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TESIS DOCTORAL - Universidad de Málaga

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UNIVERSIDAD DE MÁLAGA<br />

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN<br />

DPTO. TEORÍA E HISTORIA DE LA EDUCACIÓN<br />

MÁLAGA, 2004<br />

<strong>TESIS</strong> <strong>DOCTORAL</strong><br />

LA IMAGEN SOCIAL DE PROFESORES Y<br />

ALUMNOS EN LA PRENSA DIARIA<br />

Doctorando: AMPARO C. CIVILA SALAS<br />

Director: JOSÉ MANUEL ESTEVE ZARAZAGA


Dedico esta Tesis a los tres hombres<br />

<strong>de</strong> mi casa, Antonio, Ángel y Óscar,<br />

por el amor que me regalan cada día.<br />

Y, por supuesto, a mi madre siempre<br />

viva en mi corazón.


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

En primer lugar quiero agra<strong>de</strong>cer a mi director <strong>de</strong> Tesis, José Manuel<br />

Esteve, la <strong>de</strong>dicación <strong>de</strong> su valioso tiempo y <strong>de</strong> sus siempre acertados<br />

pensamientos, así como su inestimable apoyo personal. Gracias.<br />

En segundo lugar, agra<strong>de</strong>zco a todos los miembros <strong>de</strong>l Departamento<br />

<strong>de</strong> Teoría e Historia <strong>de</strong> la Educación, <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Málaga</strong>, la disponibilidad<br />

que siempre me han <strong>de</strong>mostrado cuando he requerido sus aportaciones y<br />

sugerencias. A<strong>de</strong>más, tengo que hacer mención especial a la ayuda que me ha<br />

prestado el profesor Eduardo Elósegui, perteneciente al Departamento <strong>de</strong> Métodos<br />

<strong>de</strong> Investigación e Innovación Educativa <strong>de</strong> la misma <strong>Universidad</strong>.<br />

También estoy muy agra<strong>de</strong>cida al personal <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong> la<br />

Facultad <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> la Información, <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Málaga</strong>, por la<br />

amabilidad y agilidad en los servicios que me han prestado a lo largo <strong>de</strong> tantas horas<br />

<strong>de</strong> lectura y estudio en sus instalaciones.<br />

Por otra parte, quiero agra<strong>de</strong>cer a mis hermanos, Mª Ángeles y Juan<br />

Pablo, y a mi cuñado Pedro, el que vivan mi carrera académica con tanta ilusión<br />

como yo, ayudándome, acompañándome y animándome en cada nuevo paso. Y, en<br />

especial agra<strong>de</strong>zco a mi padre el que siempre haya estado y, afortunadamente, aún<br />

esté ahí cuando le necesito.


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Acrónimo Significado<br />

ACRÓNIMOS<br />

BOE Boletín Oficial <strong>de</strong>l Estado<br />

BUP Bachillerato Unificado Polivalente<br />

CAP Curso <strong>de</strong> Aptitud Pedagógica<br />

CEP Centro <strong>de</strong> Enseñanza <strong>de</strong>l Profesorado<br />

EGB Educación General Básica<br />

ESO Educación Secundaria Obligatoria<br />

FAD Fundación <strong>de</strong> Ayuda contra la Drogadicción<br />

FIP Fe<strong>de</strong>ración Internacional <strong>de</strong> Periodistas<br />

FP Formación Profesional<br />

ICE Instituto <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> la Educación<br />

IES Instituto <strong>de</strong> Educación Secundaria<br />

LOCE Ley Orgánica 10/2002 <strong>de</strong> Calidad <strong>de</strong> la Educación<br />

LODE Ley Orgánica <strong>de</strong>l Derecho a la Educación<br />

LOGSE Ley Orgánica 1/1990 <strong>de</strong> Or<strong>de</strong>nación General <strong>de</strong>l Sistema<br />

Educativo<br />

LOU Ley Orgánica 12/2001 <strong>de</strong> <strong>Universidad</strong>es<br />

MEC Ministerio <strong>de</strong> Educación y Ciencia<br />

MISPE Matriz Interpersonal <strong>de</strong>l Yo Profesional <strong>de</strong>l Enseñante<br />

OIJ Organization Internationale <strong>de</strong>s Journalistes<br />

OJD Organización <strong>de</strong> Justificación <strong>de</strong> la Difusión <strong>de</strong> la<br />

Información<br />

PGS Programas <strong>de</strong> Garantía Social<br />

SAS Sistema <strong>de</strong> Atención Sanitaria<br />

UNED <strong>Universidad</strong> Nacional <strong>de</strong> Educación a Distancia


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

RESUMEN<br />

La imagen que se transmite <strong>de</strong> la actividad docente a través <strong>de</strong> la<br />

prensa diaria, plantea importantes distorsiones que tienen un creciente impacto<br />

social, aunque todavía está poco estudiada. Y digo distorsiones, porque es una<br />

circunstancia que <strong>de</strong>semboca en el empeoramiento <strong>de</strong>l hecho educativo en general.<br />

Afecta negativamente al proceso <strong>de</strong> aprendizaje que experimentan los alumnos, al<br />

trato que los padres dan a los profesores, al proceso <strong>de</strong> enseñanza que <strong>de</strong>sarrollan<br />

los profesores e incluso pue<strong>de</strong> afectar a la salud psíquica y física <strong>de</strong> estos<br />

profesionales <strong>de</strong> la educación. De forma indirecta todos los elementos <strong>de</strong> la<br />

comunidad se ven perjudicados en mayor o menor medida. Tan importante pue<strong>de</strong><br />

resultar el <strong>de</strong>sprestigio gratuito, generalizado y <strong>de</strong>smesurado <strong>de</strong> la función docente,<br />

que merece empezar a ser tomado más en serio por estudios enfocados en la<br />

búsqueda <strong>de</strong> soluciones.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte, que los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas pue<strong>de</strong>n<br />

modificar el valor <strong>de</strong> esa imagen social si comienzan a transmitir un estereotipo <strong>de</strong>l<br />

profesor y <strong>de</strong>l alumno, que sea más sincero, realista y ajustado que aquel que se<br />

está <strong>de</strong>sarrollando en la actualidad. La sociedad en general consi<strong>de</strong>ra y valora a los<br />

protagonistas <strong>de</strong>l proceso educativo en función <strong>de</strong> las opiniones que le llegan a<br />

través <strong>de</strong> los distintos medios <strong>de</strong> comunicación. En general, la prensa diaria<br />

acostumbra a <strong>de</strong>sarrollar una imagen más bien conflictiva <strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong> su<br />

actividad, frente a una imagen neutra <strong>de</strong>l alumnado, en ocasiones muy positiva y<br />

otras veces ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> polémica.


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

El trabajo <strong>de</strong> investigación <strong>de</strong>sarrollado en esta Tesis analiza la imagen<br />

social <strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong>l alumnado que se transmiten a través <strong>de</strong> la prensa diaria.<br />

El objetivo es obtener una amplia base empírica sobre la forma en que se presenta a<br />

la sociedad la imagen <strong>de</strong> la enseñanza y <strong>de</strong> sus principales protagonistas, con el fin<br />

<strong>de</strong> ofrecer la posibilidad <strong>de</strong> mejorar la consi<strong>de</strong>ración social <strong>de</strong>l profesor, <strong>de</strong>l alumno y<br />

<strong>de</strong>l proceso educativo en general, tanto por la apertura <strong>de</strong> nuevas líneas <strong>de</strong><br />

investigación como por la posibilidad <strong>de</strong> que los medios <strong>de</strong> comunicación corrijan las<br />

imágenes distorsionadas a partir <strong>de</strong> nuestras conclusiones.<br />

Consta <strong>de</strong> tres bloques: Una primera parte <strong>de</strong>dicada al Análisis Teórico<br />

con la recopilación y estudio <strong>de</strong> las investigaciones previas sobre la imagen social<br />

<strong>de</strong>l profesor, <strong>de</strong> los alumnos, así como <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social y en<br />

particular sobre la prensa.<br />

Una segunda parte <strong>de</strong>dicada al Trabajo <strong>de</strong> Campo inédito que ha<br />

<strong>de</strong>sarrollado la doctoranda. Este trabajo supone el Análisis <strong>de</strong> Contenido <strong>de</strong> todos<br />

los documentos en los que se hace referencia a profesores o alumnos, publicados<br />

en cinco periódicos representativos <strong>de</strong> la muestra española, durante el curso<br />

académico 2001-02. Se emplean tres programas informáticos: Aquad, SPSS y Excel.<br />

Y, una última parte que recoge las Conclusiones referentes a los dos<br />

bloques anteriores, así como una serie <strong>de</strong> propuestas para que el sistema <strong>de</strong><br />

enseñanza mejore su imagen social.<br />

A gran<strong>de</strong>s rasgos, es posible afirmar que con esta Tesis Doctoral se<br />

concluye que:<br />

“” Los medios <strong>de</strong> comunicación social <strong>de</strong>ben...<br />

- revalorizar las cuestiones relativas a la enseñanza,<br />

- ofrecer un conocimiento completo y objetivo sobre la figura<br />

social <strong>de</strong> profesores y alumnos,<br />

- no exaltar las cuestiones polémicas cebando el morbo y la<br />

discordia,


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- <strong>de</strong>volver las esperanzas en los logros <strong>de</strong> la educación,<br />

- informar a la opinión pública <strong>de</strong> los éxitos alcanzados por el<br />

sistema y sus protagonistas,<br />

- y ser más realistas y menos comerciales.“”<br />

Palabras clave: imagen <strong>de</strong>l profesor, imagen <strong>de</strong>l alumno, imagen <strong>de</strong>l sistema<br />

<strong>de</strong> enseñanza, prestigio social, medios <strong>de</strong> comunicación social, opinión pública.


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

SUMMARY<br />

The image transmitted by the teaching activity through the daily<br />

newspapers represents important distortions with an increasing social impact,<br />

although it has not been fully studied yet. I use the term “distortions” because it is a<br />

circumstance that leads to the worsening of Education in general. It affects<br />

negatively the stu<strong>de</strong>nts’ process of learning, the relationship between parents and<br />

teachers, the process of teaching <strong>de</strong>veloped by teachers and it can even affect the<br />

physical and psychological health of those teaching professionals. Each and every<br />

part of the community is more or less affected in an indirect way. Un<strong>de</strong>served,<br />

exaggerated and generalized discredit may become so important that it <strong>de</strong>serves to<br />

be taken more seriously by research focused on the search of solutions.<br />

It is evi<strong>de</strong>nt that mass media can modify the value of that social image if<br />

they begin to transmit a more sincere, realistic and objective stereotype of stu<strong>de</strong>nts<br />

and teachers, different from the one transmitted nowadays.<br />

Society in general assesses the protagonists of this educative process<br />

<strong>de</strong>pending on the opinions received through different communication media.<br />

In general, daily newspapers use to <strong>de</strong>velop a rather conflicting image<br />

of teachers and their activities. On the other hand, stu<strong>de</strong>nts’ image is neutral,<br />

sometimes very positive and sometimes surroun<strong>de</strong>d by controversy.


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

The research <strong>de</strong>veloped in this Thesis analyses the social image of<br />

teachers and stu<strong>de</strong>nts transmitted by daily newspapers. The target is to get a broad<br />

empirical basis about the way the image of teaching and its main protagonists are<br />

presented to society. Our aim is to offer the possibility of improving the social<br />

assessment of teachers, stu<strong>de</strong>nts and the educational process in general; not only by<br />

opening new lines of investigation but, in addition, by creating the opportunity for<br />

communication media to correct those distorted images taking into account our<br />

conclusions.<br />

It is divi<strong>de</strong>d into three parts: the first part is <strong>de</strong>voted to Theoretical<br />

Analysis, including the compilation and study of previous research about the social<br />

image of teachers, stu<strong>de</strong>nts as well as the social communication media, and<br />

particularly about the daily newspapers.<br />

The second part is <strong>de</strong>voted to the unpublished Field Work/Study<br />

<strong>de</strong>veloped by doctorate to be. This work inclu<strong>de</strong>s The Content Analysis of all the<br />

documents making reference to teachers or stu<strong>de</strong>nts published in five representative<br />

Spanish newspapers during the 2001-02 aca<strong>de</strong>mic course. Three different types of<br />

software are used: Aquad, SPSS and excel.<br />

The last part compiles the Conclusions referring to the two previous<br />

parts as well as a series of proposals to improve the social image of Teaching.<br />

Broadly speaking, it is possible to affirm that this doctoral thesis arrives<br />

to the following conclusions:<br />

““Social communication media have to….<br />

- improve the image of everything related to Teaching,<br />

- offer a complete objective knowledge of the social image of teachers and<br />

stu<strong>de</strong>nts,<br />

- prevent exaggeration about controversial issues avoiding morbid<br />

fascination and confrontation,


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- renew the hope for the achievements of Education,<br />

- inform the public opinion about the achievements of the system and its<br />

protagonists,<br />

- to be more realistic and less commercial.””<br />

Key words: teacher image, stu<strong>de</strong>nt image, the system of teaching image,<br />

social prestige, social communication media and public opinion.


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

LISTA DE FIGURAS<br />

Figura 0: Se reclama la revaloración <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesor...............................17<br />

Figura 1.1: Conflictos sociales se convierten en problemas educativos...................22<br />

Figura 1.2: Se respalda a los profesores para que sean los que dominen el<br />

proceso.......................................................................................................................26<br />

Figura 1.3: Feminización <strong>de</strong> la enseñanza................................................................29<br />

Figura 1.4: Hay profesores que siguen anclados en viejas rutinas...........................35<br />

Figura 1.5: Nuevas estrategias en la formación <strong>de</strong>l profesorado..............................36<br />

Figura 1.6: Los profesores han sufrido una pérdida <strong>de</strong> autoridad.............................38<br />

Figura 1.7: Los centros educativos poseen una insuficiente dotación tecnológica...41<br />

Figura 1.8: Precaria formación psicopedagógica <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong> Secundaria....43<br />

Figura 1.9: Los profesores necesitan más preparación para <strong>de</strong>senvolverse en el<br />

aula.............................................................................................................................48<br />

Figura 1.10: Nuevas exigencias por los cambios familiares......................................54<br />

Figura 1.11: Los profesores requieren ciertos recursos materiales..........................58<br />

Figura 1.12: Para que una reforma se implante con éxito necesita colaboración.....60<br />

Figura 1.13: Existencia <strong>de</strong> “malestar docente”..........................................................63<br />

Figura 1.14: La disciplina escolar es uno <strong>de</strong> los problemas actuales.......................72<br />

Figura 1.15: El profesor <strong>de</strong> primaria gozaba <strong>de</strong> una excelente consi<strong>de</strong>ración<br />

social..........................................................................................................................84<br />

Figura 1.16: Alta tasa <strong>de</strong> fracaso escolar en la ESO.................................................85<br />

Figura 1.17: Prestigio <strong>de</strong>l profesorado universitario..................................................87<br />

Figura 1.18: Desprestigio <strong>de</strong> la enseñanza en general.............................................88<br />

Figura 1.19: Muchos profesores <strong>de</strong>mandan nuevas metodologías...........................90


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.20: Las limitaciones <strong>de</strong> los centros se traducen en limitaciones <strong>de</strong> la<br />

función docente..........................................................................................................92<br />

Figura 1.21: Se fomentan aspectos positivos <strong>de</strong>l docente........................................97<br />

Figura 1.22: Se subraya algún aspecto o situación negativa protagonizada por el<br />

profesorado................................................................................................................98<br />

Figura 1.23: Fomento <strong>de</strong> valores en el ámbito escolar...........................................101<br />

Figura 1.24: Desarrollo <strong>de</strong> la solidaridad como tema transversal...........................105<br />

Figura 1.25: Hay que avanzar hacia la calidad <strong>de</strong> la enseñanza............................112<br />

Figura 1.26: Es necesario evaluar la productividad <strong>de</strong>l profesorado.......................115<br />

Figura 1.27: Controles burocráticos sobre el profesorado......................................119<br />

Figura 1.28: Los Centros <strong>de</strong> Enseñanza <strong>de</strong>ben sufrir modificaciones....................120<br />

Figura 1.29: El profesorado y la Administración preocupados por la calidad..........122<br />

Figura 1.30: El profesor es evaluado por el aprendizaje <strong>de</strong> sus alumnos...............125<br />

Figura 2.1: El alumno como un sujeto débil e inocente...........................................133<br />

Figura 2.2: El sistema trata <strong>de</strong> forma privilegiada al alumnado...............................134<br />

Figura 2.3: Rechazo <strong>de</strong>l alumnado a <strong>de</strong>terminadas políticas educativas...............139<br />

Figura 2.4: La sociedad <strong>de</strong>manda más disciplina escolar.......................................141<br />

Figura 2.5: El absentismo <strong>de</strong>l alumnado.................................................................144<br />

Figura 2.6: Relaciones negativas entre alumnos....................................................145<br />

Figura 2.7: El ambiente familiar es una causa importante <strong>de</strong> los actos <strong>de</strong><br />

indisciplina................................................................................................................148<br />

Figura 2.8: Mecanismos <strong>de</strong> separación <strong>de</strong>l alumno................................................154<br />

Figura 2.9: Gravedad <strong>de</strong> los índices <strong>de</strong> violencia escolar.......................................156<br />

Figura 2.10: Agresores en el entorno escolar.........................................................158<br />

Figura 2.11: Estrategias <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong> la violencia escolar..............................163<br />

Figura 2.12: Medidas <strong>de</strong> castigo contra la violencia escolar...................................165<br />

Figura 2.13: La alta tasa <strong>de</strong> fracaso escolar es una preocupación social...............169<br />

Figura 2.14: El profesorado no apoya la promoción automática <strong>de</strong> los alumnos....172<br />

Figura 2.15: El alumnado asume las causas <strong>de</strong>l fracaso escolar...........................174<br />

Figura 2.16: Programas <strong>de</strong> Garantía Social –PGS- como nueva estrategia<br />

educativa..................................................................................................................179<br />

Figura 2.17: Fracasos escolares parciales..............................................................181<br />

Figura 2.18: La familia reclama recursos educativos para sus hijos.......................183


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.19: Los padres tienen menos tiempo para sus hijos.................................185<br />

Figura 2.20: Las familias <strong>de</strong>ben conocer los problemas <strong>de</strong> sus hijos.....................186<br />

Figura 2.21: Padre que ejerce una función no-educativa........................................188<br />

Figura 2.22: La familia <strong>de</strong>be cooperar con los profesores y con el centro <strong>de</strong><br />

enseñanza................................................................................................................191<br />

Figura 2.23: Nuevos <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la familia por su compromiso formativo.............193<br />

Figura 2.24: Se reclama libertad en <strong>de</strong>terminados Centros <strong>de</strong> Enseñanza............196<br />

Figura 2.25: La familia influye en el trabajo <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Enseñanza...................199<br />

Figura 2.26: El Centro <strong>de</strong> Enseñanza busca soluciones a problemas <strong>de</strong>l entorno.201<br />

Figura 2.27: Se <strong>de</strong>manda una formación integral <strong>de</strong> los alumnos..........................204<br />

Figura 2.28: Se da mucha importancia al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las Tutorías......................206<br />

Figura 3.1: Circunstancias producidas en otros países...........................................213<br />

Figura 3.2: La prensa como agente socializador.....................................................215<br />

Figura 3.3: Se fomenta el valor <strong>de</strong> la paz frente a la violencia <strong>de</strong> los terroristas....217<br />

Figura 3.4: Se pone el énfasis en lo emotivo <strong>de</strong>l suceso........................................219<br />

Figura 3.5: Información sobre <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l alumnado..........................221<br />

Figura 3.6: Se promueven medidas <strong>de</strong> mejora para la Enseñanza Pública............223<br />

Figura 3.7: Función otorgadora <strong>de</strong> status................................................................225<br />

Figura 3.8: Función <strong>de</strong> informar..............................................................................227<br />

Figura 3.9: Función <strong>de</strong> instruir.................................................................................228<br />

Figura 3.10: Función <strong>de</strong> opinar................................................................................229<br />

Figura 3.11: Efectos cognitivos...............................................................................235<br />

Figura 3.12: Cambios afectivos...............................................................................237<br />

Figura 3.13: Activación conductual..........................................................................238<br />

Figura 3.14: Se provoca la reflexión sobre la realidad............................................248<br />

Figura 3.15: Se hace publicidad <strong>de</strong>l empleo <strong>de</strong> Internet en el campo <strong>de</strong> las<br />

enseñanzas..............................................................................................................249<br />

Figura 3.16: La esquematicidad es una cualidad propia <strong>de</strong>l periodismo.................251<br />

Figura 3.17: Artículo <strong>de</strong> opinión...............................................................................262<br />

Figura 3.18: Avisos y comunicados.........................................................................263<br />

Figura 3.19: Carta al Director..................................................................................265<br />

Figura 3.20: Comentario..........................................................................................266<br />

Figura 3.21: Editorial...............................................................................................267<br />

Figura 3.22: Entrevista............................................................................................269


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.23: Noticia.................................................................................................270<br />

Figura 3.24: Reportaje.............................................................................................271<br />

Figura 3.25: Documento con título, entrada y cuerpo.............................................274<br />

Figura 3.26: Comparación <strong>de</strong> dos publicaciones sobre la misma información.......278<br />

Figura 3.27: La imagen sitúa la información en un lugar concreto..........................280<br />

Figura 3.28: La imagen preten<strong>de</strong> dar veracidad......................................................282<br />

Figura 3.29: Se juega con la percepción visual figura-fondo...................................286<br />

Figura 4.1: Documento con antetítulo, titular, subtítulo, pie <strong>de</strong> fotografía y pie <strong>de</strong><br />

gráfico.......................................................................................................................308<br />

Figura 4.2: Sección Imágenes <strong>de</strong>l periódico ABC...................................................318<br />

Figura 4.3: Los gráficos son recursos muy útiles para clarificar ciertas<br />

cuestiones................................................................................................................323<br />

Figura 4.4: Temas <strong>de</strong> política educativa en Portada...............................................328<br />

Figura 4.5: Temas <strong>de</strong> iniciativas educativas en Contraportada...............................329<br />

Figura 4.6: Tema <strong>de</strong> Huelga <strong>de</strong> Alumnos................................................................344<br />

Figura 4.7: Tema <strong>de</strong> Política relacionada con el Profesorado.................................347<br />

Figura 4.8: Documento <strong>de</strong> EL PAÍS que emplea “profesora” y pertenece a la sección<br />

<strong>de</strong> Sociedad..............................................................................................................356<br />

Figura 4.9: Documento <strong>de</strong> EL MUNDO que emplea “catedrático”y pertenece a la<br />

sección Andalucía....................................................................................................357<br />

Figura 4.10: Documento <strong>de</strong>l ABC que emplea la palabra “director”........................358<br />

Figura 4.11: Empleo <strong>de</strong> la palabra “maestros” para resaltar el carácter entrañable <strong>de</strong><br />

la enseñanza............................................................................................................360<br />

Figura 4.12: Empleo <strong>de</strong> la palabra “docentes” para cuestiones específicas <strong>de</strong> política<br />

educativa..................................................................................................................361<br />

Figura 4.13: Empleo <strong>de</strong> la palabra “profesor” especificando el nivel <strong>de</strong><br />

enseñanza................................................................................................................362<br />

Figura 4.14: EL MUNDO muestra más preocupación por el ámbito universitario...364<br />

Figura 4.15: Uso <strong>de</strong> la palabra “escolar” en la sección Local <strong>de</strong>l SUR...................365<br />

Figura 4.16: Uso <strong>de</strong> “colegiala” en ABC, para temas <strong>de</strong> guerra..............................366<br />

Figura 4.17: Uso <strong>de</strong> la palabra “estudiantes” como referencia general a la figura <strong>de</strong>l<br />

alumno......................................................................................................................367


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.18: Utilización <strong>de</strong> la palabra “alumnos” en EL MUNDO, para temas <strong>de</strong><br />

huelga.......................................................................................................................368<br />

Figura 4.19: Uso <strong>de</strong> la palabra “maestro-a” en temas <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong> la pintura...........370<br />

Figura 4.20: Uso <strong>de</strong> la palabra “director”por cambios administrativos en EL PAÍS.371<br />

Figura 4.21: Empleo <strong>de</strong> “escolar” en EL PAÍS, para cuestiones <strong>de</strong> innovación<br />

educativa..................................................................................................................372<br />

Figura 4.22: Fuerte expresividad <strong>de</strong> una fotografía empleada en portada..............380<br />

Figura 4.23: Fotografía publicada en el mes <strong>de</strong> septiembre que representa lo típicas<br />

que son estas reuniones a principios <strong>de</strong> curso........................................................381<br />

Figura 4.24: Fotografía publicada en el mes <strong>de</strong> febrero que quiere mostrar la<br />

singularidad <strong>de</strong>l suceso............................................................................................382<br />

Figura 4.25: Colocación superior <strong>de</strong> la fotografía en la página...............................385<br />

Figura 4.26: Colocación centrada <strong>de</strong> la fotografía en la página..............................386<br />

Figura 4.27: Colocación inferior <strong>de</strong> la fotografía en la página.................................387<br />

Figura 4.28: Fotografía con enfoque profundo........................................................389<br />

Figura 4.29: Fotografía con enfoque plano.............................................................390<br />

Figura 4.30: En la fotografía superior se emplea el contraste y en la inferior el<br />

matizado...................................................................................................................391<br />

Figura 4.31: Entre las gráficas se incluyen dos fotografías recortadas...................392<br />

Figura 4.32: Empleo <strong>de</strong> fotografía <strong>de</strong> tamaño gran<strong>de</strong>.............................................395<br />

Figura 4.33: Empleo <strong>de</strong> fotografía <strong>de</strong> tamaño medio..............................................396<br />

Figura 4.34: Empleo <strong>de</strong> fotografía <strong>de</strong> tamaño pequeño..........................................397<br />

Figura 4.35: La fotografía acompaña al texto..........................................................398<br />

Figura 4.36: La fotografía rompe el texto................................................................399<br />

Figura 4.37: Fotografía que refleja personas..........................................................401<br />

Figura 4.38: Fotografía que refleja objetos..............................................................402<br />

Figura 4.39: Fotografía que reflejan personas y objetos.........................................403<br />

Figura 4.40: Fotografía que expresa realidad.........................................................405<br />

Figura 4.41: Fotografía que refleja estereotipo.......................................................406<br />

Figura 4.42: Fotografía que expresa i<strong>de</strong>ntidad........................................................407<br />

Figura 4.43: Fotografía que refleja ironía................................................................408<br />

Figura 4.44: Fotografías que expresan continuidad................................................410<br />

Figura 4.45: Fotografía marginada..........................................................................411


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

LISTA DE GRÁFICOS<br />

Gráfico 2.1: Explicaciones que da el profesorado a los problemas <strong>de</strong> indisciplina.147<br />

Gráfico 4.1: Frecuencia <strong>de</strong> textos por periódicos....................................................311<br />

Gráfico 4.2: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico ABC........................313<br />

Gráfico 4.3: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico LA VANGUARDIA..313<br />

Gráfico 4.4: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico SUR........................314<br />

Gráfico 4.5: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico EL MUNDO............314<br />

Gráfico 4.6: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico EL PAÍS..................314<br />

Gráfico 4.7: Distribución porcentual por meses......................................................315<br />

Gráfico 4.8: Porcentaje <strong>de</strong> textos por secciones.....................................................317<br />

Gráfico 4.9: Distribución por secciones en el periódico ABC..................................319<br />

Gráfico 4.10: Distribución por secciones en el periódico EL MUNDO....................319<br />

Gráfico 4.11: Distribución por secciones en el periódico EL PAÍS..........................320<br />

Gráfico 4.12: Distribución por secciones en el periódico LA VANGUARDIA..........320<br />

Gráfico 4.13: Distribución por secciones en el periódico SUR................................321<br />

Gráfico 4.14: Porcentajes <strong>de</strong> presentación.............................................................322<br />

Gráfico 4.15: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en ABC.........................324<br />

Gráfico 4.16: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en EL MUNDO.............324<br />

Gráfico 4.17: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en EL PAÍS..................325<br />

Gráfico 4.18: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en LA VANGUARDIA...325<br />

Gráfico 4.19: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en SUR........................325<br />

Gráfico 4.20: Porcentajes <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l periódico..........327<br />

Gráfico 4.21: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en ABC.............................330


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Gráfico 4.22: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en EL MUNDO.................330<br />

Gráfico 4.23: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en EL PAÍS......................330<br />

Gráfico 4.24: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en LA VANGUARDIA.......331<br />

Gráfico 4.25: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en SUR............................331<br />

Gráfico 4.26: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en ABC..................................332<br />

Gráfico 4.27: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en EL MUNDO......................332<br />

Gráfico 4.28: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en EL PAÍS............................333<br />

Gráfico 4.29: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en LA VANGUARDIA............333<br />

Gráfico 4.30: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en SUR..................................333<br />

Gráfico 4.31: Porcentajes <strong>de</strong> extensiones...............................................................334<br />

Gráfico 4.32: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en ABC...........335<br />

Gráfico 4.33: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados enEL MUNDO.335<br />

Gráfico 4.34: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en EL PAÍS.....335<br />

Gráfico 4.35: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en LA<br />

VANGUARDIA..........................................................................................................336<br />

Gráfico 4.36: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en SUR...........336<br />

Gráfico 4.37: Porcentajes <strong>de</strong> géneros periodísticos empleados.............................337<br />

Gráfico 4.38: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico ABC......................338<br />

Gráfico 4.39: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico EL MUNDO...........339<br />

Gráfico 4.40: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico EL PAÍS................339<br />

Gráfico 4.41: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico LA VANGUARDIA.339<br />

Gráfico 4.42: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico SUR......................340<br />

Gráfico 4.43: Porcentaje <strong>de</strong> los temas que hacen referencia al profesor...............342<br />

Gráfico 4.44: Porcentaje <strong>de</strong> los temas que hacen referencia al alumno.................342<br />

Gráfico 4.45: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en ABC..................................346<br />

Gráfico 4.46: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en EL MUNDO......................346<br />

Gráfico 4.47: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en EL PAÍS............................346<br />

Gráfico 4.48: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en LA VANGUARDIA............347<br />

Gráfico 4.49: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en SUR..................................347<br />

Gráfico 4.50: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en ABC...................................348<br />

Gráfico 4.51: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en EL MUNDO........................349<br />

Gráfico 4.52: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en EL PAÍS.............................349<br />

Gráfico 4.53: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en LA VANGUARDIA.............349


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Gráfico 4.54: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en SUR...................................350<br />

Gráfico 4.55: Calificación <strong>de</strong>l texto respecto a la imagen <strong>de</strong>l profesor o <strong>de</strong>l<br />

alumno......................................................................................................................350<br />

Gráfico 4.56: Porcentajes <strong>de</strong> las palabras clave localizadas relativas a alumnos..351<br />

Gráfico 4.57: Porcentajes <strong>de</strong> las palabras clave localizadas relativas a profesore.351<br />

Gráfico 4.58: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en ABC........................................353<br />

Gráfico 4.59: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en EL MUNDO............................353<br />

Gráfico 4.60: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en EL PAÍS..................................353<br />

Gráfico 4.61: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en LA VANGUARDIA..................354<br />

Gráfico 4.62: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en SUR........................................354


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

LISTA DE TABLAS<br />

Tabla 3.1: Principales diferencias entre los tres géneros periodísticos...................260<br />

Tabla 4.1: Cuadro comparativo entre promedio <strong>de</strong> difusión y porcentaje <strong>de</strong> textos<br />

encontrados..............................................................................................................311<br />

Tabla 4.2: Porcentajes <strong>de</strong> temas sobre profesores o alumnos por periódicos........341<br />

Tabla 4.3: Aparición <strong>de</strong> fotografías por periódicos y en qué porcentaje <strong>de</strong> sus<br />

textos........................................................................................................................378<br />

Tabla 4.4: Distribución <strong>de</strong> las fotografías a lo largo <strong>de</strong>l año....................................379<br />

Tabla 4.5: Situación <strong>de</strong> las fotografías en la página <strong>de</strong>l periódico...........................384<br />

Tabla 4.6: Cruce por periódicos, entre la página don<strong>de</strong> se sitúa y su colocación en<br />

ella............................................................................................................................388<br />

Tabla 4.7: Cruce <strong>de</strong> técnicas y enfoques, por periódicos........................................393<br />

Tabla 4.8: Tamaño <strong>de</strong> las fotografías......................................................................394<br />

Tabla 4.9: Protagonistas o “actantes” <strong>de</strong> las fotografías.........................................400<br />

Tabla 4.10: Protagonistas o “actantes” <strong>de</strong> las fotografías por periódicos................400<br />

Tabla 4.11: Recuento <strong>de</strong> las expresiones aparecidas por periódicos.....................404<br />

Tabla 4.12: Cruce entre la expresión y tamaño empleado en las fotografías por<br />

periódicos.................................................................................................................413


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Resumen<br />

Agra<strong>de</strong>cimientos<br />

Acrónimos<br />

Lista <strong>de</strong> Figuras<br />

Lista <strong>de</strong> Gráficos<br />

Lista <strong>de</strong> Tablas<br />

ÍNDICE<br />

PRESENTACIÓN....................................................................................1<br />

Sobre la figura <strong>de</strong>l profesor....................................................................2<br />

Sobre la figura <strong>de</strong>l alumno.....................................................................4<br />

Sobre el papel <strong>de</strong> la prensa...................................................................8<br />

Sobre el trabajo <strong>de</strong> campo...................................................................12<br />

PRIMERA PARTE: ANÁLISIS TEÓRICO............................................18<br />

1. LA CONSIDERACIÓN SOCIAL DEL PROFESOR Y SUS<br />

FUNCIONES<br />

1.1. La imagen social <strong>de</strong> la función docente.....................................19<br />

1.1.1.Contexto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terioro.........................................................19<br />

1.1.2.La formación <strong>de</strong>l profesorado..............................................34<br />

1.1.3.Las exigencias sociales.......................................................53


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

1.2.El malestar docente....................................................................62<br />

1.2.1.Situación..............................................................................62<br />

1.2.2.Consecuencias....................................................................74<br />

1.3. Perspectiva actual......................................................................81<br />

1.3.1.La imagen <strong>de</strong>l profesor........................................................81<br />

1.3.2.Los valores a transmitir.....................................................100<br />

1.3.3.La búsqueda <strong>de</strong> calidad....................................................111<br />

2. LA CONSIDERACIÓN SOCIAL DE LOS ALUMNOS<br />

2.1. La imagen social <strong>de</strong>l alumnado................................................128<br />

2.2. Problemas <strong>de</strong> los alumnos.......................................................140<br />

2.2.1. La indisciplina...................................................................140<br />

2.2.2. La violencia.......................................................................155<br />

2.2.3. El fracaso..........................................................................168<br />

2.3. Respaldo social al alumnado...................................................182<br />

2.3.1. La familia..........................................................................182<br />

2.3.2. El centro <strong>de</strong> enseñanza....................................................192<br />

2.3.3. La política educativa.........................................................200<br />

3. LA PRENSA COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN SOCIAL<br />

3.1.Los medios <strong>de</strong> comunicación social.........................................209<br />

3.1.1.Características...................................................................209<br />

3.1.2.Funciones..........................................................................222<br />

3.1.3.Efectos...............................................................................232<br />

3.2.La prensa como medio <strong>de</strong> comunicación social.......................241<br />

3.2.1.El periodismo.....................................................................241<br />

3.2.2.Códigos <strong>de</strong> ética periodística............................................252<br />

3.2.3.Los géneros periodísticos..................................................259<br />

3.3.Interpretación <strong>de</strong> la noticia........................................................272<br />

3.4.La fotografía periodística..........................................................279


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

SEGUNDA PARTE: TRABAJO DE CAMPO.....................................289<br />

4. ESTUDIO DE LA IMAGEN DEL PROFESOR Y DEL ALUMNO EN<br />

LA PRENSA DIARIA<br />

4.1. Metodología..............................................................................290<br />

4.1.1. Introducción...................................................................290<br />

4.1.2. Objetivos e hipótesis básicas.........................................292<br />

4.1.3. Muestra..........................................................................294<br />

4.1.4. Análisis <strong>de</strong> contenido.....................................................297<br />

4.1.5. Unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> análisis......................................................301<br />

4.1.6. Otras categorías ...........................................................306<br />

4.1.7. Instrumentos..................................................................309<br />

4.2. Resultados...............................................................................310<br />

4.2.1. Frecuencias absolutas y relativas..................................310<br />

4.2.2. Tabulaciones cruzadas..................................................354<br />

4.2.3. Constatación <strong>de</strong> hipótesis..............................................373<br />

4.3. Análisis <strong>de</strong> las fotografías.........................................................377<br />

TERCERA PARTE: CONCLUSIONES................................................415<br />

5. RECOPILACIÓN SOBRE LAS INVESTIGACIONES<br />

PREVIAS..........................................................................................416<br />

6. DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN SOBRE EL TRABAJO DE<br />

CAMPO............................................................................................431<br />

7. PROPUESTAS PARA MEJORAR LA IMAGEN DEL SISTEMA<br />

EDUCATIVO....................................................................................437<br />

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................442<br />

ANEXOS..............................................................................................459


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

PRESENTACIÓN<br />

Una injusticia hecha a uno solo es una<br />

amenaza hecha a todos (Barón <strong>de</strong><br />

Montesquieu, 1689-1755).<br />

Este trabajo <strong>de</strong> investigación <strong>de</strong>sarrolla la siguiente estructura:<br />

Comenzamos con una Presentación que introduce en un rápido recorrido el<br />

contenido <strong>de</strong> la Tesis. Sigue una Primera Parte <strong>de</strong>dicada al Análisis Teórico, que a<br />

su vez está compuesto por tres capítulos: el primero y el segundo se emplean en el<br />

estudio <strong>de</strong> los trabajos previos sobre la imagen social <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong>l alumno<br />

respectivamente, y el tercer capítulo incluye un estudio sobre las bases teóricas en<br />

las que se apoya nuestro trabajo <strong>de</strong> análisis sobre los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social en general y sobre la prensa en particular. Por último, la Segunda Parte<br />

<strong>de</strong>dicada al Trabajo <strong>de</strong> Campo, constituye el capítulo cuatro, en el que se da cuenta<br />

<strong>de</strong> la investigación sobre la imagen <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong>l alumno que se transmite en la<br />

prensa diaria.<br />

1


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Sobre la figura <strong>de</strong>l profesor....<br />

La imagen social <strong>de</strong>l profesorado ha ido perdiendo prestigio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas empezaron a convertir en problemas<br />

educativos muchos conflictos sociales. Así, los profesores se sienten <strong>de</strong>svalidos,<br />

abandonados a su suerte y a los ataques indiscriminados <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la comunidad.<br />

Por ello la Ley Orgánica 10/2002 <strong>de</strong> Calidad <strong>de</strong> la Educación –LOCE-, aboga por<br />

respaldar a los profesores, para que sean los que dominen el proceso educativo;<br />

porque la falta <strong>de</strong> autonomía y seguridad <strong>de</strong>teriora el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su actividad.<br />

Los profesores han pasado en poco tiempo <strong>de</strong> ser admirados por su<br />

impecable labor a ser compa<strong>de</strong>cidos por la situación tan compleja en la que<br />

<strong>de</strong>sarrollan su trabajo. A<strong>de</strong>más, ya no poseen el monopolio <strong>de</strong> los conocimientos,<br />

han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser agentes monopolizadores para convertirse en agentes<br />

mediadores entre los alumnos y la masa <strong>de</strong> información que reciben constantemente<br />

(García García, 1986). En líneas generales, los aspectos más <strong>de</strong>stacados en la<br />

pérdida <strong>de</strong> prestigio social <strong>de</strong> la profesión docente son: el origen social <strong>de</strong> las<br />

personas que acce<strong>de</strong>n a la enseñanza, la alta proporción <strong>de</strong> mujeres, la cualificación<br />

académica recibida, el volumen <strong>de</strong> personas que forman este colectivo, la aplicación<br />

<strong>de</strong> las nuevas tecnologías a la educación, y la repercusión no inmediata <strong>de</strong> su<br />

actividad.<br />

Así pues, el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesor tiene sus orígenes en<br />

los regímenes políticos y cambios sociales, que modifican, según sus preferencias y<br />

circunstancias contextuales, las funciones que se exigen a los profesores y la forma<br />

<strong>de</strong> exigirlas; encontrándose éstos frecuentemente con una formación ina<strong>de</strong>cuada y<br />

con un cúmulo <strong>de</strong> exigencias <strong>de</strong>smesuradas e incluso, en ocasiones, opuestas.<br />

El efecto <strong>de</strong> todo este panorama <strong>de</strong> incomprensión al que se enfrenta el<br />

profesorado, es usualmente conocido como malestar docente; aunque existen<br />

ciertas variables socio<strong>de</strong>mográficas propias <strong>de</strong>l profesor que influyen en su<br />

disposición a pa<strong>de</strong>cerlo. Para el estudio <strong>de</strong> este fenómeno, se pue<strong>de</strong>n adoptar tres<br />

2


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

enfoques disciplinares bien diferenciados entre sí. De un lado, el enfoque<br />

pedagógico que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la imagen social <strong>de</strong>l profesor ha sido<br />

uno <strong>de</strong> los principales <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nantes <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong> su malestar. Des<strong>de</strong> otra<br />

perspectiva, el enfoque sociológico que analiza los cambios sociales, las nuevas<br />

expectativas sobre el proceso educativo, las variaciones en el rol <strong>de</strong>l profesor y la<br />

satisfacción <strong>de</strong> estos profesionales. Y por último, el enfoque psicológico cuyo objeto<br />

<strong>de</strong> estudio son las enfermeda<strong>de</strong>s o los trastornos <strong>de</strong>l profesor, relacionándolos con<br />

circunstancias concretas <strong>de</strong> su actividad profesional diaria.<br />

Entre las distintas aportaciones que se han hecho para eliminar el<br />

malestar docente, caben <strong>de</strong>stacar las que proponen, tanto para la formación inicial<br />

como para la permanente, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> técnicas <strong>de</strong> prevención y tratamiento <strong>de</strong>l<br />

estrés, y las que buscan procedimientos que ayu<strong>de</strong>n a mejorar la autoestima <strong>de</strong>l<br />

profesor (Esteve y Vera, 1995).<br />

Una vez analizados los factores principales que han provocado el<br />

<strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong> la función docente, y la situación <strong>de</strong> malestar que ha <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nado<br />

entre estos profesionales, pasemos a <strong>de</strong>scribir en qué estado se encuentra<br />

actualmente la imagen social <strong>de</strong>l profesor. Actualmente la sociedad está empezando<br />

a <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> creer que los profesores sean los culpables <strong>de</strong> todo, sin embargo, hemos<br />

retrocedido en la consi<strong>de</strong>ración profesional <strong>de</strong>l profesor, porque al <strong>de</strong>scargarlos <strong>de</strong><br />

la culpa <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> males sociales, consecuentemente pier<strong>de</strong>n<br />

responsabilida<strong>de</strong>s y con ellas relevancia en las jerarquías socio-profesionales.<br />

En la actual ley <strong>de</strong> educación –LOCE- se apunta el reconocimiento <strong>de</strong><br />

la función docente como un factor esencial <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> la educación. Y así es,<br />

los profesores son agentes imprescindibles para la mejora cualitativa <strong>de</strong>l sistema<br />

educativo por ello se hace necesario que la sociedad les otorgue su confianza y<br />

respeto.<br />

3


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

El profesorado <strong>de</strong>be suponer el motor <strong>de</strong> cambio y perfeccionamiento<br />

para la sociedad; por consiguiente, no <strong>de</strong>be emplearse exclusivamente en la<br />

reproducción <strong>de</strong> las pautas y peculiarida<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> la cultura mayoritaria, al<br />

contrario <strong>de</strong> fomentar el diálogo y el intercambio. Des<strong>de</strong> la Ley Orgánica 1/1990 <strong>de</strong><br />

Or<strong>de</strong>nación General <strong>de</strong>l Sistema Educativo –LOGSE-, los valores educativos se<br />

convirtieron directamente en contenidos <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje, y por lo tanto su<br />

<strong>de</strong>sarrollo se incluyó en el cúmulo <strong>de</strong> tareas <strong>de</strong>l profesor, el cuál <strong>de</strong>be estar siempre<br />

a la búsqueda <strong>de</strong>l punto intermedio entre la indiferencia y la obsesión, porque ambos<br />

extremos son estilos puros <strong>de</strong> adoctrinamiento. Pero, en educación, la referencia<br />

legal más cercana sobre valores la encontramos en la LOCE que en la “Exposición<br />

<strong>de</strong> motivos” señala que la universalización, la actitud abierta, la capacidad para<br />

tomar iniciativas y la creatividad son valores para el progreso, y que el esfuerzo y la<br />

exigencia personal son valores hacia la disciplina y el respeto al profesor. No<br />

obstante, todas las personas que influyen en el <strong>de</strong>sarrollo socio-personal <strong>de</strong>l alumno<br />

han <strong>de</strong> vivenciar y fomentar valores, normas y actitu<strong>de</strong>s que mejoren la convivencia,<br />

porque la actuación aislada <strong>de</strong>l profesor no es suficiente.<br />

Sobre la figura <strong>de</strong>l alumno....<br />

Es necesario subrayar la escasez <strong>de</strong> estudios realizados sobre la<br />

imagen social <strong>de</strong>l alumnado, cuando es una figura muy relevante para la<br />

consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong>l sistema educativo en general. Sin embargo, sí<br />

existen multitud <strong>de</strong> investigaciones enfocadas a <strong>de</strong>scubrir la cognición <strong>de</strong>l alumno, a<br />

analizar el proceso <strong>de</strong> socialización que experimenta el alumnado o a estudiar los<br />

aspectos socio-psicológicos <strong>de</strong>l alumno. Todos las investigaciones <strong>de</strong>muestran que<br />

la edad <strong>de</strong>l alumno supone unos rasgos afectivos, psicológicos, sociales e<br />

intelectuales <strong>de</strong>terminados que <strong>de</strong>ben ser un referente insoslayable para la<br />

organización y articulación <strong>de</strong>l proceso educativo, pero sin llegar a convertirse en<br />

una norma que tenga que ser seguida <strong>de</strong> forma mecánica. A<strong>de</strong>más, en todo este<br />

proceso <strong>de</strong> ajuste influye la imagen <strong>de</strong>l alumno que se va formando en la comunidad<br />

a través <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social.<br />

4


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Pero por encima <strong>de</strong> todo está el <strong>de</strong>recho constitucional a la educación,<br />

que también se traduce como obligación. Como complemento, las leyes educativas<br />

se encargan <strong>de</strong> precisar la edad <strong>de</strong>l alumnado y las finalida<strong>de</strong>s en cada uno <strong>de</strong> los<br />

niveles <strong>de</strong> enseñanza existentes; estas matizaciones contribuyen a forjar una<br />

imagen social distinta <strong>de</strong>l alumnado <strong>de</strong> cada nivel. En particular, las leyes se<br />

preocupan especialmente por el cuidado <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> preescolar, por la<br />

socialización <strong>de</strong> los alumnos <strong>de</strong> infantil, por la formación integral en la primaria, por<br />

la preparación intelectual y laboral en la ESO, por la educación intelectual, humana y<br />

propedéutica <strong>de</strong> los alumnos <strong>de</strong> bachillerato, por la ocupación laboral en los ciclos<br />

formativos, y por la justicia y superación <strong>de</strong> los estudios por parte <strong>de</strong> los<br />

universitarios. Así pues, también cambian las exigencias hacia ellos, <strong>de</strong> esta forma<br />

un alumno <strong>de</strong> educación infantil queda casi exento <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s, el alumno<br />

<strong>de</strong> primaria comienza a tener más <strong>de</strong>beres aunque bajo la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> sus<br />

progenitores, el alumnado <strong>de</strong> educación secundaria es el que más <strong>de</strong>sprestigiado<br />

tiene su imagen social porque se les suele clasificar <strong>de</strong> sujetos rebel<strong>de</strong>s y<br />

<strong>de</strong>sinteresados por el proceso educativo, y en el nivel universitario se conserva una<br />

imagen elitista que les permite ser escuchados.<br />

Por otro lado, cuando un medio <strong>de</strong> comunicación lanza alguna<br />

información referente al alumnado, sea <strong>de</strong>l nivel educativo que sea, por lo general<br />

ésta suele tratar hechos o circunstancias muy puntuales. La indisciplina, la violencia<br />

y el fracaso escolar, acaparan la mayoría <strong>de</strong> las informaciones que recibimos sobre<br />

el alumnado.<br />

Con respecto a la falta <strong>de</strong> disciplina <strong>de</strong>l alumnado, es importante que el<br />

profesor analice a fondo las situaciones en las que se suce<strong>de</strong>n, para así compren<strong>de</strong>r<br />

su naturaleza y encontrar la resolución más satisfactoria. Al alumno se le exige que<br />

cumpla con los requisitos <strong>de</strong> un currículum no explícito, que comporta una serie <strong>de</strong><br />

reglas <strong>de</strong> disciplina y comportamiento que el alumno irá aprehendiendo con el paso<br />

<strong>de</strong> sus años <strong>de</strong> escolarización; es precisamente en este sentido don<strong>de</strong> la disciplina<br />

5


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

adquiere carácter instrumental. Usualmente se entien<strong>de</strong> por disciplina el conjunto <strong>de</strong><br />

estrategias y normas establecidas para el mantenimiento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y la creación <strong>de</strong><br />

hábitos que faciliten la socialización. Y entre los factores que <strong>de</strong>terminan la condición<br />

<strong>de</strong> indisciplina, <strong>de</strong>stacan el momento, el lugar, las personas ante las que se realice la<br />

acción, las características personales <strong>de</strong>l alumno que la realiza y quién sea el<br />

alumno afectado. También existen una serie <strong>de</strong> variables a tener en cuenta en esa<br />

<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> indisciplina, como son la edad, el género, las condiciones<br />

socioeconómicas y el entorno cultural. Es preciso distinguir dos tipos <strong>de</strong> disciplina<br />

(Esteve, 1977), la disciplina interna o autodisciplina y la disciplina externa, según sea<br />

un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> valores propio y elegido libremente; o una reglamentación social<br />

in<strong>de</strong>pendiente a la voluntad individual. En concreto, la disciplina escolar se pue<strong>de</strong><br />

ejercer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tres niveles (Santos Guerra, 1989): nivel macroestructural o por la<br />

influencia <strong>de</strong>l sistema educativo, nivel mesoestructural o propia <strong>de</strong> cada centro <strong>de</strong><br />

enseñanza, y nivel microestructural o en el interior <strong>de</strong>l aula misma.<br />

En general, sobre la violencia escolar se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir (Fernán<strong>de</strong>z<br />

García, Funes y Villaoslada, 2002) que las agresiones verbales son más frecuentes<br />

que las físicas, que los agresores suelen ser chicos excepto en las agresiones<br />

verbales indirectas, que los patios son los lugares más comunes <strong>de</strong> agresiones, que<br />

se dan en todos los ambientes sin distinción por el tipo <strong>de</strong> centro, que los agresores<br />

suelen ser <strong>de</strong>l mismo curso, que el resto <strong>de</strong> los alumnos actúan con pasividad y que<br />

las víctimas son alumnos que sienten miedo a diario pero que no lo cuentan.<br />

La tercera <strong>de</strong> las cuestiones sobre el alumnado, que más se tratan en<br />

los medios <strong>de</strong> comunicación social, es el fracaso escolar. En España, este fenómeno<br />

educativo crece, especialmente como consecuencia <strong>de</strong> la escolarización plena <strong>de</strong><br />

los individuos (Portellano, 1989). Aunque el problema más grave es que no existe<br />

una <strong>de</strong>finición comúnmente aceptada por todos los especialistas (Molina García,<br />

1997), a partir <strong>de</strong> la cuál po<strong>de</strong>r cuantificar rigurosa y fielmente las tasas <strong>de</strong> fracaso<br />

escolar. En líneas generales se entien<strong>de</strong> por fracaso escolar (Martínez Muñiz, 1981)<br />

esa dificultad grave para seguir un proceso escolar <strong>de</strong> acuerdo con su edad. Pero<br />

son muchos los factores, <strong>de</strong> tipo endógeno y exógeno (Oyola, 1994), que hay que<br />

6


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

valorar en la aparición <strong>de</strong>l fracaso escolar. Actualmente, en nuestro país, los<br />

indicadores más utilizados para la <strong>de</strong>tección <strong>de</strong>l fracaso escolar son los suspensos<br />

en pruebas <strong>de</strong> evaluación y las repeticiones <strong>de</strong> curso; pero ambos indicadores están<br />

marcados por calificaciones subjetivas y no poseen vali<strong>de</strong>z suficiente para etiquetar<br />

<strong>de</strong> fracasado a un alumno. El rendimiento <strong>de</strong>l alumno <strong>de</strong>be medirse teniendo en<br />

cuenta su capacidad intelectual y los objetivos mínimos establecidos oficialmente;<br />

a<strong>de</strong>más, las aspiraciones también <strong>de</strong>ben correspon<strong>de</strong>rse con el rendimiento y las<br />

capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alumno. En general, las causas <strong>de</strong>l fracaso escolar se pue<strong>de</strong>n<br />

circunscribir en estas tres esferas <strong>de</strong> la personalidad (Tierno, 1984): esfera orgánica,<br />

esfera intelectiva o esfera afectiva.<br />

Después <strong>de</strong> analizar la imagen social <strong>de</strong> los alumnos, es conveniente<br />

revisar cuáles son los agentes sociales que más influyen en la consi<strong>de</strong>ración o<br />

<strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> estos individuos, que son la familia, el centro <strong>de</strong> enseñanza y<br />

las políticas educativas.<br />

Actualmente, la familia es consi<strong>de</strong>rada el mo<strong>de</strong>lo natural <strong>de</strong> interacción<br />

entre sujetos que <strong>de</strong>sempeñan roles diferenciales (Arribas, 1992). Es una estructura<br />

social universal ya que, aún con características distintas, siempre aparece en<br />

cualquier tipo <strong>de</strong> sociedad. La evolución social y económica ha provocado cambios<br />

en su dinámica y estructura; pero su misión educativa, especializada en valores y<br />

hábitos, permanece en el tiempo, aunque en muchas ocasiones la familia se inhiba<br />

<strong>de</strong> esa labor. Es paradójico, pero en la familia actual (Kallinsky, 1999) se han<br />

elevado las expectativas con respecto a los hijos y, sin embargo, se ha menguado el<br />

tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicación para ellos, a pesar <strong>de</strong> que muchos especialistas apuntan la<br />

importancia <strong>de</strong> la interacción entre padres e hijos para la resolución <strong>de</strong> problemas.<br />

Sobre los segundos agentes que influyen en la consi<strong>de</strong>ración social <strong>de</strong>l<br />

alumno, que son los centros <strong>de</strong> enseñanza, es preciso señalar que por lo general se<br />

caracterizan por su <strong>de</strong>scoordinación <strong>de</strong> trabajos, por su funcionamiento celular y por<br />

7


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

su ambigüedad <strong>de</strong> metas (Fuéguel, 2000). Características como la flexibilidad<br />

curricular, la política organizativa y la capacidad comunicativa, marcan las<br />

diferencias entre ellos e inci<strong>de</strong>n sobre los patrones <strong>de</strong> conducta <strong>de</strong> sus alumnos. Lo<br />

más a<strong>de</strong>cuado es que el centro <strong>de</strong> enseñanza interaccione con el medio o<br />

comunidad en la que se encuentra, <strong>de</strong>mostrando que sus ritmos y objetivos<br />

conectan con los propios <strong>de</strong> los alumnos. A<strong>de</strong>más, las relaciones que propicia el<br />

centro <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong>ben caracterizarse por ser <strong>de</strong>mocráticas. A gran<strong>de</strong>s rasgos,<br />

po<strong>de</strong>mos señalar cuatro tipos <strong>de</strong> centros <strong>de</strong> enseñanza (Kallinsky, 1999), en función<br />

<strong>de</strong> la participación que propician: escuela jerárquica, escuela participativa, escuela<br />

comunitaria y escuela autonomista.<br />

En referencia a las políticas educativas, que suponen otro agente<br />

influyente en la consi<strong>de</strong>ración social <strong>de</strong>l alumno, <strong>de</strong>bemos matizar que son todas<br />

aquellas <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> la dirección <strong>de</strong>l centro o la Administración <strong>de</strong> Educación que<br />

afectan <strong>de</strong> alguna manera al proceso educativo. En cuestiones <strong>de</strong> política educativa<br />

es importante consi<strong>de</strong>rar (Fernán<strong>de</strong>z Gacía, Funes y Villaoslada, 2002) que una<br />

organización no discriminatoria y cooperativa, constituye una condición favorable<br />

para el buen <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l alumnado.<br />

Sobre el papel <strong>de</strong> la prensa....<br />

Pasando al análisis <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social, es necesario<br />

partir <strong>de</strong>l supuesto <strong>de</strong> que sus activida<strong>de</strong>s se centran en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la verdad<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un clima <strong>de</strong> libertad; aunque eso <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l sistema político, económico o<br />

cultural implantado. Los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong>berían suscitar en la opinión<br />

pública la voluntad <strong>de</strong> resolver los problemas y responsabilizarse <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong><br />

las soluciones a<strong>de</strong>cuadas, <strong>de</strong> ahí su relevancia social. A estos medios se les<br />

atribuye fundamentalmente tres aspectos negativos: la vulgarización <strong>de</strong> la cultura<br />

porque no fomentan la capacidad crítica propia, el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> peculiarida<strong>de</strong>s<br />

populares y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una cultura mosaico que se caracteriza por ser más<br />

8


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

universalista, <strong>de</strong>sorganizada y dispersa, que la cultura tradicional. Como<br />

consecuencias tenemos la homogeneización <strong>de</strong> valores y las necesida<strong>de</strong>s creadas.<br />

Pero no <strong>de</strong>bemos olvidar que los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

representan una excelente oportunidad formativa, civilizadora y, por consiguiente, <strong>de</strong><br />

progreso. Está claro pues, que los medios <strong>de</strong> comunicación ejercen fuertes<br />

influencias en el proceso <strong>de</strong> socialización <strong>de</strong> los individuos, ya que son una fuente<br />

ineludible y omnipresente <strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones sobre comportamiento y que a<strong>de</strong>más<br />

proporcionan el conocimiento y las orientaciones para interpretar el mundo <strong>de</strong> forma<br />

que tenga sentido. En general, su influencia sobre la socialización se pue<strong>de</strong> resumir<br />

en tres aspectos: mantenimiento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, posibilidad <strong>de</strong> previsión y continuidad<br />

estructural.<br />

Para estudiar los temas que tratan los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

(Bailón y Mignot, 1994), es preciso citar tres categorías que englobarían la totalidad<br />

<strong>de</strong> las temáticas: en la primera categoría están los temas que buscan modificar<br />

comportamientos, en la segunda categoría encontramos los temas que tienen por<br />

objeto exponer nuevas informaciones relacionadas con los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong><br />

los ciudadanos, y en la tercera categoría se incluyen aquellos temas <strong>de</strong>stinados a<br />

promover servicios y organismos públicos.<br />

Con respecto a las funciones atribuidas a los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social (Lucas, 1976) <strong>de</strong>staca la función instrumental, la función <strong>de</strong> advertencia, la<br />

función <strong>de</strong> moralización, la función otorgadora <strong>de</strong> status, la función <strong>de</strong> reforzar las<br />

normas sociales, la disfunción narcotizante, la función informadora, la función <strong>de</strong><br />

entretenimiento, la función <strong>de</strong> transmisión cultural y la función <strong>de</strong> refuerzo <strong>de</strong> las<br />

actitu<strong>de</strong>s. Aunque es ampliamente aceptado el resumir las funciones <strong>de</strong> los medios<br />

<strong>de</strong> comunicación social en informar, formar, divertir y mol<strong>de</strong>ar. En particular, para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta tesis resulta relevante la función <strong>de</strong> conferir “status” o prestigio,<br />

que supone esa posibilidad que ofrecen los medios <strong>de</strong> comunicación social <strong>de</strong> dar a<br />

los individuos o gremios, el prestigio suficiente como para realzar su autoridad y<br />

9


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

posición social. Por otra parte, la teoría <strong>de</strong> los usos y gratificaciones señala una serie<br />

<strong>de</strong> funciones <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social con respecto a las expectativas<br />

<strong>de</strong> la audiencia, estas funciones vienen a satisfacer necesida<strong>de</strong>s psicológicas y<br />

afectivas <strong>de</strong> los individuos.<br />

Dentro <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social, vamos a<br />

centrarnos en la prensa, cuyos orígenes se caracterizan por el dominio político y el<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la burguesía, que fue evolucionando hacia un carácter fundamentalmente<br />

i<strong>de</strong>ológico y <strong>de</strong> opinión, y que actualmente se consi<strong>de</strong>ra básicamente informativo.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia empresarial, el periodismo encuentra una especie <strong>de</strong><br />

censura no explícita en los códigos <strong>de</strong> corrección política que garantizan el respeto a<br />

ambos sexos y a las minorías culturales. Así pues, actualmente el periodista realiza<br />

su trabajo sometido a presiones internas y a presiones externas a la propia<br />

profesión. Ambos son obstáculos difíciles <strong>de</strong> esquivar, pero es preciso que el<br />

periodista oriente su trabajo exclusivamente hacia la verdad, porque el periodismo<br />

conforma una esfera pública cuya actividad es mediar entre la sociedad, la autoridad<br />

política y el mercado. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que la prensa cumple un<br />

doble objetivo, por una parte se <strong>de</strong>dica a relatar lo que acontece y por otra forma<br />

opiniones capaces <strong>de</strong> construir un tipo <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> sociedad.<br />

A la hora <strong>de</strong> transmitir una información cada medio pue<strong>de</strong>n emplear<br />

distintos géneros periodísticos. Si aten<strong>de</strong>mos a la función que cumplen los textos, se<br />

pue<strong>de</strong>n diferenciar cuatro grupos <strong>de</strong> géneros periodísticos (Miravalles, 1985): los<br />

informativos, los interpretativos, los mixtos y el periodismo gráfico. Aunque también<br />

cabe la siguiente clasificación (Calatrava, 1991): informativos, <strong>de</strong> opinión y<br />

publicidad; diferenciándose por el carácter, la estructura, el tono, el referente y la<br />

intención. Y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l lenguaje y <strong>de</strong> las técnicas periodísticas<br />

(Aguilera, 1992), se distinguen tres tipos <strong>de</strong> mensajes: el relato informativo, el relato<br />

interpretativo y el comentario.<br />

En esta investigación vamos a contemplar los géneros informativos, los<br />

interpretativos y un tercer grupo en el que entrarían todos los géneros que <strong>de</strong>stacan<br />

10


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

por emitir juicios <strong>de</strong> valor (Núñez La<strong>de</strong>véze, 1995). Así, en esta investigación<br />

contemplamos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l grupo informativo: la noticia y los avisos y comunicados.<br />

En el grupo interpretativo o <strong>de</strong> opiniones: el artículo <strong>de</strong> opinión, el editorial y la carta<br />

al director. Y en el grupo <strong>de</strong> valoraciones personales: la entrevista, el comentario y el<br />

reportaje.<br />

En el proceso <strong>de</strong> interpretación <strong>de</strong> la noticia es necesario tener en<br />

cuenta que los periodistas, por lo general, no presencian los acontecimientos sobre<br />

los que van a informar, por lo que resulta <strong>de</strong> capital importancia valorar cuál ha sido<br />

la fuente <strong>de</strong> información, a qué parte <strong>de</strong>l texto inicial se alu<strong>de</strong> y cómo se transforma<br />

esa información en noticia. Lo más complejo es que los textos fuente que emplea el<br />

periodista son versiones ya codificadas por las agencias <strong>de</strong> prensa, que respon<strong>de</strong>n,<br />

no sólo al conocimiento general <strong>de</strong>l suceso, sino también a <strong>de</strong>terminadas i<strong>de</strong>ologías<br />

y actitu<strong>de</strong>s. En general, el periodista trabaja sobre la información que recibe en base<br />

a dos categorías (Núñez La<strong>de</strong>véze, 1991): la que se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> su función social y la<br />

propia <strong>de</strong> su especialización profesional.<br />

Por otro lado, si tenemos en cuenta que la imagen es uno <strong>de</strong> los<br />

elementos principales sobre los que se apoyan los medios <strong>de</strong> comunicación social,<br />

es <strong>de</strong> capital importancia el análisis <strong>de</strong> la fotografía periodística. Sus inicios se<br />

encuentran en las ilustraciones que aparecen por motivaciones estéticas y artísticas,<br />

y así lo entendían los lectores que todavía no sabían asumir la información por<br />

medio <strong>de</strong> imágenes; pero rápidamente la audiencia compren<strong>de</strong> el alto valor<br />

informativo <strong>de</strong> las ilustraciones, a<strong>de</strong>más con ellas se recibe la información con<br />

menor esfuerzo <strong>de</strong>l que se precisa para compren<strong>de</strong>r el texto.<br />

Como último aspecto a señalar, pero no menos importante, la fotografía<br />

en la prensa diaria se presenta cada vez más i<strong>de</strong>ntificada por <strong>de</strong>terminados<br />

estereotipos que reducen su capacidad simbólica e interpretativa. Precisamente<br />

nuestro objeto <strong>de</strong> estudio es el análisis <strong>de</strong> estereotipos sociales que se transmiten a<br />

través <strong>de</strong> la prensa diaria, en concreto sobre la imagen <strong>de</strong>l profesor y la <strong>de</strong>l alumno.<br />

11


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Sobre el trabajo <strong>de</strong> campo....<br />

Tras el análisis teórico <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l profesor, la figura <strong>de</strong>l alumno y el<br />

papel <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación, estamos en disposición <strong>de</strong> afirmar que la<br />

imagen que se transmite <strong>de</strong> la actividad docente a través <strong>de</strong> la prensa diaria,<br />

<strong>de</strong>semboca en el empeoramiento <strong>de</strong> la imagen social <strong>de</strong>l hecho educativo en<br />

general; por cuanto afecta negativamente al proceso <strong>de</strong> aprendizaje que<br />

experimentan los alumnos, al proceso <strong>de</strong> enseñanza que <strong>de</strong>sarrollan los profesores<br />

e incluso pue<strong>de</strong> afectar a la salud psíquica y física <strong>de</strong> estos profesionales <strong>de</strong> la<br />

educación. Tan importante pue<strong>de</strong> resultar el <strong>de</strong>sprestigio gratuito, generalizado y<br />

<strong>de</strong>smesurado <strong>de</strong> la función docente que merece empezar a ser tomado más en serio<br />

por estudios enfocados en la búsqueda <strong>de</strong> soluciones.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte, que los medios <strong>de</strong> comunicación social pue<strong>de</strong>n modificar<br />

la dirección <strong>de</strong> esta circunstancia si comienzan a transmitir un estereotipo <strong>de</strong>l<br />

profesor y <strong>de</strong>l alumno que sea más sincero, realista y ajustado, que aquel que se<br />

está <strong>de</strong>sarrollando en la actualidad. El objeto <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> esta tesis es<br />

precisamente el análisis <strong>de</strong> la imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos que transmite<br />

la prensa, sabiendo que la prensa escrita es el medio <strong>de</strong> comunicación más<br />

asequible y cómodo para la realización <strong>de</strong> investigaciones y estudios.<br />

Existen varios trabajos <strong>de</strong> investigación que sirven como antece<strong>de</strong>ntes<br />

a este estudio, por cuanto aplican el análisis <strong>de</strong> contenido para encontrar temáticas<br />

educativas en la prensa escrita, pero el estudio que más se acerca a nuestros<br />

objetivos es el dirigido por J. Cabero y F. Loscertales (1998) en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

Sevilla.<br />

Aquí me propongo recorrer un curso escolar, 2001-02, siguiendo<br />

diacrónicamente las referencias a profesores y/o alumnos que aparecen en cinco<br />

periódicos diferentes: ABC, EL MUNDO, EL PAÍS, LA VANGUARDIA y SUR.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesorado, hemos <strong>de</strong>cidido incluir en este estudio la<br />

12


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

consi<strong>de</strong>ración en prensa <strong>de</strong>l alumno, con el objetivo <strong>de</strong> comparar estereotipos y para<br />

extraer conclusiones sobre las relaciones entre ambos colectivos. En general, la<br />

imagen que se tiene <strong>de</strong>l alumno <strong>de</strong> nuestros días es un tema poco trabajado, a<br />

pesar <strong>de</strong> que también pue<strong>de</strong> sufrir manipulaciones por los medios <strong>de</strong> comunicación.<br />

Siguiendo los enfoques actuales <strong>de</strong> la investigación educativa, nos<br />

enfrentamos a un trabajo multidisciplinar por cuanto que se combinan análisis <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

las Ciencias <strong>de</strong> la Educación, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Psicología Social y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las Ciencias <strong>de</strong> la<br />

Información. La teoría <strong>de</strong> la educación ayuda a esclarecer la función y formación <strong>de</strong>l<br />

profesor y <strong>de</strong>l alumno, las teorías sociológicas analizan los roles que se les atribuye<br />

y el estado <strong>de</strong> malestar <strong>de</strong> dichos profesionales, y por último, las teorías <strong>de</strong> la<br />

comunicación estudian la transmisión <strong>de</strong> estereotipos y la manipulación <strong>de</strong> la<br />

realidad.<br />

El procedimiento ha sido leer a diario cada uno <strong>de</strong> los cinco periódicos<br />

seleccionados durante esos doce meses, y seleccionar aquellos textos periodísticos<br />

en los que aparecen alguna <strong>de</strong> las palabras clave establecidas para la investigación:<br />

“maestro-a”, “profesor-a-ado”, “docente”, “catedrático-a”, “director-a”, “escolar”,<br />

“colegial-a”, “alumno-a-ado”, “estudiante”, “discente” y “universitario-a”. A medida<br />

que se realizaban las localizaciones y lecturas <strong>de</strong> los textos, se iban diferenciando<br />

los temas y formando con ellos categorías, distinguiendo entre las que hacían<br />

referencia a profesores y las relativas a alumnos. Finalmente, la muestra sobre la<br />

que llevamos a cabo nuestro análisis; y que fue <strong>de</strong> 1910 textos, <strong>de</strong> los cuales 326<br />

correspon<strong>de</strong>n al ABC (un 17`07 %), 616 a EL PAÍS (un 32`25 %), 359 a EL MUNDO<br />

(un 18`79 %), 399 al SUR (un 20`89 %) y 210 a LA VANGUARDIA (un 10`99 %),<br />

repartidas entre catorce categorías relativas a profesores y catorce relativas a<br />

alumnos. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las palabras clave y los temas, también trabajamos otras seis<br />

categorías en cada uno <strong>de</strong> los textos: Mes <strong>de</strong> publicación, sección <strong>de</strong>l periódico,<br />

presentación, situación, extensión y género periodístico.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En el análisis <strong>de</strong> contenido que he realizado se han manejado tres<br />

programas informáticos: AQUAD Cinco, SPSS 11.5 y Excel, que han posibilitado el<br />

cálculo <strong>de</strong> frecuencias observadas y esperadas, la elaboración <strong>de</strong> tablas cruzadas,<br />

la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> estadísticos no paramétricos y la constatación <strong>de</strong> hipótesis.<br />

Las conclusiones más significativas son: La mayor proporción <strong>de</strong> los<br />

textos referentes a profesores o alumnos se han encontrado en el periódico <strong>de</strong><br />

mayor distribución –EL PAÍS- y en el <strong>de</strong> menor distribución –SUR-. La temática<br />

educativa sólo interesa en <strong>de</strong>terminados momentos temporales <strong>de</strong>l curso (al inicio y<br />

al final), porque a la sociedad le interesa expresamente el asegurar la plaza en el<br />

centro <strong>de</strong> enseñanza y el transcurso <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> exámenes finales; aunque hay<br />

circunstancias externas al curso escolar que pue<strong>de</strong>n variar esta distribución y centrar<br />

el interés por el ámbito educativo en otros meses. Toda la población parece<br />

enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> educación, pero a la hora <strong>de</strong> estar informados prevalece el interés por<br />

los sucesos polémicos o escandalosos.<br />

También se concluye que cada periódico distribuye las referencias a<br />

profesores o alumnos <strong>de</strong> forma peculiar entre las secciones <strong>de</strong> su periódico; así,<br />

algunos optan por emplear la sección Sociedad <strong>de</strong> carácter general y otros usan la<br />

sección Regional o Local según el caso, para contextualizar el documento y llamar<br />

así la atención <strong>de</strong>l lector.<br />

Otra <strong>de</strong>ducción es que, aún siendo la educación un tema muy<br />

importante para nuestra sociedad, a sus protagonistas no se les presta la suficiente<br />

atención. Así, por ejemplo, no suelen presentarse en las portadas <strong>de</strong> los periódicos,<br />

no es usual el acompañamiento <strong>de</strong> gráficos ni <strong>de</strong> antetítulos, y la extensión<br />

acostumbra a ser pequeña.<br />

Un hecho que nos permite analizar la imagen <strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong>l<br />

alumnado que se transmite, es que al emplear mayoritariamente el género<br />

periodístico <strong>de</strong> la Noticia, son reporteros los que tratan la información, y no personas<br />

especializadas en temáticas educativas cuyas valoraciones resultarían más fiables y<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

profundas. Por otro lado, que la Noticia y el Reportaje sean los géneros periodísticos<br />

más empleados implica la no presencia <strong>de</strong> opinión con respecto a estas dos figuras<br />

sociales.<br />

Otro dato significativo <strong>de</strong> nuestra investigación, es que sobre el total <strong>de</strong><br />

textos y <strong>de</strong> temáticas planteadas en ellos, las dos cuestiones que mayor porcentaje<br />

representan son las huelgas protagonizadas por alumnos y las relaciones conflictivas<br />

<strong>de</strong> los profesores con asuntos legislativos y políticos. Éstos son dos temas <strong>de</strong><br />

bastante actualidad y dotados <strong>de</strong> cierta polémica social, <strong>de</strong> ahí que <strong>de</strong>spierte el<br />

interés <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas. A<strong>de</strong>más, cuando se publica en<br />

prensa algún documento en el que se relaciona la figura <strong>de</strong>l profesor y la <strong>de</strong>l alumno,<br />

se suele hacer ofreciendo una visión problemática <strong>de</strong> dicha relación.<br />

La prensa <strong>de</strong> carácter nacional tien<strong>de</strong> a subrayar las cuestiones<br />

polémicas que ro<strong>de</strong>an al profesor y al alumno, exceptuando EL PAÍS que, al igual<br />

que la prensa regional o provincial, también enfatiza las iniciativas educativas<br />

experimentadas por alumnos. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos afirmar que los temas<br />

tratados son superficiales y se refieren a aspectos llamativos y <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle, olvidando<br />

temas que darían una imagen más real, profesional y científica <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> la<br />

educación.<br />

Los resultados nos llevan a concluir que cuando se valora la imagen <strong>de</strong>l<br />

profesor ésta es <strong>de</strong> carácter negativo, mientras que <strong>de</strong>l alumno se transmiten<br />

valoraciones neutras, evadiendo las opiniones. No obstante, en la mayoría <strong>de</strong> los<br />

casos no se emiten juicios <strong>de</strong> valor ni sobre la imagen <strong>de</strong>l profesorado, ni sobre la<br />

<strong>de</strong>l alumnado, <strong>de</strong>mostrando así <strong>de</strong>sinterés hacia las cuestiones <strong>de</strong>l ámbito<br />

educativo.<br />

En esta línea <strong>de</strong> calificaciones, hemos encontrado una visión diferente<br />

<strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong>l alumnado en función <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong>l<br />

periódico. De esta forma sabemos que los periódicos <strong>de</strong> ámbito regional o provincial<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

se inclinan a reflejar una imagen positiva <strong>de</strong>l profesor, mientras que los periódicos <strong>de</strong><br />

difusión nacional reflejan una imagen más negativa, incluso en sus tiradas<br />

autonómicas. Y, con respecto a la imagen <strong>de</strong>l alumno, los periódicos <strong>de</strong> menor<br />

difusión tien<strong>de</strong>n a repartir sus posturas reflejando una valoración neutra, mientras<br />

que periódicos <strong>de</strong> mayor tirada se <strong>de</strong>cantan hacia una imagen negativa, excepto en<br />

el caso <strong>de</strong> EL PAÍS que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> una imagen positiva <strong>de</strong>l alumno.<br />

También existen diferencias en la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cada periódico a<br />

centrarse en un nivel concreto <strong>de</strong> la enseñanza. En el caso <strong>de</strong> EL PAÍS, LA<br />

VANGUARDIA, ABC y SUR, se refleja en más ocasiones referencias a la enseñanza<br />

primaria, con alusiones a “maestros-as” y/o “escolares”; mientras que en EL MUNDO<br />

la ten<strong>de</strong>ncia señala hacia la enseñanza universitaria. Pero en líneas generales, lo<br />

más significativo es el uso <strong>de</strong> referencias a estas figuras sin subrayar las distinciones<br />

entre niveles educativos; es <strong>de</strong>cir, con alusiones a “profesores-as”, “docentes”,<br />

“alumnos-as”, y/o “estudiantes”.<br />

Por consiguiente, la imagen que actualmente se transmite <strong>de</strong> los profesionales <strong>de</strong> la<br />

enseñanza pue<strong>de</strong> mejorar si los medios <strong>de</strong> comunicación empiezan a revalorizar las<br />

cuestiones intrínsecas <strong>de</strong>l proceso educativo, colocando estos textos en portada,<br />

con gráficos e ilustraciones explicativas, con una extensión consi<strong>de</strong>rable que llame la<br />

atención <strong>de</strong>l lector y expresando, siempre que sea posible, opiniones positivas sobre<br />

su figura y actuación social; así como reclamando explícitamente dicha revaloración<br />

(ver Figura 0). También <strong>de</strong>bemos señalar que respecto a la imagen <strong>de</strong> los alumnos<br />

los medios <strong>de</strong> comunicación están empezando a <strong>de</strong>sprestigiarla a base <strong>de</strong> tanto<br />

tratar cuestiones polémicas <strong>de</strong> violencia y protestas, cuando en realidad las<br />

cuestiones educativas necesitan urgentemente ser revalorizadas.<br />

Para terminar, quiero expresar mi intención <strong>de</strong> que esta Tesis resulte<br />

productiva a la lucha institucional por mejorar la consi<strong>de</strong>ración social <strong>de</strong>l<br />

profesorado, tanto por la apertura <strong>de</strong> nuevas líneas <strong>de</strong> investigación como por sus<br />

conclusiones mismas.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 0: Se reclama la revaloración <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesor.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

PRIMERA PARTE<br />

ANÁLISIS TEÓRICO<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

1. LA CONSIDERACIÓN<br />

SOCIAL DEL PROFESOR Y DE<br />

SUS FUNCIONES<br />

A teacher affects eternity, he can never tell<br />

where his influence stops (H.Brooks Adams,<br />

1838-1918).<br />

1.1 LA IMAGEN SOCIAL DE LA FUNCIÓN DOCENTE<br />

1.1.1. CONTEXTO DEL DETERIORO<br />

Partimos <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la sociedad se <strong>de</strong>sarrolla en un proceso,<br />

porque se nutre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir constante <strong>de</strong> hechos que permiten su evolución. En<br />

opinión <strong>de</strong>l ilustre sociólogo Sztompka (1993): Toda realidad social es pura<br />

dinámica, un flujo <strong>de</strong> cambios <strong>de</strong> velocida<strong>de</strong>s, intensida<strong>de</strong>s, ritmos y tiempos<br />

diversos (p.31). Es esta la razón <strong>de</strong> que se sucedan fuertes cambios sociales <strong>de</strong><br />

unos años a otros.<br />

En los años setenta se comienza a contraponer a la imagen idílica <strong>de</strong>l<br />

19


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

profesor 1 como ser modélico en sus virtu<strong>de</strong>s y buenos hábitos 2 , una visión conflictiva<br />

<strong>de</strong> la enseñanza y <strong>de</strong> los propios profesores que se transmite a la sociedad. Los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas fueron los principales transmisores <strong>de</strong> dicha<br />

imagen, pues ellos empezaron a divulgar las imperfecciones y lagunas <strong>de</strong>l sistema<br />

educativo, mientras culpaban <strong>de</strong> ellas a los propios profesores. Tras el franquismo,<br />

comenzaba una época en la que ya se podían criticar abiertamente las <strong>de</strong>ficiencias<br />

<strong>de</strong> los servicios públicos sin pasar censura. Años antes, todas eran buenas noticias,<br />

y las únicas “malas” eran aquellas que al Régimen le interesaba que fueran<br />

ampliamente conocidas por todo el pueblo español, por lo general para afianzar en<br />

los ciudadanos 3 el sentimiento <strong>de</strong> rechazo y con<strong>de</strong>na hacia ciertas i<strong>de</strong>ologías.<br />

A<strong>de</strong>más, apunta V.M. Ortiz Oria (1995):<br />

(...) los maestros serán objeto <strong>de</strong> una moralización sin prece<strong>de</strong>ntes.<br />

Para educar en esta etapa la moral y la religión son los aspectos<br />

esenciales, suprimiéndose el estudio <strong>de</strong> las cuestiones económicas y<br />

sociales (p.28).<br />

La educación durante el franquismo se asemeja más a la educación<br />

estatal espartana, que a la que España <strong>de</strong>mandaba. Con este panorama educativo,<br />

no es <strong>de</strong> extrañar que las protestas surgieran tan pronto como se abrió el camino<br />

hacia la libertad. En general, las críticas más escuchadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que volvió la<br />

<strong>de</strong>mocracia a España, han sido hacia los métodos y contenidos <strong>de</strong> enseñanza que<br />

no respon<strong>de</strong>n a las nuevas <strong>de</strong>mandas, pero también se subrayaba el hecho <strong>de</strong> que,<br />

en el momento actual, el sistema educativo no hace <strong>de</strong>saparecer las diferencias<br />

entre clases sociales y que no asegura un puesto <strong>de</strong> trabajo acor<strong>de</strong> al nivel <strong>de</strong><br />

estudios (Cfr. Esteve, Franco y Vera, 1995, 11-12). De estos tres aspectos, <strong>de</strong>bemos<br />

tener presente que sólo la actualización <strong>de</strong> métodos <strong>de</strong> enseñanza pue<strong>de</strong><br />

adjudicarse por completo al profesor, o más bien a la formación que le<br />

proporcionaron; sin embargo, tanto la actualización <strong>de</strong> los contenidos curriculares,<br />

1 Durante el trabajo voy a emplear la palabra “profesor” como generalidad <strong>de</strong> docentes y maestros. Excepto en<br />

las citas literales. No empleo “educador” puesto que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacimiento <strong>de</strong> un perfil profesional específico para<br />

la Educación Social, se reserva para sus trabajadores. También he <strong>de</strong>sestimado usar la palabra “enseñante”<br />

porque parece ignorar la tarea básicamente formativa <strong>de</strong> esta profesión.<br />

2 Para conocer más a fondo las características <strong>de</strong>l profesor i<strong>de</strong>al, véase F. VOLI (1996) La autoestima <strong>de</strong>l<br />

profesor. Manual <strong>de</strong> reflexión y acción educativa. PPC, Madrid, 34 y ss.<br />

3 A lo largo <strong>de</strong> todo el trabajo para referirme a un grupo <strong>de</strong> personas, utilizaré el masculino como generalidad,<br />

simplemente para evitar la pesa<strong>de</strong>z textual <strong>de</strong> indicar el masculino y el femenino <strong>de</strong> dicha palabra cada vez que<br />

la emplee.<br />

20


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

como la erradicación <strong>de</strong>l clasismo y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempleo, están ligadas a la acción política<br />

y al contexto económico y social.<br />

Así pues, vemos cómo la imagen social <strong>de</strong>l profesorado se <strong>de</strong>sprestigia<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas, y la comunidad en general,<br />

empiezan a convertir en problemas educativos todos aquellos conflictos sociales y<br />

políticos que van surgiendo (ver Figura 1.1), sin que los responsables <strong>de</strong> la política<br />

educativa hayan intervenido a su favor, salvo contadas ocasiones 4 . Con el paso <strong>de</strong>l<br />

tiempo los responsables <strong>de</strong> la educación se han empezado a dar cuenta que <strong>de</strong>jar<br />

que el profesor cargue con la culpa <strong>de</strong> tantos errores y lagunas socioeducativas, no<br />

ha sido una buena opción, puesto que <strong>de</strong> esta forma el sistema educativo también<br />

ha ido perdiendo categoría, seriedad, respeto y confianza. En estas condiciones:<br />

Los profesores en nuestra sociedad contemporánea se enfrentan a<br />

unas circunstancias cambiantes que les obligan a hacer mal su trabajo,<br />

enfrentándose a<strong>de</strong>más a una crítica generalizada, que, sin analizar<br />

esas circunstancias, consi<strong>de</strong>ra a los profesores como los responsables<br />

inmediatos <strong>de</strong> los fallos <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> enseñanza (Esteve, 1997, 20-<br />

21).<br />

¿No sería mucho más lógico que los responsables políticos <strong>de</strong> la<br />

educación y los medios <strong>de</strong> comunicación social, apoyaran y facilitaran el buen<br />

quehacer <strong>de</strong> los profesores? Pues sí, pero como <strong>de</strong>safortunadamente, en ocasiones<br />

no es así, los profesores se sienten <strong>de</strong>svalidos, abandonados a su suerte y a los<br />

ataques indiscriminados <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la comunidad. La educación <strong>de</strong>be ocupar un<br />

lugar privilegiado entre las <strong>de</strong>cisiones políticas y el reparto <strong>de</strong> presupuestos, por el<br />

importante papel que juega en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuestra sociedad (Cfr. Esteve, 2003,<br />

230).<br />

An<strong>de</strong>mos un paso hacia atrás, hasta principios <strong>de</strong>l siglo XX, cuando los<br />

políticos crean una serie <strong>de</strong> medidas para elevar la posición <strong>de</strong> la enseñanza,<br />

porque se consi<strong>de</strong>raba que la educación sería un buen instrumento <strong>de</strong> civilización y<br />

4 Valgan como ejemplo, las campañas publicitarias que ha <strong>de</strong>sarrollado la Consejería <strong>de</strong> Educación <strong>de</strong> la Junta<br />

<strong>de</strong> Andalucía, a fin <strong>de</strong> enaltecer la labor <strong>de</strong> los profesores.<br />

21


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.1: Conflictos sociales se convierten en problemas educativos.<br />

22


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

progreso. Pero fue realmente la llegada <strong>de</strong> la II República lo que logró revalorizar la<br />

imagen <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong> la enseñanza, pues se realizaron mayores inversiones<br />

económicas en educación y oportunas reformas organizativas y curriculares. El<br />

profesor estaba transformándose, <strong>de</strong> ser fundamentalmente adoctrinador a ser<br />

transmisor <strong>de</strong> cultura; había pasado <strong>de</strong> ejercer una función un tanto mística a<br />

realizar un servicio comunitario bastante bien valorado. Pero, justo en esos<br />

momentos <strong>de</strong> renovaciones, España volvió a vivir otro nuevo retroceso político,<br />

quizás el más importante <strong>de</strong> su historia, porque la Guerra Civil (1936-39) llevó hasta<br />

nuestro gobierno una dictadura militar, que <strong>de</strong>volvió a la sociedad las represiones<br />

olvidadas. El cuerpo <strong>de</strong> profesores quedó diezmado por la muerte y el exilio, y fue<br />

rápidamente <strong>de</strong>purado, puesto que el nuevo Régimen no necesitaba profesionales<br />

empren<strong>de</strong>dores, sino que buscaba un equipo <strong>de</strong> profesores autoritarios con los<br />

alumnos 5 , pero a su vez sumisos con sus superiores (Cfr. Ortiz Oria, 1995, 27-28).<br />

La función docente se reduciría a transmitir la i<strong>de</strong>ología franquista, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> patria<br />

basada en una concepción militar, y la fe católica.<br />

Ya bien entrados los años sesenta, España se contagió, <strong>de</strong> forma<br />

irremediable, <strong>de</strong> esa ten<strong>de</strong>ncia europea hacia lo educativo como única vía para tener<br />

trabajadores mejor preparados y po<strong>de</strong>r levantar la economía <strong>de</strong> un país, en este<br />

caso el nuestro. Efectivamente, los políticos no pudieron dar la espalda a esta<br />

necesidad <strong>de</strong> la sociedad y se redactó el Plan <strong>de</strong>l 1967 que se culminó con la Ley<br />

General <strong>de</strong> Educación <strong>de</strong> 1970. Entre otros aspectos, se planteaba reformar la<br />

formación inicial y permanente <strong>de</strong> los profesores, pero no se supo estar al alcance<br />

<strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> reciclaje <strong>de</strong> esos profesionales que habían sufrido tantos<br />

años <strong>de</strong> sumisión a la disciplina pedagógica <strong>de</strong> la dictadura –caracterizada por los<br />

duros castigos, la religiosidad exagerada y la transmisión <strong>de</strong> los i<strong>de</strong>ales políticos <strong>de</strong><br />

la dictadura-. Estos profesores se habían formado y, hasta ese momento, habían<br />

<strong>de</strong>sarrollado su actividad bajo la penumbra <strong>de</strong>l adoctrinamiento y el autoritarismo; es<br />

evi<strong>de</strong>nte pues, que era harto compleja la tarea <strong>de</strong> reciclar a estos profesionales,<br />

porque había que comenzar por cambiar sus mentalida<strong>de</strong>s.<br />

5 Durante el trabajo voy a emplear la palabra “alumno” como generalidad <strong>de</strong> infantiles, escolares, colegiales,<br />

universitarios, discentes y estudiantes; puesto que se correspon<strong>de</strong> mejor con la generalidad <strong>de</strong> “profesor”<br />

también empleada. A excepción, por supuesto, <strong>de</strong> las citas literales.<br />

23


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Con este panorama, llega veinte años <strong>de</strong>spués la LOGSE, en enero <strong>de</strong><br />

1990. Ésta nace por la conciencia generalizada <strong>de</strong> que es necesario introducir<br />

procesos <strong>de</strong> reforma e innovación educativa, para a<strong>de</strong>cuar el sistema educativo a las<br />

<strong>de</strong>mandas y exigencias sociales. Ya en el Título Preliminar <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> esta Ley se<br />

<strong>de</strong>ja bien claro, punto por punto, que la actividad educativa va a suponer un<br />

tremendo esfuerzo por parte <strong>de</strong> los profesores, dice así:<br />

“La actividad educativa se <strong>de</strong>sarrollará atendiendo a los siguientes<br />

principios:<br />

a) La formación personalizada, que propicie una educación integral<br />

en conocimientos, <strong>de</strong>strezas y valores morales <strong>de</strong> los alumnos en<br />

todos sus ámbitos <strong>de</strong> la vida, personal, familiar, social y<br />

profesional.<br />

b) La participación y colaboración <strong>de</strong> los padres o tutores para<br />

contribuir a la mejor consecución <strong>de</strong> los objetivos educativos.<br />

c) La efectiva igualdad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos entre sexos, el rechazo a todo<br />

tipo <strong>de</strong> discriminación y el respeto a todas las culturas.<br />

d) El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s creativas y <strong>de</strong>l espíritu crítico.<br />

e) El fomento <strong>de</strong> los hábitos <strong>de</strong> comportamiento <strong>de</strong>mocrático.<br />

f) La autonomía pedagógica <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites<br />

establecidos por las leyes, así como la actividad investigadora <strong>de</strong><br />

los profesores a partir <strong>de</strong> su práctica docente.<br />

g) La atención psicopedagógica y la orientación educativa y<br />

profesional.<br />

h) La metodología activa que asegure la participación <strong>de</strong>l alumnado<br />

en los procesos <strong>de</strong> enseñanza y aprendizaje.<br />

i) La evaluación <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> enseñanza y aprendizaje, <strong>de</strong> los<br />

centros docentes y <strong>de</strong> los diversos elementos <strong>de</strong>l sistema.<br />

j) La relación con el entorno social, económico y cultural.<br />

k) La formación en el respeto y <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l medio ambiente.”<br />

(Artículo.2.3)<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar, excepto el punto b) que hace referencia a la<br />

necesidad <strong>de</strong> que los padres o tutores <strong>de</strong> los alumnos se impliquen también en el<br />

24


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje, y el g) que exige la presencia y actuación <strong>de</strong> un<br />

psicopedagogo en el centro educativo, el resto <strong>de</strong> los puntos hace mención a alguna<br />

actividad a <strong>de</strong>sarrollar por el profesor. Es <strong>de</strong>cir, a la tarea <strong>de</strong> enseñar <strong>de</strong>terminados<br />

contenidos curriculares a un grupo <strong>de</strong> niños o jóvenes, al profesor se le exige que<br />

realice unas nueve activida<strong>de</strong>s más, que, por supuesto ni son sencillas ni rápidas <strong>de</strong><br />

concluir. Es evi<strong>de</strong>nte que, (...) la función docente estriba en enseñar a los alumnos, y<br />

que éstos aprendan contenidos sustantivos y relevantes socialmente y para la vida<br />

individual <strong>de</strong> quien los apren<strong>de</strong> (Ortega, 1992, 18), y el resto serán tareas<br />

secundarias con posibilidad <strong>de</strong> realizarse si las circunstancias así lo <strong>de</strong>mandan y el<br />

tiempo lo permite. N.M. Goble (1980) afirma, (...) que la misión <strong>de</strong>l profesor es<br />

promover el aprendizaje, y que ninguna <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l “rol” <strong>de</strong>be <strong>de</strong>sfigurar ese fin<br />

ni inhibir al profesor en el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> esa función básica en la forma que parezca<br />

más efectiva (p.22). No obstante, hay que valorar positivamente ese nuevo perfil <strong>de</strong>l<br />

profesor, como agente más reflexivo, crítico y significativo, que se traza en la<br />

LOGSE (Cfr. Cabero y Loscertales, 1998, 34).<br />

Apenas transcurren doce años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la LOGSE y se realizan reformas<br />

sustanciales en la LOCE <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>l 2002. Por ejemplo, en la promoción <strong>de</strong><br />

curso, en la oferta <strong>de</strong> optativas, en la especialización y ramificación <strong>de</strong> cursos, en la<br />

separación <strong>de</strong> los refuerzos... y, lo más <strong>de</strong>stacado para este trabajo, en la autoridad<br />

<strong>de</strong>l profesor. Se aboga por respaldar a los profesores, para que sean los que<br />

dominen el proceso educativo y no los alumnos o sus padres (ver Figura 1.2). En<br />

multitud <strong>de</strong> casos, se ha llegado hasta el extremo, <strong>de</strong> que algunos profesores tengan<br />

que trabajar con cierta <strong>de</strong>sidia y permitiendo que las agresiones y las continuas<br />

protestas ganen a sus esfuerzos pedagógicos. En mi opinión, esos profesores se<br />

han <strong>de</strong>jado llevar porque les resulta utópico pensar que su trabajo aislado pue<strong>de</strong><br />

cambiar la mentalidad, los hábitos y la posición social <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> alumnos. Con<br />

este fin, es imprescindible el apoyo <strong>de</strong> la sociedad en general, empezando por los<br />

padres o tutores, y culminando con el respaldo material, personal y formativo por<br />

parte <strong>de</strong> los responsables políticos a los que corresponda.<br />

En la LOCE se han <strong>de</strong>finido las funciones <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong> la<br />

siguiente forma:<br />

25


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.2: Se respalda a los profesores para que sean los que dominen el proceso.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

“ a) La enseñanza <strong>de</strong> las áreas, asignaturas, materias y módulos que<br />

tengan encomendados.<br />

b) Promover y participar en las activida<strong>de</strong>s complementarias, <strong>de</strong>ntro o<br />

fuera <strong>de</strong>l recinto educativo, programadas por los profesores y<br />

<strong>de</strong>partamentos didácticos e incluidas en la programación general anual.<br />

c) La contribución a que las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l centro se <strong>de</strong>sarrollen en<br />

un clima <strong>de</strong> respeto, <strong>de</strong> tolerancia, <strong>de</strong> participación y <strong>de</strong> libertad para<br />

fomentar en los alumnos los valores propios <strong>de</strong> una sociedad<br />

<strong>de</strong>mocrática.<br />

d) La tutoría <strong>de</strong> los alumnos para dirigir su aprendizaje, transmitirles<br />

valores y ayudarlos, en colaboración con los padres, a superar sus<br />

dificulta<strong>de</strong>s.<br />

e) La colaboración, con los servicios o <strong>de</strong>partamentos especializados<br />

en orientación educativa, académica y profesional <strong>de</strong> los alumnos.<br />

f) La coordinación <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s docentes, <strong>de</strong> gestión y <strong>de</strong><br />

dirección que les sean encomendadas.<br />

g) La participación en la actividad general <strong>de</strong>l centro.<br />

h) La investigación, la experimentación y la mejora continua <strong>de</strong> los<br />

procesos <strong>de</strong> enseñanza correspondiente.” (Artículo.56)<br />

Por otro lado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la escuela ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> coincidir con las<br />

<strong>de</strong>más instituciones que participan en la socialización <strong>de</strong>l niño o <strong>de</strong>l joven en los<br />

valores y en los patrones que <strong>de</strong>ben ser transmitidos y que dan lugar a una<br />

socialización convergente, el profesor ha perdido seguridad en su trabajo (Merazzi,<br />

1983). Un profesional inseguro sólo consigue el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> su actividad; por ello, la<br />

mayoría <strong>de</strong> los padres ya no ven en los profesores esas “eminencias” a tratar <strong>de</strong> Don<br />

o Doña. Los profesores han pasado en poco tiempo <strong>de</strong> ser admirados por su<br />

impecable labor a ser compa<strong>de</strong>cidos por la situación tan compleja en la que<br />

<strong>de</strong>sarrollan su trabajo. Ya no poseen el monopolio <strong>de</strong> los conocimientos, han <strong>de</strong>jado<br />

<strong>de</strong> ser agentes monopolizadores para convertirse en agentes mediadores entre los<br />

alumnos y la masa <strong>de</strong> información que reciben constantemente (Cfr. García García,<br />

1986, 404). Pero, (...) es necesario mantener un equilibrio entre la función tradicional<br />

<strong>de</strong> impartir conocimientos y otras funciones sociales más amplias, entre las que se<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

incluye el ayudar a los estudiantes a integrar en una filosofía coherente la avalancha<br />

<strong>de</strong> información fragmentaria, parcial y en ocasiones inexacta que les inunda en su<br />

vida diaria (Ibíd., 404).<br />

F. Loscertales y T. Núñez (2001) señalan que esta nueva situación <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>svaloración <strong>de</strong>l sistema educativo y <strong>de</strong> los profesores se <strong>de</strong>be fundamentalmente<br />

a tres aspectos:<br />

- Al terminar con la enseñanza elitista, el sistema educativo ya está al<br />

alcance <strong>de</strong> todos, no es un privilegio <strong>de</strong> ciertas clases sociales. Ha<br />

perdido valor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que se exige como un <strong>de</strong>recho<br />

generalizado.<br />

- Al convertirse en un <strong>de</strong>recho, parece que todo <strong>de</strong>be ser gratuito, sin<br />

esfuerzo; por tanto se pier<strong>de</strong> el concepto <strong>de</strong> disciplina.<br />

- Y, por último, se ha perdido la fe en la eficacia <strong>de</strong> la enseñanza para<br />

asegurar un puesto social digno, por ello muchos padres ven la escuela<br />

como un lugar para que estén recogidos (pp.10-11).<br />

A.I. Blanco García y M.J. García González (1993) aña<strong>de</strong>n la<br />

feminización <strong>de</strong> la enseñanza como otro factor <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>svalorización (ver Figura<br />

1.3). En el estudio que han realizado concluyen:<br />

(...) la impresión que tenemos a la vista <strong>de</strong> los datos aportados es que<br />

cuando se piensa en las mujeres actuales se mantiene una<br />

caracterización basada en los rasgos propios <strong>de</strong> la formación<br />

institucional y social que recibían las mujeres durante el siglo pasado,<br />

formación altamente saturada <strong>de</strong> contenidos doctrinales (p.95).<br />

Con respecto a la feminización <strong>de</strong> la enseñanza, son muchos los<br />

estudios que revelan su crecimiento, <strong>de</strong>bido fundamentalmente a que las<br />

condiciones laborales se ajustan fácilmente a las necesida<strong>de</strong>s temporales <strong>de</strong> una<br />

ama <strong>de</strong> casa que en la mayoría <strong>de</strong> las ocasiones también está <strong>de</strong>dicada a la crianza<br />

<strong>de</strong> sus hijos. En general, es una tarea que se vincula, en buena medida, al hogar y,<br />

por consiguiente, a la mujer (García García, 1986; Ortega y Velasco, 1991; Bolívar,<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.3: Feminización <strong>de</strong> la enseñanza.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

1999). A la complementariedad entre la enseñanza y la crianza, hay que añadir que,<br />

por lo general, la mujer no suele buscar empleos en los que existan muchos<br />

escalafones jerárquicos, puesto que se percibe en inferioridad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s con<br />

respecto al hombre para los ascensos.<br />

Des<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista, A. Hargreaves (1996) distingue cuatro<br />

aspectos <strong>de</strong>l enfrentamiento <strong>de</strong>l profesor con la postmo<strong>de</strong>rnidad. En primer lugar, se<br />

produce la ampliación <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l profesor. En segundo lugar, éstos sufren una<br />

sensación<br />

<strong>de</strong> sobrecarga <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s. En tercer lugar, las metas educativas<br />

tradicionales empiezan a <strong>de</strong>rrumbarse. Y, en cuarto lugar, los métodos y estrategias<br />

que utilizan están sometidos a una crítica constante (p.30).<br />

Sumado a todo este conflicto, el profesor se encuentra con el grave<br />

problema <strong>de</strong> tener que luchar por no per<strong>de</strong>r la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> “profesión”. Dentro<br />

<strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> la sociología, se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> la tesis <strong>de</strong> que existen unas<br />

profesiones mayores y unas menores. Las profesiones mayores son aquellas que<br />

solucionan problemas concretos –como la medicina, la abogacía, las empresas...-,<br />

las cuales suelen fundamentar su actividad en un conocimiento científico y/o<br />

tecnológico. En cambio, las profesiones menores poseen fines más ambiguos, una<br />

or<strong>de</strong>nación menos rigurosa y su ejercicio no calma la ansiedad humana;<br />

precisamente entre éstas últimas se encuentra la enseñanza. Las profesiones<br />

menores en cuanto <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> tener un significado social, pier<strong>de</strong>n la categoría <strong>de</strong><br />

“profesión” para pasar a ser “arte”. No obstante, lo que sí hace per<strong>de</strong>r<br />

automáticamente esa consi<strong>de</strong>ración es lo ilícito o amoral; es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> ninguna forma<br />

se pue<strong>de</strong> llamar profesión a la actividad que se <strong>de</strong>sarrolla en perjuicio <strong>de</strong> otras<br />

personas (Cfr. Wanjiru, 1995, 179 y ss.).<br />

Por ello, se pue<strong>de</strong> afirmar que la docencia es una profesión que lucha<br />

por mantener esta categoría porque: Al ser consi<strong>de</strong>rado profesional, uno entra, por<br />

así <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una élite, tanto en lo económico como en lo social, con todas sus<br />

implicaciones en forma <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, brillo y fama (Ibíd., 186). Quizás suene algo<br />

exagerada esta sentencia pero es cierto que la función <strong>de</strong>l profesorado ganaría<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

apoyo social y mejoraría sus condiciones laborales, si comenzáramos a <strong>de</strong>finirla<br />

como profesión mayor. A esta pérdida <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración profesional se aña<strong>de</strong> que,<br />

(...) a medida que se extien<strong>de</strong> la mentalidad profesional, el término<br />

vocación pier<strong>de</strong> su connotación religiosa, y se carga <strong>de</strong> otro significado,<br />

relacionado con el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> labores que no requieren ninguna<br />

preparación científica (Ibíd., 181).<br />

Con lo cual, sobre el profesor, tradicionalmente consi<strong>de</strong>rado como<br />

persona con vocación hacia la enseñanza, recaen acusaciones <strong>de</strong> requerir pocos<br />

conocimientos, en <strong>de</strong>finitiva, <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar una actividad “fácil”.<br />

En el mismo sentido interviene M. Fernán<strong>de</strong>z Enguita (1990) cuando<br />

dice que la docencia es una ocupación que se encuentra a medio camino entre la<br />

profesionalización y la proletarización, a estas ocupaciones en términos sociológicos<br />

se les <strong>de</strong>nomina “semiprofesiones”; pero aña<strong>de</strong> que existe un factor muy importante<br />

que interviene a favor <strong>de</strong> su profesionalización en la actividad educativa: (...) es la<br />

naturaleza específica <strong>de</strong>l trabajo docente, que no se presta fácilmente a la<br />

estandarización, a la fragmentación extrema <strong>de</strong> las tareas, ni a la sustitución <strong>de</strong> la<br />

actividad humana por la <strong>de</strong> las máquinas (p.160).<br />

Por otra parte, una condición que pue<strong>de</strong> haber influido notablemente en<br />

el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesor ha sido la burocratización <strong>de</strong> su trabajo,<br />

puesto que le ha llevado a sufrir un continuo proceso <strong>de</strong> supervisión, evaluación y<br />

control. A este respecto, C. Marcelo (1994) distingue cinco tipos <strong>de</strong> control. Un<br />

primer tipo <strong>de</strong> control sería el político referido a los profesores que <strong>de</strong>sempeñan<br />

cargos en su centro, que han <strong>de</strong> pasar por nuevas elecciones cada cierto tiempo y<br />

que se <strong>de</strong>ben a sus electores. Un segundo tipo sería el control legal, que permite a<br />

los ciudadanos exigir ante un juez que se cumplan sus <strong>de</strong>rechos educativos. El<br />

tercer tipo <strong>de</strong> control es el <strong>de</strong>l mercado, según el cuál padres y alumnos eligen la<br />

escuela más apropiada y, en algunas ocasiones, hasta profesor. El cuarto es el<br />

control burocrático, mediante el cual la Administración Educativa vigila el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> las reglamentaciones y las modifica cuando lo cree necesario. Y, en<br />

último lugar, no por ello menos importante, está el control profesional, referido a la<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

continua revisión <strong>de</strong> los compañeros en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones en el aula. (pp. 142-<br />

143).<br />

A pesar <strong>de</strong> tanto control, causado por la burocratización <strong>de</strong> la docencia,<br />

el profesor realiza aislado su trabajo. Vivimos en la cultura <strong>de</strong>l individualismo en la<br />

que cada profesional realiza sus activida<strong>de</strong>s en solitario, sin más contacto con los<br />

compañeros que el estrictamente necesario para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las tareas<br />

“obligatorias” <strong>de</strong> coordinación. A este respecto, J. Gimeno (1993) señala:<br />

El contexto organizativo hace que los profesores trabajen aislados unos<br />

<strong>de</strong> otros, no se favorece o incentiva la aportación <strong>de</strong>l conocimiento,<br />

reclama el mantenimiento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y el control <strong>de</strong> la conducta <strong>de</strong> los<br />

alumnos más que otra cosa, exige adherencia a directrices<br />

burocráticas, colegiadamente no se enfatiza la experimentación, la<br />

propia estructura física <strong>de</strong> los centros no es muy favorable, etc. (p. 89).<br />

Cuando por cualquier razón, un profesor lleva a cabo una acción<br />

“negativa”, o mejor “no positiva”, entonces pue<strong>de</strong>n suce<strong>de</strong>r dos cosas: que no esté<br />

solo y entonces le lluevan las críticas y sanciones, o como opina C. Marcelo (1994)<br />

que esa actividad permanezca en el anonimato dando lugar a lo que se <strong>de</strong>nomina<br />

una incompetencia ignorada (p. 149). Por el contrario, cuando realiza una acción<br />

positiva y la culmina con éxito, el profesor está solo y no hay nadie para alabanzas ni<br />

reconocimientos. Es <strong>de</strong>cir,<br />

(...) es precisamente <strong>de</strong> su <strong>de</strong>mocracia y autonomía <strong>de</strong> don<strong>de</strong> surgen<br />

los principales problemas <strong>de</strong> una burocracia profesional. Estos<br />

problemas son: la coordinación, la libertad <strong>de</strong> acción y la innovación<br />

