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Docente: Elsa Pesce - Universidad de Palermo

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<strong>Docente</strong>: <strong>Elsa</strong> <strong>Pesce</strong><br />

Asignatura: Taller <strong>de</strong> Reflexión Artística III<br />

Comugnagtti Macarena<br />

IMAGEN DE LA MUJER DURANTE EL ROCOCÓ FRANCÉS.<br />

Según la real aca<strong>de</strong>mia española, la palabra moda se refiere al “Uso, modo o<br />

costumbre que esta en alza durante algún tiempo, o en <strong>de</strong>terminado país, con<br />

especialidad en los trajes, telas y adornos.”<br />

Pero la moda no solo se <strong>de</strong>fine por la indumentaria que se lleve, sino q hay<br />

otros factores que le dan carácter.<br />

Este trabajo remarcará aspectos <strong>de</strong> la moda como el maquillaje y el peinado<br />

que buscaron respon<strong>de</strong>r a una realidad socio-política <strong>de</strong>l siglo XVIII en Francia.<br />

Se harán referencias a <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> distintos aspectos que conformarían el<br />

imaginario <strong>de</strong>l periodo, así como en ciertos casos se analizaran los recursos<br />

utilizados para lograr el aspecto <strong>de</strong>seado.<br />

Desarrollo<br />

En Francia, durante el reinado <strong>de</strong> Luís XIV y <strong>de</strong>bido las interminables guerras,<br />

se genera una severa quiebra <strong>de</strong> las finanzas y el empobrecimiento <strong>de</strong> la<br />

población.<br />

Al morir Luis XIV y <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Luis XV, es que surge el Rococó.<br />

In<strong>de</strong>pendiente y hedonista, se opuso al arte inflexible y ostentoso <strong>de</strong>l reinado<br />

<strong>de</strong> Luis XIV.


Durante el reinado <strong>de</strong> Luis XVI la burguesía llega a la cima <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo<br />

económico y cultural, ejerciendo dominio en ámbitos como el comercio, la<br />

industria, los bancos, la literatura, puestos clave <strong>de</strong> la sociedad. Pero los altos<br />

puestos <strong>de</strong> la corte, iglesia y <strong>de</strong>l ejército estaban fuera <strong>de</strong> su alcance.<br />

La rivalidad entre la aristocracia y la burguesía se fue agudizando, y fue, quizás<br />

en respuesta al creciente po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la burguesía, que cuanto más perdía la<br />

nobleza <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r efectivo, más se aferraba a los privilegios que le quedaban<br />

y con más ostentación los mostraban.<br />

Socialmente, el rol <strong>de</strong> la mujer sufre también un quiebre y se convierte en<br />

organizadora <strong>de</strong> reuniones, don<strong>de</strong> <strong>de</strong> escucha música, se baila, se juega, se<br />

apuesta, se habla <strong>de</strong> literatura, política.<br />

El Rococó, culturalmente, se caracteriza por la búsqueda <strong>de</strong>l placer personal. Y<br />

esa búsqueda <strong>de</strong> placer se extendía a los distintos hábitos y costumbres <strong>de</strong> la<br />

vida. Esto incluía la moda, y Francia, en este periodo, confirmo la reputación<br />

<strong>de</strong>l país como lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la moda femenina en todo el mundo.<br />

No resulta extraño, pues, que estos excesos y placeres también se vieran<br />

reflejados en las cabelleras y rostros <strong>de</strong> las damas <strong>de</strong> la realeza y <strong>de</strong> la corte.<br />

En periodos anteriores, como por ejemplo en renacimiento, las mujeres no<br />

llevaban pelucas, sino que lucían sus cabelleras largas, con algunos tocados, y<br />

esto también se <strong>de</strong>bía a una <strong>de</strong>manda social <strong>de</strong>l momento.<br />

La extravagancia excesiva es el rasgo mas importante que se asocia con la<br />

ultima reina <strong>de</strong> Francia, María Antonieta. Sus cuidados personales podían<br />

llegar a costar 158.000 libras al año. Gracias a su merca<strong>de</strong>r <strong>de</strong> moda, Rose<br />

Bertin, se convirtió en la reina <strong>de</strong> la moda francesa, titulo que prefería al <strong>de</strong><br />

reina <strong>de</strong> Francia, según una dama <strong>de</strong> la corte. Cosgrave,2000.<br />

