La Voz del Refugio nº 2 - Padre Rubinos
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Todo esto ocurría, porque las balsas<br />
eran de ocho plazas y José solo quería que los<br />
novatos fueran de primero, para que no<br />
quedáramos rezagados. El patrón, ya cumplió<br />
con su cometido de mandar el S.O.S, para dar<br />
nuestra posición. Una vez ya todos en los<br />
botes, con pena y rabia, vimos como el<br />
“NUEVO GISELA” se hundía, el mar se lo<br />
tragaba rodeado de espuma a modo de<br />
mortaja.<br />
Nos vimos en la balsa, en ella<br />
estuvimos unas 12 horas, el frío nos comía los<br />
huesos. Al medio día <strong>del</strong> 18, un costero nos<br />
avistó, pero con el temporal arreciando, no<br />
pudo recogernos en la primera intentona; una<br />
segunda vez, nos arriaron una red, para que<br />
pudiéramos subir, pero con tanto oleaje y la<br />
altura <strong>del</strong> barco, tuvimos la mala fortuna que los<br />
dos primeros hombres, Fran y Manolo o do<br />
queiro, cuando iban a ser izados a bordo, al<br />
agarrarse solo con las manos, el empuje de<br />
costado <strong>del</strong> barco, los catapultó lejos de la<br />
borda y les ocasionó fracturas en los brazos.<br />
Impidiéndoles nadar en el mar.<br />
Solo pudimos rescatar a Manolo, a Fran<br />
las aguas se lo tragaron sin más. El patrón<br />
dándose cuenta <strong>del</strong> error de mis compañeros, a<br />
gritos, nos ordenó que nos engancháramos a la<br />
red con pies y manos, para evitar las lesiones<br />
en los brazos y así de esta forma pudimos ser<br />
salvados por el carguero “Pontevedra”.<br />
Me pasó a mí…<br />
<strong>La</strong> tripulación de esta barco,<br />
rápidamente se ocuparon de nosotros,<br />
dándonos ropas secas y mantas. Una vez mas<br />
la mala suerte nos golpeo, Manolo aunque fue<br />
rescatado, se nos murió a causa <strong>del</strong> frío y la<br />
tensión de esa mala fortuna, no se cuanto<br />
tiempo paso, pues el agotamiento, el miedo y la<br />
pena, me dejo aturdido, pero llego el buque<br />
“ESPERANZA DEL MAR” y tuvimos atención<br />
medica y nos trasladaron a las Palmas de Gran<br />
Canaria.<br />
Fran apareció entre las redes de un<br />
pesquero Marroquí un mes mas tarde.<br />
Hoy en día esta historia me sigue<br />
acompañando y me recuerda que en cualquier<br />
momento la muerte nos puede alcanzar y que<br />
tengo que aprovechar mi vida lo mejor que<br />
pueda.<br />
Quiero también que esta historia sirva<br />
de homenaje a mis dos compañeros.<br />
MANOLO O DO QUEIRO<br />
Y<br />
FRAN<br />
Va por vosotros<br />
R.I.P.<br />
Con cariño<br />
Alfonso<br />
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