(Zurriaga, 1993, 140).<br />

Hasta aquí hemos visto cómo el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesor<br />

tiene sus orígenes en los regímenes políticos y cambios sociales, que modifican,<br />

según sus preferencias y circunstancias contextuales, las funciones que se exigen a<br />

los profesores; encontrándose éstos frecuentemente con una formación ina<strong>de</strong>cuada<br />

y con un cúmulo <strong>de</strong> exigencias <strong>de</strong>smesuradas e incluso, en ocasiones, opuestas. Así<br />

es como surgen los conflictos <strong>de</strong> rol que pue<strong>de</strong> ser: inter-emisores, persona-rol,<br />

32


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

intra-emisor, o medios-fines. El conflicto inter-emisor <strong>de</strong> rol se produce cuando las<br />

<strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> dos emisores <strong>de</strong> rol son contradictorias. El conflicto persona-rol surge<br />

cuando el profesor no pue<strong>de</strong> realizar sus tareas por falta <strong>de</strong> recursos. El conflicto<br />

intra-emisor tiene lugar si un mismo emisor solicita cosas contradictorias. Y, el<br />

conflicto medios-fines suce<strong>de</strong> cuando las expectativas entran en contradicción con la<br />

realidad (Cfr. Zurriaga, 1993, 142). Estos conflictos serían lo que F.J. Muñoz García<br />

(1993) <strong>de</strong>nomina disfunciones o discrepancias en el episodio <strong>de</strong> rol.<br />

En una serie <strong>de</strong> encuestas realizadas a los profesores <strong>de</strong> la enseñanza<br />

pública, una <strong>de</strong> las cuestiones reflejaba las i<strong>de</strong>as que, según ellos, condicionan la<br />

opinión pública, y pue<strong>de</strong>n ser causa <strong>de</strong> una falta <strong>de</strong> reconocimiento profesional.<br />

Resultó que un 26`2% <strong>de</strong> los profesores encuestados opinan que la comunidad no lo<br />

valora profesionalmente porque cree que hay otros medios para apren<strong>de</strong>r, un 46`6%<br />

cree que es porque no están bien pagados, un 53`8% opina que la comunidad<br />

piensa que la educación no resuelve problemas sociales, y un 55`8% <strong>de</strong> los<br />

profesores afirma que se tiene la creencia <strong>de</strong> que la docencia es fácil (Cfr.<br />

Fernán<strong>de</strong>z Sánchez, Navarro, Higuera y Martínez Castro, 1993, 174-175). En<br />

general, cuando se pregunta a los profesores por su reconocimiento social, un<br />

53`7% dice se les reconoce poco, un 31`8% afirma que no se les reconoce, frente a<br />

un 12`3% que asegura que socialmente se les reconoce bastante, y un 0`7% que<br />

cree que se les reconoce mucho (Ibíd., 66). Así pues, los mismos profesores se<br />

consi<strong>de</strong>ran profesionales poco reconocidos socialmente.<br />

Para concluir este epígrafe sería importante mencionar las<br />

características que configuran la profesión docente, según el resumen que han<br />

hecho <strong>de</strong> ellas J. Cabero y F. Loscertales (1998), que son: fuerte carga humanística;<br />

posición social contradictoria; formación institucional reducida; <strong>de</strong>manda constante<br />

<strong>de</strong> reciclaje y perfeccionamiento; dominio <strong>de</strong> un cúmulo <strong>de</strong> contenidos, habilida<strong>de</strong>s y<br />

<strong>de</strong>strezas; feminización progresiva; riesgo psicológico; ofrece pocos incentivos;<br />

fuerte carga i<strong>de</strong>ológica; carácter solitario; contexto incierto y complejo en el cual se<br />

adoptan <strong>de</strong>cisiones sobre la marcha (pp. 37-38). Especificando los aspectos que han<br />

provocado la pérdida <strong>de</strong> prestigio social <strong>de</strong> la profesión docente, estos mismos<br />

autores señalan: el origen social <strong>de</strong> las personas que acce<strong>de</strong>n a la enseñanza, la<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

alta proporción <strong>de</strong> mujeres, la cualificación académica recibida, el volumen <strong>de</strong><br />

personas que forman este colectivo, la aplicación <strong>de</strong> las nuevas tecnologías a la<br />

educación, y la repercusión no inmediata <strong>de</strong> su actividad (Ibíd., 38 y ss.).<br />

1.1.2. LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO<br />

En el punto anterior hemos hablado <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> actualizar las<br />

metodologías empleadas en educación, para que no sea un proceso <strong>de</strong>sfasado con<br />

respecto al resto <strong>de</strong> la comunidad; porque esas estrategias que antes funcionaban<br />

con la minoría <strong>de</strong> jóvenes que estudiaban, no resultan útiles al enfrentarlas a la<br />

universalización <strong>de</strong> la enseñanza (Cfr. Esteve, 2003, 175). El gran problema <strong>de</strong> que<br />

los métodos <strong>de</strong> enseñanza no se vayan actualizando conforme avanza la tecnología<br />

y la sociedad en general, sólo es culpa <strong>de</strong>l profesor en esa pequeña porción <strong>de</strong> los<br />

que han preferido seguir estancados en unas pautas muy entrenadas y cerradas, sin<br />

lugar a la improvisación que implica ciertos peligros, entre ellos el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, la<br />

diversidad, la movilidad.... (ver Figura 1.4). Es <strong>de</strong>cir, apoyados en el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />

racionalidad técnica <strong>de</strong>l que nos habla A.I. Pérez Gómez (1988); para este<br />

catedrático el fracaso en los programas <strong>de</strong> formación <strong>de</strong>l profesorado ha sido<br />

precisamente el fundamentarse sobre ese mo<strong>de</strong>lo que establece una separación<br />

abismal entre la teoría y la práctica. Dicho con sus propias palabras:<br />

Si se concibe el conocimiento profesional como un conjunto <strong>de</strong> hechos,<br />

principios, reglas y procedimientos que se aplican directamente a<br />

problemas instrumentales, “la práctica”, lógicamente, <strong>de</strong>be<br />

consi<strong>de</strong>rarse como un proceso <strong>de</strong> entrenamiento técnico, para<br />

compren<strong>de</strong>r cómo funcionan las reglas y técnicas en el mundo real <strong>de</strong>l<br />

aula, y para <strong>de</strong>sarrollar las competencias profesionales exigidas para<br />

su aplicación eficaz (p.141).<br />

Pero afortunadamente, la gran mayoría <strong>de</strong> los profesores en ejercicio<br />

han estado a favor <strong>de</strong> innovar y funcionar con autonomía, éstos, preocupados por<br />

hacer bien su trabajo, <strong>de</strong>nuncian que en la formación inicial no se les ha entrenado<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.4: Hay profesores que siguen anclados en viejas rutinas.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.5: Nuevas estrategias en la formación <strong>de</strong>l profesorado.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

en nuevos métodos y <strong>de</strong>mandan algún curso <strong>de</strong> reciclaje y formación permanente<br />

para conocerlos (ver Figura 1.5). Los profesores tien<strong>de</strong>n a ejercer su pedagogía y su<br />

creatividad, para ajustar el proceso <strong>de</strong> enseñanza hacia un aprendizaje oportuno <strong>de</strong><br />

sus alumnos. O lo que es igual, (...) el enseñante seguirá creando en cada ocasión<br />

un mundo <strong>de</strong> relaciones nuevo. Por consiguiente, lo importante está en ofrecerle una<br />

gama <strong>de</strong> comportamientos y <strong>de</strong> medios lo más rica posible (Landsheere, 1980, 163).<br />

Aunque parezca incongruente con este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> formación, ha sido la<br />

propia Administración Educativa la que ha pasado, <strong>de</strong> reivindicar para el profesor la<br />

función <strong>de</strong> servidor y conservador, a exigirle que actúe como transformador e<br />

innovador social. En este sentido se requiere adoptar un mo<strong>de</strong>lo reflexivo y artístico<br />

<strong>de</strong> formación <strong>de</strong> profesores que los prepare para trabajar en las situaciones<br />

divergentes <strong>de</strong> la práctica educativa, aceptando que no existe un conocimiento y una<br />

solución específica para cada problema. El profesor <strong>de</strong>be reflexionar en la acción<br />

para crear las estrategias a<strong>de</strong>cuadas que le permitan afrontar y <strong>de</strong>finir cada<br />

problema, por consiguiente, la práctica se convierte en la esencia y eje central <strong>de</strong> los<br />

programas <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> profesores (Furlong, Hirst, Miles y Pocklington, 1988;<br />

Pérez Gómez, 1988; Imbernón, 1994). Resumiendo,<br />

(...) la profesionalidad <strong>de</strong> un profesor residirá en su capacidad <strong>de</strong><br />

concebir unas situaciones propicias para la aparición <strong>de</strong>l esquema <strong>de</strong><br />

enseñanza <strong>de</strong>l que, sobre la base <strong>de</strong> conocimientos científicos, juzga<br />

que muy probablemente producirá en los alumnos los aprendizajes<br />

<strong>de</strong>seados (Crahay, 1988, 232).<br />

Por consiguiente, uno <strong>de</strong> los principales causantes <strong>de</strong> esta crisis en la<br />

profesión docente son aquellas políticas educativas que no han sabido ofrecer al<br />

profesor la capacitación necesaria para po<strong>de</strong>r actualizar sus métodos según lo vaya<br />

<strong>de</strong>mandando la sociedad; y, por el contrario, van permitiendo que el profesor<br />

pa<strong>de</strong>ciera ese “shock <strong>de</strong>l futuro” <strong>de</strong>l que habla A. Tofler (1972) y que le ha producido<br />

un tremendo <strong>de</strong>sconcierto, una baja consi<strong>de</strong>ración social y una pérdida <strong>de</strong><br />

valoración social y <strong>de</strong> autoridad (ver Figura 1.6). En opinión <strong>de</strong> F. Ghilardi (1993),<br />

Se han ido añadiendo, cada vez con mayor asiduidad, los progresos<br />

alcanzados por la investigación educativa en la elaboración <strong>de</strong> los<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.6: Los profesores han sufrido una pérdida <strong>de</strong> autoridad.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

planes <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> los futuros docentes. A pesar <strong>de</strong> ello, la calidad <strong>de</strong><br />

la formación ofrecida continúa siendo en muchos sentidos <strong>de</strong>clinante<br />

(p. 133).<br />

Des<strong>de</strong> hace ya varios años, muchos especialistas han analizado cuáles<br />

<strong>de</strong>ben ser los conocimientos <strong>de</strong>l profesor, en particular L.S. Shulman (1987) 6<br />

establece cuatro ámbitos en los que enmarcar esos conocimientos: conocimientos<br />

propios <strong>de</strong> la materia o materias a impartir, conocimientos <strong>de</strong> la estructura,<br />

normativa, funciones, materiales y <strong>de</strong>más aspectos que incidan sobre la institución<br />

educativa, resultados alcanzados por la investigación y conocimiento <strong>de</strong> los criterios<br />

y conductas que guían la práctica didáctica. Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista mucho más<br />

filosófico, Ch. Wanjiru (1995) apunta:<br />

(...) toda profesión se apoya en tres ámbitos: técnico, artístico y moral.<br />

El ámbito técnico-artístico engloba el saber y el ser capaz <strong>de</strong> llevarlo a<br />

cabo y <strong>de</strong> transmitirlo, con las <strong>de</strong>strezas necesarias que esto exige. (...)<br />

Pero a<strong>de</strong>más es menester incluir el ámbito moral, que exige la<br />

responsabilidad personal <strong>de</strong> cada educador, y que supone sobre todo<br />

un <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> actuar <strong>de</strong> tal manera que por encima <strong>de</strong> cualquier otra<br />

valoración se lleve a cabo aquello que beneficia a los alumnos y a la<br />

comunidad, y se <strong>de</strong>je <strong>de</strong> lado todo aquello que les pue<strong>de</strong> perjudicar<br />

(p.40).<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar, esta autora reivindica la existencia <strong>de</strong> ese<br />

toque vocacional que siempre ha tenido la profesión docente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus orígenes,<br />

tan vinculado a la religiosidad, y que reconocía a los profesores una gran<br />

respetuosidad. No obstante -como ya veremos más a<strong>de</strong>lante- ese aspecto<br />

vocacional ya está prácticamente extinguido, con lo cuál quizás sea mejor barajar la<br />

posibilidad <strong>de</strong> que esa preparación moral se incluyera en la formación inicial <strong>de</strong> los<br />

futuros profesores.<br />

Por otro lado, no olvi<strong>de</strong>mos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los setenta, el profesor empieza<br />

a competir como transmisor <strong>de</strong> conocimientos, con los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong><br />

6 Apud.: GHILARDI, F. (1993) Crisis y perspectivas <strong>de</strong> la función docente. Gedisa, Barcelona, pp.148 y ss.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

masas –en especial con la televisión-, sin tener apenas recursos para tratarlos y sin<br />

conocer métodos que acercaran más sus clases a esa manera <strong>de</strong> informar. Aparece<br />

la rivalidad entre profesores y medios <strong>de</strong> comunicación, cuando en realidad la<br />

aparición <strong>de</strong> éstos como instrumento educativo, no hace sino ampliar los contenidos<br />

a tratar en el currículum (Cfr. González García, 1986, 471). Muchos han sido los<br />

profesores que han integrado esos nuevos canales informativos en sus clases,<br />

aunque también existe ese grupo <strong>de</strong> profesores que han preferido mantener sin<br />

cambios una metodología tradicional (Esteve, 1987; Pablos, 1997). Si hay profesores<br />

que no enseñan cómo interpretar y valorar los mensajes que los medios <strong>de</strong><br />

comunicación envían, sus alumnos serán fácilmente persuadidos por los mensajes<br />

<strong>de</strong> dichos medios, y entonces éstos reproducirán unas ten<strong>de</strong>ncias y expectativas<br />

que volverán a influir sobre los mensajes que escriban los periodistas <strong>de</strong> su<br />

generación, y que a su vez leerán nuevos alumnos; y así sucesivamente. Pero,<br />

¿cómo parar esa rueda, si la mayoría <strong>de</strong> los profesores no están preparados para<br />

ello? De nuevo nos encontramos con otro sentimiento <strong>de</strong> incompetencia y abandono<br />

hacia el profesor. En general,<br />

(...) el cambio acelerado <strong>de</strong>l contexto social ha influido fuertemente<br />

sobre el papel a <strong>de</strong>sempeñar por el profesor en el proceso <strong>de</strong><br />

enseñanza, sin que muchos profesores hayan sabido adaptarse a<br />

estos cambios, ni las administraciones educativas hayan diseñado<br />

ninguna estrategia <strong>de</strong> adaptación, sobre todo en los programas <strong>de</strong><br />

formación <strong>de</strong> profesorado, que no se han aplicado sistemáticamente<br />

para respon<strong>de</strong>r a las exigencias planteadas por dichos cambios.<br />

(Esteve, Franco y Vera, 1995, 24).<br />

Porque, como bien apunta el J. Vera (1988), los avances tecnológicos<br />

suponen una mejora en la búsqueda y tratamiento <strong>de</strong> la información, pero sin<br />

embargo no se suelen trabajar en el seno <strong>de</strong> las instituciones escolares<br />

principalmente por la ínfima dotación que pa<strong>de</strong>cen (ver Figura 1.7). Pero<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> que se disponga o no <strong>de</strong> nuevas tecnologías en el aula, el<br />

profesor <strong>de</strong>be tener clara su nueva misión:<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.7: Los centros educativos poseen una insuficiente dotación tecnológica.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

El profesor <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>positario en exclusiva <strong>de</strong>l saber que ha <strong>de</strong><br />

transmitir a los alumnos y se convierte en facilitador <strong>de</strong> los aprendizajes<br />

y <strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong>l alumno. (...), el profesor sigue siendo activador<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo personal, humano, social y cultural (García, García,<br />

1986, 402).<br />

Centrándonos ahora en la preparación <strong>de</strong> los profesores <strong>de</strong> Educación<br />

Secundaria, es preciso reconocer lo poco que ha cambiado la formación<br />

psicopedagógica que éstos reciben, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el equipo <strong>de</strong> Villar estableciera en<br />

1971, que estos profesores <strong>de</strong>bían realizar el Curso <strong>de</strong> Aptitud Pedagógica –CAP-,<br />

basado en 150 horas teóricas y otras tantas prácticas, y fijara que lo realizarían en<br />

los entonces recién creados Institutos <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> la Educación –ICE- para la<br />

formación permanente <strong>de</strong>l profesorado -BOE, 1971, 8/12-. A pesar <strong>de</strong> que la LOGSE<br />

en el Artículo.24.2. menciona el establecimiento <strong>de</strong> un título profesional <strong>de</strong><br />

especialización didáctica para tal fin 7 . No obstante, parece que una reforma <strong>de</strong> este<br />

estilo no remediará la precaria formación psicopedagógica que reciben los<br />

profesores <strong>de</strong> Secundaria (Cfr. Imbernón, 1994, 50) (ver Figura 1.8); pocos cambios<br />

en la formación psicopedagógica <strong>de</strong> unos profesionales a los que cada vez se les<br />

confía la educación <strong>de</strong> alumnos <strong>de</strong> menor edad 8 .<br />

Entre las consecuencias <strong>de</strong> todo esto, seguramente está gran parte <strong>de</strong>l<br />

aumento <strong>de</strong>l fracaso escolar y con él <strong>de</strong> las actuaciones violentas en los Institutos <strong>de</strong><br />

Educación Secundaria –IES-. Quizás el problema venga <strong>de</strong> cómo han sido<br />

seleccionados esos profesores, ya que en las pruebas <strong>de</strong>l concurso oposición por el<br />

que consiguen una plaza –bien sea con carácter fijo o interino-, sólo se han<br />

evaluado sus conocimientos –ampliamente los contenidos propios <strong>de</strong> la disciplina<br />

que vaya a enseñar y escasamente los didácticos- sin tener en cuenta su<br />

personalidad y motivaciones. Siendo estos últimos, aspectos <strong>de</strong> capital importancia:<br />

Dado que el nivel <strong>de</strong> madurez afectiva <strong>de</strong>l futuro enseñante condiciona<br />

7 Para profundizar en los contenidos <strong>de</strong> este Curso <strong>de</strong> Cualificación Pedagógica para la formación inicial <strong>de</strong> los<br />

profesores <strong>de</strong> Enseñanza Secundaria, véase J.M. ESTEVE (1997) La formación inicial <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong><br />

secundaria. Ariel, Barcelona, pp.93 y ss.<br />

8 Des<strong>de</strong> la implantación <strong>de</strong> la LOGSE, los licenciados pue<strong>de</strong>n ejercer como profesores con niños <strong>de</strong>s<strong>de</strong> doce<br />

años <strong>de</strong> edad, o lo que es igual <strong>de</strong>s<strong>de</strong> primer curso <strong>de</strong> Educación Secundaria Obligatoria.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.8: Precaria formación psicopedagógica <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong> Secundaria.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

en parte el nivel <strong>de</strong> sus motivaciones, una buena madurez y una buena<br />

salud mental <strong>de</strong>ben permitir al educador la capacidad para adaptarse,<br />

para evolucionar con soltura manteniendo la constancia <strong>de</strong> su<br />

personalidad y ofreciendo al niño una referencia tranquilizadora y no<br />

restrictiva. Ahí está incluso el esquema <strong>de</strong>l éxito tanto personal como<br />

profesional que <strong>de</strong>bería encontrar todo educador (Amiel-Lebigre y<br />

Pichot, 1980, 182-183).<br />

Es usual que a este tipo <strong>de</strong> oposiciones lleguen muchos especialistas<br />

bien preparados en sus respectivas áreas <strong>de</strong> conocimiento –matemáticos, químicos,<br />

físicos, filólogos, filósofos, informáticos, economistas....- pero, en ocasiones, débiles<br />

<strong>de</strong> carácter cómo para luchar en el complejo y duro mercado <strong>de</strong> las ofertas <strong>de</strong> las<br />

empresas privadas, o que no se encuentren lo suficientemente capacitados como<br />

para empren<strong>de</strong>r su profesión <strong>de</strong> forma autónoma. Parece que el tipo <strong>de</strong> selección<br />

que se ha diseñado para el cuerpo <strong>de</strong> profesorado resulta óptimo para muchas<br />

personas sin suficiente iniciativa y sin mucha seguridad en sí misma. De esta<br />

manera suelen llegar al mundo <strong>de</strong> la docencia algunos individuos sin especial<br />

motivación por el proceso enseñanza-aprendizaje y, por lo tanto, sin valorar la<br />

actividad tan humana que van a tener que realizar día a día. Es <strong>de</strong>cir, (...) la<br />

enseñanza pue<strong>de</strong> ser una actividad que pue<strong>de</strong> resultar selectiva, atrayendo y<br />

reteniendo un <strong>de</strong>terminado tipo <strong>de</strong> candidatos, que quizá por diferentes razones no<br />

son críticos ni reflexivos (Gimeno, 1993, 89).<br />

De esta forma se apoya el pensamiento <strong>de</strong> J. F. Porter (1980) cuando<br />

habla <strong>de</strong> la docencia como “el arte <strong>de</strong> enseñar” que no se pue<strong>de</strong> adquirir<br />

simplemente <strong>de</strong>sarrollando ciertas <strong>de</strong>strezas, sino que requiere <strong>de</strong>terminadas<br />

cualida<strong>de</strong>s personales (p.119). En la misma línea, R. Gilbert (2000) realiza su<br />

aportación, puesto que reafirma la existencia <strong>de</strong> una orientación profesional<br />

personal, y asegura que la “selección” <strong>de</strong> las personas que se van a <strong>de</strong>dicar a la<br />

enseñanza sería preciso llevarla a cabo antes <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> formación. Aunque<br />

existen otras opiniones bastante contrapuestas, como la <strong>de</strong> Ch. Wanjiru (1995): Hay<br />

que reconocer que el hecho <strong>de</strong> no tener vocación a una <strong>de</strong>terminada profesión no<br />

quita al sujeto la posibilidad <strong>de</strong> llegar a ser un buen profesional (p.183).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Tras analizar la función <strong>de</strong>l profesorado, J.F. Porter (1980) sugiere seis<br />

competencias a incluir en el baremo final que <strong>de</strong>termine quién ejerce la docencia y<br />

quién no, éstas son:<br />

1. El establecimiento <strong>de</strong> una ética profesional.<br />

2. El asumir la responsabilidad <strong>de</strong> la clase.<br />

3. La capacidad para organizar activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aprendizaje para niños<br />

<strong>de</strong> distintos niveles <strong>de</strong> rendimiento inicial.<br />

4. La habilidad <strong>de</strong> preparar un programa educativo coherente, <strong>de</strong><br />

realizarlo y <strong>de</strong> evaluar su eficacia.<br />

5. Un conocimiento básico <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> aprendizaje y <strong>de</strong> la<br />

tecnología educativa.<br />

6. La capacidad <strong>de</strong> buscar y encontrar la información necesaria, <strong>de</strong><br />

usar las fuentes y recursos <strong>de</strong> que se disponga, tanto para los niños<br />

como para su propia formación, y <strong>de</strong> sostener unas relaciones<br />

positivas y seguras con los alumnos y con los colegas. (p.145).<br />

En lo que respecta a la formación que reciben los profesores <strong>de</strong><br />

Enseñanza Secundaria, quizás el error esté en los planes <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> las<br />

distintas carreras universitarias que no están diseñados para formar a futuros<br />

profesores, sabiendo que hay un alto porcentaje <strong>de</strong> estudiantes que <strong>de</strong>sean trabajar<br />

en el mundo <strong>de</strong> la enseñanza; porque si bien hay algunos que terminan trabajando<br />

en un centro <strong>de</strong> Enseñanza Secundaria sin mucha motivación, también hay un<br />

porcentaje significativo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que comienza sus estudios universitarios ya<br />

tienen clara su vocación 9 hacia la enseñanza <strong>de</strong> la disciplina en la que se va a<br />

especializar. Por lo tanto, (...) el sujeto que realiza una actividad educativa es un<br />

profesional si reúne aquellas cualida<strong>de</strong>s que exige la naturaleza <strong>de</strong> toda profesión:<br />

conocimiento, llamamiento y aptitud (Wanjiru, 1995, 286); páginas <strong>de</strong>spués, esta<br />

autora aña<strong>de</strong> también el afán <strong>de</strong> superación (Ibíd., 294).<br />

9 Sin entrar en el aspecto religioso <strong>de</strong> la palabra vocación; porque, hoy día, tanto la escasez <strong>de</strong> puestos vacantes<br />

en el mercado laboral, como la poca oportunidad <strong>de</strong> conseguir una plaza universitaria en la carrera preferida, han<br />

transformado la vocación en “gusto”, o simplemente en “no <strong>de</strong>sagrado”.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

No obstante, a gran parte <strong>de</strong> los estudiantes universitarios que tienen<br />

verda<strong>de</strong>ra vocación para la docencia, se les suele frustrar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que<br />

no se les ofrece la totalidad los conocimientos que van a requerir para cumplir su<br />

propósito profesional: enseñar. Cuando se inician en la docencia todos estos<br />

profesionales aportan gran<strong>de</strong>s ventajas, como compren<strong>de</strong>r y estar más cerca <strong>de</strong> los<br />

alumnos por ser jóvenes, transmitir entusiasmo, mostrar interés por la renovación,<br />

contar con conocimientos científicos más actuales, estar más sensibles a los<br />

cambios sociales y mayor predisposición a las relaciones informales (Cfr. Porter,<br />

1980, 144). Pero, transcurridos unos años, parte <strong>de</strong> ellos pertenecerá al grupo <strong>de</strong> los<br />

profesores <strong>de</strong>smotivados, los cuáles suelen tener reacciones negativas hacia el<br />

propio proceso educativo y hacia ellos mismos; reacciones como el pasotismo o la<br />

inhibición que pue<strong>de</strong>n ser provocadas por un estado <strong>de</strong> ansiedad, <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión o <strong>de</strong><br />

estrés 10 . Si bien, por suerte, existen muchos centros <strong>de</strong> enseñanza en los que la<br />

motivación y la ilusión <strong>de</strong> algunos profesores ha contagiado al resto <strong>de</strong> compañeros,<br />

hasta el punto <strong>de</strong> alcanzar logros importantes con<br />

sus alumnos. Dicho <strong>de</strong> otra forma:<br />

Uno <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> más peso en la ilusión profesional es el<br />

ambiente que nos ro<strong>de</strong>a en el lugar <strong>de</strong> trabajo. Cuando uno se siente<br />

i<strong>de</strong>ntificado con el centro y trabaja codo con codo con otros<br />

compañeros, el cansancio es muchísimo menor y el rendimiento mucho<br />

más alto. El ambiente entre los profesores <strong>de</strong>be ser uno <strong>de</strong> los puntos<br />

principales <strong>de</strong> preocupación en una Junta Directiva. Ese ambiente se<br />

<strong>de</strong>be traducir en dos direcciones: i<strong>de</strong>ntificación con el centro y trabajo<br />

con los compañeros (Mañú, 1998, 30).<br />

Como resultado a sus investigaciones, E. Breuse (1984) subraya el<br />

hecho <strong>de</strong> que el tiempo <strong>de</strong> formación empleado en temas <strong>de</strong> psicopedagogía y<br />

didáctica es inversamente proporcional a la edad <strong>de</strong> los alumnos con los que vaya a<br />

trabajar el profesor; mientras que las horas <strong>de</strong>dicadas al estudio <strong>de</strong> otras disciplinas<br />

es directamente proporcional. A<strong>de</strong>más, señala que los profesores no están<br />

10 Para profundizar sobre las diferencias entre ansiedad, <strong>de</strong>presión y estrés, véase E. GUERRERO y F.<br />

VICENTE (2001) Síndrome <strong>de</strong> “Burnout” o <strong>de</strong>sgaste profesional y afrontamiento <strong>de</strong>l estrés en el profesorado.<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Extremadura, Cáceres, pp.35 y ss.;o bien, J. VERA (1988) La crisis <strong>de</strong> la función docente.<br />

Promolibro, Valencia, pp.85 y ss.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

preparados para construir sus propios programas, ni para seguir la evolución que se<br />

produce en cuanto a metodologías y a técnicas. En general, este autor advierte: (...)<br />

todo lo que atañe a lo “cognitivo”, es <strong>de</strong>cir el aspecto relacional y la actualización <strong>de</strong><br />

la enseñanza se halla poco <strong>de</strong>sarrollado en el marco <strong>de</strong> la formación inicial (p.161).<br />

Por consiguiente, para remediar todo este entramado <strong>de</strong> malestar y<br />

<strong>de</strong>saprobación, se podría empezar por intervenir sobre la formación inicial <strong>de</strong> los<br />

profesores, <strong>de</strong> todos los niveles –Infantil, Primaria, Secundaria o <strong>Universidad</strong>-, en los<br />

siguientes aspectos:<br />

1. Estableciendo mecanismos <strong>de</strong> selección para los aspirantes a esta<br />

profesión, basados en criterios <strong>de</strong> personalidad. De esta forma se<br />

evitaría contar entre las filas <strong>de</strong> los profesores con personas poco<br />

equilibradas que perjudiquen tanto al sistema, como a los alumnos, e<br />

incluso a ellos mismos.<br />

2. Sustituyendo los enfoques normativos, que son los que marcan<br />

pautas y pensamientos hacia el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> profesor i<strong>de</strong>al, por enfoques<br />

<strong>de</strong>scriptivos, que consi<strong>de</strong>ran que la actuación correcta será la que<br />

responda a los condicionantes que influyen en la interacción con los<br />

alumnos.<br />

3. A<strong>de</strong>cuando los contenidos curriculares a la realidad práctica <strong>de</strong> la<br />

enseñanza, porque actualmente es muy completa la formación <strong>de</strong><br />

contenidos cognoscitivos, pero falta preparación en el plano relacional<br />

–interacciones, interpretación...-, y también en el plano organizativo –<br />

transmisión <strong>de</strong> conocimientos, agrupamiento <strong>de</strong> alumnos...- (Cfr.<br />

Esteve, Franco y Vera, 1995, 48 y ss.).<br />

Según la investigación dirigida por M. <strong>de</strong> Miguel Díaz (1996), con<br />

respecto a la formación inicial recibida, los profesores reclaman una formación más<br />

a<strong>de</strong>cuada a los aspectos prácticos <strong>de</strong> la enseñanza, es <strong>de</strong>cir sobre esas habilida<strong>de</strong>s<br />

didácticas que le permiten resolverse en el aula (ver Figura 1.9). Dan mucha<br />

importancia al período <strong>de</strong> prácticas como el elemento <strong>de</strong> su formación inicial que<br />

más influencia ha tenido en su <strong>de</strong>sarrollo profesional; y con<strong>de</strong>nan el exceso <strong>de</strong><br />

contenidos<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.9: Los profesores necesitan más preparación para <strong>de</strong>senvolverse en el<br />

aula.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

científicos porque siempre pue<strong>de</strong>n ser adquiridos posteriormente <strong>de</strong> forma<br />

autodidacta o a través <strong>de</strong> un sistema informal <strong>de</strong> enseñanza. Esta vía <strong>de</strong> reforma<br />

para formación <strong>de</strong> los profesores se correspon<strong>de</strong> bastante con la orientación<br />

reflexiva <strong>de</strong> las estrategias innovadoras <strong>de</strong>sarrollada en Estados Unidos, que<br />

preparan al profesor fundamentalmente para ser reflexivo, responsable y<br />

participativo (Cfr. Zeichner, 1988, 120-121). Precisamente esas tres cualida<strong>de</strong>s son<br />

subrayadas por varios especialistas en el tema <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> profesores, a las<br />

que suman la necesidad <strong>de</strong> gozar <strong>de</strong> cierta autonomía en su quehacer (Cfr. Hoyle y<br />

John, 1995).<br />

F. Gil Villa (1996), con respecto al tema <strong>de</strong> la mejora <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong><br />

los profesores, <strong>de</strong>staca:<br />

- Aumentar el número <strong>de</strong> años <strong>de</strong> estudio,<br />

- reestructuración <strong>de</strong> las prácticas que realizan los estudiantes,<br />

- y potenciar la relación <strong>de</strong>l profesor con los Centros <strong>de</strong> Enseñanza <strong>de</strong>l<br />

Profesorado -CEP- (p.29).<br />

Analicemos cada uno <strong>de</strong> esos aspectos. De un lado, hace ya varios<br />

años que se está <strong>de</strong>mandando que la diplomatura exigida para ejercer como<br />

profesor en Educación Infantil y Primaria se convierta en una licenciatura <strong>de</strong> cuatro<br />

cursos. De otro lado, las modificaciones a los periodos <strong>de</strong> prácticas son constantes,<br />

estando aún por <strong>de</strong>finir un diseño totalmente a<strong>de</strong>cuado, coordinado y que funcione<br />

sin problemas. Y, por último, la interrelación entre los profesores y los CEPs<br />

difícilmente llegará a ser estrecha y productiva si no se satisfacen mutuamente sus<br />

necesida<strong>de</strong>s. En torno a esta <strong>de</strong>sconexión gira la vulnerabilidad <strong>de</strong> la formación<br />

permanente que se ofrece hoy día al profesorado;<br />

(...) se ha criticado el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> formación permanente en el que se<br />

atien<strong>de</strong> a los cursos más diversos disponibles en el área geográfica –<br />

en los CEP o en la universidad- con la simple finalidad <strong>de</strong> sumar<br />

créditos o puntos en el vitae que pue<strong>de</strong>n permitir traslados o aumentos<br />

<strong>de</strong> las remuneraciones (...) La formación continua <strong>de</strong>l profesor <strong>de</strong>bería<br />

programarse sobre las necesida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>mandas específicas <strong>de</strong>l centro,<br />

inmerso en una comunidad concreta, llevándose a cabo a través <strong>de</strong> la<br />

49


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

colaboración estrecha entre profesores, centros <strong>de</strong> enseñanza y<br />

<strong>de</strong>partamentos universitarios <strong>de</strong> una misma zona, a veces coordinada<br />

por centros creados ad hoc (Gil Villa, 1996, 29-30).<br />

Como bien apunta N.M. Goble (1980), la formación continua <strong>de</strong>be<br />

remediar las <strong>de</strong>ficiencias que los profesores van <strong>de</strong>scubriendo en la práctica, <strong>de</strong>be<br />

potenciar su especialización como profesionales, <strong>de</strong>be mejorar su capacidad global y<br />

<strong>de</strong>be acercar las instituciones <strong>de</strong> formación <strong>de</strong>l profesorado a los centros <strong>de</strong><br />

enseñanza. Porque,<br />

La práctica prolongada <strong>de</strong> una profesión no es en sí misma ninguna<br />

garantía <strong>de</strong> perfeccionamiento en competencia. (...) A<strong>de</strong>más, la<br />

educación <strong>de</strong>l profesorado tiene la doble responsabilidad <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r<br />

al cambio requerido en la función <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong> promover nuevos<br />

cambios (Ibíd., 18-19).<br />

Para F. Imbernón (1994) la formación permanente <strong>de</strong>l profesorado<br />

<strong>de</strong>be fundamentarse en tres líneas <strong>de</strong> actuación: 1. Reflexión, comprensión,<br />

interpretación e intervención sobre la propia práctica. 2. Actualización y<br />

confrontación, mediante el intercambio <strong>de</strong> experiencias. 3. Fomentar el trabajo<br />

colaborativo y los procesos <strong>de</strong> comunicación (p.57). En general,<br />

(...) la formación permanente ha <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse al terreno <strong>de</strong> las<br />

capacida<strong>de</strong>s, habilida<strong>de</strong>s y actitu<strong>de</strong>s y han <strong>de</strong> cuestionarse<br />

permanentemente los valores y las concepciones <strong>de</strong> cada profesor y<br />

profesora y <strong>de</strong>l equipo colectivamente (Ibíd., 58).<br />

Volviendo al tema <strong>de</strong> la formación inicial <strong>de</strong> los profesores, J. García<br />

Carrasco (1984) hace una aportación muy importante para su mejora. Según él, es<br />

importante mostrarles estrategias y comportamientos para que enseñen a sus<br />

futuros alumnos, pero lo primordial es hacerles madurar personal y<br />

profesionalmente, trabajando con ellos la seguridad, la aceptación <strong>de</strong> sí mismo y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> relaciones interpersonales; porque, como bien apunta D. Hargreaves<br />

(1979), es en la relación profesor-alumno don<strong>de</strong> se encuentra la médula <strong>de</strong>l proceso<br />

educativo (p.125).<br />

50


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Es <strong>de</strong>cir, la formación <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong>be concentrar sus esfuerzos<br />

más en los significados <strong>de</strong> las tareas, que en la propia aplicación <strong>de</strong> dichas tareas. A<br />

esto se pue<strong>de</strong> añadir que la formación inicial <strong>de</strong>be preparar para asumir noveda<strong>de</strong>s,<br />

para salvar las dificulta<strong>de</strong>s y para solventar conflictos (Merazzi, 1983; Vera, 1988;<br />

Cox y Heames, 2000); porque la naturaleza interactiva <strong>de</strong> la comunicación <strong>de</strong>l<br />

profesor con los alumnos siempre comporta la posibilidad <strong>de</strong> que surjan elementos o<br />

situaciones inesperadas. V.M. Ortiz Oria (1993) concluye que los profesores,<br />

(...) han <strong>de</strong> recibir la formación necesaria para ser capaces <strong>de</strong> percibir<br />

las condiciones cognitivas y afectivas <strong>de</strong> sus alumnos; así como la<br />

formación <strong>de</strong> psicología dinámica que les capacite para compren<strong>de</strong>r los<br />

procesos interactivos <strong>de</strong> la relación humana, y cómo establecer<br />

condiciones para que se <strong>de</strong>sarrollen satisfactoriamente (Ibíd., 265).<br />

Por consiguiente, la raíz <strong>de</strong>l problema pue<strong>de</strong> estar en el enfoque <strong>de</strong> la<br />

formación <strong>de</strong>l profesorado. R. Porlán y A. Rivero (1998), tras hacer una revisión <strong>de</strong><br />

las distintas investigaciones y estudios realizados sobre el tema, concluyen que<br />

existen tres mo<strong>de</strong>los en la formación <strong>de</strong> estos profesionales. En primer lugar están<br />

los mo<strong>de</strong>los basados en la primacía <strong>de</strong>l saber académico, para este enfoque el<br />

único saber relevante para la docencia es el saber <strong>de</strong> las disciplinas relacionadas<br />

con los contenidos curriculares y establece una relación mecánica entre la teoría y la<br />

acción profesional, <strong>de</strong> forma que se trabajan los contenidos científicos sin emplear<br />

otros planteamientos pedagógicos que no sean la transmisión verbal y la<br />

memorización. Los mo<strong>de</strong>los basados en la primacía <strong>de</strong>l saber tecnológico aparecen<br />

en segundo lugar, en ellos se <strong>de</strong>stacan los saberes funcionales o competencias y<br />

habilida<strong>de</strong>s, que <strong>de</strong>be dominar el profesor para <strong>de</strong>sarrollar una intervención eficaz,<br />

pero no pue<strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r a las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje<br />

porque no compren<strong>de</strong> su naturaleza humana e impi<strong>de</strong> la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones éticas.<br />

Y, por último, encontramos los mo<strong>de</strong>los basados en la primacía <strong>de</strong>l saber<br />

fenomenológico, en ellos prima la acción, los procedimientos y la intervención, sobre<br />

la reflexión, lo conceptual, la planificación y el seguimiento, <strong>de</strong> ahí su apodo <strong>de</strong><br />

informal. El saber fenomenológico se fundamenta en la experiencia, se <strong>de</strong>sarrolla en<br />

el propio contexto y mantiene una total in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia con respecto a las<br />

51


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

aportaciones teóricas, lo cual supone el origen y consecuencia <strong>de</strong> sus limitaciones<br />

como enfoque formativo (pp.29 y ss.).<br />

In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>l enfoque <strong>de</strong> la formación inicial, para su<br />

formación permanente los profesores <strong>de</strong>mandan un enfoque práctico <strong>de</strong> solución <strong>de</strong><br />

problemas (Cfr. <strong>de</strong> Miguel Díaz, 1996, 302). A<strong>de</strong>más:<br />

El profesor en esta fase <strong>de</strong> su formación necesita contar con el apoyo<br />

práctico <strong>de</strong> personas expertas, con nuevas i<strong>de</strong>as y con los resultados<br />

<strong>de</strong> experiencias e investigaciones sobre problemas urgentes que no<br />

hayan sido expuestos ni anticipados en la fase <strong>de</strong> formación inicial<br />

(Porter, 1980, 150).<br />

Bien es cierto, que realizando cambios sustanciales en la formación<br />

inicial y en la formación permanente <strong>de</strong> los profesores se avanza bastante hacia la<br />

mejora <strong>de</strong> la consi<strong>de</strong>ración social <strong>de</strong> este gremio. Para ello M. Postic (1988) reclama<br />

que se <strong>de</strong>sarrollen procesos <strong>de</strong> observación y evaluación <strong>de</strong>l programa, a lo largo <strong>de</strong><br />

todos los períodos <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong>l profesorado. De esta manera se pue<strong>de</strong>n<br />

localizar las posibles <strong>de</strong>sviaciones entre lo que se pretendía, según los objetivos <strong>de</strong>l<br />

programa formativo, y lo que se ha <strong>de</strong>sarrollado en la realidad. La finalidad es<br />

encontrar las causas y los remedios a tales <strong>de</strong>sviaciones. Sin embargo,<br />

(...) no se pondrán fin al <strong>de</strong>sconcierto y al malestar <strong>de</strong>l profesorado<br />

mientras nuestra sociedad no aumente el apoyo y el pobre<br />

reconocimiento <strong>de</strong> su trabajo que, en todos los aspectos, estamos<br />

dando a nuestros profesores. (Gil Villa, 1996, 53).<br />

A fin <strong>de</strong> aumentar la calidad <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong>l profesorado, que por<br />

supuesto también mejorará la consi<strong>de</strong>ración social <strong>de</strong> este gremio, especifica la<br />

LOCE:<br />

1. “ Las Administraciones educativas promoverán la actualización y la<br />

mejora continua <strong>de</strong> la cualificación profesional <strong>de</strong> los profesores y la<br />

a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong> sus conocimientos y métodos a la evolución <strong>de</strong> la<br />

ciencia y <strong>de</strong> las didácticas específicas.<br />

52


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

2. Los programas <strong>de</strong> formación permanente <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong>berán<br />

contemplar las necesida<strong>de</strong>s específicas relacionadas con la<br />

organización y dirección <strong>de</strong> los centros, la coordinación didáctica, la<br />

orientación y tutoría, con la finalidad <strong>de</strong> mejorar la calidad <strong>de</strong> la<br />

enseñanza y el funcionamiento <strong>de</strong> los centros.<br />

3. De igual modo, las Administraciones educativas, en el ámbito <strong>de</strong> sus<br />

competencias, promoverán una formación <strong>de</strong> base para los<br />

profesores en materia <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s educativas especiales<br />

asociadas a la discapacidad.” (Artículo.57)<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar, en la Ley actualmente vigente se aboga por<br />

la actualización a las ciencias y a la didáctica, por el funcionamiento <strong>de</strong> los centros<br />

<strong>de</strong> enseñanza y por el tratamiento <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s educativas especiales.<br />

1.1.3. LAS EXIGENCIAS SOCIALES<br />

De otra parte, a partir <strong>de</strong> los años setenta, la sociedad <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />

presentarse compacta en mentalidad y en hábitos, la <strong>de</strong>mocracia trajo dispersión y<br />

con ella falta <strong>de</strong> unanimidad respecto a muchos aspectos <strong>de</strong> la vida social y <strong>de</strong> los<br />

servicios públicos, como por ejemplo el sistema educativo. De esta manera los<br />

profesores se vieron acosados por exigencias muy diversas, ambiguas e incluso, en<br />

algunos casos, contradictorias. Pero este incremento acelerado <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas hacia<br />

el profesor no ha venido acompañado <strong>de</strong> un aumento <strong>de</strong> medios y recursos para<br />

po<strong>de</strong>r satisfacerlas (Esteve, 1987, 2003; Vera, 1988; Marcelo, 1994; Ortiz Oria,<br />

1995; Pablos, 1997). La <strong>de</strong>mocratización y el <strong>de</strong>sarrollo han creado exigencias que<br />

exce<strong>de</strong>n, cualitativa y cuantitativamente, la capacidad <strong>de</strong> los sistemas tradicionales<br />

(Goble, 1980, 15). En especial, como bien apunta J. Vera (1988), porque los centros<br />

educativos no han modificado ni su estructura organizativa, ni los hábitos que<br />

transmiten, ni tampoco su forma <strong>de</strong> operar (p.10).<br />

53


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.10: Nuevas exigencias por los cambios familiares.<br />

54


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Entre la diversidad <strong>de</strong> exigencias, cabrían <strong>de</strong>stacar las que reclamaban<br />

los cambios en la unidad familiar (ver Figura 1.10); a este respecto C. Merazzi (1983)<br />

<strong>de</strong>stacó tres aspectos fundamentales: que los padres <strong>de</strong>dican menos tiempo a sus<br />

hijos, que el número <strong>de</strong> hijos por familia se ha reducido notablemente y que la<br />

implicación <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> los familiares también es inferior, estas circunstancias crean<br />

una serie <strong>de</strong> lagunas que se preten<strong>de</strong> que sean cubiertas por el profesor. Al no<br />

satisfacerse esas exigencias se lanzan críticas indiscriminadas hacia el profesorado,<br />

que van contribuyendo al <strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong> la profesión docente y, por supuesto, hace<br />

aumentar significativamente el número <strong>de</strong> bajas e incluso <strong>de</strong> abandonos. El<br />

constante juicio social al que está sometido el profesor ha llegado a <strong>de</strong>silusionarle y,<br />

en ocasiones, a provocarle el serio problema <strong>de</strong>l estrés (Travers y Cooper, 1997;<br />

Esteve, 2003). Está comprobado:<br />

(...) la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> abandonar la profesión correlaciona con la percepción <strong>de</strong><br />

escaso reconocimiento social <strong>de</strong> la tarea docente, y así la mayoría <strong>de</strong><br />

los que consi<strong>de</strong>ran la posibilidad <strong>de</strong> abandonar creen también que su<br />

trabajo está poco valorado (Fernán<strong>de</strong>z Sánchez, Navarro, Higuera y<br />

Martínez Castro, 1993, 89).<br />

Para M. Fernán<strong>de</strong>z Enguita (1990) este aumento creciente <strong>de</strong><br />

responsabilida<strong>de</strong>s sobre los profesores, lejos <strong>de</strong> resultar una mayor<br />

profesionalización por cuanto amplían conocimientos y especialida<strong>de</strong>s, ha conducido<br />

a una proletarización <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s:<br />

Un proletario es un trabajador que ha perdido el control sobre los<br />

medios, el objetivo y el proceso <strong>de</strong> su trabajo. La proletarización no<br />

pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como un salto o cambio drástico <strong>de</strong> condición, sino<br />

como un proceso prolongado, <strong>de</strong>sigual y jalonado <strong>de</strong> conflictos abiertos<br />

y larvados (pp.156-157).<br />

Esta proletarización conduce hacia la escasez <strong>de</strong> autonomía <strong>de</strong> los<br />

profesores sobre su actividad, que les ha llevado hacia una hiperresponsabilidad<br />

sobre nuevas y variadas cuestiones; tal es el caso <strong>de</strong> la integración, las áreas<br />

transversales, las necesida<strong>de</strong>s afectivas, el multiculturalismo... (Gimeno, 1993;<br />

Esteve, Franco y Vera, 1995; Buxarrais, 1997). A<strong>de</strong>más, como apunta J.A. González<br />

55


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

García (1986), los po<strong>de</strong>res políticos, las fuerzas sociales y los grupos i<strong>de</strong>ológicos,<br />

buscan controlar el sistema educativo para, a través <strong>de</strong> él, <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r y promover sus<br />

propios intereses (p.489). Pocas personas <strong>de</strong>sean hacer algo respecto a la<br />

economía, pero todo el mundo –políticos, medios <strong>de</strong> comunicación y público en<br />

general- quiere hacer algo con la educación (Hargreaves, 1996, 31).<br />

MªR. Buxarrais (1997) aña<strong>de</strong> que las nuevas exigencias que han<br />

surgido hacia los profesores aumentan el listado <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s que éstos<br />

requieren. Estas son las capacida<strong>de</strong>s para crear un clima escolar a<strong>de</strong>cuado; para<br />

crear situaciones que planteen problemas y contradicciones a la estructura moral;<br />

para escuchar, aconsejar y ayudar en la formación; para construir un mo<strong>de</strong>lo teórico<br />

propio y adaptado a la situación educativa concreta y que admita modificaciones;<br />

para animar y a analizar el funcionamiento <strong>de</strong> los grupos; para interrogarse sobre<br />

uno mismo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su práctica docente; para mostrar neutralidad pedagógica y<br />

po<strong>de</strong>r ofrecer diferentes soluciones ante un problema, otorgándole mismo énfasis en<br />

todas las alternativas; para diseñar activida<strong>de</strong>s ten<strong>de</strong>ntes al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />

confianza <strong>de</strong> los alumnos; para dirigir discusiones morales; para poseer un<br />

autoconcepto ajustado y positivo sin necesidad <strong>de</strong> implicarse afectivamente <strong>de</strong> forma<br />

constante; y para afrontar situaciones potencialmente conflictivas (pp.18 y ss.).<br />

Aunque parezca que la función <strong>de</strong>l profesorado está ahora más<br />

<strong>de</strong>finida que en otros tiempos, por la cantidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles que se especifican sobre<br />

sus actuaciones, por el contrario estamos ante un profesor usualmente<br />

<strong>de</strong>sconcertado (Cfr. Esteve, 2003, 17). La introducción <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación en nuestras vidas, exige <strong>de</strong>l profesor que enseñe a estar siempre<br />

aprehendiendo a la vez que liberando i<strong>de</strong>as anticuadas; es <strong>de</strong>cir, que el individuo no<br />

se <strong>de</strong>dique simplemente a la absorción <strong>de</strong> información, ni que el profesor pretenda<br />

dominar en exclusiva el amplio campo <strong>de</strong> los conocimientos. Pues, (...) la única<br />

forma <strong>de</strong> sobrevivir en cualquier ambiente consiste en apren<strong>de</strong>r a seleccionar entre<br />

la información que los sentidos nos proporcionan, aquello que sea útil y conveniente<br />

(Goble, 1980, 56).<br />

56


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Esto se resume en la función mediadora <strong>de</strong>l profesor, como el<br />

profesional que <strong>de</strong>be actuar entre el individuo y la masa <strong>de</strong> información que le ro<strong>de</strong>a,<br />

o como lo <strong>de</strong>fine C. Lerena (1987):<br />

(...) el papel <strong>de</strong>l maestro es fundamentalmente el <strong>de</strong> un mediador, el <strong>de</strong><br />

alguien que se encuentra a medio camino entre el presente y el futuro,<br />

entre los niños y los adultos, entre la familia <strong>de</strong>l alumno y la escuela,<br />

entre la cultura y la incultura (p.465).<br />

Difícil papel éste con una tecnología en constante evolución, con una<br />

sociedad tan <strong>de</strong>sarraigada y con una población cada vez más multicultural. Por todo<br />

ello, los profesores no sólo requieren el respaldo formativo y <strong>de</strong> recursos, sino<br />

también el apoyo social que les ayudará a remontar el vuelo profesional (ver Figura<br />

1.11). Es paradójico, pero cuantas más y mejores fuentes <strong>de</strong> información existen,<br />

mucho más complejo se vuelve el proceso <strong>de</strong> codificación e interpretación <strong>de</strong> datos y<br />

conocimientos. A este respecto, opinamos que la forma educativa más oportuna es<br />

el entrenamiento <strong>de</strong> los alumnos en esos procesos <strong>de</strong> continua selección <strong>de</strong><br />

información y toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> un modo autónomo, responsable y consciente.<br />

Es ampliamente conocido por todos que a medida que una sociedad<br />

avanza en el tiempo, el centro <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong>be acomodarse a estos avances, por<br />

consiguiente las reformas en respuesta a las nuevas exigencias siempre son<br />

necesarias, pero también sabemos que sin el compromiso y la motivación <strong>de</strong> los<br />

profesores las modificaciones cualitativas <strong>de</strong> esas reformas nunca llegarán<br />

totalmente a la realidad educativa. Porque una auténtica reforma educativa ha <strong>de</strong><br />

suponer un cambio en las intenciones, en los elementos y sobre todo en la práctica<br />

<strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje (Cfr. Esteve y Vera, 2001, 53). En la<br />

investigación dirigida por M. <strong>de</strong> Miguel Díaz (1996) se concluyen varias i<strong>de</strong>as muy<br />

útiles en este punto. En primer lugar, los profesores consi<strong>de</strong>ran necesarias las<br />

reformas y las apoyan, siempre y cuando su política y sus procesos <strong>de</strong> innovación,<br />

respondan a las <strong>de</strong>mandas sociales. En segundo lugar, los docentes consi<strong>de</strong>ran que<br />

la forma más apropiada <strong>de</strong> planificar innovaciones es partiendo <strong>de</strong> proyectos<br />

elaborados a nivel <strong>de</strong> centros, y no imponiendo proyectos establecidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

Administración Educativa. Un tercer aspecto es que los profesores<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.11: Los profesores requieren ciertos recursos materiales.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

se sienten perjudicados cada vez que se implanta una reforma, porque suelen<br />

aumentar la complejidad <strong>de</strong> su trabajo sin mejorar los recursos personales y<br />

materiales <strong>de</strong> que disponen para ello. Y, en último lugar, los profesores no se<br />

preocupan <strong>de</strong> la implantación <strong>de</strong> reformas si los políticos no los han implicado <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el inicio en la planificación y diseño <strong>de</strong> las mismas. Es <strong>de</strong>cir, para que una reforma<br />

educativa se implante con éxito necesita legitimidad, autonomía, financiación,<br />

consenso y motivación, algo que no siempre suce<strong>de</strong> (ver Figura 1.12). Es por todos<br />

admitidos que: El trabajo <strong>de</strong> los profesores ha sido siempre abiertamente un proceso<br />

político, a pesar <strong>de</strong> las afirmaciones en sentido contrario <strong>de</strong> que <strong>de</strong>bería ser objetivo<br />

y neutral (Smyth, 200, 161).<br />

En todo proceso <strong>de</strong> cambio social, según N.M. Goble (1980)<br />

intervienen tres aspectos <strong>de</strong> capital importancia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito educativo:<br />

a) Las experiencias, los valores y costumbres tradicionales resultan<br />

insuficientes, y en ocasiones ina<strong>de</strong>cuadas, como normas <strong>de</strong> conducta.<br />

b) La escuela <strong>de</strong>be renovar sus currículos y adaptarse a la nueva<br />

función <strong>de</strong> enseñar a enjuiciar conocimientos.<br />

c) La competencia <strong>de</strong>l profesor <strong>de</strong>be estar juiciosamente <strong>de</strong>finida y<br />

ejercida con efectividad (pp.15-16)<br />

Pero a tal extremo han llegado a influir las exigencias <strong>de</strong> la comunidad<br />

hacia un <strong>de</strong>terminado profesional que es ampliamente conocido y extendido el<br />

fenómeno <strong>de</strong> lo “socialmente <strong>de</strong>seable”. A. Abraham (1987) lo ha <strong>de</strong>finido así: (...)<br />

ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l individuo a <strong>de</strong>scribirse según rasgos y <strong>de</strong>scripciones que le parecen<br />

general y comúnmente admitidas por la sociedad (p.43). En el campo <strong>de</strong> la docencia,<br />

este fenómeno pue<strong>de</strong> producir un falso éxito en aquellos profesores que piensan<br />

que son buenos profesionales si reúnen las cualida<strong>de</strong>s que la sociedad valora <strong>de</strong> su<br />

actividad. Según esta circunstancia, creemos que muchos profesores no evalúan el<br />

proceso y el resultado <strong>de</strong> su propio trabajo, sino la apreciación y valoración <strong>de</strong>l<br />

mismo que hace el resto <strong>de</strong> la comunidad. Esto pue<strong>de</strong> repercutir en un profesional<br />

conformista y sin objetivos sólidos y justificables. Por esta razón, opinamos que el<br />

profesor <strong>de</strong>be saber<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.12: Para que una reforma se implante con éxito necesita colaboración.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

filtrar <strong>de</strong> entre todo el conjunto <strong>de</strong> exigencias, aquellas que realmente son <strong>de</strong>mandas<br />

lógicas y posibles <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito educativo, <strong>de</strong> aquellas que por el contrario están<br />

fuera <strong>de</strong> contexto o son puras utopías. Hace ya más <strong>de</strong> veinte años que N.M. Goble<br />

(1980) <strong>de</strong>nunciaba así esta situación: (...) algunas exigencias que parecen<br />

imponerse a la escuela por parte <strong>de</strong> la comunidad, pue<strong>de</strong>n proce<strong>de</strong>r realmente <strong>de</strong><br />

sectores representativos <strong>de</strong> intereses específicos y egoístas que existen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

comunidad (p.78). Aquí se <strong>de</strong>stacan las preferencias <strong>de</strong> los empresarios<br />

encaminadas hacia una escuela que entrene, seleccione e incluso discrimine en<br />

función <strong>de</strong> la capacidad productiva <strong>de</strong> los alumnos. También se menciona que los<br />

responsables <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n reclaman la pervivencia y transmisión <strong>de</strong> valores y principios<br />

tradicionales, para salvaguardar la autoridad <strong>de</strong> los adultos. Frente a estas<br />

exigencias altamente conservadoras en sus pretensiones, aparecen voces<br />

reformistas que aseguran alzar sus peticiones en representación <strong>de</strong>l pueblo. Así<br />

pues,<br />

Entre todas estas exigencias contradictorias, la escuela tiene que<br />

mantener un equilibrio, elaborando un programa que responda a las<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l individuo en su <strong>de</strong>sarrollo y a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

sociedad en su situación actual y en la que estará o <strong>de</strong>berá estar en el<br />

futuro (Ibíd., 78).<br />

Aquí aparece el gran conflicto <strong>de</strong> la tarea educativa: la educación<br />

prevé, preten<strong>de</strong> preparar al alumno para <strong>de</strong>senvolverse en una sociedad que aún no<br />

existe (Faure, 1974, 62). Porque, como bien apuntó E. Hoyle (1969): the teacher is<br />

intermediate between the `real´ world and the `i<strong>de</strong>al´ world (p.74).<br />

En general, el profesor tiene que cumplir con una triple obligación:<br />

<strong>de</strong>sarrollar las habilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las personas, contribuir a que se realicen los intereses<br />

prioritarios <strong>de</strong> la sociedad y cubrir las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la comunidad local. Por<br />

consiguiente, el profesor, por encima <strong>de</strong> sus criterios y preferencias, <strong>de</strong>be ser fiel al<br />

propio individuo, a la colectividad global y a la <strong>de</strong>l entorno inmediato (Cfr. Goble,<br />

1980, 71).<br />

61


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

1.2. EL MALESTAR DOCENTE<br />

1.2.1. SITUACIÓN<br />

Esta situación <strong>de</strong> crisis trajo hace unos veinte años a nuestro país, ese<br />

“malestar docente” <strong>de</strong>l que ya se hablaba bastante en otros países (ver Figura 1.13);<br />

en España lo empezó a trabajar el catedrático J.M. Esteve (1984) a raíz <strong>de</strong> la<br />

publicación <strong>de</strong> Profesores en Conflicto 11 . Este autor entien<strong>de</strong> el malestar docente<br />

como aquel (...) efecto permanente producido por las condiciones psicológicas y<br />

sociales en que se ejerce la docencia (Esteve, 1987, 45).<br />

Fuera <strong>de</strong> nuestras fronteras, este tópico <strong>de</strong>l malestar docente venía<br />

utilizándose <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1957 con los trabajos <strong>de</strong> I. Berger; siendo P.H. Coombs el<br />

primero en publicar un trabajo sobre la crisis en el sistema educativo, éste fue The<br />

World Educational Crisis: A System Analysis que apareció en 1968. Como po<strong>de</strong>mos<br />

ver, en otros países, algunos años antes que en España, había comenzado a vivirse<br />

el mismo fenómeno. Una vez más en la historia, los pueblos comenten unos tras<br />

otros los mismos errores, sin ser capaces <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la experiencia ajena;<br />

porque en otras socieda<strong>de</strong>s ya estaban relacionando varios fracasos <strong>de</strong>l sistema<br />

educativo con la crisis que experimentaba el profesorado. En España ya muchos<br />

estudios respaldan esta teoría:<br />

El problema <strong>de</strong> los docentes se pue<strong>de</strong> situar como un espejo frente al<br />

problema <strong>de</strong>l alumnado: el fracaso escolar y la inadaptación. El mal <strong>de</strong>l<br />

profesorado se correspon<strong>de</strong> con el mal <strong>de</strong>l alumnado como dos partes<br />

simétricas, los dos salen perdiendo (Loscertales y Núñez, 2001, 12).<br />

Otros investigadores han utilizado términos distintos para básicamente<br />

hacer referencia a la misma problemática <strong>de</strong>l profesorado. Así encontramos que J.L.<br />

Blase (1982) lo bautiza como “burnout”, M.A. Santos Guerra (1983) habla <strong>de</strong><br />

“erosión”,<br />

11 Este libro recoge los trabajos presentados en el Coloquio Internacional organizado por la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Málaga</strong> en 1982 y que recibió el título <strong>de</strong> “Repercusiones <strong>de</strong> la práctica profesional sobre la personalidad <strong>de</strong> los<br />

profesores”.<br />

62


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.13: Existencia <strong>de</strong> “malestar docente”.<br />

63


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

A. Polaino-Lorente (1985) especifica que es más a<strong>de</strong>cuado tratarlo como “ansiedad”,<br />

Ch. Kyriacou (1989) lo <strong>de</strong>nomina “estrés”, y J. Cabero y F. Loscertales (1998) lo<br />

menciona como “insatisfacción profunda”; pero todos esos casos po<strong>de</strong>mos<br />

generalizarlos con el tópico <strong>de</strong>l “malestar docente”.<br />

Algunos autores como E. Guerrero y F. Vicente (2001) aseguran que<br />

existen ciertas variables socio<strong>de</strong>mográficas propias <strong>de</strong>l profesor que influyen en su<br />

disposición a “estar quemado” 12 como profesional. Entre ellas está el género, a<br />

pesar <strong>de</strong> que existen estudios que se contradicen, parece que la mujer tiene una<br />

mayor posibilidad <strong>de</strong> “quemarse” porque su apreciación <strong>de</strong>l logro personal es<br />

significativamente inferior, a<strong>de</strong>más en los hombres la <strong>de</strong>spersonalización es más<br />

probable por lo que no suelen llegar a implicarse hasta el punto <strong>de</strong> verse afectados.<br />

Otra variable es la edad, pues está bastante consensuado que cuanto más joven es<br />

el profesor más in<strong>de</strong>fenso está a pa<strong>de</strong>cer este malestar. Los años <strong>de</strong> experiencia es<br />

una variable muy <strong>de</strong>stacada en múltiples investigaciones, llegándose a la conclusión<br />

casi unánime <strong>de</strong> que el profesor novel pue<strong>de</strong> verse más afectado en su personalidad<br />

que el profesor experimentado el cuál le gana en seguridad. Aunque parezca una<br />

simpleza, el estado civil y la paternidad, son variables también influyentes, puesto<br />

que proporcionan estabilidad y equilibrio emocional. Y, por último, no cabe duda que<br />

la personalidad es la variable que más aporta a la posibilidad <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer este<br />

malestar docente (pp.88 y ss.).<br />

Para el estudio <strong>de</strong> este fenómeno, se pue<strong>de</strong>n adoptar tres enfoques<br />

disciplinares bien diferenciados entre sí. Éstos son:<br />

- Enfoque pedagógico. Defien<strong>de</strong> que el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la imagen social <strong>de</strong>l<br />

profesor ha sido uno <strong>de</strong> los principales <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nantes <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong><br />

su malestar, por supuesto también acusan parte <strong>de</strong> culpa a las pésimas<br />

condiciones <strong>de</strong> trabajo. Aunque, como es lógico, se centran más en los<br />

problemas <strong>de</strong> formación <strong>de</strong>l profesorado (Gil Villa, 1996, 15).<br />

- Enfoque sociológico. Analiza los cambios sociales, las nuevas<br />

expectativas sobre el proceso educativo, las variaciones en el rol <strong>de</strong>l<br />

12 Entendiendo por “estar quemado”, o “burnout” en inglés, agotar las expectativas y motivaciones profesionales.<br />

Hay muchos profesores, como J. Vera (1988), que proponen que es más a<strong>de</strong>cuado traducirlo como<br />

“agotamiento” o “estar agotado”.<br />

64


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

profesor y, en especial, <strong>de</strong>stacan sus análisis sobre la satisfacción <strong>de</strong><br />

estos profesionales. Este enfoque ha observado que la profesión docente<br />

se halla fragmentada:<br />

De un lado, comparte la tarea educativa con los padres, los medios <strong>de</strong><br />

comunicación y las nuevas tecnologías. De otro, se complica la<br />

jerarquía tanto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l propio profesorado como en lo que se refiere<br />

al colectivo más amplio <strong>de</strong> especialistas que tienen que ver con la<br />

educación: psicopedagogos, logopedas, personal sanitario, etc. (Ibíd.,<br />

-<br />

13).<br />

Enfoques psicológicos. Distintas perspectivas psicológicas, en<br />

especial tres: psicología dinámica, psicología <strong>de</strong> la salud y psicología<br />

organizacional, han elaborado sus tesis, pero, en general, las<br />

enfermeda<strong>de</strong>s o los trastornos <strong>de</strong>l profesor ha sido siempre el objeto <strong>de</strong><br />

estudio, relacionándolos con circunstancias concretas <strong>de</strong> su actividad<br />

profesional diaria (Cfr. Guerrero y Vicente, 2001, 19 y ss.).<br />

Enmarcados en los estudios <strong>de</strong> enfoque pedagógico <strong>de</strong>stacan <strong>de</strong> forma<br />

especial dos trabajos. En primer lugar tenemos el trabajo <strong>de</strong> J.L. Blase (1982) que<br />

<strong>de</strong>termina la existencia <strong>de</strong> dos tipos <strong>de</strong> factores <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nantes <strong>de</strong>l malestar<br />

docente. Los factores <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n son aquellos que inci<strong>de</strong>n directamente sobre<br />

la actividad <strong>de</strong>l profesor en el aula, generando emociones negativas y tensión. Los<br />

factores <strong>de</strong> segundo or<strong>de</strong>n se refieren a las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l contexto en que se<br />

ejerce la docencia y que influyen bastante sobre la motivación, la implicación y el<br />

esfuerzo <strong>de</strong>l profesor.<br />

Y, en segundo lugar, años más tar<strong>de</strong>, encontramos los estudios <strong>de</strong> J.M.<br />

Esteve (1987) que mantiene una dualidad <strong>de</strong> factores influyentes: los contextuales y<br />

los que inci<strong>de</strong>n sobre la acción docente directamente. Este autor perfila mejor la<br />

influencia <strong>de</strong> los factores contextuales y aña<strong>de</strong> algunos más recientes como la<br />

modificación <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l profesor, el aumento <strong>de</strong> contradicciones en las exigencias<br />

sociales, los cambios en los tradicionales agentes <strong>de</strong> socialización, o el <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l<br />

apoyo <strong>de</strong> la comunidad al trabajo <strong>de</strong>l profesorado. En resumen,<br />

65


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

(...) las claves <strong>de</strong>l malestar docente están en la <strong>de</strong>svaloración <strong>de</strong>l<br />

trabajo <strong>de</strong>l profesor, evi<strong>de</strong>nte en nuestro contexto social, y en las<br />

pobres condiciones <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong>l profesor en el aula, que les obliga a<br />

una actuación mediocre <strong>de</strong> la que, luego, paradójicamente, se les hace<br />

responsables (Esteve, Franco y Vera, 1995, 53).<br />

A todos estos factores que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nan el malestar docente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la sociología se aña<strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong>l salario que reciben, pero<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> dos ópticas muy diferentes. De un lado, gran parte <strong>de</strong> los ciudadanos creen<br />

que el profesorado cobra menos <strong>de</strong> lo que en realidad cobra, porque consi<strong>de</strong>ran que<br />

la función que realizan es una extensión <strong>de</strong> las obligaciones socializadoras <strong>de</strong> los<br />

padres y, por consiguiente, su sueldo no <strong>de</strong>berá ser elevado. Y, <strong>de</strong> otra parte, baja la<br />

posición social <strong>de</strong> este sector profesional, porque su remuneración no es alta,<br />

aunque si lo comparamos con el salario medio <strong>de</strong> otras profesiones tampoco es baja<br />

(Cfr. Gil Villa, 1996, 53 y ss.). Es <strong>de</strong>cir, cuando el consumo lo inva<strong>de</strong> todo y el po<strong>de</strong>r<br />

adquisitivo se convierte en el objetivo social preferente, se instala esta sentencia: “te<br />

valoro a ti y tu trabajo en función <strong>de</strong> lo que te pagan por realizarlo”. De otro lado, es<br />

la remuneración por parte <strong>de</strong> la sociedad, la que hace obligatoria la actividad<br />

docente y crea responsabilida<strong>de</strong>s al trabajador que la <strong>de</strong>sarrolla (Cfr. Cabero y<br />

Loscertales, 1998, 49). Así pues, el salario que perciben los profesores se pue<strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rar otra fuente <strong>de</strong> malestar para ellos.<br />

Como apunta R.K. Merton (1987), (...) el éxito económico y el prestigio<br />

que lleva asociado, pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado como un valor o meta cultural<br />

ampliamente aceptado en los países occi<strong>de</strong>ntales (p.215), algo que no suce<strong>de</strong> con<br />

nuestros profesores porque en un porcentaje bastante significativo, un 19´9%,<br />

<strong>de</strong>muestran estar insatisfechos con sus retribuciones (Fernán<strong>de</strong>z Sánchez, Navarro,<br />

Higuera y Martínez Castro, 1993, 23 y ss.). En general, no se sienten justamente<br />

recompensados por el servicio que brindan a la sociedad. No obstante, es<br />

importante tener en cuenta que respecto a la cuestión económica existe gran<br />

discriminación según los niveles <strong>de</strong> enseñanza en los que se imparte clases, <strong>de</strong><br />

manera que cuanto más alto sea ese nivel mayor será la retribución económica que<br />

se recibe (Cfr. Camba, 1993, 202). Aunque hay especialistas que en este hecho no<br />

66


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ven discriminación sino justicia: (...) los profesores en diferentes niveles tienen<br />

diferentes formas <strong>de</strong> competencia, responsabilidad y autonomía y <strong>de</strong>ben ser<br />

pagados en cantida<strong>de</strong>s diferentes (Veenman, 1988, 65). También se pue<strong>de</strong> percibir<br />

cierto agravio salarial entre los docentes funcionarios y los interinos, y entre los que<br />

ejercen en centros públicos o los que lo hacen en centros privados (Cfr. Cabero y<br />

Losceratles, 1998, 63).<br />

De otra parte, las profesiones con mayor predisposición a <strong>de</strong>sarrollar<br />

malestar entre sus trabajadores, son aquellas <strong>de</strong> carácter asistencial y que se rigen<br />

por una filosofía humanística, porque sus profesionales sufren un fuerte choque<br />

cuando al iniciar sus trabajos se encuentran que <strong>de</strong>ben adaptarse a un sistema<br />

<strong>de</strong>shumanizado (Guerrero y Vicente, 2001, 87). Y así ocurre con la docencia, porque<br />

sus orígenes asistenciales parece que nunca la han abandonado por muchos<br />

cambios que se hayan efectuado en sus <strong>de</strong>nominaciones y en su metodología. La<br />

mayoría <strong>de</strong> los profesores aspiran a realizar una labor espontánea, pura, carismática<br />

y casi altruista, pero sin embargo averiguan que el contexto y las condiciones <strong>de</strong><br />

trabajo a menudo les exigen una actividad mecánica, infravalorada e incluso, en<br />

ocasiones, simplista. Es precisamente entonces cuando corren el peligro <strong>de</strong> caer en<br />

el malestar docente, por ese tremendo “choque” entre lo que <strong>de</strong>seaban realizar y la<br />

realidad <strong>de</strong> lo que podrán hacer. En esos momentos el profesor necesita echar<br />

mano <strong>de</strong> su bagaje formativo para empezar a transformar esas circunstancias <strong>de</strong><br />

trabajo. Esta situación se <strong>de</strong>be fundamentalmente, a la condición <strong>de</strong> funcionario<br />

estatal <strong>de</strong> los profesores <strong>de</strong> los centros públicos que les suele crear una<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia administrativa, cierta burocratización <strong>de</strong> sus tareas y el sometimiento a<br />

<strong>de</strong>terminados reglamentos, a costa <strong>de</strong> gozar <strong>de</strong> estabilidad en el empleo (Vera,<br />

1988).<br />

Tras el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una rigurosa investigación, E. Bayer (1984)<br />

concluye que durante el período <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> los profesores se les transmite<br />

unos i<strong>de</strong>ales pedagógicos irrealizables. S. Veenman (1988) estudia este fenómeno<br />

usando la <strong>de</strong>nominación “shock <strong>de</strong> la realidad”, (...) para indicar el colapso <strong>de</strong> los<br />

i<strong>de</strong>ales misioneros elaborados durante la formación <strong>de</strong>l profesorado con la cruda y<br />

dura realidad <strong>de</strong> la vida cotidiana en clase (p.40). Este autor señala los factores que<br />

67


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

contribuyen más <strong>de</strong>cisivamente a la manifestación <strong>de</strong> este “shock”: no estar<br />

satisfecho con la profesión por haber elegido <strong>de</strong> forma equivocada, poseer actitu<strong>de</strong>s<br />

y/o cualida<strong>de</strong>s ina<strong>de</strong>cuadas para la docencia, no haber recibido la formación<br />

profesional necesaria, y <strong>de</strong>sarrollar su trabajo en circunstancias problemáticas. Una<br />

posible solución pue<strong>de</strong> ser la siguiente:<br />

Si hay conflictos en la enseñanza, parece más razonable formar a los<br />

profesores para hacerles frente, aceptando su existencia, que<br />

preten<strong>de</strong>r el refuerzo <strong>de</strong> visiones i<strong>de</strong>alizadas, en las que el profesor y la<br />

enseñanza se presentan siempre en términos modélicos (Esteve, 1997,<br />

73).<br />

Así pues, el problema radica en que la práctica real <strong>de</strong>l proceso<br />

educativo no se i<strong>de</strong>ntifica con los i<strong>de</strong>ales que se transmiten durante el período <strong>de</strong><br />

formación, que a<strong>de</strong>más también suelen ser distintos a los que <strong>de</strong>manda la<br />

comunidad. El profesor no sólo vivirá la <strong>de</strong>sigualdad entre el i<strong>de</strong>al y la realidad <strong>de</strong> su<br />

actividad, sino que entra en juego una tercera dimensión: lo que se exige <strong>de</strong> su<br />

intervención. De esta manera se con<strong>de</strong>na al profesor a sufrir un fuerte <strong>de</strong>sengaño<br />

cuando advierte que su práctica profesional no se correspon<strong>de</strong> con sus<br />

concepciones; entonces sus reacciones podrán ir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el autoengaño hasta la<br />

inhibición. Porque,<br />

(...) la superioridad que por un lado –el i<strong>de</strong>ológico- se le atribuye no<br />

encuentra confirmación en los hechos, la retirada hacia un refugio<br />

personal parece ser la única alternativa viable y capaz <strong>de</strong> mitigar la<br />

contradicción (Ortega y Velasco, 1991, 22).<br />

En su investigación, E. Bayer (1984), profundiza aún más en esta<br />

problemática llegando a una distinción por sexo: cuando se produce ese inevitable<br />

choque con la práctica se <strong>de</strong>tecta en las mujeres una mejor adaptación a las<br />

limitaciones reales <strong>de</strong> su trabajo, sin embargo los hombres <strong>de</strong>sarrollan una i<strong>de</strong>ntidad<br />

más i<strong>de</strong>alizada. El carácter <strong>de</strong>fensivo <strong>de</strong> esta i<strong>de</strong>ntidad podría <strong>de</strong>tectarse en las<br />

respuestas <strong>de</strong> ansiedad y <strong>de</strong> inseguridad profesional más frecuentes en los hombres<br />

(p.121). El catedrático J.M. Esteve (1984), en otro estudio sobre situaciones <strong>de</strong><br />

ansiedad, también encuentra diferencias según el sexo <strong>de</strong>l docente: los hombres<br />

68


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

pa<strong>de</strong>cen una <strong>de</strong>preciación <strong>de</strong>l Yo mayor que las mujeres (p.233). En líneas<br />

generales se pue<strong>de</strong> admitir que las repercusiones psicológicas <strong>de</strong> la tensión que<br />

sufren los profesores varían significativamente según el sexo, pero también según el<br />

nivel <strong>de</strong> la institución educativa don<strong>de</strong> ejercen, según los años que tenga <strong>de</strong><br />

experiencia y según la edad, entre otros muchos factores quizás <strong>de</strong> menor influencia<br />

(Cfr. Esteve, 1988, 304).<br />

En muchas ocasiones, el profesor se ve obligado a <strong>de</strong>sempeñar su<br />

trabajo con ansiedad, insatisfacción o tensión, porque la institución escolar preten<strong>de</strong><br />

que abandone sus propias expectativas profesionales (Cfr. Zurriaga, 1993, 143). En<br />

sentido general, E. Breuse (1984) lanza la siguiente reflexión: (...) cabe preguntarse<br />

si el enseñante se halla psicológicamente preparado para afrontar la realidad <strong>de</strong>l<br />

mundo docente (p.157); y si no es así ¿por qué no se le prepara? -cuestión que ya<br />

planteamos en el apartado correspondiente a la formación-.<br />

Volviendo con el síndrome <strong>de</strong>l malestar docente, A. Martínez Sánchez<br />

(1984), tras realizar un exhaustivo análisis, llega a <strong>de</strong>finir tres dimensiones que<br />

aglutinan todos los factores implicados en las situaciones <strong>de</strong> tensión para el<br />

profesor:<br />

- Dimensión I. Conflictos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la actuación didáctica.<br />

- Dimensión II. Falta <strong>de</strong> coherencia entre la realización personal y las<br />

exigencias profesionales.<br />

- Dimensión III. Tensiones vinculadas al contexto socioeducacional<br />

(pp.197-198).<br />

En esta misma línea <strong>de</strong> trabajo, el profesor J. Vera (1988) hace un<br />

análisis <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong>l malestar docente, y concluye que hay fuentes vinculadas<br />

a las motivaciones personales para la elección <strong>de</strong> la carrera docente; a la formación<br />

inicial que trabaja esquemas rígidos y comunicación unidireccional; a las<br />

peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l contexto socioeducativo; a las relaciones que se establecen en el<br />

contexto escolar, con alumnos, con padres, con compañeros y con los superiores; y<br />

a las condiciones <strong>de</strong> trabajo como por ejemplo, la ratio, las activida<strong>de</strong>s<br />

extraescolares, las tareas burocráticas y la dotación <strong>de</strong> equipamiento (pp.133 y ss.).<br />

69


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Entre todas esas fuentes, según encuestas realizadas en 1993, el 57´7% <strong>de</strong> los<br />

profesores <strong>de</strong> Educación General Básica –EGB-, Bachillerato Unificado Polivalente –<br />

BUP- y Formación Profesional –FP-, afirman que el exceso <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s es<br />

la fuente por la que sienten mayor malestar (Fernán<strong>de</strong>z Sánchez, Navarro, Higuera y<br />

Martínez Castro, 1993, 32-33). En opinión <strong>de</strong> otros autores:<br />

(...) los conflictos por los roles, la sobrecarga <strong>de</strong> trabajo, el tenso clima<br />

<strong>de</strong> la clase y la ausencia <strong>de</strong> apoyo por parte <strong>de</strong> los compañeros son<br />

consi<strong>de</strong>rados como las principales causas que llevan a que un profesor<br />

“se queme”, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros factores más psicológicos como la baja<br />

autoestima y la conciencia <strong>de</strong> ser impotente, pero su influencia y si<br />

configuración cambia <strong>de</strong> un lugar a otro y entre individuo e individuo<br />

(Huberman, Thompson y Weiland, 2000, 85).<br />

En general, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que todas las fuentes <strong>de</strong> tensión que vive el<br />

profesor tienen un factor común, que es la propia implicación personal, que en<br />

algunos casos termina convirtiéndose en rutina e inhibición, pero que en otras<br />

ocasiones comporta angustia y ansiedad, porque el esfuerzo <strong>de</strong>smesurado no ha<br />

tenido resultados positivos (Esteve, 1984; Vera, 1988). No obstante, <strong>de</strong>bido a la<br />

fuerte repercusión que tiene sobre el rendimiento y las actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alumnado, es<br />

por todos admitida la necesidad <strong>de</strong> estudiar los otros elementos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la<br />

implicación personal, que dificultan la satisfacción profesional <strong>de</strong>l profesor. A este<br />

respecto MªV. Gordillo (1988), tras realizar un estudio empírico sobre el tema, llega a<br />

la conclusión <strong>de</strong> que (...) un cierto grado <strong>de</strong> insatisfacción no resulta siempre<br />

negativo pues sirve <strong>de</strong> acicate para la reforma educativa y es un estímulo para el<br />

propio <strong>de</strong>sarrollo profesional (p.265). El problema es quién y sobre la base <strong>de</strong> qué<br />

criterios se establecen los intervalos para diferenciar los grados <strong>de</strong> insatisfacción<br />

“negativa”, <strong>de</strong> los grados <strong>de</strong> insatisfacción “no negativa”.<br />

Por otro lado, V.M. Ortiz Oria (1995) diferencia entre cuatro contextos<br />

don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n aparecer los agentes estresantes para el profesor. En primer lugar<br />

cita el contexto social especificando que los principales agentes estresantes han<br />

sido: los cambios en las <strong>de</strong>mandas, la pérdida <strong>de</strong>l apoyo social y la crisis en la<br />

imagen <strong>de</strong>l profesor. El segundo es el contexto <strong>de</strong> la práctica docente don<strong>de</strong> <strong>de</strong>staca<br />

70


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

la influencia negativa <strong>de</strong>: las crecientes reacciones <strong>de</strong> agresividad por parte <strong>de</strong> los<br />

alumnos, el extremo incluso <strong>de</strong>l vandalismo, la constante evaluación que sufren, las<br />

pésimas y <strong>de</strong>ficitarias condiciones físicas en las que realizan su trabajo, el tipo <strong>de</strong><br />

materia que imparte, los frecuentes cambios <strong>de</strong> lugar <strong>de</strong> trabajo con los<br />

consecuentes problemas <strong>de</strong> adaptación. El contexto <strong>de</strong> la problemática relacional es<br />

el tercero, diferenciando aspectos si la relación es con compañeros, políticos,<br />

alumnos, o padres, se pue<strong>de</strong>n resaltar las siguientes situaciones estresantes: la<br />

incomunicación y falta <strong>de</strong> cooperación entre profesores afectando principalmente a<br />

los noveles, la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia jerárquica hacia directores o inspectores se vive con<br />

molestias, la falta <strong>de</strong> comunicación y cooperación entre familia y centro <strong>de</strong><br />

enseñanza, las acusaciones indiscriminadas <strong>de</strong> los padres, el rechazo y la<br />

<strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>ración por parte <strong>de</strong> los alumnos, la diferencia <strong>de</strong> comprensión entre<br />

profesor y alumno por falta <strong>de</strong> conexión generacional. En cuarto y último lugar<br />

encontramos el contexto intrapersonal, subrayando como posibles factores <strong>de</strong><br />

malestar: la falta <strong>de</strong> motivación al acce<strong>de</strong>r a la profesión docente y la ansiedad que<br />

fácilmente pue<strong>de</strong> aparecer en las personalida<strong>de</strong>s más débiles (pp.39 y ss.).<br />

En la investigación dirigida por S. Veenman (1988) se concluye que la<br />

disciplina en clase es el aspecto conflictivo más preocupante <strong>de</strong> todos los problemas<br />

percibidos por los profesores principiantes (ver Figura 1.14), pero es un elemento<br />

poco y mal trabajado en la formación <strong>de</strong>l profesorado. En otras palabras,<br />

(...) la disciplina en clase se consi<strong>de</strong>ra importante, pero los formadores<br />

<strong>de</strong> profesores también reconocen tener poco éxito a la hora <strong>de</strong><br />

proporcionar a sus alumnos la capacidad para mantenerla. Esto no<br />

tiene por qué ser así. La investigación indica claramente que hay<br />

formas <strong>de</strong> preparar a los futuros profesores en estas habilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

disciplina y organización <strong>de</strong> la clase. Los formadores <strong>de</strong>ben conocer y<br />

usar investigación disponible al respecto (p.52).<br />

Es preciso añadir que, como bien apunta J.M. Esteve (1997), el<br />

concepto <strong>de</strong> disciplina no <strong>de</strong>be relacionarse con la represión y el castigo, sino que<br />

<strong>de</strong>be asociarse al esfuerzo por conseguir un or<strong>de</strong>n justo.<br />

71


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.14: La disciplina escolar es uno <strong>de</strong> los problemas actuales.<br />

72


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Por otra parte, C.J. Travers y C.L. Cooper (1997) tras un duro trabajo<br />

<strong>de</strong> entrevistas y cuestionarios a profesores en Gran Bretaña, elaboraron algunas<br />

tablas muy significativas a la hora <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r cómo viven el estrés que pa<strong>de</strong>cen.<br />

En concreto, para este trabajo nos resulta muy esclarecedora la tabla sobre las<br />

intervenciones para controlar el estrés sugeridas por los propios profesores:<br />

- “ Una implementación incrementada <strong>de</strong> los cambios: menos<br />

iniciativas, una mayor información y comunicación, unas pautas más<br />

claras, más participación <strong>de</strong> los profesores en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> políticas<br />

y la toma <strong>de</strong>cisiones.<br />

- Mejoras en las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> promoción.<br />

- Una mejora en la imagen profesional.<br />

- Un aumento <strong>de</strong>l apoyo organizacional a nivel personal, <strong>de</strong> recursos,<br />

<strong>de</strong> dinero y <strong>de</strong> tiempo.<br />

- Mejor sueldo / concesión <strong>de</strong> subvenciones-incentivos.<br />

- Clases más reducidas, reducción <strong>de</strong> la ratio profesor/alumnos.<br />

- Menos tiempo <strong>de</strong> interacción con otras personas.<br />

- Una mejora <strong>de</strong> la formación, <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s directivas y <strong>de</strong>l<br />

reciclaje.<br />

- Mejores condiciones laborales, y mejoras en las salas <strong>de</strong> profesores.<br />

- Administración <strong>de</strong>l estrés, talleres para apren<strong>de</strong>r a superarlo, permisos<br />

sabáticos, servicio <strong>de</strong> asesoramiento confi<strong>de</strong>ncial y profesional.<br />

- Una mejor política <strong>de</strong> suplencias.<br />

- Una reducción <strong>de</strong> tareas administrativas / mayor ayuda burocrática.<br />

- Varios: mejores políticas disciplinarias, creación <strong>de</strong> guar<strong>de</strong>rías<br />

infantiles, provisión <strong>de</strong> formación continua a<strong>de</strong>cuada.” (pp.199-200).<br />

Pero <strong>de</strong> todo lo propuesto, entre las distintas aportaciones que se han<br />

hecho para eliminar el malestar docente, cabe <strong>de</strong>stacar la que hace J.M. Esteve, S.<br />

Franco y J. Vera (1995):<br />

a) Taller permanente sobre técnicas <strong>de</strong> prevención y tratamiento <strong>de</strong>l<br />

estrés .<br />

b) La inoculación <strong>de</strong> estrés como técnica preventiva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

formación inicial.<br />

73


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Una <strong>de</strong> las afirmaciones más apoyadas por cualquier investigación es<br />

el hecho <strong>de</strong> que mejorando la autoestima <strong>de</strong>l profesor se le protege <strong>de</strong> verse<br />

afectado por este malestar. Quizás la formación permanente <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong>bería<br />

trabajar más a fondo este aspecto, porque es difícil encontrar una persona que no<br />

requiera mejoras en su autoestima 13 .<br />

1.2.2. CONSECUENCIAS<br />

Según J.M. Esteve (1987) las principales consecuencias <strong>de</strong>l malestar<br />

docente son: el sentimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcierto <strong>de</strong> estos profesionales, la insatisfacción<br />

ante la práctica docente, peticiones <strong>de</strong> traslado para huir <strong>de</strong> los conflictos, <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la inhibición como forma <strong>de</strong> autoprotección, <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> abandono <strong>de</strong> la profesión,<br />

absentismo laboral, agotamiento, ansiedad, estrés, neurosis, <strong>de</strong>presiones <strong>de</strong>scenso<br />

<strong>de</strong>l<br />

autoconcepto, y autoculpabilización por no obtener el éxito <strong>de</strong>seado en el proceso<br />

<strong>de</strong> enseñanza. Otros investigadores generalizan y especifican que los costes y<br />

consecuencias <strong>de</strong>l estrés entre los profesores, pue<strong>de</strong>n revelarse en manifestaciones<br />

emocionales, conductuales y/o fisiológicas (Cfr. Travers y Cooper, 1997, 38-39).<br />

También es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar la teoría sobre la alienación y atracción hacia el<br />

conformismo que <strong>de</strong>sarrolla A. Abraham (1987). Para J. Vera (1988),<br />

(...) las consecuencias más frecuentes <strong>de</strong>l malestar son la inhibición y<br />

el absentismo (...) Estas dos soluciones evitan la sobre exposición a los<br />

efectos <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> focos <strong>de</strong> tensión que amenazan con<br />

quebrantar el equilibrio psicofísico <strong>de</strong> la persona, pero a cambio tienen<br />

consecuencias nefastas para la calidad <strong>de</strong>l trabajo que <strong>de</strong>sarrolla<br />

(p.183).<br />

13<br />

En especial, si tenemos en cuenta la larga relación <strong>de</strong> aspectos positivos <strong>de</strong> la persona con autoestima que<br />

cita F. VOLI (1996) Opus.Cit., pp.30 y ss.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Sea <strong>de</strong> una forma u otra, lo que resulta indiscutible es la naturaleza<br />

interactiva <strong>de</strong> los diferentes síntomas <strong>de</strong>l malestar docente. V.M. Ortiz Oria (1995) da<br />

una relación bastante concisa <strong>de</strong> las consecuencias <strong>de</strong>l malestar docente:<br />

Estado anímico <strong>de</strong>l profesor que le lleva a aumentar la frecuencia <strong>de</strong><br />

sus estados ansiógenos o <strong>de</strong>presivos, a la disminución <strong>de</strong> su<br />

capacidad <strong>de</strong> alerta ya activación ante la situación, insuficiencia <strong>de</strong> su<br />

capacidad creativa, al distanciamiento e inhibición frente a las<br />

situaciones, comportamientos <strong>de</strong> huida frente a los problemas,<br />

<strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> su autoconcepto profesional, magnificación y<br />

dramatización <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s, vulnerabilidad en las interacciones...;<br />

<strong>de</strong> agente y agencia <strong>de</strong> influencia se transforma en personalidad<br />

altamente porosa a las interacciones negativas <strong>de</strong>l contexto escolar,<br />

astenia profunda en los conflictos, <strong>de</strong>smotivación para la actividad<br />

educativa y caída <strong>de</strong> los umbrales <strong>de</strong> fatiga... (p.39).<br />

Los costes <strong>de</strong> este malestar docente no sólo recaen sobre el profesor<br />

mismo, sino que también afecta a los centros <strong>de</strong> enseñanza y a la comunidad en<br />

general. El centro, como institución, se ve afectado especialmente por el absentismo,<br />

pero no olvi<strong>de</strong>mos que el éxito <strong>de</strong>l sistema educativo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> fundamentalmente <strong>de</strong><br />

la actividad <strong>de</strong> ese profesor que posiblemente se encuentra <strong>de</strong>sanimado, estresado,<br />

insatisfecho, agotado, presionado...; es <strong>de</strong>cir, en mala disposición para <strong>de</strong>sempeñar<br />

su tarea. Por otra parte, la comunidad se ve afectada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que esta<br />

circunstancia influye sobre el proceso <strong>de</strong> aprendizaje <strong>de</strong> los jóvenes, y como es<br />

evi<strong>de</strong>nte esto suce<strong>de</strong> así. Los alumnos necesitan un profesional que muestre interés<br />

y motivación, que transmita buenas actitu<strong>de</strong>s, que sepa innovar, que actualice sus<br />

métodos y, por supuesto, que no falte a sus clases. Porque en realidad:<br />

Los profesores estancados tien<strong>de</strong>n a bajar sus aspiraciones,<br />

convertirse en apáticos, establecer “lo justo para pasar el día”. La<br />

energía, el entusiasmo y la perseverancia característicos <strong>de</strong> los<br />

profesores efectivos son difíciles <strong>de</strong> movilizar y sostener en individuos<br />

que se ven a sí mismos o a su carrera estancados o frustrados<br />

(McLaughlin, 1988, 280).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Por otro lado, en la investigación dirigida por M. <strong>de</strong> Miguel Díaz (1996)<br />

se concluye, que los profesores opinan que las situaciones <strong>de</strong> conflicto, el estrés, las<br />

enfermeda<strong>de</strong>s profesionales y la escasa gratificación personal son generadoras <strong>de</strong><br />

insatisfacción profesional en cuanto constituyen un serio obstáculo en su actividad<br />

diaria. También señalan una serie <strong>de</strong> factores internos <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> enseñanza<br />

que pue<strong>de</strong>n ser causa <strong>de</strong> insatisfacción, como por ejemplo el sistema organizativo<br />

<strong>de</strong>l trabajo escolar, la insuficiente dotación <strong>de</strong> personal, la falta <strong>de</strong> estabilidad y la<br />

ausencia <strong>de</strong> programas <strong>de</strong> innovación contextualizados.<br />

En la actualidad, se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que la inhibición ante el fracaso y los<br />

conflictos escolares es la reacción más común entre los profesores. Como saben<br />

que las circunstancias problemáticas y los resultados no exitosos van a influir<br />

negativamente sobre su propia imagen, prefieren no implicarse y así no verse en<br />

entredicho. O lo que es igual,<br />

(...) en el campo educativo, las ansieda<strong>de</strong>s provocadas por las<br />

relaciones humanas específicas son tan peligrosas y tan difíciles <strong>de</strong><br />

afrontar y soportar que generan necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa específicas<br />

para evitar el caos tanto <strong>de</strong>l individuo como <strong>de</strong>l sistema (Abraham,<br />

1987, 20).<br />

Este es el caso <strong>de</strong> la alienación y la consecuente creación <strong>de</strong> la imagen<br />

i<strong>de</strong>alizada que permite satisfacer la necesidad <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong>l profesor, porque (...)<br />

es menos peligroso vivir en lo abstracto y enfrentar teorías e imperativos vagos que<br />

comprometerse a un contacto real con los otros y con la realidad (Ibíd., 55). Y, esa<br />

misma alienación <strong>de</strong>l profesor también pue<strong>de</strong> influir negativamente sobre sus<br />

alumnos, porque al ser ignorados como personas no reciben ayuda para<br />

compren<strong>de</strong>r toda esta compleja situación, que les suele llevar también hasta la<br />

alienación.<br />

En opinión <strong>de</strong> J. García Carrasco (1984), el profesor exterioriza<br />

mecanismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa ante su propia imagen, para ello i<strong>de</strong>aliza su práctica y niega<br />

la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> su i<strong>de</strong>ntidad real, esto supone una fuerte transformación <strong>de</strong>l<br />

autoconcepto. Hecho bastante grave si consi<strong>de</strong>ramos que (...) el concepto <strong>de</strong> sí<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

mismo es importante para la forma y efectividad <strong>de</strong> la intervención pedagógica<br />

(Vera, 1988, 54). Así pues, el profesor a menudo i<strong>de</strong>ntifica su actividad con sus<br />

i<strong>de</strong>ales, aunque para ello esté falseando la realidad. A. Abraham (1984), con la<br />

aplicación <strong>de</strong> su Matriz Interpersonal <strong>de</strong>l Yo Profesional <strong>de</strong>l Enseñante –MISPE-,<br />

asegura que éste es un hecho bastante generalizado: El sujeto se muestra<br />

satisfecho cuando sitúa el yo real en el mismo punto <strong>de</strong> la escala que su I<strong>de</strong>al (p.71).<br />

Si esta situación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sequilibrio entre lo que el profesor cree que <strong>de</strong>be<br />

hacer y lo que se le exige en realidad se prolonga en el tiempo, sin que sus<br />

reacciones estabilicen las disparida<strong>de</strong>s, pue<strong>de</strong> caer en el agotamiento. Cuando<br />

surgen los primeros indicios <strong>de</strong> fatiga, el profesor suele interrumpir sus esfuerzos<br />

para recuperarse psicológica y físicamente, porque los problemas surgen cuando<br />

tras un largo período <strong>de</strong> estrés 14 el cuerpo no logra volver a su estado normal. Así<br />

pues, si no <strong>de</strong>tecta su tensión y sabe reposar a tiempo, podría llegar a quedarse<br />

<strong>de</strong>finitivamente bloqueado, con la única posibilidad <strong>de</strong> huir en el absentismo o pelear<br />

hasta caer enfermo (Amiel, 1984; Muñoz García, 1993; Cox y Heames, 2000). J.M.<br />

Esteve (1987) explica este proceso mediante la confirmación <strong>de</strong> tres etapas<br />

graduales en la generación <strong>de</strong>l estrés 15 : reacción <strong>de</strong> alarma, resistencia y<br />

agotamiento (p.135).<br />

En la aplicación <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> cuestionarios para localizar las<br />

principales fuentes <strong>de</strong> tensión entre los profesores, E. Breuse (1984) consigue<br />

agrupar las respuestas en cinco temas: condiciones <strong>de</strong> trabajo, problemas <strong>de</strong><br />

relación, <strong>de</strong>sarrollo personal, formación inicial, el profesor frente a la escuela y la<br />

sociedad. Llegando a resumir los resultados en las siguientes sentencias:<br />

Las puntuaciones más negativas se refieren a los problemas <strong>de</strong><br />

relación, a la formación inicial, al <strong>de</strong>sarrollo personal, así como a las<br />

reflexiones generales sobre el status <strong>de</strong>l profesor en la sociedad. (...)<br />

A<strong>de</strong>más, las puntuaciones negativas muestran que existe, por or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>creciente, un<br />

14 O, Estrés <strong>de</strong> rol, como lo <strong>de</strong>fine F.J. MUÑOZ GARCÍA (1993) “El estrés aca<strong>de</strong>mia como producto <strong>de</strong> las<br />

disfunciones en el episodio <strong>de</strong>l rol profesor-alumno”, en J. JUIDÍAS y F. LOSCERTALES (Coor.) El rol <strong>de</strong>l<br />

docente: un enfoque psicosocial. Muñoz Moya y Montraveta editores, Sevilla-Bogotá, pp.231y ss.<br />

15 La primera consi<strong>de</strong>ración a la existencia <strong>de</strong> estas tres etapas, la hicieron J. TACHE, Y. TACHE y H. SELYE<br />

(1977) “Integración <strong>de</strong>l estrés en el trabajo individual diario”, en VARIOS Trabajo y estrés. Karpos, Madrid.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

serio malestar con los alumnos, los colegas, la inspección y <strong>de</strong>spués<br />

con los padres y la dirección (pp.146 y ss.).<br />

Según estas encuestas a profesores, el malestar con los alumnos se<br />

<strong>de</strong>be fundamentalmente a que éstos no muestran entusiasmo ni receptividad. La<br />

mala relación con los colegas se achaca al ambiente <strong>de</strong> trabajo y la falta <strong>de</strong><br />

solidaridad entre ellos. Y, con respecto al medio familiar, la <strong>de</strong>svalorización y la<br />

ausencia <strong>de</strong> apoyo son las causas <strong>de</strong> malestar más mencionadas por los profesores.<br />

Años <strong>de</strong>spués, otras encuestas encargadas por el Ministerio <strong>de</strong> Educación y Ciencia<br />

jerarquizaban la satisfacción <strong>de</strong> los profesores respecto a las relaciones que<br />

establecen en el ejercicio <strong>de</strong> su profesión, concluyendo:<br />

El profesorado se manifiesta básicamente satisfecho <strong>de</strong> su relación con<br />

los alumnos y con la Administración Educativa. El grado <strong>de</strong> satisfacción<br />

disminuye respecto a su relación con los padres, y aún disminuye más<br />

en el caso <strong>de</strong> la relación con sus compañeros don<strong>de</strong> la insatisfacción<br />

alcanza niveles importantes (Fernán<strong>de</strong>z Sánchez, Navarro, Higuera y<br />

Martínez Castro, 1993, 102-103).<br />

Sin embargo, M.F. Gosselin (1984), <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una experiencia bastante<br />

vinculada a la medicina, agrupa las fuentes <strong>de</strong> tensión para el profesor en cinco<br />

apartados distintos:<br />

1- Elección <strong>de</strong> la carrera docente. En multitud <strong>de</strong> ocasiones se elige<br />

estudiar una <strong>de</strong>terminada profesión por la comodidad que pueda<br />

representar o por influencias familiares, sin tener en consi<strong>de</strong>ración<br />

otros aspectos como la personalidad, las expectativas o las<br />

capacida<strong>de</strong>s.<br />

2- Desigualdad entre lo esperado y la realidad. En la profesión<br />

docente, durante la formación inicial –como ya he mencionado en otro<br />

apartado- se crea a menudo un i<strong>de</strong>al inexistente, que no hace otra cosa<br />

que provocar un fuerte malestar cuando se produce el choque con la<br />

realidad.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

3- Relación con los alumnos. El profesor no recibe una preparación<br />

precisa sobre cómo relacionarse con sus alumnos, pero <strong>de</strong>be<br />

enfrentarse a un grupo <strong>de</strong> ellos que a<strong>de</strong>más suele ser bastante<br />

heterogéneo.<br />

4- Relación con los padres. En la actualidad los padres o tutores,<br />

ponen constantemente en tela <strong>de</strong> juicio la actuación <strong>de</strong>l profesor.<br />

5- Y, relación con la autoridad. Los profesores se sienten acosados<br />

entre programas cada vez más <strong>de</strong>nsos y superiores que sólo se<br />

<strong>de</strong>dican a vigilar sus tareas.<br />

Como inicio a una investigación sobre las situaciones <strong>de</strong> ansiedad <strong>de</strong>l<br />

profesorado, J.M. Esteve (1984) especifica que los problemas que afectan a la<br />

personalidad <strong>de</strong> los profesores <strong>de</strong>ben ser más tenidos en cuenta, por cuanto que<br />

serán los rasgos <strong>de</strong> personalidad los que irán permitiendo que se <strong>de</strong>sarrolle el<br />

proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje, por encima <strong>de</strong> la acumulación <strong>de</strong> conocimientos<br />

o el empleo excelente <strong>de</strong> técnicas diversas. Y lo resume así:<br />

(...) si aumenta el número <strong>de</strong> profesores <strong>de</strong>sanimados y <strong>de</strong>sbordados<br />

por los problemas cotidianos, o el número <strong>de</strong> los que se acogen a<br />

esquemas <strong>de</strong> rutinización e inhibición para no enfrentarse a los<br />

problemas cotidianos <strong>de</strong> la enseñanza, cada vez será más difícil y<br />

utópico hablar <strong>de</strong> “calidad <strong>de</strong> la educación” (p.231).<br />

A este respecto, años <strong>de</strong>spués, aña<strong>de</strong>:<br />

(...) si no se evita el <strong>de</strong>sconcierto ante los cambios acelerados crecerá<br />

el malestar docente y aún <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rá la calidad <strong>de</strong> nuestra enseñanza<br />

por el aumento en la <strong>de</strong>smoralización <strong>de</strong>l personal que la atien<strong>de</strong>. Y<br />

una enseñanza <strong>de</strong> calidad va a ser cada día más imprescindible para<br />

respon<strong>de</strong>r a las exigencias <strong>de</strong> formación y especialización que impone<br />

el progreso social (Esteve, 1988, 293).<br />

Pero resulta ser como la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> una bicicleta, que un eslabón sigue<br />

a otro y éste a otro igual... y así hasta volver a encontrar el primero, y a<strong>de</strong>más una<br />

vez puesta en marcha va por inercia girando sola, con el mínimo esfuerzo <strong>de</strong>l ciclista<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

si va en llano, frenándola constantemente si circula cuesta abajo, o exigiendo un<br />

gran esfuerzo si su dirección es hacia arriba. Por lo general, el ciclo es <strong>de</strong> la<br />

siguiente forma: aumentan las exigencias sociales, no se brindan los recursos<br />

necesarios para satisfacerlas, el profesor no se realiza y pier<strong>de</strong> autoconcepto <strong>de</strong> su<br />

profesión, los alumnos se ven perjudicados, la sociedad se resiente, protesta y<br />

nacen otras <strong>de</strong>mandas.... así, <strong>de</strong> nuevo vuelta a empezar. Será necesario tratar el<br />

problema <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes perspectivas y poner a rodar la bicicleta. Primero será<br />

preparar a<strong>de</strong>cuadamente al profesor, lo segundo será la dotación <strong>de</strong> recursos<br />

personales y materiales a los centros <strong>de</strong> enseñanza, y lo tercero será aten<strong>de</strong>r ciertos<br />

problemas sociales fuera <strong>de</strong> la institución educativa. Quizás se podría añadir un<br />

cuarto y último aspecto a tratar que será la revalorización social <strong>de</strong>l profesor<br />

mediante mejoras en sus condiciones <strong>de</strong> trabajo y contando con el compromiso <strong>de</strong><br />

los medios <strong>de</strong> comunicación. Reflexionemos, con estas palabras <strong>de</strong> J. Vera (1988),<br />

sobre las gravísimas consecuencias <strong>de</strong> esta situación que vive actualmente el<br />

profesorado:<br />

El fenómeno <strong>de</strong>l malestar docente supone un <strong>de</strong>safío constante para la<br />

capacidad <strong>de</strong> resistencia <strong>de</strong>l profesor, que amenaza con <strong>de</strong>struir su<br />

equilibrio físico y psíquico, proyectando sus consecuencias en la<br />

calidad <strong>de</strong> su trabajo con un grupo <strong>de</strong> alumnos (pp.8-9).<br />

Este profesor propone dos vías para comenzar a erradicar dicho<br />

malestar. De un lado, sería necesario introducir en la formación <strong>de</strong>l profesorado los<br />

conocimientos obtenidos en investigaciones sobre el tema. Y, <strong>de</strong> otro lado, plantea<br />

la urgencia <strong>de</strong> que sean comunicadas a las Administraciones las <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong>l<br />

sistema educativo y sus posibles soluciones (Ibíd., 102). Bien <strong>de</strong>sarrolladas, ambas<br />

propuestas podrían resultar <strong>de</strong> gran ayuda. La primera quizás sea la que más<br />

extendida esté ya, aunque todavía que<strong>de</strong> mucho por hacer para que todo resultado<br />

