no se debe limitar a sus<br />
raíces sino aspirar al aura universa. La prédica<br />
es, pues, partir de nuestra propia y legítima<br />
realidad cultural a una civilización realmente<br />
planetaria, común y compartida por todas las<br />
razas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, aspiración que se puede<br />
valorar como auténticamente filosófica y<br />
universal.<br />
El desarrollo de esta nueva civilización de dará<br />
de lo nacional a lo continental para luego<br />
llegar a lo mundial, partiendo de nuestro<br />
origen iberoamericano para llegar a la<br />
integración de la reza cósmica. Pero sobre<br />
todo es importante resaltar la intención<br />
vasconc<strong>el</strong>ista de que su filosofía como tal<br />
abarque la universalidad de la cultura, para lo<br />
cual se propone evitar caer en una mera<br />
filosofía de corte nacional o continental que<br />
por limitada no sea digan de tal nombre. El<br />
que haya podido cumplir o no con tal<br />
propósito puede ser objeto de polémica más<br />
no así la trascendencia y universalidad de su<br />
planteamiento.<br />
La visión vasconc<strong>el</strong>ista d<strong>el</strong> inevitable<br />
rompimiento de las culturas regionales y su<br />
fusión con otras debido al desarrollo ac<strong>el</strong>erado<br />
de las comunicaciones y las emigraciones se<br />
constat con <strong>el</strong> actual fenómeno de la<br />
globalización. Sí bien a la par de la integración<br />
cultural se dan como reacción movimientos<br />
nacionalistas o fundamentalistas, estos<br />
indudablemente tienen una acción e influencia
limitadas que no logran contrarrestar y menos<br />
impedir en forma efectiva la dominante<br />
tendencia mundial de la conformación de una<br />
cultura universal.<br />
La introducción de la dimensión cultural en la<br />
problemática latinoamericana y la propuesta<br />
de un paradigma estético ante <strong>el</strong> imperante<br />
paradigma cientificista europeo son<br />
aportaciones r<strong>el</strong>evantes de Vasconc<strong>el</strong>os para<br />
la filosofía mexicana, como lo precisa Jaime<br />
Vieyra al considerar que los resgos más<br />
r<strong>el</strong>evantes de la teoría vasconc<strong>el</strong>ista son la<br />
síntesis de heterogéneos como objetivo d<strong>el</strong><br />
arte, la rehabilitación de la emoción y la<br />
fantasía como potencias creadoras así como la<br />
ampliación d<strong>el</strong> concepto de filosofía para<br />
abarcar también las formas d<strong>el</strong> pensamiento<br />
poético y r<strong>el</strong>igioso de las altas culturas<br />
históricas.<br />
La propuesta vasconc<strong>el</strong>ista pretendió ser, ante<br />
todo, una alternativa ante <strong>el</strong> dominante<br />
eurocentrismo ideológico de su época y se<br />
atrevió a ejercer <strong>el</strong> derecho de <strong>el</strong>aborar un<br />
pensamiento que no por propio dejara de ser<br />
universal, filosófico. Como lo precisara<br />
Ab<strong>el</strong>ardo Villegas las filosofías de Vasconc<strong>el</strong>os<br />
y de Csos son “filosofías no de pasado<br />
inmediato sino d<strong>el</strong> futuro inmediato.” Y en eso<br />
consistió su error, según comenta Villegas,<br />
pues no advirtieron lo contradictorio que era<br />
su pretensión futurista inmediata y lo<br />
desmesurado d<strong>el</strong> proyecto, lo cual les impidió<br />
rectificar sus predicciones no quedándoles<br />
otra opción más que refugiarse en su<br />
metafísica pura, la que a final de cuenta les<br />
brindaría un futuro no tan próximo pero sí<br />
más firme y definitivo.<br />
Con todas y su obvias limitaciones, algunas ya<br />
citadas, la utopía vasconc<strong>el</strong>ista de la reza<br />
cósmica es un importante antecedente en la<br />
búsqueda filosófica de la realización d<strong>el</strong> ideal<br />
humanista de arribar a una cultura planetaria<br />
que supere los tradicionales conflictos y<br />
disputas nacionales. El filósofo mexicano<br />
consideraba que debería primero desaparecer<br />
la diversidad racial, origen primario y último<br />
de las guerras para así poder llegar a una<br />
cultura común a todo, universal. El que su<br />
método y su determinismo racial sean objeto<br />
justificado de crítica no le restan <strong>el</strong> mérito de<br />
su original propuesta, cantera pródiga d<strong>el</strong><br />
pensamiento filosófico latinoamericano actual.<br />
Precisamente uno de sus más destacados<br />
expositores, Luis Villoro, retoma la temática y<br />
plantea una interesenta alternativa para que<br />
se pueda llegar algún día a una cultura<br />
universal.<br />
Cultura auténtica y <strong>el</strong> dilema<br />
universalidad-particularidad<br />
Luis villoro se plantea en su ensayo<br />
Autenticidad en la cultura lo mismo que José<br />
Vasconc<strong>el</strong>os, la inevitable convergencia de<br />
todas las culturas hacia una cultura planetaria<br />
debido al avance de la tecnología de las<br />
comunicaciones, pero considera que tanto la<br />
técnica como la ciencia son solamente las<br />
avanzadas de lo que llama “una cultura<br />
una.”Aclarar la r<strong>el</strong>ación entre <strong>el</strong> proceso de<br />
unificación y los particularismos que se<br />
oponen al mismo en lo cultural es su propósito<br />
principal, preguntándose hasta qué punto<br />
sería posible la convergencia hacia una cultura<br />
universal sin pasar por la desintegración de<br />
las culturas particulares.<br />
Este problema es expresado algunas veces<br />
como una dualidad insoluble, señala villoro, la<br />
d<strong>el</strong> universalismo frente a los particularismos<br />
culturales, de los cuales <strong>el</strong> más común es <strong>el</strong><br />
d<strong>el</strong> nacionalismo cultural. Considera que tal<br />
dilema plantea a cualquier política cultural un<br />
conflicto imposible de superar por lo que<br />
propone analizar <strong>el</strong> problema con otros<br />
conceptos, como <strong>el</strong> de autenticidad, para de<br />
esta manera reemplazar “<strong>el</strong> falso dilema de la<br />
universalidad-particularidad” por una<br />
oposición “más clara y radical” entre cultura<br />
auténtica y cultura inauténtica.<br />
Para explicar lo que significa cultura auténtica<br />
define primero a la cultura como “una<br />
segunda naturaleza creada por las<br />
comunidades humanas, con <strong>el</strong> objeto de<br />
justificar sus creencias, realizar sus valores<br />
<strong>el</strong>egidos y cumplir sus fines deseados.” Luiego<br />
distingue la cultura auténtica de la inauténtica<br />
definiendo a la primera como una cultura<br />
crítica y autónoma fundada en sus propias<br />
razones mientras que la segunda es una<br />
cultura manipulada sujeta a los discursos<br />
ideológicos. Una cultura es inauténtica cuando<br />
no es congruente con las necesidades, los<br />
deseos, intereses y fines reales tanto de sus<br />
creadores como de sus consumidores. En<br />
cambio es auténtica cuando corresponde a los<br />
51
deseos y conflictos reales de la vida profunda<br />
de una comunidad siendo a la vez un medio<br />
para cumplir sus fines. Una cultura inauténtica<br />
es imitativa, es una cultura enajenada.<br />
Las trampas d<strong>el</strong> nacionalismo cultural<br />
Si con la carecterización de lo que es una<br />
cultura inauténtica pudiera parecer que Villoro<br />
optaría a su vez por presentar a la cultura<br />
nacional como paradigma de autenticidad,<br />
inmediatamente desaparece esta impresión<br />
cuando se cuestiona si <strong>el</strong> nacionalismo cultural<br />
es realmente la vía para alcanzar una cultura<br />
auténtica, lo cual es dudoso ya que sus<br />
diversas interpretaciones pueden provocar<br />
tres graves confusiones.<br />
La primera confusión provocada por<br />
nacionalismo cultural se da entre lo auténtico<br />
y lo peculiar, la cual objeta <strong>el</strong> filósofo ya que<br />
lo auténtico no siempre coincide con lo<br />
peculiar y por lo tanto las manifestaciones<br />
culturales más auténticas de una cultura<br />
pueden ser a su vez las menos peculiares.<br />
Además, ninguna cultura es pura y cita la<br />
convergencia de todas la cultura en una<br />
realizada por José Vasconc<strong>el</strong>os en su mito de<br />
la raza cósmica, por lo que considera que la<br />
justificación de la defensa de lo propio y la<br />
condena de lo extraño oculta <strong>el</strong> temor a los<br />
cambios, es expresión de una actitud<br />
defensora de la situcación social y de una<br />
sociedad temerosa de su renovación.<br />
Ahora bien, para <strong>el</strong> pensador mexicano la falta<br />
de autenticidad no reside tanto en <strong>el</strong> origen<br />
externo de las ideas sino en su repetición<br />
irreflexiva y acrítica, así como en su falta de<br />
integración vital. La cultura imitativa es<br />
inauténtica porque acepta los <strong>el</strong>ementos<br />
extraños sin cuestionarlos o aplicarlos a los<br />
deseos y necesidades reales. Como <strong>el</strong><br />
nacionalismo cultural no lleva a cabo estas<br />
distinciones afronta <strong>el</strong> riesgo de confundir<br />
cultura nacional con tradición cultural y<br />
autenticidad con reiteración de lo existente.<br />
La segunda confusión se da entre la cultura<br />
nacional y la cultura una, lo que puede<br />
provocar la destrucción de las culturas de la<br />
etnias o regiones para lograr la integración de<br />
la cultura nacional, debido sobre tdo a que la<br />
dinámica de un nacionalismo cultural su<strong>el</strong>e<br />
impulsar una cultura uniforme así como tiende<br />
a menospreciar y aplastar a las distintas.<br />
52<br />
La tercera confusión es la que se da entre la<br />
cultura nacional y la cutura auspiciada por <strong>el</strong><br />
estado, misma que a su vez se basa en<br />
identificar erróneamente al estado con la<br />
nación sin distinguir que son dos categorías<br />
completamente diferentes. El nacionalismo<br />
cultural como proyecto político de un estado<br />
cumple a su vez una doble función: por una<br />
parte consolida al estado nacional ante <strong>el</strong><br />
colonialismo externo y, por otra, refuerza su<br />
dominio en la sociedad, esto es, lo mismo<br />
puede convertirse en ideología de liberación<br />
que en ideología de la más moderna tiranía.<br />
Ante la multiplicidad de interpretaciones de<br />
que es objeto <strong>el</strong> nacionalismo cultural y su<br />
impresión que origina tantas confusiones<br />
como equívocos Villoro llega a la conclusión de<br />
que es preferible abandonar <strong>el</strong> término y<br />
desechar la posibilidad de que <strong>el</strong> nacionalismo<br />
cultural pueda convertirse en la respuesta<br />
adecuada o en la alternativa más viable ante<br />
la universalización de la cultura. Esta postura<br />
es compartida por algunos de los int<strong>el</strong>ectuales<br />
mexicanos más reconocidos como Carlos<br />
Fuentes, quien considera que los estrechos y<br />
estériles nacionalismos culturales d<strong>el</strong> pasado<br />
se encuentran ya superados por lo que ahora<br />
los mexicanos sabemos que nuestra<br />
nacionalidad no puede ya aislarse d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
debido a lo mucho que le debe al <strong>mundo</strong> y por<br />
lo que le puede dar. Para Fuentes “las culturas<br />
perecen en <strong>el</strong> aislamiento y solo florecen en <strong>el</strong><br />
contacto con otras culturas.<br />
Cultura universal, integración de las<br />
culturas autónomas<br />
El paso de sociedades tradicionales a una<br />
civilización industrial ha agudizado la crisis de<br />
las culturas locales, afirma Villoro, a la vez<br />
que surge una cultura hegemónica inauténtica<br />
que se coloca al servicio de los intereses<br />
económicos que dominan <strong>el</strong> mercado y<br />
reemplaza a ricas culturas tradicionesles por<br />
los patrones culturales vulgares de una<br />
mediocre sociedad de consumo.<br />
Tal ruptura de culturas auténticas en <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />
nacional se da también en lo internacional ya<br />
que después de la descolonización política<br />
todavía subsiste un “colonialismo mental”<br />
propio de <strong>el</strong>ites que se convierten en enclaves<br />
de cultura importada en territorios donde<br />
predominan las culturas autóctonas. Este
proceso de imitación cultural se refuerza a<br />
través de los mod<strong>el</strong>os consumistas difundidos<br />
por los medio de comunicación<br />
transnacionales conformándose así una seudo<br />
cultura mundial que sirve de referencia para<br />
imponer patrones exógenos de conducta a las<br />
masas de una nación.<br />
Con este enfoque coincide <strong>el</strong> antropólogo<br />
Guillermo Bonfil al considerar que la<br />
existencia de proyectos culturales sustitutivos<br />
se origina en la dominación colonial. Cita al<br />
que llama “proyecto T<strong>el</strong>evisa” como la<br />
expresión más explícita de un proyecto<br />
sustitutivo ya que busca llevar a sus últimos<br />
extremos <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de la sociedad de<br />
consumo social totalmente pasivo hasta<br />
alcanzar “una sociedad ideal en la que la<br />
producción cultural (idead, objetos, valores,<br />
sentimientos) estuviera en manos de<br />
empresas eficientes (trasnacionales), en tanto<br />
que <strong>el</strong> público (<strong>el</strong> pueblo, todos los demás)<br />
solo consumieran cultura fabricada<br />
El otro proyecto sustitutivo para Bonfil es la<br />
cultura <strong>el</strong>itista, <strong>el</strong> cual deriva d<strong>el</strong> pensamiento<br />
colonialista como también lo había precisado<br />
Villoro. Este proyecto cultural plantea la<br />
sustitución de la propia cultura de las<br />
mayorías por los contenidos superiores de la<br />
llamada cultura superior siendo su expresión<br />
más socorrida la de “hay que llevar la cultura<br />
al pueblo.” Ambos proyectos sustitutivos, <strong>el</strong><br />
<strong>el</strong>itista y T<strong>el</strong>evisa, convergen en una<br />
concepción de la cultura deseable como algo<br />
que no surge aquí y está siendo creado al<br />
margen de la r<strong>el</strong>atividad cultural de los<br />
mexicanos. Para <strong>el</strong> antropólogo y <strong>el</strong> filósofo la<br />
lucha por una cultura auténtica es una lucha<br />
contra esas formas de dominación mental, la<br />
cual está dirigida según Villoro por un doble<br />
ideal: preservar la autonomía de las<br />
culturas comunitarias frente a los<br />
intereses de grupo e integrarlas en<br />
unidades culturales superiores.<br />
La influencia mutua entre estos dos<br />
pensadores se refleja sobre todo en su<br />
concepción de lo que debería ser la cultura, la<br />
cultura propia para Bonfil y la cultura<br />
auténtica para Villoro. Bonfil define como una<br />
cultura propia a la capacidad social de<br />
producción autónoma, sin la cual no existe<br />
una sociedad como unidad diferenciada, cuyo<br />
universo está conformado por los ámbitos de<br />
la cultura autónoma y de la cultura apropiada.<br />
Las características de la cultura propia de<br />
Bonfil coinciden bastante con las ya citadas de<br />
la cultura auténtica de Villoro sobre todo en su<br />
enfoque sobre lo propio y lo ajeno, mismos<br />
que dejarían de convertirse en realidades<br />
excluyentes si se <strong>el</strong>iminaran las condiciones<br />
sociales de dominación y dieran lugar a la<br />
fundación mutua de las culturas, como lo<br />
afirma Vieyra, quien considera que desde esta<br />
perspectiva tendría vigencia <strong>el</strong> mestizaje<br />
universal vasconc<strong>el</strong>ista siempre y cuando se<br />
<strong>el</strong>iminara su contenido racista para arribar a<br />
un universalismo pluralista cuya base es<br />
encuentra “en la mutua pertenencia de todas<br />
las culturas al campo de interacción terrestre.<br />
Una cultura para ser auténticamente universal<br />
debe ser resultado de la convergencia de las<br />
culturas naciones, afirma Villoro, no la<br />
imposición de los imperialismos políticos o<br />
financieros sobre las naciones. Desde esta<br />
óptica considera que ni la cultura occidental<br />
actual y mucho menos su caricatura difundida<br />
por los medios internacionales son la cultura<br />
universal, la cual está por construirse y<br />
resultará de la integración de todas la culturas<br />
autónomas en un niv<strong>el</strong> superior.<br />
La propuesta final de Villoro es que una de las<br />
tareas de la humanidad en los próximos siglos<br />
bien podría ser propiciar “la fecundación<br />
recíproca de las culturas” para que de esta<br />
forma se pueda llegar a la creación de “una<br />
cultura unida en su cima, diversa en su base,”<br />
con lo cual “empezaría la historia una de la<br />
especie.”<br />
Conclusiones<br />
José Vasconc<strong>el</strong>os y Luis Villoro parten d<strong>el</strong><br />
mismo supuesto, unificación de las distintas<br />
culturas mundiales en una sola, la cultura<br />
planetaria. Ambos coinciden en que tal<br />
proceso empezó con la expansión de la<br />
civilización cristiana occidental en <strong>el</strong><br />
continente americano y continúa con <strong>el</strong><br />
avance de las tecnologías modernas de<br />
comunicación. Y para los dos tal fusión<br />
cultural es inevitable y se perfila como <strong>el</strong><br />
futuro de la humanidad.<br />
53
El propósito de Vasconc<strong>el</strong>os de construir una<br />
filosofía auténtica que parta de lo nacional y a<br />
la vez abarque la universalidad de la cultura<br />
se topa con <strong>el</strong> problema de la universalidadparticularidad,<br />
<strong>el</strong> cual no puede resolver en<br />
forma satisfactoria con su utopía racial y<br />
estética. En cambio Villoro intenta superar <strong>el</strong><br />
dilema de la universalidad-particularidad en lo<br />
cultural considerándolo como un problema<br />
mal planteado sin posible solución. Así opta<br />
por reemplazar lo que califica de “falso<br />
dilema” con la oposición entre cultura<br />
auténtica y cultura inauténtica. Intento que en<br />
lo particular considero tampoco responde<br />
satisfactoriamente y menos resu<strong>el</strong>ve la<br />
tradicional dualidad que se ha convertido en<br />
piedra de toque de la filosofía mexicana.<br />
Si bien tanto Vasconc<strong>el</strong>os como Villoro parten<br />
d<strong>el</strong> mismo problema, la formación de una<br />
cultura universal, la manera de tratarlos<br />
difiere así como la vía para llegar a la misma.<br />
Vasconc<strong>el</strong>os afirma que la civilización<br />
planetaria será posible solamente después de<br />
la mezcla de todas las razas en una sola, la<br />
cósmica, así como de la posterior fusión de las<br />
culturas. Mas esta unión se tendrá que dar en<br />
la raza iberoamericana, la única capaz de<br />
servir de crisol para tal mezcla racial por las<br />
peculiaridades detalladas por <strong>el</strong> filósofo<br />
mexicano. Villoro por su parte no considera<br />
como condición prioritaria tal unificación<br />
étnica sino más bien la conformación de<br />
culturas auténticas que suplan a las<br />
inauténticas para así poder llegar a la<br />
integración de una cultura universal, la cual<br />
no será producto de la fusión sino de la libre<br />
convergencia de las culturas nacionales.<br />
Ambos filósofos coinciden en que <strong>el</strong><br />
nacionalismo cultural es limitado y excluyente<br />
para lograr arribar a una cultura planetaria.<br />
Vasconc<strong>el</strong>os y Villoro plantean la necesidad de<br />
superar los tradicionales atavismos locales,<br />
aunque para <strong>el</strong> primero la extinción de los<br />
particularismos culturales será irremediable<br />
mientras que para <strong>el</strong> segundo su conservación<br />
es también parte <strong>el</strong>emental para lograr una<br />
auténtica cultura universal. Asimismo, para<br />
los dos la cultura propia es la mejor defensa<br />
en contra de los fuertes embates ideológicos<br />
extranjeros de su tiempo, <strong>el</strong> eurocentrismo<br />
positivista-racista para Vasconc<strong>el</strong>os y la<br />
dominación mental e imposición de un mod<strong>el</strong>o<br />
54<br />
neoliberal consumista a través de los medios<br />
masivos de comunicación para Villoro.<br />
La formación de una cultura universal es tema<br />
vigente, actual y prioritario sobre todo con <strong>el</strong><br />
fenómeno de una globalización creciente y los<br />
nuevos retos que representa para las culturas<br />
nacionales, sobre todo la mexicana. Por <strong>el</strong>lo<br />
no deja de ser menester d<strong>el</strong> filósofo y en<br />
general d<strong>el</strong> hombre <strong>contemporáneo</strong><br />
enfrentarse a esta problemática vital en forma<br />
crítica y reflexiva, analizando y evaluando las<br />
distintas propuestas filosóficas d<strong>el</strong> ayer y d<strong>el</strong><br />
presente para llegar a formular una visión<br />
racional d<strong>el</strong> futuro, la cual como en ningún<br />
otro tiempo es tan necesaria para guiar <strong>el</strong><br />
rumbo y destino de la humanidad.<br />
Ética y cultura universal<br />
En este ensayo examinaré la propuesta que<br />
hace <strong>el</strong> filósofo español Jesús Mosterín sobre<br />
la inevitable tendencia hacia una cultura<br />
universal única así como la posibilidad de una<br />
ética de la misma planteada por <strong>el</strong> filósofo<br />
mexicano Luis Villoro. Considero que ambas<br />
posiciones son compatibles y complementarias<br />
d<strong>el</strong> antiguo ideal de una humanidad unificada,<br />
pacífica y sobre todo más humana.<br />
En tiempos en que se cuestionan los ideales<br />
de la modernidad por considerarlos caducos y<br />
en irreversible decadencia es de sana<br />
prudencia reflexionar sobre la posibilidad de<br />
poder llegar a construir un <strong>mundo</strong> mejor.<br />
El análisis de las propuestas de estos dos<br />
filósofos hará referencia a problemas como <strong>el</strong><br />
etnocentrismo, <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ativismo, la naturaleza<br />
humana, la autenticidad cultural, la<br />
convergencia y la divergencia cultural,<br />
mismos que no se tratarán con la profundidad<br />
deseada por cuestiones obvias de espacio y<br />
para no desviar la atención d<strong>el</strong> problema que<br />
aquí pretendemos revisar: la posibilidad de<br />
que en <strong>el</strong> futuro se llegue a la formación de<br />
una cultura universal y la necesidad de su<br />
consecuente ética.<br />
De la información a la convergencia<br />
cultural<br />
Monsterín plantea que la cultura “es la<br />
información trasmitida (entre animales de la<br />
misma especie) por aprendizaje social.” Para
él toda cultura es información aunque no toda<br />
información es cultura ya que requiere <strong>el</strong> ser<br />
transmitida a través de unidades culturales o<br />
rasgos culturales a los cuales denomina<br />
memes. Si la cultura es información entonces<br />
puede ser compartida por la mayoría de los<br />
integrantes de un grupo o sociedad, en tanto<br />
que los rasgos culturales pueden a su vez<br />
recibirse y transmitirse a otra comunidades.<br />
Precisamente <strong>el</strong> crecimiento ac<strong>el</strong>erado de la<br />
cultura humana como conjunto se debe sobre<br />
todo a la capacidad de todas las sociedades<br />
para adquirir <strong>el</strong>ementos de otras culturas e<br />
incorporarlos a la propia, transferencia a la<br />
que Mosterín llama difusión de acuerdo a<br />
Linton.<br />
Mientras <strong>el</strong> contacto causa la difusión <strong>el</strong><br />
aislamiento provoca la deriva, o sea la<br />
evolución diferencial y la fragmentación de la<br />
cultura inicial. Por <strong>el</strong>lo <strong>el</strong> contacto, <strong>el</strong><br />
transporte y las comunicaciones van a<br />
determinar la difusión de los memes y la<br />
convergencia de las culturas grupales,<br />
siempre y cuando <strong>el</strong> número de memes<br />
compartidos se incremente continuamente.<br />
Tanto la convergencia como la deriva no son<br />
fenómenos azarosos sino determinados, la<br />
convergencia por <strong>el</strong> contacto y la<br />
comunicación, la divergencia por <strong>el</strong><br />
aislamiento. Por <strong>el</strong>lo considera Mosterín que<br />
en la actualidad nos encaminamos a la<br />
constitución de una única cultura mundial en<br />
la que convergen y se funden las diversas<br />
culturas étnicas tradicionales, proceso que si<br />
bien puede ser frenado momentáneamente en<br />
algunos lugares, en conjunto es irreversible.<br />
Fundamentándose genéticamente existe poca<br />
diferencia entre las distintas sociedades<br />
humanas, afirma, por lo que la dispersión y<br />
fragmentación cultural de la humanidad se<br />
debe sobre todo al islamiento anterior que<br />
dificultaba la transferencia intergrupal de los<br />
memes así como la difusión y contagio<br />
cultural. En cambio ahora los acervos<br />
culturales de las poblaciones se parecen cada<br />
vez más entre sí y se diversifican más<br />
internamente debido a la creciente admisión<br />
de memes exógenos. En pocas palabras, la<br />
oferta cultural aumenta y <strong>el</strong>lo acabará<br />
conduciendo a una cultura universal única.<br />
Mosterín se muestra optimista en que este<br />
proceso de universalidad de la cultura aporte<br />
oportunidades de una mayor f<strong>el</strong>icidad<br />
humana, aunque no deja de señalar a su vez<br />
los p<strong>el</strong>igros que conlleva, como <strong>el</strong> posible<br />
empobrecimiento d<strong>el</strong> acervo cultural humano<br />
total si resgos culturales de los grupos<br />
culturales periféricos desaparecen<br />
completamente y son sustituidos por memes<br />
homólogos exógenos. Como ejemplo de esto<br />
se puede citar <strong>el</strong> abandono de una sana dieta<br />
alimenticia nativa para adquirir hábitos de<br />
consumo de alimentos “chatarra”<br />
Para <strong>el</strong> filósofo español <strong>el</strong> único patrón d<strong>el</strong><br />
progreso y preferencia en <strong>el</strong> campo de la<br />
cultura es la eficiencia en la satisfacción de<br />
nuestras necesidades, intereses y fines<br />
últimos, Por <strong>el</strong>lo resalta <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que juegan<br />
las decisiones individuales al ser actores y no<br />
meros observadores d<strong>el</strong> cambio cultural. Este<br />
punto de vista lo va a compartir Villoro en su<br />
propuesta ética.<br />
Convergencia cultural y racionalidad ante<br />
etnocentrismo y r<strong>el</strong>ativismo<br />
No podía Monterín dejar de tratar los<br />
problemas clásicos d<strong>el</strong> etnocentrismo y <strong>el</strong><br />
r<strong>el</strong>ativismo cultural, a los cuales considera<br />
incoherentes desde un punto de vista<br />
filosófico y los cuales pueden ser refutados<br />
casi sin variantes con los mismos argumentos<br />
que se utilizan para desechar al dogmatismo y<br />
<strong>el</strong> escepticismo. Considera que las tesis<br />
extremas de uno y otro son rechazadas tanto<br />
por la reflexión sostificada como <strong>el</strong> sentido<br />
común. En parte reconoce que los r<strong>el</strong>ativistas<br />
tienen razón en cuanto a que existen algunos<br />
rasgos culturales homólogos que son<br />
incomparables e inconmensurables entre sí, a<br />
los que llama rasgos imponderables.<br />
Pero en lo que no está de acuerdo es en la<br />
inferencia inductiva no válida que a partir de<br />
estos rasgos incompatibles hacen los<br />
r<strong>el</strong>ativistas para concluir que todos los memes<br />
homólogos son rasgos impoderables. Por otra<br />
parte señala que también es obvio que<br />
algunos memes homólogos de distintas<br />
etnoculturas son comparables y que algunos<br />
son mejores que los otros. Los etnocentristas<br />
basándose en que algunos de sus memes son<br />
superiores a los de otras culturas caen en <strong>el</strong><br />
error de inducir incorrectamente que todos los<br />
memes de su propia cultura son ponderables<br />
y superiores a los de otras, por lo que<br />
55
también su cultura es superior en todos los<br />
aspectos.<br />
Ante estas dos posturas erróneas Mosterín<br />
concluye que las comparaciones holistas o<br />
totales entre las culturas carecen de sentido<br />
pues siempre habrá entre dos culturas<br />
aspectos en cada una de <strong>el</strong>las que serán<br />
superiores a los de la otra. Aclara que esto no<br />
excluye a estas costumbres de la crítica<br />
racional, misma que se debe hacer de acuerdo<br />
a determinados rasgos culturales y no en<br />
forma global, esto es, no se puede extender o<br />
extrapolar a toda la cultura en sí.<br />
Va a ser la naturaleza humana la que permita<br />
en última instancia <strong>el</strong> comparar, ponderar y<br />
criticar los rasgos culturales así como<br />
constatar los progresos y retrocesos objetivos<br />
de tal forma que superemos <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ativismo sin<br />
caer en <strong>el</strong> tenoventrismo. La naturaleza<br />
humana trasciende a las culturas, no depende<br />
de alguna de <strong>el</strong>las y es su base; como lo<br />
concibiera Malinowski, las diversas culturas<br />
son distintas maneras de satisfacer las<br />
necesidades universales que resultan de la<br />
naturaleza común.<br />
Mosterín considera que <strong>el</strong> proceso de<br />
convergencia inevitable de las etnoculturas<br />
locales conduce a una mayor uniformidad<br />
cultural d<strong>el</strong> planeta, a un mayor pluralismo y<br />
aumento de entropía en la distribución<br />
cultural. La tendencia presente consiste en<br />
que todo se mezcle y yuxtaponga en todas<br />
partes, la convergencia cultural universal es<br />
un hecho que las excepciones solamente la<br />
confirman. Pero esta convergencia no ha<br />
llegado a su culminación y por <strong>el</strong> momento sí<br />
ha desequilibrado a su vez a todas las culturas<br />
tradicionales sin hallar un nuevo <strong>el</strong> equilibrio<br />
con que sustituirlas. De ahí infiere que <strong>el</strong><br />
florecimiento de la cultura universal a su vez<br />
requiere de un orden mundial que garantice<br />
en todas partes los derechos humanos y la<br />
habitabilidad d<strong>el</strong> planeta.<br />
Es este desequilibrio entre <strong>el</strong> progreso de<br />
algunas dimensiones de la cultura y <strong>el</strong><br />
estancamiento de otras la raíz de la actual<br />
crisis de la cultura, a lo cual llama Mosterín<br />
decalaje cultural. Un ejemplo interesante que<br />
cita es <strong>el</strong> grave desequilibrio que ha surgido al<br />
reducir la mortalidad en forma artificial<br />
mientras se ha conservado la natalidad en<br />
56<br />
niv<strong>el</strong>es “naturales,” o sea <strong>el</strong> problema de la<br />
explosión demográfica considerado por la<br />
mayoría de los expertos como <strong>el</strong> mayor reto<br />
para <strong>el</strong> siguiente siglo, como lo propone Paul<br />
Kennedy. Comenta <strong>el</strong> filósofo español que<br />
mientras Japón y China han corregido su<br />
decalaje demográfico en Latinoamérica. África<br />
y Asia meridional no existen intentos serios de<br />
hacerlo. Asimismo, <strong>el</strong> problema de la guerra<br />
se debe a un decalaje cultural, al desequilibrio<br />
proveniente de la fatal combinación de la<br />
política de ayer con la tecnología de hoy.<br />
En un ámbito cultural planetario, considerado<br />
por Mosterín como <strong>el</strong> único resultado de la<br />
convergencia cultural universal, se le<br />
planteará al individuo <strong>el</strong> problema de la<br />
<strong>el</strong>ección. Y solamente donde hay <strong>el</strong>ección se<br />
puede hablar de racionalidad pues es <strong>el</strong><br />
individuo quien habrá de optar por aqu<strong>el</strong>lo<br />
que sastifaga de mejor manera sus<br />
necesidades para así lograr ser f<strong>el</strong>iz. Cualquier<br />
cambio que conduzca a una mejor satisfacción<br />
de sus deseos e intereses constituirá un<br />
progreso cultural.<br />
De esta forma podremos alcanzar una cultura<br />
universal que ofrezca a todos los humanos d<strong>el</strong><br />
planeta posibilidades de bienestar, libertad y<br />
f<strong>el</strong>icidad que nunca se habían conocido hasta<br />
ahora. Se tendía que superar para <strong>el</strong>lo <strong>el</strong><br />
enorme decalaje cultural causante de la actual<br />
crisis reacionalizando las dimensiones que han<br />
quedado rezagadas en un estadio que ya no<br />
corresponde a la situación actual d<strong>el</strong> sistema<br />
sociocultural. Mosterín precisa que su<br />
planteamiento no es una utopía sino una<br />
salida positiva que no exige algún cambio de<br />
la naturaleza humana sino la decisión personal<br />
de uno mismo como sistema integrado para<br />
alcanzar o no “los momentos de lucidez y<br />
f<strong>el</strong>icidad por los que la vida vale la pena de<br />
ser vivida.”<br />
La necesidad de una ética de la cultura<br />
Luis Villoro acepta igual que Mosterín la<br />
unificación de las culturas particulares en una<br />
universal señalando que esta tendencia es<br />
acompañada a la vez por una reacción<br />
defensiva de las identidades nacionales, sobre<br />
todo debido a que tal universalidad ha sido<br />
producto más de la dominación que de la libre<br />
aceptación de los pueblos. Surge así lo que<br />
denomina Villoro una falsa antinomia, la
“universalización-peculiaridad,” producto más<br />
de la confusión lingüística que de una<br />
verdadera contradicción entre lo que sería una<br />
cultura universal y las culturas particulares.<br />
Tal dilema plantea para Villoro <strong>el</strong> problema de<br />
la <strong>el</strong>ección de culturas, como también lo<br />
precisara Mosterín, por lo que pasaría a<br />
formar parte de una ética de la cultura que<br />
señalara deberes y derechos tanto para <strong>el</strong><br />
individuo ante su comunidad como de esta<br />
frente a otras. Para determinar tales deberes<br />
y derechos Villoro parte de dos supuestos: 1)<br />
una cultura satisface necesidades, cumple<br />
deseos y permite realizar fines d<strong>el</strong> hombre a<br />
través de la triple función y, 2) una cultura<br />
será preferible a otras en la medida que<br />
cumpla mejor con la triple función de<br />
expresar, dar sentido y asegurar <strong>el</strong> poder de<br />
nuestras acciones. Ahora bien, las condiciones<br />
previas que se requieren para que una cultura<br />
realice esta triple función tendrían que ser<br />
principios normativos universales, los cuales<br />
se reducen a cuatro: autonomía, autenticidad,<br />
sentido y eficacia.<br />
El principio de autonomía lo define Villoro<br />
como la capacidad de autodeterminación sin<br />
coacción ni violencia de una cultura para<br />
determinar sus fines y valores, los medio para<br />
realizarlos, la justificación de sus creencias y<br />
sus formas de expresión. Tal principio estaría<br />
limitado por las normas jurídicas establecidas<br />
y de él se derivarían deberes y derechos,<br />
deberes como <strong>el</strong> de que todo sujeto ha de<br />
procurar la autonomía de su propia cultura y a<br />
la vez <strong>el</strong> respeto de la autonomía de las<br />
formas culturales ajenas. A estos deberes<br />
corresponde <strong>el</strong> derecho de toda cultura a la<br />
mayor autonomía que pueda ser compatible<br />
con <strong>el</strong> marco constitucional vigente, sobre<br />
todo la autonomía de expresión.<br />
Villoro advierte sobre <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de la<br />
enajenación cultural surgida tanto de la<br />
imitación ciega de patrones culturales<br />
heterónomos como de la repetición irreflexiva<br />
de las convenciones heredadas al servicio d<strong>el</strong><br />
poder establecido. Así, la defensa contra la<br />
dominación de una cultura ajena no consiste<br />
tanto en superar lo imitativo regresando a lo<br />
“peculiar” sino en <strong>el</strong> ejercicio de la decisión y<br />
la razón personal, aspecto en que coincide con<br />
la tesis de Mosterín expuesta anteriormente.<br />
Por lo tanto para Villoro la pareja conceptual<br />
autonomía-heteronomía cultural no coincide<br />
con la de cultura nacional-cultura ajena.<br />
Inclusive señala que la realización de la<br />
autonomía cultural puede significar una<br />
ruptura con la cultura nacional dominante<br />
como es <strong>el</strong> caso de los movimientos libertarios<br />
o contraculturales.<br />
La atonomía es condición necesaria d<strong>el</strong> otro<br />
principio, <strong>el</strong> de la autenticidad. Una cultura<br />
será auténtica si sus manifestaciones externas<br />
responden a los deseos, actitudes, creencias y<br />
propósitos de sus integrantes y si se adecua a<br />
las necesidades de la comunidad que la crea.<br />
La aplicación de este principio origina <strong>el</strong> deber<br />
de comprender y juzgar al otro según sus<br />
categorías, valores y fines y no de acuerdo a<br />
los propios de nuestra cultura. A este deber<br />
corresponde <strong>el</strong> derecho que tiene toda cultura<br />
de ser considerada de acuerdo a sus propias<br />
categorías y valores sin ser juzgada por <strong>el</strong><br />
tribunal de una cultura ajena.<br />
Esta noción de autenticidad es distinta a la de<br />
“peculiaridad” ya que la aceptación y<br />
adaptación autónoma de rasgos de una<br />
cultura ajena a la propia es autentica mientras<br />
que <strong>el</strong> sujetarse a la tradición es un rasgo de<br />
falsedad. La autenticidad no está reñida con la<br />
universidad, señala <strong>el</strong> filósofo mexicano, pues<br />
adaptar <strong>el</strong>ementos de otra cultura puede ser<br />
una forma auténtica de satisfacer las<br />
necesidades propias y además las expresiones<br />
más auténticas de una cultura son<br />
generalmente las más universales.<br />
Los otros dos principios, <strong>el</strong> de sentido y <strong>el</strong> de<br />
eficacia, presuponen a su vez a los dos<br />
anteriores. El primero consiste en señalar los<br />
fines y valores preferidos d<strong>el</strong> hombrea para<br />
lograr su realización como tal, mientras que <strong>el</strong><br />
segundo consistiría en la práctica de los<br />
medios necesarios para garantizar <strong>el</strong><br />
cumplimiento de los fines <strong>el</strong>egidos. Sin<br />
embargo, aunque estos cuatro principios son<br />
d<strong>el</strong> mismo rango y complementarios, Villoro<br />
afirma que al chocar las culturas se va a dar<br />
un conflicto entre los principios de autonomía<br />
y autenticidad con los de sentido y eficacia.<br />
Ello debido a que estos dos últimos implican <strong>el</strong><br />
superar la inercia de las formas de vida<br />
heredadas y adoptar las de las civilizaciones<br />
más avanzadas, lo cual se da en una r<strong>el</strong>ación<br />
de dominio.<br />
57
La dominación exterior causa <strong>el</strong> conflicto entre<br />
principios que se oculta con los términos de la<br />
falsa antinomia de “particularidaduniversalidad,”<br />
en la cual la “peculiaridad”<br />
incluye un grado de atraso e irracionalidad y<br />
la “universalidad” un grado de heteronomía e<br />
inautenticidad. Por lo tanto ambos valores son<br />
para Villoro indeseables por sí mismos y<br />
producto d<strong>el</strong> mal uso d<strong>el</strong> lenguaje pues con la<br />
“peculiaridad” se desea defender la autonomía<br />
y autenticidad cultural mientras que la<br />
universalidad no es negativa sino la cultura de<br />
dominación que se esconde detrás de este<br />
término.<br />
El filósofo mexicano señala que la opción por<br />
una cultura universal sería deseable por<br />
implicar la realización de la razón y la<br />
emancipación de todos los hombres, como<br />
vimos también lo propone Mosterín. El filósofo<br />
mexicano precisa que la universalidad de<br />
hecho no implica racionalidad ya que se<br />
podría dar una universalidad cultural irracional<br />
como la d<strong>el</strong> consumo. Ante <strong>el</strong> faldo dilema<br />
peculiaridad-universalidad plantea <strong>el</strong> ya citado<br />
de autonomía y autenticidad frente a sentido<br />
y eficacia. Más este último no considera sea<br />
en sí mismo un dilema pues la naturaleza de<br />
los mismos principios incluye a los otros, por<br />
lo que se infiere no existe razón de peso para<br />
tener que escoger unos y desechar otros.<br />
Para Villoro <strong>el</strong> conflicto no se da entre los<br />
principios éticos comentados sino más bien en<br />
su forma de aplicarlos a la práctica concreta,<br />
por lo cual debe intervenir una política cultural<br />
para evitar tal desviación. El fin de tal política<br />
cultura sería avanzar hacia formas culturales<br />
que permitieran “<strong>el</strong> progreso en la realización<br />
de una vida humana más valiosa,” “<br />
aseguraran la autonomía y la autenticidad de<br />
la vida comunitaria y evitaran a la vez las<br />
“identidades” nacionales oscuras así como una<br />
“universalidad” de hecho que representaría<br />
una nueva forma de irracionalidad.<br />
Conclusiones<br />
Mosterín y Villoro comparten y parten de dos<br />
supuestos: lo inevitable de arribar a una<br />
cultura universal y que cualquier cultura tiene<br />
como propósito fundamental la satisfacción de<br />
las necesidades, deseos o intereses y fines d<strong>el</strong><br />
ser humano. Basados en estas dos tesis<br />
ambos consideran que debe ser en última<br />
58<br />
instancia <strong>el</strong> individuo y <strong>el</strong> grupo humano<br />
quienes deberán <strong>el</strong>egir entre las diversas<br />
ofertas culturales, lo cual representa a su vez<br />
una problemática ética que intenta plantear y<br />
desarrollar por su parte Villoro.<br />
Si las culturas particulares tarde o temprano<br />
convergerán y se fundirán en una sola o<br />
única, como la llama Villoro, <strong>el</strong> problema de<br />
<strong>el</strong>egir entre una gran gama y diversidad de<br />
culturas implicaría para Mosterín un nuevo<br />
orden mundial basado en la racionalidad,<br />
parte insustituible de la naturaleza humana y<br />
común a todos los hombres. Para Villoro se<br />
requeriría además contar con una ética de la<br />
cultura universal que se aplicara tanto al<br />
individuo como a las comunidades con <strong>el</strong> fin<br />
de precisar cuales son sus derechos y<br />
deberes, mismos que a su vez se basarían en<br />
cuatro principios: autonomía, autenticidad,<br />
sentido y eficiencia.<br />
Respecto a estos principios de autonomía y<br />
autenticidad existe una diferencia palpable<br />
entre Villoro y Monsterín pues para <strong>el</strong> primero<br />
los dos son prioritarios para presuponer los<br />
otros dos principios de sentido y eficacia. Los<br />
cuales son básicos para <strong>el</strong> filósofo español ya<br />
que implican la razón de ser de toda cultura:<br />
la realización d<strong>el</strong> hombre con <strong>el</strong> cumplimiento<br />
de los fines y valores preferidos por él en<br />
forma racional.<br />
La razón de que para <strong>el</strong> pensador mexicano<br />
sean más importantes la autonomía y la<br />
autenticidad cultural radica en <strong>el</strong> simple hecho<br />
de que Villoro parte de su propia realidad<br />
histórica, la mexicana y latinoamericana,<br />
caracterizada por la tradicional dominación<br />
cultural extranjera desde la colonización<br />
española hasta la actual influencia<br />
anglosajona. Mosterín, debido a su origen<br />
hispano y europeo, obviamente tiene otra<br />
visión sobre esta injerencia cultural y<br />
consecuente defensa que han realizado los<br />
pueblos nativos para rescatar su propia<br />
identidad cultural.<br />
Sin embargo los dos filósofos coinciden en que<br />
se debe superar la tradicional oposición de<br />
universalidad-particularidad en <strong>el</strong> ámbito de la<br />
cultura, misma que ha llevado al<br />
etnocentrismo y al r<strong>el</strong>ativismo cultural. Estas<br />
dos posturas extremas son calificadas por<br />
Mosterín como incoherentes y deben ser
echazadas con los mismos agrupamientos<br />
que se utilizan par refutar al dogmatismo y al<br />
escepticismo. Por su parte Villoro rechaza las<br />
posiciones etnocentristas y r<strong>el</strong>ativistas que se<br />
ocultan en <strong>el</strong> falso dilema de “peculiaridaduniversalidad”<br />
ya que la “peculiaridad”<br />
intentaría defender la predominancia irracional<br />
de la tradición propia sin mayor fundamento<br />
que la supuesta “autenticidad” mientras que la<br />
“universalidad” escondería los intentos de<br />
dominación de una cultura ajena y<br />
hegemónica.<br />
Una auténtica cultura universal es tanto para<br />
Mosterín como para Villoro la alternativa más<br />
viable para lograr un progreso cultural que<br />
garantice la realización y libertad d<strong>el</strong> ser<br />
humano en forma racional, para lo cual se<br />
tendrán que superar primero los obstáculos<br />
planteados por <strong>el</strong> decalaje cultural y los falsos<br />
dilemas con <strong>el</strong> de la “particularidaduniversalidad.”<br />
59
60<br />
CULTURA, DEMOCRACIA Y<br />
GLOBALIZACIÓN<br />
Democracia en la cultura antigua y<br />
moderna<br />
La democracia como filosofía, teoría y cultura<br />
política es por hoy <strong>el</strong> mito o ideal considerado<br />
como deseable en la mayoría de las<br />
organizaciones políticas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. De hecho<br />
los sistemas políticos de acuerdo a la ciencia<br />
política actual son básicamente clasificados en<br />
democráticos o no democráticos. Asimismo, <strong>el</strong><br />
ser democrático es un requisito necesario para<br />
que un país pueda participar en la integración<br />
regional e inclusive para llegar a tratados de<br />
libre comercio, como con la Unión Europea,<br />
por lo que de buena o mal gana, lenta o<br />
ac<strong>el</strong>eradamente, la mayoría de las naciones<br />
con aspiraciones de modernización y<br />
globalización tienen que adoptar la<br />
democracia como la forma ideal de<br />
constitución política.<br />
La práctica de la democracia como ideal<br />
político se inicia en la antigua Grecia,<br />
específicamente en la Atenas de fines d<strong>el</strong><br />
Siglo V a. C. Sin embargo <strong>el</strong> origen de la<br />
democracia es anterior pues es ya citada por<br />
Herodoto en sus Historias (libro III) al<br />
referirse a la discusión imaginaria que se da<br />
entre tres personajes persas sobre la mejor<br />
forma de gobierno que debería instaurarse en<br />
Persia.<br />
Prólogo<br />
El <strong>mundo</strong> de ayer, como <strong>el</strong> actual, está<br />
poblado de mitos y personajes mitológicos,<br />
cuya presencia se manifiesta a través de<br />
poderosas imágenes visuales, orales o<br />
escritas. Igual que ayer, <strong>el</strong> mito goza hoy de<br />
gran popularidad, atraviesa todos lo sectores<br />
sociales y se difunde por los medios más<br />
variados. Camina envu<strong>el</strong>to en mensajes<br />
políticos, r<strong>el</strong>igiosos o ideológicos que tienen<br />
una resonancia colectiva. Los mitos de<br />
nuestro tiempo, como los d<strong>el</strong> pasado, ponen<br />
en circulación concepciones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
profundamente arraigadas en <strong>el</strong> imaginario<br />
colectivo.<br />
En <strong>México</strong>, desde los tiempos más remotos, <strong>el</strong><br />
mito es una de las principales expresiones de<br />
la mentalidad colectiva. Su rasgo distintivo es<br />
ser un medio de transmisión de memorias<br />
grupales o comunitarias. Según Claude Lévi-<br />
Strauss, todo acto o r<strong>el</strong>ato individual es un<br />
mito en potencia, pero sólo adquieren esa<br />
calidad los r<strong>el</strong>atos que son adoptados y<br />
repetidos por amplios sectores sociales.<br />
En contraste con la historia, que se refiere a<br />
hechos”verdaderamente ocurridos”, <strong>el</strong><br />
contenido d<strong>el</strong> mito puede ser un<br />
acontecimiento real o imaginario, o un<br />
episodio que nunca ocurrió pero que muchos<br />
piensan que efectivamente tuvo lugar. En<br />
otras palabras, la verdad d<strong>el</strong> mito no está en<br />
su contenido, sino en <strong>el</strong> hecho de ser una<br />
creencia aceptada por vastos sectores<br />
sociales. Es una creencia social compartida,<br />
no una verdad sujeta a verificación. Su validez<br />
y eficacia residen en su credibilidad. Sin<br />
embargo, sus innumerables versiones están<br />
tan decantadas como las que circulan en los<br />
libros más rigurosos, pues sólo han llegado<br />
hasta nosotros los mitos aceptados por<br />
quienes creyeron en <strong>el</strong>los, al oírlos por<br />
primera vez, los conservan en su memoria y<br />
los transmitieron a sus descendientes, quienes<br />
a su vez los heredaron a las siguientes<br />
generaciones.<br />
Por ser considerado un medio de<br />
comunicación con los ancestros, las<br />
identidades grupales y los misterios d<strong>el</strong><br />
cosmos y la naturaleza, <strong>el</strong> mito ha sido y<br />
seguirá siendo <strong>el</strong> instrumento idíneo para<br />
manifestar las aspiraciones colectivas más<br />
recónditas. Es <strong>el</strong> transmisor de los temores<br />
compartidos. El conducto por donde fluyen los<br />
sentimientos más íntimos que conmueven a<br />
los diversos grupos sociales. Es <strong>el</strong> lenguaje<br />
escogido para comunicar los anh<strong>el</strong>os de<br />
f<strong>el</strong>icidad, paz, armonía, justicia y buen<br />
gobierno. Es <strong>el</strong> canal por <strong>el</strong> que corren las<br />
pulsiones que demandan un <strong>mundo</strong> mejor. Y<br />
cuando se concentra en las personas o en sus<br />
actos, <strong>el</strong> mito es <strong>el</strong> constructor de seres<br />
legendarios: héroes, Mesías, genios, villanos,<br />
redentores y otros personajes rodeados por <strong>el</strong><br />
halo d<strong>el</strong> carisma.<br />
En <strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong>, una gran parte<br />
de la memoria colectiva está encapsulada en<br />
mitos. Podría decirse que las nociones y<br />
símbolos en que reposan nuestras identidades<br />
colectivas (patria, nación, héroes, símbolos
nacionales), más que estar fundados en<br />
hechos positivos, son creencias colectivas<br />
que, como decía George Sor<strong>el</strong>, expresan la<br />
conciencia histórica de un pueblo. Asimismo,<br />
una de las mitologías mexicanas más ricas es<br />
la que rodea a sus personajes carismáticos, a<br />
su peculiar especie humana.<br />
Hoy muchos aceptan que nuestras<br />
concepciones acerca de la identidad nacional o<br />
la formación histórica de la nación están<br />
pobladas de mitos. También es cierto que la<br />
imagen que nos hemos hecho de nuestros<br />
antepasados y <strong>contemporáneo</strong>s está fundada<br />
en apreciaciones fantasiosas o míticas. Sin<br />
embargo, no es menos cierto que carecemos<br />
de un catálogo de los mitos y personajes<br />
mitológicos con los cuales convivimos. Para<br />
comenzar a llenar ese vació, hace poco tiempo<br />
se hizo un reportaje que intentó catalogar<br />
algunos de los mitos y personajes<br />
carismáticos que nos rodean. Siguiendo esa<br />
idea original, en este libro quisimos presentar<br />
un inventario de los mitos que hoy son más<br />
entrañables, populares u obsesivos entre los<br />
mexicanos. También se quiso recoger la<br />
imagen de algunos personajes que han<br />
alcanzado un lugar privilegiado en <strong>el</strong><br />
imaginario colectivo. Para cumplir ambos<br />
propósitos solicitamos la cooperación de<br />
muchos expertos en estos temas y diseñamos<br />
un libro estrictamente colectivo. Su<br />
concepción y realización es obra de muchas<br />
cabezas, manos y empeños.<br />
Con todo, faltó tiempo, recursos y personal<br />
para realizar un catálogo exhaustivo de los<br />
mitos que sustentan nuestras creencias<br />
colectivas. Tampoco fue posible componer un<br />
repertorio idóneo de los incontables<br />
personajes que la sabiduría popular considera<br />
como <strong>el</strong> compendio de la comedia humana<br />
mexicana. Para actualizar la galería de<br />
nuestros personajes connotados, incluimos los<br />
retratos ascendentes d<strong>el</strong> mariachi, <strong>el</strong><br />
guerrillero, <strong>el</strong> narcotraficante, <strong>el</strong> rockero, <strong>el</strong><br />
chicano, <strong>el</strong> junior y otros ídolos de reciente<br />
fabricación. Sin embargo, en esta sección son<br />
más sensibles las ausencias de personajes<br />
representativos de las distintas regiones d<strong>el</strong><br />
país y de los medios rurales y pueblerinos.<br />
Quizá en <strong>el</strong> futuro, con más tiempo y<br />
recuerdos, se podrán llenar ambas lagunas.<br />
Enrique Florescano<br />
Quetzalcóatl: un mito hecho de mitos<br />
Enrique Florescano<br />
Quetzalcóatl ocupa un lugar único en la<br />
historia y la imaginería mexicanas. Su figura<br />
múltiple recorre todas las épocas y en cada<br />
una brilla con luz propia. Su primera aparición<br />
es imborrable: nace con la actual era d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> y es uno de sus creadores. Según las<br />
cosmogonías más antiguas, Quetzalcóatl nació<br />
cuando no había luz ni movimiento ni vida en<br />
<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, e instauró un orden fundamental en<br />
<strong>el</strong> cosmos. Separó <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o de la tierra y él<br />
mismo se convirtió en uno de los árboles que<br />
sostenían la bóveda c<strong>el</strong>este. En la tradición<br />
maya es <strong>el</strong> Primer Padre, <strong>el</strong> ordenador d<strong>el</strong><br />
cosmos y <strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> maíz, la deidad que creó<br />
<strong>el</strong> alimento de los seres humanos y produjo la<br />
vida civilizada. Varios textos y pinturas<br />
describen su maravilloso viaje a la Primera<br />
Verdadera Montaña, <strong>el</strong> lugar donde se<br />
guardaban los alimentos fundamentales.<br />
Cuenta cómo Quetzalcóatl, armado de un<br />
hacha con forma de r<strong>el</strong>ámpago, golpeó la<br />
montaña de los mantenimientos y de la<br />
abertura que hizo brotó <strong>el</strong> maíz y los bienes<br />
que desde entonces alimenta a los seres<br />
humanos.<br />
En los testimonios mayas que narran la saga<br />
de Quetzalcóatl, los principales<br />
acontecimientos de su vida están vinculados<br />
con <strong>el</strong> ciclo vegetal de la planta d<strong>el</strong> maíz.<br />
Siguiendo la práctica de los campesinos<br />
cuando inician la siembra y remueven la tierra<br />
para depositar en <strong>el</strong>la la simiente,<br />
Quetzalcóatl fue primero sembrado en la<br />
tierra: es la primera semilla que se introdujo<br />
en <strong>el</strong> seno de la tierra. Pero como los dioses<br />
creadores no advirtieron a los señores d<strong>el</strong><br />
infra<strong>mundo</strong> de esta intromisión en sus<br />
dominios, no acordaron con <strong>el</strong>los los<br />
sacrificios que habrían de recibir a cambio de<br />
procrear la vida en su interior, éstos<br />
retuvieron la semilla y se negaron a que<br />
fructificara en la superficie terrestre. El Popol<br />
Vuh, <strong>el</strong> libro sagrado de los mayas, narra que<br />
al observar esa resistencia los dioses c<strong>el</strong>estes<br />
enviaron al infra<strong>mundo</strong> a dos héroes dotados<br />
de poderes sobrenaturales, los Gem<strong>el</strong>os<br />
Divinos. Los gem<strong>el</strong>os descendieron al interior<br />
de la tierra, enfrentaron a los temibles<br />
señores de Xibalbá, los vencieron e hicieron<br />
retornar al dios d<strong>el</strong> maíz a la superficie<br />
61
terrestre. El episodio más dramático d<strong>el</strong> mito<br />
es <strong>el</strong> renacimiento glorioso d<strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> maíz,<br />
quien brota d<strong>el</strong> interior de la tierra llevando<br />
con él las mazorcas preciosas, con cuya masa<br />
los dioses mod<strong>el</strong>aron a las mujeres y a los<br />
hombres de la nueva era d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Como se<br />
observa, en su versión más antigua, <strong>el</strong> mito<br />
d<strong>el</strong> Quetzalcóatl es una cosmogonía agrícola,<br />
un canto a los poderes reproductores d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o<br />
y de la tierra, y una apología de la agricultura<br />
como sustento de la vida civilizada.<br />
En la tradición d<strong>el</strong> área d<strong>el</strong> Golfo de <strong>México</strong><br />
Quetzalcóalt asume otra apariencia: es<br />
Ehécatl, <strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> Viento, la potencia que<br />
barre los cuatro rumbos d<strong>el</strong> cosmos para que<br />
por <strong>el</strong>los corran los aires que provocan la<br />
precipitación de la lluvia. Su aparición ordena<br />
<strong>el</strong> cosmos, <strong>el</strong> espacio terrestre y <strong>el</strong> tiempo.<br />
Sus templos eran redondos y por <strong>el</strong>los<br />
viajaban los diferentes vientos. En Cholula,<br />
sus seguidores edificaron un templo altísimo y<br />
la fiesta que lo conmemoraba reunía<br />
peregrinos de las regiones más apartadas de<br />
Mesoamérica.<br />
En los códices y r<strong>el</strong>atos mixtecos. Quetzalcóatl<br />
aparece bajo la advocación de Ehécatl, <strong>el</strong><br />
soplo vital que le infundió movimiento al<br />
cosmos. Su calidad divina se manifiesta al<br />
nacer, pues brota de un pedernal y una de sus<br />
primeras tareas es separar <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y las aguas<br />
de la tierra. Su aparición se asocia con <strong>el</strong><br />
surgimiento de la tierra mixteca, <strong>el</strong> nacimiento<br />
de los primeros linajes en la legendaria región<br />
de Apoala, <strong>el</strong> descubrimiento de las plantas<br />
útiles y d<strong>el</strong> fuego, y la c<strong>el</strong>ebración de las<br />
ceremonias dedicadas a reverenciar a los<br />
dioses y los ancestros. Es un héroe cultural de<br />
naturaleza divina, un dispensador de los<br />
bienes fundamentales y <strong>el</strong> ancestro tut<strong>el</strong>ar d<strong>el</strong><br />
pueblo mixteco.<br />
Varios siglos más tarde, cuando ya habían<br />
desaparecido los reinos de la época Clásica<br />
que contaban que la creación d<strong>el</strong> cosmos<br />
había sido obra d<strong>el</strong> dios d<strong>el</strong> maíz, se fundó un<br />
estado poderoso en <strong>el</strong> norte de Mosoamérica,<br />
poblado por gente nómada y guerrera y por<br />
antiguos habitantes d<strong>el</strong> Altiplano Central. Ese<br />
reino tuvo por capital a Tula o Tollan, la<br />
c<strong>el</strong>ebrada ciudad gobernada por <strong>el</strong> rey y<br />
supremo sacerdote Quetzalcóatl. Los r<strong>el</strong>atos<br />
toltecas le atribuyen a Quetzalcóatl la creación<br />
d<strong>el</strong> legado cultural que fundió la vida civilizada<br />
62<br />
en Mesoamérica: la invención de la<br />
agricultura, <strong>el</strong> calendario, la escritura, la<br />
astronomía, la astrología, la medicina y las<br />
artes y oficios útiles. Es decir, este mito<br />
legitima <strong>el</strong> asentamiento de los guerreros<br />
norteños en las tierras de los antiguos<br />
agricultores, y transforma las creaciones<br />
culturales de los últimos en legado tolteca.<br />
La c<strong>el</strong>ebración d<strong>el</strong> dios y héroe cultural de<br />
Tula se confundió con la imagen de un<br />
personaje llamado Ce Ácatl Topiltzin<br />
Quetzalcóalt, que quiere decir Uno Caña (su<br />
fecha de nacimiento), nuestro señor<br />
Quetzalcóatl. Su legendaria biografía señala<br />
que llevo <strong>el</strong> mismo nombre que <strong>el</strong> dios y<br />
sacerdote, hizo hazañas guerreras, gobernó<br />
Tula en su máximo esplendor, perdió <strong>el</strong> trono<br />
y por último abandonó su reino, huyendo con<br />
una parte de sus fi<strong>el</strong>es hacia <strong>el</strong> oriente.<br />
La literatura más extensa sobre Topiltzin<br />
Quetzalcóatl se refiere a su gobierno en Tula y<br />
c<strong>el</strong>ebra la fundación de un reino que ejercía <strong>el</strong><br />
poder sobre innumerables pueblos. Los textos<br />
narran que Tula era la metrópoli donde<br />
abundaban las riquezas y confluían los bienes<br />
de la civilización. En ese reino <strong>el</strong> poder político<br />
estaba unido al r<strong>el</strong>igioso en la persona de<br />
Topiltzin Quetzalcóatl. A Tula acudían los<br />
señores de las provincias vecinas y ahí<br />
Topiltzin les asignaba su rango y les imponía<br />
las insignias d<strong>el</strong> poder. En signo de<br />
acatamiento, los jefes de los distintos reinos<br />
le ofrendaban tributos muy ricos y regalos<br />
suntuosos.<br />
Repentinamente este reino f<strong>el</strong>iz fue abatido<br />
por los poderes malignos d<strong>el</strong> dios<br />
Tezcatlipoca, quien hizo que Quetzalcóatl<br />
huyera hacia <strong>el</strong> oriente. Unos textos dicen que<br />
al llegar a un lugar de la costa d<strong>el</strong> Golfo de<br />
<strong>México</strong> Quetzalcóatl se incendió y más tarde<br />
renació convertido en Estr<strong>el</strong>la Matutina o<br />
Señor d<strong>el</strong> Alba. Otros cuentan que al salir de<br />
Tula inició una dilatada peregrinación por las<br />
regiones de Puebla, Oaxaca, Tabasco, Chiapas<br />
y Yucatán, y se internó en las tierras de<br />
Guatemala, El Salvador y Nicaragua. En cada<br />
uno de esos lugares dejó una hu<strong>el</strong>la<br />
inolvidable de su presencia.<br />
Múltiples testimonios registran la penetración<br />
en <strong>el</strong> sur d<strong>el</strong> país de grupos de ascendencia<br />
tolteca, junto con <strong>el</strong> arribo de un personaje
que reproduce los rasgos d<strong>el</strong> legendario rey,<br />
supremo sacerdote y héroe cultural de Tula.<br />
En muchas ciudades su emblema, la Serpiente<br />
Emplumada, adorna los monumentos más<br />
significativos. En Chichén Itzá es <strong>el</strong> emblema<br />
que identifica a los personajes que encabezan<br />
acciones bélicas. En Cacaxtla, la Serpiente<br />
Emplumada identifica a los dirigentes a esa<br />
ciudad. En Xochicalco la serpiente Emplumada<br />
ondula en <strong>el</strong> monumento que se levanta en la<br />
plaza central. Asimismo, diversos textos<br />
yucatecos, quinchés y cakchiqu<strong>el</strong>es dan<br />
cuenta de invaciones procedentes d<strong>el</strong><br />
Altiplano Central dirigidas por personajes que<br />
ostentan <strong>el</strong> nombre de Kukulkán, Gucumatz o<br />
Nácxit, que son otras tantas ap<strong>el</strong>aciones d<strong>el</strong><br />
legendario Topiltzin Quetzalcóatl. Como se<br />
advierte, <strong>el</strong> mito de la Tula maravillosa y d<strong>el</strong><br />
legendario Quetzalcóatl legitiman la expansión<br />
de un pueblo conquistador, que desde <strong>el</strong> siglo<br />
IX al XII impuso su dominio en Tula y en la<br />
península de Yucatán, donde grupos toltecas y<br />
mayas fundaron Chichén ítza, la metrópoli<br />
sureña.<br />
Cuando Hernán Cortés llegó a las playas de<br />
Veracruz, buena parte de las diversas<br />
imágenes quea lo largo d<strong>el</strong> tiempo se<br />
vincularon con Quetzalcóatl se habían reunido<br />
en Tenochtitlán, la ciudad edificada en medio<br />
de la laguna, que era entonces una metrópoli<br />
cosmopolita y un centro receptor de múltiples<br />
tradiciones. En le panteón mexica, Ehécatl –<strong>el</strong><br />
dios creador de los códices mixtecos- tenía un<br />
alto lugar, aunque crecientemente disputado<br />
por Tezcatlipoca y Huizilopochtli, deidades<br />
nahuas. Su extraño templo redondo ocupaba<br />
un lugar privilegiado frente al Sancta<br />
santorum de Tenochtitlán, <strong>el</strong> Templo Mayor.<br />
En <strong>el</strong> centro ceremonial de Tecnochtitlán los<br />
mexicas habían construido un templo para<br />
albergar las efigies de los dioses<br />
conquistados, de tal manera que la variedad<br />
de deidades nahuas se imbricó con los dioses,<br />
símbolos y discursos teogónicos de otros<br />
pueblos y culturas. Así, a las propias<br />
r<strong>el</strong>aciones de Quetzalcóatl con otros dioses d<strong>el</strong><br />
panteón nahua, se agregaron nuevas<br />
conexiones con deidades de panteones<br />
diferentes. El Quetzalcóatl mexica recibió los<br />
atributos y significados d<strong>el</strong> Quetzalcóalt<br />
venerado en Cholula, y particularmente la rica<br />
simbología de la Estr<strong>el</strong>la Matutina y la Estr<strong>el</strong>la<br />
Vespertina que estaba en uso de diferentes<br />
regiones, de modo que Xólotl,<br />
Tlahuizcalpantecuhtli y otros avatares de<br />
Venus se sumaron al Quetzalcóatl de los<br />
aztecas.<br />
En la cosmogonía nahua. Quetzalcóatl es uno<br />
de los dioses que intervienen en la creación<br />
d<strong>el</strong> cosmos y d<strong>el</strong> sol, y es asimismo <strong>el</strong> dios<br />
que desciende al infra<strong>mundo</strong>, rescata los<br />
huesos de la antigua humanidad y forma con<br />
<strong>el</strong>los a las mujeres y a los hombres d<strong>el</strong> Quinto<br />
Sol. Como sus antecesores mayas y mixtecos,<br />
es <strong>el</strong> dios dispensador de la civilización, <strong>el</strong><br />
reciclador d<strong>el</strong> tiempo, <strong>el</strong> discernidor d<strong>el</strong><br />
movimiento de los astros y de los destinos<br />
humanos. El calendario y la escritura, los dos<br />
saberes supremos que ordenaban los<br />
conocimientos fundamentales de<br />
Mosoamérica, eran actividades vinculadas al<br />
dios Quetzalcóatl y estaban a cargo de los dos<br />
más altos sacerdotes, quienes llevaban<br />
asimismo <strong>el</strong> título de Quetzalcóatl.<br />
Al lado de las representaciones d<strong>el</strong> dios, los<br />
testimonios mexicas destacan la imgen de Ce<br />
Ácatl Topilzin Quetzalcóatl como <strong>el</strong> fundador<br />
d<strong>el</strong> reino soñado. D<strong>el</strong> mismo modo que en la<br />
mitología mexica. Tula es <strong>el</strong> arquetipo de la<br />
ciudad y <strong>el</strong> reino ideal, Topiltzin Quetzalcóatl<br />
es <strong>el</strong> paradigma d<strong>el</strong> gobernante, <strong>el</strong> creador de<br />
las insignias, investiduras y símbolos reales, <strong>el</strong><br />
primer rey de la legendaria Tula, <strong>el</strong> fundador<br />
d<strong>el</strong> poder tolteca, antecesor d<strong>el</strong> poder mexica.<br />
La conquista española y la invasión de nuevos<br />
dioses y símbolos r<strong>el</strong>igiosos no segaron la vida<br />
de Quetzalcóatl. Por <strong>el</strong> contrario, la<br />
multiplicaron. Con las cenizas y los recuerdos<br />
de los antiguos dioses, los sobrevivientes<br />
indígenas compusieron un nuevo mito de<br />
Quetzalcóatl; <strong>el</strong> antiguo héroe cultural fue<br />
transformado en un Mesías redentor. Varios<br />
testimonios r<strong>el</strong>atan la historia de un<br />
Quetzalcóatl que había prometido regresar de<br />
su exilio, formar un ejército indígena dotado<br />
de armas invencibles, hacer la guerra a los<br />
invasores blancos y restaurar <strong>el</strong> antiguo reino<br />
de los señores naturales.<br />
Por su parte, los frailes evang<strong>el</strong>izadores y los<br />
nacidos en <strong>México</strong> de ascendientes europeos,<br />
crearon <strong>el</strong> mito de un Quetzalcóatl cristiano.<br />
Fray Toribio de Venavente, <strong>el</strong> célebre<br />
Motolimía. Inció esta transformación cuando<br />
aseveró que Quetzalcóatl era hombre<br />
63
“honesto y templado”, y dijo que fue él quien<br />
“comenzó a hacer penitencias de ayuno y<br />
disciplina”. Bartolomé de las Casas dio un<br />
paso más en esta conversión cuando afirmó<br />
que Quetzalcóatl, <strong>el</strong> dio de Cholula, era un<br />
hombre blanco, de ojos grandes, largo cab<strong>el</strong>lo<br />
negro y barba redonda. El dominico Diego<br />
Durán completó esta identificación en su<br />
Historia de las Indias, donde escribió que<br />
Quetzalcóatl había sido en realidad un<br />
mensajero de Cristo, puesto que había<br />
difundido los signos de la verdadera r<strong>el</strong>igión y<br />
había profetizado la llegada de los españoles.<br />
La interpretación de Durán no admitía la idea<br />
de que los indios de Nueva España pudieran<br />
haber sido olvidados por los señalados para<br />
propagar la palabra de Cristo. Según su<br />
interpretación, <strong>el</strong> apóstol de los indios había<br />
sido Topilzin “<strong>el</strong> cual aportó a esta tierra, y<br />
según la r<strong>el</strong>ación (que) de él se da(…)<br />
también sabemos haber sido predicador de los<br />
indios”. Así, por medio de esta transmutación.<br />
Quetzalcóatl adquirió los rasgos de un apóstol<br />
de Cristo, mientras que otros pensaron que<br />
Dios había utilizado ese engaño para atraer a<br />
los indios a la verdadera fe. Como lo ha<br />
mostrado Jacques Lafaye, la ídea que pronto<br />
tendió a imponerse fue que Quetzalcóatl era <strong>el</strong><br />
apóstol Santo Tomás, y que todas las<br />
analogías (de las) creecias d<strong>el</strong> antiguo <strong>México</strong><br />
con <strong>el</strong> cristianismo derivaban de una pretérita<br />
evang<strong>el</strong>ización de América y de la degradación<br />
ulterior de la doctrina”. Sobre estas bases se<br />
afirmó la idea de que Quetzalcóatl fue un dios<br />
blanco, procedente de un país remoto, cuyo<br />
mandato era difundir la civilización en las<br />
incultas tierras de América.<br />
Desde entonces Quetzalcóatl se convirtió en la<br />
presencia más ubicua y carismática de la<br />
mitología mexicana. Adquirió las cualidades de<br />
la metamorfosis, la resurrección y la<br />
multiplicación sin límites. Su figura, radiante o<br />
premonitoria, pudo atravesar<br />
simultáneamente diferentes tiempos, o viajar<br />
por múltiples espacios. En los años críticos de<br />
indefensión o quebranto, asumió los rasgos<br />
d<strong>el</strong> profeta: anunció regresos triunfales y la<br />
instauración de un nuevo reino. En las épocas<br />
de construcción y estabilidad se convirtió en<br />
símbolo de civilización, y en emblema de una<br />
identidad ancestral.<br />
64<br />
Poco antes de que estallara <strong>el</strong> movimiento de<br />
independencia, fray Servando Teresa de Mier<br />
revivió la leyenda d<strong>el</strong> apóstol y d<strong>el</strong> héroe<br />
legendario. A su vez, muchos indígenas y<br />
mestizos entendieron que en esos años se<br />
cumplía un ciclo más de las revoluciones d<strong>el</strong><br />
tiempo y que esa inudación de los años<br />
anunciaba <strong>el</strong> regreso de Quetzacóatl. A lo<br />
largo d<strong>el</strong> siglo XIX su figura invadió los<br />
terrenos de la poesía, la música, <strong>el</strong> drama, la<br />
literatura y la pintura. Es estas artes, como<br />
antes en <strong>el</strong> mito, adquirió otros perfiles y vivió<br />
nuevas reencarnaciones. Con <strong>el</strong> triunfo de la<br />
Revolución de 1910 y la exlosión de la pintura<br />
mural, Quetzalcóatl se convirtió en uno de los<br />
personajes predilectos de los muralistas. José<br />
Clemente Orozco y Diego Rivera pasmaron<br />
dos interpretaciones poderosas de<br />
Quetzalcóatl, y más tarde cada pintor<br />
construyó su propia versión de este<br />
personaje.<br />
En la segunda década d<strong>el</strong> siglo actual Manu<strong>el</strong><br />
Gamio, <strong>el</strong> fundador de la arqueología<br />
mexicana, exhumó en la cudad sagrada de<br />
Teotihuacán <strong>el</strong> templo más antiguo que se<br />
conoce dedicado a la Serpiente Emplumada.<br />
Nunca imaginó que con esa obra iniciaría otro<br />
interminable debate sobre esa entidad<br />
prodigiosa, y abriría la puerta a una sucesión<br />
de cambiantes interpretaciones. Las<br />
encontradas y fantásticas <strong>el</strong>ucubraciones que<br />
cada generación de arqueólogos produjo de<br />
esta figura, pronto fueron superadas por las<br />
fabricadas por historiadores, escritores,<br />
practicantes de ciencias ocultas, astrólogos,<br />
periodistas, antropólogos de las más variadas<br />
escu<strong>el</strong>as, y aficionados a la historia y la<br />
arqueología.<br />
En las últimas décadas la literatura sobre<br />
Quetzalcóatl adquirió dimensiones<br />
inabarcables. Los psicólogos encontraron<br />
nuevas versiones d<strong>el</strong> complejo de Edipo al<br />
analizar la personalidad incestuosa y<br />
esquizofrénica de Quetzalcóatl. En la<br />
iconografía popular, aun cuando la virgen de<br />
Guadalupe y <strong>el</strong> Enmascarado de Plata<br />
mantienen <strong>el</strong> primer lugar en cuanto al<br />
número de veces que su imagen se<br />
reproduce, Quetzacóatl se imbricó con las<br />
imágenes de santos, vírgenes, profetas,<br />
héroes culturales, videntes y ancestros de<br />
toda laya.
Como ocurre con otros grandes mitos, <strong>el</strong> de<br />
Quetzalcóatl se ha vu<strong>el</strong>to un mito universal,<br />
imposible de reducir a una sola explicación,<br />
irrefrenable y polisémico. Cada nueva<br />
interpretación da pie a nuevas hipótesis y<br />
suscita otras replicas que a su vez conducen a<br />
nuevas disquisiciones. Al reencarnar en cada<br />
época bajo nuevas apariencias y simbolismos,<br />
y al reproducirse con la máxima plasticidad,<br />
adquirió la libertad suprema: la de ser cada<br />
vez una personalidad distinta y mudable.<br />
La Malinche: la lengua en la mano<br />
Calar hondo…<br />
Margo Glantz<br />
Calar hondo para descubrir <strong>el</strong> secreto de las<br />
tierras recién descubiertas, parece haber sido<br />
una de las preocupaciones esenciales de<br />
Cortés. Esas frases se repiten a menudo en la<br />
Primera Carta de R<strong>el</strong>ación y en la Segunda. En<br />
<strong>el</strong> pliego de instrucciones que Diego V<strong>el</strong>ásquez<br />
le entrega a Cortés, antes de salir de Cuba se<br />
lee:<br />
Trabajaréis con mucha diligencia e solicitud de<br />
inquirir e saber <strong>el</strong> secreto de las dichas islas e<br />
tierras, y de las demás a <strong>el</strong>las comarcanas y<br />
que Dios Nuestro haya servido que se<br />
descubrieran e descubrieren, así de la maña e<br />
conversación de la gente de cada una d<strong>el</strong>las<br />
en particular, como de los árboles y frutas,<br />
yerbas aves, animalitos, oro, piedras<br />
preciosas, perlas, e otros metales, especiería<br />
e otra cualesquier cosas, e de todo traer<br />
r<strong>el</strong>ación por ante escribano<br />
Y es obvio que no es posible calar hondo ni<br />
descubrir secretos si se carece de lengua, es<br />
decir de intérprete.<br />
El pueblo<br />
El pueblo, los pueblos, mi pueblo<br />
Mauricio Merino<br />
No hay muchas palabras que tengan tantos<br />
significados como la palabra pueblo. Aunque<br />
<strong>el</strong> Diccionario de Autoridades la define con <strong>el</strong><br />
rigor que solía caracterizar al buen cast<strong>el</strong>lano<br />
de aqu<strong>el</strong>los tiempos, ya desde entonces la<br />
anfibología y <strong>el</strong> plural de este término<br />
mostraban no solamente los significados<br />
distintos que podía producir, sino la riqueza<br />
original de los mitos escondidos tras esa<br />
palabra. Dice aqu<strong>el</strong> diccionario que un pueblo<br />
es, en principio, “<strong>el</strong> lugar o ciudad que está<br />
poblado de gente”, pero también “<strong>el</strong> conjunto<br />
de gentes que habitan <strong>el</strong> lugar (y además) la<br />
gente común y ordinaria de alguna ciudad o<br />
población”.<br />
Si <strong>el</strong> pueblo fue siempre la base para medir la<br />
distancia entre la gente común y corriente y<br />
las trop<strong>el</strong>ías de los nobles y poderosos –de<br />
eso que Heg<strong>el</strong> llamaría, propiamente, la<br />
sociedad civil-, los pueblos han significado, en<br />
cambio, <strong>el</strong> lugar donde esa gente se ha<br />
reunido para vivir, convivir y sobrevivir. Una<br />
ese al final de seis letras para distinguir los<br />
primeros significados d<strong>el</strong> término. Y, sin<br />
embargo, insuficiente para explicar <strong>el</strong> sentido<br />
de posesión que ha transformado ambos<br />
significados hasta convertir a mi pueblo en le<br />
terruño donde se hincan las raíces de mis<br />
ancestros y mi propio lugar de origen: la<br />
matria de Luis González; que son las calles<br />
que me vieron nacer, donde viven mis vecinos<br />
de siempre, y donde me siento mucho mejor<br />
que en aqu<strong>el</strong> otro lugar grande y<br />
sobrepoblado que responde al nombre de<br />
patria. Pero <strong>el</strong> pueblo es también esa entidad<br />
abstracta a la que aluden los dirigentes<br />
políticos para proclamar la legitimidad de sus<br />
decisiones individuales, para acabar de una<br />
vez por todas con las clases sociales y con las<br />
diferencias inevitables, gracias al discurso<br />
ideológico que nos hermana periódicamente al<br />
abrigo de muy distintas banderas. O <strong>el</strong><br />
pueblo, en última instancia, como <strong>el</strong> amo y<br />
señor de la democracia, soberano absoluto d<strong>el</strong><br />
gobierno que Abraham Lincoln caracterizó<br />
como <strong>el</strong> pueblo, por <strong>el</strong> pueblo y para <strong>el</strong><br />
pueblo.<br />
¿Pero quién es, a fin de cuentas, <strong>el</strong> pueblo?<br />
No es nadie, pero como <strong>el</strong> tercer estado d<strong>el</strong><br />
abate Siéyes, puede llegar a serlo todo.<br />
Depende de la mitología que se <strong>el</strong>ija y d<strong>el</strong><br />
momento apropiado para utilizarla. Y también,<br />
por supuesto, de las circunstancias políticas<br />
que estén rodeando al uso de la palabra. En <strong>el</strong><br />
nombre d<strong>el</strong> pueblo se han cometido todos los<br />
atrop<strong>el</strong>los posibles y en su nombre se han<br />
levantado también todas las banderas<br />
imaginables para defender la dignidad de los<br />
grupos humanos. Gracias al pueblo surgió la<br />
65
modernidad que les arrebató la soberanía a<br />
los grandes monarcas de la Ilustración y por<br />
su causa germinaron los grandes ideales<br />
revolucionarios de finales d<strong>el</strong> siglo XVIII y<br />
principios d<strong>el</strong> XIX. Fue <strong>el</strong> pueblo <strong>el</strong> que<br />
acometió la enorme empresa de conquistar las<br />
independencias de las colonias, y fue <strong>el</strong><br />
mismo pueblo quien hizo avanzar las<br />
revoluciones socialistas de neutro siglo para<br />
levantarse, más tarde, en contra de los<br />
monstruos que había engendrado siete<br />
décadas antes. En <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> pueblo<br />
surgieron la democracia moderna, <strong>el</strong> Estado<br />
<strong>contemporáneo</strong>, <strong>el</strong> socialismo, <strong>el</strong> populismo, y<br />
también <strong>el</strong> fascismo y <strong>el</strong> comunismo, por citar<br />
apenas los movimientos de verdadero arraigo<br />
en la historia. El pueblo como la agregación de<br />
los individuos, como la suma de pueblos, y<br />
finalmente como la tensión constante entre <strong>el</strong><br />
abandono de los únicos orígenes ciertos de mi<br />
pequeño pueblo en particular y <strong>el</strong> llamado de<br />
se otro signo de identidad al que me convocan<br />
los símbolos, los discursos y los emblemas de<br />
la nación: los instrumentos tangibles d<strong>el</strong> ritual<br />
que condensa <strong>el</strong> mito cohesionador de la<br />
patria.<br />
La voz d<strong>el</strong> pueblo es la voz de dios<br />
Nada de eso había ocurrido hasta la llegada<br />
de las ideas modernas, ni habría sido<br />
soportado siquiera por los antiguos, que veían<br />
en la democracia d<strong>el</strong> pueblo <strong>el</strong> mejor camino<br />
hacia la ruina de las ciudades. El mito de<br />
pueblo como entidad soberana nació con la<br />
decadencia de las monarquías absolutas que,<br />
en su intento de controlar todas las<br />
posibilidades políticas de la vida en común,<br />
acabaron por darle razones a las primeras<br />
ideas d<strong>el</strong> joven Rousseau. Si <strong>el</strong> pueblo solía<br />
ser “la gente común y ordinaria” de todas las<br />
poblaciones, distinta en todo caso de la<br />
nobleza que retenía <strong>el</strong> poder y la<br />
responsabilidad d<strong>el</strong> gobierno, después de las<br />
primeras revoluciones modernas-las de<br />
Norteamérica y Francia- ese mismo pueblo<br />
habría de convertirse en <strong>el</strong> depositario de<br />
todas las fuentes originales de la soberanía. El<br />
pueblo soberano que tomaba las armas para<br />
reb<strong>el</strong>arse en contra d<strong>el</strong> despotismo y a favor<br />
de la libertad, la igualdad y la fraternidad: las<br />
tres propuestas de los revolucionarios<br />
franceses que, desde entonces, han llenado<br />
todas las páginas de proclamas y manifiestos.<br />
66<br />
El pueblo ha sido, en efecto, la unidad básica<br />
de la filosofía política durante los dos siglos<br />
más agitados d<strong>el</strong> desarrollo político universal.<br />
Desde que se instauró como <strong>el</strong> mito fundador<br />
d<strong>el</strong> siglo de las constituciones- como le ha<br />
llamado Juan Marichal-, cuando los seres<br />
humanos decidieron arrebatarle a la<br />
providencia los privilegios d<strong>el</strong> orden social.<br />
Dos siglos en que <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> pueblo fue<br />
sustituyendo paulatinamente a las<br />
evocaciones sagradas hasta tomar su lugar<br />
como la única r<strong>el</strong>igión de la democracia<br />
moderna, incluyendo los ritos y los rituales<br />
que están en su base. El pueblo que imaginó<br />
esa modernidad emancipada de todos los<br />
dioses cobro personalidad en las leyes, y en<br />
su nombre nacieron efectivamente las nuevas<br />
instituciones políticas que habrían de<br />
sostenerse en <strong>el</strong> otro mito fundamental de la<br />
época: <strong>el</strong> Estado de derecho, como la<br />
personificación de esa nueva racionalidad que<br />
emergía milagrosamente de las conciencias de<br />
las naciones.<br />
Si <strong>el</strong> liberalismo actuó primero en nombre de<br />
la liberta de los individuos, la civilización que<br />
produjo se apoyó en <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> pueblo.<br />
“Es voluntad soberana d<strong>el</strong> pueblo…”, rezan<br />
hasta la fecha las constituciones que dieron<br />
forma jurídica a aqu<strong>el</strong>las ideas sostenidas, sin<br />
mas, en los ideales de una igualdad que<br />
intentaba romper con las tradiciones que<br />
superaban inexorablemente a la nobleza d<strong>el</strong><br />
“pueblo llano”. Ese liberalismo quiso igualar a<br />
todos los individuos, aunque en <strong>el</strong> trayecto<br />
transcurrieran más de ciento cincuenta años<br />
para que las leyes políticas y no sólo las<br />
libertades fundamentales abarcaran<br />
formalmente a todas las clases, a todos los<br />
grupos y a todos los sexos. La voluntad<br />
soberana d<strong>el</strong> pueblo tomó mucho tiempo para<br />
reconocerse a sí misma y abarcar en sus leyes<br />
a todos los miembros de la comunidad<br />
nacional: al pueblo que ya definía desde<br />
finales d<strong>el</strong> siglo XVIII nuestro Diccionario de<br />
Autoridades.<br />
En su nombre habrían de nacer, sin embargo,<br />
los populismos de Latinoamérica y habrían de<br />
expandirse las ideas sociales por todos los<br />
países de Europa. De un lado, la palabra se<br />
ensanchaba para cobijar a todos los estratos,<br />
a todas las clases y a todos los pueblos, hasta<br />
esconder todas las diferencias entre los<br />
pliegues de un discurso unificador, de unidad
nacional, que pensaba, decidía y actuaba en<br />
nombre de todos.El pueblo se convirtió así en<br />
<strong>el</strong> rehén d<strong>el</strong> estado y, al mismo tiempo, en su<br />
mejor justificación. Todos cabían en una sola<br />
palabra, y todos eran convocados al influjo de<br />
su nombramiento: <strong>el</strong> sindicato, <strong>el</strong> partido y <strong>el</strong><br />
estado se convertían gradualmente en la<br />
misma cosa, gracias a los hilos con que se<br />
ataba al pueblo que esas tres entidades<br />
representaban. Pero d<strong>el</strong> otro lado, donde la<br />
tradición liberal europea empujó con mucha<br />
más fuerza hacia los procedimientos<br />
<strong>el</strong>ectorales, <strong>el</strong> pueblo tampoco permaneció<br />
ajeno al desarrollo de la competencia política:<br />
todos los partidos acudieron muy pronto a esa<br />
masa que ponía nerviosos a Ortega y Gasset,<br />
para proclamar su bienestar geneal y reclamar<br />
sus votos en cada nueva <strong>el</strong>ección. Si los<br />
socialdemócratas habían apostado al sufragio<br />
universal para arrebatarle <strong>el</strong> poder a los<br />
herederos d<strong>el</strong> pasado decimonónico gracias a<br />
la voluntad popular, sus adversarios también<br />
buscaron acomodo en <strong>el</strong> océano generoso de<br />
ese concepto unificador: de ahí los partidos<br />
cath all, como los calificó Otto Kirchheimer en<br />
los años cincuenta. Unos desde arriba-como<br />
tenía que ser entre las naciones de la América<br />
hispana recién escapadas de la Colonia-, y<br />
otros desde <strong>el</strong> sufragio para hacer bajar las<br />
decisiones tomadas por <strong>el</strong> estado, en ambos<br />
casos aparecía <strong>el</strong> pueblo como la unidad de<br />
medida. El pueblo que sintetizaba a todos y,<br />
al mismo tiempo, los rechazaba: <strong>el</strong> pueblo que<br />
somos todos, y nadie en particular.<br />
El pueblo unido, jamás será vencido<br />
El pueblo se llamó de otro modo, sin embargo,<br />
en la filosofía política acuñada por Marx y sus<br />
seguidores. El mito se trasladó entonces, con<br />
más precisión, hacia <strong>el</strong> proletariado, de modo<br />
que la antigua diferencia entre los nobles y <strong>el</strong><br />
populacho; entre quienes tomaban las<br />
decisiones y quienes las acataban, ganó una<br />
nueva densidad. Los nobles dejaron su sitio a<br />
los burgueses, a los dueños de los medios de<br />
producción y, por <strong>el</strong>lo, a los poseedores de la<br />
verdadera capacidad de influir en los destinos<br />
de cada pueblo. La vieja diferencia que<br />
marcaba ya nuestro diccionario se convirtió<br />
así en la fuente de la gran mayoría de los<br />
movimientos sociales de los años siguientes y,<br />
naturalmente, de todas las revoluciones<br />
socialistas de nuestro siglo. La Revolución<br />
Francesa había liquidado a los otros poderosos<br />
señores feudales, pero no pudo evitar que su<br />
lugar lo ocuparan los nuevos dueños d<strong>el</strong><br />
capital. En <strong>el</strong> trayecto, sin embargo,<br />
como solía decir <strong>el</strong> alcalde de Macuspana: <strong>el</strong><br />
pueblo siguió siendo <strong>el</strong> pueblo, y seguirá<br />
siendo <strong>el</strong> pueblo.<br />
Transcurrieron siete décadas antes de que <strong>el</strong><br />
pueblo volviera a encabezar una reb<strong>el</strong>ión en<br />
contra de quienes ya no eran dueños de las<br />
tierras y los títulos de nobleza, ni de las<br />
empresas y los capitales financieros, sino<br />
nada menos que d<strong>el</strong> estado: al finalizar los<br />
años ochenta, en una nueva paradoja para la<br />
historia de las ideas políticas, <strong>el</strong> pueblo se<br />
levantó en contra de la dictadura d<strong>el</strong><br />
proletariado. O mejor, en nombre d<strong>el</strong> pueblo,<br />
algunos líderes disidentes le dieron otra vu<strong>el</strong>ta<br />
a la rueda de los regímenes políticos<br />
derrumbados para destronar ahora a los<br />
monarcas d<strong>el</strong> socialismo real. El mismo pueblo<br />
que se había levantado en contra de la<br />
burguesía, se reb<strong>el</strong>aba esta vez contra los<br />
dirigentes d<strong>el</strong> comunismo, dando una prueba<br />
más de que “<strong>el</strong> pueblo unido, jamás será<br />
vencido”.<br />
Acuñado por la modernidad, no obstante, <strong>el</strong><br />
término ha ido perdiendo la eficacia de los<br />
tiempos pasados. Aunque las constituciones<br />
sigan fundándose en la voluntad soberana d<strong>el</strong><br />
pueblo, lo cierto es que esa soberanía se ha<br />
ido desplazando hacia palabras que, hoy por<br />
hoy, suenan más convenientes. El lugar d<strong>el</strong><br />
pueblo y de las ideologías que lo mantenían<br />
protegido, se ha venido ocupando<br />
paulatinamente por la sociedad –que en todo<br />
caso suena más <strong>el</strong>egante-, cuando no por la<br />
sociedad civil-adjetivo que ayda mucho para<br />
distinguir al pueblo rico d<strong>el</strong> pueblo pobre. De<br />
modo que gracias a las traducciones marxistas<br />
de la olvidada filosofía heg<strong>el</strong>iana, la definición<br />
d<strong>el</strong> Diccionario de Autoridades puede<br />
trasladarse en nuestros días hacia la<br />
contraposición entre <strong>el</strong> gobierno y la sociedad<br />
civil, aun a sabiendas de que la otra palabra<br />
que acompaña los debates actuales es la<br />
palabra mercado: ese lugar incierto donde<br />
todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> tiene cabida y en <strong>el</strong> que se<br />
resu<strong>el</strong>ven los destinos de las naciones,<br />
mientras <strong>el</strong> gobierno intenta regular su<br />
funcionamiento y la sociedad civil se divide en<br />
busca de su control.<br />
67
¿Pero dónde quedó nuestro pueblo, ante la<br />
emergencia de todas esas palabras que lo han<br />
sepultado a gritos?<br />
Nadie podría responder con exactitud. Ya no<br />
disponemos de las ideologías ni de sus<br />
valiosos discursos para defender <strong>el</strong> mito que<br />
se agota en los nuevos rituales de la<br />
democracia formal. El pueblo se abandona<br />
ante los ciudadanos y éstos se sumergen cada<br />
vez más en la nueva fiesta de la civilidad: de<br />
esa sociedad civil omnipresente, que hoy<br />
ocupa todos los espacios que antes llenaba de<br />
sobra <strong>el</strong> mito d<strong>el</strong> pueblo. Si los mitos terminan<br />
cuando los rituales dejan de comunicar<br />
sentimientos e ideas compartidas, <strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />
pueblo se está muriendo con los<br />
<strong>contemporáneo</strong>s d<strong>el</strong> liberalismo<br />
reconquistado: <strong>el</strong> individuo destruyendo a los<br />
grupos y, por encima de todos, a ese grupo<br />
f<strong>el</strong>iz y abstracto formado, durante toda una<br />
época, por todo <strong>el</strong> pueblo.<br />
68<br />
Mojados y Chicanos<br />
José Manu<strong>el</strong> Valenzu<strong>el</strong>a Arce<br />
La migración mexicana hacia Estados Unidos<br />
y la condición de los chicanos son dos<br />
realidades que han tenido a las fronteras<br />
geográficas y culturales como umbral<br />
in<strong>el</strong>udible de definición. Parámetros de<br />
demarcación y de adscripción identitaria, o de<br />
estereotipamiento y mitificación.<br />
Braceros, pollos y mojados<br />
Colonial, y muchas veces peyorativamente, al<br />
migrante indocumentado se le llama de<br />
diversas maneras, las más conocidas son:<br />
pollo, figura de indefensión frente al coyote,<br />
de quien comúnmente depende para cruzar la<br />
frontera; bracero, nombre con <strong>el</strong> que se<br />
denominó a los trabajadores legales que<br />
fueron a los campos estadounidenses bajo <strong>el</strong><br />
convenio conocido como Programa Braceros<br />
de 1942 a 1964, o espalda mojada, que define<br />
tanto a los trabajadores que cruzaban <strong>el</strong> Río<br />
Bravo, como una operación de deportación<br />
realizada por <strong>el</strong> gobierno estadounidense en<br />
los años cincuenta, mediante la cual se<br />
expulsaron a cerca de un millón de<br />
mexicanos.<br />
Desde hace más de un siglo, los migrantes<br />
han cruzado la frontera en flujos recurrentes<br />
buscando evadir la miseria, mejorar sus<br />
condiciones de vida, <strong>el</strong> reencuentro familiar,<br />
como estrategia grupal de sobrevivencia, o<br />
atraídos por la fascinación construida por los<br />
r<strong>el</strong>atos de otros migrantes aunados a la<br />
imagen seductora d<strong>el</strong> sueño americano<br />
escenificada por los medio masivos de<br />
información. La historia de la migración a<br />
Estados Unidos se encuentra marcada por<br />
gran cantidad de experiencias vejatorias,<br />
tanto para quienes intentaban cruzar con su<br />
pap<strong>el</strong>es en regla y debían soportar la<br />
humillante experiencia de ser fumigados<br />
durante las primeras décadas de este siglo, o<br />
los malos tratos de los policías migratorios,<br />
como para quienes han intentado pasar sin<br />
documentos y han tejido una secuencia de<br />
eventos plagados de abusos, experiencia<br />
dolorosas y muertes.<br />
La imagen mitificada de que la migración<br />
hacia Estados Unidos conlleva barrer dólares y<br />
acceso súbito al <strong>mundo</strong> de la comodidad y <strong>el</strong><br />
dispendio se ha difuminado o, por lo menos,<br />
atenuado. La migración se ha presentado<br />
como cambio de status y la posesión de<br />
bienes es la prueba d<strong>el</strong> éxito refrendado en la<br />
exhibición de los carros, los aparatos<br />
<strong>el</strong>ectrodomésticos, ropa extravagante de<br />
colores devastadores de retinas. Marcas de<br />
distinción que ahora se presentan en muchas<br />
ciudades de nuestro país. La atracción d<strong>el</strong><br />
discurso d<strong>el</strong> éxito armado por <strong>el</strong> migrante<br />
“echador” y las evidencias reales de mejoría<br />
económicas se sobreponen a las miles de<br />
historias de desencuentros, fracasos y<br />
tragedias, Porque al final de cuentas son esos<br />
migrantes quienes sostienen a gran cantidad<br />
de familias mexicanas con <strong>el</strong> dinerito que<br />
periódicamente envían a muchos pueblos y<br />
ciudades de <strong>México</strong>.<br />
La composición de la migración<br />
indocumentada ha sufrido cambios<br />
sustantivos. De manera creciente incorpora<br />
Jóvenes de origen urbano poseedores de otros<br />
campos de experiencias y expectativas y sin<br />
vocación para la vida subrepticia. Con este<br />
perfil, la presencia de los indocumentados es<br />
más conspicua. Es visible porque sus ámbitos<br />
de interacción son más amplios que los que<br />
han construido los trabajadores d<strong>el</strong> campo. La<br />
ciudad y sus ofertas son espacios a conquistar
y muchos de <strong>el</strong>los conforman <strong>el</strong> público ávido<br />
que llena los conciertos de la Maldita, Los<br />
caifanes y otros grupos mexicanos en Los<br />
Áng<strong>el</strong>es y en otras ciudades estadounidenses.<br />
También aumenta <strong>el</strong> número de mujeres<br />
trabajadoras con experiencia laboral y<br />
expectativas de trabajo que no corresponden<br />
a la perspectiva analítica que se empeña en<br />
condenar a la mujer migrante al pap<strong>el</strong> de<br />
acompañante d<strong>el</strong> hombre.<br />
La migración indocumentada conforma la<br />
nueva figura sobre la cual se canalizan los<br />
ánimos xenófobos y racistas de crecientes<br />
sectores anglosajones. Contra <strong>el</strong>la han<br />
apuntado sus baterías los grupos<br />
supremacistas tales como <strong>el</strong> Ku klux Klan,<br />
White Power, Wake Up Washington, Metal<br />
Militis, Skin Heads, o Light up the Border.<br />
También la policía migratoria ha encontrado<br />
en la manipulación de las dimensiones d<strong>el</strong><br />
flujo migratorio un canal seguro y creíble de<br />
negociación de recursos. En los últimos años<br />
hemos observado <strong>el</strong> uso recurrente de la<br />
estrategia añeja de incriminar a los<br />
inmigrantes para justificar situaciones de<br />
crisis económica, presentándola como<br />
amenazante para la armonía social y la<br />
prosperidad económica, además de que se le<br />
señala como portadora de enfermedades,<br />
productora de violencia y responsable d<strong>el</strong><br />
incremento d<strong>el</strong> narcotráfico.<br />
Recientemente <strong>el</strong> gobernador de California,<br />
Pete Wilson, volvió a echar mano d<strong>el</strong> viejo<br />
argumento de que los migrantes<br />
indocumentados son una carga económica<br />
para la sociedad estadounidense que estaría<br />
subsidiando <strong>el</strong> costo de sus servicios sociales.<br />
Esta idea de que la migración indocumentada<br />
es parasitaria de presupuesto estadounidense<br />
ha sido un mito reproducido por diferentes<br />
gobernantes estadounidenses, aun cuando<br />
existe información que pruebe la falacia d<strong>el</strong><br />
argumento, como es un estudio reciente d<strong>el</strong><br />
Fondo Mexicano-Americano de Defensa Legal<br />
y Educativa (MALDEF por sus siglas en inglés),<br />
<strong>el</strong> cual calcula que los inmigrantes<br />
indocumentados en California contribuyen con<br />
cerca de treinta billones de dólares en<br />
servicios gubernamentales, lo que significa<br />
una contribución neta de doce billones de<br />
dólares a California…. Wilson, retomando la<br />
propuesta de dos figuras siniestras de la<br />
política estadounidense, los republicanos Alan<br />
N<strong>el</strong>son y Harold Ex<strong>el</strong>l, impulsó la iniciativa<br />
187, Salvemos Nuestro Estado (sos),<br />
proponiendo la negación de los servicios<br />
médicos y educativos para los inmigrantes<br />
indocumentados y la obligación para <strong>el</strong><br />
personal medicó y d<strong>el</strong> sistema escolar de<br />
denunciar a todas aqu<strong>el</strong>las personas de las<br />
cuales tengan una sospecha razonable de que<br />
son indocumentados. La votación californiana<br />
a favor de la ley 187 puso a circular viejos<br />
estereotipos no sólo sobre los emigrantes,<br />
sino también sobre los mexicanos y latinos.<br />
Exacerbó los ánimos racistas y alimentó la<br />
xenofobia, dinamizándole las actividades de<br />
los grupos supremacistas tipo Resistencia Aria<br />
Blanca (war), quienes distribuyeron panfletos<br />
en los cuales convocaban a la violencia contra<br />
los “animales de color lodo” entre muchos<br />
otros insultos para los inmigrantes latinos. Al<br />
mismo tiempo que se realizaba la campaña a<br />
favor de la propuesta 187, se impulsaron<br />
acciones que buscaban mostrar a la opinión<br />
pública estadounidense <strong>el</strong> supuesto origen de<br />
los problemas socioeconómicos que enfrentan,<br />
tales como la Operación Guardián en<br />
California, o la Operación Bloqueo en Texas,<br />
incrementando de manera significativa <strong>el</strong><br />
número de vigilantes fronterizos, además de<br />
la utilización de equipo con luces infrarrojas,<br />
h<strong>el</strong>icópteros, poderosos reflectores, perros,<br />
polvos que se adhieren en los zapatos y<br />
permiten identificar a quienes cruzan por <strong>el</strong><br />
área, y se señalaba que son los autos de los<br />
mexicanos quienes contaminan <strong>el</strong> aire<br />
estadounidense.<br />
Lo anterior conduce a la construcción de un<br />
clima xenófobo y racista que encuentra en los<br />
migrantes indocumentados los chivos<br />
expiatorios, situación que generó respuestas<br />
airadas y dignificantes, sobre todo entre<br />
jóvenes estudiantes chicanos y de otros<br />
grupos étnicos de Estado Unidos, pero<br />
también reacciones de la sociedad civil<br />
mexicana donde se realizaron diferentes<br />
eventos de protesta, destacando los actos de<br />
boicot comercial a los negocios<br />
estadounidenses realizados en la frontera<br />
norte mexicana.<br />
La migración indocumentada refiere,<br />
conjuntamente con la vulnerabilidad laboral, a<br />
una situación donde prevalece la continua<br />
violación de los derechos humanos y civiles de<br />
los migrantes tanto en Estados Unidos como<br />
69
en <strong>México</strong>, país donde la constante ha sido la<br />
política de válvula de escape, posición errónea<br />
e inmoral que soslaya la contundente<br />
visibilidad d<strong>el</strong> flujo constante que cruza por<br />
los intersticios d<strong>el</strong> descuido real o fingido de la<br />
vigilancia estadounidense. Desde Estados<br />
Unidos los mitos sobre la migración<br />
indocumentada intentan negar los beneficios<br />
que éstos prestan a su economía y la<br />
necesidad que tienen de esa fuerza de<br />
trabajo. Desde <strong>el</strong> lado mexicano, los mitos<br />
sobre la migración indocumentada<br />
frecuentemente se disfrazan de retórica<br />
declamatoria y estéril, mientras que en la<br />
frontera día tras día se reproduce <strong>el</strong> escenario<br />
ritualizado por donde drena <strong>el</strong> triunfalismo<br />
d<strong>el</strong>irante d<strong>el</strong> proyecto modernizador. En pleno<br />
día o con la complicidad de la noche, los<br />
migrantes intentan <strong>el</strong> cruce por los cerros, los<br />
cañones, <strong>el</strong> asfalto interminable de los<br />
freeways, las playas o las aguas d<strong>el</strong> Río<br />
Colorado. Es un recorrido en <strong>el</strong> cual deben<br />
evadir tanto a los asaltantes o bajapollos,<br />
como a la migra y a los diversos cuerpos<br />
policíacos.<br />
La raza de Aztlán<br />
La migración, conjuntamente con la<br />
interacción fronteriza, y más recientemente,<br />
los medios de comunicación, han sido los<br />
principales <strong>el</strong>ementos cotidianos de<br />
vinculación cultural de los chicanos con la<br />
cultura mexicana. Desde inicios d<strong>el</strong> siglo,<br />
chicano y cholo ya aludían a trabajadores<br />
pobres y morenos de origen mexicano. La<br />
condición chicana encierra dos trayectorias<br />
centrales: los hijos de padres mexicanos que<br />
nacieron en Estado Unidos y quienes fueron<br />
cruzados por la frontera, como bien señala la<br />
incansable Dolores Huerta, quien fuera<br />
compañera de lucha de César Chávez, para<br />
referirse a las generaciones de mexicanos que<br />
vivían en ese territorio desde antes de que<br />
Estados Unidos se lo apropiara con la guerra<br />
d<strong>el</strong> 46 a 48 d<strong>el</strong> siglo pasado.<br />
Desde la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo pasado la<br />
cultura dominante anglosajona trató de<br />
demostrar una suerte de inferioridad biológica<br />
de los mexicanos y de otros grupos no<br />
anglosajones. Posteriormente, de forma<br />
recurrente y obstinada, la industria<br />
Hollywoodense atribuyó a chicanos y<br />
mexicanos atributos concomitantes de<br />
70<br />
suciedad, cru<strong>el</strong>dad, cobardía, criminalidad,<br />
holgazanería y traición. Para <strong>el</strong>lo, apoyando a<br />
la historia oficial rindieron tributo a los mitos<br />
que le refrendaban, como la inversión de los<br />
héroes d<strong>el</strong> Álamo, paisaje que da cuenta d<strong>el</strong><br />
valor de un puñado de anglosajones frente a<br />
una turba de mexicanos asesinos, salvajes e<br />
impíos. Las vejaciones y ejecuciones<br />
constantes de mexicanos, posteriores a la<br />
guerra que finalizó formalmente en 1848 con<br />
los tratado de Paz, Amistad y Límites de<br />
Guadalupe Hidalgo, también refrendaban esa<br />
cualidad moral, al tiempo que ocultaban <strong>el</strong><br />
despojo de la tierra y las propiedades de<br />
muchos mexicanos que ahí habitaban.<br />
El problema mexicano destacado en <strong>el</strong> primer<br />
plano durante las décadas de los años veinte<br />
y treinta de este siglo aludía a personas con<br />
predisposición innata a la violencia y al<br />
crimen, argumentado ad-hoc para justificar la<br />
arbitrariedad y <strong>el</strong> racismo, ativado<br />
ejemplarmente por <strong>el</strong> informe d<strong>el</strong> teniente<br />
Durán Ayres de la policía de Los Áng<strong>el</strong>es para<br />
explicar la conducta de los mexicanos y<br />
chicanos en los Zoot Suit Riots de junio de<br />
1943, o los argumentos “científicos” que<br />
supuestamente han demostrado que <strong>el</strong><br />
mexicano/chicano, al igual que los<br />
afroamericanos, son mentalmente deficientes<br />
y sólo aptos para trabajos físicos<br />
pesados(incluido <strong>el</strong> argumento que explica<br />
que por su estatura y por tener los brazos<br />
más cerca d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, los mexicanos son<br />
ideales para <strong>el</strong> trabajo agrícola), y su destino<br />
inevitable es la vida de las pandillas.<br />
En un país demarcado por fuertes divisiones<br />
étnicas y oportunidades y con un universo<br />
simbólico dominante xenófobo y racista,<br />
donde <strong>el</strong> chicano ha sido estereotipado y<br />
mitificado, él también ha construido sus mitos<br />
como recursos de resistencia sociocultural y<br />
de afirmación identitaria. La adscripción étnica<br />
ha jugado un pap<strong>el</strong> definitorio en la<br />
construcción de sus mitos de redención y<br />
desquite, como sucedió durante la segunda<br />
mitad d<strong>el</strong> siglo pasado con los bandolereos<br />
sociales d<strong>el</strong> sur estadounidense. Los<br />
bandoleros entregaban a los poderosos<br />
anglosajones y a sus feroces rangers<br />
devolviéndole al pueblo fragmentos de<br />
esperanza. Así se formaron héroes populares<br />
como Cheno Cortina, Gregorio Cortez, Elfego<br />
Baca, Tiburico Vázquez y Joaquín Murrieta.
