TRIPA-Mi abuela en pijama - Monte Ávila Editores
TRIPA-Mi abuela en pijama - Monte Ávila Editores
TRIPA-Mi abuela en pijama - Monte Ávila Editores
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Colección<br />
Las<br />
formas<br />
del<br />
fuego<br />
<strong>Mi</strong> <strong>abuela</strong><br />
<strong>en</strong> <strong>pijama</strong><br />
Premio del Concurso para Autores Inéditos,<br />
m<strong>en</strong>ción Dramaturgia, edición 2010
Loida Pérez<br />
<strong>Mi</strong> <strong>abuela</strong><br />
<strong>en</strong> <strong>pijama</strong>
1 a edición, 2011<br />
ILUSTRACIÓN DE PORTADA<br />
Clem<strong>en</strong>tina Cortés<br />
DIAGRAMACIÓN<br />
Sonia Velásquez<br />
CORRECCIÓN<br />
Rosa Linda Ortega<br />
©MONTE ÁVILA EDITORES LATINOAMERICANA C.A., 2010<br />
Apartado Postal 1040, Caracas, V<strong>en</strong>ezuela<br />
Telefax: (0212) 485.0444<br />
www.monteavila.gob.ve<br />
Hecho el Depósito de Ley<br />
Depósito Legal Nº lf50020118001003<br />
ISBN 978-980-01-1842-9
Al fondo de las tumbas<br />
Al fondo de los mares<br />
Al fondo del murmullo de los vi<strong>en</strong>tos<br />
Al fondo del sil<strong>en</strong>cio<br />
He aquí los signos<br />
¡Cuánto tiempo olvidado!<br />
El paso del retorno<br />
VICENTE HUIDOBRO
Personajes<br />
SARA: 30 años. Mor<strong>en</strong>a, hermosa.<br />
LETICIA: Abuela de Sara. 80 años. Apar<strong>en</strong>ta<br />
75 años.<br />
LETICIA JOVEN<br />
EL CATIRE: Antiguo amante de la <strong>abuela</strong> Leticia.<br />
Alma <strong>en</strong> p<strong>en</strong>a. 95 años.<br />
BERENICE: Hija de Leticia. Madre de Sara. 50<br />
años.<br />
TÍA SEGOVIA: Madrastra de Leticia. Alma <strong>en</strong> p<strong>en</strong>a.<br />
110 años.<br />
3
Esc<strong>en</strong>a 1<br />
La Casona<br />
(Sala de una vieja casona. Se respira un aire de sosiego.<br />
Es de noche y llueve a cántaros. Una lámpara con luz t<strong>en</strong>ue<br />
titila <strong>en</strong> una esquina. Dos poltronas, un sofá, una<br />
mesa de c<strong>en</strong>tro y una pequeña desp<strong>en</strong>sa compon<strong>en</strong> la habitación.<br />
Todo está cubierto con sábanas. Una maleta<br />
grande con un viejo violín <strong>en</strong>cima y dos baúles se acuestan<br />
<strong>en</strong> un lateral. Al fondo, un gran reloj de campana.<br />
Leticia está s<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> un sali<strong>en</strong>te que hace de v<strong>en</strong>tana.<br />
Sara irrumpe furiosa <strong>en</strong> la esc<strong>en</strong>a. Vi<strong>en</strong>e vestida con un<br />
sobretodo negro y está empapada. En las manos trae un<br />
bolso y una pequeña maleta de viaje.)<br />
SARA: ¡Van a embargar la casona!<br />
LETICIA: ¡Sara! ¡Qué grata sorpresa!<br />
SARA (La besa): Abuela, perdona. No te<br />
pude avisar.<br />
LETICIA: ¿Embargar la Casona? Es absurdo.<br />
SARA (Coloca el bolso y la maleta <strong>en</strong> la<br />
mesa): Me lo dijo Adriana, la subger<strong>en</strong>te<br />
del Banco C<strong>en</strong>tral, se <strong>en</strong>teró<br />
ayer.<br />
LETICIA: Déjame ayudarte ¡Estás mojada! (Le<br />
quita el sobretodo) Y elimina esas<br />
5
ideas, tu madre y yo nos vamos de<br />
vacaciones... (Coloca la chaqueta<br />
<strong>en</strong> un mueble) ¡a la playa!<br />
SARA: Abuela, pisa tierra. ¡Confiscan la<br />
Casona!<br />
LETICIA (La abraza): Sara cariño, vi<strong>en</strong>es llegando<br />
de España y traes esa cabeza<br />
ll<strong>en</strong>a de inv<strong>en</strong>tos.<br />
SARA (Se deshace del abrazo): Pres<strong>en</strong>tía<br />
una emerg<strong>en</strong>cia.<br />
LETICIA: No te preocupes. Voy a prepararte un<br />
cafecito. (Va a la desp<strong>en</strong>sa y saca<br />
una taza). ¡Qué casualidad! Me s<strong>en</strong>tía<br />
triste.<br />
SARA (Echándose <strong>en</strong> la poltrona): El decomiso<br />
lo ejecutarán mañana a las 3<br />
de la tarde.<br />
LETICIA: ¿Decomiso?<br />
SARA: Primero me matarán antes de que<br />
eso ocurra.<br />
LETICIA (Se olvida de la taza y busca <strong>en</strong> una<br />
de las maletas): Pierdes tu tiempo<br />
angustiada por tonterías. (Saca un<br />
<strong>pijama</strong>) ¡Hasta me compré un <strong>pijama</strong><br />
nuevo!<br />
SARA: ¿Pijama, abuelita? Cuando uno se va<br />
de vacaciones (Destapa una de las<br />
poltronas y le muestra) no cubre todos<br />
los muebles de la casa, (Le da<br />
con el pie a un baúl) ni ti<strong>en</strong>e la ropa<br />
metida <strong>en</strong> baúles.<br />
6
(Leticia mira hacia todos lados asombrada. Descubre la<br />
otra poltrona.)<br />
LETICIA: ¡Ah Dios! ¡Es cierto!<br />
SARA (Enci<strong>en</strong>de un cigarrillo): La bruja se<br />
aprovecha de tu <strong>en</strong>fermedad.<br />
LETICIA: ¡Sara! No le digas bruja a tu madre.<br />
¡Y no estoy <strong>en</strong>ferma!<br />
SARA (Explota): No ti<strong>en</strong>e corazón. ¿No te<br />
das cu<strong>en</strong>ta? A mí que soy su hija me<br />
detesta.<br />
LETICIA: ¡Sara!, no me gusta que hables así de<br />
Ber<strong>en</strong>ice.<br />
SARA: Si no fuera por ti, mi niñez hubiese<br />
transcurrido <strong>en</strong> un orfanato. En fin,<br />
<strong>abuela</strong>, hablo como quiero. Ella<br />
nunca ha sido mi madre.<br />
LETICIA: ¿Qué <strong>en</strong>fermedad dices que t<strong>en</strong>go?<br />
SARA: Alzheimer, un padecimi<strong>en</strong>to que te<br />
hace vivir <strong>en</strong> el pasado, y las cosas<br />
importantes como quedarte sin casa,<br />
te pasan inadveridas.<br />
(Leticia se dirige a la v<strong>en</strong>tana y se moja las manos con<br />
la lluvia. Sara aplasta el cigarrillo contra un c<strong>en</strong>icero<br />
que está <strong>en</strong> la mesa de c<strong>en</strong>tro.)<br />
LETICIA: El pasado… Si<strong>en</strong>to la proximidad<br />
del Catire… (Fija su mirada <strong>en</strong> el<br />
exterior y lanza un grito de alegría)<br />
¡Sara! ¡Están empezando a salir los<br />
nazar<strong>en</strong>os!<br />
7
SARA (Para sí misma):T<strong>en</strong>go que saber por<br />
cuánto es la ord<strong>en</strong> de embargo.<br />
Adriana no se quiso comprometer.<br />
(Recorre la sala con la mirada) Esta<br />
Casona es antiquísima. (A Leticia)<br />
Abuela, ¿sabías que la Casona fue<br />
construida a mediados del siglo XIX?<br />
LETICIA (Saluda a algui<strong>en</strong> desde la v<strong>en</strong>tana):<br />
¡Adiós Nicolasa! (Suspira) Todavía<br />
pagando promesas… (Se baja del<br />
muro de la v<strong>en</strong>tana) ¿Y para qué?,<br />
su hijo murió. (<strong>Mi</strong>ra a Sara) ¿Qué<br />
decías Sara?<br />
(Sara camina inquieta. Toma tres carpetas que están <strong>en</strong><br />
la desp<strong>en</strong>sa y revisa.)<br />
SARA (P<strong>en</strong>sativa): Mamá y sus secretos.<br />
LETICIA: ¿Qué buscas, Sara?<br />
SARA: Los docum<strong>en</strong>tos del embargo, debió<br />
esconderlos <strong>en</strong> el fondo de la tierra.<br />
LETICIA (Suplicante): Sara, ¿me puedes llevar<br />
a la procesión del Nazar<strong>en</strong>o?<br />
SARA: De aquí no me muevo hasta que llegue<br />
la bruja.<br />
LETICIA: ¿Qué día es hoy?<br />
SARA: Tres de abril. <strong>Mi</strong>ércoles Santo.<br />
LETICIA: ¿<strong>Mi</strong>ércoles Santo?<br />
SARA: ¡Qué ironía! Día de pagos al Naza -<br />
r<strong>en</strong>o y tu p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cia es quedarte sin<br />
techo.<br />
LETICIA (Suspira): Con razón t<strong>en</strong>go el pecho<br />
oprimido… Ese día era <strong>Mi</strong>ércoles<br />
Santo…<br />
8
SARA: ¿Qué día?<br />
LETICIA: Todo se volvió triste.<br />
SARA: Abuela, no compr<strong>en</strong>des la magnitud<br />
de lo que sucede (Recalca) hoy.<br />
LETICIA: La Casona.<br />
SARA: Exactam<strong>en</strong>te.<br />
LETICIA (Va hasta la puerta): La salvarás.<br />
SARA (La lleva de nuevo al sillón):Abuela,<br />
¿dónde está mamá?<br />
LETICIA: Busca cajas para embalar libros.<br />
SARA (Revisa con rapidez las carpetas):<br />
Ni una señal… ¿Dónde la escondió?<br />
LETICIA: ¡Bajo la tierra!<br />
SARA (Inquieta): Este embargo es extraño…<br />
Oscuro…<br />
LETICIA: Su vida es oscura…<br />
SARA: ¿Qué dices?<br />
LETICIA: Los secretos…<br />
SARA (Recordando de pronto): ¡Abuela!,<br />
cuando pequeña escuché a Ber<strong>en</strong>ice<br />
hablar de un dinero que dejó papá antes<br />
de marcharse, y que tía Segovia<br />
guardó secretam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la Casona.<br />
LETICIA (Nerviosa): ¡Yo no sé nada!<br />
SARA: ¿Qué te pasa?<br />
LETICIA: No sé de qué hablas.<br />
SARA: Parece que te acusas…<br />
LETICIA: Ese dinero lo dejó el padre de Ber<strong>en</strong>ice.<br />
SARA: ¿Abuelito Pedro?<br />
LETICIA: Sí… (Comprometida) Bu<strong>en</strong>o, no.<br />
SARA: ¡Abuela! Estoy harta de sus medias<br />
verdades y nerviosismos cuando pregunto<br />
por cualquier cosa. (Deja de<br />
9
uscar) Por eso me marché del país…<br />
(Confesándose) Esa ambigüedad me<br />
exaspera, y me ti<strong>en</strong>e aferrada al psiquiatra.<br />
LETICIA: ¿Psiquiatra?<br />
SARA: Sí, pero ya me harté, el último no<br />
aportó nada nuevo. Su conclusión:<br />
La casona esconde la clave. Recuer -<br />
dos de mi niñez… zonas olvidadas.<br />
¡Como si yo no lo supiera!<br />
LETICIA: ¿Estás <strong>en</strong>ferma como yo?<br />
SARA: Quizás. Tú olvidas y yo recuerdo<br />
todo. ¡Neurosis!<br />
LETICIA: ¿Neurosis?<br />
SARA: Es la <strong>en</strong>fermedad de los recuerdos,<br />
las frustraciones, los conflictos circulares,<br />
r<strong>en</strong>cores, amores que no se<br />
olvidan…<br />
LETICIA (Repite como <strong>en</strong> un trance):Amores<br />
que no se olvidan…<br />
SARA (Relajada): ¡Ah...! Jean Philip, mi<br />
amado psiquiatra, un parisino bajito<br />
e intelig<strong>en</strong>te… ¡Hacíamos el amor<br />
<strong>en</strong> su diván! (Sonríe) Y luego nos<br />
perdíamos por esas calles empedradas<br />
de Francia a fumar marihuana<br />
fr<strong>en</strong>te al S<strong>en</strong>a… Me decía: (Lo imita<br />
con tono francés) «Sara…Vamos<br />
a volver sobre tu pasado, virar hacia<br />
atrás desde el pres<strong>en</strong>te, y desde allí<br />
reconstruir tu historia». (Suspira)<br />
Hablaba mi<strong>en</strong>tras sus cálidas manos<br />
me hundían <strong>en</strong> los arrabales del pla-<br />
10
cer… ¡Más interesantes que su aburrida<br />
terapia!<br />
LETICIA: Catire…<br />
SARA (<strong>Mi</strong>ra la Casona): Quedarnos sin la<br />
Casona…<br />
LETICIA (Se acurruca <strong>en</strong> una poltrona): Sara…<br />
Presi<strong>en</strong>to algo…<br />
SARA (Se si<strong>en</strong>ta junto a Leticia): Abuela,<br />
tú sabes el secreto de mamá.<br />
LETICIA (Se levanta, mira hacia atrás molesta):<br />
¡No puedo hablar!<br />
SARA: ¿Qué pasó con papá? Recuerdo peleas<br />
escandalosas por dinero.<br />
LETICIA: No lo sé.<br />
SARA: Se marchó sin despedirse de mí.<br />
LETICIA (Como si la persiguieran): ¡No sé<br />
nada de Abelardo!<br />
SARA: ¿Qué te pasa? ¡Ay <strong>abuela</strong>, no te <strong>en</strong>fermes!<br />
LETICIA: Son las fiestas del Nazar<strong>en</strong>o… (Ca -<br />
mina nerviosa) Aquella vez ocurrió<br />
un suceso que lo cambió todo…<br />
SARA (Insist<strong>en</strong>te): ¿Y ese dinero? Tal vez<br />
mamá lo tomó.<br />
LETICIA: ¿Necesitamos dinero Sara?<br />
SARA (Cortante): No. Es mamá y sus movimi<strong>en</strong>tos<br />
<strong>en</strong>revesados…<br />
LETICIA: Tu mamá sufre. No debes preocuparte,<br />
esta casa te pert<strong>en</strong>ece por her<strong>en</strong>cia,<br />
primero tía Segovia, luego yo…<br />
SARA: ¡Eso no cu<strong>en</strong>ta! Mañana perderemos<br />
la Casona y estoy segura de que<br />
mamá ti<strong>en</strong>e planes extraños contigo.<br />
11
LETICIA: Son los secretos… (Camina de un<br />
lado a otro) ¡Ayúdame Diosito!<br />
SARA: Cálmate <strong>abuela</strong>. (Se levanta y sigue<br />
revisando las gavetas de la desp<strong>en</strong>sa)<br />
No te preocupes, no me ti<strong>en</strong>es que<br />
decir nada.<br />
LETICIA (Con las manos <strong>en</strong> la cabeza): ¡Es<br />
que no aguanto!<br />
SARA (La si<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la poltrona): La vida se<br />
te devuelve como un v<strong>en</strong><strong>en</strong>o.<br />
LETICIA (Se levanta): ¡Necesito ir a la procesión!<br />
¡Déjame ir!<br />
