Semanario No. 17 - Primera Iglesia Presbiteriana de Bogotá

Meditaciones
Semanario No. 17
“La pereza surge de un espíritu desganado, que no
permite que la vida se viva con pasión y alegría. El
haragán del alma no confía… desconfía; no sufre…
hace sufrir; no ora… rezonga; no comparte… niega;
no bendice… maldice; no ilumina… oscurece y por
supuesto, no prospera… empobrece.”
Bogotá, D.C., Colombia - Suramérica.
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“AMOR DE FLOJO ABURRIDO, AMOR DE BURRO FINGIDO”
Remigio era un burro al que no le gustaba el trabajo para nada. Con este burro,
el refrán: “trabaja como un burro” no salía en lo más mínimo. Cierto día, otro
burro decidió cuestionar a Remigio sobre su poca diligencia para hacer las labores
del campo y dejar que otros hicieran el trabajo. Pero, como este burro no era
tan burro, se las ingenió para confrontar a su compañero de una manera más
sutil: “Hey Remigio, quiero hacerte una pregunta y quiero que me la respondas
con mucha honestidad…” El perezoso de Remigio apenas levantó las orejas y
todavía con la trompa llena de pasto respondió: “que no sea tan difícil, porque no
tengo ganas de pensar”. El burro inteligente le pregunta: ¿Tú me amas? Inmediatamente
Remigio pasó entero, abrió sus ojotes y se retiró un poco… “¿Como así,
qué preguntas son esas?” El amigo, sonriendo (así como sonríen los burros) le
dice: “No, no, no. No te imagines nada. Me refiero a ¿si me aprecias de deveritas?”
(Porque este burro era mexicano) ¡Ahhh que descanso! dijo Remigio “Pues
claro que te aprecio parcerito… ¡Ehh Ave María! y mucho” (Remigio era Paisa).
“Pues mi querido cuate, eso no se te nota pero nadita; cada vez que tenemos
que trabajar, toda la carga la llevo yo y tú ahí recostadooote como que ni qué, ni
qué”. Queriéndose justificar Remigio dice:“Hombre por Dios compañero ¿Qué
tiene que ver una cosa con la otra? ...una cosa es el trabajo y otra el cariño; y yo
a vos en realidad de verdad, te aprecio” El burro azteca se retira un poco y emite
la más sabia de las frases que un burro haya podido decir: “Si la chamba (léase
trabajo) es para burros, el amor pa´ reburros” O sea, mi buen compita que “valen
más dos burros trabajando, que uno lisonjeando”. Mejor dicho: “amor de flojo
aburrido, amor de burro fingido”.
Las palabras del Apóstol se relacionan con el trabajo en equipo, el cual se
fundamenta en el amor. Según la enseñanza de Pablo, cuando se es iglesia, empresa,
ciudad o país, somos como un cuerpo (Romanos: 12: 5) con diferentes
miembros y diferentes funciones, y cada quien debe hacer lo suyo con mucho
amor, porque de lo contrario, el trabajo no se hará y si se hace, unos estarán
muy cansados y otros muy descansados. Sentir que estás solo en el trabajo,
aunque hay más gente ahí, que no hace mucho o nada y sin embargo, esa misma
gente te dice que te ama, pues es de verdad muy triste. La conclusión a la
que se tiene que llegar es que ese amor no es sincero, no es de “deveritas” o
como dijera el apóstol, es fingido (Romanos,12:9).
Meditación:
Lectura para hoy Lunes: Romanos 12: 9-21
No le digas a tu hijo que lo amas si no provees para él; no busques a tu esposa
para que te consienta en las noches, si en el día ella trabaja sola, solita. No
insistas en convencer a tu esposo de tu amor, si lo que él trabaja con tanto esfuerzo,
tu lo malgastas sin esfuerzo. Y por último, no le digas a Dios que lo amas,
cuando Él está pensando en convocar a las piedras para que hablen.

“¿POR QUÉ LA GENTE ES PEREZOSA?”
