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Consuelo Sánchez 1
No cabe duda de que el espíritu colectivo
es lo que anima las fiestas en Iztapalapa,
y entre las numerosas fiestas que aquí se
celebran destaca el Carnaval de los ocho
barrios del Pueblo de Iztapalapa y de
otros pueblos asentados en esta singular
demarcación de la Ciudad de México.
Beatriz Ramírez González, cronista de
Iztapalapa, cuenta que comparsas y carros
alegóricos de los barrios de Iztapalapa y
de los pueblos de Santa Martha Acatitla,
Santa María Aztahuacán, el barrio de Los
Reyes Cu lhuacán, Santa Cruz Meyehualco,
San Sebastián Tecoloxtitlán, Santiago
Acahualtepec y San Lorenzo Tezonco, se
reúnen en el pueblo de Iztapalapa el día
del cierre del carnaval. Lo que significa la
continuidad de un sentido de pertenencia e
identidad entre todos ellos.
Ciertamente, existen múltiples niveles
de identidad y de comunidad, los cuales
parecen expresarse en el carnaval. Un
nivel de identidad es, por ejemplo, el que
sostienen cada uno de los ocho barrios
pertenecientes al pueblo de Iztapalapa
―Santa Bárbara, San Lucas, San Ignacio, La
Asunción, San Pedro, San José, San Pablo
y San Miguel―, los cuales organizan sus
propias comparsas y cuadrillas. Otro nivel
de identidad es el que mantiene cada uno
de los pueblos asentados en la delegación,
la mayoría de los cuales organiza su propio
Presentación
carnaval. Otro nivel de identidad es el que
comparten los pueblos y barrios que se
reúnen el día de cierre del carnaval en el
pueblo de Iztapalapa.
La reafirmación de las identidades de
los pueblos y barrios de Iztapalapa ha
sido posible por el mantenimiento de
vínculos comunitarios. A pesar de haber
sufrido los tremendos impactos de la
urbanización, mediante la destrucción
de sus bases materiales (tierras, canales,
y otros recursos), ellos lograron sostener
su sentido de pertenencia, recurriendo a
diversos mecanismos que les permitieran
reproducir sus relaciones comunitarias.
Pero hoy, con el neoliberalismo y la
globalización, enfrentan otra forma de
agresión más intangible y penetrante que
se dirige a la destrucción de sus formas de
vida comunitaria.
Los pueblos y barrios han encontrado en
sus fiestas una fuente importante para la
reproducción de las relaciones comunitarias.
Las fiestas son prácticas enraizadas en los
pueblos y que “responden a la voz de la
comunidad”. Por ello, un rasgo distintivo
de la fiesta del carnaval o de las mascaras
(como otras fiestas ejercidas por los
barrios y pueblos) es la participación de la
colectividad. La participación comunitaria
la vemos no sólo en la organización de
1 La autora es doctora en Etnología y profesora-investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH). Es autora de numerosos artículos y varios libros. El más reciente, Ciudad de Pueblos. La
macrocomunidad de Milpa Alta en la Ciudad de México, mereció el Premio de Ensayo de la Ciudad de México (2004).