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dado todavía una muestra de vuestra cieá •
cía ea el arte de la quiromancia; y sin
embargo , sois tan apasionado á ejercerla
, que ao dudáis desplegar vuestra habilidad
ea cada coaveato ea que baceaio?
alto , auaque os cueste pasar la aoche sobre
uaa baciaa de heno.
— Gomo! ¿Me lo pedisteis autica?..,.
respoadió el gitaao ; lo mismo sois que
lodos los demás : os coatealais coa ridicularizar
los misterios que ao podéis
concebir.
— Vamos, acreditadme vuestro saber,
dijo Quiatia; y quitándosela manopla ,
le presealó la maao. "
Hayraddia examiaó atentamente todas
las líneas qne la cruzabaa, como iambien
la? pequeñas emincacias del Iroaco
de sus dedos, que se creía entonces tener
con el carácter, hábitos y fortuna
de los individuos igual relación que se
atribuye ahora á las protuberancias del
cráneo.