SARA: No estás para eso.<br />
(Se escucha un fuerte murmullo de multitud. Leticia va<br />
a la v<strong>en</strong>tana.)<br />
LETICIA: Ya pasan los nazar<strong>en</strong>os… (Emocio -<br />
nada) ¡Todos le decían el Catire!<br />
SARA: ¿Quién es el Catire?<br />
LETICIA (Emocionada): Fue un <strong>Mi</strong>ércoles<br />
Santo… A esta hora…la g<strong>en</strong>te todavía<br />
estaba <strong>en</strong> la plaza… (Se si<strong>en</strong>ta temblando<br />
junto a Sara) Había llovido y<br />
las calles eran un lodo… Yo era ap<strong>en</strong>as<br />
una niña. Mamá había muerto.<br />
SARA: Y te acogió tía Segovia.<br />
LETICIA: Papá me confió con tía Segovia y se<br />
marchó. Cómo se va la g<strong>en</strong>te cuando<br />
quiere olvidar. Qué tristeza s<strong>en</strong>tí<br />
cuando se despidió. De noche escuchaba<br />
el rechinar del limonero que<br />
estremecía las paredes. ¡Detestaba<br />
la casona!<br />
12
SARA: ¿Y el Catire?<br />
LETICIA: Vino a mí como una aparición. Yo<br />
estaba s<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> esta v<strong>en</strong>tana y escuché<br />
su voz recia y alegre. V<strong>en</strong>ía<br />
bajando por el Camino de los Es -<br />
pañoles, y cuando me miró, se plantó<br />
fr<strong>en</strong>te al v<strong>en</strong>tanal. Ojos verdes,<br />
di<strong>en</strong>tes blanquísimos. Parecía un<br />
caballero alado. Me <strong>en</strong>amoré.<br />
SARA: ¿Y qué hacía? ¿T<strong>en</strong>ía dinero?<br />
LETICIA: Vivía con unas tías de las islas Ca -<br />
narias que lo educaron. Era un poco<br />
vagabundo, músico… estudiaba <strong>en</strong><br />
la Universidad…<br />
SARA: ¿Y qué pasó?<br />
LETICIA: Tía Segovia lo detestaba. Nos veíamos<br />
a escondidas. Me escapaba al<br />
bar Diosa del amor, cerca del antiguo<br />
cine La Pastora. Allí conocí a la<br />
Chata, una prostituta hermosa que<br />
reg<strong>en</strong>taba el negocio… (Sonríe)…<br />
Siempre t<strong>en</strong>ía una habitación para<br />
los dos…<br />
SARA: ¡Que romántico <strong>abuela</strong>!<br />
LETICIA: Hasta ese <strong>Mi</strong>ércoles Santo… Lo escuché<br />
llegar desesperado a la taberna.<br />
S<strong>en</strong>tía su miedo aún sin verlo.<br />
Escudriñé por la aldaba de la puerta,<br />
pues t<strong>en</strong>ía prohibido salir. Allí estaba<br />
él, su pecho subía y bajaba<br />
acompasado por el temor…T<strong>en</strong>ía<br />
los ojos desorbitados y miraba una y<br />
otra vez hacia afuera. Yo estaba <strong>en</strong><br />
13
<strong>pijama</strong>, casi desnuda, <strong>en</strong> el cuartico.<br />
Él hablaba con la Chata. Se besaban,<br />
se despedían. Yo salí. Él me miró con<br />
ternura y me abrazó. Besó mis labios<br />
como nunca. Yo no quería porque<br />
había besado a la puta. Pero antes de<br />
que pudiera resistirme, <strong>en</strong>tró Ni ca -<br />
nor, un edecán del g<strong>en</strong>e ral Gó mez.<br />
Le disparó a quemarropa sobre el<br />
vi<strong>en</strong>tre. Sólo recuerdo el lago de sangre<br />
que com<strong>en</strong>zaba a cubrir mis pies<br />
descalzos…Y la voz de la Chata que<br />
aún zumba <strong>en</strong> mis oídos: «La carta…<br />
te han matado por una carta Catire…».<br />
SARA: Abuela…<br />
LETICIA: Pero nunca vi su cadáver… Cuando<br />
desperté, estaba <strong>en</strong> casa con tía Se -<br />
govia. No me dejaron ver su tumba.<br />
SARA: Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te lo mataron y lo <strong>en</strong>terraron<br />
<strong>en</strong> cualquier sitio.<br />
LETICIA: Era una fecha santa, nadie quedaba<br />
sin <strong>en</strong>terrar. (<strong>Mi</strong>ra hacia todos lados)<br />
Quizás está vivo…<br />
SARA: ¿Y abuelo Pedro?<br />
LETICIA: Fue un arreglo <strong>en</strong>tre tía Segovia y<br />
Pedro.<br />
(La luz se hace t<strong>en</strong>ue. Es el día del matrimonio de Leticia<br />
jov<strong>en</strong>.<br />
14
Entra Leticia jov<strong>en</strong> indecisa con un traje de novia de época.)<br />
LETICIA JOVEN (Con rabia): Lo que hago es p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong><br />
ti. Y si es que te mataron, ¡pues bi<strong>en</strong><br />
bu<strong>en</strong>o! (Da patadas al piso) ¡Por p<strong>en</strong>dejo,<br />
por idiota, por muerto!<br />
TÍA SEGOVIA (En off): ¡Leticia!, ya empezaron a llegar<br />
los invitados. ¡Colócate el traje!<br />
LETICIA JOVEN (Para sí misma): ¡Es un bu<strong>en</strong> hombre!<br />
No importa que no lo quieras ni<br />
que sea mayor que tú. Salvarás a tu<br />
tía de las l<strong>en</strong>guas del vecindario.<br />
(Entra tía Segovia.)<br />
TÍA SEGOVIA: ¿Qué dices? ¡Te voy a matar a golpes!…<br />
¡El cura ti<strong>en</strong>e horas <strong>en</strong> la casa!<br />
LETICIA JOVEN: No tía. Este vestido está muy apretado<br />
y me dan ganas de… (Se contorsiona<br />
evitando vomitar) ¡vomitar!<br />
TÍA SEGOVIA: Coloca <strong>en</strong> tu nariz este paño empapado<br />
<strong>en</strong> alcohol y acaba de vestirte.<br />
(Leticia jov<strong>en</strong> lanza el vestido de novia al piso <strong>en</strong>tre arcadas.)<br />
LETICIA JOVEN: ¡Maldito este día! ¡Maldito el día <strong>en</strong><br />
que te conocí, Catire! Ahora me dejas<br />
sola.<br />
TÍA SEGOVIA (La golpea): ¡No maldigas, mal nacida!<br />
¡Esta casa es un hogar dec<strong>en</strong>te!<br />
LETICIA JOVEN (Se arrodilla):Tía, no me hagas casar<br />
con ese hombre…<br />
15
TÍA SEGOVIA (Le templa el cabello): ¡No se discute!<br />
¡Colócate el vestido!<br />
LETICIA JOVEN: Las mujeres deberían nacer muertas<br />
para casarse con hombres muertos,<br />
porque los vivos no exist<strong>en</strong> o se los<br />
llevó la muerte.<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Amarrada te voy a llevar al altar si<br />
eso es lo que quieres!<br />
LETICIA JOVEN (Suplicante): ¡Tía, no me obligues!<br />
TÍA SEGOVIA: Pedro accedió a casarse contigo así,<br />
con ese estorbo que llevas d<strong>en</strong>tro.<br />
LETICIA JOVEN (Llora y se aprieta el vi<strong>en</strong>tre desesperada):<br />
¡<strong>Mi</strong> muchachita!<br />
(Tocan a la puerta. Tía Segovia sale del foco de luz y antes<br />
de desaparecer le grita a Leticia jov<strong>en</strong>.)<br />
TÍA SEGOVIA: (¡Agradece que algui<strong>en</strong> se quiera casar<br />
contigo!<br />
(Leticia saca un frasco que lleva escondido <strong>en</strong>tre los s<strong>en</strong>os.)<br />
LETICIA JOVEN (Lo coloca <strong>en</strong> alto y dice para sí):<br />
¡Un trago y el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro será eterno!<br />
(En el mom<strong>en</strong>to de tomar el v<strong>en</strong><strong>en</strong>o,<br />
mira una rosa blanca que se ha v<strong>en</strong>ido<br />
con el frasco) ¡Catire!<br />
(Leticia jov<strong>en</strong> deja caer el frasco y la rosa al suelo. Toma<br />
el vestido de novia y se lo coloca resignadam<strong>en</strong>te.<br />
16
Oscurece l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te hasta quedar <strong>en</strong> p<strong>en</strong>umbras <strong>en</strong> tanto<br />
los recuerdos desaparec<strong>en</strong>.<br />
Se expande la luz. Sara está s<strong>en</strong>tada junto a Leticia, mirándola<br />
asombrada. Leticia está doblada <strong>en</strong> la poltrona.)<br />
SARA: ¡Mamá es hija del Catire! Y abuelito<br />
Pedro, una simple sombra <strong>en</strong> tu recuerdo.<br />
(Camina de un lado a otro)<br />
Siempre fue así, tan gris, tan solitario…<br />
Era uno de esos hombres a qui<strong>en</strong>es<br />
la muerte los visita temprano…<br />
LETICIA: Nunca preguntó nada…<br />
SARA: ¡Con razón! Cuando murió lo lloramos,<br />
lo rezamos y lo olvidamos. No<br />
t<strong>en</strong>ía nada que decir, nada que discutir,<br />
era un hombre muerto prestado a la<br />
vida. (Se si<strong>en</strong>ta nuevam<strong>en</strong>te junto a<br />
Leticia) Entonces... mamá…<br />
LETICIA (Cortante): No lo sabe.<br />
(Entra Ber<strong>en</strong>ice.)<br />
17
Esc<strong>en</strong>a 2<br />
Ber<strong>en</strong>ice<br />
(Sara se levanta.)<br />
BERENICE: ¿Qué haces aquí?<br />
SARA: ¡Ah! No me esperabas…<br />
BERENICE (<strong>Mi</strong>ra a Leticia): ¿Qué le pasa a<br />
mamá?<br />
LETICIA (Se recompone): No me pasa nada.<br />
SARA: ¡Explica el embargo de la Casona!<br />
LETICIA (Se levanta con dificultad): Voy a la<br />
procesión.<br />
BERENICE: No ti<strong>en</strong>es derecho a pedirme explicaciones.<br />
SARA: ¿Por qué razón está <strong>en</strong> proceso un<br />
embargo que se ejecutará mañana a<br />
las 3 de la tarde?<br />
LETICIA: Yo… me voy.<br />
BERENICE (Explota): ¡Tú vives <strong>en</strong> España y<br />
nunca te ocupaste de nuestras necesidades;<br />
me extraña tu interés por<br />
una casa que jamás visitas!<br />
SARA: No int<strong>en</strong>tes evadir el tema, Bere nice.<br />
(Toma a Leticia del brazo) Has <strong>en</strong>gañado<br />
a mi <strong>abuela</strong>… Ella pi<strong>en</strong>sa<br />
que van a la playa.<br />
19
BERENICE: T<strong>en</strong>go un poder que firmó mamá<br />
cuando estaba <strong>en</strong> sus cabales.<br />
LETICIA: ¿Poder?<br />
SARA: Un poder del que te aprovechas para<br />
hipotecar una casa que es de toda la<br />
familia, mamá.<br />
BERENICE: ¿Familia? ¿Te refieres a mamá y a<br />
mí? Desde que te fuiste a estudiar y<br />
luego a deambular por el mundo, te<br />
olvidaste de la familia. (Ríe) Me <strong>en</strong>tero<br />
que ahora somos importantes<br />
para ti.<br />
LETICIA: Escucho a tía Segovia. (Busca seres<br />
invisibles) Estás allí, escondida.<br />
(Azuza) ¡Vamos! ¡Fuera!<br />
SARA: No me si<strong>en</strong>to culpable, (Recalca)<br />
mamá.<br />
LETICIA (Divaga): No me dejaron ver su cadáver…<br />
Hoy es noche de santos y de<br />
promesas…<br />
BERENICE (Saca unos papeles de su cartera):Tu<br />
<strong>abuela</strong> y yo vivimos aquí solas, con<br />
las balas silbándonos <strong>en</strong> los oídos.<br />
SARA: Hace cinco años les supliqué v<strong>en</strong>irse<br />
conmigo a España, y no quisieron.<br />
Alquilaríamos la Casona.<br />
BERENICE: ¿Y vivir amontonadas? ¡¿Contigo,<br />
<strong>en</strong> un país extraño?! (Ríe amarga)<br />
Qué defer<strong>en</strong>cia la tuya.<br />
LETICIA: ¿En qué país?<br />
BERENICE: Aquí están las deudas que asumí.<br />
(Bate los papeles) Yo sola, con la <strong>en</strong>fermedad<br />
de mi madre.<br />
20
SARA: Excusa estúpida. Sabes que podía<br />
<strong>en</strong>viarte dinero.<br />
LETICIA (Va a la v<strong>en</strong>tana y grita): ¡Esper<strong>en</strong>,<br />
ya voy!<br />
BERENICE (Guarda los papeles <strong>en</strong> su cartera):<br />
¿En euros? Nunca estás <strong>en</strong> el país, y<br />
mi sueldo como profesora jubilada<br />
no alcanza…<br />
LETICIA (Se dirige a la puerta): ¡El Catire<br />
está vivo!, me lo dijo el Nazar<strong>en</strong>o.<br />
BERENICE: ¿El Catire?<br />
SARA: ¿Sabes quién es?<br />
LETICIA (A Sara): ¡Shhh! (A Ber<strong>en</strong>ice) ¡Basta<br />
de <strong>en</strong>gaños, hija!<br />
BERENICE: ¡Mamá!<br />
SARA: ¿A qué se refiere?<br />
LETICIA (A Ber<strong>en</strong>ice <strong>en</strong> secreto): Lo que está<br />
<strong>en</strong>terrado…<br />
SARA: ¿Podrías explicarlo, Ber<strong>en</strong>ice?<br />
BERENICE (Nerviosa): Mamá no sabe lo que<br />
dice, está <strong>en</strong>ferma. Ella no conoce<br />
deudas. (Retadora) ¡En este país, muchachita,<br />
se paga <strong>en</strong> bolívares!<br />
SARA: ¡O también con m<strong>en</strong>tiras y felonías!<br />
BERENICE: Mamá estará bi<strong>en</strong> cuidada, si es lo<br />
que te preocupa.<br />
SARA: ¿Cuánto es la deuda?<br />
LETICIA: ¿Deuda?<br />
BERENICE: 30 millones.<br />
SARA: ¡¿Qué?!<br />
LETICIA (Saca una vela y un yesquero que<br />
ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> un bolsillo del vestido. La<br />
<strong>en</strong>ci<strong>en</strong>de): Empezó la procesión.<br />
21
SARA: ¿Empeñaste la Casona por 30 millones?<br />
¡¿Te volviste loca?!<br />
BERENICE (Apaga la vela que lleva Leticia):<br />
¡Mamá, te vas a quemar! (A Sara) Es<br />
mi casa, y puedo hacer lo que se me<br />
v<strong>en</strong>ga <strong>en</strong> gana.<br />
SARA: ¡No puedo creerlo!<br />
LETICIA (Vuelve a <strong>en</strong>c<strong>en</strong>der la vela): ¡Gra -<br />
cias Nazar<strong>en</strong>o! Com<strong>en</strong>zaré mi vía<br />
