17.05.2013 Views

- Comandnte Don José Maria Mercado, Retrato enviado por el Sr ...

- Comandnte Don José Maria Mercado, Retrato enviado por el Sr ...

- Comandnte Don José Maria Mercado, Retrato enviado por el Sr ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Comandnte</strong> <strong>Don</strong> <strong>José</strong> <strong>Maria</strong> <strong>Mercado</strong>,<br />

CUM* On flIIUALVI.<br />

.-<br />

<strong>Retrato</strong> <strong>enviado</strong> <strong>por</strong> <strong>el</strong> <strong>Sr</strong>. Presudente Municipal de Ahualulco.


IN i<br />

Cura <strong>Don</strong> Jose" Mar'I'd Mercdo.<br />

A1<br />

Rafa<strong>el</strong> Anzures.<br />

NTRE los insurgentes de verdadero mérito,<br />

cuya historia es casi desconocida, se destaca<br />

lI arrogante y simpática la figura d<strong>el</strong> Párroco<br />

de Abualulco <strong>Don</strong> <strong>José</strong> <strong>Maria</strong> <strong>Mercado</strong>.<br />

f,<br />

Originario de Teul y miembro de una famiha<br />

distinguida, -fué <strong>enviado</strong> a! Seminario de<br />

Guadalajara, donde estudió con notable aprovechamiento<br />

las materias asignadas para la<br />

carrera eclesiástica, y habiendo recibido ]as sagradas ordenes,<br />

fué nombrado a poco tiempo Rector d<strong>el</strong> Colegio<br />

clerical perteneciente a ha Mitra d<strong>el</strong> citado punto.<br />

Cuando <strong>el</strong> Benemérito Cura de Dolores diO ci grito<br />

Ilamando al pueblo mecicano a la lucha contra <strong>el</strong> poder<br />

colonial, <strong>el</strong> Padre <strong>Mercado</strong> servIa <strong>el</strong> Curato de Ahualulco;<br />

y al tener noticia d<strong>el</strong> levantamiento de las masas en<br />

favor de la Independencia y de la marcha triunfante de<br />

los prinleros caudilios de ha insurrecciOn, sintiO infiamarse<br />

su alma de grande y de patriota y fué en busca de<br />

<strong>Don</strong> <strong>José</strong> Antonio Torres, conocido con ci nombre d<strong>el</strong><br />

-8.


66<br />

Ama Torres, que activo y esforzado luchaba <strong>por</strong> la<br />

libertad de su patria y habla alcanzado algunos triunfos<br />

sobre los soldados d<strong>el</strong> Virrey, en la entonces provincia<br />

de Nueva Galicia, hoy Guadalajara. Torres, que aunque<br />

no era hombre instruido si pos<strong>el</strong>a esa perspicacia que da<br />

la experiencja al que sabe aprovecharse de las lecciones<br />

que ésta surninistra, conoció desde luego, como Hidalgo<br />

cuando se le presentó <strong>por</strong> primera vez en Indaparapeo<br />

<strong>el</strong> Cura Mor<strong>el</strong>os, que tenfa enfrente a un genio, a quien<br />

no sOlo se le podia conceder ci permiso de tomar parte<br />

activa en la grandiosa empresa de redención d<strong>el</strong> pueblo<br />

-oprin-iido, sino ante quien, más tarde, se postrarla de<br />

hinojos <strong>el</strong> esciavo redimido, en senal de admiraciön y de<br />

gratitud.<br />

Obtenido <strong>el</strong> permiso que solicitaba, se dirigio nuevamente<br />

ci Cura <strong>Mercado</strong> a su Curato de Ahualulco, y<br />

despus de conferenciar con <strong>el</strong> intendente de ese lugar<br />

<strong>Don</strong> Juan <strong>José</strong> Zea y de persuadirlo para que tomara<br />

