el principe y el mendigo - Educando
el principe y el mendigo - Educando
el principe y el mendigo - Educando
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
MARK TWAIN EL PRÍNCIPE Y EL MENDIGO<br />
© Pehuén Editores, 2001<br />
) 3 (<br />
NACEN UN PRÍNCIPE Y UN MENDIGO<br />
H<br />
ACE MÁS DE TRESCIENTOS AÑOS EN LONDRES, un día d<strong>el</strong><br />
segundo cuarto d<strong>el</strong> siglo XVI, nació un hijo a una<br />
familia pobre, de ap<strong>el</strong>lido Canty, que no deseaba<br />
tenerlo. El mismo día nació otro niño inglés en una<br />
familia rica, de ap<strong>el</strong>lido Tudor, que lo deseaba. Lo deseaba<br />
Inglaterra. Este país lo había deseado ardientemente durante<br />
mucho tiempo, y se lo había pedido a Dios con oraciones. Ahora<br />
que había nacido, <strong>el</strong> pueblo estaba loco de regocijo. Personas<br />
que eran simples conocidas se abrazaban. No hubo nadie que no<br />
festejara, ricos y pobres, banqueteaban, danzaban, cantaban y<br />
se ponían alegres. Londres era de día digna de verse, con alegres<br />
banderas ondeando en todos los balcones, mientras recorrían las<br />
calles cortejos. No se hablaba en toda Inglaterra de otra cosa<br />
que d<strong>el</strong> recién nacido, Eduardo Tudor, príncipe de Gales, que<br />
descansaba envu<strong>el</strong>to en sedas, ajeno a tanta jarana, sin saber<br />
que unos grandes señores y damas lo cuidaban y tenían puestos<br />
los ojos en él. Sin saberlo y sin dárs<strong>el</strong>e un comino por <strong>el</strong>lo.<br />
Nadie hablaba d<strong>el</strong> otro recién nacido, Tomás Canty, envu<strong>el</strong>to<br />
en pobres harapos, como no fuera la familia de pobres a la que<br />
había venido a complicar con su presencia.