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Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

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Una pobladora se acerca dubitativa con regalos, muñecos recientemente tejidos<br />

y cosidos con lana, pero son rechazados con indiferencia. La mujer se aleja mirando a<br />

los niños sobre el hombro y se queda bajo la sombra de un árbol frondoso,<br />

observándoles con una leve sonrisa en los ojos.<br />

El día transcurre en silencio. Sólo las risas de los niños rompen la monotonía con<br />

su inocente claridad. Es como si nadie en el fuerte recordara que tiene cosas que hacer,<br />

paseándose de un lado a otro con el único objetivo de observar a los recién llegados.<br />

¿Cuándo nos dirán cuáles son nuestras labores? se preguntan las mujeres y<br />

hombres en la choza, desesperados al no tener nada que hacer. En Nascimento un día<br />

sin trabajar era un día sin comer.<br />

A eso del medio día les traen la primera comida del día, más sopa de pollo<br />

acompañada con pan y batatas cocidas. Nada huele ni sabe a excremento de monstruo,<br />

ciertamente el mejor almuerzo que han tenido en años.<br />

∞<br />

Antes del atardecer los Guardianes llaman a la puerta del fuerte. Es tiempo<br />

para la recolección del Diezmo y prácticamente todos los habitantes del pueblo se han<br />

escondido, todos menos los recién llegados de pie ante su choza, más diez hombres<br />

pálidos como la luna, encargados de levantar la pesada guillotina.<br />

Los encapuchados llevan sacos de cuero al hombro repletos con frascos de<br />

vidrio vacíos, uno por cada tres personas mayores de 13 años, no más de 30 frascos<br />

que serán trocados por otros llenos, cada uno con capacidad para un litro y medio de<br />

sangre fresca.<br />

Y traen consigo una sorpresa aún mayor, un hombre que se daba por muerto y<br />

que encontraron vagando por el bosque.<br />

Es Renato, que camina entre ellos indiferente a lo que ocurre a su alrededor,<br />

como hipnotizado.<br />

—¡Hermano! —grita Raúl Roble, que no cabe en su cuerpo de tanto júbilo. Se acerca<br />

tambaleante a su hermano menor acompañado por toda la caravana que llora de alegría.<br />

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