19.05.2013 Views

Hacia-Rutas-Salvajes-Into-The-Wild-Jon-Krakauer

Hacia-Rutas-Salvajes-Into-The-Wild-Jon-Krakauer

Hacia-Rutas-Salvajes-Into-The-Wild-Jon-Krakauer

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

total de tres días en aquella carretera llena de baches y, al final, el chaval no<br />

tuvo otro remedio que bajar la guardia. Le diré una cosa: era un chico<br />

educadísimo. Era muy cortés; no soltaba palabrotas y no hablaba con esa jerga<br />

que usan algunos jóvenes. Se veía que era de buena familia. Me habló sobre<br />

todo de su hermana. Por lo visto tenía muchos problemas con sus padres.<br />

Según me explicó, su padre era un genio, un científico de la NASA, pero había<br />

sido bígamo durante un tiempo, y eso iba en contra de sus principios. Llevaba<br />

dos años sin ver a su familia, desde que se había graduado en la universidad.»<br />

McCandless le confesó también que pensaba pasarse el verano solo en el<br />

monte, viviendo de lo que encontrara. «Dijo que era algo que deseaba hacer<br />

desde pequeño. Quería estar aislado, sin ver un avión, nada que le recordara la<br />

civilización, y demostrarse a sí mismo que podía arreglárselas solo, sin la<br />

ayuda de nadie.»<br />

Stuckey y McCandless llegaron a Fairbanks el sábado 25 de abril. Primero<br />

efectuaron una breve parada en una tienda de comestibles. «Allí compró un<br />

saco de arroz. Luego me dijo que quería acercarse a la universidad para<br />

investigar las especies de plantas comestibles que encontraría en el bosque, ya<br />

sabe, bayas y cosas por el estilo. Le comenté que era demasiado pronto, que<br />

había más de medio metro de nieve y aún no crecía nada. Pero no me hizo<br />

caso. Estaba impaciente por salir de la ciudad.»<br />

Stuckey lo llevó hasta el campus de la Universidad de Alaska, situado en las<br />

afueras de Fairbanks, y lo dejó allí a las cinco y media de la tarde. «Antes de<br />

despedirnos le dije:<br />

"Alex, te he llevado conmigo a lo largo de mil quinientos kilómetros y te he<br />

dado de comer durante tres días. Lo menos que puedes hacer es mandarme<br />

una carta cuando regreses de Alaska." Me prometió que lo haría.<br />

«También le rogué que llamara a sus padres. No puedo imaginarme nada<br />

más horroroso que tener un hijo perdido por esos mundos de Dios, sin que<br />

sepas qué le ha ocurrido durante años, si está vivo o muerto. Le di el número<br />

de mi tarjeta de crédito y le dije: "Por favor, llámalos." Pero todo lo que contestó<br />

fue: "Tal vez lo haga o tal vez no." En cuanto se hubo marchado caí en la<br />

cuenta de que debería haberle pedido el número de teléfono para llamarlos yo<br />

mismo, pero fue una de esas situaciones en que todo sucede muy rápido. No<br />

atiné a pensarlo.»<br />

Después de dejar a McCandless en la universidad, Stuckey se dirigió hacia<br />

el centro de Fairbanks para entregar la caravana, pero en el concesionario le<br />

dijeron que el encargado de registrar la entrada de vehículos nuevos ya se<br />

había marchado a casa y no regresaría hasta el lunes por la mañana. Tuvo que<br />

quedarse dos días más antes de poder tomar el avión de vuelta a Indiana.<br />

Puesto que no había nada mejor que hacer, el domingo por la mañana decidió<br />

visitar el campus. «Esperaba encontrar a Alex y pasar otro día con él. Pensé<br />

que podíamos hacer algo para distraernos, no sé, ir a la ciudad o algo así. Me<br />

pasé dos horas recorriendo el lugar, pero no lo vi. Supongo que ya se había<br />

ido.»<br />

Tras separarse de Stuckey, McCandless estuvo dos días y tres noches en<br />

las cercanías de Fairbanks, la mayor parte del tiempo en la universidad. En la<br />

librería de ésta dio con una guía de campo de plantas comestibles que estaba<br />

escondida en el estante de abajo de la sección de Alaska. Era una obra<br />

académica muy bien documentada y con una información exhaustiva, Tanaina<br />

Plantlore/Dena'ina K'et'una: An Ethnobotany of the Dena'ina Indians of<br />

129

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!