Figuras con distintos grados de <strong>el</strong>aboración en<br />
sus compromisos con la población chicana y<br />
mexicana d<strong>el</strong> sur estadounidense y <strong>el</strong> norte<br />
mexicano. El <strong>el</strong>emento que los identificó fue<br />
su capacidad de enfrentar en niv<strong>el</strong>es<br />
diferentes al poder anglosajón y conformar<br />
opciones de dignificación ante sectores<br />
populares que construyeron vínculos<br />
imaginarios con esos personajes.<br />
La irrupción d<strong>el</strong> movimiento chicano en los<br />
años sesenta puso a circular nuevos<br />
referentes míticos que participaron en la<br />
recreación de la conciencia chicana. De esta<br />
manera, la resignificación d<strong>el</strong> concepto de<br />
raza, de figuras prehispánicas, o de<br />
personajes de la Revolución Mexicana como<br />
Zapata y Villa tuvieron esa función. La<br />
redefinición simbólica d<strong>el</strong> chicano requería<br />
construir un mito fundante que es también<br />
construcción tópica d<strong>el</strong> origen: Aztlán. El<br />
chicano es hijo de Aztlán por llevar sangre<br />
indígena y abrevar de esa cultura ancestral, y<br />
porque en reediciones constantes de aqu<strong>el</strong>la<br />
pegrinación legendaria, muchos de <strong>el</strong>los<br />
devienen chicanos a través d<strong>el</strong> proceso<br />
migratorio.<br />
Otra construcción mitificada ha sido la d<strong>el</strong><br />
chicano osado, valiente, macho, <strong>el</strong> que es<br />
enviado en la primera línea para <strong>el</strong> combate<br />
en las interminables guerras donde Estado<br />
Unidos participa, <strong>el</strong> que es ejemplo de osadía<br />
en la batalla, <strong>el</strong> que obtuvo mayor número de<br />
medallas al heroísmo y aportó mayor cantidad<br />
de muertos, <strong>el</strong> que se mata raza con raza por<br />
<strong>el</strong> honor y la defensa d<strong>el</strong> barrio, <strong>el</strong> que no le<br />
teme a la muerte, <strong>el</strong> que no se raja.<br />
Los chicanos son una realidad social compleja<br />
y teterogénia analizada desde perspectivas<br />
diferentes. Así, los enfoques deterministas y<br />
las teorías de la subclase los encajonaron en<br />
una visión que atribuye a las razas un carácter<br />
innato, un modo de ser específico. Las<br />
perspectivas de las mayorías y minorías los<br />
condideró grupo minoritario, segregado<br />
debido a sus características físicas y culturales<br />
que los somete aun trato desigual frente a las<br />
mayorías que gozan de mayores privilegios y<br />
estatus. Las teorías de la asimilación y la<br />
aculturación consideraron que serían<br />
absorbidos por la cultura anglosajona<br />
dominante y más desarrollada. La teoría plural<br />
señaló la existencia de instituciones separadas<br />
entre los grupos lo que implica distintos<br />
valores y formas de acción, y por lo tanto de<br />
éxito social. El marxismo destacó las<br />
r<strong>el</strong>aciones de clase, y <strong>el</strong> colonialismo interno<br />
los identificó como pueblo colonizado en su<br />
propio territorio.<br />
Desde <strong>el</strong> lado mexicano se han hecho una<br />
gran cantidad de apreciaciones simplistas<br />
sobre <strong>el</strong> chicano a quien comúnmente se le ha<br />
señalado con <strong>el</strong> término pocho, palabra que<br />
de acuerdo con Sobarzo proviene de la<br />
expresión ópata, potzico que es <strong>el</strong> acto de<br />
cortar la hierba. Los sonorenses utilizan la<br />
palabra pochi, o pochar como corto o cortar;<br />
por <strong>el</strong>lo, en <strong>el</strong> escenario pre TLC <strong>el</strong> pocho fue<br />
cortado d<strong>el</strong> proyecto nacional, se agringó,<br />
traicionó al país. La prueba señalada con<br />
denuedo es que no quiere hablar español<br />
cuando “tiene <strong>el</strong> nopal en la frente” y “es más<br />
indio que yo”, sin considerar la larga historia<br />
de opresión racial y cultural de que ha sido<br />
objeto y que hasta inicios de la década de los<br />
años setenta aún se castigaba a los chicanos<br />
que hablaban español en las escu<strong>el</strong>as públicas<br />
de Estados Unidos.<br />
En <strong>México</strong> frecuentemente se reduce al<br />
chicano a las expresiones de cholo o de<br />
pachuco, figuaras portadora d<strong>el</strong> estigma y la<br />
mitificación. Desde su propio laberinto<br />
redujeron la figura compleja d<strong>el</strong> pachuco a la<br />
frívola imagen de dandy grotesco o de payaso<br />
siniestro socialmente desintegrado.<br />
Las estadísticas censales de 1990 ilustran <strong>el</strong><br />
fuerte crecimiento de la población registrada<br />
como hispana, concepto que alude a más de<br />
22 millones de latinos, mayoritariamente<br />
chicanos y mexicanos. Éstos crecieron en 53<br />
por ciento en r<strong>el</strong>ación con 1980, mientras que<br />
la población anglosajona lo hizo en un 6 por<br />
ciento y la afroamericana en un 13 por ciento.<br />
Lo anterior anuncia que para la primera mitad<br />
d<strong>el</strong> próximo siglo la población chicana será la<br />
minoría más grande de Estados Unidos<br />
comprende varias connotaciones: la de<br />
quienes son hojos de mexicanos y nacidos en<br />
Estados Unidos, los de origen mexicano<br />
nacionalizado estadounidenses, los mexicanos<br />
inmigrantes, los mexicanos indocumentados.<br />
Evidentemente ésta es una clasificación<br />
formal. El chicanismo es una construcción<br />
sociopolítica y cultural compleja que no se rige<br />
por esta d<strong>el</strong>imitación, no todas las personas<br />
71
de origen mexicano se reconocen en este<br />
proyecto. Sin embargo, los sectores que le<br />
dieron sentido al concepto comparten una<br />
perspectiva orientada al mejoramiento de las<br />
condiciones económicas, sociales y políticas<br />
de la raza. Quieren terminar con la división<br />
étnica de oportunidades y <strong>el</strong> racismo, quieren<br />
que los jóvenes no se maten en estériles<br />
rivalidades interbarrios, quieren un <strong>mundo</strong><br />
mejor para los hijos de Aztlán.<br />
72
LÉPEROS Y CATRINES, NACOS Y<br />
YUPIS<br />
Carlos Monsiváis<br />
El lépero de Ninguna Parte y don Catrín<br />
de la Fachenda<br />
Ya de <strong>el</strong>los sólo tenemos, en la <strong>el</strong>ección de<br />
sombras que es por fuerza la evocación de los<br />
arquetipos, la representación literaria y<br />
fotográfica, las d<strong>el</strong>aciones hemerográficas y<br />
algunas constancias arqueológicas de<br />
predilecciones y estilos de vida. En <strong>el</strong> caso de<br />
los catrines, la información es más abundante.<br />
Muchos escribieron sobre su razón de ser, sus<br />
paseos, sus salidas casi cinegéticas al teatro y<br />
la ópera, su vestuario que era en stricto sensu<br />
su idea d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (“mi biblioteca es mi<br />
guardarropa”, le declara a principios de siglo<br />
<strong>el</strong> supercatrín Ignacio de la Torre, yerno de<br />
Porfirio Diaz, a José Juan Tabada), su irse<br />
haciendo entre jolgorios y rituales. Es más<br />
difícil enterarse de los léperos (los afligidos<br />
por la lepra de la pobreza y la marginalidad,<br />
los indígenas en algo urbanizados que vierten<br />
su rencor en esquinas y mercados), y de los<br />
p<strong>el</strong>ados, los despojados de todo, los que nos<br />
observan atónito desde las fotografías,<br />
alojados en su ignorancia y su semidesnudez,<br />
y de cuya psicología cultural apenas nos<br />
enteramos gracias a las referencias a gustos<br />
musicales y gastronómicos y formas de vestir,<br />
aqu<strong>el</strong>las que caracterizan a la grey astrosa, a<br />
la plebe, a las criaturas que habitan la ciudad<br />
sin entender su lógica destructiva, a los<br />
fantasmas de aglomeraciones y desmanes.<br />
¿Qué es <strong>el</strong> catrín? Es, por ejemplo, la<br />
proclamación de la <strong>el</strong>egancia que la ciudad<br />
capital admite, al anh<strong>el</strong>o de dandismo en <strong>el</strong><br />
país periférico, <strong>el</strong> rechazo de la barbarie (en<br />
verdad definida como la falta de<br />
reconocimiento internacional a la élite<br />
mexicana) desde la ropa. El catrín (<strong>el</strong><br />
currutaco, <strong>el</strong> lagartijo, <strong>el</strong> petimetre, <strong>el</strong> lión)<br />
cuida sin límite su vestimenta, porque está es<br />
su tarjeta de visita en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, <strong>el</strong> salto al<br />
progreso desde las Márgenes de la civilización.<br />
Tal y como los describen, entre otros, José<br />
Juan Tablada, Armando de María y Campos y<br />
<strong>el</strong> prescindible José C. Valadés, a los catrines<br />
los distinguen sus aficiones: gastar, dipapidar,<br />
exhibir aires aristocráticos, en suma<br />
acercarse, por reflejo, a la “aristrocacia”.<br />
Ignacio de la Torre, en una escena ortodoxa,<br />
se presenta en la estación d<strong>el</strong> Ferrocarril<br />
Nacional a viajar a San Luis Potosí, Su<br />
corrección es “ultrainglesa”, y los acompañan<br />
dos esb<strong>el</strong>tos y rubios grooms de gran librea,<br />
en donde se advierte <strong>el</strong> escudo nobiliario de<br />
su amo, un castillo almacenado al que<br />
flanquean dos leones rampantes.<br />
Desde las puertas de la Sorpresa/ hasta la<br />
esquina d<strong>el</strong> jockey Club… En la Casa de los<br />
Azulejos, uno de sus sitios predilectos, los<br />
catrines disfrutan de sala de armas, gabinetes<br />
para fumar y dormir siesta, boliches,<br />
comedores, salones de lectura, de<br />
conversación, de bacará, de whits, de póker,<br />
de billar y baños de agua caliente y fría. El<br />
lujo es la única nacionalidad a que aspiran los<br />
currutacos, que exigen a cada uno de los<br />
recintos que frecuentan “las esencias de<br />
Londres y parís”. Y si algo apasiona es la fibre<br />
anglófila de la excentricidad. Eustaquio<br />
Barrón, cuenta Tablada en La feria de la vida,<br />
se presenta al club llevando un tigre, o<br />
conduce él mismo hasta <strong>el</strong> patio de la Casa de<br />
los Azulejos un fatigado carruaje de alquiler<br />
donde languidece una prostituta. El mecenas<br />
Jesús Valenzu<strong>el</strong>a da una cena, y <strong>el</strong> grand<br />
finale es una fuente enorme, que levantada la<br />
tapa exhibe “todo desnudo desde la enorme<br />
cabeza hasta los diminutos pies,<br />
perfectamente dormido y comatoso, en <strong>el</strong><br />
último periodo de la embriaguez”, al enano<br />
Florentino Carbajal, <strong>el</strong> Pirrimplín d<strong>el</strong> circo<br />
Orrín.<br />
Incomunicados en su desinformación y su<br />
aplatamiento, los pobres no se sienten<br />
afrentados por <strong>el</strong> derroche, y los catrines<br />
buscan igualar a la imagen ideal de la<br />
opulencia parisina. Bot<strong>el</strong>las de Roederer y<br />
Veuve Clicquot, carreras de caballos, teatros y<br />
circos. En 1897, informa Juan Briviesca, hay<br />
en la capital 312 carruajes particulares y 415<br />
de alquiler. Y en las grandes fiestas, <strong>el</strong> catrín<br />
quiere atraer al Progreso con la exhibición de<br />
riquezas, y ve en <strong>el</strong> cambio de traje dos o tres<br />
veces al día la prueba de la mayoría de edad<br />
internacional que ya reclama una minoría.<br />
Pretensión y fiesta, <strong>el</strong> derroche anuncia las<br />
virtudes de clase. El 13 de septiembre de<br />
1889 D<strong>el</strong>fín Sánchez ofrece una fiesta en su<br />
palacio:<br />
73
Al pie de la escalera de mármol, como <strong>el</strong><br />
tocado de una desposada, dos enormes<br />
bronces repartián mil rayos de luz. Al fin de la<br />
escalera <strong>el</strong> señor D<strong>el</strong>fín Sánchez hacía los<br />
honores a sus invitados: todo esto entre<br />
mármoles, plantas tropicales, murmullo de<br />
agua, vu<strong>el</strong>o de pájaros y torrentes de luz,<br />
colores, armonías, encantos (…) Cuanto de<br />
caprichos tiene la moda y de ingente tiene <strong>el</strong><br />
buen gusto se hallaba reunido allí. Tapicerías<br />
(…) cristales, sedas maderas preciosas (…) mil<br />
<strong>el</strong>egantes damas concurren a la fiesta (…)<br />
Comenzó la danza y todos los concurrentes se<br />
sintieron transportados a las Tullerías y se<br />
sentían vivir en la segunda mitad d<strong>el</strong> pasado<br />
siglo. Toda la <strong>el</strong>egancia de la corte de los<br />
Capetos se palpaban en <strong>el</strong> salón, se respiraba<br />
en la atmósfera, se sentía en las armonías de<br />
la orquesta(…) Allá entre la f<strong>el</strong>pa obscura de<br />
los tapices se desprendía como una aparición<br />
c<strong>el</strong>estial <strong>el</strong> perfil maravilloso de Lola Redo (…)<br />
Después, como una creación animada de<br />
Murillo, aparecías Paz Barroso, con su traje de<br />
la época de Luis XV(…) (En <strong>México</strong> Gráfico).<br />
En rigor, esta prosa de la crónica de sociales,<br />
aún hoy intacta, es la verdadera ideología de<br />
los catrines, que se visten, se perfuman, se<br />
calzan, se van de cacería, consumen vinos<br />
carísimos, y se aprestan a derramar<br />
champagne, con tal de ascender infinitamente<br />
por vía de los epítetos. No tienen adversarios<br />
al frente. Muy pocos mantienen intacto <strong>el</strong><br />
coraje republicano de Ignacio Manu<strong>el</strong><br />
Altamirano que descibe a:<br />
Ese círculo perdurable, inmutable,<br />
estereotipado, que se ve en <strong>el</strong> paseo, en <strong>el</strong><br />
Teatro Nacional, en la Lonja, en <strong>el</strong> Casino, en<br />
las calles de Plateros por las mañanas, en<br />
catedral en misa de doce los domingos, en <strong>el</strong><br />
jardín de la plaza, en todas partes; ese círculo<br />
que parece condenado al estancamiento y a la<br />
inmortalidad, y que se traslada con sus liones<br />
y sus lionas íntegras sin faltar uno, sin tener<br />
una sola alta y como si fuera una tribu<br />
nómada, a todas partes de la ciudad donde se<br />
canta, donde se baila, donde se reza, donde<br />
se critica y donde se pesca un constipado.<br />
Si <strong>el</strong> catrín es un símbolo que realza la<br />
cursilería, al p<strong>el</strong>ado, por lo común, se le<br />
describe de modo negativo, exterminador. Allí<br />
está, con su variedad de sombreros raídos,<br />
mientras oye crédulo a los merolicos<br />
74<br />
(“medicina infalible para los callos, pomada<br />
para los calvos”), baila en las pulquerías, se<br />
absorbe en la calle ante <strong>el</strong> Horrorisísimo caso<br />
d<strong>el</strong> Horrorosísimo hijo que mató a su<br />
Horrorosísima madre, se hacina en los<br />
jacalones, va de una borrachera a otra, se<br />
identifica como ratero y mendigo al amparo<br />
cotidiano de las prisiones (sólo en 1885<br />
ingresan en la cárc<strong>el</strong> de la ciudad de <strong>México</strong>,<br />
39355 personas), usa de las “obscenidades”<br />
para hallar la tierra firme d<strong>el</strong> habla, es devoto<br />
en la Basílica, y supersticioso en <strong>el</strong> atrio de la<br />
Villa, y se deslumbra ante la riqueza, para él y<br />
los suyos un concepto sin asideros.<br />
Con justicia o sin <strong>el</strong>la, es fácil imaginarse la<br />
psicología de un catrín: alguien que cree<br />
merecerlo todo porque su padre negoció con<br />
pulque, o se benefició de las compañías<br />
deslindadoras o se encargó de las compras de<br />
una Secretaría de Estado o fundó un próspero<br />
establecimiento comercial o gastronómico. El<br />
orgullo por su capacidad adquisitiva es su<br />
mayor blasón, y menosprecia a quienes no<br />
dilapidan porque no se dan a conocer, porque<br />
sólo gastando se conocen los alcances de la<br />
espiritualidad. A ese catrín sí se lo ubica, por<br />
lo menos en <strong>el</strong> ámbito de los estereotipos,<br />
¿pero cómo precisar las actitudes de un<br />
p<strong>el</strong>ado?<br />
“¡No sea p<strong>el</strong>ado! ¿Cómo me habla en ese<br />
tono?” A principio de siglo, la expresión quiere<br />
decir más o menos: “! No sea igualado!<br />
¿Cómo se atreve a dirigirme la palabra?” Al<br />
carecer de visibilidad social, de nombre<br />
conocido, de las r<strong>el</strong>aciones que otorgan<br />
solvencia psicológica, <strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado existe como<br />
diversión de los otros, amenaza anónima,<br />
demostración de lo que nos falta para adquirir<br />
<strong>el</strong> tinte civilizado, población flotante de los<br />
servicios, pintoresquino que ratifica las<br />
ventajas d<strong>el</strong> progreso. El p<strong>el</strong>ado le permite al<br />
catrín y demás personas decentes cerciorarse<br />
de sus ventajas morales. Véase este<br />
fragmento de la nov<strong>el</strong>a Santa d<strong>el</strong> protocatrín<br />
Federico Gamboa:<br />
Para arribar a tan ruin anclaje, anduvo Santa<br />
la Ceca y la Meca lo mediano y lo malo que las<br />
grandes ciudades encierran en su seno como<br />
cutáneo sarpullido que les produce un visible<br />
desasosiego y un continuo prurito, que<br />
‘únicamente la policía sabe rascar, y que<br />
contamina a los pobladores acomodados y los
arrios de lujo. Es que se siente con su lepra,<br />
les urge rascárs<strong>el</strong>a y aliviárs<strong>el</strong>a, y a par<br />
despiértales pavor <strong>el</strong> que <strong>el</strong> azote, al<br />
removerlo, gane los miembros sanos y<br />
desacredite a la población entera. En efecto, si<br />
la comezón aprieta y la policía rasca, sale a la<br />
cara la lepra social, se ven en las calles<br />
adoquinadas las de suntuosos edificios y de<br />
tiendas ricas, fisonomías carc<strong>el</strong>arias, flacuras<br />
famélicas, ademanes inciertos, miradas torvas<br />
y pies descalzos de los escapados de la razzia,<br />
que se escurren en silencio, a menudo trote,<br />
semejantes a los piojos que por acaso cruzan<br />
un vestido de precio de persona limpia.<br />
Caminan aislados, disu<strong>el</strong>tas las familias y<br />
desolados los parentescos: aquí <strong>el</strong> padra, la<br />
madre, allí <strong>el</strong> hijo por su cuenta, y nadie se<br />
detiene, saben dónde van, al otro arrabal, al<br />
otro extremo, a la soledad y a las tinieblas.<br />
D<strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado al naco sin llegar al tojolabal<br />
La persistencia d<strong>el</strong> recismo es una de las<br />
señas de la sociedad mexicana. Crear zonas<br />
de aislamiento y de condena es recurso típico<br />
d<strong>el</strong> criollismo, y d<strong>el</strong> mestizaje pretencioso que<br />
lo siguió. Y un método histórico d<strong>el</strong> racismo es<br />
la construcción de personajes a modo de tiro<br />
al blanco, vertederos d<strong>el</strong> odio o <strong>el</strong> desprecio.<br />
Nada más cómodo que inventar seres a los<br />
que adjudicarles, como destino inescapable,<br />
una fisonomía, una psicología y una conducta<br />
fijas para siempre.<br />
Gracias al cine, <strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado se transfigura<br />
humorísticamente. A Mario Moreno Cantinflas<br />
le corresponde ser <strong>el</strong> “p<strong>el</strong>adito” por<br />
antonomasia, <strong>el</strong> que evapora las amenazas<br />
explícitas o subyacentes d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado, y crea un<br />
mito sin contenido crítico, <strong>el</strong> paria verboso<br />
que observa cómo se aleja <strong>el</strong> lenguaje cada<br />
que intenta ejercerlo, que se enreda en las<br />
palabras y se tropieza con las sintaxis. El<br />
“p<strong>el</strong>adito” de Cantinflas se extiende como<br />
disculpa de los cientos de miles de p<strong>el</strong>ados,<br />
con camiseta a rayas, sombrerito en la nuca y<br />
hablar golpeado, que emblematizan a la<br />
perfección David Silva y Fernando Soto<br />
Mantequilla. Al diluirse <strong>el</strong> miedo a su<br />
masificación, <strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado se vu<strong>el</strong>ve vaga<br />
referencia capitalina (fuera de la ciudad de<br />
<strong>México</strong> casi no hay p<strong>el</strong>ados), alguien a quien<br />
la vida le ha concedido un catálogo de Bienes:<br />
<strong>el</strong> rencor, los beneficios de la Virgen de<br />
Guadalupe, la bicicleta, <strong>el</strong> dancing, <strong>el</strong> humor<br />
grueso y autodeprecatorio, la gan de<br />
envejecer nomás se casa o se arrejunta, <strong>el</strong><br />
bolero, la canción ranchera, y no muchos<br />
más. Ese p<strong>el</strong>ado, al que Pedro Infante<br />
ennoblece, se disipa entre <strong>el</strong>ogios a su<br />
valentía y su insignificancia.<br />
El sustituto evidente es <strong>el</strong> naco. El témino –<br />
aféresus de totonaco- empieza a circular a<br />
mediados de los años cincuenta, como<br />
referencia a lo que <strong>el</strong> mestizaje no disipa: los<br />
rasgos de origen indígena, <strong>el</strong> signo de la Raza<br />
de Bronce clang clang. A diferencia d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>ado,<br />
<strong>el</strong> naco no genera su neutralización<br />
humorística. No hay tal cosa como “<strong>el</strong><br />
naquito” (aunque existe sí existe “<strong>el</strong> nacazo),<br />
<strong>el</strong> naco, desde <strong>el</strong> principio es amenazante,<br />
ofensivo y choteable, gracias a sus “rasgos<br />
irremeables”: vulgaridad ofensiva, agresividad<br />
que una cuba o un tequila conducen<br />
rápidamente al límite, mal gusto que la<br />
vestimenta cara no redime, bigote<br />
aguami<strong>el</strong>ero, dicción permeada por <strong>el</strong> tono<br />
cantadito d<strong>el</strong> arrabal.<br />
Desde los años sesenta, al naco se le<br />
considera un símbolo que alarma y apena. Allí<br />
va, con su radio de transistores (mientras más<br />
grande más compensatoria), su camiseta<br />
abierta a los lados, sus liváis y sus tenis, su<br />
iniferencia por la cultura y la política. El<br />
racismo se solaza con <strong>el</strong> descubrimiento: <strong>el</strong><br />
naco es referencia inmejorable, y no hay<br />
palabra más apta para describir a las masas<br />
cobrizas que, nunca más invisibles, pueblan<br />
las ciudades. El naco, genuina “mancha<br />
urbana”, según la élite, engendra la gran<br />
certeza: ante <strong>el</strong> afán reproductivo de las<br />
clases populares poco se puede hacer excepto<br />
catalogarlas chistosamente. Para la sociedad<br />
que no se pretende criolla sino desarrollista, <strong>el</strong><br />
naco es un filón de las conversaciones: <strong>el</strong><br />
término es insulto y es referencia humorística,<br />
es descripción de fauna citadina y síntesis<br />
facial y vocal de los p<strong>el</strong>igros de la calle.<br />
Antes fue <strong>el</strong> meco (aféresis de chichimeco),<br />
pero <strong>el</strong> naco es la voz peyorativa que seduce,<br />
por desgracia y casi inevitablemente, a los<br />
mismos agraviados. “Pobre de ti, pobre de ti,/<br />
cuántas veces te oí/ sin piedad repetir/ que<br />
naciste sin suerte.” El naco (<strong>el</strong> que así se<br />
juzga a sí mismo), asume la actitud fatalista,<br />
acepta que si se fracasó en la escu<strong>el</strong>a se<br />
fracasó en la vida y, por eso, en la<br />
75
“vulgaridad” que lo alimenta completa sus<br />
orígenes y su destino. Poquísimos se aceptan<br />
nacos pero muchísimos se sospechan<br />
pertenecientes a la especie, y la fulminación<br />
racista alcanza reverberaciones<br />
extraordinarias. Ante <strong>el</strong> espejo ideal o real, <strong>el</strong><br />
naco observa la sentencia en la pared.<br />
El racismo no hace caso de bienes<br />
económicos, y <strong>el</strong> término naco se fortalece<br />
porque discrimina en grandes cantidades.<br />
Cualquiera, garantizado su aspecto (lo<br />
primordial) o su conducta o su niv<strong>el</strong><br />
educativo, puede ser un naco, y ante <strong>el</strong><br />
epíteto no cuenta <strong>el</strong> dinero. Y lo que se afirma<br />
es muy sencillo: cualquiera resulta un naco si<br />
la idea de Primer Mundo “como que no le<br />
funciona”. No hay nada que hacer, lo naco es<br />
la sujeción eterna al <strong>México</strong> impresentable.<br />
Si <strong>el</strong> vocablo ha perdido su filo Más hiriente<br />
retiene su calidad de insulto. Aún se dice “!<br />
Pinche naco!” es ocasión de pleito o de<br />
abatimiento. Si <strong>el</strong> avance educativo y cultural<br />
ha cercado al racismo, <strong>el</strong> proceso monstruoso<br />
de la desigualdad continúa estimulándolo.<br />
Mientras los nacos no se organicen, muchos<br />
de entre <strong>el</strong>los seguirán creyendo que la<br />
expresión, al describirlos, los aplasta.<br />
Ak toum ese transplante internacional de los<br />
Young Urban Professionals de Norteamérica,<br />
todo parecía favorecerlo has hace muy poco.<br />
Ser “gringo a la mexicana” era gozar de<br />
ventajas conjuntas: eficacia internacional y <strong>el</strong><br />
Cúmulo de impunidades en la Tierra d<strong>el</strong><br />
desampara. El yupi tenía gran ventaja: los<br />
títulos universitarios, <strong>el</strong> desenfado, la<br />
apariencia de quien ya remod<strong>el</strong>ó su<br />
apariencia. A un yupi tenía gran ventaja: los<br />
títulos universitarios, <strong>el</strong> desenfado, la<br />
apariencia de quien ya remod<strong>el</strong>ó su<br />
apariencia. A un yupi no le hacía falta triunfar:<br />
su medio social lo situaba en <strong>el</strong> centro de las<br />
posibilidades. Ahora, <strong>el</strong> derrumbe de la<br />
economía los aísla un tanto, y los pone a<br />
competir, situación desventajosa para quienes<br />
o la hacían en <strong>el</strong> acto o ya no la hacían nunca.<br />
Y en distintos niv<strong>el</strong>es pero con impulso<br />
similar, nacos y yupis comparten la<br />
incertidumbre.<br />
Nada muere d<strong>el</strong> todo. Nada persiste<br />
inmutable. O dicho de otra manera, las<br />
divisiones de clase persisten: donde había<br />
76<br />
catrines y p<strong>el</strong>ados, hoy vemos a pirruris y<br />
nacos, o a juniors y chavos-banda. Pero los<br />
yupis no sólo pasean por los Plateros de fines<br />
de siglo, también sueñan con la plena<br />
integración con Estados Unidos, y los nacos ya<br />
no se sumergen en las tinieblas d<strong>el</strong> rencor<br />
lejano; vagan por donde pueden con sus<br />
ghetto-blasters, y tienen mejor idea de sí<br />
mismos que sus antecesores. Y de la abolición<br />
de la carga trituradora de los estereotipos,<br />
deberá responsabilizar <strong>el</strong> proceso<br />
democrático.<br />
? Madrecita santa?<br />
Marta Lamas<br />
“Madre hay una sola”, “El amor materno es<br />
eterno”. “Mi madre es una santa”, “El amor de<br />
una madre aguanta todo”. ?Qué hay bajo <strong>el</strong><br />
mito d<strong>el</strong> amor materno? Quienes han<br />
indagado sobre la especificidad de lo<br />
mexicano, desde Samu<strong>el</strong> Ramos y Octavio Paz<br />
hasta Carlos Monsiváis y Roger Bartra, han<br />
abordado cuestiones que rozan <strong>el</strong> mito de la<br />
madre. Una veta, con interesantes<br />
resonancias, es <strong>el</strong> guadalupanismo como culto<br />
a “nuestra madre morena”. Otra, la que<br />
plantea <strong>el</strong> machismo como resultado de<br />
“mucha madre y poco padre”. Una tercera es<br />
la que da cuenta de la fuerte presencia d<strong>el</strong><br />
culto a la madre en la cultura popular. Carlos<br />
Monsiváis ha señalado que la cifra de las<br />
p<strong>el</strong>ículas mexicanas producidas entre los años<br />
cuarenta y los cincuenta que propositamente<br />
tocas <strong>el</strong> tema de la madre ronda las mil. Estas<br />
producciones visuales, vistas por millones de<br />
mexicanos, siguen alimentando la idealización<br />
de la madrecita santa. Sin embargo, estas<br />
interpretaciones no dan <strong>el</strong>ementos suficientes<br />
para explicar <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> mito de la<br />
madrecita santa, tan presente en la cultura<br />
mexicana.<br />
Para comprender la fuerza que ha ganado <strong>el</strong><br />
mito hay que interrogarse sobre qué está<br />
encubriendo la avalancha discursiva y<br />
comercial que exalta la maternidad.<br />
El espejismo sobre <strong>el</strong> espejo: la mitología<br />
d<strong>el</strong> cine mexicano<br />
Leonardo García Tsao
Supongamos que en un futuro lejano un grupo<br />
de arqueólogos se propusiera reconstruir lo<br />
que fue la sociedad mexicana a partir de un<br />
solo vestigio: una colección representativa de<br />
p<strong>el</strong>ículas nacionales. El resultado sería sin<br />
duda intrigante. Los arqueólogos podrán<br />
deducir que hubo algo llamado Revolución<br />
Mexicana que, si bien fue un conflicto armado,<br />
se desarrolló como un desfile pintoresco<br />
decaudillos recios y soldaderas bravías; al<br />
mismo tiempo, se encontraría también que la<br />
vida hacendaria, no obstante esa revolución,<br />
siguió vigente por décadas. En cuanto a<br />
rasgos nacionales, se llegaría a la conclusión<br />
de que en <strong>el</strong> campo los indígenas fueron las<br />
almas más nobles, mientras en la ciudad los<br />
pobres estaban similarmente ungidos por la<br />
virtud, la prostitución se ejercía por una<br />
vocación de sufrimiento y no hubo voluntad<br />
de sacrificio mayor que <strong>el</strong> de la madre<br />
mexicana. Y en una época, la defensa d<strong>el</strong> bien<br />
estuvo en manos de luchadores<br />
enmascarados.<br />
Si bien todas las cinematografías cuentan con<br />
mitologías abundantes, la nuestra ha reunido<br />
una de las más nutridas y contradictorias<br />
frente a la realidad. Prácticamente todos los<br />
aspectos de la vida nacional han pasado por<br />
un denso filtro de mistificación. En <strong>el</strong> cine<br />
mexicano, la visión realista o incluso<br />
desmitificadora no ha sido muy bien recibida.<br />
Eso pudo comprobarse desde los inicios de la<br />
industria. En 1933 y en 1935, Fernando de<br />
Fuentes realizó El compadre Mendoza y<br />
!Veámonos con Pancho Villa!, de manera<br />
respectiva; ambas son consideradas ahora<br />
obras capitales por su fuerza dramática y,<br />
sobre todo, <strong>el</strong> sentido crítico con que es<br />
examinado <strong>el</strong> movimiento revolucionario. Sin<br />
embargo, en su momento ambas p<strong>el</strong>ículas no<br />
fueron favorecidas por <strong>el</strong> público; de hecho, la<br />
primera fue tachada de “denigrante” y se<br />
pensó en prohibirla. Pasaron décadas antes de<br />
que ambas cintas recibieran su justa<br />
revaloración.<br />
Poco después, en 1936, <strong>el</strong> mismo De Fuentes<br />
dirigiría una cinta muy diferente, Allá en <strong>el</strong><br />
Rancho Grande. Con su prodigioso éxito<br />
comercial, ese m<strong>el</strong>odrama ranchero significó<br />
la consolidación de la industria y <strong>el</strong><br />
establecimiento de una de las mitologías más<br />
perdurables. Algo más que <strong>el</strong> despliegue<br />
folclórico fue la cauda de la entusiasta<br />
respuesta popular. Como bien señala Emilio<br />
García Riera en su Historia documental de cine<br />
mexicano, “Rancho Grande inventaba un<br />
universo idílico, la hacienda feudal vista como<br />
una arcadia f<strong>el</strong>iz, no sólo para ignorar la<br />
revolución y la reforma agraria, sino para<br />
oponer una suerte de limbo o refugio al<br />
inquietante <strong>México</strong> de la época, sacudido por<br />
la política de avanzada d<strong>el</strong> presidente<br />
Cárdenas; al volver a la hacienda, se<br />
regresaba a un útero protector y ajeno a los<br />
p<strong>el</strong>igros d<strong>el</strong> paso d<strong>el</strong> tiempo”. Cabe suponer<br />
que de haber gozado El compadre Mendoza o<br />
!Veámonos con Pancho Villa! Un éxito similar,<br />
otro hubiera sido <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> cine<br />
nacional. Pero al público no le gusta<br />
reconocerse en <strong>el</strong> espejo fi<strong>el</strong>. Siempre ha<br />
preferido <strong>el</strong> espejismo, la imagen<br />
distorsionada por la mitología.<br />
Por lo mismo, las p<strong>el</strong>ículas sobre la revolución<br />
no seguirían las pautas marcadas por De<br />
Fuentes en sus dos obras maestras. Otra vez<br />
se impuso la mirada mistificadora, signada por<br />
un furor nacionalista, <strong>el</strong> culto a la<br />
personalidad caudillista y la creación de<br />
estereotipos. Para encontrar excepciones hay<br />
que buscar de los años sesenta en ad<strong>el</strong>ante,<br />
en títulos como La soldadera (José Bola;os,<br />
1966) y Reed: <strong>México</strong> insurgente (Paul Leduc,<br />
1970). En cambio, llevaría páginas mencionar<br />
los ejemplos de lo otro. Base algo tan<br />
representativo como La Cucaracha (Isma<strong>el</strong><br />
Rodríguez, 1958), donde la revolución se<br />
reduce al espectáculo de un encuentro<br />
explosivo entre cuatro mitos primordiales:<br />
María F<strong>el</strong>ix, Dolores de Rió, Pedro Armendáriz<br />
y <strong>el</strong> Indio Fernández.<br />
De entre la múltiples estr<strong>el</strong>las míticas d<strong>el</strong> cine<br />
mexicano –a las ya mencionadas, se añaden<br />
los nombres de Jorge Negrete, Cantinflas,<br />
Fernando Soler, Joaquín Pardavé, Ninón<br />
Sevilla, Sara García, Tin Tan –merece una<br />
atención especial la figura de Pedro Infante.<br />
De extracción popular, <strong>el</strong> actor y cantante<br />
encarnaría con igual verosimilitud a un charro<br />
cantor, un mecánico, un cura d<strong>el</strong> pueblo, un<br />
militar, un carpintero o un agente de transito.<br />
Es decir, tan apto para lo rural como lo<br />
urbano. Dotado de una natural simpatía,<br />
Infante fue la representación acabada d<strong>el</strong><br />
mexicano ideal: macho pero tierno, buen para<br />
la cantada, querendón, leal con los cuales,<br />
buen hijo e inclinado al llanto viril.<br />
77
El mismo Isma<strong>el</strong> Rodríguez se encargaría de<br />
llevar a su personaje a la apoteosis de<br />
Nosotros los pobres (1947), ese paradigma de<br />
m<strong>el</strong>odrama arrabalero que es quizá la p<strong>el</strong>ícula<br />
más vista en la historia de nuestro cine.<br />
Curiosamente, Rodríguez afirmaba haberse<br />
inspirado para <strong>el</strong>la en <strong>el</strong> neorrealismo italiano.<br />
Nada que ver. Si en verdad <strong>el</strong> cineasta<br />
hubiera seguido los cánones de dicha<br />
corriente, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> protagónico no lo llevaría<br />
Infante, sino algún actor desconocido (o un<br />
carpintero en la vida real); no se habría<br />
filmado en los estudio <strong>México</strong> Gilms, sino en<br />
un barrio auténtico, como Tepito, y las<br />
incidencias de la trama cambiarían bastante.<br />
Pepe <strong>el</strong> Toro no saldría jamás de la cárc<strong>el</strong>, <strong>el</strong><br />
rico Montes igual abusaría de La Chorreada,<br />
nadie se preocuparía mucho por la paternidad<br />
de Chachita… Y la p<strong>el</strong>ícula hubiera muerto en<br />
taquilla. Su desbordado artificio<br />
m<strong>el</strong>odramático es precisamente la razón de su<br />
popularidad. (García Riera, otra vez: “Isma<strong>el</strong><br />
Rodríguez no hizo realismo popular, inventó lo<br />
que a una parte d<strong>el</strong> pueblo le gustaría ser.”)<br />
En un giro trágico propio de un m<strong>el</strong>odrama<br />
como los que solía interpretar, Pedro Infante<br />
falleció de forma prematura y accidental,<br />
consiguiendo así <strong>el</strong> pase autormático al<br />
Olimpo de los ídolos mártires. Su culto, por<br />
supuesto, sigue vigente a la fecha. Cuando la<br />
muerte no interviene de manera anticipada y<br />
a veces diríamos oportuna- los mitos<br />
populares corren <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de sufrir<br />
transformaciones. Tal fue <strong>el</strong> caso de<br />
Cantinflas. Surgiendo a la fama con su<br />
personaje de p<strong>el</strong>adito que subvierte <strong>el</strong> orden<br />
gracias a sus andadas de verborrea<br />
incoherente, <strong>el</strong> cómico hizo una paulatina<br />
transición a un humor moralista y<br />
aleccionador. La metamorfosis fue también<br />
física. Por mucho que Cantinflas haya<br />
conservado <strong>el</strong> bigotito y los pantalones a<br />
media asta en sus últimas actuaciones, se<br />
impuso al final al imagen pública de Mario<br />
Moreno Reyes, gesto tieso y lentes oscuros,<br />
solemne como cualquier político priista.<br />
Cantinflas fue <strong>el</strong> cómico oficial por decreto, y<br />
como tal se le concedieron honores fúnebres<br />
dignos de un estadista.<br />
La mayoría de los mitos d<strong>el</strong> cine mexicano se<br />
dieron en lo que se conoce como la Época de<br />
Oro (en sí un mito, por cierto), porque es<br />
cuando aqu<strong>el</strong> sostiene su idilio con <strong>el</strong> público.<br />
78<br />
A partir de la segunda mitad de los cincuenta,<br />
la fascinación se rompió entre otros factores,<br />
por la llegada de la t<strong>el</strong>evisión y por una crisis<br />
en la industria que se haría endémica y se<br />
tomaron escasas las figuras que capturaran la<br />
fantasía colectiva. (Es sintomático que uno de<br />
los últimos mitos en verdad populares fuera<br />
Santo, <strong>el</strong> enmascarado de plata, un super<br />
héroe que ocultaba su rostro.)<br />
Asimismo, la aparición de una nueva<br />
generación de cineastas a fines de los sesenta<br />
fue contraria a la mitificación. Realizadores<br />
como F<strong>el</strong>ipe Casals, Jorge Fons, Jaime<br />
Humberto Hermosillo, Paul Leduc y Arturo<br />
Ripstein, entre otros, partieron de una mirada<br />
crítica sobre la sociedad mexicana para buscar<br />
una descripción realista, una r<strong>el</strong>ectura de<br />
cientos hechos históricos, un cuestionamiento<br />
de los géneros tradicionales y, en general, una<br />
renovación estética. De acuerdo con los<br />
principios d<strong>el</strong> cine de autor bajo los que se<br />
formaron, pasaron los tiempos d<strong>el</strong><br />
protagonismo actoral. Ahora <strong>el</strong> director era la<br />
estr<strong>el</strong>la.<br />
Aún así, hay indicios recientes de que las<br />
viejas mitologías están vivas y hasta son<br />
susceptibles de ser exportadas. Como agua<br />
para chocolate (Alfonso Arau, 1991) fue un<br />
notable éxito comercial en <strong>México</strong> y nada<br />
menos que la p<strong>el</strong>ícula extranjera que más<br />
dólares ha metido a la taquilla en la historia<br />
de la exhibición estadounidense. Ese suceso<br />
puede atribuirse a la habilidad con la que han<br />
sido recalentados y servidos algunos<br />
<strong>el</strong>ementos infalibles. Estamos ante la<br />
recuperación de la vida hacendaría, donde<br />
está ausente la figura patriarcal y reforzada la<br />
matriarcal (de hecho, los personajes<br />
masculinos son casi eunucos en su debilidad);<br />
se trata de un m<strong>el</strong>odrama de mujeres, donde<br />
Tita, la protagonista, es un mod<strong>el</strong>o retrógrado<br />
de sumisión y obediencia, cuyo ‘único talento<br />
es la habilidad culinaria (“las mujeres a la<br />
cocina”), puesta al servicio d<strong>el</strong> sexismo (“<strong>el</strong><br />
camino más corto al corazón de un hombre es<br />
<strong>el</strong> estómago”). Nuevamente aparece la<br />
Revolución Mexicana como un movimiento<br />
folclórico ajeno a la historia, que aprovecha la<br />
hermana de Tita para encarnar a otra de<br />
tantas hembras bragadas. Y en <strong>el</strong> fondo un<br />
rígido sistema de clases, donde la<br />
servidumbre se acomide fi<strong>el</strong>mente y lleva<br />
nombres como Nacha y Chencha. Todo ese
falso romanticismo conservador, sumado a la<br />
popularidad exótica que gozan <strong>México</strong> (con su<br />
comida, claro) y <strong>el</strong> realismo mágico de fuente<br />
literaria, explican asimismo la extraordinaria<br />
recepción en <strong>el</strong> extranjero a una p<strong>el</strong>ícula que,<br />
en términos cinematográficos, no pasa de ser<br />
mediocre.<br />
Desmant<strong>el</strong>ada la industria, caducas las viejas<br />
formas de producción y muerto <strong>el</strong> Star System<br />
nacional, <strong>el</strong> éxito de Como agua para<br />
chocolate demuestra que algunos mitos<br />
siguen latentes. Sólo esperan que alguien<br />
sepa revivirlos.<br />
La t<strong>el</strong>evisión<br />
Fátima Fernández Christlieb<br />
La generación que hoy toma decisiones en<br />
<strong>México</strong> ya nació con la t<strong>el</strong>evisión. El<br />
presidente Zedillo vino al <strong>mundo</strong> en <strong>el</strong><br />
mismísimo ago en que salió al aire <strong>el</strong> canal de<br />
las estr<strong>el</strong>las.<br />
La t<strong>el</strong>e es una realidad mitificada por las<br />
sociedades de la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo<br />
veinte.<br />
Los políticos le temen, la oposición sueña con<br />
entrarle, los ídolos luchan por permanecer en<br />
pantalla, los empresarios no pueden dejar de<br />
anunciarse en <strong>el</strong>la, los educadores aún no<br />
saben si conviene usarla, la gente la enciende<br />
diario.<br />
Los aparatos, los t<strong>el</strong>e hogares, los equipos<br />
para producir imágenes, los canales de<br />
difusión, las antenas para la recepción, todo<br />
<strong>el</strong>lo es una tangible realidad, pero en todo lo<br />
otro, en todo ese infinito universo donde se<br />
decodifican los mensajes, ahí en <strong>el</strong><br />
corazoncito y en la cabeza de cada<br />
t<strong>el</strong>evidente, ahí comienzan los mitos, ahí se<br />
gesta una variada e inatrapable simbología.<br />
Va un ejemplo. Me lo contó Arturo Warman, a<br />
principios de 1979, cuando trabajábamos en<br />
otro libro colectivo como éste, coordinado<br />
también por Enrique Florescano, con la<br />
diferencia de que aquél se discutió todos los<br />
sábados de enero a julio en <strong>el</strong> Castillo de<br />
Chapultepec y había que dejar satisfechos a<br />
los veinte autores de ese producto que se<br />
llamó <strong>México</strong> hoy. A propósito de la t<strong>el</strong>evisión<br />
y ganoso de que se describieran los proceso<br />
de recepción de mensajes, Warman r<strong>el</strong>ató que<br />
en junio de 1969, justo <strong>el</strong> día en que los<br />
norteamericanos pondrían los pies en la luna,<br />
él estaba en una comunidad indígena ubicada<br />
a varias horas de camino d<strong>el</strong> primer poblado<br />
con energía <strong>el</strong>éctrica. Él quería ver la llegada<br />
a la luna y convenció a dos lugareños para<br />
que lo acompañaran. Sudaron por largo<br />
tiempo, recorrieron montes y valles, trotaron<br />
con prisa para no llegar tarde a la transmisión<br />
de ese evento irrepetible. Una vez ante <strong>el</strong><br />
t<strong>el</strong>evisor, Warman no pestañeaba y los<br />
indígenas miraban sin emoción alguna.<br />
Terminada la conversación entre <strong>el</strong> presidente<br />
Nixon y los astronautas, Warman<br />
entusiasmado les preguntó: “¿Qué les<br />
pareció? “Ellos se miraron extrañados y uno le<br />
contestó: “Tanto escándalo? Para qué? Este<br />
programa ya lo habíamos visto.”<br />
¿Qué es ficción y qué es un hecho real en<br />
cada cultura? A qué resortes internos obedece<br />
la resemantización de los mensajes? ¿Cuántas<br />
lecturas pueden tener un mismo mensaje?<br />
En t<strong>el</strong>evisión hay situaciones reales y<br />
situaciones míticas. Las primeras se dan<br />
cuando emisor y receptor comparten <strong>el</strong> mismo<br />
código y persiguen los mismos valores. Es <strong>el</strong><br />
cado d<strong>el</strong> concesionario que compra derechos<br />
de transmisión para determinados partidos de<br />
fútbol que serán irremediablemente vistos por<br />
los fanáticos de los equipos en cuestión. Ese<br />
cruce emisor-receptor no falla, es real.<br />
El mito comienza cuando la agencia de<br />
publicidad le hace creer a su cliente, <strong>el</strong><br />
anunciante, que comprando tiempo en<br />
determinados horarios va a convencer al<br />
supuesto auditorio de las bondades de su<br />
producto. Aquí comienzan los desencuentros<br />
de códigos que pueden ser abismales<br />
mientras menos concreto sea lo anunciado;<br />
estoy pensando en un político, por ejemplo.<br />
Pese a los aciertos que pudieron haber tenido<br />
aqu<strong>el</strong>los spots t<strong>el</strong>evisivos que decían ‘porque<br />
lo hizo, él sabe cómo hacerlo…” no vayan a<br />
creer los estrategas de esa campaña que<br />
Zedillo ganó por la t<strong>el</strong>evisión. En <strong>el</strong> mismo<br />
sentido sería pertinente que <strong>el</strong> PAN dejara de<br />
afirmar que un segundo debate t<strong>el</strong>evisado le<br />
hubiera dado la victoria. El <strong>mundo</strong> de la<br />
recepción de mensajes es mucho más<br />
complejo. Está lleno de mitos. En la última<br />
79
<strong>el</strong>ección presidencial norteamericana, parece<br />
que los demócratas no le apostaron a la<br />
t<strong>el</strong>evisión, fueron los que menos gastaron en<br />
<strong>el</strong>la (Bush 18.1 millones de dólares, Perot<br />
23.9 y Clinton solamente 9.4) y ganaron las<br />
<strong>el</strong>ecciones.<br />
Veíamos muy poca t<strong>el</strong>evisión, afirmó Zedillo<br />
en aqu<strong>el</strong> video transmitido en <strong>el</strong> último mes<br />
de la campaña. Muchos niños de los años<br />
cincuenta y principios de los sesenta tampoco<br />
se exponían mucho al aparato: sus papás<br />
rec<strong>el</strong>aban d<strong>el</strong> entonces nuevo invento. Era<br />
frecuente ver receptores encerrados en<br />
muebles de madera con llave. Ahora que los<br />
niños de los cincuenta son papás, <strong>el</strong> rec<strong>el</strong>o<br />
está domesticado y al medio <strong>el</strong>ectrónico se le<br />
siguen atribuyendo poderes que a nadie le<br />
consta que la t<strong>el</strong>e tenga.<br />
Desconocemos los múltiples códigos internos<br />
de los receptores; ante las series con violencia<br />
habrá quien se envalentone para matar y<br />
habrá quien fortalezca su ánimo pacifista.<br />
Todo es cuestión de biografías individuales y<br />
colectivas.<br />
Más allá de programas y canales ¿qué<br />
buscamos al oprimir los botones d<strong>el</strong> control<br />
remoto? Queremos dar con un terreno de<br />
convergencia entre nuestros intereses y los<br />
que <strong>el</strong> emisor puso en imágenes. Intentamos<br />
hallar un código común, no sólo enlo que toca<br />
a nuestros valores más sublimes, sino a los<br />
momentos de hartazgo y necesidad de<br />
evasión. Si uno mismo no sabe bien a bien<br />
por qué cambia de canal ¿quién lo va a saber?<br />
Mirada desde este ángulo la t<strong>el</strong>evisión es una<br />
realidad mitificada. Cuando un artista o un<br />
int<strong>el</strong>ectual es entrevistado en algún canal<br />
cultural, la gente les dice: “Te vi en la t<strong>el</strong>e,<br />
saliste muy bien”… pero casi nunca se retiene<br />
lo que ahí se dijo. Nos rodea la reiteración de<br />
la sentencia mcluhiana: salir en la t<strong>el</strong>e es ya<br />
un mensaje.<br />
Mirada como industria, la t<strong>el</strong>evisión es una<br />
realidad pesada, costosa, de alta tecnología.<br />
Más pesada se vu<strong>el</strong>ve cuando en la pantalla se<br />
cruzan dos códigos idénticos: <strong>el</strong> de quien<br />
confeccionó <strong>el</strong> mensaje y <strong>el</strong> de quien lo<br />
recibió. Por <strong>el</strong>lo en tiempos de guerra la<br />
emisión de señales se cuida más que <strong>el</strong> banco<br />
80<br />
de cualquier nación. En esas coyunturas no<br />
hay espacio para los mitos.<br />
El indigenista<br />
El polizonte<br />
Mauricio Tenorio<br />
Existen personajes mexicanos que aunque no<br />
han sido estampados en los libros de “tipos<br />
populares”, recorren de incógnitos la historia<br />
de <strong>México</strong>. Uno de estos protagonistas es <strong>el</strong><br />
que hoy llamamos indigenista, pero que<br />
históricamente ha respondido a distintos<br />
nombres: protector de los indios, patriota, o<br />
“indianista” (a principios d<strong>el</strong> siglo XX). No<br />
existe la estampa certera de este personaje<br />
porque es difícil capturarlo en una sola<br />
imagen; es huidizo a la vista d<strong>el</strong> historiador, a<br />
veces va de sacerdote, otras de filántropo,<br />
otras de historiador, otras de guerrillero y<br />
otras muchas de antropólogo. A semejanza de<br />
aqu<strong>el</strong>los muñecos y muñecas de cartón a los<br />
que había que colgarles diversos vestidos de<br />
pap<strong>el</strong>, la fisonomía d<strong>el</strong> indigenista no es fija,<br />
aunque su presencia sea constante. Un retrato<br />
fugaz d<strong>el</strong> indigenista nos rev<strong>el</strong>aría muy pocas<br />
certezas sobre este carácter histórico, como<br />
que <strong>el</strong> indigenista no es indio, que no tiene un<br />
solo rostro, y que más bien parece ser <strong>el</strong><br />
polizonte de la travesía histórica que fue la<br />
construcción de una identidad nacionalista.<br />
Este polizonte se deja ver en <strong>el</strong> indigenista<br />
que los mexicanos, mestizos y criollos, llevan<br />
dentro, vociferante o calladamente, como en<br />
los versos de Sor Juana, quien se sentía<br />
anfitriona d<strong>el</strong> secreto huésped:<br />
¿Qué mágicas infusiones,<br />
de los indios herbolarios<br />
de mi patria, estre mis letras<br />
<strong>el</strong> hechizo derramaron?<br />
¿Quién es?<br />
Tristemente, la efigie histórica d<strong>el</strong> indigenista<br />
no es indígena; por <strong>el</strong>lo es precisamente<br />
“indigenista”, Los orígenes d<strong>el</strong> indigenismo<br />
mexicano son criollos. El indígena fue “<strong>el</strong> otro”<br />
visto, estimado y apropiado por una tarea de<br />
autodefinición criolla, y así <strong>el</strong> indio fue visto<br />
según explicó Luis Villoro, como objeto de<br />
salvación providencial o como parte de la<br />
razón universal. Los primeros misioneros
imaginaron un reino de las repúblicas, la de<br />
indios y la de españoles. La separación,<br />
creían, facilitaría la protección y cristianización<br />
de los indígenas, y mantendría su prístina<br />
pureza. Bernardino de Sahagún o Bartolomé<br />
de Las Casas podrían ser considerados<br />
ejemplos de un primer tipo de indigenistas.<br />
Las ideas d<strong>el</strong> padre Clavijero y de Servando<br />
Teresa de Mier son muestras de otro<br />
indigenismo, <strong>el</strong> nacionalista criollo que<br />
encontró en <strong>el</strong> pasado indígena la épica que<br />
daba a <strong>México</strong> <strong>el</strong> carácter de verdadera<br />
nación. El pensamiento de Carlos María de<br />
Bustamante puede servir, como David Brading<br />
atinadamente explicó, para mod<strong>el</strong>ar la larga<br />
duración de un indigenismo que va de las<br />
guerras de independencia a la revolución de<br />
1910, pero que tuvo un accidentado y<br />
truncado camino desde <strong>el</strong> radicalismo<br />
indigenista de Bustamante hasta <strong>el</strong><br />
indigenismo oficial posrevolucionario.<br />
Aunque de cara cambiante, <strong>el</strong> indigenista es<br />
un personaje innegable de la historia<br />
mexicana. <strong>México</strong> fue una nación-estado d<strong>el</strong><br />
siglo XIX, poscolonial y habitado por una alta<br />
población indígena. Un país nuevo que se<br />
embarcó en la tarea de una construcción<br />
nacional en la que las ideas y proyectos para<br />
la nación contaban con ingredientes<br />
irrenunciables: <strong>el</strong> pasado y presente indígena,<br />
<strong>el</strong> legado cultural y político ibérico, y la<br />
gradual construcción de la modernidad<br />
occidental de la que nadie quería quedarse<br />
fuera. La figura d<strong>el</strong> indigenista es un producto<br />
de este particular estado de cosas. Aunque él<br />
no es un indígena, a través de la referencia a<br />
lo indígena se construye un alma, una tarea<br />
divina, un pasado glorioso, un apostolado, una<br />
esperanza, una patria. Pero, decía Luis Villoro<br />
en <strong>el</strong> indigenista lo indígena siempre aparece<br />
como una realidad “rev<strong>el</strong>ada nunca<br />
rev<strong>el</strong>ante”. En efecto, la representación d<strong>el</strong><br />
indigenista, cualquiera que sea su cara en <strong>el</strong><br />
álbum de los tipos nacionales, no retrata una<br />
naturaleza, sino un oficio: <strong>el</strong> de salvador,<br />
protector, defensor, rescatador, rev<strong>el</strong>ador,<br />
incorporador de lo indígena en la vida<br />
nacional.<br />
Si oficio, ¿Cuáles han sido las herramientas<br />
d<strong>el</strong> indigenista? Ante todo, la pasión y <strong>el</strong><br />
compromiso de quienes desde <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong><br />
contacto se fascinaron de la existencia de una<br />
otredad tan radical. El exotismo y la<br />
curiosidad no han sido herramientas menores.<br />
Pero los avíos que más han servido al oficio de<br />
indigenistas son r<strong>el</strong>igión, historia y ciencia.<br />
Con la cruz surgieron los primeros<br />
indigenistas. Con la inspiración de Clío, los<br />
indigenistas criollos lograron cristalizar <strong>el</strong><br />
pasado indígena como algo admirable y<br />
rescatable y desde entonces ese pasado es<br />
una parte sustancial de la conciencia<br />
nacionalista de los mexicanos. Y con la ciencia<br />
los indigenistas poco a poco lograron hacerse<br />
de teorías para entender, aceptar y planear no<br />
tanto <strong>el</strong> pasado sino <strong>el</strong> presente indígena<br />
dentro de un proyecto para todos<br />
irremediable: la consolidación de una<br />
nacionalidad mexicana moderna.<br />
El contorno d<strong>el</strong> retrato<br />
No se puede retratar en una sola imagen la<br />
figura d<strong>el</strong> indigenista. Si acaso, podemos<br />
hacer un recuento de sus mutantes<br />
características. Podemos dejar marcado <strong>el</strong><br />
contorno que esta imagen ocupa; un contorno<br />
bien d<strong>el</strong>imitado, pero vacío. Hagamos <strong>el</strong><br />
ejercicio de llenar ese vació con variados<br />
ejemplos históricos que si no “grandes” (a la<br />
manera de Villoro) sí son emblemáticos<br />
momentos d<strong>el</strong> indigenismo mexicano. Son<br />
momentos que, voy a mostrar, incluyen las<br />
ambivalencias y contradicciones inherentes a<br />
todos los tipos d<strong>el</strong> indigenismo mexicanos.<br />
Durante la Colonia, no bien había acabado <strong>el</strong><br />
proyecto de las dos repúblicas, y Sahún hacía<br />
la etnología de los indios de <strong>México</strong>, un sabio<br />
mexicano, don Carlos de Siguenza y Góngora,<br />
se dedica a coleccionar objetos indígenas y a<br />
estudiar la realidad indígena de <strong>México</strong>. En<br />
1680, don Carlos <strong>el</strong>abora un monumental arco<br />
triunfal que representaba los logros de los<br />
doce emperadores aztecas. Se trataba de un<br />
arco triunfal para dar la bienvenida en la<br />
ciudad de <strong>México</strong> a Tomás Antonio de la Cerda<br />
y Aragón, Conde de Paredes, Marqués de La<br />
Laguna, y nuevo virrey de la Nueva España.<br />
Siguenza, un criollo, recibía al representante<br />
de la Corona con <strong>el</strong> orgullo de un pasado<br />
glorioso Indígena, que él estudiaba y<br />
revaloraba. Pero <strong>el</strong> indigenismo de don Carlos<br />
mostró su otra cara años después, cuando en<br />
1692 un motín indígena en la ciudad de<br />
<strong>México</strong> estuvo a punto de destruir su propia<br />
biblioteca. Entonces <strong>el</strong> indigenismo de<br />
Siguenza mostró sus limites, al oír a los indios<br />
81
gritar, cuenta don Carlos: “Mueran los<br />
españoles y Gachupines (son los venidos de<br />
España) que nos comen nuestro maíz.” No<br />
obstante todo <strong>el</strong> amor y curiosidad científica<br />
que le despertaban los indígenas, Siguenza<br />
concluyó que los indios esperaban <strong>el</strong> momento<br />
de exterminar a todos los españoles y criollos.<br />
Siguenza oyó, o creyó oír, estos gritos de los<br />
indígenas: “!Vamos con alegría a esta guerra<br />
y como quiera Dios que se acaben en <strong>el</strong>la los<br />
españoles, no importa que muramos sin<br />
confesión! ¿No es nuestra esta tierra?, ¿pues<br />
qué quieren en <strong>el</strong>la los españoles?” Su<br />
indigenismo se mordía la cola.<br />
Siglos después, Porfirio Diaz decide que debe<br />
ser incluida la estatua de Cuauhtémoc en <strong>el</strong><br />
rediseñado Paseos de la Reforma, resumen de<br />
la nueva historia patria. En <strong>el</strong> Cuauhtémoc los<br />
indigenistas porfirianos cristalizaron su<br />
admiración por <strong>el</strong> glorioso pasado indígena<br />
mexicano, y su convicción de que sobre esos<br />
cimientos se prodría sembrar una nacionalidad<br />
moderna. Historiadores, Médicos y<br />
antropólogos porfirianos mantuvieron y<br />
enriquecieron con sus trabajos este<br />
indigenismo. Gentes como Vicente Riva<br />
Palacio, Antonio Pe;afi<strong>el</strong>, Leopoldo Batres,<br />
Nicolás León, Manu<strong>el</strong> Orozco y Berra y Alfredo<br />
Chavero alimentaron durante años lo que <strong>el</strong><br />
cuauhtémoc representaba. Pero este<br />
indigenismo incluía la Búsqueda científica de<br />
la homogeneización y mejoramiento racial d<strong>el</strong><br />
país, así como <strong>el</strong> constante afán de aceptación<br />
cultural, racial y política de <strong>México</strong> ante <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>. El indigenismo de Cuauhtémoc, pues,<br />
adoraba <strong>el</strong> pasado indígena como los viejos<br />
criollos pero su ambivalencia sobre <strong>el</strong> indio<br />
vivo llevó a los seguidores de este<br />
indigenismo a medir y cuantificar al indio, a<br />
presentarlo ante inversionistas nacionales y<br />
extranjeros como mano de obra sumisa, y a<br />
hacerlo caber en teorías raciales que<br />
aseguraban su desaparición por la mezcla<br />
racial y la educación.<br />
Un tercer indigenismo quedo plasmado en<br />
1940 en <strong>el</strong> monumento a la Raza de Luis L<strong>el</strong>o<br />
de Larrea. Se trataba de un indigenismo<br />
revolucionario que declaraba al pasado<br />
indígena como <strong>el</strong> único pasado mexicano, y<br />
afirmaba que la nación era orgullosamente<br />
indígena y revolucionaria. Una nación surgida<br />
de una revolución popular en la que los indios<br />
definieron <strong>el</strong> perfil d<strong>el</strong> país. Los nuevos<br />
82<br />
indigenistas revolucionarios presentaron su<br />
indigenismo como tabula rasa d<strong>el</strong> anterior<br />
indigenismo al que consideraban olvido y<br />
explotación d<strong>el</strong> indígena. Pero <strong>el</strong> indigenismo<br />
d<strong>el</strong> Monumento a la Raza estaba sostenido por<br />
los estudios y trabajos realizados por siglos de<br />
indigenismo, por la misma idea de raza<br />
surgida d<strong>el</strong> sigo XIX, y por la iconografía d<strong>el</strong><br />
indigenismo porfiriano. En <strong>el</strong> monumento, la<br />
sobria masa de una pirámide de concreto se<br />
coronaba con <strong>el</strong> águila de bronce<br />
originalmente diseñada para <strong>el</strong> viejo y<br />
afrancesado palacio legislativo porfiriano que<br />
nunca fue terminado. Y los r<strong>el</strong>ieves en bronce<br />
de emperadores aztecas, realizados por Jesús<br />
Contreras, momentos ilustres d<strong>el</strong> indigenismo<br />
porfiriano hechos para exhibirse en París en<br />
1889, remataban la cúspide de la pirámide.<br />
Aún más, este indigenismo oficial<br />
posrevolucionesrio, aparentemente indígena,<br />
sostenía la incorporación d<strong>el</strong> indígena en <strong>el</strong><br />
desarrollo moderno de <strong>México</strong>, ya fuera<br />
mediante una educación patriótica o mediante<br />
la expansión de la economía y la absorción de<br />
las comunidades indígenas por <strong>el</strong> desarrollo<br />
industrial. Así se lograría <strong>el</strong> objetivo de éste y<br />
todos los anteriores indigenismos:<br />
homogeneización y construcción de una<br />
verdadera nación nueva y moderna.<br />
Todos éstos fueron y son indigenismos. No<br />
hay uno verdadero y otro falso. En cuanto a<br />
libros, tan indigenista fue la Historia antigua<br />
de <strong>México</strong> de Clavijero (1780-81 en italiano),<br />
como <strong>México</strong> a través de los siglos (1887-<br />
1889) dirigida por Riva palacio, con Forjando<br />
patria d<strong>el</strong> Manu<strong>el</strong> Gamio (1916), como <strong>México</strong><br />
profundo (1987) d<strong>el</strong> recientemente<br />
desaparecido Guillermo Bonfil Batalla. O, en<br />
sus ambivalencias, tan antiindigenista fue <strong>el</strong><br />
temor d<strong>el</strong> indígena Siguenza, como la<br />
indiferencia ante <strong>el</strong> indígena de los liberales<br />
jacobinos; de igual forma, tan<br />
incorporacionista fue <strong>el</strong> proyecto porfiriano<br />
como <strong>el</strong> eugenismo d<strong>el</strong> ideólogo mayor d<strong>el</strong><br />
indigenismo posrevolucionario, Manu<strong>el</strong> Gamio.<br />
El exotismo indigenista está lo mismo en la<br />
fascinación erótica y sensual de Federico<br />
Gamboa ante las tehuanas d<strong>el</strong> Istmo, como en<br />
<strong>el</strong> encantamiento de viajeros franceses y<br />
norteamericanos ante las ruinas y realidades<br />
indígenas de <strong>México</strong>. También fue indigenismo<br />
la idealización de la armonía comunitaria de<br />
los indígenas, que llevó a Luis Cernuda a<br />
decirse ante <strong>el</strong> indio: “Mírale, tú que te creíste
poeta y tocas ahora en lo que paran tareas,<br />
ambiciones y creencias… lástima que <strong>el</strong> azar<br />
no te hiciera nacer entre <strong>el</strong>los.”<br />
La espampa es “postcard”<br />
Las estampas de “los mexicanos vistos por sí<br />
mismos” son inentendibles sin sus coloridos,<br />
por ejemplo, los libros como “los franceses<br />
vistos por sí mismos”. Los cambios de<br />
semblante y de vestido en la figura d<strong>el</strong><br />
indigenista por mexicana que parezca también<br />
han sido pinc<strong>el</strong>ados internacionalmente. Los<br />
indigenistas misioneros y los protectores de<br />
ingígenas se dieron en Perú, Bolivia Brasil<br />
desde tiempos coloniales, y la Corona<br />
española y portuguesa tuvo como referencia<br />
para sus acciones frente a los indios todos sus<br />
experimentos de colonización, entre los cuales<br />
<strong>México</strong> era uno más. Durante las luchas de<br />
independencia hispanoamericana, por<br />
supuesto, <strong>México</strong> pareció ser un caso especial<br />
precisamente por la participación popular.<br />
Pero <strong>el</strong>indigenismo de la independencia era<br />
inseparable de su conexión europea, ilustrada<br />
y jesuita cuya mejor expresión fue <strong>el</strong> padre<br />
Clavijero.<br />
En <strong>el</strong> siglo XIX, la avalancha de viajeros<br />
europeos por Asia, África y América<br />
proporcionó materia prima para <strong>el</strong> surgimiento<br />
de intereses anticuarianistas, orientalistas,<br />
arqueológicos, antropológicos e indigenistas<br />
en las metrópolis, en las colonias y en las ex<br />
colonias. El indigenismo mexicano de la<br />
segunda mitad d<strong>el</strong> sigo XIX es inentiendible<br />
sin este paral<strong>el</strong>o científico y cultural<br />
internacional. Las ex colonias de España<br />
‘ávidas de articularse al flujo migratorio<br />
europeo y a los mercados mundiales,<br />
permanecían al tanto de los gustos estéticos y<br />
corrientes culturales de Europa.<br />
Frecuentemente encontraban que vender<br />
“exotilia” era redituable. Y así los indigenistas<br />
locales, que por supuesto no eran inventados<br />
por las corrientes internacionales, aquirían<br />
r<strong>el</strong>evancia interna y externa. Por <strong>el</strong>lo, <strong>el</strong><br />
Cuauhtémoc porfiriano d<strong>el</strong> Paseo de la<br />
Reforma fue mil veces copiado y enviado al<br />
exterior, al igual que colecciones de<br />
antigüedades indígenas y miles de fotografías<br />
y estudios de indios mexicanos circularon por<br />
todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. También teniendo en mente<br />
esta influencia internacional, se<br />
reconstruyeron ruinas arqueológicas, como<br />
fue <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> largo proyecto porfiriano de<br />
Teotihuacá que pretendía transformar a<br />
<strong>México</strong> en <strong>el</strong> Egipto de América.<br />
El indigenismo mexicano posrevolucionario,<br />
por autóctono que parezca, fue especialmente<br />
“extranjero”. Las revoluciones sociales de las<br />
primeras dos décadas d<strong>el</strong> siglo, la decadencia<br />
cultural y económica de Europa después de<br />
1914, hicieron que culturalmente lo indígena y<br />
lo autóctono se volviera opción cultural y<br />
política. Así, <strong>el</strong> indigenismo posrevolucionario,<br />
con sus baluartes artísticos en murales,<br />
pinturas, nov<strong>el</strong>as y políticas (repartos de<br />
tierra, políticas de educación, etcétera),<br />
fueron parte de un movimiento internacional<br />
que tuvo, en América, su corolario en Perú,<br />
Bolivia, Brasil e incluso en Estado Unidos. La<br />
creación d<strong>el</strong> Instituto Indigenista<br />
Interamericano en los años cuarenta es la<br />
muestra visible de esta internacionalización.<br />
Los mexicanos Manu<strong>el</strong> Gamio y Moisées<br />
Sáenz, <strong>el</strong> peruano Luis E. Valc árc<strong>el</strong>, <strong>el</strong><br />
brasileño Gilberto Freyre, o <strong>el</strong> estadounidense<br />
John Collier, fueron cabezas de este<br />
movimiento indigenista internacional.<br />
El indigenista siglo XXI<br />
La figura mutante d<strong>el</strong> indigenista recorre <strong>el</strong><br />
pasado y presente de la historia mexicana. Su<br />
contraparte, <strong>el</strong> hispanismo, o <strong>el</strong> modernismo<br />
europeizante o norteamericanizante, es<br />
igualmente tenaz en esta historia. En <strong>el</strong><br />
futuro? seguirá mutándose la figura perenne<br />
d<strong>el</strong> indigenista? Si una reb<strong>el</strong>ión indígena<br />
concluye <strong>el</strong> siglo XX mexicano, no sería de<br />
extrañar que <strong>el</strong> indigenista continúe más que<br />
entre nosotros, en nosotros.<br />
Si <strong>el</strong> futuro no dispone otra cosa, <strong>el</strong><br />
indigenista d<strong>el</strong> siglo XXI ya está en formación.<br />
Le ha tocado la muerte de uno de los últimos<br />
grandes antropólogos indigenistas. Guillermo<br />
Bonfil Batalla. Va viviendo la redefinición d<strong>el</strong><br />
nacionalismo mexicano que sus padres<br />
conocieron, y ve a su país “Integrarse” a<br />
nuevos bloques económicos. Ha sido testigo<br />
d<strong>el</strong> cambio de las nociones tradicionales de<br />
naciones-estados; ha visto a naciones-estados<br />
partirse y debatirse. Es más, le ha tocado<br />
vivir, como consideran algunos historiadores,<br />
<strong>el</strong> fin de siglo XX: 1989.Desposeído de la<br />
candidez que da parece en terreno conocido,<br />
huérfano de certeza en <strong>el</strong> presente y <strong>el</strong> futuro,<br />
83
a este indigenista en ciernes le ha todado vivir<br />
la última reb<strong>el</strong>ión indígena d<strong>el</strong> siglo XX<br />
mexicano, y seguramente se ha enardecido<br />
ante la injusticia y marginación en que las<br />
comunidades indígenas permanecen. Muy<br />
seguramente le ha tentado la idea de la<br />
máscara y <strong>el</strong> mesianismo epistolar desde la<br />
guerra. Éste es un, o es una, joven que no ha<br />
vivido milagros, sino milagritos económicos de<br />
unos años, y que desconfía de la vieja política,<br />
pero ya no se cree que está en “transición”<br />
perpetua hacia Dios sabe dónde. ¿Qué cara<br />
tendrá en <strong>el</strong> siglo XXI <strong>el</strong> o la indigenista de<br />
estas circunstancias?<br />
No sé. Sé que <strong>el</strong> viejo indigenista vive ne la<br />
conciencia de un discurso nacionalista<br />
largamente en formación, y sobrevive en<br />
reamplones sentimientos patrioteros, o incluso<br />
en la versión antimateria, <strong>el</strong> opuesto, de este<br />
anejo indigenismo: los hispanismo simples o<br />
los snobismos modernizantes que se repiten,<br />
o en los no menos anacrónicos, para citar a<br />
Rabasa “impulsos liberales de generosidad<br />
jacobina” que, ante <strong>el</strong> surgimiento de<br />
reb<strong>el</strong>iones indígenas, niegan por decreto la<br />
existencia d<strong>el</strong> problema ‘étnico en <strong>México</strong>. En<br />
contraste, <strong>el</strong> nuevo indigenista d<strong>el</strong> siglo XXI,<br />
quiero creer, irá en busca de un rostro<br />
distinto. No porque deje de ser sacerdote,<br />
protector, historiados o antropólogo, ni porque<br />
deje de estudiar, redimir, aliviar, combatir y<br />
mistificar lo indígena, sino porque acaso haga<br />
todo <strong>el</strong>lo desentendido de estar “forjando<br />
patria”. El indigenista d<strong>el</strong> XXI, déjenme<br />
creerlo, se sentirá menos un artífice de la<br />
nación, que un factor de solución de los<br />
problemas de las poblaciones indígenas de<br />
<strong>México</strong>. Más que un ideólogo nacionalista que<br />
se carga al lado indígena, será un<br />
comprometido, avezado y práctico<br />
instrumento para la resolución de los<br />
problemas de las comunidades indígenas. Y en<br />
ese afán, quizá su objetivo no será defender<br />
<strong>el</strong> <strong>México</strong> “real”, indígena, vs. <strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
fraude, <strong>el</strong> <strong>México</strong> criollo; no buscará forjar<br />
patria, sino lograr ciudadanos aunque para<br />
<strong>el</strong>lo tenga que violar la frontera,<br />
históricamente limitante, de ser mexicano.<br />
Dedicado a la solución de problemas, quizá<br />
este indigenista d<strong>el</strong> siglo por venir tendrá más<br />
Vínculos con grupos y comunidades<br />
extranjeras que buscan la solución de<br />
problemas similares a los de los grupos<br />
indígenas de <strong>México</strong>, y ap<strong>el</strong>ará menos a los<br />
84<br />
lugares comunes d<strong>el</strong> colectivo “nación<br />
mexicana”. La defensa de derechos<br />
universales, d<strong>el</strong> pluralismo y la justicia, quizá<br />
lo lleve a nociones de autonomía que emanan<br />
de las comunidades; quizá lo lleve a un<br />
indigenismo que se confunda con la <strong>el</strong>emental<br />
y bien conocida lucha por derechos<br />
democráticos, pluralidad y oportunidades<br />
económicas. Una lucha que, ojala se cuidará<br />
de no decantar en <strong>el</strong> juego de los<br />
nacionalismos: ni aqu<strong>el</strong> omniabarcante y<br />
homogeneizante ni aquél que es su versión en<br />
semilla, los regionalismos étnicos o<br />
fundamentalistas. Ambos dejan sudando<br />
sangre a nuestro siglo.<br />
Que la imaginación de mañana se invente un<br />
círculo menos vicioso. En tanto, ésta ha sido<br />
la imagen más certera que he podido dar de<br />
éste ya antiguo personaje mexicano: <strong>el</strong><br />
indigenista.
VAQUEROS Y GRUPEROS EN EL<br />
RODEO SANTA FE<br />
LA REORGANIZACIÓN DE LO REAL POR EL<br />
IMAGINARIO<br />
EDGAR MORíN M.<br />
El diálogo anticipa la algarabía que se vivirá<br />
esta noche de viernes en <strong>el</strong> Rodeo Santa Fe<br />
pues Ana Bárbara, la mismísima “reina de la<br />
onda grupera”, quien lleva vendidas más de<br />
800 000 copias de sus tres primero discos sin<br />
contar la piratería de a ocho pesos por<br />
cassette de Ana Bárbara, “La trampa” y “Ay<br />
amor” cantaráqui sus grandes éxitos.<br />
Al norte de la ciudad y con, al menos, una<br />
semana de anticipación aparece pintada por<br />
distintos muros y bardas, publicidad que<br />
anuncia con grandes y coloridas letras <strong>el</strong><br />
concierto; tales inscripciones murales, son la<br />
forma más común de promocionar este<br />
género musical e incluso ha alcanzado ritmos<br />
como <strong>el</strong> rock. Las pintas surten efecto, asi que<br />
con anticipación se deben comprar los boletos<br />
cuyo precio se establece según <strong>el</strong> artista que<br />
se presente: en esta ocasión la preventa es de<br />
50 y 60 pesos <strong>el</strong> día d<strong>el</strong> evento, pero hay<br />
noches que ante la demanda en la reventa<br />
alcanzan los 400 esos o más.<br />
Las pintas sólo son una de las partes más<br />
visibles de lo que, de un tiempo para acá, se<br />
conoce como “onda grupera”, fenómeno que<br />
además de vivir cierto boom mediático desde<br />
hace mucho tiempo congrega en sus bailes,<br />
por casi todo <strong>el</strong> país, a miles de personas.<br />
En <strong>el</strong> fenómeno grupero convergen muchas<br />
cosas. Entre otras están la mezcla cultural, un<br />
imaginario que reivindica <strong>el</strong> estigma, lo<br />
popular que se imbrica con lo masivo, y a<br />
través d<strong>el</strong> gusto por la música, una forma<br />
significativa de socialización y consumo<br />
juvenil. La mezcla es fundamenta en lo<br />
musical porque lo grupero parece fundarse a<br />
partir de tres géneros: lo norteño que<br />
incorpora al corrido, la banda o tambora, y la<br />
cumbia; pero además, y como en todas las<br />
fusiones siempre cabe la posibilidad de<br />
introducir <strong>el</strong>ementos nuevos o tomar<br />
prestadas frases musicales, m<strong>el</strong>odías incluso<br />
corrientes enteras.<br />
Esto se ve reflejado en su sonido e<br />
instrumentación: en la música norteña “pura”<br />
o “tradicional”, por ejemplo, prevalece <strong>el</strong><br />
acordeón, bajosexto, contrabajo o tololoche,<br />
redoba y en algunos casos, tarolas. Sin<br />
embargo, como la aparición y desarrollo d<strong>el</strong><br />
género mismo está plagada de encuentros y<br />
desencantos culturales, nos damos cuenta que<br />
<strong>el</strong> acordeón incorporado desde <strong>el</strong> siglo pasado<br />
por migrantes alemanes llegados a Estados<br />
Unididos y en contacto con mexicanos puede<br />
ser diatónico (de botones) como <strong>el</strong> empleado<br />
por “<strong>el</strong> Flaco Jiménez’ en la música tex-mex, o<br />
de teclas que también se emplea para<br />
acompañar boleros, cumbias o canciones<br />
románticas. Con <strong>el</strong> tololoche pasa algo similar<br />
pues la tecnología en muchas ocasiones lo ha<br />
cambiado por <strong>el</strong> bajo <strong>el</strong>éctrico, solucionando<br />
<strong>el</strong> problema de cargarlo y trasportarlo pero al<br />
mismo tiempo generando un sonido distinto; y<br />
algo parecido para <strong>el</strong> bajosexto, esa variante<br />
de guitarra con doble encordado. Cone <strong>el</strong><br />
tiempo, a esta música también se han<br />
incorporado por lo que se fiere a parte de la<br />
instrumentación. Los géneros incorporados sin<br />
otra historia, ya que a lo norteño se le sumó<br />
<strong>el</strong> corrido (con sus múltiples variantes y<br />
subgéneros), lo ranchero, <strong>el</strong> bolero y hasta la<br />
cumbia; en <strong>el</strong> tiempo, esto ha dado lugar a<br />
nuevas cosas como la cumbia norteña. Y así<br />
con cada uno de los ingredientes (por<br />
ejemplo, <strong>el</strong> techno y lacumbia dieron origen a<br />
la technocumbia), ya que además de ser<br />
consecuencia de distintas fusiones naturales o<br />
promovidas por la industrial d<strong>el</strong> disco, la<br />
música grupera también es una etiqueta que<br />
hoy incluye diversas corrientes.<br />
Por eso <strong>el</strong> locutor debe tener conocimientos<br />
básicos d<strong>el</strong> reglamento para trasmitirle al<br />
público la esencia de este deporte. Y es<br />
también <strong>el</strong> que se pone de acuerdo con <strong>el</strong><br />
director de arena para saber qué juegos se<br />
van a presentar esta noche y con <strong>el</strong> discjocker<br />
para conocer la música que amenizará <strong>el</strong><br />
rodeo”. En la plaza decorada con pap<strong>el</strong> picado<br />
multicolor, este no parece ser <strong>el</strong> caso; tal vez<br />
por <strong>el</strong> deficiente equipo de sonido, <strong>el</strong> eco<br />
causado por <strong>el</strong> techo de lámina, o porque a<br />
estas alturas cada quien trae su propia fiesta<br />
donde parece no importar demasiado la<br />
esencia de ninguna cosa.<br />
Los nombran y aparecen uno a uno los jinetes<br />
que esta noche realizarán las montas;<br />
85
dependiendo de la bandera que ondeen –<br />
Puerto Rico, Canadá, Estado Unidos-, será la<br />
intensidad de las mentadas de madre que<br />
reciban. La reacción se convierte en rutina, y<br />
cuando aparece la bandera de <strong>México</strong> los<br />
nacionalismos de 15 de septiembre se<br />
despliegan por todo <strong>el</strong> local. Se abre un lapso<br />
más o menos solemne en <strong>el</strong> cual se recitará<br />
una plegaria y un sector importante d<strong>el</strong><br />
público se pone de pie; alineados y dibujando<br />
con <strong>el</strong> pie una cruz, jinetes, payasos y quienes<br />
estén en <strong>el</strong> ruedo durante <strong>el</strong> rodeo, pondrán<br />
una rodilla en tierra y escucharán al locutor<br />
decir:<br />
Señor, te damos las gracias por dejarnos <strong>el</strong><br />
rodeo amar. Esto que nosotros llamamos<br />
rodeo, esto que es una batalla entre <strong>el</strong> jinete<br />
con su agilidad y destreza y <strong>el</strong> toro con su<br />
fuerza y bravura. Así también Señor, te<br />
pedimos por los Áng<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> rodeo: los<br />
payasos de rodeo, ya que sin <strong>el</strong>los no<br />
podríamos sobrevivir. Te pedimos por la gente<br />
bonita que nos acompaña y porque ésta no<br />
sea la última de nuestras montas y mucho<br />
menos, aquí en tu casa Rodeo Santa Fe,<br />
amén.<br />
En este sentido, hay una perspectiva<br />
homogeneizante según la cual todo cabe o es<br />
grupera sabiéndolo encasillar, y al mismo<br />
tiempo surge otra que establece categorías -<br />
fin de cuenta, la base para organizar las<br />
ventas en la industria discográfica-, tal como<br />
lo muestran los premios de esta onda: mejor<br />
grupo norteño, romántico, tropical, sonora,<br />
banda, tex-mex, vallenato y ranchero.<br />
Así las cosas, la balada, <strong>el</strong> rock, lo tropical, <strong>el</strong><br />
bolero e incluso la música disco se<br />
entremezclan; por lo que desde la optima<br />
grupera: "si tú quieres ser f<strong>el</strong>iz, no tienes que<br />
bailar twist, si tú quieres ser f<strong>el</strong>iz, no, no, no<br />
bailes <strong>el</strong> twist, baila mi cumbia, pachanguera,<br />
endulzada con un toque, toquecito<br />
discoteque".<br />
Esta fusión sui generis nos habla de parte de<br />
la dinámica de la música en su creación,<br />
reproducción y adaptación frente a cambios<br />
sociales, culturales, y de los gustos en quienes<br />
la consumen. Porque <strong>el</strong> gusto es clave en todo<br />
esto: un Público -sobre todo, juvenil-<br />
generalmente se congrega a partir d<strong>el</strong> gusto<br />
por determinada música, y desde ahí se<br />
86<br />
construirían afinidades, distinciones y<br />
socializaciones que los gruperos urbanos<br />
su<strong>el</strong>en escenificar...<br />
I. EN EL RODEO<br />
Una vez interiorizado <strong>el</strong> ritmo, la mayoría de<br />
los asistentes llega temprano para obtener un<br />
buen lugar dentro d<strong>el</strong> Rodeo Santa Fe -en<br />
ocasiones, <strong>el</strong> sistema de apartado no es tan<br />
solicitado-, así que la puerta se abre desde las<br />
siete de la noche. Al fondo de un largo y<br />
angosto camino empedrado, jóvenes de<br />
pantalón negro, camisa blanca y chaleco rojo<br />
dan servicio de valet parking; son muy<br />
heterogéneas las marcas de los autos, aunque<br />
también hay quienes llegan en transporte<br />
público.<br />
En las taquillas es constante la compra de<br />
entradas que también dan derecho a asistir al<br />
rodeo-término que norteamericaniza <strong>el</strong> jaripeo<br />
y donde <strong>el</strong> espectáculo parece combinar<br />
ambas tradiciones. Un letrero d<strong>el</strong>imita la<br />
frontera e impide <strong>el</strong> estado de ebriedad al<br />
tiempo existen menores de edad donde<br />
predomina "sin tennis y gorras". La tónica<br />
parece ser sólo botas y sombreros, síntesis de<br />
la cultura norteña, "una variante semindustrial<br />
de la cultura d<strong>el</strong> machismo, muy condicionada<br />
por <strong>el</strong> weterm" que de paso abarca lo country,<br />
banda, tex-mex y grupero según informa la<br />
revista-órgano oficial Musical Vaquera Rodeo<br />
Santa Fe. Este es <strong>el</strong> imaginario que prevalece<br />
en <strong>el</strong> rodeo, <strong>el</strong> cual sin duda forma parte de lo<br />
que Martín Barbero llama cultura d<strong>el</strong><br />
mestizaje, es decir, la hibridación y la<br />
re<strong>el</strong>aboración, la destrucción d<strong>el</strong> mito de la<br />
pureza, que se funde con los masivo,<br />
hibridación de lo nacional y lo extranjero.<br />
En este sentido, lo real se reorganiza por lo<br />
imaginario. Eso es, que un conjunto de<br />
imágenes posibilita significaciones, genera<br />
una geografía d<strong>el</strong> imaginario a partir de la<br />
música y su adscripción territorial, es decir,<br />
una estructura de imágenes que cada<br />
individuo posee como patrimonio o capital y<br />
que aquí pone en escena. En esta cultura<br />
norteña de botas y sombrero que nutre lo<br />
grupero? ¿Cuales son estas imágenes<br />
colectivas? Sin duda los más notorios<br />
proveedores de referencias o imágenes<br />
culturales "que a manera de bricolaje integran<br />
<strong>el</strong>ementos materiales e inmateriales
heterogéneos", y que a la postre generan<br />
identidades colectivas y construyen este<br />
imaginario, son <strong>el</strong> narcográfico, virilidad<br />
asociada a juventud, así como la Frontera<br />
Norte conocida o re-conocida a través d<strong>el</strong> cine<br />
y la t<strong>el</strong>evisión. Es por eso que la recreación de<br />
esta mediación se vu<strong>el</strong>ve espectacular aunque<br />
muy pocos se la creen totalmente; brinda la<br />
posibilidad de sentirse adscrito a un grupo por<br />
medio de la producción y reproducción<br />
escénica y estética de alguno o varios de<br />
estos referentes múltiples que alimentan <strong>el</strong><br />
imaginario de la Frontera Norte, Por eso se<br />
construye fachadas, y por eso, lo<br />
II. NA(R)CO ES CHIDO<br />
En su mitología d<strong>el</strong> narcotraficante en <strong>México</strong>,<br />
Luis Astorga señala que <strong>el</strong> establecerse en las<br />
ciudades, los narcos llevaron consigo "una<br />
'ética y una estética" particular donde la<br />
violencia dirigida ocupa un lugar importante<br />
en sus valores, y que ésta se mantiene y<br />
reproduce por medio d<strong>el</strong> convencimiento, la<br />
corrupción y la violencia armada.<br />
De acuerdo con <strong>el</strong> autor, "otra forma de<br />
reproducción, indirecta pero no menos<br />
importante aunque no tan consciente como<br />
las anteriores, se manifiesta en <strong>el</strong> terreno<br />
simbólico, en los corridos como expresión<br />
particular de su cultura, o de su estado de<br />
barbarie si se considera la cultura dominante<br />
como la cultura. Allí se refleja parte de su<br />
historia real y también parte de su propia<br />
mitología, los valores que defienden y le dan<br />
sentido a su existencia, así como a aqu<strong>el</strong>los a<br />
los que se enfrentan, quienes los encarnan o<br />
representan, y las interacciones que dan como<br />
resultado <strong>el</strong> éxito o <strong>el</strong> fracaso de alguno de los<br />
bandos en pugna, y por lo tanto de sus ethos.<br />
Según la odisea r<strong>el</strong>atada por los corridos, los<br />
personajes son hombres y mujeres con<br />
atributos como valentía, fiereza, osadía,<br />
astucia, etc. Por lo que independientemente<br />
de su actividad y posición frente a la<br />
legalidad, o tal vez precisamente por <strong>el</strong>lo, son<br />
dignos de respeto y merecen un lugar en <strong>el</strong><br />
recuerdo, en <strong>el</strong> panteón de los traficantes<br />
ilustres: son valorados por los suyos.<br />
Es importante recordar que, al menos desde<br />
<strong>el</strong> siglo XIX, se han multiplicado los medio<br />
(orales, y literarios, más ad<strong>el</strong>ante en cine y<br />
radio) para difundir la historia y los mitos de<br />
personajes fuera de la ley: ¨en época, uno o<br />
varios tipos de agentes sociales, considerados<br />
como criminales por las autoridades legítimas,<br />
han cautivado la imaginación colectiva por sus<br />
hazañas reales o presuntas¨. Bajo esta lógica,<br />
los narco-corridos-que poseen varios sentidos<br />
pues han sido y son sublimación y mitificación<br />
de una forma de vida, pero también objeto de<br />
censura ¨son sólo una parte de un universo<br />
simbólico que crea y recrea las visiones éticas<br />
y estéticas de ciertos grupos sociales, no<br />
necesariamente r<strong>el</strong>acionados directa o<br />
indirectamente con <strong>el</strong> tráfico de drogas.<br />
Escucharlos no convierte automáticamente a<br />
quien lo hace en creyente y practicante de la<br />
filosofía que allí se expresan sólo convencen a<br />
los convertidos. Para otros, es la sublimación<br />
de fantasías, como puede serlo una p<strong>el</strong>ícula<br />
de vaqueros, de gángsters, erótica, etcétera¨.<br />
Así las cosas, este narco-imaginario-con cierto<br />
habitus como t<strong>el</strong>ón de fondo-cuenta con<br />
determinadas actitudes, valores y gustos que<br />
han creado y recreado <strong>el</strong> universo simbólicoestético<br />
de muchos, primero por adscripción<br />
geográfica, luego por migraciones con todo y<br />
sus añoranzas por la provincia abandonada, y<br />
posteriormente a través de industrias<br />
culturales que a través d<strong>el</strong> boom mediático en<br />
forma de canciones y p<strong>el</strong>ículas incluso lo han<br />
insertado en <strong>el</strong> gusto de capas medias y<br />
urbanas. Y aunque territorialmente quedan<br />
lejos de la ciudad de <strong>México</strong> y su zona<br />
conurbada, las carreteras por donde viaja ¨La<br />
banda d<strong>el</strong> carro rojo¨, se transportan pacas<br />
de a kilo¨, existe ¨La ley d<strong>el</strong> contrabandista¨,<br />
se emboscan con la ¨clave 7¨, se siembra ¨La<br />
amapola¨Ëntre hierba, polvo y plomo¨, y hay<br />
¨Contrabando y traición¨, este es <strong>el</strong><br />
imaginario que flota en <strong>el</strong> ambiente.<br />
En este sentido, parece probable que dentro<br />
de los imaginarios urbanos de la ciudad de<br />
<strong>México</strong>, cuya oferta cultural va d<strong>el</strong> Centro<br />
Histórico hacia <strong>el</strong> sur, dichos espacios se<br />
asienten y multipliquen en <strong>el</strong> norte o la<br />
periferia de la ciudad, es decir, en las<br />
fronteras o incluso más allá d<strong>el</strong> territorio de la<br />
oferta cultural hegemónica; no tan distante -<br />
¿qué es lejano o cercano en una<br />
megalópolis?- de donde se asientan los recién<br />
llegados, o de quienes en espera de la<br />
redistribución de la riqueza se han eternizado<br />
por varias generaciones en la periferia. Un<br />
dato a tomar en cuenta es que además de<br />
87
este Rodeo, existen otros en Coacalco, San<br />
Juanico, Texcoco y al lado Toreo.<br />
III. DE FACHAS Y FACHADAS<br />
Tal vez por todo esto muchos de quienes<br />
asisten a este Rodeo que junto al restaurante<br />
¨La manzana de Roma¨está ubicado en<br />
periférico norte en <strong>el</strong> cruce Tlalnepantla-<br />
Atizapán (aunque hay otros locales de la<br />
misma empresa en Toluca, Guadalajara y<br />
Tijuana), parecen sacados de una p<strong>el</strong>ícula<br />
juvenil, las cosas son menos ortodoxas: en<br />
mujeres como en hombres abundan los<br />
institucionalizadísimos pantalones de mezclilla<br />
azules,¨pero también de otros colores menos<br />
norteños como <strong>el</strong> negro, rojo o <strong>el</strong> verde past<strong>el</strong><br />
de cuya bolsa trasera su<strong>el</strong>e colgar u paliacate,<br />
preferentemente rojo, que también puede<br />
estar anudado en rotno al cu<strong>el</strong>lo en <strong>el</strong> mejor<br />
estilo d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> Marlboro, botas camperas,<br />
vaqueras y texanas, cinturones con grandes<br />
hebillas que aluden al rodeo y a otros motivos<br />
campiranos, camisas a cuadros, corbatas<br />
vaqueras, chamarras de mezclilla, pi<strong>el</strong> –<strong>el</strong><br />
negro siempre prevalece- gamuza, estilo<br />
norteño, anillos, esclavas, cadenas (aunque<br />
estos últimos no con la exuberancia d<strong>el</strong><br />
narco), y todo esto rematado por sombreros<br />
multicolores, las infaltables texanas de ala<br />
ancha donde si bien predomina <strong>el</strong> color negro<br />
y <strong>el</strong> café, también las hay beige, rojas y hasta<br />
verdes.<br />
El vestuario se aleja en menor o mayor<br />
medida d<strong>el</strong> complejo juego de espejos donde<br />
se reivindica <strong>el</strong> estigma y fortalece la<br />
identidad, a través de lo que algunos llaman<br />
estética lumpen, d<strong>el</strong> nuevo rico o, al margen<br />
de sentimientos de clase, donde la noción de<br />
lo b<strong>el</strong>lo se desmorona y resemantiza, donde<br />
tal vez sin saberlo lo naco es chido.<br />
En época donde nos globalizamos<br />
fragmentarlamente y resulta ¨posible pensar<br />
que lo popular se constituye en procesos<br />
híbridos y complejos, usando como signos de<br />
identificación <strong>el</strong>ementos procedentes de<br />
diversas clases y naciones¨, en sociedades<br />
donde se mezclan, en complicidad y otras<br />
tantas en resistencia, lo tradicional con lo<br />
moderno, lo popular con lo culto y ambas con<br />
lo masivo, nos damos cuenta que sin<br />
contradicciones o tensiones visibles, la gente<br />
crea, recrea, emplea y porta combinaciones<br />
88<br />
que en sí mismas incluyen todos estos<br />
<strong>el</strong>ementos. Visto de ese modo, en la entrada<br />
faltan las tradicional pick ups o trocas; pero<br />
en cambio, ante <strong>el</strong> valet parking se detiene un<br />
vocho color verde metálico, achaparrado,<br />
asientos de cubo, con headers y rines de gajo<br />
y d<strong>el</strong> cual, por <strong>el</strong> volumen de su música, se<br />
intuye un potente equipo de sonido.<br />
Así que al tiempo se construye la fachada o<br />
look de la tribu y se establecen territorios. Por<br />
lo que respecta a la mayor parte de los<br />
espacios nocturnos apropiados por tribus,<br />
éstos se encuentra constituidos por una lógica<br />
uniformizante que se complementa con otra<br />
personalizante, esto es, cierta uniformidad en<br />
<strong>el</strong> ambiente y “una vez garantizada la regla<br />
d<strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> adentro”, se crea una<br />
lógica de distinción en forma de competencia<br />
interna en donde se define quienes son los<br />
privilegiados y dominantes, la cual también<br />
afianza la exclusión de los “otros”. De quienes<br />
no merecen estar ahí. Así las cosas, <strong>el</strong> look se<br />
constituye como obligación “de diferenciarse<br />
con los <strong>el</strong>ementos dados por <strong>el</strong> sistema para<br />
se in, sólo dentro de éstos pueden hacerse<br />
<strong>el</strong>ecciones, salirse de <strong>el</strong>los es morir. Salirse de<br />
los márgenes marcados por la regla d<strong>el</strong> juego<br />
podría llegar a generar un rechazo inmediato.<br />
En <strong>el</strong> intercambio de los distintos looks, que<br />
sólo puede hacerse dentro de lo que dicta <strong>el</strong><br />
estado actual de la moda, la revolución es<br />
imposible. Si bien las tribus funcionan como<br />
receptáculos donde se agrupan quienes se<br />
identifican con determinado look, al tiempo<br />
posibilita la presencia de “otros”, aunque en<br />
forma de minoría.<br />
Observar <strong>el</strong> vestuario y actitud de quienes<br />
compran sus boletos y van entrando, es<br />
asumir <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de investigador o resentido<br />
social: es evidente <strong>el</strong> aplomo con <strong>el</strong> que se<br />
camina y no faltan quienes balancean de más<br />
sus brazos al tiempo que sacan <strong>el</strong> pecho; la<br />
virilidad es clave en <strong>el</strong> imaginario y muchas<br />
camisas son desabotonadas. Todos parecen<br />
sinceramente convencidos, tal como escribió<br />
Erving Goffman, de que la impresión de<br />
realidad que están poniendo en escena es la<br />
verdadera realidad. Hombres y mujeres llegan<br />
con sus fachadas personales que, gracias a<br />
sus modales y apariencia permeados por <strong>el</strong><br />
imaginario narconorteño, se transforman<br />
fachadas sociales: así pues, encuentran<br />
correspondencia con <strong>el</strong> medio (trasfondo
escénico), y “la fachada se convierte en una<br />
`representación colectiva y en una realidad<br />
empírica por derecho propio”. Sin duda, en <strong>el</strong><br />
backstage o región posterior de sus casas<br />
construyeron- algunos más meticulosamente<br />
que otros-, tal vez frente a un espejo y luego<br />
de ensayar la coreografía que montarán esta<br />
noche a ritmo de música de banda, la región<br />
frontal o anterior que aquí ponen<br />
colectivamente en escena. En la taquilla<br />
escucho a un chavo preguntar si <strong>el</strong> disk jockey<br />
podrá poner la cinta que trae.<br />
Y, por si acaso algún despistado o recién<br />
llegado –que no integrado- a la tribu todavía<br />
no acumula la utilería necesaria y otros<br />
accesorios de su fachada, <strong>el</strong> Rodeo Santa Fe<br />
cuenta con joe Botas, una pequeña tienda<br />
donde por $400.00 se pueden comprar unas<br />
botas, aunque también hay sombreros y<br />
camisas para que se complete o complemente<br />
<strong>el</strong> atuendo. Si bien venden “leve”. El lugar no<br />
puede ser más estratégico pues se ubica al<br />
inicio d<strong>el</strong> pasillo que desemboca en <strong>el</strong> centro<br />
d<strong>el</strong> espacio sagrado. Sólo hace falta pasar<br />
debajo de dos cabezas de toro y de un<br />
rigurosísimo cateo donde hombres de un lado<br />
y mujeres d<strong>el</strong> otro son sometidos a una<br />
fabulosa manoseada por un numeroso grupo<br />
de encargados de seguridad –de ambos<br />
sexos, todos uniformados de negro. Sin duda<br />
se creen agentes federales, <strong>el</strong> cateo es más<br />
riguroso cuando se lleva un atuendo que<br />
pertenece más a una tribu dark, <strong>el</strong> cual<br />
desequilibra <strong>el</strong> criterio bajo <strong>el</strong> que actúan, e<br />
imponen, supongo, la entrada de armas y<br />
disuaden a algún revoltoso.<br />
Claro que aquí la discriminación no es tan<br />
marcada como en una disco que “se pretende<br />
pura de influencias d<strong>el</strong> afuera, y para <strong>el</strong>lo se<br />
vale de un mecanismo de s<strong>el</strong>ección por <strong>el</strong> que<br />
se filtra a los <strong>el</strong>egidos, que son aqu<strong>el</strong>los que<br />
tendrán <strong>el</strong> derecho de ser admitidos en <strong>el</strong><br />
local. Para poder entrar hay que contar con<br />
los <strong>el</strong>ementos requeridos para estar<br />
autorizado, y no cualquiera los posee”- Tras<br />
ponerse de espaldas y ser revisado no faltan<br />
expresiones de molestía, y escucho a una<br />
joven recién cateada comenta: ¡pinche vieja!<br />
De seguro era lesbiana”.<br />
IV. DE ATMÓSFERAS, BAILES Y OTROS<br />
GOCES<br />
Una vez superado <strong>el</strong> filtro se está ante una<br />
encrucijada cuyo centro es un enorme árbol:<br />
¿a dónde ir? A la derecha se encuentra <strong>el</strong><br />
“Salón Tex-Mex” cuyo decorado nos remite al<br />
cine gringo y que al menos hoy esta<br />
totalmente vacío; a su lado se encuentra <strong>el</strong><br />
baño de mujeres. Al frente hay un puesto que<br />
vende antojitos: la orden de nachos cuesta<br />
ocho pesos mientras que <strong>el</strong> consomé, café de<br />
olla, tacos y la rebanada de pizza cuestan<br />
cuatro pesos. Más al fondo hay un toro<br />
mecánico donde, por cinco pesos la montada,<br />
saldrán volando los jinetes de ocasión, algo<br />
que parece frecuente. A la izquierda está la<br />
tienda de souvenir y al lado un largo pasillo<br />
que hay que recorrer (ahí están los baños<br />
para hombres y una barra donde se surten los<br />
meseros) para llegar hasta <strong>el</strong> espacio sagrado<br />
o Salón Grupero que resulta ser un enorme<br />
galerón rectangular con piso de cemento<br />
dividido en varios desniv<strong>el</strong>es donde están<br />
distribuidas las mesas alrededor de una<br />
enorme pista de baile en cuyo fondo está<br />
montado un alargado escenario; en <strong>el</strong> otro<br />
extremo, y en un segundo niv<strong>el</strong>, más mesas –<br />
de madera- así como la cabina d<strong>el</strong> dj cuyo<br />
vestuario parce más de restafari que de<br />
grupero y varias mantas puestas<br />
posteriormente que anuncian la cerveza indio<br />
y <strong>el</strong> ron Bacardíd. Distribuidas por <strong>el</strong> techo de<br />
lámina hay bastantes lámparas de luz negra y<br />
miles de hojas de pap<strong>el</strong> picado multicolor y<br />
meses después una pantalla que al menos<br />
esta noche no proyectó imagen alguna; la<br />
“geografía” d<strong>el</strong> interior –guardadas las<br />
distancias de clase- tiene cierto parecido con<br />
la descripción de una discoteca hecha por <strong>el</strong><br />
citado Urresti: en estos “accidentes”<br />
constructivos “parece primar sobre todas las<br />
cosas la exhibición, y para hacerla más<br />
interesante y más variada se plantea en<br />
diversos planos de exposición y observación.<br />
Las distintas alturas parecerían estar<br />
concebidas para permitir puntos de vista que<br />
posibiliten diversas panorámicas”. Al igual que<br />
en una disco o salón de baile, aquí todo<br />
apunta hacia la pista.<br />
Por lo que a ésta se refiere, hay varios<br />
seguidores que iluminarán <strong>el</strong> escenario, y en<br />
su espacio propiamente dicho pende una gran<br />
estructura con luces rojas, verdes, azules,<br />
violetas que intercaladas, operan<br />
secuencialmente. Es importante destacar que<br />
la luz juega un pap<strong>el</strong> muy importante a través<br />
89
de su ausencia-presencia: en la pista de baile<br />
reina la oscuridad mientras que a su alrededor<br />
sucede lo opuesto. De este modo, la luz fija<br />
las condiciones de visibilidad y con <strong>el</strong>lo se<br />
decide lo visible, lo invisible y lo imaginable,<br />
por medio de tres formas de presentarse:<br />
constante, intermitente y por ausencia.<br />
Todavía es temprano así que la luz es<br />
constante y facilita las primeras interacciones:<br />
alrededor de la pista en la que hay algunas<br />
luces muy tenues y aisladas –lo cual refuerza<br />
<strong>el</strong> efecto de escisión adentro-afuera que se<br />
necesita plantear- hay distintos desniv<strong>el</strong>es con<br />
mesas que equivocadamente uno podría<br />
suponer de lámina y anuncio de cerveza: a<br />
excepción de dos secciones cuyas mesas son<br />
de madera, en su mayoría son bancos sin<br />
respaldo y mesas altas y obscuras para cuatro<br />
personas más propias de un bar posmo.<br />
Al ser la pista de baile <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> espacio, <strong>el</strong><br />
“adentro” mismo donde se ponen en acción<br />
habilidades y jerarquías dancistacas, es decir<br />
capitales simbólicos, ubicarse a su alrededor<br />
en las tres primeras filas de mesas no es fácil.<br />
Esta noche funciona <strong>el</strong> sistema de “reservado”<br />
aunque otras ocasiones sentirse allí significa<br />
consumir una bot<strong>el</strong>la como mínimo. Una<br />
“vaquera” te ayuda a escoger mesa y, tras<br />
instalarse, llega un solícito mesero de<br />
pantalón negro, camisa blanca, paliacate rojo<br />
en torno al cu<strong>el</strong>lo y sobrero que se presenta y<br />
toma la orden: como parece común d<strong>el</strong>iberar<br />
entre los asistentes para ponerse de acuerdo,<br />
<strong>el</strong> mesero reaparece hasta que se ha tomado<br />
la decisión definitiva, <strong>el</strong> consumo alcohólico<br />
resulta variado aunque prevalece la cubeta de<br />
cerveza (otro bot<strong>el</strong>las por 130 pesos ) y <strong>el</strong><br />
tequila (por ejemplo, Cuervo Especial de tres<br />
cuartos por 200.00), aunque también se toma<br />
ron o brandy, como en la mayoría de los<br />
espacios nocturnos de la ciudad, no son muy<br />
visibles, si es que en la práctica realmente<br />
operan, las listas de precios.<br />
La tribu no para de entrar y <strong>el</strong> sitio comienza<br />
a llenarse. Conforme pasa <strong>el</strong> tiempo <strong>el</strong><br />
volumen de la música programada por <strong>el</strong><br />
rastagrupero DJ, satura cada vez más <strong>el</strong><br />
espacio de según algunos empleados puede<br />
albergar entre ocho y diez mil asistentes.<br />
Pero, me aclara un mesero, y sin duda ante<br />
mi cara de “no mames, eso es más que al<br />
Auditorio Nacional”, esto ha sido una vez,<br />
“cuando se presentó la Banda Machos”. Me<br />
90<br />
ofrece datos para convencerme, aunque<br />
reflexionados me permiten seguir dudando:<br />
cada mesero atiende diez mesas y hay cien<br />
meseros. Entonces calculo mil mesas; pero se<br />
ha descubierto que la mayor parte sólo tiene<br />
cuatro bancos, lo que daría un total de cuatro<br />
mil personas sentadas, Sin embargo, como<br />
resulta común que la gente salga y se divierta<br />
en bola –microtribus- en muchas mesas habrá<br />
más de cuatro sentados. ¿dos mil más? La<br />
cifra es exagerada (si no fuera así, habría más<br />
bancos por mesa), y seis mil personas todavía<br />
es un número lejano de los cálculos<br />
“oficiales”. A un así, es un chingo de gente;<br />
una gran masa que en términos de Elías<br />
Canetti se caracteriza por ser festiva-cerradarápida-rítmica,<br />
esto es, la fiesta como<br />
dominante efectiva; cerrada porque funciona<br />
sobre un espacio previamente determinado y<br />
d<strong>el</strong>imitado, renuncia al crecimiento y centra<br />
su atención en <strong>el</strong> tiempo, en lo que perdurará;<br />
rápida porque la fiesta es efímera, se forma<br />
con v<strong>el</strong>ocidad y no tarda mucho en<br />
satisfacerse; y rítmica porque no hay espera,<br />
se descarga y carga continuamente.<br />
La luz sigue constante y la densidad, al igual<br />
que <strong>el</strong> copeo, aumenta. A través de las<br />
bocinas, y cada vez a mayor volumen, se<br />
escuchan distintas canciones entre las que<br />
destacan varios covers a ritmo grupero de “Tú<br />
y yo somos uno mismo” d<strong>el</strong> extinto grupo<br />
Timbiriche, arreglos a “You Can Cali me Al”<br />
d<strong>el</strong> rockero Paul Simon; resulta imposible<br />
aislarse de la música <strong>el</strong> efecto de sensación de<br />
desificación d<strong>el</strong> sonido, como si la música<br />
fuera licuándose y cristalizándose hasta<br />
tornarse caso sólida”. Claro que esta<br />
“solidificación” tiene mucho de distorsión. Se<br />
platica a gritos.<br />
El tiempo pasa rápido y tal vez como<br />
influencia de la t<strong>el</strong>e, alrededor de las 11 de la<br />
noche se abre la pista con música que es<br />
cortinilla en los programas de lucha libre. Tras<br />
<strong>el</strong> preámbulo, un par de espontáneos toman<br />
por asalto la pista totalmente vacía y<br />
comienzan a bailar: Unos cuantos tragos más<br />
y, como decía <strong>el</strong> Piporro, ¡a darle al taconazo!<br />
Rápidamente se vacían las mesas y la<br />
densidad se apodera de la pista; en poco<br />
tiempo <strong>el</strong> espacio resulta insuficiente y<br />
algunos bailarines se ven obligados a ocupar<br />
cualquier sitio disponible.
El ritmo de esta masa canettiana es muy<br />
variado: se carga y descarga constantemente.<br />
Hay quienes bailan, muchos siguen bebiendo,<br />
se deambula en busca de pareja, y otro más<br />
sigue <strong>el</strong> rumbo de los baños pues la cerveza<br />
es traicionera. Al interior de estos, la luz es<br />
muy fuerte y la interacción mínima: aunque la<br />
mayoría se contempla al espejo, no se lava las<br />
manos (ignoro si por no dar propina).<br />
Sobresale un letrero donde se informa que<br />
aqu<strong>el</strong> sorprendido consumiendo<br />
“estupefacientes” o “drogas” será consignado<br />
a las autoridades. Llama la atención <strong>el</strong><br />
barroquismo con que están acomodadas<br />
lociones, chicharrones, salsa valentina,<br />
cigarros, puros, peines. Alka s<strong>el</strong>tzer, Pepto<br />
Bismol, aspirinas, pastillas Halls, papitas,<br />
dulces y condones. Y esta obra barroca es<br />
similar en <strong>el</strong> baño de las mujeres, donde<br />
además de venderse <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> higiénico pueden<br />
encontrarse maquillajes, perfumes, Tampax, y<br />
Saba intima, más no condones. En éste juego<br />
de seducción <strong>el</strong> hombre llevará la iniciativa, es<br />
<strong>el</strong> quien tiene acceso al condón.<br />
Camino a la pista pienso en la idea de<br />
Monsiváis sobre <strong>el</strong> baile como un respiradero<br />
sexual, parecería poco tactible en los tiempos<br />
d<strong>el</strong> siam-dance y sin embargo aquí bailar con<br />
pareja es fundamental; pero no hay que<br />
hacerlo nomás porque sí, en <strong>el</strong> modo se<br />
demarca la separación entre lo masculino y lo<br />
femenino. Por momentos se trata de hacer d<strong>el</strong><br />
dos uno, así que debemos buscar la distancia<br />
íntima en su fase más cercana; no importa <strong>el</strong><br />
peso o estatura, la temperatura corporal<br />
aumenta y <strong>el</strong> frotar de cuerpos es muy<br />
intenso, sobre todo si te sabes observado. Así<br />
que a ejercitar <strong>el</strong> tacto activo y pasivo: me<br />
saparo y acerco, alargo <strong>el</strong> brazo, la jalo,<br />
levanto la pierna y pasa por abajo, regresa, la<br />
restregó en mi cuerpo,<br />
cargocachondeoymanoseo y de pronto están<br />
sus nalgas en mis hombros. La bajo y de<br />
nuevo comenzar. Y sin perder <strong>el</strong> ritmo.<br />
Escucho a una joven preguntar “¿no peso?,<br />
¡nada!”, exclama su pareja de baile.<br />
En la forma de llevar a la pareja debe notarse,<br />
o al menos simularse, quien tiene la iniciativa,<br />
quien lleva <strong>el</strong> mando. En este niv<strong>el</strong> –cuya<br />
técnica corporal es extra-cotidiana- <strong>el</strong> baile se<br />
visualiza como un festivo y gozoso desmadre:<br />
por toda la pista y espacio disponible hay<br />
distintos pesos, tiempos y acrobacias, aunque<br />
esto es sólo aparente pues en <strong>el</strong> fondo<br />
siempre se siguen determinadas<br />
regularidades, ciertas constantes. Urresti<br />
plantea que <strong>el</strong> modo de moverse jamás es<br />
caótico, al contrario, siempre responde a un<br />
hábito personal adquirido. En este sentido,<br />
bailamos de acuerdo al capital cultural con <strong>el</strong><br />
que contamos y hemos incorporado a través<br />
de un determinado trabajo de inculcación y<br />
asimilación, <strong>el</strong> cual lleva tiempo y debe ser<br />
invertido personalmente por <strong>el</strong> “inversionista”.<br />
S e baila con un doble estímulos la música y<br />
las miradas de los demás, así que en un<br />
siguiente niv<strong>el</strong> –una vez que te sabes visto-<br />
los pasos son cada vez más sofisticados y<br />
entre las parejas aumenta la lucha por<br />
mostrar <strong>el</strong> capital simbólico; bailando hay que<br />
destacar, forjarse una reputación de<br />
competencia, una imagen de respetabilidad e<br />
imponer <strong>el</strong> prestigio además, como varias<br />
chavas, cuidar que no se les desacomode <strong>el</strong><br />
sombrero. Empero, todo esto no limita en lo<br />
absoluto <strong>el</strong> goce que <strong>el</strong> baile conlleva.<br />
Para realizar esta compleja coreografíacachondeo<br />
es indispensable contar con una<br />
condición física a toda prueba, así que muchos<br />
optamos por bailar <strong>el</strong> un-dos norteña (o lo<br />
que suponemos es norteño), pero a mayor<br />
v<strong>el</strong>ocidad. El ritmo marcadito y machacón de<br />
las canciones continúa y por <strong>el</strong> volumen uno<br />
comienza a desear tener oídos de artillero. El<br />
ambiente va en aumento. Lo mismo que la<br />
temperatura corporal y <strong>el</strong> humo de miles de<br />
cigarros; tras un rato de baile en las mesas se<br />
recobra la fuerza y <strong>el</strong> ánimo a través de<br />
nuevos tragos; hay menos inhibiciones y se<br />
desata la búsqueda de una pareja para bailar.<br />
Y es aquí cuando las mujeres equilibran la<br />
balanza de baile pues sólo <strong>el</strong>las deciden con<br />
quien bailarán. Varias, como las de la mesa de<br />
al lado, durante toda la noche siguen <strong>el</strong> ritmo<br />
y mueven hombros, cab<strong>el</strong>lo, brazos, manos y<br />
cintura; sin embargo, desprecian a cuanto<br />
hombre las invite a bailar una quebradita. A<br />
partir de ahora, <strong>el</strong> lugar se va reduciendo con<br />
<strong>el</strong> alcohol, y éste convierte al espacio en algo<br />
más agradable aún; la atmósfera se<br />
transforma, nos va poniendo cómodos, y en<br />
esto pueden ayudar dos empleadas que<br />
incansablemente recorren <strong>el</strong> sitio ofreciendo<br />
muppets. Muchos se secan <strong>el</strong> abundante<br />
sudor y los encargados de seguridad con una<br />
pequeña linterna encendida que mueven<br />
91
horizontalmente –la clave con la que indican<br />
“sin novedad”- continúan recorriendo <strong>el</strong> rodeo.<br />
Cuando parece decaer ligeramente <strong>el</strong> ánimo,<br />
<strong>el</strong> disc jockey programa la espontaneidad y<br />
comienza a escucharse “No rompas más, mi<br />
pobre corazón, me estás pegando fuerte,<br />
entiénd<strong>el</strong>o”. En ese momento, y por las<br />
razones subjetivas que sean, todos se lanzan<br />
a la pista creándose una multitudinaria y<br />
festiva coreografía de dos pasos. Derecha,<br />
aplauso, dos pasos izquierda, aplauso, dos<br />
pasos atrás, aplauso, dos pasos al frente,<br />
aplauso, y otra vez a la derecha con aplaudo.<br />
La tónica se prolongara por varias canciones,<br />
cada vez a mayor v<strong>el</strong>ocidad, con pisotones,<br />
reciamos, carcajadas, empujones y una que<br />
otra confirmación sobre la incapacidad física<br />
para <strong>el</strong> baile. No falta quien le indique con la<br />
mano a los despistados la dirección que deben<br />
seguir y por todo <strong>el</strong> rodeo se multiplican las<br />
coreografías colectivas.<br />
La algarabla es cada vez mayor y <strong>el</strong> éxito d<strong>el</strong><br />
baile colectivo es festejado ruidosamente<br />
minutos antes de la medianoche. Ahora la<br />
música cambia de ritmo y las canciones<br />
rancheras se suceden una tras otra; muchos<br />
cantan a viva voz aunque conforme pasen los<br />
minutos serán más los que chiflen por la<br />
tardanza de un concierto programado a las<br />
once. Comienza la desesperación y se suceden<br />
los comentario sobre la “poca madre” de la<br />
cantante: por las bocinas se escucha una<br />
trompeta que acompaña a Alejandro<br />
Fernández quien lamentándose canta junto<br />
con las más de cuatro mil personas que están<br />
en <strong>el</strong> rodeo: “Ay, ay, quiero que se oiga mi<br />
llanto, como me dolió perderte, después de<br />
quererte tanta, ay, después de quererla tanto,<br />
Diosito dame consu<strong>el</strong>o, para sacarme de<br />
adentro, esto que me está matando, aaayy”.<br />
V. SI ME VAS A ABANDONAR…<br />
El preámbulo ya ha sido suficiente y a las<br />
doce con diecisiete la luz desaparece; <strong>el</strong><br />
escenario, cuyo fondo representa varias casas<br />
d<strong>el</strong> viejo oeste y está adornado con dos<br />
ruedas de carrera y un maniquí vestido de<br />
vaquero que en descuido puede confundirse<br />
con alguien d<strong>el</strong> staff, se llena de humo<br />
artificial.<br />
92<br />
Los músicos –dos guitarristas, un bajista,<br />
percusionista, baterista y teclado-<br />
discretamente aparecen y ocupan su lugar d<strong>el</strong><br />
que casi no se moverán. Salvo la corista, <strong>el</strong><br />
resto va uniformado con pantalón de<br />
mezclilla, la misma camisa y chaleco negro. Es<br />
claro <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> secundario que ocupan en la<br />
representación, Inician una movida<br />
introducción hasta que, de una puerta que<br />
forma parte de la escenografia, aparece Ana<br />
Bárbara quien lleva botas negras, un<br />
entalladísimo pantalón negro con barbas a los<br />
lados, una corta blusa naranja a la que<br />
frecuentemente se le baja <strong>el</strong> cierre y una<br />
texana de color negra que se quita y pone a lo<br />
largo de su presentación y que además<br />
constantemente gira en su dedo índice.<br />
Continúa cantando al tiempo que mueve la<br />
cintura y gira sobre sí misma. A diferencia de<br />
otras ocasiones, hoy la condición de la música<br />
no es de fondo y sirve sólo para bailar. Hoy,<br />
todos la contemplan: las chavas aplauden y<br />
los hombres agitan sus sombreros. No se ve a<br />
nadie bailar, y le chiflan más que aplaudir. Ya<br />
se ha impuesto un nuevo capital simbólico que<br />
ahora se manifiesta en una táctica de<br />
circunstancias en la cual Ana Bárbara ostenta<br />
<strong>el</strong> estatus superior y mantiene una postura<br />
r<strong>el</strong>ajada; juega con la proximidad pero no<br />
toca a nadie, fija de pronto su mirada en<br />
alguien y de inmediato, con cierta coquetería<br />
estudiada, pasa a ignorarlo, su aspecto y<br />
actitud son informales – en tanto la gente se<br />
muestra más tensa y ansiosa, la mirada es<br />
expectante y vigila, esperan y anh<strong>el</strong>an<br />
tocarla-, sonríe aunque no es obligatorio<br />
hacerlo. Y con <strong>el</strong>lo jugará a lo largo de toda su<br />
presentación.<br />
Desde las primeras canciones y con distintos<br />
ritmos, deja en claro que los temas de su<br />
espectáculo giran –como casi toda la onda<br />
grupera- en torno al desamor y <strong>el</strong> amor en<br />
todas sus variantes y situaciones, gozar y<br />
sufrir, interrumpidos esporádicamente por lo<br />
festivo, <strong>el</strong> bailar -con pareja o amigos- en<br />
alguna pachanga. Y todo esto lo hace<br />
cantando en primera persona, de una manera<br />
directa –sin complicaciones, con referentes<br />
culturales compartidos- y en un estilo que<br />
conjuga a un tiempo sensualidad y lamento.<br />
Sus interpretaciones serán complementadas<br />
con un intensísimo discurso. Admite la<br />
dificultad porque todo <strong>el</strong> género es así.
Camina hasta <strong>el</strong> maniquí y lo abraza, habrá<br />
que buscar “uno como este. Un mudo,<br />
chavas”.<br />
Vienen más canciones en las cuales despliega<br />
su recurso escénico más significativo:<br />
(…) <strong>el</strong> propio cuerpo. Tal vez, porque la pista<br />
está caliente, hay fuego entre la gente, mi<br />
sangre tiene ac<strong>el</strong>eración. El ritmo de mi<br />
cuerpo, me pide movimiento, y yo que no lo<br />
puedo parar. Y tú que estas volando, y yo que<br />
estoy volando, hay química para este amor.<br />
No para de bailar porque la música nos<br />
mueve, al ritmo d<strong>el</strong> salón, y siento que te<br />
quiero besaaar, bailando quebradita, siento<br />
este dolor, y todo ya te quiero entregaaar.<br />
Se contonea y gira moviendo la cintua al<br />
tiempo que pregunta “quién quiere mover <strong>el</strong><br />
bote conmigo, chavos?”. La respuesta es<br />
obvia, así que con <strong>el</strong> ritmo de un efectivo bajo<br />
machacón y <strong>el</strong> acompañamiento de un teclado<br />
que simula trompetas y saxos, nos invita;<br />
Ven, sacúdeme, sacúdamee, de la cabeza a<br />
los pies, sacúdamee, ven, sacúdeme,<br />
sacúdemee, que me quiero enloquecer<br />
mientras las luces intermitentes sobre la pista<br />
marcan tenuemente <strong>el</strong> efecto de escisión<br />
adentro-afuera, sólo que ahora entre la pista<br />
y <strong>el</strong> escenario como <strong>el</strong> centro de todo. En este<br />
último, si bien hay algunas luces de colores<br />
que se prenden y apagan intermitentemente,<br />
más no con esa intención simbólica propia d<strong>el</strong><br />
teatro o d<strong>el</strong> rock. Predomina una luz<br />
constante, de carácter general. Por <strong>el</strong><br />
contrario, en la pista hay más obscuridad y<br />
luces intermitentes, en tanto que fuera de sus<br />
límites, en las mesas, de nueva cuenta una<br />
luz general que no impide a muchos discutir,<br />
besarse o de plano cachondearse pues:<br />
No supe, qué pasó, caí en tu red<br />
irremediablente. Y de ti, que hay de ti, te<br />
esfumaste así tan de repente. Y siempre estoy<br />
soñando con tus besos, y siempre recordando<br />
tú anh<strong>el</strong>o, la noche en que me hiciste entre<br />
tus brazos, tan tuya aahha, y siempre estoy<br />
llorándote en silencio, buscando con mi<br />
cuerpo tu lecho, bañado con la luna y mil<br />
caricias perdidas.<br />
Los arreglos y lo pegajoso d<strong>el</strong> ritmo facilitan<br />
mover <strong>el</strong> cuerpo y sobre <strong>el</strong> escenario<br />
despliega su coreografía.<br />
La calurosa densidad desatada en torno al<br />
escenario es cada vez mas fuerte, así que un<br />
mesero se atraviesa cargando una cubeta con<br />
cervezas que rápido se acaban. Sin duda, la<br />
costumbre de ver artistas sólo a través de los<br />
medios hace que la masa sw compacte y lance<br />
hacia <strong>el</strong> escenario: resulta necesario certificar<br />
que en realidad es Ana Bárbara y no un doble.<br />
¿En persona es igual que en la t<strong>el</strong>e? Al<br />
tiempo, ese mediador que –en términos de<br />
Martín Barbero hace brotar la suspicacia: hay<br />
quien asegura que “está haciendo Playback,<br />
fijate en la boca”. Una vez certificada la<br />
autenticidad vendrán más dudas, sobre todo<br />
de algunas mujeres quienes afirman que “esa<br />
vieja está operada”. Es constante <strong>el</strong> ir y venir<br />
de la pista a las mesas y viceversa, por lo que<br />
se nota un leve descenso en <strong>el</strong> ánimo de la<br />
gente y ya hay varios borrachos, ganadebrios,<br />
que alegan entre sí.<br />
Es <strong>el</strong> momento de cantar un popurrí con las<br />
canciones de Marco Antonio Solís, ex<br />
integrante de Los Bukis, que recobran la<br />
intensidad perdida. La música es pegajosa y<br />
hace que muchos muevan cabezas y pies<br />
llevando <strong>el</strong> ritmo. Otros más agitan sus<br />
sombreros. El discurso antimachos tiene una<br />
pausa y en <strong>el</strong>la Ana Bárbara comenta que<br />
“vengo de una gira de Sudamérica y la gente<br />
es maravillosa. Pero la gente de <strong>México</strong> ¡es<br />
mejor!”. Tras la algarabía desatada canta a<br />
cap<strong>el</strong>a con la corista –la cual es su hermana;<br />
sería muy extraño que faltara <strong>el</strong> grito de<br />
“cuñada”- “Querido amigo”, la cual parece<br />
obligación conocer y cantar. Le sigue una<br />
pieza de Juan Gabri<strong>el</strong> y cuando se escucha<br />
todo lo haces muy bien, tú <strong>el</strong> rodeo se vu<strong>el</strong>ve<br />
una réplica de “Siempre en Domingo” donde<br />
al unísono se canta y casi todos mueve los<br />
brazos.<br />
Más ad<strong>el</strong>ante presenta a “un nuevo valor, a<br />
Alfredo Calderón”, uno de sus guitarristas que<br />
canta tú estás siempre en mi mente y aunque<br />
le escuchan, para <strong>el</strong> desamor pues al fin y al<br />
cabo por algo vivimos dentro de la jaula de la<br />
m<strong>el</strong>ancolía, y cantando-lamentándose dice a<br />
quien la engaño que “tu amor es una trampa,<br />
una trampa maldita, una trampa que poco-apoco<br />
acaba con mi vida, tu amor es una<br />
trampa, una trampa maldita, una trampa que<br />
esta acabando con mi corazón” que es uno de<br />
sus éxitos más sonados en la radio; no ha<br />
dejado de contonearse y mueve con su dedo<br />
93
índice <strong>el</strong> sombrero mientras d<strong>el</strong> techo se<br />
desprende pirotecnia. A la una –veintiséis<br />
acaba su actuación, se escuchan algunos<br />
tibios gritos de ¡otra! Y vu<strong>el</strong>ve para asegurar<br />
que “no lloraré, resistiré, aunque me muera<br />
de dolor. Si ya no estas, si hoy te vas, mi vida<br />
entera romperás. No lloraré, fingiré, que<br />
nunca tuve tu amor, que no existió, que sólo<br />
fue, <strong>el</strong> más hermoso que soñé”. Muchos la<br />
contemplan antes que se vaya y otros bailan<br />
sobre los bancos; una joven lo hace mientras<br />
algún amigo la sostiene de la mano.<br />
Aprovecha <strong>el</strong> ritmo para detenerla d<strong>el</strong> trasero<br />
y <strong>el</strong>la discretamente le quitará la mano.<br />
Minutos después él se besa con otra chava.<br />
Finalmente, Ana Bárbara anuncia otro éxito y<br />
antes de cantarlo a modo de epílogo cierra<br />
afirmando que pese a todo “sin ustedes los<br />
chavos no podemos Ormir”-Les dedica la<br />
canción y pide aplausos. La densidad d<strong>el</strong><br />
ambiente es muy grande así que:<br />
(…) Una noche de romance se distingue por su<br />
olor, y espero que me veas desde afuera, te<br />
hago señas desde adentro, que ya está<br />
abierto <strong>el</strong> balcón. Me asusta pero me gusta,<br />
que me persigas como sirena, me asusta pero<br />
me gusta, que cariñosamente me saques las<br />
penas, me asusta pero me gusta, que llegues<br />
hasta <strong>el</strong> fondo de mi corazón.<br />
Mientras repite la rutina d<strong>el</strong> contoneo y <strong>el</strong><br />
sobrero. Da las gracias y se marcha. El juego<br />
de palabras es sugestivo y algunos improvisan<br />
sobre <strong>el</strong> contenido sexual de aqu<strong>el</strong>lo que<br />
aunque asusta, nos gusta.<br />
VI. BOTERO EN EL RODEO<br />
Repuestos de su ausencia la salida es en<br />
desbandada y no faltan los meseros que<br />
persiguen a alguno para pedirle propina –<br />
porque aquí se toma y se paga. El tumulto es<br />
porque dentro de pocos minutos dará inicio <strong>el</strong><br />
Rodeo de Medianoche, “que es una copia d<strong>el</strong><br />
de Monterrey”, dice un chavo. Este rodeo<br />
nocturno se lleva a cabo dentro de una<br />
pequeña y bien iluminada plaza de toros que<br />
está cerca al toro mecánico que a esta hora<br />
está completamente atiborrada. Parece que<br />
no cabe nadie más, y sin embargo, la gente<br />
continúa entrando hasta que se ocupa todo <strong>el</strong><br />
espacio disponible (aunque hay un pequeño<br />
apartado con mesa y sillas para quienes<br />
94<br />
ordenen bot<strong>el</strong>la). En medio de esta enorme<br />
densidad, y luego de que en la entrada dos<br />
“vaqueras” cambien bot<strong>el</strong>las, copas y<br />
“caballitos” de cristal por vasos desechables<br />
de plástico, puede presenciarse una carrera<br />
de mulitas montadas por mujeres<br />
s<strong>el</strong>eccionadas entre <strong>el</strong> público. El espectáculo<br />
es atroz: ante <strong>el</strong> gran peso de alguna “jinetes”<br />
que parecen sacadas de algún cuadro de<br />
Botero, los pobres animales están a punto de<br />
desfallecer; sin embargo, cuando algunos<br />
empleados las persiguen y pican con una<br />
vara, las mulas reparan violentamente<br />
mandando a más de una gorda por los aires.<br />
Este espectáculo plagado de humor<br />
involuntario es narrado por un conductor<br />
locutor y animador que, según <strong>el</strong> Musical<br />
Vaquera Rodeo Santa Fe, es “<strong>el</strong> alma d<strong>el</strong><br />
ambiente, ya que si <strong>el</strong> locutor no le da <strong>el</strong><br />
sabor adecuado al rodeo, la gente no sabe ni<br />
se da idea de lo que es este nuevo concepto,<br />
que ya está siendo un stylo de vida (sicazo),<br />
aquí en <strong>México</strong> como en Estados Unidos. Por<br />
eso <strong>el</strong> locutor debe tener conocimientos<br />
básicos d<strong>el</strong> reglamento para transmitirle al<br />
público la esencia de este deporte. Y es<br />
también <strong>el</strong> que se pone de acuerdo con <strong>el</strong><br />
director de arena para saber qué juegos se<br />
van a presentar esta noche y con <strong>el</strong> discjockey<br />
para conocer la música que amenizará <strong>el</strong><br />
rodeo”. En la plaza decorada con pap<strong>el</strong> picado<br />
multicolor, <strong>el</strong> deficiente equipo de sonido, <strong>el</strong><br />
eco causado por <strong>el</strong> techo de lámina, o porque<br />
a estas alturas cada quien trae su propia<br />
fiesta donde parece no importar demasiado la<br />
esencia de ninguna cosa.<br />
Los nombran y aparecen uno a uno los jinetes<br />
que esta noche realizarán las montas,<br />
dependiendo de la bandera que ondeen –<br />
Puerto Rico, Canadá, Estados Unidos-, será la<br />
intensidad de las mentadas de madre que<br />
reciban . La reacción se convierte en rutina, y<br />
cuando aparece la bandera de <strong>México</strong> los<br />
nacionalismos, de 15 de septiembre se<br />
despliegan por todo <strong>el</strong> local. Se abre un lapso<br />
más o menos solemne en <strong>el</strong> cual se recitará<br />
una plegaría y un sector importante d<strong>el</strong><br />
público se pone de pie; alineados y dibujando<br />
con <strong>el</strong> pie una cruz, jinetes, payasos y quienes<br />
estén en <strong>el</strong> ruedo durante <strong>el</strong> rodeo, pondrán<br />
una rodilla en tierra y escucharán al locutor<br />
decir.
Señor, te damos las gracia por dejarnos <strong>el</strong><br />
rodeo amar. Esto que nosotros llamamos<br />
rodeo, esto que es una batalla entre <strong>el</strong> jinete<br />
con su agilidad y destreza y <strong>el</strong> toro con su<br />
fuerza y bravura. Así también señor, te<br />
pedimos por los Áng<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> rodeo; los<br />
payasos de rodeo, ya que sin <strong>el</strong>los no<br />
podríamos sobrevivir. Te pedimos por la gente<br />
bonita que nos acompaña y porque ésta no<br />
sea la última de nuestras montas y mucho<br />
menos, aquí en tu casa Rodeo Santa Fe.<br />
Amén.<br />
E inicia <strong>el</strong> primer estallido d<strong>el</strong> público que es<br />
acompañado por algunas olas, la voz de<br />
cualquier multitud. Se abre otro lapso en <strong>el</strong><br />
cual, dentro de un reducidísimo cajón donde<br />
está un toro, se monta y amarra mediante un<br />
lazo <strong>el</strong> primer jinete de la noche.<br />
La salida es todavía más desordenada, así que<br />
mientras algunos regresan al salón grupero, la<br />
mayoría opta por irse en medio d<strong>el</strong> caos para<br />
recibir su auto. De vu<strong>el</strong>ta a la noche, en <strong>el</strong><br />
vértigo d<strong>el</strong> periférico y <strong>el</strong> neón, se cambia de<br />
tribu e imaginario mientras en la distancia<br />
queda la enorme aunque no muy visible<br />
marquesina que anuncia la presentación de<br />
Ana Bárbara.<br />
95
LA TRANSICIÓN DE LA<br />
SOCIEDAD MEXICANA<br />
HACIA EL PLURALISMO<br />
POLITICO: DIMENSIONES<br />
INTERNA Y EXTERNA DEL<br />
PROCESO.<br />
96<br />
EPÍLOGO<br />
Casi 70 años duró <strong>el</strong> segundo Estado<br />
mexicano. En ese lapso contribuyó a crear un<br />
sistema político que durante decenios fue la<br />
admiración de muchos, incluso receta para<br />
otros países latinoamericanos. Fue un Estado<br />
que logró resolver <strong>el</strong> dilema histórico entre<br />
estabilidad política y transmisión pacífica d<strong>el</strong><br />
poder, a la vez que desarrollaba una amplia<br />
flexibilidad gracias a su naturaleza inclusiva<br />
de las fuerzas sociales que iba creando vía la<br />
modernización d<strong>el</strong> país. Contó para <strong>el</strong>lo, como<br />
piedra fundamental, con un partido que por su<br />
pretensión de representar al todo social<br />
resultaba hegemónico. No fue <strong>el</strong> único Estado<br />
con partido dominante, pues la segunda<br />
posguerra trajo consigo buen número de<br />
países de reciente independencia y de partido<br />
único y se vio también acompañado por muy<br />
respetables naciones democráticas, como fue<br />
<strong>el</strong> caso de Suecia, Isra<strong>el</strong> y Alemania<br />
Occidental, en donde un partido dominante<br />
primó en la escena política durante decenios.<br />
Al igual que en éstos últimos, ni siquiera en la<br />
épocas de mayor predominio d<strong>el</strong> PNR-PRM-<br />
PRI, se rechazó en <strong>México</strong> la posibilidad de<br />
pluralismo, por otra parte consignado en la<br />
Constitución política d<strong>el</strong> país, ni tampoco<br />
conoció la suspensión o diferimiento de una<br />
sola <strong>el</strong>ección nacional o local. El pluralismo<br />
incluso se alentó a veces artificialmente, como<br />
fue <strong>el</strong> caso de varios partidos políticos<br />
pequeños, para dar cabida a minorías que en<br />
países democráticos ni siquiera son tomadas<br />
en cuenta.<br />
Esa configuración hizo posible un Estado<br />
fuerte por primera vez en la historia nacional,<br />
y además comprometido con la<br />
modernización. Un Estado que bajo<br />
circunstancias iniciales penosas, introdujo<br />
cambios de tal naturaleza en la realidad física<br />
y en la conciencia de los habitantes –<br />
carreteras y educación, por ejemplo- que<br />
sutilmente al principio, pero con mayor<br />
evidencia y alcance después, erosionaron la<br />
base social que apoyaba <strong>el</strong> diseño original.<br />
Entre 1938, cuando Cárdenas configura al<br />
partido sectorizado, ahora mal llamado<br />
corporativo, y 1988, cuando ese arreglo<br />
empieza a dar muestras de ineficacia frente a<br />
la nueva realidad, corren exactamente<br />
cincuenta años de empeñosa modernización<br />
en todos los órdenes. No extraña que una<br />
realidad social, cambiada reaccionara, bajo <strong>el</strong><br />
impacto de la crisis económica más profunda<br />
de este siglo, en la forma en que lo hizo en<br />
1988, sino que no se hubiera previsto, pues<br />
los síntomas estaban presentes al menos dos<br />
décadas antes. Pero sea como fuere, <strong>el</strong> hecho<br />
que conviene resaltar aquí es que fue posible<br />
establecer un Estado eficaz y con capacidad<br />
para solventar casi todos los conflictos que<br />
creó la modernización d<strong>el</strong> país, mantener <strong>el</strong><br />
equilibrio entre los actores políticos y sociales,<br />
y propiciar la estabilidad y <strong>el</strong> crecimiento<br />
durante por lo menos cinco décadas.<br />
El diseño mismo d<strong>el</strong> partido implicaba algo<br />
mucho más importante: una organización que<br />
si bien no representaba a toda la sociedad (en<br />
un principio, los reaccionarios quedaban de<br />
lado), pretendía hacerlo, pues la abarcaba casi<br />
toda. Y tenía en consecuencia un efecto claro<br />
e importante como frente aglutinador de todas<br />
las tendencias políticas. El agotamiento de ese<br />
frente, prolongado más allá de su término<br />
natural de vida y utilidad, abrió serie de<br />
perspectivas alternativas de futuro político<br />
antes impensadas. Éste es, sin duda alguna,<br />
<strong>el</strong> síntoma más claro d<strong>el</strong> inicio de la<br />
configuración d<strong>el</strong> nuevo síntoma más claro d<strong>el</strong><br />
inicio de la configuración d<strong>el</strong> nuevo Estado<br />
mexicano. Situación que ha significado, entre<br />
otras consecuencias, la conciencia de la<br />
necesidad de ajustar las reglas de<br />
competencia para igualar a los contendientes.<br />
Antes <strong>el</strong> peso de las circunstancias resultó<br />
apenas natural que se impusiera <strong>el</strong> cambio d<strong>el</strong><br />
partido de la Revolución, la pieza más<br />
importante durante años de lo que los<br />
politólogos llaman <strong>el</strong> sistema político<br />
mexicano. La forma de integración d<strong>el</strong> partido,<br />
los sectores, que se correspondía<br />
perfectamente con las formas asociadas<br />
añejas de la sociedad mexicana, premodernas<br />
si se quiere, en las cuales <strong>el</strong> concepto de
ciudadano y de individuo encontraba fuertes<br />
resistencias<br />
Para su implantación, entró definitivamente<br />
en crisis a fines de los ochenta. Los intentos<br />
por adecuarlo mediante la organización<br />
geográfica y la definición como partido de<br />
ciudadanos, reforma largamente pospuesta,<br />
son la expresión de la pérdida d<strong>el</strong><br />
hegemonismo, la disgragación d<strong>el</strong> voto<br />
sectorial y <strong>el</strong> inicio pleno de la competitividad<br />
<strong>el</strong>ectoral.<br />
Pero <strong>el</strong> rasgo mas importante de la<br />
transformación que apunta al surgimiento d<strong>el</strong><br />
tercer Estado se ubica al niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Estado<br />
mismo. Superado <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o estatista de<br />
crecimiento se ha iniciado la puesta en<br />
marcha de un nuevo mod<strong>el</strong>o para avenir <strong>el</strong><br />
libre mercado con la vocación social d<strong>el</strong><br />
Estado mexicano, pero que supone ad<strong>el</strong>gazar<br />
a éste y redefinir sus compromisos y<br />
r<strong>el</strong>aciones con la sociedad. El nuevo mod<strong>el</strong>o,<br />
al que se ha llamado de liberalismo social, se<br />
echó a andar con la idea de continuar la<br />
modernización y <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> país<br />
aunque por medios diferentes, pero sin dejar<br />
de lago la atención a rezagos y desigualdades<br />
sociales. ¿Vino nuevo en odres viejos? Puede<br />
ser que así sea. Sin embargo, en la medida<br />
que <strong>el</strong> nuevo mod<strong>el</strong>o ha significado la<br />
reducción en las dimensiones d<strong>el</strong> Estado<br />
mexicano, lo cual contradice las justificaciones<br />
ideológicas que habían legitimado su quehacer<br />
por decenios, sí puede afirmarse que la<br />
reforma estructural de la economía ha<br />
repercutido ampliamente en <strong>el</strong> ámbito político,<br />
y subraya que <strong>México</strong> se encuentra en vías de<br />
la configuración de un tercer Estado. De esta<br />
suerte también puede hablarse de una<br />
reforma estructural política que se inició en la<br />
económica, y que aún no termina. Es de<br />
suponerse, si no prevalecen actitudes<br />
maxialistas y de ruptura de algunos actores<br />
políticos, que la sere de procesos así<br />
desatados conduzcan a un niv<strong>el</strong> superior de<br />
acomodos y arreglos negociados, a una<br />
democracia ampliada que sustituya a la<br />
limitada democracia funcional anterior y<br />
supere los límites a la participación que se<br />
han puesto en evidencia desde los años<br />
ochenta. Aquí la cuestión crucial es ¿estamos<br />
o no en vísperas de una ampliación en la<br />
participación de tal naturaleza que conduzca a<br />
un sistema político más democrático? ¿Están<br />
en aptitud los principales actores políticos<br />
para lograrlo? Porque una cosa es <strong>el</strong><br />
surgimiento de un <strong>el</strong>ectorado más consciente<br />
e informado que cataliza las tendencias<br />
sociales a la participación presente hace<br />
tiempo en la sociedad. Pero otra muy<br />
diferente es la capacidad de los actores<br />
políticos principales, los partidos y sus<br />
dirigentes, para entender esa realidad y<br />
conducirla adecuadamente.<br />
Un inicio de respuesta a estas preguntas se<br />
encuentra en los nuevos temas que se<br />
debaten ahora en <strong>el</strong> país. El primer tema,<br />
central a todos, es <strong>el</strong> de la democracia. Tema,<br />
por otro lado, que en <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong>,<br />
requiere de un deslinde previo. Ante todo hay<br />
que tomar en cuenta que ésta ha sido y sigue<br />
siendo predominantemente una preocupación<br />
de las élites políticas más que objeto de una<br />
amplia demanda popular. Salvo casos locales<br />
de movimientos ad hoc organizados por la<br />
oposición para exigir respeto al voto, no se<br />
han visto movilizaciones a niv<strong>el</strong> nacional como<br />
las de Europa de Este o en los países d<strong>el</strong> Cono<br />
Sur. Tener presente esta circunstancia aclara<br />
mucho <strong>el</strong> panorama de la discusión d<strong>el</strong> tema<br />
democrático mexicano, pues se trata de los<br />
actores políticos principales, y sólo los<br />
actores, poniéndose de acuerdo sobre las<br />
reglas de juego, y de int<strong>el</strong>ectuales e ideólogos<br />
discutiendo transiciones a la democracia y sus<br />
alcances Sin embargo, se trata de un debate<br />
novedoso, y tratándose d<strong>el</strong> primero a fondo<br />
después d<strong>el</strong> que provocó <strong>el</strong> maderismo,<br />
trascendente en la medida que impacta la<br />
legislación <strong>el</strong>ectoral e incorpora, al menos en<br />
sus expresiones más académicas, corrientes<br />
de pensamiento político extranjeras.<br />
La primera evidencia de la naturaleza distinta<br />
de este debate reside en <strong>el</strong> hecho de que <strong>el</strong><br />
sistema de partidos han cambiado en forma<br />
notable en pocos años. Si antes ese sistema<br />
de partidos estaba compuesto por un partido<br />
dominante y varios pequeños, un<br />
pluripartidismo claramente desequilibrado,<br />
ahora despunta en <strong>el</strong> horizonte un<br />
tripartidismo, como lo confirman los<br />
resultados de las <strong>el</strong>ecciones federales de<br />
1991, y se ac<strong>el</strong>eran las tendencias a la<br />
desaparición de los pequeños partidos. Las<br />
secu<strong>el</strong>as de las crisis económicas, en<br />
particular la que se inició en 1987-1988,<br />
repercutieron en <strong>el</strong> ámbito político partidista<br />
97
configurando dos agrupaciones fuertes en los<br />
flancos d<strong>el</strong> partido en <strong>el</strong> gobierno. En tanto <strong>el</strong><br />
debate sobre la suerte d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o estatista<br />
alentó una escisión en <strong>el</strong> PRI que al unirse con<br />
la vieja guardia comunista conformó una<br />
opción en <strong>el</strong> flanco izquierdo de ese partido, la<br />
afluencia de empresarios y un aumento en la<br />
militancia, sobre todo entre los votantes<br />
jóvenes, vigorizaron la opción siempre<br />
presente en su flanco derecho.<br />
Las negociaciones sobre las reglas de juego<br />
han pasado por dos etapas muy bien<br />
definidas. La primera cubre de 1946ª 1987,<br />
en la cual los cambios fueron otorgados, y se<br />
caracterizaron por abrir espacios a la<br />
oposición desde <strong>el</strong> poder. Esa etapa incluye la<br />
centralización d<strong>el</strong> proceso <strong>el</strong>ectoral federal, la<br />
disminución de requisitos para registrar<br />
partidos y la introducción de los postemas<br />
proporcionales, a fin de propiciar la presencia<br />
de otros partidos políticos en la cámara baja<br />
d<strong>el</strong> Congreso de la Unión. Esa etapa se<br />
corresponde también a la época culminante<br />
d<strong>el</strong> hegemonismo d<strong>el</strong> partido de la Revolución<br />
y <strong>el</strong> apogeo d<strong>el</strong> proyecto estatista. La segunda<br />
fase se inició tras de las <strong>el</strong>ecciones de 1988, y<br />
se caracteriza por reformas <strong>el</strong>ectorales<br />
pactadas, que se orientan a poner en igualdad<br />
de circunstancias a los partidos en la liza<br />
<strong>el</strong>ectoral, abrir <strong>el</strong> senado a la representación<br />
proporcional y cerrarle <strong>el</strong> camino a cualquier<br />
acción ilegítima en la búsqueda d<strong>el</strong> voto.<br />
Ambas etapas responden a criterios de<br />
legitimación, aunque con sentidos diferentes.<br />
En la primera etapa, la legitimación iba por los<br />
caminos de alentar una oposición que<br />
matizara la hegemonía priísta; en la segunda<br />
<strong>el</strong> objetivo consiste en llegar a tener<br />
<strong>el</strong>ecciones nacionales cuyos resultados sean<br />
aceptados por todos los actores políticos.<br />
Los pactos, en resumen, se perfilan ahora<br />
como la forma para que los actores políticos<br />
logreen acuerdos sobre las reglas d<strong>el</strong> juego<br />
democrático. De aquí que en enos de ocho<br />
años hayamos atestiguado tres reformas<br />
<strong>el</strong>ectorales. De aquí, también, que atrajeran la<br />
atención los análisis teóricos, ahora en boga<br />
en Estados Unidos y la Europa Mediterránea,<br />
sobre la transición a la democracia. A no<br />
pocos analistas y a muchos políticos priístas<br />
rep<strong>el</strong>e parte de este incipiente cuerpo teórico,<br />
ya que supone <strong>el</strong> tránsito de un estadio<br />
autoritario a otro democrático, basándose en<br />
98<br />
lo que se llama la tercera ola de<br />
democratización que comprende los casos de<br />
España y las dictaduras militares<br />
latinoamericanas. Pero la tecera ola, salvo <strong>el</strong><br />
caso exitoso de España, Chile y Argentina, en<br />
los demás países acusa rasgos hacia la<br />
regresión, como lo atestigua <strong>el</strong> Perú de<br />
Fujimori, o bien tendencias a una democracia<br />
d<strong>el</strong>egativa más que liberal. <strong>México</strong>, se arguye,<br />
no es parangonable a los países que sirvieron<br />
de mod<strong>el</strong>o para <strong>el</strong> apoyo empírico de ese<br />
cuerpo teórico, pues <strong>el</strong> hecho de haber pasado<br />
por una revolución al principio de este siglo<br />
estableció las bases para una evolución por<br />
caminos distintos a los países que sirven de<br />
ejemplo a las teorías sobre la transición a la<br />
democracia. La Revolución, por necesidad<br />
política, centralizo <strong>el</strong> poder y creó un Estado<br />
fuerte y protagónico d<strong>el</strong> desarrollo, a la vez<br />
que formalmente asumía la democracia<br />
representativa. En es medida, <strong>México</strong> ha<br />
contado con una estructura jurídicoinstitucional<br />
que obliga a <strong>el</strong>ecciones<br />
periódicas, conoce de un sistema de partidos<br />
en evolución desde los años treinta y tiene un<br />
ejército profesional sujeto al mando civil y al<br />
margen de la política. Desde 1918 a la fecha<br />
se han realizado al menos nueve reformas<br />
<strong>el</strong>ectorales, las últimas dos pactadas; desde<br />
1920 ninguna <strong>el</strong>ección federal o local se ha<br />
suspendido. No es casualidad, por <strong>el</strong>lo, que <strong>el</strong><br />
retiro reciente d<strong>el</strong> Estado de tantos terrenos<br />
de la vida social y económica d<strong>el</strong> país coincida<br />
con la plena aparición de fuerzas políticas<br />
nacionales en la lucha <strong>el</strong>ectoral y que, hoy<br />
casi un tercio de los habitantes se encuentren<br />
gobernados por la oposición.<br />
Muchas veces se exige a los países en<br />
desarrollo <strong>el</strong> quemas etapas que los<br />
industrializados llevaron mucho tiempo<br />
cumplir, corriendo <strong>el</strong> riesgo de romper la<br />
cohesión social, provocando una crisis política<br />
contraproducente. A las así llamadas<br />
democracias occidentales les llevó la mitad d<strong>el</strong><br />
siglo XIX y casi la mitad d<strong>el</strong> XX arribar al<br />
sufragio universal y <strong>el</strong>iminar las prácticas<br />
corruptas en las <strong>el</strong>ecciones. Inglaterra antes<br />
que nadie inventó <strong>el</strong> sistema de compra de<br />
votos en dinero o en especie, los agentes<br />
<strong>el</strong>ectorales encargados de hacerlo yla<br />
manipulaciones client<strong>el</strong>ares por parte de los<br />
barones de la tierra. En Francia y España,<br />
países centralistas, los gobiernos ejercían la<br />
influencia política sobre <strong>el</strong> <strong>el</strong>ctrorado a través
de los alcaldes y gobernadores<br />
respectivamente. España, de paso, aportó a la<br />
historia <strong>el</strong>ectoral <strong>el</strong> término “cacique”. Que<br />
previamente había importado de sus colonias,<br />
para designar a los personajes encargados de<br />
conseguir <strong>el</strong> voto en poblados y regiones.<br />
Estado Unidos, país federal, tiene la distinción<br />
de haber creado las maquinarias <strong>el</strong>ectorales<br />
más eficaces que se hayan conocido para la<br />
compra de votos mediante numerario o cargos<br />
municipales. La maquinaria demócrata de<br />
Chicago aún funciones hoy con precisión de<br />
r<strong>el</strong>ojería, para no hablar de las<br />
manipulaciones al padrón por parte de<br />
vicegobernadores y jefes municipales de<br />
policía en los estados sureños.<br />
Pero en términos generales esas democracias<br />
han avanzado a lo largo de 100 años en su<br />
democratización, al punto de convertirse por<br />
designio propio en paradigmas para los<br />
<strong>mundo</strong> segundo, tercero y cuarto. ( Hoy por<br />
hoy, los organizadores de las democracias<br />
ajenas han encontrado en los organismos<br />
internacionesles instrumento, justificación y<br />
medio para realizar intervenciones, incluso<br />
armadas, en nombre de la democracia.) ¿Qué<br />
<strong>el</strong>ementos, qué fuerzas, se encuentran detrás<br />
de esta evolución? Son pocos los que se han<br />
dedicado a escudriñar tan interesante tema, y<br />
casi nadie en nuestro país. Pero en general los<br />
estudios, de caracteres históricos casi todos,<br />
coinciden en apuntar dos <strong>el</strong>ementos centrales.<br />
El primero se refiere al crecimiento, tanto<br />
demográfico, como de la industrialización y la<br />
urbanización, que trajeron consigo la<br />
secularización de la política, la aparición d<strong>el</strong><br />
concepto <strong>contemporáneo</strong> de ciudadano y la<br />
organización de movimientos por la<br />
ampliación d<strong>el</strong> sufragio y la <strong>el</strong>iminación de las<br />
prácticas corruptas. El segundo, consiste en<br />
periodos más o menos largos de estabilidad<br />
política para dar espacio y tiempo al<br />
surgimiento de esas novedades sociales y a<br />
ejercer su influencia sobre la clase política y la<br />
legislación. Se trata de una evolución cuyo<br />
punto culminante ha llevado a algún escéptico<br />
a afirmar que si antes se compraban votos<br />
con dinero o en especie, ahora se compran<br />
con palabras, lo que tiene <strong>el</strong> mérito de<br />
ahorrarles gastos a los candidatos y a sus<br />
seguidores.<br />
¿Cuándo se cumplió en <strong>el</strong> pasado de <strong>México</strong> la<br />
conjunción de esos <strong>el</strong>ementos? Durante la<br />
vigencia d<strong>el</strong> primer Estado, particularmente<br />
durante <strong>el</strong> Porfiriato, se dieron <strong>el</strong> largo<br />
periodo de estabilidad (que le fue<br />
posteriormente reprochada) y una incipiente<br />
industrialización. La urbanización y <strong>el</strong><br />
crecimiento demográfico, sin embargo, se<br />
quedaron a la zaga de los ritmos alcanzados<br />
por las potencias de entonces. El movimiento<br />
maderista fue <strong>el</strong> primero a favor d<strong>el</strong> sufragio<br />
efectivo digno de tomarse en cuenta, su éxito,<br />
sin embargo, resultó efímero al tratar de<br />
solventar su recurso a las armas mediante<br />
una legalidad democrática conciliatoria y<br />
tolerante. Fuen <strong>el</strong> segundo Estado, <strong>el</strong><br />
posrevolucionario, con la búsqueda obsesiva<br />
de la estabilidad y <strong>el</strong> crecimiento, <strong>el</strong> que sentó<br />
las bases para la aparición de los <strong>el</strong>ementos<br />
estructurales necesarios para la aparición de<br />
los <strong>el</strong>ementos estructurales necesarios para la<br />
evolución política, ahora tan ansiosamente<br />
exigida por algunas de las élites políticas e<br />
int<strong>el</strong>ectuales.<br />
Sin negar la existencia de la violencia <strong>el</strong>ectoral<br />
en los primeros decenios posrevolucionarios, o<br />
fraudes <strong>el</strong>ectorales posteriores, es preciso<br />
tener presente que los revolucionarios qu<br />
triunfaron y tomaron <strong>el</strong> poder en 1920,<br />
partían de una profunda convicción: la<br />
democracia que había querido Francisco I.<br />
Madero lo condujo a la muerte, a la<br />
destrucción de su gobierno y a ocho años<br />
adicionales de guerra civil. Madero quiso la<br />
reconciliación nacional, la independencia de<br />
los poderes y la libertad de prensa. Madero<br />
veía su revolución como la culminación, <strong>el</strong><br />
perfeccionamiento, d<strong>el</strong> Estado liberal, d<strong>el</strong> cual<br />
deseaba su estabilidad pero no los métodos<br />
para mantenerla. Para <strong>el</strong>lo conservó <strong>el</strong> ejército<br />
porfirista, no apoyó a los suyos para llegar a<br />
las cámaras y dejó que la prensa lo atacara<br />
hasta ridiculizarlo, todo en aras de su<br />
compromiso democrático. Después d<strong>el</strong> golpe<br />
huertista, cuando Carranza señalo que<br />
“revolución que transa, revolución que se<br />
pierde”, sólo expresaba <strong>el</strong> convencimiento<br />
profundamente arraigado entre los<br />
revolucionarios de la segunda ola de la<br />
necesidad de <strong>el</strong>iminar al contrario por las<br />
armas y políticamente. La larga eta armada<br />
revolucionaria contribuyó, a su vez, a crear<br />
otra serie de obstáculos para restaurar la ideal<br />
democrático maderista. Los ciudadanos<br />
armados, <strong>el</strong> surgimiento de una nueva clase<br />
política en los estados y la paralización de la<br />
99
economía, por si solos eran <strong>el</strong>ementos más<br />
que suficientes para que los triunfadores,<br />
distraídos en tareas de sobrevivencia política,<br />
prefirieran la búsqueda de la estabilidad al<br />
experimento democrático inmediato, en una<br />
sociedad a la que veían impreparada para<br />
sobr<strong>el</strong>levarlo. Con estos <strong>el</strong>ementos se fundó<br />
en 1917 <strong>el</strong> segundo Estado, aunque<br />
conservando <strong>el</strong> ideal democrático.<br />
La Revolución mexicana se explica así, más<br />
que por las disquisiciones sobre su naturaleza,<br />
por las peculiaridades d<strong>el</strong> Estado que<br />
destruye. Es ya bien sabido que <strong>el</strong> Porfiriato,<br />
formalmente adscrito a los principios de<br />
liberalismo político, fue incapaz de darles<br />
forma porque partía de una realidad política<br />
sustentada en client<strong>el</strong>as locales, a las cuales<br />
integró respetándoles sus esferas de<br />
influencia a cambio d<strong>el</strong> reconocimiento d<strong>el</strong><br />
arbitraje presidencial. Al régimen anterior, la<br />
Revolución planteó <strong>el</strong> doble reto de la<br />
democracia ciudadana y, a la vez, la cuestión<br />
de la representación de los gremios<br />
ascendentes y de las comunidades<br />
tradicionales. De ahí <strong>el</strong> afán surgido con la<br />
Revolución por encontrar interlocutores en<br />
todos los ámbitos, fueran <strong>el</strong> sector privado, <strong>el</strong><br />
obrero o <strong>el</strong> campesino. De ahí que un partido,<br />
al articular a los gremios de trabajadores y<br />
crear <strong>el</strong> sector campesino por decreto<br />
presidencial, pretenda representar al vasto<br />
conjunto de la sociedad de acuerdo con la<br />
lógica de toda revolución. Pero con <strong>el</strong>lo<br />
hicieron algo que no había logrado <strong>el</strong> primer<br />
Estado durante <strong>el</strong> Porfiriato: institucionalizar<br />
<strong>el</strong> presidencialismo, vía la constitución de un<br />
partido como mecanismo de arbitraje de las<br />
cuestiones álgidas d<strong>el</strong> conflicto de clases en<br />
un marco de rectoría económica y social: La<br />
inclusión de la no re<strong>el</strong>ección emitió superar las<br />
limitaciones impuestas por la permanencia de<br />
una sola persona al frente d<strong>el</strong> poder arbitral,<br />
legitimando al presidencialismo más allá de<br />
los límites más aventurados ideados por los<br />
ideólogos positivistas. Por <strong>el</strong>lo no es de<br />
extrañar que ahora en <strong>el</strong> debate sobre la<br />
democracia, las élites de las oposiciones y los<br />
int<strong>el</strong>ectuales centren sus baterías en <strong>el</strong> partido<br />
y <strong>el</strong> presidencialismo, o como se expresa<br />
corrientemente en esos círculos, en <strong>el</strong> binomio<br />
PRI-gobierno.<br />
¿Pero acaso subsiste <strong>el</strong> tipo de r<strong>el</strong>ación y<br />
ascendencia política que implica esa crítica?<br />
100<br />
No puede negarse que subsisten conductas<br />
propias de los años d<strong>el</strong> hegemonismo priísta,<br />
propias de la transformación política en que<br />
coinciden viejas y nuevas actitudes. Sin<br />
embargo, juegan <strong>el</strong>ementos de la mayor<br />
importancia que apuntan hacia nuevos<br />
estadios en la conducción política d<strong>el</strong> país. El<br />
primero, y más evidente, es la presión de<br />
cuadros y bases d<strong>el</strong> PRI por transformar <strong>el</strong><br />
partido, como reacción a la mayor<br />
competitividad <strong>el</strong>ectoral y la actualidad de la<br />
democracia en <strong>el</strong> ámbito internacional. Se<br />
trata de un proceso que, no obstante avances<br />
y retrocesos, se orienta a buscar las formas<br />
para conciliar la participación interna de los<br />
militantes con la conservación de la unidad.<br />
Dilema propio, por otra parte, a cualquier<br />
partido en le <strong>mundo</strong>. Conducir<br />
adecuadamente ese proceso de<br />
transformación partidista será la tarea<br />
fundamental de ese partido en los años por<br />
venir. El seundo, menos evidente, es <strong>el</strong><br />
cambio en la r<strong>el</strong>ación entre la presidencia y<br />
los poderes estatales, que empieza a verse<br />
modificada por las gubernaturas en manos de<br />
la oposición. Como no cabe una doble<br />
conducta, esta novedad favorece una mayor<br />
autonomía de los poderes locales que, iniciada<br />
con las políticas de descentralización, lleva a<br />
perfilar un presidencialismo más democrático<br />
y menos tradicional.<br />
Algo preocupante, sin embargo, parece ocurrir<br />
ahora al niv<strong>el</strong> de la cultura política. En tanto la<br />
población en general parece seguir<br />
evidenciando ese patrón de orientaciones<br />
políticas señaladas por Almond y Verba hace<br />
tres decenios, de fuertes tendencias a la<br />
participación, aunado a un acentuado orgullo<br />
por sus instituciones políticas, la de los<br />
actores d<strong>el</strong> sistema, las <strong>el</strong>ites políticas, se<br />
encuentran en diversos grados de<br />
discordancia con <strong>el</strong>la. L a más evidente se<br />
ubica entre la izquierda perredista que,<br />
alentada por su éxito <strong>el</strong>ectoral de 1988, se fue<br />
por los caminos d<strong>el</strong> maximalismo, con un<br />
mensaje ambiguo sobre <strong>el</strong> uso de la violencia,<br />
<strong>el</strong> diálogo y la negociación. Lo cual refleja de<br />
paso que <strong>el</strong> PRD no ha superado las viejas<br />
concepciones marxistas sobre la utilidad de la<br />
violencia ni <strong>el</strong> faccionalismo interno que sólo<br />
permite la unidad orgánica <strong>el</strong>emental en la<br />
medida que se sujeta al caudillismo<br />
providencial de su líder. El maximalismo d<strong>el</strong><br />
PRD supone siempre la descalificación d<strong>el</strong> PRI
y frecuentemente la de otros actores; la<br />
movilización constante como sustituto a su<br />
falta de organicidad, y la violencia <strong>el</strong>ectoral<br />
para después negociar la desobediencia y<br />
obtener así ganancias políticas La violencia<br />
como forma de presión se r<strong>el</strong>aciona<br />
estrechamente con <strong>el</strong> abuso que ahora se<br />
hace d<strong>el</strong> concepto de sociedad civil. El PRD,<br />
de acuerdo con la tradición marxista, presenta<br />
a la sociedad civil como distinta y<br />
contrapuesta al Estado porque así resulta<br />
conveniente a sus intereses, pues en cualquier<br />
momento puede recurrir a la ruptura con <strong>el</strong><br />
Estado y justificarla como un regreso a la<br />
sociedad, tal y como lo hacían los<br />
jusnaturalistas, que contra Leviatán oponían<br />
<strong>el</strong> regreso a la sociedad natural. En beneficio<br />
d<strong>el</strong> país, es de esperarse que ese partido<br />
supere las limitaciones que le impuso la<br />
circunstancia de nacimiento para que pueda<br />
dar articulación adecuada a la representación<br />
que quieren sus votantes, y para quienes los<br />
demás partidos no son opciones aceptables.<br />
En cambio <strong>el</strong> PAN, renuente por principio a la<br />
violencia, cuenta con capacidad institucional y<br />
cuadros capaces de asimilar la afluencia de<br />
nuevos militantes y dedicarlos al trabajo<br />
político y <strong>el</strong>ectoral, y así lo ha hecho. Pero aún<br />
más, al darse cuenta los directivos de ese<br />
partido d<strong>el</strong> nuevo significado de la legitimidad,<br />
aceptaron de inmediato las alianzas tácticas<br />
convirtiéndose en <strong>el</strong> principal interlocutor d<strong>el</strong><br />
PRIy <strong>el</strong> gobierno, obteniendo con <strong>el</strong>lo un<br />
protagonismo inusitado en todos los terrenos,<br />
además d<strong>el</strong> reconocimiento a sus triunfos<br />
<strong>el</strong>ectorales en las regiones donde tiene fuerte<br />
presencia. De hecho, <strong>el</strong> PAN se ha<br />
transformado rápidamente en un partido de<br />
oposición leal, que lucha por sus intereses sin<br />
vulnerar al régimen ni al sistema político. Aún<br />
así, no son pocas las veces que candidatos y<br />
militantes d<strong>el</strong> PAN, con motivo de <strong>el</strong>ecciones<br />
locales, descalifican de antemano <strong>el</strong> proceso<br />
<strong>el</strong>ectoral, sembrando así la incertidumbre y la<br />
duda antes d<strong>el</strong> acto comicial.<br />
En realidad, lo que sucede es que la cultura de<br />
las élites políticas se encuentra permeada por<br />
<strong>el</strong> síndrome d<strong>el</strong> triunfo a toda costa; en otras<br />
palabras, que no se sabe perder en una liza<br />
política, vicio muy anterior a la practica<br />
<strong>el</strong>ectoral de los años inmediatamente<br />
posteriores a la etapa armada de la<br />
Revolución mexicana, pero recrudecido con<br />
porterioridad a <strong>el</strong>la. Aún así, y limitado por <strong>el</strong><br />
hecho de que tiene que contender con las<br />
opiniones de su vieja guardia, <strong>el</strong> PRI fue <strong>el</strong><br />
primero que ha reconocido una derrota en una<br />
<strong>el</strong>ección local mayor, la gubernatura de Baja<br />
California, en julio de 1989. En febrero de<br />
1993, tras una <strong>el</strong>ección apretada, <strong>el</strong> PAN<br />
reconoció <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong> PRI en las <strong>el</strong>ecciones<br />
para gobernador en Baja California Sur.<br />
Ambos hechos contribuyen sin duda a crear<br />
los cimientos de una nueva cultura de la<br />
competencia, pero es todavía insuficiente. Las<br />
reglas de juego <strong>el</strong>ectoral podrán reformarse<br />
hasta <strong>el</strong> infinito, incluso al grado de otorgar<br />
desde <strong>el</strong> Diario Oficial <strong>el</strong> triunfo ad<strong>el</strong>antado a<br />
un partido de oposición como parecen<br />
quererlo algunos, pero la cuestión<br />
democrática en <strong>México</strong> no quedará resu<strong>el</strong>ta en<br />
tanto no desaparezca <strong>el</strong> síndrome funesto.<br />
Tras pactos, negociaciones y retórica sobre la<br />
democratización de <strong>México</strong>, la prueba de<br />
fuego real, cuando sabremos si <strong>México</strong> llegará<br />
o no a esa democracia tan preconizada, será<br />
cuando <strong>el</strong> PRI gane a otro partido una<br />
gubernatura y la oposición conceda. Y esa<br />
prueba quizá llegue más pronto de lo que se<br />
cree.<br />
En tanto <strong>el</strong> político priísta se debate en contra<br />
de su cultura heredada de los tiempos d<strong>el</strong><br />
hegemonismo para tratar de acomodar su<br />
conducta y actitudes a las novedades de la<br />
negociación política y <strong>el</strong> pactismo, <strong>el</strong> ascenso<br />
político de la tecnocracia lo ha llevado a<br />
proponer la gobernabilidad como la nueva<br />
panacea de la estabilidad. El concepto se<br />
originó en la época en que las democracias<br />
occidentales aparecían abrumadas tanto por <strong>el</strong><br />
número de participantes como por las<br />
demandas que éstos les planteaban. El tema<br />
quedaba reducido a la idea de la sobrecarga<br />
en los sistemas políticos democráticos que,<br />
ante la incapacidad de los partidos para<br />
plantearse objetivos sociales viables y<br />
sensatos, llevaron a yuxtaponer <strong>el</strong> concepto<br />
de incapacidad en las respuestas con <strong>el</strong> de<br />
amenaza, y a acuñar <strong>el</strong> antónimo de la<br />
gobernabilidad, la ingobernabilidad. Como la<br />
ingobernabilidad es indeseable por principio,<br />
la receta que produjo <strong>el</strong> razonamiento se<br />
adecuó perfectamente a las implicaciones<br />
ideológicas d<strong>el</strong> neoliberalismo emergente: era<br />
aconsejable reducir los alcances de los<br />
procesos democráticos acortando la<br />
participación y acostumbrando a los cuerpos<br />
101
de intermediación social a presenta demandas<br />
posibles y tolerables. El primer ministro<br />
Margaret Thatcher fue la que llevó a extremos<br />
de exc<strong>el</strong>situd las políticas destinadas al logro<br />
de la gobernabilidad en <strong>el</strong> Reino Unido,<br />
desarticulando la fuerza y capacidad de los<br />
otros poderosos sindicatos británicos.<br />
En nuestro medio <strong>el</strong> binomio gobernabilidadingobernabilidad<br />
adquiere otra dimensión. Si<br />
en los países avanzados se dan crisis de<br />
gobernabilidad por exceso de la demanda<br />
social, en los países pobres pueden<br />
presentarse por la carencia de lo más<br />
<strong>el</strong>emental. Lo cual nos lleva de plano a otro<br />
terreno, ya que ampliación de la participación<br />
y articulación de demandas deben ser<br />
objetivos simultáneos y no excluyentes. Por lo<br />
pronto cualquier demanda social, provenga<br />
d<strong>el</strong> ámbito trabajador o de los marginados<br />
que sufren de pobreza extrema, es por<br />
principio, y salvo prueba evidente en<br />
contrario, justa y razonable. Pero para que<br />
formulación y satisfacción de demandas se<br />
logren a la vez que una adecuada<br />
participación social, se requiere un tipo<br />
distinto de intermediación social al conocido<br />
hasta ahora. Se precisa que las corporaciones<br />
existentes replanteen su pap<strong>el</strong> en una<br />
sociedad que avanza rápidamente por la vía<br />
d<strong>el</strong> pluralismo, pero que aún tiene grandes<br />
carencias. Y se necesita también de la<br />
formación de agrupaciones y asociaciones con<br />
arraigo geográfico en las comunidades,<br />
capaces de presionar y llevar ad<strong>el</strong>ante sus<br />
demandas.<br />
Entiéndase por intermediación tanto la<br />
política, a cargo de los partidos, como la social<br />
por cuenta de otras asociaciones distintas a<br />
los partidos, incluidas las corporaciones<br />
cupulares. En <strong>el</strong> terreno partidista, la gran<br />
paradoja es que en <strong>México</strong> nos encontramos<br />
empeñados en crear un sistema de partidos<br />
que dé sentido y dirección a la participación<br />
política, cuando su eficacia como formas<br />
institucionales de intermediación entre <strong>el</strong><br />
Estado y la sociedad se encuentra en<br />
entredicho en otras latitudes. Después de todo<br />
hay que tomar en cuenta que <strong>el</strong> partido<br />
político es una invención que data d<strong>el</strong> siglo<br />
XVIII que, no obstante las diversas variantes<br />
que ha tenido desde entonces, aumenta su<br />
incapacidad para asumir las demandas de una<br />
sociedad y procesarlas con eficacia. La gran<br />
102<br />
crisis ideológica, patente en la virtual<br />
desaparición d<strong>el</strong> socialismo real y la<br />
aceptación generalizada d<strong>el</strong> dominio d<strong>el</strong><br />
mercado, que ha provocado una profunda<br />
crisis de identidad a los partidos democráticos<br />
de izquierda, ha llevado al surgimiento de<br />
movimientos políticos y sociales de la más<br />
diversa naturaleza. La aparición de los nuevos<br />
movimientos sociales, empeñados en un solo<br />
objetivo, se corresponde al surgimiento, en<br />
países como <strong>México</strong>, de movimientos<br />
reivindicatorios motivados por la marginalidad<br />
urbana y rural. Éstos, sin embargo, no han<br />
alcanzado ni la extensión o influencia para que<br />
los partidos se vean en entredichos frente al<br />
Estado y la sociedad, lo cual representa una<br />
ventaja tanto para <strong>el</strong> sistema político, que<br />
puede seguir contando con la posibilidad de<br />
un sistema de partidos, como para los<br />
partidos mismos, que pueden echar mano de<br />
esos movimientos para reforzar sus filas.<br />
Pero la crítica más tupida se ha circunscrito a<br />
los aspectos políticos inmediatos de lo que ha<br />
dado por llamarse <strong>el</strong> corporativismo, es decir,<br />
los mecanismos cupulares de los sindicatos<br />
afiliados al PRI. El corporativismo oficial de<br />
corte tradicional ha sido enjuiciado desde <strong>el</strong><br />
punto de vista marxista (porque no resu<strong>el</strong>ve<br />
conflictos de clase) o de interés político<br />
partidista (porque su militancia priísta evita <strong>el</strong><br />
cambio democrático). Los primeros pretenden<br />
ignorar que en <strong>el</strong> pasado sirvió para<br />
acrecentar una conciencia de clase y los<br />
segundos que <strong>el</strong> pluralismo, como ya ha<br />
quedado demostrado en estudios sobre la<br />
intermediación de intereses en países<br />
industrializados, no liquida <strong>el</strong> corporativismo,<br />
sino que amplía sus posibilidades de<br />
articulación y de influencia. En <strong>México</strong><br />
prevalecen, sin embargo, los argumentos de<br />
interés político y tanto <strong>el</strong> PAN como <strong>el</strong> PRD<br />
han insistido tozudamente por la inclusión de<br />
disposiciones en las leyes <strong>el</strong>ectorales que<br />
prohíban <strong>el</strong> corporativismo en los partidos. Sin<br />
embargo, esos críticos han perdido de vista<br />
que en <strong>el</strong> tipo de sociedad hacia la que se<br />
encamina rápidamente <strong>el</strong> país requerirá más,<br />
no menos, intermediación, y que la de<br />
naturaleza corporativa será cada vez más<br />
necesaria. Considérense los pactos de<br />
solidaridad económica iniciados a fines d<strong>el</strong><br />
gobierno d<strong>el</strong> presidente De la Madrid. Tras <strong>el</strong><br />
derrumbe d<strong>el</strong> proyecto estatista, en <strong>el</strong> periodo<br />
de transición y ruptura, <strong>el</strong> antiguo tripartismo
diseñado para resolver las disputas obreropatronales<br />
se transformó mediante esos<br />
pactos en una forma de tomar acuerdos en<br />
beneficio de la sociedad y no sólo de los<br />
sectores involucrados en <strong>el</strong>los.<br />
El corporativismo cumplió un pap<strong>el</strong> cardinal en<br />
la democracia funcional y en la viabilidad d<strong>el</strong><br />
proyecto estatista. Hace ya tiempo que <strong>el</strong><br />
corporativismo ideado por Lázaro Cárdenas<br />
daba signos de agotamiento y parecía haber<br />
excedido los límites de su utilidad De darse en<br />
las nuevas circunstancias la democratización<br />
por todos tan deseada, y ante las perspectivas<br />
de la creciente pluralidad en la sociedad, las<br />
corporaciones podrán cumplir un pap<strong>el</strong> más<br />
social, menos político y jurisdiccional, que<br />
antes. Después de todo, la necesidad de<br />
instancias agregadoras de intereses no<br />
desaparece porque prevalezca más <strong>el</strong><br />
mercado y la sociedad que <strong>el</strong> Estado.<br />
Pero no cambian sólo las formas y los<br />
objetivos de la r<strong>el</strong>ación tripartita, sino que<br />
también han cambiado los actores. El estado,<br />
cada vez más reducido en sus dimensiones,<br />
accede a los imperativos de la globalización, la<br />
competitividad y la productividad, a la vez que<br />
contrae su vasta capacidad protectora a<br />
empresarios y a sindicatos. Por su parte, la<br />
absorción de nuevas tecnologías,<br />
imprescindibles para mantener la<br />
competitividad, afectan no sólo las decisiones<br />
d<strong>el</strong> empresario sino también <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />
sindicato. Los requerimientos de preparación<br />
técnica que requiere la introducción de las<br />
tecnologías de punta conducen<br />
invariablemente a la aparición de un<br />
trabajador más calificado, capaz de lidiar con<br />
la <strong>el</strong>ectrónica y los robots, y necesariamente<br />
con una actitud distinta frente a la<br />
agremiación y los intereses d<strong>el</strong> obrero-masa<br />
propios d<strong>el</strong> proceso de producción en serie.<br />
Productividad y tecnología se unen para<br />
alentar un tipo de r<strong>el</strong>ación y negociación<br />
obrero-patronal por empresa, lo que debilita<br />
la fortaleza negociadora típica de las cúpulas<br />
obreras. Aparece así un tipo de organización<br />
sindical distinto que es la Federación de<br />
Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios<br />
(Fesebes), que plantea un nuevo sindicalismo<br />
más democrático, plural y consciente de las<br />
necesidades impuestas por la productividad y<br />
la modernización. Es de esperarse que no sea<br />
<strong>el</strong> único intento en ese sentido.<br />
Las privatizaciones también han afectado al<br />
movimiento obrero tradicional; algunos de los<br />
sindicatos más importantes d<strong>el</strong> país al<br />
transitar d<strong>el</strong> sector público al privado, han<br />
tenido que soportar, no sin protestas, ajustes<br />
de personal y de prestaciones que reclamaba<br />
la viabilidad de esas empresas. Sin embargo,<br />
la actitud de estos sindicatos ha cambiado en<br />
virtud precisamente d<strong>el</strong> tránsito que afrontan<br />
en sus r<strong>el</strong>aciones obrero-patronales. Si antes,<br />
tratándose de paraestatales, obtenían<br />
concesiones por razones políticas, ahora esas<br />
negociaciones se ven sujetas al criterio de la<br />
productividad. Todo <strong>el</strong>lo ha afectado a los<br />
gremios oficialistas y a las disidencias<br />
sindicales por igual, contribuyendo de paso a<br />
borrar paulatinamente las diferencias (de<br />
origen político) que aún separan a ambas<br />
corrientes.<br />
El cambio de actitudes que traen consigo la<br />
competitividad y las nuevas tecnologías<br />
concierne no sólo a obreros y sindicatos,<br />
atañe también a los empresarios. Al igual que<br />
se ha complicado la administración pública, al<br />
grado de marcar <strong>el</strong> ascenso de las<br />
tecnocracias, la dirección de las empresas<br />
requiere cada vez más de personal calificado<br />
para administrarlas. Conocimientos de los<br />
mercados, d<strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> arte de las<br />
tecnologías e incluso de idiomas son ya<br />
requisitos indispensables para empresarios y<br />
ejecutivos. El hecho de que <strong>México</strong> se cuente<br />
entre los países con más altos salarios para<br />
los ejecutivos calificados es una muestra<br />
palpable de esa tendencia, además de<br />
síntoma de la escasez de ese tipo de personal.<br />
El peso que adquieren los conocimientos a<br />
niv<strong>el</strong> obrero y de dirección empresarial es un<br />
nuevo <strong>el</strong>emento que cambia las viejas<br />
concepciones de lucha de clases<br />
decimonónicas, para dar lugar a un principio<br />
de comunidad de intereses definidos por la<br />
viabilidad económica de la empresa.<br />
Todas estas circunstancias tendrán, como es<br />
de esperarse, un impacto decisivo en las<br />
formas y objetivos de las asociaciones<br />
cupulares empresariales. Las confederaciones<br />
de cámaras, organizadas por <strong>el</strong> Estado<br />
posrevolucionario para contar con<br />
interlocutores y medios de consulta en <strong>el</strong><br />
ámbito privado de la economía han perdido<br />
parte, no toda, de su utilidad al esfumarse <strong>el</strong><br />
proyecto estatista. Es concebible una rápida<br />
103
evolución hacia formas voluntarias, no<br />
obligatoria como en la actualidad, por ramas<br />
de industria concentradas más en <strong>el</strong> servicio a<br />
los agremiados en materia de mercados,<br />
tecnologías y prácticas de comercio desleales.<br />
Ni qué decir que la politización que acusaron<br />
algunas corporaciones, Coparmex y Consejo<br />
Coordinador Empresarial, por ejemplo,<br />
tenderá a diluirse con <strong>el</strong> tiempo en la medida<br />
que se impongan nuevas tendencias y<br />
realidades. Ello no quiere decir que las<br />
cúpulas empresariales abandonen la actividad<br />
política, significa que ésta cambiará de<br />
naturaleza. ¿Acaso no es ya evidente <strong>el</strong><br />
interés de algunas de <strong>el</strong>las por escuchar y<br />
analizar los programas de gobierno de los<br />
candidatos que contienden en las <strong>el</strong>ecciones<br />
nacionales y locales?<br />
¿Y <strong>el</strong> nuevo Estado? Domina en este momento<br />
la retórica triunfalista de los neoliberales, cuya<br />
ala más radical quisiera verlo reducido a su<br />
mínima expresión. Sin embargo, <strong>el</strong><br />
pragmatismo político se ha impuesto en la<br />
alta dirección d<strong>el</strong> país, para asentar la tesis de<br />
que <strong>el</strong> Estado se reduce para llevar a cabo sus<br />
objetivos sociales con mayor eficacia, no para<br />
declinarlos. Por lo pronto, son tres los<br />
terrenos en los cuales se antoja necesaria una<br />
intervención estatal de acuerdo con las<br />
nuevas circunstancias económicas por las que<br />
atraviesa <strong>el</strong> país. Estas son la rectoría<br />
económica, la desigualdad social y <strong>el</strong> estado<br />
de los conocimientos de la sociedad.<br />
La rectoría económica ha sufrido diversos<br />
grados de precisión, que empezaron en 1983<br />
con las reformas al Artículo 25 constitucional,<br />
para definir las competencias de los sectores<br />
público, privado y social, y que han culminado<br />
concentrando la actividad económica estatal<br />
en los terrenos prioritarios y estratégicos. En<br />
esta evolución, la planeación quedó de lado<br />
dada la naturaleza propia de la transición y<br />
porque tal y como estaba definida respondía<br />
más al proyecto estatista que a las nuevas<br />
circunstancias. Sin embargo, la planeación<br />
tendrá que regresar, quizá no con las<br />
pretensiones plenipotenciarias de antes, pero<br />
sí orientada a normar los criterios generales<br />
de la políticas industrial y social. Hay que<br />
tener presente, sin embargo, que la apertura<br />
económica al exterior, la adhesión al Gatt y la<br />
entrada en vigor d<strong>el</strong> Tratado de Libre<br />
Comercio, otorgan al Estado una nueva<br />
104<br />
función en los mecanismos previstos en esos<br />
instrumentos sobre la resolución de disputas<br />
comerciales, en los cuales aquél asume la<br />
representación de los intereses económicos<br />
nacionales.<br />
Sería ingenuo negar que la población no se vio<br />
afectada por los años de austeridad que<br />
marcaron la transición económica d<strong>el</strong> país.<br />
Son abundantes los estudios que comprueban<br />
la erosión de los salarios reales de los<br />
trabajadores a lo largo de 11 años, contados a<br />
partir de la última crisis. En 1991, <strong>el</strong> Consejo<br />
Consultivo d<strong>el</strong> Programa Nacional de<br />
Solidaridad reconocía 41 millones de personas<br />
que no logran satisfacer sus necesidades<br />
mínimas, de las cuales 17 millones viven en la<br />
pobreza extrema. Ese amplio grupo de<br />
mexicanos, poco más de la mitad de la<br />
población, constituye una deuda social que<br />
llevará años pagar adecuadamente. En este<br />
sentido, los programas sociales d<strong>el</strong> nuevo<br />
Estado apenas comienzan con las diversas<br />
variantes d<strong>el</strong> Programa Nacional de<br />
Solidaridad.<br />
La educación es con toda probabilidad <strong>el</strong><br />
aspecto más importante para darle contenido<br />
al nuevo mod<strong>el</strong>o económico. Con la<br />
descentralización educativa se cierra la etapa,<br />
iniciada en los años veinte por José<br />
Vasconc<strong>el</strong>os, orientada a expandir los<br />
servicios y proporcionar la educación básica a<br />
todos los demandantes. Pero <strong>el</strong> futuro de la<br />
competitividad mexicana se ubica en <strong>el</strong><br />
terreno de los conocimientos; sin <strong>el</strong>la<br />
inversiones y tecnologías no podrán fructificar<br />
o lo harán mediante la importación de<br />
recursos humanos calificados, lo cual<br />
resultaría desastroso políticamente. Por <strong>el</strong>lo,<br />
hoy por hoy, <strong>el</strong> meollo d<strong>el</strong> asunto se ubica en<br />
una doble cuestión. Por un lado, la necesidad<br />
de reformular planes y programas a fin de<br />
brindar <strong>el</strong> tipo de conocimientos en la<br />
educación escolarizada a todos sus niv<strong>el</strong>es<br />
que imponen la competitividad y la absorción<br />
de nuevas tecnologías. Y por otro, la tarea<br />
que tendrá que acometer de inicio <strong>el</strong> gobierno<br />
federal, la educación no escolarizada para una<br />
tercio de la población con educación<br />
incompleta. Pero no una educación<br />
extraescolar como complemento de la<br />
escolarizada, sino un sistema autónomo y<br />
completo que reconozca y parta de la idea de<br />
que se cuenta con un amplio capital humano
semipreparado, al cual hay que reconocerle<br />
los conocimientos prácticos adquiridos y<br />
construir sobre <strong>el</strong>los.<br />
Pero para enfrentar esas tareas, la reforma<br />
d<strong>el</strong> Estado es aún insuficiente. Hasta ahora,<br />
este tema se ha visto dominado por <strong>el</strong> triunfo<br />
de las tesis neoliberales que, en forma<br />
tangencial, suponen una innata ineficacia d<strong>el</strong><br />
Estado. Sin embargo, la reforma d<strong>el</strong> Estado no<br />
supones la desaparición de la gobernación,<br />
pues hay ámbitos que no puede asumir la<br />
iniciativa privada o bien algunos otros que <strong>el</strong><br />
Estado puede compartirlos con <strong>el</strong>la sin<br />
abandonarlos d<strong>el</strong> todo. La segunda reforma<br />
d<strong>el</strong> Estado habrá de consistir en dotarlo de las<br />
formas y medios, tipos de organización y<br />
procedimientos de acción, que lo hagan eficaz<br />
y competitivo en sus funciones. Los ámbitos<br />
concurrentes son, con todo, los que presentan<br />
los desafíos más interesantes. Seguridad<br />
social, educación, comunicaciones y tantos<br />
otros son terrenos en los cuales <strong>el</strong> Estado<br />
tiene que desarrollar sus propias capacidades<br />
para la competencia en <strong>el</strong> mercado. Pero<br />
estas capacidades no podrán desarrollarse si<br />
las antiguas paraestatales –necesarias para<br />
atender lo estratéfico y prioritario- y las<br />
nuevas empresas paraestatales que sea<br />
necesario crear en los ámbitos concurrentes,<br />
continúan sujetas a estrechas normas<br />
dictadas por burocracias centrales que poco o<br />
nada saben de competencia y de mercados.<br />
Estado reducido no quiere decir Estado<br />
marginado, sino más eficaz. Ese sin duda es<br />
otros de los rasgos distintivos d<strong>el</strong> tercer<br />
Estado mexicano. A la mano invisible, a las<br />
ciegas fuerzas d<strong>el</strong> mercado, no compete<br />
resolver todo en una sociedad. En esa medida,<br />
tenemos Estado para rato.<br />
XV. LAS ALTERNATIVAS DE LA<br />
DEMOCRACIA<br />
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA<br />
La reforma política no sólo obedece a un afán<br />
de “legitimación”, como su<strong>el</strong>e afirmarse en<br />
lenguaje weberiano. . Es también: a) un<br />
proyecto de los grupos liberales y progresistas<br />
d<strong>el</strong> gobierno por alejar <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de una<br />
ruptura d<strong>el</strong> régimen constitucional; b) un<br />
proyecto de “válvula de escape” o canalización<br />
de presiones a través de los partidos políticos;<br />
c) un proyecto que busca impedir que las<br />
luchas democráticas y revolucionarias se<br />
libren fuera de los partidos (con la reforma<br />
política se intenta impedir la “contaminación”,<br />
en particular de los centros de trabajo); d) un<br />
proyecto que busca que la carrera política<br />
gubernamental se pueda hacer también a<br />
través de los partidos de oposición, y no sólo<br />
a través d<strong>el</strong> partido oficial(con un límite, si no<br />
hay “transformismo”: ser diputado federal), e)<br />
un proyecto que busca efectos secundarios en<br />
<strong>el</strong> PRI y en los demás aparatos<br />
gubernamentales de masas, que habrán de<br />
reformarse y democratizarse tratando de ser<br />
más eficaces en su competencia con la<br />
oposición (al hacerlo presionarán, desde <strong>el</strong><br />
gobierno, por políticas económicas y sociales<br />
de interés más general, de modo que la<br />
democracia política y parlamentaria<br />
constituirá una mayor fuerza –de equilibrio-<br />
frente al capital monopólico y los grupos más<br />
reaccionarios); f) un proyecto de “tregua”<br />
hasta que venga <strong>el</strong> “auge petrolero”, cuando<br />
con un mínimo de reformas nodesestabilizadoras<br />
sea posible satisfacer un<br />
mayor número de demandas sociales y<br />
personales (se espera <strong>el</strong> auge petrolero para<br />
mediados de 1979, precisamente cuando se<br />
hará efectivo <strong>el</strong> nuevo sistema con las<br />
<strong>el</strong>ecciones de diputados federales); g) un<br />
proyecto –quiérase o no- que tiende a separar<br />
a las capas medias de los trabajadores, y a los<br />
partidos de los trabajadores de las bases<br />
obreras y campesinas partidarias y no<br />
partidarias(se espera –en la órbita d<strong>el</strong><br />
“realismo político”- que los líderes de los<br />
partidos de izquierda renueven su movilidad<br />
política y social, y su autoritarismo partidiario,<br />
apartándose en distintas formas de las bases<br />
trabajadoras que integran a cada partido:<br />
manipulándolas, mediatizándolas,<br />
olvidándolas; se espera que los ciudadanos de<br />
partido se desentiendan de los ciudadanos sin<br />
partido, o los encuadren en partidos<br />
mediatizados; que por lógica personal y<br />
política acepten las reglas de una “democracia<br />
limitada”; que no amplíen la democracia en<br />
forma p<strong>el</strong>igrosa para su propia carrera y para<br />
<strong>el</strong> propio sistema político y social previsto por<br />
la “clase política”, a la vez un poco más<br />
amplio y cuidadosamente restringido,<br />
limitado).<br />
Frente al proyecto de democratización d<strong>el</strong><br />
gobierno se encuentran los de los partidos de<br />
oposición: Éstos sólo presentan diferencias<br />
105
sustanciales –de calse- en los partidos de<br />
izquierda (PCM, PMT, PPM, PPS, PRT, PST,<br />
ETC.). Con variables contradicciones.<br />
Los partidos de izquierda son aqu<strong>el</strong>los que<br />
piensan por y para los trabajadores y que<br />
buscan pensar con los trabajadores, piensan<br />
por <strong>el</strong>los y con <strong>el</strong>los en un proyecto socialista<br />
en que aún no han pensado todos los<br />
trabajadores. Piensan para <strong>el</strong>los –para la clase<br />
obrera- a partir de la situación objetiva de<br />
ésta (en este país, en ente momento, con esta<br />
corr<strong>el</strong>ación de fuerzas nacional e<br />
internacional) y de su dialéctica, de su posible<br />
desarrollo en <strong>el</strong> curso de la crisis.<br />
En <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> ¿qué hacer’ de la clase<br />
obrera y sus aliados nacionales e<br />
internacionales los partidos y organizaciones<br />
de izquierda conciben o realizan sólo una<br />
parte de la inmensa tarea. Y en su “por”,<br />
“para”. “con” la clase obrera encuentran todas<br />
las posibilidades de la realidad y la retórica,<br />
base de debates y luchas internas. En la<br />
práctica política y revolucionaria, los partidos,<br />
organizaciones y coaliciones de izquierda van<br />
demostrando quiénes piensan más para la<br />
clase obrera, por medio de <strong>el</strong>la y con <strong>el</strong>la:<br />
para una política nacional e internacional que<br />
establezca su hegemonía con <strong>el</strong> apoyo de<br />
campesinos y clases medias. Son de izquierda<br />
efectivamente cuando representan los<br />
intereses inmediatos de los trabajadores –<br />
manuales e int<strong>el</strong>ectuales- y los intereses<br />
históricos de una sociedad hegemónica de<br />
trabajadores.<br />
Así entendida, así definida objetivamente la<br />
izquierda real, cabe señalar varias tesis<br />
significativas que le sirven para dar contenido<br />
a la actual etapa de la lucha de clases y de la<br />
lucha popular y nacional en <strong>México</strong>, en<br />
particular por lo que se refiere a la reforma<br />
política y la democratización.<br />
Una primera tesis parte d<strong>el</strong> supuesto<br />
comprobando de que sólo <strong>el</strong> socialismo en<br />
<strong>México</strong> y en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> resolverán los grandes<br />
problemas d<strong>el</strong> país y d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>: un<br />
socialismo realmente democrático, que supere<br />
todo autoritarismo de las burocracias de<br />
partido, civiles o militares.<br />
Una segunda tesis sostiene que en la<br />
corr<strong>el</strong>ación de fuerzas actual (y para cambiar<br />
106<br />
esa corr<strong>el</strong>ación de fuerzas a favor de la lucha<br />
por <strong>el</strong> socialismo) es necesario: a) aceptar y<br />
profundizar la reforma política y la lucha<br />
democrática; b) pugnar contra las fractciones<br />
más reaccionarias de la burguesía(fascistas,<br />
neofascistas) y contra sus políticas<br />
económicas y sociales más represivas (Fondo<br />
Monetario Internacional, Hirschman,<br />
Coordinadora Patronal et alia), c) pugnar por<br />
una política de acumulación de fuerzas que<br />
preserve la autonomía ideológica y política de<br />
la clase obrara, convierta a los partidos de la<br />
clase obrera y a la coalición de partidos de<br />
izquierda en partidos de masas y en<br />
coaliciones de masas, capaces de construir<br />
una política de masas. Así se plantea en<br />
<strong>México</strong> –por la inmensa mayoría de la<br />
izquierda organizada en forma de partidos- la<br />
lucha de nuestro tiempo entre dos sistemas<br />
sociales, la que define cualquier acción<br />
democrática para saber si efectivamente lo es,<br />
para saber si tolera librar la única lucha real,<br />
de fondo –in<strong>el</strong>udible, por ese u otros medios-,<br />
característica de la historia que vivimos.<br />
Los avances de la izquierda mexicana<br />
organizada y partidaria son todavía precarios<br />
aunque innegables. Superan una larga etapa<br />
de crisis que abarcó casi un tercio de siglo.<br />
Entre los avances de la izquierda organizada<br />
en partidos destacan: a) su claridad sobre la<br />
autonomía ideológica de clase y sobre la<br />
autonomía de sus organizaciones de clase,<br />
ambas irrenunciables, no negociables ni<br />
sujetas a concesión alguna; b) su claridad<br />
sobre la necesidad estratégica de establecer<br />
coaliciones de izquierda, empezando por<br />
acciones unitarias en torno a puntos<br />
concretos; c) su claridad sobre la necesidad<br />
de apoyar con firmeza a los grupos<br />
antifascistas y las medidas democráticas y<br />
nacionalistas de las fracciones de las clases<br />
gobernantes más avanzadas; d) su claridad<br />
sobre la necesidad de una lucha política y<br />
sobre la conveniencia actual de rechazar,<br />
como política propia, la lucha espontánea<br />
ilegal y violenta o la organización de una lucha<br />
ilegal y violenta. La lucha ilegal y violenta<br />
puede darse en <strong>el</strong> futuro, en proporciones<br />
nacionales o continentales, como se da hoy<br />
ahí donde la imponen los grupos más<br />
reaccionarios de la burguesía, pero los<br />
partidos de izquierda buscan hoy imponer la<br />
lucha legal y pugnan por imponerla con una<br />
política de masas –así ésta sea incipiente-
frente a las acciones espontáneas y los<br />
provocadores. En todo caso los partidos de<br />
izquierda no preparan una política de<br />
violendica revolucionaria. Y no saben si van a<br />
ser sus cuadros quienes la preparen cuando<br />
se cierren todos los caminos pacíficos, legales<br />
y políticos que están empeñados en imponer,<br />
como responsabilidad actual y potencial.<br />
Juegan esta carta completa, con la conciencia<br />
de que serán las masas y las organizaciones<br />
de masas quienes decidan su propio camino,<br />
prefiriendo siempre <strong>el</strong> pacífico y legal,<br />
buscando triunfar por todos los medios ante<br />
las medidas violentas e ilegales que intenten<br />
detenerlas.<br />
En todos estos avances cuenta la historia<br />
reciente de América Latina, la revolución<br />
perdida de los años sesenta y principios de los<br />
setenta, la difusión de las tesis sobre la lucha<br />
revolucionaria en los países de capitalismo<br />
avanzado, <strong>el</strong> propio cálculo y experiencia de la<br />
corr<strong>el</strong>ación de fuerzas mundial y nacional y de<br />
las mejores formas para que ésta sea cada<br />
vez mas favorable a la clase trabajadora y una<br />
nueva forma de emplear <strong>el</strong> acerbo científico<br />
d<strong>el</strong> pensamiento socialista –desde Marx hasta<br />
Fid<strong>el</strong> Castro, pasando por Lenin y Gramsci-<br />
para pensar los problemas concretos en una<br />
situación como la que vive <strong>México</strong> hoy. El<br />
“int<strong>el</strong>ectual colectivo” de la izquierda<br />
mexicana ha aclarado muchos problemas que<br />
le permiten lanzarse a la lucha política,<br />
ahorrando p<strong>el</strong>igros y errores d<strong>el</strong> pasado, en<br />
materia de sectarismo o de oportunismo, de<br />
espontaneísmo o de reformismo, de temores<br />
que apartan y aíslan o de entusiasmo que<br />
confunde clases, olvida la fuerza y hegemonía<br />
d<strong>el</strong> Estado y tergiversa una política de<br />
reformas con la filosofía de la historia<br />
puramente evolutiva.<br />
Las limitaciones de la izquierda son de varios<br />
tipos, algunas por conciencia imprecisa y otras<br />
porque la claridad de la conciencia es<br />
insuficiente para determinar líneas de acción<br />
practicables y constantes. Entre esas<br />
limitaciones sobresalen en torno a la reforma<br />
política y a las luchas que se avecinan: a) las<br />
que tienden a dar prioridad excluyente a la<br />
lucha <strong>el</strong>ectoral y partidaria en menoscabo de<br />
la lucha sindical; b) las que se proponen una<br />
política <strong>el</strong>ectoral sin pensar en una política de<br />
poder (la lucha contra <strong>el</strong> partido oficial es una<br />
lucha contra <strong>el</strong> partido d<strong>el</strong> Estado, es una<br />
lucha en que se plantea la cuestión d<strong>el</strong><br />
poder); c9 las que restringen su acción y<br />
reflexión al <strong>México</strong> “legal” o político, sin<br />
acciones ni proyectos de acción –en <strong>el</strong> espacio<br />
y <strong>el</strong> tiempo- para la politización, ampliación de<br />
derechos reales y organización d<strong>el</strong><br />
proletariado superexplotado y de los amplios<br />
grupos marginados o sin precauciones para<br />
proteger las acciones legales frente a acciones<br />
“gangsteriles”, o la lucha en la clandestinidad<br />
frente a nuevas persecuciones ilegales o<br />
“seudolegales”; d) las que se constriñen a la<br />
<strong>el</strong>aboración de plataformas <strong>el</strong>ectorales sin<br />
pensar en programas de gobierno y en la<br />
responsabilidad de gobierno de la propia<br />
oposición, como poder emergente que busca<br />
su preservación y ampliación; e) las que se<br />
reducen a luchar por una reforma política<br />
pensando que ésa es la única manera de no<br />
ser reformista; f) las que no replantean <strong>el</strong><br />
concepto d<strong>el</strong> partido (o <strong>el</strong> de los partidos), <strong>el</strong><br />
sindicato, la coalición de izquierda y <strong>el</strong> frente<br />
democrático; esto es, las que no hacen motivo<br />
central de reflexión la r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> partido y <strong>el</strong><br />
sindicato, d<strong>el</strong> partido y las masas reales, de<br />
los partidos de izquierda entre sí, de los<br />
partidos de izquierda y las fuerzas<br />
antifascistas liberales o neoliberebles; g) las<br />
que no dan a la etapa de acumulación de<br />
fuerzas un claro sentido de educación política<br />
d<strong>el</strong> proletariado y de los sectores populares,<br />
sobre la base de un esclarecimiento teórico<br />
exacto y una lucha ideológica creciente en sus<br />
alcances e implacable en su veracidad y<br />
sutileza, en su claridad y capacidad de acción;<br />
h) las que no preparan a los cuadros y bases<br />
para <strong>el</strong> caso de un fracaso d<strong>el</strong> proyecto<br />
democrático.<br />
Las alternativas de la democracia son distintas<br />
para las fuerzas liberales, sean éstas o no d<strong>el</strong><br />
gobierno, y para las fuerzas de la izquierda.<br />
Son coincidentes como proyecto antifascista,<br />
como lucha contra <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de una ruptura<br />
golpista d<strong>el</strong> orden constitucional. Son distintas<br />
como proyecto histórico, con las liberales<br />
representando un proyecto histórico d<strong>el</strong><br />
pasado y las socialistas d<strong>el</strong> futuro.<br />
La alternativa democrática para la izquierda<br />
supones necesariamente: 1)la lucha por la<br />
democracia sindical, y la libertad cívica e<br />
ideológica fabril, dentro de un amplio contexto<br />
de : 2) la lucha por <strong>el</strong> poder, esto es, por una<br />
política de masas, incluidas las masas<br />
107
marginadas; 3) o dicho de otro modo, la<br />
alternativa democrática para la izquierda<br />
supone una política de expansión de partidos<br />
(r<strong>el</strong>ativamente pequeños9 que apoyan y se<br />
apoyan en las organizaciones de resistencia<br />
popular en lucha: a) por una democratización<br />
sindical; b) por una democratización de las<br />
organizaciones campesinas; c) por una<br />
democratización de las colonias proletarias; d)<br />
por una democratización de los ejidos; e) por<br />
una democratización de los municipios y<br />
gobiernos locales, incluidos los pueblos de<br />
indios; f) por una democratización de las<br />
universidades; g) por una democratización de<br />
la prensa, la radio, y la t<strong>el</strong>evisión (todo <strong>el</strong>lo<br />
para coordinar núcleos constitucionales y<br />
emergentes de poder y gobierno realmente<br />
popular, que surgen constantemente en<br />
movimientos espontáneos, capaces de<br />
organizarse y capaces d<strong>el</strong> ejercicio<br />
gubernamental y de funciones<br />
administrativas; una política de coordinación y<br />
apoyo a este movimiento permite la práctica,<br />
la educación y concientización de las masas<br />
como parte de la política de poder y<br />
acumulación de fuerzas de partidos políticos<br />
que luchan en una sociedad dependiente con<br />
desarrollo desigual extremo –legal y político-;<br />
4) esa lucha de poder popular no puede ser<br />
espontánea ni desarticulada; implica la<br />
articulación y organización de las fuerzas<br />
espontáneas en los distintos distritos<br />
<strong>el</strong>ectorales, sindicatos, centros de producción<br />
agrícola, municipios y barrios, universidades,<br />
centros de comunicación de masas con ; 5)<br />
asociaciones de defensa de los derechos<br />
humanos y sociales, que luchen por<br />
problemas muy específicos en cada lugar de la<br />
producción, la vivienda, los servicios, tratando<br />
de recubrir para las <strong>el</strong>ecciones <strong>el</strong> máximo de<br />
distritos estratégicos y para <strong>el</strong> poder las<br />
unidades claves de la democratización (la<br />
lucha de los partidos por la democratización<br />
se da al mismo tiempo que la de los obreros<br />
por la organización sindical, democrática, y<br />
que la de los campesinos, indios, colonos por<br />
un gobierno –local y sectorial- propio; o la<br />
lucha de los partidos por <strong>el</strong> poder comprende<br />
y capta esas luchas, para dirigirlas, o es<br />
extremadamente superficial y poco<br />
significativa); 6) la democratización como<br />
fenómeno a la vez político, económico y social<br />
plantea problemas locales, nacionales e<br />
internacionales (supone un programa de<br />
gobierno, de reformas que aseguren las bases<br />
108<br />
sociales de la movilización social y una<br />
educación ideológica profunda y amplia).<br />
Ese programa no sea necesariamente<br />
reformista. Tiene que asumir como política d<strong>el</strong><br />
proletariado en <strong>el</strong> momento actual un plans de<br />
reformas que garantice <strong>el</strong> avance nacional y<br />
popular dentro de un largo y complejo proceso<br />
revolucionario, en que las organizaciones<br />
obreras con <strong>el</strong> apoyo de las demás fuerzas<br />
trabajadoras y populares son las únicas que<br />
pueden asumir y realizar, implantar con éxito,<br />
una política con sentido social, nacional, de<br />
desarrollo y justicia social. Si esas fuerzas hoy<br />
han llegado a la conclusión teórica y práctica<br />
de quye en la etapa actual d<strong>el</strong> proceso<br />
revolucionario las luchas democráticas son<br />
esenciales, esas mismas fuerzas se plantean<br />
<strong>el</strong> problema de asegurar las bases sociales y<br />
nacionales de la lucha democrática como un<br />
problema de gobierno y poder. Desde ese<br />
punto de vista los partidos y organizaciones<br />
existan núcleos de expertos de los<br />
trabajadores que señalen los caminos<br />
directivos por sectores y regiones, en r<strong>el</strong>ación<br />
con las bases y con la dirección política y<br />
revolucionaria (por ejemplo, en <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong><br />
INEN o d<strong>el</strong> petróleo, ¿cuáles son las políticas<br />
concretas de una izquierda dispuesta a apoyar<br />
a los sectores progresistas d<strong>el</strong> gobierno y la<br />
burguesía, para una política de defensa de los<br />
recursos naturales, democrática y<br />
antifascista?)<br />
Los int<strong>el</strong>ectuales de izquierda –en partidos y<br />
universidades- tienen que rebasar <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de<br />
la crítica sin alternativa; en <strong>el</strong> fondo<br />
catastrófica, escéptica y conformista. Tienen<br />
que plantear alternativas concretas de lucha<br />
política y de lucha por <strong>el</strong> poder en que no sólo<br />
hablen como espectadores sino como actores<br />
y en que luchen por conocer las estructuras<br />
d<strong>el</strong> país y las políticas de transformación con<br />
la concreción y detalle de las clases<br />
dirigentes: pero al servicio de una clase<br />
obrera que tenga como aliados naturales a los<br />
campesinos y la clase media. Las<br />
universidades democráticas deben tener éxito<br />
en alcanzar <strong>el</strong> máximo rigor en la<br />
investigación científica y socialista.<br />
Los partidos de izquierda, los sindicatos<br />
democráticos, las coaliciones populares, <strong>el</strong><br />
movimiento revolucionario no pueden dejar de<br />
plantearse a la vez –y en forma dinámica,
dialéctica- <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> plan de gobierno<br />
dentro d<strong>el</strong> sistema existente, incluidas las<br />
reformas de estructura necesarias y posibles,<br />
y la educación ideológica de los trabajadores y<br />
con los trabajadores sobre la base de una<br />
profunda claridad teórica acerca d<strong>el</strong> proceso<br />
revolucionario actual y <strong>contemporáneo</strong>, a la<br />
vez democrático y socialista.<br />
El difícil reto implica una tarea múltiple de<br />
política y poder, práctica y teórica, con<br />
profundas y puntuales reflexiones y acciones:<br />
a) sobre partido, sindicato, coalizaión y<br />
movimiento; b) en distintos contextos, en<br />
condiciones concretas de lucha que varían de<br />
un estado a otro de la República,<br />
particularmente por lo que se refiere a las<br />
poblaciones marginadas, c) con una visión<br />
nacional e internacional de la lucha de<br />
liberación or la democracia y <strong>el</strong> socialismo,<br />
incluidos los problemas de la lucha entre<br />
países y fuerzas socialistas; d) con un<br />
conocimiento y atención mayores a la lucha<br />
en <strong>el</strong> interior de Estados Unidos y América<br />
Latina; e) con una profundización simultánea<br />
de la política de clase y la política de poder,<br />
de la obrera y la popular, de la obrera y la<br />
nacional, de la de los trabajadores y la<br />
antimperialista. En que la clase obrera no sólo<br />
se plantee sus problemas sino los de los<br />
demás, y en que la clase media, los<br />
campesinos y los indios se plantean la<br />
solución a sus problemas en alianza con <strong>el</strong><br />
proletariado industrial democrático,<br />
anticolonialista, antimperialista y socialista.<br />
La alternativa democrática es un paso posible<br />
y necesario en la historia revolucionaria de los<br />
trabajadores y d<strong>el</strong> pueblo de <strong>México</strong>. La<br />
inmensa mayoría de sus organizaciones ha<br />
llegado a tal conclusión. Ésta se vu<strong>el</strong>ve hoy la<br />
teoría y la realidad de cualquier hombre<br />
progresista y revolucionario. La reforma<br />
política (y la lucha política) no es “sólo una<br />
trampa de la burguesía” como temen algunos<br />
grupos de izquierda; es también la posibilidad<br />
de abrir un campo de lucha ideológica y<br />
revolucionaria, intentando ampliar y<br />
consolidar los espacios políticos de los<br />
trabajadores, las clases medias y <strong>el</strong> país. Por<br />
la reforma y la lucha política van a aliarse<br />
necesariamente los partidos de izquierda, y<br />
algunas fuerzas liberales y reformistas d<strong>el</strong><br />
gobierno, en acciones concretas que no<br />
implicarán claudicación en tanto sirvan para<br />
ampliar y asegurar <strong>el</strong> espacio político y legal<br />
de las luchas populares encabezadas por la<br />
clase obrera. Si su proyecto es destruido por<br />
<strong>el</strong> imperialismo norteamericano y por los<br />
gruos más reaccionarios de la burguesía<br />
monopólica, la dirección política e ideológica<br />
d<strong>el</strong> proyecto se desplazará y rehará las<br />
fuentes de poder d<strong>el</strong> pueblo. En todo caso, de<br />
la fuerza obrera potencial y real y d<strong>el</strong> apoyo<br />
que reciba de campesinos, estudiantes,<br />
int<strong>el</strong>ectuales, clases medias dependerá<br />
cualquier política prograsista o revolucionaria<br />
de <strong>México</strong>. Y esa fuerza sólo aumentará si la<br />
democratización no nada más es <strong>el</strong>ectoral sino<br />
sindical, y si obedece simultáneamente a una<br />
lógica política y aun lógica de poder, a una<br />
lógica de clase y auna lógica nacional.<br />
4. LAS RECIENTES REFORMAS<br />
ELECTORALES EN MÉXICO;<br />
PERSPECTIVAS PARA UNA DEMOCRACIA<br />
PLURIPARTIDISTA REAL<br />
JORGE ALCOCER V.<br />
A partir de 1978. <strong>México</strong> ha llevado a cabo<br />
cuatro reformas sustantivas en sus sistemas<br />
político y <strong>el</strong>ectoral, En la medida en que se<br />
acercaban las <strong>el</strong>ecciones de agosto de 1994,<br />
se ponía en marcha una quinta reforma, de<br />
modo que la nación tuvo, en ese momento,<br />
una plétora de leyes, instituciones,<br />
procedimientos, sanciones y tecnologías –<br />
muchas de <strong>el</strong>las de reciente factura y varias<br />
con sólo unos meses de antigüedad-<br />
diseñadas para equilibrar <strong>el</strong> terreno <strong>el</strong>ectoral<br />
entre <strong>el</strong> partido gobernante, <strong>el</strong> Revolucionario<br />
Institucional (PRI), y los demás partidos con<br />
registro oficial, con <strong>el</strong> fin de evitar <strong>el</strong> bochorno<br />
que siguió a la manipulación gubernamental<br />
de resultados en <strong>el</strong>ecciones anteriores.<br />
Si bien en <strong>el</strong> pasado <strong>México</strong> tenía un sistema<br />
pluripartidista sólo en teoría, <strong>el</strong> panorama<br />
actual ofrece las condiciones para llevar a<br />
cabo una competencia política más vigorosa.<br />
En este capítulo se hace una reseña básica de<br />
las reformas <strong>el</strong>ectorales durante <strong>el</strong> periodo de<br />
1978 a 1994. También se ofrecerán algunas<br />
perspectivas sobre la necesidad de establecer<br />
un nexo –hasta la fecha inexistente- entre<br />
partidos políticos influyentes y en plena<br />
capacidad de funciones y un poder legislativo<br />
eficaz. Argumentaré que los comicios de 1994<br />
109
son más que una prueba para las reformas<br />
<strong>el</strong>ectorales en sí, prometen ser la coyuntura<br />
crítica tras la cual tanto <strong>el</strong> Congreso de la<br />
Unión como los partidos deben entrar en una<br />
sexta etapa de reforma interna si es que <strong>el</strong><br />
país realmente va a llegar a ser sea algo más<br />
que una mera democracia “esotérica”.<br />
La ley, reglas y procedimientos que regían la<br />
política <strong>el</strong>ectoral de <strong>México</strong> cambiaron muy<br />
poco entre 1946 –cuando <strong>el</strong> sistema<br />
descentralizado d<strong>el</strong> país se federalizaó al<br />
crearse la Comisión Federal Electoral- y 1978,<br />
años en que <strong>el</strong> gobierno registró oficialmente<br />
a tres nuevos partidos minoritarios. La<br />
promulgación en 1986 d<strong>el</strong> nuevo Código<br />
Federal Electoral mantuvo la bolita en <strong>el</strong> aire,<br />
pero los tres estadios históricos de la reforma<br />
110<br />
instituida durante <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente<br />
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994),<br />
parecían señalar que <strong>el</strong> viejo sistema de<br />
estado que por décadas había controlado las<br />
<strong>el</strong>ecciones, los actores <strong>el</strong>ectorales y los<br />
resultados había llegado a su fin. De hecho,<br />
los últimos tres sexenios –los de López Portillo<br />
(1976-1982), De la Madrid (1982-1988) y<br />
Salinas- tuvieron que apoyarse en la evidencia<br />
constante de intentos de reforma como una<br />
válvula de escape para canalizar la creciente<br />
presión pública sobre <strong>el</strong> sistema <strong>el</strong>ectoral. Las<br />
reformas mencionadas en <strong>el</strong> cuadro 4.1<br />
constatan la fluidez d<strong>el</strong> sistema durante estos<br />
años, pero en especial durante <strong>el</strong> sexenio de<br />
Salinas.
