Une y Iradicion clasica - BIBLIOTECA UNLPam
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La mirada de uiises<br />
<strong>Une</strong> y <strong>Iradicion</strong> <strong>clasica</strong><br />
a camara de An3elopouloSf la optica de Joyce<br />
Von Dattiston<br />
Untvcrsiaad Nadonal ae La rampa<br />
Argentina
La mirada de Ulises<br />
To VIemma Tou Odyssea<br />
Director: Theo Angelopoulos<br />
Gui6n: Theo Angelopoulos, Tonino Guerra,<br />
Petros Markaris<br />
Produccl6n; Eric Heumann, Giorgio Silvagni<br />
InWrpretes: Harvey Keitel (A), Maia<br />
Morgenstern (Naomi Levy / Las esposas de<br />
Ulises), Eriand Josephson (Ivo Levy).<br />
Grecia-Francia-ltalia, 1995<br />
177 min. B/N-Color<br />
Parodia y modernidad<br />
< Instituto de Estudios ClAsicos. 7(2002): 321-332<br />
HaA/ey Keitel<br />
QAZE<br />
El mito antiguo, a! tiempo que proporciona un<br />
fundador y un modelo de vida, es un signo de<br />
reconocimiento [...] Constituye una poderosa<br />
imagen de identidad.<br />
Jean-Claude ^<br />
Desde hace siglos, las expresiones artisticas registran procedimientos<br />
hipertextuales que implican la repeticibn, burlesca o no, de determinados<br />
modelos expresivos. La parodia se establece a partir de ciertas<br />
correlaciones -la cita, los referentes, las alusiones- y puede connotar<br />
sarcasmo o estilizaci6n y transgresion ideologica.
Dora Battist6n<br />
En la posmodernidad, los mecanismos de subversion o inversion del<br />
referente se constituyen a trav6s de la indiferenciaci6n de genero y niveles<br />
de cultura, y hasta de la interaccion de ironia, comicidad y complejidad.<br />
ASI, no solo la literatura sino la arquitectura, la musica y el cine<br />
contemporaneos exhiben una estetica de la fragmentacion en que la<br />
unidad subyacente emerge en la muitiplicidad de las miradas.<br />
El Ulysses de James Joyce puede ser entendido como hiper-obra, ya<br />
que cada seccion, cada cuadro, se abre en sucesivas asociaciones,<br />
conexiones e interpretaciones que conducen tematica y formalmente a<br />
diversas tradiciones literarias. El mismo Joyce, en carta a Ezra Pound<br />
(1920), ha serialado la doble filiacion etnica de esta "epopeya": Israel e<br />
Irianda, pero tambien sus extensiones -el cicio del cuerpo humano, una<br />
enciclopedia y la historia de un dia- a traves de una intencionalidad que<br />
confiere sentido totalizador a estas mtnificciones: trasponer el mito sub<br />
specie tempohs nostri.<br />
El valor paradigm^ttco de la obra de Joyce reside no s6lo en los<br />
aspectos estructurales de la narraci6n sino en la autorreflexividad implicita<br />
en el texto; cada fragmento, cada aiusion remite a la posibilidad del acto de<br />
crear o narrar, y este caracter metaficcional, que por momentos sugiere un<br />
tono autopar6dico, resulta uno de los rasgos identificadores de la novela<br />
moderna y del cine.<br />
La mirada dialdgica<br />
Cuando analizamos un film como La mirada de Ulises, advertimos ese<br />
juego especular de la cultura en que unos textos refieren a otros, y asi<br />
sucesivamente, del mismo modo que la mirada del protagonista es una<br />
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proyeccidn de la mirada de Theo Angelopoulos, que a su vez impiica ia<br />
mirada de Joyce a la Odisea, una perspectiva desde ia cuai los creadores<br />
de la modernidad pueden interpretar la historia -el presente- a traves del<br />
mito -Homero-. En realidad, ei cine mismo puede ser considerado la<br />
mirada del s. XX, que toma de (a novela su optica globai y de detatle. En<br />
este caso, ios avatares del heroe iiomerico apuntan a un eje central y de<br />
doliente vigencia, la reflexi6n sobre ia guerra, que conlleva una pregunta<br />
