La Revista de la Revolución en Yucatán - Biblioteca Virtual de ...

AÑO 1, NÚMERO 2, JULIO 2009
www.bibliotecavirtualdeyucatan.com.mx
Gobierno del Estado de Yucatán
Ivonne Ortega Pacheco
Gobernadora Constitucional
Instituto de Cultura de Yucatán
Renán Guillermo González
Director General
Luis Alvarado Alonzo
Subdirector General de Operación
Enrique Martín Briceño
Director de Patrimonio Cultural
Faulo Sánchez Novelo
Director del Centro de Apoyo a la
Investigación Histórica de Yucatán
Revista de la Revolución en Yucatán
Coordinación
Enrique Martín / Faulo Sánchez Novelo
Edición
Felipe Escalante Tió
Colaboración
Beatriz Heredia de De Pau
Neil Rivas Vivas
José Angulo Tun
Nadiezhda Camacho Quiroz
Alejandro Piña Antuña
Versión PDF
Eduardo Villarreal Montero
Digitalización
Tomás Puc Itzá
Diseño
Patricia Alarcón / Raúl Bojórquez
Programación
Alejandro Jiménez García
Paúl Rivera Herrera
N O T I C I A S
SUMARIO
4 El Sr. Gobernador interino en funciones
Yucatán (De “La Patria” de México)
5 Solemne ofrenda de un álbum al Sr. Lic. D.
Olegario Molina, Gobernador del Estado.
Imponente ceremonia
8 Manifestación en honor del Sr. Lic. D. Olegario
Molina en Dzilam de González
9 Suntuoso baile en honor del Sr. Lic. D. Olegario
Molina.
La manifestación en honor del Sr. Lic. Molina,
verificada en Motul.
11 Alcance al número 9 de “El Latino Americano.”
12 Gran manifestación en el Circo-Teatro
La gran manifestación cívica en el Circo-Teatro
14 Más sobre la manifestación en el Circo-Teatro
15 Más sobre la manifestación en honor del Sr. Lic. D.
Olegario Molina Discurso pronunciado por el joven
obrero señor Abelardo Cocom, la noche del 22 de
julio en el Circo-Teatro.
17 Décimas del inspirado poeta Lorenzo Rosado, leídas
por el Sr. Germán de León la noche del 22 del
corriente en el Circo-Teatro.
Oda debida a la fecunda pluma del Dr. José
peón y Contreras y leída la noche del 22 del
corriente por el Sr. Máximo Ancona.
19 Discurso pronunciado por su autor el Sr. Domingo
Couoh Alayón en la velada del 22 del actual
21 Discurso pronunciado por el joven obrero Silverio
Gómez el día 22 del actual
22 Endecasílabos leídos por su autor el inspirado poeta
Sr. D. Ignacio Magaloni, la noche del 22 de julio en
el Circo-Teatro Yucateco
23 Nota política
Acto solemne de justicia social
28 Más sobre la manifestación cívica del 10
1 1

30 El viaje del Sr. Lic. D. Olegario Molina
Regreso a Mérida del señor Gobernador del Estado Lic. D. Olegario Molina.
31 Recepción del Sr. Lic. D. Olegario Molina en Mérida.
32 El Sr. Lic. D. Olegario Molina en Progreso. Manifestación popular en su honor.
Las próximas elecciones
33 La primera reelección de Gobernador en el Estado. Triunfo completo del señor
Lic. D. Olegario Molina.
34 El sufragio y el pueblo yucateco. Imponentes manifestaciones. Prácticas
democráticas.
35 El partido de Espita en la administración del Sr. Lic. D. Olegario Molina.
37 Las elecciones de Gobernador en Sotuta.
Desde Temax.
38 De Tecoh.
39 Las elecciones en Halachó.
Las elecciones en Hoctún.
40 El Ayuntamiento de 1906.
41 Consejos para jefes políticos.
42 Sueltos que circularon después de la elección de gobernador el domingo último.
43 Homenaje* de justicia y gratitud al benefactor del pueblo yucateco Sr. Lic. D.
Olegario Molina, Gobernador del Estado
46 Votos de gracias al Sr. Gobernador del Estado.
47 Realidades y esperanzas.
S O C I E D A D Y C U L T U R A
50 Inmigración koreana. Interesante a los señores hacendados.
POLICÍA. Venta clandestina de alcohol
Por robar mondongo
Alarma en el Circo –Teatro
5 1 El toro bravo de Itzimná
Siguen jugando los chinos y cayendo en manos de la policía
Entre hijos de la sublime
Turco ciclista atropellado por un coche.
52 Niño abandonado en el excusado de un tren. Buenos trabajos de la policía.
53 Auto de formal prisión contra la turca Nazer Antonio.
Exhibición de 3 lagartos
La próxima temporada de espectáculos.
En los municipios.
2 2

55 Hermoso festival en Xanabá
De Izamal
56 “El barrendero automóvil.”
En pro de la industria yucateca.
19 ballenatos encontrados en una finca cerca de Progreso.
57 Un nuevo colegio particular para niñas.
Yaquis prófugos.
Salida de indios yaquis rumbo a Quintana Roo.
Otra vez la esperma en el atrio de Catedral.
L A O T R A M I R A D A
58 Diferencias entre los redactores de “El Pueblo” y sus sostenedores.
Afirmación insidiosa de un diario meridano desmentida por “El Tiempo”
“El Pueblo” cantando la palinodia. Los oposicionistas en ridículo.
59 “El Pueblo” y los oposicionistas.
La reelección del Sr. Lic. Molina combatida por un húngaro.
60 Enérgica protesta. Firmas usadas indebidamente.
61 Una manifestación política.
62 Aprehensión del Lic. Dn. Manuel Meneses.
Impresión que causa en esta capital, la prisión del Lic. Meneses.
La prisión del Lic. Meneses. Apreciaciones inexactas.
63 Aseveraciones falsas, los puntos sobre las íes.
67 El periódico de D. Francisco se descuelga por sus balcones.
70 Declaración de un antirreeleccionista.
Noticia insidiosa.
D O C U M E N T O S Y T E S T I M O N IOS
72 La reelección en Yucatán
75 La reelección del Sr. Molina.
78 Directorio Electoral del Estado de Yucatán
A N U N C I O S
3 3

EL SR. GOBERNADOR INTERINO EN
FUNCIONES
Ayer en la tarde y, previas las formalidades
de ley, se encargó del despacho de
Gobierno del Estado el Sr. Dr. D. Braulio
A. Méndez.
El respetado funcionario llegó ayer a
Mérida, procedente de Izamal, lugar de su
residencia.
Tenemos el gusto de saludar
respetuosamente al Jefe interino del Estado.
El Eco del Comercio, 14 de julio de 1905, p. 2.
YUCATÁN
(De “La Patria” de México)
NOTICIAS
Al principio de la cuestión electoral que se
agita en Yucatán, no juzgamos que la
popularidad del Sr. D. Olegario Molina
fuera tanta que cada día se acentuara más y
más al grado que hoy, salvo un pequeño
grupo opositor, al que falta el apoyo del
pueblo, el sentimiento reeleccionista ha
ganado terreno, a punto tal, que contra lo
acostumbrado, porque en Yucatán, de
muchos años acá se ha renovado
invariablemente cada cuatro años el
personal del poder Ejecutivo, está casi
asegurado para el actual Jefe de él, un
nuevo período de funciones.
No podía ser de otra manera; los
yucatecos debían al Sr. Molina –hay que
hacerlo constar en honor de la justicia– una
serie de mejoras y reformas que colocan al
Estado entre los de la Federación que más
se ufanan por elevarse; deben a él el estado
bonancible de las rentas públicas, cuyos
productos hacen de la Entidad peninsular
una de las más ricas de la República.
Respecto a la personalidad del
gobernante, por cuya reelección se trabaja,
el pueblo yucateco tiene de él la mejor
opinión, opinión aquilatada ahora que por
todas partes se erigen clubes o agrupaciones
políticas compuestas de hombres de bien,
que tienen en cuenta ante todo la
conveniencia de tener al frente de los
destinos del pueblo a personas que como el
señor Molina, sacrifican hasta sus intereses
privados en pro de la misión que se confía a
su patriotismo, energías e inteligencia.
No hay más que recorrer la importante
prensa yucateca y considerar las numerosas
notas de adhesión a la reelección del actual
mandatario, para convencerse de que no hay
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en la cuestión electoral presión alguna, que
las opiniones contenidas en esos
documentos, se emiten no con el tono de la
adulación ni del servilismo, sino con la
expresión espontánea de la propia
convicción. Así, por ejemplo, en alguno de
los documentos que tenemos a la vista se
dice del Sr. Molina que en su Gobierno se
ha visto su apoyo a la justicia, a la
instrucción de las masas; que sus labores
gubernativas tienden a mejorar las
condiciones del pueblo; que en su persona
se observa al hombre probo y honrado que
ha sabido corresponder la confianza que en
él se depositó, cuando le fueron confiados
los destinos del Estado; de esa patriótica
labor agradecidos los yucatecos, tienen
razón al considerar al actual gobernante
como el único que puede continuar esa obra
regeneradora que puede calificarse de
monumental.
La transformación operada en el Estado
es notable; algunos vicios y corruptelas que
nosotros mismos hemos criticado, se han
ido extirpando con prudencia; y es seguro
que desaparecerán, si la obra del Sr. Molina
continúa durante cuatro años más, período
en que mucho se puede hacer en pro de los
intereses populares, si aquel continúa
animado en lo futuro de los mismos buenos
propósitos que en la actualidad.
Nosotros nos inclinamos a la
candidatura del Sr. Molina, porque estamos
convencidos de que con supuestos errores
inherentes a la humanidad, es el actual
período gubernamental de su cargo, aquel
en que Yucatán ha entrado de lleno en una
era de engrandecimiento que no había
podido lograr anteriormente, no obstante los
grandes recursos con que cuenta.
El Eco del Comercio, 15 de julio de 1905, p. 2.
SOLEMNE OFRENDA DE UN ÁLBUM AL
SR. LIC. D. OLEGARIO MOLINA,
GOBERNADOR DEL ESTADO.
IMPONENTE CEREMONIA
Hacía algún tiempo que, los elogios
privados y por todas partes repetidos acerca
del gobierno del Sr. Lic. Molina y los cuales
indicaban a las claras la satisfacción general
producida por innegables hechos que han
venido transformando a la ciudad y
proporcionando comodidades para la vida,
hicieron concebir la idea de recopilar en un
álbum firmas suficientes que autorizasen un
elogio común en forma de homenaje al Sr.
Lic. Molina. Puesta en práctica tan feliz y
plausible idea, recogióse un número
considerable de firmas de las personas más
conocidas, de suerte que, constituyen la más
gallarda y respetable representación de la
sociedad yucateca.
El álbum es un hermoso infolio de
flamante papel con lujosa pasta del más
severo gusto. En cada hoja resalta una
acuarela, de notable artista mexicano. En la
primera hoja está copiada en letra como de
litografía la expresiva ofrenda, haciéndose
en ella una breve enumeración de los
hechos administrativos que motivan y
justifican el homenaje.
Al pie de la ofrenda comienza el desfile
de las firmas de las damas: allí figuran los
nombres de respetables matronas, de
virtuosas y conocidas señoras, de
distinguidas señoritas, todas ellas de gala y
decoro de nuestra sociedad. Después
figuran las firmas de los caballeros, entre
las cuales, como ya dijimos, vense nombres
de numerosas personas que representan la
opinión pública.
El ofrecimiento de tan inusitado
presente al Sr. Lic. Molina, tuvo lugar la
noche del sábado. No obstante el mal
tiempo que reinaba, previo aviso,
reuniéronse en casa del Sr. D. Agustín
Vales más de cien personas, de lo más
conocido, de suerte que allí se revolvían
miembros del foro, de las letras, del
5 5

magisterio, de la medicina, de la banca, del
comercio, ricos hacendados, representantes
de los obreros, en una palabra, de todas las
profesiones y de todos los círculos sociales.
La lucida comitiva dirigióse en carruajes
a las 8 p.m. a la respetable morada del Jefe
del Estado quien, por estar todavía
sufriendo la dolencia que le aqueja hace
más de un mes, la recibió en un
departamento cerrado de la casa.
¡Imponente cuadro aquel! El aspecto
venerable del Sr. Lic. Molina acentuado aún
más por las manifestaciones naturales de la
enfermedad; el traje negro de levita de la
concurrencia, el silencio de estas, la
humedad de la noche y el débil rumor de la
llovizna que caía, formaban un conjunto de
solemnidad y de majestad que hicieron que
la ceremonia revistiera un carácter tan
suntuoso como severo.
De pie el Sr. Molina, que ocupaba el
testero de la pieza en que se efectuó el acto,
y en la cual estaba presente la parte de la
concurrencia que cupo, situándose la demás
en el corredor inmediato, recibió de manos
del Sr. Dr. D. Luis F. Urcelay, comisionado
al efecto, el rico álbum de que tratamos. La
entrega fue precedida de una brillante
alocución, que le valió al orador calurosas
felicitaciones.
Dijo el inteligente e ilustrado doctor
Urcelay:
Sr. Don Olegario Molina:
Tráenos aquí el desempeño de una
comisión muy honrosa: la de poner en
vuestras manos el presente extraordinario
que la culta sociedad yucateca os ofrece en
este día y es tan significativo, que en mis
medios de expresión no encuentro cómo
indicar su alcance, toda vez que proviene de
una sociedad tan severa en exigir y tan justa
en apreciar merecimientos cuanto sobria en
conceder laureles aun a sus más
prestigiados benefactores.
Vuestros numerosos amigos vienen
ahora a vos para deciros cuán grande es su
satisfacción al ver que las más distinguidas
familias yucatecas han llenados las páginas
del homenaje que hoy se os tributa; páginas
en que se reconoce al par de vuestros
méritos y virtudes, la diafanidad de vuestra
vida; páginas de congratulación por
vuestros triunfos en las magnas empresas
que habéis abordado; páginas donde se
aplaude el ejemplo que dais a los
contemporáneos, de respetar siempre a la
sociedad y de observar los principios
morales que son su fundamento y su
escudo, y se aplauden también la honradez,
la energía, la laboriosidad y la perseverancia
que forman de vos el modelo que las
madres señalan a sus hijos, pidiéndoles que
sigan vuestras luminosas huellas.
Este ejemplo es el que hace vibrar las
fibras más íntimas del alma y exhalar notas
que, como la presente, están llenas de
respeto y gratitud; pero hay más: así como
al entrar a la metrópoli de América, sobre
los monumentos que el viajero tiene a la
vista, se levanta y descuella la estatua de la
Libertad iluminando al mundo, así entre
nosotros, vos, como hombre público,
descolláis, y con la antorcha de vuestro
levantado patriotismo ilumináis nuestras
conciencias mostrando con vuestros hechos
que verdadero gobernante es aquel que se
sacrifica por el bienestar de sus
conciudadanos y por el adelantamiento de
su país. No extrañéis, por tanto, que la
sociedad que ha recibido copiosamente los
beneficios de vuestra fecunda labor
administrativa, haya consignado en este
álbum los rasgos más sobresalientes de
vuestro gobierno, enumerando las grandes
mejoras que en cuanto a higiene,
ornamento, beneficencia y moralización
habéis llevado a termino en tan breve lapso
de tiempo.
Por todos estos servicios os brindamos
adhesión, cariño y aplausos. ¡Resuene, sí, el
nuestro vibrante y atronador! ¡Conmueva
los muros de vuestro honorable hogar!
¡Difúndase jubiloso por la ciudad que tanto
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os debe y llegue hasta la huesa en que
reposan vuestros padres venerados! Ellos os
bendicen porque habéis sabido honrar y
enaltecer el nombre que os legaron; se
regocijan porque, desde donde están, anotan
vuestras acciones y aplauden porque las
simientes que depositaron en vuestro
corazón han germinado y dan ahora óptimos
frutos que aprovecha el suelo de Yucatán,
de ellos tan amado. Sea, pues, nuestro
aplauso el lazo de unión entre el de vuestros
progenitores y el que un día, que deseamos
sea muy remoto, os concederá la posteridad:
merecido, completo, perdurable.
Sr. Don Olegario: dignaos aceptar este
amistoso homenaje. Como particular, os
habéis atraído el respeto y la consideración;
como hombre público, marcháis a la Gloria
cuyo camino está erizado de espinas y de
abrojos. Mas de la misma manera que
cuando el vendaval arrecia, los cardos y las
orquídeas apresuran su florecimiento, así,
en los días de prueba, nuestra sociedad,
siempre solícita, ocurrirá a vuestro paso
para demostraros cuán profundamente
agradece el ejemplo que dais de tantas
virtudes cívicas y cuán ufana se siente de
mirar en vos a un yucateco que con honor
puede figurar en cualquier punto de la gran
patria mexicana.
*
* *
Esta vehemente alocución hizo que se
desplegaran los labios del prestigiado Jefe
del Estado y conspicuo ciudadano,
rebosantes sus palabras de emoción y de
honrado sentimiento.
Profundamente conmovido el Sr.
Molina manifestó que no encontraba
palabras que expresaran su agradecimiento
por la valiosa ofrenda que acababa de ser
depositada en sus manos y con la cual se
deseaba testimoniarle con suma
benevolencia la complacencia que sus
amigos sienten por lo poco que ha podido
hacer como gobernante.
Habló de lo fácil que es en el gabinete
trazar programas o proyectos para una
administración pública, y de lo difícil que
resulta su ejecución en el terreno de la
práctica por la presencia de obstrucciones
que siempre encuentran a su paso los
esfuerzos tendentes a la realización de los
ideales humanos.
“Yo –dijo el Sr. Molina– declaro sin
falsa modestia, haber sentido en mi alma el
noble movimiento, el impulso generoso que
lleva y empuja al hombre a la realización de
esos ideales; que desde que acepté de mis
conciudadanos el alto honor de regir por un
momento histórico los destinos de este
nuestro amado país, lo hice con el propósito
firmísimo de traer al terreno de la práctica
algo de lo que la común aspiración anhelaba
para su prosperidad, y he puesto para
traducir en hechos tales propósitos, todo mi
empeño, toda mi buena voluntad, toda mi
honradez. Por esos títulos acepto esta
excepcional manifestación, esta ofrenda
preciosa que será el mejor legado, el
diploma de honor que yo legaré a mis hijos,
porque ella significa que, si no he tenido la
fortuna de que mis fuerzas logren dar cima
gloriosa a todos mis propósitos, éstos son
reconocidos y estimados por mis
conciudadanos, a cuyo patriotismo, a cuya
abnegación, a cuya filantropía, débese
indudablemente, más que a mis propios
esfuerzos, la implantación de lo poco que se
ha podido traducir en hechos de las ideales
aspiraciones de que he hablado.
“Acéptola, también, porque esta
manifestación es la prueba documental del
altruismo de los yucatecos que honran y
dignifican al hombre que pone al servicio de
la Patria, con entusiasmo y con honradez,
todas las energías de su alma. No la acepto,
por tanto, sólo para mí, la acepto porque es
el estímulo, porque es el galardón, con que
la sociedad premia al que tiene cuando
menos la buena voluntad de servirla, porque
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considero, y de ello tengo la profunda
convicción, que, en tanto que el país no sea
indiferente al buen proceder de sus hijos,
siempre encontrará entre éstos quienes con
ánimo más o menos esforzado, quieran
sacrificarse por él, deponiendo intereses
privados y renunciando las comodidades de
la vida, las dulzuras y los encantos del
lugar.
“Sí, queridos amigos, vuestro noble
proceder, vuestra noble conducta altamente
generosa, altamente altruista, es al mismo
tiempo que aliento para mis débiles
energías, la garantía de que nuestro país
siempre tendrá buenos hijos para su
servicio, y que por consiguiente, su porvenir
está salvado.
“Los conmovedores conceptos del Sr.
Dr. Urcelay referentes a la para mí
venerable memoria de mis inolvidables
padres, han tocado las fibras más delicadas
de mi corazón y acrecentarían, si esto fuese
posible, mi reconocimiento.
“Señores, permitidme decirle: mis
padres amaron ardientemente a la patria,
fueron buenos y honrados, y ellos también
aceptarán con reconocimiento desde las
regiones donde moran, este homenaje con
que honráis mi gestión de hombre público.
“Muchas gracias, por todo, muchas
gracias.”
Después fueron obsequiados los
manifestantes con exquisita fineza y con la
corrección que caracteriza los actos de la
vida social del Sr. Lic. Molina y de su
honorable familia.
*
* *
Como se ve, el acto extraordinario,
excepcional y altamente significativo del
homenaje tributado la noche del sábado al
Sr. Lic. D. Olegario Molina por la sociedad
yucateca, no sólo acredita a ésta de
justiciera y de agradecida cuando del
verdadero mérito se trata, sino que revela su
buen sentido y el acierto con que premia y
galardona ese mérito. Y el Sr. Lic. Molina
tiene la gloria de ser el primer gobernante
que se ha hecho acreedor a ese acto de
justicia, de estimación y de agradecimiento
de nuestra sociedad.
El Eco del Comercio, 19 de julio de 1905, p. 2.
MANIFESTACIÓN EN HONOR DEL SR.
LIC. D. OLEGARIO MOLINA EN
DZILAM DE GONZÁLEZ
Agosto 18 de 1905.
En la noche de ayer tuvo lugar una
manifestación popular en honor del
prestigiado gobernante Lic. D. Olegario
Molina. Todos los componentes del
Subcomité de “La Unión Democrática del
Estado de Yucatán,” y numerosa
concurrencia del pueblo se reunieron en el
local del Club tocando en aquel momento la
orquesta de este pueblo. De dicho local
partió el desfile, recorriendo las principales
calles de la localidad, portando vistosos
transparentes y vitoreando al candidato.
Una vez concluida la manifestación, dio
principio en los corredores de la casa
municipal un suntuoso baile al cual
asistieron las principales damas de la
localidad. El baile se prolongó hasta altas
horas de la noche. La idea, y por
consiguiente la invitación, fue
unánimemente acogida y así era de
esperarse, reinando en todo, el mayor orden.
Felicitamos a los organizadores y nos
alegramos bastante de ver que aún en las
más pequeñas poblaciones del Estado hacen
justicia y saben admirar al candidato para el
Gobierno en el próximo cuatrienio de 1906
a 1910.
El Eco del Comercio, 20 de agosto de 1905, p. 2.
8 8

SUNTUOSO BAILE EN HONOR DEL SR.
LIC. D. OLEGARIO MOLINA.
Dzitás, Septiembre 25.
La nota más culminante y simpática de la
semana que acaba de terminar ha sido sin
duda el suntuoso baile que los componentes
del Subcomité de la “Unión Democrática,”
secundados muy eficazmente por todos los
simpatizadores de la noble causa de la
reelección, organizaron en honor de su
ilustre candidato, C. Lic. Olegario Molina,
la noche del sábado último y que dejó muy
gratos recuerdos en el ánimo de los que
concurrieron a dicha fiesta que resultó
magnífica y muy digna del objeto a que fue
dedicada.
Una numerosa y escogida concurrencia
comenzó a llenar desde las primeras horas
de la noche las espaciosas galerías del
Palacio Municipal profusamente iluminadas
y adornadas con exquisito gusto. A las
nueve en punto, en medio de los dulces
acordes de la bien organizada orquesta de
Cenotillo, principió el baile durante el cual
reinó la más franca y cordial alegría,
prolongándose hasta a horas avanzadas. En
los intermedios, la multitud entusiasmada
lanzaba hurras y vivas en honor del Sr.
Molina, digno candidato del pueblo
yucateco para los próximos comicios
electorales.
Felicitamos a los organizadores de tan
bonito baile y muy especialmente al pueblo
de Dzitás que, siguiendo el ejemplo de los
demás pueblos, pide la reelección de su
ilustre gobernante.
____________________
Sabemos que hoy llegará al pueblo de
Quintana Roo, el Sr. D. Audomaro Molina,
de donde se dirigirá a su finca “San
Nicolás” de la comprensión municipal de
Cenotillo. Nos aseguran que vendrá a este
pueblo a mediados de la presente semana.
Con tal motivo sus amigos prepáranse a
recibirlo.
Bienvenido sea.
EL CORRESPONSAL.
El Eco del Comercio, 30 de septiembre de 1905, p.
1.
LA MANIFESTACIÓN EN HONOR DEL
SR. LIC. MOLINA, VERIFICADA EN
MOTUL.
Octubre 17 de 1905.
La anunciada manifestación a favor de la
candidatura del Sr. Lic. D. Olegario Molina,
se verificó antenoche habiendo resultado
espléndida como se esperaba. A las 6 de la
tarde poco más o menos llegaron de todos
los pueblos del partido, los comisionados
por los Subcomités, cada uno con su banda
de música y numerosas personas más que
habían aceptado gustosas sus respectivas
invitaciones. Comisiones de la Junta de esta
cabecera las recibieron y se dirigieron
tocando hasta el punto de reunión señalado
que fue la espaciosa casa del Sr. Presidente
Lic. D. Elías Campos.
A las 7 partió la procesión que terminó
una hora después, habiendo recorrido el
itinerario acordado por la Junta.
Las comisiones de Motul, Baca,
Dzemul, Telchac, Sinanché, Cacalchén y
Bokobá distribuidos en secciones llevaban
unos grandes faroles con inscripciones que
expresaban el nombre de cada sección en
una cara y lo siguiente el las tres restantes;
¡Viva el héroe de la paz, Gral. D.
Porfirio Díaz!
¡Viva nuestro ilustre candidato, Lic. D.
Olegario Molina!
¡Viva el partido de Motul!
Estos faroles ocupaban el centro, de
trecho en trecho, y a los lados, formando
dos larguísimas líneas, otros pequeños de
9 9

colores, pendientes de dos en dos en astas
como de dos metros de altura.
En todo el trayecto se quemaron
vistosos fuegos de artificio.
La serenata comenzó en el parque “José
María Campos,” que estaba profusamente
iluminado con luces de gas hidrógeno y
farolillos a la veneciana. Las siete músicas
distribuidas, tocaron sucesivamente. Luego
con pequeños intervalos, dijeron discursos
los señores Francisco Irigoyen Rendón,
Rafael Gómez Mendicuti, Alfredo A.
Sifontes, Agustín Franco, Manuel Palma
Cervera; Director de “El Partido de Motul,”
y Fernando de A. López. Los cuatro
primeros hablaron en nombre de la Junta
Reeleccionista de la cabecera que los
nombró; el quinto en el de los Redactores y
Colaboradores del indicado periódico, y el
último en el del Subcomité de Baca, de que
es componente. Hablaron de los servicios
prestados al país por el Sr. Lic. D. Olegario
Molina, hablaron de su vigorosa gestión
administrativa, hablaron del patriótico
sacrificio de abandonar los goces de la
riqueza adquirida con el trabajo y los
placeres de la familia y del hogar, para
entregarse con todo el poder de su
inteligencia a las ímprobas tareas del
gobernante inovador, activo y progresista,
terminando con la manifestación franca de
sus deseos de que continúe en el poder ya
que la Constitución local lo permite y estaba
dispuesto siempre a obedecer al
llamamiento del pueblo.
La serenata terminó a las once y media
pudiendo decirse que ha sido la más
concurrida que he visto yo; pues sobre estar
literalmente lleno el recinto del parque, en
las calles adyacentes la multitud se
aglomeraba. Lo que hizo más hermoso y
más atractivo el acto fue la noche bella y
clara, como las poéticas noches azules de
Jorge Isaac. Testimonio de esto lo darán la
sociedad motuleña que se trasladó al jardín,
casi puede decirse que en masa, los
concurrentes de todos los pueblos del
partido y aun de la oposición que creo antes
callará que desmentirme. Hay cosas que se
imponen y que no dejan más recurso que
ver y enmudecer.
Para terminar diré que, además de un
suelto (1) en que se encomiaba al candidato,
y el cual estaba suscrito por los señores
Alfredo A. Sifontes y Pedro García Cano,
circuló en el paseo y en el parque “El
Partido de Motul,” que postula para
Gobernador del Estado para el próximo
cuatrienio, al Sr. Lic. D. Olegario Molina;
periódico en que se ve el programa de la
fiesta y un editorial que es una de las
mejores defensas del candidato contra los
injustos ataques de la oposición.
EL CORRESPONSAL.
(1) En otro lugar del presente número
publicamos este suelto.
El Eco del Comercio, 19 de octubre de 1905, p. 2.
ALCANCE AL NÚMERO 9 DE “EL
LATINO AMERICANO.”
¡Viva la reelección!
¡Viva el distinguido repúblico Lic.
Olegario Molina!
El Lic. Molina y sus virtudes cívicas.
¡Olegario Molina! Vedlo allí, es liberal
incorrupto, trabaja siempre con solícito
entusiasmo de demócrata puro, en el
engrandecimiento de Yucatán, para darle
más esplendor a su glorioso gobierno y
mucha honra y lealtad al Jefe de la Nación.
¡Vedlo allí! Es el Rochefort de Yucatán, es
el héroe de la muchedumbre; es el que de su
propia conciencia sale todo lo bueno para la
libertad y el progreso. Rochefort trabajaba
en París contra sus enemigos los Bonaparte,
la voz de aquel era el rugido de un pueblo:
el Rochefort de Yucatán trabaja por la
democracia y por el engrandecimiento de
esta entidad federativa; trabaja para que los
10 10

pueblos civilizados cuenten entre las
nacionalidades cultas al pueblo yucateco;
trabaja por el partido liberal, trabaja para
nosotros. El Lic. Molina, es el único
gobernante que descuella entre todos sus
antecesores como ejemplo de probidad, es
el único que conoció las necesidades del
Estado y las dificultades que había para
cubrirlas.
El Lic. Molina ha sabido con talento
nada común dirigir sus grandes energías en
pro del adelanto de Yucatán.
Don Olegario Molina es gobernante
probo y honrado, financiero de gran talla,
político eminente y progresista.
Como financiero, el Lic. Molina ha dado
a conocer sus grandes dotes, pues ha hecho
de un estado raquítico y mi[se]rable como
era antes de su gobierno Yucatán, el Estado
más floreciente de la República, hasta el
grado de considerarse hoy Mérida como la
segunda capital de la Federación.
Como Gobernante probo y honrado, el
Lic. Molina ha centuplicado la riqueza del
Erario del Estado, el cual se le entregó con
sus cajas exhaustas y más bien con un
déficit enorme.
Por eso el pueblo yucateco agradecido,
se prepara hoy con entusiasmo a reelegir al
digno Gobernador Sr. Molina.
Motul, Octubre 15 de 1905. –A. A.
Sifontes. –Pedro García Cano.
El Eco del Comercio, 19 de octubre de 1905, p. 2.
GRAN MANIFESTACIÓN EN EL
CIRCO-TEATRO
Se ha organizado para la noche de mañana,
sábado, una solemne fiesta cívica en honor
del Sr. Lic. D. Olegario Molina, que se
efectuará en el Circo-Teatro Yucateco.
Una buena Banda de música tocará a las
puertas del Circo hasta el momento de
comenzar la manifestación, las 8, y luego
tocará en el interior.
Abrirá la fiesta la Banda, ejecutando el
Himno Yucateco y después de él se dirán
varios discursos, siendo los oradores en su
mayor parte, de la clase obrera, uno por
cada Subcomité de “La Unión Democrática
del Estado de Yucatán”.
El local del Circo estará adornado e
iluminado espléndidamente.
La Empresa de Tranvías para mayor
comodidad de la concurrencia, hará correr
diez coches de la Plaza Principal al Circo-
Teatro y viceversa, sin alterar los precios de
costumbre.
Esa manifestación cívica ha sido
organizada por el Subcomité de Santiago,
cuya directiva está formada por los Sres. D.
Benito Pacheco, presidente; D. Gerardo
Manzanilla, vicepresidente; D. Germán R.
de León, secretario, y D. Lorenzo Cortazar,
prosecretario, que son quienes firman en
representación de dicho Subcomité al
público y a los Subcomité s de otros
suburbios.
El Eco del Comercio, 21 de julio de 1905, p. 3.
LA GRAN MANIFESTACIÓN CÍVICA EN
EL CIRCO-TEATRO
Verdaderamente fue solemne, esplendorosa
y ejemplar la manifestación cívica que tuvo
lugar la noche del sábado 22 en el Circo-
Teatro Yucateco, en honor del Sr. Lic. D.
Olegario Molina.
Fue organizada por el Subcomité del
Suburbio de Santiago de la “Unión
Democrática del Estado de Yucatán”, como
ya se dijo, y resultó un acto que, en las
prácticas cívicas, es nota honrosísima para
todos los que en él tomaron parte activa y
enaltece grandemente a nuestro pueblo
agrupando en torno de la bandera
reeleccionista, que es la tremolada hoy en
todos los ámbitos del Estado. Puede
afirmarse que es esa la primera vez que el
11 11

pueblo en manifestaciones de carácter
político se ha puesto a la altura de su papel,
porque en la manifestación del sábado,
como en ninguna otra, los manifestantes
todos, todos los concurrentes, unidos por un
solo sentimiento y partícipes de una misma
idea, libres de torpes pasiones y de
violencias que la cultura rechaza y las
cuales sólo son recursos cuando falta razón,
diéronse cita en el Circo-Teatro en la forma
más correcta, con la mayor compostura, en
medio de un ambiente de entusiasmo
patriótico que no llegó, porque no debía,
porque nunca debe estallar así el entusiasmo
patriótico asistido por la razón y por el
derecho, a explosión turbulenta y
borrascosa.
Desde las primeras horas de la noche
una buena Banda de música tocaba a las
puertas del edificio y cohetes voladores
lanzados al espacio, avisaban al pueblo la
celebración de la reunión.
Los particulares y las comisiones
representativas de los suburbios
comenzaron a llegar a eso de las siete y
media, y al entrar recibía cada concurrente
dos sueltos, uno que contiene la crónica
publicada por EL ECO DEL COMERCIO
del solemne ofrecimiento del álbum que,
como inusitado homenaje, fue presentado
últimamente al Sr. Lic. D. Olegario Molina,
insertándose en dicho suelto el texto de la
ofrenda y la mayor parte de las firmas que
aparecen en el álbum y otro que es una hoja
de adhesión del pueblo de Progreso, suscrita
por las personas más distinguidas del
puerto, a la “Unión Democrática”.
Poco antes de las 9 levantóse el telón de
boca del escenario del Circo-Teatro, y la
Banda de música ejecutó el Himno
Yucateco que la concurrencia escuchó con
religioso respeto, puesta de pie.
En el fondo del escenario destacábase
un buen retrato de cuerpo entero del Sr. Lic.
Molina en que éste aparece sentado.
Hacia la izquierda estaba la mesa de la
presidencia ocupada por el Sr. Dr. D. Luis
F. Urcelay, presidente del Comité de la
“Unión Democrática del Estado de
Yucatán”, y en uno y otro lado del escenario
tomaron asiento varios miembros del
Directorio y del Comité y presidentes de los
Subcomités de la propia agrupación.
Terminada la ejecución del Himno
Yucateco, primer número programa, siguió
la de los demás en este orden:
Discurso en representación del suburbio
de Santiago, leído por el obrero Sr.
Abelardo Cocom; poesía, inspiradas
décimas leídas por el Sr. Germán R. de
León; pieza de música; discurso en
representación del suburbio de San
Sebastián, por el Sr. Domingo Couoh;
poesía, hermosa oda leída por el Sr.
Máximo Ancona; número de música;
discurso en representación del suburbio de
Santa Ana, leído por el obrero Sr. Mauro
Caamal; pieza de música; discurso leído por
el obrero Sr. Silverio Gómez, representando
al suburbio de Mejorada; poesía, robustas
estrofas de endecasílabos por el Sr. Ignacio
Magaloni; número de música; discurso que,
en representación del suburbio de San
Cristóbal, leyó el Sr. José Ds. Conde; pieza
de música; alocución final del Sr. Dr. Luis
F. Urcelay; repetición del Himno Yucateco.
Y aquí terminó el programa.
Todos los oradores fueron escuchados
con verdadera atención, siendo de notarse la
buena entonación, la propiedad y la
serenidad con que los obreros
representantes de los suburbios leyeron sus
respectivos discursos, en los cuales no se
deslizó una sola palabra inconveniente, ni
dura siquiera, como que cada discurso no
era más que apología juiciosa y razonada
del respetable jefe del Estado, en cuyo
honor se hacía aquella manifestación. Con
razón, pues, todos ellos fueron premiados
con nutridos aplausos.
Las composiciones poéticas agradaron
mucho y de un modo especial fue celebrada
la del Sr. Magaloni, a quien el auditorio
recibió con estrepitosas palmas.
12 12