Lectura para hoy Martes: Romanos 12: 9-21
Bueno, puede haber muchas repuestas pero creo que la más precisa es la
que la Biblia nos plantea. Pero antes de hablar de ella y sólo por divertirnos,
déjenme recordar algunas otras: Por ejemplo, está el perezoso por Formación,
es decir, la persona que no hace, porque otros hacen por él; esta es la tesis del
menor esfuerzo. Si la mamá hace todo por la niña o el niño, o la esposa por ese
marido holgazán, ellos simplemente se “sacrifican” y lo peor, aprenden y se acostumbran.
Otro es el perezoso por Vocación. Ese nació así. Por mucho que se le
diga, que se le enseñe, que se le anime, que se corrija o incluso, se le amenace,
sencillamente no quiere. Es vago por predestinación. Otro es el perezoso por
Miedo, o sea, aquel que no hace porque teme, porque le asusta avanzar, cambiar,
desafiar, entonces prefiere quedarse ahí, en cualquier parte. En todo caso,
en la más cómoda. De éste hablaremos mañana. También está el perezoso por
Convicción. Este es el que cree que la vida es así: Suave... tranquila… sin
estrés, sin afanes, freeeesco, relajado, es decir, está seguro que el que trabaja,
lo hace porque está pagando un castigo muy tenaz. El mejor ejemplo de este
perezoso por convicción es el “Negrito del Batey” para quien el trabajo es un enemigo
y “el trabajar yo se lo dejo todo al buey, porque el trabajo lo hizo Dios como
castigo”. Qué tal el perezoso por Ambición. Este es el que se dedica a los records;
por ejemplo: ¿Quién dura más tiempo durmiendo? ¿Cuánto aguanto viendo
televisión o jugando videos, sin ir al baño? ¿Cuántos días puedo pasar sin
bañarme? ¿Hasta qué tiempo soporto sin cambiarme de medias? Su vida está
en función de “superarse” a sí mismo.
Pablo recalca la laboriosidad de los creyentes en una frase sencilla: “En lo
que requiere diligencia, no perezosos” (Romanos: 12:11) En mi versión personal:
“Cuando es a trabajar es a trabajar, sin flojera alguna”. Como casi todo requiere
diligencia, entonces hay que estar al tanto de las cosas que requieren nuestra
atención, para no dejarlas a un lado, o para después. Lo que está implícito en el
texto es que gente perezosa siempre ha habido y las actitudes de desinterés y
desidia siempre se han visto en la raza humana, pues hasta hay paisas y burros
perezosos, ¡Ah! y también hay burros paisas.
Meditación:
Espero que no te “haigas” identificado con alguna clase de perezoso; y si lo
hiciste, oro a Dios que no sea el último. De todas formas, para todos tengo Buenas
Nuevas del Señor. Te puedes curar, si continúas leyendo. Ahora, si no quieres,
te ruego que cierres la puerta. Queremos respirar. O sea, vivir.

Quiero dedicar este día al miedo como uno de los factores determinantes de
la pereza. Hay más miedosos que perezosos, pero también hay unos perezosos
muy miedosos. Lo expongo aparte, porque creo que muchas personas anhelan
avanzar y crecer pero tienen miedo. Como el Guasón de la vida más sutil y peligroso,
la pereza enmascara los temores. Un calificativo para una actitud que en
cierto sentido, es también un sentimiento. Si la respuesta del ignorante es “No
se”, la del perezoso es “No puedo”. La negligencia es una forma de ineptitud
relacionada con el miedo. ¿Miedo a qué? Al fracaso, a empezar, a cambiar, a
gastar, a terminar, a lo nuevo, a lo viejo, a saber, a pensar, a decidir, a trabajar, a
postularse, a especializarse, a renunciar, a seguir, etc.
Cuando esos temores aparecen, algunos seres humanos los disfrazan de
quietud. A veces de espera, de conformidad, de “hipertranquilidad” llamada también
conchudez o apatía; y en su grado extremo, Depresión, que no es otra cosa
más que pereza crónica, con aval médico.
Dormir cuando no se trata de descansar, es sencillamente evadir. Algunos
perezosos, en lugar de decir: “tengo Jartera” o “tengo pereza”, “qué mam…”
podrían afirmar: “tengo miedo”.
