jefa delegacional en iztapalapa - Página Iztapalapa - Gobierno del ...

Iztapalapa, nuestra delegación, es una entidad pluricultural sustentada en cientos
de años de historia y tradiciones.
En sus barrios originarios se mantiene vivo un profundo sentido de identidad en
cada uno de sus habitantes: gente noble, trabajadora que con orgullo ostenta su
pertenencia al gran Pueblo de Iztapalapa.
Una de sus festividades más importantes es el carnaval de los ocho barrios que
se celebra en fechas previas a la Semana Santa: en singular ambiente de júbilo,
comparsas van y vienen bailando por las calles con novedosos y coloridos
disfraces.
Para el Gobierno Popular es, entonces, un deber ineludible la preservación de las
costumbres y el reconocimiento pleno de los derechos históricos y culturales del
Pueblo de Iztapalapa.
Con ese objetivo, y cumpliendo mis compromisos, este retrato biográfico “Que
no te lleve el diablo, ponte la máscara…” rescata la memoria histórica de las 21
comparsas del carnaval de los ocho barrios del pueblo de Iztapalapa.
En un esfuerzo institucional sin precedentes, un equipo de profesionales se dio a la
tarea de recuperar los elementos más significativos de esta gran fiesta que identifica
y hermana a nuestra gente.
Sirva este material como una muestra de respeto y admiración al pueblo de
Iztapalapa.
Con todo mi afecto.
Lic. Clara Brugada Molina
JEFA DELEGACIONAL EN IZTAPALAPA
Iztapalapa, México 2010
Clara M. Brugada Molina

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Índice
Presentación
Introducción
Comparsa Noche Buena
Comparsa Cuauhtémoc y Mariano Escobedo
Comparsa de la Asunción
Comparsa General Anaya y San Ignacio
Comparsa Callejón 57
Comparsa San Pablo Melchor Ocampo
Comparsa 2º Callejón de San Ignacio
Comparsa Pachicalco
Comparsa San José
Comparsa Hidalgo
Comparsa José Guadalupe Gómez
Comparsa Belisario Domínguez
Comparsa Cobos y Toltecas
Comparsa Cerrada De la Cruz
Comparsa Andador 13 Toltecas
Comparsa Callejón Victoria
Comparsa Rinconada San Ignacio
Comparsa Palacio
Comparsa Libertad
Comparsa Leyes de Reforma
Comparsa Rinconada Aztecas
Referencias

Consuelo Sánchez 1
No cabe duda de que el espíritu colectivo
es lo que anima las fiestas en Iztapalapa,
y entre las numerosas fiestas que aquí se
celebran destaca el Carnaval de los ocho
barrios del Pueblo de Iztapalapa y de
otros pueblos asentados en esta singular
demarcación de la Ciudad de México.
Beatriz Ramírez González, cronista de
Iztapalapa, cuenta que comparsas y carros
alegóricos de los barrios de Iztapalapa y
de los pueblos de Santa Martha Acatitla,
Santa María Aztahuacán, el barrio de Los
Reyes Cu lhuacán, Santa Cruz Meyehualco,
San Sebastián Tecoloxtitlán, Santiago
Acahualtepec y San Lorenzo Tezonco, se
reúnen en el pueblo de Iztapalapa el día
del cierre del carnaval. Lo que significa la
continuidad de un sentido de pertenencia e
identidad entre todos ellos.
Ciertamente, existen múltiples niveles
de identidad y de comunidad, los cuales
parecen expresarse en el carnaval. Un
nivel de identidad es, por ejemplo, el que
sostienen cada uno de los ocho barrios
pertenecientes al pueblo de Iztapalapa
―Santa Bárbara, San Lucas, San Ignacio, La
Asunción, San Pedro, San José, San Pablo
y San Miguel―, los cuales organizan sus
propias comparsas y cuadrillas. Otro nivel
de identidad es el que mantiene cada uno
de los pueblos asentados en la delegación,
la mayoría de los cuales organiza su propio
Presentación
carnaval. Otro nivel de identidad es el que
comparten los pueblos y barrios que se
reúnen el día de cierre del carnaval en el
pueblo de Iztapalapa.
La reafirmación de las identidades de
los pueblos y barrios de Iztapalapa ha
sido posible por el mantenimiento de
vínculos comunitarios. A pesar de haber
sufrido los tremendos impactos de la
urbanización, mediante la destrucción
de sus bases materiales (tierras, canales,
y otros recursos), ellos lograron sostener
su sentido de pertenencia, recurriendo a
diversos mecanismos que les permitieran
reproducir sus relaciones comunitarias.
Pero hoy, con el neoliberalismo y la
globalización, enfrentan otra forma de
agresión más intangible y penetrante que
se dirige a la destrucción de sus formas de
vida comunitaria.
Los pueblos y barrios han encontrado en
sus fiestas una fuente importante para la
reproducción de las relaciones comunitarias.
Las fiestas son prácticas enraizadas en los
pueblos y que “responden a la voz de la
comunidad”. Por ello, un rasgo distintivo
de la fiesta del carnaval o de las mascaras
(como otras fiestas ejercidas por los
barrios y pueblos) es la participación de la
colectividad. La participación comunitaria
la vemos no sólo en la organización de
1 La autora es doctora en Etnología y profesora-investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH). Es autora de numerosos artículos y varios libros. El más reciente, Ciudad de Pueblos. La
macrocomunidad de Milpa Alta en la Ciudad de México, mereció el Premio de Ensayo de la Ciudad de México (2004).

las comparsas, sino también en los que
asisten al carnaval para acompañar el
cumplimiento de este acto comunitario.
Todos ellos (comparsas y asistentes) se
reúnen los días del carnaval y confirman
su compromiso con lo común, con las
prácticas y tradiciones comunitarias. Esto
se muestra también en la manera en que se
organizan las comparsas y las cuadrillas,
cada una de las cuales se empeña en sostener
la continuidad del carnaval y de conservar
la tradición, aunque, desde luego, también
se vale la innovación, por ejemplo, en la
vestimenta, los disfraces, la coreografía,
la música, así como en la inclusión de
mujeres y niños. Se pueden hallar en
internet muchos videos del carnaval, por
ejemplo, de las comparsas en los pueblos
Santa Cruz Meyehualco, Santa María
Aztahuacan, Santa Martha Acatitla, así
como en algunos de los barrios del pueblo de
Iztapalapa. Estos videos son elaborados por
los mismos asistentes, quienes, a la vez, los
insertan en YouTube. Debajo de cada video
encontramos comentarios de personas, la
mayoría pertenecientes a alguno de los
pueblos o barrios, los que expresan sus
preferencias y simpatías. La innovación a
favor de los valores de la tradición.
El alma de esta fiesta no se reduce al
cumplimiento exacto de la tradición, sino
fundamentalmente al sostenimiento de la
cohesión social comunitaria. Esta forma de
cohesión colectiva preexistente es el núcleo
de la resistencia de los pueblos y barrios a
las formas destructivas de la globalización.
Es también condición necesaria en la lucha
política y, a la vez, determina el contenido
y el sentido de todo proyecto político que
merezca el título de alternativo. Por todo
ello, los pueblos y barrios son la principal
riqueza que atesora Iztapalapa.