La alocución del Sr. Dr. Urcelay dicha
con facilidad y discreción que se le
reconocen como orador, fue una nota
importantísima y constituyó, por decirlo así,
el epílogo, el resumen, la condensación de
la manifestación. Con voz vibrante interpeló
al numeroso público, al pueblo allí reunido,
formulando estas preguntas: “¿Queréis la
reelección del egregio ciudadano Sr. Lic. D.
Olegario Molina, candidato de la “Unión
Democrática del Estado de Yucatán”?” Y el
pueblo a una, como movido por un resorte,
correspondió afirmativamente y con
aplausos y bravos a cada una de las dos
interpelaciones del Dr. Urcelay.
Al oír el unánime asentimiento del
pueblo, manifestó el Dr. Urcelay que dentro
de quince días se citará para la gran
manifestación que se efectuará entonces con
motivo del ofrecimiento de la candidatura
que se hará al Sr. Lic. Molina, invitándolo a
que la acepte, para regir los destinos del
Estado en el próximo cuatrienio.
El pueblo significó nuevamente su
complacencia y en esos momentos cayó
sobre la concurrencia una lluvia copiosa de
papelitos en los cuales leíanse expresivos
dísticos. Estos además, impresos también en
hojas de papel de color, fueron distribuidos
entre el público.
Felicitamos al pueblo yucateco por la
gallarda muestra de cultura que dio en la
manifestación del sábado, revistiendo de la
más correcta forma un acto en que ejercitó
uno de los legítimos derechos del
ciudadano.
El Eco del Comercio, 25 de julio de 1905, p. 2.
MÁS SOBRE LA MANIFESTACIÓN EN
EL CIRCO-TEATRO
Hay un dato importante y que da mayor
significación al acto cívico que tuvo lugar la
noche del sábado en el Circo-Teatro,
después de haberle dado realce; ese dato es
el hecho de que entre la numerosa
concurrencia compuesta de más de dos mil
personas que ocupaban los palcos, las
butacas y la galería, veíanse a estimables
damas que, con su presencia allí, rompían la
tradición, hasta entonces inalterada, de esa
pasividad resignada, de ese absoluto
alejamiento, en que permanecían las señoras
de nuestra sociedad en lo tocante al
Gobierno del Estado.
Es ese un hecho cuyo valimiento y cuya
importancia nos abstenemos de comentar,
porque ese hecho, que hay que contar
13 13

después del elocuentísimo e inusitado del
homenaje del álbum ofrendado al Sr. Lic.
D. Olegario Molina, y que no tiene
precedente en nuestros anales por la
participación que en él tuvieron las más
respetables y distinguidas damas meridanas,
autorizándolo con sus firmas valiosísimas,
va en la historia que se escribe, delante de
los hechos que sostienen con resistencia
granítica el valer del honorable Sr. Lic. D.
Olegario Molina.
Además, es digno de notarse también
que entre los representantes de la clase
obrera que formaban el núcleo de la
concurrencia por su considerable número,
veíanse en palcos y en butacas a muy
respetables miembros de nuestra sociedad,
pertenecientes a las diferentes clases:
hacendados, médicos, abogados, ingenieros,
comerciantes, periodistas, repórters de la
prensa, en una palabra, de todas las
profesiones y de todos los círculos.
De los refrescos que en grande
abundancia se servían en dos
departamentos, fueron consumidos los del
departamento de refrescos gaseosos y en
parte los del departamento de sorbetes.
A fin de que aquellos nuestros lectores
de Mérida, que no asistieron a la
Manifestación y los del interior del Estado
puedan apreciar por sí mismos la cordura, la
discreción y el respetuoso lenguaje que
brillan en los discursos pronunciados, desde
el presente número de “El Eco” los
publicaremos, siguiendo el orden mismo del
programa de la Manifestación.
El Eco del Comercio, 26 de julio de 1905, p. 2.
MÁS SOBRE LA MANIFESTACIÓN EN
HONOR DEL SR. LIC. D. OLEGARIO
MOLINA DISCURSO PRONUNCIADO
POR EL JOVEN OBRERO SEÑOR
ABELARDO COCOM, LA NOCHE DEL
22 DE JULIO EN EL CIRCO-TEATRO
Señores:
Cumplo con el honroso deber que me ha
conferido el Subcomité del Suburbio de
Santiago, que forma parte de “La Unión
Democrática”, dirigiéndoos la palabra en
esta solemne manifestación y principio
solicitando vuestra indulgencia.
Mi humilde voz no puede aspirar a lucir
la brillantez de lenguaje y las galas retóricas
del tribuno, pero mi corazón agradecido de
ciudadano yucateco me autoriza a contribuir
con mi grano de arena a haceros patentes
los motivos de civismo que nos reúnen en
este lugar.
Señores: Cuando un pueblo produce
ciudadanos de la talla de nuestro actual
gobernante Sr. Lic. Don Olegario Molina,
tiene derecho a ser grande, próspero y feliz,
y de serlo tratamos al congregarnos todos,
sin distinciones de ninguna clase, para
lograr que un nuevo período administrativo,
fije la admirable y perfecta marcha de todos
los ramos que componen la complicada red
de la administración pública de nuestro
Estado.
No vengo a hacer la apología del Sr.
Lic. Molina como gobernante, ni a
puntualizar cada una de las grandes mejoras
que en un lapso tan corto de tiempo, ha
venido realizando, con regocijo de todos los
hombres sensatos y honrados y con el
aplauso unánime de propios y extraños.
Sólo una miopía rayana en ceguera podrá no
apreciar en su hermosa realidad, la
transformación que, tanto en la Capital,
cuanto en todo el Estado, se va verificando
con pasmosa rapidez.
14 14

¿Qué ha necesitado el Sr. Lic. Molina
para implantar y llevar avance el programa
de administración, que hace cuatro años dio
al país al aceptar su candidatura?
La respuesta es bien sencilla y se
condensa en una sola palabra –¡Querer!–.
Sí, pero querer de veras –venciendo todo
obstáculo– con la voluntad del patriota, con
la energía del iluminado y con la fe del
vidente.
Cuando recordamos, señores, las
promesas, los afanes, y si se quiere hasta la
buena voluntad, de cuantos intentaron la
gigantesca obra del desagüe, pavimentación
y saneamiento de nuestra Capital, parécenos
releer el cúmulo de proyectos y ver las
señales de nivelación que los Ingenieros
ponían en las esquinas. Luego venía el
complicado estudio de los planos y la
discusión de sistemas y presupuestos y al
llegar a la parte positiva, al espeluznante
monto en millones de pesos, para su
ejecución, el desaliento cundía y anonadado
el ánimo de los obligados a ejecutarlos,
oíamos al final pronunciar el fatídico –
¡Imposible!
Y… después continuábamos y con
nosotros cuantos se dignan visitarnos,
navegando en un océano de fango
pestilente, de emanaciones mortíferas en la
estación de las lluvias, para vernos
transportados como por arte de magia, al
cambiar la estación, en un desierto de polvo
asfixiante, que nos ahogaba sin
misericordia.
Como es hermoso despertar tras una
aplastante pesadilla, así hoy al contemplar
la urbe risueña y galana de nuestra querida
Mérida, el alma rebozando de júbilo, eleva
un voto de gratitud al que no pronunció la
palabra ¡imposible! A Don Olegario
Molina.
He dicho Señores, que no me detendría
en enumerar los adelantos y mejoras que
debemos a la recta, inteligente y enérgica
labor del Sr. Lic. Molina, porque en verdad
necesitaría, no una corta alocución, sino un
libro para detallarlas y porque en la
conciencia de todos se encuentran grabados
y tangibles. Sólo diré que ha hecho más de
lo que prometió en su programa y más de lo
que sus gobernados esperaban; y así no sólo
por gratitud sino por nuestro bienestar,
debemos insistir en que acepte su
reelección, para un nuevo período, que
indudablemente será tan beneficioso para el
Estado, como lo ha sido el que está
terminando.
Se ha dicho y con razón, que no hay
tanto mérito en concebir una idea en el
orden moral y realizarla en lo material,
como en proseguir con constancia en el
desarrollo de ambas y afianzar su sostén,
para hacer firme y duradera su
conservación. En otros términos, que es más
fácil producir que conservar, y en nuestra
conciencia está que el Sr. Lic. Molina en el
corto espacio de su afanosa administración,
apenas ha tenido tiempo de implantar las
mejoras que su gran cerebro concibió al
encargarse del Poder y esta sola
consideración justifica el anhelo que
demuestran sus gobernados por lograr que
aceptando un nuevo período constitucional
de administración, pueda seguir
desarrollando su vasto plan de mejoras, que
redundará en el progreso y
engrandecimiento del Estado.
Hay un proverbio vulgar que dice “obras
son amores” y al Sr. Molina lo avaloramos
por sus obras. Su patriotismo, altruista en
alto grado, ha rehusado para sí todos los
honores que sus conciudadanos
unánimemente le otorgan y si como
deseamos, se digna aceptar el arduo encargo
de un nuevo período para regentear la
primera Magistratura del Estado, veremos
colmadas nuestras esperanzas, que sin
ningún género de duda son las de todos los
buenos yucatecos.
Dije.
El Eco del Comercio, 26 de julio de 1905, p. 2.
15 15

LA MANIFESTACIÓN EN HONOR DEL
SR. LIC. D. OLEGARIO MOLINA.
DÉCIMAS DEL INSPIRADO POETA
LORENZO ROSADO, LEÍDAS POR EL
SR. GERMÁN DE LEÓN LA NOCHE
DEL 22 DEL CORRIENTE EN EL
CIRCO-TEATRO
Como alzándose del lecho
la oleada se agita y canta,
también el pueblo levanta
de lo profundo del pecho,
los clamores del derecho
que escuda a la humanidad,
y es arrullo o tempestad
que acaricia o se destroza,
si en su voz vibra grandiosa
la voz de la libertad.
Cuando la maldad lo oprime
y se tiene yugo y cerrojos,
sabe levantar los ojos
al ideal que lo redime.
No se acongoja ni gime
bajo el dogal que lo estrecha,
y anhelando abrir la brecha
para buscar nueva luz,
no es Cristo que va a la cruz:
es Tell que arroja la flecha.
También tras de sus dolores,
su corazón conmovido,
tiene el inmenso latido
de los inmensos amores.
Ofrece cantos y flores
a la gloria que lo alienta,
y bajo el iris que ostenta
su cielo, brilla y colora
cual la campiña que se enflora
tras la lluvia y la tormenta.
Hoy, que tras lucha incesante
alcanzamos nuestro anhelo,
y no hay sombras en el cielo
y hay mucha luz por delante,
es justo que el pueblo cante
y cumpla con su deber,
que un canto debe tener,
que quede en la historia impreso,
quien ha encendido el progreso
en las tinieblas de ayer.
Quien a su esfuerzo sereno
cambia la faz de la vida,
y se extiende la avenida
sobre el cúmulo de cieno;
siente el vicio el rudo freno,
el mal recoge sus hilos,
y en los ámbitos tranquilos,
cual gigantes lapidarios,
la instrucción tiene santuarios
y la caridad asilos.
Difundiendo el esplendor,
vibran en robusta nota,
su corazón de patriota,
su cerebro pensador.
Por eso un himno de amor
es justo que el pueblo cante;
que solemne se levante
para venirle a decir,
que va rumbo al porvenir
llevándolo por delante!
El Eco del Comercio, 27 de julio de 1905, p. 2.
LA MANIFESTACIÓN EN HONOR DEL
SR. LIC. D. OLEGARIO MOLINA.
ODA DEBIDA A LA FECUNDA PLUMA
DEL DR. JOSÉ PEÓN Y CONTRERAS Y
LEÍDA LA NOCHE DEL 22 DEL
CORRIENTE POR EL SR. MÁXIMO
ANCONA
A DON OLEGARIO MOLINA
¡Cómo se siente el corazón ufano!
Qué hermoso es ver al pueblo soberano
cuando entusiasta y noble se alborota,
16 16

lo mismo que la mar, y mar humano,
libre y soberbio la ribera azota…
Cada ola que viene, es un hermano!
Cada ola que llega, es un patriota!
Las olas juntas, poderosas, bravas,
se mueven en montón rodando solas,
tornan libres al mar, no son esclavas,
¡y así es la humanidad como las olas!
Por eso aquí nos vemos y aquí estamos:
somos como las olas de los mares,
dejamos de la patria los altares
y a los altares de la patria vamos
porque tenemos libre la conciencia,
porque la gratitud nos da su aliento,
porque aquí está el hogar y la existencia,
porque nos mueve un mismo sentimiento.
Como a las olas de la mar el viento!
El viento que es la fuerza que las guía,
el poder y el gobierno que las lleva
a tornarse en espumas y armonía;
el poder que las baja y las eleva,
las enrolla y las riza y las empuja,
porque prestarles movimiento sabe
para que puedan impeler la nave,
gima el timón y el maderamen cruja,
y cruce por el piélago desierto
hendiendo el agua la cortante quilla,
y llegue, al fin, al puerto
donde la libertad, en campo abierto,
inmenso faro brilla,
y como luz intensa reverbera,
sobre la blanca orilla
que al aire izó la tricolor bandera!
Tú conoces, oh pueblo meridano,
al que tu guía en el combate ha sido
en estas luchas del Progreso humano,
pues que a luchar por él hemos venido!
Dime si no ha vencido,
dime si su esfuerzo ha sido en vano!
Dime si no te encuentras satisfecho;
lo que se ve y se palpa no es mentira…
¡Tiende tu vista en torno y palpa y mira
cuánto su empeño y su saber han hecho!
Él del profundo, impenetrable arcano
la honda tiniebla ha roto,
él que llevó nuestra nave de la mano,
él ha sido el piloto…
Es preciso decirle que aún no llega
la hora del reposo; que cumplida
aún no está su misión y que en la brega
no ha llegado a colmarse la medida…
Que a nuestro empeño la razón le sobra
y, pues al bien le consagró su vida,
que acabe su labor, que acabe su obra,
la obra grandiosa por la cual cien años
suspiraron los hijos de esta tierra…
¡Ya le podréis mostrar a los extraños
cuánto de nuevo su recinto encierra!
Ya puede el extranjero
solazarse en sus plazas y en sus calles,
ya puede placentero
como en los campos de anchurosos valles,
dilatar su mirada por doquiera
por dondequiera, en la ciudad querida,
donde nacimos a la luz primera,
y al trabajo en la lucha de la vida!
Por todas partes saltan los primores
que dan ensanche al adorado suelo,
como un abrojo que se torna en flores
cuando arde el sol en el azul del cielo!
En vez de sombras brillan los colores
en el negro horizonte;
alas de iris luce el vil gusano
que vuela por el valle y por el monte,
sitio es de rosas lo que fue pantano,
y al conjuro de nobles beneficios,
del sabio gobernante al aliciente,
alzan del polvo la soberbia frente
múltiples y grandiosos edificios;
todo el influjo de su ser revela,
su constancia y patriótico ardimiento:
la amplia prisión, el Hospital, la Escuela…
lo mismo que al conjuro
de magia o misterioso encantamiento,
alzan de pronto el muro
que su mole arrancó desde el cimiento.
Por eso el pueblo agradecido quiere
que hoy que su nombre exalta
donde la gloria está que nunca muere,
que concluya su afán, lo que aún le falta!
El Eco del Comercio, 28 de julio de 1905, p. 2.
17 17

LA MANIFESTACIÓN EN HONOR DEL
SR. LIC. D. OLEGARIO MOLINA.
DISCURSO PRONUNCIADO POR SU
AUTOR EL SR. DOMINGO COUOH
ALAYÓN EN LA VELADA DEL 22 DEL
ACTUAL
Conciudadanos:
La manifestación de nuestros sentimientos
políticos, no significa sólo el cumplimiento
exacto, la interpretación del espíritu
democrático en un hermoso ejemplo de
orden y de patriotismo; significa, además, la
gratitud inmensa que todo un pueblo siente
por el hombre que ha sabido extender sobre
él una atmósfera de progreso y de felicidad,
probando cuánto puede un talento vigoroso
y un amor ardiente al suelo natal y a sus
instituciones, cuando se va impasible y
sereno por la senda de la rectitud y de la
verdad.
Nuestro pueblo, ese pueblo sufrido, leal,
patriota, generoso, que ama intensamente
este jirón del suelo en que nació, que desea
para él todo el bien y toda la dicha que sea
posible arrancar al Destino; ese pueblo que
siempre se ha distinguido por su acendrado
cariño a todo lo que es bueno, justo y
patriótico; ese pueblo, sabe muy bien
encaminar sus sentimientos, sabe guiar su
criterio hacia la verdad, y por eso,
yucatecos, lo veis aquí radiante, noblificado
por la conciencia del deber, enaltecido en lo
puro de sus ideales, acudiendo solícito y
espontáneo, como un río que corre al mar, a
traer la ofrenda de su admiración y gratitud
al ciudadano intachable que lo ha colmado
de beneficios.
Señores: cada uno de nosotros tiene el
más arraigado convencimiento de que
nuestra conducta actual, procurando que las
riendas del país no caigan de la mano sabia
y protectora que las ha empuñado con éxito
tan brillante, va encaminada a asegurar la
felicidad de nuestro pueblo. Los hechos,
con su prueba incontestable y clara, son los
que han llevado a vosotros esa convicción;
no han sido oropeles deslumbradores y
falsos los que nos seducen, ¡no!
Hemos presenciado el gran triunfo de
inmensas energías perseverantes; hemos
visto la realización de proyectos
considerados como quimeras, de ideales que
se decían utópicos…
La verdad se ha extendido ante nosotros
con su consolador y fortificante realismo;
no arrastró nuestros ojos un espejismo
pérfido y engañador, que se deshiciera
después de habernos deslumbrado… Hemos
palpado la gran obra, la hemos visto surgir
en todas sus partes, firme, colosal, sin
arredrarse ante los obstáculos…
Nada ha detenido la marcha progresista
que hizo seguir a nuestro Estado el ilustre
gobernante que hoy recibe nuestro respeto y
nuestros homenajes. Todo ha ido
desarrollándose paulatina y eficazmente,
como esos tallos vigorosos que por llevar en
sí savia fuerte y sana crecen y fructifican en
florecimiento de vida y opulencia.
¿Cómo no ha de ser un acto de
irreprochable justicia acatar ese triunfo y
aplaudirlo; y cómo no ha de ser un hermoso
rasgo de amor a nuestro país procurar que
esa gestión regeneradora y admirable se
prolongue por algún tiempo más en su
saludable y próspero avance? Sería doloroso
que no fuéramos anhelantes de la dicha
patria, a llevar a los comicios –esa noble
función democrática– el contingente de todo
nuestro número y nuestra firme voluntad de
buenos ciudadanos. No hacerlo, sería faltar
a un deber sagrado… ¡Ah! ¿Pero será como
es de esperarse?
En nuestros horizontes brilla la aurora
de la verdad; obramos convencidos de la
sinceridad de nuestros actos; no informa
nuestros propósitos ánimo ruin ni egoísta;
somos de la patria y así como moriríamos
por ella, vivamos por ella ahora, y
hagámosla feliz! Nosotros somos los únicos
18 18

esponsables de nuestro destino, puesto que
a nosotros está reservado encomendarlo en
manos dignas.
Y ¿cuáles más que las manos
inmaculadas del ciudadano que nos ha
llevado por camino tan hermoso y tan
floreciente?
¿Quién como ese que alejado de la
dulzura del hogar y del cuidado de sus
intereses, va dócil al deber, a entregar sus
energías, su talento, su valía incuestionable,
su honradez fulgurante en aras de su país?
¡Ciudadanos! Nuestro bienamado
Yucatán ha adquirido bajo esa dirección tan
fructífera, un prestigio que hubiera
necesitado decenas de años en conquistarse;
nuestra riqueza, nuestra moral, nuestra
industria, nuestro progreso, todo ha sido
atendido con celo extraordinario, con amor
y con fe inquebrantables.
Preparémonos a ser consecuentes con
nuestros principios y buenos ciudadanos
para nuestro país, conservándole esa
protección tan necesaria para su bienestar!
Seamos dignos de llevar el preclaro
nombre de yucateco, nombre ilustre en las
batallas y en la paz, nombre que se
pronuncia con admiración y con respeto.
Desde el acaudalado propietario hasta el
modesto obrero, todos hemos sentido la
acción benéfica y consoladora de la
inigualada administración del Lic. D.
Olegario Molina…
Nuestra ciudad de Mérida ha entrado
gracias a esa robusta y recta mano guiadora,
en el número de las poblaciones modernas;
hemos visto a cada paso multiplicarse las
mejoras materiales y morales; hemos visto
levantarse edificios, crearse
establecimientos de beneficencia,
derramarse por todas partes un nuevo
ambiente alentador y saludable; hemos visto
al capital y al trabajo unirse briosamente
para secundar los avances del Gobierno,
llevados a cabo entre admiración y aplauso,
hemos oído hablar con justo elogio de
nuestra prosperidad, y hemos oído
pronunciar en toda nuestra República el
nombre del Lic. Molina, con ese respeto con
que se habla de los hombres que glorifican a
su patria!
Todos los yucatecos podemos ufanarnos
de haber tenido un Gobernante que ha
llenado nuestras aspiraciones: cualquiera
que dé oído a la conciencia y a la buena fe,
se verá en el caso de proclamarlo así ante la
República y ante el mundo y se sentirá
irrevocablemente inclinado a desear para su
país la continuación de un bienestar que no
había alcanzado nunca. En vano se
pretenderá oscurecer tan refulgente verdad!
El suburbio de San Sebastián, señores,
cuya voz tengo la honra de llevar en esta
solemne ocasión, que ha recibido y aún
espera recibir grandes y cuantiosos
beneficios de la gestión del Lic. Molina, se
une sinceramente al pueblo yucateco en esta
manifestación de gratitud y patriotismo: de
gratitud, porque en ella se rinde justo y
merecido homenaje al ilustre Gobernante
que por el país sacrifica su bienestar y sus
comodidades, dedicándole toda la
desinteresada fuerza de su labor y toda la
eficaz acción de sus energías; de
patriotismo, porque hoy los hijos del Estado
de Yucatán, en el uso de los sagrados
derechos de la democracia, hacen patente su
anhelo íntimo y leal, de que el amado trozo
de tierra en que vieron la luz, continúe bajo
la égida salvadora del Gobierno que ha
sabido y sabrá levantarlo a grado altísimo
de progreso, de cultura y de felicidad!
He dicho.
El Eco del Comercio, 29 de julio de 1905, p. 2.
19 19

LA MANIFESTACIÓN EN HONOR DEL
SR. LIC. D. OLEGARIO MOLINA.
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
JOVEN OBRERO SILVERIO GÓMEZ EL
DÍA 22 DEL ACTUAL
Señores:
No puede darse mayor satisfacción que la
que en estos momentos agita mi pecho
emocionado y agradecido; satisfacción
porque no la hay mayor que la de poder
expresar nuestros sentimientos y ser
escuchados; emocionado, quién como yo no
se sentiría, que perteneciendo como
pertenezco a la humilde clase obrera me veo
en este momento ocupando este lugar que
ha hecho con asombrosa rapidez la fama y
la inmortalidad de seres superiores; y
agradecido señores, ¿qué Yucateco que se
estime patriota y justo no lo está a nuestro
honorable y progresista gobernante el señor
Lic. D. Olegario Molina? Estoy cierto que
ninguno, porque lo contrario desdiría de
nuestra cultura intelectual, pues sería
necesario carecer de los más rudimentales
conocimientos, ¿pero qué digo? No, ni así,
sería necesario estar ciego y no querer ni
palpar, para no ver o sentir la pasmosa
rapidez de nuestros adelantos morales y
materiales, adelantos que a no dudarlo
debemos al incansable afán de nuestro
Gobernante modelo. Prolijo sería
enumerarlos ni hacerlo es dado a mi pobre
entendimiento, plumas de oro guiadas por
elevados y sanos criterios se encargarán sin
duda de consignar en las más hermosas
páginas de nuestra historia los gloriosos
hechos, que con las excepcionales
cualidades de talento, voluntad, energía y
patriotismo que reúne, ha realizado tan
ilustre personalidad.
No es, sin embargo de lo mucho que
vemos realizado, suficiente un plazo de
cuatro años para desarrollar un plan de
progreso tan extenso y hermoso como el
que ha iniciado nuestro actual Gobernante y
pérdida irreparable sería para nuestro
querido Estado el que no llegara a
consumarse el ideal de grandeza a que, con
sus desvelos y personales sacrificios, ansía
colocarlo su inapreciable benefactor. Por lo
tanto señores, todos los que nos preciamos
de amantes del progreso y nos preocupamos
por el porvenir y felicidad de este nuestro
querido suelo patrio, debemos unirnos y
ejercitando uno de los más sagrados
derechos que nos concede nuestra sabia
Constitución, procurar por todos los medios
legales, que tan preclaro e ilustre hombre
público continúe por cuatro años ocupando
la primera Magistratura del Estado.
Nuestra labor será grata, porque nunca
se hace pesado el cumplimiento de un deber
patriótico para todo aquel que ha tenido la
dicha de nacer y crecer cobijado por el
invicto e inmortal Pabellón tricolor; la
patria agradecida por los beneficios
recibidos nos compele a manifestar a la faz
del mundo que sabemos agradecerlos y
apreciarlos en su imponderable valer, y
debemos responder trabajando anhelantes
por la reelección.
Señores, ningún esfuerzo en pro de la
justicia y de la equidad se pierde, si
queremos ser justos postulemos a nuestro
egregio Gobernante para un nuevo período
constitucional, y si queremos ser
equitativos, debemos también postularlo,
porque su gobierno significa: Progreso,
Abnegación, Patriotismo y Honradez!
Termino manifestando con todo cuanto
hay en mi ser de honradez y patriotismo,
que mi convicción como obrero yucateco es
que la gestión administrativa del Sr. Lic. D.
Olegario Molina, es la más beneficiosa y
levantada para nuestro Estado en general y
muy particularmente para nosotros los
obreros a quienes siempre nos ha impartido
su benévola protección. No desciendo de
esta tribuna sin tributar al noble y patriótico
Subcomité de este hermoso suburbio de
Santiago, mis más calurosas y sinceras
felicitaciones porque en esta memorable
20 20

junta ha demostrado, en colaboración con su
honrado y digno presidente, que sabe
responder a la voz de la patria, colocándose
como uno de los primeros a la vanguardia
de los que tenemos la honra de proclamar la
reelección; y rogar a todas las honorables
personas aquí reunidas, su indulgencia hacia
este obrero que se siente orgulloso de
haberles dirigido la palabra, para patentizar
el deber a que se cree obligado como
yucateco.
Os saludo en nombre del Subcomité de
Mejorada con cuya representación he sido
honrado.
HE DICHO.
El Eco del Comercio, 30 de julio de 1905, p. 3.
LA MANIFESTACIÓN EN HONOR DEL
SR. LIC. D. OLEGARIO MOLINA.
ENDECASÍLABOS LEÍDOS POR SU
AUTOR EL INSPIRADO POETA SR. D.
IGNACIO MAGALONI, LA NOCHE DEL
22 DE JULIO EN EL CIRCO-TEATRO
YUCATECO
¡Vibre en las manos el laúd sonoro,
tiemble en las manos el laúd gigante,
y el pecho varonil entone y cante
la estrofa final, la estrofa de oro!
¿Qué quiere el pueblo que se encrespa y
ruge como rugen las ondas del oceano?
¿Qué quiere el pueblo libre y soberano
que hoy se levanta en formidable empuje?
¿Por qué vestido de ropaje noble,
por qué arrastrado el luminoso manto,
hoy se levanta ungido, fuerte, santo;
hoy se yergue soberbio como el roble?
¿Por qué? –Porque en el fondo de su pecho
vibra el inmenso ideal republicano,
y en su conciencia resplandece ufano
el ideal luminoso del Derecho!
¿Por qué? –Porque la rígida autocracia
va cayendo al abismo del pasado;
y en una ola de luz anegado
alza en su altar la augusta Democracia!
Porque este pueblo, de leones hijo,
sólo por la República se agita;
sólo por la República bendita
porque Dios, desde el cielo, lo bendijo!...
Y a través de las luchas de su Historia
va escalando la meta apetecida;
y ya siente, feliz, la frente ungida
con el óleo sublime de su gloria!...
Y el ideal ya alcanza, soberano;
y ya le da de realidad la forma,
la sabia Democracia es hoy su norma,
y ya la toca con su misma mano!
Y hoy se congrega a discutir su suerte
cual se congregan ilustradas greyes:
le cubre el manto de sus sabias leyes,
y es con sus leyes poderoso y fuerte!
Y flota aquí para marcar su sino,
el pensamiento de sus grandes hombres,
los que escribieron inmortales nombres,
en el libro inflexible del Destino.
¡Y aquí, en la fiesta de los patrios lares,
do el porvenir se discute congregado,
se alza de su sepulcro emocionado,
cual figura de luz el indio Juárez!
Y el pueblo sabe que el Derecho es santo,
y el respeto al Derecho sabia norma:
es su credo glorioso la Reforma
que extiende sobre México su manto!
Y el pueblo sabe que el sufragio libre
es ideal al que se acerca ansioso:
ya no se esgrime el arma ¡es oprobioso!
y en los comicios sólo el voto libre!
Ya es del pueblo el ideal republicano
que es ideal que levanta y nunca abate:
¡Es un hermano el que con nos se bate;
y el que está contra nos es otro hermano!
La mayoría es la razón suprema
a la que el ciudadano se doblega!
y esa es la única senda por do llega
la patria a ser feliz y grande y buena!...
Ya es del pueblo el ideal republicano
que es el ideal que levanta y nunca abate:
¡y lo anunciaron con la voz del vate
el gran Ramírez, Zarco, Altamirano!...
¡Oh México! Tus vastos arenales
21 21