jamas respondida. Como ei enigma de los rolios sin revelar, subsiste el<br />
interrogante por la esencia de lo humano y su proteica capacidad de<br />
combinar lo atroz y lo sublime. Como toda odisea, la aventura se justifica<br />
por la capacidad de ser contada, el arte por dar un sentido ultimo a la vida<br />
y la busqueda por la fe que sobrevive a todo. El intento, que persiste aun<br />
m^s alia de los limites de la desesperanza y la derrota: esto fue y es el<br />
sosten del heroe mod^lico y de sus avatares en las novelas -verdaderas<br />
menipeas-de Cervantes y Joyce. , .<br />
La odjsea de un cineasta<br />
Los acontecimientos llegan al receptor a traves de la imagen y ios<br />
diSlogos, pero la verdadera articulacion del relato procede de la voz del<br />
protagonista, con io que se recupera la estructura literaria del film. El tema<br />
central de la mirada se instaia desde el epigrafe, aOn antes de los titulos y<br />
creditos, en la cita de Platon: "Si un alma quiere reconocerse, deberi<br />
contemplarse en un alma", Afcibiades 133 B.^ De inmediato, la pantalla<br />
muestra la mirada de otra c^mara, la del pasado: la escena de las<br />
hilanderas, Avdella. 1905, en el documental de los hermanos Miltos y<br />
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Dora Battistdn<br />
Yannakis Manakis, e! primer film en Grecia y los Balcanes. "^Un hecho?<br />
^El primer film? ^La primera mirada?" -se interroga la voz en off-. Y el<br />
motivo clasico del destino, omnipresente a traves de la metafora de las<br />
tejedoras. de ahi en mas parece funcionar con un valor analogo al del coro.<br />
A / Ulises / Keitel, cineasta americano de origen griego, regresa a su<br />
pais despu6s de treinta y cinco afios, con io que Angelopoulos -como<br />
antes Katzanzakis- subvierte la fuente homerica con el planteo de un<br />
regreso consumado en el inicio de la narracion. Pero a partir de alii habr^<br />
otro alejamiento -su comarca lo rechaza violentamente- y se iniciara el<br />
peripio por la dura realidad de los Balcanes, en busca de un documento<br />
fundamental para la historia del cine y para la identidad de la region: los<br />
tres rollos sin revelar que filmaron a comienzos del siglo Miltos y Yannakis<br />
Manakis, cineastas y fotografos condenados al exitio durante la guerra. Sin<br />
embargo, el proyecto -recuperar la memoria, la primera mirada, todavia<br />
original, sin artificio, la mirada que documento la realidad de esa conflictiva<br />
regi6n en forma directa- no se confunde con el sentido ultimo de la mision:<br />
la busqueda misma, tas transformaciones del heroe traves de la peripecia y<br />
la reflexion final sobre la humanidad, aquello que ha podido conocer<br />
verdaderamente. Esa noche, antes de la precipitada huida de una ciudad<br />
llena de recuerdos, donde su film ha creado alboroto y oposicion entre dos<br />
facciones, se plantea el tema del regreso y de la busqueda del hogar:<br />
CuSntas fronteras todavia para llegar a casa. Tengo que seguir: en ml<br />
fm estS mi comienzo. Queria quedarme, soflaba que 6ste seria el final<br />
del viaje.<br />
Se intercala nuevamente la escena de las hilanderas. Y luego un fugaz<br />
cruce con la Mujer que amo / Penelope, que parece no verlo ni escuchar<br />
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sus palabras; "me perdi, vagando por caminos extrafios; no te puedo tocar;<br />
quisiera decir regrese pero algo me lo impide. El viaje no termin6. Todavia<br />
no". Cruce de la frontera. Liegada a Albania con nieve y silencio y reflexion<br />
del taxista: "Grecia esta en una larga agonfa; despues de 3000 anos entre<br />
piedras rotas y estatuas, se cumple su cielo".<br />