<strong>de</strong> investigaciones sea objeto <strong>de</strong> estudio para compren<strong>de</strong>r la realidad educativa. La<br />

segunda, a pesar <strong>de</strong> que parezca más loable y sencilla, está muy lejos <strong>de</strong> ser<br />

aplicada; se requiere para ello el establecimiento <strong>de</strong> canales apropiados en los que<br />

se produzca la comunicación fluida entre las instituciones educativas y los<br />

responsables políticos en educación.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Un último aspecto a resaltar sobre las consecuencias <strong>de</strong>l malestar<br />

docente es la sensación <strong>de</strong> soledad y aislamiento que sienten los profesores que lo<br />

pa<strong>de</strong>cen. Ante esto, S. Cox y R. Heames (2000) en su relación <strong>de</strong> estrategias e<br />

i<strong>de</strong>as prácticas para que los profesores puedan enfrentar el malestar docente,<br />

incluyen que se clarifique su situación con el director, con los alumnos y con sus<br />

colegas, y que se busque asesoramiento en algún servicio <strong>de</strong> apoyo que este a su<br />

disposición (p.129).<br />

1.3. PERSPECTIVA ACTUAL<br />

1.3.1. LA IMAGEN DEL PROFESOR<br />

Una vez analizados los factores principales que han provocado el<br />

<strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong> la función docente, y la situación <strong>de</strong> malestar que ha <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nado<br />

entre estos profesionales, pasemos a <strong>de</strong>scribir en qué estado se encuentra<br />

actualmente la imagen social <strong>de</strong>l profesor. Dicha situación V.M. Ortiz Oria (1995) la<br />

expresa así:<br />

(...) al maestro se le ha ido <strong>de</strong>spojando <strong>de</strong> su función pedagógica <strong>de</strong><br />

profesional in<strong>de</strong>pendiente, orientada a conseguir unos objetivos<br />

educativos críticamente fundamentados, para ir convirtiéndolo en un<br />

mero funcionario, servidor <strong>de</strong> intereses político-sociales, obligado a<br />

impartir <strong>de</strong>terminados contenidos y a seguir ciertos métodos y<br />

procedimientos al servicio <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado i<strong>de</strong>ario (p.29).<br />

En los últimos años, las expectativas puestas sobre la actuación <strong>de</strong>l<br />

profesor han variado sustancial y formalmente. La sociedad ya no piensa que la<br />

educación pueda igualar las diferencias entre los individuos, eliminando las clases<br />

marginales 16 , ni tampoco cree que la educación sea futuro profesional porque no<br />

16 Es indudable que la escuela cumple una función reproductora, pues el fracaso escolar se concentra entre los<br />

alumnos <strong>de</strong> las clases inferiores o marginales. Esta función tien<strong>de</strong> a ser disuelta por la misma evolución social<br />

que ya no da tratamiento especial a los individuos que poseen un título o certificado <strong>de</strong> estudios.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

asegura puesto <strong>de</strong> trabajo acor<strong>de</strong> al nivel <strong>de</strong> estudios. En el aspecto en el que sí se<br />

ha dado un gran paso, es que actualmente la sociedad está empezando a <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

creer que los profesores sean los culpables <strong>de</strong> todo. Así, por ejemplo, se confía la<br />

búsqueda <strong>de</strong> más y mejores puestos <strong>de</strong> trabajo a la labor <strong>de</strong> las políticas sociales en<br />

pro <strong>de</strong>l empleo, a los cursos <strong>de</strong> formación ocupacional para <strong>de</strong>sempleados y a los <strong>de</strong><br />

formación continua para personal en activo, a<strong>de</strong>más se muestra más preocupación<br />

por las reformas <strong>de</strong> la legislación laboral vigente. Es <strong>de</strong>cir, la sociedad presente sabe<br />

que la buena preparación <strong>de</strong> los jóvenes no les garantiza nada sin el apoyo <strong>de</strong> una<br />

política socio-laboral a<strong>de</strong>cuada. La actualización <strong>de</strong> los currículos asegura el ajuste<br />

<strong>de</strong> los estudios a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mercado, o por lo menos así lo intenta; es<br />

<strong>de</strong>cir, el que todos los ciudadanos en edad activa tengan su lugar en el mercado<br />

laboral es, en líneas generales, tarea <strong>de</strong> los equipos políticos <strong>de</strong> gobierno.<br />

Sin embargo, hemos retrocedido en la consi<strong>de</strong>ración profesional <strong>de</strong>l<br />

profesor 17 . Al <strong>de</strong>scargarlos <strong>de</strong> la culpa <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> males sociales, no <strong>de</strong> todos,<br />

consecuentemente pier<strong>de</strong>n responsabilida<strong>de</strong>s y con ellas pier<strong>de</strong>n relevancia en las<br />

jerarquías socio-profesionales. En los últimos años, están apareciendo nuevas<br />

ocupaciones e instituciones <strong>de</strong>stinadas a dar solución a esos problemas sociales<br />

que sobrepasan la tarea educativa <strong>de</strong>l profesor, así es el caso <strong>de</strong> los educadores y<br />

asistentes sociales, las plataformas <strong>de</strong> voluntariado, los centros <strong>de</strong> ocio educativo,<br />

las campañas informativas <strong>de</strong>l Sistema <strong>de</strong> Atención Sanitaria –SAS.-, los centros <strong>de</strong><br />

acogida para inmigrantes, las instancias <strong>de</strong>l Proyecto Hombre, los programas<br />

<strong>de</strong>sarrollados por la Fundación <strong>de</strong> Ayuda contra la Drogadicción –FAD.- .... y un<br />

largo etcétera <strong>de</strong> casos similares en los que prima la ayuda para solucionar y para<br />

evitar <strong>de</strong>terminados males <strong>de</strong> la sociedad contemporánea. Así pues, con esa<br />

pérdida <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s, los profesores han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> gozar <strong>de</strong> una excelente<br />

condición social, entendiendo que (...) la condición social pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como un<br />

conjunto <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres que caracteriza la función <strong>de</strong> un individuo en sus<br />

relaciones con los <strong>de</strong>más (Mollo, 1980, 60). En realidad, vivimos una situación<br />

17 Es interesante analizar las opiniones <strong>de</strong> los profesores respecto a las i<strong>de</strong>as que pue<strong>de</strong>n ser causa <strong>de</strong> una falta<br />

<strong>de</strong> reconocimiento profesional, para ello véase MªM. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, C. NAVARRO, C. HIGUERA y E.<br />

MARTÍNEZ CASTRO (1993) Encuesta al profesorado <strong>de</strong> primaria y secundaria <strong>de</strong> la enseñanza pública:<br />

opiniones y actitu<strong>de</strong>s ante sus condiciones <strong>de</strong> trabajo. MEC, Madrid, pp.64 y ss., pp.174-175.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

realmente contradictoria, <strong>de</strong> un lado la sociedad reconoce que el profesor realiza un<br />

trabajo <strong>de</strong> capital importancia, pero por otro lado se les asigna una consi<strong>de</strong>ración<br />

social baja (Cfr. Cabero y Loscertales, 1998, 67).<br />

En el caso <strong>de</strong> los profesores <strong>de</strong> educación infantil, todavía conservan la<br />

imagen social <strong>de</strong> cuidadores, más que <strong>de</strong> profesionales <strong>de</strong> la enseñanza, porque a<br />

pesar <strong>de</strong> que el primer ciclo <strong>de</strong> educación infantil ya está prácticamente<br />

generalizando y financiado en una elevada proporción como etapa importante etapa<br />

educativa, los padres siguen viendo este nivel como una oportunidad don<strong>de</strong> “guardar<br />

los niños” mientras que ellos trabajan o realizan alguna otra actividad. Esta<br />

circunstancia, la mayoría <strong>de</strong> ellos la viven como un <strong>de</strong>sprestigio y escasa valoración<br />

con respecto a su labor con los alumnos.<br />

Mientras, en los colegios, como la educación primaria ha soltado los<br />

dos cursos <strong>de</strong> las eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> inicio <strong>de</strong> la pubertad, gran parte <strong>de</strong> los profesores se<br />

sienten infravalorados, e incluso marginados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> la docencia; es<br />

como si el colegio volviera a sus orígenes como lugar <strong>de</strong> cuidado y asistencia,<br />

perdiendo, incluso, su singularidad como lugar educativo por excelencia. La<br />

diferencia es gran<strong>de</strong> y está bien marcada, el profesor <strong>de</strong> primaria es el que educa, y<br />

el profesor <strong>de</strong> secundaria es el que enseña (Cfr. Wanjiru, 1995, 216). Padres,<br />

alumnos y sociedad en general han perdido esa excelente consi<strong>de</strong>ración social que<br />

tenía <strong>de</strong>l profesor <strong>de</strong> primaria (ver Figura 1.15), parece que ya no se le da tanta<br />

importancia a su servicio social, ahora las miras están puestas en niveles superiores<br />

<strong>de</strong> enseñanza; es <strong>de</strong>cir, en los centros <strong>de</strong> enseñanza secundaria y en la universidad.<br />

Parece que los niños están bien en el colegio porque son “pequeños”, casi como una<br />

extensión <strong>de</strong> la guar<strong>de</strong>ría o escuela <strong>de</strong> educación infantil. Pero, también existe el<br />

otro punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuál, el exceso <strong>de</strong> tareas, roles y funciones han hecho<br />

que el profesor pierda reconocimiento social, porque su trabajo ha perdido<br />

especialización (Vera, 1988, 22).<br />

Por otro lado, la enseñanza secundaria es consi<strong>de</strong>rada hoy día como la<br />

“etapa fracasada” por los elevados índices <strong>de</strong> violencia por parte <strong>de</strong> los alumnos, por<br />

la cantidad <strong>de</strong> profesores <strong>de</strong> baja por <strong>de</strong>presión o similar, por la alta tasa <strong>de</strong><br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.15: El profesor <strong>de</strong> primaria gozaba <strong>de</strong> una excelente consi<strong>de</strong>ración social.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.16: Alta tasa <strong>de</strong> fracaso escolar en la ESO.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

suspensos, por el elevado número <strong>de</strong> alumnos mantenidos contra su voluntad en<br />

estos niveles, por la escasa implicación <strong>de</strong>l profesor en tareas creativas e<br />

innovadoras...; en resumen porque el proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje en los<br />

niveles <strong>de</strong> secundaria, especialmente en la Enseñanza Secundaria Obligatoria –<br />

ESO-, no parece funcionar (ver Figura 1.16). En líneas generales, los profesores <strong>de</strong><br />

estos niveles están cargando con la mayoría <strong>de</strong> las críticas; pero, en este sentido, ya<br />

se están produciendo ciertas reformas fundamentalmente curriculares -<strong>de</strong> contenido<br />

y <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s-, estructurales -<strong>de</strong> itinerarios y <strong>de</strong> promociones-, y organizativas –<strong>de</strong><br />

oportunida<strong>de</strong>s, autoridad y calidad en el proceso-.<br />

Y, por último, los profesores universitarios todavía escapan a las<br />

injustas críticas y acusaciones que lanza la comunidad, aún gozan <strong>de</strong> cierto respeto<br />

y prestigio social como reconocimiento a su labor (ver Figura 1.17); no obstante,<br />

cuando los problemas <strong>de</strong> los estudiantes universitarios empiecen a generalizarse y<br />

repercutan en una pérdida <strong>de</strong>l valor socio-laboral <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> estos niveles,<br />

entonces los profesores universitarios vivirán una seria pérdida en la consi<strong>de</strong>ración<br />

social <strong>de</strong> su labor.<br />

En todos los niveles <strong>de</strong> enseñanza, aunque en distintos grados, gran<br />

parte <strong>de</strong> los padres opinan que el profesor es otro trabajador más a su servicio<br />

porque “lo pagan” con impuestos en el caso <strong>de</strong> que sus hijos vayan a un centro<br />

público, o con las cuotas si asisten a uno privado. En especial, no se suele valorar su<br />

formación, parece que cualquier individuo pue<strong>de</strong> ser profesor, es “fácil” luego<br />

entonces no es respetable. Esta consi<strong>de</strong>ración es proporcional al nivel <strong>de</strong><br />

enseñanza en el que ejerza el profesor; así cuanto menor es el nivel, menos<br />

respetable parece ser su trabajo. J. García Carrasco (1988) cita los cuatro<br />

componentes más valorados en una profesión: 1) un cuerpo más o menos amplio <strong>de</strong><br />

conocimientos, 2) un gremio o colectivo <strong>de</strong> personas, 3) un conjunto <strong>de</strong><br />

estipulaciones sociales, y 4) cierto po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema social; según este autor,<br />

<strong>de</strong>sarrollando más estos cuatro componentes, en la profesión docente, mejoraría<br />

notablemente su consi<strong>de</strong>ración social (p.114). No obstante, coincido con la<br />

periodista A. Luque, cuando afirma en un Artículo <strong>de</strong> Opinión, que en la sociedad <strong>de</strong><br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.17: Prestigio <strong>de</strong>l profesorado universitario.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.18: Desprestigio <strong>de</strong> la enseñanza en general.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

hoy vivimos el <strong>de</strong>sprestigio creciente <strong>de</strong> toda actividad intelectual, incluida entre<br />

ellas, por supuesto, la enseñanza (ver Figura 1.18).<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la racionalidad técnica se ha transmitido una<br />

imagen <strong>de</strong>l profesor simplemente reducida a la aplicación <strong>de</strong> teorías y técnicas<br />

científicas dirigida a la solución <strong>de</strong> problemas, cuando realmente:<br />

(...) los problemas prácticos <strong>de</strong>l aula, ya se refieran a situaciones<br />

individuales <strong>de</strong> aprendizaje o a formas <strong>de</strong> comportamientos <strong>de</strong> grupos<br />

reducidos o <strong>de</strong>l aula en su conjunto, requieren un tratamiento singular,<br />

porque en buena medida son problemas singulares, fuertemente<br />

condicionados por las características situacionales <strong>de</strong>l contexto, y por<br />

la propia historia <strong>de</strong>l aula como grupo social (Pérez Gómez, 1988,<br />

135).<br />

No obstante, la investigación ha <strong>de</strong>mostrado que pese a las teorías que<br />

han atacado directamente el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> enseñanza tradicional, incluso planteando<br />

alternativas innovadoras, en los centros educativos se continúa <strong>de</strong>sarrollando dicha<br />

metodología unidireccional e inefectiva (Cfr. Crahay, 1988, 217). Éste es<br />

seguramente uno <strong>de</strong> los factores que más está contribuyendo al <strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong>l<br />

profesorado.<br />

Por otro lado, existen muchos profesores preocupados por adaptar su<br />

metodología a los nuevos tiempos (ver Figura 1.19) éstos han recogido <strong>de</strong>l<br />

pragmatismo 18 formas distintas <strong>de</strong> trabajar que se adaptan mejor a los valores<br />

dominantes en la sociedad y, por consiguiente, que resultan ser más útiles. En busca<br />

<strong>de</strong> ese utilitarismo social que sostiene que en las personas hay sentimientos<br />

altruistas que, una vez cultivados, se hacen imprescindibles y cuyo fin último es el<br />

bienestar social; huyendo <strong>de</strong> fomentar ese utilitarismo individualista, guiado por una<br />

moral hedonista, que i<strong>de</strong>ntifica la felicidad con el propio placer y la bondad con el<br />

agrado que proporciona, mentalidad que sólo saca los sentimientos egoístas <strong>de</strong> las<br />

personas (Cfr. Wanjiru, 1995, 47-48). A pesar <strong>de</strong> lo positivo que puedan resultar<br />

18 Entendido como la ten<strong>de</strong>ncia a dar primacía al aspecto práctico <strong>de</strong> las cosas y <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. Y, consi<strong>de</strong>rándolo,<br />

doctrina que nació como protesta <strong>de</strong>cidida contra el i<strong>de</strong>alismo.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.19: Muchos profesores <strong>de</strong>mandan nuevas metodologías.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

estas innovaciones, ningún cambio <strong>de</strong> esta índole va a alterar por completo la<br />

valoración social <strong>de</strong> las funciones y tareas que ejerce el profesor (Cfr. Gil Villa,<br />

1996,128-129); para alterar su imagen, se requiere la confluencia <strong>de</strong> otros cambios<br />

que no están en manos <strong>de</strong>l profesor. En el fondo lo que los profesores sufren son las<br />

consecuencias <strong>de</strong> esa imagen “todopo<strong>de</strong>rosa” que socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> otros tiempos le<br />

asignaron. El profesor a menudo se ve seriamente castigado por sus propias<br />

limitaciones, como por ejemplo su energía para realizar tareas, el tiempo <strong>de</strong>l que<br />

disponen, o su capacidad para realizar con éxito alguna actividad. Al propio centro<br />

<strong>de</strong> enseñanza como institución también le suce<strong>de</strong> algo similar: ¿cómo pue<strong>de</strong><br />

promover una actitud crítica, escepticismo hacia los convencionalismos y<br />

compromiso con la justicia, sin provocar <strong>de</strong>sorientación cultural y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n social?<br />

¿cuál es el equilibrio entre la instrucción precisa y el <strong>de</strong>sarrollo personal y creativo<br />

<strong>de</strong>l alumno? ¿hasta dón<strong>de</strong> controlar los factores que influyen sobre el alumno sin<br />

invadir tareas <strong>de</strong> otros sectores <strong>de</strong> la comunidad?... (Cfr. Goble, 1980, 69-70). Como<br />

po<strong>de</strong>mos observar, las limitaciones <strong>de</strong> los centros también se pue<strong>de</strong>n traducir<br />

fácilmente a limitaciones <strong>de</strong> la función docente (ver Figura 1.20); por lo tanto, el<br />

profesor ve doblemente dañada su imagen, sin po<strong>de</strong>r enfrentarse a dichas<br />

limitaciones, que a veces pue<strong>de</strong>n no serlo.<br />

En la actualidad, asistimos a nuevas reformas educativas, en especial<br />

con la conocida y polémica LOCE, en la cuál el sistema se cuestiona si realmente<br />

estamos dotando a los jóvenes <strong>de</strong> las herramientas y conocimientos necesarios para<br />

enfrentarse al mundo en el que vivimos. En realidad, se pi<strong>de</strong> que el profesor se<br />

remonte a los orígenes <strong>de</strong> su profesión como “tecnología educacional”, que, según<br />

V.M. Ortiz Oria (1995), consiste en <strong>de</strong>sarrollar un patrón técnico con el objetivo final<br />

<strong>de</strong> perfeccionar la actividad <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la sociedad (p.23). Pero uno <strong>de</strong> los<br />

aspectos más relevantes es que se rompe una lanza a favor <strong>de</strong>l profesorado y se<br />

señala como principio <strong>de</strong> calidad <strong>de</strong>l sistema educativo, entre otros: “El<br />

reconocimiento <strong>de</strong> la función docente como factor esencial <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> la<br />

educación, manifestado en la atención prioritaria a la formación y actualización <strong>de</strong><br />

los docentes y a su promoción profesional” (Artículo.1.h).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.20: Las limitaciones <strong>de</strong> los centros se traducen en limitaciones <strong>de</strong> la<br />

función docente.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Cuando se realiza una reforma en educación, el problema suele<br />

aparecer si <strong>de</strong>terminados expertos explican sus nuevos enfoques esperando que los<br />

profesores los asuman como hallazgos; sin embargo, muchos <strong>de</strong> ellos no ven esos<br />

enfoques como mejoras para su actividad diaria, por lo que siguen trabajando<br />

mayoritariamente como lo venían haciendo. De esta manera, aunque la<br />

Administración Educativa organice campañas <strong>de</strong> actualización para el profesorado,<br />

cuando se lleve a cabo alguna reforma no se llegará plenamente hasta la práctica<br />

profesional. Es ampliamente conocido que los profesores son agentes<br />

imprescindibles para la mejora cualitativa <strong>de</strong>l sistema educativo (Goble, 1980; Porlán<br />

y Rivero, 1998; Vonk, 2000).<br />

Por otro lado, el hecho <strong>de</strong> que los ciudadanos vuelvan a dar ese voto<br />

<strong>de</strong> confianza y respetuosidad que se le quitó al profesorado, está precisamente en<br />

manos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación e información. Si volvemos a dar a los<br />

profesores la consi<strong>de</strong>ración social que merecen por su labor, mejorará su posición<br />

social, su estatus profesional, e incluso su propio autoconcepto (Cfr. Ortiz Oria,<br />

1995, 25). Paremos un momento a analizar la terminología empleada:<br />

- Estatus social: rango <strong>de</strong> un individuo o <strong>de</strong> un grupo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otro<br />

grupo mayor.<br />

- Rol social: comportamiento esperado por parte <strong>de</strong> quien ocupa<br />

<strong>de</strong>terminado estatus.<br />

- Condición social: compren<strong>de</strong> el estudio tanto <strong>de</strong>l estatus como <strong>de</strong> los<br />

roles, tanto <strong>de</strong> los esperados o percibidos como <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sempeñados<br />

(Cfr. García García, 1986, 391).<br />

Pues bien, la condición social <strong>de</strong>l profesor está tan <strong>de</strong>sprestigiada<br />

como la imagen que se tiene <strong>de</strong> él. En general los profesores no <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rar el<br />

estatus social como la posesión <strong>de</strong>l saber por encima <strong>de</strong> otros, puesto que ello le<br />

llevaría a ser inflexible y conservador en su bagaje y su metodología. Es necesario,<br />

aceptar que,<br />

(...) la consecución <strong>de</strong> un alto estatus para un grupo profesional no es<br />

sólo, ni fundamentalmente, una cuestión <strong>de</strong> voluntad ni <strong>de</strong> estrategias<br />

trabajadas por ese grupo, sino que en última instancia es otorgado por<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

la sociedad en virtud <strong>de</strong> las condiciones sociales y los valores<br />

culturales en alza en un momento dado. En otras palabras, no es un<br />

objetivo fácilmente manipulable, sino que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> complejos<br />

factores socioculturales que se materializan, en último lugar, en la<br />

valoración comparativa que la sociedad hace <strong>de</strong> las distintas<br />

profesiones (Gil Villa, 1996, 33).<br />

Son varios los especialistas que han estudiado los distintos enfoques<br />

con los que se analiza la figura <strong>de</strong>l profesor (Vera, 1988; Ortiz Oria, 1995; Esteve,<br />

1997). De un lado tenemos el enfoque presagio-producto que se <strong>de</strong>dica a estudiar<br />

los rasgos <strong>de</strong> personalidad <strong>de</strong>l profesor que triunfa en su tarea, porque se piensa<br />

que con esas características se tendrá éxito en la docencia in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong><br />

la situación en la que se interviene. No obstante, las investigaciones han <strong>de</strong>mostrado<br />

que no pue<strong>de</strong> existir un mo<strong>de</strong>lo exclusivo <strong>de</strong>l buen profesor, puesto que éste pue<strong>de</strong><br />

triunfar por cualida<strong>de</strong>s intelectuales, afectivas o creativas. Por otro lado está el<br />

enfoque proceso-producto que no sólo consi<strong>de</strong>ra la personalidad <strong>de</strong>l profesor, sino<br />

que también consi<strong>de</strong>ra las condiciones <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje y las<br />

peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l contexto en el que se realiza la acción educativa. Un tercer<br />

enfoque <strong>de</strong> estudio, el <strong>de</strong>nominado mediacional se centra en los procesos cognitivos<br />

que subyacen a la acción, va más allá <strong>de</strong> lo puramente observable, se estudian los<br />

procesos internos que realiza el profesor al organizar la información y los que<br />

<strong>de</strong>sarrolla el alumno para integrar dicha información. Des<strong>de</strong> otro enfoque <strong>de</strong> estudio,<br />

el ecológico, preocupa la dinámica que se produce en el aula; es <strong>de</strong>cir, cómo<br />

funciona, cómo se organiza y cómo influye en el aprendizaje <strong>de</strong> los alumnos, <strong>de</strong> esta<br />

forma <strong>de</strong>manda profesores más ocupados <strong>de</strong> la investigación diaria en su propio<br />

aula. Finalmente se plantea otro enfoque <strong>de</strong> estudio, éste es el enfoque personal, el<br />

cuál entien<strong>de</strong> que para estudiar la función docente no hay que <strong>de</strong>dicarse<br />

exclusivamente a los aspectos cognoscitivos, no se pue<strong>de</strong>n olvidar los componentes<br />

afectivos y situacionales. Este último enfoque es el más multidimensional y quizás el<br />

más a<strong>de</strong>cuado para analizar una función tan plagada <strong>de</strong> interacciones como es el<br />

caso <strong>de</strong> la función docente.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En los tiempos que corren, parece que la sociedad tien<strong>de</strong> a examinar al<br />

profesor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un enfoque ecológico, clasificándolo según las diferentes imágenes<br />

<strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> enseñanza como contexto <strong>de</strong> la acción que <strong>de</strong>sarrolla dicho<br />

profesional. Por un lado está la imagen <strong>de</strong>l centro como “fábrica”, por la que se<br />

tien<strong>de</strong> a verlo como un instrumento <strong>de</strong> socialización, producción en masa <strong>de</strong><br />

conocimientos y homogeneización social. De otro lado encontramos la imagen <strong>de</strong>l<br />

centro como “hospital”, por cuanto se <strong>de</strong>dica a prestar una atención y cuidados al<br />

individuo y a sus necesida<strong>de</strong>s específicas. El centro como “familia” es una imagen<br />

más, dón<strong>de</strong> se subraya el componente afectivo, emocional y relacional <strong>de</strong> la acción<br />

educativa. Des<strong>de</strong> una perspectiva algo más ruinosa, se <strong>de</strong>staca la imagen <strong>de</strong>l centro<br />

como “zona en guerra”, porque se suce<strong>de</strong>n, a veces incluso se superponen, las<br />

situaciones conflictivas entre los alumnos, entre profesores y alumnos, o entre los<br />

mismos profesores. Y, por último, quizás la imagen más mo<strong>de</strong>rna teniendo en<br />

cuenta la situación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcierto educativo que se vive <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la promulgación <strong>de</strong><br />

la LOCE, es la imagen <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> enseñanza como “metáfora teatral”, en él los<br />

profesores <strong>de</strong>sempeñan sus roles sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mantener su propia i<strong>de</strong>ntidad, por lo<br />

que nunca llegan a i<strong>de</strong>ntificarse totalmente con la función docente, ni por supuesto<br />

se llega a conseguir armonía, sólo disparida<strong>de</strong>s (Cfr. Marcelo, 1994, 13).<br />

No está <strong>de</strong> más, en un ambiente tan diversificado, llegar a un acuerdo<br />

sobre las cualida<strong>de</strong>s que buscamos en los profesores. M. Scriven (1990) en su<br />

artículo sobre la selección <strong>de</strong> profesorado en los colegios privados, atien<strong>de</strong> a cinco<br />

cualida<strong>de</strong>s:<br />

a) Conocimientos sólidos <strong>de</strong> áreas <strong>de</strong> especialización, incluyendo<br />

materias <strong>de</strong>l currículo transversal <strong>de</strong> forma <strong>de</strong> que lo que se<br />

enseñe y se aprenda sea correcto (...)<br />

b) Competencia sólida con conocimientos sobre evaluación y / u<br />

observación estructurada; <strong>de</strong> forma que el profesor averigüe qué<br />

aprendizaje es necesario que tenga al principio <strong>de</strong>l trimestre, si su<br />

forma <strong>de</strong> enseñar es a<strong>de</strong>cuada, y proporcionar una<br />

retroalimentación oportuna en el tiempo y correcta en cuanto a su<br />

contenido a alumnos, profesorado y dirección sobre los progresos<br />

realizados por los primeros (...)<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

c) Capacidad para enseñar en clase, incluyendo capacida<strong>de</strong>s<br />

para la dirección <strong>de</strong> clase y otras tecnologías educativas así como<br />

producción <strong>de</strong> materiales <strong>de</strong> clase (...)<br />

d) Cualida<strong>de</strong>s intelectuales y personales relacionadas con la<br />

enseñanza: profesionalidad, una mente <strong>de</strong>spierta, puntualidad,<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ayudar a otros profesores, compromiso con la<br />

enseñanza (...)<br />

e) Valor; la utilidad para la escuela que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> cursos que no<br />

sean <strong>de</strong> competencia profesional (pp.124-125).<br />

Una vez <strong>de</strong>finidos y asumidos los criterios con los que dibujamos la<br />

imagen <strong>de</strong>l profesor que queremos, es preciso contrastarlos con los estereotipos que<br />

nos llegan a través <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social, como la prensa, los<br />

noticieros <strong>de</strong> radio o televisión, las películas, las series o novelas, los programas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>bate, los documentales, la publicidad y <strong>de</strong>más estilos <strong>de</strong> comunicación social<br />

empelados en la divulgación <strong>de</strong> estereotipos. En el caso <strong>de</strong> la docencia, estos<br />

estereotipos se resumen en dos: el “i<strong>de</strong>al” y el “conflictivo” (Esteve y Fracchia, 1984;<br />

Vera, 1988). El primero es el que hace referencia a la consi<strong>de</strong>ración histórica <strong>de</strong>l<br />

profesor como amigo, guía, cuidador y mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l alumno, en el que confía toda la<br />

sociedad, porque resalta todos los matices positivos <strong>de</strong> la docencia (ver Figura 1.21).<br />

Y, el segundo subraya todos los inconvenientes o lagunas <strong>de</strong>l proceso educativo<br />

como errores imputables, casi en exclusiva, al profesorado, subrayando sus<br />

características más conflictivas (ver Figura 1.22). Tan injusto como parece el<br />

segundo estereotipo, también lo es el primero, por cuanto pone al profesor frente a<br />

un i<strong>de</strong>al utópico <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo profesional. Aunque los dos estereotipos conviven y<br />

pue<strong>de</strong>n incluso <strong>de</strong>sarrollarse sobre un mismo profesor en dos momentos diferentes<br />

<strong>de</strong> su vida profesional; por lo general, el “i<strong>de</strong>al” se divulga más mediante películas,<br />

series, publicidad y <strong>de</strong>más obras <strong>de</strong> ciencia ficción; mientras que el “conflictivo” se<br />

transmite frecuentemente por medio <strong>de</strong> noticias, documentales y <strong>de</strong>bates. La<br />

contradicción entre estas dos imágenes paradigmáticas, i<strong>de</strong>alizada la una y<br />

conflictiva la otra, pone <strong>de</strong> relieve la situación contradictoria que vive actualmente el<br />

profesorado (Vera, 1988, 39). Ya son muchos los profesores que se preocupan por<br />

la existencia <strong>de</strong> esos estereotipos sobre su figura, que se transmiten a la sociedad,<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.21: Se fomentan aspectos positivos <strong>de</strong>l docente.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.22: Se subraya algún aspecto o situación negativa protagonizada por el<br />

profesorado.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

simplemente como bien dice A. Rodríguez Penin (2002) por el interés comercial <strong>de</strong><br />

los medios <strong>de</strong> comunicación.<br />

Es preciso concluir este apartado sobre la imagen actual <strong>de</strong>l profesor<br />

señalando pautas para mejorar su condición social. En principio se aconseja<br />

reestructurar la carrera, el salario y la promoción (Hoyle, 1969). Y, por otra parte se<br />

propone trabajar el potencial humano <strong>de</strong> estos profesionales a través <strong>de</strong> estas<br />

sugerencias:<br />

1. Activar a los profesores y fortificar su i<strong>de</strong>ntificación con el grupo<br />

profesional a través <strong>de</strong> una a<strong>de</strong>cuada preparación inicial. (...)<br />

2. Trabajar, durante los procesos <strong>de</strong> perfeccionamiento profesional,<br />

con grupos <strong>de</strong> ayuda (...) El objetivo fundamental <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong><br />

ayuda y autoformación es el <strong>de</strong> crear a través <strong>de</strong> la actuación <strong>de</strong>l<br />

mediador un clima <strong>de</strong> aceptación que poye las iniciativas y la<br />

interacción <strong>de</strong> los miembros. (...)<br />

3. Favorecer los grupos <strong>de</strong> investigación compuestos en cada<br />

centro docente por profesores en ejercicio apoyados por<br />

investigadores <strong>de</strong> gran experiencia (...) los profesores consiguen<br />

tener una concepción más amplia y rica <strong>de</strong> su propio trabajo. (...)<br />

4. Finalmente se necesita una formación centrada en las siguientes<br />

leyes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l yo:<br />

- Es preciso respetar el yo i<strong>de</strong>alizado, sin atacarlo ni criticarlo<br />

nunca. El profesor renunciará a él si su verda<strong>de</strong>ro Yo es<br />

aceptado.<br />

- Centrar la formación no tanto en la presentación <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los<br />

i<strong>de</strong>ales cuanto en experiencias reales vividas por los<br />

participantes.<br />

- Dar la posibilidad a los profesores <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r a liberarse <strong>de</strong><br />

ciertas estructuras innecesarias en su personalidad y <strong>de</strong> afrontar<br />

los cambios necesarios para ello.<br />

- Favorecer no sólo la toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong>l yo individual sino<br />

también <strong>de</strong> las fuerzas que están disponibles en el yo colectivo<br />

(Abraham, 1993, 42-43).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

1.3.2. LOS VALORES A TRANSMITIR<br />

La falta <strong>de</strong> consenso sobre la educación hace difícil la tarea <strong>de</strong><br />

especificar un conjunto <strong>de</strong> valores educativos con los que se pueda obtener el apoyo<br />

generalizado <strong>de</strong> la sociedad (Esteve, Franco y Vera, 1995; Pablos, 1997). No<br />

obstante, los profesores saben que <strong>de</strong>ben continuar con la transmisión y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los valores fundamentales. Sobre esta necesidad <strong>de</strong> trabajar los<br />

valores en el ámbito escolar no cabe discusión alguna porque es una cuestión que<br />

goza <strong>de</strong> amplia aceptación, reconocida por ley y, a<strong>de</strong>más, durante los últimos años,<br />

especialmente <strong>de</strong>mandada por la comunidad (ver Figura 1.23). Esta urgencia pue<strong>de</strong><br />

explicarse si observamos la gran cantidad <strong>de</strong> acontecimientos movidos por<br />

contravalores 19 , que se suce<strong>de</strong>n a nuestro alre<strong>de</strong>dor, y si reparamos en que los<br />

gran<strong>de</strong>s ejes que enmarcan nuestro quehacer diario son el consumo, la<br />

competitividad y el individualismo. El centro educativo no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong><br />

todos esos problemas que afectan a nuestra sociedad, muy al contrario <strong>de</strong>be<br />

<strong>de</strong>spertar la búsqueda <strong>de</strong> soluciones (Spock, 1996). Esto implica aten<strong>de</strong>r a la<br />

dimensión horizontal <strong>de</strong> los valores, que significa trabajar el mundo <strong>de</strong> los valores<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el espacio educativo y social en un mismo plano: La educación <strong>de</strong>be ayudar a<br />

los niños a reflexionar sobre las principales necesida<strong>de</strong>s sociales. (Charlot, 1981,<br />

217). Aunque, tampoco hay que olvidar la dimensión vertical, traduciendo los valores<br />

que fueron <strong>de</strong>scubiertos en épocas pasadas en proyectos <strong>de</strong> futuro (Tierno, 1996).<br />

Para muchos sociólogos, el problema axiológico <strong>de</strong> nuestros días se<br />

<strong>de</strong>be al abandono <strong>de</strong> los valores tradicionales; mientras que otros piensan que tal<br />

“problema axiológico” no es sino una etapa <strong>de</strong> transición propia <strong>de</strong> todo cambio<br />

cultural (Martínez Beltrán, 1997). En realidad ambas posturas se complementan,<br />

porque si bien es cierto que <strong>de</strong>terminados valores tradicionales 20 han quedado<br />

obsoletos, también es verdad que aún se están asentando otros nuevos, o por lo<br />

menos novedosos. No obstante, ésta no es una situación especial, por el contrario<br />

19<br />

Entendiendo por contravalores aquellos valores opuestos a los valores fundamentales o universales, que por<br />

consiguiente son <strong>de</strong> carácter antisocial.<br />

20<br />

Es importante subrayar que los axiólogos emplean el calificativo tradicional, en oposición a fundamental.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.23: Fomento <strong>de</strong> valores en el ámbito escolar.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

es habitual que entre individuos <strong>de</strong> distinta generación se produzcan modificaciones<br />

en sus sistemas <strong>de</strong> valores, aunque los gran<strong>de</strong>s conflictos axiológicos se presentan<br />

cada cierto número <strong>de</strong> años, por intervalos variables: según los cambios sociopolíticos,<br />

los <strong>de</strong>scubrimientos científicos, los avances tecnológicos, etc. Ahora<br />

asistimos a uno <strong>de</strong> esos momentos <strong>de</strong> re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> valores, en los que la<br />

institución educativa juega un papel importantísimo: cuidar que los valores humanos<br />

sean consi<strong>de</strong>rados como fundamentales. En general, es por todos admitido que,<br />

(...) contemplar el mundo <strong>de</strong> los valores como componente esencial en<br />

la acción educativa no significa ninguna con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia o moda<br />

pasajera, sino reivindicar una educación <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> la persona.<br />

(Ortega, Mínguez y Gil, 1996, 12).<br />

Para B. Tierno (1996) esa educación <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> la persona<br />

implica una doble faceta formativa: individual y colectiva. Pero lo más importante es<br />

combinar a<strong>de</strong>cuadamente la enseñanza cognitiva y la afectiva: la primera transmite<br />

el conocimiento público, mientras que la segunda trabaja el conocimiento privado<br />

(Curwin y Curwin, 1984). Por consiguiente, en el saco <strong>de</strong> los valores educativos no<br />

<strong>de</strong>ben faltar los valores sociales, los vitales, los útiles, los estéticos, los intelectuales,<br />

los morales y los humanos, puesto que todos ellos colaboran en la formación<br />

integral.<br />

El profesorado <strong>de</strong>be suponer el motor <strong>de</strong> cambio y perfeccionamiento<br />

para la sociedad; por consiguiente, no pue<strong>de</strong>, ni <strong>de</strong>be emplearse exclusivamente en<br />

la reproducción <strong>de</strong> las pautas y peculiarida<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> la cultura mayoritaria, al<br />

contrario, (...) la praxis educativa pue<strong>de</strong> flexibilizar los mecanismos <strong>de</strong> transmisión<br />

cultural en la medida a<strong>de</strong>cuada para que la dinámica social adquiera el ritmo<br />

transformador necesario. (Pérez Tapias, 1996, 62). No es utópico pensar que los<br />

profesores puedan incidir en esa mejora social, aunque sí lo sería creer que a través<br />

<strong>de</strong> ellos y sin ningún tipo <strong>de</strong> colaboración “extra”, se puedan solucionar los gran<strong>de</strong>s<br />

problemas humanitarios <strong>de</strong> la actualidad –como ya vimos en el apartado sobre las<br />

exigencias sociales-.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Por otra parte, existe cierta tensión dialéctica, incluso contradicciones<br />

en la práctica, entre los procesos <strong>de</strong> socialización y los <strong>de</strong> humanización. Estas dos<br />

funciones básicas <strong>de</strong>l profesorado suelen enfrentarse; a la primera se le atribuye un<br />

marcado carácter conservador, mientras que a la segunda se la califica <strong>de</strong><br />

renovadora y progresista (Pérez Gómez, 1992). ¿Acaso se pue<strong>de</strong> socializar sin<br />

humanizar? Afirmar esto implica admitir que po<strong>de</strong>mos preparar para la vida en<br />

comunidad a un ser que no siente respeto por su prójimo. Y <strong>de</strong> otro lado, ¿es posible<br />

humanizar sin socializar? Tampoco sería una afirmación totalmente cierta, puesto<br />

que al formar en los valores humanos ya se está socializando, pero este último<br />

proceso necesita a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la formación en normas y actitu<strong>de</strong>s que posibiliten el<br />

<strong>de</strong>sarrollo y la vida en comunidad. Al socializarse el alumno aprehen<strong>de</strong> un conjunto<br />

<strong>de</strong> valores fundamentales y, a la vez, configura su jerarquía, atendiendo a la<br />

importancia que él mismo y el resto <strong>de</strong> la sociedad les confiere. En conclusión, se<br />

pue<strong>de</strong> admitir si el profesor trabaja los valores fundamentales cumple con la tarea <strong>de</strong><br />

humanizar y, a la vez, atien<strong>de</strong> a un aspecto importante <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> socialización.<br />

Des<strong>de</strong> otra perspectiva, también se aprecia otra dialéctica <strong>de</strong> funciones<br />

<strong>de</strong>l profesorado: personalización/socialización. Esto implica que el profesor <strong>de</strong>be<br />

aten<strong>de</strong>r a<strong>de</strong>cuada y equilibradamente a dos principios básicos: el ejercicio <strong>de</strong> la<br />

autonomía personal y <strong>de</strong>l razonamiento dialógico (Gómez, Mir y Serrats, 1996). Es<br />

<strong>de</strong>cir, complementar la formación <strong>de</strong> sus alumnos con dos facetas ineludibles <strong>de</strong><br />

todo sujeto: la individualidad y la colectividad. Sólo así se <strong>de</strong>sarrolla una educación<br />

integral y humanista. Dicho con palabras <strong>de</strong> J.A. Pérez Tapias (1996):<br />

(...) la educación es, en su complejidad, un proceso con diversas caras.<br />

No sólo se produce a través <strong>de</strong> ella la socialización, sino también la<br />

individualización <strong>de</strong> las personas, hasta el extremo <strong>de</strong> que pesa<br />

<strong>de</strong>cisivamente en la configuración <strong>de</strong> su personalidad (p.55).<br />

Coincido con este autor en que la educación en valores no pue<strong>de</strong><br />

limitarse a reproducir lo tradicional -reducción culturalista-, ni tampoco enfocarse sólo<br />

hacia la adaptación a lo habitual en la vida adulta -reducción sociologista-, lo<br />

necesario es que los profesores estén preparados para analizar <strong>de</strong> nuestra cultura y<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

estilo <strong>de</strong> vida lo que merece la pena conservar y, por otro lado, <strong>de</strong>scubrir qué<br />

aspectos requieren actualización.<br />

Por lo tanto, los profesores han <strong>de</strong> comprometerse seriamente en el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> unos valores fundamentales, entendiendo por éstos las aptitu<strong>de</strong>s,<br />

convicciones y virtu<strong>de</strong>s que posibilitan un <strong>de</strong>senvolvimiento pleno y pacífico en<br />

sociedad: Un Estado que, por dárselas <strong>de</strong> liberal, y por una mal entendida tolerancia<br />

<strong>de</strong>scuidara esa tarea propiciaría el abandono <strong>de</strong> sus ciudadanos (...) y, con esto,<br />

también su propio <strong>de</strong>caimiento. (Brezinka, 1990, 80). Pero, por otro lado, el<br />

profesorado ha <strong>de</strong> ser eminentemente respetuoso con los valores, normas... y<br />

<strong>de</strong>más particularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cada persona o grupo <strong>de</strong> personas, siempre que estos<br />

últimos no anulen a los que se han consi<strong>de</strong>rado fundamentales. Debemos tolerar y<br />

respetar los valores ajenos, pero también <strong>de</strong>bemos amar y cultivar lo nuestro, si es<br />

bueno y nos capacita para ser mejores, siempre que no avasallemos a los <strong>de</strong>más.<br />

(Tierno, 1996, 199). Esto sitúa a la ya compleja tarea educativa <strong>de</strong>l profesor, ante un<br />

tercer dualismo: singularidad/universalidad, que bien pue<strong>de</strong> ser atendido mediante el<br />

fomento <strong>de</strong> valores humanos.<br />

Por otra parte, según R. Frondizi (1958), los valores incitan la creación<br />

permanente y la elevación moral, a través <strong>de</strong> su polaridad y jerarquización. Y lo<br />

explica así: El sentido creador y ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la vida se basa, fundamentalmente,<br />

en la afirmación <strong>de</strong>l valor positivo frente al negativo y <strong>de</strong>l valor superior frente al<br />

inferior. (p.21). El profesor <strong>de</strong>be tratar todo el espectro <strong>de</strong> valores -positivos y<br />

negativos, superiores e inferiores-, aunque los valores objeto <strong>de</strong> aprendizaje o<br />

“valores educativos” serán únicamente los positivos, a<strong>de</strong>más éstos son los que<br />

<strong>de</strong>ben ocupar los lugares <strong>de</strong> mayor preferencia en la jerarquización axiológica.<br />

Des<strong>de</strong> la LOGSE, esos valores educativos se convirtieron directamente<br />

en contenidos <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje, y por lo tanto su <strong>de</strong>sarrollo se incluyó en<br />

el cúmulo <strong>de</strong> tareas <strong>de</strong>l profesor. Este tipo <strong>de</strong> contenidos presenta una doble<br />

realidad, paralela y suplementaria: se especifican para cada área curricular los<br />

valores, actitu<strong>de</strong>s y normas a<strong>de</strong>cuados a las distintas disciplinas, y <strong>de</strong> otro lado<br />

están las educaciones finales incorporadas bajo el título <strong>de</strong> temas transversales (ver<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.24: Desarrollo <strong>de</strong> la solidaridad como tema transversal.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.24). Pero, estos contenidos no son realmente ninguna novedad pues<br />

siempre han estado presentes configurando el currículum oculto, en ocasiones más<br />

explícito que en otras (Gómez, Mir y Serrats, 1996). La necesidad <strong>de</strong> formalizar y<br />

normativizar esa faceta educativa es una consecuencia directa <strong>de</strong> los abusos que en<br />

décadas anteriores han ejercido, bien el Estado bien los propios profesores, porque<br />

bajo otros prismas sociales, sistemas políticos o filosofías educativas, era admisible<br />

que el profesor tuviera plena libertad o total ausencia <strong>de</strong> ésta, para adoctrinar a sus<br />

alumnos, creándole una moral pre<strong>de</strong>terminada por el sistema socio-político o por sus<br />

preferencias individuales.<br />

En el ámbito <strong>de</strong> los valores el profesor <strong>de</strong>be estar siempre a la<br />

búsqueda <strong>de</strong>l punto intermedio entre la inhibición y el adoctrinamiento. Estos dos<br />

fenómenos respon<strong>de</strong>n a los siguientes extremos: la neutralidad total y la<br />

reproducción perfecta. Ninguno <strong>de</strong> estos dos estilos proporciona los conocimientos,<br />

experiencias y oportunida<strong>de</strong>s para la elección autónoma <strong>de</strong>l alumno. Así pues, sería<br />

bastante perjudicial que los profesores trabajaran la neutralidad, porque ésta sólo<br />

<strong>de</strong>sarrollaría la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la pasividad en sus alumnos. A<strong>de</strong>más, como bien dice<br />

MªA. Marín Gracia (1987) la educación neutra tendría graves consecuencias:<br />

(...) el hombre que no ha aprendido a pensar por sí mismo, a ejercer su<br />

capacidad crítica, queda a merced <strong>de</strong> cualquier tipo <strong>de</strong> manipulación,<br />

entra a formar parte con todos los honores <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> masas<br />

don<strong>de</strong> <strong>de</strong>saparece todo vestigio <strong>de</strong> individualidad. (p.23).<br />

No obstante, el tipo <strong>de</strong> persona y sociedad a construir mediante la<br />

educación no es una cuestión que <strong>de</strong>bamos resolver ahora, hace ya muchos años<br />

que la Constitución Española aprobada por las Cortes (31 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1978), lo<br />

<strong>de</strong>finía <strong>de</strong> la siguiente forma:<br />

“ La educación tendrá por objeto el pleno <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la personalidad<br />

humana en el respeto a los principios <strong>de</strong>mocráticos <strong>de</strong> convivencia y a<br />

los <strong>de</strong>rechos y liberta<strong>de</strong>s fundamentales. “ (Artículo.27.2)<br />

Por la vigencia <strong>de</strong> dicho texto constitucional, queda claro que las leyes<br />

educativas <strong>de</strong>ben aten<strong>de</strong>r a ese perfil <strong>de</strong> ciudadano a la hora <strong>de</strong> especificar la<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

finalidad <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje. Así se hace en la Ley Orgánica<br />

8/1985 Reguladora <strong>de</strong>l Derecho a la Educación –LODE-:<br />

“ 1) Formación en el respeto a los <strong>de</strong>rechos y liberta<strong>de</strong>s fundamentales<br />

y en el ejercicio <strong>de</strong> la tolerancia y <strong>de</strong> la libertad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los principios<br />

<strong>de</strong>mocráticos <strong>de</strong> convivencia. 2) Preparación para participar<br />

activamente en la vida social y cultural. 3) Formación para la paz, la<br />

cooperación y la solidaridad entre los pueblos. “(Artículo.2.1)<br />

Y, posteriormente, la LOGSE reafirma esa misma finalidad:<br />

“ Tal formación plena ha <strong>de</strong> ir dirigida al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su capacidad<br />

para ejercer, <strong>de</strong> manera crítica y en una sociedad <strong>de</strong> axiología plural, la<br />

libertad, la tolerancia y la solidaridad. En la educación se transmiten y<br />

ejercitan los valores que hacen posible la vida en sociedad,<br />

singularmente el respeto a todos los <strong>de</strong>rechos y liberta<strong>de</strong>s<br />

fundamentales, se adquieren los hábitos <strong>de</strong> convivencia <strong>de</strong>mocrática y<br />

<strong>de</strong> respeto mutuo, se prepara para la participación responsable en las<br />

distintas activida<strong>de</strong>s e instancias sociales.” (Preámbulo)<br />

La LOGSE, por consiguiente, no inventan valores y normas,<br />

simplemente se emplea en subrayar premisas constitucionales y, por en<strong>de</strong>,<br />

superiores a cualquier otra reglamentación. Es <strong>de</strong>cir,<br />

La LOGSE plantea la Educación en Valores como un trabajo<br />

sistemático a través <strong>de</strong>l cual, y mediante actuaciones y prácticas en<br />

nuestros centros, podamos <strong>de</strong>sarrollar aquellos valores que vienen<br />

explicitados en nuestra Constitución, y que <strong>de</strong>ben ser la base <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>mocracia (Gómez, Mir y Serrats, 1996, 21).<br />

En posteriores <strong>de</strong>cretos oficiales se especifica más esta función <strong>de</strong>l<br />

profesorado:<br />

“ Promover el respeto a los <strong>de</strong>rechos y a las liberta<strong>de</strong>s fundamentales<br />

<strong>de</strong> las personas y <strong>de</strong> los principios básicos <strong>de</strong> la convivencia y <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>mocracia. Crear actitu<strong>de</strong>s solidarias y <strong>de</strong> tolerancia, rechazando<br />

discriminaciones por causa <strong>de</strong> la edad, raza, religión, sexo y otras<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

diferencias <strong>de</strong> carácter físico, psíquico o social.“ (Decreto 75/1992, <strong>de</strong>l<br />

9 <strong>de</strong> marzo, Artículo.2).<br />

Y, la referencia legal más cercana la encontramos en la LOCE que,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> señalar en la “Exposición <strong>de</strong> motivos” que la universalización, la actitud<br />

abierta, la capacidad para tomar iniciativas y la creatividad son valores para el<br />

progreso, que el esfuerzo y la exigencia personal son valores hacia la disciplina y el<br />

respeto al profesor, también especifica como principio <strong>de</strong> calidad <strong>de</strong>l sistema<br />

educativo:<br />

“ La capacidad <strong>de</strong> transmitir valores que favorezcan la libertad<br />

personal, la responsabilidad social, la cohesión y mejora <strong>de</strong> las<br />

socieda<strong>de</strong>s, y la igualdad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos entre los sexos, que ayu<strong>de</strong>n a<br />

superar cualquier tipo <strong>de</strong> discriminación, así como la práctica <strong>de</strong> la<br />

solidaridad, mediante el impulso a la participación cívica <strong>de</strong> los<br />

alumnos en activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> voluntariado.” (Artículo.1.b)<br />

Es esta última referencia una oportuna contextualización <strong>de</strong> los valores<br />

que precisan <strong>de</strong>l empuje educativo. Como afirma A.V. Pascual Marina (1985): La<br />

<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> los valores-fines <strong>de</strong> la educación tiene que hacerse en el marco <strong>de</strong><br />

la cultura y <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s concretas <strong>de</strong> la sociedad a las cuales la educación<br />

<strong>de</strong>be dar respuestas. (p.16). Así pues, queda claro que formar cuidadanos<br />

<strong>de</strong>mocráticos es tarea ineludible <strong>de</strong> nuestros profesores y ésta, sin duda, se cimienta<br />

en la transmisión <strong>de</strong> unos valores <strong>de</strong>terminados, con lo cuál esos valores se<br />

convierten en el referente <strong>de</strong> la función docente (Ortega, Mínguez y Gil, 1996).<br />

Pero... ¿cuáles son esos valores fundamentales que <strong>de</strong>ben guiar la<br />

actuación diaria <strong>de</strong>l profesor? Se podría respon<strong>de</strong>r diciendo que son la conjunción<br />

armónica entre valores sociales e individuales; aunque diversas <strong>de</strong>finiciones sólo<br />

hacen mención a los primeros. Los valores sociales, según B. Tierno (1996), son los<br />

que (...) afectan a las relaciones <strong>de</strong> unas personas con otras y a las situaciones en<br />

que interactúan. (p.200). Y, los valores individuales son aquellos que dan sentido a<br />

la existencia <strong>de</strong> cada persona empujándole hacia el <strong>de</strong>sarrollo máximo <strong>de</strong> sus<br />

potencialida<strong>de</strong>s, que lo harán peculiar. No obstante, en el fomento <strong>de</strong> ambos tipos<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> valores, sociales e individuales, es necesaria la intervención <strong>de</strong>l profesor porque<br />

tradicionalmente han sufrido un gran abandono, o por lo menos un trato diferenciado<br />

y arbitrario. Por una parte, el relativismo extremo ha sido aceptado durante varios<br />

años, por lo que nuestra sociedad está encontrando graves dificulta<strong>de</strong>s para<br />

establecer unos valores que unan a todos los sujetos en un proyecto común, unos<br />

valores universales (Cfr. Esteve, 2003, 134 y ss.). Y, por otro lado, la manipulación<br />

<strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación y la poca atención prestada a la formación <strong>de</strong> la<br />

personalidad, por parte <strong>de</strong> los padres y profesores, han logrado que muchos jóvenes<br />

no sepan <strong>de</strong>scubrir el sentido <strong>de</strong> su propia vida, ni siquiera <strong>de</strong>finirse por unos<br />

valores u otros. Es <strong>de</strong>cir,<br />

Los valores se ponen en juego en cualquier toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, el<br />

proceso <strong>de</strong> elegir requiere la capacidad <strong>de</strong> evaluar preferencias,<br />

examinar ventajas e inconvenientes y prever las consecuencias futuras<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión tomada finalmente. Si la persona no va aprendiendo a lo<br />

largo <strong>de</strong> la vida, a ejercitarse en realizar elecciones, le resultar difícil<br />

<strong>de</strong>sarrollar el sentido <strong>de</strong> la responsabilidad, y crecer sometido a las<br />

<strong>de</strong>cisiones que otros tomen por él, sean en la familia, la escuela o<br />

cualquier otro tipo <strong>de</strong> instituciones. (Marín Gracia, 1987, 22).<br />

En un estudio coordinado por MªT. Gómez, V. Mir y MªG. Serrats<br />

(1996) se especifica una lista <strong>de</strong> valores educativos como fruto <strong>de</strong>l consenso entre<br />

diversos profesores; en esa lista aparecen los valores más urgentes <strong>de</strong> fomentar y<br />

que, paralelamente, ofrecen mayores facilida<strong>de</strong>s para ser <strong>de</strong>sarrollados mediante la<br />

interacción. Estos son: 1- Responsabilidad. 2- Sinceridad. 3- Diálogo. 4- Confianza.<br />

5- Autoestima. 6- Creatividad. 7- Paz. 8- Amistad. 9- Respeto. 10- Justicia. 11-<br />

Cooperación. 12- Compartir.<br />

Esos doce valores pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse fundamentales por cuanto<br />

contribuyen al perfeccionamiento <strong>de</strong> la vida en comunidad y <strong>de</strong> la propia<br />

personalidad <strong>de</strong>l individuo que los <strong>de</strong>sarrolla; porque nos hacen más humanos y sólo<br />

se enfrentan a las creencias y costumbres que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n algún contravalor o valor<br />

antisocial. A<strong>de</strong>más, se complementan con los “valores para un talante <strong>de</strong>mocrático”<br />

que, según J.A. Pérez Tapias (1996), son los siguientes: 1- Responsabilidad. 2-<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Tolerancia. 3- Razonalibilidad. 4- Coraje cívico. 5-Coherencia. 6- Honestidad. 7-<br />

Austeridad. 8- Disponibilidad. 9- Participación. 10-Esperanza.<br />

Si comparamos los dos listados <strong>de</strong> valores mencionados en los<br />

párrafos anteriores, observamos que en ambos casos la responsabilidad ocupa el<br />

primer lugar. Está claro que si ambos textos, <strong>de</strong>stacan un mismo valor-actitud como<br />

necesario y urgente <strong>de</strong> ser trabajado por los profesores, no es pura coinci<strong>de</strong>ncia. Así<br />

pues, aquí también resaltamos que la responsabilidad, en especial su vertiente<br />

solidaria, requiere ser tratada como elemento curricular y, preferentemente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

todas las instituciones implicadas en la educación <strong>de</strong>l individuo: el hogar, el centro<br />

<strong>de</strong> enseñanza y los espacios comunitarios <strong>de</strong>l entorno.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> reconocer la existencia <strong>de</strong> unos valores fundamentales,<br />

que necesariamente han <strong>de</strong> ser tratados por los profesores, también es primordial<br />

(...) proporcionar a los alumnos los instrumentos lógicos, mentales, psicológicos,<br />

morales para <strong>de</strong>scubrir por sí mismos la escala <strong>de</strong> valores <strong>de</strong> un modo crítico y<br />

responsable (Pascual Acosta, 1992, 20). Sólo así estaremos correspondiendo con la<br />

<strong>de</strong>finición misma <strong>de</strong> educación, que bien podría justificarse bajo el enfoque sistémico<br />

planteado por M. Bunge (1980); pues existen múltiples individualida<strong>de</strong>s que unidas<br />

por los mismos i<strong>de</strong>ales o valores fundamentales, forman una única comunidad. Por<br />

consiguiente, es misión <strong>de</strong> los profesores procurar que los criterios para la<br />

apropiación, <strong>de</strong>sarrollo y jerarquización <strong>de</strong> los valores, sean esencialmente morales<br />

y éticos. Señalando como incomprensibles y negativas las orientaciones pragmáticas<br />

e individualistas <strong>de</strong> los valores.<br />

Por último, es importante señalar que los seres humanos tenemos una<br />

disposición innata para la vivencia axiológica, por ello la formación en esta faceta es<br />

imprescindible si realmente con la actuación docente perseguimos una educación<br />

integral y sin lagunas perjudiciales para el <strong>de</strong>sarrollo (Marín Gracia, 1987). El ser<br />

humano no nace programado para comportarse <strong>de</strong> una manera <strong>de</strong>terminada, no es<br />

“bueno por naturaleza” como diría J.J. Rousseau, pero tampoco “malo”. Con<br />

respecto a los valores en realidad somos esa “tabula rasa” <strong>de</strong> la que hablaba J.<br />

Locke, por ello se hace tan necesario que los profesores trabajen la educación en<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

valores. De esta manera, el profesor <strong>de</strong>be aten<strong>de</strong>r por igual a la endoculturación -<br />

transmisión, <strong>de</strong> generación en generación, <strong>de</strong> las normas y valores propios <strong>de</strong> esa<br />

comunidad- y a la interculturalidad -transmisión <strong>de</strong> las actitu<strong>de</strong>s y valores que<br />

permiten la convivencia enriquecedora en la diversidad-. La educación arranca <strong>de</strong> lo<br />

que el sujeto es y <strong>de</strong> sus potencialida<strong>de</strong>s, para modificarlo perfectivamente, hasta<br />

alcanzar lo que <strong>de</strong>be ser según las finalida<strong>de</strong>s educativas pre<strong>de</strong>terminadas. A<br />

gran<strong>de</strong>s rasgos, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que:<br />

Los logros sociales, en especial los <strong>de</strong> largo alcance, no son nunca el<br />

resultado <strong>de</strong>l esfuerzo <strong>de</strong> un solo individuo, ni siquiera <strong>de</strong> un grupo<br />

entusiasta y comprometido. Tampoco son obra exclusiva <strong>de</strong> un<br />

gobierno o una administración. Proce<strong>de</strong>n, por el contrario, <strong>de</strong> la labor<br />

voluntariosa y coherente <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> individuos que comulgan con<br />

unos objetivos comunes. Tal es la razón que explica la necesidad <strong>de</strong><br />

unos valores compartidos sin los cuales es inútil hablar <strong>de</strong> objetivos<br />

comunes (Camps, 1993, 17).<br />

Todas las personas que influyen en el <strong>de</strong>sarrollo socio-personal <strong>de</strong>l<br />

alumno han <strong>de</strong> vivenciar y fomentar valores, normas y actitu<strong>de</strong>s que mejoren la<br />

convivencia; pero preten<strong>de</strong>r esto en la actualidad resulta una utopía, por cuanto<br />

resulta imposible manejar y dirigir la compleja maraña <strong>de</strong> influencias diferentes que<br />

recibe el alumno. Empecemos por emplear y coordinar a los profesores en esta<br />

ardua misión.<br />

1.3.3. LA BÚSQUEDA DE CALIDAD<br />

Llegados a este punto <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la educación en la que los<br />

porcentajes <strong>de</strong> escolarización son tan positivos 21 , los políticos se plantean alcanzar<br />

mayores rangos <strong>de</strong> calidad en el sistema educativo (ver Figura 1.25).<br />

21 Escolarización plena en los niveles obligatorios (Educación Primaria y ESO), y muy elevada en niveles no<br />

obligatorios como el segundo ciclo <strong>de</strong> Educación Infantil, el Bachillerato o los Ciclos Formativos. En el primer<br />

ciclo <strong>de</strong> Educación Infantil ( 0 a 3 años) todavía no hay porcentajes significativos a estudiar, porque aún no es<br />

completa la oferta pública <strong>de</strong> plazas.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.25: Hay que avanzar hacia la calidad <strong>de</strong> la enseñanza.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

El primer paso siempre en cualquier reforma <strong>de</strong>be ser el reajuste <strong>de</strong> las<br />

mentalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los profesionales que han <strong>de</strong> llevarla a cabo, en especial si se trata<br />

<strong>de</strong> cambios fundamentalmente cualitativos. Como bien apunta J.F. Porter (1980)<br />

aunque <strong>de</strong>be haber especialistas que se <strong>de</strong>diquen a la investigación y el estudio <strong>de</strong>l<br />

currículo, <strong>de</strong> las metodologías y <strong>de</strong> los enfoques <strong>de</strong>l aprendizaje, es necesario que<br />

las innovaciones o reformas las elaboren en contacto con el centro <strong>de</strong> enseñanza y,<br />

fundamentalmente, con los profesores. Es más, este autor sugiere que los equipos<br />

<strong>de</strong> investigación <strong>de</strong>ben integrarse por especialistas externos al centro y por<br />

profesores que <strong>de</strong>seen prestar colaboración (p.164). Según el profesor J. Vera<br />

(1988) la falta <strong>de</strong> colaboración entre el profesorado y el personal investigador<br />

preocupado en mejorar su quehacer diario, ha provocado <strong>de</strong>sconfianza en los<br />

<strong>de</strong>scubrimientos que <strong>de</strong>berían transmitir progreso (p.52).<br />

Otro medio <strong>de</strong> buscar la calidad en el trabajo <strong>de</strong>l profesorado es<br />

mejorando su imagen social. A este respecto es necesario subrayar que no se<br />

<strong>de</strong>ben trabajar por separado los factores que influyen en esa mejora, porque en<br />

realidad todos ellos están estrechamente interrelacionados,<br />

(...) las medidas ten<strong>de</strong>ntes a la “revalorización <strong>de</strong> la profesión” afectan<br />

también a la mejora <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong> la formación<br />

tanto inicial como permanente. En el primer punto <strong>de</strong>stacan<br />

reivindicaciones como el aumento <strong>de</strong> los sueldos y <strong>de</strong> los materiales <strong>de</strong><br />

trabajo así como la disminución <strong>de</strong> la ratio profesor-alumno y el horario<br />

lectivo. Existen varios mo<strong>de</strong>los que propugnan la sujeción <strong>de</strong>l sueldo a<br />

los méritos <strong>de</strong>l profesor. Basándose en los principios <strong>de</strong> productividad<br />

<strong>de</strong> la libre empresa, se trataría <strong>de</strong> introducir primas que recompensaran<br />

los mejores resultados obtenidos en la práctica docente (Gil Villa, 1996,<br />

28).<br />

No obstante, una reforma <strong>de</strong>l salario según méritos, ya ha sido<br />

contemplada en otros países y rápidamente abandonada, porque no se ha apoyado<br />

en un sistema <strong>de</strong> evaluación totalmente objetivo y libre <strong>de</strong> sesgos, según el análisis<br />

hecho por S.B. Bacharach, S.C. Conely y J.B. Shedd (1990). Primordialmente,<br />

porque a<strong>de</strong>más podría darse el caso <strong>de</strong> algún profesor que por conseguir dicha<br />

113


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

incentivación salarial, intentara falsear su productividad, elevando<br />

indiscriminadamente las calificaciones <strong>de</strong> sus alumnos. Así lo argumentan los<br />

autores:<br />

No se pue<strong>de</strong> esperar que los profesores ofrezcan información sobre su<br />

rendimiento, potencialmente contraria a sus intereses, a los<br />

evaluadores, ya que éstos tienen el control sobre sus subidas<br />

salariales. En resumen, (...) <strong>de</strong>bilitando los sistemas <strong>de</strong> evaluación,<br />

<strong>de</strong>salentando la comunicación entre profesores y administradores, y<br />

aislando aún más a unos profesores <strong>de</strong> otros, el salario según méritos<br />

exacerba lo que ya son los tres puntos más débiles <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong><br />

educación pública (p.190).<br />

Esos mismos especialistas también han estudiado el otro tipo <strong>de</strong><br />

reforma basada en un sistema <strong>de</strong> compensación que se han diseñado hasta ahora,<br />

este es el <strong>de</strong> las escalas profesionales que establece para los profesores la<br />

posibilidad <strong>de</strong> promocionar. Pero esta reforma tampoco se ha <strong>de</strong>sarrollado con éxito<br />

porque esa promoción <strong>de</strong> los profesores se ve limitada por los puestos disponibles<br />

en cada nivel, por la rotación <strong>de</strong> los que los ocupan, por la competitividad entre ellos<br />

y por el hecho <strong>de</strong> cómo <strong>de</strong>cidir qué profesor <strong>de</strong>be ser promocionado y a qué nuevas<br />

responsabilida<strong>de</strong>s. De nuevo aparece el sistema <strong>de</strong> evaluación <strong>de</strong>l profesor cómo un<br />

obstáculo. Cuando en realidad,<br />

(...) un sistema <strong>de</strong> evaluación <strong>de</strong>be hacer algo más que motivar a los<br />

profesores para que muestren un nivel <strong>de</strong> rendimiento que vaya más<br />

allá <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong> la competencia mínima. Al mismo tiempo, un sistema<br />

<strong>de</strong> evaluación no <strong>de</strong>bería enfrentar a los profesores unos contra otros.<br />

(...) <strong>de</strong>bería tratar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar a todos los profesores al máximo <strong>de</strong> su<br />

capacidad. (...) los sistemas <strong>de</strong> evaluación para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l<br />

profesional <strong>de</strong>berían basarse en las capacida<strong>de</strong>s en vez <strong>de</strong> en el<br />

rendimiento (Ibíd., 204-205).<br />

Para E.F. Iwanicki (1990) en un proceso <strong>de</strong> evaluación <strong>de</strong>l profesorado,<br />

los propósitos <strong>de</strong> dicha evaluación tienen un efecto directo sobre los criterios y<br />

estándares <strong>de</strong> rendimiento que se establecen, así como sobre los procedimientos<br />

114


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.26: Es necesario evaluar la productividad <strong>de</strong>l profesorado.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

empleados al evaluar (ver Figura 1.26). Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l amplio conjunto <strong>de</strong> propósitos<br />

que pue<strong>de</strong>n mover la evaluación <strong>de</strong>l profesorado, este autor <strong>de</strong>staca cuatro:<br />

1. Responsabilidad.- Para garantizar que solamente los profesores<br />

eficaces continúan ejerciendo la docencia.<br />

2. Crecimiento Profesional.- Para fomentar el crecimiento profesional<br />

<strong>de</strong>l profesorado principiante y veterano.<br />

3. Mejora <strong>de</strong> la Escuela.- Para promover la mejora <strong>de</strong> la escuela y el<br />

aprendizaje <strong>de</strong> los alumnos.<br />

4. Selección.- Para garantizar la contratación <strong>de</strong> los mejores<br />

profesores. (pp.223-224)<br />

Volviendo con el tema <strong>de</strong> las recompensas al profesorado, quizás<br />

fuese más oportuno trabajar sobre distintos tipos <strong>de</strong> incentivos, en este sentido los<br />

estudios <strong>de</strong> D. Lortie (1975) 22 continúan siendo <strong>de</strong> mucho valor. El autor i<strong>de</strong>ntifica<br />

tres tipos <strong>de</strong> incentivos o recompensas para el profesorado:<br />

a) Extrínsecos. Son las recompensas materiales que reciben por haber<br />

realizado el trabajo, como el sueldo, el prestigio, el po<strong>de</strong>r...<br />

b) Propios. Son las recompensas que se obtienen simplemente por<br />

haber entrado en la profesión docente, como son vacaciones más<br />

largas, la comodidad horaria, la seguridad económica...<br />

c) Intrínsecos o psíquicos. Son las satisfacciones por las tareas bien<br />

hechas.<br />

Seguramente, alentando estos tres tipos <strong>de</strong> incentivos, se mejoraría<br />

notablemente la calidad <strong>de</strong> la docencia, por cuanto se motivaría la profesionalidad<br />

<strong>de</strong> los profesores. Debemos tener en cuenta que:<br />

En contraste con el maestro clásico, el profesor es (<strong>de</strong>be ser) hoy<br />

muchas más cosas <strong>de</strong> lo que era antes sin que por ello se haya visto<br />

recompensado en la misma proporción a través <strong>de</strong> su prestigio y<br />

consi<strong>de</strong>ración social, ni tampoco en forma <strong>de</strong> retribución económica<br />

(Vera, 1988, 18).<br />

22 Apud.: MARCELO, Carlos (1994) Formación <strong>de</strong>l profesorado para el cambio educativo. PPU, Barcelona, p.151.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En este sentido se <strong>de</strong>sarrolla la nueva reforma educativa que viven los<br />

Estados Unidos <strong>de</strong> América, puesto que impone, entre otras cosas, un sistema <strong>de</strong><br />

recompensas y sanciones que incluyen la no renovación completa <strong>de</strong> las plantillas<br />

<strong>de</strong> profesores que no logren <strong>de</strong>sarrollar con éxito los objetivos educativos<br />

planteados por el Senado <strong>de</strong> este país. Y también en esta línea <strong>de</strong> valoración <strong>de</strong> las<br />

funciones <strong>de</strong>l profesorado, se <strong>de</strong>fine la LOCE cuando en el Capítulo II <strong>de</strong>l Título IV<br />

se habla <strong>de</strong> estimular una creciente consi<strong>de</strong>ración y reconocimiento social, <strong>de</strong><br />

elaborar una evaluación voluntaria <strong>de</strong>l profesorado que se tendrá en cuenta a<br />

efectos <strong>de</strong> movilidad y <strong>de</strong> promoción, y también se mencionan varias medidas <strong>de</strong><br />

apoyo al profesorado, como por ejemplo el reconocimiento <strong>de</strong> la función tutorial, la<br />

posible reducción <strong>de</strong> jornada para los mayores <strong>de</strong> cincuenta y cinco años, los<br />

incentivos a la implantación <strong>de</strong> planes innovadores, actuaciones para premiar la<br />

excelencia y el esfuerzo, y licencias retribuidas para que se realicen activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

formación y <strong>de</strong> investigación.<br />

Siguiendo con la búsqueda <strong>de</strong> la calidad en el trabajo <strong>de</strong>l profesorado,<br />

como sostiene T. Parsons (1990), en el proceso <strong>de</strong> socialización los profesores no<br />

sólo han <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar ciertas habilida<strong>de</strong>s en sus alumnos, sino que también han <strong>de</strong><br />

potenciar aquellas actitu<strong>de</strong>s que les permitirán <strong>de</strong>sempeñar una función específica<br />

en sociedad (p.174). Por consiguiente, no pue<strong>de</strong>n dar la espalda a las<br />

características <strong>de</strong>l entorno si realmente preten<strong>de</strong>n cumplir con esa misión<br />

socializadora que tienen. Esta sería la imagen <strong>de</strong> un “buen profesor”, que necesita<br />

estar preparado, fundamentalmente, en habilida<strong>de</strong>s didácticas <strong>de</strong>stacando entre<br />

éstas: establecer una relación a<strong>de</strong>cuada con el alumnado, saber orientar y motivar, y<br />

por supuesto, enseñar a apren<strong>de</strong>r (Cfr. Miguel, 1996, 297 y ss.).<br />

En cualquier caso, el profesor se enfrenta a muchas <strong>de</strong>cisiones entre<br />

posturas contrapuestas, como es el caso <strong>de</strong> la educación tradicional y la educación<br />

progresista. Dicha elección ha estado marcada, a lo largo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la<br />

pedagogía, por variables políticas, i<strong>de</strong>ológicas, económicas y religiosas. Según estos<br />

antece<strong>de</strong>ntes, parece lógico que en una época como en la que ahora nos<br />

encontramos se <strong>de</strong>fienda la educación progresista frente a la tradicional; pero no nos<br />

117


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

engañemos, (...) lo que realmente está en juego es el papel que ha <strong>de</strong> otorgarse al<br />

docente (Ortiz Oria, 1995, 31). La sociedad preten<strong>de</strong> tener en clase a un<br />

investigador que realice activida<strong>de</strong>s creativas, que enseñe, que guíe, que ayu<strong>de</strong> a<br />

pensar y a resolver problemas, y que sepa improvisar. Pero, a la vez está<br />

<strong>de</strong>mandando un juez evaluador y una transmisión organizada <strong>de</strong> conocimientos, que<br />

serían características propias <strong>de</strong> la docencia tradicional. Como bien distingue J.<br />

Martínez Bonafé (1993) el profesor se encuentra ante el dilema autonomía/control,<br />

en los últimos años en nuestro país la ten<strong>de</strong>ncia se dirige a incrementar los controles<br />

burocráticos y a la intensificación <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas profesionales (ver Figura 1.27);<br />

por consiguiente, con esta situación ¿cómo preten<strong>de</strong>mos que los profesores<br />

abandonen metodologías tradicionales por otras más progresistas y <strong>de</strong> mayor<br />

calidad educativa, cuando se les quita libertad <strong>de</strong> acción y se les <strong>de</strong>scalifica<br />

profesionalmente?<br />

La Administración Educativa <strong>de</strong>be regular los contenidos <strong>de</strong>l primer<br />

nivel <strong>de</strong> concreción curricular, a fin <strong>de</strong> igualar las oportunida<strong>de</strong>s entre todos los<br />

individuos, <strong>de</strong> asegurar la pervivencia <strong>de</strong> una cultura mínima, y <strong>de</strong> posibilitar<br />

homologaciones y acreditaciones con acierto. Sin embargo, el resto <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>cisiones a otros niveles, sobre objetivos, metodologías, secuenciación... <strong>de</strong>ben<br />

recaer sobre los profesores porque sólo partiendo <strong>de</strong>l contexto profesional en el que<br />

trabajan quedarán atendidos los significados cambiantes <strong>de</strong> la educación (Cfr.<br />

Gimeno, 1992, 263-264). Está claro que (...), lo que está en juego en la pérdida <strong>de</strong><br />

autonomía <strong>de</strong>l profesorado no es tanto el control técnico al que éste pueda ser<br />

sometido como la <strong>de</strong>sorientación i<strong>de</strong>ológica en la que pueda verse sumido<br />

(Contreras, 1997, 18).<br />

En esta línea <strong>de</strong> intervención incluye sus aportaciones K. Louis (1992),<br />

para esta autora unas condiciones <strong>de</strong> trabajo y oportunida<strong>de</strong>s mejores redundarían<br />

en una implicación más activa <strong>de</strong> los profesores en el proceso educativo y, por<br />

consiguiente, en ambientes <strong>de</strong> aprendizaje más estimulantes. Y, continúa afirmando<br />

que la estructura <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong>be sufrir modificaciones (ver Figura<br />

1.28) para mejorar el atractivo <strong>de</strong> la docencia y conseguir así más participación<br />

(p.139). Ambos cambios se enfocan a la misma finalidad, dotar <strong>de</strong> más calidad al<br />

118


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.27: Controles burocráticos sobre el profesorado.<br />

119


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.28: Los Centros <strong>de</strong> Enseñanza <strong>de</strong>ben sufrir modificaciones.<br />

120


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

proceso educativo. En opinión <strong>de</strong> M. McLaughlin (1988) los centros educativos que<br />

fomentan la motivación y la productividad <strong>de</strong>l profesorado que allí trabajan reúnen<br />

estas características:<br />

- Dotación <strong>de</strong> recursos a<strong>de</strong>cuados y suficientes.<br />

- Ambiente integrador que transmite seguridad y confianza.<br />

- Colegialización que permite mayor colaboración e intercambios.<br />

- Ten<strong>de</strong>ncia a enfrentar y solucionar los problemas.<br />

- Apoyo firme a las iniciativas, sin mirar exclusivamente los resultados<br />

(p.282).<br />

En líneas generales, se pue<strong>de</strong> afirmar que en esa búsqueda <strong>de</strong> calidad<br />

que han emprendido muchos profesores requieren ayuda. O lo que es igual,<br />

Es muy importante que en una labor <strong>de</strong> crecimiento personal, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> la fe en que es posible, lleguemos a tener una firme voluntad <strong>de</strong><br />

trabajar sobre nosotros mismos. Para ello necesitamos no estar solos<br />

en la tarea y disponer <strong>de</strong>l apoyo <strong>de</strong> los compañeros, <strong>de</strong> la familia, <strong>de</strong><br />

los padres y <strong>de</strong> los alumnos. (...) Des<strong>de</strong> el feedback, el apoyo mutuo y<br />

las aportaciones teóricas y experimentales <strong>de</strong> cada uno sale una<br />

motivación importante a seguir en el proceso y a mejorar cada día (Voli,<br />

1996, 46).<br />

Con estas palabras volvemos a lo ya dicho en apartados anteriores:<br />

para mejorar la calidad <strong>de</strong> la enseñanza se necesita el trabajo cooperativo <strong>de</strong> toda la<br />

comunidad. La responsabilidad <strong>de</strong> la formación integral <strong>de</strong>l alumno <strong>de</strong>be ser cada<br />

vez más una “corresponsabilidad” <strong>de</strong> la comunidad educativa (Villa, 1988, 27).<br />

Aunque, por supuesto, la Administración Educativa será la encargada <strong>de</strong> fomentar,<br />

facilitar y reconocer la experimentación creativa para que se realice en este sentido.<br />

C. Romero (1993) también se lanza a <strong>de</strong>mandar más procesos <strong>de</strong> intercambios<br />

multidireccionales en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong>l profesor, para ella la tarea<br />

educativa es esencialmente comunicativa y por consiguiente <strong>de</strong>be abrir cauces<br />

fluidos <strong>de</strong> colaboración con el contexto y, por supuesto, fomentar la participación<br />

positiva <strong>de</strong> los alumnos (p.197).<br />

121


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.29: El profesorado y la Administración preocupados por la calidad.<br />

122


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En esta incesante búsqueda <strong>de</strong> mayor calidad para el proceso <strong>de</strong><br />

enseñanza-aprendizaje, la mayoría <strong>de</strong> los profesores opinan que es prioritario el que<br />

dispongan <strong>de</strong> más tiempo sin carga lectiva para tener oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> intercambio<br />

y colaboración con sus compañeros (ver Figura 1.29). También consi<strong>de</strong>ran que una<br />

mayor participación y coordinación entre todos los miembros <strong>de</strong> la comunidad,<br />

dotaría <strong>de</strong> más calidad al sistema educativo por cuanto los centros y en especial los<br />

profesores serán más receptivos y comprensivos con la introducción <strong>de</strong> cambios<br />

(Cfr. Miguel, 1996, 302-303). En esta línea <strong>de</strong> pensamiento, A. Villa (1988) confirma<br />

la necesidad imperiosa <strong>de</strong> que los profesores realicen ciertas funciones en<br />

cooperación y armonía: (...) un centro no es la suma <strong>de</strong> los profesores como<br />

individuos, sino un conjunto <strong>de</strong> profesores coordinados, cooperativos en busca <strong>de</strong><br />

unos objetivos comunes y aceptados (p.33).<br />

A este respecto, J. Bonals (1996) estudia en profundidad los factores<br />

que inci<strong>de</strong>n en las relaciones y el trabajo en los equipos <strong>de</strong> profesores, que se podrá<br />

consi<strong>de</strong>rar que realizan un buen trabajo cooperativo:<br />

- Si clarifican los objetivos que se proponen y consensuan la<br />

convivencia entre los mismos.<br />

- Si analizan la situación para priorizar objetivos según las necesida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>tectadas.<br />

- Si logran que las tareas sean gratificantes y exentas <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s.<br />

- Y, si acuerdan qué metodología es la más oportuna.<br />

Este mismo autor consigue diseñar una plantilla <strong>de</strong> aspectos esenciales<br />

para que los propios equipos <strong>de</strong> profesores puedan valorar sus relaciones y<br />

mejorarlas, trabajando los aspectos que estén más abandonados. Los aspectos que<br />

especifica son: reciprocidad, posición <strong>de</strong> cada profesor, confianza, posiciones<br />

existenciales, respeto a la diversidad, gratificaciones, ansiedad y po<strong>de</strong>r (Bonals,<br />

1996, 33). En general, esta cuestión me parece muy relevante a la hora <strong>de</strong> analizar<br />

el factor calidad en la enseñanza.<br />

Por otro lado, y habiendo cambiado tanto y en poco tiempo, la imagen<br />

social <strong>de</strong>l profesor -<strong>de</strong> impartir conocimientos ha pasado a ser mediador entre el<br />

123


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

individuo y ellos-, es <strong>de</strong> lógica que también habrá que re<strong>de</strong>finir sus competencias. A<br />

este respecto sigue resultando válido el agrupamiento que realizó N.M. Goble<br />

(1980); para él las competencias que requiere el profesor se agrupan en las<br />

siguientes categorías: diagnosis, respuesta, evaluación, relaciones personales,<br />

elaboración <strong>de</strong>l currículo, y responsabilidad social. La diagnosis hace referencia al<br />

análisis <strong>de</strong> a lo que pue<strong>de</strong> llegar el alumno. La respuesta se refiere a la solución<br />

metodológica para las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>tectadas. La prueba <strong>de</strong> que la diagnosis y la<br />

respuesta han sido correctas es una evaluación positiva. Las relaciones personales<br />

se centran en la comunicación y el entendimiento entre profesor y alumno. El<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l currículo implica la organización y distribución <strong>de</strong> la materia que se<br />

enseña. La formación <strong>de</strong>l alumno repercute directamente sobre su comunidad, por lo<br />

que supone un alto rango <strong>de</strong> responsabilidad social para el profesor (pp. 64 y ss.).<br />

En opinión <strong>de</strong> J.M. Moreno (1972) para juzgar la eficacia didáctica <strong>de</strong>l<br />

profesor es necesario consi<strong>de</strong>rar, tanto los factores internos al propio profesor, como<br />

los factores externos a él: los alumnos y el contexto. En esta línea van las<br />

conclusiones <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> E. Bayer (1984), puesto que se afirma que la calidad <strong>de</strong>l<br />

proceso educativo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> más <strong>de</strong> las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los contextos en los que<br />

se lleva a cabo, que <strong>de</strong> la propia actuación <strong>de</strong>l profesor. Por su parte, A. <strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n<br />

(1977) habla <strong>de</strong> factores <strong>de</strong> estructura personal, factores <strong>de</strong> proceso y factores <strong>de</strong><br />

producto; con ello habría que valorar la personalidad <strong>de</strong>l profesor, las técnicas <strong>de</strong><br />

enseñanza que emplea y los aprendizajes conseguidos en sus alumnos. Pero en la<br />

mayoría <strong>de</strong> las ocasiones al profesor se le evalúa únicamente por el último <strong>de</strong> esos<br />

factores (ver Figura 1.30), sin tener en cuenta sus características personales, ni<br />

tampoco sus procedimientos profesionales. Dicho con otras palabras:<br />

Si antes la competencia profesional <strong>de</strong>l docente era valorada por el<br />

volumen <strong>de</strong> conocimientos que dominaba y por la claridad y el or<strong>de</strong>n<br />

para transmitirlos, actualmente son los procesos <strong>de</strong> aprendizaje <strong>de</strong> los<br />

alumnos los que han adquirido el protagonismo convirtiéndose en el eje<br />

sobre el que han <strong>de</strong> organizarse las situaciones, los instrumentos, e<br />

intervenciones <strong>de</strong>l profesor (Vera, 1988, 14).<br />

124


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 1.30: El profesor es evaluado por el aprendizaje <strong>de</strong> sus alumnos.<br />

125


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Resumiendo, podríamos afirmar que la calidad en el trabajo <strong>de</strong>l<br />

profesor pue<strong>de</strong> aumentar notablemente interviniendo sobre cinco aspectos: la<br />

formación tanto inicial como permanente, las dotaciones <strong>de</strong> recursos personales y<br />

materiales <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> enseñanza, las condiciones <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> estos<br />

profesionales, la organización y gestión <strong>de</strong>l centro en el que <strong>de</strong>sarrolla su actividad,<br />

y el apoyo solidario y cooperativo <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la comunidad. A modo <strong>de</strong> posibles<br />

soluciones se pue<strong>de</strong>n mencionar las siguientes:<br />

- Reforma en los planes <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> las Escuelas <strong>de</strong> Formación <strong>de</strong>l<br />

Profesorado dotándolos <strong>de</strong> un enfoque eminentemente práctico, en los<br />

que <strong>de</strong>staque las enseñanzas <strong>de</strong> <strong>de</strong>strezas sociales y <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s<br />

didácticas sobre los conocimientos teóricos, tanto <strong>de</strong> la disciplina a<br />

impartir como <strong>de</strong> cuestiones didácticas en general.<br />

- Reestructuración <strong>de</strong>l diseño curricular empleado para los Cursos <strong>de</strong><br />

Adaptación Pedagógica que se imparten para licenciados en áreas<br />

distintas a la pedagogía o psicopedagogía.<br />

- Revisión <strong>de</strong> las inversiones económicas en materia <strong>de</strong> educación,<br />

para dotar <strong>de</strong> mejor infraestructura a los centros <strong>de</strong> enseñanza y para<br />

contratar más profesorado.<br />

- Conseguir mejoras salariales e incentivos regulados para el<br />

profesorado.<br />

- Asegurar la permanencia <strong>de</strong> los profesores en los centros <strong>de</strong><br />

enseñanza y que éstos centros entren <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cuadro <strong>de</strong> sus<br />

preferencias.<br />

- Promover la coordinación y colaboración entre profesores, así como<br />

las buenas relaciones entre ellos.<br />

- Acercar al profesor a las tareas directivas, incentivando dichas<br />

responsabilida<strong>de</strong>s y haciéndolas más atractivas para ellos.<br />

- Dotar al profesor <strong>de</strong> más autonomía y confianza en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> iniciativa propia, respaldando económica e<br />

instrumentalmente dichas activida<strong>de</strong>s.<br />

- Y, motivar los acercamientos entre el centro <strong>de</strong> enseñanza y otras<br />

instituciones <strong>de</strong>l entorno, así como la participación <strong>de</strong> las personas <strong>de</strong><br />

ese contexto con el profesorado y viceversa.<br />

126


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Pero sin duda la primera iniciativa, y también la que pue<strong>de</strong> resultar más<br />

productiva hacia la búsqueda <strong>de</strong> calidad en la enseñanza, es el reconocimiento<br />

social <strong>de</strong> la labor <strong>de</strong> los profesores (Cfr. Esteve, 2003, 230).<br />

El punto final <strong>de</strong> esta primera parte teórica ya lo escribieron S. Cox y R.<br />

Heames (2000) al concluir su obra con esta sentencia:<br />

Para que las personas puedan ser felices en su trabajo, hacen falta tres<br />

cosas: <strong>de</strong>ben estar dotadas para él; no han <strong>de</strong> ejercerlo en exceso; y<br />

tienen que sentir que lo <strong>de</strong>sempeñan con éxito (p.146).<br />

127


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

2.1 LA IMAGEN SOCIAL DEL ALUMNADO<br />

2. LA CONSIDERACIÓN<br />

SOCIAL DE LOS ALUMNOS<br />

Todos ven lo que tú aparentas; pocos<br />

advierten lo que eres (Nicolás Maquiavelo,<br />

1469-1527).<br />

Los alumnos constituyen el objetivo último <strong>de</strong>l sistema educativo; ya<br />

que, en <strong>de</strong>finitiva, se trata <strong>de</strong> transmitir el saber, la cultura y los valores a las jóvenes<br />

generaciones. Por tanto, tan importante es la imagen <strong>de</strong>l alumno como la <strong>de</strong>l<br />

profesor, a la hora <strong>de</strong> configurar la imagen social <strong>de</strong>l sistema educativo; porque (...)<br />

resulta obvia la estrecha vinculación que cabe adscribir a la representación<br />

profesor/alumno y su relación mutua (Esteban, 1986, 29). No obstante, la imagen<br />

social <strong>de</strong>l alumno ha sido poco analizada hasta ahora. Sin embargo, sí encontramos<br />

multitud <strong>de</strong> estudios sobre las distintas facetas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l alumno,<br />

fundamentalmente porque:<br />

Tanto las teorías <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo cognitivo como las teorías <strong>de</strong>l<br />

aprendizaje social hacen hincapié en la actividad <strong>de</strong>l sujeto en la<br />

construcción <strong>de</strong> su personalidad. En este sentido, serán las prácticas<br />

educativas activas las que favorezcan al máximo el <strong>de</strong>sarrollo social<br />

(Van<strong>de</strong>nplas-Holper, 1982, 206).<br />

128


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Esto supone la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l paradigma proceso-mediacional, que<br />

concentra las explicaciones y las investigaciones <strong>de</strong> la enseñanza en <strong>de</strong>scubrir la<br />

cognición <strong>de</strong>l alumno (Pérez Gómez, 1983, Martínez Rodríguez, 1992). A través <strong>de</strong><br />

este paradigma se llegan a sentencias <strong>de</strong> este tipo:<br />

Es incuestionable, y así lo <strong>de</strong>muestra la práctica docente eficaz, que<br />

tanto la planificación <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> aprendizaje, como su orientación y<br />

evaluación <strong>de</strong>ben partir <strong>de</strong> las características intelectuales y afectivas<br />

<strong>de</strong>l alumno en cada uno <strong>de</strong> los estadios por los que atraviesa su<br />

<strong>de</strong>sarrollo (Gómez Dacal, 1992, 143).<br />

Entre los primeros estudios sobre la figura <strong>de</strong>l alumno encontramos el<br />

realizado por P.M. Iákobson (1968) que se ciñe al <strong>de</strong>sarrollo emocional y parte <strong>de</strong><br />

esta premisa:<br />

Los rasgos concretos <strong>de</strong> la vida emocional <strong>de</strong> los escolares <strong>de</strong> distintas<br />

eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ben dar a conocer al educador lo más característico <strong>de</strong>l<br />

alumno (...). Al mismo tiempo, el análisis <strong>de</strong> las particularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

vida emocional, propias <strong>de</strong> cada período en la evolución <strong>de</strong>l alumno,<br />

nos presenta el panorama <strong>de</strong> los cambios propios <strong>de</strong> la esfera<br />

emocional <strong>de</strong>l alumno durante todos los años que permanece en la<br />

escuela (p.93).<br />

De las conclusiones <strong>de</strong> este estudio <strong>de</strong>stacamos las siguientes:<br />

- hasta los tres años <strong>de</strong> edad las emociones <strong>de</strong>l alumno van unidas a<br />

la satisfacción o insatisfacción <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s vitales, y al<br />

mecanismo <strong>de</strong> la imitación,<br />

- a partir <strong>de</strong> los cuatro años surgen actitu<strong>de</strong>s hacia todo lo que se<br />

encuentra a su alre<strong>de</strong>dor,<br />

- <strong>de</strong> los siete a los doce años <strong>de</strong> edad el alumno apren<strong>de</strong> a<br />

dominarse, establece importantes vínculos sociales, se ve sometido<br />

a nuevas exigencias hacia su comportamiento, empieza a ser más<br />

reservado en la expresión <strong>de</strong> sus emociones, se experimenta un<br />

129


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

fuerte <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la comprensión, la empatía y la<br />

impresionabilidad,<br />

- y en la adolescencia el alumno experimenta gran<strong>de</strong>s cambios en la<br />

estructura y actividad vital <strong>de</strong> su organismo, vive una brusca<br />

expansión <strong>de</strong> las fuerzas vitales, al tiempo que una alteración <strong>de</strong>l<br />

equilibrio; surgen nuevos vínculos, nuevas actitu<strong>de</strong>s hacia<br />

fenómenos sociales y nuevas exigencias relacionadas con sus<br />

conocimientos, hábitos, juicios y valoraciones, provocando una<br />

inseguridad interior que llega a transformarse en hostilidad respecto<br />

<strong>de</strong> los adultos (Ibíd., 96 y ss.).<br />

Otro trabajo sobre la figura <strong>de</strong>l alumno, <strong>de</strong>sarrollado por C.S. Brembeck<br />

(1975), se basa en el análisis <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> socialización que experimentan, entre<br />

sus premisas <strong>de</strong>stacan:<br />

- que los alumnos menores <strong>de</strong> tres años no tienen interés por<br />

<strong>de</strong>sarrollar relaciones significativas fuera <strong>de</strong> su entorno familiar,<br />

- que entre los tres y los cinco años <strong>de</strong> edad empiezan a asociarse<br />

con otros alumnos,<br />

- que los alumnos <strong>de</strong> cinco a doce años establecen relaciones<br />

sociales más amplias y muestran <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> compartir su experiencia,<br />

- y que los alumnos adolescentes se tornan in<strong>de</strong>pendientes con<br />

respecto a los adultos pero controlados por el grupo <strong>de</strong> iguales<br />

(pp.54 y ss.).<br />

También es importante mencionar el estudio <strong>de</strong> Ph. Gammage (1975)<br />

sobre los aspectos socio-psicológicos <strong>de</strong>l alumno. Entre las conclusiones que aporta<br />

el autor están las que siguen:<br />

- los alumnos más jóvenes son vulnerables a la distracción inmediata<br />

pero muy conscientes <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s físicas,<br />

- entre los cinco y los siete años <strong>de</strong> edad, el alumno empieza a<br />

manifestar una creciente autoafirmación y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> dominar el<br />

ambiente,<br />

130


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- <strong>de</strong> los siete a los doce años el alumno comienza a <strong>de</strong>sarrollar el<br />

pensamiento lógico y el abstracto, y va perfilándose el carácter,<br />

- el alumno adolescente a través <strong>de</strong> la interacción social va<br />

adquiriendo su i<strong>de</strong>ntidad personal, a<strong>de</strong>más el <strong>de</strong>sarrollo intelectual<br />

va perfeccionando el pensamiento reflexivo (pp.104 y ss.).<br />

En líneas generales, estos estudios entre otros muchos, vienen a<br />

confirmar las teorías <strong>de</strong> J. Piaget (1972) sobre los procesos mentales y las<br />

características afectivas propias <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los períodos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> un<br />

individuo. Así resumimos las principales i<strong>de</strong>as piagetianas: Hasta los dos años y<br />

medio el pensamiento se caracteriza por una inteligencia sensomotora, la afectividad<br />

es instintiva y egocéntrica, la conducta va ligada a la coordinación y la percepción,<br />

se apren<strong>de</strong> a reconocer lo agradable, la satisfacción y la tensión, pero la reflexión<br />

permanece ausente. De los dos y medio a los siete años hay un pensamiento<br />

objetivo simbólico sin percibir relaciones, y el juicio moral no es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l<br />

criterio <strong>de</strong>l adulto. De los siete hasta los trece años <strong>de</strong> edad el alumno tiene un<br />

pensamiento lógico-concreto, <strong>de</strong>sarrolla el juicio moral in<strong>de</strong>pendiente, las relaciones<br />

recíprocas, el respeto por las reglas y la conciencia <strong>de</strong> pertenencia a una<br />

comunidad, también aparece la voluntad y capacidad <strong>de</strong> orientar la conducta hacia<br />

metas prefijadas. Y, <strong>de</strong> los trece a los dieciséis, el pensamiento es lógico-formal por<br />

lo que se es capaz <strong>de</strong> razonar sin apoyo en lo concreto sino con el lenguaje y otros<br />

símbolos, en el campo afectivo se <strong>de</strong>sarrolla la conciencia <strong>de</strong>l Yo y <strong>de</strong> la propia<br />

interioridad, crece la exigencia <strong>de</strong> ajuste entre pensamiento y realidad, se establece<br />

la propia escala <strong>de</strong> valores que refleja la moral <strong>de</strong> su ambiente.<br />

Así pues, a pesar <strong>de</strong> que muchos estudios reflejan que la edad <strong>de</strong>l<br />

alumno supone unos rasgos afectivos e intelectuales <strong>de</strong>terminados y, por<br />

consiguiente, <strong>de</strong>be ser un referente insoslayable para la organización y articulación<br />

<strong>de</strong>l proceso educativo,<br />

(...) en ningún caso <strong>de</strong>be ser una norma que tenga que ser seguida <strong>de</strong><br />

forma mecánica, ni una variable cuya influencia sea inexorable para lo<br />

que haya <strong>de</strong> ser en cada momento <strong>de</strong> su vida el hombre, y, en las<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

sucesivas etapas <strong>de</strong> su curso formativo, el alumno (Gómez Dacal,<br />

1992, 140).<br />

En concreto, esta premisa fundamental que realza la figura <strong>de</strong>l alumno,<br />

es la que aña<strong>de</strong> importancia al análisis <strong>de</strong> la imagen social <strong>de</strong>l alumnado, que<br />

irremediablemente lleva implícita una imagen <strong>de</strong>l proceso educativo según cómo<br />

éste se ajuste a la figura <strong>de</strong>l alumno.<br />

A este respecto, los medios <strong>de</strong> comunicación social, a veces <strong>de</strong> forma<br />

intencional y otras no, al igual que van formando en la comunidad una imagen<br />

<strong>de</strong>terminada <strong>de</strong>l profesor, también lo hacen con la imagen <strong>de</strong>l alumno. En las<br />

temáticas tratadas y en el enfoque que les dan a éstas, van reflejando ese perfil <strong>de</strong><br />

alumno que se preten<strong>de</strong> transmitir.<br />

A lo largo <strong>de</strong> los años, el alumno se ha consi<strong>de</strong>rado un sujeto inocente<br />

y débil frente al resto <strong>de</strong> los agentes que intervienen en el proceso educativo (ver<br />

Figura 2.1); por ello, frecuentemente ha sido consi<strong>de</strong>rado víctima <strong>de</strong> los errores <strong>de</strong><br />

políticos y profesores. Este cuidado y especial protección siempre se ha justificado<br />

por su condición <strong>de</strong> minoría <strong>de</strong> edad, que por otra parte también les supone<br />

obediencia y respeto a los adultos. Es <strong>de</strong>cir, la posición <strong>de</strong> la sociedad ante el<br />

alumnado se ha situado en un punto intermedio bastante in<strong>de</strong>finido, entre el <strong>de</strong>recho<br />

a ser protegido <strong>de</strong> los abusos, y el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> someterse a la autoridad <strong>de</strong> los<br />

mayores.<br />

A<strong>de</strong>más, tradicionalmente se ha consi<strong>de</strong>rado que el alumno es un ser<br />

completo al cuál el hecho educativo no aporta nada, porque su tarea es<br />

perfeccionarlo, sin que esta optimización <strong>de</strong>l sujeto implique una serie <strong>de</strong> resultados<br />

exteriores (Cfr. Elton, 1982, 64). De esta manera, no se concedía mucha importancia<br />

a la función <strong>de</strong>l alumnado en el proceso educativo, mientras que se realzaba la tarea<br />

<strong>de</strong>l profesor capaz <strong>de</strong> alcanzar en sus alumnos el estado <strong>de</strong> perfección que les<br />

conviene.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.1: El alumno como un sujeto débil e inocente.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.2: El sistema trata <strong>de</strong> forma privilegiada al alumnado.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En las últimas décadas se ha producido un vuelco <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en los<br />

centros <strong>de</strong> enseñanza, que ha re<strong>de</strong>finido al alumno como protagonista por<br />

excelencia y personaje altamente privilegiado y po<strong>de</strong>roso en el ámbito educativo (ver<br />

Figura 2.2). Ya han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rados “criaturas” a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r por encima <strong>de</strong><br />

todo y <strong>de</strong> todos, e incluso se les está empezando a dibujar cierto grado <strong>de</strong><br />

culpabilidad en muchas cuestiones. Este cambio en la dirección <strong>de</strong> las ór<strong>de</strong>nes,<br />

evaluaciones y sermones, ha tenido lugar primordialmente porque al preten<strong>de</strong>r evitar<br />

los abusos que alumnos <strong>de</strong> otras épocas han sufrido, se ha pasado en la mayoría <strong>de</strong><br />

las ocasiones al extremo <strong>de</strong> <strong>de</strong>svalorizar la autoridad <strong>de</strong>l profesor poniendo casi<br />

siempre por encima, las liberta<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los alumnos. Estas liberta<strong>de</strong>s sin<br />

apenas control, han hecho que los alumnos lleguen en esos casos a dominar y<br />

manejar el proceso educativo a su gusto, con o sin razones justificadas.<br />

Pero por encima <strong>de</strong> todo está el <strong>de</strong>recho a la educación proclamado en<br />

la Constitución Española (31/10/1978), que a los alumnos se les traduce en<br />

obligación, y que dice así:<br />

“ Los po<strong>de</strong>res públicos garantizan el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> todos a la educación,<br />

mediante una programación general <strong>de</strong> la enseñanza, con participación<br />

efectiva <strong>de</strong> todos los sectores afectados y la creación <strong>de</strong> centros<br />

docentes.” (Artículo.27.5)<br />

Cuando ese Artículo menciona la “participación efectiva” se refiere a<br />

que el alumnado, como sector afectado, están en cierta manera forzado a emplearse<br />

en su educación. El ciudadano no es, por tanto, sólo un sujeto receptor <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos,<br />

es también actor, sujeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>beres (Ortega y Mínguez, 2001, 29). No obstante, es<br />

preciso matizar que,<br />

Los Centros no son instrumentos <strong>de</strong> igualación, sino ámbitos don<strong>de</strong><br />

todos los alumnos y alumnas tienen las mismas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

progresar, según sus características personales y sociales, y <strong>de</strong> recibir<br />

una educación <strong>de</strong> calidad que les permita incorporarse a la sociedad<br />

con plenos <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres (Wang, 1995, 9).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Las leyes educativas se encargan <strong>de</strong> precisar la edad <strong>de</strong>l alumnado y<br />

las finalida<strong>de</strong>s en cada uno <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong> enseñanza existentes, basándose en<br />

las teorías antes mencionadas. Así encontramos en la Ley <strong>de</strong> Calidad <strong>de</strong> la<br />

Enseñanza (23-12-2002) –LOCE-, que la Educación Preescolar está dirigida a niños<br />

hasta los tres años <strong>de</strong> edad y que en ella:<br />

“(...) se aten<strong>de</strong>rá al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l movimiento, al control corporal, a las<br />

primeras manifestaciones <strong>de</strong> la comunicación y <strong>de</strong>l lenguaje, a las<br />

pautas elementales <strong>de</strong> convivencia y relación social y al <strong>de</strong>scubrimiento<br />

<strong>de</strong>l entorno inmediato.” (Artículo.10.5)<br />

cuya finalidad es:<br />

De los tres a los seis años <strong>de</strong> edad se cursará la Educación Infantil,<br />

“(...) el <strong>de</strong>sarrollo físico, intelectual, afectivo, social y moral <strong>de</strong> los niños.<br />

Los centros escolares cooperarán estrechamente con los padres<br />

ayudándoles a ejercer su responsabilidad fundamental en la educación<br />

<strong>de</strong> sus hijos.” (Artículo.12.1)<br />

Sobre la Educación Primaria, la LOCE especifica que constará <strong>de</strong> seis<br />

cursos, que ordinariamente se realizarán <strong>de</strong> los seis a los doce años <strong>de</strong> edad, y que<br />

la finalidad es:<br />

“(...) facilitar a los alumnos los aprendizajes <strong>de</strong> la expresión y<br />

comprensión oral, la lectura, la escritura, el cálculo, la adquisición <strong>de</strong><br />

nociones básicas <strong>de</strong> la cultura, y el hábito <strong>de</strong> convivencia así como los<br />

<strong>de</strong> estudio y trabajo, con el fin <strong>de</strong> garantizar una formación integral que<br />

contribuya al pleno <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la personalidad <strong>de</strong> los alumnos y <strong>de</strong><br />

prepararlos para cursar con aprovechamiento la Educación Secundaria<br />

Obligatoria.” (Artículo.15.1)<br />

En referencia a la Educación Secundaria distingue los cuatro cursos <strong>de</strong><br />

la etapa Obligatoria –ESO- que ocupa <strong>de</strong> los trece a los dieciséis años, <strong>de</strong> los dos<br />

cursos siguientes que compren<strong>de</strong> el Bachillerato. Señalando que la finalidad <strong>de</strong> la<br />

ESO es:<br />

136


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong>l Bachillerato es:<br />

“(...) transmitir a los alumnos los elementos básicos <strong>de</strong> la cultura,<br />

especialmente en sus aspectos científico, tecnológico y humanístico;<br />

afianzar en ellos hábitos <strong>de</strong> estudio y trabajo que favorezcan el<br />

aprendizaje autónomo y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> sus capacida<strong>de</strong>s; formarlos<br />

para que asuman sus <strong>de</strong>beres y ejerzan sus <strong>de</strong>rechos y prepararlos<br />

para su incorporación a estudios posteriores y para su inserción<br />

laboral.” (Artículo.22.1)<br />

Mientras que la finalidad básica <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> las tres modalida<strong>de</strong>s<br />

“ (...) proporcionar a los alumnos una educación y formación integral,<br />

intelectual y humana, así como los conocimientos y habilida<strong>de</strong>s que les<br />

permitan <strong>de</strong>sempeñar sus funciones sociales y laborales con<br />

responsabilida<strong>de</strong>s y competencia. Asimismo, los capacitará para<br />

acce<strong>de</strong>r a la Formación Profesional <strong>de</strong> grado superior y a los estudios<br />

universitarios.” (Artículo.34.1)<br />

Para analizar los objetivos que se les plantean a los alumnos <strong>de</strong> otros<br />

niveles, hay que ceñirse al articulado <strong>de</strong> otras leyes. La Ley Orgánica <strong>de</strong><br />

Cualificaciones y <strong>de</strong> la Formación Profesional (20/6/2002) para el caso <strong>de</strong> los ciclos<br />

formativos <strong>de</strong> grado medio y superior, que especifica como finalidad relacionar la<br />

formación <strong>de</strong> sus alumnos con el empleo, informarlos, orientarlos y facilitar la<br />

movilidad <strong>de</strong> éstos por la Unión Europea. Y, para el alumnado universitario, la Ley<br />

Orgánica 12/2001 <strong>de</strong> <strong>Universidad</strong>es –LOU- afirma que el estudio, la elección, la<br />

igualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s y no-discriminación, la orientación e información, el<br />

asesoramiento, la libertad <strong>de</strong> expresión y la evaluación son <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> estos<br />

estudiantes.<br />

Así observamos que en las leyes educativas vigentes se <strong>de</strong>muestra<br />

preocupación por la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los alumnos <strong>de</strong> los distintos escalones que<br />

establece nuestro sistema educativo, pero con ciertas matizaciones en función <strong>de</strong>l<br />

nivel, matizaciones que, por supuesto, contribuyen a forjar una imagen social distinta<br />

