en el principio fue américa

EN EL PRINCIPIO FUE AMERICA
Edgar Castellanos Jiménez
Finalista del Premio Juan Boscán de Poesía – Barcelona España 1973
Este libro fue publicado por Editorial Socitra, de la calle Salvadors, 22 –
Barcelona 1 - España, en 1975 y no tuvo circulación en el Ecuador, de
allí la importancia de incluirlo en esta edición.
El Periódico “La Vanguardia Española” de Barcelona, dijo en su
momento sobre esta publicación: “La poesía de Castellanos Jiménez,
con toda su fuerza expresiva y trasfondo esperanzador, responde a la
vocación de los pueblos latinoamericanos y al sentimiento de las
nuevas generaciones que buscan retomar los caminos de la Historia,
de aquella en la que el indio es el principal protagonista, como el gran
derrotado de una época, pero cuya herencia cultural y valores
ancestrales, gravitan positivamente en la nueva y común nacionalidad
latinoamericana, “común y sin fronteras/, común y sin dobleces/
para que en la trenzas de metal de América/ se desate
definitivamente el futuro.”, de acuerdo al texto de Castellanos.
La primera parte está escrito en forma de libreto teatral. Los párrafos
cortos y en negrita, son una especie de coro que se repite, mientras
que las estrofas son para una sola voz.
“¡Hombre de América!
Hombre torrente y cataclismo,
con una mordedura de llamas en el pecho.
¡Naciste de una piedra que rodaba al abismo
y eres un ventisquero con dos garras de helecho!”
GONZALO ESCUDERO

EL DESCUBRIMIENTO
EL INDIO
Ayer: Cuando mi piel
tenía la verdad de la naturaleza
y en cada poro nacía el sol
como trigo meridiano
Ayer
cuando todos conocían mi nombre
y se escribía en quipus de oro
la historia del pez y el arado
Ayer
cuando el maíz
crecía hasta la luna
y una rosa de plata
¡Piedra mayor sonaba entre los ríos
de nuestros muertos
cuánto silencio!
Y sin embargo ayer
hasta en la muerte
sonreía la abundancia Ayer
cuando el pan
multiplicaba nuestros surcos
el rebaño era uno
y el aprisco de todos
Ayer
cuando el cerro
nos cruzaba el corazón de melodías
la cosecha era azul
y el amor de canela.
¡Todo nuestro
para adentro!
¡Todo nuestro
para afuera! ¡Todo horizonte era nuestro!
monte
sol

mujer
vasija
cielo
cóndor
río
oro
¡Todo nuestro sin fronteras!
¡Hasta que llegó la carabela!
EL CONQUISTADOR
Llegaste de brisa polizonte
entre las comisuras
de una nube enferma.
En la hoja de otoño,
en el polvo de Octubre
en la esfera del sueño
¡Llegaste “mi señor”!
Con el miedo agujereado
que empuja al heroicismo
y la audacia solapada
del ingenuo... Llegaste
en fantasmas de ultra orilla
en la espada destemplada de Castilla
en un proscrito eslabón de Extremadura
en el sonido balbuciente
de una palabra nueva
en la sotana raída
de un feudal empobrecido
en la fiebre encanecida de
“hoy o nunca a la conquista”
en el último milagro dominico
llegaste inquisidor...
¡Un monólogo de angustia
estremece las orillas
y un arco iris en hilachas
cicatriza las fronteras!
EL POETA

Vengo desde el pétalo angustiado
fosilizado en letras
tras la páginas de un libro.
Llego en el temblor
de la tinta imposible
que en oxidos de angustia
rubrica los poemas.
Porque todos los caminos
conducen a la Historia... Vengo
llego y grito
en nombre de nuestro pan sin
levadura,
de la palabra desnuda,
de la tierra hollada
y de la historia enferma.
Con el canto del río
evocando una pasión silvestre.
Con el saludo del Guacamayo
en sus alas de flecos vegetales.
Con el rictus del sol
que despierta al medio día.
Con el bostezo ardiente
de un volcán en pereza.
Con el llanto del niño
y su amanecer de hoja en la
humareda.
¡Vengo para decir sembrar! Con el fresco paso de la madre
¡Vengo para escribir gritar! desatando surcos de hortalizas.
Con el grito del guerrero
-metálico y madurodespués
de su faena de tigrillo.
Con el sueño del anciano
antes y después de la cosecha.
Con la danza del shamán
para encender la noche,
y con el silencio de la noche
para escuchar la danza.
Vengo... Desde Río Grande
desandando mis arrugas
hasta el sur distante
pie agonía de la raza.