En diciembre de 1988, unos días despuñes de<br />
que Salinas tomara posesión como presidente,<br />
solicitó al secretario de Gobernación,<br />
Fernando Gutiérrez Barrios, que convocara a<br />
una reunión con los líderes de los partidos<br />
políticos para discutir los términos de una<br />
nueva legislación <strong>el</strong>ectoral. L a convocatoria<br />
era un resultado inevitable de la encarnizada<br />
controversia pública sobre la veracidad de los<br />
resultados de las <strong>el</strong>ecciones federales<br />
anunciados en julio de ese mismo años. Las<br />
múltiples acusaciones de fraude –con<br />
demasiadas evidencias – eran prueba<br />
suficiente para la población de que los<br />
resultados “oficiales”, favorables al PRI en una<br />
<strong>el</strong>ección muy reñida, se habían adulterado.<br />
Sin embargo, la oposición no tuvo evidencia<br />
suficiente para demostrar la victoria de ningún<br />
otro candidato, especialmente la d<strong>el</strong> desidente<br />
priista, Cuauhtémoc Cárdenas. Pero sí logró<br />
mostrar que los votos para <strong>el</strong> candidato d<strong>el</strong><br />
PRI se habían inflado de manera fraudulenta.<br />
Salinas tomó posesión en medio de un<br />
enorme cuestionamiento cívico, desafío que<br />
ningún presidente en <strong>México</strong> había enfrentado<br />
111
durante los sesenta años de vida d<strong>el</strong> partido<br />
oficial.<br />
En su discurso de toma de posesión, Salinas<br />
declaró:<br />
Ante esta nueva realidad, mi gobierno será de<br />
apertura en nuestra vida democrática. Para<br />
<strong>el</strong>lo propongo un nuevo acuerdo político, que<br />
fortalezca nuestra unidad y dé cabida a<br />
nuestras diferencias. Tiene que ser un<br />
acuerdo que perfeccione los procedimientos<br />
<strong>el</strong>ectorales, actualice <strong>el</strong> régimen de partidos y<br />
modernice las prácticas de los actores<br />
políticos, comenzando por <strong>el</strong> propio gobierno.<br />
Con base en este compromiso, las pláticas<br />
entre los partidos políticos y <strong>el</strong> gobierno se<br />
iniciaron en enero de 1989, con <strong>el</strong> fin de<br />
reformar <strong>el</strong> sistema <strong>el</strong>ectoral mexicano. Las<br />
negociaciones continuaron durante más de un<br />
año; se organizaron dos foros nacionales de<br />
consulta a expertos, en los cuales los<br />
comisionados especiales de todos los partidos<br />
políticos invirtieron muchas horas. En abril de<br />
1990, finalmente, <strong>el</strong> Congreso de la Unión<br />
aprobó una enmienda al artículo 41 de la<br />
Constitución de 1917 que sentó las bases para<br />
<strong>el</strong> nuevo Código Federal de Instituciones y<br />
Procedimientos Electorales (Cofipe), <strong>el</strong> que, a<br />
su vez, fue aprobado por ambas cámaras en<br />
julio de 1990.<br />
La primera reforma <strong>el</strong>ectoral d<strong>el</strong> sexenio de<br />
Salinas se enfrentó con la oposición d<strong>el</strong><br />
Partido de la Revolución Democrática (PRD),<br />
formando en 1989 y que aglutinó a la mayoría<br />
de las fuerzas independientes que apoyaron la<br />
candidatura de Cárdenas en 1988. Los<br />
legisladores d<strong>el</strong> PRD votaron en contra de la<br />
enmienda constitucional y d<strong>el</strong> Cifipe.<br />
Sin embargo, no debe cuestionarse la<br />
trascendencia de la reforma ya que dio origen<br />
a los cambios más importantes logrados en <strong>el</strong><br />
sistema <strong>el</strong>ectoral desde 1946. Se abandonó <strong>el</strong><br />
antiguo sistema de control directo d<strong>el</strong><br />
gobierno en <strong>el</strong> proceso <strong>el</strong>ectoral ejercido por<br />
<strong>el</strong> poder ejecutivo mediante la Secretaría de<br />
Gobernación. A partir de ese momento, las<br />
<strong>el</strong>ecciones se definían como una función d<strong>el</strong><br />
estado a cargo d<strong>el</strong> Instituto Federal Electoral<br />
(IFE), entidad <strong>el</strong>ectoral autónoma con<br />
patrimonio y personalidad jurídica propias en<br />
la que participaban los poderes ejecutivo y<br />
112<br />
legislativo, los partidos políticos y la<br />
ciudadanía. El pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> IFE sería supervisar<br />
las <strong>el</strong>ecciones federales (como lo harían las<br />
d<strong>el</strong>egaciones estatales y subd<strong>el</strong>egaciones de<br />
las diversas entidades federativas y<br />
localidades) y al Tribunal Federal Electoral –<br />
integrado por representantes de todos los<br />
partidos- en su trabajo de conciliador de<br />
disputas <strong>el</strong>ectorales.<br />
Con <strong>el</strong> IFE, <strong>el</strong> nuevo código estructuró un<br />
cuerpo permanente de funcionarios públicos<br />
encargados de llevar a cabo las actividades<br />
<strong>el</strong>ectorales bajo los principios explícitos de<br />
certeza, legalidad, imparcialidad, objetividad y<br />
profesionalismo. El código se diseño para<br />
<strong>el</strong>iminar las fuentes principales de la<br />
controversia de 1988, y estableció un<br />
complejo sistema de supervisión y equilibrio<br />
que impedía que algún partido, una alianza<br />
formal o informal de partidos, o <strong>el</strong> gobierno<br />
mismo, controlara la máxima instancia<br />
<strong>el</strong>ectoral d<strong>el</strong> país, <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE.<br />
El Cofipe también perfeccionó y amplió las<br />
facultades d<strong>el</strong> Tribunal Federal Electoral,<br />
aunque no se alteró <strong>el</strong> sistema de<br />
autocalificación de las cámaras d<strong>el</strong> Congreso.<br />
Según este sistema, cada cámara debía servir<br />
como juez final en la <strong>el</strong>ección de sus<br />
miembros, permitiendo así que <strong>el</strong> partido en<br />
<strong>el</strong> poder declarara la <strong>el</strong>ección de sus<br />
candidatos independientes de los resultados<br />
<strong>el</strong>ectorales. Se aumentaron las prerrogativas<br />
y subsidios a los partidos políticos, así como<br />
su participación en las diversas etapas d<strong>el</strong><br />
proceso <strong>el</strong>ectoral. Un cambio importante que<br />
pasó inadvertido para casi todos los analistas<br />
políticos era la <strong>el</strong>iminación de las múltiples<br />
facultades discrecionales que la ley <strong>el</strong>ectoral<br />
otorgaba con anterioridad a las autoridades<br />
<strong>el</strong>ectorales, que llevaban a continuas<br />
votaciones dentro de los diferentes órganos<br />
<strong>el</strong>ectorales sobre lo que debía “entenderse”<br />
d<strong>el</strong> texto de la ley. De hecho, a partir de 1990<br />
<strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE a sus órganos<br />
descentralizados –los Consejos Locales y<br />
Distritales- se han dedicado casi<br />
exclusivamente a vigilar la aplicación de la<br />
norma jurídica en vez de ejecutarla. Tal tarea<br />
se ha d<strong>el</strong>egado a los cuerpos ejecutivos d<strong>el</strong><br />
IFE.<br />
Los cambios de 1990 regularon las <strong>el</strong>ecciones<br />
de mediados de sexenio en 1991, cuando se
enovó <strong>el</strong> total de la Cámara de Diputados<br />
(<strong>el</strong>egida cada tres años, con la prohibición de<br />
una nueva gestión en <strong>el</strong> periodo inmediato<br />
posterior) y a la mitad d<strong>el</strong> Senado (<strong>el</strong>egido<br />
por un periodo de seis años, con la misma<br />
restricción). La avasalladora victoria d<strong>el</strong> PRI<br />
en esas <strong>el</strong>ecciones revivió la controversia<br />
acerca de la ley. Para <strong>el</strong> PRD, cuyos<br />
legisladores votaron en contra de la reforma<br />
de 1990, los resultados de 1991 fueron<br />
prueba contundente de la parcialidad de la<br />
reforma y la prevalencia de los mecanismos<br />
que impedían tener <strong>el</strong>ecciones legales y<br />
justas. Para <strong>el</strong> Partido Acción Nacional (PAN),<br />
segunda fuerza <strong>el</strong>ectoral nacional, los<br />
resultados de 1991 no invalidaban la reforma<br />
pero obligaban a perfeccionarla. En resumen,<br />
desde la perspectiva de la oposición, la<br />
primera etapa de la reformas salinistas no fue<br />
satisfactoria en las urnas.<br />
En un principio las nuevas reformas<br />
propuestas en 1993 girarían en torno a tres<br />
puntos, pero éstos fueron rebasados.<br />
Redactadas originalmente por <strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PAN<br />
(<strong>el</strong> PRD se unió con posterioridad al debate<br />
pero no ofreció sugerencias concretas), los<br />
cambios dieron origen a nuevas enmiendas a<br />
la Constitución y casi 200 artículos d<strong>el</strong> Cofipe.<br />
Los más notables fueron la supresión d<strong>el</strong><br />
sistema de autocalificación d<strong>el</strong> poder<br />
legislativo, la transformación d<strong>el</strong> Tribunal<br />
Federal Electoral en un organismo<br />
jurisdiccional de pleno derecho en materia<br />
<strong>el</strong>ectoral que tiene la última palabra –decir <strong>el</strong><br />
derecho- en caso de que los resultados de una<br />
<strong>el</strong>ección sean impugnados; la estricta<br />
reglamentación de coaliciones de partidos, al<br />
punto de imposibilitar su logro en la práctica;<br />
<strong>el</strong> reconocimiento a los partidos pequeños d<strong>el</strong><br />
privilegio, cuestionable, de mantener su<br />
registro legal –y con <strong>el</strong>lo <strong>el</strong> derecho a la<br />
representación de la Cámara de Diputados-<br />
aun cuando no hubieran obtenido <strong>el</strong> mínimo<br />
requerido de 1.5% de la votación en todo <strong>el</strong><br />
país. (La Constitución establece que 300 de<br />
los 500 diputados, o sea 60% de la cámara<br />
baja, deben ser de <strong>el</strong>ección directa y los<br />
restantes 200 ser designados con base en la<br />
proporción de votos recibidos en <strong>el</strong>ecciones<br />
federales por cada partido registrado<br />
oficialmente.)<br />
El cambio más polémico se refería a la<br />
integración de la Cámara de Diputados. La<br />
enmienda constitucional de 1990 incluía una<br />
cláusula de “gobernabilidad”, que garantizaba<br />
al partido con <strong>el</strong> mayor número de votos en<br />
una <strong>el</strong>ección d<strong>el</strong> Congreso la mayoría de las<br />
curules en la Cámara. Si bien se abolió la<br />
cláusula de gobernabilidad, que aseguraba<br />
prácticamente al PRI <strong>el</strong> control de la cámara<br />
baja, la reforma de 1993 estableció un nuevo<br />
sistema para la distribución de las curules de<br />
representación proporcional que beneficia al<br />
partido mayoritario y a la segunda fuerza<br />
<strong>el</strong>ectoral, en detrimento de los demás.<br />
Con <strong>el</strong> fin de compensar por lo menos en<br />
parte este problema, la nueva reforma<br />
respondió a dos viejos reclamos d<strong>el</strong> PAN:<br />
reestructurar <strong>el</strong> Senado y llevar a cabo<br />
<strong>el</strong>ecciones indirectas para <strong>el</strong> gobierno de la<br />
ciudad de <strong>México</strong>. La reestructuración<br />
aumentó <strong>el</strong> número de senadores de os a<br />
cuatro para cada una de las 32 entidades<br />
federativas, además se instituyó un sistema<br />
mixto de <strong>el</strong>ección; <strong>el</strong> partido mayoritario en<br />
cada entidad tendría derecho a tres curules en<br />
<strong>el</strong> Senado, y la cuarta iría en la primera<br />
minoría. (Anteriormente, los votantes <strong>el</strong>egían<br />
en forma directa a todos los senadores) La<br />
reforma llevó a la <strong>el</strong>iminación de las<br />
<strong>el</strong>ecciones de mediados de sexenio para<br />
renovar la cámara alta –un regreso a la<br />
reglamentación previa a 1988. Que<br />
especificaba que los periodos d<strong>el</strong> Senado<br />
debían corresponder al presidencial. Los<br />
políticos y otros, incluidos miembros d<strong>el</strong> PRI y<br />
d<strong>el</strong> gobierno, cuestionaron esta decisión, que<br />
requerirá una etapa de transición que<br />
culminará en <strong>el</strong> año 2000, fecha en la cual<br />
serán homologados todos los periodos.<br />
Respecto al gobierno capitalino, la reforma<br />
aumentó las facultades de la Asamblea de<br />
Representaciones d<strong>el</strong> Distrito Federal (ARDF)<br />
para quedar a la par con los de un cuerpo<br />
legislativo de la ciudad, y creó la figura de<br />
Consejos de Ciudadanos D<strong>el</strong>egacionales, que<br />
reportan directamente al gobierno federal.<br />
Pero fueron las nuevas disposiciones r<strong>el</strong>ativas<br />
al nombramiento d<strong>el</strong> regente de la ciudad de<br />
<strong>México</strong> las que levantaron la controversia.<br />
El gobierno local de la ciudad de <strong>México</strong>, que<br />
incluye <strong>el</strong> territorio d<strong>el</strong> Distrito Federal como<br />
“la sede de los poderes de la Unión”, y<br />
establece que <strong>el</strong> mandatario de la ciudad,<br />
llamado “regente” o “jefe d<strong>el</strong> Departamento<br />
113
d<strong>el</strong> Distrito Federal”, sea nombrado por <strong>el</strong><br />
presidente de la República. Según la reforma<br />
de 1993, a partir de 1997 <strong>el</strong> presidente<br />
escogerá al regente de entre los legisladores<br />
federales o locales d<strong>el</strong> partido mayoritario en<br />
la ARDF. Ésta será, de hecho, una <strong>el</strong>ección<br />
indirecta, de una extraña forma de gobierno<br />
parlamentario en un país con una de las<br />
tradiciones y prácticas presidencialistas más<br />
fuertes.<br />
En mi opinión, que concuerda con la de otros<br />
analistas, los lineamientos más importantes<br />
de las reforma de 1993 representan una<br />
alianza tácita entre <strong>el</strong> partido gobernante y <strong>el</strong><br />
PAN para facilitar la transición política no a un<br />
sistema pluripartidista, sino a uno bipartidista<br />
(PRI-PAN), en especial en <strong>el</strong> congreso y en los<br />
gobiernos locales. Este intento se asemeja<br />
más al sistema de España que al de Estados<br />
Unidos o Italia, por ejemplo, porque apoya<br />
una competencia entre dos partidos y margina<br />
a un tercero, en este caso <strong>el</strong> PRD, a pesar de<br />
su indudable apoyo popular.<br />
Hasta diciembre de 1993, los acontecimientos<br />
políticos parecían confirmar este punto de<br />
vista. Por primera vez en la historia d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
moderno, de 1989 a 1993 <strong>el</strong> PAN había<br />
logrado ganar tres gubernaturas; tenía la<br />
segunda d<strong>el</strong>egación más numerosa en la<br />
Cámara de Diputados y presidentes<br />
municipales en más de 30 de las 115<br />
principales ciudades, incluidas varias capitales<br />
de estado. Según las cifras d<strong>el</strong> PAN, cerca de<br />
18% de los 85 millones de mexicanos viven<br />
bajo gobiernos panistas. En contraste, <strong>el</strong> PRD<br />
ha perdido su poder político local, si bien<br />
continúa como la tercera fuerza <strong>el</strong>ectoral y<br />
parlamentaria en <strong>el</strong> país. No gobierna a<br />
ninguna ciudad importante y n ha logrado<br />
ganar ninguna gobernatura.<br />
No obstante, <strong>el</strong> 1 de enero de 1994, con <strong>el</strong><br />
repentino estallido de una reb<strong>el</strong>ión armada en<br />
<strong>el</strong> estado de Chiapas encabezada por <strong>el</strong><br />
Ej`´ercito Zapatista de Liberación Nacional<br />
(EZLN), se transformó d<strong>el</strong> todo la situación<br />
pre<strong>el</strong>ectoral en apariencia tranquila.<br />
Contrariamente a la actuación de regímenes<br />
anteriores ante disturbios civiles, <strong>el</strong> gobierno<br />
salinista se enfrentó no tanto con una fuerza<br />
armada cuyas raíces, identidad de sus<br />
dirigentes y financiamiento económico eran (y<br />
siguen siendo) un enigma, sino con una fuerte<br />
114<br />
condena nacional e internacional por <strong>el</strong> uso<br />
indiscriminado d<strong>el</strong> ejército para reprimir la<br />
reb<strong>el</strong>ión.<br />
Si bien es prematuro valorar todas las<br />
implicaciones de los sucesos en Chiapas,<br />
basta decir que una de las principales<br />
demandas d<strong>el</strong> EZLN se refería justamente a<br />
las <strong>el</strong>ecciones federales d<strong>el</strong> mes de agosto de<br />
1994. Al exigir <strong>el</strong>ecciones imparciales y<br />
transparentes, y la renuncia de Carlos Salinas<br />
como presidente de <strong>México</strong>, <strong>el</strong> Ejército<br />
Zapatista reinició la discusión sobre las<br />
reformas jurídicas y prácticas requeridas para<br />
llevar a cabo la transferencia de poderes de<br />
manera tranquila y dentro de la legalidad en<br />
diciembre de 1994.<br />
El 27 de enero de 1994, en plenas pláticas de<br />
paz con <strong>el</strong> EZLN, <strong>el</strong> nuevo secretario de<br />
Gobernación, Jorge Carpizo, quien por ley es<br />
<strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE, dio<br />
a conocer un documento suscrito por ocho de<br />
los nueve candidatos presidenciales y partidos<br />
políticos, denominado Acuerdo por la Paz, la<br />
Democracia, y la Justicia. En él, los firmantes<br />
se comprometieron a promover y realizar po<br />
consenso una serie de cambios que<br />
garantizaran la imparcialidad de las <strong>el</strong>ecciones<br />
y, en caso conveniente, proponer reformas<br />
legales posteriores para asegurar la<br />
factibilidad de los acuerdos logrados.<br />
El 28 de febrero, después de un mes de<br />
negociaciones en las cuales los tres partidos<br />
más importantes eran los actores principales,<br />
junto con <strong>el</strong> secretario de Gobernación, se<br />
publicaron los primeros acuerdos aprobados<br />
por <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE. Se incluía la<br />
auditoria externa d<strong>el</strong> padrón <strong>el</strong>ectoral; la<br />
creación de un consejo técnico independiente<br />
integrado por reconocidos científicos y<br />
especialistas, cuya tarea será la de supervisar<br />
y vigilar la auditoria; boletas <strong>el</strong>ectorales<br />
desprendibles de un talonario con número<br />
foliado; nuevas disposiciones de seguridad<br />
para garantizar <strong>el</strong> secreto d<strong>el</strong> voto en las<br />
casillas; normas flexibles que permitan la<br />
integración y participación de grupos de<br />
observadores nacionales y un procedimiento<br />
que asegure la s<strong>el</strong>ección imparcial y aleatoria<br />
de ciudadanos que podrían servir como<br />
funcionarios de casilla <strong>el</strong> día de la <strong>el</strong>ecciones.
Ninguna de estas medidas requería de<br />
reformas legales. Sin embargo, la insistencia<br />
d<strong>el</strong> PRD sobre una nueva reforma <strong>el</strong>ectoral y<br />
<strong>el</strong> apoyo obtenido a esta demanda por<br />
amplios sectores de int<strong>el</strong>ectuales y la opinión<br />
pública nacional, y por parte de la comunidad<br />
internacional, condujo a un periodo<br />
extraordinario de sesiones d<strong>el</strong> Congreso a<br />
finales de marzo de 1994 en <strong>el</strong> que se<br />
adoptaron las nuevas enmiendas<br />
constitucionales en materia <strong>el</strong>ectoral.<br />
La reforma llevó a cambios importantes en la<br />
composición d<strong>el</strong> máximo órgano <strong>el</strong>ectoral de<br />
<strong>México</strong>, <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE;<br />
enmiendas al Código Penal para tipificar y<br />
sancionar con severidad ejemplar los d<strong>el</strong>itos<br />
<strong>el</strong>ectorales; enmiendas a diversos artículos d<strong>el</strong><br />
código Electoral diseñadas para aumentar la<br />
imparcialidad de los organismos <strong>el</strong>ectorales a<br />
todos los niv<strong>el</strong>es, así como fomentar una<br />
participación ciudadana más amplia en las<br />
tareas de observación. Por primera vez en su<br />
historia, <strong>México</strong> aceptaría observadores<br />
<strong>el</strong>ectorales o “visitantes” de otros países.<br />
El cambio más importante en <strong>el</strong> Consejo<br />
General d<strong>el</strong> IFE terminó con <strong>el</strong> derecho de<br />
voto de los partidos políticos en los órganos<br />
<strong>el</strong>ectorales a todos los niv<strong>el</strong>es. Los partidos<br />
políticos ahora estarían representados en los<br />
cuerpos <strong>el</strong>ectorales en forma paritaria, con un<br />
representante por partido con voz pero sin<br />
voto. La representación de los poderes<br />
ejecutivo y legislativo continúa sin cambios:<br />
un consejero d<strong>el</strong> ejecutivo y d<strong>el</strong> legislativo<br />
(dos por cámara, uno de la mayoría y otro de<br />
la primera minoría).<br />
Además, hubo cambios en los requisitos para<br />
los consejeros magistrados; al no ser<br />
necesariamente abogados se les llamó<br />
Concejeros Ciudadanos. Los seis Consejeros<br />
Ciudadanos, propuestos por cualquiera de los<br />
nueve partidos registrados y <strong>el</strong>egidos por<br />
mayoría de dos tercios de la Cámara de<br />
Diputados, tienen en sus manos la mayoría de<br />
los once votos d<strong>el</strong> Consejo. Por ser personas<br />
independientes e imparciales serán más<br />
respetadas que las nombradas en <strong>el</strong> pasado.<br />
EL SISTEMA DE PARTIDOS<br />
En teoría, <strong>México</strong> cuenta con un sistema<br />
<strong>el</strong>ectoral pluripartidista desde 1929. Nunca se<br />
han llevado a cabo <strong>el</strong>ecciones federales,<br />
estatales o locales en forma o plazos distintos<br />
a los establecidos por la Constitución y la ley.<br />
Sin embargo, en la práctica, <strong>México</strong> ha tenido<br />
casi exclusivamente un sistema de un solo<br />
partido dominante cerrado a la alternancia d<strong>el</strong><br />
poder y, durante muchas décadas, <strong>el</strong> PRI se<br />
ha dedicado a reprimir a su opositores en los<br />
extremos d<strong>el</strong> espectro político.<br />
La reforma de 1978 aumentó <strong>el</strong> rango de<br />
opciones partidistas para <strong>el</strong> <strong>el</strong>ectorado al<br />
reconocer legalmente a tres nuevos partidos:<br />
<strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano (PCM), El<br />
Partido Socialista de los Trabajadores (PST), y<br />
<strong>el</strong> Partido Demócrata Mexicano (PDM). Estos<br />
partidos se unieron a los otros cuatro partidos<br />
registrados en esa época (<strong>el</strong> PRI, <strong>el</strong> PAN, <strong>el</strong><br />
Partido Popular Socialista (PPS), y <strong>el</strong> Partido<br />
Auténtico de la Revolución Mexicana, o<br />
PARM), para formar parte de un sistema<br />
político de equilibrio r<strong>el</strong>ativo que prevaleció<br />
durante diez años. La “apertura política” de<br />
1978, como la de 1986, no fue sino un<br />
ejemplo d<strong>el</strong> dicho popular: “Cambiar todo,<br />
para que todo siga igual”.<br />
De hecho, los resultados oficiales de las<br />
<strong>el</strong>ecciones de esos años rev<strong>el</strong>an una<br />
sorprendente estabilidad en <strong>el</strong> sistema. Es<br />
cierto que <strong>el</strong> PRI mostró una ligera tendencia<br />
declinante en <strong>el</strong> largo plazo, pero continuó<br />
siendo <strong>el</strong> triunfador indudable de todas las<br />
<strong>el</strong>ecciones federales, estatales y locales de<br />
1979 a 1985.<br />
Sin embargo, en 1988 <strong>el</strong> PRI se desarticuló.<br />
La salida de Cuauhtémoc Cárdena, hijo d<strong>el</strong><br />
presidente mexicano con más prestigio y<br />
respeto popular de la era posrevolucionaria –<br />
Lázaro Cárdenas-, en 1987 provocó la división<br />
en <strong>el</strong> partido. Ese mismo año también salió<br />
Porfirio Muñoz Ledo, quien fuera presidente<br />
d<strong>el</strong> PRI y funcionario público de larga<br />
trayectoria, situación que cimbró la estructura<br />
d<strong>el</strong> poder. La división fue un verdadero cisma<br />
dentro de la iglesia priista, que señalaría <strong>el</strong><br />
curso de los acontecimientos posteriores.<br />
Cárdenas obtuvo <strong>el</strong> respaldo de cuatro de los<br />
ocho partidos registrados legalmente en 1988<br />
–<strong>el</strong> PPS, <strong>el</strong> PARM, <strong>el</strong> Partido Frente<br />
Democrático Nacional (FDN), en contra d<strong>el</strong><br />
PRI. Cuando <strong>el</strong> Prd se estableció legalmente<br />
en mayo de 1989, <strong>el</strong> FDN quedó<br />
115
prácticamente disu<strong>el</strong>to en virtud de que no se<br />
le unieron los otros tres partidos de la<br />
coalición de 1987-1988. El PPSse refugió en<br />
su ideología y conducta tradicionales de<br />
considerarse <strong>el</strong> único partido marxistaleninista<br />
en <strong>México</strong>, mientras que <strong>el</strong> PFCRN<br />
volvió a su pap<strong>el</strong> de satélite d<strong>el</strong> PRI,<br />
especializándose en campañas sucias en<br />
contra de Cárdenas y sus seguidores. El PARM<br />
ha sorteado una serie de crisis internas que<br />
sugieren su pronta desaparición.<br />
Las <strong>el</strong>ecciones de mediados de sexenio en<br />
1991 significaron un paso sustancial par<br />
establecer un sistema con tres partidos<br />
importantes (PRI, PAN, PRD), con <strong>el</strong> inevitable<br />
descenso y disolución d<strong>el</strong> subsistema de<br />
partidos minoritarios (PPS, PFCRN,PARM).<br />
Hasta ahora, <strong>el</strong> PRD no ha logrado convertir<br />
en votos su indudable influencia en la opinión<br />
pública, y por ende ha engendrado <strong>el</strong> nuevo<br />
escenario bipolar mencionado con anterioridad<br />
–dos partidos que compiten entre sí y un<br />
partido radical sobra. Al mismo tiempo, <strong>el</strong><br />
gobierno se las ha ingeniado para revivir de<br />
manera artificial a tres partidos que en 1991<br />
no obtuvieron <strong>el</strong> mínimo de votos requerido<br />
para mantener <strong>el</strong> registro legal: <strong>el</strong> Partido d<strong>el</strong><br />
Trabajo (PT), El Partido Verde Ecologista de<br />
<strong>México</strong> (PVEM) y <strong>el</strong> PDM. Los primeros dos<br />
tienden a desviar votos d<strong>el</strong> PRD, mientras que<br />
<strong>el</strong> tercero atrae al mismo grupo de votantes<br />
que <strong>el</strong> PAN.<br />
En la medida en que se acercaban las<br />
<strong>el</strong>ecciones de 1994, formalmente, <strong>México</strong><br />
tenía un sistema pluripartidista, con nueve<br />
partidos políticos y nueve candidatos<br />
presidenciales. Como en 1991 los cambios en<br />
la ley se diseñaron para impedir las<br />
coaliciones presidenciales, los votantes debían<br />
hacer su <strong>el</strong>ección de estre los nueve<br />
candidatos.<br />
Pero, en la realidad, la competencia se daba<br />
entre tres partidos y sendos candidatos: <strong>el</strong><br />
PRI, con Ernesto Zedillo Ponce de León; <strong>el</strong><br />
PAN, con Diego Fernández de Cevallos, y <strong>el</strong><br />
PRD con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.<br />
PERSPECTIVAS Y CONFLICTOS<br />
El asesinato d<strong>el</strong> primer candidato d<strong>el</strong> PRI a la<br />
presidencia, Luis Donaldo Colosio, <strong>el</strong> 23 de<br />
marzo de 1994 –combinado con los sucesos<br />
116<br />
de Chiapas- confirió una gran incertidumbre a<br />
las <strong>el</strong>ecciones de agosto de 1194. Esta ronda<br />
de <strong>el</strong>ecciones federales fue una prueba crucial<br />
para saber hasta dónde habíamos progresado<br />
los mexicanos en <strong>el</strong> camino d<strong>el</strong> cambio. Se<br />
empezó a constatar como un primer paso<br />
hacia una nueva etapa en la política de<br />
<strong>México</strong>, en que las <strong>el</strong>ecciones tendrán, por fin,<br />
<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que deberían tener en todas las<br />
sociedades democráticas. Determinar<br />
mediante <strong>el</strong> voto libre de los ciudadanos<br />
quiénes deben gobernar.<br />
El contexto pre<strong>el</strong>ectoral<br />
Durante cincuenta años, las <strong>el</strong>ecciones en<br />
<strong>México</strong> fueron ceremonias cívicas que<br />
confirmaban la hegemonía de un régimen<br />
sólidamente fundamentado en la legitimidad<br />
que le otorgaba la Revolución de 1910. La<br />
situación comenzó a cambiar tras las primeras<br />
reformas <strong>el</strong>ectorales recientes, las de 1978.<br />
La población fue despertando paulatinamente<br />
a la necesidad de contar con un sistema<br />
político nuevo, en particular en los ámbitos<br />
<strong>el</strong>ectorales y de partidos políticos.<br />
Muchas cosas han cambiado en <strong>México</strong> desde<br />
1978, sobre todo desde 1988. Es evidente que<br />
<strong>el</strong> sistema económico ha sufrido cambios<br />
arrolladores, pero poco se ha dicho, o no se<br />
ha dicho de manera objetiva, sobre la<br />
evolución política d<strong>el</strong> país. Estoy convencido<br />
de que tenemos un marco jurídico más<br />
adecuado, organismos <strong>el</strong>ectorales mejorados<br />
y, por lo menos, algunos partidos preparados<br />
parala competencia. La mayoría de los<br />
observadores d<strong>el</strong> escenario mexicano<br />
considera que las campañas <strong>el</strong>ectorales<br />
admiten ya una gran competencia. En<br />
contraste con <strong>el</strong> pasado reciente, no pueden<br />
predecirse los resultados de las <strong>el</strong>ecciones.<br />
La hegemonía arrolladora d<strong>el</strong> PRI es cosa d<strong>el</strong><br />
pasado. Hay otros partidos que aspiran a salir<br />
victoriosos en la <strong>el</strong>ección presidencial y<br />
también esperan ganar una mayor parte de<br />
los escaños legislativos en disputa.<br />
La reforma jurídica más importante que se<br />
haya realizado desde 1978 se adoptó en plena<br />
campaña <strong>el</strong>ectoral – entre marzo y mayo de<br />
1994. Afirmo esto porque es la primera vez<br />
que una reforma es producida y apoyada por<br />
los tres partidos mayoritarios. Más aún, los<br />
principales cambios emanaron de las
propuestas de la oposición. Los organismos<br />
<strong>el</strong>ectorales están en la actualidad bajo <strong>el</strong><br />
control de ciudadanos sin filiación partidista.<br />
En <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> IFE, seis de once<br />
votos posibles los tienen los Consejeros<br />
Ciudadanos; los otros cinco votos<br />
corresponden a cuatro legisladores (dos d<strong>el</strong><br />
PRI, uno d<strong>el</strong> PRD y uno d<strong>el</strong> PAN), y al<br />
presidente d<strong>el</strong> Consejo, <strong>el</strong> secretario de<br />
Gobernación.<br />
En los consejos locales y distritales, los<br />
Consejeros Ciudadanos d<strong>el</strong> IFE sustentan seis<br />
de siete votos y solamente uno queda en<br />
manos de un funcionario d<strong>el</strong> servicio <strong>el</strong>ectoral<br />
profesional; los representantes de los partidos<br />
políticos tienen voz pero no voto en los<br />
órganos de dirección d<strong>el</strong> IFE; están<br />
representados sobre bases de paridad con un<br />
solo representante por partido. Esto es lo que<br />
muchos hemos dado en llamar la<br />
“ciudadanización” de los organismos<br />
<strong>el</strong>ectorales.<br />
Asimismo, los partidos llevaron a cabo y<br />
finalizaron una revisión de los funcionarios<br />
<strong>el</strong>ectorales en todos los niv<strong>el</strong>es. El director<br />
general d<strong>el</strong> IFE fue re<strong>el</strong>egido por consenso de<br />
los partidos, pero se sustituyó a 247 vocales<br />
de las juntas ejecutivas y a 170 consejeros<br />
ciudadanos porque se sospechaba de sus<br />
lazos con algún partido político.<br />
Por lo tanto, por vez primera, <strong>el</strong> gobierno y <strong>el</strong><br />
partido en <strong>el</strong> poder no controlan a las<br />
autoridades <strong>el</strong>ectorales. Esto no es poca cosa.<br />
Además, se acordó implantar medidas<br />
prácticas que son fundamentales para<br />
garantizar <strong>el</strong>ecciones libres y justas. Se<br />
otorgaron grandes facilidades y apoyos para<br />
observadores nacionales en las <strong>el</strong>ecciones,<br />
incluida una misión de asistencia técnica de<br />
Naciones Unidas. El Consejo General d<strong>el</strong> IFE<br />
formuló las reglas para los visitantes<br />
extranjeros interesados en observar las<br />
<strong>el</strong>ecciones en <strong>México</strong>; más de 44 millones de<br />
ciudadanos obtuvieron su credencial para<br />
votar con fotografía y los críticos d<strong>el</strong> nuevo<br />
padrón <strong>el</strong>ectoral no pudieron presentar<br />
pruebas de fraude.<br />
El 30 de junio de 1994 se publicaron los<br />
resultados de la auditoria externa d<strong>el</strong> padrón<br />
<strong>el</strong>ectoral, supervisada por una empresa<br />
internacional de consultores quienes le<br />
asignaron una precisión y seriedad de 96%,<br />
con sólo 4% de incongruencia. Los partidos<br />
recibieron ese mismo día una copia en cinta<br />
magnética de todas las listas nominales. Once<br />
especialistas de reconocida honorabilidad y<br />
prestigio se encargaron de vigilar la auditoria.<br />
Los talones de las boletas <strong>el</strong>ectorales estaban<br />
numerados cronológicamente; <strong>el</strong> líquido<br />
ind<strong>el</strong>eble que se colocaría en <strong>el</strong> dedo pulgar<br />
d<strong>el</strong> votante antes de que éste abandonara la<br />
casilla era efectivamente ind<strong>el</strong>eble, y los<br />
funcionarios de casilla se s<strong>el</strong>eccionaron de<br />
entre los inscritos en <strong>el</strong> padrón por medio de<br />
un sorteo en dos etapas, según la propuesta<br />
d<strong>el</strong> PRD.<br />
El tiempo sin costo otorgado a los partidos y<br />
candidatos en la radio y t<strong>el</strong>evisión aumentó<br />
180% en 1994 en comparación con <strong>el</strong> que<br />
tenían en 1991. Además, durante <strong>el</strong> periodo<br />
<strong>el</strong>ectoral, los partidos tuvieron acceso en<br />
forma gratuita a 116 segmentos publicitarios<br />
diarios en todas las radiodifusoras d<strong>el</strong> país.<br />
Los debates entre los candidatos se<br />
transmitieron por las cadenas nacionales de<br />
radio y de t<strong>el</strong>evisión en forma no comercial.<br />
La propaganda política pagada en esos medios<br />
terminó diez días antes de las <strong>el</strong>ecciones y <strong>el</strong><br />
gobierno acordó suspender la publicidad de<br />
los programas de Pronazos y Procampo veinte<br />
días antes de los comicios.<br />
<strong>México</strong> no en <strong>el</strong> ágora griega, y es evidente<br />
que la inercia, los intereses creados y las<br />
viejas y arraigadas costumbres continuarán<br />
abrumando <strong>el</strong> paso d<strong>el</strong> progreso; pero las<br />
condiciones actuales son mucho mejores que<br />
las d<strong>el</strong> pasado reciente para lograr unas<br />
<strong>el</strong>ecciones libres y justas.<br />
Aún es posible que sucedan irregularidades en<br />
las <strong>el</strong>ecciones, pero contrariamente al pasado<br />
es más factible detectarlas y, sobre todo,<br />
impugnarlas con <strong>el</strong> fin de asegurar que no se<br />
encubrirán los resultados. Las enmiendas al<br />
Código Penal y <strong>el</strong> nombramiento de un fiscal<br />
especial para d<strong>el</strong>itos <strong>el</strong>ectorales empiezan a<br />
hacer sentir su efecto disuasivo.<br />
La revista voz y voto llevó a cabo una<br />
encuesta nacional en junio de 1994 que<br />
mostró que los ciudadanos mexicanos estaban<br />
más interesados que nunca en las <strong>el</strong>ecciones.<br />
No se <strong>el</strong>iminó <strong>el</strong> escepticismo en amplios<br />
sectores de la población, pero la encuesta<br />
117
sugirió que la votación sería bastante <strong>el</strong>evada.<br />
También indicó que en la contienda<br />
presidencial, <strong>el</strong> PAN avanzaba con mayor<br />
rapidez en la preferencia de los <strong>el</strong>ectores,<br />
mientras que <strong>el</strong> PRD se había estancado en<br />
sus niv<strong>el</strong>es de 1991.<br />
El fin d<strong>el</strong> pluripartidismo de aparador<br />
El sistema político mexicano era, para<br />
millones de mexicanos que habían llegado a la<br />
mayoría de edad en los años sesenta, al igual<br />
que para las dos generaciones anteriores, una<br />
especie de esfinge esculpida en roca:<br />
inamovible, impermeable y apenas<br />
desgastada por <strong>el</strong> paso de los años.<br />
Pero se trataba de una esfinge de dos caras<br />
que representaba tanto la fusión como la<br />
confusión entre un estado –paternalista,<br />
nacionalista y, en muchos casos, represivo- y<br />
un partido fundado en 1929, adaptable y<br />
receptivo a los deseos y dictados d<strong>el</strong><br />
presidente en turno, conformando por<br />
sectores bien definidos y alianzas capaces de<br />
admitir a actores que iban desde la izquierda<br />
radical y fuerzas guerrillas hasta los<br />
empresarios modernos surgidos d<strong>el</strong><br />
padrinazgo y la corrupción d<strong>el</strong> sexenio d<strong>el</strong><br />
Migu<strong>el</strong> Alemán Valdés (1946-1952).<br />
Durante todos estos años funcionaron dos<br />
partidos políticos, uno invencible, otro nacido<br />
para perder; <strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PAN. En <strong>el</strong> margen,<br />
como fauna que acompaña al tiburón, estaban<br />
dos partidos sombra: <strong>el</strong> PPS y <strong>el</strong> PARM.<br />
Ambos producto más de la voluntad d<strong>el</strong><br />
estado que de una decisión de ciudadanos<br />
dispuestos a retar al poder establecido.<br />
Todavía más en <strong>el</strong> margen, aislado por la<br />
implacable represión y cooptación<br />
gubernamentales así como por su propia<br />
historia de incabable sectarismo, sobrevivía <strong>el</strong><br />
PCM, privado de derechos legales, fuera de la<br />
vida <strong>el</strong>ectoral y de la representación<br />
parlamentaria.<br />
Recuerdo que en 1973, cuando tuve edad par<br />
votar por vez primera, no acudí a las urnas<br />
simplemente porque no tenía ningún sentido.<br />
Lo mismo sucedió en 1976, cuando <strong>el</strong> tiburón<br />
navegó solo, sin sardinas y las cuales devorar<br />
en <strong>el</strong> mar de votos inventados. El PAN,<br />
dividido internamente, decidió no postular<br />
candidato a la presidencia. El sistema no<br />
118<br />
enfrentó ninguna crisis, la esfinge casi no se<br />
movió, pero en su interior creció la opinión de<br />
que la sovietización en la “competencia”<br />
política había llegado al límite. A pesar d<strong>el</strong><br />
PRI, <strong>México</strong> estaba cambiado, la sociedad<br />
estaba cambiando, y los sectores medios y<br />
populares cuestionaban cada vez más la larga<br />
permanencia en <strong>el</strong> poder –más de cincuenta<br />
años- de un solo partido.<br />
La democracia “esotérica”, como describió<br />
Giovanni Sartori al sistema político mexicano,<br />
este sistema de partidos organizado alrededor<br />
de una disposición hegemónica, con un<br />
partido protagónico “rodeado por una periferia<br />
de partidos secundarios”, estaba<br />
complementada y reforzada por la<br />
configuración d<strong>el</strong> sistema de poderes<br />
federales igualmente hegemónica. Si bien <strong>el</strong><br />
PRI era <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> sistema de partidos, con<br />
un satélite y dos asteroides; <strong>el</strong> ejecutivo<br />
ocupaba <strong>el</strong> lugar principal entre los poderes<br />
federales. El pap<strong>el</strong> determinante d<strong>el</strong><br />
presidente es <strong>el</strong> que define, sobre todas las<br />
cosas, al sistema político mexicano; un<br />
presidencialismo autoritario que subordinó y<br />
convirtió en sus satélites a las otras dos<br />
ramas d<strong>el</strong> gobierno –de hecho, a todos los<br />
niv<strong>el</strong>es de gobierno de una república que es<br />
federal en teoría pero que en la práctica es<br />
tremendamente centralista.<br />
El PRI ha sido y es un instrumento al servicio<br />
d<strong>el</strong> primer mandatario, lo que inevitablemente<br />
originó que <strong>el</strong> poder legislativo, dominado por<br />
<strong>el</strong> PRI durante sesenta años, fuera una<br />
fachada, un instrumento al servicio d<strong>el</strong><br />
presidente en turno, sometido sin margen<br />
alguno al presidencialismo autoritario que, por<br />
definición, excluye cualquier control o<br />
contrapeso.<br />
Los diputados y senadores d<strong>el</strong> PRI, aún en<br />
mayoría, saben que su posición no es<br />
resultado de una votación, ni de su partido,<br />
sino que se la deben al presidente, que es<br />
quien aprueba las listas de candidatos. Este<br />
tipo de padrinazgo es <strong>el</strong> que ha originado la<br />
“jibarización” d<strong>el</strong> Congreso, además de que <strong>el</strong><br />
principio constitucional de no re<strong>el</strong>ección<br />
impide la creación de una carrera<br />
parlamentaria. Aunque resulte evidente, cabe<br />
recordar que sin parlamentarios no hay<br />
parlamento.
Y sin verdaderos partidos tampoco hay<br />
parlamento. La legislatura es <strong>el</strong> foro natural y<br />
privilegiado para que surjan y se desarrollen<br />
dirigentes políticos partidistas con la<br />
capacidad de diseñar proyectos y programas<br />
que logren perdurar más allá d<strong>el</strong> régimen<br />
presidencial en <strong>el</strong> que fueron propuestos. Una<br />
legislatura fuerte es una condición sine qua<br />
non para un sistema de partidos fuerte y, a la<br />
vez, un sistema fuerte de partidos reforzará la<br />
legislatura. Asimismo, un gobierno<br />
verdaderamente representativo es una<br />
condición para asegurar que cualquier cambio<br />
d<strong>el</strong> poder no cause desestabilización.<br />
Un vistazo superficial a las experiencias de<br />
países democráticos rev<strong>el</strong>a los nexos<br />
fundamentales entre partidos y legislatura,<br />
tanto en <strong>el</strong> sistema parlamentario como en <strong>el</strong><br />
presidencial. El Reino Unido y Estados Unidos<br />
son buenos ejemplos. La separación y<br />
equilibrio de poderes, <strong>el</strong> federalismo y la<br />
alternancia en <strong>el</strong> poder presuponen una serie<br />
de prácticas e instituciones, así como de<br />
leyes, pero las primeras son más importantes<br />
que las segundas.<br />
Todo por servir se acaba<br />
Cuenta la anécdota que <strong>el</strong> presidente Adolfo<br />
Ruiz Cortines (1952-1958) solía decir que “las<br />
cámaras y las gubernaturas son d<strong>el</strong><br />
presidente; los congresos locales de los<br />
gobernadores y los ayuntamientos d<strong>el</strong><br />
pueblo”. El presidente describía con certero<br />
cinismo los puntales que habían mantenido <strong>el</strong><br />
sistema de poder d<strong>el</strong> PRI por tantos años.<br />
<strong>México</strong> nunca ha sido, ni siquiera de lejos, una<br />
democracia “diferente” como diría T.J.<br />
Pemp<strong>el</strong>, en <strong>el</strong> mejor de los casos, ha sido una<br />
democracia “esotérica”. Pero todo por servir<br />
se acaba.<br />
La reforma de 1978 abrió las puertas a<br />
nuevos partidos y, para que su presencia<br />
fuera significativa, cambió la forma en que se<br />
integraba la Cámara de Diputados. Se<br />
introdujo la representación proporcional al<br />
aumentar <strong>el</strong> número de diputados a 400, de<br />
los cuales 300 serían “uninominales” (<strong>el</strong>egidos<br />
por mayoría dentro de los 300 distritos<br />
<strong>el</strong>ectorales), y los 100 restantes serían<br />
“plurinominales” (<strong>el</strong>egidos según <strong>el</strong> porcentaje<br />
de votos emitidos a favor de cada partido en<br />
cada una de las cinco zonas en que se dividió<br />
al país para ese propósito, con un número<br />
igual de representantes de cada zona). En<br />
1986, <strong>el</strong> número de diputados aumentó, de<br />
nuevo, a 500; se mantuvo <strong>el</strong> número de 300<br />
uninominales y <strong>el</strong> de plurinominales ascendió<br />
a 200. Sin embargo, esta reforma no<br />
pretendía modificar la estructura básica d<strong>el</strong><br />
sistema político, en especial, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> central<br />
d<strong>el</strong> presidente y la hegemonía de su partido.<br />
Los cien escaños en la Cámara de Diputados<br />
reservados para una oposición débil, cuya<br />
presencia en la mayoría de los casos no<br />
sobrepasaba las calles de la ciudad de <strong>México</strong>,<br />
era un costo menor si se remozaba la fachada<br />
y se abría una pequeña ventana para dar<br />
salida a presiones por muchos años<br />
contenidas. El Senado continuaba inamovible,<br />
como un foro reservado para <strong>el</strong> partido oficial.<br />
El remedio funcionó por diez años, pero la<br />
esfinge no surgió, como en <strong>el</strong> pasado,<br />
incólume. El sistema de poder se agotó, más<br />
por la falta de legitimidad d<strong>el</strong> proyecto<br />
económico y por la reb<strong>el</strong>día regional que por<br />
la competencia <strong>el</strong>ectoral, la cual se dio<br />
después, y no antes, de la falta de<br />
legitimación y reb<strong>el</strong>día. Hasta 1978 la pauta<br />
fue impedir que surgieran nuevos partidos; a<br />
partir de ese año esta política cambió. En<br />
1979 se registraron tres nuevos partidos: <strong>el</strong><br />
Partido Comunista Mexicano, <strong>el</strong> Partido<br />
Socialista de los Trabajadores y <strong>el</strong> Partido<br />
Demócrata mexicano. En 1982 hubo dos más;<br />
<strong>el</strong> Partido Social Demócrata (PSD) y <strong>el</strong> Partido<br />
Revolucionario de los Trabajadores (PRT). En<br />
1985 se revivió al moribundo PARM y todavía<br />
se registró otro partido más, <strong>el</strong> Partido<br />
Mexicano de los Trabajadores (PMT). En 1988<br />
la política volvió a cambiar y se cerró <strong>el</strong><br />
registro de nuevos partidos, pero la alianza de<br />
cuatro partidos registrados (PARM, PPS,<br />
PFCRN Y Partido Mexicano Socialista, PMS)<br />
que apoyaron a Cuauhtémoc Cárdenas<br />
agrupados en <strong>el</strong> Frente Democrático Nacional<br />
(FDN), sorprendió a los estrategas políticos.<br />
Superada la crisis post<strong>el</strong>ectoral de 1988, la<br />
estructura de poder d<strong>el</strong> PRI volvió a sus viejas<br />
estrategias –a la vez que llevaba a cabo<br />
esfuerzos de reforma- con más incentivos que<br />
en <strong>el</strong> pasado en virtud de la creación y<br />
registro d<strong>el</strong> PRD, partido que aglutinaba a las<br />
fuerzas cardenistas b<strong>el</strong>igerantes. Para las<br />
<strong>el</strong>ecciones de 1991 <strong>el</strong> gobierno devolvió <strong>el</strong><br />
registro al PDM y al PRT, partidos que lo<br />
119
habían perdido en las <strong>el</strong>ecciones anteriores, y<br />
concedió <strong>el</strong> registro a dos partidos más, <strong>el</strong><br />
Partido d<strong>el</strong> Trabajo (PT) y <strong>el</strong> Partido Verde<br />
Ecologista Mexicano (PVEM). Pero <strong>el</strong> esfuerzo<br />
se perdió en la nada porque los dos partidos<br />
revividos y los dos recién formados no<br />
pudieron obtener <strong>el</strong> número mínimo de votos<br />
requerido por la ley, y se tuvieron que retirar<br />
d<strong>el</strong> escenario <strong>el</strong>ectoral. En 1993, en un<br />
esfuerzo por fragmentar los votos a favor de<br />
Cárdenas para las <strong>el</strong>ecciones de 1994, <strong>el</strong><br />
gobierno adoptó la estrategia de dividir a la<br />
oposición e impedir una nueva coalición de la<br />
izquierda.<br />
Tres de los cuatro partidos finiquitados se<br />
revivieron sobre la base de un equilibrio<br />
salomónico: uno para la izquierda (PT), otro<br />
para la derecha (PDM), y uno más para lo que<br />
llegara a ofrecerse (PVEM). No sé si esta<br />
historia pueda proporciones algo de<br />
optimismo a las perspectivas de democracia<br />
en <strong>México</strong>, o si alguien esté de acuerdo con<br />
que proliferen partidos pequeños que<br />
reproducen y prolongan <strong>el</strong> sistema de satélites<br />
que todos conocimos y sufrimos a principios<br />
de los años setenta. No lo creo.<br />
Los cambios recientes en <strong>el</strong> poder legislativo<br />
tampoco son muy alentadores. Es cierto que<br />
la Cámara de Diputados se convirtió en <strong>el</strong> foro<br />
principal de debate de los partidos, mientras<br />
que, hasta 1988, <strong>el</strong> único ruido que se<br />
escuchaba en <strong>el</strong> Senado era <strong>el</strong> de las moscas<br />
que interrumpían <strong>el</strong> dulce sueño de los<br />
senadores. Pero ningún niv<strong>el</strong> de debate en la<br />
cámara baja ha podido modificar su<br />
característica principal; la subordinación al<br />
ejecutivo. Sin embargo, en 1986, cuando<br />
gracias a la reforma <strong>el</strong> número de diputados<br />
ascendió a 500 y <strong>el</strong> de representantes<br />
proporcionales por partido a 200, nadie<br />
imaginó los que sucedería después.<br />
Por primera vez en su historia, de 1988 a<br />
1991 <strong>el</strong> PRI experimentó <strong>el</strong> terror<br />
parlamentario. Contaba únicamente con doce<br />
diputados más de la mayoría simple y por<br />
ende no tenía la capacidad de reformar la<br />
Constitución: Se vio entonces en la necesidad<br />
de negociar y hacer concesiones, aprender a<br />
hacer alianzas y poner en marcha un sistema<br />
parlamentario incipiente que significaba<br />
compartir responsabilidades y aceptar ciertas<br />
demandas de la oposición. Por desgracia, las<br />
120<br />
lecciones no salieron de las paredes d<strong>el</strong><br />
recinto legislativo y no sirvieron para debilitar<br />
<strong>el</strong> control d<strong>el</strong> presidente; muy por <strong>el</strong><br />
contrario, lo impulsaron a apretar la mano de<br />
hierro sobre los diputados d<strong>el</strong> PRI. La<br />
oposición tampoco tuvo <strong>el</strong> ímpetu suficiente<br />
para lograr <strong>el</strong> cambio y perdió su energía y<br />
tiempo en escaramuzas y sainetes. Pese a<br />
contar con <strong>el</strong> mayor número de diputados de<br />
la oposición en su historia, <strong>el</strong> Congreso no<br />
pudo generar un cambio importante en las<br />
práctica ni lograr una nueva r<strong>el</strong>ación entre los<br />
poderes de la Unión.<br />
El agotamiento de un sistema de partidos de<br />
jure, un poder legislativo subordinado al<br />
ejecutivo, la desconfianza d<strong>el</strong> pueblo en <strong>el</strong><br />
sistema <strong>el</strong>ectoral, que aún no ha sido<br />
superada, sientan las bases para un sistema<br />
de partidos de facto y una nueva disposición<br />
d<strong>el</strong> sistema de poderes en <strong>el</strong> <strong>México</strong> de final<br />
de siglo.<br />
EL DILUVIO QUE VIENE<br />
Los presidentes más recientes de <strong>México</strong> ha<br />
logrado desplegar reformas <strong>el</strong>ectorales y<br />
políticas como un medio de contener <strong>el</strong><br />
descontento de los votantes. El ciclo de<br />
reformas –que abarca las de 1978 a 1994- ha<br />
concluido. Si, en lo sucesivo, no se llevan a<br />
cabo <strong>el</strong>ecciones limpias y creíbles, tendremos<br />
que doblegarnos sumisamente a la autocrítica<br />
y esperar, con un arca sin construir, al diluvio<br />
que viene: recriminaciones de los partidos e<br />
inestabilidad en la sociedad civil.<br />
Pero ningún grado de imparcialidad y<br />
credibilidad en la conducta de la política<br />
<strong>el</strong>ectoral de <strong>México</strong> podrá desviar la atención<br />
de la conducta de la política parlamentaria d<strong>el</strong><br />
país. Una condición esencial para que <strong>el</strong> acto<br />
de votar tenga algún sentido serán romper<br />
con dos tradiciones que se refuerzan<br />
mutuamente: la política pluripartidista de<br />
aparador y la total subordinación d<strong>el</strong> Congreso<br />
al presidente.<br />
Creo que la dirección y <strong>el</strong> ritmo al que se lleve<br />
a cabo <strong>el</strong> siguiente paso hacia una democracia<br />
verdadera requerirán de una secuencia<br />
determinada: <strong>el</strong> sistema de partidos ha de<br />
configurarse de nuevo antes de que <strong>el</strong><br />
Congreso pueda funcionar como cuerpo<br />
representativo. La “sat<strong>el</strong>ización” ya llegó a su
fin, al agotarse la capacidad d<strong>el</strong> estado para<br />
crear y proteger a partidos minoritarios. No es<br />
necesario ser un enemigo de la política<br />
pluripartidista para proponer que se <strong>el</strong>imine a<br />
los partidos más pequeños y débiles a fin de<br />
que los tres más importantes puedan<br />
consolidar su mensaje, agenda de trabajo y<br />
grupos de votantes.<br />
Por diversas razones, dos de los tres partidos,<br />
<strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PRD, continúan siendo un enigma.<br />
El tercero, <strong>el</strong> PAN, parece ser <strong>el</strong> más estable,<br />
más acabado, más preparado para un nuevo<br />
contexto <strong>el</strong>ectoral y político.<br />
Creo que la dirección y <strong>el</strong> ritmo al que se lleve<br />
a cabo <strong>el</strong> siguiente paso hacia una democracia<br />
verdadera requerirán de una secuencia<br />
determinada: <strong>el</strong> sistema de partidos ha de<br />
configurarse de nuevo antes de que <strong>el</strong><br />
Congreso pueda funcionar como cuerpo<br />
representativo. La “sat<strong>el</strong>ización” ya llegó a su<br />
fin, al agotarse la capacidad d<strong>el</strong> estado para<br />
crear y proteger a partidos minoritarios. No es<br />
necesario ser un enemigo de la política<br />
pluripartidista para proponer que se <strong>el</strong>imine a<br />
los partidos más pequeños y débiles a fin de<br />
que los tres más importantes puedan<br />
consolidar su mensaje, agenda de trabajo y<br />
grupos de votantes.<br />
Por diversas razones, dos de los tres partidos,<br />
<strong>el</strong> PRI y <strong>el</strong> PRD, continúan siendo un enigma.<br />
El tercero, <strong>el</strong> PAN, parece ser <strong>el</strong> más estable,<br />
más acabado, más preparado para un nuevo<br />
contexto <strong>el</strong>ectoral y político.<br />
Por lo general se ofrecen dos hipótesis<br />
respecto al viejo partido oficial. Una es<br />
optimista y afirma que <strong>el</strong> potencial d<strong>el</strong> PRI lo<br />
convertirá en un partido verdadero, separado<br />
d<strong>el</strong> gobierno, capaz de ganar y ejercer, de<br />
manera independiente, <strong>el</strong> poder en las dos<br />
cámaras d<strong>el</strong> Congreso. La pesimista sostiene<br />
que <strong>el</strong> PRI es incapaz de transformarse, que<br />
su destino radica en los polos contradictorios<br />
de la sociedad mexicana, y que mientras más<br />
tenga <strong>el</strong> poder –en especial, la presidencia-<br />
sobrevivirá, pero si lo pierde, se disolverá.<br />
El PRD es otro enigma. Surgió de una escisión<br />
dentro d<strong>el</strong> PRI y desde entonces ha<br />
amalgamado a diversos grupos, ideologías y<br />
tendencias. Más que un partido, se convirtió<br />
en la coalición d<strong>el</strong> descontento, cuya congna<br />
era, a pesar de todo, clara: oponerse al PRI y<br />
llegar a la tierra prometida mediante <strong>el</strong> triunfo<br />
en los comicios de 1994, una mezcla<br />
inevitablemente explosiva. Hasta hoy, <strong>el</strong> PRD<br />
es <strong>el</strong> paradigma más firme de un grupo<br />
contestatario, casi testimonial. Sun influencia<br />
en la opinión pública aún es respetable a<br />
pesar de que su base radica casi<br />
exclusivamente en <strong>el</strong> carisma de su líder y<br />
candidato a la presidencia.<br />
Al no ganar las <strong>el</strong>ecciones de 1994, <strong>el</strong> PRD<br />
hubo de enfrentar la pregunta,” ¿Qué hacer?<br />
Una respuesta pudo ser continuar por <strong>el</strong><br />
mismo camino, ajustar cuentas internas y<br />
apostar a una tercera vu<strong>el</strong>ta. Existe, sin<br />
embargo, otra posibilidad: abrazar un nuevo<br />
proyecto y perspectiva, lo que requeriría<br />
consolidar <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> partido para después<br />
orientarse hacia <strong>el</strong> exterior.<br />
Si no me he ocupado mayormente d<strong>el</strong> PAN en<br />
este análisis es por lo que mencioné arriba. En<br />
los últimos años este partido puso en marcha<br />
un nuevo programa, una estrategia para<br />
lograr una transición política sin problemas en<br />
la que habría de desempeñarse como fuerza<br />
protagónica, dentro o fuera d<strong>el</strong> gobierno. El<br />
futuro para <strong>el</strong> PAN no se plantea en términos<br />
extremos, y las <strong>el</strong>ecciones de 1994 no eran<br />
para él cosa de vida o muerte. El PAN se<br />
considera preparado para gobernar, aunque<br />
tal vez esté mejor preparado para cogobernar.<br />
Reiteraré mi hipótesis respecto al Congreso en<br />
la línea de causalidad: si cambia <strong>el</strong> sistema de<br />
partidos, cambiará <strong>el</strong> poder legislativo. No<br />
niego, desde luego, otras posibilidades,<br />
confirmadas en las experiencias de otros<br />
países, por ejemplo varias mayorías diferentes<br />
–en diversos niv<strong>el</strong>es de gobierno- que<br />
originen situaciones inestables de cogobierno,<br />
o <strong>el</strong> fin de las reformas desde arriba, si es<br />
posible imaginar la eutanasia d<strong>el</strong><br />
presidencialismo autoritario en <strong>México</strong>. Pero<br />
estas posibilidades son muy remotas. En<br />
cualquier caso, la reforma d<strong>el</strong> poder legislativo<br />
no podrá depender sólo de un cambio en su<br />
composición numérica; la LIV legislatura de la<br />
Cámara de Diputados demostró claramente la<br />
gran necesidad de actuar con int<strong>el</strong>igencia y<br />
pragmatismo. El número no basta pero sin él<br />
lo demás será imposible.<br />
121
Concluyo con una observación y una<br />
esperanza. A pesar de que las perspectivas<br />
para lograr una democracia más<br />
representativa en <strong>México</strong> todavía no son muy<br />
concretas y los riesgos sí bastante <strong>el</strong>evados,<br />
no debemos subestimar la importancia de lo<br />
que nos han mostrado los partidos<br />
recientemente. Esta última etapa de reforma<br />
<strong>el</strong>ectoral, contrariamente a las anteriores, fue<br />
producto de un diálogo y consenso genuinos<br />
entre los partidos. El resultado futuro quizá<br />
sea <strong>el</strong> de <strong>el</strong>ecciones democráticas. Existe la<br />
esperanza de que las consecuencias en <strong>el</strong><br />
largo plazo sean reforzar a los partidos para<br />
que vu<strong>el</strong>quen sus energías en <strong>el</strong> Congreso, <strong>el</strong><br />
espacio en <strong>el</strong> que <strong>México</strong> debe empezar a<br />
expresar <strong>el</strong> mosaico plural de su diversidad<br />
con mutuo respeto y tolerancia.<br />
POSDATA<br />
Las <strong>el</strong>ecciones d<strong>el</strong> 21 de agosto de 1994 no<br />
produjeron un cambio importante en <strong>el</strong><br />
equilibrio de poder entre los partidos, a pesar<br />
de que la votación fue la más concurrida en la<br />
historia de <strong>México</strong>: más de 35.5 millones de<br />
votantes, es decir, casi 80% de los registrados<br />
en <strong>el</strong> padrón <strong>el</strong>ectoral. El PRI con base en los<br />
resultados pr<strong>el</strong>iminares (antes que la<br />
Comisión Federal Electoral hubiera cumplido<br />
con su tarea), pudo mantener <strong>el</strong> apoyo de la<br />
mayoría -48%- en <strong>el</strong> voto para presidente. El<br />
PAN se restableció en <strong>el</strong> segundo lugar (que<br />
había perdido en 1988 ante Cárdenas) y, por<br />
vez primera, recibió más de la quinta parte de<br />
la votación (27%). Por otro lado, <strong>el</strong> PRD<br />
consolidó su posición, logrando 17% de los<br />
votos; recibió casi <strong>el</strong> mismo número de votos<br />
que en 1988 (6 millones). Muy por debajo, en<br />
<strong>el</strong> cuarto lugar, quedó <strong>el</strong> PT, con sólo 3%. La<br />
contienda no fue tan cerrada como se había<br />
pensado, pero <strong>el</strong> PRI no obtuvo la mayoría<br />
absoluta.<br />
Gracias a las normas constitucionales sobre la<br />
distribución de los escaños plurinominales, <strong>el</strong><br />
PRI tendrá en la Cámara de Diputados 300<br />
representantes de un total de 500. En <strong>el</strong><br />
Senado tendrá una mayoría abrumadora, con<br />
95 a las 128 curules.<br />
El PRI mantuvo la presidencia en lo que<br />
muchos mexicanos y analistas extranjeros<br />
consideraron las <strong>el</strong>ecciones más limpias en la<br />
historia d<strong>el</strong> país. Los dos partidos de oposición<br />
122<br />
adoptaron posturas muy divergentes en las<br />
semanas siguientes a la <strong>el</strong>ección. El PAN<br />
denunció múltiples irregularidades <strong>el</strong>ectorales<br />
pero reconoció que <strong>el</strong> total de los resultados,<br />
y los resultados por partido, no serían muy<br />
diferentes de los resultados que consideraba<br />
como fraudulentos; es decir, los funcionarios<br />
d<strong>el</strong> partido aceptaron que <strong>el</strong> PRI ganó la<br />
presidencia, pero se p<strong>el</strong>eaban espacios en las<br />
dos cámaras federales y en algunos estados (<br />
los magistrados d<strong>el</strong> Tribunal Federal Electoral<br />
reconocieron finalmente <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong><br />
candidato panista a la presidencia municipal<br />
de Monterrey, capital de Nuevo León, un<br />
estado estratégico en la frontera con Texas).<br />
El PRD no cambió su postura de total<br />
desacuerdo con los resultados <strong>el</strong>ectorales. Sus<br />
denuncias hicieron referencia a un “fraude<br />
descomunal” que impidió votar a 10 millones<br />
de ciudadanos y que falsificó 10 millones de<br />
votos a favor de Ernesto Zedillo. La verdad es<br />
que ni Cárdenas ni ningún otro funcionario d<strong>el</strong><br />
PRD pudieron sustentar estas acusaciones,<br />
requisito indispensable para lograr la petición<br />
d<strong>el</strong> PRD de anular las <strong>el</strong>ecciones y llevar a<br />
cabo otras.<br />
Lo más importante, al margen de estas<br />
reacciones, es que no hubo ninguna<br />
movilización popular que apoyara la acusación<br />
de fraude, y que en todo <strong>el</strong> país se aceptó<br />
abiertamente que <strong>el</strong> candidato d<strong>el</strong> PRI es <strong>el</strong><br />
presidente de <strong>México</strong>. Ernesto Zedillo asumió<br />
<strong>el</strong> poder sin tener detrás de sí <strong>el</strong> fantasma que<br />
persiguió a Carlos Salinas a lo largo de sus<br />
seis años de gestión: <strong>el</strong> fantasma d<strong>el</strong> fraude.
MÉXICO ANTE LA INTEGRACIÓN<br />
DE NORTEAMÉRICA: ENTRE LA<br />
DEMOCRACIA Y EL VASALLAJE<br />
Luis González Souza<br />
Divididos de manera singularmente cruda por<br />
la frontera desarrollo/subdesarrollo, y<br />
presionados por esta “época de globalización”<br />
a estrechar como nunca antes sus r<strong>el</strong>aciones,<br />
<strong>México</strong> y Estados Unidos afrontan una<br />
responsabilidad y una disyuntiva de enorme<br />
trascendencia. La responsabilidad y una<br />
disyuntiva de enorme trascendencia. La<br />
responsabilidad consiste en demostrar que<br />
también puede derribarse <strong>el</strong> muro – menos<br />
visible pero más lacerante- que separa a las<br />
naciones pobres de las ricas, a las nacionesobjetivo<br />
de las naciones-sujeto.<br />
Y la disyuntiva es igualmente precisa: o<br />
naciones como <strong>México</strong> y Estado Unidos se<br />
sensibilizan ante <strong>el</strong> clamor mundial de<br />
democracia y, en consecuencia, se vu<strong>el</strong>can a<br />
democratizar en serio sus propias<br />
interr<strong>el</strong>aciones, o, de lo contrario, ayudarán a<br />
comprobar que la “segunda guerra fría”. Lejos<br />
de terminar, sólo cambiará de escenario<br />
principal –d<strong>el</strong> Este/Oeste al Norte/Sur- y se<br />
calentará al grado de amenazar con la<br />
reimplantación de r<strong>el</strong>aciones semejantes a las<br />
d<strong>el</strong> vasallo y <strong>el</strong> señor. En este caso, la<br />
paradoja no podría ser más dramática:<br />
vasallaje en vez de democracia, como <strong>el</strong> signo<br />
de las r<strong>el</strong>aciones entre Estados Unidos,<br />
supuesto paradigma d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> libre, y<br />
<strong>México</strong>, convertido ahora en obsesionado<br />
predicador de la modernización.<br />
Mientras tanto, las r<strong>el</strong>aciones entre ambos<br />
países continúan estrechándose. Y están por<br />
dar un salto, acaso irreversible, con la firma<br />
de un Acuerdo de Libre Comercio. Urge, en<br />
consecuencia, examinar si su destino es la<br />
democracia, o <strong>el</strong> vasallaje. Urge, para bien de<br />
todos, evitar la subordinación total de <strong>México</strong>.<br />
1. ¿QUÉ TIPO DE INTEGRACIÓN?<br />
Los espectaculares cambios en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
socialista no significan –tesis de moda en los<br />
círculos “neoliberales”- <strong>el</strong> triunfo definitivo d<strong>el</strong><br />
capitalismo y <strong>el</strong> consiguiente “fin de la<br />
historia”. Esos cambios, junto a otra variedad<br />
de indicadores, más bien significan que la<br />
histórica crisis iniciada hace más de dos<br />
décadas en los centros capitalistas<br />
(devaluación de la libra esterlina, quiebra d<strong>el</strong><br />
patrón dólar/oro, entre lo más visible), se ha<br />
extendido y profundizado al grado de<br />
inaugurar toda una nueva época en <strong>el</strong><br />
desarrollo de la humanidad. Quizás vale decir<br />
que de una crisis histórica d<strong>el</strong> capitalismo,<br />
hemos pasado a una crisis mundial de época.<br />
En todo caso, la crisis en la que seguimos<br />
inmersos, es de tal complejidad que ha vu<strong>el</strong>to<br />
obsoletas a numerosas teorías, incluidas tesis<br />
como la de “la locomotora”. La recuperación<br />
económica –frágil y efímera- lograda por<br />
algunas potencias industrializadas, lejos de<br />
arrastrar tras de sí <strong>el</strong> repunte de las demás<br />
economías, profundiza más y más la brecha<br />
Norte/Sur. Más allá de cuestiones de<br />
“interdependencia” y de “globalización”, <strong>el</strong>lo<br />
significa que la exigencia de democracia,<br />
aparte de extenderse por todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>,<br />
ahora incluye de manera inequívoca a los<br />
cimientos económicos d<strong>el</strong> sistema<br />
internacional.<br />
La superación cabal de esta crisis más que<br />
histórica, ya no podrá darse con una mayor<br />
expoliación de las naciones oprimidas –la<br />
inmensa mayoría- a cargo de un grupo de<br />
potencias. Para salir de esta crisis, ahora es<br />
indispensable la conjugación, sino sólo aqu<strong>el</strong>la<br />
que corresponda a los principios de la<br />
democracia; igualdad, equidad y desde luego<br />
libertad, pero siempre con apego a las<br />
decisiones mayoritarias.<br />
En pocas palabras, hoy se exige un nuevo<br />
estadio de integración entre las naciones –de<br />
ahí la proliferación de “bloques”- pero, de<br />
integración democrática. Esto es, una<br />
integración que corresponda a los intereses<br />
mayoritarios –los de las naciones pobres- y no<br />
a los de minorías por más poderosas que<br />
éstas sean. Una que tienda a superar las<br />
desigualdades, en vez de reproducirlas y<br />
agigantarlas. Y en fin –he aquí <strong>el</strong> vínculo<br />
ahora indisoluble entre democracia y<br />
soberanía-, una integración que se traduzca,<br />
no en la subordinación de la parte débil, sino<br />
en <strong>el</strong> respeto a sus derechos soberanos y en<br />
<strong>el</strong> consiguiente desarrollo de su capacidad<br />
para alcanzar una igualdad real.<br />
123
Democracia dentro y entre las naciones es,<br />
pues, la gran divisa para dejar atrás la grave<br />
crisis de nuestro tiempo, y para construir <strong>el</strong><br />
nuevo <strong>mundo</strong> que ya es no sólo impostergable<br />
sino factible. Si la divisa de la democracia<br />
logra arraigarse en los bloques en curso –<br />
Europa, Cuenta d<strong>el</strong> Pacífico, Norteamérica,<br />
América Latina- o en otros bloques por venir,<br />
entonces la integración jugará un pap<strong>el</strong><br />
constructivo y estimulará incluso la<br />
democratización de las r<strong>el</strong>aciones entre los<br />
propios bloques.<br />
Por <strong>el</strong> contrario, de continuar las tendencias<br />
hacia una integración antidemocrática –<br />
reproductora de la desigualdad y la<br />
subordinación-, su secu<strong>el</strong>a destructiva, de<br />
hecho desintegradora, se dejará sentir más<br />
pronto que tarde. La crisis persistirá y se<br />
profundizará aún más. El abismo entre las<br />
naciones ricas y pobres crecerá hasta hacerse<br />
insoportable. Y los bloques así integrados, con<br />
la ahora hipersensible bomba de la<br />
antidemocracia en su seno, caminarán hacia<br />
la colisión, en vez de la cooperación; pero<br />
ahora con consecuencias letales.<br />
El problema no es, entonces, la integración en<br />
sí misma, sino <strong>el</strong> tipo de integración que está<br />
en curso, y sus alternativas.<br />
2. DE LA INTEGRACION SILECIOSA A LA<br />
INTEGRACIÓN PROGRAMATICA<br />
Después de la política singularmente<br />
nacionalista que distinguió al régimen<br />
cardenista( 1934-1940 ), las r<strong>el</strong>aciones sobre<br />
todo económicas entre <strong>México</strong> y Estados<br />
Unidos comenzaron a estrecharse<br />
crecientemente, aunque con altibajos, al<br />
grado de que hacia principios de los ochenta<br />
varios tratadistas, al parecer encabezados por<br />
<strong>el</strong> norteamericano Clark Reynols, comenzaron<br />
a hablar de una integración silenciosa. En<br />
esencia, esto quería decir que, más allá de tal<br />
o cual política, la economía mexicana<br />
caminaba hacia su integración con la<br />
estadounidense en forma más bien<br />
espontánea y poco perceptible. Dicho periodo<br />
puede trazarse desde <strong>el</strong> régimen de Ávila<br />
Camacho, en <strong>el</strong> que <strong>México</strong> firmó varios<br />
acuerdos con Estados Unidos al calor de la<br />
segunda guerra mundial, hasta los arreglos<br />
financieros r<strong>el</strong>acionados con las sucesivas<br />
devaluaciones d<strong>el</strong> peso a fines d<strong>el</strong> gobierno de<br />
124<br />
López Portillo (en febrero y en agosto de<br />
1982).<br />
A partir de entonces, bajo la estrategia d<strong>el</strong><br />
cambio estructural y ahora de modernización,<br />
comienza a operarse <strong>el</strong> tránsito hacia lo que<br />
podríamos llamar una integración<br />
programática. Esto es, <strong>el</strong> estrechamiento de<br />
las r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> con Estados Unidos,<br />
ya no de manera básicamente espontánea e<br />
imperceptible, sino como fruto de un plan de<br />
gobierno que pone en <strong>el</strong> centro la reinserción<br />
de nuestro país en <strong>el</strong> “mercado mundial”, y<br />
que conlleva incluso a (re)tomar la iniciativa<br />
para suscribir un Acuerdo de Libre Comercio<br />
con Estados Unidos (<strong>el</strong> mercado por<br />
exc<strong>el</strong>encia para nuestro caso). Con este solo<br />
acuerdo, la integración termina siendo harto<br />
perceptible, amén de programada; d<strong>el</strong>ibera.<br />
En este periodo, las r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> con<br />
Estados Unidos registran verdaderos saltos en<br />
los más diversos campos, comenzando con <strong>el</strong><br />
económico. Saltos que, en su conjunto, se<br />
traducen en una profundización cualitativa,<br />
cada vez más difícil de revertir, de la<br />
dependencia de <strong>México</strong> respecto a la potencia<br />
d<strong>el</strong> norte.<br />
De 1983 a 1989, <strong>el</strong> monto acumulado de la<br />
inversión extranjera directa (IED) de Estados<br />
Unidos en <strong>México</strong> creció a más d<strong>el</strong> doble, al<br />
pasar de 7.6 mil millones de dólares (mmd) a<br />
16.7 mmd. Pero aquí, como en muchas otras<br />
cuestiones, <strong>el</strong> problema no es sólo<br />
cuantitativo. Aparte de que esa IED sigue<br />
concentrándose en ramas de la mayor<br />
rentabilidad e incluso estratégicas, al mismo<br />
tiempo crece de manera acentuada en la<br />
industria maquiladora, lo que no hace sino<br />
profundizar <strong>el</strong> carácter subordinado de<br />
nuestra economía. En ese mismo lapso, <strong>el</strong><br />
número de plantas maquiladora casi se<br />
triplicó, al pasar de 600 plantas en 1983 a 1<br />
773 en 1989, registrando así una tasa anual<br />
de crecimiento (casi 20%) en definitiva<br />
superior a la de la inversión nacional e<br />
inclusive a la de la IED en su conjunto.<br />
A su vez, <strong>el</strong> volumen comercial de <strong>México</strong> con<br />
Estado Unidos –importaciones más<br />
exportaciones- aumentó de 18.4 mmd en<br />
1983 a 26.2 mmd en 1988, y si se incluye <strong>el</strong><br />
realivo a la industria maquiladora, entonces<br />
asciende a 52 mmd en 1989. En la actualidad,
<strong>el</strong> comercio con Estados Unidos representa ya<br />
<strong>el</strong> 68% d<strong>el</strong> comercio total de <strong>México</strong>. Y si aquí<br />
también incluimos <strong>el</strong> valor agregado de las<br />
maquiladoras en <strong>el</strong> saldo comercial, entonces<br />
Estados Unidos concentra más <strong>el</strong> 80% d<strong>el</strong><br />
comercio mexicano. Otro tanto ocurre si<br />
circunscribimos <strong>el</strong> análisis a las exportaciones<br />
de <strong>México</strong> a Estado Unidos en productos<br />
manufacturados, renglón clave en la<br />
estrategia oficial de modernización. Lo que<br />
<strong>el</strong>lo implica en términos de dependencia,<br />
todavía queda más claro al considerar que un<br />
75% de la actividad exportadora de <strong>México</strong> la<br />
lleva a cabo un puñado de tan sólo 10 grandes<br />
empresas, cinco de las cuales son<br />
transnacionales con su matriz precisamente<br />
en Estado Unidos. Por lo que hace a la<br />
exportación de manufacturas en especial, más<br />
de la mitad se realizan entre matrices y<br />
filiarles estadounidenses.<br />
En materia financiera, la intensificación de las<br />
r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> con Estados Unidos se<br />
ilustra mejor con indicadores no cuantitativos<br />
y ya con claras connotaciones políticas. De<br />
manera indirecta, <strong>el</strong> peso de Washington en<br />
los asuntos de nuestro país, concretamente en<br />
cuestiones de política económica, ha crecido al<br />
parejo de los condicionamientos, cada vez<br />
más exigentes, de las “cartas de intención”<br />
firmadas con <strong>el</strong> FMI y similares. Y de manera<br />
directa, hay por lo menos dos indicadores<br />
igualmente <strong>el</strong>ocuentes: <strong>el</strong> surgimiento de los<br />
bonos cupón-cero, en los que <strong>el</strong><br />
Departamento d<strong>el</strong> Tesoro estadounidense<br />
asume de manera abierta <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de aval en<br />
las renegociaciones de la deuda externa de<br />
<strong>México</strong>; y en la última de éstas, la<br />
transformación de ese pap<strong>el</strong> en otro,<br />
propiamente de abogado ante la banca<br />
privada transnacional.<br />
La propia reprivatización de la banca<br />
mexicana, anuncia un estrechamiento todavía<br />
mayor de las r<strong>el</strong>aciones en esta materia.<br />
Aparte de que <strong>el</strong> nuevo reglamento respectivo<br />
autoriza la participación de inversionistas<br />
extranjeros hasta de un 30% de la propiedad<br />
de los bancos, ya se habla incluso de un<br />
proyecto para establecer en Baja California un<br />
enorme centro financiero que enlace a<br />
Estados Unidos no sólo con <strong>México</strong> sino con<br />
los países de la Cuenca d<strong>el</strong> pacífico. El propio<br />
turismo procedente de Estados Unidos,<br />
equivalente ya al 88.1% d<strong>el</strong> total de <strong>México</strong><br />
hacia 1988. Ha crecido a un ritmo anual d<strong>el</strong><br />
4.8% entre 1980 y ese último año.<br />
La tendencia a institucionalizar <strong>el</strong> proceso de<br />
integración de <strong>México</strong> a Estados Unidos,<br />
refleja en forma nítida <strong>el</strong> carácter<br />
programático que ahora asume ésta, así como<br />
su alcance no sólo económico. El inicio de esa<br />
tendencia podría ubicarse durante <strong>el</strong> sexenio<br />
anterior,, en la firma de dos instrumentos<br />
jurídicos de evidente trascendencia: <strong>el</strong><br />
Entendimiento sobre Subsidios y Derechos<br />
Compensatorios, en abril de 1985, y <strong>el</strong><br />
Entendimiento sobre Principios y<br />
Procedimientos de Consulta en R<strong>el</strong>aciones de<br />
Comercio e inversión, mejor conocido como <strong>el</strong><br />
Acuerdo Marco I, en noviembre de 1987.<br />
Dicha institucionalización cobra vu<strong>el</strong>o bajo <strong>el</strong><br />
actual gobierno. Sólo durante <strong>el</strong> primer año de<br />
éste, se suscriben otros trece instrumentos<br />
semejantes. En materia económica destacan<br />
<strong>el</strong> Entendimiento para facilitar <strong>el</strong> Comercio y<br />
la Inversión entre <strong>México</strong> y Estados Unidos<br />
(Acuerdo Marco II); otro para establecer un<br />
Comité para la Inversión y <strong>el</strong> Comercio entre<br />
ambos países; uno más para promover <strong>el</strong><br />
turismo y otro sobre asuntos fiscales.<br />
Este “boom” de acuerdos y convenios cubre<br />
también una variedad de cuestiones<br />
extraeconómicas: narcotráfico, construcción<br />
de puentes fronterizos, migración, protección<br />
consular, así como d<strong>el</strong> medio ambiente, ya no<br />
sólo en la frontera sino en la propia capital de<br />
la República Mexicana. Y otros rasgo, todavía<br />
más significativo, d<strong>el</strong> tránsito hacia la<br />
integración programática, es la tendencia a la<br />
binacionalización o tratamiento conjunto de<br />
cuestiones otrora nacionales. A quí la gama<br />
también es amplia. Ahora los gobiernos de<br />
<strong>México</strong> y Estados Unidos están comprometidos<br />
a suministrarse información fiscal periódica, y<br />
“se facultan para la persecución de d<strong>el</strong>itos<br />
fiscales en ambos países”. Con serias<br />
implicaciones territoriales, los ejemplos van<br />
desde la multiplicación de plantas<br />
maquiladoras mitad en <strong>México</strong>, mitad en<br />
Estados Unidos (twin plants), hasta la<br />
inminente creación de la primera ciudad<br />
binacional en <strong>el</strong> puento donde confluyen<br />
Chihuahua, Nuevo <strong>México</strong> y Texas (proyecto<br />
de Santa Teresa). En <strong>el</strong> campo de la cultura,<br />
bajo una concepción amplia de ésta, los<br />
ejemplos van desde la multiplicación de lazos<br />
125
entre universidades mexicanas y<br />
estadounidenses, la “transnacionalización” de<br />
T<strong>el</strong>evisa, ida y vu<strong>el</strong>ta (importación de<br />
ideologías, exportación de imágenes), hasta <strong>el</strong><br />
surgimiento d<strong>el</strong> primer equipo binacional en <strong>el</strong><br />
base-ball profesional (<strong>el</strong> “Tecolotes de los dos<br />
Laredos”). Y también, con cada vez más<br />
graves implicaciones políticas, la creciente<br />
cooperación binacional en la lucha conta <strong>el</strong><br />
narcotráfico, es de suyo rev<strong>el</strong>adora.<br />
3. MÉXICO-ESTADOS UNIDOS: SINGULAR<br />
EJEMPLO DE INTEGRACIÓN<br />
ANTIDEMOCRÁTICA<br />
El proceso de integración entre <strong>México</strong> y<br />
Estados Unidos, ac<strong>el</strong>erado como nunca en los<br />
últimos años según hemos reseñado, adolece<br />
de un problema capital: se trata de una<br />
integración de cabo a rabo antidemocrática.<br />
Su cimentación, sus conductores y<br />
beneficiarios principales, sus resultados para<br />
<strong>el</strong> grueso de la sociedad, en particular para la<br />
mexicana, chocan de frente con principios<br />
democráticos como los apuntados<br />
anteriormente. A largo plazo, chocan inclusive<br />
con los intereses hoy dominantes en Estados<br />
Unidos.<br />
La integración <strong>México</strong>-Estados Unidos está<br />
cimentada en un terreno difícilmente más<br />
explosivo: una historia plagada de abusos,<br />
que de hecho se inicia con trop<strong>el</strong>ías d<strong>el</strong><br />
tamaño de la anexión de poco más de la<br />
mitad d<strong>el</strong> territorio mexicano, aunada a un<br />
abismo de desigualdad en casi todos los<br />
renglones imaginables, salvo <strong>el</strong> de la identidad<br />
y fortaleza cultural, seguramente. No es grato<br />
recordarlos, pero hay que hacerlo.<br />
Como puede apreciarse en los cuadros 1y 2<br />
siguientes la desigualdad comienza en lo más<br />
<strong>el</strong>emental y se extiende hasta lo que su<strong>el</strong>e<br />
pasar desapercibido.<br />
Con tal niv<strong>el</strong> de desigualdad, aunado a la<br />
secular vocación expansionista de la potencia<br />
norteña, no debe extrañar que ésta absorba<br />
los mayores frutos en la integración de<br />
<strong>México</strong>. Lo que a su vez tiende, naturalmente,<br />
a incrementar esa desigualdad; y de plano le<br />
confiere <strong>el</strong> carácter de una integración, más<br />
que “asimétrica”, en definitiva subordinada<br />
por lo que toca a nuestra nación; en vez de<br />
126<br />
equitativa, una integración generadora de una<br />
creciente falta de reciprocidad.<br />
Así, como lo admiten incluso int<strong>el</strong>ectuales<br />
estadounidenses que simpatizan con la idea<br />
de una integración todavía mayor, “mientras<br />
<strong>México</strong> liberaliza su régimen comercial (hasta<br />
convierte en una de las economías más<br />
abiertas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>), Estados Unidos se hace<br />
más restrictivo”. En este mismo ámbito,<br />
mientras que Estados Unidos se beneficia con<br />
cuestiones como <strong>el</strong> petróleo mexicano, al<br />
grado de nutrir con éste su propia reserva<br />
estratégica. <strong>México</strong> absorbe toda suerte de<br />
productos “chatarra” debido a su apertura al<br />
exterior. Y mientras que Estados Unidos se<br />
beneficia con cuestiones como <strong>el</strong> petróleo<br />
mexicano, al grado de nutrir con éste su<br />
propia reserva estratégica, <strong>México</strong> absorbe<br />
toda suerte de productos “chatarra” debido a<br />
su apertura al exterior. Y mientras que<br />
Estados Unidos mantiene un alto niv<strong>el</strong> de<br />
competitividad internacional, <strong>México</strong> ha<br />
perdido incluso la autosuficiencia alimentaria<br />
(al tiempo que Estados Unidos se ha<br />
convertido en nuestro principal abastecedor<br />
de granos). En fin, mientras que <strong>México</strong> se<br />
ad<strong>el</strong>anta a liberalizar inclusive <strong>el</strong> sector<br />
servicios, fuertemente defendido por los<br />
países subdesarrollados en la Ronda Uruguay<br />
d<strong>el</strong> GATT, Estados Unidos mantiene severas<br />
restricciones a productos mexicanos. Y en lo<br />
que se refiere a la inversión extranjera<br />
directa, <strong>el</strong> gobierno de <strong>México</strong> expide <strong>el</strong> 16 de<br />
ayo de 1989 un reglamento que, al abrir las<br />
posibilidades de IED hasta <strong>el</strong> 100% de<br />
propiedad en una diversidad de áreas, se<br />
constituye en “uno de los más liberales d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>”.<br />
Beneficios igualmente conspicuos pueden<br />
encontrarse en la industria maquiladora en<br />
particular.
Para sólo referirnos a los que se r<strong>el</strong>acionan<br />
con la mano de obra mexicana, ya una de las<br />
más baratas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, <strong>el</strong> ahorro que logran<br />
los inversionistas extranjeros por cada<br />
trabajador que emplean, equivale a 13 dólares<br />
diarios. Si esto lo aplicamos a los 441 mil 126<br />
trabajadores que constituían la planta laboral<br />
de esta industria en 1989, entonces <strong>el</strong> ahorro<br />
–subsidio- ascendería a más de 2 mil millones<br />
de dólares al año.<br />
El marcado contraste con la suerte de los<br />
trabajadores mexicanos, muy distinta a la d<strong>el</strong><br />
capital estadounidense que opera en <strong>el</strong> país,<br />
es todavía más crudo en <strong>el</strong> caso de la<br />
“braceros”. A diferencia de los incalculables<br />
beneficios que aquél deriva ya d<strong>el</strong> reciente<br />
reglamento sobre IED, éstos sólo han visto<br />
cómo crecen los abusos, la explotación y aun<br />
las medidas racistas y represivas, gracias a la<br />
Ley Simpson-Rodino que <strong>el</strong> gobierno<br />
estadounidense tuvo a bien expedir en 1986.<br />
Un panorama igualmente inequitativo puede<br />
encontrarse en cuestiones de orden político.<br />
Mientras que <strong>el</strong> gobierno de <strong>México</strong> admite, y<br />
ahora asume como propias, diversas<br />
directivas cuyo origen puede trazarse hasta<br />
Washinton (apertura indiscriminada al<br />
exterior, más facilidades al capital extranjero,<br />
privatización de empresas estatales,<br />
contracción d<strong>el</strong> gasto público y de los<br />
salarios), en cambio <strong>el</strong> gobierno de Estados<br />
Unidos da rienda su<strong>el</strong>ta a medidas tan<br />
arbitrarias como unilaterales. Inclusive, lejos<br />
de admitirlas, ni siquiera da respuesta a<br />
ciertas notas diplomáticas de protesta, como<br />
las ligadas con <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> narcotráfico.<br />
Por sí sólo, este problema es bastante<br />
ilustrativo. De unos años para acá, <strong>México</strong><br />
también ha hecho suya la lucha contra <strong>el</strong><br />
narcotráfico. En consecuencia, ha movido ci<strong>el</strong>o<br />
y tierra, aun con costos económicos e incluso<br />
políticos no despreciables: aumento de gastos<br />
logísticos, firma de convenios con Estados<br />
Unidos, tolerancia ante sus agentes (DEA en<br />
particular), movilizaciones y quemas sin<br />
precedentes, entre otras cosas. Por <strong>el</strong><br />
contrario, Estados Unidos se rehúsa a<br />
combatir en serio las raíces d<strong>el</strong> narcotráfico en<br />
su propio terruño (si invertimos la ley de Say,<br />
sin demanda no habría oferta). D e hecho, se<br />
mantiene como <strong>el</strong> mayor mercado mundial en<br />
<strong>el</strong> consumo de drogas e, inclusive, como <strong>el</strong><br />
líder en la producción de enervantes “caseros”<br />
(en los propios hogares de estadounidenses),<br />
que es francamente tolerada.<br />
127
La inquietud constante, como sistema, no<br />
puede sino alimentar la desigualdad de<br />
origen. Se genera así un círculo por demás<br />
vicioso: desigualdad-inequidad-más<br />
desigualdad.<br />
Sobre esta desigualdad creciente, hay<br />
indicadores nítidos, precisamente en este<br />
periodo en que se transita a la integración<br />
programática. La implicación de la brecha<br />
entre <strong>México</strong> y Estados Unidos puede<br />
apreciarse con claridad incluso en <strong>el</strong> terreno<br />
predilecto d<strong>el</strong> tipo de modernización en curso:<br />
la eficiencia y la competitividad, medidas<br />
simplemente por la capacidad de exportación.<br />
Mientras que en 1983 <strong>el</strong> superávit comercial<br />
de <strong>México</strong> con Estados Unidos alcanzó los 7<br />
mil 532 millones de dólares, para agosto de<br />
1989 ya sólo sumaba 431 millones. Mientras<br />
que en 1980 la economía de Estados Unidos<br />
era sólo 16 veces más grande que la de<br />
<strong>México</strong>, para 1989 ya era 27 veces mayor.<br />
Y en lo que concierne a la cuestión social,<br />
clave en una modernización no tecnocrática<br />
sino que pregona razones humanistas,<br />
también hay un indicador concluyente. De<br />
1980 a 1989, <strong>el</strong> ingreso por habitante es<br />
Estados Unidos pasó a significar ya no 6 sino<br />
10 veces <strong>el</strong> de <strong>México</strong>.<br />
Ligado al círculo de la desigualdad creciente,<br />
la integración antidemocrática que rige las<br />
r<strong>el</strong>aciones <strong>México</strong>-Estados Unidos, está<br />
también montada en otro círculo de plano<br />
perverso: dominación-sumisión-mayor<br />
dominación. En verdad, a más concesiones de<br />
<strong>México</strong> han seguido más exigencias de<br />
Estados Unidos; a más expectativas de<br />
reciprocidad, más actos de arbitrariedad; a<br />
más reclamos de igualad soberana, más<br />
desplantes de prepotencia.<br />
Pese a que en <strong>el</strong> anterior gobierno de <strong>México</strong><br />
se empeñó como pocos en quedar bien con <strong>el</strong><br />
de Estados Unidos, en ese periodo se<br />
registraron actos de una hostilidad sin<br />
precedentes cercanos: enjuiciamiento de<br />
<strong>México</strong> ya sea a través de las Audiencias<br />
H<strong>el</strong>ms, o bien de los “cerificados de conducta”<br />
en <strong>el</strong> combate al narcotráfico; <strong>el</strong> cierre<br />
unilateral de la frontera a raíz d<strong>el</strong> caso<br />
Camarena; la expedición de la Ley Simpson-<br />
Rodino, para no hablar d<strong>el</strong> caudal de acciones<br />
intervencionistas d<strong>el</strong> entonces embajador de<br />
128<br />
Estados Unidos en <strong>México</strong>, tanto que llegó a<br />
hablarse de toda una “operación Gavin”.<br />
Y ahora, no obstante que <strong>el</strong> actual gobierno<br />
de <strong>México</strong> se esmera en hace de la<br />
“cordialidad” (Espíritu de Houston) <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lo de<br />
toda una nueva época a inaugurar en las<br />
r<strong>el</strong>aciones con Estados Unidos, <strong>el</strong> gobierno de<br />
éste sólo atina acentuar <strong>el</strong> carácter<br />
antidemocrático de esas r<strong>el</strong>aciones. El norte<br />
de <strong>México</strong> se enfrenta, ya no al espectro de<br />
un “muro de tortilla”, sino a la cruda realidad<br />
de una frontera cada vez más militarizada.<br />
Crece también <strong>el</strong> manejo policiaco-militar de<br />
la inmigración de trabajadores mexicanos.de<br />
hecho, se ha desatadouna gran oleada de<br />
racismo (Light up the border y similares) que<br />
en unos cuantos meses arroja un saldo de<br />
cerca de 10 mexicanos asesinados, incluso a<br />
manos de la “migra” estadounidense.<br />
No sobra recordar que las políticas represivas<br />
son la antitesis de cualquier noción de<br />
democracia. Como también lo son los actos<br />
que pasan por encima de los principios y de<br />
las normas más <strong>el</strong>ementales de la soberanía<br />
de un país y d<strong>el</strong> derecho internacional,<br />
respectivamente.<br />
A esto también ha llegado <strong>el</strong> gobierno de los<br />
Estados Unidos con <strong>el</strong> sonado secuestro en<br />
nuestro territorio d<strong>el</strong> doctor Álvarez Machain<br />
cuya devolución fue solicitada por <strong>el</strong> gobierno<br />
mexicano casi un mes después d<strong>el</strong> suceso, y<br />
que <strong>el</strong> propio presidente bush se encargo de<br />
desestimarla al decir que ese es un asunto de<br />
las autoridades judiciales de los Estados<br />
Unidos. Lejos de tratarse de un incidente, más<br />
bien refleja un nuevo salto en <strong>el</strong> círculo<br />
dominación-sumisión-mayor dominación.<br />
Ahora se sabe que Álvarez Machain no fue <strong>el</strong><br />
primero, ni probablemente <strong>el</strong> ultimo. Mas aun,<br />
esta nueva tendencia a atrop<strong>el</strong>lar incluso<br />
nuestra soberanía territorial y jurídica, no se<br />
limita a la política de la “persecución en<br />
caliente” (hot pursuit) de supuestos<br />
narcotraficantes. Ya es también d<strong>el</strong> dominio<br />
público que en julio de 1989 fueron<br />
secuestrados, o extraídos por cuenta propia<br />
de las autoridades estadounidenses, dos<br />
trabajadores mineros de Coahuila, por<br />
estimarse sospechosos de un asesinato en <strong>el</strong><br />
condado de jefferson.