parte en ci movirniento de insurrecciOn, Se lcvantO en<br />

rrnas, entusiasmando con su ejemplo y su palabra ilena<br />

de ardor hélico a los pacificos vecinos d<strong>el</strong> mismo Curato.<br />

Con una fuerza de cerca de seiscientos hombres se<br />

encarninO a Tepic, donde entrO Cl 2o de Noviembre d<strong>el</strong><br />

aflo de x Sio, sin resistencia de ninguna especie per parte<br />

de esa pobIación, pues no habfa fuerza alguna que la<br />

opusiera. Pcrrnaneció alli algunos dias, ocupándose en<br />

aumentar su pcqueno ejárcito; y una vez quc logro reunir<br />

poco ms de dos mil hombres, y hacerse de algunas<br />

piezas de artiiierIa, ernprendiO Ia marcia hacia ci puerto<br />

de San Bias, que aun permanecia en poder de los espafloles<br />

y en cuya plaza habla no sOlo municiones y demás<br />

pertrechos de guerra en abundancia, sino también muchos<br />

vlveres.<br />

Desde quc ci Jefe insurgente <strong>Don</strong> <strong>José</strong> Antonio Torres


67<br />

habia entrado en Guadalajara, algunos de los prncipales<br />

vecinos y las autoridades de esa Ciudad se hablan<br />

ref ugiado en ci puerto de San Bias, <strong>por</strong>que además de<br />

prestar fácil comodidad para la fuga <strong>por</strong> agua, podia<br />

considerarse como inexpugnable <strong>por</strong> to bien dispuesto<br />

de sus defensas, <strong>el</strong> nümero de caflones con que contaba<br />

la plaza y las tropas quc la guarneclan.<br />

A fines d<strong>el</strong> mes de Noviembre ilego <strong>el</strong> Cura <strong>Mercado</strong><br />

frente at puerto, y desde luego intimó rendición at Capitan<br />

<strong>Don</strong> <strong>José</strong> de Lavayen, que era ci jefe que to defendfa.<br />

En <strong>el</strong> oflcio que Ic dirigio Ic daba a conocer <strong>el</strong> motivo<br />

que to habla obligado a tomar las armas contra ci<br />

gobierno colonial; Ic decIa que <strong>el</strong> Exc<strong>el</strong>entisimo Dr. iiidalgo,<br />

a quien titulaba Virrey de America, to habia comisionado<br />

para sitiar y tomar <strong>el</strong> puerto, to que estaba<br />

resu<strong>el</strong>to a lievar ad<strong>el</strong>ante, sea cual fuere <strong>el</strong> sacrificio que<br />

le costara; que en caso de rendirse, serian tratados todos<br />

los europeos con benevolencia y consideración; pero si<br />

resistian, scria inexorable con <strong>el</strong>los.<br />

Como no recibiera pronta contestación de este oficio,<br />

dirigió inmediatamente otro concebido en Jos siguientes<br />

términos: "Por un conducto seguro he dirigido a V. S.<br />

S. un oflcio en que at misino tiempo que les intimaba la<br />

rendiciOn de esa Villa sitiada <strong>por</strong> <strong>el</strong> respetable ejército<br />

de mi niando, les aseguraba bajo mi palabra de honor ó<br />

bajo otra seguridad que exigieran, que si se rendian voluntariamente,<br />

serlan tratados los europcos y todos sus<br />

habitantes con la más atenta consideraciOn, salvarian sus<br />

vidas y parte, o acaso todos sus intereses: no hahiendo<br />

tenido contestaciOn alguna, antes si, noticia de que V.<br />

S. S. se determinan más y más a la defensa, he tenido<br />

a bien declarar a esa Villa en estado de sitio C intimar a<br />

V. S. S. cjue si dentro de media hora, después de recibir<br />

Cste, no salen parlamentarios a establecer negocia-


68<br />

ciones de paz, lo Ilevaré todo a fuego y sangre y no dare<br />

cuart<strong>el</strong> a nadie, y esa inf<strong>el</strong>iz Villa, pot <strong>el</strong> capricho de V.<br />