<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos. En particular, las leyes se preocupan especialmente por:<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- el cuidado <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> preescolar,<br />

- la socialización <strong>de</strong> los alumnos <strong>de</strong> infantil,<br />

- la formación integral en la primaria,<br />

- la preparación intelectual y laboral en la ESO,<br />

- la educación intelectual, humana y propedéutica <strong>de</strong> los alumnos <strong>de</strong><br />

bachillerato,<br />

- la ocupación laboral en los ciclos formativos, y<br />

- la justicia y superación <strong>de</strong> los estudios por parte <strong>de</strong> los<br />

universitarios.<br />

Así pues, sí es cierto que la imagen social <strong>de</strong>l alumno, más que por la<br />

edad, varía sustancialmente en función <strong>de</strong>l nivel educativo que esté cursando;<br />

porque, aunque edad y curso son dos variables directamente relacionadas,<br />

socialmente la imagen <strong>de</strong>l alumno adquiere rasgos diferenciadores por la etapa<br />

educativa en que se encuentra. De esta forma, un alumno <strong>de</strong> educación preescolar e<br />

infantil queda casi exento <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s, porque sobre ellos no recae ni<br />

siquiera la exigencia <strong>de</strong> la asistencia diaria y puntual al centro. El alumno <strong>de</strong> primaria<br />

ya comienza a tener más <strong>de</strong>beres, aunque son muy respaldados por su minoría <strong>de</strong><br />

edad y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> sus progenitores. El alumnado <strong>de</strong> educación secundaria,<br />

tanto obligatoria como post-obligatoria, es el que más <strong>de</strong>sprestigiado tiene su<br />

imagen social, porque se les suele clasificar <strong>de</strong> sujetos rebel<strong>de</strong>s con la autoridad,<br />

<strong>de</strong>sinteresados por el proceso educativo, indisciplinados e incluso, en ocasiones,<br />

hasta agresivos. Y, en el nivel <strong>de</strong> enseñanza más alto <strong>de</strong> nuestro sistema reglado<br />

están los universitarios, que conservan en cierta forma su imagen elitista y po<strong>de</strong>rosa,<br />

que les ha hecho merecedores <strong>de</strong> ser escuchados, respetados y tenidos en cuenta.<br />

Por otro lado, cuando un medio <strong>de</strong> comunicación lanza alguna<br />

información referente al alumnado, sea <strong>de</strong>l nivel educativo que sea, por lo general<br />

ésta suele tratar hechos o circunstancias muy puntuales. En particular, hoy día<br />

existen fundamentalmente tres problemas referentes al alumnado que acaparan la<br />

gran mayoría <strong>de</strong> las informaciones que recibimos, éstos son la indisciplina, la<br />

violencia y el fracaso escolar. A<strong>de</strong>más, con respecto a las interrelaciones que los<br />

alumnos establecen en su vida social, interesa las que protagonizan con sus propias<br />

138


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.3: Rechazo <strong>de</strong>l alumnado a <strong>de</strong>terminadas políticas educativas.<br />

139


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

familias, las que se <strong>de</strong>sarrollan con el centro <strong>de</strong> enseñanza en sí, y la aceptación o<br />

rechazo que <strong>de</strong>muestran hacia las políticas educativas <strong>de</strong>l momento o las<br />

modificaciones <strong>de</strong> éstas (ver Figura 2.3).<br />

En conclusión, es importante estudiar esos problemas e interrelaciones<br />

<strong>de</strong>l alumnado en los que se acostumbra a concentrar la mayoría <strong>de</strong> las<br />

informaciones que transmiten los medios <strong>de</strong> comunicación social y, por consiguiente,<br />

en torno a los que se forman las opiniones <strong>de</strong> la comunidad sobre una figura tan<br />

relevante como es la <strong>de</strong>l alumno.<br />

2.2. PROBLEMAS DE LOS ALUMNOS<br />

2.2.1. LA INDISCIPLINA<br />

Hoy día, la disciplina en el centro educativo es una <strong>de</strong> las cuestiones<br />

que más suele preocupar a profesores, padres, directivos, políticos y, en algunas<br />

ocasiones, incluso a los propios alumnos, agentes directos <strong>de</strong> su aplicación (ver<br />

Figura 2.4). En ocasiones, se culpa al sistema que está dando cabida a un número<br />

creciente <strong>de</strong> acciones <strong>de</strong> indisciplina, sin llegar al análisis <strong>de</strong> que en el centro<br />

educativo la mayoría <strong>de</strong> las actuaciones que reproducen los alumnos las captan <strong>de</strong>l<br />

entorno; por tanto, esas actuaciones suelen ser un reflejo <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo social que se<br />

les está transmitiendo (Cfr. Casamayor, 1989, 16). Por ello, D. Fontana (1989) repite<br />

varias veces en su libro, la importancia <strong>de</strong> que el profesor analice a fondo las<br />

situaciones <strong>de</strong> indisciplina y sus causas, para así compren<strong>de</strong>r su naturaleza y<br />

encontrar la resolución más satisfactoria.<br />

En general, al alumno se le exige que cumpla con los requisitos <strong>de</strong>l<br />

currículum oficial, que en ocasiones producen problemas <strong>de</strong> fracaso escolar -que<br />

trataremos en otro apartado-, y también con los requisitos <strong>de</strong> un currículum informal,<br />

no explícito, que comporta una serie <strong>de</strong> reglas <strong>de</strong> disciplina y comportamiento que el<br />

alumno irá aprehendiendo con el paso <strong>de</strong> sus años <strong>de</strong> escolarización (Cfr. Fuéguel,<br />

2000, 84). Y es precisamente en este sentido don<strong>de</strong> la disciplina adquiere carácter<br />

140


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.4: La sociedad <strong>de</strong>manda más disciplina escolar.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

instrumental, en tanto que <strong>de</strong>ben existir limitaciones para que los alumnos<br />

encuentren su propia orientación y <strong>de</strong>scubran los valores humanos, como objetivo<br />

prioritario <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje (Esteve, 1977; Plaza Del Río,<br />

1996).<br />

El primer problema que se plantea en torno a esta cuestión, es la<br />

diversidad <strong>de</strong> connotaciones que implica la expresión “disciplina escolar”, que pue<strong>de</strong><br />

llegar a dividir al profesorado <strong>de</strong> un centro. En este sentido, se plantea la necesidad<br />

<strong>de</strong> mejorar la comunicación entre ellos y fomentar las discusiones sobre el tema, con<br />

ello se alcanzará un consenso sobre qué acciones se van a consi<strong>de</strong>rar faltas <strong>de</strong><br />

disciplina y cuáles no, pero seguramente se establecerá un acuerdo bastante amplio<br />

sobre los factores que intervienen en la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> indisciplina y el plan <strong>de</strong><br />

trabajo a seguir. Entre esos factores que <strong>de</strong>terminan la condición <strong>de</strong> indisciplina,<br />

<strong>de</strong>stacan: el momento en que tenga lugar la acción, el lugar, las personas ante las<br />

que se realice la acción, las características personales <strong>de</strong>l alumno y quién sea el<br />

alumno afectado (Cfr. Wagner y Watkins, 1991, 18 y ss.).<br />

Por consiguiente, para hablar <strong>de</strong> problemas <strong>de</strong> disciplina, <strong>de</strong>bemos<br />

partir <strong>de</strong> una <strong>de</strong>finición amplia pero bien clarificadora, y así evitar graves confusiones<br />

<strong>de</strong> concepto. Así enten<strong>de</strong>remos por disciplina el conjunto <strong>de</strong> estrategias y normas<br />

establecidas para el mantenimiento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y la creación <strong>de</strong> hábitos que faciliten la<br />

socialización (Gotzens, 1986; Plaza <strong>de</strong>l Río, 1996; Ortega Ruiz, 1999).<br />

Siguiendo los estudios que J.M. Esteve (1977) ha realizado sobre el<br />

tema, es preciso distinguir dos tipos <strong>de</strong> disciplina, interna y externa, según sea por<br />

un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> valores propio y elegido libremente o por una reglamentación social<br />

in<strong>de</strong>pendiente a la voluntad individual <strong>de</strong> los hombres; para la disciplina interna<br />

suele emplearse el término autodisciplina, <strong>de</strong>jándose la <strong>de</strong>nominación disciplina para<br />

las ocasiones en que es externa (pp.64 y ss.). Así pues, el régimen disciplinario que<br />

se establezca está fuertemente vinculado a la enseñanza <strong>de</strong> valores, porque (...) no<br />

se pue<strong>de</strong>n enseñar los valores sin referentes experienciales <strong>de</strong> los mismos (Mínguez<br />

y Ortega, 2001, 33), y la disciplina implica la asimilación y vivencia <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong><br />

valores.<br />

142


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En esta misma línea, se consi<strong>de</strong>ra un problema <strong>de</strong> disciplina: una<br />

situación o hecho en que las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l grupo o <strong>de</strong> la autoridad están en<br />

conflicto con las <strong>de</strong>l individuo que forma parte <strong>de</strong>l grupo (Curwin y Mendler, 1983,<br />

19). Según esta <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l problema disciplinario, será prioritario analizar cuáles<br />

son esas necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alumno, que provocan el conflicto. Resumiendo las<br />

opiniones <strong>de</strong> varios grupos <strong>de</strong> alumnos, sus necesida<strong>de</strong>s son: la aprobación <strong>de</strong> los<br />

compañeros y <strong>de</strong>l profesor, obtener éxito académico y social, gozar <strong>de</strong> popularidad,<br />

participar, vivir un ambiente <strong>de</strong> justicia, sentir dignidad, sentir pertenencia con<br />

respecto al centro educativo, que exista una relación positiva escuela-casa, contar<br />

con el apoyo <strong>de</strong>l centro, y adquirir habilida<strong>de</strong>s y conocimientos. Todas estas<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alumnado bien pue<strong>de</strong>n clasificarse en cuatro categorías o conjuntos<br />

<strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s: i<strong>de</strong>ntidad, relaciones, po<strong>de</strong>r y rendimiento. Las distintas<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> estas categorías pue<strong>de</strong>n entrar en conflicto entre sí, provocando<br />

nuevos problemas <strong>de</strong> disciplina (Ibíd., 23 y ss.).<br />

Por otra parte, es preciso matizar que la disciplina educativa no<br />

consiste en la articulación <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> castigos a ejecutar cuando un alumno<br />

se extralimita, sino que supone el establecimiento <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n que se<br />

impone con mo<strong>de</strong>ración y justicia. A<strong>de</strong>más, el sistema disciplinario <strong>de</strong>be ajustarse a<br />

las características propias <strong>de</strong> la edad evolutiva <strong>de</strong>l alumno; así pues, el profesor<br />

<strong>de</strong>be empezar por compren<strong>de</strong>r al alumno antes <strong>de</strong> exigirle nada (Esteve, 1977, 213<br />

y ss.).<br />

Por consiguiente, la indisciplina pue<strong>de</strong> nacer por un enfrentamiento <strong>de</strong>l<br />

alumno con el grupo, con el profesor, con el equipo directivo, o incluso consigo<br />

mismo. Sobre el tema <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alumno, P. Morales (1998) distingue<br />

entre las necesida<strong>de</strong>s psicológicas y la necesidad <strong>de</strong> aprobar, si las primeras son<br />

satisfechas la motivación <strong>de</strong>l alumno aumentará y será más fácil que logre satisfacer<br />

la segunda necesidad (p.38).<br />

Siguiendo esta misma línea, C. Gotzens (1986) enmarca los conflictos<br />

disciplinarios que se viven en el ámbito educativo, en tres categorías: absentismo<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.5: El absentismo <strong>de</strong>l alumnado.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.6: Relaciones negativas entre alumnos.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

(ver Figura 2.5), relaciones negativas entre compañeros (ver Figura 2.6) y relaciones<br />

negativas entre alumnos y educadores.<br />

En opinión <strong>de</strong> M.A. Santos Guerra (1989), la disciplina sobre el alumno<br />

se ejerce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tres niveles secuenciados <strong>de</strong> mayor a menor ámbito y <strong>de</strong> menor a<br />

mayor presión. Estos niveles están bastante interrelacionados, pero no se<br />

complementan necesariamente. En primer lugar está el “nivel macroestructural” que<br />

se refiere a la influencia <strong>de</strong>l sistema educativo en general sobre los alumnos. En<br />

segundo lugar encontramos el “nivel mesoestructural” que incluye las peculiarida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> cada centro <strong>de</strong> enseñanza. Y, el tercer lugar lo ocupa el “nivel microestructural”<br />

en el cuál se integran las pautas que se establecen en el aula.<br />

Centrándonos en el tercer nivel disciplinario, el que establece el<br />

profesor en su aula, subrayamos cómo, basándose en algunos trabajos sobre el<br />

tema y en su propia experiencia, P. Wagner y Ch. Watkins (1991) analizan los cinco<br />

tipos principales <strong>de</strong> explicaciones que dan los profesores a las acciones <strong>de</strong><br />

indisciplina, que son:<br />

- “Es que son así”, consi<strong>de</strong>rando la indisciplina como una<br />

característica <strong>de</strong> cierta tipología <strong>de</strong> alumnos.<br />

- “No son <strong>de</strong>masiado listos, no pue<strong>de</strong>n con el trabajo”, relacionando la<br />

indisciplina con el bajo rendimiento.<br />

- “Son sólo unos cuantos”, para darle carácter limitado a estas<br />

conductas.<br />

- “Es la edad”, como si no tuviera respuesta ni solución.<br />

- “Estamos en un barrio conflictivo”, situando la causa en la educación<br />

que se recibe en el vecindario (pp.22 y ss.).<br />

En esa misma línea <strong>de</strong> trabajo, un estudio realizado por el investigador<br />

americano R.B. Dierenfield (1982) 23 , analiza las explicaciones que los profesores <strong>de</strong><br />

escuelas <strong>de</strong> Inglaterra dan a los problemas <strong>de</strong> disciplina. Sobre una tabla <strong>de</strong> diez<br />

23<br />

Apud.: WAGNER, Patsy y WATKINS, Chris (1991) La disciplina escolar. Propuesta <strong>de</strong> trabajo en el marco<br />

global <strong>de</strong>l centro. Piadós, Barcelona, p.40.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ítems los porcentajes <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración como “causa muy importante” en sus<br />

respuestas fueron los siguientes:<br />

Consumo <strong>de</strong> drogas<br />

Rechazo <strong>de</strong>l profesor<br />

Baja autoestima<br />

Rechazo <strong>de</strong> la autoridad adulta<br />

Incapacidad para el trabajo <strong>de</strong> clase<br />

Inestabilidad psicológica o emocional <strong>de</strong>l alumno<br />

Desinterés general por la escuela<br />

Falta <strong>de</strong> interés por la asignatura<br />

Presiones <strong>de</strong> los compañeros<br />

Ambiente familiar <strong>de</strong>sfavorable<br />

4,9%<br />

12,7%<br />

13,7%<br />

20,8%<br />

21,9%<br />

29,4%<br />

30,5%<br />

30,7%<br />

35,6%<br />

49,6%<br />

Gráfico 2.1: Explicaciones que da el profesorado a los problemas <strong>de</strong><br />

indisciplina.<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar las opiniones están muy repartidas, excepto<br />

en el “Ambiente familiar” que es consi<strong>de</strong>rado como “causa muy importante” para<br />

explicar conductas <strong>de</strong> indisciplina casi por la mitad <strong>de</strong> los profesores consultados<br />

(ver Figura 2.7). También <strong>de</strong>staca el bajo porcentaje <strong>de</strong>l “Consumo <strong>de</strong> drogas” como<br />

“causa muy importante” <strong>de</strong> indisciplina, que permite rechazar la generalización <strong>de</strong><br />

este problema. A<strong>de</strong>más, en este estudio se concluye que los directores, familiares y<br />

compañeros <strong>de</strong> los alumnos indisciplinados, coinci<strong>de</strong>n en señalar la inestabilidad<br />

psicológica o emocional, como la causa principal para este tipo <strong>de</strong> comportamiento,<br />

mientras que los profesores sitúan esta causa en quinto lugar, consi<strong>de</strong>rando <strong>de</strong><br />

mayor relevancia otros aspectos.<br />

En cualquier caso, los profesores no <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rar conducta <strong>de</strong><br />

indisciplina aquella que simplemente resulte contraria a sus hábitos y creencias. Los<br />

prejuicios <strong>de</strong>l profesor pue<strong>de</strong>n provocar una calificación errónea <strong>de</strong> indisciplina y con<br />

ello confundir seriamente la forma <strong>de</strong> actuar <strong>de</strong>l alumno. No se pue<strong>de</strong> redactar una<br />

147


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.7: El ambiente familiar es una causa importante <strong>de</strong> los actos <strong>de</strong> indisciplina.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

lista <strong>de</strong> situaciones <strong>de</strong> indisciplina que sea válida para todos los contextos, en todos<br />

los tiempos y con todas las personas, pero sí se pue<strong>de</strong> afirmar que existen una serie<br />

<strong>de</strong> variables a tener en cuenta en esa <strong>de</strong>terminación. En primer lugar está la edad<br />

<strong>de</strong>l alumno, porque sus necesida<strong>de</strong>s y las expectativas puestas sobre él cambian,<br />

porque las relaciones entre ellos varían, porque aumenta la necesidad <strong>de</strong> prestigio<br />

ante los compañeros, porque se hacen más fuertes, porque se vuelven más críticos<br />

con los adultos e incluso los culpan <strong>de</strong> sus fracasos, y porque se van <strong>de</strong>sarrollando<br />

intelectualmente. En segundo lugar están las diferencias <strong>de</strong> género, que más bien<br />

respon<strong>de</strong>n a las expectativas sociales, así se espera más agresividad en los niños<br />

que en las niñas, y más emotividad y subordinación en las segundas. Una tercera<br />

variable a tener en cuenta en la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> conducta, son los factores<br />

socioeconómicos, porque los alumnos <strong>de</strong> inferior estatus suelen tener menor<br />

autoestima, porque las normas <strong>de</strong>l centro educativo no suele concordar con las <strong>de</strong><br />

sus hogares, porque los <strong>de</strong> estatus inferior tienen mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>l<br />

grupo <strong>de</strong> los alumnos “atrasados”, y porque el alumnado <strong>de</strong> estatus superior<br />

probablemente compren<strong>de</strong>rá mejor la <strong>de</strong>mora en la satisfacción <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos. Y, la<br />

última variable es el entorno cultural, por diferencias en los códigos éticos, en los<br />

ritos religiosos, por la rivalidad intercultural, por la diversidad ligüísticas y por las<br />

diferencias en el control <strong>de</strong> las emociones y en el establecimiento <strong>de</strong> las relaciones<br />

sociales (Cfr. Fontana, 1989, 18 y ss.). A gran<strong>de</strong>s rasgos se pue<strong>de</strong> afirmar que (...)<br />

la conducta que se consi<strong>de</strong>ra inaceptable en la escuela pue<strong>de</strong> tener dimensiones<br />

personales, institucionales y culturales (Wagner y Watkins, 1991, 46-47).<br />

No obstante, es por todos aceptado que: (...) una conducta inaceptable<br />

en clase no ha <strong>de</strong> juzgarse sólo como un problema <strong>de</strong>l alumno provocado por él<br />

mismo (...) Sin que esto implique una predisposición a excusar dicha conducta<br />

(Fontana, 1989, 35). Para las situaciones <strong>de</strong> indisciplina po<strong>de</strong>mos distinguir causas<br />

que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l alumno y causas que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l centro educativo o <strong>de</strong>l<br />

profesorado. Entre las que se <strong>de</strong>ben al propio alumno cabe <strong>de</strong>stacar: necesidad <strong>de</strong><br />

captar la atención, ausencia <strong>de</strong> éxitos, bajo autoconcepto, inadaptación personal,<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, capacidad <strong>de</strong> comprensión <strong>de</strong> su estadio <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo cognitivo, y factores emocionales y <strong>de</strong> personalidad. Y, entre las causas<br />

que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l centro educativo o <strong>de</strong>l profesorado, están: la organización y plan<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> estudios <strong>de</strong>l centro, sistema e influencia <strong>de</strong> los exámenes, conductas específicas<br />

<strong>de</strong>l profesor y su personalidad, la planificación <strong>de</strong> los horarios, la organización <strong>de</strong>l<br />

aula, el clima <strong>de</strong> la clase, y la presencia <strong>de</strong> profesores en periodo <strong>de</strong> prácticas (Cfr.<br />

Ibíd., 46 y ss.).<br />

Por otra parte, el mantenimiento <strong>de</strong> la disciplina en clase es un proceso<br />

ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> ciertos dualismos: el profesor <strong>de</strong>be actuar con firmeza o por el contrario<br />

<strong>de</strong>be ser flexible; es preciso estructurar los aprendizajes o hay que permitir la tarea<br />

autodirigida; es mejor potenciar la competitividad o fomentar el cooperativismo;<br />

resulta imprescindible el control <strong>de</strong>l profesor o la libre participación <strong>de</strong>l alumno (Cfr.<br />

Gotzens, 1986, 26-27). Con respecto al último aspecto es necesario matizar que<br />

para cualquier avance <strong>de</strong> innovación educativa es <strong>de</strong> suma importancia la<br />

participación en las relaciones <strong>de</strong>mocráticas, y no tener al alumno como “guardián<br />

<strong>de</strong>l sistema establecido”, puesto que su creatividad, necesida<strong>de</strong>s y diversidad <strong>de</strong>ben<br />

ser punto <strong>de</strong> referencia para organizar la tarea en función <strong>de</strong> sus intereses y dando<br />

cabida a su libertad para equivocarse y apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los errores (Esteve, 1977;<br />

Morales, 1998; Fuéguel, 2000). Así pues, se precisa un régimen <strong>de</strong> disciplina<br />

coherente con la participación y el <strong>de</strong>sarrollo creativo <strong>de</strong>l alumnado, que no fomente<br />

la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia sino que ayu<strong>de</strong> a la libre toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, sólo <strong>de</strong> esta manera se<br />

permitirá que el sistema educativo y los alumnos, evolucionen.<br />

De otra parte, son muchos los estudios que respaldan que la<br />

personalidad <strong>de</strong>l profesor es el factor más importante para controlar y corregir los<br />

problemas <strong>de</strong> disciplina (Wagner y Watkins, 1991). A este respecto, D. Fontana<br />

(1989) resume en cuatro apartados las principales cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l profesor que van a<br />

permitirle mantener la disciplina en la clase:<br />

1. La justicia y el sentido <strong>de</strong>l humor.<br />

2. La relajación, el autocontrol y la paciencia.<br />

3. Buena exposición y tiempo libre para los alumnos.<br />

4. Prevenir el buen control <strong>de</strong> la clase (pp.149-153).<br />

En opinión <strong>de</strong> G. Casamayor (1989), los principios <strong>de</strong> la disciplina son:<br />

150


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- que el alumno tenga previamente satisfechas sus necesida<strong>de</strong>s<br />

esenciales,<br />

- que el tipo <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong>termine que estilo <strong>de</strong> disciplina<br />

establecer,<br />

- que el estilo <strong>de</strong> disciplina también <strong>de</strong>be ser acor<strong>de</strong> al <strong>de</strong>sarrollo<br />

madurativo <strong>de</strong>l alumno,<br />

- que es necesario aten<strong>de</strong>r a la diversidad <strong>de</strong>l alumnado,<br />

- que el objetivo último es lograr a autodisciplina,<br />

- y, que la disciplina es un proceso cambiante que permite alcanzar<br />

los objetivos educativos (pp.23-24).<br />

Con respecto a la autodisciplina, C. Gotzens (1997) aña<strong>de</strong> que es un fin<br />

difícil <strong>de</strong> alcanzar, pero que su consi<strong>de</strong>ración hace que los profesores se sientan<br />

más cómodos y acepten <strong>de</strong>sarrollar medidas disciplinarias con sus alumnos (p.22).<br />

A<strong>de</strong>más,<br />

(...) la disciplina escolar se caracteriza por su carácter funcional e<br />

instrumental, en el sentido <strong>de</strong> que su presencia se justifica<br />

prioritariamente por su aportación al buen funcionamiento en el aula y<br />

al establecimiento <strong>de</strong> una dinámica positiva en la escuela en general<br />

(Ibíd., 23).<br />

En referencia a los medios a<strong>de</strong>cuados para mantener la disciplina entre<br />

el alumnado, sobresale <strong>de</strong> manera significativa la utilidad <strong>de</strong> la acción tutorial, tanto<br />

por sus aspectos constructivos y preventivos, como por su aportación creativa (Cfr.<br />

Wagner y Watkins, 1991, 173).<br />

Sobre las corrientes disciplinarias en el contexto educativo, F.S. Plaza<br />

Del Río (1996) las agrupa en cuatro tipologías: tipología disciplinaria tridimensional,<br />

tipología <strong>de</strong> carácter naturalista y ecológica, tipologías psicológicas, y otras<br />

tipologías. En su opinión el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> unas u otras <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l conocimiento,<br />

las creencias y los objetivos <strong>de</strong>l profesorado (pp.45 y ss.).<br />

151


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

La disciplina tridimensional 24 implica prevenir, actuar y resolver. De un<br />

lado: (...) la prevención intenta minimizar o prevenir para que los problemas en la<br />

clase no surjan (Curwin y Mendler, 1983, 29). En la dimensión preventiva se pue<strong>de</strong>n<br />

distinguir cinco etapas: aumentar la autoconciencia <strong>de</strong>l profesorado, aumentar el<br />

conocimiento <strong>de</strong>l alumnado, expresar los verda<strong>de</strong>ros sentimientos, <strong>de</strong>scubrir las<br />

posibles alternativas y establecer contratos sociales (Cfr. Plaza Del Río, 1996, 48).<br />

Por otra parte, la acción implica hacer un cumplir ese contrato social entre el grupo,<br />

realizando las consecuencias y viendo cómo funciona dicho contrato (Cfr. Ibíd., 153).<br />

Y, la dimensión resolución supone (...) establecer contratos individuales con<br />

alumnos, cuando el contrato social no funciona (Ibíd., 171). Con respecto a la<br />

primera dimensión, la dimensión preventiva, O. Spiel (1970) ya había hecho<br />

importantes avances mencionando diferentes métodos <strong>de</strong> aplicación, entre los que<br />

cabe <strong>de</strong>stacar “evitar la predisposición” (p.359), y posteriormente P. Wagner y Ch.<br />

Watkins (1991) profundizan en la “<strong>de</strong>tección precoz” (p.45).<br />

En segundo lugar, entre las tipologías disciplinarias <strong>de</strong> carácter<br />

naturalista y ecológico <strong>de</strong>staca la escuela sin disciplina <strong>de</strong> Summerhill 25 , cuyos<br />

elementos esenciales es la autodisciplina, la autogestión, las asambleas, la prioridad<br />

<strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l grupo, la optatibilidad y la libertad; también <strong>de</strong>staca el<br />

naturalismo que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que el proceso natural <strong>de</strong> aprendizaje se basa en el<br />

ensayo y error, es un constante tanteo experimental con total ausencia <strong>de</strong> castigos y<br />

represiones. Y los mo<strong>de</strong>los ecológicos según los cuáles diferentes fuerzas <strong>de</strong>l<br />

entorno actúan sobre el comportamiento <strong>de</strong>l alumno, <strong>de</strong> ahí la importancia <strong>de</strong><br />

examinar y controlar las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l contexto.<br />

En tercer lugar, están las tipologías disciplinarias psicológicas<br />

<strong>de</strong>stacando dos: el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> modificación <strong>de</strong> conducta y el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />

consecuencias lógicas y naturales. Según el primer mo<strong>de</strong>lo, el aprendizaje <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> las consecuencias <strong>de</strong> ciertos comportamientos, mientras que en el segundo<br />

mo<strong>de</strong>lo el profesor establece las consecuencias antes <strong>de</strong> que sean provocadas por<br />

el comportamiento <strong>de</strong>l alumnado.<br />

24 El enfoque <strong>de</strong> la Disciplina Tridimensional fue introducido en Curwin, R.L. y Mendler, A.N. (1983) La disciplina<br />

en clase. Guía para la organización <strong>de</strong> la escuela y el aula. Narcea, Madrid.<br />

25 Basada en la filosofía <strong>de</strong>: NELLY, A.S. (1975) Summerhill. Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, México.<br />

152


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Y, en último lugar, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong>nominado “otras tipologías<br />

disciplinarias en el ámbito educativo” se incluyen: el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> control estricto, el<br />

enfoque centrado en el cliente, el enfoque cognitivo, las estrategias disciplinarias<br />

familiar-escolar, los módulos <strong>de</strong> problema-escuela, el aislamiento como técnica <strong>de</strong><br />

intervención escolar, el mo<strong>de</strong>lo basado en el <strong>de</strong>sarrollo personal y social, el mo<strong>de</strong>lo<br />

psicodinámico, el mo<strong>de</strong>lo humanista, la clarificación <strong>de</strong> valores, y la investigaciónacción<br />

26 . A gran<strong>de</strong>s rasgos se pue<strong>de</strong> afirmar que,<br />

(...) Todos tienen un <strong>de</strong>nominador común: el simplificar el número <strong>de</strong><br />

comportamiento disruptivos en clase, en el centro educativo así como el<br />

disminuir el número <strong>de</strong> conflictos buscando la autoafirmación y la<br />

asimilación <strong>de</strong> una normativa indispensable para el buen<br />

funcionamiento <strong>de</strong> la dinámica escolar (Plaza Del Río, 1996, 71).<br />

Por último, añadir que hoy día están bastante censurados, <strong>de</strong> un lado<br />

los mecanismos <strong>de</strong> separación <strong>de</strong>l alumno indisciplinado (ver Figura 2.8), que no<br />

hacen sino centrar el problema sobre el propio sujeto, en lugar <strong>de</strong> trabajar sobre los<br />

factores contextuales; que, a<strong>de</strong>más, suele interpretarse como un tipo más <strong>de</strong> castigo<br />

escolar. A<strong>de</strong>más, según C. Gotzens (1997), el aislamiento refuerza la disposición <strong>de</strong>l<br />

alumno indisciplinado a restringir el contacto con sus compañeros. Y, <strong>de</strong> otro lado los<br />

castigos en general, pues se llevan a cabo sin profundizar en la comprensión <strong>de</strong>l<br />

contexto que provocó esa conducta indisciplinada, por lo que sólo sirven para<br />

reprimir esa conducta <strong>de</strong>terminada durante cierto período <strong>de</strong> tiempo, pero no<br />

enseñan nuevos comportamientos.<br />

No obstante, es cierto que muchos profesores no conciben la<br />

eliminación <strong>de</strong>l castigo en los centros <strong>de</strong> enseñanza, dada la creciente ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />

alumnado a <strong>de</strong>safiar todo tipo <strong>de</strong> autoridad, pero es preciso consi<strong>de</strong>rar los refuerzos<br />

positivos o recompensas ante comportamientos correctos, como alternativas al<br />

castigo que no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un ejemplo <strong>de</strong> agresividad. Teniendo en cuenta que<br />

pue<strong>de</strong>n existir casos en los<br />

26 Para profundizar Véase: GOTZENS, C. (1997) La disciplina escolar: Prevención e intervención en los<br />

problemas <strong>de</strong>l comportamiento escolar. ICE-Horsori, Barcelona, pp.35 y ss.<br />

153


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.8: Mecanismos <strong>de</strong> separación <strong>de</strong>l alumno.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

que sí se precise el uso <strong>de</strong>l castigo, hay que valorar estas apreciaciones: ha <strong>de</strong><br />

usarse <strong>de</strong> un modo muy selectivo y con todo tipo <strong>de</strong> precauciones, ha <strong>de</strong> ser<br />

inmediato, advertido y previsible, ha <strong>de</strong> consistir en quitar refuerzos y proporcionar<br />

un método claro para ganarlos <strong>de</strong> nuevo, se ha <strong>de</strong> tener en cuenta que se castiga el<br />

comportamiento no a la persona, por tanto no <strong>de</strong>be ser nunca un ataque personal<br />

sino la consecuencia <strong>de</strong> una respuesta inapropiada, <strong>de</strong>be dar a conocer lo que hay<br />

que evitar y cuáles son las consecuencias en caso <strong>de</strong> no hacerlo, <strong>de</strong>be indicar<br />

posibles alternativas al comportamiento castigado, y bajo ningún pretexto pue<strong>de</strong><br />

incluir maltratos ni físicos ni psicológicos (Plaza Del Río, 1996; Gotzens, 1997).<br />

2.2.2. LA VIOLENCIA<br />

En primer lugar es preciso matizar que la diferencia fundamental entre<br />

agresividad y violencia radica en que la agresividad pue<strong>de</strong> ser compartida y a través<br />

<strong>de</strong> la mediación pue<strong>de</strong> ser reducida su carga negativa; sin embargo, la violencia<br />

supone el abuso <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un sujeto sobre otro, una relación asimétrica en la que<br />

uno busca la <strong>de</strong>strucción o la eliminación <strong>de</strong>l otro (Ortega Ruiz, 1999; Esteve,<br />

Etxeberría y Jordán, 2001).<br />

Está bien justificada la preocupación social por la violencia escolar,<br />

porque las actuaciones <strong>de</strong> este tipo están aumentando en potencial y en gravedad<br />

(ver Figura 2.9). Aunque por lo general, no son muchos los alumnos que se ven<br />

afectados como víctimas y en ocasiones los que sí lo son tien<strong>de</strong>n a exagerar su<br />

gravedad (Cfr. Johnson y Johnson, 1999, 14). Así pues, es importante ser<br />

precavidos y no atribuir el calificativo “violento” a cualquier acto <strong>de</strong> indisciplina o<br />

grosería (Cfr. Esteve, Etxeberría y Jordán, 2001, 96).<br />

Las actuaciones violentas que <strong>de</strong>sarrollan los alumnos <strong>de</strong>ben<br />

analizarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio <strong>de</strong> multicausalidad que engloba: (...) características<br />

personales, familia, amigos, barrio o pueblo, escuela, grupo social... (Casamayor,<br />

1986, 42). En general, no po<strong>de</strong>mos señalar al agresor y a la víctima como los únicos<br />

elementos que<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.9: Gravedad <strong>de</strong> los índices <strong>de</strong> violencia escolar.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

intervienen, las actuaciones <strong>de</strong> violencia escolar no son fenómenos<br />

bidimiensionales, en los que sólo interviene un agresor o grupo <strong>de</strong> agresores, y una<br />

víctima o grupo <strong>de</strong> ellas (ver Figura 2.10); en este hecho están implicados también el<br />

resto <strong>de</strong> alumnos sean testigos o no, los adultos sean éstos familiares o profesores,<br />

y los administradores escolares <strong>de</strong>l propio centro, <strong>de</strong> la comunidad o políticos<br />

(Trianes, 2000; Fernán<strong>de</strong>z García, Funes y Villaoslada, 2002).<br />

Precisamente por esa multicausalidad <strong>de</strong> las conductas agresivas entre<br />

el alumnado, son muchos e importantes los investigadores que han trabajado sobre<br />

el tema, así D. Olweus (1993) 27 llegó a <strong>de</strong>finir un nuevo término el “comportamiento<br />

bullying”, siendo éste una conducta agresiva dirigida a hacer daño, repetitiva y que<br />

se produce por un <strong>de</strong>sequilibrio <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Bullying pue<strong>de</strong> traducirse por<br />

“intimidación”, y al ser un comportamiento cruel, injustificado y pernicioso, también<br />

como “agresión maligna”. Posteriormente, MªV. Trianes (2000) aña<strong>de</strong>:<br />

(...) se trata <strong>de</strong> agresiones injustificadas, en las que no hay provocación<br />

sustancial (...). El bullying es un comportamiento prolongado <strong>de</strong> insulto,<br />

rechazo social, intimidación y/o agresividad física <strong>de</strong> unos alumnos<br />

contra otros, que se convierten en víctimas <strong>de</strong> sus compañeros (pp.23-<br />

24).<br />

Hoy es posible establecer casi una i<strong>de</strong>ntificación total entre el “bullying”<br />

y “violencia escolar” (Cfr. Esteve, Etxeberría y Jordán, 2001, 84-85).<br />

El grupo <strong>de</strong> investigación que dirige F. Cerezo (2000) ha diseñado el<br />

Cuestionario Bull-S, que supone un útil instrumento para evaluar la agresividad entre<br />

alumnos, pero no enfocándose sólo hacia las figuras <strong>de</strong>l agresor y la víctima, sino<br />

teniendo en cuenta todos los elementos que integran el grupo-clase. Ese conjunto<br />

<strong>de</strong> influencias entre múltiples variables es lo que han <strong>de</strong>nominado dinámica bullying,<br />

que implica el análisis <strong>de</strong> las características socioafectivas <strong>de</strong>l grupo-clase y la<br />

percepción que tienen sus miembros <strong>de</strong> las relaciones interpersonales y <strong>de</strong> las<br />

agresiones entre iguales. Este cuestionario goza <strong>de</strong> bastante prestigio, su aplicación<br />

27 OLWEUS, D. (1993) Bullying at school: What know and what we can do. Blackwels, Oxford. (Trad. Cast.<br />

Conductas <strong>de</strong> acoso y amenazas entre escolares. Morata, Madrid, 1998).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.10: Agresores en el entorno escolar.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

es sencilla y para la elaboración <strong>de</strong> los resultados se cuenta con soporte informático.<br />

En resumen, lo que se preten<strong>de</strong> con herramientas <strong>de</strong> este estilo es la <strong>de</strong>tección,<br />

medida y valoración <strong>de</strong> las conductas violentas entre alumnos.<br />

En el “Informe sobre la Violencia Escolar” <strong>de</strong>l Defensor <strong>de</strong>l Pueblo 28 ,<br />

realizado con estudiantes <strong>de</strong> secundaria españoles en 1999 , se concluye que:<br />

- Las agresiones verbales son las más frecuentes con un 33%, frente<br />

a un 5% <strong>de</strong> agresiones físicas.<br />

- Los agresores suelen ser chicos, excepto en las agresiones verbales<br />

indirectas don<strong>de</strong> las protagonistas son chicas.<br />

- Los patios son los lugares más comunes <strong>de</strong> agresiones.<br />

- Se dan en todas las Comunida<strong>de</strong>s sin distinción por el tipo <strong>de</strong> centro.<br />

- Las víctimas suelen ser <strong>de</strong> los cursos inferiores, en especial don<strong>de</strong><br />

hay más repetidores.<br />

- Los agresores suelen ser <strong>de</strong>l mismo curso, excepto en las<br />

agresiones con armas que suelen ser <strong>de</strong> niveles superiores o ajenos al<br />

centro.<br />

- El resto <strong>de</strong> los alumnos actúan con pasividad o, en ocasiones,<br />

animando al agresor.<br />

- Las víctimas son alumnos con pocos amigos, que sienten miedo a<br />

diario, pero que no lo cuentan a nadie.<br />

Si comparamos con trabajos sobre violencia escolar realizados en otros<br />

países, encontramos conclusiones similares que reafirman las que acabamos <strong>de</strong><br />

mencionar. Así por ejemplo, <strong>de</strong> los estudios realizados en escuelas <strong>de</strong> Noruega, y<br />

dirigidos por D. Olweus (1998), po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que: los alumnos más jóvenes y<br />

débiles son quienes sufren más agresiones, la mayoría <strong>de</strong> las agresiones son obra<br />

<strong>de</strong>l alumnado <strong>de</strong> mayor edad, las chicas sufren más agresiones indirectas que<br />

ataques abiertos, y los chicos son víctimas y perpetradores <strong>de</strong> agresiones físicas con<br />

más asiduidad que las chicas (pp. 30 y ss.).<br />

28 Apud.: FERNÁNDEZ GARCÍA, Isabel; FUNES, Silvana y VILLAOSLADA, Emiliana (2002) Conflicto en el<br />

centro escolar. El mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> `Alumno Ayudante´ como estrategia <strong>de</strong> intervención educativa. Catarata, Madrid,<br />

pp.52-53.<br />

159


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Por otro lado, el contexto educativo, a veces, no es consciente <strong>de</strong> las<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los alumnos con problemas <strong>de</strong> violencia y les ofrece unos<br />

contenidos que no tienen interés para ellos, unas normas <strong>de</strong> convivencia impuestas<br />

y un <strong>de</strong>sarrollo se<strong>de</strong>ntario e intelectualista. Es <strong>de</strong>cir,<br />

La escuela refuerza así en este alumno problemático una sensación <strong>de</strong><br />

frustración, <strong>de</strong> fracaso, <strong>de</strong> animadversión, que todavía le aíslan más; en<br />

este contexto, su conducta agresiva, antisocial, es <strong>de</strong> mera<br />

supervivencia (Casamayor, 1989, 42).<br />

Con respecto al contexto educativo, <strong>de</strong> los estudios realizados por D.<br />

Olweus (1998) se <strong>de</strong>duce que existen tres factores muy relevantes <strong>de</strong>l mismo, que<br />

fomentan el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> conductas violentas. Estos factores son:<br />

- carencia <strong>de</strong> afecto o <strong>de</strong>dicación,<br />

- excesiva permisividad,<br />

- uso <strong>de</strong> castigos físicos y exabruptos emocionales violentos (pp.58-<br />

59).<br />

Existen varias creencias cuyo sentido no ha acabado <strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse<br />

claramente. Por ejemplo, que los problemas <strong>de</strong> violencia en el contexto educativo<br />

aumentan <strong>de</strong> forma proporcional al tamaño <strong>de</strong>l centro y <strong>de</strong>l aula, es <strong>de</strong>cir que las<br />

agresiones son más frecuentes en los centros y en las aulas gran<strong>de</strong>s, es una<br />

hipótesis que no ha sido corroborada en varios estudios, lo cual nos lleva a no<br />

consi<strong>de</strong>rarla como variable influyente. Otro tema en disputa es pensar que la<br />

rivalidad por las buenas calificaciones o que las frustraciones por fracaso escolar,<br />

son causas <strong>de</strong> las agresiones y amenazas entre el alumnado (Cfr. Ibíd., 41 y ss.).<br />

Esto no quiere <strong>de</strong>cir que en centros y/o aulas gran<strong>de</strong>s no se <strong>de</strong>n conductas<br />

violentas, ni tampoco que la rivalidad o el fracaso en los estudios no pueda ser una<br />

causa justificada, sino viene a <strong>de</strong>mostrarnos que es difícil <strong>de</strong>limitar a una serie <strong>de</strong><br />

causas este tipo <strong>de</strong> conductas, y establecer una relación lineal, causa-efecto, entre<br />

ellas y las conductas violentas. No obstante, sí es admitida la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los<br />

fenómenos <strong>de</strong> violencia escolar están aumentando porque las actuaciones violentas<br />

son admitidas por la sociedad, incluso empleadas en multitud <strong>de</strong> recursos <strong>de</strong> ocio<br />

160


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

para los más jóvenes, bien sea en cine, televisión, vi<strong>de</strong>o-juegos, libros, revistas....<br />

(Cfr. Esteve, 2003, 180).<br />

De otro lado, una forma <strong>de</strong> proteger a los alumnos frente a sus<br />

pulsiones <strong>de</strong>structivas es poniendo límites que les hagan sentirse seguros y los<br />

aparte <strong>de</strong> la ansiedad y el remordimiento por los daños producidos. Por ello es<br />

preciso buscar activida<strong>de</strong>s que les permita expresar la agresividad como espíritu <strong>de</strong><br />

lucha y bajo el imperativo <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> reglas; como el judo, la natación, el<br />

baloncesto.... Se trata <strong>de</strong> que el profesor realice una buena gestión, creando un<br />

campo <strong>de</strong> interés que motive al alumnado hacia el aprendizaje y las relaciones<br />

cordiales y pacíficas (Martínez Muñiz, 1981; Fernán<strong>de</strong>z García, Funes y Villaoslada,<br />

2002).<br />

En uno <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> casos <strong>de</strong>sarrollados en la investigación <strong>de</strong><br />

MªR. Carretero, J. Juandó y MªL. Pérez Cabaní (2001), se trabajan las agresiones<br />

entre alumnos <strong>de</strong> educación primaria, y <strong>de</strong> ese estudio <strong>de</strong>ducen la necesidad <strong>de</strong><br />

elaborar un programa 29 cuyo proceso sea recurrente, es <strong>de</strong>cir que a partir <strong>de</strong> la<br />

última fase se vuelve a trabajar sobre la primera. De forma muy similar F. Cerezo<br />

(2001) también diseña un programa <strong>de</strong> intervención ante los problemas <strong>de</strong> violencia<br />

escolar. En ambos casos, se coinci<strong>de</strong> en la <strong>de</strong>finición y secuencia <strong>de</strong> las fases, que<br />

es la que sigue:<br />

1º. Detección <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s o concienciación <strong>de</strong>l problema.<br />

2º. Formulación <strong>de</strong> una hipótesis que cubra esas necesida<strong>de</strong>s o<br />

período <strong>de</strong> evaluación <strong>de</strong> la situación.<br />

3º. Diseño o confección <strong>de</strong>l programa.<br />

4º. Aplicación <strong>de</strong>l programa o comunicación y puesta en práctica.<br />

5º. Evaluación <strong>de</strong>l programa o revisión, mantenimiento y modificación.<br />

Con respecto a la evaluación es preciso indicar que no <strong>de</strong>be<br />

consi<strong>de</strong>rarse como fin <strong>de</strong>l programa, sino como inicio <strong>de</strong> una nueva tarea<br />

continuadora (Cfr. Plaza Del Río, 1996, 36). Des<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista, se pue<strong>de</strong><br />

29<br />

Este programa también es aplicable ante acciones <strong>de</strong> violencia <strong>de</strong>sarrolladas por alumnos <strong>de</strong> otros niveles,<br />

inferiores o superiores a la educación primaria.<br />

161


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

elaborar un programa <strong>de</strong> intervención con un triple diseño <strong>de</strong> medidas: medidas para<br />

aplicar en la escuela como cuestionarios, jornadas, vigilancia, reuniones..., medidas<br />

para aplicar en el aula como normas, reuniones, juegos, cooperación, activida<strong>de</strong>s...<br />

Y medidas individuales como los <strong>de</strong>bates, las charlas... (Cfr. Olweus, 1998, 84 y ss.).<br />

Des<strong>de</strong> una doble perspectiva, hacia la prevención <strong>de</strong> la violencia y<br />

hacia la resolución <strong>de</strong> conflictos, podría diseñarse un programa con estas cuatro<br />

fases,<br />

1. Admitir que los conflictos <strong>de</strong>structivos están fuera <strong>de</strong> control.<br />

2. Instrumentar un programa <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong> la violencia.<br />

3. Convertirse en una organización que valoriza el conflicto.<br />

4. Instrumentar un programa <strong>de</strong> resolución <strong>de</strong> conflictos:<br />

a. Crear un contexto cooperativo.<br />

b. Impartir un entrenamiento en resolución <strong>de</strong> conflictos y<br />

mediación escolar que enseñe a los alumnos a negociar y<br />

mediar, y a los maestros a arbitrar.<br />

c. Emplear la controversia programada para mejorar la<br />

enseñanza (Johnson y Johnson, 1999, 19).<br />

Centrándose sólo en la prevención <strong>de</strong> la violencia escolar (ver Figura<br />

2.11), como objetivo prioritario, MªV. Trianes (2000) distingue por un lado<br />

procedimientos centrados en la interacción entre el alumno y el contexto, como la<br />

mejora <strong>de</strong>l clima <strong>de</strong> la clase y <strong>de</strong>l centro, la mejora <strong>de</strong> la autoestima <strong>de</strong>l alumno, la<br />

enseñanza <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s sociales, la transmisión <strong>de</strong> valores y cambio <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s,<br />

y la participación <strong>de</strong> los alumnos en la vida <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> enseñanza. Por otro lado<br />

menciona procedimientos <strong>de</strong> prevención centrados exclusivamente en el contexto,<br />

como por ejemplo los cambios en el Proyecto <strong>de</strong> Centro, las propuestas educativas<br />

transversales, la formación continua <strong>de</strong> los profesores, la creación y mantenimiento<br />

<strong>de</strong> entornos cooperativos, y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> programas globales <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong> la<br />

violencia (pp.105 y ss.). En general, para <strong>de</strong>sarrollar acciones preventivas o <strong>de</strong><br />

intervención, es importante mantener unas pautas <strong>de</strong> recogida <strong>de</strong> datos que pue<strong>de</strong>n<br />

ser: - Definir el ambiente <strong>de</strong> convivencia, modos <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r y nivel <strong>de</strong> consenso<br />

entre los profesores <strong>de</strong> las normas (...).<br />

162


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.11: Estrategias <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong> la violencia escolar.<br />

163


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- Resumir el tipo <strong>de</strong> inci<strong>de</strong>ntes que se dan con más frecuencia.<br />

Especial atención a los tiempos y lugares don<strong>de</strong> suelen darse (...).<br />

- Valorar la gravedad e intensidad <strong>de</strong> dichos inci<strong>de</strong>ntes. Su necesidad<br />

<strong>de</strong> tratamiento y posibles formas <strong>de</strong> prevenirlos.<br />

- Medir en lo posible las actitu<strong>de</strong>s y conductas que suponen dichos<br />

inci<strong>de</strong>ntes.<br />

- Elaborar un diagnóstico <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> la convivencia y proponer<br />

unas actuaciones con objetivos concretos, posibles y evaluables<br />

(Fernán<strong>de</strong>z García y Martínez Pérez, 1999, 87-88).<br />

Pero en la elaboración <strong>de</strong> un programa <strong>de</strong> intervención ante problemas<br />

<strong>de</strong> violencia escolar, surge un nuevo y crucial interrogante: ¿cuáles han <strong>de</strong> ser los<br />

objetivos que persiga este programa? En este sentido, la investigación <strong>de</strong>sarrollada<br />

por MªR. Carretero, J. Juandó y MªL. Cabaní (2001) concluye que los principales<br />

objetivos <strong>de</strong> estos programas <strong>de</strong> intervención han <strong>de</strong> ser los siguientes:<br />

- facilitar mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> relación,<br />

- <strong>de</strong>sarrollar la habilidad para generar soluciones,<br />

- enseñar a valorar las consecuencias <strong>de</strong> sus acciones,<br />

- enseñar a consi<strong>de</strong>rar a los <strong>de</strong>más,<br />

- <strong>de</strong>sarrollar la percepción y sensibilidad hacia las emociones <strong>de</strong> los<br />

otros,<br />

- y conseguir una comunicación empática entre profesores y alumnos<br />

(p.55).<br />

Por consiguiente, en los programas <strong>de</strong> actuación ante la violencia<br />

escolar, se han <strong>de</strong> trabajar tanto aspectos comportamentales, como conceptuales y<br />

emocionales (ver Figura 2.12). Con los primeros el alumno adquiere las habilida<strong>de</strong>s<br />

mencionadas en los objetivos, con los aspectos conceptuales <strong>de</strong>sarrollan la<br />

comprensión y el razonamiento necesarios, y con los terceros toman conciencia <strong>de</strong><br />

la actitud y sentimientos que <strong>de</strong>sarrollan y que provocan (Ibíd., 55). Pero, (...) para<br />

tener éxito, los programas <strong>de</strong>ben incluir elementos que reemplacen la conducta<br />

violenta por una conducta no violenta o positiva (Johnson y Johnson, 1999, 24).<br />

A<strong>de</strong>más, en la<br />

164


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.12: Medidas <strong>de</strong> castigo contra la violencia escolar.<br />

165


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

resolución <strong>de</strong> conflictos hay que tener en cuenta tres etapas o aprendizajes:<br />

negociación, mediación y arbitraje (Cfr. Ibíd., 71). Y con respecto al <strong>de</strong>sarrollo<br />

curricular, se distinguen cinco áreas <strong>de</strong> trabajo: educación en valores, habilida<strong>de</strong>s<br />

sociales, resolución <strong>de</strong> conflictos, metodología cooperativa y tutoría (Cfr. Blanco,<br />

Callejón y Fernán<strong>de</strong>z García, 1999, 103 y ss.).<br />

En general, <strong>de</strong> lo que se trata es <strong>de</strong> un proceso circular <strong>de</strong> reflexión y<br />

actuación como procedimiento para dar respuesta a los problemas <strong>de</strong> violencia, que<br />

supone cuatro pasos consecutivos: 1. Análisis <strong>de</strong> la situación y <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l<br />

problema. 2. Discusión y aportación <strong>de</strong> diferentes puntos <strong>de</strong> vista. 3. Planificación e<br />

implementación <strong>de</strong> la respuesta. 4. Valoración <strong>de</strong> los resultados (Cfr. Carretero,<br />

Juandó y Pérez Cabaní, 2001, 61). Y, a<strong>de</strong>más es importante darle su tiempo, es<br />

<strong>de</strong>cir, no se pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r que en unas horas <strong>de</strong> intervención se logre corregir al<br />

alumno, ni tampoco que en unas charlas tengamos preparado al profesor para<br />

aplicar un programa <strong>de</strong> este estilo; a fin <strong>de</strong> evitar errores <strong>de</strong> esta índole, el<br />

seguimiento se convierte en la piedra angular <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estos programas (Cfr.<br />

Johnson y Johnson, 1999, 23).<br />

Se han realizado muchos estudios con el objeto <strong>de</strong> averiguar el perfil <strong>de</strong><br />

víctima y el perfil <strong>de</strong>l agresor en el entorno educativo, cuyas principales conclusiones<br />

son,<br />

a) En el grupo <strong>de</strong> los alumnos víctimas <strong>de</strong> la violencia escolar se<br />

distinguen dos tipos bien diferenciados: la víctima pasiva o sumisa, y<br />

la víctima provocadora. Los <strong>de</strong>l primer tipo suelen ser sujetos<br />

ansiosos, cautos y débiles, suelen sentirse fracasados y faltos <strong>de</strong><br />

atractivo, frecuentemente están solos porque no tienen amigos; sin<br />

embargo, no son provocadores, no les gusta la violencia y no<br />

reaccionan ante agresiones; son un blanco fácil para el acoso y la<br />

intimidación; incluso son sujetos dados a atribuirse a sí mismos la<br />

causa <strong>de</strong> su pésima situación. Por el contrario, las víctimas <strong>de</strong>l<br />

segundo tipo, las provocadoras, se caracterizan por una<br />

combinación entre ansiedad y reacción agresiva, suelen ser<br />

irritables, les cuesta mucho concentrarse y, en ocasiones presentan<br />

166


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

problemas <strong>de</strong> hiperactividad; <strong>de</strong>spiertan conductas negativas en el<br />

grupo <strong>de</strong> compañeros.<br />

b) En cuanto a los agresores típicos que <strong>de</strong>sarrollan conductas<br />

violentas en el contexto educativo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que son sujetos<br />

bastante bélicos tanto con los compañeros como con los adultos,<br />

suelen ser dominantes, impulsivos, <strong>de</strong> fortaleza física y <strong>de</strong> alta<br />

autoestima; <strong>de</strong>muestran cierta hostilidad hacia el entorno y sienten<br />

satisfacción con el sufrimiento <strong>de</strong> otros sujetos, <strong>de</strong>mostrando falta <strong>de</strong><br />

empatía. Son proclives a atribuir al exterior la responsabilidad <strong>de</strong> sus<br />

actos violentos, para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r su reputación y su honor. Es posible<br />

distinguir un grupo <strong>de</strong> agresores pasivos, seguidores o secuaces,<br />

que son aquellos alumnos que participan en las intimidaciones pero<br />

sin tomar ellos la iniciativa. Y, por último, esta la figura <strong>de</strong>l<br />

observador, que no participa directamente en los actos violentos<br />

hacia la víctima, pero los presencia (Olweus, 1998; Trianes, 2000;<br />

Cerezo, 2001).<br />

Con respecto a esta última figura, la <strong>de</strong>l observador, se han estudiado<br />

cuatro papeles diferentes en función <strong>de</strong>l grado y tipo <strong>de</strong> implicación personal que<br />

<strong>de</strong>muestra. Así pue<strong>de</strong>n ser observadores activos, si ayudan al agresor;<br />

observadores pasivos, si refuerzan indirectamente, por ejemplo, sonriendo o dando<br />

muestras <strong>de</strong> atención; observadores prosociales, si ayudan a la víctima; o<br />

espectadores, si no hacen nada, pero observan la situación (Trianes, 2000, 27).<br />

Pero, para que una conducta violenta llegue a instalarse como habitual,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esos factores personales que dibujan el perfil <strong>de</strong>l agresor o <strong>de</strong> la víctima,<br />

<strong>de</strong>be darse la conjunción <strong>de</strong> otros factores, que po<strong>de</strong>mos agrupar en cinco:<br />

1. Factores biológicos, como la edad y el sexo.<br />

2. Factores familiares, transmitiendo patrones y mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong><br />

interacción.<br />

3. Factores sociales, relativos al establecimiento <strong>de</strong> roles.<br />

167


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

4. Factores cognitivos, según las experiencias <strong>de</strong> aislamiento y<br />

privación vividas.<br />

5. Factores ambientales, por la exposición y observación <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminadas conductas, en su entorno, en juegos, en televisión...<br />

(Cfr. Cerezo, 2001, 31).<br />

Por su parte, MªV. Trianes (2000) también cita como causas <strong>de</strong> la<br />

violencia escolar los factores personales y los factores familiares, pero con respecto<br />

al resto <strong>de</strong> factores hace otra clasificación: las relaciones con iguales, el centro<br />

escolar, los medios <strong>de</strong> comunicación, los factores contextuales, los factores<br />

culturales (pp.37 y ss.). Siendo muchos especialistas los que han apoyado esta<br />

clasificación: los factores más valorados por su influencia en la presencia <strong>de</strong><br />

violencia escolar son el alumno, el centro, el contexto social, la familia y los medios<br />

<strong>de</strong> comunicación (Esteve, Etxeberría y Jordán, 2001, 111).<br />

Entre todos estos factores influyentes, son los familiares los que mayor<br />

peso tienen en la adquisición o supresión <strong>de</strong> hábitos violentos, al igual que suce<strong>de</strong><br />

con la gran mayoría <strong>de</strong> los hábitos y costumbres que los sujetos adquieren -<strong>de</strong> ahí<br />

que <strong>de</strong>diquemos más a<strong>de</strong>lante un apartado sobre el respaldo familiar al alumno-.<br />

2.2.3. EL FRACASO<br />

Por último, es preciso apuntar que,<br />

Los estudios recientes parecen apuntar que la fórmula para la posible<br />

reor<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> las conductas agresivas pasa por <strong>de</strong>sarrollar<br />

mecanismos cognitivos que favorezcan el sentimiento <strong>de</strong> culpa como<br />

necesidad <strong>de</strong> reparación y por el rechazo social <strong>de</strong>l entorno. La<br />

conjunción <strong>de</strong> elementos cognitivos y afectivos se perfila como<br />

mo<strong>de</strong>rador eficaz <strong>de</strong> la propensión a agredir (Cerezo, 2001, 36).<br />

Otro aspecto que preocupa bastante a la sociedad, es la alta tasa <strong>de</strong><br />

fracaso escolar que existe (ver Figura 2.13), prácticamente en todos los niveles<br />

168


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.13: La alta tasa <strong>de</strong> fracaso escolar es una preocupación social.<br />

169


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

educativos, en especial en la educación primaria, en la secundaria obligatoria y en el<br />

bachillerato. Así pues,<br />

(...) el elevado número <strong>de</strong> alumnos que fracasan en el aprendizaje<br />

escolar es uno <strong>de</strong> los problemas más importantes con los que se<br />

enfrentan todos los países mo<strong>de</strong>rnos, tal y como lo <strong>de</strong>muestra el hecho<br />

<strong>de</strong> que en todos ellos se estén llevando a cabo planes para su<br />

erradicación, aunque en ningún país se haya logrado ese objetivo<br />

(Molina García, 1997, 51).<br />

En España, este fenómeno educativo crece, especialmente como<br />

consecuencia <strong>de</strong> la escolarización plena <strong>de</strong> los individuos (Cfr. Portellano, 1989, 25).<br />

Así pues, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que la raíz <strong>de</strong>l fracaso escolar se encuentra en la falta<br />

<strong>de</strong> adaptación <strong>de</strong>l proceso educativo a la diversidad <strong>de</strong>l alumnado. En esa línea <strong>de</strong><br />

pensamiento andan los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la LOGSE, afirmando que al alcanzar el<br />

sistema educativo a mayor número <strong>de</strong> alumnos, antes excluidos, se produce la<br />

apariencia <strong>de</strong> un mayor fracaso escolar. En <strong>de</strong>finitiva, según los estudios<br />

<strong>de</strong>sarrollados por el Instituto Nacional <strong>de</strong> Calidad y Evaluación (2000) 30 existen tasas<br />

<strong>de</strong> fracaso escolar pero no tan escandalosas y elevadas, como las voces <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>tractores <strong>de</strong> la LOGSE nos hacen creer (Cfr. Escámez, García, Rodríguez y Sales,<br />

2001, 211 y ss.). El problema más grave es que no existe una <strong>de</strong>finición<br />

comúnmente aceptada por todos los especialistas, a partir <strong>de</strong> la cuál po<strong>de</strong>r<br />

cuantificar rigurosa y fielmente las tasas <strong>de</strong> fracaso escolar (Cfr. Molina García,<br />

1997, 51).<br />

En principio, se pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r por fracaso escolar, (...) la dificultad<br />

grave que pue<strong>de</strong> experimentar un niño con un nivel <strong>de</strong> inteligencia normal o<br />

superior, para seguir un proceso escolar <strong>de</strong> acuerdo con su edad (Martínez Muñiz,<br />

1981, 11). Este autor, cuando especifica “dificultad grave” se refiere a problemas en<br />

el manejo <strong>de</strong>l lenguaje, tanto en la comprensión como en la expresión, y en el<br />

dominio <strong>de</strong> las matemáticas. Pero, en investigaciones como la dirigida por el<br />

profesor C.A. Oyola (1994) sobre el fracaso escolar en áreas marginales, se ha<br />

30 INCE (2000) Sistema estatal <strong>de</strong> indicadores <strong>de</strong> la educación. MEC-INCE, Madrid, pp.72-75.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong>mostrado que son muchos más los factores y mecanismos, tanto <strong>de</strong> tipo<br />

endógeno como exógeno, los que influyen en la aparición <strong>de</strong>l fracaso escolar.<br />

Actualmente, en nuestro país, se consi<strong>de</strong>ra fracaso escolar cuando<br />

aparecen dificulta<strong>de</strong>s para alcanzar los objetivos educativos, los indicadores más<br />

utilizados para su <strong>de</strong>tección son los suspensos en exámenes o pruebas <strong>de</strong><br />

evaluación y las repeticiones <strong>de</strong> curso al finalizar un ciclo <strong>de</strong> enseñanza (Cfr. Molina<br />

García, 1997, 53). Si bien es cierto que la promoción automática elimina <strong>de</strong> la lista<br />

<strong>de</strong>l fracaso escolar a muchos alumnos, aunque no por ello les solucione el problema,<br />

<strong>de</strong> ahí las críticas <strong>de</strong>l profesorado hacia este sistema (ver Figura 2.14). No obstante,<br />

ambos indicadores están marcados por las calificaciones que emite el profesor, que<br />

no poseen la vali<strong>de</strong>z suficiente para etiquetar <strong>de</strong> fracasado a un alumno, puesto que<br />

esas calificaciones suelen estar muy influidas por las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l grupo-clase<br />

y por la propia personalidad <strong>de</strong>l profesor. Así pues, muchos especialistas ya han<br />

rechazado la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> esas circunstancias como indicadores <strong>de</strong> fracaso<br />

escolar (Gómez Dacal y Hernán<strong>de</strong>z Ruiz, 1982; Blat Gimeno, 1984; Esteve y Vera,<br />

2001). Especialmente porque,<br />

Ante la relatividad <strong>de</strong> los juicios <strong>de</strong> evaluación sobre el proceso <strong>de</strong><br />

aprendizaje <strong>de</strong> un alumno, no po<strong>de</strong>mos aventurarnos a dictaminar la<br />

presencia <strong>de</strong> un fracaso escolar sin tener en cuenta la relación entre los<br />

siguientes extremos:<br />

a) Capacidad intelectual Rendimiento personal<br />

b) Rendimiento personal Nivel <strong>de</strong> rendimiento exigible<br />

oficialmente<br />

c) Capacida<strong>de</strong>s individuales Rendimiento personal Nivel<br />

personal <strong>de</strong> aspiraciones (Tierno, 1984, 31).<br />

Es <strong>de</strong>cir, el rendimiento <strong>de</strong>l alumno <strong>de</strong>be medirse teniendo en cuenta<br />

su capacidad intelectual. Por otra parte, ese rendimiento personal <strong>de</strong>be alcanzar el<br />

mínimo establecido oficialmente. Y, a<strong>de</strong>más, las aspiraciones personales también<br />

<strong>de</strong>ben correspon<strong>de</strong>rse con el rendimiento y las capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alumno. En general,<br />

las causas<br />

171


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.14: El profesorado no apoya la promoción automática <strong>de</strong> los alumnos.<br />

172


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong>l fracaso escolar se pue<strong>de</strong>n circunscribir en estas tres esferas <strong>de</strong> la personalidad:<br />

esfera orgánica -disminución física o sensorial-, esfera intelectiva -<strong>de</strong>ficiencia<br />

mental- o esfera afectivo-volitiva –otras carencias-. (Cfr. Ibíd., 38). En la<br />

investigación coordinada por J.M. Esteve y J. Vera (2001) se concluye que el fracaso<br />

escolar pue<strong>de</strong> producirse: por la abusiva la cantidad <strong>de</strong> contenidos que se preten<strong>de</strong><br />

que el alumno domine o por un enfoque equivocado en el proceso evaluador,<br />

entendiendo por enfoque equivocado que se plantean ambigüeda<strong>de</strong>s y que se<br />

centra en conocimientos memorísticos (pp.12-13).<br />

Con respecto a los factores <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong>l fracaso escolar o <strong>de</strong>l<br />

fracaso en la escuela, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar al alumno, <strong>de</strong>bemos partir <strong>de</strong> la<br />

premisa <strong>de</strong> que:<br />

Para compren<strong>de</strong>r lo que suce<strong>de</strong> en la escuela, hay que observarla al<br />

mismo tiempo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interior y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior. Si la miramos sólo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interior acabaremos por ver un mundo absurdo en el que se<br />

<strong>de</strong>sarrollan rituales que no guardan ninguna relación con la realidad<br />

social. Si la miramos sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior, nos arriesgamos a<br />

inventarla en lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribirla y la mitificamos <strong>de</strong> acuerdo con<br />

presupuestos personales (Lurçat, 1979, 38).<br />

De esta manera, po<strong>de</strong>mos clasificar los factores en externos como el<br />

ambiente familiar y sociocultural, la disparidad lingüística, los aspectos geográficos<br />

discriminatorios, los grupos <strong>de</strong>sfavorecidos y las diferencias socioeconómicas;<br />

personales como la inteligencia y aptitu<strong>de</strong>s, la afectividad, los resultados escolares y<br />

las insuficiencias personales; e internos como el propio sistema educativo, la<br />

calificación <strong>de</strong> los profesores, los programas, los calendarios y los horarios (Cfr. Blat<br />

Gimeno, 1984, 40 y ss.) (ver Figura 2.15). Una clasificación más actualizada y<br />

bastante aceptada, es la que consi<strong>de</strong>ra agentes causantes <strong>de</strong>l fracaso escolar:<br />

a) Factores internos: biológicos, como físicos y neurofuncionales, y<br />

psicopatológicos, como <strong>de</strong>presiones infantojuveniles, conductas <strong>de</strong><br />

evitación escolar, trastornos <strong>de</strong> personalidad y conflictos educativos.<br />

173


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.15: El alumnado asume las causas <strong>de</strong>l fracaso escolar.<br />

174


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

b) Factores externos o pedagógicos: métodos <strong>de</strong> enseñanza<br />

ina<strong>de</strong>cuados, masificación <strong>de</strong>l aula, excesiva movilidad <strong>de</strong> los<br />

profesores, cambios <strong>de</strong> centro <strong>de</strong> enseñanza, excesivas exigencias<br />

educativas, la personalidad <strong>de</strong>l profesor y contenidos excesivamente<br />

aca<strong>de</strong>micistas.<br />

c) Factores socioculturales: ambiente sociocultural familiar poco<br />

estimulante, <strong>de</strong>sfase entre los contenidos exigidos y los valores <strong>de</strong><br />

las distintas colectivida<strong>de</strong>s, salud mental <strong>de</strong>l contexto familiar<br />

(Portellano, 1989; Cieza, 1990).<br />

Dejando a un lado la justificación y <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l fracaso escolar, el<br />

creciente interés por prevenirlo y aplicar técnicas <strong>de</strong> readaptación, se <strong>de</strong>be<br />

fundamentalmente a que este fenómeno afecta a la sociedad por dos vías:<br />

fomentando el <strong>de</strong>splazamiento y la <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> individuos, y<br />

perjudicando al <strong>de</strong>sarrollo económico global (Cfr. Avanzini, 1985, 16). Aunque otros<br />

autores opinan que el <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l analfabetismo, el carácter cada vez más<br />

competitivo <strong>de</strong> nuestra sociedad, la disminución <strong>de</strong> la población infantil, el auge <strong>de</strong> la<br />

psicología educacional, y la política <strong>de</strong> integración escolar, son las principales<br />

causas <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong>l interés por el fracaso escolar (Cfr. Portellano, 1989, 27-28).<br />

Resumiendo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que la generalización <strong>de</strong> la preocupación por el fracaso<br />

escolar surge con el incremento <strong>de</strong> la atención prestada a los aspectos <strong>de</strong> calidad <strong>de</strong><br />

la enseñanza, cuando la sensibilidad social empieza a ser más cualitativa (Cfr.<br />

Gómez Dacal y Hernán<strong>de</strong>z Ruiz, 1982, 157-158).<br />

Ya en 1954, A. Le Gall (1972) 31 confirma que los casos <strong>de</strong> fracaso en<br />

los centros <strong>de</strong> enseñanza se producen porque éstos no hacen aparecer las<br />

posibilida<strong>de</strong>s intelectuales <strong>de</strong> los alumnos; aunque no solamente culpa a los centros,<br />

sino que señala que la fuente <strong>de</strong>l fracaso escolar es una combinación <strong>de</strong> la<br />

incomprensión social, familiar y escolar. En unos estudios comparativos, realizados<br />

para la UNESCO por J. Blat Gimeno (1984), se parte <strong>de</strong> esa misma i<strong>de</strong>a que culpa<br />

al centro <strong>de</strong> enseñanza y a los elementos que en ella intervienen, <strong>de</strong>l fracaso escolar<br />

31 Le GALL, A. (1954) Les insuccès scolaires. Diagnostic et redressement. Presses Universitaries <strong>de</strong> France,<br />

París. (Trad. Cast. Los fracasos escolares. Diagnóstico y tratamiento. EUDEBA, Buenos Aires, 1972, 6ª ed.).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> los alumnos, optando por <strong>de</strong>nominarlo “fracaso en la escuela” (p.7). En particular,<br />

el plan <strong>de</strong> estudios y el nivel <strong>de</strong> exigencias que van a permitir consi<strong>de</strong>rar que los<br />

resultados educativos sean positivos o no, son los dos elementos que precisan ser<br />

analizados y revisados (Gómez Dacal y Hernán<strong>de</strong>z Ruiz, 1982; Esteve y Vera,<br />

2001). En esta línea, <strong>de</strong>stacan <strong>de</strong>finiciones como por ejemplo:<br />

Al hablar <strong>de</strong> fracaso escolar nos referimos a las situaciones en las que<br />

la escuela, el sistema escolar en sentido amplio, no consigue que<br />

<strong>de</strong>terminados individuos o colectivos alcancen los objetivos que se<br />

esperaban (Callejo, 1998, 9).<br />

Así, en referencia al proceso enseñanza-aprendizaje, las causas <strong>de</strong>l<br />

fracaso que resultan más compartidas por las distintas investigaciones son éstas:<br />

1. A los alumnos no se les enseña a estudiar.<br />

2. Los nuevos contenidos no se incorporan con facilidad al bagaje<br />

cultural que ya posee el alumno.<br />

3. No todos los contenidos curriculares respon<strong>de</strong>n a las exigencias <strong>de</strong><br />

la vida real.<br />

4. No se buscan siempre, las metodologías más enriquecedoras y<br />

eficaces.<br />

5. Hay cierto <strong>de</strong>sconocimiento sobre la psicología <strong>de</strong>l niño y los<br />

procesos <strong>de</strong> aprendizaje.<br />

6. Se producen <strong>de</strong>ficiencias educativas en la primera década <strong>de</strong> la vida<br />

humana.<br />

7. Pue<strong>de</strong>n existir limitaciones intrínsecas <strong>de</strong>l propio alumno -en<br />

cualquiera <strong>de</strong> las tres esferas <strong>de</strong> personalidad antes mencionadas-.<br />

8. Algún acontecimiento traumático pue<strong>de</strong> provocar un fracaso<br />

circunstancial.<br />

9. La <strong>de</strong>scoordinación entre los propios profesores y con los padres <strong>de</strong><br />

sus alumnos.<br />

10. Y, las escasas expectativas <strong>de</strong> éxito socio-laboral (Cfr. Ibíd., 260 y<br />

ss.).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Según el estudio dirigido por MªL. Callejo (1998), los elementos que<br />

condicionan el éxito y el fracaso escolar son:<br />

i. Características personales (...).<br />

ii. Distancia entre los códigos culturales <strong>de</strong> la escuela y<br />

los cotidianos aprendidos en los diferentes niveles <strong>de</strong><br />

socialización (...).<br />

iii. Expectativas <strong>de</strong>l profesor respecto al rendimiento <strong>de</strong>l<br />

alumnado (...).<br />

iv. Valoración personal, familiar y ambiental <strong>de</strong> los<br />

aprendizajes (...).<br />

v. Motivación (...).<br />

vi. Mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> referencia cercanos que apoyen la<br />

necesidad <strong>de</strong> aprendizaje (...) (pp.10 y ss.).<br />

Sin embargo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la neuropsicología, no se<br />

pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar fracaso escolar cuando existe retardo intelectual, trastornos<br />

sensoriales severos, trastornos neurológicos mayores, alteraciones emocionales<br />

severas, <strong>de</strong>privación sociocultural o abandonismo pedagógico severo (Cfr.<br />

Portellano, 1989, 30-31), aunque en la actualidad muchas <strong>de</strong> estas circunstancias sí<br />

son calificadas como fracaso escolar.<br />

Por otra parte, cualquiera que sea la forma <strong>de</strong>l fracaso, la mayoría <strong>de</strong><br />

los niños que lo sufren son conscientes <strong>de</strong> que no están cumpliendo con los<br />

objetivos que sus padres y educadores les proponen (Tierno, 1984, 51). Incluso<br />

cuando se superen los mínimos establecidos, pue<strong>de</strong> producirse el fracaso cuando el<br />

rendimiento está por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s reales, esto sería un fracaso<br />

aptitudinal o personal; es <strong>de</strong>cir, sería un rendimiento suficiente, pero no un<br />

rendimiento satisfactorio (Cfr. Portellano, 1989). Éste pue<strong>de</strong> llegar a resultar aún<br />

más peligroso que el fracaso escolar, por cuanto que no se manifiesta, ni siquiera el<br />

propio alumno es a veces consciente <strong>de</strong> que lo está viviendo. En opinión <strong>de</strong> S.<br />

Molina García (1997) las discrepancias entre capacida<strong>de</strong>s y rendimiento sirven para<br />

diagnosticar las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aprendizaje, <strong>de</strong> ahí los múltiples intentos por elaborar<br />

instrumentos <strong>de</strong> medida para establecer el índice <strong>de</strong> dicha discrepancia (p.30).<br />

177


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

También conviene diferenciar bien lo se entien<strong>de</strong> por retraso escolar y<br />

lo que es fracaso escolar. Para J.A. Portellano (1989) el retraso escolar se produce<br />

cuando se repite uno o varios cursos, pero no todos estos alumnos pue<strong>de</strong>n ser<br />

calificados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong>l fracaso escolar; y, <strong>de</strong> la misma forma, el retraso<br />

escolar lo sufren muchos <strong>de</strong> los alumnos que presentan fracaso escolar, pero no el<br />

total <strong>de</strong> ellos como si fuera una condición insalvable (p.30). En opinión <strong>de</strong> B.<br />

Martínez Muñiz (1981) se habla <strong>de</strong> retraso escolar <strong>de</strong> un alumno, (...) cuando su<br />

nivel <strong>de</strong> adquisiciones está por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l mínimo exigido en una o varias áreas<br />

(p.14); por consiguiente, si no hay una intervención educativa eficaz el retraso<br />

escolar pue<strong>de</strong> terminar convirtiéndose en fracaso escolar.<br />

En los resultados <strong>de</strong> la investigación coordinada por J.M. Esteve y J.<br />

Vera (2001) se incluyen como medidas para reducir parte <strong>de</strong>l fracaso escolar la<br />

reflexión sobre la selección <strong>de</strong> contenidos, sobre los procesos <strong>de</strong> aprendizaje y<br />

sobre el diseño <strong>de</strong> las pruebas <strong>de</strong> evaluación. Es importante que los contenidos que<br />

formen el currículo en verdad sean relevantes para la vida, para ello se precisa la<br />

sustitución <strong>de</strong> contenidos irrelevantes por otros más significativos, igualmente<br />

significativas <strong>de</strong>ben ser las estrategias y metodologías que se potencian, y a<strong>de</strong>más<br />

es indispensable la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> contenidos y metodologías con las pruebas<br />

<strong>de</strong> evaluación que se usen para valorar el aprendizaje realizado por el alumno (ver<br />

Figura 2.16).<br />

Por otra parte, existe cierta conformidad en admitir una serie <strong>de</strong><br />

conductas como típicas <strong>de</strong> un alumno con fracaso escolar. Éstas son: inquietud, baja<br />

tolerancia a la frustración, explosividad, ansiedad, retraimiento, agresividad,<br />

búsqueda permanente <strong>de</strong> atención, rebeldía, problemas somáticos, conducta<br />

esquizoi<strong>de</strong>, <strong>de</strong>lincuencia, y autismo (Martínez Muñiz, 1981, 18 y ss.). En un intento<br />

por resumir los casos en los que pue<strong>de</strong> hablarse <strong>de</strong> fracaso escolar, G. Avanzini<br />

(1985) menciona: las calificaciones inferiores a la media, la repetición <strong>de</strong> curso<br />

cuando no es por razones sociológicas, suspen<strong>de</strong>r exámenes, el sentimiento <strong>de</strong><br />

fracaso por no alcanzar las<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.16: Programas <strong>de</strong> Garantía Social –PGS- como nueva estrategia<br />

educativa.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

expectativas, y la fragilidad en las adquisiciones (pp.19 y ss.). Este mismo autor<br />

distingue los factores que producen fracasos globales, <strong>de</strong> aquellos que provocan<br />

fracasos parciales (ver Figura 2.17). El clima cultural <strong>de</strong> la familia, el clima afectivo<br />

que le ro<strong>de</strong>a, los métodos pedagógicos y la enseñanza colectiva, son factores que<br />

influyen en la aparición <strong>de</strong> fracasos escolares globales (Cfr, Ibíd., 47 y ss.). Mientras<br />

que fracasos parciales como fracaso en lectura, en ortografía o en matemáticas,<br />

suelen tener causas intelectuales o afectivas (Cfr. Ibíd., 119 y ss.).<br />

Con respecto a las líneas <strong>de</strong> intervención ante los problemas <strong>de</strong><br />

fracaso escolar, es muy apoyado el proceso orientador, en especial su función<br />

preventiva-educativa. J. Blat Gimeno (1984) propone como vías <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong>l<br />

fracaso escolar las siguientes medidas: la expansión <strong>de</strong> la educación preescolar<br />

dotada <strong>de</strong> mayor valor formativo y social, la cooperación familiar que <strong>de</strong>bería<br />

consi<strong>de</strong>rarse como una <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> los padres, la orientación escolar y<br />

personal llevada por especialistas y el perfeccionamiento <strong>de</strong> la formación psicológica<br />

<strong>de</strong> los profesores (pp.68 y ss.).<br />

Pero hoy día la mayoría <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> fracaso se está <strong>de</strong>jando<br />

en manos <strong>de</strong>l personal orientador <strong>de</strong>l centro, el cuál actuará sobre el propio alumno,<br />

sobre su profesor, sobre el centro en general, sobre la familia, o sobre el entorno<br />

inmediato, según influyan en el <strong>de</strong>sarrollo óptimo <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enseñanzaaprendizaje<br />

<strong>de</strong> ese alumno en particular (Cfr. Cieza, 1990, 103). A la hora <strong>de</strong> diseñar<br />

la intervención es preciso valorar muchos aspectos y, en especial, tener en cuenta<br />

los sentimientos <strong>de</strong>l alumno; porque (...) la vivencia <strong>de</strong> fracaso escolar es sentida<br />

como una amenaza, como un peligro interior, como una fuente <strong>de</strong> sufrimiento <strong>de</strong> la<br />

que es preciso <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse (Martínez Muñiz, 1981, 43).<br />

No sólo es preciso intervenir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el centro <strong>de</strong> enseñanza, el ámbito<br />

familiar también juega un papel importante en la prevención y resolución <strong>de</strong>l fracaso<br />

escolar. Debemos tener presente que (...) el escolar necesita mo<strong>de</strong>los concretos y<br />

estimuladores <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificaciones que actúen como organizadores <strong>de</strong> la conducta en<br />

el proceso <strong>de</strong> crecimiento (Martínez Muñiz, 1981, 78). Como línea <strong>de</strong> ejecución<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.17: Fracasos escolares parciales.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

primordial tenemos el reforzamiento <strong>de</strong> la autoestima <strong>de</strong>l niño, como metodologías<br />

más a<strong>de</strong>cuada. Apoyamos lo que dicen las conclusiones <strong>de</strong>l estudio dirigido por C.A.<br />

Oyola (1994), para modificar los efectos <strong>de</strong> los factores que inci<strong>de</strong>n en el fracaso<br />

escolar se requiere la participación real <strong>de</strong> todos los sectores involucrados (p.125);<br />

teniendo siempre presente que el fracaso escolar y su relación con el origen social<br />

<strong>de</strong> los niños, permiten evi<strong>de</strong>nciar el significado social <strong>de</strong> la competencia escolar<br />

(Lurçat, 1979, 44).<br />

En lo referente a las diferencias por sexo, J.A. Portellano (1989)<br />

argumenta que el fracaso escolar es más frecuente en alumnos <strong>de</strong>l sexo masculino,<br />

especialmente porque se muestra mayor preocupación y expectativas hacia el futuro<br />

profesional <strong>de</strong>l niño, y porque los factores madurativos permiten que las niñas<br />

avancen con más rapi<strong>de</strong>z (pp.36-37).<br />

Para concluir este apartado es preciso dar una pincelada <strong>de</strong> esperanza<br />

en la superación <strong>de</strong>l fracaso escolar, con esta sentencia: El éxito <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sarrollo humano <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en gran medida <strong>de</strong> la capacidad individual para integrar<br />

el fracaso en la propia vida, hacerle frente y sacar provecho <strong>de</strong> él (Tierno, 1984, 51).<br />

2.3. RESPALDO SOCIAL AL ALUMNO<br />

2.3.1. LA FAMILIA<br />

Tradicionalmente la familia se caracteriza por los vínculos <strong>de</strong> sangre<br />

entre sus miembros, por la convivencia bajo un mismo techo y por la prestación <strong>de</strong><br />

una serie <strong>de</strong> servicios en comunidad (Cfr. Castellan, 1985, 7), pero como veremos<br />

más a<strong>de</strong>lante, son tres características que han evolucionado hacia nuevas<br />

perspectivas (ver Figura 2.18). Actualmente, la familia es consi<strong>de</strong>rada el mo<strong>de</strong>lo<br />

natural <strong>de</strong> interacción y pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como, (...) una estructura social básica que<br />

se configura <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interjuego <strong>de</strong> roles diferenciales (Dabas, 1998, 89). Ésta es la<br />

perspectiva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la que se contempla la universalidad <strong>de</strong> la familia, ya que, aún<br />

con características, funciones y estructura distinta, siempre aparece en cualquier tipo<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.18: La familia reclama recursos educativos para sus hijos.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> sociedad (Cfr. Arribas, 1992, 67).<br />

A gran<strong>de</strong>s rasgos, po<strong>de</strong>mos afirmar que el núcleo familiar, entre otros<br />

microcosmos como el grupo <strong>de</strong> amigos, el vecindario, etc., son tan responsables <strong>de</strong><br />

la educación y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los niños y jóvenes como pueda serlo en centro <strong>de</strong><br />

enseñanza (Cfr. Gotzens, 1997, 28). En particular, éste último juega un valioso papel<br />

en la sociedad actual, puesto que esos otros microcosmos suelen <strong>de</strong>scuidar la<br />

transmisión <strong>de</strong> valores humanos y sociales. Centrándonos en la familia, es preciso<br />

<strong>de</strong>cir que la evolución histórica ha provocado cambios en su dinámica y<br />

estructuración. Los factores más importantes <strong>de</strong> esa evolución son<br />

fundamentalmente, la incorporación masiva <strong>de</strong> la mujer al mundo laboral, el divorcio,<br />

la separación por circunstancias profesionales, la reducción <strong>de</strong>l número <strong>de</strong><br />

miembros, la inclusión <strong>de</strong> hijos <strong>de</strong> matrimonios anteriores, la prolongación <strong>de</strong> la<br />

permanencia <strong>de</strong> los jóvenes, el <strong>de</strong>sempleo y la mayor longevidad <strong>de</strong> los abuelos.<br />

Estas circunstancias están modificando la transmisión <strong>de</strong> códigos morales y normas<br />

<strong>de</strong> vida en el ámbito familiar, llevando en ocasiones a la inhibición <strong>de</strong> esta labor. En<br />

casos extremos, con respecto a la educación moral, se está llegando incluso al<br />

fomento <strong>de</strong> valores asociales y negativos, que no hace sino ampliar las exigencias<br />

sobre las instituciones escolares (Dabas, 1998; Johnson y Johnson, 1999; Esteve,<br />

Etxeberría y Jordán, 2001). Es posible pensar que en la familia actual se han<br />

elevado las aspiraciones y las expectativas con respecto a los hijos, pero, sin<br />

embargo, se ha menguado el tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicación para ellos (Cfr. Kallinsky, 1999,<br />

84) (ver Figura 2.19). Así encontramos que,<br />

Las nuevas familias presentan un carácter <strong>de</strong> incertidumbre en cuanto<br />

las posiciones <strong>de</strong> cada miembro y en las terminologías que se usan<br />

para <strong>de</strong>scribirlas.(...) acostumbrados a pensar la familia como algo<br />

estructurado, nos resulta chocante percibir las familias <strong>de</strong> hoy como<br />

una realidad en permanente construcción (Ribot, Rico y Roigé, 2000,<br />

31).<br />

Con este panorama es lógico que en muchas familias no se <strong>de</strong>tecten<br />

los problemas que están sufriendo sus niños o jóvenes (ver Figura 2.20); en<br />

concreto, sobre el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> agresividad, es posible <strong>de</strong>cir que,<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.19: Los padres tienen menos tiempo para sus hijos.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.20: Las familias <strong>de</strong>ben conocer los problemas <strong>de</strong> sus hijos.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

(...) los padres <strong>de</strong> los alumnos víctimas <strong>de</strong> agresiones y, en particular,<br />

<strong>de</strong> alumnos que intimidan a otros, tienen relativamente poca conciencia<br />

<strong>de</strong>l problema y sólo hablan <strong>de</strong> él con sus hijos en contadas ocasiones<br />

(Olweus, 1998, 38).<br />

Sin embargo, son muchos los especialistas que apuntan la importancia<br />

<strong>de</strong> la interacción entre padres e hijos, para la resolución <strong>de</strong> problemas, incluso en<br />

procesos <strong>de</strong> tratamiento clínico (Osborne, 1996).<br />

cinco:<br />

Con respecto a las funciones <strong>de</strong> la familia, po<strong>de</strong>mos resumirlas en<br />

1. Función reproductora, como garantía <strong>de</strong> la supervivencia <strong>de</strong> la<br />

especie.<br />

2. Función económica, consi<strong>de</strong>rando la actividad productiva que<br />

producen sus miembros.<br />

3. Función socializadora, persiguiendo la integración en la sociedad y<br />

en el mundo cultural.<br />

4. Función estabilizadora, como medio para relajar las tensiones <strong>de</strong><br />

sus miembros.<br />

5. Función mediadora, entre el individuo y el entorno social (Cfr.<br />

Arribas, 1992, 114 y ss.)<br />

En concreto, la función socializadora, la estabilizadora y la mediadora,<br />

aplicadas sobre los hijos, se podrían fundir en una sola por el marcado carácter<br />

educativo que poseen, aunque en muchas ocasiones la actuación <strong>de</strong> los<br />

progenitores resulta antieducativa (ver Figura 2.21).<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la psicología social, se apunta que el ciclo<br />

<strong>de</strong> vida familiar proporciona el contexto para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l ciclo vital <strong>de</strong> cada<br />

sujeto. Los hechos que se van viviendo en la familia –matrimonio, parentalidad,<br />

escolarización, <strong>de</strong>sempleo, enfermeda<strong>de</strong>s, vejez....- <strong>de</strong>terminan un cambio <strong>de</strong><br />

posición <strong>de</strong> sus miembros con la consecuente incorporación <strong>de</strong> nuevos roles<br />

sociales y afectivos. Este proceso<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.21: Padre que ejerce una función no-educativa.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

lleva una fuerte carga emocional, que resultara negativa si la familia no es capaz <strong>de</strong><br />

asumir dicha reestructuración (Cfr. Dabas, 1998, 91-92). Así pues, la familia es el<br />

primer agente socializador, porque proporciona las bases afectivas y organizativas<br />

que permitirán la integración <strong>de</strong>l niño en la sociedad, siempre que las relaciones<br />

interpersonales sean positivas (Castellan, 1985; Martínez González, 1996). José A.<br />

Ríos González (1986) especifica que la influencia <strong>de</strong> la familia sobre el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

la personalidad <strong>de</strong>l niño se produce por la estructura externa o elementos físicos<br />

como la vivienda, por aspectos formales como el rol <strong>de</strong>l padre y el <strong>de</strong> la madre, y por<br />

la dinámica familiar como las relaciones interpersonales o las actitu<strong>de</strong>s (pp.33-34).<br />

Los padres <strong>de</strong>ben formarse y preocuparse para ser capaces <strong>de</strong> educar<br />

a<strong>de</strong>cuadamente a sus hijos. Los hijos conocen muy pronto que sus padres no son<br />

perfectos, pero necesitan ver que nos esforzamos por mejorar, pues lo<br />

verda<strong>de</strong>ramente valoran son nuestros esfuerzos (Alcázar y Cervera, 1995, 22).<br />

Estos esfuerzos <strong>de</strong>ben concentrarse hacia la conducta ejemplar y la vivencia <strong>de</strong> los<br />

valores a transmitir. Es importante responsabilizarse <strong>de</strong> esta tarea educativa <strong>de</strong> los<br />

padres con respecto a sus hijos, que se caracteriza por ser esencial, primaria,<br />

inalienable e insustituible (Cfr. Ibíd., 29). Como características <strong>de</strong> la actitud educativa<br />

que <strong>de</strong>be adoptar la familia con respecto al hijo, hay que <strong>de</strong>stacar siete:<br />

1. Ausencia <strong>de</strong> tensiones fuertes y crisis, dificulta<strong>de</strong>s y traumas<br />

<strong>de</strong>sequilibrados.<br />

2. Posibilidad <strong>de</strong> utilizar el ambiente familiar para la expresión <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>seos <strong>de</strong> cada componente.<br />

3. Sólo la disciplina necesaria para ir dando paso a las <strong>de</strong>cisiones<br />

propias.<br />

4. Confianza y respeto mutuo.<br />

5. Estabilidad, serenidad y estimulación emocional.<br />

6. Seguridad y suficiencia económica.<br />

7. Estima <strong>de</strong> valores trascen<strong>de</strong>ntales (Cfr. Ríos González, 1986, 38-<br />

39).<br />

Con respecto a estas características educativas <strong>de</strong> la unidad familiar,<br />

J.A. Alcázar y J.M. Cervera (1995) hacen hincapié en la segunda y en la tercera,<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

porque recomiendan hablar, escuchar y ejercer la autoridad necesaria. De esta<br />

forma la familia pue<strong>de</strong> evitar caer en una ayuda innecesaria que resultaría<br />

antieducativa (p.31).<br />

En referencia al tercer factor “la autoridad necesaria” es preciso matizar<br />

ciertos aspectos. En primer lugar la autoridad <strong>de</strong>be dirigir la participación <strong>de</strong>l hijo en<br />

la vida familiar y orientar su autonomía, sin llegar a caer en el adultismo,<br />

entendiendo que éste consiste en darle libertad al hijo pensando que está lo<br />

suficientemente maduro, cuando todavía no están preparados para ser árbitros <strong>de</strong><br />

sus propias <strong>de</strong>cisiones. En segundo lugar, la autoridad no consiste en mandar<br />

cuando el hijo molesta o <strong>de</strong> forma arbitraria, ni tampoco conce<strong>de</strong>r mimos o<br />

sobreproteger, porque se estaría fomentando el infantilismo o la valoración <strong>de</strong>l hijo<br />

como siempre inmaduro, escasamente capaz <strong>de</strong> razonar, <strong>de</strong>cidir y controlar <strong>de</strong><br />

forma autónoma; en ocasiones se pue<strong>de</strong> llegar a la hiperprotección bien sea con<br />

exceso <strong>de</strong> indulgencia o <strong>de</strong> manera rígida, siendo ésta una actitud muy nociva para<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l hijo en el que provoca sentimientos <strong>de</strong> inseguridad e inferioridad. En<br />

tercer lugar, la autoridad <strong>de</strong>be conce<strong>de</strong>r información sin <strong>de</strong>jar cabida para la<br />

improvisación, pero sin llegar al extremo <strong>de</strong> la rigi<strong>de</strong>z y el dominio porque son<br />

actitu<strong>de</strong>s que eliminan la posibilidad <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r usando la libertad e incluso<br />

impi<strong>de</strong>n la expresión <strong>de</strong> la auténtica personalidad. Y, en último lugar, en el ejercicio<br />

<strong>de</strong> la autoridad hay que buscar el equilibrio entre respeto y exigencia, entre<br />

estímulos y libertad, entre ejemplo y sugerencia, y entre humor y firmeza; así pues la<br />

familia <strong>de</strong>be evitar <strong>de</strong>sarrollar una línea educativa que sea incoherente, insuficiente,<br />

frustrante y/o traumatizante (Ríos González, 1986; Alcázar y Cervera, 1995).<br />

En referencia al último aspecto mencionado, sobre el ejercicio <strong>de</strong> una<br />

autoridad y una línea educativa equilibrada, resulta imprescindible subrayar la<br />

relevancia <strong>de</strong> la cooperación familia-centro <strong>de</strong> enseñanza, en el proceso formativo<br />

<strong>de</strong>l sujeto (ver Figura 2.22). Esta cooperación no pue<strong>de</strong> limitarse a unos diálogos<br />

esporádicos con los profesores, ni a la asistencia a las reuniones que convoca el<br />

centro, la interrelación familia-centro <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong>be suponer mucho más que<br />

algunos contactos informativos (Díez, 1982; Alcázar y Cervera, 1995; Dawson y<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.22: La familia <strong>de</strong>be cooperar con los profesores y con el centro <strong>de</strong><br />

enseñanza.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

McHugh, 1996), seguramente así se evitarán muchas incoherencias, insuficiencias,<br />

frustraciones y traumas.<br />

Por ello los padres <strong>de</strong>ben elegir un centro cuyo i<strong>de</strong>ario responda a la<br />

educación que ellos <strong>de</strong>sean para sus hijos, pero teniendo en cuenta que el profesor,<br />

o equipo docente, no les sustituye en su tarea educadora. La participación <strong>de</strong> la<br />

familia en el centro <strong>de</strong> enseñanza pue<strong>de</strong> alcanzar distintos niveles, que <strong>de</strong> menor a<br />

mayor, son: información, consulta, propuesta, <strong>de</strong>legación, co<strong>de</strong>cisión, cogestión y<br />

autogestión. En realidad, lo más frecuente es que la familia se limite a <strong>de</strong>sarrollar los<br />

niveles más bajos <strong>de</strong> participación –información o consulta-, no obstante resultan<br />

positivos, por cuanto ya suponen el ejercicio <strong>de</strong> la implicación hasta don<strong>de</strong> se<br />

permite o don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sea (Cfr. Kallinsky, 1999, 31-32).<br />

En líneas generales, po<strong>de</strong>mos apuntar que las funciones <strong>de</strong> la familia<br />

son tres: información, participación y formación. A la familia como institución se le<br />

exige interés, diálogo y compromiso (ver Figura 2.23). Sus <strong>de</strong>rechos son recibir<br />

información periódica, participar en los órganos <strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong>l centro, ser<br />

consi<strong>de</strong>rados como sujetos <strong>de</strong> educación permanente y pertenecer a la Asociación<br />

<strong>de</strong> Padres <strong>de</strong> Alumnos. Y, entre los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la familia están respetar el i<strong>de</strong>ario<br />

<strong>de</strong>l centro, colaborar con el profesorado, asistir a las reuniones, justificar las<br />

ausencias <strong>de</strong> sus hijos a clase y prestar ayuda en las activida<strong>de</strong>s escolares (Cfr.<br />

Díez, 1982, 91 y ss.).<br />

2.3.2.EL CENTRO DE ENSEÑANZA<br />

Para comenzar este apartado es necesario matizar los rasgos<br />

característicos <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> enseñanza:<br />

1. Los centros <strong>de</strong> enseñanza están débilmente articulados, por lo<br />

que se pue<strong>de</strong>n dar trabajos <strong>de</strong>scoordinados o intervenciones <strong>de</strong><br />

forma aislada <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l proceso. Su funcionamiento pue<strong>de</strong> no<br />

respon<strong>de</strong>r al <strong>de</strong> una organización que comparta una cultura y<br />

forma <strong>de</strong> trabajo.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.23: Nuevos <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la familia por su compromiso formativo.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

2. En los centros <strong>de</strong> enseñanza se presenta un funcionamiento celular;<br />

este llamado celularismo correspon<strong>de</strong> al trabajo in<strong>de</strong>pendiente y<br />

asilado <strong>de</strong> cada profesor, sin que las reuniones y discusiones entre<br />

ellos resulten imprescindibles para su tarea diaria.<br />

3. La ambigüedad en las metas o propósitos escolares <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

un mismo centro <strong>de</strong> enseñanza, que aña<strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

cualquier acción (Cfr. Fuéguel, 2000, 56-57).<br />

Se han estudiado los factores que marcan las diferencias entre los<br />

centros <strong>de</strong> enseñanza y que inci<strong>de</strong>n sobre los patrones <strong>de</strong> conducta que se dan en<br />

cada uno <strong>de</strong> ellos, a este respecto P. Wagner y Ch. Watkins (1991) subrayan cuatro<br />

áreas:<br />

a. La flexibilidad y aplicabilidad <strong>de</strong>l currículum y <strong>de</strong> los métodos<br />

<strong>de</strong> enseñanza.<br />

b. La política organizativa en cuanto a la distribución <strong>de</strong><br />

alumnos, recursos y horarios.<br />

c. Los aspectos relativos a la capacidad comunicativa, las<br />

actitu<strong>de</strong>s y la movilidad <strong>de</strong>l profesorado.<br />

d. Características generales <strong>de</strong>l sistema educativo, como los<br />

objetivos, contextualización, coherencia... (p.73).<br />

En la utilización <strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo en el centro <strong>de</strong> enseñanza se<br />

reconoce la reproducción <strong>de</strong> la vida social, clasificando las prácticas y relaciones en<br />

correctas o incorrectas; los alumnos <strong>de</strong>scubren en la escuela una combinación<br />

espacio-tiempo simbólico que se correspon<strong>de</strong> con el or<strong>de</strong>n escolar, pero en realidad<br />

no son ellos los que se adaptan, sino que viven un ritmo <strong>de</strong> clase acomodado a sus<br />

peculiarida<strong>de</strong>s. Lo más a<strong>de</strong>cuado parece ser que el centro <strong>de</strong> enseñanza establezca<br />

una estrecha relación con el medio o comunidad en la que se encuentra,<br />

<strong>de</strong>mostrando que sus ritmos y objetivos conectan con los propios <strong>de</strong> los alumnos<br />

(Wagner y Watkins, 1991; Men<strong>de</strong>s y Milstein, 1999; Esteve, Etxeberría y Jordán,<br />

2001). Como bien afirma Fuensanta Cerezo (2001),<br />

Si tuviéramos que señalar un espacio como el contexto idóneo para la<br />

formación y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l conocimiento social, encontraríamos en la<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

escuela la respuesta más acertada. En primer lugar, porque ofrece el<br />

marco <strong>de</strong> interacción no familiar más inmediato y próximo al niño, y en<br />

segundo lugar porque, dado su carácter universal, propicia las<br />

relaciones interpersonales con sujetos <strong>de</strong> todos los niveles y<br />

estamentos sociales (p.56).<br />

Pero a<strong>de</strong>más, las relaciones que propicia el centro <strong>de</strong> enseñanza<br />

<strong>de</strong>ben caracterizarse por ser <strong>de</strong>mocráticas (ver Figura 2.24). La resolución <strong>de</strong><br />

problemas <strong>de</strong>be hacerse a través <strong>de</strong> <strong>de</strong>liberaciones y reflexiones colectivas, y el<br />

intercambio <strong>de</strong> opiniones es imprescindible, al igual que un compartido interés por el<br />

bien común. Como elemento esencial en el buen <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un centro <strong>de</strong><br />

enseñanza, hay que <strong>de</strong>stacar la participación <strong>de</strong> los alumnos en la reglamentación y<br />

organización <strong>de</strong>l mismo, pues así se contribuye al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la autonomía y la<br />

responsabilidad (Cfr. Escámez, García, Rodríguez y Sales, 2001). Es necesario<br />

tener en cuenta todas las ventajas <strong>de</strong> un ambiente educativo que produzca<br />

colaboración y <strong>de</strong>mocracia:<br />

Si existe un trabajo <strong>de</strong> colaboración a<strong>de</strong>cuado se enriquece la<br />

personalidad <strong>de</strong> las personas implicadas, se mejora la calidad <strong>de</strong> las<br />

relaciones interpersonales, se <strong>de</strong>sarrolla la responsabilidad social y se<br />

previene el fracaso escolar (Kallinsky, 1999, 57).<br />

En líneas generales, po<strong>de</strong>mos señalar cuatro tipos <strong>de</strong> centros <strong>de</strong><br />

enseñanza, en función <strong>de</strong> la participación que propicia:<br />

a) Escuela jerárquica, ofrece pocas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> participación<br />

porque refuerza la autoridad <strong>de</strong>l profesor.<br />

b) Escuela participativa, se favorece la participación <strong>de</strong> padres y<br />

alumnos, como recurso útil para el <strong>de</strong>sarrollar el proceso<br />

educativo.<br />

c) Escuela comunitaria, favorece la participación <strong>de</strong> las familias y <strong>de</strong>l<br />

resto <strong>de</strong> la comunidad, pero no la <strong>de</strong> los alumnos.<br />

d) Escuela autonomista, en la que es alta la participación <strong>de</strong>l<br />

alumnado, frente a la escasa intervención <strong>de</strong> las familias y<br />

comunidad (Cfr. Ibíd., 25).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.24: Se reclama libertad en <strong>de</strong>terminados Centros <strong>de</strong> Enseñanza.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Dentro <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> enseñanza hay que <strong>de</strong>stacar las influencias <strong>de</strong>l<br />

grupo-clase sobre el alumno, las influencias <strong>de</strong>l profesor sobre su grupo <strong>de</strong> alumnos<br />

y <strong>de</strong> la familia sobre el profesor o el centro <strong>de</strong> enseñanza en general. El grupo-clase<br />

toma i<strong>de</strong>ntidad propia, en él se produce una distribución <strong>de</strong> roles y funciones<br />

relativas a las tareas <strong>de</strong> enseñanza y al mantenimiento <strong>de</strong>l grupo mismo (Fuéguel,<br />

2000; Fernán<strong>de</strong>z García, Funes y Villaoslada, 2002). Así, el grupo-clase señala las<br />

interacciones, los comportamientos y las tareas que <strong>de</strong>sarrolla el alumno, influyendo<br />

a su vez sobre su afectividad, sobre sus valores y sobre su <strong>de</strong>sarrollo. Por<br />

consiguiente,<br />

Para que el grupo llegue a ser una micro comunidad, ha <strong>de</strong> ser capaz<br />

<strong>de</strong> reconocer y aceptar a todos y cada uno <strong>de</strong> sus miembros, <strong>de</strong><br />

conocer sus posibilida<strong>de</strong>s y potenciarlas, <strong>de</strong> creer que el beneficio<br />

individual repercute en el <strong>de</strong>l grupo y viceversa. No hay exclusión, ni<br />

marginación. Hay normas claras <strong>de</strong> funcionamiento y normas<br />

compartidas como valores que i<strong>de</strong>ntifican al grupo (Fernán<strong>de</strong>z García,<br />

Funes y Villaoslada, 2002, 44).<br />

En pocas palabras, las metas prioritarias <strong>de</strong>l grupo-clase son favorecer<br />

capacida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>sarrollar competencias sociales, ayudar a pensar y actuar<br />

éticamente y propiciar el diálogo. Con fines tan positivos, es evi<strong>de</strong>nte la importancia<br />

<strong>de</strong> trabajar estrategias <strong>de</strong> aprendizaje cooperativo y grupal, como situación <strong>de</strong><br />

comunicación y reflexión entre los mismos alumnos (Cfr. Morales, 1998, 110-111).<br />

Así pues, se rechaza el ambiente escolar competitivo, en pro <strong>de</strong>l cooperativo,<br />

No tienen mucho sentido enseñar a los alumnos el manejo constructivo<br />

<strong>de</strong> los conflictos si la escuela está estructurada competitivamente. Los<br />

alumnos trabajan en un ambiente competitivo cuando rivalizan por<br />

recompensas escasas y cada uno <strong>de</strong>be <strong>de</strong>rrotar a los otros para<br />

obtener lo que <strong>de</strong>sea (Johnson y Johnson, 1999, 41).<br />

Por otra parte, tenemos la influencia indudable y compleja <strong>de</strong>l profesor<br />

sobre el alumno; relación que aunque sea iniciada por el profesor, por supuesto es<br />

recíproca, ya que los alumnos también influyen en él. Esta relación tiene dos<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

manifestaciones principales: la comunicación personal <strong>de</strong> reconocimiento y<br />

cordialidad, o la orientación para el estudio y el aprendizaje (Cfr. Morales, 1998, 36).<br />

La relación <strong>de</strong>l profesor con sus alumnos pue<strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las<br />

materias a enseñar y permitir que aprendan en especial cosas relevantes para su<br />

vida (Cfr. Morales, 1998, 118). Según esto, la actuación <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong><br />

enseñanza <strong>de</strong>be abordar dos puntos <strong>de</strong> vista: salvar a los alumnos que presentan un<br />

mal comportamiento, y maximizar el potencial <strong>de</strong> aquellos que se comportan bien y<br />

quieren educarse (Cfr. Johnson y Johnson, 1999, 17). No es conveniente la<br />

separación <strong>de</strong> ambos grupos <strong>de</strong> alumnos, las dos tareas –corregir y potenciar<strong>de</strong>ben<br />

llevarse <strong>de</strong> forma paralela y, con algunos alumnos, <strong>de</strong> forma secuenciada.<br />