El círculo se cierra, en este nuevo salto, con la<br />
polémica y arbitraria instalación de un grupo<br />
militar o paramilitar antinarcóticos en la<br />
embajada estadounidense en <strong>México</strong>. Según<br />
lo reporto los Áng<strong>el</strong>es times a principios de<br />
junio de 1990.<br />
Queda claro, pues, <strong>el</strong> carácter profundamente<br />
antidemocrático de una integración montada<br />
en los círculos viciosos que hemos anotado, y<br />
que juntos constituyen una cadena de franca<br />
ignominia: desigualdad-inequidad-masdesigualdad-subordinacion-dominacionsumision-mayor<br />
dominacion.con <strong>el</strong> tipo de<br />
integración en curso, entre mas crece la<br />
necesidad de democratizar las r<strong>el</strong>aciones<br />
entre <strong>México</strong> y Estados Unidos, mas<br />
retrocedemos a las r<strong>el</strong>aciones propias d<strong>el</strong><br />
vasallaje.<br />
Es cierto, que a secas y en frio, nadie puede<br />
predecir sin la firma d<strong>el</strong> acuerdo d<strong>el</strong> libre<br />
comercio (ALC) con Estados Unidos, arrojara<br />
un saldo favorable o perjudicial para <strong>México</strong>.<br />
No menos cierto, empero, es que <strong>el</strong> análisis<br />
científico de lo social nada tiene que ver con <strong>el</strong><br />
aislamiento de su objeto en las comodidades<br />
de un laboratorio.<br />
Bajo <strong>el</strong> contexto como <strong>el</strong> esbozado en los<br />
apartados anteriores mas bien seria un<br />
ingenuo no prever un saldo desfavorable para<br />
<strong>México</strong> y, a la larga,<br />
Para <strong>el</strong> propio Estados Unidos de resultar<br />
medianamente certero <strong>el</strong> diagnostico sobre <strong>el</strong><br />
tipo de integración que padecen las r<strong>el</strong>aciones<br />
<strong>México</strong>-Estados Unidos, <strong>el</strong>lo parecería<br />
suficiente para ad<strong>el</strong>antar que la firma d<strong>el</strong> ACL<br />
abrirá toda una nueva etapa en <strong>el</strong> proceso de<br />
subordinación/dominación entre ambos<br />
países. ¿O es que existe algún indicador<br />
objetivo de que apartir de la firma d<strong>el</strong> ACL, <strong>el</strong><br />
gobierno de los Estados Unidos se volcara a<br />
democratizar y equilibrar sus r<strong>el</strong>aciones con<br />
<strong>México</strong>?<br />
Hasta ahora, los únicos indicadores específicos<br />
que hay aparte de los vistos, mas bien<br />
apuntan hacia los preparativos que ya hace <strong>el</strong><br />
gobierno de los Estados Unidos para acabar<br />
de “atornillar” a <strong>México</strong> dentro de su “bloque<br />
norteamericano”.No habían pasado ni tres<br />
días d<strong>el</strong> comunicado en que los presidentes<br />
salinas y bush anuncian su disposición a<br />
firmar <strong>el</strong> ACL(Washington, 12 de junio de<br />
1990), cuando este último, a través de su<br />
representante de Comercio Exterior, Carla<br />
Hills, comenzó a “enseñar las uñas”. Ante <strong>el</strong><br />
Subcomité de Comercio de la Cámara de<br />
Representantes estadounidense, Hills se<br />
apresuró a esbozar la nueva lista de<br />
exigencias para <strong>México</strong>, que Estados Unidos<br />
buscaría satisfacer con <strong>el</strong> ALC: mayor<br />
apertura comercial, más facilidades para los<br />
inversionistas extranjeros, su extensión a<br />
campos como la banca, los seguros y los<br />
transportes, entre otras cosas. Como la otra<br />
punta de la misma tijera, la Cámara<br />
Americana de Comercio en <strong>México</strong>, por<br />
conducto de su recién estrenado presidente,<br />
Chris Marshall, se encargó de confirmar <strong>el</strong><br />
nuevo apetito estadounidense, y de ampliar la<br />
lista de exigencias: garantías constitucionales<br />
para la inversión extranjera, más acceso a las<br />
áreas financieras, e inclusive, mejorías en <strong>el</strong><br />
sistema educativo a efecto de capacitar más a<br />
los trabajadores mexicanos.<br />
No son gratuitos, entonces, la preocupación,<br />
las reticencias y aun <strong>el</strong> rechazo de los más<br />
diversos sectores de la sociedad mexicana<br />
ante la inminente firma de ALC. Por razones<br />
d<strong>el</strong> espacio, sólo haremos referencia a los<br />
casos límite, esto es, a opiniones que en otras<br />
circunstancias, o tiempos, uno supondría<br />
favorables a ese acuerdo.<br />
Por lo que toca al sector empresarial, <strong>el</strong><br />
Consejo Nacional de Comercio Exterior<br />
(CONACEX) subraya ciertos problemas<br />
internos como la falta de infraestructura, <strong>el</strong><br />
alto costo d<strong>el</strong> financiamiento a la inversión y<br />
la ausencia de una cultura exportadora en<br />
<strong>México</strong>. A su vez, organismos como la<br />
CANACINTRA reiteradamente han expresado<br />
su preocupación por la quiebra de empresas<br />
pequeñas y medianas ante la excesiva<br />
apertura al exterior de la economía mexicana,<br />
lo que ciertamente agudizará la firma d<strong>el</strong> ALC.<br />
Por lo que hace a la int<strong>el</strong>ectualidad<br />
“neoliberal” o conservadora, es significativo<br />
que a juicio d<strong>el</strong> Centro de Análisis e<br />
Investigación Económica d<strong>el</strong> Instituto<br />
Tecnológico autónomo de <strong>México</strong> (ITAM), uno<br />
de los mayores riesgos que se corren con un<br />
tratado así, es la “agudización de las<br />
desigualdades sociales, lo que incrementaría<br />
la amenaza de conflictos sociales y políticos<br />
129
en <strong>el</strong> país”. Y asegura que los beneficios<br />
directos d<strong>el</strong> tratado serían a corto plazo,<br />
únicamente para “los sectores modernos y <strong>el</strong><br />
factor capital”. Una preocupación similar se<br />
aprecia en <strong>el</strong> director d<strong>el</strong> Instituto<br />
Panamericano de Alta Dirección de Empresas<br />
(IPADE), cuando afirma que “los mecanismos<br />
concretos para incrementar las ventas (…)<br />
hacia países como Estado Unidos y Canadá<br />
deben tener presente que <strong>el</strong> fin de todas estas<br />
gestiones de apertura comercial es promover<br />
la dignidad humana de los mexicanos que<br />
viven en la pobreza por carecer de<br />
oportunidades de trabajo suficientemente<br />
remunerado”. Aquí es preciso reparar en <strong>el</strong><br />
hecho de que, justamente en estos años de<br />
mayor integración a Estado Unidos, <strong>el</strong> empleo,<br />
<strong>el</strong> salario real y <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> general de vida de los<br />
mexicanos han caído a niv<strong>el</strong>es sin precedentes<br />
cercanos. Y también hay que reparar en <strong>el</strong><br />
desempleo que de inmediato ocasionó para<br />
Canadá la entrada en vigor de su ALC con<br />
Estados Unidos.<br />
En <strong>el</strong> medio partidista, es sobresaliente <strong>el</strong><br />
rechazo al ALC por dirigentes d<strong>el</strong> Partido<br />
Acción Nacional (PAN), partido cuya divisa<br />
principal ciertamente no es la d<strong>el</strong><br />
nacionalismo. En un interesante artículo, <strong>el</strong><br />
dirigente Bernardo Bátiz recoge y respalda las<br />
conclusion4es de un estudio de un diputado<br />
también panista, que por cierto renunció a su<br />
diputación en protesta contra <strong>el</strong> ALC: “José<br />
Pedro Gama señala que un tratado de libre<br />
comercio significa ponernos en <strong>el</strong> inicio de un<br />
tobogán que irremediablemente termina en un<br />
‘mercado común’; y para la existencia y<br />
defensa de éste, será sin duda necesario,<br />
tarde o temprano, un aranc<strong>el</strong> común externo<br />
y luego, por <strong>el</strong> inevitable desequilibrio de las<br />
balanzas comerciales se verá como lógica<br />
consecuencia, <strong>el</strong> establecimiento de un<br />
sistema monetario común, cuya unidad será<br />
sin duda <strong>el</strong> dólar. Acabaremos comprando en<br />
inglés, hablando en inglés y pensando como<br />
personajes de tira cómica.”<br />
En <strong>el</strong> propio Estados Unidos se escuchan<br />
voces de caut<strong>el</strong>a, incluso por personas<br />
también representativas de casos-límite. Brian<br />
Timothy Bennet, negociador d<strong>el</strong> gobierno<br />
estadounidense en asuntos comerciales con<br />
<strong>México</strong> durante <strong>el</strong> periodo 1985-1988 y actual<br />
asesor en la administración Bush, “asegura<br />
que <strong>el</strong> libre comercio entre ambos países no<br />
130<br />
va a solucionar los problemas de <strong>México</strong>,<br />
porque sólo es un método para mejorar <strong>el</strong><br />
ambiente en que se dan la inversión y <strong>el</strong><br />
comercio entre ambos países”. A su vez, para<br />
<strong>el</strong> especialista Sydney Weintraub, al<br />
que ya nos hemos referido, “la conclusión<br />
inevitable es que aun si (..:) <strong>México</strong> decidiera<br />
ingresar a un ALCAN, tendrían que hacerse<br />
enormes cambios en las provisiones d<strong>el</strong><br />
acuerdo entre Estados Unidos y Canadá para<br />
<strong>México</strong> (…). La razón que <strong>México</strong> aduciría para<br />
ingresar en términos menos estrictos que los<br />
aceptados por los otros dos países, sería que<br />
es un país en desarrollo, pero sería difícil<br />
persuadir a los otros dos países (…) para<br />
adecuarse al grado de desarrollo de <strong>México</strong>.”<br />
Lo cierto es que, con la firma d<strong>el</strong> ALC, Estados<br />
Unidos buscará obtener todavía más ventajas<br />
de <strong>México</strong>. Y con <strong>el</strong>lo, se registrará un nuevo<br />
salto, acaso decisivo, en la integración<br />
antidemocrática entre ambos países. Si lo<br />
visto no fuese suficiente, hay que recordar –a<br />
contrap<strong>el</strong>o de teorías como la d<strong>el</strong> “fin de la<br />
historia”- que Estados Unidos también es<br />
parte, en cierto modo medular, de la crisis de<br />
nuestra época.<br />
Lejos de alcanzar un verdadero auge, <strong>el</strong><br />
crecimiento d<strong>el</strong> PIB estadounidense, en<br />
término real parece un incontrolable sube y<br />
baja: 3.6% en 1983, 6.8% en 1984, 3.4% en<br />
1985, 2.7% en 1986, 3.7% en 1987, 4.4% en<br />
1988 y, según informes pr<strong>el</strong>iminares, 3.0% en<br />
1989. Aparte de errático, es un crecimiento<br />
sostenido en mucho de manera artificial, como<br />
bien lo rev<strong>el</strong>a la persistencia de sus déficit<br />
“gem<strong>el</strong>os”, <strong>el</strong> presupuestal y <strong>el</strong> comercial, que<br />
en 1989 todavía ascendieron a cerca de 150 y<br />
110 mil millones de dólares, respectivamente.<br />
Más rev<strong>el</strong>ador aún, es que mientras en Japón<br />
la productividad crece a una tasa entre 2.5 y<br />
3% anual año y en la CEE lo hace entre 1.5 y<br />
2%, en Estados Unidos la productividad sigue<br />
viajando a tasas inferiores al 1% anual. Y su<br />
planta industrial todavía adolece de un 20%<br />
de capacidad instalada ociosa.<br />
Tan sólo esos datos, junto a que Estados<br />
Unidos nuevamente “está entrando en una<br />
recesión que probablemtne sea larga” y quizá<br />
desenlace en una “depresión”, dan<br />
fundamento a la tesis de fondo. Si Estados<br />
Unidos busca conformar su propio bloque<br />
norteamericano (<strong>México</strong> y Canadá), y en rigor
un bloque continental, “panamericano” –viejo<br />
propósito finalmente confesado en la iniciativa<br />
para las Américas lanzada por <strong>el</strong> presidente<br />
Bush <strong>el</strong> 28 de junio de 1990-, es para<br />
sobrevivir como gran potencia ante <strong>el</strong> empuje<br />
de Japón y la CEE (la “Europa Unida” de<br />
1992). Para <strong>el</strong>lo, se apoyará en todas las<br />
naciones a la mano, comenzando con las que<br />
ingresan a su “zona de libre comercio”. <strong>México</strong><br />
no debe hacerse ilusiones, pero tampoco<br />
puede cruzarse de brazos.<br />
En <strong>el</strong> nuevo camino a emprender ya hay una<br />
pista segura: en condiciones tan<br />
antidemocráticas y realidades tan<br />
contrastadas como las que hoy enmarcan las<br />
r<strong>el</strong>aciones <strong>México</strong>-Estados Unidos, y en un<br />
momento de tanta debilidad económica y<br />
política de <strong>México</strong>, la firma d<strong>el</strong> ALC no hará<br />
más que precipitar y acaso concluir muestra<br />
carrera hacia <strong>el</strong> precipicio d<strong>el</strong> vasallaje.<br />
Ingresados al “bloque norteamericano”, será<br />
harto difícil salir de él.<br />
5. PREMISAS INELUDIBLES DE UNA<br />
ALTERNATIVA<br />
Apuntamos al principio de esta ensayo que<br />
una mayor integración entres las naciones, o<br />
incluso la conformación de bloques, es un<br />
imperativo de nuestro tiempo. La cuestión a<br />
dilucidar radica en los tipos de integración<br />
que, esquemáticamente, se resumen en dos,<br />
según se apeguen o no a los principios de la<br />
democracia.<br />
Si hacia <strong>el</strong> norte, como vimos, no hay por<br />
ahora condiciones mínimas para una<br />
integración democrática, es preciso buscarla<br />
por otro lado. De hecho, no hay mucho que<br />
buscar. Que <strong>el</strong> ideal bolivariano haya sido<br />
harto manoseado, e incluso pervertido, no<br />
significa que sea un ideal muerto. <strong>México</strong>,<br />
como se insiste hasta <strong>el</strong> cansancio, es una<br />
entraña, sin duda importante, de América<br />
Latina. El reto es dejar a un lado la retórica y<br />
actuar en consecuencia.<br />
En vez de esgrimir una y otra vez declive de<br />
los lazos económicos entre las naciones<br />
latinoamericanas, como <strong>el</strong> argumento para<br />
desestimar la integración de nuestra América,<br />
mejor hay que indagar las causas y ponerles<br />
remedio. O, para nuestro caso, ver ese hecho<br />
con un sentido autocrítico. ¿Por qué <strong>México</strong><br />
sólo en los discursos ha dado prioridad a<br />
América Latina? ¿Quiénes son los<br />
responsables y cuáles las causas de que<br />
nuestro comercio con Estados Unidos aumentó<br />
de 18.4 a 26.2 mmd en los últimos siete años,<br />
y en cambio, con América Latina sólo pasó de<br />
1 a 1.4mmd?.<br />
Más grotesco resulta esgrimir la pobreza de<br />
nuestras naciones como <strong>el</strong> argumento para<br />
mejor engancharnos con los ricos d<strong>el</strong> norte.<br />
“El mercado común latinoamericano no es<br />
viable. “ Así pontifica uno de los grandes<br />
ideólogos d<strong>el</strong> empresariado (monopolista)<br />
mexicano, Juan Sánchez Navarro, para en<br />
seguida agregar: “Sería muy interesante y<br />
muy romántico, pero en la realidad, <strong>el</strong><br />
mercado común latinoamericano no tendrá<br />
nunca resultados verdaderamente optimistas.”<br />
Y concluye haciendo uso de la sabiduría<br />
popular “Hay un dicho que explica lo que<br />
quiero decir: matrimonio de arrancados,<br />
fábrica de encuerados. Quiere decir que los<br />
pobres, cuando nos juntamos, no logramos<br />
hacernos ricos.”<br />
Evidentemente, con esa clase de<br />
razonamientos empresariales, América Latina<br />
jamás irá lejos. El asunto es más complejo y<br />
no admite suplismos. Lo que en realidad<br />
resulta romásntico,e incluso irresponsable, es<br />
desentenderse de hechos como <strong>el</strong> de que gran<br />
parte de la pobreza latinoamericana tiene que<br />
ver precisamente con <strong>el</strong> expansionismo –no<br />
por fuerza territorial- de potencias como<br />
Estados Unidos; o <strong>el</strong> de que subordinados por<br />
completo a éste, en ningún momento<br />
garantiza riqueza para todos (Estados Unidos<br />
no es un manantial infinito de oro y sí, en<br />
cambio, algo racista); o <strong>el</strong> de que la lucha de<br />
los latinoamericanos no es sólo por “riquezas”,<br />
sino también –y a veces más-por imperativos<br />
de dignidad y de democracia; o <strong>el</strong> de que<br />
América Latina no es sólo “pobreza”; o en<br />
todo caso <strong>el</strong> de que cuando los pobres se<br />
cansan y se unen, más que “ricos”, se hacen<br />
revolucionarios.<br />
De modo que la primera gran premisa de una<br />
integración alternativa, democrática, consiste<br />
en revalorar <strong>el</strong> enorme potencial –económico,<br />
político y sin duda cultural- de América Latina.<br />
Y, en seguida, recobrar –quienes la perdieron-<br />
la confianza en nosotros mismos.<br />
131
La siguiente premisa es la de volcarse a<br />
constituir un bloque Latinoamérica. Y hacerlo<br />
sin demora, antes de que se consuman o<br />
multipliquen los desgajamientos, siempre<br />
deplorables. El anuncio d<strong>el</strong> ALC <strong>México</strong>-<br />
Estados Unidos y la iniciativa para las<br />
Américas de Bush han puesto en marcha una<br />
p<strong>el</strong>igrosa carrera contra <strong>el</strong> tiempo.<br />
Constituido <strong>el</strong> bloque latinoamericano,<br />
entonces sí, podremos r<strong>el</strong>acionarnos con otros<br />
bloques sobre bases de verdadero respeto y<br />
beneficio recíprocos. Podremos diversificar en<br />
serio r<strong>el</strong>aciones, sin perder la brújula y sin<br />
sucumbir en la retórica. Y, entonces sí, <strong>México</strong><br />
podrá acometer con mucho mayor posibilidad<br />
de éxito ese reto de trascendencia<br />
permanente, que es la democratización de sus<br />
r<strong>el</strong>aciones con Estados Unidos. Desgajado, en<br />
cambio, de sus raíces latinoamericanas, más<br />
pronto que tarde <strong>México</strong> terminará avasallado.<br />
Y a la larga, <strong>el</strong>lo será contraproducente para<br />
<strong>el</strong> propio Estados Unidos. Porque, como bien<br />
lo ha dicho <strong>el</strong> norteamericano Peter smith, copresidente<br />
ejecutivo de la Comisión Binacional<br />
<strong>México</strong>-Estados Unidos, creada a mediados de<br />
los años ochenta: “Tal vez lo más importante<br />
es que Estados Unidos reconozca <strong>el</strong> derecho<br />
de <strong>México</strong> a la soberanía (…). No se trata de<br />
una exhortación piadosa. Estados Unidos tiene<br />
mucho que ganar de un <strong>México</strong> próspero e<br />
independiente, y mucho que perder de un<br />
vecino (…) debilitados y dependiente.”<br />
<strong>México</strong>, a su vez, tiene mucho que ganar de<br />
un Estados Unidos en verdad democrático. Y<br />
mucho que perder si El mismo no transita<br />
hacia una genuina democracia, y hace valer,<br />
junto a las demás naciones latinoamericana,<br />
su derecho a la soberanía.<br />
POSTSCRIPTUM<br />
MÁS CERCA DEL VASALLAJE QUE DE LA<br />
DEMOCRACIA<br />
Es lamentable, pero cierto. Al año de haber<br />
escrito <strong>el</strong> ensayo anterior siguen<br />
predominando los hechos y las tendencias que<br />
apuntan hacia <strong>el</strong> avasallamiento de <strong>México</strong> por<br />
parte de Estados Unidos, más que a la<br />
instauración de la democracia, dentro y entre<br />
ambas naciones.<br />
132<br />
Ello ocurre no obstante que durante <strong>el</strong> mismo<br />
lapso la necesidad y <strong>el</strong> clamor de democracia<br />
no han hecho más que crecer en todo <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>. Y también –vara paradojas- no<br />
obstante que <strong>el</strong> gobierno de Estados Unidos<br />
arrecia sus prédicas sobre la democracia, al<br />
tiempo que <strong>el</strong> de <strong>México</strong> insiste en<br />
presentarse como <strong>el</strong> único camino a la<br />
modernización, a su concepción de ésta, como<br />
la única con validez.<br />
Repasemos, con miras a actualizarlas, las<br />
tesis principales d<strong>el</strong> ensayo original.<br />
Discúlpese de antemano lo esquemático de<br />
estas notas.<br />
I<br />
Lejos de ser cabalmente solucionada, la crisis<br />
continúa su transformación de una crisis<br />
histórica d<strong>el</strong> capitalismo a una crisis mundial<br />
de época. La alternativa socialista acentúa su<br />
retroceso al grado de registrar graves<br />
convulsiones, lo mismo en Yugoslavia y<br />
Albania que en la propia Unión Soviética.<br />
Aunque <strong>el</strong> presidente Bush se ha atrevido a<br />
decretar <strong>el</strong> fin de la crisis para su país, <strong>el</strong> FMI<br />
advierte que <strong>el</strong> crecimiento de los países<br />
industrializados durante 1991 sólo será de<br />
1.3%, sin duda contrastante con <strong>el</strong> 2.5% d<strong>el</strong><br />
año anterior. Y qué decir de los países<br />
latinoamericanos y los demás<br />
subdesarrollados. De no registrarse cambios<br />
radicales, la “década perdida” (años ochenta)<br />
parecería dar paso a algo así como un estado<br />
de coma.<br />
La democracia, bajo una óptica profunda, se<br />
confirma como <strong>el</strong> principal cambio hoy<br />
requerido, incluso para superar la crisis de<br />
nuestra época, la cual sigue adquiriendo tal<br />
complejidad y amplitud, que sólo podrá<br />
superarse con la participación equitativa de<br />
todas las naciones; no más con la expoliación<br />
de las débiles por las fuertes. Por sí solo, <strong>el</strong>lo<br />
explica la necesidad de nuevos estadios de<br />
integración. Pero si está –como claramente<br />
ocurre en <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong> y Estados Unidos-<br />
no resulta una integración democrática, la<br />
crisis, y su creciente secu<strong>el</strong>a de conflictos, ahí<br />
seguirán.<br />
Por si hubiera dudas, la necesidad de<br />
democracia ha recibido un nuevo jalón ahora<br />
que en <strong>el</strong> Golfo Pérsico resurgió su negación
extrema: <strong>el</strong> empleo de la fuerza incluso<br />
militar, por lo demás, en una guerra a todas<br />
luces desigual (una coalición de más de 20<br />
gobiernos, comandados por <strong>el</strong> de Estados<br />
Unidos contra Irak). Y qué decir de su saldo<br />
acaso principal: <strong>el</strong> anuncio de un “nuevo<br />
orden mundial” (Bush) tan antidemocrático,<br />
que postula la instauración de una especie de<br />
dictadura unipolar a escala mundial.<br />
II<br />
A la par que crecen la necesidad y las<br />
existencias de democracia, la otro “integración<br />
silenciosa” de <strong>México</strong> a Estados Unidos ac<strong>el</strong>era<br />
su paso, bajo la actual política oficial de<br />
modernización, a una integración tan ruidosa<br />
como programática: como eje d<strong>el</strong> actual<br />
programa de gobierno. No otra cosa puede<br />
inferirse d<strong>el</strong> empeño obsesivo en firmar un<br />
Tratado de Libre Comercio (TLC) con nuestros<br />
vecinos d<strong>el</strong> norte, Un tratado que, más allá de<br />
la retórca, sin duda transcenderá la esfera<br />
comercial, y afectará prácticamente todos los<br />
ámbitos imaginables (cultura, política y<br />
demás).<br />
Si bien ha llegado a matizarse –acaso por<br />
tácticas <strong>el</strong>ementales de negociación- la<br />
trascendencia conferida al TLC por <strong>el</strong> actual<br />
grupo gobernante en nuestro país, aún<br />
retiemblan dichos como <strong>el</strong> de que aquél<br />
significa “la última oportunidad” para que<br />
<strong>México</strong> se suba al tren de la modernización.<br />
Sin cuestionar en absoluto <strong>el</strong> estereotipo<br />
norteamericano de modernidad, <strong>el</strong> TLC es<br />
presentado como la llave que por fin abrirá a<br />
<strong>México</strong> las puertas d<strong>el</strong> Primer Mundo.<br />
En consecuencia, ya se toman medidas de<br />
todo tipo para asegurar la firma d<strong>el</strong> TLC y<br />
que, en su conjunto, no hacen sino alimentar<br />
las tendencias a la binacionalización y a la<br />
institucionalización d<strong>el</strong> proceso integrador<br />
hacia <strong>el</strong> norte. A manera de pavimentación d<strong>el</strong><br />
tratado, comienzan a multiplicarse los<br />
“Memorándum de entendimiento”. Que<br />
abarcan desde cuestiones laborales hasta<br />
educativas. Y a manera de válvulas de<br />
seguridad – para que no se frustre aquél- ya<br />
se habla de una veintena de asuntos que,<br />
previstas complicación en negociaciones<br />
trilaterales (<strong>México</strong>, Estados Unidos y<br />
Canadá), serán materia de otros tantos<br />
convenios bilaterales entre nuestro país y <strong>el</strong><br />
vecino.<br />
Es cierto que, también en estos meses, se han<br />
multiplicado los intentos de dar credibilidad a<br />
la tesis de la diversificación incluyendo <strong>el</strong><br />
recuerdo d<strong>el</strong> ideal bolivariano. Así, <strong>el</strong> propio<br />
Salinas de Gortari fue a plantear a la ALADI<br />
sus diez puntos concretos para avanzar en la<br />
integración –económica, más no política- de<br />
América Latina. Así también, <strong>México</strong> recién ha<br />
ingresado al Consejo Económico de la Cuenca<br />
d<strong>el</strong> Pacífico. E incluso se ha atrevido –como si<br />
<strong>el</strong> subdesarrollo fuese superable por decreto-<br />
a solicitar su ingreso a la Organización de<br />
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)<br />
que agrupa al grueso de los países<br />
industrializados. En los hechos, sin embargo,<br />
la integración que realmente avanza es la<br />
integración de <strong>México</strong> a Estados Unidos.<br />
El problema es que se trata de una<br />
integración cada vez más subordinada, a la<br />
vez que distante de cualquier idea seria sobre<br />
la democracia.<br />
III<br />
En todos sus órdenes, sigue creciendo la<br />
desigualdad de <strong>México</strong> frente a Estados<br />
Unidos. Crece incluso en ese terreno<br />
predilecto de la modernización tecnocrática,<br />
que es la eficiencia, sobre todo medida en<br />
competitividad comercial. La merma d<strong>el</strong><br />
superávit comercial de <strong>México</strong> ante Estados<br />
Unidos, tendencia que registramos en <strong>el</strong><br />
ensayo original, ahora ha avanzado al grado<br />
de transformarse en déficit.<br />
Ni qué decir de la desigualdad política. Ahora<br />
Estados Unidos se siente –como lo dijo Bush<br />
al término de su aventura en <strong>el</strong> Pérsico- la<br />
única nación con la “estatura moral y los<br />
medios” para instaurar todo un nuevo orden<br />
mundial. En cambio <strong>México</strong> –su élite<br />
gobernante, para ser exactos- parece<br />
renunciar, en los hechos, a toda posibilidad de<br />
desarrollo independiente. Al apostarlo todo a<br />
la integración con Estados Unidos –supuesta<br />
“vía rápida” a la modernidad-, implícitamente<br />
se confiesa impotente, o por lo menos falta de<br />
imaginación, para llevar a buen puesto <strong>el</strong><br />
proyecto histórico de <strong>México</strong>, que nada tiene<br />
que ver con la subordinación a potencia<br />
alguna.<br />
133
Y como antes lo hemos sugerido, la<br />
desigualdad creciente no hace más que<br />
alimentar la arbitrariedad, la falta de<br />
reciprocidad, la prepotencia e incluso la<br />
hostilidad, dando pie a un círculo en definitiva<br />
vicioso. Es mucho lo que al respecto se ha<br />
acumulado en los últimos meses. Sólo<br />
reparemos en que, a cambio de la cordialidad<br />
(Espíritu de Houston) ofrecida y mantenida<br />
por <strong>el</strong> bloque gobernante en <strong>México</strong>, d<strong>el</strong> lado<br />
norteamericano persisten las prácticas<br />
proteccionalistas y las acusaciones de<br />
dumping contra nuestras exportaciones;<br />
continúa la retención d<strong>el</strong> doctor Álvarez<br />
Machain, a todas las luces violatoria no sólo<br />
de normas jurídicas <strong>el</strong>ementales sino d<strong>el</strong><br />
propio principio de la soberanía territorial; se<br />
multiplican los asesinatos de mexicanos que<br />
osan cruzar <strong>el</strong> río Bravo sin pap<strong>el</strong>es, incluso<br />
comienza a hacerse realidad (Tijuana-San<br />
Diego) la construcción d<strong>el</strong> largamente<br />
anunciado muro de tortilla en la frontera, y no<br />
con maíz ni nopales, sino con sólido metal.<br />
Para no ir más lejos, es de sobra ilustrativo<br />
que <strong>el</strong> propio gobierno mexicano, no obstante<br />
su esmero en limar asperezas con <strong>el</strong> de<br />
Estados Unidos, sufre afrentas como la d<strong>el</strong> ya<br />
famoso “Memorándum Negroponte”. En éste,<br />
palabras más palabras menos, se dice que<br />
gracias al actual “liderazgo”, <strong>México</strong> por fin<br />
comienza a caminar con pleno apego a los<br />
intereses de Estados Unidos. Por eso –<br />
concluye Negroponte- es preciso lograr (como<br />
se logró) la aprobación en la “vía rápida” (fast<br />
track) para <strong>el</strong> TLC.<br />
134<br />
IV<br />
Sin desestimar sus fines aviesos, <strong>el</strong> mismo<br />
“Memorándum” advierte <strong>el</strong> gran salto que <strong>el</strong><br />
TLC produciría en <strong>el</strong> proceso de integración<br />
subordinada de <strong>México</strong> a Estados Unidos,<br />
proceso en <strong>el</strong> que se pone en juego, incluso la<br />
política exterior d<strong>el</strong> Estado mexicano, otra<br />
distinguida por su r<strong>el</strong>ativa indepencia. “Desde<br />
una perspectiva de política exterior –dice<br />
Negroponte- un TLC institucionalizaría la<br />
aceptación de una orientación estadounidense<br />
en las r<strong>el</strong>aciones exteriores de <strong>México</strong>.”<br />
Varios datos han venido confirmando la<br />
hipótesis de que en <strong>el</strong> contexto nacional e<br />
internacional de hoy, lo que se firmará es un<br />
TLC no justo, ni siquiera equitativo, sino<br />
francamente lesivo (leonino) para <strong>México</strong>.<br />
Veamos sólo los datos más rev<strong>el</strong>adores –y<br />
contrastantes- en los últimos meses.<br />
Loa apetitos expansionistas de Estados<br />
Unidos, que no se detendrán en la mesa de<br />
negociaciones, han recibido un gran alimento<br />
con su triunfo en la guerra d<strong>el</strong> Golfo Pérsico.<br />
El nuevo orden mundial anunciado a la sazón<br />
por Bush, seguramente comenzará –comienza<br />
ya- en nuestro continente, como lo advierte<br />
sin tapujos la iniciativa para las Américas. Y<br />
en ésta, <strong>el</strong> TLC Estados Unidos-<strong>México</strong> es<br />
anunciado como “<strong>el</strong> primer paso”.<br />
El propio Bush se ha encargado de disipar<br />
cualquier duda, en <strong>el</strong> informe que rindiera<br />
ante <strong>el</strong> Congreso de su país con miras a<br />
convencer –y convenció lo suficiente- a los<br />
opositores, poco antes de aprobarse la vía<br />
rápida para <strong>el</strong> TLC. Ahí <strong>el</strong> presidente<br />
norteamericano dejó claro, con argumentos y<br />
datos estadísticos, que Estados Unidos se<br />
beneficiaría mucho más que <strong>México</strong> al<br />
firmarse <strong>el</strong> tratado. De modo que éste no<br />
haría sino ampliar más la brecha de<br />
desigualad, madre de todos los vicios antes<br />
apuntados, entre ambas naciones.<br />
En franco contraste con <strong>el</strong> nuevo brío<br />
expansionista d<strong>el</strong> vecino, <strong>México</strong> tiende a<br />
acentuar sus debilidades de todo tipo, bajo la<br />
actual estrategia de modernización. Aparte de<br />
la debilidad económica ya apuntada sobre la<br />
merma d<strong>el</strong> superávit comercial, sólo<br />
agreguemos un par de datos, pero que<br />
rev<strong>el</strong>adoramente corren desde lo social hasta<br />
lo político; la reaparición d<strong>el</strong> cólera, y la<br />
persistencia, acaso profundizada, de los<br />
conflictos <strong>el</strong>ectorales.<br />
A final de cuentas fruto de la contracción d<strong>el</strong><br />
gasto social –directiva por exc<strong>el</strong>encia d<strong>el</strong> FMI<br />
et al .- y reflejo inequívoco de premodernidad,<br />
la reaparición d<strong>el</strong> cólera en nuestro país, así<br />
sea inicial, tiene repercusiones para <strong>el</strong> TLC. Si<br />
no estuviera suficientemente disminuido <strong>el</strong><br />
poder de los negociadores mexicanos, las<br />
naturales restricciones a productos<br />
procedentes de una sociedad con semejante<br />
problema sin duda engrosarán <strong>el</strong> arsenal de<br />
presiones y chantajes de nuestra contraparte<br />
en las negociaciones comerciales.
Y la disminución de ese poder de ese poder<br />
negociador sufre otro doble jalón por cuenta<br />
de nuestro atraso en materia de democracia,<br />
incluso <strong>el</strong>ectoral, como recién se confirma en<br />
las <strong>el</strong>ecciones de agosto, donde las anomalías<br />
comenzaron en la propia entrega de<br />
credenciales a los <strong>el</strong>ectores. Ello, por una<br />
parte, debilita la legitimidad y <strong>el</strong> consenso<br />
requeridos para hacer frente a una<br />
negociación tan difícil con la d<strong>el</strong> TLC, con una<br />
potencia tan crecida como Estados Unidos. Y,<br />
por otra parte, <strong>el</strong>lo multiplica los flancos para<br />
que avance la ofensiva de éste, so pretexto de<br />
la democracia.<br />
Así, lo que se refuerza es la perspectiva de un<br />
TLC que equivaldría al reemplazo de la mula<br />
por <strong>el</strong> jet en nuestro viaje de regreso hacia los<br />
tiempos d<strong>el</strong> vasallaje. La modernidad<br />
alcanzada sólo aludiría a los medios de<br />
transporte.<br />
Reconstruir las r<strong>el</strong>aciones de <strong>México</strong> y Estados<br />
Unidos con base en los principios de una<br />
verdadera democracia. Ésa se confirma como<br />
la cuestión de fondo. Porque mientras perviva<br />
<strong>el</strong> círculo perverso de la desigualdaddominación-más<br />
desigualdad, ninguna<br />
r<strong>el</strong>ación podrá ser en verdad fructífera para<br />
las mayorías de ambos países, ni nadie podrá<br />
ostentarse como adalid de la democracia. A<br />
largo plazo, los conflictos derivados de una<br />
r<strong>el</strong>ación de sojuzgamiento serán tales, que ni<br />
siquiera las élites gobernantes podrán sentirse<br />
beneficiadas.<br />
Si se logra un TLC que promueva la<br />
democratización de las r<strong>el</strong>aciones <strong>México</strong>-<br />
Estados Unidos, bienvenido. En esencia,<br />
tendría que ser un TLC con beneficios<br />
preferenciales para la parte débil (<strong>México</strong>), de<br />
modo que comience a revertir la tendencia a<br />
la desigualdad creciente –raíz de toda<br />
antidemocracia-, para dar paso a una<br />
igualación paulatina de los desiguales.<br />
Si hoy no existen condiciones para lograr un<br />
TLC justo y democrático, entonces no queda<br />
más que darse a la tarea de generarlas.<br />
Siempre valdrá más un trote hacia la<br />
democracia, que un fast track hacia <strong>el</strong><br />
vasallaje.<br />
DE LA REPRESIÓN A LA APERTURA<br />
Se logró desmovilizar a los últimos reductos<br />
de la guerrilla urbana que quedaban a la<br />
fecha.<br />
En 1978, <strong>el</strong> Partido Demócrata Mexicano<br />
(PDM), <strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano (PCM)<br />
y <strong>el</strong> Partido Socialista de los Trabajadores<br />
(PST) obtuvieron su registro condicionado,<br />
sumándose a los cuatro partidos reconocidos<br />
que contendieron en la arena <strong>el</strong>ectoral. Cuatro<br />
asociaciones políticas nacionales de izquierda<br />
(Unificación y Progreso A.C., Unidad Izquierda<br />
Comunista, Movimiento por <strong>el</strong> Partido<br />
Revolucionario de los Trabajadores y Acción<br />
Comunitaria A.C.) quedaron registradas como<br />
tales y listas para participar en alianza con<br />
algún partido político en las <strong>el</strong>ecciones.<br />
Aunque la reforma política fue aprovechada<br />
principalmente por la izquierda, ésta también<br />
benefició a un partido político en las<br />
<strong>el</strong>ecciones. Aunque la reforma política fue<br />
aprovechada principalmente por la izquierda,<br />
ésta también beneficio a un partido de<br />
derecha, <strong>el</strong> PDM, que recogía a los restos d<strong>el</strong><br />
sinarquismo, vieja expresión política de los<br />
cristeros. Las tradicionales posiciones<br />
abstencionistas y de no participación <strong>el</strong>ectoral<br />
de los grupos de izquierda se vieron<br />
reemplazadas por una intensa actividad<br />
pros<strong>el</strong>itista, buscando ganar votos<br />
principalmente entre la creciente población<br />
urbana a fin de asegurar <strong>el</strong> registro definitivo<br />
de sus partidos, <strong>el</strong> PCM y <strong>el</strong> PST. Este último<br />
fue la expresión partidista d<strong>el</strong> grupo de líderes<br />
y dirigentes estudiantiles que apoyaron la<br />
estrategia de apertura política de Echeverría<br />
(llamado aperturas) y que vieron premiados<br />
sus esfuerzos de oposición colaboracionista.<br />
Los primeros cuatro años d<strong>el</strong> gobierno de<br />
López Portillo fueron de reforma,<br />
reconciliaciones y alance económico gracias a<br />
las reservas petroleras que garantizaron un<br />
flujo constante de recursos d<strong>el</strong> exterior, vía<br />
exportación de crudo, deuda de inversiones.<br />
Parecía que <strong>el</strong> fantasma típico de fin de<br />
sexenio, la desconfianza y huida de capitales,<br />
ya no sería posible luego de tantas reformas,<br />
planes, acciones políticas y declaraciones de<br />
apoyo y contento de parte d<strong>el</strong> capital y d<strong>el</strong><br />
trabajo. Parecía que <strong>el</strong> propósito de este<br />
presidente de dejar atrás <strong>el</strong> populismo y<br />
subrayar <strong>el</strong> Estado de Derecho y la legalidad<br />
había conseguido cambiar los viejos usos y<br />
costumbres políticas para recrearlos en una<br />
135
modernidad segura, incluso ante sus<br />
inseguridades. Pero no fue así.<br />
VII. DE LA REPRESIÓN A LA APERTURA<br />
136<br />
Medina Peña Luis<br />
A la segunda mitad d<strong>el</strong> decenio de 1960<br />
corresponden los años d<strong>el</strong> deterioro político y<br />
la toma de conciencia de que <strong>el</strong> crecimiento<br />
económico no había llegado al desarrollo<br />
pleno, se mantenían los rezagos sociales<br />
ancestrales y se habían agregado otros más,<br />
producto de la modernidad inducida durante<br />
los años de altas tasas de crecimiento. Los<br />
eventos de 1968 sacudieron la conciencia<br />
nacional y fueron un llamado de atención de<br />
que algo andaba mal; a partir de entonces<br />
empezó a desaparecer la autocomplacencia<br />
política, versión desfigurada d<strong>el</strong> triunfalismo,<br />
que pensaba acabado y perfecto <strong>el</strong> entramado<br />
político. A partir de entonces empezó,<br />
también, a desdibujarse <strong>el</strong> milagro económico<br />
mexicano. Los años que corren entre 1968 y<br />
1983 configuraron lo que se ha dado por<br />
llamar la crisis, cuya nota primordial, desde <strong>el</strong><br />
punto de vista d<strong>el</strong> ejercicio d<strong>el</strong> poder<br />
presidencial, fue la búsqueda de soluciones y<br />
adecuaciones para enfrentarla, pero sin<br />
cambiar la esencia de un Estado interventor ni<br />
la naturaleza de las alianzas que le deban<br />
sustento, tal y como había quedado definido a<br />
partir de 1946. En este sentido, la crisis fue<br />
más de naturaleza política que económica,<br />
aunque hubiera comenzado en este último<br />
terreno, como veremos en <strong>el</strong> capítulo<br />
siguiente.<br />
Y decimos que se originó en ese terreno,<br />
porque a fin de cuentas lo que sucedió es que<br />
comenzaba un proceso de globalización<br />
creciente de la economía mundial, que puso<br />
en entredicho a los estados con políticas<br />
keynesianas, desarrollados y en vías de<br />
desarrollo por igual. La maquila, <strong>el</strong> cárt<strong>el</strong><br />
petrolero, los avances en la integración de<br />
Europa Occidental, <strong>el</strong> avance tecnológico y su<br />
impacto económico y social, y la constatación<br />
d<strong>el</strong> pleno resurgimiento de Japón fueron<br />
apenas algunos síntomas de esa tendencia<br />
que ahora nos parece evidente. Pero no lo fue<br />
en la época y de aquí <strong>el</strong> desajuste entre<br />
política y economía nacionales, y también la<br />
evidente incapacidad de ésta última para<br />
responder a los cambios que se daban en la<br />
economía internacional. Lo cual, dicho sea de<br />
paso, no fue propio y exclusivo de <strong>México</strong>;<br />
afectó a todo Occidente, ricos y pobres, y<br />
tardó un poco más en incidir en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
socialista.<br />
Pero <strong>México</strong> tuvo sus peculiaridades. Es esta<br />
época en la cual, en un lapso muy corto, no<br />
más de seis años contados a partir de 1968,<br />
no sólo desaparecen en <strong>México</strong> <strong>el</strong> optimismo y<br />
la seguridad de haber logrado un estadio de<br />
estabilidad política y crecimiento económicos<br />
únicos y perfectos. Son los años en que las<br />
prioridades prevalecientes de tiempo atrás<br />
cambian drásticamente: ahora la economía,<br />
vá la ampliación d<strong>el</strong> proyecto estatista,<br />
quedaría al servicio de la recuperación de la<br />
estabilidad política. Intuitivamente la clase<br />
política priísta percibió, tan pronto <strong>el</strong><br />
presidente Gustavo Díaz Ordaz entregó <strong>el</strong><br />
mando nacional a Luis Echeverría, que la<br />
restauración de la credibilidad en su partido y<br />
en <strong>el</strong> gobierno eran los objetivos centrales a<br />
conseguir, para lo cual van a acentuar los<br />
procedimientos ya conocidos, que habían dado<br />
resultado en <strong>el</strong> pasado, profundizando la<br />
intercepción estatal en la economía. Esto en lo<br />
interno; en <strong>el</strong> exterior, ante los acomodos<br />
crecientes de la economía mundial que<br />
estraba en un largo periodo de crisis, se<br />
reaccionó acentuando <strong>el</strong> nacionalismo<br />
económico y desplegando un novedoso y a la<br />
larga contraproducente tercermundismo<br />
militante. Vistos en perspectiva, los<br />
acontecimientos políticos que se desgranan a<br />
partir de 1968 llevan a pensar que, de no<br />
haberse dado la protesta estudiantil y su<br />
represión violenta en ese año, es muy<br />
probable que los caminos que se hubieran<br />
seguido habrían sido muy diferentes. De no<br />
haber mediado esos acontecimientos, quizá la<br />
evolución de la política y de las medidas<br />
económicas hubiera sido más pausada, y <strong>el</strong><br />
tránsito posterior hacia la aceptación plena de<br />
las nuevas realidades, menos abrupta y<br />
espasmódica. Pero la historia fue otra, y vale<br />
la pena seguirla con cierto detalle.<br />
SÍNTOMAS DE UN CIERTO MALESTAR<br />
A niv<strong>el</strong> oficial, los años sesenta fueron de un<br />
acentuado optimismo que no fue compartido<br />
por todos. En diciembre de 1964, Adolfo López<br />
Mateos, <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> gran carisma y<br />
popularidad, entregó <strong>el</strong> poder a Gustavo Díaz
Ordaz. Pero no lo entregó sin mácula. La<br />
prisión decretada al inicio de su mandato a los<br />
líderes ferrocarrileros Valentín Campa y<br />
Demetrio Vallejo, así como la muerte d<strong>el</strong> líder<br />
campesino Rubén Jaramillo, fueron los dos<br />
reclamos políticos que ensombrecieron una<br />
gestión, por otro lado timbrada por una<br />
amplia política social, una política exterior<br />
independiente y un magnífico desempeño<br />
económico. La obtención de la sede para los<br />
Juegos Olímpicos en los últimos meses d<strong>el</strong><br />
sexenio pareció, y así lo interpretaron <strong>el</strong><br />
gobierno y los medios de comunicación, <strong>el</strong><br />
reconociendo d<strong>el</strong> progreso alcanzado por <strong>el</strong><br />
país por parte de la comunidad internacional,<br />
de hecho su mayoría de edad.<br />
El contraste d<strong>el</strong> sucesor no pudo ser más<br />
marcado. Formando en la atribiliaria escu<strong>el</strong>a<br />
política de Maximino Ávila Camacho, Gustavo<br />
Díaz Ordaz fue un hombre autoritario, sin<br />
carisma y de una profunda actitud<br />
conservadora, rasgos exactamente opuestos a<br />
los de López Mateos. Secretario de<br />
Gobernación precisamente en la época d<strong>el</strong><br />
gran miedo por <strong>el</strong> triunfo e impacto de la<br />
Revolución cubana, fue un político que otorgó<br />
valor supremo, casi mítico, a la estabilidad y<br />
al principio de autoridad. Poscos presidentes<br />
han dado a conocer las razones personales<br />
que los llevaron a tomar la decisión a favor<br />
d<strong>el</strong> que resulta candidato, y López Mateos no<br />
fue uno de <strong>el</strong>los. No le alcanzó la salud ni la<br />
vida. Sólo podemos suponer que apoyó a Díaz<br />
Ordaz porque vislumbró nubarrones en <strong>el</strong><br />
horizonte político d<strong>el</strong> país, de lo contrario<br />
hubiera dejado en la presidencia a un político<br />
más flexible y conciliador. O quizá se debió,<br />
como aseguran otros, a que Díaz Ordaz se<br />
había impuesto ante su presidente como <strong>el</strong><br />
prototipo quintaesenciado d<strong>el</strong> operador<br />
político, que su postulación acabó por ser<br />
inevitable. De cualquier manera, <strong>el</strong> hecho es<br />
que la personalidad d<strong>el</strong> presidente Díaz Ordaz,<br />
lo que Cosío Villegas llamó <strong>el</strong> estilo personal<br />
de gobernar, probó ser un <strong>el</strong>emento<br />
fundamental para los eventos políticos a lo<br />
largo d<strong>el</strong> sexenio y las consecuencias<br />
posteriores.<br />
Para mediados de los años sesenta, <strong>México</strong><br />
vivió una situación curiosa en lo que tocó a la<br />
“amenaza comunista”, tema que cada vez<br />
subía más de tono en la retórica<br />
estadounidense a medida que se afianzaba la<br />
Revolución cubana. Y fue curioso porque para<br />
mediados d<strong>el</strong> decenio, la exigua influencia que<br />
<strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano había logrado<br />
implantar dentro d<strong>el</strong> movimiento obrero en los<br />
años treinta había desaparecido por completo.<br />
Salvo <strong>el</strong> movimiento ferrocarrilero de 1958-<br />
1959, último intento desesperado por<br />
recuperar terreno, <strong>el</strong> PCM llevaba veinte años<br />
en una crisis permanente a la que lo había<br />
condenado <strong>el</strong> stalinismo, que profesaron sus<br />
dirigentes, y las múltiples escisiones, la más<br />
importante entre <strong>el</strong>las la de los lombardistas<br />
que abandonaron <strong>el</strong> marxismo revolucionario<br />
para pasar a la colaboración con <strong>el</strong> gobierno<br />
desde una posición de izquierda reformista.<br />
Pero paral<strong>el</strong>amente, más bajo <strong>el</strong> influjo de la<br />
Revolución cubana que por inspiración<br />
soviética o maoísta, se fue conformando una<br />
nueva izquierda en <strong>México</strong>.<br />
Constituida en su origen por politólogos y<br />
escritores, la nueva izquierda se dejó ver por<br />
primera vez a fines de los años cincuenta.<br />
Portadora de un marxismo int<strong>el</strong>ectualizado de<br />
fuerte sabor francés, este grupo hizo una<br />
doble aportación a la cultura política<br />
mexicana: importó a <strong>México</strong> al arquetipo d<strong>el</strong><br />
int<strong>el</strong>ectual cosmopolita y comprometido con<br />
las causas de izquierda, y renovó <strong>el</strong> arsenal<br />
retórico de este tramo d<strong>el</strong> abanico político,<br />
superando <strong>el</strong> estrecho dogmatismo en que<br />
había caído <strong>el</strong> Partido Comunista Mexicano.<br />
Sus cabezas primeras fueron Carlos Fuentes,<br />
Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero y<br />
Francisco López Cámara, escritor <strong>el</strong> primero,<br />
académicos y fundadores de la Escu<strong>el</strong>a<br />
Nacional de Ciencias Políticas los tres<br />
restantes. La nueva izquierda fue procubana,<br />
prodemocrática, antipriísta, antimperialista,<br />
cosmopolita, universitaria y emprendedora.<br />
Sus miembros principales, que se dieron a<br />
conocer escribiendo para la Revista de la<br />
Universidad, fundaron El espectador en mayo<br />
de 1959, para luchar con la pluma en ristre a<br />
favor d<strong>el</strong> respeto a la Constitución y <strong>el</strong> voto, la<br />
implantación de la democracia sindical y <strong>el</strong><br />
establecimiento de verdaderos partidos<br />
políticos. En las páginas de esa revista se les<br />
unieron pronto <strong>el</strong> filósofo Luis Villoro y <strong>el</strong><br />
escritor Jaime García Terrés. Poco tiempo<br />
después, en mayo de 1960, <strong>el</strong> grupo debutó<br />
en forma prominente en las páginas de la<br />
revista política, fundada por Manu<strong>el</strong> Marcué<br />
Pardiñas con <strong>el</strong> fin de promover <strong>el</strong> diálogo de<br />
la izquierda y su eventual unificación. En<br />
137
1961, la nueva izquierda universitaria<br />
apareció d<strong>el</strong> a mano de Lázaro Cárdenas sus<br />
criviendo <strong>el</strong> manifiesto que llamó a la<br />
formación d<strong>el</strong> Movimiento de Liberación<br />
Nacional y que se fundó con <strong>el</strong> propósito de<br />
proporcionar una organización cúpula a toda<br />
la izquierda. En un par de años, como<br />
consecuencia d<strong>el</strong> sectarismo y capillismo de<br />
toda la izquierda mexicana, <strong>el</strong> grupo se alejó<br />
tanto d<strong>el</strong> MLN como de la revista Política. Para<br />
1964, se encontraba replegado en <strong>el</strong> claustro<br />
universitario, con <strong>el</strong> salón de clases como<br />
centro de acción política.<br />
Sin sobrestimar la influencia de las ideas en <strong>el</strong><br />
acontecer político, sí puede afirmarse que <strong>el</strong><br />
vago malestar que la élite int<strong>el</strong>ectual sentía<br />
hacia <strong>el</strong> sistema político mexicano a mediados<br />
de la década de los sesenta tomó forma de<br />
argumento fundamentado en una obra<br />
académica. Hasta entonces la producción<br />
académica en ciencias sociales, entendida<br />
ésta como investigación y reflexión sobre los<br />
problemas d<strong>el</strong> país, fue más bien limitada. Los<br />
historiadores se habían concentrado en la<br />
época colonial, <strong>el</strong> siglo XIX y en cuestiones<br />
estéticas; los filósofos habían fundado <strong>el</strong><br />
grupo de los Hiperiones, escu<strong>el</strong>a que se<br />
dedicó a reflexionar sobre la esencia d<strong>el</strong> ser<br />
d<strong>el</strong> mexicano, y que en sus últimas<br />
expresiones degeneró en un barato<br />
psicologismo social. Los que habían hecho su<br />
agosto explorando dimensiones sociales,<br />
políticas y económicas de <strong>México</strong> –bajo <strong>el</strong><br />
enfoque de los sistemas y buscando las<br />
razones para la estabilidad- eran los<br />
investigadores estadounidenses, que de<br />
tiempo atrás habían escogido al país como<br />
tema de tesis doctorales y de especialización<br />
académica, tendencia que perdura hasta<br />
nuestros días como una lluvia ácida. Pero de<br />
la parte mexicana poco o nada se producía en<br />
cuanto a reflexión seria sobre los problemas<br />
nacionales, como hubiera dicho don Andrés<br />
Molina Enríquez.<br />
En 1965 se publicó La democracia en <strong>México</strong><br />
de Pablo González Casanova. Para la época<br />
fue un libro académicamente ambicioso e<br />
insólito políticamente. La obra no ocultó su<br />
intención política pues se propuso como<br />
objetivo de estudio desentrañar la r<strong>el</strong>ación de<br />
la estructuras de poder en <strong>México</strong> con las<br />
decisiones en torno al crecimiento económico.<br />
Mediante la combinación d<strong>el</strong> análisis<br />
138<br />
sociológico aplicado rigurosamente a<br />
estadísticas oficiales, González Casanova pintó<br />
un <strong>México</strong> autoritario, con un excesivo<br />
presidencialismo y con un mod<strong>el</strong>o económico<br />
que había distorsionado la estructura social<br />
concentrando <strong>el</strong> ingreso en unas cuantas<br />
manos. En pocas palabras, la estabilidad<br />
política había servido para imponer un mod<strong>el</strong>o<br />
de crecimiento económico injusto, lo que<br />
contravenía los ideales de la Revolución<br />
mexicana que pregonaba la clase política<br />
priísta. El libro pronto se convirtió en la Biblia<br />
de todos aqu<strong>el</strong>los que querían acercarse al<br />
tema mexicano. Su influencia en la crítica<br />
social y política fue definida y profunda a<br />
partir de su publicación.<br />
Los años proteicos en acontecimientos<br />
políticos que habrían de determinar lo<br />
sucedido después en la Plaza de las Tres<br />
Culturas fueron 1965 y 1966. Para 1965 <strong>el</strong><br />
nuevo gobierno, atrapado en la lógica d<strong>el</strong><br />
desarrollo estabilizador que exigía mantener<br />
intocada la legislación fiscal excesivamente<br />
favorable al sector privado, inició su mandato<br />
con una política de gasto público astringente,<br />
incluidos los principales servicios que<br />
proporcionaba <strong>el</strong> Estado: salud pública y<br />
educación. En los amplios ámbitos de la<br />
educación superior, <strong>el</strong> segmento más<br />
castigado con la línea presidencial, se corrió la<br />
voz de que no se contaba, como antes, con <strong>el</strong><br />
apoyo d<strong>el</strong> gobierno federal. Muy pronto, <strong>el</strong><br />
contraste de la nueva política con la<br />
generosidad d<strong>el</strong> gobierno de López Mateos<br />
hacia las universidades fue patente. Desde <strong>el</strong><br />
inicio de su gestión, <strong>el</strong> presidente Díaz Ordaz<br />
declaró prácticamente cong<strong>el</strong>ados los<br />
subsidios a las universidades, las cuales ante<br />
<strong>el</strong> aumento constante de su población<br />
estudiantil vieron reducidos los ingresos en<br />
términos reales. El presidente se había<br />
propuesto que las instituciones públicas de<br />
educación superior dependieran cada vez<br />
menos d<strong>el</strong> subsidio público y más de los<br />
ingresos provenientes de patrimonios que<br />
habrían de constituirse en cada una de <strong>el</strong>las.<br />
Producto quizá de un intento de imitación<br />
extralógica de los mecanismos de<br />
financiamiento de las universidades<br />
estadounidenses, <strong>el</strong> propósito resultaba<br />
utópico si los patrimonios no se constituían<br />
mediante fuertes aportaciones d<strong>el</strong> Estado, lo<br />
que no se quería hacer a fin de mantener <strong>el</strong><br />
presupuesto dentro d<strong>el</strong> equilibrio que le
proporcionaban los límites autoimpuestos de<br />
endeudamiento. Así, <strong>el</strong> gasto por niv<strong>el</strong>es<br />
imperantes en 1959. Grave error. Así, durante<br />
<strong>el</strong> gobierno de Díaz Ordaz se afirmaron dos<br />
convicciones entre la comunidad de educación<br />
superior en <strong>el</strong> país. Una, resultado de esa<br />
política de gasto educativo, fue <strong>el</strong><br />
convencimiento de que Díaz Ordaz era <strong>el</strong><br />
primer presidente que minusvaluaba –<br />
yafectaba- a la educación universitaria en<br />
forma directa y expresa, escalera de ascenso<br />
social típica para los sectores medios. Otra,<br />
que provenía de una lectura a contrario sensu<br />
de la triunfalista retórica oficial fi<strong>el</strong>mente<br />
cabeceada todos los días por la prensa<br />
nacional, fue la certeza de que <strong>el</strong> “sistema” se<br />
había cerrado, limitando caminos de progreso<br />
económico y social no sólo a los estudiantes,<br />
sino a los egresados universitarios<br />
recientemente incorporados a sus tareas<br />
profesionales.<br />
Para entonces, <strong>el</strong> gobierno de Díaz Ordaz<br />
había debutado con <strong>el</strong> movimiento médico<br />
gestado en octubre de 1964 y que perduraría<br />
hasta septiembre de 1965; movimiento que<br />
ponía en evidencia, por primera vez, <strong>el</strong><br />
profundo malestar entre <strong>el</strong> sector joven y más<br />
numeroso de un gremio profesional, típico de<br />
la clase media mexicana, con las políticas de<br />
gasto público vigentes. 1965 fue también <strong>el</strong><br />
año de la langosta para <strong>el</strong> PRI, al derrotarse<br />
los intentos d<strong>el</strong> dirigente nacional Carlos<br />
Madrazo por airear la casa, formar un partido<br />
de ciudadanos y <strong>el</strong>iminar <strong>el</strong> sistema de<br />
negociaciones para la s<strong>el</strong>ección de candidatos.<br />
Casí en seguida, estalló la hu<strong>el</strong>ga de marzo de<br />
1966 en la Facultad de Derecho de la UNAM<br />
contra su director César Sepúlveda que<br />
culminará con la renuncia d<strong>el</strong> rector, seguida<br />
en octubre por la hu<strong>el</strong>ga estudiantil de la<br />
Universidad Nicolaíta, en Michoacán, que<br />
terminaría con la toma de las instalaciones por<br />
<strong>el</strong> ejército.<br />
El movimiento médico fue <strong>el</strong> primero en<br />
tiempo. Se inició tres días antes de la<br />
transmisión de poderes prevista <strong>el</strong> primero de<br />
diciembre de 1964, por la suspensión en <strong>el</strong><br />
pago d<strong>el</strong> aguinaldo navideño a médicos<br />
becarios y residentes d<strong>el</strong> Hospital 20 de<br />
Noviembre. Las peticiones iniciales, además<br />
d<strong>el</strong> pago de la prestación debida, incluyeron<br />
convertir la beca en salario, para cambiar así<br />
la condición laboral de los médicos becarios,<br />
que querían la protección y beneficios de las<br />
leyes laborales. Hasta entonces <strong>el</strong> tan<br />
pregonado crecimiento de los servicios de<br />
salud Pública –prestados por la Secretaría de<br />
Salubridad y Asistencia, <strong>el</strong> ISSSTE y <strong>el</strong> IMSSfue<br />
posible gracias a una combinación de<br />
bajos salarios y d<strong>el</strong> artificio de los médicos<br />
becarios. Para 1965, de los 25 mil médicos<br />
titulados, 21 mil prestaban sus servicios a una<br />
de las tres instituciones.<br />
A lo largo de ocho meses, <strong>el</strong> movimiento fue<br />
creciendo de unos cuantos nosocomios a<br />
todos los de la ciudad de <strong>México</strong>, de la capital<br />
a los estados, y de los becarios y los<br />
residentes y especialistas. Aunque se inició<br />
como una protesta inarticulada, pasó con<br />
sorprendente rapidez a la organización de<br />
sociedades médicas por hospitales, así como<br />
de organismos cúpula a niv<strong>el</strong> estatal y<br />
nacional. En un principio <strong>el</strong> problema para los<br />
médicos fue salarial, y para <strong>el</strong> gobierno falta<br />
de fondos, salvo que se decidiera aumentar<br />
los impuestos, medida tabú para los<br />
financieros oficiales. Con <strong>el</strong> tiempo, dada la<br />
duración d<strong>el</strong> movimiento, empezaron a<br />
expresarse planteamientos de<br />
democratización sindical, anclados en críticas<br />
más amplias sobre <strong>el</strong> autoritarismo d<strong>el</strong><br />
gobierno. Así, sin salida aparente, al iniciarse<br />
<strong>el</strong> cuarto y último paro de los médicos a<br />
finales de agosto, <strong>el</strong> gobierno acudió a la<br />
represión d<strong>el</strong> movimiento. Para <strong>el</strong>lo se valió<br />
de médicos militares para suplir los servicios;<br />
de la FSTSE para descalificar a parte de sus<br />
agremiados y organizar manifestaciones de<br />
apoyo; de la Procuraduría General de la<br />
República para aprehender y consignar a los<br />
principales líderes d<strong>el</strong> movimiento, y d<strong>el</strong><br />
cuerpo de granaderos para aislar los<br />
hospitales. De entrada, en su primer año de<br />
gobierno, Díaz Ordaz sentó la pauta; habría<br />
un límite a la negociación y estaba abierta la<br />
opción de la violencia estatal.<br />
Simultáneamente al conflicto médico<br />
acaecieron sucesos importantes en la casa<br />
priísta. En diciembre de 1964 había asumido<br />
la presidencia d<strong>el</strong> Partido Carlos Alberto<br />
Madrazo, uno de los gobernadores más<br />
conocidos por la amplia obra pública realizada<br />
en su estado, Tabasco. Veterano político,<br />
Madrazo llegó a ese puesto con un profundo<br />
conocimiento de las virtudes y defectos d<strong>el</strong><br />
organismo político. Tras la frustránea<br />
139
experiencia de las primeras internas en los<br />
pródigos tiempos alemanistas, <strong>el</strong> partido<br />
vegetaba ahora en las negociaciones que<br />
caciques, hombres fuertes locales e intereses<br />
sectoriales y estatales habían impuesto como<br />
mecanismo real para la s<strong>el</strong>ección de<br />
candidatos a <strong>el</strong>ección popular.<br />
Tiempo atrás, <strong>el</strong> presidente Adolfo Ruiz<br />
Cortines había sentenciado lo que pareció la<br />
regla de oro para dirimir estas cuestiones:<br />
“Los candidatos a diputados federales y<br />
senadores los designa <strong>el</strong> presidente; los<br />
candidatos a diputados locales, <strong>el</strong> gobernador;<br />
a los alcaldes los pone <strong>el</strong> pueblo”. Pero <strong>el</strong><br />
dictum de aqu<strong>el</strong> presidente estuvo lejos de<br />
reflejar la realidad, pues los grupos locales<br />
con los gobernadores al frente influían hacia<br />
arriba en la designación de candidatos a<br />
legisladores federales y hacia abajo<br />
imponiendo candidatos a presidentes<br />
municipales. A mediados de los sesenta, <strong>el</strong><br />
sistema de negociación de candidaturas y <strong>el</strong><br />
reparto de cuotas de poder era en esencia <strong>el</strong><br />
mismo que se había impuesto en <strong>el</strong> PRM, ya<br />
que consignaba todo <strong>el</strong> procedimiento en<br />
cúpulas sectoriales y oficinas cerradas, sin<br />
tomar en cuenta a las bases militantes. El<br />
problema consiguiente que ya se veía venir<br />
eran las reducciones esporádica de apoyo y<br />
votación a consecuencia de la marginación a<br />
munícipes.<br />
Cuando Madrazo arribó a la presidencia d<strong>el</strong><br />
PRI ya había sonado la alarma en varias<br />
partes d<strong>el</strong> país, particularmente en San Luis<br />
Potosí. En la capital de ese estado había<br />
nacido la Unión Cívica Potosina y se había<br />
<strong>el</strong>egido para la presidencia municipal al ex<br />
priísta Salvador Nava. La historia de su<br />
disidencia, y por ende de su éxito político, era<br />
ejemplarmente paradigmática de lo que<br />
sucedía puertas adentro d<strong>el</strong> PRI. Profesionista<br />
conocido y popular, Nava había buscado la<br />
candidatura previamente dentro d<strong>el</strong> PRI, pero<br />
se topó con <strong>el</strong> cacique Gonzalo N. Santos, a<br />
quien <strong>el</strong> partido concedió la razón. El caso de<br />
San Luis Potosí mostraba con claridad, cosa<br />
que no escapó a Madrazo, que <strong>el</strong> PRI corría <strong>el</strong><br />
riesgo de derrotas <strong>el</strong>ectorales, no frente a la<br />
oposición que era insignificante en esos años,<br />
sino ante sus propios militantes<br />
descorazonados. En contrapartida, también<br />
resultaba evidente que la capacidad de los<br />
sectores para aportar votos, que no<br />
140<br />
contingentes a manifestaciones de apoyo, era<br />
limitada. Quizá <strong>el</strong> más eficaz en términos<br />
<strong>el</strong>ectorales era <strong>el</strong> sector campesino, de cuyo<br />
control sobre agremiados a través de los<br />
ejidos, carecían los sectores obrero y popular.<br />
El crecimiento económico de la última década<br />
y la consiguiente urbanización empezaban a<br />
colocar a la mayor parte de la client<strong>el</strong>a<br />
potencial d<strong>el</strong> partido en las ciudades,<br />
precisamente en donde actuaban los sectores<br />
obrero y popular. Ante este diagnóstico, la<br />
salida se encontraba por <strong>el</strong> lado de privilegiar<br />
una organización geográfica –<strong>el</strong> seccional y <strong>el</strong><br />
comité municipal- sobre los sectores. Tan<br />
simple como eso.<br />
Las reformas que Madrazo propuso para<br />
revitalizar al PRI, vistas a la distancia<br />
aparecen tímidas, pero en la época fueron un<br />
sacudimiento para <strong>el</strong> partido. En la puesta en<br />
marcha de las reformas nunca se habló de<br />
modernización d<strong>el</strong> PRI, pero los discursos de<br />
Madrazo que las explicaron, denotaron<br />
paulatinamente una profunda preocupación,<br />
angustia casi, por las consecuencias que<br />
podrían traer consigo la falta de<br />
representatividad de los mando priístas,<br />
impuestos por los gobernadores, y la ausencia<br />
de contacto con bases y pueblo, como<br />
resultado de la deficiente intermediación de<br />
los sectores. De ahí que las reformas<br />
comprendieran tres aspectos centrales. Para<br />
lograr la autonomía d<strong>el</strong> partido en los niv<strong>el</strong>es<br />
locales de gobierno, se buscó la <strong>el</strong>ección<br />
efectiva de los mandos priístas a niv<strong>el</strong> local,<br />
empezando por los seccionales, estructura<br />
geográfica y no sectorial, para continuar hacia<br />
arriba hasta alcanzar a los comités directivos<br />
estatales, pasando por los comités<br />
municipales. Una vez logrado lo anterior, <strong>el</strong><br />
siguiente paso consistió en la <strong>el</strong>ección, por la<br />
base, de los integrantes de las planillas<br />
municipales a contender en los comicios. Se<br />
supuso que a su debido tiempo <strong>el</strong><br />
procedimiento alcanzaría a otros puestos de<br />
<strong>el</strong>ección popular, aunque en la época no se<br />
sabía cuáles. Para julio de 1965, se renovaron<br />
mediante estos procedimientos <strong>el</strong> 73% de los<br />
comités seccionales y <strong>el</strong> 67% de los<br />
municipales. El 11 de noviembre Madrao<br />
anunció en su informe que se habían realizado<br />
<strong>el</strong>ecciones internas en 1151 municipios de<br />
diez entidades d<strong>el</strong> país. La tercera reforma fue<br />
más bien una cuestión de énfasis: si se<br />
buscaba reforzar la estructura geográfica, era
natural que se privilegiara la afiliación<br />
individual y no la colectiva. Madrazo fue <strong>el</strong><br />
primer dirigente que definió al PRI como<br />
partido de ciudadanos, concepto este último<br />
olvidado por la praxis partidista y distinto a<br />
los conceptos de obrero, campesino,<br />
proletario, pueblo y nación utilizados hasta<br />
entonces por la retórica priísta.<br />
Lo que se propuso Madrazo tuvo que lastimar<br />
intereses creados, a pesar de que la CTM y la<br />
CNC lo apoyaron. No sucedió los mismo con la<br />
CNOP y los gobernadores. De acuerdo con <strong>el</strong><br />
amplio estudio de Rog<strong>el</strong>io Hernández<br />
Rodríguez sobre la vida política de Madrazo,<br />
fueron Leopoldo Sánchez C<strong>el</strong>is, gobernador de<br />
Sinaloa, y Alfonso Martínez Domínguez, a la<br />
sazón líder d<strong>el</strong> control político de la Cámara<br />
de Diputados, los que se enfrentaron a aquél,<br />
canc<strong>el</strong>ando así un intento que quizá hubiera<br />
otorgado al partido de la Revolución cauces<br />
más amplios de intermediación con la<br />
sociedad. A Martínez Domínguez, Madrazo le<br />
había bloqueado una iniciativa de ley que<br />
pretendía restablecer la re<strong>el</strong>ección de los<br />
diputados federales, que de haberse llevado a<br />
cabo hubiera esclerotizado los mandos en <strong>el</strong><br />
partido evitando así los r<strong>el</strong>evos que deseaba.<br />
En <strong>el</strong> conflicto con <strong>el</strong> gobernador de Sinaloa,<br />
Madrazo perdió la partida, cuando <strong>el</strong> primero<br />
se salió con la suya e ignoró <strong>el</strong> resultado de<br />
las <strong>el</strong>ecciones internas para la s<strong>el</strong>ección de<br />
candidatos a alcaldes en Culiacán, Rosario y<br />
Los Mochis, e impuso incondicionales suyos. El<br />
enfrentamiento de Madrazo con estos grupos<br />
políticos llevó finalmente a su r<strong>el</strong>evo en la<br />
presidencia d<strong>el</strong> PRI, pues se impuso <strong>el</strong> criterio<br />
de la unidad interna sobre <strong>el</strong> de las reformas.<br />
Los tres voceros sectoriales –Vicente Fuentes<br />
Díaz, Salvador Robles Quintero y Luis Gómez<br />
Z. d<strong>el</strong> popular, campesino y obrero,<br />
respectivamente- que tomaron la palabra en<br />
<strong>el</strong> Conse Nacional d<strong>el</strong> PRI que aceptó la<br />
renuncia de Madrazo, calificaron de excesiva<br />
la política de éste, y completa, acabada y<br />
perfecta la disposición organizativa y los usos<br />
y costumbres d<strong>el</strong> partido. Esta nueva edición<br />
de la pugna centro-periferia expresaba en ese<br />
momento la dicotomía autoritarismodemocratización.<br />
Esta última bandera, la de la<br />
democratización, al ser vencidad en diciembre<br />
de 1965 la corriente que buscaba la<br />
actualización d<strong>el</strong> PRI, quedará disponible para<br />
que la tomara la oposición de izquierda, que<br />
entonces empezaba a germinar en los campus<br />
universitarios, que empezaría por exigirla a<br />
niv<strong>el</strong> teórico y académico y, cuatro lustros<br />
después, en los terrenos <strong>el</strong>ectoral y<br />
parlamentario. En ese lapso, <strong>el</strong> PRI no sólo<br />
perdió una oportunidad de oro para realizar<br />
un cambio tan espectacular como <strong>el</strong> de 1938,<br />
sino que los priístas se vieron confinados a<br />
una posición defensiva de retaguardia,<br />
sosteniendo la validez de una forma de hacer<br />
las cosas cada vez más desentonada con las<br />
dinámicas realidades sociales y políticas d<strong>el</strong><br />
país.<br />
Al abandonar <strong>el</strong> PRI, Madrazo no dejó de ser<br />
priísta y se embarcó en una campaña nacional<br />
de consultas epistolares y conferencias<br />
magistrales en provincia, con <strong>el</strong> fin de crear<br />
una corriente que apoyara los cambios dentro<br />
de partido. En <strong>el</strong> recorrido nacional, Madrazo<br />
constató entre la clase media urbana un<br />
creciente deseo de participación política, de<br />
crítica y oposición al PRI y sus políticos<br />
profesionales, así como la aspiración a abrir<br />
nuevas alternativas en la vida pública. La<br />
mayoría de los que acudieron a los eventos<br />
organizados por Madrazo, no querían cambiar<br />
al PRI sino fundar un nuevo partido, distinto a<br />
los existentes. Y <strong>el</strong>lo fue más evidente en los<br />
campus universitarios, fi<strong>el</strong>es y constantes<br />
anfitriones d<strong>el</strong> político tabasqueño. Los<br />
diálogos establecidos a lo largo de estas giras,<br />
profusamente documentadas por la revista<br />
política, hubieran bastado a los miembros d<strong>el</strong><br />
gobierno, si hubieran gozado de fibra más<br />
sensible, para darse cuenta de que algo<br />
estaba mal en <strong>el</strong> ensamblado de la<br />
modernidad mexicana. Pero no, lo que vieron<br />
fue una conspiración y una amenaza de<br />
desprendimiento. Madrazo, conocedor como<br />
nadie de los entresijos de la política mexicana,<br />
sabía de la esclerosis mental d<strong>el</strong> político<br />
priísta de la época, <strong>el</strong> cual creía con profunda<br />
convicción que <strong>el</strong> PRI –único y hemónico-<br />
continuaría detentando indefinidamente <strong>el</strong><br />
poder. Esta mentalidad había abierto una<br />
brecha entre gobernante y gobernado, y<br />
obnubilado cualquier sentido de autocrítica.<br />
El movimiento estudiantil michoacano empezó<br />
en octubre de 1966. Como todos los<br />
movimientos de este tipo hasta entonces, se<br />
inició con secuestro de camiones de<br />
transporte urbano en protesta por un<br />
aumento de tarifas, considerado injusto y<br />
141
excesivo por los estudiantes. Esta clase de<br />
acciones estudiantiles no eran novedad, y<br />
anteriormente se había procurado resolverlas<br />
mediante la negociación y concesiones de<br />
tarifas especiales al estudiantado. Pero en ese<br />
momento pareció regir un principio distinto<br />
para <strong>el</strong> nuevo gobierno, <strong>el</strong> principio de la<br />
conservación d<strong>el</strong> orden a toda costa. Por <strong>el</strong>lo<br />
se reprimió a los estudiantes, con saldo de un<br />
muerto y varios heridos. De ahí a pedir la<br />
destitución d<strong>el</strong> gobernador Agustín Arriaga<br />
Rivera hubo sólo un pso, a lo que <strong>el</strong> gobierno<br />
de Díaz Ordaz respondió con la toma de la<br />
Universidad por le ejército, pretextando que la<br />
representación estudiantil había sido usurpada<br />
por agitadores profesionales nacionales y<br />
extranjeros, y apresando al rector y sus<br />
principales colaboradores. Lo inusitado d<strong>el</strong><br />
evento se explica por <strong>el</strong> hecho de que hasta<br />
entonces ninguna universidad –<strong>el</strong> Instituto<br />
Politécnico Nacional ocupado en 1956 no es,<br />
en rigor, una institución autónoma y sí<br />
dependiente de la Secretaría de Educación<br />
Pública- había sido ocupada por <strong>el</strong> ejército.<br />
¿Aviso precautorio o reacción espasmódica de<br />
un gobierno autoritario y conservador) Sea<br />
como fuere, la ocupación de la Universidad<br />
Nicolaíta fue la primera pieza de una política<br />
que se iría diseñando en los meses siguientes<br />
para contender con un fenómeno novedoso:<br />
los movimientos estudiantiles clasemedieros,<br />
que a ojos d<strong>el</strong> centro amenazaban la paz y<br />
tranquilidad necesarias para <strong>el</strong> continuado<br />
crecimiento d<strong>el</strong> país. Hay que decir que las<br />
r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong> Estado y la Universidad<br />
Nacional no fueron buenas entonces, ni lo<br />
habían sido en <strong>el</strong> pasado, salvo durante la<br />
breve luna de mi<strong>el</strong> con <strong>el</strong> régimen de Alemán.<br />
La Universidad Nacional tuvo la mala fortuna<br />
de ser la última creación d<strong>el</strong> Porfiriato, y ese<br />
sino condicionó su actitud política<br />
conservadora por tres décadas, entre otras<br />
razones porque se convirtió en <strong>el</strong> lugar para <strong>el</strong><br />
exilio interior de la clase profesional porfirista<br />
desplazada por la Revolución. La Universidad<br />
asumió una actitud distante y a veces hostil,<br />
siempre criticaba desde una posición<br />
ideológica de derecha antirrevolucionaria, con<br />
todos los gobiernos hasta <strong>el</strong> arribo de Migu<strong>el</strong><br />
Alemán a la Presidencia de la República. La<br />
obtención de la autonomía, <strong>el</strong> debate Caso-<br />
Lombardo sobre la misión de la universidad, la<br />
fundación d<strong>el</strong> Instituto Politécnico Nacional y<br />
la construcción de la Ciudad Universitaria<br />
fueron los episodios más sobresalientes en<br />
142<br />
esa difícil r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> Estado y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
político.<br />
A fines de los cincuenta, sin embargo, la<br />
actitud de la comunidad universitaria empezó<br />
a cambiar, no sólo por la incorporación de<br />
nuevas generaciones de profesores, sino<br />
también por la actividad de un nuevo grupo,<br />
que fue conocido como la nueva izquierda.<br />
Para esos años, <strong>el</strong> crecimiento propio de la<br />
institución había llevado a multiplicar carreras,<br />
fundar más escu<strong>el</strong>as y ampliar la planta<br />
docente, formada en su mayoría por<br />
profesores de asignatura vinculados al Estado,<br />
vía la administración, la justicia, la salud y la<br />
obra pública. Pero, a la vez, empezó a<br />
multiplicarse <strong>el</strong> número de profesores de<br />
tiempo completo, que escogían como ejercicio<br />
profesional la docencia y la investigación, y en<br />
<strong>el</strong> terreno de las ciencias sociales mostraban<br />
simpatía, cuando no militancia, por la<br />
izquierda. El arribo de los profesores por<br />
asignatura vinculados a una función o empleo<br />
estatal no cambió radicalmente la actitud<br />
crítica, pero la matizó en la medida en que se<br />
abrieron nuevos espacios para actividades<br />
políticas al interior de la universidad,<br />
reflejando los intereses de grupos burocráticopolíticos<br />
d<strong>el</strong> exterior. En ese ambiente empezó<br />
a actuar la nueva izquierda. Todo <strong>el</strong> abanico<br />
político externo estaba ahora presente al<br />
interior de la universidad.<br />
Mucho se ha escrito sobre <strong>el</strong> movimientos<br />
estudiantil de 1968, pero poca se ha explicado<br />
sobre las razones políticas, que no sociales,<br />
que lo provocaron y mantuvieron durante dos<br />
meses y medio. Como se trató de un conflicto<br />
al que no precedió una crisis económica, las<br />
explicaciones sociales contextuales internas y<br />
externas a la educación superior son las que<br />
han predominado desde principio de los<br />
setenta. Y junto a <strong>el</strong>las ha corrido paral<strong>el</strong>a una<br />
corriente que ha tendido a mitologizar <strong>el</strong><br />
movimiento para dar cabida y explicación a<br />
los sueños, aspiraciones, logros y<br />
frustraciones de toda una generación (El mito<br />
se convirtió en mod<strong>el</strong>o al grado de que <strong>el</strong><br />
movimiento estudiantil de 1986, lidereado por<br />
<strong>el</strong> Consejo Estudiantil Universitario (CEU),<br />
quiso emularlo casi al detalle pero sin éxito).<br />
Sin embrago, casi todas las explicaciones,<br />
salvo unas cuantas recientes, parten d<strong>el</strong><br />
supuesto de un presidente de la República con<br />
poderes ilimitados que, al encarnar toda la
maldad, decidió destruir <strong>el</strong> movimiento<br />
mediante la violencia. Con motivo de los 25<br />
años d<strong>el</strong> movimiento al menos han aparecido<br />
opiniones que se orientan en <strong>el</strong> sentido de que<br />
ambos bandos, Consejo Nacional de Hu<strong>el</strong>ga y<br />
gobierno, cometieron errores, para no hablar<br />
de la incomprensión de las intenciones de la<br />
otra parte.<br />
Un antecedente de naturaleza política que<br />
nadie niega es la posible r<strong>el</strong>ación entre una<br />
serie de movimientos contra las autoridades<br />
universitarias en la capital d<strong>el</strong> país y los<br />
afanes sucesorios de varios precandidatos.<br />
Fue <strong>el</strong> caso de la hu<strong>el</strong>ga de 1966, antes<br />
mencionada, en contra d<strong>el</strong> director de la<br />
Facultad de Derecho de la UNAM, César<br />
Sepúlveda, que terminó con la renuncia d<strong>el</strong><br />
rector, Inganico Chávez, líder indiscutido d<strong>el</strong><br />
poderoso grupo médico. No son pocos los que<br />
piensan que lo que sucedió en <strong>el</strong> campus<br />
universitario desde 1966 no fue más que <strong>el</strong><br />
reflejo de la pugna sucesoria entre <strong>el</strong> médico<br />
Emilio Martínez Manatou y <strong>el</strong> abogado Luis<br />
Echeverría. El primero, secretario de la<br />
Presidencia, gozaba de grandes simpatías<br />
dentro de la Universidad, particularmente<br />
entre <strong>el</strong> grupo médico y la izquierda<br />
independiente. El segundo, secretario de<br />
Gobernación, era apoyado por un grupo de la<br />
UNAM que buscaba crecer dentro de la<br />
Facultad de Derecho. Aunque hay otra<br />
interpretaciones en esta línea –la de provocar<br />
desórdenes estudiantiles para desacreditar y<br />
descartar de la lista de precandidatos a<br />
Alfonso Corona d<strong>el</strong> Rosal, regente capitalino -,<br />
<strong>el</strong> hecho fue que los enviones previos al 68 en<br />
la UNAM afectaron principalmente al área<br />
médica. La hu<strong>el</strong>ga de marzo-abril de 1968, en<br />
contra d<strong>el</strong> director de la facultadad de<br />
Medicina, y la subsecuente, orientada a<br />
destituir al director de la Facultad de<br />
Odontología, así parecen confirmarlo. Todas<br />
estas pugnas internas, unidas a un<br />
descontento generalizado d<strong>el</strong> profesorado por<br />
los bajos salarios, resultado de la auteridad en<br />
<strong>el</strong> subsidio por <strong>el</strong> gobierno federal,<br />
constituyeron parte d<strong>el</strong> caldo de cultivo en <strong>el</strong><br />
que prosperó <strong>el</strong> movimiento de 1968 por <strong>el</strong><br />
lado de los docentes universitarios. Hay que<br />
decir que idéntica austeridad presupuestal<br />
afectó también a todas las instituciones de<br />
educación superior en <strong>el</strong> país.<br />
En la segunda mitad de los sesenta las<br />
instituciones públicas de educación superior,<br />
particularmente la UNAM y <strong>el</strong> IPN, se<br />
encontraron estrechamente vigiladas por <strong>el</strong><br />
poder público. Todas las corporaciones<br />
policíacas tenían agentes disfrazados de<br />
estudiantes encargados de detectar <strong>el</strong> más<br />
mínimo acto o manifestación en contra d<strong>el</strong><br />
gobierno. Lo mismo sucedió en los estados<br />
con universidades importantes. Los cuerpos<br />
nacionales de seguridad política, entrenados<br />
en la colaboración anticomunista con los de<br />
Estados Unidos desde <strong>el</strong> inicio de la Guerra<br />
Fría, presentaban ya una deformación<br />
profesional: en cualquier protesta social,<br />
sobre todo estudiantil, veían las manos de los<br />
rojos y un conspiración trasnacional en toda<br />
forma. Fue una especie de paranoia política a<br />
niv<strong>el</strong> institucional de magnas proporciones,<br />
que en vísperas d<strong>el</strong> movimiento estudiantil<br />
mexicano se acentuó por <strong>el</strong> impacto de los<br />
movimientos también estudiantiles de Francia,<br />
Alemania, Estados Unidos y la primavera de<br />
Praga. Incapaces de distinguir las diversas<br />
causalidades, tanto en Europa- descontento<br />
con la sociedad industrial y de consumo- como<br />
en Estados Unidos- la guerra de Vietnam-, las<br />
altas esferas gubernamentales vieron en las<br />
protestas estudiantiles <strong>el</strong> apéndice de una<br />
gran conspiración mundial. Esta percepción,<br />
enfatizada por la int<strong>el</strong>igencia que las policías<br />
entregaban a los mandos políticos estuvo a su<br />
vez magnificada por la proximidad de los<br />
juegos Olímpicos en <strong>México</strong>, a c<strong>el</strong>ebrarse en<br />
octubre de 1968. Agitadores nacionales y<br />
extranjeros, se concluyó, querían malograr las<br />
Olimpiadas para desprestigiar a <strong>México</strong> y su<br />
gobierno.<br />
La r<strong>el</strong>ación de los hechos inmediatos que<br />
precipitaron <strong>el</strong> movimiento estudiantil es como<br />
sigue. El 22 de julio de 1968 tuvo lugar un<br />
encuentro de futlbol soccer en <strong>el</strong> parque de La<br />
Ciudad<strong>el</strong>a, en <strong>el</strong> centro de la ciudad. Se<br />
enfrentaron en esa ocasión <strong>el</strong> equipo de la<br />
escu<strong>el</strong>a preparatoria particular Isaac<br />
Ocheterena y <strong>el</strong> de “los ciudad<strong>el</strong>os”, integrado<br />
por miembros de la pandilla juvenil d<strong>el</strong> mismo<br />
nombre y algunos estudiantes de escu<strong>el</strong>as<br />
vocacionales d<strong>el</strong> Instituto Politécnico Nacional.<br />
Como solía suceder en este tipo de encuentros<br />
de barrio, organizados al margen de cualquier<br />
autoridad o asociación futbolera, <strong>el</strong> partido<br />
terminó a golpes y los de la Ocheterena se<br />
llevaron la peor parte. Para tomar venganza, y<br />
143
con sus filas reforzadas, <strong>el</strong> 23 de julio los<br />
estudiantes de la Ocheterena atacaron con<br />
piedras <strong>el</strong> plant<strong>el</strong> de la Vocacional 2; agravio<br />
que los politécnicos de las Vocacionales 2 y 5<br />
se cobraron al día siguiente atacando en masa<br />
a la preparatoria particular, ante la presencia<br />
pasiva de los granaderos destacados en las<br />
inmediaciones para evitar más choques. Sin<br />
embargo, al regresar los estudiantes<br />
politécnicos a sus escu<strong>el</strong>as los granaderos<br />
recibieron la orden de cercarlos y atacarlos,<br />
desplegando una persecución hasta <strong>el</strong> interior<br />
mismo de las escu<strong>el</strong>as, en donde resultaron<br />
golpeados y lesionados estudiantes y<br />
maestros que no habían tomado parte en la<br />
expedición punitiva.<br />
Para <strong>el</strong> 26 de julio, dos días después de la<br />
invasión de la mencionadas escu<strong>el</strong>as<br />
politécnicas por la policía, la izquierda<br />
mexicana tenía revista su ya tradicional<br />
manifestación de apoyo a la Revolución<br />
cubana, que <strong>el</strong> gobierno capitalino toleraba<br />
siempre y cuando se ajustara aun estricto e<br />
inviolable itinerario que terminaba<br />
invariablemente en <strong>el</strong> Hemiciclo a Juárez en la<br />
Alameda Central. Por parte, los politécnicos<br />
obligaron a una renuente y oficialista<br />
Federación Nacional de Estudiantes Técnicos<br />
(FNET) a organizar otra marcha para protestar<br />
por la agresión policíaca asus plant<strong>el</strong>es y que<br />
debía concluir a medio Kilómetro de distancia<br />
de la primera manifestación, en <strong>el</strong> Monumento<br />
a la Revolución. Hay que aclarar que en<br />
aqu<strong>el</strong>los años las marchas se sujetaba a un<br />
riguroso procedimiento a cargo de las<br />
autoridades d<strong>el</strong> Distrito Federa, pues debían<br />
pedir permiso previo y ceñirse a un itinerario<br />
previamente convenido, que siempre excluía a<br />
la Plaza de la Constitución –<strong>el</strong> Zócalo- como<br />
destino final.<br />
Parte d<strong>el</strong> contingente politécnico decidió<br />
unirse a la manifestación en <strong>el</strong> Hemiciclo y<br />
marchar sobre <strong>el</strong> Zócalo. No pocos son los que<br />
piensan que se trató de un acto de<br />
provocadores oficiales, pertenecientes a<br />
alguno de los grupos que entonces se<br />
disputaban la candidatura a la Presidencia de<br />
república. Esto porque, según alguno<br />
testimonios, los botes de basura municipales<br />
de la Avenida Madero, que une a la Alameda<br />
con <strong>el</strong> Zócalo, y que no estaba incluida en <strong>el</strong><br />
itinerario de ninguna de las dos<br />
manifestaciones, estaban llenos de piedras,<br />
144<br />
que los manifestantes utilizaron ante los<br />
amagos de la policía. Otros participantes en<br />
los eventos asegurasen cambio que no hubo<br />
tales botes con piedras, sino que los<br />
manifestantes se municionaron con <strong>el</strong> cascajo<br />
de algunas construcciones en proce en la<br />
avenida.<br />
Las últimas horas de la tarde y toda la noche<br />
d<strong>el</strong> 26 de julio transcurrieron en refriegas en<br />
<strong>el</strong> Centro Histórico de la Ciudad de <strong>México</strong>.<br />
Copados los manifestantes en las estrechas<br />
calles d<strong>el</strong> centro, muchos de <strong>el</strong>los encontraron<br />
refugio en la Escu<strong>el</strong>a Preparatoria de San<br />
Ildefonso, último plant<strong>el</strong> en funciones en <strong>el</strong><br />
antiguo barrio universitario. Fue así como éste<br />
se convirtió en <strong>el</strong> centro de resistencia y<br />
acción estudiantil los siguientes dos días,<br />
involucrando a la UNAM en <strong>el</strong> conflicto. El 28<br />
por la noche, luego de una serie de disturbios,<br />
intervino <strong>el</strong> ejército y derribó la puerta<br />
principal d<strong>el</strong> plant<strong>el</strong> de San Ildefonso con un<br />
disparo de bazuca, lo cual encendió los<br />
ánimos universitarios. A partir de ese<br />
momento se inició <strong>el</strong> movimiento estudiantil,<br />
propiamente dicho, produciéndose una<br />
solidaridad, impensada antes, entre la UNAM y<br />
<strong>el</strong> Instituto Politécnico Nacional distanciados<br />
hasta entonces por pedestres rencillas<br />
deportivas.<br />
El primero de agosto se organizó y salió a la<br />
calle la primera manifestación de protesta<br />
integrada por estudiantes de la UNAM, <strong>el</strong><br />
Politécnico. El Colegio de <strong>México</strong> y estudiantes<br />
normalistas. Encabezada por <strong>el</strong> rector Javier<br />
Barros Sierra, ésta reflejó <strong>el</strong> interés de las<br />
autoridades universitarias en erigirse como<br />
interlocutoras entre <strong>el</strong> gobierno y los<br />
estudiantes para resolver <strong>el</strong> conflicto, pues las<br />
politécnicas declinaron siquiera participar en<br />
<strong>el</strong> intento. Enseguida, se puso demanifiesto<br />
una pronta evolución en la forma de dirección<br />
d<strong>el</strong> movimiento –la creación d<strong>el</strong> Consejo<br />
Nacional de Hu<strong>el</strong>ga- y en la definición de los<br />
objetivos, que pasaron de la solicitud de<br />
renuncia de los jefes policíacos,<br />
aparentemente responsables de las<br />
represiones, hacia cuestiones políticas de<br />
mayo importancia para la vida pública d<strong>el</strong><br />
país. Entre <strong>el</strong>las destacaron la abolición d<strong>el</strong><br />
d<strong>el</strong>ito de disolución social y la libertad de los<br />
presos políticos encarc<strong>el</strong>ados al amparo de<br />
ese d<strong>el</strong>ito. A partir de ese momento fue<br />
evidente que eran varias las instancias
involucradas y con las cuales había que contar<br />
para un arreglo. Tal diversidad, además de la<br />
heterogeneidad d<strong>el</strong> CNH, probaron ser <strong>el</strong><br />
principal obstáculo a cualquier intento de<br />
diálogo y negociación. Otro más serio<br />
obstáculo a la negociación fue la demanda de<br />
llevar a cabo un diálogo público con <strong>el</strong><br />
presidente de la República.<br />
Igualmente se crearon originales formas de<br />
acción y propaganda para enfrentar una<br />
represión creciente pero localizada. De entre<br />
éstas sobresalió la creación de las brigadas<br />
que se derramaban sobre la ciudad con una<br />
gran movilidad para realizar mítines<br />
r<strong>el</strong>ámpago y colecta públicos, buscando<br />
atraerse <strong>el</strong> apoyo activo de otros sectores<br />
sociales y que naturalmente acentuaron la<br />
inquietud en <strong>el</strong> gobierno. De acuerdo con la<br />
versión oficial, <strong>el</strong> movimiento estudiantil pudo<br />
haber arrastrado a esos sectores sociales<br />
objeto de la acción de las brigadas y malograr<br />
los Juegos Olímpicos, con la consecuente<br />
pérdida de imagen internacional para <strong>el</strong> país.<br />
Es cuestionable la popularidad d<strong>el</strong> movimiento<br />
entre la población capitalina, al menos en<br />
términos para articular un movimiento de<br />
boicot; sin embargo, es un hecho que la<br />
presunción influyó en <strong>el</strong> gobierno para tomar<br />
la decisión de actuar con extremos rigor. A lo<br />
largo de dos meses y medio las respuestas d<strong>el</strong><br />
gobierno fueron erráticas, a veces<br />
espasmódicas, con insinuaciones de partura y<br />
negociación seguidas de inmediato por <strong>el</strong><br />
endurecimiento y represión, hasta culminar en<br />
la matanza de Tlat<strong>el</strong>olco. D e todos estos<br />
vaivenes, quedó en claro la incapacidad d<strong>el</strong><br />
gobierno para entender y desarrollar una<br />
política específica que contendiera con las<br />
novedades que planteaba la protesta<br />
estudiantil. La flexibilidad que en <strong>el</strong> pasado<br />
desplegaron otros gobiernos para encauzar e<br />
incorporar al movimiento obrero y la protesta<br />
campesina desapareció o al menos no pareció<br />
funcionar cuando se trató de exigencias<br />
provenientes de sectores medios no<br />
agremiados al PRI.<br />
Hay que decir que hubo intentos de<br />
acercamientos y negociación por parte d<strong>el</strong><br />
gobierno. El presidente Díaz Ordaz pidió a<br />
Jesús Reyes Heroles, director de Petróleo<br />
Mexicanos con amplios contactos en <strong>el</strong> ámbito<br />
académico, y a Alfonso Martínez Domínguez,<br />
ala sazón presidente d<strong>el</strong> PRI, designaran a dos<br />
representantes capaces de dialogar con los<br />
dirigentes d<strong>el</strong> movimiento. El primero envió a<br />
Andrés Caso Lombardo y <strong>el</strong> segundo a Jorge<br />
de la Vega Domínguez, subgerente de<br />
personal de PEMEX y director d<strong>el</strong> IEPES<br />
respectivamente. Los progresos que se<br />
hicieron a lo largo de la segunda mitad de<br />
septiembre se vieron repentinamente<br />
coartados por la noche de Tlat<strong>el</strong>olco. Aún no<br />
está claro qué fue lo que pasó <strong>el</strong> 2 de octubre<br />
por la tarde en esa plaza y quizá tenga que<br />
pasar mucho más tiempo par aque se conozca<br />
la verdad. Unas versiones afirman que fue un<br />
enfrentamiento fingido entre ejército y<br />
estudiantes para justificar la matanza; otras<br />
que se trató de un acto de provocación de<br />
grupos políticos; otras más recurren al<br />
complot externo. Algunas, reciente, parecen<br />
sugerir que todo fue una terrible equivocación<br />
entre la policía y <strong>el</strong> ejército, debido a una<br />
deficiente planeación para un desalojo de la<br />
Plaza de las Tres Cultua. Pero sean cuales<br />
fueran las verdaderas razones, <strong>el</strong> hecho fue<br />
que todo <strong>el</strong> movimiento, pero sobre todo la<br />
manera en que concluyo, habrían de generar<br />
las condiciones para un rápido cambio en <strong>el</strong><br />
desarrollo político d<strong>el</strong> país.<br />
El transcurso d<strong>el</strong> tiempo ha brindado la<br />
oportunidad para no pocas evaluaciones d<strong>el</strong><br />
movimiento d<strong>el</strong> 68 por parte de dirigentes y<br />
participantes. Se puede concluir con <strong>el</strong>los que<br />
<strong>el</strong> movimiento cayó en demandas limitadas y<br />
en <strong>el</strong> fracaso político inmediato por carecer de<br />
un partido o grupo organizado que le diera<br />
coherencia y dirección. Tanto <strong>el</strong> Consejo<br />
Nacional de Hu<strong>el</strong>ga como la coalición de<br />
Maestros –homólogo de aquél por <strong>el</strong> lado<br />
docente- fueron organismos amplios y<br />
carentes de homogeneidad. Sin embargo, la<br />
aportación más destacada d<strong>el</strong> movimiento,<br />
que tuvo muchas, fue llamar la atención sobre<br />
las posibilidades que brindaba la acción de<br />
difusión política entre la población realizada<br />
por las brigadas estudiantiles. El mitin<br />
r<strong>el</strong>ámpago en transportes urbanos y lugares<br />
de alta concurrencia, como mercados o cines,<br />
concebido como medio para despersar noticias<br />
sobre <strong>el</strong> movimiento bajo circunstancias de<br />
persecución policíaca, pronto mostró su<br />
eficacia al constatarse una creciente simpatía<br />
entre la población capitalina. De <strong>el</strong>lo también<br />
tomó nota <strong>el</strong> grupo que rodeaba al futuro<br />
presidente de la Republica que sucedería a<br />
Díaz Ordaz en diciembre de 1970- Se dieron<br />
145
cuenta de que la respuesta popular favorable<br />
iba en camino de generalizarse entre estratos<br />
medios y populares cuando se reprimió al<br />
movimiento <strong>el</strong> 2 de octubre. De aquí que<br />
desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> nuevo régimen se puso en<br />
marcha una estrategia bifronte, para evitar la<br />
aparición de un movimiento similar y encauzar<br />
<strong>el</strong> descontento prevaleciente, compuesto por<br />
una reconciliación con las clases medias,<br />
sobre todo con su fracción académica e<br />
int<strong>el</strong>ectual, y por un reparto de ingresos hacia<br />
abajo que fue bautizado como desarrollo<br />
compartido.<br />
El movimiento dejó secu<strong>el</strong>as tanto al interior<br />
de las instituciones de educación superior,<br />
como hacia fuera, en <strong>el</strong> sistema de partidos.<br />
Su surgimiento y fracaso barrió con los<br />
organismos tradiciones de la política<br />
estudiantil, sociedades de alumnos y<br />
federaciones, los cuales fueron suplidos por<br />
los comités de lucha que asumieron la<br />
titularidad d<strong>el</strong> Movimiento Estudiantil, así, con<br />
mayúsculas. El sistema de partidos se vio muy<br />
pronto alterado porque <strong>el</strong> fracaso d<strong>el</strong> 68 hizo<br />
comprender a muchos d<strong>el</strong> los dirigentes que<br />
era necesario evolucionar de la acción directa,<br />
basa en <strong>el</strong> asambleísmo, a la acción<br />
organizada. De esta manera surgieron <strong>el</strong><br />
Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT),<br />
<strong>el</strong> partido Revolucionario de loa Trabajadores<br />
(PRT) Y EL Partido Socialista d<strong>el</strong>os<br />
trabajadores (PST), al igual que diversos<br />
grupos políticos como la Liga Obrero Marxista<br />
y Punto Crítico. Dos subproductos adicionales<br />
d<strong>el</strong> movimiento fueron la aparición d<strong>el</strong><br />
sindicalismo universitario y <strong>el</strong> surgimiento d<strong>el</strong><br />
ultraizquierdismo violento de la guerrilla<br />
urbana.<br />
LOS GUERRILLEROS Y EL REFORMISTA<br />
Movido probablemente por <strong>el</strong> deseo de<br />
asegurarle continuidad a la política dura, Díaz<br />
Ordaz decidió la sucesión a favor d<strong>el</strong><br />
secretario de Gobernación, Luis Echeverría<br />
Álvarez. La derrota d<strong>el</strong> movimiento estudiantil<br />
vino a representar simbólicamente también la<br />
derrota política d<strong>el</strong> contendiente más fuerte<br />
hasta antes d<strong>el</strong> incicio d<strong>el</strong> conflicto, Emilio<br />
Martínez Mantou. Pero para sorpresa de<br />
todos, muy pronto <strong>el</strong> nuevo presidente<br />
desplegó un asombroso, y a veces irritante,<br />
activismo político en todo <strong>el</strong> país alentando<br />
cambios, cooptando críticos y opositores,<br />
146<br />
prometiendo repartos de riqueza más allá de<br />
los bolsillos federales, y enconando a la larga<br />
y en contra suya a los d<strong>el</strong> gran capital que<br />
habían sido aliados y sustento de Díaz Ordaz.<br />
Que había poderosas fuerzas conservadoras<br />
dentro d<strong>el</strong> gobierno y <strong>el</strong> parido, que se<br />
consideraban útiles e inmutables las formas<br />
tradicionales de hacer política, se vio desde <strong>el</strong><br />
principio. El candidato Echeverría incició su<br />
campaña política intentando apertura y<br />
diálogo, para usar los términos de la época,<br />
pero pronto fue obligado a un discurso de<br />
defensa d<strong>el</strong> orden establecido. Esto sucedió<br />
después que <strong>el</strong> candidato había guardado un<br />
minuto de silencio en la Universidad Nicolaíta<br />
en memoria de los muertos de Tlat<strong>el</strong>olco, y<br />
fue convocado perentoriamente a la capital<br />
por Alfonso Martínez Domínguez, diigente<br />
nacional d<strong>el</strong> PRI, para comunicarle que debía<br />
cambiar <strong>el</strong> discurso y actitudes pues la<br />
jerarquía militar había protestado ante <strong>el</strong><br />
presidente Díaz Ordaz. Sin embargo, una vez<br />
<strong>el</strong>ecto <strong>el</strong> nuevo presidente tendría la<br />
oportunidad de denunciar en su discurso de<br />
toma de posesión a “las tendencia<br />
conservadoras surgidas de un largo proceso<br />
de estabilidad” y anunciar un programa de<br />
modernización económica y renovación<br />
política, orientado por <strong>el</strong> diálogo y la<br />
autocrítica. A las clases medias descontentas,<br />
así como al ala crítica de su partido y a la<br />
izquierda en general, <strong>el</strong> presidente Echeverría<br />
ofreció lo que llegó a ser conocido como la<br />
apertura política. La apertura política, en<br />
principio dirigida a todos los grupos críticos de<br />
izquierda, tuvo dedicatoria especial para los<br />
dirigentes d<strong>el</strong> 68. Incluyó una amnistía que se<br />
hizo efectiva poco después de inciciado <strong>el</strong><br />
gobierno y comprendió un acuerdo con<br />
algunos de los líderes estudiantiles<br />
excarc<strong>el</strong>ados para atemperar <strong>el</strong> clima<br />
contrario al gobierno y al PRI en las<br />
instituciones de educación superior. S e buscó<br />
con <strong>el</strong>lo encauzar un descontento estudiantil<br />
hacia peticiones y demandas que <strong>el</strong> gobierno<br />
pudiera cumplir y hacer de <strong>el</strong>los un aliado más<br />
que fortaleciera la unidad nacional a la que<br />
acudiría una y otra vez <strong>el</strong> presidente en sus<br />
conflictos con empresarios nacionales y en su<br />
ofensiva de política exterior.<br />
En <strong>el</strong> primer año de gobierno, en <strong>el</strong> cual se<br />
actuó sin un programa concreto salvo las<br />
líneas generales expuestas, la apertura
echeverrista sufrió dos debates. El primero fue<br />
la ley orgánica que impuso <strong>el</strong> gobernados de<br />
Nuevo León, Eduardo Elizondo, a la<br />
universidad estatal, que sustituía al consejo<br />
universitario por un cuerpo corporativo<br />
integrado por representantes de los ámbitos<br />
industrial, comercial, de organizaciones de<br />
obreros y campesinos, y de los medio de<br />
comunicación. Se trataba de un caso de<br />
aplicación tardía de la línea diazordacista para<br />
solventar las penurias universitarias, a la par<br />
de establecer un control más rígido so<br />
pretexto de inmiscuir a la sociedad en <strong>el</strong><br />
manejo de la universidad local. N o le fue bien<br />
al gobernador en su intento, pues la ley no<br />
sólo contradiga la política presidencial de<br />
acercamiento con las comunidades<br />
universitaria, que partía d<strong>el</strong> respeto a la<br />
autonomía, sino que dio motiva justificado –<br />
autodefensa de la comunidad universitaria<br />
agredida- para iniciar un movimiento que<br />
amenazó convertirse en nacional. Para coartar<br />
<strong>el</strong> desarrollo de esta última eventualidad, <strong>el</strong><br />
presidente decidió correr <strong>el</strong> riesgo de<br />
enfrentar la protesta de la derecha<br />
neoleonesa, que brandaba incondicional apoyo<br />
a Elizondo, y sustituirlo por <strong>el</strong> senador Luis M.<br />
Farías. No pocos de los problemas que<br />
después arrostraría <strong>el</strong> presidente con <strong>el</strong> así<br />
llamado Grupo Monterrey se originaron en<br />
esta destitución.<br />
El segundo embate, en cierta forma producto<br />
d<strong>el</strong> anterior, fue la represión de la<br />
manifestación estudiantil organizada por <strong>el</strong><br />
Instituto Politécnico Nacional en apoyo al<br />
movimiento de Nuevo León, <strong>el</strong> 10 de junio de<br />
1971. La represión corró a cargo de un grupo<br />
de jóvenes, vestidos todos de pantalón<br />
vaquero, camiseta blanca y zapatos tenis,<br />
armados unos con varas de bambú y otros<br />
con armas de fuego; estos últimos se<br />
encontraban parapetados en los edificios<br />
aledaños a la Avenida San Cosme de la ciudad<br />
de <strong>México</strong>, po donde se desplazaba la<br />
manifestación. Para todos los testigos<br />
oculares, entre los que se cuenta <strong>el</strong> que esto<br />
escribe, fue evidente la cooperación entre <strong>el</strong><br />
grupo atacante, que despuñes la prensa<br />
identificó como un destacamento parapoliciaco<br />
llamado Halcones, y la policía uniformada. La<br />
explicación oficial de Alfonso Martínez<br />
Domínguez, jefe d<strong>el</strong> gobierno de la ciudad, fue<br />
que se había tratado de un enfrentamiento<br />
entre manifestantes y estudiantes disidentes.<br />
Hasta la fecha, <strong>el</strong> ex regente ha negado<br />
siempre la existencia de los Halcones. El<br />
efecto político inmediato de lo sucedido <strong>el</strong><br />
Jueves de Corpus fue <strong>el</strong> despido de Martínez<br />
Domínguez y posteriormente de Julio Sánchez<br />
Vargas, procurador general de la República,<br />
irresuctibles diazordacistas. Es difícil precisar<br />
culpables en este caso, pues si bien es cierto<br />
que <strong>el</strong> regente era <strong>el</strong> responsable de la policía<br />
y <strong>el</strong> orden en la ciudad, también lo es que<br />
Echeverría nunca cumplió con la promesa de<br />
esclarecer <strong>el</strong> asunto, amén que en 1975<br />
apoyó la postulación de Rog<strong>el</strong>io Flores Curi<strong>el</strong>,<br />
jefe de la policía capitalina en aqu<strong>el</strong> entonces<br />
y despedido a raíz de los acontecimientos d<strong>el</strong><br />
Jueves de Corpus, a la gobernatura de Nayarit<br />
Como ya se vio en capítulo anterior, <strong>el</strong><br />
presidente Echeverría asumió <strong>el</strong> mando<br />
nacional convencido de que las políticas<br />
económicas motivadas por <strong>el</strong> desarrollo<br />
estabilizador habían concentrado <strong>el</strong> ingreso en<br />
pocas manos, acentuado las diferencias y<br />
encono sociales, y apropiciado la violencia. En<br />
su segundo informe de gobierno <strong>el</strong> presidente<br />
por primera vez articulo claramente los<br />
caminos a seguir. Ante la crisis social y<br />
política propuso confrontarla, que no<br />
resolverla, mediante la concepci`´on d<strong>el</strong><br />
desarrollo compartido, que prometía una<br />
mejor distribución d<strong>el</strong> ingreso y una amplia<br />
actividad estatal en la rectoría económica.<br />
Corr<strong>el</strong>ativamente, le aparejó la apertura<br />
política o democrática, que consistía en una<br />
actitud presidencial abierta al diálogo y<br />
negociación, e incluía una revisión de la<br />
legislación <strong>el</strong>ectoral para garantizar plena<br />
representatividad a los partidos, así como <strong>el</strong><br />
apoyo económico a los centros de educación<br />
superior para la democratización de su<br />
estructura académica y administrativa.<br />
Este programa político, que <strong>el</strong> presidente<br />
Echeverría llevó ad<strong>el</strong>ante con éxito diverso en<br />
varios de sus puntos, contribuyó a diluir los<br />
efectos d<strong>el</strong> 68 en múltiples sectores, incluso<br />
juveniles, pero fue ineficaz ante la izquierda<br />
radical de origen estudiantil que para 1972<br />
había recurrido a la violencia. Polvo de<br />
aqu<strong>el</strong>los lodos recientes, la guerrilla urbana<br />
lejos de ser resultado de los afanes de los<br />
comunistas revolucionarios profesionales PCM,<br />
fue producto de la actividad de estudiantes<br />
comunistas (disidentes) y no comunistas<br />
(cristianos) que tras Tlat<strong>el</strong>olco no vieron más<br />
147
salida frente a un poder que consideraban<br />
ensoberbecido que la lucha armada. Por esta<br />
razón, algunas fracciones de las<br />
organizaciones estudiantiles pasaron muy<br />
prontao de las acciones abiertas y legales a<br />
las vías de hecho y clandestinas. La represión<br />
d<strong>el</strong> 2 de octubre de 1968 logró desarticular<br />
rápidamente un movimiento estudiantil de<br />
masas, pero creó las condiciones para <strong>el</strong><br />
surgimiento de una nueva cultura política<br />
radical de izquierda, abriéndole a ésta nueva<br />
avenida para la acción política, una de loas<br />
cuales fueron la lucha armada. Otra vía, legal<br />
y poco conspicua al principio pero que con <strong>el</strong><br />
tiempo tomó una fuerza arrolladora talque<br />
llevó a una reforma constitucional, fue la<br />
aparición d<strong>el</strong> sindicalismo aniversario.<br />
La opción violenta de algunos cuadros<br />
estudiantiles encontró un ambiente propicio,<br />
pues a lo largo de la década de la guerrilla de<br />
Genaro Vázquez y Lucio Cabañas en Guerrero.<br />
Son muchos los grupos y las siglas que<br />
apraceiron y desaparecieron movidos por los<br />
grupos de izquierda radical provenientes de<br />
las aulas, pero a fin de cuentas fueron cuatro<br />
las corrientes que confluyen a funda la Liga 23<br />
de Septiembre. Esta organización, llamada así<br />
en memoria d<strong>el</strong> frustrado asalto de Arturo<br />
Gamìz al cuarte de Ciudad Madera,<br />
Chihuahua, tratando de emular <strong>el</strong> 26 de julio<br />
cubano, llevó a cabo la mayor parte de las<br />
acciones guerrilleras de naturaleza urbana<br />
durante <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Echeverría.<br />
El primer grupo fue una escisión de la<br />
juventud comunista de Monterrey dirigida por<br />
Raúl Ramos Zavala, descontenta con la línea<br />
tibia d<strong>el</strong> PMC y empuja por <strong>el</strong> fracaso d<strong>el</strong><br />
ensayo democrático en la Universidad de<br />
Nuevo León, derrotado por <strong>el</strong> gobernador<br />
Eduardo Elizodno. La segunda corriente fueron<br />
grupos de estudiantes católicos llevados al<br />
socialismo por los jesuitas partidarios de la<br />
teología de la liberación, dirigidos por Ignacio<br />
Salas Obregón y José Luis Sierra,<br />
organizadores de la hu<strong>el</strong>ga d<strong>el</strong> Instituto<br />
Tecnológico y de Estudios <strong>Superior</strong>es de<br />
Monterrey en 1968. la tercera corriente<br />
provino de Guadalajara, de miembros de la<br />
Federación de Estudiantes Revolucionarios<br />
(FER), originalmente alentada por Andrés<br />
Zuno, cuñado d<strong>el</strong> Presidente Echevarria, para<br />
enfrentar a la Federación de Estudiantes de<br />
Guadalajara (FEG), organización de inclinación<br />
priìsta que dominaba a la univercidad local,<br />
148<br />
pero luego dejados al garete por su<br />
patrocinador. La cuarta corriente, menos<br />
homogénea, estuvo integrada por una<br />
amalgama compuesta por <strong>el</strong> grupo<br />
Lacandones, evaluación de algunos comité de<br />
la lucha d<strong>el</strong> 68; la mayoría de la Federación<br />
de Estudiantes de Sinaloa que se encontraba<br />
en choque constante con <strong>el</strong> rector Gonzalo<br />
Armienta, y los restos d<strong>el</strong> Movimiento<br />
Espartaquista Revolucionario, originalmente<br />
fundado por Severo Iglesias en Nuevo León.<br />
La liga extendió su influencia a varios estados<br />
además de Nuevo León y para fines de 1973<br />
estuvo empeñada en una serie de secuestros,<br />
uno de los cuales terminó con la muerte d<strong>el</strong><br />
capitán de industria regiomontano Eugenio<br />
Garza Sada y d<strong>el</strong> empresario jalisciense<br />
Fernando Aranguren. Sin embargo, hacia la<br />
segunda mitad d<strong>el</strong> sexenio echeverrista <strong>el</strong><br />
aparato antiguerrillero montados por <strong>el</strong><br />
gobierno se volvió cada vez más eficaz y los<br />
dirigentes guerrilleros empezaron a caer, uno<br />
tras otro, prisioneros o muertos en sucesivos<br />
operativos y enfrentamientos armados. Los<br />
fracasos cada vez más frecuentes dieron lugar<br />
a la descomposición interna de la Liga y a la<br />
autoliquidación. El frustrado intento de<br />
secuestrar a la hermana d<strong>el</strong> candidato priísta<br />
a la presidencia, Margarita López Portillo, en<br />
agosto de 1976, último operativo<br />
desesperado, marcó la derrota definitiva de la<br />
Liga.<br />
EL CAPITAL CONTRA EL GOBIERNO<br />
EL otro rasgo político importante d<strong>el</strong> gobierno<br />
de Luis Echeverría fue <strong>el</strong> enfrentamiento d<strong>el</strong><br />
capital con <strong>el</strong> gobierno. No fue la primera<br />
ocasión en que tuvo lugar una confrontación;<br />
había sucedido ya con Cárdenas y con López<br />
Mateos. Echeverría tuvo en común con esos<br />
presidentes <strong>el</strong> haber tomado <strong>el</strong> mando de la<br />
nación bajo condiciones económicas difíciles,<br />
como vimos en capítulo anterior. De hecho la<br />
palabra “crisis”, aplicaba <strong>el</strong> ámbito económico,<br />
había hecho su debuti en los lenguajes oficial<br />
y periodístico a principios de 1971, a escasos<br />
meses de la toma de posesión. Deterioro en<br />
los términos de intercambio en <strong>el</strong> comercio<br />
exterior mexicano, una creciente carga d<strong>el</strong><br />
endeudamiento, problemas en la balanza de<br />
pagos y asomos de inflación fueron los<br />
renglones en que empezaron a manifestarse
las dificultades económicas al iniciarse la<br />
séptima década.<br />
Como quedó dicho en <strong>el</strong> capítulo anterior, <strong>el</strong><br />
presidente Echeverría se propuso ampliar la<br />
distribución de la riqueza mediante la<br />
estrategia que llamó <strong>el</strong> desarrollo compartido.<br />
Y <strong>el</strong>la se avino con la estrategia política,<br />
aconsejada por <strong>el</strong> grupo encabezado por<br />
Porfirio Muñoz ledo y Augusto Gómez<br />
Villanueva, que proponía una especie de<br />
neocardenismo mediante la reconstitución de<br />
una sólida alianza con las clases obrera y<br />
campesina, apertura democrática a<br />
int<strong>el</strong>ectuales, académicos y estudiantes, y una<br />
reforma política para fortalecer a los partidos,<br />
así como una política exterior activa y<br />
tercermundista.<br />
Los empresarios empezaron a inquietarse<br />
desde <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong> sexenio, sobre todo por las<br />
cuestiones r<strong>el</strong>ativas a los temas fiscal, laboral<br />
y de intervención estatal en la economía,<br />
aunque los enfrentamientos no habrían de<br />
presentarse hasta 1973. Éstos fueron cuatro;<br />
los tres primeros más verbales que de hecho y<br />
terminaron arreglándose; <strong>el</strong> último, sin<br />
embargo, en pleno momento sucesorio, no fue<br />
objeto de solución negociada ni acercamientos<br />
de las partes. La clarinada para la ofensiva d<strong>el</strong><br />
sector privado corrió a cargo d<strong>el</strong> embajador<br />
estadounidense Robert McBride cuando en<br />
diciembre de 1972 criticó <strong>el</strong> proyecto de ley<br />
para regular con mayor rigor a la inversión<br />
extranjera. En <strong>el</strong> mes de marzo de 1973, con<br />
motivo de la convención de las cámaras de<br />
comercio d<strong>el</strong> país, <strong>el</strong> gobierno presentó su<br />
primer plan de lucha contra la inflación,<br />
basado en la orientación al consumidor,<br />
vigilancia de precios y participación directa d<strong>el</strong><br />
Estado en <strong>el</strong> mercado de bienes y servicios. A<br />
la vez que los comerciantes rechazaron en<br />
forma desacomedida <strong>el</strong> plan, la Cámara<br />
Americana de Comercio (Camco) inició una<br />
campaña en <strong>el</strong> sector privado para la defensa<br />
de la libre empresa.<br />
A partir de ese momento tomaron cartas en <strong>el</strong><br />
asunto las centrales obreras que acudieron a<br />
apoyar al gobierno subiendo <strong>el</strong> tono de las<br />
declaraciones en contra d<strong>el</strong> capital hasta<br />
hacerse amenazantes. Las posiciones entre <strong>el</strong><br />
capital y <strong>el</strong> trabajo se tornaron enconadas,<br />
pues los gremios lidereados por la CTM<br />
querían obtener un 33% de aumento en los<br />
salarios con motiva de la revisión bianual de<br />
contratos. A nadie escapó en aqu<strong>el</strong> entonces<br />
que <strong>el</strong> gobierno apoyaba alentaba las<br />
pretensiones obreras, pues encajaban<br />
perfectamente en la estrategia d<strong>el</strong> desarrollo<br />
compartido. Luego d<strong>el</strong> anuncio de hu<strong>el</strong>ga<br />
general para <strong>el</strong> primero de octubre de 1973,<br />
<strong>el</strong> presidente declaró su pleno apoyo a los<br />
obreros “en su lucha por mejores salarios”.<br />
Los empresarios, aún intransigentes,<br />
reconocieron la presencia de la inflación pero<br />
la atribuyeron al gasto público excesivo.<br />
El 15 de septiembre, dos semanas antes de<br />
que se cumpliera <strong>el</strong> plazo para estallar la<br />
hu<strong>el</strong>ga, se llegó en principio a un acuerdo<br />
para un aumento d<strong>el</strong> 20%; sin embargo, dos<br />
días después, antes de formalizarlo, murió<br />
Eugenio Garza Sada en Monterrey a<br />
consecuencia d<strong>el</strong> interno de secuestro de<br />
parte de un comando guerrillero. El acuerdo<br />
no sólo no se firmó, sino la ofensiva<br />
empresarial contra <strong>el</strong> gobierno escaló<br />
rápidamente culpándolo de la violencia por<br />
alentar “actitudes extremas”. Sobre este<br />
particular, fuera ya de los diferendos respecto<br />
de la política laboral d<strong>el</strong> gobierno, cabe<br />
señalar que <strong>el</strong> sector empresarial demostraba<br />
su típica incapacidad para comprender la<br />
política y sus implicaciones. Muchos de <strong>el</strong>los<br />
no se daban cuenta de que, con limitaciones,<br />
la apertura y en buena medida <strong>el</strong> populismo<br />
había contribuido a restarle apoyos y a dividir<br />
a la izquierda, parte de la cual optó por<br />
mantenerse al margen de la guerrilla.<br />
Para reforzar la firma d<strong>el</strong> acuerdo salarial y<br />
contener la ofensiva de declaraciones contra<br />
<strong>el</strong> gobierno de parte d<strong>el</strong> sector probado, se<br />
aprovechó un evento anual en la Casa d<strong>el</strong><br />
Obrero Mundial. Acudió <strong>el</strong> secretario de<br />
Gobernación, caso inusitado porque<br />
correspondía <strong>el</strong> acto al secretario d<strong>el</strong> Trabajo,<br />
y llamó a una alianza popular de la cual<br />
excluyó a los empresarios, incluso a los<br />
nacionalistas. El sector privado recibió <strong>el</strong><br />
mensaje, bajó la guardia y se firmó <strong>el</strong> acuerdo<br />
salarial. Incluso la familia Garza Sada se<br />
distanció de las declaraciones contra <strong>el</strong><br />
gobierno, proferidas antes por su abogado<br />
Ricardo Margáin Zonzaya, y los dirigentes<br />
empresariales declararon reinstalado <strong>el</strong><br />
diálogo y <strong>el</strong> entendimiento con <strong>el</strong> Estado.<br />
149
El segundo, más que enfrentamiento, fue una<br />
reacción excesiva d<strong>el</strong> empresario a un<br />
reportaje de fines de febrero de 1975 d<strong>el</strong><br />
diario Excélsior sobre las intenciones de la<br />
Secretaría de Hacienda de establecer, entre<br />
otras medidas fiscales, <strong>el</strong> impuesto<br />
patrimonial. Este impuesto implicaba una<br />
declaración anual d<strong>el</strong> ingreso y propiedades<br />
por familia, lo que voceros d<strong>el</strong> sector privado<br />
consideraron gravamen confiscatorio que<br />
atentaba contra las garantías individuales. El<br />
asunto se ventiló en la convención anual de la<br />
Concanaco, la cual fue inaugurada por <strong>el</strong><br />
presidente, quien al retirarse dejó a su<br />
secretario de Hacienda, José López Portillo,<br />
para disipar temores sobre <strong>el</strong> impuesto<br />
familiar. Arguyendo que <strong>el</strong> reportaje de<br />
Excélsior se basaba en un viejo proyecto ya<br />
desechado, López Portillo acusó al diario de<br />
sacar sus noticias d<strong>el</strong> bote de la basura. Lo<br />
importante de este conato de enfrentamientos<br />
residió por un lado, en que la reforma fiscal<br />
integral que pretendía <strong>el</strong> gobierno quedó<br />
abaldada, pues no sólo <strong>el</strong> impuesto<br />
patrimonial, medida de dudosa eficacia,<br />
estaba excluido sino también los gravámenes<br />
a la producción agrícola y la empresa<br />
productiva. Y por otro, qué empezó a gestarse<br />
la animadversión oficial contra Excélsior, que<br />
posteriormente llevaría, en julio de 1976, a<br />
fraguar una invasión d<strong>el</strong> fraccionamiento de la<br />
cooperativa, Paseos de Taxqueña en la ciudad<br />
de <strong>México</strong>, y a alentar un golpe interno en<br />
contra de Julio Schrer y su grupo. Este grupo<br />
había propiciado un cambio profundo en la<br />
línea editorial y colocado al diario como la<br />
publicación más viva y crítica dentro d<strong>el</strong><br />
panorama periodístico de la época, que al<br />
inicio d<strong>el</strong> gobierno Echeverría había encajado<br />
perfectamente dentro de las intenciones de la<br />
apertura. Pero <strong>el</strong> diario pronto irritó a<br />
numerosos grupos Políticos, lo cual llevó al<br />
presidente Echeverría a cometer uno de los<br />
más graves errores de su gobierno, pues <strong>el</strong><br />
envión contra Excélsior acabó con su<br />
credibilidad entre <strong>el</strong> sector académico e<br />
int<strong>el</strong>ectual que tan cuidadosamente había<br />
cultivado.<br />
El tercer caso se presentó a fines de 1975, a<br />
propósito de la iniciativa de la Ley General de<br />
Asentamientos Humanos que envió <strong>el</strong><br />
Ejecutivo al Congreso. Con <strong>el</strong>la se quiso hacer<br />
frente al crecimiento de las ciudades y se<br />
pretendió facultar a aquél para reglamentar <strong>el</strong><br />
150<br />
uso d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. No es de sorprender que haya<br />
sido en la reunión de presidentes de Cámaras<br />
Industriales de Jalisco en donde se abrió <strong>el</strong><br />
fuego contra la iniciativa calificándola de<br />
“atentado contra la propiedad privada”, pues<br />
los grandes capitales tapatíos se habían hecho<br />
con base en la especulación en bienes raíces y<br />
<strong>el</strong> crecimiento de la ciudad. Pronto, sin<br />
embargo, se alinearon detrás d<strong>el</strong> grupo<br />
jalisciense la Concanaco y la Concamin. Lo<br />
importante políticamente de este caso no fue<br />
tanto la posición d<strong>el</strong> gobierno respecto de la<br />
iniciativa, pues éste terminó concediendo las<br />
modificaciones solicitadas, sino la estrategia<br />
de rumores que siguió un grupo de<br />
empresarios y que causó desasosiego en <strong>el</strong><br />
país. Los rumores afirmaban que los<br />
propietarios serían despojados de sus bienes<br />
inmuebles, que las casas no ocupadas serían<br />
repartidas entre los que carecían de vivienda<br />
y que aquéllas en que sobrara espacio lo<br />
ocuparían personas extrañas. Por <strong>el</strong>lo en la<br />
reunión nacional sobre asentamientos<br />
humanos, organizada en marzo de 1976 por <strong>el</strong><br />
gobierno para sacar ad<strong>el</strong>ante <strong>el</strong> proyecto,<br />
Echeverría, para sorpresa de todos, denunció<br />
una reunión clandestina de 300 personas –<br />
banqueros, industriales, comerciantes y<br />
profesionistas- en Chipinque, Nuevo León,<br />
para reunir fondos y pagar “desplegados<br />
injuriosos y campañas subrepticias”.<br />
Inmediatamente la iniciativa privada<br />
regiomontana asumió un tono conciliador y,<br />
como resultado. Obtuvieron las modificaciones<br />
a la ley.<br />
Poco antes de este caso, a consecuencia de la<br />
creciente inquietud d<strong>el</strong> sector privado ante <strong>el</strong><br />
programa social de Echeverría, y resultado<br />
también de la convocatoria tiempo atrás de la<br />
Camco al empresario para cerrar filas en<br />
defensa de la empresa privada, se creó en<br />
mayo de 1975 <strong>el</strong> Consejo Coordinador<br />
Empresarial (CCE), como organización cúpula<br />
d<strong>el</strong> sector privado. Éste quedó integrado por<br />
la Concanaco, la Concamin, la Coparmex, la<br />
Asociación de Banqueros, la Asociación<br />
Mexicana de Instituciones de Seguros y <strong>el</strong><br />
Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.<br />
Sólo la Canacintra no formó parte de este<br />
nuevo organismo. El cupulismo que ahora<br />
acusaba <strong>el</strong> sector privado fue <strong>el</strong> preámbulo<br />
para <strong>el</strong> debut de muchos de <strong>el</strong>los en política<br />
<strong>el</strong>ectoral en las filas d<strong>el</strong> PAN, en pos de
puestos de <strong>el</strong>ección popular tras la<br />
nacionalización de la banca seis años después.<br />
Hasta aquí los enfrentamientos se habían<br />
resu<strong>el</strong>to por medios políticos y<br />
satisfactoriamente para las partes<br />
involucradas. Pero en la segunda mitad de<br />
1976 <strong>el</strong> panorama político d<strong>el</strong> régimen, en<br />
vísperas de sucesión, empezó a<br />
descomponerse a raíz de la crisis de confianza<br />
que desató la primera devaluación, después<br />
de la de 1954. Desde fines de 1975 se<br />
arrastraba un caso difícil, <strong>el</strong> de invasiones de<br />
tierras en <strong>el</strong> estado de Sonora, que se había<br />
logrado mantener neutralizado parcialmente<br />
gracias a diversas instancias conciliadora<br />
intentadas por <strong>el</strong> gobierno. Sin embargo, con<br />
apoyo de la Coparmex, sindicato patronal con<br />
sede en Monterrey, se articuló un movimiento<br />
de resistencia de agricultores sonorenses, que<br />
acudieron al para agrícola para protestas por<br />
las invasiones. La devaluación llevó, como es<br />
natural, a una huida de capitales d<strong>el</strong> país.<br />
Estas circunstancias hicieron renacer <strong>el</strong><br />
encono que tenía guardado <strong>el</strong> Grupo<br />
Monterrey contra <strong>el</strong> presidente Echeverría y<br />
acentuaron la paranoia gubernamental al<br />
incrementarse los rumores, que muchos en <strong>el</strong><br />
gobierno condesiraban una campaña<br />
orquestada por los grandes capitales<br />
regiomontanos. Entre los rumores sobre<br />
nacionalización bancaria, cong<strong>el</strong>amiento de<br />
cuentas y atentados contra altos funcionarios<br />
y sus parientes, <strong>el</strong> que seguramente más<br />
alarmó al gobierno por sus posibles efectos<br />
fue <strong>el</strong> que sostenía que se preparaba un golpe<br />
de estado militar para <strong>el</strong> 20 de noviembre,<br />
semana y media antes de la transmisión de<br />
poderes. Quizá para afirmar su autoridad,<br />
quizá para dejarle resu<strong>el</strong>to <strong>el</strong> problema al<br />
sucesor, <strong>el</strong> 18 de noviembre <strong>el</strong> presidente<br />
Echeverría decretó la expropiación de 37 131<br />
hectáreas de riego en los valles d<strong>el</strong> Yaquí y <strong>el</strong><br />
Mayo, además de 61 655 de agostadero en<br />
otros municipios de Sonora. El sexenio se<br />
cerraba así con un virtual rompimiento entre<br />
<strong>el</strong> presidente saliente y <strong>el</strong> sector privado d<strong>el</strong><br />
país.<br />
LA RECONCILIACION PASAJERA<br />
José López Portillo acudió a tomar posesión<br />
d<strong>el</strong> cargo de presidente de la República en un<br />
ambiente ensombrecido. Desde la época de<br />
Lázaro Cárdenas no había en <strong>México</strong> un r<strong>el</strong>evo<br />
presidencial con <strong>el</strong> país tan dividido. Y como<br />
en aqu<strong>el</strong> entonces Ávila Camacho, ahora<br />
López Portillo inició su mandato haciendo un<br />
llamado a la unidad nacional en su discurso de<br />
toma de posesión. No se le llamó así. L a<br />
convocatoria se hizo bajo la divisa “La<br />
solución somos todos”. De inmediato <strong>el</strong> nuevo<br />
presidente ofreció tres reformas: la económica<br />
(que se vio en <strong>el</strong> capítulo anterior), la<br />
administrativa y la política. La Alianza para la<br />
Producción, que buscaba ser la expresión<br />
económica de la unidad nacional reconstituida,<br />
fue de hecho la reactivación de los pactos<br />
entre factores de la producción y <strong>el</strong> gobierno,<br />
en desuso desde que terminara la segunda<br />
Guerra Mundial, para combatir la inflación<br />
mediante producción masiva y barata de<br />
bienes de consumo popular. La Alianza para la<br />
Producción fue así <strong>el</strong> eje de la política<br />
económica desde <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> sexenio.<br />
La crisis económica y política bajo la cual se<br />
dio la transmisión de poderes en 1976,<br />
también había golpeado al aparato<br />
administrativo d<strong>el</strong> gobierno federal. No sólo<br />
en los seis años anteriores este aparato había<br />
crecido desmesuradamente, tanto en <strong>el</strong> sector<br />
central como paraestatal, sino que se habían<br />
puesto en evidencia varios vicios: descontrol<br />
administrativo, ineficacia y corrupción. Para<br />
salir de la crisis, se razonó, se precisaba<br />
modernizar la burocracia. Con la reforma<br />
administrativa, aparte de achicar y hacer más<br />
racional <strong>el</strong> aparato público, se persiguió<br />
introducir la racionalidad y la planeación. Tres<br />
fueron las leyes fundamentales para lograr<br />
ese propósito. La ley sobre Presupuesto,<br />
Contabilidad y Gasto Público que atribuyó la<br />
política presupuestaria a la recién creada<br />
Secretaría de Programación y Presupuesto<br />
(SPP), para hacer coincidir en <strong>el</strong>la la<br />
confección d<strong>el</strong> presupuesto con la planeación.<br />
La Ley General de Deuda pública que colocó a<br />
la Secretaría de Hacienda como controlador<br />
único de la contratación de toda la deuda<br />
pública, al sujetar bajo su vigilancia a<br />
secretarías de estado y, sobre todo, a los<br />
organismos descentralizados. Finalmente, la<br />
ley de la Administración Pública Federal, que<br />
redistribuyó funciones entre dependencias,<br />
estableció cabezas de sector para dejar en<br />
claro <strong>el</strong> control sobre los organismos<br />
descentralizados y creó las condiciones<br />
necesarias para la planeación.<br />
151
Además de la creación de la SPP, la reforma<br />
incluyó la sectorización de la administración<br />
pública para hacer responsables a las<br />
secretarías de Estado d<strong>el</strong> manejo y control de<br />
las entidades incluidas en su esfera de acción.<br />
Lo que pasó a llamarse <strong>el</strong> sector central sufrió<br />
también modificaciones: se integraron todas<br />
las actividades comerciales en la Secretaria de<br />
Comercio; se fusionaron las secretarías de<br />
Recursos Hidráulicos y la de Agricultura y<br />
Ganadería, PEMEX quedó bajo la supervisión<br />
de la Secretaría de Patrimonio y Fomento<br />
Industrial. De igual manera, se responsabilizó<br />
a la Secretaría de Comunicaciones y<br />
Transportes de la marina mercante<br />
separándola de la secretaria de Marina, que<br />
quedó como entidad estrictamente militar; se<br />
ubicó en la Secretaría de Asentamientos<br />
Humanos y Obras Públicas las responsabilidad<br />
de las cuestiones de urbanismo y vivienda, y,<br />
finalmente, se unificó todo lo r<strong>el</strong>ativo a la<br />
pesca en un departamento autónomo que<br />
pronto alcanzaría <strong>el</strong> rango de secretaría de<br />
Estado. Todo <strong>el</strong>lo respondió a un esfuerzo de<br />
racionalización que se orientaba precisamente<br />
a facilitar <strong>el</strong> proceso de programación,<br />
presupuestación y evaluación d<strong>el</strong> gobierno<br />
federal. En <strong>el</strong> centro de este esfuerzo se<br />
colocó a la SPP, cuya función fue asignar <strong>el</strong><br />
presupuesto de acuerdo con las prioridades y<br />
objetivos d<strong>el</strong> desarrollo y no de acuerdo con <strong>el</strong><br />
criterio de los ingresos, como la había hecho<br />
la Secretaría de Hacienda hasta <strong>el</strong> gobierno<br />
d<strong>el</strong> presidente Echeverría.<br />
De todos los cambios <strong>el</strong> más importante por<br />
su significado político dentro de la guerra<br />
sorda entre funcionarios y economistas d<strong>el</strong><br />
gobierno por determinar la política económica,<br />
fue <strong>el</strong> de la creación de la SPP. Ya de tiempo<br />
atrás la Secretaría de Hacienda y Crédito<br />
Público se había convertido, gracias a una<br />
especie de servicio de carrera que propiciaba<br />
<strong>el</strong> sprit de corps y al éxito que por más de una<br />
década había tenido <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de desarrollo<br />
estabilizador, en un poderoso grupo<br />
burocrático que había llegado incluso a<br />
enfrentar decisiones d<strong>el</strong> presidente de la<br />
República. El despido d<strong>el</strong> secretario Hugo B.<br />
Margáin en <strong>el</strong> tercer año d<strong>el</strong> gobierno de<br />
Echeverría fue apenas uno de los primeros<br />
episodios de lo que sería la búsqueda de una<br />
forma de reducir <strong>el</strong> poder de esa dependencia<br />
y probar opciones distintas al desarrollo<br />
estabilizador. El apego de la dependencia a su<br />
152<br />
mod<strong>el</strong>o había generado un proceso<br />
administrativo en materia de egresos que no<br />
atendía lo más mínimo a criterios de<br />
planeación como principio orientador de la<br />
actividad gubernamental. Intentos de resolver<br />
esta situación, como la creación de la<br />
Secretaría de la Presidencia durante <strong>el</strong><br />
gobierno d<strong>el</strong> presidente López Mateos, con <strong>el</strong><br />
fin de iniciar una rudimentaria planeación,<br />
habían fracasado porque era Hacienda la que<br />
atribuía los recursos y no las instancias<br />
encargadas de la planeación. Para romper ese<br />
poder y hacer viable la opción de desarrollo<br />
que planeaban López Portillo y su grupo de<br />
asesores, se decidió separar de Hacienda los<br />
egresos y atribuirlos a la nueva dependencia,<br />
la Secretaría de Programación y Presupuesto,<br />
a la que se le encargaría también la<br />
planeación. Pero para que <strong>el</strong> proceso fuera<br />
eficaz, se requirió de la colaboración entre las<br />
dos dependencias, cosa que no ocurrió y<br />
pronto llevó al rev<strong>el</strong>o de los dos secretarios<br />
originales, Julio Rodolfo Moctezuma Cid<br />
(SHCP) Y Carlos T<strong>el</strong>lo (SPP). Posteriormente,<br />
a pesar de la creación de la Comisión de<br />
Gasto y Financiamiento como foro<br />
intersecretarial para coordinar ingresos con<br />
egresos, los enfrentamientos continuaron<br />
entre los secretarios de ambas dependencias.<br />
Todas estas medidas, tomadas al inicio d<strong>el</strong><br />
sexenio, contribuyeron a la distensión. Los<br />
obreros redujeron sus demandas, los<br />
empresarios declararon renovada su<br />
confianza, los rumores empezaron a ceder.<br />
Sin embargo, subsistió <strong>el</strong> problema de las<br />
guerrillas, de una minoría que no por pequeña<br />
dejaba de ser importante en <strong>el</strong> panorama si se<br />
quería normalizar al país. De aquí la reforma<br />
política que empezó a configurarse a partir de<br />
1977 mediante audiencias públicas. Dos<br />
propósitos tenían que cumplirse con la<br />
reforma: revitalizar <strong>el</strong> sistema de partidos y<br />
ofrecer una opción de acción política legítima<br />
tanto a los que habían rechazado como a los<br />
que habían optado por la violencia. La reforma<br />
era tanto más urgente porque la apertura<br />
política de Echeverría se había visto recortada<br />
en su alcance al promover una reforma<br />
<strong>el</strong>ectoral limitada. La reforma <strong>el</strong>ectoral de<br />
Echeverría sólo había <strong>el</strong>evado de 20 a 25 <strong>el</strong><br />
número tope de diputados de partido y<br />
otorgado representación a todos los partidos<br />
entonces existentes en las instancias<br />
<strong>el</strong>ectorales federales. El Partido Comunista
Mexicano, para no mencionar los numerosos<br />
grupúsculos en los cuales se encontraba<br />
dividida la izquierda, se quedó al margen de<br />
aqu<strong>el</strong>la reforma. Tan corta se había quedado<br />
que, como forma de protesta, <strong>el</strong> principal<br />
partido de oposición, <strong>el</strong> PAN, no había<br />
presentado candidato en la <strong>el</strong>ección<br />
presidencial de 1976.<br />
La reforma política se concretó en la Ley<br />
Federal de Organizaciones Políticas y Procesos<br />
Electorales (LFOPPE) aprobada por <strong>el</strong><br />
Congreso en diciembre de 1977. A diferencia<br />
de las reformas propuestas por Díaz Ordaz y<br />
Echeverría –meras adecuaciones- esta fue la<br />
primera que llegaba a fondo, desde que López<br />
Mateos introdujo <strong>el</strong> sistema de diputados de<br />
partido. El énfasis estaba orientado hacia la<br />
ampliación d<strong>el</strong> sistema de partidos y la<br />
participación. Al incrementar <strong>el</strong> número de<br />
diputados (400, con 100 plurinominales<br />
<strong>el</strong>ectos en listas regionales), al reducir los<br />
requisitos para <strong>el</strong> registro de los partidos y<br />
reconocer personalidad a las asociaciones<br />
políticas se permitió la incorporación al<br />
quehacer político de nuevos actores. Al<br />
extender las facultades a las cámaras d<strong>el</strong><br />
Congreso para vigilar y supervisar las<br />
actuaciones de las dependencias centrales y<br />
paraestatales d<strong>el</strong> Ejecutivo se fortaleció <strong>el</strong><br />
Estado de Derecho y <strong>el</strong> equilibrio de poderes.<br />
Como significaba <strong>el</strong> reconocimiento al<br />
pluralismo, única alternativa al<br />
endurecimiento político que no se quería, la<br />
nueva ley abrió grandes posibilidades de<br />
expresión política y <strong>el</strong>ectoral a la oposición en<br />
general, pero a la de izquierda en particular.<br />
153
“UNA TRANSICIÓN<br />
INCONCLUSA” EN MEXICO Y LA<br />
DEMOCRACIA<br />
¿Y si hubiera democracia?<br />
154<br />
Lorenzo Meyer, <strong>México</strong> S.XXI<br />
Un asunto no sólo moral sino práctico<br />
¿Cómo sería la vida en un <strong>México</strong><br />
democrático? En muchos aspectos no sería<br />
muy diferente de la actual, pues ésta por sí<br />
misma o por sus efectos no podría cambiar<br />
factores objetivos como la geografía, la<br />
demografía, las herencias d<strong>el</strong> pasado,<br />
etcétera. Sin embargo, en otras áreas podría<br />
significar cambios espectaculares, prácticos,<br />
muy positivos para nuestros bolsillos o<br />
autoestima.<br />
La ciencia social difícilmente permite<br />
experimentos y realmente no hay forma<br />
exacta de saber qué ocurriría en <strong>México</strong> si <strong>el</strong><br />
marco legal que hoy existe fuera, también, <strong>el</strong><br />
real. Pero a falta de posibilidades de<br />
experimentos auténticos, se puede usar la<br />
imaginación… acompañada de ciertos datos<br />
objetivos.<br />
Para quienes nunca hemos experimentado las<br />
bondades ni las deficiencias de la democracia,<br />
<strong>el</strong> mejor camino para comprenderla y<br />
valorarla es pensarla en r<strong>el</strong>ación con nuestros<br />
problemas cotidianos. El punto de partida de<br />
este sueño de una noche de invierno en <strong>el</strong><br />
valle de <strong>México</strong>, requiere suponer algunas<br />
cosas que por ahora no son pero podrían ser:<br />
la inexistencia de un partido de Estado, la<br />
alternancia en <strong>el</strong> poder, un poder legislativo<br />
plural, con verdadera voz y voto.<br />
Naturalmente, esa división de poderes<br />
existiría también a niv<strong>el</strong> local.<br />
Democracia y dinero<br />
Bajo esos supuestos, se puede comenzar a<br />