y tus bosques innúmeros pomposos,
cien héroes han cruzado victoriosos
como bandadas de águilas triunfales!
¡Oh, Sol del Porvenir!... ¡Ya se adivina
do se fraguan tus rayos eternales!
¡Os prenden en sus cimas de cristales
la tierra Madre y la Montaña Andina!
Y en este Yucatán, augusto templo;
bajo este sol que nos besó la frente,
el pueblo se congrega, inteligente,
y da a la patria generoso ejemplo!
Hoy se levanta libre y soberano,
y al que gobierna bien llama y elige
y al noble gobernante se dirige
y al noble gobernante da la mano!
Y al recordar el genio y la pericia
que es corona del pueblo yucateco
la patria ruge en formidable eco:
¡ese pueblo no adula, hace justicia!
El Eco del Comercio, 6 de agosto de 1905, p. 2.
NOTA POLÍTICA
La agrupación denominada “La Unión
Democrática del Estado de Yucatán”,
fundada hace unos cuatro meses para
promover lo conducente a hacer efectiva la
reelección del honorable Sr. Lic. D.
Olegario Molina para el gobierno del
Estado, durante el nuevo período, conforme
a la reforma constitucional respectiva, ha
organizado un acto cívico solemne que se
efectuará en la noche de hoy.
Ese acto consistirá en ofrecerle al Sr.
Lic. Molina, suplicándole que la acepte, la
candidatura para el Gobierno, y en él
tomarán parte, digna y selectamente
representados en cuanto al número y a la
calidad, todos los elementos y todas las
clases de la sociedad yucateca. El acto es
nuevo, extraordinario. Jamás el pueblo
yucateco había querido la reelección de
gobernante alguno, ni siquiera pensado en
ella; pero el Sr. Lic. Molina ha venido a
romper la tradición.
En ese acto, que revestirá el carácter de
una manifestación cívica, tomarán parte las
más honorables y conocidas personas de
nuestra sociedad, numerosísima
representación de la clase obrera y
delegados de todos los Partidos que llegarán
en trenes especiales.
Ya informaremos de ese acto
verdaderamente serio, importante,
trascendental para el Estado de Yucatán,
puesto que se va jugando el porvenir de este
querido suelo, de cuyo pasado hay tantas y
tan dolorosas reminiscencias.
El Eco del Comercio, 10 de agosto de 1905, p. 2.
ACTO SOLEMNE DE JUSTICIA SOCIAL
Así calificó “La Unión Democrática” la
manifestación cívica organizada por ella
con el objeto de ofrecer la candidatura para
22 22

el gobierno del Estado en el próximo
venturoso cuatrienio constitucional, al Sr.
Lic. D. Olegario Molina. Nosotros también,
como “La Unión Democrática”, calificamos
ese acto de justicia social que hoy, después
de verificado en la noche del jueves 10, con
gran pompa y solemnidad inusitada,
podemos decir que fue un acto solemne y
acto de justicia social. Solemne, porque a él
concurrió en número no contado antes en
reunión alguna, la más completa y
caracterizada representación de la sociedad
yucateca; porque, conciliándose la
participación que en las democracias se
debe dar siempre al elemento popular
agrupado en muchedumbre inmensa y
heterogénea, con la corrección de un
ceremonial severo, lo cual exigía la
naturaleza interna del acto de que se trata,
éste revistió por la presencia innúmera del
pueblo, imponente majestad y grandeza
democrática; y, por último, porque el
elegante decorado del recinto de la reunión
y su profusa iluminación, parecían destellos
reverberantes del sentimiento común que
inflamaba los ánimos.
Dijimos asimismo que es de justicia
social, porque, siguiendo los pasos del
pueblo que ha ratificado la calificación,
declaramos acto de justicia social el que se
haya otorgado esa noche al Sr. Lic. D.
Olegario Molina, el galardón que ha
conquistado briosamente en su ímproba y
sorprendente gestión administrativa.
Es cierto que desde los albores de ésta,
cuando en esa aurora venturosa de nuestra
evolución, empezó a manifestarse la acción
del Sr. Lic. Molina, ya el pueblo, la
sociedad en masa, aplaudió silenciosamente
las obras del patriota gobernante y,
aprovechando la ocasión propicia de la
noche del jueves, hizo llegar hasta él, en
forma de aplauso estruendoso y solemne, su
admiración, su respeto y su gratitud, y por
eso fue eminentemente social y justo el acto
que tuvo lugar antenoche en el Circo-
Teatro.
EL LOCAL
¿Cómo se efectuó esa fiesta?
El Circo-Teatro Yucateco estaba
profusamente iluminado. En la parte
superior, a manera de corona tricolor, focos
de luz eléctrica destellaban. En el pórtico,
también en focos eléctricos tricolores, se
leía “Viva la reelección”. En el interior,
festones con los colores nacionales
adornaban los palcos y en torno de éstos,
maceteros y focos eléctricos en pedestales,
lo adornaban.
En la puerta de entrada al coso del
Circo, leíase esta inscripción lumínica:
“¡Viva el General Porfirio Díaz!” y en la
parte superior del telón de boca del
escenario, veíase esta otra inscripción:
“Viva el Lic. Olegario Molina”.
El escenario representaba un salón regio
en cuyo fondo destacábase en un caballete
el retrato del Sr. Gral. Díaz, a cuyos lados
tomaron asiento las personas siguientes
componentes del Directorio y del Comité de
“La Unión Democrática”: D. Augusto L.
Peón, Dr. Luis F. Urcelay, Ing. Vicente
Solís L., Dr. José Patrón Correa, Lic. Julián
Carrillo, Lic. Pablo Ponto P., D. Ramón
Loza, D. Enésimo Martínez, D. Santiago
Espejo, Dr. Juan Pastrana, D. Álvaro
Rosado, D. Francisco Leal M., D. Manuel
Heredia Argüelles, Lic. Arturo Castillo
Rivas, D. Nicanor Espinosa, Lic. Benito
Ruz, Lic. Elías Amábilis, D. José M.
Vargas, D. Juan Martínez, Lic. Marcelino
Canto, D. Sebastián Heredia, Lic. José I.
Novelo, Dr. Eudaldo Ferráez, D. Enrique
Muñoz Arístegui, D. Juan López Peniche,
D. Genaro Cervera, Dr. Lázaro Barrera, D.
Víctor Puerto, D. Rogerio G. Cantón y D.
Fernando Solís.
LA MANIFESTACIÓN
23 23

Desde las 7 de la noche comenzó a reunirse
la concurrencia de esta ciudad y de los
diferentes partidos del Estado.
A las 9, el local del Circo estaba
completamente lleno y en las calles
inmediatas se apiñaba compacta multitud,
entre la cual se había diseminado la policía.
LAS COMISIONES
Para ir a invitar al Sr. Lic. Molina a que
pasara al Circo Teatro, fue a su casa una
comisión compuesta por las personas
siguientes:
D. Augusto L. Peón, Lic. D. Francisco
Martínez de Arredondo, D. Pedro Leal, D.
Antonino Bolio G., Don Manuel Espinosa
R. y D. Manuel Zapata M.
A las 9 y cuarto llegó el Sr. Molina al
Circo en carruaje descubierto, a las puertas
lo recibió una comisión compuesta por los
Señores D. Gumersindo Ceballos, D.
Enrique Espinosa, D. Joaquín Espejo M., D.
Manuel Rodríguez, D. Eduardo Casares y
D. Atilano González.
Cuando el Sr. Lic. Molina llegó al Circo
e hizo su entrada triunfal, entre los vítores y
aclamaciones de las seis o siete mil
personas que ocupaban el local, la Banda de
Música del Estado ejecutó el Himno
Yucateco.
EL OFRECIMIENTO DE LA
CANDIDATURA
Apagadas las notas del Himno,
desplegáronse los labios del prestigiado y
talentoso Sr. Dr. D. José Patrón Correa,
comisionado para ofrecerle al Sr. Molina la
candidatura para el Gobierno del Estado y
lo hizo en términos arrebatadores, diciendo
con admirable propiedad y corrección el
brillante discurso que en seguida
reproducimos y que confirma la fama del
Dr. Patrón Correa, ilustre, como lo
denominó el Sr. Molina, y uno de nuestros
hombres más conspicuos.
Hay la palabra profética que augura y la
palabra dogmática que afirma: hay la
palabra de presentimiento y la palabraverdad:
la que brota de labios inspirados
iluminando las sombras del futuro y la que
condensa los hechos que nos rodean con su
carne hecha piedra, con su musculatura
hecha hierro, con su organismo hecho
extensión. Los hechos que se reflejan en
nuestras pupilas, que se revuelven entre
nuestras manos, que hacen discurrir a
nuestro entendimiento. Yo vengo aquí a
decir la palabra verdad.
Hay ampulosos vocablos colectivos
cuyo concepto sin embargo, no corresponde
al concepto de las colectividades: porque no
son la expresión del criterio general, del
sentimiento común; y hay por el contrario
frases modestas, sin pompa deslumbrante en
cuya ánfora sencilla se encierran, a manera
de perfume, el sentimiento, la idea, la
aspiración que vibran y se agitan en todos
los cerebros, en todas las conciencias. Yo
vengo aquí a decir la frase que interpreta y
sintetiza el sentimiento, la aspiración, la
idea que vibran y palpitan en el fondo de
nuestra conciencia social.
Por una particularidad de los fenómenos
que surgen y se desenvuelven en el seno de
las democracias, por esa expansión
característica de la noble pasión del
patriotismo, en cuya virtud se exteriorizan y
toman cuerpo los impulsos interiores, yo no
vengo sólo a levantar mi voz en esta
ocasión solemne: vengo asistido de una
sociedad distinguida, de una muchedumbre
compacta en cuyo nombre tengo el honor de
hablar. Pocas veces, pues, acertó a
revestirse de mayor autenticidad la palabra
dicha en nombre de otro, en virtud de
hallarse aquí presente quien confiere el
encargo: ved, en efecto, Sr. Molina, en
nombre de quien tengo el honor de dirigiros
la palabra. Hablo en nombre de la sociedad
24 24

yucateca, es el pueblo el que os rodea en
estos momentos y ya sabéis que según el
proverbio latino la voz del pueblo es la voz
de Dios.
¿Y a qué hemos venido? ¿Qué
pretendemos? ¿Qué anhelamos
comunicaros? Procuraré ser breve y
explícito.
Hace cuatro años vuestro ilustre nombre
vinculó un deseo, una aspiración, una
esperanza. Vuestros méritos comprobados
en una dilatada existencia de trabajo y de
virtud, atrajeron los sufragios del pueblo
yucateco y fueron causa de que en vos se
cifraran los más vivos anhelos de bienestar
y de grandeza. Hoy, Señor Molina, el
fenómeno es distinto, cambia de esencia,
tiene otra significación. Lo que entonces fue
una perspectiva se ha trocado en una
realidad, lo que fue una aspiración se ha
convertido en un hecho, lo que entonces
pertenecía a la esfera de las probabilidades,
pertenece hoy al linaje de las conquistas que
asombran. Si el sufragio de entonces nació
de un deseo público, de una esperanza
pública, de una aspiración pública, el
movimiento popular de hoy en torno
vuestro obedece a una imperiosa necesidad
social: la de ver continuada, perfeccionada,
concluida, vuestra inmensa labor
administrativa.
Señor Licenciado Molina, habéis erigido
hospitales que son timbre de honor para la
cultura nacional, pero aún no acuden a ellos
el dolor y la miseria a remediar sus
necesidades. Habéis levantado edificios
para escuelas modelos, pero todavía no
disfrutan de este beneficio todas las
poblaciones del Estado. Habéis terminado la
obra material de la Penitenciaría e iniciado
la obra moral de la regeneración por el
trabajo, pero todavía este empeño generoso
y civilizador no corresponde por completo a
las grandes conquistas de la ciencia
moderna. Habéis transformado la faz de esta
ciudad hoy bella, hoy saludable, hoy llena
de animación y de vida y hasta hace apenas
tres años mortífera e intransitable, pero aún
no toca a su término esta enorme y
gloriosísima labor. Habéis organizado los
servicios públicos, logrando el
funcionamiento regular y honorable del
complicado mecanismo administrativo, pero
falta formar el hábito que asegure la
estabilidad de esta gran obra de
restauración. Habéis velado por el bienestar
de las clases obreras, amparándolas y
defendiéndolas contra violencias y
expoliaciones que las empobrecían y
aniquilaban, pero falta regenerarlas y
hacerlas fuertes por la instrucción laica y
obligatoria. Habéis perseguido los vicios,
cegado las charcas sociales en que
fermentan los crímenes, pero es preciso
perseverar en esta obra redentora hasta
dignificar las costumbres populares. Os
habéis apoderado, en fin, de un organismo
mellado por muchos achaques y después de
un acertado diagnóstico y merced a un
tratamiento adecuado y perseverante habéis
conseguido extirpar los gérmenes de la
complicada dolencia; pero ese organismo,
aunque curado, empieza aún a convalecer.
Lázaro está ya en pie, pero es necesario que
marche por sí solo, con paso seguro, sin
vacilaciones, con orientación luminosa. Es
preciso que nuestra sociedad encaminada
por vos en nuevos derroteros, entre de firme
en el cauce de su engrandecimiento y su
progreso definitivos. Esa es la obra que
espera Yucatán de vuestros talentos, de
vuestra abnegación, de vuestro patriotismo
acrisolado.
Venimos, pues, a suplicaros que
consintáis en sacrificar cuatro años más
vuestro reposo, vuestro sosiego, la dulce
tranquilidad de vuestro lugar honorable, en
aras del bien del suelo yucateco. Venimos a
pediros que nos autoricéis para llevar a los
próximos comicios, vuestro prestigioso
nombre ya de antemano circuido por la
aureola del más espléndido triunfo. Vuestra
elección en el santuario de la conciencia
social está ya hecha. Vos sois el hombre en
25 25

quien han encarnado las grandes
necesidades emanadas de la misma
importancia y trascendencia de vuestra
actual labor gubernativa.
Y ahora, responded. Decid la palabra
única que todos anhelamos, la única que
provocará los aplausos de esta multitud
inflamada de santo amor a la patria, la única
digna de la alteza de vuestro civismo, de la
alteza de vuestro corazón, de la alteza de
vuestra conciencia. Formulad la respuesta
única: la que todos deseamos, la
prometedora de mejores días, la que será
augurio de nuevos adelantos, la que al
asegurar para siempre la gloria de Yucatán
y vuestra propia gloria, hará prorrumpir a la
sociedad yucateca en un ardiente himno de
admiración y gratitud a vuestro nombre
ilustre.
Hablad, Señor Molina. El pueblo espera
ansioso vuestra respuesta. La Historia os
escucha. Hablad.
El respetable y aureolado candidato del
pueblo yucateco correspondió a este
discurso en forma que impresionó por lo
conceptuosa y sentida y por la visible
emoción de que estaba poseído:
CONCIUDADANOS:
Antes de todo os felicito por la manera
culta, levantada, como ejercitáis uno de los
más importantes derechos constitucionales.
Os reunís para deliberar acerca de los
intereses y del porvenir del Estado con el
más severo orden acreditando el nivel moral
a que afortunadamente hemos llegado como
colectividad social. Llénase de regocijo el
corazón al contemplar cómo mezclados en
una sola aspiración el humilde cultivador de
nuestros campos, el perseverante industrial,
el rico comerciante, el poderoso hacendado
y la representación más culminante de
nuestra intelectualidad, consultan los
destinos de este suelo dentro del molde de
la ley. Tratáis de encauzar la opinión, dando
un ejemplo eminentemente educativo, pues
demostráis que pasaron ya aquellos tiempos
de triste memoria en que la sangre salpicaba
los comicios y el desorden y la turbulencia
los relajaba.
En vuestro nombre se me propone
continuar frente de la primera magistratura
en el próximo cuatrienio constitucional.
Vuestro ilustre representante vierte en su
hermosísimo discurso conceptos y elogios
tan grandes que me conmueven y
conturban, inflamando mi corazón con la
más profunda gratitud.
Hay hombres de excepcionales energías
que aún en edad avanzada de la vida, como
nuestro ilustre presidente el Sr. General
Díaz, pueden servir a la patria; pero, como
he dicho, estos son hombres de
excepcionales energías que vencen con ellas
el peso y el cansancio de los años.
Por eso y porque las fuerzas y la
inteligencia se debilitan a medida que la
edad avanza, en muchos Estados europeos
la legislación limita hasta cierta edad la
aptitud para el desempeño de las funciones
públicas. Llegada ésta, el magistrado
abandona su curul, el maestro deja su
cátedra, el militar se despide de su bandera,
todos satisfechos de haber cumplido con el
deber.
Creí que, después del actual período
constitucional, para el que fui honrado con
la primera magistratura, podría retirarme a
la vida privada, si no con la satisfacción de
haber hecho todo lo que la Patria tiene
derecho de exigir de sus hijos, sí con la
conciencia tranquila por haber procurado
siempre y con todas mis aptitudes el bien y
la prosperidad de este suelo.
Hay juveniles energías, claras
inteligencias que pueden, con mano
vigorosa, estimuladas por el entusiasmo de
las aspiraciones y de renombre, manejar
feliz y acertadamente los destinos públicos
encauzándolos hacia la prosperidad y la
grandeza. Así había yo pensado; pero
vosotros pensasteis de otra manera: queréis
26 26

que yo continúe en la primera magistratura,
con lo cual me favorecéis y honráis tan
extraordinariamente que no habrá sacrificio
que no esté yo dispuesto a hacer por
corresponder al alto honor que me
dispensáis. Vosotros sois los que mandáis:
yo soy el servidor que obedece.
No creo que sea necesario exponeros un
programa de gobierno, mis pensamientos
para el futuro: continuaré siendo lo que he
sido. La norma de mis actos como
gobernante ha sido cumplir y hacer cumplir
la ley, de lo que resulta efectiva la garantía
de los derechos individuales y, como
consecuencia, también la realización de
todo progreso material y moral.
Algo se ha hecho para satisfacer los
anhelos y las necesidades públicas; pero aún
falta mucho por hacer: es un deber del
gobernante fomentar la inmigración para el
desarrollo de nuestra agricultura que traerá
consigo el aumento y la estabilidad de la
riqueza; difundir la instrucción pública,
llevándola a las más apartadas aldeas, hasta
el último rincón del territorio, pues no
podremos llamarnos verdaderamente
civilizados mientras la luz del saber no
desgarre el velo que envuelve las
inteligencias de muchos hermanos nuestros;
y es también deber imperioso, para
conservar el orden, la moralidad y hacer
prácticas y efectivas las garantías a que
tienen derecho los ciudadanos, perfeccionar
la incipiente organización de la policía.
En estos empeños continuaré sirviendo
al Estado y trabajando por el bien de todos;
pero tened siempre presente que vosotros
sois los que me llamáis a esas labores y me
otorgáis ese honor, y que no soy yo quien
solicita, para que así cuando juzguéis mis
actos, seáis benévolos en vuestros juicios.
Cuando terminó su discurso el Sr.
Molina, en medio de hurras y aclamaciones,
la Banda de música tocó el Himno Nacional
y en seguida desfiló una larga procesión
cívica por la calle 57 oriente, que pasó por
la casa habitación del Sr. Molina, donde ése
la presenció, y recorriendo la calle 59 hasta
el cruzamiento con la 60, doblando hacia el
Sur para dirigirse a la plaza de la
“Independencia”.
En la procesión formaban unas ocho mil
personas de Mérida y de los diferentes
Partidos, contándose entre ellas diez y
nueve Bandas de música, a saber: de
Mérida, Valladolid, Motul, Izamal,
Progreso, Hunucmá, Maxcanú, Teya,
Dzemul, Baca, Tekax, Ticul, Tixkokob,
Acanceh, Seyé, Telchac, Halachó, Kanasín
y Cacalchén.
Cada Banda marchaba con los
representantes de su respectivo partido, los
cuales llevaban faroles y grandes farolas
con inscripciones significativas.
Son de notarse el magnífico servicio
prestado por la policía así como el orden y
la corrección que reinaron en la suntuosa y
extraordinaria manifestación, única hasta
hoy en su género.
Réstanos felicitar al pueblo yucateco, al
Directorio de “La Unión Democrática” por
sus buenos trabajos, y especialmente al Sr.
Dr. D. Luis F. Urcelay, presidente del
Comité, que supo con no común habilidad
impulsar esos trabajos y llevarlos a un éxito
por demás satisfactorio.
El Eco del Comrecio, 12 de agosto de 1905, p. 2.
MÁS SOBRE LA MANIFESTACIÓN
CÍVICA DEL 10
El éxito grandioso, no igualado por el de
ninguna otra manifestación, que alcanzó el
acto cívico de la noche del 10 dedicado a
honrar al Sr. Lic. D. Olegario Molina, por lo
que toca a la parte externa, es decir, fuera
del Circo-Teatro, fue debido a la gran
procesión que recorrió la calle 57 para que
pasara por la casa habitación del Sr. Molina,
y por las otras calles que dijimos ayer. Esa
27 27

procesión dirigida y ordenada por el Sr. D.
Rafael Peón en los momentos de desfilar,
revistió un aspecto encantador: todo el
ancho de la avenida fue ocupado por los
manifestantes distribuidos en grupos
sucesivos que iban cada uno con una Banda
de música, alumbrado el trayecto con teas,
luces de Bengala y con faroles de colores.
Toda aquella ingente masa de gente, de luz
y de armonías, las cuales apagaban
repetidos vítores al gran Partido Liberal, al
Sr. Gral. Díaz, al Sr. Lic. Molina y al Sr. D.
Augusto L. Peón, presidente del Directorio
de la “Unión Democrática”, discurría libre y
jubilosa en medio del mayor orden,
recordando la manifestación hecha hace
cuatro años al mismo Sr. Lic. Molina, entre
fango, y comparando la ciudad asquerosa de
entonces con la bella ciudad transformada
por él con rapidez de maravilla.
El Sr. Lic. Molina fue saludado por los
millares de manifestantes, a los cuales
correspondía desde su balcón.
Muchas personas, tanto de alta posición
como del pueblo, entraron en la casa
particular del Sr. Molina a felicitarle. La
casa estaba iluminada espléndidamente en
el interior, y en el exterior pendían de la
cornisa blancos focos de luz eléctrica.
El paseo cívico disolvióse a las 11 de la
noche en la plaza “Independencia”,
iluminada con unos dos mil farolitos de
colores a la veneciana, y con el alumbrado
eléctrico diario.
Tanto en el Circo-Teatro, como en la
calle fueron repartidos y arrojados miles de
dísticos, cuartetos y décimas que ensalzan al
Sr. Lic. Molina.
En ese homenaje se distinguieron los
suburbios de San Sebastián y de Mejorada.
El partido de Motul vino con 5 Bandas
de música y ese día circuló en la cabecera y
en esta ciudad, el primer número del
periódico quincenal “El Partido de Motul,”
segunda época, postulando al Sr. Lic.
Molina para Gobernador del Estado.
Terminada la espléndida manifestación
que, a despecho de ciertos –muy contados
afortunadamente –elementos raquíticos,
equivale a una glorificación del Sr. Lic. D.
Olegario Molina, hecha por lo que más vale
y significa en nuestra sociedad, los
delegados y los representantes de los
Partidos, encabezados por los Presidentes
de los subcomités, retornaron en trenes
especiales a sus respectivos hogares.
De Motul nos escriben:
Agosto 11.
Como puede suceder que el “repórter”
de “El Eco del Comercio” no haya podido
adquirir noticias bien detalladas del
contingente del Partido en la Gran
Manifestación política de ayer, cuyo objeto
fue ofrecer la candidatura para el cuatrienio
próximo al egregio yucateco Lic. D.
Olegario Molina, he creído oportuno
escribir esta correspondencia que tiene por
objeto llenar las deficiencias que resulten en
la parte que a él se refiera la crónica del
suceso.
Las Juntas electorales de Motul y los
pueblos de su partido, acordaron remitir de
su seno una comisión que las representase,
invitando a la vez a todas las personas
adictas a la candidatura y que hubiesen
manifestado su adhesión a ella. A las dos de
la tarde y en carritos extraordinarios,
llegaron las comisiones de Dzemul, Telchac
y Sinanché con las bandas de música de las
dos primeras poblaciones. A las cuatro y
cuarto llegó el tren de Temax con diez
carros, tres de los cuales estaban ocupados
por la gente que iba de aquel partido.
Ocuparon los restantes los que en la
Estación esperaban, añadiéndose la Banda
de música la cabecera, la Comisión y
númerosísimas personas más que casi los
llenaban. En Conkal tomaron pasaje los de
Baca y entonces puede decirse que apenas
cabían en los diez carros, a pesar de que
muchos iban parados.
28 28

Los pueblos de Bokobá y Cacalchén
tomaron la vía ancha de Izamal, con dos
Bandas de la población, de modo que, del
partido, fueron cinco Bandas de música y
como quinientas personas, más que menos.
En las Estaciones de San Cristóbal y
Mejorada fueron recibidos por las
comisiones del Directorio de Mérida y de
allá pasaron al Circo Teatro yucateco,
donde comenzó la manifestación y cuyos
datos no me toca dar; pero debo decir que, a
las doce de la noche volvieron a tomar las
vías ancha y angosta, habiendo llegado a
esta ciudad a la una y media de la noche.
Las Bandas entraron tocando y los que
volvían de la manifestación, dando con el
mayor orden, vivas al candidato que bien
puede decirse, pues ha quedado bien
demostrado que es el del pueblo yucateco.
Doy estas noticias con sumo gusto,
porque verdadera alegría me ha causado la
actitud del partido que sabe conocer los
servicios que el Sr. Molina ha prestado al
país en general.
Me apenaría pecase de ingrato; pero por
fortuna es todo lo contrario, lo que me
satisface como motuleño.
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 13 de agosto de 1905, p. 2.
EL VIAJE DEL SR. LIC. D. OLEGARIO
MOLINA
En el tren de las 7 a.m. de ayer de la
División Norte de los Ferrocarriles Unidos,
se dirigió a Progreso, para tomar el vapor
que ya lo conduce a la Habana, el Sr. Lic.
D. Olegario Molina, distinguido
Gobernador de nuestro Estado. Con él,
como dijimos, van sus hermanos el Sr. Lic.
D. Juan y el Sr. Dr. D. Augusto.
Además del Sr. Gobernador interino, del
Secretario General de Gobierno y de altos
funcionarios, numerosas y conocidas y
respetables personas de todas las clases
sociales, fueron a la Estación de Mejorada,
que se hallaba henchida, a despedir al
respetable Jefe del Estado y a sus
acompañantes, y otras, numerosas también,
fueron hasta el puerto.
Feliz travesía deseamos a los
distinguidos viajeros.
El Eco del Comercio, 20 de agosto de 1905, p. 2.
REGRESO A MÉRIDA DEL SEÑOR
GOBERNADOR DEL ESTADO LIC. D.
OLEGARIO MOLINA.
Un mensaje cablegráfico recibido aquí
anteayer, hace saber que a bordo del vapor
“Vigilancia” que fondeará en Progreso el
viernes próximo, día 15, retornará a esta
ciudad acompañado de sus hermanos los
Sres. Lic. D. Juan Francisco y Dr. D.
Augusto L, y de su secretario el joven D.
Antonio Mediz Bolio, el Sr. Lic. D.
Olegario Molina, Gobernador
Constitucional del Estado.
Los respetables y distinguidos viajeros
deben embarcarse mañana en Veracruz,
pues como ya noticiamos, con motivo de ser
día de fiesta nacional el 16, se acordó
anticipar el movimiento del “Vigilancia.”
Hacemos votos por la feliz travesía del
digno Jefe del Estado y de sus estimables
acompañantes.
El Eco del Comercio, 12 de septiembre de 1905, p.
2.
29 29

RECEPCIÓN DEL SR. LIC. D.
OLEGARIO MOLINA EN MÉRIDA.
Espontánea manifestación.
Como se había anunciado, a bordo del
vapor “Vigilancia” que fondeó ayer en
Progreso, llegó de México el Sr. Lic. D.
Olegario Molina, Gobernador del Estado, en
compañía de sus hermanos los Sres. Lic. D.
Juan Francisco y Dr. D. Augusto L. y de su
secretario el joven D. Antonio Mediz Bolio.
Fueron a darle la bienvenida a bordo
una comisión compuesta del Jefe político de
Progreso y de componentes del
Ayuntamiento del Puerto; la comisión
especial del H. Congreso del Estado; la del
H. Ayuntamiento de Mérida y las
comisiones del Directorio de la “Unión
Democrática del Estado de Yucatán,” de los
Subcomités de la misma de los suburbios y
de los Comités y Subcomités de los
Partidos.
Dichas comisiones fueron a Progreso
unas desde la víspera y otras en el tren
extraordinario que salió de esta ciudad ayer
a las cinco y media de la mañana.
Un tren, extraordinario también, que
salió a las siete y media, llevó a los altos
funcionarios y a los particulares que
quisieron ir y es de notarse que, no
habiéndose anunciado más que de palabra la
salida del tren, fue incontable el número de
personas de todas las clases de la sociedad
que ya a las siete, media hora antes, invadía
la Estación.
Al desembarcar el Sr. Molina, el crucero
alemán “Bremen” fondeado en la bahía, lo
saludó con 21 salvas, y la música del puerto
con sus armonías.
El tren extraordinario llegó a Mérida
poco después de las 11. La Estación de
Mejorada estaba henchida y en las amplias
avenidas veíanse tres largas hileras de
carruajes. Cuando bajó del tren el Sr. Lic.
Molina, faltábanle brazos para la
concurrencia y mientras que recibía las
felicitaciones individuales, el pueblo
lanzaba vivas en su honor.
El respetable Jefe del Estado
correspondió avivando al Sr. Gral. Díaz y al
pueblo yucateco.
De la Estación de Mejorada a la casa
habitación del Sr. Lic. Molina, que dista
poco de aquella, estaban apostadas la
Sección de policía montada y una parte del
Cuerpo de Seguridad, para hacerle los
honores.
Es altamente satisfactorio que se honre
así a un ciudadano eminente, y nosotros,
desde estas columnas, nos complacemos en
saludar al Sr. Lic. Molina y a sus
acompañantes.
El Eco del Comercio, 16 de septiembre de 1905, p.
2.
30 30

