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<strong>Zacarias</strong> 9<br />
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Ante la inminente derrota, los habitantes de Tiro huyeron con sus pertenencias a la parte de la ciudad que estaba en<br />
la isla. Finalmente, los babilonios dejaron en ruinas la parte de la ciudad ubicada en tierra firme. Cerca de un siglo<br />
después, el profeta Zacarías pronunció bajo inspiración el juicio divino contra la ciudad: “¡Mira! Jehová mismo la<br />
desposeerá, y al mar ciertamente derribará su fuerza militar; y en el fuego ella misma será devorada” (Zacarías<br />
9:3, 4). Esa profecía de Zacarías se cumplió en el año 332 antes de nuestra era, cuando Alejandro Magno arrasó la<br />
parte de la ciudad que se asentaba en la isla. Para lograrlo, construyó un terraplén de 800 metros (media milla),<br />
desde la costa hasta la isla, con madera y piedras de las ruinas de la antigua Tiro.<br />
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La persona bondadosa no se conforma con no hacer cosas malas, sino que se esfuerza por hacer cosas buenas.<br />
Jehová Dios es bondadoso en grado supremo (Zac. 9:16, 17). Así, la bondad y el amor de Dios nos impulsan a<br />
imitarlo y hacer el bien a los demás.<br />
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Es verdad que sobre nosotros, los siervos de Jehová, se están lanzando muchas “piedras” de oposición. Sin<br />
embargo, con la fuerza que Dios nos da, resistimos todos los ataques (Zacarías 9:15). ¡Nadie podrá acallar al<br />
resto ungido y sus leales compañeros!<br />
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JEHOVÁ DIOS es bueno en sentido absoluto. “¡Oh cuán grande es su bondad[!]”, exclamó el profeta Zacarías<br />
(Zacarías 9:17). De hecho, la bondad se refleja en todo lo que hizo a fin de preparar la Tierra para nuestro placer<br />
(Génesis 1:31). Nunca comprenderemos todas las complejas leyes que puso en funcionamiento cuando creó el<br />
universo (Eclesiastés 3:11; 8:17). Sin embargo, lo poco que sabemos nos impulsa a alabarlo por su bondad.<br />
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También se profetizó el papel creciente de las otras ovejas en la organización. Zacarías predijo que el filisteo,<br />
aunque no era israelita, llegaría a ser “como un jeque en Judá”. (Zacarías 9:6, 7.) Los jeques eran jefes tribales;<br />
de modo que Zacarías quiso decir que un anterior enemigo de Israel abrazaría la adoración verdadera y llegaría a<br />
ser como un jefe tribal en la Tierra Prometida.<br />
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Los apoyadores de la soberanía de Dios saben que la única esperanza verdadera para la humanidad estriba en la<br />
intervención de Dios y en su gobernación. (Zacarías 9:10.) Por eso, aunque los que poseen la sabiduría de este<br />
mundo no creen en el Reino de Dios y no quieren ese gobierno celestial, las personas que se guían por la sabiduría<br />
divina hacen lo que redunda en verdadero beneficio para otros seres humanos, preparándolos para disfrutar de la<br />
vida eterna en el nuevo mundo que Jehová ha prometido.
En cierta ocasión, tal como lo había hecho el rey Salomón cuando fue coronado, Jesucristo montó sobre un asno<br />
apacible al hacer su entrada triunfal en Jerusalén y ofrecerse a ella como el rey de la línea de David. ( Zac. 9:9)<br />
Pero dentro de poco, cuando cabalgue en la causa de la verdad, la humildad y la justicia, estará, para decirlo en<br />
sentido figurado, cabalgando sobre un corcel de combate. Y eso correctamente, porque tiene que ajustar cuentas<br />
con los que violan la verdad, la humildad y la justicia.<br />
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<strong>Zacarias</strong> 10<br />
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Dado que estos falsos profetas eran “practicantes de adivinación”, sus sueños pudieran haber sido influidos por<br />
espíritus inicuos con el fin de engañar al pueblo. Lo mismo se indica en las palabras de Zacarías 10:2: “Los<br />
terafim mismos han hablado lo que es mágico; y los practicantes de adivinación, por su parte, han contemplado<br />
falsedad en visión, y sueños que nada valen es lo que siguen hablando”.<br />
El Diablo es el gran engañador que por milenios ha utilizado a los guías religiosos para que afirmen falsamente que<br />
Dios les ha hablado mediante visiones y sueños, tal como hicieron los falsos profetas en tiempos de Jeremías y<br />
Zacarías.<br />
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De otro modo, Jehová, el Gran Hacedor de la Lluvia, no derramará sobre ellos sus bendiciones mediante Cristo.<br />
(Zac. 10:1) Para los individuos que no reciben dicha bendición el resultado será como existir en una zona azotada<br />
