clculo y verificacin de la huella de carbono en productos ...

CÁLCULO Y VERIFICACIÓN DE LA HUELLA DE CARBONO EN PRODUCTOS
AGROALIMENTARIOS
Juan Antonio Polo Palomino 1 , Juan Andrés Salido Villatoro 2 , Anxo Mourelle Álvarez 3 ,
Ricardo Álvarez Muiña 4 , Ramiro Roses Cañete 5 .
1 CO2 consulting S.L. japolo@co2co.es. T.: 957 492870; 2 Det Nörske Veritas juan.salido@dnv.com. T.: 914561600; 3 CO2
consulting S.L. amourelle@co2co.es. T.: 981904233; 4 Det Nörske Veritas ricardo.alvarez@dnv.com. T.: 914561600; 5 CO2
consulting S.L rroses@co2co.es. T.: 957 492870.
RESUMEN
Se ha elaborado una guía metodológica para el cálculo de huella de carbono en productos
agroalimentarios, basada en PAS 2050 e ISO 14067, entre ellos un vino P.X. siendo un proyecto pionero
en España, ya que se ha calculado y verificado por una entidad independiente esta huella en un grupo de
cinco productos concretos.
Los resultados obtenidos verificados permiten a los productores mejorar el conocimiento de sus procesos
no sólo desde un punto de vista medioambiental, sino también en términos de eficiencia energética y
consecuentemente, de rentabilidad económica. El mensaje que estos productores pueden transmitir a la
sociedad es que se han calculado las emisiones asociadas a sus productos y que su compromiso es
reducirlas.
Cabe destacar que se ha desarrollado este proyecto en un sector, el agroalimentario, que no está obligado
a comunicar sus emisiones y que por tanto nos encontramos ante la declaración voluntaria de las mismas.
1. INTRODUCCIÓN
Los consumidores finales son cada vez más conscientes del impacto medioambiental de los productos.
Esto se refleja en sus decisiones de compra, de forma que cada vez se tiene más en cuenta el rendimiento
medioambiental de los productos. Por otra parte, el desempeño ambiental se está convirtiendo en un
importante impulsor de valor de marcas de productos, además de una fuente importante de legislación y
normativa ambiental que abandona paulatinamente los esquemas punitivos a la producción para
decantarse por opciones de influencia positiva sobre el mercado.
Como resultado de este proceso, los minoristas y proveedores de primer nivel han respondido mediante el
fomento de sus proveedores para mejorar el impacto medioambiental de sus productos. Esto se ha llevado
a cabo principalmente mediante el establecimiento de contabilidad de la huella de carbono (así como, en
menor medida la declaración ambiental de productos y el cálculo de huella ecológica) y los requisitos de
información para los proveedores de modo que en los productos se tiene por parte del mercado, cada vez
más en cuenta la huella de carbono de los procesos de compra, proceso de elaboración, productos o
ingredientes de contenido en la selección de productos, evaluación de proveedores y otros aspectos de la
cadena de suministro, como parte de los procesos de adquisición.
En apoyo de las tendencias del mercado descritas anteriormente, también ha habido un aumento de la
regulación gubernamental y los incentivos financieros para la mejora del comportamiento ambiental de
productos y procesos.
La lucha contra el cambio climático liderada por Naciones Unidas y por la Unión Europea y España
como Estado Miembro ha sido en los últimos años un elemento clave en el aspecto medioambiental de
los productos. Por consiguiente la comprensión de la cantidad de gases de efecto invernadero emitida es
un aspecto capital a tener en cuenta a lo largo del ciclo de vida del producto.
