gazeta del saltillo - Archivo Municipal
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GAZETA DEL SALTILLO / 4<br />
CAMINOS Y TRANSPORTES<br />
EN VÍSPERAS DE LA<br />
INDEPENDENCIA<br />
ARNOLDO HERNÁNDEZ TORRES<br />
ARNOLDO OCHOA CORTÉS<br />
MIGUEL ÁNGEL CEPEDA REYNOSA<br />
* Arnoldo Hernández Torres. Economista.<br />
Nació en Saltillo en 1951. Es<br />
licenciado en economía egresado de<br />
la por la UASLP y maestro por la UNAM<br />
en 1976. Candidato al doctorado en<br />
historia por la UIA. Ha sido catedrático<br />
de la Universidad de Sonora, de la<br />
UAAAN, de la UIA, así como de la<br />
Facultad de Arquitectura y de la<br />
Escuela de Economía de la UAdeC,<br />
escuela en la que fue coordinador,<br />
secretario académico y director durante<br />
dos períodos. Es miembro <strong>del</strong> Colegio<br />
de Economistas de Coahuila y de la<br />
Asociación de Historia Económica <strong>del</strong><br />
Norte de México. Autor <strong>del</strong> libro Castilla,<br />
tierra y viento. La renta de alcabalas en la villa<br />
<strong>del</strong> Saltillo, 1777-1821. Recibió la medalla<br />
Miguel Ramos Arizpe en 1993<br />
(UAdeC). Primer ganador de la Presea<br />
al Mérito Universitario “Dr. Mariano<br />
Narváez González” en el 2002.<br />
Arnoldo Ochoa Cortés es maestro<br />
investigador de la Facultad de<br />
Economía de la UA de C y Miguel<br />
Ángel Cepeda Reynosa es alumno de<br />
IX semestre de la misma facultad.<br />
Antes de la llegada de los españoles,<br />
no había otro medio de<br />
transporte que las personas<br />
mismas para carga, eran llamados<br />
tamemes. Las personas se<br />
trasladaban a pie o en algunos<br />
lugares en canoas, aun cuando<br />
se conocía la rueda no se podía<br />
aprovechar por la falta de animales de tiro. Por ello, los<br />
españoles no encontraron caminos, sino veredas<br />
transitadas sólo por personas.<br />
La preocupación por la construcción de un camino,<br />
transitable por carros y carretas, será constante durante<br />
el periodo virreinal, particularmente el que comunicaba<br />
la Ciudad de México con el puerto de Veracruz, punto<br />
de entrada y salida hacia España. Las vicisitudes en la<br />
construcción de este y otros caminos las presenta Luis<br />
Jáuregui en su libro Los transportes, siglo XVI al XX<br />
(2004).<br />
Otros caminos de gran importancia para la Nueva<br />
España son los que comunicaban a las minas de metales<br />
preciosos con la Ciudad de México y las nuevas villas<br />
que se fundaban conforme se avanzaba en la ocupación<br />
<strong>del</strong> territorio y se volvían productoras y abastecedoras<br />
de la población trabajadora en dichas minas; aun cuando<br />
algunas de las minas se explotaban como haciendas<br />
mineras que procuraban ser de autosuficiencia. De<br />
cualquier forma, siempre habían una serie de productos<br />
que no se producían en las localidades y, por ello, era<br />
necesario el comercio de productos textiles,<br />
herramientas y otros, importados desde España o de<br />
otros países de Europa, demandados por ciertos<br />
sectores de la población con capacidad económica para<br />
pagarlos, pues su traslado los encarecía por las<br />
dificultades de los caminos y medios de transporte.<br />
El descubrimiento de yacimientos de metales<br />
preciosos se volvió determinante de la dirección a<br />
seguir en los nuevos caminos. La ruta que se marcó fue<br />
hacia el norte, lo cual hizo necesario definir un camino<br />
real por el cual se hiciera el traslado de los metales<br />
preciosos y de los productos necesarios para los reales<br />
de minas, llamado “Camino Real de Tierra Adentro”.<br />
El descubrimiento de las minas de Parral, Chihuahua<br />
definió el rumbo de dicho camino real.<br />
La necesidad de abastecimiento de las minas de<br />
Zacatecas impactó en la región, lo cual hizo necesario<br />
la identificación de un ramal <strong>del</strong> camino real rumbo al<br />
noreste, que conectara las provincias de Coahuila,<br />
Nuevo Reino de León, Tejas y Nuevo Santander con las<br />
minas de Zacatecas; igualmente, hacia el norte se<br />
conectaban los caminos de Michoacán y <strong>del</strong> Bajío.<br />
Pronto dicho camino real se preparó para el tránsito de<br />
carros y carretas para transportar pesadas cargas<br />
(Jáuregui, 2004: 26).<br />
Para los territorios más al norte de Zacatecas los<br />
caminos se prepararon sólo para el tránsito de animales<br />
y de allí el nombre de caminos de herradura, ya que el<br />
volumen y valor de las mercancías transportadas, hacia<br />
o desde esos territorios no ameritaban un camino más<br />
ancho y más parejo para el paso de carros y carretas<br />
movidos por caballos, bueyes y mulas.<br />
Zacatecas se conectaba a través de las minas de<br />
Mazapil hacia la provincia de Coahuila, la villa <strong>del</strong><br />
El Camino Real de la Ciudad de México a Santa Fe.<br />
Saltillo, con otras villas, pueblos y las haciendas más<br />
productivas como la de Santa María, Mesillas, Anhelo,<br />
Boca de Leones, Can<strong>del</strong>a y pueblos tlaxcaltecas,<br />
Santiago Valladares, El Chocolate, San Mathías, San<br />
José de Higueras, Monclova, o bien desde Anhelo<br />
rumbo a Baján, Castaño, Sardinas, Monclova, desde<br />
aquí hacia el norte, por San Francisco de Coahuila, San<br />
Miguel de Aguayo, Cieneguillas, Adjuntas, Hermanas,<br />
San Vicente El Alto, Encinas y El Álamo, o bien desde<br />
Hermanas, seguía hasta La Mota, El Nacimiento, Santa<br />
Rosa María de Lima <strong>del</strong> Sacramento, Dulce Nombre de<br />
Jesús, San Francisco Vizarrón, San Pedro de Gigedo,<br />
San Juan Bautista de Río Grande y San Bernardo; hacia