huella
EL TESTIMONIO
En la historia de los siglos
después de la palabra “vida”
nadie te nombró ni se imprimió tu
en las transparencias de la biblia.
Antes de nada y después de todo,
cuando el sueño era un fin
para empezar de nuevo,
Sin fecha desde un rincón apasionado
y sin memoria de piel rebelde e infinita
como inservible eternidad surgió de Dios la mano
arrinconada. puso una palada de amor
y se hizo tu nombre sobre el mundo
de tierra, mar y estaño
de fuego, miel y roca pura...
El continente nació
como dorso sereno de una estrella
como espiga de plata
tendida en noche de primavera eterna.
Nació América,
y al mundo le brotó
una costilla de esperanza.
II
Se abre una ruta
en busca de la nueva estrella
El camino hacía la india
es un monólogo de horizonte húmedo,
de ambición añeja
de traición elucubrada,
de lujuria sostenida.
Por eso el mar
no cree
en las estrellas Y por debajo de los sueños
otro sueño
como Magos de Oriente.

Sobre un oasis inventado
Melchor el malhechor
Gaspar para gastar
y Baltasar para asaltar
cabalgaban su codicia,
porque no trajeron...
Llegaron para llevarse
oro, incienso y canela
sobre la pinta, la Niña
y la Santa María...
III
¡Tierra, tierra!
¡Vida, vida!
¿Recuerdas ese grito?...
Tu infancia despertada América
crecía tu verdad
en templos minerales,
en la flor del colibrí
y en el regazo de los ríos.
¿Quién empujó
el mundo nuevo
hacía las barcas? Pero rasgaron tu sueño
de pueblo telúrico
para urgar en leyendas
de oro y de canela.
Quebraron tu semilla
cuando toda eras
de nosotros:
habitantes planetarios
llenos de amor y de justicia.
Y eras también
seno moreno y abundante

epartido en racimos exactos
a los días, a los montes,
a las manos del nativo
y de los ríos;
aquí y allá
como ícono eterno
del cóndor y los siglos.
IV
Inquisición para el nativo
de noches sin templanza
y corazón como gacela.
Prisión para el hombre
que crece en sueños
cultivados sin bandera,
para el creyente
en lunas sin menguante,
para el dueño de templos sin limosnas,
para el arcángel de bronce
bruñido en este paraíso.
Muerte para el que ama el mundo
el suyo para adentro y para afuera
y a sus hermanos
en la paz de la tierra.
Sangre, sotana, espada
oro, libertad, estirpe.
cubren en hueso
el apocalipsis de una raza.
¡Un dios herido
y un sol quemado
es el saldo de la Historia!
LAMENTO
¡América
virgen de colores tiernos
han herido el paisaje
de tu vientre frutecido!
¡Tu amanecer de primavera

La noche se puso sobre el nido
y un grito de odio-amor
sacudió el regazo de la pampa.
Amor de oliva y tierra tierna,
odio por el pie extraño que arrebata
ha quedado suspendido en sangre
como gota perdida
de una enferma pupila!
¡Antes de tu nombre
y de los siglos,
América la grande,
pusieron la huella enferma
de una época raquítica en tus sienes!
¡América
dónde está tu nombre antiguo,
aquél de medio día
que se nutrió de aromas,
fauna, monte, piedra,
playa, mar y hombre!
¡Dónde tu pedazo de sal
madurado en el vientre del pez
para el milagro de la barca!
Dónde la canción valiente
de lanza trasnochera!
Dónde el comienzo de tu luna llena!
Dónde la digital de tu bautizo!
¿dónde el primer día
de tu nombre verdadero?
¿Dónde está América
tu historia de raíz amanecida?
¡América de siempre
tierra y pestaña del dios dormido,
te han herido el costado
han clavado tu sueño hasta la tumba!
TEHUELCHE (Argentina)