Además de los aspectos extrínsecos a la gestión ambiental por razones de satisfacción del consumidor y
sus inquietudes en la búsqueda de una diferenciación positiva, existen motivos intrínsecos al propio
productor que hacen que este tipo de herramientas tengan gran interés ya que el análisis de ciclo de vida
(ACV) y su aplicación específica al cálculo de una huella ecológica es esencial a fin de identificar

oportunidades para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el desempeño
ambiental de una cadena de suministro (de la cuna a la tumba) y, por tanto, de sus productos (por
ejemplo, teniendo en cuenta en estas decisiones relacionadas con el diseño de productos y la selección de
proveedores, materiales, transporte, procesos de fabricación, etc.)
Además, es necesario demostrar la responsabilidad corporativa y de producto y satisfacer las necesidades
de información con respecto a la huella de carbono de un producto.
Como resultado de todos estos aspectos coyunturales, la metodología y la capacidad y habilidad para
calcular, reducir y comunicar la huella de carbono de los productos se está convirtiendo en un aspecto
importante para el éxito de los productos en el mercado y, muy particularmente para aquéllos que
proceden de agricultura ecológica y que, en consecuencia buscan una diferenciación por la calidad de
todo el proceso de obtención.
2. OBJETIVOS
El objetivo de este proyecto ha sido desarrollar una metodología de cálculo de huella de carbono para
productos agroalimentarios y calcular la huella de carbono en un grupo piloto de cinco unidades
funcionales. En esta afirmación se incluyen tres conceptos que deben ser definidos para entender
correctamente el alcance del trabajo:
Una unidad funcional se puede definir como una cantidad conocida de un producto resultante de una
cadena de suministro para su empleo como unidad de referencia para el cálculo de las emisiones
asociadas al producto (ISO 14044:2006, 3.20). Normalmente la unidad funcional corresponde bien a una
cantidad de producto presentado al cliente en el formato específico sobre el que se etiqueta (p. ej. Bolsa
de patatas fritas, litro de aceite, prenda de vestir) o bien a una cantidad típica de consumo (250 g de
conservas, 100 ml de aceite, etc.). Esta cantidad suele ser coherente con la marcada en la ficha
nutricional.
El término ciclo de vida se refiere a la sucesión de fases o etapas de un producto desde la adquisición de
las materias primas hasta el final de su o su generación a partir de los recursos naturales, hasta el
momento en que se considera el fin de ciclo: bien otro negocio (B2B), bien la disposición final por el
consumidor (B2C) (ISO 14040:2006, 3.1).
Por último, huella de carbono es un término que se refiere al total de emisiones de gases de efecto
invernadero de un producto a lo largo de su ciclo de vida. Para el cálculo de este valor se utiliza como
unidad los kilogramos de CO2 equivalentes en cada uno de los puntos en los que se incluyen emisiones
potenciales de calentamiento global.
Desde el punto de vista de una empresa, los objetivos principales que puede perseguir para decidir llevar
a cabo una iniciativa de huella de carbono pueden ser los siguientes:
1) Identificar oportunidades de reducción de la huella de carbono de un producto, tanto a nivel interno
como a nivel de clientes y proveedores: determinar qué etapas de su cadena de suministro tienen más
influencia ambiental para reducirla, comparar entre dos posibles proveedores para analizarlos a igualdad
de condiciones en función de su huella de carbono, elegir un formato de presentación de su producto, etc.
2) Proporcionar la base y el apoyo en relación con las demandas externas de los resultados
medioambientales del producto.
Los objetivos de la empresa deben ser, en la medida de lo posible claros y cuantificables, ser
consecuentes con la estrategia empresarial, enunciarse en relación a características medibles del producto
o mercado, estar asociados a una mejora del comportamiento ambiental de cualquier etapa de la cadena
de suministro pero, especialmente de aquellas sobre las que la empresa ejerce un mayor control.
El establecimiento de una relación cordial de colaboración con los proveedores facilitará el proceso de
cálculo de huella de carbono y mejorará la precisión de dicho cálculo.
