Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Si recuerdas, cuando fui deportado a Senegal, te dije que me mirases la<br />
posibilidad de un contrato en España para irme con papeles, pero no fue<br />
posible, así que aquí estoy frente al mar. Tengo mucho frío pero muy contento<br />
de haber hablado contigo de nuevo y espero que nos veamos en España.<br />
No llegué a tiempo<br />
31<br />
Rosaura de Jesús<br />
La hermanita Rosaura de Jesús trabaja en Málaga y es voluntaria<br />
en la prisión. Esta comunicación suya es una experiencia con los últimos<br />
y una muestra del Amor de Dios que siempre llega a tiempo.<br />
Releyendo una página del evangelio de san Juan, me descubro portadora<br />
de una Buena Noticia y no me la puedo callar. ¡Qué mal lo he pasado!<br />
¡Qué mal lo hemos pasado en casa! Hoy puedo avecinarme a lo vivido con<br />
serenidad, con sosiego, descalza porque es “tierra sagrada”, y de puntillas,<br />
porque me envuelve un profundo respeto, y esto me consuela hondamente.<br />
El Amor de Dios está en estas cosas, anda entre las personas.<br />
Salva, esta mañana de domingo me apetece abrirte el corazón y confiarte<br />
algo a ti, sólo a ti, aunque esto lo vayan a leer muchas personas amigas. Ahora<br />
sé que te importa. ¡Te gustaba tanto y necesitabas tanto “ser el único”…!<br />
Cuando te conocí, hace ya unos años, estabas muy mal; la cárcel te destrozó<br />
y tu compañera de fatigas, la droga, te fue robando la vida poco a<br />
poco, ¿recuerdas? Te dañó el cerebro y te hizo pedazos el corazón.<br />
Querías vivir, lo gritabas con toda tu alma, suplicabas cariño por las<br />
esquinas. Una mirada cómplice te hacía mucho bien. Rebosabas vitalidad<br />
a pesar de tu fragilidad; la fuerza era tu fuerte, grandote, de estatura considerable,<br />
un hombretón con una sensibilidad exquisita. Eras, Salva, un<br />
hombre muy especial, un niño grande.<br />
Cumplías los años el 31 de diciembre. Esa fecha nunca la olvidé y veo<br />
aún tu sorpresa cuando me veías aparecer de noche en tu casa para felicitarte<br />
y desearte “un buen año”. Siempre te encontré mal en esa noche: la<br />
basura te rodeaba, no tenías nada para cenar, la tele funcionaba mal, ni un