Otra vez las hilanderas. Yugoeslavia. Nieve, desolacion, pobreza. En<br />
un laboratorio, el protagonista mira un documental sobre la vida de los<br />
hermanos Manakis y encuentra a la Desconocida / Calypso. Escena en el<br />
tren, rumbo a Bucarest; dialogan acerca del cine de los Manakis:<br />
Fotografiaron una nueva era, toda la vida en ios Balcanes; no les<br />
" - interesaba la polltica sino la vida que paso por esos lugares. el<br />
movimiento de la gente, la totalidad de rostros, sucesos,<br />
ambiguedades y contrastes en esta zona del mundo.<br />
La filiacion con Calypso queda explicita en la declaracion de la mujer:<br />
"aquf est^ todo, menos lo que usted busca". £l confiesa que ha encontrado<br />
sentido en la busqueda de esos rollos, "primer film, primera mirada<br />
perdida, la perdida inocencia; la busco obsesionado como si se tratara de<br />
mi propia mirada perdida hace mucho". A partir de este momento se<br />
suceder^n las alusiones y escenas referldas a los sucesos de la segunda<br />
guerra, al conflicto de los Balcanes, a las dictaduras, confiscaclones y<br />
masacres sufridas en esa zona durante casi un siglo.<br />
En Bucarest ocurre el episodio onirico en que A se encuentra con la<br />
Madre y viajan a Constanza para pasar en el hogar paterno la fiesta de<br />
comienzo de ano, una celebracibn ubicada de modo ambiguo entre 1945 a<br />
1950; es la reiteracion de la misma fiesta, con todo lo que contiene de ritual<br />
y mitico. En el puerto se despide llorando de la Desconocida y sigue el<br />
lentisimo viaje en una barca que trasporta la inmensa y rota estatua de<br />
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Lenin, a traves del Danubio. En el control de ia triple frontera, el capitan,<br />
respondiendo al interrogatorio, dice que no lleva a Nadie. •'<br />
En Belgrado, su amigo lo recibe efusivamente: "Cuando Dios cre6 el<br />
mundo, primero hizo el viaje, luego vino la duda y la nostaigia. (i,Estamos<br />
envejeciendo?". Le informan que los rollos fueron enviados a Sarajevo.<br />
Con el amigo fiel, recuerdan los afios en Paris, sus sueHos y Utopias,<br />
brindan por los ideales, ios artistas y los tideres que marcaron su historia:<br />
"nos dormimos dulcemente en un mundo, y nos despertamos bruscamente<br />
en otro"- El encuentro con una oscura y angustiada Mujer / Circe, le<br />
permite huir de la policia y refugiarse en su casa de la isia, donde la<br />
camara nos muestra una imagen intemporai, "homerica", de estos amantes<br />
fugaces; elia tratara de retenerio, pero luego lo viste con la ropa de su<br />
marido y Io deja partir a Sarajevo.<br />
Esta ciudad destruida, donde los seres se desplazan contra el telon de<br />
fondo de las bombas y las alarmas, corren a los refugios, deliran en las<br />
calles, sera la ultima etapa de la odisea de A. Encuentra a ivo Levi, el viejo<br />
que casi ha conseguldo reveiar ios rollos. Dialogan parados sobre las<br />
ruinas de la cinemateca y el viejo se asombra:<br />
Un viaje tan largo por algo que se cree perdido. iFe o desesperacibn?<br />
Los archlvos son mi vida, pues hay que salvar la memoria. Pero, que<br />
, sentido tendria en medio de toda esta destrucci6n.<br />
Alii, entre afiches y rollos de peliculas celebres, se vuelve al tema de la<br />
mirada.<br />
Ivo: Una mirada; primero crei que habia soflado, luego se transformb •<br />
en algo perdido, y ahora es una mirada luchando por resurgir en la<br />
oscuridad. A: Usted no tiene derecho a mantener encerrada esa<br />
mirada. Ivo: Es la guerra, es la locura. A: Con mSs razon, no tiene<br />
derecho.<br />
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Despues, la joven hija de Ivo, Naomi / Nausicaa le confiesa que su cara<br />
le resulta familiar, como si io conociera desde siempre. Cuando ubica los<br />