María Antonieta fue una gran exponente <strong>de</strong> lo que se usaba e cuanto a<br />

peinados se trataba. Zweig <strong>de</strong>scribe parte <strong>de</strong> la rutina diaria <strong>de</strong> la reina, cuyo<br />

peinador era Leonard.<br />

El peinado. Dichosamente, se dispone también aquí <strong>de</strong> un alto artista, el señor<br />

Leonard, el inagotable e insuperado Fígaro <strong>de</strong>l Rococó. Como un gran señor,<br />

se trasladaba todas las mañanas, en carrozas <strong>de</strong> seis caballos, <strong>de</strong> Paris a


Versalles, para <strong>de</strong>mostrarle a la reina, con el peine, lociones para el cabello y<br />

pomadas, su siempre noble y diariamente renovado arte. Lo mismo que<br />

Mansart, el gran arquitecto, levanta sobre las casas los ingeniosos tejados que<br />

llevan su nombre, también el señor Leonard edifica verda<strong>de</strong>ras torres <strong>de</strong><br />

cabellos y <strong>de</strong>cora estas altas edificaciones con simbólicos ornamentos. Con<br />

gigantes agujas y un enérgico empleo <strong>de</strong> pomadas se encaraman<br />

primeramente los cabellos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su raíz, sobre la frente, rectos como cirios.<br />

No solo paisajes completos y panoramas, con frutas, jardines, casas y navíos<br />

en movidos mares, toda una visión multicolor <strong>de</strong>l universo, mo<strong>de</strong>lado con el<br />

peine sobre esos poufs, sino que también, para hacer la moda mas rica en<br />

cambios, estas construcciones representaban simbólicamente los<br />

acontecimientos <strong>de</strong>l día. Zweig, 1992.<br />

Cualquier acontecimiento diario era excusa suficiente para este artista <strong>de</strong>l<br />

cabellos para crear una nueva obra.<br />

Produce sensación la opera Gluck? Al instante Leonard inventa un tocado con<br />

cintas negras <strong>de</strong> luto y la media luna <strong>de</strong> Diana. Es vacunado el rey contra la<br />

viruela? Pronto aparece representado este acontecimiento emocionante por<br />

medio <strong>de</strong> los poufs <strong>de</strong> l’inoculation. Y cosa aun más vil y estúpida, cuando son<br />

saqueadas las pana<strong>de</strong>rías <strong>de</strong> Paris, durante la crisis <strong>de</strong>l hambre, esta frívola<br />

sociedad <strong>de</strong> cortesanos no sabe hacer nada mas importante que mostrar este<br />

suceso en los bonnets <strong>de</strong> la revolte. Zweig, 1992.<br />

María Antonieta se había casado con Luis XVI a los quince años. Al principio el<br />

rey no pudo consumar el matrimonio, así que María Antonieta persiguió el<br />

placer en otros lugares, como los elegantes salones parisinos, los casinos, las<br />

carreras <strong>de</strong> caballos y los bailes <strong>de</strong> mascaras. Cosgrave, 2000.<br />

La reina era claramente la que marcaba no solo los estilos, sino que era la que<br />

superaba al resto <strong>de</strong> las mujeres en la corte. “Pero cuando se trata <strong>de</strong> una<br />

moda, las mujeres, según se sabe, están siempre dispuestas a todo sacrificio<br />

y , por su parte, la reina se imaginaria, sin duda alguna, no ser realmente tal si<br />

no introdujera o sobrepasara todas estas locuras.” Zweig, 1992.


Todo tipo <strong>de</strong> adornos y objetos podían verse entrelazados con los cabellos,<br />

incluso alimentos.<br />

Plumas, cintas, joyas y hasta frutas y vegetales eran empleados como<br />

ornamentos <strong>de</strong>corativos para los peinados montados sobre la cabeza. Las<br />

pelucas eran empolvadas con carbonatos <strong>de</strong> plomo o harinas <strong>de</strong>jándolas<br />

blancas, pero en algunas ocasiones se las usaba <strong>de</strong> color gris, azul o lila.<br />

Algunos incluso usaban polvo <strong>de</strong> oro. Baker, 1993.<br />

Otro ejemplo <strong>de</strong> la excentricidad <strong>de</strong> la corte francesa a la hora <strong>de</strong>l peinado se<br />

vio como fruto <strong>de</strong> l victoria <strong>de</strong> la fragata “La Belle Poule” en 1778, se creo un<br />

tocado para celebrarlo que incluía un barco <strong>de</strong> guerra con las velas<br />

<strong>de</strong>splegadas sobre la cabeza. Esto pue<strong>de</strong> verse en varias fotos <strong>de</strong> The Kyoto<br />