crucis. (Se prepara a salir) Voy a tu<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro. ¡Hay que pagar las deudas<br />
con Dios!<br />
SARA (Deti<strong>en</strong>e a su <strong>abuela</strong>): ¿Deudas con<br />
Dios <strong>abuela</strong>?, ¡por favor! ¡La vida<br />
está <strong>en</strong> deuda contigo!<br />
BERENICE: ¿Te fijas Sara? <strong>Mi</strong>ra el estado <strong>en</strong> que<br />
está mamá. Cada vez que vi<strong>en</strong>es la<br />
desestabilizas. (A Leticia) Mamá,<br />
tranquilízate. (Busca <strong>en</strong> su cartera)<br />
Te daré la medicina.<br />
LETICIA (Suplicante): Sara, por lo que más<br />
quieras, acompáñame a la procesión.<br />
BERENICE (No consigue la medicina): Debo<br />
comprar las pastillas de mamá.<br />
SARA: Empeñaste la Casona por una miseria.<br />
BERENICE: Fue una urg<strong>en</strong>cia. Mamá <strong>en</strong>fermó.<br />
¿O preferías que muriera <strong>en</strong> un<br />
hospital?<br />
SARA: ¿Abuela <strong>en</strong>ferma? (Irónica) ¡Qué<br />
extraño! Nunca me <strong>en</strong>teré.<br />
LETICIA (Grita desde la v<strong>en</strong>tana): ¡Esper<strong>en</strong>,<br />
no me dej<strong>en</strong>!<br />
22
BERENICE: No sabes lo que significa vivir <strong>en</strong>cerrada<br />
con mamá <strong>en</strong>tre cuatro paredes.<br />
SARA: No mi<strong>en</strong>tas, nunca estás <strong>en</strong> casa. ¿A<br />
dónde irán?<br />
BERENICE: Iremos a una urbanización tranquila.<br />
Donde podamos vivir sin temor a<br />
que nos dispar<strong>en</strong> <strong>en</strong> cualquier esquina.<br />
SARA: ¿Ya ti<strong>en</strong><strong>en</strong> casa?<br />
BERENICE: Un hogar de cuidado para mamá.<br />
SARA: ¡¿Un albergue?!<br />
LETICIA (Se lleva las manos al pecho): ¡Ay!<br />
T<strong>en</strong>go el pecho <strong>en</strong>cogido.<br />
SARA: Estás equivocada. No lo permitiré.<br />
BERENICE: Llamaré a la policía.<br />
SARA: ¿Al militarcito? ¡Con razón papá te<br />
abandonó!<br />
(Ber<strong>en</strong>ice la abofetea. Sara se lleva la mano a la cara<br />
sorpr<strong>en</strong>dida.<br />
Se escuchan rezos y murmullos de g<strong>en</strong>te que se acerca.<br />
Leticia está conc<strong>en</strong>trada mirando por la v<strong>en</strong>tana. Saluda.)<br />
BERENICE: ¡Pervertida!<br />
LETICIA: ¡La procesión! Todo está muy lindo<br />
y ll<strong>en</strong>o de luces.<br />
SARA: ¿Qué escondes?<br />
BERENICE: Eres un ser retorcido.<br />
SARA: No es por dinero que te quieres deshacer<br />
de la casa.<br />
BERENICE: Quiero que te marches.<br />
LETICIA (Le grita a Ber<strong>en</strong>ice): ¡Déjala Bere -<br />
nice, es noche sagrada!<br />
23
BERENICE: Aquí no se discut<strong>en</strong> mis decisiones.<br />
Ella vi<strong>en</strong>e a <strong>en</strong>redarlo todo.<br />
SARA: ¡Sólo secretos y represión!<br />
(Leticia asoma la mitad del cuerpo fuera de la v<strong>en</strong>tana.<br />
Aspira el olor de las velas.)<br />
LETICIA: Diosito concédeme verlo por última<br />
vez <strong>en</strong> esta vida.<br />
BERENICE (A Sara): Nadie te invitó a esta casa.<br />
SARA (Toma su cartera y saca unos papeles):<br />
Mamá, no me importa escuchar<br />
tus insultos fosilizados; siempre lo<br />
has hecho. ¡Pero no pierdas la casona!<br />
Es parte de nuestra historia. Esta parroquia<br />
ti<strong>en</strong>e 400 años de fundada.<br />
T<strong>en</strong>emos recuerdos… hermo sos…<br />
tristes… Pero es nuestra historia.<br />
BERENICE: La parroquia, la historia ¡Qué hipocresía!<br />
¡Tú quieres mi cuello!<br />
SARA: Puedo alquilarles un apartam<strong>en</strong>to <strong>en</strong><br />
una urbanización, lejos del barrio.<br />
BERENICE (Cortante): Nunca he necesitado de<br />
tu dinero. Es una decisión.<br />
LETICIA (Se va al c<strong>en</strong>tro del esc<strong>en</strong>ario. Da vueltas,<br />
alza los brazos, danza y aspira):<br />
Ahaaa… este olor a velasme traslada…<br />
BERENICE: ¿Te parece que mamá está sana?<br />
¡Sólo mírala! ¿Cómo puedes creer<br />
lo que dice?<br />
SARA: ¿Y mi memoria Ber<strong>en</strong>ice?… ¿Está<br />
<strong>en</strong>ferma también? ¿Qué pret<strong>en</strong>des<br />
llevarte?… Regalas lo único que me<br />
queda…<br />
24
BERENICE (<strong>Mi</strong>ra el reloj): ¡Falta un minuto<br />
para las 7 de la noche! ¡Ya no se<br />
puede salir!<br />
LETICIA: La Pastora… cem<strong>en</strong>terio de recuerdos…<br />
Así decía el Catire.<br />
SARA: <strong>Mi</strong>s preguntas siempre quedan sin<br />
respuesta.<br />
BERENICE: Ve a dormir mamá. No más inv<strong>en</strong>tos.<br />
LETICIA: No son inv<strong>en</strong>tos, Ber<strong>en</strong>ice. Son las<br />
señales de Dios, señales que debemos<br />
transitar hasta llegar a la verdad. Co mo<br />
<strong>en</strong> una p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cia… (Va de nuevo a<br />
la v<strong>en</strong>tana) ¡<strong>Mi</strong>ra! ¡El Naza r<strong>en</strong>o está<br />
ladeado! ¡Se va a caer!<br />
SARA (Se acerca a la v<strong>en</strong>tana): Parece que<br />
pesa más que lo habitual.<br />
BERENICE: Voy a comprar la medicina. (Le advierte<br />
a Sara) Y no quiero que hurgues<br />
más <strong>en</strong> su cerebro.<br />
LETICIA: ¡Cuántas velas! ¡La luz ahora es<br />
morada!<br />
(Ber<strong>en</strong>ice sale por un lateral.<br />
Un relámpago cruza la esc<strong>en</strong>a. Ocurre un cortocircuito. Se<br />
escucha una multitud que grita.<br />
Del lateral aparece el fantasma del Catire, lleva un ramo<br />
de flores <strong>en</strong> la mano. Cerca de él, una manta de Naza -<br />
r<strong>en</strong>o cae al piso.)<br />
25
Esc<strong>en</strong>a 3<br />
El Catire<br />
(El piso se cubre con pétalos rojos. Sara está asombrada<br />
mirando la aparición. El Catire va directam<strong>en</strong>te con Sara.)<br />
EL CATIRE: ¡Leticia!<br />
LETICIA: ¡Catire! ¿Dónde estás?<br />
(Leticia lo escucha pero no puede verlo, mira por todos lados<br />
y lo busca desesperada. El Catire le ofrece el ramo a<br />
Sara, qui<strong>en</strong> lo mira con desconfianza y va hacia la puerta.<br />
Se escuchan gritos desde la calle.)<br />
VOZ 1: ¡¿Dónde está el Nazar<strong>en</strong>o?!<br />
VOZ 2: ¡Ha desaparecido!<br />
LETICIA: Escucho tu voz, pero no puedo verte.<br />
SARA: ¿Y quién es usted?<br />
EL CATIRE (A Sara): ¡Leticia, llegué!<br />
LETICIA: ¡No puedo verte! ¡¿Dónde estás?!<br />
(Leticia lo busca sin poder verlo. Sara va con el Catire<br />
qui<strong>en</strong> le <strong>en</strong>trega el ramo de flores.)<br />
SARA (Toma el ramo como si quemara):<br />
¡Rosas!<br />
27
LETICIA (<strong>Mi</strong>ra el ramo): ¡Está aquí, Dios mío!<br />
¡Rosas blancas!… (Se las arranca<br />
a Sara) Era la clave de nuestros <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros.<br />
SARA: ¿Quién es usted?<br />
EL CATIRE (Le arranca las flores a Leticia y se<br />
las <strong>en</strong>trega de nuevo a Sara): ¡Vie -<br />
jita impertin<strong>en</strong>te! ¡No le quite las<br />
rosas a Leticia!<br />
SARA: ¡Que confusión más divertida! ¡Él<br />
pi<strong>en</strong>sa que soy Leticia! (Sara coloca<br />
las rosas sobre la poltrona).<br />
LETICIA (Tras la voz del Catire): ¡<strong>Mi</strong> amor,<br />
no te escondas! ¡No seas malo!<br />
EL CATIRE: ¡Déjeme <strong>en</strong> paz!<br />
SARA (Para sí misma): Mamá dejó la puerta<br />
abierta al salir… (Recoge unos pétalos)<br />
Y tantos pétalos <strong>en</strong> el piso…<br />
LETICIA (Al aire): Estás jugando Catire, son<br />
para mí. ¡Soy Leticia!<br />
EL CATIRE (A Leticia): ¡Ni <strong>en</strong> sueños, Señora!<br />
(Va con Sara) Leticia, regresé.<br />
LETICIA (A un lado de Sara): ¡Catire, estoy<br />
aquí!<br />
SARA: ¡Abuela! (Ríe) ¡Está <strong>en</strong>loquecida de<br />
felicidad!<br />
EL CATIRE (A Sara): Y este doloroso recorrido<br />
desde las profundidades del limbo<br />
es sólo para verte a ti.<br />
SARA: Ahh… ¿Usted vino desde esas profundidades<br />
a través de la puerta?<br />
LETICIA: ¡¿Cómo va a ser?! ¡Ni te conoce!<br />
28
EL CATIRE: Regreso del p<strong>en</strong>etrante sil<strong>en</strong>cio donde<br />
habita el hastío (Aspira el aire de la<br />
casona) Aquí se respira amor, hogar.<br />
Estás tú.<br />
LETICIA: ¡Ay, pobrecito mi Catire!… Habla<br />
de forma tan extraña.<br />
SARA (Lo mira det<strong>en</strong>idam<strong>en</strong>te y dice para<br />
sí): Es un dem<strong>en</strong>te. Parece inof<strong>en</strong>sivo.<br />
No importa quién sea, mi <strong>abuela</strong> es -<br />
tá emocionada, quizás este hombre<br />
la estimule y se anime a contar lo que<br />
esconde mamá… Pero me dice Leti -<br />
cia. Catire… ¿Qué desea de mí?<br />
LETICIA: ¡De mí, insol<strong>en</strong>te! ¡Pero es que no<br />
hay respeto!<br />
SARA: Perdone a mi <strong>abuela</strong>, mira con ojos<br />
de aus<strong>en</strong>cia, no quiere <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que<br />
usted no es su Catire.<br />
EL CATIRE: Le pedí un deseo al Nazar<strong>en</strong>o de San<br />
Pablo… ¡Y me fue concedido sólo<br />
un minuto del tiempo!<br />
SARA (Para sí): Es atractivo. (Al Catire)<br />
¿Buscas dinero?<br />
LETICIA (Desesperada): ¡No <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do por qué<br />
no me reconoce!<br />
EL CATIRE: Necesito suplicarte un favor.<br />
SARA: ¿Cuál?<br />
EL CATIRE (Se arrodilla suplicante): ¡Un rosario!<br />
Necesito que me reces un rosario,<br />
Leticia, con todo tu corazón.<br />
LETICIA: ¡Pero si yo soy evangélica!<br />
29
SARA: ¿Evangélica? Pero si hace un minuto<br />
querías ir a la procesión…<br />
LETICIA: ¡Es que no quiere mirarme!<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>ra con molestia a Leticia): Usted<br />
no. Que me lo rece Leticia.<br />
SARA: ¡Levántese! ¿Un rosario?<br />
EL CATIRE: Es la única manera de trasc<strong>en</strong>der<br />
este espacio cruzado.<br />
LETICIA: ¡Vamos a pedirle a Dios!<br />
SARA: Un equívoco divertido <strong>en</strong> medio de<br />
la frustración…<br />
EL CATIRE: Supliqué al nazar<strong>en</strong>o una oportunidad<br />
para redimirme…y me la concedió.<br />
SARA: Qué extraño. Un muerto que le pide<br />
a un Santo.<br />
LETICIA: Yo tu paz, Catire; tú mi salvación.<br />
Sabía que regresarías esta noche…<br />
¡Pero no puedo verte!<br />
(Se escuchan murmullos desde afuera.<br />
Sara corre a la v<strong>en</strong>tana, mi<strong>en</strong>tras el Catire la sigue.)<br />
EL CATIRE (A Sara): Leticia, t<strong>en</strong>go poco tiempo.<br />
Los p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>tes han perdido el rumbo,<br />
inquier<strong>en</strong> al Nazar<strong>en</strong>o. (Señala fuera<br />
de la v<strong>en</strong>tana) Van a presionar hasta<br />
que la imag<strong>en</strong> aparezca.<br />
SARA: ¿Y dónde está el Nazar<strong>en</strong>o?<br />
EL CATIRE: ¡Ha sacrificado su pres<strong>en</strong>cia por mí!<br />
Susp<strong>en</strong>dió su imag<strong>en</strong> de Nazar<strong>en</strong>o crucificado,<br />
para conceder mi petición…<br />
30
SARA (No puede cont<strong>en</strong>er las risas):Ya decía<br />
yo. Sólo <strong>en</strong> La Pastora desaparece<br />
el Nazar<strong>en</strong>o <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a Semana Santa.<br />
(Ríe relajada) ¡Y todo por la petición<br />
de un fantasma!<br />
LETICIA: ¡Ay, Catire, si tan solo pudiera verte!<br />
EL CATIRE: ¡Estoy cond<strong>en</strong>ado! T<strong>en</strong>go medio siglo<br />
vagando por estas tierras sin la dulce<br />
compañía de mi amada…(Más cerca<br />
de Sara, libidinoso) Y nunca me habías<br />
mirado así… con ese erotismo<br />
extraño <strong>en</strong> ti, Leticia. (Trata de tomar<br />
a Sara) V<strong>en</strong>…<br />
SARA (Lo deti<strong>en</strong>e): ¡No me toque!<br />
LETICIA: ¡Estás confundido, Catire!<br />
SARA: Escuche, Catire, o como se llame, mi<br />
problema es de esta tierra, no del más<br />
allá, como el suyo… Ti<strong>en</strong>e que ver<br />
con secretos… Casonas que se v<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />
o se hurtan para b<strong>en</strong>eficio de pocos.<br />
¡Maldades humanas y terr<strong>en</strong>ales!<br />
LETICIA: Tía Segovia dijo que te mataron (Se le<br />
quiebra la voz) y te echaron al Guaire.<br />
Pero nunca me dejaron ver tu cadáver…<br />
¡Y ahora tampoco te puedo ver!<br />
(Se escucha un ruido infernal. Aparece el fantasma de la<br />