Algo huele raro en Iztapalapa. Porque en
pleno corazón de la vieja Ixtapalapa, la
atmósfera se impregna de desconcertantes
olores que evocan a algún establo rural,
quizá los ecos de la vida chinampera que
alguna vez fue. Cualquier peatón, si no es
falto de perspicacia, puede dar cuenta de
algunos establecimientos dedicados a la
venta de alimento para animales por la
calle Hidalgo y Ayuntamiento. Acudirán
bastantes sospechas de que en pleno siglo
XXI, se siguen criando especies porcinas,
ovinas, equinas, vacunas, aviares y uno que
otro conejito.
Aún se añora el pasado chinampero, no
tan lejano como aparenta, en donde la
agricultura era el modo de existencia
generalizado; inclusive, se podía comer sin
un peso en la bolsa, mediante la caza de
patos salvajes o la pesca en el lago y ya en
el poblado se podría colectar la guarnición
en la siembra de la chinampa de algún
vecino.
Aquella vieja Ixtapalapa de milpas y
hortalizas, vados y embarcaderos, ya no
asoma a la vista, incluso, los nombres de
los barrios cambiaron y se multiplicaron.
Entre la organización prehispánica y la
colonia española eran dos los barrios
que conformaban Ixtapalapa: Atlalilco y
Axomulco.
Imagínese qué sucede ahora, porque aquellos
dos barrios son tan sólo una división que
se utiliza en el universo de la religiosidad
Introducción
popular y en la memoria histórica de
los habitantes de lo que hoy, luego de la
multiplicación de los barrios, se conoce
como “los ocho barrios” de Iztapalapa.
Los nombres de los barrios ya no aluden ni
siquiera un poco a su pasado prehispánico,
porque hoy se conocen con nombres de
santos sin su respectivo combinado nombre
españolizado del náhuatl, tal como sucede
en los pueblos aledaños al centro de la
delegación. Los ocho barrios se enuncian
como Santa Bárbara, San Lucas, San
Ignacio, La Asunción, San Pedro, San José,
San Pablo y San Miguel.
No se debe soslayar que la juventud de esta
zona de la ciudad, tiende a comportamientos
propios de un barrio bravo y por los callejones
la música de reggaetón, el olor a pachuli
acompañando a una imagen de San Judas
adornado con rosarios y escapularios o las
miradas hoscas a lo ajeno al barrio, hacen
olvidar el inconfundible aroma campirano
y erizan la piel del más valiente.
No hay mejor manera de recorrer esta
expresión de lo rural-urbano en plena
megalópolis defectuosa que acompañando
a las comparsas de la festividad de las
“máscaras” durante la cuarentena, previa a
la tan afamada Semana Santa de Iztapalapa.
Entre las tres o cuatro semanas previas al
domingo de Ramos, se puede encontrar a
más de una comparsa pululando sin temor
y con toda la anarquía haciendo pasacalles
por los ocho barrios.

El pasacalles es el pretexto idóneo para
corroborar que efectivamente, se siguen
criando diversas especies de ganado dentro
de las casas, incluso hay algunos pequeños
reductos donde florecen alcachofas.
En esta parte de la megalópolis defeña se
pueden encontrar grupos de personas que
reivindican antiguas tradiciones salpicadas
de elementos contemporáneos; la picardía
y la expresión popular de la religiosidad
son fundamentales en esta población
mayoritariamente católica.
Veamos entonces cómo es que las
comparsas de los ocho barrios de Iztapalapa
constituyen el ambiente anárquico del
Carnaval después del Miércoles de Ceniza y
mediante la expresión popular reivindican
un tradicional festejo, aquí, en el lugar
del defeño donde los ecos chinamperos
retumban entre los habitantes.

Investigación: Antrop. Ma. Susana Rosales Pérez
Antrop. Oscar Cortés Munguía
Diseño Gráfico: Lic. Mónica Magdalena Pulido Salinas
Lic.D.C.V. Griselda Galicia Gutiérrez
Fotografía: Servidores del Pueblo y Comparsas

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C
on todo respeto, don Zefe es y
ha sido una figura importante
en las “máscaras” de Iztapalapa.
Todo empezó hace
cien años cuando su abuelo el señor
Lorenzo Cisneros, habitante
del Barrio Axomulco, congregó a
jóvenes y adultos para bailar en
el festejo de las “máscaras.
Después de ello el padre de don
Zefe, el señor Dámaso Cisneros,
junto con Macario Flores, tomaron
la batuta de la muy honrada
comparsa Noche Buena. El actual
representante, el señor Zeferino
Cisneros González, cuenta que
hace muchos años el recorrido se
hacía entre las chinampas de Iztapalapa
y las bailadas se realizaban
entre los puentes; claro!, con
cuidado para no pisar el rábano,
las alcachofas y las amapolas.
Desde aquel entonces la víbora
ya andaba bailando entre los
comparseros; no piense mal, me
refiero al bastón
de mando que
ahora usan los
líderes de las
comparsas para
guardar el orden.
Se originó,
cuenta don
Zefe, mientras
su papá jugueteaba
con una
vara de árbol
con los comparseros
hasta que se
volvió un bastón de mando para
las cuadrillas y la banda musical.
Para que tengamos idea de la antigüedad
y de la importancia de
esta comparsa, su recorrido comienza
con una visita a la casa de
los excarnavaleros fallecidos,¡no
vaya a ser que en las noches les
jalen las patas! Posteriormente
se dirigen a cumplir con las bailadas
que fueron acordadas con
anticipación. Tambien se presentan
en funerales y bodas, por supuesto
con el debido respeto que
merecen.
Comparsa Noche Buena
Barrio San Miguel
Aquí los mujeriegos, deben
de tener cuidado, pues para
el Ahorcado o Palegante el “lunes
les toca…” ya que se les enjuicia
junto a todos aquellos malvados
que robaron, asesinaron ó cometieron
algún acto deshonesto. En
característico drama siempre hacen
partícipe a un acusador, un
defensor y un juez, ¡ah!, y para
agregarle unas lagrimillas a la
representación, la viuda también
hace presencia en el Ahorcado.
Esta antigua comparsa tiene gran
importancia en la tradición de
las “máscaras”, es por ello que
conservan rasgos tradicionales de
este ritual, como el uso de tacuche
y máscaras de cera o caretas
para los hombres y vestidos largos;
y elegantes para las damas.
Conservar la tradición, dice don
Zefe, es una cosa que se debe cuidar,
pues no por nada han sido testigos
de cómo las chinampas de los
Parajes Atlalilco y Axomulco se
convirtieron en el asfalto de los
Ocho Barrios de Iztapalapa.