EL SR. LIC. D. OLEGARIO MOLINA
EN PROGRESO. MANIFESTACIÓN
POPULAR EN SU HONOR.
Por telégrafo para “El Eco del Comercio.”
Progreso, Septiembre 15.
Numerosísimas personas de la alta sociedad
y del pueblo de esta ciudad recibieron al Sr.
Lic. D. Olegario Molina. El respetable
funcionario asistió a la reunión preparada en
el Palacio Municipal, donde el Sr. José Luis
Novelo, síndico del H. Ayuntamiento lo
felicitó por su feliz llegada.
El Sr. Lic. Molina contestó a la
salutación en correctas y sentidas frases,
demostrando su agradecimiento. El pueblo
todo, el pueblo en masa, dio rienda suelta a
su entusiasmo prorrumpiendo en vivas y
aplausos.
La Banda Municipal de música ejecutó
piezas escogidas.
En momentos en que pasa este mensaje,
sale para Mérida el prestigiado Jefe del
Estado.
El Corresponsal
El Eco del Comercio, 16 de septiembre de 1905, p.
2.
LAS PRÓXIMAS ELECCIONES
La hora solemne en que el pueblo yucateco,
los ciudadanos todos sin distinción de
jerarquías ni de fortunas, desde el
acaudalado hacendado y banquero, hasta el
más humilde de los obreros y de los peones,
van a hacer formal uso del derecho sagrado
que les concede la constitución política del
Estado de elegir al mandatario que regirá
sus destinos sociales durante cuatro años
consecutivos, está ya cerca.
El momento histórico en que el pueblo
yucateco, pueblo por excelencia noble,
franco y liberal, inspirado en sentimientos
de bienestar y prosperidad común, va a
votar por un gobernante digno de tan alta
jefatura, voto del que dependerán no sólo su
felicidad actual sino la de las generaciones
futuras, se aproxima.
No está lejos la fecha trascendental en
que los cultos y progresistas descendientes
de los prehistóricos mayas, desprendiéndose
de toda innoble y baja pasión, alentados en
los deseos de prosperidad, progreso y
civilización de su querido Estado vayan a
revelarse ante el mundo entero como un
ejemplo vivo de ilustración, de gratitud y
patriotismo.
Ya desaparecieron para siempre de los
fastos yucatecos aquellas épocas fatales en
que tan fácil era seducir a las
muchedumbres cuando de desprestigiar a un
hombre público se trataba, mintiendo y
adulterando sus cualidades y sus virtudes.
Se ha pretendido hoy descarriar los
espíritus negando los excelsos méritos y
cualidades de uno de los prohombres más
sobresalientes no solo de Yucatán sino de
toda la República, cuyo nombre se
pronuncia por donde quiera como, del
candidato el pero la conciencia honrada del
pueblo ha determinado el fracaso de sus
miembros malos.
Habría que negar la luz del sol y nuestra
propia existencia, al no reconocer la labor
civilizadora verificada en nuestro Estado,
desde que empuñó las riendas del gobierno
el modelo de los gobernantes, el señor Lic.
don Olegario Molina.
No, lejos de nosotros pensar que exista
en Yucatán un grupo desalmado, enfermo
del alma y del corazón que niegue que el sol
destella por el candoroso hecho de que se
cimbra los ojos.
No, imposible tanta aberración, tanto
crimen. El pueblo yucateco es noble y
patriota, por origen, por atavismo, de
abolengo. Ahí está su historia toda que lo
atestigua. Su nobleza y patriotismo ahí están
reflejados en esas sangrientas contiendas
31 31

ealizadas en defensa de su nacionalidad, de
sus costumbres, de su civilización.
El saneamiento, el adoquinado y el
embanquetado de la ciudad convertida en
verdadero salón olímpico, sintetizan las
cualidades de aseo de los naturales
yucatecos, una de las cualidades más
distintivas de su carácter.
La persecución de todos los vicios; el
alcoholismo, el juego, la prostitución, la
organización de todos los ramos; la
promulgación de decretos, leyes y
reglamentos en beneficio de empresas
mercantiles, industriales y agrícolas, las
reformas y unificación de códigos; la
instalación de nuevos planteles de
enseñanza; la reorganización de la
instrucción pública; la creación de
hospitales y de la penitenciaría, etc., etc.,
obras son todas meritísimas y valiosísimas
que enaltecen, prestigian y glorifican, en
donde quiera que sea, a quien las emprende
y realiza.
El Eco del Comercio, 31 de octubre de 1905, p. 2.
LA PRIMERA REELECCIÓN DE
GOBERNADOR EN EL ESTADO.
TRIUNFO COMPLETO DEL SEÑOR LIC.
D. OLEGARIO MOLINA.
Por primera vez ha tenido lugar en el Estado
de Yucatán la reelección de Gobernador, y
por primera vez también presenció la ciudad
de Mérida el domingo último el ejercicio
del sufragio llevado a cabo con solemnidad,
entusiasmo y orden inusitados y con
excepcional afluencia de votantes.
Hacía tiempo que la sociedad meridana,
penetrada de la conveniencia pública y
conocedora de las altísimas dotes
administrativas del Sr. Lic. D. Olegario
Molina, que ha venido rigiendo los destinos
del Estado en el actual período
constitucional, había uniformado su opinión
revelándola de la manera más franca
tributándole al Sr. Molina diversas
manifestaciones y homenajes inusitados de
admiración, de reconocimiento y de afecto
por su valiosa y fecunda labor prodigada en
beneficios públicos de la mayor importancia
y en obras y en hechos de tal significación
que importan nada menos que la
transformación de esta capital, un rápido y
pasmoso adelanto en las demás poblaciones
y la restauración de la Administración
pública. No hay que extrañar, pues, que los
colegios electorales estuvieran concurridos
en la mañana del domingo y que las mesas
de los diferentes distritos fueron atendidas
por personas distinguidas de la sociedad y
por conocidos obreros acreditados por su
honradez, por su cultura y patriotismo. En
las mesas se veía recogiendo los votos del
pueblo a los Sres. D. José Guillermo, D.
Adolfo Torre, D. Gumersindo Ceballos, D.
Joaquín Espejo Méndez, D. Rafael R.
Quintero, D. Atilano González, D. Felipe
Castilla, D. Nicanor Espinosa, Dr. Eudaldo
Férreas, Dr. Lázaro Barrera, Dr. Romualdo
Manjares, D. Anastasio Novelo, D.
Prisciliano Herrera, Lic. Esteban Solís, D.
Clemente Gutiérrez, Dr. Domingo Vadillo,
D. Delfín G. Cantón, D. Ramón Rivero, D.
Elías Espinosa, Lic. Perfecto Bolio, Lic.
José S. Gómez Cabral, D. Domingo Couoh,
y otros. También ocupaban las mesas
miembros de la clase obrera como los Sres.
José D. Conde, Gabino Vázquez, Esteban
Guardián, Marcelino Cocom, etc., etc.
Nunca elección ninguna de Gobernador
del Estado había ofrecido un espectáculo
tan halagador como el que ofreció la
efectuada el domingo, por la espontaneidad
con que acudían los electores a las ánforas,
por la distinción de los mismos y de las
numerosísimas personas que por las
elecciones se interesaban y por el
entusiasmo que en todos resplandecía, en
votantes lo mismo que en no votantes.
A las 12 del día, cuando se levantaron
los comicios, de los diversos distritos se
32 32

dirigieron a las galerías del Palacio del
Ayuntamiento muchos electores que,
espontáneamente y como al conjuro de un
sentimiento único que palpitó al mismo
tiempo en los corazones, deseaban felicitar
al Sr. Lic. Molina por el éxito obtenido en la
elección.
El respetable funcionario fue al Palacio
del Poder Ejecutivo y allí recibió a los
felicitantes que partiendo de la casa del
Ayuntamiento en ancha columna, se
dirigieron a Palacio avivando al Gobernador
reelecto, al Sr. Gral. Díaz, al Partido liberal
y al pueblo yucateco.
Personas de todas las clases sociales
formaban la numerosa procesión y cada una
de ellas abrazó al Sr. Lic. Molina
afectuosamente.
El Sr. Dr. José Patrón Correa felicitó al
distinguido Jefe del Estado recordando sus
grandes méritos que le habían dado perfecto
derecho a ser reelecto, y al pueblo que lo
reeligió, porque con eso había demostrado
que ha adelantado en el camino de la cultura
y que con haber elegido nuevamente al Sr.
Lic. Molina para gobernar al Estado, daba
clara muestra de estar ya en aptitud de
escoger por sí a sus mandatarios y, por
tanto, de gobernarse.
Hicieron uso de la palabra en elogio del
candidato y celebrando su triunfo, el Sr. Dr.
Ferráez y los Sres. José J. Basto y Miguel
Corrales, haciéndose eco del pueblo.
El Sr. Lic. Molina, hondamente
conmovido dio las gracias a los
manifestantes por la distinción que acababa
de recibir de los habitantes de Mérida,
felicitándose por ella y expresó que su labor
administrativa en el presente período
debíase a la cooperación del pueblo y que
sólo no habría podido realizar lo que se ha
hecho. Recordando las palabras del Dr.
Patrón Correa, felicitó al pueblo declarando
que éste había mostrado su adelanto y su
cultura en la manera cómo había procedido
al ejercer el derecho del sufragio, y,
diciendo que el hecho de haberlo reelegido
para gobernador del Estado durante el
nuevo período, lo obligaba a esmerarse más
en las atenciones del servicio público y
velar por los intereses del pueblo, con el
cual desde luego adquiría el compromiso de
desplegar todas sus energías en pro de ese
mismo pueblo, cuyo concurso solicitaba,
porque el pueblo mismo está llamado a
realizar su prosperidad colaborando en el
Gobierno.
Con estrepitosos aplausos y vivas fueron
recibidas las sentidas y elocuentes palabras
del Sr. Lic. Molina.
En seguida los manifestantes se
despidieron del Gobernante reelecto y
salieron de Palacio lanzando vivas y
aclamaciones.
Esa manifestación fue tan espontánea y
tan sin carácter oficial que ni siquiera la
Banda de Música tomó participio en ella.
El Eco del Comercio, 7 de noviembre de 1905, p. 2.
EL SUFRAGIO Y EL PUEBLO
YUCATECO. IMPONENTES
MANIFESTACIONES. PRÁCTICAS
DEMOCRÁTICAS.
Cumpliendo con uno de los preceptos más
augustos de la Carta Magna de este
floreciente y progresista Estado, que es sin
disputa una de las Entidades más
importantes de la Confederación Mexicana,
ayer domingo 5 de Noviembre se instalaron
los Comicios Electorales y se procedió a la
elección de las Autoridades que deben
regentear los destinos públicos en el período
Constitucional de 1906 a 1910.
Aquella práctica democrática,
imponente y solemne, causó en nosotros la
más positiva y grata satisfacción, pues
vimos con regocijo que el pueblo Yucateco,
este pueblo valiente, honrado, progresista y
trabajador, fuera correcta y ordenadamente
a los Comicios a depositar su voto;
33 33

concurriera a aquel acto majestuoso con
toda la dignidad de los hijos de una
República que, como la de México, bajo la
sabia y discreta administración del Sr.
General D. Porfirio Díaz, ha sabido
colocarse a la cabeza de las Repúblicas
Latino –Americanas.
Alrededor de las mesas instaladas en
diferentes puntos de la ciudad, se veía
constantemente grupos de ciudadanos que
esperaban el turno para depositar su voto a
favor de su Candidato, y todos y cada uno
de ellos, se trataban con el más ceremonioso
respeto, a pesar de que disgregaban en
materia de candidato para Gobernador del
Estado que era la elección de que se trataba.
A la hora prescrita por la Ley se
levantaron las mesas, dándose por
terminado con todas las formalidades
debidas aquel acto democrático; y entonces
sucedió lo que no nos esperábamos, lo que
más agradable y positivamente ha
impresionado nuestro ánimo: muchos de los
que formaban los grupos, colocados
alrededor de todas las mesas, los ciudadanos
que en uso de uno de los derechos más
sagrados, habían ido a los Comicios a
depositar su voto se congregaron; se dieron
cita en una de las plazas más céntricas de la
ciudad y de allí, con positivo júbilo, con
entusiasmo patriótico, con orden y lanzando
vítores al Sr. Presidente de la República y al
Sr. Lic. D. Olegario Molina se dirigieron a
éste y lo felicitaron cordialmente por el
éxito que suponían alcanzado en la elección
que acababa de verificarse.
Esa manifestación espontánea es la
prueba más elocuente de la popularidad de
que justamente goza aquel honorable
ciudadano, que ha realizado en el Estado de
Yucatán, durante el período de su
Administración que toca a su fin, las
mejoras de más transparencia, los progresos
más palpables para propios y extraños.
Nos complacemos en felicitar al digno y
honrado pueblo Yucateco, por el orden y la
tranquilidad con que en esta ocasión ha
cumplido con uno de los deberes que le
impone la Ley a los que han tenido la dicha
de nacer en las Repúblicas Democráticas
representativas.
LA REDACCIÓN.
El Eco del Comercio, 8 de noviembre de 1905, p. 2.
EL PARTIDO DE ESPITA EN LA
ADMINISTRACIÓN DEL SR. LIC. D.
OLEGARIO MOLINA.
Este Partido, como los otros del Estado, ha
recibido en la actual administración un
impulso verdadero hacia su progreso
material o intelectual. Desde el comienzo de
ella, sus hijos y probos empleados
secundando las altas miras del digno
Gobernante han sabido aprovechar en
beneficio del partido los sentimientos
altamente patrióticos y entusiastas de éste.
En el primer año de la administración se dio
comienzo en esta Cabecera, a la
construcción de un Mercado público, para
cuya conclusión acaba de donar el Ejecutivo
la cantidad de $5,897 obra que, según
calculamos, tendrá un costo total como de
$12,000 poco más o menos. En la
importante villa de Cenotillo, se construyó
un bonito edificio de mampostería
compuesta de dos piezas amplias y
ventiladas para el Liceo de niñas. El local
que ocupa la primera Escuela de varones, y
que amenazaba ruina, fue reconstruido y
dotado de las condiciones higiénicas para su
objeto. En el Cementerio general de esta
villa se construyeron 24 bóvedas de acuerdo
con las disposiciones de la H. Junta
Superior de Sanidad y circular relativa, pues
todas fueron revocadas con cemento
romano y sus tapas son de piedra artificial
construidas con el mismo material. El local
destinado para la tercera escuela de varones
de esta misma y que es de la propiedad del
34 34

municipio fue reconstruido con fondos del
Erario público. En Sucilá, se ha levantado
un edificio destinado para el Liceo de niñas,
que no sólo viene llenando la urgente
necesidad que tenía la localidad, sino
contribuye por su elegancia para el ornato
de la población. El cuartel de G. N. del
pueblo de Dzitás se ha reconstruido. Las
escuelas de varones de los pueblos de
Tixbaká y Quintana Roo que hacía muchos
años que se encontraban vacantes y el Liceo
de niñas de la villa de Cenotillo, hoy se
encuentran abiertas a la niñez y con
personas idóneas al frente de ellas. La
refundición de los Liceos de niñas de esta
Cabecera en un “Colegio Civil” es a nuestro
juicio una de las obras de mayor
importancia para esta cabecera, pues con el
sistema de instrucción adoptado en él,
tenemos fundadas esperanzas de que dentro
de corto tiempo no tendrá que envidiar a
ninguno de los de esa Capital, pues sabemos
que será dotado del material escolar y
demás útiles necesarios para montarlo
conforme a las exigencias de la moderna
pedagogía, y el cuerpo de profesores con
que cuenta es competente. El local que
ocupa es el mejor de la localidad y gana al
Erario la renta de $50 mensuales. La
Jefatura política fue dotada de los muebles y
útiles que le hacían falta. En lugar de una
charanga que tenía la Cabecera, cuenta hoy
con una regular Banda compuesta de veinte
y siete ejecutantes con instrumental
completamente nuevo donado por el
Gobierno y cuyo valor excedió de un mil
pesos. El director de ella tiene una
asignación de $100 mensuales que paga el
Erario del Estado, para dirigir y dar clases
de música gratuitas a los que quieran
ingresar a la Banda, motivo por el que, en
no lejano día veremos aumentado el
personal de ella. El reloj público que antes
tenía una carátula de hierro, hoy posee una
luminosa, que fue costeada por una
suscripción particular. La toree donde se
encuentra colocada éste se ha pintado al
óleo lo mismo que las verjas y columnas del
parque “Melchor Ocampo.” Otra mejora de
bastante importancia y que no sólo redunda
en beneficio de este partido es la reparación
que se hace al camino carretero de Dzitás,
pues año a año y en la época de lluvias,
tanto el partido de Tizimín como éste se
veían incomunicados con esa Capital, y hoy
que solo se ha hecho una parte, hemos visto
que no se ha interrumpido el tráfico y por
consiguiente el comercio, la agricultura y la
industria no han recibido en este año el
perjuicio de los anteriores. El alumbrado del
parque “Melchor Ocampo” que hoy sólo es
de faroles y lámparas alimentadas con
petróleo, será sustituido dentro de muy poco
tiempo con hermosas lámparas “Best” de a
quinientas bujías, pues sólo falta colocarlas
por haberlas recibido ya la casa de comercio
que hizo el pedido. Este alumbrado costará
de $400 a $500, cuya suma es está
reuniendo por medio de una suscripción
popular de la que está encargado el Jefe
político. Hecha la descripción de las
mejoras llevadas a efecto debido a nuestro
digno Gobernante, dediquemos algunos
renglones a la Sociedad “Progreso y
Recreo” que está al terminar un bonito salón
Teatro cuyo costo no bajará de diez a doce
mil pesos y que para el efecto solo han
contribuido sus socios titulares. En el
presente año recibió de la Capital de la
República, un elegante estandarte bordado
en seda y oro, avaluado en trescientos
pesos. La digna aspiración del pueblo
espiteño aun no satisfecha, así como la del
ilustre Sr. Lic. Olegario Molina, pues lo
animan todo el Estado, los sentimientos más
nobles por su progreso y engrandecimiento,
las demuestra en esta localidad la
adquisición del predio urbano de la
propiedad del Sr. Lic. Don Ramón Peniche
López para la construcción de una Casa
Escuela que será destinada para un Colegio,
sea de niñas o de varones. La falta de local
para la refundición de las escuelas de
varones ha impedido que hasta hoy se haya
35 35

verificado, lo cual lamentamos. Existen aquí
proyectos, la construcción de edificios
destinados para los Juzgados de Paz y para
la fundación de una Biblioteca pública y la
reconstrucción del Palacio Municipal y
cuartel que hoy está en estado ruinoso y
deficiente para tener las oficinas
municipales.
La inmensa mayoría del pueblo
yucateco al agruparse al partido político que
pronunció la reelección de este probo e
ilustre Gobernante no ha hecho más que
cumplir con verdadero sentimiento
patriótico procurando para el Estado la
continuación de su marcha a la vanguardia
de la civilización y del progreso a que ha
sabido encaminarlo el Sr. Lic. Olegario
Molina. Nosotros desde este humilde rincón
del Estado, palpamos los beneficios de la
honrada y recta administración actual y
como sólo deseamos el mayor bien para esta
Entidad Federativa en que vimos la luz
primera, para contribuir de alguna manera al
progreso general de nuestra Nación, único
ideal perseguido por el ilustre Sr. General
Porfirio Díaz, no podemos menos que,
como mexicano y yucateco, desear para el
Gobierno de los Estados, gobernantes de la
talla y condiciones del Señor Lic. Molina.
Espita, Octubre 18 de 1905.
P. E. Rosas.
El Eco del Comercio, 22 de octubre de 1905, p. 2.
LAS ELECCIONES DE GOBERNADOR
EN SOTUTA.
Por telégrafo para “El Eco del Comercio.”
Sotuta, Noviembre 5.
El pueblo todo, lleno de entusiasmo, acudió
a depositar su voto a favor del Lic. D.
Olegario Molina para Gobernador del
Estado para el próximo cuatrienio.
Alrededor de las mesas electorales, se
agruparon numerosos ciudadanos.
Ha cumplido con un verdadero acto de
justicia y de gratitud el pueblo yucateco.
Yucatán continuará sin duda alguna por
la senda del adelanto moral, material e
intelectual en que ha sido encausado por el
trabajo y laboriosidad de tan hábil
Gobernante como lo es el Lic. D. Olegario
Molina.
Debemos pues felicitarnos por el triunfo
de la justicia, porque así continuará sin
escollos el engrandecimiento de la patria.
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 7 de noviembre de 1905, p. 2.
DESDE TEMAX.
La reelección del Sr. Lic. D. Olegario
Molina.
Noviembre 6.
Por fin llegó el tan esperado día por todos
los patriotas hijos de este suelo que han
sabido estimar las excepcionales dotes del
Sr. Lic. D. Olegario Molina como
Gobernante. Todos, en este Partido
acudieron en la mañana de ayer a depositar
sus votos en las ánforas electorales, usando
un derecho constitucional consagrado por la
democracia. Puede decirse que el pueblo ya
ha comprendido lo que vale ese derecho y
por eso en esta vez lo ha ejercido de una
manera correcta. Con el mayor orden y
entusiasmo, han elegido a sus
representantes, los habitantes de este
Partido. El voto unánime le dio el triunfo
para Gobernador al Sr. Lic. Molina, y para
los otros altos encargos, fueron elegidos los
ciudadanos postulados por la “Unión
Democrática del Estado de Yucatán.” Para
representar a Temax en la Cámara
legislativa fue electo el Sr. Lic. D. Aurelio
36 36

Gamboa, persona que goza de mucha
estimación en esta localidad.
Las autoridades locales también fueron
elegidas obteniéndose un resultado
satisfactorio.
Debe hacerse constar que el Sr. D.
Olegario Ricalde, celoso Jefe político,
estuvo pendiente de las elecciones, dando
órdenes convenientes y comunicándose a
cada momento por teléfono con los demás
pueblos del Partido. A las 12 y media del
día, esto es, media hora después de
terminadas las elecciones, ya se sabía el
resultado que sin pérdida de tiempo,
transmitió al Superior Gobierno del Estado.
Es de aprovecharse esta oportunidad
para dar cuenta de la importante reforma
que en la instalación telefónica que une esta
cabecera con los otros pueblos del Partido,
ha hecho el Sr. Jefe político, consistente en
la aplicación de un acumulador y una nueva
y hermosa instalación en la oficina de
despacho.
La utilidad y conveniencia de esa
mejora son prácticas y saltan a la vista pues,
unida a la reparación de toda la red, facilita
la comunicación de la primera autoridad del
Partido con las demás autoridades del
mismo.
Merece plácemes el Sr. Ricalde así
como debemos expresar nuestro
agradecimiento al Sr. Lic. Molina,
Gobernador del Estado, que ordenó que de
los fondos públicos se pagase el deficiente
de cada línea, y a los particulares que
contribuyeron con su peculio particular para
llevar a cabo la mejora.
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 10 de noviembre de 1905, p.
3.
DE TECOH.
Noviembre, 8 de 1905.
ELECCIONES POPULARES. –Con todo
orden se verificaron en esta localidad, el
domingo último, las elecciones de
Gobernador, Diputados y Magistrados del
Estado.
Todos los ciudadanos del Municipio
concurrieron a los comicios electorales, con
el mayor entusiasmo y espontaneidad, a
depositar sus votos a favor de la reelección
del muy ilustre y preclaro C. Lic. Don
Olegario Molina. El acto terminó a las doce
del día. Por la noche, el pueblo se reunió
nuevamente, y encabezado por los
principales vecinos, tuvo efecto una gran
manifestación pública en honor de tan
eximio Ciudadano, en las principales calles
de la población. Se nota en los
manifestantes gran satisfacción y
entusiasmo, y a cada paso vitoreaban al Sr.
Lic. Don Olegario Molina, al Presidente de
la República y a las autoridades
municipales.
Los señores Roque Jacinto Herrera y
Rosendo Rivas Ruiz hicieron uso de la
palabra recordando al pueblo, con palabras
encomiásticas, los grandes beneficios que
ha reportado al Estado de Yucatán el
Gobierno del Sr. Molina. Terminó la
manifestación a las doce de la noche, sin
que se registrara ninguna nota discordante.
Siendo los habitantes de Tecoh, como lo
son, constantes admiradores del Sr. Lic.
Olegario Molina, y estando muy
agradecidos por sus gestiones
administrativas, porque debido a ellas han
conseguido llevar a cabo grandes mejoras
en la localidad, no podían menos de
proceder de la manera que lo han hecho.
Por nuestra parte, nos complacemos en
dirigir nuestra más humilde y respetuosa
felicitación al Señor Lic. Don Olegario
Molina, por los grandes triunfos que ha
alcanzado durante su actual gobierno, y
asimismo felicitamos a los dignos y
laboriosos hijos de Tecoh y deseamos que
siempre lleven por delante el cumplimiento
37 37

del deber, que no hay satisfacción más pura,
ni más grande, ni más grata, que la del
deber cumplido.
MEJORAS MATERIALES. –Con actividad
sorprendente se han estado llevando a cabo
los trabajos conducentes a la rectificación y
terraplén de la calle 30 de esta Villa, que
conduce de la plaza a la estación de
ferrocarril. Por el estado que guardaba dicha
calle, ya se hacía necesaria tal mejora. Con
ésta ya son tres calles que se componen.
¡Bien por el H. Ayuntamiento y la Junta
de Mejoras Materiales de esta villa, que no
descuidan ni un momento el mejoramiento
de la población!
EL CENTENARIO DEL NATALICIO DE
JUÁREZ. –Sabemos de positivo que el H.
Ayuntamiento ha tomado el acuerdo de
nombrar una Junta que se encargue de
organizar las fiestas que deberán hacerse
para celebrar dignamente, en esta localidad,
el centenario del natalicio del ilustre indio
de Guelatao y gestionar lo conducente para
erigirle una estatua.
Oportunamente informaremos a los lectores
de “El Eco” de los trabajos de dicha Junta.
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 10 de noviembre de 1905, p.
3.
LAS ELECCIONES EN HALACHÓ.
Triunfo del candidato del pueblo
yucateco.
Pocas veces se han verificado las elecciones
con el orden y espontaneidad que esta vez.
Con muy contadas excepciones, todos los
ciudadanos que habitan en esta población
acudieron el domingo último a los comicios,
a depositar de una manera espontánea su
voto para Gobernador del Estado, a favor de
la persona que más les agradaba.
Era verdaderamente satisfactorio ver el
entusiasmo y la satisfacción que revelaban
las masas agrupadas en torno a las mesas
electorales.
Con todo orden y corrección fueron
sucediéndose los ciudadanos honrados, en
la silla puesta junto a esas mesas y
voluntariamente fueron asentando uno a uno
en las boletas que les presentaron el nombre
del Lic. D. Olegario Molina, como
candidato suyo para ocupar la primera
magistratura del Estado.
La Justicia se ha impuesto esta vez
severa e imperiosa: el pueblo yucateco ha
alcanzado el triunfo de su candidato sin
grandes esfuerzos, sin otros medios que los
que las instituciones democráticas
consagran a los pueblos libres.
El pueblo yucateco conocedor de las
grandes aptitudes del Lic. Molina,
agradecido por los grandes beneficios con
que lo ha colmado durante el período
administrativo, que toca a su fin, ansioso de
alcanzar mayores bienes, ha dado un
espectáculo nuevo en nuestra tierra, ha
realizado el acto más grande de justicia,
reeligiéndolo para un nuevo período
constitucional.
Con igual orden se hicieron las
elecciones de los demás funcionarios,
pudiendo asegurar que todos o la inmensa
mayoría de los votantes se adhirieron a la
planilla de postulación que publicó el
órgano de la “Unión Democrática de
Yucatán.”
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 10 de noviembre de 1905, p.
3.
LAS ELECCIONES EN HOCTÚN.
Con grande entusiasmo acudieron todos los
habitantes de este pueblo a las elecciones
38 38

que tuvieron lugar el domingo y lunes
últimos.
En las primeras cada uno de los
ciudadanos fue inscribiendo en las boletas
de una manera espontánea el nombre del
Lic. D. Olegario Molina, para que continúe
rigiendo nuestros destinos durante el
período constitucional de 1905 a 1910.
Los votantes de la misma manera fueron
adhiriéndose a la planilla de los demás
funcionarios, postulados por el órgano de la
“Unión Democrática Yucateca.”
El día siguiente se verificaron las
elecciones de las autoridades locales que
deben fungir durante el año próximo
venturo y resultaron elegidas las personas
siguientes:
Presidente del H. Ayuntamiento D. Luis
B. Gamboa. –Regidor 3º D. Ramón
Moguer. –Regidor 4º D. Arturo Gamboa
Ricalde. –Síndico: D. Doroteo Gamboa.
Suplentes:
Del Regidor 3º D. Baudilio Moguer, del
4º D. Arcadio Gamboa y del Síndico D.
Bonifacio Gamboa.
Es verdaderamente satisfactorio el orden
con que se verificaron estos actos y la
animosidad del pueblo que acudió en masa
a votar en los Comicios.
Creemos que el pueblo yucateco ha
dado una prueba de cordura eligiendo para
Gobernador del Estado al Lic. D. Olegario
Molina y ha realizado además un acto de
justicia y gratitud.
Mucho tenemos que esperar del hábil
Gobernante que tan alto nos ha levantado.
En cuanto a las personas que componen
el núcleo de las autoridades locales,
creemos que cooperarán de una manera
activa en la obra de engrandecimiento
iniciada por el Lic. Molina, pues bien
conocida es la honradez y demás cualidades
que lo caracterizan.
Mucho tiene que esperar la Instrucción
Pública del futuro Presidente del H.
Ayuntamiento, porque el señor D. Luis B.
Gamboa, ha demostrado siempre gran
entusiasmo por el progreso intelectual.
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 10 de noviembre de 1905, p.
3.
EL AYUNTAMIENTO DE 1906.
He aquí cómo quedará formado el H.
Cuerpo Municipal de Mérida en el año
próximo venturo, a juzgar por las elecciones
verificadas el lunes:
Presidente.
SR. AUGUSTO L. PEÓN.
Regidores.
Propietarios.
1º Ingeniero Vicente Solís León.
2º Ingeniero David Casares.
3º Luis S. Carranza.
4º Lic. Julián Carrillo.
5º Clemente Cepeda V.
6º Miguel Laviada.
7º Lic. Pedro Reguera.
8º Dr. Domingo Evia.
9º Rogerio G. Cantón.
10º Lic. Alberto Urcelay M.
11º Lic. Víctor Puerto Palma.
12º Lic. Miguel Martínez Romero.
13º Luis Gamboa.
14º José Dolores Díaz.
15º Enrique Espinosa.
Suplentes.
1º Ramón Heredia.
2º Máximo Ríos.
3º M. Rodríguez A.
4º Atilano González.
5º Tomás Rendón.
6º Alfredo R. Sandoval.
7º Felipe A. Lara.
8º Enrique Peón.
39 39

9º Sebastián Heredia.
10º Clemente Cepeda.
11º Luis G. González.
12º Perfecto Villamil.
13º Ramón Palma.
14º Álvaro Rosado.
15º Ignacio I. Mena.
Síndicos.
Propietarios.
1º Lic. Pastor Esquivel N.
2º Lic. José E. Bolio.
3º Patricio Sabido.
Suplentes.
1º José E. Cámara Ch.
2º Fernando Palma E.
3º Francisco Barrera P.
Mucho tiene que esperar el progreso de
nuestra ciudad de la gestión de sus
representantes, todos ellos activos y
progresistas.
La presidencia del H. Cuerpo, a la cual
con grande acierto es llamado por tercera
vez el respetable Sr. D. Augusto L. Peón,
hace creer que continuará esa era fecunda
de trabajo en que siempre se ve al Sr. Peón
interviniendo personalmente.
El Eco del Comercio, 9 de noviembre de 1905, p. 1.
CONSEJOS PARA JEFES POLÍTICOS.
No rodearse de ningún círculo de amigos.
No oír a los consejeros de oficio.
No dar oídos a los chismosos, sino
conocerlos y despreciarlos.
No tratar con despotismo a nadie.
Tratar a los pobres lo mismo que a los
ricos.
Manejarse con valor, honradez y
energía.
Perseguir a los vagos y a los ebrios, sin
distinción de clases ni personas.
Castigar severamente a los valentones,
ya sean de levita o blusa, que quieran
imponerse a las autoridades.
Prohibir a los menores de edad entrar en
los billares y cantinas, y multar a los dueños
que les permitan la entrada.
Prohibir a las mesalinas pasearse por las
calles y paseos públicos, y frecuentar las
cantinas.
Destituir a los empleados que se
emborrachen, o que no cumplan con sus
obligaciones.
Prohibir que los cargadores transiten
con cargas por las banquetas.
Mandar asear las calles, matar a los
perros vagabundos y apresar a los demás
animales que vaguen por la localidad, sean
aves o cuadrúpedos.
No permitir que ninguna autoridad o
funcionario público tenga de mozos a los
correccionales ni policías.
No invadir la órbita del Ayuntamiento,
ni abrogarse facultades judiciales.
Procurar el mejoramiento de los
caminos vecinales, el de los paseos públicos
y las calles de la población.
Recoger a los desocupados que pasan
las horas charlando en las cantinas.
Nombrar una junta de mejoras
materiales en cada barrio de la ciudad.
Ordenar a la policía que recoja a los
niños que anden en la calle a las horas
escolares y los conduzca a la escuela.
Atender debidamente la higiene y la
moralidad pública.
Proteger la agricultura, puesto que es la
principal fuente de riqueza.
Reformar la policía, poniendo
gendarmes bien pagados, pero que tengan
valor y honradez; que sepan leer y escribir;
que no se emborrachen, y que traten
cortésmente a los ciudadanos.
El Eco del Comercio, 9 de noviembre de 1905, p. 1.
40 40