La familia –<strong>de</strong> la que ya hablamos en el apartado anterior- es el tercer<br />

campo <strong>de</strong> influencias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> enseñanza (ver Figura 2.25). La familia y<br />

la escuela son los dos pilares fundamentales sobre los que se construye el proceso<br />

educativo y sus funciones son complementarias. Por ello es importante que trabajen<br />

juntas (Kallinsky, 1999, 50). No obstante, las relaciones entre estas dos instituciones<br />

acusan un <strong>de</strong>ficiente funcionamiento <strong>de</strong>bido a las discrepancias en objetivos y<br />

expectativas, a la ausencia <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los que canalicen los esfuerzos por mejorar, y a<br />

las actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> intransigencia y sensibilidad exagerada; para que familia y centro <strong>de</strong><br />

enseñanza cumplan <strong>de</strong>bidamente sus responsabilida<strong>de</strong>s educativas, se precisa <strong>de</strong><br />

negociación y comunicación permanente entre ellos.<br />

Por otra parte, el planteamiento <strong>de</strong> que el centro educativo es el lugar<br />

don<strong>de</strong> hay que enseñarlo todo,<br />

(...) correspon<strong>de</strong> a un paradigma <strong>de</strong> tipo universalista que no coinci<strong>de</strong><br />

con la realidad actual. Los saberes se han diversificado y especializado<br />

hasta el punto <strong>de</strong> que resulta imposible que un docente o un grupo <strong>de</strong><br />

docentes abarque toda la gama <strong>de</strong> conocimientos (Dabas, 1998, 38).<br />

El sujeto a educar necesita que todas las re<strong>de</strong>s o elementos sociales<br />

que configuran su entorno, se impliquen en su aprendizaje. El centro <strong>de</strong> enseñanza<br />

es uno <strong>de</strong> esos elementos sociales y, por supuesto, <strong>de</strong>be trabajar a fondo sobre la<br />

198


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.25: La familia influye en el trabajo <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Enseñanza.<br />

199


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

esfera <strong>de</strong> conocimientos y valores que le correspon<strong>de</strong>. Pero ¿cómo <strong>de</strong>limitar cuáles<br />

son esos contenidos propios <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> enseñanza? El proyecto curricular o la<br />

programación docente, son los documentos que reflejan esos contenidos; el<br />

problema llega cuando la sociedad <strong>de</strong>scarga sobre este centro nuevas<br />

responsabilida<strong>de</strong>s que van quedando abandonadas por otras re<strong>de</strong>s sociales. No<br />

obstante, la escuela <strong>de</strong>be compren<strong>de</strong>r mejor la población a la que sirve, apren<strong>de</strong>r a<br />

gestionar las diferencias y respon<strong>de</strong>r a las nuevas necesida<strong>de</strong>s (Kallinsky, 1999, 85).<br />

Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista sistémico, el centro <strong>de</strong> enseñanza es un<br />

sistema abierto que interacciona con otros sistemas <strong>de</strong>l entorno social (ver Figura<br />

2.26), que funciona como una organización jerárquica y estructurada, con sus<br />

propias reglas pero incluyendo las i<strong>de</strong>ologías, creencias y expectativas <strong>de</strong> otros<br />

sistemas sociales que influyen en la comunidad (Cfr. Trianes, 2000, 100).<br />

En <strong>de</strong>finitiva, el centro <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong>be motivar el razonamiento y el<br />

acto moral, pero no una mera imposición <strong>de</strong> límites sustentados en la autoridad, sin<br />

que esto suponga la negación <strong>de</strong> unos límites imprescindibles para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

la convivencia pacífica (Cfr. Fernán<strong>de</strong>z García y Martínez Pérez, 1999, 101).<br />

2.3.3. LA POLÍTICA EDUCATIVA<br />

Vamos a consi<strong>de</strong>rar una cuestión <strong>de</strong> política educativa, cualquier<br />

<strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> la Dirección <strong>de</strong> un centro <strong>de</strong> enseñanza o <strong>de</strong> la Administración <strong>de</strong><br />

educación que afecte <strong>de</strong> alguna manera a uno o varios <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong>l proceso<br />

educativo. Estos elementos son: la población, la organización <strong>de</strong> las relaciones, el<br />

ambiente y la tecnología. Como población se entien<strong>de</strong> los alumnos, profesores,<br />

familiares y representantes <strong>de</strong> la comunidad. La organización <strong>de</strong> las relaciones es la<br />

que proporciona dinamismo al sistema. El ambiente está integrado por el espacio<br />

físico, por el entorno cultural y por las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l contexto. Y, la tecnología es<br />

entendida como los<br />

200


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.26: El Centro <strong>de</strong> Enseñanza busca soluciones a problemas <strong>de</strong>l entorno.<br />

201


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

instrumentos y procesos que se <strong>de</strong>sarrollan en el centro <strong>de</strong> enseñanza para adaptar<br />

los recursos disponibles y utilizarlos (Cfr. Fuéguel, 2000, 57-58).<br />

En cuestiones <strong>de</strong> política educativa es importante consi<strong>de</strong>rar que (...)<br />

una organización no discriminatoria, cooperativa tanto a nivel <strong>de</strong> centro como <strong>de</strong><br />

aula, constituye una condición favorable para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l discente (Fernán<strong>de</strong>z<br />

García, Funes y Villaoslada, 2002, 37); <strong>de</strong>sarrollo no sólo cognitivo, sino también<br />

emocional y social. Así pues, las reglamentaciones <strong>de</strong>ben encaminarse a tal fin, que<br />

especifica las finalida<strong>de</strong>s educativas fundamentales.<br />

En la línea <strong>de</strong> la prevención <strong>de</strong> la violencia en los ámbitos escolares,<br />

las políticas <strong>de</strong> las administraciones públicas son responsables <strong>de</strong> elaborar<br />

programas para intervenciones psicoeducativas, <strong>de</strong> promulgar cambios en el<br />

proyecto <strong>de</strong> centro y en el currículum escolar y <strong>de</strong> establecer propuestas educativas<br />

transversales. Con tal fin se diseñan campañas, se editan materiales y se financian<br />

proyectos encaminados a la prevención y el tratamiento <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> los<br />

alumnos, también se diseñan recursos <strong>de</strong> asesoramiento y evaluación, como por<br />

ejemplo el Teléfono Amigo que es un servicio que presta la consejería <strong>de</strong> Educación<br />

y Ciencia <strong>de</strong> la Junta <strong>de</strong> Andalucía. El objetivo es promover el aprendizaje <strong>de</strong><br />

habilida<strong>de</strong>s y estrategias prosociales. En los últimos años estas intervenciones<br />

políticas tien<strong>de</strong>n a ser más amplias y comprensivas, por cuanto abordan diversos<br />

niveles <strong>de</strong> la comunidad y porque se centran más en la formación y apoyo al<br />

profesor (Cfr. Trianes, 2000, 155 y ss.). Con respecto a estas iniciativas<br />

institucionales, José M. Esteve, Félix Etxeberría y José A. Jordán (2001) presentan<br />

un cuadro muy resumido <strong>de</strong> los programas que se están <strong>de</strong>sarrollando en cada<br />

comunidad autónoma, <strong>de</strong>stacando la ausencia <strong>de</strong>l término “violencia” en sus<br />

<strong>de</strong>nominaciones; por ejemplo, en Andalucía citan el Programa Educativo para la<br />

prevención <strong>de</strong>l maltrato entre escolares (p.87).<br />

En el caso concreto <strong>de</strong> la enseñanza secundaria, predomina un estilo<br />

educativo que no se correspon<strong>de</strong> con la finalidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo completo <strong>de</strong>l alumno<br />

que acabamos <strong>de</strong> citar. En estos niveles <strong>de</strong> enseñanza se <strong>de</strong>spersonalizan las<br />

relaciones, el funcionamiento es más rígido, se dan pocas oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

202


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

autogobierno, se abandona el trabajo en pequeños grupos, las activida<strong>de</strong>s siguen<br />

siendo muy mecánicas, y el profesor no se siente totalmente eficaz (Cfr. Fernán<strong>de</strong>z<br />

García, Funes y Villaoslada, 2002, 39). Deducimos que las políticas educativas tanto<br />

<strong>de</strong> los equipos directivos <strong>de</strong> los centros como <strong>de</strong> la Administración, <strong>de</strong>ben estudiar<br />

normativas que no <strong>de</strong>jen al alumnado <strong>de</strong> secundaria tan abandonado a la suerte <strong>de</strong><br />

casos excepcionales en los que si se trabaja por su <strong>de</strong>sarrollo integral (ver Figura<br />

2.27).<br />

Por otra parte, para que cualquier situación se convierta en una ocasión<br />

<strong>de</strong> aprendizaje positivo, las políticas educativas <strong>de</strong>ben exigir que la evaluación sea<br />

estructurada es <strong>de</strong>cir centrada en lo que es importante en cada momento,<br />

compartida para facilitar la autoevaluación y habitual o realizada con cierta<br />

frecuencia (Cfr. Morales, 1998, 112).<br />

En general, las políticas educativas <strong>de</strong>scuidan tanto al alumnado, que<br />

no se ocupan <strong>de</strong> formar al profesorado en cuestiones tan esenciales como la<br />

disciplina, las leyes no <strong>de</strong>muestran excesiva sensibilidad por el tema, como si las<br />

estrategias <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> normas disciplinarias se aprendiera sólo con la práctica<br />

<strong>de</strong>l oficio (Cfr. Gotzens, 1997, 30).<br />

En concreto, sobre las medidas disciplinarias con los alumnos, la<br />

Administración educativa hace mención a estas tres vertientes:<br />

a) Señala que su finalidad es el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s,<br />

valores y normas bien explicitadas. Ya se prescin<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />

currículum oculto y en las propias leyes educativas se especifican<br />

esos contenidos actitudinales.<br />

b) Apunta que su tarea preventiva se cubre mediante el<br />

cumplimiento <strong>de</strong>l Reglamento <strong>de</strong> Régimen Interno (RRI) y con el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> tutorías.<br />

c) Y, se <strong>de</strong>creta, a través <strong>de</strong> los Derechos y Deberes <strong>de</strong>l Alumno <strong>de</strong><br />

1990, el nivel <strong>de</strong> sanción <strong>de</strong> los comportamientos tipificados como<br />

faltas (Cfr. Gotzens, 1997, pp.193-194).<br />

203


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.27: Se <strong>de</strong>manda una formación integral <strong>de</strong> los alumnos.<br />

204


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Con respecto a este último documento <strong>de</strong> rango legal, es preciso<br />

matizar que se resaltan como <strong>de</strong>beres el respeto a los <strong>de</strong>más, la participación en el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su instrucción y el cumplimiento <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong> convivencia. Y,<br />

como <strong>de</strong>recho se subraya el <strong>de</strong>recho a la educación, a la socialización y al disfrute<br />

<strong>de</strong> sus liberta<strong>de</strong>s (Cfr. Gotzens, 1997, 196 y ss.). También es preciso <strong>de</strong>stacar la<br />

importancia que otorga al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las tutorías (ver Figura 2.28), porque se<br />

entien<strong>de</strong> como el lugar apropiado para <strong>de</strong>sarrollar proyectos académicos y<br />

programas <strong>de</strong> competencias sociales (Cfr. Blanco, Callejón y Fernán<strong>de</strong>z García,<br />

1999, 121).<br />

así:<br />

Con la LOCE, se ratifican y actualizan los <strong>de</strong>rechos básicos <strong>de</strong>l alumno<br />

a) “A recibir una formación integral que contribuya al pleno<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su personalidad.<br />

b) A que se respete su libertad <strong>de</strong> conciencia, sus convicciones<br />

religiosas y sus convicciones morales, <strong>de</strong> acuerdo con la<br />

Constitución.<br />

c) A que se respeten su integridad y dignidad personales.<br />

d) A la protección contra toda agresión física o moral.<br />

e) A participar en el funcionamiento y en la vida <strong>de</strong>l centro, <strong>de</strong><br />

conformidad con lo dispuesto en las normas vigentes.<br />

f) A recibir las ayudas y los apoyos precisos para compensar las<br />

carencias y <strong>de</strong>sventajas <strong>de</strong> tipo personal, familiar, económico,<br />

social y cultural, especialmente en el caso <strong>de</strong> presentar<br />

necesida<strong>de</strong>s educativas especiales, que impidan o dificulten el<br />

acceso y la permanencia en el sistema educativo.<br />

g) A la protección social, en el ámbito educativo, en los casos <strong>de</strong><br />

infortunio familiar o acci<strong>de</strong>nte.” (Artículo 2.2)<br />

Resumiendo, se proclaman como <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l alumno una formación<br />

integral, asesoramiento, ayuda, protección y posibilidad <strong>de</strong> participación, respetando<br />

siempre su libertad y su propia personalidad.<br />

205


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 2.28: Se da mucha importancia al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las Tutorías.<br />

206


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Igualmente, en la LOCE (Artículo 2.3.-2.4.) también se <strong>de</strong>tallan los<br />

<strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l alumno, que se divi<strong>de</strong>n en dos grupos, los relativos al estudio como<br />

<strong>de</strong>ber básico <strong>de</strong>l alumno que implica: participación en las activida<strong>de</strong>s orientadas al<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los currículos, seguir las directrices <strong>de</strong>l profesorado, la asistencia y<br />

colaborar en la consecución <strong>de</strong> un a<strong>de</strong>cuado clima <strong>de</strong> estudio en el centro. Y, otros<br />

<strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l alumnado como el respeto hacia todos los miembros <strong>de</strong> la comunidad<br />

educativa y hacia las normas <strong>de</strong>l centro. Observamos que los <strong>de</strong>beres que se<br />

adjudican al alumnado están enfocados en general, hacia su propio beneficio en el<br />

proceso <strong>de</strong> aprendizaje y hacia el mantenimiento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y la disciplina en el<br />

centro educativo.<br />

En lo que se refiere al alumnado <strong>de</strong> los niveles universitarios, la Ley<br />

Orgánica <strong>de</strong> <strong>Universidad</strong>es (LOU) <strong>de</strong> 21 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001, <strong>de</strong>dica el Título VIII a<br />

los “Estudiantes”. En el Artículo 42 se trata el acceso a la <strong>Universidad</strong>, en el 43 la<br />

oferta <strong>de</strong> plazas, en el 44 los límites <strong>de</strong> admisión, el 45 se <strong>de</strong>dica a las becas y<br />

ayudas al estudio, y el Artículo 46 versa sobre los “Derechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> los<br />

estudiantes”. En este último se expresa el estudio como un <strong>de</strong>recho y un <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>l<br />

alumno, a<strong>de</strong>más se cita el <strong>de</strong>recho a la elección, a la igualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s, a la<br />

información, a la orientación, al asesoramiento, a la representación y a la libertad <strong>de</strong><br />

expresión. Es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar la primacía <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos sobre los <strong>de</strong>beres, y en<br />

particular la omisión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> respetar <strong>de</strong>terminadas normas <strong>de</strong> convivencia y<br />

disciplina en el ámbito universitario.<br />

En última instancia, los administradores escolares también <strong>de</strong>ben<br />

implicarse en la resolución <strong>de</strong> conflictos, puesto que los valores y actitu<strong>de</strong>s (...) se<br />

alojan en la cultura y formas <strong>de</strong> pensar <strong>de</strong> la sociedad (Trianes, 2000, 99). A este<br />

respecto, la política educativa <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rar la valorización <strong>de</strong> los conflictos,<br />

reconocer que son inevitables, sanos, parte <strong>de</strong> las soluciones y constructivos. Si los<br />

conflictos son evitados y no se realiza el entrenamiento en su manejo a<strong>de</strong>cuado, se<br />

vuelven conflictos <strong>de</strong>structivos porque el alumno emplea sus propias técnicas,<br />

generalmente ina<strong>de</strong>cuadas, para manejarlos, y con ello no resuelve el problema sino<br />

207


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

que lo agrava añadiéndole el distanciamiento <strong>de</strong> sus compañeros y profesores<br />

(Johnson y Johnson, 1999; Esteve, Etxeberría y Jordán, 2001).<br />

208


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

3. LA PRENSA ESCRITA COMO<br />

MEDIO DE COMUNICACIÓN<br />

SOCIAL<br />

3.1. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL<br />

3.1.1. CARACTERÍSTICAS<br />

La prensa es el <strong>de</strong>do indicador <strong>de</strong> la ruta <strong>de</strong>l<br />

progreso (Víctor Hugo, 1802-1885).<br />

Los medios <strong>de</strong> comunicación social, o los mass media 1 , son los que<br />

conforman la cultura <strong>de</strong> cada sociedad <strong>de</strong>sarrollada 2 . Según E. Ferrer (1997) el<br />

término comunicación social nace para sustituir a la comunicación <strong>de</strong> masas o<br />

colectiva que podían resultar términos más dogmáticos, o tecnológicos por cuanto<br />

<strong>de</strong>finen el proceso (p.51). J. Timoteo (1992) prefiere mantener la vinculación <strong>de</strong><br />

estos medios <strong>de</strong> información con la “sociedad <strong>de</strong> masas”, por ser éstos responsables<br />

<strong>de</strong> organizaciones y movilizaciones <strong>de</strong> masas (p.22).<br />

1 Utilizaremos Medios <strong>de</strong> Comunicación Social, Medios <strong>de</strong> Comunicación <strong>de</strong> Masas, Medios <strong>de</strong> Comunicación<br />

Colectiva y Mass Media como sinónimos, puesto que para nuestro estudio no son relevantes las matizaciones<br />

con las que distintos autores se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n por emplear una <strong>de</strong>nominación en particular.<br />

2 Enten<strong>de</strong>mos que sólo en las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sarrolladas los medios <strong>de</strong> comunicación social han alcanzado el<br />

nivel que les permite ejercer ciertas funciones sobre la población. Por este motivo, a lo largo <strong>de</strong>l capítulo<br />

haremos referencia siempre a las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sarrolladas.<br />

209


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En ocasiones, los medios <strong>de</strong> comunicación social pue<strong>de</strong>n ser los<br />

culpables <strong>de</strong> nuestros males o por el contrario otras veces son la solución a nuestros<br />

problemas, pero en <strong>de</strong>finitiva preten<strong>de</strong>n ser un reflejo <strong>de</strong> la sociedad. La profesora<br />

MªT. La Porte (1999) expresa esta opinión <strong>de</strong> la siguiente forma:<br />

Los medios pue<strong>de</strong>n contribuir a la prevención <strong>de</strong> conflictos <strong>de</strong> diversos<br />

modos, principalmente evitando crear tensiones innecesarias o<br />

reduciendo el posible alarmismo que ciertas informaciones <strong>de</strong>spiertan<br />

(...). La información exacta, la valoración equilibrada <strong>de</strong> los prejuicios y<br />

consecuencias <strong>de</strong> los acontecimientos, la oferta <strong>de</strong> soluciones<br />

alternativas pue<strong>de</strong> serenar un ambiente crispado y favorecer la<br />

reflexión y el diálogo (p.89).<br />

En general, encontramos especialistas que acusan a los medios <strong>de</strong><br />

comunicación social <strong>de</strong> rebajar el gusto cultural, <strong>de</strong> aumentar las tasas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>lincuencia, <strong>de</strong> contribuir al <strong>de</strong>terioro moral, <strong>de</strong> fomentar la superficialidad política y<br />

<strong>de</strong> suprimir la creatividad; frente a otros que <strong>de</strong>claran que estos medios son nuestros<br />

servidores e incluso salvadores, puesto que <strong>de</strong>nuncian la corrupción, son guardianes<br />

<strong>de</strong> la libertad <strong>de</strong> palabra, aportan cultura, diversión e información, enriquecen<br />

nuestra economía mediante el impulso al consumo, y posibilitan el intercambio <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>claraciones y conocimiento <strong>de</strong> distintas posturas. Existe una posición más objetiva<br />

que las dos anteriores, la cuál afirma que la actividad <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social se centra en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un clima <strong>de</strong> libertad (Cfr.<br />

Fernán<strong>de</strong>z Areal, 1998, 145).<br />

Aunque, según el sistema político, económico o cultural implantado, los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación social adoptarán diferentes estructuras que harán resaltar<br />

sus aspectos bien negativos, bien positivos (Cfr. Ball-Rokeach y De Fleur, 1993, 50-<br />

51). Estas controversias no hacen sino verificar la dinámica y la polémica que ro<strong>de</strong>a<br />

al acto comunicativo. No obstante, es comúnmente aceptado por la mayoría <strong>de</strong> los<br />

autores <strong>de</strong>l momento que (...) los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong>ben suscitar en la<br />

opinión pública la voluntad <strong>de</strong> resolver los problemas y responsabilizarse <strong>de</strong> la<br />

aplicación <strong>de</strong> las soluciones a<strong>de</strong>cuadas (Nieto, 1986, 33). Por su parte, E. Ferrer<br />

(1997) cita tres aspectos propios <strong>de</strong> esa opinión pública que nace con el proceso<br />

210


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

comunicativo. El primero es que el individuo pasa a ser un elemento activo. El<br />

segundo es el incremento en cantidad y variedad <strong>de</strong> mensajes intercambiados. Y, el<br />

tercero es que aumenta la representación social (p.52). Otro aspecto fundamental es<br />

que esta opinión pública se ha institucionalizado gracias a los medios <strong>de</strong><br />

comunicación social (Cfr. Vera Balanza, 1995, 124 y ss.), puesto que sigue una serie<br />

<strong>de</strong> pautas extensibles a todos los contextos, formando criterios comunes a la gran<br />

mayoría <strong>de</strong> los lectores y, por lo tanto controlando su manera <strong>de</strong> pensar y sus<br />

valoraciones.<br />

Hoy día, a los medios <strong>de</strong> comunicación social se les acusa <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse<br />

influenciar por grupos económicos o políticos <strong>de</strong> alto po<strong>de</strong>r, o simplemente por la<br />

i<strong>de</strong>ología particular <strong>de</strong>l grupo empresarial al que pertenecen, en este aspecto<br />

corremos el peligro <strong>de</strong>l monopolio <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s e intereses <strong>de</strong> la población.<br />

Entendiendo por i<strong>de</strong>ología:<br />

(...) complementos <strong>de</strong> valores, orientaciones y predisposiciones que<br />

forman perspectivas i<strong>de</strong>acionales expresadas a través <strong>de</strong> la<br />

comunicación interpersonal y <strong>de</strong> la comunicación mediada<br />

tecnológicamente (Lull, 1997, 19).<br />

Por lo general, el conflicto en este oligopolio 3 informativo surge cuando<br />

las metas <strong>de</strong> la empresa no coinci<strong>de</strong>n, o incluso son divergentes, con el valor <strong>de</strong> la<br />

información, que llevan al periodista al vicio <strong>de</strong> la “autocensura” a fin <strong>de</strong> ser fiel y<br />

obediente a su empresa (Cfr. Vázquez Fernán<strong>de</strong>z, 1996, 258). Así, por medio <strong>de</strong><br />

presiones, no movidos por su sentido ético y social, llegan los medios <strong>de</strong><br />

comunicación a convertirse en manipuladores (Cfr. Vázquez, 1990, 20). También es<br />

preciso contemplar el fuerte potencial económico que mueve actualmente la industria<br />

<strong>de</strong> la comunicación y el rápido avance tecnológico que influye <strong>de</strong>cisivamente en<br />

dicha industria, estos son dos factores que hacen cada vez más compleja nuestra<br />

sociedad<br />

3 Teniendo en cuenta que “oligopolio” -según el Diccionario <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia Española (22 ed., versión digital<br />

1.0, 2003), Espasa Calpe, Madrid.-, es: La concentración <strong>de</strong> la oferta <strong>de</strong> un sector industrial o comercial en un<br />

reducido número <strong>de</strong> empresas.<br />

211


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

(Nieto, 1986; Gillén, 1991; Ball-Rokeach y De Fleur, 1993). Como dice el profesor <strong>de</strong><br />

sociología A. Navas (1999):<br />

(...) sería <strong>de</strong>seable tener unos medios informativos conscientes <strong>de</strong> la<br />

influencia que ejercen, dispuestos a trabajar responsablemente en la<br />

construcción <strong>de</strong> una sociedad más justa y pacífica y que, al hacerlo así,<br />

vieran incrementados sus índices <strong>de</strong> audiencia y los beneficios <strong>de</strong> su<br />

cuenta <strong>de</strong> resultados (p.43).<br />

A<strong>de</strong>más, a los medios <strong>de</strong> comunicación social se les atribuye la<br />

vulgarización <strong>de</strong> la cultura, a través <strong>de</strong> un tratamiento no especializado e incompleto<br />

<strong>de</strong> los datos que se aportan, así como por la ausencia <strong>de</strong> justificaciones científicas.<br />

La formación <strong>de</strong> personas sin capacidad crítica propia es otra <strong>de</strong> las acusaciones<br />

más repetidas, puesto que junto con la información ya se está aportando una<br />

calificación y una imagen social <strong>de</strong>terminada. Y, el <strong>de</strong>terioro, e incluso pérdida, <strong>de</strong><br />

muchas peculiarida<strong>de</strong>s populares sería otro aspecto negativo <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación social; con ellos se universalizan costumbres sacándolas <strong>de</strong> su<br />

contexto originario (Cfr. Cabero y Loscertales, 1998, 76 y ss.).<br />

Pero no <strong>de</strong>bemos olvidar que los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

representan una excelente oportunidad formativa, civilizadora y, por consiguiente, <strong>de</strong><br />

progreso. El individuo tiene acceso a multiplicidad <strong>de</strong> informaciones, a través <strong>de</strong><br />

diversos medios cada vez más rápidos e inmediatos, gracias a los avances<br />

tecnológicos, y sin los cuales la capacidad <strong>de</strong> comunicación se vería <strong>de</strong>sbordada por<br />

la velocidad en la que se produce la información. La sociedad exige esta inmediatez<br />

porque lo que prima es conocer todo dato, suceso o fenómeno en el momento<br />

mismo en el que surjan. No obstante, con esa rapi<strong>de</strong>z en la comunicación estamos<br />

sacrificando la profundización y la comprensión total, porque la fugacidad no <strong>de</strong>ja<br />

tiempo para reflexiones y explicaciones muy <strong>de</strong>talladas. Sin embargo, esta<br />

inmediatez y facilidad con la que po<strong>de</strong>mos hoy obtener información <strong>de</strong> fenómenos<br />

mundiales, nos permiten alcanzar conocimientos antes inalcanzables para un<br />

ciudadano cualquiera. Conocimientos, a<strong>de</strong>más, importantes en una sociedad cada<br />

212


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.1: Circunstancias producidas en otros países.<br />

213


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

vez más universal si tenemos en consi<strong>de</strong>ración que las fuertes influencias entre<br />

países y continentes, pue<strong>de</strong>n repercutir, y <strong>de</strong> hecho lo hacen, en la vida cotidiana <strong>de</strong><br />

cualquier individuo (ver Figura 3.1). La economía mundial, las políticas<br />

gubernamentales, los organismos internacionales, las empresas y marcas<br />

multinacionales, las agrupaciones creadas bajo una i<strong>de</strong>ología concreta...., son claros<br />

ejemplos <strong>de</strong> nuestro camino hacia la socialización mundial. Lo que J. Timoteo (1992)<br />

<strong>de</strong>nomina una “sociedad <strong>de</strong> información” argumentando que,<br />

(...) el conocimiento y la información se están convirtiendo en las<br />

fuentes estratégicas <strong>de</strong> todo tipo <strong>de</strong> actividad social, económica o<br />

política y, en consecuencia, son ellas (la información) las que están<br />

transformando los agentes y los sistemas (p.127).<br />

Está claro pues, que los medios <strong>de</strong> comunicación ejercen fuertes<br />

influencias en el proceso <strong>de</strong> socialización <strong>de</strong> los individuos (ver Figura 3.2), ya que<br />

son una fuente ineludible y omnipresente <strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones sobre comportamiento y<br />

que a<strong>de</strong>más proporcionan el conocimiento y las orientaciones para interpretar el<br />

mundo <strong>de</strong> forma que tenga sentido; según la teoría <strong>de</strong> la socialización <strong>de</strong> J.M.<br />

McLeod y G.J. O´Keefe (1972) con el conocimiento adquirido a través <strong>de</strong> los medios<br />

<strong>de</strong> comunicación social, los individuos apren<strong>de</strong>n a ser y a comportarse como<br />

adultos. En general, su influencia sobre la socialización se pue<strong>de</strong> resumir en tres<br />

aspectos: mantenimiento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, posibilidad <strong>de</strong> previsión y continuidad estructural<br />

(Cfr. Ball-Rokeach y De Fleur, 1993, 270-271). Por medio <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>l<br />

aprendizaje social o <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>laje <strong>de</strong> A. Bandura (1977), los individuos adquieren o<br />

refuerzan comportamientos, así po<strong>de</strong>mos afirmar que (...) los medios <strong>de</strong><br />

comunicación son una fuente <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los atractivos y fácilmente disponibles. Y<br />

proporcionan un mo<strong>de</strong>laje simbólico <strong>de</strong> casi todas las formas concebibles <strong>de</strong><br />

conducta (Ball-Rokeach y De Fleur, 1993, 281). En <strong>de</strong>finitiva, por la comunicación<br />

social los individuos llegan a tener cosas en común y apren<strong>de</strong>n a saber quiénes son<br />

y quiénes podrían llegar a ser (Cfr. Ferrer, 1997, 30-31).<br />

214


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.2: La prensa como agente socializador.<br />

215


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

De otra parte, los mensajes transmitidos por estos medios, van<br />

<strong>de</strong>finiendo nuestros valores culturales (ver Figura 3.3), por ello po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que<br />

los medios <strong>de</strong> comunicación social son parte fundamental <strong>de</strong> cada sociedad porque,<br />

Los medios <strong>de</strong> comunicación son instrumentos culturales que sirven<br />

para promover o influir en las actitu<strong>de</strong>s, para estimular, para fomentar<br />

la difusión <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> comportamiento y para provocar la<br />

integración social (Nieto, 1986, 21).<br />

No obstante, esta cultura <strong>de</strong> masas se caracteriza por hacer que el<br />

individuo posea conocimientos <strong>de</strong> muchas cuestiones diversas, en espacios<br />

temporales dispersos, sin llegar nunca a alcanzar un conocimiento pleno y<br />

organizado, y estar por siempre <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> estos medios que le suministran la<br />

información. Esto sería lo que A. Moles (1975) <strong>de</strong>fine como la cultura mosaico que<br />

se caracteriza por la posesión <strong>de</strong> conocimientos inconexos y por la no-liberación <strong>de</strong><br />

los medios <strong>de</strong> comunicación. Así observamos que la cultura tradicional está<br />

perdiendo la contextualización, la coherencia y la estructuración que la<br />

caracterizaban, hacia una cultura más universalista, <strong>de</strong>sorganizada y dispersa. Para<br />

M.A. Santos Guerra (1984) esta nueva cultura potencia el logro <strong>de</strong>l éxito, la<br />

competitividad entre iguales, el cuidado <strong>de</strong> las apariencias, la cuantificación frente a<br />

la cualificación, la utilidad por encima <strong>de</strong> la estética, el individualismo exagerado, el<br />

consumo <strong>de</strong>smesurado, la prisa sin reflexiones, la provisionalidad y la posesión<br />

egoísta. J. Cabero y F. Loscertales (1998) aña<strong>de</strong>n la homogeneización <strong>de</strong> valores<br />

culturales e i<strong>de</strong>ológicos. Y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí apuntamos las necesida<strong>de</strong>s creadas. Pero<br />

<strong>de</strong>bemos enfrentarnos a la realidad y admitir que (...) la cultura <strong>de</strong> hoy está en los<br />

medios, cada vez más y para cada vez más culturas (Del Río Pereda, 1996, 42).<br />

Ante todas las posturas críticas que surgen en torno a la cultura <strong>de</strong><br />

masas y los medios <strong>de</strong> comunicación social se pue<strong>de</strong>n objetar varias cuestiones:<br />

- los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas ofrecen nuevas maneras <strong>de</strong><br />

satisfacer necesida<strong>de</strong>s sociales ancestrales, como el entretenimiento<br />

o la información;<br />

216


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.3: Se fomenta el valor <strong>de</strong> la paz frente a la violencia <strong>de</strong> los<br />

terroristas.<br />

217


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- se presta poca atención a la regulación que sufren los medios <strong>de</strong><br />

comunicación, y <strong>de</strong>masiada a los efectos dañinos <strong>de</strong> éstos;<br />

- se <strong>de</strong>scuidan características potenciales y muy beneficiosas <strong>de</strong> los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación social;<br />

- no se estudian las conductas individuales;<br />

- se contrapone la cultura <strong>de</strong> élite calificándola como buena y<br />

prestigiosa, a la cultura <strong>de</strong> masas, sin tener en cuenta las<br />

interrelaciones;<br />

- se <strong>de</strong>sestima el análisis <strong>de</strong>l contexto social y <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> las<br />

organizaciones <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación (Cfr. Vera Balanza,<br />

1995, 24-25).<br />

Así pues, aunque nos pueda parecer imposible, todo el cúmulo <strong>de</strong><br />

aspectos negativos que se atribuyen a los medios <strong>de</strong> comunicación social, no viene<br />

a significar necesariamente que sea una cultura perjudicial <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />

social (Cfr. Murrillo y Muñoz-Repiso, 2002, 9), por distintas razones. En primer lugar,<br />

porque el objetivo primordial <strong>de</strong> la comunicación social es contribuir al bienestar<br />

comunitario. En segundo lugar, porque representa una posibilidad cómoda <strong>de</strong> añadir<br />

nuevas informaciones que no tendrían lugar en la tradicional jerarquía rígida <strong>de</strong><br />

conocimientos. Y, en tercer lugar, porque se preten<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sarrollar las posibilida<strong>de</strong>s<br />

sensitivas <strong>de</strong>l individuo, por encima <strong>de</strong> las cognitivas. Se consi<strong>de</strong>ra que ya otros<br />

espacios e instrumentos realizan la labor expresamente intelectual <strong>de</strong> la<br />

comunicación, por lo que en estos medios se presta más atención a lo afectivo y a lo<br />

emotivo <strong>de</strong> cada nueva información (ver Figura 3.4), puesto que (...) los medios <strong>de</strong><br />

comunicación <strong>de</strong> masas pue<strong>de</strong>n constituir excelentes instrumentos <strong>de</strong><br />

sensibilización, motivación y preparación para el aprendizaje (Pérez Serrano, 1984,<br />

52).<br />

- En general, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

son aquellos sistemas mediáticos que se <strong>de</strong>sarrollan a escala<br />

industrial, <strong>de</strong> información unidireccional e impersonal, que transmiten<br />

públicamente mensajes a un amplio<br />

218


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.4: Se pone el énfasis en lo emotivo <strong>de</strong>l suceso.<br />

219


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

número <strong>de</strong> personas <strong>de</strong>sconocidas y <strong>de</strong> forma simultánea. Así pues, la<br />

comunicación social se caracteriza por:<br />

- requerir <strong>de</strong> organizaciones formales y complejas,<br />

- dirigirse a públicos amplios y heterogéneos,<br />

- hacer comunicaciones públicas y unidireccionales,<br />

- llegar a lugares muy distantes simultáneamente,<br />

- y establecer una relación impersonal (Vázquez, 1990; Vera Balanza,<br />

1995; Ferrer, 1997; Cabero y Loscertales, 1998).<br />

Pero la comunicación pier<strong>de</strong> la peculiaridad <strong>de</strong> “social” cuando se<br />

atien<strong>de</strong> al rumor, tan extendido actualmente. Esto resulta especialmente<br />

preocupante si los periódicos olvidan la máxima <strong>de</strong> que el rumor <strong>de</strong>be ser verificado<br />

para convertirse en noticia; es entonces cuando surge el término antagónico al que<br />

estamos tratando y que bien po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>nominar “comunicación antisocial” (Ferrer,<br />

1997; Fernán<strong>de</strong>z Areal, 1998).<br />

A<strong>de</strong>más po<strong>de</strong>mos añadir, como apunta G. Pérez Serrano (1984) que la<br />

comunicación social se caracteriza hoy, por ser una necesidad vital para las<br />

comunida<strong>de</strong>s (p.20). Esta autora, basándose en el triángulo aristotélico –orador,<br />

discurso y auditorio-, aña<strong>de</strong> que las características <strong>de</strong> la comunicación <strong>de</strong> masas,<br />

pue<strong>de</strong>n clasificarse en tres grupos:<br />

1. La naturaleza <strong>de</strong>l auditorio o audiencia,<br />

2. La naturaleza <strong>de</strong> la experiencia misma <strong>de</strong> comunicar,<br />

3. La naturaleza <strong>de</strong>l comunicador o su organización (Cfr. Ibíd., 10).<br />

En el primer grupo <strong>de</strong>bemos tener en cuenta que público somos todos<br />

los individuos y que audiencia son aquellos que emplean <strong>de</strong>terminado medio <strong>de</strong><br />

comunicación social, así cada medio suele tener un perfil <strong>de</strong> seguidores más o<br />

menos similar. Si aten<strong>de</strong>mos a la naturaleza <strong>de</strong> la experiencia, esta pue<strong>de</strong> ser<br />

rápida, repetitiva, pública....según el medio concreto <strong>de</strong>l que estemos tratando y las<br />

tecnologías utilizadas. Y por último, la naturaleza <strong>de</strong>l comunicador siempre vendrá<br />

220


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.5: Información sobre <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l alumnado.<br />

221


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

marcada por la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> la empresa a la que se pertenece, en especial en<br />

cuestiones morales y políticas.<br />

Analizando los temas que tratan los medios <strong>de</strong> comunicación social, es<br />

preciso citar tres categorías que englobarían la totalidad <strong>de</strong> las temáticas: en la<br />

primera categoría están los temas que buscan modificar comportamientos en la<br />

audiencia, en la segunda categoría encontramos los temas que tienen por objeto<br />

exponer nuevas informaciones relacionadas con los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> los<br />

ciudadanos (ver Figura 3.5), y en la tercera y última categoría se incluyen aquellos<br />

temas <strong>de</strong>stinados a promover servicios y organismos muy concretos que están a<br />

disposición pública (ver Figura 3.6) (Baylon y Mignot, 1994, 295-296). Como<br />

po<strong>de</strong>mos observar estos temas se ciñen fundamentalmente a aspectos<br />

comportamentales, morales y sociales.<br />

Por otra parte, los medios <strong>de</strong> comunicación social se divi<strong>de</strong>n en<br />

impresos o electrónicos. Los medios impresos, cuyo soporte es el papel, pue<strong>de</strong>n ser<br />

la prensa (diarios, periódicos, revistas, cómics...) o los libros (científicos, manuales,<br />

tratados, novelas....). Y, los medios electrónicos o <strong>de</strong> alta tecnología son la radio, el<br />

cine, la televisión, los vi<strong>de</strong>o-clips y la discografía. Hay autores como J. Cabero y F.<br />

Loscertales (1998) quienes los divi<strong>de</strong>n en impresos, auditivos, publicidad,<br />

audiovisuales, informáticos y nuevas tecnologías (p.84). Sea cual sea la división más<br />

acertada, es evi<strong>de</strong>nte que cada uno <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social (...) tienen<br />

sus características propias que dan lugar a cualida<strong>de</strong>s específicas <strong>de</strong> comunicar el<br />

mensaje y lo hacen más apto para unas tareas que para otras (Pérez Serrano, 1984,<br />

11).<br />

3.1.2. FUNCIONES<br />

Con respecto a las funciones atribuidas a los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

<strong>de</strong> masas, Ch.R. Wright (1959) basándose en distintos artículos <strong>de</strong> H. Lasswell 4 ,<br />

elaboró la siguiente tipología:<br />

4 Especialmente en el artículo titulado “The structure and function of communication in society” <strong>de</strong> 1927.<br />

222


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.6: Se promueven medidas <strong>de</strong> mejora para la Enseñanza<br />

Pública.<br />

223


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- Función instrumental, mediante la información los medios permiten<br />

que el individuo se integre en la sociedad.<br />

- Función <strong>de</strong> advertencia, avisar sobre hechos amenazantes para la<br />

estabilidad.<br />

- Función <strong>de</strong> moralización, proponiendo un sistema <strong>de</strong> valores y<br />

creencias apto para el ajuste social.<br />

- Función otorgadora <strong>de</strong> status, mejorando la posición social, el<br />

prestigio y la autoridad <strong>de</strong> un individuo o grupo <strong>de</strong> ellos.<br />

- Función <strong>de</strong> estimulación <strong>de</strong> contactos y <strong>de</strong> igualación cultural, al<br />

ofrecer una cultura <strong>de</strong> naturaleza interclasista se aumentan los<br />

contactos entre grupos sociales.<br />

Siendo la función otorgadora <strong>de</strong> status la que más nos pue<strong>de</strong> interesar<br />

para profundizar en el tema <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> esta tesis por su relevancia para la<br />

imagen social <strong>de</strong> cualquier gremio o colectivo (ver Figura 3.7). A través <strong>de</strong> esta<br />

función <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social analizaremos cómo se trata la imagen<br />

<strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong>l alumnado y si se está mejorando o <strong>de</strong>smejorando su posición<br />

social, prestigio y autoridad –más a<strong>de</strong>lante volveremos a tratar esta cuestión-.<br />

Por su parte, R. Clausse (1965) distingue entre las funciones propias <strong>de</strong><br />

la comunicación intelectual, como la información, la orientación, la expresión <strong>de</strong><br />

escalas <strong>de</strong> valores y la presión, y las funciones relativas a las relaciones y acciones<br />

psicosociales, como las relaciones entre grupos, la diversión y la psicoterapia-social.<br />

Mientras que J. Beneyto (1975) trata por separado las funciones psicológicas, <strong>de</strong> las<br />

funciones sociales y aña<strong>de</strong> las funciones políticas, introduciendo las características<br />

propias <strong>de</strong> la comunicación en las funciones sociales. Para su investigación, J.<br />

Cabero y F. Loscertales (1998) resumen las funciones <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación en cuatro:<br />

1- Función informativa, por la que se transmiten conocimientos y datos<br />

<strong>de</strong> diferentes temáticas y lugares.<br />

224


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.7: Función otorgadora <strong>de</strong> status.<br />

225


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

2- Función <strong>de</strong> entretenimiento y diversión, consi<strong>de</strong>rando que los<br />

individuos suelen <strong>de</strong>dicar horas <strong>de</strong> su tiempo libre a la observación,<br />

escucha o lectura <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> estos medios.<br />

3- Función política y psicológica, puesto que mol<strong>de</strong>an las opiniones y<br />

valoraciones que la sociedad hace <strong>de</strong> los acontecimientos que se<br />

suce<strong>de</strong>n.<br />

4- Función educativa, por cuanto los medios <strong>de</strong> comunicación van<br />

formando, perfeccionando y socializando a los individuos (pp.88-89).<br />

Aunque es ampliamente aceptado el resumir las funciones <strong>de</strong> los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación social en informar, formar y divertir, obviando la función <strong>de</strong><br />

mol<strong>de</strong>ar que más bien podría ser un efecto o resultado, que una función intencional<br />

<strong>de</strong>l propio medio. Pero hay que tener en cuenta que (...) en todos los sistemas<br />

sociales tecnocráticos <strong>de</strong>sarrollados, se observa una clara ten<strong>de</strong>ncia a utilizar los<br />

medios <strong>de</strong> masas para controlar y dirigir a los individuos (García Galera, Lucas<br />

Marín y Ruiz San Román, 1999, 194). La publicidad es uno <strong>de</strong> los intentos por<br />

controlar los <strong>de</strong>seos e intereses <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la comunidad, cada vez más<br />

empleada en su forma subliminal que E. Ferrer (1997) <strong>de</strong>fine como: ese proceso <strong>de</strong><br />

fijación casi sensorial situado <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l umbral <strong>de</strong> percepción, cuyas ondas<br />

secretas penetran en el subconsciente, a menudo para apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> él (p.171).<br />

De otra parte, algunos especialistas, como A. Benito (1989) sólo<br />

recogen las dos primeras funciones: informar (ver Figura 3.8) e instruir (ver Figura<br />

3.9), explicando que la <strong>de</strong>manda social cada vez exige con mayor fuerza que ambas<br />

funciones se presenten simultáneamente en cada mensaje (pp.113-114). El<br />

catedrático F. Vázquez Fernán<strong>de</strong>z (1996), sólo distingue la función <strong>de</strong> informar y la<br />

<strong>de</strong> opinar (ver Figura 3.10), diferenciándolas así:<br />

La función <strong>de</strong> informar es, con pleno <strong>de</strong>recho una profesión<br />

socialmente imprescindible: es como el alma <strong>de</strong> las liberta<strong>de</strong>s públicas.<br />

Pero, en la función <strong>de</strong> opinar, resi<strong>de</strong> el elemento más crítico para una<br />

legítima opinión pública (p.19).<br />

226


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.8: Función <strong>de</strong> informar.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.9: Función <strong>de</strong> instruir.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.10: Función <strong>de</strong> opinar.<br />

229


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Mientras que otros, como el profesor P. Lozano Bartolozzi (1999)<br />

subraya que la función <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social es fundamentalmente<br />

al <strong>de</strong> formar la opinión <strong>de</strong> las audiencias, función clave en nuestros días para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las relaciones internacionales (p.78). Porque, si el público se informa y<br />

se forma a través <strong>de</strong> las representaciones que ofertan los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social, es evi<strong>de</strong>nte que su influencia será mayor sobre esos acontecimientos <strong>de</strong><br />

índole internacional a los que la audiencia no tiene acceso <strong>de</strong> otra forma (Cfr. La<br />

Porte, 1999, 79).<br />

Para el estudio que aquí no proponemos, nos resulta preciso citar la<br />

sistematización <strong>de</strong> funciones que realiza A. Lucas (1976), puesto que retoma <strong>de</strong> la<br />

tipología <strong>de</strong> Ch.R. Wright (1959) –anteriormente citada- la función <strong>de</strong> conferir “status”<br />

o prestigio, y la <strong>de</strong>fine como esa posibilidad que ofrecen los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social <strong>de</strong> dar a los individuos o gremios, el prestigio suficiente como para realzar su<br />

autoridad y status social. A<strong>de</strong>más, este autor –A. Lucas- señala otras seis funciones.<br />

La función <strong>de</strong> reforzar las normas sociales, forzando a los individuos a tomar<br />

posición ante la <strong>de</strong>sviación y ejerciendo presión para que haya una moralidad única.<br />

La disfunción 5 narcotizante, puesto que disminuyen el tiempo empleado en acciones<br />

sociales organizadas y también paralizan la capacidad crítica <strong>de</strong> los individuos. La<br />

función informadora y la función <strong>de</strong> entretenimiento –comúnmente mencionadas por<br />

varios autores-, la primera supone proporcionar la información precisa para<br />

compren<strong>de</strong>r la sociedad y el papel <strong>de</strong> cada individuo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella, y la segunda<br />

implica que estos medios se consumen como diversión o evasión. La función <strong>de</strong><br />

transmisión cultural que empieza a sustituir a los intelectuales que difundían<br />

tradiciones. Y, la función <strong>de</strong> refuerzo <strong>de</strong> las actitu<strong>de</strong>s previas, ya que el lector suele<br />

elegir el medio <strong>de</strong> comunicación más acor<strong>de</strong> con sus creencias y actitu<strong>de</strong>s, para así<br />

reafirmar su personalidad y no verse sometido a fuertes y continuos cambios.<br />

Con respecto a las disfunciones, el profesor J.O. Aguilera (1991) cita,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la narcotizante, algunas más como por ejemplo: amenazar las<br />

5<br />

Recogiendo la terminología “disfunción” aportada por MERTON, Robert K. (1992, 3ª ed.) Teoría y estructuras<br />

sociales. FCE, México, pp. 514 y ss.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

estructuras <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, amenazar la estabilidad social, producir ansiedad, apatía e<br />

inhibición en la audiencia, y favorece la invasión cultural (p.70).<br />

Volviendo a la función <strong>de</strong> conferir “status” o prestigio, bien podría<br />

también i<strong>de</strong>ntificarse con la formación <strong>de</strong> estereotipos sociales y el establecimiento<br />

<strong>de</strong> roles y categorías que han citado otros estudios (Ball-Rokeach y De Fleur, 1993;<br />

Vera Balanza, 1995). Con respecto a los roles, es preciso <strong>de</strong>cir que se <strong>de</strong>finen<br />

papeles <strong>de</strong>terminados que el individuo interpreta en activida<strong>de</strong>s colectivas y <strong>de</strong><br />

forma coordinada, consiguiendo con ellos objetivos inalcanzables <strong>de</strong> manera<br />

in<strong>de</strong>pendiente; en esta teoría <strong>de</strong> roles sociales, se necesita que el individuo conozca<br />

y comprenda otros roles vinculados con el suyo. Y, en referencia a la categoría como<br />

organización social, hay que <strong>de</strong>tallar que los grupos que adquieren más po<strong>de</strong>r,<br />

autoridad y prestigio, también alcanzan mejores privilegios y recompensas; para el<br />

funcionamiento <strong>de</strong> la comunidad es esencial que todos los individuos acepten las<br />

categorías sociales, se comporten atendiendo a la existencia <strong>de</strong> las mismas y<br />

reconozcan las distintas posiciones o “status” que se dan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong><br />

ellas. Pero será preciso tener en cuenta que: Estas representaciones <strong>de</strong> cualquier<br />

tipo <strong>de</strong> grupo en concreto pue<strong>de</strong>n ser auténticas o no. Es <strong>de</strong>cir, pue<strong>de</strong>n ser<br />

fi<strong>de</strong>dignas o engañosas, precisas o distorsionadas (Ball-Rokeach y M.L. De Fleur,<br />

1993, 292). Actualmente, por lo menos en las socieda<strong>de</strong>s occi<strong>de</strong>ntales, no po<strong>de</strong>mos<br />

pensar que en los medios <strong>de</strong> comunicación social se producen estas distorsiones<br />

<strong>de</strong>liberadamente, más bien son fruto <strong>de</strong> factores que escapan al control <strong>de</strong>l<br />

periodista, editor o productor, son condicionantes que pone la sociedad misma <strong>de</strong><br />

forma externa y previa al tratamiento periodístico.<br />

Queda pues confirmado por otros estudios que los medios <strong>de</strong><br />

comunicación social cumplen la tarea <strong>de</strong> caracterizar a las distintas figuras sociales,<br />

<strong>de</strong> calificarlas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestras escalas <strong>de</strong> valores y que, según esta<br />

caracterización, surgirán ciertas expectativas sociales respecto al comportamiento<br />

<strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> esa categoría. En concreto, en esta investigación, nos<br />

centramos en cómo ejerce la prensa esta función, sobre las figuras <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong>l<br />

alumno.<br />

231


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Para cerrar el tema <strong>de</strong> las funciones <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social, es oportuno señalar la existencia <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> los usos y gratificaciones que<br />

señala una serie <strong>de</strong> funciones con respecto a las expectativas <strong>de</strong> la audiencia <strong>de</strong> los<br />

medios. Estas funciones vienen a satisfacer necesida<strong>de</strong>s psicológicas y afectivas <strong>de</strong><br />

los individuos, y son:<br />

- Función <strong>de</strong> escape o <strong>de</strong> disminución <strong>de</strong> la ansiedad, cuando los<br />

3.1.3. EFECTOS<br />

medios <strong>de</strong>svían la atención <strong>de</strong>l lector <strong>de</strong> sus problemas hacia otras<br />

cuestiones, o cuando el conocimiento reduce el miedo a lo<br />

<strong>de</strong>sconocido o incomprendido.<br />

- Función <strong>de</strong> compensación emocional, porque se <strong>de</strong>spiertan<br />

sentimientos en la audiencia.<br />

- Función <strong>de</strong> compañía, pues los medios distraen y permiten que el<br />

lector se sienta miembro <strong>de</strong> una comunidad.<br />

- Función <strong>de</strong> información, porque se satisface la necesidad <strong>de</strong><br />

conocer y compren<strong>de</strong>r los acontecimientos que se van produciendo.<br />

- Función <strong>de</strong> reafirmación i<strong>de</strong>ológica, ya que los individuos eligen<br />

medios acor<strong>de</strong>s con sus i<strong>de</strong>ales, pensamientos y motivaciones (Cfr.<br />

Vera Balanza, 1995, 55).<br />

Existen numerosas clasificaciones sobre los efectos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación social, pero en general <strong>de</strong>stacan dos. De un lado la que hace<br />

referencia a la temporalidad iniciada por E. Katz y P.F. Lazarsfeld (1979) y que<br />

distingue como efectos la respuesta inmediata, la respuesta a corto plazo, la<br />

respuesta a largo plazo y el cambio institucional. Y, <strong>de</strong> otro lado la clasificación en<br />

relación con la direccionalidad <strong>de</strong>sarrollada por J.T. Klapper (1974) y que diferencia<br />

cinco efectos, crear opiniones, reforzar actitu<strong>de</strong>s, disminuir la intensidad <strong>de</strong> las<br />

existentes, convertir personas a un punto <strong>de</strong> vista opuesto al que mantenían o no<br />

tener efecto alguno. A modo <strong>de</strong> resumen <strong>de</strong> ambas perspectivas no excluyentes, la<br />

profesora MªD. Montero (1993) elabora su propia clasificación basada primero en la<br />

232


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

temporalidad y luego en distintas teorías sobre el efecto <strong>de</strong> la información<br />

transmitida, resultando la siguiente división,<br />

a) Influencia <strong>de</strong> la información a corto plazo:<br />

- establecimiento <strong>de</strong>l temario público, según esta teoría la importancia<br />

que los medios <strong>de</strong> comunicación dan una cuestión o tópico influye<br />

en la importancia que le da la opinión pública;<br />

- la espiral <strong>de</strong> silencio, consiste en que los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

producen cambios en la opinión pública por el miedo <strong>de</strong> las personas<br />

a permanecer aisladas <strong>de</strong>l entorno social;<br />

- y, obtener las gratificaciones <strong>de</strong> la audiencia, esta teoría <strong>de</strong>scribe la<br />

actividad <strong>de</strong> la audiencia en el consumo <strong>de</strong> la información y sus<br />

implicaciones.<br />

b) Influencia <strong>de</strong> la información a largo plazo:<br />

- diferencia <strong>de</strong> conocimientos, se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los medios<br />

<strong>de</strong> comunicación social contribuyen en la distribución <strong>de</strong>l<br />

conocimiento en las socieda<strong>de</strong>s industrializadas;<br />

- teoría <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, parte <strong>de</strong> que la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la<br />

información es una condición <strong>de</strong> la sociedad mo<strong>de</strong>rna;<br />

- teoría <strong>de</strong>l cultivo, que enfatiza la influencia <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong> los<br />

medios en la mo<strong>de</strong>lación <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> percibir la realidad,<br />

convirtiéndolos en indicadores sociales por excelencia;<br />

- y, socialización, apoyando que los medios <strong>de</strong> comunicación son<br />

agentes socializadores por su influencia sutil en todos los aspectos<br />

<strong>de</strong> la vida cotidiana (pp.73 y ss.).<br />

Es conveniente profundizar en la teoría <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia porque no<br />

sólo confirma la existencia <strong>de</strong> cierta <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia entre el individuo y los medios <strong>de</strong><br />

comunicación, sino que a<strong>de</strong>más expresa los efectos más comunes <strong>de</strong> esa relación, y<br />

que esta pue<strong>de</strong> tener efectos <strong>de</strong> tres tipos: cognitivos, afectivos y conductuales.<br />

Los efectos cognitivos son los relacionados con las consecuencias <strong>de</strong> ciertas<br />

conductas (ver Figura 3.11). Entre ellos <strong>de</strong>staca la ambigüedad producida por una<br />

información insuficiente o conflictiva, la formación <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>terminada por la<br />

233


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

selección no arbitraria <strong>de</strong> temas a tratar, la fijación <strong>de</strong> las diferencias e intereses<br />

individuales, la expansión <strong>de</strong> categorías en los sistemas <strong>de</strong> creencias <strong>de</strong> los<br />

individuos, y la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la escala <strong>de</strong> valores. Lo positivo <strong>de</strong> los efectos<br />

cognitivos, como apunta A. Benito (1989), es que ayudan a la comprensión entre<br />

comunida<strong>de</strong>s separadas geográficamente (p.123). En general, se consi<strong>de</strong>ra que las<br />

instituciones sociales <strong>de</strong> cognición son la escuela, la universidad y los medios <strong>de</strong><br />

comunicación social, pero que las dos primeras emplean mecanismos<br />

manipuladores en el proceso <strong>de</strong> aprendizaje, mientras que la tercera pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>dicarse a fomentar la cognición crítica espontánea siempre que la organización<br />

empresarial a la que pertenece se lo permita (Cfr. García Galera, Lucas Marín y Ruiz<br />

San Román, 1999, 197).<br />

Por otro lado, encontramos los efectos o cambios afectivos que las<br />

informaciones producen en el individuo (ver Figura 3.12). Po<strong>de</strong>mos subrayar tres<br />

efectos afectivos: la <strong>de</strong>sensibilización ante cuestiones dramáticas por tratarlas<br />

excesivamente, el miedo o la ansiedad por problemas sociales muy mencionados y<br />

exagerados, y los cambios <strong>de</strong> moral que pue<strong>de</strong>n producir ciertos mensajes. A estos<br />

cambios afectivos, C. García Galera, A. Lucas Marín y J.A. Ruiz San Román (1999)<br />

prefieren <strong>de</strong>nominarlos efectos en las actitu<strong>de</strong>s.<br />

Por último, los efectos que pue<strong>de</strong> tener un <strong>de</strong>terminado mensaje sobre<br />

la conducta o la acción manifiesta, pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> activación <strong>de</strong> alguna conducta<br />

distinta a la habitual, o <strong>de</strong> <strong>de</strong>sactivación <strong>de</strong> alguna conducta que resultaría normal<br />

en ese individuo (ver Figura 3.13). Lo que sí queda claro es que,<br />

(...) los efectos <strong>de</strong> la representación i<strong>de</strong>ológica y <strong>de</strong> las mediaciones<br />

tecnológicas no pue<strong>de</strong>n pre<strong>de</strong>cirse fácilmente. No existe una respuesta social<br />

uniforme a las perspectivas presentadas por los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

masiva y por otros propagadores públicos <strong>de</strong> información (Lull, 1997, 63-64).<br />

234


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.11: Efectos cognitivos.<br />

235


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Des<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista se afirma que los efectos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social pue<strong>de</strong>n causar, facilitar, reforzar o evitar cambios cognoscitivos, afectivos y/o<br />

conductuales, según la función que pretendan <strong>de</strong>sarrollar en cada momento. Aunque<br />

el efecto más común es el reforzamiento, pues como bien apunta M. Wolf (1987), los<br />

sujetos tien<strong>de</strong>n a exponerse a medios afines a su i<strong>de</strong>ología; por ello, los sujetos no<br />

se ven afectados por fuertes cambios en sus creencias y actitu<strong>de</strong>s, sino que ya<br />

existe una aprobación previa al medio que se elige. Ciñéndonos a la teoría <strong>de</strong>l<br />

reforzamiento <strong>de</strong> opiniones <strong>de</strong> J.T. Klapper (1974) se pue<strong>de</strong> afirmar que los medios<br />

<strong>de</strong> comunicación social sirven más para reforzar opiniones que para modificar las ya<br />

existentes, pues el individuo no sólo se expone a los medios más afines con sus<br />

opiniones, sino que a<strong>de</strong>más ejerce una percepción y una retención selectiva por la<br />

que realiza interpretaciones coinci<strong>de</strong>ntes con su punto <strong>de</strong> vista y retiene sólo la parte<br />

<strong>de</strong>l mensaje que guarda similitud con su forma <strong>de</strong> pensar.<br />

En líneas generales, la influencia <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social se<br />

encuentra en las relaciones <strong>de</strong> inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias que se establecen entre esos<br />

medios, el público y la sociedad misma; estas relaciones tripartitas pue<strong>de</strong>n producir<br />

efectos cognitivos, afectivos y <strong>de</strong> conducta sobre el público, que fácilmente<br />

repercutirán a su vez sobre los medios y la sociedad. La posibilidad y fuerza <strong>de</strong><br />

dichos efectos múltiples, aumentará con la inestabilidad o conflictividad que exista en<br />

la sociedad (Ball-Rokeach y DeFleur, 1993, 321). Por otra parte, existen una serie <strong>de</strong><br />

factores que intervienen en el proceso <strong>de</strong> influencia y que pue<strong>de</strong>n agruparse en<br />

cuatro categorías que se refieren a las características <strong>de</strong> la fuente <strong>de</strong>l mensaje, a las<br />

<strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong>l mensaje, a las <strong>de</strong>l canal, y a las <strong>de</strong> la audiencia. Entre todos estos<br />

factores <strong>de</strong>stacan especialmente las características <strong>de</strong> la audiencia, y entre ellas el<br />

nivel educativo, la personalidad, el ambiente social, la convicción respecto a una<br />

actitud y sus circunstancias (Cfr. García Galera, Lucas Marín y Ruiz San Román,<br />

1999, 220). En esta misma línea, la investigación <strong>de</strong> G. Pérez Serrano (1984)<br />

confirma que:<br />

(...) la influencia que ejercen los medios <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> las condiciones<br />

236


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.12: Cambios afectivos.<br />

237


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.13: Activación conductual.<br />

238


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

psicológicas, intelectuales, sociales y culturales <strong>de</strong> los individuos que<br />

están expuestos a ellos, porque los medios influyen en el saber y en el<br />

ser <strong>de</strong> la persona (p.52).<br />

También es cierto que el efecto <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

es fundamentalmente el sometimiento <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> los individuos a las élites <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r, porque mediante ellos se establecen mitos, valores, personajes y<br />

acontecimientos; aunque ese sometimiento no es efecto directo <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación, sino que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l comunicador, <strong>de</strong> la predisposición <strong>de</strong> la<br />

audiencia y <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong> la comunicación (Gillén, 1991; Vera Balanza, 1995;<br />

Humanes y Ortega, 2000).<br />

Al estudiar el tema <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social, es relevante consi<strong>de</strong>rar la exposición acumulativa a la que se somete el<br />

individuo, así pues el efecto cognitivo, afectivo o conductual no suele ser provocado<br />

por la exposición única y aislada a un mensaje, sino por la repetición continua <strong>de</strong>l<br />

mismo (Cfr. García Galera, Lucas Marín y Ruiz San Román, 1999, 227), que es por<br />

sí misma una peculiaridad bastante significativa <strong>de</strong> estos medios.<br />

Por otro lado, son muchos los especialistas que apoyan la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que<br />

el mayor efecto <strong>de</strong> medios <strong>de</strong> comunicación es el cambio social, pero que éste no es<br />

provocado sólo por el contenido mismo <strong>de</strong> la comunicación, sino también por los<br />

cambios en la tecnología empleada para dicho proceso comunicativo, porque se<br />

modifican las pautas <strong>de</strong> percepción sensorial que <strong>de</strong>be seguir el público (Cfr. García<br />

Galera, Lucas Marín y Ruiz San Román, 1999, 172 y ss.).<br />

La profesora G. Pérez Serrano (1984) resume los resultados <strong>de</strong> varios<br />

estudios sobre los efectos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social, en los siguientes:<br />

a) Es ampliamente aceptado que los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

preten<strong>de</strong>n fortalecer las actitu<strong>de</strong>s preexistentes, más que cambiar o<br />

generar nuevas.<br />

239


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

b) Es bastante apoyada la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que estos medios no alteran<br />

significativamente los gustos <strong>de</strong> la audiencia.<br />

c) En ocasiones, los mensajes difundidos pue<strong>de</strong>n provocar<br />

consecuencias contrarias a las <strong>de</strong>seadas.<br />

d) Los medios <strong>de</strong> comunicación transmiten la herencia social y el<br />

apoyo a las normas, <strong>de</strong> generación en generación.<br />

e) Y, estos medios confieren una <strong>de</strong>terminada imagen social a ciertos<br />

grupos o personas (p.50).<br />

Debido a todos estos efectos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

sobre los individuos, es necesario <strong>de</strong>sarrollar en ellos,<br />

(...) una gran capacidad crítica que le ayu<strong>de</strong> a seleccionar la<br />

información, pasándola por su tamiz personal para <strong>de</strong> este modo ir<br />

formando su propia opinión, no <strong>de</strong> forma cerrada sino por el contrario,<br />

abierta a una nueva reconstrucción cada vez que le lleguen datos<br />

suficientes como para replantear sus propias opiniones (Pérez Serrano,<br />

1984, 26).<br />

Es <strong>de</strong>cir, la solución no pasa por formar individuos que sepan aislarse<br />

<strong>de</strong> toda influencia que les llega <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación, sino individuos que<br />

puedan distinguir cuando un mensaje <strong>de</strong>be ser asimilado, rechazado o simplemente<br />

ignorado por sus estructuras cognitivas y afectivas. Esta posibilidad <strong>de</strong> manejar<br />

conscientemente las informaciones que nos acosan <strong>de</strong> forma continua, permite que<br />

el individuo sea autónomo, libre y auténtico; y, por lo tanto, esto se convierte en<br />

objetivo educativo primordial. Como bien especifica G. Pérez Serrano (1984),<br />

Es sumamente importante la formación <strong>de</strong> un juicio in<strong>de</strong>pendiente, la<br />

capacidad <strong>de</strong> discriminación, la consciencia <strong>de</strong> la realidad social y la<br />

capacidad crítica con el fin <strong>de</strong> no aceptar <strong>de</strong> forma inconsciente una<br />

información parcial, intrascen<strong>de</strong>nte y evasiva (p.34).<br />

240


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

3.2. LA PRENSA COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN SOCIAL<br />

3.2.1. EL PERIODISMO<br />

Ciñéndonos al ámbito <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social, se dice<br />

que la prensa abarca fundamentalmente estas dos modalida<strong>de</strong>s: los periódicos y las<br />

revistas (Cfr. Valles Calatrava, 1991, 25). La diferencia fundamental entre ambas<br />

modalida<strong>de</strong>s es que los periódicos son, generalmente, <strong>de</strong> publicación diaria y <strong>de</strong><br />

información general, es lo comúnmente conocido como “diario”.<br />

En la evolución <strong>de</strong> la prensa en general, se distinguen tres etapas:<br />

a) Inicial, que compren<strong>de</strong> todo el siglo XVIII, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que en 1702<br />

apareciera en Londres el primer 6 diario <strong>de</strong>l mundo –Daily Courant-,<br />

etapa caracterizada por el dominio político y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la<br />

burguesía. El nacimiento <strong>de</strong>l periodismo en España pue<strong>de</strong> vincularse<br />

a la Gaceta <strong>de</strong> Madrid y al Diario <strong>de</strong> Barcelona, en 1697 y 1714<br />

respectivamente; aunque la primera publicación periódica fue el<br />

Diario noticioso, curioso, erudito y comercial, público y económico <strong>de</strong><br />

don Mariano Nipho, en 1758.<br />

b) Constitutiva, que abarca aproximadamente todo el siglo XIX, se<br />

caracterizó por el aumento <strong>de</strong> lectores, por los avances tecnológicos<br />

y por su carácter fundamentalmente i<strong>de</strong>ológico y <strong>de</strong> opinión, ya que<br />

los vaivenes legislativos usaban estos medios para liberar o mo<strong>de</strong>rar<br />

según el gobierno.<br />

c) Presente, etapa en la que el periodismo exclusivamente <strong>de</strong> opinión<br />

ha evolucionado hacia un periodismo más informativo, que a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> cumplir con las expectativas sociales, contribuye a formar<br />

i<strong>de</strong>ologías.<br />

6<br />

Aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1438, año en que se instaló la primera imprenta tipográfica, en Estrasburgo, ya aparecieron<br />

algunos casos <strong>de</strong> prensa con cierta periodicidad.<br />

241


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

A. Gillén (1991) afirma que ahora, (...) los periódicos son po<strong>de</strong>rosas<br />

empresas industriales <strong>de</strong> la información, más proclives al fetichismo <strong>de</strong> la mercancía<br />

que al i<strong>de</strong>alismo político (p.21), hecho provocado fundamentalmente por la evolución<br />

<strong>de</strong>l capitalismo que ha <strong>de</strong>sembocado en un aumento <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r importante para las<br />

empresas multinacionales a las que pertenecen los periódicos. La información<br />

periodística tiene siempre un interés social, comunitario. Y es ese interés social que<br />

condiciona el tratamiento que el periódico da a la información, a la hora <strong>de</strong> redactar<br />

el mensaje informativo (Aguilera, 1992, 163), por ello suce<strong>de</strong> que cada Grupo<br />

Editorial pue<strong>de</strong> contar un mismo acontecimiento transmitiendo diferentes mensajes.<br />

Así, los periódicos fueron superando la influencia <strong>de</strong> otros sectores<br />

productivos <strong>de</strong> equivalente o mayor potencial económico, y <strong>de</strong> ser manipulados<br />

pasan a<br />

marcar ellos mismos las pautas <strong>de</strong>l mercado; es <strong>de</strong>cir, (...) los viejos “medios”, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

siempre utilizados por po<strong>de</strong>res legales y reales, se convierten en casta dominante,<br />

capaz <strong>de</strong> dictar o, al menos, <strong>de</strong> influir <strong>de</strong>cisivamente en las reglas <strong>de</strong>l juego social<br />

(Timoteo, 1992, 25).<br />

El origen <strong>de</strong>l periodismo profesional po<strong>de</strong>mos situarlo, en las<br />

socieda<strong>de</strong>s occi<strong>de</strong>ntales, en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX, como consecuencia <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sarrollo industrial, <strong>de</strong>l crecimiento <strong>de</strong> la población urbana y <strong>de</strong> la ampliación <strong>de</strong> la<br />

participación política (Cfr. Humanes y Ortega, 2000, 97). Des<strong>de</strong> entonces, la prensa<br />

representa uno <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social que más trascen<strong>de</strong>ncia tiene<br />

en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las culturas, especialmente por la accesibilidad y por su alto<br />

índice <strong>de</strong> credibilidad, llegándose incluso a atribuírsele calificativos tan significativos<br />

como “el cuarto po<strong>de</strong>r”, aunque han sido muchas las críticas a este calificativo. De<br />

un lado, el catedrático F. Vázquez Fernán<strong>de</strong>z (1996) argumenta que la prensa no<br />

posee ningún po<strong>de</strong>r legal, sino que ejerce una penetrante influencia y, por<br />

consiguiente, no consi<strong>de</strong>ra oportuna esa calificación (pp.23-24). Para otros<br />

profesores el sentido <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación como “el cuarto po<strong>de</strong>r” sirve para<br />

puntualizar la utilización <strong>de</strong> la prensa como instrumento <strong>de</strong> control social (Benito,<br />

1989; Aguilera, 1991). De otro lado, MªL. Humanes y F. Ortega (2000) opinan que<br />

242


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

este calificativo <strong>de</strong> “el cuarto po<strong>de</strong>r” no es a<strong>de</strong>cuado porque preten<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar<br />

periodismo con política, cuando realmente el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l periodismo no guarda una<br />

posición jerárquica respecto a otros, sino que ejerce su influencia <strong>de</strong> manera<br />

transversal. Pero a pesar <strong>de</strong> estas condiciones, dicen estos autores que el periodista<br />

no ejerce su profesión con total autonomía, puesto que la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia empresarial<br />

hacia la organización a la que pertenece, le concreta una <strong>de</strong>terminada orientación<br />

para <strong>de</strong>sarrollar su actividad. Es más, en contraposición, <strong>de</strong>finen el periodismo como<br />

una profesión vulnerable y frágil (pp.194-195). He ahí lo que está <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la<br />

Prensa: el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l dinero colocado en la industria <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> conciencia<br />

popular (Gillén, 1991, 114).<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia empresarial, el periodismo encuentra una<br />

especie <strong>de</strong> censura no explícita en ese código <strong>de</strong> corrección política que garantiza el<br />

respeto a ambos sexos y a las minorías (Rodríguez Duplá, 1995; Colombo, 1997).<br />

J.A. Castro Farriñas (1971) <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que la libertad <strong>de</strong> prensa tiene sus limitaciones,<br />

como es el caso <strong>de</strong> lo que se consi<strong>de</strong>ra “obsceno”, es <strong>de</strong>cir:<br />

(...) lo que tien<strong>de</strong> a turbar aquel sentimiento natural <strong>de</strong> recato que la<br />

media <strong>de</strong> los pueblos exige se mantenga, en un momento histórico<br />

<strong>de</strong>terminado, en torno a los hechos y a las manifestaciones referentes<br />

a la esfera sensual (p.65).<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar son limitaciones muy relativas y variables,<br />

como los <strong>de</strong>litos <strong>de</strong> imprenta que se establecieron en España con el Real Decreto <strong>de</strong><br />

6 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1852, y que eran los <strong>de</strong>litos contra el rey o personas <strong>de</strong> la familia real,<br />

contra la seguridad <strong>de</strong>l Estado, contra la religión, contra los soberanos extranjeros,<br />

contra la moral pública, contra la autoridad y contra los particulares (Cfr. Ibíd., 77);<br />

<strong>de</strong>litos afortunadamente históricos especialmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la Constitución <strong>de</strong> 1978<br />

<strong>de</strong>roga todas las disposiciones anteriores que limitaban la libertad <strong>de</strong> prensa, y<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la Ley Orgánica <strong>de</strong> 26 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1984 establece el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

rectificación y <strong>de</strong> réplica 7 . En opinión <strong>de</strong> M. Doornaert (1999) –corresponsal <strong>de</strong>l<br />

periódico belga De Standaard-, actualmente el periodista realiza su trabajo sometido<br />

243


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

fundamentalmente a dos tipos <strong>de</strong> presiones. De un lado la presión interna implica<br />

que cuanto más próximos estén estos profesionales a una situación, más tien<strong>de</strong>n a<br />

ser partidarios. Y, <strong>de</strong> otro lado la presión externa <strong>de</strong> lo que la audiencia quiere o<br />

necesita. Ambos son obstáculos difíciles <strong>de</strong> esquivar, pero es preciso que el<br />

periodista oriente su trabajo exclusivamente guiado por la verdad.<br />

Lo que sí es cierto, a pesar <strong>de</strong> las posibles coacciones que sufra, que el<br />

periodismo es una potente fuente <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r social. Pero, como apunta L. Rodríguez<br />

Duplá (1995):<br />

(...) la actividad periodística ha <strong>de</strong> perseguir el bien <strong>de</strong> la comunidad<br />

política. De ahí que sea legítimo velar por la salud financiera <strong>de</strong> la<br />

empresa informativa, pero sólo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites que se siguen <strong>de</strong><br />

la función eminentemente social <strong>de</strong>l periodismo. Toda lesión <strong>de</strong>l bien<br />

común en aras <strong>de</strong>l beneficio económico es, vista bajo este prisma,<br />

aberrante (p.80).<br />

En opinión <strong>de</strong> F. Colombo (1997), la escasez <strong>de</strong> fuentes para obtener<br />

nuevas informaciones, la presión <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r empresarial y político, el riesgo <strong>de</strong> la<br />

censura y el estado <strong>de</strong> ánimo <strong>de</strong> la audiencia, son los cuatro gran<strong>de</strong>s obstáculos que<br />

históricamente han perjudicado el <strong>de</strong>sarrollo estable <strong>de</strong>l periodismo (p.9).<br />

Por sintetizar las ventajas que presenta la prensa escrita en la<br />

actualidad, citamos siete:<br />

1. Goza <strong>de</strong> gran prestigio como medio <strong>de</strong> formación, información y<br />

entretenimiento;<br />

2. Permite tratamientos complejos <strong>de</strong> los problemas sin el acoso <strong>de</strong>l<br />

tiempo;<br />

3. El público controla la forma y momento <strong>de</strong> leerlo;<br />

4. Su carácter impersonal permite adoptar nuevas opiniones;<br />

7 Para profundizar en el estudio <strong>de</strong> las disposiciones y <strong>de</strong>cretos que históricamente han limitado la libertad <strong>de</strong><br />

prensa, véase: PIZARROSO, Alejandro (1994) “Evolución histórica <strong>de</strong> la prensa en España”, en A. PIZARROSO<br />

(Coor.) Historia <strong>de</strong> la prensa. Centro <strong>de</strong> Estudios Ramón Areces, Madrid, pp.259-330.<br />

244


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

5. Es un medio a<strong>de</strong>cuado para recepciones especializadas con<br />

visiones muy particulares;<br />

6. Tiene muchas posibilida<strong>de</strong>s artísticas y <strong>de</strong> expresión gracias a las<br />

nuevas técnicas <strong>de</strong> impresión;<br />

7. Y, se establece cierta unión i<strong>de</strong>ológica entre el periódico y su<br />

audiencia (Lucas Marín, 1976; Pérez Serrano, 1984; García Galera,<br />

Lucas Marín y Ruiz San Román, 1999).<br />

Para MªL. Humanes y F. Ortega (2000) el periodismo conforma una<br />

esfera pública <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sociedad civil, cuya actividad es mediar entre otros tres<br />

círculos que representan a la sociedad, a la autoridad política y al mercado, aunque<br />

en ocasiones pueda llegar a reemplazarlos (pp.52-53). Así, la imagen más difundida,<br />

y aceptada, <strong>de</strong> los periodistas es la que para ellos reserva un papel <strong>de</strong> mediadores<br />

o, en expresión más coloquial, <strong>de</strong> mensajeros <strong>de</strong> la sociedad (Ibíd., 61). Los<br />

periodistas vinieron a cubrir la actividad que realizaban los intelectuales con la<br />

difusión <strong>de</strong> tradiciones, que entraron en <strong>de</strong>clive con la progresiva atomización social.<br />

De esta manera, construyen y difun<strong>de</strong>n representaciones con las que la sociedad se<br />

i<strong>de</strong>ntifica. Tanto los sujetos autónomos capaces <strong>de</strong> reconocerse a partir <strong>de</strong> las<br />

informaciones puestas a su disposición, como los sujetos hetero<strong>de</strong>pendientes que<br />

precisan estar “a la última” para sentirse integrados en la sociedad, necesitan <strong>de</strong> una<br />

fuente externa que haga visible la sociedad (Ibíd., 62-63). Precisamente esa fuente<br />

externa es la prensa.<br />

No obstante, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que la prensa cumple un doble objetivo.<br />

Por una parte se <strong>de</strong>dican a relatar lo que acontece. Y, por otro lado, también<br />

construyen un tipo <strong>de</strong> sociedad. Según la representación simbólica <strong>de</strong> cada<br />

acontecimiento, se tien<strong>de</strong> a formar un punto <strong>de</strong> vista concreto <strong>de</strong> esa realidad social;<br />

o dicho con la terminología que M. Weber (1910) emplea en su manual titulado “Para<br />

una sociología <strong>de</strong> la prensa”, el periodista elabora continuamente tipos-i<strong>de</strong>ales,<br />

sobre los cuales po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir:<br />

Estos tipos i<strong>de</strong>ales son los que permiten al sistema <strong>de</strong> información<br />

convertirse en un referente cultural indispensable en nuestra sociedad.<br />

(...), la vía <strong>de</strong> conocimiento sobre su sociedad <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> directamente<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación. (...) Hay tres estructuras <strong>de</strong> sentido<br />

<strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> la información: 1) hábitos particulares <strong>de</strong> conocer; 2)<br />

reinvención <strong>de</strong> la tradición, y 3) formación <strong>de</strong> la opinión pública<br />

(Humanes y Ortega, 2000, 70).<br />

Por otra parte, es ampliamente conocido el valor educativo <strong>de</strong> la prensa<br />

en el aula, <strong>de</strong> hecho incluso en leyes educativas –como la LOGSE- se ha <strong>de</strong>stacado<br />

la importancia <strong>de</strong> uso en el ámbito escolar. Esto se <strong>de</strong>be fundamentalmente al<br />

reconocimiento <strong>de</strong> la función formadora o educativa <strong>de</strong>l periodismo. A<strong>de</strong>más, la<br />

mediante la educación se cumple una tarea socializadora, se trabaja la información,<br />

el análisis y la discusión, tarea y elementos sustanciales <strong>de</strong>l periodismo (Cfr.<br />

Guajardo, 1988, 73).<br />

Mejor que aportar una <strong>de</strong>finición concreta, es i<strong>de</strong>ntificar una serie <strong>de</strong><br />

características <strong>de</strong>finitorias <strong>de</strong> la prensa:<br />

a) medio <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas,<br />

b) por lo general <strong>de</strong> distribución diaria,<br />

c) <strong>de</strong> tirada múltiple,<br />

d) con contenidos <strong>de</strong> tipo general y actuales,<br />

e) <strong>de</strong> amplia diversidad temática,<br />

f) dividido por secciones diferenciadas,<br />

g) con una estructura organizada <strong>de</strong> trabajadores,<br />

h) y con un sistema financiero apoyado por la venta, las suscripciones,<br />

la publicidad y las aportaciones <strong>de</strong> capital generalmente por<br />

acciones (Cfr. Cabero y Loscertales, 1998, 102).<br />

La prensa cumple las tres funciones básicas <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />

comunicación social –informar, formar y divertir-. Explicado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva<br />

muy crítica: cuando la prensa no tiene por objeto informar y formar <strong>de</strong>bidamente al<br />

pueblo, practica un periodismo <strong>de</strong> distracción para que la conciencia <strong>de</strong>l lector se<br />

<strong>de</strong>svanezca en el sopor <strong>de</strong> la ignorancia (Gillén, 1991, 67). A<strong>de</strong>más, a la prensa se<br />

le aña<strong>de</strong> la función <strong>de</strong> comunicación como la principal. Así pues, al tratar el tema <strong>de</strong><br />

la prensa es preciso <strong>de</strong>stacar su carácter manipulativo, ya que al comunicar se están<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

realizando interpretaciones, críticas, análisis y reflexiones sobre la realidad social<br />

(ver Figura 3.14). No obstante, son muchos los especialistas que apoyan el valor<br />

positivo <strong>de</strong> la interpretación, porque impi<strong>de</strong> las in<strong>de</strong>seables consecuencias <strong>de</strong> la<br />

comunicación masiva <strong>de</strong> noticias y porque da sentido, situación y significación al<br />

hecho (Gomis, 1997; González, 1997).<br />

La publicidad también se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar otra <strong>de</strong> las funciones <strong>de</strong>l periodismo,<br />

quizás la más arraigada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus orígenes, cuando <strong>de</strong> hecho al periodista se le<br />

llamaba publicista; la seducción psicológica es una peculiaridad propia <strong>de</strong> la<br />

comunicación <strong>de</strong> masas (Gillén, 1991; Ferrer, 1997). Por ello, J. Timoteo (1994)<br />

señala que el periodismo reacciona no sólo ante las exigencias <strong>de</strong>l mercado <strong>de</strong><br />

lectores, sino también ante las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>l mercado publicitario (p.583). Esta<br />

función publicitaria que cumple la prensa, no solamente se vincula al consumo, sino<br />

también a las i<strong>de</strong>ologías o ten<strong>de</strong>ncias (ver Figura 3.15). El servir <strong>de</strong> vehículo<br />

publicitario para <strong>de</strong>terminadas marcas comerciales supone una importante fuente <strong>de</strong><br />

ingresos para la prensa, y el hacer propaganda <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas creencias es,<br />

generalmente, exigencia <strong>de</strong> las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l Grupo Editorial al que pertenezca.<br />

Éstas pue<strong>de</strong>n ser ten<strong>de</strong>ncias políticas, sociales, religiosas o actitudinales en general.<br />

En general,<br />

La sociedad <strong>de</strong> consumo tien<strong>de</strong> a mantener el or<strong>de</strong>n existente,<br />

amortiguar la crisis <strong>de</strong>l sistema, socializar las conciencias mediante la<br />

propaganda difundida por los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas, sin dar<br />

participación directa al pueblo ni en la cosa pública ni en las empresas<br />

privadas (Gillén, 1991, 40).<br />

Algunos especialistas, como J.O. Aguilera (1992) subrayan la función<br />

informativa como primordial, y la formativa como función accesoria, aunque señalan<br />

que no siempre aparecen como in<strong>de</strong>pendientes (p.154). Pero, con respecto a los<br />

fines <strong>de</strong>l periódico, este autor asegura que son:<br />

- ofrecer información acerca <strong>de</strong> los acontecimientos novedosos,<br />

- orientar a los lectores acerca <strong>de</strong> la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> estos<br />

acontecimientos, admitiendo en esta labor ciertos matices <strong>de</strong> presión<br />

sobre sus públicos,<br />

247


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.14: Se provoca la reflexión sobre la realidad.<br />

248


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.15: Se hace publicidad <strong>de</strong>l empleo <strong>de</strong> Internet en el campo <strong>de</strong> las<br />

enseñanzas.<br />

249


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- el fin más comercial que sería la distracción <strong>de</strong>l lector,<br />

- la educación <strong>de</strong> los públicos,<br />

- y servir <strong>de</strong> instrumento para la libre comunicación <strong>de</strong> las opiniones<br />

(Ibíd., p.157).<br />

Con respecto a las cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l periodismo, G. Pérez Serrano (1984)<br />

cita la superficialidad por cuanto no es posible profundizar ni documentar<br />

ampliamente cada información, la agilidad por el dinamismo y actualidad <strong>de</strong> las<br />

informaciones, la claridad en la exposición, y la autoridad por cuanto ofrecen una<br />

noticia u opinión con garantías <strong>de</strong> certeza y fiabilidad (pp.22-23). Otra cualidad a<br />

añadir pue<strong>de</strong> ser la esquematicidad (ver Figura 3.16), porque como los lectores<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>dicar poco tiempo a este medio, el tratamiento <strong>de</strong> las informaciones suele<br />

ser esquemático, ciñéndose a la máxima actualidad. Y, otra <strong>de</strong> las peculiarida<strong>de</strong>s<br />

más propias <strong>de</strong> la prensa es que el lector pue<strong>de</strong> volver sobre una información<br />

cuantas veces lo <strong>de</strong>see y, seguramente, con nuevas perspectivas.<br />

La prensa (...) en la actualidad lucha por conseguir su clientela habitual,<br />

que, por razones coyunturales ha abandonado este medio (Pérez Serrano, 1984,<br />

14), sigue siendo el medio <strong>de</strong> comunicación escrita más extendido y generalizado,<br />

pero el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los medios audiovisuales y tecnológicos, especialmente en las<br />

nuevas generaciones <strong>de</strong> individuos, está comenzando a superar la influencia <strong>de</strong> la<br />

prensa escrita. De hecho, la gran mayoría <strong>de</strong> los periódicos se están diversificando<br />

hacia el sector virtual que posibilita Internet, asegurándose su futuro como medio <strong>de</strong><br />

la comunicación social. Para algunos autores, como F. Colombo (1997) esto supone<br />

una peligrosa anexión <strong>de</strong>l periodismo a la industria <strong>de</strong>l ocio, que lo convertiría en un<br />

mundo paralelo al real, con la consecuente pérdida <strong>de</strong> credibilidad y autoridad<br />

(pp.21-22). A<strong>de</strong>más, este avance hacia las telecomunicaciones supone un cambio<br />

en la perspectiva <strong>de</strong>l tiempo, así como la primacía <strong>de</strong> lo cuantitativo sobre lo<br />

cualitativo, convirtiendo la información en otra mercancía más <strong>de</strong> consumo (Cfr.<br />

Ferrer, 1997, 179). No obstante, hay especialistas como J. Timoteo (1994) que<br />

afirman que la prensa <strong>de</strong>be trabajar para ocupar un espacio digno <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las<br />

autopistas <strong>de</strong> la información (p.586). Por supuesto, no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> lado que<br />

250


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.16: La esquematicidad es una cualidad propia <strong>de</strong>l periodismo.<br />

251


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

esta accesibilidad al inmenso mundo <strong>de</strong> la información supone un avance social<br />

importante y una ampliación <strong>de</strong> la cognición <strong>de</strong> los individuos.<br />

3.2.2.CÓDIGOS DE ÉTICA PERIODÍSTICA<br />

A lo largo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l periodismo y su evolución hacia una mayor<br />

influencia y po<strong>de</strong>r social, se han producido múltiples intentos por reglamentar y<br />

controlar el ejercicio <strong>de</strong> dicha profesión. O lo que es igual:<br />

Los medios <strong>de</strong> comunicación son imprescindibles para la existencia y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la vida social, pero en una sociedad mediatizada es<br />

necesario velar para que se cumplan con sus genuinos objetivos,<br />

haciendo posible la libertad <strong>de</strong> expresión con el <strong>de</strong>recho a una<br />

información veraz y ética (Núñez Encabo, 1995, 257).<br />

El primer código sobre ética periodística <strong>de</strong>l que se tiene noticia en<br />

Europa, es un <strong>de</strong>cálogo publicado en Francia en 1918, por el Sindicat National <strong>de</strong>s<br />

Journalistes (SNJ), bajo el título “Los <strong>de</strong>beres profesionales <strong>de</strong> un periodista”. Según<br />

éste, un periodista digno:<br />

1. Asumirá la entera responsabilidad <strong>de</strong> todo texto que publique bajo<br />

su firma o su seudónimo personal.<br />

2. Entien<strong>de</strong> la calumnia, la difamación y toda acusación sin pruebas,<br />

como faltas profesionales graves (...).<br />

3. No haber sido jamás objeto <strong>de</strong> una sanción <strong>de</strong>cretada por un<br />

tribunal <strong>de</strong> honor legalmente constituido (...).<br />

4. No aceptará oficial u oficiosamente, nada más que misiones<br />

compatibles con su dignidad <strong>de</strong> periodista (...).<br />

5. No aceptará ninguna función retribuida en un círculo institucional<br />

<strong>de</strong> una forma comprobada, para facilitar negocios <strong>de</strong> forma<br />

general; no aceptará gratificaciones, bajo la forma que sea (...).<br />

6. No firmará con su nombre o seudónimo personal los artículos <strong>de</strong><br />

puro reclamo comercial o financiero.<br />

252


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

7. No se sentirá culpable <strong>de</strong> ningún plagio si hubiera citado a los<br />

colegas <strong>de</strong> los cuales ha reproducido, en su forma o espíritu, un<br />

texto cualquiera.<br />

8. No solicitará jamás la plaza <strong>de</strong> un colega, ni provocará nunca su<br />

<strong>de</strong>spido (...).<br />

9. Guardará, asimismo, en justicia, el secreto profesional cuando<br />

sea <strong>de</strong>mandado.<br />

10. No abusará jamás <strong>de</strong> la libertad <strong>de</strong> prensa, con miras interesadas<br />

(...) (Prieto, 1995, 217-218).<br />

Po<strong>de</strong>mos observar como la responsabilidad, la fi<strong>de</strong>lidad a la verdad y a<br />

la justicia, el huir <strong>de</strong> los sobornos, intereses comerciales y plagios, ser solidario con<br />

los colegas, saber guardar secretos profesionales y no usar la libertad <strong>de</strong> expresión<br />

con intereses <strong>de</strong>terminados, son las características que se reclaman para los<br />

profesionales <strong>de</strong>l periodismo; y, que la mayoría <strong>de</strong> estas exigencias siguen vigentes<br />

tras ochenta y cinco años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su redacción, aunque en ocasiones no se respeten.<br />

En general, el espíritu <strong>de</strong> este primer código <strong>de</strong> ética periodística, es reivindicar una<br />

elevada carga <strong>de</strong> honorabilidad para el periodista; data <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XX<br />

cuando había que creer a ciegas en la palabra <strong>de</strong>l informador, porque no había otros<br />

medios para contrastar o verificar los datos que aportaba dicho transmisor. Al<br />

periodismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus orígenes se le atribuye el valor <strong>de</strong> la verdad y se le respeta<br />

por ello; las personas creen en los periodistas a la hora <strong>de</strong> conocer y enten<strong>de</strong>r el<br />

mundo, <strong>de</strong> ahí precisamente la influencia que tienen sobre la vida social.<br />

Años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer código sobre ética periodística, durante un<br />

Congreso <strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración Internacional <strong>de</strong> Periodistas 8 (FIP), celebrado en<br />

Bruselas en 1954, se aprobó la “Declaración <strong>de</strong> los Deberes <strong>de</strong> los Periodistas <strong>de</strong> la<br />

FIP” que expone los <strong>de</strong>beres esenciales <strong>de</strong>l periodista:<br />

1. Respetar la verdad, en razón <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho que el público tiene a<br />

conocerla.<br />

2. Defen<strong>de</strong>r la libertad <strong>de</strong> información, <strong>de</strong>l comentario y <strong>de</strong> la crítica.<br />

253


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

3. Publicar solamente las informaciones <strong>de</strong> las cuales se conoce el<br />

origen y no suprimir las informaciones esenciales, así como no<br />

falsificar los documentos.<br />

4. No utilizar métodos incorrectos para obtener informaciones,<br />

fotografías o documentos.<br />

5. Rectificar toda información publicada y revelada inexacta.<br />

6. Guardar el secreto profesional concerniente a la fuente <strong>de</strong> las<br />

informaciones obtenidas confi<strong>de</strong>ncialmente.<br />

7. Se prohíbe el plagio, la calumnia, la difamación, la maledicencia y<br />

las acusaciones sin fundamento, así como recibir cualquier<br />

gratificación, con motivo <strong>de</strong> su publicación o <strong>de</strong> su supresión<br />

8. Todo periodista, digno <strong>de</strong> ese nombre, tiene el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> observar<br />

estrictamente los principios enunciados anteriormente; reconociendo<br />

el <strong>de</strong>recho establecido en cada país, el periodista no aceptará, en<br />

materia profesional, más que la jurisdicción <strong>de</strong> sus iguales, con la<br />

exclusión <strong>de</strong> toda injerencia gubernamental o <strong>de</strong> otro tipo (Prieto,<br />

1995, 224-225).<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que la sustitución <strong>de</strong> un <strong>de</strong>cálogo <strong>de</strong> ética, por la <strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong> ocho <strong>de</strong>beres sobre la profesión periodística no es fortuita. En la primera mitad<br />

<strong>de</strong>l siglo XX, se había comprobado la fuerte repercusión social <strong>de</strong> las opiniones e<br />

informaciones periodísticas. El mundo había sufrido guerras, disfrutado avances<br />

científicos, y con ellos había experimentado muchos cambios sociales, económicos y<br />

políticos, los cuáles se conocieron y valoraron a través <strong>de</strong> lo que transmitían los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación. Así pues, se <strong>de</strong>cidió establecer esta Declaración <strong>de</strong><br />

Deberes, porque los códigos éticos son interpretados como características <strong>de</strong> la<br />

perfección, como objetivos inalcanzables o como pura exclamación utópica. A<br />

gran<strong>de</strong>s rasgos, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong> estos ocho <strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l periodista, se pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>ducir un alto interés por la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la verdad, la libertad y la justicia en la<br />

comunicación social.<br />

8 En esta Fe<strong>de</strong>ración participaba en sus orígenes, más <strong>de</strong> un centenar <strong>de</strong> países con una <strong>de</strong>stacada cuota<br />

europea, con el transcurso <strong>de</strong> los años han primado las actuaciones <strong>de</strong> ese gran grupo europeo, <strong>de</strong> forma que<br />

hoy día se ha convertido en la Fe<strong>de</strong>ración Europea <strong>de</strong> Periodistas.<br />

254


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En 1971, la FIP y la Organization Internationale <strong>de</strong>s Journalistes –OIJ-,<br />

aceptaron una <strong>de</strong>claración sobre principios y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> los periodistas, bajo el título<br />

<strong>de</strong> “Carta <strong>de</strong> Munich”; esta <strong>de</strong>claración resulta ser una actualización <strong>de</strong>l Código<br />

acordado en 1954, con una importante aportación como es la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l periodista. Estos <strong>de</strong>rechos se vinculan con el libre acceso a fuentes <strong>de</strong><br />

información, con rehusar ciertas subordinaciones, con no estar obligado a expresar<br />

opiniones contrarias a sus convicciones, con estar informados <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />

empresa y con beneficiarse <strong>de</strong> los convenios colectivos y <strong>de</strong> tener un sueldo digno.<br />

Dentro <strong>de</strong>l marco legal, el artículo 20 <strong>de</strong> la Constitución Española<br />

vigente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1978, proclama la libertad <strong>de</strong> pensamiento, expresión,<br />

comunicación e información, que implica la libertad <strong>de</strong> publicación y difusión;<br />

también expresa la prohibición a la censura previa, respetando así el pluralismo <strong>de</strong> la<br />

sociedad; y se aña<strong>de</strong> que la libertad <strong>de</strong> expresión e información tiene su límite<br />

respecto al <strong>de</strong>recho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección <strong>de</strong><br />

la juventud y <strong>de</strong> la infancia (Cfr. Armentía y Caminos, 1998, 16-17). Quizás <strong>de</strong> esos<br />

<strong>de</strong>rechos, los tres primeros presentan <strong>de</strong>masiada ambigüedad y, por tanto, es difícil<br />

dar un concepto exacto <strong>de</strong> ellos, así para llegar a compren<strong>de</strong>r su significado nos<br />

acogemos a las matizaciones que da el magistrado y catedrático X. O´Callaghan<br />

(1991). Con respecto al honor dice que se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar como el reconocimiento<br />

o estima que se tiene <strong>de</strong> la propia persona <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sociedad, grupo al que<br />

pertenece o don<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrolla su actividad. En referencia a la intimidad, explica que<br />

se fundamenta en la dignidad <strong>de</strong> la persona como ser humano. Y, sobre el concepto<br />

<strong>de</strong> la imagen opina que se i<strong>de</strong>ntifica con la i<strong>de</strong>ntidad y con la personalidad en su<br />

representación gráfica, como el aspecto externo <strong>de</strong>l honor.<br />

De esta manera, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años ochenta <strong>de</strong>l recién terminado siglo XX,<br />

se comprueba que,<br />

Hay en la jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> nuestros más altos tribunales, el<br />

Constitucional y el Supremo, una línea constante <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho a la Información en cuanto paso que juzgan necesario para<br />

llegar a la opinión múltiple, libre, pluralista, que entien<strong>de</strong>n es el<br />

fundamento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia (Fernán<strong>de</strong>z Areal, 1998, 149).<br />

255


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

La UNESCO, en 1983, publicó un documento <strong>de</strong>ontológico para los<br />

profesionales <strong>de</strong> la información, bajo el título “Principios Internacionales <strong>de</strong> Ética<br />

Profesional <strong>de</strong>l Periodismo”, los diez principios recogidos fueron:<br />

1. El <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l pueblo a una información verda<strong>de</strong>ra (...).<br />

2. Adhesión <strong>de</strong>l periodista a la realidad objetiva (...).<br />

3. La responsabilidad social <strong>de</strong>l periodista (...).<br />

4. La integridad profesional <strong>de</strong>l periodista (...).<br />

5. Acceso y participación <strong>de</strong>l público (...).<br />

6. Respeto a la vida privada y a la dignidad <strong>de</strong>l hombre (...).<br />

7. Respeto <strong>de</strong>l interés público (...).<br />

8. Respeto a los valores universales y a la diversidad <strong>de</strong> culturas (...).<br />

9. La eliminación <strong>de</strong> la guerra y otras gran<strong>de</strong>s plagas a las que la<br />

humanidad está confrontada (...).<br />

10. Promoción <strong>de</strong> un nuevo or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la información y comunicación<br />

mundial (...) (Blázquez, 1995, 232-235).<br />

Eran años en los que los medios <strong>de</strong> comunicación empezaban a tener<br />

un rol social cada vez más po<strong>de</strong>roso; así, con estos principios, el periodista queda<br />

<strong>de</strong>finido como un humanista, promotor <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos y educador <strong>de</strong> la<br />

verdad pública; en <strong>de</strong>finitiva, más que un código <strong>de</strong> profesión, es una <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los<br />

valores éticos universales y <strong>de</strong> la objetividad en la comunicación. Se confía en que el<br />

periodista aplica criterios “profesionalizados”, y no “interesados”, en la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rar que cierto acontecimiento es noticia o, por el contrario, no lo es (Cfr.<br />

Núñez La<strong>de</strong>véze, 1995, 23).<br />

Ya en 1986, la FIP <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> actualizar su Código Ético y elabora la<br />

“Declaración <strong>de</strong> principios sobre la conducta <strong>de</strong> los periodistas”, que prácticamente<br />

recoge los mismos <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> 1954 con algunas matizaciones<br />

nuevas y la incorporación <strong>de</strong> un punto más que dice así:<br />

“El periodista se cuidará <strong>de</strong> los riesgos <strong>de</strong> una discriminación<br />

propagada por los medios <strong>de</strong> comunicación y hará lo posible para evitar<br />

que se facilite tal discriminación, fundamentada especialmente en la<br />

256


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

raza, el sexo, la moral sexual, la lengua, la religión, las opiniones<br />

políticas y <strong>de</strong>más, así como el origen nacional o social.”<br />

En noviembre <strong>de</strong> 1992, el Colegio <strong>de</strong> Periodistas <strong>de</strong> Cataluña<br />

promueve la redacción <strong>de</strong> un Código Deontológico con el fin <strong>de</strong> enmarcar la<br />

actividad periodística <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unas coor<strong>de</strong>nadas a<strong>de</strong>cuadas. De forma resumida,<br />

el contenido <strong>de</strong> los once puntos <strong>de</strong> este Código es el siguiente:<br />

1. Distinguir entre hechos y opiniones, evitando distorsión <strong>de</strong>liberada.<br />

2. Evitar datos imprecisos que puedan menospreciar la dignidad <strong>de</strong> las<br />

personas.<br />

3. Rectificar con diligencia, sin eludir la disculpa.<br />

4. Utilizar métodos dignos para obtener la información.<br />

5. Respetar el “off <strong>de</strong> record”.<br />

6. Reconocer a las personas el <strong>de</strong>recho a no proporcionar información.<br />

7. No aceptar retribuciones por promover <strong>de</strong>terminadas opiniones.<br />

8. Respectar el <strong>de</strong>recho a la intimidad e imagen.<br />

9. Consi<strong>de</strong>rar el principio <strong>de</strong> presunción <strong>de</strong> inocencia.<br />

10. Ser cuidadosos con la información que afecte a menores <strong>de</strong> edad.<br />

11. Actuar con rigurosidad en informaciones u opiniones que puedan<br />

suscitar discriminaciones o violencia (Cfr. Armentía y Caminos,<br />

1998, 14 y ss.).<br />

La última <strong>de</strong>claración que ha realizado la FIP, fue en marzo <strong>de</strong> 1993, en<br />

un seminario sobre In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia Redaccional celebrado en Milán; esta <strong>de</strong>claración<br />

pretendía que las redacciones don<strong>de</strong> los periodistas trabajan a diario, sean<br />

instrumentos que les faciliten el cumplimiento <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>beres y, por supuesto, la<br />

libertad <strong>de</strong> expresión. Meses más tar<strong>de</strong>, en julio <strong>de</strong> ese mismo año, en Estrasburgo,<br />

se acuerda por asamblea parlamentaria <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> Europa, el “Código Europeo<br />

<strong>de</strong> Deontología <strong>de</strong>l Periodismo” 9 . En sus treinta y ocho puntos se recoge cómo<br />

<strong>de</strong>ben tratarse las noticias y opiniones, que la información es un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> todas<br />

las personas, cuáles son las funciones y la actividad ética <strong>de</strong>l periodismo, cómo<br />

257


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong>be ser la redacción, cómo actuar ante <strong>de</strong>terminados conflictos, y la necesidad <strong>de</strong><br />

autocontrol en esta profesión.<br />

Como hemos podido observar, la regulación jurídica <strong>de</strong> la actividad<br />

periodística no se expresa mediante exigencias, sino en forma <strong>de</strong> prohibiciones o por<br />

infracción <strong>de</strong> reglas que <strong>de</strong>limitan el <strong>de</strong>recho a la información. Entre esas reglas está<br />

la protección <strong>de</strong>l honor, <strong>de</strong> la intimidad, <strong>de</strong> la propia imagen, <strong>de</strong> la dignidad, <strong>de</strong> la<br />

verdad; tipificando como <strong>de</strong>lito cualquier forma <strong>de</strong> violar esas reglas (Cfr. Núñez<br />

La<strong>de</strong>véze, 1995, 24-25).<br />

A pesar <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> todos estos códigos sobre ética periodística,<br />

se requiere la coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> otros factores para que el periodista pueda<br />

<strong>de</strong>sarrollarlos en su trabajo diario. Es <strong>de</strong>cir,<br />

Si el periodista no dispone <strong>de</strong> unas condiciones mínimamente<br />

aceptables (salario digno, horario, vacaciones retribuidas, consejos <strong>de</strong><br />

redacción...) para garantizar su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y con un status que le<br />

permita ser libre, es prácticamente imposible que pueda cumplir los<br />

principios establecidos en los diferentes códigos (Prieto, 1995, 216).<br />

En último lugar, pero no menos importante, <strong>de</strong>bemos mencionar que el<br />

periodista <strong>de</strong>be asumir una actitud comunicativa ante los lectores, que consiste en<br />

respetarles y apreciarles, y no una actitud estratégica consi<strong>de</strong>rándolos medios para<br />

obtener el beneficio propio. Asumiendo esa actitud comunicativa, el periodista ha <strong>de</strong><br />

intentar que lo que dice sea inteligible, que la información sea fiable (no<br />

manipuladora), que los datos sean verda<strong>de</strong>ros y, por tanto, contrastados, y respetar<br />

las normas sociales que le hará comportarse con justicia (Cfr. Cortina, 1995, 149-<br />

150). E. Ferrer (1997) nos dice que un lema caracteriza, o preten<strong>de</strong> caracterizar a la<br />

prensa: “La verdad <strong>de</strong> la prensa es buscar la verdad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más” (p.87).<br />

9 Para consultar el texto íntegro <strong>de</strong> este Código Europeo, véase Núñez Encabo, M. (1995) “Código Europeo <strong>de</strong><br />

Deontología <strong>de</strong>l Periodismo (Consejo <strong>de</strong> Europa)”, en E. BONETE (Coor.) Éticas <strong>de</strong> la información y <strong>de</strong>ontología<br />

258


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

3.2.3.LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS<br />

A la hora <strong>de</strong> transmitir una información cada periódico pue<strong>de</strong>n emplear<br />

distintos géneros, por lo general dicha elección se hace en función <strong>de</strong>l conocimiento<br />

previo <strong>de</strong>l lector, ofreciendo mayor interpretación <strong>de</strong> la información cuanto más<br />

conocimiento ya se posea sobre ella (Cfr. Grijelmo, 1997, 26).<br />

De entre los primeros especialistas que se <strong>de</strong>dicaron a distinguir<br />

géneros periodísticos, <strong>de</strong>stacamos a H. Guajardo (1988) 10 que expresó la siguiente<br />

clasificación: Noticia, Nota, Entrevista, Encuesta, Reportaje, Crónica, Columna,<br />

Crítica, Caricatura, Ensayo, Artículo y Documentos (pp.36 y ss.).<br />

Si aten<strong>de</strong>mos a la función que cumplen los textos, se pue<strong>de</strong>n<br />

diferenciar dos gran<strong>de</strong>s grupos <strong>de</strong> géneros periodísticos: los informativos y los<br />

interpretativos (Aguilera, 1992; Cabero y Loscertales, 1998). Pero algunos<br />

especialistas como L. Miravalles (1985) aña<strong>de</strong>n dos grupos, diferenciando así cuatro<br />

grupos <strong>de</strong> géneros:<br />

1. Géneros informativos, como son la noticia, el reportaje y la<br />

entrevista.<br />

2. Géneros interpretativos o <strong>de</strong> opinión, como el artículo o el editorial.<br />

3. Géneros mixtos, entre los que se incluye la crónica, la crítica y la<br />

columna.<br />

4. Periodismo gráfico, que es la fotografía, el dibujo o el gráfico.<br />

A esta clasificación, A. Grijelmo (1997) aña<strong>de</strong> la documentación <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> los géneros informativos, la entrevista perfil <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l grupo mixto, consi<strong>de</strong>rando<br />

la crítica y la columna como géneros puramente interpretativos, a los que aña<strong>de</strong> el<br />

análisis y el ensayo (pp.26 y ss.).<br />

<strong>de</strong>l periodismo. Tecnos, Madrid, pp.252-271.<br />

10 La primera edición en la que publica esta clasificación <strong>de</strong> géneros periodísticos es <strong>de</strong>l año 1967.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En un manual para futuros periodistas, J.R. Valles (1991) explica que<br />

los mensajes periodísticos pertenecen a tres géneros o formas textuales,<br />

resumiendo en un clarificador cuadro las diferencias entre ellos:<br />

Información Opinión Publicidad<br />

Carácter narración <strong>de</strong> opinión sobre <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />

