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¡y ahí va UNA DE... con la comida no se juega!
Queridos amigos, recientemente
he leído un artículo sobre
el estado de la agricultura a nivel
mundial, así como la situación
de todas las personas que de
una u otra manera dependemos
de ella. Y digo dependemos no porque me
dedique al campo, sino porque en esta tierra
donde “pacemos”, EL CAMPO es de capital
importancia desde el punto de vista económico.
Y la verdad es que la lectura no me ha dejado
tranquilo, sino más bien todo lo contrario.
Veamos: de una parte están todos los agricultores
y ganaderos de nuestro entorno, de los
países desarrollados principalmente. Día tras
día sufren las consecuencias de una atroz bajada
de precios en origen, seguido inexorablemente
de un vertiginoso y vergonzante aumento
de los mismos en los mercados finales. “La
culpa fue del Cha-Cha-Chá!” que decía la canción
de Gabinete Caligari. ¿Intermediarios, empresas
de distribución, multinacionales, centrales
de compras? Y eso sin contar los costes del
gasoil, la maquinaria, fertilizantes, semillas y un
interminable etcétera.
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Parece de justicia que “alguien” atienda sus
- Por CÉSAR REY.
quejas. En momentos álgidos de las protestas
surgen iconos como el francés Joseph Bové que
en las décadas de los 80 y 90 gozó de cierta
repercusión mediática al protagonizar episodios
antiglobalización contra una conocida marca de
comida rápida estadounidense.
Previo a todo esto habían aparecido en la
Unión Europea las Políticas Agrarias
Comunitarias (PAC). Empezaron subvencionando
parte de la producción agrícola mediante
un sistema de precios mínimos garantizados,
lo que estimuló la producción. Esto generó
notables excedentes razón por la cual la PAC ha
tenido que ser modificada en varias ocasiones
hasta la fecha. ¿Se ha solucionado el Problema?