maquetacion diciembre 2007 - Diverdi
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48 diverdi siglos XX & XXI<br />
Penderecki, la serena<br />
desesperación<br />
Nuevo monográfico dedicado al<br />
gran autor polaco, en DUX<br />
Blas Matamoro<br />
Hábil en todos los géneros y dispositivos, Penderecki<br />
ofrece aquí dos conciertos o formas concertantes,<br />
más el segundo episodio de su inclasificable De<br />
Natura Sonoris (1971), suerte de búsqueda mítica<br />
acerca del origen del sonido, acaso la empresa constante<br />
del músico polaco. En efecto, Penderecki está<br />
siempre explorando las posibilidades inmediatas, táctiles<br />
si se quiere, atmosféricas, de la vibración sonora,<br />
como si la música empezara con él en un<br />
espacio vacío, a la manera como Aquel dijo la Palabra<br />
que dividió la luz de las tinieblas.<br />
En el Capricho (1967) para violín, aparte de<br />
mostrar su dominio del discurso violinístico, vuelve<br />
sobre la memoria del concierto romántico, trabajado<br />
como diálogo contrapuntístico entre solista<br />
y orquesta, a la manera como un sujeto interpela<br />
a una multitud poderosa y difusa, o un retrato individual<br />
se perfila sobre un fondo de aplastante<br />
complejidad climática. Otra es la solución del Concierto<br />
para piano “Resurrección” (2002), trufado<br />
de episodios virtuosísticos, pero que alterna el<br />
contrapunto piano-orquesta con la inclusión del<br />
piano en la orquesta misma, a la manera del piano<br />
sinfónico de Franck o Manuel de Falla. Es como<br />
si el individuo alternara su distancia con la inclusión,<br />
entendiendo, de nuevo, la orquesta como<br />
multitud. La maestría pendereckiana para diseñar<br />
fugaces formas melódicas y perderse y encontrarse<br />
en galaxias sonoras alternas, se descuenta y vuelve<br />
a probarse.<br />
Angustioso hasta una especie de sensualismo<br />
de la angustia, Pendrecki es capaz de organizar<br />
su religiosidad, de un catolicismo patético y<br />
eslavo, como la serena desesperación del creyente<br />
que atraviesa un mundo demoníaco, el de las<br />
crisis devastadoras del siglo XX. Su fe es resucitar<br />
como Cristo, tras el martirio que entrevé la serena<br />
bienaventuranza tras la serena desesperación.<br />
KRZYSTOF PENDERECKI: Capriccio para violín y orquesta<br />
(1967); De natura sonoris No. 2 (1971); Concierto para piano<br />
Resurrección (2001/2002)<br />
Patrycja Piekutowska, violín. Beata Bilinska, piano. National<br />
Polish Radio Symphony Orchestra Katowice. Krzystof Penderecki,<br />
dirección / DUX / Ref.: DUX 0582 (1 CD) D2<br />
Los mundos de Ferrari<br />
MODE reivindica la obra de uno de los grandes heterodoxos de la<br />
segunda mitad del siglo XX<br />
El interés por Luc Ferrari volvió a renacer unos<br />
años antes de su muerte, en agosto de 2005, gracias<br />
en parte a la fascinación de creadores multifacéticos<br />
como John Zorn o David Grubbs,<br />
quienes al margen de la “música culta” reeditaron<br />
y pusieron de nuevo en circulación varias<br />
obras importantes. Claro que en realidad Ferrari<br />
nunca encajó del todo en el panorama contemporáneo<br />
de su tiempo, a pesar de ser uno de los<br />
máximos adalides de la música concreta y cofundador<br />
con Pierre Schaeffer del Groupe de Recherche<br />
Musicale: de personalidad lúdica y risueña,<br />
absolutamente intuitiva y amante de la provocación<br />
inteligente, nunca comulgó con escuelas y<br />
dictados que coartaran lo más mínimo su libertad.<br />
Es cierto que estuvo donde y con quien había<br />
que estar en cada momento, con Messiaen, más tarde<br />
en Darmstadt con Stockhausen, Boulez o Kagel,<br />