S. S., send victima d<strong>el</strong> desatinado furor de mis soldados,<br />

a quienes no me será fácil detener desde <strong>el</strong> instante en<br />

que se ensangriente la batalia, de cuyas resultas hago a<br />

V. S. S. desde luego responsables, de suerte que jamás<br />

pueda imputárseme precipitacion en mis órdenes, pues<br />

he procurado de muchos modos evitar Ia efusión de sangre<br />

y la indefectible victima de todos V. S. S.<br />

"Por tanto, esta es la Citima intimación, y Ia faita de<br />

respuesta serA la señal segura d<strong>el</strong> rompimiento; pero en<br />

la int<strong>el</strong>igencia de que aun cuando p<strong>el</strong>een de esa parte los<br />

niflos y las rnujeres, les tocará a diez de mis soidados a<br />

cada uno, pero diez soidados enseñados a vencer y a<br />

avanzar hasta la misma boca de los cafiones, y sobre este<br />

punto se podrán informar en algunos que se hallaron<br />

en la bataila de Zacoalco: sin embargo, estoy muv distante<br />

de creer que Ia prudencia de V. S. S. quiera sacrificarse<br />

y sacrificar tanto inf<strong>el</strong>iz, empeflándose en alguna<br />

acción, cuyo resultado de cualquier modo ha de ser<br />

funesto pal-a V. S. S. aun cuando lograran resistir ci impulso<br />

terrible de toda la nación que, levantada en masa,<br />

se mueve contra ese puerto: en este concepto espero parlamentarios,<br />

a quienes doy pot Cstc, bajo mi palabra de<br />

honor, salvoconducto para venir y volver, con tal quc<br />

traigan una bandera de paz y sin armas de resguardo.<br />

"Dios guarde a V. S. S. muchos años. Sitio de San<br />

Bias y Armas Arnericanas. Noviembre 28 de t<strong>Sr</strong>o.<br />

"Soy con Ia más atenta consideraciOn, El Coinandante<br />

de las Armas d<strong>el</strong> Poniente afectisimo de V. S. S.<br />

<strong>José</strong> .WczrIa .Wercado:<br />

"Señor Comandante y europeos de la Villa de San<br />

Bias.


69<br />

Este segundo oflcio produjo tanta impresión en <strong>el</strong> ánimo<br />

de los vecinos d<strong>el</strong> puerto, que obligaron a Lavayen<br />

A enviar parlarnentarioS, como to pedIa <strong>el</strong> Cura <strong>Mercado</strong>;<br />

y at efecto fué comisionado <strong>el</strong> Alférez de fragata <strong>Don</strong><br />

Agustin Bocalan para dirigirse at campo enemigO, Hevando<br />

la contestaciôn a los dos oficios, que <strong>por</strong> cierto era<br />

negativa.<br />

Tal fué ci aparato bélico que presentó <strong>Mercado</strong> a Ia<br />

vista d<strong>el</strong> parlarnentario, que regresó éste a la plaza amedrentado,<br />

y rindió Jos informes rnás desconsoladores<br />

que puedan concebirse. Al roismo tiempo ilevaba las<br />

proposiciones para la capitulación y entrega de la plaza.<br />

Al cabo, después de algunas juntas habidas entre los<br />

sitiados, y después de la c<strong>el</strong>ebrada en la noche d<strong>el</strong> 30 de<br />

Novieinbre <strong>por</strong> las autoridades y principaleS vecinoS, se<br />

decidió la capitulación y entrega de la plaza. Lavayen<br />

se viô precisado a ceder, no tantO para salvar su vida,<br />

pues era un jefe pundonoroso, sino para que no p<strong>el</strong>igrara<br />

la de las personas quo to acompafiaban.<br />

Muchos de los europeos, y principalrncflte la gente de<br />

valia, se embarcaron rumbo a Acapulco; quedando <strong>el</strong><br />

Capitán Lavayen en poder d<strong>el</strong> Cura <strong>Mercado</strong> en calidad<br />

de prisionero. Este, que era generoso como todo hombre<br />

de valor, tratO con seflaladas niuestras de atención at<br />

Capitán y Ic perrnitió salir para Tepic, en uniOn de aigtinos<br />

de sus compafieros, donde permanecerlan presos bajo<br />

su palabra de honor.<br />

Ninguno de los europeos quo quedaron en <strong>el</strong> puerto<br />

sufriO vejación alguna <strong>por</strong> parte de las tropas d<strong>el</strong> Cura<br />