rollos, A queda en extasis frente a la pantalla: "usted casi lo logra. Y el<br />
viejo: Qu6 soy yo sino una coleccion de miradas esfumadas".<br />
En la calle, la escena es dantesca, de una tentitud exasperante -otra de<br />
las largas secuencias que caracterizan la estetica de Angelopoulos- y en<br />
e! cine derruido, los dos hombres se abrazan. El viejo ha logrado revelar<br />
los rollos, solo tienen que secarse y en unas horas se podran proyectar:<br />
"hay que festejar que es un dia de niebia, y el film, una mirada cautiva de<br />
principio de siglo, liberada a fin de siglo".<br />
En la ciudad, e! arte da una prueba de supervivencia aun en medio del<br />
peligro y la destruccion. La orquesta de los jovenes serbios, croatas,<br />
musulmanes deja oir su musica. Entre la nIebIa circuia ia gente con sus<br />
bidones, su temerosa curiosidad, su miseria, sus pasos imperfectos,<br />
mientras en algun lugar se representa una breve escena de Romeo y<br />
Julieta. "Seguir6 despidiendome hasta que llegue la aurora, o ire a la<br />
espectrai celda de mi padre a pedir ayuda" -rememora el protagonista-.<br />
Camina con la familia del viejo y baila con ta hija. La camara se detiene en<br />
este momento de felicidad. ;<br />
El viejo: por momentos veo sombras en sus ojos. A: no, es s6lo que<br />
estoy cansado. Ha sido un largo viaje, y luego la espera, la espera<br />
para ver esa mirada. ,<br />
En un instante, la familia se dispersa, A queda solo, oye la masacre en<br />
la niebia, y llora. La orquesta sigue tocando y el retorna entre los<br />
fantasmas como una sombra oscura.<br />
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La ultima escena muestra el cine derruido, donde A, solo frente a la<br />
pantalla, mira correr tas sombras del proyector y recita e( poema del<br />
ndstos:<br />
Cuando regrese, to har6 con la ropa de otro hombre. con el nombre<br />
de otro. Mi llegada sera inesperada. Si me miras con desconfianza y<br />
dices 'no es 61', te mostrare las serlales y me creeras. Entre abrazos.<br />
te hablare del viaje -toda la noche y todas las noches por venir-, y de<br />
toda la aventura de la Humanidad, de la historia que nunca termina.<br />
Joyce y otros intertextos<br />
La metafora de la mirada, que atraviesa el film en toda su extension,<br />
sugiere diversas interpretaciones; la mirada es esa posibilidad<br />
esencialmente humana de ir mas alia de lo que simplemente se ve: mirar<br />
es advertir, relacionar, registrar. De ahi que Angelopoulos identifique la<br />
mirada con la memoria, y la memoria con su propio oficio, el cine. Los<br />
rollos que muestran por primera vez la vida verdadera de los Balcanes<br />
trascienden su valor documental, porque implican raices, identidad,<br />
historia. La mirada permanece a veces en la zona de la nostalgia, pero no<br />
tarda en asumir un contenido activo y revolucionario, inspirado acaso en la<br />
Odisea de Kazantzakis, que piantea el rescate de la condicion humana en<br />
terminos de reclamo por sus derechos y libertades. No seria inverosimil el<br />
intertexto kafkiano, sobre todo en los equivocos y absurdos procedimientos<br />
burocraticos y en la atmosfera pesada y oscura de la ocupacion y la<br />
guerra.<br />
El parentesco con la version de Joyce, presente en toda la pelicula, se<br />
vuelve explicito en ciertas escenas que adaptan el dialogo de A y su amigo<br />
a la conversaci6n que sostienen Leopold Bloom y Stephen Dedalus<br />
durante la secci6n XVI {Eumeus). Y mas claramente, desde lo conceptual.<br />
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las meditaciones det protagonista refieren a muchas de tas respuestas de<br />
la seccion XVtt (Ithaca):<br />
