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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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[xviii]<br />

X I I <strong>Testimonios</strong> <strong>para</strong> <strong>los</strong> <strong>Ministros</strong><br />

mediados de la década iniciada en 1840, habían observado que las<br />

iglesias protestantes importantes, con sus credos bien definidos, a<br />

pesar de eso se apartaron de las grandes verdades enseñadas por la<br />

Palabra de Dios. Muchos de esos adventistas habían sido eliminados<br />

de <strong>los</strong> registros de esas iglesias debido a su esperanza adventista,<br />

que estaba basada en las Escrituras. Habían visto a sus ex hermanos<br />

asumir una actitud de activa oposición a todos <strong>los</strong> que sostenían<br />

y difundían las verdades de la Biblia. Esta situación <strong>los</strong> indujo a<br />

manifestar temor por el formalismo y la organización eclesiástica.<br />

Pero al abrirse el camino <strong>para</strong> la proclamación del mensaje del tercer<br />

ángel, <strong>para</strong>lelamente surgió la necesidad de organización, y en enero<br />

de 1850 Elena G. de <strong>White</strong> recibió la revelación de que <strong>los</strong> adventistas<br />

observadores del sábado debían llevar a cabo su obra en orden,<br />

porque “todo en el cielo funciona en perfecto orden” Manuscrito N o<br />

11, de 1850.<br />

Durante la década que comienza con el año 1850, se hicieron<br />

fervientes esfuerzos <strong>para</strong> lograr algún tipo de organización. Esos<br />

esfuerzos culminaron en 1860 con la elección del nombre “Adventistas<br />

del Séptimo Día”, y en 1861 con el plan de organizar iglesias<br />

y asociaciones. Más tarde, en 1863, las asociaciones se reunieron<br />

<strong>para</strong> formar la Asociación General.<br />

Se ejerció mucho cuidado <strong>para</strong> evitar la formulación de un credo,<br />

porque pareció conveniente que la iglesia no se atara a una lista de<br />

creencias, y que por eso mismo fuera libre de seguir la dirección<br />

divina tal como se manifestaba por medio del estudio de la Palabra<br />

de Dios y las revelaciones del espíritu de profecía. Un excelente<br />

mensaje, que repasa las providencias de Dios al poner orden en la<br />

iglesia, aparece desde la página 24 hasta la 32 de este libro.<br />

Cuando se organizó la Asociación General en 1863, se eligió una<br />

junta constituida por tres personas. En ese tiempo la organización estaba<br />

formada por unas cuantas asociaciones y una imprenta ubicada<br />

en Battle Creek, Míchigan. En lo que concierne a la evangelización,<br />

<strong>los</strong> pastores adventistas comenzaron a tener un éxito creciente. Su<br />

obra consistía principalmente en predicar las doctrinas distintivas<br />

del mensaje evangélico, incluso el sábado, el estado de <strong>los</strong> muertos,<br />

la segunda venida de Cristo y el santuario. Muchos de el<strong>los</strong> entraron<br />

en discusiones y debates acerca de la ley de Dios y otras verdades<br />

bíblicas vitales. Sin darse cuenta, algunos de <strong>los</strong> que se enfrascaron

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