Carta a los Jóvenes - Madre Teresa de Calcuta - Vocación ...

JORNADA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
JORNADA JUVENIL VOCACIONAL
LA VOCACIÓN CRISTIANA
Equipo del Cuidado Pastoral de Vocaciones de la Provincia Franciscana de los XII
Apóstoles del Perú
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TEMA: LA VOCACIÓN CRISTIANA
JORNADA JUVENIL VOCACIONAL
Recursos
- Carta a los jóvenes (puede ser impresa para cada uno o bien puede estar escrita en un
panel grande o hacerla a través de una presentación de power point)
- Preguntas por grupo
- Invitados (religiosos, religiosas, sacerdotes, matrimonios)
- Dibujo del árbol vocacional
- Recortes de revistas con anuncios donde se muestre una vida feliz, placentera, fácil, etc.,
en otras palabras qué se vende a los jóvenes para ser feliz.
- Oración final
I PARTE: DINÁMICA DE MOTIVACIÓN AL TEMA
- Se revisan los recortes de las revistas y se responden las siguientes
preguntas:
¿Qué me llama la atención de los anuncios?
¿Con cuál me identifico?
¿Con cuáles estoy de acuerdo y con cuáles no?
- Una vez respondidas las preguntas se hace una lluvia de ideas con las
respuestas de los jóvenes.
- Se hace lectura de la carta a los jóvenes (presentación, muestra, etc.)
Carta a los Jóvenes - Madre Teresa de Calcuta
Queridos jóvenes:
El mal más grande de nuestros días es la falta de amor y de caridad, la terrible
indiferencia hacia los hermanos y hermanas (hijos de Dios, Nuestro Padre Celestial) que
viven marginados, presos de la explotación, de la corrupción, de la pobreza y de la
enfermedad.
Hemos sido creados por la mano de un Dios que es Amor infinito, para amarlo y
ser amados por Él. Dios se hace uno de nosotros (nuestro hermano Jesús) para ayudarnos
a comprender qué es el amor y para enseñarnos a amar.
El servicio más grande que pueden hacer a alguien es conducirlo para que conozca
a Jesús, para que lo escuche y lo siga; porque sólo Jesús puede satisfacer la sed de
felicidad del corazón humano, para la que hemos sido creados.
La vida es un don maravilloso de Dios y ayudar a los pobres, material y
espiritualmente, más que un deber es un privilegio; porque Jesús, Dios hecho hombre, nos
ha asegurado: "Cuanto hagáis a uno de estos pequeños hermanos míos, me lo hacéis a
mí". Cuando ayudamos a otra persona, nuestra recompensa es la paz y el gozo, porque
hemos dado un sentido a nuestra vida y ya no estamos aislados.
No dejen que falsas metas de la vida (dinero, poder, placer, estudio) los conviertan
en esclavos y los hagan perder el auténtico sentido de la vida.
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Aprendan a amar tratando de conocer cada vez más profundamente a Jesús; de
creer firmemente en Él; de escucharlo en la oración intensa y en la mediación de sus
palabras o gestos, que revelan perfectamente el amor; y entren en la corriente del amor
divino que hace partícipes a los otros del mismo amor.
Sólo en el cielo veremos cuán grande es nuestra deuda hacia los pobres por
habernos ayudado a amar mejor a Dios.
Queridos jóvenes...
El fruto del silencio es la oración.
El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.
El fruto del servicio es la paz.
MADRE TERESA
- En los mismos grupos se discute o comparte:
1. ¿Que nos dice la carta de Madre Teresa?
2. ¿Qué puedo decir frente a estas palabras y las de los anuncios de las revistas?
3. ¿Qué es para ti donar la (tu) vida? ¿Conoces a alguien que haya donado su vida
por bien de los demás?
4. Se dejan plasmadas las respuestas en papelógrafos y se disponen en un lugar del
salón o sala.
- Después del compartir en grupos se hace algún juego o canto y se invita a
profundizar en el compromiso de vivir una vocación.
II PARTE: PANEL DE LAS VOCACIONES CRISTIANAS
- Se invita a tres o cuatro personas (seminarista, religioso, laico
comprometido, pareja de novios...) a que nos hablen de su vocación:
¿Cómo surgió? ¿Cómo se ha ido perfilando y madurando? ¿Momentos alegres y
dificultades? ¿Momentos importantes? Suele ser positiva la mezcla de jóvenes y de
adultos, no escoger testimonios demasiado llamativos sino personas corrientes, con
alguna experiencia fuerte.