qu6 lo deprimiria aun m^s una nueva decepcldn? Porque en ese<br />
punto critico de la existencia humana et desearia mejorar muchas<br />
condiciones sociales, producto de la desiguatdad, ta avaricta y ta<br />
animosidad internacional. [...] iParticipaba Esteban de su<br />
descorazonamiento? Aflrm6 su significacion como animal racional<br />
consciente [,..] entre un micro y un macrocosmos ineluctablemente<br />
construido sobre la incertidumbre de! vacio (626-627)^<br />
El film destila en casi todas sus reflexiones esta visi6n amarga y crftica<br />
de Joyce, pero tambi6n sus movimientos abruptamente c6micos, que<br />
quiebran ta atmdsfera dramatica con el sopto de la modernidad. Participa<br />
asi de una mirada que puede atravesar et infortunio y establecer aun ta<br />
Utopia por encima de ta desesperanza.<br />
Asimismo, ta coincidencia de todos tos personajes femeninos<br />
(Penetope, Catypso, Circe, Nausicaa, la Madre) en una misma figura -la<br />
actriz Maia Morgenstern- evoca el pasaje de Ithaca en que se dectaran tas<br />
afinidades entre ta tuna y ta mujer:<br />
Su antigQedad al preceder y sobrevivir las generaciones teluricas; su<br />
constancia bajo todas sus fases; [.,.] ta obligada invariabilidad de su<br />
aspecto; su poder para enamorar, para mortificar, para conferir<br />
;. belleza, para volver loco [...], su esplendor cuando visible; su atraocibn<br />
cuando invisible (631).<br />
Otras alusiones provienen de ta seccion Xtl (Et Cfctope) y VttI (Los<br />
testrigones). Y asimismo, ta t6cnica de los intertextos interpretados como<br />
tributos: en et caso de Joyce. Shakespeare, tHomero, Dante; en<br />
Angetopoutos, tos poetas y tfderes potfticos det sigto y por sobre todo tos<br />
directores y los ctasicos de ta historia det cine. Artistas que se miran en sus<br />
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Dora Battist6n<br />
paradigmas, acaso como esas atmas pfatonicas que necesitan, para<br />
reconocerse, la contemplacion en otras almas.<br />
Notas<br />
En "Juventud de los mitos", capituio I de La mirada de Orfeo. Los mitos literarios de<br />
Occidente. Bernardette Bricout, comp. (2002). Barcelona, Paidds Contextos.<br />
^ En realidad, la cita original dice: (t>eaX|i6Q dp e\ iitXXEi ibeiv abxdv. el; bi^aX^v<br />
a-Otw p^emfeov, "si un ojo quiere verse a sf nnismo. que se contemple en un ojo". Sin<br />
embargo, hemos decidido mantener la traduccidn que aparece en los titulos del film, ya<br />
que, en lenguaje figurado, ei texto puede leerse de ese modo.<br />
^ Las citas est^n tomadas de Joyce, James (1962) Ulises, Buenos Aires, Santiago Rueda<br />
Editor. Traducci6n de J. Salas Subtrat.<br />
BIBLIOGRAFIA , i<br />
Ediciones .<br />
JOYCE, James (1960). Ulises. London: The Bodley Head.<br />
. (1962). Ulises. Buenos Aires: Santiago Rueda Editor Traducci6n de J.<br />
Salas Subirat.<br />
Obras consuitadas<br />
BATTISTON, Dora; REDA, Aldo y Carmen TROUvt (2001). "Traduciendo a Molly.<br />
Genero y parodia en la retorica del discurso joyceano". En Bit^cora,<br />
Revista de ta Facultad de Ler}guas de la Universidad Nacional de<br />
Cdrdoba, ano IV, n° 7: 81-88.<br />
(2001). "Parodia y ciudad en dos textos paradigm^ticos, Satyricon y<br />
Ulysses: Primeras aproximaciones". En Bit^cora, Revista de la Facultad de<br />
Lenguas de la Universidad Nacional de Cdrdoba, afio IV, n° 8: 260-266.<br />
HUTCHEON, Linda (1985), A Theory of Parody. The Teachings of Twentieth Century<br />
Art Forms. New York: Methuen: 29-36<br />
ROSE, Margaret A. (1993). "Contemporary Late-Modern and Post-Modern Theories<br />
and Uses of Parody". En Parody: Ancient, Modern, and Postmodern: 195-<br />
274. Cambridge: Cambridge UP.<br />
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