Septiembre… - Campus Cultural - Tecnológico de Monterrey

de Seguridad para un ataque a Iraq y la
invasión, unilateral y terca disminuyó el
apoyo hacia la Casa Blanca. El concepto
de “defensa anticipatoria” en que se basó
la justificación para atacar Iraq tampoco
obtuvo un consenso en la comunidad
internacional. Al final, tuvieron razón
quienes nunca creyeron que el dictador
iraquí estuviera en posesión de armas
de destrucción masiva. Sin embargo, las
decisiones de política exterior nunca se
toman por una razón única y tendríamos
que ocupar más páginas para analizar
todos los motivos que impulsaron a la
intervención en Iraq.
El éxito de las guerras parecía ser fácil
para el ejército más grande del mundo,
o al menos, el que mayor presupuesto
destinaba para defensa. Sin embargo, los
helicópteros, aviones y satélites no fueron
suficientes para capturar a Osama Bin
Laden en un plazo razonable para cantar
la victoria, en parte porque no modificó
su estrategia de ataques sorpresivos y de
tipo guerrilla. En operaciones tan grandes
como las guerras en Iraq y Afganistán, la
Casa Blanca gastó el equivalente a USD $3
billones (contabilidad nuestra, o sea, tres
trillones en contabilidad anglosajona) y,
aunque aportó las cabezas de líderes de
Al Qaeda, no logró debilitarla, pues esta
todavía fue capaz de atacar en Madrid,
Londres, Bali y otras ciudades relacionadas
con aliados de Washington.
Otro frente de guerra han sido las garitas
de aduanas y los aeropuertos. Viajar
por avión no ha sido lo mismo desde
entonces. Los controles de seguridad nos
hablan de cómo se convirtieron en un
nuevo sitio de batalla donde una botella
de agua, una papilla para bebés y hasta
unas pinzas para cejas se consideran
armas potenciales y quienes transitan por
los aeropuertos tienen que experimentar