<strong>Mercado</strong>, <strong>por</strong>que éste cumpliO li<strong>el</strong>mente con to ofrecido<br />

en la capitulaciOn que se habla hecho, y adernás <strong>por</strong>que<br />

era hombre de orden y persona muy a! ecta a respetar la<br />

vida y propiedades de todos.<br />

El 8 de Diciembre diO parte at GeneralisimO Hidalgo


7°<br />

de su entrada en San Bias; y corno hubiera recibido un<br />

nombramiento quo éste le expidió en Guadalajara con<br />

fecha 27 de Novien-ibre, confirrnándole en <strong>el</strong> rnando que<br />

le habla otorgado <strong>el</strong> Jefe <strong>Don</strong> <strong>José</strong> Antonio Torres y de<br />

clarándolo Comandante General de las Armas d<strong>el</strong> Poniente,<br />

después de c<strong>el</strong>ebrar este hecho con entusiastas<br />

fiestas, expidió <strong>el</strong> siguiente Bando:<br />

"Yo, <strong>el</strong> Bachiller <strong>Don</strong> <strong>José</strong> <strong>Maria</strong> <strong>Mercado</strong>, Cura Vicario<br />

y Juez Eciesiástico d<strong>el</strong> pueblo de Ahualulco, y Comandante<br />

General de ]as Armas d<strong>el</strong> Poniente, <strong>por</strong> <strong>el</strong><br />

Excmo. <strong>Sr</strong>. Virrey y Capitán General de toda la América,<br />

Dr. <strong>Don</strong> Migu<strong>el</strong> Hidalgo y Costilla:<br />

"Por <strong>el</strong> presente hago saber al péblico que habiendo<br />

ocurrido al Excmo. <strong>Sr</strong>. Virrey y Capitán General de toda<br />

la America Dr. <strong>Don</strong> Migu<strong>el</strong> Hidalgo y Costilla, informándole<br />

<strong>por</strong> medio de un posta los obstáculos que algunas<br />

personas habian puesto a mis Ordenes bajo <strong>el</strong> pretexto<br />

de cornisiones y jurisdicciones, en vista de todo se<br />

sirvio S. E. aprobar cuanto he practicado, <strong>por</strong> un oficio<br />

de 27 de Noviembre, y <strong>por</strong> una circular de Ia misma fecha,<br />

darme a conocer como General de las divisiones d<strong>el</strong><br />

Poniente, y para quo ilegue a noticias de todos y mis Ordenes<br />

scan ejecutadas con la puntualidad y eficacia que<br />

es necesario, mando se fije y publiquc en los lugares quo<br />

he conquistado, <strong>el</strong> presente, dado en <strong>el</strong> cuart<strong>el</strong> principal<br />

de la Puerta y Sitio de San Bias, a 30 dias d<strong>el</strong> nies de<br />

Noviembre de mil ochocientos diez.—Jose <strong>Maria</strong> <strong>Mercado</strong>.'<br />