En algunos casos de proveedores estratégicos es fundamental esta cooperación dado que deben facilitar
determinada información y su cooperación puede suponer una aportación clave en relación al análisis de
ciclo de vida del producto así como proporcionar datos primarios de sus respectivos procesos dado que

estos se necesitan para el cálculo. Una vez lanzado el proyecto un objetivo fundamental es comunicar con
los proveedores principales para que estén abiertos a proporcionar toda la información y conseguir su
compromiso en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
3. MARCO TEÓRICO
A la hora de elegir un marco metodológico de referencia en el que basar los cálculos del proyecto el
primer paso lógico es hacer un estudio bibliográfico. Tras una labor de investigación y de consulta de las
distintas normativas, se optó por utilizar PAS 2050:2008 como referencia para calcular la huella de
carbono, por suponer el único estándar que incorpora el Análisis del ciclo de vida para el cálculo de
emisiones de Gases efecto invernadero.PAS 2050:2008 es el mejor referente de los estudiados para
calcular la huella de carbono de un producto (de una unidad funcional) concreto.
Este referente, utilizado para realizar el análisis garantiza que se han tenido en cuenta los siguientes
principios básicos (PAS 2050:2008, 4):
- Relevancia: Elegir las fuentes de gases de efecto invernadero, de almacenamiento de carbono, los datos
y métodos que sean apropiados para la obtención de las emisiones de gases de efecto invernadero de los
productos en cuestión
- Completitud: Incluir todas las emisiones de gases de efecto invernadero y de secuestro de carbono
relacionadas con la huella de carbono final de un producto
- Consistencia: Permitir comparaciones entre datos de emisiones de gases de efecto invernadero y otras
huellas de carbono
- Precisión: Reducir la incertidumbre tanto como sea posible
- Transparencia: en el caso de que los resultados de la huella de carbono calculados según esta norma
sean comunicados a una tercera parte, la empresa que comunica estos resultados debe revelar la suficiente
información relacionada con las emisiones, de modo que el receptor de la información tenga toda la
confianza en los resultados obtenidos
4. METODOLOGÍA
La metodología desarrollada en este proyecto ha consistido en:
- La identificación del contexto del cálculo de huella de carbono en productos agroalimentarios
- El propio proceso de cálculo de la huella de carbono
- La evaluación y la gestión de la huella de carbono de productos en busca de la mejora continua
del comportamiento ambiental de las empresas
- La comunicación al mercado y al consumidor final de la huella de carbono de los productos
calculados
A partir de todos estos antecedentes se propusieron para el proyecto completo desde su origen las
siguientes fases:
a) Diagnóstico inicial
- Definición del alcance y ámbito del proyecto.
- Revisión bibliográfica internacional.
- Identificación de empresas piloto y selección de unidades funcionales.
b) Pilotaje del protocolo
- Reuniones de trabajo con grupos de interés.
- Definición de la metodología de cálculo.
- Cálculo de la huella de carbono en los productos piloto seleccionados.
c) Diseño y verificación
- Edición de la guía metodológica.
- Verificación de los resultados y validación de la metodología del cálculo.
- Comunicación.

Antes de empezar el proceso de cálculo, quedaron definidos, consensuados y documentados los aspectos
siguientes:
- La finalidad y objetivos específicos perseguidos en el proceso de cálculo de huella de carbono,
- Los grupos de interés a los que consultar, identificando nombres de personas (cuando se conocen) e
instituciones a las que pertenecen como partes interesadas en el proceso o los resultados,
- El producto al que va a aplicar el cálculo y su forma de presentación habitual en el mercado,
- La unidad funcional a la que se referenciarán los cálculos obtenidos tras obtener las emisiones globales
del proceso refiriendo las proporciones relativas de cada producto comercializado,
- Los proveedores clave con los que se ha contactado y su respuesta afirmativa para obtener de ellos los
datos clave sobre los suministros que proporcionan a la empresa.
- Los miembros del equipo y sus roles en el proceso de evaluación de huella de carbono, en particular la
persona que actuará como coordinador del equipo. Los miembros del equipo conocían la metodología de
análisis de ciclo de vida y las consecuencias ambientales del resultado que se obtiene.
