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Hacia-Rutas-Salvajes-Into-The-Wild-Jon-Krakauer

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El 18 de enero llegó de nuevo a la frontera entre Estados Unidos y México.<br />

Los agentes de inmigración lo atraparon cuando intentaba cruzarla sin ningún<br />

documento de identidad. Se pasó una noche detenido antes de inventarse una<br />

historia convincente que le permitiera salir del calabozo, aunque tuvo que dejar<br />

su revólver del calibre 38, «un Colt Python precioso, por el que sentía una gran<br />

estima».<br />

Durante las seis semanas siguientes McCandless estuvo vagando por el<br />

suroeste de un lado a otro, llegando hasta Houston en dirección este y a la<br />

costa del Pacífico en dirección oeste. Aprendió a enterrar el dinero que llevaba<br />

consigo antes de entrar en una gran ciudad y desenterrarlo al salir. Así evitaba<br />

que lo atracase alguno de los desagradables personajes que rondaban por las<br />

calles y pasos elevados donde dormía. Según el diario, el 3 de febrero fue a<br />

Los Ángeles «para conseguir un documento de identidad y un trabajo»; pero<br />

«se siente muy incómodo viviendo en sociedad y experimenta la necesidad de<br />

volver de inmediato a la carretera».<br />

Seis días después, acampado en el fondo del Gran Cañón con Thomas y<br />

Karin, una pareja de jóvenes alemanes que lo habían recogido en la carretera,<br />

Chris escribió: «¿Es éste el mismo Alex que salió de viaje en julio de 1990? La<br />

desnutrición y la carretera se han cobrado su tributo. Su cuerpo ha perdido más<br />

de nueve kilos, pero su estado de ánimo es excelente.»<br />

El 24 de febrero, siete meses y medio después de haber abandonado el<br />

Datsun, regresó a la Corriente Detrítica. Si bien había pasado mucho tiempo<br />

desde que el servicio de vigilancia de parques se había incautado del vehículo,<br />

logró recuperar las placas de la matrícula número SJF-421 de Virginia, así<br />

como las pertenencias que había enterrado. Luego hizo autostop hasta Las<br />

Vegas y encontró un trabajo en un restaurante italiano. «Alexander enterró su<br />

mochila en el desierto el 27 de febrero y entró en la ciudad de Las Vegas sin<br />

dinero ni documento de identidad», cuenta en el diario.<br />

Vivió varias semanas en la calle, entre vagabundos, mendigos y borrachos.<br />

Sin embargo, la historia no termina en Las Vegas. El 10 de mayo, Alex volvió a<br />

arder en deseos de viajar, dejó su trabajo, desenterró su mochila y se lanzó<br />

otra vez a la carretera. Por desgracia, descubrió que las cámaras fotográficas<br />

se estropean si se comete la estupidez de sepultarlas bajo tierra. Así pues, esta<br />

historia carece de imágenes que la ilustren en el período que va desde el 10 de<br />

mayo de 1991 al 7 de enero de 1992. Sin embargo, esto no tiene importancia.<br />

Es en las experiencias y recuerdos, en el inconmensurable gozo de vivir en el<br />

sentido más pleno de la palabra, donde puede descubrirse el significado<br />

auténtico de la existencia. ¡Dios, qué fantástico es estar vivo! Gracias, gracias.<br />

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