Corcho Loco y Otros Relatos - GuajaRs

Se estrella. Las piezas exteriores, las máquinas de inercia y sus preciados
sentidos están deshechos. El repentino cambio de temperatura acabó con todo lo que
consideraba imprescindible para cumplir con su única urgencia.
Recolecta elementos cercanos, agua salina y su propio caparazón fundido,
y construye las piezas locomotivas y sensoriales que le permitirán moverse en
este mundo de baja gravedad. No le queda mucho tiempo, debe encontrar al
hospedero cuanto antes y así quizá logre confeccionar un cuerpo viable para
sobrevivir.
No muy lejos de su actual ubicación hay una máquina primitiva. La analiza,
detecta CHON y algunos elementos más. Es lo único que hay disponible y servirá a su
propósito. No tiene más elección, las piezas recién construidas no obedecen a sus
instrucciones como debieran, puede calcular el decaimiento y cese de funciones en
escasos pulsos vitales.
Salta sobre la máquina y encuentra una superficie firme bajo el recubrimiento
acuoso. Abre una vía de entrada y desecha las piezas defectuosas, extendiendo
zarcillos microscópicos en todas las cavidades.
No comprende el funcionamiento de la máquina primitiva. No encuentra los
circuitos que controlan sus funciones. Tal vez se equivocó, pero ya es demasiado
tarde, todos sus esfuerzos se centran en seguir con vida.
Despliega nuevas estructuras basadas en CHON y calcio, no hay otro material
del que pueda hacer uso por el momento. Debe construir una red a partir de lo que
hay disponible y no tiene mucho de donde elegir.
Al rededor de la máquina hay algo de material útil, elementos de incalculable
valor, desperdigados como simple arena. Hace un último esfuerzo para atraerlos y con
ellos poder habilitar la maquinaria que creará las nanomáquinas que le proveerán de
la energía necesaria para iniciar la colonización final del hospedero.
Si pudiera decir algo, diría que está muy frustrado.
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