tía Segovia.<br />
Va directam<strong>en</strong>te sobre Leticia.)<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Puta!<br />
(Leticia se esconde detrás de Sara. El Catire cae al suelo<br />
aturdido.)<br />
31
Esc<strong>en</strong>a 4<br />
Tía Segovia<br />
(Se escuchan gemidos. Sara auxilia al Catire. Leticia<br />
tiembla.)<br />
SARA: ¿Qué le pasa?<br />
LETICIA (<strong>Mi</strong>rando a la tía Segovia): ¡Es tía<br />
Segovia!<br />
SARA: ¡Un manicomio de fantasmas!<br />
LETICIA (<strong>Mi</strong>ra aterrada a tía Segovia): Lo<br />
juro Sara. Está aquí, y nos mira con<br />
am<strong>en</strong>aza. Cuando yo nombraba al<br />
Catire, me decía puta.<br />
SARA (Busca con la mirada): No veo nada.<br />
(Sara no puede ver el fantasma de tía Segovia. El Catire<br />
continúa <strong>en</strong> el suelo mi<strong>en</strong>tras hace sonidos guturales.)<br />
SARA (Le da golpes <strong>en</strong> el pecho):¡Reacciona!<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Bicho! ¡Gruñes más que un araguato!<br />
(El Catire comi<strong>en</strong>za a reaccionar.)<br />
SARA: ¡¿Qué le pasa?!<br />
LETICIA: ¡Catire! ¿Por qué jadeas así?<br />
TÍA SEGOVIA: Está borracho.<br />
33
EL CATIRE (Recuperándose): ¡Sal de aquí! ¡Es -<br />
panto de mala monta! (Se le <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta)<br />
¡Al tigre lo respetan por las uñas!<br />
SARA: Esta situación es rarísima. Ahora el<br />
desconocido mira fantasmas.<br />
EL CATIRE: Tía Segovia es un bicho malo.<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Bicho será tu <strong>abuela</strong>!<br />
SARA: ¿También conoció a la tía Segovia?<br />
Me parece muy raro.<br />
LETICIA: Ella lo odia.<br />
EL CATIRE (A Sara): Es la culpable del disparo.<br />
TÍA SEGOVIA (Ríe): ¡¿Culpable?! ¡El que ti<strong>en</strong>e oídos<br />
que oiga!<br />
SARA: ¡Ah! Es cierto, olvidaba que lo habían<br />
matado y es un fantasma.<br />
LETICIA: ¡Tía Segovia, yo nunca dije nada!<br />
¡Déjame <strong>en</strong> paz!<br />
SARA (Fastidiada): Abuela, tía Segovia<br />
está convertida <strong>en</strong> polvo desde hace<br />
mucho tiempo.<br />
LETICIA: ¿No puedes verla Sara?<br />
EL CATIRE: Los fantasmas execrables no son<br />
vistos por las almas puras.<br />
SARA: No, <strong>abuela</strong>. (Irónica) Parece que estos<br />
fantasmas nos hac<strong>en</strong> una jugarreta<br />
para acrec<strong>en</strong>tar nuestra desazón.<br />
EL CATIRE: Segovia quiere impedir que me reces<br />
el rosario.<br />
SARA (Al Catire): Entonces ¿usted también<br />
puede ver el fantasma de tía Segovia?<br />
EL CATIRE: Ese esperp<strong>en</strong>to me persigue desde el<br />
limbo y no quiere mi descanso.<br />
34
SARA (Curiosa): Parece un caso de folie à<br />
deux.<br />
LETICIA: ¿Qué es eso?<br />
SARA: Es una forma de dem<strong>en</strong>cia, dos personas<br />
alucinan con las mismas imág<strong>en</strong>es…<br />
EL CATIRE (Desconfiado, mira a Leticia): Esta<br />
vieja ti<strong>en</strong>e una compon<strong>en</strong>da con el<br />
adefesio.<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Estoy aquí porque los recuerdos se<br />
han desatado y no me iré hasta que<br />
se marche el demonio!<br />
LETICIA: ¡Señor! ¡Se abr<strong>en</strong> las compuertas<br />
del infierno!<br />
EL CATIRE: ¡La maña es la que rinde! ¡El sol<br />
quiere que lo vean!<br />
SARA: No <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do sus refranes.<br />
EL CATIRE: Yo estoy aquí, me puedes ver. Se -<br />
govia es el pasado y la maña. Yo sólo<br />
necesito que me reces un rosario<br />
para asc<strong>en</strong>der. Ella está amarrada a<br />
esta casa para perpetuar los miedos<br />
y alim<strong>en</strong>tarse de ellos…<br />
LETICIA: ¡Ella es el diablo! ¡No la provoques!<br />
TÍA SEGOVIA (Al Catire): He regresado para que te<br />
confieses.<br />
EL CATIRE: ¡Desaparece, vieja fanfarrona! ¡Re -<br />
gresa a tu infierno!<br />
LETICIA: No ti<strong>en</strong>es que confesarme nada,<br />
Catire.<br />
SARA: Que confiese, sí, ¡aquí lo que falta es<br />
veracidad!<br />
35
TÍA SEGOVIA: ¡Dile! Dile por qué te mataron.<br />
LETICIA: No es tu problema, tía Segovia. Él no<br />
hablará.<br />
SARA: ¡Yo sí quiero saber!<br />
TÍA SEGOVIA (Al Catire): ¿Quieres asc<strong>en</strong>der sin<br />
saldar tus cu<strong>en</strong>tas?<br />
EL CATIRE (Toma el manto del Nazar<strong>en</strong>o que<br />
está <strong>en</strong> el suelo): T<strong>en</strong>go m<strong>en</strong>os deudas<br />
que tú y estoy a un paso de la<br />
salvación.<br />
(Tía Segovia se retuerce espasmódicam<strong>en</strong>te.)<br />
TÍA SEGOVIA: ¡No me retes, carajito! ¡Yo pert<strong>en</strong>ezco<br />
a la eternidad!<br />
EL CATIRE: El tiempo <strong>en</strong> la eternidad es el peor<br />
infierno cuando está susp<strong>en</strong>dido, tú<br />
no impedirás que marche al cielo.<br />
(Se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta a Segovia con el manto)<br />
¡Y voy a salir de este suplicio!<br />
TÍA SEGOVIA (Vocifera mi<strong>en</strong>tras se aleja): ¡Te mataron<br />
porque preñaste a la esposa de<br />
un edecán de Gómez!<br />
LETICIA (Repite como una autómata): ¿Pre -<br />
ñaste a la esposa de Nicanor? ¿El<br />
edecán de Gómez?<br />
SARA: ¿Nicanor? ¿El que mató a tu Catire?<br />
EL CATIRE (Se arrodilla fr<strong>en</strong>te a Sara): ¡Per dó -<br />
name!<br />
LETICIA: Entonces era cierto.<br />
SARA: ¡Caramba! Es muy jov<strong>en</strong> para esa<br />
historia.<br />
LETICIA (Busca al Catire por el piso): ¡En -<br />
tonces bi<strong>en</strong> merecida tu muerte!<br />
36
EL CATIRE (Se abraza a las piernas de Sara):<br />
Fue un error que ya pagué con la<br />
muerte, y no lo pagaré dos veces.<br />
Vine por mi rosario.<br />
SARA (Se deshace del abrazo del Catire):<br />
Usted despierta los peores recuerdos<br />
de mi <strong>abuela</strong>.<br />
LETICIA (Desde el suelo): ¡Perverso!<br />
EL CATIRE (A Sara): ¿No estás molesta?<br />
SARA: ¡Olvídelo! (Levanta a Leticia del<br />
piso) Abuela, levántate, no creas lo<br />
que dice este desconocido.<br />
LETICIA: ¡Están aquí los dos!: el fantasma del<br />
Catire y tía Segovia. ¿No <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>des?<br />
EL CATIRE (A Sara): Rézame el rosario, Leticia.<br />
T<strong>en</strong>go el tiempo contado.<br />
TÍA SEGOVIA (Cruza la esc<strong>en</strong>a. Al Catire): Con -<br />
fundes al personaje.<br />
LETICIA: Me pides un rezo después de confesar<br />
la traición.<br />
SARA: No es eso lo que importa ahora <strong>abuela</strong>.<br />
EL CATIRE (A Leticia): ¡Le dije que no es con<br />
usted!<br />
LETICIA: ¡Y para colmo me confundes!<br />
SARA: ¡Ay, dej<strong>en</strong> la pelea! Abuela, cam -<br />
biemos de tema. ¿Qué le pasa a ma -<br />
má? ¿Por qué quiere deshacerse de la<br />
Casona?<br />
EL CATIRE (A Sara): Leticia, me castigas con tu<br />
indifer<strong>en</strong>cia. ¿No te parece que ya<br />
pagué mi error de manera sufici<strong>en</strong>te?<br />
TÍA SEGOVIA (Pasa por el medio de los dos): Bi<strong>en</strong><br />
egoísta que es la mosca muerta esta.<br />
¿Pi<strong>en</strong>sas que te ayudará?<br />
37
EL CATIRE: A mí no me confundes, vieja zorra.<br />
LETICIA (Exagerada): El Catire borró mis<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos, para mí está doblem<strong>en</strong>te<br />
muerto.<br />
EL CATIRE (A Sara): ¿Por qué a la viejita parece<br />
dolerle más que a ti?<br />
SARA: Hace tiempo dejaron de dolerme las<br />
cosas.<br />
LETICIA (Al Catire): La Chata me lo advertía…<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>ra a Leticia): ¿Y cómo sabe us -<br />
ted de la Chata?<br />
SARA (Cortante): Usted y mi <strong>abuela</strong> coincid<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> sus locuras, sólo que usted<br />
está más loco.<br />
EL CATIRE: Comi<strong>en</strong>zo a p<strong>en</strong>sar que no te importo.<br />
¿No valoras que traspasé los límites<br />
de la muerte para suplicarte<br />
perdón?<br />
LETICIA: Yo soy qui<strong>en</strong> no te importa nada, ni<br />
siquiera me diriges la palabra, y me<br />
ti<strong>en</strong>es toda confundida como para<br />
no verte.<br />
TÍA SEGOVIA (Le cuchichea por la espalda a Leti -<br />
cia): Te ayudaré a quitarla del medio.<br />
LETICIA: Pero es mi nieta…<br />
EL CATIRE: ¡Segovia, estás armando una trampa!<br />
TÍA SEGOVIA: Leticia, te niegas a la verdad, siempre<br />
lo has hecho. Pero yo t<strong>en</strong>go la sabiduría<br />
de la muerte y llevo <strong>en</strong> la piel<br />
el disgusto del caído.<br />
SARA (Saca de su bolso un inci<strong>en</strong>so y lo <strong>en</strong>ci<strong>en</strong>de):<br />
Voy a espantar las malas <strong>en</strong>ergías,<br />
ustedes dos están insoportables.<br />
38
(Segovia se retuerce.)<br />
TÍA SEGOVIA (Apaga el inci<strong>en</strong>so): ¡Te lo quiere<br />
quitar!<br />
LETICIA (Salta sobre Sara y le templa por los<br />
cabellos): ¡El Catire es mi marido!<br />
SARA: ¡Abuela!<br />
EL CATIRE: El fantasma de Segovia se alió con la<br />
viejita para ponerla <strong>en</strong> tu contra, es<br />
qui<strong>en</strong> le inv<strong>en</strong>ta la historia de su<br />
amorío conmigo.<br />
TÍA SEGOVIA: Echa tu cu<strong>en</strong>to, Catire.<br />
SARA: Escucha, <strong>abuela</strong>, si hoy no me he<br />
marchado de esta casa es porque no<br />
quiero perderte, pero esta situación<br />
ya me ti<strong>en</strong>e harta, así que ¡cálmate!<br />
LETICIA: Desde que llegó el Catire sólo quiere<br />
hablar contigo.<br />
SARA: Mañana a esta hora no estaremos<br />
aquí. Pero a ti solo parece importarte<br />
el Catire, un recuerdo que confundes<br />
con este intruso.<br />
(Segovia se ríe estru<strong>en</strong>dosam<strong>en</strong>te y sale.<br />
El Catire toma un violín que está sobre una de las maletas<br />
y toca una melodía.)<br />
LETICIA (Arrebatada): ¡Catire! ¡Con esa melodía<br />
me <strong>en</strong>amoraste!<br />
(El Catire continúa cada vez más int<strong>en</strong>so.)<br />
39
SARA (Sorpr<strong>en</strong>dida): Exquisito…<br />
LETICIA: ¿Es para mí?<br />
SARA (<strong>Mi</strong>ra al Catire): Sí, <strong>abuela</strong>, es para ti.<br />
EL CATIRE: Lo de la esposa del edecán… es<br />
m<strong>en</strong>tira.<br />
LETICIA: Pides perdón y continuas minti<strong>en</strong>do.<br />
EL CATIRE: Quisiera que nunca hubiese pasado.<br />
LETICIA: Nunca hubieses muerto.<br />
SARA: La música dispersa las p<strong>en</strong>as, <strong>abuela</strong>.<br />
Perdónalo.<br />
LETICIA: Ya lo he perdonado.<br />
(Entra tía Segovia. Se rasca todo el cuerpo.)<br />
TÍA SEGOVIA: Toda esa g<strong>en</strong>te allá afuera busca al<br />
Nazar<strong>en</strong>o, y no me deja partir. (<strong>Mi</strong>ra<br />
al Catire) Y lo del edecán es cierto,<br />
Leticia.<br />
(El Catire continúa interpretando una bella melodía.)<br />
LETICIA (A Segovia): ¡¿Para qué volviste tía?!<br />
SARA: ¿Volvió el fantasma?<br />
TÍA SEGOVIA: Estoy segura de que te arrep<strong>en</strong>tirás<br />
esta misma noche, Leticia.<br />
LETICIA: Catire, más que tu música, yo quiero<br />
verte. ¡Yo soy tu mujer, Catire!<br />
TÍA SEGOVIA: Yo te ayudaré.<br />
EL CATIRE (Deja el violín): Vete al infierno,<br />
vieja Segovia.<br />
SARA: Abuela, mamá regresará pronto y la<br />
imagino infartada cuando vea este<br />
cuadro expresionista de fantasmas.<br />
40
Ya que estamos <strong>en</strong> confianza, mejor<br />
cuéntame lo que esconde Ber<strong>en</strong>ice.<br />
TÍA SEGOVIA (Am<strong>en</strong>azante): ¡Ah!, la mosca muerta<br />
es persist<strong>en</strong>te.<br />
LETICIA: ¿Por qué no puedo hablar, tía Segovia?<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Él te traicionó! ¿Lo olvidaste? ¡Pre -<br />
ñó a <strong>Mi</strong>caela, por eso lo mataron!<br />
EL CATIRE (Se lleva la mano al estómago):<br />
¡Ahhh! ¡Cállate, muerta repugnante!<br />
¡Ahhh! Si<strong>en</strong>to el mismo dolor de<br />
aquella vez.<br />
SARA (A Leticia): Creo saber por qué no<br />
puedes verlo.<br />
LETICIA: ¿Por qué?<br />
SARA: Guardas secretos.<br />
LETICIA: No puedo hablar.<br />
SARA: Abuela, dic<strong>en</strong> que para conjurar los<br />
secretos debes sacarlos a la luz, y se<br />
secarán como las raíces de un viejo<br />
árbol cuando es des<strong>en</strong>terrado.<br />