imaginar la vida en un <strong>México</strong> democrático.<br />
Los casos concretos pueden ser muchos; por<br />
ejemplo, <strong>el</strong> de los dineros públicos. Para<br />
empezar, si hubiera democracia la Secretaría<br />
de Hacienda no podría imponernos los tributos<br />
que quiere, como quiere y cuando quiere. Su<br />
apetito por nuestro dinero tendría que<br />
justificarse muy bien ante legisladores con<br />
poder propio e int<strong>el</strong>igencia normal, que<br />
preguntarán y exigirían explicaciones claras<br />
en todos y cada uno de los rublos de la cuenta<br />
pública. Entonces, y sólo entonces,<br />
pagaríamos. Pero como quiera que la<br />
democracia cuesta, no hay duda que<br />
tendríamos que seguir desembolsando, tanto<br />
o más de lo que hoy entregamos a las arcas<br />
estatales. Sin embargo, la verdadera<br />
diferencia estaría no en pagar menos, sino en<br />
la forma como se gastarían esos dineros que<br />
tanto trabajo nos cuesta ganar… y nos cuesta<br />
pagar, pues <strong>el</strong> pap<strong>el</strong>eo es tan complicado<br />
¡Que debemos pagar a quienes nos ayudan a<br />
pagar! La democracia es hoy por hoy <strong>el</strong><br />
instrumento más eficiente contra la corrupción<br />
pública y <strong>el</strong> derroche; es vedad que la<br />
democracia no <strong>el</strong>imina estas dos lacras, pero<br />
las limita mejor que cualquier otro sistema,<br />
pues posee <strong>el</strong> mejor instrumental para pedir<br />
cuentas claras y exigir responsabilidades a los<br />
que manchan en su nombre.<br />
En un <strong>México</strong> democrático, por ejemplo,<br />
podríamos saber cuáles son y de dónde<br />
provienen los ingresos de nuestros<br />
gobernantes. De la misma manera que hoy<br />
Hacienda nos obliga a declarar <strong>el</strong> cuánto y<br />
cómo y por qué de hasta <strong>el</strong> último peso que<br />
con nuestro esfuerzo ganamos, las estructuras<br />
democráticas permitirían al público exigir que<br />
se hiciera lo mismo con los burócratas de<br />
Hacienda y con toda la clase política. De esta<br />
manera aumentarían los ingresos d<strong>el</strong> erario,<br />
de aparecería <strong>el</strong> sentido de humillación e<br />
injusticia que hoy tienen los impuestos, y<br />
finalmente se <strong>el</strong>iminaría la tradicional<br />
sospecha de que un buen Numero de los<br />
llamados “servicios Públicos” vivan en un<br />
permanente conflicto de intereses entre su<br />
pap<strong>el</strong> de representantes d<strong>el</strong> interés general y<br />
sus intereses privados.<br />
Para exigir a nuestro “servidores Públicos”<br />
cuentas sobre sus cuentas, tendríamos lo que<br />
hoy no tenemos: información. Los sistemas<br />
democráticos son los más dados a permitir al<br />
público acceso a sus datos, cifras, hechos. Es<br />
lo normal en la democracia, que se pueda<br />
disponer de información fidedigna sobre los<br />
ingresos de todos y cada uno de los<br />
personajes que ocupan un puesto de <strong>el</strong>ección<br />
popular así como la de alta burocracia. La
verdadera solidaridad democrática requiere<br />
que las reglas que se aplican a los particulares<br />
también se apliquen a los poderosos.<br />
Democracia y ahorro<br />
Bajo la democracia sería muy fácil averiguar<br />
por qué, si la oficina de la presidencia en<br />
Estados Unidos tiene un presupuesto de<br />
treinta y cuatro millones de dólares anuales,<br />
la mexicana requiere <strong>el</strong> equivalente a noventa<br />
y cinco millones de dólares, es decir, 2.8<br />
veces más que la norteamericana. Si,<br />
además, tomamos en cuenta <strong>el</strong> PIB de<br />
Estados Unidos es veintisiete veces <strong>el</strong> de<br />
<strong>México</strong>, entonces resulta que, en proporción,<br />
los mexicanos pagamos por nuestra<br />
presidencia 175.6 veces más que los<br />
norteamericanos!<br />
En la democracia, no podría haber partido de<br />
Estado. El partido gobernante, cualquiera que<br />
fuera, tendría que abrir sus libros al escrutinio<br />
de los representantes públicos, incluida la<br />
oposición. Bajo un sistema plural y de<br />
independencia de poderes, los actos ilegales<br />
serían la excepción, no la norma, y todos nos<br />
ahorraríamos mucho dinero. Además, al<br />
descubrirse situaciones anómalas, un poder<br />
judicial distinto d<strong>el</strong> actual llevaría a cabo una<br />
investigación y tendrían que rodar cabezas.<br />
Democracia y privilegios<br />
Otro ejemplo de las posibilidades de la<br />
democracia surge al considerar, por ejemplo,<br />
<strong>el</strong> caso de T<strong>el</strong>éfonos de <strong>México</strong>. En un <strong>México</strong><br />
democrático, sería muy difícil, aunque no<br />
imposible, que un monopolio público, como lo<br />
era T<strong>el</strong>mex, hubiera sido privatizado y<br />
mantenido como monopolio, violando la letra<br />
y, sobre todo, <strong>el</strong> espíritu d<strong>el</strong> artículo 28<br />
constitucional. Seguramente, la acción de los<br />
grupos de defensa d<strong>el</strong> consumidor y las<br />
fuerzas sociales representadas en <strong>el</strong> congreso,<br />
hubieran obligado a dividir a T<strong>el</strong>mex en varias<br />
empresas –como sucedió en Estados Unidos<br />
con la B<strong>el</strong>l T<strong>el</strong>ephone Co.- y las hubieran<br />
puesto a competir en beneficio d<strong>el</strong> interés<br />
general. Supongo que en ese <strong>México</strong> que no<br />
es pero que podría ser, no se hubiera tolerado<br />
<strong>el</strong> alza de tarifas t<strong>el</strong>efónicas sin, por lo menos,<br />
exigir una previa <strong>el</strong>evación en la calidad d<strong>el</strong><br />
servicio que se da al consumidor. La vigilancia<br />
y capacidad de acción de los legisladores en<br />
un sistema no autoritario, hubiera tomado<br />
cartas en <strong>el</strong> asunto y presionado a T<strong>el</strong>mex<br />
para que no llegara a donde hoy ha llegado.<br />
En ese <strong>México</strong> que existe sólo en la<br />
imaginación, tampoco podría subsistir otro<br />
monopolio muy notorio; <strong>el</strong> de la t<strong>el</strong>evisión<br />
privada. El estado, empujado por la sociedad,<br />
por la opinión pública y por un congreso<br />
independiente, habría abierto los diferentes<br />
canales concesionados a particulares a otras<br />
tantas empresas, de forma tal que T<strong>el</strong>evisa<br />
fuera para <strong>el</strong> público, sólo una entre varias<br />
opciones y no, como es hoy, prácticamente la<br />
única.<br />
Democracia y seguridad<br />
La seguridad personal es hoy un privilegio que<br />
sólo pueden conseguir aqu<strong>el</strong>los con los<br />
recursos para contratar servicios de seguridad<br />
privados, y a veces ni <strong>el</strong>los, a juzgar por <strong>el</strong><br />
número de secuestros de gente pudiente. Si<br />
en <strong>México</strong> la acción de las autoridades<br />
verdaderamente respondiera a los reclamos<br />
de la sociedad, como mal que bien sucede en<br />
los países de democracia real, <strong>el</strong> esfuerzo<br />
gubernamental por dar forma a cuerpos de<br />
policía realmente profesionales en <strong>México</strong>,<br />
hubiera sido mucho mayor. DE acuerdo a<br />
encuestas efectuadas en <strong>el</strong> Distrito Federal<br />
muestras representativas de la población, más<br />
d<strong>el</strong> 50% contestó que había sido asaltado por<br />
lo menos una vez. Y lo malo no es únicamente<br />
la frecuencia de los asaltos, sino la frecuencia<br />
con que los asaltantes resultan ser policías.<br />
Obviamente, en un <strong>México</strong> democrático no se<br />
acabarían los asaltos, pero seguramente se<br />
tendrá en la policía una institución para<br />
combatirlos, no para fomentarlos, pues así lo<br />
exigirían los comités de vigilancia ciudadana.<br />
Sudáfrica, un ejemplo a considerar<br />
El aportheid mexicano<br />
Aunque no son precisamente populares,<br />
pupularmente en Chile se les conoce como<br />
“guanacos”; en <strong>México</strong> son simplemente las<br />
tanquetas o carros antimotines (Cobra y<br />
Textron) y sólo los conocemos por fotografía.<br />
Sin embargo, la experiencia chilena o<br />
sudafricana –donde este tipo de máquinas<br />
también tiene una larga historia- muestra que<br />
cuando <strong>el</strong> orden establecido ha perdido su<br />
155
legitimidad, no hay tanqueta que sirva para<br />
mantenerlo.<br />
Hace años, en las postrimerías d<strong>el</strong> gobierno<br />
de Migu<strong>el</strong> de la Madrid, y cuando aún se<br />
consideraba lejano <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> sistema al que<br />
servían –y d<strong>el</strong> que se servían- algunos<br />
funcionarios encargados d<strong>el</strong> control político<br />
organizaron una reunión de trabajo en las<br />
afueras de la ciudad de <strong>México</strong>. El objetivo era<br />
analizar la naturaleza y evolución de nuestro<br />
sistema político.<br />
Todo iba bien en <strong>el</strong> discreto encuentro, según<br />
se supo después, hasta que a uno de los<br />
individuos –un famoso politólogo de Harvard-<br />
se le ocurrió incursionar en la política<br />
comparada. Y para <strong>el</strong>lo trazó un paral<strong>el</strong>o entre<br />
<strong>el</strong> sistema político mexicano y <strong>el</strong> sudafricano.<br />
El punto de la comparación era muy simple:<br />
ambos sistemas funcionaban entonces bajo <strong>el</strong><br />
mismo principio: un pequeño grupo –los<br />
herederos de los fundadores- mantenían un<br />
monopolio sobre <strong>el</strong> control de los fundadoresmantenían<br />
un monopolio sobre <strong>el</strong> control de<br />
todos los puestos de poder, y excluían<br />
sistemática y efectivamente de cualquier<br />
participación a la oposición y a la enorme<br />
mayoría de la población. Es verdad que en <strong>el</strong><br />
sistema de exclusión, <strong>el</strong> color de la pi<strong>el</strong>, era<br />
un factor más importante en Sudáfrica que en<br />
<strong>México</strong>, pero en ambos casos <strong>el</strong> resultado final<br />
no era muy distinto: por un lado enorme<br />
riqueza para los pocos, y por <strong>el</strong> otro enorme<br />
miseria para los muchos.<br />
Los organizadores d<strong>el</strong> acto se sintieron<br />
ofendidos por la comparación, por <strong>el</strong><br />
paral<strong>el</strong>ismo entre <strong>el</strong> sistema de apartheid de<br />
Sudáfrica y <strong>el</strong> de “carro completo” d<strong>el</strong> PRI<br />
mexicano. Han pasado años desde entonces y<br />
mucha agua bajo <strong>el</strong> puente. Si hoy –después<br />
de la histórica votación en Sudáfrica- alguien<br />
volviera a comparar nuestro sistema político<br />
con <strong>el</strong> que está surgiendo en Sudáfrica, los<br />
ofendidos deberían ser los sudafricanos, y no<br />
les faltaría razón.<br />
El logro sudafricano<br />
Con un pasado histórico al menos tan terrible<br />
como los tres siglos de colonización que<br />
forjaron a la actual sociedad mexicana, y tras<br />
brutales enfrentamientos entre razas y tribus,<br />
los sudafricanos han llegado, de manera<br />
156<br />
sorprendente, a un acuerdo para efectuar la<br />
transición entre las tres grandes fuerzas<br />
rivales: <strong>el</strong> Partido Nacional Africano<br />
(Mand<strong>el</strong>a), <strong>el</strong> Partido de la Libertad<br />
Inkatha(Buth<strong>el</strong>ezi) y <strong>el</strong> Partido Nacional (De<br />
Klerk), a los cuales hay que añadir otros<br />
veinticuatro pequeños partido más, El odio<br />
entre algunos de <strong>el</strong>los es tan antiguo como<br />
profundo y brutal, y en los últimos cuatro<br />
años había producido diez mil quinientos<br />
muertos. Sin embargo, a fin de cuentas la<br />
int<strong>el</strong>igencia política o <strong>el</strong> sentido común de los<br />
tres principales líderes –dos negros y un<br />
blanco- prevaleció por sobre las pasiones, los<br />
prejuicios y los miedos de <strong>el</strong>los y sus<br />
seguidores, y permitió que finalmente se<br />
llegara a un acuerdo que aquí, en <strong>México</strong>,<br />
sigue pareciendo un imposible.<br />
Si Sudáfrica pudo, si también pudo El<br />
Salvador, donde se libró una larga y dura<br />
guerra civil (1979-1992), ¿cómo aceptar que<br />
en nuestro país sigamos sin poder dar forma a<br />
un pacto histórico que supere y ponga fin de<br />
una vez por todas, a esa especie de apartheid<br />
político que son los años de monopolio d<strong>el</strong><br />
poder por <strong>el</strong> partido d<strong>el</strong> Estado, <strong>el</strong> PRI?<br />
Los indicadores d<strong>el</strong> temor<br />
La compra en <strong>México</strong> de veinticuatro carros<br />
antimotines (dieciséis ton<strong>el</strong>adas, cañon de<br />
agua presurizada con depósito de siete mil<br />
quinientos libros, rociador de tinta ind<strong>el</strong>eble<br />
para identificar manifestantes, sistema de<br />
video para grabarlos, blindaje total, llantas<br />
antibala, cuchilla hidráulica antibarricadas,<br />
etcétera), fue justamente la señal que no<br />
debería mandar en este momento <strong>el</strong> gobierno<br />
a los gobernados.<br />
El tema y espíritu dominante en <strong>México</strong><br />
deberían ser menos <strong>el</strong> de aumentar <strong>el</strong> arsenal<br />
antimotines o <strong>el</strong> de nombrar a un zar de la<br />
seguridad pública, y más, mucho más, <strong>el</strong> de<br />
trazar <strong>el</strong> camino que debe llevarnos d<strong>el</strong><br />
autoritarismo vigente –viejo, ilegal e ilegítimo-<br />
al pluralismo democrático. Lo que hoy se<br />
requiere con urgencia en <strong>México</strong> es un<br />
acuerdo equivalente al que finalmente<br />
llegaron N<strong>el</strong>son Mand<strong>el</strong>a –<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de<br />
indomable, preso por veintisiete años-,<br />
Frederik W. de Klerk –<strong>el</strong> dúctil líder de la<br />
minoría blanca que envió a Mand<strong>el</strong>a a la<br />
prisión y sojuzgó a la mayoría negra por 342
años- y Mangosuthu Buth<strong>el</strong>ezi –<strong>el</strong><br />
intransigente líder zulú, enemigo declarado de<br />
Mand<strong>el</strong>a y sus seguidores.<br />
El acuerdo que aquí no llega<br />
El ejemplo sudafricano muestra que es posible<br />
un acuerdo histórico al más alto niv<strong>el</strong> por la<br />
democracia: espectacular y absolutamente<br />
creíble y efectivo, aún entre enemigos que<br />
parecían más irreconciliables de lo que hoy<br />
son las fuerzas antagónicas en <strong>México</strong>.<br />
El corazón d<strong>el</strong> acuerdo sudafricano fue <strong>el</strong> viejo<br />
prinicipio de “un hombre, un voto”. Luego, un<br />
congreso donde tengan representación todas<br />
las fuerzas políticas que logren 5% o más de<br />
la votación: ese congreso dará forma a un<br />
gobierno de “unidad nacional” y redactará una<br />
nueva constitución, cuyos principios centrales<br />
se negociaron en un foro multipartidario de<br />
veintiséis grupos políticos. Para supervisar las<br />
históricas <strong>el</strong>ecciones y darles legitimidad, se<br />
formó un Consejo Ejecutivo de la Transición.<br />
Las negociaciones entre los enemigos jurados<br />
fueron extraordinariamente difíciles. Tanto lo<br />
zulúes de Inkatha como los afrikaners<br />
amenazaron con boicotear las <strong>el</strong>ecciones, lo<br />
que hubiera sido un golpe a su credibilidad.<br />
Un sorprendente acuerdo de último minuto<br />
logró la aceptación d<strong>el</strong> proceso <strong>el</strong>ectoral pro<br />
parte de Inkatha gracias, entre otras cosas, a<br />
la promesa de Mand<strong>el</strong>a a Buth<strong>el</strong>ezi, de dar<br />
gran autonomía para KuaZulu/Natal. La<br />
ultraderecha blanca finalmente tampoco llevó<br />
a cabo su amenaza de sabotaje d<strong>el</strong> proceso<br />
<strong>el</strong>ectoral mediante actos de violencia los días<br />
de las votaciones. Fue así como se llegó al<br />
momento de la verdad en Sudáfrica: hoy,<br />
Mand<strong>el</strong>a y <strong>el</strong> Congreso Nacional Africano son<br />
los dirigentes de su nación con un mandato de<br />
más de 60% de los votos totales.<br />
El haber alcanzado la democracia política en<br />
Sudáfrica no significa de ninguna manera<br />
haber acabado con <strong>el</strong> gran problema de<br />
fondo; es apenas <strong>el</strong> principio de su solución.<br />
Con apoyo en la nueva legitimidad, Mand<strong>el</strong>a y<br />
sus rivales en <strong>el</strong> nuevo parlamento deberán<br />
encontrar las vías para ac<strong>el</strong>erar <strong>el</strong> crecimiento<br />
económico de una sociedad cuyo ingreso per<br />
cápita es un poco menor al de <strong>México</strong> pero<br />
que está igual de mal distribuido, cuyo<br />
producto interno apenas empezó a crecer, que<br />
tiene 48% de sus trabajadores desempleados,<br />
y que debe buscar la convivencia pacífica de<br />
negros (76%), blancos (13%), mestizos (8%)<br />
y asiáticos (3%), y todos con profundas<br />
divisiones internas.<br />
No obstante lo anterior, hay una cosa<br />
fundamental que ya se ganó en ese extremo<br />
d<strong>el</strong> continente africano: <strong>el</strong> sentido de la<br />
dignidad para la mayoría. Y eso no es poca<br />
cosa.<br />
Las condiciones objetivas en <strong>México</strong> deberían<br />
hacer mucho más fácil que en Sudáfrica llegar<br />
al gran pacto político que permitiera la<br />
transición democrática. Para asegurar<br />
realmente la estabilidad y la viabilidad de<br />
nuestro país se necesita; la voluntad política<br />
por parte de la minoría que debe abandonar<br />
las certidumbres y privilegios d<strong>el</strong> pasado.<br />
Falta voluntad política para no seguir<br />
confundiendo partido con gobierno. Se<br />
requiere de esa voluntad política para sacar<br />
ad<strong>el</strong>ante la verdadera reforma a la legislación<br />
<strong>el</strong>ectoral.<br />
Para concluir, conviene recordar que no se<br />
repita, ese 7 de julio de 1952, cuando la<br />
protesta de los partidarios de Migu<strong>el</strong><br />
Henríquez Guzmán en la Alameda de la ciudad<br />
de <strong>México</strong> contra unas <strong>el</strong>ecciones sin<br />
credibilidad, fue aplastada por los “guanacos”<br />
de entonces: los carros blindados de la<br />
Brigada Motomecanizada, por policías,<br />
granaderos, y soldados de infantería. Tras seis<br />
horas de lucha desigual, con un saldo<br />
indeterminado de muertos y heridos, se<br />
impuso la verdad oficial de entonces: <strong>el</strong><br />
triunfador era <strong>el</strong> candidato d<strong>el</strong> presidente –<br />
Adolfo Ruiz Cortines- y no <strong>el</strong> de oposición.<br />
En 1952, <strong>el</strong> autoritarismo posrevolucionario<br />
estaba aún lleno de energía; en realidad<br />
estaba iniciando su momento cumbre, ése<br />
cuando no se movía una hoja d<strong>el</strong> árbol político<br />
sin la voluntad d<strong>el</strong> gran padre: <strong>el</strong> presidente.<br />
Pero hoy <strong>el</strong> autoritarismo presidencial está en<br />
crisis; la “tercera ola” democrática mundial lo<br />
está ahogando. La salida racional es negociar<br />
los términos de la transición a la sudafricana,<br />
a la chilena, a la española o a la combinación<br />
que se quiera. Hay que alejar a las tanquetas<br />
de la Alameda y abrir <strong>el</strong> capítulo de la<br />
democracia d<strong>el</strong> siglo XXI.<br />
157
Presidentes, caciques y robber barons<br />
La democracia que aún no llega ya está<br />
en p<strong>el</strong>igro<br />
Nuestra democracia política aún no nace y ya<br />
la están combatiendo enemigos muy<br />
poderosos, entre los que destacan los<br />
caciques estatales, los cárt<strong>el</strong>es de<br />
narcotraficantes y aqu<strong>el</strong>los personajes que<br />
combinan <strong>el</strong> gran dinero con la gran influencia<br />
política, y que en Estados Unidos son<br />
conocidos como robber barons (saqueadores<br />
de alcurnia). Prototipo de estos saqueadores<br />
fueron los grandes capitalistas<br />
norteamericanos d<strong>el</strong> siglo pasado que<br />
entablaron una r<strong>el</strong>ación corrupta con <strong>el</strong><br />
gobierno: John D. Rockef<strong>el</strong>ler, Andrew<br />
Carnegie o Corn<strong>el</strong>ius Vanderbilt.<br />
El poder presidencial posrevolucionario<br />
alcanzó uno de sus momentos cumbre en<br />
1993. Fue entonces cuando Carlos Salinas<br />
cosechó los frutos de su alianza con los<br />
intereses económicos, políticos sociales y<br />
culturales más fuertes, que no<br />
necesariamente más legítimos, de <strong>México</strong> y de<br />
Estados Unidos. Con ese respaldo, <strong>el</strong> señor de<br />
Agualeguas no tuvo dificultad en nombrar a<br />
quien él quiso como candidato presidencial d<strong>el</strong><br />
PRI y afianzar un proyecto transexual cuyo<br />
horizonte era <strong>el</strong> siglo XXI.<br />
Pero en 1994 ese poder se topó inesperada y<br />
dramáticamente con sus límites: reb<strong>el</strong>ión en<br />
Chiapas, asesinatos dentro de la élite d<strong>el</strong><br />
poder, inicio de la salida d<strong>el</strong> capital externo<br />
especulativos, etcétera. La sucesión<br />
presidencial se tuvo que improvisar con un<br />
sustituto, e inmediatamente después la<br />
economía y <strong>el</strong> poder presidencial entraron en<br />
barrera. En virtud de lo anterior, es pertinente<br />
pregunta:<br />
¿A dónde se fue <strong>el</strong> poder que perdió la<br />
presidencia?<br />
Se dice que en política <strong>el</strong> vacío no existe, pues<br />
lo que unos pierden otros lo ganan. Pero<br />
resulta que hay otra posibilidad; que <strong>el</strong><br />
sistema en su conjunto sufra una contracción<br />
neta de poder. En las condiciones de hoy, la<br />
presidencia está experimentado ambos tipos<br />
de pérdida: una parte de su poder se la están<br />
158<br />
quitando otros actores y otra se está<br />
evaporando.<br />
No es ésta la primera vez en nuestra historia<br />
que tiene lugar una pérdida neta de poder. Ya<br />
ocurrió, por ejemplo, después de la<br />
independencia. En efecto, parte de la<br />
autoridad que tuvo la corona española la<br />
tomaron, en grado diferente, los caciques<br />
regionales, los agiotistas o las comunidades<br />
indígenas; pero otra, simplemente<br />
desapareció.<br />
En este final d<strong>el</strong> ciclo histórico que estamos<br />
viviendo –<strong>el</strong> agotamiento d<strong>el</strong> autoritarismo<br />
posrevolucionario-, hay <strong>el</strong>ementos para<br />
sostener que parte d<strong>el</strong> gran poder acumulado<br />
por la presidencia a lo largo de siete décadas,<br />
se ha perdido. Los indicadores son muchos y<br />
variados. Una parte d<strong>el</strong> control que Los Pinos<br />
tuvo sobre la economía hasta 1982, pasó al<br />
mercado, pero de tan mala manera que<br />
terminó en una depresión y en un descontrol<br />
generalizado.<br />
Hubo un tiempo en que <strong>el</strong> aparato policíaco<br />
más o menos mantenía a raya al hampa. Hoy,<br />
ese mismo aparato policiaco, sin dirección, es<br />
una de las principales fuentes de la<br />
criminalidad. Como en <strong>el</strong> siglo XIX, los<br />
caminos se han vu<strong>el</strong>to p<strong>el</strong>igrosos, y <strong>el</strong><br />
promedio de camiones que son víctimas de los<br />
salteadores de carreteras es de seis diarios.<br />
Los asesinatos de políticos y funcionarios y <strong>el</strong><br />
aumento exponencial de la inseguridad, son<br />
ejemplos de pérdida de eficacia –de poder-d<strong>el</strong><br />
sistema.<br />
Pero ¿qué pasa con esa otra parte d<strong>el</strong> mando<br />
presidencial que nose ha perdido sino que le<br />
ha sido arrancada –más por las buenas o las<br />
malas- por otros actores políticos?<br />
Empecemos por <strong>el</strong> lado positivo.<br />
Los partidos de oposición<br />
En las <strong>el</strong>ecciones de 1994 la oposición en su<br />
conjunto pareció no avanzar más allá de lo<br />
que había logrado en 1988. Sin embargo, en<br />
las <strong>el</strong>ecciones locales de 1995, <strong>el</strong> PAN ganó<br />
mucho terreno.<br />
El PRD, aunque debilitado, sobrevivió a los<br />
seis años de ataques sistemáticos y con saña<br />
d<strong>el</strong> salinismo. En cualquier caso, su sola
presencia como fuerza de izquierda ha<br />
reducido en lago <strong>el</strong> espacio de maniobra a una<br />
presidencia neoliberal.<br />
Al lado de la oposición legal y como resultado<br />
de las fallas d<strong>el</strong> sistema mismo de partidos,<br />
en enero de 1994 saltó al escenario político un<br />
actor inesperado que retó abiertamente a la<br />
presidencia autoritaria:<br />
Las comunidades reb<strong>el</strong>des de Chiapas<br />
La guerrilla zapatista justificó su recurso a las<br />
armas por la inexistencia autoritaria. Y<br />
aunque hoy <strong>el</strong> Ejército Zapatista de Liberación<br />
Nacional está arrinconado en la s<strong>el</strong>va, es un<br />
hecho que esa fuerza, mucho más políticas y<br />
moral que militar, contribuyó decisivamente a<br />
disminuis <strong>el</strong> control autoritario de la<br />
presidencia sobre <strong>el</strong> proceso político general al<br />
atacar la legitimidad d<strong>el</strong> gobierno de Carlos<br />
Salinas y forzarlo a <strong>el</strong>iminar a su siniestro<br />
secretario de Gobernación –Patrocinio<br />
González- y a promulgar una nueva ley<br />
<strong>el</strong>ectoral que, en principio aunque aún no en<br />
los hechos, le quitó al ejecutivo <strong>el</strong> control d<strong>el</strong><br />
Instituto Federal Electoral y lo depositó en<br />
manos de consejeros ciudadanos.<br />
El EZLN también obligó a la presidecia- y a la<br />
sociedad- a en carar <strong>el</strong> problema de la<br />
marginación económica y política de las<br />
comunidades indígenas, <strong>el</strong> costo social d<strong>el</strong><br />
neoliberalismo y la ineficacia d<strong>el</strong> programa<br />
más publicitado de Carlos Salinas: <strong>el</strong> Pronasol.<br />
Ahora bien, la parte negativa y<br />
antidemocrática de este proceso de<br />
transferencia d<strong>el</strong> poder presidencial a otros<br />
actores, aparece con:<br />
El retorno de los caciques<br />
El debilitamiento actual de la presidencia no<br />
sólo es producto de avances democráticos,<br />
también de lo contrario. El caso más claro es<br />
<strong>el</strong> repentino fortalecimiento de las fuerzas<br />
caciquiles en los estados: Guerrero, Tabasco,<br />
Yucatán, Puebla, Veracruz.<br />
Más siniestra que los caciques, es otra de las<br />
fuerzas que ha ganado terreno a costa d<strong>el</strong><br />
poder presidencial:<br />
Narcotráfico<br />
La Drug Enforcement Administration de<br />
Estados Unidos calcula que los ingresos de los<br />
cuatro cart<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> narcotráfico mexicano es<br />
de treinta mil millones de dólares anuales. El<br />
propio Ernesto Zedillo, en una entrevista dada<br />
a Time, admitió que <strong>el</strong> narcotráfico afecta a la<br />
seguridad nacional mexicana pues, como bien<br />
se ha visto, ya penetró la estructura d<strong>el</strong><br />
gobierno. Esa penetración ha llegado al punto<br />
que en las agencias supuestamente dedicadas<br />
a combatirlos, las órdenes de los<br />
narcotrficantes tiene prioridad sobre las d<strong>el</strong><br />
presidente, pues de lo contrario no se<br />
explicaría, por ejemplo, la incapacidad de la<br />
procuraduría para dar con los jefes de los<br />
cart<strong>el</strong>es, a los que se conoce pero no se toca.<br />
Finalmente, hay aliados económicos de la<br />
presidencia que bien se pueden convertir en<br />
fuerza con poder de veto sobre la propia<br />
presidencia y sobre cualquier otro actor<br />
político o social.<br />
Los robber barons mexicanos<br />
El neoliberalismo debilitó o destruyó a muchos<br />
de los intereses económicos creados en la<br />
etapa histórica anterior, pero en cambio dio<br />
trato privilegiado a un pequeño grupo de<br />
empresarios –cuyo prototipo es Carlos Hank<br />
González- a los que se les permitió<br />
aprovechar al máximo sus conexiones<br />
políticas y ventajas oligopólicas. Fue así como,<br />
en nombre de un mercado que no funcionaba,<br />
Carlos Salinas redistribuyó a favor de sus<br />
aliados los beneficios de la reforma<br />
económica.<br />
Pero si bajo Salinas se hicieron fortunas<br />
fabulosas, hoy <strong>el</strong> proceso amenaza con<br />
ac<strong>el</strong>erarse de manera exponencial en<br />
detrimento d<strong>el</strong> interés público. Dos de los<br />
mayores oligopolios de nuestro país T<strong>el</strong>evisa,<br />
T<strong>el</strong>éfonos de <strong>México</strong> –que la autoridad debería<br />
subdividir en nombre de la libres competencia<br />
–acaban de unir sus fuerzas e influencia con la<br />
bendición d<strong>el</strong> gobierno. El peso económico de<br />
la alianza de estos gigantes, y lo estratégico<br />
de su posición en la economía, los ha<br />
convertido en intocables e impermeables<br />
tanto a la “magia d<strong>el</strong> mercado” como al<br />
control político.<br />
<strong>México</strong> está dejando de ser “<strong>el</strong> país de un solo<br />
hombre”, pero no en la forma en que debería<br />
159
hacerlos. Una presidencia con sentido d<strong>el</strong><br />
Estado y de la responsabilidad histórica,<br />
tendrá que haber encauzado la redistribución<br />
y modernización d<strong>el</strong> poder por la vía<br />
institucional y no por la de la feudalización,<br />
que es lo que hoy está ocurriendo<br />
LOS EJES DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE<br />
MÉXICO<br />
160<br />
Por Jorge G. Castañeda<br />
La política exterior, como cualquier otro<br />
aspecto de la gestión de gobierno, es <strong>el</strong><br />
resultado de un complejo juego de<br />
continuidad y cambio. Ambos factores son<br />
parte indisoluble de toda realidad política y es<br />
precisamente <strong>el</strong> énfasis de que se dé a uno o<br />
al otro lo que distingue a los diversos<br />
gobiernos, puesto que <strong>el</strong>lo refleja,<br />
inevitablemente, los principios y los fines que<br />
orientan la acción gubernamental. En caso de<br />
la política exterior d<strong>el</strong> actual gobierno de<br />
<strong>México</strong>, <strong>el</strong> énfasis está claramente puesto en<br />
<strong>el</strong> factor de cambio.<br />
Las razones que sustentan esta decisión son<br />
muy claras. Como toda realidad social, <strong>México</strong><br />
y <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> están en movimiento. Las<br />
transformaciones que afectan a ambos poseen<br />
ritmos, extensiones y profundidades distintas,<br />
y tienen efectos evidentemente diferentes.<br />
Para la sociedad y <strong>el</strong> gobierno de <strong>México</strong>,<br />
percibir y asumir a tiempo <strong>el</strong> cambio significa<br />
adquirir la capacidad de dirigirlo o, cuando eso<br />
resulta imposible, de aprovechar las<br />
transformaciones inevitables en <strong>el</strong> entorno<br />
internacional para promover los intereses de<br />
país. En pocas palabras, tanto <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> como<br />
<strong>México</strong> están en proceso de cambio y,<br />
consecuentemente, la r<strong>el</strong>ación de nuestro país<br />
con <strong>el</strong> resto de las naciones es hoy-y debe<br />
seguir siéndolo cada vez más en <strong>el</strong> futuro-<br />
diferente.<br />
El fin d<strong>el</strong> campo socialista y de la Guerra Fría,<br />
simbolizado por la caída d<strong>el</strong> muro de Berlín en<br />
1989, ac<strong>el</strong>eró y magnifico procesos de<br />
renovación ya perceptibles en décadas<br />
previas, a la vez que provocó <strong>el</strong> surgimiento<br />
de nuevos cambios radicales. Ese hecho<br />
significó, fundamentalmente, la sustitución d<strong>el</strong><br />
orden bipolar, basado en la capacidad mutua<br />
de destrucción nuclear, por una const<strong>el</strong>ación<br />
mundial fragmentada y atomizada, en la que<br />
Estados Unidos se alzó como superpotencia<br />
hegemónica y en la que persisten r<strong>el</strong>aciones<br />
de poder asimétricas entre otros actores<br />
regionales. Ello ha propiciado, en muchos<br />
casos, la agudización de conflictos étnicos,<br />
r<strong>el</strong>igiosos y nacionalistas que habían<br />
permanecido latentes durante décadas,<br />
acentuando <strong>el</strong> riesgo de inestabilidad en las<br />
r<strong>el</strong>aciones internacionales. Al mismo tiempo,<br />
se han multiplicado los actores –tanto<br />
estatales como no estatales- en la escena<br />
mundial, y se ha generado un aumento<br />
exponencial en <strong>el</strong> número, la densidad y la<br />
diversidad de los vínculos y los intercambios<br />
entre <strong>el</strong>los. Dicho de otro modo, <strong>el</strong> nuestro es<br />
un <strong>mundo</strong> nuevo, más complejo y, en cierto<br />
sentido, más imprescindible.<br />
<strong>México</strong> también ha cambiado. A lo largo de<br />
unas cuantas décadas hemos dejado de ser un<br />
país predominantemente rural para<br />
convertirnos en una sociedad<br />
mayoritariamente urbana. Hemos pasado de<br />
una economía cerrada, dirigida principalmente<br />
al mercado interno, a una economía abierta<br />
que ocupa <strong>el</strong> octavo lugar en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> por <strong>el</strong><br />
volumen de su comercio exterior. Y por<br />
encima de todo, hemos dado fin a un régimen<br />
político caracterizado por prácticas autoritarias<br />
y corporativistas, para dar lugar a una nueva<br />
forma de gobierno que se basa en <strong>el</strong> equilibrio<br />
de los poderes y la genuina competencia<br />
<strong>el</strong>ectoral. Somos hoy, más que nunca, una<br />
sociedad plural y democrática<br />
El <strong>México</strong> actual refleja en sus vínculos con <strong>el</strong><br />
exterior esta nueva realidad. Hemos dejado<br />
atrás una posición r<strong>el</strong>ativamente aislada para<br />
establecer una estrecha asociación económica<br />
con Estados Unidos y Canadá. Aunque hace<br />
décadas <strong>México</strong> ha concentrado en Estados<br />
Unidos la mayor parte de su comercio<br />
exterior, con un porcentaje promedio de<br />
alrededor de 80% durante buena parte d<strong>el</strong><br />
siglo pasado, antes de la firma d<strong>el</strong> TLCAN<br />
dicho comercio representaba apenas <strong>el</strong> 10%<br />
de la economía mexicana. Hoy <strong>el</strong> porcentaje<br />
de concentración es similar, pero nuestro<br />
comercio exterior equivale ahora a 32% d<strong>el</strong><br />
PIB de <strong>México</strong>, y <strong>el</strong>lo tomando como<br />
referencia sólo las exportaciones, pues si<br />
incluimos importaciones representa alrededor<br />
d<strong>el</strong> 65% de la economía nacional. La<br />
tendencia es similar en <strong>el</strong> caso de la inversión<br />
extranjera directa o d<strong>el</strong> turismo proveniente
de los Estados Unidos, los cuales mantienen<br />
porcentajes <strong>el</strong>evados, pero dentro de<br />
universos, que hoy son mucho mayores, tanto<br />
en términos reales como r<strong>el</strong>ativos, que en <strong>el</strong><br />
pasado. Pero <strong>el</strong> pasado creciente de <strong>México</strong> en<br />
los asuntos internacionales se percibe también<br />
en la mayor responsabilidad que nuestro país<br />
ha asumido en la promoción de los derechos<br />
humanos, la democracia y la prosperidad en<br />
América Latina y <strong>el</strong> Caribe. Y resulta evidente,<br />
asimismo, que la comunidad internacional<br />
espera que <strong>México</strong> adopte un pap<strong>el</strong> de<br />
liderazgo en los asuntos mundiales,<br />
demostrando en la reciente <strong>el</strong>ección de<br />
nuestro país al consejo de seguridad de la<br />
Naciones Unidas como miembro no<br />
permanente.<br />
De hay que la estrategia internacional de<br />
<strong>México</strong> hoy haga énfasis en <strong>el</strong> cambio.<br />
Nuestro propósito es responder, con visión y<br />
congruencia, a las transformaciones<br />
nacionales, regionales y mundiales, al igual<br />
que al mandato de cambio implícito en <strong>el</strong><br />
triunfo <strong>el</strong>ectoral de Vicente Fox. Queremos<br />
asegurar una adecuada protección y<br />
promoción de los intereses d<strong>el</strong> país dentro d<strong>el</strong><br />
entorno mundial <strong>contemporáneo</strong>.<br />
Después de una cuidadosa revisión de<br />
nuestras prioridades, se han establecido dos<br />
grandes directrices como ejes rectore de la<br />
política exterior de <strong>México</strong>, los cuales habrán<br />
de orientar <strong>el</strong> esfuerzo emprendido por <strong>el</strong><br />
gobierno mexicano para poner al día sus<br />
r<strong>el</strong>aciones con la comunidad de naciones. El<br />
énfasis en estos dos ejes no implica que otros<br />
temas o regiones carezcan de importancia.<br />
Simplemente reconoce <strong>el</strong> hecho de que, por<br />
consideraciones estratégicas, reconoce <strong>el</strong><br />
hecho de que, por consideraciones<br />
estratégicas, estos ejes deben recibir una<br />
atención prioritaria porque son indispensables<br />
para que <strong>México</strong> pueda desplegar una política<br />
exterior eficaz y r<strong>el</strong>evante para las<br />
necesidades reales d<strong>el</strong> país. El primero es la<br />
construcción de una r<strong>el</strong>ación de alcance<br />
estratégico con Estados Unidos y <strong>el</strong> segundo<br />
es la activa participación de <strong>México</strong> en la<br />
conformación d<strong>el</strong> nuevo sistema internacional<br />
que gradualmente esta sustituyendo al que<br />
había prevalecido hasta hace pocos años.<br />
Ambos ejes no solo son mutuamente<br />
compatibles, sino inseparables; como diría<br />
Valéry: “jamás <strong>el</strong> uno sin <strong>el</strong> otro” ambos<br />
deben instrumentarse en forma paral<strong>el</strong>a,<br />
fortaleciendo y dando un adecuado equilibrio a<br />
la política exterior de nuestro país.<br />
Esta última consideración tiene una<br />
importancia decisiva para la nueva estrategia<br />
internacional de nuestro país. Todas las<br />
naciones tienden a equilibrar sus r<strong>el</strong>aciones<br />
bilaterales asimétricas fortaleciendo vínculos<br />
con otros países u otras regiones. Ello resulta<br />
prácticamente imposible para <strong>México</strong> por su<br />
ubicación geográfica y sus estrechos vínculos<br />
con Estados Unidos, nuestro país no puede<br />
proponerse equilibrar su política exterior<br />
mediante otro esfuerzo mediante otro<br />
esfuerzo bilateral, dando mayor peso a otro<br />
país o, incluso, a otra región, toda vez que<br />
éste necesariamente tendría un efecto<br />
limitado, dada la asimetría de nuestra r<strong>el</strong>ación<br />
y la posición hegemónica de Estados Unidos<br />
en <strong>el</strong> sistema internacional. La única forma en<br />
la que nuestro país puede realmente equilibrar<br />
su agenda de política exterior y sus intereses<br />
en <strong>el</strong> extranjero es desarrollando una<br />
actividad mas intensa en <strong>el</strong> escenario<br />
multilateral. Ello es posible gracias a que, a<br />
diferencia de lo ocurrido durante la segunda<br />
mitad d<strong>el</strong> siglo XX, tanto <strong>el</strong> sistema o familia<br />
de las Naciones Unidas, como aqu<strong>el</strong>los<br />
organismos internacionales que no forman<br />
parte de dicho sistema,hoy ofrecen una forma<br />
de equilibrar nuestra agenda de política<br />
exterior y nuestra r<strong>el</strong>ación con Estados<br />
Unidos. Esta es la razón principal que da<br />
sustento a nuestra intención de desempeñar<br />
un pap<strong>el</strong> mas activo en los asuntos<br />
internacionales, y también es vínculo<br />
fundamental entre los dos ejes principales de<br />
la política exterior de <strong>México</strong>.<br />
I. HACIA UNA RELACIÓN ESTRATEGICA CON<br />
ESTADOS UNIDOS<br />
Se ha dicho que la geografía decide <strong>el</strong> destino<br />
de las naciones. Es más exacto afirmar que<br />
fija las condiciones de posibilidad para que<br />
cada nación construya su propio rumbo.<br />
¿Cuáles son esas condiciones para <strong>México</strong>?<br />
Somos los vecinos inmediatos de la potencia<br />
dominante de la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo XX y<br />
que, todo así lo indica, será también la mas<br />
importante en <strong>el</strong> amanecer de este nuevo<br />
siglo es un error generalizado pensar, sin<br />
embargo, que ante tal potencia, un país como<br />
<strong>México</strong> no tiene otra alternativa que<br />
161
subordinarse o encerrarse en la inacción o en<br />
la defensa retórica. En <strong>el</strong> ámbito mundial, un<br />
país que quiere tener una mayor presencia e<br />
influencia internacional puede transformar<br />
condicionantes en ventajas. Un ejemplo de<br />
<strong>el</strong>lo lo ofrece nuestra frontera común con los<br />
Estados Unidos que, lejos de acarrearnos sólo<br />
problemas, nos proporciona ventajas<br />
considerables, como ha quedado demostrado<br />
en ámbitos como <strong>el</strong> comercio, la inversión y <strong>el</strong><br />
turismo.<br />
Es justamente por esa razón que <strong>México</strong> esta<br />
promoviendo una nueva r<strong>el</strong>ación, a la vez más<br />
estrecha y más profunda, con los Estados<br />
unido. La r<strong>el</strong>ación estratégica que estamos<br />
construyendo depende básicamente de tres<br />
cambios esenciales: en primer lugar, la<br />
inclusión de nuevos temas en la agenda<br />
bilateral; en segundo lugar, la incorporación<br />
de nuevos interlocutores políticos; y, en tercer<br />
lugar, <strong>el</strong> establecimiento de un nuevo marco<br />
general para la r<strong>el</strong>ación a largo plazo.<br />
El primer punto refleja un cambio tanto en las<br />
prioridades como en la actitud de ambos<br />
gobiernos tras <strong>el</strong> triunfo <strong>el</strong>ectoral de Vicente<br />
Fox. Hoy estamos discutiendo temas que no<br />
habían formado parte de la agenda bilateral<br />
de manera constante y sistemática, tales<br />
como migración, energía o cuestiones<br />
hemisféricas. Estos nuevos temas reflejan<br />
intereses que no son necesariamente los que<br />
fueron más prominentes en nuestra agenda<br />
con los Estados Unidos a lo largo de las<br />
pasadas décadas. Y <strong>el</strong>lo no porque estos<br />
intereses carecieran de importancia para <strong>el</strong><br />
país, sino por <strong>el</strong> contrario porque los sucesivos<br />
gobiernos de <strong>México</strong> habían sido incapaces de<br />
lograr que sus contrapartes estadounidenses<br />
accedieran a emprender una discusión integral<br />
y constructiva sobre estos asuntos cruciales.<br />
El mas prominente y, por distintos motivos, <strong>el</strong><br />
tema prioritario en la actual agenda bilateral<br />
de <strong>México</strong> y Estados Unidos, es, por supuesto,<br />
la negociación para atender en forma integral<br />
<strong>el</strong> fenómeno migratorio. Este tema siempre ha<br />
estado presente en r<strong>el</strong>ación entre los dos<br />
países pero nunca formó parte de la agenda<br />
negociadora de los dos gobiernos. Incluso <strong>el</strong><br />
caso d<strong>el</strong> “acuerdo bracero” de 1942, que<br />
algunos consideran un antecedente en esta<br />
materia, puede argumentarse que se trató<br />
más bien de un acuerdo diseñado por Estados<br />
162<br />
Unidos para obtener mano de obra barata<br />
durante la segunda guerra mundial, en <strong>el</strong> cual<br />
<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> negociador de <strong>México</strong> fue muy<br />
limitado. A diferencia de aqu<strong>el</strong> efímero<br />
antecedente, en la actualidad ambos<br />
gobiernos han reconocido la necesidad de<br />
contar con un marco ordenado para la<br />
migración, que garantice un trato humano,<br />
protección legal adecuada y condiciones<br />
laborales dignas para los migrantes. Hoy<br />
ambos gobiernos conciben <strong>el</strong> tema migratorio<br />
como una fuente de desafíos y oportunidades,<br />
así como uno de los principales vínculos que<br />
unen nuestras naciones.<br />
Hemos logrado ya importantes avances en las<br />
negociaciones en materia migratoria,<br />
particularmente respecto al reconocimiento de<br />
que los cinco rubros en que fueron divididas<br />
deben de atenderse de manera integral. Estos<br />
son la regulación de los migrantes<br />
indocumentados que ya se encuentran en los<br />
Estados Unidos; la ampliación d<strong>el</strong> número de<br />
visas permanentes otorgadas cada año a<br />
mexicanos que desean radicar en aqu<strong>el</strong> país;<br />
<strong>el</strong> establecimiento de un programa de<br />
trabajadores huéspedes; <strong>el</strong> incremento de la<br />
seguridad fronteriza; y la promoción de<br />
desarrollo económico de <strong>México</strong>,<br />
especialmente en las regiones expulsoras de<br />
migrantes.<br />
Es previsible que en los próximos meses las<br />
negociaciones se vean influidas por las<br />
repercusiones de los ataques terroristas<br />
realizados en contra de los Estados Unidos,<br />
pero <strong>el</strong>lo de ninguna manera significa que se<br />
hayan canc<strong>el</strong>ado los avances alcanzados hasta<br />
la fecha, ni que este proceso se haya detenido<br />
las razones de fondo que dieron origen a las<br />
negociaciones entre <strong>México</strong> y los Estados<br />
Unidos en esta materia son totalmente ajenas<br />
a dichos ataques y siguen vigentes. Es por <strong>el</strong>lo<br />
que ambos gobiernos han reiterado<br />
claramente su voluntad de atender <strong>el</strong><br />
fenómeno migratorio de manera integral y con<br />
visión de largo plazo.<br />
Otro importante asunto bilateral que si bien<br />
no es un tema nuevo sí está siendo atendido<br />
con renovado vigor y dentro de nuevos<br />
parámetros, es <strong>el</strong> combate contra las drogas.<br />
Hemos reconocido la necesidad de<br />
incrementar la cooperación de ambos lados de<br />
la frontera y, en consecuencia, hemos
adoptado medidas más eficaces. Hoy, la<br />
colaboración entre <strong>México</strong> y los Estados<br />
Unidos en esta área es más estrecha, más<br />
confiable y más franca de lo que había sido en<br />
<strong>el</strong> pasado. El intercambio de información e<br />
int<strong>el</strong>igencia entre funcionarios de ambos<br />
gobiernotes más frecuente y sistemático.<br />
Estamos fortaleciendo la capacidad de ambos<br />
países para llevar a la justicia a aqu<strong>el</strong>los<br />
individuos involucrados en este tipo de d<strong>el</strong>itos.<br />
Dentro de este clima de colaboración y<br />
corresponsabilidad, esperamos que la decisión<br />
de suspender <strong>el</strong> proceso anual de certificación<br />
sobre <strong>el</strong> combate a las drogas por un año en<br />
<strong>el</strong> hemisferio occidental, iniciativa aprobada<br />
recientemente por <strong>el</strong> Senado estadounidense,<br />
sea ratificada muy pronto por la cámara de<br />
representantes de aqu<strong>el</strong> país. Ello no solo<br />
permitirá desarrollar instrumentos más<br />
eficaces para mejorar la cooperación en la<br />
lucha contra las drogas a lo largo y ancho de<br />
todo <strong>el</strong> hemisferio, tal como lo busca hacer <strong>el</strong><br />
mecanismo de Evaluación Multilateral contra<br />
las drogas de la OEA si no que también puede<br />
contribuir a cortar los vasos comunicantes que<br />
existen entre <strong>el</strong> trafico de drogas y otras<br />
amenazas a la seguridad hemisférica.<br />
Otro tema central que hay que incluir de<br />
manera más clara en la agenda bilateral es <strong>el</strong><br />
de energía, junto con Canadá, <strong>México</strong> y los<br />
Estados Unidos han estado discutiendo una<br />
nueva estrategia en esta materia que<br />
responda a las necesidades de la región en su<br />
conjunto. <strong>México</strong> busca conciliar la oferta con<br />
la demanda en América d<strong>el</strong> Norte, de manera<br />
que podamos utilizar óptimamente nuestros<br />
recursos energéticos y evitar la<br />
disfuncionalidad geográfica, estacional y de<br />
tipo de energía que afectan a la oferta y la<br />
demanda en esta tarea, como en cualquier<br />
otro aspecto de política exterior, debemos<br />
salvaguardar los intereses nacionales pero<br />
también debemos de ser capaces de adoptar<br />
una visión mas amplia que nos permita<br />
aprovechar las oportunidades que ofrece <strong>el</strong><br />
mercado de América d<strong>el</strong> Norte en su conjunto,<br />
tanto en materia de inversión como de<br />
consumo. Para <strong>el</strong>lo es preciso tomar en cuenta<br />
las perspectivas de cada nación y utilizar en<br />
beneficio de <strong>México</strong> nuestros recursos<br />
energéticos, que son sin duda uno de los<br />
mayores activos d<strong>el</strong> país.<br />
Adicionalmente, dentro d<strong>el</strong> conjunto de<br />
nuevos temas que estamos introduciendo en<br />
la r<strong>el</strong>ación bilateral se encuentra en la<br />
discusión con los Estados Unidos de temas<br />
globales y regionales de interés común, los<br />
que podríamos llamar temas r<strong>el</strong>acionados con<br />
países terceros. Hay también en esta área<br />
antecedentes aislados, como Centro América<br />
en la década de los ochenta y la vigencia d<strong>el</strong><br />
régimen democrático en algunos países de la<br />
región en la década de los noventa, pero no<br />
un dialogo sostenido y constante. Esto ha<br />
empezado a cambiar a partir de gobierno d<strong>el</strong><br />
presidente Fox y es su intención profundizar<br />
este proceso para que se incorporen a la<br />
agenda importantes temas regionales, como<br />
la situación en Colombia, Cuba, Venezu<strong>el</strong>a o<br />
incluso temas mundiales como <strong>el</strong> protocolo de<br />
Kioto sobre cambio Climático la conferencia<br />
mundial contra <strong>el</strong> rasismo, la discriminación<br />
racial, la Xenofobia y otras formas conexas de<br />
intolerancia c<strong>el</strong>ebrada en Durban, o la Cumbre<br />
Mundial sobre Desarrollo sustentable que<br />
habrá de realizarse en Johannesburgo.<br />
Junto con la inclusión de los temas en la<br />
agenda bilateral, estamos promoviendo la<br />
incorporación de nuevos actores en <strong>el</strong> diálogo<br />
entre los dos países. El presidente fox se ha<br />
esforzado por desarrollar una r<strong>el</strong>ación mas<br />
estrecha con actores destacados de la vida<br />
pública de los Estados Unidos, con los cuales<br />
<strong>México</strong> debe mantener contactos sistemáticos<br />
y continuos. Entre <strong>el</strong>los figuran <strong>el</strong> congreso de<br />
los Estados Unidos, los diversos gobiernos<br />
estatales, los medios de comunicación, los<br />
sindicatos, los principales grupos<br />
empresariales y las organizaciones no<br />
gubernamentales. Es cierto que en <strong>el</strong> pasado<br />
se hicieron esfuerzos aislados en este sentido,<br />
sobre todo para objetivos específicos<br />
particularmente en <strong>el</strong> caso de la negociación<br />
d<strong>el</strong> TLCAN, y en menor medida durante la<br />
crisis centroamericana de los ochenta. No<br />
obstante, estrechar y mantener en forma<br />
permanente y generalizada estos vínculos<br />
resulta indispensable para cualquier país que<br />
pretenda construir una r<strong>el</strong>ación estratégica<br />
con Estados Unidos.<br />
Otros gobiernos interesados en forjar una<br />
r<strong>el</strong>ación similar lo han hecho desde hace años,<br />
como los de Canadá y Japón, y, por supuesto,<br />
<strong>el</strong> de Reino Unido, si bien su situación es<br />
ciertamente especial. Ellos han comprendido<br />
163
que un país como los Estados Unidos, donde<br />
<strong>el</strong> poder se halla tan disperso y fragmentado,<br />
no es posible entenderse únicamente con <strong>el</strong><br />
poder ejecutivo. <strong>México</strong> tiene la ventaja de<br />
que existe una predisposición favorable para<br />
escuchar y trabajar en los temas de la agenda<br />
mexicana en otros niv<strong>el</strong>es de gobierno. Las<br />
decisiones que diversas instancias<br />
estadounidenses han adoptado recientemente,<br />
como la resolución que permite a los hijos de<br />
los migrantes establecidos en California, sin<br />
importar su condición migratoria, <strong>el</strong> acceso al<br />
sistema de educación superior y de<br />
colegiaturas preferenciales d<strong>el</strong> estado, como<br />
cualquier otro residente, así como la propia<br />
suspensión d<strong>el</strong> proceso de certificación<br />
antidrogas o la suspensión en forma indefinida<br />
de la ejecución de Gerardo Valdés Maltos,<br />
reflejan en parte <strong>el</strong> dialogo que <strong>México</strong> ha<br />
logrado establecer con estos interlocutores.<br />
En este punto conviene subrayar la<br />
importancia que tuvo la definición de nuestro<br />
apoyo hacia los Estados Unidos a<br />
consecuencia de los ataques terroristas<br />
realizados <strong>el</strong> 11 de septiembre. Si la postura<br />
oficial de <strong>México</strong> hubiese sido diferente, tal<br />
vez la r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> ejecutivo<br />
estadounidense no se hubiera visto afectada<br />
de manera adversa, pero si la r<strong>el</strong>ación con los<br />
otros interlocutores de esa sociedad.<br />
Afortunadamente logramos mantener la<br />
confianza y la fluidez que hemos construido<br />
paulatinamente, si bien es preciso admitir que<br />
algunas de las posiciones asumidas en <strong>el</strong><br />
debate en <strong>México</strong> pusieron en riesgo este<br />
conjunto de r<strong>el</strong>aciones, comprendido como se<br />
acaba de exponer.<br />
El tercer <strong>el</strong>emento de la nueva r<strong>el</strong>ación que<br />
buscamos desarrollar con los Estados Unidos<br />
es la creación de un marco conceptual<br />
diferente que confiera a nuestros vínculos una<br />
perspectiva a largo aliento, algo que en<br />
<strong>México</strong>, Canadá y Estados Unidos se ha<br />
denominado la comunidad económica de<br />
América d<strong>el</strong> Norte. El nuevo marco conceptual<br />
tiene que ver con <strong>el</strong> desarrollo de nuevas<br />
instituciones, y con temas como la libertad de<br />
movimiento de capitales, bienes, servicios y<br />
personas. En esencia, consiste en la visión de<br />
largo plazo para la región de América d<strong>el</strong><br />
Norte. Se trata de construir una convergencia<br />
gradual de nuestros indicadores<br />
macroeconómicos y una mayor coordinación<br />
164<br />
en otras áreas, en forma análoga pero no<br />
idéntica a la que se ha venido desarrollando<br />
en Europa Occidental. Los umbrales de la<br />
convergencia en América d<strong>el</strong> Norte son,<br />
indudablemente diferentes a los de las<br />
naciones europeas, pero la dirección de este<br />
proceso es semejante. Definir si la<br />
construcción de las instituciones de América<br />
d<strong>el</strong> Norte es en <strong>el</strong> interés de <strong>México</strong> constituye<br />
uno de los retos conceptuales más<br />
significativos en la agenda de política exterior<br />
mexicana.<br />
Desde una visión estratégica los ataques<br />
terroristas perpetrados contra los Estados<br />
Unidos <strong>el</strong> 11 de septiembre obligan a<br />
replantear un tema que, si bien siempre<br />
estuvo presente, ahora revestirá una<br />
importancia aun mayor: la cooperación en la<br />
lucha contra <strong>el</strong> terrorismo. <strong>México</strong> esta<br />
decidido a colaborar más estrechamente con<br />
los Estados Unidos y Canadá para mejorar <strong>el</strong><br />
control en nuestras fronteras, compartiendo<br />
información y estableciendo criterios y<br />
procedimientos comunes en materia aduanera<br />
y fronteriza. Es un hecho que la seguridad de<br />
las tres naciones es ahora interdependiente y<br />
que un perímetro de seguridad<br />
norteamericano puede ser instrumento útil<br />
para mejorar los mecanismos de verificación,<br />
control e int<strong>el</strong>igencia comunes aminorando los<br />
estragos que para <strong>México</strong> puedan causar las<br />
demoras d<strong>el</strong> transporte de carga en la<br />
frontera, las dificultades para los cruces<br />
fronterizos y un ambiente de cerrazón. Este<br />
proceso podría conducir eventualmente a la<br />
creación de instituciones de control<br />
transfronterizo semejantes a las que han sido<br />
establecidas en Europa, tales como <strong>el</strong> “Área<br />
Schengen”, con <strong>el</strong> fin de promover al mismo<br />
tiempo un movimiento mas libre de personas<br />
y bienes, y una mayor seguridad en la región.<br />
de manera complementaria, será<br />
indispensable revisar y renovar <strong>el</strong> sistema de<br />
seguridad hemisférico, tal como lo propuso <strong>el</strong><br />
presidente Fox ante <strong>el</strong> consejo permanente de<br />
la OEA en septiembre pasado, con <strong>el</strong> fin de<br />
establecer nuevos mecanismos que respondan<br />
a las nuevas amenazas y a las necesidades<br />
reales de las naciones de América Latina: <strong>el</strong><br />
terrorismo, <strong>el</strong> crimen organizado transnacional<br />
y sus d<strong>el</strong>itos conexos, la proliferación y <strong>el</strong><br />
trafico de armas, los desastres naturales<br />
recurrentes y <strong>el</strong> sida. Este es un objetivo de<br />
largo plazo cuya r<strong>el</strong>evancia ha sido
confrontada por los atroces acontecimientos<br />
d<strong>el</strong> 11 de septiembre.<br />
Es por este conjunto de consideraciones que<br />
<strong>México</strong> busca establecer una r<strong>el</strong>ación con<br />
Estados Unidos que será, necesariamente mas<br />
estrecha, sin embargo contrariamente a lo<br />
que un cierto conformismo int<strong>el</strong>ectual tiende a<br />
pensar, <strong>el</strong>lo no significa que esta habrá de ser<br />
mas subordinada. En <strong>el</strong> actual contexto de<br />
independencia, <strong>el</strong> interés mutuo de <strong>México</strong> y<br />
los Estados Unidos nos exige consolidar una<br />
r<strong>el</strong>ación firme y de largo plazo. Ello sólo será<br />
posible si ambos países reconocen <strong>el</strong> pap<strong>el</strong><br />
central que a cada una corresponde para<br />
asegurar la prosperidad y <strong>el</strong> bienestar de<br />
mutuos.<br />
II. LA ACTIVA PARTICIPACIÓN DE<br />
MÉXICO<br />
EN EL NUEVO SISTEMA INTERNACIONAL<br />
El segundo de los ejes principales de la actual<br />
política exterior tiene que ver con la activa<br />
participación de <strong>México</strong> en la conformación d<strong>el</strong><br />
nuevo sistema internacional y en la<br />
construcción de equilibrios en su agenda<br />
internacional. Además de las consideraciones<br />
de equilibrio y contrapeso expuestas al inicio<br />
de este ensayo, hay otras razones que<br />
sustentan este significado cambio respecto a<br />
la política anterior de r<strong>el</strong>ativo aislamiento. Por<br />
una parte, la evolución de la política mundial y<br />
la economía global tiene crecientes<br />
consecuencias para cada región y cada país, y<br />
seria irresponsable de nuestra parte no<br />
responder con eficacia a ese proceso de<br />
cambio. Por la otra, dadas sus tendencias<br />
demográficas, su creciente peso económico y<br />
su posición geo-estratégica, <strong>México</strong><br />
inevitablemente influye ne los asuntos<br />
internacionales. Debemos asegurarnos, por<br />
tanto, que dicha influencia sea congruente con<br />
nuestros intereses.<br />
Junto con las transformaciones en curso, <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> también esta estableciendo las nuevas<br />
reglas y normas que habrán de orientar este<br />
proceso de cambio durante las próximas<br />
décadas. Las dos guerras mundiales, junto<br />
con <strong>el</strong> fracaso de la liga de las naciones,<br />
llegaron a la conclusión de que un <strong>mundo</strong><br />
compuesto únicamente de soberanía y<br />
irrestrictas conducía inevitablente a la guerra.<br />
De ahí que se creara la organización de las<br />
naciones unidas y, como un <strong>el</strong>emento clave de<br />
la organización, <strong>el</strong> consejo de seguridad, al<br />
cual se le dotó de facultades para restringir,<br />
con base a las decisiones colectivas, la<br />
soberanía de los estados en asuntos<br />
r<strong>el</strong>acionados con la paz y la seguridad<br />
internacionales. Si bien esto significo una<br />
innovación importante respector a los<br />
principios que habían prevalecido básicamente<br />
inalterados desde <strong>el</strong> Tratado de Westfalia, <strong>el</strong><br />
sistema internacional continuó apoyándose<br />
casa exclusivamente en la soberanía d<strong>el</strong><br />
estado. En efecto, desde 1648 las r<strong>el</strong>aciones<br />
internacionales habían descansado en dos<br />
premisas básicas: La actuación exclusiva de<br />
los estados en <strong>el</strong> ámbito internacional y la<br />
soberanía plena de cada estado en su<br />
territorio. Ya la carta de San Francisco<br />
comenzó a matizar dichos axiomas, pero no<br />
fue sino hasta hace poco tiempo que la<br />
tendencia hacia la jurisdicción universal<br />
inaugurada por los procesos de Nuremberg<br />
empezó a cobrar derecho de ciudad.<br />
En efecto, <strong>el</strong> deshi<strong>el</strong>o bipolar que dio inicio en<br />
1989 ha permitido emprender, ahora sin las<br />
limitaciones geopolíticas o ideológicas<br />
impuestas por <strong>el</strong> conflicto este-oeste, la<br />
conformación de un nuevo sistema de<br />
r<strong>el</strong>aciones internacionales basada en reglas y<br />
normas de alcance universal. Un aspecto<br />
crucial de este proceso es <strong>el</strong> hecho de que, a<br />
diferencia d<strong>el</strong> pasado, muchas naciones ahora<br />
creen que ciertas normas y ciertos principios<br />
no solo tienen validez universal sino que<br />
deben hacerse valer por encima de la<br />
soberanía d<strong>el</strong> estado. Como señaló Hubert<br />
Védrine, ministros de las r<strong>el</strong>aciones exteriores<br />
de Francia, es justamente “Porque creemos<br />
profundamente en la universalidad de los<br />
valores humanistas y democráticos que<br />
debemos cuestionar la resistencia a su<br />
difusión y buscar la manera correcta de tratar<br />
ha aqu<strong>el</strong>los países que aun no los respetan”.<br />
Así, <strong>el</strong> nuevo sistema normativo se ha venido<br />
desarrollando gradualmente a lo largo de<br />
varias décadas. Esta siendo edificado en torno<br />
a edificios temáticos de regulación en distintos<br />
ámbitos, como los derechos humanos, los<br />
derechos indígenas, <strong>el</strong> comercio, <strong>el</strong> desarme,<br />
la democracia, o la degradación ambiental,<br />
con base en una jurisdicción creciente que se<br />
pretende universal. Sin embargo, a diferencia<br />
165
d<strong>el</strong> sistema de las naciones unidas este nuevo<br />
conjunto de reglas y normas no se ha<br />
desarrollado en forma articulada por <strong>el</strong><br />
contrario, esta evolucionando en forma<br />
aislada, no coordinada y de acuerdo a las<br />
necesidades d<strong>el</strong> momento.<br />
El proceso de creación de reglas de vigencia<br />
generalizada abarca temas de gran r<strong>el</strong>evancia<br />
para <strong>México</strong>. Los más conocidos y quizás los<br />
más prominentes están r<strong>el</strong>acionados con los<br />
derechos humanos. Pero hay muchas otras<br />
áreas de importancia creciente, incluyendo la<br />
reivindicación de los derechos de grupos que,<br />
hasta ahora, habían sido los más vulnerables:<br />
niños, mujeres, pueblos indígenas y<br />
trabajadores migratorios. Otras áreas<br />
importantes son las r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong> medio<br />
ambiente, los esfuerzos para combatir <strong>el</strong><br />
crimen organizado transnacional y la<br />
corrupción y, por supuesto, la construcción y<br />
la consolidación de la democracia.<br />
Lo que estamos presenciando es la edificación<br />
de un nuevo sistema internacional basado en<br />
reglas que no son las de la Carta de las<br />
Naciones Unidas, ni son los principios<br />
tradicionales de la política exterior de <strong>México</strong><br />
– los cuales, a su vez, no son originalmente<br />
mexicanos, sino que también se derivan<br />
fundamentalmente de la Carta de las Naciones<br />
Unidas -. Algunos tal vez hubieran preferido<br />
que <strong>el</strong> sistema internacional d<strong>el</strong> siglo XXI, tras<br />
<strong>el</strong> fin de la Guerra Fría, se estableciera sobre<br />
la base de esos principios: los de la no<br />
intervención, la igualdad jurídica de los<br />
Estados o <strong>el</strong> rechazo al uso de la fuerza. Pero<br />
la realidad es que aqu<strong>el</strong> ya no descansa en<br />
<strong>el</strong>los; para bien o para mal, <strong>el</strong> hecho es que<br />
las nuevas reglas que se tienden a construir,<br />
son injerencistas, más que antiintervencionistas;<br />
particulares, más que<br />
generales; concretas, más que abstractas.<br />
Es en este contexto que hay que entender la<br />
decisión d<strong>el</strong> gobierno mexicano de desplegar<br />
una actividad más intensa en <strong>el</strong> escenario<br />
mundial, particularmente en <strong>el</strong> proceso<br />
multilateral de codificación de las nuevas<br />
reglas d<strong>el</strong> sistema internacional. Dicho<br />
proceso se va a dar con o sin <strong>México</strong>. Nuestro<br />
país tiene la opción de involucrarse en su<br />
definición, o de mantenerse al margen, sujeto<br />
siempre a lo que otros decidan. Pero lo que no<br />
podrá hacer es rechazar las nuevas reglas y<br />
166<br />
regulaciones que eventualmente sean<br />
establecidas, o las nuevas normas que sean<br />
universalmente reconocidas. Nos serán<br />
aplicadas, querámoslo o no.<br />
Consecuentemente, es en nuestro interés que<br />
<strong>México</strong> tome parte activa en este proceso. Su<br />
posición como país puente, su tradición en<br />
materia de política exterior, su habilidad<br />
diplomática, su capacidad innovadora y su<br />
legitimidad democrática le dan amplias<br />
herramientas para contribuir a la definición de<br />
nuevas reglas para <strong>el</strong> sistema internacional.<br />
Este activo pap<strong>el</strong> forma parte de la larga<br />
tradición de <strong>México</strong> en la codificación d<strong>el</strong><br />
derecho internacional, mediante <strong>el</strong><br />
establecimiento de reglas iguales para sujetos<br />
desiguales. En <strong>el</strong> pasado, los gobernantes y<br />
los diplomáticos de <strong>México</strong> comprendieron que<br />
un sistema basado en <strong>el</strong> derecho en más<br />
favorable para un país r<strong>el</strong>ativamente débil que<br />
un sistema basado sólo en las corr<strong>el</strong>aciones<br />
de fuerza.<br />
No creían que la igualdad entre desiguales,<br />
establecida por <strong>el</strong> derecho internacional, fuera<br />
necesariamente una idea; pero entendieron<br />
que la desigualdad entre desiguales propiciada<br />
por un sistema sin orden era aún más<br />
desfavorable.<br />
Hoy ocurre algo similar: las reglas en vías de<br />
formulación descansan en un principio de<br />
igualdad para todos, a pesar de las enormes<br />
desigualdades y asimetrías que privan en <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>. Pero aun así, esto es preferible ala<br />
ausencia de reglas. Pues si la ausencia de<br />
reglas entre iguales genera dificultades, la<br />
ausencia de reglas entre desiguales es aún<br />
más grave y desfavorable para la convivencia<br />
entre las naciones.<br />
Esa convicción es una de las premisas que<br />
fundamentan <strong>el</strong> nuevo activismo internacional<br />
mexicano, en particular nuestro ingreso al<br />
Consejo de Seguridad de la ONU. Pero<br />
también está presente en la actuación que<br />
<strong>México</strong> ha venido realizando en los foros<br />
internacionales y organismos multilaterales<br />
desde <strong>el</strong> inicio de la actual administración: en<br />
su nuevo compromiso con la defensa de los<br />
derechos fundamentales de la persona<br />
expresado en la Comisión de Derechos<br />
Humanos de las Naciones Unidas; en su activa
participación en la Comunidad de<br />
Democracias; en su defensa de los derechos<br />
indígenas en la Conferencia Mundial contra <strong>el</strong><br />
Racismo, la Discriminación Racial, la<br />
Xenofobia y las Formas Conexas de<br />
Intolerancia c<strong>el</strong>ebrada en Durban; en su<br />
apoyo a los esfuerzos de la OMC a favor de un<br />
comercio más libre; en su respaldo a los<br />
objetivos de protección de la biodiversidad<br />
contenidos en <strong>el</strong> Protocolo de Kioto sobre<br />
Cambio Climático; en su activa participación<br />
en las negociaciones de la Convención contra<br />
<strong>el</strong> Crimen Organizado Transnacional suscrita<br />
en Palermo; en su compromiso con la Cumbre<br />
Mundial sobre Desarrollo Sustentable que<br />
habrá de realizarse en Johannesburgo <strong>el</strong> año<br />
entrante; en su decidida colaboración en la<br />
lucha contra <strong>el</strong> terrorismo; y en muchas otras<br />
acciones que reflejan una clara conciencia d<strong>el</strong><br />
lugar y la responsabilidad que le corresponden<br />
a un país como <strong>México</strong> en <strong>el</strong> escenario<br />
internacional.<br />
III. LA CONYUNTURA ACTUAL<br />
Los ataques perpetrados contra Estados<br />
Unidos <strong>el</strong> pasado 11 de Septiembre marcan un<br />
trágico hito en la historia reciente y tendrán<br />
importantes consecuencias para las r<strong>el</strong>aciones<br />
internacionales, algunas de <strong>el</strong>las todavía<br />
imprevisible.<br />
Como han señalado F<strong>el</strong>ipe González y Juan<br />
Luis Cebrián en su más reciente libro, “<strong>el</strong><br />
futuro ya no es lo que era”. Se ha abierto un<br />
periodo de definiciones, en <strong>el</strong> que todos los<br />
países deberán responder concretamente a la<br />
amenaza d<strong>el</strong> terrorismo internacional. Al<br />
hacerlo, cada uno de <strong>el</strong>los habrá de influir en<br />
los términos de las r<strong>el</strong>aciones internacionales<br />
que estarán vigentes en los años para venir.<br />
En estas circunstancias es preciso definir con<br />
toda claridad si los vínculos que nos unen con<br />
Estados Unidos deberán consolidarse en los<br />
tiempos de crisis que vivimos, o si habremos<br />
de adoptar una postura distante,<br />
supuestamente neutral que, en efecto,<br />
significaría desconocer la estrecha r<strong>el</strong>ación<br />
que ya hemos construido. La postura d<strong>el</strong><br />
gobierno d<strong>el</strong> presidente Vicente Fox ha sido<br />
clara: debemos apoyar a Estados Unidos<br />
porque le asiste <strong>el</strong> derecho de legítima<br />
defensa; porque la comunidad internacional se<br />
ha sumado masivamente a la lucha contra <strong>el</strong><br />
terrorismo internacional emprendida a raíz de<br />
los ataques, y porque nuestro interés consiste<br />
en construir la r<strong>el</strong>ación estratégica ya descrita<br />
y que necesariamente entraña un grado de<br />
solidaridad mayor que <strong>el</strong> tradicional.<br />
El <strong>México</strong> de hoy, que es expresión de la<br />
voluntad de cambio de sus ciudadanos, debe<br />
asumir un pap<strong>el</strong> activo e innovador en la<br />
escena mundial. Así lo exigen tanto las<br />
crecientes repercusiones de los procesos<br />
internacionales en la vida interna de <strong>México</strong>,<br />
como la influencia que nuestro país puede<br />
ejerce legítimamente en <strong>el</strong> establecimiento de<br />
un orden internacional basado en principios de<br />
validez universal y reglas establecidas por la<br />
comunidad de naciones, no impuestas a <strong>el</strong>la.<br />
Hay diversos ámbitos de creciente jurisdicción<br />
universal en los que <strong>México</strong> ha venido<br />
asumiendo un pap<strong>el</strong> aún más activo: en la<br />
suscripción de convenios que contribuyen a la<br />
protección d<strong>el</strong> medio ambiente; en <strong>el</strong> combate<br />
a la impunidad en d<strong>el</strong>itos de lesa humanidad,<br />
como en <strong>el</strong> caso Caballo; en la suscripción de<br />
la cláusula democrática con la Unión Europea;<br />
así como en muchos otros temas de la nueva<br />
agenda internacional, como los derechos<br />
indígenas, los derechos laborales, las<br />
cuestiones de género, entre otras áreas<br />
prioritarias.<br />
Los dos ejes descritos no implican en forma<br />
alguna que los vínculos de <strong>México</strong> con otros<br />
países se vean reducidos.<br />
Nuestros vínculos políticos y culturales con<br />
naciones como España, Guatemala, Cuba, al<br />
igual que nuestra agenda económica<br />
internacional, particularmente con la Unión<br />
Europea y con Japón seguirán siendo<br />
prioritarios. En otros casos, la manera más<br />
eficaz de dar una profundidad política y un<br />
mayor peso a nuestras r<strong>el</strong>aciones bilaterales<br />
consistirá en propiciar una mayor<br />
convergencia en la esfera multilateral. De allí<br />
también la importancia d<strong>el</strong> segundo eje de la<br />
política exterior de <strong>México</strong>, que no solamente<br />
de mayor equilibrio a nuestra agenda de<br />
política exterior, sino que contribuye a<br />
fortalecer nuestros lazos con <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> en forma constructiva y realista.<br />
Este ambicioso programa de actualización de<br />
las r<strong>el</strong>aciones exteriores de <strong>México</strong> exige,<br />
necesariamente, una revisión crítica de<br />
167
diversas posturas que <strong>México</strong> había venido<br />
manteniendo desde hace tiempo como si se<br />
trata de verdades incuestionables. De allí que<br />
<strong>el</strong> cambio que nuestro país requiere enfrenta<br />
resistencias por parte de algunos grupos y<br />
sectores, las cuales son productos de algunas<br />
inercias d<strong>el</strong> pasado.<br />
Uno de los factores que explican esas<br />
resistencias tiene que ver con la forma<br />
autoritaria en que se impuso <strong>el</strong> Tratado de<br />
Libre Comercio con América d<strong>el</strong> Norte a la<br />
sociedad mexicana. La falta de información<br />
suficiente y de un debate libre en <strong>México</strong><br />
respecto a los cambios que <strong>el</strong> Tratado traería<br />
consigo impidió realizar <strong>el</strong> proceso de<br />
intercambio, confrontación y reforma que era<br />
indispensable ante un cambio tan profundo<br />
para <strong>el</strong> país. Ello ha dejado importantes<br />
secu<strong>el</strong>as, en particular <strong>el</strong> hecho de que la<br />
sociedad mexicana no tenga planes conciencia<br />
d<strong>el</strong> grado de concentración y, sobre todo, <strong>el</strong><br />
peso que tiene la r<strong>el</strong>ación de <strong>México</strong> con<br />
Estados Unidos para nuestra economía y<br />
nuestra sociedad en <strong>el</strong> comercio, la inversión,<br />
la educación, <strong>el</strong> turismo e, incluso, las<br />
remesas de los migrantes.<br />
Ello significa que muchos mexicanos no<br />
comprenden cabalmente, porque en <strong>el</strong> pasado<br />
no se les informó adecuadamente, <strong>el</strong> grado de<br />
interdependencia que ya existe entre nuestros<br />
dos países.<br />
Un segundo factor de resistencia es <strong>el</strong> hecho<br />
de que la sociedad mexicana está más cerrada<br />
al <strong>mundo</strong> de lo que se hubiera podido pensar.<br />
Diversas encuestas realizadas en meses<br />
recientes y publicadas en los medios de<br />
información rev<strong>el</strong>an una actitud más<br />
autárquica y volcada hacia dentro de lo que<br />
correspondería a un país que tiene <strong>el</strong> 10% de<br />
su población en <strong>el</strong> extranjero –en ciertas<br />
regiones, una de cada cuatro personas tiene<br />
familiares en Estados Unidos- y cuyas<br />
exportaciones equivalen a alrededor de 32%<br />
de su PIB. Si bien hay razones históricas que<br />
explican esta actitud de suspicacia o r<strong>el</strong>ativo<br />
aislamiento respecto al ámbito internacional,<br />
éste no deja de tener un impacto real en las<br />
posibilidades de cambio, particularmente en <strong>el</strong><br />
contexto actual de globalización e<br />
interdependencia que enfrenta <strong>México</strong>.<br />
168<br />
Por último, en esta r<strong>el</strong>ación de factores de<br />
resistencia al cambio en política exterior,<br />
habría que incluir la dificultad para desarrollar<br />
un debate sobre los aspectos sustantivos de la<br />
estrategia actual, más que sobre los aspectos<br />
procedimentales. Todos los temas están<br />
abiertos a discusión: la r<strong>el</strong>ación con Estados<br />
Unidos, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de <strong>México</strong> en <strong>el</strong> Consejo de<br />
Seguridad, la cooperación con <strong>el</strong> gobierno<br />
español en la lucha contra <strong>el</strong> terrorismo, la<br />
postura frente a Cuba, y muchos otros<br />
igualmente r<strong>el</strong>evantes. Sin embargo, la<br />
discusión parece centrarse en asuntos de<br />
importancia menor, tales como si son<br />
excesivos los viajes al extranjero, si los<br />
términos en que se solicitó un determinado<br />
permiso fueron correctos o si tal acción “se<br />
apega a la Doctrina Estrada”, a menudo en un<br />
contexto en que ni siquiera es aplicable. Al<br />
centrar <strong>el</strong> debate en cuestiones de<br />
procedimientos, se pierde la oportunidad de<br />
discutir <strong>el</strong> fondo de los temas más<br />
importantes y se dificulta, igualmente, <strong>el</strong><br />
cambio por <strong>el</strong> que los votantes se<br />
pronunciaron <strong>el</strong> 2 de julio.<br />
Debe encontrar los caminos para remontar<br />
esas resistencias y sostener un debate acorde<br />
con la importancia y la trascendencia de la<br />
política exigirá un esfuerzo adicional por parte<br />
d<strong>el</strong> gobierno para informar a la sociedad con<br />
mayor eficacia y alentar un debate de fondo<br />
sobre los temas sustantivos de la agenda<br />
internacional de <strong>México</strong> y, a la vez, una<br />
mayoría disposición de las élites mexicanas<br />
(políticas, empresariales, int<strong>el</strong>ectuales y<br />
sociales) a debatir dichos temas de manera<br />
informada.<br />
El presidente Fox ha decidido, a partir d<strong>el</strong><br />
mandato que recibió de la sociedad mexicana,<br />
que en lugar de ser simplemente testigos d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> y de los procesos que lo transforman,<br />
debemos ser participes audaces, imaginativos,<br />
vigoroso. <strong>México</strong> está en condiciones de<br />
asumir un pap<strong>el</strong> de vanguardia en estos<br />
procesos, aportando su voluntad y su<br />
liderazgo para establecer, junto con un grupo<br />
de países que han contribuido en forma<br />
determinarte a la conformación d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
actual, un nuevo sistema internacional más<br />
justo, en <strong>el</strong> que la paz y la seguridad se<br />
fortalezcan y se garantice la defensa y<br />
promoción de los intereses de <strong>México</strong>.
LA ECONOMÍA MEXICANA<br />
FRENTE AL PROCESO DE<br />
GLOBALIZACIÓN<br />
VII. RUPTURA Y CAMBIO<br />
Doce años de empeño por darle nuevos<br />
sentido y extensión al proyecto estatista<br />
dieron por resultado consecuencias<br />
ostensiblemente contrarias a los objetivos que<br />
aquél perseguía. La soberanía nacional, tan<br />
cara a la ideología oficial, resultó vulnerada<br />
porque las dos últimas crisis financieras<br />
hicieron al país más dependiente d<strong>el</strong><br />
extranjero, particularmente de los Estados<br />
Unidos. Así lo atestiguaron la aceptación en<br />
tres ocasiones, mediante sendas cartas de<br />
intención, de los términos d<strong>el</strong> Fondo<br />
Monetario Internacional (FMI), némesis de<br />
todo nacionalista, y las ventas de petróleo de<br />
1982, en términos desventajosos, a nuestro<br />
vecino d<strong>el</strong> norte para constituir su reserva<br />
petrolera, rompiendo con <strong>el</strong>lo la solidaridad<br />
con los países productores de petróleo.<br />
Pero ¿acaso todos esos empeños para poner<br />
en marcha <strong>el</strong> desarrollo compartido primero y<br />
<strong>el</strong> crecimiento ac<strong>el</strong>erado después habían sido<br />
eficaces en términos económicos y sociales?<br />
Quizá si <strong>México</strong> hubiera conseguido una alta<br />
tasa de crecimiento mayor a las vigencias en<br />
los años sesenta, acompañada por un reparto<br />
más igualitario y sostenido de la riqueza<br />
generada, aqu<strong>el</strong>los sacrificios hubieran<br />
resultado justificados.<br />
Sin embargo, la tasa promedio anual de<br />
crecimiento a lo largo de los años que cubren<br />
<strong>el</strong> periodo 1970-1982 fue de 6.3% inferior al<br />
6.6%, promedio anual correspondiente a la<br />
etapa de desarrollo estabilizador. Aunque<br />
entre 1970-1982 hubo grandes esfuerzos para<br />
mejorar la distribución d<strong>el</strong> ingreso, tanto en<br />
creación de instituciones como en la<br />
expansión d<strong>el</strong> gasto público, fue una época<br />
con una tasas de inflación d<strong>el</strong> 22.05% en<br />
promedio anual que contrastó<br />
desfavorablemente con la vigente, 4.13%, en<br />
la etapa inmediata anterior.<br />
Ello no quiere decir que toda acción pública<br />
durante <strong>el</strong> periodo fuera negativa, perjudicial<br />
o contraproducente. No pocas veces, las<br />
políticas que se ponen en marcha se justifican<br />
más por lo que logran; aunque un juicio de<br />
esta naturaleza es sumamente difícil de<br />
proponerse, por que equivale a especular<br />
sobre historias alternativas que se acercan ya<br />
p<strong>el</strong>igrosamente a la ficción. Aun así se puede<br />
convenir en que si <strong>el</strong> propósito d<strong>el</strong> desarrollo<br />
compartido d<strong>el</strong> presidente Echeverría fue<br />
evitar desgajamientos y nuevas oposiciones<br />
que se pudieran conectar con los grupos<br />
violentos, <strong>el</strong>lo se logró a cabalidad. De igual<br />
manera se pude convenir en que si la finalidad<br />
de las políticas sociales lopezportillistas fue<br />
obtener un asunto lo suficientemente amplio<br />
para crea rápidamente, esto sólo fue posible<br />
durante los cuatro primeros años d<strong>el</strong> gobierno<br />
pues con posterioridad se malogró por los<br />
vaivenes en la economía internacional y <strong>el</strong><br />
desequilibrio de las finanzas públicas<br />
nacionales. Sin embargo, <strong>el</strong> punto que<br />
conviene destacar es que esas políticas de<br />
crecimiento y distribución parecieron ser cada<br />
vez más ineficaces, incluso dañinas, porque<br />
estuvieron planteandas sobre la base de un<br />
proyecto y un mod<strong>el</strong>o de crecimiento ya<br />
vulnerados. A medida que transcurría <strong>el</strong><br />
decenio de los setenta, pero con mayor fuerza<br />
en la primera parte de los ochenta, era<br />
evidente que los supuestos d<strong>el</strong> proyectos<br />
estatista no se avenían con las realidades<br />
políticos y económicas internacionales que<br />
empezaron a despuntar en esos años. Así, las<br />
políticas de crecimiento y distribución,<br />
diseñadas de acuerdo con los principios<br />
implícitos en <strong>el</strong> proyecto estatista y <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o<br />
de crecimiento hacia adentro, desgastaron<br />
p<strong>el</strong>igrosamente las bases económicas d<strong>el</strong> país,<br />
y al incrementar la inflación se tornaron<br />
socialmente ineficaces. En los inicios de los<br />
años ochenta fue evidente que <strong>México</strong><br />
requería de una reorientación de sus políticas,<br />
además de un concurrente replanteamiento<br />
ideológicos, que lo pusiera a la altura de los<br />
tiempos y en capacidad de contender con la<br />
nueva realidad d<strong>el</strong> entorno internacional. Pero<br />
no se podía llevar todo esto a cabo<br />
simultáneamente; era necesario empezar por<br />
restablecer la economía: había que pagar los<br />
platos rotos para poder comprar vajilla nueva.<br />
En este capítulo abordaremos los principales<br />
renglones en que se han manifestado cambios<br />
de importancia en los últimos 10 años.<br />
Aunque es prematuro hacer un juicio<br />
completo sobre una época que aún no<br />
concluye, es evidente que los cambios<br />
169
ealizados hasta la fecha son de tal<br />
profundidad que resultaría imposible regresar<br />
a un statu quo anterior. Algunos de esos<br />
cambios fueron inducidos por las políticas<br />
oficiales; otros empujados por élites políticas<br />
que aprovecharon <strong>el</strong> serrín y la viruta que<br />
dejan la fricción de las transiciones en <strong>el</strong><br />
cuerpo social. Hemos tratado de ordenar los<br />
cambios más sobresalientes dentro de tres<br />
órdenes: economía, política y sociedad. Se<br />
trata de una clasificación tan tradicional como<br />
arbitraria pues, hay que decirlo, divide un<br />
todo interconectado en sus causas y efectos,<br />
pero se hace con <strong>el</strong> único propósito de facilitar<br />
presentación y explicaciones. Después de<br />
todo, <strong>el</strong> quehacer público se agota en ese<br />
triángulo: arreglos económicos con la clase<br />
que detenta <strong>el</strong> poder económico; pactos con<br />
las élites políticas, y r<strong>el</strong>aciones cambiantes<br />
con la sociedad.<br />
170<br />
EL ORDEN ECONÓMICO<br />
El orden económico fue <strong>el</strong> primero en <strong>el</strong> que<br />
se ejerció una política de cambio radical por<br />
parte d<strong>el</strong> gobierno. A la gestión de Migu<strong>el</strong> de<br />
la Madrid (1982-1988) le tocó presidir un<br />
viraje radical en esta materia; los giros,<br />
destrucción de mitos y ajustes que se<br />
produjeron en <strong>el</strong> terreno económico<br />
internacional. Se rompió con la tradición<br />
implícita en <strong>el</strong> proyecto estatista, basada en <strong>el</strong><br />
dirigismo y en una pauta de crecimiento hacia<br />
adentro.<br />
El diagnóstico de la crisis puso de manifiesto<br />
que debían atacarse las causas d<strong>el</strong><br />
desequilibrio macroeconómico, así como las<br />
distorsiones de los precios, productos d<strong>el</strong><br />
repentino incremento en las tasas<br />
internacionales de interés y d<strong>el</strong> inesperado y<br />
drástico descenso en <strong>el</strong> precio d<strong>el</strong> petróleo.<br />
Entre 1982 y 1988, a ritmo de dos tiempos,<br />
se configuraron las reorientaciones en las<br />
políticas económicas. En un principio <strong>el</strong><br />
objetivo central fue paliar y revertir los<br />
efectos inmediatos y de la crisis económica y<br />
de la deuda externa, otorgándose prioridad a<br />
la corrección d<strong>el</strong> déficit fiscal, párale cambio<br />
estructural. La primera fase 1983-1985,<br />
comprendió <strong>el</strong> Programa Inmediato de<br />
Reordenación Económica (PIRE) y <strong>el</strong> Plan<br />
Nacional de Desarrollo. Se trató de un periodo<br />
en <strong>el</strong> cual los principales índices económicos<br />
empezaron a dar muestras de recuperación, y<br />
después de franca mejoría. El PIRE, que se<br />
anunció <strong>el</strong> primero de septiembre de 1982 en<br />
<strong>el</strong> discurso de toma de posesión, fue <strong>el</strong> primer<br />
paso de un nuevo gobierno que concedió a la<br />
recuperación económica la máxima prioridad.<br />
El PIRE estuvo inspirado por la idea de partir<br />
de un estricto realismo económico, actitud que<br />
denotaba la intención de abandonar <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o<br />
de dirigismo estatal, al cual se llegó a<br />
identificar con la economía ficción por su ya<br />
evidente desacuerdo con la realidad. Los<br />
objetivos a corto plazo d<strong>el</strong> PIRE fueron<br />
combatir la inflación, proteger <strong>el</strong> empleo y<br />
recuperar un ritmo <strong>el</strong>evado de crecimiento.<br />
Para lograrlo, <strong>el</strong> nuevo gobierno se propuso<br />
disminuir <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> gasto público;<br />
continuar sólo con las obras en proceso;<br />
asegurar la disciplina en la ejecución d<strong>el</strong><br />
gasto: estimular <strong>el</strong> basto de alimentos<br />
básicos; aumentar los ingresos fiscales;<br />
canalizar s<strong>el</strong>ectivamente <strong>el</strong> crédito a las<br />
prioridades d<strong>el</strong> desarrollo nacional, reivindicar<br />
<strong>el</strong> mercado cambiario a la soberanía nacional,<br />
y restructurar la administración pública. Ante<br />
las circunstancias económicas heredadas, <strong>el</strong><br />
PIRE tuvo éxito en reducir <strong>el</strong> déficit público vía<br />
la contracción d<strong>el</strong> gasto, que al principio fue<br />
posible gracias a los amplios márgenes<br />
existentes en todo <strong>el</strong> sector público. Pero esa<br />
misma reducción d<strong>el</strong> gasto público, unidad al<br />
aumento en las tasas de interés, impidió<br />
alentar <strong>el</strong> empleo y recuperar rápidamente la<br />
tasa de crecimiento. Sin embargo, <strong>el</strong> PIRE<br />
propició <strong>el</strong> restablecimiento de las condiciones<br />
mínimas para <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> aparato<br />
productivo, al permitir la operación eficiente<br />
de las instituciones financieras y d<strong>el</strong> mercado<br />
cambiario. El Plan Nacional de Desarrollo<br />
(PND), dado a conocer en mayor de 1983 de<br />
acuerdo con una Ley de Planeación<br />
promulgada con anterioridad, fue <strong>el</strong> siguiente<br />
paso de esa primera etapa. El PND retomó la<br />
recuperación económica como una de los ejes<br />
axiomáticos d<strong>el</strong> documento pero añadió otro<br />
más importante para <strong>el</strong> largo plazo: <strong>el</strong> cambio<br />
estructural. Ambos, recuperación y cambio<br />
estructural, constituyeron los <strong>el</strong>ementos<br />
centrales de la Renovación Nacional, una de<br />
las tesis políticas de ese gobierno. “no es<br />
posible intentar- razonaría tiempo después <strong>el</strong><br />
presidente De la Madrid- <strong>el</strong> cambio estructural<br />
sin resolver la crisis; los resultados serían<br />
efímeros. Tampoco podemos preocuparnos
sólo por vencer la crisis sin incidir en los<br />
desequilibrios fundamentales que la<br />
generación; <strong>el</strong>lo la haría recurrente.”<br />
Para <strong>el</strong> trienio 1983 ‘1985 se aplicaron una<br />
serie de medidas para continuar con la<br />
recuperación económica. Éstas, además de<br />
continuar con la austeridad en <strong>el</strong> gasto<br />
público, fueron la renegociación de la deuda,<br />
que concluyó en 1984; las políticos de aliento<br />
y apoyo a sectores claves d<strong>el</strong> aparato<br />
productivo, con vista a la diversificación y<br />
ampliación de las exportaciones, y <strong>el</strong> inicio de<br />
una política más s<strong>el</strong>ectiva y equilibrada en<br />
materia de subsidios a clases populares.<br />
Todas <strong>el</strong>las rindieron buenos resultados<br />
durante <strong>el</strong> trienio de su vigencia. Gracias a<br />
estas medidas, <strong>el</strong> déficit operativo d<strong>el</strong> sector<br />
público, que había alcanzado <strong>el</strong> 10% en 1981,<br />
fue <strong>el</strong>iminado tras dos años de recortes, y en<br />
ad<strong>el</strong>ante se mantuvo en márgenes tolerables<br />
respectos d<strong>el</strong> PIB. En 1983 <strong>el</strong> gasto público<br />
disminuyó d<strong>el</strong> 28.2% d<strong>el</strong> PIB en <strong>el</strong> año<br />
anterior a 24.3%, manteniendo sin embargo<br />
<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> en los rubros d<strong>el</strong> gasto social: 24.1%<br />
d<strong>el</strong> gasto programable. Los ingresos públicos<br />
aumentaron cuatro puntos porcentuales<br />
respecto d<strong>el</strong> PIB (de 30 a 34%),a la par que <strong>el</strong><br />
balance primario entre gastos e ingresos –<br />
antes de considerar <strong>el</strong> pago de intereses- pasó<br />
de un déficit de 7.6% en 1982 a un superávit<br />
de 4.4% en 1983, por primera vez en tres<br />
sexenios. Si bien <strong>el</strong> balance financiero (que ya<br />
incluye <strong>el</strong> pago de intereses) siguió acusando<br />
déficit, éste disminuyó de 17.6% a 9% de un<br />
año a otro. Finalmente, las reducciones d<strong>el</strong><br />
gastos y d<strong>el</strong> déficit contribuyeron a abatir la<br />
inflación en 19 puntos porcentuales respecto<br />
d<strong>el</strong> año anterior para situarse en 80.8 % en<br />
diciembre de 1983. <strong>el</strong> impacto negativo, sin<br />
embargo, fue un decrecimiento de 4.2% d<strong>el</strong><br />
PIB en 1983, año de vigencia d<strong>el</strong> plan,<br />
respecto de 1982.<br />
En esencia, la misma política se aplicó a lo<br />
largo de 1984 y de 1985. en esos dos años<br />
continuaron las corrientes a las finanzas<br />
públicas, aunque con menor intensidad que en<br />
1983.<br />
El gobierno prosiguió con los ajustes al gasto<br />
público mediante recortes s<strong>el</strong>ectivos, y las<br />
erogaciones, medidas respecto d<strong>el</strong> PIB, se<br />
redujeron de 23.5% en 1984 a 23% en 1985.<br />
<strong>el</strong> balance primario de las finanzas públicas<br />
continuó arrojando superávit: 4.9% en 1984 y<br />
3.6% en 1985. Como no se consideró<br />
conveniente hace una nueva reforma fiscal,<br />
los esfuerzos en esta materia se orientaron a<br />
ampliar la base gravable y a garantizar <strong>el</strong><br />
cumplimiento de las obligaciones fiscales<br />
evitando la evasión. Los ajustes en precios y<br />
tarifas públicas se orientaron a mantener los<br />
niv<strong>el</strong>es de 1983 con <strong>el</strong> fin de no propiciar<br />
presiones inflaciones adicionales. Sin<br />
embargo, en esos dos años <strong>el</strong> gobierno siguió<br />
dependiendo p<strong>el</strong>igrosamente de los ingresos<br />
petroleros. Por otra parte, los no petroleros se<br />
mantuvieron constantes, al mismo niv<strong>el</strong> que<br />
en 1983, alrededor de 17.8% d<strong>el</strong> PIB. Es un<br />
futuro cercano esta circunstancia habría de<br />
probar ser perjudicial para los planes de<br />
recuperación establecidos por <strong>el</strong> gobierno de<br />
Migu<strong>el</strong> de la Madrid, pues fue uno de los<br />
puntos vulnerables d<strong>el</strong> entramado de las<br />
finanzas públicas. Desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong><br />
empleo y la producción, puede decirse que<br />
1984 y 1985 fueron años buenos,<br />
considerando lo que había pasado <strong>el</strong> país<br />
recientemente.<br />
La producción aumentó 3.7% en 1984 y 2.8<br />
en 1985, y se recuperó <strong>el</strong> empleo, a 8.3% en<br />
1984 y 4.2 en 1985.<br />
Sin embargo, a medida que transcurrió 1985<br />
algo parecía andar mal, sobre todo en la<br />
segunda mitad d<strong>el</strong> año cuando remontó de<br />
nuevo la inflación, luego de dos años de<br />
tendencia a la baja. La inflación había<br />
descendido notablemente en 1984 al cerrar <strong>el</strong><br />
año con una tasa anualizada de 59.2% y, en<br />
cambio, 1985 terminó con una tasa de 63%.<br />
La razón detrás d<strong>el</strong> aumento de precios se<br />
encontraba en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ajamiento paulatino de las<br />
medidas restrictivas y contraccionistas con la<br />
esperanza de crecer un poco, sin alterar las<br />
tendencias a la corrección de los<br />
desequilibrios y a la recuperación. Sin<br />
embargo, tal política, por lo visto, fue<br />
prematura, pues ya en 1985 empezaron a<br />
asomarse las primeras reducciones en <strong>el</strong><br />
precio d<strong>el</strong> petróleo que habrían de ser<br />
espectaculares <strong>el</strong> año siguiente. La distorsión<br />
se trato de corregir intensificando de nuevo <strong>el</strong><br />
control de la demanda agregada, lo cual<br />
coincidió con la drástica caída de los precios<br />
d<strong>el</strong> petróleo a principio de 1986. El desplome<br />
d<strong>el</strong> valor promedio d<strong>el</strong> petróleo mexicano<br />
171
De 25 a casi 12 dólares, como puede verse en<br />
la Gráfica 1, convirtió a ese año en <strong>el</strong> más<br />
difícil d<strong>el</strong> sexenio, dando lugar a una crisis<br />
dentro de la crisis.<br />
Estas circunstancias ac<strong>el</strong>eraron <strong>el</strong> paso de las<br />
reformas económicas, de las cuales un par<br />
dedicas novedosas marcaron las segunda<br />
mitad d<strong>el</strong> sexenio. La caída de los precios d<strong>el</strong><br />
petróleo, dada la dependencia d<strong>el</strong> gobierno de<br />
los ingresos provenientes de su exportación,<br />
le significó a <strong>México</strong> la pérdida de más d<strong>el</strong><br />
20% de los ingresos totales. Esa pérdida se<br />
contabilizó en alrededor de seis mil millones<br />
de dólares en 1986, lo cual mermó <strong>el</strong> PIB en<br />
6%, contracción mayor que la sufrida entre<br />
1982 y 1983, que había alcanzado <strong>el</strong> 5.8%. de<br />
esta forma reducir la dependencia de los<br />
ingresos provenientes de la exportación de<br />
petróleo se convirtió en <strong>el</strong> objetivo primordial,<br />
lo cual implicó la decisión de diversificar<br />
exportaciones y aumentar la competitividad<br />
de las manufacturas nacionales. De ahí que, a<br />
partir de ese choque petrolero de 1986 se hizo<br />
cada vez mayor énfasis en <strong>el</strong> cambio<br />
estructural. Las medidas en materia<br />
monetaria y de gasto fueron necesarias pero<br />
no suficientes, pues como instrumentos<br />
constituyentes par responder a situaciones<br />
críticas fueron rebasadas por una<br />
problemática que obligó a plantear las futuras<br />
acciones en un terreno distinto: introducir<br />
cambios estructurales par fortalecer<br />
radicalmente la capacidad de desarrollo<br />
sostenido d<strong>el</strong> país.<br />
172<br />
En consecuencia con esta perspectiva, se<br />
continuó con <strong>el</strong> saneamiento de las finanzas<br />
públicas, muy al tener de lo que se había<br />
hecho con <strong>el</strong> PIRE, y se alentó a los sectores<br />
agrícola, pesquero, silvícola y minero. En abril<br />
de 1986, <strong>el</strong> gobierno anunció la reducción en<br />
500 mil millones de pesos d<strong>el</strong> gasto<br />
autorizado para ese año. El recorte se aplicó<br />
en 50.2% al sector industrial, 27.4% al rural y<br />
social, 6% al desarrollo regional, y 16.4% a<br />
otros rubros. Los recortes se diseñaron para<br />
no afectar las prioridades en materia de salud<br />
y áreas estratégicas – como energéticos,<br />
fertilizantes, trasportes y comunicaciones-, así<br />
como al avance de la reconversión industrial.<br />
Esta última se convirtió, a partir de entonces,<br />
en <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> día para subrayar la<br />
importancia de hacer más eficiente y<br />
competitiva la estructura industrial,<br />
principalmente la pública aunque también la<br />
privada. Todo <strong>el</strong>lo fue objeto d<strong>el</strong> Programa de<br />
Aliento y Crecimiento (PAC), que colocó en<br />
primer término de importancia la recuperación<br />
d<strong>el</strong> crecimiento económico y planteó <strong>el</strong><br />
condicionamiento d<strong>el</strong> servicio de la deuda a la<br />
capacidad de pago d<strong>el</strong> país.<br />
La reestructuración de la deuda externa,<br />
motivada por las críticas circunstancias,<br />
estuvo precedida por las negociaciones con <strong>el</strong><br />
FMI. El gobierno mexicano calculó que para<br />
crecer a una tasa entre 3y 4%, suponiendo<br />
que <strong>el</strong> petróleo recuperara su precio de 12<br />
dólares por barril, se requerirían 12 mil<br />
millones de dólares durante 1986 y 1987.<br />
para <strong>el</strong>lo se negoció una carta de intención<br />
con <strong>el</strong> FMI para un crédito contingente de 1<br />
600 millones de dólares, pero más importante<br />
aún fue que se convenció a las autoridades de<br />
ese organismo de que le país había llegado al<br />
límite, tras cuatro años de construcción<br />
económica. Para pagar se necesitaba crecer,<br />
se arguyó, y para crecer se requería<br />
reestructurar la deuda externa. Por primera<br />
vez <strong>el</strong> FMI endosó un programa económico no<br />
recesivo, que apoyó la recuperación d<strong>el</strong><br />
crecimiento y <strong>el</strong> cambio estructural de la<br />
economía. La firma de la carta de intención<br />
significó, pues, un respaldo d<strong>el</strong> FMI y abrió la<br />
puerta a la negociación de la deuda externa.<br />
En <strong>el</strong> curso de las negociaciones con los<br />
bancos privados detentadores de la duda, la<br />
parte mexicana se propuso obtener recurso
frescos para crecer en 1986 y 1987; reducir<br />
las transferencias netas de recurso al exterior;<br />
establecer una r<strong>el</strong>ación adecuada entre <strong>el</strong><br />
servicio de la deuda y la capacidad de pago<br />
d<strong>el</strong> país, y proteger a al economía de choques<br />
externos. Los argumentos mexicanos para las<br />
negociaciones se centraron en tres ideas: la<br />
pérdida de reserva era consecuencia de una<br />
caída en las exportaciones, no de una fuga de<br />
capitales; sin recurso frescos externos, <strong>el</strong> PAC<br />
no sería posible y <strong>México</strong> suspendería <strong>el</strong><br />
servicio de la deuda, y mas que contratar<br />
empréstitos par cubrir los anteriores, <strong>México</strong><br />
quería bajar <strong>el</strong> costo de <strong>el</strong>los. El acuerdo se<br />
logró a principio de septiembre, y para<br />
noviembre se había sorteado los trámites con<br />
los más de 500 bancos involucrados. <strong>México</strong><br />
consiguió plazos mayores, reducciones a las<br />
tasas de interés y ajustes automáticos de<br />
éstas de acuerdo con las variaciones en <strong>el</strong><br />
precio d<strong>el</strong> petróleo. Obtuvo, además, seis mil<br />
millones de dólares adicionales para <strong>el</strong> bienio<br />
1986- 1987. se calculó que a lo largo de los<br />
20 años de vigencia de esta deuda<br />
restructurada ( <strong>el</strong> último vencimiento se<br />
ubicaría en <strong>el</strong> año 2006) <strong>el</strong> país se ahorraría<br />
seis mil millones de dólares. El efecto<br />
inmediato d<strong>el</strong> arreglo sobre <strong>el</strong> gasto público<br />
puede verse en la Gráfica 2: 1987 fue <strong>el</strong> año<br />
en que <strong>el</strong> gobierno logró revertir la tendencia<br />
d<strong>el</strong> servicio creciente de la deuda.<br />
Cuando <strong>el</strong> gobierno firmó en julio de 1986 la<br />
carta de intención con <strong>el</strong> FMI, contrajo varias<br />
obligaciones. Además de las consabidas de<br />
reducir <strong>el</strong> déficit público y ser flexible con las<br />
tasas de interés, también se obligó a<br />
liberalizar <strong>el</strong> comercio exterior y realizar una<br />
apertura de la economía. Fue una cláusula<br />
aceptad de buena gana, pues ya se tenía<br />
previsto hacer<br />
Lo como parte d<strong>el</strong> programa para abatir la<br />
inflación, diversificar y aumentar las<br />
exportaciones, y alentar la productividad y la<br />
reconversión industrial. Para decirlo bien y<br />
pronto, <strong>el</strong> proteccionismo, columna vertebral<br />
d<strong>el</strong> crecimiento hacia adentro y la sustitución<br />
de importaciones, había generado una<br />
industria plácidamente acostumbrada a su<br />
mercado activo, que no pensaba en<br />
competencia internacional ni en productividad,<br />
divisas d<strong>el</strong> nuevo orden económico<br />
internacional que estaba rápidamente<br />
configurándose. Y peor aún, al consumidor<br />
nacional le brindaba productos de mala<br />
calidad a precios altos, lo que no se avenida<br />
con los propósitos oficiales de abatir la<br />
inflación. En suma, ni <strong>el</strong> consumidor ni <strong>el</strong> país<br />
salían ganando con la preservación de<br />
privilegios y protecciones, que habían perdido<br />
su justificación y sentido económico general.<br />
Luego de un proceso de consultas internas<br />
realizadas por <strong>el</strong> Senado, a fin de difundir la<br />
idea de la adhesión al GATT y sus beneficios<br />
para <strong>el</strong> país, se llevaron a cabo negociaciones<br />
con ese organismo, que culminaron con la<br />
firma d<strong>el</strong> protocolo de adhesión <strong>el</strong> 25 de julio<br />
de 1986. al contrario de lo que se afirmó<br />
entonces, las negociaciones se llevaron a cabo<br />
173
con base en <strong>el</strong> proyecto de protocolo<br />
negociado por <strong>el</strong> gobierno de López Portillo,<br />
según instrucciones impartidas por <strong>el</strong><br />
presidente de la República al secretario de<br />
Comercio. Además de los derechos ordinarios,<br />
referentes al acceso de las exportaciones<br />
mexicanas al mercado de los 91 países<br />
miembros d<strong>el</strong> GATT sin alteraciones arbitrarias<br />
a los aranc<strong>el</strong>es vigentes en <strong>el</strong>los, <strong>México</strong> fue<br />
objeto de la concesión de varias<br />
prerrogativas. Entre <strong>el</strong>las, la más importante<br />
fue <strong>el</strong> tratamiento de nación en desarrollo, lo<br />
que le permitiría algunas medidas<br />
proteccionistas hasta por 15 años, así como<br />
concesiones aranc<strong>el</strong>arias que no tenía que<br />
corresponder. Otra, no menos r<strong>el</strong>evante, fue<br />
la excusión de los energéticos de los<br />
productos sujetos a negociación.<br />
Hay que decir que la adhesión al GATT se hizo<br />
en un ambiente de esperanza por un lado,<br />
pero también de temor alentado por muchos<br />
escépticos que veían en la medida un error,<br />
cuando no un acto entreguismo al extranjero<br />
y de cesión a supuestas presiones de<br />
organismos financieros internacionales.<br />
¿Cuáles fueron los resultados? ¿Acaso<br />
tuvieron razón los críticos? Para fines de<br />
1988, la apertura comercial había contribuido<br />
sustancialmente a la lucha contra la inflación,<br />
al entregarle al consumidor bienes a precios<br />
menores como consecuencia de la disminución<br />
d<strong>el</strong> salto de los insumos importados. Al entrar<br />
en operación las reglas de la adhesión, se<br />
incrementó la exportación global a tal grado<br />
que por primera vez en tres décadas se logró<br />
un saldo positivo en la cuenta comercial de la<br />
balanza de pagos. Las exportaciones de<br />
manufacturas, principales protagonista en <strong>el</strong><br />
saldo positivo de la cuenta comercia,<br />
desplazaron al petróleo, cuyo peso en las<br />
exportaciones bajo de 77% en 1982 a 32% en<br />
1988. Incluso, las exportaciones<br />
manufactureras llegaron a financiar <strong>el</strong> 79% de<br />
sus propios importaciones, con la que se<br />
rebasó con creces la meta d<strong>el</strong> 53% fijada en<br />
<strong>el</strong> Programa Nacional de Fomento Industrial y<br />
de Comercio Exterior. Por otro lado, las<br />
importaciones se mantuvieron dentro de<br />
niv<strong>el</strong>es razonables, concretándose en su<br />
mayoría en bienes intermedios y de capital,<br />
necesarios para la actualización de la planta<br />
industrial y <strong>el</strong> aumento de la producción. Pero<br />
lo más importante de todo es que la adhesión<br />
al GATT promovió un cambio de mentalidad<br />
174<br />
en <strong>el</strong> empresariado, antes acostumbrado a la<br />
protección aranc<strong>el</strong>aria y tut<strong>el</strong>a estatal, y que<br />
empezó a traducirse en nuevas formas de<br />
producir y de reducir costos, sin que se diera<br />
la desaparición masiva de empresas que<br />
preveían los críticos de la medida.<br />
En la segunda mitad de 1986 y la primera de<br />
1987 los signos económicos fueron<br />
alentadores. Se notó una gradual<br />
recuperación económica. Las exportaciones no<br />
petroleras siguieron en aumento, a la vez que<br />
repuntó moderadamente <strong>el</strong> propio<br />
internacional de petróleo. El sector<br />
manufacturero empezó a crecer después de<br />
años de estancamiento, y las reservas d<strong>el</strong><br />
Banco de <strong>México</strong> excedieron los 14 mil<br />
millones de dólares. Aun con astringencias<br />
presupuestarias y escasas de créditos, fue<br />
posible hacer las importaciones de alimentos<br />
necesarios, evitando <strong>el</strong> desabasto para la<br />
población. No obstante lo anterior, persistió la<br />
inflación, no por exceso de demanda o por<br />
presión de costos, sino por las expectativas de<br />
la inflación pasada, lo que los economistas<br />
llaman inflación por inercia. Esta circunstancia<br />
hizo particularmente vulnerable al país en<br />
momentos que, por fenómenos especulativos<br />
internacionales, cayeron las principales bolas<br />
d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> industrializado, contagiando al<br />
institucionalmente endeble mercado de<br />
valores mexicano. Los inversionista que a él<br />
habían acudido para proteger sus recursos de<br />
la inflación, al no encontrar más esa ventaja<br />
en <strong>el</strong> mercado bursátil, provocaron una<br />
desmedida presión sobre <strong>el</strong> dólar.<br />
Ante la amenaza de que se retornara al círculo<br />
vicioso de inflación-recesión –inflación y frente<br />
a un incremento en los precios que excedía ya<br />
al 100%, <strong>el</strong> gobierno optó por una salida de<br />
novedosa, intentar un ajuste no didáctico<br />
desde arriba sino concertado, a fin de abatir la<br />
espiral inflacionaria. En los años anteriores se<br />
habían creado las precondiciones mediante<br />
programas ortodoxos para intentar una<br />
medida heterodoxa, la cual fue posible gracias<br />
a la especial estructura política de <strong>México</strong> y a<br />
las características de su sociedad. Se había<br />
evitado la tentación de abordarla antes de<br />
contar con los <strong>el</strong>ementos que apoyaran sus<br />
puesta en marcha: finanzas públicas sanas,<br />
avances en la apertura comercial, tipo de<br />
cambio real y reservas internacionales<br />
suficientes para garantizar estabilidad de
precios. Esta precondiciones, se había<br />
calculado, tendrían que alcanzarse en 1986;<br />
pero <strong>el</strong> derrumbe d<strong>el</strong> precio d<strong>el</strong> petróleo<br />
postergó la medida hasta <strong>el</strong> año siguiente, por<br />
otro lado políticamente difícil dado la cercanía<br />
de las <strong>el</strong>ecciones presidenciales. Así, en<br />
diciembre de 1987 se c<strong>el</strong>ebró <strong>el</strong> Pacto de<br />
Solidaridad Económica, en <strong>el</strong> cual los obreros<br />
aceptaron moderar sus demandas de<br />
incrementos; los campesino continuar con los<br />
precios de garantía vigentes en 1987, y los<br />
empresarios, moderar precios y utilidades. El<br />
gobierno se comprometió a reducir aún más <strong>el</strong><br />
gasto público y continuar con la<br />
racionalización de la administración y <strong>el</strong><br />
proceso de liquidación, quiebra, fusión y venta<br />
de empresas paraestatales. A la par, aumentó<br />
precios y tarifas de los bienes y servicios<br />
proporcionados por <strong>el</strong> sector público a fin de<br />
no incurrir en déficit. Mientras que en enero<br />
de 1988 se registró un aumento d<strong>el</strong> índice de<br />
precios de 15.5 %; en agosto se observó sólo<br />
0.9%. la inflación anualizada bajó de 170% a<br />
fines de 1987 a alrededor de 50% al concluir<br />
1988.<br />
De entonces a la fecha de la publicación de<br />
este libro, los pactos anuales se han<br />
convertido, además d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que juegan en<br />
<strong>el</strong> control de la inflación, en uno de los más<br />
importantes indicadores de las intenciones<br />
económicas gubernamentales y orientan las<br />
expectativas y decisiones de los<br />
inversionistas. Se ha dicho que los <strong>el</strong>ementos<br />
para <strong>el</strong> éxito de esta política de concertación<br />
han sido sustentados de justicia, la<br />
responsabilidad social de los sectores y l<br />
flexibilidad en <strong>el</strong> control de los precios. La<br />
justicia reside en que todos los sectores,<br />
incluido <strong>el</strong> gobierno, sacrifican algo en virtud<br />
de una finalidad común, abatir la inflación,<br />
que de no lograrse afecta a todos, en especial<br />
a los sectores obrero y campesino.<br />
La responsabilidad social que asume los<br />
sectores se deriva de una mayor conciencia de<br />
los dilemas económicos que enfrenta <strong>el</strong> país,<br />
ninguno de los cuales es resoluble mediante<br />
actitudes unilaterales. Y, finalmente, la<br />
flexibilidad, asumida por <strong>el</strong> gobierno, para<br />
permitir aumentos de precios en productos<br />
determinados a fin de evitar la escasez.<br />
En <strong>el</strong> gobierno, d<strong>el</strong> presidente Carlos Salinas<br />
de Gortari, que se inauguró en diciembre de<br />
1988, se planteó desde <strong>el</strong> principio continuar<br />
con las líneas de política económica iniciadas<br />
en <strong>el</strong> sexenio anterior. Como pocas veces en<br />
<strong>el</strong> <strong>México</strong> <strong>contemporáneo</strong>, se dio una<br />
continuidad en esta materia, sin afanes de<br />
contraste y sí atendiendo a un realismo<br />
económico indispensable.<br />
Aparte de la disciplina financiera y <strong>el</strong> combate<br />
a la inflación las acciones d<strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong><br />
presidente Salinas se orientaron a tres puntos<br />
fundamentales: una nueva negociación de la<br />
deuda externa, la privatización a fondo d<strong>el</strong><br />
sector paraestatal para reducir la deuda<br />
interna y <strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio (TLC),<br />
como culminación posible a la apertura<br />
comercial d<strong>el</strong> país. Los dos primeros objetivos<br />
estuvieron presentes desde34 <strong>el</strong> inicio d<strong>el</strong><br />
sexenio; <strong>el</strong> tercero se añadió posteriormente.<br />
En diciembre de 1988, la economía mexicana<br />
presentaba síntomas de estancamiento<br />
prolongado, altas tasas de inflación y un<br />
severo deterioro en los niv<strong>el</strong>es de bienestar de<br />
la población. La causa principal de esta<br />
situación se encontraba en la transferencia<br />
neta de recursos <strong>el</strong> exterior derivado de una<br />
deuda excesiva continuada en niv<strong>el</strong>es<br />
incompatibles con la intención de reactivar la<br />
economía. Entre 1983 y 1988 esa<br />
transferencia de recurso representó <strong>el</strong> 6% d<strong>el</strong><br />
PIB, y a fines de este último año de la deuda<br />
escendía a poco más de los 100 mil millones<br />
de dólares, es decir, <strong>el</strong> 57% de los que <strong>el</strong> país<br />
generó ese año.<br />
La nueva negociación de la deuda externa con<br />
la banda privada fue, de hecho, extensión de<br />
la de 1986. la tesis siguió siendo la misma:<br />
para pagar hay que crecer. Pero ahora, ya se<br />
entendía que <strong>el</strong> endeudamiento excesivo era<br />
un obstáculo al crecimiento. El corolario fue<br />
aceptado por los organismos financieros<br />
internacionales, principalmente d<strong>el</strong> FMI.<br />
Gracias a esta nueva actitud y a amenazas de<br />
retirarse de las negociaciones, según se supo<br />
después, se vencieron resistencias de las<br />
contrapartes y se llegó a un acuerdo dado a<br />
conocer a principios de febrero de 1990. Este<br />
acuerdo se realizó dentro d<strong>el</strong> contextos d<strong>el</strong> así<br />
llamado Plan Brady, y supuso un paquete<br />
financiero para <strong>el</strong> cambio de deuda vieja por<br />
nuevos bonos con granitas parciales, todo <strong>el</strong>lo<br />
con <strong>el</strong> apoyo financiero d<strong>el</strong> Banco Mundial, d<strong>el</strong><br />
FMI y d<strong>el</strong> gobierno Japonés. Se mejoro así la<br />
175
calidad crediticia de los activos de los bancos<br />
comerciales, a cambio de que éstos redujeran<br />
<strong>el</strong> monto d<strong>el</strong> principal, las tasas de interés y<br />
ofrecieran recursos frescos. Con tres opciones<br />
para los bancos y garantías especies, se<br />
intercambió cerca de la mitad d<strong>el</strong> monto de la<br />
deuda, 48 231 millones de dólares. Según<br />
informes de la Secretaria de Hacienda, la<br />
renegociación trajo los siguientes beneficios:<br />
disminución de la deuda en 14 570 millones<br />
de dólares (6 820 millones por quita d<strong>el</strong><br />
principal y 7 750 por reducciones a tasas de<br />
interés); <strong>el</strong> servicio de la deuda bajó en 1 629<br />
millones de dólares promedio anual entre<br />
1990 y 1994, y se difirió <strong>el</strong> pago d<strong>el</strong> principal<br />
en aproximadamente 2 154 millones de<br />
dólares entre 1990 y 1992. en suma, se<br />
redujo la transferencia neta de recurso al<br />
exterior en un promedio anual de 4 071<br />
millones de dólares de 1990 a 1994. <strong>el</strong><br />
impacto en <strong>el</strong> gasto público de esta<br />
negociación de la duda lleva a cabo por <strong>el</strong><br />
gobierno d<strong>el</strong> presidente Salinas, puede<br />
apreciarse en la Gráfica 3.<br />
El efecto inmediato de la renegociación, junto<br />
a una política.<br />
176<br />
Fiscal orientada a aumentar los ingresos vía la<br />
ampliación de la base gravable y <strong>el</strong> combate a<br />
la evasión, fue la disponibilidad de recursos<br />
para <strong>el</strong> gato público interno. En tanto que en<br />
1988 de cada peso de gasto público, 43<br />
centavos se destinaban al pago de intereses<br />
de la deuda pública total, para 1991 sólo se<br />
dedicaban 22 y en 1992, 16. Ello permitió,<br />
entre otras cosas, incrementar <strong>el</strong> gasto social<br />
con recurso internos, <strong>el</strong> cual pasó de 6.5% d<strong>el</strong><br />
PIB en 1989 al 9.0 en 1992. La clave de la<br />
recuperación financiera d<strong>el</strong> Estado residió en<br />
las sucesivas negociaciones de la deuda<br />
externa, llevadas a cabo en los gobiernos de<br />
los presientes De la Madrid y Salinas. Al<br />
reducir drásticamente los recursos que se<br />
enviaban al exterior, como puede verse en un<br />
efecto agregado en la Gráfica 4, se liberaron<br />
recursos para la inversión pública y <strong>el</strong> gasto<br />
social.<br />
A media que la economía d<strong>el</strong> país se<br />
normalizaba y crecía la confianza en <strong>el</strong>la,<br />
empezó a fluir la inversión extranjera y se<br />
intensificó la repatriación de capitales<br />
mexicanos que habían huido en las épocas de<br />
incertidumbre. El proceso de privatización de<br />
empresas paraestatales sirvió de anzu<strong>el</strong>o para<br />
<strong>el</strong>lo. Ya para entonces en muchos países no se
veía a la propiedad estatal como garantía de<br />
eficacia de justicia social.<br />
La exploración teórica, dentro y fuera d<strong>el</strong> país,<br />
se orientaba no tanto al tema de la propiedad,<br />
sino al de la capacidad, formas y medios para<br />
que <strong>el</strong> Estado tuviera la posibilidad de generar<br />
nuevas r<strong>el</strong>aciones sociales capaces de hacer<br />
posibles eficiencias económicas, control<br />
público de la producción y distribución de<br />
bienes y servicios. En su gobierno, <strong>el</strong><br />
presidente De la Madrid definió una política de<br />
intervención estatal que partió d<strong>el</strong> supuesto<br />
de que no era posible, bajo las nuevas<br />
condiciones económicas internas e<br />
internacionales, sostener la ampliación de las<br />
facultades económicas d<strong>el</strong> Estado. Por <strong>el</strong>lo<br />
alentó la reforma de los artículos 25, 26, 27 y<br />
28 constitucionales para d<strong>el</strong>imitar con<br />
precisión la intervención estatal en la<br />
economía, intruduciendo los conceptos de<br />
actividad estratégica y actividad prioritaria. A<br />
<strong>el</strong>lo siguió, en 1985, la expedición de la Ley<br />
de Entidades Paraestatales, diseñada para<br />
simplificar la operación de las entidades<br />
estatales en aras de una mayor efeciencia. Por<br />
su parte, tanto en <strong>el</strong> Plan Nacional de<br />
Desarrollo como en <strong>el</strong> Programa Nacional de<br />
Fomento Industrial y Comercial Exterior se<br />
reconocieron <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> mercado y la<br />
actividad meramente orientadora y reguladora<br />
d<strong>el</strong> Estado, salvo los rubros prioritarios donde<br />
<strong>el</strong> sector público mantendría propiedad y<br />
gestión directa, <strong>el</strong> ámbito de desarrollo social<br />
y <strong>el</strong> terreno de la infraestructura.<br />
La privatización de empresas públicas se<br />
realizo en dos grandes tramos. El primero-<br />
centrado en fusiones, quiebras y ventas de las<br />
mismas- ser realizó durante <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong><br />
presidente De la Madrid. En <strong>el</strong> curso de ese<br />
sexenio, desaparecieron 743 entidades d<strong>el</strong><br />
sector público de las 1 155 existentes en<br />
1982. de las desaparecidas, las más<br />
importantes in duda alguna fue la Fundidora<br />
de Hierro y Acero de Monterrey, que<br />
sobrevivía en un estado virtual de quiebra<br />
apenas paliada por los fuetes subsidios d<strong>el</strong><br />
Estado. Pocas fueron las privatizaciones<br />
durante <strong>el</strong> gobierno de De la Madrid; la<br />
principal entre <strong>el</strong>las, la de Aeroméxico. En <strong>el</strong><br />
gobierno siguiente y hasta principios de<br />
1993,se desincorporaron 191 empresas, las<br />
más grandes y productivas, entre <strong>el</strong>las<br />
Mexicana de Aviación y T<strong>el</strong>éfonos de <strong>México</strong>,<br />
además de la banca nacionalizada. Por este<br />
concepto, <strong>el</strong> gobierno federal ingresó, entre<br />
diciembre de 1988 y octubre de 1992, 21 200<br />
millones de dólares, que se han dedicado a<br />
redimir deuda pública interna y a constituir <strong>el</strong><br />
Fondo de Contingencia cuyo objetivo es<br />
proteger a la economía mexicana de una<br />
eventual y drástica disminución en <strong>el</strong> precio<br />
d<strong>el</strong> petróleo. La privatización de esas grandes<br />
paraestatales y de la banca tuvieron un efecto<br />
más importante que <strong>el</strong> proveer de ingresos<br />
adicionales al gobierno o reducir <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong><br />
Estado: arraigar a grandes capitales, antes<br />
su<strong>el</strong>to en los intersticios especulativos o<br />
depositados en <strong>el</strong> extranjero, a la propiedad y<br />
manejo de grandes empresa. Buena parte de<br />
los capitales repatriados se invirtieron en la<br />
adquisición de esas empresas. Hoy por hoy, <strong>el</strong><br />
grueso d<strong>el</strong> capital mexicano no cuenta con la<br />
misma liquidez, que en pasado favoreció su<br />
huida d<strong>el</strong> país ante <strong>el</strong> primer asomo de<br />
incertidumbre.<br />
El planteamiento en junio de 1990 para iniciar<br />
negociaciones que condujeran a la c<strong>el</strong>ebración<br />
d<strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio (TLC) entre<br />
<strong>México</strong>, Estados Unidos y Canadá, representó<br />
otro giro radical frente a lo que se había<br />
sostenido durante muchos años respecto de la<br />
estrategia comercial en <strong>el</strong> exterior. Desde los<br />
años cincuentas la política de comercio<br />
exterior mexicana se había regido por <strong>el</strong><br />
principio de la diversificación de mercados,<br />
buscan comerciar con <strong>el</strong> mayor número de<br />
países. Así, se pensaba, se diluía <strong>el</strong> riego de<br />
concentrar demasiado <strong>el</strong> comercio con Estados<br />
Unidos, como había sucedido a niv<strong>el</strong>es<br />
inesperados durante la segunda Guerra<br />
Mundial. Sin embargo, la economía de ese<br />
país, por se una de las más poderosa en <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>, habría de imponerse una y otra vez<br />
por su tamaño y cercanía. Cuando <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
salió de la última conflagración mundial en<br />
1945, la participación porcentual d<strong>el</strong> comercio<br />
con Estados Unidos dentro de volumen total<br />
d<strong>el</strong> comercio exterior <strong>México</strong> alcanzaba 83%,<br />
explicable porque durante seis años había sido<br />
prácticamente <strong>el</strong> único socio comercial. El<br />
punto histórico más bajo de concentración d<strong>el</strong><br />
comercio exterior mexicano con Estados<br />
Unidos se dio entre 1955 y 1965, cuando se<br />
mantuvo en torno al 62% promedio anual,<br />
decenio en que tuvo mayor éxito la política de<br />
diversificación de exportaciones e<br />
importaciones.<br />
177
Sin embargo, para los años setenta la<br />
creciente integración económica de los países<br />
de Europa Occidental, así como la presencia<br />
cada vez más importante de Japón en Oriente,<br />
sumado a las consecuencias de nuestras crisis<br />
de financiamiento interno, condujeron al país<br />
a acentuar de nueva cuenta la dependencia<br />
d<strong>el</strong> comercio con Estados Unidos. Así las<br />
cosas, entre 1985 y 1990, la participación<br />
estadounidense en <strong>el</strong> volumen total d<strong>el</strong><br />
comercio exterior mexicano pasó de 64 a<br />
70%.<br />
Actualmente, <strong>México</strong> es <strong>el</strong> tercer socio<br />
comercial de los Estados Unidos, con un<br />
volumen total de comercio de 58.6 miles de<br />
millones de dólares, lo que representa dos<br />
tercios d<strong>el</strong> comercio exterior mexicano. Ante<br />
la perspectiva de la constitución de bloques<br />
económicos y <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de que <strong>México</strong> se<br />
quedara aislado entre <strong>el</strong>lo, cambió la<br />
percepción que se tenia de la r<strong>el</strong>ación entre<br />
seguridad nacional y comercio exterior.<br />
Por <strong>el</strong>lo, y dentro de la lógica que implica la<br />
liberalización y apertura de la economía hacia<br />
<strong>el</strong> exterior, al gobierno mexicano decidió<br />
proponer a Estados Unidos y Canadá, países<br />
que ya contaban con un trato de libre<br />
comerció, la c<strong>el</strong>ebración de uno equivalente<br />
para Norteamérica. El TLC se planteó sobre la<br />
base de que tres economías, frente a un<br />
ambiente externo hostil, serían capaces de<br />
generar más riqueza y empleos juntas que<br />
separadas.<br />
El 17 de noviembre de 1993, luego de dos<br />
años y medio de negociaciones, <strong>el</strong> Tratado de<br />
Libre Comercio fue aprobado por la Cámara de<br />
Representantes estadounidense, con todo <strong>el</strong><br />
tramo más difícil d<strong>el</strong> proceso de aprobación<br />
legislativa de ese país. La inminente puesta en<br />
vigor d<strong>el</strong> TLC en enero de 1994 supone, si o<br />
grandes cambios económicos inmediatos<br />
dadas las salvaguardas y las paulatinas<br />
reducciones aranc<strong>el</strong>arias en lapsos más o<br />
menos largos, sí un cambio de actitud de<br />
parte d<strong>el</strong> gobierno y la población mexicanos.<br />
Abandonar las posiciones meramente<br />
defensivas y asumir con todos sus riesgos los<br />
retos de la productividad y competitividad en<br />
asociación con la economía individualmente<br />
más fuerte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, son de plano<br />
novedades en la historia d<strong>el</strong> <strong>México</strong><br />
independiente.<br />
178<br />
Por lo pronto, la puesta en vigor d<strong>el</strong> TLC es,<br />
aparte de culminación de la reforma<br />
estructural de la economía iniciada a<br />
mediados de los años ochenta, una suerte de<br />
seguro para evitar la regresión al estado de<br />
cosas anterior.<br />
Como toda novedad que viene a echar abajo<br />
mitos arraigados en la mentalidad y <strong>el</strong> folklore<br />
políticos, <strong>el</strong> TLC se ha visto sujeto a profundas<br />
discusiones sobre su conveniencia y también<br />
sobre su contenido, como toda medida de<br />
política (en este caso económica) de grandes<br />
alcances y proporciones ha sido naturalmente<br />
objeto de polémica. Gran parte de <strong>el</strong>la se ha<br />
centrado en cuestiones de conveniencia<br />
económica d<strong>el</strong> instrumento, con los opositores<br />
anclando sus argumentos en <strong>el</strong> nacionalismo<br />
económico que prevaleció entre 1934 y1982.<br />
Fuera de que tal tipo de argumentaciones se<br />
encuentran un tanto desfasadas de la<br />
evolución de los hechos y acontecimientos<br />
mundiales, es obvio que <strong>el</strong> TLC es un<br />
instrumento solamente, tan susceptible de<br />
ajustes y adecuaciones como cualquier<br />
acuerdo internacional sujeto a una aplicación<br />
cotidiana. Sin embargo, a mediano plazo su<br />
mayor aportación será la seguridad que<br />
introduce en la r<strong>el</strong>ación comercial de <strong>México</strong><br />
con Estados Unidos, antes sujeta a las<br />
vaivenes impuestos por las presiones de los<br />
intereses especiales que actúan con gran<br />
eficacia en la política estadounidense. Pero a<br />
largo plazo, los mayores efectos, previsibles<br />
en lo general, aunque no así en su detalle ni<br />
en la magnitud de su impacto, se ubican en <strong>el</strong><br />
plano de la sociedad mexicana. Pasar de<br />
vecino a socio de Estados Unidos, y También<br />
de Canadá, implica, en la lógica de un bloque<br />
comercial, multiplicar exponencialmente las<br />
posibilidades de desarrollo y defensa de la<br />
economía mexicana. Y en esa medida, los<br />
impactos en la sociedad quedarán inscritos,<br />
igualmente, en una dimensión de amplias<br />
posibilidades.<br />
El tema político<br />
Romper con <strong>el</strong> proyecto estatista y con <strong>el</strong><br />
mod<strong>el</strong>o de crecimiento hacia adentro no fue<br />
fácil por sus repercusiones políticas. A lo largo<br />
de casi cinco decenios, la operación de ese<br />
proyecto había implicado una trabazón de<br />
arreglos, acuerdos y acomodos entre su
protagonista principal, <strong>el</strong> Estado, y los<br />
diversos sectores sociales que habían<br />
concurrido a hacerlo posible. El sector privado<br />
o empresarial, con todo <strong>el</strong> más beneficiado,<br />
había encontrado acomodo mediante<br />
protecciones aranc<strong>el</strong>arias a un mercado<br />
interno cautivo, subsidios fiscales para<br />
promover producción y exportaciones y<br />
condicionamientos a la inversión extranjera. El<br />
sector obrero había encontrado su nicho en <strong>el</strong><br />
proyecto gracias a la tut<strong>el</strong>a estatal de sus<br />
derechos laborales, las conquistas sociales<br />
irreversibles, <strong>el</strong> aliento al sindicalismo y la<br />
repartición de cuotas.<br />
179
180<br />
TODO ESTÁ EN TODAS PARTES<br />
LA FURIA DE LA GLOBALIZACIÓN Y LA<br />
DESCOMPOSICIÓN GLOBAL<br />
“Los campesinos pertenecían a los señores y<br />
los señores a los campesinos, pero ahora todo<br />
está confuso, ya no se entiende nada”.<br />
El criado Firs, en la obra de Antón Chejov<br />
El jardín de los cerezos<br />
El <strong>mundo</strong> se vu<strong>el</strong>ve uno. Y en <strong>el</strong> principio era<br />
la imagen de una sola tierra.<br />
A casi tres horas de vu<strong>el</strong>o de Pekín, pero<br />
también a tres de Hong Kong y dos de la<br />
tibetana Lhasa, está Chengdu. Este apartado<br />
centro de la provincia de Sechuán, en medio<br />
d<strong>el</strong> Imperio d<strong>el</strong> Centro, significará algo en<br />
todo caso para los amantes de la especiada<br />
cocina china: los viajeros extranjeros sólo se<br />
acercan a esta ciudad en involuntarias escalas<br />
técnicas de los aviones. Y, sin embargo,<br />
Chengdu cuenta ya con 2,4 millones de<br />
habitantes y es uno de los monstruos urbanos<br />
con más rápido crecimiento d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
Entre las obras de los nuevos rascaci<strong>el</strong>os, los<br />
otrora artísticos pintores murales de Mao<br />
muestran cuál es ahora <strong>el</strong> rostro d<strong>el</strong> progreso.<br />
Envu<strong>el</strong>tas en <strong>el</strong> polvo acre de las ya repletas<br />
pero aún no asfaltadas carreteras, chillonas<br />
pinturas como gigantescas pantallas de TV<br />
atraen a los viajantes: rosa cerdito la casita<br />
de una planta, verde vivo d<strong>el</strong> césped, azul<br />
claro la piscina, f<strong>el</strong>iz la pareja china ante su<br />
desmesurado Cabriolet.<br />
También al otro lado d<strong>el</strong> globo terráqueo, más<br />
allá de la Amazonia y cerca de la frontera<br />
boliviano-brasileña, la misma promesa domina<br />
la imagen de las calles. El consorcio de la<br />
construcción Mendes Junior, de Sao Paulo,<br />
anuncia en medio de la s<strong>el</strong>va virgen en<br />
grandes cart<strong>el</strong>es un bucólico paisaje de<br />
cuidada vivienda unifamiliar destructora de la<br />
Naturaleza, a imagen y semejanza de Estados<br />
Unidos. En las mohosas chozas junto al turbio<br />
río Purus, jóvenes caboclos, los mestizos<br />
descendientes de indios y esclavos negros,<br />
discuten sobre <strong>el</strong> busto de la socorrista<br />
Pam<strong>el</strong>a Anderson, de la serie californiana de<br />
TV Los vigilantes de la playa, como si fuera la<br />
chica de al lado. Con vídeos y cintas de<br />
Hollywood, los traficantes en madera<br />
conquistan a las tribus indias que aún quedan<br />
en <strong>el</strong> estado federado de Rondonia para que<br />
les dejen derribar los últimos árboles de caoba<br />
que quedan en las reservas.<br />
El poder de las imágenes en movimiento<br />
afecta ya incluso a los indios yanomamis, con<br />
cuya singularidad se había entusiasmado,<br />
entre otros, <strong>el</strong> cantante de rock Swing, igual<br />
que a la juventud de la que se supone la<br />
última Shangri-La, en Bután. En esta<br />
ecodictadura budista al pie d<strong>el</strong> Himalaya, sin<br />
duda los habitantes están obligados a llevar<br />
siempre un mandil que les cubra las rodillas y<br />
a trabajar los campos con recursos<br />
medievales. Pero se admira a aqu<strong>el</strong>los nativos<br />
que llevan sobre <strong>el</strong> traje nacional una<br />
chaqueta de cuero y comercian con copias<br />
piratas de p<strong>el</strong>ículas norteamericanas traídas<br />
de la India.<br />
Incluso en <strong>el</strong> lejano este de Rusia hace mucho<br />
que está aclimatado <strong>el</strong> “clan de Denver”. El<br />
director d<strong>el</strong> aeropuerto de Chabarowsk se<br />
indigna sinceramente con los visitantes, que<br />
creen tener que explicarle qué es Der Spieg<strong>el</strong>.<br />
Lo lee todas las semanas, extractado en <strong>el</strong><br />
periódico regional. En Cocapabana, un<br />
vendedor playero iza los fines de semana, por<br />
convicción, la bandera alemana. Esto oscuro<br />
personaje no es ningún descendiente de<br />
nacionalistas germanos, sino que admira “la<br />
justicia en Alemania, donde ni siquiera la<br />
gente sencilla es pobre”.<br />
No hay duda: si la Humanidad tuviera hoy que<br />
votar por un estilo mundial de vida, podría<br />
hacerlo. Más de 500 satélites activos cubren la<br />
Tierra con las señales de radio de la<br />
modernidad. Imágenes uniformes en mil<br />
millones de pantallas de t<strong>el</strong>evisión alimentan<br />
la misma nostalgia a las orillas d<strong>el</strong> Amur, <strong>el</strong><br />
Changjiang, <strong>el</strong> Amazonas, <strong>el</strong> Ganges y <strong>el</strong> Nilo.<br />
Antenas parabólicas y placas solares han<br />
lanzado a millones de personas, incluso en<br />
regiones alejadas de la corriente, como <strong>el</strong><br />
Níger, al oeste de África, “de su vida rural a<br />
una dimensión planetaria”, según lo ha<br />
formulado Bertrand Schneider, secretario<br />
general d<strong>el</strong> Club de Roma.<br />
La guerra defensiva d<strong>el</strong> régimen chino contra<br />
los faxes, correos <strong>el</strong>ectrónicos y emisoras de
t<strong>el</strong>evisión d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> capitalista ya no sirve<br />
más que a la conservación d<strong>el</strong> propio poder,<br />
pero no a la defensa de otro concepto de<br />
sociedad. Donde las imágenes de t<strong>el</strong>evisión<br />
d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> universal de las mercancías aún<br />
están mal vistas, como en Corea d<strong>el</strong> Norte y<br />
en los países d<strong>el</strong> Islam, corren fotos y r<strong>el</strong>atos<br />
detallados. Incluso en Irán, <strong>el</strong> heavy metal<br />
rock americano está considerado la música<br />
más popular entre los quinceañeros de los<br />
estratos medios. Ni siquiera los ayatolás<br />
mantienen ya bajo control <strong>el</strong> espacio aéreo de<br />
su área de soberanía.<br />
Nunca antes tantas personas oyeron y<br />
supieron tanto sobre <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Por<br />
primera vez en la Historia, una fantasía<br />
común de ser une a la Humanidad.<br />
Si los apenas seis millones de ciudadanos<br />
terrestres pudieran realmente decidir en<br />
referéndum cómo quieren vivir habría una<br />
abrumadora mayoría a favor de una existencia<br />
de clase media como la de las zonas<br />
residenciales de San Francisco. Una minoría<br />
cualificada e informada añadiría <strong>el</strong> deseo d<strong>el</strong><br />
niv<strong>el</strong> social de la República Federal de<br />
Alemania en los años anteriores a la caída d<strong>el</strong><br />
muro. La lujosa combinación de una villa en <strong>el</strong><br />
Caribe con la seguridad d<strong>el</strong> bienestar sueco<br />
sería <strong>el</strong> sueño de los sueños.<br />
DISNEY SOBRE TODO<br />
¿Por qué pudo imponerse en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
precisamente <strong>el</strong> ideal de vida californiano, por<br />
qué venció Disney a todo? La magnitud<br />
nacional d<strong>el</strong> mercado americano, la posición<br />
de poder geopolítico de Estados Unidos<br />
después de la II Guerra Mundial y su fortaleza<br />
en las batallas propagandísticas de la guerra<br />
fría representaron un pap<strong>el</strong> centra, pero no <strong>el</strong><br />
único y decisivo. O dicho de otro modo: Stalin<br />