por sequía, lo cual con el tiempo significa muerte.<br />
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“‘En los lugares distantes se acordarán de mí; y tienen que revivir con sus hijos y regresar. . . . Y ciertamente los<br />
haré superiores en Jehová, y en Su nombre andarán,’ es la expresión de Jehová.”—Zac. 10:9-12.<br />
En consecuencia, desde esa decisión histórica en el año 1931 E.C., este resto de israelitas espirituales ocupado en<br />
el trabajo antitípico del templo han ido por todas las naciones gentiles predicando las buenas nuevas del reino<br />
mesiánico de Dios en el nombre de Jehová, como sus testigos cristianos.<br />
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Sin embargo, a los que insisten en buscar revelaciones divinas en sus sueños, sí les da una advertencia. En<br />
Zacarías 10:2 dice: “Los practicantes de adivinación, [...] sueños que nada valen es lo que siguen hablando”. Dios<br />
también condena la búsqueda de agüeros (Deuteronomio 18:10-12). De ahí que los cristianos de la actualidad<br />
no esperen recibir guía divina en sus sueños, pues no los consideran más que un proceso natural que sucede<br />
mientras se duerme.<br />
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La auténtica espiritualidad se cultiva únicamente acudiendo a Jehová y su adoración pura (Juan 4:24). Por ello, el<br />
profeta Zacarías escribe: “Hagan sus solicitudes a Jehová” (Zacarías 10:1). Si se diera el caso de que<br />
experimentáramos ataques o tentaciones de espíritus malignos, no olvidemos que “todo el que invoque el nombre<br />
de Jehová escapará salvo” (Joel 2:32). Esta tranquilizadora promesa es una importante ayuda para estar muy<br />
pendientes de Su gran día.<br />
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El pecador arrepentido tal vez sienta vergüenza y desconsuelo. Quizás necesite que le confirmen que Dios y sus<br />
hermanos lo quieren y desean que se salve. Notemos con cuánta ternura tranquilizó Dios en la antigüedad a cada<br />
miembro de su pueblo que estuvo dispuesto a arrepentirse: “Me comprometo contigo y te seré fiel, y [me] conocerás<br />
de verdad” (Oseas 2:20, La Palabra de Dios para Todos). Nosotros hacemos bien en imitar estos sentimientos de<br />
Jehová, el Dios que, según indicó Zacarías, nos promete: “Les mostraré misericordia” (Zacarías 10:6).<br />
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Se usó a las cabras para representar rasgos indeseables y a las personas malvadas (Zac 10:3)
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<strong>Zacarias</strong> 11<br />
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En cierta ocasión, el profeta Zacarías reclamó a los israelitas infieles el pago por sus servicios como pastor del<br />
pueblo de Dios. Ellos pesaron “treinta piezas de plata” y se las entregaron. Con esa cantidad querían humillarlo,<br />
pues daban a entender que no le concedían más valor que a un esclavo. Ante tan claro menosprecio, Jehová le<br />
indicó a Zacarías lo que debía hacer con el salario: “Tíralo al tesoro... el valor majestuoso con el cual he sido<br />
evaluado desde su punto de vista” (Zacarías 11:12, 13). Y eso mismo fue lo que hizo el profeta. Siglos después,<br />
Judas actuaría de un modo semejante con el dinero que le darían por traicionar al pastor de Israel designado por<br />
Jehová (Mateo 27:5).<br />
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Zacarías 11:7-14. ¿Qué simbolizó el hecho de que Zacarías rompiera los cayados “Agradabilidad” y “Unión”?<br />
Zacarías hace el papel de alguien enviado a “pastorear al rebaño destinado a la matanza”, esto es, las personas<br />
dóciles como ovejas explotadas por sus líderes. En su función de pastor, Zacarías prefigura a Jesucristo, el cual fue<br />
enviado al pueblo con quien Dios había hecho un pacto y fue rechazado por ellos. La rotura del cayado<br />
“Agradabilidad” indicaba que Dios anularía el pacto de la Ley que había hecho con los judíos y que ya no les<br />
extendería su favor. Y la rotura del cayado “Unión” significaba la ruptura de los lazos teocráticos de hermandad<br />
entre Judá e Israel.<br />
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Jehová nombró directamente pastor a Zacarías, diciendo: “Pastorea el rebaño destinado a la matanza, cuyos<br />
compradores proceden a matarlas aunque no se les tiene por culpables. Y los que las venden dicen: ‘Jehová sea<br />
bendito, mientras yo gane riquezas.’ Y sus propios pastores no muestran ninguna compasión para ellas.”—Zac.<br />
11:4, 5. El rebaño que pertenecía a Dios había sido puesto en muy mala condición por sus pastores, que no tenían<br />
interés alguno en el bienestar del rebaño, ni se compadecían de él en su condición de rebaño oprimido.<br />