TÍA SEGOVIA: Es mala la criatura. ¡Te está manipulando,<br />
vieja p<strong>en</strong>deja!<br />
EL CATIRE: Malo es un fantasma arraigado <strong>en</strong><br />
una casa.<br />
SARA: Abuela, sabes que eres injusta conmigo.<br />
LETICIA: Es tu culpa, tía Segovia.<br />
TÍA SEGOVIA (Se retira cantando): Ave María…<br />
SARA: El miedo te manti<strong>en</strong>e paralizada.<br />
EL CATIRE (A Sara): ¿Qué te atorm<strong>en</strong>ta? ¡Te lo<br />
he dicho todo! Y me tratas con la distancia<br />
del aborrecido.<br />
41
SARA: ¡Ah! Usted parece un personaje de<br />
tel<strong>en</strong>ovela con sus discursos anacrónicos.<br />
He permitido que se quede<br />
esta noche porque <strong>abuela</strong> se irá y me<br />
da gusto verla tan cont<strong>en</strong>ta, tan confundida<br />
pero feliz…<br />
EL CATIRE: Me <strong>en</strong>amoré de ti, y no te puedo<br />
olvidar.<br />
LETICIA: ¿Es conmigo?<br />
SARA: Amor. Qué palabra más amable. Tam -<br />
bién soy crédula, Catire. Espero a<br />
qui<strong>en</strong> me diga lo que soy incapaz de<br />
recordar o de abordar. Parece que le<br />
debo una disculpa. Abuela cree <strong>en</strong> fantasmas…<br />
No hay mucha difer<strong>en</strong>cia.<br />
EL CATIRE: Todo se <strong>en</strong>redó desde que llegó el fantasma<br />
de Segovia. (Toma aire) Pero yo<br />
debo partir. ¡Sólo te pido un rosario!, y<br />
si para eso debo <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> la locura de<br />
la señora, bi<strong>en</strong>, lo haré. Dime qué necesitas<br />
saber. (Se asoma a la v<strong>en</strong>tana)<br />
Queda poco tiempo, si no logro trasc<strong>en</strong>der<br />
este camino todo mi pasado<br />
será <strong>en</strong> vano, aún mis errores.<br />
LETICIA: ¡Quiero verte, Catire!<br />
SARA: Perderemos la Casona, mamá la hipotecó.<br />
Quiero saber por qué lo hizo.<br />
¿Cuál es el <strong>en</strong>gaño? Ella me detesta<br />
por un secreto que desconozco…<br />
(Suspira) Quisiera saberlo antes de<br />
que se march<strong>en</strong> de la Casona.<br />
LETICIA: El dinero que <strong>en</strong>terró tía Segovia.<br />
EL CATIRE: ¿Dinero?<br />
42
LETICIA (<strong>Mi</strong>ra a tía Segovia que cruza la esc<strong>en</strong>a):<br />
¡Yo no sé nada!<br />
(Segovia se tapa la boca y mira fijam<strong>en</strong>te a Leticia.)<br />
SARA: Al parecer existe un dinero escondido<br />
<strong>en</strong> la Casona.<br />
TÍA SEGOVIA (Al Catire): ¡Hice lo que acordamos!<br />
EL CATIRE (A Segovia): ¡Nunca le diste el dinero<br />
a Leticia, vieja zángana!<br />
(Segovia se acuesta <strong>en</strong> el suelo y se rasca todo el cuerpo.)<br />
EL CATIRE (Se acerca a Leticia): ¿Qué pasó con<br />
el dinero de Leticia?<br />
LETICIA: ¿Está hablando conmigo, Sara?<br />
SARA: Sí <strong>abuela</strong>, contigo. (Para sí) ¡Por fin!<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Te quiere confundir! ¡No lo escuches!<br />
EL CATIRE (A Leticia): Ese fantasma que miras<br />
es la causa de mis desgracias.<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Es lo que tú quisieras!<br />
SARA: ¿Ese dinero era de papá?<br />
LETICIA: No.<br />
TÍA SEGOVIA: ¿Es que pi<strong>en</strong>sas hablar, vieja p<strong>en</strong>deja?<br />
¡Te está t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do una trampa!<br />
LETICIA: ¡Yo no dije nada!<br />
EL CATIRE (Al fantasma de tía Segovia): ¿En -<br />
tre gaste o no el dinero a Leticia?<br />
SARA: ¡Ah! Lo del dinero es cierto.<br />
EL CATIRE (A Sara): ¿Nunca te <strong>en</strong>tregaron la alforja<br />
que te dejé con la vieja Segovia?<br />
43
SARA: ¡Ni <strong>en</strong> dólares, ni <strong>en</strong> euros, ni <strong>en</strong><br />
bolívares!<br />
LETICIA: Dijo que era dinero robado, que ella<br />
donó una parte a la iglesia, y la otra<br />
debía permanecer <strong>en</strong>terrada para<br />
cancelar la indulg<strong>en</strong>cia al Nazar<strong>en</strong>o<br />
de San Pablo, por tus pecados y el<br />
resguardo de tu alma.<br />
EL CATIRE (A tía Segovia): ¡Perverso demonio!<br />
¡Eran para Leticia! ¡Para sus estudios!<br />
¡Tú querías una esclava que te<br />
at<strong>en</strong>diera!<br />
TÍA SEGOVIA: No me hagan hablar, sé más cosas de<br />
las que pued<strong>en</strong> soportar.<br />
SARA: ¡Él está aquí por el dinero!<br />
EL CATIRE (A Sara): Antes del homicidio vine<br />
a la Casona. Me perseguían, no t<strong>en</strong>ía<br />
más tiempo. Le <strong>en</strong>tregué el dinero<br />
a Sego via para que estudiaras como<br />
tú querías… ¡Me perseguía la policía<br />
de Gómez!<br />
LETICIA: Tía Segovia, <strong>en</strong>tonces… toda esa<br />
historia…<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Malagradecida! Si te lo <strong>en</strong>tregaba<br />
cuando eras una niña nos quemaban<br />
vivas.<br />
SARA: ¡Está <strong>en</strong>terrado, no puedo creerlo!<br />
LETICIA (A Segovia): A Ber<strong>en</strong>ice le contaste<br />
otra historia.<br />
EL CATIRE: ¡Por todo este embrollo no puedo<br />
asc<strong>en</strong>der!<br />
TÍA SEGOVIA: Sembraste dudas y traiciones <strong>en</strong> la<br />
tierra. (Ríe) ¡Debes pagar!<br />
44
EL CATIRE (A tía Segovia): Enviaste la carta a<br />
Nicanor y por eso me asesinaron.<br />
Ahora proteges secretos y culpas<br />
para permanecer <strong>en</strong> la tierra.<br />
LETICIA: ¡Y me obligaste a callar!<br />
TÍA SEGOVIA: Leticia, tu eres cómplice de los <strong>en</strong>gaños<br />
de Ber<strong>en</strong>ice. ¿Por qué no cu<strong>en</strong>tas<br />
la otra historia?<br />
LETICIA: Somos cómplices todos.<br />
SARA: ¿Usted es nieto del Catire?<br />
EL CATIRE: ¡Yo soy el Catire!<br />
SARA: ¡Si fuera el Catire, sería un anciano<br />
más viejo que mi <strong>abuela</strong>!<br />
LETICIA (Solloza): Es el Catire.<br />
SARA (Al Catire):Y todo se aclara. Está aquí<br />
por el dinero. ¿Cuánto dinero es?<br />
EL CATIRE: Sufici<strong>en</strong>te como para que Leticia se<br />
liberara de Segovia.<br />
SARA: ¿Y busca ese dinero?<br />
LETICIA: No pued<strong>en</strong> des<strong>en</strong>terrarlo.<br />
TÍA SEGOVIA (A Leticia): ¡Por fin hablas con bu<strong>en</strong><br />
juicio!<br />
EL CATIRE (A Leticia): ¿Por qué no pued<strong>en</strong> des<strong>en</strong>terrarlo?<br />
LETICIA (<strong>Mi</strong>ra a Segovia): No puedo hablar.<br />
(Segovia la am<strong>en</strong>aza y sale.)<br />
SARA: (Camina p<strong>en</strong>sativa): Entonces al parecer<br />
existe el dinero, pero no logro<br />
hilvanar la historia de este hombre y<br />
mi <strong>abuela</strong>. Me llama por su nombre<br />
y ella no lo puede ver. (<strong>Mi</strong>ra toda la<br />
45
Casona) ¡Escondes demasiados mis -<br />
terios!… No te puedo perder…<br />
EL CATIRE (A Sara): ¡Cree <strong>en</strong> mí, Leticia!<br />
SARA: Creer significaría…(Ríe histérica)<br />
¡aceptar que hablo con un fantasma!<br />
(Ríe) ¡Y eso prueba que estoy tan desequilibrada<br />
como mi <strong>abuela</strong>!<br />
(Entra tía Segovia y se si<strong>en</strong>ta con Sara, Leticia y el Catire.)<br />
TÍA SEGOVIA: Ahora tomemos café.<br />
LETICIA: Te matan los recuerdos, Sara.<br />
SARA: Te equivocas, no recuerdo nada.<br />
TÍA SEGOVIA: Los fantasmas somos como los recuerdos.<br />
<strong>Mi</strong><strong>en</strong>tras más nos niegan,<br />
más persist<strong>en</strong>tes nos hacemos.<br />
SARA (Escuchando por primera vez a<br />
Sego via): ¿Quién dijo eso?<br />
LETICIA: Tía Segovia<br />
(Se escucha un sonido celestial que se manti<strong>en</strong>e. Tía<br />
Segovia sale, el Catire se dobla.)<br />
SARA (Harta): Está bi<strong>en</strong> voy a rezar para<br />
que se marche, Catire. No ha contribuido<br />
<strong>en</strong> nada. Me ha hecho perder el<br />
tiempo. Dios te salve María, ll<strong>en</strong>a<br />
eres de gracia, el Señor es contigo…<br />
46
(Sara sigue rezando. Leticia camina nerviosa. El Catire<br />
se levanta con dificultad, cierra los ojos y exti<strong>en</strong>de los<br />
brazos <strong>en</strong> señal de conc<strong>en</strong>tración.)<br />
TÍA SEGOVIA (En off): ¡Deja de rezar! ¡Los rezos<br />
de los incrédulos son un taladro para<br />
los oídos de los muertos!<br />
SARA: Ruega por nosotros pecadores, ahora<br />
y <strong>en</strong> la hora de nuestra muerte…<br />
EL CATIRE (Se mira el cuerpo): ¿Por qué no<br />
puedo asc<strong>en</strong>der? Diosito, ella está<br />
rezando el rosario que necesitas.<br />
LETICIA: ¡El rosario debo rezártelo yo!<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>ra a Leticia): ¡¿Por qué?!<br />
LETICIA: ¡Soy Leticia, te lo he dicho!<br />
(Sara deja de rezar y se levanta.)<br />
SARA (Al Catire): ¡Ya puede irse! (A Leticia)<br />
Sigamos nosotras. Este <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro no<br />
ha traído sino contradicciones y brumas<br />
a mi m<strong>en</strong>te. (Va a la v<strong>en</strong>tana)<br />
Mamá no llega. (A Leticia) Háblame,<br />
<strong>abuela</strong>, cuéntame esa historia del <strong>en</strong>gaño,<br />
olvida este incid<strong>en</strong>te…<br />
(El Catire está ahora muy cerca de Leticia y Sara.)<br />
EL CATIRE: ¡Ni coquito! Estoy <strong>en</strong>terito y <strong>en</strong> este<br />
plano. Hay un misterio con las dos…<br />
¿Y Segovia?<br />
LETICIA: Detesta las oraciones, así la espantaba<br />
después que murió.<br />
47
SARA: Abuela, estás ll<strong>en</strong>a de secretos, y<br />
quieres dejarme con ellos… ¡Pues<br />
vete! ¡Anda con mamá! ¡Ya estoy<br />
harta de rogarte!<br />
(Entra Ber<strong>en</strong>ice.)<br />
BERENICE: ¡Mamá!<br />
48
Esc<strong>en</strong>a 5<br />
El pase<br />
LETICIA: ¡No dije nada!<br />
BERENICE: ¡Deberías estar durmi<strong>en</strong>do!<br />
SARA: (A Ber<strong>en</strong>ice): ¿Me hablarás de papá?<br />
BERENICE (Fuera de sí): ¡Dije que jamás lo<br />
nombraras!<br />
(Ber<strong>en</strong>ice saca un arma de su bolso y apunta a Sara. El<br />
Catire se acerca a Ber<strong>en</strong>ice.)<br />
BERENICE: ¡Márchate!<br />
LETICIA: ¡La pistola de Abelardo!<br />
BERENICE (Apunta a Sara): ¡Márchate!<br />
SARA: (Se coloca fr<strong>en</strong>te a Ber<strong>en</strong>ice): ¡Dis -<br />
para! Tal vez morir <strong>en</strong> tus manos me<br />
haga s<strong>en</strong>tir que tuve una madre…<br />
¡Hazlo!<br />
BERENICE: ¡Malnacida!<br />
(Ber<strong>en</strong>ice dispara, el Catire coloca su mano <strong>en</strong> la boca<br />
del arma. Se escucha una explosión seca. Sara sigue <strong>en</strong><br />
pie. Ber<strong>en</strong>ice tira el arma como si la quemara. El Catire<br />
observa la esc<strong>en</strong>a.)<br />
LETICIA (Temblando): La ibas a matar.<br />
49
SARA (A Ber<strong>en</strong>ice): ¿Una bala de salva?<br />
BERENICE (Se recobra): ¡¿Qué hice?!<br />
LETICIA: Ay, mija, nos ibas a desgraciar.<br />
EL CATIRE: Ahora comi<strong>en</strong>zo a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der.<br />
BERENICE (A Sara): ¡Llév<strong>en</strong>sela!<br />
(Se escuchan golpes <strong>en</strong> la puerta. Ber<strong>en</strong>ice corre a la<br />
v<strong>en</strong>tana.)<br />
BERENICE: ¡Hay una multitud afuera! (Les grita)<br />
¡No hay nada! ¡Se los juro!<br />
(Se escuchan gritos de g<strong>en</strong>te molesta.)<br />
Voz 1: ¡Devuelvan el Nazar<strong>en</strong>o!<br />
Voz 2: ¡Brujas!<br />
(Ber<strong>en</strong>ice hace señales a algui<strong>en</strong> desde la v<strong>en</strong>tana.)<br />
BERENICE (Desesperada): ¡Armando! ¡¿Dón de<br />
estabas?! ¡Te busqué toda la noche! (Va<br />
hacia la puerta. A Sara am<strong>en</strong>azante)<br />
No quiero verte cuando regrese.<br />
(Sale Ber<strong>en</strong>ice.)<br />
50
Esc<strong>en</strong>a 6<br />
Verdades<br />
(Sara tiembla, parece un zombi. El Catire observa curioso<br />
a Leticia.)<br />
EL CATIRE: Leticia.<br />
LETICIA: Sí, Catire. (Lo busca sin lograr verlo)<br />
¡Aquí estoy!<br />
EL CATIRE: Estaba confundido…<br />
SARA (<strong>Mi</strong>ra extrañada la Casona): ¿Qué<br />
pasó? Los recuerdos me llegan fragm<strong>en</strong>tados…<br />
LETICIA (Al Catire): ¿Me reconoces?<br />
EL CATIRE: ¡Todo es tan extraño! La vida desde<br />
las tinieblas es mirada a través de<br />
fragm<strong>en</strong>tos. <strong>Mi</strong> m<strong>en</strong>te no te recordaba…<br />
así.<br />
LETICIA: ¡Gracias a Dios! Ha pasado el tiempo…<br />
EL CATIRE (Va hasta la v<strong>en</strong>tana, asombrado):<br />