En ci citado nombramiento reconiendaba Hidalgo a!<br />

Cura <strong>Mercado</strong>, le mandara todos los caflones quo tuviera,<br />

rccomendaciOn que fuC atendida con toda eficacia, pues<br />

apenas habian pasado algunos dias de su entrada en ci<br />

puerto cuando Ic enviO cerca de cuarenta piezas de artillerfa.<br />

Grandes fueron las dificuitades que hubo que yen-


-7 __ '<br />

cer para.que esos caflones Ilgaran a poder d<strong>el</strong> iniciador<br />

de nuestras libertades; pero la energia y la constancia<br />

de <strong>Mercado</strong> no conoclan obstáculos de ningün género.<br />

El año de i8io, que babia sido testigo d<strong>el</strong> pronto Icvantarniento<br />

d<strong>el</strong> pueblo mexicano a la voz de un humilde<br />

cura de pueblo, terminaba haciendo concebir a los<br />

partidarios de la Independencia grandes esperanzas de<br />

que la completa victoria coronarla muy en breve las fatigas<br />

y los sacrificios hechos en favor de esa bendita causa.<br />

A la verdad no carecian de razôn.<br />

En muy pocos dIas Ia revolución se habla propagado<br />

<strong>por</strong> casi todo ci pals; las más im<strong>por</strong>tantes provincias d<strong>el</strong><br />

interior se hallaban en poder de los insurgentes, y al comenzar<br />

<strong>el</strong> aiio de iSti, <strong>el</strong> ejército a las órdenes de Hidalgo,<br />

tocaba la respetabie cifra de cien mil hombres.<br />

Hailábase <strong>el</strong> Cura <strong>Mercado</strong> en camino para Guadalajara,<br />

adonde se dirigla con objeto de conferenciar con <strong>el</strong><br />

Generalisimo Hidalgo acerca de Ia injusta muerte dada<br />

<strong>por</strong> <strong>Don</strong> Juan <strong>José</strong> Zea a sesenta espanoles que <strong>el</strong> primero<br />

enviaba prisioneros al segundo, cuando supo la fatal<br />

noticia de Ia derrota d<strong>el</strong> ejército insurgente en ci Puente<br />

de Calderón, acaecida <strong>el</strong> 17 de Enero de 1811. Esa derrota<br />

parecia imposible. Hidalgo, antes de comenzar Ia<br />

batalia, habia exciamado al saber que no parecla Iriarte<br />

con sus tropas: "Mejor, no tendrá parte en ]as glorias<br />

de este dIa." Allende, Torres, y <strong>Don</strong> Ignacio Rayon,<br />

que al principio desconfiaban d<strong>el</strong> buen éxito, cuarido examinaron<br />

bien las posiciones d<strong>el</strong> enemigo y contemplaron<br />

las que tenian sus soldados, no sOlo cobraron ánimo,<br />

sino que Ilegaron a tener fé en la victoria.<br />

SOlo una verdaderadesgracia, <strong>el</strong> inccndio d<strong>el</strong> parque,<br />

pudo hacer perder a un ejército que, aunque indisciplinado,<br />

era nurneroso y tenia noventa y cinco piezas de<br />

artilleria. Esa pérdida inesperada debia ser <strong>el</strong> principio


de la incesante lucha que durara cerca de once aflos y<br />

costaria la vida a multitud de patriotas.<br />

Con tan funesta noticia regresô <strong>el</strong> Cura <strong>Mercado</strong> a<br />

San Bias, pero antes se detuvo en <strong>el</strong> canton de Mochi<br />

tiiite, donde expidió una proclama que tenia <strong>por</strong> objeto<br />

entusiasmar a los partidarios de la Independencia, a fin<br />

de que continuaran la iucha, sin perder la íé en la justa<br />

causa que defendlan.<br />

Como desde <strong>el</strong> 25 d<strong>el</strong> mismo mes de Enero habia salido<br />

de Guadalajara ci sanguinario jefe realista <strong>Don</strong> Jos(de<br />

la Cruz rurnbo a San Bias, adonde se dirigia i marchas<br />

forzadas, a fin de atacar a <strong>Mercado</strong>, éste dejó en la<br />

barranca de Malinalco una fuerza considerable al mando<br />

de Zea, con catorce cañones y orden terminante de impedir<br />

ci paso al Brigadier Cruz, mientras liegaba a San<br />

Bias, en cuyo puerto opondrIa una tenaz y vigorosa resistencia.<br />

El empuje terrible de las tropas d<strong>el</strong> teniente de navlo<br />

<strong>Don</strong> Bernardo Salas. obiigO a las de Zea a ponerse en<br />

fuga, dejando en poder d<strong>el</strong> enernigo ocho piezas de artilleria.<br />