SUELTOS QUE CIRCULARON DESPUÉS
DE LA ELECCIÓN DE GOBERNADOR EL
DOMINGO ÚLTIMO.
“Unión democrática del estado de
Yucatán” Sub–comité del suburbio de
santiago.
¡Viva México! ¡Viva el señor General
Porfirio Díaz!
¡Viva el señor Lic. don Olegario Molina!
El triunfo más grandioso ha coronado al fin
nuestros trabajos electorales.
El honrado y laborioso PUEBLO
MERIDANO, siempre grato y justiciero, ha
depositado oportunamente en los Comicios
electorales sus votos, favoreciendo con ellos
la elección de nuestro digno y honrado
candidato
C. LIC. OLEGARIO MOLINA.
Benditos sean los pueblos que con un buen
criterio saben aquilatar, agradecer y premiar
las labores meritorias de los gobernantes,
que lo sacrifican todo en beneficio de sus
gobernados.
El pueblo de Mérida, dando sus votos en
inmensa mayoría al C. LIC. OLEGARIO
MOLINA, no hace más que cumplir con un
deber de gratitud.
Yucatán espera mucho aun de la labor
gubernativa del SR. LIC. MOLINA, y
espera con confianza, pues ya sabe lo que
éste vale y conoce sus aptitudes.
Mérida, Noviembre 5 de 1905.
Benito Pacheco, Presidente. Gerardo
Manzanilla, Vice –presidente en funciones
de Presidente. Germán R. de León,
Secretario. Lorenzo Cortazar, Pro –
secretario. Dr. Antonio Canto P., Marcelino
Cocom P., Esteran Cocom, Adolfo R. de
León, Joaquín Ruiz, Severo lavadores, Juan
de Mata Kumul, Nicolás Ceballos, Camilo
Pacheco, Justo Herrera, Severo Pech,
Matías Canul, Fernando Martínez, Vicente
Pacheco C., Germán R. de León R.,
Sebastián Lara, Leopoldo Suárez, Miguel
Corrales, Celestino Cocom, Silverio Cetina,
Gonzalo R. de León, Tomás Lugo.
¡Viva el sufragio libre!
¡Viva la democracia!
Triunfo del eminente liberal y hábil
gobernante C. Lic. Olegario Molina,
candidato del Pueblo Yucateco.
Es un deber de todo ciudadano libre y
honrado estar siempre con la patria; ella
reclama para su grandeza y para su honra
todo el amor y todas las aspiraciones de sus
buenos hijos. El pueblo yucateco que sabe
comprender sus derechos ha acudido
unánime, libre y espontáneamente a
depositar sus votos a favor de su ilustre
candidato el
LIC. OLEGARIO MOLINA.
Estas son las hermosas conquistas de la
libertad y del derecho; sin presión y sin
engaño, cada ciudadano ejerciendo el
sacratísimo que otorga nuestra sabia
Constitución de 1858, depositó su voto en
las ánforas electorales, para la continuación
en el poder, del eximio Gobernante que en
su primer período ha levantado a Yucatán
de su postración, encarrilándolo en las vías
del progreso y de su bienestar.
¿Quién había conseguido dar al pueblo
un estado tan próspero y feliz? ¿Qué
Gobernante había logrado dar ese impulso
gigantesco a la nave del Estado, poniéndolo
a la vanguardia de todas las entidades de la
Federación Mexicana?
La paz, el orden y la armonía en lo
moral, y el trabajo y la educación de la
inteligencia, son los agentes de la felicidad
de los pueblos.
Se han verificado las elecciones en
nuestro Estado, en medio del entusiasmo y
de la tranquilidad más notables. Los
comicios se vieron henchidos de ciudadanos
41 41

de todas las clases sociales, bajo la égida de
la libertad y de la democracia. El corazón
palpita de gozo al ver los resultados de la
buena fe y de la honradez del Pueblo
Yucateco, que lleno de entusiasmo ha
concurrido a depositar su voto por el
EGREGIO GOBERNANTE LIC.
OLEGARIO MOLINA.
porque tiene fe en la justicia de su causa
y espera de la reelección óptimos frutos.
Los pueblos que en ejercicio de su
soberanía entran con plena libertad a
funcionar en los asuntos de interés público,
se consideran como el águila que se
remonta en el espacio, sin encontrar
obstáculos que interrumpan el curso de su
brillante transformación: he aquí al pueblo
yucateco, que para elegir al primer
magistrado que rija sus destinos en el
próximo período constitucional, concurrió
libremente a votar a favor del esclarecido y
honrado ciudadano.
Ya terminó la lucha del derecho y de la
libertad; ya pusimos la columna que
sostendrá nuestro edificio político contra
cualquier tempestad. Unámonos todos los
hijos de Yucatán para procurar su
engrandecimiento social; y, no lo dudéis,
compatriotas, una era de felicidad será
nuestra recompensa.
Los componentes de la Sociedad de
Obreros “Martínez de Arredondo” que se
honran en haber tomado participio en este
unánime movimiento electoral, se llenan de
júbilo por ver coronados sus afanes, y por
nuestro conducto significan al digno
Gobernador su congratulación, haciendo
fervientes votos porque su administración
siga siendo, como no puede menos de serlo,
modelo de honradez y de justicia.
¡Adelante, que el porvenir es nuestro; la
Patria, la Justicia y la Libertad, serán
siempre la bandera y la norma de la honrada
clase trabajadora!
Mérida, 6 de Noviembre de 1905. –Miguel
Corrales Domínguez, Manuel Villajuana
Rendón, Joaquín González Zetina, Evelio
Rodríguez, Eduardo Canto M., Raimundo
Gómez L., José Ezequiel Tun, Filomeno
Lira, Carlos M. León, Pedro R. Canul.
El Eco del Comercio, 9 de noviembre de 1905, p. 1.
HOMENAJE* DE JUSTICIA Y
GRATITUD AL BENEFACTOR DEL
PUEBLO YUCATECO SR. LIC. D.
OLEGARIO MOLINA, GOBERNADOR
DEL ESTADO
Los que suscribimos, componentes de la
sociedad de obreros “Martínez de
Arredondo”, no podemos ni queremos
permanecer indiferentes en los momentos
actuales en que el pueblo yucateco se
prepara a ejercer el derecho de elegir a sus
mandatarios para el nuevo período
constitucional que comenzará el 1º de
febrero de 1906.
Si la campaña electoral fuera hoy lo que
frecuentemente ha sido, una lucha política
de banderías personalistas, ni tomaríamos
parte en ella ni nos ostentaríamos
públicamente manifestando nuestras
opiniones y nuestras simpatías:
permaneceríamos como otras veces, ajenos
y alejados de esa lucha de la cual ningún
beneficio podríamos esperar para nosotros
ni para la patria; pero como en la ocasión
presente no se trata de satisfacer
aspiraciones particulares en ningún sentido,
sino de contribuir a la realización de una
aspiración pública que quiere el bien del
Estado, sus adelantos y su progreso, cifra la
realización de sus patrióticos deseos en la
reelección de nuestro actual Gobernante, el
Hon. Lic. D. Olegario Molina, por deber,
por gratitud y por patriotismo, nos sentimos
profundamente obligados a manifestar de la
manera más franca y más espontánea que
somos decididamente adictos a la reelección
de nuestro actual Gobernante.
42 42

No nos impulsa únicamente un
movimiento de simpatía, ni es tampoco
únicamente cuestión de sentimiento en
nosotros esta pública manifestación de
nuestras opiniones: fúndase principalmente
en razones evidentes que han arraigado
profundamente en nosotros la firme
convicción de que nuestro deber y nuestra
conveniencia, como ciudadanos yucatecos y
como miembros de la gran familia obrera de
Yucatán, están del lado de la reelección del
Sr. Lic. D. Olegario Molina.
Si pretendiéramos enumerar siquiera los
motivos que tenemos los yucatecos para
desear y para procurar la reelección del Sr.
Molina, espacio y tiempo nos faltarían para
ello; pero ya que tal cosa no es necesaria en
estos momentos, hemos de conformarnos
con presentar algunos, no para el público
yucateco que no los ignora, sino para que
consten en este documento como prueba de
la justicia y del patriotismo de la causa a
que nos adherimos.
En poco más de tres años de inteligente
y empeñosa labor administrativa, el Sr. Lic.
D. Olegario Molina ha llevado al terreno de
la práctica obras, mejoras y trabajos, tan
grandes, y de tan gran trascendencia
muchos, muchísimos de ellos, que uno solo
hubiera bastado para prestigiar su
progresista administración.
El desagüe, embanquetado y
pavimentación de las calles de Mérida, la
construcción del espléndido nuevo Hospital
y del asilo de dementes; la ampliación de la
Penitenciaría Juárez; la construcción de
casas escuelas, casas municipales y
mercados en todo el Estado; la
reorganización de nuestra hoy boyante
hacienda pública; la organización y
moralización de los servicios públicos,
especialmente los de Policía y Guardia
Nacional; la persecución de los vicios
representados por el juego, la prostitución,
el alcoholismo y la vagancia; la decidida
ayuda a todas las poblaciones del Estado
para realizar mejoras y llenar urgentes
necesidades; la protección a la Instrucción
Pública; la creación de un perfecto y
completo servicio de observaciones
meteorológicas; la campaña contra la fiebre
amarilla recientemente coronada de éxito
satisfactorio; la guerra a los abusos de todo
género en las esferas oficiales y tantas,
tantísimas razones más, son más que
bastantes, más que sobradas para fundar
esta pública manifestación que hoy nos
complacemos en hacer.
Y no solamente consideramos que tales
razones son base indestructible y firme de la
justificación con que procedemos:
consideramos que tales razones son base
indestructible y firme de la justificación con
que procedemos: consideramos también que
ellas ameritarían contra nosotros justa
imputación de ingratitud y de falta de
patriotismo si nos abstuviéramos de
declararnos públicamente adictos a la
reelección del Sr. Lic. D. Olegario Molina,
a cuya benéfica administración, nosotros,
los obreros, los que vivimos del producto de
nuestro trabajo diario, somos más que nadie
deudores de los muchos bienes que ha
prodigado en todos sentidos.
D. Olegario ha trabajado a favor de
Yucatán y de todos los yucatecos, pero
hemos sido nosotros, los obreros, los más
directa e inmediatamente beneficiados por
su paternal y progresista gobierno: él
concilió humanitaria y patrióticamente
nuestros deberes como ciudadanos con la
tranquilidad de nuestros hogares,
sustituyendo al trabajador yucateco en la
Bahía de la Ascensión con trabajadores de
Belice aclimatados en esas regiones,
librándonos del tributo de salud y de vidas,
que no negamos nunca, pero que
ansiábamos que dejara de ser necesario; él,
el Sr. D. Olegario Molina, nos ha hecho
olvidar los horrores de la leva que era una
espada de Damocles suspendida sobre
nosotros y de la que solamente podían
librarse en muchos casos los que tenían
economías o cortos bienes sacrificables para
43 43

conquistarse temporal tranquilidad; a
nosotros y a nuestras familias más que a
nadie, beneficia la pavimentación de
nuestras calles que a nosotros los
propietarios y a los dueños de cortas
fortunas, nada, absolutamente nada nos ha
costado.
Por eso, y porque queremos que nuestro
querido Yucatán continúe disfrutando del
raro e inapreciable beneficio de un
gobierno, y porque queremos también que
se cumpla en nosotros la sentencia de que
los pueblos tienen el gobierno que merecen,
pedimos la reelección de D. Olegario
Molina, pues ella nos acreditaría de haberlo
merecido hasta hoy, y de ser dignos de él en
adelante.
Y mientras en los próximos comicios
electorales depositamos nuestros votos, nos
complacemos hoy en tributar de la manera
más solemne un voto de gratitud al
eminente ciudadano Lic. D. Olegario
Molina, pidiéndole al mismo tiempo que
acepte su candidatura para al Gobierno del
Estado en el próximo cuatrienio
constitucional.
Mérida, julio 18 de 1905.
Miguel Corrales Domínguez, Marcelino
Cocom Pantoja, Manuel J. Guerrero, Hilario
A. García, José Ds. Cetina V., Aurelio
Salazar, Luis Cetina Valencia, Esteban
Cocom P., Basilio Cetina Mesa, Silverio
Gómez, Filomeno Lira, C. Raveill, Manuel
Villajuana Rendón, Guillermo E. Pantoja, J.
M. Tenorio N., José M. Anguas, Eulalio
Encalada, Jesús J. López Y., Adolfo
Maldonado C., José M. Basto, Sebastián
Lara M., Rudesindo Canul, Tomás
Vázquez, Marcos Salazar Lope, Gorgonio
López, Ángel Estrella M., José A. Gómez,
Manuel Quijano F., Ignacio Traconis C.,
Bernardino Calderón, Juan Moreno, Juan
Salazar Cárdenas, José del Carmen Conde
Perera, Julián González, Wenceslao Solís
C., Nicolás Medina, Sebastián Contreras, J.
Canto, José del Carmen Franco, Severo
Cabrilla, Leonardo Cámara, José Santos
González, Canuto Solís, Teodosio Barrera
M., Gervasio Gamboa, Antonio Aranda,
Liborio Apolinar Tep, Cipriano Llerves, F.
Rabell, Adolfo Méndez, Pedro Cocom,
Román P. Álvarez, Hilario Falcón Yam,
Isidro Guerrero C., Anastasio Caamal,
Antonio Pinzón Pérez, Arturo Ortiz,
Celestino Cocom, Regino Pérez, José C.
Palma, Manuel Basulto, Sebastián Urruña,
Anastasio Aguilar M., Andrés Escamilla,
Silverio Cetina, C. López, Escolástico
Canto, Pedro Canché Kú, Felipe Gil
Cuevas, Santiago Sosa, Tomás Lugo, Simón
Herrera, Joaquín Sosa, José María Díaz
Sosa, José A. Gamboa, Manuel Orozco L.,
José Ds. Sosa, Pedro Palma Vargas, Manuel
M. Sabido V., Nicolás Guerra C., José
Dolores Pérez, Alejandro Cauich P.,
Macedonio Salazar, Eusebio Dorantes,
Álvaro Dorantes, José Santos Tun, Miguel
M. Pérez, Santiago M. Canto, Justo Fuentes,
Francisco Amaro, Pastor Lara, Pascual
Alvarado, M. Hernández A. Leopoldo
Suárez, Darío Sosa, José María Barrera,
José Ds. Conde G., José A. Novelo, Hilario
Piña, A. Canto, Tomás Martínez M., Ermilo
Gómez, Arturo Sosa G., Mariano Losa,
Hilario Solís Z., Ezequiel Canto C., Ignacio
Lara, Virginio Ojeda, M. Solís N., Martín
Camargo, Andrés Pérez, Luciano Sosa,
Manuel Anguas M., Alejandro Peña,
Eduardo Sosa, Patricio Gómez, Felipe
González, Benjamín Crespo, M. Cordero S.,
Arcadio Rivero, Anastasio Poot, Miguel
González, Emiliano López, Lugardo
Contreras, Martín Pasos Contreras, Santiago
Ramírez, José A. Moguel, Silverio Puga,
Germán R. de León, José M. Negrón,
Adolfo León, Gonzalo León, G.R. de León
R., Vicente Pacheco, Patricio Manzanero.
*Este homenaje fue publicado en grandes cartelones,
de los que unos fueron profusamente distribuidos, y
otros fijados en los lugares públicos de esta ciudad.
El Eco del Comercio, 21 de julio de 1905, p. 3.
44 44

VOTOS DE GRACIAS AL SR.
GOBERNADOR DEL ESTADO.
C. Gobernador del Estado:
La Ley Orgánica para el Gobierno
interior de los pueblos dispone que este
municipio de Tekal pase a formar parte del
Partido de Izamal y esta disposición la
hemos recibido con el mayor contento y con
la más profunda gratitud por la verdadera
conveniencia que de ello nos resulta.
La corta distancia que hay de Tekal a
Izamal nos proporciona grandes ventajas,
porque con más prontitud y menos
molestias podemos encontrar a las
autoridades política y Judicial en cualquier
ocasión que tengamos necesidad de ocurrir
a ellas.
Por tanto, el Sr. Gobernador, tenemos la
honra de dirigir a Ud. nuestro humilde voto
de gracias por el beneficio que recibe este
municipio al ser ingresado al Partido de
Izamal, cuya cabecera se halla a la corta
distancia de tres leguas con una vía
carretera cómoda y perfecta.
Tekal, Octubre 24 de 1905.
Ciriaco Briceño. –Tomás Morales. –
Pedro P. Verde. –Pastor Morales B. –
Cecilio Carrillo. –Ignacio Briceño. –Juan de
la Cruz Lara. –Luciano Vega. –Bruno
Ávila. –Raimundo Briceño. –José María
Chan. –Macedonio Briceño. –Vito M.
Cortés. –Pablo Cetina. –M. Alpuche. –
Marcos Uicab.
C. GOBERNADOR DEL ESTADO.
Por virtud de la Ley Orgánica para el
gobierno interior de los pueblos expedido el
nueve del actual, este pueblo y su municipio
queda separado del partido político de
Izamal y agregado al Partido de Espita y
departamento judicial de Valladolid.
En los primeros momentos de conocer la
disposición de la Ley, sentimos cierto
malestar a impulsos de que hacía tantos
años que Tunkás formaba en el partido
Izamal y teníamos la costumbre de entender
y arreglar nuestros asuntos con las
autoridades de Izamal, de quien fuimos
siempre bien atendidos y tratados; pero
entrando en el examen tranquilo de nuestra
conveniencia, comprendemos que el
Gobierno al dar la nueva disposición ha
consultado el bien y conveniencia de este
pueblo.
Para ir a Izamal necesitábamos erogar
los crecidos gastos de un carruaje y sufrir
las molestias de un largo viaje, mientras que
hoy para el arreglo de nuestros asuntos
administrativos y fiscales vamos a Espita
por vía férrea, lo mismo que para los
judiciales en Valladolid, empleando menos
gasto y tiempo.
En cuanto a trato si es cierto que, como
hemos dicho, las autoridades de Izamal nos
atendieron en justicia y no sufrimos ningún
atropello, no dudamos que asimismo
seremos tratados por las de Espita y
Valladolid.
Por consiguiente, el Gobierno al
disponer el ingreso de Tunkás al partido de
Espita y departamento judicial de
Valladolid, ha visto nuestros intereses y
conveniencia, y por este acto tenemos el
honor de dirigir a Ud, un voto de gracias, y
las protestas de nuestro respeto y adhesión.
Tunkás, Octubre 25 de 1905.
David López C. –José E. Trejo y López. –C.
Carrillo. –F. Pinto Leal. –José C. Arcila B.
–Pedro Peniche M. –Antonio Peniche B. –
Manuel Rodríguez E. –Isidoro Álvarez. –L.
Pérez Conde. –Serapio Carrillo. –Roberto
Antonio Oribe. –Gregorio Carrillo Ayala. –
G. Piña E. –Eduardo Frey. –Desiderio
Sierra. –Florencio López. –Marcial Correa.
–Genaro Espadas E. –Teodoro Carrilo B. –
Siguen las firmas.
El Eco del Comercio, 28 de octubre de 1905, p. 3.
45 45

REALIDADES Y ESPERANZAS.
Hace hoy ocho días que en esta capital lo
mismo que en todas las demás ciudades y
en las otras poblaciones del Estado, los
habitantes, ciudadanos ya en pleno ejercicio
de sus derechos, acudieron en mayoría
abrumadora a los colegios electorales,
llevando en el corazón y en la mente el
nombre del respetable Sr. Lic. D. Olegario
Molina. Una atmósfera de contento y de
júbilo, de gratitud y de patriotismo, lo
envolvía todo, extendiéndose igual de uno
al otro confín de Yucatán, sintiéndose de la
misma manera en donde quiera que un
grupo de ciudadanos iba con entereza y con
fe en el porvenir por la seguridad del
pasado, a depositar los votos para elegir al
gobernante que ha de regir los destinos
públicos en el período constitucional de
1906 a 1910.
La elección, o mejor dicho, la reelección
del Sr. Lic. Molina es la nota característica
de la semana que ha vibrado
agradablemente en todos los ámbitos del
Estado, nota que lleva el acento de la
uniformidad de los sentimientos y de las
voluntades en lo tocante a la grave y
trascendental cuestión de la administración
pública que, desgraciadamente, había sido
un problema desde hacía mucho tiempo.
Ya los lectores han tenido ocasión de
enterarse de ese movimiento general por las
noticias que nuestros corresponsales nos
han transmitido en el curso de la semana y
que hemos tenido el gusto de publicar.
Desde esta ciudad de Mérida, capital del
Estado, hasta apartadas poblaciones, la
elección de gobernador revistió carácter
inusitado por lo espontánea, por la
animación de los electores, por la
conciencia de obrar acertadamente al votar a
favor del candidato cuya postulación se
había hecho obteniendo la más franca y
unánime acogida. ¿Alguien recuerda que
antes haya acontecido cosa igual?
¿Habíanse asociado, formando un todo tan
homogéneo –valga la paradoja –los
elementos heterogéneos de la gran máquina
social, los que constituyen la clase directriz
lo mismo que los que forman las milicias
del trabajo hasta en las esferas más
humildes?
El pueblo yucateco que ha recorrido un
largo calvario sembrado de decepciones
dolorosas y desesperantes, ha aprendido
mucho en la escuela de la realidad tangible.
Ansioso siempre de prosperidad, siempre
anheloso de fecundación para sentir correr
por sus arterias la vida del progreso, pero
siempre volviendo los ojos inútilmente al
ideal de sus aspiraciones, pudo, al fin, verse
un día guiado por un hombre enamorado
como el pueblo al cual pertenece, de esa
fecundación que da la vida y de esa
prosperidad que sólo se alcanza cuando un
gobierno sabio y patriota compenetrado de
los intereses de la comunidad, los hace
suyos y traza derroteros expeditos para que
la comunidad se eche a andar por ellos y en
ellos encuentre cada cual medios y manera
de ejercitar sus energías. Saber manejar la
gran máquina social: he ahí el secreto para
labrar la felicidad de un pueblo y para
engrandecerlo haciéndolo figurar
dignamente en el concierto de los pueblos
cultos y de los que tienen importancia por
su comercio y por su industria.
En el cortísimo lapso de cuatro años, no
completos aún, y demostrada con una serie
incontable de hechos y con obras
monumentales que perdurarán con su
elocuente magnificencia, la gestión
innovadora del Sr. Lic. D. Olegario Molina
se ha hecho sentir, llamando justamente la
atención y causando admiración a propios y
extraños.
El Estado, acostumbrado por tradición al
marasmo; moviéndose pesadamente, con
lentitud dromedárica, como si venciese
perezosamente un enervamiento resistente y
duro, llevaba una vida lánguida, no obstante
sus vastos elementos latentes de vida
46 46

vigorosa. Vióse transformado de pronto y,
como los personajes bíblicos arrebatados
por un carro de fuego, sintióse arrebatado
también por la fuerza que lo empuja para
que llegue al soñado ideal.
Tenemos por demás repetir aquí en cifra
lo que hemos dicho acerca del gobierno del
Sr. Lic. Molina y que el lector puede ver
nuevamente en la colección de “El Eco;”
pero sí cumple a nuestro propósito
recordarlo, porque, si bien el largo
inventario está formado y publicado ya, lo
que él ha influido como factor para
determinar la conciencia pública y para
normar el criterio social, vése en el
resultado de la última elección.
Ahora bien, ante el cúmulo de tantas
realidades, ¿qué esperanzas debemos
abrigar? Las más fundadas: esperanzas que
descansan en la base granítica de obras
monumentales que ni la palabra envenenada
del adversario se atreve a negar.
Después de tanto hecho ¿qué hará el Sr.
Molina? –se pregunta. Ahí está la reforma
de la Instrucción Pública; ahí está la
construcción de grandes y bellos edificios
adecuadamente construidos para cada una
de las Escuelas profesionales; la
construcción de un Mercado en condiciones
y la de un Rastro público en que se imite el
estilo de los modernos rastros; ahí está la
completa organización de la policía, y, en
fin, ahí están otras cosas, otra infinidad de
mejoras que figuran, según creemos, en el
vastísimo plan de Gobierno del Sr. Lic.
Molina, y que hay derecho de esperar del
hombre notable y del eminente ciudadano
que, impasible a la calumnia, a la injuria y a
los crueles e injustificables ataques de unos
cuantos yucatecos, cuyo proceder nos
autoriza a calificarlos, cuando menos, de
ingratos, ha hecho un culto del adelanto de
su país y, austero y magnánimo, se ha
consagrado a realizar la grandeza de
Yucatán.
El Eco del Comercio, 12 de noviembre de 1905, p.
2.
47 47

INMIGRACIÓN KOREANA.
INTERESANTE A LOS SEÑORES
HACENDADOS.
La Junta de inmigración ha acordado abrir
un registro de los Señores que quieran
inscribirse para la futura expedición que
debe emprender el Sr. John G. Meyers el 31
del presente. Teniendo que salir el Sr.
Meyers a fin de este mes y siendo tan corto
el plazo, se les suplica pasen a inscribirse a
dicho registro en la Oficina del Sr. D.
Rafael Peón Losa, calle 63 número 508.
Las personas que gusten pueden
acercarse a la citada oficina donde se darán
los informes sobre importe de los gastos de
pasaje, etc.
Las solicitudes de contratos serán
satisfechas conforme al orden de su
inscripción.
Mérida, Junio 19 de 1905.
El Eco del Comercio, 1 de julio de 1905, p. 3.
POLICÍA
VENTA CLANDESTINA DE ALCOHOL
La ronda policíaca diurna del domingo,
sorprendió vendiendo licor después de las
doce del día a los propietarios de los
establecimientos siguientes: “Los Pavitos,”
calle 60 Sur; “La Cubanita,” calle 50;
“Jalapa,” 60 Norte; “El Escape,” calle 69;
“El Arco Iris,” cruzamiento de las calles 60
y 85; “El 15 de Abril,” calle 73; “La
Papaya,” en la 73 y “El Sacuchero,” en la
77.
En todos los establecimientos se
recogieron botellas con aguardiente que
habían sido vendidas, y se impuso a los
SOCIEDAD Y CULTURA
infractores la multa de cincuenta pesos a
cada uno.
El Eco del Comercio, 4 de julio de 1905, p. 2.
POR ROBAR MONDONGO
El sábado último fueron remitidos a la
Estación Central de Policía Ramón Rivas y
José de la Cruz Manzanero.
Se les acusa de haber pretendido robar
dos mondongos.
El Eco del Comercio, 25 de julio de 1905, p. 3.
ALARMA EN EL CIRCO –TEATRO.
Muchas personas que concurrieron el
domingo en la tarde al Circo –Teatro con
objeto de gustar la corrida que no pudo
verificarse a causa de la lluvia que cayó a la
hora que debía dar principio la lidia,
sufrieron una gran alarma porque una de las
descargas eléctricas que acompañaron al
aguacero fundió un alambre del servicio de
luz conectado con un foco que se encuentra
en el depósito de banderillas a las cuales se
comunicó el fuego.
Los circunstantes se alarmaron mucho
creyendo que se trataba de un incendio del
edificio.
El Eco del Comercio, 25 de julio de 1905, p. 2.
HOMBRE MAJADO POR UN
“DECAUVILLE”.
El domingo próximo pasado, como a las
ocho y treinta minutos de la mañana, en la
48 48

vía férrea sistema “Decauville” entre esta
ciudad y la finca Hobonzá, de la propiedad
de la Sra. Viuda de Peón, dueña también de
la línea, el carro número 2 atropelló a
Tomás Pech, fracturándole el muslo y la
pantorrilla izquierdo y el talón del pie
derecho.
El carro iba sin conductor y sólo tenía
retranquero que era Bartolo May.
La policía del suburbio de Santiago,
remitió al herido al hospital O’Horán y el
retranquero fue preso mientras se practican
las averiguaciones respectivas.
Parece que el herido estaba embriagado.
El Eco del Comercio, 8 de agosto de 1905, p. 3.
EL TORO BRAVO DE ITZIMNÁ
Hacía algunos días que rondaba por las
calles de Itzimná durante la noche y hasta
por el día, un torito muy bravo de la
propiedad del Sr. Domingo Pérez, sin que la
policía lo hubiese podido “aprehender”. Era
la diversión de los muchachos valientes del
suburbio que le daban algunos “pases” y le
sacaban “lances” de lo lindo; pero al propio
tiempo constituía una amenaza para la
generalidad de los transeúntes que no saben
de asuntos de “trapo” sobre todo para los
ancianos y los niños.
Por fin el domingo varios auxiliares de
policía lograron lazar a la res bravía y
cuando creían tenerla segura, se les escapó.
Lo cual quiere
decir…………………………………
El Eco del Comercio, 4 de julio de 1905, p. 3.
SIGUEN JUGANDO LOS CHINOS Y
CAYENDO EN MANOS DE LA POLICÍA
Ayer a las once de la mañana tuvo noticias
la Comandancia de Policía de que en la casa
de juegos china establecida en la calle 58,
núm. 494, se estaba jugando, y el Sr. Prats,
Jefe de la Secreta, acompañado de varios
agentes fue a aprehender a los infractores de
la Ley. Así se hizo y efectivamente se
encontró en la referida casa a treinta y tres
celestiales al derredor del tapete verde. Se
les aprehendió con todos sus chismes,
habiéndoseles recogido cuarenta y cinco
pesos en efectivo.
Los celestiales jugaban al “Paco Pío” y
a los “Botones” con apuestas de dinero,
juegos que están prohibidos por ser de azar.
El Eco del Comercio, 9 de julio de 1905, p. 2.
LOS TURCOS
ENTRE HIJOS DE LA SUBLIME.
Selín Abdalá y Joé Brías, son dos súbditos
del Gran Turco, que por cuestiones baladíes
se fueron a las manos en plena vía pública,
haciendo un sonado escándalo. En la
refriega salió herido en la cara el segundo
nombrado, el cual fue remitido al hospital.
El heridor ingresó en la Central de
Policía.
El hecho pasó el viernes en la calle 50.
El Eco del Comercio, 9 de julio de 1905, p. 2.
TURCO CICLISTA ATROPELLADO POR
UN COCHE.
GRAVE HERIDA EN EL CRÁNEO.
El viernes como a las once de la mañana en
el cruzamiento de las calles 59 y 52 el
carruaje de sitio número 382, cuyo
conductor era Francisco Varea, atropelló al
turco Diego Quintero, que transitaba en su
bicicleta. El ciclista recibió tan fuerte golpe
49 49

que cayó en el suelo rompiéndose el cráneo
en el sardinel de la banqueta.
El cochero siguió su camino, pero la
policía que tuvo conocimiento del hecho en
seguida, lo aprehendió ayer.
El herido en estado de gravedad fue
conducido al hospital O’Horán para su
curación y el Juez de lo criminal en turno ha
tomado conocimiento.
El Eco del Comercio, 9 de julio de 1905, p. 3.
NIÑO ABANDONADO EN EL EXCUSADO
DE UN TREN. BUENOS TRABAJOS DE
LA POLICÍA.
El sábado 8 del presente, como a las cuatro
y media de la tarde, el Sr. Augusto N.
Álvarez, Superintendente de la División
Oriente de los Ferrocarriles Unidos, avisó a
la Comandancia de policía que en el
excusado del coche de tercera clase del tren
que a las 4 de ese mismo día había llegado
de Progreso, el retranquero José Flores,
cuando estaba haciendo la limpieza de los
vagones, había encontrado a un recién
nacido envuelto en pañales, de lo cual dio
aviso al Conductor del tren Sr. Ernesto
Sosa, y éste a la Superintendencia.
El Comandante Villamil y el Jefe de la
Secreta Sr. Prats, lanzáronse al campo de las
averiguaciones y el mismo día supieron que
una mujer que hacía pocos días había dado
a luz y la cual se llama Josefa Delgado, que
vive por la calle 70, rumbo de los Cuatro
Vientos, había llegado ese mismo día de
Progreso en el referido tren.
La Delgado dijo que efectivamente llegó
ese día, procedente de Progreso, en el coche
de tercera y que entre el pasaje vino una
mujer, al parecer turca, que se embarcó en
Progreso con un pequeño en brazos y un
envoltorio; que dicha mujer tomó asiento en
el vagón con el pequeño, y que cuando la
declarante apeóse en esta ciudad, a la
llegada del tren, notó que la turca se quedó
allí.
Siguiendo las averiguaciones, súpose
que en la casa número 476 de la calle 69,
representada por el turco Jorge Jacobo, se
hallaba alojada una turca que había llegado
ese día de Progreso. El dueño de la casa
declaró ser cierto y que la mujer llegada era
esposa del turco Salomón Antonio.
Llamados éste y su esposa a declarar
manifestó el primero que es casado con
Naser de Antonio desde hace mucho tiempo
en Beirut, en donde dejó a su esposa para
venir a Yucatán hará como cinco años, que
sin tener noticias de su consorte, ésta se le
había presentado intempestivamente. La
mujer declaró de conformidad con su
marido e interrogada respecto del niño
abandonado dijo: que en Progreso vio a una
paisana suya con un pequeño, el cual le fue
dado a ella para cuidar por un momento y
que luego se lo entregó a la madre, que vino
en el mismo tren a esta ciudad.
En vista de esto, procediese a un careo
entre Josefa Delgado y la turca, el cual puso
en claro que ella había sido la del niño en
cuestión, niño que, según se averiguó, nació
en Veracruz.
El niño turco, mientras se practicaban
las diligencias, fue dado a criar a Josefa
Delgado que se prestó bondadosamente a
ello, y fue reconocido por el Dr. Leocadio
Lara.
La turca fue detenida y recluida en el
Hospital y el hecho ha sido puesto en
conocimiento del Juez de lo criminal en
turno.
Son dignos de todo elogio los trabajos
del Comandante Sr. Villamil y del Jefe de la
Secreta Sr. Prats, a quienes felicitamos
sinceramente, pues han demostrado su
habilidad. No habían transcurrido cuatro
horas después de recibido el aviso cuando
ya habían descubierto el hecho.
El Eco del Comercio, 11 de julio de 1905, p. 2.
50 50