Pero cuando <strong>en</strong>tró tu hija, todo cambió…<br />
(Regresa con Leticia) ¡Todos<br />
los recuerdos dispersos se juntaron!<br />
SARA: Abuela, ¿qué pasó con papá?<br />
LETICIA: La revelación llega <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />
perfecto, un relámpago exacto dispuesto<br />
por Dios.<br />
51
(Una luz <strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario.)<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>ra la luz): Me queda poco tiempo…<br />
(Se mira los pies) <strong>Mi</strong>s pies comi<strong>en</strong>zan<br />
a dormirse, si<strong>en</strong>to un<br />
hormigueo.<br />
(El Catire está muy cerca de Leticia. Sara va hasta la<br />
v<strong>en</strong>tana.)<br />
SARA: Allí estás, mamá, como una heroína,<br />
mi<strong>en</strong>tras mi vida se oscurece. (Bus ca<br />
al Catire y a Leticia) ¿Pue des ver al<br />
Catire, <strong>abuela</strong>?<br />
LETICIA: Aún no.<br />
SARA: Papá… (Se toma la cabeza con las<br />
manos) Si<strong>en</strong>to miedo. ¡Eras tan dulce<br />
y tan monstruoso!<br />
(La esc<strong>en</strong>a se ilumina y se oscurece intermit<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te.<br />
Entra tía Segovia y camina muy rápido por todo el<br />
esc<strong>en</strong>ario.)<br />
SARA: ¿Qué fue eso?<br />
LETICIA (Al Catire): Catire, quisiera verte…<br />
Sólo por una vez.<br />
EL CATIRE: Soy un estúpido, cómo pude p<strong>en</strong>sar<br />
que te <strong>en</strong>contraría igual. ¡Han pasado<br />
50 años!<br />
SARA (<strong>Mi</strong>ra hacia todos lados): ¡Ja, Ja!<br />
¡Qué noche más int<strong>en</strong>sa…! ¡Creí<br />
ver un fantasma!<br />
52
LETICIA (Disculpándose): Estoy un poco<br />
mayor…<br />
EL CATIRE: ¡También quiero que me veas!<br />
(El Catire toma el violín y compone una delicada melodía<br />
amorosa.)<br />
EL CATIRE: Prueba a tocarme, quiero s<strong>en</strong>tir el<br />
calor de tus manos, Leticia.<br />
(Leticia trata de tocar al Catire. Sara está doblada <strong>en</strong> la<br />
silla, los mira. Segovia se mueve por toda la esc<strong>en</strong>a.)<br />
LETICIA: No puedo, Catire, no puedo mirarte<br />
ni s<strong>en</strong>tir tu cuerpo.<br />
SARA (Comi<strong>en</strong>za a mirar al aire. <strong>Mi</strong>ra hacia<br />
un lateral): Abuela, algui<strong>en</strong> nombró a<br />
mi padre, y ahora si<strong>en</strong>to su pres<strong>en</strong>cia.<br />
¡¿Qué locura, no?!<br />
EL CATIRE (Si<strong>en</strong>te las manos de Leticia): Paz…<br />
Ansiada paz…<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Lujuria!<br />
EL CATIRE: ¡Volvió Segovia!<br />
LETICIA: Es un v<strong>en</strong><strong>en</strong>o. Se manti<strong>en</strong>e con mi<br />
infortunio.<br />
EL CATIRE (Observa a Sara): ¡Es hermosa!<br />
LETICIA (<strong>Mi</strong>ra a Sara): ¿Quién?<br />
SARA (Desequilibrada): ¡Usted está muerto!<br />
LETICIA: Está despertando.<br />
SARA (Fuera de si): ¿Lo miran?… (Señala)<br />
Allí.<br />
LETICIA: Son tus recuerdos.<br />
53
EL CATIRE: El conflicto de los vivos manti<strong>en</strong>e a<br />
los muertos atados a la tierra… (Como<br />
hipnotizado se acerca a Sara) Y ella<br />
me gusta…<br />
(Tía Segovia se coloca al c<strong>en</strong>tro del esc<strong>en</strong>ario y repica<br />
una campana. Se escucha un gong siniestro.)<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Está por consumarse la unión maldita!<br />
EL CATIRE (Se retira de Sara, sobresaltado. Vo -<br />
ci fera a tía Segovia): ¡Perra!<br />
LETICIA: Tía Segovia, permite que pueda ver<br />
al Catire.<br />
TÍA SEGOVIA (Sali<strong>en</strong>do): ¿Crees que soy yo?<br />
SARA (Recuperada): Abuela, se fue. (<strong>Mi</strong>ra<br />
la Casona) Todo se ha vuelto oscuro<br />
y sil<strong>en</strong>cioso… Hace un instante creí<br />
ver a papá…<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>ra el reloj): ¡Un minuto para las<br />
siete de la noche y no puedo partir!<br />
SARA: Abuela… ¿Papá murió?<br />
(Tía Segovia cruza la esc<strong>en</strong>a de espaldas. <strong>Mi</strong>ra a Leticia<br />
de manera am<strong>en</strong>azante y sale por el otro lateral. El<br />
Catire camina inquieto.)<br />
LETICIA (<strong>Mi</strong>ra a Segovia): Tú lo sabes…<br />
SARA: ¿Por qué te niegas?<br />
LETICIA: Es inútil lo que yo pueda decir… Es<br />
tu viv<strong>en</strong>cia, no la puedo recordar<br />
por ti.<br />
54
SARA: Ocurrió un incid<strong>en</strong>te… Todo se hace<br />
confuso, <strong>en</strong>marañado…<br />
EL CATIRE (Se acerca nuevam<strong>en</strong>te a Sara): No<br />
prolongues el suplicio, niña.<br />
SARA: Le exig<strong>en</strong> a la cordura dar una patinada<br />
perfecta. (Se levanta) Después<br />
no puedo volver.<br />
TÍA SEGOVIA: Ya no puedes volver.<br />
EL CATIRE (Inquieto se desplaza de un lado a<br />
otro): ¡Me queda poco tiempo!<br />
SARA: No me gusta lo que vi<strong>en</strong>e a mi m<strong>en</strong>te.<br />
(Se escuchan murmullos <strong>en</strong> la calle. Tía Segovia<br />
los rodea.)<br />
TÍA SEGOVIA: Llegó el mom<strong>en</strong>to.<br />
SARA: ¿Quién habla?<br />
LETICIA: Tía Segovia.<br />
SARA: ¡La escuché! ¡De nuevo! ¡Estoy alucinando!<br />
(Tía Segovia sale. Sara se<br />
acerca a la v<strong>en</strong>tana) Mamá está discuti<strong>en</strong>do<br />
con toda esa g<strong>en</strong>te. (<strong>Mi</strong>ra a<br />
su <strong>abuela</strong>) He vivido este instante<br />
(Grita hacia la calle) ¿Qué quier<strong>en</strong>?<br />
Voz 1: ¡Hay una luz que sale por esa v<strong>en</strong>tana!<br />
Voz 2: ¡Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> al Nazar<strong>en</strong>o secuestrado!<br />
SARA: ¡Ignorantes! ¡Aléj<strong>en</strong>se!<br />
(Se escuchan gritos y maldiciones. Otros pid<strong>en</strong> cordura.<br />
El Catire se acerca a Sara. Tía Segovia se contorsiona y<br />
sale.)<br />
55
EL CATIRE: Los p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>tes necesitan terminar su<br />
recorrido…<br />
LETICIA: Todos lo padecemos y no llega la<br />
hora.<br />
SARA: ¿En verdad es usted un fantasma?<br />
EL CATIRE: Soy una sombra.<br />
SARA: ¿Cómo es el limbo?<br />
EL CATIRE: Como la tierra. Todo se repite de manera<br />
interminable.<br />
SARA: Como este mom<strong>en</strong>to… El mismo<br />
dolor… idéntica ansiedad y la insist<strong>en</strong>te<br />
pregunta…<br />
LETICIA (Exagerada): Me ll<strong>en</strong>as de abatimi<strong>en</strong>to,<br />
mi Catire. Esta vida era un<br />
infierno sin ti. ¡Ahora estás y sigue<br />
si<strong>en</strong>do un infierno!<br />
EL CATIRE (A Leticia, molesto): ¡No me dejas<br />
partir!, ¡me manti<strong>en</strong>es atado con tu<br />
p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to!<br />
SARA: La muerte… ¡Qué frustración!<br />
LETICIA: Nunca compr<strong>en</strong>dí tu despedida,<br />
Catire.<br />
(Entra tía Segovia.)<br />
TÍA SEGOVIA: Ya es el tiempo.<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>rando a tía Segovia): Hay demonios<br />
que impid<strong>en</strong> lograr nuestra<br />
tarea.<br />
SARA: Visiones, du<strong>en</strong>des…¡Que hastío!<br />
TÍA SEGOVIA: Volverás al limbo una y otra vez y no<br />
habrá oportunidad. Te crees el cons<strong>en</strong>tido<br />
del Nazar<strong>en</strong>o… (Ríe) Pero no<br />
acabas de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el dilema.<br />
56
LETICIA: No <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do.<br />
EL CATIRE: Quiere confundirnos.<br />
SARA: Si es un fantasma, ¿cómo puedo<br />
ayudarlo?<br />
TÍA SEGOVIA: No te apresures jov<strong>en</strong>cita, desde el<br />
más allá ayudamos a los vivos.<br />
(Tía Segovia sale. Sara camina inquieta. Leticia se dirige<br />
a la puerta del lateral.)<br />
SARA (Sobresaltada): ¡Ayúd<strong>en</strong>me! ¡Volvió!<br />
EL CATIRE (La protege): ¡Basta!<br />
SARA: ¡Ay! ¡Ay!… ¡De nuevo esta tortura!<br />
LETICIA (Desori<strong>en</strong>tada, vuelve al c<strong>en</strong>tro de<br />
la esc<strong>en</strong>a): ¡Ah Dios! ¿Y para dónde<br />
iba yo?<br />
EL CATIRE: Tía Segovia te quiere llevar.<br />
SARA (Solloza): ¿Qué hace él aquí? ¿Por<br />
qué me persigue? (Se arrodilla y comi<strong>en</strong>za<br />
a rezar) Padre nuestro que estás<br />
<strong>en</strong> el cielo, ruega por nosotros…<br />
(Solloza) ¡No existes! ¡No existes!<br />
(Se escucha un ruido que aturde. El Catire mira sus manos<br />
y sus piernas.)<br />
EL CATIRE: Leticia, ti<strong>en</strong>es la palabra, reza el rosario.<br />
No queda tiempo.<br />
TÍA SEGOVIA: El tiempo es una plétora intelectual.<br />
SARA: Abuela. (Se le quiebra la voz) ¡¿Por<br />
qué me estás matando?!<br />
EL CATIRE: ¡Dile, Leticia!<br />
57
TÍA SEGOVIA (Tía Segovia con un megáfono): ¡Ni<br />
te atrevas!<br />
LETICIA (Grita): ¡A tu padre lo mataron!<br />
SARA (Atontada): ¿Cómo? ¿Quién?<br />
LETICIA: No lo sabemos.<br />
TÍA SEGOVIA: ¿Por qué mi<strong>en</strong>tes? La deshonestidad de<br />
los vivos es alim<strong>en</strong>to para los muertos.<br />
Sigue hollando tu destino, tus ficciones<br />
e impiedades y toda la g<strong>en</strong>eración<br />
que te parió padecerá el mal.<br />
SARA: Pero… ¿Cómo?<br />
LETICIA: Lo <strong>en</strong>contraron muerto.<br />
EL CATIRE: Ya está dicho.<br />
SARA: No puede ser cierto. Dijeron que él<br />
se fue, que abandonó a mamá y nunca<br />
más quiso saber de nosotras.<br />
(Sara camina torpem<strong>en</strong>te, va hasta la desp<strong>en</strong>sa. Toma un<br />
tarro de café.)<br />
SARA: ¡Necesito un café!<br />
LETICIA: Es la verdad.<br />
SARA (Saca las tazas; éstas se le ca<strong>en</strong>):<br />
¿Por qué no me lo habías dicho?…<br />
Yo recuerdo algo muy leve…<br />
LETICIA: Tía Segovia me am<strong>en</strong>azaba…<br />
SARA (Ríe histérica): ¡Qué grado de represión,<br />
<strong>abuela</strong>!<br />
EL CATIRE: Como el tuyo.<br />
(Sara busca el azúcar y la abre. De pronto suelta el tarro<br />
y éste cae al piso desparramándose con un ramo de<br />
rosas blancas.)<br />
58
SARA (Aterrada): ¡Ahhhhh!<br />
LETICIA: ¿Qué pasa Sara?<br />
SARA: ¡Las rosas! (<strong>Mi</strong>ra al Catire) ¡Era usted!<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>ra a Leticia): No sabía…<br />
LETICIA: ¿De qué hablan?<br />
SARA: Las rosas por todos lados… <strong>en</strong> el<br />
baño, <strong>en</strong> la cama…<br />
(Sara está mirando fijam<strong>en</strong>te al aire. Se toma la cabeza<br />
con las manos. Tía Segovia se coloca muy cerca de<br />
Sara y le susurra.)<br />
TÍA SEGOVIA: Recuerda, niña soberbia, recuérdalo<br />
todo.<br />
SARA (Al Catire): Usted estaba aquí cuando<br />
ocurrió lo de papá.<br />
EL CATIRE: Sí…<br />
LETICIA: ¿Estabas dónde?<br />
SARA (Aterrada mira al Catire): ¡Yo no<br />
tuve la culpa!<br />
TÍA SEGOVIA (A Leticia): ¡Está recordando!<br />
LETICIA (Repite): ¡Está recordando!<br />
EL CATIRE: ¡Te cuidaba!… Me inspirabas ternura.<br />
SARA: ¡Usted es un espíritu!<br />
EL CATIRE: ¡Por fin lo <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>des!<br />
(Sara está nerviosa, camina de un lado a otro. Leticia le<br />
habla al Catire sin poder mirarlo.)<br />
LETICIA: A mí nunca te me apareciste.<br />
TÍA SEGOVIA: Retorcido.<br />
EL CATIRE: ¿Por qué quier<strong>en</strong> incriminarme?<br />
59
SARA (Solloza): No lo quise hacer, ¡se lo<br />
juro!<br />
EL CATIRE (La abraza): Yo te creo.<br />
SARA: Él peleaba con mamá… a mí no me<br />
pegaba… no lo hacía… (Ríe): Luego<br />
<strong>en</strong>fermó… y yo le daba la medicina…<br />
Ese día, tomé el frasco de la desp<strong>en</strong>sa.<br />
La botella prohibida… La que<br />
disecaba a los ratones…<br />
LETICIA: Eras una niña…<br />
(Sara toma la actitud de niña. Toma de la desp<strong>en</strong>sa un<br />
frasco con letras rojas.)<br />
SARA: ¡V<strong>en</strong><strong>en</strong>o! (Habla al aire, dulcem<strong>en</strong>te)<br />
Toma tu medicina… Pronto estarás<br />
bi<strong>en</strong>. (Canta una canción de cuna)<br />
Duerme mi bebé… (Ahora asustada<br />
se dirige a un ser invisible). ¡Mamá!<br />
¡Mamá! ¡No lo quise hacer!…<br />
(Sara llora mi<strong>en</strong>tras recobra su postura de mujer. El<br />
Catire abraza a Sara.)<br />
LETICIA: Ber<strong>en</strong>ice estaba <strong>en</strong>furecida.<br />
SARA: ¡Yo lo maté! ¡Yo lo maté!<br />
LETICIA: No, Sara… A él lo mataron, pero no<br />