Es seguro que un ser humano lleno de amor nunca será negligente. Ya que
es ese sentimiento el que invita a explorar, a crecer, a recomenzar, a sentir, a
intercambiar a caminar, a soñar, a trabajar a volar. “No poder” es solo posible
cuando antes está un “No querer”. Y no se quiere cuando se teme, y cuando se
teme, no se puede.
Es muy importante identificar por qué estamos deprimidos. Por qué tenemos
pereza de hacer o decir. Si creemos que es sólo miedo y lo logramos concluir
así, hay esperanza, porque entonces, sólo nos queda soltar esas cadenas que
nos atan a temores, que a su vez nos atan a mantenernos inmóviles y dejados;
como fingiendo que no es importante.
Meditación:
“¿PEREZA O MIEDO?”
Lectura para hoy Miércoles: Romanos: 12: 9-21
Considerando que estamos en un mundo en el que el miedo es parte de la
vida y asumiendo que la pereza, a veces y solo a veces, solamente es una excusa
para no decir: “Tengo miedo”, me propongo reprender mis miedos para ahuyentar
mis aburrimientos. Es que no puedo, por miedo, quedarme en cama,
mientras el mundo avanza afuera con ganas. Con muchas ganas.

“LO QUE LE FALTA A REMIGIO”
La Biblia nos muestra en muchos pasajes el trabajo como base del adelanto y la
prosperidad. Supongo que cuando leyeron adelanto y prosperidad, su cerebro lo asocio
con técnica, dinero, confort, celulares, carros, casas, ropa, comida, BB, etc. ¡Pues
no! Eso es lo que se hace parecer, pero NO. La Biblia es un registro de hechos, de
humanos, que se entremezclan con otros hechos humanos y en donde Dios diligentemente
trabaja para que a partir de esa experiencia, esos mismos humanos aprendan
a conocerle y al hacerlo, reconozcan que Él es Amor, y al saberlo, se llenen de ese
Amor, y al amar no sufran y puedan entonces hacer lo que quieran, siendo muy felices
y diligentes. Como lo planteara un teólogo: “así y solo así, ese ser humano pudiera
hacer lo que se le dé la gana”. (“Ama y has lo que quieras”).
El apóstol Pablo ordenó a los hermanos en Roma que trabajaran mucho y para
lograrlo debían estar muy entusiasmados. O sea muy motivados, con ganas. La palabra
que se usa en nuestras Biblias es ferviente. Dice el texto. “En lo que requiere diligencia
no perezosos, fervientes en el espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos: 12:11)
Es un término propio de la religiosidad. El fervor debe ser espiritual. En idioma boyacense
sería así: “Su espíritu debe estar tan Jarto de alegría y entusiasmo, que si en
lugar de amor su espíritu juera una totumáa e´ chicha, estaría tan jermentao, que
taría rebozando, sumercé”. Lo que quiere decir Pablo es que todo entusiasmo verdadero
surge de un espíritu lleno de amor, que abunda sobremanera y no permite la
desidia o la apatía. Al contrario, todo lo que se hace o dice tiene tanta fuerza y dedicación
que obviamente se ven los frutos.
“Sirviendo al Señor”, es una manera muy sencilla de decir que todo cuanto
hagamos o digamos en alegría y amor, es un servicio para Dios. Ya veremos todo lo
que somos capaces de hacer, cuando nuestro ser está feliz y dispuesto. Si el burro
Remigio tuviera espíritu, no solo haría lo que le corresponde, sino mucho más, pues
la burrada más burrada, es hacer por hacer las cosas, sin disfrutar y gozar de lo que
la vida nos permite realizar, buscando en cada acto y palabra la lección para el crecimiento
y la felicidad. Es cierto que entusiasmo viene del vocablo griego: Enthusiasmus
que significa “Dios dentro de mí”. Es decir, la misma presencia de Dios en mi
vida, me anima para trabajar con fervor, pues con Dios adentro, o sea con todo el
fervor del espíritu o entusiasmados, trabajaría hasta Remigio.
Meditación:
Lectura para hoy Jueves: Romanos 12.