el estuario de Tehuelche.
Por qué estrechar
el sueño de los siglos,
quebrar la historia
de bosques y de peces,
de venados de sol y plata.
Dejad que el Chaco
se haga canción de ceibo,
se estire y crezca
como Antártida en verano.
Cerrad el llanto
y que mueran las conjuras,
que otra vez como ayer
entre el blanco dolor de los apriscos
y la más alta raíz del Aconcahua
crecerá la fuerza transparente
de Tehuelche
y bajará con fuerza para abrir
el verde-dorado camino de los gauchos
para en él tejer
con primaveras de lino
y oráculos de mate otra historia
más pura y más celeste.
Argentina de ayer y siempre
en tí se enciende
la piedra profunda de la vida
donde gesta el tango su barriada.
Por tí y sobre tí empieza América
a deletrear amor y geografía.
CAUPOLICAN (Chile)
Chuquicamata, Calama,
vuestro llanto de aroma
es flor dimensional
de entraña abierta
y desbordante hasta el Pacífico

donde Antofagasta lustra
su orilla de cristal y de salitre.
Abajo
en ese sur de amor prieto
y de vena sacudida,
en esa tierra-mar
-más del mar que de la tierra-
tre ssiglos de orgía,
tres pesadillas sangrientas
gestó la historia
y multiplicó la espada
para hundir en noche larga
la porción del sueño araucano
y de Caupolicán su pertinaz vigilia.
Atrás en los filamentos
de la tarde campesina
retumba Valdivia
como tambor de guerra
y adelante Lautaro espera,
adelante impone su bravura,
allí donde la oliva aun tierna
contempla al trigo
que es oto viejo que descansa,
mientras Tucapel bebe un vino de victoria.
Chiloé tiembla en cenizas
y amortaja a Caupolicán
como mártir y caudillo
del nuevo santoral indígena.
Allí está aún
su mano de madera renovandose
tendida de regazo
para el resto de héroes degollados.
Allí está aún su espíritu
largo y enjuto como un Chile,
como un quijote de espuma
soñando y recostando sueños
sobre un Bio Bio cargado de victorias.
Allí está aún

su corazón alado de Copihue
creciendo de amor y torbellino
en la barba raíz más roja
de todos sus poetas.
ABAYUBA (Uruguay)
Arriba y hacía Oriente
donde termina el surco
y comienzan los peces.
Allí donde sembró Abayuba
un pedazo de dios
para el alma del charrúa.
Allí donde crece la sal
como bandera húmeda de plata y menta
allí creció y se hizo enrredadera
la eternidad y el cielo.
Allí se detuvo el cristal
como gota intensa
de agua prematura.
Allí en ese blanco rincón
envejecido por la Guerra Grande
se cortaron ambiciones
de norte, sur y de occidente.
Sola quedó y para siempre Oriente
como República, como bandera nueva
como costado de pájaro celeste,
como geografía transparente
donde bebe Lavalleja
su cáliz de estrenada eternidad.
Todo por tí
Uruguay de mandarina,
geometría y corazón de mármol vivo
y treinta y tres estrellas
fáciles de nombrar y de mirar.
Nunca más se apretará tu nombre
como puño cerrado, corazón en extasis
o como vena de ultrajado paraíso-

¡Nunca más!
Porque de tu embarazo de abeja
parirás un ángel guardián
para tu niña América.
TUPAJ KATARI Y LAMBARE (Paraguay-Bolivia)
Vuelvo la mirada hacia la tierra
y encuentro a la tierra
dando vueltas en torno a la tierra.
Me desespera la angustia
y la apretada forma del paisaje
cansado por crecer.
Desde sus entrañas
un afán de infinito se yergue
como árbol que se asfixia
y desgarrando horizontes
busca desde la alta distancia
una parábola, un arco iris
que mida su sed
con la estatura del océano.
¡Bolivia-Paraguay
islas vegetales
nacidas en íntimo abrazo,
siamesas de esperanza azul,
prisioneras del viento y de la rosa!
Bolivia-Paraguay
antes del recuerdo, de la lluvia,
de la semilla agonizante,
de la vena partida
como campana en media noche,
como lloro de anciano
de huesos palpitantes,
crecieron en nardo abierto
Tupaj Katari y Lambaré.