Comparsa Cuauhtémoc y
Mariano Escobedo
Barrio La Asunción
E
sta comitiva también es conocida
como comparsa de
“la Llave” y formaba parte de la
comparsa de “la Alcancía”. Con el
diálogo civilizado entre los comparseros,
se acordó que su punto
de salida sería en las calles de
Cuauhtémoc y Mariano Escobedo.
Hoy los hermanos Víctor, Carlos,
Norberto y Juan José Alvarez
son los encargados de liderear las
cuadrillas de esta comparsa que
ya goza de sus 85 primaveras.
Para todos aquellos valientes que
se quieren integrar hay una serie
de reglas muy claras que acatar,
ahí le van: Estrictamente prohibido
robarse los gansitos de las
tiendas; no tomar gracielas en exceso;
no aromatizar las calles con
pachuli, y las damas deben mantener
sus piernitas cerradas a la
hora de sentarse, ¡por aquello de
un aire!
La novatada no se hace ausente,
pues cuando se integra un nuevo
miembro tiene la obligación de
voltearse. ¡Si!, tiene que salir de
mujer, pues dicen que, debe aprender
a sentir lo que todos pasaron en
años anteriores, porque curiosamente
todos se rehúsan a salir de
“mujer”.
Como una batalla contra el mal,
el Ahorcado representa una guerra
donde se vence al diablo, a la
maldad, a la inmoralidad. Quien
represente al palegante, entonces,
debe estar al pendiente de los noticieros,
Ventaneando y los chismes
del Barrio, pues serán su referente
para hacer botar de la risa
a los asistentes. O si no sale, la
improvisación se vale, ¡cómo no!
Noviembre es el mes de lanzar
la convocatoria para aquellas señoritas
de la cuadra que quieren
ser “Reinas”. Pequeñas de 13 años
ya persiguen su debut en sociedad
con esta comparsa, el único
requisito es obtener un lindo vestuario,
¡y gozar el Carnaval!
Para esta comparsa es importante
conservar la tradición, por lo que
el baile de la entrada, la estrella,
el ocho y el agradecimiento son
coreografías importantes en el
festejo, y por qué no, ahora tam-
bién han integrado la posibilidad
de bailar de vez en cuando una
quebradita, duranguense hasta el
famoso ¡pipipipííí…!
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L
os actuales representantes
tienen aproximadamente
doce años con la comparsa,
pero tanta es la pasión por participar
en las “máscaras” que hay
personas en el barrio que llevan
cincuenta años bailoteando en esta
peculiar cuadrilla. Uno de ellos es
el famoso “Chiclán”, o qué decir
de la “abuelita” que lleva treinta
años interpretando el mismo personaje
durante el carnaval.
Los organizadores; Miguel Cañas,
Crescencio Pedrero, Feliciano
Frías, Félix Frías y Salvador Martínez,
tratan de que cada año sea
más divertido que el anterior, se
valen de cajas de espuma, luces
de bengala y cualquier cosa que
anime el festejo familiar.
Comparsa de La Asunción
La Comparsa de la Asunción
se caracteriza porque
siempre han usado disfraces
para salir al Carnaval,
se disfrazan de diablos,
de viejitos, luchadores y
cualquier cosa que se les
ocurra. Los representantes
tratan de que año con año
los disfraces mejoren y la
familia se involucre con
el festejo de las “máscaras”.
Para elegir a la bella
dama que los representará,
pegan carteles dos
meses antes de la fiesta
y convocan a todas las
bellas damas del barrio.
Con permiso previo
de los padres, toman responsabilidades
respecto a la comilona,
carro alegórico, los músicos y el
vestuario, así todos quedan contentos.
Esta comparsa concibe el festejo
de las “máscaras” como la
simbolización de las tentaciones
de Cristo mientras
hacía su paso por el
desierto. De hecho, el carnaval,
dice el Señor Crescencio
Pedrero, representa
el inicio de la Semana Santa
y el Ahorcado es el final del
mal, pues marca el inicio
de la cuaresma. Así que,
después del ajetreo de
las “máscaras”, a portarse
bien se ha dicho,
y alejarse de cualquier
tentación que los pueda
inquietar.
Barrio La Asunción
Para la celebración del Ahorcado
dicen, la improvisación se impone,
y las representaciones que realizan
siempre son inventadas. Este
año 2010, hasta el payaso de la
plaza cívica de la delegación hizo
presencia en la cuadra para animar
a los vecinos.
Tan divertida y peculiar es esta
comparsa, que tienen la costumbre
de que el día domingo de Carnaval
únicamente hacen recorrido
y bailadas dentro de Barrio de la
Asunción, ya para los siguientes
días, para que no los extrañen,
danzan por las calles de los otros
Barrios.

Comparsa General Anaya y San Ignacio
Barrio San Ignacio
M
uchas y variadas generaciones
han estado presentes
en esta comparsa, pues más
de cincuenta años han preservado
la tradición de las “máscaras”.
Tienen una característica sui generis,
¡ser una de las pocas comparsas
que lleva mujeres de verdad!
Esto se decidió cuando las chicas
asediaban al Señor Aarón Cedillo,
¡no piense mal!, lo buscaban
para ser partícipes del característico
ritual en Iztapalapa. Para ser
parte de esta comparsa necesitan
entonces, los hombres, un lindo
disfraz y ponerle entusiasmo al
festejo; y las guapas damiselas
requieren un admirable vestido,
zapatillas, maquillaje y peluquin
para gozarla bonito.
Por si fuera poco, las niñas
que no cumplieron su sueño
de quinceañeras, pueden
aprovechar la oportunidad de
su vida, pues imagínese usted
que siempre llevan a una
quinceañera en el bailongo
del Carnaval; eso sí, tiene
que bailar el vals con todos
los que se lo pidan, ¡y por qué
no, ya entrados en el baile,
uno que otro duranguense o quebradita!
Para no perder de vista
a los comparseros,imagínese que
un día decidieron ponerles trajes
color zanahoria, verde limón y
amarillos. Aquella comitiva era
todo un espectro multicolor y por
supuesto nadie podía pasar desapercibido
y esconderse para las
bailadas. Aquellas muchachas que
participan en la comparsa, tienen
la posibilidad de ser reinas, pues
se pueden postular para asumir
tan preciado cargo, portando un
vestido encantador y llevar en
alto el orgullo de pertenecer a la
cuadrilla.
Los que quieren formar parte de
esta comparsa también deben
saber acatar ciertas reglas pues
no deben andar enseñando los
choninos o la ropa menor, ni dejar
que las caguamas en bolsa
hagan efecto, ¡no vaya a ser que
pierdan...la cabeza, claro!
La familia Cedillo se encarga de
darles un taco a los buenazos
bailarines, este año, imagínese,
gozaron de un rico chicharrón
en salsa verde, acompañado de
sus frijoles y arroz. La tradición
dictaba que para el ahorcado, “El
Huaraches”-famoso vecino de la
cuadra- siempre hacía la representación,
pues voluntariamente
se proponía para ser el palegante.
Daba la casualidad que el famoso
“Huaraches” siempre andaba de
borrachin y cuando la representación
del Ahorcado llegaba a su
fin, éste terminaba lleno de besos
o cachetadas de las asistentes. El
vecino falleció y tuvieron que
buscar otros valientes que quisieran
representar al Ahorcado.
Por cierto, el “Licenciado Chirino
Granados”, también vecino de la
cuadra, cierto año tuvo que pagar
la venta de la lechería, y otros
más también fueron acusados de
vender el Cerro de la Estrella.
Cada año los hermanos Cedillo
se preocupan por integrar la
tradición entre los comparseros y
que el bailongo de las “máscaras”
sea organizado, respetuoso y una
práctica divertida para chicos y
grandes.
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H
ace setenta años don Marcelino
Morales, Alberto
Campos y Jesús Cervantes
fueron los hacedores de esta
comparsa, hoy el señor Juan
Carlos Jiménez es quien lleva
la batuta de la comparsa junto
con Chente Jiménez, secretario,
y Patricio Reyes, tesorero.
Últimamente se sentía como
que la comparsa andaba floja y
un poco desorganizada, incluso
el año antepasado en el cierre
se dieron cuenta de que eran
las seis de la tarde, cuando ellos
no habían llegado ni siquiera
cerca de la explanada, y que
los integrantes ya se habían esfumado.
Seriedad ante todo, disciplina y
una buena vestimenta son requisitos
indispensables para formar
parte de la comparsa Callejón
57, pues no por nada hace
tiempo ganaron el segundo lugar
en vestuario; dos domingos
y un lunes son los tradicionales días
Comparsa Callejón 57
de bailadas para
esta comitiva.
Para la representación
del Ahorcado basta con
tener una expresión chusca y esconder
las llantitas que estén de
más, porque ¡imagínese cuanto
peso tendría que soportar el polín
para darle cuello al mal! Y claro,
la secretaria, una viuda, un juez
y unos niños huérfanos para llenar
de vibración el asunto.
Cuando escogen a la Flor más
Bella del Ejido, ¡digo de la
cuadra!, es decir su Reina, se dan
a la tarea de pegar
carteles de
difusión un mes
antes; un pequeño
jurado de cinco
personas,en
una sala grande,
dialoga con los
padres de las
señoritas interesadas
y con
las mismas, para
luego deliberar
cuál es la mejor
candidata.
Barrio San Pedro
Para la
comilona
del festejo
se ha formado
una
mesa de
cinco guapas
féminas
para preparar
rica comida
y que los característicos
bailarines y la banda tengan pila
suficiente para los días de Carnaval.
En el año 2010 buscaron al representante
más antiguo de la comparsa,
el señor Marcelino Morales,
para entregarle un reconocimiento
que la Delegación otorgó a la
comitiva, esto en gratitud por
sus enseñanzas de tan particular
tradición. Y así, dicen ellos, año
con año, tratarán de perpetuar la
tradición de las “máscaras” en
Iztapalapa.

