PEDRO ESCACENA

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con quien casó hace cincuenta y dos años y con quien vive con el sentimiento amoroso intacto en la localidad aljarafeña de Tomares desde 1969. Y la propia Aurora me chiva que «cuando se siente a gusto, y, sobre todo, cuando está sólo y cree que nadie le escucha, se arranca por soleá o por siguiriya». Claro Aurora; lo lleva en la sangre. Dicho esto, permítame una sugerencia: cierre este catálogo, guárdelo y vuelva a abrirlo en otro momento. Ahora, disfrute degustando y saboreando por las paredes del solerado Teatro El Silo la relación de cuadros que Escacena ha reseñado para la ocasión. Tómese su tiempo. Despacio. Como una verónica de Curro. Y una vez digerido tantas sensaciones en su retina, coincidirán conmigo en que sobra un programa de mano cuando la rúbrica de cada trabajo lleva la inconfundible firma de Escacena. Porque sí, porque el realismo de su técnica habla por sí solo. Porque sí, porque Pedro Escacena tiene temple en la muñeca y en la yema de sus dedos. Un temple que imprime movimiento a la quietud, igual que detiene la embestida en el ajuste oportuno de cada lance. Será por eso que a través de su recorrido pictórico captamos de inmediato las tauromaquias de las principales figuras del toreo desde la mítica Edad de Oro hasta nuestros días, haciendo de lo contemporáneo añejo y de lo antiguo inmortal. 4 Empero, no sólo el mundo del toro reconoce la obra del maestro sevillano, ya que su repertorio va más allá y aparte de saber como nadie divulgar la majestuosidad del animal bravo en su hábitat y en su manejo, los retratos y las imágenes santorales cobran vida en sus sutiles toques de óleo. Porque sí, porque Escacena imprime sentimiento y alma a las cerdas de sus pinceles y me consta que, cuando el pueblo pozoalbense llamó a su puerta, Pedro no dudó en contribuir en este centenario homenaje con una exposición que ha trenzado el paseíllo en seleccionados lugares de la geografía española reacia a cruzar la frontera en numerosas peticiones. Porque sí, porque Pozoblanco, su plaza y su feria del 84 significó mucho en la carrera de Escacena mediante una tarde que, marcada por la tragedia, tejió un crespón para imborrable recuerdo. Pero no cometamos el error de martillear al destino con preguntas y brindemos por que aquella niña de rasgos agitanados, con su larga y brillante trenza de pelo negro y su penetrante mirada, haya sabido alimentar en todo momento la inspiración del artista que tantas veces y en tantos carteles ha plasmado su belleza. Porque sí, porque tanto Aurora Gutiérrez como Pedro Escacena, mis amigos, son andaluces. ...Y lo dice un extremeño. Paco Ruiz
Espartaco y Escacena. D. Diodoro Canorea y Escacena. Ortega Cano en una exposición de Escacena en Madrid 5 El pintor Pedro Escacena con su gran amigo, el Matador de Toros, Curro Romero y Antonio Burgos. La Duquesa de Alba, Pedro Escacena y Aurora, la señora de éste, en un acto celebrado en la Fundación “Cruz Campo” con motivo de la presentación de un libro de Antonio Murciano con ilustraciones de Escacena.
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Page 3: Como tantos otros artistas, Pedro E
Page 7 and 8: 7 Para mi entrañable amigo Pedro E
Page 9 and 10: Lance de Curro y Flores Curro Romer
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Page 13 and 14: HISTORIA DE UN CARTEL HISTÓRICO...
Page 15: 1. Curro y Mantilla blanca 2. River

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