Estructura narrativa argumentativa <strong>de</strong>scriptiva<br />

Tono objetivo subjetivo hiperbólico<br />

Referente suceso hecho/tema producto<br />

Intención informar formar ven<strong>de</strong>r<br />

Tabla 3.1: Principales diferencias entre los tres géneros periodísticos.<br />

A<strong>de</strong>más, este profesor distingue varias modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada<br />

género. Así, en el género informativo incluye la noticia, la crónica, la información, la<br />

entrevista y el reportaje. En el género <strong>de</strong> opinión cita el editorial, el artículo, la crítica<br />

y la carta al director. Mientras que en el género <strong>de</strong> publicidad no menciona<br />

subgéneros (pp. 88-89).<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l lenguaje y <strong>de</strong> las técnicas periodísticas,<br />

J.O. Aguilera (1992) distingue tres tipos <strong>de</strong> mensajes: el relato informativo, el relato<br />

interpretativo y el comentario. Para este profesor los avances tecnológicos han ido<br />

separando al periodismo <strong>de</strong> la literatura y, por consiguiente, <strong>de</strong> muchos géneros<br />

literarios, para centrarse más en la noticia. No obstante, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la noticia<br />

reconoce como géneros <strong>de</strong>l periodismo actual, el reportaje y la crónica, puestas por<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> menor a mayor dosis <strong>de</strong> interpretación, pero en los tres casos <strong>de</strong>be primar<br />

la exposición objetiva <strong>de</strong> los hechos (p.159).<br />

Por su parte, L. Núñez La<strong>de</strong>véze (1995) hace una clasificación similar a<br />

las dos anteriores, pero con la modificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong>l tercer género.<br />

De esta forma, consi<strong>de</strong>ra que existe un género <strong>de</strong> información, uno <strong>de</strong> interpretación<br />

260


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

y otro <strong>de</strong> opinión. Explica que el género <strong>de</strong> información tiene como fin dar cuenta <strong>de</strong><br />

lo que suce<strong>de</strong> y en este grupo encontramos la noticia y la documentación; el género<br />

<strong>de</strong> interpretación preten<strong>de</strong> relacionar la información con su contexto y así se<br />

consi<strong>de</strong>ra el informe, la crónica, el reportaje y la entrevista; y para el género <strong>de</strong><br />

opinión lo principal es adoptar una postura y tratar <strong>de</strong> convencer <strong>de</strong> que es la más<br />

a<strong>de</strong>cuada, <strong>de</strong>staca el editorial y la columna.<br />

En nuestra investigación vamos a contemplar los géneros informativos,<br />

los interpretativos y un tercer grupo en el que entrarían todos los géneros que<br />

<strong>de</strong>stacan por emitir juicios <strong>de</strong> valor. Así, los géneros periodísticos que contemplamos<br />

son los siguientes. Dentro <strong>de</strong>l grupo informativo, la noticia y los avisos y<br />

comunicados; en el grupo interpretativo o <strong>de</strong> opiniones, el artículo <strong>de</strong> opinión, el<br />

editorial y la carta al director; y en un último grupo <strong>de</strong> valoraciones personales,<br />

incluimos la entrevista, el comentario y el reportaje. Dada las ambigüeda<strong>de</strong>s que<br />

ro<strong>de</strong>an a estos términos, por las múltiples agrupaciones y <strong>de</strong>finiciones realizadas por<br />

distintos autores, pasaremos a <strong>de</strong>tallar que enten<strong>de</strong>mos por cada uno <strong>de</strong> ellos.<br />

- Artículo <strong>de</strong> opinión, (ver Figura 3.17) es un escrito en el que se<br />

explica, interpreta y valora un hecho o una i<strong>de</strong>a actuales y <strong>de</strong> especial<br />

trascen<strong>de</strong>ncia. La opinión <strong>de</strong>l articulista es el eje <strong>de</strong>l escrito. Suele<br />

aparecer firmado y en una zona fija <strong>de</strong>l periódico. En el artículo <strong>de</strong><br />

opinión lo más relevante es quién lo firma.<br />

- Avisos y comunicados, (ver Figura 3.18) son informaciones varias que<br />

escriben personas externas al periódico. Suelen ser muy breves y<br />

tienen una ubicación fija. En este caso lo más <strong>de</strong>stacado es lo que se<br />

quiere comunicar.<br />

- Carta al director, (ver Figura 3.19) expresión escrita <strong>de</strong> los lectores<br />

habituales <strong>de</strong>l periódico, respecto a temáticas concretas que les<br />

preocupan. Es una sección fija que siempre se ubica en la misma zona<br />

<strong>de</strong>l periódico. En la carta al director lo más importante es la opinión <strong>de</strong>l<br />

lector.<br />

261


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.17: Artículo <strong>de</strong> opinión.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.18: Avisos y comunicados.<br />

263


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- Comentario, (ver Figura 3.20) es un artículo <strong>de</strong> opinión breve e inserto<br />

en una noticia o reportaje. En ocasiones va firmado. En el comentario lo<br />

fundamental es lo que aporta. El comentario se sitúa a cierta distancia<br />

<strong>de</strong>l hecho y esboza una reacción ante él, una respuesta que pue<strong>de</strong><br />

tomar la forma <strong>de</strong> una acción o quedarse en un juicio (Gomis, 1997,<br />

47).<br />

- Editorial, (ver Figura 3.21) es un artículo <strong>de</strong> opinión que refleja la<br />

i<strong>de</strong>ología y el pensamiento <strong>de</strong> ese medio informativo en particular.<br />

Suele aparecer en una zona fija <strong>de</strong>l periódico y, generalmente, lo firma<br />

La Editorial. En líneas generales, (...) el editorial es un artículo en el<br />

que se comenta algún aspecto controvertido <strong>de</strong> la actualidad (Núñez<br />

La<strong>de</strong>véze, 1995, 100).<br />

- Entrevista, (ver Figura 3.22) es la trascripción <strong>de</strong> un diálogo<br />

mantenido entre un periodista y un personaje <strong>de</strong> actualidad por su<br />

protagonismo directo en algún suceso o fenómeno, o por su implicación<br />

indirecta en el mismo. En la entrevista lo más significativo en la persona<br />

entrevistada. L. Núñez La<strong>de</strong>véze (1995) reconoce la entrevista como<br />

una técnica para obtener información y recabar la opinión <strong>de</strong> una<br />

persona con cierto prestigio social, sobre alguna cuestión <strong>de</strong> actualidad<br />

(p.89).<br />

- Noticia, (ver Figura 3.23) texto en el que se cuenta <strong>de</strong> modo sucinto<br />

pero completo, un hecho <strong>de</strong> actualidad y <strong>de</strong> innegable repercusión<br />

social, <strong>de</strong>stacando siempre la novedad, el significado y el interés. Es <strong>de</strong><br />

extensión y situación muy variable. En ocasiones va acompañado <strong>de</strong><br />

fotografías. En la noticia lo más relevante es la actualidad. La noticia<br />

sirve para comunicar con exactitud y eficacia un hecho nuevo (Gomis,<br />

1997, 45).<br />

- Reportaje (o crónica), (ver Figura 3.24) es un escrito informativo pero<br />

también <strong>de</strong> interpretación, puesto que entra a valorar ese hecho o<br />

circunstancia. Es <strong>de</strong> extensión y situación muy variable. En ocasiones<br />

va acompañado <strong>de</strong> fotografías y gráficos. En el reportaje lo más<br />

264


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.19: Carta al Director.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.20: Comentario.<br />

266


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.21: Editorial.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong>stacado en el tema que se trata. Según el catedrático L. Núñez<br />

La<strong>de</strong>véze (1995) en el reportaje (...) el periodista suscita la información<br />

en lugar <strong>de</strong> ir a buscarla o a esperar que acontezca (...) También pue<strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rarse el reportaje como una técnica <strong>de</strong> profundizar en aspectos<br />

<strong>de</strong> una noticia, principalmente en las causas que la han producido<br />

(p.86).<br />

Como vemos, cada género periodístico tiene peculiarida<strong>de</strong>s propias que el<br />

lector <strong>de</strong>be tener en cuenta para hacer una lectura crítica y selectiva <strong>de</strong>l mensaje<br />

que se transmite, pero a<strong>de</strong>más el lenguaje empleado también <strong>de</strong>be ser analizado<br />

por el lector; pues, como bien dice J.Mª Vázquez (1990) el lenguaje no es neutro,<br />

sino que está cargado <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, prejuicios y preconceptos (p.22). El titular, la<br />

presencia <strong>de</strong> antetítulo y subtítulo, la ubicación <strong>de</strong>l texto en el periódico, los gráficos,<br />

ilustraciones y fotografías, la extensión y la fecha <strong>de</strong> publicación, son factores que<br />

nos ayudan a analizar el mensaje periodístico –tal y como haremos en la cuarta<br />

parte <strong>de</strong> este trabajo-, porque, según T.A. Van Dijk (1990), en ellos se refleja<br />

explícitamente la macroestructura semántica o noción <strong>de</strong>l tema que se trata (p.253).<br />

El modo <strong>de</strong> presentar una noticia implica siempre una previa interpretación <strong>de</strong> su<br />

importancia social (Núñez La<strong>de</strong>véze, 1995, 33). De entre todos esos elementos que<br />

influyen en la presentación, es el titular el único <strong>de</strong> presencia casi obligada y el <strong>de</strong><br />

mayor relevancia; éstos tradicionalmente se han elaborado teniendo en cuenta la<br />

novedad, la actualidad, la claridad, la concisión, la veracidad y la garra, y sus<br />

posibilida<strong>de</strong>s ligüísticas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la creatividad <strong>de</strong>l propio periodista (Gómez<br />

Mompart, 1982; Gomis, 1997; Berrocal y Rodríguez-Maribona, 1998).<br />

A la variedad posible <strong>de</strong> todos estos factores <strong>de</strong> representación, es<br />

preciso añadir que la clasificación <strong>de</strong>l periódico en secciones y la ubicación <strong>de</strong><br />

noticias en cada una <strong>de</strong> ellas, pue<strong>de</strong> ser una actividad puramente objetiva o<br />

respon<strong>de</strong>r a <strong>de</strong>terminados intereses según el caso. Entre periódicos existen<br />

diferencias en las secciones que aparecen, pero hay una serie <strong>de</strong> secciones<br />

comunes a la gran mayoría. Éstas son: Nacional, Internacional, Opinión, Local,<br />

Sociedad, Economía, Cultura, Deportes, Toros, Televisión y Radio, y Servicios (Cfr.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.22: Entrevista.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.23: Noticia.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.24: Reportaje.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Berrocal y Rodríguez-Maribona, 1998, pp.73 y ss.).<br />

Así, según la expresión <strong>de</strong> todos esos elementos citados, un mismo<br />

acontecimiento pue<strong>de</strong> reflejarse <strong>de</strong> formas diversas según lo que se <strong>de</strong>see resaltar;<br />

En una sociedad plural uno <strong>de</strong> los valores fundamentales es la libertad <strong>de</strong> expresión.<br />

Por tanto, es lícito que cada diario presente su cosmovisión <strong>de</strong> la realidad (Pérez<br />

Serrano, 1984, 40). Entre todos los géneros y <strong>de</strong>más factores periodísticos, <strong>de</strong>be<br />

prestarse especial atención a la noticia por ser la piedra angular <strong>de</strong>l periodismo y a<br />

las fotografías, porque en muchas ocasiones una imagen transmite más información<br />

que el texto al que acompaña.<br />

3.3. LA INTERPRETACIÓN DE LA NOTICIA<br />

Si tenemos en cuenta que los periodistas, por lo general, no presencian<br />

los acontecimientos sobre los que van a informar, estamos en sintonía con T.A. Van<br />

Dijk (1990) al afirmar la importancia <strong>de</strong> analizar <strong>de</strong>talladamente cuál ha sido la fuente<br />

<strong>de</strong> información, a qué parte <strong>de</strong>l texto inicial se alu<strong>de</strong> y cómo se transforma esa<br />

información en noticia. Lo más complejo es que los textos fuente que emplea el<br />

periodista son versiones ya codificadas que respon<strong>de</strong>n, no sólo al conocimiento<br />

general <strong>de</strong>l suceso, sino también a <strong>de</strong>terminadas i<strong>de</strong>ologías y actitu<strong>de</strong>s (pp.255 y<br />

ss.); es <strong>de</strong>cir, las agencias <strong>de</strong> prensa que suelen facilitar los datos iniciales para<br />

elaborar la noticia, aún <strong>de</strong> forma inconsciente, proporcionan una información<br />

marcada por sus i<strong>de</strong>ales e intereses particulares. Según L. Núñez La<strong>de</strong>véze (1991)<br />

el periodista realiza la interpretación sobre la información que recibe, sobre la base<br />

<strong>de</strong> dos categorías: la que se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> su función social y la propia <strong>de</strong> su<br />

especialización profesional (p.173). Así pues, lo i<strong>de</strong>al es que el periodista respete el<br />

código <strong>de</strong>ontológico <strong>de</strong> su profesión, con lo que estará asumiendo ciertas normas<br />

sociales.<br />

Es importante distinguir en la noticia dos niveles <strong>de</strong> información. De un<br />

lado tenemos la noticia muy resumida y concentrada que se expresa en el titular. Y,<br />

<strong>de</strong> otra parte nos encontramos con el corpus textual que repite la información <strong>de</strong>l<br />

272


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

titular pero adornada con muchos recursos disponibles y completada con<br />

argumentaciones y datos (Cfr. García Gutiérrez, 1992, 104-105). Aunque otros,<br />

como L. Núñez La<strong>de</strong>véze (1995) diferencian tres partes en la noticia, pues entre el<br />

título y el texto informativo, localiza el “párrafo <strong>de</strong> entrada” que aporta datos<br />

importantes <strong>de</strong> la noticia que luego se <strong>de</strong>sarrollan en el texto (p.46). Hasta aquí<br />

parece fácil interpretar una noticia, pues supondría analizar la información que se<br />

proporciona en tres pasos o niveles <strong>de</strong> profundización: título, entrada y cuerpo (ver<br />

Figura 3.25).<br />

No obstante, es necesario tener en cuenta la posible existencia <strong>de</strong> cierto sesgo<br />

informativo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el propio medio <strong>de</strong> comunicación. El primer filtro que produce ese<br />

sesgo lo encontramos cuando el redactor tiene que <strong>de</strong>cidir qué acontecimiento es<br />

noticia y cuál no lo es; porque (...) no toda información es noticia, aunque toda<br />

noticia sea información (Enebral y González Feria, 1991, 55). Es la llamada “línea<br />

editorial” la que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> <strong>de</strong> entre todas las informaciones que llegan a la redacción,<br />

cuáles van a traducirse en noticia a través <strong>de</strong> su medio <strong>de</strong> comunicación y cuáles no<br />

saldrán a la luz pública. Esta importante <strong>de</strong>cisión se toma en función <strong>de</strong> los intereses<br />

e i<strong>de</strong>ología propia <strong>de</strong>l ese medio en particular, así encontramos periódicos que optan<br />

por especializarse en dramas y <strong>de</strong>sastres, otros que <strong>de</strong>stacan los <strong>de</strong>scubrimientos y<br />

avances <strong>de</strong> la humanidad, mientras que otros tantos <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n establecerse en un<br />

punto intermedio notificando cualquier suceso, sin subrayar lo positivo sobre lo<br />

negativo ni viceversa; aunque, por supuesto, siempre hay acontecimientos <strong>de</strong> tal<br />

notoriedad social que todos los medios <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n hacerlos públicos,<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> su “línea editorial” que en estos casos sólo <strong>de</strong>terminará el<br />

tratamiento y énfasis que se le dé al texto. Son sobre estos últimos acontecimientos<br />

sobre los que se aplican una serie criterios comunes a todos los medios. Así pues,<br />

para compren<strong>de</strong>r una realidad social es <strong>de</strong> gran valía recurrir a las noticias <strong>de</strong><br />

prensa porque, como bien apunta J.M. Esteve (2003), nos ofrece los matices <strong>de</strong> la<br />

realidad que proyecta sobre los lectores (p.16).<br />

Hoy día es bastante aceptado señalar que los acontecimientos que van<br />

a producir las noticias pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> tres tipos distintos:<br />

273


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.25: Documento con título, entrada y cuerpo.<br />

274


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

1. Los acontecimientos que tienen poca importancia general, pero son<br />

muy significativos para unos pocos (...).<br />

2. Son los acontecimientos a los que los mass media les dan una<br />

importancia pública general por lo que consiguen un tratamiento <strong>de</strong><br />

importancia, y son advertidos directamente por la mayoría <strong>de</strong>l<br />

público (...).<br />

3. Los acontecimientos muy urgentes, importantes, que reciben mucha<br />

y rápida atención por parte <strong>de</strong> los mass media (...) (Rodrigo, 1989,<br />

51-52).<br />

Pero un acontecimiento, o mensaje recibido, se entra a valorar <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> esta tipología una vez que la redacción ha <strong>de</strong>cidido que sea noticia, o mensaje a<br />

emitir. A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> estos tres grupos, existen ciertas<br />

ambigüeda<strong>de</strong>s que marcarán más diferencias entre unos periódicos y otros. No<br />

obstante, la audiencia es la que en último término da sentido a la noticia<br />

interpretándola: (...) cada consumidor <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> los mass media, personal<br />

y subjetivamente, pue<strong>de</strong> otorgar la mayor implicación a unas noticias a partir <strong>de</strong><br />

múltiples peculiarida<strong>de</strong>s personales (Rodrigo, 1989, 103). El acontecimiento con<br />

respecto al lector pue<strong>de</strong> tener una implicación directa por lo que afecta a sus<br />

sentimientos, y ser personal o no personal según tenga inci<strong>de</strong>ncia en la vida<br />

cotidiana <strong>de</strong>l individuo o no; por otro lado pue<strong>de</strong> tener una implicación indirecta sin<br />

afectar a los sentimientos <strong>de</strong>l individuo; o por el contrario carecer <strong>de</strong> implicación<br />

alguna, por lo que el individuo se muestra indiferente ante la noticia <strong>de</strong> ese<br />

acontecimiento (Cfr. Ibíd., 103).<br />

Es preciso tener en cuenta que factores <strong>de</strong> valoración emplea<br />

generalmente la Redacción <strong>de</strong> un medio <strong>de</strong> comunicación social para <strong>de</strong>cidir si un<br />

hecho es noticiable o no:<br />

(...) los más importantes son la actualidad, en tanto inmediación en el<br />

tiempo, y la proximidad, en tanto inmediación en el espacio. (...) Como<br />

requisito inevitable, la noticia <strong>de</strong>be ser veraz y exacta. Después clara y<br />

concisa. Impersonal, porque el informador no tiene <strong>de</strong>recho a tener<br />

i<strong>de</strong>as propias, y ha <strong>de</strong> ser objetivo (Aguilera, 1992, 159-160).<br />

275


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

A este respecto el profesor M. Rodrigo (1989) afirma que hay una serie<br />

<strong>de</strong> factores que <strong>de</strong>terminan la selección <strong>de</strong> las noticias y éstos son los siguientes:<br />

frecuencia <strong>de</strong>l acontecimiento, umbral <strong>de</strong> intensidad, ausencia <strong>de</strong> ambigüeda<strong>de</strong>s,<br />

significatividad por afinidad cultural o relevancia, consonancia con las expectativas<br />

<strong>de</strong>l lector, imprevisibilidad, continuidad en la noticiabilidad, composición equilibrada<br />

<strong>de</strong> informaciones, y referencia a valores socioculturales que <strong>de</strong>spierten interés. Se<br />

suele dar la presencia <strong>de</strong> varios <strong>de</strong> estos factores, relacionándose por agregación,<br />

por complementariedad o por exclusión (pp.111-112). Es pues bastante aceptado el<br />

hecho <strong>de</strong> que existen una serie <strong>de</strong> reglas no escritas en ninguna parte, para la<br />

selección <strong>de</strong> noticias, reglas que provocan muchas coinci<strong>de</strong>ncias entre periódicos<br />

(Rodrigo, 1989; Núñez La<strong>de</strong>véze, 1991).<br />

A la hora <strong>de</strong> interpretar la noticia el lector <strong>de</strong>be tener en consi<strong>de</strong>ración<br />

todos los factores influyentes que hemos mencionado, pero a<strong>de</strong>más ha <strong>de</strong> valorar<br />

cada uno <strong>de</strong> los elementos conformadores <strong>de</strong> dicha noticia o por lo menos aquellos<br />

que le interesan conocer. F. Martínez Vallvey (1996) especifica que generalmente<br />

los elementos <strong>de</strong> una noticia son siete: qué, quién, dón<strong>de</strong>, cuándo, con qué, por qué,<br />

cómo (pp.76-77). Así pues esos son los interrogantes que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir el lector<br />

en cada noticia, que requieren respuestas concisas y objetivas y que posiblemente<br />

eliminen interpretaciones erróneas.<br />

De otra parte, T.A. Van Dijk (1990) en su profundo estudio sobre la<br />

noticia afirma que:<br />

En realidad la gente recuerda muy poco <strong>de</strong> las noticias (...). Por lo<br />

general, los lectores recuerdan lo que hemos <strong>de</strong>nominado<br />

macroestructuras <strong>de</strong> la noticia, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un cierto tiempo, incluso<br />

éstas acaban incluyéndose en el interior <strong>de</strong> estructuras <strong>de</strong><br />

conocimiento más generales. En realidad, lo que los lectores hacen no<br />

es tanto recordar las informaciones periodísticas como construir<br />

mo<strong>de</strong>los nuevos <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong>scrita por esas informaciones<br />

actualizando los viejos (p.257).<br />

276


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Esto viene a <strong>de</strong>cir que la audiencia, por lo general termina reteniendo<br />

sólo la temática <strong>de</strong> las noticias y la valoración que se hace <strong>de</strong> ellas, que con el paso<br />

<strong>de</strong>l tiempo irán asimilando como conocimientos propios y no como informaciones o<br />

mo<strong>de</strong>los que han captado <strong>de</strong> un medio <strong>de</strong> comunicación, y no por experiencia<br />

propia. De esta forma los individuos van asumiendo e i<strong>de</strong>ntificando como propios<br />

esos mo<strong>de</strong>los externos, sin valorar el sesgo o la manipulación que puedan haber<br />

sufrido. En especial, la audiencia recuerda mejor una noticia e interioriza más los<br />

mo<strong>de</strong>los que le transmite por dos factores:<br />

a) cuanto más se acerque a sus conocimientos previos<br />

b) y cuanta mayor carga emocional tenga (Cfr. Van Dijk, 1990, 258).<br />

Así pues, en la práctica los medios <strong>de</strong> comunicación social suelen<br />

escoger sus noticias en función a esos dos factores que influirán en la comprensión<br />

y retención <strong>de</strong> la audiencia. Actualmente parece que la veracidad y fiabilidad <strong>de</strong> las<br />

informaciones ha perdido importancia, y lo que es peor los contenidos han pasado a<br />

segundo plano. Esto sería hablar <strong>de</strong> la “crisis <strong>de</strong> contenidos” que ha nacido <strong>de</strong>l<br />

interés <strong>de</strong>smesurado y por encima <strong>de</strong> todo, <strong>de</strong> aumentar o mantener los índices <strong>de</strong><br />

audiencia. Es <strong>de</strong>cir, hablamos <strong>de</strong> “crisis <strong>de</strong> contenido” cuando ya una noticia no<br />

respon<strong>de</strong> a ningún interés común y, a<strong>de</strong>más, no transmite ningún tipo <strong>de</strong><br />

información (Cfr. García- Lavernia y Massó, 1997, 43-44).<br />

Por su parte, el catedrático L. Núñez La<strong>de</strong>véze (1991) asegura que la<br />

base principal <strong>de</strong> una noticia es el interés o curiosidad común por un acontecimiento,<br />

y los ingredientes principales que <strong>de</strong>spiertan esa curiosidad y hace rentable la<br />

publicación <strong>de</strong> la noticia son: la proximidad, el interés público y el interés psicológico.<br />

En primer lugar, según la regla <strong>de</strong> la proximidad, se supone que los individuos se<br />

interesan más por los hechos que directamente le conciernen; en concreto la<br />

proximidad será un aspecto a valorar para <strong>de</strong>cidir si la difusión <strong>de</strong> la publicación<br />

<strong>de</strong>be tener carácter local, regional, nacional o internacional. En segundo lugar, el<br />

interés público se <strong>de</strong>spierta por la pertenencia misma a una comunidad en la que los<br />

intereses individuales han <strong>de</strong> adaptarse al interés colectivo; estas noticias precisan<br />

<strong>de</strong> una comprensión objetiva porque así es como influyen sobre el individuo. Y, en<br />

tercer lugar, el interés psicológico o humano, surge hacia acontecimientos que se<br />

277


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

basan en la reacción emocional y en la curiosidad que se <strong>de</strong>spierta; la comprensión<br />

<strong>de</strong> esta información es meramente subjetiva (pp. 39 y ss.). En resumen po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>cir que la proximidad sitúa a la noticia en el nivel <strong>de</strong> difusión que le correspon<strong>de</strong>,<br />

mientras que la valoración <strong>de</strong>l interés público y <strong>de</strong>l psicológico <strong>de</strong>cidirá si se hace<br />

pública o no dicha información, es <strong>de</strong>cir, si ese acontecimiento será noticia o no.<br />

En esta línea, A.Mª Enebral y C. González Feria (1991) afirman que (...)<br />

noticia es aquella comunicación digna <strong>de</strong> publicarse u ofrecerse en un medio<br />

informativo, porque merece el interés o atención <strong>de</strong> un numeroso público (p.55).<br />

Para estos autores, los factores que se valoran en una noticia son éstos:<br />

actualización, novedad, proximidad, importancia, trascen<strong>de</strong>ncia, celebridad<br />

implicada, aspecto humano, contraste, utilidad y amenidad. Y los requisitos que se le<br />

exige a dicha información son: veracidad, exactitud, brevedad, claridad,<br />

impersonalidad, rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> comunicación (Cfr. Ibíd., 56). Otros especialistas como<br />

Figura 3.26: Comparación <strong>de</strong> dos publicaciones sobre la misma información.<br />

278


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

D.L. Ferguson y J. Patten (1988) resumen así los factores a consi<strong>de</strong>rar en una<br />

noticia: la oportunidad, la proximidad, la prominencia, la consecuencia, el interés<br />

humano, el conflicto. De otra parte, se inclinan por promover entre los periodistas el<br />

método “¿a quién le importa?” para juzgar las posibles noticias (pp.60 y ss.).<br />

Una vez analizados todos los factores que influyen en una noticia,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintas opiniones, es preciso subrayar que el lector <strong>de</strong>be emplear ese mismo<br />

análisis <strong>de</strong> factores a la hora <strong>de</strong> interpretar la información. Una técnica muy oportuna<br />

para la interpretación <strong>de</strong> noticias periodísticas es el contraste con publicaciones en<br />

otros periódicos, sobre la misma información (ver Figura 3.26). Por último, también<br />

es importante el estudio <strong>de</strong> todos los elementos <strong>de</strong> representación, como es la<br />

extensión, la ubicación, la fotografía, el gráfico.... –cuestión ya mencionada en el<br />

punto <strong>de</strong> los géneros periodísticos, 2.3.-.<br />

En general, cuando interpretamos una noticia y la asumimos no<br />

siempre implica la adopción <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo social <strong>de</strong> actitud o conducta que en ella se<br />

refleja, porque el periodismo, al igual que el resto <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

social, ejerce en muchas ocasiones una influencia indirecta (Cfr. Van Dijk, 1990,<br />

259). Este tipo <strong>de</strong> influencia va provocando erosión en las creencias y en muchos<br />

aspectos sociales que terminan repercutiendo en la vida cotidiana <strong>de</strong>l individuo sin<br />

que éste se sienta dirigido por las informaciones que recibe.<br />

3.4. LA FOTOGRAFÍA PERIODÍSTICA<br />

La imagen es uno <strong>de</strong> los elementos principales sobre los que se<br />

apoyan los medios <strong>de</strong> comunicación social en general (Rodríguez Merchán, 1993).<br />

Los individuos se interesan más por las personas que por las i<strong>de</strong>as, <strong>de</strong> ahí que el<br />

periodismo ponga tanto énfasis en personalizar i<strong>de</strong>as y opiniones mediante<br />

fotografías <strong>de</strong> personas, bien sean conocidas como particulares o bien como gremio.<br />

También se personaliza relacionando la información con la imagen <strong>de</strong> una situación,<br />

paisaje o lugar conocido (ver Figura 3.27).<br />

279


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.27: La imagen sitúa la información en un lugar concreto.<br />

280


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Los inicios <strong>de</strong> la imagen en el periodismo se encuentran en las<br />

ilustraciones que aparecen por motivaciones estéticas y artísticas, y así lo entendían<br />

los lectores que todavía no sabían asumir la información por medio <strong>de</strong> imágenes;<br />

pero rápidamente la audiencia compren<strong>de</strong> el alto valor informativo <strong>de</strong> las<br />

ilustraciones, a<strong>de</strong>más con ellas se recibe la información con menor esfuerzo <strong>de</strong>l que<br />

se precisa para compren<strong>de</strong>r el texto. Por ello, y gracias a las nuevas técnicas que<br />

permitían a la imprenta reproducir directamente una fotografía superando a la<br />

compleja técnica <strong>de</strong> los grabados, ilustraciones o dibujos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

se pasa a incorporar la fotografía a la prensa, basándose en ella como espejo <strong>de</strong> lo<br />

real. Surge entonces la distinción entre “prensa ilustrada” y “prensa gráfica”, siendo<br />

la primera la que utiliza la imagen <strong>de</strong> forma <strong>de</strong>corativa, mientras que la segunda<br />

emplea la imagen como elemento autónomo <strong>de</strong> información. Ya a mediados <strong>de</strong>l siglo<br />

XX se consi<strong>de</strong>ra un po<strong>de</strong>roso e insustituible instrumento periodístico, en general<br />

porque la información visual hace más accesible la realidad y la actualidad. Pero al<br />

transmitir el mensaje con más rapi<strong>de</strong>z, cargado <strong>de</strong> mayor emotividad y <strong>de</strong> forma más<br />

irreflexiva, con la fotografía se consigue un nivel <strong>de</strong> penetración peligrosamente<br />

elevado; a<strong>de</strong>más, en este siglo XX se insiste sobre todo en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la fotografía<br />

como transformación <strong>de</strong> lo real. El último paso dado en este campo <strong>de</strong>l realismo<br />

fotográfico, señala cierto retorno hacia su referente contextual, dotando a la imagen<br />

<strong>de</strong> un valor particular <strong>de</strong>terminado por éste; o lo que comúnmente se conoce como<br />

la fotografía convertida en “huella” <strong>de</strong> la realidad (Dubois, 1986; Rodríguez Merchán,<br />

1993). A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la ilustración o la información, es bastante aceptada la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

que la fotografía periodística pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar otras funciones como la ironía, la<br />

provocación o la persuasión (Cfr. Vilches, 1987, 82); esto consiste en admitir que la<br />

fotografía periodística pue<strong>de</strong> emplearse para ironizar sobre algún aspecto <strong>de</strong> la<br />

noticia, para <strong>de</strong>spertar el interés <strong>de</strong>l lector hacia el texto que acompaña o para<br />

convencer a la audiencia <strong>de</strong> la veracidad <strong>de</strong> la información (ver Figura 3.28).<br />

Queramos o no, la objetividad en la fotografía es un i<strong>de</strong>al, siempre hay<br />

cierta manipulación, intencional o no. Antes las fotografías eran esgrimidas como la<br />

realidad fiel <strong>de</strong> la noticia, y ahora ya se reconoce su parcialidad con el propósito <strong>de</strong><br />

glorificar algo o alguien, o por el contrario para ridiculizarlo (Cfr. Ferrer, 1997, 174),<br />

que no es otra cosa sino cumplir la función <strong>de</strong> persuasión o <strong>de</strong> ironía. A las<br />

281


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.28: La imagen preten<strong>de</strong> dar veracidad.<br />

282


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

fotografías periodísticas se les confiere tanta subjetividad como al texto <strong>de</strong> la noticia,<br />

pero <strong>de</strong> forma autónoma con respecto a éste, puesto que no necesariamente<br />

aparecen subordinadas al texto escrito; el texto visual transmite un mensaje, bien<br />

sea informativo o publicitario (Vilches, 1987; Rodríguez Merchán, 1993). Respecto a<br />

las manipulaciones <strong>de</strong>l lenguaje visual, L. Vilches (1987) cita la supresión, la<br />

adjunción –señalización o enca<strong>de</strong>namiento-, la sustitución y la conmutación o<br />

inversión, a<strong>de</strong>más señala que pue<strong>de</strong>n producirse sobre cuatro ámbitos <strong>de</strong> la<br />

fotografía:<br />

a) manipulaciones realizadas sobre el soporte material <strong>de</strong> la fotografía,<br />

b) manipulaciones realizadas sobre la presentación <strong>de</strong> la fotografía en<br />

la página <strong>de</strong>l periódico,<br />

c) manipulaciones realizadas sobre el contenido <strong>de</strong> la fotografía, y<br />

d) manipulaciones realizadas sobre el referente <strong>de</strong>l objeto o<br />

acontecimiento fotografiado (pp.113 y ss.).<br />

Se pue<strong>de</strong>n distinguir cuatro tipos <strong>de</strong> imagen <strong>de</strong> comunicación social:<br />

abstracta, simbólica, figurativa y realista (Gubern, 1983). Pero sólo el último tipo <strong>de</strong><br />

imagen se pue<strong>de</strong> calificar como fotografía informativa autónoma, porque en los otros<br />

tres casos, es necesario recurrir al pie <strong>de</strong> fotografía, al titular o al propio texto para<br />

que la información que transmite sea precisa, rigurosa y exacta. De ahí la<br />

importancia <strong>de</strong>l pie <strong>de</strong> fotografía, que en opinión <strong>de</strong> M. Keene (1995) <strong>de</strong>be reunir<br />

información que dé respuestas a: quién, por qué, qué, dón<strong>de</strong> y cuándo (p.177). (...)<br />

la relación entre la foto y el pie <strong>de</strong> foto establece un contexto pragmático que influye<br />

en la percepción, lectura y comprensión <strong>de</strong> la imagen fotográfica (Vilches, 1987, 68).<br />

En líneas generales, (...) toda imagen fotográfica <strong>de</strong>be ser analizada<br />

como una interpretación transformadora <strong>de</strong> lo real, como una creación arbitraria,<br />

cultural, i<strong>de</strong>ológica y codificada (Rodríguez Merchán, 1993, 36). Y esta<br />

transformación <strong>de</strong> la realidad lleva a una incorrecta percepción <strong>de</strong> la realidad<br />

durante el proceso <strong>de</strong> comunicación visual, y se <strong>de</strong>be fundamentalmente a tres<br />

factores:<br />

1. la existencia <strong>de</strong> interferencias;<br />

2. los posibles filtros sensoriales y culturales en el receptor y<br />

283


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

3. la compleja <strong>de</strong>limitación entre la información práctica y el contenido<br />

estético (Cfr. Ibíd., 99-100).<br />

Los profesores A. Lara y J. Perea (1980) señalan que la comunicación<br />

fotográfica cumple tres activida<strong>de</strong>s fundamentales –generar, transmitir y recibir- que<br />

a su vez implican una serie <strong>de</strong> subactivida<strong>de</strong>s. En primer lugar la actividad <strong>de</strong><br />

generar, que compren<strong>de</strong> la producción <strong>de</strong>l mensaje fotográfico, supone la realización<br />

<strong>de</strong> dos subactivida<strong>de</strong>s:<br />

- proyectar el mensaje, que supone las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir los<br />

objetivos, <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ar el mensaje, <strong>de</strong> buscar los recursos y <strong>de</strong> preparar<br />

el trabajo;<br />

- codificar el mensaje, que supone las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar la<br />

escena, <strong>de</strong> componerla y <strong>de</strong> ejecutar el acto fotográfico.<br />

En segundo lugar, la actividad <strong>de</strong> transmitir, que implica las técnicas <strong>de</strong>l<br />

medio, también supone la realización <strong>de</strong> dos subactivida<strong>de</strong>s:<br />

- reproducir la fotografía, mediante dos activida<strong>de</strong>s, preparar la matriz<br />

y hacer copias;<br />

- difundirla, que supone otras dos activida<strong>de</strong>s, la distribución y la<br />

exhibición.<br />

Y, la última actividad <strong>de</strong> la comunicación visual, la <strong>de</strong> recibir, que atañe<br />

especialmente al receptor, compren<strong>de</strong> otras dos subactivida<strong>de</strong>s:<br />

- <strong>de</strong>codificar, que implica contemplar, traducir, relacionar e interpretar;<br />

- evaluar, que implica jerarquizar significados, almacenarlos y<br />

modificar la conducta.<br />

Una vez vistas todas las activida<strong>de</strong>s y subactivida<strong>de</strong>s que implica la<br />

comunicación visual que se ejerce mediante la fotografía periodística, también es<br />

conveniente tener en cuenta que códigos intervienen a lo largo <strong>de</strong> todo ese proceso<br />

284


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> construcción <strong>de</strong>l mensaje fotográfico. En opinión <strong>de</strong> A. Plécy (1971) 11 los códigos<br />

que intervienen se pue<strong>de</strong>n agrupar en cinco categorías: códigos <strong>de</strong> tratamiento,<br />

códigos ópticos, códigos <strong>de</strong> encuadre y puesta en página, códigos verbales y<br />

códigos socioculturales. En realidad, los tres primeros grupos se pue<strong>de</strong>n incluir en<br />

uno más genérico que se <strong>de</strong>nomine “códigos técnicos” y que supone la utilización <strong>de</strong><br />

todos los elementos propios <strong>de</strong> la técnica fotográfica. Por otro lado, los “códigos<br />

verbales” suponen la influencia <strong>de</strong> los textos que acompañan a la fotografía. Y, los<br />

“códigos socioculturales y estéticos” implican el significado <strong>de</strong> los objetos<br />

fotografiados así como la comprensión <strong>de</strong> ellos que realiza el lector. Según D.E.<br />

Brisset (2002), el dispositivo fotográfico es un dispositivo codificado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todos los<br />

puntos <strong>de</strong> vista: técnico, cultural, sociológico, estético, etc. (p.26). L. Vilches (1987)<br />

sólo consi<strong>de</strong>ra las propieda<strong>de</strong>s técnicas y las leyes <strong>de</strong> la percepción, según las<br />

cuáles la realidad no la compren<strong>de</strong>mos a través <strong>de</strong> lo que vemos, sino a través <strong>de</strong> lo<br />

que percibimos. Con respecto a la percepción es importante subrayar la interacción<br />

visual entre objetos, la no-neutralidad <strong>de</strong> los fondos, la dinámica en la relación<br />

figura-fondo y el establecimiento <strong>de</strong> semejanzas y contrastes (pp.20 y ss.) (ver<br />

Figura 3.29). Resumiendo: El valor i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> una foto <strong>de</strong> prensa nace porque se<br />

le atribuyen <strong>de</strong>terminados significados a las condiciones perceptivas <strong>de</strong> los<br />

elementos que se combinan en su superficie formal (Ibíd., 30). No obstante, este<br />

autor consi<strong>de</strong>ra que al tiempo que se realiza una compresión perceptiva <strong>de</strong> la<br />

fotografía, también tiene lugar una lectura cognoscitiva <strong>de</strong> la misma (Cfr. Ibíd., 238).<br />

Por otra parte, <strong>de</strong>bemos señalar que la imagen fotografiada se<br />

diferencia <strong>de</strong> su referente real, por varias razones:<br />

a) se capta una imagen y se <strong>de</strong>scontextualiza, ofreciendo un reflejo<br />

parcial <strong>de</strong> la realidad,<br />

b) según los criterios estéticos <strong>de</strong>l periodista se elige una visión u otra,<br />

c) los protagonistas <strong>de</strong> la fotografía tien<strong>de</strong>n a posar,<br />

d) con la imagen fija se <strong>de</strong>scubre lo <strong>de</strong>sconocido porque su existencia<br />

sólo es real en la fotografía,<br />

11 Apud.: RODRÍGUEZ MERCHÁN, Eduardo (1993) La realidad fragmentada. Una propuesta <strong>de</strong> estudio sobre la<br />

fotografía y la evolución <strong>de</strong> su uso informativo (Tesis Doctoral). Editorial <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Complutense, Madrid,<br />

pp.138-139.<br />

285


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 3.29: Se juega con la percepción visual figura-fondo.<br />

286


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

e) y mediante la elección <strong>de</strong> una parcela <strong>de</strong> la realidad (Cfr. Rodríguez<br />

Merchán, 1993, 358 y ss.).<br />

En concreto, sobre ese último aspecto, y basándose en su experiencia<br />

como fotógrafo, D.E. Brisset (2002) aña<strong>de</strong>,<br />

(...) como todo medio <strong>de</strong> representación, la fotografía realiza una<br />

operación quirúrgica sobre la realidad, extirpando para su construcción<br />

representativa algunos <strong>de</strong> los rasgos que caracterizan a esa realidad<br />

(p.34).<br />

Esta selección pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>bida a la subjetividad <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l<br />

propio fotógrafo, a la línea editorial, a la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l grupo empresarial al que<br />

pertenece, o a las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l propio medio periodístico (Cfr. Ibíd., 35-36).<br />

Según M. Keene (1995) este hecho <strong>de</strong> suprimir contenido <strong>de</strong> la fotografía, respon<strong>de</strong><br />

a un proceso <strong>de</strong> adaptación <strong>de</strong> la imagen a la finalidad concreta que va a cubrir en el<br />

periódico; a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> este proceso <strong>de</strong> omisión, existen otras técnicas que procuran<br />

la adaptación <strong>de</strong> la fotografía para su publicación, <strong>de</strong>stacando: la escala, el ajuste, el<br />

recorte, el marginado, la inversión y el retoque. La escala <strong>de</strong>termina cuál es el<br />

tamaño a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> la fotografía, el ajuste supone la localización <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> ésta<br />

don<strong>de</strong> sea preciso, el recorte es la impresión sólo <strong>de</strong> una figura recortándola por su<br />

silueta, el marginado es un proceso <strong>de</strong> blanqueado que elimina los tonos y sirve<br />

para encubrir parte <strong>de</strong> la imagen, la inversión supone girar la imagen <strong>de</strong> izquierda a<br />

<strong>de</strong>recha para <strong>de</strong>spistar al lector, y el retoque que preten<strong>de</strong> acentuar la luminosidad o<br />

difuminar para dar mayor sensación <strong>de</strong> cercanía (pp. 196 y ss.). Otro especialista, L.<br />

Vilches (1987) cita la siguiente clasificación <strong>de</strong> técnicas,<br />

- con valor cromático: contraste, color, niti<strong>de</strong>z y luminosidad,<br />

- y con valor espacial: escala <strong>de</strong> planos, formato, profundidad,<br />

horizontalidad y verticalidad (pp.44-45).<br />

Así pues, queda confirmado que una fotografía, a pesar <strong>de</strong> su crédito<br />

como auténtica representación <strong>de</strong> lo real, pue<strong>de</strong> engañar <strong>de</strong>liberada o<br />

acci<strong>de</strong>ntalmente; pero realmente es en la imaginación <strong>de</strong>l propio lector don<strong>de</strong> resi<strong>de</strong><br />

la capacidad <strong>de</strong> falsear la realidad porque la fotografía capta la verdad pero el<br />

287


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

empleo <strong>de</strong> diversas técnicas pue<strong>de</strong> hacer que la audiencia interprete algunos<br />

aspectos falsos como ciertos. Con respecto al proceso por el que la audiencia extrae<br />

el significado <strong>de</strong> las fotografías, se pue<strong>de</strong> citar nueve variables: los conocimientos<br />

previos <strong>de</strong>l lector, su nivel cultural, las características <strong>de</strong>mográficas -edad, sexo,<br />

estatus...-, condiciones temporales <strong>de</strong>l consumo, credibilidad que ese medio aporta<br />

al lector, calidad <strong>de</strong> la reproducción, género -policial, familiar o publicitaria-,<br />

presentación y sintaxis, y variables i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong>l medio que las publica (Cfr.<br />

Esparza, 1989, 487 y ss.). El proceso por el que se realiza la lectura <strong>de</strong> una<br />

fotografía pasa fundamentalmente por dos momentos: reconocimiento, como pura<br />

actividad <strong>de</strong> percepción, e interpretación, que permite completar la información visual<br />

(Cfr. Vilches, 1987, 93-94). Se comparte la responsabilidad entre lo que se publica y<br />

lo que se recibe, así: La fotografía informativa, publicada en la prensa, se instala en<br />

nuestra opinión, como un mediador social entre una imagen original y una imagen<br />

percibida por el lector (Rodríguez Merchán, 1993, 123).<br />

Como último aspecto a señalar, pero no menos importante, la fotografía<br />

en la prensa diaria,<br />

(...) se presenta cada vez más i<strong>de</strong>ntificada por <strong>de</strong>terminados<br />

estereotipos que reducen su capacidad simbólica e interpretativa,<br />

promocionando al tiempo lo rutinario y obviando la fotografía expresiva<br />

y <strong>de</strong> autor (Rodríguez Merchán, 1993, 383).<br />

Precisamente nuestro objeto <strong>de</strong> estudio es el análisis <strong>de</strong> los<br />

estereotipos sociales que se transmiten a través <strong>de</strong> la prensa diaria, en concreto<br />

sobre la imagen <strong>de</strong>l profesor y la <strong>de</strong>l alumno. Si queremos <strong>de</strong>tectar qué estereotipo<br />

se transmite <strong>de</strong> ambas figuras no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>spreciar el tratamiento que se les da<br />

en las fotografías, a pesar <strong>de</strong> que las fotografías sólo muestren, no interpreten,<br />

siendo el contexto textual el que dote <strong>de</strong> significación a esas imágenes. No obstante,<br />

Cuando vemos una imagen no percibimos solamente su estructura visual sino que<br />

también la interpretamos como si se tratara <strong>de</strong> un texto no escrito que ha <strong>de</strong> leerse<br />

(Vilches, 1987, 39).<br />

288


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

SEGUNDA PARTE<br />

TRABAJO DE CAMPO<br />

289


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

4.1.METODOLOGÍA<br />

4.1.1.INTRODUCCIÓN<br />

4. ESTUDIO DE LA IMAGEN<br />

DEL PROFESOR Y DEL<br />

ALUMNO EN LA PRENSA<br />

DIARIA<br />

When a dog bites a man, that is not news,<br />

because it happens so often. But if a man<br />

bites a dog, that is news (John B.Bogart,<br />

1848-1921).<br />

Los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> masas son, por excelencia, elementos<br />

sociales <strong>de</strong> formación. La prensa escrita es el medio <strong>de</strong> comunicación más asequible<br />

para las investigaciones y estudios, por varias razones: porque el tratamiento físico<br />

<strong>de</strong> los periódicos es cómodo y ofrece la posibilidad <strong>de</strong> ser repetido cuantas veces se<br />

quiera y en distintos lugares, porque su manipulación con respecto a las fechas y<br />

cantida<strong>de</strong>s es bastante asequible, porque el vocabulario y las expresiones<br />

empleadas en el lenguaje periodístico son sencillas para po<strong>de</strong>r llegar al<br />

entendimiento <strong>de</strong> gran parte <strong>de</strong> la población, porque trata gran variedad <strong>de</strong><br />

290


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

temáticas y asuntos, y por la amplia difusión y credibilidad que ha ganado con el<br />

paso <strong>de</strong> los años.<br />

Acercándonos a nuestro tema <strong>de</strong> estudio, po<strong>de</strong>mos afirmar que la<br />

prensa escrita va transmitiendo una serie <strong>de</strong> informaciones fuertemente<br />

influenciadas por la imagen <strong>de</strong>l proceso educativo –como la <strong>de</strong> cualquier acto o<br />

fenómeno <strong>de</strong> carácter social-, que se <strong>de</strong>sea formar en la mente <strong>de</strong> los lectores,<br />

creando y potenciando una serie <strong>de</strong> estereotipos culturales entre los miembros <strong>de</strong> la<br />

comunidad. En todo este entramado <strong>de</strong> influencias, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>finir cuáles son los<br />

elementos clave <strong>de</strong>l proceso educativo; éstos son, por supuesto, sus protagonistas,<br />

es <strong>de</strong>cir, profesores y alumnos. Por ello, preten<strong>de</strong>mos analizar la imagen <strong>de</strong> esas<br />

dos figuras tal y como se reflejan hoy día en la prensa diaria <strong>de</strong> nuestro país.<br />

Existen varios trabajos <strong>de</strong> investigación que sirven como antece<strong>de</strong>ntes<br />

a este estudio, por cuanto aplican el análisis <strong>de</strong> contenido para encontrar temáticas<br />

educativas en la prensa escrita. De un lado está el estudio que realizó G. Pérez<br />

Serrano (1984) <strong>de</strong>stinado a conocer la imagen <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Nacional <strong>de</strong><br />

Educación a Distancia –UNED- que se ofrecía en la prensa diaria, para ello<br />

seleccionó dos periodos diferentes, 1973-74 y 1981-83, y consiguió encontrar, en 56<br />

periódicos distintos, 849 recortes sobre los que trabajar. De otro lado tenemos la<br />

investigación <strong>de</strong> S. Nieto (1986) que perseguía averiguar qué temas educativos se<br />

tratan en la prensa <strong>de</strong> Valladolid –El Norte <strong>de</strong> Castilla- a lo largo <strong>de</strong>l año 1983, así<br />

realizó y estudió sus categorizaciones sobre 1220 recortes. Y, también tenemos el<br />

trabajo realizado por D. Bartolomé y MªL. Sevillano (1989) que es un análisis<br />

temático <strong>de</strong> los suplementos educativos <strong>de</strong> ABC y EL PAÍS durante tres meses, <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 1984 a febrero <strong>de</strong> 1985. No obstante, consi<strong>de</strong>ramos que nuestro<br />

trabajo <strong>de</strong> investigación pue<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarse como continuación <strong>de</strong>l estudio dirigido<br />

por J. Cabero y F. Loscertales (1998) en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Sevilla, que implicaba el<br />

periodo entorno a la discusión y aprobación <strong>de</strong> la LOGSE, <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1987 hasta<br />

abril <strong>de</strong> 1994, que analizaba también otros medios como revistas y semanarios, y<br />

que se centraba en la imagen <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong> la enseñanza en general. Las<br />

conclusiones apoyadas por estos cuatro estudios, respecto a la aparición <strong>de</strong><br />

referencias al ámbito educativo en la prensa escrita, son las siguientes:<br />

291


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- Aparecen más en periódicos <strong>de</strong> pequeña tirada.<br />

- Se concentran en los primeros y últimos meses <strong>de</strong>l curso.<br />

- No suelen acompañarse <strong>de</strong> gráficos, ilustraciones, ni fotografías.<br />

- No suelen aparecer en las portadas.<br />

- Predominan los textos <strong>de</strong> extensión pequeña.<br />

- La información es el género periodístico más empleado.<br />

- Las cuestiones relacionadas con las políticas educativas son las <strong>de</strong><br />

mayor presencia.<br />

- En general, transmiten una imagen bastante neutral evitando la<br />

emisión <strong>de</strong> juicios <strong>de</strong> valor.<br />

Con nuestra investigación vamos a trasladarnos siete años <strong>de</strong>spués, al<br />

curso 2001-02, también con discusión legislativa <strong>de</strong> fondo, en este caso no sólo <strong>de</strong><br />

educación general, la Ley <strong>de</strong> Calidad <strong>de</strong> la Enseñanza (23/12/2002), sino también<br />

una ley <strong>de</strong> carácter universitario, la Ley Orgánica <strong>de</strong> <strong>Universidad</strong>es (21/12/2001) y<br />

otra <strong>de</strong> formación profesional, la Ley Orgánica <strong>de</strong> Cualificaciones y <strong>de</strong> la Formación<br />

Profesional (20/6/2002). Nos centramos en periódicos <strong>de</strong> tirada diaria. Analizamos,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l profesor, la <strong>de</strong>l alumno; porque en la investigación <strong>de</strong> J.<br />

Cabero y F. Loscertales (1998) ya se comprobó que entre los documentos que tratan<br />

el tema <strong>de</strong> la enseñanza un 32% hace referencia al profesorado o al alumnado,<br />

mientras que el resto <strong>de</strong>l porcentaje estaba muy distribuido entre otros doce temas y<br />

un pequeño grupo <strong>de</strong> “otros” (p.200).<br />

4.1.2. OBJETIVOS E HIPÓ<strong>TESIS</strong> BÁSICAS<br />

Nuestra investigación preten<strong>de</strong> recabar información para cubrir una<br />

serie <strong>de</strong> objetivos generales:<br />

- I<strong>de</strong>ntificar las temáticas referidas al profesorado y al alumnado<br />

en la prensa escrita.<br />

- Cuantificar el empleo <strong>de</strong> diferentes sustantivos –palabras clave-<br />

para <strong>de</strong>signar la figura <strong>de</strong>l profesor y la <strong>de</strong>l alumno.<br />

292


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- Analizar si hay un distinto uso <strong>de</strong> esos términos en función <strong>de</strong> la<br />

sección <strong>de</strong>l periódico en que se halle, o si bien guardan relación con<br />

la temática tratada.<br />

- Conocer en que géneros periodísticos suelen aparecer estos<br />

textos referidos a profesores y/o alumnos.<br />

- Evaluar la extensión que se suele dar a estos textos.<br />

- Cuantificar el empleo <strong>de</strong> fotografías y gráficos como<br />

acompañantes a estos textos.<br />

- Estudiar en qué lugar <strong>de</strong>l periódico suelen colocar estos textos y<br />

valorar si es frecuente su presencia en portada.<br />

- Evaluar que diferencias existen entre los periódicos trabajados,<br />

en el tratamiento <strong>de</strong> textos que hacen referencia a profesores y/o<br />

alumnos.<br />

Para ello intentamos dar respuesta a una serie <strong>de</strong> interrogantes, entre<br />

los que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>stacar:<br />

¿Qué aspectos <strong>de</strong>l profesor suelen tratar los textos periodísticos? ¿Y<br />

<strong>de</strong>l alumno?<br />

¿Qué <strong>de</strong>nominación se suele emplear para la figura <strong>de</strong>l profesor? ¿Y<br />

para la figura <strong>de</strong>l alumno?<br />

¿Hay diferencias en el uso <strong>de</strong> esas <strong>de</strong>nominaciones en función <strong>de</strong> la<br />

sección <strong>de</strong>l periódico en que aparezca? ¿Y en función <strong>de</strong> la temática<br />

que se trate?<br />

¿Qué género periodístico suele emplearse más en los textos referidos a<br />

profesores o alumnos?<br />

¿De qué dimensiones suelen ser estos textos?<br />

¿Es relevante el empleo <strong>de</strong> fotografías y gráficos?<br />

¿Es frecuente la presencia en portada <strong>de</strong> textos referidos a profesores<br />

o alumnos?<br />

¿Existen diferencias notables según la i<strong>de</strong>ología que sustenta la<br />

empresa directora <strong>de</strong>l periódico, en las temáticas transmitidas? ¿Y en<br />

otros factores <strong>de</strong> la presentación?<br />

293


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

básicas:<br />

4.1.3.MUESTRA<br />

Estos objetivos e interrogantes dan lugar a las siguientes hipótesis<br />

1ª. La publicación <strong>de</strong> textos periodísticos referentes a educación se<br />

concentra en los meses <strong>de</strong> inicio (septiembre y octubre) y final <strong>de</strong>l<br />

curso académico (mayo y junio), cuando la educación se convierte en<br />

un tema “<strong>de</strong> actualidad”.<br />

2ª. En los textos periodísticos aparece más frecuentemente una imagen<br />

negativa <strong>de</strong>l profesorado.<br />

3ª. En los textos periodísticos aparece más frecuentemente una imagen<br />

positiva <strong>de</strong>l alumnado.<br />

4ª. La terminología empleada para la figura <strong>de</strong>l profesor y para la <strong>de</strong>l<br />

alumno trata <strong>de</strong> trasmitir la diferencia entre los distintos niveles<br />

académicos, en función <strong>de</strong> la etapa escolar <strong>de</strong> la que son protagonistas<br />

(infantil, primaria, secundaria o universidad).<br />

5ª. Las noticias referidas a educación son más sucesos o relatos <strong>de</strong><br />

acontecimientos que análisis sobre cuestiones educativas.<br />

6ª. Los textos periodísticos referidos a profesores y/o alumnos suelen<br />

presentarse como noticias.<br />

7ª. Los textos don<strong>de</strong> aparece la figura <strong>de</strong>l profesor y/o <strong>de</strong>l alumno no<br />

suelen presentarse en las portadas <strong>de</strong> los periódicos, ni tampoco<br />

acompañarse <strong>de</strong> fotografías y gráficos.<br />

8ª. Cada grupo periodístico, en función <strong>de</strong> su línea editorial, realiza un<br />

tratamiento diferente <strong>de</strong> los textos referidos a profesores y/o alumnos.<br />

En esta investigación, nos enfrentamos al análisis <strong>de</strong> contenido<br />

comparando mensajes <strong>de</strong> cinco fuentes distintas <strong>de</strong> prensa escrita, a lo largo <strong>de</strong><br />

todo un curso escolar, <strong>de</strong>l 1 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2001 hasta el 31 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2002.<br />

Las fuentes <strong>de</strong> prensa escrita elegidas han sido periódicos, entendiendo por éstos la<br />

publicación impresa que relata informaciones <strong>de</strong> actualidad y <strong>de</strong> presentación diaria.<br />

294


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Los cinco periódicos fueron elegidos 1 atendiendo a que quedaran reflejados los<br />

distintos ámbitos <strong>de</strong> distribución, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacional hasta el local, que los promedios<br />

<strong>de</strong> difusión altos, medios y bajos, estuvieran presentes, y que representaran a<br />

diferentes i<strong>de</strong>ologías. Así fueron seleccionados tres periódicos <strong>de</strong> tirada nacional<br />

con ediciones autonómicas –ediciones andaluzas-: ABC, EL PAÍS y EL MUNDO.<br />

Uno <strong>de</strong> tirada regional –Cataluña-: LA VANGUARDIA. Y uno <strong>de</strong> carácter provincial –<br />

<strong>Málaga</strong>-: SUR. ABC y SUR, fundados en 1903 y 1937 respectivamente, son<br />

unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> negocio <strong>de</strong>l Grupo Correo Prensa Española, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 29/5/2003 ha<br />

adoptado el nombre <strong>de</strong> Vocento, para dar un carácter innovador y mo<strong>de</strong>rno,<br />

mientras que siguen respaldando un punto <strong>de</strong> vista periodístico bastante<br />

conservador, basado en ofrecer a sus lectores lo que estos quieren obtener; EL<br />

PAÍS, fundado en 1976, pertenece al Grupo Prisa y mantiene una i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> corte<br />

liberal; EL MUNDO es el periódico más joven <strong>de</strong> los cinco, <strong>de</strong> 1989, pertenece a<br />

Recoletos y es peculiar por su rigurosidad y agresividad en la investigación para la<br />

<strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> escándalos; y el periódico más antiguo es LA VANGUARDIA, <strong>de</strong> 1881,<br />

es línea <strong>de</strong> negocio <strong>de</strong>l Grupo Godó y representa al “abuelo” tradicional y localista.<br />

Atendiendo al promedio <strong>de</strong> difusión que tuvieron en el año 2001, según especifica la<br />

Organización <strong>de</strong> Justificación <strong>de</strong> la Difusión <strong>de</strong> la Información 2 , quedan así<br />

or<strong>de</strong>nados:<br />

SUR con 39.508 ejemplares.<br />

LA VANGUARDIA con 198.337 ejemplares.<br />

ABC con 279.050 ejemplares.<br />

EL MUNDO con 312.366 ejemplares.<br />

EL PAÍS con 433.617 ejemplares.<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar, en la selección <strong>de</strong> los periódicos se ha<br />

pretendido contemplar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un periódico <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>sta tirada pero con mucha<br />

tradición, hasta periódicos muy jóvenes <strong>de</strong> amplia difusión, pasando por tres<br />

distintas zonas <strong>de</strong> referencia. Hemos renunciado a trabajar también con los<br />

suplementos que suelen acompañar muchos días a algunos <strong>de</strong> estos periódicos,<br />

1<br />

Los datos relativos a estos periódicos han sido sacados <strong>de</strong> las siguientes páginas webs: www.lavanguardia.es,<br />

www.vocento.com, www.abc.es, www.elpais.es y www.recoletos.es<br />

2<br />

Para mayor información al respecto: www.ojd.es o AGUADO, Guadapule (1996) OJD y el control <strong>de</strong> la difusión<br />

<strong>de</strong> prensa en España. Ariel, Barcelona.<br />

295


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

porque la información que en ellos se recoge suele ser bastante especializada y nos<br />

distorsionaría la media general, a<strong>de</strong>más estos suplementos no van dirigidos a la<br />

todos los lectores <strong>de</strong> cada medio, sino a una porción difícil <strong>de</strong> cuantificar, por ello no<br />

sería fiable su ámbito <strong>de</strong> difusión. Entre estos suplementos encontramos “El Viajero”,<br />

“Babelia”, “Ciberpaís”, “Tentaciones” y “Domingo” que acompañan, en diferentes<br />

días a EL PAÍS. “Expansión”, “Coyuntura”, “Crónica”, “Motor”, “Ariadn@”, “Salud”,<br />

“Documentos”, “Viajes” y “La Luna” que acompañan con frecuencia a EL MUNDO.<br />

“Sur Escolar”, “Crónica <strong>Universidad</strong>”, “Evasión”, “Ocio”, “El Semanal”, “Motor”,<br />

“Deporte Base”, “Golf Andalucía”, “Expectativas”, “Sur en Inglés”, “Vecinos”, “La<br />

crónica <strong>de</strong>l Verano”, “Mujer <strong>de</strong> Hoy” y “Sur Digital” que acompañan al SUR en días,<br />

ocasiones o temporadas variables.<br />

La razón <strong>de</strong> la elección <strong>de</strong>l curso 2001-02, pudiendo buscar en<br />

bibliotecas periódicos <strong>de</strong> otros cursos o periodos, ha sido precisamente la polémica<br />

levantada entorno a las nuevas leyes educativas que han sido tema <strong>de</strong> discusión y<br />

polémica durante todo el curso; la LOU que finalmente fue aprobada en diciembre <strong>de</strong><br />

2001, la Ley <strong>de</strong> Cualificaciones y FP que se aprobó en junio <strong>de</strong> 2002, y la LOCE<br />

terminó aprobándose la última, en diciembre <strong>de</strong> 2002. Estas polémicas ofrecen más<br />

oportunida<strong>de</strong>s para <strong>de</strong>bates periodísticos sobre temas relacionados con el mundo <strong>de</strong><br />

la enseñanza, como la figura <strong>de</strong>l profesor y la <strong>de</strong>l alumno, porque en estas leyes se<br />

profundiza mucho en la disciplina <strong>de</strong>l alumnado, en sus itinerarios y oportunida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema, en la preparación <strong>de</strong> los profesores y en la selección <strong>de</strong> los<br />

mismos. En nuestra opinión, es un periodo idóneo para potenciar una buena imagen<br />

<strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong>l alumnado, y en <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>l proceso educativo, a través <strong>de</strong> los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación social.<br />

El volumen <strong>de</strong> textos encontrados inicialmente fue <strong>de</strong> 2191, pero tras la<br />

realización <strong>de</strong> dos revisiones con mayor <strong>de</strong>tenimiento, se rechazaron 281 textos (61<br />

<strong>de</strong> EL PAÍS, 60 <strong>de</strong> ABC, 55 <strong>de</strong> LA VANGUARDIA, otros 55 <strong>de</strong> EL MUNDO, y 50 <strong>de</strong>l<br />

SUR) simplemente porque en las primeras lecturas se habían aceptado algunas<br />

palabras clave –docente, escolar o universitario- que estaban actuando como<br />

adjetivos, cuando sólo se iban a aceptar cuando funcionasen como sustantivos. Así<br />

pues, finalmente el volumen <strong>de</strong> textos sobre los que llevamos a cabo nuestro análisis<br />

296


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

fue <strong>de</strong> 1910, <strong>de</strong> los cuales 326 correspon<strong>de</strong>n a ABC (un 17`07 %), 359 a EL<br />

MUNDO (un 18`79 %), 616 a EL PAÍS (un 32`25 %), 210 a LA VANGUARDIA (un<br />

10`99 %) y 399 al SUR (un 20`89 %).<br />

El procedimiento ha sido leer cada uno <strong>de</strong> estos periódicos a diario<br />

durante esos doce meses, seleccionar aquellos textos periodísticos en los que<br />

aparecen, en el antetítulo, titular, subtítulo, pie <strong>de</strong> fotografía o pie <strong>de</strong> gráfico 3 , alguna<br />

<strong>de</strong> las palabras clave establecidas para la investigación –señaladas más a<strong>de</strong>lante-;<br />

fotocopiar la página o páginas en las que aparecen los textos, para trabajarlos con<br />

mayor libertad; leer <strong>de</strong>tenidamente para especificar la temática que tratan;<br />

especificar en cada texto otras categorías <strong>de</strong> interés –seis categorías que veremos<br />

en el punto 4.1.5.-; archivar por periódicos y en or<strong>de</strong>n cronológico todo el material<br />

recopilado; informatizar todos los antetítulos, titulares, subtítulos, pie <strong>de</strong> fotografías y<br />

pie <strong>de</strong> gráfico que acompañan a estos textos, así como sus codificaciones; para por<br />

último someter todos esos datos al tratamiento <strong>de</strong> análisis cualitativo <strong>de</strong>l programa<br />

AQUAD Cinco y al cálculo <strong>de</strong> estadísticos con el programa SPSS 11.5, <strong>de</strong> los cuales<br />

se extraen los resultados que veremos más a<strong>de</strong>lante, junto con varias tablas <strong>de</strong><br />

frecuencias y porcentajes elaboradas con la hoja <strong>de</strong> cálculo Excel.<br />

Por la selección <strong>de</strong> los periódicos que van a componer la muestra –<br />

cinco <strong>de</strong> diferentes características-, por el volumen <strong>de</strong> textos periodísticos<br />

empleados para este estudio –1910-, por la idoneidad <strong>de</strong>l periodo escogido –doce<br />

meses-, así como por la seriedad metodológica <strong>de</strong>l planteamiento en que<br />

fundamentamos el trabajo, se ofrecen garantías sobre el valor <strong>de</strong> la muestra para<br />

llevar a cabo un estudio pertinente para los objetivos establecidos.<br />

4.1.4.ANÁLISIS DE CONTENIDO<br />

El análisis <strong>de</strong> contenido es la técnica a emplear en esta investigación,<br />

para ello se buscan vocablos concretos y se i<strong>de</strong>ntifica el contenido <strong>de</strong> la<br />

3 Según las distinciones que establece J.R. Valles Calatrava (1991, pp.53 y 59) para cada uno <strong>de</strong> estos<br />

elementos.<br />

297


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

comunicación para <strong>de</strong>scifrar la temática que aborda. Es <strong>de</strong>cir, el cálculo <strong>de</strong> la<br />

frecuencia <strong>de</strong> aparición <strong>de</strong> estas palabras-símbolo y el reconocimiento <strong>de</strong> los marcos<br />

<strong>de</strong> aparición serán las dos gran<strong>de</strong>s cuestiones a las que <strong>de</strong>berá enfrentarse el<br />

análisis <strong>de</strong> contenido (Vera Balanza, 1995, 57).<br />

Por otra parte, implica la verificación <strong>de</strong> las hipótesis o contestación <strong>de</strong><br />

los interrogantes <strong>de</strong> partida, y hacer inferencias sobre las características <strong>de</strong>l texto y<br />

sobre la temática. En las inferencias hemos sido extremadamente pru<strong>de</strong>ntes, para<br />

no hacerlas <strong>de</strong> forma irreflexiva ni con poca fundamentación científica, por ello las<br />

categorías empleadas serán <strong>de</strong>finidas exhaustiva y rigurosamente.<br />

En la aplicación <strong>de</strong> esta técnica es fundamental haber formulado con<br />

claridad los objetivos <strong>de</strong> estudio, por medio <strong>de</strong> interrogantes y <strong>de</strong> hipótesis <strong>de</strong><br />

partida –como ya hicimos en el apartado 4.1.2-. Por otro lado, es importante<br />

subrayar la objetividad y la sistematización como elemento esencial <strong>de</strong> este análisis.<br />

A<strong>de</strong>más, el texto presenta la ventaja <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ser copiado, compartido con otros<br />

investigadores y utilizado tantas veces como se quiera. En el análisis <strong>de</strong> contenido<br />

hemos sustituido la interpretación y subjetividad típicas <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> documentos,<br />

por procedimientos que intentan convertir en datos los contenidos <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados<br />

textos para que sean analizados y tratados <strong>de</strong> forma mecánica y objetiva.<br />

J. Cabero y F. Loscertales (1998) hacen un recorrido por las<br />

<strong>de</strong>finiciones más relevantes <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> contenido, pertenecientes a autores<br />

como Weber (1985), Bardin (1986), Krippendorff (1990), Clemente (1992) y Berger<br />

(1991); concluyendo con ese recorrido conceptual varias acepciones para la<br />

<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> esta metodología:<br />

- Es una técnica que funciona <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un esquema general <strong>de</strong><br />

investigación.<br />

- Su objetivo es ofrecer resultados válidos y fiables, y ello <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá<br />

<strong>de</strong> muchas variables.<br />

- Es una técnica para el análisis <strong>de</strong> la comunicación humana.<br />

- Pue<strong>de</strong> ser aplicada a diferentes tipos <strong>de</strong> signos y en diferentes tipos<br />

<strong>de</strong> medios.<br />

298


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

- Presenta cuantitativamente los resultados y tien<strong>de</strong> a resumir las<br />

características básicas <strong>de</strong> los textos analizados.<br />

- No es una técnica que persiga el mero recuento <strong>de</strong> frecuencias, sino<br />

que busca constatar o refutar hipótesis previamente formuladas<br />

(pp.151-152).<br />

En general, el análisis <strong>de</strong> contenido se sitúa en el ámbito <strong>de</strong> la<br />

investigación <strong>de</strong>scriptiva, preten<strong>de</strong>, sobre todo, <strong>de</strong>scubrir los componentes básicos<br />

<strong>de</strong> un fenómeno <strong>de</strong>terminado extrayéndolos <strong>de</strong> un contenido dado a través <strong>de</strong> un<br />

proceso que se caracteriza por el intento <strong>de</strong> rigor en la medición. Como<br />

características básicas <strong>de</strong>stacamos:<br />

a) Objetividad. Las categorías que sirven para clasificar los textos se<br />

<strong>de</strong>finen con claridad y precisión, <strong>de</strong> forma que otros investigadores<br />

puedan realizar la misma investigación y así los resultados obtenidos<br />

serán susceptibles <strong>de</strong> verificación.<br />

b) Sistematicidad. Al analizar cada texto siempre se incluyen las<br />

mismas categorías, para evitar cualquier selección arbitraria que<br />

respondiera a la tesis o intereses <strong>de</strong>l investigador.<br />

c) Cuantificación. Todos los resultados <strong>de</strong>l análisis se pue<strong>de</strong>n cifrar<br />

numéricamente y pue<strong>de</strong>n ser tratados <strong>de</strong> manera estadística.<br />

d) Contenido manifiesto. Para no dar cabida a la subjetividad ni a la<br />

motivación personal, analizamos el tema o aspectos que se trata en<br />

el documento sin realizar más interpretaciones <strong>de</strong> carácter personal<br />

sobre él.<br />

e) Capacidad <strong>de</strong> generalización. El recuento <strong>de</strong> frecuencias y la<br />

tabulación <strong>de</strong> datos cualitativos, <strong>de</strong>ben estar encaminados a probar<br />

hipótesis para extraer conclusiones (Cfr. Pérez Serrano, 1984, 70 y<br />

ss.)<br />

Con respecto a la aplicación sistemática para el estudio <strong>de</strong> los medios<br />

<strong>de</strong> comunicación social, S.J. Ball-Rokeach y M.L. De Fleur (1993) afirman que: El<br />

análisis <strong>de</strong> contenido <strong>de</strong> los medios pue<strong>de</strong> revelar una diversidad casi ilimitada <strong>de</strong><br />

pautas <strong>de</strong> comportamiento que están ahí como mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> adopción potencial<br />

299


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

(p.282), apoyándose especialmente en la teoría <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>laje y en las expectativas<br />

sociales.<br />

El análisis <strong>de</strong> contenido comporta cinco fases: preanálisis, formación<br />

<strong>de</strong>l sistema categorial, codificación, análisis e interpretación y presentación <strong>de</strong>l<br />

informe (Cfr. Cabero y Loscertales, 1998, 154 y ss.). La primera fase <strong>de</strong> preanálisis<br />

nos ha ocupado la revisión <strong>de</strong> la literatura e <strong>de</strong> las investigaciones referidas al<br />

mismo tema <strong>de</strong> estudio, así como el análisis <strong>de</strong>l problema para <strong>de</strong>finir nuestros<br />

objetivos, hipótesis y muestra <strong>de</strong> trabajo –especificados en apartados anteriores-. La<br />

segunda fase, supone <strong>de</strong>finir y trabajar sobre las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> análisis y categorías<br />

significativas para el estudio que nos ocupa –datos que incluimos en los dos<br />

apartados siguientes a éste-. La fase <strong>de</strong> codificación supuso trabajar son rigurosidad<br />

y exactitud sobre la muestra para especificar los códigos correspondientes a cada<br />

uno <strong>de</strong> los textos encontrados –este proceso se <strong>de</strong>talló en el apartado sobre la<br />

muestra-. Y, las dos últimas fases implican la elaboración <strong>de</strong> tablas, cruces y<br />

análisis, que nos conducen a una serie <strong>de</strong> resultados y conclusiones sobre este<br />

trabajo <strong>de</strong> investigación –todo ello reflejado en el punto 4.2 y 4.4 <strong>de</strong>l trabajo-.<br />

Por último, es esencial <strong>de</strong>stacar que nuestro análisis <strong>de</strong> contenido<br />

alcanza un alto grado <strong>de</strong> fiabilidad en las tres tipologías que <strong>de</strong>fine Krippendorff<br />

(1990). Fiabilidad en la estabilidad puesto que la muestra ya está escrita y su<br />

análisis permanece invariable a lo largo <strong>de</strong>l tiempo. Fiabilidad en la reproductividad<br />

es la característica por la cuál este análisis pue<strong>de</strong> realizarse en otros lugares y por<br />

investigadores distintos, obteniendo los mismos resultados. Y fiabilidad en la<br />

exactitud por cuanto nos hemos <strong>de</strong>dicado con rigurosidad a la <strong>de</strong>finición y aplicación<br />

<strong>de</strong> las distintas categorías empleadas (pp.193 y ss.).<br />

De otra parte, con respecto a la vali<strong>de</strong>z, y siguiendo también las teorías<br />

<strong>de</strong> Krippendorff (1990) que hace cinco distinciones <strong>de</strong> vali<strong>de</strong>z (semántica, muestreo,<br />

correlacional, predictiva y <strong>de</strong> construcción), pensamos que esta cualidad está<br />

perfectamente garantizada en nuestro trabajo por la variedad <strong>de</strong> textos analizados,<br />

por la relevancia <strong>de</strong> las categorizaciones realizadas sobre ellos, por lo completo <strong>de</strong><br />

la revisión bibliográfica efectuada, por emplear el análisis <strong>de</strong> contenido que es una<br />

300


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

técnica ampliamente aceptada por los investigadores y avalada por muchos estudios<br />

<strong>de</strong> éxito, y por la objetividad puesta a la hora <strong>de</strong> extraer conclusiones sobre el<br />

tratamiento <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l profesor, <strong>de</strong>l alumno y, en general, <strong>de</strong> la docencia, en la<br />

prensa escrita no especializada.<br />

En resumen, con el análisis <strong>de</strong> contenido sobre la figura <strong>de</strong>l profesor y<br />

<strong>de</strong>l alumno en la prensa escrita, preten<strong>de</strong>mos prever los efectos <strong>de</strong> ciertos<br />

contenidos y técnicas periodísticas sobre la sociedad.<br />

4.1.5. UNIDADES DE ANÁLISIS<br />

Vamos a especificar que categorías <strong>de</strong>l contenido vamos a medir. En<br />

primer lugar, establecemos una unidad <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> base gramatical, la palabra<br />

clave y, en segundo lugar, una <strong>de</strong> base no gramatical, el tema.<br />

Como palabras clave vamos a manejar los once sustantivos 4 , con sus<br />

respectivos plurales, que vamos a <strong>de</strong>finir 5 a continuación:<br />

Alumno, na.1. Discípulo, respecto <strong>de</strong> su maestro, <strong>de</strong> la materia que<br />

está aprendiendo o <strong>de</strong> la escuela, colegio o universidad don<strong>de</strong> estudia. 2. Persona<br />

criada o educada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su niñez por alguno, respecto <strong>de</strong> este.<br />

Alumnado.1. Conjunto <strong>de</strong> alumnos <strong>de</strong> un centro docente.<br />

Catedrático, ca.1. Profesor titular <strong>de</strong> una cátedra. 2. Persona que tiene<br />

cátedra para dar enseñanza en ella. 3. Cierto <strong>de</strong>recho que se pagaba al prelado<br />

eclesiástico.<br />

4 Es preciso matizar que renunciamos a tener en cuenta los adjetivos (docente, universitario, escolar) puesto que<br />

su contenido semántico es nulo para los objetivos <strong>de</strong> nuestro estudio, ya que sólo funcionan como epítetos.<br />

5 Acepciones <strong>de</strong> estas palabras cuando actúan <strong>de</strong> sustantivo, según: Diccionario <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia Española<br />

(22 ed., versión digital 1.0, 2003), Espasa Calpe, Madrid.<br />

301


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Colegial.1. Perteneciente o relativo al colegio. 2. Alumno que tiene<br />

beca o plaza en un colegio. 3. Alumno que asiste a un colegio particular. 4. Mozo<br />

inexperto y tímido.<br />

Director, ra.1. Que dirige. 2. Persona a cuyo cargo está el régimen o<br />

dirección <strong>de</strong> un negocio, cuerpo o establecimiento especial.<br />

Estudiante.<br />

Discente.1. Dicho <strong>de</strong> una persona: Que recibe enseñanza. 2.<br />

Docente.1. Que enseña. 2. Perteneciente o relativo a la enseñanza.<br />

Escolar.1. Perteneciente o relativo al estudiante o a la escuela.2.<br />

Estudiante que cursaba y seguía las escuelas universitarias. 3. Alumno que asiste a<br />

la escuela para recibir la enseñanza obligatoria.<br />

Estudiante.1. Que estudia. 2. Persona que cursa estudios en un<br />

establecimiento <strong>de</strong> enseñanza. 3. Hombre que tenía por ejercicio estudiar los<br />

papeles a los actores dramáticos.<br />

Maestro, tra.1. Dicho <strong>de</strong> una persona o <strong>de</strong> una obra: De mérito<br />

relevante entre las <strong>de</strong> su clase. 2. Dicho <strong>de</strong> un irracional: adiestrado. 3. Persona que<br />

enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo. 4. Maestro <strong>de</strong> primera<br />

enseñanza. 5. Persona que es práctica en una materia y la maneja con<br />

<strong>de</strong>senvoltura. 6. Persona que está aprobada en un oficio mecánico o lo ejerce<br />

públicamente. 7. Título que en algunas ór<strong>de</strong>nes regulares se da a los religiosos<br />

encargados <strong>de</strong> enseñar, y que otras veces sirve para con<strong>de</strong>corar a los beneméritos.<br />

8. Compositor <strong>de</strong> música. 9. Hombre que tenía el grado mayor en filosofía, conferido<br />

por una universidad. 10. Palo mayor <strong>de</strong> una embarcación.11. Titulación<br />

correspondiente a la maestría.12. Cirujano. 13. Cada una <strong>de</strong> las dos cuerdas que<br />

tiran <strong>de</strong> la red en el arte <strong>de</strong> la jábega. 14. Cor<strong>de</strong>l al que se relinga un paño <strong>de</strong> red o<br />

al que se anudan las pernadas <strong>de</strong> los anzuelos <strong>de</strong> palangres. 15. Cosa que instruye<br />

o enseña. 16. Listón <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra que se coloca a plomo, por lo común, para que sirva<br />

302


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> guía al construir una pared.17. Hilera <strong>de</strong> piedras para señalar la superficie que ha<br />

<strong>de</strong> llenar el empedrado. 19. Escuela <strong>de</strong> niñas.<br />

Profesor, ra. 1. Persona que ejerce o enseña una ciencia o arte. 2. En<br />

los institutos <strong>de</strong> bachillerato y en las universida<strong>de</strong>s, profesor numerario adscrito a<br />

una cátedra o a un <strong>de</strong>partamento, <strong>de</strong> rango administrativo inmediatamente inferior al<br />

<strong>de</strong> catedrático. 4. Persona que trabaja fuera <strong>de</strong> la universidad y es contratada<br />

temporalmente por ella.<br />

Profesorado.1. Cargo <strong>de</strong> profesor. 2. Cuerpo <strong>de</strong> profesores.<br />

Universitario, ria.1. Perteneciente o relativo a la universidad. 2.<br />

Profesor, graduado o estudiante <strong>de</strong> universidad.<br />

Con respecto al tema, <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cir que tuvimos que ir creando la lista a<br />

medida que se realizaban las localizaciones y lecturas <strong>de</strong> los textos, a fin <strong>de</strong> no tener<br />

que enmarcar los distintos asuntos en temáticas muy amplias y generales. Nos<br />

pareció interesante diferenciar los temas que hacían referencia a profesores, <strong>de</strong> los<br />

relativos a alumnos. Establecimos un tope <strong>de</strong> entre doce y quince categorías para<br />

profesores y otros tantos para alumnos, a fin <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jarnos llevar por el <strong>de</strong>talle que<br />

nos llevara casi a establecer una categoría por texto, pero es un número suficiente<br />

como para tampoco guiarnos por la globalización extrema; es <strong>de</strong>cir, intentamos<br />

<strong>de</strong>finir un conjunto <strong>de</strong> temas lógicos, buscando la significatividad, entre la<br />

particularidad y la generalización.<br />

Después <strong>de</strong> mucho análisis y varias revisiones, el listado y las<br />

<strong>de</strong>marcaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> estas categorías quedó tal que así:<br />

303


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Categorías sobre profesores<br />

1. La ausencia o bajas <strong>de</strong> profesores en sus trabajos, cuando<br />

explícitamente se nace mención a la falta <strong>de</strong> asistencia al puesto <strong>de</strong><br />

trabajo (código:do-ausencia).<br />

2. Cuando el profesor aparece como agente implicado en algún<br />

conflicto social, excepto problemas <strong>de</strong> tratamiento específico en<br />

otros temas, como la disciplina, los <strong>de</strong>spidos... (código:do-conflicto).<br />

3. El <strong>de</strong>spido laboral <strong>de</strong> profesores sin aten<strong>de</strong>r a las causas o<br />

causantes (código:do-<strong>de</strong>spido).<br />

4. Cuando los profesores viven problemas <strong>de</strong> indisciplina en el aula,<br />

incluso con actuaciones agresivas (código:do-disciplina).<br />

5. Todos aquellos aspectos técnicos y didácticos, relacionados con el<br />

proceso <strong>de</strong> enseñanza y con su ejecución en general (código:doenseñanza).<br />

6. Las relaciones y situaciones en las que se especifica la<br />

coparticipación o consenso, entre el profesor y la familia (código:dofamilia).<br />

7. Todas las consi<strong>de</strong>raciones que hagan referencia directa a la<br />

formación inicial y continua <strong>de</strong>l profesor, en cualquiera <strong>de</strong> sus áreas<br />

<strong>de</strong> conocimiento o conjunto <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s (código:do-formación).<br />

8. Cuando en un documento que versa sobre algún tema bélico,<br />

aparece implicada <strong>de</strong> cualquier forma la figura <strong>de</strong>l profesor<br />

(código:do-guerra).<br />

9. Todas las labores <strong>de</strong> investigación e innovación que <strong>de</strong>sarrolle un<br />

profesor o grupo <strong>de</strong> ellos (código:do-investigación).<br />

10. Si aparece la figura <strong>de</strong>l profesor como símbolo <strong>de</strong> la maestría<br />

<strong>de</strong>finida como cualidad <strong>de</strong> alta especialización en un arte o ciencia<br />

(do-maestría).<br />

11. Cuando en una discusión sobre política o legislación educativa<br />

se menciona la figura <strong>de</strong>l profesor, bien sea como partícipe o como<br />

afectado <strong>de</strong> esas <strong>de</strong>cisiones o sucesos (código:do-política).<br />

304


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

12. Las acciones <strong>de</strong> protesta o huelga que protagoniza el profesor<br />

(código:do-protesta).<br />

13. Si se menciona cualquier acto <strong>de</strong> reconocimiento hacia la tarea<br />

que realiza un profesor o grupo <strong>de</strong> ellos (código:do-recocimiento).<br />

14. Cuando el texto hace referencia a las relaciones que vive el<br />

profesor con la Religión, o a cualquier <strong>de</strong>cisión sobre esta asignatura<br />

que le afecte directamente, exceptuando el caso <strong>de</strong> los <strong>de</strong>spidos o<br />

cualquier asunto que sea tratado en un tema específico (código:doreligión).<br />

Categorías sobre alumnos<br />

1. Todos aquellos aspectos técnicos y didácticos, relacionados con el<br />

proceso <strong>de</strong> aprendizaje y con su consecución en general (código:disaprendizaje).<br />

2. Cuando el profesor aparece como agente implicado en algún<br />

conflicto social, excepto problemas <strong>de</strong> tratamiento específico en<br />

otros temas, como la violencia, el fracaso escolar... (código:disconflicto).<br />

3. El coste <strong>de</strong> cualquier aspecto relacionado con el proceso <strong>de</strong><br />

educativo <strong>de</strong>l alumno, excepto esos aspectos que estén reflejados<br />

en otro tema más específico (código:dis-coste).<br />

4. Cualquier asunto relacionado con la integración <strong>de</strong> alumnos con<br />

discapacida<strong>de</strong>s o con la propia diversidad <strong>de</strong> éstos, excepto en los<br />

casos <strong>de</strong> inmigrantes (código:dis-diversidad).<br />

5. Todos los elementos referentes al fracaso escolar <strong>de</strong> los alumnos<br />

(código:dis-fracaso).<br />

6. Cuando en un documento que versa sobre algún tema bélico,<br />

aparece implicada <strong>de</strong> cualquier forma la figura <strong>de</strong>l alumno<br />

(código:dis-guerra).<br />

7. Las acciones <strong>de</strong> protesta o huelga que protagoniza el alumnado<br />

(código:dis-huelga).<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

8. Cuando los alumnos son protagonistas y ejecutores <strong>de</strong> alguna<br />

actividad pionera e innovadora, bien sea como iniciativa propia o <strong>de</strong><br />

otros agentes (código:dis-iniciativas).<br />

9. Cualquier asunto relacionado con la integración <strong>de</strong> alumnos<br />

inmigrantes<br />

inmigrantes).<br />

en nuestros centros <strong>de</strong> enseñanza (código:dis-<br />

10. Cuestiones <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> las matriculaciones <strong>de</strong> los dicentes en<br />

los distintos niveles y especialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> estudio (código:dis-<br />

matrícula).<br />

11. Cuando en una discusión sobre política o legislación educativa<br />

se menciona la figura <strong>de</strong>l alumnado, bien sea como partícipe o como<br />

afectado <strong>de</strong> esas <strong>de</strong>cisiones o sucesos (código:dis-política).<br />

12. Cuando el texto hace referencia a las relaciones que vive el<br />

alumno con la Religión, o a cualquier <strong>de</strong>cisión sobre esta asignatura<br />

que le afecte directamente, exceptuando aquellas cuestiones que<br />

sean tratadas en un tema específico (código:dis-religión),<br />

13. Asuntos relativos al transporte <strong>de</strong>l alumnado a sus centros <strong>de</strong><br />

enseñanza (código:dis-transporte).<br />

14. Las reacciones <strong>de</strong> violencia y <strong>de</strong>más actuaciones agresivas que<br />

4.1.6. OTRAS CATEGORÍAS<br />

<strong>de</strong>muestran los alumnos, tanto en el ámbito escolar como fuera <strong>de</strong> él<br />

(código:dis-violencia).<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las dos unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> análisis mencionadas, también<br />

trabajamos otras seis categorías en cada uno <strong>de</strong> los textos.<br />

El mes o periodo <strong>de</strong> publicación, <strong>de</strong>l curso 2001-02: septiembre,<br />

octubre, noviembre, diciembre, navidad (<strong>de</strong>l 23 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001, al 7 <strong>de</strong> enero<br />

<strong>de</strong> 2002, inclusive ambos), enero, febrero, marzo, semana santa (<strong>de</strong>l 23 <strong>de</strong> marzo al<br />

2 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2002, inclusive ambos), abril, mayo, junio y vacaciones <strong>de</strong> verano (todo<br />

el mes <strong>de</strong> julio y agosto <strong>de</strong> 2002).<br />

306


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

La sección <strong>de</strong>l periódico en la que aparece el texto: Cultura, Economía,<br />

Educación, Espectáculos, Futuro, Imágenes, Internacional, Nacional, Opinión,<br />

Provincial, Regional, Salud, Sociedad y Tribunales. Estas categorías aparecen ya<br />

especificadas en las cabeceras <strong>de</strong> las páginas que contienen al texto en cuestión,<br />

salvo escasas ocasiones en las que encontramos que se trataban cuestiones o<br />

sucesos internacionales y no se especificaba nada en la cabecera <strong>de</strong> la página, en<br />

estos casos nosotros los hemos clasificado como sección Internacional.<br />

Presentación, teniendo en cuenta las partes físicas que acompañan al<br />

cuerpo <strong>de</strong>l texto (ver Figura 4.1): antetítulo (información que prece<strong>de</strong> al título), titular<br />

(oración que encabeza el texto y que suele ir en letra más gran<strong>de</strong>), subtítulo<br />

(información que sigue al título, antes <strong>de</strong>l texto y que suele ir en letra pequeña), pie<br />

<strong>de</strong> fotografía (información que aparece bajo una imagen) y pie <strong>de</strong> gráfico<br />

(información que parece bajo un gráfico o similar).<br />

Situación <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l periódico: portada, primeras páginas (<strong>de</strong> la página<br />

número dos a la diez, ambas inclusive), páginas centrales (<strong>de</strong> la página número<br />

once a la treinta y nueve, ambas inclusive), últimas páginas (<strong>de</strong> la página cuarenta<br />

en a<strong>de</strong>lante) y contraportada.<br />

Extensión que ocupa: muy pequeña (menor <strong>de</strong> un décimo <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> la<br />

página), pequeña (mayor <strong>de</strong> un décimo pero no llega a la mitad), media página,<br />

gran<strong>de</strong> (más <strong>de</strong> la mitad pero no ocupa toda la página) y página completa.<br />

Y, género periodístico al que pertenece el texto pue<strong>de</strong> tener un estilo<br />

completamente informativo (noticia, avisos y comunicados), pue<strong>de</strong> interpretar o<br />

expresar opiniones (artículo <strong>de</strong> opinión, editorial y carta al director) o pue<strong>de</strong> informar<br />

haciendo valoraciones personales (entrevista, comentario y reportaje) 6 .<br />

6<br />

Cada uno <strong>de</strong> estos géneros periodísticos quedaron <strong>de</strong>finidos en el Capítulo 3 <strong>de</strong> esta investigación, apartado<br />

3.2.3.<br />

307


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.1: Documento con antetítulo, titular, subtítulo, pie <strong>de</strong> fotografía y pie <strong>de</strong><br />

gráfico.<br />

308


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

4.1.7. INSTRUMENTOS<br />

En el análisis <strong>de</strong> contenido que hemos realizado se han manejado tres<br />

programas informáticos: AQUAD Cinco, SPSS 11.5.1 y Excel.<br />

AQUAD Cinco 7 es un programa <strong>de</strong> análisis cualitativo <strong>de</strong> datos que<br />

permite almacenar y trabajar con gran cantidad <strong>de</strong> información y con variedad <strong>de</strong><br />

categorías simultáneamente. Este programa permite realizar operaciones muy<br />

elaboradas y complejas; a<strong>de</strong>más ofrece la posibilidad <strong>de</strong> ampliar en un futuro el<br />

estudio, mecanizando textos periodísticos <strong>de</strong> otras fechas.<br />

SPSS versión 11.5 para Windows 8 es un paquete <strong>de</strong> estadística<br />

aplicado a las ciencias sociales. Proporciona un po<strong>de</strong>roso sistema <strong>de</strong> análisis y<br />

gestión <strong>de</strong> datos en un entorno gráfico. En nuestro caso en particular se ha<br />

empleado para la elaboración <strong>de</strong> tablas <strong>de</strong> contingencia en las que comparar las<br />

frecuencias encontradas y las esperadas, así como para el cálculo <strong>de</strong> estadísticos<br />

no paramétricos que nos proporcionen el índice <strong>de</strong> significación.<br />

Excel 9 es una herramienta <strong>de</strong> tratamiento y representación gráfica <strong>de</strong><br />

datos cuantitativos, que presenta dos ventajas con respecto al análisis manual:<br />

rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> cálculo y exactitud numérica. Tiene una amplia gama <strong>de</strong> gráficos y<br />

diagramas, permitiendo elegir la representación más clarificadora para cada ocasión.<br />

En general, como bien apunta G. Pérez Serrano (1984), con el uso <strong>de</strong>l<br />

or<strong>de</strong>nador en el análisis <strong>de</strong> contenido se:<br />

(...) trasvasa la información cualitativa a una hoja <strong>de</strong> codificación<br />

numérica o bien se indican unas reglas para i<strong>de</strong>ntificar las secuencias<br />

<strong>de</strong> categorías que señalan el tema investigado (p.122). -De esta<br />

manera-, el texto codificado pue<strong>de</strong> ser manipulado, categorizado y<br />

comparado <strong>de</strong> acuerdo con los requerimientos <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> datos.<br />

(...) El uso <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>nador en la investigación educativa pue<strong>de</strong> servirnos<br />

7 AQUAD Cinco Ver.5.8. © Günter L. Huber. Universität Tübingen, 2001.<br />

8 SPSS Ver.11.5.1. (16 Nov. 2002). Copyright © SPSS Inc., 1989-2002. LEAD TOOLS © 1991-2002.<br />

9 Microsoft R Excel 2000. Copyright © Microsoft Corporation, 1999.<br />

309


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> gran utilidad puesto que ayuda a resolver problemas con más<br />

rapi<strong>de</strong>z y mayor rigor científico. (...) No po<strong>de</strong>mos olvidar, sin embargo,<br />

que un trabajo es científico no por el volumen <strong>de</strong> datos que emplee sino<br />

por el rigor en el planteamiento <strong>de</strong> la teoría y en el problema a<br />

investigar. En el análisis <strong>de</strong> contenido juega un papel importante,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>l problema a investigar la creación <strong>de</strong><br />

las categorías a<strong>de</strong>cuadas y la rica interpretación <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong><br />

estudio (Ibid., 127).<br />

Así pues, tras especificar cuál es el objeto <strong>de</strong> estudio y qué categorías<br />

vamos a emplear, damos paso a la exposición e interpretación <strong>de</strong> los resultados.<br />

4.2. RESULTADOS<br />

4.2.1.FRECUENCIAS ABSOLUTAS Y RELATIVAS<br />

Aquí ofrecemos los resultados alcanzados con la aplicación, a cada<br />

una <strong>de</strong> nuestras categorías <strong>de</strong> análisis, <strong>de</strong> estadísticos <strong>de</strong>scriptivos como son las<br />

frecuencias y los porcentajes, y estadísticos no paramétricos como chi-cuadrado.<br />

En primer lugar -y aunque ya se ha mencionado en el apartado 4.1.3.<br />

Muestra-, la cantidad <strong>de</strong> textos encontrados fue <strong>de</strong> 1910 (ver Tabla 4.1.). De los<br />

cuales 326 pertenecen a ABC, es <strong>de</strong>cir un 17`07 % <strong>de</strong>l total; 359 textos o un 18`79<br />

%, fueron sacados <strong>de</strong> EL MUNDO; 616 pertenecen a EL PAÍS, que representa un<br />

32`25 % <strong>de</strong>l total; 210 a LA VANGUARDIA, o lo que es igual, un 10`99 % y 399<br />

proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l SUR, es <strong>de</strong>cir un 20`89 %.<br />

Mientras que el número <strong>de</strong> textos encontrados por periódicos es<br />

bastante similar en tres <strong>de</strong> ellos, <strong>de</strong>staca el elevado número encontrado en EL PAÍS,<br />

frente al bajo número sacado <strong>de</strong> LA VANGUARDIA; sin duda, un elevado número <strong>de</strong><br />

textos pue<strong>de</strong> interpretarse como un signo <strong>de</strong> mayor interés hacia las cuestiones<br />

relacionadas con la enseñanza.<br />

310


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

700<br />

600<br />

500<br />

400<br />

300<br />

200<br />

100<br />

0<br />

326<br />

359<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR<br />

616<br />

Gráfico 4.1: Frecuencia <strong>de</strong> textos por periódicos.<br />

Teniendo en consi<strong>de</strong>ración el promedio <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> ejemplares por<br />

periódicos –también indicado en el apartado 4.1.3. Muestra-, y el porcentaje <strong>de</strong><br />

textos sobre educación encontrados en cada periódico sobre el total <strong>de</strong> los textos<br />

con los que vamos a trabajar, realizamos este cuadro:<br />

ENCONTRADOS<br />

PROMEDIO PORCENTAJE DE LOS<br />

DE DIFUSIÓN TEXTOS<br />

DE EJEMPLARES SOBRE EDUCACIÓN<br />

SUR 39.508 20´89 %<br />

LA VANGUARDIA 198.337 10´99 %<br />

ABC 279.050 17´07 %<br />

EL MUNDO 312.366 18´79 %<br />

EL PAÍS 433.617 32´25 %<br />

Tabla 4.1: Cuadro comparativo entre promedio <strong>de</strong> difusión y porcentaje <strong>de</strong> textos<br />

encontrados.<br />

210<br />

399<br />

311


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Observando estos datos po<strong>de</strong>mos ver que el promedio <strong>de</strong> ejemplares<br />

que distribuye cada periódico es proporcional al porcentaje <strong>de</strong> textos sobre<br />

profesores y alumnos que publica respecto al total <strong>de</strong> los encontrados; excepto en<br />

un caso, porque el periódico <strong>de</strong> menor tirada, el SUR, <strong>de</strong>muestra una elevada<br />

ocupación en las cuestiones relacionadas con los protagonistas <strong>de</strong> la enseñanza.<br />

Esta conclusión coinci<strong>de</strong> con varias investigaciones anteriores (Pérez Serrano, 1984;<br />

Nieto, 1986; Bartolomé y Sevillano, 1989; Cabero y Loscertales, 1998). EL PAÍS que<br />

es el periódico <strong>de</strong> mayor número <strong>de</strong> ejemplares, también tiene el porcentaje más alto<br />

<strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> textos, mostrando así una justa ocupación en el tratamiento <strong>de</strong> estas<br />

figuras sociales. En <strong>de</strong>finitiva, la mayor proporción <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> textos la hemos<br />

encontrado en el <strong>de</strong> mayor distribución –EL PAÍS- y en el <strong>de</strong> menor –SUR-.<br />

Des<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista, <strong>de</strong>bemos analizar que cantidad <strong>de</strong> textos<br />

referentes a profesores y alumnos que aparecen al día en cada uno <strong>de</strong> esos<br />

periódicos, teniendo en cuenta que el número <strong>de</strong> textos encontrados se refiere a un<br />

año completo <strong>de</strong> 365 días o publicaciones. Las proporciones vuelven a confirmar lo<br />

dicho, EL PAÍS es el que presenta mayor proporción con 1´69 textos al día, seguido<br />

<strong>de</strong>l SUR con 1´09 textos al día. Los otros tres periódicos quedan por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la<br />

unidad <strong>de</strong> texto por día o publicación, en EL MUNDO aparecen 0´98 textos al día, en<br />

ABC 0´89, y en LA VANGUARDIA 0´57.<br />

La publicación <strong>de</strong> los 1910 textos encontrados se concentra <strong>de</strong> forma<br />

muy <strong>de</strong>sigual en cada uno <strong>de</strong> los periódicos. Así en ABC (ver Gráfico 4.2) y en SUR<br />

(ver Gráfico 4.3) el mes <strong>de</strong> más publicación fue Septiembre, lógico teniendo en<br />

cuenta que es el mes <strong>de</strong> inicio <strong>de</strong>l curso escolar y por consiguiente las cuestiones<br />

educativas están <strong>de</strong> actualidad. En LA VANGUARDIA (ver Gráfico 4.4) a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l<br />

mes <strong>de</strong> septiembre sobresale significativamente el mes <strong>de</strong> febrero porque se<br />

sucedieron diversos acontecimientos relacionados con profesores o alumnos en ese<br />

mes que fueron aumentando su proporción con respecto a otros meses o periodos.<br />

Estos acontecimientos que captaron la atención <strong>de</strong> LA VANGUARDIA en especial,<br />

fueron fundamentalmente: las movilizaciones estudiantiles por todo el territorio<br />

nacional contra la recién aprobada LOU, las primeras discusiones sociopolíticas<br />

sobre la LOCE, los problemas i<strong>de</strong>ológicos <strong>de</strong> presión ejercidos sobre catedráticos<br />

312


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong>l País Vasco y las polémicas por los hábitos culturales <strong>de</strong> estudiantes inmigrantes.<br />

Mientras que en EL MUNDO (ver Gráfico 4.5) el mes <strong>de</strong> mayor publicación <strong>de</strong> textos<br />

sobre profesores y alumnos fue Abril, en primer lugar por la cercanía <strong>de</strong>l final <strong>de</strong><br />

curso y <strong>de</strong> los siempre polémicos exámenes <strong>de</strong> selectividad y en segundo lugar por<br />

una serie <strong>de</strong> sucesos polémicos en los que se vieron implicados profesores y<br />

alumnos; como es el caso <strong>de</strong> la matanza que protagonizó un estudiante en un<br />

instituto <strong>de</strong> Erfut (Alemania) o el <strong>de</strong>spido <strong>de</strong> un catedrático (Agapito Maestre) <strong>de</strong> la<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Almería por cuestiones políticas. Y, en EL PAÍS (ver Gráfico 4.6) fue<br />

Noviembre el mes <strong>de</strong> mayor concentración <strong>de</strong> estas publicaciones, <strong>de</strong>mostrando el<br />

interés <strong>de</strong> este medio por la política educativa, puesto que no sólo son referencias al<br />

inicio <strong>de</strong> curso, sino también cuestiones <strong>de</strong>dicadas a las discusiones políticas y<br />

movilizaciones estudiantiles en torno a la LOU porque su aprobación iba a tener<br />

lugar <strong>de</strong> inmediato, al mes siguiente.<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Septiembre<br />

Octubre<br />

Noviembre<br />

Diciembre<br />

Enero<br />

Febrero<br />

Marzo<br />

Gráfico 4.2: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico ABC.<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Septiembre<br />

Octubre<br />

Noviembre<br />

Diciembre<br />

Enero<br />

Febrero<br />

Marzo<br />

Gráfico 4.3: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico SUR.<br />

Abril<br />

Abril<br />

Mayo<br />

Mayo<br />

Junio<br />

Junio<br />

Julio<br />

Julio<br />

Agosto<br />

Agosto<br />

313


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

35<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

10<br />

5<br />

0<br />

Septiembre<br />

Octubre<br />

Noviembre<br />

Diciembre<br />

Enero<br />

Febrero<br />

Gráfico 4.4: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico LA VANGUARDIA.<br />

50<br />

45<br />

40<br />

35<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

10<br />

5<br />

0<br />

Septiembre<br />

Octubre<br />

Noviembre<br />

Diciembre<br />

Enero<br />

Febrero<br />

Marzo<br />

Gráfico 4.5: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico EL MUNDO.<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Septiembre<br />

Octubre<br />

Noviembre<br />

Diciembre<br />

Enero<br />

Febrero<br />

Marzo<br />

Gráfico 4.6: Acotación temporal <strong>de</strong> los textos en el periódico EL PAÍS.<br />

Marzo<br />

Abril<br />

Abril<br />

Abril<br />

Mayo<br />

Mayo<br />

Mayo<br />

Junio<br />

Junio<br />

Junio<br />

Julio<br />

Julio<br />

Julio<br />

Agosto<br />

Agosto<br />

Agosto<br />

314


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Teniendo en cuenta la suma <strong>de</strong> los textos encontrados en los cinco<br />

periódicos (ver Gráfico 4.7), en los meses <strong>de</strong> Septiembre (f=241), Noviembre<br />

(f=208), Febrero (f=200), Octubre (f=187) y Abril (f=187) son en los que más textos<br />

se encuentran y en ese or<strong>de</strong>n, pero sin que ninguno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>staque por su alto<br />

porcentaje; el mes <strong>de</strong> Septiembre, Noviembre, Febrero y Abril ya hemos comentado<br />

por qué, el mes <strong>de</strong> Octubre es por el inicio <strong>de</strong> curso, en este caso para las<br />

enseñanzas superiores.<br />

Mayo<br />

7,33%<br />

Abril<br />

9,79%<br />

Junio<br />

7,23%<br />

Marzo<br />

8,12%<br />

Julio<br />

4,40%<br />

Febrero<br />

10,47%<br />

Agosto<br />

3,51%<br />

Enero<br />

7,07%<br />

Septiembre<br />

12,62%<br />

Diciembre<br />

8,80%<br />

Octubre<br />

9,79%<br />

Noviembre<br />

10,89%<br />

Gráfico 4.7: Distribución porcentual por meses.<br />

Por el contrario, sobresalen los periodos vacacionales <strong>de</strong> Navidad<br />

(f=33, 1´17%) y <strong>de</strong> Semana Santa (f=26, 1´36%), porque en ellos son escasísimos<br />

los textos que se refieren a profesores o alumnos, puesto que sus activida<strong>de</strong>s como<br />

protagonistas <strong>de</strong>l hecho educativo están paralizadas. Sin embargo, tampoco hay<br />

actividad educativa durante el periodo <strong>de</strong> las Vacaciones <strong>de</strong> Verano (f=151, 7´91%),<br />

315


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

pero en éllas se concentra una cantidad apreciable <strong>de</strong> estos textos, centrados<br />

fundamentalmente en discusiones políticas en torno a la LOCE.<br />

En general, los datos obtenidos no coinci<strong>de</strong>n con los resultados <strong>de</strong><br />

otras investigaciones (Pérez Serrano, 1984; Nieto, 1986; Bartolomé y Sevillano,<br />

1989; Cabero y Loscertales, 1998), por las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este curso en<br />

particular. En esas investigaciones se concluía que el mes <strong>de</strong> Febrero y las<br />

Vacaciones <strong>de</strong> Verano –meses <strong>de</strong> Julio y Agosto- no son periodos que <strong>de</strong>staquen<br />

por la cantidad <strong>de</strong> publicaciones sobre cuestiones educativas. Según estas<br />

investigaciones la temática educativa sólo interesa en <strong>de</strong>terminados momentos<br />

temporales <strong>de</strong>l curso, pero con nuestra investigación añadimos que circunstancias<br />

externas al curso escolar pue<strong>de</strong>n variar esta distribución y centrar el interés por el<br />

ámbito educativo en otros meses o periodos, así pues el caso <strong>de</strong> Abril, Febrero y las<br />