Comparsa San Pablo Melchor Ocampo
Barrio San Pablo
E
l mero “Gallo” de esta
comparsa, junto con su
hermano Juan Romero, decidió
poner orden en esta comitiva,
después de que los organizadores
que les antecedieron -Julio
Moreno y Raymundo- dejaron de
hacer acto de presencia en el festejo
delegacional. Elías Romero
-“el Gallo”- cuenta que en los
inicios solo contaban con una
cuadrilla y unos cuantos relevos.
Hoy ya se dan el lujo de formar
hasta cuatro cuadrillas para realizar
las bailadas.
Al inicio salían muy catrines,
con tacuche los hombres y los
que se pasaban al otro bando, las
“mujeres”, usaban vestidos largos.
Hoy, como la economía apremia,
desde hace tres años decidieron
disfrazarse con cualquier vestimenta
que encontraran en los
closets de las hermanas, esposas
y tías. Eso sí, siempre deben presentarse
al ritual con peinado,
colorete y zapatillas tan impecables
como los pasitos que se
avientan en el bailongo.
Para la representación del Ahorcado,
se han apoyado en la renta
de un grupo de teatro que caracteriza
el juicio del palegante.
Esto lo hicieron porque cuando
llegaban al juicio (del Ahorcado),
los comparseros aparecían
sin mucho de éste y más de la
ridiculización después de tanta
cerveza.
El buen “Gallo” es el encargado
de recibir a las bellas damas que
quieren ser la estrella de la Comparsa,
las reinas. Lo único que
necesitan es una respuesta sincera
ante la cuestión de por qué
quieren ser las representantes de
la comparsa. Con eso y muchas
“ganas” de apoyar con la comilona
y los gastos de la banda
pueden tener el
anhelado título.
La “calabaza
encantada”,
digo, el carro
alegórico, será
cuestión de los
representantes,
la reina -dicen
ellos- sólo debe
preocuparse por
estar Reina.
Esta comparsa
tiene la creencia
de que el popular
festejo de las
“máscaras” está
vinculado con la
Semana Santa por
lo que después del
cierre, dicen ellos,
ponen fin a l a
malicia. Así que mientras
dure el festejo
es un gran pretexto
para explayarse, pero
después, a portarse
bien en el Barrio, no
vaya a ser que los teatreros
lo balconeen
el siguiente año.
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L
a comparsa del Segundo
Callejón de San Ignacio
tiene sesenta años de antigüedad,
desde hace veinticinco
años Raúl Alegría, junto con Apolinar,
Filemón Guzmán y Gregorio
Jiménez se han encargado de
realizar los festejos de las “máscaras”.
Haciendo honor al apellido del
representante, se dice que ¡hay
pura alegría en esta comparsa! pues
como una tradición de este ritual,
los comparseros s e
Comparsa Segundo Callejón de San Ignacio
Barrio San Ignacio
dedican a bailotear a lo largo de
los Barrios para ahuyentar las malas
vibras. Ha de saber usted que
la comparsa concibe este festejo
como un mecanismo para alejar
todas las maldades.
Por esta razón, conservan la
tradición de llevar a una pareja
de viejitos, que como sabios ancestros
alejan las vibras negativas
de los hogares de los iztapalapenses
con cada una de las jotas,
estrellas y danzones que ofrecen
en el pasacalles del acostumbrado
ritual.
Así que si usted necesita una limpia
y alejar a los malos espíritus,
bailar con esta comitiva es lo apropiado.
Las bailadas entonces,
representan un signo de purificación
y alegría -haciendo honor al
apellido del representante- entre
los ocho barrios de Iztapalapa.

Comparsa Pachicalco
Barrio San Ignacio
E
ste año un japonés rondaba
por la calle de Pachicalco,
¡ah, perdón! se trata del actual
representante, Enrique Celestino,
quien junto con sus hermanos
Javier Ayala y Germán
Villa y su hijo Enrique Celestino
Guillén planearon en 1987 la
comparsa, pues se dieron cuenta
de que debido a rencillas de Barrios,
las comparsas no llegaban
hasta sus domicilios.
El señor Jorge Villa participó
enseñando las coreografías a los
ventincinco integrantes, además
de ayudarles a la elaboración de
sus disfraces. Las familias Villa
y Ayala siempre participan en la
comparsa ofreciendo un taquito o
una bebida pa’ la sed a los comparseros;
además de ayudarlos a
ponerse guapos y cuidar que el
maquillaje y el disfraz siempre
estén en su lugar.
El Halloween tuvo la culpa de
que esta comparsa retomara
los disfraces de aquel festejo
gringo como vestimenta distintiva.
Ellos mismos comenzaron
a reciclar y elaborar
sus disfraces con las cenizas
del Halloween. A los que les
tocaba “voltearse” salir vestidos
de mujer no piense mal!,
tomaban prestada la ropa de
las hermanas, esposas e hijas.
Por eso un requisito indispensable
para pertenecer
a esta comparsa, dice “el
japonés”,perdón, Enrique
Celestino, ¡es tener creatividad
y salir con el disfraz bien
puestito!
Que la señora de los jugos se
cuide y que el señor de los tacos
de suaperro esté prevenido porque
para el Ahorcado aprovechan
para burlarse de ellos o de los
chismes de la calle, en 2010 el
mentado “Juanito” no se salvó
y pagó todas las jugarretas que
hizo en el año.
Y para cuidarse de aquello de la
“manoseada” esta comparsa es tan
circunspecta que hasta tiene pensado
formar un Comité de Vigilancia
para que durante el pasacalles
tanto ellos como el público
sea respetado y la tradición que
han conservado a lo largo de
quince años pueda prevalecer entre
las nuevas generaciones. Así,
los próximos años los japoneses
y las máscaras de Halloween
seguirán invadiendo Pachicalco
en el ritual de las “máscaras”.
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as Locas”, dicen por ahí
“L que nombran a esta com- sí los domingos nadie se
parsa. Estuvieron orga- salva de las tradicionales
nizados por Lucio Maguey caretas de cera. De esta
y Benito Hernández “la Pichor- manera han elaborado
ra”, aproximadamente de los una fusión peculiar en-
años treinta a cincuenta; luego tre los disfraces, por lo
en la década de los sesenta apare- que las botargas tienen
ció en la batuta Rosendo Campos un éxito indiscutible a
y de 1986 en adelante Margarito
Guzmán organizaba a estas “lo-
la hora del festejo.
cas” de atar.
Estas “loquitas” son
una comparsa de ac-
Catorce años pasaron desapercición y de superstición!,
bidos y en el año 2000 Roberto porque por ahí dicen
Frías, junto con otros vecinos que en años anteri-
retomaron la tradición de las ores el joven que rep-
“máscaras”.
resentó al palegante,
cuando llegó la hora
Para enseñar los peculiares pasos de colgarlo, la soga
del bailongo recurrieron a José que lo sujetaba fue ti-
Félix Frías, desde luego él es culrada demasiado fuerte
pable de que hayan aprendido las y quedó más apretada
jotas, jarabes y estrellas forman- de lo previsto. No pasó a
do un inconfundible estilo. mayores; ¡pero vaya susto
que se llevaron! Después del
Las “locas” han acordado que los incidente, no quedaron mu-
lunes es día de sacar el disfraz chas ganas para que los va-
que mejor les acomode, pero eso lientes jóvenes representaran
al palegante.
“Es una tradición que uno crece,
para no salir a bailar está difícil…”
dice su representante, y
cómo buenos místicos iztapalapenses,
cuando inician la celebración
suelen persignarse con
una primer bailada. Esta bailada
la realizan ante la imagen de
San José de la Sociedad de Cera y
de ahí pal’ real, para tener buena
suerte durante el recorrido. Cuentan
por ahí que hubo un caso de
un joven que aspiraba a participar
en el baile, ensayando arduamente,
pero cúal fue su suerte
que falleció unos días antes del
Comparsa San José
Barrio San José
debut; las bailadas y las porras
en su memoria, claro que no se
hacen esperar.
¡Ahí como se ven de “locas”! ,
esta comparsa ha tenido presentaciones
en el Museo de la Ciudad
de México, en la UAM Xochimilco
y en diversas exposiciones difundiendo
las tradiciones de Iztapalapa.