quería la omnipotencia, pero Mickey Mouse<br />
alcanzó la omnipresencia.<br />
El emperador de los medios Micha<strong>el</strong> Eisner,<br />
presidente y consejero d<strong>el</strong>egado de Walt<br />
Disney Company, cultiva su mod<strong>el</strong>o de<br />
explicación: “El entretenimiento americano<br />
proporciona multitud de posibilidades<br />
individuales, <strong>el</strong>ección individual y expresión<br />
individual. Eso es lo que la gente quiere en<br />
todas partes”. Impertérrito, <strong>el</strong> vendedor de<br />
Hollywood añade: “la industria<br />
norteamericana d<strong>el</strong> entretenimiento produce,<br />
como resultado de una libertad creativa sin<br />
restricciones, una originalidad que no se<br />
encuentra en ningún otro lado d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
Su crítico actualmente más expresivo es<br />
Benjamín R. Barber, director d<strong>el</strong> Centro Walt<br />
Whitman de la Rutgers University de Nueva<br />
Jersey. Él halló la entonces clásica fórmula<br />
“Jihad vs. Mc-World”, y califica la tesis de la<br />
variedad de Eisner de “lisa y llana mentira.<br />
Este mito difumina dos puntos decisivos: la<br />
forma de la <strong>el</strong>ección y la supuesta<br />
independencia de los deseos. Por ejemplo, en<br />
muchas ciudades americanas se puede <strong>el</strong>egir<br />
entre docenas de mod<strong>el</strong>os de automóvil, pero<br />
sólo se puede optar por <strong>el</strong> transporte público.<br />
¿Y cómo puede alguien tomar en serio la<br />
pretensión de que <strong>el</strong> mercado no da a la gente<br />
más que lo que quiere, cuando existe una<br />
industria publicitaria con un presupuesto de<br />
doscientos cincuenta mil millones de dólares?<br />
¿Acaso no es la emisora MTV en última<br />
instancia una publicidad mundial para la<br />
industria de la música, los veinticuatro horas<br />
d<strong>el</strong> día?”<br />
El rotundo éxito de la “colonización por disney<br />
de la cultura global”, cree Barber, se basa en<br />
una manifestación tan antigua como la<br />
civilización: la competencia entre difícil y fácil,<br />
lento y rápido, complejo y sencillo. El primer<br />
término de cada pareja va unido a admirados<br />
logros culturales, <strong>el</strong> segundo corresponde “a<br />
nuestra indiferencia, r<strong>el</strong>ajación e inercia.<br />
Disney, McDonald’s y MTV ap<strong>el</strong>an todos <strong>el</strong>los a<br />
lo fácil, rápido y sencillo.<br />
Con independencia de si Eisner o Barber<br />
aprecian correctamente las causas d<strong>el</strong> triunfo<br />
de Hollywood, sus consecuencias son<br />
omnipresentes. “Cindy Crawford y Pocahontas<br />
te miran fijamente al rostro desde cada<br />
esquina, con las estatuas de Lenin en la<br />
antigua Unión Soviética. Las canciones de<br />
Madonna y Micha<strong>el</strong> Jackson son <strong>el</strong> muecín d<strong>el</strong><br />
nuevo orden mundial”, describe <strong>el</strong> pensador<br />
californiano Nathan Gard<strong>el</strong>s <strong>el</strong> monótono<br />
panorama d<strong>el</strong> presente.<br />
En <strong>el</strong> reino de los grandes imperios mediáticos<br />
ya no se pone <strong>el</strong> sol. Como centro energético<br />
internacional, Holliwood proporciona <strong>el</strong><br />
combustible más importante al<br />
postmaterialismo. Time Warner va a<br />
181
fusionarse con la Ted Turners Broadcasting<br />
Corporation y CNN para ser líder d<strong>el</strong> Mercado<br />
mundial, la fusión de Disney y la emisora de<br />
t<strong>el</strong>evisión ABC sería la segunda compra de<br />
empresas más grande de la historia<br />
económica de Estados Unidos. Sony posee<br />
Columbia Pictures, Matsushita vendió en 1995<br />
<strong>el</strong> gigante d<strong>el</strong> entretenimiento MCA a la<br />
multinacional de bebidas Seagram. Entre <strong>el</strong><br />
golfo Pérsico y Corea reina <strong>el</strong> australiano<br />
Rupert Murdoch. Su emisora vía satélite Star<br />
TV, con sede en Hong Kong, emite sobre<br />
cuatro zonas horarias en las que vive la mitad<br />
de la población d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. En seis canales<br />
saltan por encima d<strong>el</strong> espacio y d<strong>el</strong> tiempo<br />
originales presentadoras chinas, indias,<br />
malayas o árabes, que hablan<br />
alternativamente mandarín o inglés. Murdoch<br />
se esfuerza con fervor en conquistar a lo<br />
grande la República Popular China mediante<br />
participaciones en canales por cable. Hasta la<br />
fecha, 30 millones de chinos continentales<br />
pueden recibir sus programas legalmente y<br />
sin interferencias. Los poderosos de Pekín aún<br />
hacen remilgos, pero ya indican a círculos d<strong>el</strong><br />
gremio la fórmula con la que <strong>el</strong> australiano<br />
puede abrirse paso: No sex, no violence, no<br />
news.<br />
Los gigantes mediáticos, entre los que<br />
también se incluyen <strong>el</strong> gigante germano<br />
Bert<strong>el</strong>smann, su testarudo competidor Leo<br />
Kirch y autoescenificadores como <strong>el</strong> t<strong>el</strong>écrata<br />
Silvio Berlusconi, están, pues, bien equipados<br />
para ese tittytainment sobre <strong>el</strong> que cavilaban<br />
los líderes mundiales en su encuentro en la<br />
Fundación Gorbachov de San Francisco. Sus<br />
imágenes dominan los sueños, y los sueños<br />
determinan las acciones.<br />
LA GRAN SED DEL “CHILLIDO”<br />
UNIFORME<br />
Cuanto más internacional se vu<strong>el</strong>ve <strong>el</strong><br />
mercado de las imágenes, tanto más se<br />
estrecha. Por término medio, la industria<br />
americana d<strong>el</strong> cine invierte en una p<strong>el</strong>ícula 59<br />
millones de dólares, una suma a la que los<br />
productores europeos o indios no pueden ni<br />
acercarse. Estas costosas cintas siempre<br />
alcanzan nuevas cotas en tecnología y<br />
equipamiento que sus competidores raras<br />
veces pueden alcanzar. De este modo, se<br />
refuerza <strong>el</strong> torb<strong>el</strong>lino en dirección a Hollywood<br />
y Nueva Cork.<br />
182<br />
También la prometida variedad futura de 500<br />
canales de t<strong>el</strong>evisión en cada hogar es sólo<br />
aparente. Unos pocos líderes de mercado<br />
modulan y reciclan sus productos en muchos<br />
lugares de emisión, adaptándolos a los<br />
distintos grupos de destino, Junto a esto, la<br />
caza de la máxima cuota de pantalla fomenta<br />
<strong>el</strong> proceso de concentración. Los derechos de<br />
transmisión de los eventos deportivos<br />
importantes, por ejemplo, sólo son<br />
financiables con enormes ingresos por<br />
publicidad, que en última instancia sólo<br />
pueden obtener las grandes emisoras o los<br />
comercializadores internacionales. A su vez,<br />
por <strong>el</strong> deporte y <strong>el</strong> patrocinio sólo se interesan<br />
los fabricantes que también están presentes<br />
en todo <strong>el</strong> ámbito de emisión, sobre todo los<br />
consorcios multinacionales. Sólo diez grandes<br />
empresas pagan en Alemania casi la cuarta<br />
parte de toda la publicidad en TV. Un anuncio<br />
intercontinental de 90 segundos de duración<br />
cuesta tanto como una p<strong>el</strong>ícula europea<br />
media.<br />
Las agencias de publicidad, por último, se<br />
sirven d<strong>el</strong> decorado de una patria común de<br />
ensueño para sus clientes. El Público de<br />
masas alemán ha cogido tanto cariño a Nueva<br />
Cork y <strong>el</strong> salvaje Oeste que la emisora RTL<br />
ocupó más de la mitad de sus anuncios en<br />
torno al último partido de la liga de<br />
campeones de fútbol de mayo de 1996 con<br />
clichés tomados en ese lejano <strong>mundo</strong>,<br />
aparentemente familiar. En vez de un Capri, <strong>el</strong><br />
sol se pone ahora tras <strong>el</strong> Goleen Gate con la<br />
cerveza Beck, los neumáticos Continental ya<br />
no derrapan en <strong>el</strong> cercano su<strong>el</strong>o alemán d<strong>el</strong><br />
circuito de Nürburgring, sino que se deslizan<br />
con refinamiento por las calles entre<br />
rascaci<strong>el</strong>os de Manhattan.<br />
Estos reforzadores retroalimentados de la<br />
uniformidad mundial impulsan más y más esta<br />
evolución. Un producto final consecuente en <strong>el</strong><br />
ámbito cultural sería un monótono tono<br />
unitario norteamericano global de screech<br />
(chillido), tal como ha profetizado <strong>el</strong><br />
videoartista neoyorquino Curt Royston. Casi a<br />
modo de confirmación, desde la siberiana<br />
Tomsk hasta Viena y Lisboa, una ruidosa<br />
vanguardia cultural juvenil imita desde hace<br />
años en sus exposiciones, con una fid<strong>el</strong>idad<br />
que llega hasta los menores detalles, la<br />
escena neoyorquina de hace dos décadas:<br />
trabajosamente chillona, esforzadamente
estridente, llena de monitores de TV que<br />
graznan de manera infernal… qué<br />
aburrimiento. Sólo con titubeos se empieza a<br />
decir que <strong>el</strong> silencio sugerente puede ser<br />
mucho más provocativo y sustancial como<br />
alternativa en una época en la que todos<br />
gritan.<br />
A la visión d<strong>el</strong> chillido de Royston se<br />
aproximaron también hasta <strong>el</strong> alcance d<strong>el</strong> oído<br />
los tres tenores José Carreras, Plácido<br />
Domingo y Luciano Pavarotti en su gira<br />
mundial de 1996: En los abarrotados estadios<br />
en que cantaron desde Munich hasta Nueva<br />
Cork, innumerables visitantes pudieron<br />
percibir poco más que la m<strong>el</strong>odía de fondo de<br />
sus cantantes clásicos. Pero <strong>el</strong> por lo demás<br />
uniforme popurrí incluía en cada lugar algo<br />
inconfundible destinado a dar siempre a los<br />
compradores de entradas la sensación de<br />
haber vivido una experiencia única: El público<br />
de cuatro continentes podía derretirse en la<br />
propina, adaptada al correspondiente círculo<br />
cultural. Los tres cantantes globales<br />
interpretaron Kawa-no nagare nayomi ante los<br />
japoneses, <strong>el</strong> lánguido aire d<strong>el</strong> río que siempre<br />
fluye. Junto al Danubio que nunca fue azul,<br />
embalsado actualmente justo d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong><br />
estadio d<strong>el</strong> Prater, donde cantaron los tenores<br />
en Viena, resonó en exclusiva ante 100.000<br />
oídos alemanes, checos y húngaros, en su<br />
mayoría de nuevos ricos, <strong>el</strong> hit Viena, Viena,<br />
sólo tú<br />
En su calculadora sensibilidad nacional, <strong>el</strong><br />
edulcorado trío d<strong>el</strong> b<strong>el</strong> canto recuerda a la<br />
Coca-Cola, insuperable seductora de gaznates<br />
en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. El gigante de los refrescos<br />
ofrece su líquido rojizo en China y Japón con<br />
distintos sabores, azucarado según las<br />
preferencias culturales y peculiaridades de<br />
cada parte d<strong>el</strong> país. En <strong>el</strong> verano olímpico de<br />
1996, Coca-Cola se anunciaba for the fans en<br />
su publicidad difundida a escala<br />
transcontinental, pero en la bochornosa<br />
Atlanta la sensible multinacional se dirigía, en<br />
gruesas letras sobre los autobuses de los<br />
atletas, a los sudorosos espectadores en<br />
directo de los Juegos: Cheering ist thirsty<br />
Work, animar es una tarea que da sed.<br />
También en Europa <strong>el</strong> bien cultural que es <strong>el</strong><br />
deporte se transforma a ojos vistas en oferta<br />
para una sociedad d<strong>el</strong> ocio con una fijación<br />
por <strong>el</strong> diseño, y que jalea a los tramposos. El<br />
presidente de la FIFA, Joao Hav<strong>el</strong>ange, desea<br />
más pausas en los partidos para bloques<br />
publicitarios, como en <strong>el</strong> fútbol americano, la<br />
Bundesliga alemana busca una nueva<br />
identidad próxima a la Nacional Basketball<br />
Association americana. El entusiasmo por la<br />
imagen ocupa <strong>el</strong> lugar de un sentimiento de<br />
común pertenencia de índole cultural, <strong>el</strong><br />
Bayern de Munich vende más camisetas en<br />
Hamburgo que los dos equipos locales de liga,<br />
HSV y St. Pauli. Sólo con la venta de artículos<br />
para aficionados, los clubes punteros<br />
consiguen ya mayores beneficios que a<br />
principios de los años noventa con todos sus<br />
ingresos como clubes, incluyendo los derechos<br />
de t<strong>el</strong>evisión. Como las polémicas tienen cada<br />
vez más dificultad para surgir de las<br />
tradicionales comparaciones entre ciudades,<br />
“tienen que ser producidas artificialmente, por<br />
ejemplo, jugador contra jugador, jugador<br />
contra entrenador, entrenador contra<br />
directivas”, explica <strong>el</strong> investigador d<strong>el</strong> deporte<br />
Hans. H. Stollenwerk.<br />
Como un arado que circunda la Tierra, la<br />
multimillonaria demanda de la marea de<br />
mercancías anunciada a escala global se ha<br />
abierto camino por las calles comerciales de<br />
todas las ciudades d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. La<br />
“transformación de la sed en una necesidad<br />
de Coca-Cola”, como un día designara<br />
sarcásticamente <strong>el</strong> crítico social Ivan Illich a<br />
este proceso, ha sido llevado a cabo. En las<br />
metrópolis dominan los rótulos conocidos,<br />
desde Calvin Klein hasta Louis Vuitton<br />
pasando por Kodak. Ideas y productos siguen<br />
a las ofertas cinematográficas de los pocos<br />
cines que quedan y al gusto musical: Se<br />
adaptan a menudo a un ritmo aniquilador para<br />
los antiguos oferentes nacionales.<br />
La víctima más reciente es la antigua ciudad<br />
imperial de Viena. Innumerables pequeños<br />
comercios que, con su variada gama de<br />
productos, daban a los escaparates d<strong>el</strong> centro<br />
de Viena un agradable carácter inconfundible,<br />
lo han tenido que abandonar desde la<br />
adhesión de Austria a la Unión Europea a<br />
principios de 1995, sobre todo porque al<br />
mismo tiempo fueron revocadas las estrictas<br />
normativas de arrendamientos. Cadenas<br />
comerciales internacionales se han hecho con<br />
los mejores lugares, aburridos locales de<br />
comida rápida, atractivas firmas de ropa<br />
183
interior e inodoros mercados de droguería<br />
abren sus estériles sucursales.<br />
LA HORA DE LAS CIUDADES<br />
La clase media urbana de los florecientes<br />
centros económicos se mueve con insólita<br />
naturalidad sobre <strong>el</strong> disminuido planeta azul,<br />
tanto en viaje de negocios como de<br />
vacaciones. Noventa millones de personas<br />
tienen ya acceso regular a Internet, tendida<br />
en torno al <strong>mundo</strong>, y cada semana se les<br />
suma otro medio millón. Una fotógrafa<br />
vienesa nacida en <strong>el</strong> Vorarlberg conoce hoy <strong>el</strong><br />
West Broadway neoyorquino mejor que<br />
Innsbruck, un corredor de bolsa londinense se<br />
siente más unido a sus colegas de Hong Kong<br />
que al director de una sucursal bancaria de<br />
Southampton. Todos se consideran abiertos<br />
ciudadanos d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, lejos de la sensación y<br />
de que sus connections globales son a<br />
menudo muy provincianas y limitadas a su<br />
propio ambiente.<br />
Periodistas, especialistas en sistemas<br />
informáticos o actores viajan más y con más<br />
fatigas que diplomáticos y ministros de<br />
Exteriores: Por la mañana están en una<br />
pequeña ciudad húngara, con un cliente<br />
desesperado o un entrevistado interesante,<br />
por la tarde en una cita en Hamburgo, por la<br />
noche en París con su nueva amiga, ya casi<br />
vu<strong>el</strong>ta a perder, al día siguiente en la central<br />
de la empresa en algún sitio y luego camino<br />
de Estado Unidos y d<strong>el</strong> Lejano Oriente. El que<br />
al despertar necesita unos segundos para<br />
saber en qué continente acaba de dormir es<br />
que se encuentra en la vanguardia d<strong>el</strong> club de<br />
los viajeros permanentes. “Ten cuidado que al<br />
embarcar en <strong>el</strong> aeropuerto no te encuentres a<br />
ti mismo volviendo”, bromean, como antaño<br />
le ocurría a Hans-Dietrich Genscher, los pocos<br />
amigos que, en su confusión, conservan<br />
todavía esas personas. Y, sin embargo, son<br />
envidiados por muchos: por su flexibilidad,<br />
por sus ingresos, por su mundanidad.<br />
Pero en los más famosos bares d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong>, en <strong>el</strong><br />
Raffles de Singapur, en <strong>el</strong> Savoy de Moscú o<br />
en <strong>el</strong> Copacabana Palace de Rio de Janeiro, los<br />
ajetreados mensajes de los global players<br />
lloran sus penas entrada la noche, cuando los<br />
viejos colegas d<strong>el</strong> colegio de su lugar natal, a<br />
los que han encontrado casualmente en la<br />
calle porque una vez cada pocos años osan<br />
184<br />
lanzarse como turistas al ancho <strong>mundo</strong>, hace<br />
mucho que yacen en sus camas baratas,<br />
asombrados por todo lo que han visto.<br />
Apartados de todos y de sí mismos, se abre<br />
paso en <strong>el</strong>los <strong>el</strong> paralizante vacío y soledad<br />
que se extiende a más tardar después d<strong>el</strong><br />
octavo vu<strong>el</strong>o intercontinental en un año. En<br />
última instancia, <strong>el</strong> colchón de confianza en <strong>el</strong><br />
que pueden descansar los protagonistas de los<br />
infinitos vu<strong>el</strong>os es sin duda global, pero<br />
monótono y poco resistente: alrededor d<strong>el</strong><br />
globo terráqueo, viven encerrados en<br />
aeropuertos, cadenas de hot<strong>el</strong>es, cadenas de<br />
restaurantes, fiables hasta la repugnancia,<br />
pero iguales hasta confundirse, aturdidos con<br />
la misma s<strong>el</strong>ección de videocasetes en<br />
habitaciones de hot<strong>el</strong> climatizadas, pero poco<br />
acogedoras. El espíritu de estos incansables<br />
no viaja tan aprisa como su cuerpo; nunca<br />
tuvieron fuerzas, o hace mucho que las<br />
perdieron, para entregarse a lo otro, lo<br />
distinto, lo realmente nuevo. De este modo,<br />
se está en todas partes y sin embargo se<br />
sigue en <strong>el</strong> mismo sitio, se ha visto todo y no<br />
se ve más que lo que hace mucho que se<br />
conoce… y se coleccionan kilométricos de las<br />
compañías aéreas como los que se quedan en<br />
casa coleccionan sus tarjetas t<strong>el</strong>efónicas,<br />
s<strong>el</strong>los o posavasos.<br />
Y, sin embargo, tal movilidad indica la<br />
dirección, es al menos faro de orientación en<br />
<strong>el</strong> rapidísimo vu<strong>el</strong>o hacia <strong>el</strong> futuro que<br />
promete una estructura mundial<br />
revulsivamente nueva. Un espeso tejido de<br />
redes <strong>el</strong>ectrónicas, t<strong>el</strong>éfonos digitales vía<br />
satélite, aeropuertos de alto rendimiento y<br />
parques industriales libres de impuestos<br />
podría unir entre sí, poco después d<strong>el</strong> próximo<br />
cambio de siglo, a unas 30 regiones<br />
metropolitanas, en cada una de las cuales<br />
vivirán 25 millones de personas. Las<br />
metrópolis están dispersas por <strong>el</strong> globo como<br />
casuales manchas de luz, a lo largo de miles<br />
de kilómetros sus habitantes creen estar más<br />
cerca unos de otros que sus vecinos d<strong>el</strong><br />
interior, que hasta ahora determinó su<br />
historia.<br />
El poder estará en una “alianza de<br />
comerciantes y gobiernos municipales,<br />
actuando en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, que fomentarán<br />
ante todo la competitividad de las empresas<br />
globales que alberguen”, espera <strong>el</strong> futurólogo<br />
italiano Ricardo petr<strong>el</strong>la. Hoy mismo los
centros urbanos de Asia están en todas partes<br />
en <strong>el</strong> carril de ad<strong>el</strong>antamiento. Jóvenes de<br />
todos los continentes crecen, comparados con<br />
sus padres, con una idea global de la ciudad<br />
completamente distinta. Ya no son París,<br />
Londres, y Nueva York, los que brillan con<br />
superlativos, ni tampoco Moscú o Chicago, El<br />
edificio más alto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> arroja desde<br />
marzo de 1996 su sombra en la capital de<br />
Malasia, kuala Lumpur, la mayoría de las<br />
grúas ya o sobrevu<strong>el</strong>an en modo alguno los<br />
tejados de Berlín, sino los de Pekín y<br />
Shanghai.<br />
Ente Pakistán y Japón, una docena de<br />
regiones en expansión se apretujan como<br />
nuevos actores de la escena global de la<br />
competencia y rivalizan por obtener pap<strong>el</strong>es<br />
como los que han marcado <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> urbano<br />
occidental en las décadas pasadas. Bangkok,<br />
por ejemplo, quiere asumir <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de Detroit<br />
como metrópoli d<strong>el</strong> automóvil. Los fabricantes<br />
japoneses Toyota, Honda, Mitsubishi e Isuzu<br />
llevan ya mucho tiempo montando sus<br />
vehículos en Tailandia, y Chrysler y Ford están<br />
ampliando sus sucursales locales para<br />
convertirlas en soporte de sus negocios en <strong>el</strong><br />
sureste asiático.<br />
Taipei se ve como sucesora de Silicon Valley;<br />
de todos modos, Taiwán lleva mucha<br />
d<strong>el</strong>antera en la producción de monitores,<br />
ratones de ordenador y escáners gráficos. Con<br />
sus exportaciones de alta tecnología, Malasia<br />
pretende prosperar como antaño la cuenca d<strong>el</strong><br />
Ruhr con su siderurgia. Bombay a su vez<br />
produce ya 800 p<strong>el</strong>ículas al año, cuatro veces<br />
más que Hollywood. Los alquileres de las<br />
oficinas sobrepasan allí los récords de Japón.<br />
Sobre todo, es Shanghai la que aspira al pap<strong>el</strong><br />
principal como centro neurálgico de las<br />
nuevas superciudades de Asia, como<br />
competidora de Tokio y Nueva York. “Antes<br />
d<strong>el</strong> 2010, queremos convertirnos en <strong>el</strong> centro<br />
internacional y financiero d<strong>el</strong> Pacífico<br />
occidental”, explica Hu Yangzhao, economista<br />
jefe de la comisión de planificación urbana. En<br />
la que posiblemente sea la mayor<br />
reestructuración urbana desde la recreación<br />
de París por <strong>el</strong> barón Haussmann en <strong>el</strong> siglo<br />
XIX, <strong>el</strong> viejo Shanghai será prácticamente<br />
derribado… y en su lugar se construirá una<br />
nueva ciudad. Un cuartote millón de familias<br />
ha tenido que abandonar <strong>el</strong> centro de la<br />
ciudad, otras 600.000 tienen aun que<br />
trasladarse. A cambio, 40 de las 100 mayores<br />
empresas multinacionales han abierto<br />
oficinas. Siemens quiere participar en la<br />
construcción d<strong>el</strong> Metro, de las cadenas de<br />
Volkswagen de Shanghai saldrán este año<br />
220.000 turismos, a partir d<strong>el</strong> año 2000 serán<br />
dos millones. La joya de la corona británica,<br />
Hong Kong, devu<strong>el</strong>ta en 1997 a la República<br />
popular China, quiere hacerle frente. “La<br />
geografía está de nuestro lado”, argumenta <strong>el</strong><br />
gran banquero Clint Marshall. Veinte mil<br />
millones de dólares irán a parar a un nuevo<br />
proyecto de aeropuerto, a sólo 20 kilómetros<br />
de distancia la próspera provincia china de<br />
Guang Dong abastece los mercados globales.<br />
El despertar económico de China se ha<br />
convertido entretanto en un lugar común, y, si<br />
embargo, alberga sorpresas agridulces. Con la<br />
“economía socialista de mercado” de Deng<br />
Xiaoping, <strong>el</strong> país podría ascender, hacia <strong>el</strong> año<br />
2000, a la condición de segunda potencia<br />
económica d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>… por d<strong>el</strong>ante de Japón<br />
y Alemania. Mientras todavía en los años<br />
sesenta los profesores de instituto de Europa<br />
conjuraban ante sus alumnos la amenaza d<strong>el</strong><br />
“p<strong>el</strong>igro amarillo” y no ocurrió nada, ahora los<br />
hombres d<strong>el</strong> Imperio d<strong>el</strong> Centro están aquí.<br />
Trabajadores d<strong>el</strong> consorcio metalúrgico<br />
Meishan de Shanghai trabajan en Nápoles casi<br />
las veinticuatro horas d<strong>el</strong> día. Desmontan una<br />
fundición de acero de 24.000 ton<strong>el</strong>adas en los<br />
terrenos de 100 hectáreas de la abandonada<br />
fábrica d<strong>el</strong> consorcio siderúrgico italiano<br />
Bagnoli. En <strong>el</strong> verano de 1997 las piezas se<br />
habrán vu<strong>el</strong>to a montar a 14.000 kilómetros<br />
de distancia, en la ciudad portuaria de<br />
Nanking, junto al río Changjiang. También<br />
Aceros Thyssen desmonta un alto horno sin<br />
explotar para exportarlo a la India, la<br />
austriaca Voest-Alpine vendió a Malasia una<br />
acería entera y obsoleta, mod<strong>el</strong>o LD-2, de<br />
Linz. Los compradores d<strong>el</strong> Lejano Oriente<br />
adquieren mercancía de calidad, son los<br />
últimos en beneficiarse de las décadas de<br />
subvenciones multimillonarias a la industria<br />
europea d<strong>el</strong> acero.<br />
Así, a v<strong>el</strong>ocidad casi inaprensible, avanza la<br />
globalización… esa “unión de los charcos,<br />
estanques, lagos y mares de las economías<br />
locales, provinciales, regionales y nacionales<br />
en un único océano económico global que<br />
expone a los ámbitos pequeños a olas<br />
gigantescas de competencia económica en vez<br />
185
de, como antes, a pequeñas olitas y tranquilas<br />
mares”, según describe la nueva era <strong>el</strong><br />
economista Edgard Luttwak.<br />
El <strong>mundo</strong> entero es un solo mercado, en<br />
apariencia prospera <strong>el</strong> comercio pacífico. ¿No<br />
se cumple así un sueño de la Humanidad? ¿No<br />
debemos nosotros, habitantes de los hasta<br />
ahora acomodados estados industriales,<br />
alegrarnos por <strong>el</strong> ascenso de tantos países en<br />
desarrollo? ¿No está la paz global al alcance<br />
de la mano? No.<br />
La visión d<strong>el</strong> precursor canadiense Marshall<br />
McLuhan de la global village, d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> como<br />
una aldea homogénea, no se ha hecho en<br />
modo alguno realidad. Mientras comentaristas<br />
y políticos abusan sin cesar de esa metáfora,<br />
se demuestra cuán poco se cohesiona <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> real. Sin duda más de mil millones de<br />
consumidores de t<strong>el</strong>evisión siguen casi<br />
simultáneamente <strong>el</strong> combate de boxeo ente<br />
Ax<strong>el</strong> Schulz y Micha<strong>el</strong> Moorer en junio de<br />
1996, en <strong>el</strong> estadio Westfalen de Dortmund.<br />
Con tres mil quinientos millones de<br />
espectadores, la ceremonia de inauguración<br />
de los Juegos Olímpicos de Atlanta habrá sido<br />
<strong>el</strong> acontecimiento t<strong>el</strong>evisivo que más ha unido<br />
al <strong>mundo</strong> en este milenio. Pero de un <strong>mundo</strong><br />
de imágenes universales de intercambio de<br />
golpes y competición deportiva falta mucho<br />
aún para que surja una interr<strong>el</strong>ación mutua,<br />
una comprensión. Proximidad mediática y<br />
simultaneidad siguen sin producir vinculación<br />
cultura, y mucho menos igualdad económica.<br />
LA REVELACIÓN OLÍMPICA<br />
Incluso antes de que un terror anónimo, y,<br />
por tanto, típicamente derechista, arrojara<br />
sobre los juegos olímpicos t<strong>el</strong>evisivos la luz<br />
estridente de las desavenencias sociales en<br />
Estados Unidos, los organizadores de los<br />
juegos habían puesto al descubierto en<br />
Atlanta la falsedad de su unión de pueblos.<br />
Desvergonzadamente, empezaron por<br />
degrada a 85.000 visitantes, que habían<br />
pagado 636 dólares por la entrada a la<br />
ceremonia de inauguración, a la categoría de<br />
trípodes pagadores en una embriagadora<br />
marea de imágenes. Siguiendo órdenes de las<br />
cámaras, tenían que agitar pañu<strong>el</strong>os de<br />
colores, linternas y cart<strong>el</strong>es. La palabra<br />
“sueño”, que los propagandistas de América<br />
conjuran aún con más placer que su concepto<br />
186<br />
de la libertad, se convirtió en c<strong>el</strong>ebrada<br />
estr<strong>el</strong>la de la v<strong>el</strong>ada. El opulento y cursi<br />
programa anunciaba que Atlanta era “un hito<br />
en su sueño”. The power of the dream, cantó<br />
la chanteuse C<strong>el</strong>ine Dion, un poema de Edgar<br />
Allan Poe resplandeció durante minutos ante<br />
<strong>el</strong> público en <strong>el</strong> marcador: “Soñar sueños que<br />
ningún mortal se atrevió a soñar antes”. Por<br />
último, resonó entre las filas la histórica frase<br />
d<strong>el</strong> luchador negro por los derechos civiles<br />
Martin Luther King: “He tenido un sueño”.<br />
¿Y cuál? ¿Por ejemplo, que tres décadas<br />
después de su asesinato unos ciudadanos<br />
americanos que viven en zonas residenciales,<br />
casi exclusivamente blancos, se estremecerían<br />
agradablemente en <strong>el</strong> espléndido nuevo<br />
estadio de su ciudad natal al escuchar su voz<br />
conmovida, aunque grabada con poca<br />
claridad, en una cinta ingeniosamente<br />
preparada? ¿O se había atrevido jamás Luther<br />
King a soñar que con motivo de la Olimpiada<br />
los sin techo de Atlanta, casi exclusivamente<br />
negros, serían acarreados en autobuses fuera<br />
d<strong>el</strong> centro urbano para no mostrar a los<br />
equipos internacionales de t<strong>el</strong>evisión las<br />
imágenes de la realidad americana?<br />
En cualquier caso, en esta metrópoli sureña<br />
de Estados Unidos, que con sus suburbios<br />
saneados y poderosos rascaci<strong>el</strong>os parece tan<br />
depravadamente rica como la pujante capital<br />
de Malasia, Kuala Lumpur, negro y pobre<br />
siguen siendo sinónimos. Con cinismo<br />
autoprotector, la productora de t<strong>el</strong>evisión<br />
Barbara Pyle, persona con sensibilidad social,<br />
colaboradora de dirección d<strong>el</strong> grupo<br />
multimedia de Ted Turner en Atlanta,<br />
comenta los significativos juegos récord de<br />
1996: “Hasta ahora, entre los edificio de CNN<br />
y Coca-Cola había unos cuantos barrios<br />
pobres con viviendas baratas. Fueron<br />
demolidos para construir <strong>el</strong> parque olímpico<br />
d<strong>el</strong> siglo de la llamada AT&T Global Olympic<br />
Village, y en <strong>el</strong> futuro los empleados de ambas<br />
empresas podrán pasear sin ser molestados<br />
entre las centrales de sus compañías”.<br />
EL PRIMER MUNDO SE DERRUMBA<br />
Arrogantes máquinas urbanas altamente<br />
tecnificadas, como la de Atlanta, dominan<br />
entretanto <strong>el</strong> globo terráqueo, aunque cada<br />
vez más como islas. El archipiélago de la<br />
riqueza, tendido en torno al <strong>mundo</strong>, consta sin
duda de florecientes enclaves. Pero también<br />
en los hasta ahora países en desarrollo las<br />
Kuala Lumpur son únicamente ciudad<strong>el</strong>as de<br />
la economía global. La mayor parte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
se transforma en cambio en un planeta<br />
miseria, rico tan sólo en megaciudades con<br />
megasuburbios, en los que miles de millones<br />
de personas se abren paso trabajosamente.<br />
Cada semana, las ciudades crecen en un<br />
millón de habitantes.<br />
Al mismo tiempo, “nuestra embarazada<br />
indiferencia se ha transformado en una<br />
indiferencia autocomplaciente”, advertía <strong>el</strong><br />
presidente francés Francois Mitterand en<br />
marzo de 1995. “Todo interés por la ayuda al<br />
desarrollo ha desaparecido. Cada país, parece<br />
ser, se preocupa tan sólo de su patio trasero”.<br />
En <strong>el</strong> año siguiente a la muerte d<strong>el</strong> tornadizo<br />
estadista, incluso este patio trasero se ha<br />
encogido hasta convertirse en un patio de<br />
luces.<br />
Trescientos cincuenta y ocho multimillonarios<br />
son en conjunto tan ricos como dos mil<br />
quinientos millones de personas, casi la mitad<br />
de la población mundial. Los gastos de los<br />
Estados industriales en <strong>el</strong> Tercer Mundo<br />
descienden y descienden, en 1994 aún<br />
ascendía en Alemania al 0,34% d<strong>el</strong> producto<br />
interior bruto; en 1995, con <strong>el</strong> 0,31%, volvían<br />
a ser un 10% más bajos (Austria seguía en un<br />
0,34% en 1995). Sin duda es cierto que<br />
mientras tanto las inversiones privadas<br />
procedentes de los países acomodados<br />
superan los fondos de la ayuda estatal al<br />
desarrollo, pero pocas regiones sacan<br />
beneficio de <strong>el</strong>lo. Las rentas d<strong>el</strong> capital<br />
esperadas por los inversores están a menudo,<br />
“por <strong>el</strong> riesgo”, en un 30% anual, por ejemplo<br />
en la construcción de conducciones de agua<br />
en la India e Indonesia. En conjunto las<br />
deudas de los países en desarrollo siguen<br />
creciendo, a pesar de las pías promesas de los<br />
gobiernos d<strong>el</strong> norte de conceder un descuento<br />
radical. En 1996 las obligaciones ascendieron<br />
a 1,94 billones de dólares, casi <strong>el</strong> doble por<br />
tanto que diez años antes.<br />
“Se acabó”, explica, sacando las<br />
consecuencias, <strong>el</strong> escritor egipcio Mohammed<br />
Sid Ahmed. “El diálogo Norte-Sur está tan<br />
muerto como <strong>el</strong> conflicto Este-Oeste. La idea<br />
d<strong>el</strong> desarrollo está muerta. Ya no hay un<br />
lenguaje común, ni siquiera un vocabulario<br />
para los problemas. Sur, Norte, Tercer Mundo,<br />
liberación, progreso, todas esas expresiones<br />
han dejado ya de tener sentido”.<br />
Hace mucho, dice <strong>el</strong> creciente lamento<br />
plañidero en Europa y Estados Unidos, que<br />
nosotros mismos necesitamos ayuda.<br />
Nosotros, así lo sienten millones de <strong>el</strong>ectores<br />
incluso en las regiones urbanas en expansión,<br />
somos los estafados por los nuevos tiempos.<br />
En <strong>el</strong> miedo paralizante a perder <strong>el</strong> puesto de<br />
trabajo, la carrera y <strong>el</strong> futuro de los niños se<br />
desliza pensativa una nueva desconfianza:<br />
Desde la perspectiva histórica, ¿se verá <strong>el</strong><br />
actual bienestar de la clase media occidental,<br />
todavía tan obvio, como un gran KaDeWe, los<br />
grandes almacenes de lujo subvencionados de<br />
Berlín, que hacían furor en <strong>el</strong> Este comunista<br />
bajo en consumo, pero que, en contra de toda<br />
la propaganda, no era en modo alguno<br />
representativos d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de vida de Europa<br />
occidental?<br />
Como la sociedad sigue dividiéndose desde <strong>el</strong><br />
punto de vista económico, la inseguridad de la<br />
gente le lleva a buscar cada vez más su<br />
salvación política en la d<strong>el</strong>imitación y la<br />
separación. Docenas de nuevos Estados<br />
hubieron de ser inscritos en los mapas en los<br />
últimos años, en la Olimpiada de Atlanta<br />
entraron al estadio 197 equipos nacionales.<br />
Los italianos e incluso los suizos luchan por su<br />
identidad, la unidad nacional está en juego.<br />
Cincuenta años después de la fundación de la<br />
Republica italiana, hasta un 50% de los<br />
ciudadanos de las provincias situadas entre<br />
Ventimiglia y Trieste votan por <strong>el</strong> movimiento<br />
de protesta Liga Norte, cuyo líder, Humberto<br />
Bossi, llama a volar por los aires los<br />
repetidores de las emisoras de la radio y<br />
t<strong>el</strong>evisión nacional RAI. Bossi anunció incluso<br />
la proclamación de un estado independiente<br />
para <strong>el</strong> 15 de septiembre de 1996. También<br />
en otras regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> los países<br />
prósperos se disgregan. Así, por ejemplo, las<br />
hasta ahora pacíficas islas caribeñas de<br />
veraneo St. Kitts y Nevis quieren disolver su<br />
federación.<br />
Canadá y Bélgica viven paralizados por la<br />
disputa entre sus grupos lingüísticos. En<br />
Estados Unidos, cuyas babilónicas corrientes<br />
de inmigración aceptaron durante largo<br />
tiempo una lengua nacional común, millones<br />
de hispanos emigrados incluso de segunda y<br />
187
tercera generación se niegan a utilizar <strong>el</strong><br />
inglés. El tribalismo se refuerza en todas<br />
partes, en muchas áreas amenaza <strong>el</strong> retroceso<br />
hacia un nacionalismo violento o un<br />
chovinismo regional.<br />
Al contrario que en las guerras tradicionales<br />
d<strong>el</strong> siglo XIX y principios d<strong>el</strong> XX, la mayoría de<br />
las guerras ya no se libran entre Estados, sino<br />
dentro de Estados. En 1995, únicamente dos<br />
de entre 50 conflictos armados en todo <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> siguieron <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o conocido: las<br />
guerras entre Perú y Ecuador y entre Líbano e<br />
Isra<strong>el</strong>. En cualquier caso, las nuevas<br />
confrontaciones dentro de los límites<br />
nacionales apenas alcanzan eco internacional.<br />
Por ejemplo en Sudáfrica, en <strong>el</strong> año siguiente<br />
al fin d<strong>el</strong> apartheid, 17.000 personas<br />
perdieron la vida en actos de violencia… más<br />
de lo que se había cobrado dieciséis años de<br />
permanente guerra civil.<br />
La comunidad mundial reacciona con funestos<br />
mecanismos de represión a la tragedia final<br />
d<strong>el</strong> continente africano. Nueve de las 21<br />
oficinas norteamericanas de ayuda exterior<br />
que han de ser cerradas hasta 1999 están en<br />
ese continente, al que muchos dan ya por<br />
perdido. “Y, sin embargo, África quizá sea tan<br />
r<strong>el</strong>evante para la futura política mundial como<br />
lo eran los Balcanes hace cien años, antes de<br />
las dos guerras balcánicas y la I Guerra<br />
Mundial”, intuye <strong>el</strong> especialista<br />
norteamericano en <strong>el</strong> Tercer Mundo Robert D.<br />
Kaplan. “Precisamente porque una gran parte<br />
de África se enfrenta al abismo, está<br />
anticipándose cómo serán las guerras, las<br />
fronteras y la política étnica dentro de algunas<br />
décadas”.<br />
Las ciudades situadas entre Sierra leona y<br />
Camerún, sobre todo Freetown, Abiyán y<br />
Lagos, se cuentan entre las más p<strong>el</strong>igrosas d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> durante la noche, en la capital de<br />
Costa de Marfil <strong>el</strong> 10% de la población es<br />
seropositiva. “No hay otro lugar en este<br />
planeta en <strong>el</strong> que los mapas políticos sean tan<br />
engañosos, incluso tan mentirosos como en<br />
África occidental”, juzga Kaplan. Con Ruanda,<br />
Burundi, Zaire y Malawi, también otros<br />
Estados africanos se han convertido en la<br />
esencia de la guerra tribal y civil.<br />
Dado que <strong>el</strong> 95% d<strong>el</strong> crecimiento mundial de<br />
la población se concentra en las zonas más<br />
188<br />
pobres d<strong>el</strong> globo, la pregunta ya casi no es si<br />
habrá nuevas guerras, sino de qué tipo serán<br />
y quién combatirá contra quién. 17 de los 22<br />
Estados árabes declaraban en 1994 un<br />
descenso de su rendimiento económico, pero<br />
en muchos de esos países <strong>el</strong> número de<br />
habitantes podría duplicarse en las dos<br />
próximas décadas. El agua pronto escaseará<br />
en distintas regiones, en <strong>el</strong> Asia Central tanto<br />
como en Arabia Saudí, Egipto y Etiopía. En un<br />
entorno así “<strong>el</strong> Islam se vu<strong>el</strong>ve atractivo<br />
precisamente por su militancia a favor de los<br />
oprimidos. Esta r<strong>el</strong>igión, la de más v<strong>el</strong>oz<br />
crecimiento d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, es la única que está<br />
dispuesta a la lucha”, es <strong>el</strong> balance de Kaplan.<br />
Personas animadas por <strong>el</strong> c<strong>el</strong>o secesionista y<br />
r<strong>el</strong>igioso encuentran por eso un crecimiento<br />
eco, desde Marruecos hasta la India e<br />
Indonesia pasando por Arg<strong>el</strong>ia.<br />
Ya en <strong>el</strong> verano de 1993 <strong>el</strong> profesor de<br />
Harvard Samu<strong>el</strong> P. Huntington publicó un<br />
ensayo en Foreign Affaire, renombrada revista<br />
norteamericana para int<strong>el</strong>ectuales d<strong>el</strong> ámbito<br />
de la política exterior, cuyo título era la<br />
pregunta, que se ha hecho famosa: “The<br />
Clash of Civilizations?”. Su tesis según la cual<br />
ya no serán los conflictos teórico-sociales y<br />
políticos, como en tiempos de la guerra fría,<br />
sino los enfrentamientos r<strong>el</strong>igiosos y<br />
culturales entre civilizaciones los que<br />
determinarán <strong>el</strong> futuro, suscitó enorme<br />
atención sobre todo en los países<br />
industrializados de Occidente. Antiquísimos<br />
miedos por los cuales Europa sería arrollada<br />
por los hunos, turcos o rusos, según <strong>el</strong> siglo,<br />
encontraban en Huntington cumplida<br />
confirmación. Pero, ¿están justificados?<br />
¿Chocará en última instancia, como expone <strong>el</strong><br />
estratega de Harvard, <strong>el</strong> Occidente<br />
democrático con <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, con una<br />
alianza de déspotas y teócratas al estilo<br />
Sadam Hussein o ayatolá Jomeini, apoyada<br />
incluso por eficientes confucionistas<br />
reductores de salarios?<br />
Las dudas son más que oportunas, sobre todo<br />
cuando en le nuevo <strong>mundo</strong>, al margen d<strong>el</strong><br />
espacio, de las ciudades estrechamente<br />
unidas los hasta ahora países acomodados<br />
perforan sus propias redes sociales a un ritmo<br />
sorprendente y provocan así tensiones<br />
políticas en occidente. Al mismo tiempo, la<br />
cultura global de la unidad une a las élites<br />
nacionales. Pero sobre todo la Asia en ascenso
es todo lo contrario a un cuadro homogéneo.<br />
La disolución y la fragmentación amenazan<br />
también al Imperio d<strong>el</strong> Centro. “China está<br />
corriendo hacia un muro”, dice Timothy Wirth,<br />
primer secretario de Estado para cuestiones<br />
globales de América y estrecho colaborador<br />
d<strong>el</strong> presidente Hill Clinton. “La disgregación de<br />
China pronto podría convertirse en un tema<br />
que lo domine todo”.<br />
Los campesinos chinos están hartos de su<br />
mísera vida rural. Hace tan sólo veinte años<br />
no podían escuchar en la radio controlada por<br />
<strong>el</strong> Estado nada acerca de las ciudades,<br />
comparativamente bien situadas. Incluso si<br />
alguien les hablaba de <strong>el</strong>lo y querían emigrar<br />
a la ciudad, en seguida eran detenidos por los<br />
rígidos controles de policía situados a lo largo<br />
de las carreteras provinciales. Pero ahora se<br />
alinean en <strong>el</strong> ejército de desarraigados que se<br />
sumergen en los suburbios en busca de<br />
lugares donde sobrevivir, lejos de toda<br />
supervisión d<strong>el</strong> Partido Comunista y los<br />
comités vecinales. Más de 100 millones de<br />
personas cuenta ya la masa de emigrantes<br />
vagabundos, lo que hace físicamente<br />
apreciable la enorme presión que pesa sobre<br />
<strong>el</strong> pueblo más poblado de la Tierra.<br />
También la India, que antes de fin de siglo<br />
albergará <strong>el</strong> segundo pueblo multimillonario<br />
d<strong>el</strong> planeta, sufre un creciente estrés. Bombay<br />
y Nueva D<strong>el</strong>hi desplazan a Ciudades de <strong>México</strong><br />
y Sao Paulo de los titulares sobre ciudades<br />
espantosas. En ambos monstruos urbanos<br />
viven hoy más de diez millones de personas,<br />
en menos de veinte años ese número casi se<br />
habrá duplicado. Pronto también la hasta<br />
ahora poca llamativa capital de Pakistán,<br />
Karachi, atraerá la atención internacional: su<br />
número de habitantes podría <strong>el</strong>evarse de los<br />
apenas diez millones actuales a más de 20<br />
millones de aquí al año 2015.<br />
A menudo los administradores de Nueva D<strong>el</strong>hi<br />
sólo advierten en imágenes tomadas por<br />
satélite por dónde está volviendo a crecer su<br />
ciudad… sin planificación, sin control y sin<br />
autorización. Durante <strong>el</strong> día las calles se<br />
transforman en tún<strong>el</strong>es de humo de tres<br />
metros de ancho por cien de alto, la ciudad<br />
entera tose entre <strong>el</strong> espeso humo y los roncos<br />
“fut-fut” de los baratos rikshaws a motor. Un<br />
tercio de los niños sufre bronquitis alérgica,<br />
que en cualquier caso podrían aliviar en poco<br />
tiempo los medicamentos habituales en <strong>el</strong><br />
mercado. Dos mil doscientas personas mueren<br />
cada año en accidentes de tráfico, trece veces<br />
más que en Estados Unidos en proporción al<br />
número de automóviles. Un ministro d<strong>el</strong> país<br />
llamó a Nueva D<strong>el</strong>hi, que hasta los años<br />
setenta era famosa como “ciudad de los<br />
jardines”, <strong>el</strong> “agujero negro ecológico de<br />
Asia”, “realmente inhabitable” para los seres<br />
humanos.<br />
En Bombay, “<strong>el</strong> suburbio más caro d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>”<br />
desde la apertura económica de la India<br />
(según <strong>el</strong> columnista Sudhir Mulji), los taxis<br />
hu<strong>el</strong>en a sueño por la mañana, sus<br />
conductores no pueden permitirse un viaje a<br />
casa que dura horas. Todos los días hay que<br />
retirar de las calles 2.000 ton<strong>el</strong>adas de<br />
basura, se necesitan cientos de miles de<br />
retretes, la administración municipal no puede<br />
aportar ni siquiera dos tercios d<strong>el</strong> agua que se<br />
necesita.<br />
Aun así, los millones de habitantes d<strong>el</strong> campo<br />
o las pequeñas ciudades no se trasladan a las<br />
megalópolis como ignorantes lemmings. Un<br />
estudio sobre Nueva D<strong>el</strong>hi arrojó <strong>el</strong> resultado<br />
de que la mayoría de los inmigrantes sólo se<br />
decidían al traslado cuando amigos o<br />
parientes que ya vivían en la ciudad gigante<br />
podían ofrecerles la posibilidad de un empleo.<br />
A menudo, los recién llegados se las arreglan<br />
notablemente mejor que la inabarcable<br />
cantidad de pobres que nacieron ya en la gran<br />
ciudad. También eso hace crecer tensiones<br />
que a su vez pueden poner en marcha<br />
movimientos migratorios más allá de las<br />
fronteras.<br />
El ministro alemán Kaus Töpfer tuvo ocasión<br />
de comprobar <strong>el</strong> frágil andamiaje incluso de la<br />
dictatorial China durante una visita de trabajo<br />
a Pekín. Como era obligado, advirtió al<br />
presidente d<strong>el</strong> Gobierno, Li Peng, que también<br />
en <strong>el</strong> Imperio d<strong>el</strong> Centro había que respetar<br />
los derechos humanos. Se podía conceder<br />
esos derechos a su pueblo, respondió <strong>el</strong><br />
estratega d<strong>el</strong> poder chino. “Pero, ¿estaría<br />
dispuesta Alemania a acoger a 15 millones de<br />
chinos al año y encargarse de <strong>el</strong>los?”.<br />
La inesperada reacción dejó mudo al enviado<br />
de la democracia occidental. Su “increíble<br />
cinismo”, recuerda Töpfer, le había<br />
desarmado. Pero, ¿era la provocación d<strong>el</strong><br />
189
comunista solamente cínica? Contiene<br />
precisamente la pregunta que hoy tendría que<br />
hacerse la Humanidad, y especialmente los<br />
hasta ahora ganadores en Europa y América<br />
d<strong>el</strong> Norte: ¿Cuántas, o más exactamente, qué<br />
clase de libertad es posible en este planeta<br />
azul que pronto estará habitado por ocho mil<br />
millones de personas? ¿Cuáles son las reglas,<br />
cuáles las formas sociales, con las que<br />
resolver los problemas medioambientales,<br />
alimentarios y económicos?<br />
Una incómoda inquietud se ha adueñado de<br />
las cumbres de la política mundial. “Vivimos<br />
en medio de una revolución mundial”,<br />
clamaba recientemente <strong>el</strong> secretario general<br />
de la ONU, Butros Butros-Ghali, en una<br />
conferencia. “Nuestro planeta está bajo la<br />
presión de dos fuerzas tremendas y<br />
contrapuestas: la globalización y la<br />
fragmentación.<br />
Profundamente inquieto, Butros-Ghali añade:<br />
“La Historia pone de manifiesto que aqu<strong>el</strong>los<br />
que se encuentran en medio de un cambio<br />
revolucionario raras veces comprenden su<br />
definitivo sentido”.<br />
EL ENEMIGO SOMOS NOSOTROS MISMOS<br />
El mod<strong>el</strong>o de civilización ideado un día en<br />
Europa ha demostrado sin duda no tener rival<br />
en cuanto a dinamismo y éxito. Pero no es<br />
adecuado para configurar <strong>el</strong> futuro. La<br />
“sustancial mejora d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de vida” para<br />
todos en los “países subdesarrollados”<br />
mediante <strong>el</strong> “aumento de la producción<br />
industrial” que <strong>el</strong> presidente americano Harry<br />
Truman anunciaba a los pobres d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> en<br />
1949 no va a producirse.<br />
Precisamente ahora, cuando los miles de<br />
millones de personas unidas por las imágenes<br />
desde Bogotá hasta Jakutsk aspiran a una<br />
evolución conforme al mod<strong>el</strong>o occidental, los<br />
vendedores de esta promesa de desarrollo<br />
infringen <strong>el</strong> contrato. No puede cumplir su<br />
promesa ni en sus propios países, en Estados<br />
Unidos y Europa, y no se hacen con las<br />
riendas de la creciente división social… ¿quién<br />
puede pensar aún en <strong>el</strong> crecimiento<br />
ecológicamente sostenible y en un reparto<br />
justo de la riqueza en <strong>el</strong> Tercer Mundo? Cada<br />
vez más, <strong>el</strong> autocrático dogma de la evolución<br />
se rev<strong>el</strong>a como arma de una época pasada,<br />
190<br />
formaba parte d<strong>el</strong> arsenal de la guerra fría y,<br />
dentro de esa lógica, parece listo para <strong>el</strong><br />
museo.<br />
Sálvese quien pueda, es <strong>el</strong> lema. Sólo que:<br />
¿Quién puede? Porque tras la victoria d<strong>el</strong><br />
capitalismo no se ha alcanzado en modo<br />
alguno <strong>el</strong> “fin de la Historia” que <strong>el</strong> filósofo<br />
americano Francis Fukuyama proclamaba en<br />
1989, sino <strong>el</strong> fino d<strong>el</strong> proyecto que tan<br />
osadamente se llamó “la modernidad”. Un<br />
cambio de época de dimensiones globales ha<br />
comenzado, dado que ya no son <strong>el</strong> ascenso y<br />
<strong>el</strong> bienestar, sino la decadencia, la destrucción<br />
ecológica y la degeneración cultural las que<br />
determinan a ojos vistas la vida cotidiana de<br />
la mayoría de la Humanidad.<br />
Cuando en San Francisco la élite mundial<br />
cuenta con una sociedad 20:80 dentro de los<br />
hasta ahora Estados acomodados es que hace<br />
mucho que este sistema de reparto se ha<br />
establecido a escala mundial.<br />
Los datos son conocidos, pero debido a las<br />
fuerzas liberadas por la globalización<br />
aparecerán en breve bajo una nueva luz: La<br />
quinta parte rica de todos los Estados decide<br />
sobre <strong>el</strong> 84,7% d<strong>el</strong> producto interior bruto<br />
mundial, sus ciudadanos desarrollan <strong>el</strong> 84,2%<br />
d<strong>el</strong> comercio mundial y poseen <strong>el</strong> 85,5% de<br />
todos los ahorros internos. Desde 1960, la<br />
distancia entre la quinta parte más rica y la<br />
más pobre de los países se ha más que<br />
duplicado… también esto es una declaración<br />
de bancarrota, legible en cifras, de una ayuda<br />
al desarrollo que prometía limpieza.<br />
Actualmente, sin duda la preocupación por los<br />
puestos de trabajo y la paz social se<br />
sobrepone al interés por las cuestiones<br />
medioambientales, pero unos titulares menos<br />
actuales no significan en modo alguno que <strong>el</strong><br />
estado ecológico de la Tierra haya mejorado.<br />
El mod<strong>el</strong>o global de consumo de los recursos<br />
naturales se ha mantenido inalterado tras la<br />
espectacular Conferencia de Medio ambiente y<br />
Desarrollo de las Naciones Unidas de 1992 en<br />
Río de Janeiro. El 20% acomodado reclama<br />
para sí <strong>el</strong> 85% d<strong>el</strong> consumo mundial de<br />
madera, <strong>el</strong> 75% de la siderurgia y <strong>el</strong> 70% de<br />
la energía. Las consecuencias son banales,<br />
pero brutales: Nunca será posible que todos<br />
los ciudadanos de la Tierra experimenten<br />
juntos tal bienestar gravoso para la
Naturaleza. La tierra pone sus límites a la<br />
Humanidad.<br />
La expansión mundial de las centrales de<br />
energía y motores de explosión ha perturbado<br />
ya de manera fundamental <strong>el</strong> equilibrio<br />
energético de nuestro ecosistema. Las<br />
declaraciones de intenciones de la cumbre de<br />
Río suenan tan sólo como las chirimías de una<br />
época largamente pasada. Al borde de la más<br />
hermosa metrópoli d<strong>el</strong> globo, la comunidad<br />
mundial había profesado su fe en un<br />
“desarrollo sostenible”, en un rumbo de la<br />
economía que no dejara a las próximas<br />
generaciones un medio ambiente y unos<br />
recursos en peor estado. La emisión de<br />
dióxido de carbono debía ser devu<strong>el</strong>ta hasta<br />
fin de siglo, por lo menos en los Estados<br />
industrializados, al niv<strong>el</strong> de 1990; Alemania<br />
quería reducir sus valores en un 25% hasta <strong>el</strong><br />
2005.<br />
Estas promesas sobre pap<strong>el</strong> son pap<strong>el</strong><br />
mojado, es probable que <strong>el</strong> consumo mundial<br />
de energía hasta se duplique de aquí al 2020.<br />
Los gases que producen <strong>el</strong> efecto invernadero<br />
aumentarán entre un 45 y un 90%. Los<br />
renombrados investigadores d<strong>el</strong> clima que<br />
intercambian resultados en <strong>el</strong><br />
Intergovernmental Pan<strong>el</strong> on Climate Change<br />
(IPCC) llevan años advirtiendo de la “notable<br />
influencia humana sobre <strong>el</strong> clima mundial”.<br />
El cambio climático ya no se puede detener,<br />
en todo caso atenuar, y se cobrará enormes<br />
víctimas. “Para nosotros, <strong>el</strong> calentamiento<br />
global y sus consecuencias, como<br />
tempestades e inundaciones, son ya un<br />
hecho”, declara Walter jakobi, d<strong>el</strong> consorcio<br />
Gerling, la mayor compañía de seguros de la<br />
industria de Alemania. En los años ochenta,<br />
las compañías de seguros tuvieron que hacer<br />
frente a 50 catástrofes naturales anuales en<br />
todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, con un daño en cada una de<br />
<strong>el</strong>las de al menos 20 millones de dólares; a<br />
mediados de los noventa ya se producen 125<br />
de tales grandes acontecimientos<br />
devastadores al año. Una sola y potente<br />
tempestad sobre la costa este de los Estados<br />
Unidos o sobre <strong>el</strong> norte de Europa, calculaban<br />
recientemente las compañías de reaseguros,<br />
podría costar incluso mucho más, hasta<br />
ochenta mil millones de dólares.<br />
Consecuentemente, suben las primas, en las<br />
zonas con riesgo de inundación los<br />
propietarios de casas tienen cada vez más<br />
dificultades para negociar un contrato de<br />
seguro aceptable. Algunos Estados pagan ya<br />
un precio incalculable por <strong>el</strong> riesgo climático.<br />
La creciente vulnerabilidad debida a los<br />
huracanes disuade a numerosos inversores<br />
extranjeros de invertir sumas dignas de<br />
mención en, por ejemplo, Bangla Desh.<br />
Probablemente, ya no pueda evitarse un claro<br />
ascenso d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> mar. De este modo la<br />
hora de las ciudades, apenas ha sonado,<br />
puede tener un abrupto fin antes d<strong>el</strong> año<br />
2050. porque cuatro de cada diez<br />
aglomeraciones de más de 500.000 habitantes<br />
están cerca de la costa, entre <strong>el</strong>las tres<br />
quintas partes de todas las megalópolis.<br />
Bombay, Bangkok, Estambul y Nueva York<br />
están amenazadas en su existencia, pero<br />
serán los menos los monstruos urbanos que<br />
puedan permitirse costosos diques, como en<br />
los Países Bajos, para mantenerse por encima<br />
d<strong>el</strong> agua.<br />
También China tiene motivos para temer los<br />
maremotos d<strong>el</strong> próximo siglo: Shanghai, Hong<br />
Kong y docenas de otras ciudades millonarias<br />
miran al mar abierto. Pero los herederos de<br />
Mao piensan sobre todo en este siglo, han<br />
aprendido de él y copian los logros de<br />
Occidente, con y sin licencia. Se ha tomado<br />
una decisión de principio, y <strong>el</strong> multimillonario<br />
pueblo se alinea para la larga marcha hacia la<br />
sociedad d<strong>el</strong> automóvil. El cálculo pragmático<br />
sólo puede ser: Mejor calentar <strong>el</strong> clima<br />
mundial que <strong>el</strong> ambiente d<strong>el</strong> país; un coche<br />
propio calma como <strong>el</strong> opio.<br />
“Entretanto, en China ir en bicicleta está<br />
censurado como expresión de subdesarrollo”,<br />
observa <strong>el</strong> experto en tráfico washingtoniano<br />
Odil Tunali. Actualmente se mueven por sus<br />
carreteras únicamente 1,8 millones de<br />
automóviles, exactamente <strong>el</strong> 5% d<strong>el</strong> parque<br />
alemán. Pero en menos de quince años serán<br />
ya 20 millones. Los grandes fabricantes<br />
internacionales padecen una fiebre parecida a<br />
la d<strong>el</strong> oro, solamente la fábrica Volkswagen de<br />
Shanghai espera poder suministrar un tercio<br />
de los nuevos coches. También General<br />
Motors, Chrysler, Mercedes-Benz, peugeot,<br />
Citroën, Mazda, Nissan y <strong>el</strong> consorcio Daewoo<br />
de Corea d<strong>el</strong> Sur participan con acuerdos de<br />
producción y productos en <strong>el</strong> impresionante<br />
despertar de China. India, Indonesia,<br />
191
Tailandia y todos los demás entrarán con <strong>el</strong>la<br />
en la nueva era.<br />
“Pronto <strong>el</strong> conjunto d<strong>el</strong> mercado asiático será,<br />
con 20 millones de vehículos nuevos al año,<br />
tan grande como <strong>el</strong> de Europa y <strong>el</strong> de<br />
Norteamérica juntos”, profetiza Takahiro<br />
Fujimoto, experto en industria d<strong>el</strong> automóvil<br />
en la Universidad de Tokio. También América<br />
latina y los antiguos Estados d<strong>el</strong> bloque d<strong>el</strong><br />
Este anuncian asombrosas tasas de<br />
crecimiento, en Brasil la producción de coches<br />
se ha duplicado en los años noventa, igual<br />
que <strong>el</strong> tráfico en las calles de Moscú. Nada<br />
anh<strong>el</strong>an más los ciudadanos d<strong>el</strong> Este que<br />
equipararse a sus vecinos occidentales. La<br />
fascinación d<strong>el</strong> vehículo propio, que en<br />
nuestros países está palideciendo poco a<br />
poco, sigue intacta en los nuevos mercados.<br />
El coche en modo alguno es sólo medio de<br />
transporte, sino sobre todo símbolo de<br />
ascenso social y prueba de riqueza, poder y<br />
supuesta libertad personal. Por eso, en todo <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> los escapes de los automóviles han<br />
<strong>el</strong>udido todo control: mil millones de coches,<br />
<strong>el</strong> doble de los actuales, se dirigirán ya en <strong>el</strong><br />
año 2020 hacia <strong>el</strong> infarto global d<strong>el</strong> tráfico.<br />
Ya ahora los ciudadanos estadounidenses<br />
despilfarran alrededor d<strong>el</strong> 1,5% de su<br />
producto interior bruto en los atascos, en<br />
Bangkok es ya <strong>el</strong> 2,1%. Los recorridos por la<br />
paralizada capital de Tailandia, la antigua<br />
Venecia de oriente, duran tanto que los<br />
automovilistas de camino a citas de negocios<br />
llevan en <strong>el</strong> coche, por precaución, retretes<br />
portátiles. Las empresas japonesas envían de<br />
manera rutinaria tres camiones a sus clientes<br />
por distintas rutas, con <strong>el</strong> fin de mantener sus<br />
plazos de entrega a pesar de las horas de<br />
espera en las autopistas.<br />
¿Y qué? Los sueños sueños son, aunque haga<br />
mucho tiempo que hayan demostrado ser<br />
caminos erróneos. Así que la imparable<br />
motorización será llevada, con consecuencia<br />
aparentemente incesante, a un último y gran<br />
florecimiento. Todos los esfuerzos en algunos<br />
otros países y regiones para al menos reducir<br />
<strong>el</strong> calentamiento d<strong>el</strong> clima mediante un uso<br />
controlado de la energía y una reducción d<strong>el</strong><br />
tráfico automóvil han quedado aniquilados. Es<br />
una amarga venganza por <strong>el</strong> hecho de que en<br />
los años ochenta los países industrializados<br />
nunca hayan impulsado de forma consecuente<br />
192<br />
<strong>el</strong> debate en torno a unos precios razonables<br />
d<strong>el</strong> transporte y la gasolina y nunca hayan<br />
perseguido seriamente un eco impuesto<br />
limpio. Ahora <strong>el</strong> desarrollo se les escapa de las<br />
manos… y d<strong>el</strong> ridículo precio d<strong>el</strong> petróleo se<br />
benefician los hasta ahora marginados, recién<br />
llegados al mercado global. Mientras los<br />
costes medioambientales no representen<br />
ningún pap<strong>el</strong>, los comerciantes chinos, por<br />
ejemplo, podrán acarrear ton<strong>el</strong>adas de<br />
juguetes en torno a medio <strong>mundo</strong> y venderlos<br />
en la Unión Europea aún más baratos que las<br />
fábricas de bajos salarios de Chequia, por no<br />
hablar de las empresas de la UE.<br />
Entretanto, la industrialización de los países<br />
en desarrollo avanza con aterradora<br />
ignorancia ecológica. Las ciudades de China<br />
escupen una enorme nube de humo que se<br />
extiende 1.700 kilómetros sobre <strong>el</strong> océano<br />
pacífico. Los habitantes de Shanghai<br />
despiertan casi cada día laboral bajo una<br />
campana de smog de color naranja oscuro. A<br />
lo largo de docenas de kilómetros, <strong>el</strong> humo<br />
blanco y negro de Chengdu sale sin filtrar de<br />
miles de hornos de cal y fábricas de ladrillo,<br />
peor aún que en <strong>el</strong> mal afamado valle de<br />
Katmandú, en Nepal, donde <strong>el</strong> aire maltrata<br />
las mucosas como sólo ocurre en los hornos<br />
de smog de la megalópolis. Tras un extenso<br />
viaje por <strong>el</strong> Lejano Oriente, <strong>el</strong> arquitecto<br />
británico John Seargant recogía sus<br />
emociones: “He visto <strong>el</strong> futuro de una gran<br />
parte d<strong>el</strong> área d<strong>el</strong> Pacífico, y estoy<br />
mortalmente asustado. Una cuarta parte de la<br />
población d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> está cambiando su niv<strong>el</strong><br />
de vida mientras destroza una parte<br />
importante d<strong>el</strong> globo terráqueo”.<br />
China se encuentra en la mejor compañía,<br />
todos lo sabemos y pertenecemos a <strong>el</strong>la. La<br />
mayoría de los habitantes de los hasta ahora<br />
países d<strong>el</strong> bienestar creen poder vivir muy<br />
bien con la creciente incomodidad producida<br />
por <strong>el</strong> calentamiento global. Pero la angustia<br />
ecológica favorece también la sociedad 20:80<br />
que se avecina. Porque pocos podrán<br />
permitirse unos recursos naturales escasos y<br />
caros. Sin embargo, quien pueda disponer de<br />
<strong>el</strong>los sacará un beneficio suplementario.<br />
En <strong>el</strong> mundano centro de esquí de Lech am<br />
Arlberg, en la región austriaca d<strong>el</strong> Vorarlberg,<br />
por ejemplo, puede que produzca una secreta<br />
alegría que recientemente los investigadores
d<strong>el</strong> clima pronostiquen <strong>el</strong> “fin d<strong>el</strong> turismo de<br />
invierno” en Austria. Este pueblo, situado a<br />
1.450 metros de altura, se hará rico en cuanto<br />
la nieve desaparezca por completo a alturas<br />
más bajas. Esquiar en los Alpes se convertirá<br />
entonces en un deporte tan exclusivo como <strong>el</strong><br />
juego d<strong>el</strong> polo en Gran Bretaña. Sin duda<br />
actualmente pesa una montaña de deudas<br />
sobre algunos hot<strong>el</strong>eros que se enredaron<br />
especulando con inversiones demasiado<br />
grandes. Pero mirando hacia <strong>el</strong> futuro los<br />
1.380 habitantes de lech han trazado sus<br />
líneas de demarcación por todas partes y<br />
bloquean todo acceso. A sus hijos y nietos les<br />
espera una época de bonaza. Aunque en torno<br />
al año 2060 ya no puedan teñir de blanco las<br />
pistas entre kriegerhorn y Mohnenfluh ni con<br />
costosas instalaciones de nieve artificial, casi<br />
todos serán millonarios y podrán vivir de sus<br />
rentas o construirse sin esfuerzo una nueva<br />
existencia.<br />
Este ejemplo puede sonar repugnante, pero<br />
quizá explique algunas cosas. Porque si <strong>el</strong><br />
amplio frente político para la lucha contra <strong>el</strong><br />
calentamiento de la tierra se está formando<br />
tan despacio es porque muchos millones de<br />
personas siguen contándose entre los<br />
ganadores con <strong>el</strong> cambio climático. Por otra<br />
parte, sin embargo, también es erróneo creer<br />
que de todos modos todos los esfuerzos son<br />
vanos, y <strong>el</strong> Apocalipsis sería in<strong>el</strong>udible.<br />
Semejante conclusión solamente da alas al<br />
aparcamiento d<strong>el</strong> problema y sirve de excusa<br />
a la propia pasividad. Se ha vu<strong>el</strong>to muy<br />
cómodo esperar <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
Pero ese fin liberador que resolverá todos los<br />
conflictos no tendrá lugar. La humanidad aún<br />
sobrevivirá largo tiempo. La pregunta es<br />
cómo… y qué porcentaje estará próximo al<br />
bienestar o a la gran miseria, también en los<br />
actuales países industrializados. Sin duda “<strong>el</strong><br />
destino ecológico de la Humanidad se decidirá<br />
en Asia”, como recalca <strong>el</strong> presidente de<br />
Greenpeace internacional, Thilo Bode. Pero la<br />
primera responsabilidad de una<br />
reestructuración tolerable para <strong>el</strong> medio<br />
ambiente recae en aqu<strong>el</strong>los que primero<br />
crearon <strong>el</strong> paraíso de los productos y se<br />
aferraron a sus imágenes como a ídolos.<br />
El alejamiento d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de desarrollo<br />
económico tradicional no tendría que ser –con<br />
todas las renuncias que sean precisas- “una<br />
triste marcha hacia la miseria”, sino que<br />
podría “conducir a nuevas formas d<strong>el</strong><br />
bienestar”, argumenta Ernst Ulrico von<br />
Weizsäcker, presidente d<strong>el</strong> Instituto<br />
Wuppertal. Como director de este acreditado<br />
laboratorio d<strong>el</strong> futuro, en 1995 presentó su<br />
detallado plan junto con los expertos<br />
norteamericanos en energía Amory B. Lovins<br />
y L. Hunter Lovins: “Factor cuatro: doble<br />
bienestar con la mitad de desgaste de la<br />
Naturaleza”. Por lo menos en Alemania, <strong>el</strong><br />
libro se convirtió en un admirado Best-s<strong>el</strong>ler.<br />
Mientras las regiones centrales de Europa<br />
anuncian su plena motorización y todas las<br />
casas tienen aparatos de TV, los ciudadanos<br />
reflexivos se apartan a ojos vistas de esos<br />
símbolos de la Modernidad. Pero incluso en<br />
torno a <strong>el</strong>lo se polariza la sociedad: Desde que<br />
<strong>el</strong> esfuerzo de buscar aparcamiento supera al<br />
placer de conducir, los ideales de una<br />
sociedad automóvil igualitaria se han perdido.<br />
Ni siquiera <strong>el</strong> gran atasco iguala a todos los<br />
hombres. Mientras antes la posesión de<br />
aparato de t<strong>el</strong>evisión y automóvil confería<br />
estatus, hoy forma parte d<strong>el</strong> nuevo lujo no<br />
tener que poseer coche ni depender d<strong>el</strong><br />
t<strong>el</strong>evisor. El que pueda permitírs<strong>el</strong>o prefiere<br />
ahora vivir en lugares tranquilos y cercanos a<br />
un parque, en <strong>el</strong> centro de la ciudad, que en<br />
zonas residenciales de difícil acceso. Quien<br />
lleva una vida emocionante renuncia con<br />
facilidad al brillante <strong>mundo</strong> virtual de la TV… y<br />
no quiere saber nada de tittytainment.<br />
Esas pequeñas y exquisitas fugas no<br />
sustituyen al cambio social que se avecina,<br />
que precursores que van desde Dennos<br />
Meadows (Los Límites d<strong>el</strong> crecimiento, 1972)<br />
hasta <strong>el</strong> vicepresidente norteamericano Al<br />
Gore (Caminos hacia <strong>el</strong> equilibrio, 1992)<br />
llevan ya tanto tiempo diseñando. En la<br />
primavera de 1989 los problemas d<strong>el</strong> medio<br />
ambiente y las catástrofes climáticas figuraron<br />
por vez primera en <strong>el</strong> orden d<strong>el</strong> día de la<br />
cumbre económica d<strong>el</strong> G-7, los siete países<br />
más ricos de Occidente… parecía una señal<br />
para que los poderosos cambiaran su forma<br />
de pensar. “Los años noventa serán una<br />
década crítica”, declaró la fábrica de<br />
pensamiento, influyente sobre <strong>el</strong> Gobierno, d<strong>el</strong><br />
World Resources Institute de Washington, en<br />
un informe que despertó gran expectación. “El<br />
próximo siglo será ya demasiado tarde”, le<br />
apoyaba <strong>el</strong> biólogo Thomas Lovejoy, de la<br />
193
Smithsonian Institution de Washington, “las<br />
batallas decisivas se ganarán o se perderán en<br />
los años noventa”.<br />
Pocos meses después cayó <strong>el</strong> muro de Berlín,<br />
y los optimistas creyeron que la batalla por la<br />
salvación d<strong>el</strong> planeta sustituiría a la guerra<br />
ideológica entre <strong>el</strong> Este y <strong>el</strong> Oeste. Al<br />
principio, esta idea tuvo un efecto cautivador.<br />
Al fin y al cabo, la guerra fría se había librado<br />
con enorme coste y fanatismo, y esas<br />
capacidades estaban de pronto libres. Pero <strong>el</strong><br />
anticomunismo se dirigía contra un inequívoco<br />
enemigo exterior, y podía apoyarse en<br />
milenarios instintos humanos. “Pero la<br />
amenaza actual no tiene rostro, <strong>el</strong> enemigo<br />
somos nosotros mismos”, dice Bertrand<br />
Schneider, d<strong>el</strong> Club de Roma.<br />
EL TRIGO, POTENCIA MUNDIAL<br />
Junto al Club de Roma, seguramente Lester<br />
Brown es uno de los más conocidos activistas<br />
ecológicos. El Worldwatch Institut de<br />
Washington, fundado por él en 1974, se ha<br />
convertido en <strong>el</strong> centro privado de<br />
investigación más citado d<strong>el</strong> planeta, sus<br />
informes anuales sobre “El estado d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>”<br />
han sido traducidos ya a 27 idiomas. Son<br />
lecturas obligadas tanto para políticos serios<br />
como para estudiantes de casi un millar de<br />
cursos de enseñanza media y universitaria,<br />
sólo en Estados Unidos.<br />
Brown es un cotizado asesor, los grandes d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> se adornan con su compañía. Así, que<br />
tampoco podía faltar en <strong>el</strong> encuentro de<br />
Gorbachov en San Francisco. Con zapatillas de<br />
deporte y paso atlético, su marca de fábrica,<br />
recorrió las gruesas alfombras de los amplios<br />
pasillos d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong> Fairmont.<br />
Este observador d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> tiene <strong>el</strong> ojo<br />
echado a sus íntimos amigos “Ted y Jane”,<br />
Ted Turner y sus esposa, Jane Fonda. Se debe<br />
ante todo a la insistencia de Brown en que la<br />
CNN no sólo produzca notables documentales<br />
ecológicos y que no se menosprecien como<br />
estaba de moda las conferencias de la ONU de<br />
los últimos años, sino que presente<br />
extensamente sus principales temas. En pocos<br />
segundos, <strong>el</strong> presidente de la CNN saludará a<br />
los invitados a la recepción inaugural de la<br />
reunión de la élite; se espera a premios<br />
Nob<strong>el</strong>, como Rigoberto Menchú. Docenas de<br />
194<br />
latas de kilos de caviar Malossol, para comer<br />
hasta hartarse, adornan los bufés. En la<br />
cocina anexa, los cocineros estr<strong>el</strong>la de<br />
América, como la chef de Square-oOne Joyce<br />
Goldstein o <strong>el</strong> dueño de Spago, Wolfgang<br />
Puck, preparan sus alegres menús para la<br />
cena.<br />
También Brown se interesa por la comida,<br />
pero por una muy distinta. Este hombre<br />
famosos está excitado como un joven<br />
estudiante que acaba de ver confirmada la<br />
tesis de su trabajo de licenciatura: “¿Sabía<br />
usted que China está importando trigo a gran<br />
escala por primera vez en su historia? ¿Quién<br />
alimentará a ese país gigantesco en <strong>el</strong> futuro?<br />
Esto tendrá enormes repercusiones para todos<br />
nosotros”.<br />
Hace pocos días, cuenta Brown, expertos<br />
agrícolas, especialistas en meteorología y en<br />
valoración de imágenes tomadas por satélite,<br />
se reunieron en Washington D.C. Al llegar a<br />
un pasillo apartado en <strong>el</strong> ala sur d<strong>el</strong> Ministerio<br />
de Agricultura de Estados Unidos, guardias<br />
armados cerraron tras <strong>el</strong>los una pesada<br />
puerta de acero y la s<strong>el</strong>laron. En la sala de<br />
conferencias en la que se reunieron los<br />
científicos, los t<strong>el</strong>éfonos estaban<br />
desconectados y las comunicaciones externas<br />
de los ordenadores cortados. Unas persianas<br />
bajadas impedían todo contacto visual con <strong>el</strong><br />
exterior. Herméticamente separado d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
exterior, <strong>el</strong> grupo vio y comparó durante toda<br />
la noche la marea de datos procedentes de las<br />
distintas áreas de trabajo. La reunión, que<br />
tanto recordaba las prácticas de los servicios<br />
secretos o las p<strong>el</strong>ículas de mafiosos, estuvo<br />
dedicada a un arma que sería aplicable sin<br />
consideración dentro de algunos años: las<br />
reservas mundiales de cereal.<br />
Como si fuera un entrenamiento para <strong>el</strong><br />
futuro, entretanto <strong>el</strong> World Agricultural<br />
Outlook Borrad norteamericano evalúa de esa<br />
forma tan conspirativa documentos sobre<br />
predicciones globales de cosecha y consumo<br />
de las más importantes clases de cereal en<br />
más de cien Estados. Actualmente, <strong>el</strong> secreto<br />
sólo está destinado a impedir que los<br />
resultados se filtren aunque sólo sea unos<br />
minutos antes d<strong>el</strong> final de las d<strong>el</strong>iberaciones.<br />
En manos de especuladores informados con<br />
ant<strong>el</strong>ación, las conclusiones sobre la situación<br />
d<strong>el</strong> trigo en le <strong>mundo</strong> se transformarían de
inmediato en pingües beneficios en las bolsas<br />
de cereal, conectadas por ordenador, ya que<br />
de las predicciones d<strong>el</strong> Outlook Borrad<br />
depende <strong>el</strong> destino de innumerables<br />
industriales agrícolas y comerciantes en<br />
materias primas.<br />
Pero muy pronto, teme Brown, las series de<br />
datos conducirán inevitablemente a graves<br />
conflictos políticos, porque en la lucha por los<br />
alimentos los distintos Estados tendrán que<br />
explotar todas las ventajas imaginables. En<br />
1995, las reservas de trigo, arroz, maíz y<br />
otras clases de cereal cayeron a su niv<strong>el</strong> más<br />
bajo desde hace dos décadas. En 1996, en los<br />
silos no había reservas más que para 49 días<br />
de consumo mundial, la cantidad más baja<br />
jamás recogida. “Por primera vez en la<br />
historia, la Humanidad tiene que prepararse<br />
para un descenso constante, por un tiempo<br />
imprevisible, de los alimentos per cápita<br />
disponibles”, analiza <strong>el</strong> fundador de<br />
Worldwatch en <strong>el</strong> Fairmont.<br />
¿Se ha alcanzado así ese punto de inflexión<br />
que Brown trataba de evitar desde hace<br />
muchos años, con sus incesantes<br />
advertencias? Mucho apunta hacia <strong>el</strong>lo.<br />
También las reservas de maíz son ya más<br />
escasas que en 1975, y podrían seguir<br />
disminuyendo. Los gritos de Casandra en<br />
materia de alimentación mundial apenas están<br />
de moda desde las erróneas teorías de<br />
Thomas Robert Malthus; por otra parte,<br />
tendría que producirse una segunda y<br />
poderosa “revolución verde” que superase<br />
todas las dimensiones conocidas para invertir<br />
aún la tendencia actual. A pesar d<strong>el</strong> aumento<br />
de la producción debido a la tecnología<br />
genética y d<strong>el</strong> mayor refinamiento de las<br />
semillas de alto rendimiento y de las técnicas<br />
de abono, nadie cuenta en ningún sitio con<br />
que se produzca un incremento suficiente de<br />
la producción que pueda mantener bajo <strong>el</strong><br />
precio d<strong>el</strong> trigo. Si las superficies que en años<br />
pasados se dejaron en barbecho en Europa y<br />
América d<strong>el</strong> Norte volvieran a ser cultivadas,<br />
esto no sería más que una petitesse en<br />
comparación con <strong>el</strong> crecimiento mundial de la<br />
demanda, decía incluso <strong>el</strong> Frankfurter<br />
Allgemeine Zeitung, nada sospechoso de jugar<br />
a Casandra.<br />
Al mismo tiempo, continúa la rapiña de los<br />
su<strong>el</strong>os fértiles. Los países asiáticos, Japón,<br />
Corea d<strong>el</strong> Sur y Taiwán, que fueron los<br />
primeros en dar <strong>el</strong> salto a países<br />
industrializados, han sacrificado desde los<br />
años sesenta un total d<strong>el</strong> 40% de sus<br />
superficies cultivadas con cereal para construir<br />
miles de fabricas, asentamientos y carreteras.<br />
En Indonesia hoy se destruyen cada año, sólo<br />
en Java, 20.000 hectáreas de su<strong>el</strong>o cultivable,<br />
una superficie con la que se podría alimentar<br />
a 360.000 personas. En cambio, la población<br />
de los nuevos países en desarrollo crece en<br />
tres millones de personas en <strong>el</strong> mismo periodo<br />
de tiempo. También China e India están<br />
sucumbiendo a la irresistible tentación de<br />
<strong>el</strong>iminar superficies agrícolas a gran escala<br />
para su boom económico y para <strong>el</strong> automóvil.<br />
El su<strong>el</strong>o sin usar que queda en <strong>el</strong> globo es<br />
gigantesco, pero no sirve como sustituto. O<br />
bien la tierra en barbecho está demasiado<br />
erosionada o se encuentra en regiones<br />
demasiado secas, demasiado frías o<br />
demasiado inhóspitas como para que<br />
trabajarlas merezca la pena. De este modo,<br />
los comerciantes en cereales esperan<br />
r<strong>el</strong>ajados nuevas cotas en la Bolsa, aunque <strong>el</strong><br />
precio d<strong>el</strong> trigo ha subido ya en un 60% entre<br />
mayo de 1995 y mayo de 1996. El actual<br />
encarecimiento ya les está costando tres mil<br />
millones de dólares más a los países<br />
importadores más pobres, según calculaba la<br />
FAO, la organización de las Naciones Unidas<br />
para la Agricultura, con cede en Roma.<br />
“Si la tarta deja de crecer”, dice Lester Brown,<br />
“la dinámica política cambia”. Actualmente se<br />
exportan al año en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> 200<br />
millones de ton<strong>el</strong>adas de cereales, la mitad de<br />
las cuales las producen Estados Unidos. “Esto<br />
significa”, concluye Brown sus consideraciones<br />
en San Francisco, “que en <strong>el</strong> futuro Estados<br />
Unidos será la más importante potencia<br />
mundial también en <strong>el</strong> ámbito alimentario…<br />
con la expectativa de que se abusará de los<br />
alimentos como instrumento de presión<br />
política”. China por ejemplo, según las<br />
estimaciones más recientes, querrá importar<br />
en <strong>el</strong> año 2000 unos 37 millones de ton<strong>el</strong>adas<br />
de trigo, más de lo que Estados Unidos vende<br />
actualmente al extranjero de esta clase de<br />
cereal.<br />
Por tanto, globalización no significa en modo<br />
alguno un “imperialismo cultural americano”<br />
sólo en <strong>el</strong> terreno d<strong>el</strong> entretenimiento, que ya<br />
fustigaba <strong>el</strong> antiguo ministro de Cultura<br />
195
francés Jack Lang. Estados Unidos, como<br />
“superpotencia de la cultura de masas” (Lang)<br />
no sólo decidirá las diversiones, sino que<br />
también repartirá <strong>el</strong> pan. ¿Tenía también <strong>el</strong> ex<br />
consejero de Seguridad norteamericano<br />
Brzezinski esa idea en la cabeza cuando, ante<br />
lester Brown y todos los demás, trajo al<br />
<strong>mundo</strong> <strong>el</strong> concepto de tittytainment?<br />
Sin que la Administración norteamericana alce<br />
la voz, y mucho menos tenga una iniciativa<br />
constructiva, la Humanidad sigue<br />
consumiendo la sustancia d<strong>el</strong> planeta.<br />
Mientras los precios d<strong>el</strong> trigo ascienden, la<br />
salinización, la erosión, la contaminación de<br />
aire y los veranos sofocantes disminuyen cada<br />
vez más la fertilidad d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o en muchas<br />
regiones d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>: Junto a la tierra nueva,<br />
también <strong>el</strong> agua y los abonos escasean. Para<br />
nosotros, los europeos, desde hace décadas<br />
seguros aliados de Norteamérica al otro lado<br />
d<strong>el</strong> gran charco, esto no es en principio razón<br />
para lamentos apocalípticos. La buena noticia<br />
apareció <strong>el</strong> 9 de diciembre de 1995 en la<br />
prensa diaria, quedó como una nota<br />
irr<strong>el</strong>evante en las páginas de economía, pero<br />
fue una pequeña sensación. El Frankfurter<br />
Allgemeine Zeitung, por ejemplo, formulaba<br />
secamente: “La Comisión Europea ha<br />
decretado un impuesto general a la<br />
exportación de trigo de la Comunidad, con <strong>el</strong><br />
fin de frenar <strong>el</strong> flujo de trigo de la UE al<br />
mercado mundial”.<br />
Puede que las personas sarcásticas comenten<br />
que con <strong>el</strong> nuevo comisario de Agricultura de<br />
la UE, Franz Fischler, otra vez un austriaco se<br />
preocupa por la situación de la alimentación<br />
en <strong>el</strong> continente europeo; los fríos<br />
calculadores constatarán que con <strong>el</strong> impuesto<br />
por fin se apuntan ingresos en la legendaria<br />
olla de las subvenciones agrícolas de la UE. En<br />
cualquier caso, sarcásticos y calculadores<br />
podrán reconocer juntos una repercusión de la<br />
nueva política con respecto al trigo: Si la<br />
Unión Europea ya no subvenciona la<br />
exportación de sus excedentes alimentarios,<br />
sino que los grava y por tanto encarece, las<br />
cosas se pondrán aún peor ahí fuera, en <strong>el</strong><br />
ancho resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
¿QUIÉN DARÁ LA ORDEN DE ABRIR<br />
FUEGO?<br />
The store has been told, la historia está<br />
contada, y ahora que todos la conocen, los<br />
196<br />
campesinos de kamtschatka y los campesinos<br />
de Tierra d<strong>el</strong> Fuego y los campesinos de<br />
Madagascar y todos los pobres jóvenes y<br />
todos los jóvenes pobres de todas partes… ¿va<br />
a dejar de ser cierta? ¿No habrá una California<br />
o Alemania para todos? Eso aún puede<br />
aceptarse. Pero, ¿ninguna California o<br />
Alemania para nadie ahí fuera, más que para<br />
la UE, Japón y la God blessed country, <strong>el</strong> país<br />
supuestamente bendecido por Dios, los<br />
Estados Unidos de América? ¿De veras no<br />
habrá una vida de ensueño para ninguno de lo<br />
que aún no tienen nada? Nunca.<br />
La uniformización global muestra sus efectos.<br />
En los lugares en los que las imágenes de<br />
t<strong>el</strong>evisión y los turistas documentan <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />
de vida de los Estados industrializados y <strong>el</strong><br />
propio país no tiene nada que ofrecer aparte<br />
de pobreza, la joven generación, hambrienta<br />
de ganas de vivir, se prepara para la<br />
emigración a los <strong>el</strong>ogiados países. Hace poco<br />
más de un siglo, Europa exportó su enorme<br />
crecimiento demográfico a su ejército de<br />
pobres a otros continentes. Dieciocho millones<br />
de emigrantes dejaron sola Gran Bretaña, lo<br />
que correspondía a seis veces <strong>el</strong> número de<br />
habitantes de Londres, entonces la ciudad<br />
más grande d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. También hoy la<br />
pobreza vu<strong>el</strong>ve a aumentar en la isla y en<br />
otros Estados de la UE sería tiempo para una<br />
nueva emigración. Pero ¿adónde?<br />
En vez de <strong>el</strong>lo, personas a las que aún les va<br />
mucho peor se abren paso cruzando <strong>el</strong> río<br />
Grande hacia los ensalzados Estados Unidos, y<br />
atravesando <strong>el</strong> Mediterráneo hacia Europa,<br />
región en crisis de empleo. Ya en los años<br />
sesenta había emigrado <strong>el</strong> 20% de la fuerza<br />
de trabajo de Arg<strong>el</strong>ia, así como <strong>el</strong> 12% de los<br />
marroquíes y <strong>el</strong> 10% de los tunecinos en edad<br />
de trabajar. La UE se cierra hace mucho,<br />
niega los visados y los permisos de trabajo. Y,<br />
sin embargo, la fortaleza Europa no se deja<br />
cerrar, <strong>el</strong> foso de agua es demasiado<br />
estrecho. Incluso en una simple tabla de surf<br />
con una v<strong>el</strong>a casera se puede superar en poco<br />
tiempo, a través d<strong>el</strong> estrecho de Gibraltar, la<br />
frontera entre los pobres y los ricos. Hace<br />
mucho que los jefes de Gobierno de la Unión<br />
Europea arman a los vigilantes de sus<br />
fronteras. “Vendrán a millones”, espera<br />
Bertrand Schneider, d<strong>el</strong> Club de Roma.<br />
“¿Quién dará la orden de abrir fuego para<br />
detenerlos?”.
LA SOCIEDAD 20:80<br />
LOS LÍDERES MUNDIALES, EN MARCHA<br />
HACIA OTRA CIVILIZACIÓN<br />
“El <strong>mundo</strong> entero está entrando en un cambio<br />
como <strong>el</strong> que sufrió en una vida anterior”.<br />
Werner Schwab en su obra póstuma alto<br />
suabo<br />
Los sueños de tamaño mundial se encuentran<br />
como en casa en <strong>el</strong> Hot<strong>el</strong> Fairmont de San<br />
Francisco. Es institución y símbolo, albergue<br />
de lujo y leyenda de la alegría de vivir. Quien<br />
lo conoce sólo lo llama, respetuoso, “The<br />
Fairmont”; quien se aloja en él es porque ha<br />
llegado a la cima.<br />
Como una catedral d<strong>el</strong> bienestar, está<br />
entronizado en la Nob Hill sobre la famosa<br />
“City”, un ostentoso templo californiano de lo<br />
superlativo, una ensimismada mezcla de<br />
cambio de siglo y boom de la posguerra. Los<br />
visitantes se ven atacados por <strong>el</strong> vértigo<br />
cuando flotan en <strong>el</strong> ascensor de cristal que<br />
recorre por fuera la torre d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong> hasta <strong>el</strong><br />
restaurante Crown’s Room. Entonces la vista<br />
se abre a ese hermoso nuevo <strong>mundo</strong> con <strong>el</strong><br />
que sueñan miles de millones de personas:<br />
Desde <strong>el</strong> Goleen Gate hasta las colinas de<br />
Berk<strong>el</strong>ey resplandece una riqueza de clase<br />
media que parece infinita. Entre los<br />
eucaliptos, las piscinas de las atractivas y<br />
generosas casas brillan a la suave luz d<strong>el</strong> sol,<br />
en casi todas las puertas aparcan varios<br />
vehículos.<br />
El Fairmont marca como un colosal mojón la<br />
intersección entre la modernidad y <strong>el</strong> futuro,<br />
entre América y <strong>el</strong> área d<strong>el</strong> Pacífico. En la<br />
ladera que se extiende ante <strong>el</strong> hot<strong>el</strong> viven<br />
apiñados más de cien mil chinos; mucho más<br />
atrás saluda <strong>el</strong> hogar de la revolución<br />
informática, Silicon Valley. Los que se<br />
aprovecharon de la catástrofe californiana d<strong>el</strong><br />
terremoto de 1906, los generales<br />
norteamericanos de la guerra mundial, los<br />
fundadores de la ONU, los dueños de los<br />
consorcios y todos los presidentes americanos<br />
de este siglo c<strong>el</strong>ebraron sus éxitos en los<br />
amplios y acolchonados salones de este hot<strong>el</strong>,<br />
que igualmente sirvió de magnífico escenario<br />
para <strong>el</strong> rodaje de la serie de t<strong>el</strong>evisión Hot<strong>el</strong><br />
de Arthur Hailey y se ve desde entonces<br />
asaltado por los turistas.<br />
En este marco cargado de historia, uno de los<br />
pocos que han escrito en persona, Mijaíl<br />
Gorbachov, saludaba en septiembre de 1995 a<br />
la élite d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Como muestra de gratitud,<br />
mecenas norteamericanos han creado para él<br />
una fundación precisamente en Presidio, un<br />
terreno militar al sur d<strong>el</strong> Goleen Gate<br />
abandonado tras <strong>el</strong> final de la guerra fría.<br />
Ahora, Gorbachov ha hecho acudir allí a 500<br />
políticos de primera línea, líderes económicos<br />
y científicos de los cinco continentes. El nuevo<br />
“Braintrust global”, como ha definido a la<br />
exclusiva ronda <strong>el</strong> último presidente de la<br />
Unión Soviética y premio Nob<strong>el</strong>, ha de indicar<br />
<strong>el</strong> camino al siglo XXI, “en marcha hacia una<br />
nueva civilización”.<br />
Antiguos y experimentados líderes mundiales<br />
como George Bush, George Shultz o Margaret<br />
Thatcher se encuentran con los nuevos<br />
señores d<strong>el</strong> planeta, como <strong>el</strong> presidente de la<br />
CNN, Ted Turner, que ha fusionado su<br />
empresa con Time Warner cuando <strong>el</strong> mayor<br />
consorcio mediático d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, o <strong>el</strong> magnate<br />
comercial d<strong>el</strong> sureste asiático Washington<br />
SyCip. Durante tres días quieren reflexionar<br />
en total concentración, en pequeños círculos<br />
de trabajo, con los global players d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
informático y financiero, pero también con los<br />
sumos sacerdotes de la economía, los<br />
profesores d<strong>el</strong> ramo de las Universidades de<br />
Stanford, Harvard y Oxford. También los<br />
emisarios d<strong>el</strong> libre comercio venidos de<br />
Singapur y, naturalmente, de Pekín, quien ser<br />
oídos cuando se trata d<strong>el</strong> futuro de la<br />
Humanidad. El presidente d<strong>el</strong> gobierno de<br />
Sajonia, Kart Biedenkopf, se esfuerza por dar<br />
toques alemanes al debate.<br />
Nadie ha venido aquí a fanfarronear. Nadie<br />
debe ver perturbada su libre expresión, la<br />
insistente horda de periodistas es<br />
costosamente mantenida a distancia. Reglas<br />
estrictas obligan a todos los participantes a<br />
desechar cualquier lastre retórico. Los<br />
ponentes pueden introducir un tema durante<br />
cinco minutos justos, ninguna intervención<br />
debe durar más de dos minutos. Cuidadas<br />
damas entradas en años controlan<br />
cronómetros invisibles para los<br />
multimillonarios y teóricos, que discuten como<br />
197
corredores de fórmula 1: Queda “1 minuto”,<br />
quedan “30 segundos, “Stop”.<br />
John Gage, alto ejecutivo de la empresa<br />
informática norteamericana Sun<br />
Microsystems, pone en marcha la mesa<br />
redonda sobre “Tecnología y trabajo en la<br />
economía global”. Su empresa pasa por ser<br />
una nueva estr<strong>el</strong>la d<strong>el</strong> ramo: desarrolló <strong>el</strong><br />
lenguaje de programación “Java”, la cotización<br />
de Sun systems bate récords en Wall Street.<br />
“Todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> puede trabajar con nosotros<br />
todo <strong>el</strong> tiempo que quiera, tampoco<br />
necesitamos visados para nuestro personal<br />
extranjero”, explica escuetamente Gage. Los<br />
Gobiernos y normas para <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> laboral<br />
han perdido importancia. Él da trabajo a<br />
aqu<strong>el</strong>los que necesita en cada momento,<br />
ahora tienen preferencia “buenos cerebros de<br />
la India”, que trabajan todo <strong>el</strong> tiempo que<br />
pueden. Desde todos los continentes, la<br />
empresa recibe por ordenador demandas de<br />
trabajo que hablan por sí mismas.<br />
“Contratamos a nuestra gente por ordenador,<br />
trabajan en <strong>el</strong> ordenador y son despedidos<br />
también por ordenador”.<br />
Quedan “30 segundos”, le indica la señora d<strong>el</strong><br />
cronómetro. “Simplemente, buscamos a los<br />
más int<strong>el</strong>igentes. Con nuestra eficacia, hemos<br />
podido <strong>el</strong>evar nuestro volumen de ventas,<br />
desde que empezamos hace trece años, de<br />
cero a más de seis mil millones de dólares”.<br />
Satisfecho de sí, Gage se vu<strong>el</strong>ve a un vecino<br />
de mesa y bromea: “Eso tú no lo hiciste tan<br />
rápido, David, ni de lejos”. Gage aprovecha<br />
los pocos segundos que le quedan hasta <strong>el</strong><br />
cart<strong>el</strong> de “Stop” para lanzar esa pequeña<br />
puya.<br />
El aludido es David Packard, confundidor d<strong>el</strong><br />
gigante de la alta tecnología Hewlett-Packard.<br />
El anciano multimillonaria hecho a sí mismo<br />
no mueve un músculo. Con su aguda<br />
int<strong>el</strong>igencia, prefiere plantear la pregunta<br />
central:<br />
-¿Cuántos empleados necesitas realmente,<br />
John?<br />
-Seis, quizá ocho – responde secamente Gage<br />
-. Sin <strong>el</strong>los estaríamos perdidos. En cambio,<br />
me es completamente indiferente en qué<br />
lugar de la Tierra vivan.<br />
198<br />
Ahora es <strong>el</strong> moderador, <strong>el</strong> profesor Rustum<br />
Roy, de la Pennsylvania State University, <strong>el</strong><br />
que remacha:<br />
-¿Y cuánta gente trabaja actualmente para<br />
Sun Systems?<br />
-Dieciséis mil. Excepto una pequeña minoría,<br />
se trata de reservas de racionalización.<br />
Ningún murmullo recorre la sala; para los<br />
presentes, la visión de un ejército de parados<br />
inimaginable hasta hoy es una obviedad.<br />
Ninguno de los altamente remunerados<br />
ejecutivos de carrera de los sectores de futuro<br />
y países de futuro cree aún en la existencia de<br />
suficientes nuevos puestos de trabajo,<br />
decentemente pagados, en los<br />
tecnológicamente costosos mercados en<br />
crecimiento de los que hasta ahora fueron<br />
países d<strong>el</strong> bienestar… no importa en qué<br />
sector.<br />
Los pragmáticos de Fairmont reducen <strong>el</strong><br />
futuro a un par de números en un concepto:<br />
“20 a 80” y tittytainment.<br />
En <strong>el</strong> próximo siglo, <strong>el</strong> 20% de la población<br />
activa bastará para mantener en marcha la<br />
economía mundial. “No se necesita más fuerza<br />
de trabajo”, opina <strong>el</strong> magnate Washington<br />
SyCip. Una quinta parte de todos los que<br />
buscan trabajo bastará para producir todas las<br />
mercancías y aportar las valiosas prestaciones<br />
de servicios que la sociedad mundial pueda<br />
permitirse. Ese 20% participará, por tanto,<br />
activamente en la vida, <strong>el</strong> beneficio y <strong>el</strong><br />
consumo, no importa en qué país. Se puede<br />
añadir a <strong>el</strong>los un 1 o un 2%, admiten los<br />
participantes en <strong>el</strong> debate, por ejemplo<br />
contando a los herederos acomodados.<br />
¿Y los demás? ¿El 80% de los dispuestos a<br />
trabajar que no tengan empleo? “Sin duda”,<br />
dice <strong>el</strong> escritor norteamericano Jeremy Rifkin,<br />
autor d<strong>el</strong> libro El fin d<strong>el</strong> trabajo, “<strong>el</strong> 80%<br />
tendrá grandes problemas”. Gage, <strong>el</strong> ejecutivo<br />
de Sun, pide la palabra una vez más y cita a<br />
su directivo Scout McNealy: En <strong>el</strong> futuro, la<br />
cuestión será to have lunch or be lunch,<br />
comer o ser comido.<br />
A continuación, la mesa redonda de alto niv<strong>el</strong><br />
sobre <strong>el</strong> “Futuro d<strong>el</strong> trabajo” se dedica<br />
únicamente a aqu<strong>el</strong>los que ya no tendrán<br />
trabajo. Entre <strong>el</strong>los, es la firme convicción de
la mesa, se encontrarán en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
docenas de millones de personas que hasta<br />
ahora podían sentirse más próximas a la<br />
benévola cotidianeidad d<strong>el</strong> área de la bahía de<br />
San Francisco que a la lucha por la<br />
supervivencia sin un empleo seguro. En <strong>el</strong><br />
Fairmont se esboza un nuevo orden social:<br />
países ricos sin una clase media digna de<br />
mención… y nadie le contradice.<br />
Más bien hace carrera la expresión<br />
tittytainment, que pone sobre la mesa <strong>el</strong><br />
veterano Zvbigniew Brzezinski. Este polaco de<br />
nacimiento fue durante cuatro años consejero<br />
de Seguridad Nacional d<strong>el</strong> presidente<br />
norteamericano Jimmy Carter; desde<br />
entonces se dedica a cuestiones de<br />
geoestrategia. Tittytainment, dice Brzezinski,<br />
es una combinación de entertainment y tits,<br />
pechos en argot americano. Al decirlo,<br />
Brzezinski piensa menos en <strong>el</strong> sexo que en la<br />
leche que brota d<strong>el</strong> pecho de una madre<br />
lactante. El buen humor de la frustrada<br />
población d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> podría mantenerse con<br />
una mezcla de entretenimiento aturdidor y<br />
alimentación suficiente.<br />
Con sobriedad, los ejecutivos discuten las<br />
posibles dosificaciones, reflexionan acerca de<br />
cómo la quinta parte acomodada podría<br />
ocupar al resto superfluo. El compromiso<br />
social de las empresas es inexigible dada la<br />
presión de la competencia global, tendrán que<br />
ser otros los que se preocupen de los parados.<br />
Los participantes en los debates esperan que<br />
la integración y <strong>el</strong> sentido para su vida<br />
provenga d<strong>el</strong> amplio campo de los servicios<br />
voluntarios a la comunidad, la ayuda a los<br />
vecinos, la práctica de deportes o la<br />
participación en asociaciones de todo tipo. “Se<br />
podrían revalorizar estas actividades mediante<br />
una modesta remuneración y fomentar así la<br />
autoestima de millones de ciudadanos”, opina<br />
<strong>el</strong> profesor Roy. En cualquier caso, en los<br />
países industrializados pronto habrá personas<br />
que limpien las calles casi por nada o<br />
encuentren un mísero refugio como<br />
trabajadores domésticos, esperan los<br />
dirigentes de los consorcios. Al fin y al cabo,<br />
la era industrial, con su bienestar de masas,<br />
no es más que “un pestañeo en la historia de<br />
la economía”, analiza <strong>el</strong> futurólogo John<br />
Naisbitt.<br />
En marcha hacia una nueva civilización, se<br />
imaginaban los organizadores de los tres<br />
memorables días d<strong>el</strong> Fairmont. Pero la<br />
dirección en la que apunta <strong>el</strong> conocimiento<br />
acumulado de los directivos y la ciencia lleva<br />
directamente a la era premoderna. Según<br />
<strong>el</strong>los, la sociedad de los dos tercios que los<br />
europeos llevan temiendo desde los años<br />
ochenta ya no describe <strong>el</strong> futuro reparto d<strong>el</strong><br />
bienestar y la posición social. El mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> d<strong>el</strong> futuro sigue la fórmula 20 a 80. Se<br />
perfila la sociedad de una quinta parte, en la<br />
que los excluidos tendrán que ser calmados<br />
con tittytainment. ¿Es todo una exageración<br />
desmedida?<br />
“EL VERDADERO HURACÁN”<br />
Alemania, año 1996: más de seis millones de<br />
personas dispuestas a trabajar no encuentran<br />
empleo fijo… como nunca antes desde la<br />
fundación de la República federal. Los<br />
ingresos netos medios de los alemanes<br />
occidentales descienden desde hace cinco<br />
años. Y esto, anuncian los augures d<strong>el</strong><br />
Gobierno, la ciencia y la empresa, no es más<br />
que <strong>el</strong> principio. Por lo menos otro millón y<br />
medio de empleos desaparecerán en la<br />
próxima década sólo en la industria,<br />
pronostica <strong>el</strong> principal asesor de empresas d<strong>el</strong><br />
país, Roland Berger, “además,<br />
probablemente, de uno de cada dos puestos<br />
de trabajo en los cuadros medios de<br />
dirección”. Su colega Herbert Henzler, director<br />
de la filial alemana de la empresa de<br />
consultoría McKinsey, va aún más lejos: “La<br />
industria va a seguir los pasos de la<br />
agricultura”, profetiza. En <strong>el</strong> futuro, la<br />
producción de mercancías ofrecerá su<strong>el</strong>do y<br />
pan a un pequeño porcentaje de la población<br />
activa. También en Austria las autoridades<br />
anuncian cifras de empleados cada vez más<br />
modestas: cada año desaparecen 10.000<br />
empleos industriales, en 1997 se espera que<br />
<strong>el</strong> porcentaje de desempleo esté en <strong>el</strong> 8% casi<br />
al doble que en 1994.<br />
Las explicaciones que economistas y políticos<br />
dan a esta decadencia culminan siempre en<br />
una palabra: globalización. Comunicación de<br />
alta tecnología, bajos costes d<strong>el</strong> transporte y<br />
libre comercio ilimitado fundirán <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
entero en un único mercado, dice la tesis<br />
recurrente. Esto creará una dura competencia<br />
global, también en <strong>el</strong> mercado d<strong>el</strong> trabajo. Las<br />
199
empresas alemanas sólo crearán nuevos<br />
puestos de trabajo en le extranjero, más<br />
barato. Desde <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> consorcio<br />
hasta <strong>el</strong> ministro de Trabajo, <strong>el</strong> estamento<br />
dirigente de la República sólo tiene una<br />
respuesta: adaptación hacia abajo. Los<br />
ciudadanos están expuestos sin parar a una<br />
cacofonía de exigencias de renuncia. Los<br />
alemanes –más bien los austriacos- trabajan<br />
demasiado poco, tienen salarios demasiado<br />
altos, tienen demasiadas vacaciones y<br />
enferman con demasiada frecuencia, afirma<br />
un coro de funcionarios de la patronal,<br />
economista, expertos y ministros.<br />
Colaboradores de prensa y t<strong>el</strong>evisión ayudan.<br />
“La sociedad occidental de la exigencia<br />
colisiona con las ambiciosas sociedades<br />
asiáticas de la renuncia”, escribe <strong>el</strong><br />
Frankfurter Allgemeine Zeitung, <strong>el</strong> Estado de<br />
bienestar “se ha convertido en una amenaza<br />
para <strong>el</strong> futuro”, “un plus de desigualdad social<br />
es inevitable”. El periódico de masas que<br />
domina <strong>el</strong> mercado austriaco, <strong>el</strong> Newe<br />
Kronenzeitung, interviene con sus titulares en<br />
esta batalla de salón: “El continente ha estado<br />
viviendo por encima de sus posibilidades: Una<br />
nueva ola de ahorros golpea a Europa. –<br />
incluso <strong>el</strong> presidente federal alemán, Roman<br />
Herzog, secunda esta teoría con discursos<br />
preparatorios al pueblo. El cambio es<br />
“inevitable. Todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> tendrá que hacer<br />
sacrificios”.<br />
En todo caso, hay algo que se ha entendido<br />
mal. No se trata en modo alguno de sacrificios<br />
necesarios para todos en tiempos de crisis. El<br />
acortamiento d<strong>el</strong> tiempo de pago de salario en<br />
caso de enfermedad, la <strong>el</strong>iminación de la<br />
protección contra <strong>el</strong> despido, los cortes<br />
radicales en todas las prestaciones sociales y<br />
<strong>el</strong> descenso de los salarios a pesar d<strong>el</strong><br />
aumento de la productividad ya no son formas<br />
de luchar contra la crisis Lo que hacen los<br />
reformadores que operan bajo <strong>el</strong> signo de la<br />
globalización es más bien denunciar <strong>el</strong><br />
contrato social no escrito de la República, que<br />
mantiene la desigualdad social dentro de unos<br />
límites mediante la redistribución de arriba<br />
abajo. El mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> Estado europeo d<strong>el</strong><br />
bienestar está agotado, propagan, es<br />
demasiado caro si se le compara a escala<br />
mundial. Los afectados lo entienden muy bien.<br />
Sindicatos y organizaciones benéficas alzan un<br />
grito de indignación por toda la República.<br />
Incluso <strong>el</strong> normalmente conservador Sindicato<br />
200<br />
de Industrias Químicas amenaza con hu<strong>el</strong>gas<br />
generales, y Dieter Schulte, presidente de la<br />
Confederación Alemana de Sindicatos, avisa<br />
de que se dan “unas condiciones” frente a las<br />
cuales la masiva hu<strong>el</strong>ga francesa de diciembre<br />
de 1995 “fue un cansado pr<strong>el</strong>udio”.<br />
Pero los defensores d<strong>el</strong> Estado social luchan<br />
en una guerra perdida. Sin duda muchos<br />
argumentos de sus contrarios son<br />
sencillamente falsos. Los consorcios alemanes<br />
que apenas crean empleos a precio de saldo<br />
en <strong>el</strong> extranjero, la mayoría de las veces se<br />
limitan a comprar las empresas locales para<br />
posteriormente aligerar la plantilla y abastecer<br />
mercados regionales. Las cargas sociales<br />
tampoco han explotado en modo alguno en<br />
Alemania, su participación en <strong>el</strong> Producto<br />
Interior Bruto fue en 1995 incluso inferior a<br />
veinte años antes. En cambio, lo que<br />
realmente es cierto es la constante referencia<br />
a la política de los otros países hasta ahora<br />
llamados industrializados. Recorte de los<br />
gastos d<strong>el</strong> Estado, descenso de los salarios y<br />
<strong>el</strong>iminación de prestaciones sociales: <strong>el</strong><br />
programa es esencialmente <strong>el</strong> mismo desde<br />
Suecia hasta España pasando por Austria. Y<br />
en todas partes la protesta termina en<br />
resignación.<br />
El internacionalismo, antaño un invento de los<br />
dirigentes obreros socialdemócratas contra los<br />
b<strong>el</strong>icistas d<strong>el</strong> capitalismo, hace mucho que ha<br />
cambiado de bando. En todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, más<br />
de 40.000 empresas transnacionales de todos<br />
los tamaños enfrentan a sus empleados igual<br />
que los Estados. ¿40% de impuesto sobre los<br />
beneficios d<strong>el</strong> capital en Alemania?<br />
Demasiado, Irlanda se conforma con un 10%,<br />
Malasia y algunos estados de los Estados<br />
Unidos incluso renuncian a su cobro durante<br />
cinco o diez años. ¿45 marcos por hora de un<br />
trabajador especializado? Demasiado caro, los<br />
británicos trabajan por menos de la mitad, los<br />
checos por la décima parte. ¿Sólo <strong>el</strong> 33% de<br />
prima de inversión para nuevas fábricas en<br />
Italia? Demasiado poco, en Alemania Oriental<br />
<strong>el</strong> Estado aporta gustosamente <strong>el</strong> 80%.<br />
En un movimiento global de pinza, la nueva<br />
internacional d<strong>el</strong> capital desquicia Estados<br />
enteros y su actual ordenamiento social. En<br />
un frente, amenaza unas veces aquí y otras<br />
allá con fugas de capital y arranca así<br />
drásticas reducciones de impuestos y
subvenciones multimillonarias o<br />
infraestructura gratuita. Donde esto no sirve,<br />
se echa mano de la planificación fiscal a lo<br />
grande: los beneficios se envían a los países<br />
donde la tasa de impuestos es realmente<br />
baja. En todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> desciende <strong>el</strong><br />
porcentaje con que los propietarios de capital<br />
y patrimonio contribuyen a la financiación de<br />
los gastos d<strong>el</strong> Estado. Por otra parte, lo que<br />
dirigen las corrientes globales de capital bajan<br />
continuamente <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> salarial de sus<br />
empleados contribuyentes. También la cuota<br />
salarial, <strong>el</strong> porcentaje de los asalariados en la<br />
riqueza social, desciende a escala mundial.<br />
Ninguna nación puede oponerse solo a esta<br />
presión. El mod<strong>el</strong>o de Alemania, comenta <strong>el</strong><br />
economista norteamericano Rüdiger<br />
Dornbusch, está siendo “estrujado en toda<br />
regla” en la competencia transnacional.<br />
Las cotizaciones en bolsa y los beneficios de<br />
los consorcios ascienden en porcentajes de<br />
dos dígitos, mientras los salarios y jornales<br />
descienden. Al mismo tiempo <strong>el</strong> paro crece en<br />
paral<strong>el</strong>o a los déficit de los presupuestos<br />
públicos, nadie necesita conocimientos<br />
especiales de economía para entender lo que<br />
está ocurriendo: 113 años después de la<br />
muerte de Karl Marx, <strong>el</strong> capitalismo vu<strong>el</strong>ve a ir<br />
en aqu<strong>el</strong>la dirección que <strong>el</strong> economista<br />
revolucionario describió tan acertadamente<br />
para su época. “La tendencia general de la<br />
producción capitalista es no <strong>el</strong>evar <strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />
medio de los salarios, sino rebajarlo o<br />
presionar <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> trabajo hasta su límite<br />
mínimo”, exponía en 1865 ante <strong>el</strong> Consejo<br />
General de la I Internacional, en Londres… sin<br />
sospechar que <strong>el</strong> primitivo capitalismo sería<br />
domesticado un día democráticamente. Pero<br />
tras las reformas d<strong>el</strong> siglo socialdemócrata se<br />
abre paso una contrarreforma de dimensión<br />
histórica: Caminando hacia atrás en <strong>el</strong> futuro,<br />
ganadores como Heinrich vor Pierer, <strong>el</strong><br />
presidente d<strong>el</strong> consorcio mundial Siemens,<br />
dicen triunfantes: “El viento de la competencia<br />
se ha convertido en una tempestad, y <strong>el</strong><br />
verdadero huracán aún está por venir.<br />
La <strong>el</strong>ección de las palabras de Pierer y otros<br />
portaestandartes d<strong>el</strong> nuevo globalismo<br />
pretende hacer creer que todo esto es por así<br />
decirlo un proceso natural, resultado de un<br />
incesante progreso técnico y económico. Esto<br />
es absurdo. La interdependencia económica<br />
global no es un modo alguno un<br />
acontecimiento natural, sino que fue<br />
producido conscientemente por una política<br />
orientada a unos fines. Tratado a tratado, ley<br />
a ley, siempre han sido gobiernos y<br />
parlamentos los que con sus decisiones han<br />
<strong>el</strong>iminado las barreras al tráfico internacional<br />
de capital y mercancías. Desde la <strong>el</strong>iminación<br />
d<strong>el</strong> comercio de divisas a través d<strong>el</strong> mercado<br />
interior europeo hasta la constante expansión<br />
d<strong>el</strong> acuerdo mundial de comercio d<strong>el</strong> GATT,<br />
los políticos gobernantes de los países<br />
industrializados de Occidente han producido<br />
sistemáticamente ese estado de cosas que ya<br />
no pueden controlar.<br />
LA DEMOCRACIA EN LA TRAMPA<br />
La integración global viene acompañada por <strong>el</strong><br />
ascenso de una doctrina político-económica<br />
salvadora, que lleva continuamente a la<br />
política a un ejército de asesores económicos:<br />
<strong>el</strong> neoliberalismo. Su tesis fundamental reza,<br />
simplificando: <strong>el</strong> mercado es bueno, y las<br />
intenciones estatales son malas. Partiendo de<br />
las ideas d<strong>el</strong> principal representante de esta<br />
escu<strong>el</strong>a teórico-económica, <strong>el</strong> economista y<br />
premio Nob<strong>el</strong> norteamericano Milton<br />
Friedman, los gobiernos mayoritariamente<br />
liberales de occidente <strong>el</strong>evaron durante los<br />
años ochenta este dogma a la categoría de<br />
directriz de su política. Desregulación en vez<br />
de control estatal, liberalización d<strong>el</strong> comercio<br />
y d<strong>el</strong> tráfico de capitales, así como<br />
privatización de las empresas públicas, fueron<br />
las armas estratégicas en <strong>el</strong> arsenal de los<br />
gobiernos creyentes en le mercado y en las<br />
organizaciones económicas internacionales<br />
dirigidas por <strong>el</strong>los, <strong>el</strong> Banco Mundial, <strong>el</strong> fondo<br />
Monetario Internacional (FMI) y la<br />
Organización Mundial d<strong>el</strong> Comercio (OMC).<br />
Con estos instrumentos emprendieron una<br />
guerra de liberación a favor d<strong>el</strong> capital que<br />
perdura hasta hoy. Ya se trate d<strong>el</strong> transporte<br />
aéreo o las t<strong>el</strong>ecomunicaciones, los bancos o<br />
las compañías de seguros, la industria de la<br />
construcción o <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> software, y<br />
también y precisamente la fuerza de trabajo,<br />
nada ni nadie debe sustraerse a la ley de la<br />
oferta y la demanda.<br />
El derrumbamiento de las dictaduras de<br />
partido d<strong>el</strong> bloque d<strong>el</strong> Este dio un impulso<br />
suplementario y una eficacia global a esta<br />
creencia. Liberados de la amenaza de la<br />
dictadura d<strong>el</strong> proletariado, desde entonces se<br />
201
trabaja tanto más duramente en la<br />
instauración de la dictadura d<strong>el</strong> mercado<br />
mundial. De pronto, la participación masiva de<br />
los trabajadores en la explotación d<strong>el</strong> valor<br />
general parece sólo una concesión de la<br />
guerra fría, destinada a privar de base a la<br />
agitación comunista.<br />
Pero <strong>el</strong> “turbocapitalismo”, cuya victoria en<br />
todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> parece ahora imparable,<br />
destruye los fundamentos de su existencia: un<br />
Estado capaz de funcionar y una estabilidad<br />
democrática. El ritmo d<strong>el</strong> cambio y la<br />
redistribución d<strong>el</strong> poder y <strong>el</strong> bienestar<br />
erosionan las viejas unidades sociales con<br />
mayor rapidez de lo que las nuevas pueden<br />
desarrollarse. Los hasta ahora países d<strong>el</strong><br />
bienestar consumen la sustancia social de su<br />
cohesión más d<strong>el</strong> bienestar consumen la<br />
sustancia social de su cohesión más deprisa<br />
aún que la ecológica. Economistas y políticos<br />
neoliberales predican al <strong>mundo</strong> <strong>el</strong> “mod<strong>el</strong>o<br />
americano”, pero ese discurso se parece<br />
terriblemente a la propaganda d<strong>el</strong> Gobierno<br />
de la RDA, que hasta <strong>el</strong> final quería aprender<br />
la victoria de la Unión Soviética. Al fin y al<br />
cabo, en ningún sitio se aprecia con mayor<br />
claridad la disgregación social que en <strong>el</strong> país<br />
de origen de la contrarrevolución capitalista,<br />
los Estados Unidos: la criminalidad adopta<br />
dimensiones epidémicas. En <strong>el</strong> estado de<br />
California, que constituye por sí solo la<br />
séptima potencia económica d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, los<br />
gastos en prisiones superan todo <strong>el</strong><br />
presupuesto de Educación. 28 millones de<br />
americanos, más d<strong>el</strong> 10% de la población, se<br />
han atrincherado en rascaci<strong>el</strong>os y colonias<br />
vigiladas. Los ciudadanos estadounidenses<br />
gastan en vigilantes privados <strong>el</strong> doble que su<br />
Estado en la policía.<br />
Pero también Europa y Japón, China y la India<br />
se dividen en una minoría de ganadores y una<br />
mayoría de perdedores. Para muchos cientos<br />
de millones de personas, vale decir que <strong>el</strong><br />
progreso globalizado no es tal progreso. Para<br />
<strong>el</strong>los tiene que sonar como una burla la<br />
fórmula que los jefes de Gobierno de los siete<br />
principales países industrializados <strong>el</strong>evaron a<br />
lema de su cumbre d<strong>el</strong> G-7 de Lyón, a finales<br />
de junio de 1996: “Hacer de la globalización<br />
un éxito en beneficio de todos”.<br />
Así, la protesta de los perdedores se dirige<br />
contra gobiernos y políticos, cuyo poder para<br />
202<br />
configurar la evolución de las cosas se reduce<br />
de continuo. Da igual si hay que establecer la<br />
justicia social o proteger <strong>el</strong> medio ambiente, si<br />
hay que limitar <strong>el</strong> poder de los medios de<br />
comunicación o luchar contra la criminalidad<br />
internacional: <strong>el</strong> Estado nacional se ve<br />
siempre desbordado, y la concertación<br />
internacional fracasa con igual regularidad.<br />
Pero si en todas las cuestiones existenciales<br />
que afectan al futuro los Gobiernos se limitan<br />
a remitir a las abrumadoras presiones<br />
objetivas de la economía transnacional, la<br />
política se transforma en un juego impotente,<br />
y <strong>el</strong> Estado democrático pierde su<br />
legitimación. La globalización se convierte en<br />
trampa para la democracia.<br />
Sólo ingenuos teóricos o políticos cortos de<br />
vista creerán que se puede, como está<br />
ocurriendo actualmente en Europa, privar año<br />
tras año a millones de personas de trabajo y<br />
seguridad social sin pagar en algún momento<br />
<strong>el</strong> precio político por <strong>el</strong>lo. Es algo que no<br />
puede funcionar. Al contrario que en la lógica<br />
empresarial de los estrategas de los<br />
consorcios, en las sociedades democráticas no<br />
hay surplus people, ciudadanos superfluos.<br />
Los perdedores tienen un voto, y lo utilizarán.<br />
No hay razón para estar tranquilos: <strong>el</strong><br />
terremoto social seguirá al político.<br />
Socialdemócratas o socialcristianos pasarán<br />
mucho tiempo sin c<strong>el</strong>ebrar nuevos triunfos. En<br />
cambio, se ve cómo hay cada vez más<br />
ciudadanos que toman verdaderamente en<br />
serio las fórmulas estereotipadas de los<br />
globalizadotes: No hemos sido nosotros, la<br />
culpa es de la competencia extranjera,<br />
escucha <strong>el</strong> ciudadano en uno de cada dos<br />
t<strong>el</strong>ediarios de labios de aqu<strong>el</strong>los que deben<br />
representar sus intereses. Desde este<br />
argumento –económicamente falso- sólo hay<br />
un pequeño paso hasta la abierta hostilidad<br />
contra todo lo extranjero. Hace mucho que<br />
millones de ciudadanos de clase media<br />
asediados por la inseguridad buscan la<br />
salvación en la xenofobia, <strong>el</strong> separatismo y <strong>el</strong><br />
aislamiento d<strong>el</strong> mercado mundial. Los<br />
excluidos responden por su parte con la<br />
exclusión.<br />
El populista nacional-autoritario Ross Perot<br />
cosechó en 1992, en su primera candidatura a<br />
la presidencia de Estados Unidos., un 19% de<br />
los votos. Similares resultados alcanzan <strong>el</strong><br />
predicador francés d<strong>el</strong> renacimiento nacional
Jean-Marie Le Pen y <strong>el</strong> populista<br />
ultraderechista austriaco Jörg Haider. Desde<br />
Québec hasta Lombardía pasando por Escocia,<br />
también los separatistas registran una<br />
creciente audiencia. Complementan <strong>el</strong> canon<br />
de la xenofobia con la ira contra los gobiernos<br />
centrales y la d<strong>el</strong>imitación frente a los<br />
supuestos explotadores de las partes más<br />
pobres d<strong>el</strong> país. Al mismo tiempo, crece en<br />
todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> la masa de emigrantes<br />
vagabundos que quieren escapar de la<br />
miseria.<br />
20:80, la sociedad de una quinta parte, tal<br />
como lo pintaban para <strong>el</strong> próximo siglo los<br />
visionarios <strong>el</strong>itistas d<strong>el</strong> Hot<strong>el</strong> Fairmont, sigue<br />
sin duda la lógica técnica y económica con la<br />
que los dirigentes de los consorcios y los<br />
gobiernos impulsan la integración global. Pero<br />
la competición mundial para la máxima<br />
eficiencia y los salarios más bajos abre a la<br />
irracionalidad las puertas d<strong>el</strong> poder. No son<br />
los verdaderamente necesitados los que se<br />
reb<strong>el</strong>an. La incalculable explosión política<br />
brota más bien d<strong>el</strong> temor al desclasamiento<br />
que se extiende ahora por toda la sociedad.<br />
No es la pobreza, sino <strong>el</strong> miedo a <strong>el</strong>la, <strong>el</strong> que<br />
pone en p<strong>el</strong>igro a la democracia.<br />
Ya hubo una vez en que la anulación por la<br />
economía de toda forma de política condujo a<br />
la catástrofe global. En 1930, un año después<br />
d<strong>el</strong> gran crac de la bolsa, <strong>el</strong> semanario<br />
británico The Economist, siempre afín al<br />
capital, comentaba: “El mayor problema de<br />
nuestra generación consiste en que nuestros<br />
éxitos en <strong>el</strong> plano económico superan de tal<br />
modo al éxito en <strong>el</strong> plano político que la<br />
economía y la política no pueden guardar <strong>el</strong><br />
paso. Desde <strong>el</strong> punto de vista económico, <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> es una unidad integral de acción.<br />
Políticamente, ha permanecido fragmentado.<br />
Las tensiones entre estos dos desarrollos<br />
contrapuestos han desencadenado una serie<br />
de conmociones y de quiebras en la vida<br />
social de la Humanidad”.<br />
La Historia no se repite. Sin embargo, la<br />
guerra sigue siendo la válvula de escape más<br />
probable cuando los conflictos sociales se<br />
hacen insoportables, aunque sea en forma de<br />
guerra civil contra minorías étnicas o regiones<br />
disidentes. La globalización no tiene por qué<br />
conducir a conflictos bélicos, pero puede, si no<br />
sale bien, reprimir socialmente las fuerzas<br />
desencadenadas de la economía<br />
transnacional. Las respuestas políticas<br />
formuladas hasta ahora al entr<strong>el</strong>anzamiento<br />
económico d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> niegan que ese proceso<br />
sea siquiera controlable. Pero hay<br />
instrumentos y vías para volver a poner ese<br />
control en manos de gobiernos <strong>el</strong>egidos y sus<br />
instituciones sin enfrentar a las naciones.<br />
Algunos de <strong>el</strong>los se presentan y discuten en<br />
este libro.<br />
Las tareas más nobles de los políticos<br />
democráticos en <strong>el</strong> umbral d<strong>el</strong> próximo siglo<br />
serán <strong>el</strong> mantenimiento d<strong>el</strong> Estado y <strong>el</strong><br />
restablecimiento de la primacía de la política<br />
sobre la economía. Si esto no ocurre, la<br />
fusión, la dramáticamente rápida, de la<br />
Humanidad a través de la técnica y <strong>el</strong><br />
comercio pronto se convertirá en su contrario<br />
y llevará a un cortocircuito global. A nuestros<br />
hijos y nietos no les quedaría entonces más<br />
que <strong>el</strong> recuerdo de los dorados años noventa,<br />
cuando <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> aún parecía ordenado y aún<br />
era posible cambiar de rumbo.<br />
203
LA DERECHA INTELECTUAL Y EL<br />
FASCISMO LIBERAL<br />
SUBCOMANDANTE INSURGENTE MARCOS<br />
A fines de enero se realizaron dos foros<br />
mundiales diametralmente opuestos que,<br />
como tema primordial, abordaron la<br />
Globalización. Uno se llevó a cabo en Davos,<br />
Suiza, <strong>el</strong> Foro Económico Mundial, que desde<br />
1971 reúne a los promotores de la política<br />
neoliberal. Paral<strong>el</strong>amente, en Porto Alegre,<br />
Brasil, <strong>el</strong> Foro Social Mundial congregó a unos<br />
3 mil representantes de movimientos sociales,<br />
sindicatos, asociaciones, entidades r<strong>el</strong>igiosas y<br />
organizaciones no gubernamentales, que<br />
buscan desarrollar alternativas contra las<br />
agresiones de la concentración hegemónica.<br />
A este último encuentro, <strong>el</strong> Subcomandante<br />
Marcos envió una ponencia que trabajadores<br />
reproduce a continuación.<br />
204<br />
Fórum Social Mundial 2001<br />
Biblioteca das alternativas<br />
En la figura que se llama oximoron,<br />
se aplica a una palabra un epíteto que parece<br />
contradecirla;<br />
así los agnósticos hablaron de una luz oscura;<br />
los alquimistas, de un sol negro.<br />
JORGE LUIS BORGES<br />
Advertencia, Introducción y Promesa<br />
Ojo: Si usted no ha leído <strong>el</strong> epígrafe, más vale<br />
que lo haga ahora porque si no, no va a<br />
entender algunas cosas. Un hecho irrefutable:<br />
la globalización está aquí. No la califico<br />
(todavía), simplemente señalo una realidad.<br />
Pero, puesto que oximoron, hay que señalar<br />
que se trata de una globalización<br />
fragmentada.<br />
La globalización ha sido posible, entre otras<br />
cosas, por dos revoluciones: la tecnológica y<br />
la informática. Y ha sido y es dirigida por <strong>el</strong><br />
poder financiero. De la mano, la tecnología y<br />
la informática (y con <strong>el</strong>las <strong>el</strong> capital financiero)<br />
han desaparecido las distancias y han roto las<br />
fronteras. Hoy es posible tener información<br />
sobre cualquier parte d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, en cualquier<br />
momento y en forma simultánea. Pero<br />
también <strong>el</strong> dinero tiene ahora <strong>el</strong> don de la<br />
ubicuidad, va y viene en forma vertiginosa,<br />
como si estuviera en todas partes al mismo<br />
tiempo. Y más, <strong>el</strong> dinero le da una nueva<br />
forma al <strong>mundo</strong>, la forma de un mercado, de<br />
un megamercado.<br />
Sin embargo, a pesar de la “mundialización”<br />
d<strong>el</strong> planeta, o más bien precisamente por <strong>el</strong>la,<br />
la homogeneidad está muy lejos de ser la<br />
característica de este cambio d<strong>el</strong> siglo y de<br />
milenio. El <strong>mundo</strong> es un archipiélago, un<br />
rompecabezas cuyas piezas se convierten en<br />
otros rompecabezas y lo único realmente<br />
globalizado es la proliferación de lo<br />
heterogéneo.<br />
Si la tecnología y la informática han unido al<br />
<strong>mundo</strong>, <strong>el</strong> poder financiero que las usa lo ha<br />
roto usándolas como armas, como armas en<br />
una guerra. Antes hemos dicho (<strong>el</strong> texto se<br />
llama 7 Piezas su<strong>el</strong>tas d<strong>el</strong> rompecabezas<br />
mundial, EZLN, 1997) que en la globalización<br />
se lleva a cabo una guerra mundial, la cuarta,<br />
y que se desarrolla un proceso de<br />
destrucción/despoblamiento y<br />
reconstrucción/reordenamiento (estoy<br />
tratando de resumir apretadamente, sed<br />
benévolos) en todo <strong>el</strong> planeta. Para la<br />
construcción d<strong>el</strong> “<strong>mundo</strong> orden mundial”<br />
(Planetario, Permanente, Inmediato e<br />
Inmaterial, siguiendo a Ignacio Ramonet), <strong>el</strong><br />
poder financiero conquista territorios y derriba<br />
fronteras, y lo consigue haciendo la guerra,<br />
una nueva guerra. Una de las bajas de esta<br />
guerra es <strong>el</strong> mercado nacional, base<br />
fundamental d<strong>el</strong> Estado-Nación. Este último<br />
está en vías de extinción, o cuando menos, lo<br />
está <strong>el</strong> Estado-Nación tradicional o clásico. En<br />
su lugar, surgen mercados integrados o,<br />
mejor aún, tiendas departamentales d<strong>el</strong> gran<br />
mall mundial, <strong>el</strong> mercado globalizado.<br />
Las consecuencias políticas y sociales de esta<br />
globalización son una figura de oximoron<br />
reiterada y compleja: menos personas con<br />
más riquezas, producidas con la explotación<br />
de más personas con menos riquezas, la<br />
pobreza de nuestro siglo es incomparable con<br />
ninguna otra. No es, como lo fuera alguna<br />
vez, <strong>el</strong> resultado natural de la escasez, sino de<br />
un conjunto de prioridades impuestas por los<br />
ricos al resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (John Berger, Cada<br />
vez que decimos adiós, Ediciones de la Flor,<br />
Argentina, 1997, pp. 278-279); para unos<br />
cuantos poderosos <strong>el</strong> planeta se abrió de par
en par, para millones de personas <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
no tiene lugar y vagan errantes de uno a otro<br />
lado; <strong>el</strong> crimen organizado forma la columna<br />
vertebral de los sistemas judiciales y de los<br />
gobiernos (los ilegales hacen las leyes y<br />
“guardan <strong>el</strong> orden público”); y la “integración”<br />
mundial multiplica las fronteras.<br />
Así que, si resaltáramos algunas de las<br />
principales características de la época actual,<br />
diríamos: supremacía d<strong>el</strong> poder financiero,<br />
revolución tecnológica e informática, guerra,<br />
destrucción/despoblamiento y<br />
reconstrucción/reordenamiento, ataques a los<br />
Estados-Nación, la consiguiente redefinición<br />
d<strong>el</strong> poder y de la política, <strong>el</strong> mercado como<br />
figura hegemónica que permea todos los<br />
aspectos de la vida humana en todas partes,<br />
mayor concentración de la riqueza en pocas<br />
manos, mayor distribución de la pobreza,<br />
aumento de la explotación y d<strong>el</strong> desempleo,<br />
millones de personas al destierro,<br />
d<strong>el</strong>incuentes que son gobierno, desintegración<br />
de territorio. En resumen: globalización<br />
fragmentada.<br />
Bien, según este planteamiento, en <strong>el</strong> caso de<br />
los int<strong>el</strong>ectuales (puesto que tienen que ver<br />
con la sociedad, <strong>el</strong> poder y <strong>el</strong> Estado) cabría<br />
preguntarse: ¿han padecido <strong>el</strong> mismo proceso<br />
de destrucción/despoblamiento y<br />
reconstrucción/reordenamiento?, ¿qué pap<strong>el</strong><br />
le asigna <strong>el</strong> poder financiero?; ¿cómo usan (o<br />
son usados por) los avances tecnológicos e<br />
informáticos?; ¿qué posición tienen en esta<br />
guerra?; ¿cómo se r<strong>el</strong>acionan con esos<br />
golpeados Estados-Nación?; ¿cuál es <strong>el</strong><br />
vínculo con ese poder y en esa política<br />
redefinidos?, ¿ qué lugar tiene en <strong>el</strong><br />
mercado?, y ¿qué posición toman frente a las<br />
consecuencias políticas y sociales de la<br />
globalización? En suma: ¿cómo es que se<br />
insertan en esa globalización fragmentada?<br />
El <strong>mundo</strong> habría cambiado por y para esta<br />
guerra. Si así fuera, los int<strong>el</strong>ectuales “clásicos”<br />
no existirían más, ni sus antiguas funciones.<br />
En su lugar, una nueva generación de<br />
“cabezas pensantes” (para usar un término<br />
acuñado por <strong>el</strong> comandante zapatista Tacho)<br />
habría emergido (o está por emerger) y<br />
tendrían nuevas funciones en su quehacer<br />
int<strong>el</strong>ectual.<br />
Aunque aquí nos trataremos de limitar a los<br />
int<strong>el</strong>ectuales de derecha, serán evidentes<br />
algunos señalamientos sobre los int<strong>el</strong>ectuales<br />
en general y sobre su r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> poder.<br />
Como <strong>el</strong> propósito de este texto es participar<br />
y alentar la polémica entre int<strong>el</strong>ectuales de<br />
derecha e izquierda, queda una reflexión más<br />
profunda (sobre los int<strong>el</strong>ectuales y <strong>el</strong> poder, y<br />
sobre los int<strong>el</strong>ectuales y la transformación)<br />
para futuros e improbables escritos.<br />
La mundialización:<br />
En la bisagra d<strong>el</strong> calendario, <strong>el</strong> dos mil se<br />
balancea aún entre los siglos XX y XXI, y<br />
entre <strong>el</strong> segundo y tercer milenio. No sé qué<br />
tan importante sea esta cuenta d<strong>el</strong> tiempo,<br />
pero me parece que es, también, un momento<br />
adecuado para que por todos lados surja<br />
OXIMORON. Para no ir muy lejos, se puede<br />
decir que esta época es <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> fin o <strong>el</strong><br />
fin d<strong>el</strong> principio de “algo”. “Algo”,<br />
irresponsable forma de <strong>el</strong>udir un problema.<br />
Pero ya se sabe que nuestra especialidad no<br />
es la solución de problemas, sino su creación.<br />
¿”Su creación”? No, es muy presuntuoso,<br />
mejor su proposición. Sí, nuestra especialidad<br />
es proponer problemas.<br />
Allá arriba todo parece haber ocurrido ya<br />
antes, como si una vieja p<strong>el</strong>ícula se repitiera<br />
con otras imágenes, otros recursos<br />
cinematográficos, incluso actores diferentes,<br />
pero <strong>el</strong> mismo argumento. Como si la<br />
“modernidad” (o “posmodernidad”, dejo la<br />
precisión para quien se tome la molestia) de<br />
la globalización se vistiera con su OXIMORON<br />
y se nos presentara como una modernidad<br />
arcaica, rancia, antigua.<br />
Si esto que digo les parece una mera<br />
apreciación subjetiva, póngalo a cargo de<br />
nuestro estar en la montaña, resistiendo y en<br />
reb<strong>el</strong>día, pero concédanos <strong>el</strong> privilegio de la<br />
lectura y vea si se trata en efecto de un<br />
síntoma más d<strong>el</strong> “mal de montaña”, o usted<br />
comparte esta sensación de dejá vu que fluye<br />
por <strong>el</strong> hipercinema que es <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
globalizado.<br />
El <strong>mundo</strong> no es cuadrado, cuando menos esto<br />
es lo que se enseña en la escu<strong>el</strong>a. Pero, en le<br />
filo cortante de la unión de dos milenios, <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> tampoco es redondo. Ignoro cuál sea<br />
la figura geométrica adecuada para<br />
205
epresentar la forma actual d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, pero,<br />
puesto que estamos en la época de la<br />
comunicación digital audiovisual, podríamos<br />
intentar definirla como una gigantesca<br />
pantalla. Usted puede agregar “una pantalla<br />
de t<strong>el</strong>evisión”, aunque yo optaría por “una<br />
pantalla de cine”. No sólo porque prefiero al<br />
cinematógrafo, también (y sobre todo) porque<br />
me parece que hay frente a nosotros una<br />
p<strong>el</strong>ícula, una vieja p<strong>el</strong>ícula, modernamente<br />
vieja (para seguir con oximoron).<br />
Es además, una de esas pantallas donde se<br />
puede programar la presentación simultánea<br />
de varias imágenes (Picture in Picture la<br />
llaman). En <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> globalizado, de<br />
imágenes que se suceden en cualquier rincón<br />
d<strong>el</strong> planeta. No son todas las imágenes. Y no<br />
se debe a que falte espacio en la pantalla,<br />
sino a que “alguien” ha s<strong>el</strong>eccionado esas<br />
imágenes y no otras. Es decir, estamos viendo<br />
una pantalla con diversos recuadros que<br />
presentan imágenes simultáneas de diferentes<br />
partes d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, es cierto, pero no todo <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> está ahí.<br />
Al llegar a este punto, uno se pregunta,<br />
inevitablemente, ¿quién tiene <strong>el</strong> control<br />
remoto de esta pantalla audiovisual? Y ¿quién<br />
hace la programación? Buenas preguntas,<br />
pero aquí no encontrará usted las respuestas.<br />
Y no sólo porque no las sabemos a ciencia<br />
cierta, sino también porque no son <strong>el</strong> tema de<br />
este escrito.<br />
Puesto que no podemos cambiar de canal o de<br />
cinema, veamos algunos de los diferentes<br />
recuadros que nos ofrece la megapantalla de<br />
la globalización.<br />
Vayamos al continente americano. Ahí tiene<br />
usted, en aqu<strong>el</strong> rincón la imagen de la<br />
Universidad Nacional Autónoma de <strong>México</strong><br />
(UNAM) ocupada por un grupo paramilitar d<strong>el</strong><br />
Gobierno: la llamada Policía Federal<br />
Preventiva. No parece que estén estudiados<br />
esos hombres uniformados de gris. Más allá,<br />
enmarcada por las montañas d<strong>el</strong> sureste<br />
mexicano, una columna de grises tanquetas<br />
blindadas cruza una comunidad indígena<br />
chiapaneca. En <strong>el</strong> otro lado, la imagen gris<br />
presenta a un policía norteamericano que<br />
detiene, con lujo de violencia, a un joven en<br />
un lugar que puede ser Seattle o Washington.<br />
206<br />
En <strong>el</strong> recuadro europeo proliferan también los<br />
grises. En Austria es Joer Heider y su fervor<br />
pronazi. En Italia, con la ayuda desinteresada<br />
de Dálema, Silvio Burlusconi se arregla la<br />
corbata. En <strong>el</strong> Estado Español, F<strong>el</strong>ipe González<br />
le maquilla la cara a José María Aznar. En<br />
Francia es Le Pen quien nos sonríe.<br />
Asía, África y Oceanía presentan <strong>el</strong> mismo<br />
color repitiéndose en sus respectivos rincones.<br />
Mmh… Tantos grises… Mmh… Podemos<br />
protestar… Después de todo, nos prometieron<br />
un programa a todo color… Cuando menos<br />
subamos <strong>el</strong> volumen y tratemos de entender<br />
así de qué se trata…<br />
Un olvido memorable<br />
Al igual que la globalización fragmentada, los<br />
int<strong>el</strong>ectuales están ahí, son una realidad de la<br />
sociedad moderna. Y su “estar ahí” no se<br />
limita a la época actual, se remonta a los<br />
primeros pasos de la sociedad humana. Pero<br />
la arqueología de los int<strong>el</strong>ectuales escapa a<br />
nuestros conocimientos y posibilidades, así<br />
que partimos d<strong>el</strong> hecho de que “están ahí”. En<br />
todo caso, lo que tratamos de descubrir es la<br />
forma que adquiere ahora su “estar ahí”.<br />
Los int<strong>el</strong>ectuales como categoría son algo muy<br />
vago, ya se sabe. Diferente es, en cambio,<br />
definir la “función int<strong>el</strong>ectual”. La función<br />
int<strong>el</strong>ectual consiste en determinar<br />
críticamente lo que se considera una<br />
aproximación satisfactoria al propio concepto<br />
de verdad; y puede desarrollarla quien sea,<br />
incluso un marginado que reflexione sobre su<br />
propia condición y de alguna manera la<br />
exprese, mientras que puede traicionarla un<br />
escritor que reaccione ante los<br />
acontecimientos con apasionamiento, sin<br />
imponerse la criba de la reflexión (Humberto<br />
Eco, Cinco escritos morales, Lumen,<br />
traducción de H<strong>el</strong>ena Lozano Millares, pp. 14-<br />
15). Si esto es así, entonces <strong>el</strong> quehacer<br />
int<strong>el</strong>ectual es, fundamentalmente, analítico y<br />
crítico. Frente a un hecho social (por<br />
limitarnos a un universo), <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />
analiza lo evidente, lo afirmativo y lo<br />
negativo, buscando lo ambiguo, lo que no es<br />
ni una cosa ni otra (aunque así se presente),<br />
y exhibe (comunica, dev<strong>el</strong>a, denuncia) lo que<br />
no sólo no es lo evidente, sino incluso<br />
contradice a lo evidente.