Esta derrota tuvo lugar <strong>el</strong> 31 de Enero.<br />

En este mismo dia, como a las ocho de la noche y sin<br />

saber lo que habia pasado, conferenciaba <strong>el</strong> Cura <strong>Mercado</strong><br />

con ci Cornandante d<strong>el</strong> puerto <strong>Don</strong> Joaquin Romero<br />

y ci Capitán de artillerla <strong>Don</strong> Estéban Matemala, en una<br />

pieza de la casa d<strong>el</strong> pimero, cuando un indio Ilamado<br />

Leonardo, que estimaba mucho a <strong>Mercado</strong>, entrO violentamentc<br />

y les dijo quc ci Cura de San Bias <strong>Don</strong> Nicolás<br />

Santos Verdin, se habla puesto de acuerdo con aigunos<br />

vecifloS para apoderarse dc <strong>Mercado</strong> y ahorcarlo. Les<br />

aseguró que la seflal convenida para ci levantainiento era<br />

un toque de campana, y que era preciso se pusieran sobre<br />

las armas, pues la hora designada no dehia tardar.<br />

Disponianse a salir de la casa, cuando se escuchO <strong>el</strong>


73<br />

sonido majestuoso de la campana mayor de la parroquia,<br />

al niisino tiempo que apareció frente a Ia casa una multitud<br />

de hombres armados que se acercaban violentamente<br />

gritando de una manera desaforada. En esos<br />

momentos angustiosos e inesperados. Romero, Matema,<br />

La y aun <strong>el</strong> misino Leonardo, trataban tie obligar a Iercado<br />

a que se pusicra en salvo inientras <strong>el</strong>los resistlan a<br />

Ia multitud, alegándole con -razones poderosas que su<br />

vida era may interesante y que, si perecia, Ia revolución<br />

perderfa a uno de sus más esforzados caudilios.<br />

Fueron inátiles las razones de éstos. y al fin se dispusieron<br />

a vender caras sus vidas.<br />

- A los primeros clisparos de los conjurados cayeron<br />

n-iuertos los valientes <strong>Don</strong> Joaquin Romero y <strong>el</strong> indio<br />

Leonardo, siendo recibidos en los brazos d<strong>el</strong> Cura <strong>Mercado</strong>,<br />

quien, después de estrecharlos amotosamerite contra<br />

su seno, siguiO combatiendo con denuedo.<br />

Derr jbada una de las puertas, cayO en poder de la<br />

chusma <strong>el</strong> Comandante Matemala, quien IuchO hasta<br />

morir como hoinbre lea] y pundonoroso.<br />

Quedaba solo <strong>el</strong> denodado Cura, pero qué podia hacer<br />

contra una multitud de traidores desalmados que a Ia<br />

voz de Verdin gritaban furiosos: jNo matéis a <strong>Mercado</strong>;<br />

cojámosle vivo para ahorcarlo!"<br />

<strong>Mercado</strong> escuchO esa terrible sentencia, y procurando<br />

cerrar violentamente todas las puertas. se dirigió a una<br />

ventana que daba a un profundo abismo y se precipitó<br />

en la oscura sima.<br />

Asi, <strong>por</strong> no caer en poder d<strong>el</strong> vencedor y ser <strong>el</strong> ludibrio<br />

de éste, se arrojó en Ia hoguera que fornió ci incendio<br />

d<strong>el</strong> templo de Esculapio, en la torna de Cartago, la<br />

mujer de Asdrdbal con sus tiernos hijos: asI también una<br />

griega que combatia en ci puerto de Rodas contra los<br />

turcos y pereció después de su niarido, echo a las llamas


74<br />

a sus hijos, exciamando:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!