SALMOS - iglesia bautista getsemani de montreal
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al verda<strong>de</strong>ro convertido: por tanto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar los sacrificios <strong>de</strong> justicia, el salmista dice:<br />
Confiad en Jehová.<br />
Vv. 6—8. La gente mundana busca lo bueno, pero no el sumo bien; todo lo que quieren es el<br />
bien externo, el bien presente, el bien parcial, buena carne, buena bebida, un buen negocio, y una<br />
buena situación; pero, ¿<strong>de</strong> qué sirve todo eso? Todo bien sirve para la gestión <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong><br />
los hombres, pero el alma bondadosa no será <strong>de</strong>jada <strong>de</strong> lado. Señor, que tengamos tu favor, y<br />
haznos saber que lo tenemos, no <strong>de</strong>seamos más; déjanos satisfacernos <strong>de</strong> tu bondad y estaremos<br />
satisfechos con ella. Muchos buscan la felicidad, pero David la halló. Cuando Dios pone gracia<br />
en el corazón, pone felicidad en el corazón. Así consolado, se lamentó, pero nunca envidió ni<br />
temió al pecador más próspero. Encomienda todos sus asuntos a Dios, y está preparado para<br />
acoger bien su santa voluntad. La salvación es solo en Cristo; ¿dón<strong>de</strong> aparecerán aquellos que le<br />
<strong>de</strong>sprecian como su Mediador y le insultan en sus discípulos? Que veneren y no pecar más contra<br />
el único remedio.<br />
SALMO V<br />
Versículos 1—6. Dios oirá ciertamente la oración: David da la gloria a Dios y se queda con el<br />
consuelo. 7—12. Él oró por sí mismo que Dios le guiara, y por todo el pueblo <strong>de</strong>l Señor, que<br />
Dios les diera gozo y los mantuviera a salvo.<br />
Vv. 1—6. Dios es un Dios que oye la oración. Siempre ha sido así, y sigue como siempre<br />
dispuesto a oír la oración. El principio más alentador <strong>de</strong> la oración y el ruego más po<strong>de</strong>roso es<br />
mirarlo a Él como nuestro Rey y nuestro Dios. David también ora a un Dios que odia el pecado.<br />
El pecado es necedad y los pecadores son los más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los necios; necios por propia<br />
hechura. La gente mala odia a Dios; son justamente odiados por Él, y esta será su miseria y su<br />
ruina eterna. Aprendamos la importancia <strong>de</strong> la verdad y <strong>de</strong> la sinceridad en todos los asuntos <strong>de</strong><br />
la vida. Los mentirosos y los asesinos se parecen al diablo y son sus hijos, por tanto, bien pue<strong>de</strong><br />
esperarse que Dios los aborrezca. Este era el carácter <strong>de</strong> los enemigos <strong>de</strong> David y, como tales,<br />
siguen siendo enemigos <strong>de</strong> Cristo y <strong>de</strong> su pueblo.<br />
Vv. 7—12. David solía orar a solas, aunque era muy constante para ir a la adoración pública.<br />
La misericordia <strong>de</strong> Dios siempre <strong>de</strong>be ser el fundamento <strong>de</strong> nuestra esperanza y <strong>de</strong> nuestro gozo<br />
en todo que tengamos que hacer con Él. —Aprendamos a orar, no sólo por nosotros, también por<br />
los <strong>de</strong>más; que la gracia sea con todos los que aman a Cristo con sinceridad. La divina bendición<br />
<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> sobre nosotros por medio <strong>de</strong> Jesucristo, el recto o el justo, <strong>de</strong> la manera que antes<br />
venía sobre Israel por medio <strong>de</strong> David, a quien Dios protegió y puso en el trono. Tú, oh Cristo,<br />
eres el Salvador justo, eres el Rey <strong>de</strong> Israel, eres la fuente <strong>de</strong> bendición para todos los creyentes;<br />
tu favor es la <strong>de</strong>fensa y la protección <strong>de</strong> tu <strong>iglesia</strong>.<br />
SALMO VI<br />
Versículos 1—7. El salmista suplica contra la ira <strong>de</strong> Dios y ruega el retorno <strong>de</strong> su favor. 8—10.<br />
Se asegura una respuesta <strong>de</strong> paz.<br />
Vv. 1—7. Estos versículos hablan el lenguaje <strong>de</strong> un corazón verda<strong>de</strong>ramente humillado, <strong>de</strong> un