De la revisión bibliográfica internacional se concluyó, que la norma de referencia sobre la que realizar la
guía metodológica debía ser PAS 2050:2008. Una vez seleccionadas las reglas, se pasó a identificar las
empresas en las cuales se iba a desarrollar todo el pilotaje del proyecto, junto con las unidades
funcionales de las mismas. Las unidades funcionales elegidas han sido:
- Aceite de oliva virgen extra ecológico en botella de cristal de 1 litro.
- Aceite de oliva virgen extra convencional en PET de 5 litros.
- Vino Pedro Ximénez ecológico en botella de cristal de 0,75 litros.
- Vino Pedro Ximénez convencional en botella de cristal de 1 litro.
- Tomate cherry ecológico en terrina de PET de 250 gr.
Para cada una de ellas la metodología de cálculo propuesta es la que se resume en el siguiente esquema:
Figura 1. Descripción metodológica del proyecto. Fuente: Elaboración propia.
Con anterioridad a analizar el ciclo de vida del producto dentro del proceso de cálculo, se ha de elegir el
modelo de ciclo de vida o el modelo de negocio elegido.
Esta definición pasa por acotar si se trata de:
- Una cadena de suministro de un negocio a otro (ciclo B2B o bussines to bussines) en el cual se
incluyen las emisiones desde la entrada de materias primas en el negocio evaluado (por ejemplo la

compra de aditivos o tratamientos foliares o la adquisición de piensos para una granja) hasta la salida y
puesta en el cliente receptor de la facturación del producto (por ejemplo las emisiones asociados al
transporte y logística hasta ese receptor). Este mapa incluye todas las etapas en la vida del producto o
ingrediente, hasta que se entrega a otro fabricante o a la plataforma logística que hace posteriores
modificaciones del producto.
- Una cadena de suministro completa de negocio a consumidor (ciclo B2C o Bussines to
Consumer) que integra cualquier emisión ocurrida desde la adquisición de primeras materias hasta el
origen del producto entrante en el proceso objeto de evaluación hasta el desecho de los residuos o su
reciclaje tras el uso del producto por parte del consumidor (también denominado “de la cuna a la tumba”
o C2G Cradle to Grave). En este caso el mapa de procesos abarca desde empresas a consumidores, con
todas las etapas de la vida del producto, a partir de materias primas, a través de la fabricación,
distribución, venta, consumo y eliminación o reciclado.
En este proyecto se optó por el modelo de negocio B2B. Con el modelo de negocio elegido el desarrollo
de cada una de las etapas del proceso de cálculo se detalla a continuación:
4.1. Comprensión del ciclo de vida del producto
Tras la definición del modelo de ciclo de vida, la primera etapa, propiamente dicha de evaluación de
huella de carbono es la de definición del ciclo de vida del producto. Así, para poder cuantificar la huella
de carbono de un producto, necesariamente se ha de comprender y documentar cómo se obtiene dicho
producto, integrando todas las etapas del ciclo de vida que se consideren en el modelo de negocio
definido.
La definición de las etapas del ciclo de vida se puede abordar con diferentes herramientas aunque la más
comúnmente usada son los “mapas de proceso” que sintetizan las diferentes adecuaciones y
transformaciones que sufren las materias primas hasta convertirse en el producto de un modo gráfico e
intuitivo.
Figura 2. Etapas del ciclo de vida de un producto agroalimentario. Fuente: Elaboración propia.
En el caso de los productos agroalimentarios, se hen definido las etapas del ciclo de vida descritas en la
Fig 2. El análisis incluye tanto las materias primas principales (como por ejemplo las aceitunas para
elaborar aceite, las hortalizas para su venta o las uvas para producir vino,…) como secundarias (tales
como un aditivo para tratamiento plaguicida, los filtros de pulido de un aceite de oliva o el alcohol vínico
adicionado a un vino).