Comparsa Hidalgo
Barrio San Miguel
L
a primera generación de
esta comparsa se formó
hace aproximadamente
cincuenta años con Martín Torres,
Miguel Pérez, Alfonso Villegas,
Porfirio Agonizante, entre
otros. En la segunda generación
llegaron los hermanos Humberto
y Tomás Agonizante, Oscar Torres,
Tomás Mosco, Martín Mosco,
Rafael Medina, entre otros. Hoy
se encuentra lidereada por José
Isabel Neria, José Luis Neria,
Celso Torres, Daniel Cortés Espinoza,
Oscar Ventura y Eduardo
Flores García, quienes desde hace
quince años la heredaron de Carlos
Torres.
Todo surgió porque éste último
bailaba con los vecinos de Pachicalco
y se le ocurrió organizar
una comparsa propia. Los integrantes
cuentan que ninguno
de los actuales representantes
bailaba como dicen por ahí, “ni
en defensa propia”, pero luego de
llevar la batuta hace tiempo, le
entraron al bailongo y al uso de
vestidos y caretas.
Conservar las tradiciones es fundamental
para esta comitiva, por
lo que el vestuario para los hombres
debe incluir el uso de caretas,
gazné con marca distintiva,
guantes blancos, sombrero pachuco
y zapatos bien lustrados!.
Para las “mujeres”, un vestido
largo, ¡cuidando de no enseñar
pierna! y un maquillaje bien delineado
para resaltar la belleza
femenina.
Una muchacha guapa y que represente
al barrio ¡será la afortunada
de ser su reina! Al buscarla,
deben pedir permiso previo a los
padres y sólo basta con que ella se
compre el vestido,¡y a zapatearle
con los comparseros! Porque eso
sí, aquí la reina debe acompañar
a su comparsa el día del cierre,
por lo que no se salva de tener
memorizados los pasos de la jota,
la estrella y el danzón.
Tener recursos suficientes para el
festejo, ¡es cosa de mujeres!, esta
comparsa suele realizar una kermés
un mes antes, por lo que
las mujeres preparan ricos
y deliciosos bocadillos para
recabar fondos y contribuir
a los gastos del ritual.
El Ahorcado, como parte
tradicional de las “más-
caras”, lo realizan mediante representaciones
cómicas, usando
en el drama fuegos artificiales
y toritos para incorporar color
al Carnaval; colocan papeles de
colores a lo largo de sus calles,
representando el gusto por tan
peculiar festejo.
Por costumbre, esta comparsa
suele pasar a la capilla de San
Miguel y hacer una bailada como
agradecimiento y bendición por
un año más de festejo, ¡ y después
a gozar del Carnaval!
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19
¡Y
arriba las mujeres! ¡Sí!
Porque en esta comparsa la
que liderea desde hace ya
cinco años es la señora María Elena
Guzmán Mosco. Antes de ella
estuvieron sus hermanos Trinidad,
Oscar y Maribel, hoy aunque
ellos no sean los representantes
no dejan de involucrarse en el
festejo de las “máscaras”.
Quién iba a decir que las “mujeres“
que salen en la comparsa llevan
ropa de diseñador,¡Imagínese!, su
hermano Trinidad y su sobrina
Nataly se encargan de confeccionar
los vestidos que usan para
el ritual. Además, la familia
Guzmán Mosco les proporciona
el peluquín a las damas y les
ayuda con el rímel, el rubor y el
labial a los novatos en el arte de
la maquillada.
Para formar parte de esta comparsa,
los integrantes deben mocharse
con una “cuota de recuperación”,
con esta cooperación buscan sufragar
los gastos que requiere
el festejo, hasta tienen pensado
para el siguiente año hacer un
bailongo en su calle y sacar los
gastos del Carnaval.
Esta comparsa,
dice la valiente
representante,
fue la primera
en acompañar
a la comparsa
con banda.
¡traída desde
Texcoco! Pues
vaya usted a
saber que desde
Comparsa José Guadalupe Gómez
Barrio San Miguel
aquel lugar en el Estado
de México contratan
a sus músicos.
Y si no se saben la
música, doña María
Elena les enseña
las partituras que
conserva, herencia
de su padre, quien
era músico y, como
participante de hueso
colorao! en las
máscaras, guardó
aquella reliquia.
Los que se portan
mal durante el año no tienen que
esconderse para evitar fusilados o
ahorcados, pues la celebración del
ahorcado no ha sido una práctica
en esta comparsa. Esta comitiva
más bien se dedica a las “jotas”
y los “jarabes” en todo lo largo y
ancho de Barrio San Miguel y a
gozar del buen banquete que ofrece
la familia Guzmán-Mosco
en su hogar.
Mire que tan buena se pone la
cosa en la comparsa José Guadalupe
Gómez que hasta familiares
que viven en los Yunaites llegan a
Barrio San Miguel para bailar los
días de Carnaval, pues significa
un gusto enorme participar en
esta tradición.
Esta comparsa cree en la tradición
de las “máscaras” como un ritual
de agradecimiento al Señor por
las cosechas que se obtuvieron
en el ciclo agrícola; así que ya
estamos advertidos: ¡la comparsa
José Guadalupe Gómez es diversión
garantizada!