fuiste tú. Yo recuerdo ese incid<strong>en</strong>te…<br />
Era un aceite inocuo… Tu papá<br />
murió <strong>en</strong> manos de otra persona…<br />
SARA (Recordando): Es verdad.¡Qué alivio!<br />
Él jugaba conmigo. ¿Quién me<br />
reprocha? T<strong>en</strong>go los s<strong>en</strong>tidos exasperados<br />
de tanto s<strong>en</strong>tir. Pero aún<br />
60
si<strong>en</strong>to el mismo dolor. ¿Vergü<strong>en</strong>za?<br />
¿Por qué…?<br />
(Entra música celestial, ocurre un cortocircuito y vuelve<br />
la luz con normalidad. El Catire se levanta y camina<br />
nervioso. Entra tía Segovia. Sara se mueve inquieta. El<br />
Catire la contempla.)<br />
TÍA SEGOVIA: Te queda poco tiempo, Catire. ¡Atré -<br />
vete! Mírala. Es hermosa.<br />
EL CATIRE: ¿Qué dices, Segovia?<br />
TÍA SEGOVIA (Al Catire, muy cerca): ¡Escucha lo<br />
que señala tu instinto! ¡La perturbación<br />
de los vivos cuando los reprim<strong>en</strong>!<br />
Los muertos no t<strong>en</strong>emos secretos,<br />
Catire. Posee a Sara y así podrás traspasar<br />
la barrera del plano físico. (Ríe)<br />
¡Has procurado m<strong>en</strong>tir! Pero la naturaleza<br />
echa raíces <strong>en</strong> tus pies. ¡Hazlo!<br />
SARA: ¿Y ahora qué? Ya recuerdo un poco y<br />
no pasa nada. La desgracia resquebraja<br />
el corazón pero no lo parte. Para<br />
qué vivir…<br />
EL CATIRE: ¡Ay pobre alma mía! Sometida al influjo<br />
de la belleza. Entro a la tierra<br />
por la misma brecha que me abortó.<br />
TÍA SEGOVIA (Sale): ¿Quién c<strong>en</strong>surará tus acciones,<br />
Catire? Eres tu propio juez.<br />
EL CATIRE (Toma a Sara por la cintura): Suplico<br />
me perdones… pero no se qué secreto<br />
influjo me insta a poseerte.<br />
SARA (Se deja acariciar): Yo comi<strong>en</strong>zo a<br />
s<strong>en</strong>tirlo. Quisiera no hacerlo... pero<br />
me arrastra con usted.<br />
61
TÍA SEGOVIA: ¡Felicidades Leticia! Esta noche,<br />
¡nuevas nupcias!<br />
LETICIA: ¡Qué infierno! ¡Ver la muerte y no<br />
morir!<br />
SARA: Se disuelve <strong>en</strong> mí toda barrera…<br />
amor perjuro… no t<strong>en</strong>go fuerzas para<br />
det<strong>en</strong>erte. .<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Sigue <strong>en</strong>tonces obedi<strong>en</strong>te tu destino!<br />
LETICIA: O me <strong>en</strong>gaña tía Segovia o mi m<strong>en</strong>te<br />
está extraviada de nuevo.<br />
EL CATIRE (Int<strong>en</strong>ta desvestir a Sara): Este tiempo<br />
no será sufici<strong>en</strong>te para amarte.<br />
LETICIA: ¿Cómo?<br />
SARA: <strong>Mi</strong><strong>en</strong>tras dormía, me arrullaba con<br />
flores, inci<strong>en</strong>sos y almizcle. <strong>Mi</strong>s oídos<br />
escuchaban las tristes notas de<br />
su violín, Catire… y yo me <strong>en</strong>amoraba…<br />
desde pequeña.<br />
(Entra tía Segovia. Viste de novia y canta el Ave María.<br />
Leticia se acerca donde está Sara y busca al Catire <strong>en</strong> el<br />
aire.)<br />
TÍA SEGOVIA: ¿<strong>Mi</strong>raste a los tortolitos?<br />
LETICIA: ¡Están hablando <strong>en</strong> secreto!<br />
SARA (<strong>Mi</strong>ra a Leticia): Abuela… todo lo<br />
que si<strong>en</strong>to es tan confuso… Res -<br />
tregaré mis ojos y me olvidaré de<br />
que existes…<br />
LETICIA: No t<strong>en</strong>go palabras ni p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos,<br />
no los veo ni los escucho… ¡Qué<br />
desgracia!<br />
62
TÍA SEGOVIA: El infortunio te perseguirá, Catire, si<br />
no sigues tu instinto.<br />
SARA (Desfallece <strong>en</strong> los brazos del Catire):<br />
Golpéame, recházame… no quiero<br />
traicionar a mi <strong>abuela</strong>.<br />
EL CATIRE (A Segovia): ¡Vine por un rosario y<br />
no me importa si me voy sin él! Ya<br />
nada t<strong>en</strong>go que perder porque estoy<br />
muerto. (Besa a Sara) Ella ama y se<br />
debilita.<br />
LETICIA: ¡No los escucho! ¡Catire! ¿Dónde<br />
estás?<br />
TÍA SEGOVIA: Parece que está con tu nieta, <strong>en</strong> celo.<br />
LETICIA: Se han confabulado para hacer de<br />
mí objeto de sus burlas. (Camina<br />
confusa) Están escondidos y los <strong>en</strong>contraré.<br />
SARA (Reacciona): Soy víctima del amor…<br />
el v<strong>en</strong>ir aquí… la Casona… nada es<br />
casualidad…<br />
EL CATIRE (Besándola): Tus ojos, tu suave l<strong>en</strong>gua<br />
me hechiza…<br />
SARA: Yo… (Titubeando) soy Sara. Tu nieta.<br />
EL CATIRE: Ya no hables…<br />
TÍA SEGOVIA: ¡<strong>Mi</strong>ras las tinieblas y no te puedes<br />
det<strong>en</strong>er! ¡Ve al <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de la noche,<br />
Catire!<br />
LETICIA (<strong>Mi</strong>rando por primera vez al Catire):<br />
¡Catire! ¡Catire! ¡¿Qué haces?! ¡Hun -<br />
des a nuestra g<strong>en</strong>eración!<br />
TÍA SEGOVIA: ¿Puedes mirarlo? ¡La carne inmortaliza<br />
el espíritu!<br />
63
LETICIA: ¡Aborrece lo que haces, Catire! No<br />
ti<strong>en</strong>es perdón de Dios.<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Su ambición lo lleva lejos! ¡Quiere<br />
disfrutar la eternidad! (Sara y el Ca -<br />
tire se acarician apasionadam<strong>en</strong>te.)<br />
¡Sara es su conexión con la tierra!<br />
(Ríe) ¡Y debe poseerla! (A Leticia)<br />
<strong>Mi</strong>ra, vieja, ve con tus ojos la traición<br />
consumada.<br />
LETICIA (Se acerca): ¡Está vestido como aquel<br />
día!<br />
TÍA SEGOVIA: Avanza, Catire… (Con excitación)<br />
¡Ay, chico! ¡Eres un zángano!<br />
(Se escuchan cánticos celestiales. Leticia se acerca a la<br />
pareja.)<br />
LETICIA: ¡Ti<strong>en</strong>es abrazada a Sara! (A Segovia)<br />
¿Pero qué le haces?<br />
SARA: Jamás veré de nuevo el sol y ya no<br />
me importa.<br />
LETICIA (Se abalanza sobre ellos): ¡¿Qué<br />
inv<strong>en</strong>tan?!<br />
EL CATIRE (La empuja): ¡Yo me voy para el cielo<br />
o el infierno! ¡En el medio no me<br />
quedo!<br />
SARA (Excitada): Un amante perfecto. Un<br />
espíritu con punta de fuego.<br />
EL CATIRE: ¡Oh, si pudiera suplicar al Nazar<strong>en</strong>o!<br />
Ahora quisiera perpetuar el mom<strong>en</strong>to.<br />
LETICIA (Golpea al Catire): ¡Que la sueltes<br />
te digo!<br />
EL CATIRE (Haciéndole el amor a Sara): Le ticia,<br />
te supliqué un rosario y te negaste.<br />
64
Ahora si<strong>en</strong>to mi cuerpo. Ella se parecía<br />
a ti y la he deseado por años.<br />
TÍA SEGOVIA: ¡La carne lo ciega!<br />
LETICIA (Desconcertada): ¡Ay, Dios! ¿Dónde<br />
estoy?<br />
TÍA SEGOVIA: Te desconectas, Leticia. ¡Míralo con<br />
tus propios ojos!<br />
LETICIA (Trata de pegarle a Sara y se cae):<br />
¡Niña malcriada! ¡Deja a mi marido!<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Tan, tan, ta, tan! ¡Tan, tan, ta, tan!<br />
(Se hace una p<strong>en</strong>umbra g<strong>en</strong>eral. Leticia comi<strong>en</strong>za a mirar<br />
la Casona de manera extraña. Todo le es desconocido.)<br />
LETICIA: ¡Ah, Dios! ¿Dónde estoy? ¡Ah, la<br />
iglesia! ¡Debo rezar! (Se arrodilla y<br />
reza. Tía Segovia se si<strong>en</strong>ta junto a<br />
ella y le hace coro.) Dios te salve,<br />
María, ll<strong>en</strong>a eres de gracia, el Señor<br />
es contigo. B<strong>en</strong>dita tú eres <strong>en</strong>tre todas<br />
las mujeres y b<strong>en</strong>dito es el fruto<br />
de tu vi<strong>en</strong>tre, Jesús. Santa María,<br />
madre de Dios, ruega por nosotros<br />
pecadores, ahora, y <strong>en</strong> la hora de<br />
nuestra muerte. Amén.<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Trata de mirar! ¡Míralo tal cual es!<br />
(Ahora Leticia los contempla extrañada. Los reconoce<br />
nuevam<strong>en</strong>te.)<br />
LETICIA: ¡Pero por Dios! ¡Si son mi nieta y el<br />
Catire! (Grita furiosa e int<strong>en</strong>ta levantarse,<br />
pero ahora las piernas le<br />
65
fallan y no puede pararse de la silla)<br />
¡Sara! ¡Saraaaa!<br />
(Leticia cae nuevam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un mutismo y tararea el<br />
Ave María.)<br />
TÍA SEGOVIA: La vida es un libro y, si estás at<strong>en</strong>ta,<br />
puedes leer cosas extrañas. Ante él<br />
no puedes permanecer inoc<strong>en</strong>te<br />
como una rosa blanca, Leticia.<br />
(Sara y el Catire yac<strong>en</strong> ext<strong>en</strong>uados uno al lado del otro.<br />
Leticia reacciona.)<br />
LETICIA: ¡¿Pero qué le hizo?!<br />
TÍA SEGOVIA: ¡Pecados!<br />
(Leticia se abalanza sobre el Catire. Pero éste es más rápido<br />
y ella se derrumba aparatosam<strong>en</strong>te. Int<strong>en</strong>ta levantarse,<br />
pero no puede. Llora frustrada. Tía Segovia le<br />
coloca rosas blancas <strong>en</strong> el cabello.)<br />
TÍA SEGOVIA: Esta casa se torna aburrida, ya no<br />
quedan secretos.<br />
(Tía Segovia sale. Sara mira a su <strong>abuela</strong> como desde otra<br />
dim<strong>en</strong>sión.)<br />
(Se escuchan gritos de la g<strong>en</strong>te que pide por el regreso<br />
del Nazar<strong>en</strong>o. Vidrios que se quiebran y golpes <strong>en</strong> la v<strong>en</strong>tana.<br />
El Catire y Sara se incorporan l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te.<br />
Entra Ber<strong>en</strong>ice.)<br />
BERENICE: ¡Sara!<br />
66
Esc<strong>en</strong>a 7<br />
Confesiones<br />
BERENICE: ¡¿Te has vuelto loca?! ¡¿Qué haces<br />
<strong>en</strong> el piso media desnuda?!<br />
(Sara se levanta y se cubre. El Catire está jadeando.<br />
Ber<strong>en</strong>ice no puede ver al Catire.)<br />
EL CATIRE: ¡Me falta el aire!<br />
SARA (Furiosa): ¡Soy el perfecto fracaso<br />
de la raza fem<strong>en</strong>ina! ¡Que desert<strong>en</strong><br />
todos los hombres vivos! ¡Amo a un<br />
fantasma!<br />
BERENICE (A Leticia): ¿Está loca?<br />
EL CATIRE (A Leticia): Lo de tu nieta… Per -<br />
dona, Leticia.<br />
LETICIA (Al Catire): ¡Cállate! (Continúa rezando)<br />
¡Santificado sea tu nombre!<br />
¡Llévate a este demonio lejos de<br />
mí…! Padre nuestro…<br />
BERENICE: ¡Mamá! ¡Levántate! ¡Nos vamos!<br />
EL CATIRE (A Ber<strong>en</strong>ice): ¡No me puede ver!<br />
(Trata de levantar a Leticia) V<strong>en</strong>…<br />
LETICIA: ¡No me toques!<br />
SARA: Mamacita, sigues jugando a mi ignorancia.<br />
67
BERENICE: ¡Tiempo perdido! Lidio <strong>en</strong> la calle<br />
con los locos, ¿y qué me <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro?<br />
A ti, medio desnuda y a mamá rezando<br />
<strong>en</strong> el suelo. ¡Pervertida!<br />
SARA: ¡Tirana!<br />
EL CATIRE (Suplicante a Leticia): Puedes maldecirme…<br />
Pero ahora logras mirarme…<br />
LETICIA (Se levanta, con dificultad): Debería<br />
haber muerto antes de ver esta traición.<br />
Ya no si<strong>en</strong>to nada.<br />
SARA (A Ber<strong>en</strong>ice): Me has amarrado a secretos…<br />
historias…<br />
BERENICE: No <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do a qué te refieres. (<strong>Mi</strong>ra<br />
a Leticia) ¿Está drogada?<br />
LETICIA (Se acerca a Ber<strong>en</strong>ice): Importa poco<br />
lo que sucede aquí. ¡Habla! Ya no<br />
ti<strong>en</strong>es nada que esconder.<br />
BERENICE: ¡Mamá, vine a buscarte! ¡Debemos<br />
salir esta noche!<br />
EL CATIRE: Leticia, no me cond<strong>en</strong>es… Te pido<br />
clem<strong>en</strong>cia.<br />
LETICIA: No soy Dios.<br />
EL CATIRE: El Nazar<strong>en</strong>o me pide un rosario<br />
tuyo, y tu perdón, Leticia.<br />
SARA (A Ber<strong>en</strong>ice): Apostaste a que mi<br />
vida se convirtiera <strong>en</strong> una piltrafa.<br />
BERENICE (<strong>Mi</strong>ra hacia todos lados): No sé de<br />
qué hablas.<br />
LETICIA (<strong>Mi</strong>ra con rabia a Sara): ¡Eres una<br />
piltrafa!<br />
SARA: Tú también me ocultaste la verdad,<br />
<strong>abuela</strong>. No puedes vivir tu edad. La<br />
sabiduría no ha pasado por ti. Tu<br />
68
vida ha sido una m<strong>en</strong>tira. (<strong>Mi</strong>ra al<br />
Catire) inclusive tu único amor.<br />
BERENICE: No sé qué les pasa. Pero afuera la<br />
g<strong>en</strong>te está <strong>en</strong>loquecida… ¡Y van a<br />
<strong>en</strong>trar!<br />
EL CATIRE: <strong>Mi</strong>s posibilidades se acortan, Leticia...<br />
(Jadea) ¡El rosario! Puedes verme…<br />
Cumple el duelo. Estoy muerto.<br />
SARA: No contestas, Ber<strong>en</strong>ice… ¡Pobre de<br />
ti! ¡Jamás responderás!<br />
(Se escucha un fuerte ruido de multitud.)<br />