También se incluyen tanto las materias primas que formarán parte intrínseca del producto (por ejemplo el
alcohol o azúcar adicionado a un vino) como aquellas que se retirarán en una etapa del proceso (por
ejemplo las cargas que se filtran en un aceite o los turbios que se retiran, las ramas del tomate o los restos
de un tratamiento de hoja o sus sacos).
Sin pretender entrar en demasiado detalle en la elaboración de un mapa de procesos, las operaciones que
comúnmente precisan identificación separada con arreglo a los criterios de la normativa técnica

internacional suelen incluir: operaciones unitarias de proceso, consumo de energía eléctrica, consumo de
combustibles fósiles, consumo de combustibles considerados biomasa, producción de residuos,
operaciones de transporte (carretera, ferrocarril, barco, aéreo,…), y reciclado final. Resulta interesante
decidir al inicio del mapa de proceso definir un color característico para cada una de las operaciones y
mantener ese criterio en el resto del proceso de construcción.
4.2. Definición de alcances y límites
De modo coherente con la definición del modelo de negocio es preciso definir el alcance y límites del
sistema que se va a emplear como base y a reflejar en un mapa de proceso desagregado, conforme a lo
antes expuesto.
Dado que se trata de un criterio de máxima importancia y relevancia en los resultados de emisiones
posteriores, los límites del sistema y las exclusiones deben justificarse específicamente en un texto anexo
al diagrama de flujo o bien como una leyenda del diagrama de flujo. Las decisiones de exclusión y límites
del sistema deben fundamentarse y justificarse oportunamente.
La definición de los límites del sistema debe realizarse en diversos frentes:
- Identificar las exclusiones del proceso de cálculo de emisiones que se detraerán en su totalidad,
- Límites del sistema en cuanto a los puntos iniciales y finales de la cadena de suministro (estos
puntos serán en los que arranque y termine el mapa de proceso). Estos puntos definirán los límites
organizacionales en cuanto a las partes del proceso que estarán involucradas en el cálculo y sobre las que
el operador tiene control y/o responsabilidad (también definen inicio y fin del mapa de proceso),
- Límites geográficos en cuanto a las áreas territoriales que se tendrán en cuenta en el cálculo,
- Determinación de los límites operacionales en cuanto a los procesos excluidos (por ejemplo la
gestión de alperujo)
- Determinación de los límites de materialidad (importancia) y de frecuencia mínima de la emisión
o período de emisión a considerar.
En cuanto a los límites del sistema para cada uno de los criterios se han seguido las siguientes reglas:
- En sentido aguas arriba del proceso de producción o transformación en la cadena de suministro
(preparación de materias primas o insumos) sobre el que el productor tiene control se han incluido todos
los procesos de transformación de materias primas inmediatamente anteriores al proceso evaluado (el
paso anterior),
- Además de la etapa inmediatamente anterior se considerarán las etapas que resulten muy
intensivas en emisiones
- Se obvian todos los procesos de intermediación que no suponen modificación alguna de la materia
prima o insumo (por ejemplo un revendedor, un representante nacional, un distribuidor local, un retailer,
etc). No obstante, se incluyen las emisiones asociadas a los procesos cuando estos impliquen emisiones
(por ejemplo un distribuidor que reenvasa los productos en envases más pequeños u operaciones
similares y consume energía eléctrica, quema combustibles fósiles o similares)
- Se incluyen tanto los procesos de transformación del producto que se realizan por parte del propio
titular, como aquellos que subcontrata directamente o indirectamente (por ejemplo, es habitual
subcontratar las tareas de transporte)
- Se obvian del cálculo las emisiones asociadas a la combustión de aquellos combustibles que sean
considerados biomasa y que, por tanto, tienen un factor de emisión CO2 de cero
4.3. Recopilación de datos relevantes
Una vez se dispone de un mapa de procesos bien definido, del esquema de una tabla de las acciones
asociadas a emisiones que deben ser evaluadas y de la selección de las acciones que están asociadas a
emisiones “importantes”, la siguiente etapa consistió en recopilar los datos y magnitudes para poder
proceder al cálculo.