AUTO DE FORMAL PRISIÓN CONTRA
LA TURCA NAZER ANTONIO.
El C. Juez 1º del ramo penal que practica
diligencias en el asunto del niño
abandonado en el excusado de un tren,
hecho del cual informamos oportunamente,
proveyó auto de formal prisión contra la
turca Nacer Antonio que, como recordarán
los lectores, es presunta autora del delito de
abandono de infante.
El Eco del Comercio, 15 de julio de 1905, p. 2.
EXHIBICIÓN DE 3 LAGARTOS
Desde ayer comenzaron a exhibirse, en la
plaza de Santiago con motivo de la fiesta
que se verifica en ese lugar, tres lagartos
cogidos en la ciénega de Progreso
últimamente.
Uno de ellos mide trece pies de largo.
El Eco del Comercio, 25 de julio de 1905, p. 3.
LA PRÓXIMA TEMPORADA DE
ESPECTÁCULOS.
ZARZUELA, DRAMA, CIRCO
AMERICANO, ÓPERA.
Lisonjera perspectiva tiene la temporada
teatral de este año en Mérida, pues desde el
mes de agosto tendremos compañía en el
Circo –Teatro.
Se nos dice que el día 22 de ese mes se
verificará la primera función de una buena
Compañía de zarzuela con la cual ha
entrado en tratos la Gerencia del Circo,
arreglando su venida a Mérida.
Después, ocupará el Teatro del Circo el
cuadro dramático del actor Cos que, como
ya se sabe, comenzará sus trabajos en
Octubre.
Se está en arreglos, además, con una
empresa de Circo americana, cuyos artistas,
según se dice, son notabilidades que
impresionarán al público con novedad,
puesto que el Circo Orrin no vendrá este
año a hacer la temporada de invierno,
porque parece que no aceptó las
condiciones propuestas por la Dirección del
Circo –Teatro Yucateco.
Por último, ya se dan los pasos
conducentes para que en Enero venga una
magnífica compañía de ópera.
En todas estas gestiones está ocupado
con actividad y empeño el Sr. D. Alfredo du
Bouché, Gerente del Circo –Teatro y muy
práctico y entendido en materia de
espectáculos.
Ojalá que la lisonjera perspectiva se
resuelva en realidad halagadora.
El Eco del Comercio, 27 de julio de 1905, p. 2.
EN LOS MUNICIPIOS.
ORIENTALES
Tizimín, Julio 24 de 1905.
El mal de la influenza con todos sus
síntomas y complicaciones dolorosas sentó
sus reales en esta población obligando a los
atacados a observar un cuidadoso régimen
sanitario. El H. Ayuntamiento había entrado
en alarma con este motivo y una de sus
comisiones propuso el proyecto de que
fuesen anticipados los días en que deberían
verificarse los exámenes para clausurar los
establecimientos de enseñanza, evitándose
que por la aglomeración de educandos se
propagase entre éstos la enfermedad; pero
se desistió de tomar el acuerdo en razón de
que el facultativo aún no había comunicado
si el mal revestía un carácter epidémico. De
51 51

modo que quedaron en efectuarse aquellos
actos en el mismo orden de días fijado en el
programa aprobado por el Ejecutivo del
Estado y publicado en el Diario Oficial.
Dichos exámenes dieron principio ayer 23
en la primera Escuela de varones a cargo del
Profesor Normalista Sr. Miguel Barrera
Palmero.
Procuraremos estar al tanto del resultado
de todos para informar a los ilustrados
lectores de “El Eco” pues el adelanto en el
ramo importante de la instrucción pública
debe ser de general interés.
*
* *
Parece que la esperanza de una buena
cosecha próxima se ha apoderado del ánimo
de los agricultores quienes se han resuelto al
fin a darle salida de sus trojes a
considerables existencias de maíz que
guardaban a prevención de una imprevista
escasez, como lo demuestra el que se hayan
estado conduciendo a Valladolid algunos
centenares de hectolitros de este cereal
realizado al precio de tres pesos el medio
hectolitro en esta población por los
tenedores.
En efecto: no cabe duda que las
sementeras se encuentran actualmente en
buen estado y salvo un caso inesperado, las
cosechas prometen pingües utilidades,
cooperando para ello favorablemente, las
presentes lluvias que han comenzado a caer
después de diez o doce días que habían
suspendido sus provechosos efectos por
estos rumbos. Esto ha dado motivo a
algunos conocedores prácticos a conjeturar
que el grano de primera necesidad sólo
alcanzará en el presente año un valor de un
peso cincuenta centavos el medio hectolitro.
*
* *
Ya los contratistas del corte de maderas
tintóreas en el territorio de Quintana Roo
suspenden sus operaciones y empacan sus
tiendas para tornar a sus hogares pues ya la
estación de lluvias forzosamente los obliga
a hacerlo como todos los años por este
tiempo, a causa de que las vías se hacen
intransitables para el arrastre y transporte de
las maderas.
Hemos visto a varios en esta población
que han vuelto a ella después de seis ú ocho
meses de ausencia, y con este motivo crece
la animación y el comercio se felicita.
*
* *
Nuestro Jefe Político D. Antonio
Herrera ha entrado en convalecencia
después de algún tiempo que la influenza lo
tuvo postrado y en estado delicado; aunque
parece que a consecuencia de este mal se
han presentado algunas complicaciones que
no lo dejarán del todo bien.
Sabemos que intenta solicitar una
licencia para ausentarse a la costa en donde
espera obtener la salud completamente, y
volver ya restablecido a esta Jefatura
oriental.
*
* *
En la mañana de hoy se verificó ante
escogida concurrencia de invitados y
amigos de ambas familias, el matrimonio
religioso en el templo parroquial de esta
villa, de la graciosa Srita. María Adelaida
Barrera y Palmero con el joven José Elías
Serrano y Novelo. Después de la ceremonia
que autorizó el Sr. Pbro. D. Miguel de los
Santos Mir, la concurrencia pasó a la casa
de la Sra. María Ana Palmero, viuda de
Barrera, madre de la desposada, en donde
dicha señora y sus hijas, las Sritas. Conchita
y Clara hicieron los honores de la casa con
la delicadeza que les es característica;
habiéndose obsequiado a los invitados
satisfactoriamente, con un bien servido
desayuno.
Que el ángel de la felicidad perpetúe sus
dones en el nuevo hogar.
El Corresponsal.
52 52

El Eco del Comercio, 27 de julio de 1905, p. 3.
HERMOSO FESTIVAL EN XANABÁ
Agosto 22 de 1905.
Parece que aún roza nuestra sensibilidad
con su ala enterciopelada el recuerdo del
magnífico festival que tuvo lugar el día 20
de este mes en la nueva mora del Sr. D.
Juan López Herrera en Xanabá.
No trato de bosquejar siquiera en estas
líneas lo que fue aquella fiesta, ni describir
su esplendor. Xanabá, el pequeño pueblo,
nos trajo para ofrecernos momentos de
verdadero placer y el espectáculo de un
enjambre de beldades en los deliciosos
vaivenes del baile.
Trátase de abrir las puertas de un nuevo
y bello edificio, uno de los primeros de la
población y que viene a marcar su progreso.
Después de la bendición de costumbre
que fue solemnizada con toda pompa,
principió un elegante baile, asistido por las
familias más distinguidas de esta localidad
y secundado por la finura y jovialidad de un
buen número de caballeros rindiendo
homenaje a aquellas preciosísimas damas
entre las bulliciosas notas de un bien
organizado concierto.
Entre aquel esplendente acto figuraron
como madrinas las señoras Sara Méndez,
Olegaria Capetillo, Lorenza Herrera,
Manuela M. Vda. de Pérez; señoritas
Barbaciana Mézquita, Amira Mézquita,
María Mézquita, Ernestina Rodríguez,
Atilana López y como padrinos: caballeros
José María Mézquita López, Paulino Baeza
Reyes, Arturo Baeza P., Leopoldo
Velásquez Corral y Enrique Mézquita
López.
Ya cerca de las seis de la tarde y cuando
el sol prendía su último broche en el
firmamento cerraba con broche de oro aquel
festival, dejando en nuestros corazones, el
recuerdo memorable de aquella simpática
fiesta, el vivísimo cuadro encantador, en
donde todo era luz y poesía.
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 25 de agosto de 1905, p. 3.
DE IZAMAL
Agosto 27 de 1905.
LA COMPAÑÍA DRAMÁTICA ROBERT.
El próximo jueves debutará en el teatro
“Justo Sierra” de esta ciudad, la compañía
dramática del Sr. Robert, de la que es
empresario el estimable artista D. Marcelino
Moreno.
Es de esperarse que el público, dando
una vez más pruebas de buen gusto,
premiará los esfuerzos de la empresa, ya
que en el elenco artístico figuran artistas
aceptables y un repertorio variado y
escogido.
Nuestros deseos son que la empresa
consiga su objeto. Lo merece.
INDICACIÓN ATENDIDA.
La indicación que hicimos en
correspondencia anterior acerca del mal
estado que guardaba nuestra plaza principal,
debido a la crecida yerba que abundaba en
ese lugar, ha sido atendida.
El Sr. Jefe político ha dictado órdenes
para su limpieza y con gusto hemos visto
que ellas se han cumplido, pues ya la
mencionada plaza se encuentra bien aseada.
Mil gracias.
SALUDO.
Ayer tuvimos el gusto de saludar en esta
ciudad al inspirado artista D. Benjamín
Aznar R., quien vino a ésta por asuntos de
su profesión.
Que en su corta permanencia aquí lo
haya sido grata son nuestros deseos.
BIENVENIDA.
53 53

Después de larga ausencia en la Sultana de
Oriente, ha vuelto a esta localidad nuestro
amigo D. José Baeza E.
Tenemos el gusto de enviarle nuestro
afectuoso saludo de bienvenida.
DE 107 AÑOS.
A esa avanzada edad acaba de fallecer en
una finca cercana al pueblo de Tunkás una
mujer del pueblo llamada Cesárea Aké.
Descanse en paz.
El Corresponsal.
El Eco del Comercio, 29 de agosto de 1905, p. 1.
“EL BARRENDERO AUTOMÓVIL.”
IMPORTANTE ADQUISICIÓN.
Sabemos de buena fuente que el Concejal
del H. Ayuntamiento de esta ciudad Sr. Luis
C. Carranza presentará ante el H. Cuerpo
una iniciativa para adquirir una o más
máquinas de barrer calles, llamadas
“barrendero automóvil,” manufacturadas
por la casa de C. H. Coolay de Conneticut
(E. E. U. U.).
En nuestro número de ayer hablamos de
las referidas máquinas, que han sido
ensayadas con éxito completo y las cuales
tienen muchas ventajas sobre las que están
en uso actualmente.
Deseamos que tenga buena acogida la
proposición del Sr. Carranza.
El Eco del Comercio, 2 de agosto de 1905, p. 3
EN PRO DE LA INDUSTRIA YUCATECA.
Se nos informa que dentro de breves días se
harán en la fábrica de la “Cervecería
Yucateca” importantes reformas tendientes
a aumentar la producción.
La instalación será duplicada con el
objeto de proveer de cerveza a las plazas de
Yucatán, Campeche y Tabasco.
El Eco del Comercio, 2 de agosto de 1905, p. 3.
19 BALLENATOS ENCONTRADOS EN
UNA FINCA CERCA DE PROGRESO.
Agosto 14 de 1905.
En la finca “San Ramón Xhul” de la
propiedad del Sr. D. Policarpo Rivas, Jefe
Político de este partido, se encontraron
varados en la playa al amanecer de ayer, 19
ballenatos el menor de los cuales mide 6
metros y los otros tienen diversas, pero
considerables dimensiones.
La alarma fue general en la citada finca
e inmediatamente se le comunicó el hecho
al propietario, quien ayer mismo a las 11 del
día salió de esta Ciudad para su finca a fin
de tomar las precauciones necesarias para
evitar la descomposición de estos animales
que pudiera ser perjudicial a la salud de los
habitantes de “San Rafael Xhul” y de
Chuburná puerto que se encuentra cerca.
Dichos animales son muy raros en estas
costas por lo que han producido, tanto por el
número como por su tamaño, la natural
alarma.
Según noticias que tenemos el Sr. Jefe
Político piensa traer a este Puerto uno de los
más grandes ballenatos con el fin de ver si
se puede disecar para el Museo de esa
Capital.
Ya informaremos de los resultados de
los trabajos, pues han tomado empeño el C.
Presidente del H. Ayuntamiento y algunos
Regidores sobre este particular, para que el
Sr. Rivas logre lo que desea.
El Corresponsal.
54 54

El Eco del Comercio, 15 de agosto de 1905, p. 1.
UN NUEVO COLEGIO PARTICULAR
PARA NIÑAS.
La inteligente e ilustrada Profesora Srita.
Consuelo Zavala Castillo, que estuvo
dedicada por largo tiempo a la enseñanza en
el Instituto Literario de niñas, va a abrir al
público un Colegio de enseñanza primaria
inferior y superior bajo su dirección y con el
contingente de un cuerpo de profesores
competentes.
El nuevo Colegio tendrá su domicilio en
el de la Srita. Zavala, situado en la calle 55,
entre las esquinas llamadas “La Gota de
Agua” y “El Kau”.
Con gusto publicamos la noticia,
deseando a la Srita. Consuelo Zavala el
mayor éxito en sus meritísimas labores.
El Eco del Comercio, 29 de agosto de 1905, p. 2.
YAQUIS.
YAQUIS PRÓFUGOS.
Oportunamente se consignó la noticia de
que una partida como de setenta yaquis que
trabajaba en la hacienda “Uxmal” de D.
Augusto L. Peón, había abandonado en
masa la citada hacienda, ignorándose el
rumbo que tomaron.
Acaba de tenerse noticia de que han
permanecido escondidos en terrenos de esa
finca que son muy extensos, viviendo del
ganado que mataban y de robos que
cometían en las milpas cercanas. Estos
últimos robos fueron los que denunciaron la
permanencia de los yaquis prófugos pues
habiéndose unido los sirvientes de la finca,
dueños de las milpas robadas para defender
sus propiedades y sorprender a los ladrones,
fueron agredidos por los yaquis quienes
hirieron a dos de dichos sirvientes.
Las autoridades tienen ya conocimiento
de lo ocurrido y se han dictado las
providencias necesarias para evitar que esa
peligrosa partida de gente armada pueda
causar males mayores de los que ha causado
ya.
El Eco del Comercio, 9 de septiembre de 19095, p.
3.
SALIDA DE INDIOS YAQUIS RUMBO A
QUINTANA ROO.
En la capital se encontraban varios de los
jefes yaquis que fueron a ver al Sr. General
Díaz.
Estos jefes yaquis eran Teodoro
Alvarado y Juan Weah, que son Generales,
Miguel Tun, Comandante, Miguel
Ambrosio, Subcomandante y José Matío.
Salieron la mañana del viernes anteúltimo
para Veracruz, acompañados del Teniente
de Marina Sr. Blanco y se embarcaron en un
vapor nacional, rumbo a Quintana Roo,
lugar en donde van a habitar.
El Eco del Comercio, 16 de septiembre de 1905, p.
1.
OTRA VEZ LA ESPERMA EN EL ATRIO
DE CATEDRAL.
Siguen en sus andadas los jóvenes mal
educados que se reúnen todas las mañanas
en el atrio de la Catedral, y ahora es peor,
porque no sólo hacen uso de vocablos
indignos delante de las señoras y señoritas
que concurren a los actos religiosos, sino
que han dado en la flor de espolvorear
esperma y untar jaboncillo en el piso de la
entrada que es de cemento, con el fin de
divertirse con los resbalones y caídas del
55 55

que tiene la desgracia de pasar por allí
inadvertidamente.
Ahora más que nunca la policía debe
intervenir en ese asunto.
El Eco del Comercio, 10 de octubre de 1905, p. 1.
56 56

DIFERENCIAS ENTRE LOS
REDACTORES DE “EL PUEBLO” Y SUS
SOSTENEDORES.
CÓMO QUERÍAN ESTOS QUE SE
ATACARA AL GOBIERNO DE
YUCATÁN.
El periódico “El Pueblo,” legítimo sucesor
de “Los Sucesos” sostenidos por unos
cuantos yucatecos renegados, sigue
publicando falsedades acerca del Gobierno
de Yucatán y de la administración del Sr.
Lic. Molina.
Entre dicho periódico y los yucatecos
que ofrecieron ayudarlo, han surgido
algunas dificultades, porque los referidos
sostenedores que le habían hecho
descomunales ofrecimientos, si instigaba
con talento al Gobierno de Yucatán, parece
que se niegan ahora a aflojar el dinero
porque “El Pueblo” sólo publica artículos
insulsos plagados de insultos, sin ningún
razonamiento juicioso, lo cual lo pone en
ridículo, sin satisfacer las miras y propósitos
de los renegados.
El citado periódico necesita dinero
porque se muere de inanición, pues le falta
papel y los anunciadores se retiran puesto
que no circula extensamente la publicación.
Entre tanto, los yucatecos renegados se
hacen los sordos y tienen cosidos los
bolsillos, de los cuales no sale el dinero que
necesita su sesudo (?) órgano.
Hay que convenir en que ha sido un
completo fracaso con acompañamiento de
ridículo y desprestigio la publicación del
nunca bien ponderado órgano oposicionista.
El Eco del Comercio, 6 de julio de 1905, página 2.
LA OTRA MIRADA
AFIRMACIÓN INSIDIOSA DE UN
DIARIO MERIDANO DESMENTIDA POR
“EL TIEMPO”
“El Tiempo” publicó en su número de ayer
un mentís a lo dicho por un diario de esa
ciudad acerca de que el Sr. Alfonso E.
López ingresó en la redacción del primer
periódico citado.
Dice “El Tiempo” que el Sr. López es
amigo personal del Sr. Victoriano Agüeros
y que con ese motivo ha sido corresponsal
de “El Tiempo” en Yucatán; que no ha
atacado al Sr. Lic. Molina, Gobernador de
ese Estado, ni es enemigo de su gobierno;
que ha dado a conocer el progreso de
Yucatán examinando con criterio imparcial
los actos gubernativos, desechando el
apasionamiento y las violencias que no se
avienen con la independencia y la justicia.
El ataque insidioso y absurdo del
periódico meridano en cuestión no ha tenido
el éxito con que seguramente soñó.
El Sr. Lic. Molina sabe que “El
Tiempo” es demasiado serio y honrado para
que abrigue deslealtad y traicione los
dictados de su conciencia, en la cual no
puede menos de estar arraigada la condición
de superioridad del Lic. D. Olegario Molina
y de su gran valimiento como gobernante.
El Eco del Comercio, 21 de julio de 1905, p. 2.
“EL PUEBLO” CANTANDO LA
PALINODIA.
LOS OPOSICIONISTAS EN RIDÍCULO.
OPINIONES DE LA PRENSA SERIA.
57 57

El famoso periódico “El Pueblo” apareció
hoy furioso, porque la Prensa seria aseguró
que había fracasado completamente en ese
estado la oposición que se intentó hacer al
Sr. Lic. Olegario Molina.
El periódico expresado llama
chantajistas a los corresponsales en Mérida
de “El Imparcial” y “El Tiempo” porque
estos ilustrados órganos de la Prensa
metropolitana aseguraron fundándose en
hechos innegables que los pocos
descontentos de la administración del Lic.
Molina, se habían puesto en ridículo por el
poco tacto que demostraron en su ingrata y
antipatriótica labor.
El furioso periódico sólo ha conseguido
ponerse en ridículo y demostrar su despecho
por falta de éxito en sus trabajos y
maquinaciones, el otro día, aseguró que los
oposicionistas al gobierno del Sr. Lic.
Molina, se habían pasado con bagajes y
todo (textual) al partido que lo proclama
como candidato. De esta manera “El
Pueblo” pretendía dar un golpe a sus
protectores los oposicionistas yucatecos que
se cansaron de sostenerlo convencidos de
que no obtendrían ningún éxito en sus
gestiones políticas, y que por tanto no
necesitaban de un periódico que sólo los
había puesto en ridículo.
“El Pueblo”, al decir que los
oposicionistas yucatecos se habían pasado
al partido gobiernista, quiso comprobar que
ningún lazo ni compromiso alguno lo había
ligado con los pocos descontentos de la
administración del Lic. Molina, pues sin la
protección de estos señores continuaba
viviendo y aún había comprado una
imprenta.
Sin embargo de tales aseveraciones, “El
Pueblo” vuelve hoy a las andadas,
poniéndose de parte de los llamados
opositores. Débese esto, según se asegura, a
que ciertos yucatecos impartieron
vergonzante protección al periódico
referido, para que rectificara lo aseverado
por la Prensa seria, de que la oposición
había fracasado por completo.
En definitiva, “El Pueblo” solo ha
conseguido ponerse en ridículo, cantando la
palinodia, según se dice por cuestiones de
estómago.
El Eco del Comercio, 12 de agosto de 1905, p. 1.
“EL PUEBLO” Y LOS
OPOSICIONISTAS.
El periódico llamado “El Pueblo,” que
volvió a hacer las paces con los pocos
yucatecos descontentos de la administración
del Señor Lic. D. Olegario Molina, y que le
habían suspendido su ayuda pecuniaria,
publica en su edición de hoy una
correspondencia en estilo telegráfico y que
dice haber recibido de Mérida.
En la supuesta correspondencia se halla una
gran manifestación organizada por los
oposicionistas.
Después de la correspondencia hace el
periódico comentarios que ponen en relieve
el despecho de los oposicionistas, la tristeza
de su impotencia y el desprestigio de su
causa y de sus ingratas tareas de políticos de
a última hora.
El Eco del Comercio, 13 de agosto de 19095, p. 3.
LA REELECCIÓN DEL SR. LIC.
MOLINA COMBATIDA POR UN
HÚNGARO.
“EL PUEBLO” Y SU MISIÓN.
EL RIDÍCULO.
PLANCHA DE CARLOS VALLE.
Por telégrafo para “El Eco del Comercio”.
México, Agosto 13 de 1905.
58 58

El famoso periódico “El Pueblo,” que ha
vuelo a obtener la protección de los pocos
yucatecos que se oponen a la reelección del
Sr. Lic. Molina, publicó hoy un kilométrico
y soporífico editorial contra el expresado Sr.
Molina.
El artículo referido sólo sirve para poner
de manifiesto la desesperación de los
protectores de “El Pueblo,” que
encomiendan la defensa de su mala causa a
un húngaro, que se apellida “Didap” y que
firma el artículo de referencia.
El periódico referido no hace más que
ponerse en ridículo: parece que esa es su
única misión. En su número del sábado
último prodiga grandes elogios a su director
Carlos Valle y Gargern, asegurando que al
pasar este individuo por frente a la Escuela
de Medicina fue calurosamente aplaudido
por un numeroso grupo de alumnos, y
atribuye el periódico referido ese
entusiasmo a la actitud que ha tomado en la
supuesta huelga de los estudiantes de la
preparatoria.
Con este motivo, “El Pueblo” insulta
diariamente al Director de la Escuela
Preparatoria, sirviendo de vehículo para el
desahogo de las malas pasiones de algunos
estudiantes afectos a golpes teatrales del
género chico. La ovación que cree haber
recibido Carlos Valle, fue una plancha,
porque los estudiantes de la Escuela de
Medicina publican en “El Imparcial” de hoy
una carta calzada por numerosas firmas,
asegurando que la manifestación a que se
refiere “El Pueblo” fue hecha por los
alumnos al Doctor Francisco Vázquez
Gómez, iniciador de las reformas hechas al
actual plan de estudios, quien pasaba frente
a la escuela en los momentos precisos en
que lo hacía el corresponsal de “La Revista
de Mérida” y a la vez el director de “El
Pueblo”.
La carta de los estudiantes termina así:
“Hacemos esta aclaración para evitar
que se adjudiquen dicha manifestación
personas que no conocemos.”
Como se ve, Carlos Valle sólo ha
sufrido un chasco y un inmenso ridículo.
El Eco del Comercio, 15 de agosto de 1905, p. 2.
ENÉRGICA PROTESTA.
FIRMAS USADAS INDEBIDAMENTE.
Cansahcab, Agosto 19 de 1905.
Sr. Director de “El Eco del Comercio”.
Mérida.
Muy señor nuestro:
Anticipándole las gracias, suplicamos a
Ud. dé publicidad en las columnas de su
ilustrado diario a las siguientes líneas:
Profunda sorpresa nos ha causado ver
nuestros humildes nombres en dos actas
levantadas por el pequeño grupo de
antirreeleccionistas de esta población, las
que aparecen publicadas en el número 5 de
“El Clamor Público” correspondiente al 15
del actual.
Nosotros, Sr. Director, conservamos
nuestros cerebros bien organizados, motivo
por que no nos dejamos seducir de las
presiones bastardas. Desde que se instaló en
esta localidad el Sub Comité Electoral, el
Presidente de esta agrupación política, Sr.
Francisco Martínez H., nos invitó para que
libre y espontáneamente nos adhiriéramos
como ciudadanos libres en ejercicio de
nuestros derechos, a proclamar y sostener la
candidatura del egregio ciudadano Sr. Lic.
D. Olegario Molina.
En esta población, Sr. Director, todos
admiran al Sr. Lic. D. Olegario Molina por
sus elevados ideales de progreso y su
carácter de gobernante recto y justiciero;
todos desean que permanezca en el poder
cuatro años más, porque son conocidos los
59 59

intachables méritos de este ilustre
gobernante y los grandes progresos que ha
llevado a cabo en su fecunda
administración, de modo que el reducido
grupo de antirreeleccionistas integrado en
su mayor parte por analfabetas, no puede ni
con sus bajas y mezquinas intenciones tildar
la personalidad inmaculada de nuestro
eximio candidato.
En esta inteligencia, ¿cómo es posible
que nosotros, adictos a la noble causa de la
reelección, consintamos en que de una
manera solapada y sin la voluntad que en
estos casos se requiere, hagan figurar
nuestros nombres en las actas a que nos
hemos referido? Estas actas, Sr. Director,
significan falta de patriotismo y de sentido
común, las levantaron personas sin ninguna
significación social en este nuestro querido
suelo y de ninguna manera pueden
desvirtuar el buen nombre de Cansahcab.
Por las razones expuestas y
considerando que sin nuestro
consentimiento usaron nuestros nombres, y
siendo, como somos, partidarios de la
reelección del Sr. Lic. D. Olegario Molina,
desde luego nos apresuramos a protestar
enérgicamente contra aquel grupo
insignificante, que hace figurar nuestras
firmas indebidamente. –José E. Aranda y
Cortés. –Severo A. Aguilar. –Rafael M.
Villanueva. –Carlos Castillo. –Francisco
Benites.
A ruego y súplica de los ciudadanos
Gerónimo Cortés, Tomás Villanueva,
Nicanor Franco, Ricardo Franco, Julián
Salazar, Tranquilino Santana, José Inés
Azcorra, Crisanto Anduela, Jesús May,
Avelino Hobac, Mateo Chalé, Pedro Poot,
Marcelino Chan, José Alcocer, Serapio Ek,
Marcos Ek, Ramón Cohuó, Juan Víctor
Huchim, Cayetano Poot, Rafael Ek,
Apolonio Cutz, Felipe Salas, Bernabé Chic,
Saturnino Puch, Clemente Cutz, Gregorio
Tun, Tomás Cutz, Santiago Cutz y Bernabé
Cutz, suscribo porque expresaron no saber:
J. Rafael Sosa C.
El Eco del Comercio, 22 de agosto de 1905, p. 3.
UNA MANIFESTACIÓN POLÍTICA.
En la mañana del domingo se verificó un
paseo cívico por algunas calles de esta
ciudad organizado por el pequeño grupo de
ciudadanos que combaten la reelección del
Sr. Lic. D. Olegario Molina para
Gobernador del Estado, contrastando con la
opinión general uniforme y pública que
postula a tan prestigiado y ejemplar
gobernante para que continúe rigiendo los
destinos de Yucatán.
A pesar de lo extenso de la invitación
por medio de hojas profusamente
circuladas, y a pesar de los esfuerzos hechos
para que ese acto revistiera gran solemnidad
y obtuviera excepcional lucimiento, no se
consiguió que desfilaran en el paseo más de
setecientas u ochocientas personas, entre las
cuales veíanse muchos curiosos y siendo de
notarse que los cartelones con inscripciones
de los Partidos iban aislados, sin el
respectivo acompañamiento de los
representantes de dichos partidos pues éste
era tan reducido que sólo de algunos
vinieron unos cuantos.
En los referidos cartelones leíanse
inscripciones como éstas: ¡Viva el eximio
General Francisco Cantón! ¡Viva el héroe
de la paz, Gral. Francisco Cantón!
De la plaza de San Cristóbal partió el
paseo y recorrió las calles fijadas en un
derrotero previo. En distintos lugares del
trayecto hicieron uso de la palabra algunos
de los que habitualmente hablan en las
juntas antirreeleccionistas, manifestando sus
ideas en ese sentido con más o menos
virulencia.
Cuando la procesión pasaba frente a la
casa del Sr. Gral. Cantón en la calle 59,
detúvose y lo avivó repetidas veces,
manifestándose adicto a él el pequeño
60 60

grupo, lo cual, unido a las inscripciones
citadas dióle un color acentuadamente
cantonista a la manifestación.
Presidía la procesión el conocido Sr. D.
Manuel Meneses.
El servicio de policía fue esmeradísimo:
tanto la montada como los gendarmes
cuidaban el orden en todo el trayecto y un
piquete de la primera iba a la cabeza del
desfile, y otro detrás.
El Eco del Comercio, 5 de septiembre de 1905, p.
2.
APREHENSIÓN DEL LIC. DN.
MANUEL MENESES.
Anteayer, domingo a las 4 p. m. la policía,
cumplimentando una orden del C. Juez 1º
del ramo penal, Lic. D. Luis M. Aguilar,
aprehendió al Lic. Dn. Manuel Meneses con
motivo de una acusación presentada por los
representantes de los herederos de Doña
Mercedes Zavala.
El Eco del Comercio, 5 de septiembre de 1905, p.
1.
IMPRESIÓN QUE CAUSA EN ESTA
CAPITAL, LA PRISIÓN DEL LIC.
MENESES.
Risa, poco asombro y compasión produjo
aquí la noticia de que el Lic. Meneses, había
sido puesto en prisión, a causa de una
acusación que por abuso de confianza se
presentó contra él.
La opinión general de los yucatecos
residentes aquí, acerca de este asunto, es
que los pocos descontentos de la
administración del Lic. Molina
aprovecharán este incidente, para presentar
al Lic. Meneses como víctima de la
“psicología;” pero que sólo se trata de una
acción judicial, en una causa pendiente en
tribunales del Estado desde hace tiempo,
según se dice, y que por consiguiente los
alardes que hagan los oposicionistas con
este motivo, no impresionarán a nadie,
favorablemente.
El Eco del Comercio, 6 de septiembre de 1905, p.
2.
LA PRISIÓN DEL LIC. MENESES.
APRECIACIONES INEXACTAS.
RECTIFICACIONES PROCEDENTES.
(REMITIDO.)
El proceso abierto contra el Lic. D. Manuel
Meneses por delito de abuso de confianza y
desobediencia a la autoridad, se ha
comentado, pretendiendo darse al asunto un
color político que dista mucho de tener.
Esta circunstancia me pone en el caso de
hacer las debidas rectificaciones y de paso
enseguida a verificarlas.
He aquí los hechos:
La señora Doña Mercedes Zavala
nombró albacea en su testamento al Lic.
Meneses, y cuando dicha señora dejó de
existir, el albacea nombrado entró en
posesión de los bienes, cobró los créditos
activos, recaudó las rentas y manejó el
negocio como quiso. Durante más de cuatro
años esperaron inútilmente los legatarios y
herederos de la testadora que el Lic.
Meneses les entregara los bienes, y,
cansados al fin, solicitaron judicialmente y
obtuvieron el nombramiento de un nuevo
albacea. El Juez de la testamentaría previno
reiteradas veces al ex albacea Meneses que
rindiera cuenta de su administración y
entregara los fondos de la herencia; pero el
Lic. Meneses, a pesar de los
apercibimientos y conminaciones de la
autoridad judicial, se negó siempre a
61 61