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Zacarías estaba llevando a cabo su trabajo de pastoreo “a favor de ustedes, oh afligidos del rebaño.” (Zac. 11:7)<br />
Amaba al rebaño de Dios. Por eso cuando se impacientó, no fue con las ovejas afligidas, sino con los tres pastores<br />
delincuentes. Por su parte, ellos ‘sintieron asco’ para con Zacarías debido a la fidelidad y compasión que él mostró<br />
al pastorear el rebaño. Por parte de él, él desaprobó los caminos y proyectos de ellos.<br />
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En cumplimiento de Zacarías 11:8, ¿a qué “tres pastores” rayó Jesucristo?<br />
Estos “tres pastores” resultaron ser tres clases de hombres que ejercían poder gubernamental y religioso en Israel.<br />
Fueron (1) los fariseos, (2) los saduceos y (3) los herodianos o partidarios de Herodes. Como se muestra en Mateo<br />
22:15-46, Jesucristo impuso silencio a estos tres grupos, al desenmascararlos públicamente como pastores inútiles.<br />
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Judas compró un campo con el salario de la injusticia”. La respuesta parece ser que los sacerdotes compraron el<br />
campo, pero, como Judas aportó el dinero, se le podía atribuir el hecho a él. El doctor A. Edersheim señaló: “No era<br />
lícito introducir en la tesorería del templo, para la adquisición de cosas sagradas, dinero obtenido de manera ilegal.<br />
En estos casos, la ley judía disponía que se devolviese el dinero al donante, y si este insistía en darlo, había que<br />
inducirle a que lo dedicara a algo de beneficio público [...]. Por una ficción legal se entendía que el dinero era de<br />
Judas, y que él lo había destinado a la compra del conocido ‘campo del alfarero’”. (<strong>The</strong> Life and Times of Jesus the<br />
Messiah, 1906, vol. 2, pág. 575.) Esta compra sirvió para que se cumpliese la profecía de Zacarías 11:13.
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<strong>Zacarias</strong> 12<br />
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Zacarías 12:11. ¿Qué es el plañido de Hadadrimón en la llanura-valle de Meguidó? El rey Josías de Judá murió<br />
en una batalla contra el faraón egipcio Nekó en “la llanura-valle de Meguidó”, y su muerte fue cantada ‘en endechas’<br />
a través de los años (2 Crónicas 35:22-25). “El plañido de Hadadrimón” pudiera hacer referencia al duelo por la<br />
muerte de Josías.<br />
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Zacarías 12:6. Los superintendentes del pueblo de Jehová deben ser “como una antorcha de fuego”, es decir,<br />
demostrar un celo extraordinario.<br />
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Zacarías 12:3 indica que las naciones reciben “severos rasguños”. ¿Cómo ocurre eso? Pues bien, Dios ha<br />
decretado que las buenas nuevas del Reino deben predicarse, y los testigos de Jehová se toman en serio ese<br />
deber. Sin embargo, la predicación del Reino como la única esperanza de la humanidad ha llegado a ser “una<br />
piedra pesada” para las naciones. Por eso, estas tratan de alzarla para librarse de ella, poniendo todo tipo de trabas<br />
a los proclamadores del Reino. Como resultado, han recibido “severos rasguños” y han acabado llenos de<br />
cortaduras. Hasta su reputación ha quedado en entredicho, pues sus esfuerzos han acabado en un humillante<br />
fracaso. No pueden acallar a los siervos de Dios, quienes valoran muchísimo el privilegio de proclamar las “buenas<br />
nuevas eternas” del Reino mesiánico de Dios antes del fin de este sistema<br />
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Zacarías 12:4. Ahí Jehová promete que, figurativamente, cegará y herirá “con aturdimiento” a quienes luchen<br />
contra sus valerosos mensajeros del Reino. Y sin duda ha cumplido su palabra. Nosotros tenemos la certeza de que<br />
Jehová protegerá a su pueblo y velará por su bienestar<br />
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Zacarías 12:5, 6. La expresión “los jeques de Judá” se refiere a los superintendentes ungidos del pueblo de Dios.<br />
A estos, Jehová los llena de celo ardiente para defender los intereses de su Reino en la Tierra.<br />
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Zacarías 12:7, 8. En el antiguo Israel, las tiendas eran parte del paisaje, pues las solían utilizar los pastores y los<br />
labradores. Ellos serían los primeros que necesitarían protección en caso de que una nación enemiga atacara la<br />
ciudad de Jerusalén. La expresión “las tiendas de Judá” indica que el resto ungido de nuestro tiempo no está<br />
morando en ciudades fortificadas. Por así decirlo, moran en campo abierto, donde defienden sin temor los intereses<br />
del Reino mesiánico. Jehová de los ejércitos salvará a “las tiendas de Judá primero”, pues constituyen el blanco<br />