Costume Institute, 2004.<br />

Con respecto al maquillaje, la ten<strong>de</strong>ncia en el siglo XVIII era llevar la piel lo<br />

mas blanca posible. Después <strong>de</strong> todo, una señorita no necesitaba trabajar bajo<br />

el sol, por eso <strong>de</strong>bían ser pálidas, translucidas. Reflejo <strong>de</strong> la división <strong>de</strong> clases<br />

y <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> privilegios propia <strong>de</strong> la realeza.<br />

Con respecto a los cosméticos que se utilizaban en esa época, el producto con<br />

el que se maquillaban el rostro a modo <strong>de</strong> base era la cera, y los labios y las<br />

mejillas rojizas. A medida que pasaban los años la cantidad <strong>de</strong> producto que se<br />

aplicaban iba aumentando. Primero una tapa <strong>de</strong> maquillaje blanco en el rostro,<br />

luego polvo blanco sobre la base y finalmente los labios bien colorados y las<br />

mejillas a tono.<br />

El rouge era otro <strong>de</strong> los cosméticos favoritos. Su nombre <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> la palabra<br />

francesa para rojo. Así como el polvo blanco para el rostro, el rouge era<br />

fabricado con ingredientes cuestionables, incluyendo el carmine (un pigmento a<br />

base <strong>de</strong> grasa). Usaban trozos <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra hume<strong>de</strong>cida para esparcir el rouge<br />

en las mejillas. La i<strong>de</strong>a era que generara un contraste placentero con la pali<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> la piel empolvada. Gunn, 1973, pg 115.<br />

Los labios eran pequeños, con forma <strong>de</strong> capullos <strong>de</strong> rosa y eran pintados con<br />

el mismo rouge o con se los empali<strong>de</strong>cía con la misma base para el rostro


dando un efecto <strong>de</strong> “bee-sting”. Los mismos polvos que se usaban para los<br />

cabellos era usualmente empleado para empolvar tanto hombros como busto,<br />

acentuado así el color azulino <strong>de</strong> las venas <strong>de</strong>l pecho. Delamar, 2002.<br />

“Las cejas se <strong>de</strong>pilaban para que lucieran bien finitas, y se las remarcaban<br />

lápices, acentuado la curvatura <strong>de</strong> las mismas. También se las podía rasurar y<br />

reemplazarlas por postizos hechos con piel <strong>de</strong> ratón” Angeloglou, 1970.<br />

Queda claro que los avances <strong>de</strong>l transporte resultaron cruciales para María<br />

Antonieta a la hora <strong>de</strong> obtener no solo telas extranjeras para sus fastuosos<br />

atuendos, sino para todo aquello que ayudara a generar no solo una imagen<br />

<strong>de</strong>seada, sino para ser la primera en lucirlo. “Incluso la ampliación <strong>de</strong> los<br />

mercados tuvo efecto sobre la estética <strong>de</strong>l rococó. A medida que el transporte<br />

se fue organizado y evolucionado, los negocios comenzaron a mantenerse<br />

abastecidos <strong>de</strong> distintos tipos <strong>de</strong> bienes extranjeros, cosméticos y pelucas<br />

incluidos.” Angeloglou, pg 70<br />

Mientras que la Peste Negra había cesado para esta época en Europa, no se<br />

contaban con medicamentos para la cura <strong>de</strong> muchas otras enfermeda<strong>de</strong>s ni<br />

con las medidas sanitarias necesarias. El sarampión y la varicela, ambas<br />

enfermeda<strong>de</strong>s virulentas, suelen <strong>de</strong>jar marcas en la piel, profundos huequitos<br />

producidos por las pústulas al secarse, marcando así con cicatrices la piel. Esto<br />

sea quizás la razón principal <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> las personas para usar mucho<br />

maquillaje.<br />

No solo el maquillaje ayudaba a lograr una apariencia perfecta, también<br />

contaba con las parches : “… pedacitos <strong>de</strong> seda, tafetán o incluso cuero eran<br />

aplicados sobre la cara con adhesivo para ocultar estas marcas. Eran<br />

consi<strong>de</strong>rados como un elemento mas <strong>de</strong>l maquillaje y usualmente se los tenia<br />

