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Mensaje del Presidente ¡Hola amigos y amigas! Alguien me comentaba, frente a una medida que tomó la Junta Directiva en rela- ción a la reunión mensual, que los asociados iban a creer que de verdad “estábamos quebrados”, como habían dicho las malas lenguas hace un tiempo. No pude menos que contestarle que si a la Junta Directiva, la Asamblea General de Asociados, le ha dado la responsabilidad de dirigir nuestro colectivo, lo debemos hacer con nuestro mejor desempeño. ACO ya no será más aquel grupito de perso- nas que años atrás se reunían para hablar de orquídeas, preparar documentos que no existían sobre ellas, y organizar una exposición nacional. Ya no somos así. ¡Hemos cambiado, hemos crecido, somos mayores! Y las responsabilidades cre- cen. Esta Directiva ha dado especial atención y ha sido ordenada con el dinero. Esta- dos financieros saludables así lo demuestran. Debe haber un control de ingresos y gastos. Procuramos ser buenos administradores. Nuestro inmueble y otros bienes son muy valiosos. Las cuentas deben pagarse cada mes. Somos una asociación viva, en movimiento, con actividades, proyectos y una visión que alcanzar. Hemos avanzado mucho en los últimos cinco años y ha sido por el celo y compromiso de su Junta Directiva y el decidido apoyo recibido de muchos de Uds. Como miembros activos tenemos derechos y privilegios que no tienen los que no lo son, y , si traemos un invitado regularmente, debe cubrir su costo. La reunión mensual se planifica. Se presupuesta. Es distinto si viniera un invitado para cono- cernos y su deseo sea asociarse. Como miembros tenemos también responsabilidades. Algunos desearían vernos fracasar. Que no nos destaquemos en el ámbito or- quideologìco nacional e internacional. Que perdamos nuestro brillo y dejemos de crecer. Almas mezquinas que hasta se burlan de los esfuerzos concertados de Uds. como Asamblea General y nosotros como Junta Directiva, por desarrollar a ACO y elevarla a nuevos horizontes, cambiarla para bien , procurando que esos logros no se pierdan. Incomprensiblemente nos hostigan y vigilan que hacemos; cuando lo único que queremos desde nuestra fundación, ha sido buscar la colaboración entre asocia- ciones hermanas para asistirlas de forma desprendida y sin falsedades. Que co- merciantes de esta rama se beneficien junto a nosotros en las Exposiciones. Sin embargo, por la tozudez manifiesta de algunos de ellos, otros han perdido. No demos atención a crìticas gratuitas sin fundamento. A voces negativas que tratan de perjudicarnos. ¡Sabemos lo que somos! ¡Conocemos que valemos y hemos alcanzado! ¡Somos libres para fijar nuestro curso y navegar! La Junta Di- rectiva SIEMPRE estará atenta a que sea así. Lic. Miguel Montero Presidente de la Junta Directiva TICORQUÍDEAS CONTENIDO Oncidium stenotis …………....3 Mis primeros pasos………......4 Misiva del presidente de ACO 5 Expo Naranjo………………....6 Premios AOS……....……….....7 Stanhopea tigrina……..……. ..8 Juzgamiento mensual………..10 Galería Expo Naranjo………..12 NUESTRA PORTADA Foto histórica tomada de O. Stenotis ‘María Elena’ CCM/AOS en la EXPOSICIÓN ACO 1999 Reseña en pág. 3 A. C. O. Teléfono: 22 21 00 29 Fax: 22 21 00 70 Correo electrónico acorquideas1970@gmail.com rPágina web: www.ticorquideas.com Apartado: 6351—1000
MI PRIMER ENCUENTRO CON ONCIDIUM STENOTIS El problema del conservacionismo de orquídeas Hola amigos. En 1997 aún aparecían vendedores de orquídeas en la esquina S.E. del Correo en San José. Un viernes, ya tarde, camino a mi casa después del trabajo, pasé por esa esquina del estupendo edificio y había un matero que vendía Barkeria lindleyana, o “15 de setiembre”. Me dije: –ya es tarde, de no vender esas plantas las tirará a la basura, se perderán --. Decidí comprárselas. Era un pequeño rollo de dos o tres matillas, muy estropeadas. Me las dio con todo y la caja. Encontré dos más que estaban en el fondo; para el vendedor no significaban más que basura. Una era solo un rizoma con tal vez cinco pseudo- bulbos de una planta que desconocía, ya que no tenía ni hojas ni flor, y la otra era un único y enorme psudobulbo de lo que supuse era una “lluvia de oro”. Del rizoma les hablaré otro día; hoy les contaré del segundo. Estaba solitario. Mezclado con la basura del fondo de la caja. Amarillo, sin hojas y unas raíces resecas. Triste, desamparado, y a punto de convertirse en basura josefina. En mi casa, con aquel desventurado, me tomé el tiempo de cultivarlo y empecé rodeándolo de musgo a su alrededor. Lo coloqué en una cajita de fresas -ya no tenían estas frutas obviamente-, lo regué, lo proveí de luz y de un buen ambiente. Mi sorpresa fue, que algunos meses después, pude observar unas pequeñas hojitas ver- des que salían de su base. En esa canastita creció vigoroso y generó un segundo crecimiento muy saludable, que fertilicé y cuidé con esmero. Dos años después mi planta ya no era un esmirriado único pseudobulbo; se había convertido en una bella planta de regular tamaño. Cumplidos tres años la llevé a la Ex- posición Nacional de 1999. Don Oscar Rodríguez, quien luego sería presidente de ACO y quien nos hacía los montajes en aquellos años, gran conocedor de plantas, al verla me dijo: “Qué buena “lluvia”, la colocaré bien alto para que luzca estos escapos florales tan largos. Mi planta fue descrita así por jueces de la AOS: “aproximadamente 800 flores en cuatro inflorescencias, la más larga de 3 metros, hojas anchas, limpia …”, etc. Su nombre para el Registro fue “María Elena”. Lic. Miguel Montero Arguedas 1 1 Sí, mi abandonado pseudobulbo era padre de una planta que ganó un Certificate of Cultural Merit de la AOS con 4-5 ¡88 puntos! Esto debe hacernos reflexionar. Aunque no 2 2 es correcto comprar plantas a materos, y es costumbre odiosa, habrá oportunidades don- de será la única forma de rescatar una planta de la destrucción y conservarla. Todo en la vida es muy relativo y al ver aquellas po- bres plantas, sentí el deseo de comprarlas para cuidarlas, y ellas me han recompensa- 2 do con creces el haberlas salvado de las manos del matero. Fue mi primer encuentro con Oncidium Stenotis y la AOS. 1 5 2
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