Se identificaron qué datos debían recopilarse y qué acciones eran requeridas para su obtención, (contactos
con proveedores, cálculos de distancias kilométricas para distribución, necesidad de bases de datos y
consultas para evaluar emisiones en procesos de producción de materias primas, etc.)
De un modo genérico, el cálculo de emisiones en cada etapa del ciclo de vida se compone de la
aplicación de una cantidad asociada a una unidad (por ejemplo litros de gasóleo agrícola consumidos) que
se multiplica por un factor de emisión (por ejemplo gramos de CO2 emitidos por kilómetro recorrido),
aplicando las conversiones de unidades necesarias.
La recogida de datos se realizó para cada fuente, asociando a cada acción emisora su valor cuantitativo y
la unidad, tal como se reflejaba en la tabla siguiente:
Tabla 1. Ejemplo de recopilación y clasificación de datos. Fuente: Elaboración propia.
Siguiendo los requisitos de PAS 2050:2008 en este proyecto se han excluido de los cálculos:
- Todas las entradas de energía humana empleada en los procesos
- Las emisiones derivadas del transporte de empleados desde su lugar de residencia hasta el punto
de desarrollo de su trabajo
- Las emisiones derivadas de animales que efectúan operaciones de
- Se excluyen específicamente con criterio general las emisiones derivadas de Bienes de Equipo
4.4. Cálculo de la huella de carbono del producto
Terminada la definición y depuración del mapa de proceso el siguiente paso metodológico consistió en
identificar qué datos se precisaban para efectuar el cálculo de la huella de carbono.
Para facilitar el reporte final del resultado se abordó el cálculo por etapas de proceso (por ejemplo
agronomía del olivar, o etapa de vendimia). Para los aspectos generales (como el consumo eléctrico
cuando un contador proporciona control para varias etapas o si se dispone del total de facturas de
combustible de todas las tareas desarrolladas en un proceso concreto) se realizó un cálculo global puesto
que la desagregación por etapas en estos casos complicaría el cálculo.
Con objeto de visualizar, de modo sencillo, las prioridades para cualquier plan de actuación y para
documentar los compromisos de reducción y en qué áreas debe actuarse, se identificó el peso porcentual
de cada etapa y operación en la huella de carbono global.
Una vez obtenidas las emisiones globales de GEI (en gramos o kilogramos de CO2 eq / año) a la
atmósfera para un determinado proceso completo integrando los procesos de la cadena de suministro
aguas arriba (materias primas e insumos), los procesos propios y los procesos aguas debajo de
distribución, consumo y fin de vida (desecho o reciclo de los materiales resultantes del consumo) se
dispuso del dato final de las emisiones totales.
Teniendo en cuenta que habitualmente, en una planta, se producen una gran cantidad de productos,
formatos y presentaciones para un producto y dado que se calculó la huella de carbono para un

determinado producto y unidad funcional fue preciso referir las emisiones globales al producto específico
y a su unidad funcional, como sigue:
- Se calcularon las emisiones globales a lo largo del año agrícola o natural correspondiente.
- Se evaluaron la proporción que supone en las emisiones globales o, en su caso, para las etapas
específicas en que se den producciones conjuntas, el producto concreto.
- De esa proporción se evaluó, calculando el cociente correspondiente, cuánto supusieron las
emisiones de la unidad funcional seleccionada respecto del total.
4.5. Evaluación de la incertidumbre de los cálculos
El análisis de incertidumbre en un proceso con tantas etapas y fuentes de datos como el cálculo de la
huella de carbono de un producto agroalimentario es un proceso laborioso. No obstante, resulta de interés
conocer el nivel de incertidumbre a que está sometido el resultado a fin de poder proporcionar un alto
nivel de confianza al receptor del valor. En una situación ideal, se asume que con una incertidumbre de
cero no hay variación entre diferentes cálculos de huella de carbono de producto. No obstante en la
realidad existen numerosas fuentes de incertidumbre que deben tenerse en cuenta, principalmente por
incertidumbre técnica en los datos de actividad, así como por la natural variabilidad de los datos al ser
medidos.
