Todorov, T- Introduccion a la Literatura Fantastica - Catedu
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Tzvetan <strong>Todorov</strong> Introducción a <strong>la</strong> literatura fantástica<br />
Perrault, por ejemplo, se establece una re<strong>la</strong>ción entre el deseo sexual y <strong>la</strong> muerte.<br />
Esto aparece de manera explícita en Caperucita roja, donde desvestirse, compartir<br />
una cama con un ser del sexo opuesto, equivale a ser comido, perecer. Barba Azul<br />
repite <strong>la</strong> misma moraleja: <strong>la</strong> sangre coagu<strong>la</strong>da, que evoca <strong>la</strong> sangre menstrual,<br />
provocará <strong>la</strong> pena de muerte.<br />
En El monje, ambos temas están en una re<strong>la</strong>ción de contigüidad más que de<br />
equivalencia: Ambrosio mata a su madre al tratar de poseer a Antonia, y se ve<br />
obligado a matar<strong>la</strong> después de haber<strong>la</strong> vio<strong>la</strong>do. La escena de <strong>la</strong> vio<strong>la</strong>ción está, por<br />
otra parte, puesta bajo el signo de <strong>la</strong> proximidad del deseo y de <strong>la</strong> muerte: “El<br />
cuerpo intacto y b<strong>la</strong>nco de Antonia dormida descansaba entre dos cadáveres en<br />
completo estado de putrefacción” (págs. 317-318).<br />
Esta variante de <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción, en <strong>la</strong> que el cuerpo deseable se encuentra cerca<br />
del cadáver, es predominante en Potocki; pero aquí también pasamos de <strong>la</strong><br />
contigüidad a <strong>la</strong> sustitución. La mujer deseable se transforma en cadáver: tal el<br />
esquema de <strong>la</strong> acción, repetido sin cesar, del Manuscrito encontrado en Zaragoza.<br />
Alfonso se duerme con <strong>la</strong>s dos hermanas entre sus brazos; al despertar, encuentra<br />
en su lugar a dos cadáveres. Lo mismo sucederá con Pacheco, Uzeda, Rebeca y<br />
Tribaud de <strong>la</strong> Jacquière. La aventura de este último es aún más grave: cree hacer el<br />
amor con una mujer deseable, que se convierte simultáneamente en diablo y<br />
cadáver: “Pero Or<strong>la</strong>ndina ya no estaba en el lecho. En su lugar había un ser horrible<br />
de formas repugnantes y desconocidas. (...) Al día siguiente unos campesinos...<br />
entraron y encontraron a Thibaud tendido sobre una carroña media podrida” (pág.<br />
157.) Se advierte <strong>la</strong> diferencia con Perrault: en este último, <strong>la</strong> muerte castiga<br />
directamente a <strong>la</strong> mujer que se abandona a sus deseos: en Potcki, castiga al hombre<br />
transformando en cadáver al objeto de sus deseos.<br />
En Gautier, <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción es distinta. El sacerdote de La muerta enamorada<br />
experimenta una perturbación sensual al contemp<strong>la</strong>r el cuerpo muerto de<br />
C<strong>la</strong>rimunda; <strong>la</strong> muerte no se <strong>la</strong> vuelve odiosa, sino que, por el contrario, parece<br />
aumentar sus deseos. “¿Tendré que confesarlo? Aquel<strong>la</strong> perfección de formas,<br />
aunque purificada y santificada por <strong>la</strong> sombra de <strong>la</strong> muerte, me turbaba más de lo<br />
debido” (pág. 98). Más tarde, durante <strong>la</strong> noche, <strong>la</strong> contemp<strong>la</strong>ción no le basta: “La<br />
noche avanzaba y, al sentir próximo el momento de <strong>la</strong> separación eterna, no pude<br />
evitarme esa triste y suprema dulzura de besar los <strong>la</strong>bios muertos de aquel<strong>la</strong> que<br />
había tenido todo mi amor” (pág. 99).<br />
Este amor por <strong>la</strong> muerta, presentado aquí bajo una forma ligeramente ve<strong>la</strong>da<br />
y que en Gautier corre parejo con el amor por una estatua, por <strong>la</strong> imagen de un<br />
cuadro, etc., recibe el nombre de necrofilia. En <strong>la</strong> literatura fantástica, <strong>la</strong> necrofilia<br />
toma por lo general <strong>la</strong> forma de un amor con vampiros o con muertos que<br />
volvieron a habitar entre los vivos. Esta re<strong>la</strong>ción puede, una vez más, ser<br />
presentada como el castigo de un deseo sexual excesivo, pero también puede no<br />
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