principal de los ataques de Satanás.<br />
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Zacarías 12:9. ¿Por qué procura Jehová “aniquilar a todas las naciones”? Porque se obstinan en oponerse al<br />
Reino mesiánico. Están condenadas a la destrucción por perseguir y maltratar al pueblo de Jehová. Pronto, los<br />
agentes terrestres de Satanás lanzarán un ataque final contra los verdaderos siervos de Dios, un ataque que<br />
conducirá a la situación mundial que la Biblia llama Har–Magedón (Revelación 16:13-16). En respuesta, el Juez<br />
Supremo saldrá en defensa de sus siervos y santificará su nombre ante las naciones.<br />
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Zacarías 12:11.—“El plañido de Hadadrimón” quizás se refiera al duelo por la muerte del rey Josías de Judá.<br />
Parece que Hadadrimón era un lugar en el valle de Meguidó, donde Josías fue muerto en combate contra Faraón<br />
Nekó. La muerte de Josías fue lamentada; Jeremías salmodió y los cantores mencionaron al rey en endechas.<br />
(2 Crónicas 35:20-25.)
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<strong>Zacarias</strong> 13<br />
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Le abandonarían sus discípulos. Fue tal y como había profetizado Zacarías: “Hiere al pastor, y que las ovejas del<br />
rebaño sean esparcidas” (Zac. 13:7). El 14 de nisán del año 33, Jesús dijo a sus seguidores: “A todos ustedes se<br />
les hará tropezar respecto a mí esta noche, porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán<br />
esparcidas’”. Y así sucedió, pues el propio Mateo señaló que “todos los discípulos lo abandonaron y huyeron” (Mat.<br />
26:31, 56).<br />
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Zac. 13:3. Nuestra lealtad al Dios verdadero y su organización debe estar por encima de la lealtad a cualquier<br />
humano, sin importar lo allegado que sea.<br />
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Zac. 13:8, 9. La cantidad de apóstatas a quienes Jehová rechazó fue muy grande: dos tercios de la nación. Solo<br />
un tercio sería refinado como por fuego. Hoy día, la cristiandad, que constituye la mayoría de los que afirman ser<br />
cristianos, ha sido rechazada por Jehová. Por otro lado, hay un pequeño número —los cristianos ungidos— que ‘ha<br />
invocado el nombre de Jehová’ y se ha dejado refinar. Tanto estos como sus compañeros han demostrado que<br />
no son testigos de Jehová solo de nombre.<br />
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En tiempos más recientes, cristianos ungidos que servían a Dios antes de la primera guerra mundial sabían que<br />
1914 marcaría el fin de los Tiempos de los Gentiles, y muchos de ellos esperaban recibir su recompensa celestial<br />
en aquel año memorable. Pero aquello no sucedió. Como muestran ahora los hechos, se les añadieron décadas de<br />
años. Durante esta inesperada prolongación de su carrera en la vida en la Tierra experimentaron refinación a manos<br />
de Jehová Dios. (Zacarías 13:9)<br />
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Dentro de poco, sus “amistades” mundanas (sistemas comerciales, militares y políticos) tendrán que reconocer que<br />
el clero no sirve para nada, sí, que es una carga, que son falsas sus profecías de que habrá mejores tiempos en<br />
sentido material independientemente del Reino de Jehová mediante Cristo. De hecho, aquellas “amistades”<br />
mundanas finalmente se sentirán impulsadas a dar libre curso a su pérdida de confianza, a su desprecio, sí, a su<br />
odio. Violentamente destruirán al clero, o por lo menos lo despojarán de su vestidura profesional oficial y lo<br />
reducirán a una posición no profesional, laica, tal como se explica en Zacarías 13:4-6. Pero a pesar de este<br />
cambio de situación, el clero no se salvará de la aniquilación junto con Babilonia la Grande, el imperio mundial de la<br />
religión falsa, tal como se predice en los capítulos 17 y 18 de Revelación. Los “amigos” mundanos del clero fallarán<br />
a éste por completo.<br />
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Al parecer, los falsos profetas a veces llevaban prendas de pelo similares para engañar a la gente con el fin de que<br />
los aceptasen como profetas procedentes de Jehová y dar de este modo más credibilidad a sus mensajes. (Zac<br />
13:4.)<br />
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Las palabras de Jehová también consuelan hoy día al resto del Israel espiritual, cuyos miembros son “una nueva<br />
creación” ungida por espíritu (2 Corintios 5:17). Estos han encarado con valor “las aguas” de la humanidad y han<br />
disfrutado del tierno cuidado de Dios al afrontar pruebas semejantes a inundaciones. El fuego que emana de sus<br />
enemigos, en vez de causarles daño, los ha refinado (Zacarías 13:9).