obedecer las órdenes de ésta, la cual, por tal
motivo, lo consignó de oficio al Juez
competente del ramo criminal. La
consignación aludida no prosperó, en virtud
de que el Tribunal Superior, de acuerdo con
el dictamen del Ministerio Público, declaró
que antes de deducirse la acción penal
contra el inculpado, era preciso usar contra
el mismo las vías de apremio del
procedimiento civil. Esta resolución
notoriamente injusta y contraria a derecho,
llenó de desaliento a los interesados,
quebrantando sus energías y de pronto se
limitaron a esperar que el Sr. Meneses les
pagara voluntariamente lo que les debía;
pero como el ex –albacea alzado con los
fondos de la herencia no daba señales de
volver sobre sus pasos, a pesar de las
gestiones privadas de los perjudicados, y
éstos nunca se han resignado a soportar la
pérdida de lo que tan legítimamente les
pertenece, hubo que volver a la vía judicial
por el camino indicado en la ejecutoria del
Tribunal Superior. En el mes de Julio
próximo anterior se promovió en la
testamentaría pidiendo el empleo de los
medios de apremio contra el Lic. Meneses.
Este, requerido de nuevo para que entregara
los fondos de la testamentaría y las cuentas
de su administración, reincidió en su
desobediencia, y entonces, con el auxilio de
la fuerza pública, se verificó un cateo en la
morada del reo, sin resultado alguno, pues
nada se encontró. Empleados así sin éxito,
los medios de apremio, el que suscribe, por
su representación, acudió a deducir en
forma la acción penal correspondiente.
Quien quiera saber hasta qué punto ha
sido criminal la conducta del Lic. Meneses,
no tiene más que acudir al Juzgado 2º de lo
Civil y consultar los autos de la
testamentaría de Doña Mercedes Zavala.
No es verdad que se trate de un asunto
sobreseído y ejecutoriado.
La circunstancia de que el reo hubiese
sido detenido algunas horas después de la
manifestación política antirreeleccionista en
que tomó parte, no es una razón para
atribuir carácter político a la acción de la
justicia, tratándose de un asunto relativo a la
perpetración de delitos comunes.
El papel político que está desempeñando
actualmente el responsable no debe servirle
para quedarse con el dinero ajeno ni puede
libertarlo de la pena que se merece.
Si el abogado que patrocina los derechos
incontestables de los herederos perjudicados
es Diputado y, además, Presidente del
Congreso del Estado, tampoco es ésta una
razón para que a sus clientes no se imparta
la justicia debidamente.
Y, sobre todas estas circunstancias, está
la consideración de que el señor Juez
primero de lo criminal que mandó abrir la
averiguación, Lic. D. Luis María Aguilar, es
un funcionario público que está sobre toda
sospecha de parcialidad o de pasión política,
y que por su ilustración, por su probidad y
su rectitud, está justamente acreditado como
una sólida y positiva garantía para la
sociedad en el ramo de su incumbencia.
No han regresado aquellos deplorables
tiempos en que la pasión política arrastraba
a actos completamente reñidos con la
cultura y la justicia.
Hoy, la sociedad yucateca lo sabe
perfectamente bien: los tribunales del
Estado dan a cada uno lo suyo sin que en
sus resoluciones influya nada que no sea la
exacta aplicación de la ley.
Arturo Castillo Rivas.
El Eco del Comercio, 6 de septiembre de 1905, p.
2.
ASEVERACIONES FALSAS, LOS
PUNTOS SOBRE LAS ÍES.
Desde el inicio de los trabajos de los
enemigos del patriotismo, que luchan por
nulificar el ideal de la reelección del Sr. Lic.
D. Olegario Molina quien, con verdadero
62 62

afán ha venido emprendiendo el trabajo
laborioso y difícil tarea del adelanto moral,
material e intelectual de nuestro querido
Yucatán, desde el inicio de ellos, decimos,
han comenzado sus antipatrióticos trabajos
empleando el engaño, la seducción y las
promesas, a fin de conseguir firmas,
arrancando compromisos para elegir un
candidato que aún no se da a luz.
Han dicho que el Sr. Gral. Bravo venía a
sustituir al Sr. Lic. Molina en el Gobierno,
porque se sabía públicamente que el
intrépido pacificador de los mayas rebeldes
iba a Mérida a recibir un premio que su
valor jamás desmentido había merecido,
pretextando que el Sr. Gobernador
constitucional debía solicitar licencia para
un paseo de recreo el 5 de Mayo último.
También dijeron que se debía encargarse
del Gobierno el anciano D. José María
Iturralde, como si los que tal cosa dicen,
tuvieran la facultad de nombrar sustitutos de
Gobernadores, y resultó falsa la
aseveración.
Igualmente aseguran que las autoridades
han ejercido presión, obligando a
ciudadanos a hacer viaje a Mérida para la
manifestación del 10 del mes pasado,
cuando es de todos sabido que los que
concurrieron al acto de dicha manifestación,
lo hicieron espontáneamente
correspondiendo a la invitación atenta y
cortés del Directorio y de los Comités
reeleccionistas, de la Unión Democrática y
debido a la aceptación unánime de los
ciudadanos en dar su voto al egregio Lic. D.
Olegario Molina, brotó el entusiasmo y
concurrieron más de ocho mil personas a la
manifestación, quienes, al oír la aceptación
del Sr. Lic. Molina asegurando con ella la
continuación del progreso de país,
aplaudieron y avivaron al Gral. Presidente
de la República, Don Porfirio Díaz quien ha
implantado la paz en esta Nación. Sin
embargo de estar convictos de su
impotencia, amenazan, cuentan que han
triunfado con solo la manifestación del día 3
del presente mes, como si de las urnas
electorales se hubiesen sacado para el
escrutinio los cuarenta mil votos de los
yucatecos, y por tanto la H. Legislatura
debe hacer la decantación del candidato
oculto de la antirreeleción. Han triunfado y
aún, no saben quién es el candidato. Esto
causa risa porque parece que es un juego de
niños, pues conversan a gusto sus triunfos,
con el objeto de recoger firmas buscando así
prosélitos para aumentar partidarios a su
causa.
Uno de los antirreeleccionistas de esta
villa, corresponsal antiguo de cierta hoja,
valiéndose de un error de la oficina de
telégrafos o del cajista de la prensa que
publicó telegramas de los comerciantes y
señoras de esta villa, cambiando nombres,
dijo que se suplantaron firmas por la razón
de no existir Avelina Blanco, Cándida
Carrillo de Ruiz y que Luis Mendoza no
sabe firmar.
Vamos a explicar para conocimiento del
público. La señorita Amelia Blanco firmó y
Dª. Cándida Carrillo de Ruz también se
prestó deferente a suscribir telegrama
dirigido al progresista Sr. Lic. D. Olegario
Molina el día 10 de Agosto pasado,
felicitando al pueblo yucateco por su
reelección, asegurando por cuatro años más
su encarrilamiento en la vía del progreso. El
Sr. Luis Mendoza, persona honorable,
también firmó, porque sabe firmar cosas de
importancia, de interés común, y no
suscribe papeles injuriosos contra
reputaciones inmaculadas como el
corresponsal de marras.
¿Cómo no ha de conocer a la Srita.
Aurelia Blanco y a la respetable Sra. Dª.
Cándida Carrillo de Ruz el mencionado
corresponsal? Pues las conoce; la primera es
hija del honorable comerciante D. Pedro
Blanco, a quien en una ocasión en estado
alcohólico, persiguió en la calle 21, espada
en manos y a Dª. Cándida le dio un buen
susto, porque en igual estado, en otra
ocasión, disparó su arma de fuego a la
63 63

puerta de su casa. Esos hechos fueron
públicos y notorios en esta villa y le
abrieron, por lo mismo, las puertas de la
cárcel.
Pero cuando el cerebro no está quieto se
siguen las travesuras y hasta hoy no
escarmienta el Corresponsal: continúa sus
labores indignas, con chistes malos para
ridiculizarse.
Justo es consignar que el buen señor
marchó a la manifestación del día 3 de los
corrientes acompañado de otros que tienen
causas poderosas para oponerse a la
reelección del Sr. Lic. Molina, para borrar
huellas lastimosas, pues uno de tantos está
notificado para que entregue quinientos
pesos que corresponden a fondos de
beneficencia y hasta la fecha, según parece,
no ha cumplido la notificación. Tal vez
estará aguardando a que tome posesión el
candidato ignorado de la antirreelección
para disponer ad libitum de los quinientos.
De los otros que marcharon, el que menos
figura su ilustre nombre en el “Diario
Oficial” en las relaciones de multas
impuestas por infracciones a la ley. Amieus
Plato, sed magis amica veritas.
FRAY VERDAD.
Sotuta, Spbre. 13 de 1905.
El Eco del Comercio, 16 de septiembre de 1905, p.
1.
DONDE MENOS SE ESPERA…
¿Quién hubiera podido figurarse que nuestra
información imparcial, verdadera por todos
conceptos, de la manifestación política del
domingo último, causara tan grandes
estragos en el ánimo del periódico de D.
Francisco Cantón, a tal grado que se
revolviera furioso contra “El Eco del
Comercio”?
Confesamos ingenuamente que ni de la
manera más remota sospechamos que a
nadie pudiera mortificar la narración de un
hecho tan público como el de la
manifestación aludida y el del carácter que
sin embozo asumieron los manifestantes. Y
tanto menos motivo ha habido para suponer
posible esa modificación, cuanto que, desde
sus primeros trabajos, el grupo de
antirreeleccionistas no ha disimulado ni
parece haber pretendido tal cosa, su
adhesión constante al señor Gral. Cantón.
Parece, sin embargo, que fue gran
pecado en nosotros consignar en nuestras
columnas lo que a voz en cuello gritaban los
manifestantes, y lo que en letras muy gordas
y muy grandes pregonaban varios de los
estandartes que ufanos ostentaban en su
procesión antirreeleccionista los
cantonistas, puesto que tal circunstancia ha
servido de pretexto al más caracterizado de
los periódicos asociados en la política de
obstrucción para desahogar contra nosotros
la furia de sus apasionamientos de bandería
personalista.
Todos los que presenciaron el desfile de
los manifestantes, vieron, como lo vimos
nosotros, los estandartes con “vivas” al
“eximio Gral. D. Francisco Cantón,” “al
héroe de la Paz, Gral. D. Francisco Cantón,”
y otros semejantes alternando con algunos
otros en que se aclamaba con pomposos
dictados a D. Manuel Meneses, a D. Tirso
Pérez Ponce y a otros más. Todos también
oyeron, como nosotros, las aclamaciones,
los “vivas” (vítores les llama el periódico
cantonista) en consonancia con las
inscripciones de los estandartes, y nadie ha
debido extrañar que hubiésemos relatado lo
visto y oído por nosotros y por todos los que
acudieron a divertirse contemplando aquella
curiosa manifestación, a la que tanto curioso
se unió para observarla en todos sus
detalles.
Dice el diario del Sr. Cantón, y dice
bien, que hubo otros estandartes con
inscripciones a que no hicimos referencia,
que se escribieron vivas a personalidades
que ya no pertenecen al mundo de los vivos,
64 64

como Hidalgo, Juárez, el Gral. Palomino y
D. Manuel Romero Ancona, y a ideas
negativas, como la no reelección. En efecto:
no creímos necesario apuntar ese
contrasentido de “avivar” a los muertos,
porque no tuvimos intención de marcar
ninguna de las notas cómicas de la
manifestación, que el público ha comentado
a su sabor en los corrillos. Tampoco
hicimos constar que en uno o en dos de esos
estandartes se escribieron “también” vivas
al Sr. General Díaz, precisamente por eso
que dice el periódico a que nos referimos:
porque se veía claramente ese “también” en
la forma que se dio a esa interpolación de
vítores.
No tenemos inconveniente en ampliar
nuestra información en el sentido que
apunta el órgano del cantonismo: es cierto
que las aclamaciones y las inscripciones de
los manifestantes no fueron únicamente al
Gral. Cantón, y que acompañando a éstas,
que fueron las más numerosas, las hubo
para D. Manuel Meneses y para D. Tirso
Pérez Ponce, así como para los muertos ya
nombrados y para la antireelección; pero no
por eso deja de ser cierto cuanto
informamos antes, aunque menos
detalladamente.
Dice también ese periódico, que es una
falsedad que los manifestantes se hubiesen
detenido en la calle 59, frente a la casa de su
propietario, y que allí se hubiese extremado
la nota de cantonismo que caracterizó la
manifestación; y agrega que la intención de
esa pretendida falsedad, es bien clara. Si el
periódico aludido no declara cuál sea la
intención que nos atribuye, nos quedaremos
en ayunas de lo que sospecha sin
fundamento, puesto que no habiendo tenido
intención especial, fuera de la de informar,
con verdad como lo hicimos, no nos es
dable adivinar la que se nos quiere atribuir.
Y no solamente esa escondida intención
nos achaca el diario de D. Francisco, sino
que afirma que todos saben, “El Eco”
inclusive, y que lo saben a ciencia cierta,
que el Sr. Gral. Cantón está absolutamente
apartado de la política. Aunque el que el Sr.
Gral. Cantón esté o no esté absoluta o no
absolutamente apartado de la política, cosa
que no sabemos ni de ciencia cierta ni de
ninguna otra manera, nada tiene que ver con
la verdad de nuestra información, en la cual
ni hemos afirmado ni negado la parte que
tenga o no tenga en la oposición actual, eso
no obsta para que sea rigurosamente
verdadero que el carácter de la
manifestación antireeleccionista hubiese
tenido como lo tuvo muy marcado color
cantonista en todas sus partes.
Si ese carácter y ese colorido no son del
agrado del Sr. Gral. Cantón, cosa es esa que
no nos interesa averiguar: muy libres son
los antirreeleccionistas en hacer pública su
adhesión y sus simpatías, y está muy en su
derecho el Sr. Gral. Cantón, como todo
ciudadano, tomando parte directa o
indirecta en la política del país o no
tomando parte alguna en ella.
Ni qué de malo hay tampoco en que los
antirreeleccionistas sean cantonistas ni en
que los cantonistas sean antirreeleccionistas.
Muy dueños son de ser lo que les plazca y,
no se nos alcanza el motivo de que alguien
se sulfure porque se reconozca la filiación
política de algún bando. El mismo diario del
Sr. Cantón, ¿o muestra constante y
claramente su antirreeleccionismo y no
marca a cada paso su oposición al gobierno
actual?
En el mismo artículo que nos dedica en
forma tan destemplada ¿no se descubre
acaso, sin el menor esfuerzo, lo
marcadamente antirreeleccionista del
órgano del Cantonismo cuando sin razón ni
fundamento alguno insinúa que la
manifestación del domingo último brotó del
descontento público?
Dijimos que en la manifestación
llamada antirreeleccionista desfilaron de
700 a 800 personas, y el periódico
cantonista afirma “que se hizo a esa cifra la
deducción correspondiente” (sic.). En
65 65

efecto; le corresponde una deducción que
no quisimos hacer porque era innecesaria
para comprobar lo impopular de la
oposición. Si de las ochocientas personas
deducimos el gran número de las que por
“curiosidad” únicamente o por seguir la
bola, como muchos decían, acompañaron al
grupo de verdaderos manifestantes
reclutados con grandes esfuerzos en todo el
Estado, la manifestación queda reducida a
su exigua mezquindad real.
Con esas informaciones de los
periódicos cantonistas asociados se prueba
la verdad de nuestra aseveración: Dijo el
más caracterizado de ellos que desde los
balcones de sus bodegas [que fue donde los
empleados de ese diario se agregaron a la
procesión] hasta la alameda (tres cuadras)
un mar de cabezas se contemplaba. Ahora
bien, según confiesan esos periódicos, gran
número de fuerza de policía de a pie y de
caballería precedió y escoltó a los
manifestantes; todos vimos el espacio libre
que se dejó a los músicos y a los
portaestandartes y lo poco agrupada de la
concurrencia, luego el espacio ocupado por
los manifestantes y los curiosos se redujo
considerablemente y resulta que, en todo
caso, más bien atribuimos cantidad de más
que cantidad de menos en nuestro cálculo.
El periódico del Sr. Cantón nos da dos
noticias completamente nuevas para
nosotros: que al subir al gobierno el Sr.
Molina se preparaba una tremenda
oposición que neutralizó con esfuerzo
ahincado el Sr. Gral. Cantón, y que esa
tremenda oposición nadie ha podido
contenerla hoy; ni el Sr. Cantón ni nadie.
En resumen, los antirreeleccionistas han
hecho cuanto ha estado de su parte por
significar su adhesión al Sr. Gral. Cantón y
los cantonistas no han cesado de
manifestarse antirreeleccionistas en sus
órganos asociados de la prensa; pero según
parece no quiere el periódico de D.
Francisco que se digan las cosas por sus
nombres.
Si serán anticantonistas hasta los pocos
antirreeleccionistas y ya no quedara ningún
cantonista! Si así fuere y así desea que lo
consignemos el diario de que nos ocupamos
no tiene más que decirlo. ¿Quién quita y le
demos gusto?
De todas maneras, nadie con mejor
carácter que el periódico de D. Francisco
para protestar contra la convicción pública
de que el cantonismo y la antirreelección
son una misma cosa y que la oposición
actual, por nadie contenida (sin prosperar
por eso) se compone de los mismos
elementos cantonistas de que hubiera estado
formada esa abortada oposición anterior de
que nadie había tenido noticia, si no es hoy
que pretende hacerla valer el órgano de la
actual.
El Eco del Comercio, 9 de septiembre de 1905,
p. 2.
EL PERIÓDICO DE D. FRANCISCO SE
DESCUELGA POR SUS BALCONES.
Vencido por la fuerza de la verdad en su
empeño de negar lo que salta a la vista, y no
encontrando otra salida posible, el órgano
del cantonismo se descolgó por los balcones
que inadvertidamente le dejamos francos. Y
aunque dicen que “al enemigo que huye,
puente de plata” no queremos considerar
como enemigo a ese periódico, por más que
en ello se empeñe, y no dejaremos sin
respuesta cortés las caricias que con sus
uñas nos prodiga. Afortunadamente sus
intentados rasguños no llegan a la
epidermis.
No se nos alcanza el motivo de tantos
aspavientos porque llamemos cantonistas a
los amigos políticos del Gral. Cantón que lo
han venido aclamando, vitoreando,
avivando, (¿cómo quieren que se lo
digamos?)… en sus juntas
antirreeleccionistas. Debería agradecernos
el periódico de D. Francisco el que demos a
66 66

conocer a los adictos al cantonismo que hoy
tremolan la bandera de la no reelección. Si
como sólo sabemos los nombres de unos
cuantos, muy conocidos algunos, poco
conocidos otros y desconocidos los demás,
supiéramos los de otros que seguramente
por modestos se ocultan, los daríamos a
conocer también sacándolos de su
vergonzante actitud, a la luz del día, para
reconocerles públicamente el derecho que
tienen de manifestar sus simpatías tan
francamente como todos debemos
manifestarlas cuando no tenemos porque
ruborizarnos de ellas.
¿Por qué hablamos de negar, si
fuéramos cantonistas, nuestra oposición a la
reelección, ni porque, si manifestáramos
públicamente esa oposición habríamos de
ocultar nuestra filiación al bando
cantonista? Francamente, es incomprensible
ese afán de pretender que se vea desunido lo
que todos ven estrechamente ligado. Los
que proclamamos la reelección, justificamos
nuestro patriotismo proponiendo un
candidato que nos honra y ejercemos
tranquilamente nuestro derecho sin atacar
los derechos de los que piensen de otro
modo ni oponernos a que propongan un
candidato que los honre a ellos.
¡Qué mal habría en que los cantonistas
se manifestaran francamente
antirreeleccionistas ya que los
antirreeleccionistas se han manifestado sin
embozo cantonistas?
Nos dirán que cada quien es dueño de
ser lo que más le plazca y parecer lo que
quiera; y dirá muy bien quien tal diga; pero
dirá perfectamente también quien diga que
es muy dueño de decir lo que ve aunque
verá más de lo que quieran mostrarle; y
como nosotros hemos visto todo lo que
vimos, lo que nos mostraron y lo que no
pretendieron mostrarnos los manifestantes
de marras, dijimos lo que dijimos y nos
ratificamos en lo dicho.
Vimos de frente la manifestación
cuando la vimos venir hacia el sitio que
escogimos para verla pasar, y la vimos de
espaldas cuando hubo pasado y se alejó de
aquel sitio.
Cuando la vimos de frente, vimos
solamente dos cartelones avivando al Sr.
Gral. Cantón; pero cuando vimos el reverso
de los estandartes, pudimos ver que todos, o
casi todos ellos, estaban dedicados al
“invicto,” al “eximio,” al “ilustre,” al
“progresista” General D. Francisco Cantón,
con otros dictados como el de “Héroe de la
Paz,” “Defensor de la integridad del
Estado” etc., etc.
Se empeña el diario de Don Francisco
en demostrar que el Sr. Gral Cantón está
completamente apartado de la política, y
dice, en apoyo de su afirmación que cuando
se verificó la manifestación tanto el Sr.
Gral. como su hijo estaban ausentes de
Mérida. Nadie que sepamos ha dicho que el
Sr. General Cantón tenga parte en la actual
política de oposición ni que sea el jefe de
los antirreeleccionistas, y es
verdaderamente extraño que el órgano del
cantonismo demuestre tanto empeño en
probar lo que nadie ha contradicho. Ya
dijimos nosotros, y cabe repetirlo, que no
tenemos interés en averiguar lo que no nos
importa. Más aún: para que se convenza el
periódico de D. Francisco de que ninguna
intención escondida nos impulsó a informar
a nuestros lectores del carácter cantonista
que tuvo la manifestación, hacemos constar
que, en efecto, el Sr. Gral. estaba ausente en
los momentos de la manifestación: estaba
en Motul, y en esa ciudad estuvo también
antes de la manifestación, cuando se trataba
de reclutar manifestantes en todos los
partidos del Estado. También el sobrino del
Sr. General, Director del periódico
cantonista, estuvo esos días en Valladolid,
después de varios años de ausencia de dicha
ciudad, y también otras personas estuvieron
ausentes de Mérida por esos días. Pero esas
ausencias, aún en aquellos momentos, sólo
prueban que los ausentes lo estaban y nada
respecto del carácter de la manifestación.
67 67

Los que fueron a esas poblaciones fueron a
lo que fueron, y no porque hubiesen ido a
donde mejor quisieron y a lo que más les
plugo, puede ser eso motivo para insidias ni
para colgar mochuelos a nadie, ni a los que
se descuelgan por donde pueden.
Dice el periódico del Sr. Cantón que por
más que muchos simpatizadores del Sr.
General D. Francisco sean componentes de
la antirreelección (sic); no conseguiremos
hacer creer que dicho Sr. General tenga algo
que ver con la antirreelección. ¡Vuelta con
la pesadilla! ¡Si ya hemos dicho y repetido
que no hay tales carneros! Ningún empeño
tenemos en que se crea ni en que deje de
creerse nada. Allá se las haya con el público
el periódico cantonista, y ojalá consiga
hacerle creer lo que él (el periódico) sabe a
ciencia cierta según dice. Es indiscutible
que, el que los antirreeleccionistas hubiesen
querido tener qué ver con el Sr. General no
quiere decir que dicho Sr. General tenga
que ver con la antirreelección, aunque tenga
que ver a muchos simpatizadores que
componen la antirreelección. ¡Quiera Dios
que la compongan!
Pero basta de cantonismo
antirreeleccionista y, de antirreeleccionismo
cantonista, y vamos a lo nuevo del
periódico antirreeleccionista de D.
Francisco.
Al hablar de lo nuevo no nos referimos a
que nos llame falsarios despreciables,
turiferarios, pagados, etc.; eso es viejo, es
idiosincrásico en ese periódico y no nos
llama la atención. Siempre, a falta de
razones ha acudido a ese lenguaje al que
llama “tapabocas.” Y tapabocas es en efecto
para nosotros porque aunque no siempre
podemos librarnos de oír ese lenguaje,
cerrada siempre está nuestra boca para
usarlo. Cada quien con lo suyo.
No es tampoco lo nuevo el que nos
hubiese llamado desagradecidos de soñados
¡él! Tan agradecido de bienes reales que
saboreó a su gusto y cuyo recuerdo le dura
tan grato que sueña con que otros lo gozan
como él lo gozó.
No: no es eso.
Lo nuevo, lo nuevecito, lo que hace bien
en decir para que se sepa, es que no debe
extrañarse su conducta actual, porque, dice,
siempre ha llamado la atención acerca de
los abusos haciendo responsable al que los
comete, y que si hoy se ha visto en la
necesidad (Dios la saque de ella) de
proceder así con más frecuencia, no es culpa
suya y que se deja en el tintero muchas
quejas contra las autoridades por no
recargar la nota.
Respecto de su conducta actual, ni nos
extraña ni queremos comentarla por hoy.
Pero de la que observó el periódico de Don
Francisco cuando en otros tiempos era del
sobrino del General, podemos decir, que no
solamente no quiso recargar esa nota a que
hoy se siente obligada, sino que se dejó en
el tintero cuanto a esa nota se refiere, ya se
tratara de juegos prohibidos, de policía
disfrazada que acometía a periodistas en los
portales de la plaza principal, de
persecuciones a la prensa por denunciar
esos abusos y de otras muchas cosas muy
negras, más negras que el contenido del
tintero en donde las dejó. Bien hizo en dejar
esas negruras cuyo triste recuerdo ha
despertado.
En tono que parece amenazante, no
decimos que lo sea, nos dice el periódico de
Don Francisco lo que sigue: “Se ha hecho
propósito (el Sr. Gral. Cantón) de estar
apartado de la política y BIEN SABIDO ES QUE
SI ÉL QUISIERA TOMAR PARTE EN ELLA,
NUMEROSOS AMIGOS SUYOS QUE HOY
SIGUEN SU EJEMPLO ENTRARÍAN TAMBIÉN
(este también vale un mundo) Y DARÍAN UN
CONTINGENTE PODEROSO EN LA PRESENTE
LUCHA ELECTORAL.”
Bien haya ese prudente propósito que
nos garantiza la continuación de la era de
paz de que disfrutamos, porque aunque
creemos que ya pasó la época desgraciada
de pronunciamientos, sediciones y
68 68

evueltas, que las espadas que el verdadero
héroe de la Paz convirtió en rieles no
surgirán de nuevo contra esa paz
convirtiéndose esos rieles en armas
revolucionarias, siempre es más consolador
saber que existe en quien puede el propósito
firme de apartamento absoluto.
Líbrenos Dios de toda clase de
revoluciones. No nos gusta la guerra ni la
económica de valores que se llama
especulación, porque las acciones y los
combates hacen muchos males
irremediables y dejan muy tristes recuerdos
que no se borran fácilmente. Cada
revolución, en cualquier sentido, es una
bancarrota cuyas víctimas, las inocentes
sobre todo, aquellas que resultan heridas sin
combatir, no olvidan nunca sus pérdidas.
Para terminar por hoy, diremos al
periódico cantonista que ni de grado ni por
fuerza queremos casar a nadie con nuestras
opiniones ni queremos que se pretenda nada
semejante con nosotros.
Y hasta más ver.
El Eco del Comercio, 12 de septiembre de 1905, p.
2.
DECLARACIÓN DE UN
ANTIRREELECCIONISTA.
Chapab, Sept. 21 de 1905.
Sr. Director de “El Eco del Comercio.”
Ciudad.
Muy Sr. mío:
En una hoja antirreeleccionista que
casualmente he tenido oportunidad de ver
en esta población figura mi nombre entre
los del grupo de oposicionistas a la
progresista administración actual.
Es verdad que aprovechándose de la
excitación provocada en nosotros, en mí y
en otras personas, por el licor con que
fuimos obsequiados en una reunión se nos
indujo a firmar en unos pliegos
antirreeleccionistas; pero yo al menos, libre
de ese estado provocado intencionalmente
en mí, reconocí la injusticia y la falta de
patriotismo que revela la oposición y me
propuse apartarme absolutamente de ella.
Creí que publicado mi nombre una vez en el
pliego que suscribí, no se haría más uso de
él sin mi consentimiento; pero como no ha
sucedido así, me veo obligado a manifestar
públicamente lo ocurrido y mi propósito de
no permitir que se me siga contando entre
los oposicionistas, pues nunca lo fui en
realidad, ni tengo motivo para serlo; antes
bien creo sinceramente que la conveniencia
pública reclama la continuación de la era de
prosperidad y de progreso iniciado por el
honorable Lic. D. Olegario Molina.
Ruego a Ud., señor Director, la
publicación de esta carta, anticipándole por
ello las gracias.
De Ud. atto. amigo y S. S.
José Inés Salazar.
El Eco del Comercio, 10 de octubre de 1905, p. 3.
NOTICIA INSIDIOSA.
Con el llamativo título “ESTROPEADO
CON MOTIVO DE LAS ELECCIONES”,
publicó “La Revista de Mérida” una noticia
alarmante afirmando que el joven Alfredo
Sánchez del Suburbio de Santiago fue
abofeteado pro un policía y estropeado por
un grupo de personas que le cayó a golpes,
en la puerta de la tienda “La Honradez”, el
domingo último, como a la una de la tarde.
Se dice en la noticia, como motivo de
ese hecho, que Sánchez había sido citado
para pasar revista en la Comisaría de
Santiago en la mañana del propio domingo,
antes de las elecciones; que se le dieron,
como a los demás, una cinta con la
69 69

inscripción ¡Viva Don Olegario Molina! y
un botón con el retrato del Sr. Gobernador,
y que Sánchez guardó ambos objetos, en
vez de ponérselos de una manera visible,
por lo cual se le increpó y que él respondió
diciendo que no para eso, sino para lista se
le había citado.
El Sr. Jefe Político, después de haberse
enterado de la noticia, mandó formar una
información sobre el particular y, practicada
con toda diligencia y actividad, resultó que
los hechos consignados por “La Revista”,
tal vez para que, por fas o por nefas, hubiera
alguna nota discordante en las elecciones
que se distinguieron por el orden, la
tranquilidad y la independencia, son
absolutamente falsos, como declaró el
mismo Alfredo Sánchez y como testificaron
otras personas.
Nos complace consignarlo así pues
satisface mucho que la verdad triunfe contra
los esfuerzos de la mala intención.
El Eco del Comercio, 10 de noviembre de 1905,
página 2.
70 70