¡Antes de la guerra
del odio y los lamentos!
Antes de la queja flotante
y la palabra herida!
Antes de Alonso de Mendoza
y Juan de Salazar vuestros heridores,
antes del Chaco y toda sangre
se hizo alianza entre el cerro y el río:
¡Tupaj Katari y Lambaré
tejieron en sus dedos
ñandutis de cielo y medio día
en el más alto musgo
del Illampú y del Cóndor!
Y ayer como hoy
generaciones de labriegos
cruzan el cauce renovado
de un canto de mandioca.
Generaciones de mujeres y llamingos
transportan llamaradas de estaño
entre sus brazos y sus lomos
como luz-amor para los sueños de sus hijos.
Y ayer como hoy
Tupaj Katari y Lambaré,
minero aymara y artesano guaraní
acuñan lunas nuevas
para gastarlas en cosechas.
CAMARAO (Brasil)
Juega un aire enano
en las rodillas de la selva
y un amor de clorofila
inunda la carne de los días.
En esta selva se escribe otra esperanza.
Aquí nace el amor en verde gigante

como canto de esmeraldas,
entre agua, selva, eternidad,
pau brasil, azúcar, oro,
goma.café y cachaza.
Aquí nace el río como llanto
nervioso de los dioses,
como danza amaestrada
por el tam tam de Camarao.
Nace el sol y se estira
en su piel de telaraña
ayudando a recoger peces
barcas y luceros en cada orilla.
¡Amazonas rebelde
quién pudiera hablar
con tu ritmo adquirido
que golpea en ceniza
detrás del cacao!
¡Quién pudiera dejar
el sueño caraiba
que incinera los recuerdos!
¡Quién pudiera hablar
con la voz del arahuaco
y decir largamente
en la danza de tu orilla
boas festas a la vida!
Pero algo tan lejano
me roba las palabras
y rehace en tempestades
nombres perdidos en el tiempo.
¡Amazonas de todos
abierto de mar en mar
al comienzo del mundo
para nuevas historias!
En tus días de paz
y en tus noches de fauna
se levantan saludos
a las siembras perdidas,
se levantan recuerdos

de fantasmas rendidos
mientras un latir peregrino
va sublimando la raza
al conjuro de un nombre: Camarao.
El amor y la vida
reinjertan la historia
con voces del africa,
del asia y europa
templando el progreso,
surcando promesas
desde Jaguarao a Boa Vista.
TUPAC AMARU (Perú)
Sigue el camino amargo
en su oficio de polvo.
Una hormiga en exilio
escarba lenta la tierra
y unas décimas de Patria
va cargando en sus lomos.
Atrás queda el silencio
y en él crece una raza
que se desdobla invencible:
Tiahuanacu, Nasca, Chimuc,
como surtidores de agua nueva
regando el Tahuantinsuyo
crteciendo en jauja, Tarma y Xaquixahuana,
donde la vida del quechua
baja como puntos suspensivos
como constancia temprana
de una nueva esperanza.
Abajo
más allá del Huascarán
y más arriba del cóndor
las flores y los arados
sienten brotar heridas en el barro.
Pero el barro crecen en distancias
hasta la altura del Cuzco y Tupac Amaru.

Su signo es vencer, luchar
gritar hasta despedazar
viejos mitos y leyendas
renovar la historia y las cosechas
gritar de norte sur hasta la vida,
fundar y refundar Machu Picchu.
No importa morir
la consigna es luchar hasta libertad
desde la raíz hasta la nube
desde el amor hasta la raza.
ATAHUALLPA (Ecuador)
“Chaupi Punchapi Tutayaca”
Crecen los caminos y el recuerdo
como palabra umbilical de la montaña.
Aquí la cosecha es tierna y abrigada
como sol manchado de aguacollas,
como canción de poncho
agujereado por la flauta...
Busco las raíces de mi nombre
y encuentro la alpargata del abuelo
tejida de historias
empolvada de amores y de nombres.
Por la alpargata y su caminar
de viento antiguo
deduzco un silabario de cabuyas,
chaquiñanes orillados de arrebato:
Moyobamba, Cajamarca, Chachapoyas
primero y luego: Jarimaguas, Jeberos,
y otros nombres revestidos
de un hálito del Pastaza y del Amazonas.