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<strong>Zacarias</strong> 14<br />
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En el día de Jehová, las personas que se han dejado moldear por el mundo y su malvado espíritu mostrarán sin<br />
tapujos cómo son de verdad, llegando incluso a matarse unas a otras. De hecho, es probable que el entretenimiento<br />
violento que predomina en la actualidad esté preparando la mente de muchos para el día en que alzará “cada<br />
uno [...] su mano [...] contra la mano de su compañero” (Zac. 14:13). Por eso es imprescindible que rechacemos<br />
cualquier película, libro, videojuego o actividad que siembre en nosotros el orgullo, el amor a la violencia u otras<br />
actitudes que Dios detesta.<br />
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DURANTE la I Guerra Mundial, los cristianos ungidos sufrieron muchas dificultades y encarcelamientos a manos de<br />
las naciones beligerantes. Sus sacrificios de alabanza a Jehová experimentaron fuertes restricciones, y el resto<br />
ungido se sumió en un estado de cautiverio espiritual. Todo ello se había profetizado en Zacarías 14:2, donde se<br />
habla de un ataque internacional a Jerusalén.<br />
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Todos los enemigos terrestres de la adoración verdadera serán así eliminados. Por fin se habrá obligado a todas las<br />
naciones a reconocer la soberanía universal de Jehová. Se habrá cumplido la profecía: “Jehová tiene que llegar a<br />
ser rey sobre toda la tierra”. (Zacarías 14:9.) Posteriormente se atará a Satanás y a sus demonios y comenzará el<br />
Reino de Mil Años de Cristo, con grandes bendiciones preparadas para la humanidad.<br />
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Zacarías 14:16 “Tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que<br />
vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los<br />
ejércitos, y a celebrar la fiesta de las cabañas”. …Según la Biblia, todos los que vivan hasta el fin del sistema inicuo<br />
y sean juzgados enemigos de la adoración verdadera, sufrirán “el castigo judicial de destrucción eterna”.<br />
(2 Tesalonicenses 1:7-9; véase también Mateo 25:31-33, 46.) Estos no tendrán una resurrección. Probablemente, la<br />
expresión “los que queden” incluye a los habitantes de las naciones que mueran antes de la guerra final de Dios, a<br />
quienes la Biblia ofrece la esperanza de la resurrección.<br />
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Todos los resucitados deben hacer algo para que su resurrección resulte ser de vida y no de juicio adverso. Tienen<br />
que acudir a los patios terrestres del templo de Jehová e inclinarse en dedicación a Dios mediante Jesucristo.<br />
Cualquier resucitado que rehúse hacerlo sufrirá el mismo azote que les sobrevendrá a las naciones de la actualidad.<br />
(Zacarías 14:18.)<br />
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Además, más personas que nunca son víctimas de crímenes que son cada vez más crueles. Odios raciales,<br />
políticos y religiosos dividen a varios países. En algunos lugares la situación no está muy lejos de ser como la<br />
descripción que se da del futuro en Zacarías 14:13, cuando la gente sentirá “un pánico terrible [...] Cuando uno<br />
agarre la mano de un camarada, el otro volverá su mano contra él” (Nueva Biblia Española, 1975).<br />
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En el libro de Zacarías se predice un ataque internacional contra Jerusalén. (Zacarías 14:2.) Entonces, según el<br />
versículo 3, “Jehová ciertamente saldrá y guerreará contra aquellas naciones como en el día de su guerrear, en el<br />
día de pelea”. Así el Dios de la Biblia mostrará a todas las naciones de hoy que todavía es el mismo Dios guerrero<br />
de los días del Israel de la antigüedad.<br />
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Avanzamos rápidamente hacia el tiempo en que la mano de todo hombre “subirá contra la mano de su compañero”<br />
(Zacarías 14:13). A medida que el mundo se hace cada vez más desaforado y violento, ¿cómo reacciona el<br />
pueblo de Jehová? Los testigos de Jehová repudian todo tipo de violencia.