Como quiera que la naturaleza del cálculo de huella de carbono incluye la estimación y selección, así
como un cierto grado de juicio profesional, cada fuente de dato tiene asociada una incertidumbre.
Las principales estrategias que se emplearon para reducir la incertidumbre de cálculo de la huella de
carbono de producto, son las siguientes:
- Sustitución de los datos secundarios fiables por datos primarios siempre que fue posible
- Uso de una mejor calidad de datos secundarios o más adaptados al área de estudio o país de estimación,
- Mejorar el modelo de huella de carbono producto de cálculo por redefinición de etapas de proceso,
bajando a unidades de proceso más pequeñas
4.6. Verificación
Con objeto de proporcionar la necesaria transparencia al proceso y la garantía de veracidad y trazabilidad
del mismo, tanto el proceso de cálculo y los resultados del mismo, como las hipótesis asumidas, se
decidió que fuesen sometidas a verificación por tercera parte independiente (DNV verificador ambiental
acreditado), con amplia experiencia previa en la verificación de plantas industriales, de inventarios
corporativos de gases de efecto invernadero (GEI) y de proyectos derivados del Protocolo de Kyoto
(MDL´s), que aseguraba una entidad con visión internacional de los diferentes esquemas de verificación
existentes en temas de CO2.
Se llegó a la conclusión que la metodología seguida en la verificación fuera la misma que la utilizada en
las instalaciones afectadas por el comercio de derechos europeo (EU ETS), con el objeto de asegurar una
consistencia con las directrices europeas existentes con vistas a una posible futura integración de
requisitos voluntarios y regulados en materia de emisiones de CO2e.
La verificación consistió en las siguientes fases:
1.- Análisis estratégico/riesgos para:
- conocer y comprender procesos (fuentes emisión, origen datos, factores emisión, etc.) y sistema de
gestión
- definir la intensidad de la verificación, identificar parámetros críticos
- elaboración Plan de Verificación: plan de muestreo, agenda, actividades a auditar, etc.
2.- Análisis del proceso incluyendo:
Inspección “in situ”: verificación diagrama proceso asociado a unidad funcional, verificación datos,
información y cálculos realizados, búsqueda de evidencias, etc.

3.- Resolución Hallazgos
- Conclusiones y hallazgos basados en evidencias objetivas
- Análisis causa básica posibles desviaciones
4.- Informe Final / Declaración de Conformidad
Informe Final de la Verificación incluyendo áreas de mejora para años posteriores
Revisión Técnica por equipo independiente
Declaración de Conformidad incluyendo cifra final de emisiones (gr CO2e por unidad funcional)
Los objetivos que se persiguieron con la verificación fueron:
- Garantizar que la determinación de la huella de carbono asociado a la unidad funcional se realizó
de conformidad con la metodología elegida: PAS 2050:2008
- Garantizar que los datos, información y cálculos son fiables y correctos.
- Identificar potenciales mejoras y, por lo tanto, promover una implementación uniforme y
consistente de las directrices de la presente guía.
Los beneficios de una verificación externa independiente son:
- Alto nivel de confianza en el sistema de cuantificación de la Huella de Carbono.
- Transparencia al estar expuesto el esquema al escrutinio de terceras partes.
- Consistencia en el enfoque y sistemática en la verificación de la Huella de Carbono.
- Mensaje para comunicaciones externas, credibilidad y propuesta de valor (etiquetado o marca).