En Quito
capital de los shiris y su geografía
se abre su nombre y crecen caminos de conquista.
Aquí en este ombligo mineral del paraíso
te bautizaron Atahuallpa
con el carcaj del cóndor
y el más alto dedal del Cotopaxi.
Pero dirán que es mentira los barbudos
que ha crecido en tí el pecado original
que te inventaron
y al paso de arcabuz encabritado
arrastrarán tu cruz por Cajamarca.
Paccha es la ceniza de tu rostro
y Rumiñahui el continuador de tu doctrina.
Todos esperamos
desde el amanecer del pajonal
junto al mortiño recién pintado
por el viento de los páramos
hasta la tarde del jaguar y la marimba.
En los cuatro costados de la tierra,
la nieve de los Andes,
del río azul y la palmera nueva;
desde el imbaya al saraguro
desde el shuar hasta el manta
rondando el tercer día del encuentro.
Juntos esperamos
la más fresca resurrección
porque mañana soltarán Los Llanganatis
las amarras de tu nombre
y surgirá la una nueva piedra para
eregir la Patria sin fronteras.
CHIBCHAS (Colombia)
El águila desata con sus alas
las patas de cordero de las nubes
para andar con ellas de cielo en cielo
y de rebaño en rebaño.
El Huila acicala su follaje de tacuara

ecorta los bostezos amarillos
de la orquídea y bajan todos
entre líquenes, ajonjolí y estrellas
a saludar al nuevo surco
y a la jornada mañanera de los Chibchas.
Es la hora
en que descienden ellos, los nativos
al pronto paso
del Pudú más silencioso
pero gritando
su alegría verde de cotorra.
La mañana de los Chibchas es sonrisa
y diente abierto de montaña
porque sienten que la tierra
es metal valioso de cosecha.
La tierra que caminan
es tierra de los Chibchas,
no una mancha pisoteada.
Su tierra es su alegría,
es una ola-marimba
golpeando el corazón de la guajira.
Es danza quimbaya
ardiendo en totem de esmeraldas.
Pero hubo un día
que no fueron muchos
en que pusieron cerco a la sonrisa
con dientes de pólvora y caballos
y fueron negreando su alegría.
Hundieron de mita en mita
su canción y su coraje.
Pero hubo un día
y llegaron otros
en que el águila y el sol
cansados de esperar
el grito mañanero del los Chibchas
se hundieron en la tierra
buscando otra salida.
Y entre templos de sal,
enredaderas de cristal,

andamios de tacuara
y empujones de oro
tejieron su victoria.
Desde entonces
y porque ahora el azul es verde
despues de la conquista
esta tierra es Colombia de Bacatá
del Cauca y Magdalena,
De Jiménez de Quezada,
con otras alegrías y cosechas;
ya sin el totem del amor dorado
pero crecida en bambucos de caña y viento
bordados con amor en la ruana de su canto.
CARIBES (Venezuela)
Arriba
más allá del primer hombro de esta tierra
donde el viento –más que red-
es una orquídea compañera del caribe:
nativo pescador de islas y de perlas
que resbalan en sus manos
como ayes primitivos
de esta América golpeada.
Allí en el cuenco gris del Maracaibo
los palafitos se cruzan
como gritos de madera sobre el agua,
como abrazo permanente
que entretejen los nativos,
y sus barcas como pétalos de rosa y papagayo
cicatrizan el ojal de Venezuela.
Allí el agua no sabe que juega al piano
entre perlas y petróleo.
Venezuela se hizo
en flor de Mayo y golondrinas,
de sal caribe y vuelo de gaviotas
y creció sobre piel silvestre
entre balsas y llano heroico:
desde Amacuta a San Cristóbal

Desde Amua al Amazonas
rompiendo al Tuy, Aragua,
Auyantepuy y el Orinoco
hasta crecer hombro a hombro
con la tagua del nativo
que se arrincona en Canaima
y con el mármol jaspeado
de otra raza que clareaba en Angostura.
Desde allí y desde entonces
después de los caribes y su lucha
fue Miranda el que arrimó su sueño de Incanato
contra todas las cruces y blasfemias
y entre esquirlas de fusiles,
lanzas rojas y amarillas,
cántaros enloquecidos
y barcas de dos mares
empujó la libertad
a nuevos caminos
y a sus nuevos héroes.
CUNAS (Panamá)
Atrás se despereza la hierba
cortando en dos el rocío
y también el sueño de los indios cunas,
mientras crece adelante una ruta de invierno
mas angosta que el silbo de una cigarra.
Welcome to Panama es la frase
que salta, se encoge y se estira
como gota de amor
destilada en insomnio.
La palabra se agazapa de la tarde
se hunde con el grito del guaymi,
caracolea en la piel del cuna
y mancha los dientes del negro.
La palabra cae, me persigue, me rodea