<strong>de</strong> colores brillantes “ Gunn, 1973, pg 110.<br />

También Angeloglou habla <strong>de</strong> este tema.<br />

Era común el uso <strong>de</strong> parches para tapar imperfecciones <strong>de</strong> la piel ya fueran<br />

cicatrices u otras. Con forma <strong>de</strong> estrella, lunas, corazones y hasta pequeñas<br />

aves se usaban sobre el rostro. Se recortaban <strong>de</strong> tafetán, cuero español,


terciopelo o papel. La finalidad <strong>de</strong> estos parches era la <strong>de</strong> tapar imperfecciones<br />

<strong>de</strong> la piel como cicatrices o erupciones. Angeloglou, 1970.<br />

Era sabido que la ubicación <strong>de</strong>l parche no era al azar, sino que se buscaba<br />

expresar algún sentimiento o i<strong>de</strong>a a través <strong>de</strong>l mismo.<br />

A partir <strong>de</strong> estos se <strong>de</strong>sarrollo un secreto lenguaje entre las mujeres que los<br />

utilizaban, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la localización <strong>de</strong>l parche.<br />

Un parche usado en el extremo <strong>de</strong> un ojo significaba pasión, que esta mujer<br />

era la amante <strong>de</strong> alguien, en la nariz impertinencia, en el labio superior sugería<br />

besos y sobre un lunar travieso. Una asesina lo usaba en un pecho.<br />

Angeloglou, 1970.<br />

Incluso se convirtió en moda el parecer enfermo <strong>de</strong> TB. De hecho la piel tan<br />

blanca, mejillas rojizas y ojos luminosos, signos claros <strong>de</strong> esta enfermedad,<br />

eran imitados gracias al uso <strong>de</strong> estos peligrosos productos. El característico<br />

brillo <strong>de</strong> los ojos se lograba mediante baños <strong>de</strong> los mismos con jugo <strong>de</strong> limón o<br />

naranja, incluso por ingesta <strong>de</strong> pequeñas cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> arsénico, o aun peor<br />

mediante baños con belladona, el juego <strong>de</strong> la venenosa dulcama (nightsha<strong>de</strong>).<br />

Jonson, 1987.<br />

Conclusión<br />

Mediante la revisión <strong>de</strong> varios textos, <strong>de</strong> películas inspiradas en el periodo<br />

como The Dutchess, y también a partir <strong>de</strong> la entrevista realizada a la docente<br />

Mariana Deniizio, se llega a la conclusión que el clima sociopolítico que se vivía<br />

en el periodo correspondiente al Rococó tuvo influencia a la hora <strong>de</strong>, en el caso<br />

<strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> la corte, <strong>de</strong>cidir o establecer una ten<strong>de</strong>ncia en cuanto a<br />

peinado y maquillaje. Y no es diferente a lo que suce<strong>de</strong> en todas las<br />

socieda<strong>de</strong>s no importa el siglo en el que se viva.<br />

En este caso en particular, el estilismo <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> la corte no escapo los<br />

excesos y <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Rococó, y quizás, hasta se haya visto exacerbado por


esta rivalidad establecida entre la realeza y la burguesía. Quizás haya sido una<br />

forma mas por parte <strong>de</strong> la realeza <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarle a los burgueses que ellos<br />

eran “mas”.<br />

Bibliografía<br />

Zweig Stefan, María Antonieta, 1992, Barcelona, libro singular, 7ma ED.<br />

Paquet Dominique, la historia <strong>de</strong> la belleza, 1998, Barcelona, ediciones B, S.A<br />

Cosgrave, Bronwyn, Historia <strong>de</strong> la moda. Des<strong>de</strong> Egipto hasta nuestros días,<br />

2000, editorial Gustavo Gili, SA.<br />

Boeh, M. Von, La Moda. Historia <strong>de</strong> traje en Europa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong>l<br />

cristianismo hasta nuestros días, tomo IV (Siglo XVIII) 1928.<br />

Richard Corson, “fashions in hair- the first 5000 years”, St. Edmundsbury press<br />

1980.<br />

Angeloglou Maggie, A history of make-up, 1970, studio Vista 2da edicion.<br />

Baker Patricia, wing and make-up theatre, television and film 1993, focal press.<br />

Swinfield Rosemary, hair and wing for the stage, 1999, A and C Black Ltd.<br />

Delamar, penny, the complete make-up artist: working in film, fashion, television<br />

and theatre, 2002. Northwestern university press.<br />

Gunn, Fenja the artificial face, 1973.<br />

Brooke, Iris. The history of English costume, 1072. London Eyre Methuen<br />

The Kyoto Costume Institute, 2004. Shichi-jo goshonouchi Minamimachi,<br />

shimogyo-ku, Kyoto, TASCHEN.

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