Ya sé lo que le falta a Remigio y a otros cuantos burros. La oración nuestra
debe estar encaminada a rogar, para que Dios nos llené de Él, de manera que su
sola, solita presencia, nos permita hacer mucho más de lo “nos toca”. Amén

Bueno, ahora miremos algunas de las cosas en las que servimos a Dios, que
es en realidad una forma de decir: “servir al prójimo y a mi mismo”, porque a Dios
no es que se le pueda servir de a mucho. Como dicen los borrachos: “seamos
realistas”. Me refiero a que lo que yo pretendo pasar como servicio y trabajo para
Dios es, a ciencia cierta, un servicio y bendición para mí y para otros. Veamos:
“Gozosos en la esperanza”. En otras palabras: “felices pensando en la paga
o en la recompensa”. Es que uno trabaja con más alegría cuando piensa en lo
que viene como bendición. En el caso de nuestra fe, no hay mayor esperanza y
recompensa que el mismo Dios y su Maravillosa Eternidad, que como sabemos,
es el cielo pero comienza en la tierra. Eso es lo que Pablo califica como
“Agradable y perfecto”.
“Sufridos en la tribulación”. Es cierto. No es fácil. Trabajar a veces causa
más aflicción que regocijo. Sobre todo cuando nos toca solos o cuando estando
acompañados preferiríamos estar solos, porque no hacen, ni dejan hacer. Se
incluyen aquí las críticas, las persecuciones, las conspiraciones, etc. Por eso el
apóstol anima a soportar con valor esos momentos incómodos que superados,
representan una ofrenda para Dios. Como diría Pablo “Un sacrificio vivo, santo y
agradable a Dios” o sea el verdadero culto. Yo lo diría así: “cuando ustedes trabajan
con entusiasmo, aún en medio de las dificultades, alegran tanto el corazón
de Dios, como no lo pueden imaginar”
“Constantes en la oración”. O sea hablando permanentemente con Dios.
Porque si hay algo que da pereza cuando el espíritu está apagadito, es orar. Dije
orar, no rezar, que eso da más pereza todavía. No saben ustedes cuántos
evangélicos, sin camándula en mano, rezan más que beata sin esposo (léase
solterona). Es que no hay mayor gozo y que produzca más ánimo y fortaleza que
la oración… esa que fluye, que llena, que bendice, que enseña, que me hace
mejor persona y me permite pensar de mi con humildad y ver a los demás como
superiores a mi (Romanos: 12:3,16). No hay otra forma como les podamos servir,
tolerar y perdonar.
“Compartiendo para las necesidades de los santos”. Ayudar al hermano
debería ser visto como un grande honor; (Romanos 12:10) pero la mayoría de las
veces, para ser franco, es un grande dolor. Unas veces, porque no se hace por
amor y devoción, sino por obligación y otras veces, porque al hermano al que se
ayuda, resulta más ingrato y traidor, que gato sin dueño y señor.
Meditación:
“HARAGANES DEL ALMA”
Lecturas para hoy Viernes: Romanos 12:14-21
La pereza surge de un espíritu desganado, que no permite que la vida se viva
con pasión y alegría. El haragán del alma no confía… desconfía; no sufre… hace
sufrir; no ora…rezonga; no comparte… niega; no bendice… maldice; no ilumina…
oscurece y por supuesto, no prospera…empobrece.

“RIAN CON LOS QUE RIEN”
Continuando con las formas como servimos a Dios en alegría y dedicación,
según el pasaje de Romanos, Pablo nos entrega otros datos que como insistimos,
tienen más que ver con nuestro prójimo y nosotros mismos, que con Dios.
“Gozaos con lo que se gozan, llorad con los que lloran” Eso se llama solidaridad.
Qué extraño que muchas veces hagamos justo lo contrario: Nos alegramos
con los que lloran. “Bien hecho, pa´ que aprenda, quién le manda... agradezca
que no le fue peor… ¡Ay es que mi Dios no castiga ni con palo ni con rejo”,
“No me alegro... pero siento un fresquito… y reímos y reímos. En cambio, lloramos
de rabia por pura envidia: “Quién sabe qué hizo para estar tan bien”… “va
uno a saber qué tuvo que hacer para que la ascendieran”… “Claro, como uno no
tiene esas cara y esas extremidades inferiores”… “no sé que le vieron”… etc. Y
llore y llore… Cómo nos cuesta la solidaridad. Es que esa es una actitud de Dios
y para eso hay que tener corazón, y éste, lleno de paz y amor.
