Textos críticos - Fundación César Manrique
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Portada del número 330<br />
de la revista Domus,<br />
mayo de 1957.<br />
des que expresó GATCPAC en los años treinta 10 . El Equipo 57 y las<br />
iniciativas individuales de numerosos arquitectos responderán<br />
también a ese clima de reconstrucción y puesta al día elaborado<br />
por las elites estéticas y profesionales en una circunstancia mezquina,<br />
dominada por las privaciones de todo tipo. Empresarios y promotores<br />
sensibles —como Huarte y Agromán— y arquitectos innovadores<br />
se vieron forzados, por su parte, a autoabastecerse para<br />
equipar las nuevas arquitecturas y vestir sus espacios de vida de<br />
una forma acorde con la emergente vocación moderna. Pintura,<br />
escultura, arquitectura, artes aplicadas y dimensión funcional de la<br />
creación conviven y se refuerzan procurando sobreponerse al páramo<br />
y la miseria de los cincuenta, y, al mismo tiempo, aproximarse<br />
a las formas y los recursos entrevistos en el cine y las revistas internacionales<br />
que llegaban —como la prestigiosa Domus, dirigida por<br />
Gio Ponti, que <strong>Manrique</strong> coleccionó y siguió con devoción— 11 .<br />
Avanzando en la consolidación de la sensibilidad abstracta, en<br />
1956, José Luis Fernández del Amo, Vicente Aguilera Cerni y<br />
10 GATCPAC fue inicialmente constituido por los arquitectos Josep Pratmarsó, Oriol Bohigas,<br />
Joaquim Gili, Antonio de Moragas, Josep Maria Sostres, Josep Maria Martorell, José Antonio Coderch<br />
y Mauel Valls, a los que luego se unieron, en 1955, Josep Antón Balcells, Guillermo Giráldez,<br />
Francesc Bassó, Manuel Ribas, y, en 1958, Pau Monguió, Francesc Vayreda, Javier Carvajal y Rafael<br />
García de Castro. Puede consultarse la exhaustiva y documentada monografía de Carmen Rodríguez<br />
y Jorge Torres, Grup R, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, 1994. Resulta también adecuada para acercarse<br />
al ambiente de la cultura artística, arquitectónica y del diseño de Barcelona en los cuarenta y<br />
cincuenta.<br />
11 Vid. los catálogos citados L’arquitectura i l’art dels anys 50 a Madrid, [Comisarios: Gabriel Ruiz<br />
Cabrero y Patricia Molins], y España años 50. Una década de creación, [Comisarios: Juan Manuel<br />
Bonet y Carlos Pérez].<br />
La fábrica del artista moderno • Fernando Gómez Aguilera • 23<br />
Manuel Millares organizaron el I Salón de Arte no Figurativo, celebrado<br />
en Valencia y patrocinado por el MNAC de Madrid entre el<br />
16 y el 30 de mayo. Como señala María Dolores Jiménez Blanco,<br />
esta muestra constituye “el tercer gran hito de la década de los cincuenta,<br />
después de la I Bienal Hispanoamericana de Arte de 1951,<br />
y el Congreso Internacional de Arte Abstracto de 1953” 12 .<br />
A pesar de la acumulación de acontecimientos y del vigor del debate,<br />
no debe pensarse en un cambio radical en el arte nacional. Salvo<br />
en círculos avanzados y minoritarios, buena parte de la conciencia<br />
cultural permanecía dominada por rasgos clásicos y patrióticos, desenvolviéndose<br />
en un contexto precario, limitado por la escasez.<br />
Desprovisto prácticamente de aprovisionamientos externos de información,<br />
el panorama apenas se vio oxigenado por los viajes iniciáticos<br />
a París que comenzaron a hacer los pintores, y por un puñado de<br />
exposiciones de arte internacional organizadas en nuestro país, que<br />
sirvieron de estímulo y pusieron a nuestros creadores en contacto<br />
con los planteamientos de la abstracción 13 .<br />
Contribuyó también a mejorar la situación la incipiente presencia de<br />
los artistas jóvenes fuera de nuestras fronteras aprovechando la política<br />
impulsada por Luis González Robles, comisario de Bellas Artes<br />
desde 1955, encargado de organizar la participación de España en<br />
las bienales internacionales 14 . Su labor favoreció la proyección externa<br />
del arte español más moderno, en particular a partir de la Bienal<br />
de Venecia de 1958, año que, con los premios que obtuvieron Tàpies<br />
y Chillida, marcó un punto de inflexión. González Robles, próximo,<br />
desde el comienzo, al Museo dirigido por Fernández del Amo —que<br />
él mismo llegaría a pilotar—, supo encauzar, a través de bienales y<br />
exposiciones colectivas itinerantes, la operación de promoción internacional<br />
del arte abstracto impulsada por las autoridades españolas.<br />
12 María Dolores Jiménez-Blanco, opus cit., p. 106.<br />
13 Algunos de los principales acontecimientos expositivos fueron los siguientes: III Bienal<br />
Hispanoamericana de Arte, en Barcelona (1955); Tendencias recientes de la pintura francesa (1945-<br />
1955), 1955, en las salas de la Dirección General de Bellas Artes de Madrid, y, también ese mismo<br />
año, en Madrid, Pintores suizos contemporáneos y Pintura contemporánea neerlandesa; Arte Otro,<br />
1957 —organizada por el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, la sala Gaspar de Barcelona y las<br />
galerías parisinas de Stadler y Rive Droite y El Paso—. Introduce a los grandes del informalismo. Fue<br />
previamente presentada en la sala Gaspar de Barcelona. En Madrid, se exhibió en la Sala Negra. Se<br />
colgaron obras, entre otros, de Appel, Burri, Saura, Tápies, Fautrier, De Kooning, Pollock, Tobey,<br />
Canogar, Millares, Feito, Wessel…; Semana del Arte Abstracto en España, en la Sala Negra entre el 7<br />
y el 15 de marzo de 1958; Diez años de pintura italiana (1946-1956), 1958, en el Museo Nacional<br />
de Arte Contemporáneo, y en el mismo museo La nueva pintura americana, con importantes obras<br />
procedentes del MoMA —entre ellas, piezas de Baziotes, Sam Francis, Gottlieb, Guston, Kline,<br />
Motherwell, Pollock, Rothko, Stamos, Gorki… —. Para una cronología más extensa, vid. Francisco<br />
Calvo Serraller, España, medio siglo de arte de vanguardia, 1939-1985, [dos vols.], Madrid,<br />
<strong>Fundación</strong> Santillana-Ministerio de Cultura, 1975, vol II.<br />
14 En 1955, España participó en la I Bienal del Mediterráneo en Alejandría, bajo la coordinación<br />
de González Robles y, dos años más tarde, el comisario ya apostó abiertamente por el arte abstracto<br />
a la hora de conformar la representación española para la Bienal de São Paulo —Millares, Tàpies,<br />
Feito, Rivera, Oteiza y Cuixart—, en la que Jorge Oteiza obtuvo el Gran Premio de Escultura.