15.05.2013 Views

16341.Boletin Iesus Caritas 159

16341.Boletin Iesus Caritas 159

16341.Boletin Iesus Caritas 159

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La encíclica subraya este segundo aspecto hablando del carácter social<br />

del sacramento: la «mística» del Sacramento tiene un carácter social, porque<br />

en la comunión sacramental yo quedo unido al Señor como todos los<br />

demás que comulgan... La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con<br />

todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para<br />

mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o<br />

lo serán. La comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Él, y por<br />

tanto, también hacia la unidad con todos los cristianos. Nos hacemos «un<br />

cuerpo», aunados en una única existencia. Ahora, el amor a Dios y al prójimo<br />

están realmente unidos: el Dios encarnado nos atrae a todos hacia sí. Se<br />

entiende, pues, que el agápe se haya convertido también en un nombre de la<br />

Eucaristía: en ella el agápe de Dios nos llega corporalmente para seguir<br />

actuando en nosotros y por nosotros (nº 14).<br />

3. LA CARIDAD SOCIAL, TAREA DE LA IGLESIA<br />

La alusión al carácter social de la Eucaristía introduce perfectamente el<br />

tema del amor social. El amor de Dios que recibe la Iglesia es dinámico; es un<br />

don que se recibe y que hay que dar al servicio del bien integral de la persona<br />

humana. El amor tiene una necesaria vertiente social. Es tarea de la Iglesia<br />

realizar este servicio de caridad a los hombres en todas sus necesidades.<br />

Para referirse al amor social la encíclica emplea la palabra caridad. Es<br />

un término que puede inducir a un malentendido, entendiendo caridad<br />

como sinónimo de beneficencia, es decir, que amaríamos con “amor” al<br />

esposo o a la esposa y con “caridad” a quien no hay forma de amar de otra<br />

manera. Pero no es así. <strong>Caritas</strong> lo usa por primera vez Cicerón y lo deriva<br />

del adjetivo carus, querido, amado, pero fue san Agustín quien lo introdujo<br />

en el vocabulario cristiano, entendiéndolo como síntesis del éros y agápe, la<br />

síntesis entre la pura generosidad del amor-agápe divino con la búsqueda<br />

personal de la felicidad de acuerdo con los legítimos y necesarios anhelos<br />

del auténtico amor-éros10 . Así, pues, la caridad no es el amor que reserva-<br />

10. Cf., LUIS GONZÁLEZ-CARVAJAL SANTABÁRBARA, art.cit. 30 que cita a<br />

Victorino Capánaga, Interpretación agustiniana del amor. Eros y Agápe,<br />

Augustinus 18 (1973) 213-218 y a David Tracy, Concepción católica del amor:<br />

Autotrascendencia y transformación, Concilium 141 (1979) 137-152).<br />

63

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!