LA REELECCIÓN EN YUCATÁN
DOCUMENTOS Y TESTIMONIOS
I
Fue por los años de 1888 y 1889 cuando, por vez primera, se pretendió implantar el
principio reeleccionista en el Código Político del Estado, siguiendo el ejemplo que ya desde
entonces ofrecía la Constitución General de la República. El procedimiento que se ensayó
fue seguramente irreprochable desde el punto de vista de los principios democráticos: los
ciudadanos representaron ante los Cuerpos municipales pidiéndoles en razonados escritos
que iniciasen ante la Legislatura del Estado la reforma constitucional. El objeto de este
movimiento fue bien explícito, pues en esas representaciones se hacía la apología del Sr.
General Guillermo Palomino, que era entonces Gobernador de Yucatán. Hemos tenido a la
vista el voluminoso expediente formado con los memoriales de todos los Ayuntamientos
del Estado que iniciaron la reforma del artículo 45 de la Constitución política local. Pero no
se proveyó nada en el asunto, por el inesperado fallecimiento de aquel Gobernante,
acaecido el 10 de mayo de 1889.
Nueve años después, el 23 de marzo de 1897, y siendo Gobernador de Yucatán el Sr.
Lic. D. Carlos Peón, volvió a plantearse el problema de la reelección en el seno de la
Legislatura local, siendo autor de la iniciativa el Diputado Lic. D. Agustín Vadillo Cicero.
La parte final del artículo 45 de la Constitución Política –decía aquel representante del
pueblo en la exposición de motivos de su proyecto de reforma –es un obstáculo para la
reelección del Jefe del Poder Ejecutivo, una taxativa injustificable a la libre emisión del
voto público en los comicios, una restricción antidemocrática a los derechos del pueblo
yucateco; pues si se priva a éste la facultad de reelegir a un Gobernante en quien funda sus
más legítimas esperanzas de prosperidad y bienestar, se le pone en el duro caso de
renunciar a los beneficios que obtendría designando a quien mejor le parezca para regir sus
destinos.
Esta iniciativa tenía claramente el propósito de facilitar la reelección del entonces
Gobernador del Estado. No llegó ni a emitirse dictamen acerca de ella por causas políticas
que no nos detendremos a enumerar, porque no es nuestro propósito reseñar los
acontecimientos de aquella época.
Cuatro años después, el 13 de Marzo de 1901, y siendo Gobernador del Estado el Sr.
General D. Francisco Cantón, los Diputados D. Roberto Rivas, D. Marcial Echánove, D.
Joaquín Hube y D. Julio Rendón, volvieron a resucitar la abandonada reforma
promoviéndola nuevamente en el seno de nuestra Legislatura. Adoptaron en su exposición
de motivos las razones aducidas por el Diputado Vadillo Cicero e invocaron además la
terminación de la guerra de castas, resuelta por el Gobierno Federal, en cuya campaña debía
prestar importantes servicios el Jefe del Poder Ejecutivo. Tampoco prosperó la iniciativa y
tampoco nos detendremos a exponer en este lugar las razones políticas por las cuales fue
abandonada.
En la obra de reconstrucción de todas nuestras Leyes, emprendida por el ejemplar
Gobierno del Sr. Lic. Molina, tocó su turno a la Constitución Política del Estado, de la cual
71 71

se hizo una nueva codificación, suprimiendo del texto antiguo preceptos indebidamente
colocados en él, reformando otros, iniciando algunos e insertando ordenadamente las
innumerables reformas y adiciones diseminadas en publicaciones de diferente índole. La
iniciativa del Sr. Molina dio ocasión a que de nuevo se pensara en la reforma
constitucional, pues el artículo 36 del proyecto reproducía textualmente el artículo 45 de
nuestra antigua Constitución, que prohibía terminantemente la reelección del Jefe del Poder
Ejecutivo. Esta circunstancia amerita tratar detalladamente de la nueva Constitución local,
que permite ya reelegir al Gobernador del Estado.
II
El Sr. Molina expuso los motivos que lo indujeron a formular su proyecto de nueva
codificación y reformas de nuestra Constitución Política local, en los términos siguientes:
“A nadie se oculta que nuestro Código Político local ha sido objeto de numerosas reformas
que conviene refundir en el cuerpo del mismo, porque diseminadas como se hallan en
publicaciones de diferente índole, dificultan su consulta y estudio, ocasionando pérdida de
tiempo y a veces hasta perplejidad respecto de la vigencia de tal o cual disposición o
reforma. Se ha suprimido todo lo que en la actual Constitución es más bien económico o
propio de leyes especiales, orgánicas o reglamentarias, pues al exceso o existencia de
preceptos de esta clase, débese la casi totalidad de las reformas consabidas y hay qué evitar
para lo futuro el que se repitan, por lo menos con demasiada frecuencia, alteraciones en lo
que de suyo parece que debiera permanecer estable siquiera durante algunos años, ya que lo
constitutivo no es susceptible de modificaciones o variaciones sustanciales, sino pasados
largos períodos, en ninguno de los órdenes conocidos de la naturaleza. También se ha
juzgado indispensable eliminar disposiciones consignadas en la Carta Magna de la
República y cuya existencia en nuestro Código político vigente resulta superflua y por lo
tanto inútil. Una reforma importante se propone en la iniciativa para sustraer de influencias
y dependencias perjudiciales las elevadas funciones de los Tribunales del Estado: la de que
los Magistrados, Fiscal y Jueces de primera instancia, así propietarios como
supernumerarios o suplentes, duran cada uno en su encargo seis años. Me permito
recomendar muy especialmente esa parte del proyecto a la consideración de esa H.
Legislatura, siendo grandísimo el bien que reportará a los intereses individuales y en
general a la causa de la justicia, el que esas autoridades tengan absoluta independencia o la
mayor posible, de cuanto pudiera influir de una manera extraña en sus decisiones con grave
perjuicio del derecho que asiste a los ciudadanos y demás habitantes del Estado para que se
diriman sus controversias con la deseada y debida rectitud. Otra reforma sobre la cual llamo
vuestra atención, es la relativa a que los Jueces de paz sean nombrados por el Ejecutivo a
propuesta del H. Tribunal Superior de Justicia. Constan a V. H. las innúmeras dificultades
que se presentan en la práctica cuando se trata de llenar, por medio de nuevas elecciones,
las vacantes que provienen de renuncias de dichos jueces. Por otra parte, el que éstos sean
nombrados por el Gobierno, en la forma indicada, no origina inconvenientes en la
Administración de Justicia, como lo acredita ampliamente la experiencia de otros países. Se
cambian asimismo en el proyecto, el modo y tiempo establecidos para reformar la
Constitución, con el único propósito de conservar su inalterabilidad al abrigo de
modificaciones interesadas o no bien pensadas o meditadas. Lo demás que puede ser nuevo
en la iniciativa, no merece consideración o referencia especial.”
El primer dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales consultó la adopción en
general del proyecto formulado por el Ejecutivo, pero hizo reparos al artículo 36 del mismo
en los términos siguientes: “Como se ve, la Comisión acepta sustancialmente el proyecto a
72 72

que alude. Pero no ha podido conformarse con la prohibición absoluta que en el artículo 36
del proyecto condena sin restricción alguna la reelección del Gobernador Constitucional del
Estado, porque no encuentra nada que la funde debidamente, y opina que constituye un
grave mal para el país sin ninguna ventaja positiva para el mismo. El precepto prohibitivo
de que se trata inhabilita a un ciudadano para regir los destinos del Estado, y puede darse
alguna vez el caso de que ese ciudadano sea precisamente el más apto para encaminarlos al
bien de la sociedad. La prohibición expresada no cierra las puertas de la reelección a ningún
mal gobernante, porque los funcionarios de tal índole nunca tienen escrúpulo en pasar sobre
la Constitución misma para satisfacer sus ambiciones. Los buenos Gobernantes, por el
contrario, aún cuando los llamara el pueblo y quisieran acudir a su llamamiento, no se
atreverían a conculcar la ley. La prohibición, pues, resulta bastante para privar al Estado de
los servicios de un hombre sin tacha, y no lo escuda satisfactoriamente contra los atentados
de ningún ambicioso. Es eficaz contra un gobernante cuya reelección sería un positivo bien
para el país, y no lo sería contra otro que con miras personales quisiera permanecer en el
Gobierno del Estado.
La Comisión consultaría de buen grado la supresión radical del precepto prohibitivo que
combate. Pero deseando adoptar un término medio que se aparte igualmente de la
prohibición absoluta y de la reelección indefinida, propone que el citado artículo 36 del
proyecto se redacte en los siguientes términos:
Se deposita el Poder Ejecutivo en una sola persona que se denominará Gobernador
Constitucional del Estado de Yucatán. Tomará posesión el día primero de Febrero; durará
en su encargo cuatro años y podrá ser reelecto para el período constitucional inmediato
siguiente. El Gobernador que una vez hubiese sido reelecto, no podrá ser reelecto ni elegido
de nuevo, sino después de un período constitucional igual al último en que hubiere fungido
con tal carácter. La elección del gobernador será siempre popular directa.
Con esta modificación única, la Comisión dictaminadora propone al Congreso que
acoja y eleve al rango del ley el proyecto que ha sido objeto de su estudio.”
Con muy buen sentido, tratándose de un asunto de tanta trascendencia y estimando que
sería útil provocar las manifestaciones de la opinión pública, la Legislatura acordó el
trámite de prensa tanto al proyecto cuanto al dictamen emitido, fijando su segunda lectura y
discusión para el período inmediato de sesiones.
La prensa correspondió dignamente al llamamiento de la Legislatura, pues con ocasión
del proyecto se publicaron interesantes estudios en pro y en contra, que de mucho sirvieron
para ilustrar la opinión no sólo de los representantes del pueblo en el seno de la Cámara
local, sino de todas las personas que se interesan por la cosa pública.
La modificación del texto del artículo 36 del proyecto en los términos propuestos por la
Comisión de Puntos Constitucionales, provocó también discusiones en la prensa y dio
ocasión a que se manifestase elocuentemente el sentimiento de la opinión pública en lo
referente a la reelección del Sr. Lic. D. Olegario Molina. Durante el receso de la Cámara se
hicieron exposiciones ante ella, suscritas por ciudadanos de todas las municipalidades del
Estado. En esas exposiciones se pedía la adopción de la reforma del artículo 36, en el
sentido de permitir la reelección del Jefe del Poder Ejecutivo y en los términos que propuso
la Comisión de Puntos Constitucionales. No se había iniciado aún el movimiento político
que precede a la renovación de los Poderes Públicos del Estado y ya, con ocasión de esta
reforma, pudo augurarse que el pueblo yucateco deseaba la continuación del Sr. Molina en
la Jefatura del Poder Ejecutivo. Las numerosas exposiciones que, cubiertas por millares de
firmas, recibió la Legislatura, contienen la enumeración de los hechos administrativos del
73 73

Sr. Molina, sus títulos a la gratitud de todos los yucatecos y el voto anticipado de todas las
clases sociales a favor de tan prestigiado Gobernante. Así fue que, cuando llegó el
momento de ser discutido y votado el nuevo proyecto, la Comisión de Puntos
Constitucionales, al emitir nuevo dictamen, pudo decir, entre otras cosas, lo siguiente:
“Cuando los Diputados que suscriben hicieron el primer estudio del proyecto de reformas,
objetaron desde luego el principio antirreeleccionista consignado en su artículo 36, y
propusieron que la reelección del Gobernador se lo permitiera, cuando menos, para un
segundo período constitucional. Al proceder así, tuvieron por norte no sólo sus propias
convicciones, sino también las manifestaciones de la opinión pública, que de años atrás
había venido pronunciándose en tal sentido. Hoy, en vista de los antecedentes que existían
en esta Cámara y que han sido acumulados al expediente de su estudio, se afirman y
ratifican en su primer dictamen con la satisfacción de verse alentados y apoyados en este
punto por las numerosas representaciones que el Congreso ha recibido de casi todas las
poblaciones del Estado.”
He aquí cómo llegó a formar parte de nuestro Código Político el discutido precepto que
autoriza ya la reelección del Jefe del Poder Ejecutivo.
José Inés Novelo, Yucatán, 1902 -1906, Mérida de Yucatán, 1907, Imprenta Gamboa Guzmán, pp. 466 -
471.
LA REELECCIÓN DEL SR. MOLINA.
I
La Constitución Política del Estado, codificada y reformada a iniciativa del Ejecutivo, fue
promulgada el 23 de marzo de 1905. Este año era el último del período constitucional del
Sr. Molina. Y a con ocasión de la reforma del artículo 36 del nuevo Código Político, hemos
visto que de todas las poblaciones del Estado se elevaron manifestaciones a la Legislatura,
pidiendo que se estableciese el principio de la reelección, a fin de que legalmente pudiese
ser reelecto el Sr. Lic. Molina. La era de moralidad administrativa y de fecundas mejoras
que iban transformando la faz del Estado, de mejoras que no sólo en la ciudad de Mérida
sino aún en las poblaciones de más escasa importancia denunciaban el vigoroso empuje de
una gestión administrativa cual ninguna beneficiosa para el Estado, debía continuarse, no
debía interrumpirse, y éste era el anhelo común, la aspiración de todos los yucatecos
amantes del engrandecimiento de su suelo. El prestigio del Sr. Molina se había acrecentado
extraordinariamente, destacándose su personalidad respetable y austera sobre todos sus
conciudadanos. Las manifestaciones de que había sido objeto durante los años de su
Gobierno, eran prueba incontrastable de este aserto. La fama del distinguido Gobernante
Yucateco, no sólo se había extendido por todos los ámbitos del Estado de Yucatán, sino
que, salvando sus límites, se había propagado en la República entera y en el extranjero. No
era discutible, por tanto, que en los próximos comicios obtuviese el Sr. Molina el voto de la
absoluta mayoría de sus conciudadanos. Así fue que, cuando en los últimos días de Marzo
se constituyó solemnemente la primera Junta política para tratar de las próximas elecciones
de los Poderes Públicos, las ideas que se emitieron para normar los trabajos, descansaban
74 74

en la convicción unánime de que el Sr. Molina contaba ya anticipadamente con la opinión
pública para su exaltación al Gobierno del Estado por un nuevo período constitucional. No
se trataba, por consiguiente, de hacer propaganda política a favor del candidato de la
reelección. La reelección era un deseo ardientemente acariciado, no como acontece
frecuentemente, por los empleados del Gobierno que perciben sueldos del Erario, sino por
la sociedad yucateca en todas sus jerarquías y elementos integrantes. Los votos por la
continuación en el Gobierno del ilustre candidato de la reelección, habían sido en otras
ocasiones manifestados públicamente en actos solemnes en que la sociedad yucateca le
había tributado homenajes de admiración, de aplauso y de gratitud, como jamás los
recibiera gobernante alguno de Yucatán.
Tan cierto es que la reelección del Sr. Molina era el propósito y la aspiración de la
sociedad en general, que cuando en marzo de 1905 se instaló en la Capital del Estado la
primera Junta para tratar de las próximas elecciones, asistieron a ella personalidades
distinguidas de todas las clases sociales que no habían tomado participación en los asuntos
políticos en otras ocasiones. Y tan cierto es que la reelección del Sr. Molina se consideraba
hecha anticipadamente en el criterio público, que la “Unión Democrática del Estado de
Yucatán,” nombre que tomó la Junta política que asumió la dirección de los trabajos
electorales, al formular el programa de éstos, pudo decir con absoluta confianza lo siguiente
que copiamos de las Bases VI y VII de dicho programa: “La agrupación política que
constituimos se siente fiel intérprete de la mayoría de los ciudadanos yucatecos, y sólo la
impulsa el deseo de que el ejercicio del sufragio en los próximos comicios, se verifique de
una manera vigorosa y entusiástica, aunque siempre en los términos de la ley. En
consecuencia, la “Unión Democrática” se limitará a procurar que las profundas simpatías
que a favor de nuestro candidato existen diseminadas en todo el Estado, se condensen y
formen una manifestación elocuente que haga el esplendoroso triunfo de nuestros
propósitos. Los trabajos de la “Unión Democrática del Estado de Yucatán” tienen por
objeto principal, no tanto hacer llegar la convicción de la excelencia de la causa que
sostenemos, al ánimo de nuestros conciudadanos, pues éstos, en su inmensa mayoría,
piensan y sienten con nosotros, cuanto tener, como yucatecos, la satisfacción de formar un
expediente glorioso con los actos públicos y los servicios que a su Estado natal ha prestado
nuestro egregio candidato, y dejar a la posteridad el noble precedente de cómo demuestra
un pueblo culto su fervoroso aplauso al que se consagra con tanta abnegación y tanto éxito
al bien de sus gobernados.”
En los párrafos anteriores se reflejan fielmente el estado de la opinión pública, los
propósitos que animaban a la “Unión Democrática” y el carácter, fisonomía y naturaleza de
los trabajos políticos que se estaban emprendiendo. No era una propaganda la que iba a
hacerse. La propaganda estaba hecha, la opinión estaba formada. La propaganda estaba
hecha por el mismo Sr. Molina. La habían hecho sus actos públicos. La habían hecho los
servicios eminentes que había prestado como gobernante a su suelo natal. La habían hecho
las obras de pavimentación y desagüe de la Capital del Estado, la construcción de los
nuevos hospitales, monumentos imperecederos de su gloria. La habían hecho las obras de la
“Penitenciaría Juárez,” las del paseo “Montejo,” la reorganización de la Hacienda Pública,
la organización de todos los servicios públicos, la represión enérgica de los vicios que
corroían el seno social, la organización de la policía, la construcción de Casas –escuelas en
Mérida y en muchas poblaciones del Estado, la construcción de edificios públicos aún en
los más remotos pueblos del interior y, en fin, había hecho esa propaganda a favor del
candidato de la reelección, todo cuanto por todas partes pregona el patriotismo, la cultura y
75 75

la vigorosa e incansable iniciativa del Sr. Molina. Se trataba, pues, sólo de formar “un
expediente glorioso, para legarlo a la posteridad como un noble precedente de cómo
demuestra un pueblo culto su fervoroso aplauso al que se consagra con tanta abnegación y
tanto éxito al bien de sus gobernados.”
Y ese expediente glorioso fue formado. La “Unión Democrática del Estado de
Yucatán,” tuvo como órgano un periódico: “La Democracia.” Y este periódico constituye el
expediente glorioso que se proponía formar aquella agrupación política. En “La
Democracia” se observó como regla invariable “no herir por ningún motivo ni bajo ninguna
forma a personalidad alguna.” Un procedimiento distinto, se hubiese apartado del objeto de
aquella agrupación y no hubiese correspondido ni al prestigio y respetabilidad del ilustre
candidato, ni al prestigio y respetabilidad de las honorables personas que se agruparon en
torno de la bandera de la reelección.
“La Democracia” constituyó el expediente glorioso que trataba de formarse para legarlo
a la posteridad como un homenaje al Sr. Molina. Por eso es que en sus columnas sólo se
insertaron los documentos dirigidos a la “Unión Democrática” desde todas las ciudades,
villas y pueblos del Estado, en los cuales, los más distinguidos ciudadanos manifestaban su
adhesión en términos de entusiasta elogio a la candidatura del Sr. Molina. Por eso en sus
columnas se publicaron además, artículos que no tenían más objeto que enumerar
ordenadamente las excepcionales labores de este distinguido ciudadano. Eso fue “La
Democracia:” un expediente en que se condensó y se hizo público el voto de la mayoría de
los ciudadanos yucatecos en pro de la reelección y en que se registraron ordenadamente los
hechos administrativos en serie de artículos que ni entonces ni después fueron impugnados,
y que constituyen documentos para la historia de la era del progreso más notable que ha
tenido el Estado de Yucatán.
No reseñaremos minuciosamente los trabajos electorales que se hicieron para reelegir al
Sr. Molina. Basta para dar una idea de ellos consignar algunos documentos que
entresacamos de la colección de “La Democracia.” Tienen una significación especial, a
nuestro modo de ver, el acta de la Junta constitutiva de la “Unión Democrática del Estado
de Yucatán,” en que se inserta el Programa de los trabajos políticos, la crónica de la
memorable manifestación que todas las clases sociales hicieron al Sr. Molina el 10 de
agosto de 1905, y uno que otro artículo en que la prensa yucateca dio cuenta del resultado
de las elecciones verificadas el primer domingo del mes de Noviembre de 1905. Y con la
inserción de esos documentos damos fin a esta obra, con la cual hemos querido tributar un
homenaje al Sr. Molina, haciendo al mismo tiempo en ella la reseña de los progresos
realizados en nuestro Estado de Yucatán durante el período en que felizmente rigió aquel
eminente ciudadano los destinos de esta querida porción del suelo de la patria.
José Inés Novelo, Yucatán, 1902 -1906, Mérida de Yucatán, 1907, Imprenta Gamboa Guzmán, pp. 472 -
476.
76 76

DIRECTORIO ELECTORAL DEL ESTADO DE YUCATÁN
II
SESIÓN DEL DÍA 30 DE MARZO DE 1905.
En la ciudad de Mérida, a los 30 días del mes de Marzo de 1905, siendo las ocho de la noche, se
reunieron en la casa habitación del C. Augusto L. Peón, los ciudadanos siguientes: Augusto L.
Peón, Lic. Francisco Martínez de Arredondo, Pedro Leal Gamboa, Ingeniero Vicente Solís León,
Juan Gamboa, Dr. José Patrón Correa, General Teodosio Canto, Dr. Domingo Evia, Manuel Sierra
Méndez, José María Vargas, Gumesindo Ceballos, José Jesús Palma, Francisco Leal Milán, Lic.
Benito Ruz y Ruz, Agustín Vales Castillo, Dr. Luis F. Urcelay, Rafael Peón, Ingeniero Rafael
Quintero, Lic. Elías Amábilis, Jacinto Lizarraga, Arturo Escalante Galera, Lic. Arturo Castillo
Rivas y Lic. José I. Novelo, con objeto de constituir una agrupación política que asumiese la
dirección de los trabajos electorales que próximamente deberán verificarse en el Estado. Para
normar las deliberaciones y actos de la Junta, fue presidida provisionalmente por el C. Augusto L.
Peón, y fungieron como secretarios los CC. Dr. Luis F. Urcelay y Manuel Sierra Méndez. El
Presidente declaró abierta la sesión, y el C. Secretario Dr. Luis F. Urcelay hizo uso de la palabra,
manifestando que el objeto único de la reunión, que honraban con su presencia tan respetables
personas, era tratar de la cuestión económica local en los actuales momentos en que se ha hecho
próxima la renovación de los Poderes Públicos. Que anticipadamente un grupo de personas, muchas
de las cuales se hallaban presentes, convencido de la necesidad de que continúe fungiendo como
Gobernador del Estado el C. Lic. Olegario Molina, había iniciado trabajos preparatorios y
encaminados a desarrollar aquel pensamiento, y que habiendo alcanzado aquellos trabajos el
conveniente grado de desenvolvimiento, juzgaron los iniciadores de la idea llegado el momento de
convocar a mayor número de personas para celebrar la reunión definitiva, que era la que se
efectuaba en aquel acto. El mismo C. Secretario, insiguiendo en su información, solicitó que los
presentes manifestasen de viva voz si estaban todos y cada uno animados de idénticos propósitos,
en el sentido de realizar los trabajos conducentes a la reelección del C. Lic. Olegario Molina para un
nuevo período constitucional. Obtenida por unanimidad absoluta la aquiescencia y el voto
entusiástico de los ciudadanos presentes, el informante C. Dr. Luis F. Urcelay, continuó detallando
los trabajos preparatorios llevados a cabo y que la Junta aprobó por unanimidad. En este acto el
respetable C. Lic. Francisco Martínez de Arredondo, pidió la palabra, y refiriéndose a la
información producida, dijo que creía interpretar el sentimiento de sus honorables compañeros de
Junta al expresar que había sido escuchado con júbilo cuanto se había intentado y realizado para
preparar la reelección del C. Lic. Molina, porque como yucateco se complacía en reconocer y
declarar sin ambages, que el Estado de Yucatán había recibido extraordinario y ejemplar impulso en
su marcha de progresivo adelanto en todos los ramos del servicio público, bajo la sabia y patriótica
administración del ilustre C. Molina, y como esa causa tenía su voto, como cuenta seguramente con
el de todos los yucatecos que aman su tierra natal. En seguida, a moción del Sr. Manuel Sierra
Méndez, se procedió a asignar un nombre a la naciente agrupación política, habiendo sido acordada
la denominación de “Unión Democrática del Estado de Yucatán.” Después, el Secretario C.
Urcelay, sometió a la deliberación de la Junta el Programa de la “Unión Democrática del Estado de
Yucatán,” formulado por los ciudadanos Rafael Peón, Manuel Sierra Méndez, Dr. Luis F. Urcelay y
Arturo Escalante G. Dicho Programa, después de las discusiones pertinentes, quedó definitivamente
aprobado en los siguientes términos:
I. Se constituye una agrupación política denominada “Unión Democrática del Estado
de Yucatán,” cuyo objeto es el de trabajar en favor de la reelección del Sr. Lic. D. Olegario
Molina, para el cargo de Gobernador del Estado.
II. Pertenecerán a la “Unión Democrática del Estado de Yucatán,” todas las personas
que se adhieran a la idea reeleccionista.
77 77

III. La “Unión Democrática” será regida por una Junta que se llamará “Directorio
Electoral del Estado de Yucatán,” constituido en esta Capital, y que organizará por medio
de Comités en las Cabeceras de los Partidos los trabajos electorales. Estos Comités serán
nombrados por el Directorio, el cual podrá aumentar o disminuir el número de los
componentes cuando lo juzgue de oportunidad y conveniencia.
IV. El Directorio tendrá la sobrevigilancia y la representación de la “Unión
Democrática del Estado de Yucatán,” y todos los componentes de ésta se sujetarán a las
disposiciones que del Directorio emanen.
V. Para realizar el pensamiento reeleccionista, el Directorio hará la propaganda de viva
voz y por medio de la prensa, y procurará por todos los medios legales, la adhesión a la
causa reeleccionista del mayor número de ciudadanos en todas las poblaciones del Estado.
VI. En todos estos trabajos se tendrá como regla invariable, no herir por ningún motivo
ni bajo ninguna forma a persona alguna. La agrupación política que constituimos se siente
fiel intérprete de la mayoría de los ciudadanos yucatecos, y sólo la impulsa el deseo de que
el ejercicio del sufragio en los próximos comicios se verifique de una manera vigorosa y
entusiástica, aunque siempre en los términos de la ley. En consecuencia, la “Unión
Democrática” se limitará a procurar que las profundas simpatías que en favor de nuestro
candidato existen diseminadas en todo el Estado, se condensen y formen una manifestación
elocuente que haga esplendoroso el triunfo de nuestros propósitos.
VII. Los trabajos de la “Unión Democrática del Estado de Yucatán” tienen por objeto
principal, no tanto hacer llegar la convicción de la excelencia de la causa que sostenemos, al
ánimo de nuestros ciudadanos, pues éstos en su inmensa mayoría, piensan y sienten con
nosotros, cuanto tener, como yucatecos, la satisfacción de formar un expediente glorioso
con los actos públicos y los servicios que a su Estado natal ha prestado nuestro egregio
candidato, y dejar a la posteridad el noble precedente de cómo demuestra un pueblo culto su
fervoroso aplauso al que se consagra con tanta abnegación y tanto éxito al bien de sus
gobernados.
VIII. La propaganda de prensa se hará por medio de un solo órgano, que será el oficial
del “Directorio Electoral del Estado de Yucatán,” el cual no autorizará ninguna publicación,
aunque se diga reeleccionista, si no se ajusta con exactitud al presente programa.
IX. Los fondos que se emplearán en las campañas electorales serán formados por las
donaciones particulares de los adictos a la causa reeleccionista, y serán manejados por el
Tesorero del Directorio y por los de los Comités, sujetándose unos y otros a la superior
aprobación del Directorio.
De conformidad con la III de las Bases del Programa aprobado, se procedió a nombrar el Directorio
Electoral que tendrá a su cargo la organización, dirección y sobrevigilancia de los trabajos
electorales en el Estado. El Directorio Electoral del Estado de Yucatán quedó, por unanimidad de
votos, constituido por las siguientes personas:
Presidente, Sr. Augusto L. Peón.
Vicepresidente: Dr. D. José Patrón Correa.
Vicepresidentes honorarios: Lic. Joaquín Patrón Peniche, Lic. Francisco Martínez de
Arredondo, Sr. Antonino Bolio Guzmán, Sr. Pedro Leal Gamboa, Ing. Vicente Solís León, Sr. Juan
Gamboa.
Vocales: Dr. Domingo Evia, Sr. Manuel Sierra Méndez, Sr. José María Vargas, Sr. Martín
Peraza Pacheco, Dr. José Peón Contreras, Sr. Remigio Nicoli, Sr. Manuel Espinosa Rendón,
General Teodosio Canto, Sr. Gumesindo Ceballos, Sr. José Jesús Palma, Ing. David Casares, Sr.
Manuel Zapata Martínez, Sr. Pedro Peón Contreras, Sr. Arcadio Escobedo, Sr. Francisco Leal
Milán, Sr. Eduardo Casasres A., Sr. Elías Espinosa, Sr. Miguel Peón Casares, Lic. Perfecto Bolio y
Bolio, Sr. Juan Berzunza, Sr. Santiago Espejo, Lic. Benito Ruz y Ruz, Sr. Florencio Cano, Sr. Pedro
Castellanos León, Sr. Enrique Cirerol, Lic. José E. Cámara Chan, Sr. Luis Castellanos, Sr.
Florencio O. Martínez, Sr. Jacinto Lizarraga, Sr. Ignacio Duarte E., Lic. Miguel Martínez R., Sr.
78 78

Alberto de Zavala, Ing. Rafael Quintero, Sr. Gabino Martínez, Lic. Julián Carrillo, Sr. Crescencio
Acereto, Lic. Gonzalo Cámara.
Secretarios: Lic. Arturo Castillo Rivas, Sr. Arturo Escalante Galera, Lic. José I. Novelo.
Acto continuo el Presidente electo declaró solemnemente estar instalado el Directorio Electoral
del Estado de Yucatán. Después, a moción del SR. Manuel Sierra Méndez y de conformidad con la
8ª base del Programa de la “Unión Democrática,” se acordó la fundación del órgano oficial del
Directorio, al que se asignó el nombre de “La Democracia,” resolviendo que comenzará a ver la luz
el 10 de abril.
Fue nombrado el ciudadano Arturo Escalante Galera para entenderse en todo lo relativo a la
aparición y dirección de “La Democracia” en la fecha expresada y para fijar su redacción y
organización definitiva.
De conformidad con la III base del expresado Programa, el Directorio procedió a nombrar a los
ciudadanos que debían componer el Comité Ejecutivo de la Ciudad de Mérida, el cual quedó
compuesto de los ciudadanos siguientes:
Presidente: Dr. Luis F. Urcelay.
Vicepresidentes: Sr. Rafael Peón, Lic. Elías Amábilis.
Vocales: Sr. Enrique Espinosa, Lic. Pablo Pinto Pérez, Sr. Rogerio G. Cantón, Sr. Antonio
Zaldívar, Lic. Ramón Peniche López, Sr. Manuel Heredia Argüelles, Dr. Nicolás Cámara Vales,
Lic. Joaquín Cicero, Lic. Pedro Peniche, Sr. Nicanor Espinosa, Dr. Lázaro J. Barrera, Ingeniero
Primitivo Peniche, Sr. Ramón Palma, Dr. Eudaldo Ferráez,, Lic. Waldemaro Ponce, Sr. Ramón
Losa, Lic. Julio Laviada Peón, Sr. Manuel Rodríguez, Lic. José S. Gómez Cabral, Lic. Alberto
Urcelay M., Lic. José C. Peniche, Sr. Anastasio Novelo, Sr. Jacinto Lizarraga P., Sr. Luis Gamboa,
Sr. Felipe Ibarra y de R., Lic. Pascual Evia, Sr. Joaquín Espejo Méndez, Sr. Atilano González, Dr.
Juan Pastrana, Sr. Clemente Gutiérrez, Lic. Pastor Esquivel N., Sr. Álvaro Rosado, Lic. Jacinto
Marín C., Sr. José I. Espinosa, Sr. Manuel Heredia M., Sr. Juan Martínez H., Sr. Sebastián Heredia,
Sr. Nicanor Ancona C., Sr. Genaro Cervera.
Secretarios: Lic. Marcelino Canto P., Sr. Felipe Pérez Alcalá, Sr. Antonio Mediz Bolio.
Se acordó extender de oficio los nombramientos respectivos, y a propuesta del C. Manuel Sierra
Méndez, se dispuso circular a los Comités Ejecutivos de las Cabeceras de los Partidos unas
instrucciones preliminares para el inicio de sus trabajos.
En seguida se nombró una Comisión compuesta del C. Presidente del Directorio, de los
ciudadanos Secretarios, y de los ciudadanos Dr. Domingo Evia, Dr. José Patrón Correa y
Gumesindo Ceballos para proponer de común acuerdo el personal de los Comités de las demás
cabeceras del Partido, debiendo el Presidente y los Secretarios del Directorio, extender sin pérdida
de tiempo, los nombramientos correspondientes, acompañando a éstos un ejemplar del Programa de
la “Unión Democrática,” y de las “Instrucciones preliminares” propuestas por el Sierra Méndez.
Se acordó, por último, que el Directorio celebraría sesión los lunes de cada semana, a las 8 p.
m., en sus oficinas que se instalarán en la casa número 534 de la calle 63, y que las sesiones se
verificarán con cualquier número de asistentes. Se levantó la sesión.
Es copia. –Arturo Escalante Galera, Secretario. –Lic. José I. Novelo, Secretario. –Lic. Arturo
Castillo Rivas, Secretario.
José Inés Novelo, Yucatán, 1902 -1906, Mérida de Yucatán, 1907, Imprenta Gamboa Guzmán, pp. 477 -
482.
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