14.05.2013 Views

Libro conmemorativo - Fundación Abbott

Libro conmemorativo - Fundación Abbott

Libro conmemorativo - Fundación Abbott

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Lluvia en el Cristal<br />

José Bruno Villalba Miralles<br />

I<br />

La primera vez que intenté suicidarme tenía quince años. Todavía<br />

me avergüenzo del proceder con el que quise cortar el<br />

hilo de mi vida: además de fallido resultó de un ridículo abrumador.<br />

Las siguientes semanas, mis padres, incapaces de asimilar la<br />

explicación que podía ofrecerles, me torturaban con eternos interrogatorios,<br />

insistían en conocer los motivos de mi desdicha. Desde<br />

su bondad e ignorancia pensaban que alguna oscura razón me hacía<br />

infeliz y el remedio consistía en desvelarla. Repetían una y otra vez<br />

que debía hablarles, confesar aquello que me apesadumbraba, vencer<br />

mis miedos y descargar el peso que me oprimía. No comprendían<br />

que nunca me había sentido afligido; ni mucho, ni poco, antes del<br />

grotesco episodio que pretendía cercenar mi existencia, ni tan siquiera<br />

después. Solo confuso, infinitamente confuso.<br />

Días antes pasaba tardes enteras de encierro en mi dormitorio, no<br />

por tristeza, timidez o retraimiento, sino porque con solo mirar el naranja<br />

fosforito que adornaba los contornos del rotulador estaba satisfecho.<br />

Otras veces era la punta de un bolígrafo, el suave movimiento<br />

que el viento imprimía en las cortinas, el bailoteo de las motas de polvo<br />

que suspendidas en el aire se veían atravesadas por un rayo de sol<br />

o el rítmico sonido de las manecillas del despertador: tic-tac, tic-tac.<br />

Me fascinaba fijar mi atención en un detalle y permanecer horas ocupado<br />

en la tarea de captar la esencia de esos pequeños fenómenos<br />

que el mundo me mostraba. Al principio bastaba con pasar la lengua<br />

por el ácido lisérgico que el pincel había dejado sobre la estampilla<br />

de papel-cartón. Con el tiempo dejó de ser necesario: mis sentidos<br />

habían quedado perennemente abiertos sin necesidad del tóxico.<br />

17

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!