- Se puede empezar esta parte con una breve presentación de los ponentes.
Después se preparan preguntas por grupos, al final se tiene un coloquio
(preguntas de los jóvenes a los invitados)
Canto o juego
III PARTE: EL ÁRBOL DE LA VOCACIÓN CRISTIANA
- Hacer eco de lo más significativo del panel sobre la vocación
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- Explicar el ‘árbol de la vocación’ con sus distintas ramas: matrimonio,
sacerdocio, vida religiosa.
La vocación cristiana está se inicia con nuestro bautismo, se hace concreta a través de
nuestro testimonio.
Es una respuesta a la llamada amorosa de Dios de una vida feliz y plena.
- Se invita a hacer oración:
Con un canto se invoca al Espíritu Santo
El animador motivará y dejará algunas preguntas personales
¿Qué te parecen estas vocaciones?
Piensa junto a Jesús cuál es la tuya.
Pide al Espíritu Santo para que puedas comprender lo que Dios quiere de ti.
“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los que niegan a Dios, ni en la senda de los
pecadores se detiene, ni en el banco de los que desean el mal se sienta, más entrega su
vida a la Voluntad de Yaveh, su Voluntad le susurra día y noche.
Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y
jamás mueren sus hojas; todo lo que hace le sale bien”
(Salmo 1)
- Invitación a leer la oración final
Se pide al Señor que lleguemos a vivir la vida como vocación.
Oración
Es el momento, Señor, de orientar mi vida;
La hora de dar rumbo a mi existencia;
Estoy a punto para descubrir un nuevo camino.
Señor, ¿qué quieres de mí? ¿qué me pides?
Señor, ¿cuál es el plan del Padre para mi vida?
Señor, ¿cuál es el proyecto que quieres que realice?
Señor, ¿a qué me llamas? ¿por dónde quieres que camine?
Señor, ¿cómo estar seguro de tus caminos en mi vida?
Señor, ¿cómo sé yo que es eso lo que deseas de mí y no otra cosa?
Señor, ¿seré capaz de ser fiel a la llamada que me haces?
Preguntas, Señor, siempre preguntas, ¿cómo saldré de la duda?
Yo quiero tener claro cada paso del camino.
Quiero, Señor Jesús, salir de esta confusión en que vivo.
Quiero, Señor Jesús, escucharte y dar respuesta a tu llamada.
Quiero, Señor Jesús, dejar todo, quedarme libre para seguirte.
Quiero, Señor Jesús, arriesgar mi camino con el tuyo.
Quiero, Señor Jesús, dejar mis miedos, dar paso a mi fe joven.
Quiero, Señor Jesús, fiarme de tu plan porque me amas.
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Anexo del Árbol vocacional
La Vocación Cristiana
Vida Consagrada
L@s religios@s viven en comunidad, y se consagran a
Dios para dedicarse a dar testimonio de la grandeza de los
bienes del Reino y para decirnos a todos con sus vidas que es
posible vivir hoy radicalmente el Evangelio. Dentro de la vida
religiosa también puede darse el sacerdocio.
Matrimonio
Esta es la vocación de la generalidad de los cristianos.
No se trata tan sólo de que te guste el matrimonio por
el atractivo humano que tiene el amor, sino que desde
el plan de Dios, quieras realizarte cristianamente en el
matrimonio porque vas viendo que el Señor te llama
por ahí. Cuando uno, en intimidad con Cristo va
descubriendo la grandeza de esta vocación siente que
va orientado maravillosamente el sentido de su vida.
Esta vocación la desarrollan los esposos en el servicio
al otro cónyuge y a los hijos: y van configurando su
familia como iglesia doméstica y como espacio de
amor y entrega. Quien va al matrimonio con la
intención de vivir una vida fácil y cómoda se arriesga a
fracasar completamente. Los esposos tienen una tarea
nada simple: por eso cuentan con la ayuda del Señor a
través del sacramento del matrimonio. Unido a Cristo,
el creyente puede vivir muy feliz.
Sacerdocio
La Iglesia necesita de la
presencia del sacerdote, a
través del cual Cristo
continúa su misión de salvar
a los hombres; el sacerdote
le ofrece a Cristo su propia
persona para que siga
predicando hoy, para que
siga santificando hoy, y para
que siga construyendo a su
Iglesia en la unidad y en la
caridad hoy.
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