y me aparta como a isla,
como ceniza sin alas
para evacuar del abismo.
Siento que un silencio de cactus
va gastando mis sentidos
y me duele el llanto
de rincón olvidado,
mi palabra manchada en doble signo.
En Panamá la tierra es nuestra
nuestra la siembra
nuestra la canción,
nuestra el agua y la semilla,
de otros la cosecha.
¿Why?
Aquí la angustia tiñe ciegamente
de negro mate las pupilas
y arruga lentamente
sin sentido la esperanza.
Pero aún tenemos
manos crecidas de sol y barro
y un mañana ya iniciado.
¡Basta!
Con ellas devolveremos
la ración de sal a los peces,
la porción de peces al agua
y el agua a nuestros molinos.
CARIARI (Costa Rica)
En la infancia crecida
de la tierra y su cadera
-registro de amor y costa rica-
pende la última tristeza
de un Colón enamorado.
Conquistador de islas y gaviotas
descubridor de orillas y nostalgias
-nunca su planta tocó el continente-
Almirante fue de amor y sufrimientos
y un llanto secreto de algodones

pusieron en su aljiba de adioses
las manos guerreras del boruca.
¡Ay Colón, Colón!
la tierra sigue firme
la espada has olvidado en esta tierra
pero tu viaje ha terminado.
Antes de Cartago y San José
Cariarí
-último guardián de cada orilla chorotega-
ausculta a la distancia
el corazón de su volcán,
porque es allí en el centro del Irazú afiebrado
donde crecen las iras de los dioses
donde muerden gemidos de azufral
y cepas perdidass de sequoia.
Pero vuelve Cariarí
con el arco dormido de la guerra
y lo despierta en lanza templadas de esperanza
hasta llenar de cristal violeta
el amor iluminado del azúcar;
y anhela seguir desde la huella de la alfalfa
custodiando al buey y al campo.
Y desde el sol de Turrialba al hombre,
para que nunca más
vuelvan a crizar espigas desolladas
cauces ajenos y vientres remendados
de madres y sus hijos.
NICARAO (Nicaragua)
¡Detén tu vuelo
aventurero polen de los mares!
¡Descansa tu guirnalda de marisma,
tu ayuno de espuma
tu perdida costilla de ballena
y desciende abierto
a la campana del volcán
hasta quebrar la ronda de ceniza

que asfixia en huesos y silencio
la alegría de tu tierra!
Estremece tu minúscula armadura
y tu íntimo griterío de botella
con el tam tam del oro olmeca
que ronda el totem de la muerte.
¡Detén tu paso
ala de lluvia primitiva,
tú que llegaste a nube
en el pico naciente de la garza
sobre dendritas de tabaco y mariposa!
¡Desciende como gota de estrella
como arista de jade,
como líquen subterráneo, como magma
y ahoga el ovario de la tierra
en su primera gesta negra;
para que en la piel del lago
en las mismas cicatrices de Managua
vuelva a brotar el pendón de Nicarao,
recio como venda de henequén
para cubrir de paz la querella del volcán
para poblar de amor y girasoles,
de bueyes tibios
de poemas de algodón
de anchos surcos
de tabancos coloridos
de cantos morenos
de altos tapiales y ladrillos
en manos de ternura nueva
sobre el gran horizonte de esta tierra,
porque con lanzas o escudos
con rostro de amor o misericordia
volverá Nicarao a caminar nuevas historias.
LEMPIRA (Honduras)
Con el dolor iluminado de la raza
y todas las tormentas sacudidas
mordiendo la pasión alígera del viento
voy a desandar hechizos,
alucinaciones de pantanos,