Vacaciones <strong>de</strong> Verano <strong>de</strong>l 2002, que han sido excepcionales por las polémicas<br />

legislativas y otros sucesos puntuales, por lo cual al curso siguiente es probable que,<br />

si no se suce<strong>de</strong>n circunstancias similares, la distribución vuelva a ser la comúnmente<br />

aceptada en esas investigaciones, concentración <strong>de</strong> estos textos en el inicio –<br />

Septiembre, Octubre y Noviembre- y final <strong>de</strong> curso –Mayo y Junio-. En nuestra<br />

investigación, al contrario <strong>de</strong> lo que sucedió en la dirigida por J. Cabero y F.<br />

Loscertales (1998), sí concluimos que las reformas educativas tienen una<br />

repercusión significativa en la publicación <strong>de</strong> documentos en la prensa; quizás<br />

porque la discusión y aprobación <strong>de</strong> la LOGSE no produjo tantas polémicas y<br />

movilizaciones como la LOU y la LOCE han producido. En la investigación <strong>de</strong> S.<br />

Nieto (1986) también se concluyó que la discusión legislativa <strong>de</strong>l momento, en torno<br />

a la Ley Orgánica <strong>de</strong>l Derecho a la Educación –LODE-, incrementó<br />

consi<strong>de</strong>rablemente el número <strong>de</strong> referencias educativas en la prensa.<br />

Con respecto a la sección <strong>de</strong>l periódico en la que aparecen estos<br />

textos, es preciso subrayar que 583 aparecen en la sección Sociedad, 441 en la<br />

sección Regional –Andalucía-, 394 en la sección específica para cuestiones <strong>de</strong><br />

Educación y 251 en las secciones Locales –238 en la <strong>de</strong> <strong>Málaga</strong> <strong>de</strong>l periódico SUR<br />

316


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

y 13 en la sección <strong>de</strong>dicada a Barcelona <strong>de</strong>l periódico LA VANGUARDIA-. En las<br />

otras diez secciones el número<br />

<strong>de</strong> textos encontrados no supera los 78, por lo que apreciamos una alta<br />

concentración <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> textos en cinco secciones periodísticas (ver Gráfico<br />

4.8). Entre las otras diez secciones <strong>de</strong>stacan los 78 y 74 textos encontrados en<br />

Internacional y en Nacional –España- respectivamente. Lejos tenemos los 23 textos<br />

encontrados en Cultura, los 13 <strong>de</strong> Opinión y los 11 <strong>de</strong> Tribunales. Y, <strong>de</strong> forma<br />

residual, localizamos 7 textos en la sección <strong>de</strong> Economía, 5 en la <strong>de</strong> Futuro, 5 en la<br />

<strong>de</strong> Imágenes (ver Figura 4.2) –sección exclusiva <strong>de</strong>l periódico ABC-, 4 textos en la<br />

sección sobre Espectáculos y otros 4 en la <strong>de</strong> Salud. En general, es relevante que<br />

<strong>de</strong>staque el número <strong>de</strong> textos encontrados en la sección Sociedad y Regional –<br />

Andalucía-, sobre los encontrados en la sección Educación; esto se traduce por un<br />

fuerte interés por informar sobre sucesos sociales y no sobre fenómenos específicos<br />

<strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> la enseñanza.<br />

Salud<br />

0,21%<br />

Opinión<br />

0,68%<br />

<strong>Málaga</strong><br />

12,46%<br />

Sociedad<br />

30,52%<br />

Internacional<br />

4,08%<br />

Imágenes<br />

0,26%<br />

Tribunales<br />

0,58%<br />

Espectáculos<br />

0,21%<br />

Andalucía<br />

23,09%<br />

Barcelona<br />

0,68%<br />

Cultura<br />

1,57%<br />

Economía<br />

0,37%<br />

Educación<br />

21,15%<br />

España<br />

3,87%<br />

Futuro<br />

0,26%<br />

Gráfico 4.8: Porcentaje <strong>de</strong> textos por secciones.<br />

317


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.2: Sección Imágenes <strong>de</strong>l periódico ABC.<br />

318


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Si seguimos analizando la distribución <strong>de</strong> textos por secciones <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> cada periódico encontramos que existen diferencias muy notables entre ellos (ver<br />

Gráficos 4.9, 4.10, 4.11, 4.12 y 4.13).<br />

Tribunales<br />

Sociedad<br />

Salud<br />

Opinión<br />

<strong>Málaga</strong><br />

Internacional<br />

Imágenes<br />

Futuro<br />

Espectáculos<br />

España<br />

Educación<br />

Economía<br />

Cultura<br />

Barcelona<br />

Andalucía<br />

0 20 40 60 80 100 120<br />

Gráfico 4.9: Distribución por secciones en el periódico ABC.<br />

Tribunales<br />

Sociedad<br />

Salud<br />

Opinión<br />

<strong>Málaga</strong><br />

Internacional<br />

Imágenes<br />

Futuro<br />

Espectáculos<br />

España<br />

Educación<br />

Economía<br />

Cultura<br />

Barcelona<br />

Andalucía<br />

0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200<br />

Gráfico 4.10: Distribución por secciones en el periódico EL MUNDO.<br />

319


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Tribunales<br />

Sociedad<br />

Salud<br />

Opinión<br />

<strong>Málaga</strong><br />

Internacional<br />

Imágenes<br />

Futuro<br />

Espectáculos<br />

España<br />

Educación<br />

Economía<br />

Cultura<br />

Barcelona<br />

Andalucía<br />

0 50 100 150 200 250<br />

Gráfico 4.11: Distribución por secciones en el periódico EL PAÍS.<br />

Tribunales<br />

Sociedad<br />

Salud<br />

Opinión<br />

<strong>Málaga</strong><br />

Internacional<br />

Imágenes<br />

Futuro<br />

Espectáculos<br />

España<br />

Educación<br />

Economía<br />

Cultura<br />

Barcelona<br />

Andalucía<br />

0 20 40 60 80 100 120 140 160<br />

Gráfico 4.12: Distribución por secciones en el periódico LA VANGUARDIA.<br />

320


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Tribunales<br />

Sociedad<br />

Salud<br />

Opinión<br />

<strong>Málaga</strong><br />

Internacional<br />

Imágenes<br />

Futuro<br />

Espectáculos<br />

España<br />

Educación<br />

Economía<br />

Cultura<br />

Barcelona<br />

Andalucía<br />

0 50 100 150 200 250<br />

Gráfico 4.13: Distribución por secciones en el periódico SUR.<br />

Resulta muy particular, la localización <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> textos en el<br />

periódico provincial SUR, porque <strong>de</strong> sus 399 textos, 238 los concentra en la sección<br />

Local –<strong>Málaga</strong>-, en lugar <strong>de</strong> hacerlo en la <strong>de</strong> Sociedad, como viene haciendo LA<br />

VANGUARDIA que también tiene carácter provincial. El periódico ABC agrupa estos<br />

textos entre las secciones <strong>de</strong> Sociedad y Andalucía. EL MUNDO los emplea<br />

fundamentalmente en la sección Regional <strong>de</strong> Andalucía. EL PAÍS utiliza la sección<br />

específica <strong>de</strong> Educación para recoger los textos <strong>de</strong> este estilo, muy seguida <strong>de</strong> la<br />

sección <strong>de</strong> Sociedad.<br />

Al estudiar la forma en que se presentan los textos encontrados (ver<br />

Gráfico 4.14), <strong>de</strong>bemos resaltar que en todos los casos se emplea el Titular, excepto<br />

en dos –uno <strong>de</strong> EL PAÍS y otro <strong>de</strong> LA VANGUARDIA- que son textos que<br />

únicamente aparecen en portada y, por consiguiente, sólo llevan Titular <strong>de</strong> Portada.<br />

Es <strong>de</strong>cir, sólo hemos encontrado dos textos cuya presentación completa se sitúa en<br />

Portada, mientras que los otros Titulares <strong>de</strong> Portada correspon<strong>de</strong>n a textos que<br />

luego continúan presentándose en el interior <strong>de</strong>l periódico. De ahí que el total <strong>de</strong><br />

Titulares sea 1908, y no coincida con el número total <strong>de</strong> textos recogidos. En<br />

general, los Titulares <strong>de</strong> Portada sólo se emplean en un 6´13% <strong>de</strong> los textos<br />

321


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

recogidos, lo cual nos trasmite la escasa importancia que las empresas periodísticas<br />

les conce<strong>de</strong>n a los textos sobre educación.<br />

Titular<br />

38,30%<br />

Titular <strong>de</strong> Portada<br />

2,35%<br />

Subtítulo <strong>de</strong> Portada<br />

0,90%<br />

Subtítulo<br />

22,44%<br />

Foto<br />

23,81%<br />

Pretítulo<br />

9,86%<br />

Foto <strong>de</strong> Portada<br />

1,00%<br />

Gráfico<br />

1,12%<br />

Gráfico <strong>de</strong> Portada<br />

0,04%<br />

Pretítulo <strong>de</strong> Portada<br />

0,18%<br />

Gráfico 4.14: Porcentajes <strong>de</strong> presentación.<br />

Por otro lado, es bastante numerosa la aparición <strong>de</strong> Subtítulos y <strong>de</strong><br />

Fotografías, 1118 y 1236 respectivamente. Sin embargo, el empleo <strong>de</strong> Gráficos,<br />

Antetítulos, Fotografías y Subtítulos en las Portadas, es residual. Ha resultado<br />

<strong>de</strong>masiado bajo el acompañamiento <strong>de</strong> Gráficos, sólo en un 8´17% <strong>de</strong> los textos,<br />

cuando en realidad son temas muy necesitados <strong>de</strong> aclarar datos mediante la<br />

representación gráfica (ver Figura 4.3). Coincidimos con otras investigaciones (Pérez<br />

Serrano, 1984; Nieto, 1986; Cabero y Loscertales, 1998) en que la ausencia <strong>de</strong><br />

apoyo con gráficos y con antetítulo en una importante proporción <strong>de</strong> los textos, viene<br />

a significar la falta <strong>de</strong> interés por los temas referidos a profesores y/o alumnos. Pero<br />

en nuestro estudio, al igual que D. Bartolomé y MªL. Sevillano (1989) observaron<br />

que EL PAÍS apoya casi la totalidad <strong>de</strong> sus contenidos en Fotografías <strong>de</strong> marcado<br />

carácter interpretativo, nosotros también hemos encontrado un alto porcentaje <strong>de</strong><br />

textos acompañados <strong>de</strong> fotografías, vinculado al impacto social que se preten<strong>de</strong><br />

conseguir con la imagen <strong>de</strong> las múltiples movilizaciones callejeras producidas<br />

durante el curso 2001-2002, en algunos casos se quieren resaltar estos hechos<br />

como actos vandálicos y en otros se preten<strong>de</strong> subrayar las razones <strong>de</strong> la protesta,<br />

en cada caso la imagen es significativamente diferente.<br />

322


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.3: Los gráficos son recursos muy útiles para clarificar ciertas cuestiones.<br />

323


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Analizando cada uno <strong>de</strong> los posibles elementos empleados como<br />

acompañamiento <strong>de</strong>l texto (ver Gráficos 4.15, 4.16, 4.17, 4.18 y 4.19), observamos<br />

que el Subtítulo aparece en más <strong>de</strong>l 55% <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong> cada periódico, excepto<br />

en el caso <strong>de</strong> LA VANGUARDIA que sólo aña<strong>de</strong> Subtítulo a un 33,33% <strong>de</strong> estos<br />

textos. Los Subtítulos en Portada se emplean muy poco, en los cinco periódicos el<br />

porcentaje está por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l 4%. En los cinco periódicos el uso <strong>de</strong> Fotografías<br />

está entre el 52´65% <strong>de</strong> EL MUNDO y el 75´71% <strong>de</strong> LA VANGUARDIA, es un<br />

porcentaje bastante alto que se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l elevado valor <strong>de</strong> imágenes <strong>de</strong>l ámbito<br />

educativo, en especial <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong> profesores y/o alumnos en sus aulas o en<br />

manifestaciones callejeras. Sin embargo, la aparición <strong>de</strong> Fotografías en Portada es<br />

insignificante en todos los casos. Con respecto a los Gráficos, es <strong>de</strong> resaltar que<br />

ABC y LA VANGUARDIA los emplean en una mayor proporción que los otros<br />

periódicos, <strong>de</strong> los que <strong>de</strong>staca el SUR por su ínfimo porcentaje (1´50%).<br />

350<br />

300<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

400<br />

350<br />

300<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

Foto Foto <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico Gráfico <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Pretítulo Pretítulo<br />

<strong>de</strong> Portada<br />

Subtítulo Subtítulo<br />

<strong>de</strong> Portada<br />

Titular Titular <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico 4.15: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en ABC.<br />

50<br />

0<br />

Foto Foto <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico Gráfico <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Pretítulo Pretítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Subtítulo Subtítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Titular Titular <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico 4.16: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en EL MUNDO.<br />

324


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

700<br />

600<br />

500<br />

400<br />

300<br />

200<br />

100<br />

0<br />

Foto Foto <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico Gráfico<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Pretítulo Pretítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Subtítulo Subtítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Titular Titular <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico 4.17: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en EL PAÍS.<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

Foto Foto <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico Gráfico<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Pretítulo Pretítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Subtítulo Subtítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Titular Titular <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico 4.18: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en LA VANGUARDIA.<br />

450<br />

400<br />

350<br />

300<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

Foto Foto <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico Gráfico <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Pretítulo Pretítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Subtítulo Subtítulo<br />

<strong>de</strong><br />

Portada<br />

Titular Titular <strong>de</strong><br />

Portada<br />

Gráfico 4.19: Frecuencias <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> presentación en SUR.<br />

325


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Los Gráficos en Portada sólo son usados en dos ocasiones por LA<br />

VANGUARDIA, no porque resalte su interés en aclarar estos textos, sino porque es<br />

un medio con cierta afición a emplear con frecuencia este tipo <strong>de</strong> presentaciones en<br />

portada acompañando a cualquier tipo <strong>de</strong> documentos. Los Antetítulos se aña<strong>de</strong>n a<br />

un alto porcentaje <strong>de</strong> textos, entre el 25 y el 40%, en todos los periódicos, a<br />

excepción <strong>de</strong> ABC que sólo los usa en un 7´36% <strong>de</strong> sus textos. Sin embargo, el<br />

empleo <strong>de</strong> Antetítulos en Portada escasísimo e incluso nulo en algunos periódicos.<br />

La siguiente categoría a analizar es la situación <strong>de</strong>l texto en el periódico<br />

(ver Gráfico 4.20). En primer lugar es preciso aclarar que si sumamos todas las<br />

presentaciones <strong>de</strong> los textos en cada situación nos da un resultado <strong>de</strong> 2111<br />

situaciones, una cantidad superior a 1910 que es el total <strong>de</strong> textos recogidos, esto<br />

suce<strong>de</strong> porque como ya vimos en el análisis anterior hay 115 textos que se citan en<br />

Portada y luego se <strong>de</strong>sarrollan en el interior <strong>de</strong>l periódico por lo tanto suman doble<br />

situación. Y, los 86 que restan son textos que se <strong>de</strong>sarrollan en el interior pero<br />

ocupando dos páginas, así sumamos un total <strong>de</strong> 2111 situaciones distintas. Pues<br />

bien, teniendo en consi<strong>de</strong>ración que la localización <strong>de</strong> un documento en página<br />

impar o <strong>de</strong>recha es un privilegio porque en esa ubicación el lector le presta mayor<br />

atención (Vilches, 1987; Keene, 1995), <strong>de</strong>bemos mencionar que los documentos<br />

sobre profesores y alumnos se sitúan en 58´03% <strong>de</strong> los casos en página par<br />

(f=1225) frente al 41´97% <strong>de</strong> los que van en página impar (f=886). Por consiguiente,<br />

encontramos cierta preferencia hacia la publicación<strong>de</strong> estos textos en página par,<br />

confirmando así la ten<strong>de</strong>ncia a no dar mucha importancia a los temas sobre<br />

profesores y alumnos.<br />

Metiéndonos en el estudio <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las posible situaciones, y<br />

coincidiendo con J. Cabero y F. Loscertales (1998), es preciso resaltar que pocas<br />

veces se reserva un sitio en la Portada para referenciar temas relativos a profesores<br />

y/o alumnos; en nuestra investigación ese 7´01% <strong>de</strong> presencia en Portada se suele<br />

reservar para temas <strong>de</strong> huelga, discusiones <strong>de</strong> política educativa o graves sucesos<br />

sociales (ver Figura 4.4). La Contraportada no suele emplearse para situar textos <strong>de</strong><br />

esta índole, sólo hay 1 caso en EL PAÍS y 17 en el SUR, por lo que no resulta un<br />

dato relevante. Esas apariciones en Contraportada en el periódico SUR se <strong>de</strong>ben a<br />

326


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

la existencia en esa página <strong>de</strong> una sección <strong>de</strong>dica exclusivamente a noticias sobre<br />

iniciativas sociales, entre las cuales se incluyen las educativas cuando son<br />

innovadoras y <strong>de</strong> interés (ver Figura 4.5). Sin embargo, si resulta significativo el<br />

46,61% <strong>de</strong> todos los textos recogidos se situé en Páginas Centrales y el 33´44% en<br />

Primeras Páginas.<br />

Primeras Pgnas.<br />

33,44%<br />

Últimas Pgnas.<br />

12,08%<br />

Portada<br />

7,01%<br />

Contraportada<br />

0,85%<br />

Pgnas.Centrales<br />

46,61%<br />

Gráfico 4.20: Porcentajes <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l periódico.<br />

En general (ver Gráficos 4.21, 4.22, 4.23, 4.24 y 4.25), al situar un texto<br />

en el periódico pue<strong>de</strong>n suce<strong>de</strong>r dos cosas, que las referencias a la educación se<br />

reserven para rellenar las Páginas Centrales <strong>de</strong>l periódico sin resaltar su<br />

importancia, o que se <strong>de</strong>see darle mayor relevancia a estos temas educativos con<br />

respecto a otros temas sociales y se les coloque en Primeras Páginas. Esta doble<br />

posibilidad se <strong>de</strong>duce por los altos porcentajes que representan sobre el total y por<br />

la cercanía entre ellos; sólo en el caso <strong>de</strong> LA VANGUARDIA pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que no<br />

acostumbran a resaltar la importancia <strong>de</strong> estos textos, porque el porcentaje <strong>de</strong><br />

Páginas Centrales es <strong>de</strong>l 80´24%, frente al 8´46% <strong>de</strong> Primeras Páginas. Sobre el<br />

total, la aparición en Portada es residual, incluso se supera por la colocación en las<br />

Últimas Páginas <strong>de</strong>l periódico; pero si miramos la particularidad <strong>de</strong> cada periódico,<br />

nos damos cuenta <strong>de</strong> que existen gran<strong>de</strong>s diferencias en esta cuestión. ABC coloca<br />

muchos <strong>de</strong> sus textos en las Últimas Páginas, mientras que en Portada coloca muy<br />

pocos. EL MUNDO coloca bastantes referencias en Portada, olvidando casi por<br />

completo las Últimas Páginas. EL PAÍS y LA VANGUARDIA, según la importancia<br />

<strong>de</strong>l tema, tienen porcentajes similares en Portada y en Últimas Páginas. Mientras<br />

que el SUR hace más uso <strong>de</strong> las Últimas Páginas que <strong>de</strong> las Portadas, para el caso<br />

concreto <strong>de</strong> estos textos referentes a profesores y/o alumnos.<br />

327


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.4: Temas <strong>de</strong> política educativa en Portada.<br />

328


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.5: Temas <strong>de</strong> iniciativas educativas en Contraportada.<br />

329


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

200<br />

180<br />

160<br />

140<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

Contraportada Pgnas.Centrales Portada Primeras Pgnas. Últimas Pgnas.<br />

Gráfico 4.21: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en ABC.<br />

200<br />

180<br />

160<br />

140<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

Contraportada Pgnas.Centrales Portada Primeras Pgnas. Últimas Pgnas.<br />

Gráfico 4.22: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en EL MUNDO.<br />

350<br />

300<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

Contraportada Pgnas.Centrales Portada Primeras Pgnas. Últimas Pgnas.<br />

Gráfico 4.23: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en EL PAÍS.<br />

330


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

200<br />

180<br />

160<br />

140<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

Contraportada Pgnas.Centrales Portada Primeras Pgnas. Últimas Pgnas.<br />

Gráfico 4.24: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en LA VANGUARDIA.<br />

200<br />

180<br />

160<br />

140<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

Contraportada Pgnas.Centrales Portada Primeras Pgnas. Últimas Pgnas.<br />

Gráfico 4.25: Frecuencias <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los textos en SUR.<br />

Para analizar los tamaños <strong>de</strong> estos textos (ver Gráficos 4.26, 4.27,<br />

4.28, 4.29 y 4.30), también partimos <strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 2111, por las razones que<br />

explicamos anteriormente. En los 373 recortes tomados <strong>de</strong> ABC vemos que un<br />

37´80% es <strong>de</strong> extensión Gran<strong>de</strong> y un 35´66% Pequeña, siendo éstos los dos<br />

porcentajes más altos en su distribución. En el caso <strong>de</strong> EL MUNDO, EL PAÍS y LA<br />

VANGUARDIA, un 52´10%, un 49´85% y un 41´13% son los respectivos porcentajes<br />

<strong>de</strong> extensión Pequeña, seguidos muy <strong>de</strong> lejos, con un 22´72%, un 21´43% y un<br />

25´40% respectivamente, en la Media Página <strong>de</strong> ocupación. En el SUR también<br />

<strong>de</strong>staca la proporción <strong>de</strong> extensión Pequeña con un 42´40%, pero en este caso el<br />

segundo lugar se lo reparten la Media Página con un 19´95%, la Gran<strong>de</strong> con un<br />

18´37% y la Muy Pequeña con un 17´01%. Merece ser <strong>de</strong>stacado que sólo en el<br />

331


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

periódico ABC se usa la Página Completa en una proporción relevante, siendo en<br />

este caso residual la extensión Muy Pequeña. Por el contrario, en los otros cuatro<br />

periódicos, la Página Completa es la extensión menos empleada, mientras que la<br />

presentación Muy Pequeña si es bastante empleada con este tipo <strong>de</strong> textos. A partir<br />

<strong>de</strong> estos resultados, <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos po<strong>de</strong>mos inferir, coincidiendo con otros<br />

estudios (Pérez Serrano, 1984; Cabero y Loscertales, 1998), que en líneas<br />

generales estos medios no resaltan el valor y el interés <strong>de</strong> las temáticas educativas<br />

porque éstas no resultan novedosas para los lectores.<br />

160<br />

140<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

Gran<strong>de</strong> Media Página Muy Pequeña Página Completa Pequeña<br />

Gráfico 4.26: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en ABC.<br />

Gran<strong>de</strong> Media Página Muy Pequeña Página Completa Pequeña<br />

Gráfico 4.27: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en EL MUNDO.<br />

332


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

350<br />

300<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

200<br />

180<br />

160<br />

140<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

Gran<strong>de</strong> Media Página Muy Pequeña Página Completa Pequeña<br />

Gráfico 4.28: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en EL PAÍS.<br />

Gran<strong>de</strong> Media Página Muy Pequeña Página Completa Pequeña<br />

Gráfico 4.29: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en LA<br />

VANGUARDIA.<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

Gran<strong>de</strong> Media Página Muy Pequeña Página Completa Pequeña<br />

Gráfico 4.30: Frecuencias <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> los textos en SUR.<br />

333


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Si nos fijamos en las extensiones <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> los textos recogidos (ver<br />

Gráfico 4.31), sin hacer distinciones entre periódicos, es preciso resaltar que la<br />

extensión Pequeña alcanza el porcentaje mayor con respecto la resto, en el otro<br />

extremo encontramos el porcentaje residual <strong>de</strong> la extensión <strong>de</strong> Página Completa.<br />

Pequeña<br />

45,19%<br />

Página Completa<br />

3,55%<br />

Gran<strong>de</strong><br />

20,65%<br />

Muy Pequeña<br />

10,56%<br />

Media Página<br />

20,04%<br />

Gráfico 4.31: Porcentajes <strong>de</strong> extensiones.<br />

Al estudiar la frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos <strong>de</strong> estos textos<br />

(ver Gráficos 4.32, 4.33, 4.34, 4.35 y 4.36), es necesario subrayar el alto número que<br />

representa la Noticia en los cinco periódicos, seguido siempre <strong>de</strong> lejos por el número<br />

<strong>de</strong> Reportajes. El uso <strong>de</strong> Cartas al Director para textos sobre profesores y/o alumnos<br />

es nulo, excepto 1 caso en el periódico ABC. También es preciso subrayar que no<br />

hemos encontrado ninguna <strong>de</strong> las palabras clave en los títulos, antetítulos y/o<br />

subtítulos <strong>de</strong> los siguientes géneros: Editoriales, Avisos y Comunicados. Concluimos<br />

pues, que la falta <strong>de</strong> participación <strong>de</strong> los usuarios a través <strong>de</strong> los géneros<br />

periodísticos a su alcance, se traduce por cierta apatía sobre el tema, así como<br />

<strong>de</strong>muestran los propios grupos editoriales al no querer expresar su particular<br />

opinión, que quizás pudiera comprometerlos en <strong>de</strong>masía.<br />

334


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Reportaje<br />

Noticia<br />

Entrevista<br />

Editorial<br />

Comentario<br />

Carta al Director<br />

Avisos y Comunicados<br />

Artículo <strong>de</strong> Opinión<br />

0 50 100 150 200 250 300<br />

Gráfico 4.32: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en ABC.<br />

Reportaje<br />

Noticia<br />

Entrevista<br />

Editorial<br />

Comentario<br />

Carta al Director<br />

Avisos y Comunicados<br />

Artículo <strong>de</strong> Opinión<br />

0 50 100 150 200 250 300 350<br />

Gráfico 4.33: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en EL MUNDO.<br />

Reportaje<br />

Noticia<br />

Entrevista<br />

Editorial<br />

Comentario<br />

Carta al Director<br />

Avisos y Comunicados<br />

Artículo <strong>de</strong> Opinión<br />

0 100 200 300 400 500 600<br />

Gráfico 4.34: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en EL PAÍS.<br />

335


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Reportaje<br />

Noticia<br />

Entrevista<br />

Editorial<br />

Comentario<br />

Carta al Director<br />

Avisos y Comunicados<br />

Artículo <strong>de</strong> Opinión<br />

0 20 40 60 80 100 120 140 160 180<br />

Gráfico 4.35: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en LA<br />

Reportaje<br />

Noticia<br />

Entrevista<br />

Editorial<br />

Comentario<br />

Carta al Director<br />

Avisos y Comunicados<br />

Artículo <strong>de</strong> Opinión<br />

VANGUARDIA.<br />

0 50 100 150 200 250 300 350<br />

Gráfico 4.36: Frecuencia <strong>de</strong> los géneros periodísticos empleados en SUR.<br />

Coincidimos con otras investigaciones (Pérez Serrano, 1984; Nieto,<br />

1986; Bartolomé y Sevillano, 1989; Cabero y Loscertales, 1998), en que el estilo<br />

periodístico más empleado para cuestiones educativas, es la información. Según la<br />

clasificación <strong>de</strong> géneros tenida en cuenta en nuestro estudio, los géneros<br />

periodísticos más empleados han sido la Noticia y el Reportaje, porque en los temas<br />

que hacen referencia a la imagen <strong>de</strong>l profesor se informa más que se opina.<br />

A<strong>de</strong>más, añadimos que suce<strong>de</strong> lo mismo con respecto a la imagen <strong>de</strong>l alumnado.<br />

336


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Si nos fijamos en los porcentajes por géneros periodísticos empleados<br />

sobre el total <strong>de</strong> textos (ver Gráfico 4.37), vemos que el empleo <strong>de</strong>l Artículo <strong>de</strong><br />

Opinión, <strong>de</strong> la Carta al Director, <strong>de</strong>l Comentario y <strong>de</strong> la Entrevista es casi residual.<br />

Artículo <strong>de</strong> Opinión<br />

1,41%<br />

Reportaje<br />

13,51%<br />

Carta al Director<br />

0,05%<br />

Avisos y<br />

Comunicados<br />

0,00%<br />

Comentario<br />

2,15%<br />

Editorial<br />

0,00%<br />

Entrevista<br />

1,78%<br />

Noticia<br />

81,10%<br />

Gráfico 4.37: Porcentajes <strong>de</strong> géneros periodísticos empleados.<br />

En lo referente a los temas que tratan estos textos 10 , hay que <strong>de</strong>cir que<br />

consi<strong>de</strong>rando los porcentajes que superan el 10% entre el total <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong><br />

profesores en cada periódico, en ABC (ver Gráfico 4.38) <strong>de</strong>stacan los temas <strong>de</strong><br />

Política (do-política), Conflicto (do-conflicto) y Despido (do-<strong>de</strong>spido), en EL MUNDO<br />

(ver Gráfico 4.39) y en EL PAÍS (ver Gráfico 4.40) sobresalen esos tres mismos<br />

temas a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l tema Protesta (do-protesta). En LA VANGUARDIA (ver Gráfico<br />

4.41) <strong>de</strong>stacan los temas <strong>de</strong> Disciplina (do-disciplina), Maestría (do-maestría),<br />

Política (do-política) y Religión (do-religión). Mientras que en el SUR (ver Gráfico<br />

4.42) aparecen más repartidos los temas tratados, <strong>de</strong> forma que por encima <strong>de</strong> un<br />

10% salen seis temas sin mucha diferencia numérica entre ellos –oscilan <strong>de</strong>l 12´94%<br />

al 11´18%-; éstos son Conflicto (do-conflicto), Disciplina (do-disciplina), Investigación<br />

(do-investigación), Maestría (do-maestría), Protesta (do-protesta) y Religión (doreligión).<br />

De todo ello po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que sólo en el periódico SUR se tratan tanto<br />

aspectos sociales problemáticos que pue<strong>de</strong>n vivir los profesores, como aspectos<br />

<strong>de</strong>stacables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo profesional. En LA VANGUARDIA también<br />

suce<strong>de</strong> algo similar al SUR, pero es preciso resaltar que el tema Política tiene un<br />

porcentaje, un 22´09%, bastante más relevante que el <strong>de</strong> Disciplina, Maestría y<br />

10 Los códigos empleados para clasificar los textos por temáticas se especifican en el apartado 4.1.5.<br />

337


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Religión, que no superan el 13´95%. En los tres periódicos restantes si que está<br />

clara la <strong>de</strong>dicación casi exclusiva a los aspectos sociales problemáticos que viven<br />

los profesores, resaltando su actualidad y polémica. Coincidimos plenamente con los<br />

resultados obtenidos por J. Cabero y F. Loscertales (1998), porque en ese estudio,<br />

sobre los temas <strong>de</strong> profesores <strong>de</strong>stacaron, por este or<strong>de</strong>n, temas Administrativos,<br />

temas Científico-educativos y temas <strong>de</strong> Política; y, en nuestro estudio al incluir en<br />

Política los temas Administrativos, sobresalen los primeros con mayor diferencia<br />

porcentual. También nos acercamos al resultado <strong>de</strong> la investigación <strong>de</strong> D. Bartolomé<br />

y MªL. Sevillano (1989), puesto que los temas que encuentran en común son en su<br />

mayoría referentes a cuestiones <strong>de</strong> Política.<br />

En lo que se refiere a los temas relativos al alumnado, resaltando<br />

también los que superen un porcentaje <strong>de</strong>l 10, es preciso subrayar que hemos<br />

encontrado un tema común a todos los periódicos, el polémico tema <strong>de</strong> la Huelga<br />

(dis-huelga). A<strong>de</strong>más, en ABC <strong>de</strong>stacan los temas <strong>de</strong> Matrícula (dis-matrícula) y <strong>de</strong><br />

Política (dis-política). En EL MUNDO los <strong>de</strong> Conflicto (dis-conflicto) y <strong>de</strong> Violencia<br />

(dis-violencia). En EL PAÍS los temas <strong>de</strong> Iniciativas (dis-iniciativas) y <strong>de</strong> Política (dispolítica).<br />

En LA VANGUARDIA los <strong>de</strong> Conflicto (dis-conflicto), Guerra (dis-guerra),<br />

Iniciativas (dis-iniciativas) y Violencia (dis-violencia). Y, en el SUR también <strong>de</strong>stacan<br />

los temas <strong>de</strong> Coste (dis-coste), Iniciativas (dis-iniciativas), Matrícula (dis-matrícula) y<br />

Violencia (dis-violencia).<br />

do-ausencia<br />

do-conflicto<br />

do-<strong>de</strong>spido<br />

do-disciplina<br />

do-familia<br />

do-guerra<br />

do-protesta<br />

do-reconocimiento<br />

ABC<br />

dis-aprendizaje<br />

dis-conflicto<br />

dis-coste<br />

dis-diversidad<br />

dis-fracaso<br />

dis-guerra<br />

dis-huelga<br />

dis-iniciativas<br />

dis-inmigrantes<br />

Gráfico 4.38: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico ABC.<br />

338<br />

dis-transporte<br />

dis-violencia


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

do-ausencia<br />

do-ausencia<br />

do-ausencia<br />

do-conflicto<br />

do-conflicto<br />

do-conflicto<br />

do-<strong>de</strong>spido<br />

do-<strong>de</strong>spido<br />

do-<strong>de</strong>spido<br />

do-disciplina<br />

do-disciplina<br />

do-disciplina<br />

do-familia<br />

do-familia<br />

do-familia<br />

do-guerra<br />

do-guerra<br />

do-protesta<br />

do-reconocimiento<br />

El Mundo<br />

dis-aprendizaje<br />

dis-conflicto<br />

dis-coste<br />

dis-diversidad<br />

dis-fracaso<br />

dis-guerra<br />

dis-huelga<br />

dis-iniciativas<br />

dis-inmigrantes<br />

dis-transporte<br />

339<br />

dis-violencia<br />

Gráfico 4.39: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico<br />

do-protesta<br />

do-reconocimiento<br />

dis-aprendizaje<br />

EL MUNDO.<br />

El País<br />

dis-conflicto<br />

dis-coste<br />

dis-diversidad<br />

dis-fracaso<br />

dis-guerra<br />

dis-huelga<br />

dis-iniciativas<br />

dis-inmigrantes<br />

dis-transporte<br />

Gráfico 4.40: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico EL<br />

do-guerra<br />

do-protesta<br />

do-reconocimiento<br />

PAÍS.<br />

dis-aprendizaje<br />

La Vanguardia<br />

dis-conflicto<br />

dis-coste<br />

dis-diversidad<br />

dis-fracaso<br />

dis-guerra<br />

dis-huelga<br />

dis-iniciativas<br />

dis-inmigrantes<br />

dis-transporte<br />

Gráfico 4.41: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico LA<br />

VANGUARDIA.<br />

dis-violencia<br />

dis-violencia


do-ausencia<br />

Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

do-conflicto<br />

do-<strong>de</strong>spido<br />

do-disciplina<br />

do-familia<br />

do-guerra<br />

do-protesta<br />

do-reconocimiento<br />

Sur<br />

dis-aprendizaje<br />

dis-conflicto<br />

dis-coste<br />

dis-diversidad<br />

dis-fracaso<br />

dis-guerra<br />

dis-huelga<br />

dis-iniciativas<br />

dis-inmigrantes<br />

dis-transporte<br />

Gráfico 4.42: Distribución temática <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l periódico SUR.<br />

340<br />

dis-violencia<br />

En resumen po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que ABC y EL MUNDO resaltan en<br />

especial aspectos problemáticos que viven los alumnos, bien sean por actuaciones<br />

agresivas (dis-violencia), <strong>de</strong> protesta (dis-huelga) o <strong>de</strong> presencia, tanto en problemas<br />

sociales (dis-matrícula o dis-conflicto) como <strong>de</strong> política educativa (dis-política). EL<br />

PAÍS, LA VANGUARDIA y el SUR suman a los problemas <strong>de</strong> protestas (dis-huelga)<br />

y <strong>de</strong> políticas educativas que implican directamente a los alumnos (dis-política), los<br />

temas sobre iniciativas escolares (dis-iniciativas), mostrando así su interés por la<br />

buena imagen <strong>de</strong>l alumnado y no sólo por trasmitir sus situaciones o experiencias<br />

polémicas (dis-conflicto o dis-violencia). Debemos <strong>de</strong>stacar que LA VANGUARDIA<br />

es el único periódico que resalta las vivencias <strong>de</strong> los alumnos en ambientes <strong>de</strong><br />

Guerra (dis-guerra), seguramente, al ser el más antiguo <strong>de</strong> los cinco periódicos<br />

analizados, ya haya vivido más situaciones bélicas y haya tenido que afrontar<br />

publicaciones similares que suelen asustar a la editorial por el fuerte impacto que<br />

producen sobre el lector. Y, por su parte el SUR es el único que se ocupa <strong>de</strong><br />

subrayar los temas relacionados con el Coste <strong>de</strong> la enseñanza (dis-coste), quizás<br />

porque al estar al servicio <strong>de</strong> los lectores <strong>de</strong> una sola provincia, preten<strong>de</strong> dar una<br />

atención más al <strong>de</strong>talle respondiendo a sus preocupaciones económicas con<br />

documentos sobre el coste <strong>de</strong> nuevas infraestructuras para la enseñanza, sobre el<br />

precio <strong>de</strong> material escolar, sobre nuevas contrataciones y sobre temas <strong>de</strong><br />

financiación educativa para casos muy específicos; y a<strong>de</strong>más sobre las tasas <strong>de</strong><br />

Matriculación (dis-matrícula).


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Sumando todas las referencias a temas en los que se menciona la<br />

figura <strong>de</strong>l profesor (ver Gráfico 4.43), tenemos 863 textos que tratan estos temas,<br />

frente a 1229 que tratan la figura <strong>de</strong>l alumno (ver Gráfico 4.44). Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> 2092<br />

referencias un 41´25% trata temas relativos a profesores, mientras que un 58´75%<br />

trata temas relativos a la figura <strong>de</strong>l alumno, mostrándose así un leve aumento <strong>de</strong><br />

interés por las cuestiones y situaciones que implica a este último como personaje<br />

social.<br />

Si analizamos las proporciones <strong>de</strong> referencias a temas <strong>de</strong> profesores o<br />

a temas <strong>de</strong> alumnos por periódicos observamos que <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> temas <strong>de</strong> educación<br />

tratados en EL PAÍS, LA VANGUARDIA y SUR los que versan sobre alumnos<br />

supera en los tres casos el 61%, mientras que en ABC y EL MUNDO los porcentajes<br />

<strong>de</strong> temas sobre alumnos y profesores están más cercanos (ver Tabla 4.2). Por<br />

consiguiente se <strong>de</strong>duce que en los tres primeros periódicos se opta por tratar más la<br />

imagen <strong>de</strong>l alumno que la <strong>de</strong>l profesor.<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR<br />

Temas sobre profesores 155 196 256 86 170<br />

Porcentajes 44´54% 48´88% 38´88% 37´55% 38´03%<br />

Temas sobre alumnos 193 205 411 143 277<br />

Porcentajes 55´46% 51´12% 61´62% 62´45 61´97%<br />

Tabla 4.2: Porcentajes <strong>de</strong> temas sobre profesores o alumnos por<br />

periódicos.<br />

Tal y como observamos la suma <strong>de</strong> todos los temas tratados, 2092,<br />

resulta superior al número <strong>de</strong> textos recogidos, que fue <strong>de</strong> 1910, esta diferencia <strong>de</strong><br />

182, se <strong>de</strong>be a que esa es la cantidad <strong>de</strong> veces que en un texto se tratan dos temas<br />

en paralelo (Véase Anexo.14), entre estas parejas <strong>de</strong> temas <strong>de</strong>stacan: el tema <strong>de</strong><br />

disciplina en profesores unido al tema <strong>de</strong> violencia en alumnos (f=31), el tema <strong>de</strong><br />

protesta <strong>de</strong> profesores con el tema <strong>de</strong> huelga <strong>de</strong> alumnos (f=26), el tema <strong>de</strong> política<br />

341


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

en profesores y en alumnos (f=17) y el tema <strong>de</strong> conflicto en profesores y en alumnos<br />

(f=13). Por consiguiente, <strong>de</strong>ducimos que en la prensa cuando se relaciona la figura<br />

<strong>de</strong>l profesor y la <strong>de</strong>l alumno se suele hacer ofreciendo una visión problemática <strong>de</strong><br />

dicha relación.<br />

do-religión<br />

8,34%<br />

do-reconocimiento<br />

2,67%<br />

do-protesta<br />

11,47%<br />

do-política<br />

18,42%<br />

do-maestría<br />

6,84%<br />

do-investigación<br />

6,84%<br />

do-ausencia<br />

0,81%<br />

do-conflicto<br />

13,33%<br />

do-guerra<br />

0,46%<br />

do-<strong>de</strong>spido<br />

12,86%<br />

do-disciplina<br />

8,69%<br />

do-formación<br />

4,52%<br />

do-enseñanza<br />

3,13%<br />

do-familia<br />

1,62%<br />

Gráfico 4.43: Porcentaje <strong>de</strong> los temas que hacen referencia al profesor.<br />

dis-violencia<br />

dis-transporte 8,06%<br />

1,55%<br />

dis-religión<br />

0,81%<br />

dis-política<br />

9,36%<br />

dis-matrícula<br />

11,31%<br />

dis-inmigrantes<br />

4,48%<br />

dis-iniciativas<br />

11,80%<br />

dis-aprendizaje<br />

6,10%<br />

dis-conflicto<br />

9,11%<br />

dis-huelga<br />

17,74%<br />

dis-coste<br />

5,53%<br />

dis-diversidad<br />

3,66%<br />

dis-fracaso<br />

6,10%<br />

dis-guerra<br />

4,39%<br />

Gráfico 4.44: Porcentaje <strong>de</strong> los temas que hacen referencia al alumno.<br />

Sobre el total <strong>de</strong> textos y <strong>de</strong> temas, los dos que mayor porcentaje<br />

representan son el tema <strong>de</strong> huelga relativa a alumnos, con un 17´74% (f=218) (ver<br />

Figura 4.6), y el tema <strong>de</strong> la política con relación a la figura <strong>de</strong>l profesorado, con un<br />

342


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

18´42% (f=159) (ver Figura 4.7). Estos son dos temas muy <strong>de</strong> actualidad, y <strong>de</strong> nomenos<br />

polémica, porque durante ese año se discutieron tres leyes educativas que<br />

provocaron múltiples movilizaciones <strong>de</strong>l alumnado y en las que se hacen muchas<br />

referencias a la situación profesional <strong>de</strong>l profesor, a<strong>de</strong>más entre tanta polémica era<br />

preciso implicar a los profesores en las cuestiones políticas a fin <strong>de</strong> lograr mayor<br />

consenso social, mientras que se subraya el carácter opositor <strong>de</strong> las huelgas <strong>de</strong><br />

alumnos.<br />

Por otra parte es curioso que temas tan relevantes como la ausencia <strong>de</strong><br />

los profesores por el creciente número <strong>de</strong> bajas que se produce, el tema <strong>de</strong> las<br />

cuestiones <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enseñanza, el <strong>de</strong> la relación entre familia y profesores, el<br />

tema tan relevante <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> profesores, el <strong>de</strong>l reconocimiento social a<br />

labores <strong>de</strong> profesores, el tema sobre las cuestiones <strong>de</strong> religión que afectan<br />

directamente a la figura <strong>de</strong>l alumno, así como el siempre polémico tema <strong>de</strong>l<br />

transporte <strong>de</strong>l alumnado, pues son temas que representan un porcentaje residual,<br />

menor al 2%, entre el total <strong>de</strong> los textos recogidos.<br />

Mientras codificábamos la temática <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los textos, le<br />

atribuíamos una calificación general respecto al profesor y/o al alumno. El<br />

procedimiento fue seleccionar entre imagen Positiva, Negativa, Neutra o<br />

In<strong>de</strong>terminada 11 <strong>de</strong> las dos figuras sociales que estamos analizando, teniendo en<br />

cuenta que la opción Neutra se utiliza en los casos en los cuales existen referencias<br />

positivas y negativas simultáneamente, y la In<strong>de</strong>terminada cuando hay referencia a<br />

la figura social pero no se expresa una valoración <strong>de</strong> la misma. Estudiando esas<br />

valoraciones sobre la imagen <strong>de</strong>l profesor que se revela por periódicos (ver Gráficos<br />

4.45, 4.46, 4.47, 4.48 y 4.49), vemos que en ABC y en EL MUNDO <strong>de</strong>stacan la<br />

imagen In<strong>de</strong>terminada, con un 50´97% y un 42´86% respectivamente, y en ambos<br />

casos el siguiente porcentaje relevante es el <strong>de</strong> la imagen Negativa, con un 22´58%<br />

y un 25% en cada caso. En LA VANGUARDIA y en el SUR también <strong>de</strong>staca la<br />

imagen In<strong>de</strong>terminada, con un 50% y<br />

11<br />

Según la clasificación general <strong>de</strong>l documento respecto al contenido que hacen J. Cabero y F. Loscertales<br />

(1998) en su investigación.<br />

343


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.6: Tema <strong>de</strong> Huelga <strong>de</strong> Alumnos.<br />

344


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.7: Tema <strong>de</strong> Política relacionada con el Profesorado.<br />

345


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

79<br />

35<br />

21 20<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.45: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en ABC.<br />

84<br />

49<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.46: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en EL MUNDO.<br />

112<br />

54<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.47: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en EL PAÍS.<br />

27<br />

38<br />

52<br />

36<br />

346


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

43<br />

16<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.48: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en LA VANGUARDIA.<br />

59<br />

39<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.49: Imagen <strong>de</strong>l profesor que se transmite en SUR.<br />

un 34´71% respectivamente, pero en estos dos periódicos los siguientes porcentajes<br />

relevantes se refieren a la imagen Positiva con respecto a la figura <strong>de</strong>l profesor, con<br />

un 23´26% y un 28´82%. Y, EL PAÍS tiene un comportamiento muy singular, con un<br />

43´75% subraya la imagen In<strong>de</strong>terminada <strong>de</strong>l profesor, en segundo lugar reparte<br />

bastante equitativamente los porcentajes entre una imagen Negativa (21´09%) y una<br />

imagen Neutra (20´31%), siendo en esta ocasión la imagen Positiva la que goza <strong>de</strong><br />

menor presencia. Así pues, concluimos que en la prensa escrita en general no se<br />

enjuicia la imagen <strong>de</strong>l profesor; pero en las ocasiones en las que hay que valorar<br />

son los periódicos <strong>de</strong> menor difusión los que se inclinan más por ofrecer una imagen<br />

Positiva <strong>de</strong>l profesor, mientras que el resto suele ofrecer una imagen Negativa, o<br />

también Neutra en el caso <strong>de</strong> EL PAÍS, que ofrece el ejemplo más equilibrado con<br />

20<br />

49<br />

7<br />

23<br />

347


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

respecto a una imagen Negativa o Positiva <strong>de</strong> estos profesionales. Son varias las<br />

investigaciones (Pérez Serrano, 1984; Nieto, 1986; Cabero y Loscertales, 1998) que<br />

ya habían <strong>de</strong>stacado ese carácter <strong>de</strong> indiferencia con que se suelen tratan las<br />

cuestiones educativas.<br />

Por otra parte, con respecto a la imagen <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l alumno que se<br />

revela por periódicos (ver Gráficos 4.50, 4.51, 4.52, 4.53 y 4.54), observamos que en<br />

los cinco periódicos sobresale el porcentaje <strong>de</strong> imagen In<strong>de</strong>terminada <strong>de</strong>l alumno<br />

sobre el resto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un 56´48% en ABC hasta un 43´35% en LA VANGUARDIA. La<br />

diferencia viene en el reparto <strong>de</strong> los porcentajes sobre las otras valoraciones, así el<br />

SUR reparte bastante equitativamente entre las tres restantes; ABC, EL MUNDO y<br />

EL PAÍS tras la imagen In<strong>de</strong>terminada optan por una valoración Neutra <strong>de</strong>l alumno,<br />

seguida en los dos primeros casos <strong>de</strong> una imagen Negativa y <strong>de</strong> una imagen<br />

Positiva en el caso <strong>de</strong> EL PAÍS; y en LA VANGUARDIA el segundo puesto se lo<br />

disputan entre una imagen Neutra y Negativa <strong>de</strong>l alumno. Destaca en ABC y en EL<br />

MUNDO, el porcentaje residual <strong>de</strong> casos en los que se transmite una imagen<br />

Positiva, 4´15% y 5´37% respectivamente, en contraste con lo que suce<strong>de</strong> en EL<br />

PAÍS que <strong>de</strong>stina ese residuo para la imagen Negativa, con sólo un 8´52%. En<br />

general, <strong>de</strong>ducimos que la prensa escrita elu<strong>de</strong> emitir juicios <strong>de</strong> valor en torno a la<br />

figura <strong>de</strong>l alumno, pero cuando opinan los periódicos <strong>de</strong> menor difusión tien<strong>de</strong>n a<br />

repartir sus posturas, mientras que periódicos <strong>de</strong> mayor tirada como ABC, EL<br />

MUNDO y EL PAÍS se <strong>de</strong>cantan hacia una imagen Negativa en el caso <strong>de</strong> los dos<br />

primeros, frente a la imagen Positiva <strong>de</strong>l alumnado que presenta el tercero.<br />

109<br />

25<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.50: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en ABC.<br />

8<br />

51<br />

348


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

94<br />

45<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.51: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en EL MUNDO.<br />

181<br />

35<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.52: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en EL PAÍS.<br />

62<br />

30<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.53: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en LA VANGUARDIA.<br />

11<br />

59<br />

20<br />

55<br />

136<br />

31<br />

349


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

146<br />

39<br />

47 45<br />

In<strong>de</strong>terminada Negativa Positiva Neutra<br />

Gráfico 4.54: Imagen <strong>de</strong>l alumno que se transmite en SUR.<br />

Así concluimos (ver Gráfico 4.55) que tanto respecto al profesor como<br />

al alumno, en la mayoría <strong>de</strong> los casos no se entraba a valorar su imagen; mientras<br />

que el siguiente porcentaje expresa que respecto al profesorado hay también una<br />

cantidad <strong>de</strong> textos que transmiten una valoración negativa, y sin embargo respecto<br />

al alumnado la otra gran cantidad <strong>de</strong> textos realiza valoraciones neutras. Esto nos<br />

sugiere, en primer lugar, que no existe una imagen <strong>de</strong>cantada <strong>de</strong>l alumnado en la<br />

Calificación general <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesor Frecuencia Porcentaje<br />

Positiva............................................... 155 17´96<br />

Negativa.............................................. 193 22´36<br />

Neutra.................................................. 138 15´99<br />

In<strong>de</strong>terminada..................................... 377 43´69<br />

Calificación general <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l alumno Frecuencia Porcentaje<br />

Positiva................................................ 145 11´80<br />

Negativa.............................................. 174 14´16<br />

Neutra.................................................. 318 25´87<br />

In<strong>de</strong>terminada..................................... 592 48´17<br />

Gráfico 4.55: Calificación <strong>de</strong>l texto respecto a la imagen <strong>de</strong>l profesor o <strong>de</strong>l alumno.<br />

350


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

prensa escrita, si bien esta no-elección es en sí mismo un hecho significativo; y, en<br />

segundo lugar, que cuando se realizan valoraciones, se tien<strong>de</strong> a ofrecer una imagen<br />

negativa <strong>de</strong>l profesorado.<br />

El último análisis <strong>de</strong> frecuencias va a ser el <strong>de</strong> las palabras clave<br />

empleadas para la selección <strong>de</strong> los textos (ver Gráficos 4.56 y 4.57). En primer lugar<br />

es necesario aclarar que el número <strong>de</strong> palabras clave no es coinci<strong>de</strong>nte ni con el<br />

número <strong>de</strong> textos recogidos, ni con el número <strong>de</strong> temas tratados, puesto que en un<br />

texto se pue<strong>de</strong> haber <strong>de</strong>tectado sólo una <strong>de</strong> esas palabras o varias <strong>de</strong> ellas, y en<br />

cada temática ocurre igual.<br />

Estudiante<br />

29,41%<br />

Universitario-a<br />

6,35%<br />

Colegial-a<br />

0,40%<br />

Escolar<br />

7,49%<br />

Discente<br />

0,00%<br />

Alumno-a-ado<br />

56,35%<br />

Gráfico 4.56: Porcentajes <strong>de</strong> las palabras clave localizadas relativas a<br />

alumnos.<br />

Catedrático-a<br />

6,92%<br />

Profesor-a-ado<br />

63,85%<br />

Director-a<br />

5,19%<br />

Maestro-a<br />

7,79%<br />

Docente<br />

16,25%<br />

Gráfico 4.57: Porcentajes <strong>de</strong> las palabras clave localizadas relativas a profesores.<br />

Palabras clave relativas a la figura <strong>de</strong>l profesor se han encontrado<br />

1040, entre las cuales <strong>de</strong>staca la alta cantidad <strong>de</strong> “profesor-a-ado” un 63´85%<br />

351


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

(f=664), y en el caso <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l alumno, se han encontrado 1496 palabras, entre<br />

las que <strong>de</strong>staca la proporción <strong>de</strong> “alumno-a-do” con un 15´04% (f=225), en ambos<br />

casos sobresalen con bastante diferencia sobre la siguiente.<br />

Para estudiar si los periódicos tienen preferencias especiales en el uso<br />

<strong>de</strong> estas palabras clave, vamos a estudiar como se distribuyen entre ellos (ver<br />

Gráficos 4.58, 4.59, 4.60, 4.61 y 4.62). En todos los periódicos sobresale el uso <strong>de</strong><br />

“profesor-a-ado”, seguido aunque <strong>de</strong> lejos <strong>de</strong>l empleo <strong>de</strong> “docente”. En el caso <strong>de</strong><br />

EL PAÍS, LA VANGUARDIA y el SUR, la palabra clave siguiente es “maestro-a”, en<br />

el ABC es “director-a”, mientras que en EL MUNDO es “catedrático-a”.<br />

Con respecto a los alumnos, en todos los periódicos sobresale el<br />

empleo <strong>de</strong> “alumno-a-ado”, con mucha diferencia <strong>de</strong> cantidad le sigue “estudiante”, y<br />

luego “escolar”, excepto en EL MUNDO que el tercer lugar lo ocupa “universitario-a”.<br />

La palabra clave “discente” no se ha aparecido en ninguno <strong>de</strong> estos periódicos a lo<br />

largo <strong>de</strong> todo el año, seguramente por ser un término poco popular y <strong>de</strong>masiado<br />

generalista.<br />

Todo esto <strong>de</strong>muestra que la mayoría <strong>de</strong> las referencias a profesores y<br />

alumnos se hacen con carácter general subrayando la condición social (“profesor-aado”,<br />

“docente”, “alumno-a-ado” o “estudiante”), que en el momento <strong>de</strong> inclinarse<br />

hacia un nivel educativo EL PAÍS, LA VANGUARDIA y SUR muestran mayor interés<br />

en los niveles primarios (“maestro-a” o “escolar”), que ABC <strong>de</strong>stacan los puestos <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l profesorado (“director”) y que EL MUNDO presta especial atención<br />

al nivel más alto <strong>de</strong> la enseñanza reglada (“catedrático-a” o “universitario-a”). Esto se<br />

traduce por el interés <strong>de</strong> cada grupo periodístico hacia los distintos niveles y<br />

categorías en el ámbito educativo; es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la elección <strong>de</strong> la palabra clave<br />

a emplear en cada documento sobre educación existe una intención implícita <strong>de</strong> la<br />

propia línea editorial <strong>de</strong> influir sobre la imagen <strong>de</strong> profesores y alumnos que tenemos<br />

los lectores.<br />

352


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Director-a<br />

Catedrático-a<br />

Profesor-a-ado<br />

Docente<br />

Maestro-a<br />

Discente<br />

Universitario-a<br />

Estudiante<br />

Alumno-a-ado<br />

Escolar<br />

Colegial-a<br />

Director-a<br />

Catedrático-a<br />

Profesor-a-ado<br />

Docente<br />

Maestro-a<br />

Discente<br />

Universitario-a<br />

Estudiante<br />

Alumno-a-ado<br />

Escolar<br />

Colegial-a<br />

Director-a<br />

Catedrático-a<br />

Profesor-a-ado<br />

Universitario-a<br />

Estudiante<br />

Alumno-a-ado<br />

Colegial-a<br />

0 20 40 60 80 100 120 140<br />

Gráfico 4.58: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en ABC.<br />

0 20 40 60 80 100 120 140 160 180<br />

Gráfico 4.59: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en EL MUNDO.<br />

Docente<br />

Maestro-a<br />

Discente<br />

Escolar<br />

0 50 100 150 200 250 300<br />

Gráfico 4.60: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en EL PAÍS.<br />

353


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Director-a<br />

Catedrático-a<br />

Profesor-a-ado<br />

Docente<br />

Maestro-a<br />

Discente<br />

Universitario-a<br />

Estudiante<br />

Alumno-a-ado<br />

Escolar<br />

Colegial-a<br />

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100<br />

Gráfico 4.61: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en LA VANGUARDIA.<br />

Director-a<br />

Catedrático-a<br />

Profesor-a-ado<br />

Docente<br />

Maestro-a<br />

Discente<br />

Universitario-a<br />

Estudiante<br />

Alumno-a-ado<br />

Escolar<br />

Colegial-a<br />

0 50 100 150 200 250<br />

Gráfico 4.62: Distribución <strong>de</strong> las palabras clave en SUR.<br />

4.2.2.TABULACIONES CRUZADAS<br />

Una vez obtenidas y analizadas las frecuencias <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las<br />

categorías, creemos conveniente cruzar aquellas que consi<strong>de</strong>ramos <strong>de</strong> interés con<br />

objeto <strong>de</strong> poner en relieve su inci<strong>de</strong>ncia. De este modo se elaboraron una serie <strong>de</strong><br />

tablas cruzadas que nos permitieron analizar las asociaciones y correlaciones entre<br />

dos o varias categorías.<br />

En primer lugar elaboramos una tabla para cruzar las secciones, las<br />

palabras clave sobre profesor y los cinco periódicos estudiados (véase Anexo 12),<br />

354


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

<strong>de</strong> la cual po<strong>de</strong>mos extraer las siguientes conclusiones: la palabra clave sobre<br />

profesor más empleada ha sido “profesor-a-ado” en la sección Sociedad <strong>de</strong>l<br />

periódico EL PAÍS, con 78 apariciones (ver Figura 4.8); el segundo lugar lo ocupa la<br />

misma palabra clave en la sección Local <strong>de</strong> <strong>Málaga</strong> <strong>de</strong>l periódico SUR, con 74<br />

apariciones; en tercer lugar encontramos la misma palabra clave en la sección<br />

regional <strong>de</strong> Andalucía <strong>de</strong>l periódico EL MUNDO, con 63 apariciones; el cuarto puesto<br />

con 55 apariciones <strong>de</strong> la misma palabra clave lo ocupa LA VANGUARDIA en su<br />

sección <strong>de</strong> Sociedad; y el quinto lugar es para las 41 apariciones <strong>de</strong> la misma<br />

palabra clave en la sección <strong>de</strong> Sociedad <strong>de</strong>l ABC. En los cinco periódicos la palabra<br />

“profesor-a-ado” se emplea para relatar algún fenómeno o suceso social, eligiendo la<br />

sección <strong>de</strong>l periódico en función <strong>de</strong> si es un acontecimiento <strong>de</strong> interés nacional,<br />

regional o local.<br />

Si observamos don<strong>de</strong> <strong>de</strong>staca el empleo <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las cinco<br />

palabras clave sobre profesores, vemos que “maestro-a” <strong>de</strong>staca en la sección<br />

Sociedad <strong>de</strong>l periódico EL PAÍS, que “docente” sobresale en las secciones <strong>de</strong><br />

Educación y Sociedad <strong>de</strong>l mismo periódico, que “profesor-a-ado” <strong>de</strong>staca –como ya<br />

dijimos antes- en la sección Sociedad <strong>de</strong> EL PAÍS, que “director-a” <strong>de</strong>staca en la<br />

sección Nacional <strong>de</strong>l ABC, y que la palabra clave “catedrático-a” se emplea <strong>de</strong> forma<br />

especial en la sección regional <strong>de</strong> Andalucía <strong>de</strong>l periódico EL MUNDO (ver Figura<br />

4.9).<br />

En general, vemos que la palabra clave “maestro-a” se emplea<br />

mayoritariamente en EL PAÍS y en el SUR, que “docente” y “profesor-a-ado”<br />

sobresale por su uso en EL PAÍS y en EL MUNDO, que con la palabra “catedráticoa”<br />

se invierte el or<strong>de</strong>n en EL MUNDO y en EL PAÍS, y que “director-a” se emplea<br />

más en EL PAÍS y en el ABC (ver Figura 4.10). Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos afirmar<br />

que ABC se suele interesar por los puestos <strong>de</strong> autoridad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la enseñanza,<br />

que EL MUNDO presta especial atención a la categoría más alta <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

profesorado, que el SUR subraya la importancia social <strong>de</strong>l magisterio, que EL PAÍS<br />

acostumbra a resaltar todas las cuestiones referidas a profesores y que, por el<br />

contrario, LA VANGUARDIA no suele<br />

355


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.8: Documento <strong>de</strong> EL PAÍS que emplea “profesora” y pertenece a la sección<br />

<strong>de</strong> Sociedad.<br />

356


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.9: Documento <strong>de</strong> EL MUNDO que emplea “catedrático” y pertenece a la<br />

sección Andalucía.<br />

357


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.10: Documento <strong>de</strong>l ABC que emplea la palabra “director”.<br />

358


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

resaltar temas referidos al profesorado en ninguna <strong>de</strong> sus categorías.<br />

Como conclusión al análisis <strong>de</strong> esta tabla subrayamos que la<br />

<strong>de</strong>nominación más centrada en los profesores <strong>de</strong> niveles <strong>de</strong> educación primaria,<br />

“maestro-a”, se reserva para temas <strong>de</strong> sucesos locales muy particulares o para<br />

cuestiones que resaltan el carácter entrañable <strong>de</strong> los primeros niveles <strong>de</strong> enseñanza<br />

(ver Figura 4.11). La palabra clave “docente” (ver Figura 4.12), que resulta ser la<br />

más generalista <strong>de</strong> esta profesión, se emplea para cuestiones específicas sobre el<br />

proceso educativo, para sucesos sociales <strong>de</strong> interés general o para cuestiones<br />

específicas <strong>de</strong> política educativa. En el caso <strong>de</strong> “profesor-a-ado” (ver Figura 4.8)<br />

suce<strong>de</strong> lo mismo, salvo que haciendo referencia concreta a las enseñanzas medias,<br />

como es la educación secundaria obligatoria, el bachillerato y los ciclos formativos,<br />

cuando no se especifica otro nivel. Para la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> profesor universitario,<br />

por lo general, se usa “catedrático-a” (ver Figura 4.9) y se concentra en secciones<br />

regionales <strong>de</strong> periódicos nacionales. Y, por último, “director-a” (ver Figura 4.10), que<br />

es la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong>l profesor como figura que representa la máxima autoridad en<br />

un centro <strong>de</strong> enseñanza, en sus escasas apariciones suele estar vinculada a<br />

sucesos o circunstancias <strong>de</strong> carácter social general. De todo esto también<br />

<strong>de</strong>ducimos que hay una fuerte ten<strong>de</strong>ncia a emplear la <strong>de</strong>nominación “profesor-aado”<br />

para la amplitud <strong>de</strong> la profesión en sus distintos niveles, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Profesor <strong>de</strong><br />

Educación Infantil hasta el Profesor Universitario (ver Figura 4.13); por cuanto para<br />

los sucesos sociales interesa la profesión a la que se hace referencia, y no tanto en<br />

el nivel o categoría que se ejerza dicha profesión. Al igual que J. Cabero y F.<br />

Loscertales (1998) concluimos que la prensa escrita trata <strong>de</strong> manera similar a los<br />

diferentes niveles <strong>de</strong> enseñanza que forman nuestro sistema educativo.<br />

En la siguiente tabla cruzamos las secciones, las palabras clave sobre<br />

alumno y los cinco periódicos estudiados (véase Anexo 13), con estos resultados:<br />

<strong>de</strong>staca el uso <strong>de</strong> la palabra clave “alumno-a-do” en los cinco periódicos estudiados,<br />

pero en distintas secciones, ABC y LA VANGUARDIA en Sociedad, en la sección<br />

regional <strong>de</strong> Andalucía EL MUNDO, en sección Educación <strong>de</strong>l periódico EL PAÍS y en<br />

Local lo hace SUR. El ABC es el único periódico en el que <strong>de</strong>staca en la misma<br />

359


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.11: Empleo <strong>de</strong> la palabra “maestros” para resaltar el carácter entrañable <strong>de</strong><br />

la enseñanza.<br />

360


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.12: Empleo <strong>de</strong> la palabra “docentes” para cuestiones específicas <strong>de</strong> política<br />

educativa.<br />

361


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.13: Empleo <strong>de</strong> la palabra “profesor” especificando el nivel <strong>de</strong> enseñanza.<br />

362


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

proporción otra palabra clave, “estudiante”, pero también en su sección <strong>de</strong> Sociedad.<br />

En líneas generales, observamos que la palabra “escolar” se emplea<br />

más en EL PAÍS y en ABC, que “alumno-a-ado” y “estudiante” don<strong>de</strong> más se<br />

emplean es en EL PAÍS y en el SUR, que la palabra clave “universitario-a” sobresale<br />

en EL PAÍS y en EL MUNDO, mientras que “colegial-a” se emplea <strong>de</strong> forma muy<br />

residual por lo que no <strong>de</strong>staca su uso en ningún periódico ni sección, y “discente” es<br />

una palabra cuya aparición fue totalmente nula. Por consiguiente, ABC atien<strong>de</strong><br />

fundamentalmente a la condición institucional <strong>de</strong>l alumno, el SUR <strong>de</strong>muestra interés<br />

por las cuestiones relativas al alumno en general, EL MUNDO se centra en el ámbito<br />

<strong>de</strong> estudios superiores (ver Figura 4.14), y <strong>de</strong> nuevo EL PAÍS y LA VANGUARDIA<br />

sobresalen por tratar en un buen número <strong>de</strong> ocasiones aspectos <strong>de</strong> alumnos <strong>de</strong><br />

todos los niveles, en el caso <strong>de</strong>l primero, o por no tratar <strong>de</strong> forma relevante ninguno<br />

<strong>de</strong> esos niveles, como es el caso <strong>de</strong>l segundo.<br />

Concluimos que las palabras clave sobre alumnos referidas a los<br />

niveles educativos inferiores, como es “escolar” (ver Figura 4.15) y “colegial-a” (ver<br />

Figura 4.16), son poco empleadas, reservándose esas pocas ocasiones para<br />

cuestiones regionales <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> periódicos <strong>de</strong> ámbito nacional o para secciones<br />

locales en periódicos <strong>de</strong> ámbito provincial. La <strong>de</strong>nominación “universitario-a” (ver<br />

Figura 4.14), exclusiva para el alumno en el escalón más alto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los niveles<br />

educativos oficiales, se usa en cuestiones regionales o nacionales, pero <strong>de</strong> interés<br />

social general, no sólo educativo. Destaca la aparición abundante <strong>de</strong> “estudiante”<br />

(ver Figura 4.17) y “alumno-a-ado” (ver Figura 4.18) como referencias generales a la<br />

figura <strong>de</strong>l alumno, por lo que se emplean tanto para cuestiones específicas sobre<br />

educación, como para temas <strong>de</strong> interés social en el ámbito nacional, regional o local.<br />

Sin embargo, la palabra “discente” queda totalmente <strong>de</strong>sterrada por no resultar<br />

relevante, usada, ni conocida el lenguaje popular. Al igual que en el caso <strong>de</strong> las<br />

palabras clave para profesor, <strong>de</strong>ducimos que al transmitir una información que<br />

implica a la figura <strong>de</strong>l alumno, importa su situación <strong>de</strong> “alumno-a-ado” frente a otra<br />

figura que actuara como “profesor-a-ado” en el proceso global <strong>de</strong> enseñanzaaprendizaje,<br />

o en otras ocasiones interesa subrayar la<br />

363


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.14: EL MUNDO muestra más preocupación por el ámbito universitario.<br />

364


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.15: Uso <strong>de</strong> la palabra “escolar” en la sección Local <strong>de</strong>l SUR.<br />

365


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.16: Uso <strong>de</strong> “colegiala” en ABC, para temas <strong>de</strong> guerra.<br />

366


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.17: Uso <strong>de</strong> la palabra “estudiantes” como referencia general a la figura <strong>de</strong>l<br />

alumno.<br />

367


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.18: Utilización <strong>de</strong> la palabra “alumnos” en EL MUNDO, para temas <strong>de</strong><br />

huelga.<br />

368


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

actividad que realiza sin importar ni en qué nivel ni frente a qué profesional, por eso<br />

se emplea “estudiante”.<br />

En tabla siguiente cruzamos los temas sobre profesores con las<br />

palabras clave sobre los mismos, en los cinco periódicos estudiados (Véase Anexo<br />

14), <strong>de</strong> ello <strong>de</strong>ducimos una serie <strong>de</strong> usos particulares. De un lado, la palabra<br />

“maestro-a” se emplea primordialmente en temas <strong>de</strong> maestría aplicado a diversas<br />

artes (ver Figura 4.19), <strong>de</strong>stacando que el ABC, EL MUNDO y EL PAÍS también la<br />

emplean bastante en temas <strong>de</strong> conflicto por sucesos sociales concretos. De otro<br />

lado, las palabras “docente”, “profesor-a-do” y “catedrático-a” se emplean<br />

fundamentalmente en temas <strong>de</strong> <strong>de</strong>spido por casos concretos que se sucedieron en<br />

ese tiempo, y en temas <strong>de</strong> política por los cambios legislativos que estaban<br />

discutiéndose; usándose “docente” también con frecuencia, en especial en EL<br />

MUNDO y EL PAÍS, para los temas <strong>de</strong> protesta que protagonizan estos<br />

profesionales. Y, por último, es preciso <strong>de</strong>stacar que la palabra “director-a”, es<br />

fundamentalmente empleada por el ABC para temas <strong>de</strong> disciplina porque precisan<br />

<strong>de</strong> cierta autoridad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la profesión, y por EL PAÍS para cuestiones <strong>de</strong> política<br />

por discusiones puntuales sobre cambios administrativos <strong>de</strong> esta figura <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

centro <strong>de</strong> enseñaza (ver Figura 4.20).<br />

Y, en la última tabulación cruzada que nos interesa, estudiamos las<br />

palabras clave sobre discentes empleadas en los temas sobre éstos en cada uno <strong>de</strong><br />

los periódicos analizados (Véase Anexo 15). En primer lugar es necesario <strong>de</strong>stacar<br />

que las escasas apariciones <strong>de</strong> la palabra “colegial-a” se ciñen a temas <strong>de</strong> guerra en<br />

el ABC (ver Figura 4.16) , EL PAÍS y LA VANGUARDIA, en una ocasión al <strong>de</strong><br />

transporte en el periódico SUR y en otra al <strong>de</strong> violencia en EL MUNDO. La palabra<br />

“escolar” se concentra en EL PAÍS y en el SUR en torno al tema <strong>de</strong> iniciativas (ver<br />

Figura 4.21).<br />

La palabra “alumno-a-ado” se reparte bastante por todos los periódicos,<br />

en especial se emplea en temas <strong>de</strong> política y <strong>de</strong> huelga en el caso <strong>de</strong> EL PAÍS, en<br />

369


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.19: Uso <strong>de</strong> la palabra “maestro-a” en temas <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong> la pintura.<br />

370


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.20: Uso <strong>de</strong> la palabra “director” por cambios administrativos en EL PAÍS.<br />

371


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.21: Empleo <strong>de</strong> “escolar” en EL PAÍS, para cuestiones <strong>de</strong> innovación<br />

educativa.<br />

372


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

temas <strong>de</strong> matrícula en el ABC y en el SUR, en temas <strong>de</strong> iniciativas en LA<br />

VANGUARDIA y en el SUR, y en temas <strong>de</strong> huelga en periódico EL MUNDO (ver<br />

Figura 4.18). La palabra “estudiante” se reserva fundamentalmente para temas <strong>de</strong><br />

huelga en EL PAÍS y EL MUNDO. Y,“universitario-a” es una palabra clave que sólo<br />

<strong>de</strong>staca por su uso en EL PAÍS para temas relacionados con la huelga.<br />

4.2.3.CONSTATACIÓN DE HIPÓ<strong>TESIS</strong><br />

Vamos a estudiar las conclusiones a qué llegamos respecto a cada una<br />

<strong>de</strong> nuestras hipótesis <strong>de</strong> partida:<br />

1ª. La publicación <strong>de</strong> textos periodísticos referentes a educación se<br />

concentra en los meses <strong>de</strong> inicio (septiembre y octubre) y final <strong>de</strong>l<br />

curso académico (mayo y junio).<br />

Esta hipótesis es rechazada, ya que en nuestro estudio hemos<br />

concluido que en los meses <strong>de</strong> Septiembre (12´6%), Octubre (9´8%), Noviembre<br />

(10´9%), Febrero (10´5%) y Abril (9´8%), es don<strong>de</strong> se concentra la mayoría <strong>de</strong> los<br />

textos encontrados sobre educación. En los dos primeros sí hay mayor publicación<br />

<strong>de</strong> estos documentos por el siempre novedoso inicio <strong>de</strong> curso, pero en los otros tres<br />

es la coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> diversos acontecimientos políticos y sociales relacionados con<br />

profesores o alumnos la que hace crecer el porcentaje <strong>de</strong> publicación <strong>de</strong> estos<br />

textos, superando incluso al mes <strong>de</strong> Mayo (7´3%) cuyo porcentaje no resulta<br />

relevante (ver Anexo 1).<br />

2ª. En los textos periodísticos aparece más frecuentemente una imagen<br />

negativa <strong>de</strong>l profesorado.<br />

Esta hipótesis queda aceptada, pues aunque en la mayoría (43´7%) <strong>de</strong><br />

los textos sobre profesores <strong>de</strong> la prensa escrita no se entra a valorar la imagen<br />

social <strong>de</strong> este profesional, sí es cierto que cuando se emiten valoraciones se suele<br />

transmitir una imagen negativa <strong>de</strong>l profesorado (22´4%), por encima <strong>de</strong> las<br />

valoraciones positivas (17´9%) o neutras (16%). Esto nos lleva a <strong>de</strong>ducir que los<br />

373


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

medios <strong>de</strong> comunicación tien<strong>de</strong>n a culpar y, por tanto, a <strong>de</strong>sprestigiar la figura <strong>de</strong>l<br />

profesor ante la opinión pública (ver Anexo 8).<br />

3ª. En los textos periodísticos aparece más frecuentemente una imagen<br />

positiva <strong>de</strong>l alumnado.<br />

Esta tercera hipótesis queda rechazada, pues cuando se emiten juicios<br />

respecto al alumnado se suelen realizar valoraciones mixtas (25´9%), <strong>de</strong>mostrando<br />

cierta ten<strong>de</strong>ncia a encubrir y proteger su imagen, seguramente por ganar el favor <strong>de</strong><br />

ese gran grupo <strong>de</strong> lectores que no pertenecen al gremio <strong>de</strong> la docencia y/o tienen<br />

hijos estudiando. Pero esto no quiere <strong>de</strong>cir que olvi<strong>de</strong>n por completo los aspectos<br />

positivos <strong>de</strong> los alumnos (11´8%), ni que se enfaticen en <strong>de</strong>masía las cuestiones<br />

negativas (14´2%). Lo más común, como sucedía con la figura <strong>de</strong>l profesor, es que<br />

la prensa escrita prefiera no expresar valoraciones sobre el alumnado (48´2%) (ver<br />

Anexo 8).<br />

4ª. La terminología empleada para la figura <strong>de</strong>l profesor y para la <strong>de</strong>l<br />

alumno trata <strong>de</strong> trasmitir la diferencia entre los distintos niveles<br />

académicos, en función <strong>de</strong> la etapa escolar <strong>de</strong> la que son protagonistas<br />

(infantil, primaria, secundaria o universidad).<br />

Esta hipótesis es aceptada puesto que se suelen emplear terminologías<br />

generalistas como “profesor-a-ado” (63´8%) o “docente” (16´2%), por cuanto para los<br />

sucesos sociales interesa la profesión a la que se hace referencia, y no tanto en el<br />

nivel o categoría en que se ejerza esa profesión. Pero, si por cualquier razón se<br />

preten<strong>de</strong> subrayar el nivel educativo que se trata, entonces se emplean las distintas<br />

terminologías existentes. Aquí nos encontramos con la excepción <strong>de</strong> la palabra<br />

“maestro-a” (7´8%), que también se suele emplear para expresar dominio y<br />

capacidad en algún arte u oficio distinto a la enseñanza. De la misma forma al<br />

transmitir una información que implica a la figura <strong>de</strong>l alumno, importa su situación <strong>de</strong><br />

“alumno-a-ado” (56´3%) frente a otra figura que actuara como “profesor-a-ado”<br />

(63´8%) en el proceso global <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje, o en otras ocasiones<br />

interesa subrayar la actividad que realiza sin importar ni en qué nivel ni frente a qué<br />

profesional, por eso se emplea “estudiante” (29´4%). Para ocasiones en las que se<br />

374


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

quiere enfatizar en qué nivel educativo se encuentran esos sujetos, entonces se<br />

emplean las otras terminologías según el caso, aunque no es lo corriente. Tanto en<br />

el caso <strong>de</strong> profesores como <strong>de</strong> alumnos, se observa que cada grupo periodístico, en<br />

las escasas ocasiones en que subrayan el nivel educativo, lo hacen por <strong>de</strong>mostrar<br />

cierto interés por ese nivel educativo en particular (ver Anexo 9).<br />

5ª. Las noticias referidas a educación son más sucesos o relatos <strong>de</strong><br />

acontecimientos que análisis sobre cuestiones educativas.<br />

La hipótesis tercera es aceptada pues el número <strong>de</strong> textos que se<br />

presentan en la sección <strong>de</strong> Educación representa un 21´1% sobre el total, tanto para<br />

las referencias a profesores como a alumnos, o a ambos, muy cercano <strong>de</strong>l número<br />

que se presenta en la sección regional <strong>de</strong> Andalucía con un 23´1%, pero superado<br />

en todos los casos por los textos que se agrupan en la sección <strong>de</strong> Sociedad, que<br />

concentra al 30´5% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> los textos recogidos. Si sumamos las frecuencias <strong>de</strong><br />

las secciones <strong>de</strong>dicadas casi en exclusiva a sucesos y acontecimientos (Andalucía,<br />

Barcelona, España, Internacional, <strong>Málaga</strong> y Sociedad), obtenemos la cantidad <strong>de</strong><br />

1427 textos (74´7%) referidos a educación en secciones no específicas (ver Anexo<br />

2).<br />

6ª. Los textos periodísticos referidos a profesores y/o alumnos suelen<br />

presentarse como noticias.<br />

Aceptamos la hipótesis por la cuál pronosticábamos que estos textos<br />

pertenecerían al género periodístico <strong>de</strong> la Noticia, que representa el 81´1% <strong>de</strong>l total<br />

<strong>de</strong> los géneros empleados en la muestra recogida (f=1910), seguido siempre <strong>de</strong><br />

lejos por el número <strong>de</strong> Reportajes que suponen el 13´5%. Esto nos lleva a afirmar<br />

que en los temas que hacen referencia a la imagen <strong>de</strong>l profesorado y/o <strong>de</strong>l<br />

alumnado se informa más que se opina.<br />

7ª. Los textos don<strong>de</strong> aparece la figura <strong>de</strong>l profesor y/o <strong>de</strong>l alumno no<br />

suelen presentarse en las portadas <strong>de</strong> los periódicos, no se acompañan<br />

<strong>de</strong> fotografías y gráficos, ni tampoco acostumbran a ocupar gran<strong>de</strong>s<br />

extensiones.<br />

375


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Con respecto a la hipótesis número cinco es preciso aceptarla, pero<br />

rechazando la referencia al escaso acompañamiento <strong>de</strong> fotografías. En nuestro<br />

estudio hemos concluido que los textos en los que se menciona la figura <strong>de</strong>l profesor<br />

y/o <strong>de</strong>l alumno no suelen aparecer en las portadas <strong>de</strong> los periódicos (7%) que se<br />

reservan para cuestiones que la editorial consi<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> mayor importancia, tampoco<br />

suelen ir acompañados <strong>de</strong> gráficos (7´4%) que permitan aclarar y conocer más<br />

<strong>de</strong>talles sobre la información transmitida, y las extensiones que ocupan los textos<br />

sobre educación han resultado ser <strong>de</strong> media página o inferior (75´8%). Pero sí<br />

hemos <strong>de</strong>tectado una frecuencia bastante elevada <strong>de</strong> textos acompañados <strong>de</strong><br />

fotografías (56´2%) con marcado carácter interpretativo sobre el contenido <strong>de</strong>l texto<br />

(ver Anexos 3, 4 y 5).<br />

8ª. Cada grupo periodístico, en función <strong>de</strong> su línea editorial, realiza un<br />

tratamiento diferente <strong>de</strong> los textos referidos a profesores y/o alumnos.<br />

La última hipótesis <strong>de</strong> la que partimos es aceptada por cuanto cada<br />

periódico tiene una manera peculiar <strong>de</strong> presentar los textos referentes a profesores<br />

y/o alumnos, pero en particular porque hay notables diferencias en la imagen que se<br />

preten<strong>de</strong> transmitir. Aunque se han admitido varias generalida<strong>de</strong>s en cuestiones<br />

formales como extensión, género periodístico, presentación, periodo <strong>de</strong> publicación,<br />

ubicación en el periódico...., existen notables diferencias en las secciones<br />

empleadas, en la imagen que se transmite <strong>de</strong> ambas figuras y en las temáticas<br />

tratadas, según el grupo periodístico concreto. Así en LA VANGUARDIA (65´7%) y<br />

ABC (33´4%) <strong>de</strong>staca el empleo <strong>de</strong> la sección Sociedad para colocar los textos<br />

sobre educación, SUR (59´6%) y EL MUNDO (49´6%) usan mayoritariamente las<br />

secciones regional –Andalucía- y local –<strong>Málaga</strong>- respectivamente, y EL PAÍS<br />

(35´1%) es el único periódico que emplea con una frecuencia relevante la sección <strong>de</strong><br />

Educación para situar estos textos. En lo que se refiere a la imagen que transmiten<br />

<strong>de</strong>l profesor cuando se realizan valoraciones, sólo SUR y LA VANGUARDIA<br />

transmiten en un porcentaje relevante una imagen positiva (28´8% y 23´2%); y sobre<br />

la imagen <strong>de</strong>l alumno todos los periódicos tien<strong>de</strong>n a no expresar valoraciones o a<br />

compensar aspectos negativos y positivos mostrando una imagen neutra, excepto<br />

SUR (17%) que expresa cierta ten<strong>de</strong>ncia hacia la transmisión <strong>de</strong> los aspectos<br />

376


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

positivos <strong>de</strong>l alumnado. Por último, EL PAÍS (22´3%) y LA VANGUARDIA (22´1%) y<br />

ABC (21´9%) <strong>de</strong>stacan las cuestiones <strong>de</strong> política que hacen referencia a los<br />

profesores, EL MUNDO (17´3% y 17´3%) trata <strong>de</strong> igual forma esas cuestiones <strong>de</strong><br />

política y las noticias referentes a <strong>de</strong>spidos <strong>de</strong> profesores, sin embargo el SUR<br />

(12´9%) opta por concentrar sus noticias en torno al tema <strong>de</strong> la disciplina; y sobre las<br />

temáticas <strong>de</strong> alumnos, SUR (17%) y LA VANGUARDIA (14%) <strong>de</strong>stacan las<br />

iniciativas educativas, mientras que los tres periódicos restantes prefieren subrayar<br />

las cuestiones relativas a las huelgas protagonizadas por alumnos (EL PAÍS con un<br />

22´6%, EL MUNDO con un 20% y ABC con un 18´6%) (ver Anexos 2, 7 y 8).<br />

4.3. ANÁLISIS DE LAS FOTOGRAFÍAS<br />

Durante el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> contenido hemos ido <strong>de</strong>scubriendo<br />

la importancia que tiene la información que se transmite con las fotografías e incluso<br />

<strong>de</strong> la influencia que ejercen sobre la comunicación verbal <strong>de</strong>l texto al que<br />

acompañan. Pues, como bien apunta E. Rodríguez Merchán (1993) en su tesis<br />

doctoral: La capacidad <strong>de</strong> la fotografía para simplificar los temas, su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

emocionar y conmocionar al lector y su funcionamiento basado en el choque<br />

sensorial primario e inmediato le confieren en su utilización informativa en la prensa<br />

un po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>smesurado (p.369).<br />

Por esta razón, vamos a analizar las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las fotografías<br />

que han sido elegidas por cada periódico, para acompañar a los textos que han<br />

formado la muestra <strong>de</strong> este estudio.<br />

El retoque o el manipulado <strong>de</strong>l negativo o <strong>de</strong> la copia antes <strong>de</strong><br />

publicarse, es obvio que queda fuera <strong>de</strong> nuestras posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> estudio ya que no<br />

po<strong>de</strong>mos remontarnos al momento previo al revelado <strong>de</strong> esos negativos, pero es<br />

importante tenerlo en cuenta. En general, los códigos para la organización <strong>de</strong>l<br />

contenido <strong>de</strong> la fotografía pue<strong>de</strong>n ser ópticos –que intervienen durante el acto<br />

fotográfico mismo-, <strong>de</strong> tratamiento –una vez que la fotografía se trabaja en el<br />

periódico- o <strong>de</strong> compaginación –al componer la página en la que se incluye-<br />

377


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

(Vilches, 1987); y <strong>de</strong> todos ellos vamos a analizar <strong>de</strong>terminados elementos, en<br />

concreto aquellos que nos interesan para conocer el uso <strong>de</strong> la fotografía en la<br />

imagen <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong>l alumno que se transmite.<br />

Las categorías que se han tenido en cuenta para analizar cada una <strong>de</strong><br />

las fotografías han sido diez:<br />

1. Importancia: portada/interior<br />

2. Mes <strong>de</strong> publicación: <strong>de</strong> septiembre 2001 a agosto 2002<br />

3. Localización: par/impar<br />

4. Eje vertical: superior/centrado/inferior<br />

5. Perspectividad: profundo/plano<br />

6. Contraste: constrastado/matizado/recortado<br />

7. Tamaño: gran<strong>de</strong>/medio/pequeño<br />

8. Función: acompaña/rompe<br />

9. Actores: persona/objeto/ambos<br />

10. Expresión:realidad/estereotipo/i<strong>de</strong>ntidad/ironía/continuidad/marginad<br />

a.<br />

En primer lugar, resaltar que la aparición <strong>de</strong> fotografías ha resultado<br />

significativa (f =1236, repartidas sobre un total <strong>de</strong> 1910 textos). En los cinco<br />

periódicos el uso <strong>de</strong> fotografías supera el 52% sobre el total <strong>de</strong> sus textos<br />

analizados (ver Tabla 4.3), es un porcentaje bastante alto <strong>de</strong>l cuál se <strong>de</strong>duce el<br />

elevado valor <strong>de</strong> las imágenes <strong>de</strong>l ámbito educativo, porque cuando un tema no es<br />

representado mediante imágenes pier<strong>de</strong> importancia y corre el riesgo <strong>de</strong> convertirse<br />

en algo menos relevante.<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA<br />

VANGUARDIA<br />

SUR<br />

FOTO 183 56´13% 189 52´65% 365 59´25% 159 75´71% 290 72´68%<br />

FOTO<br />

PORTADA<br />

8 2´45% 12 3´34% 16 2´60% 8 3´81% 6 1´5%<br />

Tabla 4.3: Aparición <strong>de</strong> fotografías por periódicos y en qué porcentaje<br />

<strong>de</strong> sus textos.<br />

Así pues, proporcionalmente al número <strong>de</strong> textos que <strong>de</strong>dican al<br />

profesorado y al alumnado, LA VANGUARDIA y el SUR son los dos periódicos que<br />

378


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

más suelen acompañarlos <strong>de</strong> fotografías. Ahora bien, consi<strong>de</strong>rando las 1236<br />

fotografías encontradas en total, la distribución por los cinco periódicos es: 191<br />

fotografías (15´5% <strong>de</strong>l total) en el ABC, 201 fotografías (16´3% <strong>de</strong>l total) en EL<br />

MUNDO, 381 fotografías (30´8% <strong>de</strong>l total) en EL PAÍS, 167 fotografías (13´5% <strong>de</strong>l<br />

total) en LA VANGUARDIA y 296 fotografías (23´9% <strong>de</strong>l total) en el SUR. Por lo cuál,<br />

es evi<strong>de</strong>nte que el uso <strong>de</strong> fotografías <strong>de</strong>staca en EL PAÍS, fundamentalmente por<br />

ser el periódico en el que se han encontrado mayor cantidad <strong>de</strong> textos. Por otro lado,<br />

en los cinco periódicos es irrelevante el uso <strong>de</strong> estas fotografías en portada, que<br />

daría mayor importancia a su publicación. De todas las fotografías, sólo el 4% se<br />

sitúa en portada, mientras que 96% restante se ubica en páginas interiores. La razón<br />

<strong>de</strong> que estas fotografías no aparezcan mucho en las portadas es porque los<br />

periódicos reservan ese “privilegio” para cuestiones <strong>de</strong> política o <strong>de</strong> alto nivel <strong>de</strong><br />

impacto. Con respecto a ese 4% situado en portada (ver Figura 4.22) es preciso<br />

señalar que son fotografías cargadas <strong>de</strong> fuerte expresividad, e incluso ironía, y<br />

siempre acompañando a alguna noticia <strong>de</strong> impacto, <strong>de</strong> actualidad y <strong>de</strong> interés social.<br />

Con respecto al mes <strong>de</strong> publicación <strong>de</strong> estas fotografías, referentes a temas <strong>de</strong><br />

profesores y/o alumnos, las frecuencias y porcentajes han sido los siguientes:<br />

Frecuencias Porcentajes<br />

ENERO 73 5´9<br />

FEBRERO 139 11´2<br />

MARZO 99 8´0<br />

ABRIL 118 9´5<br />

MAYO 77 6´2<br />

JUNIO 71 5´7<br />

JULIO 44 3´6<br />

AGOSTO 56 4´5<br />

SEPTIEMBRE 155 12´5<br />

OCTUBRE 114 9´2<br />

NOVIEMBRE 170 13´8<br />

DICIEMBRE 120 9´7<br />

Tabla 4.4: Distribución <strong>de</strong> las fotografías a lo largo <strong>de</strong>l año.<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar, <strong>de</strong>staca el uso <strong>de</strong> fotografías en los meses<br />

<strong>de</strong> principio <strong>de</strong> curso escolar en septiembre y octubre (ver Figura 4.23), el inicio <strong>de</strong><br />

379


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.22: Fuerte expresividad <strong>de</strong> una fotografía empleada en portada.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.23: Fotografía publicada en el mes <strong>de</strong> septiembre que representa lo típicas<br />

que son estas reuniones a principios <strong>de</strong> curso.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.24: Fotografía publicada en el mes <strong>de</strong> febrero que quiere mostrar la<br />

singularidad <strong>de</strong>l suceso.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

las clases en la universidad y discusiones en materia <strong>de</strong> política educativa, en<br />

noviembre, y <strong>de</strong> forma excepcional en el mes <strong>de</strong> febrero y abril (ver Figura 4.24) por<br />

acontecimientos sociales otros relevantes que hacen referencia a profesores o<br />

alumnos; siempre coincidiendo con la mayor publicación <strong>de</strong> textos, por lo cual<br />

po<strong>de</strong>mos afirmar que el número <strong>de</strong> fotografías publicadas aumentan<br />

proporcionalmente al número <strong>de</strong> textos, no suele guardar relación con el mes o<br />

periodo <strong>de</strong>l año, aunque en diciembre el porcentaje <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> fotografías<br />

(9´70%) es mayor al porcentaje <strong>de</strong> textos sobre educación que representa (8´80%).<br />

Por el contrario, los meses <strong>de</strong> julio y agosto son los <strong>de</strong> menor presencia <strong>de</strong><br />

fotografías referentes a profesores o alumnos, guardando relación con el número <strong>de</strong><br />

textos sobre educación que se publican en esos meses. Sí resulta relevante que no<br />

se tienda a resaltar los meses <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> curso con el uso <strong>de</strong> fotografías.<br />

Deducimos que las fotografías están más enfocadas a llamar la atención, que a<br />

mostrar la realidad que acontece, <strong>de</strong> ahí la excepción <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> diciembre en el<br />

que las noticias necesitan ser más llamativas para competir con otros muchos<br />

documentos informativos y publicitarios que reclaman la atención <strong>de</strong>l lector. El<br />

ejemplo <strong>de</strong> la Figura 4.23 muestra una fotografía <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> padres reunidos<br />

reivindicando mejoras en el transporte escolar, realidad muy común <strong>de</strong> los principios<br />

<strong>de</strong> curso. Y, el ejemplo <strong>de</strong> la Figura 4.24 es una fotografía que refleja la situación<br />

inusual y llamativa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>tención <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> estudiantes pacíficos y tranquilos,<br />

al menos en apariencia. En conclusión, es posible <strong>de</strong>cir que hay meses en los que<br />

las fotografías referentes a profesores o a alumnos son más empleadas que en<br />

otros, pero sucesos excepcionales provocan también su publicación en otras fechas.<br />

El tercer aspecto a analizar se relaciona directamente con la<br />

importancia que se le da a la publicación <strong>de</strong> la fotografía, y es su localización en<br />

página impar o par, siendo la página impar o página <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, una situación<br />

don<strong>de</strong> se le prestará mayor atención (Vilches, 1987). Es <strong>de</strong>cir,<br />

El material más impactante en términos visuales se coloca en la página<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> verse cuando se vuelve la página. La<br />

página <strong>de</strong> la izquierda se reserva para (...) informaciones <strong>de</strong> rutina <strong>de</strong>l<br />

exterior o <strong>de</strong> zonas que no cubre el periódico. (...). Los retratos <strong>de</strong><br />

383


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

medio cuerpo <strong>de</strong> una sola columna se utilizan para romper lo que si no<br />

configuraría un cuerpo gris gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> texto. (Keene, 1995, 195).<br />

Sobre la muestra <strong>de</strong> estudio, no encontramos preferencia hacia la<br />

publicación en página impar o par, aunque sí es cierto que el porcentaje que<br />

aparece en página par es levemente superior. Ninguna <strong>de</strong> las dos frecuencias<br />

resulta significativa, por consiguiente no es posible afirmar la ten<strong>de</strong>ncia a ser<br />

consi<strong>de</strong>radas fotografías relevantes, pero tampoco irrelevantes. En concreto la<br />

frecuencia <strong>de</strong> localización ha resultado: 553 en página impar (44´7%), y 683 en<br />

página par (55´3%), con un error típico <strong>de</strong> la media <strong>de</strong>l 0.057 y el 0.052<br />

respectivamente.<br />

En referencia a la situación <strong>de</strong> la fotografía en la página, que es el<br />

cuarto aspecto a analizar, las frecuencias encontradas según el eje vertical, son<br />

éstas:<br />

Frecuencias χ² Porcentajes<br />

SUPERIOR 876 0´044 70´9 %<br />

CENTRADO 251 0´093 20´3 %<br />

INFERIOR 109 0´128 8´8 %<br />

Tabla 4.5: Situación <strong>de</strong> las fotografías en la página <strong>de</strong>l periódico.<br />

Es significativa la preferencia por colocar las fotografías en la parte<br />

superior <strong>de</strong> la página, lo cual viene a <strong>de</strong>cir que cuando se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> por añadir una<br />

fotografía a un documento sobre profesores o alumnos, es por el impacto que ésta<br />

va a tener sobre el lector, así pues es lógica la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> situarla en la mitad<br />

superior sobre la que se concentra más la atención visual.<br />

En la parte superior se colocan fotografías que acompañan porque<br />

muestran una imagen que aporta cierta información que se reforzará con el texto<br />

(ver Figura 4.25). En la zona central se sitúan aquellas fotografías que preten<strong>de</strong><br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.25: Colocación superior <strong>de</strong> la fotografía en la página.<br />

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Figura 4.26: Colocación centrada <strong>de</strong> la fotografía en la página.<br />

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Figura 4.27: Colocación inferior <strong>de</strong> la fotografía en la página.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

romper la monotonía <strong>de</strong>l texto con alguna imagen llamativa o simplemente<br />

reafirmando algo <strong>de</strong> lo que se dice en el texto (ver Figura 4.26). Y, en la parte inferior<br />

se ubican las fotografías más pequeñas, que acompañan al texto pero sin<br />

significación especial para su lectura (ver Figura 4.27).<br />

Viendo estos resultados (ver Tabla 4.6), es evi<strong>de</strong>nte que estas<br />

fotografías tien<strong>de</strong>n a situarse en la mitad superior <strong>de</strong> la página, seguramente –como<br />

dice Vilches (1987)- porque así se hace más hincapié en el contenido visual que<br />

poseen. Excepto en LA VANGUARDIA, es mayor el número <strong>de</strong> fotografías situadas<br />

en la parte superior <strong>de</strong> una página par, <strong>de</strong>mostrando así que, a pesar <strong>de</strong> no<br />

consi<strong>de</strong>rar que sea un texto sobre el que importe <strong>de</strong>masiado centrar la atención <strong>de</strong>l<br />

lector, y por eso se coloca en página par, sin embargo sí se resalta el contenido que<br />

transmite la fotografía que lo acompaña y <strong>de</strong> ahí que se sitúe en la mitad superior <strong>de</strong><br />

la página. En LA VANGUARDIA si se centra la atención <strong>de</strong>l lector sobre estos textos<br />

y sus fotografías, colocándolos en su mayoría en la mitad superior <strong>de</strong> una página<br />

impar.<br />

LOCALIZACIÓN<br />

IMPAR PAR<br />

EJE VERTICAL EJE VERTICAL<br />

SUPERIO CENTRAD INFERIO SUPERIO CENTRAD INFERIO<br />

R<br />

O<br />

R<br />

R<br />

O<br />

R<br />

ABC 68 17 5 73 18 10<br />

EL MUNDO 63 20 7 83 16 12<br />

EL PAÍS 122 22 18 173 30 16<br />

LA<br />

VANGUARDIA<br />

64 18 11 60 9 5<br />

SUR 76 33 9 94 68 16<br />

Tabla 4.6: Cruce por periódicos, entre la página don<strong>de</strong> se sitúa y su<br />

colocación en ella.<br />

El quinto factor que vamos a analizar en cada fotografía es la<br />

perspectiva. Para que el lector se sienta más próximo a la imagen reflejada en la<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.28: Fotografía con enfoque profundo.<br />

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Figura 4.29: Fotografía con enfoque plano.<br />

390


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.30: En la fotografía superior se emplea el contraste y en la inferior el<br />

matizado.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.31: Entre las gráficas se incluyen dos fotografías recortadas.<br />

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fotografía, se emplean en un 66´6´% (f =823) los enfoques planos, frente a un 33´4%<br />

(f =413) <strong>de</strong> enfoque profundo, que se caracteriza por el alejamiento, la indiferencia y<br />

la infravaloración. Así pues, resulta significativa la perspectiva plana (χ²=0´046),<br />

frente a la perspectiva profunda (χ²=0´071).<br />

En la Figura 4.28 vemos una fotografía con enfocado profundo que se<br />

emplea porque interesa transmitir la magnitud <strong>de</strong> la concentración, mientras que en<br />

el Figura 4.29 tenemos una fotografía en la que se usa un enfoque plano porque lo<br />

que importa es la i<strong>de</strong>ntificación fácil <strong>de</strong> los protagonistas <strong>de</strong> la noticia.<br />

Estos mismos argumentos nos explican el análisis <strong>de</strong>l sexto factor que<br />

es el nivel <strong>de</strong> contraste empleado, porque se tien<strong>de</strong> a emplear la técnica <strong>de</strong>l<br />

contraste que ofrece mayor <strong>de</strong>finición, acercamiento y valoración, con un 71´0% (f<br />

=878; χ²=0´044) que resulta significativa, frente al 28´6% (f =353; χ²=0´078) <strong>de</strong>l<br />

matizado (ver Figura 4.30). La técnica <strong>de</strong>l recortado sólo se emplea en un 0´4% <strong>de</strong><br />

los casos (f =5; χ²=0´735) puesto que para estas temáticas no es muy apropiada la<br />

<strong>de</strong>scontextualización que produce (ver Figura 4.31).<br />

En general, encontramos que las técnicas <strong>de</strong>l contraste y el recortado<br />

se usan para enfoques planos, mientras que el matizado es una técnica apropiada<br />

para los enfoques profundos. La combinación más empleada en los cinco periódicos<br />

(ver Tabla 4.7) es el contraste en enfoques planos.<br />

CONTRASTADO<br />

MATIZADO<br />

RECORTADO<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR<br />

PROFUNDO 15 17 57 18 61<br />

PLANO 105 141 232 100 132<br />

PROFUNDO 57 30 61 32 65<br />

PLANO 14 10 31 17 36<br />

PROFUNDO 0 0 0 0 0<br />

PLANO 0 3 0 0 2<br />

Tabla 4.7: Cruce <strong>de</strong> técnicas y enfoques, por periódicos.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En lo que respecta al tamaño en que se presentan estas fotografías,<br />

que supone el séptimo aspecto a analizar, hemos observado que el tamaño medio<br />

resulta ser significativamente el más empleado, expresando también que se les<br />

otorga una importancia “media”, tal y como reflejan estos resultados:<br />

Frecuencias χ² Porcentajes<br />

GRANDE 184 0´095 14´9 %<br />

MEDIO 625 0´050 50´6 %<br />

PEQUEÑO 427 0´074 34´5 %<br />

Tabla 4.8: Tamaño <strong>de</strong> las fotografías.<br />

Las fotografías más gran<strong>de</strong>s reflejan una realidad escandalosa e<br />

inusual, o una fuerte carga <strong>de</strong> ironía (ver Figura 4.32); las fotografías <strong>de</strong> tamaño<br />

medio suelen mostrar imágenes más comunes <strong>de</strong> una realidad concreta, bien sea<br />

actual o sacada <strong>de</strong> archivo (ver Figura 4.33); y las fotografías más pequeñas se<br />

reservan casi en exclusiva para mostrar la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> ciertas personas o lugares<br />

(ver Figura 4.34).<br />

Atendiendo a la función que ejercen estas fotografías, po<strong>de</strong>mos<br />

distinguir un 62´9 % (f =777; χ²=0´049) que acompaña al texto con el fin <strong>de</strong><br />

contextualizar o aclarar la información (ver Figura 4.35); <strong>de</strong>l 37´1 % (f =459;<br />

χ²=0´061) cuya misión es romper la imagen gris <strong>de</strong> un texto espeso y largo, para<br />

amenizar la lectura (ver Figura 4.36). Suele clasificarse como una fotografía que<br />

acompaña a un texto, cuando sólo tiene por encima el titular y parte <strong>de</strong> texto por un<br />

lado; mientras que se dice una fotografía rompe el texto cuando por arriba, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong>l titular, hay entradilla, y tiene texto ro<strong>de</strong>ándola por otros dos lados. Así pues,<br />

resulta significativa la función <strong>de</strong> acompañar sobre la función <strong>de</strong> romper el texto.<br />

Si miramos el contenido <strong>de</strong> las fotografías, po<strong>de</strong>mos estudiar el noveno elemento,<br />

que son los actores que protagonizan los acontecimientos que se reflejan en las<br />

imágenes o también llamados “actantes” 9 . En otros estudios es enriquecedor<br />

dividirlos en personas, animales o cosas, o vivientes y no vivientes; pero en nuestro<br />

análisis no hemos encontrado ninguna referencia visual <strong>de</strong> animales por lo que nos<br />

9 Término empleado por L. Vilches (1993) Teoría <strong>de</strong> la imagen periodística. Piados, Barcelona, pp.214-215.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.32: Empleo <strong>de</strong> fotografía <strong>de</strong> tamaño gran<strong>de</strong>.<br />

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Figura 4.33: Empleo <strong>de</strong> fotografía <strong>de</strong> tamaño medio.<br />

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Figura 4.34: Empleo <strong>de</strong> fotografía <strong>de</strong> tamaño pequeño.<br />

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Figura 4.35: La fotografía acompaña al texto.<br />

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Figura 4.36: La fotografía rompe el texto.<br />

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interesa la división: persona, objeto o ambos. Según esta división, los actores<br />

protagonistas <strong>de</strong> las fotografías encontradas se distribuyen <strong>de</strong> esta manera:<br />

Frecuencias χ² Porcentajes<br />

PERSONA 643 0´054 52´0 %<br />

OBJETO 38 0´220 3´1 %<br />

AMBOS 555 0´057 44´9 %<br />

Tabla 4.9: Protagonistas o “actantes” <strong>de</strong> las fotografías.<br />

Entre periódicos (ver Tabla 4.10) no existen diferencias significativas,<br />

todos tien<strong>de</strong>n a emplear las fotografías para reflejar personas, pero en dos <strong>de</strong> ellos,<br />

EL PAÍS y el SUR, suelen emplear en un porcentaje mayor la combinación<br />

“persona+objeto”, que personas solas, mientras que en los otros tres periódicos se<br />

reflejan en más ocasiones a las personas solas que acompañadas <strong>de</strong> objetos.<br />

ACTANTES<br />

ABC<br />

EL<br />

MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR<br />

PERSONA 123 120 185 94 121<br />

OBJETO 4 4 6 10 14<br />

AMBOS 64 77 190 63 161<br />

Tabla 4.10: Protagonistas o “actantes” <strong>de</strong> las fotografías por periódicos.<br />

Para las i<strong>de</strong>ntificaciones aparecen personas, y en algunas ocasiones<br />

acompañadas <strong>de</strong> objetos que los <strong>de</strong>finan mejor (ver Figura 4.37). Los objetos<br />

aparecen solos en pocas ocasiones porque el proceso educativo está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las<br />

ciencias humanas, don<strong>de</strong> los objetos por sí solos tienen poco protagonismo (ver<br />

Figura 4.38) sin embargo, la combinación “personas+objetos” es ampliamente<br />

utilizada para mostrar la realidad <strong>de</strong> los profesores, alumnos o la relación entre<br />

ambos (ver Figura 4.39). No obstante, ninguno <strong>de</strong> los tres resultados resulta<br />

estadísticamente significativo.<br />

El último aspecto que hemos analizado en estas fotografías ha sido la<br />

expresión. Es <strong>de</strong> especial importancia analizar qué se quiere expresar con cada<br />

fotografía, la intencionalidad <strong>de</strong>l fotógrafo queda fuera <strong>de</strong>l alcance <strong>de</strong> un estudio <strong>de</strong><br />

400


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.37: Fotografía que refleja personas.<br />

401


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.38: Fotografía que refleja objetos.<br />

402


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.39: Fotografía que reflejan personas y objetos.<br />

403


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

este estilo, pero la expresión que aporta al documento sí es posible analizarla. En<br />

concreto una fotografía pue<strong>de</strong> expresar la realidad y la actualidad cuando se relata<br />

un suceso, que en este estudio ha resultado ser el 19´7 % (f =243). También pue<strong>de</strong><br />

transmitir un estereotipo con relación al tema tratado, reduciendo la capacidad<br />

interpretativa y promocionando lo rutinario, siendo un 17´1 % (f =211) los<br />

encontrados aquí; ante estos estereotipos, para interpretar la imagen <strong>de</strong>be<br />

conocerse esa realidad y sus códigos. La i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> personas es otra <strong>de</strong> sus<br />

formas <strong>de</strong> expresión y en concreto la más empleada, en un 34´2 % (f =423). La<br />

ironía que motive y llame la atención <strong>de</strong>l lector es una forma <strong>de</strong> expresión más, que<br />

ha representado el 21´4 % (f =264). Las fotografías pue<strong>de</strong>n expresar continuidad<br />

cuando hay dos o más seguidas representado secuencias <strong>de</strong> una misma realidad,<br />

expresión poco empleada, sólo en un 6´7 % (f =83) <strong>de</strong> las fotografías analizadas; en<br />

opinión <strong>de</strong> M. Keene (1995) son fotografías que cuentan historias (p.196). Y, por<br />