BERENICE (Toma a Leticia del brazo): ¡Debe -<br />
mos apurarnos!<br />
LETICIA (Se deshace con fuerza): ¡Fin de mundo,<br />
Ber<strong>en</strong>ice! ¡El incesto! ¡Se ha cometido<br />
pecado <strong>en</strong> esta casa!<br />
BERENICE: Estás <strong>en</strong>ferma, no has tomado tu pas -<br />
tilla esta noche. (Busca <strong>en</strong> su bolso)<br />
Aquí está.<br />
SARA: ¡Siempre huyes, Ber<strong>en</strong>ice!<br />
EL CATIRE (Resopla): ¡No t<strong>en</strong>go más tiempo!<br />
(Leticia toma la pastilla y la lanza al piso. El Catire recoge<br />
la pastilla.)<br />
BERENICE: ¿Qué te pasa, mamá?<br />
LETICIA: No necesito pastillas… Ver a mi nieta<br />
con el Catire me ha curado la ceguera<br />
y el olvido.<br />
SARA: ¡Soporta tu cólera, <strong>abuela</strong>! Ber<strong>en</strong>ice<br />
es un reflejo tuyo. ¡Sus secretos, sus<br />
69
embustes! ¡Qué hipocresía de vida!<br />
Él siempre estuvo allí, mi<strong>en</strong>tras ustedes<br />
se ocultaban.<br />
EL CATIRE: Tanto embrollo ya no importa.<br />
BERENICE: ¿De qué hablan?<br />
SARA: Abuela padece la val<strong>en</strong>tía de la que<br />
tú adoleces.<br />
(El sonido de los gritos <strong>en</strong> la calle crece.)<br />
BERENICE (Va hasta la v<strong>en</strong>tana): Esa g<strong>en</strong>te<br />
pi<strong>en</strong>sa que t<strong>en</strong>emos al Nazar<strong>en</strong>o escondido,<br />
dic<strong>en</strong> que una luz azul sale<br />
de casa. Traté de explicarles. (A<br />
Leticia) ¡Debemos salir por la puerta<br />
de atrás! ¡Rápido!<br />
SARA (Se interpone): ¡Aquí nadie se va!<br />
(Se escuchan campanadas. La confusión <strong>en</strong> el exterior se<br />
hace int<strong>en</strong>sa.)<br />
LETICIA: Yo no saldré de aquí, Ber<strong>en</strong>ice. (Se<br />
tambalea).<br />
BERENICE: ¡Mamá!<br />
EL CATIRE: ¡Leticia, ya no puedo s<strong>en</strong>tir mis piernas!<br />
¡El rosario, Leticia!<br />
(Un c<strong>en</strong>ital se posa sobre el Catire. El Catire comi<strong>en</strong>za<br />
a tomar forma <strong>en</strong>corvada y sus facciones <strong>en</strong>vejec<strong>en</strong>.<br />
Sara no sabe si correr hacia él o hacia Leticia. Ber<strong>en</strong>ice<br />
rueda una silla y Leticia cae pesadam<strong>en</strong>te sobre ella.)<br />
SARA: ¡Abuela!<br />
70
LETICIA (Jadeando): Llegó mi hora también,<br />
Ber<strong>en</strong>ice.<br />
BERENICE: ¡Ay, se nos muere!<br />
EL CATIRE (Doblado, se arrastra hacia Leti cia):<br />
¡Viejita! ¡No seas terca! ¡Perdóname!<br />
BERENICE (A Sara): ¡Es por tu culpa! ¡Mamá<br />
no estaba así cuando salí!<br />
(Ber<strong>en</strong>ice corre hasta la v<strong>en</strong>tana. Grita.)<br />
BERENICE: ¡Llam<strong>en</strong> a la policía! ¡Mamá se<br />
muere!<br />
SARA: ¿Policía?<br />
LETICIA: Sara… Hija… Tú mamá debe decirte<br />
la verdad.<br />
EL CATIRE: Leticia… (Abraza a Leticia) Ellas<br />
solucionarán su vida… ¡Nosotros<br />
debemos partir <strong>en</strong> paz!<br />
BERENICE (Solloza): Mamá, ¡soporta!, ya vi<strong>en</strong>e<br />
ayuda.<br />
SARA (A Ber<strong>en</strong>ice): ¿De qué habla mi<br />
<strong>abuela</strong>?<br />
LETICIA: ¡Dile todo a tu hija!<br />
BERENICE: ¡Mamá, tranquilízate! ¡Estás alucinando!<br />
¡Debemos irnos! ¡Levántate!<br />
LETICIA: Catire… Recuerdas cuando me recitabas…<br />
EL CATIRE: He vivido sufici<strong>en</strong>te Leticia, tu risa<br />
y tu tristeza están tatuadas <strong>en</strong> mi memoria.<br />
(Ber<strong>en</strong>ice busca las maletas y un baúl. Los arrastra hasta<br />
la parte trasera de la casa.)<br />
71
BERENICE: Voy a llevar las maletas al carro. Nos<br />
iremos de aquí, mamá.<br />
(Ber<strong>en</strong>ice sale. El Catire ahora está <strong>en</strong>vejeci<strong>en</strong>do.)<br />
LETICIA: Llegamos al final del camino, Catire.<br />
EL CATIRE (Totalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>corvado): No me dejes<br />
perder <strong>en</strong> la bruma más oscura de<br />
la noche, Leticia.<br />
SARA (Camina nerviosa): Nunca más llevaré<br />
la culpa de otro, y podré morir apedreada,<br />
pero me llevaré la realidad.<br />
EL CATIRE (Desfalleci<strong>en</strong>te a Sara): Perdóname,<br />
Sara, no debí hacerte daño… Esta -<br />
bas tan sola…Yo sólo quería una<br />
oración, una oración postergada…<br />
SARA: ¡Es un anciano! (Se levanta consternada)<br />
Es un sueño de niña… una<br />
ilusión… (Sonríe tristem<strong>en</strong>te) Pura<br />
fantasía.<br />
EL CATIRE (<strong>Mi</strong>ra a Leticia): Perdona.<br />
BERENICE: Mamá se muere y tú dices estupideces…<br />
(Ber<strong>en</strong>ice sigue cargando maletas y baúles hacia el fondo<br />
del esc<strong>en</strong>ario.)<br />
LETICIA (Sonríe): Las tinieblas nos absorb<strong>en</strong><br />
y te absuelv<strong>en</strong>… igual que a mí.<br />
(Ber<strong>en</strong>ice se asoma a la v<strong>en</strong>tana.)<br />
BERENICE: ¡Armando! ¡Gracias a Dios!<br />
72
(Cuando Ber<strong>en</strong>ice gira hacia donde están Sara y Leticia,<br />
puede ver al Catire.)<br />
BERENICE: ¡Ahh! ¡¿Y quién es él?!<br />
LETICIA (Casi <strong>en</strong> un hilo de voz): Es tu papá.<br />
EL CATIRE (Desfalleci<strong>en</strong>te): Ber<strong>en</strong>ice…<br />
BERENICE (Ríe histérica): ¡Ay no puede ser!…<br />
¡Ay no puede ser!… (Ríe) ¡Lo que<br />
contaba tía Segovia era verdad!<br />
LETICIA: No tuve valor…(Le falta la respiración)<br />
Fui cobarde, también.<br />
SARA (A Ber<strong>en</strong>ice):¿Fue por Armando que<br />
papá te dejó?<br />
BERENICE (Fuera de sí): ¿Armando? ¡Es mi<br />
amante! ¡Y mi verdugo! (Se acerca al<br />
Catire) ¡Chico, eres más viejo, pero<br />
conservas las mismas facciones de la<br />
fotografía que me mostró tía Segovia!<br />
SARA: ¿Fue por él que papá te dejó?<br />
BERENICE: ¡No! (Ríe) ¡Fue por otra cosa!<br />
EL CATIRE: Por eso no podía asc<strong>en</strong>der.<br />
LETICIA (Con dificultad): Cuéntale… Quiero<br />
morir <strong>en</strong> paz.<br />
SARA: ¡Ay, <strong>abuela</strong>, estás morada! ¡Hay que<br />
llamar a un médico!<br />
EL CATIRE (Desplomado <strong>en</strong> el suelo): ¿Me vas a<br />
perdonar, Leticia?<br />
BERENICE (Histérica): ¡Eres igual que todos<br />
los hombres! ¡Ti<strong>en</strong>es un delito por el<br />
cual ser perdonado! ¡Te pareces al<br />
maldito Abelardo!<br />
SARA: ¿Y papá? ¿Por qué no volvió?<br />
73
BERENICE: ¡¿En verdad quieres saberlo?! (Le<br />
grita) ¡Me violaba! ¡Me violaba!<br />
una y otra vez hasta que naciste…<br />
LETICIA: ¡Ber<strong>en</strong>ice!<br />
SARA (Se si<strong>en</strong>ta): No me querías.<br />
BERENICE (Ríe histérica): Pasó el tiempo y él<br />
me obligaba. Hasta que… (Coloca<br />
las manos como una pistola) ¡Pum!<br />
<strong>en</strong> la boca. ¡Pum! <strong>en</strong> las bolas. ¡Y<br />
allí quedaste, p<strong>en</strong>dejo! Te <strong>en</strong>terramos<br />
detrás de la Casona. ¿Verdad<br />
mamá? ¡En el patio de los muertos!<br />
LETICIA: Ber<strong>en</strong>ice, nadie puede culparte.<br />
BERENICE: Tu nieta me culpa. Me mira con esos<br />
ojos suplicantes de amor. ¡No te<br />
puedo querer, Sara!<br />
SARA (Resignada): Me acompañé de <strong>en</strong>emigos<br />
que fingían ser los amos de<br />
mis tristezas.<br />
EL CATIRE (Jadeante): Ni cielo ni infierno…<br />
¡Soy una pestil<strong>en</strong>te bestia!<br />
BERENICE (En secreto): ¡Shhhh! ¡Nadie lo<br />
sabe! Sólo tía Segovia, mamá, Ar -<br />
mando y yo.<br />
SARA: ¿Y cuánto vale el sil<strong>en</strong>cio de<br />
Armando?<br />
BERENICE: La Casona.<br />
SARA: ¿Cómo?<br />
BERENICE: Canceló la deuda al banco, no más<br />
pagos.<br />
SARA: ¿Y por qué no lo dijiste? ¿Adónde<br />
iban?<br />
74
BERENICE: Arremetes contra mí sin dejarme hablar.<br />
Alquiló un apartam<strong>en</strong>to para<br />
los dos.<br />
SARA: ¿Y se quedará con la Casona?<br />
BERENICE: Quizás. Pero tal vez tú quieras…<br />
SARA: ¡Cuántas máscaras para cubrir tu<br />
verdad! Cuántos negocios y trampas<br />
para mant<strong>en</strong>er los platos de la balanza<br />
<strong>en</strong> un precario equilibrio…<br />
(Con amargura) Y todo para esconderte<br />
de ti misma.<br />
EL CATIRE (Le falta el aire): ¡Ahhh! ¡Déjame<br />
partir, Leticia! ¡El rosario!<br />
LETICIA<br />
y EL CATIRE: «Por la señal de la señal de la Santa<br />
Cruz, de nuestros <strong>en</strong>emigos, líbranos<br />
Señor Dios Nuestro. En el nombre del<br />
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.<br />
Amén. Pésame Dios Mío, y me arrepi<strong>en</strong>to<br />
de todo corazón…».<br />
(Leticia y el Catire continúan rezando el rosario. Sara y<br />
Ber<strong>en</strong>ice los observan sin poder hacer nada.<br />
El Catire y Leticia l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te van desapareci<strong>en</strong>do con<br />
la luz.<br />
Afuera se escuchan gritos de alegría porque el Naza r<strong>en</strong>o<br />
volvió.)<br />
SARA: Descansa <strong>en</strong> paz.<br />
BERENICE: Todo se perdió Sara, ya nada ti<strong>en</strong>e<br />
s<strong>en</strong>tido.<br />
SARA: Libres… Se fugaron <strong>en</strong> medio de la<br />
noche.<br />
75
(Se escucha una campanada, el reloj marca las siete de<br />
la noche. Ambas miran el reloj.)<br />
BERENICE: ¿Qué pasó con el tiempo? El reloj<br />
avanzó sólo un minuto...<br />
SARA (Suspira): <strong>Mi</strong>ra afuera y verás…<br />
Están felices… Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de nuevo a su<br />
Nazar<strong>en</strong>o…<br />
BERENICE: Pero la hora…<br />
SARA: ¡Es simple! El tiempo se detuvo.<br />
BERENICE: ¿Pued<strong>en</strong> pasar tantas cosas <strong>en</strong> un<br />
minuto?<br />
SARA (Suspira incrédula): Pregúntale al<br />
Nazar<strong>en</strong>o… Él dice que nadie vi<strong>en</strong>e<br />
al Padre sino a través de Él. Quizás<br />
es cierto… Un minuto sin perdón,<br />
equivale a una eternidad…<br />
BERENICE (Como sabi<strong>en</strong>do la respuesta): ¿Te<br />
quedarás?<br />
SARA (Busca su maleta que está sobre la<br />
mesa): Ha sido un tortuoso camino…<br />
Un purgatorio que no me pert<strong>en</strong>ecía<br />
y lo padecí cruelm<strong>en</strong>te…<br />
(<strong>Mi</strong>ra al vacío) El dolor es ar<strong>en</strong>a <strong>en</strong><br />
el corazón que ahora se despr<strong>en</strong>de…<br />
(A Ber<strong>en</strong>ice)… Nunca hubo tiempo<br />
para nuestra intimidad, nuestros dulces<br />
años, la escuela, tu juv<strong>en</strong>tud y mi<br />
niñez, no hubo tiempo. (Va hacia la<br />
puerta) Lo devuelvo todo al lugar<br />
donde pert<strong>en</strong>ece…<br />
BERENICE: ¿A qué lugar?<br />
SARA: Al olvido.<br />
76
BERENICE: No me dejes Sara… la Casona.<br />
SARA: Te aterraría oírlo mamá. Pero esta<br />
Casona, sus cortinajes y paredes parec<strong>en</strong><br />
c<strong>en</strong>tinelas de historias que se<br />
repit<strong>en</strong>. Permanece aquí Ber<strong>en</strong>ice,<br />
quizás no estemos vivas. ¿Quién puede<br />
discernir la difer<strong>en</strong>cia? T<strong>en</strong>go el<br />
pres<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de que pronto nos<br />
volveremos a ver… Tu bala traspasará<br />
nuevam<strong>en</strong>te al Catire… y yo padeceré<br />
con el impacto de un proyectil<br />
que no termina de cegar mi tiempo…<br />
ni el tuyo… La melancolía es también<br />
un destino…<br />
(Se oscurece el esc<strong>en</strong>ario y se lleva a Sara. En el c<strong>en</strong>tro<br />
de la esc<strong>en</strong>a una luz t<strong>en</strong>ue ilumina a Ber<strong>en</strong>ice, qui<strong>en</strong> repite<br />
un parlam<strong>en</strong>to de Leticia.)<br />
BERENICE: Escucho a tía Segovia (Busca seres<br />
invisibles) Estás allí, escondida.<br />
(Azuza) ¡Vamos! ¡Fuera!<br />
FIN<br />
77
Índice<br />
Personajes 3<br />
Esc<strong>en</strong>a 1<br />
La Casona 5<br />
Esc<strong>en</strong>a 2<br />
Ber<strong>en</strong>ice 19<br />
Esc<strong>en</strong>a 3<br />
El Catire 27<br />
Esc<strong>en</strong>a 4<br />
Tía Segovia 33<br />
Esc<strong>en</strong>a 5<br />
El pase 49<br />
Esc<strong>en</strong>a 6<br />
Verdades 51<br />
Esc<strong>en</strong>a 7<br />
Confesiones 67
Este libro se terminó de imprimir<br />
<strong>en</strong> junio 2011,<br />
<strong>en</strong> los talleres de la FUNDACIÓN<br />
IMPRENTA CULTURAL,<br />
Caracas, V<strong>en</strong>ezuela.<br />
Son 2.500 ejemplares.