22 B.A.TANGO Buenos Aires <strong>Tango</strong> Galería de Fotos / Photo Gallery PAREJAS/COUPLES EN EL CLUB BOHEMIOS (Fotos B.A.T.) Betty Burgos y Tito Federico Elena Daglio y Martín Gómez María del Carmen Rallo y Omar Carlos Soto Los profesores Marcela Salgado (o) y Carlos Roberto (x) con alumnos en la inauguración de un nuevo taller de baile. Fue el 7 de agosto/The teachers Marcela Salgado (o) and Carlos Roberto (x) with students in the opening of a new dance school. It took place on August 7. (Foto B.A.T.) PAREJAS/COUPLES EN EL CLUB LA INDEPENDENCIA (Fotos B.A.T.) Ana María Peralta y Lisandro Juárez Clara Sívori y Orlando Bramajo María Juárez y Roberto <strong>La</strong>ghezza Agosto - Septiembre - Octubre 2009 2
Cuento <strong>La</strong> cara de los tres tenía una extraña mezcla de tristeza y angustia, cruzaron la puerta del bar “<strong>La</strong> Abuela” de Constitución, buscando con la mirada entre las mesas. –Negro... sabíamos que te podíamos encontrar acá. –Huy que caripelas, parece que el asunto no viene bien, ¿qué pasa muchachos? –Es por Marito, sabés. –¿Qué le pasa al bueno de Mario? -Se quiere morir el paparulo, está estropeado en el Francés, con las defensas debajo de los tobillos, los fuelles silbando, el bobo laburando a reglamento y sin ganas de pelearla... decidió bajar la persiana y no hay tordo que lo convenza que todavía no es hora. Date una vuelta se va a poner contento al verte. Camino al hospital, Ernesto repasa los años de amistad con Mario, asombrándose de cómo podía querer en forma tan entrañable a un tipo con el cual no tenía casi nada en común. No fueron pibes de un mismo barrio, ni escuela, jamás compartieron un trabajo ni las familias. Cuando Mario todavía no había enviudado ni él se había divorciado planificaron algunas salidas de cuatro, que nunca llegaron a concretarse, la bohemia tanguera de Ernesto no encajaba en el organizado mundo de carrera judicial de Mario. <strong>La</strong> amistad suele tener cosas inexplicables. Los muchachos le anticiparon que se iba a encontrar con casi un finucho, un tipo sin ganas ni alma, un despojo en espera de la nada. Caminaba por pasillos blancos, vacíos de todo, sintiendo que cada uno de esos azulejos fue testigo de historias sin final feliz. Como lo hace siempre en sus momentos de dudas o debilidad, comenzó a silbar alguno de sus tangos preferidos, así cruzó la puerta de la sala. –Boga querido ¿qué joraca estas haciendo acá? –Negrito, que lindo verte –<strong>La</strong>mento no poder decir lo mismo boga, estás hecho percha, das pena mi viejo. –No me hagas reír hermano, que esto es serio, vine acá a morir –¿Cómo a morir? Dejate de joder. –Pensá un poco..... suponte que palmás y llegás al cielo, te recibe San Pedro y te hace llenar la ficha de entrada... nombre y apellido, nacionalidad.... ahí es donde te dice ¿argentino? “Maradona”, “<strong>Tango</strong>”, vos de fútbol ni sabés como se escribe y encima no bailas tango, lo ponés en un compromiso, el tipo te tiene que devolver o, peor aún, para sacarte de encima te da el pase para el horno, creo que es ese el único motivo del chabón para todavía no marcarte la partida, te está dejando acá hasta que aprendas a jugar <strong>Amistad</strong> por Roberto Aguirre robertango50@yahoo.com.ar fútbol o bailar tango, vos elegís; fútbol a esta altura mejor que lo vayas descartando. Cuando el Barba lo apure con tu ficha, sí o sí te llama y si no aprendiste a bailar tango seguro vas al horno con pitos y matracas. Pensalo hermano porque ahí posta que te encontrás con la finadita de nuevo, disculpá que chamuye así de tu ex jermu, pero vos y yo sabemos que esa ni en dope pasaba el filtro del purgatorio... ¿te imaginás? te recibe de brazos abiertos... Marito vení, soretito no sabés cómo te extrañé, y ahí papá vas a estar más entregado que croto con gripe, si los treinta años con ella acá decís que fueron un calvario, allá lo de la Tierra te van a parecer unas vacaciones en la Polinesia. En tu lugar, yo pensaría en curarme y bailar tango. Yo te voy a ayudar, antes de ir a la milonga paso y chamuyamos un poco de Arolas, D’Arienzo, el gordo Troilo; te voy a contar de Petróleo, Virulazo y como la escolaseaba un tal Gavito. Mañana te traigo un aparatito cargado con tangos, cien joyitas bailables, como para que vayas acostumbrando la oreja. ¿Sabés amigo?, a mí me gusta leer tanto como a vos, en especial poesía, y en un pedacito del bobo llevo conmigo a José Martí y a Pablo Neruda, entre otros; te los nombro porque sé que los leíste, y eso te va a hacer apreciar aún más algunas cosas que te voy a traer... Homero, Discepolín, Eladia, Cadícamo... ¿Por qué hago esto? Porque cuando salgas de esta, te voy a dar un par de clases de tango antes de llevarte a la milonga, y yo ¿sabés? no le enseño a cualquier poligriyo insensible, quiero que sepas qué vas a bailar. Ya era hora que tantos años de amistad se muestren compartiendo una de las maravillas de la vida... y me refiero al tango bailado. –Negro, quedate tranquilo, lo acabo de decidir... no me voy a morir todavía, si la cosa es como vos decís, y estoy seguro que así debe ser, que los que bailan tango van al cielo, juro que no me voy a morir sin aprender a bailarlo, y no sé si tanto por el cielo en sí, vos sabés que esas cosas menefregan, es que si Pedrito o el Barba me mandan al horno me voy a perder el placer de seguir disfrutando tu amistad, lujo que no me puedo permitir, porque esta amistad... sí vale un cielo. Gracias amigo....... por nada amigo. “Antonio Pisano y Luis Cardei” Ilustración pot Tito Villa Agosto - Septiembre - Octubre 2009 B.A.TANGO Buenos Aires <strong>Tango</strong> 23