14.05.2013 Views

Francisco de Quevedo - Sueno de la muerte

Francisco de Quevedo - Sueno de la muerte

Francisco de Quevedo - Sueno de la muerte

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

estituyan a mi asno en el refrán y que me le restituyan luego y tomen su<br />

ánsar, justicia con costas y para ello, etc.<br />

Con su báculo venía una vieja o espantajo, diciendo:<br />

-¿Quién está allá a <strong>la</strong>s sepulturas?-con una cara hecha <strong>de</strong> un orejón; los<br />

ojos en dos cuévanos <strong>de</strong> vendimiar; <strong>la</strong> frente con tantas rayas y <strong>de</strong> tal<br />

color y hechura, que parecía p<strong>la</strong>nta <strong>de</strong> pie; <strong>la</strong> nariz en conversación con <strong>la</strong><br />

barbil<strong>la</strong>, que casi juntándose hacían garra, y una cara <strong>de</strong> <strong>la</strong> impresión <strong>de</strong>l<br />

grifo; <strong>la</strong> boca a <strong>la</strong> sombra <strong>de</strong> <strong>la</strong> nariz, <strong>de</strong> hechura <strong>de</strong> <strong>la</strong>mprea, sin diente ni<br />

mue<strong>la</strong>, con sus pliegues <strong>de</strong> bolsa a lo jimio, y apuntándole ya el bozo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s ca<strong>la</strong>veras en un mostacho erizado; <strong>la</strong> cabeza con temblor <strong>de</strong> sonajas y<br />

<strong>la</strong> hab<strong>la</strong> danzante; unas tocas muy <strong>la</strong>rgas sobre el monjil negro,<br />

esmaltando <strong>de</strong> mortaja <strong>la</strong> tumba; con un rosario muy <strong>la</strong>rgo colgando, y<br />

el<strong>la</strong> corva, que parecía con <strong>la</strong>s <strong>muerte</strong>cil<strong>la</strong>s que colgaban dél que venía<br />

pescando ca<strong>la</strong>veril<strong>la</strong>s chicas. Yo, que vi semejante abreviación <strong>de</strong>l otro<br />

mundo, dije a gran<strong>de</strong>s voces, pensando que sería sorda:<br />

-¡Ah, señora, ah, madre, ah, tía! ¿Quién sois? ¿Queréis algo?<br />

El<strong>la</strong> entonces, levantando el abinitio et ante secu<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> cara, y<br />

parándose, dijo:<br />

-No soy sorda, ni madre ni tía; nombre tengo y trabajos, y vuestras<br />

sinrazones me tienen acabada.<br />

¿Quién creyera que en el otro mundo hubiera presumpción <strong>de</strong> mocedad, y<br />

en una cecina como esta? Llegóse más cerca, y tenía los ojos haciendo<br />

aguas, y en el pico <strong>de</strong> <strong>la</strong> nariz columpiándose una moquita, por don<strong>de</strong><br />

echaba un tufo <strong>de</strong> cimenterio. Díje<strong>la</strong> que perdonase y preguntéle su<br />

nombre. Díjome:<br />

-Yo soy dueña Quintañona.<br />

-¿Que dueñas hay entre los muertos?-dije maravil<strong>la</strong>do-. Bien hacen <strong>de</strong><br />

pedir cada día a Dios misericordia más que requiescant in pace,<br />

<strong>de</strong>scansen en paz; porque si hay dueñas meterán en ruido a todos. Yo<br />

creí que <strong>la</strong>s mujeres se morían cuando se volvían dueñas, y que <strong>la</strong>s<br />

dueñas no tenían <strong>de</strong> morir, y que el mundo está con<strong>de</strong>nado a dueña<br />

perdurable que nunca se acaba; mas ahora que te veo acá, me<br />

<strong>de</strong>sengaño, y me he holgado <strong>de</strong> verte, porque por allá luego <strong>de</strong>cimos:<br />

"Miren <strong>la</strong> dueña Quintañona, daca <strong>la</strong> dueña Quintañona".

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!