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PaleoWeb, Boletín Paleontológico. Año 3. Numero 10. Página 12 de 43. www.grupopaleo.com.ar/paleoboletin
Primero deshidrataron los huesos lentamente,
luego les aplicaron acetato de polivinilo para
endurecerlos; una vez firme comenzó la
restauración con un equipo de cinco personas:
cuatro biólogos especializados en morfología y
un médico veterinario zootecnista. La
restauración duró 23 meses.
Tareas de campo y recuperación de restos de
Gonfoterio.
La dirección de Paleontología del INAH central
en México concedió el permiso para hacer un
molde, una réplica del esqueleto, armarla y
exhibirla de manera permanente en el Museo de
Paleontología de Guadalajara.
La presentación del gonfoterio en sociedad la
hicizo Diana Solórzano, directora del Museo;
Federico Solórzano, fundador del Museo, Andrés
Bustamante “El Güiri Güiri”, José Manuel Jurado
Parres, presidente del patronato del Museo,
Santiago Baeza, director de Cultura del municipio
tapatío y el representante de Telmex.
Esqueleto montado de Gonfoterio.
Los curadores del museo siguen estudiando el
esqueleto, ahora preparan guiones científicos a
partir del hallazgo, para exposiciones temporales
y catalogan el material que es parte ya del
acervo.
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Andrés Bustamante adelantó que prepara un
documental sobre el proceso de trabajo con el
gonfoterio, desde su descubrimiento hasta la
exhibición, y que si resulta afortunado será
exhibido por Discovery Channel. Además está
por terminar una cápsula informativa para los
niños que acudan al Museo, donde el doctor
Chunga animado les explicará los pormenores
del hallazgo.
Aspecto del esqueleto de Gonfoterio.
Gomphotherium fue un grupo de elefantes
exitosos, con un desarrollo de tamaño similar,
dispersándose por todo el mundo durante el
Mioceno y el Plioceno, hace entre 23 y 2 millones
de años. Habitaron matorrales, praderas y
bosques. Los colmillos que tenían en su maxilar
probablemente hayan sido para luchar y para
exhibirse y, como los elefantes modernos, eran
más grandes en los machos que en las hembras.
Pichones de dinosaurio rompían
Cáscara de huevo con un diente.
Los pichones de los dinosaurios herbívoros que
hace 80 millones de años vivían en la Patagonia,
se valían, para nacer, de un pequeño ‘diente’ con
el que rompían la cáscara del huevo, como lo
hacen muchas aves y cocodrilos, según
paleontólogos que investigan la evolución de
esos embriones.
La interpretación de este fenómeno forma parte
de una tesis doctoral que elabora el paleontólogo
Rodolfo García, becario del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), bajo la dirección del profesor
Leonardo Salgado, de la Universidad Nacional
del Comahue.
Algunos aspectos de ese estudio fueron
anticipados en un encuentro de paleontólogos
realizado recientemente en la ciudad neuquina
de Plaza Huincul.
Esperamos su colaboración para nuestro
próximo Boletín Paleontológico.
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