Es de suponer que las sociedades humanas<br />
tengan personas que se dediquen<br />
profesionalmente a este análisis crítico y a<br />
comunicar su resultado (en palabras de<br />
Norberto Bobbio: Los int<strong>el</strong>ectuales son todos<br />
aqu<strong>el</strong>los para los cuales transmitir mensajes<br />
es la ocupación habitual y conciente […] y<br />
para decirlo en un modo que puede parecer<br />
brutal, casi siempre representa también <strong>el</strong><br />
modo de ganarse <strong>el</strong> pan). Quedémonos con<br />
esta aproximación al int<strong>el</strong>ectual, al profesional<br />
d<strong>el</strong> análisis crítico y la comunicación.<br />
Ya hemos sido advertidos de que <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />
no siempre ejerce la función int<strong>el</strong>ectual. La<br />
función int<strong>el</strong>ectual se ejerce siempre con<br />
ad<strong>el</strong>anto (sobre lo que podría suceder) o con<br />
retraso (sobre lo que ha sucedido); raramente<br />
sobre lo que está sucediendo, por razones de<br />
ritmo, porque los acontecimientos son<br />
siempre más rápidos y acuciantes que la<br />
reflexión sobre los acontecimientos (Humberto<br />
Eco, op, cit., p.29).<br />
Por su función int<strong>el</strong>ectual, este profesional d<strong>el</strong><br />
análisis crítico y su comunicación sería una<br />
especie de conciencia incómoda e<br />
impertinente de la sociedad (en esta época,<br />
de la sociedad globalizada) en su conjunto y<br />
de sus partes. Un inconforme con todo, con<br />
las fuerzas políticas y sociales, con <strong>el</strong> Estado,<br />
con <strong>el</strong> Gobierno, con los medio de<br />
comunicación, con la cultura, con las artes,<br />
con la r<strong>el</strong>igión, con <strong>el</strong> etcétera que <strong>el</strong> lector<br />
agregue. Si <strong>el</strong> actor social dice “¡ya está!”, <strong>el</strong><br />
int<strong>el</strong>ectual murmura con escepticismo: “le<br />
falta, le sobra”.<br />
Tendríamos entonces que <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual en su<br />
pap<strong>el</strong> es un crítico de la inmovilidad, un<br />
promotor d<strong>el</strong> cambio, un progresista. Sin<br />
embargo, este comunicador de ideas críticas<br />
está inserto en una sociedad polarizada,<br />
enfrentada entre sí de muchas formas y con<br />
variados argumentos, pero dividida en lo<br />
fundamental entre quienes usan <strong>el</strong> poder para<br />
que las cosas no cambien y entre quienes<br />
luchan por <strong>el</strong> cambio. El int<strong>el</strong>ectual debe, por<br />
un <strong>el</strong>emental sentido d<strong>el</strong> ridículo, comprender<br />
que no se le otorga un pap<strong>el</strong> de brujo d<strong>el</strong><br />
espíritu en torno al cual va a girar <strong>el</strong> ser o no<br />
ser de lo histórico, pero que evidentemente él<br />
tiene saberes […] que lo puedan alinear en un<br />
sentido o en otro de lo histórico. Lo pueden<br />
alinear en la búsqueda de la clarificación de<br />
las injusticias presentes en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> actual o<br />
en la complicidad con la paralización e<br />
instalación en <strong>el</strong> Limbo (Manu<strong>el</strong> Vázquez<br />
Montalbán, Panfleto desde <strong>el</strong> planeta de los<br />
simios, Drakontos, Barc<strong>el</strong>ona, 1995, p. 48).<br />
Y es aquí donde <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual opta, <strong>el</strong>ige,<br />
escoge entre su función int<strong>el</strong>ectual y la<br />
función que le proponen los actores sociales.<br />
Aparece así la división (y la lucha) entre<br />
int<strong>el</strong>ectuales progresistas y reaccionarios.<br />
Unos y otros siguen trabajando con la<br />
comunicación de análisis críticos pero,<br />
mientras lo progresistas siguen en la crítica a<br />
la inmovilidad, a la permanencia, a la<br />
hegemonía y a lo homogéneo; los<br />
reaccionarios enarbolan la crítica al cambio, al<br />
movimiento, a la reb<strong>el</strong>ión y reflexión crítica, y<br />
su memoria se recorta de modo que no hay<br />
pasado ni futuro, <strong>el</strong> presente y lo inmediato es<br />
lo único asible y, por ende, incuestionable.<br />
Al decir “int<strong>el</strong>ectuales progresistas y<br />
reaccionarios”, nos referimos a los<br />
int<strong>el</strong>ectuales “de izquierda y de derecha”. Aquí<br />
conviene agregar que <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual de<br />
izquierda ejerce su función int<strong>el</strong>ectual, es<br />
decir, su análisis crítico, también frente a la<br />
izquierda (social, partidaria, ideológica), pero<br />
en la época actual su crítica es<br />
fundamentalmente frente al poder<br />
hegemónico: <strong>el</strong> de los señores d<strong>el</strong> dinero y<br />
quienes los representan en <strong>el</strong> campo de la<br />
política y de las ideas.<br />
Dejemos ahora a los int<strong>el</strong>ectuales progresistas<br />
y de izquierda, y vayamos a los int<strong>el</strong>ectuales<br />
reaccionarios, la derecha int<strong>el</strong>ectual.<br />
El pragmatismo int<strong>el</strong>ectual<br />
En <strong>el</strong> principio, los gigantes int<strong>el</strong>ectuales de<br />
derecha fueron progresistas. Y hablo de los<br />
grandes int<strong>el</strong>ectuales de derecha, los think<br />
tanks de la reacción, no de los enanos que<br />
fueron ingresando a sus clubes “pensantes”.<br />
Octavio Paz, exc<strong>el</strong>ente poeta y ensayista, <strong>el</strong><br />
más grande int<strong>el</strong>ectual de derecha de los<br />
últimos años en <strong>México</strong>, declaró: vengo d<strong>el</strong><br />
pensamiento llamado de izquierda. Fue algo<br />
muy importante en mi formación. No sé<br />
ahora… lo único que sé es que mi diálogo –a<br />
veces mi discusión- es con <strong>el</strong>los (los<br />
int<strong>el</strong>ectuales de izquierda). No tengo mucho<br />
207
que hablar con los otros. (Braulio Peralta. El<br />
poeta en su tierra. Diálogos con Octavio Paz<br />
Grijalbo, <strong>México</strong>, 1996, p. 45).<br />
Y casos como <strong>el</strong> de Paz se repiten en la<br />
megapantalla global.<br />
El int<strong>el</strong>ectual progresista, en tanto que<br />
comunicador de análisis críticos, se convierte<br />
en objeto y objetivo para <strong>el</strong> poder dominante.<br />
Objeto a comprar y objetivo a destruir.<br />
Multitud de recursos se ponen en juego para<br />
una y otra cosa. El int<strong>el</strong>ectual progresista<br />
“nace” en medio de este ambiente de<br />
seducción persecutoria. Algunos se resisten y<br />
defienden (casi siempre en solitario, la<br />
solidaridad intergremial no parece ser la<br />
característica d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual progresista), pero<br />
otros, tal vez fatigados, buscan entre su<br />
bagaje de ideas y sacan aqu<strong>el</strong>las que sean a<br />
la vez coartada y razón para legitimar al<br />
poder. Lo nuevo exige mucho, lo viejo ahí<br />
está, así que basta enarbolar <strong>el</strong> argumento de<br />
“lo inevitable” para que <strong>el</strong> sistema le ofrezca<br />
un cómodo sillón (a veces en forma de beca,<br />
puesto, premio, espacio) a la vera d<strong>el</strong> Príncipe<br />
ayer tan criticado.<br />
“Lo inevitable” tiene nombre hoy:<br />
globalización fragmentada, pensamiento único<br />
(es decir, la traducción en términos<br />
ideológicos y con pretensión universal de los<br />
intereses de un conjunto de fuerzas<br />
económicas, en particular las d<strong>el</strong> capital<br />
internacional: Ignacio Ramonet, Un <strong>mundo</strong> sin<br />
rumbo. Crisis de fin de siglo, Debate, Madrid),<br />
fin de la historia, omnipresencia y<br />
omnipotencia d<strong>el</strong> dinero, reemplazo de la<br />
política por la policía, <strong>el</strong> presente como único<br />
futuro posible, racionalización de la<br />
desigualdad social justificación de la<br />
sobreexplotación de seres humanos y recursos<br />
naturales, racismo, intolerancia, guerra.<br />
En una época marcad por dos nuevos<br />
paradigmas, comunicación y mercado, <strong>el</strong><br />
int<strong>el</strong>ectual de derecha (y ex de izquierda)<br />
entiende que ser “moderno” significa cumplir<br />
la consigna: ¿adaptaos o perded vuestros<br />
privilegiados lugares!<br />
Ni siquiera tiene que ser original, <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />
de derecha ya tiene la cantera de la que habrá<br />
de picar las piedras que adornen la<br />
globalización fragmentada: <strong>el</strong> pensamiento<br />
208<br />
único, la asepsia no importa mucho, <strong>el</strong><br />
pensamiento único tiene sus principales<br />
“fuentes” en <strong>el</strong> Banco Mundial, <strong>el</strong> Fondo<br />
Monetario Internacional, la Organización para<br />
<strong>el</strong> Comercio y <strong>el</strong> Desarrollo Económico, la<br />
Organización Mundial de Comercio, la<br />
Comisión Europea, <strong>el</strong> Bundesbank, <strong>el</strong> Banco<br />
de Francia que, mediante su financiamiento,<br />
enrolan al servicio de sus ideas a través de<br />
todo <strong>el</strong> planeta a numerosos centros de<br />
investigación, universidades y fundaciones, los<br />
cuales, a su vez, perfilan y difunden la buena<br />
nueva (Ignacio Ramonet, op. Cit., p. 111).<br />
Con tal abundancia de recursos, es fácil que<br />
florezcan <strong>el</strong>ites que, desde hace años, se<br />
emplean a fondo en hacer los <strong>el</strong>ogios d<strong>el</strong><br />
“pensamiento único”; que ejercen un<br />
auténtico chantaje contra toda reflexión crítica<br />
en nombre de la “modernización”, d<strong>el</strong><br />
“realismo”, de la “responsabilidad” y de la<br />
“razón”; que afirman <strong>el</strong> “carácter in<strong>el</strong>uctable”<br />
de la evolución actual de las cosas; que<br />
predican la capitulación int<strong>el</strong>ectual, y arrojan<br />
a las tinieblas de lo irracional a todos los que<br />
se niegan a aceptar que “<strong>el</strong> estado natural de<br />
la sociedad es <strong>el</strong> mercado” (ibid., p. 114).<br />
Lejos de la reflexión, d<strong>el</strong> pensamiento crítico,<br />
los int<strong>el</strong>ectuales de derecha se convierten en<br />
los pragmáticos por exc<strong>el</strong>encia, destierran la<br />
función int<strong>el</strong>ectual y se transforman en ecos,<br />
más o menos estilizados, de los spots<br />
publicitarios que inundan <strong>el</strong> megamercado de<br />
la globalización fragmentada.<br />
Refuncionalizados en la globalización<br />
fragmentada, los int<strong>el</strong>ectuales de derecha<br />
modifican su ser y adquieren nuevas<br />
“virtudes” (entre <strong>el</strong>las reaparece oximoron):<br />
una audaz cobardía y una profunda banalidad.<br />
Ambas brillan en sus “análisis” d<strong>el</strong> presente<br />
globalizado y sus contradicciones, sus<br />
revisitaciones al pasado histórico, sus<br />
clarividencias. Se pueden dar <strong>el</strong> lujo de la<br />
audaz cobardía y de la profunda banalidad,<br />
puesto que la hegemonía universal casi<br />
absoluta d<strong>el</strong> dinero los protege con torres de<br />
cristal blindado, por esto, la derecha<br />
int<strong>el</strong>ectual es particularmente sectaria y tiene,<br />
además, <strong>el</strong> respaldo de no pocos medios de<br />
comunicación y gobiernos. El ingreso a esas<br />
altas torres int<strong>el</strong>ectuales no es fácil, hay que<br />
renunciar a la imaginación crítica y autocrítica,<br />
a la int<strong>el</strong>igencia, a la argumentación a la
eflexión, y optar por la nueva teología, la<br />
teología neoliberal.<br />
Puesto que la globalización se vende como <strong>el</strong><br />
mejor de los <strong>mundo</strong>s posibles, pero carece de<br />
ejemplos concretos de sus ventajas para la<br />
humanidad, se debe recurrir a la teología y<br />
suplir con dogmas y fe neoliberales la falta de<br />
argumentos. El pap<strong>el</strong> de los teólogos<br />
neoliberales incluye <strong>el</strong> señalar y perseguir a<br />
los “herejes”, a los “mensajeros d<strong>el</strong> mal”, es<br />
decir, a los int<strong>el</strong>ectuales de izquierda. Y qué<br />
mejor forma de combatir a los críticos que<br />
acusarlos de “mesianismo”.<br />
Frente al int<strong>el</strong>ectual de izquierda, <strong>el</strong> de<br />
derecha impone la etiqueta lapidaria de<br />
“mesianismo trasnochado”. ¿Quién puede<br />
cuestionar un presente pleno de libertades,<br />
donde cualquiera puede decidir qué compra,<br />
sean artículos de primera necesidad,<br />
ideologías, propuestas políticas y conductas<br />
para toda ocasión?<br />
Pero paradoja no perdona. Si en algún lado<br />
hay mesianismo, es en la derecha int<strong>el</strong>ectual.<br />
El Gran Circo de Int<strong>el</strong>ectuales Neoliberales<br />
Químicamente Puros o Ex Marxistas<br />
Arrepentidos o la Trilateral pueden ser<br />
mesiánicos cuando prefiguran la fatalidad de<br />
un universo basado en la verdad única, <strong>el</strong><br />
mercado único y <strong>el</strong> ejército gendarme único<br />
vigilando <strong>el</strong> fogonazo de flash que acompaña<br />
la foto final de la Historia, pulsado ante los<br />
mejores paisajes de las mejores sociedades<br />
abiertas (Manu<strong>el</strong> Vázquez Montalbán, op. Cit.,<br />
p. 47).<br />
La foto final. O la escena culminante d<strong>el</strong> filme<br />
de la globalización fragmentada.<br />
Los clarividentes ciegos<br />
Parafraseando a Régis Debray (Croire, Voir,<br />
Faire, Odile Jacob, París, 1999), <strong>el</strong> problema<br />
aquí no es por qué o cómo la globalización es<br />
irremediable, sino por qué o cómo todo <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>, o casi, está de acuerdo en que es<br />
irremediable. Una posible respuesta: la<br />
tecnología d<strong>el</strong> hacer-creer […]. El poder de la<br />
información… Inf-formar: dar forma,<br />
formatear. Con-formar: dar conformidad.<br />
Trans-formar: modificar una situación (ibid.,<br />
p. 193).<br />
Con la globalización de la economía se<br />
globaliza también la cultura. Y la información.<br />
De ahí que las grandes empresas de la<br />
comunicación “tiendan” sobre <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> entero<br />
su red <strong>el</strong>ectrónica sin que nada ni nadie se los<br />
impida. Ni Ted Turner, de la CNN; ni Rupert<br />
Murdoch, de News Corporation Limited; ni Hill<br />
Gates, de Microsoft; ni Jeffrey Inc., de Fid<strong>el</strong>ity<br />
Investments,; ni Larry Rong, de China Trust<br />
and International Investment; ni Robert Allen,<br />
de ATT, al igual que George Soros o decenas<br />
de otros nuevos amos d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, han<br />
sometido jamás sus proyectos al sufragio<br />
universal (Ignacio Ramonet, op. Cit., p. 109).<br />
En la globalización fragmentada, las<br />
sociedades son fundamentalmente sociedades<br />
mediáticas. Los media son <strong>el</strong> gran espejo, no<br />
de lo que una sociedad es, sino de lo que<br />
debe aparentar ser. Plena de tautologías y<br />
evidencias, la sociedad mediática es avara en<br />
razones y argumentos. Aquí, repetir es<br />
demostrar.<br />
Y lo que se repite son las imágenes, como<br />
esas grises que ahora nos presenta la pantalla<br />
globalizada. Debray nos dice: La ecuación de<br />
la era visual es algo así como: lo visible = lo<br />
real = lo verdadero. He aquí la idolatría<br />
revistada (y sin duda redefinida) (Régis<br />
Debray, op. Cit., p. 200). Y los int<strong>el</strong>ectuales<br />
de derecha han aprendido bien la lección. Y<br />
más, es uno de los dogmas de su teología.<br />
¿Dónde se dio <strong>el</strong> salto que iguala lo visible con<br />
lo verdadero? Trucos de la pantalla<br />
globalizada.<br />
El <strong>mundo</strong> entero, mejor aún, <strong>el</strong> conocimiento<br />
entero está ahora a la mano de cualquiera con<br />
una t<strong>el</strong>evisión o una computadora portátil. Sí,<br />
pero no cualquier <strong>mundo</strong> y no cualquier<br />
conocimiento. Debray explica que <strong>el</strong> centro de<br />
gravedad de las informaciones se ha<br />
desplazado de lo escrito a lo visual, de lo<br />
diferido a lo directo, d<strong>el</strong> signo de la imagen.<br />
Las ventajas para los int<strong>el</strong>ectuales de derecha<br />
(y las desventajas para los progresistas) son<br />
obvias.<br />
Analizando <strong>el</strong> comportamiento de la<br />
información en Francia durante la Guerra d<strong>el</strong><br />
Golfo Pérsico, se dev<strong>el</strong>a <strong>el</strong> poder de los<br />
media: al inicio d<strong>el</strong> conflicto <strong>el</strong> 70% de los<br />
franceses se mostraban hostiles a la guerra, al<br />
209
final d<strong>el</strong> mismo porcentaje la apoyaba. Bajo <strong>el</strong><br />
golpeteo de los media, la opinión pública<br />
francesa se “volteó” y <strong>el</strong> Gobierno obtuvo <strong>el</strong><br />
beneplácito por su participación bélica.<br />
Estamos en la “era visual”. Así las<br />
informaciones se nos presentan en la<br />
evidencia de su inmediatez, por tanto es real<br />
lo que se nos muestra, por tanto es verdadero<br />
lo que vemos. No hay lugar para la reflexión<br />
int<strong>el</strong>ectual crítica, a lo más hay espacio para<br />
comentaristas que “completen” la lectura de la<br />
imagen. Lo visual no está hecho, en esta era,<br />
para ser visto, sino para dar “conocimiento”.<br />
El <strong>mundo</strong> ha devenido en una mera<br />
representación multimedia, que suprime al<br />
<strong>mundo</strong> exterior, capaz de ser conocida en la<br />
misma medida en que es vista. Sí, inicios d<strong>el</strong><br />
tercer milenio, siglo XXI, y la filosofía boyante<br />
en nuestro <strong>mundo</strong> “moderno” es <strong>el</strong> idealismo<br />
absoluto.<br />
Se pueden sacar ya algunas conclusiones: <strong>el</strong><br />
nuevo int<strong>el</strong>ectual de derecha tiene que<br />
desempeñar su función legitimadora en la era<br />
visual; optar por lo directo e inmediato; pasar<br />
d<strong>el</strong> signo a la imagen y de la reflexión al<br />
comentario t<strong>el</strong>evisivo. Ni siquiera tiene que<br />
esforzarse por legitimar un sistema totalitario,<br />
brutal, genocida, racista, intolerante y<br />
excluyente. El <strong>mundo</strong> que es <strong>el</strong> objeto de su<br />
“función int<strong>el</strong>ectual” es <strong>el</strong> que ofrece los<br />
media: una representación virtual. Si en <strong>el</strong><br />
hipermercado de la globalización <strong>el</strong> Estado-<br />
Nación se redefine como una empresa más,<br />
los gobernantes como gerentes de ventas y<br />
los ejércitos y policías como cuerpos de<br />
vigilancia, entonces a la derecha int<strong>el</strong>ectual le<br />
toca <strong>el</strong> área de R<strong>el</strong>aciones Públicas.<br />
En otras palabras, en la globalización, los<br />
int<strong>el</strong>ectuales de derecha son “multiusos:<br />
sepultureros d<strong>el</strong> análisis crítico y la reflexión,<br />
malabaristas con las ruedas de molino de la<br />
teología neoliberal, apuntadores de gobiernos<br />
que olvidan <strong>el</strong> scirpt, comentaristas de lo<br />
evidente, porristas de soldados y policías,<br />
jueces gnoseológicos que reparten etiquetas<br />
de “verdadero” o “falso” a conveniencia,<br />
guardaespaldas teóricos d<strong>el</strong> Príncipe, y<br />
locutores de la “nueva historia”.<br />
El futuro pasado<br />
210<br />
Quemar libros y erigir fortificaciones es tarea<br />
común de los príncipes, dice Jorge Luis<br />
Borges. Y añade que todo Príncipe quiere que<br />
la historia comience desde él. En la era de la<br />
globalización fragmentada no se queman los<br />
libros (aunque si se erigen fortificaciones, sino<br />
que se les substituye. Aun así, más que<br />
suprimir la historia previa a la globalización, <strong>el</strong><br />
Príncipe neoliberal instruye a sus int<strong>el</strong>ectuales<br />
para que la rehagan de modo que <strong>el</strong> presente<br />
sea la culminación de los tiempos.<br />
2Los maquillistas de la historia”, así tituló Luis<br />
Hernández Navarro un artículo dedicado al<br />
debate con los int<strong>el</strong>ectuales de derecha en<br />
<strong>México</strong> (Hojarasca, en La Jornada, 10 de abril,<br />
2000). Además de provocar <strong>el</strong> presente texto<br />
(escrito con <strong>el</strong> ánimo de darle seguimiento a<br />
sus planteamientos), Hernández Navarro<br />
advierte sobre una nueva ofensiva: la nueva<br />
derecha int<strong>el</strong>ectual dirige sus baterías contra<br />
figuras representativas de la int<strong>el</strong>ectualidad<br />
progresista mexicana. Rentista tardía de la<br />
bonanza planetaria d<strong>el</strong> “pensamiento único”,<br />
renegada de la identidad, heredera con<br />
escrituras de la caída d<strong>el</strong> muro de Berlín, socia<br />
y émula d<strong>el</strong> circuito cultural conservador<br />
estadounidense, esta derecha está convencida<br />
de que la crítica cultural otorga credenciales<br />
suficientes para emitir, sin argumentación,<br />
juicios sumarios a sus adversarios en <strong>el</strong><br />
terreno político (ibídem).<br />
Las razones no-ideológicas de este ataque<br />
deben buscarse en la disputa por <strong>el</strong> espacio de<br />
credibilidad. En <strong>México</strong> los int<strong>el</strong>ectuales de<br />
izquierda tienen gran influencia en la cultura y<br />
la academia. Estorban, ése es su d<strong>el</strong>ito.<br />
No, más bien ése es uno de sus d<strong>el</strong>itos. Otro<br />
es <strong>el</strong> apoyo de estos int<strong>el</strong>ectuales progresistas<br />
a la lucha zapatista por una paz justa y digna,<br />
por <strong>el</strong> reconocimiento de los derechos de los<br />
pueblos indios, y por <strong>el</strong> fin de la guerra contra<br />
los indígenas d<strong>el</strong> país. Este “pecado” no es<br />
menor. El levantamiento zapatista inaugura<br />
una nueva etapa, la de la irrupción de<br />
movimientos indígenas como actores de la<br />
oposición a la globalización neoliberal (Ivon Le<br />
Bot. “Los indígenas contra <strong>el</strong> neoliberalismo”,<br />
en La Jornada, 6 de marzo, 2000). No somos<br />
los mejores ni los únicos: ahí están los<br />
indígenas de Ecuador y de Chile, las protestas<br />
de Seattle y Washington (y las que sigan en<br />
tiempo, no en importancia). Pero somos una
de las imágenes que distorsionan la<br />
megapantalla de la globalización fragmentad<br />
y, como fenómeno social e histórico,<br />
demandamos reflexión y análisis crítico.<br />
Y la reflexión y <strong>el</strong> análisis crítico no están en<br />
<strong>el</strong> “arsenal” de la derecha int<strong>el</strong>ectual. ¿Cómo<br />
cantar las glorias d<strong>el</strong> nuevo orden mundial (y<br />
su imposición en <strong>México</strong>) si un grupo de<br />
indígenas “premodernos” no sólo desafiaban<br />
al poder, sino que lograban la simpatía de una<br />
importante franja de int<strong>el</strong>ectuales? En<br />
consecuencia <strong>el</strong> Príncipe dictó sus órdenes:<br />
atacad a unos y a otros, yo pongo al ejército y<br />
los medios de comunicación, ustedes pongan<br />
las ideas. Así que la nueva derecha int<strong>el</strong>ectual<br />
dedicó burlas y calumnias a su par de<br />
izquierda. A los indígenas reb<strong>el</strong>des zapatistas<br />
nos dedicó… una nueva historia.<br />
Y, en tanto que <strong>el</strong> zapatista tuvo impacto<br />
internacional, la derecha int<strong>el</strong>ectual en varias<br />
partes d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (no sólo en <strong>México</strong>) se<br />
dedicó a esta tarea. Los int<strong>el</strong>ectuales de<br />
derecha no sólo maquillan la historia, la<br />
rehacen, la reescriben a conveniencia d<strong>el</strong><br />
Príncipe y a modo con su función int<strong>el</strong>ectual.<br />
Pero volvamos a <strong>México</strong>. A lo largo de este<br />
siglo los int<strong>el</strong>ectuales en <strong>México</strong> han<br />
desempeñado funciones diversas: cortesanos<br />
de lujo d<strong>el</strong> poder en turno, decoración estatal,<br />
voces disidentes (a las que se llama, para<br />
institucionalizarlas, “Conciencias Críticas”),<br />
intérpretes privilegiados de la historia y de la<br />
sociedad, espectáculos en sí mismos (Carlos<br />
Monsiváis, “Int<strong>el</strong>ectuales mexicanos de fin de<br />
siglo”, Viento d<strong>el</strong> sur 8, 1996, p. 43).<br />
El último gran int<strong>el</strong>ectual de derecha en<br />
<strong>México</strong>, Octavio Paz, cumplió a cabalidad la<br />
labor encomendada por <strong>el</strong> Príncipe, no<br />
escatimó palabras para desprestigiar a los<br />
zapatistas y a quienes mostraron simpatía por<br />
su causa (ojo: no por su forma de lucha). Una<br />
de las mejores muestras d<strong>el</strong> Paz al servicio d<strong>el</strong><br />
Príncipe está en sus escritos y declaraciones<br />
en los inicios de 1994. Ahí Octavio Paz definía,<br />
no al EZLN, sino los argumentos sobre los que<br />
deberían ahondar sus “soldados”<br />
int<strong>el</strong>ectuales: maoísmo, mesianismo,<br />
fundamentalismo, y progresistas, Paz no<br />
escatimó acusaciones: <strong>el</strong>los eran responsables<br />
d<strong>el</strong> “clima de violencia” que marcó <strong>el</strong> año de<br />
1994 (y todos los años d<strong>el</strong> <strong>México</strong> moderno,<br />
pero la derecha int<strong>el</strong>ectual nunca ha brillado<br />
por su memoria histórica), en concreto, d<strong>el</strong><br />
asesinato d<strong>el</strong> candidato oficial a la presidencia<br />
de la República, Colosio. Años después, antes<br />
de morir, Paz rectificaría y señalaría que <strong>el</strong><br />
sistema estaba en crisis y que, aun sin <strong>el</strong><br />
alzamiento zapatista, esos hechos ocurrirían<br />
de todas formas (véase: Braulio Peralta, op.<br />
Cit.).<br />
Ninguno de los actuales herederos de Paz<br />
tiene su estatura, aunque no les faltan<br />
ambiciones para ocupar su lugar. No como<br />
int<strong>el</strong>ectual, pues les falta int<strong>el</strong>igencia y brillo,<br />
sino por <strong>el</strong> lugar privilegiad que ocupó al lado<br />
d<strong>el</strong> Príncipe. Sin embargo, su lucha hacen. Y<br />
siguen en su empeño de confeccionarle al<br />
zapatismo una historia que les sea cómoda,<br />
no sólo para atacarlo, sino, sobre todo, para<br />
<strong>el</strong>udir <strong>el</strong> análisis crítico y la reflexión serios y<br />
responsables.<br />
Pero no sólo la historia d<strong>el</strong> zapatismo y de los<br />
pueblos indios reescriben los int<strong>el</strong>ectuales de<br />
derecha. La historia entera de <strong>México</strong> se está<br />
rehaciendo para demostrar que estamos, ya,<br />
en le mejor de los <strong>México</strong>s posibles. Así que<br />
los enanos de la derecha int<strong>el</strong>ectual revisita <strong>el</strong><br />
pasado y nos venden una nueva imagen de<br />
Porfirio Díaz, de Santa Anna, de Calleja, de<br />
Cárdenas.<br />
Y este afán de remod<strong>el</strong>ar la historia no es<br />
exclusivo de <strong>México</strong>. En la pantalla de la<br />
globalización ya se nos oferta una nueva<br />
versión en donde <strong>el</strong> Holocausto nazi en contra<br />
de los judíos fue una especie de Disneylandia<br />
s<strong>el</strong>ectiva. Adolfo Hitler es una especie de<br />
alegre Mickey Mouse ario y, más acá en <strong>el</strong><br />
tiempo, las guerras d<strong>el</strong> Golfo Pérsico y de<br />
Kosovo fueron “humanitarias”. En <strong>el</strong> futuro<br />
pasado que nos prepara la derecha<br />
int<strong>el</strong>ectual, la globalización es <strong>el</strong> deux ex<br />
machina que trabaja sobre <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> para<br />
preparar su propio advenimiento.<br />
Pero, esas imágenes grises que nos presenta<br />
ahora la mega pantalla de la globalización,<br />
¿qué llegada anuncian?<br />
El liberal fascista<br />
Yo digo que esta p<strong>el</strong>ícula ya la vimos antes, y<br />
si no la recordamos es porque la historia no es<br />
un artículo atractivo en <strong>el</strong> mercado<br />
211
globalizado. Esos grises pueden significar<br />
algo: la reaparición d<strong>el</strong> fascismo.<br />
¿Paranoia? Humberto Eco, en un texto<br />
llamado “El fascismo eterno” (op. Cit.), da<br />
algunas claves para entender que <strong>el</strong> fascismo<br />
sigue latente en la sociedad moderna, y que,<br />
aunque parece poco probable que se repitan<br />
los campos de exterminio nazis, en uno y otro<br />
lado d<strong>el</strong> planeta acecha lo que él llama <strong>el</strong> “Ur<br />
Fascismo”. Luego de advertirnos que <strong>el</strong><br />
fascismo era un totalitarismo fuzzy, es decir,<br />
disperso, difuso en <strong>el</strong> todo social, propone<br />
algunas de sus características: rechazo al<br />
avance d<strong>el</strong> saber, irracionalismo, la cultura es<br />
sospechosa de fomentar actividades críticas,<br />
<strong>el</strong> desacuerdo con lo hegemónico es una<br />
traición, miedo a la diferencia y racismo,<br />
surge de la frustración individual o social,<br />
xenofobia, los enemigos son simultáneamente<br />
demasiado fuerte y demasiado débiles, la vida<br />
es una guerra permanente, <strong>el</strong>itismo<br />
aristocrático, sacrificio individual para <strong>el</strong><br />
beneficio de la causa, machismo, populismo<br />
cualitativo difundido por t<strong>el</strong>evisión, “neo<br />
lengua” (de léxico pobre y sintaxis <strong>el</strong>emental).<br />
Todas estas características pueden ser<br />
encontradas en los valores que defienden y<br />
difunden los media y los int<strong>el</strong>ectuales de<br />
derecha en la era visual, en la era de la<br />
globalización fragmentada. Acaso, hoy casi<br />
como ayer, ¿no se está utilizando <strong>el</strong> cansancio<br />
democrático, la náusea ante la nada, <strong>el</strong><br />
desconcierto ante <strong>el</strong> desorden como aval de<br />
una nueva situación histórica de excepción<br />
que requiere un nuevo autoritarismo<br />
persuasivo, unificador de la ciudadanía en<br />
clientes y consumidores de un sistema un<br />
mercado, una represión centralizada? (M.<br />
Vázquez Montalbán, op. Cit., p. 76).<br />
Mire usted la mega pantalla, todos esos grises<br />
son la respuesta al desorden, es lo que<br />
necesita para enfrentar a quienes se niegan o<br />
disfrutan <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> virtual de la globalización y<br />
se resisten. Y, sin embargo, parece que <strong>el</strong><br />
número de inconformes crece. Uno de los<br />
enanos mexicanos que aspiran a ocupar la<br />
silla vacía de Octavio Paz, constataba,<br />
aterrado, que en una encuesta en <strong>México</strong> d<strong>el</strong><br />
Instituto de investigaciones Sociales de la<br />
UNAM, en 1994, <strong>el</strong> 29% de los entrevistados<br />
respondía que las leyes no deben obedecerse<br />
si son injustas. En noviembre de 1999, en la<br />
212<br />
revista Educación 2001, era <strong>el</strong> 49% <strong>el</strong> que a la<br />
pregunta ¿Puede <strong>el</strong> pueblo desobedecer las<br />
leyes si le parece que son injustas?”,<br />
respondió “si”. Después de reconocer que es<br />
necesario resolver problemas de crecimiento<br />
económico, educación, empleo y salud,<br />
señalaba: todas esas cosas sólo pueden<br />
alcanzarse si la sociedad está parada en un<br />
piso más básico que es de la seguridad<br />
pública y <strong>el</strong> cumplimiento de la ley. Ese piso<br />
está lleno de agujeros en <strong>México</strong> y tiende a<br />
empeorar (Héctor Aguilar Camín, “Leyes y<br />
crímenes”, en Esquina, Proceso 1225, 23 de<br />
abril, 2000). El razonamiento es sintomático:<br />
a falta de legitimidad y consenso, policías.<br />
El clamor de la derecha int<strong>el</strong>ectual<br />
demandando “orden y legalidad” no es<br />
exclusivo de <strong>México</strong>. En Francia, <strong>el</strong> fascista Le<br />
Pen Está dispuesta a responder al llamado. En<br />
Austria, <strong>el</strong> neonazi Heider ya está listo, lo<br />
mismo que <strong>el</strong> franquista Aznar en <strong>el</strong> Estado<br />
Español. En Italia, Berlusconi (alias d<strong>el</strong> “Duce<br />
Multimedia”) y Gianfranco Fini se arreglan<br />
para <strong>el</strong> momento.<br />
¿Europa asomada de nuevo al balcón d<strong>el</strong><br />
fascismo? Suena duro… y lejano. Pero ahí<br />
están las imágenes de la mega pantalla. Esos<br />
skin heads que asoman sus garrotes en<br />
aqu<strong>el</strong>la esquina, ¿están en Alemania, en<br />
Inglaterra, en Holanda? “Son grupos<br />
minoritarios y bajo control”, nos tranquiliza <strong>el</strong><br />
audio de la mega pantalla. Pero parece que <strong>el</strong><br />
fascismo renovado no siempre trae la cabeza<br />
rapada ni se adorna <strong>el</strong> cuerpo con suásticas<br />
tatuadas, y aun así no deja de ser una<br />
siniestra derecha.<br />
Si digo “siniestra derecha” le parecerá a usted<br />
que juego con las palabras y sólo recurro de<br />
nuevo a oximoron, pero trato de llamar su<br />
atención sobre algo. Después de la caída d<strong>el</strong><br />
muro de Berlín, <strong>el</strong> especto político europeo, en<br />
su mayoría, corrió atrop<strong>el</strong>ladamente hacia <strong>el</strong><br />
centro. Esto es evidente en la izquierda<br />
europea tradicional, pero también ocurrió con<br />
los partidos derechistas (veánse: Emiliano<br />
Fruta, “La nueva derecha europea”, y Hernán<br />
R. Moheno, “Más allá de la vieja izquierda y la<br />
nueva derecha”, en Urb¡ et Orbi, itam, abril,<br />
2000). Con una careta moderna, la derecha<br />
fascista empieza a conquistar espacios que ya<br />
rebasan con mucho los de las notas policíacas<br />
en los media. Ha sido posible porque se han
esforzado en construirse una nueva imagen,<br />
alejada d<strong>el</strong> pasado violento y autoritario.<br />
También porque se han apropiado de la<br />
teología neoliberal con una facilidad<br />
asombrosa (por algo será), y porque en sus<br />
campañas <strong>el</strong>ectorales han insistido mucho en<br />
los temas de seguridad pública y empleo<br />
(alertando contra la “amenaza” de los<br />
inmigrantes). ¿Alguna diferencia con las<br />
propuestas de la social democracia o de la<br />
izquierda tradicional?<br />
Detrás de la “tercera vía” europea acecha <strong>el</strong><br />
fascismo, y también de la izquierda que no se<br />
define (en teoría y práctica) contra <strong>el</strong><br />
neoliberalismo. En veces, la derecha se puede<br />
vestir con andrajos de izquierda. En <strong>México</strong>,<br />
en <strong>el</strong> reciente debate t<strong>el</strong>evisivo entre los 6<br />
candidatos a la presidencia de la República, <strong>el</strong><br />
candidato que obtuvo <strong>el</strong> beneplácito de la<br />
derecha int<strong>el</strong>ectual fue Gilberto Rincón<br />
Gallardo, d<strong>el</strong> Partido Democracia Social, de<br />
izquierda aparente. Acaso la t<strong>el</strong>evisión no<br />
mostró que algunos de los militantes y<br />
candidatos d<strong>el</strong> PDS en Chiapas son cabezas de<br />
varios grupos paramilitares, responsables,<br />
entre otras cosas, de la masacre de Acteal.<br />
Que la derecha fascista y la nueva derecha<br />
int<strong>el</strong>ectual estén listas para mostrarle sus<br />
“habilidades” a los señores d<strong>el</strong> dinero no<br />
sorprende. Lo que desconcierta es que,<br />
algunas veces, son la socialdemocracia o la<br />
izquierda institucional quienes les preparan <strong>el</strong><br />
camino.<br />
Si en <strong>el</strong> Estado Español, F<strong>el</strong>ipe González (ese<br />
político tan aplaudido por la derecha<br />
int<strong>el</strong>ectual) trabajó para <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong><br />
derechista Partido Popular de José María<br />
Aznar, en Italia, la autopista por la que la<br />
derecha se dirige al poder se llama Máximo<br />
Dálema. Antes de renunciar, Dálema hizo todo<br />
lo necesario para hacer naufragar a la<br />
izquierda. Dálema y los suyos financiaron con<br />
<strong>el</strong> dinero de todos la educación r<strong>el</strong>igiosa y<br />
prepararon la privatización de la [educación]<br />
pública, participaron plenamente en la<br />
aventura de la OTAN contra Yugoslavia y en la<br />
ocupación virtual de Albania, privatizaron lo<br />
que pudieron, atentaron contra los jubilados,<br />
reprimieron a los inmigrantes, se sometieron<br />
a Washington, “reflotaron” a los corruptos y al<br />
mismo Bettino Craxi, por cuya residencia en <strong>el</strong><br />
exilio, como prófugo de la justicia, desfilaron<br />
para pedirle ayuda, hicieron una ley sobre los<br />
carabineros dictada por <strong>el</strong> comando golpista<br />
de los mismos… (Guillermo Almeyra. “La<br />
izquierda de la derecha”, en La Jornada, 23 de<br />
abril, 2000). ¿Resultado? Buena parte d<strong>el</strong><br />
<strong>el</strong>ectorado de izquierda se abstuvo de votar.<br />
En la complicada geometría política europea,<br />
la llamada “tercera vía” no sólo ha resultado<br />
letal para la izquierda, también ha sido la<br />
rama de despegue d<strong>el</strong> neofascismo.<br />
Tal vez estoy exagerando, pero la memoria es<br />
una facultad extraña, cuando más agudo y<br />
más aislado es <strong>el</strong> estímulo que recibe la<br />
memoria, más se recuerda; cuanto más<br />
abarcador, se recuerda con menor intensidad<br />
(John Berger, op. Cit., p.234), y sospecho que<br />
ese alud de imágenes grises en la pantalla es<br />
para que recordemos con menor intensidad,<br />
con pereza, con ganas de olvidar.<br />
Y si los libros no miente, fue <strong>el</strong> fascismo<br />
italiano <strong>el</strong> que resultó atractivo para muchos<br />
líderes liberales europeos porque<br />
consideraban que estaba llevando a cabo<br />
interesantes reformas sociales, y podría ser<br />
una alternativa a la “amenaza comunista”<br />
(véase: U. Eco, op. Cit.)<br />
En agosto de 1997, Fausto Bertonitti<br />
(Secretario d<strong>el</strong> italiano Partido Refundación<br />
comunista) escribía en una carta al EZLN: Se<br />
ha abierto, en Europa, una verdadera crisis de<br />
civilización. Se podrían, desgraciadamente,<br />
narrar cientos y miles de episodios de<br />
barbarie cotidiana, de violencia gratuita, de<br />
agresión a las personas, al cuerpo, de tráfico<br />
de personas, de cuerpos, de órganos, sin<br />
ningún sentido. Y encima de todo una gruesa<br />
capa de indiferencia, como si la vida hubiera<br />
perdido <strong>el</strong> sentido. Le podría contar de cosas<br />
que ocurren en la periferia urbana, realidad y<br />
metáfora de la tragedia humana en la que se<br />
ha convertido este nuevo ciclo d<strong>el</strong> desarrollo<br />
capitalista.<br />
Frente a esta vida sin sentido, <strong>el</strong> liberal<br />
fascista ofrece su cara amable y argumenta,<br />
haciendo hincapié en sus bondades, <strong>el</strong> recurso<br />
de la violencia legalizada, institucional.<br />
El horizonte anuncia tormenta, y la derecha<br />
int<strong>el</strong>ectual nos trata de tranquilizar<br />
213
presentándola como un chubasco sin<br />
importancia. Todo sea por asegurar <strong>el</strong> pan, la<br />
sal… y <strong>el</strong> lugar junto al Príncipe. ¡Protejedlo!<br />
No importa que su camisa sea gris y en su<br />
cálido seno se cultive <strong>el</strong> huevo de la serpiente.<br />
“El huevo de la serpiente”. Si mal no<br />
recuerdo, es <strong>el</strong> título de una p<strong>el</strong>ícula de<br />
Bergman que describía <strong>el</strong> ambiente en que se<br />
gestó <strong>el</strong> fascismo. ¿Y qué hacemos?<br />
¿Seguimos sentados hasta que termine la<br />
p<strong>el</strong>ícula? ¿Sí? ¿No? ¡Un momento! ¡Vea usted<br />
hacia los otros espectadores! ¡Muchos se han<br />
levantado de sus asientos y hacen corrillos!<br />
¡Los murmullos crecen! ¡Algunos lanzan<br />
objetos contra la pantalla y abuchean! ¡Y mire<br />
esos otros! ¡En lugar de dirigirse a la pantalla<br />
van hacia arriba! ¡Como que buscan al que<br />
proyecta la p<strong>el</strong>ícula! ¡Parece que lo<br />
encontraron porque señalan insistentemente<br />
hacia un rincón allá arriba! ¿Quiénes son esas<br />
personas que con qué derecho interrumpen la<br />
proyección? Uno de <strong>el</strong>los levanta la pancarta<br />
que reza: Tomemos entonces, nosotros,<br />
ciudadanos comunes, la palabra y la iniciativa.<br />
Con la misma vehemencia y la misma fuerza<br />
con que reivindicamos nuestros derechos,<br />
reivindiquemos también <strong>el</strong> deber de nuestros<br />
deberes (José Saramago, Discursos de<br />
Estocolmo, Alfaguara). ¿El deber de nuestros<br />
deberes? ¡Que alguien explique porque no<br />
entendemos nada! ¡Silencio! Alguien toma la<br />
palabra…<br />
La escéptica esperanza<br />
Los int<strong>el</strong>ectuales progresistas. Los de la<br />
escéptica esperanza. El sociólogo francés Alain<br />
Touraine propone una clasificación de <strong>el</strong>los<br />
(¿Comment Surtir du Libéralisme?, Fayard,<br />
París, 1999): la más clásica la d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual<br />
denunciador, donde toda la atención se<br />
concentra sobre la crítica al sistema<br />
dominante; <strong>el</strong> segundo tipo de int<strong>el</strong>ectuales se<br />
identifican con tal lucha o tal fuerza de<br />
oposición y se convierten en sus int<strong>el</strong>ectuales<br />
orgánicos; la tercera cree en la existencia, la<br />
conciencia y la eficacia de los actores, al<br />
mismo tiempo que conocen sus límites; la<br />
cuarta son los utopistas, se identifican con las<br />
nuevas tendencia culturales, de la sociedad o<br />
de la existencia personal. Todos <strong>el</strong>los (y <strong>el</strong>las,<br />
porque ser int<strong>el</strong>ectual no es privilegio<br />
masculino) empeñan sus esfuerzos en<br />
entender, críticamente, la sociedad, su<br />
214<br />
historia y su presente, y tratan de<br />
desentrañar la incógnita de su futuro.<br />
Nada fácil la tienen los pensadores<br />
progresistas. En su función int<strong>el</strong>ectual se han<br />
dado cuenta de qué va todo y, nobleza obliga,<br />
deben dev<strong>el</strong>arlo, exhibirlo, denunciarlo,<br />
comunicarlo. Pero para hacerlo deben<br />
enfrentarse a la teología neoliberal de la<br />
derecha int<strong>el</strong>ectual, y detrás de ésta están los<br />
media, los bancos, las grandes corporaciones,<br />
los Estados (o lo que queda de <strong>el</strong>los), los<br />
gobiernos, los ejércitos, las policías.<br />
Y deben hacerlo, además, en la era visual.<br />
Aquí están en franca desventaja, pues hay<br />
que tener en cuenta las grandes dificultades<br />
que implica enfrentarse al poder de la imagen<br />
con <strong>el</strong> único recurso de la palabra. Pero su<br />
escepticismo frente a lo evidente les ha<br />
permitido ya descubrir la trampa. Y con <strong>el</strong><br />
mismo escepticismo arman sus análisis<br />
críticos para desmontar, conceptualmente, la<br />
máquina de las b<strong>el</strong>lezas virtuales y las<br />
miserias reales ¿Hay esperanza?<br />
Hacer de la palabra bisturí y megáfono es ya<br />
un desafío descomunal. Y no sólo porque en<br />
esta época la reina es la imagen. También<br />
porque <strong>el</strong> despotismo de la era visual<br />
arrincona a la palabra en los burd<strong>el</strong>es y en las<br />
tiendas de trucos y bromas. Aun así, sólo<br />
podemos confesar nuestra confusión y nuestra<br />
impotencia, nuestra ira y nuestras opiniones,<br />
con palabras. Con palabras nombramos aun<br />
nuestras pérdidas y nuestra resistencia<br />
porque no tenemos otro recurso, porque los<br />
hombres están indefectiblemente abiertos a la<br />
palabra y porque poco a poco son <strong>el</strong>las las<br />
que moldean nuestro juicio. Nuestro juicio,<br />
temido a menudo por quienes detentan <strong>el</strong><br />
poder, se molea lentamente, como <strong>el</strong> cauce de<br />
un río, por medio de corrientes de palabras.<br />
Pero las palabras sólo producen corrientes<br />
cuando resultan profundamente creíbles (John<br />
Berger, op, cit., p. 255).<br />
Credibilidad. Algo de lo que carece la derecha<br />
int<strong>el</strong>ectual y que, afortunadamente, abunda<br />
entre los int<strong>el</strong>ectuales progresistas. Sus<br />
palabras han producido, y producen, en<br />
muchos la sorpresa primero, la inquietud<br />
después. Para que esa inquietud no sea<br />
aplastada por <strong>el</strong> conformismo que receta la
era visual, hacen falta más cosas que escapan<br />
al ámbito d<strong>el</strong> quehacer int<strong>el</strong>ectual.<br />
Pero aun cuando la palabra se ha hecho<br />
raudal, la función int<strong>el</strong>ectual no termina. Los<br />
movimientos sociales de resistencia o de<br />
protesta frente al poder (en este caso frente a<br />
la globalización y <strong>el</strong> neoliberalismo) todavía<br />
deben recorrer un largo camino, no digamos<br />
ya para conseguir sus fines, sino para<br />
consolidarse como alternativa organizativa<br />
para otros. Finalmente, hay que reconocer la<br />
responsabilidad particular de los int<strong>el</strong>ectuales.<br />
Depende de <strong>el</strong>los, más que de cualquier otra<br />
categoría, que la protesta se desgaste en<br />
denuncia sin perspectiva o, por <strong>el</strong> contrario,<br />
que <strong>el</strong>la conduzca a la formación de nuevos<br />
actos sociales e, indirectamente, a nuevas<br />
políticas económicas y sociales (Alan<br />
Touraine, op. Cit., p. 15).<br />
El int<strong>el</strong>ectual progresista está debatiéndose<br />
continuamente entre Narciso y Prometeo. En<br />
veces la imagen en <strong>el</strong> espejo lo atrapa y<br />
empieza su inexorable camino de<br />
transmutación en un empleado más d<strong>el</strong><br />
megamercado neoliberal. Pero en veces<br />
rompe <strong>el</strong> espejo y descubre no sólo la realidad<br />
que está detrás d<strong>el</strong> reflejo, también a otros<br />
que no son como él pero que, como él, han<br />
roto sus respectivos espejos.<br />
La transformación de una realidad no es tarea<br />
de un solo actor, por más fuerte, int<strong>el</strong>igente,<br />
creativo y visionario que sea. Ni solos los<br />
actores políticos y sociales, ni solos los<br />
int<strong>el</strong>ectuales pueden llevar a buen término esa<br />
transformación. Es un trabajo colectivo, y no<br />
sólo en <strong>el</strong> accionar, también en los análisis de<br />
esa realidad, y en las decisiones sobre los<br />
rumbos y énfasis d<strong>el</strong> movimiento de<br />
transformación.<br />
Cuentan que Migu<strong>el</strong> Áng<strong>el</strong> Bounarroti realizó<br />
su “David” con serias limitaciones materiales.<br />
El pedazo de mármol sobre <strong>el</strong> que trabajó<br />
Migu<strong>el</strong> Áng<strong>el</strong> era uno que ya había sido<br />
empezado a trabajar por alguien más y tenía<br />
ya perforaciones, <strong>el</strong> talento d<strong>el</strong> escultor<br />
consistió en hacer una figura que se ajustara<br />
a esos límites infranqueables y tan<br />
restringidos, de ahí la postura, la inclinación,<br />
de la pieza final (Pablo Fernández Christlieb,<br />
la afectividad colectiva, Taurus, 2000, pp.<br />
164-165).<br />
De la misma forma, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> que queremos<br />
transformar ya ha sido trabajado antes por la<br />
historia y tiene muchas horadaciones.<br />
Debemos encontrar <strong>el</strong> talento necesario para,<br />
con esos límites, transformarlo y hacer una<br />
figura simple y sencilla: un <strong>mundo</strong> nuevo.<br />
Vale de nuez. Salud y no olvidéis que la idea<br />
es también un cinc<strong>el</strong>.<br />
P.D. ¿Alguien tiene un martillo a la mano?<br />
CAPÍTULO 1<br />
PARA COMPRENDER LA GLOBALIZACIÓN<br />
La globalización, dicho llanamente, designa la<br />
escala ampliada, la magnitud creciente, la<br />
ac<strong>el</strong>eración y la profundización d<strong>el</strong> impacto de<br />
los flujos y patrones transcontinentales de<br />
interacción social. La globalización remite a un<br />
cambio o transformación en la escala de la<br />
organización humana que enlaza comunidades<br />
distantes y expande <strong>el</strong> alcance de las<br />
r<strong>el</strong>aciones de poder a través de regiones y<br />
continentes de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. Pero no<br />
debemos pensar que la globalización prefigura<br />
<strong>el</strong> surgimiento de una sociedad mundial<br />
armoniosa o que es un proceso universal de<br />
integración global en <strong>el</strong> que se da una<br />
creciente convergencia de culturas y<br />
civilizaciones. Pues ocurre no sólo que la<br />
conciencia de una interconexión creciente crea<br />
nuevas animosidades y conflictos, sino que<br />
puede también alimentar políticas<br />
reaccionarias y una xenofobia de raíces<br />
profundas. Dado que una proporción<br />
sustancial de la población mundial está<br />
ampliamente excluida de los beneficios de la<br />
globalización, ésta resulta ser un proceso<br />
profundamente divisivo y, en consecuencia,<br />
vigorosamente disputado. La irregularidad de<br />
la globalización impide que sea un proceso<br />
universal que se experimenta de forma<br />
uniforme en todo <strong>el</strong> planeta.<br />
Aunque <strong>el</strong> térmico “globalización” ha adquirido<br />
la condición de cliché popular, <strong>el</strong> concepto en<br />
sí mismo no es nuevo. Sus orígenes se<br />
remontan al trabajo de muchos int<strong>el</strong>ectuales<br />
d<strong>el</strong> siglo XIX y principios d<strong>el</strong> XX, desde Kart<br />
Marx y socíólogos como Saint-Simon hasta<br />
especialistas en geopolítica como MacKinder,<br />
los cuales reconocieron que la modernidad<br />
estaba integrando al <strong>mundo</strong>. Pero no fue<br />
hasta la década de 1960 y principios de los<br />
215
setenta cuando <strong>el</strong> término “globalización”<br />
alcanzó una difusión no sólo académica sino<br />
más amplia. Esta “edad de oro” de la<br />
interdependencia política y económica en<br />
rápido crecimiento entre los Estados de<br />
Occidente ponía de manifiesto las deficiencias<br />
d<strong>el</strong> pensamiento ortodoxo sobre política,<br />
economía y cultura que presumía una estricta<br />
separación entre asuntos internos y externos,<br />
entre las esferas doméstica e internacional, y<br />
entre <strong>el</strong> ámbito local y <strong>el</strong> global. En un <strong>mundo</strong><br />
más interdependiente, los sucesos en <strong>el</strong><br />
extranjero tenían impacto inmediato a casa, al<br />
tiempo que los desarrollos domésticos<br />
repercutían en <strong>el</strong> exterior. A partir d<strong>el</strong> colapso<br />
d<strong>el</strong> socialismo de Estado y la consolidación d<strong>el</strong><br />
capitalismo a escala mundial, la conciencia<br />
pública de la globalización se acentuó<br />
espectacularmente en los años noventa.<br />
Coincidiendo con la revolución de la<br />
información, esta sucesión de acontecimientos<br />
parecía confirmar la creencia de que <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
se convertía a gran v<strong>el</strong>ocidad en un espacio<br />
social y económico compartido, al menos para<br />
sus habitantes más opulentos. Sin embargo,<br />
la idea de la globalización es fuente de<br />
enorme controversi: no sólo en la calle sino<br />
también en los círculos académicos. Dicho<br />
brevemente, se ha abierto <strong>el</strong> gran debate<br />
sobre la globalización.<br />
No ha existido ninguna interpretación concreta<br />
de la globalización que haya alcanzado la<br />
condición de ortodoxia en los círculos<br />
académicos. Al contrario, hay teorías<br />
contrapuestas que pugnan por la supremacía.<br />
Tampoco las tradiciones políticas existentes<br />
d<strong>el</strong> conservadurismo, <strong>el</strong> liberalismo y <strong>el</strong><br />
socialismo ofrecen interpretaciones<br />
coherentes de la era de la globalización, ni<br />
adecuadas respuestas a <strong>el</strong>la. Si bien algunos<br />
conservadores y socialistas hacen causa<br />
común en desestimar la trascendencia de la<br />
globalización, muchos de sus colegas la<br />
consideran una gran amenaza para los valores<br />
y las tradiciones que les son caros. En verdad,<br />
la misma idea de la globalización parece<br />
trastocar los paradigmas y las ortodoxias<br />
políticas establecidas, creando nuevos<br />
alineamientos políticos.<br />
A través de toda esta complejidad, es sin<br />
embargo factible identificar una amalgama de<br />
argumentos en torno a la emergente fisura<br />
que se abre entre los que consideran que la<br />
216<br />
globalización contemporánea es un proceso<br />
real y profundamente transformador –los<br />
globalistas- y los que consideran que este<br />
diagnóstico es enormemente exagerado y nos<br />
impide hacer frente a las verdaderas fuerzas<br />
que están mod<strong>el</strong>ando las sociedades y<br />
configurando las opciones políticas de hoy –<br />
los escépticos-. Por supuesto, éste es un<br />
dualismo bastante b urdo pues pretende<br />
extraer dos interpretaciones contrapuesta de<br />
entre los diversos argumentos y opiniones.<br />
Pero, tal como se utilizan aquí, las etiquetas –<br />
globalistas y escépticos- son construcciones<br />
de tipos ideales. Los tipos ideales son<br />
herramientas heurísticas que ordenan un<br />
campo de investigación e identifican las<br />
principales áreas de consenso así como la<br />
disputa. Ayudan a poner en claro las líneas<br />
maestras de argumentación y, de este modo,<br />
a establecer los puntos fundamentales de<br />
desacuerdo. Los tipos ideales abren una vía de<br />
acceso en la m<strong>el</strong>é de voces, voces que<br />
prenden en la bibliografía sobre globalización<br />
pero que por definición no corresponden a<br />
ninguna obra, autor o posición ideológica en<br />
particular. En esencia, son puntos de partida,<br />
más que puntos de llegada, para comprender<br />
<strong>el</strong> gran debate sobre la globalización.<br />
EL MITO DE LA GLOBALIZACIÓN<br />
Para los escépticos, <strong>el</strong> concepto mismo de la<br />
globalización es bastante insatisfactorio. ¿Qué<br />
hay de “global” – se preguntan – en la<br />
globalización (Hirst, 1997)? Si lo global no<br />
puede interpretarse literalmente, como un<br />
fenómeno universal, entonces <strong>el</strong> concepto de<br />
la globalización parece no ser apenas más que<br />
un sinónimo de occidentalización o<br />
americanización.<br />
Al analizar <strong>el</strong> concepto de globalización, los<br />
escépticos pretenden por lo general establecer<br />
una prueba empírica concluyente de la tesis<br />
de la globalización. Esto supone evaluar las<br />
tendencias contemporáneas en comparación<br />
con lo que diversos historiadores económicos<br />
han considera que fue la b<strong>el</strong>le époque de la<br />
interdependencia internacional, a saber, <strong>el</strong><br />
período que va de 1890 a 1914 (Gordon,<br />
1988; Jones, 1995; Hirst, 1997). Estos<br />
análisis rev<strong>el</strong>an que, más que globalización,<br />
las tendencias presentes reflejan un proceso<br />
de “internacionalización” –es decir, crecientes<br />
vínculos entre economías y sociedades
nacionales esencialmente distintas- y de<br />
“regionalización o triadización”, esto es,<br />
agrupamiento geográfico de intercambios<br />
económicos y sociales transfronterizos<br />
(Ruigrok y Tulder, 1995; G. Thompson,<br />
1998ª; Weiss, 1998; Hirst y Thompson, 1999;<br />
Rugían, 2001). Algunos estudios dan un paso<br />
más y argumentan que, en comparación con<br />
la b<strong>el</strong>le époque, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> ha “implosionado”<br />
económica, política y culturalmente conforme<br />
los imperios globales han dado paso a los<br />
Estados-nación, mientras que la mayoría de la<br />
población mundial queda excluida de los<br />
beneficios d<strong>el</strong> desarrollo económico (Hoogv<strong>el</strong>t,<br />
2001). Es éste un argumento a favor de la<br />
primacía continuada d<strong>el</strong> territorio, de las<br />
fronteras, d<strong>el</strong> lugar y de los gobiernos<br />
nacionales de cara a la distribución y<br />
localización d<strong>el</strong> poder, la producción y la<br />
riqueza en <strong>el</strong> orden mundial <strong>contemporáneo</strong>.<br />
Hay una clara dislocación entre <strong>el</strong> discurso<br />
generalizado sobre la globalización y un<br />
<strong>mundo</strong> en <strong>el</strong> que, en su mayor parte, las<br />
rutinas de la vida cotidiana están dominadas<br />
por las circunstancias nacionales y locales.<br />
En lugar de facilitar nuestra comprensión de<br />
las fuerzs que mod<strong>el</strong>an <strong>el</strong> orden mundial<br />
<strong>contemporáneo</strong>, la idea de la globalización –<br />
sostienen muchos escépticos – cumple una<br />
función harto diferente. En esencia, <strong>el</strong><br />
discurso de la globalización contribuye a<br />
justificar y legitimar <strong>el</strong> proyecto global<br />
neoliberal, esto es, la creación de un mercado<br />
libre global y la consolidación d<strong>el</strong> capitalismo<br />
anglo-americano en las principales regiones<br />
económicas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (Callinicos y otros,<br />
1994; Gordon, 1988; Hirst, 1997; Hoogv<strong>el</strong>t,<br />
1997). En este sentido, la ideología de la<br />
globalización funciona como un “mito<br />
necesario”, a través d<strong>el</strong> cual los políticos y los<br />
gobiernos disciplinan a sus ciudadanos para<br />
satisfacer las exigencias d<strong>el</strong> mercado global.<br />
No es pues sorprendente que <strong>el</strong> debate sobre<br />
la globalización se haya extendido al tiempo<br />
que <strong>el</strong> proyecto neoliberal –<strong>el</strong> consenso de<br />
Washington sobre desregulación,<br />
privatización, programas de ajuste estructural<br />
(PAE) y gobierno limitado- ha ido<br />
consolidando su hegemonía en las principales<br />
capitales occidentales y en instituciones<br />
globales como <strong>el</strong> Fondo monetario<br />
Internacional (FMI).<br />
Adornando este argumento escéptico, <strong>el</strong><br />
análisis marxista ortodoxo afirma que <strong>el</strong><br />
capitalismo, en cuanto que orden social, tiene<br />
una lógica expansionista patológica, ya que<br />
para mantener los beneficios <strong>el</strong> capital tiene<br />
que explotar constantemente nuevos<br />
mercados. Para sobrevivir, <strong>el</strong> capitalismo<br />
nacional debe expandir continuamente <strong>el</strong><br />
alcance geográfico de las r<strong>el</strong>aciones sociales<br />
capitalistas. La historia d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> moderno es<br />
la historia de cómo las potencias capitalistas<br />
occidentales han dividido y vu<strong>el</strong>to a dividir <strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> en zonas económicas exclusivas. Hoy,<br />
se arguye, <strong>el</strong> imperialismo ha adquirido una<br />
nueva forma en la medida en que los imperios<br />
formales han sido sustituidos por nuevos<br />
mecanismos de control y vigilancia<br />
multilaterales, como <strong>el</strong> grupo G7 de las<br />
grandes potencias industriales (Canadá,<br />
Francia, Alemania, Italia, Japón, reino Unido,<br />
Estados Unidos) y <strong>el</strong> Banco Mundial. Como tal,<br />
la presente época es descrita por muchos<br />
marxistas no en <strong>el</strong> lenguaje de la<br />
globalización, sino como un nuevo modo de<br />
imperialismo occidental dominado pro las<br />
necesidades y las exigencias d<strong>el</strong> capital<br />
financiero de los principales Estados<br />
capitalistas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> (Petras y V<strong>el</strong>tmeyer,<br />
2001).<br />
Para muchos de los escépticos, también la<br />
geopolítica es importante. Ello es debido a que<br />
le orden internacional existente está<br />
constituido por y a través de las acciones de<br />
los grandes. Estados económica y<br />
militarmente poderosos (y de sus agentes).<br />
De ahí que digan que la internacionalización<br />
de las r<strong>el</strong>aciones económicas o políticas<br />
depende de las actuaciones y las preferencia<br />
de las grandes potencias d<strong>el</strong> momento, pues<br />
sólo <strong>el</strong>las tienen la suficiente musculatura<br />
militar y económica para crear y mantener las<br />
condiciones necesarias de un orden<br />
internacional (liberal) abierto (Waltz, 1979).<br />
Sin <strong>el</strong> ejercicio de la hegemonía<br />
norteamericana, según sugiere esta<br />
argumentación, <strong>el</strong> presente orden mundial<br />
liberal, sostén de la reciente intensificación de<br />
la interdependencia internacional, no podría<br />
mantenerse (Gilpin, 1987). A este respecto, la<br />
globalización se entiende como poco más que<br />
americanización.<br />
217
LA RESPUESTA GLOBALISTA<br />
Los globalistas rechazan la afirmación según<br />
la cual la globalización es sinónimo de<br />
americanización o de imperialismo occidental.<br />
Aunque no niegan que <strong>el</strong> discurso de la<br />
globalización bien puede servir a los intereses<br />
de poderosas fuerzas económicas y sociales<br />
en Occidente, la interpretación globalista hace<br />
hincapié en <strong>el</strong> hecho de que la globalización es<br />
expresión de cambios estructurales más<br />
profundos en la escala de la organización<br />
social moderna. Esos cambios se ponen de<br />
manifiesto, entre otras cosas, en <strong>el</strong><br />
crecimiento de las corporaciones<br />
multinacionales (CMN), de los mercados<br />
financieros mundiales, de la difusión de la<br />
cultura popular y de la importancia de la<br />
degradación medioambiental global.<br />
Para la concepción globalista es crucial poner<br />
<strong>el</strong> acento en los atributos espaciales de la<br />
globalización. Al intentar diferenciar las redes<br />
y los sistemas globales de aqu<strong>el</strong>los que<br />
operan en otras escalas espaciales, como la<br />
local o la nacional, <strong>el</strong> análisis globalista<br />
identifica la globalización básicamente con las<br />
actividades y r<strong>el</strong>aciones que cristalizan a<br />
escala interregional o intercontinental (Geyer<br />
y Bright, 1995; Cast<strong>el</strong>ls, 1996; Dicen, 1998).<br />
Esto permite establecer distinciones analíticas<br />
más precisas entre procesos de globalización<br />
y procesos de regionalización o localización,<br />
esto es, la trama de r<strong>el</strong>aciones entre Estados<br />
geográficamente contiguos y <strong>el</strong> agrupamiento<br />
de r<strong>el</strong>aciones sociales dentro de los Estados,<br />
respectivamente (Dicken, 1998). En este<br />
sentido, la r<strong>el</strong>ación entre globalización y esas<br />
otras escalas de organización social no su<strong>el</strong>e<br />
concebirse en términos jerárquicos o<br />
mutuamente excluyentes. Por <strong>el</strong> contrario, las<br />
interr<strong>el</strong>aciones entre estas diferentes escalas<br />
se consideran a la vez fluidas y dinámicas.<br />
El intento de definir de un modo más<br />
sistemático <strong>el</strong> concepto de globalización se<br />
encuentra además complementado por la<br />
importancia atribuida a la historia. Ello supone<br />
ubicar la globalización contemporánea en lo<br />
que <strong>el</strong> historiador francés, Braud<strong>el</strong>, considera<br />
la perspectiva de la longue durée, es decir, los<br />
patrones de muy largo alcance de cambio<br />
histórico secular (H<strong>el</strong>leiner, 1997). Según<br />
confirma la existencia de r<strong>el</strong>igiones mundiales<br />
premodernas, la globalización no es sólo un<br />
218<br />
fenómeno de la era moderna. Para<br />
comprender la globalización contemporánea<br />
es preciso ubicarla en <strong>el</strong> contexto de las<br />
tendencias seculares d<strong>el</strong> desarrollo histórico<br />
mundial (Mod<strong>el</strong>ski, 1972; Hodgson, 1993;<br />
Mazlish y Buultjens, 1993; Bentley, 1996;<br />
Frank y Gills, 1996; R. P. Clark, 1997; Frank,<br />
1998). Ese desarrollo, tal como reconoce<br />
también la interpretación globalista, está<br />
marcado por distintas fases –desde la época<br />
d<strong>el</strong> descubrimiento d<strong>el</strong> nuevo <strong>mundo</strong> hasta la<br />
b<strong>el</strong>le époque o <strong>el</strong> período de entreguerras- en<br />
las que la v<strong>el</strong>ocidad de la globalización parece<br />
intensificarse o, por <strong>el</strong> contrario, a veces<br />
reducirse o invertirse (Fernández-Armesto,<br />
1995; Geyer y Bright, 1995). Para entender la<br />
globalización contemporánea hay que<br />
apoyarse en <strong>el</strong> conocimiento de lo que<br />
diferencia a esas fases, lo que incluye <strong>el</strong> modo<br />
en que esos sistemas y patrones de<br />
interconexión global se organizan y<br />
reproducen, sus diferentes geografías y la<br />
cambiante configuración de las r<strong>el</strong>aciones de<br />
poder. Por todo <strong>el</strong>lo, la interpretación<br />
globalista ensancha <strong>el</strong> concepto de<br />
globalización para que dé cabida a la idea de<br />
sus formas históricas distintivas. Esto requiere<br />
<strong>el</strong> análisis de cómo han variado los patrones<br />
de la globalización a lo largo d<strong>el</strong> tiempo para<br />
poder así establecer lo que es propio de la<br />
fase actual.<br />
Para esta interpretación globalista es<br />
fundamental concebir <strong>el</strong> cambio global como<br />
un proceso que implica una transformación<br />
significativa de los principios organizadores de<br />
la vida social y d<strong>el</strong> orden mundial. En este<br />
sentido, su<strong>el</strong>en identificarse tres aspectos en<br />
la literatura globalista, a saber: la<br />
transformación de los patrones tradicionales<br />
de la organización socioeconómica, d<strong>el</strong><br />
principio territorial y d<strong>el</strong> poder. Al erosionar<br />
las constricciones de espacio y tiempo sobre<br />
los patrones de interacción social, la<br />
globalización crea la posibilidad de nuevos<br />
mod<strong>el</strong>os de organización social transnacional,<br />
por ejemplo, redes globales de producción,<br />
redes terroristas y regímenes reguladores.<br />
Simultáneamente, hace vulnerables a las<br />
comunidades en escenarios particulares a las<br />
condiciones o los desarrollos globales, como<br />
demuestran los sucesos d<strong>el</strong> 11 de septiembre<br />
d<strong>el</strong> 2001 y las secu<strong>el</strong>as.
Al transformar tanto <strong>el</strong> contexto como las<br />
condiciones de la interacción y la organización<br />
social, la globalización también acarrea un<br />
reordenamiento de la r<strong>el</strong>ación entre territorio<br />
y espacio socioeconómico y político. Dicho<br />
llanamente, conforme las actividades<br />
económicas, sociales y políticas trascienden<br />
cada vez más las regiones y las fronteras<br />
nacionales, se plantea un desafío directo al<br />
principio territorial que está en la base d<strong>el</strong><br />
Estado moderno. Ese principio presupone una<br />
correspondencia directa entre sociedad,<br />
economía y Estado dentro de un territorio<br />
nacional exclusivo y circunscrito. Pero la<br />
globalización trastoca esa correspondencia en<br />
la medida en que la actividad social,<br />
económica y política ya no puede entenderse<br />
como algo que se ciñe a los límites<br />
territoriales nacionales. Esto no quiere decir<br />
que <strong>el</strong> territorio y <strong>el</strong> lugar estén dejando de<br />
ser r<strong>el</strong>evantes, sino más bien que, bajo las<br />
condiciones de la globalización<br />
contemporánea, son reinventados y<br />
reconfigurados conforme emergen nuevas<br />
regiones globales y nuevas ciudades globales<br />
(Cast<strong>el</strong>ls, 1996: Dicken, 1998).<br />
En <strong>el</strong> núcleo de la interpretación globalista hay<br />
una preocupación por <strong>el</strong> poder: su<br />
instrumentación, su configuración y<br />
distribución, y su impacto. Por globalización se<br />
entiende la escala en expansión en que se<br />
organiza y ejerce <strong>el</strong> poder. En este sentido,<br />
implica la reordenación de las r<strong>el</strong>aciones de<br />
poder entre, y a través de, las regiones d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong>, de tal modo que los focos principales<br />
d<strong>el</strong> poder y las regiones a <strong>el</strong>los sometidas a<br />
menudo están separados por distancias<br />
oceánicas. Parafraseando a Jameson, bajo las<br />
condiciones de la globalización contemporánea<br />
la verdad d<strong>el</strong> poder ya no reside en los<br />
escenarios en los que se experimenta de<br />
forma inmediata (Jameson, 1991). Las<br />
r<strong>el</strong>aciones de poder se inscriben en lo más<br />
hondo de la dinámica de la globalización, lo<br />
cual se confirma en la discusión sobre sus<br />
implicaciones para la política y <strong>el</strong> Estadonación.<br />
CAPÍTULO 2<br />
¿UNA RECOMPOSICIÓN DEL PODER<br />
POLÍTICO?<br />
La vida social contemporánea está asociada al<br />
Estado moderno, <strong>el</strong> cual determina la forma<br />
apropiada de casi todos los tipos de actividad<br />
humana. El Estado parece ser omnipresente,<br />
regulando las condiciones de la vida desde la<br />
partida de nacimiento hasta la certificación de<br />
la defunción. Desde la supervisión de las<br />
actividades cotidianas hasta la provisión de<br />
educación y la promoción de la asistencia<br />
sanitaria, la expansión constante d<strong>el</strong> poder<br />
estatal parece más allá de toda duda. En<br />
términos cuantitativos, <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong><br />
Estado, desde <strong>el</strong> tamaño de su presupuesto<br />
hasta <strong>el</strong> alcance de su jurisdicción, es uno de<br />
los pocos hechos realmente incontestados d<strong>el</strong><br />
pasado siglo. Aplicando diversas medidas<br />
básicas d<strong>el</strong> poder político (por ejemplo, la<br />
capacidad de <strong>el</strong>evar los impuestos y los<br />
ingresos, la capacidad de producir armas de<br />
destrucción masiva), los Estados son, al<br />
menos en la mayor parte de los países de la<br />
ODE (los Estados pertenecientes a la<br />
Organización para la Cooperación y <strong>el</strong><br />
Desarrollo Económico), tan poderosos, si no<br />
más, que sus predecesores (Mann, 1997). Los<br />
escépticos le sacan mucho provecho a esto, al<br />
igual que sacan provecho al auge y dominio<br />
d<strong>el</strong> Estado moderno en general. Será útil dar<br />
cuenta de esta posición, especialmente por<br />
sus múltiples implicaciones sobre la forma y la<br />
organización d<strong>el</strong> poder político, antes de<br />
examinar la interpretación globalista<br />
alternativa.<br />
219
220<br />
¿A QUIÉN PERTENECE EL<br />
ESTADO?<br />
LA DECADENCIA DE LA POLÍTICA Y EL<br />
FUTURO DE LA SOBERANÍA NACIONAL<br />
“En Europa, a escala interestatal sólo están<br />
organizados <strong>el</strong> crimen y <strong>el</strong> capitalismo”.<br />
Kurt Tucholsky, 1927<br />
“Cuando los empresarios se han llevado todo<br />
<strong>el</strong> dinero al extranjero, a eso se le llama una<br />
situación grave”.<br />
Kurt Tucholsky, 1930<br />
Pobre rico Martin. Cuando a principios de<br />
marzo de 1996, en la central de Francfort d<strong>el</strong><br />
Commerzbank, 250 inspectores fiscales<br />
registraron las oficinas de los departamentos<br />
de extranjero y tributario en busca de<br />
documentos inculpatorios, la investigación<br />
atacó los nervios d<strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> cuarto<br />
mayor banco de Alemania. Martin<br />
Luhlhaussen, uno de los grandes en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong><br />
de las altas finanzas, y con él su banco, uno<br />
de los mejores referentes de la economía<br />
alemana, estaban siendo víctimas de una<br />
conspiración organizada desde <strong>el</strong> Estado,<br />
imaginaba <strong>el</strong> alto ejecutivo. El registro era<br />
“una campaña dirigida contra nuestro banco,<br />
nuestros clientes y nosotros”, escribió en una<br />
circular interna a sus trabajadores. Ningún<br />
miembro de la dirección había “infringido las<br />
leyes vigentes. Nuestro banco no tiene nada<br />
que reprocharse”, se lamentaba. “Todos nos<br />
vemos criminalizados de forma injusta”.<br />
Kohlhaussen sabía más cosas. El mismo día<br />
en que su desmentido se encargaba de<br />
tranquilizar en <strong>el</strong> frente de las r<strong>el</strong>aciones<br />
públicas, sus dos colegas de la presidencia<br />
Klaus Patig y Norbert Käsbeck dirigieron una<br />
carta a la D<strong>el</strong>egación de Hacienda III de<br />
Francfort en la que reconocían graves<br />
infracciones d<strong>el</strong> Derecho tributario para evitar<br />
una posible persecución penal. Los balances<br />
presentados a las autoridades fiscales<br />
contenían “incorrecciones”, confesaban los<br />
banqueros. “Rectificaciones de valor<br />
concernientes a los créditos atribuidos a los<br />
centros de producción en <strong>el</strong> extranjero no<br />
habría debido afluir con efectos fiscales al<br />
resultado exterior”. Dicho claramente: en<br />
tanto <strong>el</strong> banco compensaba repetidas veces<br />
las pérdidas de las filiales en <strong>el</strong> extranjero con<br />
los b beneficios de la matriz alemana, reducía<br />
su beneficio interior y, por tanto, su carga<br />
fiscal. Como procedió de forma demasiado<br />
torpe, <strong>el</strong> desplazamiento de pérdida resultó en<br />
este caso jurídicamente inadmisible,<br />
informaba poco después Der Spieg<strong>el</strong> citando<br />
fuentes de la investigación. Desde 1984, <strong>el</strong><br />
banco había entregado falsas declaraciones de<br />
impuestos durante diez años. Así, sólo en <strong>el</strong><br />
año 1988 los estrategas fiscales d<strong>el</strong><br />
Commerzbank habrían reducido en 700<br />
millones de marcos <strong>el</strong> beneficio imponible de<br />
su empresa. En total, a lo largo de los años se<br />
habían sustraído al fisco ingresos por cuantía<br />
de 500 millones de marcos.<br />
En este caso concreto y con pruebas sólidas,<br />
los inspectores de Hacienda de Hesse<br />
probaron por vez primera ante la opinión<br />
pública lo que los inciados y funcionarios de<br />
Hacienda saben ya desde hace años: en <strong>el</strong><br />
curso de la interdependencia global, las<br />
empresas transnacionales operan en una zona<br />
fiscalmente gris en la que <strong>el</strong> gravamen de los<br />
rendimientos se puede reducir fácilmente a un<br />
mínimo. Con <strong>el</strong> espectacular registro en la<br />
capital bancaria alemana, las autoridades<br />
financieras marcaron <strong>el</strong> punto culminante a un<br />
mínimo. Con <strong>el</strong> espectacular registro en la<br />
capital bancaria alemana, las autoridades<br />
financieras marcaron <strong>el</strong> punto culminante, por<br />
<strong>el</strong> momento, de su ofensiva, que duraba ya<br />
dos años, contra la evasión fiscal de<br />
ciudadanos y empresas alemanas al<br />
extranjero. En más de 40 sucursales de<br />
institutos de c´redito tan renombrados como<br />
<strong>el</strong> Dresdner Bank, <strong>el</strong> Bayerische Hypothekenund<br />
Wechs<strong>el</strong>bank y <strong>el</strong> banco norteamericano<br />
Merrill Lynch se incautaron de documentos<br />
sobre cuentas devarios miles de clientes que<br />
están bajo sospecha de haber desplazado<br />
partes de su patrimonio a Luxemburgo,<br />
Liechtenstein y otros lugares para sustraerse<br />
a su gravamen. Liechteinstein y otros lugares<br />
para sustraerse en su gravamen. Por fin, le<br />
pareció a muchos observadores, se acababa <strong>el</strong><br />
laissez-faire de las autoridades ante la libertad<br />
fiscal para los pudientes organizada por los<br />
bancos. Incluso H<strong>el</strong>mut kohl declaró<br />
“alegrarse d<strong>el</strong> mal ajeno” en vista de las<br />
investigaciones; finalmente había un país en
<strong>el</strong> que la evasión fiscal aún pareciera un d<strong>el</strong>ito<br />
de caballeros “había perdido ya su futuro”.<br />
El canciller aprecia correctamente <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro,<br />
pero no hay motivos para estar contento. No<br />
importa con cuánta frecuencia y dureza<br />
examinen e investiguen las autoridades<br />
financieras: no pueden ganar la guerra,<br />
latente desde hace años, por <strong>el</strong> riesgo fiscal<br />
de los rendimientos de los patrimonios y las<br />
empresas. Porque sólo los particulares mal<br />
informados o los ejecutivos especialmente<br />
necios se sirven de métodos ilegales para<br />
sustraer patrimonios e intereses al fisco. Los<br />
consorcios y administraciones de patrimonios<br />
bien dirigidos no tienen necesidad de hacerlo.<br />
En la jungla d<strong>el</strong> mercado financiero<br />
transnacional se puede regir la carga fiscal sin<br />
infringir la ley, en caso necesario incluso por<br />
debajo d<strong>el</strong> 10%.<br />
“¡DE NOSOTROS NO VAIS A SACAR NADA<br />
MÁS!”<br />
Hace mucho que las grandes empresas de<br />
Alemania demuestran cómo se hace. BMW,<br />
por ejemplo, la empresa de automoción con<br />
más beneficios d<strong>el</strong> país, giró aún en 1988 545<br />
millones de marcos a las d<strong>el</strong>egaciones de<br />
Hacienda alemanas. Cuatro años después<br />
eran justo <strong>el</strong> 6% de esa suma, sólo 31<br />
millones de marcos. Al año siguiente BMW<br />
incluso registró pérdidas en las sedes d<strong>el</strong> país<br />
–a pesar de los crecientes beneficios globales<br />
y los invariables dividendos- e hizo que la<br />
D<strong>el</strong>egación de Hacienda le devolviera 32<br />
millones de marcos. “Intentamos producir los<br />
gastos allá donde los impuestos son más<br />
<strong>el</strong>evados, y eso es dentro d<strong>el</strong> país”, explicó<br />
con franqueza <strong>el</strong> director financiero de BMW,<br />
Volver Dopp<strong>el</strong>f<strong>el</strong>d. De esta forma <strong>el</strong> consorcio<br />
se ahorró entre 1989 y 1993 un total de más<br />
de mil millones de marcos en pagos al Estado,<br />
calculan los conocedores d<strong>el</strong> sector.<br />
También <strong>el</strong> gigante de la <strong>el</strong>ectroténica<br />
Siemens desplazó fiscalmente al extranjero la<br />
sede de su consorcio. De los 2.100 millones<br />
de marcos de beneficio d<strong>el</strong> ejercicio<br />
1994/1995, <strong>el</strong> fisco alemán ni siquiera obtuvo<br />
100 millones; en <strong>el</strong> año 1996 Siemens ya no<br />
pagó. También en la memoria de 1994 de<br />
Daimler-Benz se dice de manera lapidaria que<br />
los impuestos sobre los rendimientos se<br />
habían devengado “esencialmente en <strong>el</strong><br />
extranjero”. Y <strong>el</strong> propio Kohlhaussen, d<strong>el</strong><br />
Commerzbank, demostró a finales de marzo<br />
de 1996 que entretanto sus expertos fiscales<br />
habían aprendido cómo socavar legalmente la<br />
obligación de tributar. Como si quisiera<br />
plantar cara, tres semanas después de la<br />
intervención de los inspectores en sus oficinas<br />
presentó un balance que es una burla al<br />
contribuyente normal. Según él, los beneficios<br />
d<strong>el</strong> Comerzbank se duplicaron en 1995<br />
respecto al año anterior, hasta alcanzar los<br />
1.400 millones de marcos, pero los pagos al<br />
Estado se redujeron a la mitad, a menos de<br />
100 millones.<br />
La dramática reducción fiscal no es una<br />
especialidad de los grandes consorcios. Lo<br />
mismo vale para innumerables empresas<br />
medianas. Aprovechando sistemáticamente<br />
las diferencias entre los distintos sistemas<br />
fiscales nacionales pueden optimizar sus carga<br />
fiscal a escala internacional. El método más<br />
sencillo de lo que en <strong>el</strong> argot de los expertos<br />
se llama planificación fiscal es <strong>el</strong> transfer<br />
pricing. La base para él es una red<br />
internacional de filiales y sucursales. Como<br />
negocian entre sí con productos iniciales,<br />
servicios o incluso licencias, las empresas<br />
pueden facturarse a sí mismas costes cuya<br />
cuantía casa determinan a voluntad. Por eso,<br />
los gastos de las empresas que operan a<br />
escala internacional siempre se devengan al<br />
máximo allá donde los tipos fiscales son más<br />
<strong>el</strong>evados. Viceversa, las filiales en los paraísos<br />
fiscales o zonas de baja imposición cosechan<br />
siempre beneficios exorbitantes, incluso<br />
aunque no mantengan allí más que una<br />
oficina con un fax y dos trabajadores.<br />
Los inspectores oficiales no tienen nada con lo<br />
que contrarrestar esta práctica. A menudo no<br />
es posible demostrar que los precios en le<br />
comercio intraconsorcial estén aumentados,<br />
porque para muchas de las prestaciones<br />
facturadas casi no hay precios de mercado.<br />
Sólo cuando los planificadores d<strong>el</strong> consorcio<br />
hacen trampas de forma demasiado<br />
evidentes, los recaudadores fiscales pueden<br />
golpear. Así en Japón, país de <strong>el</strong>evados<br />
impuestos, numerosas empresas<br />
multinacionales fueron demasiado lejos con<br />
sus manejos fiscales a principios de los<br />
noventa. En otoño de 1994, <strong>el</strong> Ministerio de<br />
Hacienda de Tokio exigió pagos<br />
complementarios por una cuantía de carga de<br />
221
dos mil millones de marcos a sesenta<br />
empresas, entre <strong>el</strong>las firmas mundiales como<br />
Ciba-Geigy y Coca-Cola, por haber incluido en<br />
sus balances precios de transferencia<br />
exagerados. También estaba entre <strong>el</strong>las la<br />
multinacional farmacéutica Hoechst, a la que<br />
las autoridades acusaban de haber cargado<br />
unos 100 millones de marcos de más por los<br />
envíos de materias primas de otras filiales<br />
entre 1990 y 1992.<br />
Naturalmente, esos pequeños golpes de<br />
desahogo de los irritados funcionarios de<br />
Hacienda no quiebran la evasión organizada.<br />
Donde <strong>el</strong> transfer pricing ya no reporta lo<br />
bastante, otros trucos ayudan a seguir. Por<br />
ejemplo, se aplica mucho <strong>el</strong> double-dipleasing.<br />
En él, las empresas aprovechan las<br />
distintas normas nacionales de amortización<br />
de las inversiones en leasing, de tal modo que<br />
los gastos de adquisición de máquinas,<br />
centrales nucleares o aviones se reflejan<br />
reduciendo los impuestos en dos países a la<br />
vez. También ha tenido gran difusión <strong>el</strong> dutch<br />
sand-wich. Este método combina una filial en<br />
los Países Bajos con un centro de producción<br />
en un paraíso fiscal como las Antillas<br />
Neerlandesas o Suiza. El aprovechamiento de<br />
las dos legislaciones fiscales permite abonar<br />
un 5% de impuestos sobre las nueve décimas<br />
partes d<strong>el</strong> beneficio empresarial.<br />
Naturalmente, los Gobiernos y legisladores de<br />
todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> intentan proceder contra estas<br />
y similares prácticas como mejores métodos<br />
de inspección y cerrando lagunas legales. Pero<br />
por regla general esto no sirve de mucho. “En<br />
última instancia, se pueden ocultar todos los<br />
desplazamientos debido a la complejidad de la<br />
estructura de las empresas”, asegura un<br />
abogado tributario que asesora un círculo de<br />
clientes de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. En este ámbito<br />
“pasa como en <strong>el</strong> juego de la tortuga y la<br />
liebre”, dice también <strong>el</strong> jefe de los expertos<br />
fiscales d<strong>el</strong> Ministerio Federal de Hacienda,<br />
Johannes Höfer. “Los asesores fiscales<br />
verdaderamente buenos siempre van un paso<br />
por d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> fisco”.<br />
De este modo, a lo largo de la última década<br />
las empresas que operan por encima de las<br />
fronteras han sabido enredar a caso todos los<br />
Estados d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> en una “competencia de<br />
sistemas fiscales”, según confiesa <strong>el</strong> secretario<br />
de Estado de Hacienda de Bonn, Hansgeorg<br />
222<br />
Hauser. Como los distintos países compiten a<br />
escala internacional por las inversiones, en<br />
vista de la impotencia de sus recaudadores no<br />
les queda más salida que la igualación al niv<strong>el</strong><br />
más bajo. La tendencia al descenso empezó<br />
en <strong>el</strong> año 1986, cuando <strong>el</strong> Gobierno<br />
norteamericano redujo <strong>el</strong> impuesto sobre los<br />
beneficios de las sociedades de capital d<strong>el</strong> 46<br />
al 34%, sentando así un nuevo estándar<br />
mundial. Con los años, la mayoría de los<br />
demás países industrializados tuvieron que<br />
seguir esta pauta.<br />
Entretanto, esta carrera ha adoptado formas<br />
grotescas dentro de la Unión Europea. Desde<br />
<strong>el</strong> año 1990, Bélgica ofrece a las empresas<br />
que actúan en al menos cuatro países la<br />
instalación de los llamados coordination<br />
centres. Allí los consorcios pueden centralizar<br />
toda clase de servicios como publicidad,<br />
marketing, asesoramiento legal y sobre todo<br />
sus operaciones financieras, pero no tienen<br />
que tributar por los beneficios así obtenidos,<br />
sino por una pequeña parte de sus gastos de<br />
explotación locales. El mod<strong>el</strong>o fue un éxito. La<br />
lista de los beneficiados va desde las<br />
multinacionales d<strong>el</strong> petróleo Exxon y Mobil<br />
hasta <strong>el</strong> fabricante de neumáticos Continental.<br />
Op<strong>el</strong> ahorra impuestos con una central<br />
financiera en Amberes, Volkswagen ha<br />
enviado a sus expertos financieros a Brus<strong>el</strong>as,<br />
los que evitan impuestos de Daimler tienen su<br />
sede en la ciudad residencial de Zaventem, y<br />
sus colegas de BMW se alojan en Bornem.<br />
Gracias a la generosidad b<strong>el</strong>ga, los vástagos<br />
financieros en <strong>el</strong> corazón de la UE se<br />
convirtieron en las filiales con más beneficios.<br />
Según su balance, por ejemplo BMW cosechó<br />
supuestamente en su filial b<strong>el</strong>ga un tercio de<br />
todo <strong>el</strong> beneficio consorcial, sin que allí se<br />
produjera un solo coche. Aún es más atractiva<br />
la oferta de evasión fiscal que <strong>el</strong> Gobierno<br />
irlandés ofrece a todos aqu<strong>el</strong>los que dirigen<br />
sus operaciones financieras desde un<br />
despacho en los “Dublín Docks”. De cada<br />
marco de interés ganado formalmente a<br />
través de una sucursal en Irlanda, sólo diez<br />
céntimos van a las arcas públicas irlandesas.<br />
Por eso, en los palacios de cristal que rodean<br />
la antigua ciudad portuaria residen entretanto<br />
pequeñas filiales de casi 500 empresas<br />
transnacionales… sólo “sedes principales”,<br />
asegura <strong>el</strong> gerente de la Camara de Comercio<br />
Germano-Irlandesa. Junto a Mitsubishi y<br />
Chase Manhattan, están representados todos
los grandes bancos y compañías de seguros<br />
alemanas, e incluso la Cooperativa de Crédito<br />
Evangélica de kass<strong>el</strong> hace administrar un<br />
patrimonio aquí. En total, sólo las empresas<br />
de ámbito federal ocultaron al fisco alemán<br />
por la vía irlandesa unos 25.000 millones de<br />
marcos hasta 1994, estima la Oficina Federal<br />
de Hacienda.<br />
Las consecuencias d<strong>el</strong> turismo fiscal sin<br />
fronteras son evidentes y, sin embargo, son<br />
en gran medida tabú en <strong>el</strong> debate político:<br />
Junto a la política monetaria, <strong>el</strong> control de los<br />
tipos de interés y <strong>el</strong> de los tipos de cambio, en<br />
la economía transnacional se está perdiendo<br />
poco a poco otro ámbito central de la<br />
soberanía nacional: la soberanía fiscal. Al<br />
contrario de lo que aparentan los <strong>el</strong>evados<br />
tipos fiscales prescritos por la ley, en la<br />
República Federal <strong>el</strong> gravamen medio efectivo<br />
de los beneficios de las empresas y<br />
profesionales ha caído desde <strong>el</strong> 37% en 1980<br />
a sólo <strong>el</strong> 25% en 1994, según cálculos d<strong>el</strong><br />
Instituto Alemán de Investigaciones<br />
Económicas de Berlín. Y no se trata de un<br />
fenómeno específicamente alemán. En la<br />
competencia fiscal, la cuota de las empresas<br />
no sólo desciende en países concretos, sino en<br />
todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. El imperio Siemens entregó en<br />
1991 casi la mitad de sus beneficios a los 180<br />
Estados en los que tenía filiales. En cuatro<br />
años, esa cuota se había reducido al 20%.<br />
Por tanto, ya no son los Gobiernos<br />
democráticamente <strong>el</strong>egidos los que deciden la<br />
cuantía d<strong>el</strong> gravamen, más bien son los<br />
dirigentes de las corrientes de capital y<br />
productos los que establecen qué contribución<br />
quieren hacer aún al sostenimiento de los<br />
gastos públicos. Jürgen Schrempp, presidente<br />
de Daimler-Benz, explicó crudamente a finales<br />
de abril de 1995 a los expertos<br />
presupuestarios d<strong>el</strong> Bundestag alemán que<br />
algunos global players eran perfectamente<br />
conscientes de esto. Por lo menos hasta <strong>el</strong><br />
año 2000, dijo Schrempp de pasada durante<br />
una cena con los diputados, su consorcio no<br />
iba a pagar impuestos sobre la renta en<br />
Alemania. “De nosotros no vais a sacar nada<br />
más”. Los representantes d<strong>el</strong> pueblo sólo<br />
pudieron tomar nota, en medio de un<br />
embarazoso silencio, de las posteriores<br />
explicaciones d<strong>el</strong> director financiero, Manfred<br />
Genz, sobre la compensación de beneficios<br />
con <strong>el</strong> extranjero y las inversiones en<br />
Alemania Oriental.<br />
AGUJEROS NEGROS EN LAS ARCAS<br />
PÚBLICAS<br />
Sin embargo, la sequía de las finanzas<br />
públicas debida a la economía sin fronteras no<br />
sólo se produce por <strong>el</strong> lado de los ingresos. La<br />
nueva transnacional dirige al mismo tiempo<br />
hacia sus arcas un porcentaje creciente de los<br />
gastos públicos. La competición por los pagos<br />
más bajos va acompañada de la pugna por las<br />
subvenciones más generosas. La aportación<br />
gratuita de su<strong>el</strong>o, incluyendo todas las<br />
conexiones viarias, ferroviarias, <strong>el</strong>éctricas y de<br />
agua, está ya dentro d<strong>el</strong> estándar mínimo<br />
mundial. Allá donde un consorcio quiere<br />
instalar un centro de producción, los<br />
planificadores de costes pueden contar con<br />
subsidios y ayudas de todo tipo. Cuando la<br />
multinacional coreana Samsung hace que <strong>el</strong><br />
Ministerio de Hacienda pague la construcción<br />
de su nueva fábrica <strong>el</strong>ectrónica en le norte de<br />
Inglaterra, con un valor de inversión de mil<br />
millones de dólares, con 100 millones, ya<br />
resulta extremadamente barata. Los Estados y<br />
regiones que quieren un emplazamiento en la<br />
red de Mercedes-Benz tienen que invertir<br />
mucho más. En la futura fábrica de vehículos<br />
pequeños de mercedes en Lorraine, en la<br />
Lorena, los contribuyentes de la UE y Francia<br />
aportan con subvenciones directas la cuarta<br />
parte d<strong>el</strong> total de la inversión. Si se añaden a<br />
esto las desgravaciones previstas, la<br />
participación d<strong>el</strong> Estado, sin derecho a voto,<br />
se <strong>el</strong>eva a un tercio. Esto no es en modo<br />
algún inusual. Fuera de las zonas de<br />
concentración industrial, este niv<strong>el</strong> de<br />
subvención es la media europea. Pero la<br />
escala está abierta por arriba, dependiendo<br />
d<strong>el</strong> grado de desempleo y de la confusión de<br />
la clase política. En <strong>el</strong> estado norteamericano<br />
de Alabama, comparativamente pobre,<br />
Mercedes-Benz no pagó en 1993 más que <strong>el</strong><br />
55% de los costes de un nuevo centro de<br />
producción. En cambio, la exención total de<br />
impuestos por diez años que General Motors<br />
ha conseguido a partir de 1996 en Polonia y<br />
Tailandia es más bien modesta.<br />
El punto culminante hasta ahora d<strong>el</strong> desvío de<br />
inversiones mediante regalos fiscales lo<br />
alcanza <strong>el</strong> Gobierno federal de Alemania<br />
Orienta. Allí, por ejemplo, <strong>el</strong> consorcio<br />
223
<strong>el</strong>ectrónico americano Advanced Micro Devices<br />
(AMD) recibe por una nueva fábrica de chips<br />
en Dresde 800 millones de marcos o <strong>el</strong> 35%<br />
de la suma de inversión prevista. Además, la<br />
Federación y <strong>el</strong> land de Sajonia se hacen<br />
cargo de una fianza crediticia por cuantía de<br />
mil millones de marcos. Otros 500 millones de<br />
marcos los aporta un consorcio de bancos en<br />
<strong>el</strong> que participan los bancos públicos<br />
regionales. Al final, <strong>el</strong> consorcio no tiene que<br />
financiar por sí mismo ni siquiera una quinta<br />
parte de la inversión total, casi todo <strong>el</strong> riesgo<br />
de mercado recae sobre <strong>el</strong> contribuyente. Muy<br />
parecida es la situación en las fábricas Op<strong>el</strong> y<br />
VW de Chemnitz, Mos<strong>el</strong> y Eisenach. La<br />
modernización de los astilleros d<strong>el</strong> Báltico bajo<br />
la dirección de Vulkan, de Bremen, y d<strong>el</strong><br />
gigante naviero noruego Kvaerner, que en la<br />
práctica equivale a una refundación, engulle<br />
según lo previsto 6.100 millones de marcos.<br />
Tras la bancarrota de los socios de Vulkan,<br />
que enterró una parte de las subvenciones en<br />
desvencijadas fábricas germanoccidentales,<br />
vencerán presumiblemente otros 500<br />
millones. Pero cuando <strong>el</strong> Gobierno de Kohl se<br />
enteró realmente de cómo <strong>el</strong> intento de atraer<br />
a consorcios mundiales mediante<br />
subvenciones puede convertirse en un agujero<br />
negro para las finanzas públicas fue en <strong>el</strong> caso<br />
de la industria química de la antigua región<br />
industrial de la RDA situada en torno a Buna,<br />
Leuna y Bitterf<strong>el</strong>d. Allí, <strong>el</strong> propio canciller fue<br />
quien se metió a ciegas en la trampa.<br />
“¡PENSAD EN NUESTRAS FAMILIAS!”<br />
Cuando H<strong>el</strong>mut Kohl aterrizó con su<br />
h<strong>el</strong>icóptero en Schkopau, <strong>el</strong> 10 de mayo de<br />
1991, al principio no se trataba más que de<br />
una cita <strong>el</strong>ectoral como tantas otras. En la<br />
Casa de la Cultura de las fábricas Buna quería<br />
pedir confianza y “manifestar esperanza”.<br />
Pero entonces conoció de cerca la<br />
desesperación de la población amenazada por<br />
<strong>el</strong> empobrecimiento. “Pensad en nuestras<br />
familias”, le gritó un trabajador nada más<br />
pasar la primera barrera. Dentro, en la sala, <strong>el</strong><br />
presidente d<strong>el</strong> comité de empresa de las<br />
fábricas Buna le exhortó a avanzar por fin en<br />
la privatización para conservar por lo menos<br />
los 8.000 puestos de trabajo que quedaba en<br />
los antiguos 19… “Por favor, ponga los<br />
medios, por favor, no nos defraude”, imploró<br />
la portavoz al canciller. Al parecer, eso<br />
atravesó la pi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>el</strong>efante de la política<br />
224<br />
alemana. Crecido en la ciudad de BASF,<br />
Ludwigshafen, Kohl no pudo resistirse a los<br />
ruegos de los trabajadores químicos. Dejó a<br />
un lado <strong>el</strong> manuscrito de su discurso y declaró<br />
que era “evidente” que no defraudaría su<br />
confianza. Dio su palabra por “la continuidad<br />
de este emplazamiento”.<br />
Fue bienintencionado, humanamente<br />
comprensible y, sin embargo, uno de los<br />
errores más caros d<strong>el</strong> mandato de Kohl. Por<br />
que desde ese momento <strong>el</strong> Gobierno federal<br />
era chantajeable a voluntad. Las presidencias<br />
de los tres grandes gigantes químicos<br />
alemanes rechazaron hacerse cargo de las<br />
empresas, a pesar d<strong>el</strong> compromiso de Kohl,<br />
ante <strong>el</strong> desolador estado de las viejas<br />
fábricas. En cambio, algunos ejecutivos d<strong>el</strong><br />
consorcio norteamericano Dow Chemical<br />
advirtieron lo favorable d<strong>el</strong> momento. Con<br />
Bernhard Brümmer, <strong>el</strong> antiguo jefe d<strong>el</strong><br />
consorcio de Gula COSAT Operation, que<br />
llevaba los negocios d<strong>el</strong> antiguo combinado de<br />
Buna para <strong>el</strong> Instituto de Administración<br />
Fiduciaria alemán (Treuhandanstalt), había un<br />
antiguo hombre de Dow en la fuente de todas<br />
las informaciones necesarias. Al principio, la<br />
dirección de la quinta empresa química d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> mostró mero interés e hizo vagas<br />
ofertas. En un maratón negociador que duró<br />
años, los abogados d<strong>el</strong> consorcio tumbaron<br />
sobre la mesa en toda regla los argumentos<br />
de los representantes d<strong>el</strong> Treuhand. Gracias a<br />
las palabras d<strong>el</strong> canciller, estaban condenados<br />
a tener éxito, y se enredaron cada vez más en<br />
una maraña de promesas y garantías. Por fin,<br />
<strong>el</strong> 1 de junio de 1995 las tres fábricas<br />
mayores d<strong>el</strong> antiguo combinado de Buna<br />
pasaron a propiedad de Dow Chemical con <strong>el</strong><br />
nombre de BSL Olefinverbud; los abogados de<br />
la empresa tenían en sus manos un contrato<br />
que les prometía una operación de miles de<br />
millones sin riesgo. Según <strong>el</strong> contrato, <strong>el</strong><br />
consorcio aportaría sólo 200 millones de<br />
marcos de las inversiones previstas, por una<br />
cuantía de cuatro mil millones de marcos, e<br />
incluso esto sólo en forma de préstamo<br />
retribuido de la sociedad matriz. Al mismo<br />
tiempo la BVS, la sociedad sucesora d<strong>el</strong><br />
Treuhand, tenía que garantizar que hasta<br />
finales de 1999 compensaría todas las<br />
pérdidas de la BSL hasta un límite máximo de<br />
2.700 millones de marcos. Como la sociedad<br />
arrancaba ya con una traslación de pérdidas<br />
contable de 3.200 millones de marcos, Dow
queda además libre de impuestos por tiempo<br />
indefinido, incluso aunque tenga beneficios.<br />
Además, <strong>el</strong> consorcio puede sanear todas las<br />
antiguas cargas tóxicas d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o a costa d<strong>el</strong><br />
Estado durante treinta años, y recibirá<br />
además un oleoducto hasta <strong>el</strong> puerto<br />
internacional de Rostock. En cambio, las<br />
contraprestaciones son casi ridículas. Dow<br />
sólo aseguró 1.800 puestos de trabajo. Éstos<br />
sólo están garantizados hasta 1999, y si<br />
fueran menos tampoco será un problema para<br />
los directivos de Dow. Por cada puesto de<br />
trabajo que falta tendrán que abonar 60.000<br />
marcos de sanción contractual, calderilla<br />
comparado con la suma total.<br />
Al final, la República Federal subvencionará<br />
cada puesto de trabajo en la filiar de Dow BSL<br />
previsiblemente con más de cinco millones de<br />
marcos, en total casi diez mil millones de<br />
marcos, un precio irrisorio. Incluso si con ese<br />
dinero se construyeran rascaci<strong>el</strong>os en <strong>el</strong><br />
bosque de Turingia a costa d<strong>el</strong> erario Público,<br />
daría salario y vivienda a más personas.<br />
Invertida en <strong>el</strong> saneamiento de las ciudades,<br />
la industria turística y las universidades, la<br />
misma suma hubiera sin duda acercado un<br />
paso al este alemán al niv<strong>el</strong> occidental. Que la<br />
opinión pública tuviera siquiera noticia de las<br />
grotescas condiciones d<strong>el</strong> trato de Buna sólo<br />
se debe a algunos colegas de Der Spieg<strong>el</strong>, que<br />
investigaron durante meses la historia d<strong>el</strong><br />
contrato. Dow Chemical obtendría, sin asumir<br />
riesgo alguno, al menos 1.500 millones de<br />
marcos de beneficio aunque toda la empresa<br />
fracasara, resumían citando a trabajadores de<br />
BVS. Aun así, cuando la historia apareció<br />
apenas se escucharon protestas. ¿Qué<br />
dirigente político habría podido protestar? A<br />
Kohl podía haberle ido mal en Buna, pero<br />
entretanto casi todos los políticos d<strong>el</strong> área<br />
económica han tenido experiencias similares,<br />
y al fin al cabo cada empleo cuenta.<br />
De modo exactamente igual de confuso<br />
reparten los ministros de investigación de<br />
todos los países <strong>el</strong> dinero de los impuestos a<br />
<strong>el</strong>los confiado. Así, por ejemplo, <strong>el</strong> consorcio<br />
Daimler, que actualmente ya no paga<br />
impuestos, recibió en <strong>el</strong> año 1993 más de 500<br />
millones d<strong>el</strong> presupuesto federal para<br />
investigación. Con <strong>el</strong>lo, más de la cuarta parte<br />
de toda la promoción científica de la<br />
Federación iba a parar a una empresa que con<br />
los resultados subvencionados podría estar<br />
mañana ganando dinero al otro extremo d<strong>el</strong><br />
<strong>mundo</strong> sin crear ni un solo empleo alemán.<br />
También Siemens hizo un buen negocio con la<br />
inseguridad de los políticos sobre las nuevas<br />
reglas d<strong>el</strong> juego económico global. Durante<br />
años, los adeptos a la vieja política industrial<br />
nacional, como por ejemplo Honrad Seitz,<br />
antiguo jefe de planificación d<strong>el</strong> Ministerio de<br />
Exteriores, advirtieron de la amenazante<br />
posición de monopolio de Japón y Estados<br />
Unidos en la fabricación de la materia prima<br />
tecnológica para la era de la información: la<br />
producción de microchips. Por eso, la<br />
Federación y la Comisión Europea invirtieron<br />
unos cuantos miles de millones de marcos de<br />
fondos para la investigación con consorcios<br />
<strong>el</strong>ectrónicos europeos, sobre todo Siemens…<br />
totalmente en vano. Hoy, <strong>el</strong> consorcio con<br />
cuart<strong>el</strong> general en Munich desarrolla los chips<br />
de la próxima generación junto con sus<br />
supuestos rivales IBM y Toshiba. Desde 1998,<br />
Siemens tendrá incluso una fábrica común con<br />
<strong>el</strong> consorcio tecnológico norteamericano<br />
Motorota, en la ciudad americano de<br />
Richmond, donde se fabricará <strong>el</strong> chip hasta<br />
ahora más potente, de 64 megabytes,<br />
desarrollado con apoyo europeo.<br />
La ruinosa, y en muchos sentidos absurda,<br />
carrera de las subvenciones rev<strong>el</strong>a cómo la<br />
política y los Gobiernos se han extraviado en<br />
<strong>el</strong> laberinto de la economía global. “La presión<br />
de la competencia internacional empuja a los<br />
Gobiernos a ofrecer estímulos financieros que<br />
ya no son justificables aplicando criterios<br />
objetivos”, constata la organización comercial<br />
de la ONU UNCTAD, que analiza<br />
constantemente la práctica mundial de las<br />
subvenciones. Hay que buscar la forma<br />
urgente vías para “evitar tales excesos”,<br />
advierten los expertos de la ONU. Pero bajo la<br />
presión de presentar a sus <strong>el</strong>ectores acciones<br />
contra <strong>el</strong> desempleo, los ejecutores políticos<br />
de la integración d<strong>el</strong> mercado mundial ya no<br />
se dan cuenta de que con sus caros regalos<br />
para atraer a las empresas sólo perjudican a<br />
largo plazo a sus países. Al saquear sus arcas<br />
para conseguir la cuota nacional d<strong>el</strong> paste de<br />
la economía mundial imponen a sus Estados<br />
una lógica económico-empresarial que<br />
conduce a la ruina político-económica. Incluso<br />
sin contar los sectores subvencionados<br />
clásicos de la agricultura, la minería, la<br />
vivienda y <strong>el</strong> tráfico ferroviario, las<br />
subvenciones a la economía cuestan mientras<br />
225
tanto, sólo en la República Federal, más de<br />
100.000 millones de marcos al año, tirando<br />
por lo bajo.<br />
La dimensión de esta transferencia<br />
patrimonial transforma a ojos vistas la<br />
estructura d<strong>el</strong> Estado. Los paladines<br />
neoliberales d<strong>el</strong> Instituto de Economía Mundial<br />
(IfW) de Ki<strong>el</strong> se sirven a veces de una<br />
metáfora tomada de la Biología para definir <strong>el</strong><br />
nuevo pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Estado. Éste sólo asumiría la<br />
función d<strong>el</strong> “anfitrión” en la economía<br />
transnacional, se dice en un estudio d<strong>el</strong> IfW. Y<br />
viceversa, esto significa que las empresas<br />
entr<strong>el</strong>azadas sin fronteras adquieren cada vez<br />
más un carácter de “parásitos”. Sus productos<br />
son transportados por carreteras y vías<br />
férreas financiadas con fondos públicos, sus<br />
trabajadores envían a sus hijos a colegios<br />
públicos, incluso sus ejecutivos disfrutan de<br />
las representaciones de los teatros y óperas<br />
públicas. Sin embargo, sólo contribuyen al<br />
mantenimiento de estas y otras instalaciones<br />
mediante los impuestos que gravan los<br />
jornales y nóminas, así como <strong>el</strong> consumo, de<br />
sus empleados y trabajadores. Pero como los<br />
ingresos d<strong>el</strong> trabajo tienden a descender en <strong>el</strong><br />
marco de la competencia y muchos<br />
perceptores de su<strong>el</strong>dos alcanzan de todos<br />
modos <strong>el</strong> límite que lleva a la intervención<br />
estatal, un Estado tras otro cae en la crisis<br />
financiera estructural. Los presupuestos<br />
públicos sucumben a la misma tendencia a la<br />
baja que los ingresos de la población. Pero a<br />
la vez, en las sociedades industriales<br />
altamente organizadas las exigencias<br />
planteadas al Estado crecen más que se<br />
reducen. Las nuevas tecnologías encarecen<br />
cada vez más <strong>el</strong> mantenimiento de las<br />
infraestructuras, los daños medioambientales<br />
exigen crecientes medidas de restauración, <strong>el</strong><br />
incremento de la longevidad de la población<br />
requiere más gasto en prestaciones médicas y<br />
pensiones. En consecuencia, en muchos<br />
lugares a los políticos responsables no les<br />
queda otra <strong>el</strong>ección que reducir la oferta de<br />
prestaciones públicas allá donde poderosos<br />
grupos de interés no lo impiden, es decir, <strong>el</strong><br />
sistema social, en las instalaciones culturales<br />
y servicios públicos, desde las piscinas a las<br />
universidades, pasando por los colegios. De<br />
este modo, los Estados terminan siendo<br />
agentes de la redistribución de abajo arriba.<br />
Esto le atestigua de manera impresionante la<br />
ley anual de impuestos con la que <strong>el</strong> Gobierno<br />
226<br />
federal abrió en <strong>el</strong> verano de 1996 las<br />
negociaciones presupuestarias para <strong>el</strong><br />
siguiente ejercicio. Según esta ley, los<br />
ingresos públicos y privados se reducían en<br />
14.600 millones de marcos al año, mientras<br />
las empresas y profesionales veían aligeradas<br />
sus cargas fiscales en esa misma suma.<br />
En Estados Unidos y Gran Bretaña, cuyos<br />
Gobiernos pusieron tempranamente en<br />
marcha por propia iniciativa <strong>el</strong><br />
desmant<strong>el</strong>amiento d<strong>el</strong> Estado, se puede<br />
observar adónde conduce <strong>el</strong> ad<strong>el</strong>gazamiento<br />
de las finanzas públicas a favor de la<br />
economía libre. En todas partes falta dinero<br />
para <strong>el</strong> mantenimiento o incluso la extensión<br />
de las infraestructuras públicas. En r<strong>el</strong>ación<br />
con <strong>el</strong> producto interior bruto, <strong>el</strong> sector<br />
público invierte en Estados Unidos solamente<br />
un tercio de lo que le cuestan a Japón sus<br />
calles y vías férreas, escu<strong>el</strong>as, universidades y<br />
hospitales. En Washington, por ejemplo, la<br />
mayoría de las escu<strong>el</strong>as están listas para <strong>el</strong><br />
derribo. Harían falta 1.200 millones de<br />
dólares, asegura <strong>el</strong> alcalde, para volver a<br />
poner los edificios en condiciones. La policía<br />
de la ciudad estima que precisa una suma<br />
semejante para la puesta al día de sus<br />
equipos técnicos y su parque móvil. Pero <strong>el</strong><br />
Congreso se niega a pagarla. Sólo allí donde<br />
hay voluntarios se puede llevar a cabo de<br />
forma sensata la gestión de los colegios, a<br />
veces los funcionarios de policía tienen que<br />
llevar a cabo las reparaciones por su cuenta<br />
para poder trabajar tan siquiera. También en<br />
las islas Británicas, <strong>el</strong> Estado europeo mod<strong>el</strong>o<br />
d<strong>el</strong> neoliberalismo, <strong>el</strong> sistema educativo y<br />
social se está acercando al niv<strong>el</strong> de un país en<br />
desarrollo. Uno de cada tres niños británicos<br />
crece hoy en la pobreza, y 1,5 millones de<br />
niños menores de dieciséis años tienen que<br />
trabajar por falta de apoyo social. Mientras en<br />
<strong>el</strong> continente cuatro quintas partes de las<br />
personas de dieciocho años prosiguen su<br />
formación, en Gran Bretaña menos de la<br />
mitad de los jóvenes de esas edad aprende<br />
algo más. Al mismo tiempo, <strong>el</strong> porcentaje de<br />
analfabetos asciende en vertical. Según una<br />
encuesta representativa, una quinta parte de<br />
las personas de veintiún años se sabía<br />
resolver un simple cálculo mental y una<br />
séptima parte no sabía leer ni escribir.<br />
En la comparativamente rica Alemania, cuyo<br />
bienestar está hasta la fecha ampliamente
epartido y donde los ciudadanos esperan<br />
tradicionalmente d<strong>el</strong> Estado una oferta<br />
integral de servicios, este proceso acaba de<br />
empezar. Pero es ejemplar <strong>el</strong> mal despertar<br />
sufrido en la más rica y al mismo tiempo más<br />
endeudada ciudad de la República, Francfort<br />
d<strong>el</strong> Meno. Todavía en 1990 <strong>el</strong> entonces alcalde<br />
socialdemócrata Volver Hauff proclamaba: “La<br />
riqueza de Francfort está ahí para todos”. Seis<br />
años después, al concejal verde Tom Königs<br />
no le queda más remedio que retirar poco a<br />
poco esa promesa. Mientras la fuente de<br />
ingresos más importante de la ciudad, <strong>el</strong><br />
impuesto sobre la propiedad industrial, aporta<br />
hoy menos que en 1986, a pesar de contar<br />
con 440 sucursales bancarias y un crecimiento<br />
económico de más d<strong>el</strong> 20%, los gastos<br />
sociales legalmente prescritos hasta ahora se<br />
han triplicado aproximadamente. Hay que<br />
cerrar 30 de los 46 centros vecinales. Media<br />
docena de piscinas están a la venta o –como<br />
alternativa- ante <strong>el</strong> cierre. Ya no hay dinero<br />
para iniciativas sociales como los encuentros<br />
vecinales y con inmigrantes, las escu<strong>el</strong>as de<br />
música y museos se reducen. La temporada<br />
d<strong>el</strong> Theater am Turf dura seis semanas, <strong>el</strong><br />
intendente de la ópera amenaza con<br />
suspender las representaciones debido a la<br />
reducción de las subvenciones. Las víctimas<br />
todavía son pocas, pero a Königs le asedian<br />
lúgubres presentimientos: “Corremos <strong>el</strong> riesgo<br />
de que la capacidad de compensación social<br />
se paralice”, se queja. Si esta tendencia<br />
continúa, “la convivencia pacífica de clases,<br />
naciones y estilos de vida en Francfort<br />
explotará”.<br />
CRIMINALES SIN FRONTERAS<br />
La forzada reducción d<strong>el</strong> presupuesto degrada<br />
a los políticos a la condición de meros<br />
administradores de la escasez, que ap<strong>el</strong>ando a<br />
los poderes superiores d<strong>el</strong> progreso<br />
económico no puede asumir la responsabilidad<br />
de la miseria. Esto socava los fundamentos<br />
d<strong>el</strong> Estado democrático. Los crónicos<br />
problemas financieros son por así decirlo sólo<br />
un síntoma entre muchos de la decadencia de<br />
la política. Junto a la soberanía monetaria y<br />
fiscal se tambalea ya otro pilar d<strong>el</strong> Estado<br />
nacional: <strong>el</strong> monopolio público de la autoridad.<br />
Porque, igual que los bancos y los consorcios,<br />
también las multinacionales d<strong>el</strong> crimen se<br />
benefician de la <strong>el</strong>iminación de las barreras<br />
legales para la economía. A lo largo de todos<br />
los países industrializados, las autoridades<br />
policiales y judiciales informan d<strong>el</strong> vertiginoso<br />
crecimiento de la criminalidad organiada. “Lo<br />
que es bueno para <strong>el</strong> libre comercio también<br />
es bueno para los criminales”, constata<br />
sobriamente un funcionario de INTERPOL.<br />
Según estimaciones de un grupo de expertos<br />
creado en 1989 por los siete grandes países<br />
industrializados, hasta 1990 <strong>el</strong> volumen de<br />
negocios d<strong>el</strong> mercado mundial de la heroína<br />
se ha multiplicado por veinte de dos décadas,<br />
<strong>el</strong> comercio de cocaína se multiplicó por<br />
cincuenta. El que sabe cómo vender drogas<br />
también sabe abrir cualquier otro mercado<br />
ilegal. Cigarrillos libres de impuesto, armas,<br />
coches robados y emigrantes ilegales disputan<br />
mientras tanto al tráfico de drogas <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de<br />
fuente principal de ingresos de la economía<br />
sumergida. Sólo con <strong>el</strong> tráfico de inmigrantes,<br />
la forma moderna d<strong>el</strong> comercio de esclavos,<br />
las mafias chinas (tríadas) obtienen en<br />
Estados Unidos beneficios de 2.500 millones<br />
de dólares al año, según estima una autoridad<br />
norteamericana.<br />
En Europa, la explosiva evolución d<strong>el</strong><br />
contrabando de trabajo da testimonio d<strong>el</strong><br />
nuevo poder de los consorcios mercantiles<br />
ilegales. Hasta finales de los ochenta, la<br />
evasión d<strong>el</strong> impuesto sobre <strong>el</strong> tabaco era<br />
principalmente un problema italiano. Desde<br />
1990, jerarquizadas organizaciones han<br />
abierto <strong>el</strong> mercado interior europeo. Dos años<br />
después ya se incautaban en Alemania 347<br />
millones de cigarrillos libres de impuesto, y en<br />
1995 eran ya 750 millones. Los investigadores<br />
estiman que esta cantidad es alrededor d<strong>el</strong><br />
5% d<strong>el</strong> volumen total d<strong>el</strong> negocio. La oficina<br />
de Criminalidad Aduanera de Colonia calcula<br />
la evasión anual de impuestos por este<br />
concepto de 1.500 millones de marcos en<br />
Alemania, a escala europea se pierden entre<br />
seis y ocho mil millones de marcos de<br />
ingresos.<br />
El boom d<strong>el</strong> contrabando no es consecuencia<br />
de un deficiente trabajo policial. Las<br />
organizaciones y sus formas de actuar son<br />
conocidas con bastante exactitud, informa <strong>el</strong><br />
fiscal general d<strong>el</strong> Estado alemán, Hans-Jürgen<br />
Kolb, director d<strong>el</strong> Grupo ad hoc de<br />
Criminalidad Económica de Augsburg, que<br />
estudia <strong>el</strong> negocio desde 1992. La mercancía<br />
procede por regla general de fábricas de<br />
cigarrillos norteamericanas, cuyas<br />
227
exportaciones, totalmente regulares, se<br />
almacenan provisionalmente en los puertos<br />
libres (de aranc<strong>el</strong>es) de Rótterdam o<br />
Hamburgo, así como en sus complementarios<br />
suizos, los llamados almacenes libres. Allí,<br />
junto a los importadores legales europeooccidentales,<br />
también sociedades anónimas<br />
con sede en Chipre, Liechtenstein o Panamá<br />
encargan grandes cantidades para su<br />
exportación a Europa oriental o África. En<br />
camiones precintados, <strong>el</strong> producto emprende<br />
viaje por territorio de la UE, pero nunca llega<br />
a ser lugar de destino, sino que es cambiado,<br />
antes d<strong>el</strong> nuevo cruce en <strong>el</strong> punto de mira de<br />
los investigadores y <strong>el</strong> conductor sospecha<br />
que le están vigilando, sus clientes le dan por<br />
t<strong>el</strong>éfono móvil vía satélite la orden de seguir<br />
<strong>el</strong> viaje normalmente hasta haber pasado las<br />
fronteras suficientes como para librarse de sus<br />
perseguidores. Como se gana millón y medio<br />
largo de marcos por camión, se puede<br />
sacrificar algún que otro cargamento o pagar<br />
impuestos por él sin ningún problema. De<br />
todos modos, dado <strong>el</strong> enorme incremento de<br />
los flujos comerciales la policía sólo puede<br />
controlar una pequeña parte de todos los<br />
transportes de cigarrillos. Y eso que en<br />
muchos lugares se incauta de cantidades de<br />
contrabando asombrosamente grandes. Pero<br />
se causa poco daño al negocio ilegal, porque<br />
los investigadores sólo pueden atrapar a los<br />
ejecutores encargados d<strong>el</strong> transporte ya<br />
distribución. Los organizadores, gente de<br />
negocios honorable, son inatacables.<br />
“Conocemos los nombres de esa gente, pero<br />
no podemos ir a por <strong>el</strong>los”, se lamenta Kolb.<br />
Liechtenstein o Panamá son inaccesibles, la<br />
cooperación policial internacional termina en<br />
sus fronteras.<br />
Todavía da más que hacer a los<br />
investigadores que se haya vu<strong>el</strong>to imposible<br />
incautar <strong>el</strong> patrimonio de los consorcios<br />
criminales. Da igual la eficacia con que<br />
trabajen la policía y la justicia, los beneficios<br />
acumulados siguen siendo intocables en <strong>el</strong><br />
espacio sin leyes d<strong>el</strong> mercado financiero<br />
global. El secreto bancario de las zonas<br />
evasoras de capital, defendido con uñas y<br />
dientes por la comunidad financiera<br />
internacional, no sólo protege a los evasores<br />
de impuestos. No es casualidad que los más<br />
importantes paraísos fiscales se hayan<br />
desarrollado a lo largo de las principales rutas<br />
d<strong>el</strong> comercio de la droga. “Panamá y las<br />
228<br />
Bahamas son conocidas como centro de<br />
lavado financiero d<strong>el</strong> tráfico de cocaína. El<br />
mismo pap<strong>el</strong> tiene Hong Kong en los<br />
beneficios de la heroína d<strong>el</strong> sureste asiático,<br />
mientras Gibraltar y Chipre protegen <strong>el</strong> capital<br />
de los narcotraficantes de Oriente Medio y<br />
Turquía”, resume la economista británica<br />
Susan Strange la función de las plazas offshore<br />
para la economía sumergida. Al mismo<br />
tiempo, <strong>el</strong> socavamiento de los sectores<br />
legales por inversores criminales no puede<br />
detenerse con ninguna ley contra <strong>el</strong> lavado de<br />
dinero, por estricta que sea. “Si quiere usted<br />
lavar dinero obtenido de forma criminal hoy<br />
día puede hacerlo sin problemas casi en<br />
cualquier lugar d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>”, confiesa sin<br />
rebozo <strong>el</strong>banquero Folker Streib, que trabajó<br />
para <strong>el</strong> Commerzbank en Asia y América y hoy<br />
dirige su filial de Berlín.<br />
Las consecuencias son aterradoras. La<br />
criminalidad organizada ya está considerada<br />
entre los expertos como la rama de la<br />
economía que más rápido se expande en todo<br />
<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, con beneficios anuales de 500.000<br />
millones de dólares. En un estudio para la<br />
Oficina Federal de Investigación Criminal<br />
alemana, científicos de la Universidad de<br />
Münster pronostican un crecimiento en<br />
Alemania d<strong>el</strong> 35% hasta <strong>el</strong> año 2000 en<br />
d<strong>el</strong>itos como <strong>el</strong> tráfico de personas, <strong>el</strong> trabajo<br />
ilegal, <strong>el</strong> robo de automóviles y la extorsión.<br />
Con la acumulación de capital, aumenta<br />
también de manera incesante <strong>el</strong> poder de los<br />
cárt<strong>el</strong>es criminales para corromper o incluso<br />
apoderarse por completo de empresas legales<br />
y autoridades estatales. Esto se hace tanto<br />
más amenazador cuanto más débil es <strong>el</strong><br />
desarrollo d<strong>el</strong> Estado. En Rusia y en Ucrania,<br />
en Colombia y Hong Kong, la actividad<br />
comercial legal e ilegal se confunde. Nadie<br />
puede evaluar ya qué partes d<strong>el</strong> aparato d<strong>el</strong><br />
Estado defiende aún <strong>el</strong> Derecho o tan sólo<br />
llevan una guerra contra competidores por<br />
encargo de criminales. Tampoco Italia ha<br />
ganado su batalla contra la Mafia, a pesar de<br />
haber llevado a cabo espectaculares<br />
detenciones. El capital de los viejos padrinos<br />
pasa sin desgaste a manos de herederos<br />
desconocidos, que sólo tendrán que<br />
modernizar sus organizaciones. D<strong>el</strong><br />
patrimonio de los cuatro grandes sindicatos<br />
d<strong>el</strong> crimen italiano, que se estima, al cambio,<br />
entre 150 y 200.000 millones de marcos, se<br />
incautaron hasta junio de 1996 2.200
millones… y sólo provisionalmente. Los<br />
abogados de la Mafia llevan ad<strong>el</strong>ante procesos<br />
contra <strong>el</strong> Estado por la devolución de dos<br />
tercios de esa suma, porque se supone que se<br />
trata de patrimonio obtenido en negocios<br />
legales.<br />
Desde los países de base y con sus bancos<br />
guardándoles las espaldas, las redes<br />
criminales se extienden poco a poco a los<br />
Estados ricos, que aparentemente aún<br />
funcionan bien. El crimen por encargo ya no<br />
es un d<strong>el</strong>ito anecdótico en Alemania. En <strong>el</strong><br />
primer semestre de 1996 murieron en Berlín<br />
36 personas en la guerra entre las bandas<br />
vietnamitas rivales que organizan la<br />
distribución para la mafia d<strong>el</strong> tabaco en<br />
Alemania oriental. Al mismo tiempo, se<br />
difumina la frontera entre legalidad e<br />
ilegalidad en la vida económica. Sin<br />
conocimiento de su dirección, también<br />
consorcios y bancos serios pueden verse<br />
enredados en turbios negocios. Cuando una<br />
empresa competidora controlada por<br />
criminales se sirve de métodos ilegales, los<br />
trabajadores rápidamente se sienten tentados<br />
a imitarla. También las sumas, de todas las<br />
cuantías imaginables, destinadas a sobornos<br />
rebajan <strong>el</strong> umbral de la inhibición. Una<br />
encuesta anónima de la sociedad de auditoría<br />
KPMG entre los directivos de varios cientos de<br />
empresas en 18 países arrojó <strong>el</strong> resultado de<br />
que casi la mitad de los encuestadores<br />
considera un gran problema la creciente<br />
criminalidad económica.<br />
De este modo, <strong>el</strong> Estado y la política pasan a<br />
ojos vistas a la defensiva en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
También <strong>el</strong> Derecho anticárt<strong>el</strong>es, antaño un<br />
bastión de la economía d<strong>el</strong> mercado contra la<br />
conspiración empresarial a costa d<strong>el</strong><br />
consumidor o <strong>el</strong> contribuyente, está perdiendo<br />
su efecto. En mercados organizados<br />
globalmente, como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> transporte aéreo, <strong>el</strong><br />
químico o <strong>el</strong> d<strong>el</strong> comercio de derechos<br />
cinematográficos y de emisión, está derogado<br />
de facto. ¿Cómo controlar si las tres grandes<br />
alianzas europeo-americanas contraídas por<br />
Lufthansa, British Airways y Air France llegan<br />
a acuerdos, cuando todos sus pequeños<br />
competidores en los tramos transatlánticos<br />
hayan quebrado? ¿Quién impedirá a los<br />
monstruos mediáticos como Leo Kirch, Rupert<br />
Murdoch y los tres gigantes Time<br />
Warner/CNN, Disney/ABC y Bert<strong>el</strong>smann/CLT<br />
llegar aquí y allá a acuerdos sobre los precios<br />
y acotar zonas de influencia?<br />
Por <strong>el</strong> camino se ha quedado también la<br />
política medioambiental. En la competencia<br />
por los empleos de los consorcios, la mayoría<br />
de los Gobiernos ha abandonado o aplazado<br />
sine die todos los proyectos de reforma<br />
ecológica. En <strong>el</strong> verano de 1996, la mayoría<br />
de los investigadores d<strong>el</strong> clima señalaron la<br />
catástrofe fluvial china y la tercera sequía d<strong>el</strong><br />
siglo americana como mensajeros de la<br />
catástrofe climática que se avecina debido a la<br />
creciente concentración de gases provocados<br />
d<strong>el</strong> efecto invernadero de la atmósfera. Pero<br />
nada ocurre, incluso <strong>el</strong> llamamiento de algún<br />
que otro ministro de Medio Ambiente suena<br />
cansado.<br />
El catálogo de este fracaso d<strong>el</strong> Estado ante la<br />
anarquía d<strong>el</strong> mercado mundial se puede<br />
prolongar casi indefinidamente. Poco a poco<br />
los Gobiernos de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> pierden la<br />
capacidad de intervenir siquiera para orientar<br />
<strong>el</strong> desarrollo de sus naciones. A todos los<br />
niv<strong>el</strong>es se pone de manifiesto <strong>el</strong> error<br />
sistemático de la integración global: mientras<br />
<strong>el</strong> flujo de mercancías y capital está disponible<br />
en todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, la regulación y <strong>el</strong> control<br />
han seguido siendo tareas nacionales. La<br />
economía devora a la política.<br />
En contra de lo que ampliamente se cree, la<br />
creciente impotencia d<strong>el</strong> Estado no conduce<br />
en modo alguno a la reducción general d<strong>el</strong><br />
apartado d<strong>el</strong> mismo o incluso, como sospecha<br />
<strong>el</strong> visionario japonés y <strong>el</strong> antiguo director de<br />
McKinsey en Asia, Kennichi Ohmae, al “fin d<strong>el</strong><br />
Estado nacional”. Porque <strong>el</strong> Estado y su<br />
Gobierno siguen siendo la única instancia ante<br />
la que los ciudadanos y <strong>el</strong>ectores pueden<br />
reclamar justicia, responsabilidad y cambios.<br />
La mera idea de la que la alianza de los<br />
consorcios podría asumir funciones estatales,<br />
como anunciaba en un titular la revista<br />
norteamericana, Newsweek, es ilusoria. A<br />
ningún presidente de un consorcio, por<br />
poderosos que fuera, se le ocurriría asumir la<br />
responsabilidad de evoluciones que se<br />
producen fuera de su empresa. No le pagan<br />
por eso. Los directivos son los primeros que<br />
piden la intervención pública cuando la cosa<br />
arde. Por eso, en vez d<strong>el</strong> generoso<br />
desmontaje de la administración burocrática<br />
en muchos lugares ocurre lo contrario.<br />
229
Incapaces de llevar a cabo reformas de<br />
alcance, ministros y funcionarios se ven<br />
obligados a practicar una política sustitutoria.<br />
El Derecho medioambiental alemán, por<br />
ejemplo, abarca mientras tanto más de 8.000<br />
normas. El motivo no es la inclinación<br />
alemana a la perfección en materia de<br />
reglamentaciones. Más bien los responsables<br />
tienen que proteger a los ciudadanos de los<br />
riesgos para sus salud, mientras se muestran<br />
impotentes para enfrentarse a la tendencia<br />
general d<strong>el</strong> desarrollo antiecológico. La<br />
consecuencia es un lastre burocrático sin fin.<br />
Lo mismo ocurre con <strong>el</strong> Derecho tributario.<br />
Como no se puede imponer una reforma fiscal<br />
socialmente justa a los sectores económicos,<br />
los políticos de todos los partidos han creado<br />
una maraña de desgravaciones para este<br />
grupo y excepciones para aqu<strong>el</strong>, en la que<br />
incluso los funcionarios de Hacienda hace<br />
mucho que han perdido la visión de conjunto.<br />
La reacción de la política a la amenaza<br />
criminal sigue, sólo que con métodos mucho<br />
más arriesgados, <strong>el</strong> mismo mod<strong>el</strong>o. Como no<br />
pueden atacar la base de su poder, <strong>el</strong> capital<br />
–los tan acertadamente denominados “grupos<br />
de d<strong>el</strong>incuentes orientados hacia la economía<br />
de mercados” por <strong>el</strong> secretario d<strong>el</strong> Interior<br />
bávaro Herman Regensburger-, los<br />
responsables de Interior de todo <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> se<br />
dedican a ampliar <strong>el</strong> aparato policía. En contra<br />
de la enérgica protesta d<strong>el</strong> Comisionado de<br />
Protección de Datos, una gran coalición de<br />
CDU y SPD se puso de acuerdo en Bonn, en<br />
junio de 1996, en la legalización de la “gran<br />
escucha” en las indagaciones policiales. En <strong>el</strong><br />
futuro los ciudadanos podrán ser sometidos a<br />
escucha incluso en sus domicilios si los<br />
investigadores simplemente sospechan su<br />
implicación en la criminalidad organizada. El<br />
estado federado de Baviera introdujo ya un<br />
año antes <strong>el</strong> llamado control de sospecha.<br />
Desde entonces los policías pueden efectuar<br />
en todo lugar y momento “controles<br />
independientes de sospechas o<br />
acontecimientos” y retener a cualquier<br />
ciudadano por una mera presunción. La<br />
ampliación d<strong>el</strong> sector supervisor permite<br />
sospechar adónde irá a parar esto: cuando la<br />
presión anárquica que emana de los mercados<br />
integrados ya no sea limitable políticamente,<br />
las consecuencias habrán de ser combatidas<br />
con represión. El Estado autoritario será la<br />
230<br />
respuesta a la impotencia de la política frente<br />
a la economía.<br />
La necesaria contraestrategia empieza a<br />
imponerse: cooperación internacional.<br />
Científicos comprometidos, ecologistas y<br />
políticos reclaman desde hace mucho la<br />
estrecha imbricación de todas las políticas<br />
nacionales por encima de los límites estatales.<br />
Y de hecho especialmente los países ricos<br />
industrializados han intensificado fuertemente<br />
su cooperación durante la pasada década. El<br />
número de encuentros internacionales entre<br />
Gobiernos y acuerdos transfronterizos se<br />
multiplicó. Con los tratados sobre <strong>el</strong> mercado<br />
interior y la Unión Europa, Europa occidental<br />
estableció incluso una forma de legislación<br />
transnacional. Una larga serie de conferencia<br />
de la ONU, desde la cumbre medioambiental<br />
de Río de Janeiro d<strong>el</strong> año 1992 hasta <strong>el</strong><br />
encuentro sobre <strong>el</strong> futuro de las ciudades de<br />
Estambul, en 1996, pasando por la<br />
conferencia sobre la población mundial de <strong>el</strong><br />
Cairo, en 1995, señalan una constante<br />
internacionalización de la política. Poco a<br />
poco, parece, se abre paso una especie de<br />
coordinación gubernamental mundial. El<br />
secretario general de las Naciones Unidas,<br />
Butros Butros-Ghali, convocó expresamente a<br />
una comisión de r<strong>el</strong>evantes estadistas de<br />
ambos sexos que en 1995 presentó un<br />
extenso programa con <strong>el</strong> que optimizar <strong>el</strong><br />
gobierno mundial, <strong>el</strong> global governance. El<br />
centro d<strong>el</strong> plan lo ocupaba la reforma d<strong>el</strong><br />
Consejo de Seguridad de la ONU y su<br />
complementación con un “Consejo de<br />
Seguridad Económica”. Esto haría a la ONU<br />
más democrática y le ayudaría a disponer de<br />
una renovada capacidad de actuación. Al<br />
mismo tiempo, también las iniciativas políticas<br />
privadas han globalizado su trabajo.<br />
GreenPeace y Amnistía International han<br />
extendido su lucha por <strong>el</strong> medo ambiente y los<br />
derechos humanos a casi todos los países de<br />
la Tierra y son tan conocidos en muchos<br />
lugares como la Coca-Cola y la emisora de<br />
música MTV. La victoria de los ecologistas<br />
sobre la multinacional petrolera Sh<strong>el</strong>l y <strong>el</strong><br />
Gobierno británico en la disputa por <strong>el</strong><br />
hundimiento de la plataforma pletrolífera<br />
Brent Spar, en <strong>el</strong> verano de 1995, fue<br />
interpretada por muchos como la nueva forma<br />
de política supranacional, como una especie<br />
de democracia de los consumidores mediante<br />
una presencia mundial en los medios.
