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contestó de la Marck , pues voy á consagrarme
obispo de Lieja; y me persuado
(uie un obispo vivo vale tres reyes muerto.^.
"
Apenas hubo pronunciado eslas palabras,
cuando se levantó sordo murmullo,
pues los habitantes de Lieja tenían en
gran veneración á los tres Reyes de Colonia
; y entre los feroces soldados del Jabalí
de las Ardenas uo dejaba de haber
algunos que les tributaban un respeto
que á ningún viviente concedían.
«No es uii ánimo agraviar á sus dibmtas
Majestades, añadió de la Marck: digo
solamente que estoy determinado á hac*'rme
obis[)o. Pasad adelante , noble
burgomaestre; sentaos á mi lado: vais
á ver con que donaire sé yo dejar una
sede vacante. Que traigan aquí á nuestro
antecesor ea la dignidad episcopal. "
Hizose en la sala un mo\ímieato para
franquear el paso al Sindico de Lieja ;