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miento de perfidia ; y eso aun contando
con que le fuese posible frustrarla. Temiendo
dar con Hayraddin en su vuelta
al convento , hizo un largo rodeo con
peligro de perderse por alguaa oíala senda
; y por este medio logró llegar á él
por distinto camino del que tomara al
salir.
Andando reflexionó detenidamente en
el modo como debiera comportarse.
Cuando oyó al mismo Hayraddin confesar
su traicioa, habia deteruiinado matarle
luego que se terminase la conferencia , y
estuviesen sus compañeros á una dlslancia
regular ; pero al oír el interés qae tomaba
en salvarle , conoció que le seria difícil
caaligar al malvado con todo el rigor
y estension que merecía su perfidia. Resolvió
pues perdonarle la vida , y aua
continuar , si dable fuese , empleándole
como guia, aunque cou todas las precauciones
necesariíis para la seguridad de la