Estudio de la Obra Psicografica.pdf - Academia Sapere Aude

— ¡Sí, señora!... ¡Yo le veo a veces envuelto en una bruma de oro!... y veo también como de él sale otra
imagen suya, que sube de su cabeza y se aparta, y luego vuelve y torna a salir. Y sé que esa otra
imagen es él mismo, exactamente él mismo, pero más hermoso aún que lo es su cuerpo.”
Arpas Eternas III
Cap. La Castellana de Magdalo
Eso permitía el flujo de energía Divina por lo que su Aura purificaba a grandes distancias todo lo que
tocaba.
El rango de actuación simultánea se circunscribía al área que ocupaba su Aura.
Su Aura elevaba la frecuencia de los átomos a tal punto que la luz se veía menos obstaculizada para
interpenetrar los sistemas energéticos del microcosmos circundante.
En consecuencia hacía las veces de sol encarnado, creando a su alrededor nuevos presentes, renovando
todo e irradiando con su luz a cada individualidad.
El “Yo Crístico” generaba un campo magnético que proporcionaba la cohesión instantánea de las
partículas de acuerdo con su voluntad.
Podía manifestarse gracias a que su cuerpo Astral, por su alta frecuencia, actuaba libremente sobre el
plano gobernando la materia.
Vayamos ahora a la cuestión que nos convoca y que es tratar de aclarar el panorama acerca de un
ejemplo extraído de la Obra para justificar los errores que en ella se presentan cuando se observa que
un mismo Ego está ligado a través de las diferentes referencias a dos personalidades en simultaneo.
El caso que se trae para avalar estos errores es el de la Naumaquia, donde Jhasua se vio obligado a
generar una presentación múltiple de su Ego en varios lugares físicos al mismo tiempo.
Dilucidemos esto:
Como se ha afirmado anteriormente, una personalidad es incapaz por sí misma de actuar en simultaneo
en varios lugares, mientras que el “Yo Ideal” del ser (el eidos), por ser arquetípico es inherente a la inextensión
del plano.
El caso del Cristo en la Naumaquia y también en el bosque de los misterios (Véase el Cap. En Cesárea
de Filipo) es una claro ejemplo de esta cualidad lograda en comunión directa con la parte Fluídica del
plano físico, en donde en unión con las fuerzas Fohaticas o Solares, el ser entra a ser parte constitutiva
del plano, actuando libremente en él sin obstrucción alguna de los elementos ya que ha logrado
fusionarse con la quintaesencia de estos.
Entendida toda esta explicación, prosigamos con el desarrollo de la idea en la cual nos veníamos
extendiendo:
Ni unos, ni otros aspectos del Cristo, representados por las distintas escuelas, sobrevivirá si se aísla,
antes se tratará de establecer su unión, pues sin ella poco probable o mejor dicho imposible será formar
el cuerpo Crístico entero en este planeta.
Para los errores, poco bastará si se trata de justificarlos, más bien sería mucho más provechoso
entenderlos, como un aspecto ineludible del proceso en planos tan densos.
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