último, también po<strong>de</strong>mos encontrar la imagen marginada que correspon<strong>de</strong> al reflejo<br />

<strong>de</strong> una persona pero sin i<strong>de</strong>ntificarla, que no es un caso propio en temas <strong>de</strong><br />

docencia, sólo aparece en un 1´0 % (f =12). No obstante, ninguna <strong>de</strong> las frecuencias<br />

<strong>de</strong> estas expresiones resultó significativa sobre el resto (todas obtienen χ²>0´050).<br />

En ABC, EL MUNDO y EL PÁÍS, <strong>de</strong>staca la aparición <strong>de</strong> fotografías<br />

que expresan i<strong>de</strong>ntidad, mientras que en LA VANGUARDIA y en el SUR el número<br />

que expresa i<strong>de</strong>ntidad está muy próximo a la cantidad que expresa ironía,<br />

seguramente porque al ser los dos periódicos <strong>de</strong> audiencia más reducida tienen la<br />

ventaja <strong>de</strong> conocer el tipo <strong>de</strong> ironía que será bien aceptada y fácilmente<br />

comprendida por sus lectores (ver Tabla 4.11).<br />

EXPRESIÓN<br />

EL EL<br />

LA<br />

ABC MUNDO PAÍS VANGUARDIA SUR<br />

REALIDAD 41 41 86 27 48<br />

ESTEREOTIPO 33 14 60 35 69<br />

IDENTIDAD 82 89 134 46 72<br />

IRONÍA 18 38 85 53 70<br />

CONTINUIDAD 13 15 13 5 37<br />

MARGINADA 4 4 3 1 0<br />

Tabla 4.11: Recuento <strong>de</strong> las expresiones aparecidas por periódicos.<br />

404


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.40: Fotografía que expresa realidad.<br />

405


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.41: Fotografía que refleja estereotipo.<br />

406


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.42: Fotografía que expresa i<strong>de</strong>ntidad.<br />

407


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.43: Fotografía que refleja ironía.<br />

408


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En la Figura 4.40 vemos una imagen actual <strong>de</strong>l suceso <strong>de</strong>l que se<br />

informa, por lo tanto expresa la realidad <strong>de</strong> ese acto <strong>de</strong> protesta <strong>de</strong> padres y<br />

alumnos sujetando una pancarta que especifica sus reivindicaciones. En la Figura<br />

4.41 tenemos el estereotipo <strong>de</strong> una profesora en su clase, porque el documento al<br />

que acompaña relata las relaciones que sostienen los directores en general, y no un<br />

hecho o acontecimiento en particular.<br />

En la Figura 4.42 observamos una fotografía que <strong>de</strong>muestra la<br />

i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> dos personajes muy conocidos, uno <strong>de</strong> la política y otro <strong>de</strong> la esfera<br />

religiosa <strong>de</strong> nuestro país, cuando se está tratando una polémica sobre profesores<br />

que afecta a ambos sectores. En la Figura 4.43 presentamos una imagen cargada<br />

<strong>de</strong> ironía que muestra, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los atentados <strong>de</strong> Estados Unidos, a varias<br />

estudiantes árabes con la ban<strong>de</strong>ra americana <strong>de</strong> fondo, preten<strong>de</strong> resaltar el choque<br />

entre el valor <strong>de</strong>l patriotismo y amor a la ban<strong>de</strong>ra, y el <strong>de</strong>recho a la educación <strong>de</strong><br />

todos los alumnos, pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> enfrentar sentimientos, también subraya el<br />

distanciamiento entre culturas.<br />

En la Figura 4.44 exponemos dos fotografías que reflejan la continuidad<br />

<strong>de</strong> hechos recogiendo dos momentos distintos <strong>de</strong> la misma manifestación, primero<br />

estudiantes caminando por la calle portando sus pancartas y luego ya en la carretera<br />

sentados con la pancarta más gran<strong>de</strong> en el suelo. Y, en la Figura 4.45 vemos una<br />

fotografía que presenta la imagen marginada –con el rostro nublado- <strong>de</strong> una<br />

estudiante marroquí menor <strong>de</strong> edad, subrayando ese marginado al presentar los<br />

rostros <strong>de</strong> los adultos que la acompañan.<br />

Hemos <strong>de</strong> tener claro que una misma imagen posee distintas<br />

expresiones que se <strong>de</strong>limitarán con el texto al que acompaña, así por ejemplo: la<br />

fotografía <strong>de</strong> la Figura 4.40 podría expresar estereotipo si el documento tratase el<br />

tema <strong>de</strong> las manifestaciones en general; la Figura 4.41 podría expresar i<strong>de</strong>ntidad si<br />

el texto tratara <strong>de</strong> esa profesora en particular; la Figura 4.42 expresaría ironía si<br />

estuviéramos tratando el mal entendimiento entre política y religión; la Figura 4.43<br />

sería un estereotipo si no hubieran sucedido los atentados y se estuviera tratando el<br />

tema <strong>de</strong> la inmigración en las escuelas <strong>de</strong> Estados Unidos; las fotografías <strong>de</strong> la<br />

409


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.44: Fotografías que expresan continuidad.<br />

410


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.45: Fotografía marginada.<br />

411


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Figura 4.44 expresarían realidad si el texto no relatara ese mismo suceso; y la Figura<br />

4.45 podría expresar estereotipo si el texto versara sobre las niñas inmigrantes en<br />

global.<br />

A<strong>de</strong>más, en todas las fotografías analizadas, a excepción <strong>de</strong> las que<br />

expresan i<strong>de</strong>ntidad, se pue<strong>de</strong> señalar un alto nivel <strong>de</strong> significado polisémico que, por<br />

supuesto, comporta gran variedad <strong>de</strong> interpretaciones según el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el que se realice su lectura. A este respecto es preciso afirmar lo siguiente:<br />

La polisemia <strong>de</strong> la imagen fotográfica permite no sólo que su lectura<br />

signifique dos cosas distintas para dos lectores distintos situados en<br />

diferente contexto cultural o político, sino que también su significado<br />

pueda ser completamente alterado gracias al comentario verbal. (...). La<br />

polisemia <strong>de</strong> la imagen, según ..., engendra cierto temor por la<br />

incertidumbre <strong>de</strong> sentido y por la ausencia <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> referencia<br />

sólidos. (Rodríguez Merchán, 1993, 365).<br />

En último lugar, vamos a estudiar si las fotografías que <strong>de</strong>muestran estas<br />

expresiones se presentan siempre en los mismos tamaños o no, y si hay diferencias<br />

entre los cinco periódicos (ver Tabla 4.12). En todos los periódicos la mayoría <strong>de</strong> las<br />

fotografías que expresan realidad se presentan en un tamaño medio. Los<br />

estereotipos se tratan <strong>de</strong> forma distinta, EL MUNDO prefiere a presentarlos en<br />

tamaño pequeño, ABC y LA VANGUARDIA reparten sus mayorías entre el tamaño<br />

medio y pequeño, mientras que EL PAÍS y el SUR tien<strong>de</strong>n a presentar estereotipos<br />

<strong>de</strong> tamaño medio. En cuanto a la expresión <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad ABC y el SUR prefieren<br />

usar fotografías pequeñas, LA VANGUARDIA reparte sus preferencias entre tamaño<br />

medio y pequeño, y los otros dos periódicos tien<strong>de</strong>n en la mayoría <strong>de</strong> los casos a<br />

emplear fotografías medianas. Las fotografías que expresan ironía se emplean<br />

fundamentalmente <strong>de</strong> tamaño medio, excepto en el ABC que las pocas fotografías<br />

que aparecen <strong>de</strong> este estilo se reparten bastante equitativamente entre los tres<br />

tamaños. Respecto a la expresión <strong>de</strong> continuidad lo usual es emplear una en<br />

tamaño gran<strong>de</strong> o medio, la que le sigue en tamaño medio o pequeño si son varias.<br />

Y, para la expresión marginada en sus escasas apariciones se emplea una<br />

fotografía <strong>de</strong> tamaño medio.<br />

412


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

EL<br />

LA<br />

EXPRESIÓN-TAMAÑO ABC MUNDO EL PAÍS VANGUARDIA SUR<br />

REALIDAD GRANDE 4 7 17 7 5<br />

MEDIO 22 25 59 12 28<br />

PEQUEÑO 15 9 10 8 15<br />

ESTEREOTIPO GRANDE 4 3 7 7 13<br />

MEDIO 15 2 45 14 33<br />

PEQUEÑO 14 9 8 14 23<br />

IDENTIDAD GRANDE 5 2 12 1 5<br />

MEDIO 25 54 70 23 24<br />

PEQUENO 52 33 52 22 43<br />

IRONÍA<br />

GRANDE 5 8 24 17 15<br />

MEDIO 7 23 56 26 30<br />

PEQUENO 6 7 5 10 25<br />

CONTINUIDAD GRANDE 4 0 3 1 8<br />

MEDIO 7 9 2 1 2<br />

PEQUEÑO 2 6 8 3 27<br />

MARGINADA GRANDE 0 0 0 0 0<br />

MEDIO 3 4 3 1 0<br />

PEQUEÑO 1 0 0 0 0<br />

Tabla 4.12: Cruce entre la expresión y tamaño empleado en las fotografías por<br />

periódicos.<br />

En conclusión, es posible afirmar que las fotografías relativas al<br />

profesorado y/o alumnado son bastante empleadas y, aunque no se les coloque en<br />

las páginas que más llaman la atención, sí que se sitúan en la zona más llamativa <strong>de</strong><br />

la página –la mitad superior-. La mayor o menor publicación <strong>de</strong> estas fotografías va<br />

en función <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> textos que surjan sobre cuestiones relacionadas con los<br />

protagonistas <strong>de</strong> la enseñanza, sin preferencias por periodos concretos <strong>de</strong>l año. Por<br />

su casi generalizado tamaño medio, <strong>de</strong>ducimos que también se le conce<strong>de</strong> una<br />

relevancia social media. El empleo mayoritario <strong>de</strong>l enfoque plano y contrastado<br />

supone un intento por acercar e interesar al lector hacia las cuestiones tratadas. En<br />

referencia a la función que ejercen estas fotografías, es <strong>de</strong>stacado su uso para<br />

413


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

acompañar, en primer lugar porque aportan significado al texto y en segundo lugar<br />

porque no suelen ser documentos tan amplios que requieran <strong>de</strong> una imagen para<br />

romper la monotonía <strong>de</strong> la página. Por otro lado, observamos que por lo general se<br />

reflejan personas y en muchas ocasiones acompañadas <strong>de</strong> objetos significativos,<br />

mientras que los objetos solos no aportan mucho a estos textos. Y, por último, con<br />

respecto a lo que expresan estas fotografías es preciso <strong>de</strong>stacar que la gran<br />

mayoría refleja la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> algún personaje o personajes <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> la<br />

política, y en ocasiones el protagonista <strong>de</strong> algún suceso social muy llamativo. Las<br />

formas <strong>de</strong> expresión que son más empleadas en segundo y tercer lugar son la ironía<br />

y la realidad, según si se hace reivindicación <strong>de</strong>l hecho o se hace crítica <strong>de</strong> él. Es<br />

importante comentar que los estereotipos no son tan empleados como pensábamos,<br />

porque se preten<strong>de</strong> acercar al lector hacia una opinión más crítica <strong>de</strong> la realidad,<br />

bien sea objetiva o subjetivamente, es <strong>de</strong>cir, mostrando la realidad con una imagen<br />

bastante aséptica o, por el contrario, recogiendo una imagen que lleve implícita<br />

valoraciones al respecto. Sí se concluye que la imagen neutra <strong>de</strong>l alumnado –en<br />

ocasiones positiva, en ocasiones negativa- es la más empleada, frente a una imagen<br />

más bien indiferente –casi inexistente- <strong>de</strong>l profesorado, porque aparece poco y en<br />

actitu<strong>de</strong>s muy simples o comunes. Así pues, no se suele subrayar la importante<br />

labor social que cumplen los profesores, con lo cual su figura va perdiendo<br />

relevancia y con ella también pier<strong>de</strong> prestigio <strong>de</strong> cara al resto <strong>de</strong> la comunidad.<br />

414


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

TERCERA PARTE<br />

CONCLUSIONES<br />

415


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

5. RECOPILACIÓN SOBRE LAS<br />

INVESTIGACIONES PREVIAS<br />

El primero y tal vez más alto precio que ha<br />

habido que pagar por el progreso es, sin<br />

duda, el presente (Rafael Sánchez Ferlosio,<br />

1927--).<br />

Del estudio <strong>de</strong> las investigaciones previas contenidas en la bibliografía<br />

sobre la imagen social <strong>de</strong> la profesión docente hemos extractado la siguiente serie<br />

<strong>de</strong> conclusiones:<br />

La pérdida <strong>de</strong> la valoración social <strong>de</strong> la profesión docente. Con<br />

respecto a la figura <strong>de</strong>l profesor –según las teorías <strong>de</strong> A. Hargreaves (1996) y Ch.<br />

Wanjiru (1995) que se explican en el apartado 1.1.1., p.32- <strong>de</strong>ducimos que en el<br />

enfrentamiento <strong>de</strong> éste con la postmo<strong>de</strong>rnidad, en la imagen social <strong>de</strong> la docencia<br />

<strong>de</strong>stacan las siguientes situaciones conflictivas: la ampliación <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l profesor, la<br />

sobrecarga <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s, el <strong>de</strong>rrumbe <strong>de</strong> las metas educativas tradicionales<br />

y la crítica constante a los métodos y estrategias que se utilizan. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> todos<br />

estos conflictos, el profesor se encuentra con el grave problema <strong>de</strong> tener que luchar<br />

por no per<strong>de</strong>r la consi<strong>de</strong>ración social <strong>de</strong> “profesión”, puesto que una profesión sin un<br />

alto nivel <strong>de</strong> especialización y cualificación, como es el caso <strong>de</strong> la docencia, en<br />

416


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

cuanto <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tener un significado social pier<strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> “profesión” para<br />

pasar a ser “arte”.<br />

La burocratización <strong>de</strong>l trabajo docente. Otra circunstancia que pue<strong>de</strong><br />

haber influido notablemente en el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesor ha sido la<br />

burocratización <strong>de</strong> su trabajo, puesto que le ha llevado a sufrir un continuo proceso<br />

<strong>de</strong> supervisión, evaluación y control. Distinguiendo cinco tipos <strong>de</strong> control: control<br />

político, control legal, control <strong>de</strong>l mercado, control burocrático y control profesional –<br />

como vimos en la referencia a C. Marcelo (1994) en el apartado 1.1.1, p.33-.<br />

Una formación inapropiada. Por otra parte, el gran problema <strong>de</strong> que los<br />

métodos <strong>de</strong> enseñanza no se vayan actualizando conforme avanza la tecnología y la<br />

sociedad en general, se <strong>de</strong>be fundamentalmente al hecho <strong>de</strong> que ni la formación<br />

inicial ni la permanente preparan en el manejo <strong>de</strong> nuevos métodos –tal y como<br />

explicamos en el apartado 1.1.2., p.36 y 39-. A<strong>de</strong>más, se requiere adoptar un<br />

mo<strong>de</strong>lo reflexivo y artístico <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> profesores que los prepare para trabajar<br />

en las situaciones divergentes <strong>de</strong> la práctica educativa, aceptando que no existe un<br />

conocimiento y una solución específica para cada problema.<br />

Errores en la selección <strong>de</strong>l profesorado <strong>de</strong> secundaria. También es<br />

preciso subrayar la precaria formación psicopedagógica que reciben los profesores<br />

<strong>de</strong> Secundaria, profesionales a los que cada vez se les confía la educación <strong>de</strong><br />

alumnos <strong>de</strong> menor edad. No obstante, quizás el problema venga <strong>de</strong> cómo son<br />

seleccionados esos profesores <strong>de</strong> Educación Secundaria. En general, -según las<br />

teorías <strong>de</strong> R. Porlán y A. Rivero (1998) que se citan en el apartado 1.1.2., pp.53-54es<br />

preciso intervenir sobre la formación <strong>de</strong> los profesores, buscando equilibrio entre<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l saber académico, <strong>de</strong>l saber tecnológico y <strong>de</strong>l saber fenomenológico<br />

a la vez.<br />

Proletarización <strong>de</strong>l profesorado. El incremento acelerado <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas,<br />

tanto en cantidad como en variedad, hacia el profesor, no ha venido acompañado <strong>de</strong><br />

un aumento <strong>de</strong> medios y recursos para po<strong>de</strong>r satisfacerlas –tal y como explicamos<br />

en el apartado 1.1.3., p.57-. Entre la diversidad <strong>de</strong> exigencias, cabrían <strong>de</strong>stacar las<br />

417


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

que vienen impuestas por los cambios en la unidad familiar, ya que estas<br />

circunstancias crean una serie <strong>de</strong> lagunas que se preten<strong>de</strong> que sean cubiertas por el<br />

profesor. Al no satisfacerse esas exigencias se lanzan críticas indiscriminadas hacia<br />

el profesorado, que van contribuyendo al <strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong> la profesión docente. Este<br />

aumento creciente <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s sobre los profesores, lejos <strong>de</strong> contribuir a<br />

una mayor profesionalización por cuanto amplían conocimientos y especialida<strong>de</strong>s,<br />

ha conducido a una proletarización <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s, que a su vez produce<br />

escasez <strong>de</strong> autonomía sobre su actividad e hiperresponsabilidad sobre nuevas y<br />

variadas cuestiones.<br />

I<strong>de</strong>ntificación profesional con lo que la sociedad <strong>de</strong>sea. En general, los<br />

profesores tien<strong>de</strong>n a i<strong>de</strong>ntificarse con una imagen “socialmente <strong>de</strong>seable” –según A.<br />

Abraham (1987) referenciado en el apartado 1.1.3., p.61-. Este fenómeno pue<strong>de</strong><br />

producir un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> imitación en aquellos profesores que piensan que son buenos<br />

profesionales si reúnen las cualida<strong>de</strong>s que la sociedad valora <strong>de</strong> su actividad. En<br />

realidad, todas las exigencias que recaen sobre el profesor se pue<strong>de</strong>n resumir en<br />

tres ámbitos: <strong>de</strong>sarrollar las habilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las personas, contribuir a que se realicen<br />

los intereses <strong>de</strong> la sociedad y cubrir las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la comunidad –atendiendo a<br />

las premisas mencionadas por N.M. Goble (1980) recogidas en el apartado 1.1.3.,<br />

p.63-.<br />

Con respecto al malestar docente, en esta recopilación sobre las<br />

investigaciones previas, <strong>de</strong>stacamos las siguientes conclusiones:<br />

Son muchos los factores que influyen en el malestar docente. En<br />

referencia al malestar docente, <strong>de</strong>bemos apuntar que varios estudios <strong>de</strong> enfoque<br />

pedagógico <strong>de</strong>terminan la existencia <strong>de</strong> dos tipos <strong>de</strong> factores <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nantes <strong>de</strong><br />

este fenómeno –<strong>de</strong>stacando los estudios realizados por J.L. Blase (1982) que se<br />

citan en el apartado 1.2.1., p.67-. Los factores <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n que son aquellos que<br />

inci<strong>de</strong>n directamente sobre la actividad <strong>de</strong>l profesor en el aula. Mientras que, los<br />

factores <strong>de</strong> segundo or<strong>de</strong>n se refieren a las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l contexto en que se<br />

ejerce la docencia. Sobre estos factores que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nan el malestar docente, la<br />

sociología aña<strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong>l salario que reciben.<br />

418


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Los agentes estresantes pertenecen a diversos contextos. De otra<br />

parte, las profesiones con mayor predisposición a <strong>de</strong>sarrollar malestar entre sus<br />

trabajadores, son aquellas <strong>de</strong> carácter asistencial y que se rigen por una filosofía<br />

humanística, como es el caso <strong>de</strong> la docencia; más aún si durante el período <strong>de</strong><br />

formación se transmiten unos i<strong>de</strong>ales irrealizables. En general, -basándonos en<br />

afirmaciones <strong>de</strong> V.M. Ortiz Oria (1995) que referenciamos en el apartado 1.2.1.,<br />

p.72- po<strong>de</strong>mos diferenciar cuatro contextos don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n aparecer agentes<br />

estresantes para el profesor. En primer lugar está el contexto social, el segundo es el<br />

contexto <strong>de</strong> la práctica docente, el contexto <strong>de</strong> la problemática relacional es el<br />

tercero, y en último lugar encontramos el contexto intrapersonal.<br />

Son diversas las fuentes y consecuencias <strong>de</strong>l malestar docente. Si<br />

analizamos los costes y consecuencias <strong>de</strong>l malestar docente, es preciso matizar que<br />

pue<strong>de</strong>n revelarse en manifestaciones emocionales, conductuales y/o fisiológicas. En<br />

la actualidad, se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que la inhibición y la introversión ante el fracaso y los<br />

conflictos escolares, es la reacción más común entre los profesores. Pero los costes<br />

<strong>de</strong> este malestar docente no sólo recaen sobre el profesor mismo y el proceso <strong>de</strong><br />

aprendizaje <strong>de</strong>l alumnado, sino que también afecta a los centros <strong>de</strong> enseñanza y a<br />

la comunidad en general. En opinión <strong>de</strong> los profesores mismos –según la<br />

investigación <strong>de</strong> E. Breuse (1984) que citamos en el apartado 1.2.2., p.79-, las<br />

principales fuentes <strong>de</strong> tensión son: las condiciones <strong>de</strong> trabajo, los problemas <strong>de</strong><br />

relación, el <strong>de</strong>sarrollo personal, la formación inicial, el enfrentamiento con la escuela<br />

y con la sociedad, la elección <strong>de</strong> la carrera docente, la <strong>de</strong>sigualdad entre lo<br />

esperado y la realidad, y la relación con los alumnos, con los padres y con la<br />

autoridad.<br />

sentencias:<br />

En referencia a la imagen <strong>de</strong>l profesor es unánime el apoyo a estas dos<br />

La imagen social <strong>de</strong>l profesorado varía en función <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong><br />

enseñanza en el que ejerza. En el caso <strong>de</strong> los profesores <strong>de</strong> educación infantil,<br />

todavía conservan la imagen social <strong>de</strong> cuidadores, más que <strong>de</strong> profesionales <strong>de</strong> la<br />

419


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

enseñanza. Los profesores <strong>de</strong> educación primaria cada vez se sienten más<br />

infravalorados e ignorados porque el exceso <strong>de</strong> roles ha hecho que pierdan<br />

especialización y por consiguiente reconocimiento social. Los profesores <strong>de</strong><br />

enseñanza secundaria están cargando con la mayoría <strong>de</strong> las críticas hacia la<br />

profesión docente, porque es en esos cursos dón<strong>de</strong> más alta es la tasa <strong>de</strong> fracasos<br />

y conflictos. Por último, los profesores universitarios todavía gozan <strong>de</strong> cierto respeto<br />

y prestigio social como reconocimiento a su labor, puesto que implica un nivel <strong>de</strong><br />

estudios <strong>de</strong> elevado valor socio-laboral –confrontar con lo dicho en el apartado<br />

1.3.1., pp.85 y 88-.<br />

Se relaciona la imagen <strong>de</strong>l profesor con la imagen <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong><br />

enseñanza en el que trabaja. Hoy día la sociedad tien<strong>de</strong> a examinar al profesor<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un enfoque ecológico, clasificándolo según las diferentes imágenes <strong>de</strong>l centro<br />

<strong>de</strong> enseñanza como contexto <strong>de</strong> la acción que <strong>de</strong>sarrolla dicho profesional –tal y<br />

como asegura C. Marcelo (1994) comentado en el apartado 1.3.1., p.96-;<br />

consi<strong>de</strong>rando la imagen <strong>de</strong>l centro como “fábrica”, “hospital”, “familia”, “zona <strong>de</strong><br />

guerra” o “metáfora teatral”.<br />

Para terminar con la figura <strong>de</strong>l profesor, es importante subrayar<br />

conclusiones que se refieren a la calidad <strong>de</strong> la educación en general:<br />

El profesor tiene que trabajar un amplio conjunto <strong>de</strong> valores. Por otra<br />

parte, la falta <strong>de</strong> consenso sobre la educación hace difícil la tarea <strong>de</strong> especificar un<br />

conjunto <strong>de</strong> valores educativos con los que se pueda obtener el apoyo generalizado<br />

<strong>de</strong> la sociedad –respecto a lo dicho en el apartado 1.3.2., pp.101-104-. No obstante,<br />

los profesores saben que tienen que trabajar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> valores fundamentales,<br />

porque no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> todos esos problemas que afectan a nuestra<br />

sociedad. Esa educación <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> la persona supone una doble faceta<br />

formativa: individual y colectiva. Pero lo más importante es combinar<br />

a<strong>de</strong>cuadamente la enseñanza cognitiva y la afectiva; la primera transmite el<br />

conocimiento público, mientras que la segunda trabaja el conocimiento privado. Por<br />

consiguiente, en el saco <strong>de</strong> los valores educativos no <strong>de</strong>ben faltar los valores<br />

sociales, los vitales, los útiles, los estéticos, los intelectuales, los morales y los<br />

humanos, puesto que todos ellos colaboran en la formación integral.<br />

420


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Las reformas educativas han <strong>de</strong> enfocarse hacia la mejora <strong>de</strong> la imagen<br />

<strong>de</strong>l profesorado como medio para alcanzar mayor calidad <strong>de</strong>l sistema. Analizando el<br />

tema <strong>de</strong> la calidad educativa es preciso matizar que el primer paso siempre, en<br />

cualquier reforma, tiene que ser la modificación <strong>de</strong> las mentalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />

profesionales que han <strong>de</strong> llevarla a cabo, en especial si se trata <strong>de</strong> cambios<br />

fundamentalmente cualitativos. Pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las reformas, otro medio <strong>de</strong> buscar<br />

la calidad en el trabajo <strong>de</strong>l profesorado es mejorando su imagen social. A este<br />

respecto es necesario subrayar que no se pue<strong>de</strong>n trabajar por separado los factores<br />

que influyen en esa mejora, porque en realidad todos ellos están estrechamente<br />

interrelacionados –resumiendo lo comentado en el apartado 1.3.3., pp.113 y 115-.<br />

Las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l contexto influyen más en la calidad que las<br />

propias competencias <strong>de</strong>l profesor. En referencia a las competencias que requiere el<br />

profesor, se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que se agrupan en las siguientes categorías: diagnosis,<br />

respuesta, evaluación, relaciones personales, elaboración <strong>de</strong>l currículo y<br />

responsabilidad social. Aunque hay que tener presente que la calidad <strong>de</strong>l proceso<br />

educativo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> más <strong>de</strong> las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los contextos en los que se lleva a<br />

cabo, que <strong>de</strong> la propia actuación <strong>de</strong>l profesor –según las teorías <strong>de</strong> N.M. Goble<br />

(1980) y E. Bayer (1984) citadas en el apartado 1.3.3., pp.125-126-.<br />

Del estudio <strong>de</strong> las investigaciones previas contenidas en la bibliografía<br />

sobre la imagen social <strong>de</strong>l alumnado hemos extractado estas conclusiones:<br />

Hoy vivimos una re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l alumno como personaje altamente<br />

privilegiado. Con respecto a la figura <strong>de</strong>l alumno concluimos que durante mucho<br />

tiempo, la posición <strong>de</strong> la sociedad ante el alumnado se ha situado en un punto<br />

intermedio bastante in<strong>de</strong>finido, entre el <strong>de</strong>recho a ser protegido <strong>de</strong> los abusos, y el<br />

<strong>de</strong>ber <strong>de</strong> someterse a la autoridad <strong>de</strong> los mayores –ampliamos esta i<strong>de</strong>a en el<br />

apartado 2.1., p. 135-. De esta manera, no se concedía mucha importancia a la<br />

función <strong>de</strong>l alumnado en el proceso educativo, mientras que se realzaba la tarea <strong>de</strong>l<br />

profesor capaz <strong>de</strong> alcanzar en sus alumnos el estado <strong>de</strong> perfección que les<br />

421


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

conviene. En las últimas décadas se ha producido un vuelco <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en los centros<br />

<strong>de</strong> enseñanza, que ha re<strong>de</strong>finido al alumno como protagonista por excelencia y<br />

personaje altamente privilegiado en el ámbito educativo.<br />

El ambiente familiar y la personalidad <strong>de</strong>l profesor son los dos factores<br />

más importantes en la aparición y tratamiento <strong>de</strong> problemas <strong>de</strong> indisciplina. Para las<br />

situaciones <strong>de</strong> indisciplina po<strong>de</strong>mos distinguir causas que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l alumno y<br />

causas que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l centro educativo o <strong>de</strong>l profesorado. En opinión <strong>de</strong>l<br />

profesorado –según los estudios realizados por R.B. Dierenfield (1982) que<br />

resumimos en el apartado 2.2.1., p.149-, la causa más repetida para explicar<br />

conductas <strong>de</strong> indisciplina es “un ambiente familiar <strong>de</strong>sfavorable”, que según la<br />

división anterior pertenece a las causas que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l propio alumno. El<br />

mantenimiento <strong>de</strong> la disciplina en clase es un proceso ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> ciertos dualismos.<br />

A<strong>de</strong>más, la personalidad <strong>de</strong>l profesor es un factor importantísimo en el control y<br />

corrección <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> disciplina. En referencia a los medios a<strong>de</strong>cuados<br />

para mantener la disciplina entre el alumnado, sobresale <strong>de</strong> manera significativa la<br />

utilidad <strong>de</strong> la acción tutorial, tanto por sus aspectos constructivos y preventivos,<br />

como por su aportación creativa. Hoy día están bastante censurados, <strong>de</strong> un lado los<br />

mecanismos <strong>de</strong> separación <strong>de</strong>l alumno indisciplinado y <strong>de</strong> otro lado los castigos.<br />

En relación con el lastimoso tema <strong>de</strong> la violencia escolar hemos<br />

recopilado estas sentencias:<br />

Las actuaciones violentas tienen que analizarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio <strong>de</strong><br />

multicausalidad. Otra <strong>de</strong> las cuestiones que más <strong>de</strong>spiertan el interés <strong>de</strong> la sociedad<br />

en referencia sobre al alumnado es, sin duda, la violencia escolar. Entendiendo por<br />

violencia el abuso <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un sujeto sobre otro en una relación asimétrica, en la<br />

que uno busca el sometimiento <strong>de</strong>l otro. Pero las actuaciones violentas que<br />

<strong>de</strong>sarrollan los alumnos tienen que analizarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio <strong>de</strong> multicasualidad.<br />

Precisamente por esa multicausalidad <strong>de</strong> las conductas agresivas entre el alumnado,<br />

son muchos e importantes los investigadores que han trabajado sobre el tema,<br />

llegándose a <strong>de</strong>finir un nuevo término: el “comportamiento bullying” –termino<br />

acuñado por D. Olweus (1993) y citado en el apartado 2.2.2, p.160-, siendo éste una<br />

422


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

conducta agresiva dirigida a hacer daño, repetitiva y que se produce por un<br />

<strong>de</strong>sequilibrio <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />

El centro <strong>de</strong> enseñanza tiene que elaborar programas <strong>de</strong> intervención<br />

ante las conductas violentas. Por otro lado, el contexto educativo –resumiendo las<br />

i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> G. Casamayor (1989), D. Olweus (1998) y F. Cerezo (2001) que<br />

mencionamos en el apartado 2.2.2., pp.163-164-, a veces, no es consciente <strong>de</strong> las<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los alumnos con problemas <strong>de</strong> violencia y les ofrece unos<br />

contenidos que no tienen interés para ellos, unas normas <strong>de</strong> convivencia impuestas<br />

y un <strong>de</strong>sarrollo se<strong>de</strong>ntario e intelectualista. Existen tres factores muy relevantes <strong>de</strong>l<br />

centro que pue<strong>de</strong>n fomentar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> conductas violentas: carencia <strong>de</strong> afecto,<br />

excesiva permisividad y uso <strong>de</strong> castigos. En muchos estudios sobre el tema se<br />

<strong>de</strong>duce la necesidad <strong>de</strong> elaborar un programa <strong>de</strong> intervención ante los problemas <strong>de</strong><br />

violencia escolar, que siga esta secuencia: <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s, formulación<br />

<strong>de</strong> hipótesis, confección <strong>de</strong>l programa, aplicación y evaluación.<br />

En los actos <strong>de</strong> violencia se diferencian tres perfiles: la víctima, el<br />

agresor y el observador. Se han realizado muchos estudios con el objeto <strong>de</strong><br />

averiguar el perfil <strong>de</strong> víctima y el perfil <strong>de</strong>l agresor en el entorno educativo –<br />

<strong>de</strong>stacando los dirigidos por MªV. Trianes (2000) que se <strong>de</strong>sarrollan en el apartado<br />

2.2.2., p.170-, concluyendo que entre los alumnos víctimas se distinguen dos tipos:<br />

la víctima pasiva o sumisa y la víctima provocadora. En cuanto a los agresores<br />

típicos <strong>de</strong>l contexto educativo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que son sujetos bastante dominantes,<br />

impulsivos, <strong>de</strong> alta autoestima y que <strong>de</strong>muestran hostilidad hacia el entorno;<br />

a<strong>de</strong>más, es posible distinguir un grupo <strong>de</strong> agresores pasivos o seguidores, y la figura<br />

<strong>de</strong>l observador.<br />

Los factores familiares son los que más influyen en la existencia <strong>de</strong><br />

hábitos violentos. Pero, para que una conducta violenta llegue a instalarse como<br />

habitual –tal y como afirma F. Cerezo (2001) recogido en el apartado 2.2.2., p.170-,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ciertos factores personales <strong>de</strong>be darse la conjunción <strong>de</strong> factores<br />

biológicos, familiares, sociales, cognitivos y ambientales. Entre todos estos factores<br />

423


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

influyentes, son los familiares los que mayor peso tienen en la adquisición o<br />

supresión <strong>de</strong> hábitos violentos.<br />

Sobre el siempre polémico fracaso escolar recogemos estas dos<br />

conclusiones:<br />

Los factores que propician el fracaso escolar global son,<br />

fundamentalmente, el clima cultural, el afectivo y los métodos <strong>de</strong> enseñanza. La<br />

tercera cuestión sobre el alumnado que más preocupa y que más se discute en la<br />

sociedad es el fracaso escolar. Atendiendo a la distinción entre fracasos escolares<br />

globales y parciales –acuñada por G. Avanzini (1985) y citada en el apartado 2.2.3.,<br />

p.183-, hay que <strong>de</strong>cir que el clima cultural <strong>de</strong> la familia, el clima afectivo que le<br />

ro<strong>de</strong>a, los métodos pedagógicos y la enseñanza colectiva, son factores que influyen<br />

en la aparición <strong>de</strong> fracasos globales. Mientras que fracasos parciales suelen tener<br />

causas intelectuales o afectivas.<br />

En referencia al fracaso escolar es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar la prevención como<br />

función <strong>de</strong>l proceso orientador. Con respecto a las líneas <strong>de</strong> intervención ante los<br />

problemas <strong>de</strong> fracaso escolar –según las teorías <strong>de</strong> J. Blat Gimeno (1984)<br />

comentadas en el apartado 2.2.3., p.183-, se propone generalmente una<br />

intervención en el proceso orientador, en especial su función preventiva-educativa. A<br />

la hora <strong>de</strong> diseñar la intervención es preciso valorar muchos aspectos y, en especial,<br />

tener en cuenta los sentimientos <strong>de</strong>l alumno.<br />

<strong>de</strong>stacamos que:<br />

En lo referente a la familia <strong>de</strong>l alumno, <strong>de</strong> las investigaciones previas<br />

La familia es el primer agente socializador. Las funciones <strong>de</strong> la familia –<br />

respecto a las puntualizaciones <strong>de</strong> L. Arribas (1992) mencionadas en el apartado<br />

2.3.1., p.190-, po<strong>de</strong>mos resumirlas en cinco: función reproductora, función<br />

económica, función socializadora, función estabilizadora y función mediadora. De<br />

forma especial, la familia <strong>de</strong>staca como el primer agente socializador, porque<br />

424


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

proporciona las bases afectivas y organizativas que permitirán la integración <strong>de</strong>l niño<br />

en la sociedad, siempre que las relaciones interpersonales sean positivas.<br />

Es precisa la estrecha colaboración entre familia y centro <strong>de</strong><br />

enseñanza. La participación <strong>de</strong> la familia en el centro <strong>de</strong> enseñanza pue<strong>de</strong> alcanzar<br />

distintos niveles –según E. Kallinsky (1999) citado en el apartado 2.3.1., p.195-, que<br />

<strong>de</strong> menor a mayor implicación, son: información, consulta, propuesta, <strong>de</strong>legación,<br />

co<strong>de</strong>cisión, cogestión y autogestión. El problema llega cuando la sociedad <strong>de</strong>scarga<br />

sobre el centro <strong>de</strong> enseñanza nuevas responsabilida<strong>de</strong>s que han sido abandonadas<br />

por las re<strong>de</strong>s sociales a las que correspondían.<br />

Y <strong>de</strong>l trato que dan las políticas educativas al alumnado señalamos dos<br />

importantes <strong>de</strong>ducciones:<br />

Las administraciones públicas <strong>de</strong>ben garantizar el <strong>de</strong>sarrollo integral<br />

<strong>de</strong>l alumno. Las políticas <strong>de</strong> las administraciones públicas son responsables <strong>de</strong><br />

elaborar programas para intervenciones psicoeducativas, <strong>de</strong> promulgar cambios en<br />

el proyecto <strong>de</strong> centro y en el currículum escolar, y <strong>de</strong> establecer propuestas<br />

educativas transversales. Porque las políticas educativas tanto <strong>de</strong> los equipos<br />

directivos <strong>de</strong> los centros como <strong>de</strong> la Administración, tienen que estudiar normativas<br />

que garanticen el <strong>de</strong>sarrollo integral <strong>de</strong>l alumnado. Sobre las medidas disciplinarias<br />

con los alumnos, la Administración hace mención al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s, valores<br />

y normas, a la aplicación <strong>de</strong> la acción tutorial y al establecimiento <strong>de</strong> diferentes<br />

niveles <strong>de</strong> sanción –para profundizar en esta <strong>de</strong>ducción ver el apartado 2.3.3.,<br />

pp.205-208-.<br />

Las políticas educativas más recientes subrayan los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l<br />

alumnado por encima <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>beres. Por último, <strong>de</strong>cir que las políticas educativas<br />

más recientes resaltan como <strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l alumno el respeto a los <strong>de</strong>más, la<br />

participación en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su instrucción y el cumplimiento <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong><br />

convivencia. Y, como <strong>de</strong>rechos se subraya el <strong>de</strong>recho a la educación, a la<br />

socialización y al disfrute <strong>de</strong> sus liberta<strong>de</strong>s –ampliamos la forma <strong>de</strong> llegar a esta<br />

425


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

conclusión en el apartado 2.3.3., p.210-. En general, es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar la primacía <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>rechos sobre los <strong>de</strong>beres.<br />

Del análisis <strong>de</strong> los estudios ya realizados sobre las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

comunicación social hemos extractado estas conclusiones:<br />

La comunicación social contribuye al bienestar comunitario. Con<br />

respecto a los medios <strong>de</strong> comunicación social subrayamos que los aspectos más<br />

positivos <strong>de</strong> la comunicación social son la contribución al bienestar comunitario, la<br />

posibilidad <strong>de</strong> añadir informaciones a la tradicional jerarquía <strong>de</strong> conocimientos y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s sensitivas <strong>de</strong>l individuo por encima <strong>de</strong> las cognitivas –<br />

según J. Murillo y M. Muñoz-Repiso (2002) citados en el apartado 3.1.1., p.222-.<br />

Esta comunicación se caracteriza por requerir <strong>de</strong> organizaciones, por dirigirse a<br />

públicos heterogéneos, por hacer comunicaciones unidireccionales, por llegar a<br />

lugares muy distantes simultáneamente, por establecer una relación impersonal y,<br />

principalmente, por ser una necesidad vital para las comunida<strong>de</strong>s.<br />

Los cambios cognoscitivos, afectivos y conductuales suelen ser efectos<br />

<strong>de</strong> la comunicación social. Sobre los efectos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

existen numerosas clasificaciones pero <strong>de</strong>stacan la que hace referencia a la<br />

temporalidad, a corto o largo plazo, y la clasificación en relación con la<br />

direccionalidad, hacia la audiencia o hacia otros focos –ampliamos esta teoría <strong>de</strong><br />

MªD. Montero (1993) en el apartado 3.1.3., p.236-. Se afirma que los efectos <strong>de</strong> los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación social pue<strong>de</strong>n causar, facilitar, reforzar o evitar cambios<br />

cognoscitivos, afectivos y/o conductuales, según la función que pretendan<br />

<strong>de</strong>sarrollar en cada momento, aunque el efecto más común es el reforzamiento <strong>de</strong><br />

actitu<strong>de</strong>s. Los efectos cognitivos son los relacionados con las consecuencias <strong>de</strong><br />

ciertas conductas. Los efectos o cambios afectivos que las informaciones producen<br />

en el individuo pue<strong>de</strong>n ser la <strong>de</strong>sensibilización, el miedo o la ansiedad y los cambios<br />

<strong>de</strong> moral. Y, los efectos que pue<strong>de</strong> tener un <strong>de</strong>terminado mensaje sobre la conducta<br />

pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> activación o <strong>de</strong>sactivación.<br />

426


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

La fuente, el contenido, el canal y la audiencia <strong>de</strong>l mensaje son factores<br />

influyentes. También resulta importante conocer que los factores que intervienen en<br />

el proceso <strong>de</strong> influencia pue<strong>de</strong>n agruparse en cuatro categorías –según C. García<br />

Galera, A. Lucas Marín y J.A. Ruiz San Román (1999) mencionados en el apartado<br />

3.1.3., p.242- que se refieren a las características <strong>de</strong> la fuente <strong>de</strong>l mensaje, a las <strong>de</strong>l<br />

contenido <strong>de</strong>l mensaje, a las <strong>de</strong>l canal, y a las <strong>de</strong> la audiencia.<br />

Sobre cuestiones relativas a la ética periodística las principales<br />

conclusiones son éstas:<br />

A lo largo <strong>de</strong> la historia los códigos <strong>de</strong> ética periodística <strong>de</strong>stacan la<br />

honorabilidad, la dignidad y la libertad. Sobre los códigos <strong>de</strong> corrección política es<br />

preciso apuntar que a lo largo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l periodismo y su evolución hacia una<br />

mayor influencia y po<strong>de</strong>r social, se han producido múltiples intentos por reglamentar<br />

y controlar el ejercicio <strong>de</strong> dicha profesión. El espíritu <strong>de</strong>l primer código <strong>de</strong> ética<br />

periodística que data <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XX, es reivindicar una elevada carga <strong>de</strong><br />

honorabilidad para el periodista, porque las personas creen en los periodistas a la<br />

hora <strong>de</strong> conocer y enten<strong>de</strong>r el mundo. En 1954, se aprobó la “Declaración <strong>de</strong> los<br />

Deberes <strong>de</strong> los Periodistas” que expone los <strong>de</strong>beres esenciales <strong>de</strong>l periodista <strong>de</strong> los<br />

que se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducir un alto interés por la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la verdad, la libertad y la<br />

justicia en la comunicación social. En 1971 se elabora una <strong>de</strong>claración sobre<br />

principios y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> los periodistas, bajo el título <strong>de</strong> “Carta <strong>de</strong> Munich”; esta<br />

<strong>de</strong>claración resulta ser una actualización <strong>de</strong> la <strong>de</strong>claración anterior, con una<br />

importante aportación como es la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l periodista: libertad<br />

y dignidad –para ampliar ver en el apartado 3.2.2., p.257, las afirmaciones <strong>de</strong> J.A.<br />

Prieto (1995)-.<br />

Legalmente se exige al periodista el respeto a las individualida<strong>de</strong>s y a<br />

los valores fundamentales. Dentro <strong>de</strong>l marco legal, el artículo 20 <strong>de</strong> la Constitución<br />

Española <strong>de</strong> 1978, proclama la libertad <strong>de</strong> expresión e información, la prohibición a<br />

la censura previa y se ponen límites respecto al honor, la intimidad, la propia imagen<br />

y la protección <strong>de</strong> la juventud y <strong>de</strong> la infancia. La UNESCO, en 1983, publicó un<br />

documento <strong>de</strong>ontológico para los profesionales <strong>de</strong> la información, bajo el título<br />

427


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

“Principios Internacionales <strong>de</strong> Ética Profesional <strong>de</strong>l Periodismo”, que resultó ser una<br />

<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los valores éticos universales y <strong>de</strong> la objetividad en la comunicación. En<br />

1992 se promueve la redacción <strong>de</strong> un nuevo Código Deontológico con el fin <strong>de</strong><br />

enmarcar la actividad periodística <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unas coor<strong>de</strong>nadas a<strong>de</strong>cuadas. Y, el<br />

último Código Deontología <strong>de</strong>l Periodismo, <strong>de</strong> 1993, expresa cómo <strong>de</strong>ben tratarse<br />

las noticias y opiniones, que la información es un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> todas las personas,<br />

cuáles son las funciones y la actividad ética <strong>de</strong>l periodismo, cómo <strong>de</strong>be ser la<br />

redacción, cómo actuar ante <strong>de</strong>terminados conflictos, y la necesidad <strong>de</strong> autocontrol<br />

en esta profesión –todo ello en relación con los escritos <strong>de</strong> N. Blázquez (1995) que<br />

se resumen en el apartado 3.2.2., p.259-. Como po<strong>de</strong>mos observar, la regulación<br />

jurídica <strong>de</strong> la actividad periodística no se acostumbra a expresar mediante<br />

exigencias, sino en forma <strong>de</strong> prohibiciones que <strong>de</strong>limitan el <strong>de</strong>recho a la información.<br />

En referencia a los géneros periodísticos, y en particular a la noticia<br />

como tal, hemos recopilado estas sentencias:<br />

Los géneros periodísticos y las distintas formas <strong>de</strong> presentación son<br />

elementos que aportan significación al mensaje. Cada género periodístico tiene<br />

peculiarida<strong>de</strong>s propias que el lector <strong>de</strong>be tener en cuenta para hacer una lectura<br />

crítica y selectiva <strong>de</strong>l mensaje que se le transmite. A<strong>de</strong>más, el titular, la presencia <strong>de</strong><br />

antetítulo y subtítulo, la ubicación <strong>de</strong>l texto en el periódico, los gráficos, las<br />

ilustraciones, las fotografías, la extensión y la fecha <strong>de</strong> publicación, son factores que<br />

nos ayudan a analizar <strong>de</strong>talladamente el mensaje periodístico. A la variedad posible<br />

<strong>de</strong> todos estos factores <strong>de</strong> representación, es preciso añadir que la división <strong>de</strong>l<br />

periódico en secciones y la ubicación <strong>de</strong> noticias en cada una <strong>de</strong> ellas, pue<strong>de</strong> ser<br />

una actividad puramente objetiva o respon<strong>de</strong>r a <strong>de</strong>terminados intereses según el<br />

caso. Entre todos los géneros y <strong>de</strong>más factores periodísticos, <strong>de</strong>be prestarse<br />

especial atención a la noticia por ser la piedra angular <strong>de</strong>l periodismo y a las<br />

fotografías, porque en muchas ocasiones la imagen resulta ser más significativa que<br />

el texto al que acompaña –conclusión obtenida <strong>de</strong> las afirmaciones recogidas en el<br />

apartado 3.2.3., pp.271 y 275-.<br />

428


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

La actualidad, la inmediatez y la proximidad son elementos relevantes<br />

<strong>de</strong> la noticia. De otro lado, interpretar una noticia supone analizar la información que<br />

se proporciona en tres pasos o niveles <strong>de</strong> profundización: título, entrada y cuerpo.<br />

No obstante, es necesario tener en cuenta la posible existencia <strong>de</strong> cierto sesgo<br />

informativo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el propio medio <strong>de</strong> comunicación, que se produce cuando el<br />

redactor tiene que <strong>de</strong>cidir qué acontecimiento es noticia según la “línea editorial”.<br />

Hoy día es bastante aceptado señalar que los acontecimientos que van a producir<br />

las noticias pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> tres tipos distintos: los acontecimientos que son muy<br />

significativos, los acontecimientos a los que los medios dan una importancia pública<br />

general y los acontecimientos muy urgentes. Los factores <strong>de</strong> valoración que<br />

generalmente se emplean para <strong>de</strong>cidir si un hecho es noticiable o no, son la<br />

actualidad, en tanto inmediación en el tiempo, y la proximidad, en tanto inmediación<br />

en el espacio –respecto a las teorías <strong>de</strong> M. Rodrigo (1989) y J.O. Aguilera (1992)<br />

recogidas en el apartado 3.3., pp.278-279-.<br />

Hay que ser cuidadosos en la interpretación y valoración <strong>de</strong> la noticia,<br />

por las posibles manipulaciones producidas sobre ella. Usualmente los elementos <strong>de</strong><br />

una noticia son siete –según F. Martínez Vallvey (1996) citado en el apartado 3.3.,<br />

p.280-: qué, quién, dón<strong>de</strong>, cuándo, con qué, por qué, cómo. Así pues, ésos son los<br />

interrogantes que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir el lector en cada noticia, que requieren<br />

respuestas concisas y objetivas, y que posiblemente eliminan interpretaciones<br />

erróneas. No obstante, la audiencia termina reteniendo sólo la temática <strong>de</strong> las<br />

noticias y la valoración que se hace <strong>de</strong> ellas, que con el paso <strong>de</strong>l tiempo irán<br />

asimilando como conocimientos propios y no como informaciones o mo<strong>de</strong>los que<br />

han captado <strong>de</strong> un medio <strong>de</strong> comunicación. De esta forma los individuos van<br />

asumiendo e i<strong>de</strong>ntificando como propios esos mo<strong>de</strong>los externos, sin valorar el sesgo<br />

o la manipulación que puedan haber sufrido. Actualmente parece que la veracidad y<br />

fiabilidad <strong>de</strong> las informaciones ha perdido importancia; y lo que es peor, que los<br />

contenidos han pasado a segundo plano. Esto sería hablar <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong> contenidos<br />

-tal y como hacen J. García-Lavernia y R. Massó (1997) mencionados en el apartado<br />

3.3., p. 281- que ha nacido <strong>de</strong>l interés <strong>de</strong>smesurado y por encima <strong>de</strong> todo, <strong>de</strong><br />

aumentar o mantener los índices <strong>de</strong> audiencia.<br />

429


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Por último, <strong>de</strong> los escritos publicados sobre la fotografía periodística<br />

queremos subrayar tres sentencias fundamentales:<br />

La fotografía periodística no es objetiva. No obstante, queramos o no, la<br />

objetividad en la fotografía es un i<strong>de</strong>al, siempre hay cierta manipulación, intencional<br />

o no. Como manipulaciones <strong>de</strong>l lenguaje visual <strong>de</strong>staca la supresión o eliminación<br />

<strong>de</strong> algo que se refleja en la fotografía, la adjunción que supone señalar o enca<strong>de</strong>nar<br />

acciones, la sustitución o cambio <strong>de</strong> la imagen o parte <strong>de</strong> ella por otra, y la<br />

conmutación o inversión <strong>de</strong> la imagen. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la ilustración o la información, es<br />

bastante aceptada la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la fotografía periodística pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar otras<br />

funciones como la ironía, la provocación o la persuasión. No obstante, las<br />

activida<strong>de</strong>s fundamentales <strong>de</strong> la fotografía son: generar, transmitir y recibir, que a su<br />

vez implican una serie <strong>de</strong> subactivida<strong>de</strong>s. La actividad <strong>de</strong> generar, compren<strong>de</strong><br />

proyectar y codificar el mensaje. La actividad <strong>de</strong> transmitir implica reproducir y<br />

difundir la fotografía. Y la actividad <strong>de</strong> recibir, supone <strong>de</strong>codificar y evaluar la<br />

información –todo ello respecto a los escritos <strong>de</strong> L. Vilches (1987) y A. Lara y J.<br />

Perea (1980) referenciados en el apartado 3.4., pp.285 y 287-.<br />

Es importante saber codificar el mensaje fotográfico. También es<br />

conveniente tener en cuenta los códigos que intervienen a lo largo <strong>de</strong> todo el<br />

proceso <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong>l mensaje fotográfico –según la diferenciación hecha por<br />

A. Plécy (1971) y mencionada en el apartado 3.4., p.288-, éstos son los códigos<br />

técnicos, los códigos verbales y los códigos socioculturales y estéticos; los cuáles<br />

implican el significado <strong>de</strong> los objetos fotografiados así como la comprensión <strong>de</strong> ellos<br />

que realiza el lector.<br />

En la interpretación <strong>de</strong> las fotografías intervienen tanto factores internos<br />

<strong>de</strong>l lector como factores externos a él. Con respecto al proceso por el que la<br />

audiencia extrae el significado <strong>de</strong> las fotografías –según J.R. Esparza (1989) citado<br />

en el apartado 3.4., p.291-, se pue<strong>de</strong>n citar nueve variables: los conocimientos<br />

previos, nivel cultural, características <strong>de</strong>mográficas, condiciones temporales <strong>de</strong>l<br />

consumo, credibilidad que ese medio aporta al lector, calidad <strong>de</strong> la reproducción,<br />

género, presentación y sintaxis, y variables i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong>l medio que las publica.<br />

430


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

6. DESCRIPCIÓN E<br />

INTERPRETACIÓN SOBRE EL<br />

TRABAJO DE CAMPO<br />

¿A quién va usted a creer, a mí o a sus<br />

propios ojos? (Julius Henry Marx “Groucho<br />

Marx”, 1890-1977).<br />

El que nada empren<strong>de</strong>, nada concluye<br />

(Geoffrey Chancer, 1343-1400).<br />

El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> campo nos ha permitido llegar a una serie<br />

<strong>de</strong> afirmaciones:<br />

1º. No hay relación directa entre mayor difusión y mayor tratamiento <strong>de</strong><br />

cuestiones <strong>de</strong> la enseñanza.<br />

En el periódico nacional <strong>de</strong> mayor difusión –EL PAÍS- es don<strong>de</strong> hemos<br />

encontrado mayor número <strong>de</strong> referencias tanto al profesorado como al alumnado, y<br />

en segundo lugar en referencias al profesor aparece otro periódico <strong>de</strong> tirada nacional<br />

– EL MUNDO-, mientras que en referencias al alumnado el segundo lugar lo ocupa<br />

el periódico <strong>de</strong> menor difusión –SUR-. Distinguiéndose los periódicos<br />

fundamentalmente por las temáticas tratadas.<br />

431


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

2º. Fechas <strong>de</strong> mayor inci<strong>de</strong>ncia.<br />

En segundo lugar, que la publicación <strong>de</strong> textos periodísticos referentes<br />

a educación se concentra en los meses <strong>de</strong> inicio <strong>de</strong>l curso académico (septiembre y<br />

octubre) y en aquellas fechas en las que se da la coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> diversos<br />

acontecimientos políticos y sociales relacionados con profesores o alumnos.<br />

3º. Inmediatez <strong>de</strong> las noticias.<br />

En tercer lugar, se <strong>de</strong>muestra un alto interés por las cuestiones <strong>de</strong><br />

actualidad, haciendo alusión siempre a lo más inmediato, perdiendo la riqueza y<br />

profundidad que nos aporta los conocimientos sobre el pasado o sobre las<br />

consecuencias futuras. Esto suce<strong>de</strong>, fundamentalmente, porque la caducidad <strong>de</strong> las<br />

noticias periodísticas es muy corta; así pues, se prima la inmediatez sobre la<br />

comprensión y la reflexión. Así, por ejemplo, las discusiones en torno a políticas y<br />

leyes educativas <strong>de</strong>l momento suelen reflejarse en la prensa con un consi<strong>de</strong>rable<br />

aumento <strong>de</strong> documentos referidos a profesores o alumnos.<br />

4º. La educación no ocupa la primera página.<br />

Los textos don<strong>de</strong> aparece la figura <strong>de</strong>l profesor y/o <strong>de</strong>l alumno no<br />

suelen presentarse en las portadas <strong>de</strong> los periódicos, no se acompañan <strong>de</strong> gráficos,<br />

ni tampoco acostumbran a ocupar gran<strong>de</strong>s extensiones, porque esos elementos se<br />

reservan para cuestiones que la Editorial consi<strong>de</strong>re <strong>de</strong> mayor importancia. Sin<br />

embargo, sí suelen acompañarse <strong>de</strong> fotografías con marcado carácter interpretativo<br />

sobre el contenido <strong>de</strong>l texto.<br />

5º. Noticias <strong>de</strong> inci<strong>de</strong>ntes, no <strong>de</strong> procesos.<br />

Quinto y con respecto a la imagen <strong>de</strong> los profesores y <strong>de</strong> los alumnos,<br />

se pue<strong>de</strong> afirmar que la prensa tien<strong>de</strong> a resaltar sucesos muy particulares que les<br />

han ocurrido, bien sea entre ellos mismos, con familiares o con la Administración; en<br />

<strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> referencias al proceso <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje. Toda la población<br />

parece enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> educación, pero a la hora <strong>de</strong> estar informados prevalece el<br />

interés por los sucesos y cuestiones políticas; es <strong>de</strong>cir, prima la polémica y los<br />

escándalos, sobre el conocimiento y la profundización.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

6º. Predomina la imagen negativa.<br />

Una conclusión más es que en la mayoría <strong>de</strong> los textos periodísticos<br />

sobre profesores no se entra a valorar la imagen social <strong>de</strong> este profesional, pero<br />

cuando se emiten valoraciones se suele transmitir una imagen negativa <strong>de</strong>l<br />

profesorado por encima <strong>de</strong> las valoraciones positivas o neutras. Mientras que<br />

cuando se emiten juicios respecto al alumnado se suelen realizar valoraciones<br />

mixtas, <strong>de</strong>mostrando cierta ten<strong>de</strong>ncia a encubrir y proteger su imagen, seguramente<br />

por ganar el favor <strong>de</strong> ese gran grupo <strong>de</strong> lectores que no pertenecen al gremio <strong>de</strong> la<br />

docencia y/o tienen hijos estudiando. Lo más común, tanto con la figura <strong>de</strong>l profesor<br />

como con la <strong>de</strong>l alumno, es que la prensa escrita prefiera no expresar valoraciones.<br />

7º. Los juicios se generalizan.<br />

Para las figuras <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong>l alumno se suelen emplear<br />

terminologías generalistas, por cuanto para los sucesos sociales interesa la función<br />

social, y no tanto en el nivel académico en que se encuentran. Pero, si por cualquier<br />

razón se preten<strong>de</strong> subrayar el nivel educativo que se trata, entonces se emplean las<br />

distintas terminologías existentes, a excepción <strong>de</strong> la palabra “maestro-a” que<br />

también se suele emplear para expresar dominio y capacidad en algún arte u oficio<br />

distinto a la enseñanza. Tanto en el caso <strong>de</strong> profesores como <strong>de</strong> alumnos, se<br />

observa que cada grupo periodístico <strong>de</strong>muestra cierto interés por un nivel educativo<br />

en particular.<br />

8º. Se trata <strong>de</strong> educación en distintas secciones periodísticas.<br />

La octava <strong>de</strong>ducción es que cada periódico distribuye las referencias a<br />

profesores o alumnos <strong>de</strong> forma peculiar entre las secciones <strong>de</strong> su periódico; así,<br />

algunos optan por emplear la sección Sociedad <strong>de</strong> carácter general y otros usan la<br />

sección Regional o Local -según el caso- para contextualizar el documento y llamar<br />

así la atención <strong>de</strong>l lector. Es <strong>de</strong>cir, las noticias referidas a educación son más<br />

sucesos o relatos <strong>de</strong> acontecimientos que análisis sobre cuestiones educativas, por<br />

eso estos textos se concentran en secciones generales <strong>de</strong> carácter social, y no en la<br />

sección específica para cuestiones relativas a educación.<br />

433


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

9º. Predominan las noticias sobre los análisis en profundidad.<br />

Otro hecho que nos permite analizar la imagen <strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong>l<br />

alumnado que se transmite a través <strong>de</strong> la prensa, es que al emplear<br />

mayoritariamente el género periodístico <strong>de</strong> la Noticia, son reporteros los que tratan la<br />

información, y no personas especializadas en temáticas educativas cuyas<br />

valoraciones resultarían más fiables y profundas. Por otro lado, que la Noticia y el<br />

Reportaje sean los géneros periodísticos más empleados implica la no presencia <strong>de</strong><br />

opinión con respecto a estas dos figuras sociales, puesto que el periodista se limita a<br />

informar y a <strong>de</strong>scribir los acontecimientos. Así se produce la comunicación mediada,<br />

convirtiendo la realidad, o lo que entien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> ella, en noticia. Esto nos lleva a<br />

afirmar que en los temas que hacen referencia a la imagen <strong>de</strong>l profesorado y/o <strong>de</strong>l<br />

alumnado se informa más que se opina.<br />

10º. Se <strong>de</strong>stacan las huelgas <strong>de</strong> los alumnos y los conflictos legales y<br />

políticos.<br />

La décima afirmación dice que sobre el total <strong>de</strong> textos y <strong>de</strong> temáticas<br />

planteadas en ellos, las dos cuestiones que mayor porcentaje representan son las<br />

huelgas protagonizadas por alumnos y las relaciones <strong>de</strong> los profesores con asuntos<br />

legislativos y políticos. Éstos son dos temas <strong>de</strong> bastante actualidad y dotados <strong>de</strong><br />

cierta polémica social, <strong>de</strong> ahí que <strong>de</strong>spierte el interés <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

<strong>de</strong> masas. A<strong>de</strong>más, cuando se publica en prensa algún documento en el que se<br />

relaciona la figura <strong>de</strong>l profesor y la <strong>de</strong>l alumno, se suele hacer ofreciendo una visión<br />

problemática <strong>de</strong> dicha relación.<br />

11º. La prensa subraya las cuestiones polémicas.<br />

Profundizando en las temáticas tratadas, es necesario observar que la<br />

prensa <strong>de</strong> carácter nacional tien<strong>de</strong> a subrayar las cuestiones polémicas que ro<strong>de</strong>an<br />

al profesor y al alumno, exceptuando a EL PAÍS que, al igual que la prensa regional<br />

o provincial, también enfatiza las iniciativas educativas experimentadas por alumnos.<br />

Estos últimos periódicos <strong>de</strong> menor difusión señalan a<strong>de</strong>más las cuestiones que<br />

resaltan la maestría <strong>de</strong> los profesionales <strong>de</strong> la enseñanza, así como condiciones<br />

particulares <strong>de</strong> su entorno sobre disciplina y violencia en el ámbito educativo, que<br />

son problemas ya conocidos suficientemente por el resto <strong>de</strong>l país como para resultar<br />

434


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

novedosos en periódicos <strong>de</strong> mayor tirada. Es posible <strong>de</strong>cir que los periódicos<br />

nacionales al tener una panorámica más amplia se alejan <strong>de</strong> la realidad concreta,<br />

a<strong>de</strong>más corren el peligro <strong>de</strong> influenciarse por las corrientes políticas y por las<br />

i<strong>de</strong>ologías <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la empresa.<br />

12º. El tratamiento <strong>de</strong> los temas es superficial.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que las cuestiones relativas a las actuaciones <strong>de</strong> protesta<br />

política <strong>de</strong>l alumnado y las condiciones laborales y legislativas <strong>de</strong>l profesorado, son<br />

los dos temas <strong>de</strong> actualidad en la prensa escrita <strong>de</strong>l periodo estudiado. Sin embargo<br />

temas tan relevantes como la formación <strong>de</strong> los profesores es uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

ausentes en el conjunto <strong>de</strong> las temáticas reflejadas. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos<br />

afirmar que los temas tratados son superficiales y se refieren a aspectos llamativos y<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>talle, olvidando temas que darían una imagen más real, profesional y científica<br />

<strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> la educación.<br />

13º. La imagen social <strong>de</strong> la enseñanza influye sobre el público.<br />

Uno <strong>de</strong> los objetivos fundamentales <strong>de</strong> este estudio era conocer la<br />

calificación general que se realiza <strong>de</strong>l profesor y <strong>de</strong>l alumno, en la prensa escrita,<br />

porque <strong>de</strong>bemos tener en cuenta que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la función informativa que parece<br />

tan explícita en los medios <strong>de</strong> comunicación, sus mensajes están cargados <strong>de</strong><br />

significaciones, que alimentan y modifican actitu<strong>de</strong>s, estereotipos e incluso<br />

prejuicios. Los resultados nos llevan a concluir que cuando se valora la imagen <strong>de</strong>l<br />

profesor ésta es <strong>de</strong> carácter negativo, mientras que <strong>de</strong>l alumno se transmiten<br />

valoraciones neutras. No obstante, en la mayoría <strong>de</strong> los casos no se emiten juicios<br />

<strong>de</strong> valor ni sobre la imagen <strong>de</strong>l profesorado, ni sobre la <strong>de</strong>l alumnado, <strong>de</strong>mostrando<br />

así una neutralidad que bien podría traducirse por indiferencia o <strong>de</strong>sinterés.<br />

14º. Predomina una imagen negativa <strong>de</strong>l profesorado y una imagen<br />

mixta <strong>de</strong>l alumnado.<br />

En esta línea <strong>de</strong> calificaciones, hemos encontrado una visión diferente<br />

<strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l profesorado y <strong>de</strong>l alumnado en función <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong>l<br />

periódico. De esta forma sabemos que los periódicos <strong>de</strong> ámbito regional o provincial<br />

se inclinan a reflejar una imagen positiva <strong>de</strong>l profesor, mientras que los periódicos <strong>de</strong><br />

435


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

difusión nacional reflejan una imagen más negativa, incluso en sus tiradas<br />

autonómicas. Y, con respecto a la imagen <strong>de</strong>l alumno, los periódicos <strong>de</strong> menor<br />

difusión tien<strong>de</strong>n a repartir sus posturas según el caso, reflejando una valoración<br />

mixta; mientras que periódicos <strong>de</strong> mayor tirada se <strong>de</strong>cantan hacia una imagen<br />

negativa, excepto en el caso <strong>de</strong> EL PAÍS que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> una imagen positiva <strong>de</strong>l<br />

alumnado.<br />

15º. Cada grupo periodístico tien<strong>de</strong> a centrarse en un nivel <strong>de</strong><br />

enseñanza concreto.<br />

También existen diferencias en la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cada periódico a<br />

centrarse en un nivel concreto <strong>de</strong> la enseñanza. En el caso <strong>de</strong> EL PAÍS, LA<br />

VANGUARDIA, ABC y SUR, se refleja en más ocasiones referencias a la enseñanza<br />

primaria, con alusiones a “maestros-as” y/o “escolares”; mientras que en EL MUNDO<br />

la ten<strong>de</strong>ncia señala hacia la enseñanza universitaria, con menciones a “catedráticosas”<br />

y/o “universitarios-as”. Pero en líneas generales, lo más significativo es el<br />

elevado uso <strong>de</strong> referencias a estas figuras sin subrayar las distinciones entre niveles<br />

educativos, es <strong>de</strong>cir, con alusiones a “profesores-as”, “docentes”, “alumnos-as” y/o<br />

“estudiantes”; <strong>de</strong> lo cuál se <strong>de</strong>duce que lo que interesa a los medios <strong>de</strong><br />

comunicación es resaltar la condición <strong>de</strong> protagonistas <strong>de</strong>l proceso enseñanzaaprendizaje,<br />

con las peculiarida<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong>l perfil estándar <strong>de</strong> estas figuras.<br />

16º. El tratamiento formal, la valoración y la temática <strong>de</strong>l documento<br />

varía <strong>de</strong> un periódico a otro.<br />

A modo <strong>de</strong> resumen po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que cada grupo periodístico, en<br />

función <strong>de</strong> su línea editorial, realiza un tratamiento diferente <strong>de</strong> los textos referidos a<br />

profesores y/o alumnos. En concreto, aunque se han admitido varias generalida<strong>de</strong>s<br />

en cuestiones formales como extensión, género periodístico, presentación, periodo<br />

<strong>de</strong> publicación, ubicación en el periódico...., existen notables diferencias en las<br />

secciones empleadas, en la imagen que se transmite <strong>de</strong> ambas figuras y en las<br />

temáticas tratadas, según el grupo periodístico concreto.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

7. PROPUESTAS PARA<br />

MEJORAR LA IMAGEN SOCIAL<br />

DEL SISTEMA EDUCATIVO<br />

El primer paso para la solución <strong>de</strong> los<br />

problemas es el optimismo. Basta creer que<br />

se pue<strong>de</strong> hacer algo para tener ya medio<br />

camino hecho y la victoria muy cercana<br />

(John Baines, 1651-1696).<br />

El profesor <strong>de</strong>be reflexionar en la acción para crear las estrategias<br />

a<strong>de</strong>cuadas que le permitan afrontar y <strong>de</strong>finir cada problema, por consiguiente, la<br />

práctica se convierte en la esencia y eje central <strong>de</strong> los programas <strong>de</strong> formación <strong>de</strong><br />

profesores. A<strong>de</strong>más, si el aspecto vocacional <strong>de</strong> la profesión docente ya está<br />

prácticamente extinguido, será mejor barajar la posibilidad <strong>de</strong> que esa preparación<br />

moral se incluyera en la formación inicial <strong>de</strong> los futuros profesores.<br />

Con respecto a la formación continua queremos señalar que <strong>de</strong>be<br />

remediar las <strong>de</strong>ficiencias que los profesores van <strong>de</strong>scubriendo en la práctica,<br />

potenciar su especialización como profesionales, mejorar su capacidad global y<br />

acercar las instituciones <strong>de</strong> formación <strong>de</strong>l profesorado a los centros <strong>de</strong> enseñanza.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

Para comenzar a erradicar el malestar docente, es necesario introducir<br />

en la formación <strong>de</strong>l profesorado los conocimientos obtenidos en investigaciones<br />

sobre el tema, comunicar a las Administraciones las <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong>l sistema<br />

educativo y sus posibles soluciones, clarificar la situación <strong>de</strong>l profesor con el director,<br />

con los alumnos y con sus colegas, y que busquen asesoramiento en algún servicio<br />

<strong>de</strong> apoyo que esté a su disposición.<br />

De otro lado, para no caer en los estereotipos clásicos <strong>de</strong>l profesor<br />

i<strong>de</strong>al y el conflictivo, será oportuno difundir la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que necesitamos profesores<br />

con cualida<strong>de</strong>s muy diversas y que no po<strong>de</strong>mos generalizar sobre las cualida<strong>de</strong>s<br />

que buscamos, y por tanto valoramos, en los profesores.<br />

Los profesores <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>spertar la búsqueda <strong>de</strong> soluciones. Por<br />

supuesto, esto implica aten<strong>de</strong>r a la dimensión horizontal <strong>de</strong> los valores, que significa<br />

trabajar el mundo <strong>de</strong> los valores <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el espacio educativo y social en un mismo<br />

plano.<br />

En el proceso <strong>de</strong> socialización los profesores no sólo han <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar<br />

ciertas habilida<strong>de</strong>s en sus alumnos, sino que también han <strong>de</strong> potenciar aquellas<br />

actitu<strong>de</strong>s que les permitirán <strong>de</strong>sempeñar una función específica en sociedad; por<br />

consiguiente, no pue<strong>de</strong>n dar la espalda a las características <strong>de</strong>l entorno. Si bien es<br />

cierto que unas condiciones <strong>de</strong> trabajo y oportunida<strong>de</strong>s mejores redundarían en una<br />

implicación más activa <strong>de</strong> los profesores en el proceso educativo y, por consiguiente,<br />

en ambientes <strong>de</strong> aprendizaje más estimulantes.<br />

Resumiendo, po<strong>de</strong>mos afirmar que la calidad en el trabajo <strong>de</strong>l profesor<br />

pue<strong>de</strong> aumentar notablemente interviniendo sobre cinco aspectos: la formación tanto<br />

inicial como permanente, las dotaciones <strong>de</strong> recursos personales y materiales <strong>de</strong> los<br />

centros <strong>de</strong> enseñanza, las condiciones <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> estos profesionales, la<br />

organización y gestión <strong>de</strong>l centro en el que <strong>de</strong>sarrolla su actividad, y el apoyo<br />

solidario y cooperativo <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la comunidad.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

En referencia al alumnado hay que trabajar fundamentalmente sobre<br />

tres problemas: la indisciplina, la violencia y el fracaso escolar. En primer lugar, se<br />

precisa un régimen <strong>de</strong> disciplina coherente con la participación y el <strong>de</strong>sarrollo<br />

creativo <strong>de</strong> los propios alumnos, que no fomente la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia sino que ayu<strong>de</strong> a la<br />

libre toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, sólo <strong>de</strong> esta manera se permitirá que el sistema educativo<br />

y los alumnos, evolucionen.<br />

Por otro lado, es preciso buscar activida<strong>de</strong>s que permitan a los alumnos<br />

expresar la agresividad como espíritu <strong>de</strong> lucha y bajo el imperativo <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong><br />

reglas, como suce<strong>de</strong> en el <strong>de</strong>porte. Se trata <strong>de</strong> crear un campo <strong>de</strong> interés que<br />

motive al alumnado hacia el aprendizaje y las relaciones cordiales. Pero en todo<br />

programa es importante mantener una doble perspectiva, hacia la prevención <strong>de</strong> la<br />

violencia y hacia la resolución <strong>de</strong> conflictos; por consiguiente, se han <strong>de</strong> trabajar<br />

aspectos comportamentales, conceptuales y emocionales.<br />

Y, en tercer lugar haciendo referencia al fracaso escolar se pue<strong>de</strong><br />

afirmar que el plan <strong>de</strong> estudios y el nivel <strong>de</strong> exigencias que van a permitir consi<strong>de</strong>rar<br />

que los resultados educativos sean positivos o no, son elementos que precisan ser<br />

revisados. Es <strong>de</strong>cir, como medidas para reducir parte <strong>de</strong>l fracaso escolar se ha<br />

llamado la atención sobre la necesidad <strong>de</strong> reflexión sobre la selección <strong>de</strong><br />

contenidos, sobre los procesos <strong>de</strong> aprendizaje y sobre el diseño <strong>de</strong> las pruebas <strong>de</strong><br />

evaluación (Esteve y Vera, 2001).<br />

No sólo es preciso intervenir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el centro <strong>de</strong> enseñanza, el ámbito<br />

familiar también juega un papel importante en la prevención y resolución <strong>de</strong>l fracaso<br />

escolar. Es necesario que los padres se preocupen y se formen para educar<br />

a<strong>de</strong>cuadamente a sus hijos, esto es hacerse responsables <strong>de</strong> su tarea formativa,<br />

evitando siempre caer en una ayuda innecesaria que resultaría antieducativa,<br />

provocando adultismo, hiperprotección, rigi<strong>de</strong>z o incoherencia.<br />

Por otra parte, la relación entre la familia y el centro <strong>de</strong> enseñanza ha<br />

<strong>de</strong> suponer mucho más que algunos contactos informativos, ha <strong>de</strong> ser una<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

colaboración verda<strong>de</strong>ra que seguramente evitará muchas incoherencias,<br />

insuficiencias y frustraciones.<br />

La actuación <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong>be abordar dos puntos <strong>de</strong><br />

vista: salvar a los alumnos que presentan un mal comportamiento, y maximizar el<br />

potencial <strong>de</strong> aquellos que se comportan bien y quieren educarse; ambas tareas,<br />

corregir y potenciar, <strong>de</strong>ben llevarse a cabo <strong>de</strong> forma paralela y, en ocasiones, <strong>de</strong><br />

forma secuenciada.<br />

Debido a los múltiples efectos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación social<br />

sobre los individuos, es necesario <strong>de</strong>sarrollar en ellos la capacidad crítica que le<br />

ayu<strong>de</strong> a seleccionar la información, pasándola por su tamiz personal. Así pues,<br />

existen dos técnicas muy oportunas para la interpretación <strong>de</strong> noticias es el contraste<br />

con publicaciones en otros periódicos, y el estudio <strong>de</strong> todos los elementos <strong>de</strong><br />

representación.<br />

En líneas generales, toda imagen fotográfica <strong>de</strong>be ser analizada como<br />

una interpretación transformadora <strong>de</strong> lo real, como una creación arbitraria, cultural,<br />

i<strong>de</strong>ológica y codificada.<br />

Para terminar, es preciso referirse al título <strong>de</strong> la investigación “La<br />

imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria” y <strong>de</strong>cir que la<br />

imagen que actualmente se transmite <strong>de</strong> los profesionales <strong>de</strong> la enseñanza pue<strong>de</strong><br />

mejorar si los medios <strong>de</strong> comunicación empiezan a revalorizar las cuestiones<br />

intrínsecas <strong>de</strong>l proceso educativo, colocando estos textos en portadas <strong>de</strong> periódicos,<br />

acompañados <strong>de</strong> gráficos e ilustraciones explicativas, con una extensión<br />

consi<strong>de</strong>rable que llame la atención <strong>de</strong>l lector y expresando, siempre que sea posible,<br />

opiniones positivas sobre su figura y actuación social. También <strong>de</strong>bemos señalar<br />

que respecto a la imagen <strong>de</strong> los alumnos los medios <strong>de</strong> comunicación están<br />

empezando a <strong>de</strong>sprestigiarla a base <strong>de</strong> tanto tratar sólo cuestiones polémicas <strong>de</strong><br />

violencia y protestas que producen <strong>de</strong>sequilibrio informativo, a pesar <strong>de</strong> que en<br />

algunos periódicos y en <strong>de</strong>terminadas cuestiones todavía se preten<strong>de</strong>n dar<br />

pinceladas positivas sobre el alumnado. Es preciso ser objetivos a la hora <strong>de</strong><br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

enjuiciar situaciones y comportamientos <strong>de</strong> ambas figuras y ofrecer una imagen<br />

completa y suficiente, <strong>de</strong> forma que no <strong>de</strong>jemos que unos sirvan <strong>de</strong> respaldo para<br />

cubrir las actuaciones incorrectas <strong>de</strong> los otros. Las cuestiones educativas en general<br />

necesitan ser revalorizadas en la sociedad actual que está perdiendo esperanzas en<br />

los logros <strong>de</strong> la educación.<br />

Una vez terminado este trabajo <strong>de</strong> investigación, po<strong>de</strong>mos constatar la<br />

existencia <strong>de</strong> un mayor número <strong>de</strong> referencias negativas sobre las cuestiones<br />

educativas y sus protagonistas, en la prensa diaria; así como su influencia<br />

<strong>de</strong>terminante sobre la opinión pública y la imagen social <strong>de</strong>l profesorado, <strong>de</strong>l<br />

alumnado y <strong>de</strong> la enseñanza en general, al ser la prensa un medio <strong>de</strong> comunicación<br />

social <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n. Hay importantes logros <strong>de</strong> nuestros sistemas educativos que<br />

apenas si son comentados por los medios <strong>de</strong> comunicación, hitos históricos que<br />

pasan inadvertidos y que no llegan a la opinión pública. Nuestros sistemas<br />

educativos están consiguiendo éxitos históricos sin prece<strong>de</strong>ntes, aunque la imagen<br />

<strong>de</strong> ellos que se difun<strong>de</strong> en los medios <strong>de</strong> comunicación tien<strong>de</strong> a ser una imagen<br />

negativa y <strong>de</strong> fracaso generalizado, lejos <strong>de</strong> la imagen real <strong>de</strong>l sistema educativo.<br />

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Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

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458


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXOS<br />

459


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 1. Distribución temporal <strong>de</strong> los textos encontrados. Datos<br />

correspondientes a los gráficos 4.2, 4.3, 4.4, 4.5, 4.6 y 4.7.<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*FECHA DE PUBLICACIÓN<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTAL<br />

Septiembre: Recuento 61 31 60 31 58 241<br />

Frec.Esperada 41 45 77 26 50<br />

Octubre: Recuento 25 38 78 16 30 187<br />

Frec.Esperada 31 35 60 20 39<br />

Noviembre: Recuento 29 42 81 20 36 208<br />

Frec.Esperada 35 39 67 22 43<br />

Diciembre: Recuento 24 40 62 12 30 168<br />

Frec.Esperada 28 31 54 18 35<br />

Enero: Recuento 23 22 41 10 39 135<br />

Frec.Esperada 23 25 43 14 28<br />

Febrero: Recuento 38 37 62 30 33 200<br />

Frec.Esperada 34 37 64 22 41<br />

Marzo: Recuento 25 23 65 13 29 155<br />

Frec.Esperada 26 29 50 17 32<br />

Abril: Recuento 33 44 51 23 36 187<br />

Frec.Esperada 31 35 60 20 39<br />

Mayo: Recuento 13 33 40 17 37 140<br />

Frec.Esperada 23 26 45 15 29<br />

Junio: Recuento 28 25 43 17 25 138<br />

Frec.Esperada 23 25 44 15 28<br />

Julio: Recuento 13 11 20 10 30 84<br />

Frec.Esperada 14 15 27 9 17<br />

Agosto: Recuento 14 13 13 11 16 67<br />

Frec.Esperada 11 12 21 7 14<br />

TOTALES 326 359 616 210 399 1910<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 95´790 0´000<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 94´580 0´000<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 1910<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

460


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 2. Distribución <strong>de</strong> los textos por secciones. Datos correspondientes a<br />

los gráficos 4.8, 4.9, 4.10, 4.11, 4.12 y 4.13.<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*SECCIÓN DEL PERIÓDICO<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTAL<br />

Andalucía: Recuento 92 178 151 0 20 441<br />

Frec.Esperada 75 83 142 49 92<br />

Barcelona: Recuento 0 0 0 13 0 13<br />

Frec.Esperada 2 2 4 1 3<br />

Cultura: Recuento 7 0 9 7 7 30<br />

Frec.Esperada 5 6 10 3 6<br />

Economía: Recuento 1 0 0 0 6 7<br />

Frec.Esperada 1 1 2 1 2<br />

Educación: Recuento 62 57 216 36 33 404<br />

Frec.Esperada 69 76 130 44 84<br />

España: Recuento 21 28 16 0 9 74<br />

Frec.Esperada 13 14 24 8 16<br />

Espectáculos: Recuento 0 0 1 0 3 4<br />

Frec.Esperada 1 1 1 0 1<br />

Futuro: Recuento 2 1 1 0 1 5<br />

Frec.Esperada 1 1 2 1 1<br />

Imágenes: Recuento 5 0 0 0 0 5<br />

Frec.Esperada 1 1 2 1 1<br />

Internacional: Recuento 23 11 20 12 12 78<br />

Frec.Esperada 13 15 25 9 16<br />

<strong>Málaga</strong>: Recuento 0 0 0 0 238 238<br />

Frec.Esperada 41 45 77 26 50<br />

Opinión: Recuento 4 2 0 0 7 13<br />

Frec.Esperada 2 2 4 1 3<br />

Salud: Recuento 0 1 2 0 1 4<br />

Frec.Esperada 1 1 1 0 1<br />

Sociedad: Recuento 109 76 198 138 62 583<br />

Frec.Esperada 100 110 188 64 122<br />

Tribunales: Recuento 0 5 2 4 0 11<br />

Frec.Esperada 2 2 4 1 2<br />

TOTALES 326 359 616 210 399 1910<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 1584´837 0´000<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 1420´183 0´000<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 1910<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

461


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 3. Elementos empleados para la presentación <strong>de</strong> los textos. Datos correspondientes a los gráficos 4.14, 4.15,<br />

4.16, 4.17, 4.18 y 4.19.<br />

LA<br />

LA<br />

ABC ABC % EL MUNDO EL MUNDO % EL PAÍS EL PAÍS % VANGUARDIA VANGUARDIA % SUR SUR % TOTALES<br />

Foto 183 56,13 189 52,65 365 59,25 159 75,71 290 72,68 1186<br />

Foto <strong>de</strong> Portada 8 2,45 12 3,34 16 2,60 8 3,81 6 1,50 50<br />

Gráfico 48 14,72 30 8,36 43 6,98 29 13,81 6 1,50 156<br />

Gráfico <strong>de</strong> Portada 0 0,00 0 0,00 0 0,00 2 0,95 0 0,00 2<br />

Pretítulo 24 7,36 121 33,70 162 26,30 84 40,00 100 25,06 491<br />

Pretítulo <strong>de</strong> Portada 0 0,00 8 2,23 0 0,00 0 0,00 1 0,25 9<br />

Subtítulo 205 62,88 224 62,40 383 62,18 70 33,33 236 59,15 1118<br />

Subtítulo <strong>de</strong> Portada 7 2,15 11 3,06 8 1,30 4 1,90 15 3,76 45<br />

Titular 326 100,00 359 100,00 615 99,84 209 99,52 399 100,00 1908<br />

Titular <strong>de</strong> Portada 16 4,91 42 11,70 23 3,73 14 6,67 22 5,51 117<br />

462


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 4. Localización <strong>de</strong> los textos en página impar o par.<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*LOCALIZACIÓN DEL DOCUMENTO<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

Impar: Recuento 151 186 262 123 164 886<br />

Frec.Esperada 157 170 270 104 185<br />

Par: Recuento 222 219 382 125 277 1225<br />

Frec.Esperada 216 235 374 144 256<br />

TOTALES 373 405 644 248 441 2111<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 13´442 0´009<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 13´402 0´009<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 2111<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

463


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 5. Ubicación <strong>de</strong> los textos. Datos correspondientes a los gráficos 4.20,<br />

4.21, 4.22, 4.23, 4.24 y 4.25.<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*SITUACIÓN EN EL PERIÓDICO<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTAL<br />

Portada: Recuento 18 58 38 14 20 148<br />

Frec.Esperada 26 28 45 17 31<br />

Primeras Pgns.: Recuento 64 185 236 21 200 706<br />

Frec.Esperada 125 135 215 83 147<br />

Pgns. Centrales: Recuento 147 158 334 199 146 984<br />

Frec.Esperada 174 189 300 116 206<br />

Últimas Pgns.: Recuento 144 4 35 14 58 255<br />

Frec.Esperada 45 49 78 30 53<br />

Contraportada: Recuento 0 0 1 0 17 18<br />

Frec.Esperada 3 4 6 2 4<br />

TOTALES 373 405 644 248 441 2111<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 594´124 0´000<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 547´152 0´000<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 2111<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

464


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 6. Tamaño <strong>de</strong> los documentos. Datos correspondientes a los gráficos<br />

4.26, 4.27, 4.28, 4.29, 4.30 y 4.31.<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*TAMAÑO DEL DOCUMENTO<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTAL<br />

Muy pequeña: Recuento 15 45 55 33 75 223<br />

Frec.Esperada 39 43 68 26 47<br />

Pequeña: Recuento 133 211 321 102 187 954<br />

Frec.Esperada 167 183 291 112 199<br />

Media página: Recuento 42 92 138 63 88 423<br />

Frec.Esperada 74 81 129 50 88<br />

Gran<strong>de</strong>: Recuento 141 50 116 48 81 436<br />

Frec.Esperada 77 84 133 51 91<br />

Página completa: Recuento 42 7 14 2 10 75<br />

Frec.Esperada 13 14 23 9 16<br />

TOTALES 373 405 644 248 441 2111<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 220´381 0´000<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 198´210 0´000<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 2111<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

465


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 7. Géneros periodísticos empleados. Datos correspondientes a los<br />

gráficos 4.32, 4.33, 4.34, 4.35, 4.36 y 4.37.<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*GÉNERO PERIODÍSTICO<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTAL<br />

Artículo <strong>de</strong> Opinión: Recuento 4 8 5 1 9 27<br />

Frec.Esperada 5 5 9 3 6<br />

Carta al Director: Recuento 1 0 0 0 0 1<br />

Frec.Esperada 1 0 0 0 0<br />

Comentario: Recuento 5 8 12 5 11 41<br />

Frec.Esperada 7 8 13 4 9<br />

Entrevista: Recuento 4 3 8 6 13 34<br />

Frec.Esperada 6 6 11 4 7<br />

Noticia: Recuento 267 289 517 170 306 1549<br />

Frec.Esperada 264 291 500 170 323<br />

Reportaje: Recuento 45 51 74 28 60 258<br />

Frec.Esperada 44 49 83 28 54<br />

TOTALES 326 359 616 210 399 1910<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 25´850 0´171<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 24´152 0´236<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 1910<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

466


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 8. Frecuencia <strong>de</strong> temas reflejados en los textos. Datos correspondientes a los<br />

Gráficos 4.38, 4.39, 4.40, 4.41, 4.42, 4.43 y 4.44.<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

do-ausencia 0 2 1 0 4 7<br />

do-conflicto 26 30 30 9 20 115<br />

do-<strong>de</strong>spido 22 34 38 4 13 111<br />

do-disciplina 13 13 15 12 22 75<br />

do-enseñanza 5 5 9 4 4 27<br />

do-familia 4 2 1 4 3 14<br />

do-formación 8 5 20 2 4 39<br />

do-guerra 2 1 1 0 0 4<br />

do-investigación 7 9 20 3 20 59<br />

do-maestría 6 10 10 12 21 59<br />

do-política 34 34 57 19 15 159<br />

do-protesta 12 31 32 5 19 99<br />

do-reconocimiento 4 6 7 1 5 23<br />

do-religión 12 14 15 11 20 72<br />

TOTALES 155 196 256 86 170 863<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

dis-aprendizaje 10 8 27 9 21 75<br />

dis-conflicto 14 26 35 15 22 112<br />

dis-coste 6 13 14 1 34 68<br />

dis-diversidad 4 6 22 2 11 45<br />

dis-fracaso 14 19 20 11 11 75<br />

dis-guerra 12 8 17 15 2 54<br />

dis-huelga 36 41 93 19 29 218<br />

dis-iniciativas 8 11 59 20 47 145<br />

dis-inmigrantes 11 8 21 10 5 55<br />

dis-matrícula 33 20 35 9 42 139<br />

dis-política 31 14 47 11 12 115<br />

dis-religión 1 1 4 1 3 10<br />

dis-transporte 2 4 2 1 10 19<br />

dis-violencia 11 26 15 19 28 99<br />

TOTALES 193 205 411 143 277 1229<br />

467


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 9. Referencia a docentes, discentes o a ambos, en los documentos<br />

encontrados.<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*FIGURA DE<br />

REFERENCIA<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS<br />

LA<br />

VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

Docentes: Recuento 133 154 205 67 122 681<br />

Frec.Esperada 116 128 220 75 142<br />

Discentes: Recuento 171 163 360 124 229 1047<br />

Frec.Esperada 179 197 338 115 219<br />

Docentes+<br />

Discentes: Recuento 22 42 51 19 48 182<br />

Frec.Esperada 31 34 59 20 38<br />

TOTALES 326 359 616 210 399 1910<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

0´0<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 29´268<br />

00<br />

0´0<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 29´375<br />

00<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 1910<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

468


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 10. Calificación que se hace en los textos. Datos correspondientes a los gráficos<br />

4.45, 4.46, 4.47, 4.48, 4.49, 4.50, 4.51, 4.52, 4.53, 4.54 y 4.55.<br />

DISCENTE ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

In<strong>de</strong>terminada 109 94 181 62 146 592<br />

Negativa 25 45 35 30 39 174<br />

Positiva 8 11 59 20 47 145<br />

Neutra 51 55 136 31 45 318<br />

TOTALES 193 205 411 143 277 1229<br />

DOCENTE ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

In<strong>de</strong>terminada 79 84 112 43 59 377<br />

Negativa 35 49 54 16 39 193<br />

Positiva 21 27 38 20 49 155<br />

Neutra 20 36 52 7 23 138<br />

TOTALES 155 196 256 86 170 863<br />

TABLA DE CONTINGENCIA PERIÓDICO*IMAGEN<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

In<strong>de</strong>terminada: Recuento 188 178 293 105 205 969<br />

Frec.Esperada 161 186 309 106 207<br />

Negativa: Recuento 60 94 89 46 78 367<br />

Frec.Esperada 61 70 117 40 78<br />

Positiva: Recuento 29 38 97 40 96 300<br />

Frec.Esperada 50 58 96 33 64<br />

Neutra: Recuento 71 91 188 38 68 456<br />

Frec.Esperada 76 87 145 50 97<br />

TOTALES 326 359 616 210 399 2092<br />

PRUEBAS DE CHI-CUADRADO<br />

Valor Sig.asintótica<br />

Chi-cuadrado <strong>de</strong> Pearson 78´670 0´000<br />

Razón <strong>de</strong> verosimilitud 78´772 0´000<br />

N <strong>de</strong> casos válidos 2092<br />

N <strong>de</strong> casos perdidos 0<br />

Porcentaje casos válidos 100%<br />

469


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 11. Presencia <strong>de</strong> palabras clave. Datos correspondientes a los gráficos<br />

4.56, 4.57, 4.58, 4.59, 4.60, 4.61 y 4.62.<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

Colegial-a 1 1 1 2 1 6<br />

Escolar 21 15 38 18 20 112<br />

Alumno-a-ado 117 158 250 93 225 843<br />

Estudiante 83 48 180 54 75 440<br />

Universitario-a 14 21 31 16 13 95<br />

Discente 0 0 0 0 0 0<br />

TOTALES 236 243 500 183 334 1496<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTALES<br />

Maestro-a 11 17 26 7 20 81<br />

Docente 24 44 67 12 22 169<br />

Profesor-a-ado 125 140 198 78 123 664<br />

Catedrático-a 12 29 16 4 11 72<br />

Director-a 15 14 17 2 6 54<br />

TOTALES 187 244 324 103 182 1040<br />

470


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 12. Tabla cruzada <strong>de</strong> las secciones <strong>de</strong> los cinco periódicos con las palabras<br />

clave referentes a la figura <strong>de</strong>l Docente.<br />

MAESTRO-A DOCENTE PROFESOR-A-ADO CATEDRÁTICO-A DIRECTOR-A TOTAL<br />

SECCIÓN/DOCENTE ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG<br />

ANDALUCÍA 2 9 4 0 0 7 20 12 4 0 35 63 39 8 0 3 23 5 0 0 1 5 2 0 0 242<br />

BARCELONA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2<br />

CULTURA 0 0 5 2 1 0 0 0 0 0 3 0 2 5 2 0 0 2 0 2 0 0 0 0 0 24<br />

ECONOMÍA 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3<br />

EDUCACIÓN 0 3 4 4 1 6 7 27 1 3 24 25 65 10 18 2 0 4 2 0 9 4 5 1 0 225<br />

ESPAÑA 0 1 1 0 0 1 4 1 0 0 11 9 6 4 0 5 2 2 1 0 0 3 0 0 0 51<br />

ESPECTÁCULOS 0 0 1 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 4<br />

FUTURO 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 2<br />

IMÁGENES 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1<br />

INTERNACIONAL 4 0 0 3 0 0 0 0 0 0 8 4 6 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 30<br />

MÁLAGA 0 0 0 5 0 0 0 0 12 0 0 0 0 74 0 0 0 0 5 0 0 0 0 4 0 100<br />

OPINIÓN 1 1 0 0 0 0 0 0 1 0 2 2 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 9<br />

SALUD 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0<br />

SOCIEDAD 4 3 10 3 5 10 13 27 4 8 41 33 78 14 55 2 2 3 2 2 5 2 8 1 2 337<br />

TRIBUNALES 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 4 1 0 2 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 10<br />

TOTALES 11 17 26 20 7 24 44 67 22 12 125 140 198 123 78 12 29 16 11 4 15 14 17 6 2<br />

MAESTRO-A : 81 ABC : 187<br />

DOCENTE: 169 EL MUNDO : 244<br />

PROFESOR-A-ADO : 664 EL PAÍS : 324<br />

CATEDRÁTICO-A : 72 EL SUR : 182<br />

DIRECTOR-A : 54 LA VANGUARDIA : 103<br />

471


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 13. Tabla cruzada <strong>de</strong> las secciones <strong>de</strong> los cinco periódicos con las palabras clave<br />

referentes a la figura <strong>de</strong>l Discente.<br />

SECC/DISCENTE COLEGIAL-A ESCOLAR ALUMNO-A-ADO ESTUDIANTE UNIVERSITARIO-A DISCENTE total<br />

ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN<br />

ANDALUCÍA 0 0 0 0 0 5 6 15 0 0 34 70 41 6 0 10 21 56 5 0 1 11 14 1 0 0 0 0 0 0 296<br />

BARCELONA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 12 0 0 0 0 4 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 18<br />

CULTURA 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 2 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7<br />

ECONOMÍA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7<br />

EDUCACIÓN 0 0 0 0 0 5 3 13 3 3 28 25 112 20 12 13 4 53 5 5 6 1 6 1 1 0 0 0 0 0 319<br />

ESPAÑA 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 5 17 2 7 0 8 8 5 0 0 2 1 0 0 0 0 0 0 0 0 57<br />

ESPECTÁCULOS 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2<br />

FUTURO 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 2 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4<br />

IMÁGENES 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4<br />

INTERNACIONAL 0 0 1 1 2 3 1 5 0 6 5 9 9 6 4 7 6 9 5 3 2 0 0 0 1 0 0 0 0 0 85<br />

MÁLAGA 0 0 0 0 0 0 0 0 14 0 0 0 0 137 0 0 0 0 35 0 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0 195<br />

OPINIÓN 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 4<br />

SALUD 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4<br />

SOCIEDAD 0 1 0 0 0 6 4 3 3 7 41 35 83 41 62 41 9 57 21 42 3 6 11 2 13 0 0 0 0 0 491<br />

TRIBUNALES 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3<br />

TOTALES 1 1 1 1 2 21 15 38 20 18 117 158 250 225 93 83 48 180 75 54 14 21 31 13 16 0 0 0 0 0<br />

COLEGIAL-A: 6 ABC : 236<br />

ESCOLAR: 112 EL MUNDO : 243<br />

ALUMNO-A-ADO: 843 EL PAÍS : 500<br />

ESTUDIANTE: 440 EL SUR : 334<br />

UNIVERSITARIO-A: 95 LA VANGUARDIA : 183<br />

472


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 14. Tabla cruzada <strong>de</strong> los temas sobre docentes reflejados en los cinco periódicos con las palabras<br />

clave referentes a la figura <strong>de</strong>l Docente.<br />

TEMA/DOCENTE MAESTRO-A DOCENTE PROFESOR-A-ADO CATEDRÁTICO-A DIRECTOR-A TOTAL<br />

ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG ABC MUN PAIS SUR VANG<br />

DO-AUSENCIA 0 2 0 0 0 0 1 0 1 0 0 1 1 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 9<br />

DO-CONFLICTO 4 4 9 3 1 1 5 6 1 0 23 22 18 16 7 2 1 1 1 0 1 2 3 2 0 133<br />

DO-DESPIDO 2 2 3 2 1 1 2 13 2 0 21 22 36 12 4 4 19 0 0 0 0 1 0 0 0 147<br />

DO-DISCIPLINA 0 0 1 0 0 3 2 3 2 2 9 15 10 17 17 0 0 0 1 0 4 0 1 2 1 90<br />

DO-ENSEÑANZA 0 0 0 0 0 1 2 2 0 0 6 5 8 4 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 33<br />

DO-FAMILIA 1 0 0 0 0 1 0 0 1 0 5 1 1 3 4 0 0 0 0 0 3 1 0 0 0 21<br />

DO-FORMACIÓN 0 0 1 0 0 1 1 9 1 0 6 4 15 3 2 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 44<br />

DO-GUERRA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4<br />

DO-INVESTIGACIÓN 0 0 0 0 1 0 0 1 0 0 5 8 21 9 3 1 1 2 7 0 0 0 0 0 0 59<br />

DO-MAESTRÍA 2 5 11 7 3 0 0 0 1 2 3 4 2 9 4 0 2 0 2 2 0 0 0 0 0 59<br />

DO-POLÍTICA 0 1 0 3 1 6 12 8 2 6 22 17 41 7 14 4 3 8 0 2 2 3 5 0 1 168<br />

DO-PROTESTA 0 1 0 1 0 2 10 11 4 0 12 16 18 16 5 0 1 2 0 0 0 2 1 0 0 102<br />

DO-RECONOCIMIENTO 0 0 2 1 0 0 2 2 0 0 3 5 1 7 1 0 1 2 0 0 0 0 1 0 0 28<br />

DO-RELIGIÓN 0 1 0 3 1 3 3 5 4 0 7 16 8 24 8 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 85<br />

TOTALES 9 16 27 20 8 19 40 60 19 10 124 136 182 130 74 11 28 17 12 4 10 9 11 4 2<br />

MAESTRO-A : 80<br />

DOCENTE: 148<br />

PROFESOR-A-ADO : 646<br />

CATEDRÁTICO-A : 72<br />

DIRECTOR-A : 36<br />

ABC : 173<br />

EL MUNDO : 229<br />

EL PAÍS : 297<br />

EL SUR : 185<br />

LA VANGUARDIA : 98<br />

473


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 15. Tabla cruzada <strong>de</strong> los temas sobre discentes reflejados en los cinco periódicos con las palabras clave referentes a la figura <strong>de</strong>l Discente.<br />

COLEGIAL-A ESCOLAR ALUMNO-A-ADO ESTUDIANTE UNIVERSITARIO-A DISC<br />

TEMA/DISCENTE ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PAIS SUR VAN ABC MUN PA<br />

DIS-APRENDIZAJE 0 0 0 0 0 2 0 2 1 0 6 8 15 16 5 1 2 8 2 4 1 0 0 4 2 0 0<br />

DIS-CONFLICTO 0 0 0 0 0 1 0 2 0 4 9 21 28 23 10 1 2 7 3 2 0 3 2 1 0 0 0<br />

DIS-COSTE 0 0 0 0 0 1 0 0 2 0 4 12 11 26 0 0 0 3 3 0 1 3 2 5 2 0 0<br />

DIS-DIVERSIDAD 0 0 0 0 0 2 1 3 1 0 4 5 20 10 2 1 0 2 1 0 0 0 0 0 0 0 0<br />

DIS-FRACASO 0 0 0 0 0 1 2 1 1 1 15 16 16 13 9 2 7 6 5 3 1 0 2 0 3 0 0<br />

DIS-GUERRA 1 0 1 0 2 2 2 5 0 6 3 4 8 1 7 5 3 9 1 3 2 0 0 0 0 0 0<br />

DIS-HUELGA 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 8 29 36 17 2 39 14 85 18 17 3 9 15 2 2 0 0<br />

DIS-INICIATIVAS 0 0 0 0 0 1 4 13 10 3 2 3 24 39 18 3 3 13 7 2 0 1 4 0 2 0 0<br />

DIS-INMIGRANTES 0 0 0 0 0 3 1 3 1 3 12 11 16 3 5 2 0 4 0 0 0 0 0 0 1 0 0<br />

DIS-MATRÍCULA 0 0 0 0 0 3 0 1 0 0 28 21 23 45 5 7 2 18 13 7 1 0 3 2 2 0 0<br />

DIS-POLÍTICA 0 0 0 0 0 2 0 5 0 0 17 9 40 10 8 15 5 16 8 3 4 2 2 0 1 0 0<br />

DIS-RELIGIÓN 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 1 5 2 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0<br />

DIS-TRANSPORTE 0 0 0 1 0 1 1 1 0 0 0 1 1 4 1 1 1 0 4 0 0 1 1 0 0 0 0<br />

DIS-VIOLENCIA 0 1 0 0 0 2 2 2 3 1 5 13 12 14 14 3 12 7 8 14 0 1 0 1 0 0 0<br />

TOTALES 1 1 1 1 2 21 14 38 19 18 115 154 255 223 87 80 51 178 73 55 13 20 31 15 15 0 0<br />

COEGIAL: 6<br />

ABC : 230<br />

ESCOLAR: 110<br />

EL MUNDO : 240<br />

ALUMNO-A-ADO: 834<br />

EL PAÍS : 503<br />

ESTUDIANTE: 437<br />

EL SUR : 331<br />

UNIVERSITARIO-A: 94<br />

LA VANGUARDIA : 177<br />

474


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

ANEXO 16. Tabla <strong>de</strong> apariciones <strong>de</strong> dos temáticas en un documento.<br />

ABC EL MUNDO EL PAÍS LA VANGUARDIA SUR TOTAL<br />

dis-aprendizaje+do-enseñanza 1 2 3 0 2 8<br />

dis-aprendizaje+do-disciplina 0 0 0 1 0 1<br />

dis-aprendizaje+do-formación 0 0 1 0 0 1<br />

dis-aprendizaje+do-investigación 0 0 0 0 1 1<br />

dis-aprendizaje+do-política 0 0 0 0 1 1<br />

dis-aprendizaje+do-protesta 0 1 0 0 0 1<br />

dis-conflicto+do-ausencia 0 0 0 0 1 1<br />

dis-conflicto+do-conflicto 2 3 4 2 2 13<br />

dis-conflicto+do-<strong>de</strong>spido 0 1 0 0 0 1<br />

dis-conflicto+do-disciplina 4 0 0 0 1 5<br />

dis-conflicto+do-formación 0 0 1 0 0 1<br />

dis-conflicto+do-protesta 0 0 1 1 1 3<br />

dis-coste+do-conflicto 0 0 0 0 1 1<br />

dis-coste+do-investigación 0 1 0 0 0 1<br />

dis-coste+do-maestría 0 0 0 0 1 1<br />

dis-diversidad+do-conflicto 0 1 0 0 0 1<br />

dis-diversidad+do-enseñanza 1 0 1 0 0 2<br />

dis-diversidad+do-formación 0 0 0 0 1 1<br />

dis-diversidad+do-política 0 0 2 0 0 2<br />

dis-fracaso+do-conflicto 0 1 2 0 0 3<br />

dis-fracaso+do-enseñanza 2 0 0 0 0 2<br />

dis-fracaso+do-formación 1 0 1 0 0 2<br />

dis-fracaso+do-investigación 1 1 0 1 0 3<br />

dis-fracaso+do-política 0 0 2 0 0 2<br />

dis-guerra+do-enseñanza 0 0 0 1 0 1<br />

dis-guerra+do-guerra 2 1 0 0 0 3<br />

dis-huelga+do-conflicto 0 0 2 1 0 3<br />

dis-huelga+do-política 0 0 2 1 0 3<br />

dis-huelga+do-protesta 4 7 7 1 7 26<br />

dis-huelga+do-religión 0 0 0 0 1 1<br />

dis-iniciativas+do-enseñanza 0 1 1 0 1 3<br />

dis-iniciativas+do-formación 0 0 0 1 0 1<br />

dis-iniciativas+do-investigación 0 0 4 1 0 5<br />

dis-iniciativas+do-maestría 0 0 0 0 2 2<br />

dis-inmigrantes+do-conflicto 0 1 0 0 0 1<br />

dis-inmigrantes+do-familia 0 0 0 1 1 2<br />

dis-inmigrantes+do-formación 1 0 0 0 0 1<br />

dis-inmigrantes+do-política 0 1 0 0 0 1<br />

dis-inmigrantes+do-religión 0 1 0 0 0 1<br />

dis-matrícula+do-ausencia 0 1 0 0 0 1<br />

dis-matrícula+do-conflicto 0 2 1 0 0 3<br />

dis-matrícula+do-enseñanza 0 0 2 0 0 2<br />

dis-matrícula+do-maestría 1 0 0 0 0 1<br />

dis-matrícula+do-política 0 0 2 0 0 2<br />

dis-matrícula+do-protesta 1 1 0 0 0 2<br />

dis-política+do-política 1 4 12 0 0 17<br />

dis-política+do-protesta 0 0 0 1 0 1<br />

475


Amparo C. Civila/La imagen social <strong>de</strong> profesores y alumnos en la prensa diaria<br />

dis-religión+do-religión 0 1 1 0 1 3<br />

dis-transporte+do-polítca 0 0 0 0 1 1<br />

dis-violencia+do-conflicto 0 1 0 0 4 5<br />

dis-violencia+do-disciplina 3 4 3 8 13 31<br />

dis-violencia+do-investigación 0 0 1 0 0 1<br />

476

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