“No paguéis a nadie mal por mal” Y a nadie es a nadie. Es la misma idea
del verso 19. “No tomen venganza por ustedes mismos”. Eso es exactamente lo
que el chavo le dijo a la chilindrina: “La venganza nunca es buena, mata el alma
y la envenena…¡eso…eso…eso…eso!”. En efecto, Dios es el que paga y se venga;
y como Él es tan bello y misericordioso, pues a los que anhelan la paz y procuran
lo bueno, no les molesta; pero el que quiere el mal del otro, simplemente
aparta a Dios y “hace el trabajo.” Esta es la única manera en que trabaja un holgazán
del mal, también llamado un vago espiritual.
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos.
Pablo sabía que lograr la completa armonía y la comunión, era un asunto muy
difícil porque se necesitaba de dos para lograrlo. En una pareja, una familia, una
iglesia, un conjunto cerrado, un vecindario abierto, etc., se requiere de todos los
miembros para lograr la conciliación y la paz. Pero hay personas que por las razones
que sean, simplemente no quieren. Entonces viene el desgaste y la tribulación,
porque “sólo una parte aporta su parte y la otra se hace aparte sin que le
importe”. Entonces el apóstol dice, en mi versión personal: “Si no quiere reconciliarse
contigo, sólo distánciate del amargadillo… vale más un corazón con gozo,
que dos amargosos” De todas maneras si ese enemigo que no quiere conciliar y
amar, tiene una necesidad, bendícelo, dice Pablo, para que le arda la cara de la
vergüenza. (Romanos 12:21)
Meditación:
Lectura para hoy Sábado: Romanos: 12: 14-21
No tengo idea cuántas veces hemos leído y oído de estos pasajes. Tampoco
tengo idea de cuántas veces hemos fallado, negando esas verdades con nuestras
necedades. Lo que sí sé, es que cada vez que nuestro espíritu se ha animado
por la Gracia y Amor de nuestro Dios Amado, hemos sido humildes y consagrados.
Ni hablar de nuestras soberbias y enfados, las cuales únicamente hablan
de cuán tercos somos, además de flojos y desganados.

“ESTUDIO BÍBLICO”
Miércoles 6:30 p.m.
Confesión para la semana
Maravilloso Padre Celestial, reconocemos que somos tus hijos, imagen y semejanza
de un Dios de Amor, de un Dios Creador.
Ayúdanos a entender la importancia de ser diligentes, de trabajar apoyados en los
grandes dones que Tú nos diste, desde el momento mismo de la creación.
Anhelamos recordar cada día el poder Creador que yace en cada uno de nosotros
y en esa medida, ser constructores activos y consagrados de nuestra vida misma.
Que jamás olvidemos que la pereza genera pobreza, y que no hay más nociva pereza
que aquella que es la madre de la más grande de todas las pobrezas, la espiritual.
Tú nos infundes aliento y confianza para seguir adelante. En Tu regazo de Amor,
queremos avanzar espiritualmente, ser día a día más diligentes y menos negligentes.
Por Jesús, nuestro amado maestro oramos. Amén
Temas del año 2012
Febrero: Cuatro cosas que no tienes:
1. Nombre 2. Poder 3. Pertenencias 4. Memoria
Marzo: Cuatro cosas que no sabes:
1. Vivir 2. Estar solo 3. Guardar silencio 4. Esperar
Abril: Cuatro cosas que no puedes
1. Ser Dios 2. Ser otro 3. Servir a dos señores
4. Dar de lo que no tienes
Mayo: Cuatro cosas que no quieres
1. Aprender. 2. Conocer a Dios 3. Corregir 4. Ser Feliz
Junio: Cuatro cosas que no entiendes
1. La Voluntad de Dios 2. Por qué el mundo es como es
3. Por qué no hago lo que quiero
Julio: Cuatro cosas que no aceptas
Agosto: Cuatro cosas que no apoyas
Septiembre: Cuatro cosas que no amas
Octubre: Cuatro cosas que no buscas
Primera Iglesia Presbiteriana de Bogotá
Rev. Germán Exequiel Suárez Núñez