Comparsa Belisario Domínguez
Barrio San Pablo
T
odo empezó hace cuarenta
años cuando al señor Andrés
Rodríguez Blancas se le ocurrió
organizar a los muchachos de
su cuadra y sacar una comparsa.
Héctor Frías tomó la batuta hace
cinco años y junto con “el Fabián”,
Pablo Salazar y Roberto
Salazar, se encargan de los preparativos
de las “máscaras”,
aunque cabe destacar que hay
participantes de otros barrios y
colonias.
Para ser parte de esta comparsa,
dicen los integrantes, se deben
acatar ciertas reglas, como medir
su ingesta alcohólica, las “mujeres”
deben ser cuidadosas y no
dejar ver más allá de la vestimenta
exterior. Y cuidadito con
aquel que sea sorprendido haciendo
desfiguros, porque es castigado
y en al-
gunos casos
hasta vetado
del bailoteo.
La tradición
del Ahorcado
es siempre
una improvisación
que
en ocasiones
ensayan con
anticipación.
Podemos encontrar
a uno que otro político
haciendo pago de sus maldades
y hasta a la famosa “¡Señorita
Laura!” haciendo juicio.
Vaya sorpresa que por ahí del
año 1985 se llevó esta comparsa,
pues durante el Ahorcado
el señor Benito Rodríguez
Blancas casi resulta herido por
una bala mal encaminada. Resulta
que el polín
que lo sujetaba en
el aire se rompió
con la bala que alguien
soltó. Pero
la suerte hizo su
presencia y de
puro churro ,dicen,
sobrevivió.
Sólo 2009 y 2010
han sido años
para convocar a
las chicas guapas
de la calle y
elegir a su reina.
El año pasado,
la reina se lució
con un pozole
para todos los
integrantes de
l a
comparsa y su carro alegórico
fue traído desde el Pueblo de Santa
Cruz Meyehualco.
Además de la reina, el género
femenino es fundamental, pues
son las esposas, hermanas e hijas
quienes siempre ayudan a perfeccionar
el maquillaje y coqueto
atuendo de los comparseros, y
cómo no, ayudar a sacar las cuentas
de las bailadas.
A pesar de los sustos que ha tenido
esta comparsa, no han perdido
el gusto por seguir participando
en las “máscaras” y año con año
organizar los preparativos para
el tradicional ritual de los ocho
barrios.
20

21
Y
a tiene sus añitos esta comparsa,
cincuenta aproximadamente.
Su representante,
el señor José Valle tomó la batuta
desde hace diez años. No se caracterizan
por usar trajes y caretas
tradicionales de este ritual,
sino por lo que dicen ellos, llevar
los mejor disfraces.
Su vestuario gira en torno a los
personajes de las famosas películas,
caricaturas y personajes de la
farándula. Uno puede encontrarse
con Batman soplando con su capa
alrededor del Barrio de Santa Bár-
Comparsa Cobos y Toltecas
bara; y no se sienta intimidado o
enfurecido si se encuentra en el
bailongo de esta comparsa a personajes
como Felipe Calderón o
Marcelo Ebrard.
Los preparativos empiezan con
tres meses de anticipación, desde
enero se escucha ruido por las
calles del barrio, mientras los
nuevos disfraces son promovidos
por el señor José Valle para que
los comparseros se los adueñen y
los luzcan en el Carnaval.
En esta comparsa las mujeres
hacen presencia desde hace tres
años; se han integrado chicas a la
comitiva y la única
exigencia
es salir
Barrio Santa Bárbara
bien bañaditas y copeteadas para
zapatearle a la jota, los jarabes y
el danzón.
Por esta razón, han evitado tener
una chica consentida y no
han tenido reina en los últimos
años. A lo que se dedica esta
comparsa es más bien a ganar
energía para brincotear y crear
el Carnaval al lado de la comparsa
hija -Comparsa andador
13 Toltecas-. Debe saber usted
que el fundador de esta última
ha sido durante mucho tiempo
miembro de Cobos y Toltecas, y
surgió entonces de Gori Gori la
idea de crear una minicomparsa.
En el ahorcado hay que estar truchas,
pues agarran cualquier pretexto
para burlarse de aquellos
que le ponen perro a la guaguacoa,
de los políticos y sus fallidos
proyectos de gobierno. También
se burlan de los personajes
de la farándula que ha cometido
disparates en el año, Belinda, Fabiruchis
y Paty Chapoy son integrados
a la representación!
La tradición en la Comparsa Cobos
y Toltecas es algo que año con
año se preocupan por conservar y
a pesar de las adversidades y
contratiempos
ellos se esfuerzan
por botearle
duro en el
festejo de las
“máscaras”.

Comparsa Cda. de la Cruz
Barrio Santa Bárbara
L
os caballos se escuchan
relinchar en casa de Edwin,
pues como buen habitante
de Iztapalapa conserva tradiciones
de esta Delegación, entre
ellas, el caballo y el festejo de las
“máscaras”. Edwin Flores, junto
con Armando Flores, son los hermanos
que ahora llevan la batuta
de la comparsa. Estos alegres
compadres, ¡digo hermanos! junto
con sus vecinos y algunos tíos,
desde hace ocho años se reunieron
en Cerrada de la Cruz para
organizar la comparsa. El “Taz”,
Rodolfo Robles Orozco, fue quien
les enseñó los tradicionales pasos
del festejo.
Para este peculiar
ritual,
los familiares
y vecinos de
esta comparsa
empiezan a
ensayar los
pasitos de la
jota, jarabes
y el danzón
con dos semanas de anticipación
al domingo de
Ramos, para que el debut
sea todo un gozo; y qué
decir de los disfraces,
pues los piratas, el zorro
y las mujeres guapas preparan
cuidadosamente
sus atuendos.
Para el Ahorcado, aunque
se presenten fallas técnicas
y meteorológicas,
ellos buscan la manera
de que los abusivos mujeriegos
y ladrones sean
condenados. Así que tenga
cuidado si usted cuenta
con alguna de estas
características, porque
hasta el caballo que resguardan
en su casa le andan
soltando!
Esta comparsa está apadrinada por
el abuelo de los representantes, el
señor Daniel Peralta. Esto hace
que gocen de una riqueza histórica
y que sigan la tradición de las
“máscaras”
como un
ritual de diversión
para
los niños de
la cuadra.
Esto va de
la mano con
la creencia
que tiene
esta comparsa
sobre
el porque se
hacían las
“máscaras”.
Creen en
la versión
de que el Rey
Herodes mandó
matar a todos
los niños recién
nacidos tras el
anuncio de que
el Mecías había
nacido ya. De esta
forma, lo que los
impulsa a seguir
festejando el Carnaval es involucrar
a las pequeñas generaciones
para transmitir la tradición.
La familia Flores, como buenos
originarios de Iztapalapa, conserva
costumbres como las “máscaras”,
y Edwin y Armando junto, con
sus vecinos y familiares, hacen
posible la transmisión, de esta
tradición pues dicen ellos que es
lo que sus mayores les han dejado y
tratarán de preservarla entre las nuevas
generaciones.
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E
n esta comparsa, la vida es un
sueño. Y los dibujos animados,
así como los personajes
infantiles cobran vida por medio
de los niños.
Esta es una comparsita, porque todos
sus integrantes son niños que
van desde los dos o tres años hasta
los quince. Esta comparsa, como
todas las demás, contiene los elementos
característicos del ritual
de las “máscaras”, bailan jotas,
jarabes, pasean a su reinita en
un carrito alegórico adornado con
globos, flores y estrellas.
Shrek, Woody y los enanos de
Blanca Nieves empiezan a ensayar
desde un mes o dos meses antes
de la fecha de Carnaval, claro, con
previa licencia de sus papis. El
papá de esta comparsa, quien hizo
realidad este sueño, fue Osvaldo
Orozco, también conocido como
“Gori Gori”. Por seguridad de los
pequeñines,
Comparsa Andador 13 Toltecas
éstos deben tener
permiso previo
para bailar
en la comparsa,
así que quien
no hizo la tarea,
no se comió
la torta y sacó
malas calificaciones
en
la escuela, se
queda castigado
y ¡no sale
al bailongo!
En el Ahorcadito,
la comparsa madre,
es decir Cobos y
Toltecas, se encarga
de realizarles una
representación de la
quema del palegante,
un personaje de la TV
o algún político mal
portado hará reír a
chicos y grandes durante
la representación.
¡Estos chiquitines no se cansan!,
pues recorren todo el barrio a ritmo
de jotas, jarabes, columnas y
danzones. Su representante señala
que son fanáticos de “la jota” y
cuando ven que un chiquito ya la
bailó más veces de las acordadas,
corren con él para quejarse.
Caperucita Roja, Bob Esponja y
Woody junto con sus parejas, bailan
sin olvidar la persignada que
hacen ante el santo de la cuadra,
haciendo caso de los listones de
colores que marcan el cambio de
coreografía.
Es por amor al carnaval dice “Gori
Gori”, que año con año se convoca
a los pequeñines al ensayo de las
Barrio Santa Bárbara
“máscaras”, incluso desde muchos
meses antes ya lo andan buscando
para integrarse a la comparsa.
El año anterior estos chiquitines
pidieron a Osvaldo que por favor
contratara una banda, ¡porque ellos
quieren bailar como los grandes!
Se les cumplió, y recorrieron los
ocho barrios a ritmo de banda.
Esta comparsita es posible gracias
a que los padres de los niños les
han transmitido esta tradición año
con año y por quéno, por los curiosos
pasos de jotas y estrellas que
con mucho esfuerzo aprenden.

