JDD Factores de Crecimiento

MAYO 2009
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EDITORIAL
VOLUMEN 8 NÚMERO 5 (SUPLEMENTO)
JOURNAL OF DRUGS IN DERMATOLOGY
Introducción s tanto un placer como un honor para mí presentar por parte de mis colegas y coautores, los
doctores Atkin, Cook-Bolden, Fitzpatrick, Kircik, Mehta y Werschler, y la maestra Norine, este
Esuplemento en el que se abordan los resultados de investigaciones recientes sobre factores
de crecimiento de aplicación tópica para el rejuvenecimiento de la piel.
Bastó que los medios de comunicación proclamaran a los factores de crecimiento como lo último en la
búsqueda de la eterna juventud, para que adquirieran popularidad repentina y figuraran como
protagonistas en una plétora de lociones y pócimas que abarrotan las repisas de nuestros
consultorios. Como médicos clínicos, nuestro reto es separar el trigo de la paja, y ofrecer a nuestros
pacientes algo más que una promesa contenida en un frasco que se puede adquirir en cualquier
farmacia. Si bien dudo que Albert Einstein hubiera tenido en mente los cosmecéuticos que se venden
en los consultorios cuando dijo que todo debiera hacerse lo más sencillo posible pero no sobre
simplificarse, su filosofía de la simplificación con criterio es ciertamente aplicable a nuestro campo.
La hipótesis que sugiere que el envejecimiento del cutis es análogo a una herida crónica y que el
rejuvenecimiento de la misma es posible mediante factores de crecimiento que estimulen y
amplifiquen los mecanismos de cicatrización de las heridas, es sorprendente en su simplicidad y tiene
algún fundamento científico. Sin embargo, esta aparente simplicidad oculta la complejidad
subyacente que consiste en determinar la combinación óptima y el balance de estos factores de
crecimiento.
En este suplemento, mis colegas y yo proponemos dos temas fundamentales que consideramos
cruciales para profundizar nuestra comprensión de cómo los factores de crecimiento tópicos pueden
mediar en el rejuvenecimiento del cutis. El primero de ellos consiste en determinar la mejor forma de
preparar los fibroblastos cultivados en una matriz tridimensional, para obtener un coctel sinérgico de
factores de crecimiento fisiológicamente balanceado. El segundo tema tiene que ver con el cultivo de
los factores de crecimiento una vez que fueron secretados por sus fibroblastos progenitores, a fin de
lograr una actividad biológica óptima. Se requieren ensayos clínicos adicionales para comparar la
eficacia clínica de los cosmecéuticos que contienen uno o más factores de crecimiento sintéticos,
factores de crecimiento derivados de fibroblastos cultivados de manera no fisiológica, o factores de
crecimiento cultivados por lisis de fibroblastos como sustituto de la secreción natural.
Aún existen factores de crecimiento que no podemos obtener por ingeniería, al no sernos posible
caracterizar por completo su complejo balance, sus modificaciones post-traducción o el
empaquetamiento pre-secretorio necesario para lograr su expresión óptima, y nos preguntamos si
ello se debe a que son demasiado “sencillos”. De ser así, ésto nos remite a otro aforismo de Einstein:
No todo lo que cuenta puede ser contado.
Espero que encuentren los datos presentados en este suplemento tanto intrigantes desde la
perspectiva científica, como relevantes desde la perspectiva clínica. Abren la puerta a un mejor
entendimiento del nuevo paradigma en el rejuvenecimiento de la piel y a una estrategia novedosa
para la formulación de terapias mediadoras en la reparación del cutis. También nos sirven como
recordatorio de que la medicina es --y con toda probabilidad seguirá siendo-- tanto arte como ciencia;
empírica y cuantificable.
Dr. Rema Sundaram
Miembro de la Academia Americana de Dermatología
Dermatología, Cirugía Cosmética y Laser
Rockville, MD y Fairfax, VA. E. U. A.