5. RESULTADOS
El resultado de todo este proyecto es la primera huella de carbono verificada en productos
agroalimentarios en España, según la metodología PAS 2050:2008. Es muy importante tener en cuenta
que la agricultura es un sector considerado de emisiones difusas y que no tiene sus emisiones reguladas,
con lo que se incluye dentro de su ámbito voluntario el cálculo y comunicación de estos resultados.
Los entregables del proyecto han sido dos: por un lado una guía metodológica completa para el cálculo y
verificación de la huella de carbono en productos agroalimentarios y por otro el cálculo de las cinco
unidades funcionales elegidas como productos piloto..
A continuación se muestran los resultados obtenidos y verificados por una entidad acreditada
independiente, Det Norske Veritas (DNV), para las cinco unidades funcionales analizadas.
Tabla 2. Resultados verificados de la huella de Carbono. Fuente: Elaboración propia.

Gráfico 1.Comparación de la distribución de las emisiones calculadas en las distintas fases del ciclo de vida de las
unidades funcionales analizadas. Fuente: Elaboración propia.
Con la verificación de los resultados por una tercera parte independiente, se pretende que ésta aporte la
certeza sobre la solvencia de las fuentes de datos y sobre la relevancia del resultado obtenido, con el
objeto de generar la confianza necesaria en el proceso de decisión de la compra.
A pesar de que se trata de una experiencia piloto en cinco unidades funcionales producidas en tres
industrias agroalimentarias concretas, y que la metodología empleada no permite la inferencia estadística,
cabe destacar el pequeño impacto de la distribución en el resultado final, lo que nos permite afirmar que
el análisis del ciclo de vida del producto ha resultado un herramienta eficaz para identificar áreas de
mejora en términos de eficiencia energética en el ámbito de control directo de estas organizaciones, ya
que los principales fuentes de emisiones se han localizado en las fases agronómica y de producción, como
lo demuestran los resultados expuestos en el Gráfico nº1.
6. CONCLUSIONES
Etiquetar la huella de carbono de un producto, puede contribuir e impulsar los esfuerzos de reducción de
emisiones de al menos, tres formas:
a) FACILITANDO información veraz y fiable a los consumidores, las organizaciones que
etiquetan su huella del carbono, ayudan a los clientes a ejercer su derecho de toma de decisiones de
compra como Consumidores Responsables, teniendo el poder suficiente para elegir reducir sus emisiones
ellos mismos.
Los consumidores están comenzando a exigir productos con bajas emisiones de carbono, por lo que ellos
necesitan información para su elección. Por ejemplo en una encuesta realizada en Inglaterra, el 67% de
los clientes encuestados señalan que su preferencia de compra sería por productos con una menor huella
de carbono y un 44% de estos clientes indican que comprarían un producto con baja huella de carbono,
aunque la marca no sea su primera elección (Mckinsey, 2008).
b) EL COMPROMISO de reducción de emisiones en el tiempo, influye directamente en la cadena
de suministro, favoreciendo la reducción de las emisiones en los procesos llevados a cabo por los
distintos proveedores.
Algunas organizaciones han iniciado programas conjuntos con proveedores y colaboradores para
revisar las etapas de la cadena de suministro, determinar las principales fuentes que influyen en la
huella de carbono de un producto e identificar maneras conjuntas para reducir las emisiones.

c) INTEGRACION de los agricultores de manera activa en el ciclo de vida del producto
agroalimentario, asumiendo su responsabilidad medioambiental e identificando prácticas sostenibles de
manera que con su actividad puedan contribuir a mejorar el nivel de emisiones.
d) Consolidar la imagen de la organización, a través de la Diferenciación del producto.
e) Identificación de los procesos con mayores emisiones de CO2, su costo y los potenciales ahorros,
lo que le permite Armonizar la política y estrategia con el cambio climático, para que pueda acceder a
los beneficios económicos derivados de la reducción de emisiones GEI.
f) Mejora de los indicadores de la información relacionada con la sostenibilidad posibilitando el
acceso a créditos verdes y de responsabilidad social.
BIBLIOGRAFÍA