¿Se acerca, pues, <strong>el</strong> <strong>mundo</strong> a la cooperación<br />
global para la salvación de la estabilidad social<br />
y ecológica? ¿Necesita aún algunos<br />
empujones para que se abra paso <strong>el</strong> Global<br />
Governance? Si fuera por <strong>el</strong> número de<br />
conferencias científicas y publicaciones sobre<br />
<strong>el</strong> tema, la nueva era tendría que ser<br />
inminente. Pero los resultados hasta la fecha<br />
son frustrantes.<br />
GOBERNAR A ESCALA MUNDIA: UNA<br />
ILUSIÓN ÚTIL<br />
Cuando a fines de marzo de 1995, en <strong>el</strong><br />
Centro de Congresos de Berlín, se reunieron<br />
unos 500 diplomáticos de 130 Estados para<br />
negociar un convenio mundial para la<br />
protección d<strong>el</strong> clima terrestre, la esperanza<br />
flotaba en le ambiente. Ecologistas y<br />
d<strong>el</strong>egados corrían excitados por los pasillos<br />
d<strong>el</strong> laberinto de hormigón, parecido a una<br />
nave espacial, y recogían <strong>el</strong> asentimiento de<br />
los Gobiernos a una iniciativa presentada por<br />
los Estados insulares de los océanos Pacífico e<br />
Índico, amenazados por la decadencia. Japón,<br />
Alemania, los escandinavos y muchos otros<br />
estaban dispuestos a firmar un tratado que<br />
obligaría a los Estado industriales a reducir en<br />
una cuarta parta la emisión de gases<br />
causantes d<strong>el</strong> efecto invernadero. La defensa<br />
contra <strong>el</strong> amenazante caos climático parecía<br />
factible. Pero por lo menos uno de los<br />
participantes en la conferencia sabía lo<br />
contrario desde <strong>el</strong> principio. Su cráneo<br />
anguloso con las mejillas colgantes en un<br />
cuerpo enclenque, los pantalones demasiado<br />
cortos y los gastados zapatos ortopédicos le<br />
daban <strong>el</strong> aspecto de un inofensivo<br />
provinciano. Pero las apariencias engañaban.<br />
Donald Pearlman, abogado de la firma de<br />
Washington Patton, Boggs & Blow, era <strong>el</strong><br />
personaje más importante de la conferencia<br />
gubernamental de Berlín. Cada mañana<br />
esperaba a los d<strong>el</strong>egados ante la sala de<br />
plenos e impartía a sus aliados en un susurro<br />
las instrucciones d<strong>el</strong> día.<br />
Pearlman tuvo una participación esencial en<br />
que cada iniciativa para la protección d<strong>el</strong> clima<br />
se perdiera en <strong>el</strong> limbo de una nebulosa<br />
declaración tras un maratón negociador de<br />
dos semanas. Oficialmente, <strong>el</strong> hombre con<br />
cara de bulldog no tenía mandato alguno. Sin<br />
embargo, <strong>el</strong> manual de grupos de presión de<br />
Washington señala a su bufete como<br />
presentante d<strong>el</strong> gigante químico DuPont y de<br />
los tres consorcios petroleros Exxon, Texaco y<br />
Sh<strong>el</strong>l. Ante su bien organizada resistencia se<br />
había quebrado ya <strong>el</strong> inicial impulso<br />
medioambiente d<strong>el</strong> Gobierno Clinton, <strong>el</strong>egido<br />
en noviembre de 1992. Con “desinformación<br />
sistemática” convencieron a la opinión pública<br />
americana de que <strong>el</strong> riesgo climático aún no<br />
estaba demostrado, informó en Berlín <strong>el</strong><br />
vicepresidente d<strong>el</strong> Worldwatch Institute,<br />
Christopher Flavin.<br />
Sin embargo, como causante principal d<strong>el</strong><br />
calentamiento global Estados Unidos no podría<br />
enfrentarse abiertamente a la convención<br />
protectora exigida por la mayoría de los<br />
Estados. A escala internacional, la industria<br />
d<strong>el</strong> petróleo y d<strong>el</strong> carbón tenía que recorrer<br />
otros caminos. Ese era <strong>el</strong> trabajo de<br />
Pearlman, y él lo dominaba con brillantez.<br />
Durante tres años, viajó a cada una de las<br />
más de 20 conferencias preparatorias en todo<br />
<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> y situó a los representantes de los<br />
Estados petrolíferos árabes en contra de la<br />
protección d<strong>el</strong> clima. Dirigida por él, su<br />
resistencia, al principio tan sólo contenida, se<br />
transformó en una refinada estrategia de<br />
bloqueo. El mayor problema de Pearlman eran<br />
los climatólogos, que están en gran medida de<br />
acuerdo sobre <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro que se avecina. Por<br />
eso, <strong>el</strong> abogado petrolero hizo entrar, en <strong>el</strong><br />
grupo de expertos competente de Naciones<br />
Unidas que debía resumir <strong>el</strong> estado de los<br />
conocimientos científicos para la conferencia<br />
de Berlín, a científicos de Kuwait y Arabia<br />
Saudí, que pusieron en cuestión muchas<br />
afirmaciones no discutidas hasta entonces. A<br />
veces incluso presentaron las instrucciones<br />
manuscritas de Pearlman como propuesta de<br />
enmienda y practicaron un “interminable<br />
bizantinismo”, se indignaba <strong>el</strong> climatólogo<br />
holandés Joseph Alcamo. El esbozo para <strong>el</strong><br />
informe final quedó convertido en un<br />
documento no vinculante sin afirmaciones<br />
claras, y Pearlman triunfó diciendo que no<br />
había “ningún consenso científico” sobre <strong>el</strong><br />
riesgo climático. En las posteriores<br />
negociaciones entre Gobiernos, los Estados<br />
petroleros impusieron que los acuerdos sólo<br />
pudieran tomarse por unanimidad, y la<br />
aprobación de una convención climática eficaz<br />
de la ONU terminó desplazada a un lejano<br />
futuro. También la conferencia subsiguiente,<br />
en julio de 1996 en Ginebra, terminó sin un<br />
resultado aprehensible.<br />
231
El deprimente paso de tortuga de la<br />
diplomacia d<strong>el</strong> clima pone al descubierto la<br />
debilidad de principio de la hermosa idea d<strong>el</strong><br />
Global Governance: <strong>el</strong> intento de alcanzar una<br />
concertación mundial entre los distintos<br />
grupos de Estados da a los intereses<br />
particulares de grupos de presión bien<br />
organizados, así como a algunos Gobiernos<br />
concretos, un peso desmedido, y les concede<br />
un derecho fáctico de veto. Si uno de los<br />
actores más importantes no tira de la cuerda,<br />
<strong>el</strong> parón está programado. A la vez, los<br />
Gobiernos cuyos <strong>el</strong>ectores están dispuestos a<br />
hacer reformas consiguen un bienvenido<br />
argumento con <strong>el</strong> que disculpar su inacción.<br />
Esto no significa que la cooperación mundial<br />
tenga básicamente que fracasar. La historia<br />
hasta la fecha d<strong>el</strong> Global Governance también<br />
conoce algunos éxitos espectaculares. Por<br />
ejemplo, la comunidad mundial reaccionó<br />
comparativamente rápida y eficazmente al<br />
descubrimiento d<strong>el</strong> agujero de ozono sobre la<br />
Antártica, en <strong>el</strong> otoño de 1985. en dos años,<br />
países industriales y en desarrollo negociaron<br />
una convención de la ONU que junto con <strong>el</strong><br />
protocolo de Montreal, firmado en 1987, y dos<br />
anexos que lo reforzaban, obligaba a todos los<br />
países miembros a suspender la fabricación de<br />
productos químicos destructores d<strong>el</strong> ozono<br />
hasta <strong>el</strong> año 1996.<br />
Los bancos emisores de los principales países<br />
industrializados establecieron una especie de<br />
régimen mundial provisional para la<br />
protección de los mercados financieros contra<br />
sí mismos en <strong>el</strong> Banco Internacional de<br />
Compensación de Pagos. Allí, los<br />
representantes gubernamentales se pusieron<br />
de acuerdo en unos estándares mínimos para<br />
los global players d<strong>el</strong> escenario financiero.<br />
Desde 1992, los institutos monetarios tienen<br />
que tener en todas las plazas financieras<br />
importantes un capital propio por valor d<strong>el</strong> 8%<br />
de sus créditos, de lo contrario pierden su<br />
licencia y <strong>el</strong> acceso a la red. Ese colchón de<br />
capital amortigua <strong>el</strong> riesgo de una nueva crisis<br />
de la deuda en <strong>el</strong> sistema bancario, que a<br />
principios de los ochenta había llevado al<br />
borde d<strong>el</strong> colapso sobre todo a los grandes<br />
bancos americanos. A pesar de todos los<br />
retrocesos concretos, <strong>el</strong> tratado contra la<br />
proliferación de armas atómicas es también<br />
una prueba de que la cooperación mundial<br />
entre Estados puede funcionar muy bien.<br />
232<br />
Ningún crimen se reprime más enérgicamente<br />
que <strong>el</strong> comercio con técnica y materiales para<br />
<strong>el</strong> genocidio nuclear.<br />
Por supuesto, todos estos casos tienen algo<br />
en común: la imposición de los<br />
correspondientes tratados mundiales siempre<br />
se pone en marcha de verdad cuando <strong>el</strong><br />
Gobierno de Estados Unidos toma las riendas<br />
d<strong>el</strong> asunto. Aunque la iniciativa d<strong>el</strong> Gobierno<br />
norteamericano tampoco es garantía de éxito.<br />
También Rusia, Europa occidental y las<br />
naciones líderes d<strong>el</strong> sur pueden frenar. Pero<br />
todos están de uno u otro modo sometidos a<br />
la benevolencia de Estados Unidos, aunque<br />
sólo sea por la importancia d<strong>el</strong> mercado<br />
americano. Por eso, hasta hoy sigue siendo<br />
verdad en <strong>el</strong> global governance que sin duda<br />
América no lo es todo, pero sin América todo<br />
es nada.<br />
¡AMÉRICA, VE TÚ DELANTE!<br />
La globalización entendida como la liberación<br />
de las fuerzas d<strong>el</strong> mercado mundial y la<br />
pérdida de poder económico de los Estados,<br />
es para la mayoría de las naciones un proceso<br />
impuesto, al que no pueden sustraerse. Para<br />
América, era y es un proceso que su élite<br />
política y económica ha puesto en marcha y<br />
mantiene voluntariamente. Sólo Estados<br />
Unidos pudo mover al Gobierno de Japón a<br />
abrir <strong>el</strong> mercado interior japonés a las<br />
importaciones. Sólo <strong>el</strong> Gobierno de<br />
Washington puede obligar al régimen chino a<br />
cerrar 30 fábricas de vídeo y CD, que ganaban<br />
miles de millones con <strong>el</strong> robo de derechos de<br />
propiedad int<strong>el</strong>ectual y la piratería de<br />
productos. Por último, sólo <strong>el</strong> Gobierno Clinton<br />
pudo arrancar a los rusos <strong>el</strong> consentimiento a<br />
la intervención militar en Bosnia, que puso fin<br />
a la carnicería de los Balcanes. El crédito de<br />
diez mil millones de dólares d<strong>el</strong> FMI,<br />
concedido justo a tiempo para la campaña<br />
<strong>el</strong>ectoral de Borís Y<strong>el</strong>tsin, fue la recompensa<br />
en <strong>el</strong> verano de 1996.<br />
Así que la única superpotencia que queda es<br />
también la última nación a la que le sigue<br />
quedando una <strong>el</strong>evada medida de soberanía<br />
nacional. En toda la extensión de la política<br />
económica, comercial, social, financiera y<br />
monetaria son en última instancia los políticos<br />
de Washington y sus asesores los que dictan<br />
las reglas de la integración global, aunque a
menudo no sean conscientes de <strong>el</strong>lo. No es<br />
una aspiración colonialista, ni tampoco la<br />
superioridad militar, sino la pura magnitud de<br />
la economía americana, la que hace de<br />
Estados Unidos <strong>el</strong> último factor ordenador en<br />
<strong>el</strong> caos d<strong>el</strong> entr<strong>el</strong>azamiento global. Por eso, es<br />
posible que al final también sea un Gobierno<br />
americano <strong>el</strong> primero en salir de la trampa de<br />
la globalización. Hoy ya no hay ningún sitio<br />
donde se critique con más dureza <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o<br />
de América, de total sometimiento al<br />
mercado, que en los propios Estados Unidos.<br />
Cuando entre California y New Hampshire<br />
suficientes personas lleguen a la conclusión de<br />
que la retirada d<strong>el</strong> Estado también está<br />
arruinada a su país, podrán introducir mañana<br />
un abrupto cambio de rumbo. Al fin y al cabo,<br />
también <strong>el</strong> Estado de bienestar que ahora es<br />
triturado entre las ruedas de la máquina<br />
económica planetaria fue implantado primer<br />
en Estados Unidos. Cuando <strong>el</strong> último impulso<br />
globalizador de la economía mundial terminó<br />
en catástrofe en los años treinta de este siglo,<br />
fue <strong>el</strong> Gobierno de Franklin Roosev<strong>el</strong>t <strong>el</strong> que<br />
con <strong>el</strong> New Deal inventó <strong>el</strong> moderno Estado<br />
social para superar la situación. Así pues, no<br />
se puede excluir que <strong>el</strong> proverbial<br />
pragmatismo americano deseche dentro de<br />
unos años las doctrinas de los radicales d<strong>el</strong><br />
mercado tan rápidamente como en 1980 las<br />
<strong>el</strong>evó a dogma.<br />
“¡América, ve tú d<strong>el</strong>ante!”, reza, con<br />
demasiada frecuencia, la directriz no escrita<br />
de la política europea cuando se trata de las<br />
grandes cuestiones d<strong>el</strong> futuro de la<br />
Humanidad. Pero para <strong>el</strong> objetivo de<br />
desactivar <strong>el</strong> explosivo social que produce <strong>el</strong><br />
mercado sin fronteras Europa apenas puede<br />
contar por <strong>el</strong> momento con la dirección<br />
americana. Hasta ahora, todos los Gobiernos<br />
norteamericanos han rechazado todas las<br />
propuestas para frenar <strong>el</strong> ritmo de la<br />
integración económica y volver a ponerla bajo<br />
control de los Estados. Por eso la única<br />
institución de peso de la cooperación global<br />
entre Gobiernos, la ronda d<strong>el</strong> G-7 de los siete<br />
mayores países industrializados, se está<br />
convirtiendo en un foro de charlatanería sin<br />
consecuencias. Durante la conferencia cumbre<br />
de los siete jefes de Estados y de Gobierno de<br />
finales de junio de 1966 en Lyón, <strong>el</strong><br />
presidente de Francia, Jacques Chirac, abogó<br />
por una “globalización controlada”. Junto con<br />
<strong>el</strong> canciller federal alemán y su ministro de<br />
Hacienda, se reafirmó en poner fin a la<br />
ruinosa competencia fiscal y controlar más los<br />
mercados financieros mundiales. Pero gracias<br />
a la resistencia británico-americana al final<br />
sólo hubo, una vez más, un inofensivo<br />
comunicado con <strong>el</strong> que los príncipes de la<br />
cumbre se limitaban a impartir a la burocracia<br />
de la OCDE la orden de formular una<br />
propuesta al año siguiente.<br />
Exactamente así vienen saboteando hasta la<br />
fecha <strong>el</strong> Congreso norteamericano y la<br />
Administración Clinton todos los intentos de<br />
revalorizar las instituciones de la ONU para<br />
volver a hacer gobernable con su ayuda la<br />
fusión de los mercados y naciones. Sin<br />
reparos, los políticos americanos denuncian<br />
regularmente a las Naciones Unidas<br />
calificándolas de burocracia endémica e inútil<br />
que no consigue nada. Con <strong>el</strong>lo no sólo son<br />
injustos con la mayoría de los alrededor de<br />
9.000 trabajadores de la ONU, que emplean<br />
un 70% d<strong>el</strong> escaso presupuesto de 2.400<br />
millones de dólares anuales en fines<br />
humanitarios y en la intervención de las<br />
tropas de paz de la organización. El reproche<br />
invierte también causa y efecto. Mientras, por<br />
una parte, <strong>el</strong> representante norteamericano<br />
en <strong>el</strong> Consejo de Seguridad siempre aprueba<br />
nuevas misiones de los cascos azules y<br />
campañas de ayuda, su Gobierno, quebrando<br />
sus obligaciones de Derecho Internacional,<br />
niega <strong>el</strong> pago de su contribución al<br />
presupuesto de las Naciones Unidas, a las que<br />
adeuda 1.300 millones de dólares. Como la<br />
organización se encuentra constantemente al<br />
borde de la insolvencia, <strong>el</strong> aparato de la ONU<br />
trabaja forzosamente cada vez peor.<br />
De ahí que por <strong>el</strong> momento malamente se<br />
pueda esperar de la política estadounidense,<br />
marcada por <strong>el</strong> populismo y la demagogia,<br />
que señale al <strong>mundo</strong> una salida de la trampa<br />
de la globalización. Sin embargo, eso no es<br />
malo. Porque la negativa americana abre a los<br />
Estados de Europa una oportunidad histórica<br />
como nunca tuvieron antes: la Unión Europea<br />
puede hacerse realidad, y sus dirigentes<br />
pueden coger <strong>el</strong> timón de la política<br />
económica mundial<br />
LA OPORTUNIDAD EUROPEA<br />
Si se comparase <strong>el</strong> calendario de citas de los<br />
ministros, secretarios de Estado y otros<br />
233
políticos de alto niv<strong>el</strong> de los 15 Estados de la<br />
Unión Europea, <strong>el</strong> resultado sería<br />
sorprendente: a excepción de los fines de<br />
semana y jornadas vacacionales, no se<br />
encontraría un solo día d<strong>el</strong> año en <strong>el</strong> que no<br />
se reunieran en Brus<strong>el</strong>as por lo menos uno,<br />
pero la mayoría de las veces diez o veinte<br />
grupos de 15 políticos, para impulsar un<br />
proyecto de la ley europea. Desde <strong>el</strong> control<br />
de los alimentos hasta los salarios mínimos en<br />
la construcción, desde la política de<br />
inmigración hasta la lucha contra la<br />
criminalidad asociada a las drogas, sin<br />
Brus<strong>el</strong>as ya no se hace nada en la política<br />
europea. Hace mucho que la integración<br />
supraestatal de la legislación en los Estados<br />
de la UE ha alcanzado un niv<strong>el</strong> considerado<br />
inalcanzable hace dos décadas. El creciente<br />
entr<strong>el</strong>azamiento intereuropeo fuerza a los<br />
países miembros a una coordinación cada vez<br />
más estrecha en casi todos los sectores de la<br />
vida pública.<br />
El que este proceso haya avanzado tanto, a<br />
pesar de todos los retrocesos, se lo debe<br />
Europa en gran medida al canciller federal<br />
alemán en <strong>el</strong> cargo desde 1982. El mayor<br />
logro de H<strong>el</strong>mut Kohl no es la realización de la<br />
unidad alemana, sino su inconmovible<br />
insistencia en la europeización de la política<br />
nacional. Kohl sólo demostró lo en serio que<br />
se tomaba esto en diciembre de 1991, cuando<br />
redactó en la neerlandesa Maastricht los<br />
párrafos d<strong>el</strong> Tratado que debía convertir en<br />
una Unión la vieja Comunidad Europea.<br />
Contra la masiva resistencia d<strong>el</strong> Bundesbank,<br />
de su propio partido y de gran parte de la élite<br />
conservadora, puso entonces, en alianza con<br />
Francia, <strong>el</strong> viejo sueño de la moneda común<br />
en <strong>el</strong> orden d<strong>el</strong> día europeo. Con seguro<br />
instinto de poder, Kohl y su entonces<br />
interlocutor Fracois Mitterrand advirtieron la<br />
importancia de este paso mucho antes que<br />
sus <strong>el</strong>ectores e incluso que la mayoría de sus<br />
asesores: El dinero común podía ser la clave<br />
de la unificación política d<strong>el</strong> continente y abrir<br />
paso a la liberación d<strong>el</strong> dominio americano.<br />
Porque la unión monetaria, aunque no entre<br />
en vigor hasta <strong>el</strong> año 2001, dará a Europa la<br />
posibilidad de recuperar una parte importante<br />
de soberanía estatal en <strong>el</strong> ámbito de la política<br />
monetaria, financiera y tributaria. Entonces<br />
los tipos de interés y de cambio europeos<br />
dependerán mucho menos que hoy d<strong>el</strong><br />
mercado norteamericano.<br />
234<br />
De este modo, ya se ha puesto la piedra más<br />
importante en los cimientos de una Europa<br />
políticamente unida. Si los Estados de la UE<br />
encuentran también por esta vía una política<br />
económica y social común, la distribución de<br />
pap<strong>el</strong>es en <strong>el</strong> escenario mundial d<strong>el</strong> poder<br />
cambiará de forma duradera. Apoyada en un<br />
mercado de más de 400 millones de<br />
consumidores, una Europa políticamente<br />
unida no tendría menos peso que Estados<br />
Unidos. Una Unión Europea que hiciera justicia<br />
a tal denominación podría presionar con<br />
expectativas de éxito para lograr una<br />
expulsión de los paraísos fiscales, reclamar la<br />
observancia de estándares mínimos sociales y<br />
ecológicos o recaudar un impuesto sobre <strong>el</strong><br />
tráfico de capitales y divisas. Si hay una<br />
posibilidad de apresar política y socialmente a<br />
una economía mundial desenfrenada, es por<br />
este camino.<br />
Pero por rápido que Kohl y sus interlocutores<br />
hayan hecho avanzar la unificación desde <strong>el</strong><br />
punto de vista técnico y organizativo, hasta<br />
ahora han fracasado grandiosamente a la hora<br />
de transformar a la UE en una unidad política<br />
capaz de actuar. El aparato de la UE y sus<br />
métodos de formación de opinión y toma de<br />
acuerdos se han quedado en la fase de la<br />
mera diplomacia interestatal. Con razón la<br />
mayoría de los ciudadanos ve en <strong>el</strong> actual<br />
proyecto de la UE más un monstruo<br />
antidemocrático de tecnocracia que una<br />
alternativa de futuro a sus Estados nacionales.<br />
Una sencilla analogía pone de manifiesto la<br />
extravagante constitución de la liga de<br />
Estados europeos: Supongamos que en la<br />
República Federal de Alemania no fuera <strong>el</strong><br />
Bundestag, sino <strong>el</strong> Bundesrat, es decir, los<br />
d<strong>el</strong>egados de los Gobiernos y ministerios<br />
regionales, quien aprobara todas las leyes.<br />
Que, sin embargo, estos representantes no<br />
estuvieran ni ligados a instrucciones de sus<br />
parlamentos ni obligados a rendir cuentas<br />
ante <strong>el</strong>los. Que además todas las<br />
negociaciones tuvieran lugar a puerta cerrada,<br />
que los distintos d<strong>el</strong>egados regionales<br />
pudieran incluso mantener en secreto su voto.<br />
Que los parlamentarios tampoco tuvieran<br />
influencia alguna sobre los proyectos de ley.<br />
Que en vez de esto las propuestas fueran<br />
<strong>el</strong>aboradas por una autoridad central<br />
compuesta por 12.000 personas, no sometida<br />
a ningún control parlamentario pero
asesorada por un ejército de grupos de<br />
presión de la Industria. Solo los cínicos<br />
concederían la etiqueta de democrático a un<br />
sistema semejante. Pero precisamente así se<br />
produce semana tras semana la legislación<br />
europea… en Brus<strong>el</strong>as.<br />
Allí, en un edificio de oficinas diseñado en<br />
mármol y cristal en la Rondpoint Schuman, se<br />
reúnen casi diariamente altos burócratas<br />
ministeriales de los Estados de la UE,<br />
agrupados por sus distintos departamentos. A<br />
menudo se reúnen varias comisiones al mismo<br />
tiempo. Tan pronto como ministros,<br />
secretarios de Estado, embajadores o sus<br />
representantes de menor rango entran al<br />
edificio, reciben constitucionalmente una<br />
segunda identidad: de funcionarios de la<br />
Administración, se transforman en<br />
mandatarios d<strong>el</strong> órgano legislativo más<br />
importante de Europa, <strong>el</strong> Consejo de<br />
Ministros. Modifican y aprueban las<br />
propuestas de la autoridad central, la<br />
Comisión Europea. Lo que sale de estos<br />
grupos como “Directiva o “Decreto” es<br />
Derecho vinculante en los 15 países<br />
miembros, con independencia de la voluntad<br />
de los distintos parlamentos nacionales. Éstos<br />
se ven reducidos a la condición de meros<br />
órganos de aclamación al transformarlo en<br />
leyes nacionales. De este modo <strong>el</strong> Ejecutivo<br />
de los Estados de la UE escribe sus propias<br />
leyes, a puerta cerrada y en medida cada vez<br />
mayor. Al menos un tercio de las leyes<br />
alemanas de la pasada década fueron<br />
mod<strong>el</strong>adas conforme a este principio.<br />
La revocación fáctica de la división de poderes<br />
a favor d<strong>el</strong> imperio de los consejos de<br />
Brus<strong>el</strong>as en la raíz d<strong>el</strong> malestar de los<br />
ciudadanos frente a la Unión Europea. Las<br />
mismas <strong>el</strong>ecciones al llamado Parlamento de<br />
Estrasburgo son un masivo desprecio<br />
recurrente a la soberanía. Da igual por qué<br />
partidos voten los <strong>el</strong>ectores, ninguno de los<br />
poderosos d<strong>el</strong> parqué de Brus<strong>el</strong>as tendrá que<br />
abandonar sus sillones después. Grupos de<br />
intereses sociales enteros quedan<br />
sistemáticamente excluidos de la toma de<br />
decisiones en la UE. Frente a la industria<br />
organizada a escala internacional, con sus<br />
alrededor de 5.000 lobbystas a su<strong>el</strong>do, los<br />
sindicatos, ecologistas y consumidores ni<br />
siquiera pueden esperar ser oídos por la<br />
opinión pública. Por otra parte, la mala prensa<br />
es tan desagradable para los burócratas como<br />
<strong>el</strong> mal tiempo.<br />
Esa prosecución de la democracia por medios<br />
tecnocráticos puede ser cómoda para los<br />
aparatos de Gobierno implicados, los<br />
funcionarios se ahorran la molestia de los<br />
debates públicos. Pero como forma de<br />
Gobierno está llevando a Europa cada vez más<br />
hacia <strong>el</strong> callejón sin salida de la incapacidad<br />
para actuar. Porque la supuesta fortaleza de<br />
los administradores de la UE es su mayor<br />
debilidad: por falta de legitimación<br />
democrática, no se pueden tomar decisiones<br />
por mayoría en cuestiones importantes. Por<br />
eso <strong>el</strong> sistema de la UE padece <strong>el</strong> mismo<br />
defecto que <strong>el</strong> Global Governance: Fracasa<br />
siempre que los Gobiernos no están de<br />
acuerdo. Nadie puede obligar a actuar a los 15<br />
países al mismo tiempo. Por eso, hasta ahora<br />
ha fracasado todo proyecto de reforma que no<br />
tuviera <strong>el</strong> apoyo de la industria transnacional.<br />
A niv<strong>el</strong> europeo no hay una política<br />
medioambiental, social y fiscal razonable. Pero<br />
a la vez tampoco los parlamentos nacionales<br />
pueden salir la paso de la fuerza<br />
desestabilizadora de los mercados. La<br />
referencia a la competencia internacional<br />
ahoga en origen todo intento nacional de ir<br />
por separado. Por eso hasta ahora <strong>el</strong><br />
entr<strong>el</strong>azamiento económico no ha producido<br />
los Estados Unidos de Europa, sino tan sólo un<br />
mercado sin Estado, en <strong>el</strong> que la política<br />
impulsa su propia pérdida de poder y<br />
engendra más conflictos de los que es capaz<br />
de resolver.<br />
MERCADO SIN ESTADO<br />
Este sistema tiene que fracasar. No hace falta<br />
ser profeta para predecir que siguiendo <strong>el</strong><br />
principio de los consejos de ministros <strong>el</strong><br />
atasco de las reformas alcanzará en pocos<br />
años dimensiones insoportables. Cuanto<br />
mayores sean las tensiones sociales en<br />
Francia, Italia, Austria, Alemania y otros<br />
lugares, tanto más se verán obligados los<br />
Gobiernos a encontrar soluciones de<br />
emergencia nacionales si la UE no les ofrece<br />
perspectiva alguna. La debilidad de la Europa<br />
de los Gobiernos abre la puerta a todos los<br />
populistas que prometen a sus <strong>el</strong>ectores que<br />
se puede renacionalizar la política. Aunque los<br />
profetas d<strong>el</strong> renacimiento nacional, como<br />
Jean-Marie LePen, Jörg Haider o Gianfranco<br />
235
Fini, no conquisten la mayoría parlamentaria,<br />
someterán a una presión notable a los<br />
partidos gobernantes. El “reflejo nacional”,<br />
como la élite funcionarial llama burlonamente<br />
a la resistencia contra su régimen, será cada<br />
vez más difícil de controlar, no importa lo<br />
irracional y económicamente absurda que sea<br />
la salida de la federación formada por la Unión<br />
Europea.<br />
A más tardar en <strong>el</strong> momento de la unión<br />
monetaria surgirán conflictos entre los<br />
Estados de la UE que será imposible conciliar<br />
con la actual constitución e la Unión y su<br />
legislación hecha en los cuartos traseros. Si,<br />
por ejemplo, uno de los países participantes<br />
no puede seguir <strong>el</strong> paso en la carrera por una<br />
creciente productividad, su economía irá<br />
irrevocablemente a la crisis. Con la<br />
devaluación de la propia moneda, hasta ahora<br />
los distintos bancos emisores podían<br />
amortiguar esas evoluciones y apoyar por lo<br />
menos a su industria exportadora. Este<br />
colchón desaparecerá con la unión monetaria.<br />
Su lugar lo ocuparán pagos compensatorios<br />
con los que los países prósperos echarán una<br />
mano a las regiones que sufran necesidad.<br />
Hace mucho que esta compensación financiera<br />
es un uso común dentro de los Estados, pero<br />
¿cómo los organizarán los consejos de<br />
ministros a escala europea? Una transferencia<br />
de patrimonio alimentada con fondos de los<br />
contribuyentes carece de legitimación<br />
democrática, nunca se podrá imponer en los<br />
países más ricos sin un amplio acuerdo de la<br />
población. Pero este acuerdo sólo se podría<br />
producir si las decisiones d<strong>el</strong> consejo de<br />
Brus<strong>el</strong>as fueran sacadas a la luz pública y los<br />
<strong>el</strong>ectores pudieran estar seguros de que<br />
podrían influir en <strong>el</strong>las con su voto. Sólo<br />
entonces los legisladores arbitrarios de los<br />
consejos de ministros se verían obligados a<br />
explicar a sus <strong>el</strong>ectores, por ejemplo en<br />
Alemania, porqué <strong>el</strong> bien de los griegos no les<br />
puede ser indiferente. Ante ese mismo<br />
obstáculo fracasa hasta ahora la creación de<br />
una utoridad común de policía. Por<br />
apremiante que sea la necesidad de un “FBI<br />
europeo” (H<strong>el</strong>mut Kohl), dentro d<strong>el</strong> actual<br />
sistema de la UE es impensable una tropa de<br />
policía, dotada de facultades ejecutivas, que<br />
investigue a escala europea. Sin los controles<br />
propios de unos tribunales independientes y<br />
un Parlamento no haría más que enredarse en<br />
estructuras mafiosas.<br />
236<br />
En <strong>el</strong> futuro más inmediato, los gobernantes<br />
de la UE tendrán que plantearse la cuestión de<br />
cómo debe funcionar la unión que están<br />
forjando y cómo se puede democratizar. Al<br />
contrario de lo que comúnmente se cree,<br />
donde menos está la llave de la apertura de<br />
Europa a sus ciudadanos es en <strong>el</strong> Parlamento<br />
Europeo de Estrasburgo. Hoy mismo, los 568<br />
eurodiputados disponen en teoría de todos los<br />
derechos necesarios para transformar la<br />
actual ronda de debates en un auténtico<br />
órgano de control y legislación democráticos.<br />
Si hubiera mayoría para hacerlo, podrían<br />
cesar a la Comisión Europea mañana mismo.<br />
Como <strong>el</strong> Parlamento bloquea <strong>el</strong> presupuesto y<br />
la conclusión de todos los tratados<br />
internacionales, puede obligar al Consejo de<br />
Ministros a responder a cualquier exigencia. Si<br />
los europarlamentarios se tomaran en serio su<br />
ap<strong>el</strong>ación a una Europa democrática estarían<br />
sin más en condiciones de hacerse<br />
simplemente con las competencias necesarias<br />
para <strong>el</strong>lo. De un día para otro, con un simple<br />
recorrido por su parte, se forzaría la<br />
publicidad de las rondas ministeriales. Ningún<br />
ministro se atrevería a hacer retirar por la<br />
policía a unos diputados <strong>el</strong>egidos por hasta<br />
medio millón de votos. Sin embargo, <strong>el</strong><br />
impulso democrático de los parlamentarios de<br />
Estrasburgo no llega tan lejos, porque la<br />
totalidad de sus 76 partidos nacionales<br />
tampoco se toma en serio <strong>el</strong> problema de la<br />
democracia europea. Por eso, la mayoría de<br />
Estrasburgo siempre baila al son de los<br />
Gobiernos nacionales, que en caso de conflicto<br />
dan claras instrucciones sobre la conducta a<br />
seguir a la hora de votar.<br />
El fracaso de la asamblea de Estrasburgo<br />
permite deducir que Europa aún no está<br />
madura para la democracia continental. Al fin<br />
y al cabo, la Unión no es un Estado, la política<br />
tiene una orientación predominantemente<br />
nacional, justifica <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong><br />
Parlamento, Klaus Hänsch, <strong>el</strong> sometimiento de<br />
los europarlamentarios a la dictadura de los<br />
gobernantes, y sin duda habla en nombre de<br />
la gran mayoría de sus colegas. También <strong>el</strong><br />
Tribulan Constitucinal Federal argumentaba en<br />
su sentencia sobre <strong>el</strong> Tratado de Maastricht<br />
que la EU sólo era una “confederación de<br />
Estados” a la que faltaba un “pueblo europeo”.<br />
Por eso, eran “ante todo los pueblos de los<br />
Estados miembros los que tienen que<br />
legitimar democráticamente las decisiones de
la UE a través de los Parlamentos nacionales”.<br />
Por la falta misma de un idioma común, “no<br />
habrá un amplio discurso europeo a escala<br />
europea todavía en un largo periodo”,<br />
explicaba <strong>el</strong> juez constitucional Dieter Grima.<br />
A falta de una comunicación política realmente<br />
europea, cada europarlamento se disgregaría<br />
uno y otra vez “en partículas nacionales”, y<br />
ahí estaba también “la diferencia fundamental<br />
con la fundación de los Estados Unidos. En<br />
consecuencia, de momento no habría más que<br />
una salida: habría que “frenar” la “ac<strong>el</strong>erada<br />
emigración de competencias de los Estados<br />
nacionales a la UE”, los Parlamentos<br />
nacionales necesitarían “ejercer una mayor<br />
influencia sobre las posturas que los<br />
Gobiernos adoptan en le Consejo de<br />
Ministros”.<br />
Suena plausible, pero la solución propuesta no<br />
lo es. Porque variedad lingüística aquí, pueblo<br />
europeo allá, hace mucho que los mercados y<br />
poderes están inseparablemente entretejidos<br />
en Europa occidental. La verdadera revolución<br />
europea fue <strong>el</strong> establecimiento d<strong>el</strong> mercado<br />
abierto, que funde a los países implicados<br />
para lo bueno y para lo malo. La unión<br />
monetaria reforzará una vez más la mutua<br />
dependencia. Si H<strong>el</strong>mut Kohl y sus colegas<br />
quieren capacitar su unión, no les quedará<br />
otro remedio que dar <strong>el</strong> primer paso. Dos<br />
cambios bastarían para poner patas arriba<br />
todo <strong>el</strong> proceso de decisiones de la UE: En <strong>el</strong><br />
futuro los consejos tendrían que decidir por<br />
mayoría cualificada, como hasta ahora sólo se<br />
hace en cuestiones de detalle. La ponderación<br />
de los votos garantizaría influencia suficiente<br />
a los Estados miembros más pequeños. Y los<br />
ministros tendrían que debatir y aprobar sus<br />
leyes con luz y taquígrafos. De inmediato, se<br />
pondría en marcha en toda Europa una<br />
dinámica democrática que sería turbulenta y<br />
contradictoria, pero ya no parable. De<br />
repente, los alemanes tendrían que<br />
enfrentarse al hecho de que las necesidades<br />
de la juventud española también son su<br />
problema. Sólo entonces los Países Bajos se<br />
darían cuenta de la estrechez de miras con<br />
que su Gobierno defiende <strong>el</strong> derecho de los<br />
transportistas locales a enviar una<br />
interminable procesión de camiones de 40<br />
ton<strong>el</strong>adas, dañinos para <strong>el</strong> medio ambiente, a<br />
través de las autopistas d<strong>el</strong> vecino. Y todos<br />
juntos aprenderían qué ministros de Hacienda<br />
son responsables de que las empresas y los<br />
potentados apenas paguen impuestos. En<br />
breve plazo las alianzas políticas ya no se<br />
orientarían por las fronteras estatales, sino<br />
por los intereses, y <strong>el</strong> ascenso d<strong>el</strong> Parlamento<br />
Europeo a la condición de centro de energía<br />
de la política europea sería solamente<br />
cuestión de tiempo. Tras la firma d<strong>el</strong> Tratado<br />
de Maastricht, los ciudadanos europeos vieron<br />
que los procesos democráticos también son<br />
posibles a escala europea, porque,<br />
excepcionalmente, los <strong>el</strong>ectores de Francia y<br />
Dinamarca pudieron codecidir, y en <strong>el</strong> curso<br />
de ambos referendos se abrió un verdadero<br />
debate europeo que se mantiene aún hoy. Allá<br />
donde se encuentran ciudadanos europeos<br />
políticamente pensantes y de distinta<br />
nacionalidad, tienen desde entonces un tema<br />
común cuyos pros y contras pueden discutir,<br />
porque también los políticos de sus Gobiernos<br />
se vieron obligados a justificar públicamente<br />
su proyecto.<br />
En todo caso, en <strong>el</strong> camino hacia una reforma<br />
democrática de la UE habría que responder a<br />
la otra cuestión de principio sobre <strong>el</strong> futuro de<br />
la Unión: la de la pertenencia de Gran<br />
Bretaña. En la historia de la integración<br />
europea hasta la fecha los Gobiernos d<strong>el</strong><br />
Reino Unido han representado un funesto<br />
pap<strong>el</strong>. Han bloqueado todo progreso en la<br />
protección d<strong>el</strong> medio ambiente, especialmente<br />
la implantación a escala europea de un<br />
impuesto ecológico sobre <strong>el</strong> consumo de<br />
energía. Todos los intentos de aproximar la<br />
política social de los países miembros entre sí<br />
fracasaron ante la resistencia británica.<br />
Inglaterra se resiste a una política exterior<br />
común de la unión lo mismo que a un régimen<br />
comercial que proteja también los intereses<br />
de los trabajadores. El control de los<br />
mercados financieros no se puede llevar a<br />
cabo con los administradores de la City de<br />
Londres. El sabotaje británico a Europa<br />
alcanzó su punto culminante en junio de<br />
1996, cuando <strong>el</strong> premier John Major, en<br />
respuesta a la prohibición de exportación de<br />
carne de vaca contaminada, paralizó toda la<br />
maquinaria de la UE con <strong>el</strong> bloqueo de todas<br />
las decisiones pendientes. Desde hace<br />
veintitrés años, los británicos infringen <strong>el</strong><br />
artículo cinco d<strong>el</strong> Tratado de al UE, que<br />
prohíbe a todos los Estados miembros “toda<br />
medida que ponga en riesgo <strong>el</strong> cumplimiento<br />
de los objetivos de este Tratado”.<br />
237
Irónicamente, la resistencia contra la<br />
integración en la UE deriva, para la mayoría<br />
de los euroadversarios británicos, de una<br />
conciencia democrática profundamente<br />
enraizada. “La democracia está en casa con<br />
nosotros”, dice <strong>el</strong> premier John Major, tocando<br />
<strong>el</strong> núcleo d<strong>el</strong> malestar de sus compatriotas<br />
para con <strong>el</strong> proyecto de la UE, porque sólo<br />
quieren someterse a la voluntad mayoritaria<br />
en su propio país, pero no en todas las<br />
naciones de la UE juntas. Al decir esto, los<br />
euroescépticos de la isla no se dan cuenta de<br />
que la soberanía nacional que tan<br />
encarnizadamente defienden ya no existe. Por<br />
así decirlo, hay que aceptar la desconfianza<br />
básica que la mayoría de los británicos y sus<br />
políticos oponen a la unificación europea,<br />
aunque se manifieste a veces en insultos<br />
chovinistas contra los vecinos d<strong>el</strong> continente.<br />
Pero, viceversa, los demás países pronto<br />
tendrán que enfrentar a los <strong>el</strong>ectores<br />
británicos y a su Gobierno con la alternativa<br />
de si quieren cooperar o no será mejor que<br />
abandonen la liga de Estados. Enfrentado a<br />
los riesgos de tal proyecto, quizá <strong>el</strong> debate<br />
británico sobre Europa pudiera encarrilarse<br />
por vías más racionales. Al fin y al cabo, la<br />
salida de la Unión sería “una pesadilla” para la<br />
economía británica, según advierte <strong>el</strong><br />
presidente d<strong>el</strong> consorcio Unilever y portavoz<br />
para Europa de la Asociación de la Industria<br />
Británica, Niall FitzGerald, a sus compatriotas.<br />
Desconectado d<strong>el</strong> continente, <strong>el</strong> último triunfo<br />
británico en la competencia –su pap<strong>el</strong> como<br />
zona de bajos salarios y sin sindicatos para <strong>el</strong><br />
mercado interior europeo-, pronto perdería su<br />
valor. Pero si no se logra la integración<br />
política, y hay muchas razones que apuntan<br />
hacia esa posibilidad, Europa sólo podrá<br />
avanzar sin <strong>el</strong> Reino Unido. Porque si se<br />
mantuviera <strong>el</strong> freno británico todos los demás<br />
Estados de la UE tendrían que renunciar en <strong>el</strong><br />
futuro a cualquier intervención en la esfera<br />
económica. El grotesco resultado sería que <strong>el</strong><br />
continente se adaptaría al mod<strong>el</strong>o británico…<br />
una evolución poco deseable. Ningún otro de<br />
los grandes países de la UE tiene una renta<br />
tan baja, un sistema educativo tan degradado<br />
y una polarización entre pobres y ricos tan<br />
amplia como Gran Bretaña. Esto le califica<br />
más para <strong>el</strong> estatus de 51 Estado de Estados<br />
Unidos que para la Unión Europea, donde la<br />
mayoría de los <strong>el</strong>ectores y políticos sigue al<br />
menos buscando <strong>el</strong> equilibrio social.<br />
238<br />
Una Unión democrática, que funde una nueva<br />
soberanía europea y aborde en común la tarea<br />
de someter la fuerza destructiva de los<br />
mercados… falta poco para desechar este<br />
objetivo como visión utópica. Pero, ¿qué<br />
pasará si las naciones d<strong>el</strong> viejo continente no<br />
siguen ese camino? Contra los consorcios, los<br />
cárt<strong>el</strong>es y los criminales hace falta un<br />
contrapoder estatal que pueda apoyarse sobre<br />
la voluntad de la mayoría de sus ciudadanos.<br />
Pero en <strong>el</strong> mercado sin frontera cada Estado<br />
europeo ya no es capaz de hacerlo por sí solo.<br />
La alternativa europea al capitalismo de<br />
laissez-faire de cuño americano-británico será<br />
una unión democráticamente legitimada o no<br />
será. H<strong>el</strong>mut Kohl tiene razón cuando advierte<br />
que la unidad europea tiene una importancia<br />
existencial, porque decidirá sobre la guerra y<br />
la paz en <strong>el</strong> siglo XXI. Pero se equivoca<br />
cuando afirma que “no hay marcha atrás<br />
hacia la política de poder nacional y <strong>el</strong><br />
trasnochado pensamiento d<strong>el</strong> equilibrio”. Los<br />
apologistas de la renacionalización han<br />
aparecido hace mucho en toda Europa, y cada<br />
nuevo giro de la espiral globalizada<br />
descendente para los ingresos, la seguridad<br />
en <strong>el</strong> puesto de trabajo y <strong>el</strong> equilibrio social<br />
les procura millones de adeptos. O se logra<br />
desarrollar la Unión Europea de forma que<br />
pueda restablecer <strong>el</strong> equilibrio entre mercado<br />
y Estado o se disgregará a corto o largo plazo.<br />
Ya no queda mucho tiempo para decidir entre<br />
estos dos caminos.
TIENDE A CERRARSE LA<br />
VÁLVULA DE ESCAPE<br />
ESTADOUNIDENSE A LOS<br />
EXILIADOS ECONÓMICOS DE<br />
MÉXICO<br />
Laura Juárez Sánchez<br />
La reestructuración d<strong>el</strong> capital en Estados<br />
Unidos y en <strong>México</strong>, está provocando una<br />
sobreoferta inusitada de la mano de obra<br />
mexicana en <strong>el</strong> mercado de trabajo de la<br />
Unión americana. D<strong>el</strong> lado estadounidense, la<br />
crisis-reestructuración de larga duración de su<br />
economía tiende a disminuir la demanda de<br />
mano de obra y a observar comportamientos<br />
erráticos en le tiempo originados por las crisis<br />
recurrentes que no permiten un crecimiento<br />
económico sostenido desde la década de los<br />
setenta. D<strong>el</strong> lado mexicano, la imposición d<strong>el</strong><br />
neoliberalismo económico en <strong>México</strong>, que<br />
integra de manera subordinada la economía<br />
nacional al mercado global, y particularmente<br />
al estadounidense, ha aumentado la expulsión<br />
de la mano de obra mexicana a la Unión<br />
Americana, debido a que <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o económico<br />
ha producido un desempleo creciente; un<br />
profundo deterioro de los salarios de la<br />
población; la precarización d<strong>el</strong> trabajo y <strong>el</strong><br />
difícil acceso y deterioro de los servicios<br />
sociales básicos.<br />
El presente trabajo parte de la idea central de<br />
que los cambios estructurales, producidos por<br />
la reestructuración capitalista en ambos<br />
países, están originando una sobreoferta<br />
extraordinaria de la mano de obra mexicana<br />
en la economía estadounidense, por lo que<br />
dicho excedente va más allá de los factores de<br />
orden coyuntural o cíclico, como por ejemplo,<br />
los movimientos de expansión o contracción a<br />
la actividad económica.<br />
Es importante señalar que cuando afirmamos<br />
que se empieza a cerrar la válvula de escape<br />
d<strong>el</strong> mercado de trabajo estadounidense a los<br />
trabajadores migratorios de <strong>México</strong>, no<br />
estamos planteando que la economía<br />
estadounidense esté a punto de prescindir de<br />
la mano de obra mexicana. Al contrario,<br />
consideramos que los flujos migratorios de<br />
nuestro país a la nación vecina, han<br />
respondido históricamente a las necesidades<br />
de acumulación de la economía de Estados<br />
Unidos y creemos que en la actual situación<br />
de crisis-reestructuración que experimenta <strong>el</strong><br />
coloso d<strong>el</strong> norte, los trabajadores de <strong>México</strong><br />
están cada vez más integrados a la economía<br />
de esa nación.<br />
Es decir, no ponemos en duda la necesidad<br />
que tiene <strong>el</strong> capital de la mano de obra<br />
mexicana, en virtud de que ésta ha cumplido<br />
y sigue cumpliendo funciones específicas en <strong>el</strong><br />
proceso de acumulación d<strong>el</strong> capital de esa<br />
nación entre las que destacan las siguientes:<br />
1. Históricamente ha constituido una<br />
fuerza de trabajo barata por los bajos<br />
salarios que percibe, por lo que ha<br />
hecho posible la reducción de los<br />
costos de producción de las empresas<br />
que la emplean.<br />
2. Ha significado una fuente permanente<br />
de mano de obra que los gobiernos de<br />
la Unión Americana han regulado a<br />
través de sus políticas migratorias.<br />
Como es sabido, en épocas de cambios<br />
tecnológicos y crisis económicas, los<br />
primeros expulsados d<strong>el</strong> país son los<br />
migrantes de <strong>México</strong>.<br />
3. El capital estadounidense se ha servido<br />
de la mano de obra mexicana para<br />
presionar a la baja las condiciones de<br />
trabajo, <strong>el</strong> salario y los derechos<br />
laborales de los trabajadores<br />
estadounidenses. Esta situación le ha<br />
permitido un mayor control de los<br />
trabajadores nacionales.<br />
4. <strong>el</strong> ingreso de los migrantes mexicanos<br />
en <strong>el</strong> mercado laboral estadounidense<br />
ha sido utilizado para dividir a la clase<br />
trabajadora en las regiones de<br />
inmigración, debido a que <strong>el</strong> capital<br />
enfrenta a los trabajadores nacionales<br />
con los de nuestro país y, en general,<br />
con los migrantes que entran a su<br />
territorio.<br />
5. Han subsidiado a la economía d<strong>el</strong><br />
norte debido a que la mano de obra<br />
calificada que emplean se educó y<br />
preparó en <strong>México</strong>.<br />
6. Los inmigrantes mexicanos<br />
documentados e indocumentados,<br />
dejan al país vecino derramas<br />
económicas importantísimas, vía<br />
impuestos, por su trabajo y consumo.<br />
Contrariamente, constituyen uno de<br />
239
240<br />
los principales grupos de población que<br />
no cuentan con derechos laborales y<br />
sociales, particularmente los<br />
trabajadores indocumentados, por lo<br />
que también por esa vía subsidian a la<br />
economía d<strong>el</strong> norte.<br />
Consideramos que estas funciones siguen<br />
vigentes, pero además, la reestructuración d<strong>el</strong><br />
capital en ambos lados de la frontera está<br />
conformando un nuevo comportamiento en <strong>el</strong><br />
fenómeno migratorio en términos de los<br />
patrones migratorios, los perfiles, los factores<br />
de atracción y expulsión, etc. Por<br />
consiguiente, es necesario realizar una<br />
revisión de la manera como se está<br />
impulsando la reestructuración d<strong>el</strong> capital en<br />
ambas economías y la forma como éstas<br />
tienden a integrarse en términos económicos<br />
y, particularmente, con r<strong>el</strong>ación al fenómeno<br />
migratorio.<br />
En Estados Unidos se ubica a la década de los<br />
setenta como <strong>el</strong> período que rev<strong>el</strong>ó la<br />
vulnerabilidad económica d<strong>el</strong> país, debido a<br />
que en ese lapso ocurrieron varios sucesos<br />
históricos determinantes: la declaración de la<br />
inconvertibilidad d<strong>el</strong> dólar; la derrota de<br />
Vietnam; <strong>el</strong> shock petrolero de 1973 y 1979;<br />
<strong>el</strong> aumento de los niv<strong>el</strong>es inflacionarios,<br />
combinado con la disminución d<strong>el</strong> ritmo de<br />
crecimiento de la economía, que ya se había<br />
empezado a experimentar desde <strong>el</strong> año de<br />
1966; la aparición, hasta nuestros días, de los<br />
déficit fiscal y comercial; <strong>el</strong> surgimiento de<br />
altos niv<strong>el</strong>es de desempleo; la disminución de<br />
los salarios reales de los trabajadores y la<br />
aparición de la disminución de la<br />
productividad, que mostró la crisis de un<br />
sector industrial que pierde competitividad a<br />
niv<strong>el</strong> internacional, entre los aspectos más<br />
importantes.<br />
Esta situación de crisis generalizada de la<br />
economía estadounidense, terminó por rev<strong>el</strong>ar<br />
una crisis d<strong>el</strong> patrón de acumulación de dicha<br />
economía: la de la producción fondistataylorista<br />
r<strong>el</strong>acionada con la producción en<br />
serie. La producción en cadena comenzó a<br />
impedir <strong>el</strong> abaratamiento de los costos de<br />
producción, en particular <strong>el</strong> de la mano de<br />
obra, con la consiguiente pérdida de la tasa de<br />
ganancia.<br />
La respuesta de las Grandes Empresas<br />
Transnacionales (GET) de Estados Unidos ante<br />
esta situación, ha sido la de revertir la caída<br />
de la tasa de ganancia en la esfera productiva,<br />
a través de reducir <strong>el</strong> costo de la mano de<br />
obra, mediante las siguientes vías: 1) la<br />
introducción de innovaciones tecnológicas<br />
ahorradas de mano de obra; 2) la imposición<br />
de nuevas formas de organización d<strong>el</strong> trabajo,<br />
consistentes en la llamada flexibilidad d<strong>el</strong><br />
trabajo, que no es otra cosa más que los<br />
ajustes de personal, según las necesidades de<br />
producción de las empresas y en una presión<br />
a la baja de los salarios de los trabajadores<br />
con r<strong>el</strong>ación a su productividad; 3) la<br />
parcialización de los productivos con su<br />
consiguiente exportación, con <strong>el</strong> fin de<br />
aprovechar las diferencias salariales entre<br />
países y, 4) como complemento de la<br />
exportación de sus capitales productivos,<br />
interconectan su mercado de trabajo nacional<br />
con los mercados de trabajo internacionales,<br />
con <strong>el</strong> propósito de aprovechar la diversidad<br />
que representa la mano de obra de los<br />
trabajadores d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong> en términos<br />
salariales, de calificación, condición<br />
migratoria, sexo, etc.<br />
Las profundas transformaciones<br />
experimentadas en la estructura productiva<br />
estadounidense, significan en realidad <strong>el</strong><br />
cambio d<strong>el</strong> patrón de acumulación fondistataylorista<br />
o de producción en serie, al patrón<br />
de producción justo a tiempo. Es decir, <strong>el</strong><br />
paso de una economía de la oferta, a otra de<br />
la demanda, en donde las formas de<br />
producción y sus volúmenes se flexibilizaron al<br />
poner en <strong>el</strong> centro a la producción sobre<br />
pedido.<br />
Este cambio cualitativo sustancial trajo<br />
consigo la recomposición d<strong>el</strong> mercado de<br />
trabajo, en donde la flexibilización de las<br />
r<strong>el</strong>aciones laborales observan dos tendencias<br />
generales básicas: por un lado, las<br />
corporaciones demandan a trabajadores de<br />
carácter permanente, calificado y altamente<br />
calificado, los cuales reciben las mejores<br />
remuneraciones; y, por otro, solicitan a<br />
trabajadores eventuales menos calificados o<br />
descalificados, sujetos a los comportamientos<br />
de la demanda, por lo que son contratados y<br />
despedidos, según <strong>el</strong> comportamiento d<strong>el</strong><br />
mercado. Este último grupo de trabajadores<br />
aumenta considerablemente y es empleado en
condiciones precarias, debido a que se<br />
caracteriza por estar mal remunerado y por<br />
ser contratado por tiempo parcial, temporal o<br />
por obra determinada. Al contratar a los<br />
trabajadores sin las prestaciones de Ley, la<br />
mano de obra se vu<strong>el</strong>ve más barata y esto ha<br />
redundado en la disminución de los costos de<br />
las empresas estadounidenses.<br />
Las nuevas formas de contratación permiten<br />
un uso discrecional de la mano de obra, al<br />
flexibilizar sus condiciones de contratación y<br />
despido; al adaptar su uso según “las<br />
necesidades de la empresa”; al introducir<br />
nuevas formas de organización d<strong>el</strong> trabajo,<br />
como por ejemplo, la polivalencia de la mano<br />
de obra, <strong>el</strong> manejo de los horarios de trabajo<br />
y al cambiar las formas de pago, cuando<br />
impone remuneraciones por hora, a destajo y<br />
a domicilio. La subcontratación d<strong>el</strong> trabajo, en<br />
particular, comienza a tomar auge e incluye<br />
desde la mano de obra altamente calificada,<br />
que cuenta con preparación especializada,<br />
como analistas en sistemas, especialistas en<br />
finanzas, médicos, ingenieros y abogados;<br />
hasta los trabajadores con baja calificación,<br />
como jardineros, niñeras, albañiles, cocineras,<br />
carpinteros, jornaleros, etc.<br />
La reestructuración capitalista, que tiene<br />
como eje central la flexibilización d<strong>el</strong> trabajo,<br />
afecta a la gran mayoría de los trabajadores<br />
estadounidenses al precarizar y polarizar sus<br />
ingresos; al despedirlos; al contratarlos sin <strong>el</strong><br />
goce de sus derechos laborales; al<br />
descalificarlos y recalificarlos; al despojarlos<br />
de su “saber profesional” u “oficio” ; al<br />
flexibilizar sus contratos colectivos de trabajo<br />
y al debilitar sus condiciones de trabajo,<br />
deteriorar su salario y violar sus derechos<br />
laborales, cuando exporta sus procesos<br />
productivos a otras regiones de su mismo<br />
territorio o a otros países.<br />
Los trabajadores migratorios, en particular,<br />
constituyen un segmento fundamenta d<strong>el</strong><br />
mercado laboral estadounidense, que en <strong>el</strong><br />
contexto de la reestructuración productiva d<strong>el</strong><br />
capital, son contratados bajo un criterio dual<br />
por parte de las empresas d<strong>el</strong> país vecino: por<br />
un lado, emplean por la vía legal la mano de<br />
obra calificada que requieren en las ramas<br />
productivas que están a la punta d<strong>el</strong><br />
desarrollo tecnológico, como la<br />
micro<strong>el</strong>ectrónica, la informática, la<br />
biogenética, la aeroespacial, etc., que<br />
demandan mano de obra altamente calificada<br />
y, por otro, contratan de manera ilegal a los<br />
trabajadores que se emplean en las ramas<br />
que aún no incorporan las nuevas tecnologías,<br />
como en <strong>el</strong> caso de la industria textil y la<br />
agricultura.<br />
En los años ochenta y noventa d<strong>el</strong> siglo que<br />
concluyó, la fuerza de trabajo calificada y<br />
legal, empleada en las ramas de punta,<br />
provino básicamente de los países d<strong>el</strong> sudeste<br />
asiático al representar <strong>el</strong> 22% en 1990, esto<br />
fue posible debido al niv<strong>el</strong> económico,<br />
educativo y tecnológico que han alcanzado<br />
esos países. La mano de obra descalificada e<br />
ilegal provino fundamentalmente de América<br />
Latina y representó 66.8% para <strong>el</strong> mismo año,<br />
de los países de la región, <strong>México</strong>,<br />
Centroamérica y <strong>el</strong> Caribe fueron los<br />
principales expulsores de mano de obra a<br />
Estados Unidos.<br />
En las últimas décadas, Latinoamérica y Ásia<br />
se han constituido en importantes<br />
proveedores de mano de obra migratoria d<strong>el</strong><br />
mercado de trabajo estadounidense, a tal<br />
grado que hoy se habla de una tendencia a la<br />
hispanización y asiatización de la migración<br />
d<strong>el</strong> vecino d<strong>el</strong> norte. No obstante, <strong>México</strong> es <strong>el</strong><br />
principal exportador de mano de obra a ese<br />
país, ya que desde los inicios de su expansión<br />
ha estado históricamente vinculado al proceso<br />
de acumulación d<strong>el</strong> capital estadounidense. La<br />
frontera norte es considerada como <strong>el</strong><br />
movimiento migratorio más importante y<br />
dinámico d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, debido a que en los<br />
últimos años se desplazan por esa región,<br />
anualmente, más de un millón de personas.<br />
Los trabajadores migratorios de <strong>México</strong>, al<br />
igual que los d<strong>el</strong> resto de la Unión Americana,<br />
han sufrido las políticas de reestructuración<br />
d<strong>el</strong> capital, sin embargo, son <strong>el</strong> grupo de<br />
población más vulnerable por ser en su gran<br />
mayoría mano de obra descalificada, por lo<br />
que han sido los primeros a los que se les ha<br />
impuesto, casi sin obstáculo alguno, las<br />
nuevas condiciones de flexibilidad d<strong>el</strong> trabajo.<br />
Esto está significando en los hechos:<br />
1. que ante los ajuste de producción y,<br />
por lo tanto, de personal, los<br />
despedidos principalmente son los<br />
mexicanos.<br />
241
242<br />
2. Que sean los primeros a los que se les<br />
remunera y contra por hora, a destajo<br />
y a domicilio e, incluso, que se les<br />
subcontrate a través de otras<br />
empresas. Estas formas de<br />
contratación significan para las<br />
empresas <strong>el</strong> abaratamiento de sus<br />
costos de producción, al no tener que<br />
pagar prestaciones, vacaciones, fondos<br />
de pensión, seguridad social, etc.<br />
3. Ante los cambios tecnológicos, son los<br />
primeros que pierden <strong>el</strong> trabajo.<br />
4. Los trabajadores indocumentados, que<br />
por su condición migratoria han sido<br />
casi por definición históricamente<br />
flexibles, particularmente hoy son más<br />
vulnerables que antes, debido a que se<br />
les imponen las condiciones más<br />
indignas, riesgosas, injustas e ilegales.<br />
Además, se les responsabiliza de las<br />
Por otra parte, si estudiamos la posición que<br />
ocupa la fuerza de trabajo mexicana en la<br />
distribución ocupacional d<strong>el</strong> mercado laboral,<br />
observamos que desempeñan los trabajos<br />
peor remunerados, azarosos y p<strong>el</strong>igrosos: en<br />
1996, <strong>el</strong> 23.4% de los mexicanos se<br />
emplearon como operadores y obreros; <strong>el</strong><br />
20.1% en apoyos técnicos, ventas y trabajos<br />
consecuencias de la reestructuración:<br />
<strong>el</strong> creciente desempleo, <strong>el</strong> deterioro<br />
salarial, la pérdida progresiva de los<br />
derechos sociales, etc.<br />
La situación de los trabajadores mexicanos en<br />
le mercado laboral estadounidense tiende a<br />
ser de las más precarias, debido a que la tasa<br />
de desempleo de los mexicanos es una de las<br />
más altas de los grupos de población de dicho<br />
país: la tasa de desempleo en 1996 para la<br />
población blanca fue de 4.7%; para la<br />
población negra de 10.5%; para la población<br />
hispana de 8.9%; para la población<br />
puertorriqueña de 9.6%; para la población<br />
cubana de 7.2% y, para la población<br />
mexicana, de 9.2%. es decir, respecto a la<br />
población blanca fue prácticamente <strong>el</strong> doble y<br />
se situó por arriba de la hispana y de la<br />
cubana y sólo por debajo de la negra y<br />
puertorriqueña (ver cuadro 1).<br />
de oficina; <strong>el</strong> 18% en servicios; <strong>el</strong> 12.4% en<br />
oficios de reparación y servicios y sólo 10.8%<br />
en puestos profesionales y gerenciales. Estas<br />
cifras contrastan con las de otros grupos de<br />
población, por ejemplo, mientras <strong>el</strong> 28.7% de<br />
los blancos se emplearon en puestos<br />
gerenciales; los negros <strong>el</strong> 18.8%; los cubanos<br />
<strong>el</strong> 20.6%; los puertorriqueños <strong>el</strong> 18.2% y los
hispanohablantes <strong>el</strong> 13.3%; sólo <strong>el</strong> 10.8% de<br />
los mexicanos se emplearon en estos puestos.<br />
Respecto a la proporción de los trabajadores<br />
mexicanos con puestos técnicos en r<strong>el</strong>ación a<br />
otros grupos, también resultaron tener los<br />
porcentajes más bajos: <strong>el</strong> 28.8% de los<br />
blancos se contrataron en estos puestos; <strong>el</strong><br />
30.7% de los puertorriqueños; <strong>el</strong> 31% de los<br />
cubanos; <strong>el</strong> 27% de los negros; <strong>el</strong> 23% de los<br />
negros hispanos y sólo <strong>el</strong> 20.1% de los<br />
mexicanos. Contrariamente, los mexicanos se<br />
emplean en mayor proporción en los puestos<br />
de operadores y obreros (23%) y en las<br />
actividades agrícolas y ganaderas (7.6%).<br />
Es en este contexto de reestructuración<br />
profunda d<strong>el</strong> capital estadounidense que se<br />
introdujo la flexibilización de las r<strong>el</strong>aciones<br />
laborales, que los trabajadores migratorios de<br />
<strong>México</strong> han sido colocados en una situación de<br />
mayor vulnerabilidad, al ser <strong>el</strong>los los primeros<br />
despedidos ante un ajuste de producción o<br />
ante la introducción de una innovación<br />
tecnológica y al ser contratados en<br />
condiciones aún más precarias, inseguras e<br />
inestables en <strong>el</strong> caso de los trabajadores<br />
indocumentados, debido a su condición<br />
migratoria, <strong>el</strong> capital ha conseguido hacerlos<br />
aún más flexibles, por lo que han empeorado<br />
sus condiciones de trabajo al volverlas todavía<br />
más inestables e inseguras.<br />
A esta situación hay que agregarle <strong>el</strong> que la<br />
reestructuración económica oriente la<br />
expansión de sus inversiones hacia <strong>el</strong> exterior,<br />
<strong>el</strong> tiempo que mantiene deprimido su mercado<br />
interno y no logra conseguir un crecimiento<br />
económico sostenido como en la época de la<br />
posguerra. Además, los gobiernos de la Unión<br />
Americana han sacrificado a su población<br />
mediante <strong>el</strong> recorte d<strong>el</strong> gasto social (que<br />
afecta sobre todo a las capas más pobres), y<br />
mantienen un déficit permanente sus finanzas<br />
públicas y su balanza comercial.<br />
Es muy difícil saber <strong>el</strong> número de los<br />
trabajadores mexicanos que se emplean en la<br />
economía estadounidense. Sin embargo, las<br />
estimaciones realizadas por <strong>el</strong> Censo de<br />
Población d<strong>el</strong> país vecino son rev<strong>el</strong>adoras:<br />
según esta fuente, la población de origen<br />
mexicano que reside en Estados Unidos<br />
asciende a 21.5 millones de personas;<br />
representa <strong>el</strong> 62% de los hispanos y <strong>el</strong> 7.8%<br />
de la población total, según los últimos<br />
reportes de la Oficina d<strong>el</strong> Censo.<br />
Por otra parte, <strong>el</strong> Consejo Nacional de<br />
Población (CONAPO) refiere, con base en un<br />
Estudio Binacional de ambos países, que los<br />
residentes mexicanos se concentran en los<br />
estados de California, Texas, Illinois y Arizona<br />
y, fundamentalmente, en los condados y<br />
ciudades de Los Áng<strong>el</strong>es, Houston, Dallas,<br />
Chicago, San Antonio, San Francisco, Phoenix,<br />
Fresno, Sacrameto y Tucson. Además<br />
menciona que alrededor de dos de cada tres<br />
residentes mexicanos en Estados Unidos, de<br />
16 años o más, son económicamente activos;<br />
sólo uno de cada diez trabajadores labora en<br />
la agricultura y uno de cada cuatro vive en<br />
situación de pobreza, de acuerdo a la norma<br />
estadounidense. Con r<strong>el</strong>ación al número de<br />
trabajadores ilegales, la misma fuente refiere<br />
que en la Unión Americana algunas<br />
estimaciones extraoficiales los ubican entre<br />
siete y ocho millones de personas.<br />
La sobreoferta de mano de obra mexicana d<strong>el</strong><br />
lado estadounidense en épocas de crisis no es<br />
nueva, pero sí lo es <strong>el</strong> aumento de las<br />
expulsiones de trabajadores a su<strong>el</strong>o<br />
mexicano: si analizamos la serie histórica d<strong>el</strong><br />
número de deportados desde 1972 hasta <strong>el</strong><br />
año 2000, observamos que la expulsión de<br />
trabajadores indocumentados se ha<br />
incrementado considerablemente en los<br />
últimos años: entre 1972 y 1981 se<br />
deportaron 11 millones 968 mil 414<br />
trabajadores, lo que significó la expulsión de<br />
un promedio anual de 299 mil 210 personas.<br />
En los tiempos de la reestructuración<br />
neoliberal en ambos lados de la frontera, se<br />
deportaron entre 1982 y <strong>el</strong> 2000, a 21<br />
millones 923 mil 501 trabajadores, esto<br />
significa que en promedio anual salieron d<strong>el</strong><br />
país vecino un millón 153 mil 868 personas.<br />
Los puntos más altos de expulsiones en este<br />
período se registraron en <strong>el</strong> año de 1996, con<br />
un millón 600 mil personas y, en <strong>el</strong> año 2000,<br />
con un millón 643 mil 679 personas (ver<br />
cuadro 2).<br />
243
La migración de mexicanos que van a Estados<br />
Unidos ha sido una de las más importantes<br />
válvulas de escape que históricamente han<br />
utilizado para sobrevivir, sin embargo, la<br />
reestructuración d<strong>el</strong> capital en ambos lados de<br />
la frontera está originando que la oferta de<br />
trabajadores mexicanos en Estados Unidos<br />
sea muy superior a la demanda, más allá de<br />
las circunstancias coyunturales de las<br />
economías.<br />
244<br />
Es decir, son los cambios estructurales que<br />
están experimentando ambas economías las<br />
que están produciendo la sobreoferta de mano<br />
de obra en <strong>el</strong> territorio d<strong>el</strong> país vecino. Estos<br />
cambios cualitativos y cuantitativos, han
originado que cada gobierno que pasa<br />
endurezca aún más sus políticas<br />
antimigratorias, para contener la mano de<br />
obra sobrante, aun en épocas de crecimiento<br />
económico.<br />
El abandono formal d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de crecimiento<br />
hacia adentro, por <strong>el</strong> de crecimiento hacia<br />
afuera, que significó la adopción de las<br />
políticas económicas neoliberales, consistentes<br />
en la apertura indiscriminada de la economía<br />
mexicana a la competencia externa; en <strong>el</strong><br />
retiro gradual d<strong>el</strong> Estado en la conducción d<strong>el</strong><br />
crecimiento económico; en la liberalización de<br />
los flujos de inversión, tanto de la Inversión<br />
Extranjera Directa (IED) como de cartera y en<br />
la liberación d<strong>el</strong> sistema financiero, ha tenido<br />
como una de sus bases fundamentales la<br />
política d<strong>el</strong>iberada de establecer topes<br />
salariales por parte de los empresarios y de<br />
los gobiernos, y la introducción de la<br />
flexibilidad d<strong>el</strong> trabajo, como en Estados<br />
Unidos y <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
Estas políticas han facilitado <strong>el</strong> control de las<br />
GET sobre la economía nacional, permitiendo<br />
la valorización de sus capitales,<br />
particularmente de las estadounidenses. La<br />
histórica dependencia que ha tenido la<br />
economía mexicana respecto a la de la Unión<br />
Americana, aumentó a partir de la entrada en<br />
vigor d<strong>el</strong> Tratado de Libre comercio de<br />
América d<strong>el</strong> Norte (TLC-AN), debido a que la<br />
apertura comercial ha dejado en la<br />
desprotección a prácticamente todos los<br />
sectores de la producción. Es decir, estas<br />
medidas han tenido como fin crear las<br />
mejores condiciones de inversión para las<br />
GET, particularmente las estadounidenses;<br />
abrirles mercados; ponerles a su disposición,<br />
sin obstáculo alguno, los recursos estratégicos<br />
de <strong>México</strong>, tal es <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> sector financiero,<br />
energético, su biodiversidad y, por supuesto,<br />
<strong>el</strong> uso discrecional de la mano de obra<br />
mexicana.<br />
La política de topes salariales: la introducción<br />
de la flexibilidad d<strong>el</strong> trabajo; la quiebra de<br />
empresas por la apertura comercial; la<br />
introducción de innovaciones tecnológicas en<br />
algunas empresas (sobre todo las de carácter<br />
exportador); los recortes sistemáticos al gasto<br />
público; la incapacidad de la economía para<br />
mantener un crecimiento económico<br />
sostenido; las crisis económico-financieras<br />
recurrentes y la profunda dependencia que<br />
tiene <strong>México</strong> respecto a la economía<br />
estadounidense, que ocasiona, cada vez más,<br />
la sincronización de los ciclos económicos de<br />
la economía mexicana respecto a la de la<br />
Unión Americana, en un contexto nacional de<br />
depresión crónica d<strong>el</strong> mercado interno; son<br />
los factores más importantes que han<br />
afectado a los trabajadores de <strong>México</strong> en<br />
términos de empleo, salario, condiciones de<br />
trabajo y en su niv<strong>el</strong> general de vida, al<br />
tiempo que los exilia d<strong>el</strong> país por motivos<br />
económicos.<br />
Señalemos algunos indicadores de la manera<br />
como <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o económico ha empobrecido a<br />
la población:<br />
1. Al igual que en Estados Unidos y en <strong>el</strong><br />
reto d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>, la escasez de empleos<br />
y la amenaza latente de desocupación,<br />
han servido a los patrones como<br />
instrumento de presión para reducirles<br />
sus derechos a los trabajadores d<strong>el</strong><br />
país. En <strong>México</strong>, la mayoría de los<br />
trabajos existentes son precarios: los<br />
ocupados que reciben hasta tres<br />
salarios mínimos o no reciben ingresos<br />
por sus trabajo, pasaron de 25<br />
millones 135 mil 674 personas a 28<br />
millones 374 mil 359. esto significa<br />
que aumentó la población ocupada que<br />
no puede acceder a una Canasta<br />
Básica Indispensable (CBI) equivalente<br />
a cuatro salarios mínimos.<br />
2. Respecto al comportamiento d<strong>el</strong><br />
salario mínimo, de la devaluación de<br />
diciembre de 1994 a mayo d<strong>el</strong> 2002,<br />
tenemos que, según cálculos de la<br />
Universidad Obrera de <strong>México</strong> (UOM),<br />
la minipercepción ha perdido <strong>el</strong><br />
48.78% en términos reales y<br />
actualmente representa sólo <strong>el</strong><br />
18.56% d<strong>el</strong> salario nominal vigente. El<br />
mínimo pasó de 15.27 pesos en<br />
diciembre de 1994 a 7.82 pesos en<br />
mayo d<strong>el</strong> 2002, a precios de 1994.<br />
para que <strong>el</strong> minisalario estuviera<br />
apenas al niv<strong>el</strong> de 1994, requiere de<br />
un aumento no menor d<strong>el</strong> 290.27%,<br />
debido a que se requieren cuatro<br />
salarios mínimos para adquirir una<br />
CBI, de apenas 40 productos.<br />
3. Con r<strong>el</strong>ación a otras percepciones de<br />
los trabajadores, entre 1982 y <strong>el</strong> 2001,<br />
245
246<br />
las remuneraciones promedio<br />
contractuales se precipitaron en<br />
59.31%; las remuneraciones<br />
manufactureras descendieron 38.38%;<br />
las de la maquiladora de exportación<br />
disminuyeron 21.09%; los salarios<br />
medios d<strong>el</strong> Instituto Mexicano d<strong>el</strong><br />
Seguro Social (IMSS) perdieron<br />
48.76% y las de la industria de la<br />
construcción 46.21%, en <strong>el</strong> mismo<br />
tiempo.<br />
4. La imposición de los topes salariales<br />
por dos décadas ha convertido la mano<br />
de obra mexicana en una de las más<br />
baratas d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>: en <strong>el</strong> año 2000, <strong>el</strong><br />
trabajo manufacturero mexicano,<br />
medido en dólares la hora, tuvo la<br />
cotización más baja al estimarse en<br />
2.46 dólares la hora y quedar por<br />
debajo de los llamados “tigres<br />
asiáticos” y Portugal, que registraron<br />
la siguiente cotización: Corea, con<br />
8.13 dólares la hora; Singapur, 7.42;<br />
Taiwán, con 5.98; Hong Kong, 5.53 y<br />
Portugal, 4.76. en r<strong>el</strong>ación con los<br />
países desarrollados, <strong>el</strong> salario de la<br />
fuerza de trabajo alemana, noruega,<br />
japonesa, suiza y b<strong>el</strong>ga fue 9 veces<br />
superior, al situarse en 22.9, 22, 22,<br />
21.2 y 21.1 dólares la hora,<br />
respectivamente; la de Dinamarca,<br />
Suecia, estados Unidos, Finlandia,<br />
Austria y Holanda, 8 veces mayor, al<br />
situarse en 20.4, 20.1, 19.8, 19.5,<br />
19.4 y 19 dólares la hora,<br />
respectivamente, y la de Luxemburgo,<br />
Francia, Canadá y reino Unido, 7 veces<br />
arriba, al cotizarse en 16.6, 16.3, 16.1<br />
y 15.8 dólares la hora,<br />
correspondientemente.<br />
5. respecto al empleo, si consideramos <strong>el</strong><br />
comportamiento d<strong>el</strong> crecimiento anual<br />
y sexenal de la Población<br />
Económicamente Activa (PEA),<br />
respecto a la generación y déficit de<br />
empleo en las últimas tres décadas (de<br />
1971 al 2001), observamos que la PEA<br />
creció en 29 millones 285 mil 998<br />
personas y sólo se generaron 12<br />
millones 364 mil 369 plazas; por lo<br />
que <strong>el</strong> desempleo acumulado ascendió<br />
a 18 millones 559 mil 117 personas.<br />
La situación d<strong>el</strong> desempleo y<br />
subempleo es tan grave en <strong>el</strong> país,<br />
que la Organización Internacional d<strong>el</strong><br />
Trabajo (OIT) ha reconocido que en<br />
<strong>México</strong> existen 25.5 millones de<br />
personas empleadas en la economía<br />
informal, de las cuales 17 millones son<br />
hombres (67%) y 8.5 millones son<br />
mujeres (33 por ciento). Estadística<br />
Geografía e informática (INEGI),<br />
aumentó la población ocupada que no<br />
cuenta con seguridad social entre 1993<br />
y <strong>el</strong> 2000, los trabajadores que<br />
laboraban de 40 a más de 56 horas<br />
aumentaron, de 19 millones 620 mil a<br />
25 millones 683 mil 17. por lo que<br />
oscilaron d<strong>el</strong> 60.2% d<strong>el</strong> total de la<br />
población ocupada, al 66.2%, para <strong>el</strong><br />
mismo período.<br />
El aumento extraordinario de la oferta de la<br />
mano de obra mexicana en territorio<br />
estadounidense, está siendo provocado por la<br />
reestructuración flexibilizadota que ha<br />
significado la imposición de los topes<br />
salariales por dos décadas; la prolongación e<br />
intensificación de las jornadas de trabajo por<br />
<strong>el</strong> mismo salario; la contratación de personal<br />
sin las prestaciones de Ley; <strong>el</strong> desempleo<br />
creciente; la remuneración por tiempo,<br />
destajo, domicilio y de subcontratación; la<br />
violación y erosión de los contratos colectivos<br />
de trabajo, que han limitado la capacidad de<br />
respuesta de los trabajadores. A esto hay que<br />
sumarle los recortes al gasto social, que<br />
afectan <strong>el</strong> fondo de vida de la población,<br />
debido a que <strong>el</strong> Estado disminuye los recursos<br />
destinados a la vivienda, salud, educación,<br />
cultura, etc.<br />
Es tan grave la situación de los trabajadores<br />
d<strong>el</strong> país, que no sólo tiende a cerrarse la<br />
válvula de escape que históricamente ha<br />
significado la migración a Estados Unidos;<br />
igualmente, la economía informal tiende a<br />
saturarse y <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o maquilador se agota<br />
también. Esta situación está colocando al país<br />
en <strong>el</strong> riesgo de una gravísima crisis<br />
económica, política y social, quizá más grave<br />
que la de Argentina, debido a que además de<br />
la violencia económica que se les ha impuesto<br />
a los trabajadores y <strong>el</strong> cierre de las válvulas<br />
de escape que han utilizado para sobrevivir,<br />
se agrega <strong>el</strong> componente de la autoagresión<br />
individual y social que, de hecho, ya se vive<br />
en <strong>el</strong> país: por un lado, tenemos <strong>el</strong> aumento<br />
d<strong>el</strong> alcoholismo entre la población<br />
trabajadora; la depresión por razones
económicas; <strong>el</strong> aumento de la violencia<br />
intrafamiliar; los intentos de suicidios y<br />
suicidios por motivos económicos y, por otro,<br />
<strong>el</strong> crecimiento explosivo de la economía<br />
subterránea, la cual está vinculada con<br />
actividades ilegales, tales como la producción<br />
y <strong>el</strong> tráfico de drogas, <strong>el</strong> comercio y <strong>el</strong><br />
transporte de mercancías de contrabando, <strong>el</strong><br />
tráfico de órganos, la industria d<strong>el</strong> secuestro,<br />
entre otras. No está de más recordar que<br />
nuestro país muestra algunos de los<br />
indicadores más preocupantes d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La frontera <strong>México</strong>-Estados Unidos es una<br />
peculiar zona de transición entre un país<br />
desarrollado y otro en vías de desarrollo, que<br />
conforma una región singular en <strong>el</strong> <strong>mundo</strong>. La<br />
frontera sur de Estados Unidos tiene<br />
características parecidas a las de un país en<br />
vías de desarrollo; por ejemplo, presenta<br />
asentamientos humanos irregulares conocidos<br />
como colonias que no tienen agua potable,<br />
drenaje ni caminos pavimentados (Texas<br />
Health Department, 1988). Mientras tanto, en<br />
la frontera norte de <strong>México</strong>, por su posición<br />
geográfica, sus r<strong>el</strong>aciones a niv<strong>el</strong> local<br />
internacional y apertura a la industria<br />
maquiladora, se han estado dando mejores<br />
condiciones de desarrollo que en muchas<br />
otras regiones d<strong>el</strong> país.<br />
Como zona de transición entre estos dos<br />
países tan diametralmente opuestos, la<br />
frontera cumple una función de carácter<br />
“socio-fisiológico”: la de mantener un<br />
equilibrio homeostático que les permite<br />
convivir. Sus habitantes comparten en común<br />
una historia regional, idiomas e información,<br />
con una interr<strong>el</strong>ación de carácter étnico y<br />
familiar de economías interdependientes. Pero<br />
no sólo eso, sino que <strong>el</strong> ambiente, los<br />
recursos naturales de la región, posibilitan <strong>el</strong><br />
desarrollo de las comunidades situadas ahí.<br />
Los procesos de crecimiento y desarrollo en su<br />
conjunto han provocado alteraciones en <strong>el</strong><br />
medio ambiente binacional, que reflejan<br />
problemas de contaminación emergentes d<strong>el</strong><br />
desarrollo industrial, y problemas de higiene<br />
d<strong>el</strong> medio referentes al “abastecimiento de<br />
agua potable y a la introducción de sistemas<br />
básicos de saneamiento” (Schaefer, 1986:40).<br />
Con las negociaciones, la aprobación y<br />
posterior puesta en marcha d<strong>el</strong> Tratado de<br />
Libre Comercio de América d<strong>el</strong> Norte, se<br />
previó que la difunsión de la tecnología y <strong>el</strong><br />
desarrollo económico se verían impulsados, y<br />
que su impacto podría ser catastrófico en la<br />
zona de los límites entre <strong>México</strong> y Estados<br />
Unidos, debido principalmente a las graves<br />
deficiencias en la infraestructura mexicana.<br />
Sin embargo, la prosperidad económica que<br />
<strong>México</strong> experimentaría con <strong>el</strong> Tratado de Libre<br />
Comercio le permitiría fortalecer, con<br />
anticipación, su infraestructura urbana y sus<br />
programas de protección ambiental a fin de<br />
lograr mejores niv<strong>el</strong>es de calidad ambiental<br />
(Correa, 1991). Esto dio lugar a la creación de<br />
una agenda ambiental binacional para<br />
producir un desarrollo sustentable.<br />
Si <strong>el</strong> aspecto ambiental no fue <strong>el</strong> más<br />
problemático para llega a la materialización<br />
d<strong>el</strong> Tratado de Libre comercio, sí fue <strong>el</strong> más<br />
visible y <strong>el</strong> que más polémica causó entre los<br />
habitantes de <strong>México</strong> y Estados Unidos. El<br />
escenario donde se realizó la “batalla<br />
ambiental” fue la propia frontera, donde la<br />
comunidad binacional, pero sobre todo <strong>el</strong><br />
ambiente salió ganando.<br />
El trabajo presente trata de documentar y<br />
analizar la larga lucha que por <strong>el</strong> binomio<br />
ambiente/desarrollo, se ha venido dando en la<br />
frontera desde principios de la década de los<br />
setenta; y <strong>el</strong> rumbo que promete la situación<br />
actual.<br />
UN MUNDO EN CAMBIO<br />
El último cuarto de siglo d<strong>el</strong> segundo milenio<br />
de nuestra era ha sido una época de grandes<br />
cambios sociales, en donde era inadmisible<br />
una reestructuración económica, social y<br />
geopolítica, como sucedió en los países<br />
totalitarios de la Unión soviética, Polonia o la<br />
República Democrática Alemana. Soplaron los<br />
vientos de la renovación. En América Latina<br />
los gobiernos militares dejaron su lugar a los<br />
gobiernos civiles; Nicaragua retrocedió en <strong>el</strong><br />
camino socialista que había emprendido. En<br />
Sudáfrica <strong>el</strong> apartheid quedó fuera de la ley y<br />
se instituyó un gobierno democrático<br />
lidereado por primera vez en su historia, por<br />
un hombre de raza negra. Isra<strong>el</strong> logró<br />
acuerdos de paz con algunos de los países<br />
arabes. La transfiguración de las sociedades<br />
247
modernas empezó a diseminarse en los países<br />
de la Tierra, como agente venturoso<br />
instigador de sociedades más justas y<br />
equitativas.<br />
Las transformaciones sociopolíticas, además<br />
de constituir una esperanza para los pueblos<br />
sometidos, trajeron la distensión de la guerra<br />
fría que se libraba entre oriente y occidente<br />
desde décadas atrás. Ante estos giros de la<br />
historia, las posibilidades de una guerra<br />
nuclear disminuyeron.<br />
Al cambiar los actores y <strong>el</strong> escenario mundial,<br />
otros problemas graves para la comunidad<br />
internacional, como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> deterioro d<strong>el</strong> medio<br />
ambiente, que desde tiempo atrás luchaba por<br />
emerger, adquirieron mayor importancia.<br />
El concepto científico ecológico d<strong>el</strong> deterioro<br />
d<strong>el</strong> ambiente por causa de la contaminación,<br />
tardó treinta años en ser asimilado por los<br />
líderes de muchos de los pueblos.<br />
Prácticamente se dio a conocer entre <strong>el</strong><br />
público neófito cuando en 1962 Rach<strong>el</strong> Carson<br />
publicó su obra Primavera silenciosa, donde<br />
describía <strong>el</strong> impacto de los plaguicidas en <strong>el</strong><br />
medio ambiente y su metabolización a través<br />
de las cadenas tróficas de los ecosistemas<br />
(Carson, 1962). La idea se hizo patente a<br />
niv<strong>el</strong> mundial gracias a la Conferencia de las<br />
Naciones Unidas sobre <strong>el</strong> Medio Humano,<br />
verificada en Estocolmo, Suecia, en 1972,<br />
pero no tuvo eco en la comunidad<br />
internacional. En 1983, después de once años<br />
de permanecer fuera de las agendas de los<br />
organismos internacionales, la noción de la<br />
crisis ecológica se revitalizó: la Asamblea<br />
General de las Naciones Unidas conminó a que<br />
se formara una Comisión Mundial sobre <strong>el</strong><br />
Ambiente y <strong>el</strong> Desarrollo, un grupo de análisis<br />
para formular una Agenda Global para <strong>el</strong><br />
Cambio “World Commisision on Environment<br />
and Dev<strong>el</strong>opment, 1988). Se nombró<br />
presidente de la comisión a la señora Gro<br />
Harlem Brundtland y, entre 1984 a 1987,<br />
prepararon un reporte sobre <strong>el</strong> estado d<strong>el</strong><br />
ambiente mundial: Nuestro Futuro Común,<br />
cuyo espíritu se consolidó en la Conferencia<br />
de las Naciones Unidas sobre <strong>el</strong> Medio<br />
Ambiente y <strong>el</strong> Desarrollo en la Cumbre de la<br />
tierra, <strong>el</strong> cual tuvo lugar en 1992, en Río de<br />
Janeiro.<br />
248<br />
El asunto ambiental no trascendió de los<br />
corrillos científicos a los pasillos de los<br />
congresos y cámaras de representantes, y es<br />
que aún no existía una madurez científicofilosófica<br />
para abordar <strong>el</strong> problema. Es decir,<br />
<strong>el</strong> enfoque metodológico que se tenía hace<br />
treinta y dos años para plantear la cuestión<br />
ambiental, no alcanzaba las características<br />
holográficas que hoy detenta. En un principio,<br />
los reportes científicos que llamaron la<br />
atención se referían al impacto de los<br />
contaminantes en los ecosistemas acuáticos, y<br />
la comunidad científica interesada en lo<br />
práctico estaba circunscrita a las disciplinas de<br />
la ecología y la salud.<br />
Nuevos factores, como la contaminación<br />
atmosférica, <strong>el</strong> crecimiento poblacional, la<br />
explotación inmoderada de los recursos<br />
naturales, la extinción de especies, la<br />
insuficiencia alimenticia, la erosión d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o,<br />
los agujeros en la capa de ozono y <strong>el</strong><br />
calentamiento global d<strong>el</strong> planeta, entre otros,<br />
se fueron sumando a la preocupación<br />
ambiental y mostrando un panorama cada vez<br />
más alarmante. A lo largo de esos años, las<br />
múltiples ciencias comenzaron a conjugarse<br />
para constituir una supraciencia, y proveer de<br />
una aproximación metodológica más<br />
integradora: las denominadas ciencias<br />
ambientales. En su post scriptum de la lógica<br />
de la investigación científica, Kart Popper<br />
refiere que al aumentar <strong>el</strong> conocimiento a lo<br />
largo de la historia, éste se volvió<br />
inmanejable. De tal forma, aparecieron los<br />
administradores d<strong>el</strong> conocimiento y lo<br />
dividieron en ciencias. Las generaciones<br />
posteriores crecieron a la sombra de esas<br />
ciencias y se especializaron en componentes<br />
menores; fue así como <strong>el</strong> hombre perdió la<br />
noción de que <strong>el</strong> conocimiento es un solo<br />
(Popper, 1985).<br />
En los asuntos ambientales se empezó a<br />
estructurar un rompecabezas a partir de<br />
pequeñas piezas. Esta es, al menos, una<br />
lección epistemológica que la problemática<br />
ambiental le da al sabio; lección de<br />
inestimable valor que lo orienta hacia un<br />
manejo sistemático d<strong>el</strong> problema.<br />
Como objeto de preocupación de la comunicad<br />
científica, <strong>el</strong> problema de la contaminación y<br />
<strong>el</strong> deterioro ambiental atañe a todas las<br />
disciplinas d<strong>el</strong> conocimiento humano: es, en
sí, una nueva fuente de conocimiento. Toca<br />
también todos los valores humanos, con lo<br />
que se convierte en una nueva fuente de<br />
recapitulación moral; e incide en <strong>el</strong> interés<br />
popular, por lo que se ha convertido en una<br />
especie de credo que está esperando a su<br />
guía espiritual para ser conducido por <strong>el</strong><br />
camino de la salvación: de la salvación d<strong>el</strong><br />
planeta.<br />
DESARROLLO Y DESARROLLO<br />
SUSTENTABLE<br />
Uno de los teóricos d<strong>el</strong> desarrollo, Jan<br />
Timbergen (1989), señaló en la década de los<br />
cincuenta que en los países los procesos de<br />
desarrollo se daban en una forma irregular,<br />
que su avance propositito era <strong>el</strong> resultado de<br />
un constante ensayo-error y no de un plan<br />
racionalizado. Planteó la idea de que <strong>el</strong><br />
desarrollo podía promoverse mediante <strong>el</strong><br />
diseño e implementación de una política de<br />
desarrollo. Los objetivos de esta política<br />
tendrían cuatro objetivos:<br />
1. crear condiciones generales favorables<br />
al desarrollo. Esto requería de<br />
seguridad financiera y estabilidad<br />
social.<br />
2. familiarizar al gobierno, a la<br />
comunidad mercantil y al público en<br />
general con las ventajas-desventajas<br />
d<strong>el</strong> desarrollo.<br />
3. hacer una serie de inversiones en<br />
infraestructura básica.<br />
4. tomar medidas destinadas a facilitar y<br />
estimular la actividad y las inversiones<br />
privadas.<br />
En los años sesenta y setenta, los países<br />
industrializados y los no industrializados<br />
tomaron en cuenta esta propuesta y<br />
orientaron sus políticas hacia la planeación en<br />
busca d<strong>el</strong> desarrollo deseado. Para muchos<br />
países esta empresa fue un espejismo, que les<br />
significó <strong>el</strong> endeudamiento, la inestabilidad y,<br />
por manejo irresponsable, <strong>el</strong> riesgo de perder<br />
sus recursos naturales.<br />
En esa época, la renovabilidad o no<br />
renovabilidad de los recursos naturales fue<br />
otro de los mitos que prevalecieron dentro d<strong>el</strong><br />
esquema d<strong>el</strong> desarrollo planeado. El hombre<br />
creyó que aún cuando se explotaran los<br />
recursos, así sin más ni más, lo viviente<br />
continuaría renovándose de manera<br />
imperecedera; los recursos de agua dulce se<br />
reciclarían y renovarían; los mares<br />
permanecerían inalterables; <strong>el</strong> aire sería tan<br />
inagotable como constante su calidad.<br />
Únicamente los recursos minerales y<br />
energéticos eran considerados como no<br />
renovables. Esta visión de que los recursos<br />
naturales constituían un yacimiento perenne<br />
de materia útil, consolidó la brecha entre los<br />
procesos de desarrollo y la conservación d<strong>el</strong><br />
medio ambiente. Sin embargo, los efectos<br />
sobre la naturaleza, cada vez más evidentes<br />
por <strong>el</strong> impacto ambiental de esos procesos,<br />
originó en mucha gente la idea de que le<br />
desarrollo por la ciencia y la tecnología era<br />
perjudicial a lo natural.<br />
Cuando en 1987 la Comisión Mundial para <strong>el</strong><br />
Ambiente y <strong>el</strong> Desarrollo, mejor conocida<br />
como Comisión Brundtland, señaló que <strong>el</strong><br />
planeta estaba en una situación cada vez más<br />
crítica y que los problemas ecológicos ponían<br />
en t<strong>el</strong>a de juicio las posibilidades de<br />
supervivencia a largo plazo de la civilización,<br />
se llegó a la conclusión de que <strong>el</strong> hombre<br />
tendría que modificar <strong>el</strong> ritmo de desarrollo y<br />
la forma en que se venía dando.<br />
El logro de la Comisión Brundtland fue la<br />
creación de un nuevo esquema conceptual,<br />
donde enlaza <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> deterioro<br />
ambiental con <strong>el</strong> desarrollo y crecimiento<br />
económico global, al cual se le llamó<br />
“desarrollo sustentable”. El desarrollo<br />
sustentable se definió como la única manera<br />
de hacer frente a los problemas<br />
interr<strong>el</strong>acionados de la destrucción ambiental<br />
y <strong>el</strong> desarrollo económico necesario.<br />
El esquema parte de dos preguntas básicas:<br />
1. ¿Es posible incrementar <strong>el</strong> estándar<br />
básico de vida de la creciente<br />
población mundial, sin necesidad de<br />
disminuir nuestros recursos naturales<br />
finitos y <strong>el</strong> posterior deterioro d<strong>el</strong><br />
ambiente d<strong>el</strong> cual dependemos?<br />
2. ¿Puede la humanidad entera dar un<br />
paso atrás desde <strong>el</strong> borde d<strong>el</strong> colapso<br />
ambiental y, al propio tiempo, conducir<br />
a sus miembros más pobres a un niv<strong>el</strong><br />
básico de salud y dignidad?<br />
249
“Para conquistar estos dos problemas, los<br />
tipos y niv<strong>el</strong>es de producción y consumo<br />
deben ponerse de acuerdo con la capacidad<br />
finita de la tierra para sostenerlos” (Sitarz,<br />
1993). En otras palabras, si <strong>el</strong> abasto de<br />
nuestras necesidades se hace a costa d<strong>el</strong><br />
potencial de nuestros descendientes de<br />
abastecer sus propias necesidades, <strong>el</strong> sistema<br />
de producción que estemos utilizando no será<br />
sustentable.<br />
Ante los hechos inquietantes mostrados por la<br />
Comisión Brundtland, las Naciones Unidas y<br />
organismos internacionales empezaron a<br />
preocuparse por <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> “sustento”.<br />
Consideraron prioritaria la situación y<br />
convocaron a una reunión mundial,<br />
denominada Conferencia de las Naciones<br />
Unidas sobre <strong>el</strong> Medio Ambiente y <strong>el</strong><br />
Desarrollo, realizada en Río de Janeiro, Brasil,<br />
en junio de 1992. <strong>el</strong> objetivo central fue <strong>el</strong> de<br />
instrumentar un plan, conocido como Agenda<br />
21, para guiar <strong>el</strong> desarrollo en la Tierra de una<br />
manera sustentable.<br />
La Organización Mundial de la Salud fue <strong>el</strong><br />
primer organismo especializado que adaptó<br />
medidas concretas en respuesta al informe<br />
Brundtland de 1987, y actualizó su<br />
perspectiva con respecto a la Agenda 21. Sin<br />
embargo, entidades internacionales, como <strong>el</strong><br />
Banco Mundial, comenzaron a integrar en su<br />
agenda <strong>el</strong> concepto de desarrollo sustentable<br />
hasta principios de la década de los noventas.<br />
250<br />
FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS<br />
La frontera <strong>México</strong>-Estados Unidos es quizá la<br />
frontera más peculiar y desigual d<strong>el</strong> <strong>mundo</strong>.<br />
Hacia <strong>el</strong> norte se entiende la nación más rica y<br />
poderosa de la tierra, hacia <strong>el</strong> sur una nación<br />
en vías de desarrollo. Estas diferencias hacen<br />
que en sus puntos de unión, a lo largo de<br />
aproximadamente 3 200 km, se constituya<br />
una zona de transición. Las comunidades que<br />
se asientan sobre esta línea son de índole<br />
diversa a la pertinente de sus respectivos<br />
países en la franja fronteriza correspondiente<br />
al sur de los Estados Unidos se pueden<br />
observar problemas socioeconómicos clásicos<br />
d<strong>el</strong> subdesarrollo, a saber, las viviendas<br />
marginales denominadas “colonias”.<br />
En <strong>el</strong> estado de Texas, aproximadamente 250<br />
mil residentes viven sin agua potable ni<br />
drenaje (Texas Department of Human<br />
Services, s/f). en las colinas de valles de<br />
cañones de San Diego y <strong>el</strong> Valle Imperial,<br />
miles de trabajadores migrantes viven en<br />
casas de cartón y sin servicios. Por otra parte,<br />
en la franja fronteriza norte de <strong>México</strong> se<br />
detectan esquemas de desarrollo d<strong>el</strong> tipo<br />
industrializado, tales como los parques<br />
industriales de plantas maquiladoras.<br />
Desde Tijuana/San Diego hasta<br />
Matamoros/Brownsville, es alta la incidencia<br />
de enfermedades gastrointestinales, crónico<br />
degenerativas, broncorespiratorias,<br />
malformaciones congénitas y otras,<br />
r<strong>el</strong>acionadas con la calidad d<strong>el</strong> agua y d<strong>el</strong> aire.<br />
En diversos puntos de la frontera, como<br />
Sonora/Arizona, Chihuahua/Nuevo<br />
<strong>México</strong>/Texas y Tamaulipas/Texas, se han<br />
reportado casos de cólera; y de paludismo en<br />
la zona de Baja California/California. Por otra<br />
parte, la interdependencia de la región,<br />
además de comercial, es laboral, cultural y<br />
familiar.<br />
Definición de frontera<br />
El concepto sobreentendido de frontera, es<br />
aqu<strong>el</strong> que la define como una barrera en la<br />
que los límites entre dos o más naciones se<br />
materializan para constituir un obstáculo<br />
infranqueable; esto es, un muro que en lo<br />
físico, biológico, económico, político y social es<br />
impermeable. Durante decenas de años esta<br />
ha sido la idea entre las naciones.<br />
Por largo tiempo, en la frontera <strong>México</strong>-<br />
Estados Unidos los problemas de las<br />
comunidades fronterizas, aún los de carácter<br />
binacional, fueron enfocados y tratados de<br />
manera unilateral, con procedimientos y<br />
recursos diferentes. Tal es <strong>el</strong> caso de los<br />
problemas ambientales, que en forma secular<br />
se consideraron como asuntos propios hasta<br />
donde se encontraba la línea fronteriza. De tal<br />
modo, los programas emprendidos en uno u<br />
otro lado de la frontera, comenzados de<br />
manera unilateral, jamás alcanzaban buen<br />
éxito. Los habitantes de la región fronteriza<br />
advirtieron tiempo atrás que si bien esa<br />
barrera es necesaria y funciona para algunas<br />
cosas, por ejemplo, como contenedor de una<br />
identidad nacional o un sistema de gobierno,<br />
para otras cosas no funciona, como en le caso<br />
de los sistemas ecológicos, que se encuentran
situados en regiones por donde la línea<br />
fronteriza está imaginariamente trazada.<br />
La toma de conciencia de los gobernantes<br />
sobre la contaminación transfronteriza, ha<br />
sido un producto colateral a la formación de<br />
los mercados internacionales. Debido a que<br />
las aperturas comerciales traen consigo la<br />
<strong>el</strong>iminación de barreras conceptuales<br />
operativas que, a su vez, permiten una<br />
r<strong>el</strong>ajación en los canales de comunicación y un<br />
intenso flujo de artículos de consumo, la<br />
comunidad binacional de la zona fronteriza<br />
reclamó que <strong>el</strong>los se afectan por la<br />
importación/exportación natural de<br />
enfermedades y residuos polutos que hay en<br />
la frontera, y que un nuevo factor, <strong>el</strong> mercado<br />
libre, empeoraría las cosas.<br />
Los fronterizos han definido esa zona de<br />
transición entre <strong>México</strong> y Estados Unidos<br />
como una estructura regional donde se<br />
comparte una “interdependencia económica,<br />
social y cultural”; y donde <strong>el</strong> 2poder soberano<br />
administrado desde miles de kilómetros de<br />
distancia (…) causa a veces una falta de<br />
comunicación y un mal entendimiento de los<br />
problemas que interesan a sus habitantes”<br />
(The American Assembly, 1982).<br />
Por lo demás, existen muchas diferencias<br />
notables entre las políticas y estrategias<br />
administrativas de cada país. Aunque ambas<br />
naciones enfrentan los mismos problemas en<br />
la región, tratan de solucionarlos partiendo de<br />
bases de percepción y organización muy<br />
diferentes.<br />
Características generales d<strong>el</strong> ambiente<br />
común<br />
Escenario físico<br />
La frontera mexicano-estadounidense se<br />
extiende desde <strong>el</strong> Océano Pacífico hasta <strong>el</strong><br />
golfo de <strong>México</strong>, a lo largo de<br />
aproximadamente 3 200 km. El 64 por ciento<br />
de esta frontera es una barrera natural, <strong>el</strong> río<br />
Bravo, cuyo cauce toca tierra mexicanas en<br />
Ciudad Juárez y continúa como límite<br />
geopolítico hasta su desembocadura en<br />
Matamoros.<br />
A efecto de contar con una demarcación<br />
territorial para llevar a cabo los programas<br />
ambientales, en 1983 los presidentes de<br />
<strong>México</strong> y Estados Unidos firmaron <strong>el</strong> llamado<br />
de Acuerdo de La Paz. En él se establece que<br />
la zona fronteriza, como “frontera ecológica”,<br />
tendrá un margen de 200 km de ancho, o sea,<br />
100 km hacia <strong>el</strong> norte y al sur de los límites<br />
internacionales, lo que significa un área de<br />
640 mil km2. Para <strong>el</strong> caso de <strong>México</strong>, los 320<br />
mil km2 de frontera representan <strong>el</strong> 16 por<br />
ciento d<strong>el</strong> territorio nacional.<br />
Escenario social<br />
Desde <strong>el</strong> punto de vista de las unidades<br />
político administrativas, hay 25 condados<br />
norteamericanos que colindan con 35<br />
municipios mexicanos, algunos de <strong>el</strong>los están<br />
totalmente integrados a la zona fronteriza<br />
antes mencionada, pero otros no. Además,<br />
existen otros condados y municipios cuyo<br />
perímetro no hace frontera internacional, pero<br />
su territorio forma parte de los 640 mil km2<br />
de la “frontera ecológica”.<br />
Para ambos países rubros como <strong>el</strong> de salud, la<br />
frontera está d<strong>el</strong>imitada por los municipios y<br />
condados adyacentes a la línea internacional.<br />
La frontera cuenta con 14 puertos terrestres.<br />
Su enorme tráfico alcanzo un promedio hasta<br />
de 400 millones de pasos anuales.<br />
Clima<br />
Las condiciones meteorológicas que<br />
prevalecen en esta región son de carácter<br />
templado, con una clara distinción entre la<br />
estación fría y la caliente. Tiene un rango<br />
extremosos de temperaturas: cercanas o<br />
menores a los 0ºC en invierno, y cercanas o<br />
superiores a 37ºC en verano. La estación de<br />
lluvias es de dos periodos: comienza en mayo<br />
y se incrementan paulatinamente hasta finales<br />
de julio, y luego se inicia de nueva cuenta por<br />
poco tiempo en septiembre. La precipitación<br />
pluvial varía entre 100 y 680mm al año, lo<br />
que en combinación con <strong>el</strong> régimen de<br />
vientos, da lugar a una zona desértica<br />
(Schmidt, 1983).<br />
Su<strong>el</strong>os<br />
En general, los su<strong>el</strong>os se definen como<br />
aridisols, lithosols, inceptisols, molisols y<br />
alphisols (Med<strong>el</strong>lín-Leal, 1983).<br />
251
Biogeografía regional<br />
Las características naturales de la zona<br />
comprendida entre Mexicali/Valle Imperial y<br />
Matamoros/Brownsville, son de tipo<br />
semiárido. En gran medida la conforman las<br />
extensas regiones biogeográficas de los<br />
desiertos sonorense y chihuahuense, que<br />
parcialmente comprenden los estados de<br />
California, Arizona, Nevada, Oregon,<br />
Wyoming, Idazo, Colorado, Nuevo <strong>México</strong> y<br />
Texas, d<strong>el</strong> lado de Estados Unidos; y los<br />
estados de Sonora, Chihuahua, Durango,<br />
Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis<br />
Potosí, Guanajuato, Zacatecas y<br />
Aguascalientes, en <strong>México</strong>.<br />
La vegetación es variable, desde bosques<br />
xerófilos de Acacia, Prosopis o Yucca;<br />
matorrales de Larrea, Caesalpinia o Franseria;<br />
o estepas de gramíneas de Bout<strong>el</strong>oua o<br />
Asistida. En cuanto a la fauna vertebrada de<br />
esta región árida están la libre (Lepus), ardilla<br />
(Cit<strong>el</strong>lus), roedores cricetos (Neotoma),<br />
murciélago hematófago (Desmodus), lince<br />
(Lynx), coyote (Canis), codorniz (Lophortyx),<br />
Lechuza (Bubo), víbora de cascab<strong>el</strong><br />
(Crotalus), lagartija (Anolis), ranas (Rana,<br />
Hyla) y muchas otras especies más.<br />
Entre Mexicali/Valle Imperial y Tijuana/San<br />
Diego, se extiende la zona denominada<br />
Mesoamericana de Montaña, cuya vegetación<br />
dominante la constituye bosques de pinos<br />
(Pinus), abetos (Abies) o encinos (Quercus);<br />
la fauna está formada por especies tales como<br />
<strong>el</strong> coyote (Canis), oso lavador (Porción), ratas<br />
(Heteromyscus), coatí (Nasua) y muchas otras<br />
más (Cabera y Willink, 1973; MacMahon,<br />
1985).<br />
Población y crecimiento poblacional<br />
La población global estimada para los estados<br />
fronterizos de <strong>México</strong>-Estados Unidos es de<br />
65.1 millones de habitantes, de los cuales<br />
51.8 corresponden a California, Arizona,<br />
Nuevo <strong>México</strong> y Texas; y 13.3 a Baja<br />
California, Sonora, Chihuahua, Coahuila,<br />
Nuevo León y Tamaulipas. Aproximadamente<br />
15.3 por ciento de dicha población, esto es,<br />
10 millones, habitan la franja fronteriza, 6<br />
millones d<strong>el</strong> lado americano y 4 d<strong>el</strong> lado<br />
mexicano.<br />
252<br />
La tasa de crecimiento natural de los estados<br />
de la frontera norte de <strong>México</strong> ha sido, cada<br />
diez años y desde 1930 hasta 1980, de 30.94<br />
por ciento en promedio; y de 1980 a 1990 de<br />
20.5 por ciento. La tasa de crecimiento<br />
natural estimada para los estados de la<br />
frontera sur de Estados Unidos, en la década<br />
de 1980 a 1990, ha sido de 24.05 por ciento<br />
en promedio (Loret, 1990; OPS, 1991).<br />
CONCEPTUALIZACIÓN DEL DESARROLLO<br />
EN LA FRONTERA<br />
En su consolidación, la frontera norte de<br />
<strong>México</strong> ha pasado por varias etapas de<br />
desarrollo, desde la primera, sólo fue una<br />
región semipoblada adyacente a Estados<br />
Unidos, y así permaneció por décadas; la d<strong>el</strong><br />
bracerismo, cuando con <strong>el</strong> permiso d<strong>el</strong><br />
gobierno estadounidense miles de mexicanos<br />
se trasladaron a trabajar en aqu<strong>el</strong> país; la de<br />
la industria maquiladora; y la d<strong>el</strong> Tratado de<br />
Libre Comercio.<br />
Desde <strong>el</strong> Golfo de <strong>México</strong> hasta <strong>el</strong> Océano<br />
Pacífico, la frontera ha forjado una identidad.<br />
Debido a las distancias ahí asentadas respecto<br />
a las capitales de sus estados y a la Ciudad de<br />
<strong>México</strong>, se creó un aislamiento que la dejó a<br />
la deriva d<strong>el</strong> desarrollo y d<strong>el</strong> mercado interno.<br />
Dado <strong>el</strong> nacionalismo y proteccionismo que<br />
caracterizó a <strong>México</strong> por décadas, la cercanía<br />
con Estados Unidos significaba una desventaja<br />
para los que habitaban la frontera d<strong>el</strong> norte.<br />
Con <strong>el</strong> advenimiento de la industria<br />
maquiladora <strong>el</strong> panorama comenzó a cambiar<br />
y se empezó a vislumbrar una ventaja en su<br />
posición con respecto al país vecino. Esta<br />
ventaja se hizo por demás clara ante la<br />
aprobación d<strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio.<br />
La etapa de la industria maquiladora, durante<br />
los años de 1966 a 1990, fue una experiencia<br />
que considerando los beneficios e<br />
inconveniencias que acarreó, trajo algo más<br />
que un intercambio comercial a la región:<br />
generó empleo, divisas y sirvió de acicate<br />
para poblar las ciudades de la frontera.<br />
A fines de los setenta, ya existía la idea en<br />
algunos grupos de Estados Unidos de crear<br />
una zona económica con <strong>México</strong> y Canadá,<br />
“en donde los factores de la producción<br />
circularan con r<strong>el</strong>ativa libertad, en función de
una integración económica mayor” (Vázquez y<br />
Meyer, 1992:224). Además, habiéndose<br />
debilitado <strong>el</strong> país por su enorme deuda<br />
externa, <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Migu<strong>el</strong> de<br />
la Madrid reconoció que era necesario abrirse<br />
al mercado externo. Por tal razón, en 1985<br />
<strong>México</strong> ingresó al Acuerdo General de<br />
Aranc<strong>el</strong>es (GATT). Esto sirvió de base para<br />
que en <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Carlos<br />
Salinas de Gortari se negociara, a principios<br />
de los noventa, la integración comercial d<strong>el</strong><br />
hemisferio norte y surgieran acuerdo de libre<br />
comercio con otros países de América.<br />
Frente a este escenario, la franja fronteriza<br />
emerge como una entidad protagónica sobre<br />
la cual recae una enorme responsabilidad:<br />
sustentar <strong>el</strong> crecimiento económico y<br />
comercial que surgirá en la zona y que se<br />
extenderá hacia <strong>el</strong> sur.<br />
La opinión pública de ambos países reaccionó<br />
preocupada por <strong>el</strong> anuncio de que los<br />
gobiernos de <strong>México</strong> y Estados Unidos<br />
emprenderían negociaciones para crear una<br />
zona comercial libre en América d<strong>el</strong> norte. El<br />
aspecto ambiental de sus límites<br />
internacionales fue <strong>el</strong> más polémico.<br />
Argumentaban que en <strong>el</strong> área, los recursos<br />
naturales existentes, compartidos y utilizados<br />
por los habitantes de las comunidades de<br />
ambos lados, no se cuidan con <strong>el</strong> mismo c<strong>el</strong>o<br />
por unos y otros. Los residuos líquidos, sólidos<br />
y las emanaciones gaseosas que se generan<br />
localmente, tampoco son regulados,<br />
controlados ni dispuestos en forma<br />
homogénea.<br />
El permanente movimiento migratorio a través<br />
de la frontera y <strong>el</strong> constante incremento de la<br />
industria maquiladora en ciudades que<br />
carecen de un plan de desarrollo urbano,<br />
constituyen una excesiva carga para los<br />
sistemas municipales de servicios básicos. La<br />
calidad de vida que se genera por las<br />
condiciones irregulares de crecimiento y por <strong>el</strong><br />
deterioro d<strong>el</strong> ambiente compartido, impactan<br />
la calidad de vida, <strong>el</strong> bienestar y la salud de<br />
los pobladores.<br />
La gente y las organizaciones no<br />
gubernamentales aseguraban que con las<br />
pésimas condiciones de infraestructuras<br />
existentes en <strong>el</strong> lado mexicano, y los<br />
confinamientos de desechos tóxicos y<br />
radiactivos d<strong>el</strong> lado norteamericano, más <strong>el</strong><br />
impacto que las transacciones comerciales y <strong>el</strong><br />
despunte económico que se alcanzaría en la<br />
zona, <strong>el</strong> problema se desbordaría volviéndose<br />
incontenible. Por tal motivo, los gobiernos<br />
actuaron de inmediato creando una agenda<br />
especial para la mitigación de los problemas<br />
ambientales y la creación de una nueva<br />
infraestructura: <strong>el</strong> Plan Integral Ambiental<br />
Fronterizo.<br />
El cambio de políticas económicas en <strong>México</strong>,<br />
y sus r<strong>el</strong>aciones económicas con Estados<br />
Unidos, le permitió al país dar los primeros<br />
pasos hacia <strong>el</strong> desarrollo sustentable: la<br />
liberación d<strong>el</strong> comercio. Este factor, según la<br />
Agenda 21, permitirá lograr un equilibrio entre<br />
<strong>el</strong> medio ambiente y <strong>el</strong> desarrollo mediante la<br />
vinculación de las políticas ambientales a los<br />
instrumentos económicos.<br />
LA EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA<br />
AMBIENTAL FRONTERIZA<br />
La cuestión d<strong>el</strong> ambiente ligado a los límites<br />
de los países no es algo nuevo para <strong>México</strong> y<br />
Estados Unidos. En 1889 ambos países<br />
crearon la Comisión Internacional de Límites y<br />
Aguas, “formada por una sección mexicana y<br />
una estadounidense, para resolver cuestiones<br />
de localización de la frontera en lo r<strong>el</strong>ativo a<br />
los movimientos de los ríos” (SEDUE,<br />
1992:27-40). En 1944 c<strong>el</strong>ebraron un tratado<br />
sobre la utilización de las aguas de los ríos<br />
Colorado, Tijuana y Bravo, que les permitiría<br />
“fijar y d<strong>el</strong>imitar claramente los derechos de<br />
las dos Repúblicas sobre los ríos Colorado y<br />
Tijuana y sobre <strong>el</strong> río Bravo (…) a fin de<br />
obtener su utilización más completa y<br />
satisfactoria” (Unted Status Government,<br />
1946).<br />
Pero no fue sino hasta los años sesenta<br />
cuando empezaron a crearse las condiciones<br />
de protección y control d<strong>el</strong> ambiente<br />
binacional, las cuales desembocarían en <strong>el</strong><br />
movimiento por <strong>el</strong> progreso limpio y ambiente<br />
sano que vive la frontera desde principios de<br />
los noventa.<br />
En 1961 <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong> presidente Adolfo<br />
López Mateos instituyó <strong>el</strong> Programa Nacional<br />
Fronterizo (PRONAF) para hacer frente al<br />
desempleo en la frontera. El programa<br />
enfatizó <strong>el</strong> desarrollo de la industria turística<br />
253
en detrimento de otos sectores (PRONAF,<br />
1961).<br />
En 1963, durante los gobiernos de los<br />
presidentes de <strong>México</strong> y Estados Unidos,<br />
Adolfo López Mateos y John F. Kennedy, se<br />
realizó en la ciudad de <strong>México</strong> la primera<br />
Conferencia Internacional de Sanidad<br />
Ambiental <strong>México</strong>-Estados Unidos. Durante la<br />
reunión se propuso la creación de un<br />
Programa Binacional de Saneamiento<br />
Ambiental, con <strong>el</strong> propósito de controlar los<br />
desechos sólidos urbanos y tratar las aguas<br />
residuales de las comunidades fronterizas.<br />
Como resultado final de la conferencia, los<br />
secretarios de salud de ambos países y <strong>el</strong><br />
director de la Organización Panamericana de<br />
la Salud, firmaron un Acuerdo de<br />
Entendimiento para implementar ese<br />
programa binacional (PHS/SSA/PAHO/WHO,<br />
1963).<br />
Al siguiente año, en 1964, en la frontera se<br />
escenificó un episodio trágico. Miles de<br />
trabajadores que legalmente se trasladaba a<br />
Estados Unidos para emplearse en las labores<br />
de campo, se quedaron sin trabajo y sin<br />
permiso para ingresar a ese país: debido a<br />
que <strong>el</strong> Programa Bracero, que por décadas<br />
habían negociado los gobiernos de <strong>México</strong> y<br />
los Estados Unidos, llegó a su fin.<br />
Muchos de estos trabajadores se quedaron<br />
varados en las ciudades fronterizas,<br />
principalmente en Ciudad Juárez. Por otro<br />
lado, inmigrantes d<strong>el</strong> sur de <strong>México</strong> en busca<br />
de nuevas oportunidades de trabajo en le país<br />
vecino, engrosaron las filas de los<br />
desempleados. En respuesta a la crisis que se<br />
vivía en esa región d<strong>el</strong> norte, en 1965 se creó<br />
<strong>el</strong> Programa de Industrialización Fronteriza, <strong>el</strong><br />
cual permitió <strong>el</strong> desarrollo industrial en la<br />
frontera mediante la inversión extranjera<br />
(Ortega y Garza, 1991:35-40).<br />
El 7 de junio de 1965, en la XXIII Reunión<br />
Anual de la Asociación Fronteriza Mexicano-<br />
Estadounidense de Salud, c<strong>el</strong>ebrada en Los<br />
Ang<strong>el</strong>es, California, las autoridades de salud<br />
de <strong>México</strong> y Estados Unidos reafirmaron <strong>el</strong><br />
compromiso adquirido en 1963 sobre <strong>el</strong> Plan<br />
Binacional de Saneamiento Ambiental, y<br />
resolvieron continuar con <strong>el</strong> “intercambio de<br />
conocimientos y experiencias” en ese rubro de<br />
saneamiento ambiental (AFMES, 1965).<br />
254<br />
En 1966 se asentaron en Ciudad Juárez las<br />
primeras plantas de la industria maquiladora<br />
de exportación. Con esto se dio inicio a un<br />
programa de industrialización que a veintiocho<br />
años de haberse iniciado continúa<br />
progresando.<br />
En noviembre de ese mismo año, se llevó a<br />
efectos en la Ciudad de <strong>México</strong>, <strong>el</strong> Seminario<br />
sobre <strong>el</strong> Saneamiento Ambiental en la<br />
Planeación Urbana que organizó la Asociación<br />
Fronteriza Mexicano-Estadounidense de Salud,<br />
con <strong>el</strong> apoyo d<strong>el</strong> gobierno federal de <strong>México</strong> y<br />
los Estados Unidos. El propósito fundamental<br />
fue <strong>el</strong> de “incorporar <strong>el</strong> concepto de<br />
‘saneamiento ambiental’ dentro de la<br />
planeación urbana”. D<strong>el</strong> lado mexicano<br />
participaron la Secretaría de Salubridad y<br />
Asistencia, la Secretaría de Recursos<br />
Hidráulicos, <strong>el</strong> Instituto Nacional de la<br />
Vivienda, la Secretaría de la Presidencia, la<br />
Secretaría de Obras Públicas, <strong>el</strong> Instituto<br />
Mexicano d<strong>el</strong> Seguro Social, la Secretaría d<strong>el</strong><br />
Patrimonio Nacional, universidades y<br />
organismos no gubernamentales<br />
(AFMES/SSA/PHS/OPS, 1966).<br />
En diciembre, los presidentes de <strong>México</strong> y<br />
Estados Unidos, Gustavo Díaz Ordaz y Lyndon<br />
B. Jonson, tomaron la decisión de formalizar<br />
la comisión para <strong>el</strong> Desarrollo Fronterizo y la<br />
Amistad (CODEF). El nuevo enfoque para<br />
apoyar a la frontera tenía como objetivo<br />
“estudiar las formas y los medios de mejorar<br />
las r<strong>el</strong>aciones entre las comunidades<br />
fronterizas, y <strong>el</strong>evar <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> económico, social<br />
y cultural de los habitantes de toda <strong>el</strong> área<br />
fronteriza” (The White House, 1968).<br />
Los comisionados fueron José Vivanco,<br />
director d<strong>el</strong> Programa Nacional Fronterizo, y<br />
Raymond T<strong>el</strong>les, exalcalde de El Paso, Texas,<br />
y embajador de Estados Unidos en Costa Rica.<br />
La Comisión estuvo dividida en cuatro áreas:<br />
1) desastres, 2) desarrollo económico, social y<br />
cultural, 3) planeación d<strong>el</strong> desarrollo a largo<br />
plazo, y 4) proyectos unilaterales de Estados<br />
Unidos para mejora la frontera d<strong>el</strong> lado de los<br />
Estados Unidos (US-Mexico Comisión…,<br />
1968ª).<br />
En octubre de 1967 la Comisión se reunió por<br />
primera vez en la ciudad de <strong>México</strong>. Se<br />
establecieron catorce grupos de trabajo, para
“explorar y encontrar soluciones a los<br />
problemas básicos binacionales”. Algunos de<br />
esos grupos fueron los siguientes:<br />
Entrenamiento técnico y vocacional.<br />
Centros culturales.<br />
Programas conjuntos de salud.<br />
Parques nacionales paral<strong>el</strong>os.<br />
Conferencia conjunta de planificadores<br />
urbanos.<br />
Desarrollo económico fronterizo.<br />
Turismo<br />
Transportación.<br />
Emb<strong>el</strong>lecimiento.<br />
La siguiente reunión fue en mayo de 1968 en<br />
la ciudad de Washington, D.C., para revisar <strong>el</strong><br />
progreso alcanzado, por ejemplo, uno de los<br />
logros más importantes fue <strong>el</strong> establecimiento<br />
de un mecanismo de respuesta de emergencia<br />
en caso de desastres naturales entre los<br />
límites de ambos países, además de<br />
numerosos seminarios y talleres en toda la<br />
frontera.<br />
A través d<strong>el</strong> Grupo de Trabajo de Salud de la<br />
Comisión, se iniciaron algunos proyectos de<br />
saneamiento básico: se mejoró la calidad<br />
bacteriológica d<strong>el</strong> agua que abastecía a la<br />
ciudad de Agua Prieta, Sonora. En Nogales,<br />
Sonora, se construyó un r<strong>el</strong>leno sanitario para<br />
usarse en forma compartida con Nogales,<br />
Arizona. A la ciudad de El Paso, Texas, se le<br />
financió un proyecto para <strong>el</strong> establecimiento<br />
de un Programa para <strong>el</strong> Control de la Calidad<br />
d<strong>el</strong> aire (ibid., 1968b).<br />
En <strong>el</strong> periodo 1968-1969, la sección<br />
estadounidense de la comisión estableció de<br />
manera unilateral tres oficinas regionales: en<br />
Laredo, El paso, y San Diego. Por falta de<br />
presupuesto la comisión se desintegró a fines<br />
de 1969. la principal cause que motivó la<br />
desaparición fue la falta de una agenda que<br />
respondiera a las necesidades reales de las<br />
localidades (Smith, 1976).<br />
En la XXVI Reunió Anual de la Asociación<br />
fronteriza Mexicano-Estadounidense de Salud,<br />
verificada en 1968 en la ciudad de Tampico,<br />
Tamaulipas, <strong>el</strong> doctor Paul Q. Peterson,<br />
asistente d<strong>el</strong> cirujano general de Estados<br />
Unidos, mencionó que los problemas de<br />
saneamiento básico estaban entre los de<br />
mayor importancia para la salud pública de los<br />
habitantes de la frontera. Se trataba de los<br />
siguientes:<br />
1. Abastecimiento y calidad d<strong>el</strong> agua.<br />
2. sistema de drenaje insuficiente.<br />
3. Asentamientos humanos carentes de<br />
servicios.<br />
4. Manejo inadecuado de los desechos<br />
sólidos.<br />
5. Deficiente calidad d<strong>el</strong> aire por las<br />
emanaciones de las fundiciones y <strong>el</strong><br />
desarrollo industrial incontrolado.<br />
Además, recalcó que para hacerle frente a<br />
estos problemas se requería de 1) recursos<br />
financieros, 2) desarrollar un programa<br />
integral de saneamiento ambiental, y 3)<br />
concienciar a la comunidad sobre los<br />
problemas y fomentar la preocupación por <strong>el</strong><br />
cuidado d<strong>el</strong> ambiente (Peterson, 1968).<br />
Desafortunadamente, la falta de organización<br />
que llevó a fin a la Comisión para <strong>el</strong> Desarrollo<br />
Fronterizo y la Amistad, repercutió en le<br />
ánimo de quienes tenían <strong>el</strong> entusiasmo para<br />
embarcarse en una empresa de esta índole.<br />
Algunos de los factores que de alguna manera<br />
influyeron en la falta de perspectiva para<br />
estructurar una agenda binacional de trabajo,<br />
fueron la visualización de la frontera en<br />
función de unidades sociopolíticas o ciudades<br />
en vez de un enfoque más globalizador; la<br />
falta de un diagnóstico regional que permitiera<br />
la planeación de un programa ejecutivo<br />
equilibrado; <strong>el</strong> que las negociaciones fueran a<br />
niv<strong>el</strong> federal con escasa o nula participación<br />
de los gobiernos locales; e insuficiente<br />
información al público en general. Otro de<br />
esos factores es que a fines de la década de<br />
los sesenta, los asuntos r<strong>el</strong>acionados con <strong>el</strong><br />
medio ambiente apenas comenzaban a<br />
sistematizarse. Estados Unidos, líder mundial<br />
en la materia, promulgó su Acta Nacional de<br />
Protección Ambiental (NEPA) en 1970. en ese<br />
entonces, <strong>el</strong> público apenas empezaba a<br />
involucrarse en la protección ambiental<br />
(Landy, et al., 1990:15-17).<br />
En 1971 se promulgó en <strong>México</strong> la Ley Federal<br />
para Prevenir y Controlar la contaminación<br />
Ambiental. En 1972 las Naciones Unidas<br />
organizaron en Estocolmo, Suecia, la Primera<br />
Conferencia de las Naciones Unidas sobre <strong>el</strong><br />
medio Humano. Su interés fundamental fue la<br />
caracterización “d<strong>el</strong> medio que afecta las<br />
255
condiciones de la vida humana” (Ward y<br />
Dubos, 1974). Esta conferencia creó <strong>el</strong> marco<br />
inicial para <strong>el</strong> análisis de los problemas<br />
ambientales a niv<strong>el</strong> global o regional.<br />
En ese mismo año, en una reunión entre <strong>el</strong><br />
presidente de <strong>México</strong>, Luis Echeverría, y <strong>el</strong> de<br />
Estados Unidos, Richard M. Nixon, se hizo<br />
hincapié en la seriedad d<strong>el</strong> problema de la<br />
salinidad d<strong>el</strong> río colorado, y se recomendó a la<br />
Comisión Internacional de Límites y Aguas<br />
tomar las medidas necesarias (Busch, 1978).<br />
También, <strong>el</strong> asunto de la distribución<br />
equitativa d<strong>el</strong> agua en una zona árida y<br />
necesitada d<strong>el</strong> recurso planteaba serios<br />
problemas. Entre <strong>el</strong>los, se señalaba que los<br />
tratados internacionales de aguas entre estos<br />
países (de 1906 y 1944), no hacían referencia<br />
a la calidad d<strong>el</strong> agua a distribuir (Sepúlveda,<br />
1973).<br />
En términos generales, los problemas<br />
ambientales que se visualizaban en la frontera<br />
para 1973 era 1) los de saneamiento básico:<br />
agua potable, aguas residuales y basura; y 2)<br />
los de calidad ambiental, que comprendía:<br />
calidad d<strong>el</strong> agua de los ríos y contaminación<br />
atmosférica. La industria maquiladora era<br />
considerada como una industria limpia o<br />
industria sin chimeneas. Como trabajaba<br />
ensamblando componentes prefabricados, se<br />
pensaba que era inocua para <strong>el</strong> ambiente<br />
(Enríquez, 1973).<br />
Juergensmeyer y Blizzard (1973:72)<br />
publicaron un análisis de la ley ambiental<br />
mexicana, destacando que “a pesar de lo<br />
enérgico de la ley, la protección ambiental de<br />
<strong>México</strong> estaba subordinada a las<br />
inconsistentes políticas de desarrollo<br />
económico”.<br />
En la XXXIV Reunión Anual de la Asociación<br />
Fronteriza Mexicano-Estadounidense de Salud,<br />
efectuada en Hermosillo, Sonora, en 1976, se<br />
propuso la creación de un Programa de<br />
Mejoramiento Ambiental <strong>México</strong>-Estados<br />
Unidos (AFMES,1976). Dos años después esta<br />
propuesta se materializaría en un<br />
Memorándum de Entendimiento.<br />
Entre 1973 y 1978 la Subsecretaría de<br />
Mejoramiento d<strong>el</strong> Ambiente (SMA) de la<br />
Secretaría de Salubridad y Asistencia, y la<br />
Agencia de Protección Ambiental (EPA)<br />
256<br />
tuvieron intercambio de información,<br />
entrenamiento de personal técnico y<br />
reuniones de cooperación. En 1978 se firmó <strong>el</strong><br />
Memorándum de Entendimiento entre la<br />
Subsecretaría de Mejoramiento d<strong>el</strong> Ambiente<br />
de <strong>México</strong> y la Agencia de Protección<br />
Ambiental de los Estados Unidos sobre<br />
Cooperación para la Protección y<br />
Mejoramiento d<strong>el</strong> Medio Ambiente en la Zona<br />
Fronteriza. El objetivo primario era <strong>el</strong> de<br />
iniciar esfuerzos conjuntos para resolver los<br />
problemas ambientales compartidos y<br />
proteger las áreas fronterizas (EPA, 1978).<br />
En 1979 los presidentes José López Portillo,<br />
de <strong>México</strong>, y James Carter, de Estados Unidos,<br />
ratificaron <strong>el</strong> Memorándum de entendimiento,<br />
y se estableció un Grupo de Trabajo para<br />
Asuntos Ambientales Fronterizos. Durante los<br />
setenta, los movimientos ambientalistas den<br />
la frontera eran más débiles que los grupos de<br />
interés que representaban a la industria<br />
química y a la industria minera quienes, a fin<br />
de cuentas, influían más en la formulación de<br />
políticas ambientales (Bath, 1985).<br />
En una recopilación bibliográfica de la<br />
Organización Panamericana de la Salud sobre<br />
<strong>el</strong> tema de salud y ambiente en la frontera<br />
mexicano-estadounidense en la década 1970-<br />
1980, se registraron 148 trabajos. Lo que es<br />
realmente interesante es que ninguno de <strong>el</strong>los<br />
vincula los aspectos de salud y ambiente con<br />
la industria maquiladora; tampoco se<br />
menciona <strong>el</strong> tema de los residuos p<strong>el</strong>igrosos<br />
en ninguno de los trabajos (Garza, 1993).<br />
A principios de la década de los ochenta,<br />
aparece en <strong>el</strong> escenario binacional un grupo<br />
denominado Conferencia de gobernadores<br />
Froterizos. El propósito de que se reunieran<br />
los gobernadores de los diez estados<br />
fronterizos, fue fortalecer los lazos de<br />
comunicación y cooperación norte-sur y estooeste.<br />
Los aspectos ambientales fueron<br />
incorporados en su programa de<br />
negociaciones.<br />
En 1983 <strong>el</strong> presidente de <strong>México</strong>, Migu<strong>el</strong> de la<br />
Madrid, y <strong>el</strong> de Estados unidos, Ronald<br />
Reagan, establecen en La Paz, Baja California,<br />
un Convenio entre los Estados Unidos<br />
Mexicanos y los Estados Unidos de América<br />
sobre cooperación para la Protección y<br />
Mejoramiento d<strong>el</strong> Medio Ambiente en la Zona
Fronteriza, mejor conocido con <strong>el</strong> Tratado de<br />
La Paz. El objetivo es <strong>el</strong> de preservar un<br />
“medio ambiente sano para <strong>el</strong> bienestar<br />
económico y social, a largo plazo, de las<br />
generaciones presentes y futuras de cada<br />
país, así como de la comunidad internacional”<br />
(EUM/EUA, 1983). En los siguientes años se<br />
agregaron al convenio anexos sobre puntos<br />
específicos:<br />
Anexo I. (1985): Se refiere a los problemas<br />
de saneamiento entre <strong>el</strong> condado de San<br />
Diego, California, y <strong>el</strong> municipio de Tijuana,<br />
Baja California.<br />
Anexo II. (1985): Establece un marco de<br />
trabajo para una respuesta conjunta a los<br />
derrames accidentales de substancias<br />
p<strong>el</strong>igrosas sobre la franja fronteriza.<br />
Anexo III. (1986): Trata de los movimientos<br />
transfronterizos de las substancias tóxicas y<br />
los desechos p<strong>el</strong>igrosos.<br />
Anexo IV. (1987): Enfoca <strong>el</strong> problema de la<br />
calidad d<strong>el</strong> aire, afectado por las emanaciones<br />
de las fundidoras que se encuentran en <strong>el</strong><br />
“Triángulo d<strong>el</strong> Cobre” en la región<br />
Arizona/Sonora.<br />
Anexo V. (1989): Se refiere al abatimiento de<br />
la contaminación atmosférica en las ciudades<br />
hermanas, empezando con Ciudad Juárez/El<br />
Paso (LGEEPA, 1991).<br />
No obstante los avances hechos por <strong>México</strong> en<br />
materia de legislación ambiental y los<br />
acuerdos internacionales establecidos con<br />
Estados Unidos para la protección d<strong>el</strong><br />
ambiente compartido a lo largo de la franja<br />
fronteriza, en los niv<strong>el</strong>es de gobierno en<br />
<strong>México</strong> existía una actitud de tolerancia hacia<br />
la contaminación. En la Primera Conferencia<br />
Nacional sobre Medio Ambiente, realizada en<br />
<strong>México</strong> a fines de los ochenta, un oficial d<strong>el</strong><br />
gobierno expresó: “vamos a estar<br />
preocupados por los asuntos de medio<br />
ambiente, pero aún así queremos ver salir<br />
humo de las chimeneas de las plantas<br />
industriales”. Por esa misma época, <strong>el</strong><br />
representante de <strong>México</strong> ante <strong>el</strong> Comité<br />
Económico y financiero de las Naciones<br />
Unidas, proclamó que “los países en desarrollo<br />
no simpatizaban con los planes de<br />
restricciones d<strong>el</strong> desarrollo en interés de<br />
proteger al ambiente” (Butrico, 1990).<br />
Poco después, y en clara contraposición a lo<br />
manifestado por algunos funcionarios<br />
públicos, <strong>el</strong> presidente Carlos Salinas de<br />
Gortari hizo declaraciones <strong>el</strong> 5 de junio de<br />
1990, en <strong>el</strong> Día Mundial d<strong>el</strong> Medio Ambiente,<br />
sobre la posición de su administración a favor<br />
d<strong>el</strong> principio de que un medio ambiente sano<br />
es esencial para <strong>el</strong> futuro común de la<br />
humanidad, y que es necesario actuar para<br />
preservar la “calidad de vida que nuestros<br />
hijos heredarán” (Norte, 1990).<br />
En junio de 1990, debido a la existencia de<br />
una política de salud mexicana y otra<br />
estadounidense, las autoridades de salud de<br />
estos países acordaron dar los pasos<br />
necesarios para identificar las prioridades de<br />
salud que compartían sobre la frontera en<br />
común, y emprender programas de<br />
cooperación para atacar en forma conjunta y<br />
coordinada los problemas binacionales<br />
(AFMES, 1990). A este acuerdo se le llamó<br />
Proyecto Consenso. Su objetivo era obtener<br />
por consenso y con la participación d<strong>el</strong> sector<br />
salud, una aproximación a los problemas<br />
sanitarios de la comunidad fronteriza. El<br />
proyecto consistió en dos series de encuestas<br />
y cinco reuniones regionales durante 1990-<br />
1991; y en abril de 1991 se obtuvieron los<br />
resultados. La salud ambiental fue una de las<br />
prioridades que se reconoció como problema a<br />
lo largo de toda frontera (AFMES, 1991).<br />
En <strong>el</strong> mes de noviembre de ese año, los<br />
presidentes de <strong>México</strong> y Estados Unidos,<br />
Carlos Salinas de Gortari y George Bush,<br />
tuvieron un histórico encuentro en la ciudad<br />
de Monterrey. El tema que trataron fue la<br />
creación de un mercado libre en <strong>el</strong> hemisferio<br />
norte de América. Los asuntos ambientales<br />
bilaterales fueron parte de las conversaciones;<br />
y de aquí surgió un mandato para que la<br />
Agencia de Protección Ambiental (EPA), de<br />
Estados Unidos, y la Secretaría de Desarrollo<br />
Urbano y Ecología (SEDUE), de <strong>México</strong>, se<br />
pusieran a trabajar sobre una agenda<br />
ambiental bilateral. Con la posibilidad de crear<br />
un libre comercio entre ambas naciones, <strong>el</strong><br />
despertar de una conciencia ambiental entre<br />
los habitantes de las comunidades fronterizas<br />
y una serie de antecedentes que analizar, <strong>el</strong><br />
reto para las agencias ambientales no fue<br />
sencillo. Sobre todo porque los asuntos<br />
ambientales, aunque no formaban parte de las<br />
negociaciones d<strong>el</strong> Tratado de Libre Comercio,<br />
eran <strong>el</strong> punto más ríspido a tratar debido a la<br />
insistencia d<strong>el</strong> público en saber lo que estaba<br />
257
sucediendo y en exigir su participación, y a<br />
que podría echar a perder <strong>el</strong> esfuerzo de los<br />
dos gobiernos de lograr un buen acuerdo<br />
comercial.<br />
Entre 1990-1991, la EPA y la SEDUE<br />
prepararon varios borradores de lo que se<br />
llamó Plan Integral Ambiental Fronterizo<br />
(PIAF). En agosto de 1991 <strong>el</strong> documento fue<br />
distribuido al público en general por ambas<br />
agencias, en español e inglés. Por varias<br />
semanas estuvieron recibiendo sugerencias y<br />
comentarios, y emprendieron audiencias<br />
públicas en las principales ciudades<br />
fronterizas. Se trató de audiencias<br />
binacionales; esto es, las primeras audiencias<br />
públicas en <strong>México</strong>. Se determinó que <strong>el</strong> plan<br />
funcionaría en una primera fase, de 1992 a<br />
1994, <strong>el</strong> cual serviría para reorientar <strong>el</strong> diseño<br />
de una segunda fase. Se dispuso de un fondo<br />
aproximadamente de 460 millones de dólares<br />
para la realización d<strong>el</strong> PIAF en su primera<br />
fase. En febrero de 1992 dio inicio <strong>el</strong> plan<br />
(Salinas de Gortari y Bush, 1992).<br />
Sin embarbo, las comunidades locales, esto<br />
es, condados y municipios, tenían que<br />
preparar sus propios proyectos para cumplir<br />
con las responsabilidades contraídas en <strong>el</strong><br />
plan por los niv<strong>el</strong>es federales. Para <strong>el</strong> lado<br />
estadounidense, donde los condados tienen<br />
una autonomía y autosuficiencia respecto a<br />
los niv<strong>el</strong>es federales y estatales, esto no<br />
representó ningún problema. Pero para los<br />
municipios mexicanos, donde <strong>el</strong> Estado o la<br />
federación les plantean la forma de resolver<br />
sus problemas o se los resu<strong>el</strong>ve, esto fue algo<br />
nuevo. El tiempo comenzó a transcurrir y los<br />
municipios ejecutaron un mínimo d<strong>el</strong> plan.<br />
Debido a las fuertes presiones d<strong>el</strong> público en<br />
general, de organismos no gubernamentales y<br />
centros de educación superior, en cuanto a<br />
que <strong>el</strong> plano no estaba marchando como<br />
debiera, y ante la exigencia legal de que se<br />
practicara una evaluación d<strong>el</strong> impacto<br />
ambiental d<strong>el</strong> TLC, los gobiernos de <strong>México</strong> y<br />
Estados Unidos añadieron, en agosto de 1993,<br />
llegaron a los llamados Acuerdos Paral<strong>el</strong>os al<br />
tratado. En <strong>el</strong>los se propuso la creación de dos<br />
mecanismos que forzarían las actividades de<br />
protección ambiental entre ambos países.<br />
Básicamente se daban los pasos necesarios<br />
para <strong>el</strong> establecimiento de una barrera<br />
ecológico-sanitaria.<br />
258<br />
En noviembre de 1993 <strong>el</strong> Tratado de Libre<br />
Comercio fue aprobado por la Cámara de<br />
Representantes y la Cámara de Senadores de<br />
Estado Unidos y <strong>México</strong>; con <strong>el</strong>lo se<br />
reafirmaron los compromisos contraídos en<br />
materia de medio ambiente. A fines de 1993<br />
se decretó en ambos países la creación d<strong>el</strong><br />
Banco de Desarrollo de América d<strong>el</strong> Norte y la<br />
Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza;<br />
y en 1994 se dieron los pasos necesarios para<br />
estructurar dichas entidades. El banco<br />
aseguraría <strong>el</strong> financiamiento d<strong>el</strong> desarrollo<br />
regional y la comisión asesoraría a las<br />
comunidades en <strong>el</strong> diseño de sus proyectos,<br />
los revisaría y, los aprobados, los enviaría al<br />
banco para su financiamiento.
CONDICIÓN DEL AMBIENTE FRONTERIZO<br />
Los problemas ambientales que han llamado<br />
la atención en la frontera, son aqu<strong>el</strong>los que se<br />
refieren al deterioro de la calidad ambiental de<br />
los sistemas urbanos, la contaminación de<br />
cuencas atmosféricas e hidrológicas, y <strong>el</strong><br />
agotamiento de los recursos naturales.<br />
Describiendo los medios, las fuentes y los<br />
residuos, se establece <strong>el</strong> siguiente panorama<br />
general:<br />
Agua<br />
Abastecimiento y calidad<br />
El abastecimiento de agua potable en las<br />
principales comunidades fronterizas proviene<br />
en gran medida de los ríos Bravo y Colorado.<br />
Las fuentes de agua subterránea son escasas.<br />
En <strong>el</strong> caso particular de la comunidad<br />
binacional El Paso/Ciudad Juárez, <strong>el</strong><br />
suministro de agua potable es de dos tipos:<br />
d<strong>el</strong> aluvión d<strong>el</strong> río Bravo y de los acuíferos de<br />
Mesilla y <strong>el</strong> Bolsón d<strong>el</strong> Hueco (Internacional<br />
Boundary…, 1992).<br />
D<strong>el</strong> lado mexicano de la frontera,<br />
aproximadamente 85 por ciento de las<br />
viviendas tienen agua entubada, pero en<br />
algunas regiones d<strong>el</strong> agua rodad y<br />
almacenada es de dudosa calidad.<br />
Aguas residuales:<br />
Se calcula que en promedio, 57% de las<br />
viviendas fronterizas tiene servicios de<br />
drenaje. Es patente la falta de infraestructura<br />
para <strong>el</strong> tratamiento de las aguas residuales<br />
urbanas e industriales. Además, esas aguas<br />
son vertidas hasta los grandes ríos,<br />
contaminándolos así con materia fecal y<br />
substancias tóxicas. Aunado a lo anterior, las<br />
sustancias excretas generadas por 43% de las<br />
viviendas que no tienen drenaje significan un<br />
alto riesgo para la salud y son motivo de<br />
constantes problemas internacionales porque<br />
contaminan los mantos acuíferos y las aguas<br />
superficiales. Tal es la situación con las<br />
ciudades de Tijuana, Nogales, Nuevo Laredo y<br />
Matamoros.<br />
Calidad d<strong>el</strong> aire<br />
La contaminación d<strong>el</strong> aire es un problema que<br />
afecta sólo a algunas ciudades fronterizas,<br />
principalmente las más pobladas e<br />
industrializadas, las cuales presentan en cada<br />
país un paso vehicular diario que no cesa ni<br />
de día ni de noche.<br />
Las fuentes estacionarias de contaminación<br />
más importantes son las ladrilleras, refinerías<br />
de petróleo, cementeras, fundidoras de<br />
metales y minerales, centrales de energía y<br />
otras.<br />
Las fuentes móviles de contaminación en las<br />
ciudades fronterizas con más tráfico vehicular<br />
son los vehículos automotores. Uno de los<br />
principales motivos es que en la frontera<br />
mexicana es más barato conseguir automóvil<br />
que en <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> país, por lo que la mayoría<br />
de los residentes tienen oportunidad de<br />
adquirirlo. Muchos de estos vehículos tienen<br />
más de diez años de antigüedad, sus<br />
condiciones para circular no son buenas y<br />
emiten grandes concentraciones de monóxido<br />
de carbono.<br />
En <strong>el</strong> caso de Ciudad-Juárez-El Paso, <strong>el</strong><br />
problema se agudiza por las largas filas que<br />
se forman en los puentes internacionales. Se<br />
considera que aproximadamente 43 mil<br />
vehículos pasan diariamente con un tipo de<br />
espera de 45 a 80 minutos. Un problema de<br />
estas ciudades es también <strong>el</strong> fenómeno de la<br />
inversión térmica, que invariablemente se<br />
hace presente durante la temporada invernal.<br />
El Paso excede todos los estándares de<br />
emisión sobre <strong>el</strong> total de partículas<br />
suspendidas (TSP), de monóxido de carbono y<br />
ozono, señalados por la Agencia de Protección<br />
al Ambiente de los Estados Unidos; y por tal<br />
razón, la EPA ha interpuesto un proceso legal<br />
259
en contra de la ciudad de El Paso (Eroles,<br />
1994). Dadas las características d<strong>el</strong> desierto y<br />
los fuertes vientos en la mayor parte de la<br />
frontera, las zonas marginadas de las<br />
ciudades mexicanas y las colonias asentadas<br />
cerca de las ciudades estadounidenses,<br />
adolecen de enfermedades<br />
broncorespiratorias, parásitos y alergias. Esto<br />
se debe en gran medida a las ton<strong>el</strong>adas de<br />
polvo que se levantan y contaminan con<br />
residuos biológicos, además d<strong>el</strong> polvo de las<br />
viviendas que no cuentan con caminos<br />
pavimentados.<br />
Actualmente, hay programas de muestreo de<br />
aire en Tijuana-San Diego, Ciudad Juárez-El<br />
Paso y en Matamoros-Brownsville, para medir<br />
<strong>el</strong> monóxido de carbono, ozono y de metales<br />
en <strong>el</strong> caso de Ciudad Juárez-El Paso.<br />
Desechos sólidos<br />
De acuerdo al Plan Integral ambiental<br />
Fronterizo, d<strong>el</strong> lado mexicano se genera una<br />
tasa per capita de 0.654 kg/día. Esto arroja<br />
un total de 2 493.6 TM/día. Y d<strong>el</strong> lado<br />
norteamericano una tasa per cápita de 2.2<br />
kg/día, lo que da un total de 12 699.9 TM/día.<br />
De tal modo, que a diario se genera una cifra<br />
aproximada de 15 193.5 TM. La diferencia en<br />
<strong>el</strong> ton<strong>el</strong>aje se establece por las envolturas y<br />
cubiertas que normalmente presentan los<br />
productos norteamericanos. Además, estos<br />
promedios varían con la estación, aumentando<br />
en forma considerable durante <strong>el</strong> verano<br />
debido al consumo de frutas y líquidos<br />
envasados.<br />
La disposición de desechos sólidos representa<br />
un problema para las ciudades fronterizas. D<strong>el</strong><br />
lado mexicano los servicios de limpieza, que<br />
son municipales, no cuentan con <strong>el</strong> suficiente<br />
personal y equipo, y su manejo es<br />
inadecuado. Comúnmente la basura es<br />
depositada en tiraderos a ci<strong>el</strong>o abierto.<br />
En <strong>el</strong> caso de Nuevo Laredo, uno de los<br />
tiraderos se encuentra en <strong>el</strong> lecho d<strong>el</strong> arroyo<br />
Las Alazanas. La mayor parte d<strong>el</strong> año <strong>el</strong><br />
arroyo está seco, pero cuando comienza la<br />
temporada de lluvias la basura es arrastrada<br />
por las avenidas de agua al río Bravo.<br />
Las zonas marginadas de las ciudades<br />
fronterizas no cuentan con servicio de<br />
260<br />
limpieza municipal, por lo que sus desechos se<br />
ponen en los patios traseros en sus casas o en<br />
terrenos baldíos. Lo mismo sucede en las<br />
“colonias” d<strong>el</strong> lado estadounidense.<br />
Aunque los desechos industriales deben de ser<br />
dispuestos de una manera apropiada, de<br />
acuerdo a sus cantidades y por las<br />
características de sus contenidos, muchos son<br />
llevados a los tiraderos municipales por <strong>el</strong><br />
propio servicio de limpia, o clandestinamente<br />
por los mismos generadores d<strong>el</strong> desecho.<br />
Industria maquiladora<br />
La industria maquiladora o de manufactura<br />
surgió como resultado d<strong>el</strong> Plan de<br />
Industrialización Fronteriza, decretado en<br />
<strong>México</strong> en 1965, y a la Regulación 9801<br />
(antes 807) de la Aduana de EU. Bajo <strong>el</strong><br />
auspicio de estas dos leyes, <strong>México</strong> permite la<br />
importación libre de impuestos, de materia<br />
prima y componentes de EU y otros países.<br />
De la misma forma, EU permite que los<br />
productos terminados sean exportados a su<br />
país, libres de impuestos, pagando<br />
únicamente un impuesto al valor agregado en<br />
los productos terminados.<br />
Como parte integral d<strong>el</strong> desarrollo de la<br />
frontera norte de <strong>México</strong>, <strong>el</strong> crecimiento de la<br />
industria maquiladora ha ido en aumento<br />
(como se indica en <strong>el</strong> cuadro 2). La industria<br />
maquiladora es uno de los sectores más<br />
dinámicos de la economía mexicana. De la<br />
misma forma en que ha representado una<br />
alternativa de vida para miles de familias,<br />
también ha sido un recurso de solución para<br />
muchas empresas. Ha impactado y<br />
configurado la frontera actual. Además d<strong>el</strong><br />
sector económico de <strong>México</strong>, la industria<br />
maquiladora ha merecido la atención de los<br />
sectores ambiental y de salud.
Debido a que muchas de estas plantas<br />
trabajan con sustancias tóxicas (Cuadro 3), se<br />
han convertido en una importante fuente de<br />
residuos p<strong>el</strong>igrosos. La ley ambiental<br />
mexicana establece que los residuos<br />
p<strong>el</strong>igrosos generados por la industria<br />
maquiladora deben de regresarse al país de<br />
origen, o bien, nacionalizarse mediante <strong>el</strong><br />
pago de derechos y confinarse en <strong>el</strong> país. Sin<br />
embargo, la falta de infraestructura para<br />
manejar los desechos y para <strong>el</strong> transporte de<br />
los residuos p<strong>el</strong>igrosos, constituyen una grave<br />
preocupación de salud (Garza, 1994).<br />
Niv<strong>el</strong> de vida<br />
El niv<strong>el</strong> de vida en la frontera mexicana<br />
presenta en algunos casos índices de pobreza<br />
muy marcados (Cuadro 4). Generalmente,<br />
este tipo de condiciones están presentes en<br />
las zonas marginadas de las ciudades. Por lo<br />
común, esas zonas son colonizadas por<br />
grupos de inmigrantes que se movilizan hacia<br />
<strong>el</strong> norte d<strong>el</strong> <strong>México</strong> en busca de bienestar o<br />
con la idea de pasar hacia Estados Unidos.<br />
Sustancias p<strong>el</strong>igrosas<br />
Residuos industriales<br />
El asunto de los residuos p<strong>el</strong>igrosos de origen<br />
industrial es tratado en fechas r<strong>el</strong>ativamente<br />
recientes en <strong>el</strong> contexto d<strong>el</strong> ambiente<br />
fronterizo. Se refiere al manejo transfronterizo<br />
de aqu<strong>el</strong>los residuos r<strong>el</strong>acionados con los<br />
procesos de producción de la industria<br />
maquiladora establecida en la frontera. Su<br />
importancia se establece por su manejo<br />
inapropiado, por los contaminantes que entran<br />
al ambiente y por la dinámica propia d<strong>el</strong><br />
ecosistema, que afectan al hombre. Esto da<br />
lugar a que la materia prima tóxica o <strong>el</strong><br />
excedente residual p<strong>el</strong>igroso, represente un<br />
riesgo para la comunidad.<br />
Uno de los puntos importantes en cuanto a<br />
residuos p<strong>el</strong>igrosos, es que la Secretaría de<br />
Desarrollo Social de <strong>México</strong> (SEDESOL) y EPA,<br />
han reportado en numerosas ocasiones que la<br />
disposición ilegal de residuos tóxicos es un<br />
fenómeno frecuente en la frontera. En enero<br />
de 1993, la Texas Water Comisión declaró que<br />
cargamentos ilegales de estas sustancias<br />
llevados a <strong>México</strong> son periódicamente<br />
detectados y detenidos antes de que alcancen<br />
261
su objetivo. En 1991 Allyn Davis, de la EPA en<br />
Texas, señaló que de la industria maquiladora<br />
que estaba trabajando con sustancias tóxicas,<br />
54 por ciento de las habidas en <strong>México</strong>, o sea,<br />
991 plantas de 1 837, sólo 178 industrias<br />
estaban regresando sus residuos a Estados<br />
Unidos. Sobre las 813 empresas restantes se<br />
ignoraba qué estaban haciendo con sus<br />
residuos.<br />
Otro de los riesgos implícitos en los residuos<br />
p<strong>el</strong>igrosos es <strong>el</strong> referente al uso pertinente<br />
que la población de las zonas marginales, sin<br />
servicio de agua entubada, da a los barriles<br />
que contuvieron sustancias tóxicas. Los<br />
emplean para almacenar agua, en la<br />
preparación de sus alimentos, <strong>el</strong> aseo<br />
personal y <strong>el</strong> lavado de su ropa. Aunado a<br />
esto, mantienen los recipientes expuestos al<br />
aire libre y sin cubrir. La recolección y venta<br />
de estos p<strong>el</strong>igrosos tanques de depósito en las<br />
ciudades fronterizas es producto d<strong>el</strong> control<br />
irregular de los residuos.<br />
Las maquiladoras tienen tres alternativas para<br />
tratar sus residuos: 1) exportarlos de regreso<br />
a EU, 2) confinarlos a <strong>México</strong>, o 3) tratarlos y<br />
reciclarlos en <strong>México</strong>; aunque con frecuencia<br />
se ha detectado la disposición ilegal de este<br />
material en bodegas, terrenos baldíos o en <strong>el</strong><br />
campo. Algunos de los residuos p<strong>el</strong>igrosos<br />
comunes, generados por la industria<br />
maquiladora, se enuncian a continuación en <strong>el</strong><br />
Cuadro 5.<br />
Agroquímicos<br />
La franja de tierra fronteriza tiene 1’012 145<br />
ha de tierra propicia para <strong>el</strong> cultivo, la cual<br />
produce principalmente algodón, sorgo, avena<br />
y maíz; mientras que 8’299 595 ha producen<br />
forraje para pastos nativos. Los fertilizantes y<br />
plaguicidas que se utilizan en ambos lados de<br />
la frontera son en parte los mismos. Pero<br />
262<br />
algunos de estos no se usan en un lado<br />
porque son muy caros, o en <strong>el</strong> otro porque su<br />
uso está prohibido. La detección de residuos<br />
de plaguicidas sintéticos es cada vez más<br />
común. En 1990 la Comisión Internacional de<br />
Límites y Agua detectó los insecticidas DDT,<br />
su derivado DDE y clordano, en muestras de<br />
tejido de peces provenientes de la Presa<br />
Internacional Falcón, en Laredo, Texas/Nuevo<br />
Laredo, Tamaulipas. Los plaguicidas son<br />
algunas de las sustancias tóxicas que mayor<br />
uso han tenido en la franja fronteriza, sin<br />
embargo, significan un problema ambiental<br />
sobre <strong>el</strong> cual se dispone de escasa<br />
información.<br />
Otros riesgos<br />
Pero estos no son los únicos p<strong>el</strong>igros que<br />
exponen la seguridad de las comunidades y <strong>el</strong><br />
ambiente binacional. Por ejemplo, <strong>el</strong> estado<br />
de Texas, a 17.7 km al norte de la frontera<br />
internacional, próximo al río Bravo, y 54.7 km<br />
al este de Ciudad Juárez/El Paso, s<strong>el</strong>eccionó<br />
un sitio para confinar desechos radioactivos<br />
de “bajo niv<strong>el</strong>”. Los desechos son resinas,<br />
escorias de filtros y líquidos radioactivos<br />
provenientes de plantas nucleares d<strong>el</strong> este de<br />
Texas. Los desechos deberán permanecer un<br />
mínimo de 500 años apropiadamente<br />
enterrados. El sitio se llama Fort Hancock, y<br />
se encuentra sobre <strong>el</strong> Bolsón d<strong>el</strong> Hueco y<br />
otros acuíferos que abastecen la comunidad<br />
de Ciudad Juárez/El Paso.<br />
También se han planeado una serie de<br />
confinamientos de residuos tóxicos a pocos<br />
kilómetros al norte de la línea fronteriza. Tal<br />
es <strong>el</strong> caso de Terr<strong>el</strong> County, Sierra Blanca, en<br />
Hudspeth, y Spofford Junction, en Kinney<br />
County, los tres lugares en Texas.<br />
Aunado a esto, desde 1992 la zona de Sierra<br />
Blanca es sitio de disposición final de los lodos<br />
residuales de las plantas de tratamiento de la<br />
ciudad de Nueva York. Día con día,<br />
aproximadamente 285 vagones de ferrocarril<br />
arriban a ese lugar. Los lodos son dispuestos<br />
sobre la superficie misma d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o.