después con Cage o Schaeffer, tocando sucesiva<br />
o alternativamente los palos de la electroacústica,<br />
la tonalidad, la atonalidad, la improvisación, la repetición<br />
minimalista... Ferrari absorbió influencias<br />
para crear un universo personal y de rara<br />
sensualidad sonora, sin dejar de afirmar en los sesenta<br />
que le gustaba el pop, y los Beatles en especial,<br />
o en los noventa el techno, por la reacción<br />
gestual inmediata y las mezclas en tiempo real de<br />
los Dj’s. Al caleidoscópico Luc Ferrari el sello<br />
Mode dedica ahora una serie de volúmenes, el primero<br />
de los cuales no podría resultar más atractivo<br />
para el melómano sin prejuicios al incluir dos<br />
composiciones que permiten asomarse a facetas tan<br />
relevantes de su producción como la vocal e instrumental<br />
y la “concreta”.<br />
Chansons pour le corps es una suite de cuatro<br />
canciones con interludios intrumentales referidas<br />
a partes del cuerpo femenino, a los ojos, las manos,<br />
los senos y el sexo, con una quinta pieza a manera<br />
de recapitulación afectiva, Canturreos en el<br />
silencio. La obra surge de entrevistas con desconocidas<br />
encontradas al azar en un parque, cuyas respuestas<br />
grabadas fueron reelaboradas en estudio<br />
y diseminadas a manera de fugaces presencias. La<br />
novelista Collette Fellous escribiría con ese material<br />
unos poéticos textos interiorizados en esta<br />
Antón Piedrahita Tirado<br />
“Ferrari absorbió<br />
influencias para crear<br />
un universo personal y<br />
de rara sensualidad<br />
sonora, sin dejar de<br />
afirmar en los sesenta<br />
que le gustaba el pop,<br />
y los Beatles en<br />
especial, o en los<br />
noventa el techno.”<br />
versión por la cantante y actriz Elise Caron, cuyo<br />
trabajo vocal, sencillo pero refinado, parece contradecir<br />
al compositor cuando una vez señaló su<br />
desconfianza por la voz “cantada” frente a la “espontánea”.<br />
Y es que estamos ante una escritura<br />
que pulsa con expresividad múltiples matices del<br />
pudor y el intimismo, accediendo a un reducto<br />
muy onírico de la personalidad femenina. Chansons,<br />
obra adscrita a la nueva tonalidad del Ferrari de los<br />
ochenta, demuestra igualmente un hechizante y<br />
económico uso de la instrumentación, cuyo cromatismo<br />
armónico parece evocar el colorido de<br />
un Messiaen; los intérpretes cuentan con amplios<br />
márgenes de actuación, sincronizándose con la<br />
cantante a partir de la irrupción de los fragmentos<br />
grabados.<br />
Et si tout entière maintenant... comparte rasgos<br />
estilísticos con la anterior –Fellous firma también<br />
el texto–, pero la labor electroacústica pasa a<br />
primer término. Se trata de un “cuento sinfónico”,<br />
de una película sonora que mezcla ficción y documental,<br />
realismo y poesía, cuyo peso recae sobre<br />
las grabaciones efectuadas a bordo de un rompehielos<br />
en su travesía ártica. Conversaciones, retazos<br />
de un ambiguo relato que da a entender una<br />
trama sexual entre una mujer, el capitán y el piloto,<br />
oleajes, ventiscas y otros sonidos ambientales<br />
se unen a descriptivas y opulentas tramas orquestales<br />
para constituir un collage, embriagador, de<br />
múltiples capas y texturas. Un verdadero viaje.<br />
LUC FERRARI (1929): Chansons pour le corps; Et si tout entière<br />
maintenant…<br />
Elise Caron, voz. Carol Mundinger, Sylvan Frydman, clarinetes.<br />
Christine Lagniel, percusión. Michel Maurer, piano. Michel<br />
Musseau, sintetizador. Anne Sèe, voz. Nouvel Orchestre<br />
Philharmonique.Yves Prin, dirección / MODE / Ref.: MODE<br />
081 (1 CD) D1