Comparsa Callejón Victoria
Barrio San Lucas
E
sta comparsa no es de nadie,
¡es de todo el Callejón!
dicen ellos. Desde que los vecinos
se organizaron y sacaron la
organización de las “máscaras”,
esta comparsa se ha mantenido
constante por más de cuatro años
entre los vecinos del callejón Victoria
también conocido como “el
chiquero”.
Los vecinos de este Callejón siempre
han sido colaboradores en todos
los preparativos del festejo,
que si el pozole, los tacos, las
tortas, las zapatillas, los chescos,
los disfraces, las máscaras, etcétera.
Y por supuesto no han faltado
aquellos que han prestado sus
habilidades en las jotas, los danzones
y las estrellas para enseñar
las coreografías a todos los vecinos
que participan en el peculiar
festejo.
Para formar parte de esta comparsa
no existe ninguna limitación,
pues sus miembros
de van desde
adultos, niños,
niñas, jóvenes y
señoras, Así que
usted imagine
qué multicolor y
archimusical festejo
se organiza
No conformes
con que los
comparseros
se transformen,
digo, ¡se
disfracen!, los
familiares que
los acompañan
también buscan
atuendos de car-
naval para poder
formar parte de
la comparsa en
el pasacalles,
esto lo hacen,
dicen, para que
se note una integración
con
los vecinos del
Callejón, pues la
comparsa es de
todos.
La bella
damisela que
llevarán de
reina se elige
con un año de
anticipación
y el ajuar que
ha de lucir
en el ritual
tambien es
a d q u i r i d o
con la voluntad
de todos
los participantes.
Esta comparsa, como puede darse
cuenta, es una cooperativa donde
todos los vecinos del “chiquero”
son dueños y partícipes de todos
los elementos del Carnaval.
El año pasado es muy recordado
porque una salchicha fue Ahorcada,
¡no se asuste!, un vecino conocido
como “El Salchicha” representó al
palegante a quien se le adjudicaron
varios pecadillos. Y este 2010
la comparsa de Callejón Victoria
se llevó un buen susto, pues
un integrante fue interceptado
por un cuete que llegó quién sabe
de donde, resultando lesionado.
Como buena cooperativa solidaria
decidieron, entonces, cancelar la
representación del Ahorcado e irse
temprano a ¡hacer la meme!
A diferencia de otras comparsas,
Callejón Victoria baila bien y bonito
las tradicionales coreografías
los primeros días de festejo, pero
el último día del ritual se dan permiso
de bailar como Dios les dé
a entender, ¡imagínese que hasta
podemos ver un pasito de reggaetón
combinado con charanga o un
danzón!
Entre 150 y 200 vecinos del famoso
“chiquero” bailan, gritan y se divierten
en este acostumbrado festejo
de los ocho barrios de Iztapalapa.
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C
inco años son los que
caracterizan a esta comparsa,
también conocida
como “Chicatales”; el señor José
Sabas Orozco y José Luis Peralta
son los encargados de esta
joven comitiva. Se caracterizan
por usar disfraces caricaturescos
así como por vestir a las damas
al puro estilo popular. Personajes
como “Briaguita la del Barrio”,
Cavernicolita y su padre, hacen
presencia en el pasacalles.
Ellos son los responsables de confeccionar
sus trajes y peculiares
disfraces, han elaborado cierta
cantidad, que se dan el lujo de
prestarlos a cambio de una módica
cooperación para subsanar las
rasgaduras o llevar a un buen
baño a los disfraces que no han
perdonado el paso del tiempo.
¡El Carnaval es el brinco!, dicen
ellos, pues con tan pocos años
y muchas ganas de divertirse es
que se constituyeron. Cuentan
que todo surgió en una plática informal
de Briaguita la del Barrio,
digo José Sabas, -actual representante-
con Pedro Peralta; Ambos
querían formar una comparsa
propia después de que ya habían
Comparsa Rinconada San Ignacio
Barrio San Ignacio
participado en
otras, ¡hasta que
se les hizo!
Estos vecinos
del brinco utilizan
disfraces
varios para la
multiforme
fiesta de las
“máscaras”, así
que no se asuste
si de pronto ve
que Campanita
baila junto a
una rubia sexy
un jarabe tapatío o un
danzón entre las calles
del Barrio San Ignacio.
O qué decir si se encuentra
a Briaguita la del
Barrio bailando con un
apuesto galán.
La comparsa aprovecha
los lunes del Ahorcado
para sacar trapitos al
sol de los vecinos, ¡ artistas
y políticos que
hicieron varias malicias durante
el año! Este 2010 una clavícula
rota impidió que se llevara a cabo
la ejecución del palegante pues
el joven que había sido elegido
para representarlo, justo cuando
regresaban del primer día de bailongo,
se cayó en la esquina de la
calle y terminó en el hospital.
Ante las adversidades de la vida y
las incomodidades de las rubias,
Comparsa Rinconada San Ignacio
transmite año con año la
tradición a las nuevas generaciones
y buscan que esta
tradicional celebración sea
motivo de alegría y diversión
entre los habitantes de
Barrio San Ignacio.