silicatos dormidos,
madréporas torcidas
de vejez y espasmos solitarios
hasta llegar a los altos maderajes
donde el buho columpia su vigilia.
Y con un alto viento –sudario de la tarde-
de aquellos orillados de marimbas,
guacamayos y perdidos cafetales
llegar a las escalinatas de los Mayas
hasta la última pirámide de Copán
para desbrozar la angustiosa
letanía de los glifos,
donde guarda Lempira
el inventario de su pueblo.
Desde su más profundo polvo
donde el tiempo se detiene
a saludar otra vez con la eternidad,
entre oraciones de naranjo,
huipiles virginales
y animales que van al sacrificio,
busco el testimonio del hombre ritual
de Tegus-galpa, tierra renacida,
donde brota la fuerza libertaria de Lempira.
Allí está su voz como grito capital de un pueblo.
Allí está su canto para romper cualquier hechizo
allí está su mano de guerrero
para ahuyentar todo intento de traiciones
y hundirlas como heridas de basalto y de ceniza.
Lempirasu nombre brillará
más telúrico y redondo
que el seno profundo del Yajoa
y volverá a proyectar
en espirales de harina estremecida
como cercos de pan-amor
para el hambre y el corazón del hondureño.
ATLACOTL (El Salvador)
Guerrero alucinado
en la primera flor de cuarzo,
alfarero de altares y caminos,
tu nombre Atlacotl empieza a repartirse
entre raíces y arcángeles de jade.

Vengo a caminar contigo
todo el polvo secreto de la raza.
Vengo a encender contigo
el himno barroco de tu lanza.
A señalar contigo en Tazumal
el signo verde que empuja a las cosechas
y a desatar tu sol y tu silencio.
Tierra picoteada
por los pájaros de azufre
de todos tus volcanes.
En noches de lunas parturientas
bajaron a buscar nenúfares
y peces de de colores
sacudiendo las tibias caderas de tus aguas.
mil duendes de pólvora y caoba
desataron los caballos
que con ojos de morisco perseguido
llegaron a tus surcos a galope de conquista
y ahuyentaron el maíz
al triste laberinto de los buitres.
Tierra amor
pequeño pan y fruto abierto
para el hambre del Olmeca y los pipiles.
Después de Atlatcotl
y su muerte repartida
entre heridas y cruces del arado.
Después del vértice azul de su martirio
y la semilla caída en Cuscatlán
surgirá San Salvador
como costado inmenso y redivivo,
desde cuyas alturas
soltará la palabra libertad
manchando de rios,
lagos y esperanza
los cuencos secretos de su nombre:
¡Salvador!

TECUN UMAN (Guatemala)
Guatemala
sonrisa vegetal de medio día,
esperanza y mineral
plantada entre las aguas.
Vuelvo como ayer a recorrer
el éxodo angustiado de los Mayas.
Vuelvo a rodar mi chasqui entristecido
por los arcos azorados
de Petén y Yucatán.
Me detiene el rostro de vasija
de un viejo tzutuhuil
amasado de siglos y de estirpe.
Lo encuentro desde siempre
sentado junto al lago
templando una plegaria de espadañas
antes de que el viento derrame
su corazón antiguo de ceniza.
Me detiene la desnuda arquitectura
del Atitlán y su misterio.
En su idioma de cantera sumergida
y en su verde alfarería de quetzales
agotan los siglos el silencio...
Bajan los días a la danza
del agua y las preguntas
allí donde fustas de mimbre,
caracol y altos tocoyales
trasnportan en silencio
desde Tukal a Chichicastenango
raíces encendidas de maíz,
donde el dios de la abundancia
ilumina puntualmente
el granero común de nuestros pueblos.
Una vez más me detiene
la espada lujuriosa de la historia,
los cascos destemplados,
los espejos desollados,
los viejos arcabuces doblegantes

y la caída final de Tecun Uman
arrastrando en su dolor
el martirio de su raza.
Atitlán:
refugio abierto a las heridas
de los dioses de la lluvia.
En tí se encuentra Tecun Uman
purificando entre las aguas
su mensaje libertario
y su ancla de nostalgias.
Desde tí Atitlán:
retorna Tecun Uman cada día
a plantar con sus manos
de oro primitivo
y sus pasos de vida renovada
un trigo de paz,
un bosque de quetzales
y construye cada noche
en balcones de marimbas,
de maguey y de ocarinas
verdes notas y paisajes
como follaje crecido de poemas
para salvar tu guerra
y escribir de nuevo tus victorias.
CUAHUTEMOC (México)
Vuelvo la memoria
hacía verdes geometrías
y un trébol fugitivo
me atraviesa el alma.
Renazco entre la fiebre de los riscos
donde el águila plumón de plata
decapita en su vuelo
el ladrido serpenteante de los páramos.
La raíz teotihuacana
crece como grito profundo de mixtecas
y se levanta entre el rumor de dioses palpitantes

