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crisis y<br />
amores<br />
Comenzamos un nuevo año, con<br />
nuevos propósitos, nuevas ideas y<br />
nuevas preocupaciones. Una año<br />
que se prevé complicado por culpa de<br />
aquella ligera desaceleración que se convirtió<br />
en crisis apocalíptica. Ese es precisamente<br />
el tema que proponemos en<br />
nuestra nueva encuesta que ya está disponible<br />
en ventanadigital.com para<br />
todos los lectores que quieran<br />
participar.<br />
Pero, pese a la ubicua crisis,<br />
el 2009 comenzó y no se<br />
acabó el mundo, por lo que<br />
convocamos un año más<br />
nuestro tradicional concurso<br />
de cartas de amor, que alcanza<br />
así su cuarta edición. Una vez<br />
más contamos con el patrocinio de<br />
El Fogón, lugar donde también<br />
se celebra, una año más –y en<br />
este caso van tres–, el salón<br />
monográfico Expo Boda y<br />
Comuniones, una cita ineludible<br />
para aquellos que van a<br />
celebrar algun evento este año.<br />
“Y como pasa el tiempo que de<br />
pronto son años…” –Silvio dixit–, y ya<br />
han pasado nada menos que diez años<br />
desde que allá por 1999 iniciamos<br />
nuestra aventura editorial en prensa<br />
local –por aquel entonces con una cómoda<br />
periodicidad anual–.<br />
A partir de este número rescataremos<br />
de nuestro archivo las noticias<br />
de hace una década.<br />
Será un ejercicio interesante,<br />
un viaje en el tiempo que<br />
–con la perspectiva que ofrecen<br />
los años– nos permitirá<br />
comprobar cuanto hemos<br />
cambiado en algunos aspectos<br />
y cuán poco en otros.<br />
La <strong>Ventana</strong><br />
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expresadas por los colaboradores en los artículos firmados.<br />
Premio<br />
empresario<br />
del año 2006<br />
<strong>Ventana</strong> <strong>Digital</strong><br />
Comunicación<br />
concedido por<br />
Ademyc<br />
foto de portada: Harmonic Photo<br />
editorial<br />
participa<br />
en la encuesta<br />
sobre la crisis<br />
ventanadigital.com<br />
gana una<br />
cceennaa<br />
rroommáánnttiiccaa<br />
en el restaurante<br />
El Fogón<br />
mantente<br />
informado<br />
a diario en<br />
ventanadigital.com<br />
opinión<br />
“No maduramos, nos pudrimos”<br />
Jorge Herralde<br />
Toda vez que hemos sobrevivido un<br />
año más a las fiestas entrañables, a las<br />
inefables comidas de empresa, a los niños<br />
de San Idelfonso, salvado el proceloso<br />
escollo de la familia queda, no ya<br />
París, sino el calendario de los tíos en<br />
bolas, por lo común colgados de una<br />
alcayata, ora en la cocina ora bien en<br />
el living room, según costumbres e<br />
idiosincrasias.<br />
En tales repertorios los desabrigados<br />
prójimos estilan ocultar las partes<br />
pudendas con los más inverosímiles de<br />
los objetos, de tal suerte que llaves inglesas,<br />
ruedas de tractor o humildes<br />
pernos, al igual proporcional a la sustancia<br />
celada, alcanzan un protagonismo<br />
hasta ese momento inusitado.<br />
Lo que marca la diferencia entre<br />
estos y los tradicionales de señoras,<br />
vulgo tías guarras, no es ya la ubicación,<br />
de natural oleaginosos talleres,<br />
percudidas cantinas y cabinas de camiones,<br />
sino también el propósito, a<br />
saber, unos son solidarios y otros básicamente,<br />
alegran el ojo.<br />
Y es que, como los maratones gastronómicos,<br />
la hermandad y la fraternidad,<br />
fuera a parte de la revolución francesa,<br />
solo tienen sentido en los días de<br />
navidad, llenos de peonzas, bolígrafos,<br />
almanaques y demás avíos destinados a<br />
paliar infortunios y sin sabores del más<br />
allá, o sea, el tercer mundo.<br />
Claro está cuando a los parias de la<br />
tierra se les changan las perinolas y se<br />
les acaba la mina del Bic cristal, el<br />
que escribe normal, de natural se montan<br />
en la patera y viento en popa a toda<br />
vela, ponen rumbo al más acá, en<br />
TIRIOS Y TROYANOS<br />
vetusta<br />
ANTONIA GÓMEZ QUINTANA<br />
pos de recambios y demás accesorios.<br />
Otra cosa es la jaqueca de las de<br />
dejarte tuerto que les da cuando más<br />
que arribar a lo que piensan es el parque<br />
temático del cacharrito, las autoridades<br />
del ramo tiran de almanaque y<br />
puesto el dedo en la yaga, un poner<br />
míster pelota de abril, le participan que<br />
no toca.<br />
A lo que se ve el agreste y montaraz<br />
damnificado desconoce por completo,<br />
al igual por estar sin acristianar<br />
o sea morito, los vetustos hábitos de la<br />
muy noble y leal Europa.<br />
Que ha de antiguo la salutífera<br />
costumbre del uso de la fecha de caducidad,<br />
que sirve tanto para un roto<br />
como para un descosido, a saber, para<br />
un yogurt como para el homérico altruismo<br />
que, sabido es, prescribe con<br />
la epifanía.<br />
Desestimar devoluciones de fruslerías<br />
defectuosas, ni mucho menos el<br />
canje de vales en tiempos de rebajas,<br />
llámese crisis o desaceleración.<br />
Y que por supuesto, como empresa<br />
seria y diligente, los portes son puerta<br />
a puerta, evitando así incómodos desplazamientos<br />
al cliente, travesías que<br />
con seguridad podrían costarle la vida.<br />
Pero sobre todo, como en los elitistas<br />
restaurante donde se hace la digestión<br />
del cocido y de la olla podrida,<br />
descansando oyendo entre sueños el<br />
monótono y familiar zumbido de las<br />
campanas, está reservado el derecho de<br />
admisión.<br />
Porque, aunque al heroico occidente<br />
a veces les lleguen ruidos confusos<br />
de otros pueblos, con resonancias prolongadas<br />
melancólicas; gritos, fragmentos<br />
de canciones lejanas, ladridos,<br />
todo queda desvanecido en el aire.