Comparsa Palacio
Barrio La Asunción
E
sta comparsa surgió con la
unificación de varios peculiares
personajes. Su representante,
el señor Manuel Flores
Domínguez, cuenta que hace tres
años, él junto con “El Dino”, “La
Pegui”, “El Muerto”, “El Tuza”,
“El Gato”, “el Pita” y “El Giovanni”,
se organizaron y retomaron
la tradición de la cual en años
posteriores formaron parte.
Un encantador maquillaje, ropa
nueva y usar zapatillas son las
exigencias mas importantes a
los integrantes, ¡perdón!, a las
integrantes; además, claro, de lavar
bien las pelucas por aquello
de la veneración al sexo femenino.
Y qué decir de los hombres,
pues no se salvan de salir bien
engomados o con el tradicional
disfraz que hace gozar a los participantes
de tan acostumbrado
festejo.
La Reina de Comparsa Palacio es
electa entre las conocidas de los
representantes, sólo basta con
echarle el ojo a una chica guapa
y hacerle la invitación expresa
para que sea la representante de
la comparsa. Este año, curiosamente
la novia de uno de los integrantes
fue la soberana de esta
comitiva.
Organización y disposición
son características de esta
Comparsa Palacio, pues de eso
depende tener carro alegórico,
música, vestido para la reina
y comilona para sus integrantes.
Para la hora del
Ahorcado, ¡agárrense!
porque estos
muchachos
aprovechan para
sacar al sol los
trapitos de los vecinos,
políticos y
gente famosa para
con ello hacer reír
a los asistentes y
poner fin a las malevolencias
que el
palegante acumuló
durante el año.
Esta comparsa
cree que el Carnaval
proviene
de la costumbre
católica, en donde
los fariseos inculpan
a Jesús mientras
va por la
calle. Creían que al ver a
tantas mujeres él caería en la
tentación y por lo tanto sería
juzgado y crucificado.
Aunque joven la comparsa,
tienen mucho ánimo para
bailotear entre los callejones
del centro de la fiestera Iztapalapa!
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27
L
a organización de esta comparsa
se debe a su actual representante
que sólo tiene veintiun
años, Ernesto Ubaldo, y por
supuesto a la colaboración de su
mamá, la señora Bertha Cedillo
Valle.
Esta joven comparsa comienza
anticipadamente sus ensayos
para la zapateada de la jota, los jarabes
y los danzones en la calle
Libertad del Barrio San Lucas al
comienzo del Carnaval.
Aquí hacen presencia desde los
payasos con peluquín multicolor
hasta una guapa veracruzana. La
constitución de disfraces es tan
diversa que si usted se quedó con
las ganas de conocer al “Peje”,
este año anduvo bailando jotas
y jarabes con la comparsa Libertad.
¡Viva San Lucas! !Viva Libertad! ,
son las frases que se escuchan en
el pasacalles de la comparsa que
con dos años de vida impregna
a cada uno de sus integrantes
la energía necesaria para el
guateque de las “máscaras”.
Los lazos familiares son importantes
pues los amigos,
primos, hermanas e hijos
de los comparseros siempre
los acompañan para que
las pestañas, el vestido y las
máscaras permanezcan en su
lugar, y cómo
no,también
para acercarles
una bebida pa’
la sed.
A veces resulta
difícil
mantener
una comparsa,
pero este
joven y valienterepresentante,
con
Comparsa Libertad
Barrio San Lucas
la ayuda de la señora
Bertha, se encargan
de cobrar cada
bailada y de vigilar
que el Peje, las veracruzanas,
los doctores
desquiciados y
los comparseros no
hagan de las suyas
en el pasacalles pues
buscan que chicos y
grandes se diviertan.
Esta comparsa se
caracteriza por el
empeño de sus integrantes
para sacar los mejores
disfraces y fomentar la tradición
en los Barrios de Iztapalapa.

Comparsa Leyes de Reforma Tercera Sección
Colonia Reyes de Reforma
L
eyes de Reforma también es Iztapalapa.
Es la principal consigna
de esta comparsa que nació
en la Tercera Sección de Leyes de
Reforma. Todo surgió cuando al
señor Manuel Rosas, originario
del Barrio de la Asunción, formó
una comparsa hace cuarenta años
en esta colonia que en aquellos
ayeres se llamaba Zona Urbana
Ejidos de Iztapalapa, todavía los
rostros de las personas se empolvaban
con la terracería de las brechas.
No fue sino hasta 2009 que el señor
Juan Serrano Serrano junto
con Modesto Aguilar Pérez, Julio
César Reyes Bravo, Vinicio
Ramírez Rodríguez, Tomás Villanueva
Nava y Gregorio Cano
Blancas importaron el festejo
de las “máscaras” a la colonia
Leyes de Reforma.
Su vestimenta es muy tradicional,
los hombres deben salir muy
catrines con tacuche completo,
zapatitos boleados y careta esplendorosa;
y las damas deben
portar vestidito bien planchado,
chongazo y un lindo maquillaje
para levantar uno que otro anhelo.
Para darle muerte a la maldad,
el primer año decidieron
fusilar al palegante por todas
las fechorías cometidas, y este
2010 lo ahorcaron para que no
siguiera haciendo de las suyas
aquel bribón.
Para sacar a su “reina” este
año lanzaron un concurso
entre las señoritas interesadas,
dicha convocatoria consistía en
vender boletos para la rifa de
una televisión de pantalla plana.
Quien vendió la mayor cantidad
de boletos fue la señorita Patricia
Maya Reyes y saboreó de su
debut como una de las primeras
reinas de esta comparsa.
Como buenos conservadores de
la tradición esta comparsa empieza
sus ensayos con dos meses
de anticipación, en donde el
conocido “ocho”, “la estrella” y
la “columna” son bien zapateados
por los comparseros.
Además, si usted acudió a una
boda y se perdió la acostumbrada
“Víbora de la Mar”, es el mejor
pretexto para unirse a esta comparsa,
pues han incluido este baile
como parte de sus coreografías.
Aunque joven, y un poco apartada
de los ocho barrios de Iztapalapa,
esta comparsa conserva importantes
rasgos populares de tan
añejo festejo en la Delegación.
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29
L
o que esta comparsa persigue,
es hacer algo nuevo y diferente
cada año, dice el señor José
Reyes Guzmán. Una mezcla entre
las tradiciones de los pueblos
y barrios de la Delegación es lo
que caracteriza a esta comparsa.
El señor José Reyes Guzmán junto
con Juan Cervantes, Ruperto
Serrano, Edgar Guzmán, Juan
Pedrero y Edgar Campos son los
encargados de realizar los preparativos
para la celebración de
las máscaras.
De hecho son tan prevenidos que
suelen convocar a los vecinos
los cuatro meses posteriores a la
culminación del Carnaval y organizar
cuestiones sobre cómo
sacar para la papa, los disfraces,
la música, el carro alegórico y
Comparsa Rinconada Aztecas
cualquier cosa que se
necesite para el festejo.
Cuando la Comparsa
Rinconada Aztecas
sale al recorrido, tiene
la costumbre de buscar
a la reina del año pasado
y a la del año en curso; luego,
ambas junto con los comparseros
bailan alrededor de los Ocho
Barrios del Centro de Iztapalapa.
La música de banda ameniza el
pasacalles y al final del recorrido
hacen la coronación de la
reina que los representará
hasta el siguiente
Carnaval.
Por lo general los papás
de las chicas son los que
solicitan que sus bellas
hijas representen a la
comparsa y mire usted
que ya son tantas las aspirantes,
¡ que hay cupo
lleno para los próximos
siete años!
Renovarse o morir dicen
por ahí, por eso esta
comparsa está preocupa-
Barrio la Asunción
da siempre por innovar, no pierde
la oportunidad de año con año
expandirse por los barrios y dar
vida a la tradición del Carnaval
en el Centro de Iztapalapa.

DaMatta, Roberto
2002 Carnavales, malandros y héroes Hacia una sociología del dilema brasileño.
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1989 Carnaval!. FCE. México.
Referencias
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2004 “La pasión se vive en Iztapalapa: del Carnaval a Semana Santa” en Al encuentro
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de la Pasión de Cristo en Iztapalapa. Gobierno del Distrito Federal-Delegación
Iztapalapa. México.
Viqueira Albán, Juan Pedro
2005. ¿Relajados o reprimidos? Diversiones públicas y vida social en la ciudad de
México durante el Siglo de las Luces. FCE, México.

Directorio
JEFATURA DELEGACIONAL
Lic. Clara Marina Brugada Molina
Dirección General de Desarrollo
Delegacional
Lic. Ernestina Godoy Ramos
Dirección de Promoción y Atención
Ciudadana
Lic. Cuauhtémoc López Casillas
Coordinación de Participación Ciudadana
Alberto Ata Romero