jeroglíficos de plata y pedrería,
alabastros y piel de sacrificios,
donde olmecas, mayas, zapotecas,
tarascos, nahuas y mixtecas
acuñaron hasta el estallido de sus venas
la herencia primordial del mexicano.
El sol enciende
en las pestañas de la tierra
el oro, la leyenda y la codicia.
Un himno tambaleante de herraduras
estalla en la dermis del Anáhuac metálico
y en su cascabel se esparcen
altos nombres de conquista.
Un viento de ceniza
arrebata mi palabra y me arrastra
en un flujo de generaciones
al exorcismo de las lanzas
donde el cuarzo afila
el grito permanente de la guerra.
Cortés –el segundo de Grijalva-
desclava su noche de agujero
de la geografía azteca,
hace de su penúltima tristeza un nudo
a la usanza de la sotana franciscana
y hunde hasta el silencio
la solemne braveza de un traicionado Moctezuma.
El campo cierra sus venas solitarias,
el musgo teje y desteje
los ojos de los muertos,
el chaquiñan remienda
sus primeras transparencias
y el ruido azul de silicatos
-febril y soterrado- se calla,
se recoge y se anida
en el espanto de Tenochtitlán.
Las hierbas malas se desnutren
de pólvora y angustia,
lanzan espasmos de agonía contra el viento,
mientras Iztaccihuatl y Popocatepel
se quiebran en un llanto solitario de azufrales.

Pero aún queda un espacio
entre el calcio y los poros de la raza.
Por allí emerge como pico de luna creciente,
como río galopante en cascadas repetidas
un grito de esperanza: ¡Chuahutemoc!
¡Guerrero de fuego y lanza
corazón de nube rediviva,
lluvia mineral para ahogar el vasallaje,
semilla nueva en redención
para sembrar la historia
fructificar los días
y crecer en nombre de los siglos
amasando eternidades!
CANTO AZUL POR AMERICA
Tierra
torbellino azul de la esperanza,
costilla primordial del paraíso,
huella universal del cataclismo.
¡Sacude
la erizada nostalgia de los páramos,
donde de tarde en tarde
y de tristeza en tristeza
coágulos de historia
ruedan al despeñadero
cerrando el paso al futuro!
¡Desata
entre la fiebre de las islas
y las profundas caderas de tus aguas
la balsa que devuelva las conquistas
con una alta bandera de esperanza!
¡Empuja
a la generación que despierta ahora
hacía el eco que conjuga entre sus arcos
la dimensión telúrica
de la paz y del esfuerzo!

¡Enciende
en sus venas de menta
y en sus trajes de estaño
la fragua común de la nueva historia;
común y sin fronteras
común y sin dobleces,
para que en las trenzas de metal de América
se desate definitivamente el futuro!
INDICE
EL DESCUBRIMIENTO
El Indio
El Conquistador
El Poeta
El Testimonio
Lamento
INDOAMERICA
Tehuelche (Argentina)
Caupolicán (Chile)
Abayuba (Uruguay)
Tupaj Katari y Lambaré (Bolivia-Paraguay)
Camarao (Brasil)
Tupac Amaru (Perú)
Atahuallpa (Ecuador)
Chibchas (Colombia)
Caribes (Venezuela)
Cunas (Panamá)
Cariarí (Costa Rica)
Nicarao (Nicaragua)
Lempira (Honduras)
Atlacotl (El Salvador)
Tecun Uman (Guatemala)
Cuahutemoc (Mexico)
Canto azul por América
El texto: “Mutaciones de la voz y de los sueños” fue finalista del Premio “Juan
Boscán” de Poesía en Barcelona – España 1975 y publicado en Quito-Ecuador en
1976. Por tratarse de textos cortos y ediciones limitadas son poco conocidos en el
país, por lo que los hemos juntado de manera excepcional en esta edición.